Profesionalizacion de Gestores Culturale
Profesionalizacion de Gestores Culturale
Profesionalizacion de Gestores Culturale
Coordinador
Profesionalización de
gestores culturales en Latinoamérica
Estado, universidades y asociaciones
®
Profesionalización
de gestores culturales en Latinoamérica
Estado, universidades y asociaciones
José Luis Mariscal Orozco
(Coordinador)
Profesionalización
de gestores culturales en Latinoamérica
Estado, universidades y asociaciones
México
2012
®
Colección: Análisis y gestión cultural
Primera edición, 2012
®
UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA
Sistema de Universidad Virtual
®
es marca registrada del Sistema de Universidad Virtual de la Universidad de Guadalajara.
Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta publicación, su tratamiento informático, la transmisión de cual-
quier forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros medios, sin el
permiso expreso del titular del copyright.
ISBN 978-607-450-642-6
Primera parte
Contextos y políticas para la profesionalización
Segunda parte
Experiencias desde la formación universitaria
11
Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
Flujos y ritmos
12
Prólogo
1
Los artículos recuperan la siguiente lista de denominaciones aines a la gestión
cultural que se suceden desde los años sesenta en España, Francia, México, Estados
Unidos, Inglaterra y que heredamos vía diferentes instituciones (debe agregarse el ad-
jetivo “culturales” a todas ellas): administradores, agentes, animadores, animadores
socioculturales, cientíicos, gestores, ingenieros, intermediarios, mediadores, produc-
tores, promotores, trabajadores.
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Prólogo
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Prólogo
ral a nivel general e incluso dentro de las otras actividades del área cultural.
Cuando se lo asume, aún debe disputar su carácter de trabajo (y no sólo un
hobby) y es difícil concretar la expectativa de que sea la fuente de ingresos o
sustento. Cuenta Ursula Ricker cómo en el aeropuerto, una funcionaria de mi-
gración le pidió modiicar gestión cultural como ocupación porque no estaba
en su base de datos. Lo mismo me sucedió hace muchos años cuando tuve que
restituir por primera vez mi cédula y ya no era estudiante. “Actriz” no iguraba
en el catálogo de oicios de los/as ciudadanos/as costarricenses.
Prueba de la juventud de la disciplina entendida como tal en nuestros
medios –claramente registrada en los artículos–, esta invisibilidad resuena
con la de otros quehaceres sociales que tradicionalmente se asocian a la re-
producción humana doméstica o la vida de comunitaria frente a la producción
económica: desde el trabajo doméstico, al cuido familiar, al liderazgo social
voluntario, se trata de roles reorganizados con la modernidad que hoy se po-
nen en valor. Los trabajadores de la cultura hemos sido parte de las economías
y aportes para la vida olvidados no por inexistentes, sino por invisibilizados.
Complementariamente, llegamos a la reivindicación profesional en
tiempos en que el criterio de la profesionalización no basta para asegurar la
pertinencia o inserción laboral. Precarizados por invisibles antes, entramos
a la zona de luz cuando se vuelve insuiciente el trabajo en general, en todos
los niveles y en disciplinas “solventes” que hoy ya no aseguran con facilidad
acceso al empleo o una remuneración suiciente. Traemos una trayectoria de
trabajo en la escasez inanciera que hoy se resigniica de muchos modos. De la
auto-sobreexplotación de las clases creativas a las nuevas economías de true-
que y la valorización del voluntariado; este es un tema que está ya en debate.
Sobre los agentes responsables de la promoción de la gestión cultural,
no es casual que entre los programas de formación universitaria que se do-
cumentan, se mencionen casos innovadores en los que la academia propone
cuestionando sus propias limitaciones y paradigmas. Ya nos advierte José
Luis Mariscal en su texto introductorio que, al incluirse el tema en la univer-
sidad, aparece el riesgo de su academización o de la jerarquización de saberes.
Lo advierten varios de los autores mientras reapuestan a que el espacio de la
educación formal aún tiene mucho que contribuir a la formalización, la siste-
matización y la democratización de oportunidades.
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18
Prólogo
ción se menciona, por ejemplo, el debate sobre la cultura como ocio o negocio,
el patrimonio como elemento educativo, económico festivo y de la cultura y la
escisión entre quehaceres locales tradicionales y modernas. Asimismo, se se-
ñala el papel normativo de la escolaridad tradicional al solemnizar los espacios
de reconocimiento colectivo y al “portador” del saber como igura unilateral y
vertical. En nombre de la historia oicial, tales emplazamientos simbólicos han
dado carácter de pasado, obsoleto o diferenciado (a la baja) a expresiones de
nuestra diversidad cultural que, literalmente, se han jugado hasta hace poco
fuera de la institución educativa y han mantenido su ADN en forma de expe-
riencia cultural: la iesta, el recreo, el encuentro en el espacio público. Ante esa
esquizofrenia, restaurar los vínculos entre conocimiento y iesta, conocimien-
to y juego, economía y dimensiones social y simbólica, diálogo de saberes, es
fundamental… Dicho esto y considerando que en el territorio y la experiencia
práctica estos elementos exigen reintegración y un esfuerzo de desjerarquiza-
ción, ¿cuáles experiencias formativas trabajan esta interfaz? ¿Qué herramientas
necesitan los y las gestoras culturales para potenciar esa reintegración? ¿En qué
espacios de los currículos se insertan las competencias requeridas?
Las nuevas tecnologías y las nuevas competencias de la gestión cultural.
Un tercer tema tiene que ver con las nuevas tecnologías y la llamada segun-
da oralidad. La interactividad –conversacional– de internet ha terminado de
poner en cuestión radicalmente cualquier pretensión positivista, causal o uni-
lateral en los procesos de construcción de conocimiento. Hoy los procesos de
formación, construcción de contenidos y conocimiento y evaluación pueden
alimentarse en tiempo real con estrategias de trabajo en red y una visión sisté-
mica. Es decir, del mismo modo que hoy se habla de prosumidor y de que las
industrias y el consumo dejaron de operar como eslabones secuenciales de una
sucesión fordista, hoy somos convocados a pensarnos y actuar sistémicamente
y en complejidad para todas las situaciones, gracias a los nuevos soportes tec-
nológicos. Ellos integran códigos que antes pasaban por soportes separados
y ponen a la comunicación en el centro de las operaciones. Los procesos de
formación no están exentos de esta reorganización rizomática que se suma a
lo que ya venían propugnando el constructivismo, la educación popular, las
tecnologías sociales y las concepciones más modernas de la pedagogía. Los
recursos tecnológicos están acelerando la derrota de las estructuras que nos
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asumían como actores pasivos que recibimos saberes. Existen hoy ya una serie
de experiencias en este sentido tanto en cuanto al desarrollo de competencias
para esa interactividad como en los nuevos desafíos que genera.
Poder, diversidad y tiempos de respiración. Uno de esos desafíos que de-
bemos analizar autocríticamente se vincula a cómo se rearticulan las interfaces
e intermediaciones de la gestión cultural como sistema de relacionamiento,
poder, representación y mediación. Así como hablamos de desjerarquizar re-
laciones e instituciones de la modernidad –incluyendo la academia–, hemos de
pensar que las coniguraciones fundadas en lo digital pueden reproducir nuevas
mediaciones, jerarquías y exclusiones. ¿Cómo se da el diálogo entre las dinámi-
cas entre digitalización y las experiencias analógicas o lectoescritas o entre éstas
y las oralidades perfomativas de siempre con el cuerpo de por medio, el modo
cognitivo y de expresión de nuestras culturas tradicionales, pero que sigue sien-
do el hardware de partida y nuestra materialidad orgánica. ¿Se reproducirá con
la modernidad una nueva visión “desarrollista” en manos de una nueva clase
ilustrada emergente, ahora digital? ¿Lograremos ampliar el acceso y superar las
brechas digitales y socioeconómicas para que el entusiasmo digital no reiteren
nuevas zonas de invisibilidad y de “barbarie”? ¿Cómo se aseguran los tiempos
y los espacios de prueba y comprobación, de asentamiento y maduración de las
experiencias en el aceleramiento tecnológico?
Así como se multiplican los contenidos e interacciones, será importante
asegurar la diversidad de tiempos de respiración necesarios para velar por la
vida y la diversidad. Es entonces fundamental mantener el ojo crítico sobre
cómo generamos procesos porosos y abiertos, pero a la vez consistentes de for-
mación e intercambio. Justamente se trata de entender las posibilidades de
entrecruzamiento e innovación, pero también la densidad de los procesos de
sedimentación que requieren el conocimiento o la construcción institucional
como parte de nuestra socialización, comportamientos y convivencia.
