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Política y legislación turística

y hotelera

Eugenio del Busto

Índice de contenidos
Introducción
Unidad
Unidad
Versión digital de la
Carpeta de trabajo Unidad
Unidad
Unidad
Unidad

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2

Del Busto, Eugenio


Política y legislación turística y hotelera / Eugenio Del Busto. - 2a ed
. - Bernal : Universidad Virtual de Quilmes, 2019.
Libro digital, PDF

Archivo Digital: descarga y online


ISBN 978-987-774-023-3

1. Derecho. 2. Legislación. 3. Turismo. I. Título.


CDD 343.07891

Procesamiento didáctico: Bruno De Angelis y María Cecilia Paredi


Diseño original de maqueta: Hernán Morfese, Marcelo Aceituno y
Juan Ignacio Siwak
Diagramación: Juan Ignacio Siwak
Primera edición: febrero de 2007
Segunda edición: marzo de 2019

ISBN: 978-987-774-023-3

© Universidad Virtual de Quilmes, 2019


Roque Sáenz Peña 352, (B1876BXD) Bernal, Buenos Aires
Teléfono: (5411) 4365 7100 http://www.virtual.unq.edu.ar

La Universidad Virtual de Quilmes de la Universidad Nacional de


Quilmes se reserva la facultad de disponer de esta obra, publicarla,
traducirla, adaptarla o autorizar su traducción y reproducción en
cualquier forma, total o parcialmente, por medios electrónicos o
mecánicos, incluyendo fotocopias, grabación magnetofónica y cual-
quier sistema de almacenamiento de información. Por consiguiente,
nadie tiene facultad de ejercitar los derechos precitados sin permiso
escrito del editor.

Queda hecho el depósito que establece la ley 11.723


3

Íconos

LL
Leer con atención. Son afirmaciones, conceptos o definiciones destacadas
y sustanciales que aportan claves para la comprensión del tema que se
desarrolla.

PP
Para reflexionar. Propone un diálogo con el material a través de preguntas,
planteamiento de problemas, confrontaciones del tema con la realidad,
ejemplos o cuestionamientos que alienten la autorreflexión.
Texto aparte. Contiene citas de autor, pasajes que contextualicen el desa-
rrollo temático, estudio de casos, notas periodísticas, comentarios para for-
mular aclaraciones o profundizaciones.
Pastilla. Incorpora informaciones breves, complementarias o aclaratorias de
N algún término o frase del texto principal. El subrayado indica los términos a
propósito de los cuales se incluye esa información asociada en el margen.

CC
Cita. Se diferencia de la palabra del autor de la Carpeta a través de la inser-
ción de comillas, para indicar claramente que se trata de otra voz que ingre-
sa al texto.
Ejemplo. Se utiliza para ilustrar una definición o una afirmación del texto
principal, con el objetivo de que se puedan fijar mejor los conceptos.

AA
Para ampliar. Extiende la explicación a distintos casos o textos como podrían
ser los periodísticos o de otras fuentes.

KK
Actividades. Son ejercicios, investigaciones, encuestas, elaboración de cua-
dros, gráficos, resolución de guías de estudio, etcétera.

SS
Audio. Fragmentos de discursos, entrevistas, registro oral del profesor expli-
cando algún tema, etcétera.

EE
Audiovisual. Videos, documentales, conferencias, fragmentos de películas,
entrevistas, grabaciones, etcétera.

II
Imagen. Gráficos, esquemas, cuadros, figuras, dibujos, fotografías, etcétera.

WW
Recurso web. Links a sitios o páginas web que resulten una referencia den-
tro del campo disciplinario.

OO
Lec­tu­ra obli­ga­to­ria. Textos completos, capítulos de libros, artículos y papers
que se encuentran digitalizados en el aula virtual.

RR
Lectura recomendada. Bibliografía que no se considera obligatoria y a la que
se puede recurrir para ampliar o profundizar algún tema.

Código. Incorpora al material un determinado lenguaje de programación.

Línea de tiempo. Se utiliza para comprender visualmente una sucesión cro-


nológica de hechos.
4
5

Índice

El autor................................................................................................ 11
Introducción.......................................................................................... 13
Problemática del campo ....................................................................... 14
Reflexiones acerca del aprendizaje de la asignatura en un entorno virtual. 15
Mapa conceptual.................................................................................. 17
Objetivos del curso................................................................................ 19

1. Política y ciencia política.................................................................. 21


Objetivos.............................................................................................. 21
1.1. Concepto de política....................................................................... 21
1.2. La ciencia política.......................................................................... 29
1.3. Historia de las ideas políticas......................................................... 32
1.3.1. El pensamiento político en la antigüedad............................... 32
1.3.2. La visión política medieval.................................................... 36
1.3.3. Corrientes políticas de la modernidad.................................... 38
1.3.4. Concepciones políticas contemporáneas............................... 41
1.3.5. El pensamiento político en la actualidad................................ 48

2. Política turística............................................................................... 53
Objetivos ............................................................................................. 53
2.1. Concepto de política turística.......................................................... 53
2.2. Evolución de la política turística argentina........................................ 60
2.2.1. Primeros antecedentes ........................................................ 60
2.2.2. Hacia la institucionalización del turismo social....................... 62
2.2.3. Políticas de desarrollo.......................................................... 65
2.2.4. Planificación y fomento como herramientas de la política
turística......................................................................................... 67
2.2.5. La regulación como política para la actividad turística............. 70
2.2.6. La política turística hasta finales del siglo XX......................... 73
2.2.7. La política turística en el siglo XXI......................................... 76
2.3. Organización pública del turismo en el ámbito internacional y regional.80
2.3.1. Organización Mundial del Turismo......................................... 81
2.3.2. Organizaciones públicas del turismo en América Latina........... 86
2.3.3. Iniciativas públicas relacionadas con el turismo en el
ámbito del Mercosur...................................................................... 87
2.4. Organización pública del turismo en la Argentina.............................. 89
2.4.1. Administración Nacional de Turismo...................................... 90
2.4.2. Administración provincial de turismo...................................... 92
2.4.3. Administración municipal de turismo..................................... 93
2.5. Organismos públicos vinculados al turismo en la Argentina............... 95
2.5.1. Ambiente............................................................................. 95
2.5.2. Parques nacionales.............................................................. 96
2.5.3. Cultura................................................................................ 97
2.5.4. Defensa del consumidor....................................................... 98
2.5.5. Migraciones......................................................................... 98
2.5.6. Aduana................................................................................ 99
2.5.7. Tributos internos................................................................ 100
6

2.5.8. Transporte......................................................................... 100


2.5.9. Seguridad.......................................................................... 102
2.5.11. Relaciones exteriores ...................................................... 104
2.6. Entes privados del turismo en los ámbitos internacional y regional.. 105
2.6.1. Consejo Mundial de Turismo (WTTC).................................... 105
2.6.2. Asociación Internacional de Hoteles & Restaurantes (IH&RA).106
2.6.3. Unión de Federaciones de Asociaciones de Agencias
de Viajes (UFTAA)......................................................................... 106
2.6.4. Asociación Internacional de Operadores Turísticos de
la Antártida (IAATO)...................................................................... 106
2.6.5. Asociación Internacional de Congresos y Convenciones (ICCA)....107
2.6.6. Asociación Internacional de Expertos Científicos
en Turismo (AIEST)....................................................................... 107
2.6.7. Asociación Internacional de Profesionales de los Viajes y
el Turismo (SKAL Internacional)..................................................... 108
2.6.8. Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA)............ 108
2.6.9. Confederación de Organizaciones Turísticas de
Latinoamérica (COTAL)................................................................. 108
2.7. Entes privados del turismo en la Argentina..................................... 109
2.7.1. Cámara Argentina de Turismo (CAT)..................................... 109
2.7.2. Federación de Cámaras de Turismo de la República
Argentina (Fedecatur)................................................................... 110
2.7.3. Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la
República Argentina (Fehgra)......................................................... 111
2.7.4. Asociación de Hoteles de Turismo de la República
Argentina (AHT)............................................................................ 112
2.7.5. Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés
(Ahrcc)......................................................................................... 112
2.7.6.Cámara Argentina de Hostels (CAH)...................................... 113
2.7.7. Federación Argentina de Asociaciones de Empresas de
Viajes y Turismo (Faevyt)............................................................... 113
2.7.8.Asociación Argentina de Operadores de Viajes y Turismo
(Aaovyt) ...................................................................................... 114
2.7.9. Cámara Argentina de Tiempo Compartido (CATC).................. 114
2.7.10. Asociación de Organizadores de Congresos, Ferias,
Exposiciones y Afines de la República Argentina (AOCA).................. 114
2.7.11. Asociación de Ejecutivas de Empresas Turísticas (Afeet)..... 115
2.7.12. Cámara Argentina del Turismo Rural (Catur)....................... 115
2.7.13. Asociación Argentina de Ecoturismo y Turismo Aventura
(Aaetav) ..................................................................................... 116
2.7.14. Cámara Argentina de Turismo Cinegético y
Conservacionismo (Catcyc)........................................................... 116
2.7.15. Cámara de Compañías Aéreas en Argentina (Jurca)............ 116
2.7.16. Cámara Argentina de Empresas Arrendadoras de
Automotores (Cadea).................................................................... 117
2.7.17. Asociación Argentina de Parques y Atracciones (AAPA)........ 117
2.7.18. Cámara Argentina de Esquí de Montaña (CAEM)................. 117
2.8. La cooperación público-privada en turismo..................................... 118
2.8.1.La transformación del papel del sector público en el turismo....118
2.8.2. Fundamento de la necesidad de cooperación entre los
sectores público y privado............................................................. 119
7

2.8.3. Principales áreas de cooperación........................................ 119


2.8.4. Nuevos ámbitos de cooperación entre ambos sectores ........ 120

3. Conceptos políticos y jurídicos básicos........................................... 123


Objetivos ........................................................................................... 123
3.1. Estado y Nación. Formas de Estado y de gobierno.......................... 123
3.2. El Derecho................................................................................... 126
3.2.1. Concepto de Derecho......................................................... 129
3.2.2. Fuentes del Derecho.......................................................... 130
3.2.3. Derecho público y privado. Derecho interno e internacional... 132
3.3. Constitución Nacional................................................................... 134
3.3.1. Antecedentes constitucionales en Argentina........................ 135
3.3.2. Poder constituyente originario y derivado. Reforma de
la Constitución ............................................................................ 136
3.3.3. Supremacía, jerarquía normativa y control constitucional....... 138
3.3.4. Estructura y contenido de la Constitución Nacional............... 143
3.4. La relación jurídica....................................................................... 147
3.4.1. Persona humana................................................................ 147
3.4.2. Persona jurídica................................................................. 158
3.4.3. Objeto de la relación jurídica............................................... 161
3.4.4. Causa de la relación jurídica............................................... 163
3.5. Hechos y actos jurídicos............................................................... 164
3.6. Obligaciones................................................................................ 168
3.7. Responsabilidad civil.................................................................... 171
3.8. Contratos.................................................................................... 174
3.9. Derechos reales........................................................................... 179

4. Derecho comercial.......................................................................... 183


Objetivos ........................................................................................... 183
4.1. Origen y evolución del derecho comercial....................................... 183
4.2. El Código Civil y Comercial de la Nación y sus implicancias en
el derecho comercial.................................................................... 185
4.3 Personas humanas sujetos del comercio........................................ 188
4.4. Sociedades................................................................................. 190
4.4.1. Elementos......................................................................... 191
4.4.2. Constitución, modificación y fin de la existencia de
las sociedades............................................................................ 193
4.4.3. Gobierno, administración, representación y fiscalización de
las sociedades............................................................................ 194
4.4.4. Las sociedades en particular.............................................. 195

5. Las relaciones contractuales en el ámbito del turismo y


la hotelería.................................................................................. 199
Objetivos ........................................................................................... 199
5.1. Contrato de hospedaje................................................................. 199
5.2. Contrato de viaje.......................................................................... 203
5.2.1. Condiciones generales de contratación................................ 206
5.2.2. La regulación histórica del contrato de viaje en el Convenio
de Bruselas................................................................................. 206
5.2.3. Directiva Europea de viaje combinado.................................. 209
5.3. Contrato de transporte de personas.............................................. 213
8

5.3.1. Contrato de transporte terrestre ......................................... 216


5.3.2. Contrato de transporte fluvial y marítimo.............................. 218
5.3.3. Contrato de transporte aéreo ............................................. 220
5.3.4. Contratos de transporte internacional.................................. 223
5.4. Contrato de arrendamiento de automotor (rent a car y leasing) ...... 231
5.5. Contrato de franquicia.................................................................. 234
5.6. Contrato de seguro y de asistencia en viaje................................... 237
5.7. Contrato de tiempo compartido..................................................... 239

6. Derecho y normativa aplicable a la actividad turística en


la Argentina................................................................................ 243
Objetivos ........................................................................................... 243
6.1. Relaciones entre el derecho y el turismo........................................ 243
6.2. Distribución constitucional de competencias en materia turística en
la Argentina................................................................................. 246
6.2.1 Competencias en materia turística de la nación y
las provincias.............................................................................. 246
6.2.2. Competencias en materia turística de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires........................................................................... 248
6.2.3. Competencias en materia turística de los municipios............ 248
6.3. Ley Nacional de Turismo............................................................... 249
6.3.1. Antecedentes histórico-normativos...................................... 250
6.3.2. Fuentes............................................................................. 252
6.3.3. Objeto y principios rectores................................................. 252
6.3.4. Herramientas creadas por la Ley......................................... 254
6.3.5. Reglamentación de la Ley Nacional de Turismo.................... 260
6.4. Normativa aplicable al alojamiento turístico en el ámbito nacional .. 261
6.5. Normativa aplicable a la intermediación turística............................ 263
6.5.1. Normativa de la Autoridad Nacional de Turismo en materia
de intermediación turística............................................................ 267
6.5.2. Otorgamiento de licencias................................................... 268
6.5.3. Régimen aplicable a los responsables técnicos.................... 270
6.5.4. Etapa presumarial ............................................................ 271
6.5.5. Intermediación por medios informáticos............................... 271
6.5.6. Normativa de turismo estudiantil ........................................ 273
6.6. Normativa aplicable a la preservación del patrimonio...................... 276
6.6.1. Normativa nacional de preservación del patrimonio natural... 277
6.6.2. Normativa nacional de preservación del patrimonio cultural... 279
6.7. Normativa de defensa del consumidor........................................... 282
6.7.1. Obligaciones del prestador de servicios............................... 283
6.7.2. Condiciones de la oferta y venta ........................................ 284
6.7.3. Términos abusivos, cláusulas ineficaces y contratos
de adhesión................................................................................. 285
6.7.4. Aplicación de la normativa de Defensa del Consumidor
a la actividad turística.................................................................. 286
6.8. Normativa de migraciones ............................................................ 288
6.8.1. Normativa del Mercosur en materia migratoria..................... 290
6.9. Normativa aduanera aplicable al turismo....................................... 291
6.9.1. Normativa del Mercosur en materia aduanera...................... 292
6.10. Normativa tributaria nacional aplicable a la actividad turística....... 294
6.11. Normativa nacional de accesibilidad turística............................... 297
9

6.12. Normativa turística en las provincias argentinas y en la Ciudad


Autónoma de Buenos Aires........................................................... 299
6.12.1. Leyes de turismo de las provincias argentinas y de
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires............................................ 299
6.12.2. Normativa de alojamiento turístico en las provincias argentinas
y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Regulación de nuevas
modalidades de alojamiento......................................................... 300
6.12.3. Normativa en las provincias argentinas sobre turismo
rural y turismo de aventura........................................................... 302
6.12.4. Regulación de la actividad de los profesionales en turismo
en las provincias argentinas y en la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires .......................................................................... 305

Referencias bibliográficas................................................................... 307


10
11

El autor

Eugenio del Busto

Abogado y licenciado en Turismo. Máster en Dirección y Gestión Turística y


Máster en Derecho Público del Estado Autonómico.
Docente de grado y posgrado en diversas universidades en la República
Argentina. Profesor adjunto de la Universidad Nacional de Quilmes en las
materias Introducción al Derecho y Política y Legislación Turística y Hotelera,
así como en el Seminario en Aspectos Jurídicos para el Desarrollo y Gestión del
Turismo, en la Maestría en Desarrollo y Gestión del Turismo.
Se ha desempeñado como Coordinador Académico y profesor del Programa
de Actualización en Derecho del Turismo de la Facultad de Derecho de la
Universidad de Buenos Aires.
Integra equipos multidisciplinarios de investigación, en los que se orien-
ta al campo del derecho y el turismo. Es ponente en congresos nacionales
e internacionales y cuenta con diversas publicaciones y artículos en revistas
especializadas en la materia.
Desarrolla su actividad profesional en el sector público y privado del turis-
mo, donde ha sido consultor en proyectos para organismos públicos, del
Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


12
13

Introducción

El turismo es una actividad que ha cobrado, en las últimas décadas, una tras-
cendencia sustantiva, con un crecimiento sostenido a nivel mundial, regional y
en la República Argentina, circunstancia que hace propicia la reflexión acerca
de las implicancias que trae aparejada la actividad en los planos sociocultural,
ambiental y económico, entre otros.
Los estudios prospectivos del turismo muestran una tendencia al alza del
movimiento de visitantes, tanto internacionales como nacionales, en práctica-
mente todos los rincones del planeta. Tomando como horizonte el año 2030,
se avizora un desarrollo creciente de la actividad turística, con mil ochocientos
millones de turistas internacionales viajando en los cinco continentes, con la
consiguiente redistribución de riqueza, impacto en las economías regionales
y en la creación de fuentes de trabajo, pero también con efectos negativos,
que necesariamente deben tenerse en cuenta a fin de promover acciones que
los contrarresten o al menos disminuyan su impacto.
De ahí la razón de que el estudio del turismo cobre cada día mayor interés
y sea objeto de análisis desde la perspectiva de diferentes disciplinas, entre
las que destacan la economía, la geografía, la ecología, la sociología, la polí-
tica y el derecho.
En tanto política pública prioritaria, además de las medidas destinadas a la
promoción y regulación del turismo, es menester poner acento en la formación
de los profesionales encargados de llevar a cabo las estrategias específicas
para un desarrollo sustentable de la actividad. Estos deben ineludiblemente
conocer los objetivos que orientan la actuación del Estado en la materia, así
como el contexto jurídico en el que se desarrolla.
Tanto los organismos públicos de turismo como las empresas turísticas
son objeto de imputación jurídica, y deben ser tenidos en cuenta prioritaria-
mente en la elaboración de las políticas que afectan la actividad. No menor
trascendencia tiene el impacto del turismo en el territorio en el que se sitúan
los recursos turísticos que integran la oferta y exigen ser protegidos en tanto
patrimonio de todos los argentinos.
La asignatura aborda la problemática turística desde la perspectiva de la
ciencia política y del derecho, dando a los alumnos los conocimientos concep-
tuales básicos para su aplicación en la actividad profesional.
Para una mejor comprensión de los contenidos de la materia se plantea
una introducción a los temas basada en su desarrollo teórico, la que es acom-
pañada de ejemplos que permiten una aproximación concreta a esta.
Por otra parte, se analiza cuál ha sido el tratamiento que la normativa, dic-
tada en los diferentes niveles estatales, ha dado al fenómeno turístico y sus
manifestaciones, procurando una visión crítica y a la vez constructiva de aque-
lla por parte de los alumnos.
Finalmente, con los conocimientos adquiridos, se aspira a que el futuro pro-
fesional pueda determinar si el derecho que regula la actividad es adecuado a
la realidad y si existe un correlato entre los postulados de la política turística
y su efectiva aplicación.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


14

Problemática del campo


El estudio de la política y del derecho del turismo comienza a desarrollarse con
mayor fuerza en nuestro país hacia fines de la década de 1990 y, en particular,
a partir del inicio del siglo XXI.
En materia de política turística, las obras que se ocupan específicamente
de la problemática en la Argentina encuentran un importante antecedente en
Estado y Turismo, de Oscar Frávega, en los trabajos elaborados por diferen-
tes autores compilados en Política Turística Argentina. Bases para su reformu-
lación, y en la obra Política turística. Metodología para su diseño, de Gustavo
Capece.
Más recientemente, abordan la problemática artículos como “La política
turística en la Argentina en el siglo XX” y “El desarrollo turístico como estrate-
gia política de Estado, Argentina 1934-2005, una visión secular” de Alejandro
Capanegra; “Política turística y planificación: ¿de las estrategias centralizadas
a las estrategias participativas?” de Diego Kuper, Lucas Ramírez y Claudia A.
Troncoso; “En torno a los Parques Nacionales: primeras experiencias de una
política turística nacional centralizada en la Argentina (1934-1950)”, de Melina
Piglia; “Las agendas de políticas turísticas a escala nacional y municipal”,
de Hilda Puccio; “La política turística y la intervención del Estado. El caso de
Argentina”, de Erica Schenkel y Fernando Almeida García; “El desarrollo turís-
tico en la Argentina durante el siglo XX: La política turística peronista (1946-
1955)”, de Silvina María Oslow; “Retrospectiva del desarrollo del turismo en
la República Argentina 1810-2010. Un repaso necesario”, de Noemí Wallingre;
“Las agendas de políticas turísticas a escala nacional y municipal”, de Hilda
Puccio; “Políticas Públicas en Turismo”, de Alejandro Villar; “La política turís-
tica argentina y las derechas, 1955-1983”, de Daniela Castellucci; así como
las obras Política Turística y Turismo Social de Erica Schenkel y Políticas públi-
cas del turismo: estudios en municipios de la Patagonia, de José Luis Bosch y
Carolina Merli, entre otras.
En lo que respecta al derecho del turismo, hasta entrada la década de
1990 se aprecia el interés por su estudio en la Argentina, emparentado a dife-
rentes ramas del derecho como el derecho aeronáutico y espacial y el dere-
cho civil y comercial, fundamentalmente, abordando el análisis de la respon-
sabilidad de los prestadores turísticos, en artículos de diferente naturaleza.
A finales de esa década y principios del siglo XXI se aprecia una nueva
visión con una perspectiva integradora de la actividad, en la que se enrolan las
obras Legislación y contratos turísticos, de Adela Puig y Pablo Vita; Contrato de
turismo. Derechos y obligaciones de la empresa de turismo, de Celia Weingarten
y Carlos Ghersi; Turismo, Derecho y Economía Regional, coordinada por Diego
Benítez y Aída Kemelmajer de Carlucci.
En la primera década del presente siglo se advierte, también, un interés
por analizar al turismo desde diferentes perspectivas o ramas tradicionales
del derecho y, en particular, aplicando a ellas las soluciones y principios pro-
venientes del derecho del consumidor. Así se encuentran obras como Servicios
de Hotelería – Tutela del Consumidor, de Francisco Costa y Juan E. Cáceres;
Responsabilidad Civil de las Agencias de Viajes (Contratos Turísticos), de Carlos
Echevesti y Norma Silvestre; y Contrato de Viaje, de Camilo Tale.
Por otra parte, surgen obras destinadas a la enseñanza del derecho y del
turismo como Manual de Derecho y Turismo, de Gonzalo Casanova Ferro y
Derecho para no abogados, de Enzo Ragone y Juan Fonrouge.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


15

Por último, resulta imprescindible mencionar, también, una serie de obras,


que forman parte de la Colección de Derecho del Turismo promovidos por la
Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos, la entonces Secretaría de
Turismo de la Nación y Ladevi Ediciones: Régimen de Defensa del Consumidor
en la Actividad Turística, de Karina Barreiro; Protección Legal del Turista en el
Derecho Comparado, coordinado por la mencionada abogada; y Conferencias
y Ponencias del Primer Congreso Iberoamericano de Derecho del Turismo,
compilado por Graciela Güidi; a las que más recientemente se han suma-
do El rol del guía como factor para el desarrollo y la calidad, de Lilian García;
Transporte aéreo de pasajeros y sus equipajes, de Horacio Knobel; y Contratos
Internacionales: Aspectos jurídicos del comercio electrónico en turismo, de
Flavia Medina y Rodrigo Laje.
En suma, el abordaje del turismo desde la perspectiva de las políticas públi-
cas, así como del derecho, se encuentra en pleno desarrollo por parte de la
doctrina especializada en la materia y se caracteriza por su heterogeneidad y
dispersión normativa, producto de la distribución de competencias que deter-
mina la Constitución Nacional, la que a la fecha no ha sido compendiada y es
escasamente estudiada como un cuerpo orgánico.
Se ha procurado, por tanto, en el desarrollo de la materia, facilitar el acceso
a las fuentes documentales, brindando al estudiante la posibilidad de ampliar
los conocimientos a través de la inclusión de trabajos en cada una de las uni-
dades específicas.

Reflexiones acerca del aprendizaje de la asignatura en


un entorno virtual
El inicio del nuevo milenio se ha caracterizado por el creciente impulso que
han cobrado las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en
la vida cotidiana. Podría afirmarse que no existe espacio en el acontecer de
cada día que no se encuentre vinculado a estas.
Las TIC se han convertido en imprescindibles herramientas que han faci-
litado el trabajo y lo han hecho más eficiente. Su empleo, tanto en el sector
público como en el privado, resulta cada día más significativo.
En este nuevo entorno, el turismo y la hotelería ocupan un lugar de privile-
gio entre las actividades que a diario recurren a los avances en el campo tec-
nológico. Basta como ejemplo su uso en las centrales de reservas de servicios
aéreos y hoteleros, el empleo de las páginas web por los organismos naciona-
les de turismo en su labor de promoción e información, la emisión de e-tickets,
la aparición de portales de reservas, la venta directa de servicios turísticos
a través de Internet, las agencias de viajes on line, y un sinnúmero de otras
actividades en las que la dependencia de las TIC cobra cada vez mayor fuerza.
En materia educativa su influencia no es menos importante, ya que favore-
cen el acceso al conocimiento, a través de la red de redes, a un número cre-
ciente de estudiantes que por razones de distancia no pueden valerse de las
modalidades tradicionales, a la vez que permiten a profesionales del sector
llegar con su conocimiento a ámbitos nunca antes alcanzados, democratizan-
do la educación.
La enseñanza de la política y del derecho del turismo a través de las TIC
permite a los alumnos una mayor interactividad en la educación a distancia,
a la vez que facilita la disponibilidad de información a la que antes solo podía
accederse a través de bibliografía especializada.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


16

Además, el acceso que ha facilitado Internet resulta un elemento invalua-


ble a la hora de obtener fuentes, en particular aquellas relativas a la norma-
tiva, que hasta no mucho tiempo atrás resultaban de exclusivo conocimiento
de unos pocos especialistas. La oportunidad, por su parte, de seguimiento
de la información en el mismo momento en que se produce ayuda a un mejor
análisis en la implementación de políticas turísticas.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


17

Mapa conceptual

La Política El Derecho

• Población Derecho objetivo Derecho subjetivo


• Terrotorio
Ciencia Política • Soberanía
• Poder
• Gobierno Ramas o especializaciones

Evolución del
pensamiento político Derecho privado Derecho público

Obligaciones Contratos Derechos Derecho Constitución


Las políticas públicas reales comercial nacional

Personas Sociedades
Contratos humanas
turísticas sujetos
del comercio

Política turística Ley Nacional de


Turismo

Antecedentes de política Política turística


turística en Argentina en la actualidad

Política turística Organización Cooperación Entes privados


internacional y regional pública del turismo público-privada del turismo en
en Argentina Argentina

Organismos y
asociaciones Administración Administración Administración Consejo Cámaras y
internacionales y Nacional provincial municipal Federal de asociaciones
regionales de turismo de turismo de turismo Turismo del sector

Competencias
turísticas

Regulación de la
actividad turística

Legislación del
turismo y la hotelería

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


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Objetivos del curso

Los objetivos generales de la asignatura son que el alumno:

•• Domine los conceptos básicos relativos a la política y el derecho.


•• Adquiera los conocimientos que le permitan analizar la política turística y
su evolución en Argentina.
•• Identifique los diferentes entes públicos y privados que intervienen en el
turismo en los niveles nacional e internacional, y reconozca sus objetivos
y atribuciones.
•• Interprete las diferentes relaciones jurídicas como fuente de derechos y
deberes jurídicos.
•• Entienda el régimen jurídico aplicable a las diferentes personas humanas
sujetos de comercio y a las sociedades.
•• Conozca los contratos empleados en la actividad turística y hotelera y
pueda realizar una aplicación práctica de estos.
•• Comprenda la responsabilidad civil correspondiente a cada uno de los pres-
tadores de servicios turísticos y la propia como profesional de la actividad.
•• Desarrolle una visión crítica respecto de la normativa vigente en materia
turística y hotelera en Argentina.
•• Adquiera herramientas que faciliten su integración a equipos de trabajo
interdisciplinarios que tengan por finalidad el desarrollo e implementación
de políticas turísticas, y la elaboración y aplicación de instrumentos jurídi-
cos adecuados para alcanzar tales fines.

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Política y ciencia política

Objetivos
•• Formular una definición del concepto de política.
•• Distinguir el objeto de estudio de la ciencia política y sus contenidos
principales.
•• Reconocer a los autores que a lo largo de la historia han estudiado la mate-
ria y las diferentes ideas que han desarrollado.

1.1. Concepto de política


El vocablo política se encuentra en no pocas oportunidades vinculado exclu-
sivamente a la actividad que desarrollan los “políticos”. No obstante, esta
concepción resulta una simplificación de lo que constituye, ya que, como
realidad humana, guarda relación con la propia existencia de las personas, y
no es ajeno a la vida cotidiana.
Si bien es una palabra empleada con habitualidad, no siempre se conoce
el significado preciso que ha de otorgársele. El concepto de “política”no es
unívoco, de ahí que corresponde precisar su contenido, de modo tal que
permita una aproximación abarcadora de la complejidad que entraña. Unívoco (del lat. tardío univŏcus):
De acuerdo con el Diccionario de la Lengua Española la palabra política ‘que solo tiene un sonido’, ‘que
proviene del latín politĭcus, y este del griego politikós; en su forma femenina solo tiene un nombre’.
1. adj. Que tiene igual naturaleza
politikḗ (RAE, 2014:1748). En esa obra se encuentran diferentes significados
o valor que otra cosa.
para el vocablo y entre aquellos que son de interés para nuestro análisis se 2. Fil. Dicho de un término: que
identifican los siguientes: se predica de varios individuos
con la misma significación. (RAE,
2014:2197).

CC
1. adj. Perteneciente o relativo a la doctrina política.
2. adj. Perteneciente o relativo a la actividad política.
[...]
5. adj. Dicho de una persona: Que interviene en las cosas del gobierno y nego-
cios del Estado.
[...]
7. f. Arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados.
8. f. Actividad de quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públicos.
9. f. Actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su
opinión, con su voto, o de cualquier otro modo.
[...]
11. f. Arte o traza con que se conduce un asunto o se emplean los medios para
alcanzar un fin determinado. (RAE, 2014: 1748)

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Puede observarse con claridad, a partir de las acepciones de política que


brinda la Real Academia Española, que aún circunscribiéndose a aquellas que
guardan relación con la materia estudiada, el carácter multívoco del término
resulta palpable.

‘Política’ es un término multívoco, dotado de sentidos diferentes según el ámbito y el


momento en que se emplea. Basta la consulta a diccionarios –o incluso manuales de
ciencia política– para darse cuenta de ello. Un buen ejercicio consiste en solicitar a un
grupo de personas que den su definición espontánea de lo que entienden por política:
comprobaremos la diversidad de contenidos que le asignan.
También abundan las referencias a la política en tono despectivo o receloso: puede
asociarse a confusión, división, engaño, favoritismo, manipulación, imposición, corrup-
ción. Por lo mismo, estar “al margen o por encima” de la política se considera un valor.
“Politizar” una cuestión o tomar una decisión por “razones políticas” comporta general-
mente un juicio condenatorio, incluso en boca de políticos o de otros actores públicos.
La política, pues, no está libre de sospecha. Al contrario, carga de entrada con una nota
negativa.
Y, sin embargo, la política también es capaz de movilizar en un momento dado a grandes
sectores de la ciudadanía, incluyendo, a veces, a los que –si se les pregunta sobre ella– la cri-
tican. Despierta emociones positivas –y negativas– con respecto a personajes, símbolos, ban-
deras, himnos. Ha producido y produce movimientos de solidaridad y cooperación huma-
na. Y se asocia con frecuencia a conceptos solemnes que la gran mayoría afirma respetar:
libertad, justicia, igualdad, paz, solidaridad, bienestar, bien común (Vallés, 2006:17-18).
t

Ampliando el significado etimológico de la palabra estudiada, Kastberger señala:

CC
[…] La voz ‘política’ es voz griega, de polis (ciudad) y polites, el que vive en la
ciudad, el ciudadano. El adjetivo ikos designa lo que se refiere a la ciudad y al
Marcel Prelot (1898-1972). ciudadano y, como sustantivo, la política se refiere al arte de gobernar al ciuda-
Pensador, político y politólogo dano y, en sentido amplio, a pueblos enteros. El hombre es, pues, el objeto de
francés. Docente en la Facultad
tal arte, en cuanto es considerado en sentido socrático como anthropos zoon
de Derecho de la Universidad de
París. Autor de diferentes obras, politikon, es decir, un ser nacido para la ciudad, para la sociedad, a la que per-
entre ellas: Historia de las Ideas tenece por ley divino-humana como ser perfectible. De la comunidad recibe (…)
Políticas y La Ciencia Política, en todo aquel engranaje de perfecciones de que dispone la ciudad, pero la perso-
la que aborda el análisis de la
politología desde la antigüedad na, a su vez, tiene la obligación de concurrir con sus perfecciones a la admitida
clásica y es una de las más impor- perfectibilidad de la ciudad-Estado. (Kastberger, citado en Martinotti, 1988:22)
tantes en el campo de estudio de
esa ciencia.

Marcel Prelot (2010:5) ha advertido que la palabra “política” se origina en


diferentes palabras griegas:

•• é polis: constituiría la ciudad-Estado, pero a la vez hace referencia a la reu-


nión de los ciudadanos.
•• é politeia: el Estado, la Constitución, el régimen político.
•• ta politica: refiere a las cosas que conciernen al Estado.
•• é politiké: es el arte de la política.

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Señala, asimismo, que el concepto de polis no se refiere exclusivamente a


la ciudad como territorio, sino que habría una equivalencia entre el término
“ciudad” y el más moderno de “Estado”.
Ahora bien, para una conceptualización de la “política” es necesario, al
menos, realizar una breve referencia a otros dos conceptos que se encuentran
estrechamente emparentados a ella. Se trata de los términos “poder” y
“gobierno”.
De acuerdo con Vallés (2006), la concepción de la política y la noción de
poder se encuentran relacionadas. Porque para este autor –que entiende a
la política como gestión del conflicto social por medios vinculantes–, hay un
componente de obligación o imposición en su acción, que lleva naturalmente
a cierta idea de poder.
El Diccionario de la Lengua Española señala que la palabra “poder”
proviene del latín potēre, creado sobre ciertas formas del verbo latino posse
(poder), como potes (puedes), potĕram (podía), potuisti (pudiste), etc. (RAE,
2014: 1743). Se otorga al término diferentes significados, entre ellos:

CC
1. m. Dominio, imperio, facultad y jurisdicción que alguien tiene para mandar o
ejecutar algo.
2. Gobierno de algunas comunidades políticas.
[...]
6. Suprema potestad rectora y coactiva del Estado. (RAE, 2014: 1743)

El poder, en orden al objeto de la materia, constituye la capacidad que tiene


el Estado para que, por medio de sus organismos, pueda cumplir su fin
primordial.
Para Max Weber el poder es:

CC
[...] la probabilidad de imponer la propia voluntad, dentro de una relación so-
cial, aun contra toda resistencia y cualquiera sea el fundamento de esa proba-
bilidad. (Weber, 2002: 43)

Norberto Bobbio, Nicola Matteucci y Gianfranco Pasquino sostienen al


respecto:

CC
En su significado más general, la palabra ‘poder’ designa la capacidad o posi-
bilidad de obrar, de producir efectos; y puede ser referida tanto a individuos o
grupos humanos como a objetos o fenómenos de la naturaleza. [...] Entendido
en sentido específicamente social, esto es, en relación con Ia vida del hombre
en sociedad, el poder se precisa y se convierte de genérica capacidad de
obrar, en capacidad del hombre para determinar la conducta del hombre: poder
del hombre sobre el hombre. El hombre no es solo el sujeto sino también el
objeto del poder social. (Bobbio y otros, 1991: 1190)

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Edgar Bodenheimer (1994), por su parte, señala que existen dos formas extre-
mas de vida social humana en las que el poder tiene una influencia ilimitada:
la primera es la anarquía (situación social en la que se da a los miembros de
la comunidad un poder ilimitado y no hay reglas coactivas que todo individuo
esté obligado a reconocer y obedecer), y la segunda, el despotismo (forma de
gobierno en la que un hombre goza de un poder ilimitado sobre los súbditos
a los que rige y que puede manifestarse, según la complejidad social, por
medio de liderazgos tribales o de estados totalitarios). El mencionado autor
encuentra en el Derecho el camino para evitar ambas situaciones, ya que este
se ocupa de terciar entre esos dos extremos: para evitar la anarquía, limita
el poder de los individuos particulares y para evitar el despotismo, el de los
gobiernos.

PARA REFLEXIONAR

“[...]Si abarcamos con la mirada este conjunto, tenemos la impresión

PP de que la naturaleza y el mismo hombre están cada vez más a dispo-


sición del dominio del poder: del poder económico, técnico, organi-
zador, estatal. Se dibuja con claridad cada vez mayor una situación
en la cual el hombre dispone de la naturaleza como dueño, pero al
mismo tiempo el hombre dispone del hombre, el Estado dispone del
pueblo, y el sistema técnico-económico-estatal que se desarrolla por
sí mismo dispone de la vida” (Guardini, 1957:61).

La palabra ‘gobierno’, en tanto, tiene su raíz etimológica en el latín gubernare


y este a su vez proviene del griego kybernao que significa pilotear un navío.
En el Diccionario de la Lengua Española se advierte que la palabra
gobierno presenta diferentes acepciones:

CC
1. m. Acción y efecto de gobernar o gobernarse.
2. m. Órgano superior del poder ejecutivo de un Estado o de una comunidad polí-
tica, constituido por el presidente y los ministros o consejeros.
6. m. Tiempo que dura el mando o autoridad del gobernador.

Norberto Bobbio y otros (1991) plantean que, en una primera aproximación,


puede entenderse al gobierno “como el conjunto de las personas que ejercen
el poder político, o sea que determinan Ia orientación política de una cierta
sociedad”. Pero sostienen, a la vez que:

CC
[…] Existe una segunda acepción del término que se apega más a Ia realidad
del Estado moderno, y que ya no indica solamente el conjunto de las personas
que detentan el poder de gobierno, sino el conjunto de los órganos a los que
institucionalmente les está confiado el ejercicio del poder. (Bobbio y otros,

1991: 710)

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Contando con los elementos desarrollados previamente se puede avanzar


en el conocimiento de la política. Para ello procede abordar la perspectiva de
diferentes autores desde la antigüedad clásica hasta nuestros tiempos.
Así, Aristóteles desarrolla los primeros aspectos que orientan esta bús-
queda. Parte de la premisa de que el hombre es un zoon politikon –expresión Aristóteles (384 - 322 a.C.). Filó-
que puede traducirse como “animal político”–. Para él, quien vive fuera de la sofo y científico griego. Discípulo
sociedad es o bien un ser superior o uno inferior. Así lo expresa en una de sus de Platón y fundador, en Atenas,
de la escuela filosófica El Liceo.
obras más reconocidas, Política: Consideraba la política como
realización del bien, ubicándola
como la ciencia soberana cuyo
fin es el verdadero bien supremo

CC
La ciudad es la comunidad, procedente de varias aldeas, perfecta, ya que po-
del hombre. Para este pensador,
see, para decirlo de una vez, la conclusión de la autosuficiencia total, y que tie- los hombres por naturaleza se
ne su origen en la urgencia del vivir, pero subsiste para el vivir bien. Así que to- ven arrastrados a la asociación
da ciudad existe por naturaleza, del mismo modo que las comunidades política y la ciudad es la comu-
nidad más perfecta. Es autor de
originarias. Ella es la finalidad de aquellas y la naturaleza es finalidad. Lo que
diferentes obras, entre las que
cada ser es, después de cumplirse el desarrollo, eso decimos que es su natu- destacan: Política, Ética Nico-
raleza, así de un hombre, de un caballo o de una casa. Además, la causa final maquea y Metafísica.
y la perfección es lo mejor. Y la autosuficiencia es la perfección, y óptima. Por
lo tanto, está claro que la ciudad es una de las cosas naturales y que el hom-
bre es, por naturaleza, un animal cívico. Y el enemigo de la sociedad ciudada-
na es, por naturaleza, y no por casualidad, o bien un ser inferior, o más que un
hombre.
[...]
En todos existe, por naturaleza, el impulso hacia tal comunidad; pero el prime-
ro en establecerla fue el causante de los mayores beneficios. Pues así como el
hombre perfecto es el mejor de los animales, así también, apartado de la ley y
de la justicia, es el peor de todos. (Aristóteles, 2015: 61-63)

El pensamiento aristotélico parte de la concepción griega de la vida, “que


hacía de la polis la unidad constitutiva y la dimensión completa de la existen-
cia” (Sartori, 2002: 233), de ahí que no se entienda en ese marco la posibili-
dad de un hombre no-político.
Franzé (2004) plantea que el concepto de política aristotélico tiene dos
facetas: como conocimiento o saber y como actividad o práctica porque, según
Aristóteles, para realizar una actividad es necesario conocer su naturaleza,
pero a la vez este saber no es suficiente, sino que necesita ser aplicado. Así
afirma: “Si se buscara sintetizar este vínculo entre saber y actividad, se podría
decir que la política en Aristóteles consiste en saber tomar decisiones que rea-
licen lo más posible en cada circunstancia el fin natural y, por lo tanto, objeti-
vamente bueno, inherente a la política, que es el bien común” (160).
De acuerdo con Prelot (2010), existe una correspondencia verbal entre la
ciudad antigua y el Estado moderno, que para los romanos se halla asegura-
da mediante la palabra latina res pública –la cosa pública–. Con el paso del
tiempo, la palabra Estado se une a la expresión res pública en la conjunción
”estado de la cosa pública”, para finalmente terminar teniendo ambos térmi-
nos un sentido similar. En Roma, el Derecho sirve de política y moral según
Touchard (2008) quien afirma:

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CC
[…] La consecuencia de estas disposiciones es que los romanos no necesita-
rán de ninguna doctrina política hasta que las circunstancias no modifiquen de
manera profunda la estabilidad del Estado. (2008: 66)

En el mundo medieval, el pensamiento cristiano sobre la moral y la ley hacen


que la política se encuentre condicionada a aquel y que gobernantes y gober-
nados deban someterse a los designios de Dios, revelados a través de las
Sagradas Escrituras y de la naturaleza del mundo creado. Uno de los más
ilustres representantes de este período, Santo Tomás de Aquino, entiende
que la política “tiene un contenido ético, está subordinada a valores trascen-
dentes y se ordena a la realización del bien común, en el que no se ha de ver
la simple utilidad social, sino el vivir de los hombres según la virtud” (Galvao
de Sousa, 1981:834).
A partir del Renacimiento, y con la concepción del Estado absoluto, que se
distingue de los poderes medievales de la Iglesia y el Imperio germánico, los
imperativos de la política dejan de estar sujetos a criterios religiosos o éticos
(Vallés, 2006:55).
Es así como con Maquiavelo, exponente privilegiado de este tiempo, el
concepto de política se independiza de la concepción cristiana medieval y del
deber ser para cobrar una esencia propia, en la que la relación entre gober-
nante y gobernado cobra centralidad y el poder se convierte en el fin políti-
co por excelencia. Burnham (1953:50) ha llegado a afirmar al respecto que
Maquiavelo “entiende que la política es, en primer lugar, el estudio de las
luchas por el poder entre los hombres”.

PARA AMPLIAR

Con Maquiavelo (1469-1527) la política se plantea como distinta

AA a la moral y la religión. He aquí una primera separación y diferen-


ciación clara. Evidentemente, moralidad y religión son ingredientes
esenciales de la política. Pero a título de instrumentos. “Queriendo
un príncipe mantener el Estado, está con frecuencia forzado a no ser
bueno”, a obrar “contra la fe, contra la caridad, contra la humanidad,
contra la religión”. La política es política; y lo es por medio de un
imperativo que es propio de la política. Maquiavelo no declara solo
la diversidad de la política de la moral; apunta, también a una vigo-
rosa afirmación de autonomía: la política tiene sus leyes, leyes que el
político “debe” aplicar. En el sentido antes precisado es, pues, exac-
to que es Maquiavelo –y no Aristóteles– quien “descubre la política”
(Sartori, 2002:238).

En una posición diferente puede situarse a Charles Louis de Secondat, barón


de Montesquieu, quien distinguiéndose de Maquiavelo, dos siglos más tarde,
postula que el fin último de la política no se encuentra en el aumento del poder
del Estado, sino en garantizar la paz y la seguridad individual (Iglesias, 2001).
El pensador liberal Alexis de Tocqueville, según Wilhelm (1981:7), parte
en su reflexión de un supuesto distinto, a la vez que audaz: todo depende del

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Estado y de la política. Esta postura la ubica como la principal de las ciencias,


tal como sostienen los pensadores políticos de la antigüedad.
Si efectuamos un seguimiento de las reflexiones en la materia en los albo-
res del siglo XX, se presentan en Karl Schmitt y Max Weber nuevos plantea-
mientos acerca de la política.
El primero de ellos encuentra en la política un carácter conflictivo, que exige
decidir entre distintos fines. El Estado es quien tiene esa potestad decisoria
que se sustenta en el ius belli (derecho de guerra). La política para él se defi-
ne entonces por la capacidad de obligar.
Por su parte, acerca del pensamiento de Max Weber referido a la concep-
tualización de la política se ha señalado:

CC
[…] Weber distingue dos acepciones del término política. En un sentido am-
plio, política es toda actividad directiva autónoma de cualquier grupo o comuni-
dad, diríamos que es la línea específica de su conducta: así puede hablarse de
política de una empresa, política de un sindicato, etc. Con un mayor rigor y en
un sentido más restrictivo se considera política solo la dirección o la influencia
sobre la dirección de una asociación política, es decir, en nuestro tiempo, de
un Estado. (Solozabal Echavarría, 1984: 140)

Otros politólogos contemporáneos han querido brindar una visión actualizada


de la política, determinando los caracteres que la definen.
Así, Norberto Bobbio señala:

CC
Generalmente, el término “política” se emplea para designar la esfera de ac-
ciones que se refieren directamente a la conquista y ejercicio del poder último
(supremo o soberano) sobre una comunidad de individuos en un territorio.
(Bobbio, 2009: 237)

Para Sodaro, “la política es el proceso por el que las comunidades persiguen
objetivos colectivos y abordan sus conflictos en el marco de una estructura de
reglas, procedimientos e instituciones, con el objeto de alcanzar soluciones
y adoptar decisiones aplicables por la autoridad estatal (en sus diferentes
niveles político-administrativos) al conjunto de la sociedad” (2006:1).
Finalmente, Vallés (2006) considera la política como una práctica o activi-
dad colectiva que los miembros de la comunidad llevan a cabo, cuya finalidad
es regular los conflictos entre grupos, y su resultado es la adopción de deci-
siones que obligan a los miembros de la comunidad. Este autor ha identifica-
do cuatro grandes corrientes entre las definiciones clásicas de la política, que
subrayan algún elemento central distintivo:

CC
• La política como control sobre personas y recursos. Sería político todo fe-
nómeno vinculado a formas de poder o de dominio sobre los demás
(Maquiavelo, Lasswel, Dahl), imponiéndoles conductas que no serían es-
pontáneamente adoptadas.

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•• La política como una actividad desarrollada a través de un sistema de insti-


tuciones públicas. Sería política toda actividad inserta en instituciones esta-
bles –básicamente, el Estado–, autorizadas para ejercer una coacción sobre
la comunidad (Weber).
•• La política como actividad dirigida por valores de orden y equilibrio social.
Sería política toda actividad encaminada al fomento del bien común o del
interés general, mediante la redistribución de valores (Aristóteles, Tomás de
Aquino, Locke, Parsons, Easton).
•• La política como actividad vinculada a la defensa de la comunidad contra
una amenaza exterior. La preparación para la guerra y la organización militar
–con sus exigencias de jerarquía, disciplina, recursos fiscales y coacción–
estarían en el origen de la actividad política (Spencer, Gumplowicz). Este
punto de vista ha influido también en una concepción de la política interna,
que entiende como una lucha permanente “nosotros-ellos”, basada en la
distinción de “amigo-enemigo” (Schmitt).
(Vallés, 2006: 29)

En suma, las posturas antes enunciadas, no obstante presentan puntos de


vista en común, permiten advertir los distintos elementos a tener en cuenta
para la determinación de lo que es la política.

LECTURA OBLIGATORIA

Savater, F. (1993), Política para Amador, Editorial Ariel S.A.,

OO Barcelona Aires, pp. 6 a 8 y 24 a 30.

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Trailer de la película El Político de Robert Rossen (1949)

<https://youtu.be/a0RhBARdSME>

1.

KK a. Consulte entre sus familiares y amigos qué entienden por “política”.


¿Qué rasgos encuentra en común entre las respuestas?
¿Qué diferencia advierte entre el concepto desarrollado previamente
y la comprensión habitual del término?
b. A partir de los elementos desarrollados elabore un concepto propio
de política.
c. Vea la película El Político de Robert Rossen e identifique en ella los
elementos que caracterizan a la política.

1.2. La ciencia política


Una vez esbozadas las diferentes concepciones acerca del concepto de polí-
tica, corresponde realizar el abordaje de la ciencia que se encarga de su
estudio: la ciencia política.
Se trata de una ciencia cuya caracterización ha sido difícil, ya que no hay
unanimidad sobre los elementos esenciales para su definición, la delimitación
de su objeto de estudio y de su perspectiva analítica, ni sobre la “conceptua-
lización de su utilidad social en tanto que profesión y como disciplina acadé-
mica” (Emerich, 2007:17).
Marcel Prelot, realiza un aporte en la materia y señala que, de acuerdo con
la grande Encyclopédie:

CC
La ciencia política puede, pues, definirse como la ciencia del gobierno de los
Estados, o el estudio de los principios que constituyen el gobierno y deben diri-
girlo en sus relaciones con los ciudadanos y los demás Estados. (Prelot,
2010:9)

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El mencionado autor explica en su obra que a lo largo de los siglos la ciencia


política, o “politología” en términos técnicos, ha sido sustituida por otras cien-
cias como la ciencia económica, la sociología y la ciencia jurídica. No obstante,
aquella presenta un renacimiento desde fines de la primera mitad del sigo XX.
Por su parte, Norberto Bobbio y otros señalan que la definición de ciencia
política tiene un sentido amplio y uno estricto. A este respecto indican:

CC
La expresión “ciencia política” puede ser usada en un sentido amplio y no técni-
co para denotar cualquier estudio de los fenómenos y de las estructuras políti-
cas, conducido con sistematicidad y con rigor, apoyado en un amplio y agudo
examen de los hechos, expuesto con argumentos racionales. [...] En un sentido
más estricto y por lo tanto más técnico en cuanto cubre un área bastante bien
delimitada de estudios especializados y en parte institucionalizados, con culto-
res vinculados entre sí que se reconocen “politólogos”, Ia expresión ciencia polí-
tica indica una orientación de los estudios que se propone aplicar, en Ia medida
de lo posible, el análisis del fenómeno político —o sea en Ia medida en que Ia
materia Io permite, pero siempre con el mayor rigor— Ia metodología de las cien-
cias empíricas (sobre todo Ia que resulta de Ia elaboración v de Ia codificación
efectuada por la filosofía neopositivista). (Bobbio y otros, 1991:218)

Giovanni Sartori (2006:16) destaca que “la ciencia política (o mejor, un cono-
cimiento empírico de la política provisto de validez científica) es en cambio la
más reciente y embrionaria de las ciencias”.
Javier Roiz (1997:19), en tanto, sostiene que la ciencia política es una
rama del conocimiento que participa de las condiciones de rigor, objetividad y
experimentación de las ciencias modernas. Ello no significa que fuera inexis-
tente hasta el siglo XX, ya que la reflexión política es muy antigua. Sostiene,
asimismo, que dentro de la ciencia política se suele distinguir entre dos cam-
pos de estudio, cada vez más interdependientes entre sí: por un lado, el que
se dedica a elaborar las grandes teorías o reflexiones, por el otro, el que se
orienta a la construcción de instrumentos adecuados para comprender la vida
política en su mecánica cotidiana. Es decir que presenta una línea de estu-
dios especulativos y otra de aplicaciones prácticas de los conocimientos que
se han adquirido por aquella.
Afirma el mencionado autor que, si bien pueden identificarse los comien-
zos de la ciencia política experimental como actividad autónoma en el último
cuarto del siglo XIX, la creación de los departamentos de ciencia política en la
Universidad de Columbia y el Instituto de Ciencias Políticas de París marcan
el comienzo de la investigación científica de la política y el nacimiento de la
politología como profesión. Sostiene, por último, que para afianzarse como tal
la ciencia política ha debido probar que su objeto de estudio no se encuentra
cubierto por otra ciencia y que a la vez posee un método de análisis propio.
Ahora bien, conociendo los aspectos esenciales que dan carácter a la cien-
cia política, resulta menester determinar cuál es el área de interés que abarca
su estudio. Para ello fue necesaria la realización de una reunión de expertos
en París en 1948, a iniciativa de la Unesco (Prelot, 2010), en la que un grupo
de estudiosos dedicados a la investigación y la enseñanza de la ciencia polí-
tica establecieron cuatro temas fundamentales y sus contenidos:

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1. La teoría política
a) La teoría política
b) La historia de las ideas políticas

2. Las instituciones políticas


a) La Constitución
b) El gobierno central
c) El gobierno regional y local
d) La administración pública
e) Las funciones económicas y sociales del gobierno
f) Las instituciones políticas y sociales del gobierno

3. Partidos, grupos y opinión pública


a) Los partidos políticos
b) Los grupos y las asociaciones
c) La participación del ciudadano en el gobierno y en la administración
d) La opinión pública

4. Las relaciones internacionales


a) La política internacional
b) La política y la organización internacional
c) El Derecho Internacional

A poco de avanzar sobre el conocimiento del objeto de estudio de la ciencia


política se advierte la necesidad de su ampliación, por lo que más reciente-
mente, entre los años 1973 y 1974, la Unesco elaboró una nueva lista de
temas que abarca aspectos no previstos en el enunciado precedentemente:

CC
1. Relaciones internacionales: a) cooperación internacional; b) organizaciones
internacionales; c) política internacional; d) tratados y acuerdos internacio-
nales; e) problemas de las relaciones internacionales.
2. Políticas públicas: a) política agrícola; b) política cultural; c) política comer-
cial; d) política de comunicaciones; e) política demográfica; f) política eco-
nómica; g) política educativa; h) política del medioambiente; i) política exte-
rior; j) política sanitaria; k) política industrial; l) política de la información; m)
planificación política; n) política científica y tecnológica; o) política social; p)
política de transportes.
3. Instituciones políticas: a) Poder Ejecutivo; b) Poder Judicial; c) Poder
Legislativo; d) relaciones entre los poderes.
4. Vida política: a) elecciones; b) comportamiento político; c) grupos políticos;
d) liderazgo político; e) movimientos políticos; f) partidos políticos.
5. Sociología política: a) derechos humanos; b) lenguas; c) minorías; d) raza; e)
religión; f) conflictos sociales.
6. Sistemas políticos: a) área americana.
7. Administración pública: a) gestión administrativa; b) instituciones centrales;
c) administración civil; d) servicios públicos; e) instituciones regionales.
8. Opinión pública: a) información; b) medios de comunicación de masas; c)
prensa; d) propaganda. (Emmerich y Olguín, 2007: 28-29)

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LECTURA RECOMENDADA

Prelot, M. (2010), La Ciencia Política, Editorial EUDEBA, Buenos

RR Aires.

Video sobre política y ciencia política

<https://youtu.be/JydmTbkcSRI>

1.3. Historia de las ideas políticas


El estudio del desarrollo de las ideas políticas a lo largo de la historia de la
humanidad permite advertir cómo el pensamiento político ha cambiado desde
la antigüedad hasta nuestros días.
Las ideas políticas, sin duda alguna, se encuentran estrechamente rela-
cionadas con la realidad en la que se desarrollan y en permanente transfor-
mación, a la par de los acontecimientos históricos, sociales y económicos. La
exposición que se realiza, por una razón metodológica, sigue la división del
pensamiento político en las etapas de la historia de la humanidad. Finalmente,
se abordan algunos conceptos relativos a las ideas políticas en el presente.

1.3.1. El pensamiento político en la antigüedad


Ubicar el inicio de la reflexión sobre lo político en la antigüedad es una tarea al
menos compleja. Es por ello que el comienzo de esta indagación toma como
punto de partida la antigua Grecia, ya que el desarrollo del pensamiento con
anterioridad tiene más vinculación con la filosofía y aún con la religión, que
con el establecimiento de ideas de carácter político.
Así, en el pensamiento hindú, se advierte que su esencia se centra en la
preocupación por el eterno devenir del hombre entre el bien y el mal, y es el
monarca quien ejerce el poder, no como representante de Dios, sino como
Es interesante advertir cómo se el propio Dios. En China, en tanto, tampoco se observa un estudio eminente-
produce la aparición de la autori-
mente político, allí se resalta la importancia de la moral reconociendo al rey
dad monárquica en Israel, ya que
esta obedece a la insistencia del como soberano, pero con un poder que le puede ser arrebatado en la medida
propio pueblo. Puede observarse que no actúe con justicia y haciendo el bien. En el pueblo hebreo, en tanto,
esto en la lectura de la Biblia en junto a la novedosa idea religiosa del monoteísmo se advierte que el único
el Libro I Samuel, capítulos 8-11.
soberano es Dios, quien da a su pueblo la Ley y solo a pedido de este unge
a un hombre como rey.

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33

Tal como se anticipara, es en el estudio de obras griegas clásicas donde


se encuentran evidencias del origen del pensamiento político. Para los griegos,
la política constituye una especial relación entre hombres libres, a la que no
accede cualquiera, ya que quien habita fuera de la polis no puede participar de
la convivencia a la que están llamados los ciudadanos. La vida política impli-
ca la necesidad de un gobierno que promueva las perfecciones de quienes se
integran a ella. A fin de alcanzar la felicidad común, el gobernante debe ejer-
cer la virtud de la justicia. Ello es posible porque la política, para los griegos,
se basa en un sistema donde las ciudades cuentan con un número limitado
de ciudadanos que permite conocerse entre sí.

CC
Resulta fácil comprender que si el papel protagónico del hombre libre resulta-
ba en Grecia de tal magnitud, se le otorgara una atención preferente a la edu-
cación (paideia) política del hombre. Tres soportes basaban la formación del
polites: la gimnasia, la música y la retórica, esta última de esplendente tarea
en Atenas. Pero lo más difícil resulta la educación del político, pues el puesto
de comando implicaba la aprehensión del telos, de la felicidad humana. Esta –
dice Isócrates– no es prenda y posesión de los que están cercados de grandes
murallas, ni de los que juntan y encierran muchas gentes en un mismo lugar,
sino de aquellos que gobiernan sus propios Estados con más aciertos y mayor
prudencia. Que el gobierno de la ciudad es como el alma al cuerpo. En ese go-
bierno lo que importa –ante todo– es la ley. Hay que gobernar la polis por leyes
y no por (epiqueyas) arbitrios moderadores. (Martinotti, 1988: 25)

En la antigua Grecia la política siempre estuvo ligada a la especulación filo-


sófica, por lo que a los principales maestros de aquella se los encuentra en
sus filas.
Los primeros pensadores griegos fueron denominados sofistas. Dentro de
este grupo encontramos a Protágoras (485–411 a.C.), quien sostiene que
Los maestros sofistas enseñaban
el “hombre es la medida de todas las cosas” y postula que la ciudad es pro-
el arte de la retórica (técnica y arte
ducto del acto de aquel y que las leyes son el fruto de los convencionalismos de hablar en forma persuasiva),
(Pisier, Duhamel y Chatelet, 2006:19). Gorgias (485–380 a.C.), en tanto, para que sus discípulos pudieran
basa su filosofía en tres postulados: no existe realidad alguna, si algo existie- beneficiarse empleándolo en las
contiendas.
ra no lo conoceríamos, aún pudiendo conocerlo no podríamos explicarlo a los
demás. El conocimiento político se resume en una serie de técnicas retóricas
destinadas a modificar la percepción del oyente para favorecer la opinión de
quien expone las ideas.
En el mismo período encontramos a Sócrates (470–399 a.C.), considerado
padre de la filosofía occidental. Su preocupación esencial, a diferencia de los
sofistas, se encuentra en la búsqueda de la verdad. Su método, denominado
“mayéutica”, consistía en rebatir las ideas del discípulo mediante preguntas
hasta que este alcanzara un conocimiento universal. Consideraba que el obrar
inmoral era consecuencia de la falta de conocimiento, por lo que dedicaba su
labor a la enseñanza de la virtud, del obrar ético, tanto en la vida privada como
pública. La actividad política, para este autor, debe estar dirigida a la trans-
formación de sus conciudadanos y se debe estar capacitado para esa tarea.
Discípulo del anterior, Platón (427–347 a.C.) fue el creador de la escuela
denominada La Academia. Planteaba que las ideas de bien y la verdad eran
las que debían regir el pensamiento del político. Sus obras en la materia son:

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34

El Político, La República y Las Leyes. En la primera presenta la política como


una ciencia, estableciendo una clasificación tripartita de los estratos socia-
les: filósofos, guerreros y trabajadores, y las virtudes que han de caracterizar
a cada uno de ellos: prudencia, valor y templanza. La armonía entre las cla-
ses se logra a través de la justicia. En La República se representa el Estado
perfecto y se indaga acerca del concepto de justicia. Postula la existencia de
cinco formas de gobierno: aristocracia (basada en el gobierno de los sabios),
la timocracia (fundada en el honor del gobernante), la oligarquía (gobierno de
unos pocos), la democracia (gobierno donde nadie manda) y la tiranía (dege-
neración de la democracia). En Las Leyes se refiere a la posibilidad de un orde-
namiento, aún sin la intervención de los filósofos en el gobierno.
Para Aristóteles (384–322 a.C.), la polis es el término de un desarrollo de
las asociaciones humanas que pasa por diferentes estadios: la familia, la
tribu, la aldea y la ciudad (Touchard, 1996:45). Divide las clases de gobier-
no en formas puras (monarquía, aristocracia y república) y sus desviaciones
(tiranía, oligarquía y democracia). Deja en manos de la política la definición de
cuál es la mejor forma de gobierno y constitución a adoptar para cada pueblo.
A partir de la unión entre los macedonios y los griegos en el reinado de
Filipo y luego de su hijo Alejandro, llamado el Magno (356–323 a.C.), el con-
cepto de política trasciende los límites de la polis, y comienza a adoptarse una
síntesis entre la antigua estructura política existente en Grecia y la propia de
los territorios conquistados. Ante estos cambios surgen posturas como la de
Epicuro (341–270 a.C.), para quien el hombre debe apartarse de la política y
dedicarse al gozo de los placeres. Para este pensador, el Estado nace como
una necesidad para la seguridad del individuo. Otras dos posturas acompañan
a la precedente: la de los cínicos con Diógenes (412–323 a.C.), para quien
la felicidad está en el alejamiento de las cosas, y los estoicos, como Zenón
(333–264 a.C.), para quienes la liberación de las pasiones permite al espíritu
alcanzar la sabiduría. El estoicismo postula como propósito la interiorización
El ius gentium es el derecho o con- de la libertad, pero, a la vez, la necesidad de instaurar el orden, y la mejor
junto de normas aplicadas a todos manera de lograrlo es hacer del rey un sabio.
los habitantes libres del Estado Es precisamente en Roma donde la política se ve corporizada en el concep-
romano, tanto ciudadanos como
to de res pública (la cosa pública) entendida como “el conjunto organizado y
extranjeros o peregrinos, consti-
tuido por instituciones comunes a jerarquizado de todos los elementos que componen la comunidad” (Martinotti,
todos los pueblos (Gutiérrez-Alviz 1988:51). Acompañando a la res pública aparece un elemento de apoyo huma-
y Armario, 1995:334). no, el populus (pueblo). Finalmente, existe un medio a través del cual la polí-
tica se realiza y este es el Derecho, el ius gentium (derecho de gentes) que
Roma extiende a todo el universo conocido.
Puede encontrarse en el sistema político romano la totalidad de las formas
clásicas: el mando individual (cónsul y emperador), el de la aristocracia (sena-
do) y el popular (democracia). Si bien en sus orígenes la importancia del pue-
blo es considerable, su intervención (a través de los comicios) se va perdiendo
a favor del senado, el que a su vez va delegando paulatinamente el ejercicio de
Los comicios consisten en asam-
bleas en las que los romanos sus facultades en el cónsul, en el príncipe y en el emperador, para quedar en
tenían separados los poderes de cabeza de este todas las potestades políticas e imponerlas a todo el imperio.
gobierno primitivamente. Otra de las características que destacan en la política romana –fuertemen-
te influenciada por el pensamiento estoico–, es el respeto a las costumbres
de los pueblos conquistados. El instrumento donde esto se ve reflejado es el
ius gentium, al que se hizo referencia, que constituye la síntesis de los orde-
namientos de esas diferentes naciones, y convierte al Estado en el producto
de la armonía entre los diferentes pueblos.

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Uno de los más prominentes pensadores políticos de Roma, Marco Tulio


Cicerón (106–46 a.C) consideraba que:

CC
Existe una verdadera ley, a saber: la recta razón que, conforme a la naturaleza,
rige para todos los hombres y es inmutable y eterna.(…) Mudar esta ley por la
legislación humana nunca puede ser justo; limitar su eficacia, es ilícito; supri-
mirla completamente imposible. Ni el senado ni el pueblo pueden absolvernos
de la obligación de obedecerla, y ningún gran jurista es necesario para expo-
nerla o para interpretarla. No hay una regla para Roma y otra para Atenas, ni
una regla para hoy y otra para mañana; solo hay un derecho eterno e inmuta-
ble, que obliga a todos los pueblos y para todos los tiempos. (Cicerón, citado
por Martinotti, 1988: 57)

Puede afirmarse que con el pensamiento de Cicerón, expuesto en la cita que


antecede, se abre una nueva concepción en lo que al Derecho y la política
se refiere, ya que la autoridad se encuentra obligada a obedecer esta ley por
encima de cualquier otra. Se trata del basamento en el que se funda lo que
luego fuera desarrollado por los autores cristianos como el derecho natural.
Este pensador invoca por otra parte “la libertad y el derecho de todos los
hombres nuevos a ocupar un lugar en el Estado y de todo ciudadano honrado
de participar en los asuntos públicos, frente a cualquier tentativa de reacción
oligárquica o de dictadura” (Touchard, 1996:72).
Otros dos autores romanos presentan posturas destinadas a limitar el
poder político. Séneca (4 a.C.–65 d.C.), preceptor del emperador Nerón y más
tarde ministro, busca en sus escritos fundamentar la restricción al ejercicio del
poder. Este autor imagina como perfecta a una monarquía moderada, donde el
príncipe actúe en el interés de sus súbditos. Ulpiano (170–228), en tanto, sos-
tiene es el pueblo quien ha trasladado al príncipe todo su imperio y potestad.
Al dividirse el imperio romano y situarse una de sus capitales en Bizancio,
las funciones del emperador cambian, producto de la unión entre dos cultu-
ras diferentes: oriente y occidente. Este posee la autoridad que por derecho
le otorga el ser heredero de Roma, el poder propio de los monarcas asiáticos
y, por influencia de la Iglesia, el gobierno espiritual.
La prédica de los cristianos distingue la existencia de dos realidades: la
temporal, donde el emperador forma parte de la Iglesia, pero no está por sobre
la Iglesia, y la espiritual, que tiende a la salvación de las almas. El poder, en
esta concepción, proviene de Dios y este lo delega en la autoridad. De ahí el
deber de respetar a las autoridades basado en la doctrina de San Pablo (5 a
10 a.C.- 67 d.C.).
El pensamiento de San Agustín de Hipona (354-430), considerado el primer
teólogo político del cristianismo, se encuentra reflejado en su obra La Ciudad
de Dios. Describe en ella las contradicciones entre el mundo de Dios y de los
hombres, el terrenal y el espiritual. Afirma que todo poder proviene y es dele-
gado por Dios, y que si bien los hombres tienden a asociarse por su natura-
leza y a elegir a uno de entre ellos para que los dirija, esta elección no basta
para legitimar el ejercicio del poder. Deposita, en tanto, en cabeza del prínci-
pe cristiano, el deber de ampliar el número de los fieles, a la vez que limita
su poder, enseñando que este debe gobernar de conformidad con la justicia.

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1.3.2. La visión política medieval


La presencia de los bárbaros en el territorio del Imperio Romano de occidente,
que llevara a la caída de Roma en el año 576, genera un importante aporte
al pensamiento político. El carácter rural de los pueblos invasores germanos
se opone al de la civilización romana. Este se basa en el respeto de las insti-
tuciones y leyes de las naciones a las que conquistaban. Para ellos, quienes
detentan la autoridad son hombres de guerra que, elegidos por sus propios
compañeros de batalla, encuentran en acuerdos las limitaciones políticas al
mando y los derechos de los súbditos. El príncipe germano se somete a a la
asamblea que actúa en carácter de consejera, a la vez que realiza funciones
judiciales, con basamento en la costumbre.

“Desde el poder bárbaro se le presenta a occidente el nuevo tipo humano del príncipe-
caudillo elegido por la asamblea de guerreros, igualitaria y deliberativa. Su jefatura la
soporta el asentimiento popular; nace la igualdad caballeresca, transformable luego entre
el rey y los señores del medioevo. Germánico es el poder del pacto, como fundamento
de las atribuciones del mando y de los derechos de los súbditos, la cooperación militar,
el sentido de servicio como explicación de la subordinación, y la disciplina como nece-
sidad histórica de la lucha. Estos vínculos, de agudo vitalismo dinámico, permitieron la
movilización de grandes masas humanas, inspiradas por una sangre común (origen del
ius sanguinis), guiados por un jefe que era su igual en la inaudita empresa de reemplazar,
derrotando, a la antigua y cuasi eterna cabeza del mundo.
El ius sanguinis (derecho de san-
gre), en la actualidad, es un prin-
El príncipe promete respetar los pactos y sube o desciende del poder según decisión
cipio jurídico que permite a una de la asamblea, que le sirve de consejo o tribunal. No se ve impedido por la ley escrita de
persona adquirir la nacionalidad estilo romano, pues su ley es la costumbre del grupo. Esta triple constitución: derecho
de sus ascendientes (padres o popular (no dogmático), asamblea tribal (no oligárquica) y príncipe ejecutivo (no despó-
abuelos) sin importar el lugar de tico), representa la asombrosa novedad de la “barbarie” para los occidentales, ya descreídos
su nacimiento. El principio que
de Roma. La descomposición del imperio haría surgir los feudos y naciones europeas, en
se le contrapone es el del ius soli
(derecho del suelo), por el cual tanto que la destrucción de la mitología del invasor y su cansancio de la guerra de presa,
se es nacional del país en cuyo infundiría a la belicosidad germánica un ansia de orden y de paz de usanza romana. La
territorio se nació. Las naciones iglesia se encargará de la conquista de los conquistadores con una paz de equilibrio y con
europeas adoptan el primer prin- la legitimación eclesiástica del poder y la propiedad.
cipio, en cambio, las americanas,
La cristianización de los invasores, pareja a su romanización, fue sorprendente por su
el segundo.
prontitud y por su extensión. La conversión se realizaba en masa. Ejércitos enteros seguían
a su jefe en la nueva fidelidad religiosa, asistidos por el obispo. Nació una solidaridad desde
la fe con el Imperio Bizantino, germen de futuras alianzas. Es el primer conato de unidad
europea, concretado entre los pueblos bárbaros cuando la invasión de los sarracenos,
oportunidad en que Carlos Martel creara la caballería, síntesis occidental del viejo orden,
Los europeos llamaban “sarrace-
nos” a los pueblos del desierto la sangre nueva y la fe perenne.
que hoy se conocen como árabes. El asentamiento y la romanización aludidos habrían de conformar las nuevas comu-
nidades europeas, conseguidas y mantenidas en la tensión inicial entre el rex y la nobleza
naciente, con apoyos alternados en el poder episcopal. La unión de la nobleza y el clero
(circunstancial) dará nacimiento a las nuevas inmunidades pactadas entre el monarca y los
caballeros y mitrados. El primer documento es la Magna Charta Liberatem del año 614.
Otro motivo de tensión en los nuevos reinos lo constituye la diversidad cultural y racial de
su integración. Así, Carlomagno (742-814) romaniza y hace consagrar su cetro, en tanto
que la nobleza se germaniza. El orden y la obediencia son de estirpe latina; la igualdad y los
pactos, de raigambre germana. Cuando prevalece la autoridad, el mundo se latiniza y su
unidad –réplica terrestre de la unidad trascendente– se patentiza y consolida con aspiración
de universalidad. Si, por el contrario, domina lo germánico, cunde el particularismo, los
caballeros cierran sus castillos y los villanos fortifican los burgos, la autoridad reconocida es
la directamente pactada. Nace el feudalismo”. (Martinotti, 1988:78-79)

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37

En los comienzos de la Edad Media cobra cada vez mayor fuerza el poder
eclesial con la figura del pontífice romano y el surgimiento del clero (obispos),
que alternan entre los monarcas y la nobleza, creando un equilibrio entre dos
fuerzas. Surge posteriormente una unión entre la Iglesia y el Estado, donde el
papado unge al príncipe cristiano.
La figura de Isidoro de Sevilla (560-636) es clave en este período en el
que se reúne el IV Concilio Toledano (633), que resuelve que la sucesión del
soberano se haga por asamblea entre obispos y grandes del reino. De acuer-
do con el pensamiento de este doctor de la Iglesia, la ley debe ser honesta,
justa, posible, de acuerdo con la naturaleza, en consonancia con las costum-
bres, apropiada al lugar y a las circunstancias temporales, necesaria, útil,
clara, no dictada para beneficio particular, sino en provecho del bien común
de los ciudadanos; y el rey debe obrar rectamente regido por las virtudes de
la justicia y la piedad.
La aparición de las abadías y los obispados con su poder territorial, y la
falta de una política nacional, llevan a una distinción poco clara entre los lími-
tes existentes entre el poder religioso (del papado) y el poder civil (del empe-
rador). Surgen así posturas que pretenden delimitar ambos poderes. Algunos
sostienen que el origen del poder del soberano proviene directamente de Dios
y otros entienden que queda en cabeza de la Iglesia, que al ungir al monarca,
lo delega en él.
San Bernardo de Claraval (1090-1153) postula, defendiendo esta últi-
ma, la alegoría de las dos espadas, tomando como partida el pasaje de los
Evangelios en el que Jesús ordena a San Pedro que envaine la espada con la
que hirió al servidor del sumo sacerdote. “Las dos espadas representan los
poderes espiritual y temporal y son igualmente de institución divina. Pero por
haber retenido Pedro las dos espadas pudo su sucesor atribuir la espada tem-
poral al Emperador” (Prelot, 1971:211). Ambas espadas (el poder espiritual
y el temporal) pertenecen a la Iglesia, el primero debe ser ejercido por ella y
el segundo para ella.
En cuanto a los nombramientos de los obispos se plantea el mismo pro-
blema: para unos, deben ser designados y estar subordinados a los empera-
dores; en cambio, para los representantes de la autoridad eclesiástica tales
funciones eran facultad del pontificado. Este conflicto se resuelve con el
Concordato de Worms (1122), por el que queda en cabeza del Papa la elec-
ción de los obispos y comienza a desarrollarse la idea de señorío universal del
pontífice. Juan de Salisbury (115-1180) explica esta postura con claridad al
afirmar en su obra Policraticus que el gobernante es un ministro de la Iglesia,
a quien esta le concede el poder temporal, distinguiendo entre el príncipe cris-
tiano que debe ser amado y obedecido y el tirano que debe morir por la espa-
da. “Entre un tirano y un príncipe existe esta diferencia única y principal: que
el último obedece a la ley y gobierna al pueblo de acuerdo con sus dictados,
considerándose como mero servidor suyo” (Sabine, 1994:204).
En el pensamiento medieval se destaca la figura de Santo Tomás de Aquino
(1225-1274). Doctor de la Iglesia Católica, es el autor de la Suma Teológica,
el Regimine Principum, así como de un comentario parcial a la Política de
Aristóteles. Para este pensador, la comunidad es entendida como una unidad
que tiende al bien común de los que la integran y pretende alcanzar la felici-
dad de sus miembros. La misión de la ley, que procede de la razón, en tanto,
es ordenar las cosas hacia el bien último. Distingue cuatro tipos de ley: eterna
(es la que emana de Dios y que otorga un orden al universo), natural (acontece

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cuando la ley eterna se imprime en la naturaleza, siendo esta común a todos


los hombres), humana (hoy denominada positiva, que emana de la autoridad
a quien se encarga el gobierno de la comunidad) y, finalmente, la ley divina
(consiste en los mandamientos que Dios da al hombre a través de su Palabra).
Sostiene que el poder otorgado a la autoridad encuentra su causa en la realiza-
ción del bien común, por tanto, solo le es debida obediencia en la medida en
que tienda a su realización. Todo poder proviene de Dios, pero es legítima su
desobediencia si este ha sido usurpado o se ejerce abusivamente. Plantea la
unicidad del poder, descalificando a la tiranía por ser esta una forma de gobier-
no corrompida del poder óptimo. Ensalza a la monarquía por sobre el gobier-
no de muchos, al entender como gobierno natural el de uno, como es Dios.

Este principio de formación de los poderes “nacionales” a partir del siglo XI, más marcado
en Inglaterra y después en Francia, encontrará muy pronto legitimaciones y relevos teóricos
y empíricos. Entre los primeros, la reflexión política de Santo Tomás de Aquino (1225-
1274) es significativa. Ciertamente, su deliberada finalidad es justificar el poder de los reyes.
Influido fuertemente por el pensamiento político de Aristóteles, contribuye, en contra del
agustinianismo, a dar peso a las comunidades de hecho. Rompiendo con la perspectiva
según la cual la ciudad de los hombres es una institución directamente divina y ligada al
pecado original, Tomás establece que dentro del orden de la creación, es un hecho natural
. Si Dios quiere que los hombres vivan en sociedad, entonces el poder, cuyo objetivo es
garantizar la unidad de la multiplicidad, es un asunto humano que entra dentro del plan
general de la Providencia y no es un designio singular de Dios o de su representante. Desde
ese momento, la definición del buen poder depende únicamente de la razón. Y si esta indica
que ese poder debe respetar las prescripciones divinas, también estipula que hay que tener
en cuenta el derecho inscrito en la naturaleza humana y las voluntades de la colectividad.
De esta forma alcanzará su objetivo, el Bien, en la medida en que sea posible aquí abajo. Su
tarea es facilitar que cada uno cumpla las virtudes naturales, dejando a la Iglesia el cuidado de
la salvación eterna. Para conseguirlo, enunciará leyes adecuadas a las costumbres del pueblo
que regenta y se esforzará –dentro de la tradición aristotélica y romana, que reúne la ense-
ñanza dada por Moisés– por establecer una constitución mixta que combine los méritos de
la monarquía, de la aristocracia y de la democracia (Pisier, Duhamel y Chatelet, 2006:30).

A la doctrina de la Iglesia, se opone la postura de Marsilio de Padua (1275-


1342), quien ataca a la Iglesia, su jerarquía y divinidad. No solo afirma la
preponderancia del poder temporal, sino que proclama que todo depende de
él, a este corresponde la autoridad total. También la del franciscano Guillermo
de Occam (1288-1348), quien otorga una justificación no teológica al imperio,
a la vez que limita la plenitud de potestad del papado. Para este pensador, la
dignidad del emperador proviene directamente de Dios, que gobierna a través
de aquel, y se encuentra legitimado al haber sido designado por los príncipes
electores.

1.3.3. Corrientes políticas de la modernidad


A fines del siglo XV se presenta una importante renovación en la faz política,
religiosa, económica, científica, como pocas veces se ha podido apreciar en la
historia de nuestra humanidad. Este cambio es necesariamente acompañado
por un pensamiento político que provoca una ruptura con sus precedentes.

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El nuevo contexto político europeo presenta a tres naciones disputándo-


se la hegemonía: España, embarcada en la conquista y evangelización de
América; Francia, fortaleciendo el absolutismo e Inglaterra desarrollando su
futuro perfil entre la monarquía y el parlamentarismo. No obstante, son los
principados y repúblicas italianas las que traen el desarrollo de las nuevas
ideas políticas.
Nicolás Maquiavelo (1469-1527) señala en su obra El Príncipe, que todos
los Estados que ejercen soberanía sobre los hombres son repúblicas o princi-
pados, para atribuir inmediatamente al príncipe la representación del poder. El
gobernante no se encuentra limitado por la ética, en el ejercicio de su misión.

CC
No puede –ni debe–, pues un príncipe prudente mantenerse fiel a su palabra
cuando tal fidelidad redunda en perjuicio propio y han desaparecido las razo-
nes que motivaron su promesa. Si los hombres fueran todos buenos, este pre-
cepto sería discutible, pero como son malos y desleales contigo no es justo
que tú seas leal con ellos. Un príncipe además siempre halla argumentos para
justificar la violación de sus promesas, hecho acerca del cual puedo presentar
infinitos ejemplos extraídos de los tiempos recientes mostrando cuántos trata-
dos de paz han dejado de cumplirse por deslealtad del príncipe y cómo quien
ha sabido imitar a la zorra ha salido mejor librado. Pero es necesario saber en-
cubrir bien semejante naturaleza, así como poseer habilidad para fingir y simu-
lar: los hombres, en efecto, son tan simples y se someten hasta tal punto a
las necesidades presentes que quien engaña hallará siempre alguien que se
deje engañar. (Maquiavelo, 1999: 114)

Para el príncipe, lo único importante es alcanzar los fines que se propone, es


decir, conservar su vida y su Estado, y para ello es aprobable cualquier tipo de
conducta. En su pensamiento, el príncipe no debe ser un hombre virtuoso, ya
que el ejercicio de la clemencia, la fe, la rectitud y la religión misma pueden
serle perjudiciales, pero recomienda aparentar que las tiene. Posee una visión
pesimista sobre la naturaleza humana y considera perverso al hombre.
La política de conquista de las Indias lleva en este período al desarrollo de
diferentes ideas políticas entre las que destacan las de Francisco de Vitoria
(1483-1546), quien rechaza el derecho a la dominación de los nuevos territo-
Las Leyes de Indias constituyen
rios. Según este teólogo, el Papa carecía de poder temporal en el mundo como un conjunto de normas que los
para efectuar concesiones, por lo que el legítimo derecho de los monarcas monarcas españoles fueron dic-
españoles nace en la aceptación libre por parte de los indígenas de su poder. tando para regir las relaciones de
los pobladores en las tierras del
Esta posición se encuentra menguada por otros títulos que fundamentaban la Nuevo Mundo. Estas son reunidas
ubicación de los indígenas en la posición de dependientes de la corona espa- en una obra llamada Recopilación
ñola, en particular, los relativos a la obligación de evangelizar el nuevo mundo, de las Leyes de Indias, que san-
encomendada por el papado. ciona Carlos II de España.

Esta postura trae aparejada como consecuencia el dictado de las Leyes de


Indias que otorgan la calidad de vasallos de la corona española a los pueblos
conquistados, la existencia del Consejo de Indias y la creación de una estruc-
tura jurídico-política para las nuevas tierras constituida por cabildos, audien-
cias y virreyes. En cuanto a su postura respecto del origen del poder, lo ubica
en la divinidad, pero delegado en forma indisoluble entre el monarca y el pue-
blo, quienes no se encuentran enfrentados, sino unidos hacia el alcance de
un mismo fin que les es común.

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40

La Reforma protestante constituye un hito importante en el pensamiento


político moderno, en lo que respecta al establecimiento de las relaciones de
La reforma protestante es un movi-
miento religioso que se origina las comunidades religiosas con el Estado, que se convierte en un poder laico.
en diferentes países de Europa y Martín Lutero (1483-1546) propone una ruptura con la preeminencia de
tiene por consecuencia la ruptura la Iglesia, para afirmar que la potestad eclesiástica se encuentra en cabeza
con la Iglesia Católica de Roma y
de la comunidad, aunque esta debe transferirla a los príncipes. “Lutero deja,
el desconocimiento de la autori-
dad del Papa, además de la elabo- en cierta forma, campo libre al poder absoluto del Estado en el mundo terres-
ración de una nueva doctrina de la tre, le confiere el monopolio de la decisión y de la represión” (Pisier y otros,
fe. Sus precursores dieron origen a 2006:39). Juan Calvino (1509-1564), en tanto, lleva estos principios hacia
diferentes iglesias: Martín Lutero
(luterana), Juan Calvino (calvinis-
una suerte de teocracia, de corte absolutista. De acuerdo con su doctrina,
mo), Enrique VIII (anglicanismo). la iglesia debe fijar los cánones de doctrina y moral, en tanto que el poder
secular tiene el deber de apoyarla para imponerlos. En Inglaterra, la reforma
genera la separación de la Iglesia de Roma, otorgando al rey la supremacía
sobre la iglesia local.
Estos acontecimientos generan la respuesta de la Iglesia a través de la lla-
mada Contrarreforma o Reforma Católica. Es en el Concilio de Trento (1545-
1563) donde se fijan las bases de la doctrina católica contra las herejías, y
en materia política se impone el abandono de las pretensiones terrenales de
la Iglesia, para conservar su supremacía solo en el terreno espiritual.
En este período, difunden sus ideas pensadores como Juan de Mariana
(1536-1624), que sostiene que en la voluntad del pueblo se encuentran todos
los derechos para reinar. Plantea el otorgamiento del poder indirecto en el
gobernante, pues, en su origen, el poder proviene de Dios, que es quien lo
deposita en la comunidad, que a su vez lo transmite al monarca.
También es trascendente el aporte del jesuita Francisco Suárez (1548-
El principio de retroversión del 1617) quien postula que la sociedad política es producto del carácter grega-
poder al pueblo fue defendido rio de los hombres, y que si bien estos no nacen sujetos al gobierno huma-
por algunos de los participantes
no, deben someterse a él.
en el Cabildo Abierto de mayo
de 1810. Postula que, ante la Para este autor, el poder del monarca se ve restringido por el derecho de
ausencia del monarca, el pue- gentes y por el de la Iglesia, y se encuentra sometido a la ley. Sostiene que
blo retoma el ejercicio del poder. la soberanía reside en el pueblo que, al dejarlo en cabeza del gobernante, le
Fue uno de los fundamentos más
impone que su ejercicio se haga conforme al bien común, otorgándole el dere-
importantes para los albores de
los movimientos independentistas cho a sublevarse si así no ocurriere. El poder ya no es ilimitado, sino que el
de toda América. monarca debe dar cuenta de sus actos a quien se lo ha otorgado, la comu-
nidad. Este criterio permite, además, la retroversión del poder al pueblo en
caso de vacancia del poder real.
Las disputas religiosas que caracterizan la modernidad, traen aparejadas
importantísimas consecuencias en el campo político, como el fortalecimien-
to de los Estados soberanos. El pensamiento que acompaña a tal posición
encuentra en el francés Jean Bodin (1529-1596) su más eximio exponente.
Este hombre, consejero de Estado, autor de la obra Seis libros de la República,
define a aquella como el recto gobierno de varias familias, pero liberada del
deber de alcanzar el bien común, que se encuentra fuera del objeto de la polí-
tica. De acuerdo con Martinotti:

CC
La soberanía (de souverain: soberano) es para Bodin la más alta potestad so-
bre los ciudadanos y los súbditos, desligada de todas las leyes; se trata de
un poder absoluto y perpetuo que corresponde al monarca, a la clase o a la
mayoría que gobierne la sociedad. Pero la verdadera soberanía es la que no
depende del consentimiento de los súbditos, ni está obligada a obedecer sus

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propias leyes; tal lo que enseña el contorno político de su tiempo y que Bodin
se encarga de teorizar. (Martinotti, 1988:138)

Bodin describe los atributos de la soberanía: poder de declarar la guerra y


consentir la paz, la organización administrativa, la suprema instancia judicial,
el derecho a cobrar los tributos. Recalca igualmente la obligación del soberano
de someterse a la ley divina y a la ley natural. De esta manera, y en adelante,
la soberanía es el fundamento del poder político. Con este autor comienza a
perfilarse el absolutismo.
En Inglaterra, en tanto, el monarca Jacobo I (1566-1625) da mayor fun-
damento al poder absoluto del rey. Desarrolla la doctrina del derecho divino
de los reyes: de acuerdo con ella, el monarca gobierna por expreso mandato
divino y es la imagen de Dios en la tierra. La corona no se encuentra ligada
al consentimiento de la comunidad ni obligada a obedecer la ley, cuya impo-
sición considera una prerrogativa real.
A partir de Thomas Hobbes (1588-1679) se presenta la doctrina del abso-
lutismo con un nuevo fundamento teórico político. En su obra Leviatán pos-
tula que el hombre es un ser egoísta y malvado por naturaleza, guiado por el
espíritu de conservación. En este estado donde no hay autoridad ni propiedad
los hombres realizan un acuerdo, que se instrumenta a través del “contrato
social”, donde cada uno renuncia a la porción de libertad con que cuenta para
transferirla en cabeza del soberano. “Aunque Hobbes defiende la causa del
poder absoluto, no lo hace –como Jacobo I– en nombre del derecho divino de
los reyes, sino en nombre del interés de los individuos, de la conservación y
de la paz” (Touchard, 1996:260). En su defensa del absolutismo subordina
la Iglesia al poder civil.
Por su parte, Wilhelm Bossuet (1627-1704), preceptor del delfín de Francia,
sostiene que la monarquía es la forma de gobierno más común, más antigua
y más natural, aunque no excluye otras formas. Establece los postulados del
absolutismo monárquico: a) es sagrado: los monarcas son designados por
Dios, debe obedecérselos siempre, b) absoluto: no está sometido sino solo a
Dios, c) es paternal: es protector del pueblo y padre, d) racional: su actuación
se presume conforme a la razón.

1.3.4. Concepciones políticas contemporáneas


El fin del siglo XVII se caracteriza por el florecimiento de la burguesía, debido al
auge del comercio y la industria, y la aparición de una nueva corriente denomi- Se conoce como burguesía a
nada Ilustración, que encuentra entre sus predicadores desde filósofos hasta la parte de la sociedad que
tiene la titularidad de los bienes
jefes de Estado. Esta nueva postura tiene por fundamento un racionalismo
productivos.
que se basa en la creencia de que el progreso solo puede dar como resultado
un porvenir venturoso.
Es menester aclarar que si bien algunos de los pensadores que se citan
a continuación pertenecen al período precedente, se los ubica en este por la
influencia que han tenido en el acontecimiento que marca el comienzo de la
nueva época histórica: la Revolución francesa.
El primer adalid de la burguesía es John Locke (1632-1704), autor del
Tratado sobre el gobierno civil, considerado como padre del individualismo libe-
ral. Para este pensador, el hombre posee derechos anteriores a la sociedad,

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entre ellos, el más destacado es el de propiedad, y para preservarlos abando-


na el estado de naturaleza y conforma la sociedad civil. A través del contrato
se logra la vida social, renunciando al poder a favor de la comunidad. El poder
político surge de un segundo pacto donde las mayorías lo delegan al Estado,
pero con la posibilidad de revocarlo si se violan las condiciones por las cuales
fue otorgado: la preservación de la propiedad, la libertad y la seguridad. Los
gobernantes se constituyen en administradores al servicio de la comunidad y
su misión es asegurar el bienestar y la prosperidad. Promueve este pensador,
además, la división de poderes para evitar el absolutismo y la conculcación
de las libertades individuales, reconociendo la superioridad del poder legisla-
tivo por sobre el ejecutivo que no deben estar reunidos en las mismas manos.
El barón de Montesquieu (1689-1755), en su obra El espíritu de las leyes,
se ocupa de explicar la presencia de una legislación determinada en un país
y un momento preciso. En ella se encarga de analizar la naturaleza de cada
gobierno, identificando tres tipos diferentes: el republicano, el monárquico y
el despótico. Es un impulsor del control del poder y propicia la teoría de los
contrapesos, para evitar su ejercicio abusivo, donde la separación de pode-
res, los cuerpos intermedios (parlamento y nobleza), la descentralización y la
moral son las fuerzas que impiden que aquel caiga en el despotismo. Sostiene
que los poderes ejecutivo, legislativo y judicial deben actuar en armonía y
equilibrio.
Juan Jacobo Rousseau (1712-1778) retoma en su obra El Contrato Social
las ideas de sus predecesores, aunque parte del concepto opuesto a Hobbes,
ya que el hombre, según él, nace libre e igual en un estado de armonía, y es
la civilización la que lo corrompe. El punto de partida son los problemas que
le impiden vivir en el estado natural y que lo llevan a buscar una forma de aso-
ciación que protege a cada individuo y a su propiedad, el “contrato social”.
En su postura, el sometimiento a la voluntad general hace que el hombre se
vuelva verdaderamente libre, a la vez que se garantiza la igualdad. La sobera-
nía encuentra su fundamento en la “voluntad general”, de la que la ley es la
expresión y el gobierno resulta del pacto social y solo debe ejecutarla a modo
de delegado del soberano.

CC
[…] En consecuencia, si eliminamos del pacto social lo que no es esencial,
nos encontramos con que se reduce a los siguientes términos: Cada uno de
nosotros pone en común su persona y todo su poder bajo la suprema dirección
de la voluntad general, recibiendo a cada miembro como parte indivisible del
todo.
De manera inmediata, de este acto de asociación surge, en lugar de la perso-
na particular de cada contratante, un cuerpo moral y colectivo, compuesto de
tantos miembros como votos tiene la asamblea, el cual recibe por este mismo
acto su unidad, su yo común, su vida y su voluntad. Esta persona pública que
se constituye así gracias a la unión de todas las restantes, se llamaba en otro
tiempo ciudad-estado y ahora recibe el nombre de república o de cuerpo político,
que sus miembros denominan miembros. Estado cuando es pasivo, soberano
cuando es activo, y poder al compararlo a sus semejantes. En cuanto a los aso-
ciados, reciben colectivamente el nombre de pueblo, el de ciudadanos en tanto
son miembros de la autoridad soberana, y el de súbditos cuando están some-
tidos a las leyes del Estado. (Rousseau, 2017: 60-61)

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La Revolución francesa de 1789, cuya importancia en la historia de la huma-


nidad es menester resaltar, es la encargada de impulsar fuera de Francia las
ideas de estos pensadores, cuya influencia en los procesos revolucionarios
en América ha sido notoria.
Sin embargo, este movimiento revolucionario encuentra en la Santa Alianza
su principal oposición y en materia de pensadores políticos, fuertes detrac-
La Santa Alianza es un trata-
tores. Entre ellos, el parlamentario inglés Edmond Burke (1729-1797), que
do firmado entre el emperador
critica la posición racionalista de los ideólogos franceses. Este defiende los Francisco I de Austria, el rey
privilegios fundados en el honor, la obediencia y la política con una actitud Federico Guillermo III de Prusia
conservadora. y el zar de Rusia Alejandro I, por
el que se prestan mutua ayuda,
De gran importancia es el pensamiento político de Emmanuel-Joseph conforme a los principios de la
Sieyès (1748-1836), autor de ¿Qué es el Tercer Estado?. “Su punto de par- fe cristiana.
tida es la existencia de la nación, es decir, de un cuerpo social no consti-
tuido políticamente sino ya organizado en relación al estado de naturaleza.
[...] La nación está formada por individuos, elementos independientes, pero
gobernados por un poder único y sometidos a las mismas leyes, obra de sus
voluntades” (Prelot, 1971:500-501). La personificación de la nación, según
este autor, es el Estado. La nación es el Tercer Estado representado en la
Asamblea Nacional y de ella derivan todos los poderes.
Si bien los postulados revolucionarios tienen en sí el germen de la revalo-
rización de lo nacional, no es hasta el idealismo de Emmanuel Kant (1724-
1804), que se da fundamento filosófico a las nuevas posturas que concluirán
en el nacionalismo alemán. En el pensamiento de este autor el mundo de las
realidades políticas y sociales solo puede ser regido por el estado de derecho,
en el que la política debe encontrarse subordinada a la moral. La acción del
Estado se encuentra limitada por la existencia de derechos naturales, propios
de la naturaleza racional del ser humano.
Juan Fichte (1762-1814), tomando los postulados de Kant, propugna la
importancia de un Estado nacional, y justifica la ampliación de su actividad.
Cada nación tiene un papel dentro del concierto internacional y a Alemania le
cabe un papel preeminente.
Con Jorge Guillermo Federico Hegel (1770-1831), se postula el Estado
como una fase natural en la evolución de la humanidad, en el que se hace una
síntesis de las libertades universales e individuales. Para este autor, la sobe-
ranía reside en el Estado, que posee personalidad legal, pero debe manifestar-
se en la figura del monarca. Cada Estado posee una individualidad completa
y manifiesta sus intereses a través de tratados. La guerra es reconocida por
este pensador como un acontecimiento que la actividad política utiliza con la
finalidad de desarrollar el ser nacional.
Una vez superada la etapa contrarrevolucionaria, aparece con inusitada
fuerza el pensamiento político liberal. Este alcanza diferentes aspectos entre
los que resaltan: el económico (los avances tecnológicos que trae la revolución
industrial generan la necesidad de un sistema basado en la libertad de comer-
cio), el financiero (una minoría tiene el control de la banca internacional y domi-
na con el crédito la vida económica mundial), el religioso (defiende la separa-
ción entre el poder civil y el religioso), el filosófico (propugna el abandono de
la razón a favor del voluntarismo), el demográfico (promovido por un marcado
crecimiento de la población) y el político (basado en el proceso del constitu-
cionalismo de los Estados y la autonomía de la voluntad en el orden jurídico).
Jeremías Bentham (1748-1832) es uno de los precursores del liberalismo.
Para este, el deber del Estado es alcanzar el mayor placer para el mayor núme-

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ro. Propugna la democratización en Inglaterra y la ampliación del sufragio. Con


John Stuart Mill (1806-1873), el liberalismo presenta otro importante expo-
nente. Preconiza la libertad política y de expresión. Entiende que la democra-
cia es la mejor forma de gobierno posible, aunque la tiranía de las mayorías
se presenta como una contradicción del sistema.
Sin embargo, con Alexis de Tocqueville (1805-1859) el pensamiento políti-
co del liberalismo llega a su más alta expresión. En La democracia en América
realiza un análisis sobre la democracia en los Estados Unidos y el fenómeno
de la igualdad y su relación con la libertad. El primer fenómeno que considera
es el individualismo al que conduce la democracia cuando rompe las atadu-
ras con el pasado y centra al hombre en sí mismo. Augura además la existen-
cia de un nuevo despotismo, que surgirá en la medida en que los hombres,
procurando su provecho personal, se abandonen en un poder central. Como
respuesta a ello, entiende que deben sostenerse las libertades locales y las
asociaciones tanto como sea posible.
Las consecuencias sociales de la Revolución industrial trajeron aparejado
el surgimiento de una clase obrera cada vez más importante. La respuesta a
las corrientes político-filosóficas individualistas es entonces el socialismo, el
anarquismo y el sindicalismo.
Karl Marx (1818-1883), autor del Manifiesto Comunista y El Capital, presen-
ta al hombre en interacción con la naturaleza a través del trabajo. La apropia-
ción de lo producido por el trabajo por parte de las clases dominantes pro-
voca la alienación, pero una vez que la clase trabajadora toma conciencia de
la explotación, lucha para expulsar a los opresores. Así como la burguesía
expulsó a la nobleza, por la lucha de clases el proletariado lo hará respecto
de aquellos que poseen los medios de producción. La revolución que propug-
na Marx es total y consistirá en el comunismo o abolición de la propiedad pri-
vada, en la desaparición de las clases sociales y del Estado como elemento
de dominación de una clase a otra.
Con Vladímir Ilich Uliánov, más conocido como Lenin (1870-1924) se per-
fila la teoría del marxismo-leninismo y se organiza el Partido Comunista como
instrumento revolucionario. Esta teoría promueve la aniquilación del Estado
burgués.
En el último tercio del siglo XIX aparece, también, una nueva postura polí-
tica denominada anarquismo que, como síntesis del liberalismo y del socia-
lismo, condena la explotación de los trabajadores, la propiedad privada, a la
vez que menosprecia al Estado. Mijail Bakunin (1814-1876), autor de Dios y
el Estado, postula un antiteísmo absoluto rechazando toda subordinación del
hombre a Dios, a la legislación, a la autoridad. Esta postura rechaza aun a
los gobiernos revolucionarios. Su discípulo Piotr Alekséyevich Kropotkin (1842-
1919) sostiene que el universo es materia en evolución y la anarquía apare-
ce como la única ley que lo rige. El hombre solo sigue su naturaleza cuando
obedece a esta rebeldía.
En referencia al marxismo, es imprescindible mencionar la figura de Antonio
Gramsci (1891-1937). Este pensador, autor de los Cuadernos de la Cárcel,
estudió las formas de dominación en las sociedades modernas y planteó el
concepto de hegemonía a través del cual explica la manera en que las clases
dominantes someten a las proletarias desde la economía y la política, pero
fundamentalmente desde la cultura.
Frente a las posturas antes mencionadas, aparecen tendencias que pro-
mueven la recomposición de las comunidades nacionales. Ejemplo de ello es

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Charles Maurras (1869-1952), para quien la monarquía es consecuencia de


una selección natural o evolución y es la más compatible con Francia. Benito
Mussolini (1843-1945), fundador del fascismo italiano, construyó sus teo-
rías con base en la tradición histórica de Roma. Para él, el Estado debe ser
absoluto y los individuos tienen dentro de él un carácter relativo. El Estado es
garante de la seguridad y transmisor del espíritu del pueblo, eleva a los hom-
bres a su más alta expresión. Pone de manifiesto que la guerra es el medio
para alcanzar sus objetivos. Adolfo Hitler (1889-1945) presenta la variante del
nacionalismo que más acento pone en el autoritarismo del mando. El Estado,
para él, no es sino el realizador del destino de la raza.

