Volumen 3 (Historia Constitucional de Venezuela Tomo III)

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JOSE GIL FORTOUL

OBRAS COMPLETAS

VOL. III
1/2

HISTORIA

CONSTITUCIONAL DE VENEZUEI A

CUARTA EDICION

TOMO TERCERO

LA OLIGARQUIA LIBERAL

MINISTERIO DE EDUCACION
DIRECCION DE CULTURA Y BELLAS ARTES
Comisión Editora de las Obras Completas de José Gil Fortoul
CARACAS · VENEZUELA
1954
OBRAS COMPLETAS DE GIL FORTOUL

VOL . III
COMISION EDITORA

J. A. Cova Director

Ana Mercedes Pérez Secretaria

Elsa Rovero Tovar Auxiliar del Director


JOSE GIL FORTOUL

OBRAS COMPLETAS

VOL. III

HISTORIA

CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA

CUARTA EDICION

TOMO TERCERO

LA OLIGARQUIA LIBERAL

DOCUMENTS DEPARTMENT

FEB 14 1908

LIBRARY
UNIVERSITY O, CALIFORNIA
MINISTERIO DE EDUCACION
DIRECCION DE CULTURA Y BELLAS ARTES
Comisión Editora de las Obras Completas de José Gil Fortoul
CARACAS · VENEZUELA
1954
LIBRO QUINTO

LA OLIGARQUIA LIBERAL
·
1

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PQ8549
G5

1954

v.3

CAPITULO I

MONAGAS Y PAEZ

SUMARIO: Consecuencias del 24 de enero. - El personalismo. ▬ ▬ ▬ ▬ ▬ ▬ ▬ ▬ ▬


Divídese el partido conservador. - Apela Páez a la guerra. ――――
Revolución de 1848. ―― Revolución de 1849. - Capitulan los
revolucionarios con José Laurencio Silva. - El Consejo de Go
bierno desaprueba la capitulación. ¿Perdón o castigo?
Clemencia aparente. - Lo mismo que el año 36. - Prisiones
y expulsiones . - Actitud del Congreso. ― La ferocidad política.
- Reclusión y extrañamiento de Páez. ――― ¿Monagas o Páez? -----
Arcades ambos.

Vimos que la fracción del partido conservador capitaneada


por Páez cometió un error en las elecciones de 1846 y en el Con
greso de 1847, error para ella irreparable, asegurando el triunfo de
la candidatura presidencial de Monagas, campeón que fué en los
años de 31 y 35 de la tendencia militarista y reaccionaria, en lugar
de favorecer la candidatura de José Félix Blanco o la de Bartolomé
Salom, que representaban la tendencia progresista, igualmente sim
pática a la izquierda del partido conservador y a los elementos
moderados del partido liberal. Pensó el grupo paecista que Mo
nagas era incapaz de gobernar sin su apoyo, o no podía lógica
mente echarse en brazos del partido de Guzmán, su enemigo en
las elecciones ; y pretendió que el nuevo Presidente se resignara,
por gratitud o impotencia, a ser mandatario sumiso de quienes lo
exaltaron al Gobierno. Pero creyó, en cambio, Monagas, que ro
dearse de los vencidos era justamente el único medio de satisfacer
su congénita propensión al mando personalista y autoritario . De

060
10 JOSE GIL FORTOUL

aquí arrancó el conflicto. Fallidas las esperanzas de los paecistas ,


apelan a la oposición constitucional en la prensa y en el Congreso.
Monagas suprime la oposición el 24 de enero. En seguida, los
paecistas se lanzan a la revolución.
Los sucesos del 24 de enero y días siguientes revelan que la
doctrina de la separación de poderes, antes dependía de la tole
rancia del Jefe del Estado que del prestigio de la Constitución, y
demuestran además, que el ensayo de administración estable y
respetuosa de las leyes, iniciado por la Oligarquía Conservadora ,
apenas era posible se consolidara si no continuaban sucediéndose
en la presidencia hombres como Páez y Soublette (de la misma
escuela eran los candidatos Blanco y Salom), hábil el uno en per
mitir el predominio del elemento civil, sin perder por esto su pres
tigio personal, y ducho el otro en manejos diplomáticos para go
bernar con mano suave y criterio oportunista . El advenimiento
de un presidente autoritario por instinto, más confiado en el golpe
de su espada que en consejos de filosofía política, debía producir
sin remedio un cambio radical en los procedimientos gubernativos .
Triunfante, pues, el personalismo, al equilibrio más o menos estable
que antes existiera entre los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judi
cial, se sustituyó la voluntad soberana del Ejecutivo ; y el residuo 1
de la Oligarquía Conservadora se partió en dos, resignándose una
fracción a esperar del tiempo y de las circunstancias el desquite
de su derrota (lo conseguirá en parte aliándose con los liberales
en 1858), y aventurando la otra su porvenir, hasta malograrlo, en
el azar de la guerra .
Reanudadas las sesiones de las Cámaras Legislativas el 25 de
enero de 1848, les dirigió un mensaje el presidente Monagas pi
diéndoles " autorización extraordinaria para conservar la paz y el
orden público". Las Cámaras, incapaces ahora de contradecir al
Ejecutivo, tanto por la ausencia de los representantes más notables 1
del partido conservador cuanto por el temor de los demás ante la
probabilidad de nuevos atentados, apresuráronse, reunidas en Con
greso el 26, a autorizar al Gobierno para llamar al servicio hasta
10.000 hombres de la milicia nacional; para negociar por vía de
empréstito hasta la suma de un millón de pesos (aumentada a dos
millones por resolución del 14 de marzo); para expedir durante
noventa días (y noventa más según resolución del 22 de abril)
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 11

ordenes escritas de comparecencia o arresto a los indiciados de


tramas contra la tranquilidad o seguridad del Estado; y para con
ceder un indulto o amnistía general de todos los actos o delitos
políticos, eleccionarios o de imprenta, cometidos desde que se san
cionó la Constitución de 1830, con los demás indultos generales o
particulares que fueran necesarios. Estas facultades extraordina
rias las exigían los indicios, convertidos en hechos a los pocos días,
de una revolución tramada por el partido paecista, y la amnistía
de los delitos políticos tenía el doble objeto de disculpar definitiva
mente a los revolucionarios liberales vencidos en los años anterio
res y no intentar proceso criminal contra los autores del 24 de enero.

Cuando Monagas, fiel a su máxima de que "la Constitución


sirve para todo" y empeñado en conservar una apariencia siquiera
de legalidad, logró el 25 de enero que se volviese a reunir el Con
greso, dirigió una carta a Páez en la que atribuía a exaltación del
pueblo de Caracas lo sucedido el día anterior, y le pedía conse
jo (1). Páez le contestó desde El Rastro, el 31 de enero, en términos
que hacían imposible toda conciliación . "Agrava mi dolor —le
"dijo el convencimiento que me asiste de la gran responsabilidad
"moral que pesa sobre mí por haber sido el más empeñado en la
"exaltación de V. E. a la Presidencia .... Yo no puedo ser indife
"rente al alto crimen perpetrado contra la nación, en el asesinato
"de algunos de sus Representantes, y en el envilecimiento y hu
"millación, a que se aspira, de los demás .... Quiérese persuadir
"que en realidad el Congreso está desempeñando sus augustas
"funciones. ¿Tiene libertad un Congreso que acaba de pasar por
"los horrores del día 24, que está cercado de bayonetas y amena
"zado, si no se reune , con el asesinato de las familias de la capital?
"Yo no puedo hablar de estos hechos sin expresar toda la indigna
ción que me causan, toda la detestación con que los miro: la histo
"ria no presenta ejemplos de maldades tan fríamente ejecutadas ....
"Aunque no tengo motivos para esperar que mis indicaciones sean
"atendidas por V. E., resuelvo presentarle las únicas que pueden
"calmar la excitación de los pueblos y evitar desastres. Propon
"go a V. E. que se someta dócilmente (sic) al juicio a que la opinión
"pública le llama por muchos de sus actos calificados de abierta

(1) Autobiografía, t. II, p . 599.


12 JOSE GIL FORTOUL
1

"mente contrarios a la Constitución: le propongo que retire todas


"las fuerzas de la capital, y que auxilie a las Cámaras en su trasla
"ción a otro punto, como lo había resuelto ya una de ellas para I
"que puedan deliberar en la calma de las pasiones y con indepen
"dencia sobre la suerte de la República. Es el único partido que
"hallo capaz de inspirar alguna confianza, y el único que puede
"colocar a V. E. en buen terreno. Si V. E. lo rechaza, (quién podrá
'
"evitar la guerra, que ha principiado ya asesinando a los represen
"1
"tantes del pueblo? ....
Páez se creía aún, como si corriera el año de 1835, pontífice
máximo de la Oligarquía. Los hechos le probaron en seguida que
se ilusionaba con un anacronismo. Pocos e indolentes partidarios,
entre los prohombres del antiguo régimen, le acompañaron en su
nueva aventura, si acaso justificable ésta por la conducta de un
presidente alzado contra toda ley, inconsulta, sin embargo, o de
carácter sospechoso, ya que la opinión pública veía en la guerra
1
no tanto el propósito de restaurar la Constitución, cuanto el deseo
de Páez de recuperar su influencia y vengarse de la traición perso
nal del hombre que le debía la Presidencia.
El 4 de febrero expide Páez en Calabozo su manifiesto de gue
rra, y el 20 ocupa a San Fernando de Apure con no más de 400
hombres. El 10 de marzo lo desbarata Cornelio Muñoz en Los Ara
"
guatos, cerca de la ciudad de Achaguas, obligándole a fugarse a
Nueva Granada . Entre los jefes de prestigio, sus más notables
partidarios fueron los generales José María Zamora y Judas Tadeo
Piñango. Con mala suerte. El primero,alzado en los cantones de
Orituco y Chaguaramas, capitula y se acoge a indulto a principios
de marzo. Piñango logra sublevar la Provincia de Maracibo, in
vade la de Coro, derrota en Cumarebo, el 6 de marzo, al general
Antonio Valero; pero el 6 de abril toma éste su desquite en Tarata
ra, donde pierde Piñango sus tropas y la vida. La campaña de
guerrillas continúa con alternados triunfos y reveses, en las pro
vincias de Maracaibo, Trujillo (aquí dirigida por el coronel Agustín
Codazzi, en mala hora olvidadizo de sus otras empresas civilizado
ras), Mérida y Cumaná, hasta que toda la República se declara
por el Gobierno a fines del año 48.
A mediados del 49 se reenciende la guerra ; porque ni Páez se
consideró definitivamente vencido en Los Araguatos, ni tuvo Mo
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 13

nagas la habilidad de borrar con una política conciliadora su tro


pelía del 24 de enero. Prefirió echar leña a la hoguera. A 10 de
abril de 1849, sin ningún enemigo en armas, el Presidente expide
un decreto de indulto general tan enconado y parcial como el tris
temente célebre de 1836. Considera " que el triunfo de las armas
de la Nación en la campaña gloriosa de 1848, ha asegurado el
imperio de la Constitución de la República, y en él los derechos y
la soberanía del pueblo venezolano; que desplegado el valor en
los campos de batalla, es del honor de la República restañar la
sangre y enjugar las lágrimas de sus hijos con el noble ejercicio
de la clemencia", pero (a renglón seguido) como "la vindicta de
las leyes, la opinión de los pueblos y el orden y la tranquilidad
exigen todavía precauciones temporales en el ejercicio de esa cle
mencia", decreta: " indulto general a todos los individuos que des
de el 26 de enero de 1848 hayan delinquido políticamente , promo
viendo, sosteniendo o tomando parte en la rebelión acaudillada
por el ex-general José Antonio Páez contra las leyes y derechos
de la Nación y su Gobierno Constitucional "; pero "quedan excep
tuados de esta gracia el jefe de la facción José Antonio Páez; su
segundo en ella Carlos Soublette; Auditor y Secretario Dr. Angel
Quintero; el que se llamó Delegado José Hermenegildo García; el
Pirata José Celis; los que se llamaron Gobernadores de Provincia
José Aniceto Serrano, Agustín Codazzi y Mariano Ustáriz; y los je
fes militares Escolástico Andrade, Tomás Castejón, Manuel María
Martín, Domingo Hernández, Joaquín Peña y Francisco Antonio Ca
rrera". Refrenda este singular decreto de clemencia el ministro
Diego A. Caballero.
Quien a las pocas semanas creyó que las consecuencias ve
nían a justificar las excepciones. En la noche del 21 de junio
se descubrió en Caracas una conjuración, inspirada por los paecis
tas y capitaneada por un tal Lorenzo Belisario, con el fin de apo
derarse de la persona de Monagas . En el consiguiente alboroto
se escaparon los conjurados con su capitán Belisario, quien murió
luego en una escaramuza por los lados de Calabozo.
Fué lo de Caracas el principio de la revolución que se llamó
"Restauradora". Pronúncianse a un tiempo pueblos de Barlovento,
del Tuy y de los llanos del Guárico . Sublévase la guarnición de
Coro el 28 de junio, poniendo preso al comandante de armas ge
14 JOSE GIL FORTOUL

neral Antonio Valero. El 2 de julio desembarca Páez en La Vela,


y el 20 se mueve por la costa hacia Puerto Cabello, acompañado
de unos 600 hombres. Va a ser más desgraciado todavía que en

el año anterior. Lleva la vista sobre Valencia; pero sus antiguos
partidarios le ven pasar indiferentes, y los generales del Gobierno
lo atajan, lo persiguen y al fin lo acorralan. José Laurencio Silva
le cierra el camino con más de 1.000 hombres, Santiago Mariño
marcha desde Calabozo con 2.600, José Gregorio Monagas desde
Chaguaramas con 2.000 . El 14 de agosto se encuentra Páez en
Vallecito, ya en la imposibilidad de pasar a Tinaquillo, ni de tor
hacia los Llanos, ni de revolverse tampoco por Barquisimeto;
y resuelve despachar un parlamentario, el capitán José Jesús Vi
llasmil, a proponerle a Silva una entrevista de paz ( 1). Silva re
husa la entrevista y contesta que "no tiene órdenes para contratar;
pero que, en lo que le respecta, y en el círculo de sus facultades ,
ofrece la seguridad de las vidas de los que se rindan a discre
ción". A más aspiraba Páez; aspiraba a una capitulación en re
gla, y comisionó a su jefe de estado mayor, general León de Fe
bres Cordero, para que tratase de estipularla con Silva. La firma
ron el 15 de agosto en Macapo Abajo o Campo Monagas (2). Cor
dero proponía en nombre de Páez: que se admitiese la entrega in
mediata de las armas y municiones de la fuerza que mandaba;
que se admitieran sus órdenes para el sometimiento de cualesquie
ra partidas que le tuvieran por jefe ; que abandonaría el territorio
en el término de la distancia al puerto que se le señalase para su
embarco, obligándose a fijar su residencia en los Estados Unidos o

(1) Memoria de Guerra, 1850, del Ministro Francisco Mejía, y Manifiesto sobre la
campaña de 1849 por el general León de Febres Cordero. Nueva York, 1850.
(2) Los partidarios de Páez emplean el primer nombre y los de Monagas el segundo.
Cordero dice en su Manifiesto, p. 20: "Puestas ya en limpio (mis proposiciones), antes de
escribirse la fecha, preguntó al señor general Silva cómo se llamaba aquel lugar, y él me
contestó con seguridad, sin vacilar siquiera: Macapo-Abajo; y así feché . Fué bajō la
influencia del comandante José E. Morales, presente cuando el general Silva extendía el
decreto aprobatorio de las proposiciones, que éste fechó poniendo Campo-Monagas en lu
gar de Macapo-Abajo. Interesóse mucho el General en que yo rehiciera mis proposiciones
para fecharlas de acuerdo con su decreto; pero me negué a ello, porque estaba conven
cido de que el nombre de Macapo-Abajo es el verdadero de aquel sitio, al cual con un
fin muy estudiado ha querido ponerse el de una quebrada que corre al pie del collado
de donde se desciende a aquel valle". Blas Bruzual, en El Republicano del 25 de agosto,
1849, refiere que "la división Bolívar estaba acampada en la sabana Monagas, que per
teneció al abuelo del Dr. Monagas" . Las actas del Consejo de Gobierno y la Memoria de
Guerra dicen casi siempre Campo Monagas, y alguna vez Macapo .
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 15

