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y hotelera
Índice de contenidos
Introducción
Unidad
Unidad
Versión digital de la
Carpeta de trabajo Unidad
Unidad
Unidad
Unidad
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2
ISBN: 978-987-774-023-3
Íconos
LL
Leer con atención. Son afirmaciones, conceptos o definiciones destacadas
y sustanciales que aportan claves para la comprensión del tema que se
desarrolla.
PP
Para reflexionar. Propone un diálogo con el material a través de preguntas,
planteamiento de problemas, confrontaciones del tema con la realidad,
ejemplos o cuestionamientos que alienten la autorreflexión.
Texto aparte. Contiene citas de autor, pasajes que contextualicen el desa-
rrollo temático, estudio de casos, notas periodísticas, comentarios para for-
mular aclaraciones o profundizaciones.
Pastilla. Incorpora informaciones breves, complementarias o aclaratorias de
N algún término o frase del texto principal. El subrayado indica los términos a
propósito de los cuales se incluye esa información asociada en el margen.
CC
Cita. Se diferencia de la palabra del autor de la Carpeta a través de la inser-
ción de comillas, para indicar claramente que se trata de otra voz que ingre-
sa al texto.
Ejemplo. Se utiliza para ilustrar una definición o una afirmación del texto
principal, con el objetivo de que se puedan fijar mejor los conceptos.
AA
Para ampliar. Extiende la explicación a distintos casos o textos como podrían
ser los periodísticos o de otras fuentes.
KK
Actividades. Son ejercicios, investigaciones, encuestas, elaboración de cua-
dros, gráficos, resolución de guías de estudio, etcétera.
SS
Audio. Fragmentos de discursos, entrevistas, registro oral del profesor expli-
cando algún tema, etcétera.
EE
Audiovisual. Videos, documentales, conferencias, fragmentos de películas,
entrevistas, grabaciones, etcétera.
II
Imagen. Gráficos, esquemas, cuadros, figuras, dibujos, fotografías, etcétera.
WW
Recurso web. Links a sitios o páginas web que resulten una referencia den-
tro del campo disciplinario.
OO
Lectura obligatoria. Textos completos, capítulos de libros, artículos y papers
que se encuentran digitalizados en el aula virtual.
RR
Lectura recomendada. Bibliografía que no se considera obligatoria y a la que
se puede recurrir para ampliar o profundizar algún tema.
Índice
El autor................................................................................................ 11
Introducción.......................................................................................... 13
Problemática del campo ....................................................................... 14
Reflexiones acerca del aprendizaje de la asignatura en un entorno virtual. 15
Mapa conceptual.................................................................................. 17
Objetivos del curso................................................................................ 19
2. Política turística............................................................................... 53
Objetivos ............................................................................................. 53
2.1. Concepto de política turística.......................................................... 53
2.2. Evolución de la política turística argentina........................................ 60
2.2.1. Primeros antecedentes ........................................................ 60
2.2.2. Hacia la institucionalización del turismo social....................... 62
2.2.3. Políticas de desarrollo.......................................................... 65
2.2.4. Planificación y fomento como herramientas de la política
turística......................................................................................... 67
2.2.5. La regulación como política para la actividad turística............. 70
2.2.6. La política turística hasta finales del siglo XX......................... 73
2.2.7. La política turística en el siglo XXI......................................... 76
2.3. Organización pública del turismo en el ámbito internacional y regional.80
2.3.1. Organización Mundial del Turismo......................................... 81
2.3.2. Organizaciones públicas del turismo en América Latina........... 86
2.3.3. Iniciativas públicas relacionadas con el turismo en el
ámbito del Mercosur...................................................................... 87
2.4. Organización pública del turismo en la Argentina.............................. 89
2.4.1. Administración Nacional de Turismo...................................... 90
2.4.2. Administración provincial de turismo...................................... 92
2.4.3. Administración municipal de turismo..................................... 93
2.5. Organismos públicos vinculados al turismo en la Argentina............... 95
2.5.1. Ambiente............................................................................. 95
2.5.2. Parques nacionales.............................................................. 96
2.5.3. Cultura................................................................................ 97
2.5.4. Defensa del consumidor....................................................... 98
2.5.5. Migraciones......................................................................... 98
2.5.6. Aduana................................................................................ 99
2.5.7. Tributos internos................................................................ 100
6
El autor
Introducción
El turismo es una actividad que ha cobrado, en las últimas décadas, una tras-
cendencia sustantiva, con un crecimiento sostenido a nivel mundial, regional y
en la República Argentina, circunstancia que hace propicia la reflexión acerca
de las implicancias que trae aparejada la actividad en los planos sociocultural,
ambiental y económico, entre otros.
Los estudios prospectivos del turismo muestran una tendencia al alza del
movimiento de visitantes, tanto internacionales como nacionales, en práctica-
mente todos los rincones del planeta. Tomando como horizonte el año 2030,
se avizora un desarrollo creciente de la actividad turística, con mil ochocientos
millones de turistas internacionales viajando en los cinco continentes, con la
consiguiente redistribución de riqueza, impacto en las economías regionales
y en la creación de fuentes de trabajo, pero también con efectos negativos,
que necesariamente deben tenerse en cuenta a fin de promover acciones que
los contrarresten o al menos disminuyan su impacto.
De ahí la razón de que el estudio del turismo cobre cada día mayor interés
y sea objeto de análisis desde la perspectiva de diferentes disciplinas, entre
las que destacan la economía, la geografía, la ecología, la sociología, la polí-
tica y el derecho.
En tanto política pública prioritaria, además de las medidas destinadas a la
promoción y regulación del turismo, es menester poner acento en la formación
de los profesionales encargados de llevar a cabo las estrategias específicas
para un desarrollo sustentable de la actividad. Estos deben ineludiblemente
conocer los objetivos que orientan la actuación del Estado en la materia, así
como el contexto jurídico en el que se desarrolla.
Tanto los organismos públicos de turismo como las empresas turísticas
son objeto de imputación jurídica, y deben ser tenidos en cuenta prioritaria-
mente en la elaboración de las políticas que afectan la actividad. No menor
trascendencia tiene el impacto del turismo en el territorio en el que se sitúan
los recursos turísticos que integran la oferta y exigen ser protegidos en tanto
patrimonio de todos los argentinos.
La asignatura aborda la problemática turística desde la perspectiva de la
ciencia política y del derecho, dando a los alumnos los conocimientos concep-
tuales básicos para su aplicación en la actividad profesional.
Para una mejor comprensión de los contenidos de la materia se plantea
una introducción a los temas basada en su desarrollo teórico, la que es acom-
pañada de ejemplos que permiten una aproximación concreta a esta.
Por otra parte, se analiza cuál ha sido el tratamiento que la normativa, dic-
tada en los diferentes niveles estatales, ha dado al fenómeno turístico y sus
manifestaciones, procurando una visión crítica y a la vez constructiva de aque-
lla por parte de los alumnos.
Finalmente, con los conocimientos adquiridos, se aspira a que el futuro pro-
fesional pueda determinar si el derecho que regula la actividad es adecuado a
la realidad y si existe un correlato entre los postulados de la política turística
y su efectiva aplicación.
Mapa conceptual
La Política El Derecho
Evolución del
pensamiento político Derecho privado Derecho público
Personas Sociedades
Contratos humanas
turísticas sujetos
del comercio
Organismos y
asociaciones Administración Administración Administración Consejo Cámaras y
internacionales y Nacional provincial municipal Federal de asociaciones
regionales de turismo de turismo de turismo Turismo del sector
Competencias
turísticas
Regulación de la
actividad turística
Legislación del
turismo y la hotelería
Objetivos
•• Formular una definición del concepto de política.
•• Distinguir el objeto de estudio de la ciencia política y sus contenidos
principales.
•• Reconocer a los autores que a lo largo de la historia han estudiado la mate-
ria y las diferentes ideas que han desarrollado.
CC
1. adj. Perteneciente o relativo a la doctrina política.
2. adj. Perteneciente o relativo a la actividad política.
[...]
5. adj. Dicho de una persona: Que interviene en las cosas del gobierno y nego-
cios del Estado.
[...]
7. f. Arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados.
8. f. Actividad de quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públicos.
9. f. Actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su
opinión, con su voto, o de cualquier otro modo.
[...]
11. f. Arte o traza con que se conduce un asunto o se emplean los medios para
alcanzar un fin determinado. (RAE, 2014: 1748)
CC
[…] La voz ‘política’ es voz griega, de polis (ciudad) y polites, el que vive en la
ciudad, el ciudadano. El adjetivo ikos designa lo que se refiere a la ciudad y al
Marcel Prelot (1898-1972). ciudadano y, como sustantivo, la política se refiere al arte de gobernar al ciuda-
Pensador, político y politólogo dano y, en sentido amplio, a pueblos enteros. El hombre es, pues, el objeto de
francés. Docente en la Facultad
tal arte, en cuanto es considerado en sentido socrático como anthropos zoon
de Derecho de la Universidad de
París. Autor de diferentes obras, politikon, es decir, un ser nacido para la ciudad, para la sociedad, a la que per-
entre ellas: Historia de las Ideas tenece por ley divino-humana como ser perfectible. De la comunidad recibe (…)
Políticas y La Ciencia Política, en todo aquel engranaje de perfecciones de que dispone la ciudad, pero la perso-
la que aborda el análisis de la
politología desde la antigüedad na, a su vez, tiene la obligación de concurrir con sus perfecciones a la admitida
clásica y es una de las más impor- perfectibilidad de la ciudad-Estado. (Kastberger, citado en Martinotti, 1988:22)
tantes en el campo de estudio de
esa ciencia.
CC
1. m. Dominio, imperio, facultad y jurisdicción que alguien tiene para mandar o
ejecutar algo.
2. Gobierno de algunas comunidades políticas.
[...]
6. Suprema potestad rectora y coactiva del Estado. (RAE, 2014: 1743)
CC
[...] la probabilidad de imponer la propia voluntad, dentro de una relación so-
cial, aun contra toda resistencia y cualquiera sea el fundamento de esa proba-
bilidad. (Weber, 2002: 43)
CC
En su significado más general, la palabra ‘poder’ designa la capacidad o posi-
bilidad de obrar, de producir efectos; y puede ser referida tanto a individuos o
grupos humanos como a objetos o fenómenos de la naturaleza. [...] Entendido
en sentido específicamente social, esto es, en relación con Ia vida del hombre
en sociedad, el poder se precisa y se convierte de genérica capacidad de
obrar, en capacidad del hombre para determinar la conducta del hombre: poder
del hombre sobre el hombre. El hombre no es solo el sujeto sino también el
objeto del poder social. (Bobbio y otros, 1991: 1190)
Edgar Bodenheimer (1994), por su parte, señala que existen dos formas extre-
mas de vida social humana en las que el poder tiene una influencia ilimitada:
la primera es la anarquía (situación social en la que se da a los miembros de
la comunidad un poder ilimitado y no hay reglas coactivas que todo individuo
esté obligado a reconocer y obedecer), y la segunda, el despotismo (forma de
gobierno en la que un hombre goza de un poder ilimitado sobre los súbditos
a los que rige y que puede manifestarse, según la complejidad social, por
medio de liderazgos tribales o de estados totalitarios). El mencionado autor
encuentra en el Derecho el camino para evitar ambas situaciones, ya que este
se ocupa de terciar entre esos dos extremos: para evitar la anarquía, limita
el poder de los individuos particulares y para evitar el despotismo, el de los
gobiernos.
PARA REFLEXIONAR
CC
1. m. Acción y efecto de gobernar o gobernarse.
2. m. Órgano superior del poder ejecutivo de un Estado o de una comunidad polí-
tica, constituido por el presidente y los ministros o consejeros.
6. m. Tiempo que dura el mando o autoridad del gobernador.
CC
[…] Existe una segunda acepción del término que se apega más a Ia realidad
del Estado moderno, y que ya no indica solamente el conjunto de las personas
que detentan el poder de gobierno, sino el conjunto de los órganos a los que
institucionalmente les está confiado el ejercicio del poder. (Bobbio y otros,
1991: 710)
CC
La ciudad es la comunidad, procedente de varias aldeas, perfecta, ya que po-
del hombre. Para este pensador,
see, para decirlo de una vez, la conclusión de la autosuficiencia total, y que tie- los hombres por naturaleza se
ne su origen en la urgencia del vivir, pero subsiste para el vivir bien. Así que to- ven arrastrados a la asociación
da ciudad existe por naturaleza, del mismo modo que las comunidades política y la ciudad es la comu-
nidad más perfecta. Es autor de
originarias. Ella es la finalidad de aquellas y la naturaleza es finalidad. Lo que
diferentes obras, entre las que
cada ser es, después de cumplirse el desarrollo, eso decimos que es su natu- destacan: Política, Ética Nico-
raleza, así de un hombre, de un caballo o de una casa. Además, la causa final maquea y Metafísica.
y la perfección es lo mejor. Y la autosuficiencia es la perfección, y óptima. Por
lo tanto, está claro que la ciudad es una de las cosas naturales y que el hom-
bre es, por naturaleza, un animal cívico. Y el enemigo de la sociedad ciudada-
na es, por naturaleza, y no por casualidad, o bien un ser inferior, o más que un
hombre.
[...]
En todos existe, por naturaleza, el impulso hacia tal comunidad; pero el prime-
ro en establecerla fue el causante de los mayores beneficios. Pues así como el
hombre perfecto es el mejor de los animales, así también, apartado de la ley y
de la justicia, es el peor de todos. (Aristóteles, 2015: 61-63)
CC
[…] La consecuencia de estas disposiciones es que los romanos no necesita-
rán de ninguna doctrina política hasta que las circunstancias no modifiquen de
manera profunda la estabilidad del Estado. (2008: 66)
PARA AMPLIAR
CC
[…] Weber distingue dos acepciones del término política. En un sentido am-
plio, política es toda actividad directiva autónoma de cualquier grupo o comuni-
dad, diríamos que es la línea específica de su conducta: así puede hablarse de
política de una empresa, política de un sindicato, etc. Con un mayor rigor y en
un sentido más restrictivo se considera política solo la dirección o la influencia
sobre la dirección de una asociación política, es decir, en nuestro tiempo, de
un Estado. (Solozabal Echavarría, 1984: 140)
CC
Generalmente, el término “política” se emplea para designar la esfera de ac-
ciones que se refieren directamente a la conquista y ejercicio del poder último
(supremo o soberano) sobre una comunidad de individuos en un territorio.
(Bobbio, 2009: 237)
Para Sodaro, “la política es el proceso por el que las comunidades persiguen
objetivos colectivos y abordan sus conflictos en el marco de una estructura de
reglas, procedimientos e instituciones, con el objeto de alcanzar soluciones
y adoptar decisiones aplicables por la autoridad estatal (en sus diferentes
niveles político-administrativos) al conjunto de la sociedad” (2006:1).
Finalmente, Vallés (2006) considera la política como una práctica o activi-
dad colectiva que los miembros de la comunidad llevan a cabo, cuya finalidad
es regular los conflictos entre grupos, y su resultado es la adopción de deci-
siones que obligan a los miembros de la comunidad. Este autor ha identifica-
do cuatro grandes corrientes entre las definiciones clásicas de la política, que
subrayan algún elemento central distintivo:
CC
• La política como control sobre personas y recursos. Sería político todo fe-
nómeno vinculado a formas de poder o de dominio sobre los demás
(Maquiavelo, Lasswel, Dahl), imponiéndoles conductas que no serían es-
pontáneamente adoptadas.
LECTURA OBLIGATORIA
<https://youtu.be/a0RhBARdSME>
1.
CC
La ciencia política puede, pues, definirse como la ciencia del gobierno de los
Estados, o el estudio de los principios que constituyen el gobierno y deben diri-
girlo en sus relaciones con los ciudadanos y los demás Estados. (Prelot,
2010:9)
CC
La expresión “ciencia política” puede ser usada en un sentido amplio y no técni-
co para denotar cualquier estudio de los fenómenos y de las estructuras políti-
cas, conducido con sistematicidad y con rigor, apoyado en un amplio y agudo
examen de los hechos, expuesto con argumentos racionales. [...] En un sentido
más estricto y por lo tanto más técnico en cuanto cubre un área bastante bien
delimitada de estudios especializados y en parte institucionalizados, con culto-
res vinculados entre sí que se reconocen “politólogos”, Ia expresión ciencia polí-
tica indica una orientación de los estudios que se propone aplicar, en Ia medida
de lo posible, el análisis del fenómeno político —o sea en Ia medida en que Ia
materia Io permite, pero siempre con el mayor rigor— Ia metodología de las cien-
cias empíricas (sobre todo Ia que resulta de Ia elaboración v de Ia codificación
efectuada por la filosofía neopositivista). (Bobbio y otros, 1991:218)
Giovanni Sartori (2006:16) destaca que “la ciencia política (o mejor, un cono-
cimiento empírico de la política provisto de validez científica) es en cambio la
más reciente y embrionaria de las ciencias”.
Javier Roiz (1997:19), en tanto, sostiene que la ciencia política es una
rama del conocimiento que participa de las condiciones de rigor, objetividad y
experimentación de las ciencias modernas. Ello no significa que fuera inexis-
tente hasta el siglo XX, ya que la reflexión política es muy antigua. Sostiene,
asimismo, que dentro de la ciencia política se suele distinguir entre dos cam-
pos de estudio, cada vez más interdependientes entre sí: por un lado, el que
se dedica a elaborar las grandes teorías o reflexiones, por el otro, el que se
orienta a la construcción de instrumentos adecuados para comprender la vida
política en su mecánica cotidiana. Es decir que presenta una línea de estu-
dios especulativos y otra de aplicaciones prácticas de los conocimientos que
se han adquirido por aquella.
Afirma el mencionado autor que, si bien pueden identificarse los comien-
zos de la ciencia política experimental como actividad autónoma en el último
cuarto del siglo XIX, la creación de los departamentos de ciencia política en la
Universidad de Columbia y el Instituto de Ciencias Políticas de París marcan
el comienzo de la investigación científica de la política y el nacimiento de la
politología como profesión. Sostiene, por último, que para afianzarse como tal
la ciencia política ha debido probar que su objeto de estudio no se encuentra
cubierto por otra ciencia y que a la vez posee un método de análisis propio.
Ahora bien, conociendo los aspectos esenciales que dan carácter a la cien-
cia política, resulta menester determinar cuál es el área de interés que abarca
su estudio. Para ello fue necesaria la realización de una reunión de expertos
en París en 1948, a iniciativa de la Unesco (Prelot, 2010), en la que un grupo
de estudiosos dedicados a la investigación y la enseñanza de la ciencia polí-
tica establecieron cuatro temas fundamentales y sus contenidos:
1. La teoría política
a) La teoría política
b) La historia de las ideas políticas
CC
1. Relaciones internacionales: a) cooperación internacional; b) organizaciones
internacionales; c) política internacional; d) tratados y acuerdos internacio-
nales; e) problemas de las relaciones internacionales.
2. Políticas públicas: a) política agrícola; b) política cultural; c) política comer-
cial; d) política de comunicaciones; e) política demográfica; f) política eco-
nómica; g) política educativa; h) política del medioambiente; i) política exte-
rior; j) política sanitaria; k) política industrial; l) política de la información; m)
planificación política; n) política científica y tecnológica; o) política social; p)
política de transportes.
3. Instituciones políticas: a) Poder Ejecutivo; b) Poder Judicial; c) Poder
Legislativo; d) relaciones entre los poderes.
4. Vida política: a) elecciones; b) comportamiento político; c) grupos políticos;
d) liderazgo político; e) movimientos políticos; f) partidos políticos.
5. Sociología política: a) derechos humanos; b) lenguas; c) minorías; d) raza; e)
religión; f) conflictos sociales.
6. Sistemas políticos: a) área americana.
7. Administración pública: a) gestión administrativa; b) instituciones centrales;
c) administración civil; d) servicios públicos; e) instituciones regionales.
8. Opinión pública: a) información; b) medios de comunicación de masas; c)
prensa; d) propaganda. (Emmerich y Olguín, 2007: 28-29)
LECTURA RECOMENDADA
RR Aires.
<https://youtu.be/JydmTbkcSRI>
CC
Resulta fácil comprender que si el papel protagónico del hombre libre resulta-
ba en Grecia de tal magnitud, se le otorgara una atención preferente a la edu-
cación (paideia) política del hombre. Tres soportes basaban la formación del
polites: la gimnasia, la música y la retórica, esta última de esplendente tarea
en Atenas. Pero lo más difícil resulta la educación del político, pues el puesto
de comando implicaba la aprehensión del telos, de la felicidad humana. Esta –
dice Isócrates– no es prenda y posesión de los que están cercados de grandes
murallas, ni de los que juntan y encierran muchas gentes en un mismo lugar,
sino de aquellos que gobiernan sus propios Estados con más aciertos y mayor
prudencia. Que el gobierno de la ciudad es como el alma al cuerpo. En ese go-
bierno lo que importa –ante todo– es la ley. Hay que gobernar la polis por leyes
y no por (epiqueyas) arbitrios moderadores. (Martinotti, 1988: 25)
CC
Existe una verdadera ley, a saber: la recta razón que, conforme a la naturaleza,
rige para todos los hombres y es inmutable y eterna.(…) Mudar esta ley por la
legislación humana nunca puede ser justo; limitar su eficacia, es ilícito; supri-
mirla completamente imposible. Ni el senado ni el pueblo pueden absolvernos
de la obligación de obedecerla, y ningún gran jurista es necesario para expo-
nerla o para interpretarla. No hay una regla para Roma y otra para Atenas, ni
una regla para hoy y otra para mañana; solo hay un derecho eterno e inmuta-
ble, que obliga a todos los pueblos y para todos los tiempos. (Cicerón, citado
por Martinotti, 1988: 57)
“Desde el poder bárbaro se le presenta a occidente el nuevo tipo humano del príncipe-
caudillo elegido por la asamblea de guerreros, igualitaria y deliberativa. Su jefatura la
soporta el asentimiento popular; nace la igualdad caballeresca, transformable luego entre
el rey y los señores del medioevo. Germánico es el poder del pacto, como fundamento
de las atribuciones del mando y de los derechos de los súbditos, la cooperación militar,
el sentido de servicio como explicación de la subordinación, y la disciplina como nece-
sidad histórica de la lucha. Estos vínculos, de agudo vitalismo dinámico, permitieron la
movilización de grandes masas humanas, inspiradas por una sangre común (origen del
ius sanguinis), guiados por un jefe que era su igual en la inaudita empresa de reemplazar,
derrotando, a la antigua y cuasi eterna cabeza del mundo.
El ius sanguinis (derecho de san-
gre), en la actualidad, es un prin-
El príncipe promete respetar los pactos y sube o desciende del poder según decisión
cipio jurídico que permite a una de la asamblea, que le sirve de consejo o tribunal. No se ve impedido por la ley escrita de
persona adquirir la nacionalidad estilo romano, pues su ley es la costumbre del grupo. Esta triple constitución: derecho
de sus ascendientes (padres o popular (no dogmático), asamblea tribal (no oligárquica) y príncipe ejecutivo (no despó-
abuelos) sin importar el lugar de tico), representa la asombrosa novedad de la “barbarie” para los occidentales, ya descreídos
su nacimiento. El principio que
de Roma. La descomposición del imperio haría surgir los feudos y naciones europeas, en
se le contrapone es el del ius soli
(derecho del suelo), por el cual tanto que la destrucción de la mitología del invasor y su cansancio de la guerra de presa,
se es nacional del país en cuyo infundiría a la belicosidad germánica un ansia de orden y de paz de usanza romana. La
territorio se nació. Las naciones iglesia se encargará de la conquista de los conquistadores con una paz de equilibrio y con
europeas adoptan el primer prin- la legitimación eclesiástica del poder y la propiedad.
cipio, en cambio, las americanas,
La cristianización de los invasores, pareja a su romanización, fue sorprendente por su
el segundo.
prontitud y por su extensión. La conversión se realizaba en masa. Ejércitos enteros seguían
a su jefe en la nueva fidelidad religiosa, asistidos por el obispo. Nació una solidaridad desde
la fe con el Imperio Bizantino, germen de futuras alianzas. Es el primer conato de unidad
europea, concretado entre los pueblos bárbaros cuando la invasión de los sarracenos,
oportunidad en que Carlos Martel creara la caballería, síntesis occidental del viejo orden,
Los europeos llamaban “sarrace-
nos” a los pueblos del desierto la sangre nueva y la fe perenne.
que hoy se conocen como árabes. El asentamiento y la romanización aludidos habrían de conformar las nuevas comu-
nidades europeas, conseguidas y mantenidas en la tensión inicial entre el rex y la nobleza
naciente, con apoyos alternados en el poder episcopal. La unión de la nobleza y el clero
(circunstancial) dará nacimiento a las nuevas inmunidades pactadas entre el monarca y los
caballeros y mitrados. El primer documento es la Magna Charta Liberatem del año 614.
Otro motivo de tensión en los nuevos reinos lo constituye la diversidad cultural y racial de
su integración. Así, Carlomagno (742-814) romaniza y hace consagrar su cetro, en tanto
que la nobleza se germaniza. El orden y la obediencia son de estirpe latina; la igualdad y los
pactos, de raigambre germana. Cuando prevalece la autoridad, el mundo se latiniza y su
unidad –réplica terrestre de la unidad trascendente– se patentiza y consolida con aspiración
de universalidad. Si, por el contrario, domina lo germánico, cunde el particularismo, los
caballeros cierran sus castillos y los villanos fortifican los burgos, la autoridad reconocida es
la directamente pactada. Nace el feudalismo”. (Martinotti, 1988:78-79)
En los comienzos de la Edad Media cobra cada vez mayor fuerza el poder
eclesial con la figura del pontífice romano y el surgimiento del clero (obispos),
que alternan entre los monarcas y la nobleza, creando un equilibrio entre dos
fuerzas. Surge posteriormente una unión entre la Iglesia y el Estado, donde el
papado unge al príncipe cristiano.
La figura de Isidoro de Sevilla (560-636) es clave en este período en el
que se reúne el IV Concilio Toledano (633), que resuelve que la sucesión del
soberano se haga por asamblea entre obispos y grandes del reino. De acuer-
do con el pensamiento de este doctor de la Iglesia, la ley debe ser honesta,
justa, posible, de acuerdo con la naturaleza, en consonancia con las costum-
bres, apropiada al lugar y a las circunstancias temporales, necesaria, útil,
clara, no dictada para beneficio particular, sino en provecho del bien común
de los ciudadanos; y el rey debe obrar rectamente regido por las virtudes de
la justicia y la piedad.
La aparición de las abadías y los obispados con su poder territorial, y la
falta de una política nacional, llevan a una distinción poco clara entre los lími-
tes existentes entre el poder religioso (del papado) y el poder civil (del empe-
rador). Surgen así posturas que pretenden delimitar ambos poderes. Algunos
sostienen que el origen del poder del soberano proviene directamente de Dios
y otros entienden que queda en cabeza de la Iglesia, que al ungir al monarca,
lo delega en él.
San Bernardo de Claraval (1090-1153) postula, defendiendo esta últi-
ma, la alegoría de las dos espadas, tomando como partida el pasaje de los
Evangelios en el que Jesús ordena a San Pedro que envaine la espada con la
que hirió al servidor del sumo sacerdote. “Las dos espadas representan los
poderes espiritual y temporal y son igualmente de institución divina. Pero por
haber retenido Pedro las dos espadas pudo su sucesor atribuir la espada tem-
poral al Emperador” (Prelot, 1971:211). Ambas espadas (el poder espiritual
y el temporal) pertenecen a la Iglesia, el primero debe ser ejercido por ella y
el segundo para ella.
En cuanto a los nombramientos de los obispos se plantea el mismo pro-
blema: para unos, deben ser designados y estar subordinados a los empera-
dores; en cambio, para los representantes de la autoridad eclesiástica tales
funciones eran facultad del pontificado. Este conflicto se resuelve con el
Concordato de Worms (1122), por el que queda en cabeza del Papa la elec-
ción de los obispos y comienza a desarrollarse la idea de señorío universal del
pontífice. Juan de Salisbury (115-1180) explica esta postura con claridad al
afirmar en su obra Policraticus que el gobernante es un ministro de la Iglesia,
a quien esta le concede el poder temporal, distinguiendo entre el príncipe cris-
tiano que debe ser amado y obedecido y el tirano que debe morir por la espa-
da. “Entre un tirano y un príncipe existe esta diferencia única y principal: que
el último obedece a la ley y gobierna al pueblo de acuerdo con sus dictados,
considerándose como mero servidor suyo” (Sabine, 1994:204).
En el pensamiento medieval se destaca la figura de Santo Tomás de Aquino
(1225-1274). Doctor de la Iglesia Católica, es el autor de la Suma Teológica,
el Regimine Principum, así como de un comentario parcial a la Política de
Aristóteles. Para este pensador, la comunidad es entendida como una unidad
que tiende al bien común de los que la integran y pretende alcanzar la felici-
dad de sus miembros. La misión de la ley, que procede de la razón, en tanto,
es ordenar las cosas hacia el bien último. Distingue cuatro tipos de ley: eterna
(es la que emana de Dios y que otorga un orden al universo), natural (acontece
Este principio de formación de los poderes “nacionales” a partir del siglo XI, más marcado
en Inglaterra y después en Francia, encontrará muy pronto legitimaciones y relevos teóricos
y empíricos. Entre los primeros, la reflexión política de Santo Tomás de Aquino (1225-
1274) es significativa. Ciertamente, su deliberada finalidad es justificar el poder de los reyes.
Influido fuertemente por el pensamiento político de Aristóteles, contribuye, en contra del
agustinianismo, a dar peso a las comunidades de hecho. Rompiendo con la perspectiva
según la cual la ciudad de los hombres es una institución directamente divina y ligada al
pecado original, Tomás establece que dentro del orden de la creación, es un hecho natural
. Si Dios quiere que los hombres vivan en sociedad, entonces el poder, cuyo objetivo es
garantizar la unidad de la multiplicidad, es un asunto humano que entra dentro del plan
general de la Providencia y no es un designio singular de Dios o de su representante. Desde
ese momento, la definición del buen poder depende únicamente de la razón. Y si esta indica
que ese poder debe respetar las prescripciones divinas, también estipula que hay que tener
en cuenta el derecho inscrito en la naturaleza humana y las voluntades de la colectividad.
De esta forma alcanzará su objetivo, el Bien, en la medida en que sea posible aquí abajo. Su
tarea es facilitar que cada uno cumpla las virtudes naturales, dejando a la Iglesia el cuidado de
la salvación eterna. Para conseguirlo, enunciará leyes adecuadas a las costumbres del pueblo
que regenta y se esforzará –dentro de la tradición aristotélica y romana, que reúne la ense-
ñanza dada por Moisés– por establecer una constitución mixta que combine los méritos de
la monarquía, de la aristocracia y de la democracia (Pisier, Duhamel y Chatelet, 2006:30).
CC
No puede –ni debe–, pues un príncipe prudente mantenerse fiel a su palabra
cuando tal fidelidad redunda en perjuicio propio y han desaparecido las razo-
nes que motivaron su promesa. Si los hombres fueran todos buenos, este pre-
cepto sería discutible, pero como son malos y desleales contigo no es justo
que tú seas leal con ellos. Un príncipe además siempre halla argumentos para
justificar la violación de sus promesas, hecho acerca del cual puedo presentar
infinitos ejemplos extraídos de los tiempos recientes mostrando cuántos trata-
dos de paz han dejado de cumplirse por deslealtad del príncipe y cómo quien
ha sabido imitar a la zorra ha salido mejor librado. Pero es necesario saber en-
cubrir bien semejante naturaleza, así como poseer habilidad para fingir y simu-
lar: los hombres, en efecto, son tan simples y se someten hasta tal punto a
las necesidades presentes que quien engaña hallará siempre alguien que se
deje engañar. (Maquiavelo, 1999: 114)
CC
La soberanía (de souverain: soberano) es para Bodin la más alta potestad so-
bre los ciudadanos y los súbditos, desligada de todas las leyes; se trata de
un poder absoluto y perpetuo que corresponde al monarca, a la clase o a la
mayoría que gobierne la sociedad. Pero la verdadera soberanía es la que no
depende del consentimiento de los súbditos, ni está obligada a obedecer sus
propias leyes; tal lo que enseña el contorno político de su tiempo y que Bodin
se encarga de teorizar. (Martinotti, 1988:138)
CC
[…] En consecuencia, si eliminamos del pacto social lo que no es esencial,
nos encontramos con que se reduce a los siguientes términos: Cada uno de
nosotros pone en común su persona y todo su poder bajo la suprema dirección
de la voluntad general, recibiendo a cada miembro como parte indivisible del
todo.
De manera inmediata, de este acto de asociación surge, en lugar de la perso-
na particular de cada contratante, un cuerpo moral y colectivo, compuesto de
tantos miembros como votos tiene la asamblea, el cual recibe por este mismo
acto su unidad, su yo común, su vida y su voluntad. Esta persona pública que
se constituye así gracias a la unión de todas las restantes, se llamaba en otro
tiempo ciudad-estado y ahora recibe el nombre de república o de cuerpo político,
que sus miembros denominan miembros. Estado cuando es pasivo, soberano
cuando es activo, y poder al compararlo a sus semejantes. En cuanto a los aso-
ciados, reciben colectivamente el nombre de pueblo, el de ciudadanos en tanto
son miembros de la autoridad soberana, y el de súbditos cuando están some-
tidos a las leyes del Estado. (Rousseau, 2017: 60-61)
PARA REFLEXIONAR
CC
En una primera aproximación, el Estado de bienestar se ha caracterizado por:
a. La intervención del Estado en la economía con el objetivo de mantener el
pleno empleo. A su vez, esta intervención se produce en una o en ambas de
las vertientes siguientes: creación de un sector público económico y simple
regulación del mercado
b. La prestación pública de un conjunto de servicios de carácter universal (pre-
ferentemente ámbitos como la educación, la sanidad, pensiones y vivien-
das) con los que se pretende garantizar el nivel mínimo de ingresos a la
población. A ello habría que añadir, como sostiene –entre otros autores–
Mishra, que la responsabilidad estatal en el mantenimiento de ese nivel
mínimo ha de entenderse como un derecho y no como caridad pública para
una minoría. Precisamente los sistemas de seguridad social constituyen una
de las instituciones más representativas del Estado de Bienestar. (Rubio
Lara, 1997: 114)
“[...] La posmodernidad está dominada por el capitalismo, pero por un tipo de sistema
distinto al que dominaba la modernidad. En las sociedades contemporáneas la circulación
de capital y de mercaderías se ha internacionalizado. Hay un flujo creciente de produc-
tos y personas que se mueven a más velocidad y que alcanzan grandes distancias, hacien-
do imposible la sincronización de los procesos de producción y distribución, dando ese
aspecto de desorganización al capitalismo. El fordismo caracterizaba a la producción en el
capitalismo organizado. Se trataba de producir mercaderías a gran escala tan baratas como
fuera posible y para el mayor número de consumidores. Para ello los productos debían de
estar estandarizados y el planeamiento centralizado. Sin embargo, en la posmodernidad
este proceso ha cambiado: los consumidores valoran por sobre todas las cosas la capacidad
para elegir entre productos alternativos. Si el planeamiento era la clave del fordismo, en
el posfordismo lo es la flexibilidad. Además, ya no se producen solo bienes, sino también
signos. Cada vez se producen y consumen objetos no materiales con componentes esté-
ticos (cine, música…). Pero el valor como signo de los productos materiales está crecien-
do y se observa en la estetización de la mercancía de parte de productores y consumido-
res. El componente cultural y estético de un producto determina cada vez más su valor.
Por ello los productores gastan mucho dinero en publicidad y diseño y los consumidores
compran aquellos productos cuyo uso envía señales adecuadas a otra gente. El posfordis-
mo es igual de racional que el fordismo, pero con una racionalidad distinta. Intenta que
la organización económica sea tan eficiente como sea posible, pero esa eficacia la tiene
que conseguir en un contexto menos seguro y más incierto, donde las preferencias de los
consumidores son cada vez más cambiantes e impredecibles.
En cuanto a los procesos de globalización, estos están moldeando la posmodernidad.
Vivimos en un mundo en el que las cosas que pasan en una parte del planeta pueden
afectar en otro lugar del mundo. (…) La globalización es un proceso que puede ser detec-
tado ya en el siglo XV, pero es en el siglo XX cuando tiene mayor impacto en un número
creciente de lugares. Se trata tanto de la comprensión del mundo (cada vez más pequeño)
como de la intensificación de la conciencia de ese mundo como un todo interconectado.
No solo involucra a las nuevas tecnologías, sino que significa también la aparición de
corporaciones transnacionales, el crecimiento del comercio internacional, el creciente
aumento de las migraciones y de los viajes. Vivimos, pues, en una sociedad común, en la
que un espacio determinado ya no protege a sus ciudadanos y a la nación de accidentes y
desastres que ocurren en otros países o en otros continentes. Una de las cuestiones fun-
damentales que afectan a la globalización es política, es el papel del Estado nación y su
futuro. Hay una serie de factores que amenazan el papel jugado hasta ahora por el Estado:
las corporaciones transnacionales, los lazos culturales entre la gente de distintos estados,
movimientos sociales como Green Peace o Friends of the Heart, que tienen un foco global
y las organizaciones supranacionales como ONU, OTAN, UE y OPEC. Otra cuestión
importante de la globalización es económica: el comercio entre estados se ha intensificado,
pero es un comercio muy estructurado, basado en la división internacional del trabajo,
una división que sitúa a la producción intensiva de capital en unos países, y en otros la
aportación de trabajo y de mano de obra. Esto conlleva una distancia cada vez mayor
entre países ricos y países pobres. Pero la globalización también es cultural: las relaciones
culturales también están desigualmente distribuidas. Algunos países, con los EE. UU. a la
cabeza, exportan productos de la cultura, mientras que otros los consumen, ejerciendo de
esta manera una suerte de imperialismo cultural. Siempre ha habido mutuas influencias
entre las culturas, pero nunca ese proceso había sido tan sesgado ni había beneficiado, de
manera tan clara, a unos países en detrimento de otros.
Por si esto fuera poco, nuestra sociedad también se caracteriza por ser una entidad
atravesada por los medios de comunicación que mediatizan y condicionan nuestra expe-
riencia de la vida cotidiana. A causa de esta influencia se percibe una pérdida del sentido
de la realidad o la existencia de límites, a veces poco claros, entre realidad y ficción. [...]
En resumen, la incertidumbre que acompaña a la economía posfordista transnacio-
nalizada, a la globalización y al impacto creciente de los medios de comunicación ha
hecho mella en una pieza clave de la modernidad: el sujeto y también en los grupos a los
que ese sujeto pertenece. Los sujetos modernos estaban localizados en el centro de un
conjunto de estructuras regionales y nacionales, normativizadas y eficientes, provistas por
los pueblos y las ciudades. Si bien la socialización se canalizaba a través de la familia, la
comunidad, la clase social y la iglesia, los mensajes eran coordinados por el Estado que
tenía el monopolio. La producción, reproducción y el consumo de alternativas que se
le ofrecían al sujeto como modelos de identificación se multiplicaron en la modernidad,
poniendo en tela de juicio el control del saber tanto de la iglesia, como más tarde, de las
propias instituciones estatales. El sujeto moderno es más materialista, utilitario, nacional
y racional que los sujetos pre-modernos, ese núcleo espiritual poseído por Dios que habita
un cuerpo temporal y un mundo que invitaba al pecado.
En cambio, el sujeto posmoderno está localizado en un espacio mucho más inseguro,
en la intersección entre un conjunto plural de localidades, nacionalidades y estructuras
internacionales. [...] El sujeto posmoderno tiene que hacer constantes elecciones incluso
cuando preferiría no tener que elegir o tomar decisiones. [...] Si bien es cierto que el
sujeto posmoderno, como nunca antes ningún otro sujeto, se mueve entre numerosas
alternativas, su elección está condicionada por su pertenencia a una clase o grupo étnico
y su capacidad de elección dependerá en buena medida del lugar que ocupe en el espacio
social y del capital (simbólico) de que disponga.
Este sujeto descentrado, condenado a la elección y responsable de su futuro entra en
contradicción con las formas políticas propias de la modernidad que exigen un sujeto más
racional y centrado” (González de Oleaga, 2010: 519-523).
PARA REFLEXIONAR
2.
3.
4.
LECTURA RECOMENDADA
RR
Touchard, J. (2008), Historia de las Ideas Políticas, Editorial Tecnos, Madrid.
Política turística
Objetivos
•• Formular una definición de política turística.
•• Distinguir las diferentes etapas en la evolución de la política turística argen-
tina y los hitos que la caracterizan.
•• Identificar los principales organismos públicos y entes privados que intervie-
nen en la política turística en los ámbitos internacional, regional y nacional,
sus atribuciones y funciones.
•• Conocer los campos e instrumentos de cooperación público-privada en el
turismo y su aplicación.
CC
En este sentido de micropolítica o política especializada, se puede hablar de la
política turística como una parte de la política que establece las directrices de
ordenación, planificación, promoción y control de la actividad turística en un
país, llevadas a cabo por los poderes públicos que se convierten en agentes
turísticos a través de la administración pública. (2002: 17)
CC
[La política turística] debe verse como un eslabón más de la cadena que con-
duce a un mayor bienestar de los ciudadanos de un país, complementando la
actuación de los agentes privados que intervienen en el mercado turístico, con
la finalidad de evitar comportamientos que alejen su funcionamiento del objeti-
vo principal. Para ello, el sector público regula la actividad turística, utilizando
CC
Las políticas de turismo a nivel nacional deben estar en concordancia con las
políticas de desarrollo que ha establecido un país, y en un sentido amplio, con
aquellas vinculadas a la economía, educación, desarrollo de la infraestructura,
el medioambiente y el desarrollo territorial, entre otros puntos no menos im-
portantes. Deben articularse con las políticas generales que establecen las
provincias y los municipios, una tarea que necesariamente implica tener en
cuenta los intereses de cada jurisdicción en todo el territorio nacional, poten-
ciando los recursos económicos existentes y generando las mejores condicio-
nes para el desarrollo de las economías regionales. Difícilmente las políticas
turísticas puedan prosperar por sí solas, fundamentalmente en los temas o
problemas más importantes del sector, si no forman parte y se formulan en el
marco de las políticas generales. (Bosch y Merli, 2017: 15)
Pero no toda política puede ser entendida como política turística. Al respecto
afirma Velasco González:
CC
Cuando se reflexiona sobre la política turística, se describe un conjunto de ac-
ciones que los gobiernos implantan con la intensión de intervenir en esta acti-
vidad socioeconómica y este conjunto engloba un número casi ilimitado de as-
pectos: la política de fronteras (el aumento o disminución de las formalidades
necesarias para facilitar la entrada o salida de un país a los no residentes), la
política económica, la fiscal, la de comunicaciones, la de infraestructuras, la de
seguridad ciudadana, la industrial, etcétera.
[...] En nuestra opinión, y por lo dicho anteriormente, solo tiene sentido califi-
car un conjunto de acciones gubernamentales como política turística cuando las
decisiones se adoptan con la intensión de intervenir expresamente en el sector
turístico. (Velasco González, 2004: 67-68)
CC
[…] La política turística es una política sectorial cuyo origen y fundamento está
en la política económica general, como en el resto de políticas específicas
(sectoriales o instrumentales), pero que presenta como rasgo diferencial dos
aspectos que la hacen más compleja. El primero de esos aspectos es la multi-
sectorialidad, que dificulta la identificación de la actividad turística como una
rama de producción, al comportarse como una agrupación de sectores. El otro
de los aspectos es el protagonismo determinante que tiene la administración
pública en la configuración de la oferta turística final de los destinos, en la me-
dida en que una parte importante de los servicios que conforman esta oferta
son de su competencia. (Pulido Fernández, 2004: 67-68)
Bosch y Merli (2017) proponen, por su parte, una distinción entre la políti-
ca turística y las políticas públicas relacionadas con la actividad, es decir, que
benefician de manera indirecta al turismo.
CC
Cuando hacemos referencia al turismo, por sus características y naturaleza, en
función de los numerosos elementos que intervienen en su conformación, es
oportuno reconocer a las políticas públicas relacionadas con la actividad, es
decir, que benefician de manera indirecta al turismo. Muchas veces esta rela-
ción está implícita en los fundamentos que dieron origen a esas políticas y
otras veces deben deducirse, en ocasiones por documentación complementa-
ria o discursos del más alto nivel de decisión política de una provincia, de una
localidad o de una nación, que no se traslada de manera escrita a ninguna nor-
ma, plan o proyecto. Sin embargo, se pueden identificar políticas turísticas, sin
mayores dificultades, cuando las relacionamos a la elaboración y/o modifica-
ción de reglamentos específicos de la actividad, infraestructuras de acceso a
atractivos turísticos, promoción de inversiones destinadas al desarrollo de ser-
vicios que integran la estructura de producción de la actividad, capacitación de
recursos humanos para el sector, entre otras iniciativas. Las políticas turísti-
cas que benefician de manera directa o indirecta al turismo, tienen como obje-
tivo la resolución de temas o problemas que hacen al turismo como actividad
económica y se pueden identificar también aquellas políticas sociales como
principal objetivo. En general, como se ha dicho, y en el turismo en particular,
el objetivo económico y social que tienen las políticas públicas no se pueden
disociar fácilmente. (Bosch y Merli, 2017: 14-15)
CC
Política turística es el conjunto articulado y coherente, de decisiones y actua-
ciones que llevan a cabo los gobiernos en el ámbito territorial de su competen-
cia, con la intención de alcanzar unos objetivos determinados, en relación con
los hechos de distinta naturaleza que genera el proceso de atracción, estancia
o residencia ocasional de ciudadanos. (Velasco González, 2004: 67-68)
Por último, cabe hacer mención a los destinatarios a los que se dirige la polí-
tica turística, que según Velasco González (2004: 96-97) son:
PARA REFLEXIONAR
<https://youtu.be/1O5_TO2ris0>
LECTURA OBLIGATORIA
LECTURA RECOMENDADA
RR
Bosch, J. y Merli, M. (2017), Políticas públicas del turismo. Estudios en municipios de
la Patagonia, Publifadecs, Neuquén, pp. 13-42.
Wallingre, N. (2012), Problemas Turísticos Contemporáneos, carpeta de trabajo, Uni-
versidad Virtual de Quilmes, Bernal, pp. 227-234.
1.
2.
3.
CC
Inicialmente considerado un asunto de la esfera privada que involucraba solo a
sectores privilegiados, a partir de la Primera Guerra Mundial el turismo fue cre-
cientemente pensado como un asunto público y, aún más, como un objeto de
políticas públicas. Alrededor de esas concepciones y en vinculación con las ex-
periencias internacionales de organización estatal del turismo, se fortaleció la
demanda pública de centralización de la política turística en una repartición es-
tatal nacional con amplias potestades. (Piglia, 2012: 61)
Esto permite sostener que en los primeros años no se advierte una política
turística específica, aunque puede afirmarse que existen medidas ejecutadas
por el Estado que pueden ser consideradas como una embrionaria directiva
en la materia.
CC
La expansión del turismo había comenzado durante los años de la Primera
Guerra Mundial, pero el progreso más notable ocurrió en la década de 1920,
con la consolidación de las clases medias aunada a la difusión del automóvil y
a ciertas políticas sectoriales en la materia, como las de la ciudad de Mar del
Plata, controlada por el Partido Socialista, y el crecimiento del turismo que ex-
perimentaron las sierras de Córdoba. En este sentido, el turismo representó
un instrumento de modernización que contribuía eficazmente con la transfor-
mación de la Argentina de país rural en moderna nación urbana; el turismo,
junto con la expansión de la red caminera y la obra pública, era símbolo y ac-
ción de progreso. Por otra parte, hay que destacar la acción emprendida por el
Touring Club Argentino, que desde 1907 se embarcó en la orientación intelec-
tual del turismo como política pública a través de numerosas actividades lleva- Francisco P. Moreno (1852-1919).
Científico, botánico y geógrafo
das a cabo especialmente y organizando durante los meses de febrero y marzo argentino. En 1896 es designado
de 1928, el Primer Congreso Sudamericano de Turismo en Buenos Aires que perito de la Comisión de Límites
contó con el auspicio y financiamiento parcial del Estado. (Capanegra, 2006: 46) entre Argentina y Chile y en agra-
decimiento por su labor le fueron
concedidas tierras en la Patagonia,
que fueron posteriormente dona-
Entre las acciones que destacan en este período se encuentran la sanción de das al Estado nacional para ser
la Ley 12103, el 29 de septiembre de 1934, por la que se crea la Dirección utilizadas como reserva para la
conservación de la naturaleza.
de Parques Nacionales, a la vez que la designación en tal calidad de diversas Con estas tierras se constituye el
áreas naturales, y el impulso otorgado a estas en particular a partir del legado Parque Nacional del Sur, luego
de Francisco P. Moreno y de la figura de Exequiel Bustillo. devenido en el actual Parque
Es necesario resaltar que la creación de la Dirección de Parques Nacionales Nacional Nahuel Huapi.
no obedece a una política turística en sentido estricto, sino que guarda rela-
ción con la necesidad de preservar el territorio nacional en las zonas de fronte-
ra, en las que existen posibles conflictos limítrofes con las naciones vecinas.
CC
La característica central de la gestión de Bustillo no respondió tanto al concep-
tino. Entre los años 1934 y 1944
to conservacionista de reservas naturales como al intento de construcción de fue el responsable de la Dirección
grandes enclaves modernizadores, donde el turismo, la red caminera, el trans- de Parques Nacionales, período
porte y la hotelería se conjugaban con el fin de transformar el hábitat rural con que se caracteriza por el impul-
so a la creación y desarrollo de
nuevos emprendimientos económicos. El trazado de caminos, la construcción diferentes áreas naturales prote-
de hoteles y la llegada de turistas eran vistos como una avanzada en la nacio- gidas en la República Argentina y
nalización de fronteras y puesta en práctica de la soberanía nacional. En tal la incorporación de infraestructu-
ra y equipamiento a las mismas.
sentido, los Parques Nacionales quedarían marcados por ese origen, y buena
Su contribución al fomento de las
parte de sus emprendimientos modernizadores de los años 30 tendrían ese actividades turísticas en dichos
carácter estratégico. (Capanegra, 2010: 27) ámbitos es significativa.
CC
a) Fomentar el turismo social entre los empleados y obreros comprendidos en
este Decreto-Ley y sus familias;
b) Atender los gastos que demande el acondicionamiento y funcionamiento de
las colonias de vacaciones y lugares de descanso a que se refiere el inciso e);
c) Facilitar la estada de los empleados y obreros y sus familiares en los lugares
mencionados en el inciso e), contribuyendo al abaratamiento de los precios, al
traslado y demás gastos que se originen con tal finalidad;
d) Dotar a los empleados y obreros de los medios y elementos necesarios para
poder disfrutar de los beneficios del turismo social. (Artículo 49 del Decreto –Ley
33302/1945)
CC
Se reglamentaron las jornadas laborales de acuerdo al sexo, edad y naturaleza
de las tareas. Se estableció el descanso semanal y se implementaron los días
feriados obligatorios y pagos.
Se aumentaron los salarios y se tendió a la plena ocupación como consecuen-
cia de la promoción de la industria nacional.
Se implementó el salario familiar, el sueldo anual complementario y el derecho
a las vacaciones anuales pagas.
Se fomentó el turismo a través de los sindicatos de trabajadores y de la funda-
ción Eva Perón. (Schlüter, 2001: 86)
CC
En el año 1948 se creó la fundación Eva Perón. Estaba financiada por el Estado,
por las donaciones de los trabajadores y los empresarios, siendo destinada a
atender determinadas carencias sociales. La misma pasó a administrar los fon-
dos recaudados para el turismo social que hasta entonces eran administrados
por el Instituto Nacional de Remuneraciones y tomó bajo su responsabilidad la
administración de las colonias de vacaciones. Se construyó en La Plata la
Ciudad de los Niños, las colonias de vacaciones en Ezeiza, las piletas recreati-
vas linderas a Aeroparque, las unidades turísticas de Embalse en Río Tercero
(Córdoba), Chapadmalal en Mar del Plata y de alta montaña en Puente del Inca y
las Cuevas, provincia de Mendoza. (Wallingre, 2007:110-111)
PARA REFLEXIONAR
CC
1) En relación con los argentinos, facilitar el acceso a las zonas de turismo del
país, para que conozcan y se sientan dueños de la totalidad de la República.
2) En relación con los extranjeros, facilitar y propiciar su llegada, para que, al
conocernos mejor y valorar las bellezas de nuestra tierra, penetren en la raíz del
esfuerzo constructivo nacional. (Presidencia de la nación, 1953: 4)
CC
Así, con el derrocamiento del peronismo, por un lado, el turismo social fue des-
plazado a un plano secundario dentro de agenda pública del gobierno. Del tu-
rismo social se pasó a un turismo especial destinado a los sectores sociales
más vulnerables, “los pobres”. De este modo, se retornaba a la desigualdad
social tan ambicionada por las fracciones liberales del gobierno. Por el otro, se
comienza a asignar mayor importancia al turismo internacional al concebirlo
como “factor de desarrollo”, todo ello bajo la influencia de la “doctrina” difun-
dida por Naciones Unidas sobre la importancia del turismo internacional, espe-
cialmente para los países subdesarrollados. (Castelucci, 2016: 4)
Entre las acciones desarrolladas para fomentar el turismo hacia nuestro país,
durante el gobierno militar, se faculta al Poder Ejecutivo para promoverlo
mediante la construcción o explotación en el país de hoteles de categoría
internacional.
CC
Algunas medidas tomadas durante el gobierno de Arturo Frondizi entre los
años 1958 y 1962 determinaron un mejor nivel de vida para ciertos estratos
de la población. Entre las medidas que se implementaron durante ese período
se encuentran el incentivo a la industrialización, la captación de capitales ex-
tranjeros, y la explotación de yacimientos petroleros por parte de las empresas
extranjeras. Los argentinos comenzaron a imitar la forma de vida de los países
industrializados, y el turismo pasó a formar parte de las pautas de consumo
de la población. (Santa María, 2003: 23)
CC
Durante el gobierno democrático de Arturo Frondizi (1958-1962) se aprobó la
Ley de Turismo Nº 14574. En el debate parlamentario sobre el proyecto de ley
es posible observar la visión que se tenía del turismo como política de Estado
al concebirlo como estrategia de política económica. En este sentido, el
Senador de la UCR, por Capital Federal, Dr. Armando Luis Turano expresaba
En este período se promocionan las inversiones por parte del sector privado en
equipamiento turístico y el rol principal del Estado es el de acompañamiento a
través de la realización de obras de infraestructura. Ello no impide la actuación
de aquel en carácter de empresario turístico al promover la realización del
primer crucero antártico, en una acción conjunta entre la Dirección Nacional
de Turismo y la empresa estatal Líneas Marítimas Argentinas.
También en esta etapa se adoptan diferentes medidas destinadas a pro-
mover el turismo social:
CC
El presidente Arturo Frondizi creó un órgano específico, la Sección de Turismo
Social, dentro de la Dirección Nacional de Turismo, tendiente a promover y or-
ganizar el turismo social para docentes, empleados, jubilados, pensionados,
obreros, estudiantes y trabajadores independientes. La sanción de la primera
Ley Nacional de Turismo (14574/58) y su decreto reglamentario (9468/61),
destaca al “turismo educacional y social” entre las tipologías turísticas, ten-
diente a asegurar la valoración, estímulo y aprovechamiento de los recursos tu-
rísticos, poniendo estos al servicio de la salud física y mental del pueblo y de
la economía del país.
