La Citología

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LA CITOLOGÍA

La citología es una ciencia que según su etimología («Cito»: proveniente del griego que
significa célula) estudia la célula y todo lo relacionado con su estructura, sus funciones con el
microscopio y su importancia en la complejidad de los seres vivos.

R. Hooke (físico, meteorólogo, biólogo, ingeniero, arquitecto) publicó un


libro titulado Micrographia, donde describe la primera evidencia de la
existencia de las células. Estudió el corcho y vio una disposición en forma
de panal de abeja. A cada camarita la llamó celdilla o célula. Aunque no
intuyó que aquellas celdas eran la unidad funcional de los seres vivos, la
denominación de célula ha permanecido para nombrar a lo que había
dentro de esas camaritas y luego se aplicó también para los
descubrimientos en los animales.

1670. A. van Leeuwenhoek construyó microscopios simples, con una sola lente, pero con una
perfección que le permitió alcanzar los 270 aumentos, más de lo que los microscopios
compuestos ofrecían entonces. Puede ser considerado como el padre de la microbiología
puesto que fue el primero en publicar observaciones de bacterias y protistas (eucariotas
unicelulares). Observó gotas de agua, sangre, esperma, glóbulos rojos, etcétera. Llegó a pensar
que todos los animales estaban formados por glóbulos, pero no alcanzó a asociarlos con las
celdas de las plantas. Incluso, cuando se consiguió estudiar tejidos animales con más detalle,
tuvo que pasar mucho tiempo antes de que se hiciera una asociación entre los
"animalúnculos" que había descrito A. van Leeuwenhoek en los medios líquidos y las células de
los tejidos animales y plantas.

¿Qué es el microscopio?
El microscopio es una herramienta que permite observar objetos y elementos demasiado
pequeños para ser captados a simple vista. Su nombre proviene del griego “micrós” (diminuto)
y “scopéo” (mirar), y emplea el principio de la refracción y reflexión de la luz para generar un
aumento controlado de la imagen de la materia.
El microscopio fue inventado en el siglo XVI a través de un sistema óptico de lentes de
aumento, que se ha ido perfeccionando hasta nuestros días, en que existen variantes
electrónicas tan potentes que permiten vislumbrar los objetos más diminutos.

Este instrumento permitió la comprensión profunda de la vida microscópica y por lo tanto


cambió el entendimiento de la vida en su totalidad, convirtiéndose así en una herramienta
indispensable para la medicina, la biología y la farmacología modernas.

Los microscopios de luz convencionales (simples y compuestos), poseen las siguientes partes:

Brazo. El soporte físico que une la base del microscopio con los lentes y el visor óptico.
También se le llama columna.

Base. La parte inferior del microscopio, en donde se apoya el instrumento y que puede
contener la fuente de iluminación (si está incorporada). También se le dice pie.

Oculares. Se llama así a las lentes a través de las cuales miramos y recibimos la imagen
amplificada.
Iluminador. Aparato incorporado o no al microscopio, que brinda la luz necesaria para
observar la materia. En los microscopios más básicos debe proveerse una fuente de luz
externa.

Tabla. Plataforma en que se ubica el espécimen o la sustancia que se desea observar


amplificada. Posee clips para sujetarla y evitar movimiento.

Tambor o revólver. Parte del microscopio con los distintos lentes ópticos (objetivos), que
suelen rotar para variar el aumento.

Objetivos. Se llama así a los distintos lentes ópticos de un microscopio, que ofrecen distintas
medidas de aumento y que suelen ser intercambiables entre sí.

Condensadores. Lentes que enfocan el rayo de luz sobre el material observado.

