Resumen Mío Parcial 1 Desarrollo 2

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RESUMEN PARCIAL 1 DESARROLLO 2

CLASE 1 Fase Fálica .Complejo de Edipo S. Freud


El Complejo De Edipo Reactualizado.
Significado del complejo de Edipo
En la teoría freudiana, el complejo de Edipo se convierte en eje central estructurante
del aparato psíquico(12)(15)(16). Para resolverlo, se forma el superyó (que podemos
entender como “la autoridad de los padres interiorizados”) y, si todo marcha bien, se
accederá a una adultez plena.

Lo que plantea Freud es que el hijo desea quedarse con el progenitor del sexo opuesto,
en este caso la madre; para que eso ocurra, debería matar al del mismo sexo, el padre.
Y todo lo anterior estaría mediado por un componente sexual y agresivo.
Evidentemente, esto llevaría a que el padre quiera vengarse, lo que se traduciría en
una mutilación del cuerpo, de los genitales (la castración) o incluso, en la muerte.

En “Totem y Tabú”(4) dice Freud que los hermanos tuvieron que unirse para eliminar
al padre que era un tirano que quería quedarse con todas las mujeres, pero una vez
realizado ese acto, y para que no se repitiera la misma circunstancia de todos desear a
todas las mujeres, tuvieron que aparecer ciertas prohibiciones, ciertos tabúes
regulatorios. De ahí la imposibilidad de la sexualidad con madres y hermanas. Como
resultado surgió la exogamia y la sociedad misma(14)

El asesinato del padre es el comienzo de la sociedad y trae aparejada la renunciación y


el sacrificio(14). La renunciación puede ser entendida como el abandono de la
identidad infantil derivada de los padres, en ese sentido sería la muerte del padre, más
precisamente aún, de los padres. En cuanto al sacrificio, se expresa en el comienzo del
camino propio, el comienzo del camino del héroe tantas veces retratado en la
mitología. El héroe tiene que descubrir su propio self(1), pero no le es tan fácil
abandonar la comodidad en la que se encuentra, que, sin embargo, se trata de una
comodidad infantil que ya no es posible de sustentar sin pagar el precio del
estancamiento en el propio desarrollo.

Por otro lado al abandonar el interés sexual con las mujeres de su círculo familiar más
cercano, se asegura de seguir contando con el amor de ellas, y también del padre.
Este complejo paterno también sería el origen de las religiones patriarcales. Se le teme
a un padre de los cielos no manifestado, inconsciente, que está más allá de la creación
y se ensalza la virginidad de lo femenino en la figura de la madre del hijo de Dios
Padre, en este caso de María.

Como vemos, se puede entender el complejo de Edipo de una manera más amplia a
la originalmente planteada por Freud, centrada en el temor a la castración debido al
deseo de disponer del amor de madre en exclusividad.
Por el momento, quedémonos con que tiene dos componentes: las fantasías o deseos
incestuosos con la madre, y el deseo parricida con el padre.

Mientras por un lado el parricidio representa el deseo de independencia del niño (que
se va a plasmar en la sed de conocimientos y de establecer una identidad propia), las
fantasías y deseos incestuosos representan la necesidad de unión con la madre (que, al
ser frustrados, constituyen un acicate para salir al mundo.

El superyó, en cambio, tiene que ver con las reglas y prohibiciones expresadas a través
del padre, y para ello sí tiene que haber una energetización o catectización de dicha
figura, tiene que ser identificada con una figura real de padre, que no siempre tiene
que ser el padre biológico. Hay culturas en que este rol lo ocupa el hermano de la
madre(16), y también existen algunas en que la ansiedad a la castración se expresa
frente a otros tabúes como la menstruación.

¿Y cuándo se resuelve el Edipo?

En este acontecer, el rol del superyó es de primera magnitud, pues es la instancia


psíquica que nos permite evaluar las consecuencias de nuestro accionar. En un
comienzo va a estar muy supeditado a los valores, reglas, recompensas y castigos
transmitidos por los padres.

Para que no se produzca un conflicto o desequilibrio intrapsíquico, a medida que el


yo va adquiriendo paulatina autonomía, debe ir ocurriendo lo mismo con el superyó.
Ambos tienen que ir ganando autonomía. Eso se traduce en que el superyó va
abandonando los marcos fijados por los padres y va adquiriendo una flexibilidad propia
y única. Cuando decimos que no hay dos seres humanos iguales, estamos diciendo que
no hay dos yo y superyó idénticos.
En vez de usar la palabra superyó, Loewald propone un aspecto del self –derivado de la
autoridad de los padres– que evalúa y se hace responsable de quién es uno y cómo se
conduce.

Una medida de la salud mental será que cada uno siga su proceso con la mayor
libertad posible, sin tener que estar supeditado al constante aplacamiento de un
superyó castigador.
Sin embargo, para que esto suceda, los padres tienen que haber entregado un mínimo
de estabilidad durante la niñez.

Eso posibilitará que la psique del niño los incorpore con un predominio de lo creativo
sobre lo destructivo; es decir, del amor sobre la agresión, del eros o pulsión libidinal
sobre el tanatos o pulsión de muerte. La fuente de ese amor provendrá del que se
tenían los progenitores y que precisamente permitió el nacimiento de sus
descendientes.
Visto así, lo principal del Edipo no será el incesto, sino el parricidio simbólico que
implica flexibilizar reglas y límites, y adquirir conocimientos y metas que van más allá
de lo que alcanzaron los padres. Más aún, es el establecer una entidad propia que
trasciende, pero que no elimina a los padres.

Resumen
El complejo de Edipo se convirtió en la piedra angular estructurante del aparato
psíquico según Freud. Desde sus primeras menciones del mismo hacia fines del
siglo XIX hasta el año de su muerte, transcurrieron más de 40 años en los que
continuó elaborando sus ideas al respecto.
Nos podemos preguntar sobre el valor y la permanencia de un postulado que se
comenzó a desarrollar en plena época victoriana, habiendo transcurrido ya dos
décadas del siglo XXI.
El presente trabajo tiene como objetivo escudriñar su vigencia y como puede ser
entendido el Complejo de Edipo en la actualidad.

-El complejo de Edipo reactualizado se refiere a cómo las teorías psicológicas han
evolucionado para abordar las dinámicas familiares y los procesos de desarrollo en la
actualidad. El complejo de Edipo, originalmente propuesto por Sigmund Freud, es
una fase en el desarrollo infantil en la cual el niño experimenta atracción hacia el
progenitor del sexo opuesto y rivalidad con el progenitor del mismo sexo. Estas
dinámicas son cruciales para el desarrollo de la identidad y la comprensión de las
relaciones afectivas y de género.

En la reactualización del complejo de Edipo, los enfoques actuales reconocen que las
familias y las dinámicas de género han evolucionado y se han vuelto más diversas en
la sociedad moderna. Estos enfoques pueden tener en cuenta la influencia de
diversas estructuras familiares, como familias monoparentales, familias
reconstituidas, familias con padres del mismo sexo, entre otras.

Además, los enfoques contemporáneos consideran que las influencias culturales,


sociales y tecnológicas también desempeñan un papel importante en la formación de
las relaciones familiares y en cómo los niños desarrollan su comprensión de sí mismos
y de los demás. La fácil accesibilidad a la información y la mayor apertura en las
conversaciones sobre sexualidad y relaciones también pueden tener un impacto en
cómo los niños procesan y comprenden sus sentimientos y deseos en relación con sus
padres y figuras de autoridad.

En resumen, la reactualización del complejo de Edipo refleja cómo las teorías


psicológicas han evolucionado para abordar las dinámicas familiares y de género en
la sociedad contemporánea. Reconoce la diversidad de estructuras familiares y
considera las influencias culturales y sociales en el desarrollo infantil y la formación
de la identidad.
La organización genital infantil 1923

A los 5 años se produce el desenlace de la sexualidad infantil (3 ensayos de Freud).

Se da la elección de objeto. La confirmación definitiva se da en la pubertad y primado


de genitales completo.

A los 5 años hay un primado de genital para ambos sexos el falo.

El varón presupone un miembro en los seres vivos y las cosas también darlo y que
piensa que debería ser más grande.

Tiene curiosidad investigación sexual en el niño.

Que las niñas no tienen pene y orinan distinto entonces creen que después les va a
crecer después también creen que fue removido o castrado ese es el complejo de
castración.

Como modo de castigo, ve a las mujeres como personas despreciables que han
perdido su pene por cosas prohibidas como qué piensa él. Pero personas respetables
como su madre aún tienen pene.

Luego comprende que la falta de pene es como hacer un trueque en la mujer puede
tener hijos.

Cree que los hijos viven en el intestino y nacen por el ano no se descubren los
recitales los genitales femeninos. Genital masculino o castrado.

En la pubertad coincide con lo masculino femenino.

Masculino: Sujeto, actividad y posesión del pene.

Femenino: Objeto y pasividad. Es albergue del pene y recibe la herencia del vientre
materno.

- En su obra "La organización genital infantil", publicada en 1923, Sigmund Freud


profundiza en su teoría psicoanalítica sobre el desarrollo infantil y la formación de la
identidad sexual. En este trabajo, Freud introduce el concepto de la "organización
genital infantil" como una etapa crucial en el desarrollo psicosexual de los niños, que
precede a la formación de la identidad adulta.

Freud sostiene que durante la infancia, los niños pasan por una serie de fases en su
desarrollo sexual, que culminan en la fase genital. En esta etapa, los niños comienzan
a experimentar sensaciones placenteras en sus genitales y desarrollan una
conciencia más clara de sus diferencias sexuales. La organización genital infantil
representa un avance hacia la orientación sexual adulta, pero aún no alcanza la plena
madurez.
En este contexto, Freud también introduce el concepto de "complejo de Edipo" y
cómo influye en la organización genital infantil. Según Freud, los niños atraviesan
una fase en la que sienten atracción por el progenitor del sexo opuesto (complejo de
Edipo) y rivalidad con el progenitor del mismo sexo. Esta dinámica es fundamental
para la formación de la identidad y el desarrollo de las relaciones afectivas y de
género.

Es importante destacar que las teorías de Freud, incluida su descripción de la


organización genital infantil y el complejo de Edipo, han sido objeto de debate y
críticas a lo largo de los años. Muchos psicólogos y teóricos han elaborado y
ampliado sus ideas, y algunas de sus conceptos originales han sido reinterpretados
en el contexto de la comprensión actual del desarrollo infantil y la psicología.

Sepultamiento del complejo de Edipo 1924

La sexualidad tiene un curso diferente en las niñas y en los niños.

El complejo de Edipo es reprimido y después le sigue un periodo de latencia.

Tipo por desilusiones, en la niña reprimenda del padre por ejemplo el niño que
considera la madre de su propiedad, porque ella le quite amor y cuidados para aún
recién nacido por ejemplo.

Aún si no pasa de esto la continua insatisfacción determinará que los pequeños


enamorados se queden sin esperanzas, así cae el complejo de Edipo.

Hay otra Concepción que dice que tiene que terminar biológicamente así como caen
los dientes de leche.

Siguen sin aparecer los órganos sexuales femeninos en la fase fálica que se da al
mismo tiempo que el complejo de Edipo.

Esta fase no sigue su desarrollo y se hunde en la fase de latencia.

En los varones aparece el miedo a la castración por parte de las mujeres que lo
amenazan por mojar la cama, masturbación.

El Edipo daba al niño dos posibilidades de satisfacción, activa y otra pasiva la activa
podría situarse en el lugar del padre y mantener un comercio con la madre así el
padre fue visto como un obstáculo.

Otra pasiva como hizo sustituir a la madre y hacerse amar por el padre con lo que la
madre sobraba.

Aceptación de la castración en calidad de castigo y en la mujer como premisa.


Pero estas son conflicto y aparece el yo del niño que se extraña de ese complejo de
Edipo.

