El Teatro Desde Prinicipios Del Siglo XX Hasta 1939
El Teatro Desde Prinicipios Del Siglo XX Hasta 1939
El Teatro Desde Prinicipios Del Siglo XX Hasta 1939
El género teatral necesita ser representado por unos actores y ante un público para estar completo. Por ello encontramos dos
fuertes condicionamientos comerciales de las obras:
Por un lado, la necesidad de unos locales para la representación. En el período que vamos a analizar, esos locales son de
propiedad privada y están orientados hacia el negocio.
Por otra parte, el público que en esta época asiste a las representaciones es mayoritariamente burgués y aristocrático.
IDEOLÓGICO: las obras no pueden sobrepasar la capacidad autocrítica del público burgués, cuando no son claramente
conservadoras.
ESTÉTICO: la casi inexistente innovación técnica o experimentación de un teatro que se orienta hacia un público que entiende el
género como simple divertimento.
Los que no responden a estos condicionantes o se adaptan a las circunstancias o se resignan a una lectura minoritaria.
Por todo esto, podemos establecer dos grandes grupos de autores: unos que realizan un teatro que cuenta con el favor
del público, orientado hacia un público burgués, escasamente crítico y que aporta pocas novedades técnicas (el teatro que
triunfa); un segundo grupo que pretende ofrecer un nuevo tipo de obras, bien por su carga crítica, bien por sus innovaciones
técnicas, o bien por ambas. Esta tendencia, sin embargo, fue en la mayoría de los casos un fracaso comercial (el teatro
innovador).
⮚ TEATRO POÉTICO EN VERSO: Presenta una conexión superficial en la forma con la corriente modernista, pero
ideológicamente es conservador y tradicionalista, cercano al drama romántico y al drama histórico del siglo de oro. Se
trata de un teatro de pura evasión para una España en crisis, falto de objetividad histórica.
Destacan EDUARDO MARQUINA con Las hijas del Cid, En Flandes se ha puesto el sol y los HERMANOS MACHADO:
Antonio y Manuel Machado escribieron en colaboración La Lola se va a los puertos.
⮚ TEATRO POPULAR Y CÓMICO, intrascendente, cuya intención es entretener al espectador y hacerle pasar un buen rato.
Es un teatro muy reiterativo en las formas de conseguir el humor: equívocos, juegos de palabras... Destacan los
hermanos Álvarez Quintero (representantes del teatro regionalista andaluz, que escriben obras agudas e ingeniosas,
como El genio alegre o La puebla de las mujeres, Carlos Arniches (pintor de las costumbres madrileñas y creador de un
género que se conoció como "la tragedia grotesca", donde se mezclan lo cómico y lo conmovedor, en ellas el autor
denuncia una serie de lacras sociales: el atraso cultural de España, la injusticia social, el caciquismo y la inmoralidad de
las clases dirigentes; destacan obras como Los caciques o La señorita de Trevélez y , por último, Pedro Muñoz Seca,
inventor de un nuevo género, "el astracán", una parodia en verso del teatro posromántico: La venganza de don Mendo.
Los mejores cultivadores de este nuevo teatro renovador serán Valle- Inclán y García Lorca. Pero debemos destacar
también algunos autores que plantearon en España un teatro distinto:
▪ Unamuno: escribe un teatro de ideas, donde lo fundamental es el texto, los conflictos de los personajes. Hay en estas
obras poca acción y escasez de elementos escénicos. Destacan Fedra y El otro
▪ Jacinto Grau con El señor de Pigmalión y Ramón Gómez de la Serna con Los medios seres, plantean también
experiencias renovadoras.
▪ Pedro Salinas y Rafael Alberti, autores de la Generación del 27, escriben un teatro interesante, entre otras destacan
Noche de guerra en el museo del Prado (de Alberti) y El director de Pedro Salinas.
▪ Jardiel Poncela y Miguel Mihura son los máximos exponentes de un grupo de autores que realizan una interesante
labor de renovación del teatro humorístico. Ambos alcanzan el éxito en los años de posguerra.
Sin embargo, dos autores destacan por encima de todos en el panorama teatral español del siglo XX: Federico García
Lorca y Ramón Mª del Valle- Inclán.
VALLE-INCLÁN:
Es uno de los autores más controvertidos, rigurosos, extravagantes y geniales que ha dado nuestra literatura. Se inició
en el Modernismo con las novelas de la serie de las Sonatas. Su obra supone una revolución en la historia del teatro español tan
novedosa, que no se conoció hasta cuarenta años después de haberse escrito, de hecho, se adelanta en gran parte al teatro
europeo de vanguardia.
Su obra teatral suele agruparse en tres ciclos: Ciclo mítico: Comedias bárbaras, Divinas palabras; Ciclo de la farsa: La marquesa
Rosalinda, Farsa y licencia de la reina castiza y El esperpento: Luces de Bohemia, (1920) y la trilogía "Martes de carnaval" (Los
cuernos de don Friolera, 1921; Las galas del difunto, 1926; La hija del capitán, 1927).
Su última etapa, la más lograda es la de los ESPERPENTOS: deformación de la realidad, presentándola como cosa
extravagante o ridícula.
Sobresalen Divinas palabras y Luces de bohemia, ambas de 1920. En ellas, España es una deformación grotesca de la civilización
europea. La tragedia es un género demasiado noble para recoger aquel ambiente. Por eso el sentido trágico de la vida española
sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada: ese es el fundamento del esperpento.
Luces de bohemia narra la última noche de vida del poeta Max Estrella, ciego, bohemio, pobre y desafortunado que
deambula por las calles de Madrid camino de su muerte, recorriendo diversos lugares y dando cuenta de la crítica situación del
país.