Concepción de Los Criterios e Indicadores de Evaluación Desde La Visión Curricular
Concepción de Los Criterios e Indicadores de Evaluación Desde La Visión Curricular
Concepción de Los Criterios e Indicadores de Evaluación Desde La Visión Curricular
E INDICADORES DE EVALUACIÓN
Los criterios de evaluación son aquellos atributos que le damos a las competencias o habili-
dades de nuestros estudiantes. Este parámetro es un instrumento necesario para verificar
el aprovechamiento y es un punto de referencia para valorar los objetivos y las competen-
cias al finalizar un período. Para Murcia et al. (2019):
Los criterios de evaluación son referencias específicas que posibilitan seguir el desempeño
cognitivo, académico e intelectual de los estudiantes. Estos describen las características o
cualidades a evaluar en las diferentes áreas de estudio. Asimismo, permiten identificar el
rendimiento que precisa una experiencia de aprendizaje.
El conocimiento de estos aspectos permite a los docentes establecer una base sólida para
evaluar el rendimiento de los estudiantes, creando una línea base para medir su progreso
y determinar si han alcanzado los objetivos establecidos. Además, esta evaluación les
permite identificar las áreas en las que los estudiantes necesitan mejorar y brindar la ayuda
necesaria para alcanzar el éxito.
Los criterios de evaluación permiten que los maestros elaboren una lista de expectativas
que los trabajos deben cumplir para obtener una calificación determinada. Esto les ayuda a
ser objetivos al evaluar el rendimiento académico y guía a los estudiantes a ser más auto-
críticos.
• Los objetivos educativos son el resultado que se espera que los estudiantes alcancen al
final de un curso o programa educativo, habiendo desarrollado habilidades y conoci-
mientos específicos.
• Con los resultados de la evaluación determinamos el nivel de logro con relación a los
objetivos planteados.
Martínez (s.f.) realiza una revisión panorámica respecto a la evaluación en el ámbito educa-
tivo. Para ella, la evaluación es hoy quizá uno de los temas con mayor protagonismo este
ámbito, no porque se trate de un tema nuevo en absoluto, sino porque administradores,
educadores, padres, alumnos y toda la sociedad en su conjunto, son más conscientes que
nunca de la importancia y las repercusiones del hecho de evaluar o de ser evaluado. Existe,
quizá, una mayor consciencia de la necesidad de alcanzar determinados niveles de calidad
educativa, de aprovechar adecuadamente los recursos, el tiempo y los esfuerzos y, por otra
parte, el nivel de competencia entre los individuos y las instituciones también es mayor.
Se evalúa siempre para tomar decisiones. No basta con recoger información sobre los
resultados del proceso educativo y emitir únicamente un tipo de calificación, si no se toma
alguna decisión, no existe una auténtica evaluación. Así pues, la evaluación es una activi-
dad o proceso sistemático de identificación, recogida o tratamiento de datos sobre elemen-
tos o hechos educativos, con el objetivo de valorarlos primero y, sobre dicha valoración,
tomar decisiones (García Ramos, 1989).
Los tipos de evaluación atiende a diferentes criterios. Por tanto, se emplean uno u otro en
función del propósito de la evaluación, a los impulsores o ejecutores de la misma, a cada
situación concreta, a los recursos con los que contemos, a los destinatarios del informe
evaluador y a otros factores.
También, existe la evaluación global: es una evaluación holística que abarca todos los
componentes o dimensiones del estudiante. El objetivo es comprender la realidad del estu-
diante y se pretende abarcar todos los componentes o dimensiones de los alumnos, del
centro educativo, del programa, etc.
La evaluación interna es aquella que es llevada a cabo y promovida por los propios inte-
grantes de un centro, un programa educativo, etc. A su vez, la evaluación interna ofrece
diversas alternativas de realización:
Por último, la evaluación final consiste en la recogida y valoración de unos datos al finali-
zar un periodo de tiempo previsto para la realización de un aprendizaje, un programa, un
trabajo, un curso escolar, etc. o para la consecución de unos objetivos.