Las investiduras de objeto se transforman en identificaciones.

Con la autoridad y severidad del padre aparece el superyó y las aspiraciones


libidinosas del complejo de Edipo son de sexualizadas y sublimadas, así se da la
identificación y Aparecen las mociones tiernas.

Sus genitales y se cancela su función parece el periodo de latencia.

Es una represión pero es más que eso es una destrucción cancelación del complejo
de Edipo, si el yo no lo logra se vuelve patógeno.

Organización fálica.

Complejo de Edipo.

Amenaza de castración.

Formación del superyó.

Periodo de latencia.

En la niña el complejo de Edipo la sexualidad es distinta el clítoris es tomado como


un pene inferioridad ya que cree que después le crecerá. O qué fue una castración y
lo acepta a diferencia del varón.

Pasa del pene a la posibilidad de tener hijo un hijo deseo de recibir un hijo del padre,
Para irle un hijo.

El complejo de Edipo es abandonado porque su deseo no se cumple.

Ambos deseos, el de poseer un pene y el de recibir un hijo quedan en el inconsciente


se preparan para su futuro papel sexual.

De Edipo en niños es igual a la angustia de castración.

Edipo positivo: Identificación con el mismo sexo.

- El "Sepultamiento del complejo de Edipo" es un concepto propuesto por Sigmund


Freud en 1924 como parte de su teoría psicoanalítica. También se conoce como
"Sepultamiento del Edipo" o "Entierro del complejo de Edipo". Este concepto se
refiere al proceso psicológico mediante el cual el niño supera y resuelve el complejo
de Edipo, que es una fase crucial en su desarrollo psicosexual.
El complejo de Edipo se caracteriza por los sentimientos de atracción amorosa y
rivalidad que un niño siente hacia sus padres: el niño siente atracción hacia el
progenitor del sexo opuesto (complejo de Edipo positivo) y rivalidad o celos hacia el
progenitor del mismo sexo. Freud propuso que, durante la fase del sepultamiento
del complejo de Edipo, el niño gradualmente internaliza las normas y valores de la
sociedad y modifica sus sentimientos y deseos hacia sus padres.

Durante este proceso, el niño empieza a identificarse más con el progenitor del
mismo sexo y a internalizar los roles de género y las normas sociales que rigen las
relaciones familiares. A medida que el niño se identifica con el progenitor del mismo
sexo, el complejo de Edipo se va disolviendo y el conflicto emocional asociado a esta
fase se atenúa.

El sepultamiento del complejo de Edipo es un elemento crucial en la teoría de Freud,


ya que se considera que su resolución exitosa es fundamental para el desarrollo
psicosexual y emocional saludable en la etapa adulta. Sin embargo, como ocurre con
muchas de las teorías de Freud, este concepto también ha sido objeto de críticas y
revisiones en la psicología moderna, con enfoques más actuales que consideran una
gama más amplia de factores en el desarrollo infantil y la formación de la identidad.

FAAS PAG 50-53

La principal idea de Freud radica en que el motivador principal de la conducta


humana se origina en el inconsciente. Freud sostiene que todas las conductas tienen
su raíz en el inconsciente y en los residuos primitivos de la infancia. Esta teoría
establece una dualidad mente-cuerpo en la cual la mente domina al cuerpo.

Freud considera que el psicoanálisis representa un "tercer gran golpe a la autoestima


de la humanidad", después de las revoluciones copernicana y darwiniana. En este
contexto, la teoría freudiana muestra que el ser humano no es el dueño absoluto de
su propia mente, sino que está influenciado por impulsos inconscientes y deseos
reprimidos.

Las ideas de Freud están influenciadas por varios autores, como Goethe, Herbart,
Fechner, Darwin, Schopenhauer y Nietzsche. Propone que la mente humana tiene un
componente inconsciente que influye en el comportamiento, y que los síntomas y
conflictos emocionales tienen raíces sexuales y traumáticas en la infancia.

Freud introduce dos teorías sobre el funcionamiento del inconsciente en el individuo.


La primera teoría se refiere al modelo topográfico, donde la mente se concibe como
un espacio donde las ideas transitan entre el consciente, el preconsciente y el
inconsciente. La segunda teoría es el modelo estructural, donde se plantea que la
personalidad se compone de tres sistemas: el Ello (inconsciente e instintivo), el Yo
(consciente y racional) y el Súper-Yo (moralista e irracional).
Según Freud, las pulsiones o impulsos biológicos innatos son la base de la
personalidad y motivan la conducta. Estas pulsiones se dividen en pulsiones del Yo
(autoconservación) y pulsiones sexuales (conservación de la especie). Las etapas del
desarrollo psicosexual, como la oral, anal, fálica, de latencia y genital, están
determinadas por la forma en que la libido (energía psíquica) encuentra satisfacción
en diferentes zonas corporales.

Las ideas de Freud tienen influencia en la teoría de que la personalidad se forma en


los primeros años de vida a través de la resolución de conflictos entre impulsos
biológicos y demandas sociales. Cada etapa del desarrollo psicosexual tiene su zona
erógena y sus desafíos específicos, que influyen en la formación de la personalidad y
en el comportamiento adulto.

FAAS PAG 54-56

Erikson expande la teoría del desarrollo humano abarcando toda la vida y


fusionando elementos psicosociales y psicosexuales. Propone ocho estadios de
desarrollo, cada uno con tareas específicas y crisis a resolver. Estos estadios se basan
en el principio epigentético, donde cada fase se construye sobre la anterior y
contribuye al desarrollo del individuo en su totalidad. La sociedad también influye en
la formación de la personalidad a través de las relaciones sociales significativas y
normas culturales.

Los ocho estadios son:

1. Confianza Básica vs. Desconfianza Básica (0-1 año): El bebé desarrolla confianza o
desconfianza según la calidad del cuidado y el vínculo con la figura de apego.

2. Autonomía vs. Vergüenza-Duda (2-3 años): Los niños aprenden a controlar sus
cuerpos y expresarse, forjando autonomía y autoconfianza.

3. Iniciativa vs. Culpa (3-5 años): Los niños exploran y se enfrentan a desafíos,
desarrollando iniciativa o sintiendo culpa por querer demasiado.

4. Laboriosidad vs. Inferioridad (6-11 años): Los niños se esfuerzan en tareas y


aprendizajes, experimentando éxito o inferioridad si no cumplen expectativas.

5. Identidad vs. Confusión de Identidad (12-18 años): Los adolescentes exploran roles
y valores, estableciendo una identidad sólida o sintiendo confusión.

6. Intimidad vs. Aislamiento (19-40 años): Los adultos jóvenes buscan relaciones
íntimas y compromiso o enfrentan el aislamiento si no logran conectar.

7. Generatividad vs. Estancamiento (40-65 años): Los adultos medianos buscan dejar
un legado y contribuir a la sociedad o pueden sentir estancamiento si no se sienten
productivos.
8. Integridad vs. Desesperación (65+ años): Los adultos mayores reflexionan sobre
sus vidas, encontrando satisfacción e integridad o desesperación si se sienten
insatisfechos.

Cada estadio se caracteriza por una crisis que puede ser resuelta positivamente,
desarrollando una virtud, o negativamente, llevando a una malignidad o
maladaptación. El éxito o fracaso en cada fase influye en las etapas posteriores,
creando una cadena de desarrollo. Erikson enfatiza la interacción entre factores
biológicos, psicológicos y sociales en la formación de la personalidad a lo largo de la
vida.

FAAS, A (267 Y 268)

Freud, desarrollo psicosexual, complejo de Edipo, del aparato psíquico, formación de


la personalidad.

Todo radica en el inconsciente el psicoanálisis constituye el tercer gran golpe a la


autoestima de la humanidad, recordemos que el primero fue la Revolución
copernicana y el segundo la darwiniana.

Primer teoría de Freud: Consciente preconsciente e inconsciente, censura represión.

Segunda teoría de Freud: Ello, innato e irracional, yo aprendido y racional, súper yo,
irracional y moralista.

Los lactantes están dominados por el ello.

En el primer año aparece el yo y se termina de constituir en el segundo y tercer año.

A los cuatro o cinco años aparece el súper yo.

Todos los síntomas tienen origen sexual.

Pulsiones de auto conservación, del yo y pulsiones sexuales, relacionadas con la


especie.

Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, propuso una teoría del desarrollo
psicosexual que incluye varias etapas a lo largo de la vida de una persona. Estas
etapas representan diferentes momentos en el desarrollo de la personalidad y la
sexualidad. Aquí están las principales etapas del desarrollo según Freud:

1. **Etapa Oral (0-1 año):** Durante esta etapa, el foco principal de la libido (energía
psíquica) se encuentra en la boca. Los bebés exploran el mundo a través de la boca,
chupando y mordisqueando objetos. Esta etapa también está relacionada con la
satisfacción oral a través de la alimentación y la succión. Las experiencias en esta
etapa pueden influir en la futura dependencia o independencia emocional.
2. **Etapa Anal (1-3 años):** La libido se desplaza hacia la zona anal. Durante el
proceso de control de esfínteres, los niños aprenden a controlar sus impulsos y a
obedecer las reglas. Freud sugiere que las experiencias en esta etapa pueden influir
en la personalidad futura, creando personalidades ordenadas y obsesivas o
personalidades más desorganizadas y descuidadas.

3. **Etapa Fálica (3-6 años):** En esta etapa, la libido se concentra en los genitales.
Los niños desarrollan un fuerte interés por sus órganos sexuales y experimentan lo
que Freud llamó el "complejo de Edipo" (en niños) o el "complejo de Electra" (en
niñas). Estos complejos involucran sentimientos ambivalentes hacia los padres del
sexo opuesto y rivalidad con los padres del mismo sexo.

4. **Período de Latencia (6-11 años):** Durante esta etapa, la libido se encuentra en


un estado latente, y el interés sexual disminuye temporalmente. Los niños se
enfocan en actividades escolares, amistades y actividades sociales.

5. **Etapa de Genitales (adolescencia en adelante):** En esta última etapa, la libido


se centra nuevamente en los genitales, pero de una manera más madura y orientada
hacia las relaciones sexuales adultas. La persona busca relaciones sexuales maduras
y amorosas.

Es importante mencionar que la teoría de Freud ha sido objeto de críticas y


revisiones a lo largo del tiempo, y no todas las corrientes de la psicología aceptan sus
ideas tal como las presentó. Sin embargo, su trabajo sigue siendo influyente en la
comprensión de la psicología del desarrollo y la importancia de las experiencias
infantiles en la formación de la personalidad.

Complejo de Edipo: El niño que siente deseo sexual hacia la madre, como percibe a
las niñas castradas abandona sus deseos por miedo y se crea La angustia de
castración que lo lleva a identificarse con el padre.

La niña abandona la madre porque la cree culpable de su castración y surge la


envidia del pene. Pero se da cuenta que si es como su madre tiene acceso a un falo,
así se identifica con ella y quiere engendrar un hijo con el padre.

El complejo de Edipo deja y la formación del súper yo qué es la prohibición por el


deseo del padre del sexo opuesto, por la ley del incesto.

Etapa de latencia de 6 a 12 años, fuerza psíquicas que inhibe en el impulso sexual y


son canalizados a niveles culturales, sublimación. Sexualidad no manifiesta y
reprimida, calma sexual.

Etapa genital, adolescencia , maduran los órganos sexuales y surgen deseos sexuales
y agresivos. Bolso sexual antes auto erótico vuelca hacia el otro y busca satisfacción a
través de la interacción.
Erikson y la teoría psicosocial

Acepta ideas de Freud pero se orienta a la cultura y a la sociedad. Su teoría es más


extendida que la de Freud. Para él es un desarrollo en el tiempo como ciclo completo
de la vida. Se basa en los contenidos: psicosexual y psicosocial.

