ESTRONGILOIDOSIS Oficial
ESTRONGILOIDOSIS Oficial
ESTRONGILOIDOSIS Oficial
Historia
Los primeros datos precisos sobre el descubrimiento de Strongyloides stercoralis datan de
1876, cuando el médico francés Louis Alexis Normand revisó las heces de soldados que
estaban luchando en lo que hoy se conoce como Vietnam y que presentaban diarrea muy
intensa. Normand envió las muestras al jefe de inspección en salud, Arthur Réné Jean
Baptiste Bavay, quien confirmó la observación.
Para 1883 el parasitólogo alemán Rudolf Leuckart hizo estudios sobre el ciclo de vida del
parásito y fue hasta 1896 cuando el parasitólogo alemán Arthur Loos describió el modo de
infección de las uncinarias, parásitos que se comportan de forma parecida a Strongyloides
stercoralis.
Cabe señalar que Loos fue un zoólogo y parasitólogo enviado por R. Leuckart a Egipto para
estudiar la transmisión de la Bilharzia —otra parasitosis—; en su publicación Loos describe
que, al tratar de infectar por vía oral a conejillos de indias, derramó accidentalmente sobre
su mano una porción del inóculo, tras algunos días percibió irritación y más tarde,
monitoreando la infección, observó al parásito en sus heces.
Tal descubrimiento lo hizo con las uncinarias y después lo repitió con Strongyloides
stercoralis; aunque no es indiscutible, lo más probable es que observó larvas del parásito.
Tiempo después, Friedrich Fülleborn, médico alemán especializado en medicina tropical,
describió la autoinfección y la afección intestinal tras experimentar con perros.
Introducción
La estrongiloidosis es una infección parasitaria causada por el nematodo Strongyloides
stercoralis. Este diminuto pero intrincado parásito, comúnmente conocido como "lombriz
del hilo", tiene la capacidad única de completar su ciclo de vida dentro del cuerpo humano.
A pesar de su tamaño microscópico, la estrongiloidosis puede tener consecuencias clínicas
significativas y, en algunos casos, incluso llegar a ser potencialmente mortal.
Esta infección parasitaria es prevalente en regiones tropicales y subtropicales, pero también
se ha registrado en áreas no endémicas debido a la migración humana y los viajes
internacionales. La complejidad de la estrongiloidosis radica en su capacidad para persistir
en el cuerpo durante décadas, a menudo sin causar síntomas evidentes. Sin embargo, en
determinadas circunstancias, la infección puede activarse y provocar manifestaciones
clínicas graves.
Exploraremos la biología del Strongyloides stercoralis, sus presentaciones clínicas y las
estrategias de diagnóstico y tratamiento. La estrongiloidosis, a pesar de ser una entidad a
menudo subestimada, representa un desafío clínico importante que requiere una
comprensión profunda y una atención clínica adecuada.
Agente etiológico
La hembra parásita, partenogenética, de 2 mm de largo, vive en el interior de la mucosa del
intestino delgado, donde produce huevos que se transforman en larvas en la luz del
intestino. Estas larvas en el exterior se convierten en de rhabditiformes a filariformes, esta
última infecta a través de la piel y hace ciclo pulmonar.
Strongyloides stercoralis es un parásito muy pequeño que vive principalmente en el
duodeno y yeyuno. No existe parásito macho dentro del ciclo parasitario dentro del
humano, y se ha comprobado que la hembra tiene la capacidad de autofecundarse
(partenogénesis) y puede vivir en el intestino hasta cinco años.
La hembra parásita es filiforme, transparente, mide aproximadamente 2 mm de largo por 50
µ de diámetro. Tiene un esofágo cilíndrico que ocupa el tercio anterior del cuerpo, el cual
se continúa con el intestino que desemboca en el orificio anal, cerca del extremo posterior.
El útero presenta frecuentemente huevos en su interior y desemboca en la vulva entre los
tercios medio y posterior del cuerpo. Los huevos son muy similares a los de uncinaria, Se
encuentran en las hembras adultas y luego en el interior de los tejidos en donde estas
habitan. La presencia de huevos en materias fecales es muy rara, sólo acontece
excepcionalmente, en casos de diarrea muy intensa, que rápidamente arrastre al exterior
porciones de mucosa intestinal. Los huevos se observan también en material de biopsia
intestinal y ocasionalmente en flóculos de mucosa obtenidos por sondaje duodenal. Los
huevos eclosionan en la mucosa intestinal y dan origen a la primera forma larvaria, llamada
rhabditiforme que sale a la luz del intestino delgado, es arrastrada con el contenido
intestinal y eliminada al exterior con las materias fecales; en la tierra estas larvas se
transforman en filariformes. Los dos estados larvarios deben diferenciarse de los de
uncinaria por sus características morfológicas: