La Escultura Del Quattrocento - Donatello y Ghiberti
La Escultura Del Quattrocento - Donatello y Ghiberti
La Escultura Del Quattrocento - Donatello y Ghiberti
GHIBERTI
El primer Renacimiento también llamado Quattrocento, tiene lugar durante el siglo XV, y se
desarrolla en la ciudad toscana de Florencia, que se convierte en el catalizador del movimiento
humanístico italiano. Filósofos y artistas se agrupan en torno a la corte de la familia Médicis,
mecenas por excelencia de esta época dorada de la cultura europea. Arquitectos, pintores y
escultores se empeñan en una profunda renovación artística: el diseño y la perspectiva, la
recuperación del desnudo humano.
En el Renacimiento los artistas eran conscientes de las nuevas aportaciones plásticas que estaban
realizando, de sus comportamientos y nuevas funciones. Tuvo un papel relevante la labor de los
tratadistas que desarrollaron una teoría sobre la novedad del nuevo arte y el valor que suponía la
recuperación de la tradición artística de la Antigüedad. En relación con el arte, desde que a
comienzos del siglo XV se inició la formulación del nuevo lenguaje, el arte de la Antigüedad se
convirtió en un mito permanente y en una constante referencia cultural.
Al igual que durante la Edad Media no se perdió la estima y el conocimiento de la cultura y el arte
de la Antigüedad, durante el Renacimiento no desaparecieron muchas formas, usos, y
comportamientos del Arte de la Edad Media, que sirvió de soporte para el nuevo lenguaje.
La aparición del nuevo arte del Renacimiento, a principios del siglo XV, supuso una radical
transformación partiendo de una serie de planteamientos comunes: perspectiva, proporción,
relación armónica de las partes, nuevo concepto de belleza ideal…
En el Renacimiento el arte se convierte en un instrumento de prestigio, cultural, político y social.
Para ello los mecenas establecían una selección previa del lenguaje de los artistas que mejor
podían servir a sus pretensiones.
Los artistas asumieron un nuevo comportamiento en el que la ciencia y la teoría pasaban a
desempeñar un papel fundamental en su actividad. La consideración de los escultores, arquitectos
y pintores como operarios mecánicos fue desapareciendo en favor de la consideración de su labor
como propia de artistas liberales. Su papel relevante quedó reflejado en obras como las “Vitae” de
VASARI. Cada vez más se hicieron frecuentes las firmas de sus obras, o que ellos mismos se
autorretratan en algunas de ellas.
En la formulación del nuevo lenguaje la preocupación por la perspectiva fue común a pintores,
escultores y arquitectos. La perspectiva dotaba de una unidad espacial y temporal a las
representaciones, al desarrollar en la composición acciones ocurridas en un solo instante vistas
desde un único punto.
Las primeras manifestaciones del nuevo lenguaje tuvieron lugar en el campo de la escultura. En
1401 se convocó un concurso para realizar las segundas puertas del Baptisterio florentino, en el
que ya existían unas primeras puertas realizadas por Andrea Pisano (1290-1349), considerado el
fundador de la escuela florentina de escultura. En los paneles que realiza para las puertas de
bronce del Baptisterio de Florencia, emplea un estilo naturalista y narrativo que supone un nuevo
acercamiento al clasicismo de la Antigüedad. Ghiberti (1378-1455), que resultó finalmente
ganador del concurso con un relieve denominado El sacrificio de Isaac.
En las terceras puertas del Baptisterio florentino -las segundas realizadas por Ghiberti entre 1425
y 1452- puede apreciarse como ya se ha formulado con plenitud un nuevo lenguaje. El volumen de
los relieves disminuye del primer término al último y la definición de los contornos, y a medida
que los objetos y figuras representadas se hallan más alejados del espectador, se van difuminando
(técnica del “schiacciato”, o relieve aplanado).
Sin embargo, fue Donatello (1386-1466) el artista que acometió con más resolución y coherencia
el problema de la escultura exenta. Donde el nuevo lenguaje se manifiesta con toda plenitud es en
el David de bronce (h.1430). Donatello fue uno de los artistas renovadores de la escultura urbana a
través de la recuperación de algunas tipologías de la Antigüedad, como el retrato ecuestre del
condottiero Gattamelata (Padua), realizado entre 1443 y 1453, es uno de los primeros ejemplos en
los que la escultura asume el papel de instrumento e imagen exaltadora del poder.
EL DAVID DE DONATELLO
Donatello representa un joven desnudo, de pie, con el pelo largo, con sombrero y calzando botas
hasta las rodillas. En la mano izquierda, David lleva una piedra con la que ha abatido a su enemigo
y, en la derecha, sostiene una espada con la que le ha cortado la cabeza. Su pierna derecha soporta
firmemente el peso del cuerpo erguido y la izquierda descansa sobre la cabeza de Goliat, el adalid
de los filisteos. su desnudez permite apreciar con mayor claridad el suave modelado del cuerpo y
el juego de curvas compositivas que dibujan su anatomía. Esta actitud de reposo es
magníficamente correspondida por su rostro, que transmite una sensación de serenidad debido a
las estudiadas proporciones de sus facciones. La sinuosidad de los contornos delicados se refuerza
con la percepción anatómica de su musculatura, que imprime al personaje una sexualidad
ambigua.
Según la Biblia, el joven pastor de Belén, David, se ofreció al rey de Israel, Saúl, para aceptar el
desafío del gigante filisteo Goliat, que quería decidir en una lucha personal el vencedor de la
guerra que mantenían estos dos pueblos. Con una simple onda, David consiguió vencer a su
adversario. Probablemente, en la recreación de Donatello se haya presente la interpretación
teológica que ve en el enfrentamiento de David con Goliat, una prefiguración de la victoria de
Jesús sobre Satanás, del bien sobre el mal. Históricamente se ha interpretado el yelmo (con visor y
alas de Goliat) como una alusión a los duques de Milán, que en esta época amenazaban a
Florencia, representada por David, que lleva en la cabeza el sombrero típico de los campesinos
florentinos.
EL CONDOTTIERO GATTAMELATA