Tornillos macrométricos y micrométricos. Modulan la distancia entre los lentes y la materia


observada, para permitir un enfoque mayor o menor de acuerdo al ojo del observador.
La teoría celular, centró los esfuerzos de la biología en la célula como estructura mínima de la
vida. Entiende que toda forma de vida está basada en la célula, es decir que todos los tejidos
de las plantas, animales y hongos pueden ser descompuestos en células individuales, aunque
únicas y diferenciadas.
Sin embargo, las células de los animales, las células de las plantas o las células de
los organismos unicelulares son muy diferentes entre sí. Además, esta perspectiva nos
permitió entender la gigantesca diversidad celular que existe, no sólo entre las formas de vida
primitiva y unicelular, sino incluso dentro de nuestro propio cuerpo.
Principios de la teoría celular
Los principios que rigen la teoría celular son, a groso modo, los mismos de la biología moderna.
Esto implica la distinción entre lo viva y lo inerte: la materia viva es capaz de metabolizar
(nutrirse) y autoperpetuarse (reproducirse), para lo cual debe contar con las estructuras
necesarias, presentes en el interior de la célula.

Otro principio importante es el de la herencia: la transmisión de la información biológica a los


descendientes permite la persistencia de una especie. Este proceso también depende de
importantes estructuras celulares, como es el núcleo celular, donde está contenido el ADN de
la especie entera.

Por último, las células se juntan en los organismos multicelulares para formar tejidos, que son
estructuras mayores y homogéneas de células del mismo tipo. Al hacerlo obedecen a criterios
de diversificación importantes, como son los que separan células nerviosas, musculares,
hepáticas, etc.

La teoría celular puede reducirse a tres postulados fundamentales:

Todos los seres vivientes están compuestos por células. Por lo tanto éstas son la unidad
mínima funcional de la vida, en sus distintos niveles de complejidad estructural. Una célula
basta para constituir un organismo (unicelular), pero muchas células pueden organizarse en
colonias o en un mismo organismo (multicelular) único, diversificando sus funciones y
alcanzando un margen de interdependencia muy elevado.
Las funciones vitales de los organismos tienen lugar dentro de las células. Mediante procesos
bioquímicos, y son controlados por sustancias que las células secretan. Cada célula opera como
un sistema abierto único, que intercambia materia y energía con su entorno de manera
controlada. Además, en cada célula de un organismo se dan las mismas funciones vitales que
en el organismo entero: nacimiento, crecimiento, reproducción, muerte.
Todas las células que existen proceden de otras células anteriores. Por división celular o por
formación a partir de células madre. Las células más antiguas y primitivas del mundo son las
procariotas (sin núcleo celular).
Qué es una célula?
La célula es la unidad estructural y funcional de todos los organismos vivos. Constituye la
forma más pequeña y simple de organización biológica, es decir, la estructura ordenada y
viviente más pequeña que se conoce. Son ejemplos de células los espermatozoides y
las neuronas.

La célula es la entidad más pequeña que se considera viva.

El tamaño de las células puede variar mucho. Una célula de tamaño promedio mide alrededor
de 10 µm (micrómetros). La gran mayoría de las células son microscópicas, es decir, solo
pueden ser vistas utilizando un microscopio. Por otro lado, existen células que pueden ser
observadas a simple vista, este es el caso del óvulo humano, que mide 100 µm y tiene un
tamaño similar al de la punta de un lápiz.

El descubrimiento de la célula se considera el paso fundacional del estudio moderno de la vida


(biología), dado que permitió comprender la enorme complejidad del cuerpo de los seres vivos
y permitió el surgimiento de numerosas ciencias y disciplinas posteriores.

Tipos de célula

Las células se pueden clasificar según si tienen o no una membrana que rodea al núcleo,
llamada “membrana nuclear”. Según esta clasificación, las células pueden ser procariotas o
eucariotas.

Células procariotas

Célula procariota

Las células procariotas tienen una estructura básica sencilla, sin membrana nuclear, por lo que
su material genético se encuentra disperso, ocupando un espacio llamado nucleoide, y que
está en contacto directo con el resto del citoplasma.

