AUTORES ARTE 10 Lineas
AUTORES ARTE 10 Lineas
AUTORES ARTE 10 Lineas
Mirón: Escultor griego de la segunda mitad del siglo V a.C., encuadrado en la etapa clásica griega. Mirón destacó por
ser el primer escultor del clasicismo, así como por trabajar de forma magistral el bronce a la cera perdida. Al igual que
otros escultores clásicos, buscó plasmar la belleza ideal a través de la armonía, la proporción y el estatismo
emocional (ethos). Sin embargo, Mirón fue un paso más allá al intentar plasmar el movimiento y la tensión muscular
en su obra cumbre, 'El Discóbolo”, que a pesar de sus limitaciones (contraste entre la tensión muscular del cuerpo,
con la serenidad del rostro), mostraba a un atleta en el momento concreto de lanzar un disco, creando una transición
entre dos trayectorias opuestas.
Policleto: Escultor griego de la segunda mitad del siglo V a.C., encuadrado en la etapa clásica griega. Policleto
desarrolló sus obras mayoritariamente en bronce y escribió una obra teórica de gran trascendencia, “Canon”, en la
cual propuso una visión geométrica del cuerpo humano, que proponía dividir la cabeza en tres segmentos iguales
(frente/ nariz / boca-barbilla) y emplea esta como medida de proporción para todo el cuerpo en un canon de 1:7. Así
mismo, también introdujo el contrapposto o chíasmo, que propuso la búsqueda del equilibrio y el movimiento de la
escultura, a través de la oposición armónica de las distintas partes del cuerpo (el torso y cabeza ligeramente
inclinados hacia ángulos diferentes y luego piernas y brazos opuestos, relajando uno y tensando el otro). Todo ello se
plasmó en dos obras maestras que nos han llegado mediante copias romanas en mármol: el “Doríforo" (“el portador
de la lanza") y el "Diadumenos" ("el que se ciñe la cinta").
Fidias: Escultor griego de la segunda mitad del siglo V a.C., encuadrado en la etapa clásica griega. Fidias representó
la culminación del clasicismo por su gran maestría en el equilibrio compositivo, la idealización de las formas, la
serena expresividad de los rostros y la perfección técnica de los "paños mojados” (basada en la captación de la
anatomía de los personajes a través de los ropajes, que aparentan estar húmedos y se pegan así al cuerpo). Fidias
llevó a cabo diversas obras de gran importancia, entre ellas deberíamos destacar su labor en el Partenón, pues
además de dirigir su decoración, de su taller salieron sus famosas metopas (amazonomaquia, gigantomaquia,
centauromaquia y vida de Teseo), así como de sus propias manos salió la monumental estatua crisoelefantina (oro y
marfil) de "Atenea Partenos”. Así mismo, su también obra crisoelefantina de "Zeus en Olimpia” causó tanta
expectación y asombro, que fue considerada una de las “Siete Maravillas de la Antigüedad”.
Praxíteles: Escultor griego del siglo IV a.C., encuadrado en la etapa de crisis del clasicismo griego, Praxíteles trabajó
de forma magistral el mármol y representó a dioses, que comienzan a mostrarse más humanos, desprovistos de la
serenidad, grandeza e idealización clásica. Praxíteles acentuó el contrapposto/chiasmo de Policleto, creando la curva
praxitélica, sinuosa y rítmica, que convertía a sus figuras en personajes inestables. Así mismo, redujo la musculatura,
redondeó los contornos y pulió de forma exquisita las superficies, buscando un ideal de belleza que a menudo
convertía en andróginas sus figuras. De igual manera, trabajó el trepanado y mostró rostros melancólicos e
idealizados. Algunas de sus principales obras son “El Apolo sauróctono”, “la Afrodita de Cnido” o “Hermes con el niño
Dionisos”.
Lisipo: Escultor griego del siglo IV a.C., encuadrado en la etapa de crisis del clasicismo griego, que posteriormente
evolucionó hacia el helenismo. Lisipo se caracterizó por aportar un tipo humano más esbelto a través del canon 1:8
(el cuerpo es ocho veces la cabeza), el empleo del contrapposto/chiasmo, el dominio del espacio a través de
esculturas abiertas y tridimensionales y, consecuentemente, por la multiplicidad de los puntos de vista. Podemos
destacar como obras más importantes el "Apoxiomeno", donde un deportista desnudo se retira la arena de su cuerpo
con una estrigila tras una competición, y varios retratos de Alejandro Magno, pues fue escultor en su corte.
Giotto: Pintor italiano del siglo XIV, encuadrado estilísticamente en la llamada "escuela florentina” del Trecento
(pintura Italo-gótica). Giotto di Bondone ha sido considerado como el "padre de la pintura moderna'' debido a sus
grandes aportaciones a la plasticidad pictórica, renegando de la tradición románica y gótica y sentando las bases del
posterior Renacimiento. Las características de sus obras son: 1) figuras monumentales, volumétricas y sólidas, de
apariencia pesada y escultórica; 2) introducción de personajes en escorzo para resaltar la profundidad; 3)
incorporación del paisaje (urbano o rural), aunque los marcos son aún muy teatrales; 4) intensificación del
dramatismo y los sentimientos de sus personajes, bajo un afán de resaltar la humanidad de los mismos; 5) uso de la
luz bajo una doble función: plástica para acentuar la sensación de espacio y expresiva para dar unidad a las
composiciones. Las obras más conocidas de Giotto son sus frescos en Asís sobre la vida de San Francisco y en Padua
la 'Capilla Scmvegnì', con escenas como "Huida a Egipto', 'Llanto sobre el Cristo Muerta' o el 'El Prendimiento".