PARA REFLEXIONAR

La forma más común, pero no menos peligrosa de estas perversio-

PP nes del afán de pertenecer a «los nuestros» es el nacionalismo. En su


origen fue una ideología sustentadora de los Estados modernos, que
permitía a los ciudadanos que ya no estaban dispuestos a identificarse
con un rey de derecho divino ni con una nobleza de sangre conseguir
un nuevo ideal colectivo: la Nación, la Patria, el Pueblo. Aprovechaba
el lógico apego que cada cual tiene a los lugares y las costumbres que
le son más familiares, así como el interés común que todos tenemos
en que las cosas le vayan lo mejor posible al grupo al que pertenece-
mos (y cuyos beneficios o desastres debemos compartir). Pero en el
siglo XX los nacionalismos se han convertido en una especie de mís-
tica belicosa, que ha justificado tremendas guerras internacionales y
discordias civiles atroces. A fin de cuentas, los nacionalistas siempre
se definen contra alguien, contra otro país o grupo dentro del pro-
pio Estado al que culpan de todas sus insuficiencias y problemas. El
nacionalismo necesita sentirse amenazado por enemigos exteriores
para funcionar: si no hubiera más que una sola nación, ser nacionalis-
ta no tendría ninguna gracia y muy poco sentido. La doctrina nacio-
nalista pretende que el Estado es la consagración institucional de una
realidad «espiritual» anterior y más sublime, la Nación. Los Estados
deberían ser así algo «natural», que responde a una unidad previa de
lengua, cultura, forma de comportarse o de pensar, a un «pueblo» en
fin ya constituido antes del nacimiento de dicho Estado. En realidad,
todos los Estados existentes son convenciones brotadas de circuns-
tancias históricas (a veces muy injustas y crueles, otras indiferentes).
Son los propios Estados los que han dado unidad práctica a grupos
y comunidades diferentes, inventándoles luego un «alma» política.
Los nacionalistas que ya tienen Estado dicen que ese «alma» y su
territorio geográfico son «sagrados», que no pueden ser discutidos ni
tocados; los otros nacionalistas, los que quieren alcanzar su propio
Estado, dicen que su propia «alma» popular no será respetada hasta
conseguir estatalizarse. Pero ningún Estado puede tener fundamen-
tos «naturales» en ninguna realidad previa: todos reúnen y apañan
como pueden lo diverso, todos son artificiales y discutibles. ¿Deberá
ser la lengua, por ejemplo, el fundamento «natural» del Estado? En
el mundo hay cerca de ocho mil lenguas y solo unos doscientos Esta-
dos: ni multiplicándolos por diez lograríamos «estatalizarlas» a todas.

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De los fundamentos en razas o religiones, para qué te voy a hablar,


¡ya sabemos los horrores que trae intentar por la fuerza —y de otro
modo no podría ser— la «limpieza étnica» de un Estado! La menta-
lidad nacionalista no tiene otro proyecto político que promover lo de
«dentro» frente a las acechanzas de lo de «fuera» y establecer a bombo
y platillo que «somos algo aparte»: como verás, nada que tenga que
ver con las auténticas cuestiones políticas acuciantes que se nos plan-
tean a finales del siglo xx. Porque lo importante es saber si un Estado
respeta los derechos humanos y la ciudadanía política de todos los
que en él viven, si es capaz de renunciar a parte de su soberanía para
colaborar con otros países al afrontar retos mundiales, si ofrece pro-
tección razonable contra la miseria y contra la violencia. El color de
su bandera y su extensión en el mapa geopolítico son lo de menos.
Algunos Estados actuales quizá puedan ser reformados por cuestiones
de pragmatismo político y todos deberían tender a uniones supra-
nacionales que hagan imposibles los enfrentamientos entre países y
resuelvan los grandes problemas comunes de la humanidad. Por lo
demás, el fanatismo nacionalista no sirve más que para endiosar a los
Estados poderosos, destruir algunos más frágiles que armonizaban en
precario equilibrio a distintas etnias o para servir de trampolín a polí-
ticos ambiciosos pertenecientes a minorías culturales, pero sin verda-
deros programas transformadores de la sociedad, los cuales esperan
más de las supersticiones populares que de su capacidad de razonar
(Savater, 1993:36-37).

El fin de la Segunda Guerra Mundial da lugar a un período que presenta el


enfrentamiento entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, denomina-
do “Guerra Fría” y la polarización entre el capitalismo y el comunismo, con
influencias en todos los continentes. Asimismo, y buscando una tercera vía,
posición neutral y de no alianza a las potencias antes mencionadas aparece
el Movimiento de los Países No Alineados.
Este momento histórico se caracteriza por la aparición de diversos movi-
mientos nacionalistas y las luchas que acompañaron la proclamación de la
independencia de distintas colonias y la creación de nuevos Estados.
Aparecen con fuerza, en occidente, los partidos demócrata cristianos, que
postulan como ideario un pensamiento social, acompañado por principios que
garantizan las relaciones de propiedad. Acompaña a estos la socialdemocra-
cia, originada en los movimientos obreros y los partidos socialistas, que rompe
con el comunismo, busca el aumento del bienestar de la clase trabajadora e
La libertad negativa es definida integra elementos de la doctrina liberal, sobre todo en materia de libertades,
como la ausencia de coacción.
En palabras de Hayek (1997:25): con una base no religiosa.
“condición de los hombres en cuya La posguerra presenta el campo promisorio para el fortalecimiento del neo-
virtud la coacción que algunos liberalismo. Autores como Frederich August von Hayeck (1899-1992) y Ludwig
ejercen sobre los demás queda
von Mises (1881-1973) son sus principales representantes. Para Hayek, en la
reducida, en el ámbito social, al
mínimo”. planificación económica se encuentra la causa última de las diversas formas
de totalitarismo del siglo XX, como antítesis de la sociedad libre, fundada en
las libertades negativas y en las fuerzas impersonales del mercado. Entiende
por sociedad libre aquella en la que el individuo puede desarrollar sus proyec-
tos sin que autoridad pública alguna, ni persona privada pueda impedírselo. Se

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trata de un modelo de sociedad basado en la primacía del mercado, la retirada


del Estado y en la responsabilidad individual. El Estado debe limitarse a llevar
a cabo aquellas tareas de utilidad pública que no pueda desarrollar la activi-
dad privada: carreteras, ferrocarriles, puertos y aeropuertos, al igual que un
sistema público de sanidad y seguridad social (González Cuevas, 2010: 483).
A partir de la segunda posguerra se instaura el Estado de Bienestar –tam-
bién denominado Estado de providencia, Estado protector o Estado social–,
que se distancia de la concepción liberal que sostiene que la libertad y el
desarrollo de las actividades privadas solo pueden garantizarse mediante la
autolimitación de las funciones estatales. Al respecto de este, identificado en
el ámbito anglosajón como Welfare State, se ha señalado:

CC
En una primera aproximación, el Estado de bienestar se ha caracterizado por:
a. La intervención del Estado en la economía con el objetivo de mantener el
pleno empleo. A su vez, esta intervención se produce en una o en ambas de
las vertientes siguientes: creación de un sector público económico y simple
regulación del mercado
b. La prestación pública de un conjunto de servicios de carácter universal (pre-
ferentemente ámbitos como la educación, la sanidad, pensiones y vivien-
das) con los que se pretende garantizar el nivel mínimo de ingresos a la
población. A ello habría que añadir, como sostiene –entre otros autores–
Mishra, que la responsabilidad estatal en el mantenimiento de ese nivel
mínimo ha de entenderse como un derecho y no como caridad pública para
una minoría. Precisamente los sistemas de seguridad social constituyen una
de las instituciones más representativas del Estado de Bienestar. (Rubio
Lara, 1997: 114)

Es importante señalar que el desarrollo del Estado de Bienestar presenta en


la práctica diferencias en su implantación en los diferentes Estados en aspec-
tos tales como el gasto social, el modelo de seguridad social implantado y
el grado de intervención estatal en el mercado asumiendo la prestación de
servicios, entre otros.
Las mejoras que trae aparejado el Estado de bienestar a los problemas de
la sociedad moderna –derechos políticos a los trabajadores, redistribución de
la renta y la aceptación de sus principios básicos tanto por parte de la dere-
cha como de la izquierda– da lugar a que algunos autores postulen “el fin de la
ideología”, entendiendo que estos cambios provocan el aumento de la apatía
política y hacen difícil el mantenimiento de la lucha social. Daniel Bell (1919-
2011) es el autor que con mayor empeño plantea esta concepción.
No obstante, hacia finales de la década de 1960, se presentan como acon-
tecimientos de gran trascendencia la aparición tanto de movimientos estudian-
tiles (como el Mayo francés de 1968), como ecopacifistas –con una ideología
a favor de la ecología y contraria al rearme–, que muestran la existencia de
nuevos conflictos.

La expansión del comunismo y el brusco desarrollo de los fascismos dominan manifies-


tamente la historia de las ideas políticas en el siglo XX. Pero es evidente que la historia
del siglo XX no se reduce a la del comunismo y a la de los fascismos. El liberalismo y el

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conservadurismo continúan siendo ideologías ampliamente extendidas, pero los doctrina-


rios liberales y conservadores se preguntan si no ha concluido ya la era de un determinado
liberalismo y de un determinado conservadurismo, si las ideologías legadas por el siglo XIX
no deben ser superadas, o al menos revisadas. Dos giros son de empleo corriente: “más
allá” y “neo”. Au delà du marxisme (Henry de Man, 1927); Au delà du nationalisme (Thierry
Maulnier, 1938). Neoliberalismo, neoconservadurismo, neonacionalismo, neosocialismo…
(Touchard, 2008: 619).

La crisis del petróleo de 1973 genera un aumento de la conflictividad social


y, en ese marco, surge el llamado neoconservadurismo, que considera al
Estado de Bienestar incapaz de dar respuesta a las crecientes demandas
de la sociedad, cuya satisfacción lleva al agotamiento de las finanzas públi-
cas. Entiende que el capitalismo occidental, a través del bienestar material,
es responsable de la crisis de valores en la sociedad. Asimismo, critica al
sector público por haber invadido el campo donde debía haber reinado el
mercado y traer como consecuencia de ello la crisis. De acuerdo con Antón
y Vallbé (2002:39), el neoconservadurismo propone tres soluciones para los
problemas antes señalados: a) para las cuestiones puramente económicas
(sobrecarga del sistema económico) reclaman la vuelta al (y del) mercado; b)
para las crecientes demandas sociales propone la despolitización de muchos
asuntos con la creación de “reglas organizativas del desarrollo” provenientes
de estructuras tecnocráticas; c) para la crisis espiritual busca la recuperación
de aquellos valores tradicionales.

1.3.5. El pensamiento político en la actualidad


La caída del Muro de Berlín, la unificación de Alemania y el desmembramiento
de la Unión Soviética y de los países de Europa del Este que se encuentran
bajo la órbita comunista son probablemente los hechos más importantes que
presenta la historia de finales de siglo XX. A ellos hay que sumar el proceso de
recuperación de la democracia en América Latina, luego de extensos períodos
sometidos a dictaduras y en algunos casos de guerras civiles, así como la
conformación de la Unión Europea.
Ante esos hechos aparecen diferentes pensadores como Francis Fukuyama
(1952-) quien plantea el panorama que se designa como “pensamiento único”.
Este autor sostiene en su obra El fin de la historia, que “el sistema capitalista
democrático se ha impuesto a escala mundial, como único sistema viable, y
como único sistema deseado por las poblaciones. No es solo que haya desa-
parecido la alternativa socialista: es que la propia noción de alternativa care-
ce de sentido” (Botella, 2002:72). Por su parte Samuel P. Huntington (1927-
2008), en su obra El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden
mundial, identifica las diferentes civilizaciones contemporáneas y postula que
la principal fuente de conflictos, una vez concluida la guerra fría, proviene de
las diferencias culturales. En tanto que otros como Anthony Giddens (1938-)
plantean la idea de la “tercera vía”, en la que no se cuestiona ni la economía
capitalista ni sus características actuales, pero reorienta la acción estatal para
asegurar la igualdad en las condiciones básicas de desarrollo individual, espe-
cialmente en materia de educación.

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49

En las últimas décadas, la humanidad ha presenciado la producción de


cambios económicos, sociales, culturales y políticos de gran trascendencia,
que desembocan en el período actual caracterizado por la expansión del capi-
talismo, la globalización como principal consecuencia del neoliberalismo y la
influencia de las tecnologías de la información y la comunicación.
El efecto que dichos cambios presentan en el campo de las ideas políti-
cas es indudable.

“[...] La posmodernidad está dominada por el capitalismo, pero por un tipo de sistema
distinto al que dominaba la modernidad. En las sociedades contemporáneas la circulación
de capital y de mercaderías se ha internacionalizado. Hay un flujo creciente de produc-
tos y personas que se mueven a más velocidad y que alcanzan grandes distancias, hacien-
do imposible la sincronización de los procesos de producción y distribución, dando ese
aspecto de desorganización al capitalismo. El fordismo caracterizaba a la producción en el
capitalismo organizado. Se trataba de producir mercaderías a gran escala tan baratas como
fuera posible y para el mayor número de consumidores. Para ello los productos debían de
estar estandarizados y el planeamiento centralizado. Sin embargo, en la posmodernidad
este proceso ha cambiado: los consumidores valoran por sobre todas las cosas la capacidad
para elegir entre productos alternativos. Si el planeamiento era la clave del fordismo, en
el posfordismo lo es la flexibilidad. Además, ya no se producen solo bienes, sino también
signos. Cada vez se producen y consumen objetos no materiales con componentes esté-
ticos (cine, música…). Pero el valor como signo de los productos materiales está crecien-
do y se observa en la estetización de la mercancía de parte de productores y consumido-
res. El componente cultural y estético de un producto determina cada vez más su valor.
Por ello los productores gastan mucho dinero en publicidad y diseño y los consumidores
compran aquellos productos cuyo uso envía señales adecuadas a otra gente. El posfordis-
mo es igual de racional que el fordismo, pero con una racionalidad distinta. Intenta que
la organización económica sea tan eficiente como sea posible, pero esa eficacia la tiene
que conseguir en un contexto menos seguro y más incierto, donde las preferencias de los
consumidores son cada vez más cambiantes e impredecibles.
En cuanto a los procesos de globalización, estos están moldeando la posmodernidad.
Vivimos en un mundo en el que las cosas que pasan en una parte del planeta pueden
afectar en otro lugar del mundo. (…) La globalización es un proceso que puede ser detec-
tado ya en el siglo XV, pero es en el siglo XX cuando tiene mayor impacto en un número
creciente de lugares. Se trata tanto de la comprensión del mundo (cada vez más pequeño)
como de la intensificación de la conciencia de ese mundo como un todo interconectado.
No solo involucra a las nuevas tecnologías, sino que significa también la aparición de
corporaciones transnacionales, el crecimiento del comercio internacional, el creciente
aumento de las migraciones y de los viajes. Vivimos, pues, en una sociedad común, en la
que un espacio determinado ya no protege a sus ciudadanos y a la nación de accidentes y
desastres que ocurren en otros países o en otros continentes. Una de las cuestiones fun-
damentales que afectan a la globalización es política, es el papel del Estado nación y su
futuro. Hay una serie de factores que amenazan el papel jugado hasta ahora por el Estado:
las corporaciones transnacionales, los lazos culturales entre la gente de distintos estados,
movimientos sociales como Green Peace o Friends of the Heart, que tienen un foco global
y las organizaciones supranacionales como ONU, OTAN, UE y OPEC. Otra cuestión
importante de la globalización es económica: el comercio entre estados se ha intensificado,
pero es un comercio muy estructurado, basado en la división internacional del trabajo,
una división que sitúa a la producción intensiva de capital en unos países, y en otros la
aportación de trabajo y de mano de obra. Esto conlleva una distancia cada vez mayor
entre países ricos y países pobres. Pero la globalización también es cultural: las relaciones
culturales también están desigualmente distribuidas. Algunos países, con los EE. UU. a la
cabeza, exportan productos de la cultura, mientras que otros los consumen, ejerciendo de

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50

esta manera una suerte de imperialismo cultural. Siempre ha habido mutuas influencias
entre las culturas, pero nunca ese proceso había sido tan sesgado ni había beneficiado, de
manera tan clara, a unos países en detrimento de otros.
Por si esto fuera poco, nuestra sociedad también se caracteriza por ser una entidad
atravesada por los medios de comunicación que mediatizan y condicionan nuestra expe-
riencia de la vida cotidiana. A causa de esta influencia se percibe una pérdida del sentido
de la realidad o la existencia de límites, a veces poco claros, entre realidad y ficción. [...]
En resumen, la incertidumbre que acompaña a la economía posfordista transnacio-
nalizada, a la globalización y al impacto creciente de los medios de comunicación ha
hecho mella en una pieza clave de la modernidad: el sujeto y también en los grupos a los
que ese sujeto pertenece. Los sujetos modernos estaban localizados en el centro de un
conjunto de estructuras regionales y nacionales, normativizadas y eficientes, provistas por
los pueblos y las ciudades. Si bien la socialización se canalizaba a través de la familia, la
comunidad, la clase social y la iglesia, los mensajes eran coordinados por el Estado que
tenía el monopolio. La producción, reproducción y el consumo de alternativas que se
le ofrecían al sujeto como modelos de identificación se multiplicaron en la modernidad,
poniendo en tela de juicio el control del saber tanto de la iglesia, como más tarde, de las
propias instituciones estatales. El sujeto moderno es más materialista, utilitario, nacional
y racional que los sujetos pre-modernos, ese núcleo espiritual poseído por Dios que habita
un cuerpo temporal y un mundo que invitaba al pecado.
En cambio, el sujeto posmoderno está localizado en un espacio mucho más inseguro,
en la intersección entre un conjunto plural de localidades, nacionalidades y estructuras
internacionales. [...] El sujeto posmoderno tiene que hacer constantes elecciones incluso
cuando preferiría no tener que elegir o tomar decisiones. [...] Si bien es cierto que el
sujeto posmoderno, como nunca antes ningún otro sujeto, se mueve entre numerosas
alternativas, su elección está condicionada por su pertenencia a una clase o grupo étnico
y su capacidad de elección dependerá en buena medida del lugar que ocupe en el espacio
social y del capital (simbólico) de que disponga.
Este sujeto descentrado, condenado a la elección y responsable de su futuro entra en
contradicción con las formas políticas propias de la modernidad que exigen un sujeto más
racional y centrado” (González de Oleaga, 2010: 519-523).

Este nuevo escenario es un ámbito propicio para la implantación de las ideas


del neoliberalismo. De acuerdo con Antón y Vallbé (2002:48), los aspectos
que lo definen son: el ultraindividualismo, basado en el principio de que son
las relaciones individuales las que establecen las reglas; el mercado como
el modelo que permite la optimización de las transacciones y a la vez como
mecanismo óptimo para la equidad en la distribución social, ya que premia
la iniciativa individual; la empresa privada como organización natural para que
el mercado funcione en óptimas condiciones y permita la redistribución de
costos y beneficios; y que el capital está en el origen del valor, al extremo de
emplear parámetros parecidos a la valoración de las cosas y de las personas
(los llamados recursos humanos).
En oposición a estas teorías y fundamentalmente frente a la globaliza-
ción emergente surge una ideología en la que pueden ubicarse diferentes
autores, entre los que destacan Negri (1933- ) y Hardt (1960- ). Defensores
de una alternativa a aquella, plantean en su obra Imperio que la humanidad
se encuentra frente a un contexto que es resultado de los cambios aconte-
cidos en los últimos treinta años, que consisten en el paso de la producción
industrial (organización del trabajo, cadena de montaje, producción en serie,
estandarización, etc) a la producción informacional (automatización e infor-
matización de los procesos) y en el paso de la sociedad disciplinaria (donde

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


51

los sujetos se sientan continuamente vigilados) a la sociedad de control (de


carácter global y difuso y que regula la vida social desde su interior). El impe-
rio constituye la forma suprema de la dominación internacionalizada del capi-
talismo, que se presenta como un poder absoluto que se despliega dentro de
una lógica incesante de movilidad en el interior de redes. La resistencia del
conjunto de individualidades que confronta a los poderes constituidos (institu-
ciones, representación política) y sus desviaciones es el poder constituyente
de la multitud, que desde el interior del imperio surge como nueva posibilidad
de liberación (Corcuff, 2005).
Por otra parte, nuevas ideologías cobran trascendencia en su crítica al
modelo social, económico y político vigente. La unión entre lo político y lo
religioso da origen a diferentes formas de fundamentalismo. El neofascismo
se desarrolla con fundamento en planteos como: “la decadencia nacional,
la crítica al igualitarismo, al liberalismo, al multiculturalismo y al pluralismo”
(Antón y Vallbé, 2002:43). El ecopacifismo postula la necesidad de preservar
el ambiente para garantizar la propia existencia humana, estableciendo así
límites al modelo desarrollista industrial capitalista. A estos ha de sumarse
la aparición de pensamientos de corte neopopulista, que encuentran arraigo,
entre otros factores, en la deslegitimación del sistema –en la mayoría de los
casos generada por la corrupción– y en los efectos de la aplicación de las
ideologías dominantes (falta de empleo, aumento creciente de la desigualdad,
destrucción del hábitat, etc.).

PARA REFLEXIONAR

“Los grandes retos del siglo XXI son evidentes y meridianamente

PP claros. Podríamos resumirlos en las siguientes dicotomías: paz (entre


nosotros mismos y con la naturaleza) o guerra; multiculturalidad o
etnoexclusión territorializada; redistribución solidaria o derechos
individuales absolutos; tolerancia o fundamentalismos; política que
abarque todos los campos de la actividad humana o liberación apo-
lítica de la economía; crecimiento sostenible o destrucción del hábi-
tat; igualdad respetuosa de las diferencias entre los géneros o subor-
dinación de un género a otro; educación generalizada de calidad o
sistemas educativos jerarquizadores clasistas; desarrollo global de las
potencialidades humanas o alienación; calidad de vida para todos o
riqueza/pobreza/miseria; gradual proceso de humanización del hom-
bre y de la naturaleza o brutalización moral. En resumen: democra-
cia como proyecto político (no solo como procedimental conjunto
de reglas formales de sociedades desigualitarias-clasistas) o neofacis-
mo multiforme; civilización o barbarie” (Antón y Vallbé, 2002:54).

2.

KK A partir de la lectura de la evolución de las ideas políticas que acabamos


de desarrollar:
a. Elija dos pensadores políticos cuyas ideas se han desarrollado y com-
pare los aspectos en común y diferencias entre ellos.

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52

b. Tomando como punto de partida un pensador de la antigüedad


explique su influencia respecto de otro que pertenezca a un período
diferente.

3.

KK Señale la diferencia entre el origen divino y humano de la autoridad.


¿A qué pensadores ubica en cada una de las escuelas?

4.

KK Tomando como base el texto de la obra El Príncipe de Maquiavelo,


explique si a su juicio es legítima la justificación del uso de cualquier
medio cuando el fin que se propone el gobernante es bueno.

LECTURA RECOMENDADA

RR
Touchard, J. (2008), Historia de las Ideas Políticas, Editorial Tecnos, Madrid.

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53

Política turística

Objetivos
•• Formular una definición de política turística.
•• Distinguir las diferentes etapas en la evolución de la política turística argen-
tina y los hitos que la caracterizan.
•• Identificar los principales organismos públicos y entes privados que intervie-
nen en la política turística en los ámbitos internacional, regional y nacional,
sus atribuciones y funciones.
•• Conocer los campos e instrumentos de cooperación público-privada en el
turismo y su aplicación.

2.1. Concepto de política turística


Al hacer referencia a la ciencia política como disciplina que se ocupa de estu-
diar la actividad del Estado en orden al cumplimiento de sus objetivos, se
advierte que para el alcance de aquellos es necesaria la realización de diferen-
tes acciones. De esta manera, podemos distinguir dos modos de intervención
del Estado: por un lado, la política general (abarca todas las actuaciones ten-
dientes al desarrollo general de la comunidad) y, por otro, la política sectorial
(aquella que se ocupa de actividades específicas).
En este segundo grupo podemos ubicar a la política turística. Al respecto
Montaner Montejano señala:

CC
En este sentido de micropolítica o política especializada, se puede hablar de la
política turística como una parte de la política que establece las directrices de
ordenación, planificación, promoción y control de la actividad turística en un
país, llevadas a cabo por los poderes públicos que se convierten en agentes
turísticos a través de la administración pública. (2002: 17)

Para Sancho, en la obra Introducción al Turismo, publicada por la Organización


Mundial del Turismo:

CC
[La política turística] debe verse como un eslabón más de la cadena que con-
duce a un mayor bienestar de los ciudadanos de un país, complementando la
actuación de los agentes privados que intervienen en el mercado turístico, con
la finalidad de evitar comportamientos que alejen su funcionamiento del objeti-
vo principal. Para ello, el sector público regula la actividad turística, utilizando

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54

medidas de tipo coactivo –como los impuestos– o concediendo incentivos con


la finalidad de favorecer determinadas iniciativas que no puede afrontar el sec-
tor privado por sí solo. (1998: 168)

Asimismo, en esa obra se señala que el gran reto de la política turística es


“compatibilizar el principio de libertad de mercado y de empresa con la pre-
servación de las ventajas estructurales que aseguren la continuidad de la
actividad en unas condiciones adecuadas” (Sancho, 1998: 166).
Teniendo en cuenta que la política turística debe responder a la política
general del Estado, que por esencia está orientada a la obtención del bienes-
tar general, existen ámbitos de actuación donde el sector público interviene a
fin de evitar comportamientos que se alejen de este objetivo prioritario. En tal
sentido, se advierten campos como la fiscalización, el fomento, la preserva-
ción de los recursos y el ordenamiento territorial, que quedan bajo su órbita.
Bosch y Merli resaltan la necesaria coherencia entre la política general de
desarrollo adoptada por un país (incluidos los niveles nacional, provincial y
municipal) y la política turística. Estos autores señalan:

CC
Las políticas de turismo a nivel nacional deben estar en concordancia con las
políticas de desarrollo que ha establecido un país, y en un sentido amplio, con
aquellas vinculadas a la economía, educación, desarrollo de la infraestructura,
el medioambiente y el desarrollo territorial, entre otros puntos no menos im-
portantes. Deben articularse con las políticas generales que establecen las
provincias y los municipios, una tarea que necesariamente implica tener en
cuenta los intereses de cada jurisdicción en todo el territorio nacional, poten-
ciando los recursos económicos existentes y generando las mejores condicio-
nes para el desarrollo de las economías regionales. Difícilmente las políticas
turísticas puedan prosperar por sí solas, fundamentalmente en los temas o
problemas más importantes del sector, si no forman parte y se formulan en el
marco de las políticas generales. (Bosch y Merli, 2017: 15)

Pero no toda política puede ser entendida como política turística. Al respecto
afirma Velasco González:

CC
Cuando se reflexiona sobre la política turística, se describe un conjunto de ac-
ciones que los gobiernos implantan con la intensión de intervenir en esta acti-
vidad socioeconómica y este conjunto engloba un número casi ilimitado de as-
pectos: la política de fronteras (el aumento o disminución de las formalidades
necesarias para facilitar la entrada o salida de un país a los no residentes), la
política económica, la fiscal, la de comunicaciones, la de infraestructuras, la de
seguridad ciudadana, la industrial, etcétera.
[...] En nuestra opinión, y por lo dicho anteriormente, solo tiene sentido califi-
car un conjunto de acciones gubernamentales como política turística cuando las
decisiones se adoptan con la intensión de intervenir expresamente en el sector
turístico. (Velasco González, 2004: 67-68)

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55

Si se estudia a los especialistas en turismo puede observarse que se define


a la política turística de diferentes maneras.
Acerenza (2010) afirma que: “La política turística consiste en el conjunto
de decisiones en materia turística que, integradas armónicamente en el con-
texto de la política nacional de desarrollo (sostenible) orientan la conducción
del sector y norman las acciones por seguir, las cuales se traducen en planes
y programas de desarrollo sectorial”
En tanto Villar (2009: 60) entiende que se trata de “las políticas que se
piensan, diseñan e implementan teniendo al turismo como su principal (aun-
que no necesariamente el único) objeto de intervención. Estas pueden o no
ser aplicadas por áreas de turismo de los distintos niveles de Estado”.
La visión económica, no obstante, es la preponderante entre los autores
que hacen referencia a la materia, al menos en el contexto español, donde un
antiguo estudio de Aguiló y Vich i Martorel (1996) publicado en la Revista de
Estudios Turísticos revela que la mayoría de los aportes relativos a la política
turística parten del análisis de su dimensión económica.
Más recientemente, Monfort Mir (2000) sostiene que “La política turísti-
ca se constituye en un cuerpo teórico que tiene su origen y fundamento en la
política económica, de la cual se desgrana” (p. 8) y, más adelante, “El objeti-
vo fundamental que persigue la política turística del Estado español es elevar
el grado de competitividad global del sector turístico nacional, de manera que
continúe contribuyendo a la creación de riqueza y empleo y, por ende, al bien-
estar de la sociedad” (p. 17).
Con esa línea se identifica Pulido Fernández (2004) quien sostiene:

CC
[…] La política turística es una política sectorial cuyo origen y fundamento está
en la política económica general, como en el resto de políticas específicas
(sectoriales o instrumentales), pero que presenta como rasgo diferencial dos
aspectos que la hacen más compleja. El primero de esos aspectos es la multi-
sectorialidad, que dificulta la identificación de la actividad turística como una
rama de producción, al comportarse como una agrupación de sectores. El otro
de los aspectos es el protagonismo determinante que tiene la administración
pública en la configuración de la oferta turística final de los destinos, en la me-
dida en que una parte importante de los servicios que conforman esta oferta
son de su competencia. (Pulido Fernández, 2004: 67-68)

Esta visión se ve reflejada en la obra conjunta de Velasco Murviedro y San


Martín González (2009) en la que compilan los trabajos de diferentes autores
españoles como Monfort Mir, Torres Bernier, Pulido Fernández, entre otros y en
la obra Política Económica del Turismo coordinada por este último economista
en el año 2012.
También este criterio, se encuentra presente en el desarrollo del Plan
Federal Estratégico de Turismo Sustentable 2016 (PFETS). Al respecto y refi-
riéndose a aquel señala Wallingre: “(…) Reconoce que la política turística se
subordina fundamentalmente a los ejes rectores de la política económica y de
ordenamiento territorial” (2018: 29).
Entre los autores nacionales, Paz (2013) resalta la dificultad de la política
turística sosteniendo que: “a diferencia de otras políticas sectoriales, impli-
can una complejidad que realza el valor del trabajo de las políticas económi-
cas destinadas al turismo”.

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56

Bosch y Merli (2017) proponen, por su parte, una distinción entre la políti-
ca turística y las políticas públicas relacionadas con la actividad, es decir, que
benefician de manera indirecta al turismo.

CC
Cuando hacemos referencia al turismo, por sus características y naturaleza, en
función de los numerosos elementos que intervienen en su conformación, es
oportuno reconocer a las políticas públicas relacionadas con la actividad, es
decir, que benefician de manera indirecta al turismo. Muchas veces esta rela-
ción está implícita en los fundamentos que dieron origen a esas políticas y
otras veces deben deducirse, en ocasiones por documentación complementa-
ria o discursos del más alto nivel de decisión política de una provincia, de una
localidad o de una nación, que no se traslada de manera escrita a ninguna nor-
ma, plan o proyecto. Sin embargo, se pueden identificar políticas turísticas, sin
mayores dificultades, cuando las relacionamos a la elaboración y/o modifica-
ción de reglamentos específicos de la actividad, infraestructuras de acceso a
atractivos turísticos, promoción de inversiones destinadas al desarrollo de ser-
vicios que integran la estructura de producción de la actividad, capacitación de
recursos humanos para el sector, entre otras iniciativas. Las políticas turísti-
cas que benefician de manera directa o indirecta al turismo, tienen como obje-
tivo la resolución de temas o problemas que hacen al turismo como actividad
económica y se pueden identificar también aquellas políticas sociales como
principal objetivo. En general, como se ha dicho, y en el turismo en particular,
el objetivo económico y social que tienen las políticas públicas no se pueden
disociar fácilmente. (Bosch y Merli, 2017: 14-15)

Ahora bien, la definición de política turística excede el ámbito de una política


sectorial dentro de la política económica, o inclusive del ordenamiento terri-
torial, si bien no puede dejar de afirmarse que guarda una estrecha relación
con aquellos.
Velasco González propone la siguiente definición:

CC
Política turística es el conjunto articulado y coherente, de decisiones y actua-
ciones que llevan a cabo los gobiernos en el ámbito territorial de su competen-
cia, con la intención de alcanzar unos objetivos determinados, en relación con
los hechos de distinta naturaleza que genera el proceso de atracción, estancia
o residencia ocasional de ciudadanos. (Velasco González, 2004: 67-68)

De la definición de política turística que antecede pueden extraerse, según el


enunciado autor, las siguientes ideas:

a) es un conjunto de decisiones articuladas y coherentes, es decir que


no basta con que existan resoluciones, ni aún planes aislados, sino que
debe concurrir una concepción de cómo debe desarrollarse globalmente
el turismo.
b) y actuaciones, ya que no es suficiente la mera voluntad política expresada
en un documento, sino que es necesaria su implementación, y un indica-
dor claro de ello es que se cuenta con un presupuesto a tales fines y que
este se ejecuta.

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57

c) llevadas a cabo por el gobierno en el ámbito de sus competencias, o sea,


que quien la desarrolla y aplica debe contar con facultades en esa materia.
d) con la intención de alcanzar objetivos determinados, por lo que es impres-
cindible expresar las metas que se pretende conseguir y dar a conocer los
plazos destinados a ello.
e) en relación con el hecho turístico, que incluye tanto el momento de la
estancia como aquel en el que se motiva al turista para desplazarse desde
su lugar de residencia.

Una vez definido el significado de la política turística es necesario referirse


a los objetivos que persigue. Estos son de diferente naturaleza; no obstante
y con carácter general, pueden enunciarse algunos de ellos: el aumento del
ingreso de divisas, la mejora de la balanza comercial, el crecimiento económi-
co, el pleno ejercicio del derecho a viajar, la creación de un tejido empresarial
y de puestos de trabajo, la redistribución de la riqueza, su utilización como
medio de propaganda, su empleo como instrumento para la paz, la regulación
de las actividades que lo conforman, la protección del turista, la cooperación
entre los actores, la mejora de la competitividad y de la calidad y la sustenta-
bilidad, entre otros.
Asimismo, ha de señalarse que los actores públicos cuentan con herra-
mientas diversas para la ejecución de las políticas públicas. Estos instrumen-
tos son variados, y siguiendo la clasificación planteada por Velasco González
(2011: 84) aplicada a la Argentina pueden distinguirse:

•• Instrumentos organizativos: se trata de estructuras públicas o de natura-


leza mixta con responsabilidades en turismo. Corresponden a este grupo
las administraciones de turismo (Administración Nacional de Turismo, admi-
nistraciones provinciales de turismo, direcciones municipales, etc.), los
organismos autónomos o entes públicos que tienen objetivos concretos de
política turística (Instituto Nacional de Promoción Turística) y los órganos de
cooperación de naturaleza pública (Consejo Federal de Turismo, el Comité
Interministerial de Facilitación Turística).
•• Instrumentos programáticos: los planes que contienen acciones cuyo fin
es intervenir en el sector turístico en su totalidad, determinan objetivos
generales, identifican los instrumentos para alcanzarlos y se los dota de
los medios para su cumplimiento (Plan Nacional de Desarrollo Turístico
Sustentable). Los programas, que si bien participan de ciertas caracterís-
ticas comunes con los planes generales, en cuanto a que identifican ins-
trumentos y se les dota de medios, se diferencian de aquellos en que los
objetivos son concretos y tienen un mayor grado de detalle (Programa de
Fortalecimiento de Destinos).
•• Instrumentos normativos o de ordenación: se trata de normas legales de
carácter vinculante, que inciden sobre la totalidad del sector o la regulación
de una actividad (Ley Nacional de Turismo, Leyes de alojamiento turístico,
de turismo rural o de turismo de aventura).
•• Instrumentos financieros: consisten en el conjunto de estímulos económi-
cos, cuyo objeto es el apoyo financiero a todo el sector (crédito turístico) o
a una parte de este (crédito hotelero). Pueden articularse a través de cré-
ditos, ayudas económicas reembolsables, subvenciones, etc.
•• Instrumentos de mejora del conocimiento: que son una de las más impor-
tantes funciones que se demanda de los gobiernos, con un papel activo

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58

en la acumulación de conocimiento y de información y en la articulación de


acciones de formación o distribución de aquel.
•• Instrumentos de comunicación: son medios de divulgación que procuran
difundir la actividad turística en el conjunto de la sociedad, generar espa-
cios de comunicación entre profesionales y favorecer la reflexión sobre el
turismo.

Por último, cabe hacer mención a los destinatarios a los que se dirige la polí-
tica turística, que según Velasco González (2004: 96-97) son:

•• Las propias organizaciones públicas: cuando se realizan reestructuracio-


nes administrativas o se crean nuevos órganos de decisión o participación
(como la creación del Ministerio de Turismo).
•• Los actores privados: empresarios turísticos o entidades sin fines de lucro
que conforman el tercer sector, a los que se dirigen los planes y programas,
las medidas de fomento, la formación y la regulación de las actividades
que desarrollan.
•• El consumidor turista: en lo que se refiere a las medidas destinadas a su
protección, a la vez que son el núcleo central de las acciones de promoción.
•• Los destinos: en tanto espacios catalizadores del hecho turístico, y desti-
natarios de buena parte de los programas públicos.

PARA REFLEXIONAR

“Y, para terminar, una última idea: el turismo no es un sector econó-

PP mico, sino una actividad que engloba a muchos sectores. Un turista


que visita un país es usuario de un mínimo de sesenta servicios pres-
tados por diferentes instituciones públicas y privadas, de las cuales no
más de cinco son específicamente turísticas; las demás son infraestruc-
turas físicas, de comunicación, sanitarias, culturales, deportivas, etc…
La política turística es hoy analizar en cada destino, y en cada momen-
to, cuál de esos sesenta servicios imprescindibles se está convirtien-
do en el cuello de botella del desarrollo de la actividad y ayudar a
que desaparezcan esas dificultades”. (Palabras del ex Ministro de
Comercio y Turismo de España, Javier Gómez Navarro Navarrete).

Política turística. El papel de las administraciones públicas

<https://youtu.be/1O5_TO2ris0>

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59

LECTURA OBLIGATORIA

Villar, A. (2009), “Políticas públicas en turismo”, en Wallingre, N.

OO y Villar, A. (comps.), Desarrollo y gestión de destinos turísticos. Políticas


y Estrategias, Universidad Nacional de Quilmes, Bernal, pp. 51-73.

LECTURA RECOMENDADA

RR
Bosch, J. y Merli, M. (2017), Políticas públicas del turismo. Estudios en municipios de
la Patagonia, Publifadecs, Neuquén, pp. 13-42.
Wallingre, N. (2012), Problemas Turísticos Contemporáneos, carpeta de trabajo, Uni-
versidad Virtual de Quilmes, Bernal, pp. 227-234.

1.

KK a. Elija al menos tres representantes de cada uno de los siguientes gru-


pos: sector público (integrantes de organismos de turismo o vincu-
lados a la actividad turística), sector privado (hoteleros, agentes de
viajes, prestadores de turismo de aventura, etc.) y ciudadanos que
vivan en destinos turísticos.
b. Formule a todos la siguiente pregunta: ¿Qué entiende por política
turística?
c. Identifique cada respuesta y observe las diferencias y similitudes entre
ambas. ¿Podría agruparlas de alguna manera?
d. Elabore con base en ellas una definición personal de política turística.
e. Compare la definición adoptada con la brindada en la carpeta de
trabajo o en la bibliografía. ¿Encuentra oposición entre ambas?, ¿son
iguales o complementarias?

2.

KK Busque el texto del mensaje presidencial de apertura de las sesiones del


Congreso de la Nación e identifique en este las políticas prioritarias
del Gobierno nacional. ¿Se encuentra entre ellas la política turística?

3.

KK Vea la película española El turismo es un gran invento realizada por Pedro


Lazaga en 1968.

a. ¿Pueden identificarse en la obra los aspectos que caracterizan la polí-


tica turística?
b. A partir de las caracterizaciones determine los objetivos que persigue
la política turística implementada en la época.
c. Señale cuáles son las herramientas de que se vale la política en la
materia.

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60

2.2. Evolución de la política turística argentina


El análisis de la evolución de la intervención del Estado, en el desarrollo de
políticas en materia turística, se presenta en la Argentina como un aspecto
con un cierto grado de complejidad, dado que las acciones llevadas a cabo
no siempre tienden de manera directa al impulso de la actividad, aunque la
afecten.
Esto es así, ya que, en no pocas ocasiones, no se hace explícita una políti-
ca turística, sino que se está en presencia de acciones emparentadas al alcan-
ce de otros objetivos o políticas públicas, como el desarrollo social, la seguri-
dad nacional, etc., no obstante, estas tienen impacto en la actividad turística.
Si bien en cada una de las etapas en las que se divide la evolución de la
política turística en la Argentina se han identificado rasgos que la particulari-
zan, no menos cierto es que aquellas características, en considerables opor-
tunidades, mantienen su influencia en períodos posteriores.
Por otra parte, es menester señalar que el análisis que se realiza se limita
a las políticas turísticas desarrolladas en el ámbito de la nación, ya que estas,
a su vez, se encuentran acompañadas por otras que se llevan a cabo en las
provincias y en diversos municipios.

2.2.1. Primeros antecedentes


El primer período que se identifica como punto de partida en la concreción de
una política turística se extiende desde finales de siglo XIX hasta mediados de
la década de 1940, y se caracteriza por la incipiente intervención del Estado
en la materia.
En sus inicios, la actividad encuentra impulso en el sector privado y es
reflejo de aquella que desarrollan las familias europeas, cuyas costumbres
son adoptadas por la aristocracia argentina. Posteriormente, al advertirse sus
implicancias, comienza a ser incluida dentro de las políticas públicas.

CC
Inicialmente considerado un asunto de la esfera privada que involucraba solo a
sectores privilegiados, a partir de la Primera Guerra Mundial el turismo fue cre-
cientemente pensado como un asunto público y, aún más, como un objeto de
políticas públicas. Alrededor de esas concepciones y en vinculación con las ex-
periencias internacionales de organización estatal del turismo, se fortaleció la
demanda pública de centralización de la política turística en una repartición es-
tatal nacional con amplias potestades. (Piglia, 2012: 61)

Esto permite sostener que en los primeros años no se advierte una política
turística específica, aunque puede afirmarse que existen medidas ejecutadas
por el Estado que pueden ser consideradas como una embrionaria directiva
en la materia.

CC
La expansión del turismo había comenzado durante los años de la Primera
Guerra Mundial, pero el progreso más notable ocurrió en la década de 1920,
con la consolidación de las clases medias aunada a la difusión del automóvil y
a ciertas políticas sectoriales en la materia, como las de la ciudad de Mar del

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


61

Plata, controlada por el Partido Socialista, y el crecimiento del turismo que ex-
perimentaron las sierras de Córdoba. En este sentido, el turismo representó
un instrumento de modernización que contribuía eficazmente con la transfor-
mación de la Argentina de país rural en moderna nación urbana; el turismo,
junto con la expansión de la red caminera y la obra pública, era símbolo y ac-
ción de progreso. Por otra parte, hay que destacar la acción emprendida por el
Touring Club Argentino, que desde 1907 se embarcó en la orientación intelec-
tual del turismo como política pública a través de numerosas actividades lleva- Francisco P. Moreno (1852-1919).
Científico, botánico y geógrafo
das a cabo especialmente y organizando durante los meses de febrero y marzo argentino. En 1896 es designado
de 1928, el Primer Congreso Sudamericano de Turismo en Buenos Aires que perito de la Comisión de Límites
contó con el auspicio y financiamiento parcial del Estado. (Capanegra, 2006: 46) entre Argentina y Chile y en agra-
decimiento por su labor le fueron
concedidas tierras en la Patagonia,
que fueron posteriormente dona-
Entre las acciones que destacan en este período se encuentran la sanción de das al Estado nacional para ser
la Ley 12103, el 29 de septiembre de 1934, por la que se crea la Dirección utilizadas como reserva para la
conservación de la naturaleza.
de Parques Nacionales, a la vez que la designación en tal calidad de diversas Con estas tierras se constituye el
áreas naturales, y el impulso otorgado a estas en particular a partir del legado Parque Nacional del Sur, luego
de Francisco P. Moreno y de la figura de Exequiel Bustillo. devenido en el actual Parque
Es necesario resaltar que la creación de la Dirección de Parques Nacionales Nacional Nahuel Huapi.

no obedece a una política turística en sentido estricto, sino que guarda rela-
ción con la necesidad de preservar el territorio nacional en las zonas de fronte-
ra, en las que existen posibles conflictos limítrofes con las naciones vecinas.

Exequiel Bustillo Madero (1893-


1973). Abogado y político argen-

CC
La característica central de la gestión de Bustillo no respondió tanto al concep-
tino. Entre los años 1934 y 1944
to conservacionista de reservas naturales como al intento de construcción de fue el responsable de la Dirección
grandes enclaves modernizadores, donde el turismo, la red caminera, el trans- de Parques Nacionales, período
porte y la hotelería se conjugaban con el fin de transformar el hábitat rural con que se caracteriza por el impul-
so a la creación y desarrollo de
nuevos emprendimientos económicos. El trazado de caminos, la construcción diferentes áreas naturales prote-
de hoteles y la llegada de turistas eran vistos como una avanzada en la nacio- gidas en la República Argentina y
nalización de fronteras y puesta en práctica de la soberanía nacional. En tal la incorporación de infraestructu-
ra y equipamiento a las mismas.
sentido, los Parques Nacionales quedarían marcados por ese origen, y buena
Su contribución al fomento de las
parte de sus emprendimientos modernizadores de los años 30 tendrían ese actividades turísticas en dichos
carácter estratégico. (Capanegra, 2010: 27) ámbitos es significativa.

Con la sanción de la Ley 12103 y la creación de los Parques Nacionales


Nahuel Huapi e Iguazú comienza una marcada afluencia de turismo a estas
áreas naturales protegidas. La enunciada norma presenta un atisbo de política
turística, ya que establece el deber de la autoridad de aplicación de incentivar
la afluencia de visitantes. Esto trae aparejada la construcción de instalaciones
y servicios básicos, a la vez que se alienta la edificación de nuevos hoteles y
la refacción de otros.
En el marco de la incipiente política turística de la época, el Estado partici-
pa del desarrollo de la infraestructura y de la implementación del equipamien-
to necesario para el turismo y se convierte en prestador de servicios. Ello se
puede advertir con la llegada, en 1934, del ferrocarril desde Buenos Aires a
la ciudad de San Carlos de Bariloche y en la construcción del Hotel Llao Llao
en misma localidad.
También son hitos importantes la finalización de las obras de pavimenta-
ción de la ruta 2 (concretada en octubre de 1938), el mejoramiento de los

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


62

servicios de transporte y la reapertura de los casinos en la costa atlántica


bonaerense, cerrados desde 1927, que impulsaron el desarrollo del turismo
en esa región.
En este período se sanciona, asimismo, la Ley 12669, que otorga los fon-
dos para la construcción de hoteles y mobiliario en las ciudades de La Rioja,
Catamarca, San Luis, Chilecito, Andalgalá, el Trapiche, Río Hondo, en terrenos
transferidos a la nación a título gratuito. Asimismo, autoriza al Poder Ejecutivo
a construir hosterías, de preferencia en las rutas nacionales de acceso a luga-
res de turismo en la República.
El Decreto 12380/43 revela la importancia que adquiere el turismo, con la
anexión a Parques Nacionales de una Dirección de Turismo, cuya responsa-
bilidad es regular y fomentar las actividades turísticas en las áreas naturales
protegidas que se encuentran bajo esa órbita.
En suma, este período se caracteriza por una iniciativa privada en cuanto al
desarrollo de los destinos y del equipamiento hotelero y una embrionaria inje-
rencia estatal, aunque no por ello menos importante, en la ordenación del terri-
torio en los Parques Nacionales, así como en la implantación de infraestructu-
ra al servicio del turismo y de equipamiento en diferentes localidades del país.

2.2.2. Hacia la institucionalización del turismo social


Durante el interregno militar, consecuencia del golpe de Estado denominado
Revolución de 1943, que se extendiera hasta la llegada al poder de un nuevo
gobierno democrático en 1946, se dicta el Decreto-Ley 33302/45, que crea el
Instituto Nacional de Remuneraciones, cuyo directorio debe formular y someter
al Poder Ejecutivo los planes de inversión en las obras de turismo social y debe
reglamentar el funcionamiento de las colonias y demás establecimientos y
servicios en esa materia. Esta norma que determina la obligatoriedad del pago
a los trabajadores del sueldo anual complementario (aguinaldo) establece que
el 3% de dicho monto sea destinado:

CC
a) Fomentar el turismo social entre los empleados y obreros comprendidos en
este Decreto-Ley y sus familias;
b) Atender los gastos que demande el acondicionamiento y funcionamiento de
las colonias de vacaciones y lugares de descanso a que se refiere el inciso e);
c) Facilitar la estada de los empleados y obreros y sus familiares en los lugares
mencionados en el inciso e), contribuyendo al abaratamiento de los precios, al
traslado y demás gastos que se originen con tal finalidad;
d) Dotar a los empleados y obreros de los medios y elementos necesarios para
poder disfrutar de los beneficios del turismo social. (Artículo 49 del Decreto –Ley
33302/1945)

El Decreto-Ley en trato faculta a dar en arrendamiento, locación o administra-


ción, los bienes para fines de turismo social a los sindicatos con personería
gremial que a juicio del Directorio del Instituto Nacional de Remuneraciones
tengan suficiente responsabilidad financiera y económica.
La Dirección Nacional de Turismo, por su parte, elabora los planes de turis-
mo popular, consistentes en la organización de giras de turismo a precios

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


63

módicos y se crea en dicho ámbito la Comisión Especial para el estudio del


turismo social, que tiene por función proponer proyectos destinados al fomen-
to de esa forma de turismo.
No cabe duda de la trascendencia que presentan estas acciones en el
sostenimiento de la política de turismo social en nuestro país que caracteri-
za esta etapa.
Recuperado el orden constitucional y durante los dos primeros períodos de
gobierno peronista al frente del Poder Ejecutivo Nacional se dictan importan-
tes normas que presentan una clara política con impacto en el turismo y con
un contenido social sustantivo.
Las medidas que propician el desarrollo del turismo han sido resumidas
en las siguientes:

CC
Se reglamentaron las jornadas laborales de acuerdo al sexo, edad y naturaleza
de las tareas. Se estableció el descanso semanal y se implementaron los días
feriados obligatorios y pagos.
Se aumentaron los salarios y se tendió a la plena ocupación como consecuen-
cia de la promoción de la industria nacional.
Se implementó el salario familiar, el sueldo anual complementario y el derecho
a las vacaciones anuales pagas.
Se fomentó el turismo a través de los sindicatos de trabajadores y de la funda-
ción Eva Perón. (Schlüter, 2001: 86)

Entre 1945 y 1951 se otorga autarquía al organismo responsable de la política


turística –Administración General de Parques Nacionales y Turismo, depen-
diente del Ministerio de Obras Públicas–, que tiene a su cargo las funciones
de dirección y fiscalización de las actividades relacionadas con el turismo en
la Ciudad de Buenos Aires y en los Territorios Nacionales.
La fundación Eva Perón se encar-
Por su parte, el Ministerio de Obras Públicas continúa, a partir 1947, con ga de aportar los fondos para la
la política iniciada en el gobierno “de facto” de construcción de hoteles en construcción de las unidades turís-
diferentes ciudades del país, y otros de dominio privado pasan a manos esta- ticas de Chapadmalal, a 33 km
de Mar del Plata, y Embalse, en
tales y son gestionados por la Administración General de Parques Nacionales
Río Tercero, provincia de Córdoba,
y Turismo. conformadas por varios hoteles y
El Decreto 15475/47 crea la “Cuenta de Turismo Social, Servicio de servicios de gastronomía y com-
Excursiones Colectivas, Colonias y Campamentos” con el objeto de dar cum- pras, emergencias médicas, depor-
tes, etc. Su labor se dirige a estu-
plimiento a las previsiones del Plan Quinquenal respecto del turismo. diantes, jubilados, pensionados y
El impulso al turismo social no solo parte del Estado nacional, sino que se familias de bajos recursos (Santa
observa un importante aporte a través de la labor de los sindicatos de traba- María, 2002:22).
jadores y de la tarea que realiza la fundación Eva Perón, a la que hacia finales
de 1950, la Ley 13992 encomienda los fines sociales del Instituto Nacional
de Remuneraciones.

CC
En el año 1948 se creó la fundación Eva Perón. Estaba financiada por el Estado,
por las donaciones de los trabajadores y los empresarios, siendo destinada a
atender determinadas carencias sociales. La misma pasó a administrar los fon-
dos recaudados para el turismo social que hasta entonces eran administrados
por el Instituto Nacional de Remuneraciones y tomó bajo su responsabilidad la
administración de las colonias de vacaciones. Se construyó en La Plata la

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


64

Ciudad de los Niños, las colonias de vacaciones en Ezeiza, las piletas recreati-
vas linderas a Aeroparque, las unidades turísticas de Embalse en Río Tercero
(Córdoba), Chapadmalal en Mar del Plata y de alta montaña en Puente del Inca y
las Cuevas, provincia de Mendoza. (Wallingre, 2007:110-111)

El auge del “turismo social” en este período, planificado y de alcance general-


mente masivo, tiene por principales destinatarios a los sectores trabajadores
y de bajos recursos y a la clase pasiva.

PARA REFLEXIONAR

“Como un caso inédito en América, el Estado se convirtió en el prin-

PP cipal promotor y articulador de este tipo de iniciativas, afectando


por primera vez recursos públicos en el área en forma específica. La
política estatal de turismo social adquirió una magnitud y visibilidad
que no se repitió en ningún otro periodo de la historia argentina. La
cuestión alcanzó una posición preponderante en el área turística, que
perduró incluso hasta el último cuarto de siglo XX” (Schenkel, 2017:
53-54).

La labor llevada a cabo no se limitó al turismo social, aunque pueda conside-


rarse a este como su aporte más singular. Durante el mismo período comienza
a operar en 1948 el aeropuerto Jorge Newbery, en la Ciudad de Buenos Aires,
y en 1949 se inaugura el aeropuerto internacional de Ezeiza.
La reforma de la Constitución Nacional en 1949 trae aparejado el recono-
cimiento constitucional de los derechos del trabajador, de la familia, de la
ancianidad, de la educación y de la cultura, los que sin duda influyen en el
desarrollo posterior del turismo de masas.
Otro importante factor para el impulso del turismo es que en el año 1950
se crea la empresa del Estado Aerolíneas Argentinas, que se convierte en la
compañía aérea de bandera.
También se incentiva la construcción de alojamientos turísticos por el
sector privado, mediante el otorgamiento de créditos por parte del Banco
Hipotecario Nacional. Los créditos ofrecen tasas de interés bajas para las
inversiones en emprendimientos hoteleros.
A partir de 1951, se pone fin a la unión entre Parques Nacionales y Turismo
y las funciones en materia turística comienzan a ser ejercidas por la Dirección
de Turismo dependiente del Ministerio de Transporte.
El turismo, asimismo, es receptado como una de las materias contempla-
das en el segundo Plan Quinquenal y su propuesta puede sintetizarse así:

CC
1) En relación con los argentinos, facilitar el acceso a las zonas de turismo del
país, para que conozcan y se sientan dueños de la totalidad de la República.
2) En relación con los extranjeros, facilitar y propiciar su llegada, para que, al
conocernos mejor y valorar las bellezas de nuestra tierra, penetren en la raíz del
esfuerzo constructivo nacional. (Presidencia de la nación, 1953: 4)

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


65

La autodenominada Revolución Libertadora de 1955 pone fin a este período


donde la intervención del Estado en materia de política turística estuvo orien-
tada al desarrollo social y la promoción de un turismo al alcance de las clases
menos favorecidas.

CC
Así, con el derrocamiento del peronismo, por un lado, el turismo social fue des-
plazado a un plano secundario dentro de agenda pública del gobierno. Del tu-
rismo social se pasó a un turismo especial destinado a los sectores sociales
más vulnerables, “los pobres”. De este modo, se retornaba a la desigualdad
social tan ambicionada por las fracciones liberales del gobierno. Por el otro, se
comienza a asignar mayor importancia al turismo internacional al concebirlo
como “factor de desarrollo”, todo ello bajo la influencia de la “doctrina” difun-
dida por Naciones Unidas sobre la importancia del turismo internacional, espe-
cialmente para los países subdesarrollados. (Castelucci, 2016: 4)

Entre las acciones desarrolladas para fomentar el turismo hacia nuestro país,
durante el gobierno militar, se faculta al Poder Ejecutivo para promoverlo
mediante la construcción o explotación en el país de hoteles de categoría
internacional.

2.2.3. Políticas de desarrollo


Luego del periodo militar entre los años 1955 y 1958, el nuevo gobierno
democrático encabezado por el radicalismo se caracteriza por el fuerte impul-
so al desarrollo en todos los campos, y en particular respecto de la actividad
turística.

CC
Algunas medidas tomadas durante el gobierno de Arturo Frondizi entre los
años 1958 y 1962 determinaron un mejor nivel de vida para ciertos estratos
de la población. Entre las medidas que se implementaron durante ese período
se encuentran el incentivo a la industrialización, la captación de capitales ex-
tranjeros, y la explotación de yacimientos petroleros por parte de las empresas
extranjeras. Los argentinos comenzaron a imitar la forma de vida de los países
industrializados, y el turismo pasó a formar parte de las pautas de consumo
de la población. (Santa María, 2003: 23)

La sanción, por parte del Congreso de la Nación de la Ley 14574, el 30 de


septiembre de 1958, marca un nuevo hito en lo que respecta a la política
turística en nuestro país.

CC
Durante el gobierno democrático de Arturo Frondizi (1958-1962) se aprobó la
Ley de Turismo Nº 14574. En el debate parlamentario sobre el proyecto de ley
es posible observar la visión que se tenía del turismo como política de Estado
al concebirlo como estrategia de política económica. En este sentido, el
Senador de la UCR, por Capital Federal, Dr. Armando Luis Turano expresaba

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


66

que era necesario “contribuir a su desarrollo” entendiéndolo como un acto de


“patriotismo”. Así, se fue consolidando la idea de “desarrollar” el turismo, en
tanto es considerado como otra “industria” más con capacidad de exporta-
ción. Esto permitiría generar nuevos beneficios económicos y financieros a fin
de equilibrar la balanza de pagos ocasionados por el ingreso de divisas al
país. Se sostenía que el mayor problema que afrontaba la nación era la nece-
saria disponibilidad de medios financieros. Se entendía que existían tres fuen-
tes para equilibrar y llegar al superávit en la balanza de pagos: la actividad
agrícola ganadera, la industria y el turismo. Y en particular este último se cons-
tituía en el medio menos dificultoso y que más rápido reactivaría la economía
nacional. Se hacían evidentes así las potencialidades del desarrollo turístico.
(Castelucci, 2016: 7)

La Ley 14574 no solo otorga autarquía al organismo nacional de turismo,


entonces denominado Dirección Nacional de Turismo, sino que además le
provee de fondos para su financiamiento mediante la creación de un impuesto
de afectación específica aplicado a la adquisición de los pasajes aéreos al
Impuesto a los pasajes aéreos al exterior.
exterior. Conforme se amplía en la
Unidad 6, al hacer referencia a los Esta etapa se caracteriza, en materia de política turística, por:
tributos específicos, la Ley 14574
crea un impuesto de afectación a) Impulso al organismo nacional de turismo.
específica destinado al desarrollo
b) Desaliento del turismo al exterior (a través de la imposición del DNT).
de la actividad turística. Teniendo
en cuenta que en ese momento c) Fomento de las inversiones en materia turística (la Ley 14574 en su artí-
el organismo encargado de la culo 7 instituye un crédito especial de fomento turístico, administrado por
percepción de ese tributo es la la Dirección Nacional de Turismo, destinado a la concesión de préstamos
Dirección Nacional de Turismo,
para la ejecución o financiación de obras de construcción, de ampliación,
se lo denomina en adelante DNT.
instalación y mejoramiento de hoteles, albergues, entidades deportivas,
sociales y culturales que ofrezcan interés turístico).
d) Desarrollo del turismo social, con la creación de la sección de Turismo
Social en la Dirección Nacional de Turismo, cuyo objeto es la promo-
ción de la actividad, dentro de la jurisdicción nacional, para docentes,
empleados, jubilados, pensionados, obreros, estudiantes y trabajadores
independientes.
e) Federalismo (conforme se advierte en la integración de la Comisión Asesora
de Turismo por parte de las comisiones de fomento de turismo provinciales).
f) Incentivo a la participación del sector privado en el desarrollo de esas polí-
ticas (ya que cuenta con representantes institucionales en la Comisión
Asesora de Turismo).

En este período se promocionan las inversiones por parte del sector privado en
equipamiento turístico y el rol principal del Estado es el de acompañamiento a
través de la realización de obras de infraestructura. Ello no impide la actuación
de aquel en carácter de empresario turístico al promover la realización del
primer crucero antártico, en una acción conjunta entre la Dirección Nacional
de Turismo y la empresa estatal Líneas Marítimas Argentinas.
También en esta etapa se adoptan diferentes medidas destinadas a pro-
mover el turismo social:

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


67

CC
El presidente Arturo Frondizi creó un órgano específico, la Sección de Turismo
Social, dentro de la Dirección Nacional de Turismo, tendiente a promover y or-
ganizar el turismo social para docentes, empleados, jubilados, pensionados,
obreros, estudiantes y trabajadores independientes. La sanción de la primera
Ley Nacional de Turismo (14574/58) y su decreto reglamentario (9468/61),
destaca al “turismo educacional y social” entre las tipologías turísticas, ten-
diente a asegurar la valoración, estímulo y aprovechamiento de los recursos tu-
rísticos, poniendo estos al servicio de la salud física y mental del pueblo y de
la economía del país.
La Sección de Turismo Social centralizó diversas acciones específicas: promo-
ción y gestión de créditos turísticos personales a pagar mensualmente con des-
cuentos salariales; gestión de bajas tarifarias en servicios de transporte y hos-
pedajes; formalización de vínculos con organizaciones gremiales para coordinar
acciones asociadas; impulso de un “ahorro turístico familiar” para la realización
de prácticas turísticas; organización de congresos de turismo social para favore-
cer su desarrollo; promoción de acuerdos con provincias y municipios para forta-
lecer estos flujos turísticos de manera permanente; fomento y apoyo de colonias
de vacaciones, balnearios, campos deportivos y de recreación y demás esta-
blecimientos destinados al “turismo económico” en zonas de interés turístico;
organización y realización de excursiones a bajo precio; y promoción del turismo
social internacional (Ley 14574/58, Art. 14). (Castelucci, 2017: 57)

La destitución en 1962 del presidente elegido democráticamente, por un


nuevo movimiento militar, y su reemplazo por el presidente provisional del
Senado, cierran un ciclo de enorme impulso para el desarrollo de la actividad
turística en nuestro país.

2.2.4. Planificación y fomento como herramientas de la política


turística
La jefatura del Ejecutivo nacional, encabezada nuevamente por el partido
radical luego de elecciones democráticas, no concluye su mandato producto
de un nuevo golpe militar en 1966, autodenominado “Revolución Argentina”,
que pone fin al gobierno.
La etapa que se inicia con ese hecho se caracteriza porque la política turís-
tica, a diferencia de los períodos que le preceden, cuenta con el fundamento
teórico dado por los estudios realizados por expertos en la materia.

CC
En este breve contexto, se despliegan dos fenómenos que se interrelacionan:
la internacionalización del turismo y la expansión de la planificación del desar-
rollo. Respecto del turismo podemos decir que el desarrollado a partir de la se-
gunda posguerra, no es un fenómeno espontáneo, no se produce desordena-
damente por obra de una demanda incontrolable; es el resultado de una
voluntad, impulsada por un potente aparato de promoción que recibe apoyo de
las más altas instituciones económicas internacionales: Fondo Monetario
Internacional, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo,
Organización de Estado Americanos, Unesco, Cepal y Organización Mundial del
Turismo entre otras. Estas atribuyen una gran importancia a los flujos turísti-

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


68

cos internacionales porque originan movimientos monetarios, cuyas repercu-


siones no son nada despreciables en materia de pagos por conceptos de com-
ercio exterior.
Por tanto, la difusión del turismo se desea y se busca, en primera instancia, por
razones económicas, y es bien sabido que los primeros beneficiados fueron los
países desarrollados.
Ahora bien, a partir de 1960 surgió la idea “revolucionaria” de que el turismo,
especialmente el internacional, debía y podía, beneficiar a los países subde-
sarrollados: el argumento esgrimido era que la llegada de numerosos turis-
tas extranjeros a dichos países aportando divisas, reduciría en consecuencia,
el déficit estructural de su balanza de pagos. Es así, que las Naciones Unidas
en su Conferencia de Roma en 1963, haciendo suya dicha tesis proclama-
ron solemnemente: “El turismo puede aportar y aporta efectivamente una con-
tribución vital al crecimiento económico de los países en vías de desarrollo.
(Capanegra, 2006: 57-58)

Es así como en el año 1966 la Dirección Nacional de Turismo y la Facultad de


Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires integran un equipo
interdisciplinario destinado al estudio de la problemática turística.
Este equipo recibe en 1967 el apoyo de una misión de la OEA cuyo objeti-
vo es el estudio de la incidencia del turismo en las economías regionales y la
elaboración de un plan que integre al turismo dentro de los planes de desarro-
llo. El resultado del trabajo de la misión de asistencia se refleja en un informe,
denominado Bases metodológicas para la planificación del turismo como factor
de desarrollo regional, al que se considera como el primer antecedente meto-
dológico documental del turismo en la República Argentina (Gemelli, 1992:4).
El equipo asesor de planes y proyectos de la Dirección Nacional de Turismo
publica el Primer Documento de Trabajo para la planificación del desarrollo
turístico del país donde se investigan las actuaciones en materia de turismo
en la Argentina como modo interpretativo de la política turística que precedie-
ra a ese período.
El gobierno militar, en 1968, mediante la así llamada Ley 17618 deja sin efec-
to los artículos 13º y 14º de la Ley nacional 14574, relativos al turismo social,
circunstancia que muestra una retracción en la política turística en esa materia.
Con posterioridad, ese mismo año, y a partir del convenio suscripto entre
la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UBA y la Dirección Nacional de
Turismo se realiza el Plan de Desarrollo Turístico de la Provincia de Misiones y
del Complejo Cataratas del Iguazú, empleando el modelo desarrollado.

“En 1968, luego del asesoramiento de la OEA, el equipo interdisciplinario constituido


en Equipo Asesor de Planes y Proyectos de la Dirección Nacional de Turismo publica
el primer documento de trabajo para la planificación del desarrollo turístico del país. En
este documento, por un lado se investigan las actuaciones en materia de turismo en la
Argentina (leyes, decretos, organización oficial y privada) para poder interpretar la orien-
tación de la política turística en los 25 años anteriores; y por el otro, luego de analizar el
turismo como fenómeno social, se realiza un primer inventario del patrimonio turístico
nacional y de equipamiento y servicios turísticos, así como el cálculo de indicadores que
permitieran definir con más precisión la valoración y comparación del potencial turísti-
co de las zonas.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


69

Para el inventario del patrimonio turístico se especifican los pasos realizados: a) bús-
queda de la información, b) preparación de un esquema para ordenar la información, c)
transcripción de los datos obtenidos según el esquema de categorías y tipos, d) evaluación,
estableciendo los criterios de evaluación, e) expresión gráfica y f) zonificación. En esta
metodología se definieron y detectaron “los elementos” a los que se denomina por primera
vez atractivos turísticos, clasificándolos en 5 categorías y 23 tipos, que son los que seguirá
y desarrollará Cicatur en México y que se utilizan actualmente. Se define el concepto
de jerarquía para evaluar de acuerdo con la lista de evaluación ad hoc, los atractivos. Las
jerarquías se denominan de mayor a menor (A, B y C). Los atractivos no descartados, es
decir, incluidos en una de dichas jerarquías pasaron a llamarse “focos turísticos”, siendo
su definición: todo atractivo turístico de al menos jerarquía C. Es curioso observar que
este concepto no ha sido retomado ni desarrollado después en ninguna otra metodología
o plan. También se definen los conceptos de núcleo turístico, centro turístico, de zona y
de área turística. Como resultado de la aplicación de este método y en base al inventario
realizado y al mapa de focos turísticos se definieron en el territorio del país, 8 áreas con
20 zonas, las que fueron luego evaluadas con la aplicación de indicadores de patrimonio,
distancia-comunicaciones, equipamiento y precios.
En la última parte del documento se establece una metodología de estudio para zonas
y áreas turísticas y una metodología para el análisis de núcleos o centros turísticos. En este
acápite se establece el primer análisis de actividades turísticas según especie, intensidad y
grano y la organización focal de un espacio urbano, así como su radio de influencia, índice
de relación entre población permanente y turística y configuración morfológica, desarrollos
todos que han sido ampliados y perfeccionados, pero de los que aquí encontramos su prime-
ra aplicación al turismo. Estas metodologías fueron distribuidas por la Dirección Nacional
de Turismo en separatas por temas a todas las autoridades de turismo de las provincias, en
lo que constituyó un primer esfuerzo de unificación de conceptos, métodos y discursos”
(Gemelli, 1992: 4-6).

Con la disolución del equipo interdisciplinario creado en este período, concluye


una etapa en la que el desarrollo de las políticas turísticas en nuestro país
contaba con un importante fundamento metodológico.
Completando políticas de fomento que también caracterizan a este período,
el Poder Ejecutivo Nacional sanciona y promulga la así llamada Ley 17752, del
27 de mayo de 1968, que se caracteriza por el fomento de las inversiones “Iniciada en 1966 la ‘Revolución
privadas en equipamiento hotelero de nivel internacional. Argentina’ señalamos de inmedia-
to el error semántico y político de
llamar ‘leyes’ a los decretos-leyes
del gobierno de facto, uso lingüís-
tico que tenía una expresa volun-
“La Ley 17752 del 27 de mayo de 1968 inaugura una época en la que la política en mate-
tad ‘legitimadora’ del gobierno.
ria hotelera estaba destinada a incrementar y regular la actividad a través de las llamadas Han sido pocos los juristas que
‘leyes de fomento turístico’. eligieron en su momento llamar-
Establecía entre otros aspectos: los como corresponde (‘decre-
to–ley’ o ‘así llamada ley’) y por
•• La declaración de promoción de la construcción, equipamiento y explotación de los ello el uso cotidiano de este país
hoteles nuevos para el turismo internacional, cuyo emplazamiento se proyecta ubi- emergente recibe pleno el dete-
car en la Ciudad de Buenos Aires, San Carlos de Bariloche, Parque Nacional Nahuel rioro de los principios. Hasta el
Huapi, Parque Nacional Iguazú, Mendoza, Jujuy y Salta. día de hoy encontramos libros,
fallos, doctrinas, que a décadas
•• La autorización a las empresas que construyan y equipen nuevos hoteles de turismo
de terminado el último gobierno
internacional de deducir del impuesto a los réditos (actual ganancias) de las sumas de facto, todavía prosiguen con
invertidas en la compra de terrenos, en la construcción de edificios y los bienes desti- ese peligroso uso legitimador”
nados a la instalación de este tipo de hotel. (Gordillo, 2003: VII-6).
•• La exención, a las empresas que exploten dichos establecimientos, del pago del impues-
to a los réditos, por el término de cinco ejercicios anuales a contar de la habilitación

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


70

del hotel inclusive, del gravamen a la transmisión gratuita de bienes, y del impuesto de
sellos sobre los contratos de sociedad y sus prórrogas, tratándose de empresas nuevas.
El Decreto 3091/68 del 3 de junio de 1968 reglamentó la Ley 17752, estableciendo las
características que debía contar un establecimiento para ser considerado como “hotel de
turismo internacional”, como así también respecto del procedimiento para hacer efecti-
vas las franquicias y exenciones que establece la Ley.
La Ley 21694 del 5 de diciembre de 1977 prorrogó la vigencia de los beneficios impo-
sitivos previstos en la Ley 17752 hasta el 31 de diciembre de 1978.
Si bien esas leyes eran altamente favorables para la instalación de hoteles, el crecimiento
de la actividad recién se produce casi quince años después de la caducidad de estas normas,
impulsadas por las normas de desregulación y la estabilidad económica de principios de la
década del 1990” (Del Busto, 2003: 157-158).

A través de la así llamada Ley 18169, del 2 de abril de 1969 se realiza,


asimismo, la transferencia de diferentes hoteles de turismo de propiedad
del Estado nacional a las provincias de Catamarca, Córdoba, Corrientes, La
Rioja y San Luis con la finalidad de fortalecer el concepto de descentralización
administrativa y de vigorizar el de autonomía de los gobiernos provinciales.
Cierra este período de fomento de la actividad turística la Ley 18674, del
12 de mayo de 1970, que promueve las actividades de establecimientos hote-
leros y alojamientos turísticos, restaurantes, medios de elevación, transpor-
tes, auditorios y salas de reuniones, balnearios, establecimientos termales,
entre otros, en la medida en que no estuvieran alcanzados por los beneficios
de la Ley 17752. La finalidad de la norma es lograr una eficaz coordinación
en el planeamiento de la infraestructura turística en los centros prioritarios en
cada provincia, definidos por el Poder Ejecutivo Nacional de conformidad con
el Decreto 2081/70.

2.2.5. La regulación como política para la actividad turística


La década de 1970 demuestra la continuidad del interés por parte del Estado
en el desarrollo de la oferta de alojamiento de categoría internacional. Esto
genera la prórroga de la normativa destinada a la promoción de las inversio-
nes hoteleras, y permite la aplicación de beneficios tributarios en el caso de
construcción de inmuebles destinados a tal actividad.
Se advierte, en esta etapa, en relación con la política turística, una nueva
particularidad: la regulación por parte del Estado nacional de las actividades
que presentan mayor trascendencia –el alojamiento y la intermediación en la
prestación de servicios turísticos–. Si bien se encuentran antecedentes pre-
vios de intervención estatal en ambas materias, las normas dictadas en este
Ley Nacional de Hotelería y Ley período se han caracterizado por su perdurabilidad, lo que las convierte en
de Agentes de Viajes. Se hace trascendentes al estudiar la actividad turística.
referencia al contenido de estas Las normas enunciadas dictadas en el año 1970 son:
normas en la Unidad 6.

a) La así llamada Ley 18828, Nacional de Hotelería, que establece la obligato-


riedad para los establecimientos que brinden hospedaje en zonas turísticas
de inscribirse en el Registro Hotelero Nacional. Dicha norma se reglamen-
ta en primera instancia por el Decreto 2253/70, que fija la particular cate-
gorización de los hoteles en soles, hasta que su reemplazo por el Decreto

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


71

1818/76 que retorna el sistema a los cánones universalmente aceptados


de categorización por estrellas.
b) La así llamada Ley 18829, de Agentes de Viajes, que establece los requi-
sitos para la actuación en la intermediación de servicios turísticos e impo-
ne la obligatoriedad de inscripción en el Registro de Agentes de Viajes. Fue
reglamentada a través del Decreto 2254/70, de escasa aplicación, que
posteriormente es reemplazado por el Decreto 2182/72.

Ambas normas se encuentran actualmente vigentes con sus respectivos


Decretos Reglamentarios de la década de 1970; no obstante, la primera de
ellas ha perdido casi virtualidad jurídica, ante el desarrollo de la normativa de
alojamiento turístico provincial y la desaparición de los espacios en los que el
Estado nacional cuenta con competencia para su aplicación.
En lo que respecta a la planificación del desarrollo turístico, en 1971,
el Conade y el Consejo Nacional de Seguridad (Conase) elaboran el Plan
Nacional de Desarrollo y Seguridad 1971/75, que incluye el turismo entre
sus componentes.

CC
Entre los objetivos del plan se destacan: promover el desarrollo del turismo in-
terno, especialmente el social; promover el turismo internacional como medio
de proyección del país al exterior y como fuente de divisas; asegurar la preser-
vación y promover el conocimiento de las bellezas naturales del país, su flora y
su fauna; entre otros. De este modo, se observa que se vuelve a la idea de fo-
mentar principalmente el turismo internacional por posibilitar el ingreso de divi-
sas al país, en tanto la promoción del turismo interno quedaría centrada en el
turismo social y en un segundo plano. (Castelucci, 2016: 4)

También se desarrollan en este período diferentes trabajos de planificación


del desarrollo turístico:

CC
Se cuentan entre los mismos el Plan de Desarrollo Turístico de Iguazú (1969),
Neuquén, Chubut y La Rioja (1970); el Programa de Desarrollo Turístico del
Nordeste (1971); el Proyecto Integrado OEA de Cooperación Técnica para el de-
sarrollo turístico de la provincia de Misiones y el Plan de ordenamiento turístico y
recreativo del Complejo Ullum, provincia de San Juan (1972); el Estudio Integral
para el desarrollo turístico del Delta del Paraná Bonaerense (Latinoconsult S.A.,
1972); el Estudio de factibilidad técnico-económica y de implementación para el
complejo termal Copahue-Caviahue (1973); el Desarrollo turístico integrado de la
Región de los Lagos argentino-chilenos (BID-Intal 1975) y el Desarrollo Turístico
Regional de la Patagonia (CFI, 1976); el Convenio tripartito sobre Desarrollo
Turístico de un circuito turístico Argentina, Bolivia y Perú por una parte y el BID
por otra (1976). (Wallingre, 2011: 128)

A partir de la llegada de un nuevo gobierno peronista al poder, en 1973, se


elabora el Plan Trienal para la Reconstrucción y la Liberación Nacional (1974-
77). En él se ubica al turismo entre los objetivos y metas a alcanzar, basado en

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


72

dos lineamientos: el turismo social y el plan de desarrollo turístico –orientado


a promover el turismo interno e internacional– que exige el desarrollo de la
infraestructura, el equipamiento y los servicios y el acondicionamiento de los
centros turísticos para satisfacer a esa demanda (Gemelli, 1986).
Acompañando a la importancia asignada al turismo receptivo, como factor
de desarrollo nacional y fuente proveedora de divisas, el gobierno nacional
dispone la instalación y mantenimiento en el exterior de “Oficinas o Casas
Argentinas de Turismo” encargadas de la promoción, información, asesora-
miento y coordinación en materia turística.
Dichos planes no terminan de ser ejecutados por la ruptura del régimen
constitucional por un nuevo golpe de Estado, que adopta la denominación de
“Proceso para la Reorganización Nacional”. Entre las medidas dispuestas por
el nuevo gobierno de facto se procede al cierre de las oficinas de turismo en
el exterior.
Hacia el año 1977, la Subsecretaría de Turismo presenta el documento
El turismo en la Argentina, realizado en colaboración con el Cicatur-OEA. Los
objetivos del mencionado documento son:
Cicatur es la sigla con la que se
distingue al Centro Interamericano
de Capacitación Turística, que
llevara a cabo programas de

CC
• Poner en evidencia lo que el turismo es y puede ser para la Argentina, pre-
desarrollo turístico para contri-
sentando esta actividad bajo la única concepción a través de la cual puede
buir con los Estados miembros
de la Organización de Estados ser aceptada por consenso e incorporada definitivamente y decididamente
Americanos al desarrollo de la en el quehacer nacional.
actividad turística. •• Servir de base para investigaciones y estudios que lo enriquezcan y comple-
menten y para la elaboración de futuros planes sectoriales que se inserten
en la planificación nacional. (Cicatur-OEA, 1977: 1)

“En este contexto, sin embargo, la política turística careció de la elaboración e implemen-
tación de un plan específico para su desarrollo. En este sentido, el organismo oficial de
turismo en 1977, y a partir de la falta de concreción de los planes elaborados anterior-
mente, reconocía que la planificación turística argentina había sido esporádica y parcial
(Wallingre, 2007). Se consideraba que había sido parcial dado que hasta ese momen-
to no se había podido planificar el turismo dentro del marco general de la planificación
nacional.
Por otra parte, durante este período se elaboró un documento denominado ‘El turis-
mo en la República Argentina’, en el año 1977, trabajo encarado por la Subsecretaría de
Turismo con la participación de técnicos del Cicatur-OEA. Este documento tuvo por
objetivos, por un lado, poner en evidencia lo que el turismo representaría en el presente
y futuro del país; y por el otro, servir de base para investigaciones y estudios que los enri-
queciera y complementase. Además, buscaba elaborar futuros planes sectoriales que se
insertasen en la planificación nacional. Constaba de tres secciones: la primera definía el
turismo, la segunda analizaba la evolución del turismo en el país, y la tercera parte con-
tenía y justificaba una propuesta conceptual. Los resultados del documento dan cuenta
de que el turismo era considerado un sector alternativo en el desarrollo socioeconómico
nacional, y entendía que delinear una política turística no era una tarea exclusiva del
sector ni público ni privado.
Asimismo, y durante el Proceso de reorganización nacional, la Subsecretaría de
Turismo organizó una serie de Reuniones Nacionales de Turismo y se elaboraron infor-
mes. De las trece reuniones celebradas entre 1976 y 1980, solo en las dos primeras reunio-
nes se trabajó sobre la planificación en el turismo, en el resto de las reuniones se trataron
temas como señalamiento turístico, interpretación de la naturaleza, inventario turístico,
áreas forestales de recreación y otras en función de la planificación turística.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


73

En la primera reunión se elaboró el documento El planeamiento turístico: su difusión


dentro del concepto actual del turismo. Ese informe daba cuenta de la importancia del
mismo para el turismo, y partía de definir el planeamiento como la proyección de un
futuro deseado y la determinación de los medios efectivos para lograrlo, considerando
que de todas las clases y jerarquía que forman un planeamiento, las que han recibido un
análisis más profundo son las evaluaciones de inversión.
En la segunda reunión, también celebrada en 1976, se elaboró el informe Primeras bases
para el Plan Nacional de Desarrollo Turístico. Esa propuesta partía de la definición del turis-
mo, teniendo en cuenta, para la formulación de los objetivos nacionales, las consecuencias
tanto económicas como sociales que tiene esta actividad. Como objetivo internacional
buscaba influir positivamente sobre la balanza de pagos. Proponía una estrategia para la
captación de turismo receptivo, actuando prioritariamente sobre los países que componen
la región sudamericana” (Castelucci, 2016: 11-12).

Durante el período de gobierno militar, comprendido entre 1976 y 1982, el


turismo social se vio limitado a la prestación de los servicios de las Unidades
Turísticas de Embalse Río Tercero y Chapadmalal (Wallingre, 2011:125).
Como signo de apertura ante la inminente transición hacia un gobierno
democrático se crea, en el ámbito de la Subsecretaría de Turismo, un Consejo
Asesor integrado por representantes del sector privado relacionado con la acti-
vidad turística y del sector público provincial correspondiente. Asimismo, se
ratifica el acta constitutiva del Consejo Federal de Turismo suscripta por los
representantes del territorio federal de Tierra del Fuego, las provincias y la ciu-
dad de Buenos Aires, el 4 de noviembre de 1982, reconociendo el carácter
interjurisdiccional de la actividad y la necesidad de un esfuerzo conjunto de
todos los intervinientes para su adecuado desarrollo.

2.2.6. La política turística hasta finales del siglo XX


Con el advenimiento de la democracia en el año 1983, y la llegada a la pre-
sidencia de la nación del partido radical, comienza un nuevo período para la
política turística, en el que se advierte la importancia que ha cobrado el turis-
mo dentro de las políticas públicas.
En dicha etapa se jerarquiza a la Administración Nacional de Turismo, y
se la convierte en Secretaría de Turismo, dependiente de Presidencia de la
Nación. Asimismo, y a fin de fomentar el turismo interno, se promueve la
ley de traslado de feriados nacionales obligatorios.
En 1984 se publica el documento Bases para un Plan Federal Turismo, que
La ley de traslado de feriados
constituye un análisis de la situación del sector y sus posibilidades a corto,
nacionales obligatorios promueve
mediano y largo plazo. Este trabajo se origina en la comprobación de que los el aumento de la demanda turísti-
esfuerzos parciales de planeamiento y de obras turísticas, planes promociona- ca a lo largo del año, favorecien-
les, iniciativas de apoyo legal e institucional y otras acciones para el desarrollo do la desestacionalización de los
destinos, mediante el traslado de
turístico realizadas carecen de una visión general y documentada (Ministerio determinados días feriados.
de Economía, 1984:III). Al respecto señala Gemelli:

CC
[…] Este trabajo tiene por objetivo ofrecer una síntesis de la situación del turis-
mo en la Argentina y con base en ello realizar una evaluación exponiendo los
conflictos más relevantes. Como resultado de esta evaluación se establecen
propuestas correctivas a los conflictos ordenándolas en cuatro sistemas fede-

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


74

rales: el de Patrimonio Turístico, el de Equipamiento y Servicios Turísticos, el


de Promoción y Desarrollo Turístico y el Institucional y Jurídico de Apoyo y los
programas y subprogramas a seguir.
Este plan aplica la integración multisectorial y transdisciplinaria que el turismo
exige y se realiza con altos grados de participación a nivel de consultas y reu-
niones federales. (Gemelli, 1992: 15)

Es preciso destacar, también, que en este período se realizó el Primer


Encuentro Nacional de Legislación Turística, organizado por la Secretaría de
Turismo y la Cámara Argentina de Turismo (CAT), donde los sectores público
y privado acuerdan el proyecto de Ley Nacional de Turismo. Este no alcanza a
ser tratado por el Congreso de la Nación, sin embargo, sienta las bases de un
consenso en materia de política turística entre dichos sectores.
A fin de obtener mayores recursos para el fomento y desarrollo de la acti-
vidad se sanciona la Ley 23522 que eleva la alícuota del impuesto de afecta-
ción específica aplicado a los pasajes al exterior (DNT) del 1% al 5%.
A partir de 1989 se advierte, junto con la asunción de un nuevo gobier-
no peronista, un cambio en materia de política turística, ya que comienza a
prestarse mayor interés al arribo de turistas procedentes de países no limí-
trofes, fijando una política que busca el ingreso de divisas a través del turis-
mo receptivo.
El período al que se hace referencia se encuentra marcado por la paridad
entre la moneda argentina y el dólar estadounidense, lo que afecta de mane-
ra desfavorable la competitividad de los destinos turísticos argentinos con
relación a los países limítrofes, por la diferencia de cambio. La Secretaría de
Turismo de la Nación realiza entonces el Primer Plan de Marketing Estratégico
y de Desarrollo Turístico en cooperación con la Unión Europea, con el objeti-
vo de conocer y atraer la demanda internacional a partir del conocimiento de
sus hábitos y motivaciones turísticas. De igual manera se trabaja respecto del
mercado norteamericano.

CC
[…] Ese mismo año, la Secretaría de Turismo de la Nación, en forma conjunta
con una consultora norteamericana, estudió el mercado proveniente de los
Estados Unidos y Canadá, viéndose los resultados plasmados en el “Argentina
Tourism Marketing Plan North America 1992-1993”, segmentando la demanda
por nichos. (Santa María, 2003: 27)

La estabilidad económica en la década de 1990 y la paridad cambiaria con


el dólar provocan, además, que cada vez un número mayor de argentinos
planifiquen sus vacaciones en el exterior. Ello genera que el mayor reto de
la política turística fuera el aumento de ingresos de divisas provenientes de
extranjeros. Para tal fin se dictan una serie medidas destinadas a mejorar la
competitividad del sector. Entre ellas podemos citar el régimen de reintegro
del impuesto al valor agregado (IVA) facturado al turista del exterior por com-
pra de bienes gravados producidos en el país. Si bien dicho sistema favorece
al turista extranjero, solo se contempla su aplicación en algunos puntos de
salida del territorio nacional.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


75

En este período se autoriza la venta del tradicional Hotel Llao Llao.


Se crea también el Consejo Intersectorial de Seguridad Turística, en el
ámbito de la Secretaría de Turismo, a los efectos de asegurar la protección
de la integridad física, salud, bienes, derechos y garantías de los turistas.
Puede afirmarse que recién a partir de la sanción por parte del Congreso de
la Nación de la Ley 25198, del 10 de noviembre de 1999, se abre una nueva
etapa en lo que respecta al reconocimiento de la importancia del turismo como
política de Estado. A través de dicha norma:

a) Se declara de interés nacional al turismo como actividad socioeconómica.


b) El Estado provee a su fomento, desarrollo, investigación, promoción, difu-
sión, preservación y control.
c) Se otorgan beneficios impositivos, tributarios y crediticios similares a los
de la actividad industrial.
d) Se invita a todas las provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a
adherir a dicha norma.

A partir de la asunción del gobierno de la Alianza, coalición conformada por


diferentes fuerzas políticas, se acentúan las medidas destinadas a mejorar la
competitividad del sector turístico. Entre otros, se aprueban diferentes acuer-
dos destinados a la mejora de la competitividad y a la generación del empleo
en el sector, en el marco de la Ley 25413.
También se aprueba la Ley 25406 que permite el reintegro del IVA a las
compras realizadas por turistas extranjeros en el interior del país, norma que
carece de aplicación efectiva por falta de reglamentación por parte del Poder
Ejecutivo Nacional.
En este período, la Secretaría de Turismo de la Nación elabora el Plan
Nacional de Desarrollo Turístico Sustentable 2000-2003, destinado al fomento,
desarrollo, investigación, promoción y difusión de las actividades turísticas y
la preservación de los recursos naturales, que prevé diferentes iniciativas en
materia de turismo rural.

CC
La nueva administración lanzó el Programa Federal de Turismo Social (2000),
surgido del Plan Nacional de Desarrollo Turístico Sustentable (2000-2003), con
los objetivos de diversificar la oferta a partir de nuevos destinos, propiciar la
generación de empleo, atenuar los problemas de estacionalidad, facilitar el au-
mento de actividad de las pymes y recibir propuestas y aportes de la actividad
privada (Resolución 427).
A diferencia del Programa Unidades Turísticas, promovió la cooperación con
organizaciones empresariales de segundo grado, provincias, municipios y pres-
tadores turísticos, a partir de contratos de adhesión formal. La propuesta ofre-
cía un paquete turístico con un subsidio de un 80% de la tarifa vigente, que
incluía estadía de entre cinco a siete noches, servicio de pensión completa y
una excursión.
Los destinos del programa en un principio fueron Iguazú, Termas de Río Hondo,
Esquel, Córdoba Miramar, Municipio Urbano de la Costa, Mendoza, Merlo,
Gualeguaychú y Concepción del Uruguay.
Las Unidades Turísticas en tanto, pasaron a gestionarse a partir de un nuevo
sistema de concesión de servicios. (Schenkel, 2017: 59)

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


76

Por un corto plazo, el Organismo Nacional de Turismo alcanza la jerarquía


de Ministerio de Turismo, Cultura y Deporte, mediante el dictado del Decreto
1366/2001, reconociéndose la importancia vital de la actividad y la inclusión
de ella entre las políticas públicas del Estado nacional.
Los planes previstos no pueden concluirse debido a la renuncia del presi-
dente de la nación en el mes de diciembre de 2001, los sucesivos cambios
en el Poder Ejecutivo Nacional y la situación económica de emergencia que
se viviera.

2.2.7. La política turística en el siglo XXI


Luego de efectuada una indagación en torno a la aplicación de políticas públi-
cas en materia de turismo en la historia de la República Argentina, resta hacer
referencia a la política turística en las décadas transcurridas del siglo XXI.
La crisis económica del año 2001 trajo aparejadas importantes consecuen-
cias socioeconómicas cuyo abordaje excede el marco de esta carpeta, pero
que no pueden dejar de mencionarse. A raíz de la mencionada dimisión, el
Congreso de la Nación designa un nuevo titular del Poder Ejecutivo Nacional,
lo cual es acompañado de importantes cambios en materia de política eco-
nómica. Entre ellos han de mencionarse la derogación de algunos artículos
de la Ley de Convertibilidad que establece la paridad cambiaria entre el peso
argentino y el dólar norteamericano, así como una importante devaluación de
la moneda. Estas medidas generan como consecuencia la paulatina recupera-
ción de la competitividad del sector turístico, que se convierte en uno de los
factores que impulsan la recuperación económica.
Las nuevas elecciones, con un triunfo de la fórmula peronista, abren un perío-
do de gran trascendencia con relación a la actividad turística, porque, frente a
los efectos de la devaluación, el turismo se convierte en una de las actividades
que alcanza con mayor rapidez índices de crecimiento, para superar holgada-
mente los valores anteriores a la crisis, tanto en lo que respecta a los movimien-
tos internos de turistas como a la recepción de visitantes extranjeros.
Advertido el legislador de estas circunstancias, a impulso del Poder
Ejecutivo Nacional, decide otorgar al turismo una ley acorde a los nuevos pos-
tulados, reconociéndole un especial lugar de privilegio. La sanción de la Ley
Nacional de Turismo 25997, que reemplaza a la Ley 14574, proclama al turis-
mo como una política de Estado. El impulso de esta ley es, asimismo, una
muestra cabal de la política turística, ya que su texto cuenta con el consenso
tanto de las provincias como del sector privado.

CC
La intención declarada de convertir al turismo en ‘política de Estado’ se corres-
pondió con un período de alza sostenido de las llegadas de turistas nacionales
e internacionales y complejización de la red de destinos en buena parte del te-
rritorio nacional, y con la diversificación de la oferta para gran variedad de pú-
blicos. (Trivi, 2016: 70-71)

En este período se aprueban, también, sendos préstamos del Banco


Interamericano de Desarrollo (BID) destinados al Programa de Mejora de la
Competitividad del Sector Turismo y al Programa de Desarrollo de Corredores
Turísticos.

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77

En materia de promoción del turismo en el exterior son de vital importancia


las acciones realizadas a través del Instituto Nacional de Promoción Turística,
que se encarga de la labor de difusión del turismo en el exterior, realizando
acciones de diferente naturaleza, fundamentalmente, a través de las diferen-
tes oficinas de turismo situadas en destinos emisores y la participación en
ferias internaciones de turismo. Durante este período se desarrolla el Plan de
Marketing Internacional Argentina 2012-2015.
También se crea la “Marca Argentina”, isologotipo que permite homogenei-
zar la imagen nacional en el mundo, y en el ámbito de la Jefatura de Gabinete
de Ministros, la Comisión Intersectorial de la Estrategia Marca País Argentina.
No es de menor importancia la tarea efectuada a través del fondo de
inversiones turísticas, con ayuda de un crédito del Banco Interamericano de
Desarrollo, que permitió la realización de innumerable cantidad de obras para
la mejora del equipamiento turístico.
Asimismo, se advierte un fuerte impulso a la implementación de la calidad
tanto en lo que respecta a los destinos como a los prestadores turísticos.
La Administración Nacional de Turismo cuenta con una Dirección Nacional
de Calidad Turística, que se ocupa de la materia e implementa diferentes ini-
ciativas en el marco del Plan Nacional de Calidad Turística, como el Sistema
Integral de Gestión Organizacional (SIGO), las Directrices de Gestión Turística,
el Programa de Buenas Prácticas y la implementación de distintivos de calidad.
Por último, se advierte un nuevo impulso al turismo social, mediante la
recuperación de las Unidades Turísticas de Embalse y Chapadmalal y su ges-
tión a través de la Dirección de Turismo Social.
La importancia que cobra la actividad se refleja, asimismo, en la jerarquía
que se otorga a la Administración Nacional de Turismo, que en sucesivas modi- Para ampliar los conocimientos
acerca del Plan Federal Estratégico
ficaciones de la estructura de la administración pública nacional pasa de ser
de Turismo Sustentable (PFETS
una Secretaría dependiente de la Presidencia de la Nación, a depender del 2016) se sugiere remitirse a
Ministerio de Producción, luego a conformar la cartera de Industria y Turismo, Toselli, C. (2013), Planeamiento
para finalmente y a través del dictado del Decreto de Necesidad y Urgencia Turístico, carpeta de trabajo,
Universidad Nacional de Quilmes,
919/10 convertirse en Ministerio de Turismo. Bernal, pp. 64 a 72.
Otro eje trascendente de la política turística de este período se encuentra
en la planificación y se ve reflejado en el Plan Federal Estratégico de Turismo
Sustentable (PFETS 2016), que sigue el modelo participativo y federal a través
de reuniones en todas las regiones del país. Este proceso es coordinado por
un equipo técnico integrado por la Sectur, el Consejo Federal de Inversiones
(CFI) y Flacam.
Acompañando al PFETS se impulsan iniciativas como el Programa de Flacam es el Foro Latinoamericano
Desarrollo y Estímulo de Destinos Emergentes (Profode) y los Productos de Ciencias Ambientales, una
Integradores Regionales (PIR), destinados a la integración de proyectos aso- federación de asociaciones civi-
les americanas y europeas que
ciativos y a mejorar la competitividad y la oferta local. tuvo a su cargo la elaboración de
La llegada de una alianza de partidos denominada Cambiemos a la la metodología para el desarrollo
Presidencia de la Nación, hacia finales de 2015, abre un nuevo período en el del Plan Federal Estratégico de
Turismo Sustentable.
que se introducen algunas modificaciones en la política turística. Entre las pri-
meras medidas adoptadas, la Administración de Parques Nacionales deja la
órbita del Ministerio de Turismo para pasar a ser un organismo descentraliza-
do del Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable.
En este período se presenta un Plan Nacional de Turismo con horizonte 2016-
2019 cuyos objetivos son: el posicionamiento de Argentina como destino líder de
la región; el aumento de los arribos y gastos promedio del turismo receptivo inter-
nacional; la promoción del turismo interno y social; el desarrollo de nuevos produc-

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


78

tos y destinos turísticos y el aumento de la inversión pública y privada. Asimismo,


se desarrolla el Plan Nacional de Infraestructura turística y el Plan de Promoción del
Turismo Interno, con diferentes acciones. Con el objetivo de mejorar la conectividad
interna se abre el proceso de audiencia pública para la autorización de empresas
interesadas en operar vuelos domésticos y regionales y se habilitan infraestructuras
aeroportuarias a esos fines. En materia de promoción turística internacional se ela-
bora un plan de promoción por acciones, por mercados y audiencias estratégicas.
Otras medidas de importancia son la reglamentación de la Ley 25406, de
Devolución del Impuesto al Valor Agregado a turistas extranjeros por servicios
de alojamiento, y la eliminación de la tasa de reciprocidad aplicable a turis-
tas estadounidenses, ambas disposiciones tendientes a aumentar el flujo de
turistas extranjeros.
A través del Decreto de Necesidad y Urgencia 801/18, se suprime el
Ministerio de Turismo y por Decreto 802/18 se crea el cargo de Secretario
de Gobierno de Turismo con dependencia de la Secretaría General de la
Presidencia de la Nación.

Los argumentos desarrollados en la investigación ponen de relieve la complejidad que


requiere el estudio de la política turística argentina. En contraste con los enfoques econo-
micistas, que analizan el fenómeno del optimismo que emerge de la concepción del turis-
mo como “industria sin chimeneas”, se propone un análisis político que deja en claro los
conflictos e intereses que toda política pública encierra. En este sentido, se destaca que el
turismo es un fenómeno construido que emerge a partir de la concepción político-eco-
nómica imperante. Por lo tanto, las políticas turísticas diseñadas llevan consigo las ideas y
valores del gobierno y las relaciones de este con los demás actores políticos y económicos.
Desde esta perspectiva, la evolución de la política turística argentina responde a un
contexto social, económico y político particular, estructurado con base en cánones inter-
nacionales vigentes. El recorrido por las diferentes etapas por las que atraviesa la política
argentina, clarifica las diversas funciones que cumple el turismo como asunto público.
Se manifiesta una primera función territorial, impulsada por una élite conservadora que
pretende consolidar un Estado nacional incipiente. Este proceso da lugar a la creación de
los primeros parques nacionales y enclaves vacacionales, al estilo de los clásicos balnearios
europeos, y será Argentina uno de los primeros países sudamericanos en desarrollar centros
turísticos. La década de 1940 pone de relieve la función social de la política turística. Este
hecho sitúa a los sectores proletarios como actores clave en la conquista de las vacaciones
anuales pagadas y consolida la democratización de los antiguos balnearios de élite. La llega-
da del peronismo al gobierno no solo implica el fortalecimiento del turismo como asunto
público, en tanto derecho social, sino la irrupción de nuevos actores sociales en la gestión
del turismo: los sindicatos. Finalmente, con la preponderancia de los agentes económicos
nacionales e internacionales, a fines del siglo XX, la política turística adquiere una función
netamente económica, convirtiéndose el turismo en un factor de crecimiento económico.
El estudio de la política turística de Argentina revela la existencia de un modelo turís-
tico endógeno. Este se ha ido construyendo en el tiempo en función de la intervención
estatal y la estructura económica y social del país. Con este modelo se hace referencia al
mayor peso del turismo nacional frente al internacional, al notable gasto turístico (balan-
za turística deficitaria), a la intervención en la creación de destinos en otros países y a la
precocidad en el inicio del fenómeno turístico. Estas características se pueden encontrar
en los países desarrollados con sector turístico importante. Tal patrón se contrapone al
exógeno, habitual en los países turísticos que han basado su desarrollo económico en
el turismo internacional, como numerosos países del Caribe, del Mediterráneo o del
Pacífico. Los fuertes cambios sociales, económicos y políticos que ha sufrido Argentina
en el último cuarto del siglo XX no han permitido el asentamiento definitivo del modelo.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


79

Dicho modelo singular de aspecto endógeno presenta una serie de características únicas
en función de los factores que conforman la política turística argentina. i) Desde el punto
de vista territorial, el turismo ha ayudado a la articulación del país. El turismo ha guardado
una estrecha relación con los espacios naturales que se ha mantenido en el tiempo, de tal
forma que, en la actualidad, los espacios turísticos más reconocidos a nivel internacional
son los naturales: cataratas de Iguazú, glaciar Perito Moreno, península Valdés, Andes, etc.
Asimismo, el turismo ha dado lugar a la construcción de una extensa conurbación turístico-
residencial en la costa de la Provincia de Buenos Aires, además de los destinos impulsados
en la orilla norte del Río de la Plata (Colonia, Punta del Este, etc.). ii) Desde el punto de
vista social, el modelo argentino mostró una gran originalidad al considerar el turismo
como un derecho social. Esto explica en buena parte el fuerte crecimiento del turismo de
masas nacional y con ello, los destinos nacionales. Esta estructura se fue desmontando en
las décadas posteriores, conforme a otros postulados económicos y políticos, manteniéndose
los establecimientos gestionados por los sindicatos. En pocos países del ámbito occidental
se llegó tan lejos en el proceso de democratización del turismo. iii) Por último, el aspec-
to económico es lo que más identidad proporciona al modelo turístico de Argentina. El
desarrollo económico de fines del siglo XIX y mediados del XX dio lugar a un desarrollo
temprano de destinos turísticos, así como a un notable flujo turístico emisor, tanto a países
próximos como hacia Europa. La tendencia a la salida junto con la tradicional fortaleza del
peso argentino y las fluctuaciones cambiarias son las que justifican la balanza turística nega-
tiva (este hecho es común en países desarrollados como Alemania o Japón). El fuerte peso
de la demanda interna queda explicado por las tempranas iniciativas del turismo social, que
ampliaron el derecho de las mayorías a las vacaciones y, también, por la situación aislada
respecto a los grandes países turísticos emisores. Los graves problemas económicos por los
que atravesó Argentina a partir de los años setenta han ido cambiado esta estructura endó-
gena. Este hecho ha sido coincidente con el proceso liberalizador de la economía del país y
en el apartado turístico ha supuesto el abandono de un patrón turístico y económico más
independiente por otro, que genera más dependencia externa (Schenkel, 2015:215-217).