Las células procariotas son pequeñas y tienen un tamaño de entre 1-5 µm. Fueron las primeras
formas de vida en la Tierra y hasta donde se conoce, todos los seres vivos formados por células
procariotas son unicelulares.

Ver también: Célula procariota

Células eucariotas

Célula eucariota

Las células eucariotas tienen una estructura más compleja que las procariotas. Tienen el
núcleo rodeado de una membrana nuclear, por lo que su material genético queda contenido
en el núcleo. Además, estas células poseen orgánulos (también llamados “organelas”) en su
citoplasma que pueden estar delimitados por membranas.
El tamaño de las células eucariotas varía entre 10-100 µm, por lo que son más grandes que las
células procariotas. En la historia evolutiva de la Tierra, las células eucariotas surgieron
después que las procariotas.

Célula animal

Célula animal - vegetal

Las células de los animales son del tipo eucariota.

Están constituidas por una membrana plasmática y distintas organelas (complejo de Golgi,
mitocondrias, ribosomas, lisosomas, retículo endoplasmático liso y rugoso, entre otros).

El material genético se encuentra en un núcleo envuelto en una membrana nuclear.

No tienen pared celular y presentan formas muy diversas.

Poseen lisosomas (organelas exclusivas de las células animales), que son vesículas que
contienen enzimas digestivas y se dedican a degradar ciertos compuestos químicos y
estructuras celulares.

Poseen centríolos (organelas exclusivas de las células animales), que tienen una función muy
importante en la división celular.

Célula vegetal

Las células de las plantas son del tipo eucariota.

Tienen un núcleo rodeado de membrana nuclear donde se encuentra el material genético.

Poseen una pared celular rígida compuesta principalmente por celulosa. Esta estructura le da
forma a la célula y le otorga sostén a la planta (los organismos vegetales no tienen esqueletos
como los animales).

Poseen cloroplastos (organelas exclusivas de las células vegetales), que son organelos que
llevan a cabo la fotosíntesis, proceso mediante el cual se utiliza la luz solar para sintetizar
compuestos orgánicos a partir de compuestos inorgánicos.

Partes de la célula

Membrana plasmática o citoplasmática (presente en células eucariotas y procariotas). Es una


membrana que divide la parte exterior de la parte interior de la célula. Está formada por una
doble capa continua de fosfolípidos y proteínas intercaladas o adheridas a su superficie. Las
funciones de esta membrana son dar forma y estabilidad a la célula, separar el contenido
interno de la célula del medio que la rodea, permitir la entrada y la salida de sustancias a la
célula e intervenir en la interacción entre células.
Pared celular (presente en células procariotas y en células eucariotas de plantas, hongos y
algas). Es una capa gruesa y bastante rígida que está localizada en la parte externa de la
membrana plasmática. Le confiere resistencia y estabilidad a la célula. Su composición varía
según el tipo de célula, por ejemplo, en las plantas la pared celular está compuesta
principalmente por celulosa, mientras que en las bacterias está formada por peptidoglicano
(copolímero formado formado por azúcares y aminoácidos).

Núcleo (presente en células eucariotas). Contiene casi todo el material genético (ADN) de la
célula y está rodeado por una envoltura nuclear que contiene poros. Sus principales funciones
son almacenar la información genética, controlar las actividades de todos los orgánulos y
coordinar la reproducción celular.

Nucleoide (presente en células procariotas). Es una región en la que se encuentra el ADN, que
en las células procariotas es una única molécula con forma circular y cerrada. A diferencia del
núcleo en células eucariotas, el nucleoide no tiene envoltura nuclear.

Citoplasma (presente en células eucariotas y procariotas). Es la parte de la célula que se ubica


entre la membrana citoplasmática y el núcleo. Está constituido por una parte líquida llamada
“citosol”, que se compone de agua, iones y proteínas. En el citosol están sumergidos todos los
orgánulos. La función principal del citoplasma es servir de soporte para los orgánulos de la
célula y ayudar en los procesos metabólicos que ocurren dentro de ella.

