Curso Infecciones Asociadas
Curso Infecciones Asociadas
Curso Infecciones Asociadas
ASOSIADAS
A LA ATENCIÓN EN
SALUD (IAASS)
30 HORAS
Para estudiantes en
práctica clínica.
Módulo 1: Prevención y Control de Infecciones Asociadas a la Atención
de Salud (IAAS)
INTRODUCCIÓN
Las infecciones asociadas a la atención en salud (IAAS) representan un desafío significativo en el
ámbito de la Salud Pública, tanto en Chile como a nivel mundial. Estas infecciones no solo
incrementan la morbilidad y la mortalidad, sino que también generan costos elevados asociados
a la atención de pacientes debido a la prolongación de la estadía hospitalaria, que puede
extenderse hasta 10 días. Este aumento en la duración de la hospitalización se traduce en un
incremento de la tasa de mortalidad, llegando hasta un 20% en algunas patologías clínicas.
Es crucial destacar que las IAAS son prevenibles, como lo evidencian estudios realizados en Estados
Unidos que muestran una disminución de más del 60% en las tasas de infecciones, especialmente
aquellas relacionadas con bacteriemias asociadas a catéteres venosos centrales.
Resumiendo, se entiende como Infección Asociada a la Atención en Salud aquella que se contrae
en un hospital u otro centro de salud que no estaba presente o en incubación en el momento del
ingreso (hospitalización) del paciente o cuando éste concurre al centro de salud. Algunas
infecciones producidas como consecuencia de la hospitalización se pueden manifestar después
del egreso del paciente, como son las infecciones del recién nacido adquiridas como consecuencia
del pasaje por el canal del parto.
Sin embargo, es necesario señalar que las IAAS, no solo contemplan las infecciones adquiridas por
los pacientes, sino que también incluyen las infecciones ocupacionales, contraídas por el personal
sanitario, que desempeña funciones en la institución.
No se consideran IAAS:
Notificación y vigilancia:
Es importante destacar, que las actividades ejecutadas por el PCI se dirigen tanto a los pacientes,
como al personal de salud u otras personas relacionadas con la institución y atención en salud.
El programa de control de infecciones define como elementos esenciales para su desarrollo la
existencia de normas que uniforma procesos.
Existen normas generales que incluyen la higiene de manos, el uso de medidas protectoras
(mascarillas u otros), uso de material estéril, entre otros; y normas de instalación y manejo de
catéteres y tubos endotraqueales en pacientes en ventilación mecánica. Así, para cada situación,
se deben aplicar normas generales y específicas dependiendo del procedimiento a realizar.
El aspecto normativo en control de infecciones ayuda a uniformar criterios y conductas a seguir
frente al manejo de pacientes para prevenir infecciones. Establecida la normativa, se requiere de
la dirección y de los equipos de control de infecciones en cada establecimiento que apoyen la
capacitación para que los profesionales relacionados con el tema de las IAAS tengan herramientas
para actuar correctamente.
Según lo anterior, tenemos que la epidemiología de las IAAS, explica la ocurrencia de este tipo de
infecciones entre pacientes que concurren a un centro de salud como los ya mencionados, y la
magnitud del problema en su contexto, incluyendo datos sobre la distribución de infecciones por
tipo de paciente, patógeno causante, unidad de tratamiento y período de tiempo. Obteniendo
finalmente que estos datos ayudan a comprender la problemática de IAAS en un determinado
establecimiento y resultan muy útiles para definir estrategias preventivas.
Epidemia: Se cataloga como epidemia a una enfermedad que se propaga rápida y activamente
con lo que el número de casos aumenta significativamente, aunque se mantiene en un área
geográfica concreta.
Pandemia: Para declarar el estado de pandemia deben cumplirse dos criterios: que la enfermedad
afecte a más de un continente y que los casos de cada país ya no sean importados sino
transmitidos comunitariamente.
Endemia: Se define como la aparición constante de una enfermedad en un área geográfica o grupo
de población, aunque también puede referirse a una alta prevalencia crónica de una enfermedad
en dicha área o grupo. Para ello, deben cumplirse simultáneamente dos criterios: permanencia de
la enfermedad en el tiempo y afectación de una región o grupo de población claramente definidos.