Europa; que a todos se les garantizase la vida, de acuerdo con


la novísima ley de conspiradores, que abolía la pena de muerte
por delitos políticos, y sus propiedades, conforme a la Constitución;
que a sus compañeros se les permitiese permanecer libres en la
República, si no preferían expatriarse; que a los oficiales de su
fuerza se les dejase el uso de sus armas; y que se atendiese a los
heridos. Silva convino en respetarlos a todos según sus clases ;
tratar bien a los heridos y enfermos; licenciar las tropas; permitir
el uso de sus armas a los oficiales ; y elevar al Gobierno y reco
mendarle las demás proposiciones del jefe enemigo.
Los revolucionarios cumplieron inmediatamente la capitulación,
y véase, por el número de su gente y la lista de sus elementos de
guerra, a qué triste condición estaban reducidos :

3 generales
7 coroneles
11 comandantes.
1 vicario general
1 auditor de guerra
1 cirujano mayor
1 comisario de guerra
69 oficiales
560 individuos de tropa
Con 502 fusiles
502 cartucheras
502 tahalíes
60 carabinas
42 lanzas
5 cajas de guerra
2 cornetas
1 botiquín
12 cajones de pertrechos
24 mil cartuchos embalados
1620 piedras de chispa además de las que
tenían los fusiles.

Pero Monagas y sus partidarios desaprobaron lo pactado por


Silva. Consultado el Consejo de Gobierno cómo había de proce
16 JOSE GIL FORTOUL

derse con Páez y sus compañeros, y también con los demás au


tores y cómplices de la revolución, dictamina el Consejo, en se
sión del 30 de agosto, que el Ejecutivo no puede estimarse obli
gado al cumplimiento de lo estipulado en Campo Monagas, por
que "ningún poder ni facultad había concedido a ninguno de sus
agentes civiles ni militares, para conceder gracia alguna ni admi
tir condiciones de los facciosos; porque la única que admitió el
general Silva se refirió por él mismo a una sola ley (la de cons
piradores, que garantizaba la vida), cuya designación, inteligencia
y aplicación son de la exclusiva competencia de los tribunales de
justicia; y porque para toda concesión hubiera sido necesario el
ejercicio de la facultad 4º de las extraordinarias que contiene el
artículo 118 de la Constitución (conceder amnistías o indultos ge
nerales o particulares), de la cual carecía el Poder Ejecutivo, que
no estaba facultado por el Congreso, ni autorizado por el Consejo
para ejercerla, por sí ni por delegación". Sobre estos fundamen
tos, que el Consejo estima "sacados genuinamente de los documen
tos oficiales que forman el expediente de la materia, del texto de
las leyes y de la expresión unánime (?) de los publicistas ", conclu
ye: "1° Que no existe tratado, convenio, ajuste ni capitulación, que
obligue en derecho al Poder Ejecutivo respecto de los rendidos en
el campo Monagas a la división "Bolívar" ; 2° Que puede y debe el
Poder Ejecutivo obrar a discreción respecto a la suerte de aquellos
rendidos, ya sea entregándolos al juicio de los tribunales comu
nes, para que sean juzgados y castigados conforme a las leyes,
o ya sea indultándolos en todo o en parte, en uso de la facultad 4ª
del artículo 118 de la ley fundamental , para cuyo ejercicio ha sido
autorizado S. E., por el Consejo, previa la competente solicitación,
en el acuerdo celebrado el día 19 de los corrientes".
Y en cuanto "a la línea de conducta que más convenga a
la República en el uso del poder discrecional que va a ejercer S. E.
el Presidente", opina el Consejo que por equidad se les remita el
juicio a los rendidos; que, sin embargo, no es posible indultarlos
de toda pena, "porque la indulgencia universal y absoluta (?) de
que ha usado S. E. durante un año ", "no ha producido sino nuevos
y escandalosos atentados"; y que "bastando a la tranquilidad de
"la República la reclusión temporal del caudillo invasor en una for
"taleza u otro lugar adecuado, guardado competentemente, su ulte
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 17