Roger van der Weyden: Pintor flamenco del siglo XV, encuadrado en la primera generación de "Primitivos
Flamencos”, de la cual fue uno de los más grandes maestros junto con Jan van Eyck. Fue discípulo del también
flamenco Robert Campin e incorporó el óleo a sus trabajos sobre tabla.Destacó por el sentido escultórico de sus
figuras y el escaso interés por los fondos (a menudo dorados). Una de sus obras capitales es el "Descendimiento” del
Museo del Prado, que destaca por su cuidada y excepcional composición, el realismo de sus figuras (tamaño natural),
sus colores vivos, el estudio de luces y sombras que ayuda a la sensación de volumen, así como el intenso sentido
dramático de sus figuras. Su obra más monumental es el “Políptico del Juicio Final" del Hôtel-Dieu de Beaune,
Francia.
Bosco: Pintor flamenco del siglo XV-XVI y uno de los artistas más destacados de la tercera generación de maestros
conocidos como 'Primitivos Flamencos”. El Bosco fue un creador original, de imaginación desbordante, que enlazó
con las tradiciones medievales y evolucionó hacia el Renacimiento. Sus temas iconográficos, llenos de seres
fantásticos de apariencia irreal y deudores de los bestiarios, anticipan el Surrealismo. Era un técnico formidable de
colorido delicado y cuidadosa ejecución en óleo sobre tabla. Los temas moralizantes, apoyados en figuras
caricaturescas y seres monstruosos, le sirven para realizar una elaborada crítica religiosa y social. En el Museo del
Prado se encuentran algunas de sus mejores obras (adquiridas por Felipe Il), como la "Mesa de los Pecados Capitales',
el 'El Carro de Heno' y su magistral 'Tríptico del Jardín de las Delicias', donde critica la aparición, desarrollo y castigo
del pecado en una obra maestra que ha trascendido los límites del tiempo.
Masaccio: Pintor renacentista italiano de la primera mitad del siglo XV, encuadrado estilísticamente en la etapa
conocida como Quattrocento, que tuvo a Florencia como principal capital artística. Masaccio recogió el interés de
Giotto por los valores plásticos y el volumen, a los que añadió los hallazgos de Brunelleschi en perspectiva y de
Donatello en anatomía. Sus principales características serían: 1) la aplicación de la perspectiva lineal, 2) el empleo
de un sistema de proporción y 3) el análisis de la incidencia de la luz sobre los cuerpos, que le permitía articular los
volúmenes y situarlos en el espacio. Sus composiciones estaban ordenadas con minucioso cuidado y algunas de sus
obras principales pintadas al fresco serían la "La Trinidad' de Santa Maria Novella (caracterizada por la perspectiva,
que confunde los límites del espacio real y del pintado) y la capilla Brancacci de la iglesia de Santa Maria del Carmine
en Florencia, donde se encuentran escenas muy conocidas como la “La expulsión de Adán y Eva del Paraíso' o "El
tributo de la moneda”.
Fra Angelico: Pintor renacentista italiano de la primera mitad del siglo XV, encuadrado estilísticamente en la etapa
conocida como Quattrocento, que tuvo a Florencia como principal capital artística. Fra Angélico supo combinar la
vida de fraile dominico con la de pintor consumado y meticuloso. Destacó por su arcaismo que sirvió de transición
entre el gotìcismo final de la "Escuela de Siena" (abundancia de dorados y colorido ornamental) y el inicio del
Renacimiento (intentos de plasmar la perspectiva cónica a través de líneas de fuga). Destacan entre sus trabajos los
“Frescos del Convento de San Marcos', así como su "Anunciación" del Museo del Prado (témpera sobre tabla). En
ellas, presenta figuras delicadas, tiernas y estilizadas, encuadradas en espacios arquitectónicos, así como paisajes
o mobiliario caracterizado por un gran detallismo y colorido ornamental.
Brunelleschi: Artista renacentista italiano del siglo XV, mejor conocido como Quattrocento, que tendrá a Florencia
como principal capital artística. Aunque Filippo Brunelleschi realizó también escultura (concurso de las 'Segundas
puertas del Baptisterio de Florencia"), destacó por su faceta de arquitecto, que le llevó a renovar las vistas de
Florencia. Tras el estudio de las ruinas de Roma, sentó las bases del racionalismo clásico y desarrolló técnicas
novedosas de construcción, en las cuales aplicó su mayor descubrimiento, la perspectiva cónica. Su obra capital es
la "Cúpula de la Catedral de Santa Maria di Fiore”, que cerró el crucero de la catedral gótica con una monumental
doble cúpula apuntada de 42 metros de diámetro basada en el “Panteón de Agripa' (43 metros), que originalmente no
utilizó cimbras y empleó ladrillo, así como ocho nervios de mármol que se apoyaban sobre un amplio tambor
octogonal con vanos circulares. La cúpula culmina con un gran óculo cubierto por una linterna. También fueron obras
de Brunelleschi el 'Hospital de los Inocentes” y las basílicas del 'Santo Espíritu' y 'San Lorenzo', todas ellas en
Florencia.
Michelozzo: Arquitecto renacentista italiano del siglo XV, mejor conocido como Quattrocento, que tendrá a Florencia
como principal capital artística. Michelozzo fue discípulo de Brunelleschi y alcanzó su fama con la construcción del
"Palacio Medici-Riccardi'' de Florencia. Con esta obra, Michelozzo consolidó el esquema de palacio florentino,
caracterizado por tres pisos bien diferenciados por cornisillas, aparejo rústico que decrece y se alisa en cada piso,
una gran cornisa volada en la parte superior, un aspecto macizo y cuadrangular (carácter tectónico) y un patio o cortile
cuadrangular interno cerrado por arcadas. No obstante, aún mantuvo los arcos de medio punto geminados.
Alberti: Humanista, tratadista y arquitecto italiano del Quattrocento, que destacó como primer gran teórico del arte
del Renacimiento. Aunque realizó tratados sobre pintura y escultura, su obra arquitectónica sobre arquitectura ("De
Re Aedificatoria") fue clave, pues recogió los avances técnicos propuestos, así como explicó de forma precisa que la
belleza residía en la armonía, la cual procedía de la proporción matemática. Alberti promovió además: 1) fachadas
inspiradas en arcos de triunfo ("San Andrés de Mantua'), 2) estructuras basadas en modelos geométricos de enorme
equilibrio y elegancia (fachada de 'Santa María Novella” en Florencia, donde proyecta 2 cuerpos cuadrangulares
superpuestos, el superior más estrecho y cerrado con frontón, unidos ambos mediante volutas laterales) y 3) avanzó
en el modelo de palacio florentino de tres pisos con pilastras adosadas, superposición de órdenes, separación
mediante entablamentos y cornisa, así como gran voladizo en la parte superior ("Palacio Rucellai").
Piero della Francesca: Pintor renacentista italiano de la segunda mitad del siglo XV, encuadrado estilísticamente en
la etapa conocida como Quattrocento, que tuvo a Florencia como principal capital artística. Piero della Francsca fue
teórico además de pintor y creó un mundo de personajes severos, corpulentos y voluminosos, envueltos en una suave
atmósfera de luz blanca. La luz le ayudó a modelar figuras estáticas, que parecen estar suspendidas en sus mismos
movimientos, Así mismo, aplicó rigurosamente la perspectiva lineal, los efectos de luces y sombras y las formas y
composiciones geométricas. Sus obras más destacadas fueron los "Frescos de la leyenda de La Santa Vera Cruz'', en
Arezzo, y la "Virgen de Federico de Montefeltro”, en Urbino.
Leonardo da Vinci: Pintor renacentista italiano de finales del siglo XV e inicios del siglo XVI, encuadrado en la
denominada 'escuela forentino-romana" de la etapa Clasicista del Cinquecento. A lo largo de su vida, Leonardo pasó
de su Florencia natal a Milán, desde donde se trasladó a Roma bajo el reclamo del Papa Julio II. Finalmente, acabó su
vida en Francia en la corte de Francisco I. Leonardo fue el máximo exponente del clasicismo renacentista, así como
del ideal humanista. Hombre de curiosidad insaciable, Leonardo fue inventor, escultor, pintor e ingeniero militar. Su
mayor aportación a la pintura fue el avance hacia la 'perspectiva aérea', gracias al uso de tres tipos de perspectiva: 1)
la lineal (líneas de fuga), 2) la menguante (modificación del tamaño) y, especialmente, 3) la del color (difuminación de
contornos y tonalidades a través del "sfumato'). Con ello, Leonardo dio a sus obras sensación atmosférica,
conjugando luces, sombras, volumen y perspectiva en composiciones sencillas y geométricas cargadas de belleza,
misterio y dulzura. Sus obras capitales serían "La Virgen de las Rocas”, “La Santa Cena/Última Cena" del refectorio
del convento de Santa Maria de Las Gracias en Milán, "Santa Ana, la Virgen y el Niño” y el enigmático e icónico retrato
de “La Gioconda/Mona Lisa”.
Rafael: Pintor renacentista italiano del siglo XVI, encuadrado en la denominada “escuela florentino-romana'' de la
etapa Clasicista del Cinquecento. A lo largo de su vida viajó de Perugia (fue discípulo de Perugino) a Florencia y de ahí,
a Roma reclamado por el Papa Julio II. Desempeñó un doble papel en la pintura del siglo XVI pues, por un lado, fue un
enardecido defensor del clasicismo, y por otro, su capacidad de síntesis de la obra de Leonardo y de Miguel Ángel le
acercó, en algunas de sus últimas obras, a los principios del manierismo. Su obra se caracteriza por el orden simétrico
de las composiciones (Perugino), la aplicación del sfumato (Leonardo), el perfecto estudio anatómico (Miguel Ángel)
y un dibujo irreprochable que le permitió crear obras que marcan el cénit de los avances pictóricos renacentistas. De
su obra destacan sus dulces, cuidadas y bellas “Madonnas”, sus famosos frescos de la Estancia de la Signature en el
Vaticano ("La Escuela de Atenas") y sus excelentes retratos, que avanzan hacia la captación psicológica ("Baltasar de
Castiglione', "Retrato de Papa Julio II” y "EI Cardenal").
Bramante: Arquitecto italiano encuadrado estilísticamente en la etapa conocida como Cinquecento, que tuvo a
Roma como principal capital artística. Bramante es el máximo representante del clasicismo del primer tercio del siglo
XVI. Su obra destaca por la perfecta simbiosis entre orden, medida, proporción y simetría, así como por la propuesta
de plantas centralizadas. La obra que mejor resume estos principios es el 'Templete de San Pietro in Montorio”, pues
se trata de un templo circular caracterizado por la pureza de sus volúmenes, la austeridad decorativa, la
monumentalidad, y la sabiduría en el juego de luces y sombras. Tal fue la fama y prestigio alcanzado por Bramante
con esta obra, que el Papa Julio II le encargó el proyecto y la dirección de las obras de la Basílica de San Pedro del
Vaticano”. Aunque finalmente su proyecto fue modificado por otros autores, Bramante concibió una planta de cruz
griega, con una gran cúpula central dominando todo el espacio arquitectónico, así como otras cúpulas menores entre
los brazos de la cruz.
Giambologna: Giambologna o Juan de Bolonia fue un escultor francés que trabajó en Italia a finales del siglo XVI.
Estilísticamente se le encuadra en el Manierismo, etapa final del Renacimiento y antecedente del arte Barroco. Sus
características son así la búsqueda de la gracia, el equilibrio, el orden y el clasicismo clásico, pero a través de obras
dinámicas, abiertas, helicoidales y con múltiples puntos de vista. Sus obras más conocidas son el "Rapto de las
Sabinas”, grupo en mármol de composición y ritmo helicoidal, así como enorme teatralidad; “Mercurio", obra en
bronce donde el protagonista se apoya únicamente a través de un pie sobre el soplo del Dios del viento Céfiro;
'Hércules y el Centauro Neso', obra en mármol de anatomía poderosas, enorme dinamismo y dramatismo. En España,
destaca la "Estatua ecuestre de Felipe III”, obra en bronce finalizada por su discípulo Pietro Tacca, que se ubica en la
Plaza Mayor de Madrid.
Tiziano: Pintor renacentista italiano del siglo XVI, encuadrado en la denominada “escuela veneciana". Tiziano es uno
de los maestros más célebres y prolíficos de la historia del Arte, gracias en parte a su larga vida y gran reconocimiento,
lo cual le llevó a trabajar con las personalidades más altas de su época (Papado, monarquía española, SIRG...). Su
obra destacó por un excepcional manejo en el uso de la luz (luz dorada), el empleo de un gran cromatismo, gran
atención a los detalles, gran perfección anatómica y una pincelada libre, que se irá abocetando con los años,
anunciando el futuro estilo barroco. Practicó diferentes temas, entre los que cabe destacar obras mitológicas ("La
Bacanal", "La Venus de Urbina", “Danae recibiendo la lluvia dorada"), religiosas ('La Asunción de la Virgen”) y,
especialmente, sus retratos ('Carlos V en la Batalla de Mühlberg” y "Autorretrato').
Donatello: Escultor italiano encuadrado estilísticamente en el Renacimiento y cronológicamente en el siglo XV, más
conocido como Quattrocento. Desarrolló su obra en Florencia y se caracterizó por un estilo seguro, estilizado y
expresivo, tomando las características de la escultura clásica(contrapposto/chiasmo, canon, simetría, bronce a la
cera perdida...) se centró en la representación del hombre a través de diversos estados de ánimo y en diferentes
edades Fue el primer escultor plenamente renacentista, así como el primero en representar un cuerpo desnudo a
tamaño natural desde los tiempos clásicos ("Dav¡d") y una estatua ecuestre (”Condotiero Gattamelata"). Destacó
también por un exquisito cincelado en mármol, adelantando la maestría de Miguel Ángel ("San Jorge", “Mo¡sés") y en
cuanto al relieve, desarrolló la técnica del stiacciato/schiacciato o relieve aplanado, de gran trascendencia histórica.
Giorgione: Pintor renacentista italiano de finales del siglo XV e inicios del XVI, encuadrado en la denominada "escuela
veneciana”. Giorgione será el promotor y precursor de la misma, lo cual le lleva a establecer algunos de sus principios:
excepcional manejo en el uso de la luz, empleo de colores brillantes y variados e introducción de elementos exóticos
y exuberantes. Giorgione conoció el arte y la teoría de Leonardo, pues acogió y desarrolló parte de sus avances
técnicos (sfumato), así como dotó a su obra de una gran delicadeza y tono misterioso, que le permitió crear modelos
de gran tradición artística, como su propuesta de "Venus Dormida” desnuda y recostada sobre un lecho. La obra
cumbre de Giorgione será la "Tempestad", en la cual sintetiza todas las características antes remarcadas: sfumato,
gran cromatismo, tono misterioso (el tema es aún desconocido) y magnífico manejo de la luz.
Veronés: Pintor renacentista italiano del siglo XVI, encuadrado en la denominada 'escuela veneciana'. Siguiendo las
características de dicha escuela, destacó por su excepcional manejo en el uso de la luz, el empleo de colores
brillantes y variados y la introducción de elementos exóticos, exuberantes y ricos. Veronés produjo obras de grandes
dimensiones enmarcadas en escenarios monumentales, en los que el lujo, el colorido suntuoso, la galería de retratos
y posiciones diversas, así como la introducción de elementos anecdóticos y temas secundarios llevan al espectador
a perderse en sus obras y disfrutar de las mismas. Buenos ejemplos de estas características serían 'Las bodas de
Caná', 'Jesús ante los doctores" o "La cena en casa de Levi".
Tintoretto: Pintor renacentista italiano del siglo XVI, encuadrado en la denominada “escuela veneciana”. Tintoretto
destacaría por introducir en Venecia las propuestas manieristas, basadas en el empleo de luces violentas, con fuertes
contrastes (claroscuros), que se mezclan con el gran cromatismo veneciano (primando aquí tonos fríos), su propuesta
fastuosa y su gusto refinado. Tìntoretto promovió así mismo perspectivas basadas en puntos de fuga laterales y
descentrados, escorzos forzados y la introducción de elementos anecdóticos y temas secundarios que llevan al
espectador a perderse en sus obras y disfrutar de las mismas. Su obra cumbre fue "El Lavatorio de pies", donde pone
de manifiesto todas las características anteriormente propuestas. Se propone que sus juegos de luz anticipan la
"perspectiva aérea".
Pedro Machuca: Artista renacentista español del siglo XVI, encuadrado estilísticamente en la etapa de “Purismo"/
“Clasicismo", desarrollada en el segundo tercio de dicho siglo. Aunque también desarrolló su faceta como pintor,
destacó de forma sobresaliente como arquitecto, vertiente en la cual realizó su obra cumbre, “El Palacio de Carlos
V”, localizado en la Alhambra de Granada. En ella muestra su influencia italiana, pues estuvo en Roma colaborando
con Miguel Ángel y fue gran conocedor de la obra de Bramante. Concibió un palacio novedoso, pues, aunque seguía
la propuesta renacentista de planta rectangular, aspecto tectónico y prismático, uso de pilastras y columnas en
órdenes clásicos y almohadillado rústico, Innovó introduciendo un patio circular, presentando así una influencia
manierista La obra no obstante destaca por su pureza de formas, elegancia, superposición de estilos (dos pisos:
toscano y jónico) y la introducción de elementos decorativos de raigambre italiana.
Juan de Herrera: Arquitecto renacentista español del siglo XVI, encuadrado estilísticamente en la etapa conocida
como "Herreriano” / "Escurialense", propuesta en su honor y desarrollada en el último tercio de dicho siglo. Juan de
Herrera destacó por apostar en sus obras por la simplicidad geométrica (volúmenes sencillos y preferiblemente
cúbicos), regularidad (repetición de un módulo), monumentalidad (orden gigante), sobriedad decorativa (fachadas,
bolas y pirámides) y concepción tectónica y horizontal de la obra, sólo rota por los tejados abuhardillados y los
torreones de sus esquinas, rematados por chapiteles de pizarra. El mejor ejemplo de su propuesta es el monumental
"Palacio-Monasterio de El Escorial” erigido para Felipe II. Su estilo y obra ("Palacio Real de Aranjuez”, “Catedral de
Valladolid”) perdurará en los siguientes arquitectos, que trasladarán esta propuesta por toda Castilla y especialmente
la desarrollarán en la ciudad de Madrid, nueva capital del reino.
