Lectura 13
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Lectura 13
Si una audiencia del subcomité del senado señaló el comienzo del fin de la Edad de Oro de los
cómics, la muerte de la Edad de Plata fue autoinfligida. Vista desde la perspectiva actual, los cómics
de la Edad de Plata (finales de los cincuenta y década de los sesenta) parecían insuflados de unas
expectativas optimistas y de una brillante disposición rayana en las características de la euforia. Los
personajes de la Edad de Oro reinventados por Julius Schwartz y sus colegas en los cómics de DC a
finales de los cincuenta y comienzos de los sesenta, tales como Flash, Linterna Verde o Green Arrow
(una amalgama de Batman y Robin Hood, con un carcaj lleno de flechas con artilugios tales como una
«flecha de guante de boxeo» o una «flecha de esposas», cuya exitosa aplicación violaba varios
principios fundamentales de la aerodinámica) eran portadores de pronósticos positivos y de las
virtudes morales de sus antecedentes de la Edad de Oro, y las tramas de sus doce o veintidós páginas
no dejaban mucho espacio para el desarrollo del personaje. Un héroe típico de la Edad de Plata en
un cómic de DC obtenía superpoderes a través de algún mecanismo poco creíble y a continuación
decidía, como cosa natural, utilizar esos poderes para combatir el crimen y en beneficio de la
humanidad (después de colocarse antes, por supuesto, unas mallas de colores), no cuestionándose
nunca esa elección.
La situación fue muy distinta con los superhéroes que poblaban el principal competidor de
cómics de DC, Marvel Comics, cuyos personajes tales como Hulk y la Patrulla X se quejaban de que,
realmente, ellos no habían tenido mala suerte; de hecho no habían tenido suerte en absoluto. En 1961,
Marvel Comics (Timely al principio) Company estaba a punto de abandonar el negocio. Desde el
momento culminante de la Edad de Oro, cuando había publicado los cómics de la Antorcha Humana,
Namor y Capitán América, había caído hasta el punto en que apenas se sostenía con cómics de
monstruos, del oeste, de historias de animales divertidos y novelas románticas para jóvenes. Todo
ello cambió con una partida de golf entre Jack Liebowitz, director de DC Comics, y Martin
Goodman, el editor de Marvel Comics. Liebowitz presumió del éxito que DC estaba teniendo con un
título en particular, La Liga de la Justicia (Justice League of America), que presentaba un equipo de
superhéroes que incluía a la Mujer Maravilla (Wonder Woman), Flash, Linterna Verde, Aquaman,
Detective Marciano y otros, reunidos para luchar juntos contra el supervillano del mes. Tras su
vuelta al despacho, Goodman dio instrucciones a su editor (y sobrino político, el último empleado a
tiempo completo) Stan Lee para crear un cómic que presentara a un equipo de superhéroes. Marvel
no publicaba cómics de superhéroes en esa época; por consiguiente, Lee no pudo crear un cómic a
base de incorporar personajes de otras colecciones, como había hecho DC. En lugar de ello creó un
equipo de superhéroes de nuevo cuño. El título resultante, Los Cuatro Fantásticos (Fantastic Four),
escrito por Lee y dibujado por Jack Kirby, se convirtió en un éxito de ventas y supuso el cambio de
fortuna de Marvel Comics[18].
La única contribución de Lee y Kirby fue añadir personalidades peculiares y profundidad
psicológica a los personajes de sus historias. Para distinguirse de los héroes de DC, los superhéroes
de Marvel no ven sus superpoderes como una bendición, sino frecuentemente deploran su destino.
Cuando la radiación cósmica convirtió a Ben Grimm en la Cosa, enorme, anaranjada y de
complexión rocosa en el número 1 de Fantastic Four, él no se deleitó en su fuerza sobrehumana
recién hallada, sino que maldijo el hecho de haberse convertido en una pared de ladrillo andante, y
no deseaba otra cosa que retornar a su forma humana. Pero ningún personaje del universo Marvel se
lamentó más acerca de su destino en la vida que Spiderman.
En el número 15 de Amazing Fantasy, escrito por Lee y dibujado por Steve Ditko en 1962, el
joven Peter Parker era un huérfano que vivía con sus sobreprotectores y ancianos familiares, tía May
y tío Ben. Teniendo prohibido reunirse con los estudiantes populares en una actividad extraescolar,
Peter satisfizo su interés por la ciencia asistiendo a una demostración sobre radiactividad en el
laboratorio de física. Tal como sucedía con una frecuencia alarmante en los cómics de Marvel de la
Edad de Plata, un accidente con la radiactividad produjo como resultado la obtención de
superpoderes. En este caso, una araña fue irradiada inadvertidamente durante la demostración y picó
a Peter Parker antes de expirar, dejándolo con sangre radiactiva de araña.
Parker descubrió que, a causa de esa picadura, había adquirido diversos atributos arácnidos,
incluyendo una agilidad extraordinaria y la capacidad para adherirse a las paredes. Debido a que una
araña puede levantar varias veces el peso de su propio cuerpo, Peter podía hacer lo mismo, algo que
se describe en los cómics como un aumento «proporcional» de fuerza. Peter adquirió también un
«sexto sentido» que le avisaba de peligros potenciales, una especie de sentido arácnido, si así lo
prefieren. Uno solamente puede adivinar que Stan Lee, al no poder matar arañas reales en su cuarto
de baño, llegó a la conclusión de que éstas utilizaban una percepción extrasensorial para evitar ser
liquidadas. Probablemente debemos dar las gracias a la protectora Comics Code Authority por el
hecho de que Peter no ganara también la capacidad de araña para expeler red orgánica de telaraña
por su ano, y que en lugar de ello utilizara su conocimiento de química y de mecánica para adaptar a
sus muñecas lanzadores de red sintética[19].
Después de una vida de burlas y humillaciones a manos de sus compañeros, Peter percibió estos
nuevos poderes como la llegada de la fama y la fortuna. Luego de haber comprobado sus capacidades
en la lucha profesional, creó un traje vistoso azul y rojo y una máscara con el fin de adentrarse en el
mundo del espectáculo. Sintiéndose autorizado en la víspera de su debut en televisión, rehusó
arrogantemente ayudar a un guardia de seguridad a detener a un ladrón en fuga, aunque le hubiera
resultado fácil hacerlo. Sin embargo, a su regreso a casa, se enteró de que el afable tío Ben había
sido asesinado por un intruso. Al capturar al asesino mediante sus nuevos poderes, Peter descubrió
para horror suyo que era el mismo ladrón que pudo haber detenido antes ese día. Se dio cuenta
demasiado tarde de que, como su tío le había avisado de manera profética, «un gran poder comporta
también una gran responsabilidad». Peter Parker se dedicó en adelante a combatir el crimen bajo la
máscara del asombroso Spiderman.
De todos modos no dejó de lamentarse acerca de su vida al menos tres veces en cada número.
Una de las innovaciones que Lee y Ditko introdujeron en el cómic de Spiderman fue una multitud de
preocupaciones y dificultades de la vida real que acosaban al protagonista casi tanto como su
colorista galería de delincuentes y supervillanos. Peter Parker se las tendría que ver con romances
ardientes y celos en la universidad, problemas de dinero, desvelos por la salud de su anciana tía,
ataques de alergia e incluso un brazo dislocado (se pasó con su brazo en cabestrillo los ejemplares
que van del 44 al 46 de Amazing Spiderman), todo ello mientras intentaba mantener en aprietos al
Buitre, a Sandman, al Doctor Octopus y al Duende Verde original. Pero la intrusión más grande de la
realidad, que señalaría el final de la inocente Edad de Plata, tendría lugar en 1973 en el número 121
de Spiderman, con la muerte de la chica de Peter Parker, Gwen Stacy. Una muerte exigida, como
mostraremos ahora, no por los escritores y editores o por los lectores, sino más bien por las leyes de
Newton del movimiento.
El personaje del Duende Verde había hecho su aparición por primera vez en el número 14 de
Amazing Spider-Man como un misterioso jefe supremo del crimen y se llegó a convertir en uno de
los enemigos más peligrosos de Spidey. Además de una fuerza colosal y una panoplia de armas de
alta tecnología, tales como un deslizador propulsado por cohete y bombas en forma de calabaza, el
Duende Verde se las arregló para desenmascarar a Spiderman y descubrió su identidad secreta en el
clásico número 39 de la serie. Saber que Peter Parker era realmente Spiderman le proporciono al
Duende una clara ventaja en sus combates.
Fig. 6. La caída fatal de Gwen Stacy desde lo alto del Puente George Washington, tal como se relata en el n.º 121 de Amazing Spider-
Man. Observe el «SNAP» (onomatopeya de un crujido) cerca de su cuello en la penúltima viñeta,
© 1973 M arvel Comics
Fig. 7. Continuación de la escena de la muerte de Gwen Stacy, donde Spiderman recibe
una dura lección de física, y el genio científico del Duende verde queda en entredicho
© 1973 M arvel Comics
En el número 121 de la serie, el Duende secuestra a la novia de Parker, Gwen Stacy, y la lleva a
lo alto del Puente George Washington, utilizándola como cebo para atraer a Spiderman. En un
momento de la lucha, el Duende empuja a Gwen desde lo alto de la estructura, haciéndola
precipitarse hacia su ostensible fatalidad (ver figuras 6 y 7).
En el último instante posible, Spiderman consigue atrapar a Gwen en su red, evitando por escaso
margen que se precipitara en el río. Y no obstante, al traerla nuevamente a lo alto del puente,
Spiderman quedó traumatizado al descubrir que Gwen había muerto, a pesar de su rescate en el
último segundo. «Estaba muerta antes de que tu red la alcanzara», se burla provocativamente el
Duende. «¡Una caída desde esa altura mataría a cualquiera antes de golpear el suelo!»
Aparentemente, el Duende Verde, creador de avances tecnológicos tales como el aerodeslizador y
las bombas en forma de calabaza, no parece comprender el principio de conservación del momento.
Desde luego, de ser cierto que fue «la caída» lo que mató a la pobre Gwen, las consecuencias
para el destino de todos los paracaidistas militares y los que practican la caída libre sugeriría una
masiva conspiración de silencio por parte de la industria de la aviación. Sin embargo, los
aficionados a los cómics han discutido mucho sobre si fue realmente la caída o bien la red lo que
mató a Gwen Stacy. Esta cuestión figuraba en la lista como una de las grandes controversias de los
cómics (comparable a si Hulk es más fuerte que Superman) en el ejemplar de enero de 2000 de la
revista Wizard. Regresemos ahora a la física para resolver definitivamente la cuestión de la
verdadera causa de la muerte de Gwen Stacy.
La pregunta principal que proponemos aquí es: ¿qué magnitud tiene la fuerza ejercida por la red
de Spiderman al detener la caída de Gwen Stacy?
El momento de un objeto se define como el producto de su masa por su velocidad (el lado
derecho de la ecuación anterior). El producto de (Fuerza) × (tiempo) de la parte izquierda de esta
ecuación se conoce como Impulso. La ecuación anterior, por consiguiente, nos dice que con el fin de
cambiar el momento de un objeto en movimiento se debe aplicar una fuerza externa F durante un
cierto tiempo. Cuanto mayor sea el intervalo de tiempo, menor es la fuerza necesaria para conseguir
el mismo cambio en el momento.