Cierro este prólogo con la imagen inicial del aprendizaje como respira-
ción, como marea-danza. Nunca unilateral ni mecánico, siempre vivo, diverso
en el ritmo de su ir y venir, demanda esfuerzos de liviandad y de profundiza-
ción para que luya, irrigue y sea realmente nutritivo.
Sylvie Durán
Costa Rica, septiembre de 2012
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Introducción
Encuentros y divergencias de una profesión en construcción
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Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
A lo largo del siglo XX, en el ámbito cultural los agentes se fueron es-
pecializando: el creador, el crítico, el galerista, investigadores… Cada uno de
ellos ha tenido una participación diferenciada, con ciertas competencias pro-
fesionales especíicas que los hace diferenciarse en su expertis, aunque todos
compartan ciertos conocimientos y habilidades que los caracterizan como
agentes de un mismo campo. Retomando la idea de Bonet (2007) y ajustándo-
la a la realidad latinoamericana, podríamos ubicar los distintos profesionales
de la cultura en un área delimitada por cuatro ejes:
1
Entendida ésta como el proceso de creación u organización de las condiciones
necesarias para que personas y grupos conciban sus propios objetivos en el universo de
la cultura; para ello, se recurre a agentes culturales previamente preparados y se toma
en cuenta públicos determinados, a in de establecer un puente entre este público y sus
creadores (Teixeira, 2000, pp. 41-42).
22
Introducción
Producción
Productor
Mercadólogo
Comunicador
Director
artístico Conservador
Publicista
Intérprete
Creación Autor Gestor cultural Guía Difusión
Bibliotecario
Curador
Museólogo
Maestro
de arte
Animador
Maestro
Formación
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de los Agentes
Este proceso de autorreconocimiento y reconocimiento social de la gestión
cultural como una profesión no puede ser visto como una historia lineal evo-
lutiva, sino como un conjunto de acciones realizadas por diversos agentes que,
en ocasiones, conluyen, pero también diieren y se contraponen. En términos
generales, podríamos identiicar cuatro tipos de agentes que han estado im-
pulsando este proceso de profesionalización:
Organismos internacionales: por ejemplo, la UNESCO o la Organización
de Estados Iberoamericanos (OEA), en los últimos quince años, han considerado
entre sus políticas dirigidas a América Latina una serie de acciones encaminadas
a la investigación y formación de los gestores culturales. En el caso de la inves-
tigación, sus intereses han sido en términos del conocimiento de periles de los
trabajadores de la cultura y las tendencias e indicadores de las políticas cultuales
en la región, principalmente a través de la generación de observatorios. En lo
referente a la formación, se ha impulsado la realización de cursos, diplomados,
congresos, encuentros, posgrados, otorgamiento de becas, etcétera, e incluso se
ha incentivado la participación de fundaciones, como la Fundación Carolina,2
organizaciones como Interarts3 y agencias como la Agencia Española de Coope-
ración Internacional para el Desarrollo4 a través de su programa ACERCA.
Con base en modelos desarrollistas y patrimonialistas de la gestión cul-
tual, estos agentes fueron identiicando y formando a los especialistas de
la gestión cultual en América Latina que después replicarían sus modelos e
implementarían y delinearían (en algunos casos) las políticas de profesionali-
zación y formación de gestores en la región. No obstante, este esfuerzo puso en
la mesa de debate la imperante necesidad de profesionalizar a los trabajado-
res de la cultura (legitimando el proceso hasta cierto punto ante los estados) y
uniicó las diferentes acepciones y denominaciones (promotor, animador, ad-
ministrador, gerente, mediador, entre otras) en un solo término que las integró
y asimiló: gestión cultural (De Zubiría, Abello y Tabares, 2001).
2
www.fundacioncarolina.es
3
www.interarts.net
4
http://www.aecid.es/es/
24
Introducción
25
Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
de lAs estrAtegiAs
Una tendencia en el proceso de profesionalización de la gestión cultural en
Latinoamérica es la apuesta que hacen todos los agentes hacia la formación
como el mecanismo legítimo para consolidar esta nueva profesión. Sin em-
bargo, los modos en que han llevado a cabo esta formación son diversos. En
términos generales, podemos identiicar cinco estrategias:
Capacitación para el trabajo: desde los años ochenta, en varios países se
impartieron cursos, talleres y diplomados encaminados primeramente a capa-
citar a los gestores culturales instituciones del Estado; esto, con el propósito
26
Introducción
de mejorar los procesos y labores en los que los trabajadores de la cultura par-
ticipaban. Pronto estas ofertas generaron expectativas y demandas a gestores
culturales de organizaciones privadas y comunitarias, por lo que se extendieron
en el plano geográico y se diversiicaron en contenidos, modalidades y costos.
No obstante, no sólo el Estado ha brindado esta clase de profesionalización;
también han participado instituciones educativas, empresas y asociaciones ci-
viles. En países como México, Argentina y Chile se generó una serie de políticas
públicas que favorecieron el desarrollo de esta oferta de profesionalización.
Especializaciones: en algunas universidades de México, Argentina, Bra-
sil, Chile, Colombia, Cuba y Venezuela se crearon programas de especialización
que solicitaban el grado de licenciatura para su ingreso. Con esto se brindaba la
oportunidad de obtener una formación universitaria a gestores culturales en ac-
tivo que tuvieran una carrera afín. Algunos de dichos programas tienen un plan
de estudios genérico (por ejemplo, la especialización en gestión cultural de la
Universidad del Rosario en Colombia); otros están dirigidos a un campo de des-
empeño especíico (la especialización en administración de artes del espectáculo
de la Universidad de Buenos Aires en Argentina) y otras más tienen un tronco
común y con algunas orientaciones terminales (la especialidad en gestión cultu-
ral y políticas culturales de la Universidad Autónoma Metropolitana en México).
Orientaciones terminales: en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador,
México y Perú, algunas instituciones de educación superior decidieron dise-
ñar orientaciones terminarles de licenciaturas y maestrías aines a la gestión
cultural; ya sea que de un campo disciplinar se instruya en la gestión cultural;
por ejemplo, la licenciatura en Historia del Instituto Mora (México) tiene una
orientación terminal en gestión del patrimonio cultural; o bien, que de pro-
gramas multidisciplinares se generen líneas en gestión cultural; por ejemplo,
la maestría en Estudios de la Cultura de la Universidad Andina Simón Bolívar
(Ecuador), que cuenta con una mención en políticas culturales.
Maestrías: después de la primera, ésta es la estrategia más recurrente en
la oferta de programas de posgrado; aprovecha el capital académico de algu-
nos gestores culturales con grado y fomenta la gestión cultural más como una
especialización laboral de las profesiones aines; tal vez por eso gran parte de
estas maestrías tienen un corte profesionalizante y sólo algunas brindan una
orientación hacia la investigación.
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Introducción
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Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
referenciAs bibliográficAs
Bonet Agustí, L. (2007). El peril del gestor cultural en el siglo XXI. En
Actas del I Congreso Internacional sobre la Formación de los Ges-
tores y Técnicos de la Cultura. Valencia: Diputación de Valencia.
Recuperado de http://descarga.sarc.es/Actas2007/CD_congreso/
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de administración y gestión cultural. Madrid: OEI.
Teixeira, C. (2000). Diccionario crítico de política cultural: cultura e
imaginario. Tlaquepaque: ITESO/SCJ/Conaculta.
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Primera parte
Contextos y políticas para la profesionalización
Organizadores da cultura: delimitação e formação
Antonio Albino Canelas Rubim
Lindinalva Rubim
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Organizadores da cultura: delimitação e formação
A orgAnizAção dA culturA
Diferente do que muitas vezes imagina o senso comum, a cultura é uma ativi-
dade, como toda a prática social humana, que requer organização. Uma festa
popular, como o carnaval, por exemplo, aparentemente lugar, por excelência,
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Organizadores da cultura: delimitação e formação
Singularidades brasileiras
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Organizadores da cultura: delimitação e formação
1
De Gilberto Braga e direção de Dennis Carvalho. Out./2003 a jun./2004.
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Organizadores da cultura: delimitação e formação
referênciAs bibliográficAs
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gestión culturAl y dinAmizAción del pAtrimonio
Rafael Morales Astola
lguien propuso el mejor día. Alguien fue a recoger la leña. Alguien pre-
A paró algo de comida y bebida. Alguien fabricó las pinturas. Alguien
“confeccionó” el traje de la bestia. Alguien fue designado para vestir el traje.