LECTURA OBLIGATORIA

Capanegra, C. (2006), “La política turística en la Argentina en el siglo

OO XX”, Revista Aportes y Transferencias, Vol. 10, N° 1, Universidad


Nacional de Mar del Plata, Buenos Aires, pp. 43-61.

LECTURA RECOMENDADA

RR
Lara, A. (coord.) (2008), 100 años de turismo argentino, Editorial Proia, Buenos Aires.
Schenkel. E. y Almeida García, F. (2015), “La política turística y la intervención del
Estado. El caso de Argentina”, Perfiles Latinoamericanos, Flacso, México, pp. 197-217.
Wallingre. N. (2007), Historia del turismo argentino, Ediciones Turísticas, Buenos Aires.

4.

KK Indague acerca de los antecedentes de la política turística en la provincia


en la que reside o de la que es oriundo y determine:
¿Qué diferencias y coincidencias advierte con respecto a la política turís-
tica en el ámbito nacional?

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80

2.3. Organización pública del turismo en el ámbito


internacional y regional
Desde sus inicios, la actividad turística, vinculada al traslado de personas
desde sus lugares de residencia hacia otros diferentes por motivo de salud,
ocio o religioso, entre otros, ha generado la aparición de sujetos, tanto públi-
cos como privados, que se relacionan con ella de manera directa e indirecta.
Estas organizaciones de carácter internacional, de acuerdo con Montaner
Montejano (2002:98), se caracterizan por:

a) Internacionalidad o carácter interestatal y supraestatal: son organizacio-


nes que superan las fronteras del Estado y que tienden a la libre circula-
ción de capitales, personas y divisas.
b) Estructura orgánica permanente: se definen por ser estructuras organi-
zativas donde se establecen los diferentes niveles de mando y funciones.
c) Funcionalidad: poseen una serie de objetivos, para los cuales fueron crea-
dos, y que llevan a cabo a través de programas.
d) Voluntariedad: estas organizaciones nacen merced a un acuerdo de volun-
tades por las que se reconocen mutuamente derechos y obligaciones.
e) Competencia propia: poseen una materia específica independientemente
de otras organizaciones o de normativa estatal.
f) Cooperación institucionalizada entre sus miembros: es decir que las par-
tes colaboran entre sí en orden a lo establecido en sus estatutos.

Este tipo de organizaciones, según el citado autor, pueden dividirse en los


siguientes ámbitos:
a) Geográfico: mundiales o regionales. Aquí puede ubicarse a la Organización
Mundial del Turismo (OMT) integrada por Estados de los distintos continen-
tes, o a nivel regional la Confederación de Organizaciones de Turismo de
América Latina (Cotal).
b) Público o privado: es decir, aquellas integradas por Estados, como la OMT
o las constituidas en el marco asociativo privado como la Asociación Inter-
nacional de Hoteles & Restaurantes (IH&RA).
c) Sectorial o de competencias: generales o especializados. Por ejemplo, la
OMT tiene una competencia general en materia de turismo, en cambio la
Organización Internacional de la Aviación Civil (OACI) se especializa en la
materia aviación civil.
d) Económico y comercial: encontramos empresas multinacionales como las
cadenas hoteleras internacionales, los turoperadores, etc.
e) Cooperación al desarrollo del turismo mundial: por ejemplo, la OMT.
f) Respecto de los fines lucrativos o sin ánimo de lucro: en este caso pode-
mos distinguir a las empresas multinacionales y a organizaciones no guber-
namentales, en una y otra circunstancia.

En el apartado siguiente haremos mención a las organizaciones correspon-


dientes al sector público específicamente; en el próximo desarrollaremos las
que pertenecen al sector privado.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


81

2.3.1. Organización Mundial del Turismo


La Organización Mundial del Turismo es un organismo internacional conforma-
do por representantes de diferentes Estados, abocado a la actividad turística,
cuyos estatutos fueron aprobados el 27 de septiembre de 1970. En el año
2003 se convirtió en el organismo especializado de las Naciones Unidas para A partir del año 1979, el día 27
el turismo. de septiembre es designado como
El objetivo de la OMT “es la promoción y desarrollo del turismo con vistas Día Internacional del Turismo.
a contribuir al desarrollo económico, la comprensión internacional, la paz, la
prosperidad y el respeto universal, y la observancia de los derechos humanos
y las libertades fundamentales para todos, sin distinción de raza, sexo, lengua
o religión” (artículo 3 del estatuto de la OMT).

CC
La Organización Mundial del Turismo (OMT) es el organismo de las Naciones
Unidas encargado de la promoción de un turismo responsable, sostenible y ac-
cesible para todos.
La OMT, como principal organización internacional en el ámbito turístico, aboga
por un turismo que contribuya al crecimiento económico, a un desarrollo inclu-
yente y a la sostenibilidad ambiental, y ofrece liderazgo y apoyo al sector para
expandir por el mundo sus conocimientos y políticas turísticas. (OMT, 2018:1)

La OMT propicia la aplicación del Código Ético Mundial para el Turismo con
la finalidad de maximizar la contribución socioeconómica del sector, a la vez El Código Ético Mundial para
que minimizar sus posibles impactos negativos, y promueve el turismo como el turismo es adoptado por
instrumento para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). la Resolución 56/212 de la
Asamblea General de las Naciones
Estos objetivos son el marco de la nueva agenda mundial de desarrollo con
Unidas, el 21 de diciembre de
un horizonte hacia 2030, a los que el turismo puede contribuir, directa o 2001. Actualmente, las prescrip-
indirectamente. ciones de dicho Código se han
incorporado en la Convención
Marco de la OMT sobre Ética del
Turismo, aprobada en la vigésima
El turismo y los objetivos de desarrollo sostenible

WW <https://www.e-unwto.org/doi/pdf/10.18111/9789284417766>
segunda reunión de la Asamblea
General de la OMT.

La OMT se encuentra integrada por tres categorías de miembros:

a) Efectivos: constituida por Estados soberanos.


b) Asociados: conformada por territorios que no tienen la responsabilidad de
sus relaciones exteriores. Para su admisión, las candidaturas deben con-
tar con la aprobación previa del gobierno que asuma la responsabilidad de
sus relaciones exteriores.
c) Afiliados: integrada por entidades internacionales, intergubernamentales
y no gubernamentales ocupadas de intereses especializados en turismo y
las entidades y asociaciones comerciales cuyas actividades estén relacio-
nadas con los objetivos de la Organización o que son de su competencia.
Entre ellas se cuentan: compañías aéreas y otras empresas de transporte,
hoteles y restaurantes, turoperadores y agencias de viajes, instituciones
bancarias, aseguradoras, compañías de asistencia en viaje, grupos edito-
riales, etc. Los miembros afiliados se agrupan en tres secciones: el Con-

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


82

sejo Empresarial de la OMT, el Consejo de Educación de la OMT y el Grupo


Especial sobre Gestión de Destinos. Los candidatos necesitan la aproba-
ción del país donde esté situada su sede.

La Organización Mundial del Turismo posee los siguientes órganos:


•• Asamblea General: es el principal órgano de la Organización Mundial del
Turismo, se compone por los representantes de los miembros efectivos.
Los miembros efectivos y asociados son representados por un máximo
de cinco delegados, en tanto que el Comité de miembros afiliados puede
designar hasta tres observadores y cada miembro afiliado un observador
para participar del trabajo de la Asamblea. Se reúne cada dos años de
forma ordinaria o cuando fuere necesario con carácter extraordinario, para
examinar cuestiones y formular recomendaciones sobre cualquier tema que
entre en el marco de competencia de la organización. Cada dos años efec-
túa la aprobación del presupuesto del organismo y su programa de trabajo,
y se reúne para el tratamiento de temas de importancia vital en el sector
del turismo. Tiene la atribución de elegir su presidente y vicepresidente, de
elegir a los miembros del Consejo Ejecutivo y de nombrar al secretario gene-
ral por recomendación del Consejo. Fija las directivas de administración
de la organización, los reglamentos financiero y de personal y el programa
general de trabajo. Aprueba las solicitudes de admisión como miembros.
•• Consejo Ejecutivo: se ocupa de la dirección de la OMT. Su responsabilidad
es asegurar el cumplimiento del programa de trabajo de la organización,
ajustándose a su presupuesto. El Consejo se reúne dos veces al año y se
compone de miembros elegidos por la Asamblea General a razón de uno
por cada cinco miembros efectivos. El Estado huésped donde se encuen-
tra la sede de la OMT, actualmente España, ocupa un puesto suplemen-
tario permanente en el mismo. Los miembros asociados y afiliados pue-
den elegir un representante para que participe del trabajo del Consejo sin
derecho a voto. Son funciones del Consejo: la ejecución de las decisiones
de la Asamblea y someter a esta proposiciones, recibir los informes del
secretario general, presentar informes sobre la contabilidad y previsiones
presupuestarias.
•• Secretaría General: tiene a su cargo la ejecución del programa de trabajo
de la organización y de atender a las necesidades de sus miembros. Elegi-
do por la Asamblea General, a recomendación del Consejo Ejecutivo, tiene
responsabilidad ante ambos. Representa jurídicamente a la organización.

A la par de los órganos mencionados se integran:


•• Comisiones regionales: integradas geográficamente son África, las Amé-
ricas, Asia Meridional, Asia Oriental y el Pacífico, Europa y Oriente Medio.
Estas comisiones se reúnen al menos una vez al año y son integradas por
todos los miembros efectivos y asociados de la región, estos últimos en
calidad de observadores.
•• Comités especializados: se dedican al asesoramiento en la gestión y con-
tenido del Programa de Trabajo. Estos son: de Programa y Presupuesto, de
Estadísticas y Cuenta Satélite del Turismo, de Turismo y Competitividad, de
Turismo y Sostenibilidad, de Selección de miembros afiliados y el Comité
Mundial de Ética del Turismo. Son órganos subsidiarios del Consejo Eje-
cutivo, a excepción del último que lo es respecto de la Asamblea General.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


83

Con el propósito de dar apoyo a los Estados miembros en la formulación y


aplicación de políticas, planes e instrumentos educativos que contribuyan
eficazmente a mejorar la calidad, la competitividad y la sustentabilidad del
sector turístico mediante la excelencia en la educación y la formación, la OMT
crea en 1998 la Fundación OMT.Themis / UNWTO Academy, con sede en el
Principado de Andorra, encargada de la ejecución del programa de trabajo
sobre educación y formación.
A los fines de desarrollar la calidad en el ámbito de la educación, la OMT
crea el programa de estandarización voluntaria TEDQUAL (Tourism EDucation
QUALyty – Calidad en la Educación Turística) de aseguramiento de la calidad
para programas de educación, formación e investigación en turismo.

“UNWTO.TedQual es un programa de la Fundación UNWTO.Themis que tiene como


objetivo principal promover la mejora de la calidad de los programas de educación, for-
mación e investigación en turismo.
Para ello, en el año 1998, el Departamento de Educación y Formación de la OMT y
la Fundación UNWTO.Themis, crearon lo que en la actualidad es el pilar fundamental
del Programa: El Sistema de Certificación UNWTO.TedQual, compuesto por una serie
de criterios de evaluación - universalmente aplicables a cualquier Programa de educación,
formación e investigación en turismo- que permite medir la eficacia del sistema pedagó-
gico, y el grado de incorporación de las necesidades del sector turístico, sociedad civil y
estudiantes en dichos programas.
El programa UNWTO.TedQual también se asienta en otros pilares, como la red de
instituciones UNWTO.TedQual, una instancia de promoción e intercambio de cono-
cimientos y experiencias entre las instituciones UNWTO.TedQual; que ha permitido la
creación de dos sub-programas: el programa UNWTO.TedQual Exchange y el programa
UNWTO.TedQual Mentoring.
•• UNWTO.TedQual Exchange es una iniciativa enfocada en las instituciones
UNWTO.TedQual, que tiene por objetivo fomentar el intercambio de alumnos,
profesores y desarrollo de investigaciones conjuntas entre las Instituciones UNWTO.
TedQual y Fundación UNWTO.Themis.
•• UNWTO.TedQual Mentoring es una iniciativa que busca promover la colabora-
ción entre las instituciones UNWTO.TedQual y otras instituciones de educación en
turismo de países menos adelantados, que tengan como objetivo central la mejora y/o
creación de nuevos programas de educación en turismo” (OMT).

Con el objeto de mejorar la gestión de los destinos, para favorecer la competi-


tividad y la sustentabilidad, la OMT crea el Programa UNWTO.QUEST que tiene
como objetivo promover la calidad y la excelencia de las Organizaciones de
Gestión de Destinos (OGD) en materia de planificación, gestión y gobernanza
del desarrollo turístico

“El Programa UNWTO.QUEST es una herramienta estratégica que permite a las OGD
implementar un proceso de mejora con el fin de potenciar su gestión interna y así contri-
buir a la competitividad y sostenibilidad de los destinos que representan.
Este programa pretende: a) facilitar un marco coherente y válido a nivel global de
criterios e indicadores para evaluar la efectividad y eficiencia de la OGD; b) crear una
identidad de marca para la OGD; c) fortalecer capacidades mediante orientación y forma-

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


84

ción continua; y d) establecer una red inclusiva y dinámica de OGD y de conocimientos


para asegurar la excelencia y la calidad.
UNWTO.QUEST permite aplicar un enfoque de gestión integral de la calidad y
consiste en tres etapas consecutivas:
• Evaluación de los planes de gestión y operativos de las OGD.
• Formación para ayudar a las OGD en sus esfuerzos para mejorar los conocimientos y
competencias de sus recursos humanos.
• Certificación con la que se apoya el fortalecimiento de la calidad y eficiencia de las acti-
vidades operativas de la OGD.
Para garantizar el éxito en la aplicación de los criterios y estándares de calidad en los tres
ejes de actuación, el Programa UNWTO.QUEST cuenta con una metodología de imple-
mentación progresiva que prevé un acompañamiento, asistencia y seguimiento continuo
a la OGD.
Estas acciones son llevadas a cabo a través de OMT.Themis, responsable de imple-
mentar el programa de trabajo en materia de educación y formación de la OMT, con
especial énfasis en el fortalecimiento de capacidades y en la mejora de las habilidades
profesionales en el ámbito de la OGD.
Como resultado del proceso, la Organización Mundial del Turismo (OMT) otorga
la Certificación UNWTO.QUEST a aquellas OGD que hayan demostrado el cumpli-
miento de los criterios y estándares del Programa. En consecuencia, las OGD gozarán
de un reconocimiento de alcance mundial como organizaciones certificadas en calidad
y excelencia en materia de gestión de destinos con una gobernanza eficiente y un alto
rendimiento en su desempeño.
El sello tiene una validez de cuatro años. Al finalizar este período, la OMT ofrece la
posibilidad de renovación de la certificación, con el fin de promover la mejora continua en
la gestión de la calidad de las OGD y al mismo tiempo, potenciar la competitividad de los
destinos”. (OMT)

A través de la Fundación Themis, la OMT ofrece, asimismo, los siguientes


programas:
•• UNWTO.Capacity: destinado a altos cargos de funcionarios y profesiona-
les de turismo de los sectores público, privado y la sociedad civil de los
Estados miembros de la OMT. Incluye diferentes iniciativas formativas y
educativas, con el objetivo de fortalecer y desarrollar las capacidades y
competencias de profesionales del turismo y transmitirles conocimientos
y herramientas de forma práctica e interactiva.
•• UNWTO.Volunteers: dirigido a graduados universitarios y jóvenes profe-
sionales con la finalidad de acercarlos a la realidad de los programas de
desarrollo mediante el turismo y capacitarlos para formar parte de equipos
de voluntarios, que trabajen en proyectos de cooperación internacional de
la OMT y de otras agencias del sistema de Naciones Unidas.
•• UNWTO.Strategy: orientado a los gobiernos de los Estados miembros de
la OMT, con la meta de apoyar y fortalecer a los organismos nacionales,
regionales y locales de turismo a través de dos líneas de trabajo: análisis
de los sistemas nacionales de educación en turismo y de los desfases
entre la oferta formativa y las necesidades reales del sector.

La OMT también lleva a cabo su labor a través de informes y publicaciones,


y esencialmente promoviendo la realización de conferencias internacionales
relativas al turismo cuyos resultados son declaraciones y recomendaciones.
Entre las más importantes se encuentran:

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


85

•• Declaración de Manila sobre el turismo internacional (1980)


•• Carta del turismo (1985)
•• Código del turista (1985)
•• Declaración de La Haya sobre el turismo (1989)
•• Medidas recomendadas para la seguridad en turismo (1989)
•• Declaración de Saint Vincent para la protección de la infancia contra la
explotación sexual en turismo (1995)
•• Carta del turismo sostenible (1995)
•• Declaración de El Cairo sobre la prevención del turismo sexual organizado
(1995)
•• Declaración de Madrid sobre el desarrollo de recursos humanos en turis-
mo (1996)
•• Carta de Recife sobre el turismo de personas mayores (1996)
•• Declaración de Bali sobre el turismo (1996)
•• Declaración de Malé sobre el desarrollo turístico sostenible (1997)
•• Declaración de Manila sobre los efectos sociales del turismo de (1997)
•• Declaración de Khiva sobre el turismo y la preservación del patrimonio cul-
tural (1999)
•• Código Ético mundial para el turismo (1999)
•• Declaración de Seúl sobre la paz y el turismo (2001)
•• Declaración de Quebec sobre el ecoturismo (2002)
•• Declaración de Djerba sobre turismo y cambio climático (2003)
•• Declaración de Hue sobre el turismo cultural y el alivio a la pobreza (2003)
•• Declaración de New York sobre el turismo al servicio de los objetivos de
desarrollo del milenio (2005)
•• Declaración de Davos sobre el cambio climático y turismo (2007)
•• Declaración de Bali sobre estadísticas de turismo y empleo (2009)
•• Declaración de Astana sobre la facilitación de los desplazamientos turís-
ticos (2009)
•• Declaración de Sihanoukville sobre la cooperación multilateral para el desa-
rrollo del ecoturismo (2011)
•• Declaración de Siem Rep sobre desarrollo turístico en sitios de patrimonio
cultural y natural (2013)
•• Declaración de Luanda sobre turismo y conectividad en el transporte aéreo
(2014)
•• Declaración de Santiago de Compostela sobre turismo y peregrinaciones
(2014)
•• Declaración de San Marino sobre turismo accesible (2014)
•• Declaración de Medellín sobre turismo y transporte aéreo al servicio del
desarrollo (2015)
•• Declaración de Beijing sobre turismo sostenible como motor de desarrollo
y paz (2016)
•• Declaración de Chengdu sobre el turismo y los Objetivos de Desarrollo Sos-
tenible (2017)

La labor de la OMT se desarrolla en los cinco continentes, sus idiomas oficia-


les son el árabe, el español, el francés, el inglés y el ruso.

Organización Mundial del Turismo

WW <http://www2.unwto.org/es>

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


86

2.3.2. Organizaciones públicas del turismo en América Latina


Si bien no existe en América una organización turística que se ocupe de nuclear
a todos los Estados soberanos, pueden apreciarse diferentes iniciativas que
tienden a la concreción de una política turística común.
Un importante antecedente en la materia es la labor que realiza la
Organización de Estados Americanos (OEA), a través de su Sección de Cultura
y Turismo, dependiente del Departamento de Desarrollo Económico (DDE), y
que tiene por objetivo el apoyo al desenvolvimiento de los recursos culturales
y turísticos y el refuerzo de los vínculos entre ambos sectores, para contribuir
al desarrollo económico y social.
También se debe resaltar la función de la Organización de Turismo del
Caribe (OTC). Este organismo, conformado en 1989, constituye una agen-
cia intergubernamental cuya finalidad es fomentar el desarrollo turístico para
alcanzar el beneficio social y económico de la población del Caribe. Provee
de asistencia técnica especializada en el marco del turismo en los campos
de marketing, investigación y estadísticas, educación y desarrollo sustenta-
ble. Lo integran diferentes Estados de habla castellana, inglesa, francesa y
holandesa, con intereses turísticos en el Caribe y empresas privadas (líneas
aéreas, hoteles y agentes de viajes). La sede de la OTC se encuentra situada
en Barbados y posee oficinas destinadas a la promoción turística en diferen-
tes ciudades.
En el marco de los Estados centroamericanas se encuentra el Consejo
Centroamericano de Turismo (CCT), órgano del Sistema de Integración
Centroamericano (SICA) creado en 1965, que constituye un cuerpo integrado
por las máximas autoridades de los organismos oficiales de turismo centro-
americanos. Su objetivo es facilitar y fomentar el desarrollo sustentable del
turismo, mediante su promoción e integración como un sector estratégico en
cada país. Para ello pretende eliminar todo impedimento al libre movimiento
de personas de la región e integrar el fomento del turismo como función esta-
tal, tanto a nivel nacional como regional, a fin de que se logre una mayor efec-
tividad en los esfuerzos tendientes al desarrollo turístico de Centroamérica.
En lo que respecta a Sudamérica, y en el ámbito de la Asociación
Latinoamericana de Integración (ALADI), en el año 1990 se conforma la
Comisión de Turismo de América del Sur (Cotasur) como herramienta para
complementar las acciones de promoción que realizan los países que la inte-
gran. Su objetivo es promover a Sudamérica como destino turístico a nivel
intrarregional e interregional, apoyar y brindar asistencia técnica a las admi-
nistraciones nacionales de turismo de la región, y ofrecer orientación comer-
cial a las asociaciones gremiales y empresarios del sector. Asimismo, apoya
la adopción de medidas nacionales que permiten facilitar el acceso de los flu-
jos turísticos hacia y entre los países de la región. A instancia de la Cotasur,
la ALADI crea dentro de su estructura orgánica, a través de la Resolución N°
87 de su Comité de Representantes, el Consejo de Turismo cuya agenda de
trabajo incluye entre otros temas: la promoción del turismo, la facilitación del
turismo, la desestacionalización y la consulta y coordinación (Gutiérrez, 1999).
La Comunidad Andina de Naciones, por su parte, crea en el año 1999,
en el marco del Régimen para el Desarrollo e Integración del Turismo en la
Comunidad Andina, el Comité Andino de Autoridades de Turismo (Caatur) como
organismo técnico asesor de la secretaría general, que se encuentra conforma-
do por representantes de los organismos nacionales responsables del turismo

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


87

de cada país miembro. Sus funciones son: elaborar y ejecutar programas de


desarrollo e integración turística y propiciar la facilitación de los flujos turísti-
cos en la subregión, presentar recomendaciones para la elaboración de deci-
siones en materia turística, y propiciar la coordinación de los países miembros
dentro de los foros internacionales relacionados con el turismo.
Otro valorable avance en la materia es la Cumbre de Ministros de Turismo
de Iberoamérica, reunión anual en la que se discute la problemática de la
actividad turística por parte de la máximas autoridades de turismo de los
Estados que la conforman. En el primero de estos encuentros, celebrado en
la ciudad de Cuzco, Perú, el 7 de septiembre de 2001, los ministros partici-
pantes señalaron:

CC
[…] Para alcanzar un desarrollo sostenible del turismo y considerando su
transversalidad, es imprescindible la adopción de un plan de acción iberoame-
ricano destinado a mejorar la calidad de vida, incentivando la generación de
empleo, de divisas, de oportunidades de negocio para las micro, pequeñas y
medianas empresas, el desarrollo de productos turísticos regionales diferen-
ciados, el intercambio de experiencias, educación y capacitación para el desa-
rrollo de productos, sistemas de información y transferencia de tecnología, in-
corporando activamente a las comunidades indígenas y locales, mediante la
gestión concertada de los sectores público y privado, a través del fomento de
una conciencia turística, de la descentralización y de la cooperación entre los
países iberoamericanos. (Compromiso de Cuzco, 2001)

2.3.3. Iniciativas públicas relacionadas con el turismo en el


ámbito del Mercosur
La segunda mitad del siglo XX se ha caracterizado por diferentes iniciativas
de integración entre los Estados. Estos procesos, inicialmente de carácter
económico, presentan distintos niveles de desarrollo. Entre ellos podemos
mencionar a la Unión Europea (UE), el tratado de libre comercio de América
Al momento de realización de
del Norte (Nafta), el Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA),
esta carpeta de trabajo, el Estado
la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), la Comunidad de Estados Plurinacional de Bolivia se encuen-
Latinoamericanos y Caribeños (Celac), la Unión de Naciones Suramericanas tra en proceso de incorporación
(Unasur) y el Mercado Común del Sur (Mercosur), entre otros. como Estado Parte del Mercosur. A
partir de la vigencia de la Decisión
El Tratado de Asunción, suscripto el 26 de marzo de 1991 por Argentina, del 5 de agosto de 2017, en apli-
Brasil, Paraguay y Uruguay, da origen al Mercosur o Mercado Común del Sur. cación del Protocolo de Ushuaia
El Mercosur, de acuerdo con Comas (2012: 93): “es un proceso integracionis- sobre compromiso democráti-
co en el Mercosur, la República
ta que en una primera etapa se centró en la visión comercial y en los últimos
Bolivariana de Venezuela es sus-
años comenzó a acentuar la integración política y social y tuvo avances signi- pendida en todos los derechos y
ficativos en el plano institucional”. obligaciones inherentes a su con-
Con posterioridad a la firma del tratado de Asunción se incorporaron al dición de Estado parte.
Mercosur, en carácter de miembros asociados, Chile (1996), Bolivia (1997),
Perú (2003), Colombia (2004), Ecuador (2004), Surinam (2013) y Guyana
(2013) y, en carácter de Estado parte, Venezuela (2006).
En el año 1994, merced a la suscripción del Protocolo de Ouro Preto, se
establece la estructura institucional del Mercosur, en la que destacan los
siguientes órganos:

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


88

a) el Consejo del Mercado Común, al que incumbe la conducción política


del proceso de integración y la toma de decisiones para asegurar el cum-
plimiento de los objetivos establecidos por el tratado de Asunción y para
alcanzar la constitución final del mercado común.
b) El Grupo Mercado Común es el órgano ejecutivo del Mercosur.
c) La Comisión de Comercio del Mercosur, asiste al Grupo Mercado Común,
le compete velar por la aplicación de los instrumentos de política comer-
cial común acordados por los Estados partes para el funcionamiento de la
unión aduanera, así como efectuar el seguimiento y revisar los temas mate-
riales relacionados con las políticas comerciales comunes, con el comercio
intra-Mercosur y con los terceros países.
d) El Foro Consultivo Económico-social es el órgano de representación de los
sectores económicos y sociales.
e) El Tribunal Arbitral Ad-Hoc se encarga de la substanciación del procedi-
miento arbitral.
f) El Tribunal Permanente de Revisión se encarga de resolver los recursos de
revisión contra el laudo del Tribunal Arbitral Ad Hoc.
g) El Parlamento del Mercosur es el órgano representante de los pueblos,
independiente y autónomo.

WW
Mercosur
<http://www.mercosur.int/innovaportal/v/4058/11/innova.front/
mercosur>

En lo que respecta al turismo, uno de los avances sustantivos en el ámbito


del Mercosur es la creación de la Reunión Especializada de Turismo de los
Estados Partes (RET) –a través de la Resolución Mercosur/GMC/RES Nº
12/91, del Grupo Mercado Común–, que tiene como función proponer al Grupo
Mercado Común medidas tendientes a coordinar sus respectivas políticas
turísticas. En esta resolución se reconoce la trascendencia de la actividad, al
afirmar la vinculación e importancia del turismo en relación con los objetivos
del Tratado de Asunción.
Participan de la Reunión Especializada de Turismo representantes de los
los Estados miembros, a la vez que integrantes de las asociaciones relacio-
nadas con la actividad turística.
Por otra parte, es importante señalar que, por Decisión del Consejo del
Mercado Común Mercosur/IV CMC EXT/DEC Nº 12/03, se crea la Reunión de
Ministros de Turismo que tiene como función proponer al Consejo del Mercado
Común medidas tendientes a la coordinación de políticas para promover la
difusión del turismo entre los países del Mercosur, así como el incremento del
flujo de turistas de terceros países hacia los Estados partes.
Es importante mencionar que no solamente en la reunión especializada en
turismo se resuelven aspectos que afectan a la política turística del Mercosur,
sino que existen otras reuniones especializadas y subgrupos del Mercosur,
como el Comité Técnico N° 2 de Asuntos Aduaneros, el Comité Técnico Nº 7
Defensa del Consumidor, el Subgrupo de Trabajo Nº 5 sobre Transporte, el
Subgrupo de Trabajo Nº 6 sobre Medio Ambiente, cuyas iniciativas afectan el
desarrollo de la actividad y respecto de los cuales, señala Gutiérrez (1999:
114), existe una activa participación de la RET. Por citar solo algunos ejem-

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


89

plos, piénsese en la importancia que cobra una decisión relativa al ingreso


y salida de vehículos de turismo, la unificación de los controles aduaneros,
etcétera.

LECTURA OBLIGATORIA

Compromiso del Cuzco de la I Reunión Iberoamericana de Ministros

OO de Turismo, celebrada en la ciudad de Cuzco, Perú, el 7 de septiem-


bre de 2001.
Gutiérrez, E. (1999), “El turismo en los procesos de integración”,
en Política Turística Argentina. Bases para su reformulación, Ladevi
Ediciones, Buenos Aires, pp. 95-124.

LECTURA RECOMENDADA

RR
OMT (2016), El sector turístico y los objetivos de desarrollo sostenible. Turismo responsable,
un compromiso de todos, Organización Mundial del Turismo, Madrid. Disponible en
<http://cf.cdn.unwto.org/sites/all/files/pdf/turismo_responsable_omt_pm_
acc_20170126.pdf>

5.

KK A partir del texto del Compromiso del Cuzco, establezca cuáles son
los principios en los que se basa una política turística común en
Iberoamérica.

2.4. Organización pública del turismo en la Argentina


La organización político-turística en la Argentina presenta la complejidad pro-
pia de la forma federal de Estado adoptada por la Constitución Nacional. De
acuerdo con ella, existen diferentes ámbitos: nacional o federal, provincial y
municipal, a los que, a partir de la reforma constitucional de 1994, se agrega
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La reforma constitucional de 1994 concluye un proceso de descentraliza-
ción de funciones desde el nivel nacional hacia las provincias y de estas hacia
los municipios, que cobran una mayor importancia en el desarrollo de las acti-
vidades turísticas. De esta manera, se advierte cómo actividades que antaño
desarrollan los organismos pertenecientes a alguno de los niveles enunciados
son efectuadas en la actualidad por aquéllos del escalón inmediato inferior.
A continuación, se hace referencia, en primer lugar, al nivel nacional. Luego
se desarrollan los restantes.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


90

2.4.1. Administración Nacional de Turismo


De acuerdo con la OMT, la “Administración Nacional de Turismo (ANT) es una
organización de la administración pública encargada de la gestión y desarro-
llo de la política turística de un país. Es el órgano del gobierno que tiene la
responsabilidad, al más alto nivel, en la materia y la instancia rectora respon-
sable de formular, planificar, dirigir, coordinar, evaluar las políticas, planes,
programas y proyectos estratégicos para el desarrollo del turismo” (2014: 11).
En el caso de la República Argentina es el organismo que tiene a su cargo
la responsabilidad de llevar adelante la política turística en el ámbito nacional.
La Ley Nacional de Turismo 25997 establece sus deberes en tanto autori-
En la Unidad 6 se hace referen- dad de aplicación de la norma:
cia en detalle a la Ley Nacional
de Turismo 25997

CC
ARTICULO 7° — Deberes. Son deberes de la autoridad de aplicación los
siguientes:
a) Fijar las políticas nacionales de la actividad turística con el fin de planificar,
programar, promover, capacitar, preservar, proteger, generar inversión y fomen-
tar el desarrollo en el marco de un plan federal estratégico a presentarse dentro
de los doce (12) meses siguientes a la promulgación de la presente ley.
b) Proponer las reglamentaciones relacionadas con las actividades turísticas,
los productos turísticos y los servicios a su cargo, las que serán consultadas al
Consejo Federal de Turismo y a la Cámara Argentina de Turismo.
c) Coordinar, incentivar e impulsar las acciones para la promoción turística de
nuestro país tanto a nivel interno como en el exterior.
d) Controlar el cumplimiento de la reglamentación y de las normas complemen-
tarias que oportunamente se dicten.
e) Gestionar la revisión de las disposiciones o conductas que impidan o dificul-
ten el desarrollo del turismo.
f) Elaborar el plan de inversiones y obras públicas turísticas.
g) Fijar las tarifas y precios de los servicios que preste en todo lo referido al
turismo social y recreativo en las unidades turísticas a su cargo; así como de los
objetos que venda, para el cumplimiento de sus actividades conexas.
h) Favorecer el intercambio turístico, la promoción y la difusión mediante acuer-
dos y/o convenios multilaterales con otros países u organismos, a los fines de
incrementar e incentivar el turismo hacia nuestro país y/o la región.
i) Fiscalizar y auditar los emprendimientos subvencionados por la nación, así
como los fondos invertidos, que cuenten con atractivos y/o productos turísticos.
j) Propiciar la investigación, formación y capacitación técnica y profesional de
la actividad.
k) Promover una conciencia turística en la población.
l) Preparar anualmente su plan de trabajos, el presupuesto general de gastos, y
el cálculo de los recursos propios previstos en la presente ley.
m) Administrar el Fondo Nacional de Turismo.

Por otra parte, y a los fines de llevar a cabo la función que le es encomendada,
la propia ley le otorga las siguientes facultades:

CC
ARTICULO 8° — Facultades. La autoridad de aplicación tiene, sin perjuicio de
las no enunciadas y que le fueran inherentes para posibilitar el mejor alcance
de sus finalidades, las siguientes facultades:

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


91

a) Acordar las regiones, zonas, corredores, circuitos y productos turísticos con las
provincias, municipios intervinientes y/o la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
b) Disponer la realización de emprendimientos de interés turístico, prestando
apoyo económico para la ejecución de obras de carácter público, equipamiento
e infraestructura turística, en consenso con la provincia, municipio interviniente
y/o la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
c) Realizar y/o administrar por sí o por concesionarios, infraestructura turística
y/u otra tipología de equipamiento y/o de servicio con propósito de fomento.
d) Gestionar y/o conceder créditos para la construcción, ampliación o refacción
de las tipologías expuestas en el inciso c) del presente artículo y para el pago
de deudas provenientes de esos conceptos en las condiciones que se esta-
blezcan, previo consenso con las provincias, los municipios intervinientes y la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires en su caso.
e) Promover acciones tendientes a instaurar incentivos que favorezcan la radica-
ción de capitales en la República Argentina.
f) Celebrar convenios con instituciones o empresas públicas o privadas naciona-
les o extranjeras para toda acción conducente al cumplimiento de los alcances
y objetivos de la presente ley, incluyendo la instalación de oficinas de promo-
ción en el exterior.
g) Diseñar, promover y desarrollar un sistema especial de créditos a fin de con-
tribuir al desarrollo del turismo en el país.
h) Promover, coordinar, asistir e informar a instituciones educativas donde se
impartan enseñanzas para la formación de profesionales y de personal idóneo
en las actividades relacionadas con el turismo.
i) Organizar y participar en congresos, conferencias u otros eventos similares
con las provincias, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, organizaciones empre-
sariales, instituciones académicas representativas del sector y/u organismos
extranjeros.
j) Subvencionar a las entidades oficiales de turismo de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires y provinciales, que adhieran mediante convenios celebrados con
los respectivos gobiernos a lo dispuesto en el inciso b) del presente artículo.
k) Disponer en la forma que estime conveniente, y a los efectos de la promo-
ción turística, la ejecución, distribución y exhibición de todo material de difusión
que decida realizar.
l) Convenir y realizar con toda área de gobierno centralizada y descentralizada
acuerdos relacionados con el mejor cumplimiento de la presente ley.
m) Disponer de las sumas necesarias para la organización de congresos y la
atención de visitas de personalidades extranjeras vinculadas al turismo.
n) Realizar e implementar estrategias de capacitación, información, concientiza-
ción, promoción y prevención con miras a difundir la actividad turística.
o) La organización, programación, colaboración y contribución económica para
la participación del país en ferias, exposiciones, congresos o eventos similares
de carácter turístico.
p) Fomentar la inclusión en los programas de estudio en todos los niveles de la
enseñanza pública y privada de contenidos transversales de formación turística.

Si bien la Ley Nacional de Turismo establece los deberes y facultades más


importantes de la Administración Nacional de Turismo, no menos cierto es que
a estos corresponde adicionar los que emanan de otras normas como la Ley
de Ministerios, la norma de creación del organismo, los que se recogen en
otras normas como la así llamada Ley Nacional de Hotelería, la así llamada

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


92

Ley Nacional de Agentes de Viajes, la Ley de Turismo Estudiantil, la Ley de


Sistemas Turísticos de Tiempo Compartido y también en decretos reglamenta-
rios como el que crea el Consejo Intersectorial de Seguridad Turística o el que
establece la “Marca Argentina” como marca oficial de la República Argentina,
por solo citar algunos ejemplos.

PARA REFLEXIONAR

“Las Administraciones Públicas están integradas por un conjunto

PP de órganos y personas públicas que deben ordenarse y estructurar-


se racionalmente, por tanto, son organizaciones cuya estructura se
va modificando, tanto por razones políticas como por la finalidad
de lograr una mayor eficacia en el ejercicio de sus funciones” (Roca
Roca, Ceballos Martín y Pérez Guerra, 1998:35).
Es necesario tener en cuenta que tanto la ubicación de la
Administración Nacional de Turismo dentro de la administración
pública nacional, como su jerarquía y estructura organizativa se
modifican a los fines de la adecuación a la política turística estableci-
da por los diferentes gobiernos, de ahí que las diversas gestiones sue-
len introducir cambios en todos o algunos de estos aspectos.

Administración Nacional de Turismo

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2.4.2. Administración provincial de turismo


La organización federal y la importancia que ha cobrado la actividad turística por
sus implicancias sociales, económicas, culturales y ambientales ha generado, al
igual que en el nivel nacional, la creación de organismos dentro de la estructura
estatal de las provincias, que tienen por función primordial la implementación
de políticas públicas en esta materia en sus respectivos ámbitos territoriales.
Otro tanto puede afirmarse respecto de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
pues aunque no comparte el estatus de provincia, posee, en materia turística,
competencias similares a aquellas.
El análisis de las estructuras y funciones de dichos organismos permite
apreciar, al menos de manera primigenia, la importancia que se ha otorgado
al turismo en el nivel provincial. Sin embargo, es fundamental que esta sea
acompañada de instrumentos adecuados que aseguren los recursos impres-
cindibles para el cumplimiento de sus cometidos.
Puede advertirse, asimismo, que existen modelos organizacionales diver-
sos de acuerdo con la administración provincial de turismo de que se trate,
que se adecuan a los dictados de la política turística.
Un aspecto que destaca es la incipiente incorporación del sector privado
en la integración de estos entes, fenómeno que puede observarse, por ejem-
plo, en la composición de los organismos de turismo de las provincias de
Córdoba y de Tucumán. Así, tanto en la Agencia Córdoba Turismo como en el
Ente Autárquico Tucumán Turístico, encontramos ejemplos de participación
público-privada en la conformación de esos entes y en su dirección.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


93

Las funciones a cargo de los organismos provinciales de turismo, de acuer-


do con Boullón (1997:60) se refieren a diferentes áreas de acción, a saber:
a) Información: elaboración del inventario turístico provincial, recopilación de
información sobre la demanda turística, formación de centros de informa-
ción, etcétera.
b) Facilitación: gestionar con otros organismos provinciales la facilidad de cir-
culación de turistas en su territorio.
c) Promoción: efectuar análisis del mercado nacional, definir la imagen turís-
tica de la provincia, realizar la promoción en las plazas elegidas, efectuar
eventos de comercialización, organizar viajes de familiarización, coordinar
su acción con la actividad privada, emprender acciones de promoción con
otras provincias.
d) Fomento de inversiones: impulsar la radicación de capitales nacionales y
extranjeros, definir la estrategia de incentivos provinciales, definir las áreas
turísticas prioritarias, realizar evaluaciones técnicas, económicas y financie-
ras de los proyectos de inversión localizados en su territorio.
e) Contralor de servicios: participar en la elaboración de normas y aplicarlas
en el territorio provincial, adoptar la creación de sistemas de recepción de
quejas.
f) Calificación de las necesidades de capacitación provinciales y elaboración
de planes con la actividad privada, capacitar a su propio personal.
g) Asistencia técnica: brindar asistencia técnica a los municipios y organiza-
ciones privadas del sector.
h) Planificación e investigación: elaborar estudios sobre los principales mer-
cados, investigar en los municipios turísticos el grado de modernización y
rentabilidad de los servicios turísticos, elaborar el plan provincial de desa-
rrollo turístico, asesorar a los municipios en la elaboración de sus planes.
i) Administración de servicios: administrar servicios turísticos en su
jurisdicción.
Más recientemente, pueden identificarse nuevas funciones a cargo de las
administraciones provinciales de turismo –como el fortalecimiento de la com-
petitividad, la calidad, la sustentabilidad, la accesibilidad y la protección de
los turistas, entre otras–, mediante acciones de diversa naturaleza, que se
incorporan a los deberes y facultades asignadas a estos.

2.4.3. Administración municipal de turismo


Al igual que respecto de la nación y las provincias, la actividad turística se
desarrolla en un sinnúmero de municipios que adquieren un perfil eminente-
mente turístico.
Dichos municipios cobran para el turismo una importancia estratégica, ya
que en ellos se desarrollan las actividades y se prestan los servicios y poseen
buena parte del equipamiento turístico con que cuenta la Argentina.
En cuanto a las funciones que les corresponden en materia turística,
Boullón (1997:60) las delimita, al igual que con relación a las provincias, de
acuerdo con el criterio de áreas y de la siguiente manera:

a) Información: elaboración del inventario turístico municipal, recopilación de


información sobre la demanda turística del municipio, formación de centros
de información en su ámbito.

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94

b) Facilitación: sancionar y aplicar normas y criterios propios para resolver los


problemas que los turistas tengan durante su estadía.
c) Promoción: definir la imagen turística del municipio, realizar su promoción
en las plazas elegidas, efectuar eventos de comercialización, organizar via-
jes de familiarización, coordinar su acción con los otros niveles y con la
actividad privada, elaborar material informativo para el turista, emprender
acciones comunes de promoción con otros municipios.
d) Fomento de inversiones: impulsar la radicación de capitales nacionales y
extranjeros, adaptar sus acciones a las políticas nacionales y provinciales
de desarrollo del espacio turístico, realizar evaluaciones técnicas, económi-
cas y financieras de los proyectos de inversión localizados en el municipio.
e) Contralor de servicios: aplicar las normas de control y sanciones elabo-
radas y aconsejadas por los organismos nacional y provincial, mantener
actualizado el inventario turístico mediante el registro municipal de servi-
cios turísticos, recibir, procesar y resolver las quejas y denuncias presen-
tadas por los turistas acerca del precio, funcionamiento y calidad de los
servicios turísticos.
f) Detectar las necesidades de capacitación e informarlas al organismo pro-
vincial, organizar programas de capacitación propios, capacitar a su pro-
pio personal.
g) Asistencia técnica: solicitar asistencia técnica a la provincia o por su inter-
medio al organismo nacional, asociarse con otros municipios para resolver
problemas técnicos.
h) Planificación e investigación: obtener datos sobre la demanda real, el perfil
y nivel de satisfacción del consumidor, elaborar estudios sobre los princi-
pales mercados, colaborar en la investigación sobre el grado de moderni-
zación y rentabilidad de los servicios turísticos en el municipio, elaborar el
plan municipal de desarrollo turístico, asociarse con otros municipios para
planificar la solución de problemas comunes, definir con el sector privado
los problemas técnicos que afectan al sector y encarar su solución.
i) Administración de servicios: administrar servicios turísticos en su jurisdic-
ción, promover la realización de actividades recreacionales para la pobla-
ción local, que puedan a su vez ser aprovechadas por los turistas.

Con las limitaciones propias de las competencias municipales y de los


recursos con que estos cuentan, al igual que las provincias, los municipios
han incorporado otras funciones como la protección de los turistas, impulso
de la competitividad de las empresas que desarrollan la actividad en ellos, la
calidad, la sustentabilidad y, particularmente, la accesibilidad.

6.

KK Identifique las normas que determinan la creación del organismo con


competencia en materia turística en los ámbitos nacional, de la provin-
cia y del municipio en que reside y establezca:
a. Si se trata de entes públicos, privados o mixtos.
b. En el primer caso, ubíquelos dentro de la estructura de gobierno.
¿Qué jerarquía le fue otorgada? ¿Permite esto advertir la importancia
de la actividad?
c. Explique en todos los casos la estructura organizativa.
d. Identifique los deberes y facultades que posee. ¿Advierte algún con-
flicto entre las competencias otorgadas a los diferentes entes?

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


95

e. Indague acerca de las fuentes de financiamiento. A su juicio, ¿son


suficientes para realizar la tarea encomendada?

2.5. Organismos públicos vinculados al turismo en la


Argentina
El estudio del turismo y de sus subsectores es complejo, fundamentalmente,
por su carácter multidisciplinar y transversal, al igual que su complementa-
riedad con diferentes sectores, lo que explica que un sinnúmero de medidas
tengan de manera directa o indirecta impacto en esta materia (Roca Roca,
Ceballos Martín, Pérez Guerra, 1998).
De ahí que no solo incidan en la actividad turística aquellas medidas adop-
tadas por los organismos encargados de su promoción, regulación y fomento,
sino que también lo hacen las de otros con competencias de diferente natu-
raleza, pero cuya incidencia respecto del turismo es notoria.
Así es que existen organismos y dependencias de la administración públi-
ca nacional que, en el cumplimiento de las funciones que le son específicas,
pueden afectar positivamente, es decir, facilitar el turismo o llegar a impedir,
en extremo, su desarrollo.
A continuación, se identifican aquellos organismos que mayor importan-
cia revisten con relación al turismo y se detallan sus funciones. Para ello se
opta por enunciarlos en razón de la materia a la que se abocan, teniendo en
cuenta los cambios a los que se ven sometidos por aplicación de las diferen-
tes políticas públicas que introduce cada gobierno. Por tanto, corresponde al
alumno identificar, al momento de la lectura de esta carpeta, cuál es la deno-
minación, facultades, ubicación y jerarquía dentro de la administración pública
nacional que estos poseen.

Poderes y organismos del Estado

WW <https://www.argentina.gob.ar/organismos>

2.5.1. Ambiente
El organismo responsable en la materia es el encargado de las políticas públi-
cas relativas a la preservación del ambiente y su desarrollo sustentable y
posee, con carácter general, las siguientes funciones:

•• Entender en lo relativo a la política ambiental y su desarrollo sustentable y


a la utilización racional de los recursos naturales.
•• Ejecutar planes, programas y proyectos del área de su competencia.
•• Formular, implementar y ejecutar la política ambiental y su desarrollo sus-
tentable, proponiendo y elaborando normas relativas al ordenamiento
ambiental del territorio y su calidad ambiental.
•• Participar en el Consejo Federal de Medio Ambiente.
•• Intervenir en la gestión ambiental sustentable de los recursos hídricos,
bosques, fauna silvestre y en la preservación del suelo.
•• Promover el desarrollo sustentable de los asentamientos humanos, median-
te acciones que garanticen la calidad de vida y la disponibilidad y conserva-
ción de los recursos naturales.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


96

•• Relevar, conservar, recuperar, proteger y hacer uso sustentable de los


recursos naturales, renovables y no renovables.
•• Intervenir en el desarrollo de la biotecnología.
•• Atender las relaciones con organizaciones no gubernamentales vinculadas
a los temas ambientales y al desarrollo sustentable, y establecer un siste-
ma de información pública sobre el estado del ambiente y sobre las políti-
cas que se desarrollan.
•• Preservar y administrar los bosques, parques y reservas nacionales, áreas
protegidas y monumentos naturales.
•• Supervisar el accionar de la Administración de Parques Nacionales.
•• Planificar y ejecutar el ordenamiento ambiental del territorio nacional.
•• Efectuar el control y fiscalización ambiental y la prevención de la
contaminación.
•• Administrar programas de financiamiento internacional dedicados a pro-
yectos sobre medioambiente, cambio climático y preservación ambiental.
•• Incorporar nuevas tecnologías e instrumentos para defender el medioam-
biente y disminuir el cambio climático.
•• Entender en la materia de su competencia en lo relacionado con las accio-
nes preventivas y ante las emergencias naturales y catástrofes climáticas.

La actividad turística se desarrolla en el territorio, por lo tanto, si el ambiente


en el que se lleva a cabo presenta una condición degradada es probable que
en su carácter de recurso pierda el atractivo que ejerce en el turista, de ahí la
relación del organismo con relación a la política turística nacional.
Uno de los ejes básicos en los que se fundamenta el desarrollo sustenta-
ble de la actividad turística es justamente el ambiente, y así lo ha entendido
el legislador al postular los principios rectores de la Ley Nacional de Turismo.

Ambiente

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2.5.2. Parques nacionales


La Administración de Parques Nacionales es un organismo autónomo, crea-
do a través de la Ley 22351, encargado de la preservación de los parques
En la Unidad 6 se hace expresa nacionales, monumentos naturales y reservas nacionales, con la finalidad de
referencia a la Ley 22351, que asegurar el mantenimiento de su integridad en todo lo relacionado con sus
establece el sistema de parques particulares características y promoción de la creación de nuevas áreas.
nacionales en la Argentina.
Entre sus funciones se encuentran las siguientes:
•• Diseñar, conducir y controlar la ejecución de las políticas destinadas a la
conservación y manejo de los parques nacionales, monumentos naturales
y reservas nacionales, y mantener su integridad en lo relacionado con sus
particulares características fisiográficas, asociaciones bióticas, recursos
naturales y calidad ambiental de los asentamientos humanos.
•• Propiciar la creación de nuevas áreas en el marco de la Red Nacional de
Áreas Protegidas.
•• Programar, analizar, autorizar, fiscalizar y rescindir todo proyecto de obra
pública o privada, de explotación de recursos naturales, de actividades
recreativas y deportivas, en las áreas naturales protegidas.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


97

•• Percibir cánones, contribuciones, tasas, patentes, derechos y demás con-


ceptos que pudieren corresponder.
•• Fomentar y establecer vinculaciones de cooperación y asistencia con orga-
nismos públicos y privados nacionales, provinciales y municipales y –con
la autorización del Poder Ejecutivo Nacional– internacionales.
•• Promover la difusión de las características generales de los Parques Nacio-
nales y demás áreas protegidas en el ámbito de su competencia.

El origen de este organismo, emparentado con la actividad turística, muestra el


rol de privilegio que le cabe al momento de elaborarse las políticas turísticas,
teniendo en cuenta que los atractivos turísticos naturales más destacados se
encuentran bajo su cuidado.

Parques nacionales

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2.5.3. Cultura
El organismo responsable de esta materia tiene a su cargo el diseño y ejecu-
ción de políticas relativas a la cultura, a la conservación, resguardo y acrecen-
tamiento del patrimonio cultural de la nación y al incentivo y desarrollo cultural
y creativo nacional.
Son funciones de este organismo:
•• Formular y ejecutar las políticas destinadas a estimular y favorecer la expre-
sión cultural en todas sus formas.
•• Ejecutar los planes, programas y proyectos en el ámbito de su competencia.
•• Elaborar y promover políticas de participación institucional fortaleciendo la
identidad cultural nacional.
•• Implementar las políticas de difusión en el país y hacia el exterior de los
hechos culturales y fomentar el desarrollo de actividades económicas aso-
ciadas con la cultura.
•• Planificar políticas de financiamiento de la actividad cultural junto con el
sector privado y organizaciones de la sociedad civil.
•• Dirigir las políticas de conservación, resguardo y acrecentamiento del patri-
monio cultural de la nación.
•• Promover políticas de integración e intercambio cultural entre las jurisdic-
ciones del país y hacia el exterior.
•• Fomentar políticas de incentivo y desarrollo cultural y creativo nacional.
•• Incentivar la producción e intercambio del conocimiento científico en temas
relacionados con las industrias culturales, la generación de empleo secto-
rial y de los servicios vinculados.

Del mismo modo que al hacer referencia respecto del patrimonio natural, no
cabe duda de la importancia que cabe a esta área en la preservación de los
recursos de carácter cultural que integran los diversos productos turísticos
nacionales.

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98

Cultura

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2.5.4. Defensa del consumidor


El área con competencia en la materia es la encargada de ejecutar las accio-
nes para la aplicación y control de las políticas vinculadas con la defensa
del consumidor y coordinar las funciones de superintendencia del Sistema
Nacional de Arbitraje de Consumo.
Entre sus funciones destacan:
•• Coordinar las acciones vinculadas con la aplicación de la Ley de Defensa
del Consumidor y la Ley de Servicio de Conciliación Previa de las Relacio-
nes de Consumo.
•• Elaborar propuestas de reglamentación de las citadas leyes y de las nor-
mas que en su consecuencia se dicten y aquellas necesarias para la imple-
mentación de políticas relacionadas con la defensa del consumidor.
•• Mantener contactos sobre temas de consumo con otros organismos públi-
cos y privados y con las asociaciones privadas de consumidores y coordinar
el Registro Nacional de Asociaciones de Consumidores.
•• Centralizar la recepción, registro y tratamiento de las inquietudes y denun-
cias de los consumidores o usuarios.
•• Participar en la elaboración y seguimiento de la normativa de defensa del
consumidor en el Mercosur y proponer los reglamentos nacionales que en
su consecuencia deban dictarse.
•• Asistir en la supervisión del accionar de los tribunales arbitrales de defen-
sa del consumidor y coordinar la implementación del Sistema Nacional de
Arbitraje de Consumo.

Defensa del Consumidor


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2.5.5. Migraciones
La Dirección Nacional de Migraciones es un organismo que tiene a su cargo la
aplicación de la política y la normativa migratoria de la República Argentina. Se
encarga de habilitar los lugares de ingreso y egreso de personas al territorio
nacional, a fin de que en ellos se cumplimente el control migratorio de los
ciudadanos nativos y extranjeros y lleva un registro y archivo de las declara-
ciones migratorias.
Entre sus funciones destacan:
•• Controlar el movimiento migratorio tanto de ingreso como de egreso al país,
así como la permanencia de extranjeros en él.
•• Tramitar y otorgar la residencia de extranjeros y efectuar los cambios de
categoría migratoria y su regularización.
•• Ejercer el control de permanencia y el poder de policía migratoria respecto
de los extranjeros en el territorio nacional.
•• Requerir a los extranjeros la acreditación de su situación migratoria.
•• Realizar inspecciones a fin de detectar posibles infracciones a ley de
migraciones.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


99

•• Promover la radicación regular en la Argentina de los extranjeros que vienen


a trabajar, estudiar o realizar negocios.

En tanto se trata del organismo que se encarga de controlar el ingreso y sali-


da de personas del territorio del Estado, no hay duda acerca de la estrecha
vinculación que encontramos entre este y la actividad turística internacional,
que importa movimientos de frontera en el ámbito de sus competencias.
Es menester señalar que en la medida en que exista una política migratoria
estricta por parte de un Estado, esta puede generar dificultades en el desarro-
llo de la actividad turística al imponerse trámites (otorgamiento de visados) o
estrictos controles por parte de los funcionarios de migraciones al momento
de ingresar o egresar del país.

Migraciones

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2.5.6. Aduana
La Aduana es una de las instituciones con más antigüedad en nuestro país,
cuyo origen se remonta a la época de dependencia de la corona española y
tiene a su cargo el cobro de los tributos a las importaciones (ingreso de mer-
caderías a territorio nacional) y exportaciones (salida de mercadería hacia el
exterior). Estos impuestos son denominados “aranceles aduaneros”; por otra
parte, también es encargada de la percepción de determinadas tasas llama-
das “tasas aduaneras”.
El objetivo de la Dirección General de Aduanas es la recaudación más efi-
ciente de los tributos aduaneros y combatir el contrabando (ingreso o egreso
de mercadería sin la correspondiente autorización). En el marco de su tarea,
la Aduana se ocupa además del control de la entrada y salida de mercaderías
prohibidas (residuos tóxicos, material radioactivo y estupefacientes).
Entre las funciones esenciales de este ente destacan:
•• Realizar el control del ingreso y egreso de mercaderías, pasajeros y medios
de transporte verificando que este se realice de conformidad con la norma-
tiva aduanera vigente tanto nacional como del Mercosur.
•• Ejercer el control y la prevención en la comisión de delitos como el contra-
bando, tráfico de armas y estupefacientes.
•• Participar en el estudio y formulación de políticas relativas al comercio
exterior.
•• Dar cumplimiento a los acuerdos y convenios que se celebren en materia
aduanera.
•• Realizar el cobro de los impuestos externos y de las tasas correspondien-
tes a la prestación de servicios.
•• Supervisar la operatoria de comercio exterior y de los distintos operadores
que intervienen en la misma.

Si bien es habitual encontrar puestos aduaneros en aeropuertos o puertos


fluviales internacionales o en localidades de frontera, también existen aduanas
en el interior del país que no se ubican en puestos fronterizos. La concreción
de diferentes acuerdos en el marco del Mercosur conduce a una liberalización

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


100

de las trabas aduaneras y del cobro de tributos entre los países que lo inte-
gran, y ha generado la aparición en las fronteras de controles aduaneros
comunes, donde ambos Estados realizan las correspondientes verificaciones,
circunstancia que facilita el tráfico turístico.
Sin duda alguna, la actuación de este organismo se encuentra estrecha-
mente vinculada con el turismo, ya que su intervención en el ingreso y salida
de mercaderías, tanto en los puntos de frontera como en puertos y aeropuer-
tos internacionales, generan un permanente contacto de los funcionarios que
la integran con el turista, sea este nacional o extranjero.

Aduana

WW <http://www.afip.gob.ar/sitio/externos/institucional/aduana/>

2.5.7. Tributos internos


El ente responsable de la recaudación y el control de los recursos del Estado,
provenientes del sistema tributario interno, tiene a su cargo la aplicación,
percepción, recaudación y fiscalización de impuestos nacionales.
Este organismo se ocupa de ejercer el control relativo al cumplimiento de
los diferentes tributos internos creados por el Congreso de la Nación, así como
de la normativa reglamentaria dictada por el Poder Ejecutivo Nacional. Entre
ellos destacan el Impuesto al Valor Agregado, el Impuesto a las Ganancias,
Impuesto a los Bienes Personales y a la Ganancia Mínima Presunta, entre
En la Unidad 6 se da tratamiento otros.
al tema de los tributos aplicados En tanto se trata del organismo que se encarga de la recaudación de los
a la actividad turística. tributos nacionales internos, no solo es importante su actividad en relación
con el turismo, sino con la política general de la nación. En la actualidad cobra
mayor importancia en tanto que participa, junto con el Organismo Nacional de
Turismo, en la elaboración de las políticas de estímulos a la inversión turística,
Para que la actividad de trans- así como en aquellas medidas destinadas al fomento de la actividad –como
porte se encuentre sometida a la devolución de tributos a turistas extranjeros, a expositores internacionales
la intervención federal debe tener en congresos y convenciones, entre otras.
el carácter de internacional (es
decir, que se realice entre terri-
torios sometidos a la jurisdicción
de al menos dos Estados) o inter- Tributos Internos
jurisdiccional (cuando se trata de
transporte dentro del país, pero
entre dos provincias, o entre estas
y la Ciudad Autónoma de Buenos
WW <http://www.afip.gob.ar/sitio/externos/institucional/impositiva/>

Aires o entre cualquiera de ellos y 2.5.8. Transporte


un espacio sometido a la jurisdic-
ción del Estado nacional. El área con competencia en materia de transporte tiene a su cargo el con-
trol de la actividad que reviste carácter internacional o interjurisdiccional en
el ámbito terrestre, fluvial, marítimo y aéreo en el territorio de la República
Argentina.
Con carácter general pueden enunciarse, entre las facultades más impor-
tantes del ente, las siguientes:
•• Entender en la elaboración y ejecución de la política nacional de transporte
aéreo, terrestre, fluvial y marítimo, así como en su regulación y coordinación.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


101

•• Ejercer el contralor de los entes u organismos de control de las áreas pri-


vatizadas o dadas en concesión en materia de transporte, así como hacer
cumplir los marcos regulatorios correspondientes, y entender en los regí-
menes de tarifas, cánones, aranceles y tasas de las mismas.
•• Actuar como autoridad de aplicación de las leyes que regulan el ejercicio
de las actividades de su competencia.
•• Organizar y dirigir los registros de las empresas de transporte en sus diver-
sas modalidades así como efectuar su fiscalización.
•• Intervenir en la elaboración de normas de regulación de las licencias de
servicios públicos, otorgadas por el Estado nacional o las provincias acogi-
das por convenios, a los regímenes federales en la materia.
•• Propiciar la elaboración y aplicación de políticas estratégicas de armoniza-
ción federal, la coordinación nacional, la registración y sistematización de
datos relativos al Sistema Nacional de la Seguridad Vial.
•• Coordinar y ejecutar las políticas y acciones relativas al ejercicio de los
derechos societarios correspondientes a las participaciones accionarias
pertenecientes al Estado nacional en las empresas de transporte.
•• Propender a la coordinación de las tareas de las reparticiones, empresas
nacionales o privadas que operan en todos los sistemas y modos de trans-
porte, así como en el otorgamiento de las habilitaciones que correspondan
y en su fiscalización o administración.
•• Participar en todo lo relacionado con la construcción, habilitación, adminis-
tración y fiscalización de las infraestructuras correspondientes a los diver-
sos modos de transporte.

A los fines del desarrollo de la tarea que le es encomendada, el organismo


cuenta con entes que le acompañan en el desarrollo de su misión, entre ellos
destacan: el Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos
(ORSNA), una organización descentralizada del Estado nacional, que tiene
entre otros objetivos impulsar el desarrollo aeroportuario de la Argentina,
cubrir las necesidades de la actividad aeronáutica y asegurar su eficiente
explotación, mejorar la infraestructura aeroportuaria y los servicios brindados a
pasajeros y usuarios; la Administración Nacional de la Aviación Civil (ANAC),
un organismo descentralizado que constituye la autoridad aeronáutica de
la Argentina, se ocupa de la administración de los servicios de navegación
aérea, y ejerce las funciones y competencias de reglamentación, fiscalización,
control y administración de la actividad aeronáutica civil; la Empresa Argentina
de Navegación Aérea (EANA), que tiene por función la prestación del servi-
cio público de navegación aérea, la planificación, dirección, coordinación y
administración del tránsito aéreo, de los servicios de telecomunicaciones
e información aeronáutica, de las instalaciones, infraestructuras y redes de
comunicaciones del sistema de navegación aérea; la Comisión Nacional de
Regulación del Transporte (CNRT), un ente autárquico que se encarga del con-
trol y fiscalización del transporte automotor y ferroviario de pasajeros y carga,
bajo jurisdicción nacional, y de la protección de los usuarios; para ello se
encarga del control del cumplimiento de las normas vigentes, de la ejecución
de los contratos de concesión y acuerdos de operación y la fiscalización de la
actividad de los operadores y concesionarios de transporte; la Administración
de Infraestructuras Ferroviarias Sociedad del Estado (Adifse), que tiene a su
cargo la administración de la infraestructura ferroviaria, su mantenimiento y

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


102

la gestión de los sistemas de control de circulación de trenes y la Operadora


Ferroviaria Sociedad del Estado (OFSE), que se ocupa de la prestación de
los servicios de transporte ferroviario de pasajeros y del mantenimiento del
material rodante.

Transporte

WW <https://www.argentina.gob.ar/transporte>
<https://www.orsna.gob.ar>
<http://www.anac.gov.ar/anac/web/#&panel1-7>
<https://www.eana.com.ar>
<https://www.argentina.gob.ar/cnrt>
<https://www.argentina.gob.ar/trenes-argentinos-infraestructura>
<https://www.argentina.gob.ar/transporte/trenes-argentinos>

Resulta clara la importancia de este ente, que tiene a su cargo la ejecución


de la política de transporte en nuestro país, ya que la conectividad es un ele-
Para ampliar el conocimiento rela- mento imprescindible para la realización del turismo y, por ende, vital para el
tivo a los entes con competencia desarrollo de la política turística.
en materia de transporte en la
Argentina remitirse a Wallingre, N.
(2014), Servicios de Transporte.
Carpeta de Trabajo, Universidad 2.5.9. Seguridad
Virtual de Quilmes, Bernal.
El ente con responsabilidad en la materia tiene a su cargo lo concerniente a
la seguridad interior, a la preservación de la libertad, la vida y el patrimonio
de los habitantes, sus derechos y garantías.
Entre las funciones esenciales que se le atribuyen se encuentran:
•• Ejercer el poder de policía de seguridad interna y la dirección y coordinación
de funciones y jurisdicciones de las fuerzas policiales y de seguridad nacio-
nales (Policía Federal Argentina, Gendarmería Nacional, Prefectura Naval
Argentina, Policía de Seguridad Aeroportuaria) y provinciales.
•• Coordinar las acciones individuales y de conjunto de las fuerzas de seguri-
dad y policiales, y supervisar su accionar.
•• Entender en lo relacionado con el registro, habilitación, fiscalización y direc-
ción técnica de los actos y actividades vinculados a la navegación por agua,
la seguridad aeroportuaria, el control fronterizo en los pasos internaciona-
les, centros de frontera y áreas de control integrado con los países limí-
trofes, la determinación de la política criminal y la elaboración de planes y
programas para su aplicación, así como para la prevención del delito.
•• Formular el diagnóstico de la situación de la seguridad interior en el Mer-
cosur e impulsar la coordinación de políticas de seguridad conjuntas con
los países miembros.

Las funciones relativas a la materia seguridad se encuentran distribuidas


en: la Prefectura Naval Argentina, que ejerce el servicio público de policía
de seguridad de la navegación, policía de seguridad y orden público, policía
judicial y de la jurisdicción administrativa de la navegación y que interviene en
materia de policía de preservación del medioambiente, de la caza y pesca marí-
tima y fluvial y ejerce, por delegación, funciones de policía auxiliar aduanera,
migratoria y sanitaria; la Policía Federal, con carácter de policía de seguridad

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


103

y judicial en el territorio de las provincias y capital de la nación, dentro de la


jurisdicción del Gobierno de la nación y ejerce funciones de prevención y ave-
riguación de delitos de la competencia de los jueces de la nación y detención
de sus autores; la Gendarmería Nacional, es una fuerza de seguridad militari-
zada, que actúa en la zona de seguridad de fronteras y demás lugares que se
determinen al efecto, y sus funciones son: ser policía de seguridad y judicial en
el fuero federal, prevención y represión de las infracciones que le determinen
leyes y decretos especiales y policía de seguridad en la vigilancia de fronte-
ras; y la Policía de Seguridad Aeroportuaria, responsable de la seguridad del
sistema nacional de aeropuertos, con funciones de prevención e investigación
de los delitos y las infracciones en ese ámbito y el control de los actos delic-
tivos complejos cometidos por organizaciones criminales, relacionados con el
narcotráfico, el terrorismo, el contrabando y otros delitos conexos.
Resulta imperioso destacar el papel que le cabe al área encargada de la
seguridad en realización con el turismo, ya que se trata de un aspecto esen-
cial para el desarrollo de las políticas en la materia y que constituye un criterio
sustantivo en la modificación de los flujos turísticos a determinados destinos.

Seguridad

WW <https://www.argentina.gob.ar/seguridad/institucional>
<https://www.prefecturanaval.gob.ar/cs/pna/Home>
<https://www.policiafederal.gov.ar>
<https://www.argentina.gob.ar/gendarmeria>
<https://www.psa.gob.ar/index.php>

2.5.10. Educación

El área con competencia en la materia implementa las políticas educativas en


nuestro país de conformidad con los principios establecidos en la Constitución
Nacional y la Ley de Educación Nacional.
Son sus atribuciones:
•• Participar en la definición e implementación de políticas y estrategias
educativas.
•• Entender en el desarrollo de programas de investigación, formación de for-
madores e innovación educativa.
•• Elaborar normas generales sobre equivalencias de planes de estudios y
diseños curriculares de las jurisdicciones y otorgar validez nacional a los
títulos y certificaciones de estudios realizados en el país y en el extranjero.
•• Coordinar y gestionar la cooperación técnica y financiera internacional en el
ámbito de su competencia y promover la integración en materia educativa.
•• Formular las políticas generales en materia universitaria, respetando el
principio de autonomía y establecer el sistema de evaluación y acreditación
para la educación superior.
•• Participar en la negociación de tratados y convenios internacionales rela-
tivos a la educación, y entender en su aplicación, así como de las leyes y
reglamentos generales concernientes a la materia.
•• Administrar la oferta de becas con carácter educativo.

Existe una importante vinculación entre la misión de este organismo y el turis-


mo, teniendo en cuenta que tiene a su cargo la función rectora de la educación

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


104

en nuestro país, que incluye la aprobación de los planes de estudio y acredi-


tación de las carreras con orientación turística. No menos trascendentes son
las acciones educativas que en conjunto desarrolla con el Organismo Nacional
de Turismo, a fin de crear en la población que se encuentra dentro del sistema
educativo nacional una conciencia turística. Finalmente, un punto de encuentro
surge a partir de la sanción de la Ley de Turismo Estudiantil, donde ambos
entes deben prestarse colaboración mutua para dar cumplimiento al objetivo
perseguido por la ley.

Educación

WW <https://www.argentina.gob.ar/educacion>

2.5.11. Relaciones exteriores


El ente con competencias en la materia se ocupa de lo relativo a las relaciones
exteriores del Estado y su representación ante los gobiernos extranjeros, la
Santa Sede y las entidades internacionales.
Con carácter general cuenta, entre otras, con las siguientes atribuciones:
•• Entender en las relaciones con el cuerpo diplomático y consular extranje-
ro, y con los representantes gubernamentales de organismos y entidades
intergubernamentales en la República.
•• Organizar el servicio exterior de la Nación y establecer representaciones
permanentes o transitorias en el exterior.
•• Intervenir en el reconocimiento de Estados, gobiernos y situaciones
internacionales.
•• Participar en la elaboración, registro e interpretación de los tratados, pac-
tos, convenios, protocolos, acuerdos, arreglos o cualquier otro instrumento
de naturaleza internacional, en todas las etapas de la negociación, adop-
ción, adhesión, accesión y denuncia y en su publicación.
•• Proteger y asistir a los ciudadanos e intereses de los argentinos en el exte-
rior, así como fortalecer sus vínculos con la República.
•• Promover y difundir la imagen de la Argentina en el exterior.
•• Apoyar la formulación y conducción de los procesos de integración y en el
establecimiento de los órganos comunitarios.
•• Intervenir en la legalización de documentos para y del exterior.
•• Planificar y dirigir la política antártica, como así también la implementación
de los compromisos internacionales.
•• Intervenir en la política de desarrollo de la inversión extranjera de carácter
productivo en el país.

La labor que desarrolla este ente guarda una importante relación con la activi-
dad turística, atendiendo a dos aspectos sustantivos: por un lado, contribuir
a las inversiones en ese ámbito y a su promoción y, por el otro, cooperar con
los ciudadanos argentinos que se encuentran en el exterior y con aquellos
extranjeros que deben cumplir determinados requisitos para su ingreso al
territorio nacional.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


105

Relaciones exteriores

WW <https://cancilleria.gob.ar>

7.

KK Según lo expuesto en relación con los organismos públicos vinculados


a la actividad turística en el ámbito nacional, elija tres que tengan com-
petencia en algunas de estas materias en su provincia y:
a. Explique los antecedentes de su creación.
b. Ubíquelos dentro de la administración pública provincial.
c. Establezca cuáles son sus objetivos.
d. Indique la estructura que se ha establecido para su funcionamiento.
e. Justifique su relación con la actividad turística.

2.6. Entes privados del turismo en los ámbitos


internacional y regional
El sector empresarial vinculado a la actividad turística se encuentra organiza-
do de manera similar al público, con la finalidad de fortalecer sus actividades
siguiendo un criterio asociativo, necesario para la resolución de problemáticas
comunes.
En esta materia, algunas de las asociaciones privadas cuentan con una
larga trayectoria y han tenido un rol definitorio en lo que se refiere al desarro-
llo de la actividad turística.
Sin lugar a dudas, estos entes han cooperado en la implementación de las
diferentes políticas turísticas que han desarrollado los Estados, promoviendo
la eliminación de barreras, favoreciendo el tráfico entre naciones, procurando
la unificación de procedimientos y celebrando acuerdos destinados a reglar
sus relaciones.

2.6.1. Consejo Mundial de Turismo (WTTC)


Actúa en representación de las entidades privadas del sector de los viajes y el
turismo a nivel mundial ante los organismos públicos con competencia en la
materia. Se encuentra formado por los responsables de la principales empre-
sas del sector y sus prioridades son la seguridad y facilitación del turismo, la
preparación y gestión de crisis y el crecimiento sustentable. WTTC trabaja en
la concientización de la importancia del sector y realiza estudios que permitan
un mejor conocimiento su realidad e impacto económico.

Consejo Mundial de Turismo

WW <https://www.wttc.org>

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


106

2.6.2. Asociación Internacional de Hoteles & Restaurantes


(IH&RA)
Es una red de asociaciones nacionales de cadenas internacionales de hote-
les y restaurantes que se encuentran en más de 150 países y representan a
más de 750.000 establecimientos. Su objetivo es la protección, promoción e
información de la actividad de alojamiento y de la gastronomía.
Pueden incorporarse como miembros: asociaciones internacionales,
nacionales y regionales de hoteles y/o restaurantes, cadenas internaciona-
les y nacionales de hoteles y/o restaurantes, propietarios, desarrolladores e
inversores, hoteles individuales y restaurantes, instituciones educativas de
la industria (escuelas de hotelería, centros educativos, universidades), estu-
diantes, hoteleros independientes y prestadores de servicios de gastronomía
(IH&RA).

Asociación Internacional de Hoteles & Restaurantes (IH&RA)

WW <http://www.ih-ra.org>

2.6.3. Unión de Federaciones de Asociaciones de Agencias de


Viajes (UFTAA)
Esta confederación, que comienza a funcionar en 2003, continúa la labor
de la Federación Universal de Asociaciones de Agencias de Viajes (FUAAV),
creada en 1966, y representa a las agencias de viajes y turoperadores de los
diferentes países. Su objetivo es defender los intereses de las agencias de
viajes, fortalecer la imagen de sus miembros y fomentar la industria de los
viajes y el turismo de forma global, junto con la asistencia y ayuda mutua a
nivel internacional.
Algunos de los acuerdos más importantes que ha logrado son el Convenio
IATA/FUAAV (que regula las relaciones entre las compañías de transporte
aéreo y las agencias de viajes) y el Convenio AIH/FUAAV (que regula las rela-
ciones entre los hoteleros y las agencias de viajes), actualmente reemplazado
por el Código de Prácticas establecido entre la IH&RA y la FUAAV.

Unión de Federaciones de Asociaciones de Agencias de Viajes (UFTAA)

WW <http://www.uftaa.org>

2.6.4. Asociación Internacional de Operadores Turísticos de la


Antártida (IAATO)
Esta asociación, fundada en 1991, reúne a los operadores turísticos de la
Antártida de diferentes países del mundo. La IAATO se dedica a la facilitación
de viajes del sector privado, seguros y ambientalmente sustentables, a ese
continente.
Promueve el seguimiento de las orientaciones para los visitantes de la
Antártida y para quienes organizan y dirigen el turismo y las actividades no
gubernamentales, siguiendo las prescripciones del Tratado Antártico y sus
respectivos protocolos.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


107

Fomenta la cooperación continua entre sus miembros y colabora para coor-


dinar itinerarios y frecuencia de visitas. Aspira a mejorar la conciencia pública
y la preocupación por la conservación del medioambiente antártico y sus eco-
sistemas asociados, para lo que brinda información especializada. Coopera
con los programas de investigación que se llevan a cabo en la Antártida, brin-
dando apoyo logístico.

Asociación Internacional de Operadores Turísticos de la Antártida

WW (IAATO)
<https://iaato.org/home>

2.6.5. Asociación Internacional de Congresos y Convenciones


(ICCA)
Esta asociación nace en 1963, en la búsqueda del intercambio de informa-
ción sobre congresos y convenciones a nivel mundial en los que involucrar a
la actividad turística. En la actualidad, representa a los principales expertos
en la organización de reuniones, congresos y eventos internacionales. Su
finalidad es conformar una comunidad global y centro de conocimiento para
la actividad de reuniones internacionales, generando ventajas competitivas,
oportunidades comerciales y resultados exitosos. Cuenta entre sus asociados
con empresas de todo el mundo especializadas en la realización de eventos
internacionales, a las que ofrece información, canales de comunicación y
oportunidades de negocios.

Asociación Internacional de Congresos y Convenciones (ICCA)

WW <https://www.iccaworld.org>

2.6.6. Asociación Internacional de Expertos Científicos en


Turismo (AIEST)
Esta asociación, creada en 1951, reúne a científicos y expertos prácticos con
especial interés en el turismo (profesores, investigadores, consultores, etc.)
de diferentes países. Es una red orientada a la investigación con un enfoque
interdisciplinario, que permita un intercambio internacional científico y prácti-
co. Se ocupa de la promoción de la investigación científica, el asesoramiento
y apoyo a instituciones turísticas de carácter científico, la organización de
encuentros, seminarios y congresos. Su objetivo es la mejora de la actividad
por medio del análisis de las tendencias y los recientes desarrollos en el
turismo, y el aporte de soluciones para los problemas que surgen de ellos.

Asociación Internacional de Expertos Científicos en Turismo (AIEST)

WW <https://www.aiest.org/home/>

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


108

2.6.7. Asociación Internacional de Profesionales de los Viajes y


el Turismo (SKAL Internacional)
Es una organización profesional, fundada en 1932, integrada por dirigentes del
turismo de todo el mundo, que promueve la cooperación y el turismo a nivel
global. Es la única asociación internacional que engloba todas las ramas de
la industria del turismo cuyos miembros son directores y ejecutivos de la acti-
vidad turística que se reúnen a nivel local, nacional, regional e internacional
para tratar y deliberar sobre asuntos de interés común.

Asociación Internacional de Profesionales de los Viajes y el Turismo

WW (SKAL Internacional)
<https://www.skal.org/es/about-skal>

2.6.8. Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA)


Para ampliar el conocimiento rela- Esta asociación, creada en 1945, agrupa a la mayoría de las compañías de
tivo a IATA remitirse a Wallingre, N. transporte aéreo internacional del mundo. Brinda apoyo en diferentes áreas de
(2014), Servicios de Transporte.
Carpeta de Trabajo, Universidad la actividad y ayuda a formular políticas sobre cuestiones críticas de la aviación.
Virtual de Quilmes, Bernal, pp. Entre los objetivos de IATA destacan la promoción de la seguridad, regu-
131-141. laridad y economía del transporte aéreo; el fomento del transporte aéreo y
el estudio de su problemática; la cooperación entre empresas de transpor-
te aéreo; la colaboración con la OACI y otras organizaciones vinculadas a la
materia. Sus miembros pueden ser: activos (son las compañías que prestan
servicios regulares internacionales) y miembros asociados (compañías que
tienen servicios establecidos dentro de cada Estado). Entre sus actividades
más importantes destacan la realización de las Conferencias de Tráfico Aéreo,
que tienen por objetivo alcanzar acuerdos relativos al transporte aéreo. Es,
por otra parte, encargada de la Cámara de Compensación, cuya función es la
mediación entre las líneas aéreas en la liquidación mensual de los ingresos
según su participación en el transporte, empleando para ello el plan de liqui-
dación bancaria (BSP).
Las principales funciones de IATA son: la coordinación de tarifas aéreas;
promoción de la colaboración entre sus miembros; homogeneización de los
procedimientos para emisión y liquidación de billetes, de las informaciones
sobre horarios y tarifas y de los códigos de compañías aéreas, aeropuertos
y aviones; cooperación con organismos internacionales vinculados al trans-
porte aéreo; y la intervención en las negociaciones entre agentes de viajes y
transportistas aéreos.

Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA)

WW <https://www.iata.org/Pages/default.aspx>

2.6.9. Confederación de Organizaciones Turísticas de


Latinoamérica (COTAL)
Esta confederación fue creada en 1957 y está integrada por las diferentes aso-
ciaciones turísticas de Latinoamérica, entre otras: agencias de viajes, empre-
sas de transporte aéreo, marítimo y terrestre, hoteles, medios de prensa

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


109

especializada en turismo, etc. Su objetivo es promover el turismo mundial


hacia Latinoamérica y la cooperación entre las instituciones que la componen.
Asimismo, tiene la misión de integrar la labor de los sectores público y privado
del turismo, además de promover los destinos emergentes en alianza con los
distintos niveles de gobierno, a través de sus respectivas organizaciones de
turismo.
La COTAL efectúa periódicamente reuniones y encuentros de comercializa-
ción y celebra congresos anuales.

Confederación de Organizaciones Turísticas de Latinoamérica

WW (COTAL) <https://www.cotalamerica.org>

LECTURA OBLIGATORIA

Ibánez Pérez, R. M. (2014), “El turismo y sus organismos”, Revista

OO Turydes: Turismo y Desarrollo, N°. 17. Disponible en <http://www.


eumed.net/rev/turydes/17/organismos.html>

LECTURA RECOMENDADA

RR
Montaner Montejano, J. (2002), Política y Relaciones Turísticas Internacionales, Ariel
Turismo, Barcelona, pp. 103-116.

2.7. Entes privados del turismo en la Argentina


Por tratarse de una actividad de gran complejidad, el turismo se encuentra
integrado por un entramado importante de organizaciones pertenecientes
a cada uno de los subsectores que lo integran y que se agrupan en la
Cámara Argentina de Turismo (CAT), que representa al sector privado ante los
organismos nacionales.

2.7.1. Cámara Argentina de Turismo (CAT)


Es una asociación que nuclea a las diferentes asociaciones y cámaras de
turismo del país, fundada en 1966 en la Ciudad de Buenos Aires.
Representa y defiende los intereses de la comunidad turística en la Argentina,
que se encarga de impulsar la sustentabilidad del sector, crear conciencia en
la sociedad acerca de su importancia y promover el turismo dentro y fuera del
país.
Agrupa a los diferentes sectores de la actividad turística, respetando sus
estructuras y metas propias, y tiende a los siguientes objetivos:

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


110

CC
Será objetivo fundamental de la Cámara el de representar, defender y promover
el desarrollo de la industria de servicios turísticos de la República Argentina,
en el país y el extranjero, para lo cual agrupará a los diferentes sectores y es-
tamentos que la componen, respetando sus estructuras y objetivos propios,
procurando promover la más estrecha colaboración entre los integrantes de la
actividad turística, y ser el portavoz de sus coincidencias, emitiendo opinión
sobre todas aquellas cuestiones concernientes a la actividad y política turísti-
ca. (CAT)

El consejo directivo de la institución se encuentra integrado por representantes


de las diferentes asociaciones del sector. Participan como miembros de la
Cámara Argentina de Turismo:
•• Federación de Cámaras de Turismo de la República Argentina (Fedecatur)
•• Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina
(Fehgra)
•• Asociación de Hoteles de Turismo de la República Argentina (AHT)
•• Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (Ahrcc)
•• Cámara Argentina de Hostels (CAH)
•• Federación Argentina de Asociaciones de Empresas de Viajes y Turismo
(Faevyt)
•• Cámara Argentina de Tiempo Compartido (CATC)
•• Asociación Argentina de Organizadores y Proveedores de Exposiciones y
Congresos (AOCA)
•• Cámara de Instituciones Argentinas para la Promoción de la Salud
•• Asociación Argentina de Ecoturismo y Turismo de Aventura (Aaetav)
•• Asociación Argentina de Parques y Atracciones (AAPA)
•• Cámara Argentina de Turismo Sinegético y Conservacionismo (Catcyc)
•• Cámara Argentina de Centros de Esquí y Turismo de Montaña (CAEM)
•• Cámara de Compañías Aéreas en Argentina (Jurca)
•• Cámara Argentina de Empresas Arrendadoras de Autos (Cadea)
•• Asociación de centros de idiomas (SEA)
•• Asociación de Ejecutivas de Empresas Turísticas (Afeet)
•• Cámara Empresaria de Buses de Larga Distancia (Celadi)
•• Cámara de Comercio Gay Lésbica Argentina (Ccglar)
•• Destino Argentina
•• Asociación Argentina de Polo

Cámara Argentina de Turismo (CAT)

WW <http://www.camaradeturismo.org.ar>

2.7.2. Federación de Cámaras de Turismo de la República


Argentina (Fedecatur)
Esta organización agrupa las cámaras de turismo provinciales y locales y
defiende los intereses del sector privado del turismo del interior del país.
Sus objetivos son: concentrar las distintas expresiones de la actividad
turística –hotelera, gastronómica, transportistas, agentes de viajes, aero-

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


111

transportadoras, rentadoras, productivas, comerciales, artesanales, cultura-


les, financieras, periodismo especializado–; representar ante los organismos
competentes oficiales, privados o mixtos los intereses de la actividad, como
así también la de sus asociados; fomentar la promoción de las regiones y
destinos turísticos de nuestro país tanto nacional como internacionalmente;
impulsar la participación de las actividades empresarias que se relacionen y
contribuyan al quehacer turístico. Para el cumplimiento de estos fines puede
propiciar la creación de nuevas cámaras de turismo y adherir y/o asociarse
a entidades empresarias que persigan fines similares.
La asamblea es el órgano soberano de la Fedecatur. Se integra por un
delegado por cada socio fundador, uno por cada socio provincial, uno por el
conjunto de los socios municipales, comunas y/localidades y uno por el con-
junto de los socios adherentes. Es dirigida, administrada y representada por
un consejo directivo.
La Fedecatur promueve el desarrollo del turismo interno como factor fun-
damental para el crecimiento de las pymes turísticas, y para ello desarrolla
encuentros de negocios durante el año en distintos destinos y encamina la
promoción, no solo a los prestadores de servicios turísticos, sino además a
los potenciales consumidores.

Federación de Cámaras de Turismo de la República Argentina (Fedecatur)

WW <https://fedecatur.com.ar>

2.7.3. Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la


República Argentina (Fehgra)
Esta federación nace en 1941 con el objetivo de promover la organización y
el vínculo entre todas las entidades del país que representan a la industria
del hospedaje y la gastronomía.
Sus objetivos son: la representación y defensa de los intereses del sec-
tor en Argentina y en los foros internacionales; la vinculación y cooperación
entre las entidades que lo integran, promoviendo su desarrollo; el estudio y
discusión de los convenios laborales del sector; la promoción de la capacita-
ción profesional; el impulso del turismo interno e internacional en coopera-
ción con las autoridades; la recolección y análisis de información de la acti-
vidad; el asesoramiento en materia institucional, impositiva, jurídica, técnica
y comercial.
La asamblea que representa a la totalidad de las entidades afiliadas es la
máxima autoridad de la Federación. Posee un consejo que es el órgano deli-
berativo que la dirige. El comité es el encargado de la ejecución de las políti-
cas del consejo directivo.

Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argen-

WW tina (Fehgra)
<http://www.fehgra.org.ar>

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


112

2.7.4. Asociación de Hoteles de Turismo de la República


Argentina (AHT)
Esta asociación, fundada en 1977, nuclea a los empresarios hoteleros nacio-
nales, cuyos establecimientos revisten entre los de máxima categoría.
Sus objetivos son: velar por los intereses de las empresas hoteleras de la
República Argentina y desarrollo de la actividad hotelera y turística del país;
representar a los asociados ante las autoridades y entidades públicas, priva-
das o mixtas; representar a los asociados en la concertación de convenciones
colectivas de trabajo; asesorar en asuntos vinculados a la hotelería y turismo
e integrar comisiones, organismos y cuerpos colegiados relativos a la activi-
dad; promover la capacitación técnica y profesional; participar y/u organizar
congresos, cursos, convenciones, seminarios y toda clase de eventos, ya sean
de carácter nacional o internacional; promover la adopción, tanto en el orden
público como privado, de las disposiciones que se estimen necesarias; cons-
tituir e integrar asociaciones, federaciones o confederaciones para la defen-
sa de intereses comunes que hagan a la actividad hotelera; crear y llevar los
registros que se consideren necesarios.
La asamblea integrada por sus socios es el órgano principal de la
Asociación. Una comisión directiva, integrada por los diferentes representan-
tes de hoteles de la República Argentina se encarga de su dirección y admi-
nistración. Para los casos de urgencia o la realización de cuestiones que no
admitan dilación ni permitan diferir la decisión o trámite a la próxima reunión
de la comisión directiva, se constituye un comité ejecutivo, con las mismas
atribuciones de aquella.

Asociación de Hoteles de Turismo de la República Argentina (AHT)

WW <http://www.ahtra.com.ar>

2.7.5. Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés


(Ahrcc)
Esta entidad con personería jurídica nacional, fundada en 1905, representa
a los hoteles, restaurantes, confiterías-pastelerías y cafés.
Su principal objetivo es ocuparse, en forma exclusiva y puntual, de todas
las cuestiones concernientes a las actividades hoteleras, gastronómicas y
pasteleras.
Entre las actividades que desarrolla se encuentran: prestar asesoramiento
en todos los temas propios de sus actividades, asistencia legal, y gestiones
de diversa índole; brindar Información sobre el sector a sus afiliados, prestar
respaldo institucional ante organismos oficiales y entidades privadas, realizar
actividades sociales y culturales y capacitar al personal de los establecimien-
tos y al público en general.
La Asociación está dirigida por un comité ejecutivo que se conforma de cua-
tro cámaras: de Hoteles, de Restaurantes, de Confiterías y de Cafés y Bares.
Los integrantes de las Cámaras, elegidos por los asociados, son empresarios
en actividad pertenecientes a cada una de las especialidades.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


113

Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (Ahrcc)

WW <http://www.ahrcc.org.ar>

2.7.6. Cámara Argentina de Hostels (CAH)


Esta Cámara, cuya formación data de 2008, reúne de manera institucional a
las empresas dedicadas al turismo joven, especialmente las vinculadas a la
modalidad de alojamiento denominada hostels.
Tiene por objetivos: proteger los intereses específicos de sus miembros;
promover la investigación y el desarrollo de las técnicas hosteleras y elevar
el nivel de la actividad; facilitar el acceso a la formación e información de sus
afiliados y servir de árbitro en sus disputas; propiciar el estudio, creación y
reforma de las normas jurídicas que les regulan; ejercer la representación y/o
patrocinio de sus socios ante las autoridades públicas o entidades privadas
del país o el extranjero; promover las relaciones con entidades similares; cola-
borar con el Estado, como ente técnico y consultivo, en el estudio y solución
de problemas relacionados con el sector.
Se encuentra integrada por personas físicas y/o jurídicas que revisten el
carácter de propietarios, explotadores y/o administradores de hostels. La
dirección, administración y representación de la Cámara se encuentra a cargo
de un Consejo Superior designado por la Asamblea General Ordinaria.

Cámara Argentina de Hostels (CAH)

WW <http://www.camaradehostels.com.ar>

2.7.7. Federación Argentina de Asociaciones de Empresas de


Viajes y Turismo (Faevyt)
Esta Federación fue constituida en 2014 y representa, en el orden nacional,
a las empresas de viajes y turismo de la Argentina. Es la continuadora de la
Asociación Argentina de Agentes de Viajes.
La misión de la asociación es la defensa de los intereses y representa-
ción a las agencias de viajes: operadores, mayoristas y minoristas, sea que
estos se dediquen al turismo emisivo, receptivo o interno, en cualquiera de
sus modalidades, y de las asociaciones sectoriales que co-actúen con aque-
llas. Asimismo, se dedica a la capacitación y profesionalización del sector y a
mantener una información actualizada, con la finalidad de mejora en la calidad
de los servicios que prestan, en beneficio propio y de los turistas. Mantiene
vínculos con el sector oficial y otras entidades relacionadas con el turismo con
el objetivo de posicionarse como referentes del sector. Integran la Federación
las asociaciones regionales con incidencia institucional directa y las entidades
del sector turístico que co-actúan con las agencias de viajes y turismo, que se
incorporan como asociaciones sectoriales.

Federación Argentina de Asociaciones de Empresas de Viajes y Turis-

WW mo (Faevyt)
<http://www.faevyt.org.ar>

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


114

2.7.8. Asociación Argentina de Operadores de Viajes y Turismo


(Aaovyt)
Se trata de un ente constituido en 2001, que reúne a operadores intermedia-
rios de viajes y turismo.
Sus objetivos son: representar y defender los intereses de sus asociados;
optimizar las mejoras de las condiciones en la intermediación con diferentes
prestadores de servicios; brindar una distinción de calidad identificativa; pro-
mover la competencia; intervenir y peticionar ante los organismos competen-
tes políticas y proyectos de legislación relativos a la actividad; representar a
sus asociados ante entidades afines; constituir y/o integrar asociaciones que
tengan por objeto brindar ayuda y protección a sus asociados.

Asociación Argentina de Operadores de Viajes y Turismo (Aaovyt)

WW <http://www.aaovyt.com.ar/aaovyt/default.htm>

2.7.9. Cámara Argentina de Tiempo Compartido (CATC)


Esta entidad, sin fines de lucro, nuclea, desde 1984, a complejos turísticos
y resorts, cadenas de intercambio, empresas y personas que trabajan en la
actividad del tiempo compartido, también denominada “propiedad vacacional”.
Entre sus objetivos destacan: la representación de sus asociados ante
diferentes organismos públicos y entes privados, incluidos aquellos afines al
sector; la participación en congresos, conferencias y jornadas en las que se
abordan temas vinculados con el turismo y la problemática del tiempo com-
partido; el asesoramiento a usuarios, asociados, inversores, desarrollistas y
potenciales; la participación en carácter de mediadores entre sus asociados
y terceros; la organización de eventos de actualización sobre todos los aspec-
tos vinculados y el desarrollo del turismo en general, el asesoramiento a par-
ticulares en la compra y venta de semanas en complejos.
Está dirigida por una comisión directiva integrada por representantes de
establecimientos desarrollados bajo esa modalidad.

Federación Argentina de Asociaciones de Empresas de Viajes y Turis-


WW mo (Faevyt)
<http://www.tiempocompartido.org.ar/>

2.7.10. Asociación de Organizadores de Congresos, Ferias,


Exposiciones y Afines de la República Argentina (AOCA)
Es una entidad que nuclea a los profesionales vinculados a la actividad
de organización de congresos, ferias, exposiciones y reuniones sociales y
empresariales.
Sus objetivos son: agrupar e integrar a los asociados y potenciar sus habi-
lidades profesionales; crear, fomentar y desarrollar la interacción entre sus
miembros; promover el desarrollo de la actividad en todo el territorio nacio-
nal; ser interlocutor ante las autoridades gubernamentales a fin de obtener
apoyo y colaboración en las acciones que encaren y lograr la adecuación de

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


115

la normativa vigente a las necesidades del sector; asistir jurídica, técnica y


profesionalmente a sus asociados y representarlos en los foros nacionales e
internacionales.
Se encuentra dirigida por una comisión directiva elegida entre sus
miembros.

Asociación de Organizadores de Congresos, Ferias, Exposiciones y Afi-

WW nes de la República Argentina (AOCA)


<http://www.aoca.org.ar>

2.7.11. Asociación de Ejecutivas de Empresas Turísticas (Afeet)


Esta asociación fue fundada en 1982, se encuentra integrada por mujeres,
titulares o con cargos de nivel gerencial, que se desempeñan en empresas
de turismo y, en general, en todas las actividades realizadas en beneficio de
aquel.
Sus objetivos son: la mejora del nivel profesional de las ejecutivas y del
personal de sus empresas; la promoción y desarrollo del turismo nacional y
latinoamericano, el fomento de la comunicación y apoyo entre sus asociadas;
colaborar en la solución de problemas que afecten la actividad turística en
general.
Se destaca en su labor la preocupación en torno a la problemática de la
explotación de menores en el campo del turismo, la accesibilidad y la protec-
ción del patrimonio cultural, paleontológico y antropológico del país.

Asociación de Ejecutivas de Empresas Turísticas (Afeet)

WW <http://www.afeetargentina.org.ar/home.html>

2.7.12. Cámara Argentina del Turismo Rural (Catur)


Se trata de una asociación integrada, desde 2006, por empresarios que tie-
nen por objetivo el desarrollo de la actividad de turismo rural en nuestro país.
Su campo de acción comprende las actividades turísticas desarrolladas en
estancias, chacras, fincas y establecimientos rurales dedicados a agroturismo,
caza, pesca, granjas educativas, ecoturismo, turismo aventura y otras moda-
lidades del turismo rural; la producción de alimentos artesanales con identi-
dad local; los establecimientos gastronómicos rurales que ofrecen productos
con identidad local; las guías de cabalgatas, caza, pesca, turismo aventura,
ecoturismo, senderismo y de otras modalidades del turismo rural; agencias de
viajes especializadas y los profesionales dedicados al turismo rural.
Sus objetivos son: colaborar con sus asociados en el desarrollo de estra-
tegias comerciales; realizar convenios de cooperación con organizaciones
dedicadas a la preservación del medioambiente y a la difusión del patrimonio
nacional; la organización de eventos con carácter regional, de orden cultural,
artístico, tradicionalista o deportivo, que promuevan el desarrollo de munici-
pios rurales; promover y difundir el turismo rural; brindar asesoramiento legal
y capacitación para los asociados; procurar la obtención de líneas de finan-
ciamiento y seguros específicos y adecuados para esta modalidad turística.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


116

Recientemente integra la Federación Argentina de Turismo Rural, junto con


otras cámaras del interior del país.

Cámara Argentina de Turismo Rural (Catur)

WW <http://camaraargentinadeturismorural.blogspot.com>

2.7.13. Asociación Argentina de Ecoturismo y Turismo Aventura


(Aaetav)
Esta asociación nace en 2006 y está integrada por profesionales que se des-
empeñan en el ámbito del ecoturismo, turismo aventura y activo.
Sus objetivos son: generar un vínculo entre los prestadores de estas moda-
lidades de turismo; fomentar el desarrollo sustentable de las actividades turís-
ticas defendiendo y preservando el uso de los ambientes naturales; promo-
ver la conservación del patrimonio; colaborar en el desarrollo de normativas
e instrumentos legales para el sector; propiciar la capacitación técnica; defi-
nir y aplicar estándares para mejorar la calidad de los servicios; promover la
aplicación de prácticas seguras y colaborar en el desarrollo de estrategias de
promoción y comercialización.

Asociación Argentina de Ecoturismo y Turismo Aventura (Aaetav)

WW <http://www.aaetav.org.ar/site/index>

2.7.14. Cámara Argentina de Turismo Cinegético y


Conservacionismo (Catcyc)
Se trata de una asociación civil constituida en 2013, conformada por opera-
dores de turismo cinegético que ejercen legalmente su actividad en toda la
República Argentina.
La palabra ‘cinegético’ hace refe- Tiene por objetivos difundir, fomentar, defender y contribuir al desarrollo del
rencia a la caza o a lo relaciona-
do con ella. turismo cinegético y a la conservación de los hábitats naturales.

Cámara Argentina de Turismo Cinegético y Conservacionismo (Catcyc)

WW <http://catcyc.org.ar/index.php>

2.7.15. Cámara de Compañías Aéreas en Argentina (Jurca)


Es una entidad de la que participan la mayoría de las líneas aéreas de servicio
de transporte de pasajeros, carga y correo, tanto interno como internacional,
que operan en Argentina.
Su objetivo es promover un entorno empresarial y regulatorio que garanti-
ce un transporte aéreo seguro y eficiente que permita que la industria aeroco-
mercial prospere estimulando el crecimiento económico a nivel local. Trabaja
en ámbitos técnicos, regulatorios y políticos para forjar políticas aerocomer-
ciales cruciales, y apoya las medidas que mejoren la seguridad de la aviación
y el desarrollo económico.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


117

Cámara de Compañías Aéreas en Argentina (Jurca)

WW <http://www.jurca.org.ar/index.php>

2.7.16. Cámara Argentina de Empresas Arrendadoras de


Automotores (Cadea)
Esta asociación civil se constituye en 1991 para defender los intereses
de las empresas del sector y promover la actividad del arrendamiento de
automotores.
Sus objetivos son: intensificar el intercambio de informaciones, experien-
cias y conocimiento entre sus asociados; mejorar la comunicación e intercam-
biar experiencias y prácticas para el estímulo de la actividad con organizacio-
nes similares; contribuir al desarrollo, promoción y fomento de actividades
anexas en el país y colaborar con los organismos competentes; propiciar el
aumento del mercado consumidor mediante la permanente atención de los
usuarios del servicio; brindar asesoramiento y colaboración a los poderes
públicos en temas relacionados a la actividad, y representar y sostener los
derechos e intereses de sus asociados y proveer a estos servicios vinculados
al mejor cumplimiento de sus responsabilidades empresariales.

Cámara Argentina de Empresas Arrendadoras de Automotores (Cadea)

WW <http://www.cadeaonline.com.ar>

2.7.17. Asociación Argentina de Parques y Atracciones


(AAPA)
Esta asociación, constituida en 1998, reúne a los principales exponentes del
mercado del entretenimiento en la República Argentina.
Su comisión directiva se encuentra integrada por expertos profesionales
del rubro del entretenimiento.
Entre los servicios que brinda a sus asociados destacan desde la negocia-
ción de impuestos municipales y otros tributos hasta la adecuación de una
normativa para los centros de entretenimiento familiar.
Cuenta con diferentes subcomisiones (seguridad, educación, membresías,
relación con los gobiernos) que trabajan para ofrecer mejores prestaciones a
los asociados y para el crecimiento de la asociación (AAPA).

Asociación Argentina de Parques y Atracciones (AAPA)

WW <http://www.aapa.com.ar>

2.7.18. Cámara Argentina de Esquí de Montaña (CAEM)


Esta Cámara, creada en 2017, se encarga de nuclear a todos los centros de
esquí de la Argentina.
Su objetivo es lograr el desarrollo de políticas que permitan el crecimien-
to del sector.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


118

Cámara Argentina de Esquí de Montaña (CAEM)

WW <https://vivilanieve.com.ar/>

LECTURA OBLIGATORIA

Capecce, G. (1997), “El rol de los que no son Estado”, en Turismo

OO sostenido y sostenible. Una visión holística, Ladevi Ediciones, Buenos


Aires, pp. 101-103.