Alonso Berruguete: Escultor castellano del siglo XVI, que destacó como uno de los referentes fundamentales de la
imaginería española del Renacimiento junto al borgoñón Juan de Juni. Fue hijo del pintor Pedro Berruguete y amplió
su formación en Italia, donde conoció a Miguel Ángel, del cual adoptó la tensión y apasionamiento. También recibió
la influencia de Donatello, el descubrimiento del 'Laocoonte' y los artistas manieristas. Dio a sus personales un
sentido angustioso y dramático, de modo que sus tallas de madera representan a figuras nerviosas, de proporciones
alargadas, de musculatura tensa, que parecen retorcerse en posturas inestables caracterizadas por una brillante
policromía, que emplea el estofado. Destacó su “Retablo mayor de San Benito” de Valladolid (hoy incompleto en el
"Museo Nacional de Escultura” de dicha ciudad) al cual pertenecían las figuras de "San Sebastián' y de “El Sacrificio
de Isaac”, tal vez sus obras más populares. Posteriormente recibió el encargo, junto a Felipe Bigarny, de tallar la
sillería del coro de la Catedral de Toledo, de madera sin policromar, donde se puede apreciar su genialidad en los
desnudos y su derivación manierista.
Juan de Juni: Escultor borgoñón del siglo XVI que realizó gran parte de su obra en tierras castellanas, destacando, así
como uno de los referentes fundamentales de la imaginería española del Renacimiento junto a Alonso Berruguete. Su
influencia se basa en la tendencia naturalista del artista gótico Claus Sluter, así como la captación de volúmenes y
gestos que torna de su estancia en Italia (Miguel Ángel y artistas manieristas). En su obra, tallada en madera y pintada
con excelente policromía (colores brillantes y estofado), representa figuras musculosas y monumentales, en posturas
manieristas, con gestos forzados, y expresión apasionada y angustiosa, incluso exagerada. En los grupos cuida con
mimo el equilibrio de la composición. Su obra más importante es “El entierro de Cristo”, grupo escultórico de rigurosa
simetría, tenso patetismo y escenificación teatral.
El Greco: Doménikos Theotokopoulos 'El Greco', sería un pintor renacentista nacido en Creta en el siglo XVI, que tras
formarse inicialmente en su isla natal (creación de iconos bizantinos), pasó a Italia (Venecia de donde tomó el color
de Tiziano, Tintoretto y Veronés, y Roma, donde captó las anatomías de Miguel Ángel) y se convirtió en gran maestro
en España, más concretamente en la ciudad de Toledo; pues tras ser rechazado en la corte por Felipe II, creó aquí su
taller. El Greco se caracterizó por un estilo muy personal, marcado por su espiritualidad oriental y mística, el
alargamiento manierista de las figuras, las posturas inestables y serpentinatas, la pincelada suelta, la luz irreal y
onírica y un uso del color aplicado en manchas y colores muy vivos (amarillo estridente, azul eléctrico, rojo carmín y
verde jade). Aunque desarrolló obras mitológicas ("El Laocoonte") y retratos ("El caballero de la mano en el pecho"),
destacó por obras religiosas ("El expolio', 'La Trinidad", apostolados) y su famosa obra “El entierro del Conde de
Orgaz", donde sintetizó su visión religiosa y mística, así como realizó un maravilloso retrato colectivo de
personalidades de la época.
Carlo Maderno: Arquitecto italiano de transición entre el siglo XVI y el XVII, que inaugura la arquitectura barroca a
través de la fachada de la Basílica de San Pedro del Vaticano. En su concepción prolonga la nave central de la Basílica,
dando lugar a una planta de cruz latina y plasma algunas de las novedades arquitectónicas barrocas tales como: el
uso del orden gigante, la ruptura de la línea recta, el luego de luces y sombras y el aspecto teatral, dotando además a
la fachada de un cuerpo superior que oculta en parte la cúpula de Miguel Ángel.
AUTORES DE ARTE BARROCO
Bernini: Artista italiano del siglo XVII, encuadrado en el estilo barroco. Bernini será el mayor artista del barroco
italiano, pues destacó en todas las vertientes artísticas e incluso influyó en la expansión del estilo hacia Francia. No
obstante, trabajó en Roma, especialmente durante el Papado de Urbano VIII, y fue considerado el sucesor de Miguel
Ángel. Consolidó las características básicas del estilo barroco tanto en arquitectura, a través de la Plaza de San Pedro
Del Vaticano (de forma elíptica a modo de brazos que acogen a los fieles) o el Baldaquino de dicha Basílica (con sus
famosas columnas helicoidales), así como en algunas de sus más famosas esculturas religiosas ("David" y "Éxtasis
de Santa Teresa"), mitológicas (“Apolo y Dafne") o ligadas al desarrollo urbano de la capital de la cristiandad ("Fuente
de los cuatro Ríos” en la plaza Navona De Roma).
Borromini: Arquitecto italiano del siglo XVII, encuadrado en el estilo barroco. Aunque Borromini tuvo que competir
continuamente con Bernini, fue considerado uno de los mayores maestros del Barroco italiano, gracias a una
arquitectura compleja y dinámica ("Santa Inés”, “San Ivo"), que fue genialmente resumida en su obra maestra, la
iglesia de “San Carlos de las Cuatro Fuentes”, que a pesar de su pequeño tamaño, destacó por su sinuosa y vertical
fachada (sucesión de elementos cóncavos y convexos, que se intercambian a lo largo de sus pisos a modo de retablo
dinámico), así como una planta elíptica cerrada por una cúpula ovalada decorada con casetones hexagonales,
octogonales y cruciformes combinados
Caravaggio: Pintor italiano del siglo XVI-XVII, encuadrado en el estilo barroco. Caravaggio inició su obra en Milán y fue
impulsor de la corriente naturalista, especialmente en su deriva don tenebrista. Las principales características de su
obra son: 1) Pinta alla prima; es decir, sin dibujo preliminar, 2) los personajes representados toman como inspiración
a modelos reales, sacados generalmente de las clases más bajas (lo cual le trajo problemas con la iglesia Católica,
su mejor cliente), 3) la aplicación de esquemas compositivos sencillos y 4) los grandes contrastes lumínicos, en los
que predomina la oscuridad y un foco destacado de luz que ilumina a modo de eje el tema principal de la obra. Algunas
de sus obras principales conservadas en Roma son 'la crucifixión de San Pedro' y "La conversión de San Pablo” (ambas
en óleo sobre lienzo y ubicadas en la iglesia de Santa Maria del Popolo), así como la polémica "Muerte de la Virgen”.
Carracci: Pintor italiano del siglo XVI, encuadrado en el estilo barroco. Annibale Carracci desarrolló junto a su familia
su propia Academia de pintura en Bolonia, caracterizada por la vertiente "Clasicista”. Esta vertiente se basó en la
depuración de la realidad evitando lo que esta tiene de feo y desagradable, eliminando lo vulgar y acercándose al ideal
de belleza clásico. Annibale Carraci buscará así el orden y la claridad compositiva a través de temas religiosos o
mitológicos, que suelen poseer significación moral y destacan por su sutileza y exquisitez. Desarrollará tanto obras al
óleo como al fresco, así como grabados. Su obra cumbre es el 'Triunfo de Baco y Ariadna", fresco situado en la bóveda
del Palacio Farnese de Roma.
Rubens: Pintor flamenco del siglo XVII, encuadrado en el estilo barroco. Rubens será la figura principal de la escuela
flamenca barroca y uno de los artistas claves de dicho estilo, cuya influencia se hizo notar en toda Europa. Las
principales características de su obra son:1) exuberancia y dinamismo a través de líneas y composiciones curvilíneas,
2) formas hercúleas y monumentales heredadas de Miguel Ángel, 3) amor al desnudo: nacarado y de carnes blandas
y opulentas en las mujeres; broncíneos y musculosos en los cuerpos masculinos, 4) colorido veneciano, sensual y
cálido, tomado de Tiziano, 5) pinceladas largas y vibrantes sobre las que aplica pequeños toques sueltos. ricos en
pasta y 6) composiciones espectaculares, basadas en diagonales ondulantes, con un movimiento que parece
prolongarse más allá del límite del lienzo. Debido a su faceta como diplomático, visitó varias cortes europeas,
influenciando con ello artistas de toda Europa. Su influencia en la España de Felipe N es más que notable. Sus obras
más importantes son: “La adoración de los Magos' (religiosa), 'Las tres Gracias' (mitológica) y "EL jardín del Amor”
costumbrista), todas ellas realizadas al óleo sobre lienzo y situadas en el Museo Del Prado.
Rembrandt van Rijn: Pintor holandés del siglo XVII, encuadrado en el estilo barroco. Rembrandtse convirtió en el
mayor maestro barroco holandés y es considerado uno de los grandes genios de toda la historia del Arte universal. Su
obra se caracterizó por un punto de vista anticonvencional y subjetivo, un alto realismo, empastes muy densos, una
pincelada suelta más o menos gruesa según zonas del cuadro, una característica luz dorada que resalta el tema,
genera grandes contrastes (tenebrismo), refuerza el volumen y a veces procede de figuras dentro del cuadro, y la
captación psicológica de sus personajes. Todo ello se vio acompañado de una vida atormentada, que fomentó su
individualidad, subjetivismo y singular mundo interior. Son famosos sus autorretratos, sus retratos colectivos ("Los
síndicos de los pañeros'', “La lección de anatomía del Doctor Tulp” y la “Ronda de Noche"), así como sus grabados,
paisajes y bodegones.
Juan Gómez de Mora: Arquitecto español de la primera mitad del siglo XVII, encuadrado en el estilo barroco. Como
buen discípulo de Juan de Herrera, Juan Gómez de Mora evolucionó desde un estilo escurialense de carácter austero
y geométrico, a un nuevo periodo artístico, marcado por la incorporación de algunas de las características barrocas
que provenían de Italia. Se puede decir que sería uno de los primeros arquitectos barrocos españoles, así como el
autor de una obra clave en la corte madrileña, la “Plaza Mayor” de Madrid, concebida de forma rectangular,porticada
e inicialmente con 5 alturas de edificios autónomos, que sólo posteriormente se unieron mediante arcos. Otras obras
suyas serían la “Clerecía de Salamanca” y el “Panteón Real de El Escorial”.
Pedro de Ribera: Arquitecto español del siglo XVIII, encuadrado en el estilo barroco. Pedro de Ribera será el principal
representante de la arquitectura barroca madrileña, pues gracias a su buena relación con el corregidor de la ciudad,
el Marqués de Vadillo, construyó la imagen de una nueva capital. Su obra se irá complejizando, adoptando las
propuestas de la escuela churrigueresca, siendo su mejor ejemplo la "Fachada del Antiguo Hospicio de Madrid” (hoy
Museo Municipal), en cuya portada recoge un exaltado barroquismo ligado al empleo de cortinajes, estípites, huecos
ovales, ménsulas y frontones partidos. Otras obras suyas son el"Puente de Toledo” y la “Ermita del Puerto”, ambas
en Madrid.
Fernando de Casas Novoa: Arquitecto español del siglo XVIII, encuadrado en el estilo barroco. Fernando de Casas
Novoa será el principal representante de la escuela de arquitectura barroca gallega. Aunque partió inicialmente de
soluciones clasicistas, pronto evolucionó hacia un barroco eclecticista Su obra maestra sería la "Fachada del
Obradoiro” de la Catedral de Santiago de Compostela, cuyo diseño atendió a la protección del románico "Pórtico de
la Gloria”. Se trata del conjunto más monumental del Barroco español y se basó en la creación de una fachada a gran
altura enmarcada con dos torres retranqueadas, que hacen avanzar el cuerpo central. Así mismo,la altura se suplió
con una doble escalera en dos tramos. El resultado es un acentuado dinamismo ascensional y un gran efecto de
perspectiva que une urbanismo (Plaza del Obradoiro, arquitectura (catedral) y tradición (Pórtico de la Gloria).
