2023 Buzai Ruiz Historia SIG IBA

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Una historia, dos lugares. El inicio de los Sistemas de Información Geográfica


en Iberoamérica desde Buenos Aires y Barcelona (1988-1998)

Book · March 2023

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2 authors:

Gustavo D. Buzai Ernest Ruiz-Almar


Universidad Nacional de Luján Area Metropolitana de Barcelona - Metropolitan Area of Barcelona
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UNA HISTORIA, DOS LUGARES

El inicio de los Sistemas de Información


Geográfica en Iberoamérica
desde Buenos Aires y Barcelona
(1988-1998)

Gustavo D. Buzai – Ernest Ruiz Almar

Buenos Aires - Argentina


2023
Fecha de catalogación: 2023
Instituto de Investigaciones Geográficas (INIGEO)
Universidad Nacional de Luján
[email protected]
INIGEO Luján:
Ruta Nacional N° 5 y Av. Constitución
(6700) Luján, Argentina
Tel: +54-2323-423979 / 423171 / 420156 / 423677
INIGEO Buenos Aires:
Ecuador 871
(1214) Buenos Aires, Argentina
Tel: +54-11-49627026 / 49627045
Hecho el depósito que marca la ley 11.723
Licencia Creative Commons

Ilustraciones de los autores: Ricardo Baxendale


Primera Edición
Editado en Argentina

© INIGEO, 2023.

Esta obra se encuentra bajo licencia Creative Commons.


Reconocimiento-NoComercial 4.0. Internacional. Reconocimiento – Permite copiar,
distribuir, exhibir y representar la obra y hacer obras derivadas siempre y cuando
reconozca y cite al autor original. No Comercial – Esta obra no puede ser utilizada con fines
comerciales, a menos que se obtenga el permiso.
UNA HISTORIA, DOS LUGARES
El inicio de los Sistemas de Información
Geográfica en Iberoamérica
desde Buenos Aires y Barcelona
(1988-1998)

Gustavo D. Buzai – Ernest Ruiz Almar

INTRODUCCIÓN 5
Hacia el libro Una historia, dos lugares 7

UNA HISTORIA, DOS LUGARES 13


Gustavo D. Buzai – Lugar # 1 Buenos Aires, Argentina Ernest 15
Ruiz Almar – Lugar # 2 Barcelona, España 67

LÍNEAS DE TIEMPO 116


Síntesis de trayectorias académicas en el período 116

EVOLUCIÓN 119
Geotecnósfera. Tecnologías de la Información Geográfica en el 121
contexto global del sistema mundo
Gustavo D. Buzai y Ernest Ruiz

PALABRAS FINALES 153


Introducción

5
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

Hacia el libro Una historia, dos lugares

Fuimos muy afortunados. Siendo estudiantes de la carrera


de Geografía tuvimos un inicial interés por una perspectiva
científica de la disciplina, una visión basada en el análisis
espacial… y, un día, conocimos los Sistemas de Información
Geográfica (SIG), inicialmente por referencia bibliográfica y al
poco tiempo en la acción.
Si bien los libros informan que el primer SIG fue puesto en
funcionamiento en Canadá en 1964, en la segunda mitad de la
década de 1980 llegaban a nuestros países junto a las primeras
computadoras personales y allí estuvimos, en el espacio-tiempo
preciso para comenzar a entenderlos de forma autodidacta
intuyendo que serían importantes para nuestros recorridos
académicos.
No sabíamos en aquel momento que seríamos
protagonistas del inicio de una historia, la de los primeros pasos
académicos de los SIG en Iberoamérica y, menos aún, que
después de más de 30 años podríamos llegar a escribir un libro
como este, en el cual nuestras experiencias, dentro de esa historia,
relacionaban dos lugares extremos de Iberoamérica: Buenos Aires
y Barcelona. El comienzo, iniciado en 1988, incluyó hitos
históricos trascendentales, como los primeros años de restitución
democrática en muchos países de América Latina hasta la caída
del Muro de Berlín en Europa… en esta transición socio-cultural
la Geografía comenzaba a verse diferente.
Resulta claro que el status-quo universitario se mostró
reticente al cambio, unos por conservadores y otros por críticos,
mostraban en sus posturas extremas cierto dogmatismo que les
impidió ver la realidad que se apoyaba cada vez más en el
desarrollo de las tecnologías digitales.

7
Una historia, dos lugares

En este contexto desarrollamos nuestras tareas, ubicados


en el paradigma de la Geografía Cuantitativa, el cual nos daba la
idea de que algo bueno y concreto llegaría para el reconocimiento
científico de la disciplina y, con ello, tener la posibilidad de
obtener respuestas para ayudar a resolver diferentes
problemáticas espaciales de la sociedad. Fue así como hacia el año
1998, habiendo finalizado la década inicial, comenzamos a ver con
claridad un nuevo período de la Geografía Aplicada basado en los
SIG.
Nos conocimos personalmente en Barcelona el 9 de
diciembre de 2008, el día previo a la realización del segundo día
de conferencias que la Universidad de Barcelona (UB) realizaba
con motivo del Día Internacional del SIG. Nuestra primera charla
fue en el trayecto que mediaba entre la estación del tren de alta
velocidad que venía desde Madrid y el hotel en el barrio del Raval.
La invitación, impulsada por Mercedes Marín, Carles Carreras y
Josep Maria Rabella, había sido formulada para que Gustavo
Buzai desarrollase la conferencia La geotecnologia: Nou paradigma
de la Geografia o paradigma geogràfic de la ciència? basada en el libro
Geografía Global y, hacía poco más de un año, había publicado
con Claudia Baxendale lo que sería llamado en la comunidad SIG
de Argentina “el libro verde” que correspondía a la primera
edición de Análisis Socioespacial con Sistemas de Información
Geográfica.
Ese año, 2008, ya llevábamos dos décadas trabajando en la
relación de la Geografía con los SIG y teníamos mucho que contar.

8
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

Figura 1. Afiche del Día Mundial del SIG (Barcelona, 2008)

Figura 2. Mesa de apertura del Día Mundial del SIG


(10 de Diciembre de 2008)

Integrantes (de izquierda a derecha): Ernest Ruiz Almar, Josep Serra Batiste,
Josep Maria Rabella, Xavier Pons Fernández, Joan Nunes Alonso, Joaquín
Bosque Sendra, Gustavo D. Buzai y Claudia Baxendale.

Con posterioridad al evento fuimos a almorzar a Rambla


111 y allí comenzamos una conversación que hoy en día continúa.
En lo que serían las 36 horas siguientes, entre el Barrio Gótico y

9
Una historia, dos lugares

Montjuic realizaríamos muchos kilómetros de recorridos en los


cuales hablamos como si nos conociéramos de toda la vida. Las 36
horas parecieron 36 minutos y las comunicaciones siguieron por
correo electrónico. En ese momento comenzamos a ver ciertas
coincidencias en nuestras carreras, aunque estas fueron
secundarias, ya que nuestros análisis principales fueron sobre
aspectos paradigmáticos.
Dos años después, entre el 1 y 4 de Diciembre de 2010,
ambos fuimos invitados como conferencistas al II Simpósico
Internacional Caminhos atuais da Cartografía na Geografía
organizado por Reinaldo Pérez Machado en la Universidade de
São Paulo (Brasil) y allí compartimos una semana para continuar
con nuestras conversaciones.
Podemos decir que este libro comenzó a delinearse en las
alturas, cuando Violeta Saldanha Kubrusly nos llevó a la cima del
Edificio Martinelli, primer rascacielos de São Pablo con 105
metros y al día siguiente fuimos a almorzar al Edificio Italia con su
balcón a los 168 metros. La realidad siempre aparece con mayor
simplicidad cuando se ve desde lo alto y allí comenzó a delinearse
la idea de escribir un trabajo de actualización temática en co-
autoría que después de finalizarlo sería publicado en la revista
Anekumene de Colombia dos años más tarde. También en esas
charlas surgió el germen de combinar los relatos de nuestros
recorridos académicos, aunque aún no pensábamos en el formato
y su alcance. Pero el proyecto de publicación, aún incierto, había
surgido.
Nuestras experiencias mostraban que habíamos sido
protagonistas de la primera etapa del SIG en Iberoamérica y esto
sería interesante contar para que lo conozcan los jóvenes
geógrafos usuarios de un SIG que, en la actualidad, utilizan
inmediatamente una tecnología madura.

10
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

Verán que nuestro inicio fue muy trabajoso, como el


explorador que tiene que abrir su camino en la jungla provisto
de un machete, y podrán evaluar que nuestros iniciales libros se
encuentran muy desactualizados, pero todo eso es parte de los
primeros pasos de un recorrido que hoy llega a la Neogeografía
y a la geotecnósfera.
Cuando comenzamos a transitar esos nuevos caminos
teníamos la intuición de que estábamos ingresando en un nuevo
mundo... hoy sabemos que estamos en un nuevo mundo.
Esperamos que lo que recordamos y tenemos para contarles les
resulte de interés, es lo que iniciamos académicamente hace tres
décadas, dos jóvenes estudiantes de Geografía y noveles
profesores en dos lugares de Iberoamérica insertos en una misma
historia que resultó fascinante.

11
Una historia, dos lugares

13
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

GUSTAVO D. BUZAI, Lugar # 1 Buenos Aires, Argentina

Los Sistemas de Información Geográfica (SIG) hicieron su


aparición en el ámbito académico argentino en el año 1988 y desde
ese momento hasta hoy experimentaron notables avances en sus
capacidades técnico-metodológicas. La acelerada evolución del
desarrollo informático nos mostró la primera década del SIG en
Argentina con un inicio en las PC de escritorio con sistema
operativo DOS (Disk Operating System) para el uso de SIG raster
representando la cartografía en monitores monocromáticos hasta
llegar a la difusión generalizada de las notebooks con Windows 98,
sistemas vectoriales flexibles y las iniciales conexiones de Internet
que ponían muchos avances de la Geografía profesional al alcance
de todos.
El hecho de encontrarme desarrollando tareas técnicas de
análisis espacial en una de las unidades académicas que recibió la
nueva tecnología y estar cursando la carrera de Geografía con
central interés en la Geografía Cuantitativa generó una
confluencia que me permitió participar del proceso de evolución
tecnológica pasando por diferentes generaciones de usuarios y
trabajar en la construcción del marco teórico que permita una
mayor amplitud que la que brindaba su enfoque estrictamente
tecnológico. Esta era la mirada que se privilegiaba en el ámbito
corporativo y en gran parte de la comunidad geográfica a partir
del posicionamiento paradigmático dominante que se apartaba
del análisis espacial cuantitativo.
En este recorrido participé del trabajo concreto para el
análisis de problemáticas socioespaciales y ambientales
abarcando temas urbanos, regionales, demográficos y de
Ecología del Paisaje. Los desplazamientos pendulares en grandes
regiones urbanas, la pérdida de suelos productivos por el
crecimiento de la aglomeración, la aplicación de metodologías

15
Una historia, dos lugares

para la obtención de sitios candidatos de localización, la


obtención de regionalizaciones ambientales por modelado
cartográfico o de regiones socio-habitacionales mediante el
tratamiento estadístico de la matriz geográfica son algunos
ejemplos de las líneas de abordaje. Sin dudas, estas aplicaciones
resultaron ser la base empírica para dar sustento a la realización
del análisis en un mayor nivel de profundidad al ingresar en sus
fundamentos conceptuales.
El recorrido, pudo haber sido realizado desde la praxis a la
teoría o de forma inversa, en realidad, las técnicas, las
metodologías y los aspectos teóricos transitaron de forma
conjunta. El programa de investigación que había trazado desde
inicio consideraba tres componentes para aportar a la
construcción del marco teórico que ubicara a los SIG en su
posición de base para la ampliación del período de ciencia normal
de la Geografía Cuantitativa hasta finales del siglo veinte y, quizá,
con mayor prolongación.
Desde las hojas de calcar, las reglas y compases que
empezábamos a dejar de utilizar a finales de los ´80 hasta la
Geografía Global que surgió a finales de los ´90 a partir de mi
investigación doctoral, asistimos a una rápida evolución que
presentaré en los siguientes puntos con base en la experiencia
académica personal. El camino que iba por la Geografía
Cuantitativa, la Geografía Automatizada y la Geografía Global
comenzaba a generar el mayor impacto social que podía verse en
la historia de nuestra ciencia.

FADU-UBA, 1988-1990
Estos primeros años corresponden al inicio de la aparición
generalizada de las computadoras personales (PC, Personal
Computer). Las instituciones de educación superior comenzaban a
destinar espacios para la creación de las primeras salas de

16
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

computación de uso general y laboratorios de informática para


tareas específicas. La Facultad de Arquitectura, Diseño y
Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires (FADU-UBA) fue
pionera en estas implementaciones durante la segunda mitad de
la década de 1980.
En 1988, en ese contexto, luego de colaborar dos años ad-
honorem, comencé a desempeñar tareas como personal de apoyo
del Consejo Nacional de Investigaciones Científica y Técnicas
(CONICET) con lugar de trabajo en el Programa Hábitat
(PROHAB, FADU-UBA) bajo la dirección del Arq. Horacio A.
Torres. Esta actividad la realizaba mientras cursaba de la carrera
de Geografía en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad
de Buenos Aires (FFyL-UBA) y, en un primer momento, estaba
abocada a la sistematización de bases de datos geográficas a partir
de tabulaciones especiales del Censo Nacional de Población y
Viviendas 1980 suministradas por el Instituto Nacional de
Estadística y Censos (INDEC).
Los datos estaban impresos en formato de difícil
comprensión en largas sábanas de papel continuo, por lo cual
resultaba necesario poner mucha atención en la tarea de
extracción numérica para organizarlas en otro sistema. Nos
encontrábamos en un momento en el que había muy poca
compatibilidad entre programas computacionales y pasar los
datos de uno a otro muchas veces implicaba realizar un trabajo
que ya se había hecho.
La investigación en curso centraba su estudio en el viaje al
trabajo en el Gran Buenos Aires según 17 categorías
ocupacionales definidas por el INDEC. Modelaba el espacio
funcional mediante diferentes grosores en las líneas que
representaban los flujos de desplazamientos entre unidades
espaciales simplificadas por los centroides de los municipios. Se
analizaban los movimientos pendulares, una temática que en el
campo de la Geografía Urbana de nuestro país contaba con el

17
Una historia, dos lugares

notable trabajo empírico de Rey Balmaceda (1964) realizado casi


dos décadas antes, el cual se presentaba como una referencia
fundamental a pesar de que la aproximación cuantitativa
resultaba ser claramente superadora.
Trabajaba con una computadora Apple IIe en la oficina del
PROHAB y con computadoras IBM PC Compatibles en la sala de
computación, ambos lugares en la FADU-UBA, en el cuarto piso
del pabellón III de Ciudad Universitaria. Las máquinas iniciaban
su funcionamiento con la lectura del sistema operativo a partir de
introducir un diske e de 5¼ y los resultados logrados aparecían
representados en monitores monocromáticos en el que todo se
representaba en color ámbar sobre un fondo negro. Solo una
máquina de la institución tenía monitor color, una Macintosh II
utilizada en una oficina específica y se destinaba a tareas de
diseño por su excelente capacidad gráfica.

Figura 1. Libro Aplicaciones de la informática a la Geografía y


las Ciencias Sociales (Síntesis, Madrid, 1988)

Primer libro que leímos en Argentina, en castellano, que incluía la temática “Sistemas
de Información Geográfica”, Incorporada en un capítulo escrito por Juan A. Cebrián.

18
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

Había pasado un año de la realización de la I Conferencia


Latinoamericana de Informática en Geografía en San José de Costa
Rica a partir de la cual los países del continente comenzaban a
recibir las primeras donaciones de software SIG (Buzai y Robinson,
2022). En Argentina los primeros SIG llegaron a tres
universidades nacionales: Buenos Aires (UBA), Cuyo (UNCuyo)
y Tucumán (UNT).
Aunque el lugar principal de implementación estaría en la
Geografía, los SIG recibidos en la UBA fueron instalados en el
ámbito de los arquitectos, simplemente porque la FADU-UBA
tenía el equipamiento necesario. Los sistemas fueron OSU MAP-
for-the-PC 2.0 (OSUMAP) de The Ohio State University y PC
ARC/INFO 3.2.1 (ARC/INFO) de Environmental Systems Research
Institute (ESRI), empresa que tenía a Aeroterra S.A. de Buenos
Aires como representante para Argentina y Uruguay.
OSUMAP fue desarrollado en The Ohio State University
(OSU), bajo la dirección del Dr. Duane Marble, a partir de Map
Analysis Package (MAP) realizado por Tomlin (1983) en su tesis
doctoral en Yale University. Se distribuía gratuitamente para un
uso académico y me dio la posibilidad de comenzar a
experimentar empíricamente el álgebra de mapas, un avance
conceptual que permitía, a través de cálculos matemáticos
simples, realizar superposiciones cualitativas equivalentes a las
resoluciones geométricas obtenidas cuando se superponen
mapas en papel con una luz de fondo. Recuerdo su línea de
comandos donde titilaba el cursor a la espera de que en una línea
en el pie de la pantalla se escribiera una orden que parecía ser una
clave secreta, poner MULT_M1_W_M2_F_NL (Multiply Map1
With Map2 For New Layer) permitía generar una solución
equivalente a la intersección geométrica ante la superposición de
dos mapas booleanos (mapas raster con clases 0 y 1).
ARC/INFO nos brindó la posibilidad de trabajar con la
computadora más potente del laboratorio, la única que tenía un

19
Una historia, dos lugares

disco rígido de 80 MB y arranque directo, aunque su monitor


seguía siendo monocromático, pero de la gama llamada fósforo
blanco. Esta máquina, que tenía tableta digitalizadora de 12¨x18¨ y
plo er A0, era utilizada por el Centro de Información
Metropolitana (CIM), unidad académica dirigida por la Arq.
María Adela Igarzabal de Nistal y que había comenzado a
digitalizar el catastro de San Isidro (Municipio del Gran Buenos
Aires) como trabajo inicial. Una vez por semana, los días viernes,
esta máquina la cedían para ser utilizada por nuestra unidad
académica.
Durante cuatro días de la semana, mediante el uso de
OSUMAP en una IBM PC Compatible trabajaba en las capas
temáticas que llevarían a analizar el crecimiento del Gran Buenos
Aires a través del modelado cartográfico en 1869, 1895, 1914, 1947,
1960, 1970 y 1980 realizando bases en papel para su digitalización
con teclado mediante el software MAPENT desarrollado por el
Asian Institute of Technology (AIT, Tailandia), en ellas confluían los
resultados cartográficos logrados en trabajos previos de los
arquitectos urbanistas Horacio Torres (1932-2001), Patricio
Randle (1927-2015) y César Vapñarsky (1929-2003). El sistema
raster me había acercado conceptualmente a la postura
racionalista propuesta por Hartshorne (1939) que constituiría un
avance operativo de la Geografía Regional a partir de la
construcción areal cualitativa en la definición de regiones
geográficas formales (Rey Balmaceda, 1973) y, en este caso
específico, las capas temáticas se apoyaban en la línea del tiempo
analizando el cambio entre siete configuraciones espaciales de
diferentes presentes.
Un día por semana, cuatro días por mes, mediante el uso
de ARC/INFO, pude avanzar en la digitalización de polígonos
urbanos que permitirían la actualización del mapa social de
Buenos Aires hacia el año 1980. Tomé contacto con el uso de un
SIG vectorial desde la digitalización de la base cartográfica con

20
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

tableta digitalizadora hasta la realización de cartografía temática


mediante variaciones del grano, realizando estas representaciones
a partir de considerar las variables visuales analizadas por Bertin
(1988). El trabajo iba transcurriendo en etapas por los diferentes
sub-sistemas del sistema y fui transitando, de manera empírica,
por la definición académica de SIG propuesta por Burrough
(1986) que lo presenta como un sistema computacional para el
ingreso, almacenamiento, tratamiento y reporte de datos espaciales.
Quiero reconocer en esos años el vínculo académico con la
Arq. María Adela Igarzabal de Nistal en el intento mutuo de ir
comprendiendo esta novedosa tecnología en los primeros
momentos y a Claudio Miyadaira, un excelente técnico del CIM
que generosamente resolvía muchos problemas informáticos que
sucedían con frecuencia. Recuerdo los avances en Geografía
Cuantitativa realizados junto al compañero geógrafo Lic. Darío C.
Sánchez (1960-2018) y las muy buenas orientaciones en materia de
investigación recibidas por el historiador Prof. Rodolfo Giunta y
el Arq. Carlos Fabricante.
En 1988, el Dr. Amandio Luiz de Almeida Teixeira de la
Universidade Estadual Paulista (UNESP), Brasil, dictó dos cursos
sobre SIG en Argentina. El primero en la Universidad Nacional de
Cuyo (UNCuyo) realizado en el marco del convenio firmado
entre el Instituto de Geociencias de la Universidade Estadual
Paulista (UNESP, Campus de Rio Claro) y el Instituto de
Geografía de la UNCuyo, de aquí surge el primer libro de SIG
publicado en nuestro país (Teixeira y Gray de Cerdán, 1990), un
material que presenta las posibilidades de trabajo del sistema
GEO-INF con base en la tesis doctoral de Teixeira (1987) como
complemento de análisis estadístico de Map Analysis Package
(Tomlin, 1983). El segundo curso fue dictado en la Universidad
Nacional de Luján (UNLu) como contenido del Taller de Sistemas
de Información Geográfica organizado por la División Geografía en
el que también dictó un curso el Dr. Juan A. Cebrián del Consejo

21
Una historia, dos lugares

Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de Madrid, España.


Como cursante del taller, agradezco al Dr. Cebrián por el
encuentro que tuvimos en el cual conversamos en profundidad
sobre mi proyecto de tesis de licenciatura que en esos momentos
iniciaba para finalizar una de las carreras de grado. Cabe destacar
que el primer libro que leímos en castellano sobre aplicaciones
computacionales en Geografía incorporaba el capítulo Sistemas de
Información Geográfica de su autoría.
El taller fue principalmente práctico mediante el uso de
OSUMAP. En las diferentes aplicaciones compartí computadora
con el Dr. José M. Sayago del Instituto Lillo de la UNT (Tucumán)
y el Lic. Julio A. Uboldi (1952-2022) del Departamento de
Geografía y Turismo de la UNS (Bahía Blanca), con quien
continuaría una larga amistad y cooperación académica en el
ámbito de las geotecnologías.
Figura 2. Libro GEO-INF+MAP (Universidad Nacional de
Cuyo, Mendoza, 1990)

Primer libro sobre SIG publicado en Argentina, presenta el software GEO-INF


desarrollado por Amandio Luiz de Almeida Teixeira como aporte técnico y su
coautora Nelly A. Gray de Cerdan incluye aspectos conceptuales de las
posibilidades de aplicación al análisis regional de la Provincia de Mendoza

22
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

Ese mismo año, un hito de importancia en la FADU-UBA


fue la puesta en funcionamiento del Centro de Creación Asistida
por Ordenador (Centro CAO) en el marco de un convenio con la
Ecole Polytechnique Federale de Lausane a través del Proyecto LAND
5 del ICSC World Laboratory (IWL). Agradezco al Arq. Arturo
Montagú haberme invitado a participar de las actividades
iniciales del centro de la cual destaco las explicaciones del
profesor Georges Abou-Jaoude con motivo de la presentación de
software para el diseño de volúmenes y diagramas 3D me
introdujeron en los modelos de interpolación espacial y me
brindaron la posibilidad de pensar por primera vez en aspectos de
la Geoestadística, un término acuñado dos décadas atrás por
Matheron (1962). En ese momento el libro de Ebdon (1983)
comenzaba a ocupar un lugar de centralidad en mis intereses
temáticos.
En 1989, como estudiante de la FFyL-UBA, con el Lic.
Darío C. Sánchez y mi compañero estudiante Oscar Olivares
creamos como proyecto independiente la revista Análisis
Geográfico (ISSN 0328-2163), una iniciativa particular que
realizamos para mostrar la utilidad de la Geografía Cuantitativa y
con ello divulgar los trabajos de aplicación que estábamos
realizando las únicas tres personas que nos identificábamos con
esta postura paradigmática en ese ámbito. A través de la
perspectiva geoestadística pude avanzar en la realización de un
estudio original que publiqué en el segundo número (Buzai, 1989)
vinculando la perspectiva gravitacional en la evaluación de la
localización de la ciudad de Viedma como nueva capital de
nuestro país considerando el proyecto presentado por el gobierno
del Dr. Raúl Alfonsín y que estaba presente en la opinión pública
desde 1986. El centro medio simple se aproximaba a Río Cuarto
(Córdoba), el centro medio ponderado hacia Pergamino (Buenos
Aires) y la medición con ponderación inversa (1/P, siendo
P=Población) llevaba el punto hacia Comodoro Rivadavia
(Chubut).

23
Una historia, dos lugares

El período de tres años de trabajo en la FADU-UBA me


resultó fundamental como base de las actividades académicas
posteriores. Las tareas realizadas como técnico me habían puesto
en una posición privilegiada en los primeros momentos del SIG
en nuestro país al trabajar tempranamente y con vocación con los
dos primeros sistemas que ingresaron como transferencia
tecnológica desde Estados Unidos. Las tareas realizadas en un
ámbito académico de arquitectos dedicados al urbanismo
generaban resultados concretos, los que eran difíciles de obtener a
partir de los contenidos estudiados en la carrera de Geografía en
la FFyL-UBA por las evidentes limitaciones prácticas que
demostraba el paradigma de la Geografía Crítica en el cual se
apoyaban muchas de las materias.
En este contexto, mis intereses prácticos en el marco de la
Geografía Cuantitativa y la ciencia aplicada los desarrollaba de
manera concreta en la FADU-UBA, algunas materias de la FFyL-
UBA me proporcionaron conocimientos que me resultaban útiles
para su aplicación, en el área de las técnicas puedo nombrar
matemáticas (Ing. Nicolás Pa eta, Héctor J.E. Penna), cartografía
temática (Ing.Agr. Jorge N. Guinsburg) y en el área humanístico-
social, particularmente los estudios urbanos (Dr. César
Vapñarsky), regionales (Dr. Raúl C. Rey Balmaceda),
económicos (Lic. Roberto Benítez), sociales (Dra. Marta I.
Kollmann) y poblacionales (Dr. Alfredo La es). Algunos
destacados docentes auxiliares, como las licenciadas Mónica
Arroyo y Alicia Lindón, ubicadas conceptualmente en
diferentes paradigmas mostraron mucha generosidad
intelectual mediante diálogos académicos con críticas
constructivas que fueron útiles para demarcar mi postura.
Finalmente respecto de la aplicación del análisis multivariado
para el modelado espacial contaría con el apoyo de los
licenciados Ricardo Gómez Insausti y Darío C. Sánchez, ambos
investigadores de CONICET vinculados a la Sociedad
Argentina de Estudios Geográficos (GAEA).