En el citoplasma se encuentran inmersos los orgánulos, que son estructuras que cumplen una
o varias funciones determinadas. Se denominan “orgánulos” por analogía con el término
“órganos”. Los orgánulos son los pequeños órganos en el interior de la célula.

Algunos orgánulos son:

Mitocondrias. Están presentes en células eucariotas de animales y plantas. Son las estructuras
donde se realiza la respiración celular, proceso que le permite a la célula obtener energía en
forma de ATP. Por lo general, las mitocondrias se localizan en los sitios de las células por donde
ingresa el oxígeno. Una célula puede tener hasta miles de mitocondrias según la actividad que
realice.

Lisosomas. Están presentes en células eucariotas de animales. Son vesículas rodeadas de


membrana que se originan en el aparato de Golgi. Tienen enzimas digestivas e hidrolíticas
(enzimas que aceleran la hidrólisis de los enlaces químicos) en su interior que pueden digerir
una gran cantidad de moléculas. Por otra parte, pueden digerir otro orgánulo del interior de la
célula y devolver sus componentes al citosol para que sean reutilizados por la célula (proceso
que se llama “autofagia”, y digerir una célula entera (proceso que se llama “autólisis”). Si los
componentes que digieren los lisosomas provienen del exterior de la célula, el proceso se
llama “heterofagia”.

Ribosomas. Están presentes en células eucariotas y procariotas. Son los encargados de la


síntesis de proteínas. En las células eucariotas estos orgánulos están constituidos por dos
subunidades que se forman por separado en el nucléolo (un cuerpo ubicado dentro del núcleo)
y se unen en el citoplasma para sintetizar proteínas. Por otra parte, en las células eucariotas,
estos orgánulos se encuentran en la membrana nuclear, en el retículo endoplasmático rugoso,
en el citosol, en las mitocondrias y en los cloroplastos (en el caso de las plantas). En las células
procariotas los ribosomas se encuentran en el citosol.

Aparato de Golgi. Está presente en la mayoría de las células eucariotas. Se encarga de


transportar y modificar las proteínas que son sintetizadas en los ribosomas adheridos al
retículo endoplasmático rugoso.

Retículo endoplasmático. Está presente en las células eucariotas. Es un conjunto de


membranas que se extiende desde la membrana nuclear hasta el citoplasma. Existen dos tipos
de retículo endoplasmático:

Retículo endoplasmático rugoso (RER). Es una estructura ubicada a continuación de la


membrana nuclear. La superficie del RER está cubierta de ribosomas (orgánulos responsables
de la síntesis de proteínas).

Retículo endoplasmático liso (REL). Es una estructura que se extiende desde el RER. La
superficie del REL no contiene ribosomas, por lo que no se sintetizan proteínas en su
estructura, pero sí se sintetizan ácidos grasos y esteroides.

Centrosoma. Está presente en células eucariotas de animales. Este orgánulo está formado por
centríolos y material pericentriolar (conjunto de proteínas que rodea a los centríolos). Los
centríolos son estructuras formadas por microtúbulos rodeados de material pericentriolar, que
está formado por complejos de la proteína tubulina. Los complejos de tubulina son los centros
de organización para el crecimiento del huso mitótico (el conjunto de microtúbulos que
participan en la división celular).

Citoesqueleto. Está presente en células eucariotas y tiene una estructura análoga en


procariotas. Consiste en un conjunto de filamentos de proteínas que se extienden por el
citosol. Sirve para establecer la forma de la célula y organizar el contenido en su interior.
Además, ayuda al movimiento de los orgánulos dentro de la célula, de los cromosomas en la
división celular y de células enteras.