José Benito de Churriguera: Arquitecto y retablista español de la segunda mitad del siglo XVII e inicios del XVIII. José
Benito de Churriguera pertenecía a una familia de artistas de gran tradición barroca (su hermano Alberto realizó la
Plaza Mayor de Salamanca), que debido a su apuesta por la complejidad de las formas y la exuberancia y riqueza
decorativa de sus obras, tomó su apellido como estilo propio, el churrigueresco. José Benito de Churriguera sintetizó
esta profusión decorativa en el 'Retablo de San Esteban' de Salamanca, caracterizado por el empleo de columnas
salomónicas de orden gigante, el uso de pan de oro y un gran efectismo a través de_contrastes iumlnicos y el uso de
elementos curvos y quebrados.
Gregorio Fernández: Escultor español del siglo XVII, encuadrado en el estilo barroco. Gregorio Fernández sería el
mejor exponente de la escuela escultórica barroca castellana, así como dueño de un prolífico taller. Aunque recogió
la tradición de los renacentistas Alonso Berruguete y Juan de Juni al realizar obras religiosas sobre madera
policromada (“imaginería"), introdujo características barrocas tales como la representación de un realismo patético
y dollente ("Contrarreforma”, procesiones...), así como una intensa expresividad dramática Destacó por estudiar el
cuerpo humano con atención, logrando reflejar sus calidades táctiles, así como por el realismo logrado en heridas y
cuerpos flagelados, cubiertos por convencionales y angulosos ropajes. Sus obras más destacadas son 'La Piedad' o
"El Cristo Yacente".
Alonso Cano: Artista español del siglo XVII, encuadrado en el estilo barroco. Alonso Cano practicó todas las
principales vertientes artísticas (arquitectura, pintura y escultura), destacando en todas ellas. Aunque se formó en
Sevilla, viajó a Italia y trabajó en Madrid, fundó finalmente su taller en Granada. Allí apostó por un lenguaje clásico,
delicado, dulce y moderado, que trataba de rehuir de lo patético. De entre sus obras arquitectónicas cabría destacar
la “Fachada de la Catedral de Granada” y de entre sus pinturas y esculturas, destaca su propuesta de 'Inmaculada
Concepción”, que siguiendo las propuestas del maestro Pacheco, creó un modelo a seguir para futuros artistas.
Pedro de Mena: Escultor español del siglo XVII, encuadrado en el estilo barroco. Pedro de Mena Fue discípulo de
Alonso Cano y se convirtió en uno de los mejores representantes de la escuela andaluza. Al igual que su maestro,
apostó por un lenguaje clásico, delicado, dulce y moderado, que no le impidió mostrar obras cargadas de misticismo,
recogimiento y espiritualidad. Sus trabajos más conocidos serían “La Magdalena Penitente" y “San Francisco”.
Zurbarán: Pintor español del siglo XVII, encuadrado en el estilo barroco. Su mejor producción se encuadra en la
primera mitad del XVII en el foco sevillano y se caracterizó por su gran fuerza visual, profundo misticismo, calidades
táctiles y claridad cromática (sus luces y telas blancas serán muy famosas). Evoluciona desde el tenebrismo a una
mayor claridad. Aunque fue principalmente aclamado por sus temas religiosos y monacales ("La visión de San Pedro
Nolasco”, "San Hugo en el refectorio”), sería un gran maestro del bodegón, al cual le transmitió la paz monacal y el
misticismo, a través de composiciones que remiten a formas elementales y austeras ("Bodegón de El Prado").
José de Ribera: Pintor español del siglo XVII, encuadrado en el estilo barroco. Su mejor producción se encuadra en la
primera mitad del XVII y fue realizada mayoritariamente en el Reino de Nápoles, aspecto que llevó a ser denominado
el "Spagnoletto" (debido igualmente a su baja estatura). Se le considera el protagonista más destacado del
naturalismo español y a lo largo de su obra evolucionó del tenebrismo de Caravaggio ("La mujer barbuda") a una etapa
más dramática ("EI martirio de San Felìpe"), que finalmente, fue reconducida hacia una estética más colorista y
luminosa ("El sueño de Jacob”). También realizó obras costumbristas de mendigos, en las cuales trató de ensalzar a
los representados ("EI Patizambo").
Murillo: Pintor español del siglo XVII, encuadrado en el estilo barroco. Su mejor producción se encuadra en la segunda
mitad del XVII en el foco sevillano y se caracterizó por acercar la Contrarreforma a la gente común a través del empleo
de una pintura amable, tierna y bella (“los Niños de la concha”, “EI buen pastor”, “Sagrada familia del pajarito” o “La
Inmaculada de El Escorial"), que a menudo se basaba en el empleo de personajes populares y trataba de mostrar un
mundo apacible que escapa a la realidad. No obstante, también recoge escenas costumbristas de mendigos o
pilluelos ("Niños comiendo fruta", “Niños jugando a los dados”), en las cuales empleó también un tamiz bello, idílico
y embellecedor. Con el tiempo, su pintura abandonó el tenebrismo y adquirió una pincelada más vaporosa y dorada.
Velázquez: Diego Rodriguez de Silva y Velázquez fue un pintor español del siglo XVII, encuadrado en el estilo barroco.