Prevalencia: número total de personas (casos nuevos y existentes) que tienen una enfermedad
en una población o en un lugar determinado en un momento dado. Es un indicador de la magnitud
de una enfermedad, por ejemplo, el número total de personas con tuberculosis en el país en el
2019. La incidencia y la prevalencia son formas esencialmente distintas de medir la frecuencia de
enfermedad y la relación entre ellas varía de una enfermedad a otra.
Equipo de protección personal (EPP): son elementos e indumentaria que utilizan los trabajadores
de salud para protegerse de la exposición a agentes infecciosos.
Aislamiento: es separar a las personas enfermas o infectadas de los demás, para evitar que se
propague la infección.
Cuarentena: consiste en restringir el movimiento de las personas sanas que pueden haber estado
expuestas al virus, pero no están enfermas.
Brotes notificados en el año 2021
Durante el año 2021 el Programa Nacional de Control de Infecciones (PNCI) recibió 868
notificaciones de sospechas de brotes, confirmándose 681 brotes en establecimientos de salud,
81,7% de ellos por COVID- 19 (556). De estos brotes, el 70,3% (391) se clasificó como de
Infecciones Asociadas a la atención en Salud (IAAS), con 3.741 casos (63,6% pacientes y 36,5%
personal de salud), la mayoría de ellos notificados por hospitales de alta complejidad (78%). Los
servicios clínicos más afectados fueron las unidades de pacientes adultos distintas a las unidades
de pacientes críticos (90,5%). La tasa de ataque fue de al menos un 18,2% en la mitad de los brotes
informados, siendo mayor en los hospitales de baja y mediana complejidad que en los de mayor
complejidad. Con respecto a la posible exposición de riesgo en el equipo de salud, se obtuvo
información en 81,2% de los casos, siendo un 44,3% por atención directa de pacientes COVID-19
y un 29,2% por interacción entre personal de salud no relacionado a la atención directa de
pacientes. El tiempo requerido para controlar los brotes fue de 8,9 días en promedio (mediana 7
días).
Se obtuvo información respecto a fallecidos en el 96,7% de los brotes IAAS, sin informarse
personal de salud fallecido a causa de COVID19 en contexto de brote de IAAS. En promedio, la
letalidad atribuible y la asociada fueron más altas en los hospitales de mediana complejidad.
En comparación con el año 2020, se observó un mayor número de brotes de IAAS de COVID-19
informados durante el 2021, pero con un menor número de casos afectados en total.
Adicionalmente, los brotes se diferenciaron por ser de menor envergadura (menor número de
casos por brotes), con una mayor participación relativa de pacientes versus el equipo de salud
entre los casos, y con menor tiempo requerido para lograr su control (tiempo entre caso índice y
último caso relacionado). Por el contrario, la letalidad atribuible y asociada fue mayor.
Antecedentes
En Chile, la notificación de brotes epidémicos está normada desde principios de los años 80’ y ha
sido reiterada en múltiples oportunidades. La notificación oportuna de los brotes por parte del
PCI a la Autoridad Sanitaria (Secretaría Regional Ministerial (SEREMI) de salud), el Programa
Nacional de Prevención y Control de IAAS (PNCI) y el Servicio de Salud, permite que éstos puedan
ejercer distintas acciones: realizar seguimiento, informar a las autoridades, establecer las
implicancias que pudiesen tener a nivel comunitario, articular la respuesta y realizar tareas
específicas ante brotes prolongados o reiterados, entre otras.
Durante el año 2021 se notificaron 173 brotes más que los informados en el año anterior (IAAS
COVID-19 y no COVID-19, y brotes COVID-19 no IAAS), representando un aumento del 22,2%. Si
bien también se observó un aumento en los brotes confirmados por SARS-CoV-2, éste fue sólo en
un 2,5% (14 brotes más).
Hubo 16 brotes más por SARS-CoV-2 clasificados como IAAS representado un aumento del 4,1%
(Tabla).