"rior y oportuno extrañamiento a perpetuidad cuando aquella no


"sea necesaria al orden y tranquilidad de la patria, puede S. E. el
"Presidente remitirle el juicio bajo la expresada condición, sin que
"se entiendan libres sus propiedades de las responsabilidades que
"graviten sobre ellas, conforme a las leyes de la República , porque
"esta concesión no está al alcance de las facultades del Poder Eje
"cutivo .Respecto a los demás jefes e individuos de la plana ma
"yor de la fuerza rendida en el campo Monagas, juzga el Consejo
"que S. E. el Presidente puede remitirles el juicio, detener en prisión
"por el tiempo que estime necesario a los más peligrosos, y expulsar
"a éstos después y a los demás desde ahora, imponiéndoles un
"extrañamiento que no baje de 10 años a los reincidentes, ni de 5
"a los demás.- Respecto a los demás oficiales de la misma fuerza ,
"cree el Consejo que puede remitirles el juicio, y expulsarlos de la
"República o confinarlos a Provincias o cantones de ella, por un
"término que no baje de 2 años.-En cuanto a los individuos de
"tropa, estima suficiente el Consejo que después de indultarlos del
"juicio, sean confinados a diferentes cantones hasta por 2 años.
"En lo que toca a los demás autores y cómplices de la revolución
"que acaba de ser vencida, juzga el Consejo : que todos los cabe
"cillas deben seguir sometidos a juicio, conforme a las leyes, y
"sufrir sus fallos respectivos; que los reos indiciados como autores
"o cómplices de crímenes o proyectos de asesinato, queden sujetos
"al juicio y castigo conforme a las leyes; que los demás autores y
"cómplices e indiciados de complicidad en la revolución citada ,
"sean divididos en dos clases: la una de los que el Poder Ejecutivo
'estime más delincuentes y peligrosos, los cuales podrán expulsar
"
"del territorio hasta por 2 años; y la otra de los que , más disculpa
"bles podrá confinar el Gobierno a las poblaciones que estime con
"venientes por 2 años.-El Consejo cree, además, que todo sacer
"dote que se haya complicado en la revolución, debe ser expulsado
"del territorio por un término que no baje de 5 años ”.
Tal fué el dictamen de la mayoría del Consejo de Gobierno,
dictamen que revela otra vez que la Oligarquía Liberal continuaba
imitando los errores de la Oligarquía Conservadora, en sobreponer
la pasión partidaria a la moralidad política y en preferir la acción
del Poder Ejecutivo, tan propensa a la iniquidad, a las naturales
atribuciones del Poder Judicial. Componían el Consejo el Vicepre
2-III
18 JOSE GIL FORTOUL

sidente de la República, Antonio Leocadio Guzmán, los ministros


Rafael Agostini, Jacinto Gutiérrez y Francisco Mejía, y José Manuel
García, obispo Talavera, Blas Bruzual, Trinidad Portocarrero y Ru
fino González. Pero no aprobaron todos el conjunto del citado dic
tamen. Agostini disintió en cuanto al mínimum de 5 y 10 años de
expulsión a los jefes y plana mayor de los rendidos. Talavera opi
nó que no debía considerarse como absolutamente inexistente el
convenio de Campo Monagas; que no se fijase término a la expul
sión de los rendidos , ni de los sacerdotes comprometidos, dejándose
esto a discreción del Gobierno; que Páez debía ser confinado, no
recluído; que no se sometiese a juicio a los cabecillas de las demás
facciones, ni a los individuos indiciados de delitos comunes. Gon
zález estuvo por enjuiciar a todos los cabecillas y no a la tropa.
Bruzual salvó su voto opinando que Páez y algunos otros cabecillas
fuesen entregados al Poder Judicial para imponerles la pena corres
pondiente según la ley, y para que se averiguase en el juicio quié
nes eran sus cómplices embozados y qué puntos de connivencia
hubiera entre los jefes revolucionarios y la conjuración descubier
ta en Caracas en el mes de junio, a la que se quiso atribuir "un
origen de clase". Finalmente Gutiérrez salvó también su voto, en
términos que reproduciremos íntegros por la gran resonancia que
tuvieron en los círculos políticos . "Mi dictamen —dijo- fundado
"en las razones que he interesado en la discusión de este serio
"asunto, se reduce a los dos puntos siguientes: 1º Respecto de los
"rendidos en Macapo, el Consejo debe consultar al Poder Ejecutivo
"que respete y cumpla y haga respetar y cumplir el convenio cele
"brado el 15 de este mes por el Sr. general de división José Lauren
"cio Silva, comandante general de operaciones contra el enemigo,
"disponiendo en consecuencia de los rendidos en armonía con di
"cho convenio. El general Silva como general en campaña estaba
"facultado naturalmente por su propia misión y carácter para aquel
"acto, sin necesidad de previa y especial autorización; porque aun
"cuando careciese de poder, deberían suplirlo el decoro del Go
"bierno, la dignidad y alteza de la República, los principios de
"equidad y los fueros de la desgracia. 2º En cuanto a los autores
"y cómplices en los otros movimientos revolucionarios, el Poder
"Ejecutivo que tiene acordada por el Consejo la facultad 4ª del
"artículo 118 de la Constitución, debe ejercerla con todos los com
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 19

"prometidos; separando a unos del país y a otros de su domicilio,


"por el tiempo que juzgue necesario, y mandando poner en libertad
"para que se restituyan a sus casas a aquellos que no crea perju
"diciales de modo alguno a la paz y seguridad de la República.
"Es así que sellaremos el expediente ya muy voluminoso de nues
"tras desgracias, que acercaremos los días de la tranquilidad y del
"trabajo, que habrá paz en los ánimos, contento en los corazones,
"bienestar y libertad para todos. Así alzaremos la República a sus
"grandes destinos y tendrán porvenir nuestros hijos. Después de
"haber errado todos, hagamos entrar en juicio a todos por medio
de la magnanimidad " .

