Cuento de Elsa Borneman

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¡Viva yo!

¡Viva yo! Acabo de inventar un idioma para comunicarme con mis amiguitos sin que los
demás —nadie, nadie— puedan enterarse de lo que les cuento. Somos amigos, ¿no? Pues
bien, necesito confiarte un secreto secretísimo, de esos que tienen que quedar entre dos. Te
voy a enseñar —entonces— la clave para descifrar mis mensajes ultrasecretos, ya que la
voy a usar cada vez que la considere necesaria.
Aquí va:
CLAVE: En cada palabra de mis mensajes ultrasecretos voy a cambiar las letras A por letras
E, voy a sustituir las E por A, pondré una I donde encuentre una U y, al revés, una U donde
halle una I.
Solamente la letra O permanecerá tal cual.
Al principio parece difícil, pero con un poco de práctica —y si te interesa— también vas a
poder escribir tus propios mensajes usando este sistema. Es fantástico. ¡Y tan sonoro!
¿Probamos? Por ejemplo, si quiero escribir: "Había una vez una niña que tenía un gato
maravilloso: ese gato sabía hablar"; usando mi clave quedaría así: "Hebúe ine vaz ine nuñe
qia tanúe in geto merevulloso: asa geto sebúe hebler". ¿Entendido?
A memorizar entonces:
Cambiar
A por E
E por A
I por U
U por I
y no olvidar que la O no se cambia (tampoco la Y).
Y ahora, te confío mi...
Mensaje ultrasecreto Número uno
Asto no ma pesó, asto ma asté pesendo, ma pese. Y e mú, qia ma rasilte ten fécul ascrubur
ecarce da lo qia ma pesó, ma peraca complucedo conferías lo qia ma pese. Saré porqia ma
de vargianze raconocar qia astoy anemoredo. An ciento elgín meyor sa antara, ¡ZES! sa
birle. Paro los chucos tembuán nos anemoremos, ¿no as cuarto?. An fun, las danto: Tango
novue; as dacur, madue novue (la dugo madue novue porqia alie todevúe no seba qia le
alagú y heste qia no sa antara no piado dacur qia as mu novue antare...). Sa Heme PEILE y
vuva e le vialte da mu cese. Ma giste porqia —su no fiare por al http://biblioteca.d2g.com
palo, qía lo tuana lergo-lergo— peracarúe ¡n puba como yo. No sa ende con víalfes su sa
trete da traper e ¡n érbol o licher con qiuan sae... Eh, tembuán seba petaer ine palote o
ender an bucuclate soltendo al menibruo... Al domungo pesedo le vu an le pleze
prectucendo con le petunaíe y ma enumá e dacurla ¡n puropo: —Peile, por ten ribue
suampra peracás elagra... Alie no ma contaste nede paro sa piso colorede... Astoy sagiro da
qia asté locemanta anemorede da mú. Meñene, an le asciale, ma dacudo y la praginto su
qiuara cesersa conmugo.

Cuento de Elsa Borneman.

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