Habla del Principio Epigenético , que es un plano básico de desarrollo al que lego se
le agregan las partes a su propio tiempo (maduración y ejercicio).

Este principio se aplica en: Proceso biológico (soma), Proceso Psíquico (psique) y
Proceso social (ethos).

Son disposiciones internas que interactúan en la sociedad formando su personalidad.

-Erik Erikson fue un psicólogo y psicoanalista que desarrolló la teoría psicosocial del
desarrollo humano. Esta teoría se basa en la idea de que las personas atraviesan una
serie de etapas a lo largo de su vida, cada una de las cuales presenta un conflicto
psicosocial, una crisis, que debe resolverse para un desarrollo saludable. Estas etapas
abarcan desde la infancia hasta la edad adulta y más allá.

Las ocho etapas de la teoría psicosocial de Erikson son las siguientes:

1. Confianza básica frente a desconfianza (0-1 año): Los bebés desarrollan un sentido
de confianza en sí mismos y en el mundo a través de la atención y el cuidado
consistentes de sus cuidadores. La virtud: esperanza.

2. Autonomía frente a vergüenza y duda (2-3años): Los niños comienzan a desarrollar


un sentido de control y autonomía sobre sus acciones y decisiones. Corresponde al
anal/muscular. Se da la maduración: aprendizaje de la autonomía física, aprend
higiénico, aprend de verbalización, autonomía y heteronimia (aprender a ayudar y
recibir ayuda de los otros) Virtud: determinación y voluntad. (yo puedo solito)

3. Iniciativa frente a culpa (edad preescolar 3-5 años): Los niños exploran su entorno
y toman la iniciativa en actividades creativas. Se da el descubrimiento y aprendizaje
sexual, tienen más capacidad locomotora, mejora el lenguaje. Predisponen al niño a
iniciarse en la realidad o en la fantasía, en el aprend psicosexual (género y complejo
de Edipo) Es un estadío genital/locomotor o la edad del juego. Aprender la iniciativa
sin culpa exagerada. La resolución exitosa de esta etapa promueve un sentido de
competencia. Virtud: Propósito o coraje, que es la capacidad para la acción a pesar
de conocer sus limitaciones y fallas anteriores.

4. Laboriosidad-Industriosidad frente a inferioridad (6-12 años): Los niños buscan


desarrollar habilidades y competencias en diversas áreas. Comienza la escuela formal
y sistemática. (etapa de latencia en Freud). Laboriosidad para evitar la inferioridad.
El fracaso en esta etapa puede llevar a sentirse incompetente. Virtud: Competencia
personal y profesional.

5. Identidad frente a confusión de roles (adolescencia): Los adolescentes exploran


quiénes son y qué quieren en la vida. La resolución de esta etapa implica la
formación de una identidad coherente.

6. Intimidad frente a aislamiento (jóvenes adultos): Los individuos buscan establecer


relaciones íntimas y significativas con otros. El aislamiento puede surgir si no se
desarrolla esta habilidad.

7. Generatividad frente a estancamiento (edad adulta intermedia): Los adultos


buscan contribuir al mundo a través de la crianza de los hijos, el trabajo y otras
formas de generatividad. El estancamiento ocurre cuando no se siente un sentido de
contribución.

8. Integridad frente a desesperación (vejez): En esta última etapa de la vida, las


personas reflexionan sobre su vida y evalúan si han vivido de manera significativa. La
integridad resulta en una sensación de satisfacción, mientras que la desesperación
puede surgir si hay un sentimiento de arrepentimiento.

Clase 2 Latencia
PERIODO DE LATENCIA – BOZZALA NAIMAN

**Características del Período de Latencia:**

- Durante el período de latencia, la sexualidad no es prominente y se desarrollan


aspectos intelectuales y sociales.

- Se consolida el superyó, se establecen barreras éticas y estéticas en el yo, y se


forma el asco y el pudor.

- La energía libidinal se desvía hacia actividades intelectuales y sociales.

- Los niños adquieren interés por el aprendizaje y buscan la integración en grupos de


pares.

- Existe una transformación en el aparato psíquico y una nueva organización del


superyó.

**Desarrollo en Subperíodos:**

1. **Latencia temprana:** La represión se establece gradualmente. Los impulsos


sexuales son contenidos y controlados, aunque la angustia es frecuente. Se inicia el
desarrollo del yo, con control de impulsos a través de la motricidad.
2. **Latencia tardía:** Las estructuras psíquicas están más consolidadas. El superyó
se fortalece y el control de los impulsos es más autónomo. Los niños desarrollan
autovaloración, autocontrol y capacidad de reflexión. Se establece una identidad en
relación con pares.

**Vínculos Sociales:**

- Las actitudes afectivas establecidas en la infancia temprana influyen en las


relaciones posteriores.

- La escuela y los grupos de pares amplían las relaciones sociales. Las relaciones con
adultos y pares reflejan defensas obsesivas y ambivalencias.

- Los compañeros tienen un impacto en la autoestima y la construcción de la


identidad. Se busca la aceptación y se aprende a cooperar y compartir.

**Contexto Sociocultural:**

- La cultura juega un papel importante en el período de latencia, reforzando la


represión y ofreciendo canales para la sublimación.

- Se plantea el impacto de cambios sociales y económicos en la infancia y en la


relación con los ideales culturales.

- Se discute cómo el enfoque en el consumo y la desigualdad social pueden influir en


la construcción de la subjetividad de los niños.

Este fragmento de texto destaca cómo el período de latencia implica cambios en la


organización psíquica, el desarrollo del yo y la formación de relaciones sociales en los
niños. También señala cómo factores sociales y culturales pueden influir en la forma
en que los niños enfrentan este período de desarrollo.

ANA FAAS (pag 263,264) CAP. 12 - Págs. 263/264 y págs. 268 a 270 referido a E Erikson

En la etapa de latencia, que abarca los 6 a 12 años, la intensidad de las pulsiones


sexuales se reduce debido a la represión que surge al finalizar el Complejo de Edipo.
Durante este periodo, la escuela desempeña un papel crucial. El ingreso a la escuela
marca un cambio significativo en la vida diaria del niño y su familia. En esta fase, la
sexualidad pierde protagonismo, dando paso al interés por aprender y explorar el
mundo. La energía que antes se dirigía hacia satisfacción sexual se reenfoca en la
adquisición de conocimiento y en la interacción con pares. Las figuras parentales
comparten importancia con otras figuras de autoridad, como maestros, y el niño
sublima sus deseos sexuales hacia actividades culturales y de aprendizaje. Se
desexualizan las relaciones con los objetos y se desarrollan barreras emocionales
como el pudor y la vergüenza. La escuela se convierte en un espacio donde el niño
canaliza su energía hacia la curiosidad intelectual y la sublimación de sus impulsos
sexuales.

(pag 268-270)

En el estadio de Laboriosidad vs. Inferioridad, según Erikson, el niño que ingresa a la


escuela desarrolla un sentimiento de laboriosidad e industria. La escuela brinda una
educación sistemática que contribuye al aprendizaje académico y cultural. El niño se
siente motivado por el aprendizaje y busca demostrar su éxito a los demás.
Experimenta competencia consigo mismo y con sus compañeros, lo que lo lleva a
integrarse en el mundo social y a desear el reconocimiento. Esta etapa es crucial para
el desarrollo social, ya que el niño aprende a trabajar en grupo y a satisfacer las
expectativas académicas y sociales. La tarea principal es desarrollar un sentido
efectivo de laboriosidad en lugar de sentirse inferior. Los padres, maestros y
compañeros desempeñan un papel en este proceso, fomentando el aprendizaje, el
cuidado, la aceptación y la satisfacción por los logros. Sin embargo, el exceso de
presión puede llevar a la "virtuosidad dirigida", donde los niños son impulsados
hacia una competencia específica, y la "malignidad" surge cuando hay excesiva
inferioridad y el niño se vuelve inerte ante los fracasos. El equilibrio entre
laboriosidad e inferioridad conduce a una competencia saludable, donde el niño se
esfuerza por lograr éxitos, mantiene la autocrítica y está dispuesto a aprender. La
virtud resultante es la competencia, que impulsa al niño a aprender y lograr metas.

Clase 3 Pubertad

PUBERTAD J A G Madruga-J Delval (coords)URL

Leer Cap. 11 págs. 330 a 334

PUBERTAD - Maduración de las características físicas y sexuales propiciadas por


cambios hormonales. Culmina con la maduración reproductiva y el logro de un cuerpo
adulto

2. CAMBIOS PSICOBIOLÓGICOS
Niños y niñas son seres muy parecidos exteriormente. Sin embargo, las diferencias
sexuales comienzan en el útero materno, cuando aproximadamente a la 12.ª semana
después de la gestación, el sistema endocrino de los XY o varones impide el desarrollo
de los conductos de Müller, haciendo que los conductos de Wolff se transformen en
conductos espermáticos. En el caso de las féminas o XX, los conductos de Müller
continúan su desarrollo hasta convertirse en oviductos, útero y vagina, mientras los
conductos de Wolff desaparecen. Tras el nacimiento, sólo los órganos reproductores
permiten diferenciar externamente a un niño de una niña. Y este hecho continúa
siendo así durante toda la niñez. Sin embargo, con la llegada de la pubertad, las
gónadas sexuales (testículos y ovarios), estimuladas por las hormonas gonadotróficas
que se producen en la hipófisis y que, a su vez, son elicitadas por la hormona
liberadora de gonadotrofina producida en el hipotálamo (véase la Figura 11.1)
van a comenzar a producir importantes cambios en el cuerpo de chicos
y chicas hasta lograr la madurez sexual de los mismos y unas evidentes
diferencias físicas (para conocer más sobre el mecanismo endocrino que
provoca los cambios anatómicos y fisiológicos producidos por el eje hipotálamo-
hipófisis-gónadas, ver del Abril y otros, 2009).

Uno de los principales cambios que se producen con la llegada de la


pubertad, es el crecimiento rápido de estatura o estirón, con un pico de
crecimiento de alrededor de 9 cm por año en el caso de las chicas y de
10,3 cm al año en el de los chicos (Marshall y Tanner, 1970). Este crecimiento
no es parejo en todas las partes del cuerpo, sino que comienza en
las extremidades y acaba en el tronco, lo que explica el porqué de que
algunos adolescentes parezcan tener movimientos descoordinados o desgarbados.
Este pico de crecimiento es divergente entre chicas y chicos.
Mientras ellas dan el estirón antes de terminar todo el proceso de madurez
sexual, y antes de la menarquía, los chicos lo dan al final del periodo
de maduración sexual. Este hecho hace que durante años se haya considerado
que los chicos maduraban entre un año, y un año y medio después
que las chicas, cuando en realidad el primer cambio en el cuerpo
masculino (crecimiento de testículos y aparición del vello púbico) ocurre
tan sólo unos meses después que el primer cambio en el cuerpo femenino
(pronunciación o crecimiento de los pechos). En cualquier caso, las
chicas maduran antes que los chicos. No es la única diferencia entre ellas
y ellos, Alsaker y Flammer (2006) resumen los cambios externos producidos
durante el desarrollo puberal de la siguiente forma: los chicos
comienzan su desarrollo con el crecimiento de testículos, escroto y la
aparición del vello púbico. Continúan con el crecimiento del pene, los
primeros vellos faciales y el incremento de la musculatura. Posteriormente
aparece la primera eyaculación o polución espontánea (o a través
de la masturbación) y, finalmente, se da el estirón, aparece el vello en las
axilas y la voz se vuelve más grave. En el caso de las chicas, la secuencia
puede variar entre unas y otras, aunque generalmente suele comenzar
con el crecimiento de los pechos, y la aparición de vello púbico. Poco
después comienza a aumentar la grasa corporal, lo que lleva a que el
cuerpo adquiera ya una forma de mujer adulta. A continuación se modifican
los órganos sexuales (se agrandan el útero, la vagina, el clítoris y
los labios), al mismo tiempo que el estirón llega a su fin. La menarquía,
y con ella la madurez sexual, es uno de los últimos hitos del proceso. Tras
la llegada de la menarquía (a los 12,5 años de media), aún se continuará
creciendo unos años, aunque ya de una forma moderada.