Palabras que no hallaron ningún eco simpático entre los ami


gos del Gobierno. A Gutiérrez le recordaron en seguida que era
presidente del Senado el 24 de enero del 48 y partidario entonces
del enjuiciamiento de Monagas; que ahora se encontraba "por ca
rambola" de ministro liberal, y que en consecuencia su voto salva
do se reducía a un simple artificio para favorecer a sus amigos po
líticos, inclinando al Gobierno " a que pusiera en libertad a todos
los conspiradores, a fin de que no perdieran los preparativos de
guerra que estaban haciéndose fuera de Venezuela" (1). Sólo Fe
lipe Larrazábal, redactor de El Patriota y uno de los campeones del
antiguo partido liberal, acogió y defendió con entusiasmo el dicta
men de Gutiérrez y se engolfó en recia polémica con su correligio
nario Blas Bruzual, que ahora escribía con tanta hiel como los con
servadores del año 36. Gutiérrez renunció su cartera.

Silva procuró sincerarse en un papel titulado A la Nación. "El


tratado -dice- en que estampé mi nombre, es una convención
solemne.... Los convenios celebrados por los poderes subalter
nos, en virtud de la autoridad que para ello les otorgan las faculta
des de su comisión, han sido siempre considerados, desde la más
remota antigüedad, como tratados inviolables que ligan al sobera
Las consideraciones que dejo hechas suben de punto en
su fuerza y extensión, si a la justicia que ellas envuelven en sí
mismas se añaden, por la parte de los enemigos, la sinceridad y
buena fe con que se sometieron a las fuerzas de la República .... “

(1 ) Artículo de Bruzual en El Republicano del 15 de septiembre.


20 JOSE GIL FORTOUL

Pero le replicaron que las facultades naturales de los coman


dantes generales no pueden extenderse hasta obrar contra el dere
cho positivo, contra las leyes vigentes ; que para el 15 de agosto el
Ejecutivo no tenía facultad de remitir el juicio a los conspiradores,
porque necesitaba la autorización del Congreso o del Consejo de
Gobierno para ejercer la atribución de amnistía o indulto, autoriza
ción que el Consejo no acordó sino el 19 de agosto; que si el Eje
cutivo no gozaba el 15 de tal facultad, mucho menos podía atribuír
sela un general en campaña; que la conducta de éste resultaba
inexplicable por sus contradiciones, pues el 14 le escribió a Páez
que no tenía órdenes para contratar, y el 15, al ministro de Guerra,
que Páez se había rendido a discreción con su estado mayor y
tropa, sin más ofrecimiento que respetar la vida de los rendidos y
tratarlos bien hasta ponerlos a disposición del Gobierno; y a pesar
de tan categórica afirmación, olvidándola a renglón seguido, cele
bró un convenio con cláusulas más ventajosas para los revolucio
narios que el simple respeto de la vida, garantizada ya por la
ley .... ¿Fue que Silva, hombre de poco alcance en cuestión de
tratados, se dejó engañar por la superior cultura y hábil diplomacia
de Cordero, su viejo camarada en las guerras de Independencia?
Sea lo que fuere, Silva obró de buena fe, y le prestó al Gobierno
un servicio eminente, acabando allí con la revolución sin inútiles
sacrificios, y acordándole al adversario el mínimum de concesiones
posibles.
Ya se adivina cuál fue la suerte de Páez y sus compañeros.
Como la capitulación era nula, a los jefes y oficiales les quitaron
sus espadas, y a los soldados -míseras, inconscientes , eternas
víctimas de la guerra civil- o los distribuyeron en las haciendas
como peones o los incorporaron a las tropas del Gobierno. La
llegada de los presos a Valencia la describe el implacable Bruzual
así (1 ): " Serían las tres de la tarde ( 18 de agosto) cuando pisamos
"el suburbio de la ciudad de Valencia. Las calles por donde tran
"sitábamos estaban adornadas de banderas y cortinas: la detona
"ción de los fuegos artificiales, el repique de campanas, las flores
"que de ventanas y balcones se arrojaban sobre la columna ven
"cedora, los repetidos víctores daban a nuestra entrada el aspecto

(1) En El Republicano, 25 de aogsto, 1849.


HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 21

"de una marcha triunfal. Y en efecto, el pueblo de Valencia cele


"braba en aquellos momentos el triunfo de las armas de la Repú
"blica sobre las del faccioso que pretendía esclavizarla. Páez mar
"chaba cabizbajo en medio de sus compañeros. Venía en un ca
"ballo castaño, traía un sombrero de hule amarillo y cubierto el
"cuerpo con una cobija azul : en esa cabalgadura y con este traje
"venía el Rey de los Araguatos (1 ) adornando la entrada triunfal
"de sus vencedores. Al lado de Páez venía el fanfarrón Quintero,
"el pirata Celis, el vándalo Dolores (Domingo ) Hernández, el cruel
"Cordero, el maula de Hernáiz y los demás miembros de la aver
"gonzada cortezuela del pobre hombre que venía a reconquistar
"el poder de "tiranizarnos". En la cárcel de Valencia les pusieron
grillos; pero a Páez y a algún otro se los quitaron por intervención
de la Corte Superior del segundo distrito judicial, cuya capital era
Valencia. Los ministros de esta Corte, Drs. José Gil Y Pedro Pablo
del Castillo y Lcdo. Manuel Acosta , oficiaron al comandante de
armas, Juan Uslar, que consideraban a los presos bajo su jurisdic
ción y recomendándole se les diese el mejor tratamiento posible
"no obstante sus últimos errores". Lo que, por de contado, hizo en
seguida sospechosos a estos jueces, que, ilusos, tomaban cartas en
lo que aparentemente no les concernía.