8.

KK Elija al menos tres organizaciones privadas del turismo de la Argentina y:


a. Determine cuál es su objetivo.
b. Indique si definen su misión y valores.
c. Identifique a sus miembros.
d. Establezca cuáles son los órganos que la conforman y sus funciones.
e. Señale si encuentra solapamiento de objetivos entre ellas.

2.8. La cooperación público-privada en turismo


El estudio de la evolución del turismo como una actividad que presenta cada
vez una mayor relevancia en los niveles internacional, nacional, provincial o
local muestra un marcado proceso tendiente a la cooperación entre los sec-
tores público y privado.
El desarrollo de la actividad turística exige la intervención de ambos ámbi-
tos para alcanzar su sustentabilidad. Resulta imprescindible el apoyo esta-
tal para que la actividad se realice (generando un entorno político y legal que
favorezca las inversiones y que a la vez proporcione las infraestructuras nece-
sarias), en tanto que el sector privado realiza la prestación de los distintos
servicios para que la actividad acontezca.

2.8.1. La transformación del papel del sector público en el turismo


El estudio realizado por la OMT publicado bajo el nombre de “Informe hacia
nuevas formas de asociaciones entre los sectores público y privado”, analiza
la transformación del papel que cabe a los gobiernos en materia turística.
Se advierte allí que, hacia principios de la década de 1960, la función del
Estado era considerada primordial, y se basaba en la construcción de las
infraestructuras e instalaciones necesarias para la apertura al turismo de
determinadas zonas y el fomento de su crecimiento. En esta etapa, las admi-
nistraciones nacionales de turismo no solo invierten en infraestructura, sino
que a la vez gestionan las actividades turísticas, convirtiéndose en hoteleros,
agentes de viajes, turoperadores y transportistas.
Con el crecimiento de la actividad, el sector privado comienza a hacerse
presente siguiendo las oportunidades comerciales que esta genera. Esto pro-
voca, en algunas naciones, prácticas inadecuadas que llevan a la intervención
en la actividad a través de una legislación cada vez más reguladora, de mane-

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


119

ra tal que se obliga a los hoteles a categorizarse, a los agentes de viajes a


registrarse, y se impone además una serie de tributos destinados al sosteni-
miento de las infraestructuras turísticas creadas.
En la actualidad, se advierte una modificación de los criterios para el desa-
rrollo del turismo donde priva la flexibilidad, y el Estado asume el rol de facili-
tador de las inversiones del sector privado, basado en el sistema de estímulos
de carácter fiscal. En cuanto a la reglamentación de la actividad, el proceso
que se advierte es la tendencia a la protección de los consumidores y a la
conservación de la cultura, el patrimonio y el medioambiente.

CC
Las ANT se ven a sí mismas cada vez más como una fuerza unificadora que
coordina los esfuerzos de los diferentes actores de los sectores público y pri-
La Administración Nacional de
vado en la industria. Las cuestiones de política y planificación, por ejemplo, in- Turismo (ANT) es el órgano del
cluidas aquellas que afectan al empleo o a la enseñanza, se abordan conjunta- gobierno central o federal que
mente con otros ministerios y departamentos gubernamentales a través de tiene la responsabilidad al más
alto nivel en materia de turismo.
consejos interministeriales y comités y, en algunos países, previa consulta con
el sector privado. (OMT, 2001:11)

2.8.2. Fundamento de la necesidad de cooperación entre los


sectores público y privado
A partir de los cambios que ha provocado el fenómeno globalizador en mate-
ria económica, el papel que tradicionalmente han asumido los gobiernos en
el desarrollo y la promoción del turismo se ha visto esencialmente afectado.
Si bien en los países en vías de desarrollo el rol del Estado para el impulso
de la actividad resulta imprescindible, este no es menos importante cuando
se trata de naciones en las que el turismo se ha convertido en una actividad
con una importante participación en la conformación económica.
Es necesario para el desarrollo sustentable del turismo que exista un
marco normativo económico y social adecuado, y es el sector público el que se
encuentra comprometido en su realización. Por otra parte, es importante resal-
tar la necesidad de infraestructura en general, un medio imprescindible para
llevar adelante la actividad turística. Piénsese en la imposibilidad de realizar
turismo si se carece de caminos, aeropuertos, servicios sanitarios, etcétera.
La propia OMT reconoce que, si bien los gobiernos y administraciones cen-
trales sostienen la importancia de mantener una participación en el turismo,
se observa un abandono de actividades que reconocen tradicionalmente como
propias a favor de autoridades provinciales y locales y, en particular, en manos
del sector privado.

2.8.3. Principales áreas de cooperación


El informe de la OMT antes citado sostiene que las áreas donde se ha desa-
rrollado más fuertemente hasta la fecha la cooperación y la asociación entre
el sector público y privado ha sido la del marketing y la promoción. Esto es así
por dos circunstancias: por un lado, las necesidades presupuestarias de los
organismos, pero básicamente porque se ha reconocido la mayor eficacia por
parte del sector privado en esas funciones.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


120

CC
En la mayoría de los países estudiados, se han creado organizaciones naciona-
les de turismo (ONT) –semipúblicas- o cuando ya existían, el Estado las ha re-
conocido como cuerpos autónomos con competencia a nivel nacional para la
promoción y en algunos casos el marketing del turismo receptor internacional.
En países con un alto grado de descentralización, la colaboración implica no
solo a los gobiernos centrales como asociados públicos, sino también a las
autoridades provinciales y locales. (OMT, 2001: 12)

La Argentina no es ajena a la circunstancia antedicha, y ello puede advertirse


a partir de la creación, por Ley 25997, del Instituto Nacional de Promoción
Turística, cuyos fondos se conforman con el aporte tanto del sector público
como del sector privado.
Si bien el marketing y la promoción son los ámbitos en los que más fácil-
mente se advierte la cooperación entre ambos sectores y la creación de entes
a esos fines, no debe pensarse que resultan únicos. Así, pueden observarse
ejemplos en el desarrollo de infraestructuras, en la enseñanza, en la finan-
ciación e inversión, como campos donde la fusión entre ambos es cada vez
más común.
Se advierten también otros campos donde cobra cada vez más importancia
la cooperación, tales como la seguridad, la salud, el medioambiente, la cul-
tura y el patrimonio. No en pocas oportunidades el Estado concesiona aero-
puertos y servicios públicos, y otorga al sector privado la gestión de su patri-
monio cultural reconociendo una mayor eficacia en las empresas para llevar
adelante estas actividades.
En suma, considera el informe de la OMT que existen cuatro campos en los
cuales se centraliza la coordinación público-privada y estos son:

•• hacer más atractivos los destinos,


•• mejorar la eficacia de las acciones de marketing,
•• aumentar la productividad,
•• mejorar la gestión general del sistema turístico.

2.8.4. Nuevos ámbitos de cooperación entre ambos sectores


De las consultas formuladas por la Organización Mundial del Turismo, tanto
al sector público como al sector privado, se resalta que en el futuro cada
vez debe ser más eficaz e intensa la cooperación en materia de mejora de
productos, desarrollo de infraestructuras y recursos humanos, el marketing
y las promociones. Sin embargo, se advierte que no es justamente en estas
áreas donde existe un consenso más amplio en cuanto a la cooperación futura
entre ambos sectores. El área de la enseñanza y la formación profesional, las
iniciativas para potenciar la imagen o la conciencia de turismo, el apoyo a la
participación en ferias y la participación en programas de marketing coopera-
tivo son las actividades que se encuentran en primer lugar.
En cuanto a las áreas sobre las que a la fecha de realización del estudio
no existen ejemplos de cooperación se han mencionado:
a) La innovación tecnológica, como un medio para lograr una ventaja compe-
titiva basado en el apoyo a pequeñas y medianas empresas en el desarro-
llo del comercio electrónico y el uso de la tecnología para mejorar el mar-
keting, la productividad y la calidad de los servicios.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


121

b) Formulación de políticas y cuestiones legislativas, sosteniendo la necesi-


dad de una mayor participación en su elaboración.
c) La cuenta satélite del turismo, como un ámbito que va a permitir conocer
la incidencia económica del turismo en un destino y que necesariamente
debe ser un campo de cooperación entre ambos sectores.
d) La realización de grandes eventos, en particular, se cita la celebración de
las Olimpíadas y las Copas Mundiales de Fútbol. Dichos eventos han mos-
trado ser una iniciativa eficaz en materia de promoción del turismo y un
ámbito del que pueden extraerse experiencias exitosas de colaboración
entre los sectores público y privado.

Global Report on Public-Private Partnerships: Tourism Development

WW <http://cf.cdn.unwto.org/sites/all/files/pdf/global_report_public_
private_partnerships_v8.pdf>

LECTURA OBLIGATORIA

Castel Gayan, S. (2012), “Participación y cooperación público pri-

OO vada en el Derecho del Turismo”. Papers de Turisme Nº 51, Agencia


Valenciana del Turismo, pp. 83-107.
Muñoz Masón, A. y Fuentes Moraleda, L. (2013), “La coopera-
ción público privada en el ámbito de la promoción de los destinos. El
análisis de redes sociales como propuesta metodológica”. Cuadernos
de Turismo, Nº 31, Universidad de Murcia, pp. 199-223.
Ruso, N. y Darmoharaj, A. (2016), “Colaboración público pri-
vada en turismo. Capacidades institucionales en partenariados de
gestión turística local en Argentina”. Revista del CLAD Reforma y
Democracia, N°. 65, Centro Latinoamericano de Administración para
el Desarrollo. Recuperado de <http://hdl.handle.net/10908/11068>.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


122

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


123

Conceptos políticos y jurídicos básicos

Objetivos
•• Conocer los conceptos políticos y jurídicos básicos.
•• Apreciar la importancia de la Constitución como fundamento del ordena-
miento jurídico nacional.
•• Analizar diferentes tipos de relaciones jurídicas y los elementos que la
integran.
•• Entender los aspectos que caracterizan a las obligaciones, los contratos y
los derechos reales y su aplicación.

3.1. Estado y Nación. Formas de Estado y de gobierno


El concepto de nación puede encontrar su origen en la Edad Moderna, sin
embargo, no se completa su significación hasta avanzado el acontecimiento
histórico denominado “Revolución francesa”.
La palabra “nación” proviene, de acuerdo con el Diccionario de la Lengua La Revolución francesa, a la que
Española, del latín natio-onis y significa: lugar de nacimiento, pueblo, tribu. se hace mención en la Unidad
Brinda, asimismo, distintas definiciones para el término: 1, es un proceso político y social
que se lleva a cabo en Francia
entre los años 1789 y 1799 y que
trae aparejada la abolición de la
monarquía absoluta y la procla-

CC
1. Conjunto de los habitantes de un país regido por el mismo Gobierno.
mación de la República.
2. Territorio de una nación.
3. Conjunto de personas de un mismo origen y que generalmente hablan un
mismo idioma y tienen una tradición común. (RAE, 2014:1518).

En este sentido, la nación constituye una sucesión de pueblos relacionados


por elementos como el idioma, la cultura, la religión, etc. Puede apreciarse
que el concepto se vincula tanto a las personas como al territorio de un país,
tornándose impreciso su contenido. De acuerdo con el constitucionalista
argentino Germán Bidart Campos:

CC
La nación es una “comunidad de hombres”. Su estudio pertenece tanto al cam-
po de la ciencia política como a la sociología. El derecho constitucional se ocupa
de la nación solo en la medida en que la constitución y las leyes se refieren a
ella en normas escritas. Doctrinariamente, la nación definida como comunidad
se encuentra entre las formas de “sociabilidad espontánea”. La nación no pue-
de organizarse, no puede adquirir estructuras que la institucionalicen, no se con-
vierte en Estado. La nación no tiene ni puede tener poder, no se politiza, no es

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


124

una persona moral ni jurídica, ni un sujeto de derechos. Por un lado, no solo afir-
mamos que nación y Estado son diferentes sino que agregamos: la nación no
deviene Estado. (Bidart Campos, 2005:408)

Germán José Bidart Campos


(1927- 2004). Doctor en Derecho,
profesor universitario y pensador Por su parte, la palabra Estado que, de acuerdo con el Diccionario de la Lengua
argentino. Miembro de la Comisión
Española, proviene del latín status, presenta distintos significados también,
Asesora para la Redacción de la
Constitución Argentina en 1972 y entre los que son de interés:
asesor de la Convención Nacional
Constituyente en la reforma de la
Constitución Nacional de 1994.

CC
6. Forma de organización política, dotada de poder soberano e independiente,
Autor de más de 50 libros y de
innumerables artículos académi- que integra la población de un territorio.
cos en los campos del derecho 7. Conjunto de los poderes y órganos de gobierno de un país soberano. (RAE,
constitucional y político. Entre 2014:960)
sus obras destacan: Tratado ele-
mental de Derecho Constitucional
Argentino, Manual de historia polí-
tica, Manual de la Constitución A los fines de este acápite se entiende por Estado a la organización que agluti-
reformada, Principios de Derechos
na a la población que ocupa un territorio determinado y se encuentra sometida
Humanos y Garantías, entre otros.
a un poder soberano.
La doctrina distingue diferentes elementos constitutivos del Estado,, a
saber:

a) La población es el elemento humano que lo compone y que participa de


procesos de interrelación, conformando asociaciones e instituciones. De
acuerdo con la Constitución Nacional, la población se conforma por los ciu-
dadanos y los extranjeros.
b) El territorio es la base física o el espacio geográfico donde se asienta la
población. Este elemento se refiere al suelo, el subsuelo, el espacio aéreo
y el espacio marítimo.
c) La soberanía es el poder político unificado y ejercido de forma excluyente
en una comunidad en el marco de un territorio. Este poder, ejercido por el
gobierno, tiene una doble dimensión: interior y exterior.
El gobierno es el conjunto de los
órganos que ejercen el poder del
Estado en uso de las diferentes Las palabras Estado y gobierno, pese a la clara distinción a que se hace men-
funciones: legislativa, ejecutiva ción previamente, son empleadas en ciertas oportunidades como términos
y judicial.
equivalentes, sin embargo, estos resultan conceptos diferenciados entre sí.
De igual menera, no debe confundirse la forma de Estado con la forma
de gobierno. De acuerdo con Bidart Campos (2005:431) la primera de ellas
afecta al Estado mismo como estructura u organización política, en cambio,
la segunda hace referencia a la manera de organizar el gobierno.
La Constitución Nacional adopta las formas de Estado: federal y democrá-
tica. La primera surge del artículo 1 de la Constitución Nacional:

CC
La Nación Argentina adopta para su gobierno la forma representativa, republi-
cana y federal, según lo establece la presente Constitución. (Artículo 1º de la

Constitución Nacional)

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


125

La forma de Estado federal, propia del sistema constitucional argentino, se


caracteriza por la distribución territorial en tres niveles: federal o nacional,
provincial y municipal, a los que otorga competencias diferentes. A estos
corresponde incorporar a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que también
cuenta con potestades propias, a partir de la reforma constitucional de 1994.
En cuanto a la forma de Estado democrática, antes de la reforma enun-
Las reformas constitucionales
ciada se la considera implícita y a partir de esta existen múltiples alusiones
son tratadas más adelante, en
a ella. esta unidad.

Entre las menciones a la democracia como forma de Estado en la Cons-

xx titución Nacional destacan: cuando se hace referencia al mantenimien-


to de su imperio durante actos de fuerza contra el orden institucional
(artículo 36 de la CN); al mencionar a los partidos políticos (artículo
38 de la CN), al enumerar entre las competencias del Congreso la de
sancionar leyes de organización y de base de la educación (artículo 75,
inciso 19) y la de aprobar tratados de integración que deleguen compe-
tencias y jurisdicción a organizaciones supraestatales (artículo 75, inci-
so 24), entre otras.

En lo que respecta a la forma de gobierno, la Constitución Nacional adopta,


el modelo republicano y representativo (artículo 1º de la CN) y el sistema
presidencialista (artículo 87 y subsiguientes de la CN).
En relación con la forma republicana de gobierno existen un conjunto de
características que la definen: a) división de poderes; b) elección popular,
renovación periódica y responsabilidad de los gobernantes; y c) igualdad ante
la ley.
En referencia a la forma representativa de gobierno, indica que este no es
ejercido directamente por el pueblo, sino a través de sus representantes. La
fuente constitucional se encuentra, además de en el artículo 1º, en el artículo
22 de la Constitución Nacional, que señala:

CC
El pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus representantes y auto-
ridades creadas por esta Constitución. (Artículo 22 de la Constitución Nacional)

Sin perjuicio de ello, la reforma de 1994 introduce dos formas semidirectas


de gobierno. La primera es la iniciativa legislativa popular, que de acuerdo con
el artículo 39 de la Constitución Nacional faculta a los ciudadanos a presentar
proyectos de ley en la Cámara de Diputados, con excepción de aquellos rela-
tivos a la reforma constitucional, la ratificación de tratados internacionales, la
imposición de tributos, el presupuesto de la nación y los relativos a la materia
penal. La otra modalidad, incorporada en el artículo 40, es la consulta popu-
lar, por la cual el Congreso puede someter un proyecto de ley a la opinión de
los ciudadanos, y en caso de voto afirmativo por parte de estos se convierte
en ley.
El sistema presidencialista se caracteriza por la separación rígida entre
el Poder Legislativo (encargado de la sanción de las leyes, cuya función se

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


126

encuentra encomendada al Congreso de la Nación) y el Poder Ejecutivo (res-


ponsable de ejecutarlas y de gobernar, tarea a cargo del Presidente de la
Nación).

Rosas, Alberdi, Quiroga y Ezcurra


Fragmento de la película: Facundo, la sombra del Tigre,
de Nicolás Sarquis.

<https://www.youtube.com/watch?v=0vm0-jndDiA>

LECTURA OBLIGATORIA

Alberdi, J. B. (2017), Bases y puntos de partida para la organiza-

OO ción política de la República Argentina, Biblioteca del Congreso de la


Nación, Buenos Aires, pp. 83 a 129.

1.

KK Seleccione al menos diez textos constitucionales vigentes correspondien-


tes a Estados diferentes e indique:
a. ¿Existen menciones a la palabra ‘nación’? ¿El empleo de los concep-
tos de Estado y de nación se ajusta a lo desarrollado en esta unidad?
b. ¿Qué formas de Estado adoptan?
c. ¿Cuáles son las formas de gobierno que identifica en ellas?

3.2. El Derecho
Existe una amplia literatura que pretende abarcar el conocimiento del Derecho
y se ocupa de estudiarlo desde diferentes puntos de vista y con finalidades
diversas.
Desde la perspectiva de este análisis y como punto de partida se afirma
que no hay Derecho sin el otro, ya que este surge de la participación del hom-
bre en la sociedad. De esta manera no puede entenderse la existencia del
Derecho si no hay una relación de alteridad, es decir, de convivencia.
El Derecho es, a la vez, una realidad que acompaña la vida social y sin la
cual resulta imposible vivir, ya que esta situación supone un estado de caos
permanente.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


127

El germen del Derecho nace, por otra parte, en las sociedades cuando
la conducta de los hombres no puede ser dirigida por patrones normativos
internos a él, es decir, aquellos que acompañan a su naturaleza. Así señala
Sandler:

CC
El Derecho aparece en la evolución de las sociedades cuando la conducta de
los individuos no puede ser ya determinada según patrones normativos que
vienen impresos en su ser natural. En este borde de la existencia, las leyes
que venían determinando u orientando la acción de los individuos, y del grupo,
aunque no pierden vigencia, entran en crisis. (Sandler, 2002:23)

Pese a que se presenta como un hecho que se desprende naturalmente de la


vida social, no menos cierto es que se aprecia cierta reactividad con relación
al Derecho, al que se ubica como un campo apartado de aquella y propio del
conocimiento excluyente de “expertos” que lo dominan: los juristas.

Por diversas circunstancias, quien se acerca por primera vez al mundo del Derecho, lo hace
con una natural precaución y un cierto desapego [...]. Sin embargo, es evidente que el
mundo del Derecho nos envuelve cotidianamente desde el momento del nacimiento hasta
el de la muerte y que, por otra parte, utopías anarquistas a un lado, la convivencia social
resultaría absolutamente imposible si no existieran una serie de normas y principios que
la regulasen y, consiguientemente, establezcan el marco de actuación de cada uno de los
integrantes de la comunidad social de que se trate (ciudadanos, asociaciones, Estado, etc.)
En tal sentido, puede afirmarse que el Derecho es, ante todo y sobre todo, una realidad
tangible y buscada afanosamente por las sociedades que nos han precedido en el tiempo
con la pretensión de dar solución a los conflictos sociales, fuera cual fuera su naturaleza y
extensión. Así pues, la primera idea que se ha de desterrar, al acercarse al mundo jurídico,
es una muy extendida que parece propugnar que el mundo del Derecho es sumamente
complicado porque así lo desean quienes se dedican a él, los juristas, y que de alguna
manera puede predicarse que el Derecho es un fin en sí mismo.
Nada más lejos de la realidad. El Derecho consiste fundamentalmente en un sistema
de normas, en un conjunto normativo, con una clara finalidad instrumental: la resolución
de los conflictos que se generan y surgen en el propio cuerpo social, al que el Derecho
(de cada momento y de cada comunidad social dada) va destinado, excluyendo de raíz el
recurso a la fuerza bruta o la violencia. Por tanto, parece lógico concluir que las normas o
principios jurídicos que paulatinamente se han ido consolidando como “sistema” o como
“ordenamiento” han tenido siempre como causa concreta la resolución de un problema
social determinado que constituye un presupuesto o dato previo, un prius respecto del
Derecho.
La complejidad, pues, del Derecho no es más que un reflejo (a veces demasiado pálido)
de la propia complejidad social y su existencia solo se ve justificada por la convivencia social
de las personas a quienes va destinado. A ningún Robinson Crusoe se le ocurriría dictar un
Código de circulación en su isla; ni el más excéntrico ecólogo pretendería substituir la “ley
de la selva” por un código de normas de buena conducta animal. El Derecho nace en y para
la convivencia social humana y solo a ella está destinado, como ya desde antiguo expresara
un viejo y conocido brocardo latino ubi societas ibi ius, con el que, comúnmente se resalta
el carácter social del Derecho (Lasarte, 2017:29-30).

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128

Es menester señalar que la noción de Derecho que se tiene en la actualidad,


aquella con la que se convive a diario, difiere de la propia de las civilizaciones
antiguas.
Para los romanos, el Derecho encuentra su punto de partida en las
“mores”, que, de acuerdo con el jurista Ulpiano, eran “un tácito acuerdo del
pueblo, arraigado por una larga costumbre”. El origen de las mores es atri-
buido a los antepasados y por eso se las denomina mores maiorum. En cam-
bio, el reconocimiento de que estas no son lesivas a otro hombre, es decir
que son jurídicas (ius est) se encuentra a cargo de los pontífices (sacerdotes)
En este contexto, “lesiva” significa
que afecta o ataca el derecho de y más tarde los jueces. Cuando se declara la juridicidad de una costumbre,
una persona. esta pasa a ser válida para todos los actos que se realizaban en la ciudad,
entonces nace el ius civile.
De acuerdo con lo señalado, el término estudiado no procede, entonces, de
los romanos, sino que su origen debe encontrarse en el pensamiento judeo-
cristiano. El cristianismo impregna de nuevos aires al derecho romano, influen-
ciado por la Iglesia, para quien las normas tomadas de la ley mosaica y de la
tradición cristiana conducen al recto camino (directum), lo que lleva a identifi-
carlas con la palabra “Derecho”. Y a partir de allí se aplica ese vocablo como
sinónimo de norma jurídica.

“Los romanos –que fueron los grandes creadores del derecho en la antigüedad– llamaban
jus a lo que consideraban lícito, tal como era declarado por las leyes, las costumbres o los
magistrados. Lo contrario de jus era injuria (lo ilícito, lo que ocasionaba daño a otro). El
jurisconsulto Celso definió el jus diciendo que era “el arte de lo bueno y lo equitativo”,
o sea, el modo de alcanzar la realización de la justicia a través de la conducta humana.
A partir del siglo IV de la era cristiana comenzó a utilizarse la palabra directum (par-
ticipio pasado de dirigere: guiar, conducir), para indicar el conjunto de normas religiosas
que orientaban la vida humana por el camino recto. Este significado se extendió luego
a todas las normas que se imponían a la conducta de los hombres y aspiraban a dirigirla
en sentido justo. De aquella palabra provienen todas las que en los idiomas de la Europa
occidental designan lo que hoy entendemos por derecho (diritto, direito, droit, right, etc.).
Lo contrario es el entuerto (originariamente torcido), que significa “lo opuesto a derecho”.
Este enfoque distinto que va desde la conducta lícita (jus) a la norma que la impone
(derecho), hizo que se abandonara la expresión romana. Pero subsistieron, en cambio, las
palabras derivadas de la primera –juicio, justicia, jurisdicción, jurisconsulto, jurispruden-
cia– para designar los distintos modos u operaciones que conducen al perfeccionamiento
y aplicación del derecho, considerado como un sistema que aspira a ser justo y a imponer
la justicia en la vida social.
Pero también se adoptó otro punto de vista más personal (más próximo a la idea
romana), al designar como derecho a todas las prerrogativas que tienen los seres humanos
para obrar lícitamente frente a los demás. A este significado se lo llama derecho subjetivo;
al primero objetivo. En ambos lo fundamental consiste en la idea de rectitud que debe
guiar la conducta humana dentro del marco de las relaciones sociales.
Hay, por lo tanto, dos puntos de vista en la palabra derecho: por un lado, es un conjunto
de normas que se imponen al ser humano, por el otro, es una serie de facultades que este
puede utilizar en su provecho” (Mouchet y Zorraquín Becú, 2000:23-24).

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129

3.2.1. Concepto de Derecho


Encontrar un concepto abarcativo de la realidad compleja que comprende el
Derecho es una tarea no exenta de dificultad, ya que refiere a aspectos de
naturaleza diversa.
Si se acude a la simple experiencia, “se puede comprobar que el término
‘derecho’ es polisémico, ya que se utiliza indistintamente para designar una
pluralidad de realidades” (Cortés, 2015:23).
Por otra parte, puede afirmarse que no existe una definición científica del
Derecho que sea válida universalmente, ya que esta se encuentra siempre
influenciada por la perspectiva subjetiva del autor que la intenta (Rodríguez-
Zapata, 2016:35).
Así, puede entenderse el Derecho desde dos perspectivas diferenciadas.
En un sentido subjetivo se trata de una potestad o facultad del ser humano
de exigir del otro una conducta específica. En cambio, en sentido objetivo se
hace referencia al conjunto de normas coercibles que rigen en una sociedad
determinada.

Un ejemplo de derecho en un sentido subjetivo es el que tiene el hués-

xx ped, que ha abonado su estancia, de que se le provea del alojamiento y


los servicios complementarios acordados.
En cambio, derecho en sentido objetivo hace referencia a la norma de
alojamiento turístico provincial que se aplica al establecimiento hotelero.

Existen diferentes formas de expresión de un derecho subjetivo: puede tratar-


se de la potestad de exigir el cumplimiento de una obligación (derecho a ser
transportado si se paga el pasaje); de gozar de una cosa (derecho al uso de
un vehículo alquilado); también como facultad de la personalidad (derecho a
la vida, a la integridad física, a la libertad y al respeto a la intimidad); inclusive
aquel de carácter público (derecho a votar o a ser elegido).
Es importante recalcar que frente a un derecho subjetivo siempre hay un
deber jurídico, es decir, que hay alguien que se encuentra obligado, como si
fueran las caras de una misma moneda.

Ante el derecho de quien ha pagado una excursión se encuentra la obli-

xx gación de otra persona de brindarle ese servicio.

En adelante se hace referencia al Derecho en un sentido objetivo, a fin de


alcanzar una definición que contemple esta realidad.
Para avanzar en el conocimiento propuesto es preciso advertir que en las
sociedades primitivas existen normas de naturaleza diversa (sociales, mora-
les, religiosas, etc.) que se confunden y entremezclan. En cambio, en las
sociedades más evolucionadas se perfila con mayor precisión el contenido de
aquellas imprescindibles para la convivencia social y que conforman el funda-
mento del Derecho, las denominadas normas jurídicas.
Mouchet y Zorraquín Becú (2000:28) afirman que las normas jurídicas pro-
vienen de normas morales, sociales y técnicas, a las que el Derecho incorpo-
ra, aunque no abarque en su totalidad los sistemas de los cuales emanan. De

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130

ahí que las normas jurídicas traduzcan un concepto moral (indican el modo de
obrar para conseguir el bien propio o de nuestros semejantes), una ley social
(ordenan en el sentido del bien común las relaciones entre los hombres) o
una regla técnica (nos indica de qué medios se deben valer los hombres para
alcanzar los fines permitidos por el Derecho). Y sostienen los citados auto-
res que “esos preceptos morales, normas sociales y reglas técnicas, al ser
sancionados por la autoridad competente, se convierten en normas jurídicas
que imponen deberes, señalan prohibiciones, facultan para obrar en determi-
nado sentido o establecen castigos y sanciones; pero siempre indican cómo
debe orientarse la conducta de cada uno para que se cumplan los fines que
el derecho persigue”.

PARA REFLEXIONAR

El aspecto saliente que diferencia a las normas jurídicas de otro tipo

PP de normas que rigen también en la convivencia social, es que su cum-


plimiento es obligatorio y el Estado puede valerse de la fuerza para
exigirlo. En cambio, las normas morales o los usos sociales, pueden
ser incumplidos sin importar una sanción de tipo coactivo.

Mouchet y Zorraquín Becú (2000:43) definen el Derecho como “un ordena-


miento social impuesto para realizar la justicia”
A partir de la definición precedente pueden identificarse, según los citados
autores, las características del Derecho:
a) Es un sistema organizado, un orden necesario, que subsiste en la medi-
da en que es consentido por la comunidad, y que reconoce los derechos
naturales del hombre, pero que a la vez pretende impedir que este dañe o
perjudique a los demás, de manera tal que la libertad de cada uno no ata-
que ni vulnere la ajena.
b) Está destinado a regir la vida en sociedad y la de la comunidad misma,
siendo aquella la que lo establece y lo mantiene por medio de los órganos
competentes.
c) Es de carácter obligatorio, que el sujeto al que va dirigido se encuentra
Julio César Cueto Rúa (1920- constreñido a observar y puede ser compelido a hacerlo, mediante la posi-
2007). Jurista y pensador argen- bilidad de exigir su cumplimiento forzoso o la imposición de una sanción.
tino. Dedicó su vida académi-
ca al estudio de la Filosofía del d) Tiene por finalidad establecer un orden justo, por lo que exige una ade-
Derecho y el Derecho compa- cuación o ajuste entre él y un principio superior que se pretende alcanzar.
rado. Fue docente, investigador
y académico. Autor, entre otras
obras, de Fuentes del derecho y
El Common Law. 3.2.2. Fuentes del Derecho
De acuerdo con Cueto Rúa (1994:13), la palabra fuente puede aludir: al origen
del derecho, es decir, las causas que lo han creado; a su manifestación, como
una expresión concreta de este; a la autoridad de la que emana; o, por último,
puede tener el significado de fundamento de validez de las normas jurídicas,
donde las inferiores encuentran su basamento en las superiores.

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131

Se ha distinguido entre fuentes materiales o fuentes en sentido material


(son las circunstancias y factores morales, sociales, ideológicos y de orden
técnico que provocan la aparición y determinan el contenido de las normas jurí-
dicas) y fuentes en sentido formal (son manifestaciones exteriores de voluntad
destinadas a crear el derecho); no obstante, el autor antes citado ha formu-
lado algunas objeciones acerca de esta clasificación y de su utilidad práctica.
Existe cierto acuerdo entre los autores que se especializan en el tema en
que las principales fuentes del derecho son: la costumbre, la jurisprudencia
y la doctrina, y la ley.
La primera en surgir, es decir la más antigua, es la costumbre, que consiste
en la repetición de determinadas conductas o modos de obrar en forma cons-
tante y uniforme, con la convicción de que se trata de una práctica obligatoria.
Se caracteriza por ser no escrita, no es expresamente sancionada por autori-
dad y se convierte en Derecho cuando es practicada durante un largo tiempo.
La costumbre puede actuar respecto de la ley como costumbre interpretativa
(secundum legem), que es la que se forma de acuerdo con la ley y ayuda a inter-
pretarla cuando existe confusión sobre su contenido; la costumbre supletoria
(praeter legem) es la que completa los vacíos del derecho cuando la ley no regu-
la la materia, y la costumbre contraria a la ley (contra legem) es la que apare-
ce en oposición a las normas legales que imponen una conducta determinada.

El Código Civil y Comercial de la Nación admite las dos primeras

xx modalidades de costumbre y rechaza, en tanto, la validez de aquella con-


traria a Derecho al señalar:
“Los usos, prácticas y costumbres son vinculantes cuando las leyes o los
interesados se refieren a ellos o en situaciones no regladas legalmente,
siempre que no sean contrarios a derecho” (Artículo 1 del CCyCN).

La jurisprudencia se conforma a partir de las sentencias de determinados


tribunales que generan precedentes para futuros pronunciamientos. En la La sentencia es el acto por el
realización de esta actividad los jueces aplican la norma jurídica a un caso que el juez resuelve el conflic-
concreto, establecen su alcance, interpretan su contenido y lo completan to mediante la aplicación del
derecho.
cuando existen lagunas. Si bien las resoluciones judiciales, en general, no
son obligatorias para casos análogos, existen circunstancias en las que la
solución a la que se ha arribado anteriormente sí lo es.

Los fallos plenarios, que constituyen resoluciones a las que se arriba en

xx un pleno en que participan la totalidad de los jueces que integran una


Cámara de Apelaciones para unificar la jurisprudencia, son de aplicación
obligatoria para los tribunales inferiores de aquella. También a través
del recurso de casación, que permite a un tribunal revisar las senten-
cias de los jueces inferiores, pero solo con relación al derecho aplicable.
Finalmente, cumple la misma función la Corte Suprema de Justicia de
la Nación, que al ser el último intérprete de la Constitución Nacional
permite que su aplicación y la de las normas que en su consecuencia se
dicten sean iguales en todo el país.

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132

La doctrina es la opinión que propician juristas con prestigio en una materia


determinada y que es empleada como un elemento que ayuda a los jueces
cuando deben emitir una sentencia. En la medida en que esta sea unánime se
dificulta a los jueces apartarse de su criterio. Muchas veces se emplea como
fuente no solo la opinión de juristas nacionales, sino también de extranjeros.

La doctrina se expresa fundamentalmente a través de artículos de juris-

xx tas publicados en revistas especializadas en Derecho, en manuales y tra-


tados, mediante la presentación de ponencias en congresos o en blogs
en la Web.

Finalmente, se hace mención a la ley, aunque de acuerdo con su preponde-


rancia, en el sistema jurídico argentino, puede afirmarse que se trata de la
que cobra mayor importancia. De acuerdo con Borda (2016), son caracteres
de la ley: a) generalidad, ya que no se dictan con relación a cierta persona en
particular; b) obligatoriedad, ya que contienen siempre una sanción para el que
la incumpla y c) emana de autoridad competente, ya que quien la dicta debe
poseer facultad para ese acto.
En un sentido material, la ley consiste en una regla obligatoria emanada de
autoridad competente. En tanto que, entendida formalmente, la ley constituye
una disposición emanada del Poder Legislativo.

En un sentido material puede ser considerado como ley un decreto dic-

xx tado por el Poder Ejecutivo en uso de las facultades que le son propias.
En un sentido formal es ley aquella norma dictada por el Congreso de la
Nación de acuerdo con el procedimiento establecido en la Constitución
Nacional.

3.2.3. Derecho público y privado. Derecho interno e internacional


Es frecuente que al hablar del Derecho en sentido objetivo, se distinga entre
las diferentes especialidades que lo conforman y presentan particularidades
que los diferencian entre sí.
La primera gran división es la que distingue entre el derecho público, por
una parte, y derecho privado por la otra. El derecho público se caracteriza por
regir las relaciones entre los particulares y los entes públicos y entre estos
entre sí. En cambio, en el derecho privado son los particulares quienes dan
origen a diferentes relaciones jurídicas, encontrándose los individuos en pie
de igualdad.
Transcribimos un texto de Borda (2016) respecto de las diferentes ramas
o especializaciones del Derecho que se ubican en cada una de ellas.

“[...] Podemos definir al derecho público como aquel en que el Estado, como poder
público, se halla en juego, el que rige su organización y desenvolvimiento y regla sus rela-
ciones con los particulares.
Las ramas del derecho público son las siguientes:

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133

a) El derecho constitucional, que organiza el Estado, determina las relaciones y faculta-


des de los distintos poderes y establece las normas fundamentales de convivencia social.
b) El derecho administrativo, que organiza el funcionamiento de la Administración
Pública, ya sea nacional, provincial o municipal, y las relaciones entre ella y los
administrados.
c) El derecho penal, que establece la legislación represiva de los delitos, en protección del
orden social.
d) El derecho internacional público, que rige las relaciones de los Estados entre sí.
No tan definida es la ubicación de otras ramas del derecho positivo. El derecho de mine-
ría, que regula la explotación minera, debe considerarse integrante del derecho público,
no obstante que algunas minas, de poca importancia económica, están regidas por el
derecho privado.
Más difícil todavía es la ubicación del derecho procesal. Se ha sostenido que se trata de
una rama del derecho público, puesto que su objeto es el funcionamiento de un servicio
público, como es la administración de justicia. Esta opinión nos parece indiscutible en
lo que atañe al procedimiento penal y administrativo. En cambio, en lo que se refiere al
procedimiento civil y comercial, y al laboral, preferimos adherir a la teoría tradicional,
según la cual debe considerárselo integrante del derecho privado. El objeto de este proce-
dimiento es hacer efectivos los derechos que las leyes conceden a los particulares; sin las
correspondientes acciones, tales derechos no tendrían vigencia práctica; aquellas son, por
lo tanto, la consecuencia necesaria de estos y deben tener su misma naturaleza jurídica.
Además, estas ramas del procedimiento reglan las controversias de los particulares entre
sí, por consiguiente, forman parte del derecho privado.
A su vez, el derecho privado cuenta con las siguientes ramas:
a) El derecho civil, tronco común de todas las ramas del derecho privado, cuyo concepto
hemos de exponer en el punto siguiente.
b) El derecho comercial, que regla las relaciones de los comerciantes y las consecuencias
jurídicas de los actos de comercio, y del cual se va diseñando, cada vez con mayor vigor,
la segregación del llamado derecho de la navegación, que atañe al comercio marítimo y
aéreo.
c) El derecho procesal civil y comercial y el laboral.
d) La legislación del trabajo, que regla las relaciones jurídicas nacidas del trabajo, y que
actualmente se halla en pleno y vigoroso desarrollo. Si bien no es discutible el carácter
esencialmente privado de este derecho, que rige las relaciones entre patronos y obreros,
no es menos cierto que, en algunos aspectos, está adquiriendo un matiz público; las con-
diciones de trabajo no se discuten ya privadamente entre el patrón y el obrero, sino que
se celebran convenios colectivos, en los que la intervención del Estado es muy frecuente;
del mismo modo, la reglamentación del trabajo, las inspecciones, acentúan esta tenden-
cia a romper el marco del derecho privado. La intervención del Estado en el contrato de
trabajo es tan constante y directa, que el mismo parece parte de esta relación jurídica.
e) La legislación rural, que regla las relaciones de vecindad rural y las cuestiones que surgen
de la explotación agropecuaria”.

Por otra parte, cabe realizar una distinción entre las ramas del Derecho que
regulan las relaciones jurídicas que nacen y se desarrollan en el ámbito some-
tido a la jurisdicción de un solo Estado, que integran el derecho interno, y
aquellas que rigen las relaciones entre los Estados o con entes internacio-
nales, y entre los ciudadanos de diferentes Estados, en cuyo caso se hace
referencia al derecho internacional.

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134

Forman parte del derecho interno: el derecho constitucional, el derecho

xx administrativo, el derecho penal, el derecho civil, el derecho comercial,


el derecho procesal, el derecho del trabajo y la seguridad social, etcéte-
ra. Integran el derecho internacional: el derecho internacional público
y el derecho internacional privado.

LECTURA OBLIGATORIA

Mouchet, C y Zorraquín Becú, R. (2000), Introducción al Derecho,

OO duodécima edición, Abeledo Perrot, Buenos Aires, pp. 23 a 46.

LECTURA RECOMENDADA

RR
Cueto Rúa, J. (1994), Fuentes del derecho, Editorial Abeledo Perrot, Buenos Aires.
Palazzo, E. (2004), Las fuentes del derecho en el desconcierto de juristas y ciudadanos,
Editorial Dunken, Buenos Aires.

2.

KK Compare el concepto de Derecho propuesto con los planteados por


otros autores diferentes y elabore, con base en ello, su propia definición.

3.3. Constitución Nacional


La Constitución es la norma jurídica fundamental, en la que encuentra su
basamento todo el ordenamiento jurídico de un Estado. Es la ley suprema y
como tal realiza el reparto del poder del Estado y establece los derechos y
garantías que gozan tanto nacionales como extranjeros.
De acuerdo con el Diccionario de la Lengua Española (2014:612), la pala-
bra constitución proviene del latín constitutio, -ōnis y es definida de la siguien-
te manera:

CC
Ley fundamental de un Estado, con rango superior al resto de las leyes, que
define el régimen de los derechos y libertades de los ciudadanos y delimita los
poderes e instituciones de la organización política. (RAE, 2014:612)

En tanto ley por encima de toda ley, brinda el fundamento político e institu-
cional al que todo el ordenamiento normativo debe adecuarse y las restantes
normas jurídicas que se dicten (constituciones provinciales, leyes, decretos,
resoluciones, ordenanzas, etc.) deben subordinarse a esta.
Hans Kelsen, uno de los juristas más prominentes del siglo XX, afirma a
su respecto:

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135

CC
La norma fundamental de un orden jurídico tiene una naturaleza distinta. Es
simplemente la regla fundamental según la cual son creadas las normas jurídi-
cas; de ella deriva el principio mismo de su creación. Es, pues, el punto de par-
tida de un procedimiento y su carácter es esencialmente formal y dinámico.
Solo la validez de las normas de un orden jurídico puede ser deducida de su
norma fundamental. (Kelsen, 2009: 112)

De acuerdo con Bidart Campos (2005:275), la constitución puede ser enten-


dida en dos sentidos: formal es aquella que se caracteriza por ser la ley
suprema, escrita en un texto único y sistematizado y cuya reforma exige un
procedimiento especial diferente de otras leyes. La constitución material, en
cambio, es aquella que posee vigencia y efectividad en el período de tiempo
presente.

CC
La constitución material puede coincidir con la constitución formal. Ello aconte-
ce cuando la constitución formal tiene vigencia sociológica, funciona, y se
aplica.
La constitución material puede no coincidir con la constitución formal en todo o
en parte. Ello acontece cuando la constitución formal, total o parcialmente, no
tiene vigencia sociológica, ni funciona, ni se aplica.
Una constitución formal o parte de ella puede no tener vigencia actual porque
la tuvo y la perdió; o puede no haberla adquirido nunca (todo ello por violación
ejemplarizada o por desuso). Cuando la constitución formal, en todo o en parte,
no tiene vigencia, hay siempre una constitución material vigente que es la cons-
titución real que funciona y se aplica.
Todo Estado tiene su constitución material, porque está “constituido” u orga-
nizado de una manera determinada. En los Estados que carecen de constitu-
ción formal, hay por ello, siempre y necesariamente, una constitución material.
(Bidart Campos, 2005:277)

3.3.1. Antecedentes constitucionales en Argentina


El proceso constitucional en la República Argentina no escapa a las caracte-
rísticas del resto de las naciones de América, tiene su punto de partida en la
Revolución del 25 de mayo de 1810 y, en particular, cuenta con el impulso de
la Declaración de la Independencia, el 9 de julio de 1816.
En los primeros años de la organización política nacional se presentan,
al menos, dos tentativas de elaboración de normas constitucionales: la
Constitución de 1819 y la Constitución de 1826.
Al respecto de la primera de estas normas se ha señalado:

CC
Este texto de efímera vigencia tiene para la historia argentina el interés de ser
uno de los instrumentos escritos más perfectos del gobierno representativo,
republicano —aunque unitario— que se hayan elaborado en los países de
América. Su espíritu fue altamente conservador, con tendencia aristocrática en
la composición del Senado, y estuvo influenciada por las directrices doctrina-
rias y práctica política del momento, las que con posterioridad se vieron refleja-
das en la Constitución de 1853/1860. (Basterra, 2015:4)

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136

Respecto de la Constitución de 1926 se ha afirmado:

CC
La Constitución que el Congreso Constituyente de 1824-1827 sanciona —por
inspiración de Rivadavia— en la víspera de Navidad de 1826 encierra en su se-
no la pretensión de sintetizar un gobierno “compuesto”, formado por las notas
presuntamente positivas entresacadas de los modelos de ortodoxia federalis-
ta y de intentos centralizantes. (Vanossi, 2015: 35)

Ambos intentos son condenados al fracaso, fundamentalmente, por carecer


del necesario apoyo de las provincias.
El período posterior a los ensayos reseñados, en el que Rosas permanece
al frente del gobierno, presenta el siguiente plan: a) la no convocatoria a un
congreso basado en los resultados de los anteriores intentos; b) la incorpo-
ración de todas la provincias al Pacto Federal; c) que cada provincia se orga-
nice y dicte su propia constitución, d) una vez realizada la confederación de
provincias, y completados los pactos entre ellas, se posibilite la organización
el Estado federal.
Es por ello que el proceso constituyente en la República Argentina no se
materializa hasta el 1º de mayo de 1853, fecha en que se sanciona, en la
localidad de Santa Fe, la Constitución histórica.

3.3.2. Poder constituyente originario y derivado. Reforma de la


Constitución
El proceso que da origen o modifica la norma fundamental debe ser llevado
a cabo por un poder diferente del constituido (aquel que ejerce las funciones
legislativa, ejecutiva y judicial) y que se denomina poder constituyente, que
es definido como:

CC
[...] la competencia, capacidad o energía para constituir o dar constitución al
Estado, es decir, para organizarlo, para establecer su estructura jurídico-políti-
ca. (Bidart Campos, 2005: 373)

Cuando el poder constituyente se ejerce en la etapa de conformación del


Estado se lo identifica como poder constituyente originario; se caracteriza
por que su titularidad se encuentra en el pueblo, y tiene la particularidad de
no estar subordinado a instancia alguna. En cambio, cuando se trata de intro-
ducir modificaciones a una Constitución ya existente, es denominado poder
constituyente derivado y está limitado por el mandato recibido al momento
de la declaración de necesidad de la reforma constitucional.
La Constitución Nacional establece que para el ejercicio del poder consti-
tuyente derivado debe seguirse un procedimiento especial diferente de aquel
que se emplea para la sanción de cualquier otra ley ordinaria, y que se encuen-
tra determinado en su artículo 30:

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137

CC
La Constitución puede reformarse en el todo o en cualquiera de sus partes. La
necesidad de reforma debe ser declarada por el Congreso con el voto de dos
terceras partes, al menos, de sus miembros; pero no se efectuará sino por
una Convención convocada al efecto. (Artículo 30 de la Constitución Nacional)

Aquel procedimiento impone dos pasos diferenciados: a) la declaración de la


necesidad de reforma, y b) la aprobación de las modificaciones introducidas
a la Constitución Nacional por un órgano creado a tal efecto, denominado
Convención Constituyente. La declaración en trato consiste en una decisión
del Congreso Nacional expresada bajo la forma de una ley, que debe ser apro-
bada con mayorías especiales de dos tercios de sus miembros, de acuerdo
con el quórum de cada Cámara.
En la República Argentina, el poder constituyente originario es aplicado en
la sanción de la Constitución histórica, el 1º de mayo de 1853, y para algunos
autores se extiende hasta la reforma sancionada el 1º de octubre de 1860.
En tanto que el poder constituyente derivado o reformador se ejerce en dife-
rentes oportunidades en la historia nacional. En la reforma sancionada el 12
de septiembre de 1866, que elimina la limitación al gobierno nacional para
imponer derechos de exportación y faculta al Congreso para crear esos tribu-
tos. En la reforma sancionada el 15 de marzo de 1898, que modifica el núme-
ro de representantes que componen la Cámara de Diputados de la Nación,
facultando al Congreso de la Nación a fijar la representación luego de cada
censo y aumenta el número de Ministros del Poder Ejecutivo de la Nación. En
la reforma sancionada el 14 de noviembre de 1957, que incumple con el pro-
ceso de declaración de la necesidad de reforma, e incorpora a la Constitución
Nacional el artículo 14 bis, que contiene los derechos de los trabajadores,
los gremios y los beneficios de la seguridad social e incluye entre los Códigos
–cuyo dictado corresponde con carácter exclusivo a la nación–, el del Trabajo
y la Seguridad Social.
El proceso constitucional argentino concluye, a la fecha, con el ejercicio
del poder constituyente derivado en la reforma sancionada el 22 de agosto de
1994, de la que, entre otros aspectos, destacan: la declaración de insanable
nulidad de los actos de fuerza contra el orden constitucional; la incorporación
de nuevos derechos (políticos, al ambiente sano, de los consumidores y usua-
rios, etc), incorpora las figuras de la iniciativa popular, la consulta popular y el
referéndum; da rango constitucional a la acción de amparo, el habeas data y
el habeas corpus; modifica la composición de las Cámaras de Diputados y de
Senadores; otorga nuevas atribuciones al Congreso de la Nación; reconoce la
preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos; determi-
na que los tratados con potencias extranjeras tienen jerarquía superior a las
leyes y faculta al Congreso a aprobar aquellos que impliquen delegación de
competencias en órganos supraestatales; faculta la delegación legislativa en
el Poder Ejecutivo en materia de administración o de emergencia pública; otor-
ga potestades a diferentes entes (Auditoría General de la Nación, el Defensor
del Pueblo y el Ministerio Público); reduce el mandato presidencial a cuatro
años, admite la reelección por un solo período consecutivo e introduce el sis-
tema de elección directa, en doble vuelta; faculta al Presidente de la Nación
al dictado de decretos por razones de necesidad y urgencia; incorpora la figu-
ra del Jefe de Gabinete de Ministros; crea el Consejo de la Magistratura, que
tiene a su cargo la selección de los magistrados judiciales, excepto los minis-

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


138

tros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación; crea un jurado de enjuicia-


miento para la remoción de los jueces de los tribunales inferiores de la nación;
aclara el contenido de la autonomía municipal; faculta a las provincias a crear
regiones y les reconoce el dominio originario de los recursos naturales exis-
tentes en su territorio; establece un régimen de gobierno autónomo para la
ciudad de Buenos Aires, con potestades propias de legislación y jurisdicción,
elección directa de su jefe de gobierno y la facultad de dictar un estatuto
organizativo de sus instituciones. Entre sus disposiciones transitorias ratifica
la legítima e imprescriptible soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del
Sur y Sandwich del Sur y reafirma que su recuperación constituye un objetivo
permanente e irrenunciable del pueblo argentino.
Además de las reformas constitucionales a las que se hace mención pre-
cedentemente, pueden identificarse diferentes procesos destinados a intro-
ducir modificaciones en la Constitución Nacional. Estos procesos son de dife-
rente naturaleza, persiguen objetivos particulares, han sido llevados a cabo
tanto durante gobiernos constitucionales como de facto y su relevancia es
diversa. No obstante, todos guardan un rasgo en común: carecen de durabi-
lidad, característica que, según Spota (1981) es el elemento característico
que determina la existencia del ejercicio del poder constituyente originario o
reformador. Entre estos pueden mencionarse la reforma constitucional san-
cionada el 11 de marzo de 1949, que inserta a la República Argentina en el
contexto de las naciones que adoptaban una constitución de alto contenido
social, incorpora un capítulo referido a los derechos del trabajador, de la fami-
lia, de la ancianidad, de la educación y la cultura; y otro relativo a la función
social de la propiedad, el capital y la actividad económica. Su vigencia con-
cluye con la interrupción del proceso constitucional por parte de la autode-
nominada Revolución Libertadora. La reforma constitucional dictada el 24 de
agosto de 1972, durante otro de los períodos de ruptura constitucional que
sufrió nuestro país, por su parte, no da cumplimiento a las prescripciones de
la Constitución Nacional, ya que la declaración de necesidad de reforma fue
un acto emanado de la Junta de Comandantes en Jefe, al igual que el que dic-
tara el Estatuto. Se ocupa esencialmente de establecer modificaciones rela-
cionadas con la distribución del poder en la Constitución Nacional, los man-
datos de los integrantes de los poderes, el juzgamiento de los jueces de los
tribunales inferiores de la nación. Esta norma pierde vigencia por agotarse los
plazos máximos previstos para su aplicación.

3.3.3. Supremacía, jerarquía normativa y control constitucional


Cuando se hace referencia a la supremacía de la Constitución, se entiende
no solo que es la norma superior, sino que, al ser el fundamento de aquellas
normas que integran el ordenamiento jurídico nacional, a las que da legitimi-
dad, todo el orden jurídico-político debe ajustase a ella.
Esta supremacía se ha ido atemperando y, en ciertos ordenamientos jurídi-
cos, puede ceder frente a normas de derecho internacional como los tratados
internacionales que promueven la integración supraestatal, como es el caso
de la Unión Europea.
En términos generales, la supremacía constitucional impone una escala
jerárquica, dominada por la Constitución Nacional, pero a la vez integrada por
distintos tipos de normas.

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139

Hans Kelsen (2009:118) explica el fenómeno de la estructura jerárquica


de las normas señalando:

CC
El análisis que ilumina la función de la norma fundamental descubre también
una particularidad del derecho: que él mismo regula su propia creación, pues
una norma determina cómo otra norma debe ser creada y, además, en una me-
dida variable, cuál debe ser el contenido. En razón del carácter dinámico del
derecho, una norma solo es válida en la medida en que ha sido creada de la
manera determinada por otra norma. Para describir la relación que se estable-
ce así entre dos normas, una de las cuales es el fundamento de la validez de
la otra, puede recurrirse a imágenes espaciales y hablar de norma superior y
de norma inferior, de subordinación de la segunda a la primera. Un orden jurídi-
co no es un sistema de normas yuxtapuestas y coordinadas. Hay una estructu-
ra jerárquica y sus normas se distribuyen en diversos estratos superpuestos.
La unidad del orden reside en el hecho de que la creación —y por consecuen-
cia la validez— de una norma está determinada por otra norma, cuya creación,
a su vez, ha sido determinada por una tercera norma. Podemos de este modo
remontarnos hasta la norma fundamental de la cual depende la validez del or-
den jurídico en su conjunto. (Kelsen, 2009:118)

En esta gradación jerárquica, los niveles inferiores se encuentran subordi-


nados a los superiores y todos a la Constitución, principio que se encuentra
plasmado en el derecho nacional en el artículo 31 de la Constitución Nacional:

CC
Esta Constitución, las leyes de la Nación que en su consecuencia se dicten por
el Congreso y los tratados con las potencias extranjeras son la ley suprema de
la Nación; y las autoridades de cada provincia están obligadas a conformarse
a ella, no obstante cualquiera disposición en contrario que contengan las leyes
o Constituciones provinciales, salvo para la provincia de Buenos Aires, los tra-
tados ratificados después del Pacto del 11 de noviembre de 1859. (Artículo 31
de la CN).

Una lectura superficial del artículo antes enunciado puede llevar a la confusión
de que las normas antes indicadas (Constitución, leyes de la nación y tratados
con potencias extranjeras) poseen la misma jerarquía entre sí. No obstante,
tal conclusión es equivocada, ya que es necesario completar este precepto
con otras disposiciones de la Constitución Nacional.
En primer lugar, se debe acudir a la contenida en el artículo 27 de la
Constitución Nacional:

CC
El Gobierno federal está obligado a afianzar sus relaciones de paz y comercio
con las potencias extranjeras por medio de tratados que estén en conformidad
con los principios de derecho público establecidos en esta Constitución.
(Artículo 27 de la CN)

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140

Teniendo en cuenta lo señalado en el artículo precedente, los tratados inter-


nacionales deben ser realizados respetando los principios establecidos por la
Constitución Nacional y, por tanto, se encuentran subordinados a ella.
Existe, sin embargo, una excepción a este principio que se encuentra plas-
mada en el artículo 75 inciso 22 de la Constitución Nacional:

CC
Corresponde al Congreso:
[...] 22. Aprobar o desechar los tratados concluidos con las demás naciones y
con las organizaciones internacionales y los concordatos con la Santa Sede. Los
tratados y concordatos tienen jerarquía superior a las leyes.
La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; la Declaración
Universal de Derechos Humanos; la Convención Americana sobre Derechos
Humanos; el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales;
el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y su Protocolo Facultativo;
la Convención sobre la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio; la
Convención Internacional sobre la eliminación de todas las formas de discrimi-
nación racial; la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discri-
minación contra la mujer; la Convención contra la tortura y otros tratos o penas
crueles, inhumanos o degradantes; la Convención sobre los Derechos del Niño;
en las condiciones de su vigencia, tienen jerarquía constitucional, no derogan
artículo alguno de la primera parte de esta Constitución y deben entenderse
complementarios de los derechos y garantías por ella reconocidos. Solo podrán
ser denunciados, en su caso, por el Poder Ejecutivo nacional, previa aprobación
de las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de cada Cámara.
Los demás tratados y convenciones sobre derechos humanos, luego de ser
aprobados por el Congreso, requerirán del voto de las dos terceras partes de la
totalidad de los miembros de cada Cámara para gozar de la jerarquía constitu-
cional. (Artículo 75, inciso 22 de la CN)

Del artículo antes mencionado se extraen diversas conclusiones: por una


parte, que los instrumentos internacionales de derechos humanos conteni-
dos en él son complementarios de los derechos y garantías recogidos en la
Constitución Nacional, no derogan artículo alguno contenido en su primera
parte y tienen la misma jerarquía que aquella. Por otra parte, que con la inter-
vención del Congreso de la Nación, mediante un proceso que exige un voto
calificado, puede otorgarse jerarquía constitucional a otros tratados y conven-
ciones de derechos humanos.
Por último se concluye que los tratados (tanto los que tienen jerarquía
constitucional como aquellos que no la poseen, incluidos los tratados de inte-
gración y las normas dictadas en su consecuencia) tienen jerarquía superior
a las leyes.
La relación jerárquica de las leyes respecto de la Constitución Nacional, por
su parte, se encuentra establecida en el artículo 28 que determina:

CC
Los principios, garantías y derechos reconocidos en los anteriores artículos, no
podrán ser alterados por las leyes que reglamenten su ejercicio. (Artículo 28 de

la CN)

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141

Es decir que también las leyes se encuentran en un nivel inferior no solo res-
pecto de los tratados internacionales, sino, fundamentalmente, con relación
a la Constitución Nacional, cuyos preceptos no puede modificar.
Por último, corresponde determinar cuál es la jerarquía que corresponde
a las normas dictadas por el Poder Ejecutivo Nacional. Es importante señalar
que, como identifican Bidart Campos y Manili (2003), existen diversos tipos
de decretos que emanan del Presidente de la Nación.

“A primera vista podemos identificar cinco tipos distintos de decretos:


a) Decretos Autónomos (art. 99 inciso 1 de la Constitución Federal) dictados por el
Presidente en ejercicio de sus funciones propias y en materias habilitadas para ello por la
constitución federal (en adelante CF) en forma expresa, o en forma implícita en virtud
de la zona de reserva que la división constitucional de poderes le confiere.
b) Decretos Reglamentarios (art. 99, inc. 2, CF) que son complementarios y accesorios
(secundarios) de leyes dictadas por el Congreso, a los fines de posibilitar su aplicación.
c) Decretos de Necesidad y Urgencia (art. 99, inc. 3, CF) en principio prohibidos,
salvo que circunstancias excepcionales hicieran imposible seguir el trámite ordinario para
la sanción de las leyes, en cuyo caso el Presidente puede arrogarse facultades que perte-
necen al Congreso. La constitución le impone, a este tipo de decretos, claros límites de
fondo (ya que ciertas materias se encuentran prohibidas: penal, tributaria, electoral y de
partidos políticos) y un mecanismo de control (dentro de los diez días de dictados deben
ser remitidos por el Jefe de Gabinete de Ministros a la –nonata aún- Comisión Bicameral
Permanente, la que debe expedirse dentro del mismo plazo para luego elevar su dictamen
al pleno de las Cámaras del Congreso). Lamentablemente, no ha sido dictada aún la ley
especial que debe regular el trámite y los alcances de la intervención del Congreso. Frente
a ese vacío normativo, gran parte de la doctrina sostiene que hasta tanto no se dicte esa
ley y se cree la comisión bicameral permanente, no es posible dictar decretos de necesi-
dad y urgencia. Este tipo de decretos tiene cuerpo de decreto pero alma de ley, ya que, en
ellos, el Ejecutivo asume atribuciones propias del Legislativo y las ejerce para solucionar
una determinada situación de urgencia.
d) Decretos Delegados (art. 76 CF) son los que dicta el Presidente en ejercicio de fun-
ciones que son propias del Congreso, pero que este le delega, en casos especiales de emer-
gencia y en materias de administración pública, estableciendo un plazo para su ejercicio
y un marco normativo (o “bases de la delegación”) dentro de los cuales el Ejecutivo puede
legislar. Estos decretos también están sometidos al control de la Comisión Bicameral
Permanente (conforme art. 100 inciso 12 CF) ya que, al igual que los de necesidad y
urgencia, tienen cuerpo de decreto y alma de ley, solo que en este caso no fue el Ejecutivo
quien se arrogó funciones del Legislativo, sino este último el que se las delegó expresa-
mente. Debemos reconocer que entre este tipo de decretos y la tarea puramente legislativa
existe alguna zona gris y su delimitación es una tarea muy ardua, donde resulta dificultoso
trazar el límite. Así lo sostuvo la Corte Suprema de Justicia norteamericana en 1825, en
estos términos: “el Poder Legislativo hace, el Ejecutivo ejecuta y el judicial aplica la ley;
pero quien hace la ley puede encomendar algo a la discreción de otro departamento y el
límite preciso de ese poder constituye una materia muy delicada en la cual ninguna corte
debe ingresar injustificadamente”.
e) Decretos de Promulgación Parcial de leyes (art. 80 CF) son los que dicta el
Presidente en los casos en que veta parcialmente una ley, pero promulga las partes no
observadas, siempre que estas tengan autonomía normativa y su promulgación no alte-
re el espíritu ni la unidad del proyecto sancionado por el Congreso. Estos decretos están
sometidos al mismo procedimiento de control establecido para los decretos de necesidad
y urgencia. Aquí, si bien el Ejecutivo ejerce una atribución propia, ese ejercicio influye
sobre la voluntad del Congreso” (Bidart Campos y Manili, 2003:1359).

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142

Corresponde señalar que por imperio del precepto contenido en el artículo 31


de la Constitución Nacional, sin importar la naturaleza de los decretos emiti-
dos por el Poder Ejecutivo, en todos los casos estos se encuentran subordi-
nados a la Constitución Nacional; del mismo modo acontece respecto de los
tratados que, como se señalara, tienen jerarquía superior a las leyes.
Corresponde, por tanto, determinar en qué casos los decretos del Poder
Ejecutivo Nacional tienen jerarquía inferior a las leyes y en qué casos, por
revestir naturaleza legislativa, tienen la misma jerarquía que aquellas.
En lo que respecta a los decretos autónomos, dado que se dictan en mate-
rias que se encuentran dentro de lo que se denomina zona de reserva de la
administración o atribuciones propias del Poder Ejecutivo, se entiende que no
existe una relación jerárquica respecto de las leyes, ya que son ámbitos de
competencia exclusiva del Presidente de la Nación, por tanto solo pueden ser
modificados o derogados por otros decretos de igual característica y no pue-
den ser objeto de una ley del Congreso.
En cuanto a los decretos reglamentarios, se encuentran en un nivel inferior
de las leyes que vienen a complementar, porque así lo dispone el artículo 99
inciso 2 de la Constitución Nacional.
Los últimos tres decretos (de Necesidad y Urgencia, Delegados y de
Promulgación Parcial de leyes) son de naturaleza legislativa, pero teniendo
en cuenta que una vez dictados por el Presidente de la Nación se encuentran
sujetos al control de la Comisión Bicameral Permanente del Congreso de la
Nación y a su ratificación por parte de este, una parte de la doctrina entiende
que su jerarquía es inferior a la de las leyes.
En lo que respecta a la subordinación del ordenamiento jurídico provincial
a la Constitución Nacional, además del artículo 31 al que se ha hecho men-
ción, corresponde agregar lo dispuesto en su artículo 5:

CC
Cada provincia dicta para sí una Constitución bajo el sistema representativo
republicano, de acuerdo con los principios, declaraciones y garantías de la
Constitución Nacional; y que asegure su administración de justicia, su régimen
municipal, y la educación primaria. Bajo de estas condiciones, el Gobierno fe-
deral garante a cada provincia el goce y ejercicio de sus instituciones. (Artículo
5 de la CN)

En suma, las constituciones provinciales y todas las restantes normas pro-


vinciales que en su consecuencia se dicten deben ajustarse a los dictados de
la Constitución Nacional.
Puede acontecer que exista una contradicción entre normas cuya jerar-
quía es diferente y se aplique aquella que se encuentra en el nivel inferior,
por ejemplo, cuando una ley contradice una norma de nivel constitucional; en
este caso se está en presencia de una norma inconstitucional.
El control de constitucionalidad de las normas se encuentra reservado en la
Constitución Nacional al Poder Judicial, que lo ejerce sobre los tratados inter-
nacionales sin jerarquía constitucional, las leyes dictadas por el Congreso,
las constituciones provinciales, sobre los decretos, reglamentos y actos admi-
nistrativos de contenido individual, sobre las sentencias judiciales, etcétera.
Este tipo de control se denomina difuso, ya que si bien la Corte Suprema
de Justicia de la Nación es el tribunal último, todos los jueces pueden llevarlo

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143

a cabo. Si bien este principio no surge expresamente del texto constitucional,


esta práctica es aceptada de manera casi unánime. Al respecto señala Spota:

CC
Pese a que a la fecha la potestad que ostentan todos los jueces de la instan-
cia y fuero que fuesen de ejercer el control de constitucionalidad sobre las le-
yes, decretos y actos federales o provinciales no obstante no surgir ni expresa
ni evidentemente de nuestra Constitución Nacional, es reconocida, aceptada y
legitimada de manera prácticamente unánime, no debemos olvidar las voces
críticas que en su momento se alzaron en ocasión de declararse, por primera
vez en la historia de los Estados Unidos, la inconstitucionalidad de una ley del
Congreso Federal en el más que célebre caso “Marbury vs. Madison”. (Spota,
2004:184)

Video sobre el caso Marbury vs. Madison

<https://youtu.be/NbJtKualDHI>

El control, por otra parte, es concreto o incidental, ya que se realiza a partir


de la aplicación a un caso concreto de la ley (el juez examina en el proceso la
constitucionalidad de la norma y extrae de esto determinadas consecuencias).
Por último, el resultado del proceso es que el juez se limita a no aplicar
en el caso llevado a su conocimiento la norma inconstitucional, pero esta
sigue vigente; es decir, que tal declaración solo tiene efecto entre las partes
que intervienen en la causa.

3.3.4. Estructura y contenido de la Constitución Nacional


En la actualidad, la Constitución Nacional conserva el esquema tradicional
de la Constitución de 1853-1860, y sus posteriores reformas 1866, 1898,
1957 y 1994, que estructura su texto en la parte dogmática, que contiene
las declaraciones, derechos y garantías y la parte orgánica, referida a la divi-
sión de poderes. Ambas partes se encuentran precedidas por el Preámbulo
de la Constitución. Asimismo, cuenta con un conjunto de Disposiciones
Transitorias que se incorporan en la reforma de 1994, que en su mayoría
tienen una vigencia temporal limitada.

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144

El Preámbulo contiene las decisiones políticas básicas, los valores y los


fines perseguidos en la Constitución Nacional. Al respecto señala Gelli:

CC
El Preámbulo de la Constitución Nacional es una declaración formal y solemne
que motiva y otorga fundamento a la Ley Suprema. En tal sentido, en la
República Argentina, constituye expresión del estado de derecho en tanto da ra-
zón de su origen y fines y liga a los que ejercen y a los destinatarios del poder
con igual fuerza normativa. El contenido del Preámbulo indica el titular del po-
der constituyente; señala la continuidad histórica y política que da nacimiento
al Estado argentino; enuncia los objetivos de la Constitución, manifestando
sus valores esenciales y su filiación iusnaturalista; establece el destino, am-
plio y generoso de la Ley Suprema; formula una peculiar invocación a Dios y
dispone la plena juridicidad del texto constitucional. (Gelli, 2006:1)

La parte dogmática de la Constitución Nacional presenta disposiciones rela-


tivas a diferentes tipos de normas: incluye manifestaciones denominadas
declaraciones, enuncia derechos y establece instrumentos destinados a su
protección llamados garantías.
Acerca de ella señala Bidart Campos:

CC
A la parte dogmática le hemos dado el nombre de derecho constitucional de la
libertad, porque allí se centraliza un núcleo que coincide con el de la democra-
cia, al conferir instalación a la persona, de acuerdo con su dignidad, su liber-
tad y sus derechos. (Bidart Campos, 2005 I:473)

Las declaraciones contenidas en la Constitución Nacional son de naturaleza


diversa: acerca de la forma de gobierno y de Estado que adopta; sobre la
localización de la capital del Estado; relativas al sostenimiento de la Iglesia
Católica; sobre los recursos necesarios para el funcionamiento del Estado;
respecto de la abolición de la esclavitud y las prerrogativas de sangre; sobre
la inmigración y la importancia de la agricultura, la industria, las artes y la
ciencia; entre otras.
Los derechos enunciados son de distinto carácter: a) civiles y políticos (a
la libertad, a la igualdad, a la intimidad, a la propiedad, peticionar ante las
autoridades, etc.); b) sociales, económicos y culturales (a condiciones dignas
de trabajo, vacaciones pagas, a la organización sindical, a los beneficios de la
seguridad social, etc.); c) colectivos (a la paz, a la cultura, al ambiente sano,
a la información, etc.)
Las garantías constituyen instrumentos destinados a la protección de los
derechos. En este grupo se identifican: las consagradas en materia penal, la
inviolabilidad del domicilio, de la correspondencia y los papeles privados, la
prohibición de la pena de muerte por causas políticas, la prohibición de tor-
mentos y azotes, el régimen carcelario para seguridad y no para castigo, el
amparo, habeas data y habeas corpus, entre otras.
La parte orgánica de la Constitución Nacional hace referencia al modo en
que el poder se divide entre las diferentes autoridades y cómo es ejercido.
Señala al respecto Bidart Campos:

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145

CC
La parte orgánica de la constitución, a la que asignamos el nombre de “dere-
cho constitucional del poder”, es la que ordena al poder del Estado. Hay que
estructurar y componer los órganos y funciones, y hay que organizar todo el
aparato orgánico-funcional que, en sentido lato, llamamos gobierno. (Bidart
Campos, 2005 III:9)

Esta segunda parte de la Constitución Nacional hace referencia a las auto-


ridades de la nación y dedica el Título I al gobierno federal y el Título II a los
gobiernos de provincia.
El Título I, a su vez se divide así:

a) La sección primera, relativa a Poder Legislativo, se refiere al Congreso


de la Nación, integrado por la Cámara de Diputados y la Cámara de Sena-
dores, las disposiciones comunes a ambas cámaras, las atribuciones del
Congreso, el proceso de formación y sanción de las leyes y a la Auditoría
General de la Nación y el Defensor del Pueblo.
b) La sección segunda, relativa al Poder Ejecutivo, se refiere a la naturaleza
y duración del mandato del Presidente de la Nación, la forma y tiempo de
elección de aquel y del Vicepresidente de la Nación, las atribuciones del
Poder Ejecutivo, del Jefe de Gabinete de Ministros y demás Ministros del
Poder Ejecutivo.
c) La sección tercera, relativa al Poder Judicial, se refiere a la naturaleza y
duración del nombramiento de los jueces que integran la Corte Suprema
de Justicia y los demás tribunales inferiores que el Congreso establecie-
re en el territorio de la Nación, las atribuciones del Poder Judicial, la con-
formación y atribuciones del Consejo de la Magistratura y del jurado de
enjuiciamiento.
d) La sección cuarta, relativa al Ministerio Público, integrado por un Procura-
dor General de la Nación y un Defensor General de la Nación y los demás
miembros que la ley establezca.

El Título II, referido a los gobiernos de provincia, determina sus atribuciones


y deberes, así como los de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Las Disposiciones Transitorias complementan o aclaran algún aspecto de


la Constitución Nacional, de la que forman parte inescindible. En este grupo
normativo se encuentran la declaración acerca de la legítima e imprescriptible
soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y otras
disposiciones que cuentan con una vigencia temporal limitada.

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PARA REFLEXIONAR

En principio, los derechos se encuentran consagrados en la tradicio-

PP nal parte dogmática o preceptiva (Primera Parte), a partir de la refor-


ma de 1994 dividida en: Capítulo Primero (arts. 1º a 35, sin alte-
ración gramatical alguna desde 1860) denominado Declaraciones,
derechos y garantías, y el nuevo Capítulo Segundo (arts. 36 a 43)
denominado, precisamente, Nuevos derechos y garantías por haber
sido incorporado en 1994.
Sin embargo, como se dijo, el carácter de norma de conducta o de
organización no depende solamente de su ubicación en la sistemática
seguida por nuestra Constitución con sus dos grandes partes (dog-
mática y orgánica), ya que algunos derechos aparecen en la Segunda
Parte (ej. derechos de los indígenas: art. 75, inc. 17, CN) y algunas
normas de organización se encuentran en la Primera Parte (ej. esta-
do de sitio: art. 23, CN)” (Quiroga Lavié, Benedetti y Cenicaselaya,
2009:134).

LECTURA OBLIGATORIA

Del Busto, E. (2017), Introducción al Derecho, carpeta de trabajo,

OO Universidad Virtual de Quilmes, pp. 59 a 69 y 100 a 110.

LECTURA RECOMENDADA

RR
Bidart Campos, G. (2005), Manual de la Constitución Reformada, Reimpresión, Ediar
Sociedad Anónima, Buenos Aires.
Monti, N. (2015), Constituciones Argentinas. Compilación histórica y análisis doctri-
nario, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, Buenos Aires.

3.

KK Consiga un texto de la Constitución reformada en 1949 y compárelo


con el texto actual que incluye las reformas de 1994.
a. ¿Qué diferencias advierte entre ambos?
b. ¿Cambia la orientación ideológica? Fundamente su respuesta.

4.

KK Identifique al menos cinco artículos reformados o introducidos en la


reforma constitucional de 1994 y explique a su juicio cuál es la motiva-
ción para introducir esos cambios.

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147

5.

KK Seleccione diferentes tipos de normas (leyes, decretos reglamentarios,


tratados internacionales, decretos de necesidad y urgencia, etc.) y deter-
mine la prelación jerárquica entre cada uno de ellos.

3.4. La relación jurídica


De acuerdo con Rivera y Crovi (2017:169), la relación jurídica “es fundamen-
talmente el vínculo entre dos personas tutelado por el Derecho”.
En toda relación jurídica se distinguen los siguientes elementos esencia-
les: sujeto, objeto y causa.
El sujeto es el titular de un derecho u obligación, puede ser una persona
humana o jurídica.
El objeto de las relaciones jurídicas es la prestación a satisfacer, que algu-
nas veces se trata de una cosa (como en la compraventa) y otras de una con-
ducta (un hacer o no hacer) o ambas.
La causa es el hecho que da origen a la relación jurídica.

En la relación jurídica que nace del contrato de hospedaje encontra-

xx mos los diferentes elementos; sujetos: el huésped y el hotelero; objeto:


la entrega de cosas por un tiempo (la cama y otros elementos a cambio
del precio), la realización de conductas (limpieza de la habitación) y la
abstención de conductas (no molestar al huésped en su estadía); la causa
la encontramos en el contrato de alojamiento que dio origen a aquella.

3.4.1. Persona humana


Tal como se señala precedentemente, la persona es sujeto de toda relación
jurídica, no obstante, es imprescindible señalar que esta figura no se identifi-
ca, para el Derecho, de manera exclusiva con el ser humano.
El legislador, al sancionar el Código Civil y Comercial de la Nación, esta-
blece una distinción entre dos tipos de personas: la persona humana y la per-
sona jurídica. Para ampliar los conocimientos
La primera de ellas, que encuentra su correlato con todo ser humano, es desarrollados respecto de la per-
a la que se hace referencia en adelante. sona humana se sugiere dirigirse a
Del Busto, E. (2017), Introducción
Es claro que la persona humana es anterior al Derecho, y que todo ser al Derecho, Universidad Virtual de
humano debe ser considerado como persona; sin embargo, este punto de Quilmes, Bernal, pp. 117 a 136.
vista no se refleja siempre en la historia de la humanidad, en la que existen
seres humanos a los que no se considera como personas, por su condición
de sumisión a la servidumbre o la esclavitud.
El Código Civil y Comercial de la Nación no adopta una definición de per-
sona humana, no obstante ello cabe afirmar que se trata de la figura central
del Derecho.

Principio de existencia de las personas


De acuerdo con el artículo 19 del Código Civil y Comercial de la Nación, la
existencia de las personas comienza desde el momento de su concepción.
Por otra parte, la Ley 26994, por la que se sanciona aquel, determina que una

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148

ley especial se encargue de la protección del embrión no implantado (artículo


9, disposición segunda).
El comienzo de la existencia de la persona es un tema de vital importan-
cia, ya que el Código Civil y Comercial de la Nación otorga determinados dere-
chos a la persona por nacer –la capacidad de adquirir derechos por donación
o por herencia– y autoriza su reconocimiento como hijo, a reclamar alimentos,
entre otros aspectos. No obstante, es menester señalar que estos derechos
se encuentran sujetos a la condición del nacimiento con vida de la persona,
ya que de otro modo se considera como si nunca hubiera existido, y no los
hubiera adquirido. El nacimiento con vida se presume (artículo 21 del CCyCN).
Para la determinación del momento en que la concepción se produce, el
legislador establece algunas presunciones: a) que el embarazo no puede durar
más de trescientos días y b) que la gestación no puede ser inferior a ciento
ochenta, en ambos casos excluyendo el día del nacimiento. A partir de estas
se realiza el siguiente proceso: desde la fecha del nacimiento se cuentan
hacia atrás en el tiempo los trescientos días (de lo que se extrae la fecha más
lejana posible en que pudo haberse producido la concepción) y luego desde la
misma fecha del alumbramiento se cuentan hacia atrás ciento ochenta días
(que permiten determinar el día de la concepción que se encuentra más próxi-
mo al nacimiento). En el período comprendido entre la fecha obtenida en pri-
mer lugar y la determinada en el segundo caso debe haberse producido la con-
cepción. Esta presunción admite prueba en contrario (artículo 20 del CCyCN).

Para determinar el momento de la concepción de una persona que nació

xx el 1º de enero de 2000 se cuentan, desde la fecha de nacimiento y exclu-


yéndola, 300 días hacia atrás (y así se determina el día de la concepción
posible más alejado del nacimiento, es decir el 7 de marzo de 1999) y
luego, desde el día del nacimiento, excluido, se toman 180 días hacia
atrás (aquí se obtiene el día de la concepción posible más próximo al
nacimiento, es decir el 5 de julio de 1999). Luego, en el período com-
prendido entre el 7 de marzo y el 5 de julio de 1999 se presume se pro-
dujo la concepción.

El Código Civil y Comercial de la Nación reconoce los mismos derechos a la


persona concebida y a la implantada en el seno materno.

PARA REFLEXIONAR

El avance de la biotecnología que permite la fecundación fuera del

PP seno materno (fecundación in vitro) ha provocado debates éticos y


jurídicos relativos a la existencia de la persona, la protección de la vida
humana, el estatus jurídico del embrión no implantado y la filiación
derivada de las técnicas de reproducción humana asistida.

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149

Fin de existencia de las personas


El fin de la existencia de la persona humana, de acuerdo con lo establecido
en el artículo 93 del Código Civil y Comercial de la Nación, se produce con la
muerte. Dado que la comprobación de la muerte queda sujeta a los estánda-
res médicos aceptados (artículo 94 del CCyCN) corresponde verificar cuáles
son los elementos que la caracterizan de acuerdo con la legislación nacional.

CC
El fallecimiento de una persona se considerará tal cuando se verifiquen de mo-
do acumulativo los siguientes signos, que deberán persistir ininterrumpida-
mente seis (6) horas después de su constatación conjunta:
a) Ausencia irreversible de respuesta cerebral, con pérdida absoluta de
conciencia.
b) Ausencia de respiración espontánea.
c) Ausencia de reflejos cefálicos y constatación de pupilas fijas no reactivas.
d) Inactividad encefálica corroborada por medios técnicos y/o instrumentales
adecuados a las diversas situaciones clínicas, cuya nómina será periódicamente
actualizada por el Ministerio de Salud y Acción Social con el asesoramiento del
Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI).
La verificación de los signos referidos en el inciso d) no será necesaria en caso
de paro cardiorrespiratorio total e irreversible. (Artículo 23 de la Ley 24193)

La muerte produce diferentes efectos jurídicos; entre los más importantes


cabe destacar la transmisión de los derechos patrimoniales de la persona
y la disolución del vínculo matrimonial. Teniendo en cuenta esos efectos es
importante determinar el momento en que la muerte se produce.
Existen casos en los que puede resultar dificultosa tal determinación, en
particular, cuando en un desastre común (por ejemplo, un accidente de avia-
ción) o cualquier otra circunstancia mueren personas que pueden transmitir-
se entre sí derechos patrimoniales (por ejemplo, padres e hijos). A esto se lo
denomina “conmoriencia” y la respuesta que otorga el legislador, en caso de
no poder determinarse lo contrario, es que ambas han fallecido al mismo tiem-
po y no se ha producido la transmisión de derechos (artículo 95 del CCyCN).
La exigencia de la presencia del cadáver identificado por testigos es el
requisito exigido para la certificación de la muerte. Sin embargo, existen casos
en los que no se cuenta con este, en los que el juez que intervine puede, igual-
mente, darla por comprobada.
Estas circunstancias excepcionales, en las que la muerte puede ser pre-
sumida, dan origen a la “ausencia con presunción de fallecimiento”. Para que
se pueda arribar a tal solución es necesario que se den dos condiciones: la
ausencia prolongada durante el tiempo que establece la ley y el abandono de
la familia y los bienes por la persona. En tales circunstancias se distingue
entre tres supuestos: a) caso ordinario, que exige al menos la ausencia de
una persona de su domicilio sin que se tenga noticia de ella por el término
de tres años, a contar desde la fecha de la última noticia del ausente (artí-
culo 85 del CCyCN); b) extraordinario genérico, si por última vez la persona
ausente se encuentra en el lugar de un incendio, terremoto, acción de guerra
u otro suceso semejante, susceptible de ocasionar la muerte, o participa de
una actividad que implique el mismo riesgo, y no se tiene noticia de él por el

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150

término de dos años, contados desde el día en que el suceso ocurre o puede
haber ocurrido (artículo 86, inciso a del CCyCN) y extraordinario específico, si
encontrándose en un buque o aeronave naufragados o perdidos, no se tuvie-
se noticia de su existencia por el término de seis meses desde el día en que
el suceso ocurre o puede haber ocurrido (artículo 86, inciso b del CCyCN).
Cumplidos los requisitos y pasado el tiempo que establece la ley, el juez, a
instancia de las partes autorizadas a solicitarlo, debe declarar el fallecimiento
presunto, fijar el día presuntivo en que se produjo y disponer la inscripción de
la sentencia (artículo 89 del CCyCN).
La declaración de fallecimiento tiene por efecto:
a) la disolución del vínculo matrimonial (artículo 435 inciso b, del CCyCN) y
b) la recepción de los bienes, por parte de los herederos y legatarios, previo
inventario, que no pueden ser enajenados ni gravados sin autorización judi-
cial, por el término de cinco años a contar desde la fecha presuntiva del
fallecimiento o a partir de que se cumplen los 80 años del desaparecido.
La aparición con vida del ausente, antes del cumplimiento de este plazo, le
permite requerir la devolución de los bienes y si es posterior a aquel recu-
perarlos en el estado en que se encuentran, al igual que los adquiridos
haciendo uso de los mismos, los montos adeudados de los enajenados y
los frutos no consumidos (artículos 91 y 92 del CCyCN).

El nacimiento, sus circunstancias de tiempo y lugar, el sexo, el nombre y la


filiación y el fallecimiento de las personas ocurridos en la República se prue-
ban con las partidas del Registro Civil, y los ocurridos en el extranjero con los
instrumentos otorgados según las leyes del lugar donde se producen, legaliza-
dos o autenticados del modo que disponen las convenciones internacionales,
y a falta de convenciones, por las disposiciones consulares de la República
(artículos 96 y 97 del CCyCN).

Derechos personalísimos
Los derechos personalísimos son aquellos innatos al ser humano como tal, y
de los cuales no puede ser privado. Se encuentran vinculados a los conceptos
de integridad y dignidad de la persona y son ejemplos de ellos: el derecho a
la vida, a la integridad espiritual de la persona (intimidad personal y familiar,
honor, identidad e imagen), a la libertad (de asociación, de ideas, ambulatoria,
de prensa, etc), a la integridad corporal y a la salud, entre otros.
Al respecto de los mismo señala Borda:

CC
Se trata de derechos no patrimoniales, imprescriptibles, irrenunciables e in-
transmisibles (derecho a la vida, a la integridad física, a la libertad, al honor, a
la identidad, etc.). (Borda, 2016:2.9)

Los derechos personalísimos se caracterizan por ser: innatos y vitalicios, ya


que se adquieren desde el inicio de la existencia de la persona y de por vida;
inalienables, por lo que se prohíbe su venta en el comercio; imprescriptibles,
en tanto no se adquieren ni se pierden por el transcurso del tiempo indispo-
nibles, no transmisibles, no renunciables; no obstante, se admite en ciertos

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151

casos el consentimiento para la disposición de algunos de ellos, en la medida


en que no sea contrario a la ley, la moral o las buenas costumbres.

Atributos de la personalidad
Íntimamente unidos a los derechos de la personalidad se encuentran los
atributos de la personalidad, propios de toda persona humana y de los que
aquella no puede ser separada. Se trata del nombre, el estado, la capacidad,
el domicilio y el patrimonio.
Los atributos de la personalidad se caracterizan por su: necesidad, en la
medida en que son imprescindibles y no puede haber persona que carezca
de ellos; unidad, ya que no se puede tener más de uno de estos atributos de
un mismo orden; intransmisibilidad, por que se encuentran fuera del comer-
cio e inmutabilidad, si bien frente a casos excepcionales y graves pueden ser
modificados.

Nombre
Es el modo en que se identifica a una persona y se adquiere por su inscripción
en el Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas.
El nombre se conforma por el prenombre y el apellido. El prenombre es de
libre elección por los padres, pudiendo inscribirse los aborígenes o derivados
de voces aborígenes autóctonas y latinoamericanas; no obstante, se encuen-
tra sujeto a determinadas disposiciones (no pueden inscribirse más de tres
prenombres, apellidos como prenombres, primeros prenombres idénticos a
primeros prenombres de hermanos vivos; ni aquellos que tienen el carácter
de extravagante). El apellido depende de diferentes circunstancias:

CC
El hijo matrimonial lleva el primer apellido de alguno de los cónyuges; en caso
de no haber acuerdo, se determina por sorteo realizado en el Registro del
Estado Civil y Capacidad de las Personas. A pedido de los padres, o del intere-
sado con edad y madurez suficiente, se puede agregar el apellido del otro.
Todos los hijos de un mismo matrimonio deben llevar el apellido y la integración
compuesta que se haya decidido para el primero de los hijos.
El hijo extramatrimonial con un solo vínculo filial lleva el apellido de ese proge-
nitor. Si la filiación de ambos padres se determina simultáneamente, se aplica
el primer párrafo de este artículo. Si la segunda filiación se determina después,
los padres acuerdan el orden; a falta de acuerdo, el juez dispone el orden de los
apellidos, según el interés superior del niño (Artículo 64 del CCyCN).

La persona menor de edad sin filiación determinada debe ser anotada por el ofi-
cial del Registro del Estado Civil y Capacidad de las personas con el apellido que
está usando, o en su defecto, con un apellido común (Artículo 65 del CCyCN).

La persona con edad y grado de madurez suficiente que carezca de apellido ins-
cripto puede pedir la inscripción del que está usando. (Artículo 66 del CCyCN).

Cualquiera de los cónyuges puede optar por usar el apellido del otro, con la pre-
posición “de” o sin ella.
La persona divorciada o cuyo matrimonio ha sido declarado nulo no puede usar
el apellido del otro cónyuge, excepto que, por motivos razonables, el juez la
autorice a conservarlo.

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152

El cónyuge viudo puede seguir usando el apellido del otro cónyuge mientras
no contraiga nuevas nupcias, ni constituya unión convivencial (Artículo 67 del

CCyCN).

El prenombre del adoptado debe ser respetado. Excepcionalmente y por razones


fundadas en las prohibiciones establecidas en las reglas para el prenombre en
general o en el uso de un prenombre con el cual el adoptado se siente identi-
ficado, el juez puede disponer la modificación del prenombre en el sentido que
se le peticione (Artículo 623 del CCyCN).

El apellido del hijo por adopción plena se rige por las siguientes reglas:
a. si se trata de una adopción unipersonal, el hijo adoptivo lleva el apellido del
adoptante; si el adoptante tiene doble apellido, puede solicitar que este sea
mantenido;
b. si se trata de una adopción conjunta, se aplican las reglas generales relativas
al apellido de los hijos matrimoniales;
c. excepcionalmente, y fundado en el derecho a la identidad del adoptado, a
petición de parte interesada, se puede solicitar agregar o anteponer el apelli-
do de origen al apellido del adoptante o al de uno de ellos si la adopción es
conjunta;
d. en todos los casos, si el adoptado cuenta con la edad y grado de madu-
rez suficiente, el juez debe valorar especialmente su opinión (Artículo 626 del

CCyCN).

El adoptado, en adopción simple que cuenta con la edad y grado de madurez


suficiente o los adoptantes, pueden solicitar se mantenga el apellido de origen,
La adopción es una institución sea adicionándole o anteponiéndole el apellido del adoptante o uno de ellos; a
que permite la incorporación de
una persona a una familia a la falta de petición expresa, la adopción simple se rige por las mismas reglas de
que no pertenece por razones de la adopción plena (Artículo 627 del CCyCN).
sangre. La adopción plena confiere
al adoptado la condición de hijo
y extingue los vínculos jurídicos
con la familia de origen, excep- PARA REFLEXIONAR
to que subsistan los impedimen-
tos matrimoniales. El adoptado
tiene en la familia adoptiva los El uso del nombre es un derecho de toda persona humana, pero a la
mismos derechos y obligaciones
de todo hijo. La adopción plena
es irrevocable.
La adopción simple confiere el
PP vez un deber (artículo 62 del CCyCN).

estado de hijo al adoptado, pero


no crea vínculos jurídicos con
los parientes ni con el cónyuge
del adoptante. Los derechos y Estado
deberes que resultan del vínculo El estado, como atributo de la personalidad, es un conjunto de cualidades que
de origen no quedan extinguidos determinan la situación individual o familiar de una persona.
por la adopción, no obstante la
titularidad y el ejercicio de la res-
ponsabilidad parental se transfie-

CC
ren a los adoptantes. La adopción El estado de una persona es la posición jurídica que ella ocupa en la socie-
simple es revocable. dad, es decir, es el conjunto de calidades que configuran la capacidad de una
La adopción de integración se
persona y sirven de base para la atribución de derechos y deberes impuestos
configura cuando se adopta al
hijo del cónyuge o del conviviente. por la ley. (Ragone y Fonrouge, 2003:31)

Puede verificarse el estado de la persona desde diferentes perspectivas. Por


un lado, se vincula a los derechos y obligaciones que le corresponden en tanto

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153

miembro de una familia y es denominado: estado civil, en orden a él se tiene


la condición de hijo, padre, casado, soltero, divorciado, viudo, etcétera. En lo
que respecta a las relaciones políticas se lo llama estado político, cuando la
persona adquiere la condición de ciudadano y el derecho a elegir y ser elegi-
do a través del sufragio, el que impone a su vez determinadas obligaciones.
Finalmente, el ejercicio de determinadas profesiones da origen al identificado
como estado profesional que trae aparejado determinados derechos y obli-
gaciones, propios de tal condición, como los de los comerciantes, militares,
sacerdotes, jueces y abogados.

Capacidad
La capacidad, como atributo de la personalidad es, de acuerdo con Rivera y
Crovi (2017:237): “el grado de aptitud que el ordenamiento jurídico reconoce
a las personas para ser titulares de derechos y deberes jurídicos y para el
ejercicio de las facultades que emanan de esos derechos o el cumplimiento
de las obligaciones que implican los mencionados deberes”.
La capacidad de la persona puede relacionarse con el goce de los dere-
chos o con la posibilidad de ejercicio de aquellos. A la primera se la denomina
capacidad de derecho –también capacidad de goce o de ser titular de dere-
chos–, en tanto que a la segunda se la caracteriza como capacidad de ejer-
cicio –es decir, la facultad de poder ejercer por el propio sujeto los derechos
y deberes jurídicos de los que es titular–. A la persona que carece de capaci-
dad se la denomina incapaz.
Todo ser humano, por su condición de tal y desde el momento de la con-
cepción, posee capacidad de derecho, es decir, que goza de la aptitud para
ser titular de derechos y deberes jurídicos (artículo 22 del CCyCN). Sin embar-
go, la ley puede privar o limitar esta capacidad respecto de hechos, simples
actos, o actos jurídicos determinados, en tales casos se está frente a una
A los hechos, simples actos o
incapacidad de derecho.
actos jurídicos se hará referen-
cia más adelante en la presen-
te unidad.
Algunos ejemplos de incapacidad de derecho son:

xx Para los contrayentes del matrimonio, ser ascendentes o descendientes,


el parentesco entre hermanos, el matrimonio anterior, mientras subsista,
carecer de discernimiento para el acto matrimonial, entre otros.
Para los padres, hacer contrato alguno con el hijo que está bajo su res-
ponsabilidad, comprar por sí o por persona interpuesta bienes de aquel,
ni obligarlo como fiador de ellos o de terceros.
Para los funcionarios públicos, contratar en interés propio respecto
de bienes de cuya administración o enajenación están o han estado
encargados.
Para los jueces, funcionarios y auxiliares de la justicia, los árbitros y
mediadores, y sus auxiliares, contratar en interés propio respecto de bie-
nes relacionados con procesos en los que intervienen o han intervenido.
Para los abogados y procuradores, contratar en interés propio, respecto
de bienes litigiosos en procesos en los que intervienen o han intervenido.
Para los tutores y curadores, recibir donaciones de quienes han estado
bajo su tutela o curatela antes de la rendición de cuentas y pago de cual-
quier suma que hayan quedado adeudándoles.

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154

Cuando la ley o una sentencia judicial limita al titular de un derecho la facultad


de ejercerlo por sí mismo se está en presencia de una incapacidad de ejerci-
cio (artículo 23 del Código Civil y Comercial de la Nación).
Al respecto señala el Código Civil y Comercial de la Nación:

CC
Son incapaces de ejercicio:
a. la persona por nacer;
b. la persona que no cuenta con la edad y grado de madurez suficiente, con el
alcance dispuesto en la Sección 2ª de este Capítulo;
c. la persona declarada incapaz por sentencia judicial, en la extensión dispuesta
en esa decisión. (Artículo 24 del CCyCN)

El Código Civil y Comercial de la Nación determina un régimen gradual y pro-


gresivo en lo que respecta a la capacidad de ejercicio de los derechos de los
menores de edad –es decir, aquellos que no han alcanzado la mayoría de
edad–, que otorga la capacidad plena para el ejercicio por sí de sus derechos:

a) Autoriza el ejercicio, por parte del menor que cuenta con edad y grado de
madurez suficiente, de los actos que le son permitidos por el ordenamien-
to jurídico.
b) Otorga al adolescente (menor de edad a partir de los trece años) la aptitud
para decidir por sí respecto de aquellos tratamientos que no resultan inva-
sivos, ni comprometen su estado de salud o provocan un riesgo grave en
su vida o integridad física.
c) Considera al adolescente a partir de los dieciseis años como un adulto para
las decisiones atinentes al cuidado de su propio cuerpo.
d) Admite que el menor que haya obtenido título habilitante para el ejercicio
de una profesión pueda ejercerla por cuenta propia sin necesidad de pre-
via autorización; administrar y disponer de los bienes que adquiere con el
producto de aquella y estar en juicio civil o penal por cuestiones vincula-
das a ella.

Por otra parte, en casos especiales el juez competente se encuentra facultado


a restringir la capacidad para determinados actos de una persona mayor de
trece años que padece una adicción o una alteración mental permanente o
prolongada, de suficiente gravedad, siempre que estime que del ejercicio de
su plena capacidad puede resultar un daño a su persona o a sus bienes y, en
relación con dichos actos, debe designar el o los apoyos necesarios, especifi-
El sistema de apoyo al ejercicio
de la capacidad consiste en cual- cando las funciones con los ajustes razonables en función de las necesidades
quier medida de carácter judicial y circunstancias de la persona. En carácter de excepción, cuando la persona
o extrajudicial que facilite a la per- se encuentre absolutamente imposibilitada de interaccionar con su entorno
sona que lo necesite la toma de
decisiones para dirigir su persona,
y expresar su voluntad por cualquier modo, medio o formato adecuado y el
administrar sus bienes y celebrar sistema de apoyos resulte ineficaz, el juez puede declarar la incapacidad y
actos jurídicos en general y tiene designar un curador (artículo 32 del CCyCN).
por función promover la autono- Por último, el juez competente puede, asimismo, determinar restricciones
mía y facilitar la comunicación, la
comprensión y la manifestación a la capacidad e inhabilitar para determinados actos a quienes por la prodiga-
de voluntad de la persona para lidad en la gestión de sus bienes expongan a su cónyuge, conviviente o a sus
el ejercicio de sus derechos (artí- hijos menores de edad o con discapacidad a la pérdida del patrimonio, desig-
culo 43 del CCyCN).

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155

nando un apoyo para asistir al inhabilitado en el otorgamiento de determina-


dos actos (artículo 48 del CCyCN).
Dado que los incapaces no pueden realizar el ejercicio de determinados
derechos por sí, el Código Civil y Comercial de la Nación determina para cada
caso un representante que actúe por aquellos:

CC
Son representantes:
a. de las personas por nacer, sus padres;
b. de las personas menores de edad no emancipadas, sus padres. Si faltan los
padres, o ambos son incapaces, o están privados de la responsabilidad paren-
tal, o suspendidos en su ejercicio, el tutor que se les designe;
c. de las personas con capacidad restringida, el o los apoyos designados cuan-
do, conforme a la sentencia, estos tengan representación para determinados
actos;
d. de las personas incapaces en los términos del último párrafo del artículo 32,
el curador que se les nombre. (Artículo 101 del CCyCN)

El incapaz adquiere la plena capacidad de ejercicio al alcanzar la mayoría de


edad a los dieciocho años o mediante la emancipación, o a través de una
sentencia judicial que decrete el cese de la incapacidad o de la restricción a La celebración del matrimonio
la capacidad. antes de los dieciocho años eman-
cipa a la persona menor de edad.
La persona emancipada goza de
plena capacidad de ejercicio, no
Domicilio
obstante la ley fija algunas limi-
El domicilio puede conceptualizarse, de acuerdo con Borda (2017:218), como taciones a la capacidad, como la
“el lugar que la ley fija como asiento o sede de la persona, para la producción prohibición de aprobar cuentas a
de determinados efectos jurídicos”. los tutores, de realizar donaciones
de bienes que recibiera a título
El citado autor señala que aquel, a su vez, puede clasificarse en dos gran- gratuito o de afianzar obligaciones
des grupos: el domicilio general u ordinario, que se aplica para la generalidad (artículo 27 del CCyCN).
de los derechos y obligaciones de una persona, y el domicilio especial, que
tiene carácter excepcional, es decir, que se aplica únicamente a ciertas rela-
ciones jurídicas especialmente determinadas en cada caso particular.
A su vez, integrando la clasificación del domicilio general se identifican dos
tipos específicos: el domicilio real y el domicilio legal.
El Código Civil y Comercial de la Nación define al domicilio real:

CC
La persona humana tiene domicilio real en el lugar de su residencia habitual.
Si ejerce actividad profesional o económica lo tiene en el lugar donde la desem-
peña para el cumplimiento de las obligaciones emergentes de dicha actividad.
(Artículo 73 del CCyCN)

El domicilio real de una persona se caracteriza por ser:


a) voluntario: ya que es elegido libremente por esta;
b) mutable: entendiendo que puede ser cambiado cuantas veces se desee
por la sola decisión de aquella;
c) inviolable: porque cuenta con una garantía constitucional que le otorga tal
protección.

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156

Respecto del domicilio legal el Código Civil y Comercial de la Nación señala:

CC
El domicilio legal es el lugar donde la ley presume, sin admitir prueba en con-
tra, que una persona reside de manera permanente para el ejercicio de sus de-
rechos y el cumplimiento de sus obligaciones. Solo la ley puede establecerlo, y
sin perjuicio de lo dispuesto en normas especiales:
a. los funcionarios públicos, tienen su domicilio en el lugar en que deben cumplir
sus funciones, no siendo estas temporarias, periódicas, o de simple comisión;
b. los militares en servicio activo tienen su domicilio en el lugar en que lo están
prestando;
c. los transeúntes o las personas de ejercicio ambulante, como los que no tie-
nen domicilio conocido, lo tienen en el lugar de su residencia actual;
d. las personas incapaces lo tienen en el domicilio de sus representantes.
(Artículo 74 del CCyCN)

El domicilio legal se caracteriza por ser:


d) forzoso: en la medida en que es impuesto por la ley y no puede ser elegi-
do por la persona;
e) ficticio: ya que tiene efecto jurídico aunque aquella no viva allí;
f) excepcional: porque solo es de aplicación para aquellos casos expresa-
mente establecidos por la ley.

El Código Civil y Comercial de la Nación, por su parte, define al domicilio


especial:

CC
Las partes de un contrato pueden elegir un domicilio para el ejercicio de los
derechos y obligaciones que de él emanan. (Artículo 75 del CCyCN)

El domicilio especial se caracteriza por ser:


g) voluntario: porque las partes que integran el contrato lo eligen libremente;
h) inmutable: entendiendo que una vez designado no puede ser cambiado,
a menos que exista un acuerdo entre las partes que intervienen en aquel;
i) contractual: ya que es accesorio del contrato y perdura mientras subsisten
los efectos del mismo y produce efectos limitados a una o varias relacio-
nes jurídicas determinadas en él.