24
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

El camino intermedio entre dos instituciones que veían el


desarrollo tecnológico de diferente manera me permitió
comprobar la utilidad de la Geografía Cuantitativa y de allí los
SIG, una tecnología con importante contenido teórico.Los SIG no
podían negarse, aunque los ámbitos académicos, en general, lo
disminuían. Tanto en la FADU-UBA como en la FFyL-UBA los
consideraban básicamente una herramienta tecnológica. En la
primera, de forma genuina, pasaba a integrar el conjunto de
herramientas de diseño, en este caso el diseño de mapas y en la
segunda se lo veía como parte de un nuevo desarrollo del sistema
capitalista en la transferencia tecnológica y cultural desde los
países centrales hacia la periferia, donde no podían dejar de
participar las empresas multinacionales. Entre estos contextos
comencé a analizar a los SIG como producto de la evolución
histórica de la teoría de la Geografía en el camino evolutivo de las
bases conceptuales presentadas por Schaefer (1953) sintetizadas
desde un punto de vista aplicativo en los métodos locacionales
presentados por Hagge (1965). De esta manera, comenzaba a
avanzar hacia diferentes niveles de profundidad ya que detrás de
las imágenes mostradas en sus monitores se encontraba su
esencia ubicada en el núcleo de la Geografía como ciencia
espacial.
La Geografía Cuantitativa había generado una revolución
científica a mediados de siglo y ahora los SIG prolongaban su
período de ciencia normal hasta finales de los ochenta generando
un auge disciplinario mundial que era inadvertido en la
Geografía de nuestro país; tanto como la caída del Muro de Berlín
que a partir de 1989 comenzaba a estructurar un nuevo mundo
sustentado en el concepto de libertad, aspecto que resultaba
central para el creciente proceso de circulación de la información.
Luego de tener una primera importante experiencia, esta
etapa concluyó con mi desvinculación del cargo técnico. Es cierto
que en 1989 vivimos un contexto nacional muy conflictivo

25
Una historia, dos lugares

(Inflación de 3079% anual, salario de 18 dólares, elecciones


presidenciales anticipadas), pero nada de eso sería determinante
si hubiéramos tenido un clima de trabajo agradable. Comprendí
que era posible que un director se sintiera incómodo ante el
avance intelectual y la creciente autonomía de sus dirigidos.
Sobre finales de 1990 dejamos PROHAB, el Lic. Darío Sánchez con
cambio de lugar de trabajo a PRIGEO-GAEA y a mí me
adjudicaron una beca en el área SIG de IBM Argentina S.A. por
diez meses, lo que me permitiría intentar, de manera incierta, una
transición hacia el futuro.
Me confirmaron el inicio de la beca para el 1 de marzo de
1991 en la cual, los conocimientos adquiridos por tres años en el
ámbito de la FADU-UBA seguirían ampliándose a partir de la
experiencia en una empresa privada multinacional, otro de los
ámbitos de importancia en la evolución y difusión de los SIG.

IBM, 1991
Como había sido definido, inicié la beca de capacitación en
el área de Sistemas de Información Geográfica de IBM Argentina
SA y desarrollé tareas de aplicación en las oficinas de su edificio
en Catalinas Norte en el centro de la ciudad de Buenos Aires. La
oficina se encontraba en uno de los pisos superiores y tenía una
muy buena vista hacia la avenida Leandro N. Alem, pero poco la
pude aprovechar ya que me veía en la necesidad de poner
permanentemente atención al monitor conectado a un IBM PS/2
Server.
Debía estudiar y aplicar el sistema SPANS (Spatial Analysis
System) versión 5, un SIG con una organización de datos quadtree
desarrollado por la empresa Tydac Technologies Inc. de Canadá,
del que nadie me podía explicar demasiado. La beca de
capacitación era en realidad de auto-capacitación al disponer de
todos los elementos técnicos como hardware, software y manuales.

26
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

Fue una muy buena experiencia en el uso de un sistema con


variadas inestabilidades, a tal punto que sus propios creadores
distribuían un boletín que se llamaba Doctor Spans, en el cual iban
informando sobre los problemas técnicos que se iban
solucionando y los que aún persistían.
Durante meses iba estudiando las características
fundamentales de la estructura quadtree con profundidad hasta el
Morton number de sus coordenadas que permitían identificar
celdas de diferentes tamaños ubicadas en una misma
composición (Morton, 1966). Aplicaba las herramientas de su
toolbox en detalle, apuntaba los procedimientos que funcionaban
perfectamente y aquellos que aún necesitaban ajustes. Este era el
objetivo de mi trabajo, probar e informar estas situaciones a fin de
realizar una evaluación completa de sus posibilidades.
Los procedimientos que evaluaba eran utilizados para
orientar las ventas del software al sector público de nuestro país y
cuando me solicitaron realizar demostraciones del sistema actué con
la misma honestidad que la demostrada internamente por el Doctor
Spans. Estas demostraciones se intensificaron hacia la finalización del
período de beca, tanto en la oficina en visitas programadas como la
experiencia de participación en un stand de la empresa en una
exposición informática desarrollada en el hotel Sherathon.
La experiencia de ese año se la debo agradecer a mi
profesor Dr. Claudio Pahn, biólogo y docente de Ecología y
Biogeografía en la FFyL-UBA por avisarme acerca de esta
posibilidad de capacitación que tuve la suerte de ser
adjudicatario, y de este año destaco las ayudas técnicas recibidas
con gran generosidad del informático Lic. Marcelo Dupuy.
Durante el período de beca resultó muy importante conocer en
detalle las experiencias de implementación de SIG por parte del
Lic. Erik Kleijan y los excelentes trabajos de aplicación realizados
por el Ing. Mario Cohen de EMOK.
Mientras tanto, con toda la experiencia acumulada, en

27
Una historia, dos lugares

1991 dicté mi primer curso de SIG fuera de Buenos Aires a partir


de una invitación recibida por parte del Departamento de
Geografía de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT). Esta
capacitación, organizada por la Prof. Dora N.S. Salvatierra de
Desjardins y la Lic. Irene García, se basó en contenidos teórico-
metodológicos de los SIG con trabajos prácticos en OSUMAP. A
partir de estos vínculos comencé a analizar el papel educativo de
los SIG en la Geografía, iniciando la línea didáctica (Buzai y
Desjardins, 1994; Desjardins y Buzai, 1994).
Me encontraba finalizando la tesis de licenciatura en
Geografía con la dirección de la Dra. Marta I. Kollmann, a quien le
estoy muy agradecido porque fue una buena docente,
comprensiva y me permitió transitar esta etapa de la carrera
atenuando la influencia del status quo institucional que, en líneas
generales, tenía poca tolerancia a los abordajes cuantitativos. En
la investigación tuvo una muy valorable participación la Dra.
Helena Kohn Cordeiro (1928-1994) de la UNESP (Campus de Rio
Claro, Brasil) con quien desarrollé sus aspectos centrales a partir
de su experiencia de tesis doctoral estudiando la expansión del
centro de San Pablo (Kohn Cordeiro, 1980). Fue a partir de
iniciales intercambios postales y luego diversos encuentros
realizados en nuestras ciudades. La primera de ellas en Octubre
de 1990 nos encontramos en Buenos Aires al participar del II
Seminario Latinoamericano de Geografía Crítica organizado de forma
conjunta por el Departamento e Instituto de Geografía de la UBA
y el Departamento de Geografía de la USP. Allí presenté el trabajo
El desplazamiento suburbano de los grupos sociales de alto nivel
económico: El caso de Buenos Aires que dos años más tarde sería
publicado en Buzai (1992a) siendo el primer trabajo de Geografía
que abordaba la temática de los country clubs como fenómeno de
expansión urbana y reestructuración del mapa social. La temática
que había llegado a mí de manera informal en reuniones de la
FADU-UBA con perspectiva constructiva y de diseño, aún no
había llegado a los estudios geográficos. Desde hace años, a cada

28
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

uno de mis dirigidos que toca el tema del mapa social del Gran
Buenos Aires, le solicito que consigan algún trabajo geográfico
que tome el tema country clubs previo a 1992 y, hasta ahora, nunca
me trajeron un resultado positivo. Esto es una clara demostración
de que la endogamia académica impide desarrollar una visión
amplia y necesaria que requiere la actividad científica.
Al año siguiente, en 1991, con algunos resultados de
resolución técnica participé de la III Conferencia Iberoamericana de
Sistemas de Información Geográfica realizada en la Pontificia
Universidad Católica de Chile (PUC) (Buzai, 1991). La aplicación
mostraba de qué manera podía aplicar el sistema OSUMAP de
estructura raster para modelar aspectos intraurbanos del CBD
(Central Business District) de Buenos Aires asignando cada celda a
cada manzana en la estructura de damero. No era lo ideal,
aparecía como imaginativo y pensaba que esta adaptación podía
sustentarse en el reciente tema musical Lo atamo´con alambre que
había lanzado ese año Ignacio Copani, aunque pude justificarlo a
partir de la Piedra Roseta de la “generalización conceptual” que me
brindó el Dr. César Vapñarsky durante las conversaciones que
teníamos en la sala de profesores de la FFyL-UBA antes de
dirigirnos a nuestras respectivas aulas, él era profesor titular de
Geografía Urbana y yo docente auxiliar, Ayudante de primera, de
Principios de Computación, asignatura que desarrollaba desde 1990
con excelente relación y complementación con mi colega
geógrafo, Jefe de Trabajos Prácticos, Lic. Osvaldo J. de la Cuétara.
La asignatura SIG no existía en el plan de estudios de la carrera,
pero incorporamos un contenido con OSUMAP junto a los
editores de textos, bases de datos y planillas de cálculo y con la
experiencia docente evaluaba el continuo avance que se podía
comprobar en la compatibilidad de sistemas, lo cual me llevaba
a avanzar en el desarrollo del concepto de Geoinformática que
había sido presentado como campo interdisciplinario por el ITC-
Faculty of Geo-information Science and Earth Observation de
Holanda en los folletos de sus cursos de capacitación.

29
Una historia, dos lugares

En el ámbito de la empresa privada podía analizar el SIG


en base a otra definición, como sistema digital para el análisis y
manipulación de todo tipo de datos geográficos a fin de aportar
información útil para las decisiones territoriales (Tomlinson, 1987).
Desde la Geografía hubiéramos agregado que el objetivo es la
mejora de las condiciones de vida de la población a través de la
dotación de servicios, como lo había visto en Berry (1971), pero en
este caso, de la relación entre la empresa privada y los organismos
públicos, interesaba principalmente su aplicación catastral y, con
ello, la posibilidad de ampliación tributaria. El SIG no podía
resultar muy simpático desde la perspectiva del vínculo entre la
empresa y la gestión política, pero era otra de sus facetas que
merecían ser conocidas en la construcción de una perspectiva que
intentaba ser lo más completa posible.
Surgían con claridad las diferencias entre un objetivo
comercial empresarial o tributario de gestión gubernamental
diferente al que busca la ciencia aplicada a través de sus
desarrollos teórico-metodológicos y que apuntan al logro de
justicia socio-espacial. Particularmente en el caso de los SIG,
pensar esta situación me dio la posibilidad de publicar un artículo
que analizaba la diferencia que podía existir entre el software real
(el que se usaba) y la publicidad ideal (el de los folletos y
demostraciones) (Buzai, 1994a).
En diciembre de 1991 culminaba mi primera carrera de
grado y obtuve el diploma de Profesor de Enseñanza Secundaria,
Normal y Especial en Geografía en la FFyL-UBA con diploma de
honor. Las prácticas de docencia de nivel secundario las hice en el
Colegio Nacional Buenos Aires y el tema que tuve que enseñar
durante varias clases fue “Europa Oriental”. Recuerdo que el 30
de agosto, mientras caminaba por Av. de Mayo para dar una de las
primeras clases por cada puesto de periódicos que pasaba leía en
la tapa del diario Clarín el titular “La Unión Soviética deja de
existir” y ese día tenía que explicar las explotaciones
agropecuarias del Koljós y Sovjós en un país que comenzaría a
30
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

borrarse de los mapas. Esa misma semana decíamos con los


compañeros… durante tantos años nos estuvieron insistiendo
con “la crisis del capitalismo” y ahora que finalizamos la carrera lo
que explota en pedazos es el comunismo!!! Este sería el broche
final de una enseñanza que por ideología intentaba tapar
realidades que finalmente saldrían a la luz. Todo eso brindó
enseñanzas… representó una clara evidencia del realismo
científico, ya que la Geografía mostraba finalmente que, aunque el
discurso o la percepción puedan intentar crear nuestro contexto,
finalmente la realidad se impone.

PRIGEO-GAEA, 1992-1994
Esta etapa se ubica en la mitad de la década analizada y
transcurre cuando inicio la actividad profesional a partir de
contar con mi primer diploma de grado en Geografía y una
experiencia de cuatro años en el uso de SIG compartidos entre los
ámbitos de educación, investigación y el de la empresa privada.
Entre la finalización de la beca y el nuevo ingreso al
CONICET hubo varios meses de diferencia en los que trabajé en la
oficina de informes de la Universidad CAECE (Centro de Altos
Estudios en Ciencias Exactas y Naturales) haciendo horas extras
en el centro de cómputos. Fue un trabajo muy satisfactorio en el
edificio de Av. de Mayo y San José, y siempre estaré agradecido
con mi profesor de la asignatura Análisis Matemático I, Ing. Nicolás
Pa eta, por haberme ofrecido este puesto que fue providencial y
con el cual obtuve nuevos conocimientos, entre ellos, el manejo de
bases de datos en FOXPRO y planillas de cálculo QPRO a partir de
capacitaciones internas.
Al formalizarse el ingreso, tuve que dejar CAECE por
incompatibilidad de cargos y comencé a desempeñar tareas como
personal de apoyo del CONICET en la categoría de Profesional
Asistente con lugar de trabajo en el Programa de Estudios

31
Una historia, dos lugares

Geodemográficos (PRIGEO) con sede en GAEA Sociedad


Argentina de Estudios Geográficos bajo la dirección del Dr. Raúl
C. Rey Balmaceda (1930-1998). El objetivo del componente técnico
consistía en desarrollar tareas en SIG orientadas a la realización
de cartografía temática de variables poblacionales.
Inicié esta etapa con la magnífica invitación del director
para participar con un artículo en Anales de la Sociedad Argentina de
Estudios Geográficos y resultó una excelente posibilidad para
publicar un trabajo conceptual donde presenté por primera vez el
vínculo entre los SIG con la teoría de la Geografía (Buzai, 1992b).
En este escrito menciono que el sistema raster se apoya en la
tradición regional y el sistema vectorial en la tradición
cuantitativa, además de comenzar a señalar la incipiente
integración de software en el comienzo de la construcción del
concepto de Geoinformática. Este artículo fue el primer paso en la
construcción del marco teórico que desarrollé con profundidad
en los siguientes siete años para culminar con el proyecto de
investigación doctoral.
Figura 3. Anales de la Sociedad Argentina de Estudios Geográficos (1992).

Portada del artículo “Geoinformática: Teoría y aplicación” , publicación que


constituye el primer aporte personal al análisis teórico de la temática SIG
incluyendo en el punto 5 la temática “SIG y posturas teóricas en Geografía”

32
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

El CONICET financia en 1991 el Programa Atlas permanente


de la República Argentina (PROATLAS) con la dirección del Arq.
Patricio H. Randle a partir del cual compra equipamiento y
software SIG para la digitalización y actualización de la obra
impresa del Atlas del desarrollo territorial de la Argentina (Randle,
1981). El SIG adquirido fue SPANS para lo cual el año anterior
había sido consultado por miembros de su equipo técnico cuando
desarrollaba la beca en IBM y brindé una apreciación simple y
lógica: El SIG vectorial es el que presenta la mejor aptitud cuando
el objetivo es la producción cartográfica.
Una versión de SPANS para PC fue instalada en GAEA, ya
que PRIGEO colaboraba en temáticas poblacionales con
PROATLAS y, siendo el año 1992 me encontraba nuevamente
frente a una computadora IBM PC con sistema operativo OS/2
para avanzar en el logro de resultados cartográficos. Dicté un
curso de capacitación en el que casi todos los investigadores
participaron, un SIG era una novedad valorada, de todas formas,
al momento del trabajo concreto compartí la tarea con el excelente
cartógrafo Ricardo Kulevicius. A partir de allí sus notables bases
cartográficas realizadas en papel pasaban al formato rígido de la
digitalización en tableta que presentaba la geometría
computacional para su tratamiento digital en ese momento. Mirar
la realidad, pensarla y representarla digitalmente fue un camino
que transitábamos y que me llevó a escribir el traslado entre
modelos hacia un mayor nivel de simplificación (Buzai, 1994b).
En la segunda mitad de 1992, el 22 de setiembre, defendí la
tesis Características y evolución espacial de los centros de gestión
metropolitanos: Buenos Aires, 1960-1980 y su configuración actual
siendo la primera tesis de la Licenciatura en Geografía de la FFyL-
UBA que incluyó la aplicación de SIG. La investigación mostraba
de qué manera el CBD (Central Business District) de Buenos Aires
se estructuraba espacialmente siguiendo las etapas de la inserción
de la economía argentina en el contexto internacional. Este

33
Una historia, dos lugares

trabajo, si bien me llenó de satisfacciones por muchos motivos,


como aporte de la Geografía Cuantitativa se ubicaba fuera del
paradigma dominante en la institución. Tuvo un camino muy
interesante. En primer lugar no obtuvo la máxima calificación y se
le asignó un 9 (nueve/distinguido), puede ser que esto haya sido
lo correcto por lo tanto este tema no merecería discusión, pero
cuando organizaron en 1997 el 6° Encuentro de Geógrafos de América
Latina, la misma institución que lo aprobó con “Distinguido” lo
rechazó como ponencia!!! Finalmente su reivindicación fue
externa al ser uno de los ganadores del concurso de publicaciones
del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad
Nacional de Luján y el premio consistió en su publicación (Buzai,
2000). Esta situación me mostró que Kuhn (1970) tenía razón… la
ciencia estaba fuertemente influenciada por la comunidad
científica que generaba un contexto favorable o adverso según el
lugar y el momento histórico.
Volviendo a las características del período, en 1993 se
incorporaron a la biblioteca de PRIGEO-GAEA los libros de
Bosque Sendra (1992) y Comas y Ruiz (1993), los cuales mostraban
las posibilidades que brindaban los SIG en la incipiente
generalización tecnológica y ya habiéndose iniciado los
desarrollos de IDRISI bajo sistema operativo DOS en 1987 y de
ArcView en 1991 (iniciado como visualizador en Windows de los
trabajos realizados en ARC/INFO) estos libros nos abrieron la
posibilidad a comprender en profundidad los aspectos técnicos
que llegarían a excelentes capacidades en final del período con
Idrisi for Windows (1995) y ArcView 2 (1995). Con la
estabilización de estos sistemas se abría una nueva etapa para los
usuarios de SIG.
Los SIG aún tenían limitada flexibilidad y, sobre todo, la
representación quadtree no era lo ideal para hacer cartografía. En
ese contexto, junto con mi exprofesor y amigo, el Lic. Darío C.
Sánchez intentamos buscar alternativas para el trabajo concreto,

34
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

analizamos el problema de escala y la agregación de datos a nivel


nacional en el ambiente de los SIG tomando como base los índices
de forma que comenzamos a analizar a partir del libro original de
William Bunge (1962) que para nosotros era una joya que tenía la
biblioteca de GAEA. El trabajo fue presentado inicialmente en la
IV Conferencia Latinoamericana de Sistemas de Información Geográfica
en la Universidade de São Pablo (USP), Brasil en 1993, luego
ajustado para su publicación (Sánchez y Buzai, 1993, 1994).
Durante la realización del congreso en la USP conocí a la
Dra. Nelly A. Gray de Cerdán de la Universidad Nacional de
Cuyo (UNCuyo) y apoyé la candidatura de su institución para la
organización del siguiente evento en 1995. Nuestras
conversaciones dieron inicio a la realización de mi plan de tesis
doctoral bajo su dirección, en el que tenía como objetivo analizar a
los SIG como parte de la evolución teórica y metodología de la
Geografía. Debo destacar su gran apoyo, ya que, durante los años
de realización, me brindó alojamiento en su domicilio en Godoy
Cruz y no desperdiciamos ni un minuto del plan trazado.
Colaboré en las actividades académicas del Centro de Estrategias
Territoriales para el Mercosur (CETEM), ámbito a partir del cual
tuve excelentes valiosos intercambios académicos con los
doctores Stephen Bender (OEA), Roberto Bustos Cara (UNS) y
Juan A. Roccatagliata (UBA). La UNCuyo me había brindado un
ámbito paradigmáticamente respetuoso al haber demostrado
históricamente una importante aceptación a las temáticas
cuantitativas. Como antecedente tenía presente que desde allí nos
había llegado la excelente contribución de Ostuni et al. (1983) para
el estudio de diversas técnicas cuantitativas en Geografía.
Asimismo, en esos años, daba continuidad al trabajo sobre
la evolución espacial del Gran Buenos Aires actualizándolo al año
1991 y poniendo atención a la dinámica de la densidad
poblacional representada por bloques-diagramas 3D para
publicarlo en el primer número de la revista Geodemos, además de

35
Una historia, dos lugares

realizar un análisis técnico-conceptual de las capacidades raster


como representación apta para el estudio de la dimensión
espacio-temporal, ejemplificado con la expansión urbana (Buzai,
1993a, 1994).
Cabe destacar que en 1994 junto con el Prof. Osvaldo J. de
la Cuétara realizamos la base de datos georreferenciada para el
proyecto de informatización del Banco de la Nación Argentina
(BNA) como parte de su trabajo en el área de computación de la
institución. El resultado incluyó una base cartográfica
digitalizada en Autocad con 524 puntos de localización de
sucursales, datos alfanuméricos de atributos en DBase,
vinculación de ambos componentes con ARC/INFO y su
posibilidad de consulta con ArcView 1 en Windows (de la Cuétara
y Buzai, 1995). Participar en las etapas de este trabajo y de la
vinculación entre software me permitió continuar ajustando el
contenido del concepto de Geoinformática. Los mapas obtenidos
fueron rudimentarios, casi cartogramas, pero la funcionalidad del
procedimiento y la utilidad de apoyo a la gestión había quedado
demostrada.
Hasta el año 1995 avancé temáticamente en ampliar
conocimientos en el modelado cartográfico a través de
ponderaciones, lo que posteriormente serían conocidas como
técnicas de evaluación multicriterio y en el análisis espacial
cuantitativo en estadística multivariada. Ambas líneas las
desarrollaba en conjunto, la primera generó un estudio sobre la
situación socio-habitacional en la ciudad de Buenos Aires (Buzai y
Kulevicius, 1995) y la segunda una detallada sistematización de
métodos cuantitativos (Buzai y Sánchez, 1998).
A finales del año 1994 contaba con una excelente
propuesta para encarar un cambio de lugar de trabajo de
CONICET y, con ella, se me presentaban importantes
posibilidades para amplia nuevamente el campo de actuación.
Los estudios poblacionales se ampliarían con temáticas

36
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

ambientales y volvería a la definición “ecológica” de la Geografía,


quedando demostrado que los SIG contenían en su interior
mucho de la tradición de la Geografía Humana, era necesario
trabajar en ello para poder delimitar su alcance. El período del SIG
puramente técnico y centrado en la producción cartográfica
finalizaba definitivamente y comenzaba una etapa importante
centrada exclusivamente en el análisis espacial cuantitativo.

CEA-UBA, 1995-1998
Esta etapa corresponde al final del período de una década
e inicia al incorporarme al Centro de Estudios Avanzados de la
Universidad de Buenos Aires (CEA-UBA), un ámbito integrado
por grupos de investigación interdisciplinaria dirigidos por
académicos de gran reconocimiento de nuestro país.
En este contexto, comencé a desempeñar tareas como
personal de apoyo del CONICET con categorías de Profesional
Asistente y un posterior ascenso a Profesional Principal con lugar
de trabajo en el Grupo de Ecología del Paisaje y Medio Ambiente
(GEPAMA) bajo la dirección del Dr. Jorge Morello (1924-2013).
Nos conocimos cuando fui su alumno en Ecología y Biogeografía y
su consideración hacia mi formación académica lo llevó a no
asignarme tareas específicas con lo cual me brindó la buena
responsabilidad de definir líneas de investigación propias que
pudiera trabajar con interés personal y que colaboraran a los
proyectos grupales.

37
Una historia, dos lugares

Figura 4. Libro Memorias de la 5° Conferencia y curso


Iberoamericano sobre Sistemas de Información Geográfica (1995)

Primera realización de la CONFIBSIG en Argentina, organizada por la Dra. Nelly A.


Gray de Cerdán del Departamento de Geografía de la Universidad Nacional de Cuyo,
Mendoza, 1995. Integré el Comité Científico Argentino y presenté dos trabajos en
coautoría, el primero con Ricardo G. Kulevicius (CONICET) y el segundo con
Osvaldo J. de la Cuétara (UBA).

El trabajo previo realizado sobre el crecimiento del Gran


Buenos Aires generaría dos líneas temáticas, una vinculada a
cuestiones ambientales incorporando capas temáticas de
componentes físico-naturales y otra centrada en la modelización
de la mancha urbana mediante geometría fractal
(Mandelbrot,1982), una línea que decantaría en la aplicación de
autómatas celulares con fines prospectivos.
Con el agregado de la capa temática de suelos (unidades
cartográficas, capacidad de uso e índice de productividad) y de

38
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

relieve, se generó una base para la línea que analizaba su sistema


periurbano desde un punto de vista ecológico al vincularlo con la
pérdida de suelos productivos en trabajos conjuntos con los
Ingenieros agrónomos Roberto Casas y Rubén Godagnone del
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA)
destacándose el inicio en Buzai et al. (1998) y continuando fuera
del período analizado en Morello et al. (2000, 2001).
En 1995 se realizaría en Argentina la V Conferencia y Curso
Iberoamericano sobre Sistemas de Información Geográfica en la
Universidad Nacional de Cuyo. Participaría como miembro del
Comité Científico Argentino, presentando dos trabajos de
aplicación, una modelización con SPANS (Buzai y Kulevicius,
1995) y un inventario de servicios puntuales con ARC/INFO (de la
Cuétara y Buzai, 1995), asistiría al curso sobre ArcView 2, dictado
por el Dr. Milton Ospina de ESRI además conversar con el Dr.
J.Armando Guevara sobre el paradigma geotecnológico que, desde
un punto de vista técnico-organizativo, comenzaba a estructurar
una nueva modalidad que correspondía al trabajo en red
(Guevara, 1995).
En el año 1996 en el Simpósio Internacional sobre Novas
Tecnologías Digitais em Geografía e Cartografía - GeoDigital´96 en la
USP por primera vez puse a discusión aspectos teóricos de los
avances de la tesis doctoral que se encontraba en realización
(Buzai, 1996). Aspectos puntuales fueron discutidos en esa
oportunidad con los colegas geógrafos Arlete Menegue e
(UNESP, Campus de Presidente Prudente) y Rafael Sanzio dos
Anjos de la Universidade de Brasilia (UnB).

39
Una historia, dos lugares

Figura 5.Jornal da USP (08/12/1996)

Artículo “La Geografía avanza con la informática” publicado con motivo del simposio
internacional GeoDigital´96. Epígrafe: En la mesa: Arlete Menegue e, Jorge Cintra y Gustavo
Buzai (Argentina) y los coordinadores del simposio: Fraser Taylor y Regina Vasconcellos.