La Sección de Turismo Social centralizó diversas acciones específicas: promo-
ción y gestión de créditos turísticos personales a pagar mensualmente con des-
cuentos salariales; gestión de bajas tarifarias en servicios de transporte y hos-
pedajes; formalización de vínculos con organizaciones gremiales para coordinar
acciones asociadas; impulso de un “ahorro turístico familiar” para la realización
de prácticas turísticas; organización de congresos de turismo social para favore-
cer su desarrollo; promoción de acuerdos con provincias y municipios para forta-
lecer estos flujos turísticos de manera permanente; fomento y apoyo de colonias
de vacaciones, balnearios, campos deportivos y de recreación y demás esta-
blecimientos destinados al “turismo económico” en zonas de interés turístico;
organización y realización de excursiones a bajo precio; y promoción del turismo
social internacional (Ley 14574/58, Art. 14). (Castelucci, 2017: 57)
CC
En este breve contexto, se despliegan dos fenómenos que se interrelacionan:
la internacionalización del turismo y la expansión de la planificación del desar-
rollo. Respecto del turismo podemos decir que el desarrollado a partir de la se-
gunda posguerra, no es un fenómeno espontáneo, no se produce desordena-
damente por obra de una demanda incontrolable; es el resultado de una
voluntad, impulsada por un potente aparato de promoción que recibe apoyo de
las más altas instituciones económicas internacionales: Fondo Monetario
Internacional, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo,
Organización de Estado Americanos, Unesco, Cepal y Organización Mundial del
Turismo entre otras. Estas atribuyen una gran importancia a los flujos turísti-
Para el inventario del patrimonio turístico se especifican los pasos realizados: a) bús-
queda de la información, b) preparación de un esquema para ordenar la información, c)
transcripción de los datos obtenidos según el esquema de categorías y tipos, d) evaluación,
estableciendo los criterios de evaluación, e) expresión gráfica y f) zonificación. En esta
metodología se definieron y detectaron “los elementos” a los que se denomina por primera
vez atractivos turísticos, clasificándolos en 5 categorías y 23 tipos, que son los que seguirá
y desarrollará Cicatur en México y que se utilizan actualmente. Se define el concepto
de jerarquía para evaluar de acuerdo con la lista de evaluación ad hoc, los atractivos. Las
jerarquías se denominan de mayor a menor (A, B y C). Los atractivos no descartados, es
decir, incluidos en una de dichas jerarquías pasaron a llamarse “focos turísticos”, siendo
su definición: todo atractivo turístico de al menos jerarquía C. Es curioso observar que
este concepto no ha sido retomado ni desarrollado después en ninguna otra metodología
o plan. También se definen los conceptos de núcleo turístico, centro turístico, de zona y
de área turística. Como resultado de la aplicación de este método y en base al inventario
realizado y al mapa de focos turísticos se definieron en el territorio del país, 8 áreas con
20 zonas, las que fueron luego evaluadas con la aplicación de indicadores de patrimonio,
distancia-comunicaciones, equipamiento y precios.
En la última parte del documento se establece una metodología de estudio para zonas
y áreas turísticas y una metodología para el análisis de núcleos o centros turísticos. En este
acápite se establece el primer análisis de actividades turísticas según especie, intensidad y
grano y la organización focal de un espacio urbano, así como su radio de influencia, índice
de relación entre población permanente y turística y configuración morfológica, desarrollos
todos que han sido ampliados y perfeccionados, pero de los que aquí encontramos su prime-
ra aplicación al turismo. Estas metodologías fueron distribuidas por la Dirección Nacional
de Turismo en separatas por temas a todas las autoridades de turismo de las provincias, en
lo que constituyó un primer esfuerzo de unificación de conceptos, métodos y discursos”
(Gemelli, 1992: 4-6).
del hotel inclusive, del gravamen a la transmisión gratuita de bienes, y del impuesto de
sellos sobre los contratos de sociedad y sus prórrogas, tratándose de empresas nuevas.
El Decreto 3091/68 del 3 de junio de 1968 reglamentó la Ley 17752, estableciendo las
características que debía contar un establecimiento para ser considerado como “hotel de
turismo internacional”, como así también respecto del procedimiento para hacer efecti-
vas las franquicias y exenciones que establece la Ley.
La Ley 21694 del 5 de diciembre de 1977 prorrogó la vigencia de los beneficios impo-
sitivos previstos en la Ley 17752 hasta el 31 de diciembre de 1978.
Si bien esas leyes eran altamente favorables para la instalación de hoteles, el crecimiento
de la actividad recién se produce casi quince años después de la caducidad de estas normas,
impulsadas por las normas de desregulación y la estabilidad económica de principios de la
década del 1990” (Del Busto, 2003: 157-158).
CC
Entre los objetivos del plan se destacan: promover el desarrollo del turismo in-
terno, especialmente el social; promover el turismo internacional como medio
de proyección del país al exterior y como fuente de divisas; asegurar la preser-
vación y promover el conocimiento de las bellezas naturales del país, su flora y
su fauna; entre otros. De este modo, se observa que se vuelve a la idea de fo-
mentar principalmente el turismo internacional por posibilitar el ingreso de divi-
sas al país, en tanto la promoción del turismo interno quedaría centrada en el
turismo social y en un segundo plano. (Castelucci, 2016: 4)
CC
Se cuentan entre los mismos el Plan de Desarrollo Turístico de Iguazú (1969),
Neuquén, Chubut y La Rioja (1970); el Programa de Desarrollo Turístico del
Nordeste (1971); el Proyecto Integrado OEA de Cooperación Técnica para el de-
sarrollo turístico de la provincia de Misiones y el Plan de ordenamiento turístico y
recreativo del Complejo Ullum, provincia de San Juan (1972); el Estudio Integral
para el desarrollo turístico del Delta del Paraná Bonaerense (Latinoconsult S.A.,
1972); el Estudio de factibilidad técnico-económica y de implementación para el
complejo termal Copahue-Caviahue (1973); el Desarrollo turístico integrado de la
Región de los Lagos argentino-chilenos (BID-Intal 1975) y el Desarrollo Turístico
Regional de la Patagonia (CFI, 1976); el Convenio tripartito sobre Desarrollo
Turístico de un circuito turístico Argentina, Bolivia y Perú por una parte y el BID
por otra (1976). (Wallingre, 2011: 128)
CC
• Poner en evidencia lo que el turismo es y puede ser para la Argentina, pre-
desarrollo turístico para contri-
sentando esta actividad bajo la única concepción a través de la cual puede
buir con los Estados miembros
de la Organización de Estados ser aceptada por consenso e incorporada definitivamente y decididamente
Americanos al desarrollo de la en el quehacer nacional.
actividad turística. •• Servir de base para investigaciones y estudios que lo enriquezcan y comple-
menten y para la elaboración de futuros planes sectoriales que se inserten
en la planificación nacional. (Cicatur-OEA, 1977: 1)
“En este contexto, sin embargo, la política turística careció de la elaboración e implemen-
tación de un plan específico para su desarrollo. En este sentido, el organismo oficial de
turismo en 1977, y a partir de la falta de concreción de los planes elaborados anterior-
mente, reconocía que la planificación turística argentina había sido esporádica y parcial
(Wallingre, 2007). Se consideraba que había sido parcial dado que hasta ese momen-
to no se había podido planificar el turismo dentro del marco general de la planificación
nacional.
Por otra parte, durante este período se elaboró un documento denominado ‘El turis-
mo en la República Argentina’, en el año 1977, trabajo encarado por la Subsecretaría de
Turismo con la participación de técnicos del Cicatur-OEA. Este documento tuvo por
objetivos, por un lado, poner en evidencia lo que el turismo representaría en el presente
y futuro del país; y por el otro, servir de base para investigaciones y estudios que los enri-
queciera y complementase. Además, buscaba elaborar futuros planes sectoriales que se
insertasen en la planificación nacional. Constaba de tres secciones: la primera definía el
turismo, la segunda analizaba la evolución del turismo en el país, y la tercera parte con-
tenía y justificaba una propuesta conceptual. Los resultados del documento dan cuenta
de que el turismo era considerado un sector alternativo en el desarrollo socioeconómico
nacional, y entendía que delinear una política turística no era una tarea exclusiva del
sector ni público ni privado.
Asimismo, y durante el Proceso de reorganización nacional, la Subsecretaría de
Turismo organizó una serie de Reuniones Nacionales de Turismo y se elaboraron infor-
mes. De las trece reuniones celebradas entre 1976 y 1980, solo en las dos primeras reunio-
nes se trabajó sobre la planificación en el turismo, en el resto de las reuniones se trataron
temas como señalamiento turístico, interpretación de la naturaleza, inventario turístico,
áreas forestales de recreación y otras en función de la planificación turística.
CC
[…] Este trabajo tiene por objetivo ofrecer una síntesis de la situación del turis-
mo en la Argentina y con base en ello realizar una evaluación exponiendo los
conflictos más relevantes. Como resultado de esta evaluación se establecen
propuestas correctivas a los conflictos ordenándolas en cuatro sistemas fede-
CC
[…] Ese mismo año, la Secretaría de Turismo de la Nación, en forma conjunta
con una consultora norteamericana, estudió el mercado proveniente de los
Estados Unidos y Canadá, viéndose los resultados plasmados en el “Argentina
Tourism Marketing Plan North America 1992-1993”, segmentando la demanda
por nichos. (Santa María, 2003: 27)
CC
La nueva administración lanzó el Programa Federal de Turismo Social (2000),
surgido del Plan Nacional de Desarrollo Turístico Sustentable (2000-2003), con
los objetivos de diversificar la oferta a partir de nuevos destinos, propiciar la
generación de empleo, atenuar los problemas de estacionalidad, facilitar el au-
mento de actividad de las pymes y recibir propuestas y aportes de la actividad
privada (Resolución 427).
A diferencia del Programa Unidades Turísticas, promovió la cooperación con
organizaciones empresariales de segundo grado, provincias, municipios y pres-
tadores turísticos, a partir de contratos de adhesión formal. La propuesta ofre-
cía un paquete turístico con un subsidio de un 80% de la tarifa vigente, que
incluía estadía de entre cinco a siete noches, servicio de pensión completa y
una excursión.
Los destinos del programa en un principio fueron Iguazú, Termas de Río Hondo,
Esquel, Córdoba Miramar, Municipio Urbano de la Costa, Mendoza, Merlo,
Gualeguaychú y Concepción del Uruguay.
Las Unidades Turísticas en tanto, pasaron a gestionarse a partir de un nuevo
sistema de concesión de servicios. (Schenkel, 2017: 59)
CC
La intención declarada de convertir al turismo en ‘política de Estado’ se corres-
pondió con un período de alza sostenido de las llegadas de turistas nacionales
e internacionales y complejización de la red de destinos en buena parte del te-
rritorio nacional, y con la diversificación de la oferta para gran variedad de pú-
blicos. (Trivi, 2016: 70-71)
Dicho modelo singular de aspecto endógeno presenta una serie de características únicas
en función de los factores que conforman la política turística argentina. i) Desde el punto
de vista territorial, el turismo ha ayudado a la articulación del país. El turismo ha guardado
una estrecha relación con los espacios naturales que se ha mantenido en el tiempo, de tal
forma que, en la actualidad, los espacios turísticos más reconocidos a nivel internacional
son los naturales: cataratas de Iguazú, glaciar Perito Moreno, península Valdés, Andes, etc.
Asimismo, el turismo ha dado lugar a la construcción de una extensa conurbación turístico-
residencial en la costa de la Provincia de Buenos Aires, además de los destinos impulsados
en la orilla norte del Río de la Plata (Colonia, Punta del Este, etc.). ii) Desde el punto de
vista social, el modelo argentino mostró una gran originalidad al considerar el turismo
como un derecho social. Esto explica en buena parte el fuerte crecimiento del turismo de
masas nacional y con ello, los destinos nacionales. Esta estructura se fue desmontando en
las décadas posteriores, conforme a otros postulados económicos y políticos, manteniéndose
los establecimientos gestionados por los sindicatos. En pocos países del ámbito occidental
se llegó tan lejos en el proceso de democratización del turismo. iii) Por último, el aspec-
to económico es lo que más identidad proporciona al modelo turístico de Argentina. El
desarrollo económico de fines del siglo XIX y mediados del XX dio lugar a un desarrollo
temprano de destinos turísticos, así como a un notable flujo turístico emisor, tanto a países
próximos como hacia Europa. La tendencia a la salida junto con la tradicional fortaleza del
peso argentino y las fluctuaciones cambiarias son las que justifican la balanza turística nega-
tiva (este hecho es común en países desarrollados como Alemania o Japón). El fuerte peso
de la demanda interna queda explicado por las tempranas iniciativas del turismo social, que
ampliaron el derecho de las mayorías a las vacaciones y, también, por la situación aislada
respecto a los grandes países turísticos emisores. Los graves problemas económicos por los
que atravesó Argentina a partir de los años setenta han ido cambiado esta estructura endó-
gena. Este hecho ha sido coincidente con el proceso liberalizador de la economía del país y
en el apartado turístico ha supuesto el abandono de un patrón turístico y económico más
independiente por otro, que genera más dependencia externa (Schenkel, 2015:215-217).
LECTURA OBLIGATORIA
LECTURA RECOMENDADA
RR
Lara, A. (coord.) (2008), 100 años de turismo argentino, Editorial Proia, Buenos Aires.
Schenkel. E. y Almeida García, F. (2015), “La política turística y la intervención del
Estado. El caso de Argentina”, Perfiles Latinoamericanos, Flacso, México, pp. 197-217.
Wallingre. N. (2007), Historia del turismo argentino, Ediciones Turísticas, Buenos Aires.
4.
CC
La Organización Mundial del Turismo (OMT) es el organismo de las Naciones
Unidas encargado de la promoción de un turismo responsable, sostenible y ac-
cesible para todos.
La OMT, como principal organización internacional en el ámbito turístico, aboga
por un turismo que contribuya al crecimiento económico, a un desarrollo inclu-
yente y a la sostenibilidad ambiental, y ofrece liderazgo y apoyo al sector para
expandir por el mundo sus conocimientos y políticas turísticas. (OMT, 2018:1)
La OMT propicia la aplicación del Código Ético Mundial para el Turismo con
la finalidad de maximizar la contribución socioeconómica del sector, a la vez El Código Ético Mundial para
que minimizar sus posibles impactos negativos, y promueve el turismo como el turismo es adoptado por
instrumento para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). la Resolución 56/212 de la
Asamblea General de las Naciones
Estos objetivos son el marco de la nueva agenda mundial de desarrollo con
Unidas, el 21 de diciembre de
un horizonte hacia 2030, a los que el turismo puede contribuir, directa o 2001. Actualmente, las prescrip-
indirectamente. ciones de dicho Código se han
incorporado en la Convención
Marco de la OMT sobre Ética del
Turismo, aprobada en la vigésima
El turismo y los objetivos de desarrollo sostenible
WW <https://www.e-unwto.org/doi/pdf/10.18111/9789284417766>
segunda reunión de la Asamblea
General de la OMT.
“El Programa UNWTO.QUEST es una herramienta estratégica que permite a las OGD
implementar un proceso de mejora con el fin de potenciar su gestión interna y así contri-
buir a la competitividad y sostenibilidad de los destinos que representan.
Este programa pretende: a) facilitar un marco coherente y válido a nivel global de
criterios e indicadores para evaluar la efectividad y eficiencia de la OGD; b) crear una
identidad de marca para la OGD; c) fortalecer capacidades mediante orientación y forma-
WW <http://www2.unwto.org/es>
CC
[…] Para alcanzar un desarrollo sostenible del turismo y considerando su
transversalidad, es imprescindible la adopción de un plan de acción iberoame-
ricano destinado a mejorar la calidad de vida, incentivando la generación de
empleo, de divisas, de oportunidades de negocio para las micro, pequeñas y
medianas empresas, el desarrollo de productos turísticos regionales diferen-
ciados, el intercambio de experiencias, educación y capacitación para el desa-
rrollo de productos, sistemas de información y transferencia de tecnología, in-
corporando activamente a las comunidades indígenas y locales, mediante la
gestión concertada de los sectores público y privado, a través del fomento de
una conciencia turística, de la descentralización y de la cooperación entre los
países iberoamericanos. (Compromiso de Cuzco, 2001)
WW
Mercosur
<http://www.mercosur.int/innovaportal/v/4058/11/innova.front/
mercosur>
LECTURA OBLIGATORIA
LECTURA RECOMENDADA
RR
OMT (2016), El sector turístico y los objetivos de desarrollo sostenible. Turismo responsable,
un compromiso de todos, Organización Mundial del Turismo, Madrid. Disponible en
<http://cf.cdn.unwto.org/sites/all/files/pdf/turismo_responsable_omt_pm_
acc_20170126.pdf>
5.
KK A partir del texto del Compromiso del Cuzco, establezca cuáles son
los principios en los que se basa una política turística común en
Iberoamérica.
CC
ARTICULO 7° — Deberes. Son deberes de la autoridad de aplicación los
siguientes:
a) Fijar las políticas nacionales de la actividad turística con el fin de planificar,
programar, promover, capacitar, preservar, proteger, generar inversión y fomen-
tar el desarrollo en el marco de un plan federal estratégico a presentarse dentro
de los doce (12) meses siguientes a la promulgación de la presente ley.
b) Proponer las reglamentaciones relacionadas con las actividades turísticas,
los productos turísticos y los servicios a su cargo, las que serán consultadas al
Consejo Federal de Turismo y a la Cámara Argentina de Turismo.
c) Coordinar, incentivar e impulsar las acciones para la promoción turística de
nuestro país tanto a nivel interno como en el exterior.
d) Controlar el cumplimiento de la reglamentación y de las normas complemen-
tarias que oportunamente se dicten.
e) Gestionar la revisión de las disposiciones o conductas que impidan o dificul-
ten el desarrollo del turismo.
f) Elaborar el plan de inversiones y obras públicas turísticas.
g) Fijar las tarifas y precios de los servicios que preste en todo lo referido al
turismo social y recreativo en las unidades turísticas a su cargo; así como de los
objetos que venda, para el cumplimiento de sus actividades conexas.
h) Favorecer el intercambio turístico, la promoción y la difusión mediante acuer-
dos y/o convenios multilaterales con otros países u organismos, a los fines de
incrementar e incentivar el turismo hacia nuestro país y/o la región.
i) Fiscalizar y auditar los emprendimientos subvencionados por la nación, así
como los fondos invertidos, que cuenten con atractivos y/o productos turísticos.
j) Propiciar la investigación, formación y capacitación técnica y profesional de
la actividad.
k) Promover una conciencia turística en la población.
l) Preparar anualmente su plan de trabajos, el presupuesto general de gastos, y
el cálculo de los recursos propios previstos en la presente ley.
m) Administrar el Fondo Nacional de Turismo.
Por otra parte, y a los fines de llevar a cabo la función que le es encomendada,
la propia ley le otorga las siguientes facultades:
CC
ARTICULO 8° — Facultades. La autoridad de aplicación tiene, sin perjuicio de
las no enunciadas y que le fueran inherentes para posibilitar el mejor alcance
de sus finalidades, las siguientes facultades:
a) Acordar las regiones, zonas, corredores, circuitos y productos turísticos con las
provincias, municipios intervinientes y/o la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
b) Disponer la realización de emprendimientos de interés turístico, prestando
apoyo económico para la ejecución de obras de carácter público, equipamiento
e infraestructura turística, en consenso con la provincia, municipio interviniente
y/o la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
c) Realizar y/o administrar por sí o por concesionarios, infraestructura turística
y/u otra tipología de equipamiento y/o de servicio con propósito de fomento.
d) Gestionar y/o conceder créditos para la construcción, ampliación o refacción
de las tipologías expuestas en el inciso c) del presente artículo y para el pago
de deudas provenientes de esos conceptos en las condiciones que se esta-
blezcan, previo consenso con las provincias, los municipios intervinientes y la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires en su caso.
e) Promover acciones tendientes a instaurar incentivos que favorezcan la radica-
ción de capitales en la República Argentina.
f) Celebrar convenios con instituciones o empresas públicas o privadas naciona-
les o extranjeras para toda acción conducente al cumplimiento de los alcances
y objetivos de la presente ley, incluyendo la instalación de oficinas de promo-
ción en el exterior.
g) Diseñar, promover y desarrollar un sistema especial de créditos a fin de con-
tribuir al desarrollo del turismo en el país.
h) Promover, coordinar, asistir e informar a instituciones educativas donde se
impartan enseñanzas para la formación de profesionales y de personal idóneo
en las actividades relacionadas con el turismo.
i) Organizar y participar en congresos, conferencias u otros eventos similares
con las provincias, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, organizaciones empre-
sariales, instituciones académicas representativas del sector y/u organismos
extranjeros.
j) Subvencionar a las entidades oficiales de turismo de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires y provinciales, que adhieran mediante convenios celebrados con
los respectivos gobiernos a lo dispuesto en el inciso b) del presente artículo.
k) Disponer en la forma que estime conveniente, y a los efectos de la promo-
ción turística, la ejecución, distribución y exhibición de todo material de difusión
que decida realizar.
l) Convenir y realizar con toda área de gobierno centralizada y descentralizada
acuerdos relacionados con el mejor cumplimiento de la presente ley.
m) Disponer de las sumas necesarias para la organización de congresos y la
atención de visitas de personalidades extranjeras vinculadas al turismo.
n) Realizar e implementar estrategias de capacitación, información, concientiza-
ción, promoción y prevención con miras a difundir la actividad turística.
o) La organización, programación, colaboración y contribución económica para
la participación del país en ferias, exposiciones, congresos o eventos similares
de carácter turístico.
p) Fomentar la inclusión en los programas de estudio en todos los niveles de la
enseñanza pública y privada de contenidos transversales de formación turística.
PARA REFLEXIONAR
WW <https://www.argentina.gob.ar/turismo>
6.
WW <https://www.argentina.gob.ar/organismos>
2.5.1. Ambiente
El organismo responsable en la materia es el encargado de las políticas públi-
cas relativas a la preservación del ambiente y su desarrollo sustentable y
posee, con carácter general, las siguientes funciones:
Ambiente
WW <https://www.argentina.gob.ar/ambiente>
Parques nacionales
WW <https://www.parquesnacionales.gob.ar>
2.5.3. Cultura
El organismo responsable de esta materia tiene a su cargo el diseño y ejecu-
ción de políticas relativas a la cultura, a la conservación, resguardo y acrecen-
tamiento del patrimonio cultural de la nación y al incentivo y desarrollo cultural
y creativo nacional.
Son funciones de este organismo:
•• Formular y ejecutar las políticas destinadas a estimular y favorecer la expre-
sión cultural en todas sus formas.
•• Ejecutar los planes, programas y proyectos en el ámbito de su competencia.
•• Elaborar y promover políticas de participación institucional fortaleciendo la
identidad cultural nacional.
•• Implementar las políticas de difusión en el país y hacia el exterior de los
hechos culturales y fomentar el desarrollo de actividades económicas aso-
ciadas con la cultura.
•• Planificar políticas de financiamiento de la actividad cultural junto con el
sector privado y organizaciones de la sociedad civil.
•• Dirigir las políticas de conservación, resguardo y acrecentamiento del patri-
monio cultural de la nación.
•• Promover políticas de integración e intercambio cultural entre las jurisdic-
ciones del país y hacia el exterior.
•• Fomentar políticas de incentivo y desarrollo cultural y creativo nacional.
•• Incentivar la producción e intercambio del conocimiento científico en temas
relacionados con las industrias culturales, la generación de empleo secto-
rial y de los servicios vinculados.
Del mismo modo que al hacer referencia respecto del patrimonio natural, no
cabe duda de la importancia que cabe a esta área en la preservación de los
recursos de carácter cultural que integran los diversos productos turísticos
nacionales.
Cultura
WW <https://www.cultura.gob.ar>
2.5.5. Migraciones
La Dirección Nacional de Migraciones es un organismo que tiene a su cargo la
aplicación de la política y la normativa migratoria de la República Argentina. Se
encarga de habilitar los lugares de ingreso y egreso de personas al territorio
nacional, a fin de que en ellos se cumplimente el control migratorio de los
ciudadanos nativos y extranjeros y lleva un registro y archivo de las declara-
ciones migratorias.
Entre sus funciones destacan:
•• Controlar el movimiento migratorio tanto de ingreso como de egreso al país,
así como la permanencia de extranjeros en él.
•• Tramitar y otorgar la residencia de extranjeros y efectuar los cambios de
categoría migratoria y su regularización.
•• Ejercer el control de permanencia y el poder de policía migratoria respecto
de los extranjeros en el territorio nacional.
•• Requerir a los extranjeros la acreditación de su situación migratoria.
•• Realizar inspecciones a fin de detectar posibles infracciones a ley de
migraciones.
Migraciones
WW <http://www.migraciones.gov.ar/accesible/indexA.php?institucionalindex>
2.5.6. Aduana
La Aduana es una de las instituciones con más antigüedad en nuestro país,
cuyo origen se remonta a la época de dependencia de la corona española y
tiene a su cargo el cobro de los tributos a las importaciones (ingreso de mer-
caderías a territorio nacional) y exportaciones (salida de mercadería hacia el
exterior). Estos impuestos son denominados “aranceles aduaneros”; por otra
parte, también es encargada de la percepción de determinadas tasas llama-
das “tasas aduaneras”.
El objetivo de la Dirección General de Aduanas es la recaudación más efi-
ciente de los tributos aduaneros y combatir el contrabando (ingreso o egreso
de mercadería sin la correspondiente autorización). En el marco de su tarea,
la Aduana se ocupa además del control de la entrada y salida de mercaderías
prohibidas (residuos tóxicos, material radioactivo y estupefacientes).
Entre las funciones esenciales de este ente destacan:
•• Realizar el control del ingreso y egreso de mercaderías, pasajeros y medios
de transporte verificando que este se realice de conformidad con la norma-
tiva aduanera vigente tanto nacional como del Mercosur.
•• Ejercer el control y la prevención en la comisión de delitos como el contra-
bando, tráfico de armas y estupefacientes.
•• Participar en el estudio y formulación de políticas relativas al comercio
exterior.
•• Dar cumplimiento a los acuerdos y convenios que se celebren en materia
aduanera.
•• Realizar el cobro de los impuestos externos y de las tasas correspondien-
tes a la prestación de servicios.
•• Supervisar la operatoria de comercio exterior y de los distintos operadores
que intervienen en la misma.
de las trabas aduaneras y del cobro de tributos entre los países que lo inte-
gran, y ha generado la aparición en las fronteras de controles aduaneros
comunes, donde ambos Estados realizan las correspondientes verificaciones,
circunstancia que facilita el tráfico turístico.
Sin duda alguna, la actuación de este organismo se encuentra estrecha-
mente vinculada con el turismo, ya que su intervención en el ingreso y salida
de mercaderías, tanto en los puntos de frontera como en puertos y aeropuer-
tos internacionales, generan un permanente contacto de los funcionarios que
la integran con el turista, sea este nacional o extranjero.
Aduana
WW <http://www.afip.gob.ar/sitio/externos/institucional/aduana/>
Transporte
WW <https://www.argentina.gob.ar/transporte>
<https://www.orsna.gob.ar>
<http://www.anac.gov.ar/anac/web/#&panel1-7>
<https://www.eana.com.ar>
<https://www.argentina.gob.ar/cnrt>
<https://www.argentina.gob.ar/trenes-argentinos-infraestructura>
<https://www.argentina.gob.ar/transporte/trenes-argentinos>
Seguridad
WW <https://www.argentina.gob.ar/seguridad/institucional>
<https://www.prefecturanaval.gob.ar/cs/pna/Home>
<https://www.policiafederal.gov.ar>
<https://www.argentina.gob.ar/gendarmeria>
<https://www.psa.gob.ar/index.php>
2.5.10. Educación
Educación
WW <https://www.argentina.gob.ar/educacion>
La labor que desarrolla este ente guarda una importante relación con la activi-
dad turística, atendiendo a dos aspectos sustantivos: por un lado, contribuir
a las inversiones en ese ámbito y a su promoción y, por el otro, cooperar con
los ciudadanos argentinos que se encuentran en el exterior y con aquellos
extranjeros que deben cumplir determinados requisitos para su ingreso al
territorio nacional.
