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La Ira
La ira es una emoción compleja que puede tener un impacto significativo en
nuestras vidas. Aunque la ira en sí no es necesariamente mala, puede ser un problema cuando se vuelve incontrolable o se expresa de una manera poco saludable. En este artículo estaremos desarrollando todo lo referente a la ira. ¿Qué es la ira? La ira surge cuando la persona se ve sometida a situaciones difíciles que producen frustración o que le resultan aversivas. Cuando nos sentimos airosos se centra la atención en el objeto o persona que inspiró a este sentimiento, y se activa el sistema de defensa. Las emociones permiten a la persona planes de acción o de defensa con tanta intensidad como lo hace la ira. Por ello, sin duda alguna, la ira, al igual que el resto de las emociones, tiene carácter adaptativo. Sin embargo, su mala prensa, no nos permite caer en este detalle, ya que frecuentemente este sentimiento va unido a la agresividad o a la violencia.
¿Qué nos provoca ira?
Varios son los estímulos y situaciones que nos producen este sentimiento. A continuación, se detallan los más frecuentes: Situaciones frustrantes, entre las que destacan: La obstrucción del acceso a una meta, tenemos que tener presente que cuando damos nuestro objetivo por perdido, como hemos comentado anteriormente, surge la emoción de tristeza. Sin embargo, si todavía consideramos que existe alguna posibilidad de alcanzar el mismo, nos sentiremos airosos al ver las dificultades que se nos presentan por el camino. Esta sensación nos ayudará a aumentar nuestra energía y focalizar nuestra atención para conseguir dicho objetivo. Transgresiones de normas y derechos, la ira surge cuando valoramos el comportamiento del otro, si ha sido intencionado y es merecedor de reprobación. ¿Quién no ha sentido una intensa ira ante la violación de sus derechos o cuando ha sido testigo de una gran injusticia social? Situaciones aversivas, cuando estamos sometidos a estímulos dañinos o a situaciones fuertemente desagradables, también nos surge esta emoción. Esto explica, por ejemplo, que los pacientes de ciertas enfermedades que provocan dolor crónico, a menudo experimenten sentimientos de hostilidad e ira.
¿Qué factores determinan la intensidad de esta emoción?
La ira puede experimentarse en un rango de emociones, desde una leve irritación hasta una ira intensa. Los factores moderadores más importantes son: El patrón de personalidad, es importante señalar que las personas extrovertidas son menos proclives a experimentar ira. Asimismo, las personas que son emocionalmente inestables (neuróticos) presentan con mayor frecuencia e intensidad esta emoción. La autoestima es otro factor relevante dentro del patrón de personalidad de la persona, hay que tener presente que aquellas personas que presenten elevados índices tanto del narcisismo como de autoestima son sujetos que experimentar ira con muchísima frecuencia. Sin embargo, aquellas personas que tienen una alta autoestima y un bajo nivel de narcisismo tienen poca tendencia a sentirse airosos. Contexto sociocultural, es bien sabido por todos cuando, donde y con quien, podemos expresar nuestras emociones, incluida la aquí mencionada. Esto lo aprendemos a través de la socialización. En las sociedades individualistas como la norteamericana, la ira muchas veces va ligada al éxito académico y/o profesional. Sin embargo, esto no se da en todas las sociedades, ya que este sentimiento presenta destacables peculiaridades culturales. De forma general, podemos afirmar que en sociedades individualistas es más fácil experimentar sentimientos de ira.