Alguien se encargó de hacer prender la primera llama. Alguien avisó a los
demás. Alguien señaló el comienzo del acto. Alguien conducía el ritmo y las
pautas de los cantos y las danzas. Este grupo de personas organizó y celebró
el acto del rito. Al día siguiente, marcharon a trabajar: había que cazar a la
bestia (en forma de animal). Otra vez la cotidianidad de la lucha por la vida,
pero antes de que el rito concluyera, el más joven alzó la mirada y ijó sus
ojos en las estrellas. Cuando bajó la mirada, encontró la hoguera transfor-
mada en un castillo, la piel de la bestia en trajes de otra época, los cantos en
conciertos, las danzas en espectáculos de teatro… También, alguien había
avisado a los demás, mientras otros habían sazonado alimentos y aliñado
bebidas que animaban a la tribu. Este otro grupo de personas –de aspecto
más excéntrico– había gestionado otro rito. Al día siguiente, marcharon a
trabajar: había que cazar a la bestia (en forma de recursos). Otra vez, la coti-
dianidad de la lucha por la vida.
¿Aquél era un acto para la supervivencia? ¿Éste de hoy es para el ocio?
¿Sólo para el ocio? ¿Seguro que no es además, y sobre todo, una estrategia
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Gestión cultural y dinamización del patrimonio
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Gestión cultural y dinamización del patrimonio
Qué recursos
Un problema que hallamos a menudo cuando dinamizamos el patrimonio
es la palabra. ¿Qué queremos decir cuando decimos lo que queremos decir?
¿Qué se nos entiende? ¿Quién es nuestro interlocutor? Hablamos de los recur-
sos del lenguaje verbal humano.
Bien. Ya sé cómo decir lo que deseo, cómo acreditar que se me ha in-
terpretado correctamente y a quién me dirijo según qué caso. Me alcanza un
segundo problema: las personas. ¿Quién me ayuda? ¿Quién está de acuerdo
conmigo? ¿Quién me hace un gran favor analizando y criticando mi labor?
¿Quién hace esto y lo otro? Hablamos de los recursos humanos.
Esto avanza. Ya sé con quiénes cuento para construir, evaluar, compartir
tareas, enfocar situaciones. Nuevo problema: los espacios. ¿Dónde me pongo
con esto? ¿Dónde me reúno con tanta gente? ¿Dónde realizo esta actividad
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Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
de manera que llegue a tiempo al lugar de la otra? ¿Puedo clavar aquí? ¿Es
un lugar llano? ¿Es suicientemente ancha la calle para que pase el vehículo
de los fontaneros? ¿Y si fabrico una arquitectura efímera para la ocasión, que
me sirva además para otros proyectos? ¿Dónde instalo el “cuartel general”?
Hablamos de los recursos espaciales.
He pasado un Rubicón. Quedan más. Empiezo a notar que me solicitan
cosas, máquinas, artefactos. Un mundo mágico envuelve mi gestión. Es como
si nuestro trabajo se transformara en un laboratorio de alquimista. He de te-
ner de todo para ofrecer de todo a toda actividad que programo. ¿Qué tengo
de material didáctico, de sonido o de iluminación? ¿Cómo y dónde proyecto
este audiovisual? ¿Cómo mando este fax? ¿Cómo puedo hablar simultánea-
mente con varios proveedores a los que he de dar respuesta simultáneamente?
¿Cómo puedo hacerme de esta información sin salir de la oicina, pues la tengo
cargada de gente y estoy solo? Hablamos de los equipamientos técnicos.
Este recorrido promete. Hablo fantásticamente (casi como Oscar Wilde),
me ayuda todo el mundo (como a las ONG) y tengo de todo (como los buenos
bares). Me hace falta un plan para transmitir tanta eiciencia y sabiduría. Es el
momento del marketing, de la campaña de medios, de las estrategias comuni-
cativas. Hablamos de los recursos comunicacionales.
Dándole a la caza alcance, me he olvidado de algo trascendental. Mirar
a mi alrededor. ¿Dónde estoy y qué me rodea, estando aquí mucho antes que
yo? El territorio tiene un paisaje (rural o urbano, pero siempre humano y na-
tural) con unas tradiciones que emergieron en él y que se da a mí y a todos en
forma de imágenes y de cosas. Hablamos de los recursos paisajísticos.
Estoy a cien. Viento en popa. Esto funciona. Súbitamente, reparo en la
causa, medio y in de mi gestión: el patrimonio histórico. ¿Está aquí? ¿Sigue
aquí y cómo sigue? ¿A qué medidas está sujeto? ¿De qué depende? ¿Ante qué
instancias he de dirigirme para proponer cualquier modiicación o interven-
ción? Hablamos de los recursos patrimoniales y de su legislación.
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Gestión cultural y dinamización del patrimonio
mos mil tareas para cada departamento, ámbito, campo o disciplina. Gastamos
una energía incalculable. Si alas, desplegamos las alas. Si brazos, desplegamos
los brazos. Volamos a ras de tierra y corremos en las alturas. Los recursos se
estiran en el espacio-tiempo de la dinamización, creando emplazamientos in-
dividuales y colectivos cargados de símbolos y experiencias, que se convierten
en nuevos mapas de ruta humana y nuevos recuerdos que engendran sueños
de futuro. El patrimonio sigue ahí, tocado, manoseado, sufrido, disfrutado. Se
desvanece la dinamización. El patrimonio duerme. ¿Ha cambiado? ¿Nos ha
cambiado? Hemos interactuado patrimonio y persona. ¿Volverán los visitan-
tes? ¿Serán más felices y más prósperos este año los residentes?
Camarero y Garrido comentan dos teorías al respecto de la recepción de
los procesos culturales relativos al patrimonio: 1) de expectativas-rendimien-
tos: “La satisfacción de un consumidor está en función de sus expectativas y
del rendimiento percibido de la oferta”, y 2) de la disonancia cognitiva: “Casi
cualquier compra o adopción de una oferta conduce a un cierto malestar o
disonancia posterior” (Camarero y Garrido, 2004). Personalmente, he expe-
rimentado la praxis de ambas teorías, como visitante a un evento patrimonial
y como gestor de él. Si las relaciones del espectador-usuario de las artes son
complejas en la sociedad actual, en la relación de aquel con el patrimonio es
aún más compleja, ya que ni los hábitos ni las expectativas están tan sociali-
zados. La territorialidad en la dinamización del patrimonio es mayor que en
el caso de las artes. De alguna manera, el territorio con sus habitantes son
el agente cultural principal. Son un agente cultural creador y gestor a la vez,
porque son espectadores-usuarios y también hacedores de la dinamización;
son parte principal del evento. La satisfacción, así como la decepción, desem-
peñan un papel de primer orden, de cara a la perdurabilidad del evento.
Un elemento de evaluación muy concreto es el crecimiento y prestigio
social de la dinamización en cuestión, plasmado en el aumento de visitantes,
en la aceptación de la población residente y en el eco mediático, pero aquí no
nos llegan los matices. Las encuestas por actividad o por el conjunto del pro-
grama son un útil interesante. Ahora bien: ¿qué vienen a decir qué encuestas?
Siempre eliminamos los extremos en negativo y en positivo, y abordamos los
términos medios. ¿Por qué? Suele responderse que los extremos perturban
los índices de la media, abocando a conclusiones “falsas”. Vale que dejemos a
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Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
un lado esos extremos, de manera que los índices de la media sean “iables”.
Sin embargo, en los extremos hay propuestas que, en mi opinión, son las que
reactivan el proyecto original, lo zarandean, lo despiertan. No se trata de prac-
ticar el adanismo postulando el abandono de los métodos al uso y el inicio de
una nueva era metodológica en los análisis de los sondeos y encuestas. Pienso
que los porcentajes referentes al rechazo radical y a la aceptación total de la
dinamización son esclarecedores de sus límites; las categorías de “muy mal”
y “excelente” como los valores de “1” y “10” son reveladores del alcance de las
metas y de la intensidad de los desaciertos. Son porcentajes decisivos para
imaginar la silueta del evento.
Quiero recordar que –si la instancia gestora es correctamente profe-
sional– está previsto tanto lo que se espera “medianamente” (que guste a la
gente, lo cual se releja en signos concretos como aplausos generosos, silencio
cuando es requerido e índice de visitantes creciente) como lo que no se espera
“medianamente” (que no acabe de gustar del todo: aplauso pobre, ausencia de
silencio ante momentos que lo requieren o índice de visitas decreciente). La
carga intermedia de los sondeos y encuestas es, pues, una constatación de lo
previsible en lo negativo y en lo positivo. Es una información, sin duda, inte-
resante para evaluar si se ha conseguido lo previsto, pero no es suiciente para
repensar, reinventar, rehacer, recrear la dinamización.