En 1997, con un subsidio económico del CEA-UBA realicé


mi primera estadía académica (volvería en el 2000) en el Centro de
Recursos IDRISI del Centro de Ecología de la Universidade
Federal do Rio Grande do Sul (UFRGS) en Porto Alegre, Brasil
bajo la dirección del Dr. Heinrich Hasenack. En esta estadía llevé
todas nuestras bases raster de OSUMAP y las incorporé a la nueva
versión de Idrisi for Windows 2.0 con las cuales profundicé
conocimientos en técnicas de modelado cartográfico, evaluación
multicriterio, cálculos de clasificaciones difusas, cálculos con
operadores de distancia y modelos de peso de evidencia
Dempster-Shefer. Fue una excelente experiencia de avances en
análisis espacial en el inicio de una nueva etapa para de usuarios

40
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

de SIG, aquella ligada al inicio de sistemas accesibles para


Windows. Durante la estadía debo destacar la excelente guía del
director y el apoyo del Mg. Eliseo Weber en aspectos técnicos.
También destaco la preocupación del Dr. Jorge Morello y de las
licenciadas Sara Slapak y Adriana Lombari para gestionar todo lo
administrativamente necesario desde el CEA-UBA.
Ese mismo año, analizando la dinámica de expansión de la
aglomeración de Buenos Aires entre 1869 y 1991 llevó a la
realización de estudios interdisciplinarios entre la Geografía y la
Física a partir de analizar su geometría irregular y fragmentada,
tanto de la superficie de la mancha urbana como de su contorno.
Estos estudios surgieron mediante conversaciones informales
realizadas con los físicos Lic. Guillermo Lemarchand y Lic. Andrés
Schuschny mientras trabajamos en la sala de computación
compartida. A partir de allí Schuchny realizó una programación
computacional que calculaba las dimensiones fractales,
dimensiones físicas efectivas, por el método de box-counting a partir
de las capas temáticas de OSUMAP en formato ASCII (American
Standard Code for Information Intechange) y el avance prospectivo
ante el modelo denominado Agregación por Difusión Limitada (ADL)
aplicado al estudio de la dinámica urbana (Buzai et al., 1997, 1998).
La aplicación de SIG en proyectos ambientales regionales
se realizó principalmente a la región del Gran Chaco Argentino
a través de diferentes metodologías de regionalización en
variables ambientales de diferentes momentos históricos. Fue
realizado un análisis espacial aplicado a trabajos de relevamiento
ecológico, botánico y geográfico obtenido de forma asistemática
en cuadernos de campo con variadas limitaciones, aunque la
posibilidad de lograr localizaciones con exactitud permitió
reconstruir cartográficamente el paisaje. Con Claudia Baxendale
coordinamos pasantes alumnos de Geografía de la FFyL-UBA
para trabajar con las anotaciones que el Dr. Morello realizó en
relevamientos entre los años 1968 y 1971. Eran 1365 censos de los

41
Una historia, dos lugares

cuales 360 se encontraban ubicados en fotografías aéreas. El


trabajo llegaba a realizar cartografía con localizaciones puntuales y
una matriz de datos asociada. En el nivel gráfico la determinación
de áreas de influencia por polígonos de Voronoi/Thiessen y la
estandarización de variables. Finalmente una clasificación espacial
del área a partir de aplicar procedimientos de estadística
multivariada (linkage analysis) en la matriz de correlaciones
(Morello, Buzai, Ma eucci y Baxendale, 1998). En esta línea, a su
vez, fueron realizados trabajos de zonificación ambiental del sector
argentino de la alta cuenca del río Bermejo considerando unidades
de paisaje que se presentan cartográficamente a través de sus
problemáticas centrales como pérdida de hábitat y biodiversidad,
deterioro en la aptitud de los recursos, degradación del suelo y de la
calidad del agua, conflictos y pérdidas por catástrofes (Ma eucci,
Morello, Buzai y Baxendale, 1999).
La construcción regional se realiza por modelado
cartográfico en el formato raster y a través de un tratamiento
cuantitativo matricial en el formato vectorial. Estas metodologías
que podían ser utilizadas de manera general para cualquier proceso
clasificatorio de variables, en Geografía nos permite avanzar en la
realización de la matriz geográfica (Berry, 1964). La utilización de
planillas de cálculo permitieron realizar una transposición en la
cual las filas pasaban a ubicarse en las columnas para aplicar
procedimientos estadísticos en unidades espaciales y llegar a una
regionalización. Los métodos cuantitativos a nivel regional
comenzaban a ser aplicados a las unidades espaciales del noroeste
argentino y a áreas urbanas. Esta línea que fui desarrollando en los
períodos anteriores con aplicaciones del linkage analysis, cluster
analysis y análisis factorial, brindó como resultado una detallada
sistematización en Buzai y Sánchez (1998).
El trabajo sobre métodos cuantitativos aplicados al
análisis regional y urbano brindaría la posibilidad de realizar
procedimientos del análisis de clasificación espacial y
regionalización de dos principales áreas de estudio tomadas en
42
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

los proyectos de equipo, la pampa húmeda ondulada que daría su


resultado en Buzai et al. (2006) y el Gran Chaco argentino en
Baxendale y Buzai (2009). Los métodos de estadística
multivariada fueron aplicados a los modelos urbanos poniendo
atención en los modelos de las ciudades de América Latina y esto
sería la base de Buzai (2003), primer libro de ecología factorial
urbana realizado en América Latina.
Siendo Brasil el país con mayor tradición en
geotecnologías de América Latina, principalmente por el trabajo
pionero del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciais (INPE), en 1997
por primera vez comienzan a interesarse en la historia del SIG en
Argentina. La revista Fator GIS de Sagres Editora Lda., Curitiba,
Brasil, principal medio de divulgación temática del país, a través
de su editora, la Ing. Suely B. Laskowski entrevista a usuarios de
la primera generación en nuestro país (Fator GIS, 1997). A partir
de los encuentros que tuvimos en Buenos Aires fui invitado a
escribir sobre la historia del geoprocesamiento en Argentina para
la primera aparición del Anuário Fator GIS (Buzai, 1997) y durante
su lanzamiento realizado en GIS Brasil 97 en Curitiba con el Dr.
Christovam Barcellos de la Fundacão Oswaldo Cruz (Fiocruz) de
Rio de Janeiro comenzamos un excelente intercambio académico
en el campo de la Geografía de la Salud que con posterioridad a este
período generaron avances conjuntos.
Para el segundo semestre de 1996 mis actividades de
docencia tuvieron continuidad como Jefe de Trabajos prácticos
(JTP) de la asignatura Sistemas de Información Geográfica de la
carrera de Profesorado en Geografía de la Universidad Nacional
de Luján. Como docente a cargo de la materia la desarrollaba de
forma completa en contenidos teóricos y prácticos hasta que fue
regularizada esta situación tres años después mediante el
concurso de Profesor Adjunto. Debo destacar el apoyo de la Prof.
Elena Chiozza (1919-2011) en estas instancias. Al año siguiente
desempeñé la responsabilidad del proyecto de creación del
Laboratorio de Cartografía Digital (LaCaD) del Departamento de
43
Una historia, dos lugares

Ciencias Sociales ante el Ministerio de Cultura y Educación de la


Nación a través del Programa de Fortalecimiento Institucional
(PROFIDE) (Buzai, 1999a). En el ámbito de la capacitación destaca
la publicación del primer libro educativo sobre SIG dirigido al
nivel de la capacitación docente para la enseñanza de nivel
secundario en coautoría con la Lic. Diana Duran y la colaboración
en la realización de claros esquemas conceptuales para cada
capítulo de la Lic. Claudia A. Baxendale (Buzai y Durán, 1997), a
quien le dedicaría el libro como revolucionaria copernicana de mi
vida. Al año siguiente la publicación fue premiada por la Feria
Internacional del Libro de Buenos Aires como uno de los diez
mejores libros educativos del año. A partir de su uso, pudo
realizarse un exhaustivo análisis de las capacidades del SIG en la
nueva educación polimodal como contenido procedimental de
las Ciencias Sociales en la que la Geografía ponía su focalización
en la dimensión espacial (Buzai y Baxendale, 1998).
Figura 6. Libro Enseñar e investigar con Sistemas de
Información Geográfica (Troquel, Buenos Aires, 1997)

Primer libro educativo sobre SIG editado en Argentina. Fue utilizado en cursos de
capacitación docente en el marco de la reforma educativa de la Argentina iniciada en 1993
mediante la sanción de la Ley Federal de Educación (Ley 24.195) con los SIG comocontenidos
procedimentales de la Geografía. Mención de Honor en la Feria Internacional del Libro de
Buenos Aires, 1998 como uno de los diez mejores libros educativos del año.

44
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

Desde aquella inicial publicación sobre teoría de los SIG


(Buzai, 1992b) hasta 1998 realicé avances que incluyeron un profundo
análisis sobre el debate sobre el surgimiento de la Geografía
Automatizada iniciado con el artículo de Dobson (1983) y retomado por
la revista The Professional Geographer una década más tarde.
Las primeras discusiones sobre este debate las realizamos
con el Lic. Darío C. Sánchez y el Prof. Oscar Olivares, sin llegar a
un acuerdo, sin embargo compartíamos una preocupación
referida a estar viendo que, por ser considerados principalmente
una herramienta, muchos nuevos usuario lo reconocían y tenían
intención de incorporarlos como una tecnología de moda. En este
sentido encontramos que Bunge (1972) nos daba una clara
respuesta al vincular la moda con el nivel de maduración
académica, generándonos la esperanza de que el paso del tiempo
nos permitiría encarar el uso del SIG en Geografía como parte de
la evolución de los contenidos teóricos de la disciplina.
Figura 7. Libro Sistemas Ambientales Complejos: herramientas
de análisis espacial (EUDEBA, Buenos Aires, 1998)

Compilación realizada por Silvia D. Ma eucci y Gustavo D. Buzai que surge como
resultado del trabajo interdisciplinario entre la Ecología (Ecología del Paisaje) y
Geografía (Análisis espacial cuantitativo) realizado en el Centro de Estudios Avanzados
.
de la Universidad de Buenos Aires y publicado en la colección CEA-EUDEBA.

45
Una historia, dos lugares

En el CEA-UBA tuve la gran satisfacción de conocer al


Prof. Guillermo Boido (1941-2013), con quien pude comprender, a
través de casos de la historia de la ciencia en la etapa de la
revolución científica, el claro accionar de gran parte de la
comunidad geográfica argentina que mantuvo por años una
estrategia historiográfica Whig. Mediante ese conocimiento pude
avanzar con mayor tranquilidad en mi programa de investigación
ante la revalorización paradigmática de la Geografía Cuantitativa
a través de la Geografía Automatiza y los SIG en el marco de la
economía posindustrial y la cultura posmoderna.
El proyecto doctoral que fue inscripto en 1995 en la FFyL-
UNCuyo con dirección de la Dra. Nelly A. Gray de Cerdán y la
codirección del Dr. Jorge Morello y culminó tres años más tarde.
El 10 de agosto de 1998 defendí la tesis Impacto de la geotecnología en
el desarrollo teórico-metodológico de la ciencia geográfica: Hacia un
nuevo paradigma en los albores del siglo XXI. El jurado compuesto
por los académicos María Estela Furlani de Civit, Gladys Molina
de Buono, Ana Álvarez, Guillermo Boido y Nelly A. Gray de
Cerdán (directora) la aprobó con la máxima calificación y le
otorgó mención de honor. Fue publicada al año siguiente como
libro en Buzai (1999b) y en esta instancia debo agradecer a José
Rosenberg y Graciela Rosenberg de Lugar Editorial S.A. (Buenos
Aires) por haberla considerado favorablemente y tomar a cargo
su publicación.
Aunque el trabajo cerraba perfectamente y formulaba el
concepto de Geografía Global ante la explosión disciplinaria que se
producía a finales de siglo XX luego de cerrar un ciclo de ondas largas
de 100 años de extensión negaba la existencia de un nuevo paradigma
de la Geografía, aunque consideraba la aparición de un paradigma
geográfico que nuestra ciencia le brindaba al resto de las ciencias a
través de la incorporación de la dimensión espacial con los SIG.
El CEA-UBA fue un ámbito de trabajo privilegiado en el que
variados intercambios académicos fueron delineando diferentes

46
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

líneas interpretativas utilizadas en el doctorado y que avanzarían


en el futuro. Las actividades en CEA-UBA me permitió avanzar en
el análisis espacial cuantitativo vinculado a diferentes ámbitos. En
Ecología del Paisaje realicé trabajos con la Dra. Silvia D. Ma eucci
hasta publicar el libro Sistemas Ambientales Complejos: Herramientas
de análisis espacial y en Ecogeografía con el Dr. Jorge Morello
principalmente en el estudio del sistema periurbano del Gran
Buenos Aires y diversas aplicaciones a nivel regional. Muchos de
estos trabajos realizados y publicados en coautoría con Claudia
Baxendale. A los avances historiográficos diacrónicos anti-Whig
que me propuso Boido, puedo agregar conversaciones realizadas
con el Prof. Gregorio Klimovsky (1922-2009) que fueron centrales
para avanzar en el proceso de globalización ante la eliminación del
concepto de raza y que años más tarde consideraría la difusión
mundial del ADN humano, un encuentro con el Dr. Rolando García
(1919-2012) me permitió comprender las capacidades
espistemológicas de la teoría de la Geografía como sistema
complejo y encontrar claridad a la evolución multiparadigmática
para entender la permanente vigencia la Geografía Cuantitativa en
contextos poco propicios, con el Lic. Guillermo Lemanrchand y el
Dr. Carlos Mallmann (1928-2020) pude ver que los ciclos de
evolución social (Mallmann y Lemarchand, 1998) podían ser un
modelo explicativo a los períodos de ciencia normal en la evolución
de los paradigmas de la Geografía y justificaría los momentos de
explosión disciplinaria que llevaban a la Geografía Global, ondas
del capitalismo medidas por Kondratiev y estudiadas inicialmente
en la Geografía por Hall y Preston (1988) y Berry (1991), con
Lemarchand y el Lic. Andrés Schuschny avanzamos en el estudio
de las ciencias de la complejidad y la aplicación de fractales (Buzai,
Lemrchand y Schuschny, 1998) que años más tarde desembocaría
en la modelización por cadenas de Markov y autómatas celulares,
con el Dr. Eduardo Flichman (1932-2005) avancé en la comprensión
del debate entre el empirismo y el racionalismo y los procesos
causales que brindaban las bases racionalistas del SIG que

47
Una historia, dos lugares

justificaron los procedimientos de regionalización por modelado


cartográfico.
Luego de defendida la tesis, y a instancias del Dr. Jorge
Morello, mediante el intercambio de correos electrónicos, tuve un
encuentro en Buenos Aires con el Dr. Tomás Maldonado (1992-
2018), una larga charla matutina en el hotel Alvear y compartir un
almuerzo en Galerías Pacífico nos permitió intercambiar y
discutir nuestras producciones (Maldonado, 1998 y Buzai, 1999).
Tuvo gran interés por el proceso de la Geografía Global, un avance
científico que lo sorprendió, y me instó a avanzar en estudios del
Ciberespacio, línea de trabajo que comenzó con la lectura de su
libro y lograría resultados unos años más tarde en el campo de la
Cibergeografía iniciando en Buzai (2001) y llegando a publicar el
primer libro sobre la temática en América Latina junto al Dr.
Djamel Toudert, geógrafo de la Universidad Autónoma de Baja
California unos años más tarde (Toudert y Buzai, 2004).
Figura 8. Libro Geografía Global (Lugar Editorial, Buenos Aires, 1999)

Libro que presenta los resultados de mi tesis doctoral. Geografía Global es el resultado
de la aparición del paradigma geotecnológico, no como paradigma de la Geografía, sino
como paradigma geográfico que esta disciplina brinda al resto de las ciencias con el
mayor alcance interdisciplinario.

48
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

El libro Geografía Global fue la publicación de mi tesis


doctoral y también fue dedicado a Claudia, ahora por ser mi
compañera inseparable de toda aventura geográfica con infinita gratitud
por todos los momentos vividos de auto-organización entre el orden y el
caos, en estos años, tuvo presencia en cada pensamiento, en cada
elaboración que quedaba plasmada, tuvimos la suerte de lograr
que el orden triunfara sobre el caos… cosa que no fue fácil.

EPÍLOGO
Evolución de las aplicaciones técnicas
Las tareas técnicas que realicé en el período llevaron a la
obtención de variados resultados a partir de los diferentes
proyectos de investigación de los cuales fui integrante. En la
primera década de los SIG en Argentina utilicé cronológicamente
un programa para la representación de flujos espaciales como
modelo de resolución flow mapper, OSU MAP-for-the-PC 2.0, PC
ARC/INFO 3.2.1, ArcView 1.0, SPANS 5.2 e IDRISI for Windows.
Otros sistemas que se combinaron con los SIG fueron los editores
de texto (Block de notas en ASCII), planillas de cálculo (Fox Pro,
QPro), bases de datos (Dbase, Foxpro), digitalización raster
(Mapent) y vectorial (AutoCAD), programas de dibujo (Paint y
Adobe Illustrator ), de análisis estadístico (Statistica) y
visualizador de mapas en SIG (ArcView 1.0). La evolución de
estas vinculaciones brindaron elementos concretos para la
construcción continua del concepto de Geoinformática.
La Figura 9 presenta resultados cartográficos que
ejemplifican algunas aplicaciones que muestran con centralidad
los conceptos de distribución, asociación e interacción espacial.
Fueron realizadas aplicaciones en diferentes escalas (urbana,
regional y nacional) y de ellas presento ejemplos de aplicación en
las dos primeras, correspondientes a los resultados técnicos del
Lugar # 1 Buenos Aires, con lo cual se hará un breve recorrido

49
Una historia, dos lugares

histórico procedimental sobre una de las líneas de aplicación


desarrolladas.
Figura 9. Lugar # 1 Buenos Aires
9-A. Desplazamientos pendulares en el Gran Buenos Aires

Modelo de resolución Flow Mapper (Applesoft BASIC). Tarea


realizada en 1986 y 1987 como pasantía en el domicilio del
director. Interpretación de tabulaciones especiales provistas por
el INDEC, ingreso de datos para la creación de la matriz de
coordenadas de centroides de las unidades espaciales y las
matrices origen-destino según 17 categorías ocupacionales del
Censo Nacional de Población y Vivienda de 1980. Computadora
Apple IIe con sistema operativo Apple DOS e impresora
matricial. Cartografía de movimientos pendulares globales.
Director del proyecto: H.Torres, aspectos técnicos en Buzai (1989).

50
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

9-B. Definición de la aglomeración Gran Buenos Aires

OSU MAP-for-the-PC 2.0. Tarea realizada en 1989 en la FADU-


UBA: Realización de calcos con cuadrículas raster para su
digitalización, creación de la base de datos con las capas temáticas
de la aglomeración en 1869, 1895, 1914, 1947, 1950, 1960, 1970 y
1980 con tres categorías (Rio de la Plata, sin y con aglomeración).
Ingreso de datos en formato ASCII con teclado a través del
software MAPENT. PC con sistema operativo DOS e impresora
color. Director del proyecto: H.Torres, aspectos técnicos en Buzai
(1993b).

9-C. Nivel Socioeconómico en el Gran Buenos Aires

51
Una historia, dos lugares

PC ARC/INFO 3.2.1. Tarea realizada entre 1989 y 1990 en la Sala


de Computación de la Secretaría de Investigación y Posgrado,
FADU-UBA: Realización de bases analógicas y digitalización
vectorial de polígonos con ARCEDIT, correspondientes a la
división político-administrativa (Partidos y Capital Federal en
Distritos Escolares) y a las áreas urbanizadas (1943 a 1980).
Archivos SHP asociados a la matriz PAT (Polygon Atribute Table)
para representar el nivel socioeconómico a través del
hacinamiento crítico. PC con sistema operativo DOS, tableta
digitalizadora Summagrphics 12x18 e impresión con Plo er.
Director del proyecto: H.Torres, aspectos técnicos en Buzai (1990).

9-D. CBD (Central Business District) de Buenos Aires

OSU MAP-for-the-PC 2.0. Tarea realizada entre 1990 y 1991 en mi


domicilio: Realización de calcos con cuadrículas raster para su
digitalización, generalización conceptual para asignar celdas de 1
hectárea a cada manzana, creación de capas temáticas de la
distribución espacial de usos del suelo centrales en Buenos Aires.
Ingreso de datos en formato ASCII con teclado a través del
software MAPENT. PC con sistema operativo DOS e impresora
matricial. Cartografía resultante de la superposición temática en
la definición de centralidad a partir de la cantidad de usos por
manzana. Tesis de licenciatura en Geografía (Buzai, 1992c).

52
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

9-E. Situación socio-habitacional de la Ciudad de Buenos Aires

SPANS 5.2. Tarea realizada en 1994 en PRIGEO-GAEA:


Digitalización vectorial de polígonos correspondientes a los
Distritos Escolares de la Ciudad de Buenos Aires y creación de la
tabla de atributos socio-habitacional. IBM PC con sistema
operativo OS/2 1.3 y fotografía de pantalla al no disponer de
impresora. Cartografía de la variable: Hacinammiento en
inquilinatos. Director del Proyecto: R.Rey Balmaceda, aspectos
técnicos en Buzai y Kulevicius (1995).

9-F. Pérdida de suelos productivos en el Gran Buenos Aires

53
Una historia, dos lugares

IDRISI for Windows. Tarea realizada en 1997 en la sala de


computación del CEA-UBA: Importación de las capas temáticas
de la aglomeración (10-B) desde OSU MAP-for-the-PC e
incorporación mediante digitalización las capas temáticas de
suelos (unidades cartográficas, capacidad de uso e índice de
productividad provistas por el INTA) y relieve. Los resultados se
producen por modelado cartográfico ante la superposición de
mapas por imposición. PC con sistema operativo Windows 95 e
impresora color. Director del proyecto: J.Morello, aspectos
técnicos en Buzai et al. (1998).

Síntesis evolutiva
El período analizado, que corresponde a la primera
década de los SIG en Argentina comienza en 1988 con la llegada
de los dos primeros software y una de las instituciones receptoras
fue la FADU-UBA, donde me encontraba desarrollando tareas
técnicas como personal de apoyo del CONICET. Comienzo a
tener conocimiento de sus capacidades técnicas mientras cursaba
la carrera de Geografía en la FFyL-UBA donde obtuve muchos
conocimientos para valorar las tecnologías en Geografía,
principalmente por oposición a la corriente paradigmática
principal, ya que la Geografía Cuantitativa era muy resistida en
dicho ámbito académico.
Los primeros trabajos se realizan con OSUMAP de
estructura raster y ARC/INFO de estructura vectorial. Con el
primero comienzan a ser aplicadas técnicas del modelado
cartográfico a través del algebra de mapas y con el segundo
procedimientos cuantitativos en la matriz de datos original que,
en este caso, corresponde a la tabla de atributos del SIG.
La llegada de SPANS amplía las posibilidades del
modelado cartográfico en el inicio de las técnicas de evaluación
multicriterio, el sistema mostraba sus capacidades para el análisis

54
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

espacial pero su estructura quadtree no resultaba ser la de mayor


aptitud para ser aplicada con una finalidad de producción
cartográfica. El uso técnico me había dado ejemplos claros de que
un SIG raster se sustentaba en Geografía Regional en la postura de
actualización constructivista y un SIG vectorial en la Geografía
Cuantitativa a través del trabajo matricial.
La integración entre ambos sistemas resultaba difícil y se
presentaban como dos estructuras con claras metodologías
asociadas. En ese sentido quedaba en evidencia que un SIG no
realizaba todo con la misma capacidad y se podían encontrar
importantes diferencias entre el software real y la publicidad ideal.
Quedaba claro que no había un SIG que fuese el mejor, en todo
caso podría ser aquel que nos permitía llegar de la mejor manera a
los objetivos planteados en la investigación.
Los procedimientos de evaluación multicriterio (EMC)
llegarían a su mejor nivel de desarrollo y estandarización para su
uso generalizado a través del software IDRISI en el cual se habían
automatizado con gran capacidad las resoluciones boolenas, de
combinación lineal ponderada con clasificaciones fuzzy y la
evaluación multiobjetivo (EMO). El sistema vectorial obtenía su
mayor flexibilidad a partir de ArcView 2, que superaba al
visualizador de su versión previa para convertirse en un sistema
con grandes capacidades y sus bases de datos en formato DBF
podían ser incorporadas a Excel para la aplicación de análisis
multivariado en la matriz de datos originales con fines
clasificatorios y las iniciales posibilidades de trabajo en la matriz
de datos transpuesta para los trabajos de regionalización.
La compatibilidad entre programas se iba ampliando y en
los últimos cuatro años pude avanzar en la construcción del
concepto de Geoinformática en el avance de los vínculos entre
software relacionado a la construcción del campo de la Geografía
Automatizada (Buzai, 1997). El año 1998 presentó una década de
trabajo con grandes posibilidades en ese sentido, es decir, un

55
Una historia, dos lugares

camino del ambiente analógico al mundo digital que permitía la


difusión mundial de la Geografía como ciencia.
El estudio en profundidad, que apuntaba a la esencia del
SIG ligado al núcleo conceptual de la Geografía me dio la
posibilidad de abordar su desarrollo ligado a los aspectos
conceptuales del paradigma cuantitativo y definir la Geografía
Global. Este fue el resultado de mi tesis doctoral en la cual se
comprobaba de qué manera estábamos experimentando un
proceso de explosión disciplinaria similar al ocurrido un siglo
atrás en el nacimiento de la Geografía Humana. Un ciclo de onda
larga de 100 años, donde la primera ola tenía su cresta a finales del
Siglo XIX a partir de la difusión de conceptos para el nacimiento
de nuevas ciencias y la segunda se producía a finales del siglo XX
en la difusión de conceptos y métodos para que la dimensión
espacial sea incorporada en múltiples ciencias que se interesaban
por lograr estudios más completos ante la incorporación de la
dimensión espacial.
En este segundo momento de explosión disciplinaria
puede rastrearse el importante lugar que comienza a tomar el
desarrollo de la inteligencia espacial que se pone a la par de la
inteligencia lingüística y matemática que tradicionalmente había
sido privilegiada en la enseñanza.
En este recorrido de una década habían quedado
definidas tres generaciones de usuarios. La primera y la segunda
con actitudes monopólicas en uso de diferentes sistemas y la
tercera de apertura ante la difusión masiva de las computadoras
personales y la aparición de los primeros SIG de distribución
gratuita. Tuve el privilegio de participar activamente en el
período transitando por las tres generaciones, analizar los SIG
como usuario desde estudiante a profesional de la Geografía
ligando los aspectos técnicos, metodológicos y teóricos para
comprender el impacto que se estaba produciendo a partir de
diferentes ámbitos de interés y aplicación.

56
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

Estábamos en un momento en el que no quedaban dudas


de que explicar la tecnología SIG demandaba un importante
abordaje teórico, la práctica y la teoría confluían para lograr
comprenderlos en sus máximas capacidades.
Llegamos al año 1998 y casi al final del siglo recorriendo
un camino por la Geografía Cuantitativa, la Geografía
Automatizada y la Geografía Global para dirigirnos hacia las
nuevas perspectivas que brindaba la circulación de información
por Internet. Este recorrido mostraba los iniciales momentos de
una nueva ola de crecimiento acelerado con el que estábamos
ingresando al siglo XXI y que en Buzai (2001) presenté como el
preciso momento del big-bang de un universo digital en
expansión.

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65
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

ERNEST RUIZ ALMAR, Lugar # 2 Barcelona, España

El texto que ahora comienzan a leer surge a raíz de un


proyecto de publicación que pensamos hace varios años, acerca
de la posibilidad de que cada uno de los autores del libro
escribiera sobre su trayectoria en el mundo de la Geografía y,
concretamente, en el de los Sistemas de Información Geográfica
(SIG), tanto desde el punto de vista académico, como del
profesional y, también, desde el personal.
Resulta que el Dr. Gustavo D. Buzai y un servidor
compartimos algunas experiencias en nuestros tránsitos
geográficos particulares. Quiero decir, como comprobamos a
menudo en la correspondencia digital que mantenemos, que nos
han sucedido y nos suceden cosas parecidas, salvando las
distancias (la distancia geográfica, también) y las circunstancias
personales de cada uno de nosotros.
Empezamos en el ámbito de los SIG hace unos treinta años
y vamos avanzando, a veces con dificultades, por este mundo.
Nos interesa mucho la Geografía, en general, y la Geografía
Cuantitativa, en particular. Nos interesan los SIG, pero no sólo
como las fantásticas herramientas que son, sino por el impacto
que su aparición y extensión han tenido en la Geografía. Nos
interesan, como indicaba Pickles (1995), porque los SIG son
elementos reestructuradores de nuestra especialidad en todas sus
dimensiones, porque son capaces de propiciar la aparición de
nuevos códigos y prácticas disciplinarias y posibilitan la
construcción de nuevas imágenes del espacio y la sociedad global.
Nos interesa esa parte más allá de lo que a menudo yo denomino
“el arte de hacer click”, es decir, nos preocupa observar y entender
los SIG como las metaherramientas a las que el Dr. Antonio
Moreno se refirió en su editorial publicada en el número diez de la
revista Geofocus, que permiten no sólo llevar a cabo sugerentes

67
Una historia, dos lugares

análisis, sino construir una verdadera alteridad digital del mundo


que nos rodea, que responde a una determinada concepción del
mismo y sobre el cual podemos llevar a cabo un proceso
intelectual de indagación y experimentación que no puede sino
ser calificado como de primera magnitud (Moreno Jimenez, 2010).
Nos interesan porque son capaces de hacer operativos los
distintos conceptos, contenidos y enfoques disciplinarios de la
Geografía. Ya sean los de la Geografía Regional de De Martonne
que considera “la localización, la extensión, la complejidad, el
dinamismo, la conexión y la globalidad territorial” como
objetivos clave de análisis para nuestra especialidad científica.
Los de la Geografía Cuantitativa de Hagge que habla “de
movimiento, de redes, de nodos, de jerarquías y de superficies” o
los de Dollfus que, desde su “postura integral del sistema
mundial”, “considera la localización, la clasificación, las redes, los
circuitos, los límites, las densidades y los tiempos” como
elementos fundamentales (Buzai, 2018). Nos interesan los SIG
porque a través de ellos la Geografía se expande más allá de la
propia Geografía, porque son capaces de llevar “lo espacial” hacia
otras especialidades científicas y hacia la sociedad que acaba
viviendo sumergida en la geotecnoesféra (Buzai, Ruiz, 2012). Nos
interesan, también, por lo que han supuesto para las personas que
practican la Geografía, los geógrafos y las geógrafas. Por el
abanico inmenso de posibilidades académicas, profesionales y
personales que les brindan. Especialmente a los más jóvenes que
inician su andadura en el mundo geográfico y en ese tránsito
buscan un lugar donde encajar sus anhelos, en el que dar sentido a
sus inquietudes, en el que todo lo que aprenden durante sus años
de formación académica pueda tomar forma. Ese lugar podría
muy bien ser el que ofrecen los SIG si, como todo en la vida, el
acercamiento hacia ellos se acomete con ánimos y destinando los
esfuerzos necesarios que requiere cualquier actividad que se
desee hacer bien. Todo eso y alguna cosa más son para nosotros
los SIG.

68
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

Como ya habrán comprobado, sino ahora se lo advierto,


este texto está redactado en primera persona, algo poco frecuente
en los trabajos puramente académicos. Pero como lo que van a leer
ahora son mis experiencias, espero que sepan entenderlo. No he
escrito sobre todas las cosas que me han sucedido durante estos
años de actividad geográfica porque hay cosas que son
completamente irrelevantes y otras que, simplemente, no he
conseguido recordar. Debo decir que este ejercicio de
recuperación de mis experiencias ha resultado sorprendente
porque a medida que han ido pasando los días y el texto ha ido
progresando, los recuerdos que tenía completamente olvidados
han ido regresando desde algún recóndito lugar en mi cerebro
También les iba a decir ahora que tratándose de un texto de
carácter personal de citas bibliográficas iba a haber pocas, Pero
sólo en la introducción ya hay cuatro. Los profesores
universitarios somos incorregibles.
En relación con la universidad, aprovecho para
informarles que cuando se publique y lean este texto, yo ya no seré
profesor en el Departamento de Geografía de la Universidad de
Barcelona (UB), lugar donde he desarrollado mi actividad
académica durante los últimos quince años, que en su totalidad ya
se alarga algo más de treinta años si a esos quince a los que acabo
de hacer referencia, añado otros tantos en la Universidad
Politécnica de Cataluña y los de principios de los años 1990s en mi
propia facultad.
Sucede que este año 2022 he tomado la decisión de dejar la
docencia, por diversas razones que en este texto sería largo y
complejo describir. Digamos que los vaivenes a que está sometida
la universidad, como toda la sociedad, suponen para mí una carga
que en estos momentos no deseo asumir. Lo digo muy a mi pesar,
con verdadero dolor y reconociendo que estas impresiones que
les transmito son, únicamente, el resultado de mis experiencias
personales. El tiempo pandémico tampoco ayudó en el sentido de

69
Una historia, dos lugares

modificar mi visión, sino todo lo contrario. Como ven, una suma


de factores.
Aunque deje la universidad físicamente, mentalmente voy
a continuar en ella. Eso es algo que no puedo evitar. Ya me sucedió
hace unos años como podrán leer más adelante en este texto.
Continúo creyendo que la educación es algo maravilloso y que
poder tenerla es algo fundamental. Si, además, esa educación es la
recibida en una universidad, en la que se fomenta el espíritu
crítico, la argumentación basada en hechos y el razonamiento
científico, mejor aún, especialmente en estos tiempos que corren.
Pienso que los más jóvenes, a los que principalmente se dirige este
texto, deben ser conscientes del privilegio que supone tener una
educación de nivel superior. Aunque a veces no san capaces de
percibirlo, con los años tomaran consciencia de ello, estoy seguro.
Además, continúo deseando aportar mi grano de arena al debate
geográfico, a la evolución y el crecimiento de nuestra especialidad
científica que, como les digo a menudo a mis compañeros de
departamento, es la ciencia de la que me enamoré a los quince
años, permítanme que lo exprese de este modo también aquí.
Así que a partir del curso 2022-2023 mi actividad
geográfica principal va a ser la que lleve a cabo en la
administración metropolitana de Barcelona, donde ejerzo
profesionalmente desde hace, también, treinta años acompañado
por un grupo de geógrafos y geógrafas excepcionales, algunas
bien jóvenes, que me ayudan a mantener mi interés por nuestra
ciencia. Me reconforta pensar que ellos y ellas, si así lo desean,
podrán continuar el trabajo que emprendimos nosotros.
Hasta aquí esta introducción. Es conveniente que ahora
me centre en lo que deseo explicarles.

70
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

PRIMER CONTACTO, 1985-1989


Antes de hablar sobre mi primer contacto con los SIG,
quizás sea conveniente mencionar cómo y porqué llegué a la
Geografía. Mi interés por esta especialidad científica empezó
mientras cursaba el segundo año del entonces denominado
Bachillerato Unificado Polivalente (BUP), allá por 1982, Entre las
materias que se impartían, había una “Geografía”, cuyos
contenidos se centraban en aspectos relativos a la “Geografía
Humana y Económica del mundo actual”, según rezaba la
portada del libro de texto que empleábamos. El profesor
encargado de la materia, Josep Sanmartí, ahora un amigo, supo
transmitirme a través de los contenidos de la asignatura y de sus
observaciones dos cosas muy importantes. En primer lugar, que
era necesario observar lo que sucedía a nuestro alrededor con
interés y espíritu crítico y, en segundo lugar, que la Geografía
podía ayudarnos a interpretar y comprender el mundo.
Con esos elementos bajo el brazo, en 1985 aterricé en la
Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Barcelona
con la intención de realizar mis estudios geográficos. Cabe
mencionar que el primer curso de la licenciatura era, por aquel
entonces, común a todos los alumnos de nuevo ingreso en la
facultad, de manera que aquel año la única materia vinculada con
la Geografía era una asignatura que se denominaba
“Introducción a la Geografía”. Mi experiencia durante ese primer
curso respecto de la Geografía que a mí me interesaba no fue todo
lo gratificante que esperaba. Aunque mi intención era cursar la
especialidad geográfica a partir del segundo año, con la
experiencia vivida aquel curso decidí replantearme esa opción,
escogiendo para mi segundo año universitario un itinerario
llamado “Historia General y Geografía” que se impartía en la
facultad.
Previendo que quizás más adelante decidiera retornar el
camino puramente geográfico, aquel segundo año me matriculé

71
Una historia, dos lugares

en las asignaturas que correspondían al itinerario mixto


mencionado, pero incluyendo en él aquellas asignaturas que eran
obligatorias en el programa propiamente geográfico. Al final del
curso académico 1986-1987, habiendo realizado las materias
correspondientes, decidí que deseaba volver a retomar el camino
puramente geográfico y abandoné definitivamente aquella
especialización y las materias no vinculadas con la Geografía.
En el curso 1987-1988 tuve mi primer contacto con los
mapas, en una asignatura que impartía el Dr. Josep Maria Rabella
llamada “Cartografía”. Aquella materia, una mezcla de arte y
técnica como la definía por aquel entonces el profesor Rabella, me
fascinó. Recuerdo que compré todos los artilugios de dibujo
técnico que se recomendaron en clase, el excelente manual de la
asignatura “Elementos de Cartografía” (escrito originalmente por
Robinson, Sale, Morrison y Muehrcke y cuya versión española de
la quinta edición inglesa, había sido publicada precisamente en
1987, siendo revisada por el propio profesor Rabella y el Dr. Josep
Maria Panareda (Figura 1) y el estupendo Atlas de la Enciclopedia
Británica. Me lo pasé en grande cursando aquella asignatura,
aprendiendo los fundamentos cartográficos que después he
usado tanto. Sobre la escala, sobre las proyecciones cartográficas,
sobre la generalización, sobre la cartografía general y la temática.
Debo decir que recuerdo todo muy bien no sólo porque prestara
atención en clase (algo que recomiendo siempre a mis alumnos y a
los que estén ahora estudiando y leen este texto), sino también
porque aún conservo todos los apuntes de la materia. De esa y de
todas las demás que cursé entre 1985 y 1992. Además, en algún
momento impartí clases de Cartografía en cursos de verano para
profesores de secundaria y aún hoy en día persigo amistosamente
a mis alumnos y compañeros de trabajo con preguntas cuyas
respuestas estaban en los contenidos de esa materia.

72
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

Figura 1. Portada de la obra Elementos de Cartografía

Autoría de Arthur H. Robinson, Randall D. Sale, Joel L. Morrison y Phillip C.


Muehrcke. La edición española fue publicada por la editorial Omega en 1987 y
revisada por los doctores Josep Maria Rabella Vives y Josep Maria Panareda Clopés.

Puedo afirmar que durante aquel tercer curso de la


licenciatura fue cuando pude apreciar verdaderamente cuanto
me gustaba la Geografía y que, como intuí durante mi segundo
curso de bachillerato, aquella ciencia podía ayudarme a
comprender el mundo que me rodeaba. De aquella época
recuerdo los textos geográficos de la colección “Nuevo
Urbanismo” que editaba el Instituto de Estudios de la
Administración Local o los de la editorial Gustavo Gili sobre
urbanismo. Recuerdo las sesiones en clase en las que se hablaba
sobre los paradigmas geográficos. Sobre la Geografía Regional,
sobre la Geografía Teorético-Cuantitativa, sobre la Geografía
Crítica y como los profesores nos exponían a los trabajos de
geógrafos como Chorley, Carter, Hagge , Harvey, Vilá Valentí,
Capel o Carreras y nos obligaban a leer, algo fundamental si uno
desea aprender con fundamento cualquier temática.

73
Una historia, dos lugares

Mi interés geográfico se centraba, especialmente, en la


Geografía Humana. Disfrutaba con las materias que trataban
temas demográficos, económicos o urbanos, precisamente
porque me permitían entender lo que sucedía a mi alrededor. Con
los años y el devenir de los acontecimientos, he comprendido que
tan importantes e interesantes son esos conocimientos que a mi
tanto me atraían, como los vinculados con la Geografía Física o la
Geografía Regional y creo que, hoy en día, en la situación que nos
encontramos, en un contexto de crisis medioambiental global, de
limitación de recursos, de injusticia social y de dinamismo
demográfico acelerado, propios de un capitalismo depredador
con severas disfunciones, que se extiende geográficamente a
todos los rincones del planeta y no deja de expandirse hacia
nuevas esferas con los objetivos fundamentales de la
acumulación, el crecimiento, el consumo sin límites y la
mercantilización de todas las cosas, todos ellos son
imprescindibles. La Geografía, hoy más que nunca, con la ayuda
de las Tecnologías de la Información Geográfica (TIG) y
singularmente los SIG, retoma el protagonismo que, quizás, antes
no se le reconocía. Observemos, por ejemplo, el periodo
pandémico que aún vivimos y analicemos el papel tan importante
que nuestra especialidad y el enfoque espacial de este “hecho
social total” (Ramonet, 2020) han tenido. Veamos los cambios
geográficos y sociales acontecidos (Buzai, 2021), las tecnologías
geográficas usadas para analizar la pandemia (Buzai, Ruiz, 2022)
y comprenderemos cuán importante es nuestra especialidad.
Durante el curso académico 1988-1989, el cuarto de mi
licenciatura, fue cuando se produjo el primer hecho significativo
que vincularía definitivamente mi trayectoria académica y
profesional con los SIG. Ahora que lo pienso bien, ocurrieron no
sólo uno, sino tres hechos significativos. Por orden de menor a
mayor relevancia debo mencionar, en primer lugar, mi asistencia
a las clases de la asignatura “Didáctica de la Geografía” que

74
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

impartía el profesor Dr. Agustín Hernando y para la cual realicé


un trabajo sobre lo que entonces titulé erróneamente “La
enseñanza informatizada de la Geografía”, en el que planteaba la
posibilidad de utilizar los ordenadores para enseñar Geografía,
de hecho, parar “hacer Geografía”. Recuerdo haber consultado la
obra “Aplicaciones de la informática a la Geografía y ciencias
sociales” (Bosque Sendra et al. 1988) y descubrir que con un
ordenador se podían hacer cosas muy interesantes y divertidas en
Geografía. Aunque por aquel entonces no entendí demasiado
bien muchos de los contenidos que se exponían en aquel texto,
conocer aquellas posibilidades tecnológicas llamó
poderosamente mi atención.
En segundo lugar, la adquisición de un ordenador
personal. Después de mucho insistir, mi padre accedió a comprar
uno. No es que en nuestra casa viviéramos nadando en la
abundancia, ni nada de eso, pero mi padre tenía claro que la
educación era fundamental y que para que la de sus hijos llegará a
buen puerto procuraría ofrecerles las mejores condiciones
posibles (en eso y en otras muchas cosas yo sigo su ejemplo).
Como muestra de esa actitud diré que durante años se preocupó
para que tuviéramos libros de consulta en casa y así consiguió
reunir en el mueble-librería del comedor cuatro enciclopedias
(Enciclopedia Universal Sopena, Enciclopedia Salvat Monitor,
Enciclopedia Infantil Argos, Enciclopedia Catalana), diversos
diccionarios y otras obras para consulta que los tres hermanos, los
primeros y los únicos en nuestra familia próxima en tener
titulaciones universitarias, usábamos en nuestros trabajos para la
escuela. Los más jóvenes, acostumbrados como están al mundo
digital que les rodea con miles de tecnologías disruptivas
apareciendo constantemente a su alrededor, deben entender que
tener un ordenador en casa en aquel entonces era algo totalmente
único y excepcional. Los había en instituciones o empresas, pero
en los hogares particulares no. Su precio era muy elevado y casi

75
Una historia, dos lugares

nadie les veía un sentido fuera del ámbito profesional. No


recuerdo porque yo sí se lo veía, pero tenerlo en aquel momento
me dio lo que ahora llamaríamos una “ventaja competitiva”
respecto de mis compañeros que me ha permitido vivir más o
menos tranquilo hasta hoy en día. Finalmente, compramos un
ordenador PC IBM 5150 con un procesador Intel 8088 a 4,77 Mhz,
256 KB de memoria RAM, dos unidades de disco de 5,1/4
pulgadas, un monitor de fósforo verde sin capacidad gráfica y
una impresora matricial IBM Proprinter II (al cabo de un año
añadimos al PC un disco duro de 20MB, una tarjeta gráfica CGA y
una expansión de memoria de 384 KB adicionales). Recuerdo,
cuando fuimos a recogerlo al comercio distribuidor oficial
autorizado por la marca, que el comercial me indicaba como debía
usarse y como yo no entendía nada de nada. Me mostraba unos
gruesos manuales que describían el funcionamiento de la
máquina y del sistema operativo y yo asentía con la cabeza sin
comprender donde me estaba metiendo.
Con el ordenador ya en casa, me limitaba cada día a
ponerlo en funcionamiento, a introducir un disco de arranque que
contenía el sistema operativo y a observar fascinado como el
cursor al lado del prompt parpadeaba en la pantalla. Nada más.
Así durante un par de semanas completas. Mi padre me
preguntaba cada día como había ido el aprendizaje y yo le mentía
diciéndole que bien, que iba aprendiendo todo. Un día me dijo
que el hijo de un compañero suyo de trabajo estaba estudiando
veterinaria en la Universidad de Zaragoza y que podía
“proveernos” de programas para el ordenador. Por aquel
entonces sólo disponíamos de una suite básica de programas de la
propia IBM, la serie Assistant, que se distribuía con los equipos e
incluía un procesador de textos, una base de datos, un generador
de gráficos, una hoja de cálculo y un generador de informes. Me
puse en contacto con aquella persona y empezaron a llegar
programas como Wordstar, Wordperfect o Le rix, al que, saqué

76
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

un buen rendimiento confeccionando trabajos para las


asignaturas con estupendas tipografías que entusiasmaban a mis
compañeros y compañeras. Debo confesar que teníamos un trato
al respecto de este programa y de mi ordenador que facilitó mi
tránsito por algunas asignaturas. Mientras ellos trabajaban en la
recopilación de datos y en la preparación de los trabajos de cada
materia, yo me dedicaba a transcribirlos al PC y los imprimía
usando el programa mencionado, con lo que conseguíamos
redondear cada entrega.
Con la llegada de los nuevos programas decidí que,
definitivamente, debía aprender a usar aquella cosa. Recuerdo
clarísimamente que una noche me fui a dormir diciéndome a mí
mismo que al día siguiente sería capaz de ello. Y así fue. Al
despertarme me senté frente al teclado y hasta hoy. Continúo
usando este método aun actualmente. Aproximaciones sucesivas,
prueba y error. Probar y probar hasta que llega el click mental y
todo fluye. Ahora en mis aprendizajes, suelo practicar la filosofía
del liceo peripatético. Ando de aquí para allá dándole vueltas a las
cosas y hablando solo en voz alta para sorpresa de los que me
observan sabedores que cuando hago eso, significa que van a
tener trabajo. Cuando llegan las ideas suelo decirles que he tenido
“una visión”, como la que tuve aquella noche, y se ríen. El buen
humor nunca debe faltar.
El tercer hecho significativo fue la llegada de una noticia a
principios de curso que corrió rápidamente entre todos los
alumnos de la especialidad. Según esa información el Dr. Carles
Carreras, catedrático de Geografía del Departamento de
Geografía Humana, había conseguido dos plazas para que dos
alumnos fueran a estudiar a una universidad extranjera. Se
comentaba que se trataba de ir a estudiar a la universidad
neerlandesa de Utrecht, a aprender algo que llamaban “Sistemas
de Información Geográfica”, una cuestión “relacionada con los
ordenadores y los mapas”, según nos explicaban para que lo

77
Una historia, dos lugares

comprendiéramos. Aquella estadía formaba parte del


recientemente creado programa Erasmus de intercambio de
alumnos y profesores entre universidades del continente.
Establecido en 1987, el programa buscaba fomentar las relaciones
académicas transnacionales en el marco de la entonces
denominada Comunidad Económica Europea, en una época en la
cual la idea de Europa resultaba bastante más atractiva de lo que
resulta ahora.

EL PROGRAMA ERASMUS, 1990


Aquel primer año del programa Erasmus Barcelona-
Utrecht, la beca la disfrutaron dos compañeros de curso un año
mayores que yo, Lluís Garcia y Adolf Vallejo. El Dr. Carreras
bromeaba con la asignación diciendo que les enviaba a ellos a
Utrecht porque eran muy altos y eso haría quedar bien a los
habitantes del sur de Europa allá arriba en el norte. Me alegré
mucho de que fueran ambos los elegidos y esperé a que volvieran
para ver cómo les había ido.
A finales de curso ambos reaparecieron retornados de
los Países Bajos con infinidad de experiencias nuevas y un cúmulo
de conocimientos que al resto nos parecían ciencia ficción.
Recuerdo claramente una conversación con Lluís Garcia en la que
me explicaba que era lo que habían ido a hacer. Se habían pasado
un montón de horas sentados frente a un ordenador aprendiendo
a manejar un software llamado Arc/Info y otras tantas pedaleando
desde De Bilt a De Uithof, contra ese viento imposible que en los
Países Bajos parece soplar desde todas direcciones.
Lluís y Adolf me mostraron el trabajo que habían hecho
y, sabedores cómo eran que yo disponía de un ordenador con el
que ya trabajaba con cierta soltura, me animaron a que fuera a ver
al Dr. Carreras para interesarme por la beca para el curso
académico 1989-1990. Y así lo hice. Nuevamente, el ordenador

78
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

adquirido por mi padre y los conocimientos que, con esfuerzo,


había acumulado fueron decisivos. Mi interés por las nuevas
tecnologías y por la aplicación de estas a la Geografía parecían
encajar bien en el marco de aquella beca.
En la primavera de 1989, alrededor del mes de mayo, fui
a ver al Dr. Carreras a su despacho y le solicité poder ir a Utrecht
con la beca Erasmus a hacer “lo que habían hecho Lluís y Adolf”.
Me dijo que le parecía bien, pero que debíamos esperar unos días
por si acaso había más gente interesada en ir. Si había más, él
debería valorar quién podría acceder a la beca, creo que me dijo
que lo haría analizando los expedientes académicos de cada uno.
Transcurrieron un par de semanas y un día me citó a su despacho
y me comunicó que había sido escogido. Si la memoria no me
falla, diría que candidatos no hubo muchos. Entonces ir al
extranjero era algo poco habitual, dificultoso por diversas
cuestiones relativas a los costes, al idioma (debía hablarse en
inglés) y a la falta de hábitos entre los estudiantes (algo, que
afortunadamente ha cambiado mucho), Una vez confirmada mi
elección me apliqué en mejorar mi inglés y a base de muchas horas
y esfuerzos conseguí el nivel necesario para emprender mi
estadía.
Empezó el curso 1989-1990, el último de mi licenciatura,
con el objetivo de tenerlo todo preparado para marchar. Las
conversaciones con los profesores de las asignaturas que cursaba
aquel año se sucedían para explicarles que había sido elegido para
ir a Utrecht a aprender a “hacer mapas con un ordenador” y para
ver cómo deberíamos organizar las asignaturas y las evaluaciones
de estas. Debo decir que todos ellos, sin excepción, fueron
totalmente receptivos a mis explicaciones. El Dr. Panareda en la
asignatura de Biogeografía y el Dr. Vilá Valentí en Teoría e
Historia de la Geografía (que entonces tenía a su hijo licenciado en
Física estudiando en la universidad noruega de Bergen cuestiones
relativas a la dispersión de plumas de gases contaminantes en la

79
Una historia, dos lugares

atmósfera), entre otros, sólo me dieron facilidades. Les agradezco


mucho que así lo hicieran. Justo después de las fiestas de
Navidad, recién estrenado 1990, me fui a Utrecht con Rosa
Fragua, una compañera de curso, que también optó y logró la
beca.
Allí estuve cuatro meses aprendiendo todo lo que pude.
A nuestra llegada, los miembros del Departamento de Geografía
de la Universidad de Utrecht nos recibieron abiertamente. El
profesor Dr. Rob Van der Vaart, que coordinaba la estancia de los
alumnos Erasmus, nos puso en contacto con el grupo de trabajo
dedicado a los Sistemas de Información Geográfica a cuyo frente
estaba el Dr. Peter Burrough, autor del libro Principles of
Geographical Information Systems for land resources assessment
(Burrough, 1986), el primer manual académico sobre SIG
publicado en 1986. Nosotros trabajábamos bajo la supervisión del
Dr. Stan Geertman, que se ocupaba de que tuviéramos todos los
medios necesarios para poder realizar nuestro trabajo. Recuerdo
que una de las primeras cosas que nos facilitaron para llevar a
cabo nuestra labor fue un disco duro portátil que llevaba adherida
una etiqueta con la palabra “spanjaarden” escrita sobre ella. Unos
días después supe que eso quería decir “españoles”.
Trabajábamos en una habitación sin ventanas desde las
nueve de la mañana hasta las cinco de la tarde, elaborando una
base cartográfica digital de términos municipales de Cataluña a la
que teníamos que vincular los datos del Banco de Estadísticas
Municipales (BEM) que nos había proporcionado en un listado en
papel el Instituto de Estadística de Cataluña. El trabajo, acordado
con el Dr. Carreras, consistía "sólo" en digitalizar la base
cartográfica y asociar la base de datos digital creada a partir del
BEM analógico. La tarea, vista desde la perspectiva actual, no
tenía nada de especial, pero entonces era simplemente magia.
¿Cómo era posible convertir unos papeles en un mapa digital
dentro de un ordenador y después consultar los datos que se

80
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

asociaban a cada municipio directamente en la pantalla? Todo eso


nos parecía un gran misterio.
Lo he dicho muchas veces y ahora volveré a repetirlo
aquí. Aquellos cuatro meses cambiaron mi vida geográfica (y la
personal, también) de arriba a abajo. Y eso debo agradecérselo al
Dr. Carles Carreras. Muy especialmente. Por un motivo u otro,
decidió otorgarme una beca que me dio la posibilidad de entrar en
contacto con un grupo de científicos líderes mundiales y con una
materia geográfica que se ha revelado absolutamente
revolucionaria para nuestra especialidad y para muchas otras
ciencias que de una u otra forma estudian el territorio. Pensar que
lo que hacíamos como podíamos, con cuatro papeles y un
ordenador que todo el mundo manoseaba, acabaría suponiendo
una revolución para la Geografía y para la vida de las personas
era, por entonces, algo inconcebible.
Figura 2. Credenciales como alumno de la Universidad de Utrecht

El primero de ellos, es el carnet de estudiante y el segundo, el que me permitía acceder


a las bibliotecas de la universidad.