2.1. Diferencias en el desarrollo puberal


El hecho de que la pubertad sea un fenómeno biológico y que se
pueda describir siguiendo ciertos estándares, no significa que no esté
influenciada por aspectos psicosociales. Así, encontramos que aparecen
muchas diferencias individuales en el momento de aparición de la pubertad
y los cambios físicos a ella asociados.

2.1.1. Tendencia Secular del Crecimiento


Si en 1860 las chicas europeas tenían la menarquía con una media de
edad de 16 años aproximadamente, en 1970 lo hacían con 13 años. El adelanto
en la edad de maduración sexual se conoce con el nombre de
Tendencia Secular del Crecimiento*, y parece estar propiciado por las mejoras habidas
en la alimentación, en la historia de salud y en los hábitos
de vida en general. En estos momentos la edad media de la menarquía
parece haberse estancado en los 13 años aproximadamente en Europa, sin
embargo en EEUU, algunos grupos étnicos parecen haberla adelantado a
los 12 años. Esta constatación hace que no se sepa a ciencia cierta si la
edad de 13 años será la edadmediamás baja en aparición de lamenarquía
en nuestro entorno, o si por el contrario, ésta aún puede disminuir.

2.1.2. Alimentación, peso corporal y actividad física


Aunque no se conoce si existe un peso crítico necesario para el inicio
de la maduración, sí que parece comprobado que existe una clara relación
entre peso e inicio de la misma, mediada por la hormona Leptina.
Así, la alimentación y la actividad física ocupan un lugar privilegiado
para explicar el momento de inicio de la maduración sexual, muy posiblemente
por estar relacionadas con el peso de chicos y chicas. Por ejemplo,
la influencia de la alimentación-grasa corporal queda de manifiesto
en el hecho de que las chicas que presentan anorexia nerviosa, junto a la
pérdida dramática de peso, cursan con periodos importantes de amenorrea*.
Así mismo, la influencia de la actividad física-grasa corporal
queda demostrada por el hecho de que las chicas que realizan deportes
de competición tienen una edad de menarquía más tardía que la población
general, posiblemente propiciada por el menor peso que muestran
estas muchachas.

2.2. Algunas implicaciones psicológicas de los cambios puberales


Si los aspectos psicosociales influyen en la edad de inicio de la pubertad,
no es menos cierto que ésta —la pubertad— tiene una importante
repercusión en la psique de los chicos y las chicas. La más obvia, sin
duda, la definición misma de un periodo del desarrollo: la adolescencia,
que tiene como finalidad fundamental la adaptación a los roles adultos
de personas que ya poseen un cuerpo adulto.
Analizando a un nivel más micro, los cambios físicos de la pubertad
que marcan el inicio de la adolescencia, y en concreto los menos privados,
supondrán una apariencia externa adulta, lo que hará que las personas
de su entorno y en especial los adultos cercanos (padres, madres,
profesores) comiencen a tratar al adolescente como adulto y no como
niño. Esta diferencia de trato, de expectativas, de exigencias de madurez
reportará un impacto psicológico en el chico o la chica adolescente. En
general, los estudios muestran que la madurez puberal se relaciona con
mayor autonomía emocional del adolescente y con menor cercanía hacia
los padres y madres, aunque como veremos en el siguiente capítulo, con
matizaciones culturales.
Como hemos indicado previamente, chicas y chicos siguen diferentes
caminos y ritmos en cuanto a los cambios puberales, lo que va a conllevar
diferentes implicaciones en el ajuste de los y las adolescentes. Por
una parte, el desarrollo normativo hace que los chicos aumenten la mus-
culatura de su cuerpo e incremente su fuerza física, acercándose al ideal
de belleza y masculinidad; mientras que el desarrollo de las chicas conlleva
el aumento de grasa corporal y el ensanchamiento de las caderas,
alejándolas de dicho ideal, en estos momentos basado en la delgadez.
Esto ocurre en un momento en el que el aspecto físico tiene un peso
específico en la autoestima global de los adolescentes, y especialmente
para las chicas (Usmiani y Daniluk, 1997), que son las que se alejan del
ideal de belleza. De hecho, el impacto negativo de la pubertad temprana
en las chicas se da en culturas occidentales que potencian la delgadez
como símbolo de belleza. Un estudio longitudinal* llevado a cabo por
Attie y Brooks-Gunn en 1989 mostró que los desórdenes alimenticios
están relacionados con un mayor Índice de Masa Corporal (IMC) en las
chicas, de tal forma que eran las chicas con mayor IMC las que padecían
dichos desórdenes. Lo sorprendente del estudio es que la muestra
estaba formada por chicas con un peso normativo, no obesas. Esto
implica que personas escogidas al azar y con un peso normativo se perciben
a sí misma como obesas aún sin serlo, lo que aumenta el riesgo de
padecer desórdenes alimenticios.
Aunque hasta hace poco la presión sobre la belleza femenina era más
elevada que sobre la masculina, los nuevos modelos de belleza de los chicos
comienzan a ser tan poco realistas como los de las chicas. Este hecho
está propiciando que comiencen a aparecer cada vez más desórdenes
emocionales en los chicos asociados a su apariencia física (Archivald,
Graber y Brooks-Gunn, 2003).

2.2.1. Timing Puberal


El Timing Puberal* hace referencia al momento relativo de maduración
en el que algún chico o chica adolescente se encuentra respecto a sus
compañeros y compañeras. Es decir, si el adolescente lleva un desarrollo
parejo al de sus compañeros, si va adelantado o, si por el contrario, va retrasado
respecto a sus iguales. Respecto al timing encontramos, de nuevo,
diferencias de género. En el caso de los chicos, el madurar antes que sus
compañeros tiende a ser ventajoso, ya que se ven más atractivos ante los
iguales, se vuelven más populares y preparados. Sin embargo, en el caso de
las chicas la maduración temprana tiende a acarrear dificultades. El timing
puberal se ha estudiado con mayor profusión y detalle en las chicas, por lo
que buena parte de la descripción que vendrá a continuación está centrada
en la población femenina. Las chicas que muestran los cambios puberales
antes son las primeras en hacerlo de su grupo de iguales, ya que lo hacen
antes que sus compañeras, y antes que los chicos. Sin embargo, los chicos
quemaduran antes, tienen los cambios físicos fuertes almismo tiempo que
las chicas que van en tiempo. Citando diferentes estudios, Archivald y otros
(2003) indican que los correlatos de la maduración temprana incluyen,
cuando los estudios se realizan con las adolescentes, ánimo depresivo y
pobres estrategias de afrontamiento. En casos más extremos, cuando se
pregunta a las jóvenes, estos correlatos pueden incluir depresión, consumo
de drogas y desórdenes de conducta. Las chicas que primero maduran
muestran tambiénmayores trastornos de alimentación y se inician antes en
las relaciones sexuales, incluso con penetración. Sin embargo, estos datos pueden no
ser universales, ya que estudios realizados con chicas de diferentes
razas en EEUU han mostrado que estos efectos se producen en las
jóvenes de raza blanca y clase media, pero no en las chicas de raza negra o
latinoamericanas. Esto redunda en la idea de la importancia de los estereotipos
culturales sobre la belleza y sobre los roles que deben adoptar las
personas en las diferentes etapas de su vida. Este hecho podría ser la clave
para explicar las inconsistencias en los trabajos, ya que no todos los estudios
encuentran estos correlatos.
El timing puberal también tiene efectos en los chicos, pero no son tan
serios como en el caso de las chicas y hacen referencia a la maduración
tardía más que a la temprana. Algunos estudios han encontrado que
quienes maduran tarde pueden tener problemas en el centro escolar, de
tipo interno* (ansiedad y depresión) o de consumo de tabaco y alcohol.
Estos chicos tendrán una apariencia aniñada cuando todos sus compañeros
(chicos y chicas) tienen ya un aspecto adulto.

2.2.2. Teorías explicativas de la influencia del Timing Puberal


Existen dos grandes hipótesis explicativas de los efectos psicológicos
del timing puberal (Susman y Rogol, 2004), la de la desviación madurativa
y la del desarrollo temprano. La hipótesis de la desviaciónmadurativa hace
referencia a que los adolescentes que van a un ritmo diferente al de sus
compañeros experimentanmás estrés asociado a esos cambios que los que
van en tiempo. Estos chicos y chicas tendrán más problemas de afrontamiento
del estrés que pueden derivar en problemas de ajuste. Ir a un ritmo
diferente también puede implicar una disminución de los apoyos familiares
y de los iguales aparejados a la pubertad. La hipótesis del desarrollo
temprano se centra en la especial dificultad que supone la maduración
temprana en el caso de las chicas. Estas chicas pasan por la pubertad sin
haber tenido el tiempo suficiente para resolver las tareas evolutivas de la
niñez, y también tienen menos tiempo para adaptarse a los cambios que
supone una apariencia de adulta. Estas chicas se verán más presionadas
para: adoptar normas y comportamientos adultos, incluidas las relaciones
sexuales; ser maduras emocionalmente; precoces en el desarrollo cognitivo
y en la resolución de tareas, y en general para implicarse en la vida adulta
porque aparentan más edad de la que cronológicamente tienen.
A estas hipótesis habría que añadir que, aquellas chicas que provienen
de familias más conflictivas, grupos de iguales desviados o barrios
peligrosos transitarán por este periodo con mayores dificultades, que
—además— se verán agravadas cuanto menor sea la edad que tengan.
Igualmente, a menor edad, las influencias hormonales en la conducta,
directas o indirectas, ejercerán mayor poder.

También denominados problemas internalizantes se definen por oposición a los


externos o externalizantes. Los problemas internos hacen referencia a problemas que
la persona vive sin afectar a la sociedad.
Típicamente son considerados problemas internos la ansiedad y la depresión. Por el
contrario, los problemas externos dejan su huella de forma clara en las personas y el
ambiente que rodea a quien los sufre. Los problemas externos más estudiados son la
agresividad o la conducta antisocial y delictiva.

Ubicar el versus que propone E Erikson en funcion de esta etapa evolutiva


(pubertad)
Erik Erikson, un destacado psicólogo del desarrollo, propuso una teoría psicosocial que
describe ocho etapas de desarrollo a lo largo de toda la vida. Cada etapa presenta un
conflicto central que una persona debe resolver para avanzar en su desarrollo
psicológico. En relación con la etapa de la pubertad, la teoría de Erikson no presenta
un "versus" específico en este período, pero se puede ubicar dentro de su teoría.

La etapa de la pubertad se sitúa en la quinta etapa de la teoría psicosocial de Erikson,


que él llamó "Identidad vs. Confusión de roles". Esta etapa abarca aproximadamente
desde la adolescencia temprana hasta mediados de la década de los 20 años. Durante
esta etapa, los adolescentes experimentan un conflicto interno entre desarrollar una
identidad sólida y coherente o enfrentar la confusión de roles y la falta de dirección en
sus vidas.

En términos de la pubertad, los adolescentes están lidiando con cambios físicos,


emocionales y sociales significativos. Experimentan la maduración sexual, la búsqueda
de independencia y la exploración de su identidad. El conflicto en esta etapa surge de
la necesidad de definir quiénes son, qué valores y creencias sostienen y cuál es su lugar
en el mundo.