En la Arqueología del saber, M. Foucault propugna abandonar el aná-
lisis de las continuidades y abrazar el estudio de las rupturas y los desvíos,
dejar de ver los objetos como documentos, es decir, algo repleto de inter-
textualidades, mensajes secretos, estratos superpuestos, y abordarlos como
monumentos, es decir, formación discursiva que obedece a reglas que se
validan en su propia práctica y existencia (Foucault, 1969, 2001). La dina-
mización del patrimonio está gestando un proceso de transformación radical
en el discurso de la gestión cultural, del conocimiento de la historia, de la puesta
en valor de las mitologías, de la arquitectura, de la economía y de la política. Es
una práctica de ruptura que aún está en su primera fase de emergencia. En
la parte excesiva de su airmación y en la de su negación alienta la puesta en
marcha de nuevas relaciones de producción y servicio culturales. La multi-
plicada y multiplicante praxis de la gestión cultural pulveriza una y otra vez
los modelos preconcebidos tanto de territorio (individuos y comunidades)
50
Gestión cultural y dinamización del patrimonio
referenciAs bibliográficAs
AA. VV. (1997-1999). Sueños e identidades. Barcelona: Interars.
Caetano, G. (s.f.). Políticas culturales y desarrollo social. Algunas notas
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González, P. J. (2000). Curso de marketing de servicios para gestores cul-
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Isar, Y. R. (2001). Cultura y desarrollo: desafíos constantes para la alian-
za transcontinental. Cooperación cultural euroamericana. Madrid:
OEI, pp. 131-135.
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Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
52
La profesionalización de productores escénicos:
un tema pendiente en la política cultural
Marisa de León Cevallos
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Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
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La profesionalización de productores escénicos: un tema pendiente en la política cultural
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Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
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La profesionalización de productores escénicos: un tema pendiente en la política cultural
Vale la pena señalar que una política diiere de lo que es una ley o un
cuerpo de leyes y puede dar la idea de ser algo más abstracto por su carácter
no de prohibición como lo hace la ley, sino de guía para las acciones enca-
minadas a lograr los objetivos planteados. Las políticas públicas pueden ser
comprendidas como instrumentos que inciden en el campo político, adminis-
trativo, inanciero y, por supuesto, cultural.
57
Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
Ahora bien, para poder concretar el análisis, si bien la teoría nos servirá
como marco, es necesario pasar al trabajo con instrumentos que posibiliten el
acercamiento a una política pública en particular. Dentro de las herramien-
tas desarrolladas para el análisis de políticas públicas, el de policy cycle (que
podríamos traducir como ciclo de la política1) nos ayudará a observar el desa-
rrollo de la política cultural examinada, pues permite enfocarse a los procesos
más que a la institución.
En ciencia política se entiende el policy cycle, propuesto por Jones en
1970, como una herramienta utilizada para el análisis del desarrollo de un
aspecto de determinada política. También suele llamarse “enfoque de etapas”
e incluye las siguientes:
1
Hay que recordar que en castellano el término “política” es ambiguo porque pre-
senta sentidos distintos según el contexto. Así, encontramos en el Diccionario de la
Real Academia Española: “Perteneciente o relativo a la doctrina política; pertenecien-
te o relativo a la actividad política; arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los
Estados, y orientaciones o directrices que rigen la actuación de una persona o entidad
en un asunto o campo determinado”, entre otras.
2
Entendemos “agenda” como la relación de los temas o las actividades sucesivas
que han de ejecutarse para cumplir cabalmente con la política cultural.
58
La profesionalización de productores escénicos: un tema pendiente en la política cultural
Una visión de cultura idealista, acotada a la creación y consumo de las artes, donde la
noción de “bellas artes” juega un papel importante. En este sentido, desde este modelo
lo central es la producción, circulación y consumo de los productos y servicios culturales.
Las artes son un elemento fundamental en el desarrollo del ser humano, independien-
temente de su adscripción social, sexo, edad u ocupación laboral. Sin embargo, el de-
sarrollo requiere que exista una producción artística considerable y que las personas
cuenten con los elementos necesarios para el reconocimiento y disfrute de las artes, a
través de una “experiencia estética”. Al entenderse la cultura como una serie de pro-
ductos y servicios generados por personas especializadas, su existencia y disfrute es-
tarán determinados por el acceso a ellos. […] la cultura está centralizada y fuera del
alcance de las mayorías, por lo que es necesario formular una serie de acciones encami-
nadas a “llevar la cultura” a las diferentes comunidades […] a través de talleres de arte,
festivales, exposiciones, etc. (2007, p. 28).
59
Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
60
La profesionalización de productores escénicos: un tema pendiente en la política cultural
3
Lucina Jiménez, Diferencias entre las políticas culturales (video, véase cita al inal).
61
Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
Éste fue el Sistema de Teatros de la SCDF, que coordina la licenciada Nina Se-
rratos, quien comprendió la necesidad, importancia y dimensión del proyecto
de capacitación de los productores escénicos. Así, los dos proyectos propues-
tos responden y se insertan en programas y acciones puntuales de las políticas
culturales de dicha institución.
A partir del marco jurídico y la certidumbre que le otorga la Ley de Fo-
mento y Desarrollo Cultural, la SCDF ha establecido una política cultural
que fomenta la creatividad, fortalece las identidades y la cohesión social,
busca la preservación del patrimonio, auspicia la educación y la creación
artísticas, así como el acceso a bienes y servicios de mayor calidad entre la
ciudadanía, al impulsar un intenso movimiento cultural equitativo, par-
ticipativo y con un profundo sentido humano. El Programa General de
Desarrollo del Distrito Federal 2007-2012 planteó las bases para que esta
secretaría promoviera una política cultural a partir de la convicción de que
la diversidad cultural es el principal patrimonio de la humanidad, y consti-
tuye uno de los elementos esenciales para el cambio de la realidad urbana
y social (Cepedea, s.f.).
Debemos señalar que la estrategia que guía la política cultural del
gobierno de la ciudad de México parte de reconocer el valor intrínseco
de esta actividad y su capacidad para contribuir a garantizar los derechos
ciudadanos y mejorar la calidad de vida. Los esfuerzos se orientan a ase-
gurar que la cultura contribuya a potenciar las capacidades de desarrollo
de las personas (Programa General de Desarrollo del Distrito Federal
2007-2012, p. 53).
El Programa General de Desarrollo del Distrito Federal 2007-2012
62
La profesionalización de productores escénicos: un tema pendiente en la política cultural
63
Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
4
Eduardo Nivón, Derechos culturales como derechos ciudadanos (video).
64
La profesionalización de productores escénicos: un tema pendiente en la política cultural
65
Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
66
La profesionalización de productores escénicos: un tema pendiente en la política cultural
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del-programa-de-trabajo-2010
Videos
68
La profesionalización de productores escénicos: un tema pendiente en la política cultural
69
Segunda parte
Experiencias desde la formación universitaria
De prácticas y consensos.
La profesionalización de los gestores culturales en Guadalajara
Ana Crisol Méndez Medina
María Guadalupe Orozco Heredia
1
“La noción de animadores y promotores culturales posee una importante tradi-
ción en España […] Otorga a la actividad cultural la función de incrementar y fortalecer
la mediación entre los productores y los receptores de la cultura” (Moreira, 2003, p. 24).
73
Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
74
De prácticas y consensos. La profesionalización de los gestores culturales en Guadalajara
cultural, y han logrado, de este modo, insertarse en una lógica que ha excluido
el mecenazgo y les da reconocimiento como nuevos administradores de sus
propias creaciones.
En el escenario mexicano, la gestión cultural comienza a ser parte de la
agenda institucional en la década de los ochenta, durante la cual se imparten
cursos internacionales de formación y actualización de promotores culturales,
como ejemplo está el Primer Encuentro de Promotores Culturales de América
Latina impulsado por la UNESCO y realizado en 1988.
En los noventa, comienzan a aparecer en el escenario cultural diversos
cursos sobre temáticas culturales en varios estados de la república, “los cuales
fueron impulsados básicamente por la Dirección General de Culturas Popu-
lares, y en algunos casos por los gobiernos estatales. Pero dichos cursos eran
dispersos y con temas muy especíicos y no lograban la integración formativa
del promotor cultural” (Mariscal, 2002, p. 9).