81
Una historia, dos lugares

De aquellas horas encerrados en aquel cuartucho


recuerdo muchas cosas. En primer lugar, la exposición a un
ambiente distinto al habitual, en un país extranjero y en una
universidad que no era “la mía”. Con horarios, costumbres y
maneras diferentes. Amoldarse a eso a los veintidós años no fue
una tarea sencilla, pero, como diríamos coloquialmente, fuimos
haciendo. Recuerdo la primera entrevista con el profesor Van der
Vaart en la que le expusimos cuales eran nuestras intenciones y
que es lo que íbamos a hacer. Le explicamos lo que habíamos
acordado con el profesor Carreras y no le pareció mal, así que nos
dejó hacer. Creo que debido a la novedad de la situación de las
becas Erasmus tuvimos esa gran suerte, la de poder experimentar
y aprender por nuestra cuenta, con algunas indicaciones, muchos
manuales y poca cosa más. Sé que a alumnos de años posteriores
no se les dejó trabajar tan libremente y se les ofrecieron cursos
concretos que se impartían en aquella facultad. No fue nuestro
caso y eso me alegra.
En segundo lugar, me acuerdo como esa gran libertad
nos trajo varios dolores de cabeza. Aún comento con mis alumnos
y compañeros de trabajo más jóvenes cuando les explico los
principios topológicos, que entiendo perfectamente que les cueste
comprenderlos porque a mí me llevo dos semanas entender un
párrafo del manual de PC Arc/Info que trataba sobre el tema. Me
costó tanto que aún hoy en día tengo aquel manual sobre mi mesa,
ahora mientras escribo estas líneas. Lo tengo para recordar los
esfuerzos que he dedicado a la Geografía y a los SIG y para
bromear con ello. El manual lleva por nombre ARC/INFO. Data
model, concepts and key terms y en la página 13 del capítulo 1 se
puede leer el párrafo en cuestión: “Topology is a procedure for
explicity defining spatial relationships. The principle in practice is
quite simple. Different types of spatial relationships are
expressed as list of features (e.g., an area is defined by the arcs
comprising its border).”.

82
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

El número de nuevos conceptos contenidos en esta frase


es inmenso para alguien que acaba de empezar a navegar en el
océano de los SIG, que sólo ha leído trece páginas de un manual y
que, además, lo hace solo. Topología, definición explícita de
relaciones espaciales, listas de elementos, área definida por los
arcos que constituyen el límite de un polígono. ¡Caramba! Con la
práctica diaria comprendimos que la topología nos permitía
mantener la coherencia espacial de nuestros datos, comprobar
errores y subsanarlos, es decir, lograr que lo que hacíamos
estuviese bien hecho.
En tercer lugar, recuerdo como cada mañana registrábamos
las coordenadas del mapa que usábamos para digitializar los
límites municipales y que a medida que pasaban los días, debido a
la deformación que sufría el papel, era más difícil conseguirlo. A
medida que pasaban las semanas el error RMS (otro concepto
ka iano) que devolvía el sistema al registrar la hoja era mayor, lo
que nos obligaba a re-registrar la hoja varias veces hasta conseguir
dejarlo por debajo de 0.003, que era lo que indicaba el manual del
programa. Descubrimos que el papel era un mal amigo de la
digitalización y que era mejor usar soportes indeformables tipo
Mylar o similares, que es lo que acabé usando unos años después.
También descubrimos que la constancia y la insistencia eran unos
buenos aliados en el mundo SIG y en la vida en general.
Otra cosa que recuerdo vívidamente es la biblioteca de
aquella facultad. Era impresionante. Por aquel entonces en la
Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Barcelona
había una biblioteca principal cuyo edificio recordaba un platillo
volante y como tal, todo el mundo llamaba “el OVNI”, pero los
Departamentos de Geografía tenían la suya propia, muy
pequeña, aunque suficiente. En la biblioteca de la facultad de
Utrecht había de todo, incluso un pequeño lugar donde comprar
libros. Recuerdo que entonces en el Departamento de Geografía,
que estaba situado unas plantas por encima de dicha biblioteca en

83
Una historia, dos lugares

un edifico inmenso que aún existe hoy en día, había una gran
expectación pues se esperaba la llegada de nuevos ejemplares del
libro escrito por el profesor Burrough (figura 3). Un día, de
repente, llegó la noticia que en la tienda de la biblioteca había
ejemplares disponibles. Recuerdo las carreras por conseguir uno.
Tuve la suerte de llegar a tiempo para hacerme con un ejemplar.
Aquel libro inauguró mi propia biblioteca sobre la temática SIG
que hoy en día ocupa un par de estanterías Billy de Ikea. Como ya
he dicho con anterioridad, la lectura es fundamental en el camino
de aprendizaje de cualquier materia. Si uno desea, además, ser
experto en algo resulta imprescindible.
Figura 3. Libro Principles of Geographical Information
Systems for land resources assestment

El libro de Peter Borrough fue el primer libro sobre SIG que adquirí. El texto fue
actualizado unos años después de su primera publicación por el propio autor y
Rachael A. McDonnell y continua siendo considerado una referencia hoy en día.

Un elemento adicional y sorprendente que existía en


aquella facultad era la sala de ordenadores. Se trataba de un

84
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

espacio habilitado a propósito con alrededor de veinticinco PCs


destinados a los alumnos que cursaban sus estudios en el edificio,
todos ellos con capacidades gráficas para trabajar con programas
SIG. Aquella sala resultaba impresionante para alguien que venía
de un departamento en que había un solo ordenador para uso
común (aparte de los que pudieran tener los profesores
particularmente), un Olive i M240 con el que se podían consultar
listas Gopher de universidades lejanas e imprimir algunos textos
en papel continuo. Recuerdo que en todas las máquinas estaban
instalados dos programas llamados Atlas Graphics y Atlas Draw
que, si no estoy equivocado, acabaron siendo fusionados años
después en uno solo llamado Atlas GIS. Además de estos
programas en la facultad existían licencias de DeltaMap y PC
Arc/Info, estos últimos únicamente disponibles en algunos
ordenadores.
Mientras avanzábamos poco a poco en nuestro
aprendizaje y con nuestro trabajo, en el mes de abril se celebró en
Amsterdam el congreso EGIS 1990, la primera conferencia
europea sobre Sistemas de Información Geográfica, a la que
asistimos mi compañero Lluis Garcia, que se desplazó desde
Barcelona a Utrecht para el evento y un servidor. Aún conservo
los dos volúmenes de comunicaciones que fueron editados por
miembros de la Facultad de Ciencias Geográficas de la
Universidad de Utrecht (figura 4). De entre todos los ponentes,
sólo tres eran españoles, dos de ellos el Dr. Joaquín Bosque Sendra
y el Dr. Antonio Moreno Jiménez que presentaron conjuntamente
una comunicación llamada “Facility location análisis and
planning: a GIS approach”.

85
Una historia, dos lugares

Figura 4. Libro del EGIS ’90

Portada del volumen 1 de las comunicaciones presentadas en la Primera Conferencia


Europea sobre Sistemas de Información Geográfica, EGIS '90, celebrada en
Amsterdam en abril de 1990.

Así, asistiendo cada día a la facultad durante unas ocho


horas, llegó el mes de mayo y el momento de regresar a Barcelona.
Cargado con dos bolsas inmensas, una de las cuales llena de libros
con la que descubrí que el saber no ocupa lugar, pero pesa, una
bicicleta y un buen número de nuevas experiencias y
conocimientos, tomé un autobús de larga distancia en la estación
central de Utrecht y regresé a casa.
Como ya he mencionado anteriormente, mi experiencia
neerlandesa cambio mi vida geográfica de arriba abajo. Durante
aquellos meses descubrí que a lo que me quería dedicar era a
aquello, a hacer mapas con un ordenador, que es la frase que
todavía uso por comodidad y para ser breve cuando alguien me
pregunta a que me dedico. También he dicho que los cuatro meses
en Utrecht cambiaron mi vida personal. Conocí a personas con las

86
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

cuales todavía mantengo la amistad, un heterogéneo grupo de


estudiantes europeos con los que hablamos por whatsapp muy a
menudo y he conseguido vivir de lo que aprendí allí y consolidé
después durante treinta años. Por algún tiempo pensé que todo lo
que me había sucedido en mi vida profesional y académica a
partir de la beca Erasmus, había sido por puro azar. Pero a medida
que pasan los años me doy cuenta de que, si ha habido azar, ha
sido poco y que lo que más ha pesado en mi trayectoria ha sido el
interés y el trabajo que he dedicado a la Geografía y a los SIG.

EL LABORATORIO DE CARTOGRAFÍA y GEOGRAFÍA, 1990-1993


Después de esa estancia, de vuelta a Barcelona, sucedió
otro hecho remarcable. El Dr. Carreras consiguió una dotación
económica para adquirir una serie de equipos informáticos que
permitían trabajar con las entonces incipientes tecnologías de la
información geográfica. Con el dinero obtenido se compraron un
ordenador de altas prestaciones con procesador Intel 80386 DX,
una mesa de digitalización Benson 6301 y un plo er de plumillas
Hp DrafMaster MX ambos de tamaño A0, el software SIG PC
Arc/Info, el software para teledetección Jaume Almera Remote
Sensing (JARS) y una escena Landsat 5 TM para estudiar el
fenómeno de la isla de calor en Barcelona.
Con todo aquel equipamiento, que supuso el inicio de
los SIG en el Departamento de Geografía y en toda la Universidad
de Barcelona, y la voluntad fundamental del Dr. Carreras y la de
otros profesores de los que con los años aprendí también
muchísimo (nuevamente el Dr. Josep Maria Rabella y la profesora
Graziana Ramazzini), se constituyó un pequeño grupo de trabajo
que llamamos grandilocuentemente “Laboratorio de Cartografía
y Geografía”.
El conocimiento que el Profesor Carreras tenía sobre
aquellas tecnologías y le hizo presentar un proyecto para

87
Una historia, dos lugares

conseguir financiación para tecnificar la Geografía en la


Universidad de Barcelona, se lo transmitió, según él mismo ha
comentado en varias ocasiones, Jaume Miranda, anteriormente
director del Instituto Cartográfico y Geológico de Cataluña
(ICGC), que le recomendó asistir a una conferencia que el Dr.
David Rhind, uno de los pioneros del mundo del SIG y entonces
profesor en el Birbeck College de Londres, pronunció en 1989 en
el ICGC sobre diseño y organización de datos geográficos en los
SIG. El Dr. Carreras cuando hoy recuerda aquella charla, concluye
siempre su explicación diciendo que él sobre SIG no sabe nada.
Ésta es, sin lugar a duda, una afirmación que no puede estar más
alejada de la realidad. Alguien que fuera capaz de ver en aquellos
años que era necesario hacer una apuesta decidida desde la
Geografía por los SIG, y que la ha mantenido hasta ahora, sólo
puede ser una persona que haya entendido muy bien lo que son
los SIG y lo que representan para la Geografía y para los
geógrafos.
En el Laboratorio trabajábamos como investigadores
contratados a través de la Fundación Bosch i Gimpera de la
Universidad de Barcelona Adolf Vallejo, Núria Benach, Elisabet
Rosa, Jorge Romero, Assumpta Boba, algún otro compañero y
compañera (que sabrá disculparme que no lo mencione porque
mi memoria llega hasta dónde llega) y yo mismo. En aquellos
momentos el grupo tenía en marcha varios proyectos vinculados,
por un lado, a la elaboración de un SIG Metropolitano para la
Mancomunidad de Municipios del Área Metropolitana de
Barcelona (MMAMB) y, por otro, a la confección del Atlas de
Enciclopedia Catalana (EC). Cada uno de nosotros estaba
asociado a un proyecto concreto, en mi caso al metropolitano que
me permitía trabajar cada día con PC Arc/Info.
Mi trabajo, que compartía con Adolf Vallejo, consistía en
elaborar un conjunto de capas digitales de información que al
final del proyecto constituyeron lo que se denominó el “Atlas

88
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

Digital Metropolitano-SIG Metropolitano” (figuras 5 y 6), una de


las tres primeras aplicaciones de los SIG que se llevaron a cabo en
la MMAMB, junto con los trabajos que realizaba la Sección de
Cartografía que en aquellos momentos estaba inmersa en el
proceso de digitalización de las bases cartográficas analógicas del
ente administrativo y los de la Oficina del Sistema Gráfico que
desarrollaban aplicaciones para los ayuntamientos que formaban
parte de la institución metropolitana y necesitaban usar los SIG
para la gestión del recientemente estrenado catastro digital del
estado español. Aquellos trabajos, que principalmente eran de
creación de información digital mediante la digitalización, fueron
el embrión del actual SIG de la Sección de Estudios Territoriales
del Área Metropolitana de Barcelona que dirijo. Algunos de las
capas de información creadas y de las aplicaciones de análisis
propuestas, continúan existiendo hoy en día actualizadas según
los medios, criterios, conocimientos, capacidad y experiencias
acumulados durante estos treinta años.
Figura 5. Lugar # 2 Barcelona. Vegetación 1990. Fisonomía

Atlas Digital Metropolitano-SIG Metropolitano

89
Una historia, dos lugares

Figura 6. Lugar # 2 Barcelona. Evolución de la población 1986-1991

Atlas Digital Metropolitano-SIG Metropolitano

Aquella experiencia en el Laboratorio se prolongó


durante tres años, de 1990 a 1993. Todos aprendimos mucho. Para
mí supuso poder profundizar en el conocimiento de los SIG. Todos
los días, todo el día, sentado frente a la pantalla del ordenador
enfrentándome a “desafíos imposibles” que vistos en retrospectiva
provocan una sonrisa. También lo pasamos muy bien. Imagínese un
entorno de trabajo con varios geógrafos y geógrafas alrededor de
los veinticinco años y se adivinará el porqué.
Mientras trabajábamos en el Laboratorio, todos
hacíamos los cursos de doctorado con el objetivo de intentar
iniciar una carrera académica, en mi caso en el programa del
Departamento de Geografía Física y Análisis Geográfico
Regional. Durante los cursos 1990-1991 y 1991-1992 compaginaba
mi trabajo en el Laboratorio con aquellas clases, que recuerdo

90
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

mucho más distendidas que las de la licenciatura. Quizás porque


había menos alumnos y de edades más avanzadas, el ambiente era
completamente distinto. En aquel doctorado, además de algunos
de mis compañeros de promoción, los había más mayores y con
perfiles académicos y profesionales diversos. Había un par de
físicos interesados en la climatología, uno de ellos responsable del
área de predicción de la actual delegación en Barcelona de la
Agencia Estatal de Meteorología y otro que hoy en día trabaja como
hombre del tiempo en la televisión autonómica catalana. Del
primero recuerdo su cara de estupefacción cuando una profesora,
que no era de su campo de conocimiento, les preguntó si dentro del
cono de uno de los volcanes extintos hace centurias localizados en la
zona central de Cataluña, podía existir un microclima. Los
profesores también metemos la pata de vez en cuando.
Otra anécdota que recuerdo con una sonrisa fue la que
protagonizó el Dr. Vilá Valentí, el actual profesor del
departamento de Historia Moderna de la Universidad de
Barcelona, Dr. Mariano Barrientos y un servidor durante un
examen de la asignatura que impartía el mismo Dr. Vilá Valentí.
Al cabo de unos minutos de empezar el examen, el profesor
empezó a charlar con los alumnos, sentándose entre ellos y
comentando aspectos relacionados con el desarrollo de su
formación, con sus trabajos de investigación, etcétera. En unos
minutos, estuvo sentado entre el Dr. Barrientos y yo mismo
charlando amigablemente para horror del primero que intentaba
concentrarse al máximo en el examen. Al finalizar el mismo,
Mariano exclamaba sorprendido que como era posible que
aquello hubiera sucedido, mientras yo reía y le decía que esas
charlas eran habituales con el Dr. Vilá Valentí, al que yo conocía
previamente por haberlo tenido como profesor en otras tres
asignaturas antes de aquella.
En el contexto del Laboratorio, obviamente, también se
trabajaba para consolidar líneas de trabajo y de investigación, de
la mano del Dr. Carles Carreras y de la del Dr. Josep Maria
Rabella. De aquellos años y de ese trabajo y de la colaboración del

91
Una historia, dos lugares

Dr. Pedro Clavero, entonces jefe de estudios de Geografía, que


apostó fuertemente por las tareas que se hacían, se logró dotar a la
facultad de aulas de ordenadores específicas para trabajar en
aquellos nuevos ámbitos del conocimiento geográfico, los SIG.
Las aulas que hoy en día existen en la facultad son herederas del
trabajo que se hizo entonces y de los esfuerzos que aquella gente y
los que han venido después, como la Dra. Montserrat Salvà, se
han empeñado en hacer, a menudo luchando contra los elementos
algunos de ellos bien cercanos. También de esa época son la tesis
de que la Dra. Núria Benach realizó sobre la producción de la
imagen de la Barcelona de 1992 o la que escribió la Dra. Elisabet
Rosa sobre conceptos, técnicas y problemas de la generalización
cartográfica.
En mi caso, aquellos dos años sirvieron para que
realizara mis primeros pinitos como docente, sustituyendo a
algún profesor que estaba ausente, impartiendo cursos en la
Facultad de Ciencias Económicas de la UB sobre cartografía
aplicada al planeamiento urbano, de Atlas Mapmaker en el Aula
de Informática de la Facultad de Geografía e Historia. También,
para que escribiera mis tres primeros artículos sobre SIG. Dos de
ellos junto a Adolf Vallejo. El primero, un texto informativo sobre
las conferencias EGIS a las que ya me he referido anteriormente
que se publicó a finales de 1990 en la Revista Catalana de
Geografía¹. El segundo, titulado en catalán “Sistemes
d'Informació Geogràfica. Dues aportacions fonamentals a una
eina revolucionària”, que se publicó en la revista Notes de
Geografía Física del Departamento de geografía Física y Análisis
Geogràfico Regional de la UB. El tercero, en solitario acerca de la
conferencia Mapping Awareness que se celebró en Londres en
febrero de 1992 también publicado en la Revista Catalana de
Geografia².

¹Véase h ps://www.icgc.cat/bd/pubs/rcg/RCG_num_13.pdf
²Véase h ps://www.icgc.cat/bd/pubs/rcg/RCG_num_18.pdf

92
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

Igualmente, se produjo mi primera participación en un


congreso como ponente, concretamente, en la Segunda
Conferencia Nacional de la Asociación de Usuarios de Sistemas
de Información Geográfica de Portugal, que se celebró en Porto en
1993 y donde presentamos una comunicación llamada “El Atlas
Digital Metropolitano-SIG Metropolitano”.
En ese mismo momento descubrí, también, que aquello
que estábamos haciendo, trabajar con los SIG desde la Geografía,
no era visto por toda la comunidad geográfica con el mismo
entusiasmo con el que lo observábamos nosotros. En ciertos
círculos se consideraba que trabajar con esos sistemas era poca
cosa más que pulsar unas cuantas teclas y se cuestionaba porqué
se les debía prestar más atención u otorgarles más protagonismo
que a cualquier otra herramienta o técnica ya existente en nuestro
ámbito científico. Goodchild (2006), por ejemplo, indica que en
esos primeros momentos a los geógrafos que trabajábamos con
los SIG se nos consideraba “expertos no intelectuales” que
desperdiciábamos nuestro tiempo y esfuerzos aplicando nuestros
conocimientos en unas nuevas tecnologías de incierto futuro y
que, por ello, estábamos deslegitimados para hacer ciencia
geográfica.
Una muestra de aquella situación que enfrentaba las dos
visiones, fueron los diversos artículos que se publicaron a inicios
de los años 2000 sobre la cuestión. El primero de ellos fue el que
publicó en la revista Geocrítica el Dr. Horacio Capel en el año 2003
con el título “¿Quo vadis Geographia?” (Capel, 2003). En aquel
texto se manifestaba en relación con las pruebas para la obtención
de la habilitación como profesor titular de Geografía Humana en
las universidades españolas que “debería ser inaceptable que un
concursante se presentara a estas pruebas solamente con un
programa sobre SIG”. Como respuesta a aquel texto apareció otro
en el Boletín de la Asociación Española de Geografía firmado por
once autores destacados del ámbito de la Geografía Cuantitativa,

93
Una historia, dos lugares

las TIG y los SIG, que defendía el papel nuclear de las


geotecnologías en la Geografía (Chuvieco et al., 2005). El debate
continuó con la respuesta del propio Dr. Capel. en Biblio 3W
(Capel, 2005) y las de Tapiador (2006) y Pérez Machado (2009) en
esa misma publicación. Quizás el tema quedó zanjado cuando el
Dr. Capel publicó en el año 2012 la revisión de su texto “Filosofía y
ciencia en la Geografía contemporánea” (Capel, 2012) en cuya
portada aparecía la imagen de una tableta que mostraba un mapa
elaborado inequívocamente con un SIG. que incluía un análisis de
proximidad. Para que nos entendamos, un mapa con unos
cuantos “buffers”. La revisión incluía un nuevo capítulo inédito
dedicado, precisamente, a las nuevas geografías y la
neogeografía.
Respecto de la tesis doctoral, después de obtener el
reconocimiento de la suficiencia investigadora, presenté el 29 de
septiembre de 1992 un proyecto que se titulaba “Incidencia de las
nuevas tecnologías en Geografía. El caso de los Sistemas de
Información Geográfica” que debía dirigir el Dr. Josep Maria
Rabella que fue aprobado y que hoy en día aún duerme el sueño
de los justos, del que creo que ya no despertará jamás. De ello soy
el único responsable.
Para escribir estas líneas he buscado en mi disco duro
(también guardo todos mis documentos digitales importantes
desde 1988) y he podido consultar el proyecto presentado y un
índice provisional que en su día elaboré. En el texto del proyecto
se puede leer que el principal objetivo de la tesis era “analizar lo
que suponen los SIG para la ciencia geográfica y para el geógrafo”
desde “una perspectiva teórica/metodológica y
practico/aplicada”, porque “las nuevas tecnologías representan
para la Geografía una oportunidad única que le permitan situarse
en el ámbito científico al mismo nivel que otras especialidades
académicas”. El texto continúa enfatizando el aspecto
revolucionario de las nuevas tecnologías geográficas, su impacto

94
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

sobre nuestra especialidad y sobre el geógrafo que, en el nuevo


contexto, debe adaptarse para poder aprovechar las ventajas que
le confieren las TIG.
Por si alguien se está preguntando, con las manos en la
cabeza, como uno deja de lado una tesis doctoral, debo aclarar que
existen tres motivos fundamentales que explican esta
circunstancia. En primer lugar, la escritura y publicación del libro
Fundamentos de los Sistemas de Información Geográfica (Comas, Ruiz,
1993). En segundo lugar, mi salida de la universidad en agosto de
1993. En tercer lugar, mi inmediata incorporación a la
administración metropolitana de Barcelona, para la que
habíamos trabajado desde la universidad en el proyecto del SIG
Metropolitano, como técnico geógrafo.
Respecto de “Fundamentos de los SIG”, aquello fue
como escribir una tesis. Nos ocupó un año y medio de dedicación
plena y eso, se quiera o no, conlleva un desgaste físico y mental.
En el texto pusimos todos los conocimientos que teníamos
entonces y, según yo lo veía, muchos de los temas que habría
tratado en la tesis. Algunas veces, bromeando, he dicho que mi
tesis es ese libro. Normalmente, en la academia el orden que se
sigue es el inverso, es decir, se escribe una tesis y, a continuación,
si todo va bien, se publica un libro que la difunde más
ampliamente. En esa ocasión, yo empecé la casa por el tejado. Aún
y así, la casa construida a lo largo de estos treinta años ha quedado
muy bien. Quiero decir, que a lo largo de este tiempo he podido
continuar tratando los temas que planteamos entonces y lo que no
dije cuando escribimos “Fundamentos”, lo he dicho después, si
cabe con más conocimiento de causa (cosas de la edad). He tenido
la suerte de poder hacerlo solo o acompañado de especialistas de
primer nivel (Gustavo Buzai es uno de ellos) y estoy contento y
agradecido por las oportunidades habidas. Sin ser doctor, me he
sentido tratado siempre como un igual entre los miembros de la
academia y eso me alegra.

95
Una historia, dos lugares

Sobre la salida de la universidad, escribir una tesis (de


las de antes) fuera del ámbito universitario era algo excepcional.
Hace treinta años las tesis las escribían únicamente las personas
que se iban a dedicar plenamente a la docencia e investigación
u n i ve r s i t a r i a , n o l a s q u e o p t a b a n p o r l a v í a d e l a
profesionalización. Lo hacían después de años de trabajo, a modo
de culminación de una trayectoria científica. Su defensa marcaba
un punto álgido en su carrera, en cierto modo el reconocimiento a
los conocimientos y experiencias acumulados a lo largo de los
años. Pienso ahora mismo en la tesis doctoral del Dr. Rabella, mi
profesor de Cartografía, mi director de tesis y mi amigo. Una tesis
sobre los atlas, específicamente sobre los atlas escolares. Un
monumento (con todas las letras de la palabra) que presentó
cuando debía rondar los cuarenta años, acumulando un bagaje y
unos conocimientos que ya los quisiera yo para mí. Ahora, las
tesis ya no se hacen así. Se escriben y presentan pocos años
después de haber terminado una formación organizada
actualmente, en España, en un nivel de grado de cuatro años y
uno de máster de un año adicional, con doctorandos que obtienen
su título con una edad que suele rondar la treintena. De este
modo, las tesis actuales suponen el inicio de la carrera científica, la
puerta de entrada al mundo de la investigación que se deberá
consolidar con los años, principalmente, a base de publicar
artículos en revistas indexadas y de impacto. Sobre estas
cuestiones me limitaré a comentar en este texto que, en cualquier
caso, todos estos procesos, ya sean más largos o cortos, ya sea que
impliquen unas tareas u otras, deben ser contemplados
críticamente y analizados con rigor para intentar siempre
mejorarlos y evitar que se generen dudas sobre su idoneidad, si es
que se puede hablar en estos términos.
Respecto de mi incorporación a la MMAMB, esta se
produjo a mediados de agosto de 1993. Como ya he dicho, escribir
una tesis estando dedicado profesionalmente a la Geografía era

96
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

algo totalmente inusual. Objetivamente, una tesis doctoral servía


para poco si uno iba a estar fuera de la universidad y carecía de
sentido dedicarle esfuerzos y tiempo, si se tenía en cuenta,
además, que el trabajo metropolitano ocupaba ocho de las
veinticuatro horas del día y se debía compatibilizar con la vida
personal que aspiraba a ser rica y variada.
Debo decir que la posibilidad de trabajar
profesionalmente como geógrafo abrió mis perspectivas y mi
mente. Nuevamente tuve la suerte de tropezar en ese nuevo ámbito
con profesionales excepcionales que me ayudaron y me enseñaron
del mismo modo que lo habían hecho mis profesores en la
universidad. Josep Serra y Montserrat Otero son dos de esas
personas. Escribí en alguna ocasión que, en este aspecto, he sido
muy afortunado. A lo largo de los años me he ido cruzando con
personas interesantes e inteligentes de las que he aprendido mucho
y, a mí, me encanta aprender porque aprender es algo bueno.
Hay una cosa muy importante y positiva en ese tránsito
desde la academia a la profesionalización, que es que la marcha de
la universidad, de hecho, no fue tal. Quiero decir que sí que me
marché, pero nunca dejé la universidad. No sólo porque volviera
a ella a partir de 1994 impartiendo conferencias, clases en
másteres y postgrados o cursos de especialización y haya
continuado hasta 2022 como profesor asociado y vinculado a
diversos proyectos de investigación en la misma universidad y en
el mismo departamento donde realicé mis estudios, sino porque
mentalmente nunca me fui.
Resulta que me encanta la universidad y la docencia. He
disfrutado y he padecido mucho desempeñando esta actividad.
He compartido horas con alumnos excelentes y con alumnos no
tan buenos. He intentado, por una obligación moral
autoimpuesta, compartir los conocimientos adquiridos a partir de
mi estancia en Utrecht y a lo largo mi carrera profesional con los
geógrafos y geógrafas en formación.