Por su parte, el Código Civil y Comercial determina para las personas jurídicas
privadas un domicilio social:

CC
El domicilio de la persona jurídica es el fijado en sus estatutos o en la autoriza-
ción que se le dio para funcionar. La persona jurídica que posee muchos esta-
blecimientos o sucursales tiene su domicilio especial en el lugar de dichos es-
tablecimientos sólo para la ejecución de las obligaciones allí contraídas. El
cambio de domicilio requiere modificación del estatuto. El cambio de sede, si
no forma parte del estatuto, puede ser resuelto por el órgano de administra-
ción. (Artículo 152 del CCyCN)

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157

El domicilio social se caracteriza por ser:


a) voluntario: porque es elegido libremente por quien o quienes constituyen
la persona jurídica;
b) mutable: ya que puede ser modificado, no obstante en algunos casos exige
cumplir con determinados recaudos.

Patrimonio
De acuerdo con el Código Civil y Comercial de la Nación, las personas son
titulares de los derechos individuales sobre los bienes que integran su patri-
monio (artículo 15)
Algunos autores sostienen que el patrimonio, como atributo de la persona-
lidad, es una universalidad de derecho integrada por los derechos y las deu-
das, en cambio, otros sostienen que estas últimas no lo conforman, sino que
solamente lo gravan.
En cualquier caso, la importancia del patrimonio es sustantiva, ya que cons-
tituye la garantía común de los acreedores, con excepción de los bienes que
el Código Civil y Comercial de la Nación o leyes especiales declaran inembar-
gables o inejecutables (artículo 242 y 743).
En este sentido, de acuerdo con lo dispuesto en su contenido, son bienes
excluidos de la garantía común:

CC
a. Las ropas y muebles de uso indispensable del deudor, de su cónyuge o con-
viviente, y de sus hijos;
b. los instrumentos necesarios para el ejercicio personal de la profesión, arte
u oficio del deudor;
c. los sepulcros afectados a su destino, excepto que se reclame su precio de
venta, construcción o reparación;
d. los bienes afectados a cualquier religión reconocida por el Estado;
e. los derechos de usufructo, uso y habitación, así como las servidumbres pre-
diales, que sólo pueden ejecutarse en los términos de los artículos 2144, 2157
y 2178;
f. las indemnizaciones que corresponden al deudor por daño moral y por daño
material derivado de lesiones a su integridad psicofísica;
g. la indemnización por alimentos que corresponde al cónyuge, al conviviente y
a los hijos con derecho alimentario, en caso de homicidio;
h. los demás bienes declarados inembargables o excluidos por otras leyes.
(Artículo 744 del CCyCN)

PARA REFLEXIONAR

“En la codificación del siglo XXI es necesario recuperar el sentido

PP de la palabra ‘ciudadano’ y contemplar no sólo la igualdad abstracta,


sino también concreta, por lo menos en situaciones generalizables.
Para que ello sea posible, es necesario superar la barrera de la neutra-
lidad respecto de las asignaciones previas del mercado y la sociedad y
considerar las diferencias existentes en la vida real.

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158

Esta es la visión del Código Civil y Comercial, que se refiere a la per-


sona en concreto, superando la idea de un sujeto abstracto y desvin-
culado de su posición vital” (Lorenzetti, 2016:95-96).

LECTURA RECOMENDADA

OO
Rivera, J. C. (2017), Derecho Civil y Comercial: Parte General, Abeledo Perrot,
Buenos Aires.

6.

KK ¿Considera que es conveniente alcanzar la mayoría de edad a los 18 o a


los 21 años? Justifique su respuesta.

3.4.2. Persona jurídica


Las necesidades sociales, comerciales, culturales imponen que el hombre
se asocie en diferentes relaciones, formando personalidades distintas a las
personas humanas que integran el grupo asociado (Berenguer, 2018: 58).
Estas son denominadas personas jurídicas.
Para ampliar los conocimientos
desarrollados respecto de la per-
sona jurídica se sugiere dirigirse a

CC
Son personas jurídicas todos los entes a los cuales el ordenamiento jurídico
Del Busto, E. (2017) Introducción
les confiere aptitud para adquirir derechos y contraer obligaciones para el cum-
al Derecho, Universidad Virtual de
Quilmes, Bernal, pp. 136 a 148. plimiento de su objeto y los fines de su creación. (Artículo 144 del CCyCN)

Las personas jurídicas pueden clasificarse en dos grandes grupos: personas


jurídicas públicas y personas jurídicas privadas. La diferencia entre ambas se
encuentra en su origen, ya que las primeras son creadas por la acción exclusi-
va del Estado, que determina el fin público inmediato que persiguen, en tanto
que las segundas surgen por la voluntad de sus miembros o de su fundador,
que se encargan de fijar sus objetivos. La excepción a estos principios se
encuentra en la Iglesia Católica, a la que se le reconoce la calidad de persona
jurídica de derecho público, aún sin haber sido creada con la intervención del
Estado.
El Código Civil y Comercial de la Nación establece que son personas jurí-
dicas públicas:

CC
a. el Estado nacional, las provincias, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los
municipios, las entidades autárquicas y las demás organizaciones constituidas
en la República a las que el ordenamiento jurídico atribuya ese carácter;
b. los Estados extranjeros, las organizaciones a las que el derecho internacional

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159

público reconozca personalidad jurídica y toda otra persona jurídica constituida


en el extranjero cuyo carácter público resulte de su derecho aplicable;
c. la Iglesia Católica. (Artículo 146 del CCyCN)

Las personas jurídicas públicas se rigen en cuanto a su reconocimiento,


comienzo, capacidad, funcionamiento, organización y fin de su existencia, por
las leyes y ordenamientos de su constitución (artículo 147 del CCyCN).
En tanto que el Código Civil y Comercial de la Nación identifica como per-
sonas jurídicas privadas a:

CC
a. las sociedades;
b. las asociaciones civiles;
c. las simples asociaciones;
d. las fundaciones;
e. las iglesias, confesiones, comunidades o entidades religiosas;
f. las mutuales;
g. las cooperativas;
h. el consorcio de propiedad horizontal;
i. toda otra contemplada en disposiciones de este Código o en otras leyes y cuyo
carácter de tal se establece o resulta de su finalidad y normas de funcionamien-
to. (Artículo 148 del CCyCN)

Las personas jurídicas privadas constituidas en Argentina se rigen por las


normas imperativas de las leyes especiales que las regulan o, a falta de ellas,
por las del Código Civil y Comercial de la Nación, por las que emanan del acto
en el que son constituidas, sus modificaciones y reglamentos y por aquellas
supletorias de leyes especiales. En tanto que las personas jurídicas privadas
que se constituyen en el extranjero se rigen por lo dispuesto en la ley general
de sociedades (artículo 150 del CCyCN).

Aspectos comunes de las personas jurídicas privadas


El Código Civil y Comercial de la Nación establece determinados aspectos
comunes a todas las personas jurídicas privadas. Entre ellos destacan:
a) Su existencia comienza a partir de la constitución y no necesitan de autori-
zación para funcionar, excepto disposición legal en contrario, en cuyo caso
no pueden hacerlo antes de obtenerla, no obstante una vez otorgada, esta
tiene efecto retroactivo al día de la creación o fundación.
b) Son consideradas personas enteramente distintas de los miembros que
las conforman, cuentan con un patrimonio diferenciado del de aquellos y
sus integrantes no son responsables por las obligaciones de ellas, excep-
to en los supuestos que expresamente se prevén en la ley. Sin embargo,
la personalidad no es oponible cuando la actuación de socios, asociados,
miembros o controlantes directos o indirectos se destina a la consecución
de fines ajenos a la persona jurídica, constituye un recurso para violar la
ley, el orden público o la buena fe o para frustrar derechos de cualquier
persona, haciendo a aquellos responsables de los perjuicios causados.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


160

c) Poseen capacidad para adquirir derechos y contraer obligaciones, del


mismo modo que las personas humanas, no obstante, a diferencia de
estas, solo tienen capacidad para realizar aquellos actos tendientes al
cumplimiento de su objeto y los fines de su creación.
d) Tienen derecho a la protección del Estado, y en particular a que se evite
lesionar su imagen, al ejercicio de derechos reales, a la adquisición de
derechos intelectuales, patentes y marcas, etc.
e) El estatuto constituye su norma fundamental y las actividades que realiza
deben ajustarse a sus disposiciones. En él se determina el fin u objeto de
la entidad, su nombre, domicilio, los derechos y deberes de sus miembros,
formación e inversión del patrimonio, disolución y destino de los bienes.
Debe contener las normas sobre el gobierno, la administración y represen-
tación y, si la ley lo exige, sobre la fiscalización interna. Puede ser modi-
ficado en la forma que el mismo o la ley establezcan, produciendo efecto
desde el momento de su otorgamiento. En caso de requerir inscripción los
cambios introducidos son oponibles a terceros a partir de esta, excepto
que aquellos los conozcan.
f) El nombre social se encuentra sujeto a los requisitos de veracidad, nove-
dad y aptitud distintiva, tanto respecto de otras denominaciones sociales
como de marcas y otras designaciones, sin poder inducir a error.
g) El domicilio es el fijado en sus estatutos o en la autorización que se les
da para funcionar.
h) El objeto debe ser preciso y determinado.
i) Deben contar con un patrimonio adecuado al cumplimiento de sus fines.
j) La duración es ilimitada en el tiempo, excepto que la ley o el estatuto dis-
pongan lo contrario y el plazo determinado puede ser prorrogado por deci-
sión de sus miembros, previa solicitud ante la autoridad de contralor antes
del vencimiento.
k) Admiten las asambleas empleando medios de comunicación a distancia si
en los estatutos no hay previsiones especiales y lo consienten todos los
que deben participar del acto; así como las asambleas y reuniones “auto-
convocadas”, en las que quienes deben participar del acto concurren y el
temario se aprueba por unanimidad.
l) En caso de bloqueo de las decisiones en una administración colegiada, el
presidente o algún administrador puede ejecutar los actos conservatorios,
convocando a asamblea dentro de los diez días, la que puede conferirle
facultades extraordinarias para actos urgentes o necesarios.
m) Son responsables por los daños que causen sus representantes o admi-
nistradores en ejercicio u ocasión de sus funciones.
n) Pueden transformarse, fusionarse o escindirse en los casos previstos en la
ley, para ello es necesaria la conformidad unánime de los miembros, excep-
to disposición especial o estipulación en contrario del estatuto.
o) Son causales de disolución: la decisión de sus miembros; el cumplimiento
de la condición resolutoria a la que el acto constitutivo subordina su existen-
cia; la consecución del objeto o la imposibilidad sobreviniente de cumplirlo; el
vencimiento del plazo; la declaración de quiebra; la fusión respecto de la per-
sona jurídica cuyo patrimonio es absorbido o la escisión respecto de la per-
sona jurídica que se divide y destina todo su patrimonio; la reducción a uno
del número de miembros, si la ley especial exige pluralidad de ellos y esta no
es restablecida dentro de los tres meses; el agotamiento de los bienes des-
tinados a sostenerla; cualquier otra causa prevista en el estatuto o en la ley.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


161

p) La participación del Estado en personas jurídicas privadas no modifica el


carácter de estas.

7.

KK a. Indique al menos un ejemplo de cada uno de los diferentes tipos de


personas jurídicas públicas y privadas.
b. Elija tres tipos diferentes de personas jurídicas privadas vinculadas
con el turismo (asociación civil, sociedad, cooperativa, mutual, fun-
dación, etc.). Identifique, a partir de la lectura de sus estatutos, los
aspectos comunes señalados precedentemente.

3.4.3. Objeto de la relación jurídica


Tal como se anticipara, el objeto de la relación jurídica es la prestación a
satisfacer que algunas veces consiste en una conducta (hacer o no hacer
algo) y otras en una cosa.

CC
Los bienes materiales se llaman cosas. Las disposiciones referentes a las co-
sas son aplicables a la energía y a las fuerzas naturales susceptibles de ser
puestas al servicio del hombre. (Artículo 16 del CCyCN)

Asimismo, realiza una clasificación de las cosas que comprende:


a) Inmuebles: se trata de cosas que no pueden desplazarse. En este grupo
distingue entre inmuebles por naturaleza: el suelo, las cosas incorporadas
a él de una manera orgánica y las que se encuentran bajo el suelo sin el
hecho del hombre (artículo 225) e inmuebles por accesión: las cosas mue-
bles que se encuentran inmovilizadas por su adhesión física al suelo, con
carácter perdurable (artículo 226).
b) Muebles: son cosas que pueden desplazarse por sí mismas o por una fuer-
za externa (artículo 227).
c) Divisibles: son aquellas que pueden ser divididas en porciones reales sin
ser destruidas, cada una de las cuales forma un todo homogéneo y análo-
go tanto a las otras partes como a la cosa misma (artículo 228).
d) Principales: son las cosas que pueden existir por sí mismas. Por ejemplo,
el diamante de un anillo (artículo 229).
e) Accesorias: aquellas cuya existencia y naturaleza son determinadas por
otra cosa de la cual dependen o a la cual están adheridas. Su régimen jurí-
dico es el de la cosa principal, excepto disposición legal en contrario (artí-
culo 230).
f) Consumibles: aquellas cuya existencia termina con el primer uso (artícu-
lo 231).
g) No consumibles: las cosas que no dejan de existir por el primer uso que
se hace de ellas, aunque sean susceptibles de consumirse o deteriorarse
después de algún tiempo (artículo 231).
h) Fungibles: aquellas en que todo individuo de la especie equivale a otro
individuo de la misma especie, y pueden sustituirse por otras de la misma
calidad y en igual cantidad (artículo 232).

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162

Los bienes con relación a las personas, por su parte, se clasifican de acuerdo
con el Código Civil y Comercial de la Nación, en bienes de dominio público y
bienes de dominio privado del Estado.
Los bienes de dominio público son enumerados en el artículo 235, y se
caracterizan por ser inenajenables, inembargables e imprescriptibles, que-
dando su uso y goce por las personas, sujeto a las disposiciones generales
y locales.

CC
Son bienes pertenecientes al dominio público, excepto lo dispuesto por leyes
especiales:
a. el mar territorial hasta la distancia que determinen los tratados internaciona-
les y la legislación especial, sin perjuicio del poder jurisdiccional sobre la zona
contigua, la zona económica exclusiva y la plataforma continental. Se entiende
por mar territorial el agua, el lecho y el subsuelo;
b. las aguas interiores, bahías, golfos, ensenadas, puertos, ancladeros y las
playas marítimas; se entiende por playas marítimas la porción de tierra que las
mareas bañan y desocupan durante las más altas y más bajas mareas norma-
les, y su continuación hasta la distancia que corresponda de conformidad con la
legislación especial de orden nacional o local aplicable en cada caso;
c. los ríos, estuarios, arroyos y demás aguas que corren por cauces naturales,
los lagos y lagunas navegables, los glaciares y el ambiente periglacial y toda
otra agua que tenga o adquiera la aptitud de satisfacer usos de interés gene-
ral, comprendiéndose las aguas subterráneas, sin perjuicio del ejercicio regular
del derecho del propietario del fundo de extraer las aguas subterráneas en la
medida de su interés y con sujeción a las disposiciones locales. Se entiende
por río el agua, las playas y el lecho por donde corre, delimitado por la línea de
ribera que fija el promedio de las máximas crecidas ordinarias. Por lago o lagu-
na se entiende el agua, sus playas y su lecho, respectivamente, delimitado de
la misma manera que los ríos;
d. las islas formadas o que se formen en el mar territorial, la zona económica
exclusiva, la plataforma continental o en toda clase de ríos, estuarios, arroyos,
o en los lagos o lagunas navegables, excepto las que pertenecen a particulares;
e. el espacio aéreo suprayacente al territorio y a las aguas jurisdiccionales de
la Nación Argentina, de conformidad con los tratados internacionales y la legis-
lación especial;
f. las calles, plazas, caminos, canales, puentes y cualquier otra obra pública
construida para utilidad o comodidad común;
g. los documentos oficiales del Estado;
h. las ruinas y yacimientos arqueológicos y paleontológicos. (Artículo 235 del

CCyCN)

Los bienes de dominio privado del Estado son detallados en el artículo 236
del Código Civil y Comercial de la Nación y sobre ellos aquel ejerce un derecho
de propiedad.

CC
Pertenecen al Estado nacional, provincial o municipal, sin perjuicio de lo dis-
puesto en leyes especiales:
a. los inmuebles que carecen de dueño;

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163

b. las minas de oro, plata, cobre, piedras preciosas, sustancias fósiles y toda
otra de interés similar, según lo normado por el Código de Minería;
c. los lagos no navegables que carecen de dueño;
d. las cosas muebles de dueño desconocido que no sean abandonadas, excep-
to los tesoros;
e. los bienes adquiridos por el Estado nacional, provincial o municipal por cual-
quier título. (Artículo 235 del CCyCN)

La Constitución Nacional, la legislación federal y el derecho público local deter-


minan el carácter nacional, provincial o municipal de los bienes enumerados
en los dos artículos citados precedentemente.
Los bienes que no son del Estado nacional, provincial, de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires o municipal, son bienes de los particulares (artí-
culo 237 del CCyCN).

PARA REFLEXIONAR

El ejercicio de los derechos individuales sobre los bienes mencionados

PP debe ser compatible con los derechos de incidencia colectiva, confor-


marse a las normas del derecho administrativo nacional y local dic-
tadas en el interés público y no debe afectar el funcionamiento ni la
sustentabilidad de los ecosistemas de la flora, la fauna, la biodiversi-
dad, el agua, los valores culturales, el paisaje, entre otros, según los
criterios previstos en la ley especial (artículo 240 del CCyCN).

3.4.4. Causa de la relación jurídica


La causa constituye un elemento de la relación jurídica y se trata de un tema
que genera discusiones tanto en la doctrina como en la jurisprudencia.
La importancia de la causa es resaltada por Conte-Grand:

CC
El análisis de la causa en materia de relaciones conmutativas y, más amplia-
mente, en lo atinente a las relaciones jurídicas, constituye un aspecto central
del derecho.
Su apreciación excede una dimensión puramente especulativa y se transforma
en un instrumento práctico de la máxima relevancia. (Conte-Grand, 2017:171)

La causa de la relación jurídica se identifica con la fuente de la que esta


emana:

CC
Son, por lo tanto, los hechos y actos jurídicos que producen como efecto el na-
cimiento de una relación jurídica. (Rivera y Crovi, 2017:171)

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164

3.5. Hechos y actos jurídicos


Existen multiplicidad de hechos que acontecen en el mundo y que no producen
efectos jurídicos, como la caída de las hojas de los árboles en el otoño; a
estos se los denomina simples hechos. Otros, en cambio, sí tienen efectos
para el derecho y se los llama hechos jurídicos, como cuando una tormenta
produce el hundimiento de un crucero.

CC
El hecho jurídico es el acontecimiento que, conforme al ordenamiento jurídico,
produce el nacimiento, modificación o extinción de relaciones o situaciones ju-
rídicas. (Artículo 257 del CCyCN)

Los hechos jurídicos pueden clasificarse en naturales, si se producen sin la


intervención del hombre y humanos o actos cuando participa de ellos una
persona. Pueden, además, ser positivos y negativos, según importen una
acción positiva o una abstención.

Un ejemplo de hecho jurídico natural es una tormenta o un huracán

xx que provoca daños en un resort en el Caribe y genera la suspensión de


los servicios turísticos que se prestan en él. En cambio, es un hecho jurí-
dico humano la celebración de un contrato de viaje. La prestación por
el hotelero de los servicios relacionados con el hospedaje es un hecho
positivo, en tanto que el incumplimiento del contrato de transporte por
la cancelación de un vuelo por el transportista es un hecho negativo.

Los hechos jurídicos humanos o actos pueden, a su vez, ser voluntarios o


involuntarios.

CC
El acto voluntario es el ejecutado con discernimiento, intención y libertad, que
se manifiesta por un hecho exterior. (Artículo 260 del CCyCN)

Para que el acto sea considerado voluntario debe ser ejecutado con discer-
nimiento, es decir, que la persona comprende el significado del acto que
realiza; intención –tiene el propósito de realizarlo– y libertad –cuenta con la
posibilidad de elegir entre realizarlo o no según su deseo.
El Código Civil y Comercial de la Nación dispone que los actos ilícitos reali-
zados por menores de diez años, los lícitos llevados a cabo por menores de
trece años o los efectuados por personas privadas de la razón, carecen de
discernimiento. Cuando media en el acto un error de hecho esencial (consiste
en un saber equivocado) o se actúa bajo el influjo del dolo (todo artificio, astu-
cia o maquinación que se emplee para su celebración), aquel es realizado sin
intención. Por último, se entiende que en un acto en el que la persona que lo
realiza se encuentra sometida a violencia física (fuerza irresistible) o intimida-
ción (amenaza de sufrir un mal grave e inminente) no existe libertad. En todas
esas circunstancias, el acto puede ser declarado involuntario.

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165

Para que un acto sea considerado voluntario, además de los elementos


internos (discernimiento, intención y libertad), debe existir una manifestación
o declaración de la voluntad que lo exteriorice. La manifestación de voluntad
puede ser expresa (verbal, escrita o por signos inequívocos); tácita (aquella
que permite conocer con certidumbre la voluntad) o presumida por la ley (la
que la norma infiere frente a determinada conducta).

Una manifestación verbal se aprecia cuando los contrayentes brindan

xx su consentimiento en la celebración del matrimonio; escrita es regular-


mente el contrato de viaje y por signos inequívocos cuando se levanta la
mano en una subasta. Es tácita cuando un comerciante recibe periódi-
camente una mercadería que presenta aumentos de precio y paga estos
sin reclamar. En algunos ordenamientos jurídicos, frente a una acción
de filiación, existe una presunción legal de paternidad cuando el deman-
dado es renuente a realizar la prueba genética ordenada por el juez.

Los actos voluntarios, a su vez, pueden ser lícitos o ilícitos, según sean o
no conformes al ordenamiento jurídico y produzcan un daño a terceros. A su
vez, los actos ilícitos pueden constituir delitos, cuando existe intención en la
producción del resultado dañoso, o cuasidelitos en el caso en que exista culpa
de parte de quien ocasiona el daño.

Si una persona, realizando un excursión de turismo de aventura, tropie-

xx za y golpea a otra sin intención (culpa) y esta cae por un barranco y se


lesiona se está en presencia de un cuasidelito. En cambio, si la misma
persona la empuja con voluntad de que se lesiones (dolo) se está en pre-
sencia de un delito.

La ley es más severa con las consecuencias provocadas por los actos realiza-
dos con dolo que respecto de aquellos provocados por culpa.
Contando con los elementos antes descriptos puede efectuarse una defi-
nición de los actos jurídicos:

CC
El acto jurídico es el acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato la adquisi-
ción, modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas. (Artículo
259 del CCyCN)

Son elementos esenciales de los actos jurídicos: el sujeto, que puede ser una
persona humana o jurídica, con capacidad para realizar el acto; el objeto, que
no debe ser un hecho imposible o prohibido por la ley, contrario a la moral,
a las buenas costumbres, al orden público o lesivo de los derechos ajenos o
de la dignidad humana, ni un bien que por un motivo especial se haya prohi-
bido que lo sea; la causa, es el fin inmediato autorizado por el ordenamiento
jurídico que ha sido determinante de la voluntad; la forma, que es el conjunto
de solemnidades que prescribe la ley y que debe cumplirse al tiempo de la
formación del acto.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


166

Asimismo, son considerados elementos accidentales de los actos jurídicos,


que pueden o no encontrarse en aquellos, según la voluntad de las partes,
las modalidades estipuladas por aquellas. Estas son: la condición, que es la
cláusula por la cual las partes subordinan su plena eficacia o resolución a un
hecho futuro e incierto; el plazo, la modalidad en virtud de la que la exigibili-
dad o la extinción de un acto jurídico queda diferido a que suceda un hecho
futuro y cierto, y el cargo, que es una obligación accesoria impuesta al adqui-
rente de un derecho.

Un ejemplo de condición es que, contratado un tour determinado, una

xx excursión se encuentra sujeta en su realización a que las condiciones


meteorológicas sean favorables (condición suspensiva) o que una vez ini-
ciada, se pueda cancelar (condición resolutoria) por los mismos motivos.
El plazo para el mismo ejemplo se advierte cuando una excursión no
puede realizarse hasta el 1 de enero (plazo suspensivo) o estipula una
fecha máxima para hacerlo (plazo resolutorio), por ejemplo, el día de
cierre de temporada, 31 de marzo.
El cargo puede incorporarse a un acto jurídico, como el caso en el que
el dueño de una biblioteca especializada en turismo realiza la donación
de sus libros, pero impone que ellos se destinen a una escuela rural.

Los actos jurídicos, en principio, solo producen efectos respecto de las par-
tes, es decir, aquellos sujetos que otorgan el acto. Ello implica que, por regla
general, no tienen efecto respecto de terceros, es decir, de toda persona que
no es parte en el acto, excepto cuando esta es beneficiaria del acto.
Los actos jurídicos se clasifican en positivos o negativos, cuando el naci-
miento, modificación o extinción de un derecho dependen de la realización de
un acto o de su abstención, respectivamente; unilaterales o bilaterales, en
la medida en que alcanza para su formación la intervención de una sola parte
o de varias; de última voluntad o entre vivos, según que, para tener efecto,
dependan del fallecimiento de la persona de quien emana la voluntad o no;
gratuitos u onerosos, donde la obligación corresponde a una sola de las par-
tes o a ambas; formales o no formales: dependiendo de que, para su efica-
cia, exijan el cumplimiento de determinadas formas ordenadas por la ley o no.
El Código Civil y Comercial de la Nación enuncia, en los artículos 332 a
342, determinadas circunstancias que afectan a la realización de los actos
jurídicos y son denominadas vicios. Estos son: la lesión, la simulación y el
fraude, y facultan, bajo determinadas circunstancias, a solicitar la nulidad del
La nulidad de los actos jurídicos acto.
consiste en la sanción legal que La lesión existe cuando las prestaciones recíprocas en un acto presentan
priva a aquellos de efecto. Debe una notoria desigualdad, es decir que una parte, explotando la necesidad,
ser dictada por el juez y, en prin-
debilidad síquica o inexperiencia de la otra, obtiene una ventaja patrimonial
cipio, devuelve las cosas al mismo
o igual estado en que se halla- evidentemente desproporcionada y sin justificación, que admite a la parte
ban antes de la realización del afectada a demandar la nulidad o un reajuste equitativo del convenio (artícu-
acto declarado nulo y obliga a las lo 322).
partes a restituirse mutuamente
lo que han recibido.

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167

Un ejemplo de lesión se puede presentar cuando, aprovechando la nece-

xx sidad de un integrante de un tour de turismo estudiantil, se le impone el


pago de una cifra desproporcionada para realizar una excursión frente a la
posibilidad de permanecer en un refugio sin servicio alguno.

La simulación, por su parte, consiste en encubrir el carácter jurídico de un


acto bajo la apariencia de otro, o cuando el acto contiene cláusulas que no
son sinceras, o fechas que no son verdaderas, o cuando por él se constituyen
o transmiten derechos a personas interpuestas, que no son aquellas para
quienes en realidad se constituyen o transmiten (artículo 333). Para declarar
la nulidad del acto es necesario que este perjudique a un tercero.

Un ejemplo de simulación acontece cuando se realiza la donación de

xx un bien a una persona, pero se materializa documentándolo como una


compraventa.

El fraude consiste en la salida de un bien del patrimonio de una persona


ocasionando perjuicio a sus acreedores y faculta a estos a solicitar la decla-
ración de inoponibilidad de los actos celebrados por su deudor en fraude de
sus derechos, y de las renuncias al ejercicio de derechos o facultades con los
que hubiese podido mejorar o evitado empeorar su estado de fortuna (artículo
338 del CCyCN).

Un ejemplo de fraude se advierte cuando un deudor realiza la venta de sus

xx bienes causando o agravando su estado de insolvencia, con el propósito de


defraudar a sus acreedores, siempre que la persona con quien contrató haya
conocido o debido conocer que el acto provoca esa consecuencia.

LECTURA OBLIGATORIA

Del Busto, E. (2017), Introducción al Derecho, Universidad Virtual

OO de Quilmes, Bernal, pp. 153 a 165.

LECTURA RECOMENDADA

RR
Borda, G. (2016), Derecho Civil Parte General, Thomson Reuters La Ley, Buenos
Aires.

8.

KK a. Identifique al menos cinco actos jurídicos que realice en su vida


diaria y clasifíquelos.
b. Dé un ejemplo de acto jurídico sujeto a cada tipo de modalidad.

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168

3.6. Obligaciones
Las obligaciones pueden definirse, de acuerdo con Borda, de la siguiente
manera:

CC
Es el vínculo establecido entre dos personas (o grupo de personas), por el cual
una de ellas puede exigir de la otra la entrega de una cosa, o el cumplimiento
de un servicio o de una abstención. (Borda, 2017:4)

Por su parte, el Código Civil y Comercial de la Nación, define la obligación:

CC
La obligación es una relación jurídica en virtud de la cual el acreedor tiene el
derecho a exigir del deudor una prestación destinada a satisfacer un interés lí-
cito y, ante el incumplimiento, a obtener forzadamente la satisfacción de dicho
interés. (Artículo 724 del CCyCN)

Moisset de Espanés (2018:25) destaca que los elementos que estructuran


el derecho personal u obligación son: a) la relación entre dos personas, que
el derecho permite y regula; b) la existencia de un derecho de una de las
partes, llamado acreedor, de exigir a la otra parte, denominada deudor, el
cumplimiento de una prestación; c) el fin satisfactorio del interés legítimo y d)
la posibilidad del cumplimiento forzado de la prestación.
Las definiciones precedentes permiten identificar algunos de los elemen-
tos necesarios de la obligación. En primer lugar, exige la concurrencia de, al
menos, dos sujetos, uno de ellos se encuentra en la posición activa (sujeto
activo u acreedor), en la medida en que posee un crédito exigible, en cambio
el otro se ubica en una posición pasiva (sujeto pasivo o deudor), se trata de
aquel que tiene la deuda; no obstante, ambos pueden reunir ambas condicio-
nes cuando se trata de una obligación con prestaciones recíprocas. El objeto
es la prestación, la conducta o actitud debida prometida por el deudor, que
puede consistir en un hacer, en un no hacer o en dar una cosa y en caso de
incumplimiento puede ser obtenido forzadamente. La prestación debe reu-
nir la condición de ser material y jurídicamente posible, lícita, determinada o
determinable, susceptible de valoración económica y debe corresponder a un
interés patrimonial o extrapatrimonial del acreedor (artículo 725 del CCyCN).
Finalmente, la causa, en tanto fin inmediato autorizado por el ordenamiento
jurídico que ha sido determinante de la voluntad, integrada por los motivos
exteriorizados cuando sean lícitos y hayan sido incorporados al acto en forma
expresa, o tácitamente si son esenciales para ambas partes (artículo 281 del
CCyCN).
Las obligaciones surgen de fuentes diversas, entre las consideradas tradi-
cionales se ubican: la ley, los contratos, los cuasi contratos, los delitos y los
cuasi delitos. Existen otras fuentes que han sido incorporadas más reciente-
mente como el abuso de derecho, la gestión de negocios, el empleo útil, el
enriquecimiento sin causa y la declaración unilateral de voluntad.
De conformidad con Ossola 2017:143), la cuestión de los criterios de cla-
sificación de las obligaciones puede enfocarse de diferentes ángulos, de los
que considera los de mayor trascendencia:

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169

a) Según el objeto
i. Por la naturaleza del objeto. Obligaciones de dar: aquellas en las que la
prestación consiste en la entrega de una cosa; obligaciones de hacer: en
las que la prestación consiste en la realización de una actividad (un hecho
o un servicio); obligaciones de no hacer: cuando la prestación consiste en
una abstención por parte del obligado.
ii. Por la determinación del objeto en las obligaciones de dar. Obligaciones
de dar cosas ciertas: son aquellas en las que el objeto se encuentra indi-
vidualizado desde el nacimiento de la obligación o en un momento poste-
rior de manera necesaria; obligaciones de género: son aquellas relativas a
cosas determinadas por su especie o calidad; y obligaciones de dar dinero:
son una especie de las obligaciones de dar cantidades de cosas, que tiene
por objeto el dinero, cuya especie y cantidad se encuentran determinadas
desde el nacimiento de la obligación. Este tipo de obligaciones trae apa-
rejada una prestación accesoria a favor del acreedor, denominada interés.
iii. Por la finalidad jurídica perseguida en las obligaciones de dar: obligacio- Los intereses pueden ser de tres
nes de dar para constituir derechos reales; para restituir y para transferir tipos diferentes: compensatorios,
los que debe el deudor por el uso
el uso o la tenencia.
del capital; moratorios, los que se
iv. Por la complejidad del objeto: son obligaciones de objeto singular o sim- pactan frente a la demora en el
ple, cuando la prestación es única; y obligaciones de objeto plural o com- cumplimiento de la obligación, y
puesto si tiene dos o más prestaciones, sea de manera conjuntiva (deben punitorios, impuestos como san-
ción frente al incumplimiento de
cumplirse todas) o disyuntivas (solo alguna de ellas). la obligación.
v. Por la índole del interés comprometido: son obligaciones de medios aque-
llas en las que el deudor se libera cumpliendo la conducta debida, sin que
sea necesaria la satisfacción del interés del acreedor; y obligaciones de
resultados, cuando el cumplimiento se logra solo alcanzando el interés de
acreedor.
vi. Por la posibilidad de fraccionar el objeto: son obligaciones divisibles las
susceptibles de cumplimiento parcial y obligaciones indivisibles aquellas
que deben ser cumplidas por entero.

b) Según el vínculo
i. Por su naturaleza: obligaciones civiles, aquellas que otorgan acción para
exigir su cumplimiento y obligaciones naturales, que no lo otorgan.
ii. Por su interdependencia estructural: obligaciones principales, que no
dependen de cualquier otro vínculo de obligación o derecho y obligaciones
accesorias, que sí dependen de aquellas.
iii. Por su interdependencia funcional: obligaciones autónomas, que no guar-
dan relación con otras obligaciones establecidas entre los mismos suje-
tos y por la misma causa, y las obligaciones recíprocas, que sí guardan
esa relación.

c) Según los sujetos


i. Por la cantidad de personas integrantes de cada polo obligacional: son
obligaciones de sujetos únicos (un solo deudor y un solo acreedor) u obli-
gaciones de sujetos múltiples (más de un acreedor o más de un deudor,
o ambas situaciones a la vez).
ii. Por la índole de la pluralidad subjetiva: obligaciones simplemente man-
comunadas, donde cada uno de los deudores solo está obligado por su
parte u obligaciones solidarias, en las que el acreedor o acreedores tienen

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170

derecho a exigir a cualquiera de los deudores la totalidad de la prestación;


obligaciones concurrentes, aquellas en las que varios deudores deben el
mismo objeto, pero en razón de causas diferentes; obligaciones disyunti-
vas, en las que hay más de una prestación debida por parte del deudor y
este cumple entregando una de ellas, y no disyuntivas.

d) Por la conexidad de diversas obligaciones emanadas de causas fuentes


diferentes: se trata de las obligaciones concurrentes.
e) Según la causa
i. Son obligaciones nominadas, según que su causa fuente tenga una regu-
lación legal específica u obligaciones innominadas, en el caso que no lo
tengan.
ii. Son obligaciones contractuales, aquellas en las que la fuente de resar-
cimiento del daño emana del contrato o de una obligación preexistente u
obligaciones extracontractuales, en las que aquella proviene de la viola-
ción del deber de no dañar a otro.

f) Según tengan o no elementos accidentales o modalidades

Se subdividen en obligaciones puras y simples, cuando no cuentan con ele-


mentos accidentales y obligaciones modales, en los casos en que están
sometidas a condición o plazo.

El Código Civil y Comercial de la Nación se encarga de la regulación de las


obligaciones en el Libro Tercero, De los Derechos Personales, Título I. Las
clases de obligaciones que recepta son las siguientes: obligaciones de dar
(artículos 746 a 772), obligaciones de hacer y de no hacer (artículos 773 a
778), obligaciones alternativas (artículos 779 a 785), obligaciones facultativas
(artículos 786 a 789), obligaciones con cláusula penal y sanciones conmina-
torias (artículos 790 a 804), obligaciones divisibles e indivisibles (artículos
805 a 824), obligaciones de sujeto plural (artículos 825 a 849), obligaciones
concurrentes (artículos 850 a 852), obligaciones disyuntivas (artículos 853 a
855), obligaciones principales y accesorias (artículos 856 a 857), obligación
de rendición de cuentas (artículos 858 a 864).
De acuerdo con Borda (2017:45), el efecto de la obligación es colocar al
deudor en la necesidad de cumplir su promesa o, caso contrario, de pagar los
daños correspondientes. Ello así, dado que la regla en las obligaciones es que
quien se ha comprometido debe dar cumplimiento a aquello a lo que se ha
obligado, de ahí que el efecto principal o normal de las obligaciones es dar
derecho al acreedor para emplear los medios legales a fin de que el deudor
le procure aquello a que está obligado o hacérselo procurar por un tercero a
costa del deudor. En tanto que, en la medida en que aquello sea imposible,
frente al incumplimiento en el plazo convenido (denominado mora), podrá exi-
gir la indemnización como efecto anormal.
Para liberarse de la reparación, el deudor debe probar que el incumpli-
miento se debe a caso fortuito o fuerza mayor, al hecho de quien pretende la
indemnización o al de un tercero por el que no deba responder (toda persona
que no forme parte de esa relación jurídica).

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171

La extinción de una obligación implica que finaliza la relación existente


entre el deudor y el acreedor. El modo normal de extinción de la obligación se
denomina pago y consiste en el cumplimiento, por parte del deudor de la pres-
tación debida. Existen otros medios de extinción de las obligaciones como la
novación, que sucede cuando el deudor y el acreedor se ponen de acuerdo
en sustituir la obligación original por otra; la transacción, que sucede cuando
las partes extinguen obligaciones haciéndose concesiones recíprocas; la com-
pensación, que sucede cuando dos personas son a la vez deudor y acreedor
entre sí y se extinguen las deudas hasta el monto de la menor; la confusión,
cuando se reúnen en una misma persona la calidad de deudor y acreedor; la
renuncia se produce cuando el acreedor decide no cobrar su crédito y la impo-
sibilidad de cumplimiento, que se presenta cuando el deudor no puede cum-
plir con la prestación por una causa que no le es imputable.

LECTURA OBLIGATORIA

Del Busto, E. (2017), Introducción al Derecho, Universidad Virtual

OO de Quilmes, Bernal, pp. 186 a 191.

LECTURA RECOMENDADA

RR
López Mesa, M. (2015), Derecho de las Obligaciones: Análisis del nuevo Código Civil y
Comercial, Euros Editores, Buenos Aires.
Silvestre, N. (2016), Obligaciones, La Ley, Buenos Aires.

9.

KK Elabore una lista donde incluya al menos diez (10) ejemplos de diferen-
tes tipos de obligaciones y clasifíquelas.

3.7. Responsabilidad civil


Un principio general en el Derecho es que aquel que se encuentra obligado a
efectuar una prestación tiene el deber de realizarla. La conducta contraria se
denomina incumplimiento y trae aparejada la responsabilidad civil del deudor
y lo somete al reclamo de una indemnización por parte del acreedor.
Para ampliar los conocimien-
tos desarrollados respecto de la
responsabilidad civil se sugie-

CC
Para quienes sostienen que los valores éticos son parte del sistema jurídico, re remitirse a Del Busto, E.
la responsabilidad en estos casos tendrá carácter de sanción, pues es la con- (2017), Introducción al Derecho,
Universidad Virtual de Quilmes,
secuencia jurídica de haber incumplido un deber y significa un disvalor para Bernal, pp. 181 a 186.
quien es pasible de ella. En cambio, para quienes sostienen la teoría pura del
derecho sin dejarla penetrar por valores morales, será simplemente el antece-
dente que marca como consecuente el deber de satisfacer al acreedor no ya
en especie sino en equivalente. (O’Donnell, 2004)

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172

El Código Civil y Comercial de la Nación recepta el régimen de la responsabili-


dad civil en el Libro III -Derechos Personales-, en su título V -Otras fuentes de
las obligaciones- en los artículos 1708 a 1780.
Si bien históricamente la responsabilidad civil persigue un objetivo resarci-
torio, es decir que se orienta a la reparación del perjuicio causado, el CCyCN,
siguiendo la doctrina y la jurisprudencia en la materia le reconoce dos funcio-
nes diferenciadas: la prevención del daño y su reparación:
La función preventiva impone determinados deberes: a) evitar causar un
daño no justificado; b) adoptar las medidas razonables para evitar que aquel
se produzca o disminuir su magnitud; c) no agravar el daño, una vez produci-
do (artículo 1710).
En tanto que la función resarcitoria da lugar a la reparación del daño cau-
sado por la violación del deber de no dañar a otro, o el incumplimiento de una
obligación (artículo 1711).
Tradicionalmente se ha distinguido entre dos tipos de responsabilidad. La
responsabilidad contractual es la que deriva del incumplimiento del contra-
to y, por extensión, de todo acto lícito que comprometa a quien lo otorga. En
tanto que la responsabilidad extracontractual es Ia que surge de Ia comisión
de un hecho ilícito, ya sea causado por dolo, culpa o bien por algún factor de
Más adelante, al abordar los dife-
atribución objetivo.
rentes factores de atribución de El Código Civil y Comercial de la Nación sigue la tendencia moderna a la
la responsabilidad, se hace refe- unificación del régimen de la responsabilidad contractual y extracontractual.
rencia a estos conceptos. Es decir que, cualquiera sea la fuente de la que emana el deber de reparar
el daño —se trate de la violación del deber general de no dañar como fuente
de la responsabilidad extracontractual o del incumplimiento de una obligación
como fuente de la responsabilidad contractual—, ambas se encuentran regi-
das, en principio, por las mismas reglas en materia de prescripción, de exten-
sión del resarcimiento y de legitimación para reclamar el daño moral, salvo
algunas excepciones.
Existen determinados presupuestos que son necesarios para que se origine
la responsabilidad civil y que esta dé lugar a la correspondiente indemnización:

a) Antijuricidad, por la que cualquier acción u omisión que causa un daño a


otro es antijurídica a menos que el hecho que lo produce se encuentre jus-
tificado en el ejercicio regular de un derecho, en la legítima defensa pro-
pia o de terceros, para evitar un mal actual o inminente que amenaza al
agente o a un tercero, si el mal que se evita es mayor que el que se causa
(artículos 1717 y 1718).
b) Factor de atribución, que puede ser subjetivo basado en la culpa –que con-
siste en la omisión de la diligencia debida según la naturaleza de la obliga-
ción y las circunstancias de las personas, el tiempo y el lugar y compren-
de la imprudencia, la negligencia y la impericia en el arte o profesión– o el
dolo –que se configura por la producción de un daño de manera intencio-
nal o con manifiesta indiferencia por los intereses ajenos– (artículo 1724).
El factor de atribución es objetivo cuando la culpa o dolo del agente es
irrelevante a los efectos de atribuir responsabilidad. En tales casos, el res-
ponsable se libera demostrando la causa ajena, excepto disposición legal
en contrario (artículo 1722).
c) Daño, que consiste en la lesión de un derecho o un interés no reprobado
por el ordenamiento jurídico, que tenga por objeto la persona, el patrimo-
nio, o un derecho de incidencia colectiva (artículo 1737).

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173

d) Nexo causal: es la relación que existe entre la acción u omisión y las con-
secuencias que de ella se derivan (artículo 1726).

En el caso del transporte de pasajeros y equipaje pueden verse los ele-

xx mentos antes enunciados. La antijuricidad se advierte cuando, por la


acción u omisión del transportista, el equipaje transportado de una per-
sona se deteriora o extravía y no existe una causa que lo justifique (el
equipaje no es entregado al pasajero de acuerdo con lo estipulado). El
factor de atribución de la responsabilidad puede ser subjetivo si actuó
con dolo o culpa (si el transportista intencionalmente destruye el equi-
paje o por un descuido este se pierde, respectivamente); en cambio, es
objetivo (cuando existe una norma que sin importar la culpa o el dolo
atribuye responsabilidad al transportista por la pérdida o destrucción del
equipaje). El daño es la lesión que ocasiona al patrimonio de la perso-
na el acontecimiento (la pérdida de las prendas de vestir u otros objetos
que razonablemente pueden ser considerados como equipaje). Final-
mente, el nexo causal nace de la acción o la omisión en el deber de cui-
dado y la producción del daño (es decir que hay una relación entre el
hecho u omisión y el daño producido tal que si no hubiese acontecido
el equipaje hubiera sido entregado al pasajero en los plazos y condicio-
nes convenidos).

El Código Civil y Comercial de la Nación determina en sus artículos 1749 a


1771 diferentes modalidades de responsabilidad civil.

La de quien incumple una obligación u ocasiona un daño injustificado

xx por su propia acción u omisión; la del principal por el hecho del depen-
diente en ejercicio de sus funciones; la de los padres por los hechos de los
hijos que se encuentran bajo su responsabilidad parental y que habitan
con ellos; la de los tutores por quienes están a su cargo; la del estable-
cimiento que tiene a su cargo a personas internadas; la del dueño y el
guardián por el daño causado por el riesgo o vicio de las cosas, inclui-
dos los animales; la de quien realiza una actividad riesgosa o peligrosa
por su naturaleza, por los medios empleados o por las circunstancias de
su realización; la de los dueños y ocupantes de un edificio por el daño
que cause; la de los miembros de un grupo que realiza una actividad
peligrosa para terceros; la de la persona jurídica por los daños que cau-
sen quienes las dirigen o administran en ejercicio o con ocasión de sus
funciones; la del Estado y de los funcionarios públicos por hechos u
omisiones en el ejercicio de sus funciones; la de los titulares de un esta-
blecimiento educativo por el daño causado o sufrido por sus alumnos
menores de edad cuando se hallen o deban hallarse bajo su control esco-
lar; la de los profesiones liberales; la de aquel que se entromete arbitra-
riamente en la vida privada de otro; la del denunciante o querellante si
se prueba que no tenía razones justificables para creer que el damnifi-
cado estaba implicado.

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174

Una vez acreditados los presupuestos de la responsabilidad civil y precisado


el sujeto responsable, el acreedor puede exigir Ia reparación del daño ocasio-
nado denominada indemnización.
En este caso, el deudor, en la medida en que quiera liberarse del pago de
la indemnización, debe probar que el incumplimiento no le es imputable, para
lo que el Código Civil y Comercial de la Nación admite diferentes medios: a)
la existencia del caso fortuito o fuerza mayor, que son eventos que deben
reunir la condición de ser imprevisibles (no puede preverse su producción) e
irresistibles (resulta imposible evitarlos) (artículo 1730), b) que el hecho fue
producido por quien pretende la indemnización o por un tercero por el que
no deba responder (artículo 1729), c) la imposibilidad de cumplimiento, que
acontece cuando el deudor no puede cumplir por causas ajenas a su perso-
na (artículo 1732) y d) la imprevisión, que hace que un hecho ajeno convierta
en excesivamente oneroso el cumplimiento de la obligación (artículo 1091).

10.

KK Realice un cuadro en el que ubique, al menos cinco (5) tipos de con-


tratos turísticos.
a. Identifique en cada uno de ellos cuál es el factor de atribución de
responsabilidad exigible para acreditar el incumplimiento (si es obje-
tivo o subjetivo).
b. Señale cuál es la norma del Código Civil y Comercial de la Nación u
otras leyes o tratados que regulan la atribución de la responsabilidad.
c. ¿Cuáles son las causales de eximición de la responsabilidad?
d. ¿Existe algún límite en la indemnización?

3.8. Contratos
Los contratos son un tipo de acto jurídico que constituye una importante fuente
de creación de obligaciones, de ahí que pueda afirmarse que el acto jurídico
es el género y el contrato la especie de aquel. Se caracterizan por ser actos
plurilaterales (al menos debe haber dos partes participando para su forma-
ción), de carácter patrimonial (tienen un contenido económico) y determinan
las obligaciones de aquellos que intervienen en el acto.
El artículo 957 del Código Civil y Comercial de la Nación se encarga de brin-
dar una definición de contrato:

CC
Contrato es el acto jurídico mediante el cual dos o más partes manifiestan su
consentimiento para crear, regular, modificar, transferir o extinguir relaciones ju-
rídicas patrimoniales. (Artículo 957 del CCyCN)

De acuerdo con la definición se trata de una declaración de voluntad plural,


que no siempre debe darse de forma escrita, sino que puede serlo, de acuerdo
con el tipo, de manera verbal o tácita.

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175

Un contrato celebrado de forma escrita puede ser la locación de un

xx inmueble, en tanto que la compraventa en un kiosco de golosinas es


usualmente un acto que se celebra de manera verbal. Inclusive puede
serlo de forma tácita cuando el dueño del bar al que se acude diariamen-
te sirve un café y se le paga sin pronunciar palabra.

Borda ha identificado, por otra parte, dos aspectos importantes en los


contratos:

CC
La definición dada por el Código Civil y Comercial hace hincapié en dos aspec-
tos importantes. Por un lado, el acuerdo de voluntades manifestado en el con-
sentimiento tiende a reglar relaciones jurídicas con contenido patrimonial. Por
otro lado, recepta un contenido amplio del contrato, desde que abarca no sólo
la creación de tal relación jurídica, sino también las diferentes vicisitudes que
ella puede tener, tales como las modificaciones que las partes puedan introdu-
cir con posterioridad a la celebración del contrato, la transferencia a terceros
de las obligaciones y derechos que nacen del contrato y hasta la extinción mis-
ma del contrato por acuerdo de voluntades. (Borda, 2016)

Los elementos de los contratos son: sujeto (ya que se trata de un acto jurídico
multilateral que impone la participación de al menos dos partes, que pueden
ser personas humanas o jurídicas con capacidad para realizar el acto); objeto
(debe ser lícito, posible, determinado o determinable, susceptible de valora-
ción económica, corresponder a un interés de las partes, no ser contrario a la
moral, al orden público, a la dignidad de la persona humana, o lesivos de los
derechos ajenos; ni los bienes que por un motivo especial se prohíbe que lo
sean); causa (es la razón del acto, aquello que lo determina); consentimiento
(que se manifiesta por ofertas o propuestas de una de las partes y aceptación
por la otra) y forma (es el modo en que las partes emiten su declaración de
voluntad).
Los contratos se clasifican en: unilaterales (aquellos en que solo una de
las partes se obliga hacia la otra sin que esta quede obligada) o bilaterales
(aquellos en que todas las partes se obligan recíprocamente); onerosos (en
los que existe un sacrificio para obtener una ventaja concedida por la otra
parte) o gratuitos (donde solo una de las partes realiza la prestación); reales
(los que se perfeccionan por la entrega de una cosa) o consensuales (se per-
feccionan con el consentimiento de las partes); nominados o típicos (aquellos
cuyas cláusulas esenciales se adecuan a un tipo determinado, establecidas
en el Código Civil y Comercial de la Nación o en leyes especiales) o innomina-
dos o atípicos (aquellos que no se adecuan a un tipo especial); formales (los
que para resultar válidos exigen el cumplimiento de determinadas formas esta-
blecidas por la ley) o no formales (no requieren de formalidad alguna para su
validez); conmutativos (aquellos en que las partes conocen las obligaciones
al momento de realización del contrato, las que son ciertas, determinadas y
conocidas) o aleatorios (las obligaciones de las partes dependen de que se
produzca un acontecimiento incierto al momento de realizar el contrato).
En la formación de los contratos es necesaria la existencia de la oferta por
una de las partes y la aceptación por la otra. La oferta es la manifestación

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


176

dirigida a persona determinada o determinable, con la intención de obligarse


y con las precisiones necesarias para establecer los efectos que debe produ-
cir de ser aceptada. La aceptación cierra el acuerdo entre las partes, debe ser
en los términos en que la oferta fue producida y en el tiempo en que esta se
encuentra abierta y da por concretado el contrato.
El régimen relativo a los contratos se encuentra determinado en el Código Civil y
Comercial de la Nación en el Libro Tercero, Derechos Personales, Título II Contratos
en general. Distingue, asimismo, tres modalidades de contratación diferenciadas:
contrato discrecional o paritario o de negociación individual, que sigue los linea-
mientos tradicionales (artículos 957 y ss.); contrato celebrado por adhesión a cláu-
sulas generales predispuestas, aquellos en los que uno de los contratantes adhie-
re a cláusulas generales predispuestas unilateralmente, por la otra parte o por un
tercero, sin haber participado en su redacción (artículos 984 a 989), y contrato de
consumo que es celebrado entre un consumidor o usuario final con una persona
humana o jurídica que actúe profesional u ocasionalmente o con una empresa pro-
ductora de bienes o prestadora de servicios, pública o privada, que tenga por objeto
la adquisición, uso o goce de los bienes o servicios por parte de los consumidores
o usuarios, para su uso privado, familiar o social (artículos 1092 a 1122).

PARA AMPLIAR

La forma clásica del contrato es aquella que supone una deliberación y

AA discusión de sus cláusulas, hechas por personas que gozan de plena liber-
tad para consentir o disentir. Es lo que se denomina contrato paritario. El
Código Civil y Comercial ha tenido particularmente en mira este tipo de
contrato, estructurando sobre él la parte general de los contratos.
Más allá de la importancia del contrato paritario, sobre todo cuando se
analiza singularmente su contenido económico, el mundo moderno ha
traído nuevas formas de contratar, más masificadas –para decirlo de algu-
na manera–, pero no menos importantes.
Empecemos por el contrato por adhesión (llamado también con cláusulas
generales predispuestas), que es aquel en el cual una de las partes fija todas
las condiciones, mientras que la otra solo tiene la alternativa de rechazar o
consentir. Es el caso del contrato de transporte celebrado con una empresa
de servicio público, que fija el precio del pasaje, el horario, las comodida-
des que se brindan al pasajero, etc.; este solo puede adquirir o no el bole-
to. Lo mismo ocurre con los contratos de seguro en los que la aseguradora
fija todas las condiciones y el tomador del seguro solo podrá decidir entre
celebrar el contrato o no, pero no podrá discutir las condiciones fijadas.
Dadas estas características del contrato por adhesión, se ha discutido la
naturaleza contractual de tales relaciones jurídicas. Aunque hay quienes la
han negado, sosteniendo que se trata de un acto unilateral de una perso-
na o institución privada, cuyos efectos, una vez producida la aceptación,
continúan produciéndose por la sola voluntad del ofertante, la doctrina
predominante le reconoce carácter contractual; la circunstancia de que no
haya discusión de las condiciones y de que una de las partes solo pueda
aceptar o rechazar, no elimina el acuerdo de voluntades; porque la discu-
sión no es de la esencia del contrato; lo esencial es que las partes coincidan
en la oferta y la aceptación.

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177

El Código Civil y Comercial regula este tipo de contrato al referirse


a la formación del consentimiento, pero dentro de las normas gene-
rales del contrato (arts. 984 a 989), lo que no parece acertado, pues
debió ser tratado de manera autónoma respecto del contrato pari-
tario. De alguna manera, el propio Código justifica la crítica, desde
que no se limita a dictar normas referidas a la forma de prestar el
consentimiento, sino que define el contrato por adhesión, establece
los recaudos que deben cumplir las cláusulas predispuestas a la que
se debe adherir, incluye normas referidas a la interpretación del con-
trato y establece las sanciones que corresponde aplicar a las cláusulas
que sean abusivas.
Es importante destacar, también, al llamado contrato de consumo, que
muchas veces, erróneamente, es vinculado con el contrato por adhe-
sión, pero que no pueden ser asimilados, toda vez que existen con-
tratos de consumo que no son celebrados por adhesión y hay de estos
últimos que no son de consumo.
El contrato de consumo tiene por objeto la defensa de los consumi-
dores o usuarios, normalmente parte débil de la relación contrac-
tual. Ahora bien, a partir de la reforma de 1994 de la Constitución
Nacional (art. 42) comienza un proceso de ampliación de la noción
de contrato de consumo, que ya existía en la ley 24240 de Defensa
del Consumidor, hasta abarcar a las llamadas relaciones de consumo.
El Código Civil y Comercial define al “contrato de consumo como
el celebrado entre un consumidor o usuario final con una persona
humana o jurídica que actúe profesional u ocasionalmente o con una
empresa productora de bienes o prestadora de servicios, pública o pri-
vada, que tenga por objeto la adquisición, uso o goce de los bienes o
servicios por parte de los consumidores o usuarios, para su uso priva-
do, familiar o social” (art. 1093). También define la relación de con-
sumo como el vínculo jurídico entre un proveedor y un consumidor,
lo que –como fácilmente se puede advertir– excede el marco contrac-
tual (art. 1092). No está de más señalar que existe una infinidad de
contratos de consumo; basta citar las compraventas de mercadería en
un supermercado o de electrodomésticos, para tener una idea.
Sin entrar a discutir la conveniencia de que el contrato de consumo
sea incorporado al Código (la misma duda puede plantearse respecto
de la relación de consumo), lo cierto es que ello ha ocurrido (Libro
Tercero, Título III), dándosele autonomía conceptual, desde que
ha sido separado de los contratos en general, regulados en el mismo
Libro, pero en el Título II.
Finalmente, podemos señalar (que, en algunas oportunidades, pue-
den existir los llamados contratos forzosos. Cierto es que parece difí-
cil hablar de consentimiento cuando la ley obliga a vincularse jurí-
dicamente, aun en contra de la voluntad del interesado. Pero hay
casos en que ello ocurre, en aras de un interés social que se considera
prevalente.

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178

Uno de ellos es el contrato de seguro automotor obligatorio previsto


en el art. 68 de la ley 24449, que obliga a todo automotor, acoplado
o semiacoplado a tener un seguro, de acuerdo con las condiciones
que fije la autoridad en materia aseguradora, que cubra los daños que
puedan causarse a terceras personas, sean o no transportadas. Es clara
la pretensión de dar protección al tercero damnificado. Otro ejemplo
es el de los contratos que deben suscribir las compañías concesiona-
rias de un servicio público (electricidad, gas, teléfonos, transportes)
con los usuarios; ellas no pueden negarse a contratar con quien, suje-
tándose a las reglamentaciones generales, lo pretende. Si existiera tal
facultad, podría colocarse al usuario en una situación inadmisible de
carencia de un servicio esencial que se ha querido garantizar a todos
(Borda, 2016).

Los contratos se extinguen normalmente dando cumplimiento a las prestacio-


nes a que se comprometieran las partes al momento de celebrarlo.
Existen sin embargo, tres modos anormales de extinción de los contratos
según Ghersi (1994:300): rescisión, acontece cuando el vínculo contractual
se deshace por el acuerdo de ambas partes o por la voluntad de una parte
cuando está facultada en el propio contrato o cuando la ley en casos particu-
lares lo prevé; revocación, cuando una de las partes de acuerdo con las cir-
cunstancias previstas en la ley se encuentra facultado para dar por concluida
la relación contractual; resolución, se produce cuando sucede un aconteci-
miento posterior a la celebración del contrato, que fue previsto por las partes
o por la ley como causal de extinción.

LECTURA OBLIGATORIA

Del Busto, E. (2017), Introducción al Derecho, Universidad Virtual

OO de Quilmes, Bernal, pp. 186 a 191.

LECTURA RECOMENDADA

RR
Borda, G. (2016), Derecho Civil: Contratos, La Ley, Buenos Aires.

11.

KK Clasifique al menos diez tipos diferentes de contratos turísticos de


acuerdo con los parámetros antes explicados.

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179

3.9. Derechos reales


Los derechos reales son una clase de derechos subjetivos de carácter abso-
luto y contenido patrimonial, regidos por normas sustancialmente de orden
Para ampliar los conocimien-
público, que establecen una relación directa entre su titular y una cosa, así
tos desarrollados respecto de
como la obligación de la sociedad en su conjunto de abstenerse de realizar los derechos reales se sugie-
cualquier acto contrario a este, y atribuyen a su titular las facultades de per- re dirigirse a Del Busto, E.
secución (perseguir la cosa en poder de quien se encuentra) y de preferencia (2017) Introducción al Derecho,
Universidad Virtual de Quilmes,
(de satisfacer su prestación en primer lugar con respecto a otro derecho real Bernal, pp. 192 a 200.
o personal que haya obtenido oponibilidad posteriormente) y aquellas que la
ley prevea.
El Código Civil y Comercial de la Nación establece el concepto de derecho
real señalando:

CC
El derecho real es el poder jurídico, de estructura legal, que se ejerce directa-
mente sobre su objeto, en forma autónoma y que atribuye a su titular las fa-
cultades de persecución y preferencia, y las demás previstas en este Código.
(Artículo 1882 del CCyCN)

En una explicación sumaria de la definición de derecho real, Mariani de Vidal


(2004:24) identifica los siguientes aspectos:
a) Derecho absoluto: implica que puede ser oponible frente a todos los inte-
grantes de la comunidad.
b) De contenido patrimonial: susceptibles de ser valuados pecuniariamente
y que integran el patrimonio.
c) Naturaleza jurídica de sus normas: son sustancialmente de orden públi-
co y, por tanto, no pueden ser dejadas de lado por los acuerdos privados.
d) Sujeto activo: puede tratarse de una persona humana o una persona
jurídica.
e) Objeto: son cosas ciertas, individualmente determinadas en el comercio
y actualmente existentes.
f) Relación inmediata: establece una relación directa e inmediata con la
cosa,
g) Publicidad: para que pueda oponerse a terceros son necesarios dos sis-
temas: la tradición y la inscripción en registros especiales.
h) Sujeto pasivo y su deber de abstención: está constituido por toda la socie-
dad, sobre la que pesa un deber de abstención, negativo, que consiste en
respetar la acción del titular del derecho sobre su cosa.
i) Acciones reales: los derechos reales están protegidos, en caso de que se
atente contra su existencia, plenitud o libertad, por las acciones reales,
cuyo estudio no corresponde hacer aquí y que son la acción reivindicato-
ria, la acción confesoria y la acción negatoria.
j) Sujeto pasivo y su deber de abstención: está constituido por toda la socie-
dad, que debe respetar la acción del titular del derecho sobre su cosa.
k) Derecho de persecución: su titular puede perseguir la cosa en manos de
cualquiera que la tenga, para ejercer su derecho.
l) Derecho de preferencia: que se manifiesta, en el caso de los derechos
reales de hipoteca y prenda, por el privilegio para el cobro de los créditos
con ellos garantizados y, en general, por la posibilidad de prevalecer sobre
derechos personales o reales constituidos con posterioridad.

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180

El Código Civil y Comercial de la Nación determina que los derechos reales,


en lo que respecta a sus elementos, contenido, adquisición, constitución,
modificación, transmisión, duración y extinción, solo pueden ser establecidos
por ley (artículo 1884) y son organizados en un número limitado y cerrado:
Son derechos reales en este Código:

CC
a. el dominio;
b. el condominio;
c. la propiedad horizontal;
d. los conjuntos inmobiliarios;
e. el tiempo compartido;
f. el cementerio privado;
g. la superficie;
h. el usufructo;
i. el uso;
j. la habitación;
k. la servidumbre;
l. la hipoteca;
m. la anticresis;
n. la prenda.
(Artículo 1887 del CCyCN)

El dominio, también denominado derecho de propiedad, “es el derecho real


que otorga todas las facultades de usar, gozar y disponer material y jurídica-
mente de una cosa, dentro de los límites previstos por la ley” (artículo 1941
del CCyCN).
Cuando la propiedad de la cosa pertenece a varias personas de modo que
no se encuentra dividida entre ellas, se está en presencia del condominio “es
el derecho real de propiedad sobre una cosa que pertenece en común a varias
personas y que corresponde a cada una por una parte indivisa. Las partes de
los condóminos se presumen iguales, excepto que la ley o el título dispongan
otra proporción” (artículo 1983 del CCyCN).
La propiedad horizontal “es el derecho real que se ejerce sobre un inmue-
ble propio que otorga a su titular facultades de uso, goce y disposición mate-
rial y jurídica que se ejercen sobre partes privativas y sobre partes comunes
de un edificio, de conformidad con lo que establece este Título y el respecti-
vo reglamento de propiedad horizontal. Las diversas partes del inmueble así
como las facultades que sobre ellas se tienen son interdependientes y con-
forman un todo no escindible” (artículo 2037 del CCyCN).
Los conjuntos inmobiliarios son “los clubes de campo, barrios cerrados o
privados, parques industriales, empresariales o náuticos, cualquier otro empren-
dimiento urbanístico independientemente del destino de vivienda permanente o
temporaria, laboral, comercial o empresarial que tenga, comprendidos, asimis-
mo, aquellos que contemplan usos mixtos, con arreglo a lo dispuesto en las
normas administrativas locales” (artículo 2073 del CCyCN).
Se considera que existe tiempo compartido “si uno o más bienes están
afectados a su uso periódico y por turnos, para alojamiento, hospedaje, comer-
cio, turismo, industria u otros fines y para brindar las prestaciones compati-
bles con su destino” (artículo 2087 del CCyCN).

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181

Los cementerios privados son “los inmuebles de propiedad privada afecta-


dos a la inhumación de restos humanos” (artículo 2103 del CCyCN).
La superficie “es un derecho real temporario, que se constituye sobre un
inmueble ajeno, que otorga a su titular la facultad de uso, goce y disposición
material y jurídica del derecho de plantar, forestar o construir, o sobre lo plan-
tado, forestado o construido en el terreno, el suelo o el subsuelo, según las
modalidades de su ejercicio y plazo de duración establecidos en el título sufi-
ciente para su constitución y dentro de lo previsto en este Título y las leyes
especiales” (artículo 2114 del CCyCN).
El usufructo “es el derecho real de usar, gozar y disponer jurídicamente de
un bien ajeno, sin alterar su sustancia” (artículo 2129 del CCyCN).
El uso “es el derecho real que consiste en usar y gozar de una cosa ajena,
su parte material o indivisa, en la extensión y con los límites establecidos en
el título, sin alterar su sustancia. Si el título no establece la extensión del uso
y goce, se entiende que se constituye un usufructo. El derecho real de uso solo
puede constituirse a favor de persona humana” (artículo 2154 del CCyCN).
El derecho real de habitación “consiste en morar en un inmueble ajeno
construido, o en parte material de él, sin alterar su sustancia. El derecho real
de habitación solo puede constituirse a favor de persona humana” (artículo
2158 del CCyCN).
La servidumbre “es el derecho real que se establece entre dos inmuebles
y que concede al titular del inmueble dominante determinada utilidad sobre
el inmueble sirviente ajeno. La utilidad puede ser de mero recreo” (artículo
2162 del CCyCN).
La hipoteca “es el derecho real de garantía que recae sobre uno o más
inmuebles individualizados que continúan en poder del constituyente y que
otorga al acreedor, ante el incumplimiento del deudor, las facultades de per-
secución y preferencia para cobrar sobre su producido el crédito garantizado”
(artículo 2205 del CCyCN).
La anticresis es “el derecho real de garantía que recae sobre cosas regis-
trables individualizadas, cuya posesión se entrega al acreedor o a un tercero
designado por las partes, a quien se autoriza a percibir los frutos para
imputarlos a una deuda” (artículo 2212 del CCyCN).
La prenda es “el derecho real de garantía sobre cosas muebles no regis-
trables o créditos instrumentados. Se constituye por el dueño o la totalidad
de los copropietarios, por contrato formalizado en instrumento público o priva-
do y tradición al acreedor prendario o a un tercero designado por las partes”
(artículo 2219 del CCyCN).
Por otra parte, es importante señalar que existen derechos reales creados
por otras leyes diferentes del Código Civil y Comercial de la Nación. Entre ellos
la hipoteca aeronáutica, creada por Ley 17285, y establecido sobre la aerona-
ve o sus motores; la hipoteca naval, creada en la Ley 20094, de Navegación,
que se constituye sobre una embarcación de más de diez (10) toneladas,
en garantía de un crédito en dinero; la prenda con registro, concebida en el
Decreto Ley 15348/46 como garantía del pago de cierta suma de dinero o del
cumplimiento de cualquier clase de obligaciones a las que se les fije un valor,
o del precio o saldo de mercaderías vendidas; los warrants, creados por la
Ley 928 y la Ley 9643, que permiten establecer un crédito sobre mercaderías
que se encuentran en almacenes o depósitos del fisco o de particulares; los
debentures, creados la Ley General de Sociedades 19550, que son títulos de

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182

determinados tipos de sociedades que establecen un derecho real de garan-


tía para sus tomadores.

LECTURA RECOMENDADA

RR
Mariani de Vidal, M. y Abella, A. (2016), Derechos reales: en el Código Civil y Comer-
cial, Zavalía Ediciones, Buenos Aires.

12.

KK Elabore una lista donde incluya al menos diez ejemplos de diferentes


tipos de obligaciones y clasifíquelas.

13.
KK Consiga un contrato turístico, transcríbalo e identifique en él los siguien-
tes elementos:
a. Partes (quiénes son las partes en el acto jurídico).
b. Personas humanas y jurídicas (ubicar las diferentes personas en el
acto, indicando su clasificación).
c. Domicilios: diferentes tipos (real, legal, contractual, etcétera).
d. Capacidad (identificar elementos que se refieran a la capacidad de las
personas para actuar, indicando su tipo).
e. Estado (ubicar menciones que hagan referencia al tema del estado
como atributo de la personalidad, señalando su clasificación).
f. Cosas y bienes (identificar diferentes tipos de cosas o bienes y clasi-
ficar cada uno de ellos).
g. Obligaciones de las partes (encontrar las obligaciones de las personas
y definir de qué tipo son y si están sujetas a modalidades).
h. Derechos reales (identificar derechos reales en el texto).

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183

Derecho comercial

Objetivos
•• Entender los aspectos sustantivos de la regulación jurídica de la actividad
comercial.
•• Conocer a las personas humanas sujetos de comercio.
•• Identificar los diferentes tipos de sociedades y sus características
esenciales.
•• Incorporar los conocimientos que permitan manejarse en este campo del
derecho.

4.1. Origen y evolución del derecho comercial


El derecho comercial, también denominado mercantil en la legislación españo-
la, nace como un derecho especial, es decir, de excepción frente al derecho
común o civil (Vítolo, 2017:43), particularidad que, de acuerdo con este autor,
aún conserva. Favier Dubois señala al respecto:

CC
El derecho comercial puede conceptuarse como la rama del derecho que regu-
la a las empresas, a los negocios y a las relaciones dentro del mercado (Favier
Dubois, 2016:3).

A partir de la enunciada definición, Favier Dubois precisa los campos que esta
rama del derecho se encarga de regular:
a) a las empresas, en cuanto organizaciones, que realizan actividades de pro-
ducción e intercambio de bienes y servicios, principalmente, a partir de la
persona del empresario (contabilidad, registro, representación, derechos
intelectuales, responsabilidad e insolvencia).
b) a los negocios, al hacerlo respecto de las obligaciones y los contratos rela-
tivos a los intercambios entre empresas y particulares, a la captación de
ahorro y circulación de crédito, y a las operaciones en masa.
c) al mercado, ya que fija las reglas de competencia entre las empresas y de
tutela de ciertos inversores y consumidores (bancos, seguros, empresas
cotizantes, etc.), presentando normas de derecho público como las relati-
vas a los organismos estatales que se encargan del registro, autorización,
control y fiscalización de determinadas actividades (Banco Central, Super-
intendencia de Seguros, autoridades de contralor societario, etc.)

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184

El origen del derecho comercial puede ubicarse en la antigüedad y se encuen-


tra mencionado, aunque no como unidad diferenciada del derecho civil, en el
Código de Hammurabi. Del mismo modo acontece en Grecia, lugar donde los
comerciantes poseen una categoría diferenciada dentro de la organización
El Código de Hammurabi es una
de las más antiguas recopilacio- social.
nes de leyes que conoce nuestra En el derecho romano pueden apreciarse algunas instituciones de lo que
historia. Se encuentra tallado en con posterioridad es entendido como derecho comercial, no obstante, corres-
piedra de manera de ser lo más
perenne posible. ponde señalar que aquellas se encuentran vinculadas al derecho común (dere-
cho civil).
En los inicios de la Edad Media, a partir de la caída del Imperio Romano
de Occidente y el quiebre de la unidad europea, se presenta una situación
La caída del imperio romano de
occidente en poder de los pueblos donde el comercio se torna sumamente inseguro, por lo que no es sino hasta
germánicos, en el año 476, marca el siglo XI que se advierte el resurgimiento del comercio, a través de las ferias
el comienzo del período histórico y los mercados.
denominado Edad Media.
La principal característica que destaca en el tráfico comercial en los mer-
cados es la eliminación del formalismo, ya que las transacciones deben reali-
zarse con fluidez y rapidez, basadas en principios como la buena fe en la cele-
bración y la ejecución de los contratos.
El antecedente del actual tráfico comercial internacional, según Halperín y
Butty, se encuentra en las ferias, cuyo comienzo parece ubicarse en Francia.
Estas se celebran periódicamente para el comercio de productos o para el
arreglo de cuentas entre los comerciantes.

CC
En estas ferias, como en los mercados, los negocios debían concluirse y en ge-
neral ejecutarse con claridad, y con la misma rapidez decidirse los litigios que
pudieran originarse.
La diversidad de derechos a que estaban sujetos los participantes de esos
negocios y esa necesidad de resolver rápidamente los litigios impusieron: 1) la
creación de tribunales especiales integrados por comerciantes, que actuaban
sobre la base de procedimientos rápidos y sin intervención de abogados; 2) nor-
mas jurídicas, resultado de costumbres comerciales generalizadas, inspiradas
en los principios precitados. La decisión de estos litigios llevó al establecimien-
to de una jurisprudencia a la cual la ilustración del tribunal le dio una autoridad
que la transformaba en derecho común (tal ocurrió con la del tribunal o Rota de
Génova). (Halperín y Butty, 2000:6)

En las ferias y mercados se genera una costumbre y jurisprudencia que muchas


veces se opone a los principios rectores del derecho común. A esta circunstancia
se suma la existencia de los estatutos (recopilaciones de las resoluciones que se
toman), y la costumbre imperante, que conforman las herramientas empleadas
por los cónsules o tribunales consulares (integrados por comerciantes) encarga-
dos de resolver los pleitos, cuyas resoluciones son en principio inapelables.
Estos principios comunes son adoptados primero por las ciudades y luego
amplían su vigencia, como el caso de la costumbre empleada en el puerto
de Barcelona –Consulado del Mar– que luego extiende su aplicación al tráfico
mercantil de todo el Mediterráneo.
El derecho mercantil, de acuerdo con lo antes señalado, nace como un
derecho propio de los comerciantes. Sin embargo, ya hacia fines del siglo XVII,
durante el reinado de Luis XIV, se dictan en Francia las ordenanzas de 1673

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185

para el comercio terrestre y de 1681 para el comercio marítimo, que junto


con las ordenanzas de Bilbao, dictadas en España en 1737, preanuncian el
movimiento codificador que finalmente se encarga de terminar con la idea del
derecho comercial subjetivo, es decir, basado en la profesionalidad de quien
lo ejerce (comerciante), para pasar a otro de carácter eminentemente objetivo
(basado en la naturaleza del acto realizado).
Los antecedentes históricos en el territorio nacional permiten advertir que,
hasta la creación del Consulado de Comercio de Buenos Aires en 1794, y la
aplicación de las Ordenanzas de Bilbao, se emplea en la resolución de los
El Tribunal del Consulado era un
conflictos comerciales el derecho común.
organismo administrativo y judi-
Halperín y Butty (2000:10) identifican otros antecedentes del derecho cial que estaba integrado por un
comercial en el derecho patrio: prior y dos cónsules, elegidos por
los comerciantes, que se encar-
gaba de resolver los conflictos en
cuestiones comerciales.

CC
Producida la Revolución de 1810, cabe señalar los siguientes antecedentes:
a) creación por la Asamblea de 1813 de la matrícula para comerciantes nacio-
nales, normas sobre las consignaciones; y el nombramiento de contadores peri-
tos en los litigios comerciales;
b) en 1821 se creó la bolsa mercantil, que se instaló en 1822 y funcionó por
breve lapso;
c) en 1821 se dictó la ley reglamentaria de corredores y martilleros;
d) en 1822, por inspiración de Rivadavia, se dictaron tres decretos: sobre actos
de comercio, el 25 de abril, y sobre causas de comercio y alzadas de comercio,
el 20 de marzo y 1 de julio, respectivamente;
e) por decreto del 29 de marzo de 1836, Rosas suprimió los concursos de
acreedores; aquel fue derogado el 24 de marzo de 1858.
(Halperín y Butty, 2000:10)

Las normas antes mencionadas, y otras que las modifican, son de gran influen-
cia en la elaboración del Código de Comercio de la República Argentina, que
rige los aspectos relativos al derecho comercial durante más de un siglo y La Ley 15, del año 1862, sancio-
medio, hasta la sanción del Código Civil y Comercial de la Nación. nada por el Congreso de la Nación,
convierte al entonces Código
de Comercio de la Provincia de
Buenos, redactado por los doc-
4.2. El Código Civil y Comercial de la Nación y sus tores Dalmacio Vélez Sársfield y
Eduardo Acevedo, en el Código
implicancias en el derecho comercial de Comercio de la República
Argentina.
A partir de la sanción de la Ley 26994 por la que se deroga, entre otras nor- Esta norma, de gran trascendencia
mas, el Código Civil, aprobado por la Ley 340 y el Código de Comercio, apro- en la materia, mantiene su vigen-
bado por las leyes 15 y 2637, se encuentra vigente el Código Civil y Comercial cia con diversas modificaciones,
de la Nación. hasta la derogación de la mayoría
de sus artículos por la Ley 26994.
Este código aglutina, en un solo cuerpo codificado, las normas básicas
tanto del Derecho Civil como del Derecho Comercial, conservando, asimismo,
un número significativo de leyes especiales, que lo complementan.
La trascendencia de la sanción del Código Civil y Comercial de la Nación en
relación con la materia es tal que lleva a Araya (2015: 1032) a sostener que
se ha perdido la autonomía legislativa del derecho comercial, a la vez que la
autonomía científica, es decir, la existencia de principios propios que la carac-
terizan (rápida circulación de bienes y derechos, la protección del crédito, el

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186

desarrollo del régimen de responsabilidad limitada, el aliento al ahorro públi-


co), pasan a ser principios generales del derecho privado e integran con otros
principios los paradigmas del nuevo derecho civil y comercial, que solo conser-
va su autonomía académica, es decir, la enseñanza como una materia diferen-
ciada, proponiendo la denominación de derecho de la empresa y del mercado.
En una postura contraria se ubica Favier Dubois, quien sostiene, que a par-
tir de la vigencia del nuevo Código:

CC
La “autonomía legislativa” del Derecho Comercial se desplaza del Código ha-
cia las leyes comerciales no codificadas que no fueron derogadas, la “autono-
mía científica” resulta del mantenimiento de sujetos diferenciados, sometidos
a un estatuto especial y de soluciones legales diferentes para algunos casos,
la “autonomía docente” es la necesaria consecuencia de tales autonomías y,
por último, no existen óbices para la “autonomía jurisdiccional” nacional y/o lo-
cal del referido “Derecho Comercial”. (Favier Dubois, 2015:1107)

Lo cierto es que en la doctrina se ha planteado la supuesta presunción de


inexistencia del derecho comercial en el nuevo ordenamiento legal, y aun auto-
res que no concuerdan con esa postura, como Barreiro y Truffat, señalan que
aquella encuentra sustento en diversos aspectos del Código Civil y Comercial
de la Nación:

CC
No regula al comerciante o al empresario (al menos a este no en un capítulo
propio ni conceptualmente) ni al Registro Mercantil que desaparece con la de-
rogación del Código de Comercio (hay registro a secas sin definirse cuál es).
No delimita ni objetiva ni subjetivamente la materia mercantil (ni por los actos
ni por los sujetos).
Se extiende la obligación de llevar contabilidad a quienes naturalmente no son
comerciantes o empresarios (a todas las personas jurídicas privadas) lo que da
una primera punta de la extensión del fenómeno de la mercantilidad a todo el
derecho privado económico.
Se aplican las mismas formas societarias para actividades civiles y comerciales
(ley de sociedades única). (Barreiro y Truffat, 2016:24-25)

A la materia mercantil, ahora integrada en el Código Civil y Comercial de la


Nación, le es de aplicación un conjunto de normas y principios, a los que Vítolo
(2017: 103), identifica como:

a) La ley mercantil, conformada, por un lado, por las leyes especiales en


materia comercial, como la Ley General de Sociedades 19550 y sus modi-
ficatorias; la Ley de Defensa del Consumidor 24240 y sus modificatorias; la
Ley de Concursos y Quiebras 24522 y sus modificatorias, la Ley de Trans-
ferencia de Establecimientos Comerciales e Industriales 11867 y, por otra
parte, las normas comerciales incluidas en las leyes ordinarias como, por
ejemplo, las relativas a las obligaciones de llevar contabilidad y estados
contables por parte de las personas jurídicas privadas y quienes realizan

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187

una actividad económica organizada o son titulares de una empresa o esta-


blecimiento comercial, industrial, agropecuario o de servicios (artículos 320
y subsiguientes del CCyCN); las que regulan el contrato de factoraje artí-
culos 1421 y subsiguientes del CCyCN) o el fideicomiso (artículos 1666 y
subsiguientes del CCyCN).
b) Los usos, prácticas y costumbres mercantiles, que, dado el carácter emi-
nentemente consuetudinario del derecho mercantil, tienen una especial
importancia como fuente en esta materia.
c) Los principios del derecho comercial, en tanto exigencias de índole axio-
lógica que sirven de inspiración y base a las prescripciones de los ordena-
mientos positivos. Entre estos destacan: la buena fe como principio gene-
ral aplicable al ejercicio de los derechos; el de publicidad, referido a la
transparencia y el conocimiento de la actividad comercial respecto de los
terceros; la presunción de onerosidad, respecto de ciertos actos jurídicos
y contratos; la apariencia, por la que la conducta del representado genera
ante terceros la creencia de que determinada persona reviste el carácter de
representante; la confianza legítima, que consiste en la exigencia impuesta
a quien por sus manifestaciones o conductas, suscita en otro una creencia
razonable que lo obliga a no defraudar esa expectativa.

Más allá de las normas mercantiles contenidas en el Código Civil y Comercial


de la Nación es menester señalar que existen un sinnúmero de disposiciones
en leyes diversas, que lo complementan.

“A partir del 1º de agosto de 2015, fecha en la cual entró en vigencia el nuevo Código
Civil y Comercial de la Nación, la estructura legislativa del Derecho Comercial –en la
República Argentina– queda conformada por el nuevo Código Civil y Comercial de la
Nación, sancionado por la Ley 26994 y la siguiente legislación complementaria básica:

9644 Ley de Prenda Agraria.


11723 Propiedad Intelectual.
11867 Transferencia de establecimientos comerciales e industriales.
13246 Arrendamientos y aparcerías rurales.
17418 Seguros
19550 Ley General de Sociedades
19552 Servidumbre. Electroducto
20091 De los aseguradores y su control.
20266 Corredores y martilleros.
20321 Asociaciones Mutuales.
20337 Cooperativas.
20705 Sociedades del Estado.
21526 Entidades Financieras.
22315 Ley Orgánica de la Inspección General de Justicia.
22316 Inspección General de Justicia –Ley complementaria
22362 Marcas y designaciones.
22400 Seguros. Productor Asesor.
22802 Lealtad comercial.
22939 Marcas y señas.
24240 Ley de Defensa del Consumidor.
24441 Financiamiento de la vivienda.
24452 Cheque.

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188

24481 Patentes de invención. Régimen y reglamentación.


24522 Ley de concursos y quiebras.
24587 Títulos valores. Privados. Nominatividad. Régimen.
24760 Factura de crédito.
24921 Transporte. Carga.
25065 Tarjetas de crédito. Régimen.
25156 Defensa de la competencia.
25248 Leasing –siguen vigentes los aspectos impositivos-.
25300 Pequeña y Mediana Empresa.
25326 Hábeas data. Protección de datos personales.
26032 Firma digital.
26032 Garantías constitucionales. Libertad de expresión.
26831 Mercado de capitales.
27271 Casa de Ahorro.
27290 Sociedades unipersonales, sindicatura y directorio.
27349 Apoyo al capital emprendedor, Crowfunding y SAS.”
(Vítolo, 2017:99)

4.3 Personas humanas sujetos del comercio


Toda persona humana puede desarrollar una actividad económica, y cuando
aquella se lleva a cabo de manera organizada, en forma empresaria, o es
La actividad empresaria es enten- realizada por el titular de un establecimiento, el individuo tiene la carga de
dida como la organización de los llevar contabilidad.
factores económicos de capital y Esta obligación emana del artículo 320 del Código Civil y Comercial de la
trabajo, para ser destinados a la
Nación y se impone a algunos de los nuevos sujetos mercantiles.
producción y/o intercambio de
bienes y/o servicios.

CC
Están obligadas a llevar contabilidad todas las personas jurídicas privadas y
quienes realizan una actividad económica organizada o son titulares de una
empresa o establecimiento comercial, industrial, agropecuario o de servicios.
Cualquier otra persona puede llevar contabilidad si solicita su inscripción y la
habilitación de sus registros o la rubricación de los libros, como se establece
en esta misma Sección.
Sin perjuicio de lo establecido en leyes especiales, quedan excluidas de las obli-
gaciones previstas en esta Sección las personas humanas que desarrollan pro-
fesiones liberales o actividades agropecuarias y conexas no ejecutadas u orga-
nizadas en forma de empresa. Se consideran conexas las actividades dirigidas a
la transformación o a la enajenación de productos agropecuarios cuando están
comprendidas en el ejercicio normal de tales actividades. También pueden ser
eximidas de llevar contabilidad las actividades que, por el volumen de su giro,
resulta inconveniente sujetar a tales deberes según determine cada jurisdicción
local. (Artículo 320 del CCyCN)

Cuando el Código Civil y Comercial de la Nación hace referencia a “quienes


realizan una actividad económica organizada o son titulares de una empresa o
establecimiento comercial, industrial, agropecuario o de servicios” determina
las siguientes obligaciones:

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189

a) Llevar un orden de contabilidad y libros obligatorios: el libro diario y el de


inventarios y balances que deben estar rubricados.
b) Inscribirse en el registro público respectivo a los fines de la rúbrica de los
libros.

Favier Dubois (2016: 79) explica que el texto contenido en el artículo 320 del
Código Civil y Comercial de la Nación “debe complementarse, en primer lugar
con otras disposiciones contables del mismo código unificado y, en segundo
término, con lo que surge de leyes especiales no derogadas por la nueva
legislación”.
Este autor destaca, asimismo, que en la medida en que el Código Civil y
Comercial de la Nación no establece expresamente nada respecto de la matri-
culación de los sujetos mercantiles individuales, en los casos en los que se
les exige llevar contabilidad:

CC
[…] La solicitud de “rubricación” de libros o de “autorización” de contabilidad
informática, debe hacerse acompañada de los antecedentes del sujeto o ente
que justifiquen su calidad de obligado, los que al quedar depositados en el
Registro Público como antecedentes para nuevas rúbricas cumplirán una fun-
ción de matricidad y de publicidad material. (Favier Dubois, 2016:80)

También se encuentran obligados los denominados por la doctrina agentes


auxiliares del comercio, regidos por normas especiales, como en el caso de
los martilleros y corredores. Estas personas humanas que actúan por cuenta
ajena, suman a la carga de llevar contabilidad organizada, la de rendir cuentas.
Del artículo 320 del Código Civil y Comercial de la Nación surge, asimismo,
que existen diferentes personas humanas que no se encuentran sujetas a la
obligación de llevar contabilidad, entre las que destacan las que desarrollan
profesiones liberales (abogados, contadores, etc.) o actividades agropecuarias
y conexas que no se encuentran organizadas en forma de empresa.
Si bien el Código Civil y Comercial no incorpora la categoría del comerciante
en forma expresa, Pisani (2016:60) entiende que esta es receptada, al regu-
lar, en el artículo 1093, el “contrato de consumo”, en el que describe como
uno de sus posibles prestadores a: “una persona humana… que actúe profe-
sional u ocasionalmente… que tenga por objeto la adquisición, uso o goce de
los bienes o servicios por parte de los consumidores o usuarios, para su uso
privado, familiar o social” y que aquel cuerpo normativo incluye su estatuto
que comprende los siguientes aspectos:
a) Capacidad para ejercer el comercio: en la medida en que no exige un régi-
men legal específico corresponde atenerse a lo establecido en el régimen
general del CCyCN, por lo cual para su ejercicio debe tener libre adminis-
tración de sus bienes y ser mayor de edad (dieciocho años)
b) Inscripción en la matrícula: el actual régimen no impone la obligación, por
tanto, esta es opcional, con la única finalidad de obtener la rúbrica de sus
libros, también opcional y obtener los beneficios de usarlos como prueba
en juicio.
c) Orden uniforme de contabilidad y libros obligatorios: de optar por llevar
contabilidad los libros son: “Libro Diario” e “Inventarios y Balance”.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


190

d) Conservación de la correspondencia relacionada con el giro comercial y


los libros de contabilidad: deben conservarse los libros hasta diez años
después del cese de la actividad y la documentación respaldatoria de sus
asientos contables durante diez años desde su fecha.
e) Obligación de rendir cuentas: esta se mantiene cuando se actúa en “inte-
rés ajeno”, aunque sea a nombre propio, lo que incluye la actuación por
“mandato” y por “comisión”.
f) Otras obligaciones: el comerciante queda sometido a las obligaciones
de orden fiscal, tributario y previsional y al cumplimiento tanto de las nor-
mas de registración (libros especiales a los efectos del control de pago de
impuestos), como del pago de tributos y elevación de informes relaciona-
dos con estos.
g) Beneficios por inscribirse: le otorga eficacia probatoria de sus libros, si
son llevados en legal forma. En otros casos, es una exigencia que permite
la realización de ciertas actividades, como el caso del Registro de Importa-
dores y Exportadores que impone la inscripción previa en el Registro Públi-
co de Comercio.

LECTURA RECOMENDADA

RR
Pisani, O. (2016), Derecho comercial y empresario, Astrea, Buenos Aires.

Vítolo, D. (2017), Manual de Derecho Comercial, Editorial Estudio, Buenos Aires.

1.

KK Identifique diferentes ejemplos de personas humanas que son sujetos


de comercio.
a. Clasifíquelos dentro de las distintas categorías enunciadas.
b. ¿Cuáles son los requisitos que se imponen para el ejercicio de su
actividad?

4.4. Sociedades
El fenómeno asociativo, que surge de la naturaleza social del ser humano e
invita a este a agruparse, se refleja de manera permanente en la historia de
la humanidad.

CC
Dentro de la multiplicidad de finalidades existentes para estas relaciones, el
ejercicio del comercio ha ocupado desde siempre un lugar preponderante.
Desde antaño, diversas agrupaciones combinan la posibilidad de aglutinar ca-
pital y habilidades humanas, las que con la ayuda de técnicas asociadas han
evolucionado hasta conformar patrimonios autogestantes, escindidos de los
sujetos que originalmente acuden a su formación. La sociedad es uno de ellos.
(Balbín, 2018:1)

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


191

Calcaterra (2018:107) señala que “la concepción de sociedad en nuestro


ordenamiento normativo implica una disposición negocial para realizar una
actividad que genera un sujeto de derecho, mediante una relación que supone
comunidad de fin y organización para su funcionamiento”.
Las sociedades, de acuerdo con el artículo 148 del CCyCN son personas
jurídicas de derecho privado, a las que se aplican, por tanto, los aspectos
generales relativos a aquellas.

CC
Finalmente, cabe destacar que en el cuerpo principal del Código, y como con-
secuencia de las disposiciones sobre personas jurídicas privadas, la ley 26994
ha incorporado una serie de regulaciones que se aplicarán supletoriamente –y
en forma integradora– a las sociedades comerciales, en caso de silencio en
los contratos, los estatutos o en la ley especial. (Vítolo, 2016:55)

Sin perjuicio de la importancia de los contenidos del Código Civil y Comercial


de la Nación, es la Ley 19550, General de Sociedades, la que se encarga de
la regulación de la figura de la sociedad en el derecho argentino. Por otra parte,
se advierten disposiciones para algunas figuras societarias específicas que se
encuentran en otras normas como las correspondientes a las sociedades de
economía mixta, reguladas por el Decreto 15349/46, ratificado por Ley 12962
o a la sociedad por acciones simplificada cuyas disposiciones contiene la Ley
27349 de Apoyo al Capital Emprendedor.

4.4.1. Elementos
Las sociedades son sujetos de derecho, presupuesto básico de que posibilita
la adquisición de derechos y obligaciones, y su funcionamiento se encuentra
regulado en la Ley 19550 y sus modificatorias. El Artículo 1 la define de la
siguiente manera:

CC
Habrá sociedad si una o más personas en forma organizada conforme a uno
de los tipos previstos en esta ley, se obligan a realizar aportes para aplicarlos
a la producción o intercambio de bienes o servicios, participando de los benefi-
cios y soportando las pérdidas. (Artículo 1 de la Ley 19550)

El contrato constitutivo de la sociedad es un contrato de colaboración, con fin


común, con organización que da origen a una persona jurídica. Como todo contra-
to cuenta con elementos generales (aquellos comunes a todo contrato): sujeto,
objeto, forma y causa; y elementos específicos (que caracterizan al contrato de
sociedad como tal y lo diferencian de otras figuras contractuales): organización,
fondo común, tipicidad, participación en las utilidades, affectio societatis.
Son elementos generales:
a) Sujeto: la sociedad se conforma con una o más personas, quienes deben
tener capacidad de ejercicio (en el caso de las personas físicas) para ejer-
cer los derechos y contraer las obligaciones que deriven del contrato; y
capacidad de derecho para ser titulares de las relaciones jurídicas que

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192

nacen de dicho contrato. Los sujetos de la sociedad se denominan socios


y pueden ser personas humanas y en algunos tipos societarios también
personas jurídicas. La Ley 26994 introdujo la sociedad unipersonal, que
está integrada por un solo socio, a la Ley General de Sociedades. Por otra
parte, la reducción sobreviniente a uno del número de socios no es cau-
sal de disolución, imponiendo la transformación de pleno derecho de las
sociedades en comandita, simple o por acciones, y de capital e industria,
en sociedad anónima unipersonal, si no se decidiera otra solución en el tér-
mino de tres (3) meses (artículo 94 bis de la Ley General de Sociedades).
Cuando el socio o los socios son personas jurídicas la ley establece límites
a su capacidad, a saber: la sociedad anónima y en comandita por acciones,
no puede ser conformadas en carácter de socio por una sociedad colectiva,
en comandita simple, de capital e industria ni de responsabilidad limitada
(artículo 30 LGS); límites a la participación de una sociedad en otra (artícu-
lo 31 LGS); prohibición de participaciones recíprocas (artículo 32 LGS). La
sociedad unipersonal solo puede constituirse como anónima y solo puede
conformarse por personas humanas (artículo 1 LGS).
b) Consentimiento: al momento de constituirse la sociedad. Por tratarse de
un acto jurídico voluntario, debe ser realizado con discernimiento, inten-
ción y libertad. La constitución consiste en un acto jurídico plurilateral en
las sociedades integradas por más de un socio y unilateral en el caso de
la sociedad anónima unipersonal.
c) Objeto del contrato: es el elemento que determina el contenido del contra-
to social, que se resume en la obligación de constituir la persona jurídica.
d) Forma: es el medio a través del cual se exterioriza el consentimiento. En
la constitución de una sociedad se exigen diferentes tipos de formalida-
des: la forma escrita, por instrumento público o privado, excepto para las
sociedades anónimas en las que se requiere la forma solemne de escritura
pública. Para todos los tipos sociales, el instrumento constitutivo debe con-
tener los requisitos formales del artículo 11 de la Ley General de Socieda-
des. Para las sociedades de responsabilidad limitada y sociedades anóni-
mas se exige la publicación de la constitución en el Boletín Oficial. El acto
constitutivo de la sociedad, su modificación y el reglamento, si lo hubiese,
se deben inscribir en el Registro Público del domicilio social y en el regis-
tro que corresponda al asiento de cada sucursal.
e) Causa: es la finalidad por la cual se suscribe el contrato, que consiste en
la realización de una actividad económica, la producción y/o intercambio
de bienes y/o servicios.

Los elementos específicos son:


a) Organización: externa, que combina capital y trabajo para aplicarlos a la
producción e intercambio de bienes y servicios (empresa), e interna, ya que
la sociedad es un sujeto ideal que necesita de un mecanismo que permi-
ta el cumplimiento de su objeto para la cual establece cuatro funciones:
administración, representación, deliberación y fiscalización. Los actos que
integran cada función son ejercidos por entes denominados órganos espe-
cificados en los tipos establecidos en la ley.
b) Fondo común: es el conjunto de los aportes que los socios deben realizar
al constituir la sociedad, en dinero efectivo o en bienes. Los aportes con-
sisten en obligaciones de dar o de hacer y son definidos por la ley para
cada tipo societario.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


193

c) Tipicidad: es la estructura legal a la cual debe ajustarse la sociedad a fin


de que los socios y terceros puedan conocer el tipo de participación social,
régimen de responsabilidad y organización interna aplicables. Los tipos
establecidos por la Ley General de Sociedades son: colectiva, de capital e
industria, en comandita simple, de responsabilidad limitada, en comandita
por acciones o anónima.
d) Participación en las utilidades y en las pérdidas: es la esencia de la socie-
dad. La distribución de utilidades entre los socios la define como organiza-
ción con “fin de lucro”. El contrato social debe establecer cómo se distribu-
yen las utilidades (ganancias) y de qué manera se soportan las pérdidas.
En caso de silencio, se entiende que será en la proporción de los aportes.
e) Affectio societatis: es la voluntad de colaboración activa, jurídicamente
igualitaria e interesada. Es la intención de asociarse y participar activamen-
te en la sociedad, y que debe permanecer en toda la relación, manteniendo
los socios los mismos derechos y obligaciones en forma igualitaria dentro
de la clase de participación social que posean. Esta participación es intere-
sada porque los socios tienen como fin individual acceder a un dividendo.

4.4.2. Constitución, modificación y fin de la existencia de las


sociedades
La sociedad comienza su existencia como persona jurídica desde el momento
en que se manifiesta la voluntad de creación, bajo la forma elegida para su
constitución. En razón de ello, y debido a la naturaleza contractual del acto
constitutivo, los derechos y obligaciones de los socios comienzan desde la
fecha del contrato social, y en el caso de la sociedad unipersonal lo es desde
el momento de la declaración unilateral de voluntad por parte del sujeto que
la constituye.
El contrato constitutivo de la sociedad es el instrumento que posee la fina-
lidad de acreditar su creación. En él se deja plasmada la manifestación de la
voluntad de las partes de conformar esta persona jurídica, y debe contener,
sin perjuicio de lo establecido para ciertos tipos de sociedad, los siguientes
requisitos generales: 1. nombre, edad, estado civil, nacionalidad, profesión,
domicilio y número de documento de identidad de los socios; 2. razón social
o denominación de acuerdo con el tipo societario y el domicilio social; 3. el
objeto social: determina la categoría de actos para los que se constituyó la
sociedad, debe ser preciso y determinado, ya que delimita la actividad de la
sociedad y no puede ser imposible ni ilícito, bajo pena de nulidad del contra-
to; 4. el capital social, cifra que representa el grado de responsabilidad de los
socios y su participación social, que deberá ser expresado en moneda argen-
tina, y la mención del aporte de cada socio. La principal función del capital
social es de garantía fija respecto de los acreedores; 5. el plazo de duración,
que debe ser determinado; 6. la organización de la administración, de su fis-
calización y de las reuniones de socios (forma en que se tomarán las decisio-
nes, quiénes las llevarán a cabo y cómo se ejercerá el control sobre ellas); 7.
las reglas para distribuir las utilidades y soportar las pérdidas, que en caso de
silencio, se entiende será en la proporción de los aportes y si se prevé solo
la forma de distribución de utilidades, se aplicará para soportar las pérdidas y
viceversa; 8. las cláusulas necesarias para que puedan establecerse con pre-
cisión los derechos y obligaciones de los socios entre sí y respecto de terce-

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


194

ros; 9. las cláusulas atinentes al funcionamiento, disolución y liquidación de


la sociedad (artículo 11 LGS).
Las sociedades pueden sufrir, a lo largo de su existencia, procesos de
reorganización que provocan modificaciones en ellas. Entre ellos: transforma-
ción (cuando una sociedad de un determinado tipo decide cambiarlo, adop-
tando otro tipo societario regulado por la ley), fusión (la unión de dos o más
sociedades o la absorción de una por otra) y escisión (se destina una parte
del patrimonio o la totalidad para la conformación de una sociedad diferente).
La forma de extinción de la persona jurídica se produce a través de un acto
jurídico denominado disolución. La sociedad se disuelve de conformidad con
el artículo 94 de la Ley General de Sociedades:
a) por decisión de los socios;
b) por expiración del término por el cual se constituyó;
c) por cumplimiento de la condición a la que se subordinó su existencia;
d) por consecución del objeto por el cual se formó, o por la imposibilidad
sobreviniente de lograrlo;
e) por la pérdida del capital social;
f) por declaración en quiebra; la disolución quedará sin efecto si se celebrare
avenimiento o se dispone la conversión;
g) por su fusión;
h) por sanción firme de cancelación de oferta pública o de la cotización de
sus acciones;
i) por resolución firme de retiro de la autorización para funcionar si leyes espe-
ciales la impusieran en razón del objeto.
Decidida la disolución, el proceso continúa con la liquidación que consiste en
un conjunto de actos tendientes a la realización del activo, cancelación del
pasivo y distribución del remanente entre los socios.