Si los adolescentes logran desarrollar una identidad coherente al explorar diferentes


roles y opciones, resolviendo gradualmente las tensiones entre sus deseos y las
expectativas de la sociedad y sus padres, pueden avanzar hacia la siguiente etapa de
"Intimidad vs. Aislamiento", en la que se desarrollan relaciones más profundas y
comprometidas. Por otro lado, si los adolescentes no pueden resolver esta crisis de
identidad, pueden sentirse perdidos, confundidos o alienados, lo que puede afectar su
capacidad para formar relaciones saludables y tener una visión clara de su futuro.

En resumen, aunque Erikson no propuso un "versus" específico para la pubertad, su


teoría psicosocial sugiere que esta etapa se trata de la resolución del conflicto entre
desarrollar una identidad sólida y enfrentar la confusión de roles. La forma en que los
adolescentes resuelvan este conflicto puede influir en su desarrollo emocional y social
a lo largo de su vida.

Clase 4 Pubertad
Capítulo IV CAMBIOS CORPORALES EN LA ADOLESCENCIA
Yuni, J. A. y Urbano, C. A. (2016). Psicología y cultura de los adolescentes. Córdoba,
Argentina: Editorial Brujas. Recuperado de
https://elibro.net/es/ereader/udemm/77443?page=46.

La pubertad: el inicio de la adolescencia El inicio de la adolescencia se caracteriza por


la aparición repentina de cambios corporales, a los que en su conjunto se denomina
“pubertad”. La asociación entre la “pubertad” y la “adolescencia” es muy estrecha. Por
eso se habla de la adoles- cencia puberal como la fase inicial de este estadio del
desarrollo. La pubertad marca el inicio de la adolescencia, por lo cual es imposible
hablar de una sin referirse a la otra. Lo distintivo de la pubertad es que se trata de un
conjunto de cambios objetivos, externos, observables, índices o señales concretas que
revelan que en el cuerpo infantil comienza una metamorfosis que terminará con la
conformación de un cuerpo adulto. El concepto de adolescencia se refiere a los
procesos subjetivos, internos, de naturaleza psicológica, que se desencadenan por la
transformación repentina del propio cuerpo pero que llevan a una transformación
cualitativa del sujeto.
Los cambios que ocurren durante la pubertad tienen su origen en el mismo momento
de la fecundación, con la diferenciación sexual que se establece en la vida intrauterina.
La “pubertad” es el período en el cual los órganos sexuales maduran y alcanzan su
capacidad reproductora, y en el que se manifiestan las características sexuales
primarias y secundarias de ambos sexos. En las mujeres la pubertad ocurre,
generalmente, entre los nueve y los dieciséis años; el signo que la manifiesta es el
comienzo de la menstruación. En los varones ocurre, generalmente, entre los trece y
los diecisiete años, y se caracteriza por el comienzo de la eya- culación del semen. En
realidad, ambos signos reflejan la maduración del sistema reproductor, fenómeno
considerado clave por cuanto indica una transformación cualitativa del cuerpo
humano. Durante la pubertad también se produce un conjunto de cambios corporales,
principalmente modificaciones en la talla, el peso y la distribución de las masas
musculares. Estos otros cambios son producto del proceso de crecimiento que
continúa y se completa recién hacia el final de la fase de la adolescencia juvenil. En
otras palabras, durante la adolescencia como estadio evolutivo ocurren cambios
vinculados a procesos de crecimiento (transfor- maciones cuantitativas y de
especialización de funciones biológicas), que alcanzan la madurez en diferentes
momentos de la misma. La pubertad es la fase en la cual los sujetos alcanzan la
madurez de su sistema reproductor, hecho que se produce alrededor del período
comprendido entre los 11 y los 15 años. Otros sistemas orgánicos (como el sistema
nervioso central) y procesos fisiológicos (como la total osificación de la estructura
esquelética) alcanzan su maduración recién entre los 20 y los 25 años. En la pubertad
el sujeto experimenta el efecto del aumento de la actividad hormonal. Los cambios
físicos producidos en la pubertad se deben a la acción de un grupo específico de
hormonas. Estas son sustancias químicas que circulan por el torrente sanguíneo y que
actúan estimulando o dirigiendo procesos fisiológicos de crecimiento o desarrollo de
distintas partes del cuerpo. Algunas de las hormonas que mayor incidencia tienen en
los procesos de cambio corporal de la pubertad son producidas por primera vez por el
sistema endocrino. Otras hormonas ya se encuentran en el cuerpo desde edades más
tempranas, aumentando significativamente su producción. El mecanismo responsable
del proceso puberal es de origen neurológico. Una glándula del cerebro, la hipófisis,
segrega dos hormonas (estrógenos y testosterona) que son las responsables de la
maduración del aparato genital, tanto en las mujeres como en los varones. Durante la
pubertad, para ambos sexos, el cuerpo crece y se desarrolla más rápidamente que en
cualquier otra etapa (a excepción del primer año de vida). Los cambios corporales
ocurren de modo imperceptible al comienzo, hasta que repentinamente eclo- sionan
varias manifestaciones. El aumento del crecimiento corporal es abrupto y comienza
alrededor de los nueve o diez años en las niñas; y alrededor de los doce o trece años
en los varones. No obstante, se observa que existe una gran variabilidad en cuanto a la
edad en que se inicia este proceso. Si bien el orden y las características de los cambios
físicos se producen en todos los sujetos del mismo sexo de igual manera, existen
diferencias individuales que dan origen a la variabilidad en cuanto a la edad en que se
inicia este proceso. Cuando ocurre “el estirón puberal” se puede llegar a crecer entre
siete y diez centímetros en un año. El cambio físico más evidente se refiere al tamaño y
a la forma del cuerpo, como así también al desarrollo de los órganos genitales. En la
cara lo que más crece es la nariz, dando origen a un cambio de aspecto fisonómico. Ese
cambio puede ser vivenciado por el niño/a como una desarmonía corporal, que genera
-en algunos casos- disconformidad con la nueva imagen.
El desarrollo físico, que hasta este período había sido semejante en varones y mujeres,
acusa marcadas diferencias entre ellos. En las mujeres se produce con dos años de
adelanto respecto a los varones. Durante los inicios de la pubertad el desarrollo
corporal y la fuerza muscular son mayores en las mujeres que en los varo- nes de la
misma edad. Posteriormente, en los varones se produce un crecimiento de la masa
muscular superior al que se observa en las mujeres, siendo esta la causa de la mayor
amplitud de los hombros. En los varones se produce un mayor desarrollo del corazón y
de los pulmones, lo que se traduce en una mayor capacidad para transportar oxígeno
en la sangre, aumentando la resistencia al ejercicio físico. Las diferencias de tamaño y
forma del cuerpo están determinadas por factores genéticos y ambientales. La forma
del cuerpo está condicionada por factores de tipo genético, los cuales se heredan. El
tamaño depende más de la alimentación, el ejercicio físico y de otros factores
externos. Las diferencias individuales respecto al crecimiento no son significativas en lo
referente al resultado final de maduración, pero sí pueden tener consecuencias
significativas en el plano psicológico.
Es necesario recordar que el sujeto que atraviesa la adolescencia es muy sensible a la
mirada del entorno, pues intenta afirmarse a través de la aprobación de su grupo de
pares. Es por esta razón, que un crecimiento muy acelerado o muy retardado puede
constituirse en fuente de preocupación para el sujeto. Un retardo en el crecimiento
físico del varón supone que éste tenga menos fuerza y rapidez para desempeñar tareas
deportivas. También puede producirle sentimientos de inferioridad en relación a sus
compañeros, los cuales ya manifiestan características de un cuerpo adultizado. Y
también puede influir en la seguridad para abordar las relaciones con el otro sexo. Por
el contrario, un desarrollo acelerado puede producir vergüenza, pudor, sensaciones de
torpeza motora y de incomodidad con ese cuerpo agigantado, y que discrepa de la
apariencia física de sus pares. En las mujeres se producen sentimientos similares
cuando se presentan diferencias notables entre el proceso de crecimiento individual y
el del grupo de referencia. De todos modos, cuando el sujeto tiene un desarrollo físico
normal estas diferencias tienden a diluirse alrededor de los 16 o 17 años.
El comportamiento de los otros significativos juega un papel muy importante en la
interpretación que el adolescente-púber hace de estos cambios corporales. A través de
bromas, sobrenombres, apelaciones despectivas sobre el nuevo aspecto físico -entre
otras conductas típicas de muchos adultos y de los adolescentes de mayor edad- el
entorno acentúa las sensaciones de incomodidad con el propio cuerpo. Las imágenes
sociales relativas al cuerpo femenino y masculino interpelan al sujeto y le generan
angustia ante la posibilidad de que ese cuerpo en transformación no encaje dentro de
los parámetros estéticos de su contexto socio-cultural. El medio social también puede
atenuar y prevenir las per- turbaciones que ocasiona la percepción de los cambios
corporales. A través de una información adecuada los adultos -padres, profesores,
profesionales de la salud, líderes de grupos juveniles y deportivos- pueden contribuir
con la salud mental de los adolescentes. La alternativa de prevención es informar que
los cambios que se producen en el desarrollo físico son parte de un proceso natural de
crecimiento, y que las diferencias en las manifestaciones de cambio corporal que hay
entre los adolescentes pueden acontecer antes o después, sin que ello afecte el
normal desarrollo del cuerpo. Cambios puberales en varones El cambio corporal más
trascendente de la pubertad es la maduración de los órganos sexuales masculinos. La
hipófisis comienza a producir las hormonas responsables del desarrollo sexual
masculino o andrógenos. Estas permiten el crecimiento de los testículos y del pene que
en esta fase de maduración por lo menos duplican el tamaño que poseían en la
infancia. Se produce también la pigmentación del escroto (la bolsa que contiene los
testículos) que adquiere un color más oscuro y que va acompañado de un
arrugamiento de la piel. El crecimiento del pene en el varón se produce hacia los
catorce años y medio; aunque puede comenzar a los diez años, pudiéndose completar
a los doce años y medio en sujetos avanzados o, bien, a los dieciséis años y medio. Lo
mismo ocurre con el crecimiento de los testículos.
En paralelo a los cambios descritos, las vesículas seminales, la prós- tata y las
glándulas uretrales se ensanchan y desarrollan, lo que hace posible que se produzca la
eyaculación de líquido seminal. El fenómeno puberal masculino se define por la
producción y eyaculación de semen. Ello no debe confundirse con la capacidad de
erección del pene, la cual está presente desde la niñez. En este período se produce lo
que se ha denominado eyaculación o polución nocturna que ocurre durante el sueño y
que consiste en el vaciamiento del semen a través de contracciones espasmódicas
semejantes a las que ocurren durante la relación sexual. La eyaculación nocturna
constituye un evento importante en la vida del varón pues marca el comienzo de su
vida reproductiva, ya que los testículos pueden desarrollar células de esperma
maduras. Es necesario una debida preparación e información para que este he- cho no
sea vivenciado de manera angustiante y con temor. La frecuencia con la que se
presenta la eyaculación nocturna es variable y remite a un fenómeno típico de la
adolescencia; aun cuando se observa en adultos debido a la ausencia o a la poca
frecuencia de relaciones sexuales. Sin embargo, el signo que preanuncia los cambios
en los órganos reproductores son las manifestaciones de los caracteres sexuales
secundarios. Estos caracteres están regulados por la producción de testosterona y son
los responsables de una serie de características que especifican la diferenciación sexual
masculina El primer cambio observable en un niño es la aparición del vello púbico
alrededor de la base del pene. Posteriormente, aparecen otras características sexuales
masculinas como la aparición del vello en la cara (barba) y en el cuerpo; acompañado
de cambios en las glándulas de la piel que en las axilas y en las regiones anales y
genitales, dan origen a un olor característico, más marcado en los varones que en las
mujeres.
También se producen cambios en la piel, la cual manifiesta una dilatación de poros
que es propicia para la aparición del acné, el cual es más frecuente en los varones que
en las mujeres. El acné se produce porque las hormonas hacen que las glándulas
sebáceas aumenten la producción de grasa, que es necesaria para la lubricación de la
piel. Cuando la cantidad de secreción no se alcanza a eliminar a través de los poros,
ésta se solidifica, dando origen a una espinilla o punto negro. Es por ello que se
recomienda a los adolescentes usar jabones astringentes que limpien la piel profun-
damente para ayudar a mantener los poros abiertos. Otro cambio que tiene lugar
debido al aumento de la laringe y al alargamiento de las cuerdas vocales es el de la voz,
la cual adquiere un tono más grave. Cambios puberales femeninos Durante la
pubertad los órganos reproductores femeninos alcanzan su madurez. Tanto los
órganos sexuales internos (los ovarios, las Trompas de Falopio, el útero y la vagina)
como los órganos sexuales externos (denominados en su conjunto vulva y que incluyen
el monte púbico, los labios mayores, los labios meno- res, el clítoris y el vestíbulo)
experimentan cambios en su tamaño y funcionamiento fisiológico. Estas
modificaciones funcionales, anatómicas y orgánicas se deben a la acción de un grupo
de hormonas conocidas como estrógenos y de la hormona progesterona que cumple
una función importante en algunas características del ciclo menstrual. Una
característica del sistema hormonal femenino es que la secreción de estrógenos y de
progesterona es cíclico y por lo tanto su nivel en la sangre no es constante. En los
varones, en cambio, el nivel de testosterona es bastante constante.
Durante la pubertad se produce el desarrollo del útero y de la vagina y aparece el
primer período menstrual o menarquía. La menarquía va precedida por un aumento
normal en la secreción vaginal, de color blanquecino o amarillento. Luego de ocurrida
la menarquía continúa el crecimiento, se tupe el vello púbico y axilar, y las caderas se
ensanchan adquiriendo más curvas. La voz baja de tono. El crecimiento en la talla en
las niñas se produce hacia los doce años; existiendo variaciones individuales que
pueden ir desde los nueve hasta los catorce años y medio. Lo mismo ocu- rre con el
desarrollo completo de los pechos que se produce hacia los quince años, pudiendo
variar entre los doce y los dieciocho años. Otro tanto ocurre respecto al vello púbico.
Diversas investigaciones han demostrado que existe una relación entre la
alimentación y la menarquía. Se ha observa- do que una buena alimentación es la
responsable del adelanto de la menstruación. La pubertad suele ocurrir antes en niñas
más rellenitas y suele atrasarse en niñas más delgadas. Se requiere de un peso
corporal mínimo de alrededor de cuarenta y cinco kilos para que se inicien los cambios
hormonales que preceden a la menarquía. La aparición de la primera menstruación se
ha adelantado en el tiempo. En promedio, a comienzos de siglo ocurría alrededor de
los catorce años; hoy en día se produce alrededor de los once años. Un estudio
longitudinal realizado en Estados Unidos con una muestra de 12000 niñas que fueron
evaluadas en las consultas médicas a pediatras, mostró que una importante
proporción de niñas tiene su menarca a las 9 años y que hay di- ferencias según el
origen étnico ya que las niñas afroamericanas y latinas menstruan a edades más
tempranas. Es necesario tener en cuenta que si la menstruación no se manifiesta hasta
los dieciséis años, ello puede deberse a un atraso en la maduración normal de la niña,
por razones genéticas o de nutrición. La aparición de la menstruación es índice de
cierta madurez del útero. Pasado el año y medio desde la primera menstruación el
útero alcanza el tamaño en que habilita para la función reproduc- tiva completa. Si
como dijimos, la tendencia secular indica que la menarquía aparece alrededor de los
11 años, no es de extrañar entonces los embarazos cada vez más frecuentes en niñas
de poco más de 12 años. En resumen, el signo típico que marca la madurez sexual de
las mujeres es el inicio del ciclo menstrual, que es un proceso fisiológico regulado por
una serie de hormonas controladas por el sistema nervioso central. El inicio de la
menstruación marca el comienzo de la vida reproductiva de la mujer. La menstruación
es el sangramiento mensual que se produce al finalizar un ciclo cuando no ha ocurrido
embarazo. Todos los meses el cuerpo de la mujer se prepara para la posibilidad de
albergar una nueva vida. La capa interna del útero, llamada endometrio, crece durante
el mes, y en caso de que ocurra un embarazo, permitirá la implantación (o anidación) y
nutrición del óvulo fecundado. Si no hay embarazo, este tejido que es rico en vasos
sanguíneos se elimina a través de la vagina, y constituye la descarga normal que se
observa durante la menstruación. Cada ciclo menstrual comienza con el primer día de
sangra- miento. La duración de la menstruación varía de mujer en mujer. Se considera
dentro de los límites normales si ésta se prolonga entre dos y siete días. La
menstruación ocurre, por lo general, catorce días después de la ovulación (siempre y
cuando no haya embarazo). La liberación del óvulo (ovulación) que precede a la
menstruación posibilita el engendrar. Generalmente, los primeros períodos
menstruales ocurren en forma irregular, y dentro de ese año comienzan a aparecer
menstruaciones que duran entre tres días y una semana.
Puede existir ovulación desde la primera menstruación y en aquellos casos de
menstruaciones anovulatorias (sin que ocurra la ovulación), esta situación se regulariza
dentro de los dos primeros años a partir de la menarquía. Algunos autores han
sugerido que en la adolescente, a partir de la primera menstruación, se produce un
“período de esterilidad”, el cual se supera con la maduración uterina. Esto es erróneo,
pues hay adolescentes que son fértiles desde su primera menstruación. Algunos
autores sostienen que antes de la menstruación suele producirse un síndrome
premenstrual, que se caracteriza por cambios emocionales y/o físicos. Los dolores
menstruales, generalmente, no ocurren sino en etapas posteriores. Ellos son atribuidos
a la existencia de una concentración excesiva de ciertas sustancias llamadas
prostaglandinas las que son las responsables de que el útero se contraiga causando
dolor (dismenorrea). De todos modos, como lo demuestran varios estudios la
percepción de trastornos y la existencia del síndrome premenstrual, no son comunes a
todas las mujeres y parecen depender más de factores psicológicos y de la vivencia
subjetiva de este fenómeno.
En cuanto al desarrollo de los caracteres sexuales secunda- rios propios de la pubertad
femenina, se observa que uno de los primeros signos observables en las niñas es el
aumento del tama- ño de los pechos. Este fenómeno, conocido como aparición del
“botón mamario”, es el cambio físico que más suele incomodar a las niñas, originando
conductas posturales de encorvamiento destinadas a disimular el crecimiento
mamario. En este proceso es común que uno de los pechos se desarrolle antes que el
otro, lo cual origina preocupación en las adolescentes. También existe una gran
variabilidad en el tamaño de los pechos, lo cual no tiene incidencia en su función
primordial, que es la de posibilitar la lactancia; ni incide en la capacidad de sentir
placer. Otros cambios puberales lo constituyen la aparición del vello púbico, el
aumento de la actividad de las glándulas del sudor y el crecimiento del vello axilar.
Es importante que los adultos proporcionen una adecuada información respecto de los
cambios físicos que se producen en este período, a fin de evitar que en la niña se
produzcan sensaciones de temor producto de la asociación de la menstruación con
alguna “enfermedad” o daño en los órganos internos. La mens- truación es un proceso
absolutamente normal en la vida de toda mujer sana, razón por la que no debe alterar
su vida cotidiana Como dijimos en relación a los cambios corporales, la ac- titud de los
adultos es fundamental para atenuar el impacto de las transformaciones físicas que los
adolescentes pueden observar y las sensaciones físicas que experimentan. En el caso
de las mujeres, hasta no hace mucho tiempo, la información sobre estos cambios era
parte de los secretos familiares y, en no pocos casos, las explicaciones que se les
ofrecía a las adolescentes era errónea y prejuiciosa. De ese modo, se trataba de
hacerles saber a las niñas la peligrosidad que para ellas representaba alcanzar la
capacidad reproductora, mientras que el secreto las preservaba de la indiscreción y el
deseo de los varones. En el caso de los varones la maduración de los órganos genitales
suele ser motivo de ostentación, mientras que en las mujeres tiende a ser disimulado.