La Universidad de Colima fue de las primeras que concretó un programa
de formación para promotores culturales, el cual se tradujo en un diploma-
do en Promoción Cultural; en seguida, la Universidad de Guadalajara, en
1996, creó el diplomado en Animación Cultural para Jóvenes y, en 1999, el
diplomado en Gestión de Proyectos Culturales. En 2001, el Consejo Nacional
para la Cultura y las Artes (Conaculta) estableció la Dirección de Capacitación
Cultural, cuya base era la capacitación integral de los promotores y gestores
culturales del país:
Para ello creó el Sistema Nacional de Capacitación Cultural, en el que agrupa a distin-
tos centros de capacitación cultural y sus diversas ofertas que van desde diplomados,
cursos, talleres, conferencias e incluso maestrías en colaboración con universidades.
Sólo para darnos una idea del proyecto, la unidad de medición son llamadas UCAPS,
la cual consiste en 12 horas clases ante un grupo, según el Sistema Nacional de Capa-
citación Cultural, se han realizado 20,000, desde febrero del 2001 a abril de 2002,
haciendo un total de 6,000 promotores capacitados con un promedio de 200 horas
cada uno (Mariscal, 2002, p. 10).
75
Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
de prácticAs y consensos:
hAciA lA institucionAlizAción de lA gestión culturAl
76
De prácticas y consensos. La profesionalización de los gestores culturales en Guadalajara
6
Patricia Urzúa (11 de octubre de 2006).
7
Blanca Brambila (29 de septiembre de 2006).
8
Ignacio Bonilla (14 de octubre de 2006), Patricia Urzúa (11 de octubre de 2006),
Alfonso Hernández (18 de octubre de 2006).
77
Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
A partir del diplomado que tomé de Conaculta y la UdeG, porque fue cuando clariiqué
los conceptos, y fue cuando me di cuenta de dónde estaba parado y cuál era el quehacer,
cuál era el siguiente paso. Fue cuando me enteré realmente lo que, como gobierno, se
debe hacer para promover la cultura… 9
…en el noventa y cinco yo creo que tuve mi primera formación formal como gestor
cultural, en un diplomado de animación y promoción cultural de la UdeG, con Blan-
ca Brambila como coordinadora… yo creo que a partir de ahí me puedo asumir como
gestor cultural.10
9
Ignacio Bonilla (14 de octubre de 2006).
10
Juan Manuel Martínez Marrón (27 de octubre del 2006).
78
De prácticas y consensos. La profesionalización de los gestores culturales en Guadalajara
11
Berger y Luckman nos dan la pauta para ver la institucionalización como pro-
cesos de consenso entre los actores que después son asumidos por los mismos como
naturales. “La institucionalización aparece cada vez que se da una tipiicación recípro-
ca de acciones habitualizadas por tipos de actores […] Las tipiicaciones de las acciones
habitualizadas que constituyen las instituciones, siempre se comparten, son accesibles
a todos los integrantes de un determinado grupo social, y la institución misma tipiica
tanto a los actores individuales como a las acciones individuales” (Berger, 2003, p. 74).
Así pues, entendemos como institucionalización los procesos de legitimación de una
práctica, y por organización formal, todas aquellas instituciones creadas para normar
las prácticas de los agentes.
79
Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
80
De prácticas y consensos. La profesionalización de los gestores culturales en Guadalajara
Si la academia tipiica las acciones, al sentar las reglas del juego, establece
ipso facto un mecanismo de control sobre los actores en formación y refuerza
su control a través de las bases de datos. Administra el derecho a la informa-
ción: “Con la historización y objetivación de las instituciones, también surge la
necesidad de desarrollar mecanismos especíicos de controles sociales” (Berger,
2003, p. 83). La información que en el campo de la gestión cultural circula es
administrada mediante bases de datos que se crean a raíz de la participación en
cursos, congresos o encuentros ofrecidos por las instituciones oiciales.
Un ejemplo es la base de datos que el Conaculta ha constituido a partir
de las listas de inscripción a los diversos cursos de capacitación que imparte.
El ITESO utiliza el mismo mecanismo, como resultado de la base de datos
de sus alumnos, distribuye la información relacionada con actividades, ofer-
tas de capacitación, encuentros, entre otros. “… El promotor cultural no es el
que organiza una exposición y al día siguiente ya se llama promotor. Nosotros
llevamos en la Secretaría de Cultura, un registro a nivel estatal […] de los pro-
motores que han tomado los diplomados, y tenemos también un registro de
los promotores que son reconocidos por su experiencia.”12
Así, el derecho a la información se adquiere gracias a la participación en
la dinámica académica del campo de la gestión, una vez que se ha participado
12
Patricia Urzúa (11 de octubre de 2006).
81
Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
conclusiones
Los procesos de profesionalización han surgido de la necesidad de los agentes
por consolidar y legitimar todos los haceres que fueron perilando esta práctica;
sin embargo, esto sólo se ha logrado al interior del campo de la gestión, el cual se
fue formando de la unión de agentes con diversos habitus en los que, dependien-
do del campo de donde provienen, la combinación y uso de los diversos capitales
varía. A partir de la habituación de prácticas generadas por la conluencia de
distintos habitus, se va generando un campo propio (el de la gestión cultural)
que forja nuevos habitus; éstos, a su vez, producen choques y luchas de poder
al ponerse en contacto con los campos de donde surgieron.
82
De prácticas y consensos. La profesionalización de los gestores culturales en Guadalajara
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83
Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
Fuentes orales
84
Profesionalización de gestores culturales en ambientes virtuales:
el caso de la licenciatura en Gestión Cultural en línea
Valentina Arreola Ochoa
Blanca Brambila Medrano
José Luis Mariscal Orozco
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Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
86
Profesionalización de gestores culturales en ambientes virtuales...
87
Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
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Profesionalización de gestores culturales en ambientes virtuales...
formación de gestores culturales, 35% de las cuales son maestrías, 13%, licen-
ciaturas, especialidades y educación continua, y sólo 7 y 3%, tecnicaturas y
doctorados, respectivamente. Sin embargo, 89% de éstas se imparten en una
modalidad presencial, 3%, mixta, y sólo 13%, a distancia (Mariscal, 2006).
Estos programas académicos hacen frente a las limitantes enunciadas, pero
aún un gran número de ellas son presenciales, por lo que la cobertura de
nuevo se restringe.
2
A través de la Coordinación General de Extensión, la Universidad, junto con
otras instituciones, ofreció los diplomados en Animación Cultural para Jóvenes (1996),
Técnicas de Investigación en Comunicación, Cultura y Sociedad (1998), Gestión de Pro-
yectos Culturales (1999 y 2000), Gestión Cultural de Segundo Nivel (2001) y Culturas
Populares (2001).
89
Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
la gran mayoría de ellos. Así pues, este posgrado quedó limitado a la norma-
tiva institucional vigente y dejó de lado las expectativas y necesidades de los
gestores culturales que sólo contaban con estudios de bachillerato.
A mediados de 2005, con la creación del Sistema de Universidad Vir-
tual, se dieron otra vez las condiciones y posibilidades para el diseño de un
nuevo programa lexible que permitiera la formación profesional de gestores
culturales con una visión integral, dinámica y compleja de su campo laboral,
así como la acreditación de competencias de los trabajadores de la cultura en
activo. Para solventar las necesidades y retos en la formación de gestores cul-
turales en Hispanoamérica,3 el Sistema de Universidad Virtual diseñó y operó
un modelo de formación por competencias en una modalidad virtual.
La integración del modelo se da con base en la conluencia de los dieciséis
años de experiencia de la formación de profesionales a distancia y los diez
años de formación de gestores culturales en la práctica en la Universidad de
Guadalajara. Lo anterior remitió a una relexión sobre la imperante necesidad
de plantear desde una postura académica los problemas, las dinámicas y los
retos de la gestión cultural como práctica, sus actores y políticas. Esto encierra
un compromiso de crear un espacio en donde la investigación y la docencia
conluyan de manera sistemática, relexiva y propositiva.
El modelo académico del Sistema de Universidad Virtual tiene como
elemento central la generación de comunidades de aprendizaje, que pueden
ser entendidas como un grupo de personas que participan en una serie de
actividades en las cuales se da el proceso de aprendizaje individual o grupal
(Sistema de Universidad Virtual, 2004).
Dichas comunidades de aprendizaje están inmersas en un modelo de
aprendizaje que prevé los siguientes principios:
3
Especiicamos Hispanoamérica debido a que los contenidos sólo están en español.
90
Profesionalización de gestores culturales en ambientes virtuales...
Gestión
del conocimiento
Modelo
académico
Modelo de
aprendizaje
91
Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
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Profesionalización de gestores culturales en ambientes virtuales...
Fase de problematización
93
Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
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Profesionalización de gestores culturales en ambientes virtuales...
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Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
96
Profesionalización de gestores culturales en ambientes virtuales...
97
Tabla 2. Dimensiones y competencias de la licenciatura en Gestión Cultural.
98
Diagnóstico y pros- Construcción del concepto de cultura Análisis de organizaciones e Análisis de la organiza- Análisis regional Economía de la cultura
pectiva Contextualización de la cultura instituciones sociales ción política del Estado Intervención sociocul-
Intervención sociocultural Diagnóstico cultural tural de las regiones
Diseño de proyectos Deinición de problemáticas culturales Diseño de proyectos culturales Legislación cultural Análisis y diseño de Seminario de proyecto
políticas culturales integrador de titulación
regionales
Gestión y adminis- Desarrollo organizacional Planiicación y adminis- Gestión de recursos Gestión de políticas
tración tración cultural culturales internacio-
nales
Organización social Conformación y manejo de Liderazgo, toma de de- Formación de públicos Creación de redes de
grupos de trabajo cisiones y negociación cooperación
Se elaboró una matriz que sirviera para cruzar competencias del gestor cultural
con las dimensiones identiicadas. El eje horizontal está formado por las competen-
cias constitutivas de los procesos identiicados y el vertical, por las dimensiones.
99
Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
A partir del tercer ciclo, el estudiante puede elegir una orientación por
ámbito de especialización:
6
Para conocer con detalle el plan de estudios de la licenciatura, consultar su
página web: http://www.udgvirtual.udg.mx/lgc
100
Profesionalización de gestores culturales en ambientes virtuales...
7
De acuerdo con el modelo académico del Sistema de Universidad Virtual,
la figura del asesor corresponde a la del profesor en un modelo de educación pre-
sencial.
101
Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
Las secciones son los grupos que integran las comunidades de aprendizaje:
8
ocho personas el mínimo y veinte el máximo. Cada una de ellas cuenta con un
asesor responsable.
102
Profesionalización de gestores culturales en ambientes virtuales...
9
De acuerdo con el modelo educativo del Sistema de Universidad Virtual, se
le denomina asesor a los docentes responsables de facilitar el aprendizaje autoges-
tivo en el ambiente virtual de aprendizaje.
10
Actualmente, el pago por hora es de alrededor de 3.46 dólares.
11
91% de la planta docente de la licenciatura tiene un contrato como profesor
de asignatura; sólo 9% son profesores de tiempo completo.
103
Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
104
Profesionalización de gestores culturales en ambientes virtuales...
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Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
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106
Profesionalización de gestores culturales en ambientes virtuales...
107
La formación de gestores culturales: un camino por construir
Carlos Yáñez Canal
109
Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
110
La formación de gestores culturales: un camino por construir
111
Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
manera, re-ver lo que hacemos en relación con lo que deseamos ser y hacer;
es decir, tensionar/nos en nuestros propios espacios para abrirlos a la posi-
bilidad de transformación, no sólo en nuestros discursos, sino como ámbitos
de sentido subjetivo y colectivo.
Como en un movimiento de péndulo, la segunda etapa consistente en la
reforma curricular se orientó a consolidar la profesionalización del pregra-
do. Paralelo a este proceso, y que contribuye a su fundamentación, se da un
desarrollo de prácticas de gestión cultural, expresadas ya sea en los planes
de cultura municipales y departamentales, procesos de formación, investiga-
ciones a nivel comunitario y en el marco de la diversidad cultural, proceso de
organización cultural, entre otras. En ella se estructuran elementos necesarios
en la formación profesional del gestor cultural, como la dimensión práctica
que encuentra alimento en la técnica, es decir, en un saber especíico de la
economía, de la planeación y la administración de la cultura. Se incluyeron
dimensiones que hasta ahora habían sido descartadas y que tienen que ver con
las industrias culturales y la economía de la cultura, que no deja de plantear-
nos puntos problemáticos, sobre todo en lo concerniente a la diversidad, las
expresiones culturales locales, la concentración de fuerzas económicas y los
monopolios, la necesaria reapropiación crítica a través de empresas culturas
independientes a escala regional, y que podrían caer en la cosiicación de la
cultura al reducirla a los productos culturales y no reconocer la vida cultural.
De esto deriva la idea de acceso a la cultura como consumo de bienes cultura-
les y no como enriquecimiento de la vida cultural de las comunidades.
En esta etapa, como hechos fundamentales, resalto la vinculación con la
práctica de la gestión, cuyos contenidos curriculares se implementan desde
la realidad especíica y en contextos determinados; por ejemplo, se comienza a
hablar de culturas y territorios, culturas y poderes, culturas e identidades, cultu-
ras y patrimonios… Igualmente, se da un reconocimiento al área comunicativa,
en la comprensión de que dicha área se erige en el sentido de mediación que liga
o junta lo distinto y lo opuesto en un mundo de sentidos y signiicados.
En los procesos mencionados se hicieron evidentes las relaciones entre
lo público, lo privado y lo íntimo; lo empírico y lo académico; la teoría y la
práctica; lo local y lo global; el saber hacer, saber ser, saber expresar y el saber
vivir con otros; el gestor versus el administrador y el gerente; el gestor en rela-
112
La formación de gestores culturales: un camino por construir
formAr en lA diferenciA
En este proceso se reconoce el carácter de nomadismo rizomático (Deleuze
y Guattari, 1994) del gestor cultural en cuyo deseo se va construyendo una
trama que se bifurca en ideas y afectaciones que se mezclan, se cruzan y van
conigurando un modo de pensar y accionar que toma a la posibilidad y la de-
terminabilidad como potencias en permanente movimiento. Es la ilosofía del
devenir que niega los trayectos deinidos en entes abstractos y supervisores,
oposiciones dialécticas y esencias, y airma la diferencia en un proceso múlti-
ple y complejo de transformación, un lujo de devenir múltiple. Por eso, más
que hablar de competencias, se trata de formar en actitudes ante la vida, de
ligar la experiencia con la vida, es decir, no disociar en su signiicado el árbol
del conocimiento del de la vida.
Como eje problematizador se erige la construcción de conocimiento y la
posibilidad de no reducir las asignaturas a meros contenidos. En tal sentido,
se hace hincapié en la investigación, pero una orientada a facilitar encuentros
con el otro y lo otro, en su encarnación, no como objeto de investigación, sino
como nuestro partenaire, corresponsable del destino de la tierra que habi-
tamos. Una investigación que se ponga como reto la historicidad, la realidad
social, que supone un carácter simbólico y permite la construcción subjetiva
expresada en la comunicación y como construcción cotidiana; que el método
derive del objeto y no al contrario, y dé espacio a la producción de métodos
alternativos; una investigación que sea agente y facilitador de cambio social, y
113
Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
114
La formación de gestores culturales: un camino por construir
115
Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
Como dice Onfray, el arte de viajar induce una ética lúdica, en la invita-
ción al placer inventivo y gozoso,
116
La formación de gestores culturales: un camino por construir
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Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
femina sapiens y homo/femina demens, tocados por el amor, pero también por la voca-
ción mortal y mortífera, solitarios y solidarios (Restrepo, 1998, pp. 11-12).
118
La formación de gestores culturales: un camino por construir
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Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
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La formación de gestores culturales: un camino por construir
121
Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
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122
Tercera parte
Experiencias desde la asociatividad
La noción de profesionalización de la gestión cultural
y las prácticas culturales de base, elementos para el debate
Roberto Andrés Guerra Veas
125
Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
126
La noción de profesionalización de la gestión cultural y las prácticas culturales de base...
tensiones
Este diverso quehacer cultural se inserta en un escenario complejo y desaian-
te, caracterizado por el crecimiento sostenido experimentado por el sector, el
aumento de recursos públicos para la cultura, la formulación de una política,
el desarrollo de infraestructura con el programa de Centros Culturales,1 la ge-
neración de nuevas instancias asociativas y en el ámbito de la sociedad civil,
por el enorme volumen de acciones realizadas por diversos actores que se re-
conocen en este quehacer, entre otros aspectos.
Estas experiencias culturales de base se ven enfrentadas al desafío de
entrar en sintonía con una institucionalidad a la que le cuesta incluir y que
sigue con saldo negativo en materia de participación. Aunque se han registra-
do avances de importancia como el Instructivo Presidencial de participación
ciudadana o la Agenda Pro-participación Ciudadana, del gobierno de Miche-
lle Bachelet, en el último quinquenio la gestión pública pareciera no haber
internalizado mayormente dichas orientaciones. Predomina una concepción
informativa de la participación, relacionada con dar a conocer lo que se hace,
pero con escasa voluntad de empoderar. La reciente puesta en vigencia de la
1
El programa iniciado durante la pasada administración se plantea dotar a todas
las comunas de más de cincuenta mil habitantes de un centro cultural de calidad.