Aun cuando el número de brotes de IAAS de COVID-19 fue mayor al observado durante 2020,
durante 2021 se observó una reducción en la cantidad de personas afectadas por estos en un 38%.
Esta reducción fue más marcada en el número de casos entre personal de salud (reducción del
59,8%) respecto a la observada entre pacientes (disminución en 4,8%)
La vigilancia epidemiológica de las IAAS, debe tener objetivos claros, con el fin de evaluar
periódicamente, si se cumple el propósito del PNCI. En este contexto, la vigilancia debe aportar
como mínimo información para:
El sistema de vigilancia debe enfocarse en algunas infecciones, pues vigilar la totalidad de ellas no
es viable ni costo-efectivo. De este modo, las infecciones a vigilar deben ser aquellas prevenibles,
siendo de obligatoria vigilancia, aquellas establecidas por el Sistema de Vigilancia Nacional de
Infecciones Intrahospitalarias, las cuales podrán ser complementadas, con las infecciones o
procedimientos de mayor incidencia a nivel local.
Esta “vigilancia”, se encuentra determinada por:
▪ Infecciones asociadas a dispositivos invasivos o procedimientos
▪ Infecciones que pueden convertirse en epidémicas en el establecimiento.
▪ Infecciones en pacientes especialmente vulnerables.
▪ Infecciones que se asocian a resultados graves o elevada letalidad.
▪ Infecciones que afectan al personal de salud.
Para llevar a cabo una vigilancia de IAAS eficiente y certera, es necesario el monitoreo sistemático
de indicadores.
Los indicadores de incidencia de casos de IAAS que utiliza actualmente el sistema de vigilancia son
de dos tipos:
*La evaluación de la capacidad del Sistema de Vigilancia para detectar las IAAS, es conocida como
“Estudio de sensibilidad de la vigilancia”, se realiza mediante un estudio de prevalencia
modificado.
*La evaluación de la calidad de la vigilancia, es ejecutada en forma obligatoria al menos una vez al
año.
Para fines de los programas de prevención y control de infecciones cada uno de los síndromes o
tipo de infección, debe analizarse separadamente considerando los factores específicos de cada
infección.
Programas generales: Un gran número de IAAS puede disminuir aplicando medidas generales, las
cuales deben cumplirse en la atención de todos los pacientes; estas corresponden a las
precauciones estándar y están compuestas por:
▪ Higiene de manos
▪ Técnica aséptica
▪ Uso de antisépticos
▪ Aislamiento de pacientes
▪ Higiene de la tos y estornudo
▪ Inyecciones seguras
▪ Uso de elementos de protección personal
▪ Prevención de eventos cortopunzantes
Las defensas del huésped contra las IAAS, son de tres órdenes:
1) Las barreras mecánicas: son las más relevantes. Como la piel, la mantención de los flujos
naturales de salida sin obstrucciones y la mantención de espacios y órganos estériles sin conexión
a ambientes contaminados.
2) Las defensas celulares: grupos de células que defienden activa o pasivamente al organismo
(bacterias, fagocitosis). Estas defensas celulares se encuentran en los sistemas respiratorio y
digestivo.
3) Las defensas humorales: es el principal mecanismo de defensa contra los microorganismos
extracelulares y sus toxinas, en el cual, los componentes del sistema inmunitario que atacan a los
antígenos no son las células directamente sino son anticuerpos secretados por activación
antigénica.
La microbiología de las IAAS ha tenido cambios con el tiempo. Desde mediados del siglo XIX, como
consecuencia de los estudios de Ignaz Semmelweis, se conoce que las infecciones pueden ser
transmitidas entre pacientes y entre el equipo de salud y los pacientes. El paradigma de estas
infecciones es la “fiebre puerperal” que hoy se conoce como endometritis por Streptococcus beta
hemolítico del grupo A.
La década de 1950 se conoce como “la era de los estafiuococos”, ya que el Staphylococcus aureus
fue conocido como el principal agente de infecciones en hospitales. Su surgimiento coincidió con
el uso cada vez más generalizado de antibióticos y la paulatina aparición de resistencia a la
penicilina. Las infecciones por S. aureus se caracterizaron por ser identificadas durante brotes,
especialmente en recién nacidos y pacientes quirúrgicos.
En las últimas décadas y en relación con el aumento del número de pacientes inmunodeprimidos,
han surgido otros nuevos patógenos, como Aspergillus fumigatus, algunos fuertemente asociados
a aspectos ambientales como es la presencia de polvo. Las IAAS pueden ser causadas por
microorganismos provenientes de fuentes endógenas (sitios del organismo que normalmente
albergan microorganismos como es el tracto digestivo) o exógenas (externas al paciente: personal,
equipos, ambiente).
Como se mencionó anteriormente, en la producción de las IAAS se debe distinguir dos tipos de
agentes.
Los agentes patógenos que pueden producir infecciones específicas en la comunidad (ejemplos:
virus varicela zoster, Mycobacterium tuberculosis) y los agentes que normalmente no producen
infecciones y que por condiciones propias de la atención en salud lo hacen (ejemplos: Klebsiella
pneumoniae, Acinetobacter baumannii). Muchos de estos agentes se encuentran en el tracto
digestivo o la piel y requieren ser transportados en dosis infectantes a sitios en que normalmente
no se encuentran (por ejemplo: aparato urinario, torrente sanguíneo) para causar infección.
Algunos incluso requieren que el huésped tenga condiciones inmunitarias deficientes para generar
infección.
La inmensa mayoría de las Infecciones Intrahospitalarias (IIH) son producidas por agentes
microbianos endógenos presentes en la Flora normal de las personas, no patógenos en sus medios
habituales. Con frecuencia las bacterias aisladas de infecciones nosocomiales tienen mayor
resistencia a los antibióticos que las mismas bacterias aisladas de infecciones comunitarias. El
medio hospitalario es muy propicio a la difusión de agentes resistentes a los antimicrobianos,
puesto que con frecuencia los pacientes más graves que requieren mayor uso de procedimientos
y manipulación por el personal son los que tienen mayor riesgo de infecciones y los que se han
expuesto a mayor presión selectiva de antibióticos. La mayor resistencia de las bacterias a los
antimicrobianos no se asocia consistentemente a mayor gravedad de las infecciones y no produce
modificaciones en los mecanismos de transmisión habitual de la gente.
Otra fuente importante de infecciones proviene de los llamados agentes “oportunistas” que
requieren condiciones de inmunidad muy deficientes en los pacientes o condiciones especiales
para su inoculación en dosis infectante. Estos agentes pueden ser inocuos para personas
inmunocompetentes, encontrarse en el ambiente físico normalmente y generar infecciones en
grupos de pacientes muy especiales, por ejemplo: especies de Aspergillus.
En la producción de infecciones participan varios factores que deben estar presentes e interactuar
ordenadamente y se denominan “cadena de transmisión”. La cadena de transmisión es distinta
en cada uno de los tipos de infección y su conocimiento adquiere especial importancia para los
programas, pues las medidas de prevención y control deben realizarse en uno o más eslabones
simultáneamente a fin de interrumpir dicha cadena.
3. Puerta de salida: Es el lugar donde el agente infeccioso abandona el reservorio. Las puertas
principales son: vía respiratoria, genitourinaria, digestiva y superficies como la piel y conjuntiva.
5. Puerta de entrada: Es el sitio por donde el microorganismo entra al huésped susceptible. Las
puertas de entrada son las mismas que las puertas de salida y se agregan las soluciones de
continuidad de la piel (ejemplos: heridas operatorias, sitios de inserción de catéteres y drenajes,
úlceras en la piel)
6. Huésped susceptible: Es un ser vivo que no tiene inmunidad específica para un agente
determinado que al ponerse en contacto con él puede desarrollar la enfermedad.
Los factores de riesgo son características que se asocian con la aparición de enfermedad o
determinado hecho en salud. No todas las personas con el factor de riesgo presentarán la
enfermedad y no todas las personas que carecen del factor estarán libres de la enfermedad. En
poblaciones con determinado factor de riesgo se verá con mayor frecuencia la enfermedad que
en poblaciones sin éste. Cuando el factor se asocia a menor frecuencia de enfermedad en quienes
lo tienen se denomina “factor protector”.