Relaciones exteriores
WW <https://cancilleria.gob.ar>
7.
WW <https://www.wttc.org>
WW <http://www.ih-ra.org>
WW <http://www.uftaa.org>
WW (IAATO)
<https://iaato.org/home>
WW <https://www.iccaworld.org>
WW <https://www.aiest.org/home/>
WW (SKAL Internacional)
<https://www.skal.org/es/about-skal>
WW <https://www.iata.org/Pages/default.aspx>
WW (COTAL) <https://www.cotalamerica.org>
LECTURA OBLIGATORIA
LECTURA RECOMENDADA
RR
Montaner Montejano, J. (2002), Política y Relaciones Turísticas Internacionales, Ariel
Turismo, Barcelona, pp. 103-116.
CC
Será objetivo fundamental de la Cámara el de representar, defender y promover
el desarrollo de la industria de servicios turísticos de la República Argentina,
en el país y el extranjero, para lo cual agrupará a los diferentes sectores y es-
tamentos que la componen, respetando sus estructuras y objetivos propios,
procurando promover la más estrecha colaboración entre los integrantes de la
actividad turística, y ser el portavoz de sus coincidencias, emitiendo opinión
sobre todas aquellas cuestiones concernientes a la actividad y política turísti-
ca. (CAT)
WW <http://www.camaradeturismo.org.ar>
WW <https://fedecatur.com.ar>
WW tina (Fehgra)
<http://www.fehgra.org.ar>
WW <http://www.ahtra.com.ar>
WW <http://www.ahrcc.org.ar>
WW <http://www.camaradehostels.com.ar>
WW mo (Faevyt)
<http://www.faevyt.org.ar>
WW <http://www.aaovyt.com.ar/aaovyt/default.htm>
WW <http://www.afeetargentina.org.ar/home.html>
WW <http://camaraargentinadeturismorural.blogspot.com>
WW <http://www.aaetav.org.ar/site/index>
WW <http://catcyc.org.ar/index.php>
WW <http://www.jurca.org.ar/index.php>
WW <http://www.cadeaonline.com.ar>
WW <http://www.aapa.com.ar>
WW <https://vivilanieve.com.ar/>
LECTURA OBLIGATORIA
8.
CC
Las ANT se ven a sí mismas cada vez más como una fuerza unificadora que
coordina los esfuerzos de los diferentes actores de los sectores público y pri-
La Administración Nacional de
vado en la industria. Las cuestiones de política y planificación, por ejemplo, in- Turismo (ANT) es el órgano del
cluidas aquellas que afectan al empleo o a la enseñanza, se abordan conjunta- gobierno central o federal que
mente con otros ministerios y departamentos gubernamentales a través de tiene la responsabilidad al más
alto nivel en materia de turismo.
consejos interministeriales y comités y, en algunos países, previa consulta con
el sector privado. (OMT, 2001:11)
CC
En la mayoría de los países estudiados, se han creado organizaciones naciona-
les de turismo (ONT) –semipúblicas- o cuando ya existían, el Estado las ha re-
conocido como cuerpos autónomos con competencia a nivel nacional para la
promoción y en algunos casos el marketing del turismo receptor internacional.
En países con un alto grado de descentralización, la colaboración implica no
solo a los gobiernos centrales como asociados públicos, sino también a las
autoridades provinciales y locales. (OMT, 2001: 12)
WW <http://cf.cdn.unwto.org/sites/all/files/pdf/global_report_public_
private_partnerships_v8.pdf>
LECTURA OBLIGATORIA
Objetivos
•• Conocer los conceptos políticos y jurídicos básicos.
•• Apreciar la importancia de la Constitución como fundamento del ordena-
miento jurídico nacional.
•• Analizar diferentes tipos de relaciones jurídicas y los elementos que la
integran.
•• Entender los aspectos que caracterizan a las obligaciones, los contratos y
los derechos reales y su aplicación.
CC
1. Conjunto de los habitantes de un país regido por el mismo Gobierno.
mación de la República.
2. Territorio de una nación.
3. Conjunto de personas de un mismo origen y que generalmente hablan un
mismo idioma y tienen una tradición común. (RAE, 2014:1518).
CC
La nación es una “comunidad de hombres”. Su estudio pertenece tanto al cam-
po de la ciencia política como a la sociología. El derecho constitucional se ocupa
de la nación solo en la medida en que la constitución y las leyes se refieren a
ella en normas escritas. Doctrinariamente, la nación definida como comunidad
se encuentra entre las formas de “sociabilidad espontánea”. La nación no pue-
de organizarse, no puede adquirir estructuras que la institucionalicen, no se con-
vierte en Estado. La nación no tiene ni puede tener poder, no se politiza, no es
una persona moral ni jurídica, ni un sujeto de derechos. Por un lado, no solo afir-
mamos que nación y Estado son diferentes sino que agregamos: la nación no
deviene Estado. (Bidart Campos, 2005:408)
CC
6. Forma de organización política, dotada de poder soberano e independiente,
Autor de más de 50 libros y de
innumerables artículos académi- que integra la población de un territorio.
cos en los campos del derecho 7. Conjunto de los poderes y órganos de gobierno de un país soberano. (RAE,
constitucional y político. Entre 2014:960)
sus obras destacan: Tratado ele-
mental de Derecho Constitucional
Argentino, Manual de historia polí-
tica, Manual de la Constitución A los fines de este acápite se entiende por Estado a la organización que agluti-
reformada, Principios de Derechos
na a la población que ocupa un territorio determinado y se encuentra sometida
Humanos y Garantías, entre otros.
a un poder soberano.
La doctrina distingue diferentes elementos constitutivos del Estado,, a
saber:
CC
La Nación Argentina adopta para su gobierno la forma representativa, republi-
cana y federal, según lo establece la presente Constitución. (Artículo 1º de la
Constitución Nacional)
CC
El pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus representantes y auto-
ridades creadas por esta Constitución. (Artículo 22 de la Constitución Nacional)
<https://www.youtube.com/watch?v=0vm0-jndDiA>
LECTURA OBLIGATORIA
1.
3.2. El Derecho
Existe una amplia literatura que pretende abarcar el conocimiento del Derecho
y se ocupa de estudiarlo desde diferentes puntos de vista y con finalidades
diversas.
Desde la perspectiva de este análisis y como punto de partida se afirma
que no hay Derecho sin el otro, ya que este surge de la participación del hom-
bre en la sociedad. De esta manera no puede entenderse la existencia del
Derecho si no hay una relación de alteridad, es decir, de convivencia.
El Derecho es, a la vez, una realidad que acompaña la vida social y sin la
cual resulta imposible vivir, ya que esta situación supone un estado de caos
permanente.
El germen del Derecho nace, por otra parte, en las sociedades cuando
la conducta de los hombres no puede ser dirigida por patrones normativos
internos a él, es decir, aquellos que acompañan a su naturaleza. Así señala
Sandler:
CC
El Derecho aparece en la evolución de las sociedades cuando la conducta de
los individuos no puede ser ya determinada según patrones normativos que
vienen impresos en su ser natural. En este borde de la existencia, las leyes
que venían determinando u orientando la acción de los individuos, y del grupo,
aunque no pierden vigencia, entran en crisis. (Sandler, 2002:23)
Por diversas circunstancias, quien se acerca por primera vez al mundo del Derecho, lo hace
con una natural precaución y un cierto desapego [...]. Sin embargo, es evidente que el
mundo del Derecho nos envuelve cotidianamente desde el momento del nacimiento hasta
el de la muerte y que, por otra parte, utopías anarquistas a un lado, la convivencia social
resultaría absolutamente imposible si no existieran una serie de normas y principios que
la regulasen y, consiguientemente, establezcan el marco de actuación de cada uno de los
integrantes de la comunidad social de que se trate (ciudadanos, asociaciones, Estado, etc.)
En tal sentido, puede afirmarse que el Derecho es, ante todo y sobre todo, una realidad
tangible y buscada afanosamente por las sociedades que nos han precedido en el tiempo
con la pretensión de dar solución a los conflictos sociales, fuera cual fuera su naturaleza y
extensión. Así pues, la primera idea que se ha de desterrar, al acercarse al mundo jurídico,
es una muy extendida que parece propugnar que el mundo del Derecho es sumamente
complicado porque así lo desean quienes se dedican a él, los juristas, y que de alguna
manera puede predicarse que el Derecho es un fin en sí mismo.
Nada más lejos de la realidad. El Derecho consiste fundamentalmente en un sistema
de normas, en un conjunto normativo, con una clara finalidad instrumental: la resolución
de los conflictos que se generan y surgen en el propio cuerpo social, al que el Derecho
(de cada momento y de cada comunidad social dada) va destinado, excluyendo de raíz el
recurso a la fuerza bruta o la violencia. Por tanto, parece lógico concluir que las normas o
principios jurídicos que paulatinamente se han ido consolidando como “sistema” o como
“ordenamiento” han tenido siempre como causa concreta la resolución de un problema
social determinado que constituye un presupuesto o dato previo, un prius respecto del
Derecho.
La complejidad, pues, del Derecho no es más que un reflejo (a veces demasiado pálido)
de la propia complejidad social y su existencia solo se ve justificada por la convivencia social
de las personas a quienes va destinado. A ningún Robinson Crusoe se le ocurriría dictar un
Código de circulación en su isla; ni el más excéntrico ecólogo pretendería substituir la “ley
de la selva” por un código de normas de buena conducta animal. El Derecho nace en y para
la convivencia social humana y solo a ella está destinado, como ya desde antiguo expresara
un viejo y conocido brocardo latino ubi societas ibi ius, con el que, comúnmente se resalta
el carácter social del Derecho (Lasarte, 2017:29-30).
“Los romanos –que fueron los grandes creadores del derecho en la antigüedad– llamaban
jus a lo que consideraban lícito, tal como era declarado por las leyes, las costumbres o los
magistrados. Lo contrario de jus era injuria (lo ilícito, lo que ocasionaba daño a otro). El
jurisconsulto Celso definió el jus diciendo que era “el arte de lo bueno y lo equitativo”,
o sea, el modo de alcanzar la realización de la justicia a través de la conducta humana.
A partir del siglo IV de la era cristiana comenzó a utilizarse la palabra directum (par-
ticipio pasado de dirigere: guiar, conducir), para indicar el conjunto de normas religiosas
que orientaban la vida humana por el camino recto. Este significado se extendió luego
a todas las normas que se imponían a la conducta de los hombres y aspiraban a dirigirla
en sentido justo. De aquella palabra provienen todas las que en los idiomas de la Europa
occidental designan lo que hoy entendemos por derecho (diritto, direito, droit, right, etc.).
Lo contrario es el entuerto (originariamente torcido), que significa “lo opuesto a derecho”.
Este enfoque distinto que va desde la conducta lícita (jus) a la norma que la impone
(derecho), hizo que se abandonara la expresión romana. Pero subsistieron, en cambio, las
palabras derivadas de la primera –juicio, justicia, jurisdicción, jurisconsulto, jurispruden-
cia– para designar los distintos modos u operaciones que conducen al perfeccionamiento
y aplicación del derecho, considerado como un sistema que aspira a ser justo y a imponer
la justicia en la vida social.
Pero también se adoptó otro punto de vista más personal (más próximo a la idea
romana), al designar como derecho a todas las prerrogativas que tienen los seres humanos
para obrar lícitamente frente a los demás. A este significado se lo llama derecho subjetivo;
al primero objetivo. En ambos lo fundamental consiste en la idea de rectitud que debe
guiar la conducta humana dentro del marco de las relaciones sociales.
Hay, por lo tanto, dos puntos de vista en la palabra derecho: por un lado, es un conjunto
de normas que se imponen al ser humano, por el otro, es una serie de facultades que este
puede utilizar en su provecho” (Mouchet y Zorraquín Becú, 2000:23-24).
ahí que las normas jurídicas traduzcan un concepto moral (indican el modo de
obrar para conseguir el bien propio o de nuestros semejantes), una ley social
(ordenan en el sentido del bien común las relaciones entre los hombres) o
una regla técnica (nos indica de qué medios se deben valer los hombres para
alcanzar los fines permitidos por el Derecho). Y sostienen los citados auto-
res que “esos preceptos morales, normas sociales y reglas técnicas, al ser
sancionados por la autoridad competente, se convierten en normas jurídicas
que imponen deberes, señalan prohibiciones, facultan para obrar en determi-
nado sentido o establecen castigos y sanciones; pero siempre indican cómo
debe orientarse la conducta de cada uno para que se cumplan los fines que
el derecho persigue”.
PARA REFLEXIONAR
xx tado por el Poder Ejecutivo en uso de las facultades que le son propias.
En un sentido formal es ley aquella norma dictada por el Congreso de la
Nación de acuerdo con el procedimiento establecido en la Constitución
Nacional.
“[...] Podemos definir al derecho público como aquel en que el Estado, como poder
público, se halla en juego, el que rige su organización y desenvolvimiento y regla sus rela-
ciones con los particulares.
Las ramas del derecho público son las siguientes:
Por otra parte, cabe realizar una distinción entre las ramas del Derecho que
regulan las relaciones jurídicas que nacen y se desarrollan en el ámbito some-
tido a la jurisdicción de un solo Estado, que integran el derecho interno, y
aquellas que rigen las relaciones entre los Estados o con entes internacio-
nales, y entre los ciudadanos de diferentes Estados, en cuyo caso se hace
referencia al derecho internacional.
LECTURA OBLIGATORIA
LECTURA RECOMENDADA
RR
Cueto Rúa, J. (1994), Fuentes del derecho, Editorial Abeledo Perrot, Buenos Aires.
Palazzo, E. (2004), Las fuentes del derecho en el desconcierto de juristas y ciudadanos,
Editorial Dunken, Buenos Aires.
2.
CC
Ley fundamental de un Estado, con rango superior al resto de las leyes, que
define el régimen de los derechos y libertades de los ciudadanos y delimita los
poderes e instituciones de la organización política. (RAE, 2014:612)
En tanto ley por encima de toda ley, brinda el fundamento político e institu-
cional al que todo el ordenamiento normativo debe adecuarse y las restantes
normas jurídicas que se dicten (constituciones provinciales, leyes, decretos,
resoluciones, ordenanzas, etc.) deben subordinarse a esta.
Hans Kelsen, uno de los juristas más prominentes del siglo XX, afirma a
su respecto:
CC
La norma fundamental de un orden jurídico tiene una naturaleza distinta. Es
simplemente la regla fundamental según la cual son creadas las normas jurídi-
cas; de ella deriva el principio mismo de su creación. Es, pues, el punto de par-
tida de un procedimiento y su carácter es esencialmente formal y dinámico.
Solo la validez de las normas de un orden jurídico puede ser deducida de su
norma fundamental. (Kelsen, 2009: 112)
CC
La constitución material puede coincidir con la constitución formal. Ello aconte-
ce cuando la constitución formal tiene vigencia sociológica, funciona, y se
aplica.
La constitución material puede no coincidir con la constitución formal en todo o
en parte. Ello acontece cuando la constitución formal, total o parcialmente, no
tiene vigencia sociológica, ni funciona, ni se aplica.
Una constitución formal o parte de ella puede no tener vigencia actual porque
la tuvo y la perdió; o puede no haberla adquirido nunca (todo ello por violación
ejemplarizada o por desuso). Cuando la constitución formal, en todo o en parte,
no tiene vigencia, hay siempre una constitución material vigente que es la cons-
titución real que funciona y se aplica.
Todo Estado tiene su constitución material, porque está “constituido” u orga-
nizado de una manera determinada. En los Estados que carecen de constitu-
ción formal, hay por ello, siempre y necesariamente, una constitución material.
(Bidart Campos, 2005:277)
CC
Este texto de efímera vigencia tiene para la historia argentina el interés de ser
uno de los instrumentos escritos más perfectos del gobierno representativo,
republicano —aunque unitario— que se hayan elaborado en los países de
América. Su espíritu fue altamente conservador, con tendencia aristocrática en
la composición del Senado, y estuvo influenciada por las directrices doctrina-
rias y práctica política del momento, las que con posterioridad se vieron refleja-
das en la Constitución de 1853/1860. (Basterra, 2015:4)
CC
La Constitución que el Congreso Constituyente de 1824-1827 sanciona —por
inspiración de Rivadavia— en la víspera de Navidad de 1826 encierra en su se-
no la pretensión de sintetizar un gobierno “compuesto”, formado por las notas
presuntamente positivas entresacadas de los modelos de ortodoxia federalis-
ta y de intentos centralizantes. (Vanossi, 2015: 35)
CC
[...] la competencia, capacidad o energía para constituir o dar constitución al
Estado, es decir, para organizarlo, para establecer su estructura jurídico-políti-
ca. (Bidart Campos, 2005: 373)
CC
La Constitución puede reformarse en el todo o en cualquiera de sus partes. La
necesidad de reforma debe ser declarada por el Congreso con el voto de dos
terceras partes, al menos, de sus miembros; pero no se efectuará sino por
una Convención convocada al efecto. (Artículo 30 de la Constitución Nacional)
CC
El análisis que ilumina la función de la norma fundamental descubre también
una particularidad del derecho: que él mismo regula su propia creación, pues
una norma determina cómo otra norma debe ser creada y, además, en una me-
dida variable, cuál debe ser el contenido. En razón del carácter dinámico del
derecho, una norma solo es válida en la medida en que ha sido creada de la
manera determinada por otra norma. Para describir la relación que se estable-
ce así entre dos normas, una de las cuales es el fundamento de la validez de
la otra, puede recurrirse a imágenes espaciales y hablar de norma superior y
de norma inferior, de subordinación de la segunda a la primera. Un orden jurídi-
co no es un sistema de normas yuxtapuestas y coordinadas. Hay una estructu-
ra jerárquica y sus normas se distribuyen en diversos estratos superpuestos.
La unidad del orden reside en el hecho de que la creación —y por consecuen-
cia la validez— de una norma está determinada por otra norma, cuya creación,
a su vez, ha sido determinada por una tercera norma. Podemos de este modo
remontarnos hasta la norma fundamental de la cual depende la validez del or-
den jurídico en su conjunto. (Kelsen, 2009:118)
CC
Esta Constitución, las leyes de la Nación que en su consecuencia se dicten por
el Congreso y los tratados con las potencias extranjeras son la ley suprema de
la Nación; y las autoridades de cada provincia están obligadas a conformarse
a ella, no obstante cualquiera disposición en contrario que contengan las leyes
o Constituciones provinciales, salvo para la provincia de Buenos Aires, los tra-
tados ratificados después del Pacto del 11 de noviembre de 1859. (Artículo 31
de la CN).
Una lectura superficial del artículo antes enunciado puede llevar a la confusión
de que las normas antes indicadas (Constitución, leyes de la nación y tratados
con potencias extranjeras) poseen la misma jerarquía entre sí. No obstante,
tal conclusión es equivocada, ya que es necesario completar este precepto
con otras disposiciones de la Constitución Nacional.
En primer lugar, se debe acudir a la contenida en el artículo 27 de la
Constitución Nacional:
CC
El Gobierno federal está obligado a afianzar sus relaciones de paz y comercio
con las potencias extranjeras por medio de tratados que estén en conformidad
con los principios de derecho público establecidos en esta Constitución.
(Artículo 27 de la CN)
CC
Corresponde al Congreso:
[...] 22. Aprobar o desechar los tratados concluidos con las demás naciones y
con las organizaciones internacionales y los concordatos con la Santa Sede. Los
tratados y concordatos tienen jerarquía superior a las leyes.
La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; la Declaración
Universal de Derechos Humanos; la Convención Americana sobre Derechos
Humanos; el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales;
el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y su Protocolo Facultativo;
la Convención sobre la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio; la
Convención Internacional sobre la eliminación de todas las formas de discrimi-
nación racial; la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discri-
minación contra la mujer; la Convención contra la tortura y otros tratos o penas
crueles, inhumanos o degradantes; la Convención sobre los Derechos del Niño;
en las condiciones de su vigencia, tienen jerarquía constitucional, no derogan
artículo alguno de la primera parte de esta Constitución y deben entenderse
complementarios de los derechos y garantías por ella reconocidos. Solo podrán
ser denunciados, en su caso, por el Poder Ejecutivo nacional, previa aprobación
de las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de cada Cámara.
Los demás tratados y convenciones sobre derechos humanos, luego de ser
aprobados por el Congreso, requerirán del voto de las dos terceras partes de la
totalidad de los miembros de cada Cámara para gozar de la jerarquía constitu-
cional. (Artículo 75, inciso 22 de la CN)
CC
Los principios, garantías y derechos reconocidos en los anteriores artículos, no
podrán ser alterados por las leyes que reglamenten su ejercicio. (Artículo 28 de
la CN)
Es decir que también las leyes se encuentran en un nivel inferior no solo res-
pecto de los tratados internacionales, sino, fundamentalmente, con relación
a la Constitución Nacional, cuyos preceptos no puede modificar.
Por último, corresponde determinar cuál es la jerarquía que corresponde
a las normas dictadas por el Poder Ejecutivo Nacional. Es importante señalar
que, como identifican Bidart Campos y Manili (2003), existen diversos tipos
de decretos que emanan del Presidente de la Nación.
CC
Cada provincia dicta para sí una Constitución bajo el sistema representativo
republicano, de acuerdo con los principios, declaraciones y garantías de la
Constitución Nacional; y que asegure su administración de justicia, su régimen
municipal, y la educación primaria. Bajo de estas condiciones, el Gobierno fe-
deral garante a cada provincia el goce y ejercicio de sus instituciones. (Artículo
5 de la CN)
CC
Pese a que a la fecha la potestad que ostentan todos los jueces de la instan-
cia y fuero que fuesen de ejercer el control de constitucionalidad sobre las le-
yes, decretos y actos federales o provinciales no obstante no surgir ni expresa
ni evidentemente de nuestra Constitución Nacional, es reconocida, aceptada y
legitimada de manera prácticamente unánime, no debemos olvidar las voces
críticas que en su momento se alzaron en ocasión de declararse, por primera
vez en la historia de los Estados Unidos, la inconstitucionalidad de una ley del
Congreso Federal en el más que célebre caso “Marbury vs. Madison”. (Spota,
2004:184)
<https://youtu.be/NbJtKualDHI>
CC
El Preámbulo de la Constitución Nacional es una declaración formal y solemne
que motiva y otorga fundamento a la Ley Suprema. En tal sentido, en la
República Argentina, constituye expresión del estado de derecho en tanto da ra-
zón de su origen y fines y liga a los que ejercen y a los destinatarios del poder
con igual fuerza normativa. El contenido del Preámbulo indica el titular del po-
der constituyente; señala la continuidad histórica y política que da nacimiento
al Estado argentino; enuncia los objetivos de la Constitución, manifestando
sus valores esenciales y su filiación iusnaturalista; establece el destino, am-
plio y generoso de la Ley Suprema; formula una peculiar invocación a Dios y
dispone la plena juridicidad del texto constitucional. (Gelli, 2006:1)
CC
A la parte dogmática le hemos dado el nombre de derecho constitucional de la
libertad, porque allí se centraliza un núcleo que coincide con el de la democra-
cia, al conferir instalación a la persona, de acuerdo con su dignidad, su liber-
tad y sus derechos. (Bidart Campos, 2005 I:473)
CC
La parte orgánica de la constitución, a la que asignamos el nombre de “dere-
cho constitucional del poder”, es la que ordena al poder del Estado. Hay que
estructurar y componer los órganos y funciones, y hay que organizar todo el
aparato orgánico-funcional que, en sentido lato, llamamos gobierno. (Bidart
Campos, 2005 III:9)
PARA REFLEXIONAR
LECTURA OBLIGATORIA
LECTURA RECOMENDADA
RR
Bidart Campos, G. (2005), Manual de la Constitución Reformada, Reimpresión, Ediar
Sociedad Anónima, Buenos Aires.
Monti, N. (2015), Constituciones Argentinas. Compilación histórica y análisis doctri-
nario, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, Buenos Aires.
3.
4.
5.
PARA REFLEXIONAR
CC
El fallecimiento de una persona se considerará tal cuando se verifiquen de mo-
do acumulativo los siguientes signos, que deberán persistir ininterrumpida-
mente seis (6) horas después de su constatación conjunta:
a) Ausencia irreversible de respuesta cerebral, con pérdida absoluta de
conciencia.
b) Ausencia de respiración espontánea.
c) Ausencia de reflejos cefálicos y constatación de pupilas fijas no reactivas.
d) Inactividad encefálica corroborada por medios técnicos y/o instrumentales
adecuados a las diversas situaciones clínicas, cuya nómina será periódicamente
actualizada por el Ministerio de Salud y Acción Social con el asesoramiento del
Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI).
La verificación de los signos referidos en el inciso d) no será necesaria en caso
de paro cardiorrespiratorio total e irreversible. (Artículo 23 de la Ley 24193)
término de dos años, contados desde el día en que el suceso ocurre o puede
haber ocurrido (artículo 86, inciso a del CCyCN) y extraordinario específico, si
encontrándose en un buque o aeronave naufragados o perdidos, no se tuvie-
se noticia de su existencia por el término de seis meses desde el día en que
el suceso ocurre o puede haber ocurrido (artículo 86, inciso b del CCyCN).
Cumplidos los requisitos y pasado el tiempo que establece la ley, el juez, a
instancia de las partes autorizadas a solicitarlo, debe declarar el fallecimiento
presunto, fijar el día presuntivo en que se produjo y disponer la inscripción de
la sentencia (artículo 89 del CCyCN).
La declaración de fallecimiento tiene por efecto:
a) la disolución del vínculo matrimonial (artículo 435 inciso b, del CCyCN) y
b) la recepción de los bienes, por parte de los herederos y legatarios, previo
inventario, que no pueden ser enajenados ni gravados sin autorización judi-
cial, por el término de cinco años a contar desde la fecha presuntiva del
fallecimiento o a partir de que se cumplen los 80 años del desaparecido.
La aparición con vida del ausente, antes del cumplimiento de este plazo, le
permite requerir la devolución de los bienes y si es posterior a aquel recu-
perarlos en el estado en que se encuentran, al igual que los adquiridos
haciendo uso de los mismos, los montos adeudados de los enajenados y
los frutos no consumidos (artículos 91 y 92 del CCyCN).
Derechos personalísimos
Los derechos personalísimos son aquellos innatos al ser humano como tal, y
de los cuales no puede ser privado. Se encuentran vinculados a los conceptos
de integridad y dignidad de la persona y son ejemplos de ellos: el derecho a
la vida, a la integridad espiritual de la persona (intimidad personal y familiar,
honor, identidad e imagen), a la libertad (de asociación, de ideas, ambulatoria,
de prensa, etc), a la integridad corporal y a la salud, entre otros.
Al respecto de los mismo señala Borda:
CC
Se trata de derechos no patrimoniales, imprescriptibles, irrenunciables e in-
transmisibles (derecho a la vida, a la integridad física, a la libertad, al honor, a
la identidad, etc.). (Borda, 2016:2.9)
Atributos de la personalidad
Íntimamente unidos a los derechos de la personalidad se encuentran los
atributos de la personalidad, propios de toda persona humana y de los que
aquella no puede ser separada. Se trata del nombre, el estado, la capacidad,
el domicilio y el patrimonio.
Los atributos de la personalidad se caracterizan por su: necesidad, en la
medida en que son imprescindibles y no puede haber persona que carezca
de ellos; unidad, ya que no se puede tener más de uno de estos atributos de
un mismo orden; intransmisibilidad, por que se encuentran fuera del comer-
cio e inmutabilidad, si bien frente a casos excepcionales y graves pueden ser
modificados.
Nombre
Es el modo en que se identifica a una persona y se adquiere por su inscripción
en el Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas.
El nombre se conforma por el prenombre y el apellido. El prenombre es de
libre elección por los padres, pudiendo inscribirse los aborígenes o derivados
de voces aborígenes autóctonas y latinoamericanas; no obstante, se encuen-
tra sujeto a determinadas disposiciones (no pueden inscribirse más de tres
prenombres, apellidos como prenombres, primeros prenombres idénticos a
primeros prenombres de hermanos vivos; ni aquellos que tienen el carácter
de extravagante). El apellido depende de diferentes circunstancias:
CC
El hijo matrimonial lleva el primer apellido de alguno de los cónyuges; en caso
de no haber acuerdo, se determina por sorteo realizado en el Registro del
Estado Civil y Capacidad de las Personas. A pedido de los padres, o del intere-
sado con edad y madurez suficiente, se puede agregar el apellido del otro.
Todos los hijos de un mismo matrimonio deben llevar el apellido y la integración
compuesta que se haya decidido para el primero de los hijos.
El hijo extramatrimonial con un solo vínculo filial lleva el apellido de ese proge-
nitor. Si la filiación de ambos padres se determina simultáneamente, se aplica
el primer párrafo de este artículo. Si la segunda filiación se determina después,
los padres acuerdan el orden; a falta de acuerdo, el juez dispone el orden de los
apellidos, según el interés superior del niño (Artículo 64 del CCyCN).
La persona menor de edad sin filiación determinada debe ser anotada por el ofi-
cial del Registro del Estado Civil y Capacidad de las personas con el apellido que
está usando, o en su defecto, con un apellido común (Artículo 65 del CCyCN).
La persona con edad y grado de madurez suficiente que carezca de apellido ins-
cripto puede pedir la inscripción del que está usando. (Artículo 66 del CCyCN).
Cualquiera de los cónyuges puede optar por usar el apellido del otro, con la pre-
posición “de” o sin ella.
La persona divorciada o cuyo matrimonio ha sido declarado nulo no puede usar
el apellido del otro cónyuge, excepto que, por motivos razonables, el juez la
autorice a conservarlo.
El cónyuge viudo puede seguir usando el apellido del otro cónyuge mientras
no contraiga nuevas nupcias, ni constituya unión convivencial (Artículo 67 del
CCyCN).
El apellido del hijo por adopción plena se rige por las siguientes reglas:
a. si se trata de una adopción unipersonal, el hijo adoptivo lleva el apellido del
adoptante; si el adoptante tiene doble apellido, puede solicitar que este sea
mantenido;
b. si se trata de una adopción conjunta, se aplican las reglas generales relativas
al apellido de los hijos matrimoniales;
c. excepcionalmente, y fundado en el derecho a la identidad del adoptado, a
petición de parte interesada, se puede solicitar agregar o anteponer el apelli-
do de origen al apellido del adoptante o al de uno de ellos si la adopción es
conjunta;
d. en todos los casos, si el adoptado cuenta con la edad y grado de madu-
rez suficiente, el juez debe valorar especialmente su opinión (Artículo 626 del
CCyCN).
CC
ren a los adoptantes. La adopción El estado de una persona es la posición jurídica que ella ocupa en la socie-
simple es revocable. dad, es decir, es el conjunto de calidades que configuran la capacidad de una
La adopción de integración se
persona y sirven de base para la atribución de derechos y deberes impuestos
configura cuando se adopta al
hijo del cónyuge o del conviviente. por la ley. (Ragone y Fonrouge, 2003:31)
Capacidad
La capacidad, como atributo de la personalidad es, de acuerdo con Rivera y
Crovi (2017:237): “el grado de aptitud que el ordenamiento jurídico reconoce
a las personas para ser titulares de derechos y deberes jurídicos y para el
ejercicio de las facultades que emanan de esos derechos o el cumplimiento
de las obligaciones que implican los mencionados deberes”.
La capacidad de la persona puede relacionarse con el goce de los dere-
chos o con la posibilidad de ejercicio de aquellos. A la primera se la denomina
capacidad de derecho –también capacidad de goce o de ser titular de dere-
chos–, en tanto que a la segunda se la caracteriza como capacidad de ejer-
cicio –es decir, la facultad de poder ejercer por el propio sujeto los derechos
y deberes jurídicos de los que es titular–. A la persona que carece de capaci-
dad se la denomina incapaz.
Todo ser humano, por su condición de tal y desde el momento de la con-
cepción, posee capacidad de derecho, es decir, que goza de la aptitud para
ser titular de derechos y deberes jurídicos (artículo 22 del CCyCN). Sin embar-
go, la ley puede privar o limitar esta capacidad respecto de hechos, simples
actos, o actos jurídicos determinados, en tales casos se está frente a una
A los hechos, simples actos o
incapacidad de derecho.
actos jurídicos se hará referen-
cia más adelante en la presen-
te unidad.
Algunos ejemplos de incapacidad de derecho son:
CC
Son incapaces de ejercicio:
a. la persona por nacer;
b. la persona que no cuenta con la edad y grado de madurez suficiente, con el
alcance dispuesto en la Sección 2ª de este Capítulo;
c. la persona declarada incapaz por sentencia judicial, en la extensión dispuesta
en esa decisión. (Artículo 24 del CCyCN)
a) Autoriza el ejercicio, por parte del menor que cuenta con edad y grado de
madurez suficiente, de los actos que le son permitidos por el ordenamien-
to jurídico.
b) Otorga al adolescente (menor de edad a partir de los trece años) la aptitud
para decidir por sí respecto de aquellos tratamientos que no resultan inva-
sivos, ni comprometen su estado de salud o provocan un riesgo grave en
su vida o integridad física.
c) Considera al adolescente a partir de los dieciseis años como un adulto para
las decisiones atinentes al cuidado de su propio cuerpo.
d) Admite que el menor que haya obtenido título habilitante para el ejercicio
de una profesión pueda ejercerla por cuenta propia sin necesidad de pre-
via autorización; administrar y disponer de los bienes que adquiere con el
producto de aquella y estar en juicio civil o penal por cuestiones vincula-
das a ella.
CC
Son representantes:
a. de las personas por nacer, sus padres;
b. de las personas menores de edad no emancipadas, sus padres. Si faltan los
padres, o ambos son incapaces, o están privados de la responsabilidad paren-
tal, o suspendidos en su ejercicio, el tutor que se les designe;
c. de las personas con capacidad restringida, el o los apoyos designados cuan-
do, conforme a la sentencia, estos tengan representación para determinados
actos;
d. de las personas incapaces en los términos del último párrafo del artículo 32,
el curador que se les nombre. (Artículo 101 del CCyCN)
CC
La persona humana tiene domicilio real en el lugar de su residencia habitual.
Si ejerce actividad profesional o económica lo tiene en el lugar donde la desem-
peña para el cumplimiento de las obligaciones emergentes de dicha actividad.
(Artículo 73 del CCyCN)
CC
El domicilio legal es el lugar donde la ley presume, sin admitir prueba en con-
tra, que una persona reside de manera permanente para el ejercicio de sus de-
rechos y el cumplimiento de sus obligaciones. Solo la ley puede establecerlo, y
sin perjuicio de lo dispuesto en normas especiales:
a. los funcionarios públicos, tienen su domicilio en el lugar en que deben cumplir
sus funciones, no siendo estas temporarias, periódicas, o de simple comisión;
b. los militares en servicio activo tienen su domicilio en el lugar en que lo están
prestando;
c. los transeúntes o las personas de ejercicio ambulante, como los que no tie-
nen domicilio conocido, lo tienen en el lugar de su residencia actual;
d. las personas incapaces lo tienen en el domicilio de sus representantes.
(Artículo 74 del CCyCN)
CC
Las partes de un contrato pueden elegir un domicilio para el ejercicio de los
derechos y obligaciones que de él emanan. (Artículo 75 del CCyCN)
Por su parte, el Código Civil y Comercial determina para las personas jurídicas
privadas un domicilio social:
CC
El domicilio de la persona jurídica es el fijado en sus estatutos o en la autoriza-
ción que se le dio para funcionar. La persona jurídica que posee muchos esta-
blecimientos o sucursales tiene su domicilio especial en el lugar de dichos es-
tablecimientos sólo para la ejecución de las obligaciones allí contraídas. El
cambio de domicilio requiere modificación del estatuto. El cambio de sede, si
no forma parte del estatuto, puede ser resuelto por el órgano de administra-
ción. (Artículo 152 del CCyCN)
Patrimonio
De acuerdo con el Código Civil y Comercial de la Nación, las personas son
titulares de los derechos individuales sobre los bienes que integran su patri-
monio (artículo 15)
Algunos autores sostienen que el patrimonio, como atributo de la persona-
lidad, es una universalidad de derecho integrada por los derechos y las deu-
das, en cambio, otros sostienen que estas últimas no lo conforman, sino que
solamente lo gravan.
En cualquier caso, la importancia del patrimonio es sustantiva, ya que cons-
tituye la garantía común de los acreedores, con excepción de los bienes que
el Código Civil y Comercial de la Nación o leyes especiales declaran inembar-
gables o inejecutables (artículo 242 y 743).
En este sentido, de acuerdo con lo dispuesto en su contenido, son bienes
excluidos de la garantía común:
CC
a. Las ropas y muebles de uso indispensable del deudor, de su cónyuge o con-
viviente, y de sus hijos;
b. los instrumentos necesarios para el ejercicio personal de la profesión, arte
u oficio del deudor;
c. los sepulcros afectados a su destino, excepto que se reclame su precio de
venta, construcción o reparación;
d. los bienes afectados a cualquier religión reconocida por el Estado;
e. los derechos de usufructo, uso y habitación, así como las servidumbres pre-
diales, que sólo pueden ejecutarse en los términos de los artículos 2144, 2157
y 2178;
f. las indemnizaciones que corresponden al deudor por daño moral y por daño
material derivado de lesiones a su integridad psicofísica;
g. la indemnización por alimentos que corresponde al cónyuge, al conviviente y
a los hijos con derecho alimentario, en caso de homicidio;
h. los demás bienes declarados inembargables o excluidos por otras leyes.
(Artículo 744 del CCyCN)
PARA REFLEXIONAR
LECTURA RECOMENDADA
OO
Rivera, J. C. (2017), Derecho Civil y Comercial: Parte General, Abeledo Perrot,
Buenos Aires.
6.
CC
Son personas jurídicas todos los entes a los cuales el ordenamiento jurídico
Del Busto, E. (2017) Introducción
les confiere aptitud para adquirir derechos y contraer obligaciones para el cum-
al Derecho, Universidad Virtual de
Quilmes, Bernal, pp. 136 a 148. plimiento de su objeto y los fines de su creación. (Artículo 144 del CCyCN)
CC
a. el Estado nacional, las provincias, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los
municipios, las entidades autárquicas y las demás organizaciones constituidas
en la República a las que el ordenamiento jurídico atribuya ese carácter;
b. los Estados extranjeros, las organizaciones a las que el derecho internacional
CC
a. las sociedades;
b. las asociaciones civiles;
c. las simples asociaciones;
d. las fundaciones;
e. las iglesias, confesiones, comunidades o entidades religiosas;
f. las mutuales;
g. las cooperativas;
h. el consorcio de propiedad horizontal;
i. toda otra contemplada en disposiciones de este Código o en otras leyes y cuyo
carácter de tal se establece o resulta de su finalidad y normas de funcionamien-
to. (Artículo 148 del CCyCN)
7.
CC
Los bienes materiales se llaman cosas. Las disposiciones referentes a las co-
sas son aplicables a la energía y a las fuerzas naturales susceptibles de ser
puestas al servicio del hombre. (Artículo 16 del CCyCN)
Los bienes con relación a las personas, por su parte, se clasifican de acuerdo
con el Código Civil y Comercial de la Nación, en bienes de dominio público y
bienes de dominio privado del Estado.
Los bienes de dominio público son enumerados en el artículo 235, y se
caracterizan por ser inenajenables, inembargables e imprescriptibles, que-
dando su uso y goce por las personas, sujeto a las disposiciones generales
y locales.
CC
Son bienes pertenecientes al dominio público, excepto lo dispuesto por leyes
especiales:
a. el mar territorial hasta la distancia que determinen los tratados internaciona-
les y la legislación especial, sin perjuicio del poder jurisdiccional sobre la zona
contigua, la zona económica exclusiva y la plataforma continental. Se entiende
por mar territorial el agua, el lecho y el subsuelo;
b. las aguas interiores, bahías, golfos, ensenadas, puertos, ancladeros y las
playas marítimas; se entiende por playas marítimas la porción de tierra que las
mareas bañan y desocupan durante las más altas y más bajas mareas norma-
les, y su continuación hasta la distancia que corresponda de conformidad con la
legislación especial de orden nacional o local aplicable en cada caso;
c. los ríos, estuarios, arroyos y demás aguas que corren por cauces naturales,
los lagos y lagunas navegables, los glaciares y el ambiente periglacial y toda
otra agua que tenga o adquiera la aptitud de satisfacer usos de interés gene-
ral, comprendiéndose las aguas subterráneas, sin perjuicio del ejercicio regular
del derecho del propietario del fundo de extraer las aguas subterráneas en la
medida de su interés y con sujeción a las disposiciones locales. Se entiende
por río el agua, las playas y el lecho por donde corre, delimitado por la línea de
ribera que fija el promedio de las máximas crecidas ordinarias. Por lago o lagu-
na se entiende el agua, sus playas y su lecho, respectivamente, delimitado de
la misma manera que los ríos;
d. las islas formadas o que se formen en el mar territorial, la zona económica
exclusiva, la plataforma continental o en toda clase de ríos, estuarios, arroyos,
o en los lagos o lagunas navegables, excepto las que pertenecen a particulares;
e. el espacio aéreo suprayacente al territorio y a las aguas jurisdiccionales de
la Nación Argentina, de conformidad con los tratados internacionales y la legis-
lación especial;
f. las calles, plazas, caminos, canales, puentes y cualquier otra obra pública
construida para utilidad o comodidad común;
g. los documentos oficiales del Estado;
h. las ruinas y yacimientos arqueológicos y paleontológicos. (Artículo 235 del
CCyCN)
Los bienes de dominio privado del Estado son detallados en el artículo 236
del Código Civil y Comercial de la Nación y sobre ellos aquel ejerce un derecho
de propiedad.
CC
Pertenecen al Estado nacional, provincial o municipal, sin perjuicio de lo dis-
puesto en leyes especiales:
a. los inmuebles que carecen de dueño;
b. las minas de oro, plata, cobre, piedras preciosas, sustancias fósiles y toda
otra de interés similar, según lo normado por el Código de Minería;
c. los lagos no navegables que carecen de dueño;
d. las cosas muebles de dueño desconocido que no sean abandonadas, excep-
to los tesoros;
e. los bienes adquiridos por el Estado nacional, provincial o municipal por cual-
quier título. (Artículo 235 del CCyCN)
PARA REFLEXIONAR
CC
El análisis de la causa en materia de relaciones conmutativas y, más amplia-
mente, en lo atinente a las relaciones jurídicas, constituye un aspecto central
del derecho.
Su apreciación excede una dimensión puramente especulativa y se transforma
en un instrumento práctico de la máxima relevancia. (Conte-Grand, 2017:171)
CC
Son, por lo tanto, los hechos y actos jurídicos que producen como efecto el na-
cimiento de una relación jurídica. (Rivera y Crovi, 2017:171)
CC
El hecho jurídico es el acontecimiento que, conforme al ordenamiento jurídico,
produce el nacimiento, modificación o extinción de relaciones o situaciones ju-
rídicas. (Artículo 257 del CCyCN)
CC
El acto voluntario es el ejecutado con discernimiento, intención y libertad, que
se manifiesta por un hecho exterior. (Artículo 260 del CCyCN)
Para que el acto sea considerado voluntario debe ser ejecutado con discer-
nimiento, es decir, que la persona comprende el significado del acto que
realiza; intención –tiene el propósito de realizarlo– y libertad –cuenta con la
posibilidad de elegir entre realizarlo o no según su deseo.
El Código Civil y Comercial de la Nación dispone que los actos ilícitos reali-
zados por menores de diez años, los lícitos llevados a cabo por menores de
trece años o los efectuados por personas privadas de la razón, carecen de
discernimiento. Cuando media en el acto un error de hecho esencial (consiste
en un saber equivocado) o se actúa bajo el influjo del dolo (todo artificio, astu-
cia o maquinación que se emplee para su celebración), aquel es realizado sin
intención. Por último, se entiende que en un acto en el que la persona que lo
realiza se encuentra sometida a violencia física (fuerza irresistible) o intimida-
ción (amenaza de sufrir un mal grave e inminente) no existe libertad. En todas
esas circunstancias, el acto puede ser declarado involuntario.
Los actos voluntarios, a su vez, pueden ser lícitos o ilícitos, según sean o
no conformes al ordenamiento jurídico y produzcan un daño a terceros. A su
vez, los actos ilícitos pueden constituir delitos, cuando existe intención en la
producción del resultado dañoso, o cuasidelitos en el caso en que exista culpa
de parte de quien ocasiona el daño.
La ley es más severa con las consecuencias provocadas por los actos realiza-
dos con dolo que respecto de aquellos provocados por culpa.
Contando con los elementos antes descriptos puede efectuarse una defi-
nición de los actos jurídicos:
CC
El acto jurídico es el acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato la adquisi-
ción, modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas. (Artículo
259 del CCyCN)
Son elementos esenciales de los actos jurídicos: el sujeto, que puede ser una
persona humana o jurídica, con capacidad para realizar el acto; el objeto, que
no debe ser un hecho imposible o prohibido por la ley, contrario a la moral,
a las buenas costumbres, al orden público o lesivo de los derechos ajenos o
de la dignidad humana, ni un bien que por un motivo especial se haya prohi-
bido que lo sea; la causa, es el fin inmediato autorizado por el ordenamiento
jurídico que ha sido determinante de la voluntad; la forma, que es el conjunto
de solemnidades que prescribe la ley y que debe cumplirse al tiempo de la
formación del acto.
Los actos jurídicos, en principio, solo producen efectos respecto de las par-
tes, es decir, aquellos sujetos que otorgan el acto. Ello implica que, por regla
general, no tienen efecto respecto de terceros, es decir, de toda persona que
no es parte en el acto, excepto cuando esta es beneficiaria del acto.
Los actos jurídicos se clasifican en positivos o negativos, cuando el naci-
miento, modificación o extinción de un derecho dependen de la realización de
un acto o de su abstención, respectivamente; unilaterales o bilaterales, en
la medida en que alcanza para su formación la intervención de una sola parte
o de varias; de última voluntad o entre vivos, según que, para tener efecto,
dependan del fallecimiento de la persona de quien emana la voluntad o no;
gratuitos u onerosos, donde la obligación corresponde a una sola de las par-
tes o a ambas; formales o no formales: dependiendo de que, para su efica-
cia, exijan el cumplimiento de determinadas formas ordenadas por la ley o no.
El Código Civil y Comercial de la Nación enuncia, en los artículos 332 a
342, determinadas circunstancias que afectan a la realización de los actos
jurídicos y son denominadas vicios. Estos son: la lesión, la simulación y el
fraude, y facultan, bajo determinadas circunstancias, a solicitar la nulidad del
La nulidad de los actos jurídicos acto.
consiste en la sanción legal que La lesión existe cuando las prestaciones recíprocas en un acto presentan
priva a aquellos de efecto. Debe una notoria desigualdad, es decir que una parte, explotando la necesidad,
ser dictada por el juez y, en prin-
debilidad síquica o inexperiencia de la otra, obtiene una ventaja patrimonial
cipio, devuelve las cosas al mismo
o igual estado en que se halla- evidentemente desproporcionada y sin justificación, que admite a la parte
ban antes de la realización del afectada a demandar la nulidad o un reajuste equitativo del convenio (artícu-
acto declarado nulo y obliga a las lo 322).
partes a restituirse mutuamente
lo que han recibido.
LECTURA OBLIGATORIA
LECTURA RECOMENDADA
RR
Borda, G. (2016), Derecho Civil Parte General, Thomson Reuters La Ley, Buenos
Aires.
8.
3.6. Obligaciones
Las obligaciones pueden definirse, de acuerdo con Borda, de la siguiente
manera:
CC
Es el vínculo establecido entre dos personas (o grupo de personas), por el cual
una de ellas puede exigir de la otra la entrega de una cosa, o el cumplimiento
de un servicio o de una abstención. (Borda, 2017:4)
CC
La obligación es una relación jurídica en virtud de la cual el acreedor tiene el
derecho a exigir del deudor una prestación destinada a satisfacer un interés lí-
cito y, ante el incumplimiento, a obtener forzadamente la satisfacción de dicho
interés. (Artículo 724 del CCyCN)
a) Según el objeto
i. Por la naturaleza del objeto. Obligaciones de dar: aquellas en las que la
prestación consiste en la entrega de una cosa; obligaciones de hacer: en
las que la prestación consiste en la realización de una actividad (un hecho
o un servicio); obligaciones de no hacer: cuando la prestación consiste en
una abstención por parte del obligado.
ii. Por la determinación del objeto en las obligaciones de dar. Obligaciones
de dar cosas ciertas: son aquellas en las que el objeto se encuentra indi-
vidualizado desde el nacimiento de la obligación o en un momento poste-
rior de manera necesaria; obligaciones de género: son aquellas relativas a
cosas determinadas por su especie o calidad; y obligaciones de dar dinero:
son una especie de las obligaciones de dar cantidades de cosas, que tiene
por objeto el dinero, cuya especie y cantidad se encuentran determinadas
desde el nacimiento de la obligación. Este tipo de obligaciones trae apa-
rejada una prestación accesoria a favor del acreedor, denominada interés.
iii. Por la finalidad jurídica perseguida en las obligaciones de dar: obligacio- Los intereses pueden ser de tres
nes de dar para constituir derechos reales; para restituir y para transferir tipos diferentes: compensatorios,
los que debe el deudor por el uso
el uso o la tenencia.
del capital; moratorios, los que se
iv. Por la complejidad del objeto: son obligaciones de objeto singular o sim- pactan frente a la demora en el
ple, cuando la prestación es única; y obligaciones de objeto plural o com- cumplimiento de la obligación, y
puesto si tiene dos o más prestaciones, sea de manera conjuntiva (deben punitorios, impuestos como san-
ción frente al incumplimiento de
cumplirse todas) o disyuntivas (solo alguna de ellas). la obligación.
v. Por la índole del interés comprometido: son obligaciones de medios aque-
llas en las que el deudor se libera cumpliendo la conducta debida, sin que
sea necesaria la satisfacción del interés del acreedor; y obligaciones de
resultados, cuando el cumplimiento se logra solo alcanzando el interés de
acreedor.
vi. Por la posibilidad de fraccionar el objeto: son obligaciones divisibles las
susceptibles de cumplimiento parcial y obligaciones indivisibles aquellas
que deben ser cumplidas por entero.
b) Según el vínculo
i. Por su naturaleza: obligaciones civiles, aquellas que otorgan acción para
exigir su cumplimiento y obligaciones naturales, que no lo otorgan.
ii. Por su interdependencia estructural: obligaciones principales, que no
dependen de cualquier otro vínculo de obligación o derecho y obligaciones
accesorias, que sí dependen de aquellas.
iii. Por su interdependencia funcional: obligaciones autónomas, que no guar-
dan relación con otras obligaciones establecidas entre los mismos suje-
tos y por la misma causa, y las obligaciones recíprocas, que sí guardan
esa relación.
LECTURA OBLIGATORIA
LECTURA RECOMENDADA
RR
López Mesa, M. (2015), Derecho de las Obligaciones: Análisis del nuevo Código Civil y
Comercial, Euros Editores, Buenos Aires.
Silvestre, N. (2016), Obligaciones, La Ley, Buenos Aires.
9.
KK Elabore una lista donde incluya al menos diez (10) ejemplos de diferen-
tes tipos de obligaciones y clasifíquelas.
CC
Para quienes sostienen que los valores éticos son parte del sistema jurídico, re remitirse a Del Busto, E.
la responsabilidad en estos casos tendrá carácter de sanción, pues es la con- (2017), Introducción al Derecho,
Universidad Virtual de Quilmes,
secuencia jurídica de haber incumplido un deber y significa un disvalor para Bernal, pp. 181 a 186.
quien es pasible de ella. En cambio, para quienes sostienen la teoría pura del
derecho sin dejarla penetrar por valores morales, será simplemente el antece-
dente que marca como consecuente el deber de satisfacer al acreedor no ya
en especie sino en equivalente. (O’Donnell, 2004)
d) Nexo causal: es la relación que existe entre la acción u omisión y las con-
secuencias que de ella se derivan (artículo 1726).
xx por su propia acción u omisión; la del principal por el hecho del depen-
diente en ejercicio de sus funciones; la de los padres por los hechos de los
hijos que se encuentran bajo su responsabilidad parental y que habitan
con ellos; la de los tutores por quienes están a su cargo; la del estable-
cimiento que tiene a su cargo a personas internadas; la del dueño y el
guardián por el daño causado por el riesgo o vicio de las cosas, inclui-
dos los animales; la de quien realiza una actividad riesgosa o peligrosa
por su naturaleza, por los medios empleados o por las circunstancias de
su realización; la de los dueños y ocupantes de un edificio por el daño
que cause; la de los miembros de un grupo que realiza una actividad
peligrosa para terceros; la de la persona jurídica por los daños que cau-
sen quienes las dirigen o administran en ejercicio o con ocasión de sus
funciones; la del Estado y de los funcionarios públicos por hechos u
omisiones en el ejercicio de sus funciones; la de los titulares de un esta-
blecimiento educativo por el daño causado o sufrido por sus alumnos
menores de edad cuando se hallen o deban hallarse bajo su control esco-
lar; la de los profesiones liberales; la de aquel que se entromete arbitra-
riamente en la vida privada de otro; la del denunciante o querellante si
se prueba que no tenía razones justificables para creer que el damnifi-
cado estaba implicado.
10.
3.8. Contratos
Los contratos son un tipo de acto jurídico que constituye una importante fuente
de creación de obligaciones, de ahí que pueda afirmarse que el acto jurídico
es el género y el contrato la especie de aquel. Se caracterizan por ser actos
plurilaterales (al menos debe haber dos partes participando para su forma-
ción), de carácter patrimonial (tienen un contenido económico) y determinan
las obligaciones de aquellos que intervienen en el acto.
El artículo 957 del Código Civil y Comercial de la Nación se encarga de brin-
dar una definición de contrato:
CC
Contrato es el acto jurídico mediante el cual dos o más partes manifiestan su
consentimiento para crear, regular, modificar, transferir o extinguir relaciones ju-
rídicas patrimoniales. (Artículo 957 del CCyCN)
CC
La definición dada por el Código Civil y Comercial hace hincapié en dos aspec-
tos importantes. Por un lado, el acuerdo de voluntades manifestado en el con-
sentimiento tiende a reglar relaciones jurídicas con contenido patrimonial. Por
otro lado, recepta un contenido amplio del contrato, desde que abarca no sólo
la creación de tal relación jurídica, sino también las diferentes vicisitudes que
ella puede tener, tales como las modificaciones que las partes puedan introdu-
cir con posterioridad a la celebración del contrato, la transferencia a terceros
de las obligaciones y derechos que nacen del contrato y hasta la extinción mis-
ma del contrato por acuerdo de voluntades. (Borda, 2016)
Los elementos de los contratos son: sujeto (ya que se trata de un acto jurídico
multilateral que impone la participación de al menos dos partes, que pueden
ser personas humanas o jurídicas con capacidad para realizar el acto); objeto
(debe ser lícito, posible, determinado o determinable, susceptible de valora-
ción económica, corresponder a un interés de las partes, no ser contrario a la
moral, al orden público, a la dignidad de la persona humana, o lesivos de los
derechos ajenos; ni los bienes que por un motivo especial se prohíbe que lo
sean); causa (es la razón del acto, aquello que lo determina); consentimiento
(que se manifiesta por ofertas o propuestas de una de las partes y aceptación
por la otra) y forma (es el modo en que las partes emiten su declaración de
voluntad).
Los contratos se clasifican en: unilaterales (aquellos en que solo una de
las partes se obliga hacia la otra sin que esta quede obligada) o bilaterales
(aquellos en que todas las partes se obligan recíprocamente); onerosos (en
los que existe un sacrificio para obtener una ventaja concedida por la otra
parte) o gratuitos (donde solo una de las partes realiza la prestación); reales
(los que se perfeccionan por la entrega de una cosa) o consensuales (se per-
feccionan con el consentimiento de las partes); nominados o típicos (aquellos
cuyas cláusulas esenciales se adecuan a un tipo determinado, establecidas
en el Código Civil y Comercial de la Nación o en leyes especiales) o innomina-
dos o atípicos (aquellos que no se adecuan a un tipo especial); formales (los
que para resultar válidos exigen el cumplimiento de determinadas formas esta-
blecidas por la ley) o no formales (no requieren de formalidad alguna para su
validez); conmutativos (aquellos en que las partes conocen las obligaciones
al momento de realización del contrato, las que son ciertas, determinadas y
conocidas) o aleatorios (las obligaciones de las partes dependen de que se
produzca un acontecimiento incierto al momento de realizar el contrato).
En la formación de los contratos es necesaria la existencia de la oferta por
una de las partes y la aceptación por la otra. La oferta es la manifestación
PARA AMPLIAR
AA discusión de sus cláusulas, hechas por personas que gozan de plena liber-
tad para consentir o disentir. Es lo que se denomina contrato paritario. El
Código Civil y Comercial ha tenido particularmente en mira este tipo de
contrato, estructurando sobre él la parte general de los contratos.
Más allá de la importancia del contrato paritario, sobre todo cuando se
analiza singularmente su contenido económico, el mundo moderno ha
traído nuevas formas de contratar, más masificadas –para decirlo de algu-
na manera–, pero no menos importantes.
Empecemos por el contrato por adhesión (llamado también con cláusulas
generales predispuestas), que es aquel en el cual una de las partes fija todas
las condiciones, mientras que la otra solo tiene la alternativa de rechazar o
consentir. Es el caso del contrato de transporte celebrado con una empresa
de servicio público, que fija el precio del pasaje, el horario, las comodida-
des que se brindan al pasajero, etc.; este solo puede adquirir o no el bole-
to. Lo mismo ocurre con los contratos de seguro en los que la aseguradora
fija todas las condiciones y el tomador del seguro solo podrá decidir entre
celebrar el contrato o no, pero no podrá discutir las condiciones fijadas.
Dadas estas características del contrato por adhesión, se ha discutido la
naturaleza contractual de tales relaciones jurídicas. Aunque hay quienes la
han negado, sosteniendo que se trata de un acto unilateral de una perso-
na o institución privada, cuyos efectos, una vez producida la aceptación,
continúan produciéndose por la sola voluntad del ofertante, la doctrina
predominante le reconoce carácter contractual; la circunstancia de que no
haya discusión de las condiciones y de que una de las partes solo pueda
aceptar o rechazar, no elimina el acuerdo de voluntades; porque la discu-
sión no es de la esencia del contrato; lo esencial es que las partes coincidan
en la oferta y la aceptación.
LECTURA OBLIGATORIA
LECTURA RECOMENDADA
RR
Borda, G. (2016), Derecho Civil: Contratos, La Ley, Buenos Aires.
11.
CC
El derecho real es el poder jurídico, de estructura legal, que se ejerce directa-
mente sobre su objeto, en forma autónoma y que atribuye a su titular las fa-
cultades de persecución y preferencia, y las demás previstas en este Código.
(Artículo 1882 del CCyCN)
CC
a. el dominio;
b. el condominio;
c. la propiedad horizontal;
d. los conjuntos inmobiliarios;
e. el tiempo compartido;
f. el cementerio privado;
g. la superficie;
h. el usufructo;
i. el uso;
j. la habitación;
k. la servidumbre;
l. la hipoteca;
m. la anticresis;
n. la prenda.
(Artículo 1887 del CCyCN)
LECTURA RECOMENDADA
RR
Mariani de Vidal, M. y Abella, A. (2016), Derechos reales: en el Código Civil y Comer-
cial, Zavalía Ediciones, Buenos Aires.
12.
13.
KK Consiga un contrato turístico, transcríbalo e identifique en él los siguien-
tes elementos:
a. Partes (quiénes son las partes en el acto jurídico).
b. Personas humanas y jurídicas (ubicar las diferentes personas en el
acto, indicando su clasificación).
c. Domicilios: diferentes tipos (real, legal, contractual, etcétera).
d. Capacidad (identificar elementos que se refieran a la capacidad de las
personas para actuar, indicando su tipo).
e. Estado (ubicar menciones que hagan referencia al tema del estado
como atributo de la personalidad, señalando su clasificación).
f. Cosas y bienes (identificar diferentes tipos de cosas o bienes y clasi-
ficar cada uno de ellos).
g. Obligaciones de las partes (encontrar las obligaciones de las personas
y definir de qué tipo son y si están sujetas a modalidades).
h. Derechos reales (identificar derechos reales en el texto).
Derecho comercial
Objetivos
•• Entender los aspectos sustantivos de la regulación jurídica de la actividad
comercial.
•• Conocer a las personas humanas sujetos de comercio.
•• Identificar los diferentes tipos de sociedades y sus características
esenciales.
•• Incorporar los conocimientos que permitan manejarse en este campo del
derecho.
CC
El derecho comercial puede conceptuarse como la rama del derecho que regu-
la a las empresas, a los negocios y a las relaciones dentro del mercado (Favier
Dubois, 2016:3).
A partir de la enunciada definición, Favier Dubois precisa los campos que esta
rama del derecho se encarga de regular:
a) a las empresas, en cuanto organizaciones, que realizan actividades de pro-
ducción e intercambio de bienes y servicios, principalmente, a partir de la
persona del empresario (contabilidad, registro, representación, derechos
intelectuales, responsabilidad e insolvencia).
b) a los negocios, al hacerlo respecto de las obligaciones y los contratos rela-
tivos a los intercambios entre empresas y particulares, a la captación de
ahorro y circulación de crédito, y a las operaciones en masa.
c) al mercado, ya que fija las reglas de competencia entre las empresas y de
tutela de ciertos inversores y consumidores (bancos, seguros, empresas
cotizantes, etc.), presentando normas de derecho público como las relati-
vas a los organismos estatales que se encargan del registro, autorización,
control y fiscalización de determinadas actividades (Banco Central, Super-
intendencia de Seguros, autoridades de contralor societario, etc.)
CC
En estas ferias, como en los mercados, los negocios debían concluirse y en ge-
neral ejecutarse con claridad, y con la misma rapidez decidirse los litigios que
pudieran originarse.
La diversidad de derechos a que estaban sujetos los participantes de esos
negocios y esa necesidad de resolver rápidamente los litigios impusieron: 1) la
creación de tribunales especiales integrados por comerciantes, que actuaban
sobre la base de procedimientos rápidos y sin intervención de abogados; 2) nor-
mas jurídicas, resultado de costumbres comerciales generalizadas, inspiradas
en los principios precitados. La decisión de estos litigios llevó al establecimien-
to de una jurisprudencia a la cual la ilustración del tribunal le dio una autoridad
que la transformaba en derecho común (tal ocurrió con la del tribunal o Rota de
Génova). (Halperín y Butty, 2000:6)
CC
Producida la Revolución de 1810, cabe señalar los siguientes antecedentes:
a) creación por la Asamblea de 1813 de la matrícula para comerciantes nacio-
nales, normas sobre las consignaciones; y el nombramiento de contadores peri-
tos en los litigios comerciales;
b) en 1821 se creó la bolsa mercantil, que se instaló en 1822 y funcionó por
breve lapso;
c) en 1821 se dictó la ley reglamentaria de corredores y martilleros;
d) en 1822, por inspiración de Rivadavia, se dictaron tres decretos: sobre actos
de comercio, el 25 de abril, y sobre causas de comercio y alzadas de comercio,
el 20 de marzo y 1 de julio, respectivamente;
e) por decreto del 29 de marzo de 1836, Rosas suprimió los concursos de
acreedores; aquel fue derogado el 24 de marzo de 1858.
(Halperín y Butty, 2000:10)
Las normas antes mencionadas, y otras que las modifican, son de gran influen-
cia en la elaboración del Código de Comercio de la República Argentina, que
rige los aspectos relativos al derecho comercial durante más de un siglo y La Ley 15, del año 1862, sancio-
medio, hasta la sanción del Código Civil y Comercial de la Nación. nada por el Congreso de la Nación,
convierte al entonces Código
de Comercio de la Provincia de
Buenos, redactado por los doc-
4.2. El Código Civil y Comercial de la Nación y sus tores Dalmacio Vélez Sársfield y
Eduardo Acevedo, en el Código
implicancias en el derecho comercial de Comercio de la República
Argentina.
A partir de la sanción de la Ley 26994 por la que se deroga, entre otras nor- Esta norma, de gran trascendencia
mas, el Código Civil, aprobado por la Ley 340 y el Código de Comercio, apro- en la materia, mantiene su vigen-
bado por las leyes 15 y 2637, se encuentra vigente el Código Civil y Comercial cia con diversas modificaciones,
de la Nación. hasta la derogación de la mayoría
de sus artículos por la Ley 26994.
Este código aglutina, en un solo cuerpo codificado, las normas básicas
tanto del Derecho Civil como del Derecho Comercial, conservando, asimismo,
un número significativo de leyes especiales, que lo complementan.
La trascendencia de la sanción del Código Civil y Comercial de la Nación en
relación con la materia es tal que lleva a Araya (2015: 1032) a sostener que
se ha perdido la autonomía legislativa del derecho comercial, a la vez que la
autonomía científica, es decir, la existencia de principios propios que la carac-
terizan (rápida circulación de bienes y derechos, la protección del crédito, el
CC
La “autonomía legislativa” del Derecho Comercial se desplaza del Código ha-
cia las leyes comerciales no codificadas que no fueron derogadas, la “autono-
mía científica” resulta del mantenimiento de sujetos diferenciados, sometidos
a un estatuto especial y de soluciones legales diferentes para algunos casos,
la “autonomía docente” es la necesaria consecuencia de tales autonomías y,
por último, no existen óbices para la “autonomía jurisdiccional” nacional y/o lo-
cal del referido “Derecho Comercial”. (Favier Dubois, 2015:1107)
CC
No regula al comerciante o al empresario (al menos a este no en un capítulo
propio ni conceptualmente) ni al Registro Mercantil que desaparece con la de-
rogación del Código de Comercio (hay registro a secas sin definirse cuál es).
No delimita ni objetiva ni subjetivamente la materia mercantil (ni por los actos
ni por los sujetos).
Se extiende la obligación de llevar contabilidad a quienes naturalmente no son
comerciantes o empresarios (a todas las personas jurídicas privadas) lo que da
una primera punta de la extensión del fenómeno de la mercantilidad a todo el
derecho privado económico.
Se aplican las mismas formas societarias para actividades civiles y comerciales
(ley de sociedades única). (Barreiro y Truffat, 2016:24-25)
“A partir del 1º de agosto de 2015, fecha en la cual entró en vigencia el nuevo Código
Civil y Comercial de la Nación, la estructura legislativa del Derecho Comercial –en la
República Argentina– queda conformada por el nuevo Código Civil y Comercial de la
Nación, sancionado por la Ley 26994 y la siguiente legislación complementaria básica:
CC
Están obligadas a llevar contabilidad todas las personas jurídicas privadas y
quienes realizan una actividad económica organizada o son titulares de una
empresa o establecimiento comercial, industrial, agropecuario o de servicios.
Cualquier otra persona puede llevar contabilidad si solicita su inscripción y la
habilitación de sus registros o la rubricación de los libros, como se establece
en esta misma Sección.
Sin perjuicio de lo establecido en leyes especiales, quedan excluidas de las obli-
gaciones previstas en esta Sección las personas humanas que desarrollan pro-
fesiones liberales o actividades agropecuarias y conexas no ejecutadas u orga-
nizadas en forma de empresa. Se consideran conexas las actividades dirigidas a
la transformación o a la enajenación de productos agropecuarios cuando están
comprendidas en el ejercicio normal de tales actividades. También pueden ser
eximidas de llevar contabilidad las actividades que, por el volumen de su giro,
resulta inconveniente sujetar a tales deberes según determine cada jurisdicción
local. (Artículo 320 del CCyCN)
Favier Dubois (2016: 79) explica que el texto contenido en el artículo 320 del
Código Civil y Comercial de la Nación “debe complementarse, en primer lugar
con otras disposiciones contables del mismo código unificado y, en segundo
término, con lo que surge de leyes especiales no derogadas por la nueva
legislación”.
Este autor destaca, asimismo, que en la medida en que el Código Civil y
Comercial de la Nación no establece expresamente nada respecto de la matri-
culación de los sujetos mercantiles individuales, en los casos en los que se
les exige llevar contabilidad:
CC
[…] La solicitud de “rubricación” de libros o de “autorización” de contabilidad
informática, debe hacerse acompañada de los antecedentes del sujeto o ente
que justifiquen su calidad de obligado, los que al quedar depositados en el
Registro Público como antecedentes para nuevas rúbricas cumplirán una fun-
ción de matricidad y de publicidad material. (Favier Dubois, 2016:80)
LECTURA RECOMENDADA
RR
Pisani, O. (2016), Derecho comercial y empresario, Astrea, Buenos Aires.
1.
4.4. Sociedades
El fenómeno asociativo, que surge de la naturaleza social del ser humano e
invita a este a agruparse, se refleja de manera permanente en la historia de
la humanidad.
CC
Dentro de la multiplicidad de finalidades existentes para estas relaciones, el
ejercicio del comercio ha ocupado desde siempre un lugar preponderante.
Desde antaño, diversas agrupaciones combinan la posibilidad de aglutinar ca-
pital y habilidades humanas, las que con la ayuda de técnicas asociadas han
evolucionado hasta conformar patrimonios autogestantes, escindidos de los
sujetos que originalmente acuden a su formación. La sociedad es uno de ellos.
(Balbín, 2018:1)
CC
Finalmente, cabe destacar que en el cuerpo principal del Código, y como con-
secuencia de las disposiciones sobre personas jurídicas privadas, la ley 26994
ha incorporado una serie de regulaciones que se aplicarán supletoriamente –y
en forma integradora– a las sociedades comerciales, en caso de silencio en
los contratos, los estatutos o en la ley especial. (Vítolo, 2016:55)
4.4.1. Elementos
Las sociedades son sujetos de derecho, presupuesto básico de que posibilita
la adquisición de derechos y obligaciones, y su funcionamiento se encuentra
regulado en la Ley 19550 y sus modificatorias. El Artículo 1 la define de la
siguiente manera:
CC
Habrá sociedad si una o más personas en forma organizada conforme a uno
de los tipos previstos en esta ley, se obligan a realizar aportes para aplicarlos
a la producción o intercambio de bienes o servicios, participando de los benefi-
cios y soportando las pérdidas. (Artículo 1 de la Ley 19550)
Varios son los aspectos a tener en cuenta relacionados con el contenido final de la Ley
26994 en lo que hace a la reforma de la Ley 19550; pues si bien parecería que la reforma
se limita a la modificación del texto de una veintena de artículos, y la incorporación de
un nuevo artículo en materia de disolución de sociedades, lo cierto es que la envergadura
con que estas modificaciones afectan a la estructura orgánica de la ley es relevante, pues
introducen alteraciones en institutos básicos y liminares del régimen societario, como son
la validez, publicidad, registración, tipicidad, regularidad y responsabilidad, entre otros.
A simple modo enunciativo señalaremos que –entre las reformas principales– pueden
destacarse las siguientes:
i. El cambio de denominación de la ley, la que dejó de denominarse “Ley de Sociedades
Comerciales” para llamarse “Ley General de Sociedades”.
ii. La restricción impuesta para toda figura societaria respecto de la exigencia de
que bajo la estructura organizativa deba existir –necesariamente– una verdadera
empresa.
iii. Alteraciones en el régimen de publicidad y control de legalidad de actos e instru-
mentos inscribibles.
iv. La admisión de la posibilidad de constituir sociedades anónimas unipersonales.
v. La desaparición del régimen sancionatorio referido a las sociedades “irregulares” y
“de hecho”.
vi. La alteración del régimen de nulidades societarias, haciéndolo menos riguroso.
vii. La admisión de creación de sociedades libres, atípicas y residuales sin sanción ni
agravamiento del régimen de responsabilidad para los socios ni administradores.
viii. La desaparición de las sociedades civiles.
ix. La reformulación del concepto de reconducción societaria.
x. Cambios en los mecanismos de disolución y liquidación.
xi. Existen –adicionalmente– otras modificaciones incorporadas por la Ley 26994 como
las referidas al contenido del instrumento; el régimen de sociedades con menores e
incapaces; las sociedades entre cónyuges; y cambios en el régimen de la sindicatura
societaria [...]. (Vítolo, 2016:54-55)
WW <http://www.infoleg.gov.ar/infolegInternet/anexos/25000-29999
/25553/texact.htm>
LECTURA OBLIGATORIA
LECTURA RECOMENDADA
RR
Balbín, S. (2018), Manual de Derecho Societario, Abeledo, Buenos Aires.
Chomer, H. y Sícoli, S. (dirs.) (2015), Derecho comercial: Sociedades, Thomson
Reuters, La Ley, Buenos Aires.
Vítolo, D. (2016), Manual de Sociedades, Editorial Estudio, Buenos Aires.
2.
Fiscalización Cualquiera de los socios Cualquiera de los socios Cualquiera de los socios Cualquiera de los socios Sindicatura: contador u abogado con Sindicatura obligatoria Síndico Puede establecerse un órgano de
excepto que el contrato auditoría externa anual. Si es plural se (art. 284 LGS) fiscalización, sindicatura o consejo de
establezca un denomina Comisión Fiscalizadora. Sujetas, además del vigilancia. (art. 53, Ley 27349 LGS)
órgano específico de (art. 284 a 298 LGS) control de constitución,
fiscalización, sindicatura Optativo: Consejo de Vigilancia (socios a la fiscalización de la
o consejo de vigilancia con auditoría externa anual si no hay autoridad de contralor
optativo. Sindicatura. (art. 280 a 283 LGS) de su domicilio. (art.
(art. 158 LGS) 299 LGS)
Particularidades El contrato debe determinar El número máximo de La sociedad se constituye por instrumento Solo se puede constituir Se le aplican Puede ser constituida por una o varias
la parte del socio industrial socios no puede exceder de público y por acto único o por suscripción como sociedad anónima. supletoriamente las personas humanas o jurídicas. La
en los beneficios sociales. cincuenta. (art. 146 LGS) pública. (art. 165 LGS) La sociedad unipersonal normas de las sociedades SAS unipersonal no puede constituir
Cuando no lo disponga se no puede constituirse anónimas (art. 234 LGS) ni participar en otra SAS unipersonal.
144 LGS) casos (art. 299 a 307 LGS) unipersonal (art. 1 LGS) Los registros públicos deben aprobar
modelos tipo de instrumentos
constitutivos para facilitar la
inscripción registral.
(art. 36, Ley 27349 LGS)
199
Objetivos
•• Conocer los principales contratos empleados en la actividad turística y
hotelera.
•• Distinguir los elementos esenciales que caracterizan a cada uno de ellos.
•• Entender el régimen de la responsabilidad emergente.
CC
El contrato de hospedaje es un acuerdo de voluntades en virtud del cual, una
parte, bien se trate de una persona física o jurídica, se obliga a prestar aloja-
miento con los correspondientes servicios complementarios que ello conlleva
a otra, mediante precio. (Jaimez Trassierra, 2006:280)
Tale (2005) identifica en este contrato, entre otros, los siguientes caracteres
implícitos: a) consensual, queda concluido con el consentimiento de las par-
tes; b) oneroso, impone una contraprestación por el servicio que se presta;
c) bilateral, crea obligaciones para ambas partes, el empresario hotelero y el
huésped; d) conmutativo o sinalagmático, al momento de formación las partes
conocen las prestaciones a las que se obligan; e) de ejecución sucesiva, las
obligaciones se cumplen en un período de tiempo continuado; f) mixto, hay
prestaciones que corresponden a diferentes tipos de contratos. Asimismo,
advierte este autor la existencia de caracteres explícitos: a) adhesión, en la
medida en que el huésped consienta someterse a cláusulas contractuales
determinadas por el hotelero; b) atípico, ya que el CCyCN solo contiene algu-
nas normas relativas al depósito necesario en hoteles, la responsabilidad del
•• Asegurar al huésped el uso de sus cosas y custodiar los efectos que este
introdujere al hotel.
Por su parte, Casanova Ferro (2017) enuncia como derechos del huésped,
además del correspondiente a que se le brinde el servicio de alojamiento y
los demás accesorios, los siguientes:
El artículo 1368 del CCyCN indica que los efectos introducidos por los via-
jeros a los hoteles se encuentran bajo la condición de depósito necesario.
El depósito necesario es aquel en Asimismo establece que “el depósito en los hoteles tiene lugar por la intro-
que el depositante no puede elegir ducción en ellos de los efectos de los viajeros, aunque no los entreguen expre-
a la persona del depositario por samente al hotelero o sus dependientes y aunque aquellos tengan las llaves
un acontecimiento que lo somete
de las habitaciones donde se hallen tales efectos” (artículo 1369 del CCyCN).
a una necesidad imperiosa.
A partir de estas disposiciones, el CCyCN determina en su artículo 1370 la
responsabilidad del hotelero respecto de:
a) los efectos introducidos en el hotel, y
b) del vehículo guardado en el establecimiento, en garajes u otros lugares
adecuados puestos a disposición del viajero por el hotelero.
A esta altura resulta menester señalar que las normas antes reseñadas son
de aplicación, según López Mesa (2018), también a todos aquellos que faci-
liten alojamiento en forma profesional, como pensiones, posadas, hostels,
albergues, u otros establecimientos en los que ciertas personas permanecen
alojadas por motivos distintos del esparcimiento y más ligados a la salud,
como hospitales, sanatorios, geriátricos, psiquiátricos, centros de salud o
termales, y equivalentes que proporcionen servicios de alojamiento a título
oneroso.
Por otra parte, es importante señalar que el hotelero responde no solo por
sus actos propios, sino también por los que cometieren:
•• Sus dependientes
•• Otros pasajeros
•• Quienes ingresen en el hotel
PARA AMPLIAR
LECTURA OBLIGATORIA
LECTURA RECOMENDADA
RR
Tale, C. (2005), “El contrato de hospedaje: naturaleza jurídica. La prestación de los
servicios y demás obligaciones de las partes”, Revista de Derecho Privado y Comunitario,
Buenos Aires, pp. 199-289.
1.
CC
[...] El contrato de viaje no es un simple contrato de transporte de personas.
La persona que, como viajero, celebra este contrato pretende, de la empresa
(o agencia) de viajes, la organización del itinerario y la prestación de servicios
que aseguren sus traslados, hospedajes, excursiones y todo cuanto le otorgue
la tranquilidad de tener que despreocuparse de trámites y gestiones. Por lo
tanto, la agencia de viajes asume la responsabilidad de tener todo resuelto de
antemano. El contrato de viaje puede comprender todos estos servicios o
–como como se explica precedentemente– cualquiera de ellos, sin integrar un
paquete total de servicios. (Farina, 2005:372)
zado por todo el daño sufrido y c) solidaria, entre cada una de las personas
que han intervenido en una relación de consumo.
En cuanto a las eximentes de responsabilidad puede el agente de viaje pro-
bar el hecho de tercero extraño por el que no debe responder, la culpa de la
propia víctima o que la causa del daño le ha sido ajena.
CC
Tuvo escasa ratificación de los países, sólo lo fue por la República de China,
Bélgica, Dahoney, Camerún, Togo, Italia y la República Argentina.
En tanto dicha normativa rige respecto de viajes entre los países que la suscri-
bieron, lo dispuesto en ella tiene ese específico alcance. (Echevesti y Silvestre,
2006:31).
CC
Contrato de organización de viaje: cualquier contrato por el cual una persona
se compromete en su nombre a procurar a otra, mediante un precio global, un
conjunto de prestaciones combinadas de transporte, de estadía, distintas del
transporte o de otros servicios que se relacionan con él.
Contrato de intermediario de viaje: cualquier contrato por el cual una persona se
compromete a procurar a otra, mediante un precio, o bien un contrato de orga-
nización de viaje, o una de las prestaciones aisladas que permitan realizar un
viaje o una estadía cualquiera. No se considera como contratos de intermedia-
rios de viajes las operaciones “interlíneas” u otras operaciones similares entre
transportistas. (Artículo 1, incisos 2 y 3 del Convenio de Bruselas)
CC
El organizador de viajes será responsable de todo perjuicio causado al viajero
en razón del incumplimiento, total o parcial, de sus obligaciones de organiza-
ción tales como resultan del contrato de la presente Convención, salvo que
pruebe que él ha obrado como un diligente organizador de viajes.
Sin perjuicio de la determinación de las personas que tienen el derecho de
accionar y de sus derechos respectivos, la indemnización debida por aplicación
del párrafo primero está limitada por viajero a: 50.000 francos por daño corpo-
ral, 2000 francos por daño material y 5000 francos por cualquier otro daño. Sin
La moneda empleada para esta- embargo, un Estado contratante puede fijar un límite superior para los contratos
blecer el límite de la indemniza- concluidos por intermedio de un establecimiento que se encuentra en su territo-
ción en el Convenio de Bruselas de rio. (Artículo 13 del Convenio de Bruselas)
1970, es el equivalente al franco
oro de un peso de 10,31 gramos,
con ley de 0,900 de fino. Si el organizador de viajes efectúa por sí mismo las prestaciones de trans-
porte, alojamiento o cualquier otro servicio relativo a la ejecución del viaje o
de la estadía, es responsable de cualquier perjuicio causado al viajero, de
conformidad con las disposiciones que rigen esos servicios. Puede también
encomendar a terceros dichas prestaciones, en cuyo caso es responsable,
conforme a las disposiciones que las rigen, pero se exime de responsabilidad
si prueba que él se ha comportado como un diligente organizador de viajes en
la elección de la persona que realiza el servicio.
En el caso en que el contrato de intermediario de viaje haga referencia a
un contrato de organización de viaje, además de las disposiciones indicadas
para este, debe mencionarse el nombre y domicilio del organizador de viajes
y del intermediario de viajes, con la mención de que este actúa en calidad de
intermediario del primero.
Si el contrato se refiere a un servicio aislado que permita realizar un viaje
o una estadía, el intermediario de viajes debe entregar al viajero los documen-
tos relativos a este servicio, que llevan su firma aunque esta puede ser reem-
plazada por un sello. En los documentos o la factura entregada debe mencio-
narse la suma pagada por el servicio y la indicación de que el contrato se rige
por la Convención.
En cuanto a la responsabilidad del intermediario de viajes señala:
CC
El intermediario de viajes será responsable por toda falta que cometa en la
ejecución de sus obligaciones, debiendo apreciarse dicha culpa en relación
con los deberes que incumben a un diligente intermediario de viajes.
Sin perjuicio de la determinación de las personas que tienen el derecho de
demandar y de sus respectivos derechos, la indemnización debida por aplica-
ción del párrafo primero se limitará a 10.000 francos por viajero. Sin embargo,
cualquiera de los Estados contratantes podrá fijar un límite superior para los
contratos celebrados por intermedio de un establecimiento que se encuentra
en su territorio.
El intermediario de viajes no responderá por el incumplimiento total o parcial
de los viajes, estadías u otros servicios que constituyen el objeto del contrato.