4.4.3. Gobierno, administración, representación y fiscalización


de las sociedades
Las sociedades ejercen sus derechos y contraen sus obligaciones a través
de sus órganos. Es competencia de cada órgano un conjunto de actos que se
encuentran comprendidos en cuatro funciones, a saber:

a) El órgano de gobierno: tiene a cargo la función deliberativa que compren-


de los actos referidos a la modificación del contrato social, designación
de los miembros del órgano de administración y aquellos específicamente
establecidos por la ley como de su competencia. Este órgano se integra
por la voluntad de los socios, expresada en un acto colegial (mayorías) o
unánime, en una reunión presencial o a través de cualquier otro medio que
la ley establezca conforme al tipo social. Los socios se reúnen en asam-
bleas ordinarias, de manera periódica, y extraordinarias, que son convoca-
das cuando asuntos de cierta urgencia o gravedad lo reclaman.
b) El órgano de administración: tiene a cargo la función de administración
que comprende los actos tendientes a la consecución del objeto social. Los
integrantes son elegidos por el órgano de gobierno. Puede ser unipersonal
o plural. En el último caso, las decisiones se toman en forma colegial. Por
ejemplo, el caso de la sociedad de responsabilidad limitada es la gerencia;
en la sociedad anónima es el directorio.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


195

c) El órgano de representación: tiene a cargo la función de representación


que comprende los actos que relacionan a la sociedad con terceros, y defi-
ne el régimen de imputación de actos a la sociedad. Para que un acto sea
imputable a la sociedad debe ser efectivizado por el órgano de represen-
tación conforme cada tipo social y no ser notoriamente extraño al objeto
social. El representante legal tiene uso de la firma social, este uso puede
ser individual o plural. En el caso de las sociedades más habituales: uno
o más gerentes, sean socios o no (sociedad de responsabilidad limitada),
el presidente del directorio (sociedad anónima), cualquiera de los socios
(sociedad colectiva).
d) El órgano de fiscalización: tiene a cargo la función de control del órgano de
administración. Puede ser unipersonal o plural; obligatorio u optativo. En
el caso de prescindirse de este órgano, el control lo ejercen los socios en
forma directa. Si es unipersonal se denomina ‘síndico’, si es plural ‘comi-
sión fiscalizadora’. También, en cualquier tipo social, se puede optar por
un consejo de vigilancia, órgano plural integrado solo por socios.

4.4.4. Las sociedades en particular


Tal como se anticipara, existen diversas figuras o tipos societarios a los que
debe adecuarse quien desea constituir una sociedad.
Estos diferentes tipos, si bien presentan algunos aspectos comunes entre
sí, poseen otros en los que se distinguen. Al finalizar esta unidad, se presen-
ta un cuadro en el que se destacan las particularidades distintivas de las dife-
rentes sociedades.

LEER CON ATENCIÓN

La Ley General de Sociedades, por otra parte, dedica la Sección IV

LL del Capítulo I a la regulación específica de las sociedades que no se


constituyan con sujeción a los tipos del Capítulo II (que incluye a las
que podrían denominarse “sociedades típicas”: colectiva, en coman-
dita simple, de capital e industria, de responsabilidad limitada, anó-
nima, en comandita por acciones) o que omitan requisitos esenciales
o que incumplan con las formalidades exigidas por esta ley. En este
grupo de sociedades, que pueden denominarse “sociedades informa-
les”, se incluyen las que en el sistema anterior eran: “sociedades civi-
les” (con objeto empresario), las “sociedades de hecho o irregulares”
y las sociedades “nulas o anulables por atipicidad o falta de requisi-
tos formales”.
El nuevo Código Civil y Comercial otorga efecto obligatorio al pacto
entre los socios, es decir, que cualquiera de ellos puede invocarlo
para hacer valer los derechos que él contiene; y los terceros pueden
invocarlo en contra de los socios si lo conocen. También le permite
adquirir bienes registrables, y cualquiera de los socios puede solicitar
su disolución si no se ha pactado un plazo de duración en el contra-
to social.
La responsabilidad de los socios respecto de las deudas sociales con-
tinúa siendo ilimitada, solidaria y directa.

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196

Varios son los aspectos a tener en cuenta relacionados con el contenido final de la Ley
26994 en lo que hace a la reforma de la Ley 19550; pues si bien parecería que la reforma
se limita a la modificación del texto de una veintena de artículos, y la incorporación de
un nuevo artículo en materia de disolución de sociedades, lo cierto es que la envergadura
con que estas modificaciones afectan a la estructura orgánica de la ley es relevante, pues
introducen alteraciones en institutos básicos y liminares del régimen societario, como son
la validez, publicidad, registración, tipicidad, regularidad y responsabilidad, entre otros.
A simple modo enunciativo señalaremos que –entre las reformas principales– pueden
destacarse las siguientes:
i. El cambio de denominación de la ley, la que dejó de denominarse “Ley de Sociedades
Comerciales” para llamarse “Ley General de Sociedades”.
ii. La restricción impuesta para toda figura societaria respecto de la exigencia de
que bajo la estructura organizativa deba existir –necesariamente– una verdadera
empresa.
iii. Alteraciones en el régimen de publicidad y control de legalidad de actos e instru-
mentos inscribibles.
iv. La admisión de la posibilidad de constituir sociedades anónimas unipersonales.
v. La desaparición del régimen sancionatorio referido a las sociedades “irregulares” y
“de hecho”.
vi. La alteración del régimen de nulidades societarias, haciéndolo menos riguroso.
vii. La admisión de creación de sociedades libres, atípicas y residuales sin sanción ni
agravamiento del régimen de responsabilidad para los socios ni administradores.
viii. La desaparición de las sociedades civiles.
ix. La reformulación del concepto de reconducción societaria.
x. Cambios en los mecanismos de disolución y liquidación.
xi. Existen –adicionalmente– otras modificaciones incorporadas por la Ley 26994 como
las referidas al contenido del instrumento; el régimen de sociedades con menores e
incapaces; las sociedades entre cónyuges; y cambios en el régimen de la sindicatura
societaria [...]. (Vítolo, 2016:54-55)

Texto de la Ley General de Sociedades

WW <http://www.infoleg.gov.ar/infolegInternet/anexos/25000-29999
/25553/texact.htm>

LECTURA OBLIGATORIA

Favier Dubois, E. (h) (2016), “El derecho comercial en la unifica-

OO ción del derecho privado”, en Favier Dubois, E. (h). (dir.), Manual


de Derecho Comercial, Thomson Reuters, La ley, Buenos Aires, pp.
59 a 91.

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197

LECTURA RECOMENDADA

RR
Balbín, S. (2018), Manual de Derecho Societario, Abeledo, Buenos Aires.
Chomer, H. y Sícoli, S. (dirs.) (2015), Derecho comercial: Sociedades, Thomson
Reuters, La Ley, Buenos Aires.
Vítolo, D. (2016), Manual de Sociedades, Editorial Estudio, Buenos Aires.

2.

KK Consiga el estatuto de una sociedad que opere en la actividad turística


(agente de viajes, prestador de servicios de alojamiento turístico, empre-
sa de turismo rural o de aventuras, etc.) e identifique:
a. Elementos generales y específicos de las sociedades.
b. Órganos de gobierno, administración, representación y fiscalización.
c. Disposiciones relativas a la constitución, modificación y fin de la
existencia

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Tipos de sociedades
Sociedad Colectiva Comandita simple Capital e industria Responsabilidad Anónima Anónima unipersonal Comandita por acciones Sociedad por acciones simplificada
limitada
Nombre La denominación social se La denominación social se La denominación social se La denominación social La denominación social puede incluir La denominación La denominación social Nada dice sobre la utilización de
integra con las palabras integra con las palabras integra con las palabras puede incluir el nombre el nombre de una o más personas de social puede incluir el se integra con las los nombres de los socios, de
“sociedad colectiva” o su “sociedad en comandita “sociedad de capital e de uno o más socios existencia visible y debe contener la nombre de una o más palabras “sociedad en terceros o de nombres de fantasía.
abreviatura. simple” o su abreviatura. industria” o su abreviatura. y debe contener la expresión “sociedad anónima”, su personas de existencia comandita por acciones” La denominación social que debe
Si actúa bajo una razón Si actúa bajo una razón Si actúa bajo una razón indicación “sociedad de abreviatura o la sigla S.A. visible y debe contener su abreviatura o la sigla contener la expresión “Sociedad por
social, esta se formará con social, esta se formará social no podrá figurar en responsabilidad limitada”, Su falta hace solidaria e ilimitadamente la expresión ‘sociedad S.C.A. Su omisión hace Acciones Simplificada”, su abreviatura
el nombre de uno, algunos o exclusivamente con el ella el nombre del socio su abreviatura o la sigla responsables a los socios. (art. 164 LGS) anónima unipersonal’, ilimitada y solidariamente o la sigla SAS (art. 36 inc. 2, Ley
todos los socios. Contendrá nombre o nombres de los industrial. S.R.L. (art. 147 LGS) su abreviatura o la sigla responsable al 27349)
las palabras “y compañía” comanditados. (art. 142 LGS) S.A.U. (art. 164 LGS) administrador, juntamente
o su abreviatura si en ella (art. 134 LGS) con la sociedad
no figuran los nombres Si actúa bajo una razón
de todos los socios. (art. social, esta se formará
126 LGS) con el nombre de alguno,
algunos o todos los
socios (art. 317 LGS)
División del Partes de Interés Partes de interés Partes de interés El capital se divide en El capital se representa por acciones. (art. El capital se representa Partes de interés Se dividirá en partes denominadas
capital El capital comanditario se cuotas sociales de igual 163 LGS) por acciones. (art. 163 (comanditados) y acciones (art. 40, Ley 27349)
integra solamente con el valor (art. 148 LGS) y debe Puede haber acciones de clases diferentes LGS) acciones (comanditarios)
aporte de obligaciones de suscribirse íntegramente en con derechos diversos. (art. 207 LGS) El capital debe integrarse
dar. (art. 135 LGS) el acto de constitución de totalmente. (art.11, inc.
la sociedad. (art. 149 LGS 4º y 186 in. 3 LGS)
Responsabilidad Los socios contraen El o los socios El o los socios capitalistas Limitada a la integración de Limitada a la integración de las acciones Limitada a la integración El o los socios Limitan su responsabilidad a la
de los socios responsabilidad subsidiaria, comanditados responden responden como los las cuotas que suscriben, suscriptas. (art. 163 LGS) de las acciones comanditados responden integración de las acciones que
ilimitada y solidaria, por las por las obligaciones socios de la sociedad adquieren. suscriptas. (art. 162 en forma ilimitada, suscriban o adquieran. Los socios
obligaciones sociales. (art. sociales como los socios de colectiva; quienes aportan (Art. 146) y garantiza LGS) solidaria y subsidiaria garantizan solidaria e ilimitadamente
125 LGS) la sociedad colectiva, y el exclusivamente su solidaria e ilimitadamente El o los socios a los terceros la integración de los
o los socios comanditarios industria responden hasta a los terceros la integración comanditarios limitan su aportes. (art. 34 y 43, Ley 27349)
solo con el capital que se la concurrencia de las de los aportes en efectivo responsabilidad al capital
obliguen a aportar. (art. ganancias no percibidas. y la sobrevaluación de los suscripto. (art. 315 LGS)
134 LGS) (art. 141 LGS) aportes en especie. (Art.
150 LGS)
Órgano de Cualquiera de los socios La representación de la La representación de la Uno o más gerentes, sean La representación de la sociedad La representación de la Cualquiera de los socios A cargo de una o más personas
Representación sociedad es ejercida por sociedad podrá ejercerse socios o no. (art. 157 LGS) corresponde al presidente del directorio. El sociedad corresponde al comanditados o un humanas, socios o no designados por

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los socios comanditados o por cualquiera de los estatuto puede autorizar la actuación de presidente del directorio. tercero plazo determinado o indeterminado
terceros que se designen. socios. (art. 143 LGS) uno o más directores. (art. 268 LGS) (art. 268 LGS) en el instrumento constitutivo o
(art. 136 LGS) posteriormente. (art. 50, Ley 27349)
Órgano de La administración se rige por La administración de la La administración de la Gerencia unipersonal o La administración está a cargo de un La administración está La administración podrá La administración de la SAS está
Administración lo establecido en el contrato sociedad es ejercida por sociedad puede ejercerse plural. En el segundo caso directorio compuesto de uno o más a cargo de un directorio ser unipersonal, y será a cargo de una o más personas
o en su defecto puede los socios comanditados o por cualquiera de los se pueden establecer las directores designados por la asamblea de compuesto de uno o más ejercida por un socio humanas, socios o no. (art. 50, Ley
actuar cualquiera de los terceros que se designen, socios. (art. 143 LGS) funciones de cada gerente y accionistas o el consejo de vigilancia, en directores designados comanditado o un 27349 LGS)
socios indistintamente. y se aplicarán las normas si no se lo hace se presume su caso. (art. 255 LGS) por la asamblea de tercero.
(art. 127 LGS) sobre administración de las indistinta. (art. 157 LGS) accionistas o el consejo (art. 318 LGS)
sociedades colectivas. (art. de vigilancia, en su caso.
136 LGS) (art. 255 LGS)
Órgano de Toda modificación del Toda modificación del Toda modificación del Asamblea de socios Por asambleas generales, especiales, Por asambleas generales, La asamblea integrada La reunión de socios. (art. 53, Ley
Gobierno contrato, incluso la contrato, incluso la contrato, incluso la según contrato social por ordinarias, extraordinarias. especiales, ordinarias, con socios de ambas 27349 LGS)
transferencia de la parte transferencia de la parte transferencia de la parte consulta simultánea, votos, (art. 233 a 254 LGS) extraordinarias, con la categorías. (art. 321 LGS)
a otro socio, requiere el a otro socio, requiere el a otro socio, requiere el declaración o reunión de presencia del socio único
consentimiento de todos consentimiento de todos consentimiento de todos socios. (art. 159 a 162 cuyas decisiones son
los socios. Las restantes los socios. Las restantes los socios. Las restantes LGS) consideradas tomadas
decisiones por mayoría decisiones por mayoría decisiones por mayoría por unanimidad.
absoluta. (art. 131 LGS) absoluta. (art. 139 LGS) absoluta. (art. 145 LGS) (art. 233 a 254 LGS y
Resolución General IGJ
7/2015)

Fiscalización Cualquiera de los socios Cualquiera de los socios Cualquiera de los socios Cualquiera de los socios Sindicatura: contador u abogado con Sindicatura obligatoria Síndico Puede establecerse un órgano de
excepto que el contrato auditoría externa anual. Si es plural se (art. 284 LGS) fiscalización, sindicatura o consejo de
establezca un denomina Comisión Fiscalizadora. Sujetas, además del vigilancia. (art. 53, Ley 27349 LGS)
órgano específico de (art. 284 a 298 LGS) control de constitución,
fiscalización, sindicatura Optativo: Consejo de Vigilancia (socios a la fiscalización de la
o consejo de vigilancia con auditoría externa anual si no hay autoridad de contralor
optativo. Sindicatura. (art. 280 a 283 LGS) de su domicilio. (art.
(art. 158 LGS) 299 LGS)
Particularidades El contrato debe determinar El número máximo de La sociedad se constituye por instrumento Solo se puede constituir Se le aplican Puede ser constituida por una o varias
la parte del socio industrial socios no puede exceder de público y por acto único o por suscripción como sociedad anónima. supletoriamente las personas humanas o jurídicas. La
en los beneficios sociales. cincuenta. (art. 146 LGS) pública. (art. 165 LGS) La sociedad unipersonal normas de las sociedades SAS unipersonal no puede constituir
Cuando no lo disponga se no puede constituirse anónimas (art. 234 LGS) ni participar en otra SAS unipersonal.

Eugenio del Busto


fijará judicialmente. (art. Poseen fiscalización estatal en algunos por una sociedad (art. 34, Ley 27349 LGS)
198

144 LGS) casos (art. 299 a 307 LGS) unipersonal (art. 1 LGS) Los registros públicos deben aprobar
modelos tipo de instrumentos
constitutivos para facilitar la
inscripción registral.
(art. 36, Ley 27349 LGS)
199

Las relaciones contractuales en el ámbito


del turismo y la hotelería

Objetivos
•• Conocer los principales contratos empleados en la actividad turística y
hotelera.
•• Distinguir los elementos esenciales que caracterizan a cada uno de ellos.
•• Entender el régimen de la responsabilidad emergente.

5.1. Contrato de hospedaje


Si bien pueden encontrarse antiguas disposiciones relativas al contrato de
hospedaje, en particular respecto de la obligación de custodia de los efectos
que introduce el huésped al establecimiento o respecto del derecho de cobro
preferente por los gastos de alojamiento y manutención, es significativa la
ausencia de regulación específica de aquel en el derecho privado (González
Cabrera, 2008:27).
Adopta diferentes denominaciones de acuerdo con los autores que le
han dado tratamiento, a saber: de pensión, de alojamiento, hotelero y de
hospedaje.
Jaimez Trassierra (2006) lo define de la siguiente manera:

CC
El contrato de hospedaje es un acuerdo de voluntades en virtud del cual, una
parte, bien se trate de una persona física o jurídica, se obliga a prestar aloja-
miento con los correspondientes servicios complementarios que ello conlleva
a otra, mediante precio. (Jaimez Trassierra, 2006:280)

Tale (2005) identifica en este contrato, entre otros, los siguientes caracteres
implícitos: a) consensual, queda concluido con el consentimiento de las par-
tes; b) oneroso, impone una contraprestación por el servicio que se presta;
c) bilateral, crea obligaciones para ambas partes, el empresario hotelero y el
huésped; d) conmutativo o sinalagmático, al momento de formación las partes
conocen las prestaciones a las que se obligan; e) de ejecución sucesiva, las
obligaciones se cumplen en un período de tiempo continuado; f) mixto, hay
prestaciones que corresponden a diferentes tipos de contratos. Asimismo,
advierte este autor la existencia de caracteres explícitos: a) adhesión, en la
medida en que el huésped consienta someterse a cláusulas contractuales
determinadas por el hotelero; b) atípico, ya que el CCyCN solo contiene algu-
nas normas relativas al depósito necesario en hoteles, la responsabilidad del

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


200

hotelero y el derecho de retención, pero el resto no se encuentra regulado en


ningún Código ni en ninguna ley nacional; c) verbal o escrito, según se use
el modo oral o medios de transmisión escrita; d) civil o comercial, aunque
a partir de la unificación de los códigos civil y comercial esa clasificación ha
perdido significado; e) de consumo, ya que el huésped reviste la condición de
consumidor.
Teniendo en cuenta que en este contrato hay actividades principales y otras
conexas, existen autores que encuentran relaciones con otros contratos típi-
cos o nominados.

La guarda del equipaje y efectos personales asemejan el contrato de hos-

xx pedaje al contrato de depósito; la del vehículo al de garage; la prestación


de servicios de limpieza de la habitación lo aproxima a la locación de
servicios; en tanto que el uso de la habitación lo relaciona con la loca-
ción de inmuebles.

Si bien es cierto que existen evidentes aspectos que vinculan el hospedaje


con otros contratos, también pueden apreciarse elementos distintivos que le
otorgan un carácter propio.
Al tratarse de un contrato bilateral, destacan Costa y Cáceres (2001),
nacen del mismo obligaciones para cada una de las partes, el hotelero y el
huésped. Así, los deberes del hotelero son los siguientes.
Con relación al huésped:

•• Prestar los servicios comprometidos, en particular los referidos al aloja-


miento: entrega de la habitación en condiciones aptas para su uso y en la
fecha convenida.
•• Otorgar la seguridad y tranquilidad al huésped, desde el momento en el
que se lo recibe.
•• Impedir que terceros, incluido el personal del establecimiento, perturben
su estadía.
•• Poner a su disposición diferentes servicios: conserjería, recepción de
correspondencia, aire acondicionado y calefacción.
•• Cuidar de la salud del viajero y asistirle en caso de enfermedad.
•• Mantener a disposición del viajero las comodidades reservadas durante el
tiempo convenido.
•• Llevar a conocimiento de sus familiares o personas de su vinculación en
caso de fallecimiento.

Con relación a las cosas y efectos del viajero:

•• Asegurar al huésped el uso de sus cosas y custodiar los efectos que este
introdujere al hotel.

De la mano de sus obligaciones caben al hotelero algunos derechos:

•• Percibir el precio pactado del hospedaje.


•• Exigir al viajero que sujete su conducta al reglamento y su retiro en caso
de que viole gravemente las normas del establecimiento.

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201

•• Admitir o rechazar el ingreso de determinados viajeros, cuidando que este


derecho no se ejerza de forma abusiva ni discriminatoria.
•• Ejercer el derecho de retención sobre los efectos que ingresara el huésped
al establecimiento, por las deudas originadas con motivo del hospedaje,
El derecho de retención se
hasta la concurrencia de lo adeudado por el alojamiento y el suministro
encuentra receptado en el artícu-
brindado al viajero. lo 2587 del CCyCN, que estipula:
“Todo acreedor de una obligación
cierta y exigible puede conservar
en su poder la cosa que debe
Ejemplo de ejercicio del derecho de retención es el que realiza el hotelero

xx al no hacer entrega de los bienes personales introducidos por el huésped


hasta que este no haya abonado la deuda correspondiente al hospedaje.
restituir al deudor, hasta el pago
de lo que este le adeude en razón
de la cosa”. Este ejercicio, lo es
con la limitación de las ropas y
muebles de su indispensable uso
y los instrumentos necesarios pro-
Por su parte, de acuerdo con los citados autores, el viajero contrae también fesión, arte y oficio del deudor, de
determinadas obligaciones: acuerdo con lo establecido en el
artículo 744 del CCyCN.

•• Pagar el precio convenido por la utilización de la habitación y demás servi-


cios y comodidades.
•• Cumplir el reglamento del hotel, en especial, no introducir personas ajenas
al mismo.
•• Respetar los horarios de silencio y no perturbar la tranquilidad de los otros
viajeros, facilitar la limpieza de la habitación, justificar su identidad y otros
datos.
•• Conservar las instalaciones y cosas de que se sirve.
•• Notificar al hotelero la introducción de efectos valiosos, a fin de su guarda.
•• Cuidar los bienes, salud, integridad y la vida de terceros.

Frente a la prueba del incumplimiento de las obligaciones a cargo de las partes


nace su responsabilidad, en los términos establecidos en el CCyCN.
A la vez, Ceballos Martín (2002), advierte que pueden identificarse deter-
minados derechos del huésped:

•• Contar con la habitación y los servicios complementarios que se hubiesen


pactado.
•• Obtener la indemnización derivada de la responsabilidad legal del hotelero
por los daños sufridos en los efectos introducidos por el huésped y en su
persona.

Por su parte, Casanova Ferro (2017) enuncia como derechos del huésped,
además del correspondiente a que se le brinde el servicio de alojamiento y
los demás accesorios, los siguientes:

•• Conservar la reserva por el plazo y en las condiciones pactadas.


•• Utilizar las instalaciones tanto particulares como áreas comunes, piletas,
salones, restauración, bar, etc.
•• Recibir un trato digno, evitando cualquier situación vergonzante, vejatoria
o intimidatoria.

Si bien el Código Civil y Comercial de la Nación no ha regulado de manera


específica el contrato de hospedaje, existen diversas disposiciones que son
de relevancia.

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202

El artículo 1368 del CCyCN indica que los efectos introducidos por los via-
jeros a los hoteles se encuentran bajo la condición de depósito necesario.
El depósito necesario es aquel en Asimismo establece que “el depósito en los hoteles tiene lugar por la intro-
que el depositante no puede elegir ducción en ellos de los efectos de los viajeros, aunque no los entreguen expre-
a la persona del depositario por samente al hotelero o sus dependientes y aunque aquellos tengan las llaves
un acontecimiento que lo somete
de las habitaciones donde se hallen tales efectos” (artículo 1369 del CCyCN).
a una necesidad imperiosa.
A partir de estas disposiciones, el CCyCN determina en su artículo 1370 la
responsabilidad del hotelero respecto de:
a) los efectos introducidos en el hotel, y
b) del vehículo guardado en el establecimiento, en garajes u otros lugares
adecuados puestos a disposición del viajero por el hotelero.

No obstante, el hotelero puede eximirse de responsabilidad en ciertos casos:


•• que los daños o pérdidas sean causados por caso fortuito o fuerza mayor
ajena a la actividad hotelera o cuando las cosas hayan sido dejadas en los
vehículos de los viajeros (artículo 1371).
•• que el huésped lleve consigo efectos de valor superior al que ordinariamen-
te llevan los pasajeros y no lo haya hecho saber al hotelero para guardarlos
en las cajas de seguridad que se encuentren a su disposición en el esta-
blecimiento (artículo 1372).
•• que la producción del daño sea por culpa o dolo del damnificado (artículo
1729).

Por su parte, el hotelero se encuentra facultado a no recibir los efectos de los


pasajeros que son excesivamente valiosos en relación con la importancia del
establecimiento, o que su guarda causa molestias extraordinarias (artículo
1372), y en el caso de recibirlos responde solo por el valor declarado de ellos
(artículo 1371). En tanto que cualquier otra cláusula que excluya o limite la
responsabilidad del hotelero se tiene por no escrita (artículo 1374).

Un ejemplo habitual de esta naturaleza son los carteles que se encuen-

xx tran en los alojamientos turísticos que señalan que, habiendo escaleras,


el prestador no se hace cargo de los daños que pueden resultar del uso
del ascensor.

A esta altura resulta menester señalar que las normas antes reseñadas son
de aplicación, según López Mesa (2018), también a todos aquellos que faci-
liten alojamiento en forma profesional, como pensiones, posadas, hostels,
albergues, u otros establecimientos en los que ciertas personas permanecen
alojadas por motivos distintos del esparcimiento y más ligados a la salud,
como hospitales, sanatorios, geriátricos, psiquiátricos, centros de salud o
termales, y equivalentes que proporcionen servicios de alojamiento a título
oneroso.
Por otra parte, es importante señalar que el hotelero responde no solo por
sus actos propios, sino también por los que cometieren:

•• Sus dependientes
•• Otros pasajeros
•• Quienes ingresen en el hotel

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


203

PARA AMPLIAR

Sin perjuicio de que las disposiciones del Código Civil y Comercial

AA de la Nación a las que se hizo mención, relativas al hospedaje, son


importantes en cuanto a su regulación, a la par de aquellas deben
ser tenidas en cuenta las normas referentes a los contratos en general
contenidas en el citado Código. Asimismo, y por tratarse de un con-
trato de consumo es de aplicación al mismo, también, la Ley 24240,
de Defensa del Consumidor y su normativa modificatoria y regla- Se hace referencia a la Ley 24240
mentaria, así como aquellas normas que regulan los contratos de este y su aplicación respecto de la acti-
tipo (artículos 1092 a 1122). Otro tanto puede afirmarse respecto de vidad turística en la Unidad 6.
la condición de contrato de adhesión, ya que en caso de revestir esta
condición, por haber aceptado el huésped el sometimiento a cláusu-
las contractuales predispuestas, son también aplicables los preceptos
contenidos en el citado Código para ese tipo de contratos (artículos
984 a 989).

LECTURA OBLIGATORIA

Dangelo Martínez, F. (2016), “El contrato de alojamiento turístico

OO bajo la mirada del Código Civil y Comercial de la Nación”, El Dial.


com, 2 de diciembre de 2016, Buenos Aires.

LECTURA RECOMENDADA

RR
Tale, C. (2005), “El contrato de hospedaje: naturaleza jurídica. La prestación de los
servicios y demás obligaciones de las partes”, Revista de Derecho Privado y Comunitario,
Buenos Aires, pp. 199-289.

1.

KK Identifique en el Código Civil derogado las cláusulas relativas al con-


trato de hospedaje y compárelas con las disposiciones del actual Código
Civil y Comercial de la Nación.
¿Qué diferencias advierte entre ambos regímenes?

5.2. Contrato de viaje


El contrato de viaje es una figura jurídica de reciente aparición, calificado por
autores nacionales como un “contrato moderno” y que presenta una creciente
importancia a raíz del desarrollo universal de la actividad turística.
Este contrato es celebrado entre el viajero o turista y una empresa de viajes
denominada “agencia de viajes”, “organizador de viajes” o “empresa de turis-
mo”, y por él se establecen las obligaciones relativas a cada una de las partes.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


204

CC
[...] El contrato de viaje no es un simple contrato de transporte de personas.
La persona que, como viajero, celebra este contrato pretende, de la empresa
(o agencia) de viajes, la organización del itinerario y la prestación de servicios
que aseguren sus traslados, hospedajes, excursiones y todo cuanto le otorgue
la tranquilidad de tener que despreocuparse de trámites y gestiones. Por lo
tanto, la agencia de viajes asume la responsabilidad de tener todo resuelto de
antemano. El contrato de viaje puede comprender todos estos servicios o
–como como se explica precedentemente– cualquiera de ellos, sin integrar un
paquete total de servicios. (Farina, 2005:372)

La doctrina vincula este contrato a diferentes figuras jurídicas como la locación


de obra, la locación de servicios, la combinación de ambas y también la figura
del mandato o la simple intermediación propia del agente de comercio (Ragone
y Fonrouge, 2009:298).
El contrato de viaje se caracteriza por ser: a) innominado o atípico, ya que
no se encuentra prevista en la legislación nacional su regulación como tal; b)
oneroso, ya que impone una contraprestación por el servicio; c) bilateral, ya
que crea obligaciones para ambas partes, el agente de viajes y el turista; d)
conmutativo o sinalagmático, ya que al momento de formación del contrato
las partes conocen las prestaciones a las que se obligan; e) mixto, ya que hay
prestaciones que corresponden a diferentes tipos de contratos, f) de consu-
mo, ya que el turista reviste la condición de consumidor; y g) de adhesión, ya
que en innumerables oportunidades el huésped consiente someterse a cláu-
sulas contractuales determinadas por el agente de viajes.
De acuerdo con Silvestre (2016), el contrato de viaje o turismo no aparece
regulado en los Códigos Civil o Comercial del siglo XIX, por lo tanto, es consi-
derado un contrato atípico pero con tipicidad social.
De acuerdo con Barba de Vega y Calzada Conde (2003:332-336), pueden
identificarse en este contrato diferentes derechos y obligaciones de las partes.
Son derechos del turista:
•• Conocer con antelación al inicio del contrato acerca del contenido de sus
cláusulas, a que este se formalice por escrito y a contar con una copia.
•• Recibir información relativa a los horarios, escalas, categoría del alojamien-
to y de los medios de transporte, contacto en destino o número de teléfono
de urgencia y otra facultativa como la referente a contratos de seguro que
puede suscribir.
•• Ser notificado sobre los requisitos, documentación migratoria y sanitaria
exigible en los destinos visitados, cuando correspondiere.
•• Ceder la reserva a otra persona que reúna las condiciones para el viaje.
•• Ser informado sobre las modificaciones esenciales del contrato (calenda-
rio, itinerario, medios de transporte, alojamiento, etc.), pudiendo optar por
resolverlo sin penalización alguna.
•• Percibir el reembolso del precio pagado y la indemnización correspondiente,
en caso de cancelación del viaje sin justa causa.
•• Desistir del contrato, antes del inicio, sujeto a las indemnizaciones
correspondientes.
•• Disfrutar de los servicios previstos en el contrato y, en caso de incumpli-
miento, ser indemnizado por los daños causados por la no ejecución o eje-
cución deficiente del contrato.
•• Ser asistido en caso de necesidad.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


205

Entre las obligaciones del turista destacan:


•• Pagar el precio del viaje en los términos que se hayan establecido.
•• Notificar de todo incumplimiento en la ejecución del contrato por escrito.
•• Indemnizar al agente de viaje en los casos de desistimiento.
•• Contar con la documentación exigible para la realización del viaje.
•• Cumplir con los horarios indicados.
•• Atender a las indicaciones brindadas y respetar a los reglamentos de los
establecimientos y sitios visitados.

Son derechos del agente de viajes:


•• Cobrar el precio del viaje.
•• Recibir información oportuna sobre eventuales incumplimientos que se pro-
duzcan durante la realización del viaje.
•• Ser indemnizado como consecuencia del ejercicio por parte del viajero de
su derecho de desistimiento.

Las obligaciones del agente de viajes son:


•• Proporcionar al turista todos los servicios incluidos en el viaje contratado.
•• Entregar al consumidor copia del contrato.
•• Proporcionar información completa sobre el viaje.
•• Brindar asistencia al viajero.
•• Indemnizar los daños y perjuicios ocasionados por incumplimiento o cum-
plimiento defectuoso del contrato.

Sin perjuicio de que el contrato de viaje revista la característica de atípico,


porque no se encuentra específicamente regulado en la legislación nacional,
esto no significa que carezca de normas que le sean de aplicación.
Esto es así ya que, además de las disposiciones propias de los contratos
en general, contenidas en el Código Civil y Comercial de la Nación, por tratarse
de un contrato de consumo, son de aplicación a este las de la Ley 24240, sus
modificatorias y reglamentación vigente (referentes al deber de información y
seguridad, publicidad, trato digno, responsabilidad del prestador, entre otros)
y las del CCyCN para esa clase de contratos (especialmente las relativas a los
contratos celebrados fuera de los establecimientos comerciales, a distancia y
utilizando medios electrónicos); lo mismo que las específicas de los contratos
de adhesión contenidas en el enunciado Código, en la medida en que el turis-
ta haya adherido a cláusulas generales predispuestas por el agente de viajes.
Otras normas de carácter infralegal, como las contenidas en el Decreto
2182/72, reglamentario de la así llamada Ley 18829 de Agentes de Viajes,
actualmente vigente, que establecen disposiciones que colisionan con las
antes enunciadas, son inaplicables por poseer aquellas un rango superior.
Integran, por otra parte, el contrato de viaje las prescripciones contenidas
en la así llamada Ley 18829 que establecen la obligación del agente de via-
jes de “respetar las tarifas convenidas y a ser veraces en la propaganda que
realicen a fin de promover sus actividades, debiendo el material de dicha pro-
paganda reflejar, exactamente, sin dar lugar a confusión, el tipo de servicio
ofrecido” (artículo 9 de la así llamada Ley 18829).
En lo que respecta a la responsabilidad del agente de viaje puede soste-
nerse que esta es: a) objetiva, por lo que el turista solo debe probar el incum-
plimiento de parte de aquel; b) integral, porque tiene derecho a ser indemni-

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


206

zado por todo el daño sufrido y c) solidaria, entre cada una de las personas
que han intervenido en una relación de consumo.
En cuanto a las eximentes de responsabilidad puede el agente de viaje pro-
bar el hecho de tercero extraño por el que no debe responder, la culpa de la
propia víctima o que la causa del daño le ha sido ajena.

5.2.1. Condiciones generales de contratación


Kemelmajer de Carlucci (2003:20) afirma que existe acuerdo en la doctrina en
torno a que este contrato innominado tiene una “alta tipicidad social” y que
regularmente se formaliza mediante un instrumento que contiene condiciones
generales predispuestas.
Es por ello, y con fundamento en la necesidad de contribuir a brindar una
información más amplia y uniforme sobre los derechos y obligaciones que vin-
culan a las partes en el contrato de viaje, el Organismo Nacional de Turismo
establece pautas obligatorias a fin de ser incorporadas por los agentes de via-
jes como un modelo uniforme de condiciones generales del contrato de viaje.
Dicha obligación nace de la Resolución 256/2000 de la Secretaría de
Turismo de la Nación, que tiene por objetivo evitar o limitar controversias o
conflictos interpretativos relativos a los contratos de viaje.
La enunciada resolución establece que las condiciones generales de
contratación deben ser firmadas por un empleado autorizado de la agencia
y entregadas al pasajero junto con el primer documento de viaje que esta
emita.
Las condiciones generales juntamente con el detalle de los servicios a
prestar, los billetes del transporte, las órdenes de servicios, las facturas
emitidas y todo otro documento que contenga especificaciones sobre el viaje,
conforman el contrato de viaje.
Solo se excluye de esta obligación la venta suelta de tickets aéreos por no
constituir contrato de viaje, en tanto que para la venta por medios electrónicos
se debe resguardar el conocimiento fehaciente y la aceptación por parte del
usuario.
Las condiciones generales del contrato de viaje refieren a diferentes
aspectos: efectos de las solicitudes de reserva y pagos; servicios y rubros
incluidos y excluidos; ejercicio del derecho de permanencia; documentación;
cancelaciones y sus efectos; previsiones para el transporte no regular o
charter; cesión o transferencia del contrato; responsabilidad de la empresa;
reserva del derecho a efectuar alteraciones, modificaciones o cancelaciones
al servicio; sometimiento a resolución del Tribunal Arbitral de la Asociación
Argentina de Agencias de Viajes y Turismo; y aplicación de la Ley de Agentes
de Viajes y su reglamentación y del Convenio de Bruselas.
Al haber sido denunciado el
Convenio de Bruselas por nuestro
país se entiende que ya no son
5.2.2. La regulación histórica del contrato de viaje en el
de aplicación las disposiciones
que hacen referencia a este. Convenio de Bruselas
La Convención Internacional sobre Contratos de Viaje (CICV), también conocida
como Convenio de Bruselas, es adoptada, en la citada ciudad belga mencio-
nada, el 23 de abril de 1970.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


207

CC
Tuvo escasa ratificación de los países, sólo lo fue por la República de China,
Bélgica, Dahoney, Camerún, Togo, Italia y la República Argentina.
En tanto dicha normativa rige respecto de viajes entre los países que la suscri-
bieron, lo dispuesto en ella tiene ese específico alcance. (Echevesti y Silvestre,
2006:31).

En la República Argentina fue aprobada el 31 de octubre de 1972, mediante


la sanción, por parte del Poder Ejecutivo Nacional, en uso de las atribuciones
conferidas por el artículo 5º del Estatuto de la Revolución Argentina, de la así
llamada Ley 19918.
Si bien esa norma en la actualidad carece de virtualidad jurídica en la
República Argentina, ya que nuestro país ha denunciado, en el año 2008, el
mencionado convenio internacional, no menos cierta es la importancia histó- La denuncia de un tratado interna-
rica que cabe a este en lo que respecta a la regulación del contrato al que se cional consiste en la declaración
hace referencia. de parte de un Estado por la que
decide dejar de someterse a las
De acuerdo con el citado convenio internacional existen dos modalidades obligaciones emergentes del mismo
en las cuales el agente de viajes puede suscribir el contrato: en su condición a las que oportunamente hubiera
de organizador o de intermediario. prestado su consentimiento.
En este sentido, el Convenio de Bruselas distingue entre el contrato de
organización y el contrato de intermediación de viaje, a los que caracteriza de
la siguiente manera:

CC
Contrato de organización de viaje: cualquier contrato por el cual una persona
se compromete en su nombre a procurar a otra, mediante un precio global, un
conjunto de prestaciones combinadas de transporte, de estadía, distintas del
transporte o de otros servicios que se relacionan con él.
Contrato de intermediario de viaje: cualquier contrato por el cual una persona se
compromete a procurar a otra, mediante un precio, o bien un contrato de orga-
nización de viaje, o una de las prestaciones aisladas que permitan realizar un
viaje o una estadía cualquiera. No se considera como contratos de intermedia-
rios de viajes las operaciones “interlíneas” u otras operaciones similares entre
transportistas. (Artículo 1, incisos 2 y 3 del Convenio de Bruselas)

A partir de las definiciones enunciadas puede advertirse que en el contrato


de viaje existen dos sujetos: el organizador o el intermediario de viajes, que
se compromete a procurar un conjunto de servicios turísticos o prestaciones
aisladas al otro sujeto de la relación que es el viajero, a cambio de una pres-
tación en dinero.
El Convenio de Bruselas establece que el organizador de viajes debe entre-
gar un documento de viaje que lleve su firma –la que puede ser reemplazada
por un sello– y debe contar con las siguientes indicaciones:

•• lugar y fecha de su emisión;


•• nombre y domicilio del organizador de viajes;
•• nombre del o de los viajeros, y si el contrato ha sido concluido por otra
persona, nombre de esta;
•• lugares y fechas de comienzo y de fin del viaje así como de las estadías;

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


208

•• todas las especificaciones necesarias concernientes al transporte, a la


estadía, así como todos los servicios accesorios incluidos en el precio;
•• si hay motivo, el número mínimo de viajeros requeridos;
•• el precio global correspondiente a todos los servicios previstos en el
contrato;
•• circunstancias y condiciones en las cuales se podrá demandar la rescisión
del contrato por el viajero;
•• cláusula que establece la posible competencia de un tribunal arbitral;
•• la indicación de que el contrato está sometido a pesar de cualquier cláu-
sula contraria, a las reglas de la Convención;
•• todas las demás indicaciones que las partes juzguen, de común acuerdo,
útil de agregar.

La Convención Internacional sobre Contratos de Viaje diferencia la responsa-


bilidad del agente de viajes según si ha actuado en carácter de organizador o
como intermediario.
Al respecto de la responsabilidad del organizador de viajes señala:

CC
El organizador de viajes será responsable de todo perjuicio causado al viajero
en razón del incumplimiento, total o parcial, de sus obligaciones de organiza-
ción tales como resultan del contrato de la presente Convención, salvo que
pruebe que él ha obrado como un diligente organizador de viajes.
Sin perjuicio de la determinación de las personas que tienen el derecho de
accionar y de sus derechos respectivos, la indemnización debida por aplicación
del párrafo primero está limitada por viajero a: 50.000 francos por daño corpo-
ral, 2000 francos por daño material y 5000 francos por cualquier otro daño. Sin

La moneda empleada para esta- embargo, un Estado contratante puede fijar un límite superior para los contratos
blecer el límite de la indemniza- concluidos por intermedio de un establecimiento que se encuentra en su territo-
ción en el Convenio de Bruselas de rio. (Artículo 13 del Convenio de Bruselas)
1970, es el equivalente al franco
oro de un peso de 10,31 gramos,
con ley de 0,900 de fino. Si el organizador de viajes efectúa por sí mismo las prestaciones de trans-
porte, alojamiento o cualquier otro servicio relativo a la ejecución del viaje o
de la estadía, es responsable de cualquier perjuicio causado al viajero, de
conformidad con las disposiciones que rigen esos servicios. Puede también
encomendar a terceros dichas prestaciones, en cuyo caso es responsable,
conforme a las disposiciones que las rigen, pero se exime de responsabilidad
si prueba que él se ha comportado como un diligente organizador de viajes en
la elección de la persona que realiza el servicio.
En el caso en que el contrato de intermediario de viaje haga referencia a
un contrato de organización de viaje, además de las disposiciones indicadas
para este, debe mencionarse el nombre y domicilio del organizador de viajes
y del intermediario de viajes, con la mención de que este actúa en calidad de
intermediario del primero.
Si el contrato se refiere a un servicio aislado que permita realizar un viaje
o una estadía, el intermediario de viajes debe entregar al viajero los documen-
tos relativos a este servicio, que llevan su firma aunque esta puede ser reem-
plazada por un sello. En los documentos o la factura entregada debe mencio-
narse la suma pagada por el servicio y la indicación de que el contrato se rige
por la Convención.
En cuanto a la responsabilidad del intermediario de viajes señala:

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


209

CC
El intermediario de viajes será responsable por toda falta que cometa en la
ejecución de sus obligaciones, debiendo apreciarse dicha culpa en relación
con los deberes que incumben a un diligente intermediario de viajes.
Sin perjuicio de la determinación de las personas que tienen el derecho de
demandar y de sus respectivos derechos, la indemnización debida por aplica-
ción del párrafo primero se limitará a 10.000 francos por viajero. Sin embargo,
cualquiera de los Estados contratantes podrá fijar un límite superior para los
contratos celebrados por intermedio de un establecimiento que se encuentra
en su territorio.
El intermediario de viajes no responderá por el incumplimiento total o parcial
de los viajes, estadías u otros servicios que constituyen el objeto del contrato.
(Artículo 22 del Convenio de Bruselas)

Este Convenio ha perdido vigencia en la República Argentina, por la denun-


cia antes mencionada, y tiene una escasa aceptación también en el ámbito
internacional, ello por dos razones: por un lado, la falta de ratificación de los
Estados al mismo y, por otra parte, que algunos de sus adherentes como
el caso de los países que integran la Unión Europea, en la actualidad se
encuentran sometidos al derecho comunitario en la materia, en particular a la
Directiva Europea sobre Viajes Combinados.

Convención Internacional sobre Contratos de Viaje (CICV)

WW <https://www.argentina.gob.ar/normativa/ley-19918-132684/texto>

5.2.3. Directiva Europea de viaje combinado


La Directiva (UE) 2015/2302 del Parlamento Europeo y del Consejo de 25
de noviembre de 2015, relativa a los viajes combinados y a los servicios de
viaje vinculados, es la norma que rige el contrato de viaje en los Estados que
integran la Unión Europea.
Esta norma debe ser adoptada por los Estados miembros, incorporándose
sus disposiciones al derecho interno de cada uno de los países, de acuerdo
con el procedimiento constitucional que estos han adoptado.
El antecedente normativo, Directiva 90/314/CEE del Consejo, se encar-
ga de establecer los derechos de los consumidores en relación con los viajes
combinados, en especial respecto de los requisitos de información, respon-
sabilidad de los empresarios intervinientes y protección frente a la insolvencia
del organizador o minorista. En tanto que la Directiva bajo estudio, se ocupa de
adaptar “el marco legislativo a la evolución del mercado para adecuarlo mejor
al mercado interior, eliminar ambigüedades y colmar las lagunas legislativas”
(Considerando 1 de la Directiva (UE) 2015/2302).
Tiene por por objeto “contribuir al buen funcionamiento del mercado interior
y a la consecución de un nivel de protección de los consumidores elevado y
lo más uniforme posible mediante la aproximación de determinados aspectos
de las disposiciones legales, reglamentarias y administrativas de los Estados
miembros en relación con los contratos entre viajeros y empresarios relati-
vos a viajes combinados y a servicios de viaje vinculados” (artículo 2.1 de la
Directiva (UE) 2015/2302).

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


210

La Directiva (UE) 2015/2302 se aplica a “los viajes combinados ofrecidos


para la venta o vendidos por empresarios a viajeros y a los servicios de viaje
vinculados facilitados por empresarios a viajeros” (artículo 1 de la Directiva
(UE) 2015/2302).
La Directiva en trato entiende por “servicio de viaje”:

CC
A efectos de la presente Directiva, se entenderá por:
1) «servicio de viaje»:
a) el transporte de pasajeros;
b) el alojamiento cuando no sea parte intrínseca del transporte de pasajeros y
no tenga fines residenciales;
c) alquiler de turismos, otros vehículos de motor en el sentido del artículo 3,
punto 11, de la Directiva 2007/46/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, o
motocicletas que requieran un permiso de conducción de categoría A con arreglo
a lo dispuesto en el artículo 4, apartado 3, letra c), de la Directiva 2006/126/
CE del Parlamento Europeo y del Consejo;
d) cualquier otro servicio turístico que no forme parte intrínseca de un servicio
de viaje de los definidos en las letras a), b) o c). (Artículo 3.1. de la Directiva (UE)
2015/2302)

Por otra parte, la Directiva establece como “viaje combinado”:

CC
2) «viaje combinado»: la combinación de al menos dos tipos de servicios de
viaje a efectos del mismo viaje o vacación, si esos servicios:
a) son combinados por un solo empresario, incluso a petición o según la selec-
ción del viajero, antes de que se celebre un contrato único por la totalidad de
los servicios, o
b) con independencia de la celebración de contratos distintos con diferentes
prestadores de servicios de viaje, esos servicios:
i) son contratados en un único punto de venta y han sido seleccionados antes
de que el viajero acepte pagar,
ii) son ofrecidos o facturados a un precio a tanto alzado o global,
iii) son anunciados o vendidos como «viaje combinado» o bajo una denomina-
ción similar,
iv) son combinados después de la celebración de un contrato en virtud del cual
el empresario permite al viajero elegir entre una selección de distintos tipos de
servicios de viaje, o
v) son contratados con distintos empresarios a través de procesos de reserva
en línea conectados en los que el nombre del viajero, sus datos de pago y su
dirección de correo electrónico son transmitidos por el empresario con el que se
celebra el primer contrato a otro u otros empresarios, con el o los que se cele-
bra un contrato a más tardar 24 horas después de la confirmación de la reserva
del primer servicio de viaje.
Las combinaciones de servicios de viaje en las que se combine como máximo
uno de los tipos de servicio de viaje a que se refiere el punto 1, letras a), b) o
c), con uno o varios de los servicios turísticos a que se refiere el punto 1, letra
d), no se considerarán un viaje combinado si estos servicios turísticos:
a) no representan una proporción significativa del valor de la combinación y no

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


211

se anuncian como una característica esencial de la combinación ni constituyen


por alguna otra razón una característica esencial de esta, o
b) solo han sido seleccionados y contratados después de que se haya iniciado
la ejecución de un servicio de viaje contemplado en el punto 1, letras a), b) o c).
(Artículo 3.2. de la Directiva (UE) 2015/2302)

La Directiva (UE) 2015/2302, asimismo, distingue los “servicios de viaje


vinculados”, señalando:

CC
5) «servicios de viaje vinculados»: al menos dos tipos diferentes de servicios
de viaje contratados para el mismo viaje o vacación, para los que se celebren
contratos distintos con cada uno de los prestadores de servicios de viaje, si un
empresario facilita:
a) con ocasión de una única visita o contacto con su punto de venta, la selec-
ción y pago por separado de cada servicio de viaje por parte de los viajeros, o
b) de manera específica, la contratación con otro empresario de como mínimo
un servicio de viaje adicional siempre que se celebre un contrato con ese otro
empresario a más tardar 24 horas después de la confirmación de la reserva del
primer servicio de viaje.
Cuando se adquiera no más de un tipo de servicio de viaje a que se refiere el
punto 1, letras a), b) o c), y uno o varios de los servicios turísticos de viaje a
que se refiere el punto 1, letra d), no constituirán servicios de viaje vinculados
si los segundos no representan una proporción significativa del valor combinado
de los servicios y no se anuncian como una característica esencial de la com-
binación o no constituyen por alguna otra razón una característica esencial del
viaje o vacación. (Artículo 3.5. de la Directiva (UE) 2015/2302)

El contrato de viaje combinado es entendido como “el contrato por el conjunto


del viaje combinado o, si dicho viaje se realiza con arreglo a contratos distin-
tos, todos los contratos que regulen los servicios de viaje incluidos en el viaje
combinado” (artículo 3.3. de la Directiva UE 2015/2302).
La Directiva determina que en la normativa de los Estados partes, que la
incorpore al derecho interno, deben contemplarse los siguientes aspectos:

•• Obligación del organizador y el minorista de brindar al viajero, en forma


clara, la información sobre:
a) principales características de los servicios de viaje;
b) nombre comercial y la dirección geográfica del organizador y, en su caso,
del minorista, número de teléfono y, en su caso, correo electrónico de
ambos;
c) precio total del viaje combinado con impuestos incluidos, comisiones,
recargos y otros costos adicionales;
d) modalidades de pago, anticipos y plazos para abonar el saldo, o las
garantías financieras exigidas;
e) número mínimo de personas necesario para la realización del viaje com-
binado y la fecha límite a que se refiere el artículo 12, apartado 3, letra
a), antes del inicio del viaje combinado para la posible terminación del
contrato si no se alcanza dicho número;

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


212

f) requisitos de pasaporte y visado, incluido el tiempo aproximado para la


obtención de visados, e información sobre los trámites sanitarios para
el país de destino;
g) posibilidad de poner fin al contrato antes del inicio del viaje combinado,
a cambio del pago de una penalización adecuada;
h) información sobre seguros facultativos u obligatorios.

•• Integración de la información facilitada al viajero al contrato de viaje com-


binado, la que no puede modificarse salvo que las partes acuerden expre-
samente lo contrario.
•• Deber de proporcionar al viajero una copia del contrato redactado en un
lenguaje claro y comprensible o una confirmación del mismo en un soporte
duradero, cuyo contenido debe incluir, además de la información indicada
precedentemente:
a) necesidades especiales del viajero aceptadas por el organizador;
b) indicación de que el organizador es responsable de la correcta ejecu-
ción de los servicios de viaje y está obligado a prestar asistencia si el
viajero se halla en dificultades;
c) nombre de la entidad garante en caso de insolvencia y sus datos de
contacto;
d) datos de contacto del representante local del organizador;
e) indicación de que el viajero debe comunicar toda falta de conformidad
advertida durante la ejecución del viaje;
f) información que permita el contacto directo con el menor que viaje solo
o con la persona responsable del menor en el lugar de estancia;
g) procedimientos internos de tramitación de reclamaciones disponibles y
sobre los mecanismos de resolución alternativa de litigios;
h) derecho del viajero a ceder el contrato a otro viajero.

•• Exigencia de proporcionar al viajero los recibos, vales y billetes necesarios


y la información relativa a la hora de partida, hora límite de facturación y la
programada de las escalas, las conexiones de transporte y de la llegada.
•• Carga de la prueba a cargo de empresario.
•• Facultad de ceder el contrato de viaje combinado a otro viajero.
•• Potestad de modificar el precio y otras cláusulas del contrato.
•• Derecho al desistimiento antes del inicio del viaje.
•• Responsabilidad del organizador por la ejecución del viaje combinado, con
independencia de que estos servicios sean ejecutados por el organizador
o por otros prestadores.
•• Derecho del viajero a una reducción del precio por cualquier falta de con-
formidad, a menos que el organizador demuestre que es imputable a aquel
y a una indemnización adecuada por cualquier daño o perjuicio que sufra.
•• Posibilidad del viajero de ponerse en contacto con el organizador a través
del minorista.
•• Obligación del organizador de prestar asistencia adecuada y sin demora
indebida en caso de dificultad.
•• Deber de los organizadores y los empresarios que faciliten servicios de
viajes vinculados de constituir una garantía que permita reembolsar los
gastos por los servicios que no se hayan ejecutado por causa de la insol-
vencia de ellos.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


213

La Directiva, por su parte, establece la indisponibilidad de los derechos confe-


ridos a los viajeros por las disposiciones por las que se incorpora al derecho
interno de los Estados partes (artículo 23 de la Directiva UE 2015/2302).

Directiva UE 2015/2302

WW <https://www.boe.es/doue/2015/326/L00001-00033.pdf>

LECTURA OBLIGATORIA

Silvestre, N. (2016), “El contrato de viaje y la responsabilidad de

OO las agencias de viaje en el Nuevo Código Civil y Comercial”, en


Romano, E., Responsabilidades especiales. Homenaje al Dr. Oscar Jorge
Ameal, ErreIus, Buenos Aires.

LECTURA RECOMENDADA

RR
Dangelo Martínez, F. (2016), “La importancia, para los agentes de viajes, de sentarse
y repensar los términos y condiciones en mi sitio web ”, El Dial.com, 14 de diciembre
de 2017.
Echevesti, C. A. y Silvestre N. (2006), Responsabilidad Civil de las Agencias de Viajes,
La Ley, Buenos Aires.
Tale, C. (2005), Contrato de viaje. Responsabilidad de las empresas de turismo por
incumplimiento y por daños al viajero, Hamurabi, Buenos Aires.
Paniza Fullana. (2017), Viajes combinados y servicios de viajes vinculados: replant-
eamiento de conceptos y sus consecuencias sobre la responsabilidad, Dykinson S.L., Madrid.

2.

KK a. Compare las disposiciones de la Convención Internacional sobre


Contratos de Viaje (CICV) del 23 de abril de 1970 y la Directiva
(UE) 2015/2302 del Parlamento Europeo y del Consejo del 25 de
noviembre de 2015, relativa a los viajes combinados y a los servicios
de viaje vinculados.
t
b. Indique cuál de ellas establece un sistema de mayor protección para Para ampliar el estudio de las
el viajero. Justifique su respuesta. relaciones entre transporte y turis-
mo se recomienda la lectura de
Wallingre, N. (2014), Servicios de
transporte, Carpeta de Trabajo,
5.3. Contrato de transporte de personas Universidad Virtual de Quilmes,
Bernal.
La importancia que se atribuye al transporte en relación con la actividad
turística es fácil de percibir.
El transporte no solamente es importante para la realización de la actividad
turística, sino que es imprescindible para el desarrollo de la vida en sociedad,
es un medio que une a las partes en el intercambio de bienes y servicios.
214

Pueden identificarse diferentes criterios para determinar la modalidad del


contrato de transporte de que se trata, y en orden a ello la regulación jurídica
que corresponde aplicarle:
a) Según el medio empleado encontramos el transporte terrestre (en tren,
en ómnibus, vehículos 4x4, automotores con chofer, combis, etc.), acuá-
tico (en lancha, barco, velero, etcétera) y aéreo (avión, globo aerostático,
etcétera).
b) En cuanto al objeto del traslado se puede hablar de transporte de perso-
nas o de cosas.
c) Respecto del ámbito: interior o internacional.

Cada una de estas modalidades presenta aspectos propios y se encuentra


regulada por normas que en algunos casos son de carácter general y en otros
específicas de conformidad al tipo de transporte.
El contrato de transporte es definido en el Código Civil y Comercial de la
Nación:

CC
Hay contrato de transporte cuando una parte llamada transportista o portea-
dor se obliga a trasladar personas o cosas de un lugar a otro, y la otra, llama-
da pasajero o cargador, se obliga a pagar un precio o flete. (Artículo 1280 del

CCyCN)

La definición que antecede permite identificar a las partes integrantes del


contrato de transporte: transportista o porteador (es la persona que se ocupa
bajo su riesgo de realizar el traslado) y el pasajero o cargador (a favor de quien
El transporte a título gratuito no se realiza el transporte). El objeto principal del contrato es el traslado de per-
está regido por las reglas del sonas o cosas, por una parte y el pago del precio, por la otra; no obstante,
Código Civil y Comercial de la
Nación, excepto que sea efec- pueden existir otros servicios accesorios a este que no modifican la naturaleza
tuado por un transportista que del mismo.
ofrece sus servicios al público en El contrato de transporte se caracteriza por ser: a) consensual, los efec-
el curso de su actividad (artículo
tos del contrato nacen desde el momento mismo en el que las partes pres-
1282 del CCyCN).
tan su consentimiento; b) oneroso, es esencial la contraprestación dineraria,
que lo diferencia de la figura del transporte benévolo o gratuito; c) bilateral,
pues genera obligaciones para ambas partes; d) conmutativo, desde el prin-
cipio del contrato las partes saben a que se obligan y esas obligaciones son
equilibradas; e) típico, se trata de un contrato cuya regulación se encuentra
establecida en el Código Civil y Comercial de la Nación, además de otras leyes
especiales como la Ley de Navegación y el Código Aeronáutico; f) no formal,
La así llamada Ley 20094, deno- pues no exige de forma específica para su celebración; g) de empresa, ya que
minada Ley de Navegación, y sus impone la organización del transportista bajo la modalidad empresaria; h) de
modificatorias, establecen las nor- adhesión, ya que en la mayoría de los casos es el transportista quien estipu-
mas relativas a la navegación por
agua dentro de nuestro país y la la las pautas y los pasajeros quienes adhieren a estas.
así llamada Ley 17285, denomi- La obligación principal que emana del contrato de transporte consiste en
nada Código Aeronáutico, y sus el traslado de las personas o cosas en el plazo pactado en el contrato o en
modificatorias, lo hacen respecto
los horarios establecidos y, a falta de estos de acuerdo, a los usos del lugar
de la aeronavegación.
en que debe iniciarse el transporte (artículo 1284 del CCyCN).
Se trata de una obligación de resultado, en la que el transportista solo
cumple si efectivamente realiza el traslado de la persona o carga, de acuerdo
con lo convenido, independientemente de los medios que pone a disposición
para el alcance de ese objetivo.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


215

El retraso en el traslado de las cosas transportadas da lugar a la pérdida


proporcional del flete o del total de este si el tiempo empleado es el doble
del plazo en el que debió cumplirse, sin perjuicio de poder reclamar los mayo-
res daños causados por el atraso. Para liberarse de esa responsabilidad, el
transportista debe probar que la causa del retraso le es ajena (artículo 1285
del CCyCN).
Por otra parte, el transportista tiene un deber de indemnidad respecto de
las personas o cosas que transporta.
Respecto de las personas, la responsabilidad del transportista es de carác-
ter objetivo (es decir que no es necesario probar su culpa para atribuirle la res-
ponsabilidad, sino solo el hecho que genera el incumplimiento de este deber,
es decir el daño producido), no siendo eximente la autorización administrativa
para el uso de la cosa o la realización de la actividad, ni el cumplimiento de
las técnicas de prevención (artículos 1286 y 1757 del CCyCN). El transportis-
ta solo se libera de su responsabilidad si prueba que la cosa fue usada en
contra de su voluntad expresa o presunta (artículo 1758).

Por ejemplo, cuando un grupo terrorista emplea un medio de transpor-

xx te para causar lesiones a transeúntes, el transportista podrá eximirse de


responsabilidad por el daño causado.

Si el transporte es de cosas, el transportista se excusa probando la causa


ajena o el vicio de la cosa transportada (artículos y 1758 del CCyCN).

Por ejemplo, cuando por estar mal empaquetada por el cargador, la cosa

xx transportada se rompe durante su traslado.

Si bien la existencia del contrato de transporte se puede probar por diferentes


medios, en general se lo hace a través de un instrumento, que varía según
el tipo de transporte de que se trate. Si se hace referencia al transporte de
cosas, el instrumento se denomina carta de porte (para el transporte terres-
tre), conocimiento de embarque (para el transporte marítimo) y guía aérea
(para el transporte aéreo). Si, en cambio, se trata de transporte de personas,
el principal elemento probatorio es el pasaje o billete.
El contrato de transporte se extingue o finaliza, con algunas particularida-
des, por:

a) Cumplimiento: es la ejecución normal de las obligaciones emanadas del


contrato por ambas partes.
b) Desistimiento: se faculta al pasajero a dejar sin efecto el contrato con
la pérdida consiguiente de una parte del monto que abonara, según el
momento en que fue efectuado.
c) Imposibilidad: sucede cuando un acontecimiento impide al transportista
llevar a cabo el contrato, por razones ajenas a su persona.

Es importante mencionar que el Código Civil y Comercial de la Nación determi-


na que las reglas establecidas en él son de aplicación al contrato de transporte

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216

cualquiera sea el medio empleado para este, excepto lo dispuesto en leyes


especiales (artículo 1281 del CCCN).
Sin perjuicio de todo lo señalado y teniendo en cuenta que el contrato de
transporte es regularmente un contrato de adhesión con cláusulas predis-
puestas por el transportista, a la vez que de consumo, son aplicables a este
las disposiciones del CCyCN referentes a ese tipo de contratos y las de la Ley
24240, sus modificatorias y reglamentarias.

5.3.1. Contrato de transporte terrestre


El contrato de transporte terrestre de personas en la Argentina se encuentra
regido por las disposiciones del Código Civil y Comercial de la Nación, relativas
al contrato de transporte a las que se ha hecho referencia y las referidas al
transporte de personas, contenidas en los artículos 1285 a 1295.
El transporte de personas comprende, en primer lugar, de acuerdo con las
disposiciones del CCyCN, además del traslado, las operaciones de embarco
y desembarco (artículo 1288 del CCyCN).
Asimismo, el Código Civil y Comercial de la Nación determina tanto las
obligaciones del transportista como del pasajero (artículos 1289 y 1290 del).
De las disposiciones antes mencionadas y de aquellas emanadas de los
reglamentos administrativos surgen diferentes obligaciones y derechos de las
partes.
Son obligaciones a cargo del transportista:

•• Proveer el lugar para viajar que se ha convenido o el disponible reglamen-


tariamente habilitado.
•• Trasladar al pasajero de acuerdo con las condiciones establecidas en el
contrato.
•• Asumir el deber de seguridad respecto de su persona y el equipaje
transportado.
•• Llevar el equipaje del pasajero.
•• Contratar determinados seguros, de conformidad a lo establecido en la
normativa administrativa que regula la actividad.
•• Prestar servicios accesorios (de comida, entretenimiento, etc.) de acuerdo
con lo estipulado en el contrato.

Entre los derechos del transportista destacan:


•• Percibir el pago del precio por el servicio que brinda.
•• Exigir del pasajero un comportamiento adecuado.
•• Rechazar el acceso al medio a las personas que pongan en peligro la segu-
ridad del mismo, de la tripulación y de otros pasajeros.

Por su parte, son obligaciones del pasajero:


•• Pagar el precio convenido por el servicio.
•• Presentarse en el lugar establecido para la partida y a la hora indicada por
el transportista.
•• Cumplir las disposiciones administrativas, observar los reglamentos esta-
blecidos por el transportista para el mejor orden durante el viaje y obede-
cer las órdenes del porteador o de sus representantes impartidas con la
misma finalidad.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


217

•• Acondicionar su equipaje, el que debe ajustarse a las medidas y peso regla-


mentarios y no contener elementos prohibidos.
•• Hacer un uso adecuado del medio de transporte.
•• Tener un comportamiento adecuado durante el viaje, evitando generar
molestias a otros pasajeros y a la tripulación.

En tanto que destacan los siguientes derechos del pasajero:


•• Ser transportado junto con su equipaje en el tiempo y forma establecidos
en el contrato.
•• Recibir los servicios accesorios acordados.
•• Desistir del contrato de transporte, con carácter previo al inicio de su eje-
cución, en los términos acordados.
•• Requerir la devolución de los montos abonados por los servicios no utiliza-
dos, en caso de corresponder, de acuerdo con las condiciones generales
de contratación que usualmente establecen plazos y porcentajes depen-
dientes de aquellos.
•• Percibir la indemnización correspondiente en caso de demora o cancela-
ción del viaje o por cualquier daño que sufriera en su persona o equipaje.

Además de responder por el incumplimiento del contrato o retraso en su eje-


cución, el transportista responde por los siniestros que afecten a la persona
del pasajero y por la avería o pérdida de sus cosas (artículo 1291).
Las cláusulas que limitan la responsabilidad del transportista de perso-
nas por muerte o daños corporales se tienen por no escritas (artículo 1292).
En el caso de pérdida o deterioro del equipaje que el pasajero lleva consigo
son de aplicación las disposiciones relativas a la responsabilidad del trans-
portista por la pérdida o deterioro de las cosas transportadas, salvo que se
trate de objetos de valor extraordinario que aquel no haya declarado antes del
viaje o al comienzo de este. Respecto de las pérdida del equipaje de mano
y de los demás efectos que hayan quedado bajo la custodia del pasajero, el
transportista no es responsable excepto que se pruebe su culpa (artículos
1293 y 1294).

PARA AMPLIAR

En suma, el incumplimiento de la obligación que emana del contra-

AA to por parte del transportista (falta de ejecución del servicio, excesiva


demora en la prestación, interrupción definitiva del mismo una vez
iniciado, etc.) otorga al pasajero el derecho a exigir su cumplimien-
to o a resolver el contrato. Asimismo, acarrea la responsabilidad de
aquel y el deber de indemnizar por los daños y perjuicios ocasiona-
dos, excepto que exista una causa que lo exima de responsabilidad,
en cuyo caso debe proceder a la devolución del importe abonado.

Resulta menester señalar que a las normas contenidas en el Código Civil y


Comercial de la Nación relativas al transporte terrestre de personas corres-
ponde adicionar otras diferentes, de carácter administrativo, que sin duda

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


218

repercuten en él, entre ellas, las que se refieren al régimen de concesiones o


autorizaciones para el funcionamiento de las empresas de transporte, calida-
des del parque móvil, especificaciones del material rodante; las referentes a
la accesibilidad en estaciones, andenes y coches, dispositivos de seguridad,
contratación de seguros, en materia de tarifas, relativas a servicios, acerca
de la accesibilidad, etcétera.

5.3.2. Contrato de transporte fluvial y marítimo


El contrato de transporte fluvial y marítimo de personas en la Argentina se
encuentra regido por las disposiciones de la así llamada Ley 20094, denomi-
nada Ley de Navegación.
Dicha norma establece diferentes disposiciones relativas a la navegación
marítima y fluvial interior, es decir, dentro de los ámbitos sometidos a la juris-
dicción nacional. Entre otros aspectos desarrolla las cuestiones relativas al
transporte de personas por vía fluvial o marítima (artículos 317 a 353).
Surgen de esas disposiciones las obligaciones y derechos de las partes
que integran el contrato de transporte fluvial o marítimo de pasajeros, que son
detalladas por Ragone y Fonrouge (2009:171).
Son obligaciones del transportador:

•• Colocar el buque en estado de navegabilidad, armarlo y equiparlo conve-


nientemente y mantenerlo en este estado durante durante la duración del
transporte.
•• Alimentar al pasajero, salvo acuerdo en contrario, debiendo en este últi-
mo caso suministrar alimentos por su precio justo cuando aquel carece
de ellos.
•• Brindar asistencia médica gratuita en caso de enfermedades o accidentes
ocasionados por la navegación.
•• Asumir los costos correspondientes a traslado y/o transporte adicional de
los pasajeros aún en el caso de que los hechos que los provocaran proven-
gan por causas fortuitas o fuerza mayor.
•• Transportar sin cargo el equipaje del pasajero dentro de los límites de peso
y volumen fijados o los que determinen los usos y costumbres.

Son derechos del transportador:


•• Percibir del pasajero el precio del pasaje.
•• Cobrar un tercio del precio convenido en caso de fallecimiento del pasajero
antes de la salida del buque, salvo que lo adquiera otra persona, y la inte-
gridad si ocurre durante el curso del viaje.
•• Emprender el viaje y exigir el precio convenido al pasajero que no se encuen-
tra a bordo a la hora prefijada.
•• Recibir la mitad del valor del pasaje en el caso de desistimiento voluntario
del pasajero antes de la partida y la integridad de este si se produce luego
de aquella.
•• Retener los objetos que el pasajero posea a bordo mientras no le sea paga-
do el importe íntegro del pasaje y sus otros créditos contra este.

Son, por su parte, obligaciones a cargo del pasajero:


•• Abonar el precio del pasaje.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


219

•• Informar cualquier lesión corporal que hubiere sufrido durante la travesía,


hasta 15 días después de producido el desembarco; sobre toda pérdida o
daño producida respecto del equipaje que tiene bajo su guarda al momento
de detectarla y antes de descender del barco, y respecto del equipaje de
bodega al momento de la entrega o dentro de los tres días si el daño no
fuera evidente y en el acto de la entrega si este se ha perdido.
•• Dar cumplimiento a las órdenes provenientes del capitán y de la tripulación
relativas a la navegación.

Son derechos del pasajero:


•• Percibir el resarcimiento correspondiente por los daños y perjuicios ocasio-
nados por culpa del transportador.
•• Ser alojado en el buque en caso de retardo en la salida.
•• Rescindir el contrato en caso de demora, bajo determinadas circunstancias,
pudiendo exigir la restitución del pasaje y los daños y perjuicios derivados.
•• Recibir alojamiento y comida en caso de interrupción temporal del viaje,
facultando al pasajero a aguardar su reanudación o a resolver el contrato.

El contrato de transporte fluvial y marítimo se prueba por escrito, mediante un


boleto que el transportador debe entregar al pasajero, en el que debe constar
el lugar y fecha de emisión, el nombre del buque, el del transportador y su
domicilio, los lugares de partida y de destino, fecha de embarco, precio del
pasaje y clase y comodidades que correspondan al pasajero. La omisión de
entrega del boleto genera que el transportador no pueda limitar su responsa-
bilidad (artículo 318 de la Ley de Navegación).
La Ley de Navegación presenta diferentes supuestos de incumplimiento por
parte del transportador, a los que atribuye la correspondiente responsabilidad.
La cancelación del viaje por culpa del transportador otorga al pasajero el
derecho a exigir la devolución del importe del pasaje y a que se le indemnice
por los perjuicios sufridos. En tanto que son causales de eximición de respon-
sabilidad del transportista el caso fortuito, fuerza mayor relativa al buque, acto
de autoridad o conflicto bélico, en cuyo caso el contrato queda resuelto con
restitución del importe del pasaje percibido y sin indemnización alguna entre
los contratantes (artículo 326).
La demora en la partida, además de otorgar el derecho al pasajero a que
se lo aloje y sustente a bordo durante ese tiempo, si la manutención está
incluida en el pasaje, le faculta a reclamar la indemnización por los daños
y perjuicios sufridos, si el transportador es responsable del retardo (artículo
328).
La lesión o muerte del pasajero, así como la pérdida o daño de sus bie- Abordaje es la colisión entre dos
nes, generan responsabilidad, en caso de culpa o dolo, del transportista y el buques. Varadura es un aconte-
consiguiente deber de indemnizar. Sin embargo, la indemnización en el con- cimiento que impide la normal
flotabilidad del buque.
trato de transporte estudiado se encuentra sometida a topes indemnizatorios.
La responsabilidad por los daños resultantes de la muerte o lesiones cor-
porales al pasajero exige la prueba de la culpa o negligencia del transporta- El argentino oro es una moneda
dor o de sus dependientes que obren en ejercicio de sus funciones, salvo que que cotiza de acuerdo con los
valores indicados por el Banco
aquellas hayan sido causadas por un naufragio, abordaje, varadura, explosión
Central de la República Argentina,
o incendio o por hecho relacionado con alguno de estos eventos. Se limita, que establece el equivalente en
salvo convenio especial entre las partes que fije un monto más elevado, a la moneda de curso legal.
suma de mil quinientos argentinos oro (artículos 330 y 331).

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


220

El transportador, por su parte, no es responsable de las pérdidas o sus-


tracciones de especies monetarias, títulos, alhajas u objetos de gran valor per-
tenecientes al pasajero, que no hayan sido entregados en depósito (artículo
335 de la Ley de Navegación).
El transportador responde por la pérdida o daño del equipaje guardado en
la bodega, si no prueba que la causa de los mismos no le es imputable, en
tanto que, respecto de los efectos personales que el pasajero tenga a bordo
bajo su guarda inmediata, solamente lo hace por el daño que se pruebe oca-
sionado por el hecho suyo, del capitán o de los tripulantes (artículo 336).
El limite de la indemnización por la pérdida o daño del equipaje de bodega
se fija en ciento cincuenta argentinos oro y el de los efectos que tiene bajo su
guarda el pasajero en cien argentinos oro. Estos límites se reducen a ochenta
y cincuenta argentinos oro respectivamente, cuando se trata de transporte flu-
vial. En el caso de vehículos la limitación asciende a los trescientos cincuenta
pesos argentinos oro (artículo 337).
La Ley de Navegación determina que toda estipulación que exonere de
responsabilidad al transportador, establezca un límite inferior a los fijados en
ella, invierta la carga de la prueba que corresponde al transportador o someta
a una jurisdicción determinada o a arbitraje las diferencias que puedan surgir
entre las partes es nula y sin ningún valor, aunque mantiene la vigencia del
contrato (artículo 339).
Los derechos que se establecen a favor del pasajero en la Ley de
Navegación no pueden ser disminuidos o suprimidos y solo son válidas las
cláusulas de los boletos de pasaje que los modifiquen cuando sean para
aumentarlos (artículo 346).
El transportador de pasajeros en líneas regulares, frente a la imposibilidad
de partida o demora del buque, tiene la obligación, si existe comodidad, de
transportar al pasajero en el buque de partida siguiente, siempre que este no
prefiera resolver el contrato (artículo 350).
Por último, si el transporte no fuera a título oneroso, es decir que se trata-
ra de un transporte gratuito (benévolo), realizado ocasionalmente por quien no
es transportador habitual de pasajeros, los montos establecidos como límites
de responsabilidad se reducen a la mitad (artículo 353).
Al igual que respecto de otras modalidades de contrato de transporte es
importante tener en cuenta que, además de las normas antes señaladas, exis-
ten otras de carácter administrativo, que sin duda impactan en el contrato de
transporte fluvial y marítimo de personas.

5.3.3. Contrato de transporte aéreo


El contrato de transporte aéreo de personas en la Argentina se encuentra
regido por las disposiciones de la así llamada Ley 17285, denominada Código
Aeronáutico.
La enunciada norma establece diferentes disposiciones relativas a la nave-
gación aérea nacional, es decir, dentro de los ámbitos sometidos a la jurisdic-
ción del Estado argentino.
La navegación aérea presenta una innumerable cantidad de contratos que
se encuentran vinculados de manera directa o indirecta con el pasajero, que
es finalmente el destinatario de estos.
Entre ellos podemos mencionar, sin intentar con esta enunciación agotar
su contenido, los siguientes contratos en los que intervienen:

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


221

•• Constructores de aeronaves y compañías de aviación.


•• Proveedores y compañías aéreas.
•• Empresas concesionarias de servicios y el Estado.
•• Compañías aéreas y los concesionarios de aeropuertos.
•• Sistemas Globales de Distribución (GDS) y compañías aéreas.
•• Hoteles y transportistas aéreos.
•• Empresas de transporte aéreo con agentes de viajes.
•• Empresas de aeronavegación y transportistas.
•• Compañías de seguros y empresas aéreas.
•• Compañías aéreas y los pasajeros.

Ejemplos de los múltiples tipos de contratos a los que antes se hizo refe-

xx rencia son: la compraventa o leasing de aeronaves; el catering o provisión


de alimentos y bebidas para el vuelo, la concesión administrativa dentro
del sistema de aeropuertos; la provisión de servicios de rampa y otros
relativos a la atención de aeronaves; las reservas de los vuelos; el hospe-
daje de tripulaciones y pasajeros; la intermediación en la venta de tic-
ktes aéreos; el traslado de tripulación de cabina y de viajeros, el seguro
de aeronave y el contrato de transporte aéreo de personas.

En lo sucesivo se hace referencia al contrato de transporte aéreo de pasaje-


ros porque reviste una importancia sustantiva por su especial relación con el
turismo, ya que por este medio se ha dado un gran impulso a la actividad, en
particular en el nivel regional e internacional.
El Código Aeronáutico “rige la aeronáutica civil en el territorio de la
República Argentina, sus aguas jurisdiccionales y el espacio aéreo que los
cubre” (artículo 1 del Código Aeronáutico).
Entre otros aspectos desarrolla las cuestiones relativas al transporte de
personas por vía aérea y su equipaje (artículos 113 a 118).
Entre las obligaciones y derechos de las partes que integran el contrato de
transporte aéreo de pasajeros, a partir de Amat Llombart (2002:300) pueden
distinguirse las siguientes:
Obligaciones del transportador:
•• Trasladar al pasajero al destino previsto y en las condiciones pactadas (tipo
de aeronave, calidad de la plaza contratada, itinerario prefijado e informado
y escalas estipuladas y horario).
•• Contar con los certificados de matriculación y aeronavegabilidad de la aero-
nave y los libros de a bordo que establezca la reglamentación respectiva.
•• Transportar el equipaje del pasajero, sea en la bodega del avión o en la
cabina en los compartimientos destinados al efecto, en la medida en que
no exceda los límites fijados y expedir el correspondiente talón de equipaje.
•• Brindar servicios accesorios correspondientes a la duración del vuelo y
categoría (comidas y bebidas, lectura, música, películas, etcétera).

Son derechos del transportador:

•• Recibir el pago del precio del pasaje.


•• Excluir del vuelo al pasajero que pueda constituir un peligro o perturbación
para el correcto desarrollo del viaje.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


222

•• Retener, en concepto de penalización, el precio del billete en caso de no


presentación al momento del embarque o de llegada con retraso por el
pasajero o interrupción del viaje, salvo que la aeronave partiese con todas
las plazas ocupadas, en cuyo caso el transportador debe reintegrar el
ochenta por ciento del precio del billete de pasaje.
•• Presumir que fueron entregados en buen estado los equipajes recibidos sin
protesta por el destinatario, salvo prueba en contrario.

Entre las obligaciones del pasajero pueden enunciarse:


•• Pagar el precio estipulado como obligación principal.
•• Respetar a bordo las órdenes del comandante y la tripulación y las normas
de comportamiento y seguridad establecidas para el medio, no perturbando
al resto de los pasajeros.
•• Presentarse con identificación en el lugar de partida y a la hora establecida.
•• Abstenerse de transportar material radioactivo, inflamables, corrosivos,
peligrosos o prohibidos.
•• Dirigir al transportador su protesta por escrito, en caso de avería del equi-
paje dentro de un plazo de tres días a contar desde la fecha de entrega y
dentro de los diez días siguientes a la fecha en que el equipaje debió ser
puesto a disposición del destinatario, cuando se trata de pérdida, destruc-
ción o retardo.

Son derechos del pasajero:


•• Percibir la devolución del precio abonado en caso de extinción del contrato
por fuerza mayor.
•• Obtener el resarcimiento correspondiente por los daños y perjuicios ocasio-
nados por culpa del transportador.
•• Recibir alojamiento y manutención en caso de demora o interrupción tem-
poral del viaje.
•• Exigir el reembolso de la parte proporcional del precio del pasaje por el tra-
yecto no realizado en caso de interrupción del viaje y al pago de los gastos
ordinarios de desplazamiento y estada, desde el lugar de aterrizaje al lugar
más próximo para poder continuar con aquel. En caso de no realización del
viaje la devolución del precio del pasaje en el último.
•• Rescindir el contrato en caso de demora, bajo determinadas circunstancias,
pudiendo exigir la restitución del pasaje y los daños y perjuicios derivados.

El contrato de transporte aéreo de pasajeros debe ser probado por escrito y,


cuando se trate de transporte efectuado por servicios regulares, dicho contrato
se prueba con el billete de pasaje (artículo 113 del Código Aeronáutico).
Las disposiciones en materia de responsabilidad del transportador se
encuentran en los artículos 139 a 154 del Código Aeronáutico.
En caso de muerte o lesión corporal sufrida por un pasajero, el transporta-
dor es responsable de los daños y perjuicios causados, cuando el accidente
que ocasiona el daño se haya producido a bordo de la aeronave o durante las
operaciones de embarco o desembarco (artículo 139).
El transportador es responsable, por su parte, de los daños y perjuicios
producidos al pasajero por la destrucción, pérdida o avería de equipajes regis-
trados, desde el momento en que los mismos se encuentran al cuidado del
transportador (artículo 140).

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


223

Asimismo, es responsable el transportador de los daños resultantes del


retraso en el transporte de pasajeros y equipajes (artículo 141).
El transportador se exime de responsabilidad si prueba que él y sus depen-
dientes han tomado todas las medidas necesarias para evitar el daño o que
les fue imposible tomarlas y atenúa o exime su responsabilidad la prueba de
que la persona que ha sufrido el daño lo ha causado o contribuido a causarlo
(artículos 142 y 143).
Si bien el transportador es responsable en las situaciones antes descrip-
tas, la obligación de resarcimiento se encuentra limitada a diferentes topes
indemnizatorios.
La responsabilidad del transportador, respecto del pasajero, queda limitada
hasta la suma equivalente en pesos mil argentinos oro. En el equipajes, hasta
una suma equivalente en pesos a dos argentinos oro por kilogramo de peso
bruto, salvo declaración especial de interés en la entrega hecha por el expedi-
dor al transportador en el momento de la remisión de los bultos y mediante el
pago de una tasa suplementaria eventual. Respecto de los objetos cuya guar-
da conserva el pasajero, se limitada hasta una suma equivalente en pesos a
cuarenta argentinos oro de total (artículos 144 a 145 del Código Aeronáutico).
Las cláusulas que eximen al transportador de su responsabilidad o a fijar
un límite inferior al establecido en este capítulo es nula y respecto de los lími-
tes antes enunciados, el transportador y el pasajero pueden establecer de
común acuerdo uno mayor mediante pacto expreso (artículo 146).
Si se prueba el dolo del transportador, o de algunas de las personas bajo
su dependencia, actuando en ejercicio de sus funciones, aquel pierde el dere-
cho a ampararse en las prescripciones que limitan su responsabilidad (artí-
culo 147).
Del mismo modo que respecto del contrato de transporte terrestre y el
fluvial o marítimo corresponde tener en cuenta que además de las normas
antes señaladas existen otras normas de carácter administrativo, que sin
duda impactan en el contrato de transporte aéreo de personas. Entre ellas, la
Resolución 1532/98 del Ministerio de Economía y Obras y Servicios Públicos,
por la que se aprueban las Condiciones Generales del Contrato de Transporte
Aéreo, que rigen para los servicios de transporte aéreo regular interno e
internacional de pasajeros y equipajes y de carga, que explotan en el país
las empresas de bandera nacional y extranjera, así como su modificatoria
Resolución ANAC 203/2013.

Resolución 1532/98 del Ministerio de Economía y Obras y Servicios

WW Públicos
<http://mepriv.mecon.gov.ar/Normas/1532-98.htm>
Resolución 203/2013 de la Administración Nacional de la Aviación Civil
<http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/ane-
xos/210000-214999/210553/norma.htm>

5.3.4. Contratos de transporte internacional


De acuerdo con la doctrina, “los contratos de transporte internacional de per-
sonas son contratos de prestación de servicios en los que, en general, una
parte es una empresa de transporte marítimo, aéreo o terrestre, y la otra es

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


224

una persona física que tiene la calidad de consumidor y a veces, dentro de ese
género, la de consumidor turista” (Fresnedo de Aguirre, 2014:675).
Si bien estos contratos no difieren sustantivamente de aquellos a los que
se ha hecho referencia previamente, es menester señalar que se rigen parcial
o totalmente por normas de derecho internacional en lugar de las de derecho
interno reseñadas.

Transporte terrestre internacional


En lo que respecta al contrato de transporte terrestre internacional de perso-
nas cabe hacer mención a las disposiciones del Tratado de Montevideo de
Derecho Comercial Terrestre de 1940, aprobado por Decreto-Ley 7771, del
El Tratado de Montevideo de Presidente Provisional de la Nación Argentina en ejercicio del Poder Legislativo,
Derecho Comercial Terrestre de el 27 de abril de 1956, que determina:
1940 es de aplicación entre
Argentina, Paraguay y Uruguay
que son los Estados que lo han

CC
ratificado. Art. 17. - El contrato de transporte de personas por los territorios de varios
Estados, celebrado por una sola empresa o por servicios acumulativos, se rige
por la ley del Estado del destino del pasajero.
Serán jueces competentes los de este mismo Estado o los de aquél en el cual
se celebró el contrato, a opción del actor.
Art. 18. - Se rige por las reglas sobre transporte de mercaderías el del equipaje
que, habiendo sido registrado en documento especial expedido por el portea-
dor o comisionista, no es llevado consigo por el pasajero en el sitio que le fue
asignado para el viaje.
El equipaje que el pasajero lleva consigo, sin haber sido registrado, se rige por
la ley aplicable al transporte de personas. (Artículos 17 y 18 del Tratado de
Montevideo de Derecho Comercial Terrestre de 1940)

Al decir de Fresnedo de Aguirre (2014), estas disposiciones determinan cuál


es el derecho material nacional aplicable al contrato en todos sus aspectos,
incluyendo la responsabilidad del transportista por incumplimiento del contra-
to, así como el valor de las cláusulas eximentes o limitativas de la responsa-
bilidad que normalmente se incluyen en las condiciones generales de esos
contratos.
Por su parte, el Acuerdo de Transporte Internacional Terrestre inscripto
El Acuerdo de Transporte Internacional como Acuerdo de Alcance Parcial en el marco de la Asociación Latinoamericana
Terrestre se encuentra vigente en de Integración (ALADI), conforme a los mecanismos del Tratado de Montevideo
Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, de 1980, suscripto el 1 de enero de 1990, puesto en vigencia por Resolución
Paraguay, Perú y Uruguay que son
263/90 de la Secretaría de Transporte, entiende, por transporte de pasa-
los Estados que lo han ratificado.
jeros: “el realizado por empresas autorizadas en los términos del presente
Acuerdo, para trasladar personas, en forma regular u ocasional, entre dos o
más países” (artículo 19.7) y establece algunas disposiciones que afectan al
contrato estudiado. Entre ellas la de mayor trascendencia es la contenida en
su artículo 13 que determina:

CC
Las empresas de transporte por carretera que realicen viajes internacionales
deberán contratar seguros por las responsabilidades emergentes del contrato
de transporte, ya sea de carga, de personas y de su equipaje -acompañado o

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


225

despachado- y la responsabilidad civil por lesiones o daños ocasionados a ter-


ceros no transportados, de acuerdo a las normas que se establecen en el
Anexo “Seguros” del presente Acuerdo. (Artículos 13 del Acuerdo de Transporte
Internacional Terrestre)

El Anexo del enunciado tratado establece las cantidades mínimas a las que
deben ascender las coberturas otorgadas entre otros aspectos respecto de la
responsabilidad civil por daños a pasajeros y equipaje.

Transporte marítimo internacional


En cuanto al contrato de transporte acuático internacional de personas, es
de aplicación al mismo, en primer lugar, las disposiciones del Convenio de
Atenas, relativo al Transporte de Pasajeros y sus Equipajes por Mar, adopta-
do en la ciudad de Atenas, Grecia, el 13 de diciembre de 1974 y aprobado
por la así llamada Ley 22718, por el Presidente de la Nación, en uso de
las atribuciones conferidas por el artículo 5 del Estatuto para el Proceso de
Reorganización Nacional.
El Convenio de Atenas ha sido modificado mediante diferentes protoco-
los, entre ellos el de Londres, del 19 de diciembre de 1976, también ratifica-
do por la República Argentina. Más recientemente se introdujeron cambios al
citado Convenio a través del Protocolo de Atenas, aprobado el 1 de noviem-
bre de 2002.
Al respecto de este Convenio Internacional señala Chami (2009:106):

CC
La Convención de Atenas de 1974 rige la responsabilidad en el transporte tan-
to de pasajeros como de equipaje y moldea un régimen de responsabilidad con
las siguientes características básicas:
• rige exclusivamente el transporte de pasajeros y equipajes que se realice por
mar y excluye, consecuentemente, el fluvial;
• regula además tanto al equipaje de camarote, es decir al que el pasajero lleva
allí o de cualquier manera se encuentra en su posesión o custodia o vigilancia,
como el equipaje de bodega;
• define como pasajero a toda persona transportada a bordo del buque en virtud
de un contrato de transporte, Como a quien viaje con consentimiento del trans-
portador acompañando un vehículo o animales vivos amparados por un contrato
de transporte que no se rige por el Convenio de Atenas de 1974;
• constituye equipaje cualquier artículo o vehículo transportado en virtud del
contrato de pasaje, excluyendo a los transportados en virtud de un conocimien-
to de embarque, póliza de fletamento y excluyendo también los animales vivos;
• extiende la responsabilidad del transportador desde el embarque hasta el des-
embarque del pasajero, los transportes por agua desde tierra al buque y vicever-
sa si los provee el transportador, consecuentemente, esto diferencia al contra-
to de transporte propiamente dicho, del de crucero, porque el mero contrato de
transporte no alcanza a regular las excursiones terrestres que pudiera organizar
el transportador, que quedaran, por el contrario, si incluidas como aspectos
muy importantes en el contrato de crucero;
• imputa responsabilidad no sólo del transportista contractual –persona que
celebra un contrato de transporte– sino también del transportista efectivo que

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


226

denomina ejecutor, quien siendo propietario, armador, fletador o explotador del


buque, efectúa de hecho la totalidad o parte del transporte; dispone que el
transportista contractual seguirá siendo responsable por el trayecto a cargo del
transportista ejecutor y consagra la responsabilidad solidaria del transportador
contractual y la del efectivo. (Chami, 2009:106-107)

El Convenio es de aplicación a cualquier transporte internacional siempre


que: a) el buque enarbole el pabellón de un Estado Parte en el convenio, b)
el contrato de transporte haya sido concertado en un Estado Parte, o c) que
de acuerdo con el contrato de transporte, el lugar de partida o el de destino
estén situados en un Estado Parte en el Convenio (artículo 2 del Convenio de
Atenas de 1974).
El transportista es responsable del perjuicio originado por la muerte o lesio-
nes a un pasajero y por la pérdida o daños a su equipaje de cabina, si el suce-
so que lo ocasiona se produce durante la realización del transporte y el pasa-
jero prueba la culpa o negligencia de aquel o de sus empleados o agentes
si estos actuaron en el desempeño de sus funciones. La culpa se presume
cuando aquellos hechos han sido resultado directo o indirecto de naufragio,
abordaje, varada, explosión, incendio o deficiencia del buque. Respecto de la
pérdida o daños sufridos por equipajes distintos del de camarote, se presu-
men la culpa o negligencia con independencia de la naturaleza del suceso que
ocasionaron la pérdida o daños (artículo 3 del Convenio de Atenas de 1974).
En caso de pérdida o daños sufridos por dinero, efectos negociables, oro,
plata, joyería, ornamentos, obras de arte u otros objetos de valor, el trans-
portista no es responsable, a menos que tales objetos hayan sido entrega-
dos al transportista y este los haya aceptado para custodiarlos (artículo 5 del
Convenio de Atenas de 1974).
El transportista se libera o atenúa su responsabilidad si la muerte o las
lesiones corporales, o los daños en el equipaje fueron causados total o par-
cialmente por culpa o negligencia del pasajero (artículo 7 del Convenio de
Atenas de 1974).
El Convenio de Atenas de 1974 y el Protocolo de Londres de 1976 estable-
cen los siguientes límites a la responsabilidad del transportador:

•• por muerte o lesiones en transporte de pasajeros: 700.000 francos poin-


El franco poincaré es una uni-
caré (Atenas 1974) y 46.000 derechos especiales de giro (Londres 1976).
dad monetaria basada en el •• por daño o pérdida de equipaje de cabina 12.500 francos poincaré (Atenas
valor oficial del oro, que permi- 1974) y 833 derechos especiales de giro (Londres 1976).
te establecer un valor unificado •• por daño o pérdida de vehículos y equipaje 50.000 francos poincaré (Ate-
mundialmente para el cálculo de
los límites correspondientes a las nas 1974) y 3333 derechos especiales de giro (Londres 1976).
indemnizaciones. Un franco poin- •• por daño o pérdida de otros equipajes 18.000 francos poincaré (Atenas
caré es equivalente a una unidad 1974) y 1200 derechos especiales de giro (Londres 1976).
constituida por 65,6 miligramos
de oro de 900 milésimas.
El valor de los derechos especiales El transportista y el empleado o agente del transportista no pueden acogerse
de giro es definido por el Fondo al beneficio de los límites de responsabilidad si se demuestra que los daños
Monetario Internacional. fueron consecuencia de un acto o de una omisión del transportista obrando
este con la intención de causar esos daños o temerariamente y a sabiendas
de que probablemente causaría tales daños (artículo 13 del Convenio de
Atenas de 1974).

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


227

El Convenio de Atenas de 1976 es a la vez modificado por el Protocolo de


2002 que, de acuerdo con Chami (2009:110), presenta una novedad impor-
tante: para el caso de muerte o lesiones corporales del pasajero como con-
secuencia de un hecho vinculado con la navegación se establece un sistema
de responsabilidad con dos niveles de limitación de la responsabilidad. En el
primero que determina un límite de 250.000 derechos especiales de giro, la
responsabilidad del transportista es objetiva (no es necesario probar su culpa)
y solo se exime si prueba que el evento se origina en: 1) guerra, hostilidades,
guerra civil, insurrección; 2) fenómeno natural de carácter excepcional, inevi-
table e irresistible o 3) suceso totalmente causado por una acción u omisión
intencionada de un tercero para causar daños. El segundo tramo fija un lími-
te superior de 400.000 derechos especiales de giro; la responsabilidad del
transportador es subjetiva (es necesario probar que este actuó con culpa) y
aquel se libera de responsabilidad si acredita que el suceso no le es imputa-
ble por su culpa o negligencia. Por otra parte, cuando se trata de sucesos no
vinculados a la navegación el reclamante debe probar la culpa o negligencia
del transportador.

Transporte fluvial internacional


En lo que respecta a la navegación fluvial internacional debe tenerse en cuenta
el Tratado de Montevideo de Derecho de la Navegación Comercial Internacional
de 1940, aprobado por Decreto-Ley 7771 del Presidente Provisional de la
Nación Argentina en ejercicio del Poder Legislativo, el 27 de abril de 1956,
que determina:

CC
Art. 25. - Los contratos de fletamento y de transporte de mercaderías o de per-
sonas que tengan por objeto esos transportes, entre puertos de un mismo
Estado, se rigen por sus leyes, cualquiera que sea la nacionalidad del buque.
El conocimiento de las acciones que se originen queda sometido a la jurisdic-
ción de los jueces o tribunales del mismo.
Art. 26. - Cuando los mismos contratos deban tener su ejecución en alguno de
los Estados, se rigen por la ley vigente en dicho Estado, sean cuales fueren el
lugar de su celebración y la nacionalidad del buque. Se entiende por lugar de
ejecución el del puerto de la descarga de las mercaderías o desembarque de
las personas. (Artículos 25 y 26 del Tratado de Montevideo de la Navegación
Comercial Internacional de 1940)

De acuerdo con Fresnedo de Aguirre (2014), las disposiciones de este tratado


establecen que es la ley del lugar de desembarque de las personas la que
regula la responsabilidad del transportista en caso de daños a la persona del
pasajero o a su equipaje, el faltante de este último así como las demoras que
uno u otro puedan sufrir.

Transporte aéreo internacional


Respecto del contrato de transporte aéreo internacional de personas, es de
aplicación al mismo la Convención para la unificación de ciertas reglas relativas
al transporte aéreo internacional, concluida en Varsovia el 12/12/29, aproba-
da por Ley 14111, y sus modificaciones introducidas en La Haya el 28/09/55,

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


228

aprobada por la así llamada Ley 17386 y en Montreal el 25/09/75, aprobada


por Ley 23556 y los Protocolos firmados en la sede de la Organización de
Aviación Civil Internacional (Montreal-Canadá) que modifican el Convenio para
la unificación de ciertas reglas relativas al transporte aéreo internacional
firmado en Varsovia el 12/10/29, aprobados por Ley 23556 y el Convenio
para la Unificación de ciertas Reglas para el Transporte Aéreo Internacional,
suscrito en la ciudad de Montreal, Canadá, el 28 de mayo de 1999, aprobado
por Ley 26451.
Al respecto del Protocolo de Montreal de 1999, señala Capaldo (2013):

CC
El Convenio de Montreal de 1999 sobre la Unificación de Ciertas Reglas para
el Transporte Aéreo Internacional entró en vigor el 4 de noviembre de 2003. A
enero de 2013 cuenta con 103 Estados miembros, entre los que se contabili-
zan la mayoría de los Estados sudamericanos, excepto Bolivia y Venezuela.
Con este convenio se inauguró un nuevo capítulo de la historia jurídica aero-
náutica, que estaba jaqueada por la alarmante fragmentación que había alcan-
zado la regulación internacional del transporte aéreo durante los 25 años pre-
vios a su firma. Sin embargo, la matriz jurídica introducida en esta nueva
etapa no difiere demasiado de la anterior, que desde 1929 estuvo iluminada
por los acuerdos y protocolos del sistema Varsovia. Quizá la mayor novedad
estribe en que, a través del Convenio de Montreal, se alcanzó el objetivo de
compilar en un único texto lo que hasta ese momento lucía disperso. Esa frag-
mentación estaba minando la certeza jurídica y la unificación logradas por el
Convenio de Varsovia de 1929 y su Protocolo de La Haya de 1955 que, al al-
canzar un altísimo grado de ratificaciones, establecieron bases jurídicas homo-
géneas para una actividad llevada a cabo por un vehículo que está tecnológi-
camente diseñado para trasponer fronteras. (Capaldo, 2013)

Teniendo en cuenta lo señalado precedentemente se desarrollan los aspectos


relativos al contrato de transporte aéreo internacional a partir de los contenidos
del Convenio de Montreal de 1999. Esto es sin perjuicio de señalar la importan-
cia de la vigencia en nuestro país, también, de los Convenios de Varsovia de
1929 y el Protocolo de la Haya de 1955, ya que como señala Knobel:

CC
Según veremos seguidamente, es necesario que los dos Estados en cuyo te-
rritorio se encuentran los puntos de partida y destino del contrato de transpor-
te aéreo que debemos analizar, tengan un texto internacional común. Por tal
motivo dependerá entre qué países se realiza el transporte aéreo para deter-
minar cuál es el texto aplicable. (Knobel, 2009:22)

El Convenio en trato es de aplicación a todo transporte internacional de perso-


nas, equipaje o carga efectuado en aeronaves, a cambio de una remuneración,
a la vez que al transporte gratuito efectuado en aeronaves por una empresa
de transporte aéreo (artículo 1.1. del Convenio de Montreal de 1999).
Define el transporte internacional como “todo transporte en que, conforme
a lo estipulado por las partes, el punto de partida y el punto de destino, haya
o no interrupción en el transporte o transbordo, están situados, bien en el

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


229

territorio de dos Estados Partes, bien en el territorio de un solo Estado Parte


si se ha previsto una escala en el territorio de cualquier otro Estado aunque
este no sea un Estado Parte. El transporte entre dos puntos dentro del territo-
rio de un solo Estado Parte, sin una escala convenida en el territorio de otro
Estado, no se considerará transporte internacional para los fines del presente
Convenio” (artículo 1.2. del Convenio de Montreal de 1999).
El transportador debe expedir un documento de transporte, individual o
colectivo, que indique los puntos de partida y regreso o hacerlo por cualquier
otro medio donde quede constancia de ello, ofreciendo al pasajero expe-
dir una declaración escrita de la información conservada por esos medios.
Asimismo, debe entregar al pasajero un talón de identificación de equipaje
por cada bulto de equipaje facturado y un aviso que indica que la responsa-
bilidad del transportador se rige por ese Convenio (artículo 3 del Convenio de
Montreal de 1999).
El transportista es responsable del daño causado en caso de muerte o de
lesión corporal de un pasajero o de destrucción, pérdida o avería del equipaje
facturado si este se produjo a bordo de la aeronave o durante cualquiera de las
operaciones de embarque o desembarque o durante cualquier período en que
el equipaje facturado se hallase bajo la custodia del transportista. Asimismo,
se exime de responsabilidad en la medida en que el daño se deba a la natu-
raleza, a un defecto o a un vicio propios del equipaje. En el caso de equipaje
no facturado, incluyendo los objetos personales, el transportista es responsa-
ble si el daño se debe a su culpa o a la de sus dependientes o agentes. Si el
transportista admite la pérdida del equipaje facturado, o si este no ha llegado
luego de veintiún días a contar de la fecha en que debería haber arribado, el
pasajero puede hacer valer contra el transportista los derechos que surgen
del contrato de transporte (artículo 17 del Convenio de Montreal de 1999).
En caso de retraso el transportista es responsable del daño ocasionado
en el transporte aéreo de pasajeros y equipaje. Puede eximirse de responsa-
bilidad si prueba que “él y sus dependientes y agentes adoptaron todas las
medidas que eran razonablemente necesarias para evitar el daño o que les fue
imposible, a uno y a otros, adoptar dichas medidas” (artículo 19 del Convenio
de Montreal de 1999).
También se exime, total o parcialmente, de responsabilidad el transporta-
dor cuando prueba que el daño causado o la muerte o lesión del pasajero, se
originan en la negligencia u otra acción u omisión indebida de la persona que
pide la indemnización, o de Ia persona de la que proviene su derecho, causó
el daño o contribuyó a él, o que estas han contribuido a ello (artículo 19 del
Convenio de Montreal de 1999).
La indemnización en caso de muerte o lesiones de los pasajeros presenta
en el Convenio de Montreal de 1999 un sistema con un doble nivel. Al respec-
to de este señala Knobel:

CC
De acuerdo con lo expresado, la estructura de responsabilidad que nos presen-
ta el nuevo Convenio en materia de daños por muerte o lesiones, es de dos ni-
veles. En un primer nivel, circunscripto a los daños que no excedan de
100.000 DEG, es de base objetiva; en el segundo nivel, respecto de los daños
que excedan esa cifra es de base subjetiva. De manera que el tipo de respon-
sabilidad y, más concretamente, las causales de exoneración admitidas en ca-
da caso, dependerían de la entidad del daño. (Knobel, 2009:52)

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


230

De esta manera, si el monto de los daños en caso de muerte o lesiones de


los pasajeros no superan los 100.0000 derechos especiales de giro, el trans-
portista no puede excluir ni limitar su responsabilidad. En cambio, si exceden
esa cifra podrá eximirse de responsabilidad si prueba que: a) el daño no se
debió a la negligencia o a otra acción u omisión indebida del transportador o
sus dependientes o agentes; o b) el daño se debió únicamente a la negligencia
o a otra acción u omisión indebida de un tercero (artículo 21 del Convenio de
Montreal de 1999).
La responsabilidad del transportador, en caso de daño causado por retra-
so, en el transporte de personas se limita a 4150 derechos especiales de giro
por pasajero. Y en caso de destrucción, pérdida, avería o retraso del equipa-
je, a 10OO derechos especiales de giro por pasajero, excepto que el pasajero
haya hecho al transportista, al entregar el equipaje facturado, una declaración
especial del valor de la entrega de este y haya pagado una suma suplementa-
ria, de corresponder. En este último caso, el transportador puede probar que
este importe es superior al valor real de la entrega en el lugar de destino para
el pasajero (artículo 22.1 y 22.2 del Convenio de Montreal de 1999).
El transportador puede establecer una estipulación por la que el transpor-
te se encuentra sujeto a límites de responsabilidad más elevados o que no
está sujeto a ningún límite de responsabilidad (artículo 25 del Convenio de
Montreal de 1999).
Las cláusulas que exoneren al transportista de su responsabilidad o fijen
Iímites inferiores a los determinados en el Convenio son nulas y de ningún
efecto, pero ello no implica la nulidad del contrato, que sigue sujeto a las dis-
posiciones de aquel (artículo 26 del Convenio de Montreal de 1999).
La recepción del equipaje facturado sin el correspondiente protesto por
escrito por parte del pasajero hace presunción, salvo prueba en contrario, de
que los mismos han sido entregados en buen estado. Los plazos para pre-
sentar el protesto son: en caso de avería del equipaje facturado de siete días
desde su entrega y en caso de retraso de veintiún días a partir de la fecha en
que se pusieron a disposición (artículo 31 del Convenio de Montreal de 1999).