Factores del huésped: Se trata de factores muy importantes para las IAAS, sin embargo, muchas
de ellas no son modificables. Ejemplo:
▪ Edad extrema de la vida (RN y ancianos)
▪ Sexo
▪ Inmunosupresión
▪ Enfermedades crónicas debilitantes
▪ Enfermedades graves
Factores del ambiente: Se trata de factores que, si bien son muy modificables, tienen escasa
asociación con la aparición de infecciones. Ejemplos:
▪ Aire de pabellones y unidades de pacientes con trasplante de médula.
▪ Agua: en hemodiálisis, circuitos de apoyo ventilatorio.
▪ Superficie: fómites, espacios donde los agentes viven un tiempo determinado en ellos.
Clostridium dificile, virus sincisial respiratorio, legionella, entre otros.
A lo anterior se debe agregar que hay factores relacionados con la biología, virulencia y
patogenicidad de los agentes etiológicos específicos, que se relacionan con su capacidad de
producir infección con bajas dosis, capacidad de generar factores de adherencia a los catéteres,
entre otros.
La esterilización es el proceso por el cual se elimina toda forma de vida de un artículo, instrumento
o insumo de uso en la atención clínica. Una importante proporción de los procedimientos clínicos
requieren acceder a tejidos o cavidades normalmente estériles del organismo. A fines de prevenir
infecciones, estos procedimientos deben ser siempre realizados con material estéril. La
esterilización se distingue de la desinfección en que esta última no elimina necesariamente todos
los agentes microbianos.
Recapitulando, se tiene que en la práctica clínica muchos procedimientos con fines diagnósticos o
terapéuticos involucran contacto de instrumentos e insumos con mucosas o cavidades
normalmente estériles de los pacientes. En cada uno de los procedimientos realizados, existe la
posibilidad de introducir agentes microbianos en tejidos en los cuales estos no están normalmente
presentes, generando colonizaciones e infecciones o IAAS.
Dada la amplia gama de insumos, artículos y equipos que pueden usarse y con el fin de simplificar
la decisión sobre el nivel de eliminación de microorganismos, la clasificación más usada está
relacionada con el riesgo real o potencial de producir infección. La clasificación de Spaulding
responde de manera más cercana con la complejidad de la atención actual, aun cuando el diseño
y otras características hacen que no sea exactamente la más apropiada. Se aplica basándose en la
racionalidad de lo que se puede lograr. En términos generales se cumple en la mayoría de los
artículos de uso actualmente.
Los distintos tipos de microorganismos se han clasificado para estos fines de acuerdo a su
resistencia a los métodos de eliminación. De mayor a menor resistencia los clasificamos en:
A. Priones
B. Esporas bacterianas
C. Mycobacterium tuberculosis
D. Esporas de hongos
E. Virus pequeños
F. Hongos formas vegetativas
G. Bacterias vegetativas
H. Virus medianos
Proceso de Esterilización
Agentes para la limpieza: La elección de agentes de limpieza tiene varias consideraciones. Los
agentes químicos deben ser compatibles con el dispositivo que se limpiará, como con los
materiales utilizados; y no deben producir corrosión ni otro tipo de deterioro. El uso de
temperaturas del agua por debajo de los 60ºC previene la coagulación de las proteínas adheridas.
La limpieza puede hacerse manualmente, mecánicamente o mediante la combinación de ambos
métodos. Todos los dispositivos deberían poder limpiarse manualmente. Si bien la limpieza
manual es necesaria para algunos dispositivos costosos y delicados, la mayoría se pueden realizar
en algún tipo de lavadora automática.
Cada método de esterilización tiene varios requerimientos necesarios, algunos de los más
importantes son: tiempo de exposición, temperatura, presión, humedad, concentración del
agente en caso que se usen agentes químicos. Los equipos en que se procesan deben cumplir con
las condiciones técnicas de funcionamiento y controles que aseguren que los parámetros
correspondientes se hayan alcanzado en cada ciclo en forma satisfactoria. Los métodos más
usados en la práctica clínica son el calor húmedo, calor seco, óxido de etileno, formaldehído y
peróxido de hidrógeno.