127
Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
2
El estudio “Espacios de participación ciudadana en el Estado: un análisis sis-
temático a normativas y mecanismos en ministerios y subsecretarías” realizado por
la asociación chilena de ONG, Acción, presenta valiosa información respecto de los
mecanismos e instancias de participación ciudadana ofrecidos por el Estado.
128
La noción de profesionalización de la gestión cultural y las prácticas culturales de base...
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Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
lA profesionAlizAción
El dinamismo, expansión y descentralización del sector cultural, el desarrollo de
políticas públicas, el aumento y la diversidad de las actividades, la tensión entre el
quehacer cultural y los requisitos de inanciamiento, la demanda de capacitación
de los gestores y las oportunidades de capitalizar estas necesidades por parte de
las instituciones, aparecen como algunas de las principales explicaciones acerca
del surgimiento de la noción de profesionalización de la gestión cultural en Chile.
Por su parte, desde el mercado laboral del sector cultural se aprecia una
creciente demanda por la acreditación formal de conocimientos y competen-
cias para desempeñar un trabajo en el sector que supere la “demostración” de
la experiencia y el llamado autodidactismo, y hace también su contribución a
instalar la noción de profesionalización.
Al respecto, Mariscal plantea que la creación de instituciones especializa-
das dedicadas al diseño y operación de políticas culturales instaló la necesidad
de contar con personal especializado para su desarrollo. Más adelante, el mer-
cado, a través de las industrias culturales, vino a fortalecer esta demanda, lo
que generó la profesionalización de la gestión cultural a partir de lo que deine
como seis elementos clave:
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La noción de profesionalización de la gestión cultural y las prácticas culturales de base...
3
Para más información, consultar: http://www.consejodelacultura.cl/gestores/
index.php?page=seccion&seccion=685
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Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
que consta de ocho módulos de trabajo, con un total de ochenta horas de duración,
estructurado en 24 sesiones presenciales, pensado para entregar las bases teóricas y
principios metodológicos básicos para el desempeño en el campo de la intervención
sociocultural. En la actualidad, se ha dado inicio al proceso de sistematización de esta
experiencia en el marco de la discusión del modelo de formación continua que se im-
plementa desde el segundo semestre de 2012.
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Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
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La noción de profesionalización de la gestión cultural y las prácticas culturales de base...
lA dimensión de competenciAs
En diversas ocasiones, hemos sostenido que para trabajar en cultura no bastan
sólo las ganas, aunque digamos en beneicio de éstas que, en muchos casos,
son el punto de partida y el corazón de numerosas acciones culturales, sobre
todo en el complejo y cambiante escenario local. La diversidad de actores, pro-
cesos y saberes que intervienen en el campo cultural demandan de los gestores
la incorporación y puesta en práctica de competencias que les permitan apre-
hender crítica y creativamente el complejo contexto en donde se inserta su
labor y, a partir de ello, enriquecer y mejorar sus prácticas. 5
5
Noción de competencia entendida como la capacidad para responder exitosa-
mente ante una demanda compleja o llevar a cabo una actividad o tarea. Considera
actitudes, valores, conocimientos y destrezas que, interrelacionadas entre sí, la hacen
posible y efectiva.
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Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
El gestor cultural es un mediador el cual opera entre los diversos actores sociales que
ponen en juego las distintas fases de los procesos culturales. Pero para que esa media-
ción sea realmente efectiva y productiva, es preciso que el gestor cultural posea una
formación amplia asegurando una comprensión y una valoración de las prácticas cul-
turales que promueve, y unas habilidades y conocimientos técnicos que le permitan
culminar con éxito su tarea (Iberfortmat, 2005).
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La noción de profesionalización de la gestión cultural y las prácticas culturales de base...
¿Cómo puedo saber, por ejemplo, cuanta energía y recursos le debo colocar a un plan
de lectura, si no tengo una idea certera y veriicable de la situación en la que se encuen-
tra la industria, el mercado y el consumo editorial, los hábitos de lectura, la dotación de
bibliotecas, la capacidad inductora del sistema de educación básica, y otras variables
que nos permitan deinir cómo debe ser esa intervención consciente dentro del sistema
cultural, área lectura, en su conjunto? ¿Cómo puedo determinar un Plan de recupe-
ración del patrimonio ediicado sino conozco a fondo la situación de conjunto en la
ciudad o municipio que administro?”(Hernández, 2003, p. 3).
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Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
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La noción de profesionalización de la gestión cultural y las prácticas culturales de base...
A modo de cierre
Desde nuestra perspectiva, la gestión tiene sentido en la medida que permite
no sólo administrar eicientemente los bienes y servicios culturales, por nece-
sario que sea hacerlo, y hacerlo bien, sino también gestionar con perspectiva
transformadora para favorecer el pleno despliegue de las potencialidades
creativas. En palabras de Sepúlveda (2006), gestionar para “distinguir, lo vital
de lo letal”. Aquello que oprime y aquello que libera. Gestionar para algunos, o
gestionar para lo colectivo. Así, no da lo mismo gestionar para la inclusión que
no hacerlo, como gestionar para administrar un problema que para buscar
transformarlo.
Es preciso entender la profesionalización de la gestión cultural como un
proceso de mejoramiento integral del sector, que contribuya a revitalizar su
sentido y quehacer, y contribuya, desde esta dimensión, a favorecer la partici-
pación y el protagonismo en la cultura. Un proceso que visibilice una gestión
cultural que, consciente de su rol, gestione para la diversidad, la inclusión y
la ciudadanía.
referenciAs bibliográficAs
Ariel Olmos, H. y Santillán Güemes, R. (2005). El gestor cultural. Ideas
y experiencias para su capacitación. Buenos Aires: Editorial Ciccus.
Asociación chilena de ONG, Acción (2009, octubre). Espacios de partici-
pación ciudadana en el Estado: un análisis sistemático a normati-
vas y mecanismos en ministerios y subsecretarías. Santiago.
Bayardo, R. (s.f.). Cultura, artes y gestión. La profesionalización de la
gestión cultural. Recuperado el 12 de junio de 2007 de http://agetec.
org/agetec/descarga/RBayardo.pdf
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Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
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Profesionalización y asociatividad de gestores
culturales en la Argentina
Úrsula Rucker
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Profesionalización y asociatividad de gestores culturales en la Argentina
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Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
fondo para amenizar los actos públicos o las celebraciones patrias. La discu-
sión acerca de lo que se considera cultura en general o cultura nacional para
nuestro país quedaba dentro de un ámbito estrictamente académico, donde se
le estudia desde un punto de vista antropológico, etnográico o artístico, pero
en general no ha sido un tema de discusión pública, como lo son la economía,
la salud o la educación.
De hecho, hasta el año 2000, institucionalmente, el área de cultura se
encontraba dentro del Ministerio de Educación y Cultura3 y en 2002 se creó la
Secretaría de Cultura de la Nación, con rango ministerial; hasta el día de hoy
todavía no contamos con un Ministerio de Cultura independiente. Esto puede
parecer un detalle menor para el tema que nos ocupa; no obstante, ejempli-
ica el lugar que se le asigna en general a la cultura desde lo público, a lo que
tampoco es ajena la gestión cultural. Todos conocemos anécdotas referidas a
intendentes o jefes comunales recién llegados, que en el área de cultura nom-
bran al profesor de piano, a su esposa que pinta cuadros en su tiempo libre o
a la directora de la escuela recién jubilada, porque todos “saben” de cultura…,
aunque nunca hayan escuchado hablar de la gestión pública cultural, inancia-
miento de proyectos culturales o de la dinamización de la economía regional
por medio de proyectos culturales o de la puesta en valor del patrimonio local.
Retomando la gestión cultural, en nuestro país ésta siempre se mantuvo
dentro del ámbito privado y, en general, no se hablaba de políticas públicas
en cultura, de economía de la cultura o de gestión cultural pública o temas
parecidos en ninguno de los tres niveles: nacional, provincial o municipal, y
en el orden privado se hablaba de galeristas, coleccionistas, patrimonialistas,
curadores, administradores, productores o directores, pero no de gestores cul-
turales. El primer apoyo institucional concreto que recibió nuestra profesión
en la Argentina fue cuando en 1998 se comenzó a dictar la licenciatura en
Gestión del Arte y la Cultura4 en la Universidad Nacional5 de Tres de Febrero
3
El 22 de mayo de 2000 se sancionó el decreto 402 que crea la Secretaría de Cul-
tura y Comunicación y el 12 de febrero de 2002, mediante decreto 290, la Secretaría de
Cultura como área especíica que depende directamente de la Presidencia de la Nación.