Cilios. Están presentes en células procariotas y en células eucariotas de animales y algunas


algas. Son extensiones de la membrana plasmática, similares a los pelos. Los cilios realizan un
movimiento parecido a un remo para mover el líquido que rodea a la célula.

Flagelos. Están presentes en células procariotas y en eucariotas de animales y algunas algas.


Tienen estructura similar a los cilios, pero son más largos. Los flagelos mueven las células
enteras, como si fuesen pequeños propulsores que les infieren movimiento. La única célula
con flagelo en el cuerpo humano es el espermatozoide.

Cloroplastos. Están presentes en células eucariotas de plantas y algas verdes. Están formados
por dos membranas que contienen vesículas, clorofila y tilacoides en su interior. En los
tilacoides ocurre la reacción que absorbe los fotones de la luz solar para realizar la fotosíntesis.
Aunque los cloroplastos son exclusivos de las células de plantas y algas, existe un molusco
llamado babosa esmeralda (Elysia chlorotica) que se alimenta de los cloroplastos del alga
Vaucheria litore. Así, utilizando los cloroplastos del alga, este molusco es capaz de realizar
fotosíntesis.
Vacuolas. Están presentes en todas las células eucariotas vegetales y en algunas de animales.
Además, pueden estar presentes en algunas células procariotas. Estos orgánulos son vesículas
formadas por membrana plasmática. Su función es almacenar agua, moléculas y nutrientes.

Cromoplastos. Están presentes en las células eucariotas vegetales. Estos orgánulos almacenan
carotenos, que son los pigmentos que le confieren los colores a las raíces, flores y frutos.

Leucoplastos. Están presentes en las células eucariotas de las plantas. Almacenan sustancias
poco coloreadas y contribuyen a la conversión de azúcares en polisacáridos, grasas y proteínas.

Pili. Están presentes en células procariotas. Los pili son extensiones con forma de pelos
constituidas por la proteína pilina. Están ubicados en la superficie de ciertas bacterias y les
permiten transferir su material genético a otras bacterias.

Funciones de una célula

Las funciones de las células están determinadas por el tipo de célula. Algunas de sus funciones
fundamentales son:

Funciones estructurales. Las células pueden formar tejidos, como el tejido adiposo (grasa), el
tejido muscular y el tejido óseo (huesos), que dan soporte al cuerpo de los animales y a sus
órganos. Por ejemplo: los osteoblastos son células que se encuentran en los huesos y forman
nuevo tejido óseo.

Funciones secretoras. Las células pueden sintetizar sustancias que luego secretan al medio
extracelular, ya sea porque estas sustancias realizan funciones en el exterior de la célula o
porque son sustancias de desecho. Por ejemplo: las células epiteliales secretoras de acino, que
se encuentran en las glándulas salivales del ser humano y secretan la primera saliva.

Funciones metabólicas. Las células llevan a cabo reacciones químicas necesarias para obtener
energía y las sustancias necesarias para realizar sus distintas funciones. En este sentido,
pueden sintetizar compuestos químicos o descomponerlos. Por ejemplo: en el citosol de las
células ocurren reacciones de síntesis de proteínas y en las mitocondrias ocurre la respiración
celular.

Funciones defensivas. Algunos tipos de células contribuyen a eliminar patógenos y combatir


enfermedades. Por ejemplo: los linfocitos T son células que reconocen de manera específica
ciertos antígenos, que luego destruyen. También destruyen células propias del cuerpo que
fueron infectadas.

Funciones de interacción o relación. Las células reaccionan a estímulos tanto internos como
externos, y generan una respuesta. Por ejemplo: los termorreceptores son células de la piel
que se activan ante cambios bruscos de temperatura.

Funciones reproductoras. Las células eucariotas se pueden dividir por mitosis (células
somáticas) y por meiosis (células germinales), mientras que las células procariotas se pueden
dividir por fisión binaria. Por ejemplo: los espermatozoides son células que se originan de
células germinales cuando se dividen por meiosis.

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