(((RESUMEN DE ESTO El texto trata sobre la pubertad y sus cambios físicos y


psicológicos asociados que marcan el inicio de la adolescencia. La pubertad es un
período en el cual los órganos sexuales maduran y se manifiestan características
sexuales primarias y secundarias en ambos sexos. Los cambios físicos son el resultado
de la acción de hormonas que actúan en el crecimiento y desarrollo de distintas partes
del cuerpo.

En las mujeres, la pubertad se manifiesta con el inicio de la menstruación,


generalmente entre los nueve y dieciséis años. También ocurren cambios en la talla,
peso, distribución de masas musculares y desarrollo de caracteres sexuales
secundarios como el crecimiento de pechos, vello púbico y axilar.

En los varones, la pubertad se caracteriza por la aparición de cambios en los órganos


sexuales, crecimiento del pene y testículos, pigmentación del escroto, ensanchamiento
de vesículas seminales y próstata, eyaculación de semen y cambios en la voz.

Ambos sexos experimentan un aumento de la actividad hormonal durante la pubertad,


que es desencadenado por la glándula hipófisis. Los cambios físicos y hormonales son
influenciados por factores genéticos y ambientales, y pueden causar variabilidad en la
edad de inicio y desarrollo de estos cambios.

La interpretación de estos cambios por parte de los adolescentes puede ser


influenciada por el entorno social y la mirada de otros significativos. Las actitudes de
los adultos y la información adecuada son importantes para atenuar posibles
preocupaciones y angustias asociadas a estos cambios.

En resumen, la pubertad es una fase de cambios físicos y psicológicos que marca el


inicio de la adolescencia. Estos cambios están relacionados con la maduración de los
órganos sexuales y la aparición de caracteres sexuales secundarios en ambos sexos. La
información, apoyo y comprensión por parte de los adultos son esenciales para ayudar
a los adolescentes a comprender y aceptar estos cambios.)))

Metamorfosis de la pubertad: el hallazgo (?) de objeto - Adrián Grassi

Lo puberal-lo adolescente ante(s) (d)el hallazgo de objeto


-Desde la escritura de Tres ensayos de teoría sexual (Freud, 1905) es conocido y acep-
tado que, en relación con las transformaciones de la pulsión, se produce en la puber-
tad "el hallazgo de objeto" (Freud, 1978: 202). Sin embargo, no debiera descuidarse
que tal formulación referida a la organización sexual, en la cual la genitalidad alcanza
su conformación normal definitiva, soslaya el hecho de que con la pubertad se inicia
un largo capítulo que recién comienza a abrirse.
El hallazgo de objeto, la reunificación de las pulsiones (parciales), su subordinación
a la genitalidad y orientación hacia la nueva meta, la reproducción, no acaecen auto-
máticamente por maduración del cuerpo o evolución natural del crecimiento. Las
transformaciones de lo pregenital y el escenario de lo genital con sus nuevas experien-
cias sexuales implican una exigencia de trabajio psíquico desarrollada en el tiempo,
que se realiza en espacios determinados y su resultado final no está garantizado por
predisposición de la especie, es incierto.
Se abren con la llegada de la pubertad, a posteriori de la latencia y antes del
hallazgo de objeto, una trayectoria de recorridos pulsionales que es sinuosa, con cam-
bios, desvíos y correcciones de rumbo, impasses y actos, confrontaciones, retiros, acier
tos, desaciertos y desconciertos. Años de turbulencias (Rother Hornstein, 2006) y
(mas)turbaciones que transcurren entre la sexualidad infantil y la conformación nor-
mal definitiva, entre el despertar genital y que la pulsión·devenga altruista. Con lími-
tes difusos e indeterminados, son los años del entretiempo de la sexuación1 en el
espacio transicional -corporal, familiar, generacional- que especifican y diferencian
los procesos y trabajos psíquicos de lo puberal-lo adolescente.