PARA AMPLIAR

El instrumento de adhesión de la República Argentina al Convenio

AA de Montreal de 1999 presenta una declaración interpretativa que


aclara el concepto de “lesión corporal”, la que señala: “Para la Repú-
blica Argentina la expresión ‘lesión corporal’ contenida en el artícu-
lo 17 comprende asimismo la lesión mental relacionada con la lesión
corporal, u otra lesión mental que afecte de forma tan grave y perju-
dicial a la salud del pasajero que su capacidad para realizar actividades
cotidianas de una persona común esté muy debilitada”.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


231

LECTURA OBLIGATORIA

Puig, A. M. y Vita, J. P. (1998), Legislación y contratos turísticos,

OO Valleta Ediciones, Buenos Aires, pp. 67-85.

LECTURA RECOMENDADA

RR
Chami, D. (2009), Responsabilidad en el transporte de pasajeros por agua, Ladevi Edi-
ciones, Buenos Aires.
Fresnedo de Aguirre, C. (2014), “La responsabilidad de los transportadores en los
contratos de transporte internacional de personas”, en Moreno Rodríguez J. y Lima
Marques, C. (coords.), Los Servicios en el Derecho Internacional Privado. Jornadas de la
ASADIP 2014, Gráfica y Editora RJR, Porto Alegre, pp. 675-708.
Knobel, H. (2009), El transporte aéreo de pasajeros y su equipaje en el Convenio de Mon-
treal de 1999, Ladevi Ediciones, Buenos Aires.

3.

KK a. Realice un cuadro comparativo en el que se incluyan las normas


nacionales que rigen el contrato de transporte terrestre, fluvial o
marítimo y aeronáutico.
b. Determine cuál de ellas brinda una mayor protección al pasajero.

4.

KK Elija una empresa de transporte nacional de una modalidad determi-


nada (transporte terrestre, marítimo o fluvial o aeronáutico) y otra de
transporte internacional de la misma modalidad y determine en cada
caso los siguientes aspectos:
a. ¿Cuáles son los límites de peso de equipaje que se autoriza transportar?
b. ¿Qué mercaderías se encuentran prohibidas?
c. ¿Cuál es la indemnización por daño y por pérdida de equipaje?
d. ¿Cuál es la indemnización ante la falta de prestación del servicio?
e. ¿Cómo se indemniza la demora en la prestación del servicio o de la
entrega del equipaje?
f. ¿Qué normas rigen los contratos de transporte en cada caso?

5.4. Contrato de arrendamiento de automotor (rent a


car y leasing)
El contrato de arrendamiento de automotor, también denominado “de alquiler
de automotor”, “locación de vehículo” o “rent a car”, surge frente a las nece-
sidades empresarias o de recreación, que buscan la libertad de locomoción
sin la necesidad de adquirir la propiedad del rodado.
Existen diversas modalidades de alquiler de automotor: sin conductor o con
él, de carga o de transporte de personas, entre otros. En este caso, se hace

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


232

referencia al primero de ellos, que ha alcanzado un importante grado de desa-


rrollo dentro de la actividad turística.
Este contrato puede ser caracterizado, según Amat Llombart, como aquel
en que:

CC
[...] la empresa arrendadora del vehículo lo pone a disposición del usuario-
arrendatario cediéndole su uso por tiempo determinado y a cambio de precio
cierto. (Amat Llombart, 2002:304)

La definición que antecede permite identificar a las partes integrantes del


contrato de arrendamiento de automotor: arrendador (son personas humanas
o, más habitualmente, jurídicas, organizadas bajo la forma empresaria y deno-
minadas “rent a car”) y el arrendatario (es la persona a la que se cede el uso
y goce del vehículo). El objeto principal del contrato es el pago del precio, por
una parte y la disposición temporal de una cosa mueble ajena (el vehículo)
por la otra.
El contrato de arrendamiento de automotor se caracteriza por ser: a) típico,
ya que se trata de un contrato cuya regulación puede ubicarse en la modali-
dad del contrato de locación de cosas previsto en el Código Civil y Comercial
de la Nación); b) bilateral, ya que genera obligaciones para ambas partes; c)
consensual, pues los efectos del contrato nacen desde el momento mismo en
el que las partes prestan su consentimiento; d) oneroso, ya que es esencial
la contraprestación dineraria; e) conmutativo, porque desde el principio del
contrato las partes saben a qué se obligan y esas obligaciones son equilibra-
das; f) no formal, ya que no exige de forma específica para su celebración; g)
de adhesión, pues en la mayoría de los casos el arrendador es quien estipula
las pautas y el arrendatario quien adhiere a estas.
Este contrato se encuentra sometido a las disposiciones relativas a la loca-
ción de cosas contenidas en el Código Civil y Comercial de la Nación entre los
artículos 1187 a 1226.
De la regulación enunciada pueden extraerse las obligaciones y derechos
del arrendador y arrendatario de este tipo de contrato.
Son obligaciones del arrendador:
•• Entregar el automotor en condiciones adecuadas para su utilización (con
combustible y los demás elementos necesarios relativos al mantenimiento).
•• Contratar los diferentes seguros a fin de cubrir los eventuales perjuicios
que pueda ocasionar el uso de los vehículos tanto a los arrendatarios como
a terceros.

Son derechos del arrendador:


•• Recibir el pago acordado por el arrendamiento del automotor.
•• Imponer cargos por incumplimientos de parte del arrendador (demora en la
entrega, daños al vehículo, devolución en localización diferente de la con-
venida, falta de combustible, multas de tráfico, etc.).
•• Exigir la identificación del arrendador y la presentación del permiso que le
habilita a conducir.

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233

Son obligaciones del arrendatario:


•• Pagar el precio acordado.
•• Conservar el automotor, asumiendo la conducción del mismo de acuerdo
con la normativa vigente.
•• Devolver el vehículo en el plazo y lugar establecido en el contrato.
•• Abstenerse de dar un uso al automotor diferente al convenido.
•• Contar con el pertinente permiso de conducir vigente.

Son derechos del arrendatario:


•• Recibir el vehículo en las condiciones pactadas (clase, fecha y hora esta-
blecida, con los dispositivos extras contratados, etc.).
•• Contratar seguros que limiten o excluyen los eventuales daños que pueda
producir o las franquicias aplicadas a estos.
•• Contar con la atención del arrendador en caso de eventuales siniestros.
•• Percibir una reducción en el precio de la locación si la reparación del vehículo
interrumpe o turba el uso y goce convenido y si es grave a resolver el contrato.

Señala Amat Llombart al respecto del contrato de arrendamiento sin conductor


de vehículos a motor:

CC
El contrato (normalmente de adhesión y sujeto a condiciones generales) debe
celebrarse en documento escrito en el que se harán constar entre otras las si-
guientes especificaciones: identificación de las partes, identificación del vehí-
culo (clase, modelo, matrícula), datos de la entrega (lugar, fecha, combustible,
kilometraje), plazo de duración del contrato, precio convenido (en el que se in-
cluyen conceptos como el alquiler, kilómetros recorridos, el seguro de daños,
etc.), el depósito entregado a cuenta, etc. (Amat Llombart, 2002:304)

Sin perjuicio de lo señalado y teniendo en cuenta que el contrato de arrenda-


miento de automotor es regularmente un contrato de adhesión con cláusulas
predispuestas por el transportista, a la vez que de consumo, son aplicables a
este las disposiciones del CCyCN referentes a ese tipo de contratos y las de
la Ley 24240, sus modificatorias y reglamentarias.
El contrato denominado de leasing de automotor, posee cierto desarrollo
en el ámbito de la Unión Europea y se encuentra emparentado al contrato de
arrendamiento.
En este caso la empresa fabricante del automotor, hace entrega de un
vehículo nuevo, durante un período que usualmente se encuentra comprendi-
do entre tres semanas y seis meses, bajo la modalidad de tránsito temporal.
Para acceder a este contrato el interesado debe ser mayor de 18 años,
ser extranjero o no residente en el ámbito de la Unión Europea o de los deno-
minados territorios de ultramar. Debe por otra parte poseer un permiso inter-
nacional y definitivo de conducir en vigor, reconocido por los países visitados.
Este tipo de contrato incorpora regularmente entre sus cláusulas: kilometraje
ilimitado, seguro a todo riesgo sin franquicia, asistencia las 24 horas, entrega
y restitución en diferentes centros, garantía del fabricante, entre otros. Admite
sin gasto a conductores adicionales (cónyuge o persona en unión de hecho asi-
milable legalmente justificada, ascendientes y descendientes directos), en la
medida en que cumplan con los requisitos exigidos al conductor principal.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


234

El seguro a todo riesgo cubre: la responsabilidad civil del conductor e inclu-


ye a los pasajeros transportados de forma gratuita –en la medida de su uso
de acuerdo con el número máximo de plazas autorizadas que figuran en el cer-
tificado de matriculación del vehículo–; el incendio y robo del vehículo; rotura
de cristales; los daños por accidente, pinchaduras y reventones de los neu-
máticos. Además brinda los servicios de remolque del vehículo y protección
jurídica. Se encuentran excluidos del mismo: la pérdida o robo de equipajes y
efectos personales; las multas por infracciones; la pérdida, robo o daño de lla-
ves, el incumplimiento de los requisitos de mantenimiento del vehículo como
se especifica en el manual, la avería por empleo de combustible o lubrican-
te indebido, la conducción bajo la influencia de alcohol o drogas; el uso inde-
bido del vehículo: hundimiento, atascamiento en arena o barro, la participa-
ción en carreras, concentraciones deportivas o preparatoria de ensayos para
estos eventos y cualquier daño producido al vehículo cuando el conductor, en
el momento del accidente, es menor de edad, o no es titular de una licencia
de conducir válida requerida por la normativa vigente y circunstancias de fuer-
za mayor (Libro de viaje de Peugeot Open Europe).

5.5. Contrato de franquicia


El contrato de franquicia permite instrumentar un sistema de distribución que
se basa en la integración parcial de una entidad económica, por diferentes
empresarios independientes y bajo una apariencia única, que, a cambio de una
remuneración, adquieren el derecho a explotar el sistema de comercialización
creado por otro (Baiget, 2004:20).
Este modelo cobra en los últimos años un gran impulso sobre todo en sub-
sectores del turismo como el alojamiento, las agencias de viajes y el arrenda-
miento de automotores.
El Código Civil y Comercial de la Nación define, en su artículo 1512, el con-
trato de franquicia al señalar:

CC
Hay franquicia comercial cuando una parte, denominada franquiciante, otorga a
otra, llamada franquiciado, el derecho a utilizar un sistema probado, destinado
a comercializar determinados bienes o servicios bajo el nombre comercial, em-
blema o la marca del franquiciante, quien provee un conjunto de conocimientos
técnicos y la prestación continua de asistencia técnica o comercial, contra una
prestación directa o indirecta del franquiciado. (Artículo 1512 del CCyCN)

La definición precedente permite identificar a las partes integrantes del con-


trato de franquicia: franquiciante (es el titular exclusivo de los derechos inte-
lectuales, marcas, patentes, nombres comerciales, derechos de autor y del
know how –conjunto de conocimientos prácticos y la experiencia acumulada
en un negocio especial y diferenciado–; o quien tiene derecho a su utilización)
y franquiciado (la persona a quien se otorga el uso de la franquicia). El objeto
principal del contrato es la transmisión al franquiciado, en los términos del
contrato, de esos derechos y el know how, por una parte y el pago del canon,
por la otra.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


235

El canon es el derecho que el franquiciador exige al franquiciado. Es habi-


tual que en este tipo de negocios el franquiciado ponga a disposición un dere-
cho de entrada, que regularmente consiste en una suma dineraria fija, a fin
de retribuir los elementos constitutivos de la franquicia (uso de la marca, for-
mación inicial, transmisión de las técnicas comerciales, etc.) y un canon de
mantenimiento (una cantidad periódica que se paga por mantener la franqui-
cia, participar en la publicidad y por la formación) (Baiget, 2004:17).
El contrato de franquicia se caracteriza por ser: a) consensual, ya que con
el consentimiento que se prestan las partes queda perfeccionado y genera los
efectos jurídicos correspondientes; b) oneroso, las partes obtienen una ven-
taja a cambio de una contraprestación dineraria a favor de la otra; c) conmu-
tativo, las partes conocen desde el principio del contrato cuáles son las obli-
gaciones a las que se comprometen y estas guardan un equilibro entre ellas;
d) típico, ya que se trata de un contrato cuya regulación se encuentra previs-
ta en el Código Civil y Comercial de la Nación); e) bilateral, pues genera obli-
gaciones recíprocas para las partes; f) no formal, ya que no exige de forma
específica para su celebración.
Este contrato se encuentra sometido a las disposiciones contenidas en el
Código Civil y Comercial de la Nación en los artículos 1512 a 1524.
El CCyCN determina las obligaciones del franquiciante y el franquiciado.
Son obligaciones del franquiciante:

CC
a. proporcionar, con antelación a la firma del contrato, información económica y
financiera sobre la evolución de dos años de unidades similares a la ofrecida
en franquicia, que hayan operado un tiempo suficiente, en el país o en el
extranjero;
b. comunicar al franquiciado el conjunto de conocimientos técnicos, aun cuan-
do no estén patentados, derivados de la experiencia del franquiciante y compro-
bados por este como aptos para producir los efectos del sistema franquiciado;
c. entregar al franquiciado un manual de operaciones con las especificaciones
útiles para desarrollar la actividad prevista en el contrato;
d. proveer asistencia técnica para la mejor operatividad de la franquicia durante
la vigencia del contrato;
e. si la franquicia comprende la provisión de bienes o servicios a cargo del fran-
quiciante o de terceros designados por él, asegurar esa provisión en cantida-
des adecuadas y a precios razonables, según usos y costumbres comerciales
locales o internacionales;
f. defender y proteger el uso por el franquiciado, en las condiciones del contrato,
de los derechos referidos en el artículo 1512, sin perjuicio de que:
i. en las franquicias internacionales esa defensa está contractualmente a cargo
del franquiciado, a cuyo efecto debe ser especialmente apoderado sin perjui-
cio de la obligación del franquiciante de poner a disposición del franquiciado,
en tiempo propio, la documentación y demás elementos necesarios para ese
cometido;
ii. en cualquier caso, el franquiciado está facultado para intervenir como intere-
sado coadyuvante, en defensa de tales derechos, en las instancias administra-
tivas o judiciales correspondientes, por las vías admitidas por la ley procesal, y
en la medida que esta lo permita. (Artículo 1514 del CCyCN)

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236

En tanto que son obligaciones mínimas del franquiciado:

CC
a. desarrollar efectivamente la actividad comprendida en la franquicia, cumplir
las especificaciones del manual de operaciones y las que el franquiciante le
comunique en cumplimiento de su deber de asistencia técnica;
b. proporcionar las informaciones que razonablemente requiera el franquiciante
para el conocimiento del desarrollo de la actividad y facilitar las inspecciones
que se hayan pactado o que sean adecuadas al objeto de la franquicia;
c. abstenerse de actos que puedan poner en riesgo la identificación o el pres-
tigio del sistema de franquicia que integra o de los derechos mencionados en
el artículo 1512, segundo párrafo, y cooperar, en su caso, en la protección de
esos derechos;
d. mantener la confidencialidad de la información reservada que integra el con-
junto de conocimientos técnicos transmitidos y asegurar esa confidencialidad
respecto de las personas, dependientes o no, a las que deban comunicarse
para el desarrollo de las actividades. Esta obligación subsiste después de la
expiración del contrato;
e. cumplir con las contraprestaciones comprometidas, entre las que pueden
pactarse contribuciones para el desarrollo del mercado o de las tecnologías vin-
culadas a la franquicia. (Artículo 1515 del CCyCN)

El plazo del contrato de franquicia no puede ser inferior a los cuatro años,
excepto que se corresponda con situaciones especiales como ferias o con-
gresos, actividades desarrolladas dentro de predios o emprendimientos que
tienen prevista una duración inferior o similares (artículo 1516 del CCyCN).
Las partes del contrato de franquicia son independientes entre sí, por lo
que el franquiciante no responde por las obligaciones del franquiciado, excepto
disposición legal expresa en contrario y los dependientes del franquiciado no
tienen relación jurídica laboral con aquel. Por su parte, el franquiciante no res-
ponde por la rentabilidad del sistema otorgado en franquicia. Finalmente, es
obligación del franquiciado indicar claramente su calidad de persona indepen-
diente en sus facturas, contratos y demás documentos comerciales (artículo
1520 del CCyCN).
Cabe al franquiciante responder por los defectos de diseño del sistema,
que causan daños probados al franquiciado y que no sean ocasionados por la
negligencia grave o el dolo de este (artículo 1521).

LECTURA OBLIGATORIA

Baiget, J. (2004), El sistema de la franquicia en el sector turístico y el

OO ocio, Ediciones Octaedro S.L., Barcelona, pp. 29-40.

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237

5.6. Contrato de seguro y de asistencia en viaje


El contrato de seguro instrumenta un mecanismo mediante el cual “un conjun-
to de personas sujetas a las eventualidades de ciertos hechos dañosos (ries-
gos), reúnen sus contribuciones a fin de resarcir al integrante de ese conjunto
que llegue a sufrir las consecuencias de esos riesgos. La organización de ese
conjunto, selección de tales riesgos, fijación de las contribuciones de aquellas
personas (asegurados), queda a cargo de una empresa (sociedad anónima,
cooperativa, mutualidad, Estado) que asume la prestación del servicio, para
el cual se capacita técnica y financieramente” (Halperín, 1997:3)
Su empleo en el sector turístico es diverso, desde la exigencia de seguros
contra incendio para los establecimientos de alojamiento turístico, de respon-
sabilidad civil para los prestadores de turismo de aventura, de daños para el
transporte turístico, de accidentes personales en el turismo estudiantil y el
llamado seguro de caución para las agencias de viajes.
La así llamada Ley 17418, sancionada y promulgada por el Presidente de
la Nación, en uso de las atribuciones conferidas por el artículo 59 del Estatuto
de la Revolución Argentina, el 30 de agosto de 1967, denominada Ley de segu-
ros, define al contrato de seguro al señalar:

CC
Hay contrato de seguro cuando el asegurador se obliga, mediante una prima o
cotización, a resarcir un daño o cumplir la prestación convenida si ocurre el
evento previsto. (Artículo 1 de la Ley 17418)

La definición precedente permite identificar a las partes integrantes del contra-


to de seguro: asegurador (es la empresa de seguros que cuenta con la autori-
zación correspondiente) y asegurado (la persona titular del interés asegurado).
El tomador, por su parte, es la persona que contrata el seguro y suscribe la
póliza correspondiente, asumiendo la obligación del pago de la prima. El bene-
ficiario del seguro no es parte del contrato, ya que, en principio, no asume ni “La póliza es el documento con-
se le imponen obligaciones. tractual que recoge las con-
Esta modalidad contractual, de acuerdo con Halperín (1997:31) reconoce diciones del seguro realizado,
incluyendo el tipo de riesgo ase-
tres elementos específicos: a) el interés asegurable, es la relación lícita de
gurado, la prima correspondiente
valor económico sobre un bien; b) el riesgo, es la eventualidad prevista en el y las circunstancias particulares”
contrato y c) la prima o cotización, es el precio que se paga por el seguro, el (Arcarons Simón, 1999:139).
dinero que recibe el asegurador por asumir las obligaciones del contrato de
seguro.
El contrato de seguro se caracteriza por ser: a) consensual, ya que queda
perfeccionado con el consentimiento que se prestan las partes; b) oneroso,
pues las partes obtienen una ventaja a cambio de una contraprestación dine-
raria a favor de la otra; c) aleatorio: ya que las obligaciones dependen de que
se produzca un acontecimiento incierto al momento en que se perfecciona el
contrato.; d) típico, porque se trata de un contrato cuya regulación se encuen-
tra prevista en la Ley de Seguros; e) bilateral, ya que genera obligaciones recí-
procas para ambas partes.
Las obligaciones del asegurador son:

•• Pagar la indemnización convenida, hasta el límite máximo establecido en


la póliza.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


238

Son sus derechos:


•• Percibir el importe correspondiente a la prima.
•• Subrogarse en los derechos del asegurado contra los responsables del
siniestro o daño.

Son obligaciones del asegurado:


•• Efectuar el pago de la prima en los plazos y condiciones establecidas en
la póliza.
•• Indicar las circunstancias que influyen en el riesgo y las eventuales agra-
vaciones de este.
•• Notificar al asegurador el acaecimiento del evento dañoso y procurar limitar
las consecuencias del mismo.

Son derechos del asegurado:


•• Recibir la indemnización acordada en caso de que se produzca el siniestro.

En la medida en que el contrato de seguro se trate de un contrato de consumo


es de aplicación al mismo, también, la Ley 24240, de Defensa del Consumidor
y su normativa modificatoria y reglamentaria, así como aquellas normas que
regulan los contratos de este tipo (artículos 1092 a 1122 del CCyCN). Otro
tanto puede afirmarse respecto de la condición del contrato de adhesión, ya
que en caso de revestir esta, por haber aceptado el asegurado el sometimiento
a cláusulas contractuales predispuestas, son también aplicables los preceptos
contenidos en el citado Código para ese tipo de contratos (artículos 984 a 989).
Una modalidad específica vinculada a este contrato es el seguro de asis-
tencia en viaje que presenta diferentes denominaciones (servicio de seguro de
cobertura médica o medicina del turismo, seguro turístico, etc.), cuyo objeto
es garantizar al viajero que en caso de producirse un evento dañoso encuen-
tre la debida asistencia profesional a fin de superarlo.

CC
El seguro de asistencia en viaje, también llamado “seguro multirriesgo de via-
je” se transforma el contrato de asistencia en una operación de seguro en la
cual una parte (asegurador) se obliga, mediante el cobro de una prima, y para
el caso de que se produzca el evento cuyo riesgo es objeto de cobertura (en-
fermedad o accidente del viajero, robo o pérdida del equipaje, etc.), a indemni-
zar, dentro de los límites pactados, el daño producido a la otra parte (asegura-
do) o bien satisfacer un capital, una renta u otras prestaciones convenidas, en
caso de accidente, invalidez o muerte del viajero. (Arcarons Simón, 1999:138)

En lo que respecta a los riesgos más frecuentemente asegurables y su repa-


ración, Amat Llombart identifica:

CC
a. Relativos a equipajes. Se cubre el caso de la pérdida o deterioro del equi-
paje durante el transporte, o el robo del mismo, Y la aseguradora abonará
a una indemnización económica al perjudicado. También se extiende la ga-
rantía al retraso en la entrega de equipaje, Y cubre los gastos ocasionados
para la compra de artículos necesarios.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


239

b. Relativos al vehículo. Se aseguran los trastornos que cause al viajero el pro-


pio vehículo averiado accidentado, no la reparación en sí: remolque hasta
el taller mecánico, alojamiento en hotel por la tardanza de la reparación,
coche de alquiler sustitutivo, transporte de repatriación, envío de un conduc-
tor caso de que el asegurado no pueda continuar el viaje.
c. Retrasos y demoras. Quedan cubiertos los gastos que tales retrasos de los
medios de transporte causen al viajero, o por la perdida de enlaces (comi-
das, hoteles).
d. Cancelación del viaje por el usuario. Se garantiza el reembolso de las
cantidades a abonar por la cancelación de un viaje previamente reservado.
También se cubre la eventualidad consistente en que una vez iniciado el
viaje deba de abonarse por alguna circunstancia. Así se abonarán los gastos
del desplazamiento al domicilio del asegurado.
e. Riesgo sobre las personas. Se cubre la asistencia sanitaria y hospitalaria
por causa de accidente o enfermedad. Se incluye el eventual traslado del
paciente a su lugar de origen, y en caso de fallecimiento la repatriación del
cadáver. Por otra parte también se asegura una indemnización por la muer-
te o invalidez del asegurado.
f. Defensa jurídica y responsabilidad civil. La compañía aseguradora se haría
cargo de las indemnizaciones que tuviera que satisfacer el asegurado por
responsabilidad civil frente a terceros, y la defensa jurídica (abogado, ase-
sor) en los procedimientos en que se decida sobre su responsabilidad civil.
(Amat Llombart, 2002:310)

LECTURA OBLIGATORIA

García, L. (2014), “Alcances legales del denominado Contrato de

OO Asistencia Integral al Viajero”, Infojus.com, 16 de abril de 2014,


Buenos Aires.

LECTURA RECOMENDADA

RR
Compiani, M. (2016), “El régimen jurídico del contrato de seguro en el derecho argen-
tino. Actualidad y perspectivas”, Actualidad Jurídica Iberoamericana, N° 5, diciembre,
pp. 8 a 35.
Halperín, I. (1997), Lecciones de seguros, Ediciones Depalma, Buenos Aires.
Rivero Alemán, S. (1998), Seguro turístico y de asistencia en viajes, Bosch Casa editorial
S.A., Barcelona.

5.7. Contrato de tiempo compartido


El contrato que da origen a la constitución del “tiempo compartido” también
denominado “multipropiedad”, “aprovechamiento por turno de bienes inmue-
bles o time-sharing”, enumerado como un derecho real en el Código Civil y
Comercial de la Nación (artículos 2087 a 2102), aunque “caracterizado de
una manera especial que lleva a dudar su verdadero carácter de tal” (Silvestre

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


240

y Lubiniecki, 2015), es una de las figuras jurídicas que en el ámbito del turis-
mo han dado mayor lugar a discusión en la doctrina y en la jurisprudencia.
En la legislación argentina pueden identificarse disposiciones relativas al
contrato de tiempo compartido en el Capítulo IV de la Ley 26356 de Sistemas
Turísticos de Tiempo Compartido (STTC). No obstante, es imprescindible seña-
lar que las mismas se encuentran derogadas a partir de la sanción de la Ley
26994, del Código Civil y Comercial de la Nación.

CC
Consiste básicamente esta modalidad contractual en otorgar al usuario la facultad
de disfrutar con carácter exclusivo, durante un período específico de cada año, un
alojamiento susceptible de utilización independiente, por tener salida propia a la
vía pública o un elemento común del edificio en el que estuviera integrado, y que
esté dotado de modo permanente con el mobiliario adecuado al efecto, y el dere-
cho a la prestación de servicios complementarios. (Fernández Ortega, 2005:240)

Las partes integrantes del contrato de tiempo compartido son: emprendedor


(es la persona física o jurídica propietaria o con justo título de disposición del
inmueble, que comercializa períodos de disfrute y brinda a los usuarios las
prestaciones que lo integran, por sí o por intermedio de terceros) y usuario
(aquel a quien se otorga el uso y goce de aquellos). El objeto principal del
contrato es la facilitación de turnos de hospedaje, en una unidad vacacional
acondicionada, y de uso de los espacios comunes del complejo, en forma
periódica y durante un tiempo determinado, de acuerdo con las condiciones
expresamente pactadas, por una parte; y el pago del precio correspondiente
a esas prestaciones así como la asunción de los gastos de administración y
mantenimiento correspondientes, por la otra.
El contrato de tiempo compartido se caracteriza por ser: a) consensual, ya
que queda concluido con el consentimiento de las partes; b) oneroso, ya que
impone una contraprestación por el servicio que se presta; c) bilateral, ya que
crea obligaciones para ambas partes, el emprendedor y el usuario; d) conmu-
tativo o sinalagmático, ya que al momento de formación las partes conocen
las prestaciones a las que se obligan; e) de ejecución sucesiva, ya que las
obligaciones se cumplen en un período de tiempo continuado; f) de adhesión,
en la medida en que el usuario consienta someterse a cláusulas contractua-
les determinadas por el emprendedor; g) atípico, a partir de la derogación de
las disposiciones de la Ley de Sistemas Turísticos de Tiempo Compartido
que lo regulaban; h) de consumo, ya que el usuario reviste la condición de
consumidor.
De acuerdo con lo establecido en el Código Civil y Comercial de la Nación
son obligaciones del emprendedor:

CC
a. establecer el régimen de utilización y administración de las cosas y servi-
cios que forman parte del tiempo compartido y controlar el cumplimiento de
las obligaciones a cargo del administrador;
b. habilitar un Registro de Titulares, que debe supervisar la autoridad de aplica-
ción, en el que deben asentarse los datos personales de los usuarios y su domi-

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


241

cilio, períodos de uso, el o los establecimientos a los que corresponden, tipo,


extensión y categoría de las unidades, y los cambios de titularidad;
c. garantizar el ejercicio del derecho de los usuarios, en la oportunidad y condi-
ciones comprometidas;
d. abonar las cuotas por gastos del sistema de las unidades no enajenadas.
(Artículo 2094 deL CCyCN)

Por su parte el usuario tiene también determinadas obligaciones:

CC
a. ejercer su derecho conforme a su naturaleza y destino, sin alterarlos ni sus-
tituirlos y sin impedir a otros usuarios disfrutar de los turnos que les
corresponden;
b. responder por los daños a la unidad, al establecimiento, o a sus áreas comu-
nes, ocasionados por ellos, sus acompañantes o las personas que ellos auto-
rizan, si tales daños no son ocasionados por su uso normal y regular o por el
mero transcurso del tiempo;
c. comunicar a la administración toda cesión temporal o definitiva de sus dere-
chos, conforme a los procedimientos establecidos en el reglamento de uso;
d. abonar en tiempo y forma las cuotas por gastos del sistema y del fondo
de reserva, así como todo gasto que pueda serle imputado particularmente.
(Artículo 2095 deL CCyCN)

En la medida en que el contrato que origina el derecho real de tiempo com-


partido se trata de un contrato de consumo es de aplicación al mismo la
Ley 24240, de Defensa del Consumidor y su normativa modificatoria y regla-
mentaria, así como aquellas normas que regulan los contratos de este tipo
(artículos 1092 a 1122 del CCyCN). Lo mismo puede afirmarse respecto de
la condición de contrato de adhesión, ya que, regularmente, el adquirente
acepta el sometimiento a cláusulas contractuales predispuestas, por lo que
son también aplicables los preceptos contenidos en el citado Código para ese
tipo de contratos (artículos 984 a 989).
Es importante señalar que junto con el contrato de tiempo compartido se
advierten otros contratos vinculados como el contrato de administración del
complejo, que vincula al usuario con el administrador del complejo; y el con-
trato de intercambio, por el que el usuario puede ceder en forma temporaria
el uso y goce de su período y de esta manera acceder a utilizar un complejo
diferente del propio, entre otros.

LECTURA RECOMENDADA

RR
Silvestre, N. y Lubiniecki, R. (2015), “El tiempo compartido. Breves reflexiones sobre
el tratamiento en el nuevo Código Civil y Comercial”, El Nuevo Código Civil.com, 22
de septiembre de 2015.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


242

5.

KK Solicite a diferentes prestadores de servicios turísticos (hoteleros, agentes


de viajes, compañías de transporte, rentadores de automóviles, empresas
turísticas franquiciantes, entidades de asistencia al viajero, promotores
de tiempo compartido, etc.) los contratos modelos que emplean en su
labor diaria e identifique en ellos los sujetos, objeto, derechos, obliga-
ciones y responsabilidad de las partes.

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243

Derecho y normativa aplicable a la


actividad turística en la Argentina

Objetivos
•• Entender las relaciones entre el derecho y el turismo.
•• Comprender el concepto de distribución de competencias y sus implican-
cias en materia de turismo.
•• Conocer el marco normativo aplicable al turismo en la Argentina.

6.1. Relaciones entre el derecho y el turismo


El estudio de la relación entre el derecho y el turismo presenta un cierto grado
de dificultad, dada la multitud de relaciones jurídicas que involucra la actividad
turística. Como señala el jurista Arcarons Simon:

CC
El turismo es un fenómeno de rara complejidad, si se considera el cúmulo de
intereses y factores que en él confluyen y que son de la más variada naturale-
za. Todo este conjunto de intereses y factores (económicos, sociológicos, polí-
ticos, administrativos, etc.) es susceptible de la correspondiente regulación ju-
rídica. (Arcarons Simon, 1999:57)

Cuando el Estado establece un marco normativo específico con particularida-


des propias y autonomía –como el caso del derecho aeronáutico o el derecho
administrativo– puede afirmarse que se está en presencia de una rama del
derecho. En lo que respecta al derecho aplicable a la actividad turística existen
en este aspecto dos posiciones diferenciadas, aquellos autores que entienden
que se trata de una rama del Derecho y los que niegan esa condición.
Los juristas que sostienen que el derecho relativo al turismo carece de prin-
cipios especiales y se limita a tener como contenido las normas y problemas
jurídicos que se suscitan en una realidad socioeconómica particular, como el
turismo, denominan a este “Derecho del Turismo”.
Para Blanquer Criado:

CC
No es de extrañar que alguien sienta la tentación de creer o inventar un
Derecho Turístico, sustentado en sus propios principios, distintos de los que ri-
gen e inspiran otras disciplinas jurídicas, y que por tanto dan autonomía y sus-
tantividad propia a una nueva disciplina académica. En mi opinión, conviene re-
sistirse a esa tentación, pues no hay tal singularidad de principios diferentes a
otras ramas y propios o exclusivos de un supuesto Derecho Turístico.

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244

Más modestamente puede hablarse de Derecho del Turismo, este carece de


esos principios y se limita a tener como contenido las normas y problemas jurí-
dicos que se suscitan en una realidad socioeconómica como es el turismo. Para
conocerlos y resolverlos hay que acudir a los principios y técnicas del Derecho
Civil, Mercantil, Administrativo y Tributario, sin olvidar el Derecho del Trabajo. No
estamos ante una disciplina autónoma, sino vicaria de otras ramas del Derecho.
(Blanquer Criado, 1999:21)

Otros juristas, en cambio, proponen la existencia de un “Derecho Turístico”,


es decir, que consideran a este una rama autónoma del derecho. En este
grupo se ubica el especialista en derecho aeronáutico argentino Mario Folchi:

CC
El Derecho Turístico es un conjunto de principios y normas, de Derecho Público
y Privado, de orden interno e internacional, que rigen las instituciones y relacio-
nes jurídicas nacidas del turismo y modificadas por él. (Folchi, 1994:70)

Al referirse al conjunto de principios y normas, Folchi otorga al concepto un


marco de unidad orgánica, propio de una rama del derecho, en el que pueden
incluirse las instituciones, actividades, relaciones, derechos y obligaciones que
surgen de la actividad. Entre tales derechos se encuentra el derecho a viajar,
que tipifica buena parte de la materia jurídica del turismo y posee una esencia
que va más allá de las relaciones que se crean entre el turista y las perso-
nas públicas y privadas, colocándolo en el conjunto de principios del Derecho
Turístico y convirtiéndolo en parte sustancial de la libertad del hombre.
Por otra parte, señala que el Derecho Turístico tiene principios y normas
de Derecho Público (las que tienen que ver con la regulación de las activida-
des turísticas como la hotelera, de los agentes de viajes, de los prestadores
de turismo de aventura y rural, etc) y de Derecho Privado (las relativas a las
relaciones entre particulares, en especial las contractuales, que surgen entre
otros de los contratos de alojamiento, de viaje, de transporte, etc). De esta
manera afirma que el Derecho Turístico trasciende las relaciones entre perso-
nas del derecho privado, y establece principios protectorios para los turistas.
Asimismo, las normas que integran el Derecho Turístico son tanto de dere-
cho interno como de derecho internacional. El primer caso podemos apreciar-
lo al estudiar las leyes sancionadas por el Congreso de la Nación vinculadas
al turismo, como la Ley Nacional de Turismo y la Ley de Turismo Estudiantil.
Entre las normas que integran el derecho internacional podemos mencionar
los convenios internacionales ratificados por nuestro país, como el Convenio
de Varsovia y los Protocolos de la Haya y Montreal, sobre transporte aéreo, el
de Atenas sobre transporte marítimo internacional y el Convenio de Bruselas
sobre contrato de viaje (actualmente denunciado por nuestro país).
Por otra parte, señala que esta, a la que considera una nueva rama del
derecho, ha creado instituciones y relaciones jurídicas originales o ha modifi-
cado las existentes.
Finalmente, encuentra elementos comunes entre el Derecho Aeronáutico
y el Derecho Turístico: la internacionalidad, la integralidad, la especialidad y
el reglamentarismo. Dichos elementos apuntalan la posición del autor de que
se está en presencia de una nueva rama del derecho.

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245

•• Internacionalidad: si bien las normas jurídicas internacionales en materia


de turismo no tienen la misma importancia que respecto del Derecho Aero-
náutico, existen numerosas disposiciones en convenios internacionales
que regulan diversos aspectos de la actividad.
•• Integralidad: une tanto aspectos de derecho público como privado, como
puede apreciarse en la Convención de Bruselas sobre contrato de viajes
que regula una materia esencialmente de derecho privado, pero incorpora
el principio protector del turista de eminente raíz pública.
•• Especialidad: se encuentra dada por las características específicas que
surgen del estudio de los elementos básicos del Derecho Turístico: la res-
ponsabilidad que establece la Convención de Bruselas, las particulares
relaciones existentes entre los agentes de viajes y los prestadores de ser-
vicios turísticos, la tipicidad del contrato que rige la relación entre la Aso-
ciación del Transporte Aéreo Internacional (IATA) y los agentes de viajes,
los elementos peculiares del contrato de hospedaje, las responsabilidades
que surgen del uso de los sistemas globales de distribución (GDS) y de los
sistemas de reservas, etcétera.
•• Reglamentarismo: ya que en buena parte de los países las primeras nor-
mas regulatorias de la actividad tienen la forma de reglamentos.

En suma, se adopte una u otra postura, lo que se advierte es la creciente


importancia que tiene para el derecho la actividad turística, en tanto objeto
de estudio y de aplicación de normas. Esta ha llevado a la investigación de
la problemática por reconocidos juristas, a la vez que permite contar con dos
asociaciones que tienen en su objeto el estudio la problemática del turismo
desde la perspectiva jurídica. Estas son: la Asociación Argentina del Derecho
del Turismo (AADETUR) y el Foro Internacional de Abogados Especializados en
el Derecho de los Viajes y el Turismo – Argentina (IFTTA Argentina).

LECTURA OBLIGATORIA

Blanquer Criado, D. (1999), Derecho del Turismo, Tirant Lo

OO Blanch, Valencia, pp. 19-33.


Folchi, M. (1994), “Bases para una legislación uniforme turístico
aeronáutico – turística rioplatense”, en Folchi, M. O. (Director),
Aviación comercial, turismo, derecho aeronáutico y espacial, Alejandro
Folchi Editor, Buenos Aires, pp. 69-76.

1.

KK Identifique en Internet dos asociaciones nacionales y dos internaciona-


les que se tengan relación con el Derecho del Turismo y luego conteste
a las siguientes preguntas:
a. ¿Cómo se denomina la Asociación?
b. ¿Su alcance es nacional, regional o internacional?
c. ¿Qué objetivos tiene?
d. ¿Qué actividades realiza para la difusión del derecho del turismo?
e. ¿Qué similitudes y diferencias encuentra entre ellas?

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


246

6.2. Distribución constitucional de competencias en


materia turística en la Argentina
De acuerdo con el precepto contenido en el artículo 1º de la Constitución
Nacional, la República Argentina adopta la forma de Estado federal. Ello impli-
ca que el poder se encuentra distribuido territorialmente en diferentes entes:
el Estado nacional, las provincias, los municipios y, a partir de la reforma
constitucional de 1994, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Cada uno de estos entes cuenta con potestades tanto legislativas como
reglamentarias. Para evitar conflictos en el dictado de normas la Constitución
Nacional establece un sistema de distribución de competencias en el que
otorga a cada ente diferentes potestades. La competencia tiene la función de
habilitar el dictado de una norma en una determinada materia, es decir que si
un ente carece de ella e igualmente lo hace esa norma es inválida.
La Constitución Nacional no prevé de manera expresa a quién correspon-
den las competencias para el dictado de la normativa en materia turística, por
ello hay que acudir a diferentes preceptos de la Carta Magna para poder deter-
minar en cada caso cómo es el reparto respecto de aquella.
Por otra parte, es necesario advertir que si bien existen competencias que
directamente se encuentran destinadas a la regulación de la materia turística
(alojamiento turístico, intermediación turística, turismo de aventura, turismo
rural, tiempo compartido, profesionales en turismo, guías, etc.) existen otras
que tienen una influencia importante respecto de la actividad (relaciones exte-
riores, valor de la moneda, educación, preservación del patrimonio cultural y
natural, etc.) (Del Busto, 2014:59).
Estas competencias pueden ser denominadas “competencias turísticas”
y “competencias con incidencia en turismo”, según regulen directamente las
actividades y profesiones turísticas o impacten sobre aquella aunque también
lo hagan respecto de otras actividades económicas.

6.2.1 Competencias en materia turística de la nación y las


provincias
Si bien no existe una disposición expresa de la Constitución Nacional en torno
a la distribución de competencias en materia turística, puede sostenerse que
entre la nación y las provincias la misma encuentra su fundamento en la propia
ley de leyes (Del Busto, 2009:364).
El comercio de las provincias entre Una de las principales normas que establecen el reparto de competencias
sí es denominado interprovincial entre la nación y las provincias es la contenida en el artículo 75 inc. 13 de la
o interjurisdiccional y comprende, Constitución Nacional.
además del que se realiza entre
aquellas, aquel que se desarrolla
entre una provincia y la Ciudad

CC
Autónoma de Buenos Aires o entre Corresponde al Congreso: [...] 13. Reglar el comercio con las naciones extran-
aquellas y un territorio sometido jeras, y de las provincias entre sí. (Artículo 75, inciso 13, Constitución Nacional)
a la jurisdicción nacional (como
por ejemplo un área natural pro-
tegida). Al comercio con otros
Estados se lo denomina exterior A través de la disposición contenida en este artículo se establece la compe-
o internacional.
tencia de la nación para la intervención en el establecimiento de las pautas
que rigen el comercio internacional y la regulación de aquel cuando reviste
el carácter de interjurisdiccional. Ello otorga al Estado nacional la facultad de

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


247

reglamentar aquellas actividades comerciales, entre ellas las turísticas, que


se desarrollan entre más de una jurisdicción provincial, o entre estas y un
territorio sometido a las potestades del Estado federal o entre todos estos y
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En uso de la competencia contenida en el artículo 75 inciso 13 el Con-

xx greso de la Nación ha sancionado la así llamada Ley 18829, de Agentes


de Viajes, que es de aplicación en todo el territorio de la nación.

Las provincias, a diferencia de la nación, han hecho reserva de todas las


restantes competencias que no delegaron expresamente en esta última. El
fundamento constitucional de tal aseveración se encuentra en el artículo 121
de nuestra Carta Magna donde señala:

CC
Las provincias conservan todo el poder no delegado por esta Constitución al
Gobierno federal, y el que expresamente se hayan reservado por pactos espe-
ciales al tiempo de su incorporación. (Artículo 121 de la CN)

De ahí que se pueda interpretar que las provincias conservan todas las compe-
tencias en materia turística que se desarrollen con exclusividad en el ámbito
de su territorio, excepto aquellas que hayan delegado en la nación.

En uso de la competencia contenida en el artículo 121, las provincias

xx han dictado diferentes normas, entre las que destacan las leyes provin-
ciales de turismo y la normativa de alojamiento turístico, turismo de
aventura, turismo rural, tiempo compartido, profesionales en turismo,
guías de turismo, etcétera.

Además de estas competencias existen en la Constitución Nacional otras que


tienen incidencia en la materia turística.
En el caso de la nación pueden mencionarse potestades para la concreción
de tratados internacionales (artículo 27, artículo 75 inciso 22 y artículo 99
inciso 11 de la CN); el dictado de las normas que contengan los presupues-
tos mínimos de protección de los recursos naturales, de la preservación del
patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica (artículo 41), la san-
ción de normas de protección de los derechos de los consumidores y usua-
rios (artículo 42); el dictado de la legislación en materia: tributaria (artículo
75 inciso 1), civil y comercial (artículo 75 inciso 12) y de fomento y estímulo
(artículo 75 inciso 18), entre otras.
En cuanto a las provincias, el dictado de normas que completen las nor-
mas nacionales de protección de los recursos naturales, de la preservación
del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica (artículo 41 de la
CN), en materia de consumo (artículo 42), en materia tributaria (artículo 75
inciso 1), en materia de fomento (artículo 124), entre las más importantes.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


248

6.2.2. Competencias en materia turística de la Ciudad Autónoma


de Buenos Aires
Respecto de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, si bien esta no tiene el
estatus de provincia y, por tanto, no ha hecho reserva expresa de los pode-
res no delegados en el Estado Nacional, por imperio de lo establecido en la
Constitución Nacional, posee facultades de legislación y jurisdicción, como
indica su artículo 129 que determina :

CC
La ciudad de Buenos Aires tendrá un régimen de gobierno autónomo, con facul-
tades propias de legislación y jurisdicción, y su jefe de gobierno será elegido
directamente por el pueblo de la ciudad. Una ley garantizará los intereses del
Estado nacional, mientras la ciudad de Buenos Aires sea capital de la Nación.
(Artículo 121 de la CN)

Se entiende que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se encuentra equipa-


rada a las provincias argentinas en cuanto a sus competencias en materia
turística, ya que además de tener las facultades propias de legislación no se
advierte que la normativa turística pueda tener alguna incidencia que afecte
los intereses del Estado nacional.

En uso de la competencia contenida en el artículo 129, la Ciudad Autó-

xx noma de Buenos Aires ha dictado la Ley de Turismo de la CABA, la Ley


de alojamiento turístico, la Ley de guías, etcétera.

6.2.3. Competencias en materia turística de los municipios


Las competencias en materia turística de los municipios tienen su basamen-
to en el artículo 5 de la Constitución Nacional, que impone a las provincias
la obligación de asegurar el régimen municipal, y fundamentalmente en su
artículo 123, que determina que las provincias tienen no solo el deber de
asegurar el régimen municipal, sino también el de garantizar su autonomía en
determinados ámbitos.

CC
Cada provincia dicta su propia constitución, conforme a lo dispuesto por el art.
5° asegurando la autonomía municipal y reglando su alcance y contenido en el
orden institucional, político, administrativo, económico y financiero. (Artículo
121 de la CN)

Pese a lo que antecede, y la naturaleza constitucional de las fuentes, resulta


menester acudir a otras normas para poder conocer cuáles son las competen-
cias atribuidas a los municipios.
Así puede afirmarse que en algunos casos los textos constitucionales pro-
vinciales hacen referencia a las competencias de los municipios en materia
turística. También corresponde verificar las atribuciones que se otorgan a
aquellos en las leyes provinciales de turismo, en las leyes orgánicas munici-

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


249

pales y en las cartas orgánicas municipales, en el caso de los municipios que


se encuentran habilitados y, en algunos casos, en la normativa sectorial que
cada provincia dicta.

En uso de las competencias antes señaladas los municipios pueden dic-

xx tar normas relativas a la creación de los entes de turismo locales y sus


funciones, pero también otras con gran incidencia respecto del turismo
como los Códigos de Planeamiento Urbano y los Códigos de Edifica-
ción, en materia de accesibilidad, entre otras.

2.

KK Ubique en la Constitución de la provincia en la que reside o de la que


es oriundo y en la Ley Orgánica de Municipios provincial o en la Carta
Orgánica del Municipio en el que vive cuáles son las competencias turís-
ticas y las competencias con incidencia en turismo.

3.

KK Identifique diez (10) normas turísticas o que impacten en turismo (al


menos una emanada de cada nivel del Estado argentino (nacional, pro-
vincial, municipal y de la CABA) y que hayan sido dictadas por el órga-
no legislativo y ejecutivo e identifique los artículos de la Constitución
Nacional o de la Constitución provincial de donde surgen las compe-
tencias para su dictado.

LECTURA OBLIGATORIA

Del Busto, E. (2018), “La distribución de competencias en mate-

OO ria turística en la República Argentina. Especial mención a destinos


turísticos de reciente desarrollo”, Revista Internacional de Derecho del
Turismo, Universidad de Córdoba, pp. 1-21.

6.3. Ley Nacional de Turismo


La Ley Nacional de Turismo 25997, sancionada por el Congreso de la Nación
el 16 de diciembre de 2004 y promulgada por el Poder Ejecutivo Nacional el
5 de enero de 2005, es la norma básica que da marco a la actividad turística
en el ámbito nacional. A partir de ella se desarrolla el sistema normativo que
afecta a aquella.
Dicha norma constituye el punto de partida de toda indagación y análisis
sobre la relación entre el derecho y el turismo en la Argentina y de ella se
extraen los principios conforme a los que debe desarrollarse la actividad.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


250

6.3.1. Antecedentes histórico-normativos


En el estudio histórico del derecho argentino pueden identificarse una serie
de antecedentes a la Ley Nacional de Turismo vigente; el primero de ellos se
encuentra en la Ley 12103 del año 1934, que crea la Dirección de Parques
Nacionales. Dicha norma incorpora, entre las funciones de la autoridad de
aplicación, el deber de incentivar la afluencia de visitas, y se regula un aspecto
relativo a la actividad hasta entonces carente de normativa.
El Decreto 12380/43 por el que se anexa a Parques Nacionales una
Dirección de Turismo constituye otro importante avance en la intervención
estatal en la actividad turística.
Otro antecedente no menos importante es el Decreto Ley 12028, que otor-
ga carácter descentralizado a la Dirección Nacional de Turismo y la identifica
como una institución de derecho público, que ejerce las funciones de promo-
ción, planeamiento y desarrollo del turismo nacional e internacional. Este ente,
administrado por un directorio designado por el Poder Ejecutivo Nacional, cuen-
ta con un régimen financiero específico y es acompañado por una Comisión
Asesora de Turismo, con composición mayoritariamente pública. La norma
faculta al dictado de reglamentos y determina sanciones aplicables frente a
su incumplimiento.
Pese a la importancia que cobra la actividad turística, no es hasta el año
1958 que la Argentina cuenta con su primera Ley Nacional de Turismo, la Ley
14574, que con cierta modificaciones mantuvo su vigencia hasta ser deroga-
da por la Ley 25997.
Entre los contenidos sustantivos de la Ley 14574 destacan:
• Determina la autarquía de la Dirección Nacional de Turismo (DNT).
• Otorga al organismo funciones de fomento y organización del turismo
interior o del exterior y de promoción del turismo educacional y social.
• Establece entre los deberes y atribuciones de la DNT los siguientes:
a) el dictado de las reglamentaciones de la actividad turística;
b) la realización de obras de interés turístico y la facultad de construir y
administrar hoteles y hosterías;
c) la promoción de colonias de vacaciones; balnearios, campos deportivos
y de recreación destinados al turismo económico;
d) el incentivo mediante créditos para el desarrollo del turismo;
e) la instalación y mantenimiento de oficinas de informes;
f) la organización y participación en congresos y conferencias para la pro-
moción del turismo nacional;
g) la promoción de acuerdos bilaterales o colectivos para generar un incre-
mento del turismo;
h) la realización de la propaganda turística.

•• Instituye un crédito especial para el fomento turístico administrado por la


DNT.
•• Formaliza la sección de turismo social, cuyo objetivo es promover y orga-
nizar, dentro de la jurisdicción nacional, el turismo social para docentes,
empleados y jubilados, pensionados, obreros, estudiantes y trabajadores
independientes.
•• Crea el Fondo Nacional de Turismo que se constituye con los recursos
siguientes:

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


251

a) las sumas asignadas en el Presupuesto General de la Nación;


b) lo recaudado a través del cobro del impuesto sobre el precio de los
pasajes aéreos al exterior (a partir de allí denominado DNT);
c) el producido de los impuestos sobre toda clase de juegos destinados
al turismo;
d) las sumas obtenidas por aplicación de multas por infracciones;
e) las subvenciones, donaciones y legados de que puede ser beneficiaria.

•• Delega en un directorio, compuesto por un presidente y doce vocales, la


administración de la DNT. El presidente del directorio es nombrado por el
Poder Ejecutivo con acuerdo del Senado y debe ser persona versada en
materia de turismo. La duración de su mandato es de seis años (coinciden-
te con el período presidencial en aquella época).
•• Crea una Comisión Asesora de Turismo, de carácter consultivo, con funcio-
nes de asesoramiento y estudio, que se integra por el sector público y pri-
vado. Se encarga de asesorar y pronunciarse sobre cuestiones referentes
a la organización, coordinación, promoción y legislación de las actividades
turísticas, tanto oficiales como privadas.
•• Establece la facultad de imponer sanciones por las infracciones a la Ley.

Esta Ley se reglamenta mediante el dictado del Decreto 9468/61 cuyos


aspectos relevantes son:
•• Establece la dependencia de la DNT del Poder Ejecutivo Nacional, a través
de la Secretaría de Estado de Transporte.
•• Reafirma sus atribuciones y funciones.
•• Fija el régimen de compras y contrataciones.
•• Promueve la constitución de un Consejo de Turismo Social.
•• Determina la modalidad de recaudación del impuesto creado en la Ley
14574 y su empleo.
•• Establece la integración del directorio de la DNT, las condiciones que deben
reunir sus integrantes y las facultades del presidente.
•• Fija las pautas a seguir en el procedimiento para la aplicación de las
sanciones.

La así llamada Ley 17618 modifica la Ley 14574, fijando cambios importantes
en relación con la integración del directorio del organismo, entre ellos que el
Director y el Subdirector Nacional de Turismo deben ser elegidos por el Poder
Ejecutivo Nacional, ya sin acuerdo del Senado, y eliminando la condición de
persona versada en materia de turismo que deben reunir quienes ocupen
dicho cargo.
Con posterioridad a esta se produce una nueva modificación a la Ley
14574, ya que por Ley 23522, en el año 1987, se modifica la alícuota del 1%
al 5% del impuesto aplicable sobre el precio de los pasajes aéreos al exte-
rior, vendidos o emitidos en el país. Dicha norma suma a la composición del
Fondo Nacional de Turismo los montos de los aranceles obtenidos con el fun-
cionamiento del Registro de Agentes de Viajes y el Registro Hotelero Nacional.
El Decreto 1912/87 constituye el texto ordenado de la Ley 14574 hasta
su derogación al producirse la sanción de la Ley Nacional de Turismo 25997.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


252

6.3.2. Fuentes
Presentados los antecedentes históricos-normativos que precedieron a la san-
ción de la Ley Nacional de Turismo 25997, corresponde abordar el desarrollo
de las fuentes en las que abrevara el legislador para su dictado.
Es importante resaltar que el proyecto de ley que diera origen a la norma
en trato es iniciativa del Poder Ejecutivo Nacional, y cuenta con una importan-
te intervención del Organismo Nacional de Turismo.
La elaboración del proyecto de ley que se presenta al Congreso de la
Nación es previamente acordada en el marco del Consejo Federal de Turismo
y participan del debate tanto el sector público como el sector privado, confor-
me se aprecia en el siguiente documento.

LECTURA OBLIGATORIA

Sectur (2005), La Ley Nacional de Turismo 25.997. El comienzo del

OO cambio, Secretaría de Turismo de la Nación, Buenos Aires, p. 38-44.

Como toda norma, presenta diferentes fuentes normativas nacionales, ya que


además de la propia Ley 14574, es tenida en cuenta la Ley 25198 que declara
al turismo de interés nacional como actividad socioeconómica.
El texto de la Ley Nacional de Turismo tiene, asimismo, antecedentes en
diferentes leyes de turismo de países latinoamericanos, entre ellas las de
Bolivia (1994), Colombia (1996), Venezuela (1998), Perú (1998), México
(2000) y Ecuador (2002).
No obstante, la importancia de las fuentes es menester recalcar que esta
norma adopta principios y herramientas de carácter novedoso, conforme
puede apreciarse en lectura de sus artículos.

6.3.3. Objeto y principios rectores

CC
Declárase de interés nacional al turismo como actividad socioeconómica, es-
tratégica y esencial para el desarrollo del país. La actividad turística resulta
prioritaria dentro de las políticas de Estado. (Artículo 1 de la Ley Nacional de

Turismo)

La proclamación que efectúa el legislador en la misma introducción de la ley,


permite advertir un concepto transformador en torno al reconocimiento de la
importancia que ha cobrado la actividad. Si bien ya la Ley 25198 declara al
turismo de interés nacional en tanto actividad socioeconómica, aquella norma,
actualmente derogada, no considera al turismo como una actividad estratégica
y esencial para el desarrollo del país.
Basta señalar esta idea para concluir que existe una visión nueva e inno-
vadora en la materia, sin embargo, es necesario avanzar en la lectura de la
ley para poder apreciar que además se le otorga un lugar de privilegio dentro
de las políticas públicas del Estado, y es considerada una política prioritaria,
a la que los sucesivos gobiernos no pueden dejar de prestar debida atención.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


253

CC
Calificar el desarrollo de una actividad como “política de Estado” implica consi-
derarla fundamentalmente como un eje central de la gestión gubernamental a
la cual deben concurrir coordinadamente los distintos actores públicos y priva-
dos, orientando hacia su concreción, los recursos humanos y económicos ne-
cesarios para otorgarle sustento. La prioridad que se le asigna no es capricho-
sa, ya que la multisectorialidad propia del turismo moviliza, entre otras cosas,
lo cultural, propiciando una creciente identidad de los pueblos que desarrollan
sus productos; desde el punto de vista de la economía incorpora múltiples ac-
tividades directas e indirectas generadoras de empleo y bienestar; propicia la
protección de los recursos físico-naturales y construidos que se ofertan, ade-
más de ser generadora de divisas para el país. (Sectur, 2005: 4)

La Ley 25997 determina que el turismo receptivo constituye una actividad de


exportación no tradicional, preeminente para la generación de divisas, en la
que el sector privado se convierte en un aliado estratégico del Estado (artículo
1, párrafo 2º de la Ley 25997). Es destacable, en este punto, la participación
de aquel en la conformación del ente que tiene a su cargo la promoción del
turismo en el exterior del país, el Instituto Nacional de Promoción Turística.
Define, asimismo, en su anexo, qué actividades deben ser consideradas
turísticas de acuerdo con su relación directa o indirecta con el turismo, basán-
dose para ello en la clasificación internacional uniforme de las actividades
turísticas de la Organización Mundial de Turismo.
Un aspecto trascendente es que el legislador ha planteado un objetivo que
constituye el horizonte hacia el que se debe mirar o en el que se debe indagar
cuando se lleva a la práctica la aplicación de esta norma. El mismo se encuen-
tra definido en el artículo 1:

CC
[…] Objeto. La presente ley tiene por objeto el fomento, el desarrollo, la promo-
ción y la regulación de la actividad turística y del recurso turismo mediante la
determinación de los mecanismos necesarios para la creación, conservación,
protección y aprovechamiento de los recursos y atractivos turísticos naciona-
les, resguardando el desarrollo sostenible y sustentable y la optimización de la
calidad, estableciendo los mecanismos de participación y concertación de los
sectores público y privado en la actividad. (Tercer párrafo del artículo 1º de la Ley
25997)

Una vez definido el objetivo se establecen una serie de principios que tienden
a su alcance. Aquellos, fijados en la ley, son los que permiten su interpretación
y de toda norma o proyecto que se base en esta y son: facilitación, desarrollo
social, económico y cultural, desarrollo sustentable, calidad, competitividad,
accesibilidad.

CC
[…] Principios. Son principios rectores de la presente ley los siguientes:
Facilitación. Posibilitar la coordinación e integración normativa a través de la
cooperación de los distintos organismos relacionados directa o indirectamente
con la actividad turística, persiguiendo el desarrollo armónico de las políticas
turísticas de la Nación.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


254

Desarrollo social, económico y cultural. El turismo es un derecho social y eco-


nómico de las personas dada su contribución al desarrollo integral en el apro-
vechamiento del tiempo libre y en la revalorización de la identidad cultural de
las comunidades.
Desarrollo sustentable. El turismo se desarrolla en armonía con los recursos
naturales y culturales a fin de garantizar sus beneficios a las futuras generacio-
nes. El desarrollo sustentable se aplica en tres ejes básicos: ambiente, socie-
dad y economía.
Calidad. Es prioridad optimizar la calidad de los destinos y la actividad turísti-
ca en todas sus áreas a fin de satisfacer la demanda nacional e internacional.
Competitividad. Asegurar las condiciones necesarias para el desarrollo de la
actividad a través de un producto turístico competitivo y de inversiones de capi-
tales nacionales y extranjeros.
Accesibilidad. Propender a la eliminación de las barreras que impidan el uso y
disfrute de la actividad turística por todos los sectores de la sociedad, incenti-
vando la equiparación de oportunidades. (Artículo 2º de la Ley 25997)

Se ha señalado, asimismo, que la ley establece otro principio, aunque no


lo enuncia en el artículo precedente, relativo a la protección al turista, que
desarrolla en el artículo 37 e impone a la autoridad de aplicación el deber ins-
trumentar normativas de procedimientos eficaces tendientes a la protección
de los derechos del turista y a la prevención y solución de conflictos en los
ámbitos mencionados.
Para poder llevar a la práctica el mismo autoriza a establecer convenios de
cooperación, delegación y fiscalización con otros órganos oficiales federales
o locales y con entidades privadas.

6.3.4. Herramientas creadas por la Ley


La Ley Nacional de Turismo establece una serie de herramientas que per-
miten el alcance de los postulados, objetivos y principios precedentemente
enunciados.
En algunos casos se trata de la creación de entes, en otros, del recono-
cimiento legal de entes preexistentes, y también existen otras medidas de
carácter instrumental que acompañan el desarrollo de las políticas turísticas.

Autoridad de aplicación
En primer lugar se debe hacer mención a la Autoridad de Aplicación de la
Al respecto de la Autoridad de norma, conforme se establece en el Capítulo II del Título III de la Ley 25997,
Aplicación de la Ley Nacional de a la que se otorgan deberes y facultades para llevar adelante su cometido.
Turismo, de sus deberes y facul- La Administración Nacional de Turismo, bajo la denominación y jerarquía
tades, se hace referencia en la
Unidad 2 al hacer mención a en la que se ubique dentro de la administración pública nacional (ministerio,
la Administración Nacional de secretaría, subsecretaría, ente autónomo, etc.) tiene la responsabilidad de
Turismo. llevar a cabo las acciones necesarias para el alcance de los objetivos que
plantea la ley.
Por ello le corresponden a esta los deberes y facultades que atribuye la Ley
Nacional de Turismo y los que se le otorguen por otras normas.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


255

Consejo Federal de Turismo


El Consejo Federal de Turismo (CFT) se conforma el 4 de noviembre de 1982,
como una herramienta destinada a impulsar la implementación de políticas
federales en materia de turismo en nuestro país. Se trata de un ente en cuya
integración concurren las máximas autoridades de turismo de la Nación, las
provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Si bien en el ámbito del Consejo Federal de Turismo se han alcanzado
importantes acuerdos y desarrollado proyectos interjurisdiccionales de tras-
cendencia, solo luego de la sanción de la Ley Nacional de Turismo 25997 se
le otorga reconocimiento de carácter legal.
Constituye un órgano consultivo del Organismo Nacional de Turismo, y par-
ticipa de la propuesta de las reglamentaciones relacionadas con las activida-
des turísticas, los productos turísticos y los servicios a su cargo (artículo 7,
inciso b de la Ley 25997).
Su objeto es examinar y pronunciarse sobre cuestiones referentes a la
organización, coordinación, planificación, promoción, legislación y estrategias
de las actividades turísticas de carácter federal (artículo 10 de la Ley 25997).
La Ley Nacional de Turismo, asimismo, establece sus atribuciones, a
saber:
a) Dictar su reglamento interno.
b) Convocar a entidades públicas y privadas a la asamblea, como miembros
no permanentes con voz pero sin voto.
c) Participar en la elaboración de políticas y planes para el desarrollo del turis-
mo que elabore la autoridad de aplicación.
d) Proponer la creación de zonas, corredores y circuitos turísticos en las pro-
vincias con acuerdo de los municipios involucrados donde puedan desa-
rrollarse políticas comunes de integración, promoción y desarrollo de la
actividad.
e) Fomentar en las provincias y municipios con atractivos turísticos, el desa-
rrollo de políticas de planeamiento estratégico compartidas entre el sector
público y el privado.
f) Asesorar en cuestiones referentes a la organización, coordinación, promo-
ción y reglamentación de las actividades turísticas, tanto públicas como
privadas.
g) Promover el desarrollo turístico sustentable de las diferentes regiones, pro-
vincias, municipios y Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Si bien se resalta el carácter asesor del Consejo Federal de Turismo, son


importantes las funciones que se atribuyen a este en materia de desarrollo y
elaboración de las políticas públicas en turismo. Además, tiene una trascen-
dente labor de fomento en el territorio provincial, interviniendo en la elabora-
ción del Programa Nacional de Inversiones Turísticas. Por otra parte, participa
en la conformación del ente creado a los fines de la promoción turística del
país en el exterior.
Finalmente, es importante mencionar la labor que cabe al Consejo Federal
de Turismo en la coordinación de los sectores público y privado de la activi-
dad, en la medida en que el sector privado, a través de sus diferentes organi-
zaciones, representadas por la Cámara Argentina de Turismo, participa de las
reuniones que periódicamente este realiza, con voz pero sin voto.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


256

Consejo Federal de Turismo

WW <https://www.argentina.gob.ar/turismo/consejo-federal-de-turismo>

Comité Interministerial de Facilitación Turística


En el Capítulo I, en su Título I, la Ley Nacional de Turismo crea el Comité
Interministerial de Facilitación Turística con el objetivo de coordinar y garanti-
zar el cumplimiento de las funciones administrativas de las distintas entida-
des públicas de nivel nacional con competencias relacionadas y/o afines al
turismo en beneficio del desarrollo sustentable del país y su competitividad
y colaborar con la autoridad de aplicación de la norma en el ejercicio de sus
deberes y facultades.
Su objetivo surge del artículo 4 de la ley, en concordancia con el principio
de facilitación al que se ha hecho referencia y consiste en conocer, atender,
coordinar y resolver los asuntos administrativos que surjan en el marco de la
actividad turística, colaborando en el ejercicio de los deberes y facultades de
la Autoridad de Aplicación.
Este Comité es presidido por el Secretario de Turismo de la Presidencia de
la Nación (o la máxima autoridad de la Administración Nacional de Turismo) y
se integra por los funcionarios que designen los titulares de las entidades de
la administración pública nacional que se vinculan al turismo.
Un aspecto sustancial de la norma es que los integrantes del Comité no
pueden tener jerarquía inferior a la de subsecretario, lo que garantiza la capa-
cidad de ejecutar las resoluciones que en el marco del Comité se adopten.

Plan Federal Estratégico de Turismo Sustentable


Es tal la importancia que el legislador otorga a la planificación estratégica y
sustentable, que la Ley Nacional de Turismo establece, como el primer deber
de la autoridad de aplicación de la norma, fijar las políticas nacionales de
la actividad turística con el fin de planificar, programar, promover, capacitar,
preservar, proteger, generar inversión y fomentar el desarrollo en el marco de
un plan federal estratégico.
Asimismo, establece un plazo de doce (12) meses para su realización a
contar desde la promulgación de la norma, imponiendo de esta manera un
deber concreto a la autoridad de aplicación (artículo 7, inciso a) de la Ley
25997).

Instituto Nacional de Promoción Turística


La Ley Nacional de Turismo crea en su artículo 13 el Instituto Nacional de
Promoción Turística, en el ámbito de la Secretaría de Turismo de la Presidencia
de la Nación.
El objeto del mismo es el desarrollo y ejecución de los planes, programas
y estrategias de promoción del turismo receptivo internacional y de los pro-
ductos directamente relacionados con él, así como de la imagen turística del
país en el exterior.
El Instituto posee un directorio integrado por tres vocales designados por
la Cámara Argentina de Turismo (representante del sector privado del turis-
mo), tres vocales por el Consejo Federal de Turismo (organismo que reúne a

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


257

los responsables provinciales de turismo) y cinco vocales designados por el


Secretario de Turismo de la Presidencia de la Nación, quien preside este ente.
La Ley 25997 establece en su artículo 17 que el Instituto Nacional de
Promoción Turística cuenta con los siguientes recursos: a) los aportes que se
reciban de la Nación; b) el cuarenta por ciento (40%) del producido del impues-
to que se aplica a los pasajes aéreos, marítimos y fluviales al exterior; c) los
fondos que se perciben en calidad de subsidios, legados, cesiones, herencias
o donaciones; d) los aportes del sector privado; e) los ingresos derivados de la
realización de conferencias, seminarios, cursos y publicaciones del Instituto,
rentas; usufructos e intereses de sus bienes; f) los ingresos provenientes de
impuestos nacionales que pudieran crearse con el fin específico para el cum-
plimiento de los objetivos del Instituto; g) los ingresos provenientes de toda
otra fuente acorde con el carácter legal y con los objetivos del Instituto.
El presupuesto del ente, que incluye la totalidad de los recursos y erogacio-
nes previstas, integra el Presupuesto de la Administración Nacional, debiendo
ser remitido anualmente al Poder Ejecutivo Nacional.
Las asignaciones de los recursos que conformen el patrimonio del Instituto
Nacional de Promoción Turística deben ser íntegramente destinadas a sus
objetivos (artículos 18, 20, 21 y 23 de la Ley 25997).
El artículo 22 de la Ley 25997 establece las atribuciones del Instituto,
entre las que cuentan: elaboración de su reglamento interno; diseño de pla-
nes, programas y prioridades en materia de promoción turística; administra-
ción de los fondos para la promoción y el funcionamiento del Instituto; orga-
nización y participación en ferias, conferencias, exposiciones y otros eventos
promocionales; coordinación de misiones de promoción turística comerciales
y periodísticas; edición de material publicitario y promocional y asesoramiento.
El Instituto Nacional de Promoción Turística es además de un ámbito privile-
giado de cooperación entre los sectores público y privado una herramienta eficaz
en la promoción de los atractivos del país en el exterior y para el desarrollo de la
política turística, cuyo fundamento encontramos en la Ley Nacional de Turismo.

Régimen financiero
A los fines de llevar a cabo cualquier tipo de actividad planificada es necesario
contar con recursos y con la determinación en torno al modo de empleo de
los mismos.
Es por ello que la Ley Nacional de Turismo prevé un interesante régimen
financiero en su Título III, destinado a poder llevar a cabo sus cometidos.
El mismo se articula a través de dos aspectos: a) el origen de los recursos
con que se cuenta, que se explicitan en el Capítulo I del Título citado, relativo
al Fondo Nacional de Turismo y b) la aplicación de los fondos, conforme los
Capítulos II y III, relativos a los incentivos al fomento turístico y al Programa
Nacional de Inversiones Turísticas.

Fondo Nacional de Turismo


La Ley 25997 establece para el cumplimiento de los objetivos previstos en ella
el financiamiento a través de la conformación del Fondo Nacional de Turismo;
se trata de un instrumento eficaz que permite llevar adelante las políticas
públicas en materia de turismo. Su constitución se encuentra fijada por el
artículo 24 de la ley, integrado por los siguientes recursos:

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


258

a) las sumas asignadas en el Presupuesto de la Administración Nacional;


b) el producto del cinco por ciento (5%) del precio de los pasajes aéreos, marí-
timos y fluviales al exterior;
c) las donaciones y legados al Estado Nacional con fines turísticos;
d) el aporte de los gobiernos provinciales, municipales, reparticiones del Esta-
do y comisiones de fomento;
e) los intereses, recargos, multas y otras sanciones pecuniarias derivadas del
incumplimiento de la Ley Nacional de Turismo y demás leyes nacionales
que regulen actividad turística;
f) los aranceles que se cobren a las habilitaciones para la prestación de ser-
vicios turísticos;
g) la negociación de títulos que emita el Poder Ejecutivo Nacional para el
fomento del turismo;
h) el importe de la venta de publicaciones y otros elementos publicitarios que
produzca o comercialice la Secretaría de Turismo de la Presidencia de la
Nación;
i) el producto de la venta, arrendamiento y concesión de los bienes de la auto-
ridad de aplicación y los administrados por esta;
j) los tributos nacionales y aportes que por las leyes especiales se destinen
para el fomento, promoción y apoyo de la infraestructura, el equipamiento
y los servicios turísticos;
k) los fondos provenientes de servicios prestados a terceros y de las conce-
siones que se otorgaren;
l) las recaudaciones que por cualquier otro concepto obtenga la autoridad
de aplicación.

Como se advierte, las fuentes de financiamiento son múltiples, sin embargo,


la más importante es la que corresponde al tributo de asignación específica
aplicable a los pasajes aéreos, marítimos y fluviales al exterior .
Dicho impuesto tiene una doble función de política turística:
•• Obtención de recursos para llevar adelante la política turística. En este
aspecto particular puede afirmarse que la Ley 25997 amplió el campo de
aplicación del tributo hasta ese momento limitado a los pasajes aéreos
al exterior, extendiéndolo a la venta de los marítimos al exterior (por tanto
aplicable a los cruceros) y los fluviales al exterior, en este último caso de
acuerdo con lo establecido en la reglamentación de la ley.
•• Desalentar la salida de residentes argentinos al exterior, a fin de equilibrar
la balanza de pagos del turismo.
La balanza de pagos en materia
de turismo se conforma de toda
Incentivos al fomento turístico
salida de divisas de los argenti-
nos al exterior y de las entradas
La Ley Nacional de Turismo promueve, asimismo, la implementación de benefi-
producidas por los gastos de los
extranjeros en nuestro territorio. cios y estímulos a la realización de programas y proyectos de interés turístico,
dejando en manos de la autoridad de aplicación los requisitos para su otor-
gamiento, pero establece como iniciativas prioritarias a aquellas que generen
empleo y a las que cumplan, de acuerdo con su artículo 32, con los objetivos
siguientes:

a) el uso de materias primas y/o insumos nacionales;


b) el aumento de la demanda turística;

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


259

c) el desarrollo equilibrado de la oferta turística nacional;


d) el fomento de la sustentabilidad;
e) la investigación y especialización en áreas relacionadas al turismo.

Los medios que se han de emplear para el logro de los fines propuestos son
el otorgamiento de beneficios impositivos, tributarios y crediticios similares a
los que se brindan a la actividad industrial.

Programa Nacional de Inversiones Turísticas


En este Programa se incluyen las inversiones de interés turístico financiadas
por el Estado Nacional. Para ello, la Ley Nacional de Turismo establece en su
artículo 35, que en el presupuesto de la Administración Nacional deben fijarse
anualmente las previsiones de gastos suficientes para financiar las inversio-
nes en materia turística, determinando la mecánica para llevarlas a cabo.
Establece un procedimiento que consiste en la presentación, por parte de
las provincias, de proyectos para la realización de inversiones de interés turís-
tico, los que deben ser evaluados por la autoridad de aplicación en lo que res-
pecta a su conveniencia y viabilidad y por el Consejo Federal de Turismo, con
carácter previo a su elevación (artículo 36 de la Ley 25997).
En este aspecto, el legislador ha advertido la necesidad de las inversiones
por parte del Estado, para el normal desarrollo de la actividad turística, tenien-
do en cuenta que, por su envergadura, en la mayoría de los casos, dichas
obras no pueden ser asumidas por el sector privado.

Turismo Social
La Ley Nacional de Turismo otorga una especial relevancia al turismo social
que, como puede apreciarse en la evolución de la política turística argentina,
ha recibido de las diferentes administraciones un tratamiento dispar.
Para ello ha destinado un título específico dentro de la norma, en la que se
encarga de su conceptualización:

CC
El turismo social comprende todos aquellos instrumentos y medios que otor-
guen facilidades para que todos los sectores de la sociedad puedan acceder al
ocio turístico en todas sus formas, en condiciones adecuadas de economía,
seguridad y comodidad. (artículo 38 de la Ley Nacional de Turismo 25997)

La enunciada norma determina el deber de la autoridad de aplicación de elabo-


rar el Plan de Turismo Social y promover la prestación de servicios accesibles
a la población privilegiando a los sectores vulnerables, mediante la operación
de las unidades turísticas de su dependencia y ejerciendo el control de gestión
y calidad de los servicios (artículo 39 de la Ley 25997).
La Ley faculta, en su artículo 40, a la autoridad de aplicación a suscribir
acuerdos con prestadores de servicios turísticos, organizaciones sociales y
empresas privadas a fin de analizar, evaluar y determinar precios y condiciones
especiales para dar cumplimiento a los objetivos del presente título

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


260

Régimen sancionador
A los fines de un eficaz cumplimiento de los objetivos y preceptos de la Ley
25997, el legislador prevé, en los artículos 41 a 43 de la norma, un sistema
sancionador aplicable en el caso de infracciones y/o inobservancias a aquella.
Entre las sanciones previstas incluye multas y la suspensión, revocación o
caducidad de las autorizaciones administrativas otorgadas. Las sanciones se
aplican previa substanciación del procedimiento establecido en la reglamen-
tación de la Ley, sin perjuicio de la aplicación supletoria de las disposiciones
de la Ley Nacional de Procedimientos Administrativos 19549.

6.3.5. Reglamentación de la Ley Nacional de Turismo


Si bien la Ley Nacional de Turismo se encuentra vigente desde su promulga-
ción por el Poder Ejecutivo Nacional y publicación en el Boletín Oficial, existen
en su texto algunas normas que necesitan de un grado de precisión que puede
encontrarse en su reglamentación.
De ahí la importancia del Decreto 1297/06 que se ocupa de reglamentar
esos aspectos. Las cuestiones salientes en esa norma son las que a conti-
nuación se detallan:

•• Establece que el Comité Interministerial de Facilitación Turística debe reu-


nirse al menos dos veces por año y se integra por un representante de
cada Ministerio y/o Secretaría de la Presidencia de la Nación con compe-
tencias relacionadas y/o afines al turismo. El Secretario de Turismo en su
carácter de presidente puede convocar otras áreas, entes u organismos en
la medida en que fuere necesario para la implementación de las políticas
turísticas nacionales.
•• Fija la obligatoriedad de actualización trianual del Plan Federal Estratégico
y anual de sus contenidos programáticos.
•• Indica los procedimientos para los mecanismos de consulta en materia de
normativa relacionada a la reglamentación de las actividades turísticas.
•• Determina que el Directorio del Instituto Nacional de Promoción Turística
debe reunirse al menos una vez por mes, convocado por su presidente, o
a solicitud de tres de sus vocales. Establece pautas para la designación
de los miembros que la integran. Define las atribuciones del Directorio y
las funciones de la Secretaría Ejecutiva. Aclara que los fondos que el sec-
tor privado aporte tienen el carácter de fondos de terceros e ingresan a
una cuenta bancaria sin registro presupuestario y que no integra la Cuenta
Única del Tesoro.
•• Faculta a la autoridad de aplicación a establecer el procedimiento para la
percepción del tributo denominado DNT, a delegar las cuestiones operati-
vas inherentes a su recaudación en otros organismos o entes y exceptúa
de la imposición del mismo a los servicios de transporte fluvial internacio-
nal integrados por balsas, lanchas u otras embarcaciones menores.
•• Impone al Ministerio de Economía y Producción la elaboración de las medi-
das de fomento y los regímenes de promoción de inversiones en el sector
turístico.
•• Define los criterios de selección para los proyectos que integran el Programa
Nacional de Inversiones Turísticas y el procedimiento para su elaboración.
•• Identifica los principios de celeridad, economía, sencillez y eficacia, res-

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


261

peto de la garantía de defensa y debido proceso como aquellos a los que


deben ajustarse los métodos alternativos para la solución de conflictos
por denuncias de turistas ante incumplimientos por parte de prestadores.
•• Dispone las pautas para el desarrollo de los Programas de Turismo Social
y para la fijación de las tarifas y precios de los servicios.
•• Precisa aspectos relativos al régimen sancionador.

LECTURA OBLIGATORIA

Sectur (2005), La Ley Nacional de Turismo 25.997. El comienzo del

OO cambio, Secretaría de Turismo de la Nación, Buenos Aires, p. 4 a 17.

4.

KK Realice la lectura de la Ley Nacional de Turismo 25997 e identifique


con qué objetivo o principio de la Ley se relacionan cada una de las
herramientas en ella creadas.

6.4. Normativa aplicable al alojamiento turístico en el


ámbito nacional
Los orígenes del servicio de hospedaje pueden encontrarse en la antigüe-
dad, pero este ha evolucionado hasta nuestros días hasta convertirse en una
actividad de gran trascendencia económica y que como tal ha sido objeto de
diferentes abordajes desde la perspectiva jurídica (Del Busto, 2009:363).
Al estudiar la actividad turística se aprecia la importancia que presentan
los alojamientos turísticos, a los que Ceballos Martín ha identificado como:

CC
Aquellas empresas o establecimientos que facilitan de una forma habitual, es-
pecífica y profesional, en contraprestación de un precio, el servicio de habita-
ciones, con la posibilidad o no de ampliar el servicio a la manutención, así co-
mo a otros complementarios a los anteriores, y generalmente en relación
directa de cantidad y calidad de los mismos con la clasificación del estableci-
miento. (Ceballos Martín, 2002:74)

A medida que el hospedaje cobra mayor importancia, el Estado interviene


respecto de él de manera diversa, sea a través de su fomento o bien estable-
ciendo determinados recaudos para la regulación de los prestadores de esos
servicios.
En la Argentina, las primeras medidas adoptadas se encuentran destina-
das a la promoción de la actividad a través de las llamadas leyes de fomen-
to turístico.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


262

CC
La Ley 17752 del 27 de mayo de 1968 (derogada por la Ley 21694) inaugura
una época en que la política en materia hotelera estaba destinada a incremen-
tar y regular la actividad a través de las llamadas “leyes de fomento turístico”.
Establecía entre otros aspectos:
•• La declaración de promoción de la construcción, equipamiento y explotación
de los hoteles nuevos para el turismo internacional, cuyo emplazamiento se
proyecta ubicar en las ciudades, localidades de la Ciudad de Buenos Aires,
San Carlos de Bariloche, Parque Nacional Nahuel Huapi, Parque Nacional
Iguazú, Mendoza, Jujuy y Salta.
•• La autorización a las empresas que construyan y equipen nuevos hoteles de
turismo internacional de deducir del impuesto a los réditos (actual ganan-
cias) de las sumas invertidas en la compra de terrenos, en la construcción
de edificios y los bienes destinados a la instalación de este tipo de hotel.
•• La exención, a las empresas que exploten dichos establecimientos, del pago
del impuesto a los réditos, por el término de cinco ejercicios anuales a con-
tar de la habilitación del hotel inclusive, del gravamen a la transmisión gra-
tuita de bienes, y del impuesto de sellos sobre los contratos de sociedad y
sus prórrogas, tratándose de empresas nuevas. (Del Busto, 2003:157-158)

Acompañando las diferentes normas de fomento comienza a advertirse la


tendencia hacia la regulación de la actividad, por intermedio de las llamadas
“leyes hoteleras”.
La así llamada Ley 18828, sancionada y promulgada el 6 de noviembre de
1970, por el Presidente de la Nación Argentina, en uso de las atribuciones
conferidas por el artículo 5º del Estatuto de la Revolución Argentina, es el pri-
mer antecedente en el nivel nacional que fija el marco legal para los estable-
cimientos hoteleros.
Entre los aspectos más relevantes de esa norma pueden mencionarse:
•• Aplica a todos los establecimientos comerciales que ofrecen normalmen-
te hospedaje o alojamiento en habitaciones amuebladas por períodos no
menores al de una pernoctación, a personas que no constituyen su domi-
cilio permanente en ellos, y que se encuentran en aquellas zonas defini-
das como turísticas o comprendidas en planes nacionales de promoción
del turismo.
•• Introduce determinadas obligaciones:
a) Inscribirse en el Registro Hotelero Nacional.
b) Consignar en toda documentación o propaganda la denominación, clase,
categoría y número de inscripción.
c) Comunicar cualquier alteración o modificación de sus características o
servicios.
d) Exhibir las denominaciones y el nombre en la entrada principal y los
hoteles, además, su categoría.
•• Faculta a la autoridad de aplicación, por intermedio de los organismos loca-
les a la clausura de establecimientos en caso de no encontrarse inscriptos.
•• Asigna la condición de “alojamiento turístico” a aquellos establecimientos
inscriptos, lo que les permite gozar de franquicias impositivas, créditos y
regímenes promocionales y figurar en la promoción publicitaria turística
oficial.
•• Establece las siguientes prohibiciones:

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


263

a) El uso de la denominación “internacional”, “de lujo”, y sus derivados


para todo tipo de establecimiento de alojamiento, con excepción de los
comprendidos en la Ley 17752.
b) El uso de las denominaciones “hotel”, “hotel de turismo”, “motel” y La así llamada Ley 17752, de
“hostería” para todos los establecimientos no inscriptos en el Registro promoción de la construcción de
Hotelero Nacional o no declarados como alojamiento turístico. hoteles de turismo internacional,
en su artículo 2, fija las pautas
•• Determina la sanción de multa para diferentes infracciones, al igual que la necesarias para incorporarse a
tal categoría.
clausura temporaria hasta por un período de doce meses para otras.
•• Otorga la potestad a la autoridad de aplicación de requerir el auxilio de la
fuerza pública para proceder a concretar las clausuras y para efectuar el
secuestro de los letreros, avisos, carteles, papelería y todo otro material
de propaganda en infracción de la ley.

El Decreto 1818/76 reglamenta la así llamada Ley 18828, cuyos principales


aspectos son:
•• Determina que la Subsecretaría de Turismo de la Secretaría de Estado de
Deportes y Turismo (organismo nacional de turismo) es la autoridad de
aplicación de la así llamada Ley 18828 y se encuentra a cargo del Regis-
tro Hotelero Nacional.
•• Conforma el Consejo Hotelero Nacional, de carácter consultivo, con parti-
cipación del sector privado.
•• Establece la obligatoriedad de inscripción en el Registro Hotelero Nacional
y los requisitos mínimos para la homologación como alojamiento turístico,
de acuerdo con las diferentes clases.
•• Fija las siguientes clases y categorías: hostería (de 1 a 3 estrellas), motel
(de 1 a 3 estrellas) y hotel (de 1 a 5 estrellas, equivalente a la categoría
“internacional” o “de lujo”).

PARA REFLEXIONAR

Pese a que es factible afirmar que la así llamada Ley 18828 y su Decre-

PP to Reglamentario 1818/76 han perdido prácticamente su vigencia,


no menos cierto es que de acuerdo con el sistema de distribución
de competencias en materia turística estas normas son de aplica-
ción en los espacios sometidos a la jurisdicción del Estado nacional
como en puertos y aeropuertos internacionales o en las áreas natu-
rales protegidas.

6.5. Normativa aplicable a la intermediación turística


Si bien se encuentran antecedentes de contratos onerosos vinculados a la
ejecución de los viajes desde la antigüedad, la intervención de sujetos que
intermedian entre los viajeros y los prestadores de transporte u hospedaje no
es algo corriente hasta bastante entrado el siglo XIX (Tale, 2005: 55).
Esto es así, ya que, al hacerse más compleja la actividad, surge la figura
de las empresas de intermediación, destinadas a facilitar la realización del
turismo a los viajeros.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


264

Pérez Guerra señala al respecto de estas empresas:

CC
Pueden definirse como empresas de intermediación turística las que, en pose-
sión de la autorización correspondiente, se dedican de forma profesional, con
ánimo de lucro y de forma exclusiva, al ejercicio de actividades de organización
y/o mediación de servicios turísticos, pudiendo utilizar medios propios en la
prestación de los mismos. (Pérez Guerra, 2006:141)

El empresario que desarrolla esta actividad es denominado “agente de viajes”,


en tanto que la empresa o el ámbito donde se lleva a cabo adopta el nombre
de “agencia de viajes”.
En la Argentina, la actividad no cuenta, inicialmente, con regulación espe-
cífica, más allá de algunos intentos regulatorios, de escasa eficacia (Schlüter
y Winter, 1994).
A partir del dictado de la así llamada Ley 18829, sancionada y promulgada
Es importante señalar que al el 6 de noviembre de 1970 por el Presidente de la Nación Argentina, en uso
momento de la elaboración de de las atribuciones conferidas por el artículo 5º del Estatuto de la Revolución
la Carpeta de Trabajo han sido Argentina, la actividad de los agentes de viajes posee un marco normativo
presentados en el Congreso de la
propio.
Nación diferentes proyectos para
la sanción de una nueva ley que Los aspectos sustantivos de la así llamada Ley 18829, conocida como Ley
reemplace a la norma que regula de Agentes de Viajes, son los que a continuación se detallan:
la intermediación en la actividad
turística en la República Argentina, •• Determina las actividades a las que es de aplicación, a saber:
la así llamada Ley 18829.
a) La intermediación en la reserva o locación de servicios de transporte.
b) La intermediación en la contratación de servicios hoteleros en el país
o en el extranjero.
c) La organización de viajes individuales, colectivos, excursiones, cruce-
ros o similares.
d) La recepción y asistencia de turistas, la prestación a los mismos de los
servicios de guías turísticos y el despacho de sus equipajes.
e) La representación de otras agencias, tanto nacionales como extranjeras.
f) La realización de actividades similares o conexas a las mencionadas
con anterioridad en beneficio del turismo.

•• Exige para el ejercicio de estas actividades la obtención previa de la res-


pectiva licencia e inscripción en el Registro de Agentes de Viajes.
•• Faculta a la autoridad de aplicación a negar el otorgamiento o cancelar las
licencias otorgadas en caso de que los integrantes registren antecedentes
personales, morales, comerciales, bancarios o judiciales desfavorables.
•• Permite la realización, dentro de los locales donde funcionen las agencias
de viajes, de actividades que se relacionen con la puesta de bienes y ser-
vicios turísticos a disposición de los usuarios, previa autorización.
•• Delega en la reglamentación la determinación del procedimiento para la
transferencia o venta de agencias de viajes, fijando ciertos recaudos al
efecto.
•• Establece que, previo al otorgamiento de la licencia, debe constituirse un
fondo de garantía en dinero en efectivo, títulos del Estado y/o fianza ban-
caria a favor del organismo de aplicación, reemplazable por un seguro sus-
titutivo, cuya finalidad es asegurar el buen funcionamiento de las agencias
y proteger al turista.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


265

•• Encarga al Poder Ejecutivo, por intermedio de la autoridad de aplicación,


la determinación de las exigencias básicas de documentación contractual
y formularios de quejas y sugerencias con que deben contar las agencias.
•• Autoriza a reglamentar los derechos y obligaciones de hoteleros y transpor-
tistas en su relación con las agencias de viajes y los turistas.
•• Obliga a los sujetos sometidos a la norma a respetar las tarifas convenidas
y a ser veraces en la publicidad que realicen.
•• Otorga potestad a la autoridad de aplicación a inspeccionar y verificar en
todo el territorio de la República el cumplimiento de las leyes, reglamenta-
ciones y resoluciones que rigen la actividad turística y determina las facul-
tades a estos efectos.
•• Especifica los diferentes tipos de infracciones y las sanciones que les
corresponden, entre las que se cuentan: la multa, la clausura, la suspen-
sión para operar y la cancelación de licencia y fija el procedimiento a seguir
en tales casos.

A fin de evitar el deterioro económico de las multas y del fondo de garantía


provocado por procesos inflacionarios, la así llamada Ley 22545, sancionada y
promulgada el 26 de febrero de 1982 por el Presidente de la Nación Argentina,
en uso de las atribuciones conferidas uso de las atribuciones conferidas por
el artículo 5º del Estatuto para el Proceso de Reorganización Nacional, modi-
fica los montos establecidos en la Ley 18829, estableciendo un sistema de
actualización periódico para los mismos.
El Decreto 2182/72, se encarga de reglamentar la así llamada Ley 18829.
Los aspectos que merecen destacarse de esta norma son:

•• Designa a la Dirección Nacional de Turismo (organismo nacional de turis-


mo) como la autoridad de aplicación de la así llamada Ley 18829 y pone a
su cargo el Registro de Agentes de Viajes.
•• Define otras actividades conexas de las agencias de viajes:
a) La compra y venta de cheques del viajero.
b) Contratación de seguros que cubran los riesgos de los servicios
contratados.
c) Los despachos de aduanas de equipajes y carga de los viajeros, por
intermedio de los funcionarios autorizados.
d) La venta de entradas para espectáculos como parte de otros servicios
turísticos.
e) La prestación de otros servicios que sean consecuencia de sus activi-
dades específicas.
•• Autoriza a las empresas de transporte aéreo, ferroviario o marítimo a pro-
mover y vender directamente al público excursiones y viajes elaborados por
agencias de viajes registradas; y servicios de hoteles y alquiler de coches
y cualquier otro rubro complementario de la venta del pasaje, a través de
sus propios medios de comunicación.
•• Admite la organización y promoción de cruceros por parte de transportado-
res marítimos y fluviales, asumiendo la responsabilidad de los armadores
y fletadores, y su venta directa o por intermedio de los agentes de viajes.
•• Establece tres categorías de agencias de viajes, fijando sus competencias:
a) Empresas de Viajes y Turismo.
b) Agencias de Turismo.
c) Agencias de Pasajes.

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266

•• Determina el procedimiento para el otorgamiento de las licencias y su ins-


cripción en el Registro de Agentes de Viajes, según el siguiente orden:
a) Permiso precario.
b) Licencia provisoria.
c) Licencia definitiva.
•• Fija las condiciones y montos correspondientes para la constitución del
fondo de garantía y la escala de reducción para la poblaciones del interior
del país.
•• Precisa los impedimentos para desempeñarse como titulares, directores,
gerentes, responsables o promotores de agencias de viajes.
•• Exige determinados recaudos a cumplimentar en la estructura funcional de
las agencias de viajes:
a) Mantener una organización turística que asegure una eficiente presta-
ción de sus servicios.
b) Contar con el personal técnico especializado de reconocida idoneidad
profesional para satisfacer los requerimientos de los usuarios.
c) Poseer los elementos necesarios de información técnica y de consulta
vinculados con la actividad.
d) Disponer de un local para la atención al público, de conformidad con las
reglamentaciones que establezca la autoridad de aplicación.
•• Determina la obligatoriedad de inscripción de la designación comercial y
los recaudos a cumplimentar.
•• Fija el deber de incluir en los anuncios, publicidad y papelería comercial, el
nombre de la agencia de viajes, categoría y número de licencia, de exhibir
el certificado que otorgue la autoridad de aplicación, de contar con ejem-
plares de la Ley de Agentes de Viajes y su Decreto Reglamentario y de un
Libro de Reclamaciones.
•• Impone la obligatoriedad de firmar contrato para la prestación de servicios
por escrito y establece los conceptos mínimos que deben contener.
•• Exime a las agencias de toda responsabilidad frente al usuario, en la medi-
da en que no medie culpa, dolo o negligencia de su parte, cuando sean
intermediarias entre las empresas de servicios y aquellos.
•• Prohíbe a los agentes de viajes la cesión de la comisión que perciben de
transportadores, hoteleros y otros operadores, así como la modificación de
los precios convenidos, excepto alteración de los mismos por parte de los
terceros prestatarios de tales servicios.
•• Fija nuevos recaudos para la transferencia o venta de agencias de viajes.
•• Establece los montos máximos a percibir en concepto de anticipos de ser-
vicios y los correspondientes a los reembolsos en caso de desistimientos
o servicios no utilizados por los usuarios.
•• Determina las causas justificadas para la anulación de viajes individuales
o colectivos.
•• Define las condiciones bajo las cuales se han de regir las relaciones entre
los agentes de viajes y los hoteleros y entre aquellos y los transportistas.
•• Impone, a las entidades no mercantiles sin fines de lucro que incluyan en
sus estatutos la organización y programación de actividades turísticas, la
obligatoriedad de inscribirse en una sección especial del Registro de Agen-
tes de Viajes. Estas solo pueden organizar viajes colectivos previo cumpli-
miento de determinados requisitos.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


267

•• Faculta a la autoridad de aplicación a autorizar a entidades no mercantiles


sin fines de lucro que no incluyan en sus estatutos la organización y pro-
gramación de actividades turísticas, a que ocasional o transitoriamente
realicen algunas de ellas.
•• Determina los requisitos para acreditar la idoneidad de los funcionarios téc-
nicos, así como la de guías o guías-intérpretes que utilicen las agencias de
viajes, hasta la reglamentación del ejercicio de las profesiones respectivas.
•• Establece que las empresas relacionadas con la actividad turística no pue-
den mantener tratos comerciales ni abonar comisiones a las agencias que
no tengan su correspondiente licencia, ya sea provisoria o definitiva.

PARA REFLEXIONAR

La aplicación de las normas del Derecho del Consumidor, así como

PP la adopción por parte del Código Civil y Comercial de la Nación de


disposiciones diversas en materia de contratos de adhesión y de con-
sumo ha dejado sin efecto algunas de las previsiones contenidas en
la así llamada Ley 18829 y su Decreto Reglamentario, en particular
aquellas relativas al contrato de viaje.

6.5.1. Normativa de la Autoridad Nacional de Turismo en materia


de intermediación turística
En su carácter de autoridad de aplicación de la Ley de Agentes de Viajes, el
Organismo Nacional de Turismo, dicta resoluciones a los fines de aplicar lo nor-
mado tanto por la así llamada Ley 18829 como por su Decreto Reglamentario.
A continuación se detallan las más importantes indicando la materia que
regulan.

Resoluciones dictadas por el Organismo Nacional de Turismo en materia de


agentes de viajes

Resolución Materia que regula


141/82 Estructura funcional y modificaciones
1021/82 Pautas para la constitución de determinadas garantías
570/83 Faculta a la AAAVyT a constituirse en fiadora de sus asociados
318/90 Limita a una sola alternativa el uso de designación comercial de agencia de
viajes
763/92 Creación del Registro de Idóneos
750/94 Mostradores de venta transitorios
751/94 Actualización montos de garantía
752/94 Régimen del Idóneo de agencia de viajes
89/96 Establece la obligación de presentar garantías por parte de las entidades sin
fines de lucro
274/99 Régimen de habilitaciones de agencias de viajes
275/99 Obligación de contar con reserva y pasaporte para visitar las Islas Malvinas
422/99 Caducidad por falta de estructura funcional
256/00 Condiciones Generales de Contratación
257/00 Venta y/o promoción vía internet
156/03 Caducidad por falta de estructura funcional

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


268

263/03 Incorporación de la etapa presumarial


264/03 Creación del Registro de Infractores al art 1° de la así llamada Ley 18829
774/03 Responsable técnico
22/05 Procedimiento de pago de multa voluntario
23/05 Procedimiento sumarísimo
166/05 Caducidad por falta de garantía
204/06 Arancelamiento presentación extemporánea de garantía
114/10 Mostradores de venta portuarios
379/10 Procedimiento de registro del dominio .tur.ar
125/13 Obligatoriedad de uso del subdominio tur.ar
23/14 Turismo estudiantil
102/14 Registro de Agencias Franquiciantes Autorizadas (RAFA)
269/14 Nuevos aranceles aplicables a los trámites registrales
391/14 Turismo Receptivo Chino
58/17 Aprueba el modelo de adenda al contrato de fideicomiso de administración del
“fondo de turismo estudiantil” a ser suscripta entre las agencias de viajes que
operen en turismo estudiantil en su carácter de fiduciantes y/o fideicomisarios
y Nación Fideicomisos S.A. en su calidad de fiduciario.