97
Una historia, dos lugares

Este “no salir de la universidad” me ha permitido


compatibilizar el trabajo profesional con la docencia lo cual, a mi
entender, me ha dado una perspectiva distinta sobre la Geografía
a la que tienen los que se dedican a una sola de estas actividades.
No sé si este punto de vista obtenido es mejor, pero sí sé que es
más rico y estimulante que el que hubiera obtenido ejerciendo una
sola actividad.

FUNDAMENTOS DE LOS SISTEMAS DE INFORMACIÓN


GEOGRÁFICA, 1991-1993
Alrededor de 1991 el Dr. Vilá Valentí contactó conmigo
para ofrecerme la posibilidad de escribir un manual sobre SIG
para la editorial Ariel, con la que él colaboraba desde hacía años
como asesor de la colección Ariel Geografía. El Dr. Vilá Valentí
siempre que me veía por los pasillos del departamento me
preguntaba cómo iban las cosas con “esas máquinas infernales”
con las que trabajábamos. Yo, con el mismo humor que él siempre
tenía, le respondía que muy bien, fuera o no una realidad. El Dr.
Vilá Valentí valoraba mucho el hecho que los alumnos hubieran
estudiado en el extranjero, quizás porque él también lo hizo en la
Universidad de Burdeos con el geógrafo francés Louis Papy,
experiencia a la que se refería a menudo.
Un día me llamó a su despacho y me dijo que existía esa
posibilidad, de la cual, si no recuerdo mal, habíamos hablado
sucintamente en alguna ocasión. Resultaba que había contactado
con él un joven licenciado de la Universidad de Girona llamado
David Comas (hoy Dr. David Comas, fundador y CEO de la
empresa Nexus Geographics, líder en España dentro del sector de
la geoinformación y dedicada a este mundo desde hace
veinticinco años) para sondearle sobre esta posibilidad. Me
informó que le había mencionado nuestras conversaciones y que
le había propuesto la posibilidad de escribirlo en co-autoría.

98
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

Resultaba que con David habíamos coincidido en Utrecht, donde


él también estudió durante el año 1990 y nos conocíamos. Así que
sin ningún problema nos pusimos de acuerdo en escribir aquella
obra a cuatro manos.
Lo primero que nos encargó el Dr. Vilá Valentí fue
hablar con los editores de la colección Ariel Geografía, para
comentarles la propuesta de la obra, sus contenidos y organizar
los trabajos a realizar a partir de ese momento. Aunque hay
lagunas en mis recuerdos de todo el proceso de escritura, sí que
recuerdo claramente algunas cosas del tiempo que dedicamos a
ese trabajo, como por ejemplo el reparto de las tareas que, una vez
elaboradas, eran sometidas a la revisión mutua. Recuerdo que por
aquel entonces compré todos los libros editados sobre SIG que
pude. Si repaso la bibliografía incluida en la obra y la estantería de
Ikea, ahí continúan todos los manuales que se citan, más los que el
paso de los años han añadido. Ambos leíamos sin parar para
documentarnos. Intentábamos conseguir artículos que sabíamos
que estaban en revistas extranjeras, en un momento en que no
existían las facilidades tecnológicas de hoy en día para lograr ese
objetivo. Por si fuera de interés, la mayoría de los textos llegaron
de una librería de Cambridge llamada Heffers que enviaba por
correo postal su boletín de nuevas publicaciones y a la que se
realizaban pedidos vía fax. Efectivamente, había vida antes de
Amazon.
A medida que íbamos trabajando y pasaban los meses el
documento iba tomando forma. Escribíamos con Wordperfect
versión 5.1 y elaborábamos los gráficos con Aldus Freehand
versión 3.1. Recuerdo que David propuso incluir en el trabajo
unas cuantas entrevistas a actores principales del mundo SIG de
aquel entonces que aparecen en el primer capítulo del libro.
Recuerdo lo que costó convencer a la editorial para que incluyese
imágenes en color de algunas aplicaciones de los SIG. Recuerdo lo
que costó elaborar los apéndices o los índices. Y recuerdo lo que

99
Una historia, dos lugares

costó, al menos a mí, terminar alguno de los últimos capítulos del


libro.
El verano de 1993 lo dediqué por completo al capítulo
cinco, el que trata sobre la creación de los datos geográficos. Como
compensación hacia las personas que tenía a mi alrededor y sufrían
aquel proceso de escritura interminable, decidí que algunas de las
tablas que ilustran el capítulo incluyeran sus nombres. E.Santin es la
persona que me soporta cada día desde hace 36 años. M. Isern era un
vecino y amigo que siempre me preguntaba acerca de cómo iba el
libro. M. Almar es mi madre. Ahí, entre las páginas del libro han
quedado sus nombres escritos y ahora, treinta años después, sus
identidades reveladas. Después del verano de 1993 el libro fue
finalmente publicado (figura 7), estando yo ya incorporado a los
servicios técnicos de la Mancomunidad de Municipios del Área
Metropolitana de Barcelona.
Figura 7. Libro Fundamentos de los Sistemas
de Información Geográfica.

Editado en la colección Ariel Geografía de la Editorial Ariel.

100
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

GEOGRAFÍA ACADÉMICA Y GEOGRAFÍA PROFESIONAL


LOS PRIMEROS AÑOS METROPOLITANOS Y LOS DE LA
UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE CATALUNYA, 1993-2000

Durante la segunda quincena del mes de agosto de 1993 se


produjo mi incorporación a los servicios técnicos de la MMAMB,
la administración metropolitana de Barcelona que hoy en día
recibe el nombre de Área Metropolitana de Barcelona (AMB).
Muy brevemente explicaré que, en la actualidad, esta
administración es la encargada de la gestión del territorio
metropolitano de Barcelona en ámbitos como las políticas
urbanísticas, el espacio público, la ecología (agua y residuos), la
movilidad y el transporte público, el desarrollo social y
económico, la cooperación internacional y la planificación
estratégica. Desde el punto de vista territorial, sus competencias
se circunscriben a un ámbito geográfico de 636 km2 donde habitan
3,2 millones de personas y cuya ciudad más importante es
Barcelona, a la cual se suman treinta y cinco municipios que son
los que forman parte de esta organización.
Mi incorporación a esta entidad fue propiciada por la
finalización del proyecto “Atlas Digital Metropolitano-SIG
Metropolitano”, que llevábamos a cabo en la universidad para la
institución y la necesidad de esta de continuarlo internamente. La
persona encargada de la entonces llamada Sección de Estadística
Territorial dentro del Servicio de Estudios Territoriales, el
geógrafo Josep Serra, propuso al Dr. Carreras y al Dr. Rabella la
posibilidad de esta incorporación indicándoles los requisitos
necesarios. Ellos trasladaron el ofrecimiento a las dos personas
que habíamos estado trabajando en aquel proyecto, Adolf Vallejo
y yo mismo, pero sólo un servidor cumplía una de las condiciones
que resultaba imprescindible para poder concretar la
contratación en prácticas, que era haber terminado la licenciatura
hacía un máximo de tres años. En esa situación, empecé a trabajar

101
Una historia, dos lugares

en la MMAMB a principios de septiembre de 1993 pues, aunque


mi contrato llevaba indicada como fecha de inicio el 15 de agosto,
pedí tomarme los días de vacaciones que me correspondían
durante esa quincena porque a todos nos convenia.
Uno de los cambios que más pude apreciar en mi
incorporación a la MMAMB fue el tecnológico, concretamente
por los medios que existían entonces en aquella administración.
Pasé de trabajar en el entorno del Laboratorio de Cartografía y
Geografía de la UB con un ordenador personal aislado sin
conexión a una red, a un entorno donde todos los ordenadores
estaban conectados, donde había protocolos para todo, donde
había servidores, periféricos de todo tipo. Lo primero que tuve
que hacer fue aprender a usar una máquina Digital Equipment
Decstation 3100 con una versión del sistema operativo Unix
llamada Ultrix, que nada tenía que ver ni en su funcionamiento, ni
en sus prestaciones a un PC. Lo segundo, aprender a imprimir los
mapas generados con Arc/Info versión 6.0, la versión profesional
para estaciones de trabajo de este software, en una impresora
remota. Tengo en un cuaderno anotados todos los pasos que era
necesario hacer y no sé cómo conseguíamos imprimir nada.
Primero se debían pasar los ficheros de la estación de trabajo a un
servidor central VAX. Segundo, recuperarlos del VAX a un PC
donde estaba conectado el plo er. Tercero, copiar los ficheros al
plo er a través del puerto serie COM1. Si todo iba bien, el plo er,
un Calcomp de plumillas, empezaba a dibujar. Las anotaciones a
que me refiero ocupan dos páginas completas en formato A4.
Nada de clicks, ni menús con la palabra “siguiente”, como se
puede ver.
El primer trabajo que me encargaron, el 8 de septiembre de
1993 (sí, también tengo anotado eso) fue elaborar unos mapas
temáticos con los datos demográficos disponibles del año 1991
para el jefe del Servicio de Estudios Territoriales, un economista
llamado Joaquim Clusa. A mi, aquello me sonó a examen, pero

102
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

hice lo que se me solicitó sin problemas. Una reinterpretación de


aquel trabajo, realizada con ArcMap para este texto, puede verse
en la figura 8. Como se puede apreciar en el mapa, la base de
límites administrativos empleada está tremendamente
generalizada pues había sido transformada en formato digital a
partir de una existente en formato analógico pensando en su
utilización en programas de representación cartográfica simples,
tipo Mapmaker o similares.
Figura 8. Lugar # 2 Barcelona. Densidad de población 1991

Región metropolitana de Barcelona. Sistemas urbanos.

Como los lectores que han tenido la paciencia de llegar


hasta este punto del texto han podido comprobar, a lo largo del
mismo han ido apareciendo los nombres de muchas personas que
han influido en mi vida geográfica. Por segunda vez, aparece el
nombre de Josep Serra. Excepto para las personas que llevan a
cabo su trabajo en el ámbito geográfico de Barcelona o Cataluña,
este nombre les será completamente desconocido, así que

103
Una historia, dos lugares

aprovecharé para explicarles quién es Josep “Pitu” Serra. Pitu es el


geógrafo que sin ser uno de mis profesores en sentido estricto, lo
ha sido, probablemente, más que ningún otro. Con él aprendí a
hacer de geógrafo, a trabajar profesionalmente como geógrafo.
Con él empezamos a construir en 1993 el SIG de Estudios
Territoriales que hoy en día aún funciona. Con él empezamos a
trabajar con Arc/Info para resolver los problemas geográficos que
se correspondían con las competencias que tenía asignadas por
aquel entonces la MMAMB. Trabajamos juntos más de veinte
años, con una pausa en la que él dejó la institución metropolitana
para hacerse cargo del Gabinete Técnico de Programación del
Ayuntamiento de Barcelona, donde aprovechó la oportunidad
para, entre otras cosas, reorganizar la división administrativa de
la ciudad en los actuales setenta y tres barrios que la componen y
asegurar que las todas las divisiones administrativas internas del
municipio fueran coherentes unas con las otras, para alborozo de
los que trabajamos con SIG y datos estadísticos ligados a esas
unidades.
Con Pitu pasamos horas y horas manejando datos
estadísticos, vinculándolos a bases cartográficas digitales creadas
por nosotros específicamente para esos datos en un momento en
que, prácticamente, no había casi nada en formato digital. Límites
administrativos de toda clase, bases temáticas específicas para los
estudios que llevábamos a cabo, procesos de análisis que nunca
antes se habían hecho en nuestro contexto más inmediato.
Recuerdo que él se sentaba a mi lado y me explicaba alguna de sus
ideas y me preguntaba si eso se podía hacer con un SIG. Yo le decía
siempre que tenía que comprobarlo y él respondía que estaba
seguro de que sí se podía. Tenía razón. Siempre se podía. Con Pitu
pasa como con el Dr. Carreras. Ambos manifiestan su ignorancia
acerca de cómo trabajar con un SIG, pero siempre dan en el clavo.
Evidentemente, nunca han estado sentados ante un ordenador
trabajando directamente con uno de estos programas, tecleando

104
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

comandos de sintaxis incompresible, pero saben perfectamente lo


que hacen porque los dos son unos extraordinarios geógrafos que
han comprendido perfectamente de lo que trata esto de la
Geografía. No voy a ser yo quién ahora descubra sus capacidades,
porque por algo uno es Catedrático Emérito de Geografía de la
Universidad de Barcelona y el otro ha tenido importantes
responsabilidades en la ciudad donde vivimos, pero creo que es
importante destacarlas, especialmente en relación con los más
jóvenes que puedan leer este texto. Si se trabaja con interés, con
esfuerzo y rodeado de personas sabias, hay más probabilidades
que las cosas que se hacen tengan éxito. Prestar atención a los que
tienen más experiencia es también recomendable. Quizás esas
personas no sean más listas que uno, pero han tenido más tiempo
para observar el mundo y, quizás, sacar algunas conclusiones de
ello. Hacerlo sirve para no volver a cometer errores ya cometidos,
lo cual ahorra tiempo y disgustos. Ser agradecido, ser educado,
ser empático, ser respetuoso y colaborar en lugar de competir,
también son aspectos para considerar.
Algunas de las experiencias que tuvimos con Pitu las
explicamos en un par de textos en 1994. Uno de ellos fue escrito
para la Revista Catalana de Geografía que publicaba el Instituto
Cartográfico de Cataluña, pero nunca vio la luz. Hace unos meses
lo recuperé de ese disco duro donde guardo todo y lo subí a
Researchgate. Su título en catalán es Sistemes d'informació
Geogràfica, SIG. El territori a l'ordinador. L'Atles Digital i els Sistemes
d'Informació Geográfica a l'Àrea Metropolitana de Barcelona³.
En ese texto se explica lo que hacíamos entonces en el
MMAMB que era, básicamente, poner los cimientos de los SIG en
la institución. Como ya he comentado, creábamos información
para nosotros mismos y al mismo tiempo mostrábamos a los otros

³Véase H ps://www.researchgate.net/publication/345992633_Sistemes_d'Infor
macio_Geografica_SIG_El_territori_a_l'ordinador_L'Atles_Digital_i_els_Siste
mes_d'Informacio_Geografica_de_l'Area_Metropolitana_de_Barcelona

105
Una historia, dos lugares

servicios de la “casa”, usando los datos que ellos tenían, los usos
que podían dar a aquella información en el contexto de los SIG. De
eso trataba el “Atlas Digital Metropolitano-SIG Metropolitano”
que tardamos un total de cuatro años en construir, de hacer
apología de los SIG y animar a otros profesionales a usarlos. No
diría que aquel empeño fuera un éxito, ni mucho menos, pues a
muchos compañeros aquello o no les interesó, o no lo
entendieron. Pero a nosotros nos fue de perlas para avanzar en
nuestro objetivo. Eso ha cambiado radicalmente hoy en día y los
SIG se usan en todos los departamentos técnicos del AMB y son,
probablemente junto con los programas tipo CAD, los programas
más usados en los ámbitos del planeamiento territorial y el medio
ambiente, una muestra de la expansión de la Geografía a través de
los SIG hacia otras especialidades científicas.
Una de las aplicaciones que sí tuvo cierta repercusión
entre los compañeros del ámbito de transporte público fue la que
creamos para calcular la población servida por una red de metro y
sobre la cual presentamos una ponencia en el tercer congreso de la
Asociación Española de Sistemas de Información Geográfica
celebrado en Madrid en octubre de 1994. Escaneé ese texto
recientemente y, también, está disponible en Researchgate, por si
alguien tuviera interés en ver qué hacíamos y cómo lo hacíamos⁴.
Si no estoy equivocado, creo recordar que fue el Dr. Javier
Gutiérrez Puebla, ahora Catedrático de Geografía Humana de la
Universidad Complutense de Madrid quien al escuchar la
presentación nos felicitó por el trabajo hecho. Recuerdo que le
pareció relevante que hubiéramos utilizado la función de
generación de polígonos Thiessen para el cálculo.
Por lo que respecta a mi vertiente docente, durante el
curso 1993-1994 tuve la suerte de disponer de una beca de

⁴Véase h ps://www.researchgate.net/publication/345577789_Aplicaciones_basicas_
de_un_SIG_para_estudios_territoriales_en_el_Area_Metropolitana_de_Barcelona

106
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

colaboración docente en el Departamento de Geografía Humana


de la UB. En 1994, fui invitado al curso “Sistemas de Información
Geográfica para la Administración Local” que se impartía en el
Centro de Alta Especialización en Tecnologías de la Información
en Sant Cugat del Vallés y al curso “Cartografía automática para
la ordenación de Territorio” que se celebraba en la Universidad de
Verano de Teruel.
Lo más significativo del curso 1994-1995 fue mi
incorporación como profesor asociado al Departamento de
Expresión Gráfica Arquitectónica II de la Escuela de Ingeniería
Técnica Topográfica de la Universidad Politécnica de Cataluña
(UPC) para cubrir la baja de maternidad de la profesora Mercedes
Sanz en la asignatura de Cartografía Temática. He mencionado
anteriormente que durante los años en que cursaba los estudios
de doctorado tuve la oportunidad de impartir algunas clases
sustituyendo la ausencia de algún profesor. A una de esas
sesiones en las que actuaba como sustituto, asistían como
alumnos la misma Mercedes Sanz y Rogelio López, ambos
profesores de la Escuela Técnica de Topografía de la UPC, que se
encontraban completando su formación en nuestra facultad. A
raíz de aquel encuentro Mercedes me ofreció la posibilidad de
sustituirla durante su ausencia de maternidad y yo acepté
encantado la oportunidad. Durante ese curso, surgió la
posibilidad de preparar un postgrado sobre Cartografía Digital y
Sistemas de Información Geográfica en la misma Escuela de
Topografía con ellos dos como responsables y nos pusimos manos
a la obra. La primera edición del postgrado se celebró en el curso
1996-1997 y la última en el 2003-2004. Me adelanto
cronológicamente con esta cuestión, pero este es un tema que
deseo tratar en su conjunto.
En aquellos años, los tres impartíamos todas las clases en
el postgrado a las que dedicábamos muchas horas y esfuerzos.
Era uno de los pocos cursos que había disponibles en aquel

107
Una historia, dos lugares

momento y la demanda era alta. En mi caso, me dedicaba a tratar


los temas relativos a los SIG, usando Arc/Info como software de
apoyo. Durante siete años estuvimos trabajando y compartiendo
las vicisitudes típicas de la universidad.
Mientras estuve en la UPC participando en el mencionado
postgrado junto a Mercedes y Rogelio, pude impartir otros cursos
de especialización en Cartografía y SIG. Los más longevos fueron
los que organizaba el Colegio de Doctores y Licenciados en
Filosofía y Letras y Ciencias de Cataluña en los cuales, entre 1993
y 1998, compartí docencia con el Dr. Josep Maria Rabella y la
profesora Graziana Ramazzini. Además de estos, otras
conferencias aquí y allá, siempre hablando sobre los SIG.
Finalmente, en el año 2004 dejé aparcada, por cuestiones
familiares, la docencia universitaria intensiva durante un par de
años, aunque sí que participaba en cursos más breves.
Respecto a mi actividad profesional esta se desarrollaba
con normalidad en la MMAMB. Trabajábamos en los temas que
ya he mencionado con anterioridad y en otros que iban surgiendo.
Uno de los más significativos fue el que desembocó en la
publicación de un libro titulado Dinámicas metropolitanas en el Área
y la Región de Barcelona (figura 9) que vio la luz en el año 1995.
Aunque no escribí ni una sola línea de aquel texto, prácticamente
todos los mapas que se reproducen en él fueron elaborados por un
servidor y el SIG que manejaba cada día. El texto es un compendio
de los temas más significativos que concernían a las competencias
del MMAMB, un análisis detallado de todos los aspectos más
relevantes relativos a Barcelona y su metrópolis, vinculados al
urbanismo, a la población, a la actividad económica, a la vivienda,
al mercado inmobiliario, a los transportes, a los servicios
medioambientales y a la estructura territorial metropolitana. El
volumen incluía diversos apéndices estadísticos y, en su
momento, fue muy bien recibido por tratarse del trabajo más
exhaustivo publicado hasta aquel momento sobre el área

108
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

metropolitana de Barcelona. Los temas que se trataban en el texto,


estructurados alrededor de los ejes temáticos población,
economía y territorio, continúan siendo objeto de nuestro interés
y trabajamos en esas líneas, más otras que se han añadido a lo
largo de los años con el objetivo de tener una imagen exhaustiva
del área metropolitana de Barcelona en todas las dimensiones
posibles⁵.
Figura 9. Libro Dinámicas metropolitanas
en el Área y la Región de Barcelona

Publicado en 1995 por la Mancomunidad de Municipios del Área


Metropolitana de Barcelona.

De entre los mapas incluidos en ese volumen quizás el más


significativo de todos ellos sea el Mapa de Usos del Suelo del Área
Metropolitana de Barcelona (figura 10). Este mapa todavía lo
elaboramos en la actualidad y abarca no sólo el territorio del área
metropolitana, sino el de la Región Metropolitana de Barcelona, que
comprende 164 municipios y tiene una superficie de 3.242 km2. Hoy

⁵Los trabajos que se realizan hoy en día pueden ser consultados y descargados
en h ps://www.amb.cat/web/territori/urbanisme/estudis-territorials

109
Una historia, dos lugares

en día existen versiones para los años 1956, 1965, 1977, 1990, 2000,
2006, 2011 y 2016 que pueden descargarse libremente desde el
Geoportal de Cartografía del AMB⁶.
Figura 10. Lugar # 2 Barcelona. Usos del Suelo del Área
Metropolitana de Barcelona 1992

Versión 1.

Precisamente en este punto deseo hacer referencia a una


cuestión relativa a mi labor en las instituciones metropolitanas.
Muchos de los trabajos que ni aquí, ni en ningún otro lugar se
mencionan, son los que requirieron la dedicación más intensa. Me
refiero a esos que conocemos coloquialmente como los de “picar
piedra”, trabajos más o menos grises que comportan horas de

⁶El Geoportal de Cartografía del AMB està accessible en el siguiente link


h ps://geoportalcartografia.amb.cat/AppGeoportalCartografia2/index.html. El
mapa de usos del suelo del AMB se encuentra disponible en la sección
denominada “Cartografía Temática”.

110
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

dedicación y que pasan inadvertidos. Durante los años de los que


hablo en esta parte del texto, de esos trabajos grises hubo un buen
número. Ya he mencionado, por ejemplo, que el Atlas Digital
Metropolitano-SIG Metropolitano tardó cuatro años en ver la luz.
Cuatro años durante los cuales, cada día, dos personas dedicaban
ocho horas de su tiempo a las tareas de creación de la información
geográfica necesaria para la consecución satisfactoria de aquel
trabajo.
Los lectores deben comprender que en esos momentos la
información geográfica digital era prácticamente inexistente y la
poca que había tenía unes costes altísimos. Por ejemplo, la base
cartográfica 1:25 000 que elaboraba la Sección de Cartografía de la
propia MMAMB tardó igualmente cuatro años en estar
disponible, aunque en su elaboración se usaban métodos
tremendamente avanzados para el momento, que incluían la
digitalización de las bases existentes en formato A1 analógico y su
vectorización semiautomática usando el software CADCore
Tracer de Hitachi. En este caso no se trata exclusivamente del
tiempo que fue necesario dedicar a elaborar aquella base, sino al
coste que supuso adquirir un escáner AO y el propio software de
vectorización. La base cartográfica 1:50 000 del Instituto
Cartográfico de Catalunya para el ámbito del AMB (10 hojas del
corte 1:50 000 oficial de la cartografía oficial del estado) disponible
a mediados de los años 1990s, costaba 1.500.000 pesetas (9.000 €),
una cifra que actualizada con los incrementos anuales del Índice
de Precios al Consumo ahora seria de más de 16.000 €.
Si de mis inicios metropolitanos, a los que me estoy
refiriendo en esta parte del texto, quedan pocos testimonios
materiales en la forma de trabajos concretos publicados o sólo
menciono algunos determinados en momentos puntuales, se
debe a que “los picapedreros” estábamos trabajando
intensamente en aquel entonces para que hoy en día los usuarios
de los SIG naden en la abundancia de información que tienen a su

111
Una historia, dos lugares

disposición. Toda la información geográfica que ahora existe está


ahí porque alguien durante los últimos treinta años pensó que era
necesario elaborarla y ponerla a disposición del público y se
esforzó plenamente en ello. Esos trabajos nos ocupaban el 70% de
nuestro tiempo, pero considero que fue un tiempo bien empleado.
La geotecnoesfera en la que vivimos hoy en día la
debemos, en parte, a aquellos trabajos que poco a poco fuimos
haciendo. Igualmente, a la toma de consciencia generalizada que
progresivamente fue extendiéndose acerca de lo importante que
eran las TIG y la información geográfica, no en vano todo sucede
en algún lugar, ¿no? Así, por ejemplo, desde el ámbito de los
gobiernos y administraciones se promulgaron legislaciones que
fomentaban la creación de datos geográficos y su puesta a
disposición del público en general a través de las infraestructuras
de datos espaciales (IDE), se establecieron mecanismos para la
estandarización de esos datos geográficos para su uso orientado a
internet (estándares del Open Geospatial Consortium, OGC, para
geoservicios), etcétera. Desde el entorno de las empresas
tecnológicas privadas se fomentó el uso de las TIG y los SIG, de las
imágenes obtenidas por satélites de observación terrestre.
En toda esta transformación tuvo un papel muy
importante la red global de internet. Los que siempre la han
conocido, esos jóvenes a los que me he referido varias veces,
quizás la vean como algo natural, algo comprensible porque para
ellos siempre estuvo ahí. Los que asistimos a su nacimiento y a su
extensión, no podemos dejar de maravillarnos de que exista.
Internet lo cambió todo radicalmente. De repente, el espacio y el
tiempo se contrajeron al máximo y todo era aquí y todo era ahora,
algo que desde la perspectiva que nos ha dado el tiempo, no sé si
fue del todo bueno.
Al mundo geográfico, en particular, la red lo llevó hasta
donde se encuentra hoy en día, a tener a un click de ratón el
mundo entero dentro de Google Maps y, en un futuro, quizás a

112
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

disponer de la tan anunciada “Digital Earth”⁷. Leí una vez que los
geógrafos no fuimos capaces de prever el impacto de internet en
nuestra especialidad. No sé si algún geógrafo en algún lugar del
mundo fue capaz de ello, pero he buscado en la bibliografía de
mediados de los años 1990 y nadie hablaba entonces de la red. No
fue hasta años después que el tema se convirtió en central y ocupó
páginas y páginas. Parece que la adivinación no es nuestro fuerte.
Pero, de nuevo, vuelvo a adelantarme en la cronología de
esta historia. En esta parte del texto me detendré en este
momento, a finales de los años 1990 y principios de los años 2000,
cuando lo que acabo de describir sólo existía en el interior de
algunas mentes visionarias y muy fértiles. Yo me limitaré a decir
que mi primer contacto con la red se produjo en el verano de 1997.
Después de mucho insistir instalaron en nuestro departamento
del MMAMB un ordenador con conexión a la red que quedó bajo
mi supervisión. Tras recibir una lección de una hora de parte de
un compañero del departamento de informática (que es como se
llamaban entonces a los departamentos de tecnologías de la
información), en que me explicó sucintamente lo que era la red y
como se navegaba por ella, me lancé a las aguas del ciberespacio.
Para los curiosos que quizás ahora esperan una anécdota, les diré
que navegábamos con Netscape y las búsquedas las realizábamos
con Altavista. Sin tener una idea demasiado clara del
funcionamiento de aquello, me senté delante del ordenador y en
el cuadro de búsqueda de Altavista tecleé la palabra “patata”. La
respuesta inmediata a mi consulta llegó en la forma de centenares
y centenares de páginas que hablaban del tubérculo en cuestión.
No usaré aquí la expresión que usé entonces al ver aquella
avalancha de información, pero sí diré que giré mi cabeza hacia
Pitu y le dije “Pitu, no sé muy bien que es esto de internet, ni cómo
funciona, pero es impresionante”. Supongo que estarán de
acuerdo conmigo.