• Evaluación criterial: se compara el rendimiento del alumno con los objetivos que debe-
ría haber alcanzado en un determinado plazo de tiempo, o los resultados de un progra-
ma de educación compensatoria con los objetivos que éste se había marcado.
En la evaluación educativa existen diferentes teorías del aprendizaje que son orientadas
por distintas tendencias, enfoques, concepciones o modelos de concebir la evaluación de
los aprendizajes. Todas ellas con sus ventajas e inconvenientes. A continuación, vamos a
verlas más a fondo, conociendo su definición sobre lo que es el aprendizaje y conociendo
algunos de sus más grandes representantes.
Nota: elaborado a partir de Las 9 teorías del aprendizaje más importantes de Nahum Montagud (2020)
Tendencias actuales para la evaluación de los aprendizajes.
La evaluación auténtica requiere que los estudiantes demuestren la construcción del signifi-
cado a través de desempeños; es decir, a través de acciones en las cuales aplican sus
aprendizajes, porque es colaborativa y necesita de la interacción y el apoyo de los otros,
visualiza a los estudiantes como aprendices activos. (p.196)
En la misma línea, Chaviano et al. (2016) concluyen que las nuevas tendencias actuales de
los aprendizajes sobre la evaluación señalan que el conocimiento no tiene que ver sola-
mente con la acumulación de contenidos, sino que representa un medio para aprender a
hacer y aprender a ser; por tanto, requiere desde la perspectiva del profesor, readecuacio-
nes permanentes de las prácticas evaluativas que contribuyan a que la evaluación sea un
proceso para fomentar y dirigir el aprendizaje en correspondencia con las tendencias
actuales de la pedagogía y la didáctica en la educación. La parte más importante de la
reflexión sobre la evaluación es que sirva de insumo para mejorar las prácticas.
Ser consecuentes con esto implica involucrar al sujeto en la acción evaluativa, otorgándole
un rol activo y reconociendo la posibilidad que posee de emitir juicios de valor. El evaluado
comienza a tener voz para manifestar su propia valoración, que adquiere tanta relevancia
como el juicio elaborado por el otro evaluador externo. La solidez de dicha apreciación
estará dada por los indicios seleccionados y las argumentaciones que sostienen cada
juicio. Otro aspecto importante es la definición de criterios y su conocimiento previo a la
ejecución de cada evaluación, además, es consubstancial generar negociación y debate en
torno a estos, ofreciéndoles sentido a cada uno.
En cuanto a lo relacionado a las tecnologías, una de las nuevas tendencias actuales que se
aplican en el entorno educativo, y por ende en su evaluación, es el metaverso. Esta herra-
mienta ha acaparado, en los últimos meses, una gran atención, por su capacidad de ofrecer
una realidad virtual a la educación, la cual permite a los niños aprender a través de la expe-
riencia. Escuelas con tecnología de punta han puesto en marcha este método de aprendi-
zaje. También se espera que de a poco se agregue a la educación elementos con chatbots
de inteligencia artificial.
Sin embargo, esta no es la única tendencia: también están las “superapps”, aplicaciones
que brindan una variedad de servicios en una aplicación, lo que equivale a obtener algunas
aplicaciones en una. Estas “apps” pueden proporcionar a los estudiantes una variedad de
herramientas para ayudarlos a estudiar, como flashcards, videos educativos, juegos inte-
ractivos, etc. A los docentes, la aplicación puede ayudarle a compartir materiales de clase,
administrar tareas y calificaciones, además de comunicarse con los estudiantes.
La robótica y programación, como disciplinas, se pueden incluir desde los niveles iniciales.
Las ventajas que otorga son el desarrollo del pensamiento crítico y lógico, y la capacidad
de resolución de problemas.
Por otra parte, el modelo STEAM se ha distinguido por ser capaz de integrar el arte, la cien-
cia y la tecnología, un sistema complejo ideal ante las problemáticas del mundo moderno.
Las habilidades para resolver problemas o trabajar en equipo se integran de forma trans-
versal y brindan a los estudiantes una preparación para su futuro laboral, especialmente en
este tiempo en el que, frecuentemente, surgen nuevas especialidades.