Fuente: elaboración propia

Legislación y reglamentación de agentes de viajes

WW <http://servicios.turismo.gob.ar/agencias/legislacion-y-reglamentacion-
vigente>

6.5.2. Otorgamiento de licencias


La así llamada Ley 18829 establece en su artículo 1 inciso f) que es necesario
para el ejercicio de las actividades propias de los agentes de viajes, obtener
previamente la respectiva licencia –dando cumplimiento a los requisitos gene-
rales y de idoneidad para su otorgamiento establecidos por el Poder Ejecutivo–
y encontrarse inscriptos en el registro que tiene a su cargo la autoridad de
aplicación.
Asimismo, el Decreto Reglamentario 2182/72 fija el procedimiento para
el otorgamiento de la licencia, indicando la necesidad de cumplimentar tres
etapas que se coronan con la entrega de diferentes instrumentos legales: a)
permiso precario, b) licencia provisoria, c) licencia definitiva.
El artículo 5 del Decreto 2182/72 establece:

CC
Sólo podrán ejercer las actividades enumeradas en el Artículo 1º de la Ley
18829 quienes obtengan su licencia inscribiéndose en el Registro de Agentes
de Viajes que llevará la Dirección Nacional de Turismo, la cual será otorgada de
acuerdo con el siguiente orden:
a) Permiso Precario: Se otorgará a las personas o firmas que proyecten instalar
una agencia en cualesquiera de las categorías establecidas en el Artículo 4º,
una vez cumplidos los requisitos que se establezcan al respecto. Este permiso
tendrá validez por un término de hasta seis (6) meses y les permitirá iniciar sus
contactos comerciales sin atención al público, pudiendo ser renovado por igual
período cuando se demuestre fehacientemente que dichas gestiones requieren
una mayor demora.
b) Licencia Provisoria: Se concederá una vez que la agencia se encuentre regla-
mentariamente en condiciones de iniciar sus actividades y tendrá validez por el

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


269

término de un (1) año. Sólo a partir del otorgamiento de esta licencia la agencia
podrá comenzar la atención al público.
c) Licencia Definitiva: Transcurrido el período previsto en el inciso anterior, se
otorgará a las agencias esta licencia, previa verificación de haberse concretado
por parte de las mismas el cumplimiento de los requisitos que se establezcan
al respecto. Las agencias que a la fecha de publicación de la Ley 18829 reú-
nan todos los requisitos exigidos en la misma y en este decreto tendrán dere-
cho a la adjudicación de la licencia definitiva en forma inmediata, previa la cons-
titución del fondo de garantía que corresponda. Las existentes a esa fecha y
que no reúnan estos requisitos contarán con un plazo improrrogable de ciento
ochenta (180) días a contar de la publicación del presente decreto para poner-
se en esas condiciones y recibir su licencia. Vencido este plazo estarán en las
condiciones normales de cualquier peticionante por primera vez. (Artículo 5 del

Decreto 2182/72)

Como puede advertirse, la actividad del agente de viajes comienza con el otor-
gamiento del permiso precario, pero este no habilita al prestador a la atención
al público, sino solamente a realizar contactos con los proveedores.
Una vez obtenido el permiso precario y antes del vencimiento del plazo de
seis meses, el solicitante debe presentar toda la documentación necesaria
para el otorgamiento de la licencia provisoria, a partir de lo cual comienza su
actividad respecto de los usuarios.
La formalización del trámite para el otorgamiento del permiso precario y
de la licencia provisoria –la más importante, ya que habilita al ejercicio de la
actividad– impone el cumplimiento de determinados requisitos.

Instalar una agencia de viajes

WW <https://www.argentina.gob.ar/instalar-una-agencia-de-viajes>

Una vez transcurrido el período determinado en la norma, el agente de viajes


puede solicitar la licencia definitiva, previo cumplimiento de los recaudos
establecidos por la autoridad de aplicación.
La distinción entre la licencia definitiva y la provisoria ha perdido virtuali-
dad, ya que el agente de viajes que cuenta con esta última puede continuar
realizando su actividad aún pasado el año desde su otorgamiento, sin la nece-
sidad de obtener la licencia definitiva.
Es importante destacar que, luego de la obtención de la licencia, cualquier
modificación que se produzca en los contratos sociales de las personas jurídi-
cas titulares de licencias, cambios de sus autoridades o de aquellos que las
representan u otro acto que lleve involucrado la sustitución del o de los res-
ponsables de las agencias debe comunicarse al Registro de Agentes de Viajes,
al igual que los relativos al cambio de domicilio y apertura de sucursales, que
deben ser aprobados por la autoridad de aplicación.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


270

6.5.3. Régimen aplicable a los responsables técnicos


De acuerdo con lo establecido en el artículo 9 del Decreto 2182/72, los requi-
sitos relativos a la estructura funcional de las agencias de viajes, además de
la organización necesaria para asegurar una eficiente prestación de sus servi-
cios, son: la constitución de una garantía, disponer de un local de atención al
público y contar con personal técnico especializado de reconocida idoneidad
profesional para satisfacer los requerimientos de los usuarios.
Para el cumplimiento de este último recaudo y dado que al momento de la
sanción de las normas, es incipiente la actividad de los profesionales en turis-
mo, no se impone contar en la estructura funcional con un profesional. Esta
exigencia nace posteriormente, a partir del dictado de la Resolución 763/92,
del Organismo Nacional de Turismo, que entre otros aspectos señala:

CC
A partir de la publicación de la presente, las empresas que requieran el otorga-
miento de licencia para actuar como Agencias de Viajes en el Registro institui-
do por la Ley 18829 deberán acreditar como mínimo en la estructura funcional
básica exigida por el Art. 9 del Decreto 2182/72, a un idóneo con título profe-
sional obtenido en carreras específicas de turismo de nivel terciario o universi-
tario oficiales o privadas, reconocidas por el Ministerio de Educación. (Artículo
1 de la Resolución 763/92)

Teniendo en cuenta que hasta ese momento la tarea de representación técni-


ca de las agencias de viajes era ejercida por idóneos se autoriza la continuidad
de los mismos, en la medida en que se inscriban en el Registro de Idóneos
en Turismo que crea la enunciada resolución. El citado Registro tiene por fina-
lidad inscribir a los idóneos acreditados o que se acrediten en lo futuro para
actuar como tales en las agencias de viajes; extender certificados de acredi-
tación y mantener información actualizada en los mismos y del potencial de
recursos humanos profesionalizados de aplicación a la actividad turística. Su
administración es delegada en la Asociación Argentina de Agencias de Viajes
y Turismo (actual FAEVYT).
Por su parte, la Resolución 752/94 precisa las funciones del representan-
te técnico:

CC
La agencia de viajes deberá ser asistida y representada por el idóneo en todos
los aspectos técnicos - turísticos que hagan a su desenvolvimiento. El desem-
peño de dicho idóneo hará responsable a la agencia en todo cuanto se relacio-
ne con el cumplimiento de los deberes formales de la misma, el asesoramien-
to e información al público, la elaboración de planes y circuitos y sus
respectivas promociones.
Se presumirá que toda promoción, publicidad y contratos efectuados o celebra-
dos por una agencia de viajes cuentan con el respaldo técnico de su respectivo
idóneo. (Artículo 3 de la Resolución 752/94)

La Resolución 752/94 exige, asimismo, que el representante técnico ejer-


za sus funciones solo en una agencia de viajes, a excepción de que en la

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


271

localidad en la que preste servicios no se cuente con otro profesional que


reuna los requisitos establecidos en ella.
Finalmente, establece que si durante la substanciación de sumarios que
se instruyan conforme al régimen de la así llamada Ley 18829, se advirtiere
que la infracción investigada se vincula a deficiencias técnicas de instrumen-
tación, información, promoción o contratación, que determinen que la agencia
de viajes no ha obrado diligentemente, debe citarse al representante técnico
para que dé las explicaciones del caso y ofrezca la prueba de su descargo,
luego de lo cual y juntamente con la resolución del sumario se debe evaluar
su conducta. Las medidas sancionatorias, preventivas o definitivas deben ser
comunicadas para su inscripción en el Registro de Idóneos en Turismo.

6.5.4. Etapa presumarial


Si bien la llamada Ley de Agentes de Viajes, frente a las denuncias de parti-
culares por incumplimientos de los contratos de viajes, prevé el inicio de un
procedimiento sumarial de acuerdo con lo establecido en sus artículos 18 y
19, dicha norma no se adecua a los principios de celeridad, economía, sen-
cillez y eficacia ni al postulado de protección al turista, ya sea por la demora
en el trámite como por el hecho de que al damnificado no se le otorga resar-
cimiento económico alguno.
Es así que la Autoridad Nacional de Turismo, en resguardo de los intere-
ses y de la protección de los viajeros, instrumenta, a través de la Resolución
263/03, un método alternativo de resolución de controversias entre los turis-
tas y agentes de viajes. Se denomina a este etapa presumarial y consiste en
una instancia en la que las partes acompañadas por un funcionario del orga-
nismo procuran alcanzar una solución al conflicto que motiva la denuncia.
Solo en caso de fracaso de esta etapa, es decir, si las partes no arriban a
un acuerdo en torno al problema, se procede a la apertura de la etapa suma-
rial, de conformidad a lo establecido en la llamada Ley de Agentes de Viajes.
Este tipo de procedimientos presenta una gran efectividad, en la medida en
que existe mayor celeridad para el tratamiento de las causas que suscitan los
conflictos, propicia acuerdos entre las partes y a la vez que permite un resar-
cimiento económico o de otra naturaleza por parte del turista afectado. Por
otro lado, evita el cúmulo de expedientes que tramitan en el área encargada
de formular los sumarios a los agentes de viajes.

6.5.5. Intermediación por medios informáticos


La irrupción de las tecnologías de la información y la comunicación en las últi-
mas décadas transforma la modalidad de comercialización dentro del sector
turístico, y afecta, entre otros, a la prestación de servicios de intermediación.
Ante tal circunstancia y advertida la administración turística procede al dic-
tado de la Resolución 257/00, que entre sus considerados afirma que “resul-
ta necesario prevenir que el uso de las facilidades tecnológicas pueda apro-
vecharse para la generación de operaciones a través de agentes marginados
del debido control y carentes de la idoneidad que exige la actividad en salva-
guarda de los intereses del público usuario”.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


272

De esta manera, establece la enunciada Resolución el sometimiento a las


disposiciones de la así llamada Ley de Agentes de Viajes “de la comercializa-
ción, promoción, oferta y/o venta de servicios turísticos que se produzca en el
país por medios informáticos, ya sea que tal actividad se desarrolle con carác-
ter permanente, transitorio o accidental, con o sin fines de lucro y en benefi-
cio o por cuenta propia o de terceros” (artículo 1 de la Resolución 257/00).
Por otra parte, impone que todo anuncio, promoción u oferta de servicios
turísticos realizada por medios electrónicos debe indicar el nombre y número
del legajo del operador habilitado.
Finalmente, determina que es de aplicación la sanción contenida en el artí-
culo 11 de la así llamada Ley 18829, a la comercialización, promoción, oferta
y/o venta de servicios turísticos que se produzcan en el país por medios infor-
máticos, sin contar con la debida licencia habilitante.

LEER CON ATENCIÓN

Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han pro-


LL vocado cambios trascendentes en la actividad turística, en particular
en la intermediación de la prestación de servicios turísticos. La apa-
rición de nuevos modelos de negocios basados en las TIC no siem-
pre encuentra en la normativa que les es aplicable un marco jurídico
adecuado para su regulación, que favorezca por una parte su desa-
rrollo, pero a la vez proteja a los turistas y no genere distorsiones en
materia de competencia.
Las disposiciones antes reseñadas son de gran importancia, ya que
aplican a la intermediación que se realiza por medios informáticos
y por tanto a las agencias de viajes on line (OTA´s: Online Travel
Agency)

LECTURA OBLIGATORIA

Weingarten, C. y Ghersi, C. (2000), Contrato de turismo, Abeledo

OO Perrot, Buenos Aires, pp. 65 a 80.

LECTURA RECOMENDADA

RR
Tale, C. (2005), Contrato de viaje. Responsabilidad de las empresas de turismo por
incumplimiento y por daños al viajero, Hamurabi, Buenos Aires.
Echevesti, C. A. y Silvestre N. (2006), Responsabilidad Civil de las Agencias de Viajes,
La Ley, Buenos Aires.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


273

5.

KK a. Identifique al menos 5 (cinco) resoluciones vigentes dictadas por


la Autoridad Nacional de Turismo, que correspondan a diferentes
aspectos y ubique en la Ley de Agentes de Viajes o en su Decreto
Reglamentario la disposición que se vincula con las mismas.
b. Solicite las condiciones generales de contratación que presentan dife-
rentes agencias de viajes y:
• Verifique si las mismas se adecuan a lo establecido en la Resolu-
ción N° 256/00.
• ¿Encuentra diferencias entre las diferentes agencias de viajes?

6.5.6. Normativa de turismo estudiantil


La Ley 25599 denominada de Turismo Estudiantil, sancionada por el Congreso
de la Nación el 23 de mayo de 2002, establece los requisitos a los que deben
ajustarse los agentes de viajes que operen en turismo estudiantil.
Los aspectos sustantivos de esta norma son:
•• Define al turismo estudiantil, incorporando en dicha modalidad las activida-
des formativas organizadas y supervisadas por autoridades y docentes de
establecimientos educativos (viajes de estudio) y las turísticas realizadas
con el objetivo de celebrar la finalización de un nivel educativo o carrera
(viaje de egresados).
•• Establece la obligatoriedad de parte de las agencias que brinden servicios
a contingentes estudiantiles de contar con un “Certificado Nacional de
autorización para agencias de turismo estudiantil”, extendido por el Regis-
tro de Agentes de Viajes del Organismo Nacional de Turismo, luego de dar
cumplimiento a los siguientes requisitos:
a) Encontrarse debidamente habilitadas e inscriptas en el Registro de
Agentes de Viajes.
b) Presentar, previo al otorgamiento del Certificado, una declaración jura-
da con la información relativa al personal a cargo de la atención de los
viajes en la casa matriz y en destino y del que se desempeñe en carác-
ter de promotor y coordinador, los programas a realizar, el modelo de
contrato a utilizar y la cantidad de servicios programados, entre otros.
•• Fija la obligación de incorporar a los contratos de venta de servicios de
turismo estudiantil:
a) Autorización para operar con turismo estudiantil.
b) Denominación de los establecimientos educativos: domicilio, nivel,
curso y listado de los estudiantes y sus acompañantes.
c) Nombre y domicilio de los distintos prestadores de servicios especifican-
do claramente tipos, categorías, calidades, duración. Fecha de salida
de los distintos contingentes, número de estudiantes que lo componen,
hotel en el que serán alojados, restaurantes y modalidades de transpor-
te a utilizar para los traslados en el lugar de estadía, no aceptándose la
incorporación de la leyenda “y/o similares o equivalentes”.
d) Certificación fehaciente de la contratación de un seguro, para cada uno
de los contratantes, de responsabilidad civil, de vida, de accidentes y
de cobertura médica total, con el detalle de los datos de las empresas
aseguradoras.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


274

•• Determina que en caso de incumplimiento y/o alteración de los servicios


previamente pactados en el contrato, sin consentimiento expreso de la
otra parte, se debe abonar a la parte perjudicada el valor del precio del
servicio pactado.
•• Designa como autoridad de aplicación al entonces Ministerio de Turismo,
Cultura y Deporte de la Nación (actual Organismo Nacional de Turismo) y a
la Secretaría de la Competencia, Desregulación y Defensa del Consumidor
de la Nación (actual ente con competencias en materia de consumo), facul-
tando a este último a asistir, auxiliar y proteger a los turistas estudiantiles
en las relaciones de consumo que se generen entre ellos y los prestadores
turísticos, siendo de aplicación en la especie la Ley 24240 de Defensa del
Consumidor y sus normas complementarias.
•• Dispone que en caso de imposibilidad de utilización de alguno de los servi-
cios contratados, por fuerza mayor, la agencia debe brindar uno de igual o
superior categoría y que el usuario puede optar por la rescisión del contra-
to en cuyo caso la agencia debe reintegrar el monto total de los servicios
incumplidos.
•• Obliga a las agencias de viajes a constituir seguros de responsabilidad
civil, de vida, de accidentes personales y de cobertura médica total, para
cada uno de todos los integrantes de cada contingente de estudiantes, que
cubra los riesgos desde el inicio hasta la finalización del viaje.
•• Impone como sanción por incumplimiento de los requisitos establecidos en
la Ley la cancelación del “Certificado Nacional de autorización para agen-
cias de turismo estudiantil”, sin perjuicio de las determinadas en la llamada
Ley de Agentes de Viajes.

PARA AMPLIAR

En el Decreto 1013/2002, por el que se promulga la Ley de Turis-

AA mo Estudiantil, el Poder Ejecutivo de la Nación observa el inciso b)


del artículo 10 de la Ley 25599, por el que se otorga intervención a
la Secretaría de la Competencia, Desregulación y Defensa del Con-
sumidor de la Nación en las relaciones de consumo entre los turis-
tas estudiantiles y los prestadores. De igual modo respecto del artí-
culo 11 que dispone la aplicación de la Ley 24240 a las relaciones de
consumo que nacen del contrato de turismo estudiantil. En ambos
casos fundamenta el ejercicio del derecho de veto por entender que
la llamada Ley de Agentes de Viajes otorga suficientes atribuciones
al Organismo Nacional de Turismo, y que esta última es una norma
especial que prevalece sobre otra de carácter general como es la Ley
de Defensa del Consumidor. Asimismo, observa el artículo que esta-
blece la obligación del agente de viajes de prestar servicios de igual o
superior categoría aún frente a casos de fuerza mayor, en el entendi-
miento de que esto altera el régimen general de la responsabilidad.

La Ley 26208, sancionada el 20 de diciembre de 2006, introduce importantes


modificaciones a la Ley de Turismo estudiantil.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


275

Entre las de mayor trascendencia destacan:


•• Determina nuevos recaudos sobre la información a brindar respecto de los
servicios programados.
•• Establece el plazo de 15 (quince días) para presentar a la autoridad de
aplicación cualquier cambio que modifique la declaración jurada anual y su
sanción en caso de incumplimiento.
•• Exige la acreditación fehaciente de la contratación, para cada uno de los
integrantes del contingente, de seguros de accidentes personales que
cubran el riesgo de muerte e incapacidad total o parcial, permanente o
transitoria, de asistencia médica y farmacéutica y otros servicios de asis-
tencia al viajero, que cubran los riesgos físicos desde el inicio hasta la
finalización del viaje facultando a incorporar otros instrumentos por la vía
reglamentaria.
•• Impone la constitución de garantías suficientes, para solventar incumpli-
mientos parciales y/o totales como: el establecimiento de fondos fidu-
ciarios de garantía y/o garantías de carácter patrimonial y/o bancarias
y/o financieras y/o depósitos en garantía y/o seguros de caución, que
deben guardar correspondencia con los montos finales de los servicios
comprometidos.
•• Designa a la Secretaría de Turismo o el organismo que la reemplace como
autoridad de aplicación de la norma, quedando las relaciones de consumo
que se generen bajo la aplicación de la normativa de Defensa del Consu-
midor a cargo de su respectiva autoridad de aplicación.
•• Dispone el procedimiento para la cancelación del Certificado Nacional de
Autorización para Agencias de Turismo Estudiantil, y para aquellos agen-
tes de viajes que desarrollen la actividad sin contar con este la aplicación
de multas.
•• Elimina las disposiciones relativas a diferentes seguros contenidos en la
Ley 25599.

LEER CON ATENCIÓN

La evolución normativa en turismo estudiantil muestra una crecien-

LL te intervención del Estado a fin de controlar a los agentes de viajes


que operan en la modalidad y a quienes prestan dichos servicios sin
autorización, tendiente a alcanzar mayores niveles de seguridad de
los viajeros y a garantizar la prestación de los servicios y la mejora en
la calidad de los mismos.
El Organismo Nacional de Turismo ha dictado, a partir de la san-
ción de la Ley de Turismo Estudiantil 25599 y su modificatoria
26208, diferentes resoluciones a través de las cuales se ha estableci-
do la reglamentación de las disposiciones contenidas en las normas
antes citadas.

6.

KK Identifique la Resolución del Organismo Nacional de Turismo que


aprueba el Reglamento de Turismo Estudiantil vigente y determine:

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276

a. ¿Cuáles son los requisitos exigidos a los agentes de viajes para la


obtención del Certificado Nacional de Autorización para Agencias
de Turismo Estudiantil? ¿En qué casos pueden ser cancelados?
b. ¿Qué cláusulas y condiciones deben reunir los contratos de turismo
estudiantil?
c. ¿Qué tipo de garantías de los contratos estudiantiles admite la
reglamentación?
d. ¿Qué seguros deben contratar los prestadores?
e. ¿Qué infracciones determina la norma?
f. ¿Qué requisitos deben reunir los coordinadores de turismo estudian-
til?

6.6. Normativa aplicable a la preservación del


patrimonio
Los patrimonios natural y cultural son piezas claves en la actividad turística,
pues resultan un elemento imprescindible para la integración de los diferentes
productos turísticos.
Esto ha llevado a reconocer la importancia de la preservación de ambos
para la sostenibilidad de la actividad, generando una conciencia activa de
parte de los actores turísticos de la imperiosa necesidad de cooperar en su
conservación.
La preservación del patrimonio natural y cultural se encuentra plasmada
en normas de diferente jerarquía entre las que se incluyen la Constitución
Nacional, tratados, leyes, decretos y resoluciones, entre otras.
La Constitución Nacional, en su artículo 41, recepta el derecho al ambiente
sano, estableciendo que las autoridades deben proveer a su protección, a la
utilización racional de los recursos naturales, a la preservación del patrimonio
natural y cultural y de la diversidad biológica. En este marco corresponde a la
Nación dictar normas mínimas para su efectiva protección y a las provincias
las necesarias para complementarlas.
El artículo 75 inciso 17 de la Constitución Nacional, asimismo, otorga
al Congreso de la Nación la potestad de reconocer la preexistencia étnica
y cultural de los pueblos indígenas argentinos y, entre otros derechos, el de
asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos naturales.
Por su parte, en el artículo 75 inciso 19 se determina la competencia del
Congreso de la Nación para el dictado de normas que protejan la identidad
y pluralidad cultural, la libre creación y circulación de las obras del autor; el
patrimonio artístico y los espacios culturales y audiovisuales.
En lo que respecta a los tratados internacionales suscritos por la Argentina,
destaca la Convención de París de 1972, relativa a la protección del patrimo-
nio mundial cultural y natural. A través de dicho instrumento internacional los
países signatarios se comprometen a identificar, proteger, conservar, rehabili-
tar y transmitir a las generaciones futuras el patrimonio cultural y natural situa-
do en su territorio, en la medida en que sus recursos lo permitan y, en su caso,
mediante la asistencia y la cooperación internacionales, en los aspectos finan-
ciero, artístico, científico y técnico. Este tratado internacional crea un Comité
intergubernamental de protección del patrimonio cultural y natural de valor uni-
versal excepcional, denominado “Comité del Patrimonio Mundial”, compuesto
por representantes de los Estados parte, en el ámbito de la Organización de

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277

las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Este Comité se


encarga de establecer y publicar la “Lista del patrimonio mundial”, formada por
los bienes del patrimonio cultural y del patrimonio natural, que considere que
poseen un valor universal excepcional. La Convención crea, al efecto de la pre-
servación, un fondo para la protección del patrimonio cultural y natural mundial
de valor universal excepcional, denominado “Fondo del Patrimonio Mundial”.
Si bien esta Convención puede ser considerada como la de mayor trascen-
dencia en lo que a las implicancias respecto del turismo se refiere, dado el
grado de difusión universal de la “Lista del patrimonio mundial”, existen otras
de no menor importancia, ratificadas por nuestro país, que tienen por objetivo
la preservación del patrimonio. Entre ellas destacan: la Convención Relativa a
los Humedales de Importancia Internacional, especialmente como hábitat de
aves acuáticas, firmada en Ramsar el 02/02/71; la Convención sobre Defensa
del Patrimonio Arqueológico, Histórico y Artístico de las naciones americanas
—Convención de San Salvador— adoptada en Washington el 16/06/76;
el Convenio sobre la Diversidad Biológica, suscrito en Río de Janeiro el
05/07/92; el Acuerdo Marco sobre Medio Ambiente del Mercosur, suscrito
en Asunción el 22/06/01; la Convención sobre la Protección del Patrimonio
Cultural Subacuático, adoptada por la Trigésima Primera Conferencia General
de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura –Unesco–, celebrada en París, el 02/11/01; la Convención para la
Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, que fuera adoptada por la
Trigésima Segunda Conferencia General de la Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura el 17/10/03, y la Convención
sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales,
adoptada en París el 20/10/05, entre otras.

6.6.1. Normativa nacional de preservación del patrimonio natural


La relevancia del patrimonio natural al identificar las relaciones con la actividad
turística es sumamente importante, no solo por su integración en los denomi-
nados productos de turismo en espacios naturales, sino por la necesidad de
encontrar modos de gestión que permitan su preservación y a la vez su empleo
como atractivos turísticos.
Cuando se hace referencia al patrimonio natural, una de las referencias
imprescindibles es la que surge de la Convención de las Naciones Unidas,
sobre la protección del patrimonio mundial, cultural y natural, celebrada en
París en 1972.

CC
A los efectos de la presente Convención se considerarán “patrimonio natural”:

•• los monumentos naturales constituidos por formaciones físicas y biológicas


o por grupos de esas formaciones que tengan un valor universal excepcional
desde el punto de vista estético o científico,
•• las formaciones geológicas y fisiográficas y las zonas estrictamente delimi-
tadas que constituyan el hábitat de especies animal y vegetal amenazadas,
que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista estético
o científico,
•• los lugares naturales o las zonas naturales estrictamente delimitadas, que
tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista de la cien-

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


278

cia, de la conservación o de la belleza natural. (Artículo 2 de la Convención de

París, 1972)

Sin perjuicio de recalcar la significación del precepto contenido en el artícu-


lo 41 de la Constitución Nacional, en lo relativo al patrimonio natural, y de
los tratados suscritos por la Argentina, es fácil advertir que existe un marco
normativo diverso, dentro del derecho interno, que tiende a su preservación.
Entre dichas normas pueden enunciarse las siguientes:
•• Ley 22351 y sus modificatorias, de parques nacionales, establece que
pueden declararse como Parque Nacional, Monumento Natural o Reserva
Acerca de la así llamada Ley
22351 y de la Administración de Nacional, por vía de ley, las áreas del territorio de la República que por sus
Parques Nacionales se hizo refe- extraordinarias bellezas o riquezas en flora y fauna autóctona o en razón
rencia en la Unidad 2. de un interés científico determinado, deban ser protegidas y conservadas
para investigaciones científicas, educación y goce de las presentes y futu-
ras generaciones, con ajuste a los requisitos de seguridad Nacional. Define
como parque nacional “a las áreas a conservar en su estado natural, que
sean representativas de una región fitozoogeográfica y tengan gran atracti-
vo en bellezas escénicas o interés científico, las que serán mantenidas sin
otras alteraciones que las necesarias para asegurar su control, la atención
del visitante y aquellas que correspondan a medidas de Defensa Nacional
adoptadas para satisfacer necesidades de Seguridad Nacional”. Considera
monumentos naturales “a las áreas, cosas, especies vivas de animales o
plantas, de interés estético, valor histórico o científico, a los cuales se les
acuerda protección absoluta”. Entiende por reservas naturales a las áreas
que interesan para “la conservación de sistemas ecológicos, el manteni-
miento de zonas protectoras del Parque Nacional contiguo, o la creación
de zonas de conservación independientes, cuando la situación existente no
requiera o admita el régimen de un Parque Nacional”. Establece para cada
una de las categorías antes mencionadas diferentes prohibiciones de acti-
vidades. Impone que para la creación de parques nacionales, monumen-
tos naturales o reservas nacionales en territorio de una provincia, se haga
la previa cesión del dominio y jurisdicción, sobre el área respectiva de la
misma, a favor del Estado Nacional. Define que la Administración de Par-
ques Nacionales, es la autoridad de aplicación de la norma y que esta es
dirigida y administrada por un directorio, cuyas funciones determina. Crea
un Fondo de Fomento de Parques Nacionales. El control del cumplimiento
de la normativa relativa a estas áreas naturales protegida se encuentra a
cargo del Cuerpo de Guardaparques Nacionales.

•• Ley 22431 y sus modificatorias, declara de interés público la fauna silves-


La así llamada Ley 22431 es tre que temporal o permanentemente habita el territorio de la República,
sancionada y promulgada por el así como su protección, conservación, propagación, repoblación y aprove-
Poder Ejecutivo Nacional, en uso chamiento racional. Entiende como fauna silvestre: “los animales que viven
de las atribuciones conferidas por
libres e independientes del hombre, en ambientes naturales o artificiales;
el artículo 5º del Estatuto para
el Proceso de Reorganización los bravíos o salvajes que viven bajo control del hombre, en cautividad o
Nacional, el 5 de marzo de 1981. semicautividad; los originalmente domésticos que, por cualquier circuns-
tancia, vuelven a la vida salvaje convirtiéndose en cimarrones”. La norma
determina las funciones de la autoridad de aplicación. La reglamentación
de la norma designa, en tal calidad, a la Secretaría de Recursos Naturales
y Desarrollo Sustentable; clasifica a las especies en diferentes grupos: en

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279

peligro de extinción, amenazadas, vulnerables, no amenazadas e insufi-


cientemente conocidas; promueve la creación de Santuarios o Estaciones
de Cría de la Fauna Silvestre en cautiverio o semicautiverio y crea la Comi-
sión Asesora para la Fauna Silvestre y su Hábitat.

•• Ley 27037, instituye el Sistema Nacional de Áreas Marinas Protegidas.


Identifica como áreas marinas protegidas “a los espacios naturales esta-
blecidos para la protección de ecosistemas, comunidades o elementos bio-
lógicos o geológicos del medio marino, incluyendo al subsuelo, los fondos y
columnas marinas asociadas, que en razón de su rareza, fragilidad, impor-
tancia o singularidad merecen una protección especial para el aprovecha-
miento, educación y goce de las presentes y futuras generaciones”. Crea
diferentes tipos de áreas: reserva nacional marina estricta, parque nacio-
nal marino, monumento nacional marino, reserva nacional marina para la
ordenación de hábitats/especies y reserva nacional marina y determina la
obligación de parte de la autoridad de aplicación de la norma de preparar
un plan de manejo para cada área marina. La reglamentación designa en
esa calidad a la la Administración de Parques Nacionales.

•• Decreto 2148/90, dispone la creación de la categoría de Reservas Natu-


rales Estrictas, que identifican “al tipo de área protegida que ofrezca las
máximas garantías para la conservación de la diversidad biológica argen-
tina, que así sea determinada por decreto del Poder Ejecutivo Nacional”.
Determina prohibiciones para el desarrollo de actividades que modifiquen
sus características naturales, amenacen disminuir su diversidad biológica
o afecten a sus elementos de fauna, flora o gea. Designa como autoridad
de aplicación de la norma a la Administración de Parques Nacionales.

•• Decreto 453/94, categoriza como Reserva Natural Silvestre (RNS) a


“aquellas áreas de extensión considerable que conserven inalterada o muy
poco modificada la cualidad silvestre de su ambiente natural y cuya con-
tribución a la conservación de la diversidad biológica sea particularmente
significativa en virtud de contener representaciones válidas de uno o más
ecosistemas, poblaciones animales o vegetales valiosas a dicho fin, a las
cuales se les otorgue especial protección para preservar la mencionada
condición”. Designa asimismo como Reserva Natural Educativa (RNEd)
“aquellas áreas que, por sus particularidades o por su ubicación contigua
o cercana a las reservas naturales estrictas o silvestres, brinden oportuni-
dades especiales de educación ambiental o de interpretación de la natu-
raleza”. En ambos casos determina los objetivos de las enunciadas áreas
y las prohibiciones generales en las mismas. Designa a la Administración
de Parques Nacionales como la autoridad de aplicación de la norma.

6.6.2. Normativa nacional de preservación del patrimonio


cultural
Toda sociedad posee un patrimonio cultural a cuya preservación se destinan
importantes esfuerzos, en tanto legado de las generaciones precedentes,
para las futuras.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


280

Esta riqueza encuentra importantes vínculos con el turismo y las interrela-


ciones entre ambos son fácilmente apreciables y exigen de parte de sus ges-
tores un esfuerzo constante para que su empleo no afecte su preservación.
La identificación de patrimonio cultural propuesta por la Convención de las
Naciones Unidas, sobre la protección del patrimonio mundial, cultural y natu-
ral, es la siguiente:

CC
A los efectos de la presente Convención se considerará patrimonio cultural:

•• los monumentos: obras arquitectónicas, de escultura o de pintura monu-


mentales, elementos o estructuras de carácter arqueológico, inscripciones,
cavernas y grupos de elementos, que tengan un valor universal excepcional
desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia,
•• los conjuntos: grupos de construcciones, aisladas o reunidas, cuya arquitec-
tura, unidad e integración en el paisaje les dé un valor universal excepcional
desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia,
•• los lugares: obras del hombre u obras conjuntas del hombre y la naturaleza
así como las zonas incluidos los lugares arqueológicos que tengan un valor
universal excepcional desde el punto de vista histórico, estético, etnológico
o antropológico. (Artículo 1 de la Convención de París, 1972)

Más allá de las disposiciones contenidas en el artículo 41 de la Constitución


Nacional relativas al patrimonio cultural, y de las Convenciones internaciona-
les en la materia, existe un considerable número de normas que tienden a
asegurar el cumplimiento de sus cometidos.
Entre las más significativas pueden enunciarse las siguientes:

•• Ley 12665 y sus modificatorias, que crea la Comisión Nacional de Monu-


mentos, de Lugares y de Bienes Históricos, determina su aplicación a los
monumentos, lugares y bienes protegidos, los que quedan sometidos a la
custodia y conservación del Estado nacional y, de corresponder, en concu-
rrencia con las autoridades locales. La norma determina las clases de bie-
nes protegidos y establece la obligatoriedad de intervención de la Comisión
Nacional previo a cualquier acto de disposición de dichos bienes, incluida
la salida del territorio nacional. La reglamentación de esta norma designa
como autoridad de aplicación al Ministerio de Cultura, del que depende la
Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, que
define las pautas para su funcionamiento y potestades.

•• Ley 25197, que tiene por objeto la centralización de datos de los bienes
culturales de la nación, en el Registro Nacional de Bienes Culturales, del
que establece las pautas para su funcionamiento. La norma define a los
bienes culturales “como a todos aquellos objetos, seres o sitios que cons-
tituyen la expresión o el testimonio de la creación humana y la evolución
de la naturaleza y que tienen un valor arqueológico, histórico, artístico,
científico o técnico excepcional”. El universo de estos bienes constituye
el patrimonio cultural argentino. Asimismo, define a los bienes culturales
histórico-artísticos como “todas las obras del hombre u obras conjuntas
del hombre y la naturaleza, de carácter irreemplazable, cuya peculiaridad,

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


281

unidad, rareza y/o antigüedad les confiere un valor universal o nacional


excepcional desde el punto de vista histórico, etnológico o antropológico,
así como las obras arquitectónicas, de la escultura o de pintura y las de
carácter arqueológico y determina sus categorías”. Designa como auto-
ridad de aplicación a la Secretaría de Cultura de la Nación y define sus
atribuciones.

•• Ley 25517, que determina la puesta a disposición de los pueblos indíge-


nas y/o comunidades de pertenencia que los reclamen, los restos morta-
les de aborígenes que formen parte de museos y/o colecciones públicas
o privadas.

•• Ley 25743, que tiene por objeto la preservación, protección y tutela del
Patrimonio Arqueológico y Paleontológico y el aprovechamiento científico y
cultural del mismo. Determina la integración del patrimonio arqueológico
“por las cosas muebles e inmuebles o vestigios de cualquier naturaleza
que se encuentren en la superficie, subsuelo o sumergidos en aguas juris-
diccionales, que puedan proporcionar información sobre los grupos socio-
culturales que habitaron el país desde épocas precolombinas hasta épocas
históricas recientes”; y del patrimonio paleontológico “por los organismos
o parte de organismos o indicios de la actividad vital de organismos que
vivieron en el pasado geológico y toda concentración natural de fósiles en
un cuerpo de roca o sedimentos expuestos en la superficie o situados en el
subsuelo o bajo las aguas jurisdiccionales”. Entre las funciones de las auto-
ridades nacionales de aplicación de la norma se encuentra la creación de
los Registros Nacionales de Yacimientos, Colecciones y Objetos Arqueoló-
gicos y de Yacimientos, Colecciones y Restos Paleontológicos, del Registro
Nacional de Infractores y Reincidentes y la de establecer las correspondien-
tes relaciones de coordinación y colaboración con los organismos compe-
tentes en la materia, existentes en las provincias. Determina la obligación
de denunciar el descubrimiento de yacimientos, así como la tenencia de
colecciones u objetos arqueológicos o paleontológicos para su inscripción
en el Registro. La reglamentación de la norma designa como autoridades
de aplicación de la Ley al Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento
Latinoamericano y el Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino
Rivadavia”. Los traslados de los bienes protegidos dentro del país deben
ser comunicados al organismo competente local y a los directores de los
museos o centros de investigaciones involucrados, en tanto que los que
se realicen fuera del país deben serlo al organismo competente nacional.

•• Ley 25750, de preservación de bienes y patrimonios culturales, determina


que en orden a resguardar su importancia vital para el desarrollo, la inno-
vación tecnológica y científica, la defensa nacional y el acervo cultural, la
política del Estado nacional debe preservar especialmente, entre otros, el
patrimonio antropológico, histórico, artístico y cultural.

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282

LEER CON ATENCIÓN

La preservación del patrimonio natural y cultural no es competencia

LL exclusiva de la Nación, por lo que en el ámbito provincial se encuen-


tra una importante fuente normativa destinada a ello.

7.

KK Identifique una norma nacional de protección del patrimonio cultural


y otra del patrimonio natural vigentes. Luego ubique sus similares en el
ámbito de la provincia en la que reside o de la que es oriundo.
a. ¿Cuáles son los objetivos que plantean cada una de ellas?
b. ¿Quién es la autoridad de aplicación de las normas?
c. ¿Contienen herramientas para el efectivo cumplimiento de sus obje-
tivos? ¿Cuáles son?
d. ¿Qué diferencias y similitudes encuentra entre ambas?
e. ¿Advierte contradicciones o competencias superpuestas?

6.7. Normativa de defensa del consumidor


La reforma constitucional de 1994 incorpora los derechos de los consumido-
res y usuarios. El artículo 42 de la Constitución Nacional prescribe:

CC
Los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la rela-
ción de consumo, a la protección de su salud, seguridad e intereses económi-
cos; a una información adecuada y veraz; a la libertad de elección y a condicio-
nes de trato equitativo y digno. Las autoridades proveerán a la protección de
esos derechos, a la educación para el consumo, a la defensa de la competen-
cia contra toda forma de distorsión de los mercados, al control de los monopo-
lios naturales y legales, al de la calidad y eficiencia de los servicios públicos, y
a la constitución de asociaciones de consumidores y de usuarios.
La legislación establecerá procedimientos eficaces para la prevención y solución
de conflictos, y los marcos regulatorios de los servicios públicos de competencia
nacional, previendo la necesaria participación de las asociaciones de consumi-
dores y usuarios y de las provincias interesadas, en los organismos de control.
(Artículo 42 de la CN)

La reglamentación de los derechos consagrados en la Constitución Nacional


se encuentra en la Ley 24240, de Defensa del Consumidor, sancionada el 22
de septiembre de 1993, que se anticipa al precepto constitucional y ha sufrido
diferentes modificaciones. Tiene por objetivo la defensa de los consumidores
o usuarios. Esta norma define a los consumidores de la manera siguiente:

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283

CC
Se considera consumidor a la persona física o jurídica que adquiere o utiliza,
en forma gratuita u onerosa, bienes o servicios como destinatario final, en be-
neficio propio o de su grupo familiar o social.
Queda equiparado al consumidor quien, sin ser parte de una relación de consu-
mo como consecuencia o en ocasión de ella, adquiere o utiliza bienes o servi-
cios, en forma gratuita u onerosa, como destinatario final, en beneficio propio o
de su grupo familiar o social. (Artículo 1 de la Ley 24240)

Es relevante señalar que el concepto actual de consumidor, que se encuentra


en el artículo antes citado, difiere del que originariamente presenta la Ley de
Defensa del Consumidor (LDC). Así lo pone de manifiesto Barreiro (2008:36-
37) quien señala: “En efecto, mientras la redacción anterior definía al con-
sumidor como la persona física o jurídica que ‘contrataba a título oneroso’
para consumo final o beneficio propio la adquisición o locación de cosas o
la prestación de servicios, la reforma dispone que es consumidor o usuario
quien adquiere o utiliza bienes o servicios en forma gratuita u onerosa, como
destinatario final, en beneficio propio o de su grupo familiar o social”.
Se encuentran alcanzados por la ley, en carácter de proveedores las perso-
nas humanas o jurídicas de naturaleza pública o privada, “que desarrollan de
manera profesional, aun ocasionalmente, actividades de producción, montaje,
creación, construcción, transformación, importación, concesión de marca, dis-
tribución y comercialización de bienes y servicios, destinados a consumidores
o usuarios” (artículo 2 de la LDC).
Quedan expresamente excluidos de los términos de la Ley los servicios
de profesionales liberales que requieran para su ejercicio título universitario y
matrícula otorgada por colegios profesionales reconocidos oficialmente (como
los abogados, arquitectos, contadores, licenciados en turismo, entre otros),
aunque sí se encuentra sometida a ella la publicidad que realicen para ofre-
cer tales servicios.
La norma establece que la relación de consumo constituye el vínculo jurídi-
co entre el proveedor y el consumidor o usuario y que las disposiciones de la
Ley 24240 se integran con aquellas generales y especiales aplicables a las
relaciones de consumo, en particular, la Ley de Defensa de la Competencia y
la Ley de Lealtad Comercial. Determina, por otra parte, que las relaciones de
consumo se rigen por el régimen establecido en ella y sus reglamentaciones
sin perjuicio de que el proveedor, por la actividad que desarrolle, sea alcanza-
do por otra normativa específica.
La regla que prima en la interpretación de los principios que establece la
ley es que ante la duda debe prevalecer la solución más favorable al consu-
midor (artículo 3 de la LDC).

6.7.1. Obligaciones del prestador de servicios


La Ley de Defensa del Consumidor determina un conjunto de obligaciones
a cargo del proveedor de bienes o servicios, en orden a equilibrar la relación
entre las partes en los contratos, de manera tal que la posición dominante
que tiene aquel frente al usuario disminuya al momento de la contratación.
El primer deber del proveedor es el información que consiste en “suminis-
trar al consumidor en forma cierta, clara y detallada todo lo relacionado con

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284

las características esenciales de los bienes y servicios que provee, y las con-
diciones de su comercialización.” Y esta información debe ser gratuita para el
consumidor y proporcionada en el soporte elegido por el proveedor determine,
a menos que el consumidor la solicite en soporte físico (artículo 4 de la LDC).
Otra obligación que nace de la norma es la de protección de la salud del
consumidor, por lo cual “las cosas y servicios deben ser suministrados o pres-
tados en forma tal que, utilizados en condiciones previsibles o normales de
uso, no presenten peligro alguno para la salud o integridad física de los con-
sumidores o usuarios” (artículo 5 de la Ley LDC).
Si el bien o servicio puede suponer un riesgo para la salud o la integridad
física de los consumidores o usuarios, debe comercializarse observando los
mecanismos, instrucciones y normas establecidas o razonables para garantizar
la seguridad de aquellos. Se impone el deber de entregar un manual en idioma
nacional sobre el uso, la instalación y mantenimiento de la cosa o servicio,
aún cuando se trate de mercadería importada.
La Ley 24240 establece, asimismo, el deber de trato digno, entendiendo
que los proveedores deben garantizar condiciones de atención y trato digno y
equitativo a los consumidores y usuarios y abstenerse de realizar conductas
que coloquen a los consumidores en situaciones vergonzantes, vejatorias o
intimidatorias. Por otra parte, prohíbe la diferenciación de precios, calidades
técnicas o comerciales o cualquier otro aspecto relevante sobre los bienes y
servicios que comercialice respecto de consumidores extranjeros, excepto en
los casos en los que haya razones de interés general debidamente fundadas
y autorizados por la autoridad de aplicación (artículo 8 bis de la LDC).
La Ley de Defensa del Consumidor establece, por su parte, que quienes pres-
ten servicios de cualquier naturaleza se encuentran obligados a respetar los tér-
minos, plazos, condiciones, modalidades, reservas y demás circunstancias confor-
me a las cuales hayan sido ofrecidos, publicitados o convenidos (artículo 19 LDC).
La Ley consagra, asimismo, el deber de reparación del daño que resulte del
vicio o riesgo de la cosa o de la prestación del servicio, por el que responden
de manera solidaria “el productor, el fabricante, el importador, el distribuidor,
el proveedor, el vendedor y quien haya puesto su marca en la cosa o servicio”.
El transportista lo hace por los daños ocasionados a la cosa con motivo o en
ocasión del servicio. Solo se libera total o parcialmente aquel que demuestre
que la causa del daño le ha sido ajena (artículo 40 de la LDC).
Los deberes u obligaciones antes enunciados constituyen uno de los avan-
ces más importantes establecidos en el régimen de defensa de los consumi-
dores y usuarios.

6.7.2. Condiciones de la oferta y venta


Uno de los aspectos incorporados por la Ley de Defensa del Consumidor es el
relativo a la oferta de bienes y servicios. En este punto establece que cuando
la oferta se dirige a consumidores potenciales indeterminados (por ejemplo,
cuando se publica en un periódico, cuando se trata de un anuncio por televi-
sión o a través de Internet) obliga a quien la emite durante el tiempo en que
se realice, debiendo contener la fecha precisa de comienzo y de finalización,
así como también sus modalidades, condiciones o limitaciones. En tanto que
para dejar sin efecto la oferta hecha pública debe difundirse su revocación por
medios similares a los empleados para hacerla conocer (artículo 7 de la LDC).

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285

La Ley 24240 enuncia un principio fundamental en lo que se refiere a la


conformación de los contratos, ya que establece que lo ofertado por medios
publicitarios forma parte del propio contrato. Así señala en su artículo 8:

CC
Efectos de la publicidad. Las precisiones formuladas en la publicidad o en
anuncios, prospectos, circulares u otros medios de difusión se tienen por in-
cluidas en el contrato con el consumidor y obligan al oferente.
En los casos en que las ofertas de bienes y servicios se realicen mediante el
sistema de compras telefónicas, por catálogos o por correos, publicados por
cualquier medio de comunicación, deberá figurar el nombre, domicilio y número
de CUIT del oferente. (Artículo 8 de la Ley 24240)

En el caso de incumplimiento de la oferta o del contrato por parte del provee-


dor, excepto en el caso fortuito o fuerza mayor y sin perjuicio de las acciones
de daños y perjuicios que correspondan, el consumidor se encuentra facultado
a su elección a: “exigir el cumplimiento forzado de la obligación, siempre que
ello fuera posible; aceptar otro producto o prestación de servicio equivalente;
rescindir el contrato con derecho a la restitución de lo pagado” (artículo 10
bis de la LDC).
En el caso de que la contratación de un servicio se realice en forma telefó-
nica, electrónica o similar, esta puede ser rescindida a elección del consumi-
dor o usuario empleando el mismo medio utilizado en la contratación (artículo
10 ter de la LDC).
La Ley, en el caso de venta domiciliaria –entendiendo por tal la oferta o pro-
puesta de venta de bienes o servicios que se efectúa fuera del establecimien-
to del proveedor–, otorga el derecho al consumidor de revocar su aceptación
durante el plazo de diez días corridos contados a partir de la fecha en que se
entregue el bien o se celebre el contrato, lo último que ocurra, sin responsabi-
lidad alguna y obliga al vendedor a informar por escrito de este derecho. Esta
facultad no puede ser renunciada por el consumidor (artículo 34 de la LDC).
Se advierte con claridad la trascendencia de estas disposiciones por sus
implicancias en la conformación de diferentes tipos de contratos que vinculan
a un proveedor de bienes y servicios y un consumidor o usuario.

6.7.3. Términos abusivos, cláusulas ineficaces y contratos de


adhesión
En procura de resguardar en las relaciones de consumo al usuario y de evitar
el abuso de la posición dominante de los proveedores de bienes y servicios,
la Ley de Defensa del Consumidor establece un mecanismo que invalida el
efecto de determinadas disposiciones contractuales.

CC
Interpretación. Sin perjuicio de la validez del contrato, se tendrán por no
convenidas:
a) Las cláusulas que desnaturalicen las obligaciones o limiten la responsabili-
dad por daños;
b) Las cláusulas que importen renuncia o restricción de los derechos del consu-
midor o amplíen los derechos de la otra parte;

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286

c) Las cláusulas que contengan cualquier precepto que imponga la inversión de


la carga de la prueba en perjuicio del consumidor.
La interpretación del contrato se hará en el sentido más favorable para el con-
sumidor. Cuando existan dudas sobre los alcances de su obligación, se estará
a la que sea menos gravosa. (Artículo 37 de la Ley 24240)

En caso en que el oferente viole el deber de buena fe en la etapa previa a la


conclusión del contrato o en su celebración o transgreda el deber de infor-
mación o la legislación de defensa de la competencia o de lealtad comercial,
el consumidor tiene derecho a demandar la nulidad del contrato o la de una
o más cláusulas. Cuando el juez declara la nulidad parcial, simultáneamente
puede integrar el contrato, si ello fuera necesario. En estas circunstancias el
contrato sigue teniendo validez, pero las cláusulas abusivas y exhonerativas
no se aplican, integrándose el contrato solamente con aquellas que sí son
válidas en los términos de la Ley de Defensa del Consumidor.
La autoridad de aplicación debe vigilar que los contratos de adhesión no
contengan cláusulas de la naturaleza antes mencionada. Los prestadores de
servicios o que comercialicen bienes a consumidores o usuarios mediante la
celebración de contratos de adhesión, deben publicar en su sitio web un ejem-
plar del modelo de contrato a suscribir y entregar sin cargo y con antelación
a la contratación, en sus locales comerciales, un ejemplar de este a aquellos
que lo soliciten (artículo 38 de la LDC).

6.7.4. Aplicación de la normativa de Defensa del Consumidor a


la actividad turística
Si bien la Ley de Defensa del Consumidor no indica expresamente que es
aplicable a la actividad turística, no cabe duda que tratándose el turista de un
receptor de servicios debe entendérselo como consumidor en los términos de
la misma. Por otra parte, la doctrina y la jurisprudencia, con pocas excepcio-
nes, consideran el contrato de viaje como una verdadera relación de consumo
(Aramburu, Lubiniecki y Silvestre, 2008:26).
Es por ello que pueden identificarse algunos ejemplos que permiten advertir
cómo debe aplicarse la Ley de Defensa del Consumidor en diferentes casos
relacionados con el turismo.
En primer lugar, una de las obligaciones emergentes de la calidad de pro-
veedor de servicios turísticos es el deber de suministrar, a los consumidores
o usuarios, información veraz, detallada, eficaz y suficiente sobre las caracte-
rísticas esenciales de los mismos. Por lo tanto, frente a un contrato de viaje
celebrado entre un agente de viajes y un turista, es deber del primero informar,
entre otros aspectos: la documentación migratoria y sanitaria necesaria para
acceder a un país (si se necesita pasaporte, visado o vacunas especiales), las
condiciones climáticas propias de la temporada (por ejemplo, si se encuentra
durante la época de huracanes o de precipitaciones permanentes), aspectos
económicos relativos al destino (por ejemplo, si se encuentra restringido el
uso de tarjetas de crédito o prohibida la circulación de moneda extranjera). Si,
en cambio, se trata de un contrato de hospedaje es obligación del prestador
del servicio brindar información relativa a las características propias del alo-

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


287

jamiento (clase, categoría, equipamiento con que cuenta), precios, servicios


no incluidos, etcétera.
En lo que respecta a los servicios que pueden suponer un riesgo para la
salud o la integridad física de los consumidores o usuarios, debe garantizarse
su seguridad. Esta norma es de especial aplicación para los prestadores de
las nuevas modalidades de turismo de aventura, aunque no solo para estos.
Por citar un ejemplo, la comercialización del servicio de rafting debe ser efec-
tuada previa habilitación y dando estricto cumplimiento a la normativa de segu-
ridad que establezca la autoridad competente.
En cuanto a las precisiones formuladas en la publicidad o en anuncios, ya
se ha señalado que las mismas obligan al oferente y se tienen por incluidas
en el contrato con el consumidor. Por eso es que se dictan normas destina-
das a evitar la publicidad engañosa.

A modo de ejemplo: la relativa al tamaño de letra en los folletos y en

xx avisos en la vía pública y aquella que impone la obligación de indicar


el destino al que pertenece la fotografía utilizada en aquella o la obliga-
ción de indicar el stock de plazas con que se cuenta al publicitar paque-
tes turísticos que incluyen el transporte aéreo.

El deber de cumplir en todos sus términos, plazos, condiciones, modalidades,


reservas y demás circunstancias conforme a las cuales hayan sido ofreci-
dos, publicitados o convenidos los servicios turísticos ha de ser tenido muy
en cuenta al momento de contratar. En este caso puede señalarse que hay
incumplimiento cuando las plazas reservadas para un alojamiento turístico no
se encuentran disponibles en la fecha acordada, no se cumple con la cate-
goría de conformidad con el contrato, no se brinda una excursión en un tour
contratado o el transporte elegido presenta demoras o incumple el recorrido
previamente fijado.
Los términos abusivos son condiciones pactadas entre las partes, pero que
teniendo en cuenta la posición de debilidad jurídica del viajero se tienen por
no integradas al contrato. Las cláusulas limitativas o exonerativas, en tanto,
procuran liberar de responsabilidad al prestador, y carecen de efecto jurídico.
La autoridad de aplicación de la norma determina ciertos enunciados que se
consideran abusivos, limitativos o exonerativos de responsabilidad para dife-
rente tipos de contrato.

Son ejemplos de cláusulas abusivas en los contratos de viajes, la facul-

xx tad del agente de viajes de rescindir el contrato sin expresión de causa,


la obligación del turista de efectuar el reclamo en tribunales diferentes
del de su domicilio, la facultad de efectuar cambios en los destinos de
un viaje sin que medie consentimiento de la parte. Son cláusulas limi-
tativas las que establecen como indemnización por daño o pérdida del
equipaje un valor mínimo, y exonerativas los carteles que señalan que el
hotel no se hace responsable por la pérdida de bienes en las habitaciones.
Este tipo de cláusulas deben analizarse en particular para determinar su
inaplicabilidad o no al caso concreto.

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288

LEER CON ATENCIÓN

Es importante tener en cuenta que el sistema de protección de los

LL consumidores y usuarios no se agota en los postulados del artículo 42


de la Constitución Nacional y de la Ley 24240 y sus modificatorias.
En primer lugar, corresponde tener en cuenta lo preceptuado en el
Código Civil y Comercial de la Nación, que regula los contratos de
consumo en los artículos 1092 y subsiguientes.
Por otra parte, deben aplicarse las normas reglamentarias de la Ley
24240 como el Decreto 1798/94 y aquellas que en su consecuencia
se dicten por parte de la autoridad de aplicación.
Finalmente, en cada provincia se dictan diferentes normas de pro-
tección de los derechos de los consumidores y usuarios, que también
son de aplicación en la materia.

LECTURA OBLIGATORIA

Weingarten, C. y Ghersi, C. (2000), Contrato de turismo, Abeledo

OO Perrot, Buenos Aires, pp. 49 a 63.

LECTURA RECOMENDADA

RR
Barreiro, K. (2008), El Régimen de Defensa del Consumidor en la Actividad Turística,
Ladevi Ediciones, Buenos Aires.
Aramburu, S., Lubinieki, R. y Silvestre, N. (2008), “Protección del turista en
la República Argentina” en Barreiro, K. (coord.), Protección legal del turista en el
Derecho Comparado, Ladevi Ediciones, Buenos Aires.

8.

KK Ubique un contrato de viaje suscrito por una agencia de viajes nacional.


a. Verifique si el mismo da cumplimiento a la normativa que establece
la Ley de Defensa del Consumidor.
b. Identifique en este cláusulas abusivas y exonerativas de
responsabilidad.

6.8. Normativa de migraciones


El artículo 25 de la Constitución Nacional establece la prohibición al gobierno
federal de restringir, limitar o gravar con impuesto alguno la entrada en el
territorio argentino de los extranjeros que traigan por objeto labrar la tierra,
mejorar las industrias, e introducir y enseñar las ciencias y las artes. Por su
parte el artículo 75 inciso 18 ubica entre las facultades del Congreso de la
Nación la de reglamentar la inmigración.

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289

En uso de las potestades antes enunciadas, el Poder Legislativo sanciona


la Ley 25871 que establece las pautas relativas a la política migratoria en lo
referente a la admisión, el ingreso, la permanencia y el egreso de personas
en nuestro país.
La Ley de Migraciones (LM) reglamenta el derecho de los extranjeros que
consagra la Constitución Nacional, al que considera esencial e inalienable de
la persona y que la República Argentina garantiza sobre la base de los princi-
pios de igualdad y universalidad. Establece diferentes categorías bajo las cua-
les los extranjeros son admitidos a ingresar y permanecer en el país:
a) Residente permanente: es todo extranjero que, con el propósito de esta-
blecerse definitivamente en el país, obtenga de la Dirección Nacional de
Migraciones una admisión en tal carácter. Asimismo, se considerarán resi-
dentes permanentes los inmigrantes parientes de ciudadanos argentinos,
nativos o por opción, entendiéndose como tales al cónyuge, hijos y padres.
b) Residentes temporarios: todos aquellos extranjeros que, bajo las condi-
ciones que establezca la reglamentación, ingresen al país en las siguien-
tes subcategorías: trabajador migrante, rentista, pensionado, inversionis-
ta, científicos y personal especializado, deportistas y artistas contratados
en razón de su especialidad, religiosos de cultos reconocidos oficialmente,
pacientes bajo tratamientos médicos, académicos, estudiantes, asilados
y refugiados, ciudadanos nativos de Estados Parte del Mercosur y asocia-
dos a este; extranjeros que invoquen razones humanitarias; otros especia-
les considerados de interés por el Ministerio del Interior y el Ministerio de
Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto.
c) Residentes transitorios: los que pueden ser admitidos en algunas de las
siguientes subcategorías: turistas, pasajeros en tránsito, tránsito vecinal
fronterizo, tripulantes del transporte internacional, trabajadores migran-
tes estacionales, académicos, personas sometidas a tratamiento médico,
extranjeros que invoquen razones que justifiquen a juicio de la Dirección
Nacional de Migraciones un tratamiento especial.

La Ley 25871 establece, para los extranjeros admitidos en el país como resi-
dentes temporarios o residentes transitorios, un límite en la permanencia,
en el territorio nacional, con sus debidas prórrogas, debiendo abandonar el
mismo al expirar dicho plazo (artículo 25 de la LM).
Dentro de las categorías enunciadas, la que reviste trascendencia para la
actividad turística, sin duda, es la correspondiente a los residentes transito-
rios, ya que en ella se encuentran ubicados los turistas que visitan el país.
La norma determina que el ingreso y egreso de personas al territorio nacio-
nal debe realizarse por los lugares habilitados por la autoridad de aplicación,
sean estos terrestres, fluviales, marítimos o aéreos, y en esa oportunidad y
lugar sean sometidos al respectivo control migratorio (artículo 34 de la LM).
La autoridad de aplicación de esta norma es la Dirección Nacional de
Migraciones y en tal carácter puede delegar el ejercicio de sus funciones y
facultades en las instituciones que constituyan la Policía Migratoria Auxiliar o
en otras autoridades nacionales, provinciales o municipales, las que deben
actuar conforme a las normas y directivas que aquella les imparta (artículos
105 y 108 de la LM).
Por la razón antes enunciada, en ciertas oportunidades, al pasar por des-
tacamentos de frontera alejados, el control migratorio es efectuado por inte-
grantes de la Gendarmería Nacional o de otras fuerzas de seguridad.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


290

Documentos válidos de viaje, requisitos de ingreso y salida y procedi-

WW mientos para salir del país con menores de 18 años


<http://www.migraciones.gov.ar/site_docs/>

6.8.1. Normativa del Mercosur en materia migratoria


Al hacer referencia a la organización político institucional del turismo, se
advierte que existen órganos que establecen diferentes normas de aplicación
para los integrantes del bloque de Estados denominado Mercosur.
Entre ese grupo normativo se encuentran algunas que guardan una impor-
tante vinculación con la actividad turística, como las referidas a los trámites
y documentos migratorios entre los países que integran el Mercado Común.
El Grupo del Mercado Común tiene entre sus facultades el dictado de reso-
luciones aplicables a los diferentes países que conforman el bloque. En mate-
ria de migraciones ha dictado las siguientes:

•• Resolución GMC 74/96: aprueba el modelo de la Tarjeta de Entrada y Sali-


da (TES) que deben completar las personas que viajen por vía aérea, fluvial,
marítima o terrestre, entre los Estados Parte del Mercosur.
•• Resolución GMC 75/96: indica cuáles son los documentos válidos de iden-
tificación personal que deben utilizar los nacionales de cada Estado Parte y
extranjeros con residencia legal para ingresar y trasladarse dentro de estos.
•• Resolución GMC 43/97: establece la Nómina de Puntos de Frontera donde
se deben efectuar los controles integrados en los Estados Partes del
Mercosur.
•• Resolución 40/98: características comunes a las que deben tender los
pasaportes de los Estados Partes.
•• Resolución 35/02: norma relativa a la circulación de vehículos comunita-
rios del Mercosur de uso particular exclusivo de los turistas.

También el Consejo del Mercado Común establece normas que son de apli-
cación a los Estados miembros. Entre las decisiones adoptadas pueden
mencionarse:
•• Decisión 12/91: de medidas de facilitación para el tránsito de los ciuda-
danos de los Estados Partes del Mercosur.
•• Decisión CMC 46/00 y 47/00: adopta la instalación, en aeropuertos, de
canales privilegiados para la entrada de nacionales de los Estados Partes
del Mercosur y Estados Asociados.
•• Decisión CMC 4/00 (Acuerdo de Recife): fija entre otras cuestiones las
medidas técnicas y operativas que regulan los controles integrados de
frontera entre los países signatarios, tendiendo a facilitar el tránsito de
personas reduciendo los tiempos de espera de los usuarios.
•• Decisión 48/00: Acuerdo sobre Exención de Visas entre los Estados Par-
tes del Mercosur.
•• Decisión 18/14 CMC: complementación del Acuerdo de Recife en materia
Migratoria.
•• Decisión 36/14: Acuerdo modificatorio del Acuerdo para la concesión de un
plazo de noventa (90) días a los turistas nacionales de los Estados Partes
del Mercosur y Estados asociados.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


291

•• Decisión 46/15: Acuerdo sobre documentos de viaje y de retorno de los


Estados Partes del Mercosur y Estados asociados.
•• Decisión 53/15: Acuerdo sobre registración migratoria electrónica.

No puede dejar de advertirse la trascendencia que tienen las medidas adop-


tadas en el ámbito del Mercosur para la facilitación del ingreso y egreso de
personas, condición imprescindible para el desarrollo de la actividad turística,
máxime cuando se trata de disposiciones migratorias relativas a ciudadanos
de países de la región que componen una parte importante del caudal turístico
que se recibe.

6.9. Normativa aduanera aplicable al turismo


La potestad del Estado Nacional para establecer derechos de importación y
exportación a las mercaderías que ingresan o egresan del territorio nacional
se encuentra fundamentalmente en el artículo 75 inciso 1 de la Constitución
Nacional.
En uso de esas potestades, el ingreso y egreso de mercaderías del territo-
rio nacional, se encuentra reglado por la así llamada Ley 22415, denomina-
da Código Aduanero (CA), sancionada y promulgada el 5 de febrero de 1981,
por el Presidente de Nación, en uso de las atribuciones del Estatuto para el
Proceso de Reorganización Nacional.
Las disposiciones de esta norma rigen en todo el ámbito terrestre, acuáti-
co y aéreo sometido a la soberanía de la Nación Argentina, así como también
en los enclaves constituidos a su favor.
El Código Aduanero denomina importación al ingreso de mercadería a terri-
Los enclaves son espacios del
torio aduanero y al egreso o salida se lo llama exportación (artículo 9 del CA).
territorio de una nación extranjera
Mercadería, en tanto, es todo bien susceptible de ser importado o expor- en el que se aplican las normas
tado, incluidos las locaciones y prestaciones de servicios realizadas en el aduaneras de otro país.
exterior y los derechos de autor y la propiedad intelectual (artículo 10 del CA).
La mercadería que se importa o exporta puede permanecer definitivamente
en el territorio, en cuyo caso estamos en presencia de la importación definiti-
va. Si en cambio ingresa para luego volver a salir en las mismas condiciones
en las que produjo su ingreso o luego de sujetarse a un proceso industrial se
está en presencia de una importación temporal.
A las personas que ingresan mercadería para sí al territorio nacional se las
denomina importadores y a las que exportan mercadería se las llama expor-
tadores. Para realizar esta actividad en forma habitual es necesario estar ins-
cripto en el registro que al efecto lleva la autoridad de aplicación de la norma.
Cada vez que se ingresa o egresa del territorio nacional con una merca-
dería, se actúa como importador o exportador y esta conducta se encuentra
sometida a las normas que establece el Código Aduanero, cuyo incumplimien-
to es pasible de sanción.
Si bien el Código Aduanero establece una considerable cantidad de regí-
menes especiales, a los fines turísticos, el de mayor trascendencia es el régi-
men de equipaje, contenido en sus artículos 488 a 505. Dicha norma define
al equipaje:

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


292

CC
Constituyen equipaje los efectos nuevos o usados que un viajero, en conside-
ración a las circunstancias de su viaje, pudiere razonablemente utilizar para su
uso o consumo personal o bien para ser obsequiados, siempre que por la can-
tidad, calidad, variedad y valor no permitieren presumir que se importan o ex-
portan con fines comerciales o industriales. (Artículo 489 de la Ley 22415)

La norma faculta a restringir, por la vía reglamentaria, la aplicación de este


régimen respecto de determinados bienes (artículo 491 del CA).
Determina, asimismo, que el equipaje puede ser trasladado por el propio
viajero o bien ser enviado antes o después de su ingreso o salida del territo-
rio aduanero, dentro de los plazos establecidos por la reglamentación (artícu-
lo 492 CA).
El servicio aduanero se encuentra facultado a exigir al viajero la declaración
referente a los efectos que condujere o remitiere bajo este régimen, a contro-
lar su equipaje y proceder a su registro (artículos 495 y 497 del CA).
La norma exime del pago de los tributos que gravan la importación o la
exportación a los efectos que constituyen equipaje, dentro de los límites que
estable la reglamentación (artículo 499 del CA).
El CA determina que la propiedad, posesión o tenencia de los bienes impor-
tados en virtud del régimen de equipaje y exentos del pago de tributos adua-
neros, no pueden ser objeto de transferencia a título oneroso por el plazo que
fije la reglamentación, el que no puede exceder de dos años.
Además del régimen del equipaje, el Código Aduanero regula otros regíme-
nes especiales, que se encuentran vinculados con el turismo, como el de los
medios de transporte (aplicable a los de bandera extranjera que con el objeto
de transportar pasajeros o mercadería arriban al territorio aduanero y deben
permanecer en el mismo y a los nacionales que salen y deben permanecer
fuera del mismo); el régimen del rancho, provisiones de a bordo y suministros
del medio de transporte (aplicable al combustible, los repuestos, los aparejos,
los utensilios, los comestibles y la mercadería que se encuentra a bordo de
estos para su propio consumo y para el de su tripulación y pasaje) y el régi-
men de la pacotilla (aplicable a los efectos nuevos o usados que un tripulante
utiliza para su uso o consumo personal o bien para ser obsequiados).
El Código Aduanero se encuentra reglamentado por el Decreto 1001/82;
asimismo, la autoridad de aplicación de ambas normas se encarga del dictado
de diferentes resoluciones destinadas a dar efectivo cumplimiento a aquellas.

6.9.1. Normativa del Mercosur en materia aduanera


Uno de los hitos más importantes en el proceso de integración en el Mercosur
es la aprobación, por parte de los Estados miembros, el 2 de agosto del 2010,
del Código Aduanero del Mercosur (CAM), mediante Decisión del Consejo del
Mercado Común 27/10.
A partir de su aprobación, el CAM y sus normas reglamentarias y comple-
mentarias constituyen la legislación aduanera común del Mercosur y las legis-
laciones internas de los Estados partes son de aplicación supletoria, dentro
de sus respectivas jurisdicciones, en aquellos aspectos no regulados especí-
ficamente por aquel (Jaureguiberry, 2010). No obstante, es necesario señalar
que la vigencia del mismo exige la aprobación por cada uno de los Estados
miembros de acuerdo con el procedimiento establecido en su derecho interno.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


293

En cuanto al tema que es de interés, el CAM establece el régimen del equi-


paje, al que define:

CC
El régimen de equipaje es aquel por el cual se permite la importación o expor-
tación de efectos nuevos o usados destinados al uso o consumo personal del
viajero que ingrese o egrese del territorio aduanero, de acuerdo con las cir-
cunstancias de su viaje o para ser obsequiados, siempre que por su cantidad,
naturaleza, variedad y valor no permitan presumir que se importan o exportan
con fines comerciales o industriales. (Artículo 105, inciso 1 del Código Aduanero
del Mercosur)

La citada norma determina la liberación del pago de tributos aduaneros a la


importación y exportación de los efectos correspondientes al equipaje dentro
de los límites y condiciones establecidos por la reglamentación (artículo 105
inciso 2 del CAM).
Establece como recaudo la obligación de los viajeros de efectuar la decla-
ración de su equipaje, acompañado: “aquel que lleva consigo el viajero y es
transportado en el mismo medio en que viaja, excluido el que arribe o salga
en condición de carga o no acompañado: aquel que llega al territorio aduanero
o sale de él, antes o después que el viajero, o junto con él, pero en condición
de carga” (artículo 105 inciso 2 del CAM).
Al igual que respecto del Código Aduanero argentino, el CAM hace referen-
cia a otros regímenes especiales, además del correspondiente al del equipa-
je. Entre ellos y por su relación con la actividad turística se encuentran: el de
efectos de los tripulantes o pacotilla, el de suministro y provisiones para con-
sumo a bordo y el de los medios de transporte con fines comerciales.
Cotter (2010:63) señala que estos regímenes no han sido reglados, por lo
que corresponde a la reglamentación definir los requisitos y las formalidades
de cada uno de ellos.
Entre las normas trascendentes que se han dictado como reglamento
de las disposiciones antes enunciadas destacan: la Directiva 32/08 de la
Comisión de Comercio del Mercosur, del 13 de noviembre de 2008, que esta-
blece la Norma de Control Aduanero en las Administraciones Aduaneras del
Mercosur, que prevé, junto con otros aspectos, el análisis del riesgo sobre los
viajeros, sus equipajes y las mercaderías que transportan, conforme al princi-
pio de control aduanero selectivo y la Decisión 53/08 del Consejo del Mercado
Común del Mercosur, del 15 de diciembre de 2008, por la que se aprueba el
Régimen Aduanero de Equipaje del Mercosur.

9.

KK Compare el régimen aduanero del equipaje vigente en la República


Argentina en el Código Aduanero y las normas reglamentarias y el esta-
blecido en el Código Aduanero del Mercosur y sus normas reglamen-
tarias y verifique:
a. ¿Qué categorías de equipaje y de viajeros presentan?
b. ¿Qué formalidades exige el régimen?
c. ¿Contienen prohibiciones o exclusiones para algún tipo de mercan-
cías? ¿Cuáles son?

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294

d. ¿Qué tipo de exenciones y franquicias determinan?


e. ¿Distinguen según el tipo de vía empleada para el arribo?
f. ¿Qué franquicias otorgan a las compras realizadas en tiendas libres
(free shops) de llegada?

6.10. Normativa tributaria nacional aplicable a la


actividad turística
Del mismo modo que existe una potestad para establecer tributos externos,
también existe, en la Constitución Nacional, la misma respecto de los inter-
nos. Esta competencia surge, fundamentalmente, del artículo 75 inciso 2.
Antes de efectuar la introducción al tema de la normativa tributaria es
menester señalar que el Estado, en cualquiera de sus niveles, tiene por obje-
tivo la satisfacción de determinadas necesidades de la población que lo con-
forma. Estas pueden ser absolutas (justicia, orden interno, defensa exterior)
o relativas (instrucción, salud, asistencia social, transporte, comunicaciones,
etcétera).
Para dar respuesta a esas necesidades, el Estado debe realizar gastos y
para ello contar con recursos. La forma ordinaria de obtenerlos proviene de la
recaudación de los diferentes tributos que crea; no obstante, existen medios
extraordinarios de obtenerlos como el endeudamiento público, el cobro de mul-
tas o la venta de bienes, por solo citar algunos.
De acuerdo con la definición establecida por Giuliani Fonrouge el tributo
puede ser concebido como

CC
Una prestación obligatoria, comúnmente en dinero, exigida por el Estado en vir-
tud de su poder de imperio y que da lugar a relaciones jurídicas de derecho pú-
blico. (Giuliani fonrouge, 2004:249)

El concepto desarrollado precedentemente permite realizar una caracteriza-


ción de los tributos: a) se trata de un acto coercivo por parte del Estado en el
que no influye la voluntad del contribuyente; b) que el Estado puede exigir de
manera coactiva; c) debe efectuarse, en principio, en moneda de curso legal;
d) las relaciones que se crean se rigen por el derecho público.
Algunos autores como Villegas (2001) incluyen en la definición el hecho
de que exista una ley previa que cree el tributo y que exista un objetivo fiscal,
basado en la exigencia de obtener recursos para cubrir los gastos que gene-
ra la satisfacción de una necesidad pública. No obstante, el tributo puede
presentar un objetivo extrafiscal, como desincentivar una actividad particular.
En toda relación tributaria existe un sujeto activo, el Estado, que se
encuentra facultado para la creación del tributo y y se encarga de recaudarlo
y, por otro lado, un sujeto pasivo, una persona humana o jurídica, a la que se
denomina contribuyente.
Existe por otra parte un objeto, que es la prestación que se debe realizar,
el pago del tributo
Todo tributo posee un ámbito temporal, es decir, que rige por un tiempo
determinado, aquel definido en la ley que le da origen y un ámbito espacial
en el que es aplicable, en caso de ser nacional es la totalidad del territorio

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


295

del Estado, si se trata de uno provincial es el ámbito territorial de la provin-


cia que lo crea.
El Estado tiene competencia para exigir al contribuyente el pago del tribu-
to siempre que se produce un acontecimiento que se encuentra previamente
descripto en la ley que crea el tributo; es lo que se denomina realización del
hecho imponible.
La base imponible, en tanto, es la suma sobre la que la ley establece la
aplicación del tributo, y la alícuota consiste, normalmente, en un porcentaje
aplicable a aquel.

En el caso del impuesto a las ganancias el sujeto activo es el Estado

xx nacional y el sujeto pasivo el contribuyente que obtiene una renta en


una actividad alcanzada por el tributo. El hecho imponible es la obten-
ción de la ganancia por parte de aquel. El monto imponible se obtie-
ne a partir de la renta o ganancia obtenida, a la que se deben aplicar las
deducciones que la ley establece. La alícuota depende de la categoría del
contribuyente, es diferente si se trata de una persona humana o jurídi-
ca y consiste en un porcentaje que se aplica sobre el monto imponible.

Es una postura generalizada en la doctrina distinguir dentro de tributos en


tres grandes categorías denominadas: impuestos, tasas y contribuciones
especiales. Así, puede afirmarse que el tributo es el género y los enunciados
anteriormente, la especie.
El impuesto constituye una prestación exigida al obligado, independiente de
toda actividad estatal específica relativa a él. De acuerdo con García Vizcaíno
puede definirse como

CC
[...] toda prestación obligatoria, en dinero o en especie, que el Estado, en ejer-
cicio de su poder de imperio exige, en virtud de ley, sin que se obligue a una
contraprestación, respecto del contribuyente, directamente relacionada con di-
cha prestación. (García Vizcaíno, 1996:67)

Pueden identificarse como ejemplo de impuestos nacionales: el impues-

xx to a las ganancias, el impuesto al valor agregado (IVA), el impuesto a


los bienes personales, el impuesto a la importación y exportación de
mercaderías y el impuesto aplicado a los pasajes aéreos y marítimos al
exterior. Son impuestos provinciales los ingresos brutos y el inmobilia-
rio, entre otros.

En tanto que las tasas se caracterizan por exigir una especial actividad del
Estado, materializada en la prestación de un servicio individualizado en el
obligado. Una de las condiciones exigibles a la tasa es que el monto no puede
ser desproporcionado al servicio prestado.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


296

CC
La tasa es un tributo caracterizado por la prestación de un servicio público indi-
vidualizado hacia el sujeto pasivo. (Jarach, 1999:234)

Son ejemplos de tasas nacionales: la tasa aduanera, la tasa de seguridad

xx y la tasa de aeropuertos, y en el ámbito provincial, la de alumbrado,


barrido y limpieza.

Por último, puede hacerse mención a la contribución especial: se presenta


cuando existe una actividad estatal, derivada de obras o gastos públicos o
especiales actividades del Estado que son generadoras de un beneficio para
la persona llamada a contribuir.

CC
[La contribución especial es] la prestación obligatoria debida en razón de bene-
ficios individuales o de grupos sociales derivados de la realización de obras
públicas o de especiales actividades del Estado. (Giuliani Fonrouge, 2004)

La contribución de mejora que se exige a los propietarios de los inmue-

xx bles linderos cuando se realiza una obra que aumenta el valor de la pro-
piedad, por ejemplo, cuando se pavimenta una calle, se abre una ruta o
se extienden las líneas del subterráneo.

La actividad turística se encuentra alcanzada por los tributos más comunes;


así, los prestadores de servicios turísticos son sujetos pasivos del impuesto
a las ganancias y del impuesto al valor agregado (IVA) y el tributo provincial de
los ingresos brutos. En algunos casos, los prestadores de servicios turísticos
se encuentran exentos del pago de determinados tributos o sometidos a otros,
pero con alícuotas reducidas como, por ejemplo, el transporte turístico a nivel
nacional respecto del impuesto al valor agregado, del que se encuentra exen-
to, o ciertas clases de alojamiento turístico que en algunas provincias tienen
alícuotas diferenciadas de las generales respecto de los ingresos brutos.
Más allá de ello existen diferentes tributos que guardan una relación espe-
cífica con el turismo.
En primer lugar, puede mencionarse el impuesto que grava la adquisición
de pasajes al exterior también conocido como DNT. Este impuesto encuentra
su fundamento en la Ley Nacional de Turismo en su artículo 24, inc b), al seña-
lar que el Fondo Nacional de Turismo se constituye, entre otros recursos por:

CC
El producto del cinco por ciento (5%) del precio de los pasajes aéreos y maríti-
mos al exterior; y los fluviales al exterior, conforme lo determine la reglamenta-
ción, vendidos o emitidos en el país y los vendidos o emitidos en el exterior pa-
ra residentes argentinos en viajes que se inicien en el territorio nacional.
(artículo 24, inciso b de la Ley 25997)

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


297

Esta norma instituye un impuesto de afectación específica que tiene por objeti-
vo promover y desarrollar la actividad turística. Si bien el DNT ya se encuentra
creado en la Ley 14524, la Ley Nacional de Turismo 25997 lo extiende a otras
actividades como el transporte marítimo al exterior y por ende es aplicable a
los cruceros internacionales y al transporte fluvial al exterior. En este último
caso, el Decreto Reglamentario de la Ley Nacional de Turismo establece una
excepción al cobro del tributo cuando la prestación es efectuada mediante
un servicio integrado por balsas, lanchas u otras embarcaciones menores.
La base imponible en este caso se encuentra determinada por el valor de los
pasajes, a la que corresponde aplicar una alícuota del 7 % en concepto de
tributo de acuerdo con lo establecido por la Ley 27341.
La Ley 25406, de Devolución del Impuesto al Valor Agregado a turistas
extranjeros, por servicios de alojamiento es un interesante ejemplo de tributo
vinculado al turismo. En materia de congresos y convenciones, la Ley 26079
exime del pago del impuesto al valor agregado a la explotación de congresos,
ferias y exposiciones y la locación de espacios en los mismos, cuando dichas
prestaciones son contratadas por sujetos residentes en el exterior. Si bien en
estos dos últimos casos no se trata de tributos específicos del turismo, su
relación con este es fácilmente perceptible.
Entre otros tributos vinculados al turismo se pueden mencionar diferentes
tasas. Una de ellas es la tasa de migraciones, cuya recaudación se encuen-
tra a cargo de la autoridad de aplicación de la Ley Nacional de Migraciones.
Otro ejemplo del mismo carácter es la tasa que, por el servicio de seguridad
que presta la Policía de Seguridad Aeronáutica, se percibe de cada pasajero.
También la tasa de aeropuertos, que se cobra como retribución por el uso de
las instalaciones y servicios aeroportuarios, en este caso, el tributo no lo cobra
el Estado Nacional, sino que lo percibe la empresa privada, que tiene a su
cargo la concesión del aeropuerto y paga a cambio de esta un canon al Estado.
La concesión es un contrato por el
cual el Estado otorga a un particu-
lar, a cambio de la realización de
6.11. Normativa nacional de accesibilidad turística una obra o del pago de un precio
denominado canon, la posibilidad
Existen diversos tipos de normas que tienen por finalidad facilitar el ejercicio de prestar un servicio público y
de sus derechos a personas con capacidades diferentes, que componen la cobrar por ello.
normativa de accesibilidad en la Argentina. Entre las competencias de la Respecto del régimen tributario
nación para legislar en esa materia la que posee especial relevancia es la que aplicable a las actividades turís-
emana del artículo 75 inciso 23 de la CN. ticas, se recomienda la lectura
A partir de las potestades que surgen del precepto constitucional señalado de Fasiolo Urli, C. A. y Ledesma,
J. S. (2015), Emprendimientos de
se han dictado diferentes leyes y sus reglamentos relativos a la accesibilidad. Servicios, Universidad Virtual de
Entre esas normas merecen especial mención la así llamada Ley 22431, Quilmes, Bernal, 203-209.
que instituye Sistema de Protección Integral de las personas discapacitadas,
así como otras leyes que han introducido modificaciones a esta, como la Ley
24314, en particular respecto de sus disposiciones relativas a la accesibili-
dad al medio físico, que establecen la prioridad de la supresión de barreras
físicas en los ámbitos urbanos arquitectónicos y del transporte, con el fin
de lograr la accesibilidad para las personas con movilidad reducida; la Ley
25634, que incorpora la obligación, a las empresas de transporte colectivo
terrestre de jurisdicción nacional, de contar con frecuencias diarias mínimas
fijas de unidades especialmente adaptadas, y es complementada por la Ley
25644 que impone el deber de publicar, en forma fácilmente legible y enten-
dible, las mismas y un número telefónico para recibir consultas sobre dicha

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


298

información y la Ley 25635, que establece la gratuidad del servicio de trans-


porte colectivo terrestre por parte de empresas sometidas al contralor de la
autoridad nacional para personas con discapacidad. La Ley 22431 es regla-
mentada por el Decreto 914/97 y determina aquellos criterios mínimos rela-
tivos a la supresión de barreras que permitan la accesibilidad a los espacios
enunciados en la ley.
En lo que respecta a la accesibilidad turística es menester mencionar la
Ley 25643 denominada “de turismo accesible”, que es uno de los mayores
esfuerzos legislativos destinados a la eliminación de barreras para el acceso
de personas con movilidad y/o comunicación reducida al goce del turismo.
Sancionada por el Congreso de la Nación, esta norma define el turismo
accesible:

CC
Turismo accesible es el complejo de actividades originadas durante el tiempo
libre, orientado al turismo y la recreación, que posibilitan la plena integración –
desde la óptica funcional y psicológica– de las personas con movilidad y/o co-
municación reducidas, obteniendo durante las mismas la satisfacción indivi-
dual y social del visitante y una mejor calidad de vida. (artículo 1 de la Ley
25643)

Esta ley establece entre otros aspectos la obligación de los agentes de viajes
de:

a) informar a las personas con movilidad y/o comunicación reducidas y/o


grupo familiar y/o acompañante sobre los inconvenientes e impedimentos
que pudiere encontrar en la planificación de un viaje que obstaculizara su
integración física, funcional o social y,
b) comunicar a los prestadores de servicios turísticos sobre las condiciones
de tales turistas a los fines de que adopten las medidas que las mismas
requieran.

Asimismo, determina que las prestaciones de servicios turísticos deben ade-


cuarse de conformidad con los criterios del diseño universal establecidos en
la Ley 24314 y Decreto Reglamentario 914/97, gradualmente en los plazos y
proporciones que establezca la reglamentación. Los prestadores que cumpli-
menten las condiciones antes señaladas son identificados con símbolos de
accesibilidad emitidos por el Organismo Nacional de Turismo y/o aquellos en
quienes las provincias deleguen dichas funciones (artículo 4 de la Ley 25643).
Finalmente, esta norma estipula que se debe adecuar el material institucio-
nal de difusión de la República Argentina para la comprensión gráfica, visual
y/o auditiva por parte de las personas con movilidad y/o comunicación redu-
cidas (artículo 5 de la Ley 25643).
En este grupo normativo es imprescindible recordar que la Ley 25997, Ley
Nacional de Turismo, incluye entre sus principios a la accesibilidad, con lo que
se constituye en un criterio director de toda la actividad turística.
Otras normas destinadas a la accesibilidad con impacto en el turismo son
la Ley 26858, de personas con discapacidad acompañadas por perro guía o
de asistencia y la Ley 26989, que implementa un instructivo de seguridad en
sistema Braille para todos los vuelos aerocomerciales de cabotaje.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


299

LECTURA OBLIGATORIA

Güidi, G. (2000), “Características y alcances de la actividad turísti-

OO ca y su regulación. Las leyes nacionales sobre turismo en el Digesto


Jurídico Argentino”, en Brenna, R., Digesto Jurídico Argentino
Comentado, Thomson Reuters, La Ley, Buenos Aires, pp. 803 a 870.

6.12. Normativa turística en las provincias argentinas y


en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Del mismo modo que de la Constitución Nacional pueden extraerse las com-
petencias en materia turística de la nación, a partir de lo dispuesto en los
artículos 121 y 129 se advierten las propias de las provincias y de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, respectivamente.
Con carácter general, el elemento que permite diferenciar los campos de
acción de cada una de ellas en la materia es la interjurisdiccionalidad o no de
las actividades que se regulan.
Basados en ese principio, corresponde a la nación regular aquellas activi-
dades turísticas que se desarrollan en jurisdicción de más de una provincia o
entre estas y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires o entre las dos últimas y
los territorios sometidos a la jurisdicción del Estado nacional. En cambio, la
regulación de las actividades que se realizan dentro del territorio sujeto a una
sola jurisdicción corresponde a quien tenga competencia en el mismo.
En ejercicio de estas facultades las provincias y la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires presentan un marco normativo complejo que se encarga de orde-
nar las actividades turísticas que se desarrollan en sus respectivos territorios.

6.12.1. Leyes de turismo de las provincias argentinas y de la


Ciudad Autónoma de Buenos Aires
A partir de las potestades señaladas y en particular de aquellas que emanan
de los textos constitucionales locales, las provincias y la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires dictan diferentes leyes que tienden a conformar el marco jurídico
en el que la actividad se desarrolla en esas jurisdicciones.
Si bien existen particularidades en estas normas de base, generalmente
denominadas “Leyes Provinciales de Turismo”, que definen las señas distin-
tivas del desarrollo turístico en cada una de ellas, puede afirmarse que se
advierten rasgos y valores comunes en la mayoría de ellas.
Un análisis de los textos normativos permite distinguir los siguientes
aspectos:

•• Reconocen el interés prioritario de la actividad turística dentro de las polí-


ticas públicas.
•• Determinan objetivos como el fomento, la preservación de los recursos,
la mejora de las condiciones de vida de los habitantes, la calidad, la com-
petitividad, la participación, la sustentabilidad, la protección del turista,
entre otros.

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300

•• Designan la autoridad de aplicación y establecen sus funciones.


•• Fijan las áreas consideradas de carácter turístico.
•• Crean organismos de turismo.
•• Definen a los prestadores y sus obligaciones.
•• Instituyen Consejos Asesores.
•• Resaltan la importancia del turismo social.
•• Constituyen un fondo de promoción.
•• Imponen sanciones ante los incumplimientos de la ley y de sus
reglamentaciones.

Algunas de estas normas contemplan la figura del municipio turístico, al que


en ciertos casos estas normas caracterizan y, en menor medida, determinan
sus facultades.
La importancia de las Leyes Provinciales de Turismo es significativa, por
un lado, porque se trata de las normas que sientan los pilares del sistema
normativo turístico provincial y, por el otro, porque en ellas se sustentan las
restantes normas sectoriales provinciales.

10.

KK a. Identifique la Ley Provincial de Turismo de la provincia en la que


reside o de aquella de la que es oriundo y verifique:
• ¿Cuáles son los objetivos de la norma? ¿Plantea principios rectores?
• ¿Crea un organismo provincial de turismo? ¿Qué atribuciones le
otorga?
• ¿Identifica a los prestadores que se encuentran sometidos a ella?
¿Cuáles son sus obligaciones y derechos?
• ¿Establece herramientas para el cumplimiento de sus objetivos?
• ¿Realiza alguna mención relativa al turismo social?
• ¿Fija sanciones por incumplimientos?
b. Luego compare la norma provincial con la Ley Nacional de Turismo
e indique aspectos en común y discrepancias entre ambas.

6.12.2. Normativa de alojamiento turístico en las provincias


argentinas y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Regulación de nuevas modalidades de alojamiento
Si bien la sanción de la así llamada Ley de Hotelería 18828 y su Decreto
Reglamentario 1818/76 fijan, al momento de su dictado, una pauta en cuanto
a los estándares a tener en cuenta en la elaboración de la normas relativas al
alojamiento turístico, no menos cierto es que dicha norma no reviste carácter
obligatorio alguno para las provincias por ser su regulación una potestad que
no ha sido delegada en la nación por parte de aquellas.
Pese a ello, algunas provincias aún hoy conservan los estándares de las
normas nacionales antes mencionadas, al haber adherido a ellas. Esta cir-
cunstancia genera la aplicación en su territorio de una norma que ha caído en
desuso por falta de aplicación en la jurisdicción nacional.
No menos cierto es que las provincias, al igual que la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires, han asumido las facultades que les son propias, mediante
el dictado de normas, de diferente rango (leyes provinciales, decretos de la

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


301

gobernación y resoluciones) que han trascendido la reglamentación del alo-


jamiento hotelero para contemplar otros aspectos de vital importancia en los
diferentes destinos turísticos provinciales (Del Busto, 2009:368).
Sin duda alguna, la situación descripta provoca disfuncionalidades tales
como la considerable diferencia entre establecimientos clasificados en diferen-
tes provincias, bajo regímenes dispares, a los que se otorga una misma cate-
gorización. Este aspecto no es de menor importancia, ya que permite al turista,
al menos en principio, conocer, a través de identificaciones reconocidas inter-
nacionalmente, cuál es la calidad esperada del servicio que ha de contratar.
Un análisis comparativo de la normativa de alojamiento turístico provincial
permite identificar como rasgos comunes los siguientes:
•• Designa como autoridad de aplicación al Organismo de Turismo provincial.
•• Crea un Registro de Alojamientos Turísticos Provincial a cargo de la auto-
ridad de aplicación.
•• Fija las obligaciones de titulares de los establecimientos: a) inscribirse el
registro provincial, b) identificar visiblemente la clasificación y categoriza-
ción asignada, c) solicitar autorización para efectuar cualquier alteración
o modificación de sus características, d) respetar las tarifas y servicios
convenidos.
•• Establece diferentes clases y categorías de alojamientos y determina con-
diciones mínimas para cada una de ellas.
•• Contiene disposiciones relativas a la fijación de tarifas.
•• Crea consejos asesores de carácter mixto.
•• Establece un régimen sancionatorio frente a las infracciones.

La evolución del alojamiento turístico es permanente y genera, a partir de


las nuevas tendencias de la demanda, la aparición en la oferta de diferentes
tipologías alojativas.
La incorporación de nuevas clases de alojamiento constituye un importante
desafío para el legislador, en la medida en que la oferta de alojamiento que
puede denominarse “tradicional” conformada entre otras por los hoteles, hos-
terías y moteles, incluidos en la así llamada Ley Nacional de Hotelería 18818,
es completada en diferentes etapas por otras como los apart-hoteles, caba-
ñas, residenciales o campings, que se incluyen en la normativa a partir de la
década de 1980 y a partir de la primera década del presente milenio la figura
de los bed and breakfast y las estancias turísticas, entre otras.
Estas nuevas clases de alojamiento deben incorporarse a la normativa
vigente de manera tal que el servicio que se brinda en estos establecimien-
tos se encuentre regulado por la normativa provincial y bajo el control de su
administración turística.
También es necesario señalar que existen provincias que incluyen en su
normativa figuras como el “hotel boutique” o el “lodge” cuya caracterización
presenta un cierto grado de ambigüedad, por lo que se entiende preferible su
caracterización como especializaciones alojativas más que como nuevas cla-
ses de alojamiento.
Por último, cabe hacer referencia a la clase de los departamentos turís-
ticos, denominados también de diferente manera: “casa o departamento”,
“casa de familia”, “conjunto de casas y/o departamentos”, “casas y depar-
tamentos de alquiler temporario”, “vivienda turística”, entre otras, que son
regulados no solo por las provincias, sino también por diferentes municipios,
en uso de las competencias que provienen de sus cartas orgánicas y, en

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


302

otros casos por delegación de las propias normativas de alojamiento turísti-


co provincial.
Estas clases de alojamientos, si bien no pueden identificarse como recien-
tes, ya que forman parte de la oferta turística, tanto reglada como no, desde
hace largo tiempo, presentan un importante crecimiento en la última década,
dado fundamentalmente por la aplicación de las tecnologías de la información
y la comunicación (TIC) y, particularmente, de plataformas especializadas en
su comercialización.
Sin lugar a dudas, su regulación es uno de los principales desafíos que
enfrenta el legislador, por la rápida proliferación de este tipo de establecimien-
tos, que aumentan considerablemente la oferta alojativa, pero a la vez pueden
generar externalidades no deseadas en su implantación.

LECTURA OBLIGATORIA

Del Busto, E. (2005), “Régimen jurídico del alojamiento turísti-

OO co en la República Argentina”, en Realidad, Tendencias y Desafíos en


Turismo, Editorial Universidad Nacional del Comahue, Neuquén,
pp. 74-99.

11.

KK Identifique la normativa provincial de alojamiento turístico de la pro-


vincia en la que reside o de aquella de la que es oriundo y verifique:
a. ¿Plantea objetivos y principios?
b. ¿A quién designa como autoridad de aplicación? ¿Establece sus
atribuciones?
c. ¿Crea un Registro de alojamientos turísticos?
d. ¿Identifica a los prestadores que se encuentran sometidos a ella?
¿Cuáles son sus obligaciones y derechos?
e. ¿Qué modalidades de alojamiento incluye? ¿Cómo las categoriza?
f. ¿Incorpora nuevas modalidades de alojamiento?
g. ¿Fija sanciones por incumplimientos?

6.12.3. Normativa en las provincias argentinas sobre turismo


rural y turismo de aventura
Las competencias relativas a las actividades turísticas que se desarrollan en
el territorio de una única provincia corresponden en exclusividad a estas al no
haber sido delegadas en el Estado nacional. Así, tanto el turismo rural como
el de aventura son regulados por aquellas.
El turismo rural nace como una alternativa al empleo de los bienes y equi-
pamiento ocioso en el campo y, en algunos casos, como complemento a la
actividad agropecuaria, y se ha desarrollado especialmente en países de la
Europa continental e insular, donde ha alcanzado un éxito diverso. Su origen
puede situarse a mediados del siglo XX, principalmente en países del entorno
europeo (Pérez Guerra, 2006:93).

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


303

Esta actividad, asimismo, ha cobrado una gran importancia sobre todo en


países como la Argentina con un marcado perfil productivo agrícola-ganadero,
convirtiéndose en un complemento atractivo de las modalidades turísticas
tradicionales.
Definir el turismo rural es una cuestión compleja, ya que tanto en la doc-
trina como en la propia legislación no se advierte un acuerdo acerca de su
contenido.
La Organización Mundial del Turismo, citada por Castel Gayán, señala:

CC
Se entiende al turismo en el medio rural como un conjunto de actividades que
se desarrollan en dicho entorno, excediendo el mero alojamiento y que pueden
constituirse para los habitantes del medio en una fuente de ingresos comple-
mentarios a los tradicionalmente dependientes del sector primario, convirtién-
dose en un rubro productivo más de la empresa agropecuaria. (OMT, citada en
Castel Gayán, 2011:54)

Los aspectos que surgen con mayor frecuencia en las diferentes normativas
de turismo rural relevadas son los siguientes:

•• Definen el turismo rural.


•• Presentan en los alojamientos turísticos una importante base de la oferta
turística rural.
•• Refieren al régimen de explotación de los establecimientos y distinguen
diferentes modalidades de contratación: con o sin alojamiento, con servicio
de alimentación y con o sin actividades complementarias.
•• Distinguen distintas clases de alojamientos: turístico rural, estancias, hote-
les rurales, apartamentos rurales, fincas rurales, etc.
•• Regulan los requisitos y servicios que configuran la tipología del estable-
cimiento y prevén la figura jurídica de la “dispensa”, que permite eximir
excepcionalmente del cumplimiento estos.
•• Exigen la inscripción en el Registro Provincial de Actividades Turísticas pre-
via a la apertura y funcionamiento de los establecimientos e indispensable
para su ejercicio legal.
•• Indican diferentes actividades consideradas como propias del turismo rural.
•• Imponen prescripciones específicas y requisitos mínimos de infraestructu-
ra, en materia de construcción y edificación, instalación y funcionamiento
de maquinaria, sanidad, contra incendios, accesibilidad y medioambiente.
•• Determinan las obligaciones y derechos de los prestadores, aspectos rela-
tivos a las reservas y los precios, y la obligación de contratar seguros.
•• Fijan un régimen para la fiscalización, las infracciones y sanciones.

En lo que respecta al turismo de aventura, también del ejercicio de las potes-


tades provinciales ha surgido un amplio marco normativo encargado de su
regulación.
Ha sido ubicado como una especie dentro del turismo alternativo o no con-
vencional y definido por Silvestre y Echevesti:

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


304

CC
Se llama “turismo aventura” a las actividades turísticas, deportivas y de ocio
que se practican sirviéndose básicamente de los recursos naturales, y en los
que es inherente el factor riesgo o cierto grado de destreza para su práctica.
(Silvestre y Echevesti, 2006:52)

Los autores mencionados precedentemente identifican aspectos comunes


en las normas que se encargan de la regulación del turismo rural e imponen
deberes a los prestadores de turismo de aventura, entre ellas:

•• Obligan a inscribirse en un registro especial para obtener la habilitación


pertinente.
•• Ordenan contar con una póliza de responsabilidad civil y seguro de asisten-
cia médica de los pasajeros y/o seguros por muerte.
•• Exigen la certificación de idoneidad del operador.
•• Establecen que en el caso de vehículos 4x4 deben tener un certificado de
revisión técnica vehicular y carnet profesional de manejo.
•• Determinan que los guías se encuentren habilitados en temas de seguri-
dad, primeros auxilios y salvataje.
•• Fijan el deber de información sobre comodidades, comida, transporte,
alojamiento, condiciones sanitarias de los lugares donde se desarrolla la
actividad.
•• Comprometen a brindar Información sobre las restricciones de preservación
ambiental y las medidas sobre tratamiento de residuos.
•• Definen el grado de riesgo de las actividades.
•• Imponen la obligación de informar sobre intercomunicaciones ante
emergencias.

No es cuestionable la trascendencia que cobran las modalidades a que se


hace referencia, que se incorporan a la oferta turística y, de acuerdo con la
tendencia que presentan, en el futuro han de ocupar un lugar de privilegio
dentro de las actividades turísticas locales.

12.

KK Ubique la normativa provincial de turismo rural y de turismo de aven-


tura de la provincia en la que reside o de aquella de la que es oriundo
y verifique:
a. ¿ Cuenta con los recaudos comunes indicados precedentemente o
difiere de ellos? En este último caso, indique en qué aspectos.
b. ¿Incluye una definición de turismo rural o de turismo de aventura?
¿Qué características presenta?
c. ¿Qué obligaciones impone a los prestadores?
d. ¿Qué modalidades de alojamiento rural incluye? ¿Cómo las
categoriza?
e. ¿Qué requisitos de seguridad fija para las actividades?
f. ¿Fija sanciones por incumplimientos?
g. Determine cuáles son a su juicio las debilidades de las normas y
proponga mejoras.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


305

6.12.4. Regulación de la actividad de los profesionales en


turismo en las provincias argentinas y en la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires
El ejercicio de la actividad profesional no fue regulado hasta mediados de siglo
XX, de ahí que para referirse a la misma se dice que se está en presencia de
una “profesión liberal”. No obstante, a partir de esa época se presenta un
proceso que tiende a establecer determinadas reglas. Así se puede advertir
en la actividad de los ingenieros agrónomos, los arquitectos, los contadores
y más tardíamente de los abogados, como profesiones que se encuentran
sujetas a regulación.
En lo que respecta a la actividad de los profesionales en turismo, por tratar-
se de títulos obtenidos en carreras más recientes –a pesar de que las casas
de estudio pioneras en turismo llevan ya varias décadas ocupándose de su
formación–, a la fecha no todas las jurisdicciones provinciales se han encar-
gado de su regulación.
Existen dos modalidades en lo que a la regulación de las actividades de
los profesionales en turismo respecta:
a) En un primer caso, el Estado crea un registro de profesionales, impone la
obligación de inscribirse en él, y otorga su control a un órgano del Estado.
b) Otro modo es la creación, a través de una ley sancionada por la Legisla-
tura provincial, de un ente de derecho denominado Colegio de profesiona-
les, en el que es obligatorio inscribirse para el ejercicio de la actividad y
en el que el Estado delega la matrícula y la función de contralor del ejerci-
cio profesional.

El control del ejercicio de la actividad del profesional del turismo es una com-
petencia propia de las provincias, en la que se advierte el empleo de ambas
modalidades, no obstante, la tendencia observada es hacia la delegación en
colegios profesionales.
Estas normas presentan en común los siguientes aspectos:

•• Crean colegios provinciales de profesionales en turismo.


•• Habilitan registros en los que deben inscribirse los profesionales con carác-
ter obligatorio.
•• Establecen las incumbencias y obligaciones.
•• Fijan causales de inhabilitaciones y de suspensión de la matrícula.
•• Crean tribunales de ética, integrados por profesionales que tienen a su
cargo el juzgamiento de la conducta de sus colegas.
•• Reconocen a quienes se desempeñan como idóneos.

Más allá de estas normas de carácter general relativas a los profesionales


en turismo es menester señalar que algunas provincias han incorporado a su
marco jurídico, además, la regulación de la actividad de los guías en turismo,
incluso bajo modalidades específicas como los “guías de montaña” o “guías
de turismo activo” y, en otros casos, han establecido habilitaciones específi-
cas para aquellos que desarrollan su actividad en Áreas Naturales Protegidas
que se encuentran bajo la jurisdicción provincial o para la realización de acti-
vidades como el avistaje de fauna marina. En estos casos, corresponde a la
autoridad de aplicación de dichas normas, regularmente la autoridad provincial
de turismo, encargarse del control de su cumplimiento.

Política y legislación turística y hotelera Eugenio del Busto


306

13.

KK Verifique en la normativa provincial de turismo si existe una norma


específica que regule la actividad de los profesionales en turismo:
a. ¿Otorga su control a un órgano del Estado o a un Colegio Público?
b. ¿A que profesionales incluye? ¿Incorpora a los idóneos en turismo?
c. ¿Qué obligaciones impone a los sujetos sometidos a ella?
d. ¿Qué tipo de sanciones impone por incumplimientos?

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