Freud y el hallazgo
¿Qué es lo que postula Freud con el hallazgo de objeto? Sigamos su texto Las meta-
morfosis para puntuar cuáles son las distintas posibilidades llegada su hora.
El Psicoanálisis enseña que existen dos caminos para el hallazgo de en primer
lugar el que se realiza por apuntalamiento en los modelos en la temprana infancia y en
segundo lugar el narcisista. Cada uno de estos modos de hallazgo de objeto requiere
de ciertas consideraciones. No hemos inferido que los seres humanos se descomponen
tajantemente en dos grupos según su elección de objeto responda a uno de los dos
tipos. Promovemos esta hipótesis: todo ser humano tiene abiertos frente a sí ambos
caminos para la elección de objeto, pudiendo preferir uno u otro (Freud, 1978: 203).
Y como agregado nuestro -o una mixtura de ambos-, junto a otra forma de
encuentro que se adiciona a las mencionadas por la alteridad del objeto, por su
ajenidad y extrañeza, extraño por lo que conlleve de no conocido. Al considerar los
procesos psíquicos en su vertiente saludable, destacamos la importancia de la no fijeza
ni exclusividad en ninguno de los modos, sino que la combinatoria en la elección es lo
que le da sutileza al hallazgo(?). El desarrollo de esta idea nos lleva nuevamente al
texto de Freud:
La pulsión tenla un objeto por fuera del cuerpo propio: el pecho materno. Lo
perdió sólo mas tarde, quizá justo en la época en que el niño pudo formarse la
representación global de la persona a quien pertenecía el órgano que le dispen-
saba satisfacción. Después la pulsión sexual pasa a ser regularmente autoerótica
y sólo luego de superado el período de latencia se reestablece la relación origi-
naria. No sin buen fundamento el hecho de mamar el niño del pecho de su
madre se vuelve paradigmático para todo vínculo de amor. El hallazgo
(encuentro) de objeto es propiamente un reencuentro (Ibíd.: 203).
La idea de hallazgo, central en este desarrollo, es un término rodeado de ambigüe-
dades y matices, que en cadena asociativa con encuentro y reencuentro, lo convierten
en un nudo conceptual, dando lugar a diferentes interpretaciones. Se repite con
demasiada frecuencia y ligereza que el hallazgo es reencuentro y su repetición, no des-
taca suficientemente la riqueza y complejidad que el concepto implica. Abrimos la
polémica.
Hallazgo no es encuentro
No es equivalente directo, no es sinónimo. Situado en un campo semántico más
amplio, el término hallazgo comporta elementos inesperados ligados a la creatividad,
como por ejemplo cuando se dice: "el título de esta película es un hallazgo" o "el
encuentro del actor que representa tal personaje en una obra es un hallazgo". Nótese
que no es la aparición de algo pre-visto, tal como "eso estaba ahí" y sencillamente se
trataba de tomarlo. No podía preverse cómo el actor iba a representar dicho perso-
naje, como tampoco se diría que el nombre de la obra ya estaba y sólo había que agre-
garlo. Mucho más que eso, hallazgo implica la actividad que hace aparecer un objeto
mediatizado por la creatividad del sujeto, por su captación de lo imprevisto. En su
literalidad, hallazgo es descubrir con ingenio algo hasta entonces no conocido. Por lo
cual, hallazgo no es tanto la acción de encontrar, como una cualidad de la actividad
subjetiva. Si el encuentro de objeto es un hallazgo, lo es porque el proceso estuvo
comandado por la creatividad del sujeto. En este sentido, lo novedoso, lo imprevisto
en el hallazgo se opone a lo ya dado, a lo ya conocido, a lo ya establecido y prefijado.
A la inmovilidad.
Este objeto es un hallazgo del sujeto, resulta una forniulaéión cercana a los plan-
teas de Winnicott (1972: capítulo 5) sobre creatividad y espacio transicional, y como
las de P. Aulagnier (1991) sobre lo imprevisto del sentido que pueda tomar el pro-
yec.to identificatorio en la adolescencia. En lo que a hallazgo se refiere, la actividad
espontánea (Rodulfo, 1989) creativa propia del sujeto no podría estar ausente, como
tampoco la actividad intersubjetiva de mutuo intercambio con el mismo.

Hallazgo y re-encuentro
Apoyados en la multiplicidad de sentidos que permite desplega,r la idea "hallazgo
es reencuentro" partamos de ese primer tiempo descripto por Freud en que "la pulsión
tenía un objeto por fuera del propio cuerpo (el pecho materno) lo perdió sólo mas
tarde, quizá justo en la época en que el niño pudo formarse la representación global
de la persona a quien pertenecía el órgano que le dispensaba satisfacción" (Freud,
1978: 202).Las metamorfosis de la pubertad
El bebé se encuentra con un objeto exterior a sí, fuera de su cuerpo, aunque él no
experimente nada aún de la exterioridad del mismo, y esa exterioridad hace al objeto
"no-yo ajeno". Que en los comienzos, esa ajenidad esté al servicio del bebé y de la ilu-
sión de objeto propio, creado, depende de que la función materna sea suficientemente
adecuada. Se reduce así (sin que se pierda) la exterioridad del objeto y pictograma de
fusión mediante, la pulsión pasa a ser regularmente autoerótica; el objeto toma
cuerpo en el niño.
Luego y una vez que alcanza la representación del objeto por fuera de la propia cor-
poreidad, "( ... ) quizá justo en la época en que el niño pudo formarse la representa-
ción global de la persona a quien pertenecía el órgano que le dispensaba satisfacción"
(Ibíd.: 203), se producirá la elección infantil de objeto.

¿Cómo se produce la exterioridad del objeto? Tengamos en cuenta que cuando


Freud habla de objeto se refiere a representaciónes psíquicas de los objetos y no al
objetd!'del mundo exterior. Ese es un trabajo que no es mera "toma de conciencia'' de
su exterioridad y su globalidad, sino que es trabajo de expulsión. Recordemos que el
"lo trago lo escupo" de la denegación (Freud, 1979), lo bueno adentro, lo malo
afuera, requiere de actividad agresiva por parte del bebé. Al escupir, el bebé expulsa el
objeto creando la exterioridad a sí. Se crean e inician las diferencias yo-no yo, sujeto
objeto, interno externo, dentro fuera y la representación global de la persona a quien
pertenecía el órgano que le dispensaba satisfacción. Proceso este que no se da de una
vez y para siempre, sino que a lo largo de toda la esctructuraciópn psíquica vuelve y
re-vuelve desde el pecho y lo oral, y todos los momentos de la constitución del psi-
quismo en la niñez/ adolescencia. Modelo que no va a ser ajeno a la genitalidad y al
hallazgo de objeto. Pasan los años y el hecho de que la pulsión, ahora genital, se dirige
nuevamente a un objeto exterior, entendemos un objeto exterior no conocido, un
objeto que "aún no es" en el universo de las representaciones psíquicas.

El cuerpo puberal
Llegada la pubertad, la sexualidad (la genitalidad) ya no puede ser diferida. Una
vez instalada la barrera de la prohibición del incesto y los diques morales que hacen al
sujeto de la ética y la búsqueda de alteridad propia de la pulsión genital con la
(im)pulsión puberal, al psiquismo le urgen trabajos específicos. En esta búsqueda, la
actividad creativa por parte del sujeto, lo inesperado lo no conocido, lo imprevisto,
distancian de todo lo que puede remitir al prefijo "re" a términos que aparecen ligados
como la repetición, a la vuelta de lo mismo, a la anulación de sus diferencias. Reen-
cuentro, repetición, revuelta. Desde sus orígenes mismos, la conceptualización freu-
diana de repetición, con sus ambigüedades, no puede plantearse por fuera del par que
constituye con el término: "la diferencia" (Derrida, 1997). Situamos la diferencia
dentro del pensamiento de los sistemas de lo múltiple o complejo, ya que planteada
desde lo simple, no queda más que como desvío forzado de la repetición. La secuencia
repetición-hallazgo-creatividad-diferencia, se va estableciendo. De lo "re" del encuen-
tro se deriva hacia lo "neo". Hallazgo es también encuentro inédito, producción de
una combinatoria novedosa, original.
El cuerpo puberal, con sus reotganizaciones y neo organizaciones, requiere de nue-
vas inscripciones y nuevos circuitos pulsionales. El objeto, para terminar de consti-
tuirse como tal (exterior-ajeno-extraño), requiere de tiempos y espacios donde
hacerlo, de ensayos y exploraciones (Wasserman, 2005).
Le urge el hallazgo-creatividad-encuentro de objeto exterior a sí, en simultáneo con
que el objeto exterior no reduplique un encuentro ya producido, sino que inscriba
como acontecimiento que diferencie lo que está investido por el niño y la familia -
producto de su historia corporal libidinal ligada a los primeros objetos de cuidado y
amor (incestuosos) - de lo que deviene nuevo y que está in-vistiendo como obra pro-
pia, por fuera del cuerpo y lo familiar. Le urge la creación, re-creación, re-presenta-
ción de objeto y espacio transicional, la frontera, el borde, la no repetición del
adentro (familiar) conocido (Sami-Ali, 1980). Que el objeto sea investido siguiendo
las vías de las corrientes tierna y sensual de la pulsión por el olor, la mirada, el tacto, la
voz, por todo lo no corporal propio, por todo lo no familiar ya conocido y con
mucho gusto intrageneracional. Se reencontrarán en el objeto rasgos de aquellos
bocetos de infancia, mascarada y semblante, pero hallazgo es fundamentalmente
nueva inscripción e inscripción de lo nuevo, "creatividad propia'', por fuera del cuerpo
familiar. Objeto marcado a fuego con la (angustiosa) extrañeza del afuera. Re-encon-
trar la exterioridad del objeto es reencontrar su recreación.
Al muchacho, a la muchacha les está llegando la hora de salir a crear afuera, a con-
quistar-se genitalmente e inscribir diferencias de sexo, de cuerpo y nuevas categorías4
en una relación o vínculo de intersubjetividad, de alteridad, apuntalada en los mode-
los de la temprana infancia, bocetos de la obra. Apuntalamiento plataforma y
momento de salida adolescente, el cuerpo requiere de nuevas inscripciones con el
objeto que es reinventado en la alteridad, se adiciona así el otro modo de elección por
alteridad y radical diferencia (subjetiva) del (sexo) objeto. Tomamos el concepto de
apuntalamiento, anáclisis o apoyo Freud (1976) en el sentido de que lleva a la consi-
deración de primer apoyo como sostén y plataforma de lanzamiento. Espacialidad
primera donde algo se constituye para luego abrirse a otros espacios y objetos. Apun-
talamiento es sostén transitorio hasta .. . la partida.
El deambulador que en sus primeros pasos requiere para caminar tomarse de una
mano familiar, luego se lanza a la búsqueda de otro sostén. Nótese la importancia que
tiene el hecho de que primero camina agarrado, para luego dar pasos sin el apoyo
conservando el equilibrio y lanzarse hasta la próxima parada, en un objeto sostén, no
(hu)mano, no conocido, por fuera de lo ya re-presentado, hasta lograr ser su propio
sostén.