Conforme al dictamen del Consejo de Gobierno, el Presidente


Monagas expide un decreto el 3 de septiembre por el que se le re
mite el juicio a Páez, "quien será extrañado perpetuamente del te
rritorio de la República, debiendo fijar su residencia en Europa ;
pero su salida del país no se llevará a efecto hasta que lo permita
el estado de tranquilidad y seguridad de Venezuela ". Los rendidos
en Campo Monagas "serán expulsados temporalmente o confina
dos, según su grado de culpabilidad o reincidencia, conforme lo
disponga el Poder Ejecutivo " . Este " se reserva la facultad de re
tener en seguridad por el tiempo necesario a aquellos que tenga
por conveniente, de alzar las expulsiones y confinaciones, dismi
nuirlas, sustituir éstas a aquéllas, o variar el lugar de las últimas“.
Todos " pierden sus grados, empleos, títulos y condecoraciones".
El 6 de septiembre se manda expulsar por seis o diez años a 45

(1) Juego de palabras. Páez fué derrotado el año anterior en el lugar de Los Ara
guatos, y araguato llaman en Venezuela a cierto mono.
22 JOSE GIL FORTOUL

personas , entre ellas el Dr. Angel Quintero y el general Febres Cor


dero. A Páez se le retuvo en el castillo de San Antonio, Cumaná .
"Se me encerró -dice la Autobiografía ( 1 )
—–— en una reducida maz
morra de piso húmedo y donde el aire era tan sofocante , que me
veía obligado a tenderme en el suelo y aplicar la boca a la rejilla
de la puerta para poder respirar. A un hombre como yo, acostum
brado a la vida de los campos, la clausura era tormento insoporta
ble, y la falta de ejercicio le ponía en peligro seguro la existencia,
Y así con objeto de salvarla , al són de la guitarra de un soldado de
la guarnición me entregaba diariamente al baile, ejercicio que for
maba gran contraste con el estado de mi espíritu, hasta que ago
biado por el cansancio, me tendía en aquel suelo terrizo para con
ciliar el sueño". El 5 de febrero de 1850 dirige una representación
al presidente del Congreso, protestando contra el tratamiento que
se le daba en el castillo. " No os pido, Señor, ninguna gracia; no
imploro ningún favor. Mi objeto único, ya lo he dicho, es protestar
contra los horrores por que se me hace pasar. Vos continuaréis
obrando como mejor os parezca; pero yo pienso dar con esta pro
testa una prueba más de lo que estimo mi dignidad personal y de
lo que debo a la República, cuyos destinos he presidido". Léase
también la réplica : " El Senado ha oído con desagrado sumo y con
patriótica indignación la lectura de la nota que le ha dirigido José
Antonio Páez, fecha 5 del corriente, desde la fortaleza de San Anto
nio en Cumaná, acompañándola de dos copias de una cosa que
titula su protesta, y que pretende sea registrada en los archivos de
ambas Cámaras. Los términos de estos papeles , si por una parte
revelan una verdad que la experiencia de todos los tiempos confir
ma, de que los ambiciosos que caen viven siempre soñando con la
dominación , por otra son enteramente indignos de ocupar la aten
ción de los legisladores del pueblo libre de Venezuela . En los ar
chivos del Congreso no pueden existir sino documentos que enal
tezcan su dignidad y santifiquen (?) la soberanía nacional, espe
cialmente ahora que los venezolanos acaban de defender con he
roismo su libertad y rescatar los fueros de la patria, venciendo re
petidas veces al tirano que se levantó desatentadamente en El Ras
tro, y a sus torpes y tenaces partidarios. Por tanto se acuerda de

(1) Tomo II, p. 624.


HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 23

volver dichos papeles por conducto de la Secretaría del Interior y


Justicia, sellándose en el acto". A semejante despropósito se ha
bía opuesto en el mismo Senado Estanislao Rendón, advirtiéndoles
a sus colegas liberales que la cuestión se reducía a averiguar si
un ciudadano podía continuar preso sin forma de juicio y encerrado
en un lugar que no era cárcel pública. Pero los liberales le echa
ron en cara que estaba defendiendo a un enemigo, y hasta fué
preciso que el honrado propagandista cumanés, cuyo liberalismo
se juzgaba anacrónico, les contestase duramente que él no acos
tumbraba defender hombres sino los principios que había profesa
do toda su vida.
El 25 de marzo, 1850, el Senado y la Cámara de Representan
tes reunidos en Congreso decretan: que Páez sea expulsado perpe
tuamente del territorio de la República; que los demás individuos
civiles, militares o eclesiásticos que hubieren tomado parte en las
rebeliones de 48 y 49, y que se encuentren fuera del país con indul
to o sin él, no pueden volver sin permiso del Congreso; que si al
guno quebrantare lo aquí dispuesto, sufra la pena establecida so
bre traición a la patria y atentados públicos; que de todos modos
pierdan sus grados, títulos, empleos y condecoraciones, debiendo
borrarse los militares, bien estén dentro o fuera de la República , de
la lista militar, exceptuándose solamente los que fueron indultados
en 1848 y no se hubieren complicado en la revolución del 49 ; que
desde la fecha de este decreto no se extiendan a más de dos años
las confinaciones ya acordadas por el Ejecutivo (confinaciones que
el Ejecutivo alzó a los ocho meses); y que se considere derogado el
decreto de 1836 que concedió honores y recompensas a Páez .
Con todo, se retardó su expulsión hasta el 24 de mayo, primero
con el pretexto de no haber buques disponibles, y luego por haber
enfermado Páez en el castillo, de donde se le trasladó por tres sema
nas al hospital militar. En julio llegó a los Estados Unidos, donde
lo recibieron con festejos y honores. Y es digna de nota la circuns
tancia de haber prohibido el Gobierno Venezolano (junio, 1851 ) la
circulación de unos impresos en que se relataban aquellos festejos,
declarando el Gobierno que "no es lícito a las autoridades y em
pleados admitir del extranjero publicaciones que de algún modo se
mezclen en las cuestiones de nuestra política interior, o que ataquen
la moral pública, o la vida privada de los hombres residentes en el
24 JOSE GIL FORTOUL