(Artículo 22 del Convenio de Bruselas)
WW <https://www.argentina.gob.ar/normativa/ley-19918-132684/texto>
CC
A efectos de la presente Directiva, se entenderá por:
1) «servicio de viaje»:
a) el transporte de pasajeros;
b) el alojamiento cuando no sea parte intrínseca del transporte de pasajeros y
no tenga fines residenciales;
c) alquiler de turismos, otros vehículos de motor en el sentido del artículo 3,
punto 11, de la Directiva 2007/46/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, o
motocicletas que requieran un permiso de conducción de categoría A con arreglo
a lo dispuesto en el artículo 4, apartado 3, letra c), de la Directiva 2006/126/
CE del Parlamento Europeo y del Consejo;
d) cualquier otro servicio turístico que no forme parte intrínseca de un servicio
de viaje de los definidos en las letras a), b) o c). (Artículo 3.1. de la Directiva (UE)
2015/2302)
CC
2) «viaje combinado»: la combinación de al menos dos tipos de servicios de
viaje a efectos del mismo viaje o vacación, si esos servicios:
a) son combinados por un solo empresario, incluso a petición o según la selec-
ción del viajero, antes de que se celebre un contrato único por la totalidad de
los servicios, o
b) con independencia de la celebración de contratos distintos con diferentes
prestadores de servicios de viaje, esos servicios:
i) son contratados en un único punto de venta y han sido seleccionados antes
de que el viajero acepte pagar,
ii) son ofrecidos o facturados a un precio a tanto alzado o global,
iii) son anunciados o vendidos como «viaje combinado» o bajo una denomina-
ción similar,
iv) son combinados después de la celebración de un contrato en virtud del cual
el empresario permite al viajero elegir entre una selección de distintos tipos de
servicios de viaje, o
v) son contratados con distintos empresarios a través de procesos de reserva
en línea conectados en los que el nombre del viajero, sus datos de pago y su
dirección de correo electrónico son transmitidos por el empresario con el que se
celebra el primer contrato a otro u otros empresarios, con el o los que se cele-
bra un contrato a más tardar 24 horas después de la confirmación de la reserva
del primer servicio de viaje.
Las combinaciones de servicios de viaje en las que se combine como máximo
uno de los tipos de servicio de viaje a que se refiere el punto 1, letras a), b) o
c), con uno o varios de los servicios turísticos a que se refiere el punto 1, letra
d), no se considerarán un viaje combinado si estos servicios turísticos:
a) no representan una proporción significativa del valor de la combinación y no
CC
5) «servicios de viaje vinculados»: al menos dos tipos diferentes de servicios
de viaje contratados para el mismo viaje o vacación, para los que se celebren
contratos distintos con cada uno de los prestadores de servicios de viaje, si un
empresario facilita:
a) con ocasión de una única visita o contacto con su punto de venta, la selec-
ción y pago por separado de cada servicio de viaje por parte de los viajeros, o
b) de manera específica, la contratación con otro empresario de como mínimo
un servicio de viaje adicional siempre que se celebre un contrato con ese otro
empresario a más tardar 24 horas después de la confirmación de la reserva del
primer servicio de viaje.
Cuando se adquiera no más de un tipo de servicio de viaje a que se refiere el
punto 1, letras a), b) o c), y uno o varios de los servicios turísticos de viaje a
que se refiere el punto 1, letra d), no constituirán servicios de viaje vinculados
si los segundos no representan una proporción significativa del valor combinado
de los servicios y no se anuncian como una característica esencial de la com-
binación o no constituyen por alguna otra razón una característica esencial del
viaje o vacación. (Artículo 3.5. de la Directiva (UE) 2015/2302)
Directiva UE 2015/2302
WW <https://www.boe.es/doue/2015/326/L00001-00033.pdf>
LECTURA OBLIGATORIA
LECTURA RECOMENDADA
RR
Dangelo Martínez, F. (2016), “La importancia, para los agentes de viajes, de sentarse
y repensar los términos y condiciones en mi sitio web ”, El Dial.com, 14 de diciembre
de 2017.
Echevesti, C. A. y Silvestre N. (2006), Responsabilidad Civil de las Agencias de Viajes,
La Ley, Buenos Aires.
Tale, C. (2005), Contrato de viaje. Responsabilidad de las empresas de turismo por
incumplimiento y por daños al viajero, Hamurabi, Buenos Aires.
Paniza Fullana. (2017), Viajes combinados y servicios de viajes vinculados: replant-
eamiento de conceptos y sus consecuencias sobre la responsabilidad, Dykinson S.L., Madrid.
2.
CC
Hay contrato de transporte cuando una parte llamada transportista o portea-
dor se obliga a trasladar personas o cosas de un lugar a otro, y la otra, llama-
da pasajero o cargador, se obliga a pagar un precio o flete. (Artículo 1280 del
CCyCN)
Por ejemplo, cuando por estar mal empaquetada por el cargador, la cosa
PARA AMPLIAR
Ejemplos de los múltiples tipos de contratos a los que antes se hizo refe-
WW Públicos
<http://mepriv.mecon.gov.ar/Normas/1532-98.htm>
Resolución 203/2013 de la Administración Nacional de la Aviación Civil
<http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/ane-
xos/210000-214999/210553/norma.htm>
una persona física que tiene la calidad de consumidor y a veces, dentro de ese
género, la de consumidor turista” (Fresnedo de Aguirre, 2014:675).
Si bien estos contratos no difieren sustantivamente de aquellos a los que
se ha hecho referencia previamente, es menester señalar que se rigen parcial
o totalmente por normas de derecho internacional en lugar de las de derecho
interno reseñadas.
CC
ratificado. Art. 17. - El contrato de transporte de personas por los territorios de varios
Estados, celebrado por una sola empresa o por servicios acumulativos, se rige
por la ley del Estado del destino del pasajero.
Serán jueces competentes los de este mismo Estado o los de aquél en el cual
se celebró el contrato, a opción del actor.
Art. 18. - Se rige por las reglas sobre transporte de mercaderías el del equipaje
que, habiendo sido registrado en documento especial expedido por el portea-
dor o comisionista, no es llevado consigo por el pasajero en el sitio que le fue
asignado para el viaje.
El equipaje que el pasajero lleva consigo, sin haber sido registrado, se rige por
la ley aplicable al transporte de personas. (Artículos 17 y 18 del Tratado de
Montevideo de Derecho Comercial Terrestre de 1940)
CC
Las empresas de transporte por carretera que realicen viajes internacionales
deberán contratar seguros por las responsabilidades emergentes del contrato
de transporte, ya sea de carga, de personas y de su equipaje -acompañado o
El Anexo del enunciado tratado establece las cantidades mínimas a las que
deben ascender las coberturas otorgadas entre otros aspectos respecto de la
responsabilidad civil por daños a pasajeros y equipaje.
CC
La Convención de Atenas de 1974 rige la responsabilidad en el transporte tan-
to de pasajeros como de equipaje y moldea un régimen de responsabilidad con
las siguientes características básicas:
• rige exclusivamente el transporte de pasajeros y equipajes que se realice por
mar y excluye, consecuentemente, el fluvial;
• regula además tanto al equipaje de camarote, es decir al que el pasajero lleva
allí o de cualquier manera se encuentra en su posesión o custodia o vigilancia,
como el equipaje de bodega;
• define como pasajero a toda persona transportada a bordo del buque en virtud
de un contrato de transporte, Como a quien viaje con consentimiento del trans-
portador acompañando un vehículo o animales vivos amparados por un contrato
de transporte que no se rige por el Convenio de Atenas de 1974;
• constituye equipaje cualquier artículo o vehículo transportado en virtud del
contrato de pasaje, excluyendo a los transportados en virtud de un conocimien-
to de embarque, póliza de fletamento y excluyendo también los animales vivos;
• extiende la responsabilidad del transportador desde el embarque hasta el des-
embarque del pasajero, los transportes por agua desde tierra al buque y vicever-
sa si los provee el transportador, consecuentemente, esto diferencia al contra-
to de transporte propiamente dicho, del de crucero, porque el mero contrato de
transporte no alcanza a regular las excursiones terrestres que pudiera organizar
el transportador, que quedaran, por el contrario, si incluidas como aspectos
muy importantes en el contrato de crucero;
• imputa responsabilidad no sólo del transportista contractual –persona que
celebra un contrato de transporte– sino también del transportista efectivo que
CC
Art. 25. - Los contratos de fletamento y de transporte de mercaderías o de per-
sonas que tengan por objeto esos transportes, entre puertos de un mismo
Estado, se rigen por sus leyes, cualquiera que sea la nacionalidad del buque.
El conocimiento de las acciones que se originen queda sometido a la jurisdic-
ción de los jueces o tribunales del mismo.
Art. 26. - Cuando los mismos contratos deban tener su ejecución en alguno de
los Estados, se rigen por la ley vigente en dicho Estado, sean cuales fueren el
lugar de su celebración y la nacionalidad del buque. Se entiende por lugar de
ejecución el del puerto de la descarga de las mercaderías o desembarque de
las personas. (Artículos 25 y 26 del Tratado de Montevideo de la Navegación
Comercial Internacional de 1940)
CC
El Convenio de Montreal de 1999 sobre la Unificación de Ciertas Reglas para
el Transporte Aéreo Internacional entró en vigor el 4 de noviembre de 2003. A
enero de 2013 cuenta con 103 Estados miembros, entre los que se contabili-
zan la mayoría de los Estados sudamericanos, excepto Bolivia y Venezuela.
Con este convenio se inauguró un nuevo capítulo de la historia jurídica aero-
náutica, que estaba jaqueada por la alarmante fragmentación que había alcan-
zado la regulación internacional del transporte aéreo durante los 25 años pre-
vios a su firma. Sin embargo, la matriz jurídica introducida en esta nueva
etapa no difiere demasiado de la anterior, que desde 1929 estuvo iluminada
por los acuerdos y protocolos del sistema Varsovia. Quizá la mayor novedad
estribe en que, a través del Convenio de Montreal, se alcanzó el objetivo de
compilar en un único texto lo que hasta ese momento lucía disperso. Esa frag-
mentación estaba minando la certeza jurídica y la unificación logradas por el
Convenio de Varsovia de 1929 y su Protocolo de La Haya de 1955 que, al al-
canzar un altísimo grado de ratificaciones, establecieron bases jurídicas homo-
géneas para una actividad llevada a cabo por un vehículo que está tecnológi-
camente diseñado para trasponer fronteras. (Capaldo, 2013)
CC
Según veremos seguidamente, es necesario que los dos Estados en cuyo te-
rritorio se encuentran los puntos de partida y destino del contrato de transpor-
te aéreo que debemos analizar, tengan un texto internacional común. Por tal
motivo dependerá entre qué países se realiza el transporte aéreo para deter-
minar cuál es el texto aplicable. (Knobel, 2009:22)
CC
De acuerdo con lo expresado, la estructura de responsabilidad que nos presen-
ta el nuevo Convenio en materia de daños por muerte o lesiones, es de dos ni-
veles. En un primer nivel, circunscripto a los daños que no excedan de
100.000 DEG, es de base objetiva; en el segundo nivel, respecto de los daños
que excedan esa cifra es de base subjetiva. De manera que el tipo de respon-
sabilidad y, más concretamente, las causales de exoneración admitidas en ca-
da caso, dependerían de la entidad del daño. (Knobel, 2009:52)
PARA AMPLIAR
LECTURA OBLIGATORIA
LECTURA RECOMENDADA
RR
Chami, D. (2009), Responsabilidad en el transporte de pasajeros por agua, Ladevi Edi-
ciones, Buenos Aires.
Fresnedo de Aguirre, C. (2014), “La responsabilidad de los transportadores en los
contratos de transporte internacional de personas”, en Moreno Rodríguez J. y Lima
Marques, C. (coords.), Los Servicios en el Derecho Internacional Privado. Jornadas de la
ASADIP 2014, Gráfica y Editora RJR, Porto Alegre, pp. 675-708.
Knobel, H. (2009), El transporte aéreo de pasajeros y su equipaje en el Convenio de Mon-
treal de 1999, Ladevi Ediciones, Buenos Aires.
3.
4.
CC
[...] la empresa arrendadora del vehículo lo pone a disposición del usuario-
arrendatario cediéndole su uso por tiempo determinado y a cambio de precio
cierto. (Amat Llombart, 2002:304)
CC
El contrato (normalmente de adhesión y sujeto a condiciones generales) debe
celebrarse en documento escrito en el que se harán constar entre otras las si-
guientes especificaciones: identificación de las partes, identificación del vehí-
culo (clase, modelo, matrícula), datos de la entrega (lugar, fecha, combustible,
kilometraje), plazo de duración del contrato, precio convenido (en el que se in-
cluyen conceptos como el alquiler, kilómetros recorridos, el seguro de daños,
etc.), el depósito entregado a cuenta, etc. (Amat Llombart, 2002:304)
CC
Hay franquicia comercial cuando una parte, denominada franquiciante, otorga a
otra, llamada franquiciado, el derecho a utilizar un sistema probado, destinado
a comercializar determinados bienes o servicios bajo el nombre comercial, em-
blema o la marca del franquiciante, quien provee un conjunto de conocimientos
técnicos y la prestación continua de asistencia técnica o comercial, contra una
prestación directa o indirecta del franquiciado. (Artículo 1512 del CCyCN)
CC
a. proporcionar, con antelación a la firma del contrato, información económica y
financiera sobre la evolución de dos años de unidades similares a la ofrecida
en franquicia, que hayan operado un tiempo suficiente, en el país o en el
extranjero;
b. comunicar al franquiciado el conjunto de conocimientos técnicos, aun cuan-
do no estén patentados, derivados de la experiencia del franquiciante y compro-
bados por este como aptos para producir los efectos del sistema franquiciado;
c. entregar al franquiciado un manual de operaciones con las especificaciones
útiles para desarrollar la actividad prevista en el contrato;
d. proveer asistencia técnica para la mejor operatividad de la franquicia durante
la vigencia del contrato;
e. si la franquicia comprende la provisión de bienes o servicios a cargo del fran-
quiciante o de terceros designados por él, asegurar esa provisión en cantida-
des adecuadas y a precios razonables, según usos y costumbres comerciales
locales o internacionales;
f. defender y proteger el uso por el franquiciado, en las condiciones del contrato,
de los derechos referidos en el artículo 1512, sin perjuicio de que:
i. en las franquicias internacionales esa defensa está contractualmente a cargo
del franquiciado, a cuyo efecto debe ser especialmente apoderado sin perjui-
cio de la obligación del franquiciante de poner a disposición del franquiciado,
en tiempo propio, la documentación y demás elementos necesarios para ese
cometido;
ii. en cualquier caso, el franquiciado está facultado para intervenir como intere-
sado coadyuvante, en defensa de tales derechos, en las instancias administra-
tivas o judiciales correspondientes, por las vías admitidas por la ley procesal, y
en la medida que esta lo permita. (Artículo 1514 del CCyCN)
CC
a. desarrollar efectivamente la actividad comprendida en la franquicia, cumplir
las especificaciones del manual de operaciones y las que el franquiciante le
comunique en cumplimiento de su deber de asistencia técnica;
b. proporcionar las informaciones que razonablemente requiera el franquiciante
para el conocimiento del desarrollo de la actividad y facilitar las inspecciones
que se hayan pactado o que sean adecuadas al objeto de la franquicia;
c. abstenerse de actos que puedan poner en riesgo la identificación o el pres-
tigio del sistema de franquicia que integra o de los derechos mencionados en
el artículo 1512, segundo párrafo, y cooperar, en su caso, en la protección de
esos derechos;
d. mantener la confidencialidad de la información reservada que integra el con-
junto de conocimientos técnicos transmitidos y asegurar esa confidencialidad
respecto de las personas, dependientes o no, a las que deban comunicarse
para el desarrollo de las actividades. Esta obligación subsiste después de la
expiración del contrato;
e. cumplir con las contraprestaciones comprometidas, entre las que pueden
pactarse contribuciones para el desarrollo del mercado o de las tecnologías vin-
culadas a la franquicia. (Artículo 1515 del CCyCN)
El plazo del contrato de franquicia no puede ser inferior a los cuatro años,
excepto que se corresponda con situaciones especiales como ferias o con-
gresos, actividades desarrolladas dentro de predios o emprendimientos que
tienen prevista una duración inferior o similares (artículo 1516 del CCyCN).
Las partes del contrato de franquicia son independientes entre sí, por lo
que el franquiciante no responde por las obligaciones del franquiciado, excepto
disposición legal expresa en contrario y los dependientes del franquiciado no
tienen relación jurídica laboral con aquel. Por su parte, el franquiciante no res-
ponde por la rentabilidad del sistema otorgado en franquicia. Finalmente, es
obligación del franquiciado indicar claramente su calidad de persona indepen-
diente en sus facturas, contratos y demás documentos comerciales (artículo
1520 del CCyCN).
Cabe al franquiciante responder por los defectos de diseño del sistema,
que causan daños probados al franquiciado y que no sean ocasionados por la
negligencia grave o el dolo de este (artículo 1521).
LECTURA OBLIGATORIA
CC
Hay contrato de seguro cuando el asegurador se obliga, mediante una prima o
cotización, a resarcir un daño o cumplir la prestación convenida si ocurre el
evento previsto. (Artículo 1 de la Ley 17418)
CC
El seguro de asistencia en viaje, también llamado “seguro multirriesgo de via-
je” se transforma el contrato de asistencia en una operación de seguro en la
cual una parte (asegurador) se obliga, mediante el cobro de una prima, y para
el caso de que se produzca el evento cuyo riesgo es objeto de cobertura (en-
fermedad o accidente del viajero, robo o pérdida del equipaje, etc.), a indemni-
zar, dentro de los límites pactados, el daño producido a la otra parte (asegura-
do) o bien satisfacer un capital, una renta u otras prestaciones convenidas, en
caso de accidente, invalidez o muerte del viajero. (Arcarons Simón, 1999:138)
CC
a. Relativos a equipajes. Se cubre el caso de la pérdida o deterioro del equi-
paje durante el transporte, o el robo del mismo, Y la aseguradora abonará
a una indemnización económica al perjudicado. También se extiende la ga-
rantía al retraso en la entrega de equipaje, Y cubre los gastos ocasionados
para la compra de artículos necesarios.
LECTURA OBLIGATORIA
LECTURA RECOMENDADA
RR
Compiani, M. (2016), “El régimen jurídico del contrato de seguro en el derecho argen-
tino. Actualidad y perspectivas”, Actualidad Jurídica Iberoamericana, N° 5, diciembre,
pp. 8 a 35.
Halperín, I. (1997), Lecciones de seguros, Ediciones Depalma, Buenos Aires.
Rivero Alemán, S. (1998), Seguro turístico y de asistencia en viajes, Bosch Casa editorial
S.A., Barcelona.
y Lubiniecki, 2015), es una de las figuras jurídicas que en el ámbito del turis-
mo han dado mayor lugar a discusión en la doctrina y en la jurisprudencia.
En la legislación argentina pueden identificarse disposiciones relativas al
contrato de tiempo compartido en el Capítulo IV de la Ley 26356 de Sistemas
Turísticos de Tiempo Compartido (STTC). No obstante, es imprescindible seña-
lar que las mismas se encuentran derogadas a partir de la sanción de la Ley
26994, del Código Civil y Comercial de la Nación.
CC
Consiste básicamente esta modalidad contractual en otorgar al usuario la facultad
de disfrutar con carácter exclusivo, durante un período específico de cada año, un
alojamiento susceptible de utilización independiente, por tener salida propia a la
vía pública o un elemento común del edificio en el que estuviera integrado, y que
esté dotado de modo permanente con el mobiliario adecuado al efecto, y el dere-
cho a la prestación de servicios complementarios. (Fernández Ortega, 2005:240)
CC
a. establecer el régimen de utilización y administración de las cosas y servi-
cios que forman parte del tiempo compartido y controlar el cumplimiento de
las obligaciones a cargo del administrador;
b. habilitar un Registro de Titulares, que debe supervisar la autoridad de aplica-
ción, en el que deben asentarse los datos personales de los usuarios y su domi-
CC
a. ejercer su derecho conforme a su naturaleza y destino, sin alterarlos ni sus-
tituirlos y sin impedir a otros usuarios disfrutar de los turnos que les
corresponden;
b. responder por los daños a la unidad, al establecimiento, o a sus áreas comu-
nes, ocasionados por ellos, sus acompañantes o las personas que ellos auto-
rizan, si tales daños no son ocasionados por su uso normal y regular o por el
mero transcurso del tiempo;
c. comunicar a la administración toda cesión temporal o definitiva de sus dere-
chos, conforme a los procedimientos establecidos en el reglamento de uso;
d. abonar en tiempo y forma las cuotas por gastos del sistema y del fondo
de reserva, así como todo gasto que pueda serle imputado particularmente.
(Artículo 2095 deL CCyCN)
LECTURA RECOMENDADA
RR
Silvestre, N. y Lubiniecki, R. (2015), “El tiempo compartido. Breves reflexiones sobre
el tratamiento en el nuevo Código Civil y Comercial”, El Nuevo Código Civil.com, 22
de septiembre de 2015.
5.
Objetivos
•• Entender las relaciones entre el derecho y el turismo.
•• Comprender el concepto de distribución de competencias y sus implican-
cias en materia de turismo.
•• Conocer el marco normativo aplicable al turismo en la Argentina.
CC
El turismo es un fenómeno de rara complejidad, si se considera el cúmulo de
intereses y factores que en él confluyen y que son de la más variada naturale-
za. Todo este conjunto de intereses y factores (económicos, sociológicos, polí-
ticos, administrativos, etc.) es susceptible de la correspondiente regulación ju-
rídica. (Arcarons Simon, 1999:57)
CC
No es de extrañar que alguien sienta la tentación de creer o inventar un
Derecho Turístico, sustentado en sus propios principios, distintos de los que ri-
gen e inspiran otras disciplinas jurídicas, y que por tanto dan autonomía y sus-
tantividad propia a una nueva disciplina académica. En mi opinión, conviene re-
sistirse a esa tentación, pues no hay tal singularidad de principios diferentes a
otras ramas y propios o exclusivos de un supuesto Derecho Turístico.
CC
El Derecho Turístico es un conjunto de principios y normas, de Derecho Público
y Privado, de orden interno e internacional, que rigen las instituciones y relacio-
nes jurídicas nacidas del turismo y modificadas por él. (Folchi, 1994:70)
LECTURA OBLIGATORIA
1.
CC
Autónoma de Buenos Aires o entre Corresponde al Congreso: [...] 13. Reglar el comercio con las naciones extran-
aquellas y un territorio sometido jeras, y de las provincias entre sí. (Artículo 75, inciso 13, Constitución Nacional)
a la jurisdicción nacional (como
por ejemplo un área natural pro-
tegida). Al comercio con otros
Estados se lo denomina exterior A través de la disposición contenida en este artículo se establece la compe-
o internacional.
tencia de la nación para la intervención en el establecimiento de las pautas
que rigen el comercio internacional y la regulación de aquel cuando reviste
el carácter de interjurisdiccional. Ello otorga al Estado nacional la facultad de
CC
Las provincias conservan todo el poder no delegado por esta Constitución al
Gobierno federal, y el que expresamente se hayan reservado por pactos espe-
ciales al tiempo de su incorporación. (Artículo 121 de la CN)
De ahí que se pueda interpretar que las provincias conservan todas las compe-
tencias en materia turística que se desarrollen con exclusividad en el ámbito
de su territorio, excepto aquellas que hayan delegado en la nación.
xx han dictado diferentes normas, entre las que destacan las leyes provin-
ciales de turismo y la normativa de alojamiento turístico, turismo de
aventura, turismo rural, tiempo compartido, profesionales en turismo,
guías de turismo, etcétera.
CC
La ciudad de Buenos Aires tendrá un régimen de gobierno autónomo, con facul-
tades propias de legislación y jurisdicción, y su jefe de gobierno será elegido
directamente por el pueblo de la ciudad. Una ley garantizará los intereses del
Estado nacional, mientras la ciudad de Buenos Aires sea capital de la Nación.
(Artículo 121 de la CN)
CC
Cada provincia dicta su propia constitución, conforme a lo dispuesto por el art.
5° asegurando la autonomía municipal y reglando su alcance y contenido en el
orden institucional, político, administrativo, económico y financiero. (Artículo
121 de la CN)
2.
3.
LECTURA OBLIGATORIA
La así llamada Ley 17618 modifica la Ley 14574, fijando cambios importantes
en relación con la integración del directorio del organismo, entre ellos que el
Director y el Subdirector Nacional de Turismo deben ser elegidos por el Poder
Ejecutivo Nacional, ya sin acuerdo del Senado, y eliminando la condición de
persona versada en materia de turismo que deben reunir quienes ocupen
dicho cargo.
Con posterioridad a esta se produce una nueva modificación a la Ley
14574, ya que por Ley 23522, en el año 1987, se modifica la alícuota del 1%
al 5% del impuesto aplicable sobre el precio de los pasajes aéreos al exte-
rior, vendidos o emitidos en el país. Dicha norma suma a la composición del
Fondo Nacional de Turismo los montos de los aranceles obtenidos con el fun-
cionamiento del Registro de Agentes de Viajes y el Registro Hotelero Nacional.
El Decreto 1912/87 constituye el texto ordenado de la Ley 14574 hasta
su derogación al producirse la sanción de la Ley Nacional de Turismo 25997.
6.3.2. Fuentes
Presentados los antecedentes históricos-normativos que precedieron a la san-
ción de la Ley Nacional de Turismo 25997, corresponde abordar el desarrollo
de las fuentes en las que abrevara el legislador para su dictado.
Es importante resaltar que el proyecto de ley que diera origen a la norma
en trato es iniciativa del Poder Ejecutivo Nacional, y cuenta con una importan-
te intervención del Organismo Nacional de Turismo.
La elaboración del proyecto de ley que se presenta al Congreso de la
Nación es previamente acordada en el marco del Consejo Federal de Turismo
y participan del debate tanto el sector público como el sector privado, confor-
me se aprecia en el siguiente documento.
LECTURA OBLIGATORIA
CC
Declárase de interés nacional al turismo como actividad socioeconómica, es-
tratégica y esencial para el desarrollo del país. La actividad turística resulta
prioritaria dentro de las políticas de Estado. (Artículo 1 de la Ley Nacional de
Turismo)
CC
Calificar el desarrollo de una actividad como “política de Estado” implica consi-
derarla fundamentalmente como un eje central de la gestión gubernamental a
la cual deben concurrir coordinadamente los distintos actores públicos y priva-
dos, orientando hacia su concreción, los recursos humanos y económicos ne-
cesarios para otorgarle sustento. La prioridad que se le asigna no es capricho-
sa, ya que la multisectorialidad propia del turismo moviliza, entre otras cosas,
lo cultural, propiciando una creciente identidad de los pueblos que desarrollan
sus productos; desde el punto de vista de la economía incorpora múltiples ac-
tividades directas e indirectas generadoras de empleo y bienestar; propicia la
protección de los recursos físico-naturales y construidos que se ofertan, ade-
más de ser generadora de divisas para el país. (Sectur, 2005: 4)
CC
[…] Objeto. La presente ley tiene por objeto el fomento, el desarrollo, la promo-
ción y la regulación de la actividad turística y del recurso turismo mediante la
determinación de los mecanismos necesarios para la creación, conservación,
protección y aprovechamiento de los recursos y atractivos turísticos naciona-
les, resguardando el desarrollo sostenible y sustentable y la optimización de la
calidad, estableciendo los mecanismos de participación y concertación de los
sectores público y privado en la actividad. (Tercer párrafo del artículo 1º de la Ley
25997)
Una vez definido el objetivo se establecen una serie de principios que tienden
a su alcance. Aquellos, fijados en la ley, son los que permiten su interpretación
y de toda norma o proyecto que se base en esta y son: facilitación, desarrollo
social, económico y cultural, desarrollo sustentable, calidad, competitividad,
accesibilidad.
CC
[…] Principios. Son principios rectores de la presente ley los siguientes:
Facilitación. Posibilitar la coordinación e integración normativa a través de la
cooperación de los distintos organismos relacionados directa o indirectamente
con la actividad turística, persiguiendo el desarrollo armónico de las políticas
turísticas de la Nación.