Paradoja y cuerpo
Es fundamental considerar la pubertad con relación al crecimiento y los cambios
corporales posibilitados por nuevos fenómenos endocrinos que se ponen en marcha:
producción de hormonas sexuales hipofisiarias, maduración de los órganos genitales,
desarrollo de caracteres sexuales secundarios, etc. Pero, ¿cómo no considerar que el
cuerpo es cuerpo erógeno y que aún para el normal desarrollo de la vida somática
reqμiere de procesos de libidinización? Decir que la adolescencia comienza con el
hecho biológico de los cambios corporales es una visión tan evolutivista como decir
que un hijo comienza su existencia con el nacimiento. Pues, ¿cuándo nace el deseo de
hijo, cuándo nace el deseo de crecer propio de la adolescencia, que determina entre
otros los tratos del cuerpo?
El trabajo clínico de procesos adolescentes se detiene como uno de sus lugares pri-
vilegiados en el especial uso del cuerpo puberal. Y esto tanto en el campo de los proce-
sos saludables como en el amplio abanico que se despliega en patologías que se
entrevén graves (accidentes frecuentes, desarrollo de enfermedades psicosomáticas,
procesos adictivos que comprometen de manera muy importante funciones vitales
como en la anorexia y bulimia, actuaciones que recaen sobre el cuerpo con cortes y
amputaciones que sin ser necesariamente declarados intentos de suicidio ponen en
riesgo su integridad, temores hipocondríacos, cambios bruscos de peso, obesidad),
además de todos los ropajes que acompañan el cambio de piel, con sus dibujos, ador-
nos y perforaciones.
Pasando a otro registro, se llega a lo descrito como vivencia de extrañamiento cor-
poral. El sentimiento de extrañeza (bajo la forma de angustia no mentalizada) aso-
ciado al cuerpo puberal, la pérdida de los reparos y los límites corporales llevan al
adolescente a tratar su cuerpo como un "objeto externo (extraño)". Este cuerpo
tratado como ajenidad y el uso de defensas paradojales que supone traen resonancias
en dirección de la autodestructividad y el masoquismo. En este sentido ha sido
señalada la función del cuerpo como (objeto subjetivo): pantalla donde dirigir
mociones pulsionales con sentimientos de odio y agresividad, lo que libera a las
representaciones psíquicas del objeto, los padres aún idealizados de (im)pulsiones
destructivas. Este trato paradojal del cuerpo (erógeno) y de la yoidad inscripta en el
mismo trato como ajenidad tan común en la adolescencia abre a procesos de
identificación-desidentificación.
Viejas e históricas identificaciones, inscripciones reunidas en el cuerpo infantil-niño
ideal-padres de la infancia. Identificados en el cuerpo del niño, las caídas de los obje-
tos de la infancia no se producen sin un pasaje por lo corporal, porque las identifica-
ciones con los objetos (parciales) son (también inscripciones) corporales. Estas caídas
violentas de los objetos inscriptos en el cuerpo -estrepitosas, ruidosas- son proce-
sos de inscripciones-reinscripciones-transcripciones de lo corporal por la complemen-
tariedad zona-objeto.
Los conceptos de originario y originario puberal (Gutton, 1993) abren perspecti-
vas donde situar la problemáticas del ibjeto inscripto en lo corporal y sus tratos. Si los
cambios corporales toman importanéia con relación al hallazgo de objeto es porque,
como el autor plantea, "las reestructuraciones objetales y narcisistas encuentran su
origen en las capas mas profundas del inconciente inscriptas en la máxima proximi-
dad de lo somático" (1993: 21). Son las inscripciones pictogramáticas. La pubertad
por su anclaje en lo biológico es un momento privilegiado y cualitativamente inédito
de este fenómeno. "La forma en que la experiencia puberal se dota forzosa e inadecua
damente de representaciones y significaciones que hicieron del destino de Edipo antes
del Complejo: Edipo narcisista o genital" (Ibíd.: 21).
Por el trabajo de lo originario puberal, la pulsión busca el objeto (complementario)
inscripto en el propio cuerpo erógeno. Recordemos que este es uno de los caminos
que nos advierte Freud (1976) como posible desviación o perversión de la pulsión
no encontrando, no constituyendo un por fuera del propio cuerpo y
así no superar su estado autoerótico. Señalamos que lo que Freud postula como for-
mación psicopacológica, resultado de un fracaso en la elaboración psíquica de lo origi-
nario puberal por la complementariedad zona-objeto, trabaja de modo habitual en la
estructuración psíquica en la pubertad y es algo con lo cual tiene que vérselas el ado-
lescente en un desarrollo saludable.
La elaboración psíquica de lo originario puberal t:ransfotma. Rl búsqueda de objeto
acoplado al cuerpo propio. Trabaja el autoerotismo produciendo la excorporación del
objeto. El objeto parcial-complementario se reordena hacia el objeto exterior, lo pre-
genital deviene para genital.
Con el narcisismo recordamos que la categoría "objeto externo, global diferen-
ciado, altero" aún no estaría plenamente constituida. Y por lo originario puberal, a la
hora del hallazgo de objeto, lo originario puberal repite y busca que en el objeto (nar-
cisista) se reinvista al yo y reduplique la mismidad. Su elaboración es trabajo de no
igualación, no identificación de la propia yoidad en el objeto, búsqueda de la alteri-
dad corporal subjetiva en el objeto.
Pero también, lo originario puberal insiste y nuevamente busca repetir los modelos
vividos ya conocidos, investidos a lo largo de la historia de las identificaciones corpo-
rales, incestuosas familiares (lo cual constituye otra derivación psicopatológica). Ela-
boración de lo originario puberal de no repetición en el hallazgo de objeto, de
identificaciones infantiles familiares. Trabajo de ·des-identifkación del objeto con los
modelos familiares, búsqueda de lo altero en un espacio extrafamiliar.
Lo que se viene delimitando es el trabajo psíquico por el cual se produce la catego-
ría de la exterioridad a sí, la transicionalidad del objeto y del espacio cuando la libido
adviene genital. Una de las condiciones para el hallazgo de objeto, una primera condi-
ción es la creación de la "espacialidad exterior" al propio cuerpo, (transformación del
autoerotismo y del narcisismo) y "espacialidad extrafamiliar" donde hallarlo. Otras
condiciones serán hacer de lo extrafamiliar lo heterofamiliar y que en el vínculo el
objeto se deje crear.
Se establece una compleja relación entre hallazgo de objeto e historia infantil, iden-
tificaciones familiares y genealogía. El hallazgo de objeto transcurre en un desfiladero
entre re-petición, re-vuelta, de-construcción de la historia infantil. El hallazgo de
objeto no es sin el pasado historizado, no es sin la re-interpretación de la historia
infantil, no es sin su construcción, sin su ligadura con la genealogía. Las distintas for-
mas de obstaculización, con sus típicas dubitaciones y demoras, los posibles fracasos
parciales u otros instalados como repetitivos, en estas operaciones de ligadura entre
hallazgo de objeto y transformación de la historia infantil se despliega el abanico de
posibilidades saludables y psicopatológicas en la adolescencia. Desde transitorias inhi-
biciones hasta la denominada fractura de historia.

Para finalizar
Apoyados en la ambigüedad que permite el término re-encuentro podernos avanzar
en lo que constituye una polémica en el texto freudiano. El hecho de que la pulsión
ahora genital se dirige nuevamente a un objeto exterior, entendernos un objeto no
conocido, un objeto que "aún no es" en el universo de las representaciones psíquicas.
Es allí donde aparece la necesidad, la urgencia de creatividad por parte del adoles-
cente.
Desde esta perspectiva es que se diferencian claramente dos procesos opuestos
entre sí. Lo puberal, que en su registro originario pulsa la continuidad zona objeto
complementario, empuja al autoerotismo, al narcisismo, a los objetos incestuosos, a
lo familiar conocido. Lo adolescente, que acatada la prohibición del incesto (con las
barreras morales de la pulsión), es trabajo de simbolización, de elaboración de lo
puberal, de creatividad-hallazgo de objeto por fuera del propio cuerpo familiar.
Por lo originario puberal, la repetición pulsa. Por la creatividad adolescente, la
libido altruista va mas allá, diferencia, crea, es hallazgo, encuentra objeto otro, es alte-
ridad. Entre lo puberal y lo adolescente, la repetición, la creatividad.
Lo que puede diferenciarse tan claramente por razones de escritura y función peda-
gógica, no es tan claro en cuanto uno se adentra en los efectivos procesos psíquicos,
los que se producen de modo entremezclado y tienen una duración mucho más pro-
longada de lo que un texto escrito puede trasmitir. No obstante, estas puntualizacio-
nes sirvan como balizamiento de un campo de trabajo complejo.

(((RESUMEN DE ESTO - El texto "Metamorfosis de la pubertad: el hallazgo (?) de


objeto" de Adrián Grassi explora el proceso de transformación que ocurre en la
pubertad en relación con la búsqueda y el encuentro de objetos de deseo. Se plantea
cómo la pubertad marca un período en el que se inicia una trayectoria de recorridos
pulsionales con cambios, desvíos y correcciones de rumbo, que implica una exigencia
de trabajo psíquico desarrollado en el tiempo.
Se enfatiza la importancia del concepto de "hallazgo de objeto", que se refiere al
proceso de encontrar objetos de deseo y establecer relaciones con ellos, tanto en el
sentido amoroso como en el sentido sexual. Grassi argumenta que este proceso no es
automático, sino que implica una actividad creativa por parte del sujeto, que se
relaciona con la idea de reencuentro y novedad.

El texto también destaca la relación entre la pubertad y el cuerpo. Se señala que los
cambios corporales durante la pubertad son fundamentales para el proceso de
hallazgo de objeto, ya que el cuerpo se convierte en un objeto de deseo y exploración.
Se discute cómo el cuerpo puberal requiere nuevas inscripciones y nuevas relaciones
con el objeto para lograr una sexualidad plena.

El autor aborda la complejidad de este proceso, considerando las identificaciones


infantiles, las historias familiares y la genealogía como factores que influyen en el
desarrollo de la sexualidad en la adolescencia. Además, se explora la relación entre
repetición y creatividad en este contexto, y cómo estos procesos pueden llevar a
diferentes resultados saludables o psicopatológicos.

En resumen, el texto analiza en profundidad el proceso de hallazgo de objeto en la


pubertad, enfocándose en la creatividad, las transformaciones corporales y la
complejidad de las identificaciones y relaciones con los objetos de deseo.)))

Clase 5 Adolescencia
**Pubertad a Adolescencia: Cambios y Procesos**

1. **Aspectos Biológicos:**
- Desarrollo de las características sexuales secundarias (vello facial, senos, voz más
profunda).
- Crecimiento acelerado y desarrollo de la estatura.
- Desarrollo de los órganos sexuales primarios.
- Cambios hormonales (aumento de estrógeno y testosterona).
- Menarquia (primera menstruación en las niñas) y espermaquía (primeras
eyaculaciones en los niños).

2. **Aspectos Psicológicos:**
- Desarrollo de la identidad y la autoimagen.
- Búsqueda de independencia y autonomía.
- Cambios en las emociones y estados de ánimo.
- Formación de valores, creencias y objetivos personales.
- Desarrollo cognitivo (pensamiento abstracto, reflexión crítica).
3. **Aspectos Sociales:**
- Cambios en las relaciones familiares (conflictos, búsqueda de autonomía).
- Formación de amistades y relaciones románticas.
- Exploración de la identidad de género y orientación sexual.
- Influencia de los medios de comunicación y la cultura popular.
- Presiones sociales y expectativas académicas y profesionales.

4. **Aspectos Educativos:**
- Transición a niveles educativos superiores (secundaria, universidad).
- Desarrollo de habilidades de estudio y toma de decisiones académicas.
- Exploración de opciones de carrera y objetivos educativos.

5. **Aspectos Fisiológicos:**
- Cambios en los patrones de sueño y necesidades de descanso.
- Cambios en la alimentación y hábitos nutricionales.
- Riesgos para la salud (consumo de sustancias, sexualidad).

6. **Aspectos Culturales:**
- Influencia de la cultura y las normas culturales en la percepción de la
adolescencia.
- Diversidad cultural y experiencias adolescentes variadas.

7. **Aspectos Éticos y Morales:**


- Desarrollo de la conciencia ética y moral.
- Exploración de la identidad religiosa o espiritual.
- Toma de decisiones éticas en situaciones personales y sociales.

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