Almacenamiento: Una vez que los instrumentos se retiran del esterilizador o procesador, se
completa la documentación del sistema de calidad y se almacenan de manera de mantener la
integridad del empaque y el nivel de esterilidad de los instrumentos antes de utilizarlos.
Distribución de material estéril: Los artículos procesados para el fin de usarlos se retiran del
almacenamiento y se verifica que el indicador químico externo haya alcanzado el punto final y
luego se envía para su utilización a las áreas de trabajo clínico.
• Los indicadores químicos son dispositivos que cambian de color o de otra característica
visible cuando se exponen a una o más variables críticas del proceso, por ejemplo:
temperatura. Tienen por objetivo la monitorización rutinaria de los procesos de
esterilización. Existen indicadores químicos que son cintas adhesivas de papel especial o
que se encuentran dentro de un paquete. Una gran ventaja de este tipo de indicadores es
que se encuentran en condiciones de ser interpretados inmediatamente después de haber
terminado el proceso de esterilización.
• Test de Bowie-Dick: Es una prueba de rendimiento del equipo que evalúa la eficiencia del
vacío para el ciclo de las autoclaves de vapor. El vacío es indispensable para eliminar el aire
de la cámara y facilitar que la entrada de vapor a la carga se realice en forma rápida,
homogénea y previsible. La prueba consiste en evacuar la cámara esterilizadora hasta
lograr el vacío requerido que es verificado en una hoja de prueba con indicadores químicos
que deben cambiar de color en forma uniforme.
Los indicadores biológicos se utilizan para certificar la muerte de microorganismos una vez
terminado el proceso. Se consideran el medio definitivo para confirmar la esterilización de una
carga de materiales. Estos indicadores emplean esporas de agentes muy termorresistentes, por
ejemplo: Bacillus stearothermophilus como indicador de esterilización por vapor saturado a
presión, plasma de peróxido de hidrógeno y formaldehído; esporas de Bacillus athrofens para la
esterilización por calor seco y óxido de etileno. En caso que el indicador biológico demuestre que
hubo desarrollo microbiano, el material procesado en el equipo esterilizador será retirado del
uso y debe reprocesarse.
Proceso de Desinfección
Las etapas del proceso de desinfección contienen casi las mismas etapas de la esterilización:
descontaminación, lavado, desinfección, almacenamiento y distribución. La desinfección
química se puede lograr ya sea sumergiendo manualmente los dispositivos limpios en un
recipiente con líquido o utilizando equipos automatizados.
Los desinfectantes químicos comúnmente utilizados contienen agentes biocidas (por separado o
en combinación). Glutaraldehído, compuestos de cloruro, fenoles, compuestos de amonio
cuaternario, orthotialaldehído y peróxido de hidrógeno son todos ejemplos de desinfectantes
químicos de uso común en instituciones dedicadas al cuidado de la salud. Debido a sus
propiedades tóxicas, estos químicos están reglamentados en Chile por el MINSAL. Los funcionarios
que ejecutan técnicas con estos desinfectantes deben hacer uso de elementos de protección
personal.
Antisépticos
Compuesto químico utilizado externamente en la piel, para eliminar flora microbiana transitoria
y/o residente según sea su efecto residual o alrededor de heridas para limitar la colonización que
pudiera causar infección. Los antisépticos se utilizan:
• Antes de realizar procedimientos invasivos
• Antes de atender pacientes inmunodeprimidos
• Después de manipular material contaminado
Desinfectantes
Los desinfectantes son sustancias químicas que se utilizan en objetos inanimados o superficies
inertes utilizados para el cuidado de los pacientes, para eliminar microorganismos, excepto
esporas, reduciéndolos a un nivel que no es peligroso para la salud.
7.- HIGIENE DE MANOS
La higiene de manos tiene por objetivo remover la flora transitoria de la piel y reducir la flora
residente de las manos antes del contacto con el paciente y sus equipos, de este modo disminuyen
el riesgo de transmitirle un agente infeccioso a una persona susceptible. Esta es la medida más
importante y económica en la prevención y control de las infecciones intrahospitalarias, sin
embargo, la adhesión del personal de salud no supera el 30-40%.