Autoridad de aplicación
En primer lugar se debe hacer mención a la Autoridad de Aplicación de la
Al respecto de la Autoridad de norma, conforme se establece en el Capítulo II del Título III de la Ley 25997,
Aplicación de la Ley Nacional de a la que se otorgan deberes y facultades para llevar adelante su cometido.
Turismo, de sus deberes y facul- La Administración Nacional de Turismo, bajo la denominación y jerarquía
tades, se hace referencia en la
Unidad 2 al hacer mención a en la que se ubique dentro de la administración pública nacional (ministerio,
la Administración Nacional de secretaría, subsecretaría, ente autónomo, etc.) tiene la responsabilidad de
Turismo. llevar a cabo las acciones necesarias para el alcance de los objetivos que
plantea la ley.
Por ello le corresponden a esta los deberes y facultades que atribuye la Ley
Nacional de Turismo y los que se le otorguen por otras normas.
WW <https://www.argentina.gob.ar/turismo/consejo-federal-de-turismo>
Régimen financiero
A los fines de llevar a cabo cualquier tipo de actividad planificada es necesario
contar con recursos y con la determinación en torno al modo de empleo de
los mismos.
Es por ello que la Ley Nacional de Turismo prevé un interesante régimen
financiero en su Título III, destinado a poder llevar a cabo sus cometidos.
El mismo se articula a través de dos aspectos: a) el origen de los recursos
con que se cuenta, que se explicitan en el Capítulo I del Título citado, relativo
al Fondo Nacional de Turismo y b) la aplicación de los fondos, conforme los
Capítulos II y III, relativos a los incentivos al fomento turístico y al Programa
Nacional de Inversiones Turísticas.
Los medios que se han de emplear para el logro de los fines propuestos son
el otorgamiento de beneficios impositivos, tributarios y crediticios similares a
los que se brindan a la actividad industrial.
Turismo Social
La Ley Nacional de Turismo otorga una especial relevancia al turismo social
que, como puede apreciarse en la evolución de la política turística argentina,
ha recibido de las diferentes administraciones un tratamiento dispar.
Para ello ha destinado un título específico dentro de la norma, en la que se
encarga de su conceptualización:
CC
El turismo social comprende todos aquellos instrumentos y medios que otor-
guen facilidades para que todos los sectores de la sociedad puedan acceder al
ocio turístico en todas sus formas, en condiciones adecuadas de economía,
seguridad y comodidad. (artículo 38 de la Ley Nacional de Turismo 25997)
Régimen sancionador
A los fines de un eficaz cumplimiento de los objetivos y preceptos de la Ley
25997, el legislador prevé, en los artículos 41 a 43 de la norma, un sistema
sancionador aplicable en el caso de infracciones y/o inobservancias a aquella.
Entre las sanciones previstas incluye multas y la suspensión, revocación o
caducidad de las autorizaciones administrativas otorgadas. Las sanciones se
aplican previa substanciación del procedimiento establecido en la reglamen-
tación de la Ley, sin perjuicio de la aplicación supletoria de las disposiciones
de la Ley Nacional de Procedimientos Administrativos 19549.
LECTURA OBLIGATORIA
4.
CC
Aquellas empresas o establecimientos que facilitan de una forma habitual, es-
pecífica y profesional, en contraprestación de un precio, el servicio de habita-
ciones, con la posibilidad o no de ampliar el servicio a la manutención, así co-
mo a otros complementarios a los anteriores, y generalmente en relación
directa de cantidad y calidad de los mismos con la clasificación del estableci-
miento. (Ceballos Martín, 2002:74)
CC
La Ley 17752 del 27 de mayo de 1968 (derogada por la Ley 21694) inaugura
una época en que la política en materia hotelera estaba destinada a incremen-
tar y regular la actividad a través de las llamadas “leyes de fomento turístico”.
Establecía entre otros aspectos:
•• La declaración de promoción de la construcción, equipamiento y explotación
de los hoteles nuevos para el turismo internacional, cuyo emplazamiento se
proyecta ubicar en las ciudades, localidades de la Ciudad de Buenos Aires,
San Carlos de Bariloche, Parque Nacional Nahuel Huapi, Parque Nacional
Iguazú, Mendoza, Jujuy y Salta.
•• La autorización a las empresas que construyan y equipen nuevos hoteles de
turismo internacional de deducir del impuesto a los réditos (actual ganan-
cias) de las sumas invertidas en la compra de terrenos, en la construcción
de edificios y los bienes destinados a la instalación de este tipo de hotel.
•• La exención, a las empresas que exploten dichos establecimientos, del pago
del impuesto a los réditos, por el término de cinco ejercicios anuales a con-
tar de la habilitación del hotel inclusive, del gravamen a la transmisión gra-
tuita de bienes, y del impuesto de sellos sobre los contratos de sociedad y
sus prórrogas, tratándose de empresas nuevas. (Del Busto, 2003:157-158)
PARA REFLEXIONAR
Pese a que es factible afirmar que la así llamada Ley 18828 y su Decre-
CC
Pueden definirse como empresas de intermediación turística las que, en pose-
sión de la autorización correspondiente, se dedican de forma profesional, con
ánimo de lucro y de forma exclusiva, al ejercicio de actividades de organización
y/o mediación de servicios turísticos, pudiendo utilizar medios propios en la
prestación de los mismos. (Pérez Guerra, 2006:141)
PARA REFLEXIONAR
WW <http://servicios.turismo.gob.ar/agencias/legislacion-y-reglamentacion-
vigente>
CC
Sólo podrán ejercer las actividades enumeradas en el Artículo 1º de la Ley
18829 quienes obtengan su licencia inscribiéndose en el Registro de Agentes
de Viajes que llevará la Dirección Nacional de Turismo, la cual será otorgada de
acuerdo con el siguiente orden:
a) Permiso Precario: Se otorgará a las personas o firmas que proyecten instalar
una agencia en cualesquiera de las categorías establecidas en el Artículo 4º,
una vez cumplidos los requisitos que se establezcan al respecto. Este permiso
tendrá validez por un término de hasta seis (6) meses y les permitirá iniciar sus
contactos comerciales sin atención al público, pudiendo ser renovado por igual
período cuando se demuestre fehacientemente que dichas gestiones requieren
una mayor demora.
b) Licencia Provisoria: Se concederá una vez que la agencia se encuentre regla-
mentariamente en condiciones de iniciar sus actividades y tendrá validez por el
término de un (1) año. Sólo a partir del otorgamiento de esta licencia la agencia
podrá comenzar la atención al público.
c) Licencia Definitiva: Transcurrido el período previsto en el inciso anterior, se
otorgará a las agencias esta licencia, previa verificación de haberse concretado
por parte de las mismas el cumplimiento de los requisitos que se establezcan
al respecto. Las agencias que a la fecha de publicación de la Ley 18829 reú-
nan todos los requisitos exigidos en la misma y en este decreto tendrán dere-
cho a la adjudicación de la licencia definitiva en forma inmediata, previa la cons-
titución del fondo de garantía que corresponda. Las existentes a esa fecha y
que no reúnan estos requisitos contarán con un plazo improrrogable de ciento
ochenta (180) días a contar de la publicación del presente decreto para poner-
se en esas condiciones y recibir su licencia. Vencido este plazo estarán en las
condiciones normales de cualquier peticionante por primera vez. (Artículo 5 del
Decreto 2182/72)
Como puede advertirse, la actividad del agente de viajes comienza con el otor-
gamiento del permiso precario, pero este no habilita al prestador a la atención
al público, sino solamente a realizar contactos con los proveedores.
Una vez obtenido el permiso precario y antes del vencimiento del plazo de
seis meses, el solicitante debe presentar toda la documentación necesaria
para el otorgamiento de la licencia provisoria, a partir de lo cual comienza su
actividad respecto de los usuarios.
La formalización del trámite para el otorgamiento del permiso precario y
de la licencia provisoria –la más importante, ya que habilita al ejercicio de la
actividad– impone el cumplimiento de determinados requisitos.
WW <https://www.argentina.gob.ar/instalar-una-agencia-de-viajes>
CC
A partir de la publicación de la presente, las empresas que requieran el otorga-
miento de licencia para actuar como Agencias de Viajes en el Registro institui-
do por la Ley 18829 deberán acreditar como mínimo en la estructura funcional
básica exigida por el Art. 9 del Decreto 2182/72, a un idóneo con título profe-
sional obtenido en carreras específicas de turismo de nivel terciario o universi-
tario oficiales o privadas, reconocidas por el Ministerio de Educación. (Artículo
1 de la Resolución 763/92)
CC
La agencia de viajes deberá ser asistida y representada por el idóneo en todos
los aspectos técnicos - turísticos que hagan a su desenvolvimiento. El desem-
peño de dicho idóneo hará responsable a la agencia en todo cuanto se relacio-
ne con el cumplimiento de los deberes formales de la misma, el asesoramien-
to e información al público, la elaboración de planes y circuitos y sus
respectivas promociones.
Se presumirá que toda promoción, publicidad y contratos efectuados o celebra-
dos por una agencia de viajes cuentan con el respaldo técnico de su respectivo
idóneo. (Artículo 3 de la Resolución 752/94)
LECTURA OBLIGATORIA
LECTURA RECOMENDADA
RR
Tale, C. (2005), Contrato de viaje. Responsabilidad de las empresas de turismo por
incumplimiento y por daños al viajero, Hamurabi, Buenos Aires.
Echevesti, C. A. y Silvestre N. (2006), Responsabilidad Civil de las Agencias de Viajes,
La Ley, Buenos Aires.
5.
PARA AMPLIAR
6.
CC
A los efectos de la presente Convención se considerarán “patrimonio natural”:
París, 1972)
CC
A los efectos de la presente Convención se considerará patrimonio cultural:
•• Ley 25197, que tiene por objeto la centralización de datos de los bienes
culturales de la nación, en el Registro Nacional de Bienes Culturales, del
que establece las pautas para su funcionamiento. La norma define a los
bienes culturales “como a todos aquellos objetos, seres o sitios que cons-
tituyen la expresión o el testimonio de la creación humana y la evolución
de la naturaleza y que tienen un valor arqueológico, histórico, artístico,
científico o técnico excepcional”. El universo de estos bienes constituye
el patrimonio cultural argentino. Asimismo, define a los bienes culturales
histórico-artísticos como “todas las obras del hombre u obras conjuntas
del hombre y la naturaleza, de carácter irreemplazable, cuya peculiaridad,
•• Ley 25743, que tiene por objeto la preservación, protección y tutela del
Patrimonio Arqueológico y Paleontológico y el aprovechamiento científico y
cultural del mismo. Determina la integración del patrimonio arqueológico
“por las cosas muebles e inmuebles o vestigios de cualquier naturaleza
que se encuentren en la superficie, subsuelo o sumergidos en aguas juris-
diccionales, que puedan proporcionar información sobre los grupos socio-
culturales que habitaron el país desde épocas precolombinas hasta épocas
históricas recientes”; y del patrimonio paleontológico “por los organismos
o parte de organismos o indicios de la actividad vital de organismos que
vivieron en el pasado geológico y toda concentración natural de fósiles en
un cuerpo de roca o sedimentos expuestos en la superficie o situados en el
subsuelo o bajo las aguas jurisdiccionales”. Entre las funciones de las auto-
ridades nacionales de aplicación de la norma se encuentra la creación de
los Registros Nacionales de Yacimientos, Colecciones y Objetos Arqueoló-
gicos y de Yacimientos, Colecciones y Restos Paleontológicos, del Registro
Nacional de Infractores y Reincidentes y la de establecer las correspondien-
tes relaciones de coordinación y colaboración con los organismos compe-
tentes en la materia, existentes en las provincias. Determina la obligación
de denunciar el descubrimiento de yacimientos, así como la tenencia de
colecciones u objetos arqueológicos o paleontológicos para su inscripción
en el Registro. La reglamentación de la norma designa como autoridades
de aplicación de la Ley al Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento
Latinoamericano y el Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino
Rivadavia”. Los traslados de los bienes protegidos dentro del país deben
ser comunicados al organismo competente local y a los directores de los
museos o centros de investigaciones involucrados, en tanto que los que
se realicen fuera del país deben serlo al organismo competente nacional.
7.
CC
Los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la rela-
ción de consumo, a la protección de su salud, seguridad e intereses económi-
cos; a una información adecuada y veraz; a la libertad de elección y a condicio-
nes de trato equitativo y digno. Las autoridades proveerán a la protección de
esos derechos, a la educación para el consumo, a la defensa de la competen-
cia contra toda forma de distorsión de los mercados, al control de los monopo-
lios naturales y legales, al de la calidad y eficiencia de los servicios públicos, y
a la constitución de asociaciones de consumidores y de usuarios.
La legislación establecerá procedimientos eficaces para la prevención y solución
de conflictos, y los marcos regulatorios de los servicios públicos de competencia
nacional, previendo la necesaria participación de las asociaciones de consumi-
dores y usuarios y de las provincias interesadas, en los organismos de control.
(Artículo 42 de la CN)
CC
Se considera consumidor a la persona física o jurídica que adquiere o utiliza,
en forma gratuita u onerosa, bienes o servicios como destinatario final, en be-
neficio propio o de su grupo familiar o social.
Queda equiparado al consumidor quien, sin ser parte de una relación de consu-
mo como consecuencia o en ocasión de ella, adquiere o utiliza bienes o servi-
cios, en forma gratuita u onerosa, como destinatario final, en beneficio propio o
de su grupo familiar o social. (Artículo 1 de la Ley 24240)
las características esenciales de los bienes y servicios que provee, y las con-
diciones de su comercialización.” Y esta información debe ser gratuita para el
consumidor y proporcionada en el soporte elegido por el proveedor determine,
a menos que el consumidor la solicite en soporte físico (artículo 4 de la LDC).
Otra obligación que nace de la norma es la de protección de la salud del
consumidor, por lo cual “las cosas y servicios deben ser suministrados o pres-
tados en forma tal que, utilizados en condiciones previsibles o normales de
uso, no presenten peligro alguno para la salud o integridad física de los con-
sumidores o usuarios” (artículo 5 de la Ley LDC).
Si el bien o servicio puede suponer un riesgo para la salud o la integridad
física de los consumidores o usuarios, debe comercializarse observando los
mecanismos, instrucciones y normas establecidas o razonables para garantizar
la seguridad de aquellos. Se impone el deber de entregar un manual en idioma
nacional sobre el uso, la instalación y mantenimiento de la cosa o servicio,
aún cuando se trate de mercadería importada.
La Ley 24240 establece, asimismo, el deber de trato digno, entendiendo
que los proveedores deben garantizar condiciones de atención y trato digno y
equitativo a los consumidores y usuarios y abstenerse de realizar conductas
que coloquen a los consumidores en situaciones vergonzantes, vejatorias o
intimidatorias. Por otra parte, prohíbe la diferenciación de precios, calidades
técnicas o comerciales o cualquier otro aspecto relevante sobre los bienes y
servicios que comercialice respecto de consumidores extranjeros, excepto en
los casos en los que haya razones de interés general debidamente fundadas
y autorizados por la autoridad de aplicación (artículo 8 bis de la LDC).
La Ley de Defensa del Consumidor establece, por su parte, que quienes pres-
ten servicios de cualquier naturaleza se encuentran obligados a respetar los tér-
minos, plazos, condiciones, modalidades, reservas y demás circunstancias confor-
me a las cuales hayan sido ofrecidos, publicitados o convenidos (artículo 19 LDC).
La Ley consagra, asimismo, el deber de reparación del daño que resulte del
vicio o riesgo de la cosa o de la prestación del servicio, por el que responden
de manera solidaria “el productor, el fabricante, el importador, el distribuidor,
el proveedor, el vendedor y quien haya puesto su marca en la cosa o servicio”.
El transportista lo hace por los daños ocasionados a la cosa con motivo o en
ocasión del servicio. Solo se libera total o parcialmente aquel que demuestre
que la causa del daño le ha sido ajena (artículo 40 de la LDC).
Los deberes u obligaciones antes enunciados constituyen uno de los avan-
ces más importantes establecidos en el régimen de defensa de los consumi-
dores y usuarios.
CC
Efectos de la publicidad. Las precisiones formuladas en la publicidad o en
anuncios, prospectos, circulares u otros medios de difusión se tienen por in-
cluidas en el contrato con el consumidor y obligan al oferente.
En los casos en que las ofertas de bienes y servicios se realicen mediante el
sistema de compras telefónicas, por catálogos o por correos, publicados por
cualquier medio de comunicación, deberá figurar el nombre, domicilio y número
de CUIT del oferente. (Artículo 8 de la Ley 24240)
CC
Interpretación. Sin perjuicio de la validez del contrato, se tendrán por no
convenidas:
a) Las cláusulas que desnaturalicen las obligaciones o limiten la responsabili-
dad por daños;
b) Las cláusulas que importen renuncia o restricción de los derechos del consu-
midor o amplíen los derechos de la otra parte;
LECTURA OBLIGATORIA
LECTURA RECOMENDADA
RR
Barreiro, K. (2008), El Régimen de Defensa del Consumidor en la Actividad Turística,
Ladevi Ediciones, Buenos Aires.
Aramburu, S., Lubinieki, R. y Silvestre, N. (2008), “Protección del turista en
la República Argentina” en Barreiro, K. (coord.), Protección legal del turista en el
Derecho Comparado, Ladevi Ediciones, Buenos Aires.
8.
La Ley 25871 establece, para los extranjeros admitidos en el país como resi-
dentes temporarios o residentes transitorios, un límite en la permanencia,
en el territorio nacional, con sus debidas prórrogas, debiendo abandonar el
mismo al expirar dicho plazo (artículo 25 de la LM).
Dentro de las categorías enunciadas, la que reviste trascendencia para la
actividad turística, sin duda, es la correspondiente a los residentes transito-
rios, ya que en ella se encuentran ubicados los turistas que visitan el país.
La norma determina que el ingreso y egreso de personas al territorio nacio-
nal debe realizarse por los lugares habilitados por la autoridad de aplicación,
sean estos terrestres, fluviales, marítimos o aéreos, y en esa oportunidad y
lugar sean sometidos al respectivo control migratorio (artículo 34 de la LM).
La autoridad de aplicación de esta norma es la Dirección Nacional de
Migraciones y en tal carácter puede delegar el ejercicio de sus funciones y
facultades en las instituciones que constituyan la Policía Migratoria Auxiliar o
en otras autoridades nacionales, provinciales o municipales, las que deben
actuar conforme a las normas y directivas que aquella les imparta (artículos
105 y 108 de la LM).
Por la razón antes enunciada, en ciertas oportunidades, al pasar por des-
tacamentos de frontera alejados, el control migratorio es efectuado por inte-
grantes de la Gendarmería Nacional o de otras fuerzas de seguridad.
También el Consejo del Mercado Común establece normas que son de apli-
cación a los Estados miembros. Entre las decisiones adoptadas pueden
mencionarse:
•• Decisión 12/91: de medidas de facilitación para el tránsito de los ciuda-
danos de los Estados Partes del Mercosur.
•• Decisión CMC 46/00 y 47/00: adopta la instalación, en aeropuertos, de
canales privilegiados para la entrada de nacionales de los Estados Partes
del Mercosur y Estados Asociados.
•• Decisión CMC 4/00 (Acuerdo de Recife): fija entre otras cuestiones las
medidas técnicas y operativas que regulan los controles integrados de
frontera entre los países signatarios, tendiendo a facilitar el tránsito de
personas reduciendo los tiempos de espera de los usuarios.
•• Decisión 48/00: Acuerdo sobre Exención de Visas entre los Estados Par-
tes del Mercosur.
•• Decisión 18/14 CMC: complementación del Acuerdo de Recife en materia
Migratoria.
•• Decisión 36/14: Acuerdo modificatorio del Acuerdo para la concesión de un
plazo de noventa (90) días a los turistas nacionales de los Estados Partes
del Mercosur y Estados asociados.
CC
Constituyen equipaje los efectos nuevos o usados que un viajero, en conside-
ración a las circunstancias de su viaje, pudiere razonablemente utilizar para su
uso o consumo personal o bien para ser obsequiados, siempre que por la can-
tidad, calidad, variedad y valor no permitieren presumir que se importan o ex-
portan con fines comerciales o industriales. (Artículo 489 de la Ley 22415)
CC
El régimen de equipaje es aquel por el cual se permite la importación o expor-
tación de efectos nuevos o usados destinados al uso o consumo personal del
viajero que ingrese o egrese del territorio aduanero, de acuerdo con las cir-
cunstancias de su viaje o para ser obsequiados, siempre que por su cantidad,
naturaleza, variedad y valor no permitan presumir que se importan o exportan
con fines comerciales o industriales. (Artículo 105, inciso 1 del Código Aduanero
del Mercosur)
9.
CC
Una prestación obligatoria, comúnmente en dinero, exigida por el Estado en vir-
tud de su poder de imperio y que da lugar a relaciones jurídicas de derecho pú-
blico. (Giuliani fonrouge, 2004:249)
CC
[...] toda prestación obligatoria, en dinero o en especie, que el Estado, en ejer-
cicio de su poder de imperio exige, en virtud de ley, sin que se obligue a una
contraprestación, respecto del contribuyente, directamente relacionada con di-
cha prestación. (García Vizcaíno, 1996:67)
En tanto que las tasas se caracterizan por exigir una especial actividad del
Estado, materializada en la prestación de un servicio individualizado en el
obligado. Una de las condiciones exigibles a la tasa es que el monto no puede
ser desproporcionado al servicio prestado.
CC
La tasa es un tributo caracterizado por la prestación de un servicio público indi-
vidualizado hacia el sujeto pasivo. (Jarach, 1999:234)
CC
[La contribución especial es] la prestación obligatoria debida en razón de bene-
ficios individuales o de grupos sociales derivados de la realización de obras
públicas o de especiales actividades del Estado. (Giuliani Fonrouge, 2004)
xx bles linderos cuando se realiza una obra que aumenta el valor de la pro-
piedad, por ejemplo, cuando se pavimenta una calle, se abre una ruta o
se extienden las líneas del subterráneo.
CC
El producto del cinco por ciento (5%) del precio de los pasajes aéreos y maríti-
mos al exterior; y los fluviales al exterior, conforme lo determine la reglamenta-
ción, vendidos o emitidos en el país y los vendidos o emitidos en el exterior pa-
ra residentes argentinos en viajes que se inicien en el territorio nacional.
(artículo 24, inciso b de la Ley 25997)
Esta norma instituye un impuesto de afectación específica que tiene por objeti-
vo promover y desarrollar la actividad turística. Si bien el DNT ya se encuentra
creado en la Ley 14524, la Ley Nacional de Turismo 25997 lo extiende a otras
actividades como el transporte marítimo al exterior y por ende es aplicable a
los cruceros internacionales y al transporte fluvial al exterior. En este último
caso, el Decreto Reglamentario de la Ley Nacional de Turismo establece una
excepción al cobro del tributo cuando la prestación es efectuada mediante
un servicio integrado por balsas, lanchas u otras embarcaciones menores.
La base imponible en este caso se encuentra determinada por el valor de los
pasajes, a la que corresponde aplicar una alícuota del 7 % en concepto de
tributo de acuerdo con lo establecido por la Ley 27341.
La Ley 25406, de Devolución del Impuesto al Valor Agregado a turistas
extranjeros, por servicios de alojamiento es un interesante ejemplo de tributo
vinculado al turismo. En materia de congresos y convenciones, la Ley 26079
exime del pago del impuesto al valor agregado a la explotación de congresos,
ferias y exposiciones y la locación de espacios en los mismos, cuando dichas
prestaciones son contratadas por sujetos residentes en el exterior. Si bien en
estos dos últimos casos no se trata de tributos específicos del turismo, su
relación con este es fácilmente perceptible.
Entre otros tributos vinculados al turismo se pueden mencionar diferentes
tasas. Una de ellas es la tasa de migraciones, cuya recaudación se encuen-
tra a cargo de la autoridad de aplicación de la Ley Nacional de Migraciones.
Otro ejemplo del mismo carácter es la tasa que, por el servicio de seguridad
que presta la Policía de Seguridad Aeronáutica, se percibe de cada pasajero.
También la tasa de aeropuertos, que se cobra como retribución por el uso de
las instalaciones y servicios aeroportuarios, en este caso, el tributo no lo cobra
el Estado Nacional, sino que lo percibe la empresa privada, que tiene a su
cargo la concesión del aeropuerto y paga a cambio de esta un canon al Estado.
La concesión es un contrato por el
cual el Estado otorga a un particu-
lar, a cambio de la realización de
6.11. Normativa nacional de accesibilidad turística una obra o del pago de un precio
denominado canon, la posibilidad
Existen diversos tipos de normas que tienen por finalidad facilitar el ejercicio de prestar un servicio público y
de sus derechos a personas con capacidades diferentes, que componen la cobrar por ello.
normativa de accesibilidad en la Argentina. Entre las competencias de la Respecto del régimen tributario
nación para legislar en esa materia la que posee especial relevancia es la que aplicable a las actividades turís-
emana del artículo 75 inciso 23 de la CN. ticas, se recomienda la lectura
A partir de las potestades que surgen del precepto constitucional señalado de Fasiolo Urli, C. A. y Ledesma,
J. S. (2015), Emprendimientos de
se han dictado diferentes leyes y sus reglamentos relativos a la accesibilidad. Servicios, Universidad Virtual de
Entre esas normas merecen especial mención la así llamada Ley 22431, Quilmes, Bernal, 203-209.
que instituye Sistema de Protección Integral de las personas discapacitadas,
así como otras leyes que han introducido modificaciones a esta, como la Ley
24314, en particular respecto de sus disposiciones relativas a la accesibili-
dad al medio físico, que establecen la prioridad de la supresión de barreras
físicas en los ámbitos urbanos arquitectónicos y del transporte, con el fin
de lograr la accesibilidad para las personas con movilidad reducida; la Ley
25634, que incorpora la obligación, a las empresas de transporte colectivo
terrestre de jurisdicción nacional, de contar con frecuencias diarias mínimas
fijas de unidades especialmente adaptadas, y es complementada por la Ley
25644 que impone el deber de publicar, en forma fácilmente legible y enten-
dible, las mismas y un número telefónico para recibir consultas sobre dicha
CC
Turismo accesible es el complejo de actividades originadas durante el tiempo
libre, orientado al turismo y la recreación, que posibilitan la plena integración –
desde la óptica funcional y psicológica– de las personas con movilidad y/o co-
municación reducidas, obteniendo durante las mismas la satisfacción indivi-
dual y social del visitante y una mejor calidad de vida. (artículo 1 de la Ley
25643)
Esta ley establece entre otros aspectos la obligación de los agentes de viajes
de:
LECTURA OBLIGATORIA
10.
LECTURA OBLIGATORIA
11.
CC
Se entiende al turismo en el medio rural como un conjunto de actividades que
se desarrollan en dicho entorno, excediendo el mero alojamiento y que pueden
constituirse para los habitantes del medio en una fuente de ingresos comple-
mentarios a los tradicionalmente dependientes del sector primario, convirtién-
dose en un rubro productivo más de la empresa agropecuaria. (OMT, citada en
Castel Gayán, 2011:54)
Los aspectos que surgen con mayor frecuencia en las diferentes normativas
de turismo rural relevadas son los siguientes:
CC
Se llama “turismo aventura” a las actividades turísticas, deportivas y de ocio
que se practican sirviéndose básicamente de los recursos naturales, y en los
que es inherente el factor riesgo o cierto grado de destreza para su práctica.
(Silvestre y Echevesti, 2006:52)
12.
El control del ejercicio de la actividad del profesional del turismo es una com-
petencia propia de las provincias, en la que se advierte el empleo de ambas
modalidades, no obstante, la tendencia observada es hacia la delegación en
colegios profesionales.
Estas normas presentan en común los siguientes aspectos:
13.
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