Éste es el principio en que se basa el airbag de su automóvil. Cuando su coche viaja por la
autopista a una velocidad de, digamos, 96 km/h, usted como conductor se está moviendo obviamente
a esa misma velocidad. Cuando su coche se estrella con un obstáculo y se detiene, usted sigue
moviéndose hacia adelante a 96 km/h, puesto que un objeto en movimiento permanece en el mismo a
menos que sobre él actúe una fuerza externa (que llega enseguida). En los días anteriores al cinturón
de seguridad y al airbag, la columna del volante proporcionaba generalmente esta fuerza externa. El
tiempo durante el cual su cabeza estaba en contacto con el volante era breve, así que en consecuencia
la fuerza necesaria para detener su cabeza era muy grande. Al inflar rápidamente un airbag, que está
diseñado para deformarse bajo presión, el tiempo durante el cual su cabeza permanece en contacto
con el airbag inflado aumenta, comparado con el caso del volante, de forma que la fuerza necesaria
para que su cabeza vuelva al reposo disminuye. El distribuir la fuerza sobre la mayor área superficial
del airbag ayuda también a reducir las heridas de una parada repentina. Esta fuerza es todavía lo
bastante grande como para dejar inconsciente al conductor, pero lo importante es que ya no es letal.
El producto de la fuerza por el tiempo debe ser siempre el mismo, y el resultado neto es el mismo —
es decir, la velocidad inicial de 96 km/h cambia a la velocidad final de cero—. Ésta es igualmente la
justificación física de que un boxeador gire al recibir un puñetazo, aumentando así el tiempo de
contacto entre su cara y el puño de su contrincante, de modo que la fuerza que su cara debe ejercer
para detener el puño disminuya.
Ahora bien, la red de Spiderman tiene una cualidad elástica, lo cual es bueno para Gwen Stacy,
pero el tiempo disponible para detener su descenso es corto, lo cual es algo horrible. Cuanto menor
sea el tiempo, mayor debe ser la fuerza necesaria para conseguir un dado cambio en su momento.
Para Gwen, su cambio de velocidad es de 150 km/h - 0 km/h = 150 km/h, y suponiendo que pese 50
kg, su masa en el sistema métrico es de 50 kg. Si la red la detiene en solamente unos 0,5 segundos,
entonces la fuerza aplicada por la red para detener su caída es de 440 kilos. Así pues, la red aplica
una fuerza casi diez veces mayor que el peso de Gwen de 50 kilos. Recordando que el peso de un
objeto es simplemente P = m g, donde g es la aceleración debida a la gravedad, podemos decir que
la red aplica una fuerza equivalente a 10 g en un lapso de tiempo de 0,5 segundos. Como se indica en
la figura 6, cuando la red detiene a Gwen, un simple efecto de sonido indicado cerca de su cuello (el
snap[20] percibido en todo el mundo del cómic) indica el probable resultado de una fuerza tan
elevada aplicada durante un período tan corto de tiempo. En contraste, los que saltan desde puentes
dejan una distancia suficiente para permitir que la cuerda extensible se alargue durante más segundos,
con el fin de mantener la fuerza de frenado por debajo de un umbral que resultaría fatal.
Viajando a tal velocidad y deteniéndose en un intervalo de tiempo tan corto, no existe diferencia
entre tropezar con la red o con el agua. Sin embargo, se han registrado casos de personas que han
sobrevivido a fuerzas mayores que la experimentada por Gwen Tracy. El coronel John Stapp condujo
un cohete trineo en 1954 y estuvo sujeto a una fuerza de 40 g durante la deceleración, a pesar de lo
cual vivió para describir la experiencia comparable a la «extracción de una muela sin anestesia».
Naturalmente, el coronel Stapp estaba fajado de modo seguro en el interior y sujeto al trineo en una
cabina reforzada. Normalmente las víctimas de suicidios que saltan desde puentes no se mueren por
ahogamiento sino por rotura del cuello. Chocar contra el agua a gran velocidad tiene el mismo efecto
que chocar contra el suelo sólido, puesto que la resistencia del fluido al desplazamiento crece con la
rapidez con la cual se mueve uno a través del mismo (trataremos de esto más adelante en el capítulo
5 al hablar de Flash). Por desgracia para Gwen Stacy y para Spiderman, éste es otro ejemplo de
física correcta en los cómics, y a los lectores no se nos pidió que suspendiéramos la actitud crítica,
sin importar cuánto lo hubiéramos podido desear.