La introducción del alcohol gel ha sido una de las medidas de mayor impacto en mejorar la
adherencia del personal de salud a la higiene de manos, pues es tan eficiente como el lavado con
agua y jabón. Sin embargo, hay algunas condiciones en que está indicado el lavado con agua y
jabón, tales como:
Lavarse las manos es la primera medida de control de infecciones. Sin embargo, la importancia de
este simple procedimiento no está suficientemente reconocido y valorado entre los profesionales
y técnicos del área salud, por lo que con frecuencia se encuentra poco apego a esta actividad.
La duración apropiada para el lavado de manos corresponde a 40-60 segundos. La técnica correcta
consiste en mojar las manos con abundante agua y aplicar jabón; frotar todas las superficies;
enjuagar las manos y secarse minuciosamente con una toalla descartable; finalmente utilizar la
toalla para cerrar el grifo y desecharla.
Desinfección de manos mediante uso de solución antiséptica de alcohol
La duración del procedimiento debe ser equivalente a 20-30 segundos, y la técnica adecuada
consiste en aplicar suficiente producto de alcohol para que todas las áreas de las manos sean
expuestas durante el proceso de frotado como se ve en las imágenes; finalmente frotar las manos
hasta que se seque.
Metodología para evaluar la eficacia de la higiene de manos
A pesar de existir una variedad de métodos utilizados para evaluar la eficacia de la limpieza, aún
no existen estándares ni pautas que provean una definición de lo que constituye una superficie
ambiental limpia.
Actualmente, se utiliza la inspección visual para verificar la eficacia de protocolos de limpieza, pero
se demostró que este método no es eficaz, por lo tanto, las superficies aparentemente limpias a
la vista aún pueden albergar niveles significativamente altos de contaminación.
De esta forma nace la bioluminiscencia como una forma de medición rápida de los residuos
orgánicos sobre una superficie, mediante la cuantificación de cantidad de ATP (adenosín
trifosfato) expresada en URL (unidades relativas de luz), correspondiente a una emisión luminosa
directamente proporcional a la cantidad de ATP presente en la superficie.
Conceptos de bioluminiscencia
El ATP está presente en todas las células vivas y es la molécula que brinda energía para el
metabolismo celular. Por consecuencia, está presente en todos los residuos orgánicos, por
ejemplo, ruidos corporales, células de la piel, microorganismos, etc. Por tanto, el ATP constituye
un excelente marcador o indicador de contaminación orgánica o de fuentes biológicas.
Los sistemas de bioluminiscencia están basados en las mediciones de los niveles de ATP en la
superficie.
Para la toma de muestra se utiliza un hisopo pre-humedecido con una sustancia catiónica, la cual
facilita la obtención de residuos de suciedad y de ATP procedente de células intactas. Una vez
tomada la muestra, el hisopo con el ATP recogido se pone en contacto con la enzima (luciferina-
luciferasa). La enzima reacciona con cualquier residuo de ATP que quede sobre la cabeza del
hisopo, emitiendo una luz. La intensidad de la luz es proporcional a la cantidad de ATP, y, por
tanto, al grado de contaminación existente. El resultado es entregado en Unidades Relativas de
Luz (URL).
• Entrega una oportunidad para monitorear y mejorar los procesos del control de higiene en
el sector hospitalario: higiene de manos, monitoreo de lavado de instrumental quirúrgico,
lavado de endoscopios y servicios de alimentación.
• Permite demostrar el cumplimiento con las normas de higiene.
• Aumenta la probabilidad de lograr las metas de control de infecciones, y por ende IAAS.
• Mejora la confianza del paciente, respecto a la higiene existente en todos los equipos y
materiales que entran en contacto con él (equipos médicos, cama, etc.).
Los valores de estudios comparativos publicados en la literatura revisada por expertos pueden
definir un punto inicial contra el que uno puede medir el rendimiento de la limpieza.
BIBLIOGRAFÍA