4
http://www.untref.edu.ar/carreras_de_grado/gestion_arte_cultura.htm
5
En la República Argentina todas las universidades que llevan la palabra nacional
en su nombre son públicas y dependen directamente del Ministerio de Educación de la
Nación, incluyendo también la Universidad de Buenos Aires en esta categoría. Depen-
146
Profesionalización y asociatividad de gestores culturales en la Argentina
den en lo inanciero del Estado nacional, pero son autónomas, libres, laicas y gratuitas;
al ser autónomas, poseen su propio sistema de gobierno, formado desde la Reforma
Universitaria de 1918 por representantes de profesores, estudiantes y graduados (ver
por ejemplo: http://www.unc.edu.ar/institucional/historia/reforma).
6
Deinimos como tal el espacio de ejercicio laboral de los profesionales y egresa-
dos de un área disciplinaria especíica.
7
http://www.untrefvirtual.edu.ar/gralsm_pol_adm_cultura/contenido.html
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Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
8
http://www.mdp.edu.ar/index.php?key=725
9
http://abc.gov.ar/lainstitucion/sistemaeducativo/educsuperiorycapeducativa/
bibliograia/planesdeestudio/tecengestioncultural-versioninal-expte5801-0143416-
05.pdf
10
http://www.ub.edu/cultural/indexEs.html
148
Profesionalización y asociatividad de gestores culturales en la Argentina
11
Incluye diferentes denominaciones, como entidades no lucrativas (ENL),
organizaciones no gubernamentales (ONG), asociaciones de voluntariado,
organizaciones de solidaridad, organizaciones humanitarias, etcétera, todas se reieren
al tercer sector o sector no lucrativo
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12
http://aagecu-mdp.blogspot.com/p/inicio.html
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Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
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http://www.oei.es/campuseuroamericano/vicampus.htm
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Profesionalización y asociatividad de gestores culturales en la Argentina
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Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
Esto que hoy nos parece una obviedad, representó horas de elaboración
teórica, idas y venidas por correo electrónico, videoconferencias por medio de
herramientas informáticas que íbamos explorando, la incorporación de ac-
tores de otros países con quienes aún no nos habíamos encontrado en forma
presencial, etcétera. Ya la deinición del propio nombre trajo aparejadas dis-
cusiones ilosóicas y políticas: si era una red o una asociación u otro tipo de
organización; si era internacional (ya que la FEAGC es uno de los miembros
fundadores) o latinoamericana, lo que propició trabajar en y desde la región
aunque participen instituciones de otros países de fuera de la región; si era
de gestión cultural o de gestores culturales, es decir, si debíamos limitarnos a
las personas que integraban el campo profesional o a éste como tal. Cada uno
de estos temas, que por cuestiones de espacio aquí sólo se pueden nombrar,
representaron muchas horas de trabajo e intercambios de ideas dentro de la
Red como al interior de cada una de las organizaciones que representa cada
miembro, para llegar a la mejor de las síntesis posibles, teniendo en cuenta
todas las variables.
Luego de varios meses de intenso trabajo en forma virtual, tuvimos la
oportunidad, muchos de nosotros, de volver a encontrarnos presencialmente
en septiembre de 2010, en el Seminario de Gestión Cultural y Diversidad, al
frente del cual estuvo la organización Traful de Canelones, Uruguay. Fue en
esa oportunidad que trabajamos redoblando esfuerzos para dar el paso de-
initivo hacia la consolidación formal de nuestra RedLGC.16 El objetivo que
nos ijamos fue: “Generar un espacio de encuentro y colaboración para la re-
lexión, discusión y construcción del campo disciplinar de la gestión cultural
en Latinoamérica, contribuyendo al reconocimiento y valoración de la gestión
cultural, sus prácticas, procesos y aprendizajes”, teniendo como base los si-
guientes principios:
16
http://redlgc.blogspot.com/ ó también: http://investigacion.udgvirtual.udg.
mx/redlgc/
154
Profesionalización y asociatividad de gestores culturales en la Argentina
17
Incluyendo, por ejemplo, el II Encuentro Sudamericano sobre Gestión Cultural
y Participación Ciudadana (Provincia de San Luis); 3° Congreso Nacional de Cultura
(Provincia de San Juan); Encuentro Internacional de Gestores y Redes Culturales 2010:
Tejiendo Redes (Santiago de Cali, Colombia); Encuentro de Redes de Latinoamérica:
Plataforma Puente (Medellín, Colombia); I Congreso Internacional de Gestión Cultu-
ral (Mar del Plata); Campus Euroamericano de Cooperación Cultural (Las Palmas de
Gran Canaria, España); II Congreso Internacional de Cultura para la Transformación
Social (Mar del Plata).
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Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
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Profesionalización y asociatividad de gestores culturales en la Argentina
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Gestión cultural y redes personales
Ignacio Ojeda Benítez
o vamos hablar aquí del concepto de red o de las formas que existen
N en la cimentación de una red; voy hacer referencia a la exigencia de
construir redes personales y afectivas para fundamentar la gestión cultural.
De pronto, suena raro hablar de la necesidad de construir redes personales
y afectivas para fundamentar la gestión cultural, pero allí radica el quid del
asunto por varios motivos, en lo relacionado con la diversidad cultural de
nuestro continente.
Debemos reconocernos en primer lugar como seres humanos antes que
como gestores y creadores culturales. Esto implica la necesidad de afecto, con-
trol e inclusión social; es vital en ese proceso abrir puertas para que el talento
personal se plasme en un compromiso en la gestión o creación cultural; en
este sentido, el afecto es la necesidad de aceptar que requerimos de los otros.
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Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
Cuenta Brian Clegg en su libro Cautive el corazón de los clientes, la historia del dueño
de un pequeño restaurante que les atendió muy amablemente a él y a su esposa en un
par de ocasiones en que fueron a cenar durante sus vacaciones de verano. Al año si-
guiente volvieron a cenar al mismo sitio, y su sorpresa no sólo fue que después de tanto
tiempo el dueño los recordara y saludara afectuosamente al recibirlos, sino que además
al atenderlos en la mesa exclamara “la misma mesa que la última vez, aunque veo que
en esta ocasión se han intercambiado el sitio”. Al recordar que era cierto, el autor cuen-
ta que quedaron atónitos y recomendaron ese pequeño restaurante durante años, hasta
que supieron que el local había cambiado de dueños (Rosales, 2004).
1
Su página web es: www.redgestoresculturalesvalle.com
160
Gestión cultural y redes personales
Este generar afecto implica pasar por encima de los condicionantes y pre-
juicios socioculturales de forma respetuosa. El gestor o creador cultural no
debe discriminar; al contrario, su actitud debe ser incluyente, comprensiva,
pero sin olvidar que ello implica denuncio, anuncio y compromiso dentro de
la diversidad cultural, característica en nuestro continente.
Casacuberta y Mestres comentan que para que una red tenga sentido es
necesario que haya conianza y esto parte del convencimiento personal:
El principal valor de una red es la conianza mutua y el respeto que se tienen los miem-
bros. Sólo una red basada en conianza mutua es capaz de llevar tareas interesantes.
Sin ella, por muy habilidosos que sean sus miembros, pocas cosas se conseguirán. Para
conseguir esa conianza mutua hay elementos clave como dar información veraz sobre
uno mismo, establecer los contextos de acción de forma muy clara y construir las rela-
ciones a partir del trabajo conjunto (Casacuberta y Mestres, 2006).
2
http://www.redgestoresculturalesdecolombia.com
161
Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
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Gestión cultural y redes personales
referenciAs bibliográficAs
Casacuberta, D. y Mestres, A. (2006, julio). Redes culturales: una intro-
ducción. Boletín GC: Gestión Cultural, núm. 14: Redes culturales.
3
Su página web es www.redlgc.org
163
Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
Recuperado de http://www.gestioncultural.org/gc/boletin/2006/
bgc14-DCasacubertaAMestres.pdf
Rosales, P. (2004). Afectividad: cómo ganar clientes a través del afec-
to. Recuperado el 5 de junio de 2011 de http://www.dosdoce.com/
articulo/opinion/2798/aefectividad-como-ganar-clientes-a-traves-
del-afecto
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Sobre los autores
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Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica Estado, universidades y asociaciones
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Sobre los autores
Lindinalva Rubim
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Profesionalización de gestores culturales en Latinoamérica. Estado, univer-
sidades y asociaciones se terminó de imprimir en noviembre de 2012 en Pro-
meteo Editores, Libertad 1457, Guadalajara, Jalisco, México.