Parece que Spiderman haya aprendido su lección de física en relación con el impulso y el cambio
del momento. En una historia del número 2 de Spider-Man Unlimited, titulada con bastante
propiedad «Tests», se encuentra el trepamuros pegado a la cima de un rascacielos cuando un
desafortunado limpiador de ventanas pasa a su lado cayendo en picado. Lanzándose en pos del
trabajador, Spiderman debe resolver un problema de física del mundo real bajo condiciones de
mayor presión que en un típico examen final. A medida que se reduce la distancia al trabajador
(debido al hecho de que Spiderman se lanza desde el edificio con una velocidad inicial mayor que la
del limpiador de ventanas) nuestro héroe considera: «vale, tengo que hacerlo bien. No puedo
atraparlo con un cable de la red, o el latigazo lo golpeará». Como se muestra en la figura 8,
Spiderman reconoce que su mejor solución es acoplar su velocidad a la del trabajador y entonces
agarrarlo fuertemente cuando se están moviendo apenas el uno con respecto al otro. (No estoy seguro
de cómo Spiderman se frena a sí mismo hasta que su velocidad coincida con la del trabajador
¿quizás arrastrando sus pies contra la pared del edificio?) A continuación Spidey lanza un cordón de
red cuando su brazo, dotado de la fuerza de araña, es capaz de soportar el fuerte impulso asociado
con su próximo cambio de momento.
Esta solución fue empleada también en la película Spider-Man de 2002. Cuando el Duende
Verde deja caer a Mary Jane Watson desde una torre del Puente de Queensboro, en un claro
homenaje al argumento del número 121 de Amazing Spider-Man, Spiderman no detiene esta vez su
rápido descenso con su red. En lugar de ello se lanza tras ella, y solamente después de alcanzarla
emplea su red para mecerla hasta una seguridad relativa, empleando el mismo procedimiento que el
de la figura 8. Uno de los rasgos de un héroe, al parecer, es su capacidad para aprender de la
experiencia.
Fig. 8. Escena de la historia «Tests» del n.º 2 de Spider-Man Unlimited (mayo de 2004), en el cual los textos de los bocadillos revelan
el proceso de pensamiento de Spiderman a medida que hace frente a una aplicación práctica de la segunda ley de Newton del
movimiento.
© 2004 M arvel Comics
Aunque ciertamente no fuera un héroe, los razonamientos anteriores también hicieron mella en el
Duende Verde. Como se mencionó antes, el número de enero de 2000 de la revista Wizard describió
la controversia que rodeaba la muerte de Gwen Stacy como una clásica cuestión abierta en el reino
de los aficionados de los cómics. Esto motivó mi carta al editor de Wizard, publicada unos pocos
meses más tarde, que resumía el razonamiento físico anteriormente expuesto. Dos años más tarde, el
ejemplar de agosto de 2002 del número 45 de Peter Parker: Spider-Man (escrito por Paul Jenkins y
dibujado por Humberto Ramos) presentaba una trama en la cual el Duende Verde demostraba que él
también había aprendido finalmente su lección de física. En este ejemplar el Duende había enviado
una cinta de vídeo de la muerte de Gwen Stacy a los medios de difusión con el fin de atormentar
psicológicamente a Spiderman. Presentándose a sí mismo como el renuente héroe de esta tragedia, el
Duende narra en su cinta:
Al darme cuenta de que la chica había caído, corregí el rumbo de mi deslizador en un intento para salvarla. Empecé un descenso
inmediato. Pero antes de que tuviera la posibilidad de alcanzarla, Spiderman hizo algo increíblemente estúpido: a pesar de la
velocidad de su caída, decidió atraparla en esa red de goma suya. En el instante siguiente su cuello crujió como una rama carcomida.
Puede que le hubiera supuesto casi treinta años al Duende, pero aparentemente había
comprendido por fin que no fue «la caída» lo que mató a Gwen Stacy, sino la parada súbita. Si un
retorcido y demonio maníaco como el Duende Verde puede aprender su física, entonces existe una
esperanza para todos nosotros.