⁷Véase h ps://en.wikipedia.org/wiki/Digital_Earth

113
Una historia, dos lugares

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Robinson, Arthur H.; Sale, Randall D.; Morrison, Joel L. &
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Geografía, 18, VII, época segunda, 73-74.
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Biblio 3W, Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, X,
646. Disponible en h p://www.ub.es/geocrit/b3w-646.htm.

115
Líneas de tiempo
GUSTAVO D. BUZAI
1999 *Libro Geografía Global

1998 *Diploma de Doctor en Geografía en FFyL-UNCuyo


*Libro Sistemas Ambientales Complejos: herramientas de análisis espacial
*Implementación y coordinador del Laboratorio de Cartografía Digital, UNLu
1997 *Libro Enseñar e investigar con Sistemas de Información Geográca
*Profesional (Principal) del CONICET en CEA-UBA
*Estadía de capacitación en el Centro de Recursos Idrisi, UFRGS, Brasil
1996 *Docente (JTP) en la Universidad Nacional de Luján
*Inscripción en el Doctorado en Geografía en FFyL-UNCuyo

1995 *Profesional (Asistente) del CONICET en CEA-UBA

1992 *Profesional (Asistente) del CONICET en PRIGEO-GAEA


*Docente (Ayudante de 1ra.) en FFyL-UBA

1991 *Diploma de Licenciado en Geografía en FFyL-UBA


*Becario de IBM Argentina S.A.

1990 *Diploma de Profesor de Geografía en FFyL-UBA


*Docente alumno (Ayudante de 2da.) en FFyL-UBA

1988 *Técnico (Auxiliar) del CONICET en PROHAB-FADU-UBA

1987 *Alumno de Geografía en FFyL-UBA

1986 *Alumno del Ciclo Básico Común (CBC), UBA

116
ERNEST RUIZ ALMAR

1996 *Profesor de posgrado Introducción a la Cartografía Digital y Sistemas de Información


Geográca. Departamento de Expresión Gráfica Arquitectónica II. Escuela de
Ingeniería Técnica Topográfica, UPC

1994 *Profesor Asociado del Departamento de Expresión Gráfica Arquietectónica II


de la Escuela de Ingeniería Técnica Topográfica, UPC

1993 *Técnico Superior Geógrafo. Mancomunidad de Municipios, AMB


*Becario colaborador docente. Departamento de Geografía Humana, UB
*Libro Fundamentos de los Sistemas de Información Geográca
1992 *Suficiencia investigadora
*Presentación del proyecto de tesis doctoral Incidencia de las nuevas tecnologías
en la Geografía. El caso de los Sistemas de Información Geográca

1990 *Beca Erasmus. Faculteit der Ruimtelije Wetenschappen, Universiteit Utrecht


*Título de Licenciado en Geografía (especialidad Geografía Humana) en UB
*Investigador contratado. Laboratorio de Cartografía y Geografía. Fundación
Bosch i Gimpera, UB

1985 *Alumno de la licenciatura en Geografía, Facultad de Geografía e Historia, UB

117
Evolución
(25 años después)

Un año del SIG equivale a 4.000


años de evolución humana
(Buzai, ADN del SIG, XVI CONFIBSIG, 2017)

4.000 x 25 = 100.000 años atrás

Homo geo-cuantifactus

119
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

GEOTECNÓFERA. TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN


GEOGRÁFICAENELCONTEXTOGLOBALDELSISTEMAMUNDO¹.
Gustavo D. Buzai - Ernest Ruiz

Resumen
El presente trabajo analiza los grandes componentes del
sistema tierra y sistema mundo centrando su atención en la esfera
tecnológica como Tecnósfera. Particularmente se analiza de qué
manera su composición está cada vez más influida por
tecnologías en las cuales la dimensión espacial es central, motivo
por el cual es posible definir una Geotecnósfera de alcance
planetario.
Con origen en la actividad científica, las Tecnologías de la
Información Geográfica (TIG), comienzan a tener un uso social
generalizado, por lo tanto, el nuevo contexto se enfoca desde
diversas escalas. Desde el mundo (globalización de los datos a
través de la red) hasta el individuo (voluntarios geográficos), el
contexto actual presenta posibilidades y retos de gran
importancia para lograr un mundo con vínculos en los que se
privilegia el verdadero conocimiento.
Palabras clave: Geotecnósfera / TIG / SIG / Geoinformática /
Neogeografía

Resumo
O presente trabalho analisa os grandes componentes do
Sistema Terra e Sistema Mundo, dando maior atenção à esfera
tecnológica como Tecnosfera. Particularmente analisa-se de que

¹Publicado originalmente en BUZAI, G.D.; RUIZ, E. (2012) Geotecnósfera.


Tecnologías de la Información Geográfica en el contexto global del sistema
mundo. Anekumene, 4, 88-106.

121
Una historia, dos lugares

maneira a sua composição está cada vez mais influenciada por


tecnologias para as quais a dimensão espacial é central, de modo
que é possível definir uma Geotecnosfera de alcance planetário.
Com origem na atividade científica, as Tecnologias da
Informação Geográfica (TIG) começam a ter um uso social
generalizado, portanto, o novo contexto é enfocado a partir de
diversas escalas. Desde o mundo (globalização do dados através
da rede) até o indivíduo (voluntários geográficos), o contexto
atual apresenta possibilidades e desafios de grande importância
na construção de um mundo com vínculos nos quais o verdadeiro
conhecimento é privilegiado.
Palavras-chave: Geotecnosfera / TIG / SIG / Geoinformática /
Neogeografia

Abstract
This article analyzes the main components of the earth
system and the world system, focusing its a ention on the
technological sphere as Technosphere. In particular it analyzes how
the technosphere is influenced by technologies with a special
interest on the spatial dimension and how, as result of this
influence, it is possible to define a global Geotechnosphere.
With its origins in the scientific activity, Geographical
Information Technologies (GIT), are beginning to be widely-used
by society, and so, the new context is observed from diverse
scales. From the world (globalization of data through the internet)
to the individual (geographic volunteers), the actual context
shows possibilities and challenges of great importance in order to
assure a linked-world in which true knowledge is granted.
Keywords: Geotechnosphere / GIT/ GIS/ Geoinformatics
/Neogeography

122
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

Introducción
Las Tecnologías de la Información Geográfica (TIG) han
tenido un desarrollo notable en el ámbito de la Geoinformática,
un contexto científico-tecnológico que posibilitó la convergencia
de diferentes componentes a partir del núcleo formado por los
Sistemas de Información Geográfica (SIG) durante su medio siglo
de existencia (1964-2014).
Aspectos tradicionales en los estudios geográficos, como
lo es la relación de las sociedades con su medio, resultan posibles
cuando se centran en el uso de las tecnologías que lo mediatizan.
Junto a la Geósfera y Biósfera el hombre ha generado su propio
medio contextual a través de la Tecnosfera, un mundo de artefactos
tecnológicos que le brinda posibilidades para actuar en el planeta.
En las últimas décadas la tecnosfera se está poblando de
tecnología geográfica, elementos que se centran en la localización,
valorizan notablemente las distribuciones espaciales y, con ello,
favorecen el desarrollo de la inteligencia espacial de la sociedad.
Las TIG han generado la Geotecnósfera, una esfera basada en las
tecnologías digitales que permiten interactuar y conocer cada vez
más la realidad geográfica que nos rodea.
De esta manera la Geotecnósfera contribuye al pensamiento
y se transforma en elemento concreto fundamental para la
conformación de la Noósfera, como esfera de conocimiento e
inteligencia planetaria. Cada una en diferentes escalas
proporciona la posibilidad de tener un mundo más conectado,
más instantáneo y cercano, con datos geográficos para entender la
dinámica geográfica que interactúa en la vida cotidiana como
base empírica.
Partiendo de estas perspectivas contextuales, se constata
la actual globalización apoyada por las tecnologías digitales en
red (Internet) y las posibilidades de comprender estas situaciones
a través de la teoría sistémica, en la cual la realidad como sistema

123
Una historia, dos lugares

complejo brinda elementos demarcatorios que permiten abordar


con suficiencia diferentes escalas de análisis.
En este texto se analiza la relación entre el análisis espacial
y el análisis geográfico con base en sus contenidos tecnológico,
científico y nivel de escala, y también, aspectos conceptuales y
evolutivos de la Geoinformática. En ambos casos aparece la
Neogeografía y la utilización de datos geográficos masivos como
los componentes concretos que permiten claras ampliaciones
actuales.
La Geoinformática, con un comienzo centrado en un
desarrollo científico-tecnológico de alcance académico
actualmente se expande de manera notable.
En este contexto, y a mayor nivel de detalle, aparece la
población a través del uso de estas tecnologías y la conformación
de un voluntariado geográfico de alcance mundial. Usuarios
geotecnológicos y generadores de información geográfica que se
hace disponible en red con alcance global.
La humanidad crea, desarrolla y es impactada por la
Geotecnósfera. El trabajo realizado tiene por objetivo analizarla en
sus diferentes dimensiones.

Base empírica y tecnósfera


La actual investigación aplicada en Geografía se apoya
decididamente en el uso de las TIG. De entre todas estas
tecnologías, los SIG han producido una importante revolución
tecnológica disciplinar y, al mismo tiempo, han favorecido una
innegable revolución intelectual. La revolución tecnológica se
encuentra estrechamente ligada a los métodos y técnicas que se
han estandarizado digitalmente con la finalidad de realizar con
suficiencia el tratamiento de datos referenciados espacialmente.
La revolución intelectual se relaciona directamente con la forma

124
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

en la que puede representarse y ser pensada la realidad, es decir,


la materialidad espacial de la base empírica del planeta.
Esta base empírica se presenta como un paisaje global
formado por cuatro esferas con diferentes ritmos de evolución: la
geósfera, de componentes abióticos, formada por la atmósfera,
litosfera e hidrosfera, la biósfera, de componentes bióticos,
formada por los seres vivos del planeta, la tecnosfera como esfera
tecnológica, medio de la vida humana y la noósfera, de
componente conceptual y simbólico, formada por la sociedad
humana en tanto esfera de conocimientos.

Figura 1. Esferas del planeta Tierra

La tradicional definición de la Geografía, como ciencia que


estudia la relación de la sociedad con su medio, tiene su principal
sustento en la tecnosfera, ya que esta esfera es la que contiene los
instrumentos construidos por el hombre que permiten este
vínculo y, al mismo tiempo, posibilita brindar diferentes
respuestas al determinismo que aún impone la geografía sobre la
historia.

125
Una historia, dos lugares

Desde un punto de vista amplio la tecnoesfera abarca todo


sistema organizativo humano que genera un sistema mundo cada
vez más artificial, y actualmente, cada vez más digital. La
tecnosfera tiene un fundamento teórico generado en la noósfera e
impacta con fuerza creciente sobre la geosfera y biosfera.
La mayoría de los instrumentos tecnológicos que incluye
la tecnosfera se ubican sobre la superficie terrestre, pero ésta
expande su alcance permanentemente avanzando hacia el
espacio exterior a través de naves espaciales, principalmente
satélites artificiales de múltiples propósitos, algunos (la mayoría)
en órbita terrestre y otros transitando hacia el exterior del sistema
solar.
Actualmente, la tecnoesfera constituye la esfera de mayor
dinamismo, debido a que crece de manera exponencial y se
presenta como base material en el desarrollo de la inteligencia
planetaria en red en la definitiva globalización de la humanidad,
estructurándose actualmente a través del ciberespacio.
La noósfera, por lo tanto, se encuentra formada por las
interacciones surgidas a través de la inteligencia humana en las
redes globales que entran en relación con todas las esferas del
planeta Tierra. Supera a la biosfera al realizar una transformación
empírica de los elementos terrestres controlando la naturaleza
(Vernadsky) y avanza en la formación de una conciencia
planetaria (Teilhard de Chardin) aún un tanto lejana.
En este sentido, queda claro que aunque el hombre
pertenece inicialmente a la esfera biótica, su separación de la
biósfera se realiza principalmente por su componente cultural y
simbólico, ya que mientras la mayoría de los seres vivos tienen
como finalidad sobrevivir en el mundo, el hombre, como especie,
es el único que intenta comprenderlo y mediante este intento ha
creado un cuerpo de ideas y conceptos que ha dado lugar al
desarrollo de la ciencia.

126
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

La ciencia puede definirse como un conocimiento


racional, sistemático, exacto, verificable, y que por consiguiente,
puede ser falible (Bunge, 1981).
Es racional porque es producto de la razón humana,
proviene de la mente de los individuos. Se rige, sobre todo, por
aspectos lógicos e intenta apartarse de las cuestiones emocionales
y valorativas en la construcción de conocimientos. Si las
cuestiones valorativas se producen, principalmente en el caso de
las Ciencias Sociales, éstas deberán quedar explícitas.
Es sistemática porque no es un conocimiento que se
produzca de manera aleatoria, sino que existen una serie de
procedimientos estandarizados para su formulación. Tiende a ser
exacto porque cada aproximación a la realidad busca ampliar
cada vez más el grado de correspondencia entre los enunciados
observacionales y la base empírica del mundo real. Y, finalmente,
puede ser verificable a través de contrastar las hipótesis
formuladas con el fin de aproximarnos a la verdad (verdad
entendida como adecuación), la cual en la ciencia nunca puede
tomarse como definitiva, sino que es provisoria.
Cabe destacar, que en las investigaciones de Geografía
Aplicada con diferentes objetivos, tales como los exploratorios,
los descriptivos, los clasificatorios o los explicativos (Buzai,
Baxendale y Cruz, 2009), los SIG se presentan como importantes
instrumentos en la generación de hipótesis y sus posibles
respuestas.
La racionalidad humana, la ciencia y la tecnología actual
son los principales recursos de los que se dispone para
comprender el mundo. La Geografía como ciencia aplicada los
utiliza para generar elementos que permitan acceder a soluciones
de carácter socioespacial.

127
Una historia, dos lugares

Avalancha de datos en la tercera globalización


La base empírica del planeta Tierra, a través de sus esferas
componentes, es una fuente de estímulos permanente. Muchos de
ellos son captados de manera directa con nuestras posibilidades
cognitivas e indirectamente con instrumentos cada vez más
sofisticados. A este respecto algunos datos resultan
sorprendentes: cuando en el año 1967 se puso en órbita por
primera vez el satélite artificial LANDSAT, utilizado para la
exploración de los recursos naturales y finalizó su primera
circunferencia orbital sobre el planeta Tierra, obtuvo un volumen
de datos equivalente al que los geógrafos habían acumulado hasta
el siglo XV, y en la segunda órbita elevó el caudal de información
hasta alcanzar el equivalente al obtenido a lo largo de todo el siglo
XIX (Stotman, 1999).
Podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que esta
avalancha de datos sobrepasó inmediatamente muchas de
nuestras capacidades técnicas. Pero no así las capacidades de la
racionalidad humana, que puede afrontar situaciones como la
descrita mediante la integración y la construcción de conceptos
genéricos, captando la unidad en la diversidad de manera no
contradictoria (Sagan, 1995; Rand, 2011).
Observando desde una perspectiva global podemos
considerar que el uso de los satélites artificiales también generó
una notable revolución intelectual. Porque una cosa era saber que
vivíamos en el globo terráqueo y, otra muy distinta fue
contemplar nuestro planeta como esa pequeña esfera flotando en
el espacio, lo cual generó un impacto conceptual y ético mayor a lo
que originalmente se hubiera imaginado (Gould, 1987; Buzai,
2008).
Este impacto genera una revisión conceptual de la
tradicional postura del etnocentrismo, es decir, mirar el mundo en
base a los parámetros de la propia cultura, para avanzar hacia una

128
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

perspectiva de mayor amplitud. La visión del Planeta Tierra


desde el espacio exterior nos hace tomar conciencia del ínfimo
lugar que ocupamos en el universo y que todos nos encontramos
en un pequeño hogar planetario (Sagan, 1980), donde las
diferencias entre el yo y el otro carecen de sentido.
Esta perspectiva planetaria como imagen en movimiento
de una esfera brillante, azul por los océanos, marrón por los
continentes y blanca por los hielos y las nubes, muestra desde un
punto de vista empírico la mayor integración del sistema físico-
natural, el sistema Tierra. Sobre este sistema existe la dimensión
socio-espacial que se integra desde la escala global hacia todas las
escalas posibles a través de flujos tangibles e intangibles que
materializan las infinitas relaciones del sistema Mundo. Ambos
sistemas específicos cuentan con vínculos dinámicos analizados
por Dollfus (1992).
Cuando existen datos de masiva presencia que fluyen por
todo el sistema mundo se hace referencia al proceso de
globalización. Consideramos que existen tres claras
globalizaciones:
Primera globalización (material): Los primeros datos que
se diseminaron por el globo fueron los que contiene el ADN de la
especie humana. El primer proceso de globalización sucedió,
pues, cuando fuimos la primera especie animal en poblar la
totalidad de ecosistemas terrestres conectados (Lévy, 2012; Picq,
2012). Este proceso fue un largo camino que comenzó hace 7
millones de años y finalizó hace 20 mil años.
Segunda globalización (conceptual): La segunda
globalización está relacionada con el pensamiento, con el
momento histórico en el cual la humanidad toma conciencia que
está viviendo sobre un globo que flota en el espacio. En ese
momento, se advierte que existen unas antípodas y que en ellas
hay gente que “vive cabeza abajo”. Este segundo proceso de

129
Una historia, dos lugares

globalización se produjo, de esta manera, en el período de la


revolución científica a partir del siglo XV, período que transcurre
desde Copérnico a Newton y que ha sido definido inicialmente
por Alexandre Koyré, siendo Boido (1996) quién lo estructura
centrándolo en el trabajo de Galileo Galilei.
Tercera globalización (digital): La actual globalización
está relacionada con la circulación de datos en el ciberespacio.
Desde la cibergeografía hemos realizado diferentes cibermapas
centrados en Buenos Aires a partir de los cuales es posible
representarse la circulación global de información con una
distribución espacial en la que queda clara una fuerte
dependencia latinoamericana hacia los países centrales,
principalmente Estados Unidos que ocupa más del 80% de la
frontera ciberespacial argentina (Buzai, 2013b; Focás, 2013).

Figura 2. Globalizaciones

Fuente: Los autores, en base a información obtenida en


http://es.wikipedia.org/wiki/Evoluci%C3%B3n_humana y Buzai (2013b)

A partir de la perspectiva planetaria, los estudios que


abordan el cambio climático global, las relaciones económicas y
políticas internacionales, y la lucha por el control de los espacios
lineales de flujos, incluyendo la circulación ciberespacial, han

130
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

tomado un importante protagonismo en el mundo actual.


Corresponden a configuraciones espaciales que nos muestran las
más amplias vinculaciones dentro del espacio relacional mundial
y de allí hacia diferentes escalas de análisis hasta llegar a los
espacios locales como sitios.
La Geografía, como ciencia, contempla una base empírica
de gran amplitud. Todo lo que estudia se encuentra localizado en
el espacio geográfico y la investigación debe definirse en una
escala que se encuentra entre los 510 millones de kilómetros
cuadrados del planeta y el metro cuadrado que cada uno se
encuentra ocupando en este momento.

La realidad geográfica como sistema


Las escalas globales nos llevan a pensar en el abordaje de
la realidad como totalidad y de esta manera como sistema. En los
estudios de Geografía Aplicada, la intención es utilizar los
conocimientos teóricos y, a partir de ellos, avanzar en la
resolución de problemáticas socio-espaciales. Es en este sentido
que se plantea la cuestión acerca de la manera en que puede ser
captada la realidad.
En esta línea de pensamiento, un desarrollo conceptual
que avanza sobre las características centrales presentadas por la
teoría general de los sistemas basada en sistemas generales (von
Bertalanffy, 1968), se puede encontrar en la teoría de los sistemas
complejos que se asienta en aspectos constructivistas de la
epistemología genética para el trabajo científico disciplinario e
interdisciplinario (García, 2006).
La teoría de los sistemas complejos ha demostrado muy
buena capacidad para el estudio de la realidad en general. En
concreto se ha podido comprobar su aptitud para el estudio de la
realidad socio-espacial empírica de la Geografía y, también, para

131
Una historia, dos lugares

conceptualizar aspectos específicos correspondientes a la


construcción de conocimientos en su capacidad de alcance
epistemológico (Piaget y García, 1983; García, 1997).
Las TIG, en el contexto global del sistema mundo,
incorporan la dimensión espacial a la tecnosfera en la que se
manifiesta un creciente peso relativo frente a otras tecnologías. La
teoría de los sistemas complejos permite justificar un creciente
nivel de aplicación de las TIG en relación a la ampliación de la
inteligencia espacial por parte de la sociedad.

Perspectiva empírica
El planeta Tierra (el Sistema Tierra) junto a las
mundializaciones históricas (el Sistema Mundo) representan la
realidad empírica de mayor extensión para los estudios
geográficos y provee el dominio material de la Geografía como
ciencia. Este abordaje corresponde al de una ciencia empírica, la
que estudia hechos geográficos concretos a través del análisis
espacial e intenta actuar sobre ellos.
Considerar la actividad científica, y con ello a la Geografía,
como ciencia empírica no significa avalar el empirismo como
actividad objetiva que capta puramente los hechos de la realidad a
través de la experiencia pura. Sin embargo la razón humana se
presenta como la principal fuente del conocimiento científico y
minimiza los grados de arbitrariedad en el momento de realizar
generalizaciones no contradictorias avanzando en la construcción
de conocimientos. Esto resulta posible porque la realidad existe
de forma independiente del observador (Rand, 2011) y es por eso
que es posible verificar claramente que el análisis de la realidad
puede orientarse hacia una función cognitiva y una función de
manipulación (Soros, 2010).

132
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

Desde una postura constructivista los sistemas no están


definidos y son definibles. La construcción sistémica en cualquier
escala y extensión se realiza a través de los datos como estímulos
generados por la realidad, los observables como datos
interpretados por el observador, y los hechos formados por la
relación entre observables.
Una cuestión central a ser resaltada en esta instancia es
que a través de esta perspectiva se aborda la realidad como una
estructura perteneciente a una totalidad estratificada, es decir,
una realidad formada por niveles de organización semi-
autónomos, en los que rigen dinámicas específicas para cada uno
de ellos, aunque interactúan entre si desde un punto de vista
multiescalar.
Esta consideración posibilita contar con un marco
conceptual general que sustenta la estabilidad de determinadas
teorías en niveles específicos y la no-invalidación de ellas a través
de consideraciones que pertenecen claramente a otros niveles de
análisis. Consideramos que esto sería una perspectiva en tercera
dimensión de la metodología de los programas de investigación
en el marco del falsacionismo sofisticado propuesto por Lakatos
(1977).
Cuando se estudian sistemas generales es posible
encontrar comportamientos similares en diferentes escalas. Tanto
en la distribución espacial de una galaxia, como en la de una
ciudad o en la de un conjunto de neuronas, es posible observar
una estructura geométrica con rasgos similares que pueden ser
comprendidos a través de conceptos surgidos de la geometría
fractal (Buzai y Cacace, 2013).
Cuando se estudian sistemas complejos es posible utilizar
teorías diferentes y específicas para cada escala. Entre lo
infinitamente grande y lo infinitamente pequeño se encuentra la
escala humana, que puede considerarse un espacio infinitamente

133
Una historia, dos lugares

complejo, en el sentido de complicado (de Rosnay, 1977). La


Geografía es una de las ciencias más interesantes y dinámicas ya
que debe afrontar las complejidades físico-naturales, las
complejidades humanas, y las complejidades de la relación entre
la sociedad y su medio. Para cada escala es posible utilizar
tecnologías específicas para el análisis de cada una de ellas. Así
pues, mientras para lo infinitamente grande puede hacerse uso de
telescopios y para lo infinitamente pequeño de microscopios, los
SIG son la tecnología específica para estudiar la dimensión
espacial de la escala humana.
Existe un avance continuo que sigue la evolución
GISystem, GIScience, GISociety (Burrough y McDonnell, 1998). La
Geotecnosfera, a través de la Neogeografía y el uso de datos
geográficos masivos amplía las posibilidades del análisis
geográfico a otras escalas, trasladando el análisis geográfico de la
Geografía Global a ámbitos extracientíficos a partir de un uso
social generalizado.
Figura 3. Análisis espacial y análisis geográfico

Fuente: Los autores en base a Buzai y Baxendale (2011)

134
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

Evolución geoinformática
El término Geografía Automatizada hace referencia al
proceso por el cual, a partir de iniciada la década de 1980, se
incorporan al análisis espacial nuevas posibilidades de resolución
a partir de las tecnologías digitales.
Estas tecnologías digitales presentan una gran variedad
de posibilidades de aplicación y los Sistemas de Información
Geográfica, como tecnología de integración, se han convertido
definitivamente en el principal medio para realizar un análisis
socioespacial con el fin de proveer caminos de solución a las
problemáticas concretas que demandan una efectiva gestión y
planificación territorial.
La valorización generalizada de estas aplicaciones ha sido
muy importante y su prestigio ha crecido progresiva y
simultáneamente a la incorporación conceptual de las variables
de localización (x, y), de atributos (z) y de tiempo (t) en estudios
interdisciplinarios. En la práctica, la totalidad de dimensiones se
consideran imprescindibles para un análisis realizado lo más
completamente posible del mundo real.
La transformación del mundo real en un modelo digital
con posibilidades de ser trabajado mediante procedimientos
computacionales, exige una serie de complejas operaciones
conceptuales que finalizan al nivel de byte. Mediante estas
transformaciones, que comportan procesos de fragmentación y
estandarización de la información espacial, todo objeto
geográfico puede definirse digitalmente a través de una
geometría particular (punto, línea, polígono, raster o x-tree), una
localización precisa en el espacio absoluto (x-y o geográficas), una
serie de atributos (campos de información-variables o capas
temáticas-layers) y su existencia en un momento histórico
(instante de realización de las mediciones).

135
Una historia, dos lugares

La concreción de estos aspectos mediante medios


computacionales se logra a través de la generación de bases de
datos alfanuméricas y bases de datos gráficas.
Las primeras se encuentran asociadas al almacenamiento
de datos alfanuméricos que representan los atributos de cada
entidad ubicada en el espacio geográfico, y los software que se
utilizan para su tratamiento son los Editores de Textos (EDT),
Administradores de Bases de Datos (ABD), Planillas de Cálculo (PLC),
Programas de Análisis Estadístico (PAE) y Sistemas de
Posicionamiento Global (GPS)².
Las segundas se encuentran asociadas al almacenamiento
de los aspectos geométricos, y los software que se utilizan para su
tratamiento son los programas de Diseño Asistido por Computadora
(CAD), Mapeo Asistido por Computadora (CAM), Gestión de
Infraestructura (AM-FM), Sistema de Información de Tierras (LIS),
Procesamiento Digital de Imágenes (PDI) y Modelado Numérico de
Terreno (MNT)³.
Ambos grupos de tecnologías han experimentado un
continuo proceso de convergencia a través de la creciente
compatibilidad de software durante más de dos décadas (1964-
1990) para, posteriormente, registrar un avance hacia la plena
circulación de resultados en los siguientes dos decenios (1990-
2013).

²Se conserva la sigla en inglés, GPS (Global Positioning System).


³Se conservan las siglas en inglés, CAD (Computer Aided Design), CAM
(Computer Aided Mapping), AM-FM (Automate Mapping-Facilities
Management) y LIS (Land Information System).

136
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

Figura 4. Relaciones Geoinformáticas

Fuente: Los autores en base a Buzai y Baxendale (2011)

Cuando se combinan las bases de datos alfanuméricas y


gráficas y se referencian espacialmente a un sistema de
coordenadas geográficas (Georreferenciación), surge el concepto de
Sistemas de Información Geográfica (SIG). En la figura 4 puede
verse de forma gráfica que si salimos de este núcleo hacia sus
bordes encontramos diferentes tipos de software en una estructura
convergente y que en su totalidad forman el campo de la
Geoinformática.
De este modo, la Geoinformática se convierte en un campo
de gran amplitud en el cual se pueden incluir todo tipo de software
de aplicación y del cual la tecnología SIG es su núcleo al tomar el
lugar central. Esto es posible porque la Geoinformática no se
define a través del tipo de programas computacionales que la
integran, sino a través de la clase de información que maneja:
información geográfica o geoinformación. Por lo tanto, todo tipo de
aplicación computacional podría ser incluida dentro del concepto

137
Una historia, dos lugares

de geoinformática, desde las más generales hasta las más


específicas, pues todas se relacionan en enlaces de sucesivas
vinculaciones que posibilitan la creación de modelos digitales de
la realidad.
Como puede verse también en la Figura 4 lo que se ha
descrito es la etapa de convergencia en la era geodigital. Esta
convergencia que vislumbraba Dobson (1983) hoy se ha cumplido
y los SIG evolucionan a través de los Sistemas de Ayuda a la
Decisión Espacial (SADE) en un proceso de verticalización
(Eastman, 2007). Sin embargo las relaciones Geoinformáticas han
superado notoriamente el ámbito acotado de las computadoras
personales y sus posibilidades se han ampliado mediante las
tecnologías multimedia (como por ejemplo los Atlas interactivos
en CD ROM) y su incorporación a la tecnología de Internet a
través del llamado GIS On-Line y de toda aplicación que puede
realizarse de forma remota en la red.
Actualmente, al mismo tiempo en que se amplían las
posibilidades que ofrece el ciberespacio como medio, aparece la
Neogeografía, a través de la difusión popularizada de tecnologías
en las cuales la componente espacial resulta central y
conjuntamente a la disponibilidad de datos geográficos masivos.
Así pues, se vislumbra que estas altas capacidades en la
utilización de datos y su procesamiento se dirigirán hacia la
realidad virtual, a partir de la cual se experimentarán inmersiones
perceptivas en el entorno geográfico digital.
Los primeros pasos en esta dirección se están dando a
través de la realidad aumentada, lo cual implica que será necesario
realizar un análisis tecnológico de mayor amplitud al
relacionarse con estudios psicológicos que aborden la relación
entre usuarios y tecnologías, en donde las capacidades
comunicacionales de los nuevos medios aparece de forma central
(Winter, 2004).

138
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

Actualidad de las tecnologías de la información geográfica


Los impactos que las TIG han causado a lo largo de los
últimos veinticinco años en el ámbito del análisis espacial han
superado con creces lo que las predicciones más optimistas
pudieron augurar en los inicios del uso de estas tecnologías, pues
al proporcionar recursos técnicos de gran valor que permiten
comprender con mayor profundidad los fenómenos que ocurren
en la superficie terrestre, han transformado irreversiblemente la
manera como hoy en día se abordan los estudios sobre el
territorio.
Aumentado progresivamente sus capacidades analíticas,
integrando geotecnologías de origen diverso mediante un
proceso de convergencia y mejorando su facilidad de uso, las TIG
se han convertido en los “nuevos ojos” de las ciencias interesadas
en el estudio de la dimensión espacial y han contribuido a
llevarlas hasta el siglo XXI, por un lado introduciendo en ellas la
tecnificación necesaria para afrontar los retos globales y, por otro
lado, expandiendo sus métodos a nuevos ámbitos, científicos y no
científicos, en los que eran desconocidos.
De entre todos los cambios causados por las
geotecnologías es quizás este último uno de los más significativos
pues ha supuesto que las actividades relacionadas con la
información geográfica hayan transcendido los entornos de las
computadoras personales y la sobremesa en que se originaron y
se hayan extendido circulando ampliamente más allá de ellos.
Este desplazamiento de las TIG y sus aplicaciones fuera de
los entornos académicos y profesionales está íntimamente
relacionado con la aparición de internet que, actuando a modo de
catalizador y multiplicador, ha cambiado radicalmente la manera
cómo se han venido utilizando las geotecnologías hasta no hace
demasiado tiempo.

139
Una historia, dos lugares

La consecuencia más significativa del impacto de la red


sobre las TIG, además de facilitar el acceso a un ingente volumen
de información geográfica y a un número no menos significativo
de herramientas para tratarla, es que gracias a los mecanismos
que ella proporciona se ha generado un fenómeno de
socialización que ha dado entrada en la escena geográfica global a
un nuevo y nutrido grupo de actores, el grueso de la ciudadanía,
que de manera muy amplia, rápida y sin prácticamente ningún
límite, han empezado a participar de los métodos y
procedimientos propios de los expertos geotecnológicos.
Tales individuos o colectivos son conocidos como
voluntarios geográficos o neogeógrafos y el proceso resultado de
esa participación geográfica, de la socialización geográfica, o lo
que algunos llaman wikificación geográfica (Sui, 2008), se ha
denominado neogeografía (Turner, 2006).

La aparición de los voluntarios geográficos y la neogeografía


La aparición del voluntariado geográfico y de la
neogeografía es un proceso de largo recorrido, de al menos
cincuenta años, que ha acabado cristalizando a inicios del siglo
XXI gracias a la aparición y extensión de la red global y al
desplazamiento de las geotecnologias hacia esa red, pero también
gracias al creciente interés de la ciudadanía por conocer su
entorno, a la curiosidad por el “espacio geográfico” que ocupan,
su “lugar”, entendido como la localización donde llevan a cabo
sus actividades cotidianas.
Estos conceptos nucleares de la Geografía y, por lo tanto,
totalmente familiares para los especialistas de esta ciencia, han
tomado una nueva dimensión, revalorizándose muy
significativamente a lo largo del proceso que ha llevado hasta la
situación actual.

140
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

Los factores que han generado este cambio son múltiples


pero destacan especialmente de entre todos ellos tres que cabe
considerar fundamentales (Ruiz, 2010b).
En primer lugar el proceso de tecnificación de la Geografía
y la Cartografía que a partir de los años 1950 incorporan, a sus
métodos analógicos tradicionales de trabajo, desarrollos de
automatización basados en el uso computacional. En segundo
lugar el desarrollo y progresiva convergencia de diversos
componentes de las TIG (sistemas de información geográfica,
sistemas de posicionamiento global, sistemas de teledetección y
procesamiento de imágenes de satélite, sistemas basados en la
localización, estándares geográficos, geoservidores de datos,
etc…) y, finalmente la ya mencionada voluntad ciudadana,
generalmente desinteresada y altruista, de participar activamente
en la definición, generación e, incluso, análisis de la información
geográfica.
Todos estos elementos se han visto propulsados por la red
global que ha acelerado notablemente las dos dimensiones
fundamentales de la existencia humana: el tiempo, que ha dejado
de ser lento para pasar a ser inmediato (todo es “ahora”) y el
espacio, que ha dejado de ser lejano para ser siempre próximo
(todo está “aquí”).
La concurrencia simultánea de estas circunstancias ha
provocado una verdadera explosión geográfica, esa extensión ya
referida de lo territorial hacia la ciudadanía que ahora usa
productos cartográficos, herramientas especializadas y datos
geográficos de una manera natural. Este hecho les convierte en la
práctica en geoconsumidores, por ejemplo cuando utilizan
dispositivos móviles, verdaderas baterías de sensores
geográficos, y los centenares de aplicaciones de diversa índole
orientadas a la localización que están a su alcance en la red y que
cualquiera puede usar dondequiera que esté simplemente
llevando en su bolsillo un ingenio portátil de este tipo.

141
Una historia, dos lugares

El desarrollo tan importante de esta globalización


geográfica (Buzai, 2001, 2004) ha comportado la entrada en
contacto de los profesionales y los aficionados que en estos
momentos comparten un mismo ecosistema con una intensidad
nunca vista hasta la actualidad. Ante esta situación, a menudo la
comunidad de especialistas se ha mostrado recelosa y ha
observado con preocupación los inconvenientes que las acciones
de los nuevos actores voluntarios pueden comportar,
especialmente en cuanto a la veracidad y la calidad de los datos
geográficos que generan.
Pero lo verdaderamente significativo debiera ser dejar de
lado las suspicacias para intentar compatibilizar ambos mundos,
dotando a los neogeógrafos de los conocimientos necesarios para
que utilicen correctamente las nuevas posibilidades que ahora
tienen a su alcance y, de esta manera, evitar que la explosión
geográfica acabe deteriorando el conocimiento que hemos
acumulado durante centenares de años sobre el planeta tierra.
Del mismo modo se tendrían que reconocer las ventajas
que supone la entrada en juego de los voluntarios geográficos en
cuanto a sus capacidades para actuar con mayor rapidez,
flexibilidad y en mayor número que los profesionales (que están
sujetos a protocolos, sistematización, procedimientos, etc) para
lograr sus metas. El objetivo final ante la situación surgida debería
pasar por intentar romper las barreras que separan ambos
mundos para aprovechar sinergias y, de este modo, mejorar
nuestro saber geográfico global.

El papel de los voluntarios geográficos


Los papeles que ejercen los voluntarios geográficos son
tremendamente amplios y diversos, pues abarcan un espectro de
actividades que van desde el simple uso de la información
territorial que se encuentra disponible en la red, hasta la

142
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

generación de sofisticadas aplicaciones informáticas de carácter


geográfico.
Hasta el momento actual los neogeógrafos se han
centrado mayoritariamente en el uso de manera pasiva de la
información geográfica proporcionada por terceros (observando
imágenes en alguno de los múltiples geovisores fotográficos
disponibles en la red, usando mapas interactivos de diversa
índole, empleando herramientas desarrolladas para calcular
distancias, manejando aplicaciones para el uso de los transportes
públicos o para localizar servicios o personas, etc). Pero de un
tiempo a esta parte cada vez es más frecuente observar como los
más avezados empiezan a ir más allá al ser capaces de generar su
propia información geográfica con la ayuda, por ejemplo, de
receptores del sistema de posicionamiento global (GPS).
Así pues, elaboran bases cartográficas a medida para
aplicaciones concretas que recogen información que les es de su
interés (rutas turísticas, localización de elementos significativos o
singulares, etc) e incluso, en la cúspide de la pirámide
neogeográfica, es posible encontrar proyectos de generación de
cartografía que se asemejan cada vez más a los que realizan los
institutos cartográficos nacionales. Tal sería el caso de
OpenStreetMap (OSM) un proyecto de voluntariado para la
elaboración de un mapa global abierto, creado por usuarios no
expertos y en el que cualquier individuo puede participar, cuyo
único interés es recopilar información geográfica para ponerla al
alcance de cualquier ciudadano que la requiera.
Todas estas acciones tienen en común que se organizan de
manera significativamente distinta a como lo hacen las
actividades convencionales. Como ya se ha mencionado, en ellas
los protagonistas son individuos o colectivos que por voluntad
propia deciden actuar en pro de cierta actividad geográfica y ello
comporta que tengan un gran dinamismo y evolucionen con gran
rapidez.

143
Una historia, dos lugares

Suelen ser muy poco rígidas en cuanto a reglas y prácticas,


horizontales en cuanto a funcionamiento (de hecho son
heterárquicas pues se da la mixicidad, la superposición de
funciones, el consenso en la toma de decisiones, etc) y a menudo
poco concretas (Goodchild, 2009; Flanagin y Mercer, 2008).
Estas características las hacen especialmente vulnerables
básicamente en cuanto a su longevidad pues es muy frecuente
que la entrada y salida de participantes en un proyecto acabe
diluyéndolo o reorientándolo respecto a sus objetivos originales
o, simplemente, lleve a su desaparición.
Pero por otro lado las mismas características pueden
suponer ciertas ventajas respecto a estructuras más
convencionales, ya que al no hallarse sujetos a formalismos o la
rigidez de normas preestablecidas, pueden actuar con mayor
rapidez en ciertas situaciones, por ejemplo ante emergencias
producidas por desastres naturales, o con mayor intensidad
agregando los miembros que sean necesarios a la estructura
existente para conseguir sus objetivos.
Aunque los beneficios de este tipo de actividades resultan
evidentes, no debe olvidarse que el uso y la generación de
información geográfica no es algo trivial, pues de ella pueden
depender muchas de las acciones que los seres humanos
emprendemos respecto del territorio que ocupamos. Si se piensa,
por ejemplo, que la calidad de la información geográfica tiene un
papel fundamental en los anteriormente mencionados Sistemas
de Ayuda a la Decisión Espacial (SADE), resulta evidente que se
debe ser precavido y riguroso a la hora de definir qué papel
pueden desempeñar los neogeógrafos y que credibilidad se
puede otorgar a los datos que generan.
Una alternativa razonable que permitiría aprovechar de
manera conveniente todos estos esfuerzos pudiera ser la de
acreditar la información voluntaria estableciendo ciertos
procedimientos que, respetando las estructuras y las maneras de

144
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

funcionar de estos colectivos, asegurasen la confianza en los datos


que generan. Algunos aspectos a observar en este sentido podrían
ser:

- Analizar el vacío que pueden llenar los voluntarios con el


objetivo de proponer ámbitos de actuación.
- Establecer criterios que ayuden a saber cuando tiene
sentido o no usar datos neogeográficos.
- Analizar los riesgos y los beneficios que comportaría la
colaboración entre profesionales y voluntarios.
- Definir qué recursos cabe destinar para que la
colaboración entre ambos colectivos sea efectiva.
- Observar que restricciones pudiera haber en el nuevo
contexto de colaboración, por ejemplo de carácter legal.
- Establecer procedimientos para la verificación y
evaluación de los datos generados.
- Consolidar la continuidad de los proyectos que se inicien
en el marco de la colaboración, asegurando un suficiente
número de participantes y su mantenimiento en el
tiempo.
- Someter los trabajos de los voluntarios a ciertos
estándares: de calidad, de seguridad, de autoridad, etc.

Para alcanzar estos propósitos se podrían desarrollar


protocolos que permitiesen integrar la labor que se realiza en
ambos mundos, sumando capacidades para avanzar hacia la
convivencia útil entre profesionales y voluntarios por la vía del
diálogo, el consenso y la interacción.

145
Una historia, dos lugares

Ignorar la labor de los neogeógrafos quizás sería un error, pero


también lo sería otorgarle credibilidad sin más. Combinar el
conocimiento adquirido a lo largo de los años por el mundo
geográfico académico y profesional y el que adquieren a diario los
voluntarios debería ser una alternativa a considerar
detenidamente.

El futuro de las TIG: expectativas y retos


El panorama presentado hasta el momento ha permitido
constatar como las tecnologías de la información geográfica han
traspasado los nichos habituales donde se generaron y
permanecieron durante muchos años y se han extendido entre la
población, en un movimiento explosivo que ha llegado mucho
más lejos de lo que nunca fue capaz de lograr la Geografía
académica (Ruiz, 2010a).
Es en este contexto de desplazamiento desde un mundo
geográfico analógico y cerrado (la era geoanalógica) a uno digital
y abierto de par en par (la era geodigital), que el gran valor que
siempre tuvo la Geografía como ciencia para el conocimiento de la
superficie terrestre se ha potenciado gracias a las geotecnologías
que permiten compartir y comunicar esos saberes con rapidez y
eficacia.
Con las TIG actuando a modo de altavoces geográficos, el
lenguaje propio de la Geografía se ha convertido en un lenguaje
común para la ciudadanía que está adoptándolo con naturalidad.
A estas alturas nadie ya se siente extraño observando una
ortofotografía o una imagen de satélite, lo cual si se piensa
detenidamente es algo extraordinario y fascinante.
Las geotecnologías, por lo tanto, se están convirtiendo en
nuevos medios de comunicación de masas que la población
utiliza para compartir e intercambiar información territorial (Sui
y Goodchild, 2012).

146
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

Esta transformación se lleva a cabo, en primera instancia,


en el mundo virtual donde existen herramientas geográficas que
permiten recoger las reivindicaciones que los ciudadanos puedan
efectuar sobre un determinado territorio y articular entornos para
la cooperación y la creatividad colectiva.
En una segunda instancia, si cabe más significativa que la
primera, los neogeógrafos están empezando a trasladar el
conocimiento geográfico adquirido en los entornos virtuales al
mundo real y lo ponen en funcionamiento realizando actuaciones
de intervención territorial con el objetivo de recuperar el espacio
de su comunidad. Sin que este tipo de acciones sea algo
totalmente novedoso, lo cierto es que las circunstancias en que se
producen con la existencia de la red, de la información geográfica
y las geotecnologías disponibles en internet las han potenciado
muy significativamente.
Este contexto conduce, muy probablemente, hacia el
desarrollo de una inteligencia geográfica global, desde la
tecnosfera hacia la noósfera por la totalidad del sistema mundo y
distribuida a través de la misma tecnosfera. Se evoluciona hacia
un sistema nervioso planetario, la tierra digital (Craglia et al.,
2008, 2012) entendida como una representación tridimensional
virtual del planeta con múltiples escalas y temas que permitirá
localizar, visualizar y analizar la ingente cantidad de datos
geográficos que se están almacenando, por ejemplo a través de los
ya citados instrumentos de realidad aumentada, y a partir de ellos
actuar sobre el territorio global a medida que nuestra inteligencia
espacial aumente.
A este contexto que se expone cabe aún añadir otros
elementos que justo en estos momentos se están desarrollando y
tomando forma y que apuntan hacia el escenario descrito. Nos
referimos a los avances que se están realizando en el campo de la
sensorización del entorno mediante el despliegue en el territorio
de dispositivos de recolección autónoma de información, que

147
Una historia, dos lugares

llevan hacia el concepto de web 3.0, o la internet de las cosas, y que


están a punto de convertir a objetos inanimados en fuentes de
datos geográficos que deberemos aprender a manejar e integrar
en nuestros análisis.
Del mismo modo se está avanzando significativamente en
la sensorización de los propios seres humanos de manera que
estos empiezan a actuar como recolectores ambulantes pasivos e
involuntarios de información geográfica a través de las
tecnologías móviles ya aludidas con anterioridad, o mediante el
uso de dispositivos que pueden estar incorporados en prendas de
vestir o simplemente usando las redes sociales que incorporan
nuevas funcionalidades espaciales.
Otro ejemplo que parece indicar que se sigue el camino
que nos llevará a desarrollar una realidad geográfica virtual lo
proporciona el uso intensivo que se viene realizando de los
Vehículos Aéreos No Tripulados (VANT, o en inglés Unmanned
Aerial Vehicles-UAV o, simplemente, drone) los cuales, cuando se
usan en proyectos civiles y de investigación no relacionados con
actividades militares, permiten recolectar gran cantidad de
información geográfica, de gran calidad, a muy gran escala y con
un coste muy reducido si se compara con los sistemas
tradicionales de fotografía aérea o fotogrametría.
Toda esta situación supondrá la generación, por parte de
los actores geográficos y cartográficos tradicionales y de los
nuevos usuarios de las geotecnologías, de un ingente volumen de
datos geográficos recogidos en tiempo real, abiertos, ubicuos,
multidimensionales (3D, 4D), heterogéneos, interconectados, en
alta definición, que estarán almacenados en la red (computación
en la nube), etc. (UN, 2013). Parece ser que la avalancha de
información geográfica, los datos geográficos masivos (o el big
data geográfico), se encuentra a la vuelta de la esquina y se debe
estar preparado para ello.

148
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

Consideraciones finales
La población mundial vive rodeada de las cuatro grandes
esferas del mundo. Sin embargo, cada vez más actividades
científicas y cotidianas se desarrollan en la Geotecnósfera, la esfera
de las tecnologías digitales que incorporan la dimensión espacial.
Los retos que esta novedosa situación plantea son muy
importantes. Nuestro objetivo debería centrarse en aprovechar
positivamente el curso de los acontecimientos para, de este modo,
poder convivir en el nuevo contexto, creando un marco de
colaboración efectivo que intente reducir las distancias existentes
entre los distintos colectivos que operan en la geografía real,
eludiendo los usos indebidos que puedan aparecer con la nueva
situación (por ejemplo, para escapar de un indeseable efecto
“gran hermano” o de la privatización de la información
geográfica recopilada) y compartiendo experiencias y
conocimientos para evitar que pasemos de los datos geográficos
masivos al naufragio del conocimiento territorial. Actuando de
esta manera será posible enfrentar con suficientes fundamentos
los retos globales que ya empiezan a emerger ante nosotros.

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Una historia, dos lugares

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Una historia, dos lugares

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152
Palabras finales

153
GUSTAVO D. BUZAI - ERNEST RUIZ ALMAR

Esperamos que el lector de este libro lo haya disfrutado


tanto como a nosotros nos resultó escribirlo. El objetivo que
tuvimos fue simple, mostrar aspectos del período inicial de una
década de los Sistemas de Información Geográfica en
Iberoamérica (una historia) y lo realizamos en primera persona
recordando lo sucedido hace más de tres décadas cuando éramos
estudiantes de Geografía en nuestras respectivas ciudades (dos
lugares) vislumbrando el camino que estaba tomando la Geografía
Cuantitativa a través de las tecnologías digitales al generar
posibilidades de mucha utilidad en el abordaje de las
problemáticas espaciales de la sociedad.
Fuimos partícipes de un importante momento de
transición que comenzaba a modelar nuestra ciencia hacia un
nuevo contexto. Iniciamos el período intentando conocer los
aspectos técnicos más básicos de aquella reciente tecnología y lo
finalizamos viendo que el entorno digital había globalizado a la
Geografía para hacerla llegar a todos los rincones del planeta y
generar el mayor impacto que nuestros estudios podrían tener en
el resto de las ciencias y la sociedad.
El mundo estaba cambiando aceleradamente y nosotros
estuvimos en ese preciso momento estudiando y aportando desde
la perspectiva paradigmática que lo hizo posible. Nos resultó
interesante contar esos primeros momentos dentro de un inicio
histórico en el que intentábamos avanzar dentro de en una
comunidad científica que, en general, eludía las tecnologías y
gran parte del proceso científico basado en la racionalidad.
El futuro nos mostró lo que de alguna manera intuíamos y
que año tras año veíamos que se estaba formando con mayor
claridad. Hoy vivimos en un contexto tecnológico ineludible, en
el interior de una geotecnósfera de alcance planetario.
La Geografía, a través de su gran dinamismo, se convirtió
en una de las ciencias más valorizadas y todo indica que el avance

155
Una historia, dos lugares

de los SIG estará ligado a la incorporación de mayores


capacidades de análisis espacial. Las nuevas generaciones de
geógrafos tendrán grandes posibilidades por delante al aportar
nuevos resultados empíricos junto a interpretaciones
disciplinares que pongan de manifiesto el valor social de la ciencia
dando claras respuestas a los problemas del mundo actual.
El desafío continúa…

Gustavo D. Buzai – Ernest Ruiz Almar


Buenos Aires – Barcelona, 2023

156
GUSTAVO D. BUZAI
(Mar del Plata, Argentina, 1964). Profesor de
Geografía (Universidad de Buenos Aires),
Licenciado en Geografía (Universidad de
Buenos Aires) y Doctor en Geografía
(Universidad Nacional de Cuyo). Estadías
de capacitación académica en la
Universidade Federal do Rio Grande do Sul
(Brasil) y de investigación posdoctoral en la Universidad Autónoma
de Madrid (España) y Universität Innsbruck (Austria). Profesor del
Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de
Luján. Miembro de la Carrera del Investigador Científico del
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
(CONICET). Director del Programa de Docencia e Investigación en
Sistemas de Información Geográfica (PRODISIG) y del Instituto de
Investigaciones Geográficas (INIGEO).

ERNEST RUIZ ALMAR


(Barcelona, España. 1967). Licenciado en
Geografía (Universidad de Barcelona, UB).
Beca Erasmus Universiteit Utrecht (Países
Bajos). Investigador Contratado en el
Laboratorio de Cartografía y Geografía del
Departamento de Geografía Humana de la
UB (1990-1993). Profesor Asociado del Departamento de Expresión
Gráfica Arquitectónica II de la Escuela de Ingeniería Técnica
Topográfica de la Universidad Politécnica de Cataluña (1994).
Profesor del Posgrado de Cartografía Digital y SIG del
Departamento de Ingeniería del Terreno y Cartografía de la
Universidad Politécnica de Cataluña (1996-2004). Profesor y
subdirector Máster en Producción Cartográfica y SIG del
Departamento de Geografía de la UB (2002-2013). Profesor
Asociado del Departamento de Geografía de la UB (2007-2022). Jefe
de la Sección de Estudios Territoriales del Área de Desarrollo de
Políticas Urbanística del Área Metropolitana de Barcelona.

157
Esta obra se terminó de editar
en la Ciudad de Buenos Aires, Argentina.
Marzo 2023
El libro Una historia, dos lugares narra, en primera persona, la
experiencia académica de los autores como alumnos de
Geografía y jóvenes profesionales entre 1988 y 1998, la primera
década de la utilización del SIG en Iberoamérica. Una historia
contada desde dos lugares, Buenos Aires y Barcelona, para
encontrar las líneas de confluencia que brindaron las bases
conceptuales y técnicas seguidas en las siguientes décadas hasta
la actualidad. Los recorridos personales muestran el arduo y
fascinante camino encarado en una etapa de transición
analógica-digital y que pasadas más de tres décadas subyace en
la geotecnófera actual.

REDISIG

Red Iberoamericana de

Sistemas de Información Geográfica

G E S I G

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