Velázquez fue el mayor maestro de la pintura barroca española y es considerado uno de los artistas más
trascendentes de la historia del Arte universal. Su arte se caracterizó por ia variedad de temas (mitológicos, retratos,
religiosos, paisajes, cuadros de historia), la pintura sin boceto previo ("alla prima"), el realismo, el ennoblecimiento
de los personales, el uso de la perspectiva aérea, la integración del espectador en la escena y el aspecto conceptual
de sus cuadros, pues requieren de una segunda lectura intelectual. A lo largo de su vida, Velázquez evolucionó desde
la corriente naturalista-tenebrista, hacia un clasicismo marcado por una pincelada más suelta y abocetada. Su obra
se divide en 6 grandes etapas: 1) etapa de formación en Sevilla (“El aguador de Sevilla"), 2) su llegada a la corte
madrileña, donde se convierte en pintor de Cámara de Felipe IV ("El triunfo de Baco / Los Borrachos"), 3) su primer
viaje a Italia ("La fragua de Vulcano”), 4) la segunda etapa madrileña ("La Rendición de Breda /Las Lanzas” y "El retrato
ecuestre del príncipe Baltasar Carlos'), 5) su segundo viaje a Italia ("Retrato del papa Inocencio X" y "La Venus del
espejo”) y la 6) tercera etapa madrileña ("Las Meninas” y “Las Hilanderas”).
ARTE NEOCLÁSICO
Juan de Villanueva: Arquitecto español de la segunda mitad del siglo XVIII y XIX, encuadrado estilísticamente en el
Neoclasicismo, del cual fue su mejor representante. Durante su inicial estancia en Roma, estudió las ruinas clásicas
y las nuevas propuestas neoclasicistas; volviendo a España recibió los principales encargos de la Corte de Carlos III,
dotando así a la ciudad de Madrid de un nuevo gusto estético. Sus principales trabajos son el “Observatorio
Astronómico del Retiro”,en el cual recoge las formas y estética clásica (empleo de mármol, orden corintio, apariencia
de templo griego con cúpula central romana), creando un edificio funcional y equilibrado y "El Museo del Prado",
concebido inicialmente como 'Gabinete de Ciencias Naturales', En este edificio concibió tres cuerpos autónomos
unidos por dos alas laterales que funcionaban como pasillos, en los cuales cada cuerpo poseía una forma diferente,
ligada a su función concreta. En esta obra sintetizó sus principales características: apariencia adintelada y horizontal,
empleo de órdenes y elementos decorativos clásicos, altemancia en el uso de ladrillo y piedra y enorme plasticidad,
jugando con los contrastes de luces y sombras y alternando elementos curvos (arcos, tondos y hornacinas) y rectos
(nichos y frontones rectos).
Jacques-Louis David: Pintor francés de la segunda mitad del siglo XVIII e inicios del XIX, encuadrado estilísticamente
en el Neoclasicismo, del cual fue su mejor representante. David alcanzó su fama en la época de la Revolución
Francesa y el Imperio Napoleónico y su influencia fue tan grande que se convirtió en un verdadero dictador de las
artes, llegando a eclipsar a la Academia. Su obra sintetiza las principales características del estilo: dibujo seguro,
poco interés por la perspectiva, composiciones claras y equilibradas. reducida gama cromática, movimiento
estereotipado y escenografía teatral. Sus principales obras serían “Muerte de Marat”, retrato póstumo de gran carga
emotiva y uso de claroscuro, “El juramento de los Horacios", obra clásica presentada a modo de friso corrido y donde
trata la responsabilidad ciudadana y la importancia de la patria y sus obras al servicio de Napoleón, como la
monumental "Coronación de Napoleón” o sus diferentes retratos.
Canova: Escultor italiano de la segunda mitad del siglo XVIII e inicios XIX, encuadrado estilísticamente en el
Neoclasicismo, del cual fue su mejor representante. La obra de Canova Sintetiza las principales características de la
escultura neoclásica: recuperación de patrones grecorromanos, empleo de mármol (cincelado y con superficies muy
pulidas) y bronce (empleo de la técnica de la cera perdida), rechazo a la policromía, movimiento contenido,
promoción de temas mitológicos y retratos, uso de indumentarias clásicas, rostros idealìzados, fríos y serenos (ethos)
y gran equilibrio y armonía en las obras (contrapposto)_ Canova trabajó para los grandes poderes de la época: el
Papado (Mausoleos de Clemente XIII y XIV) y la corte del emperador Napoleón Bonaparte (retratos, 'Napoleón como
Marte pacificador”, “Retrato de Paulina Bonaparte"). No obstante, sus obras más célebres fueron las dedicadas a la
temática mitológica, en especial el grupo de “Eros y Psique”, que resume las características antes propuestas.
Goya: Francisco de Goya y Lucientes fue un pintor español encuadrado en un periodo histórico convulso (inicios del
siglo XIX) y artístico de transición (últimos ecos del Barroco y Rococó, y desarrollo del Neoclasicismo y
Romanticismo). Su grandeza y genialidad, estriba en que fue capaz de prescindir de las pautas artísticas y estéticas
de su época, para intuir e investigar problemas plásticos y encontrar nuevas soluciones pictóricas que le llevaron
hasta los márgenes del arte moderno. Su obra se caracterizó por el empleo de diversas técnicas (pintura mural. óleo
sobre lienzo, grabados, litografía...), la representación de temas variados (religiosos, costumbristas, históricos,
retratos...), el predominio del color sobre el dibujo, la factura suelta de su pincelada, el enfoque naturalista y crítico
de la realidad y su extraordinaria imaginación. Su vida le llevó de su etapa de formación en Zaragoza ("Frescos de la
Cartuja de Zaragoza”), a la corte madrileña. Primero realizó cartones para la Real Fábrica de Tapices (“El Quitasol”),
pero poco a poco comenzó a codearse con la nobleza y los ilustrados, lo cual le facilitó su entrada en la Academia de
Bellas Artes y le convirtió en pintor de cámara de Carlos IV ("La Familia de Carlos IV"). Sin embargo, su quebradiza
salud y los problemas que acaecieron a España ("La carpa de los mamelucos” /"Levantamiento del 2 de mayo” y “'los
fusilamientos de la Moncloa/ del 3 de mayo”), le llevaron a aislarse, alejarse de la corte ("Pinturas Negras") y
finalmente, exiliarse en Francia ("La lechera de Burdeos").