territorio de la República", porque los autores de esas publicacio


nes se encuentran fuera de la acción de la ley para corregir sus
abusos. Resolución refrendada por el Ministro Francisco Aranda ,
ahora mentor de la Oligarquía Liberal.

Es superfluo agregar que los impresos paecistas siguieron circu


lando, aunque a socapa. De lo que no ha de inferirse que Páez
tuviese mayores simpatías en la opinión pública que Monagas .
Bien se pensaba que si éste había entronizado su personalismo,
aquél no aspiraba más que a reentronizar el suyo.
CAPITULO II

NUEVO RUMBO

SUMARIO: Criterio que predomina en la legislación liberal. - Li


mítase la libertad de contratos, 1848. - Intervención del Estado
en los negocios privados. ― Memoria del Ministro Guzmán,
1849. ― Notables reformas que propone: códigos nacionales.
instrucción pública, autonomía municipal , supresión de mono
polios, fomento de la inmigración, apertura de caminos. - Si
que otro rumbo el Congreso. - Conviértese en beneficio legal
el recurso de espera. - Inconvenientes del nuevo sistema. -
Se vuelve al de 1836. - Juicios de espera. - Sustitúyese el Es
tado a los deudores morosos, y emite billetes de tesorería. -
Se deroga la ley sobre jubilación de empleados. -- Ideología
y contradicciones. ―――― · Jubilación de los profesores. - Pensiones
- -
vitalicias. Inválidos. Montepio militar.- Ley abusiva so
bre fidelidad de los empleados. ――― Remoción de Catedráticos.
- Amenazas contra los jueces independientes. - Se declara
día de fiesta nacional el 24 de enero. - Abolición de la pena
de muerte por delitos políticos. - Otras reformas de menor mo
mento. - Estado de la hacienda pública. ――― Contribuciones ex
traordinarias . - Manejo deshonesto.

No obstante el personalismo de Monagas, y a pesar de la gue


rra civil, dedicáronse los Congresos de 48 y 49 a reformar algunas
instituciones de la Oligarquía Conservadora, con el criterio que ve
nía aconsejando y propagando el partido liberal democrático . De
las leyes que interpretan o complementan la Constitución se habló
ya en los dos primeros capítulos del libro cuarto. Aquí se tratará
26 JOSE GIL FORTOUL

de las que especialmente caracterizan el rumbo y fines teóricos de


la Oligarquía Liberal, en materia legislativa.
Vimos que la ley de 10 de abril de 1834 sobre libertad absoluta
de contratos, la criticaron con incesante empeño, no solamente los
liberales, sino también uno de los más elocuentes publicistas con
servadores, Fermín Toro ( 1 ). El Congreso de 1848, considerando
"que la libertad de los contratos no debe dañar la igualdad que la
ley debe proteger en el ejercicio de todas las industrias, y que la
moral pública se resiente del abuso que se ha hecho de la ley del
año 34″, decreta, que "los acreedores para el pago de sus acreen
cias podrán pactar con sus deudores que sus bienes puedan rema
tarse por la cantidad que se ofrezca en pública subasta el día y
hora señalados, con tal que no baje de la mitad de su valor" ; que
el valor de los bienes se fije por peritos, atendiendo a la estimación
que comúnmente se les da en el lugar donde existan; que si se tra
ta de inmuebles productivos, los peritos tomen en consideración su
producto total, "a fin de que éste no deje de representar un capital
al respecto de 9% anual", que el remate tenga dos actos, "uno pre
paratorio en que se dejará en suspenso el resultado, y otro efectivo
que tendrá lugar treinta días después de aquél, y en el que se ten
drán presentes las proposiciones hechas en el primero"; que se
admite y reconoce un interés convencional hasta 9% anual , y otro
legal que será de 5% , sirviendo éste de regla ante los tribunales,
cuando no hubiere convención; y finalmente, que no se pueda co
brar interés de intereses (2).
Al invocar el Congreso el principio de igualdad, para ponerle
trabas a la voluntad de los contratantes, pensó que la libertad ab
soluta perjudicaba especialmente a los propietarios de bienes raí
ces, quienes se veían obligados en casos extremos a abandonarlos
por precios irrisorios; y al mencionar el abuso que se cometiera en
la facultad de pactar cualquier interés, quiso evitar los excesos de
la usura . De suerte que, inspirada la nueva ley en un sentimiento
de equidad, fué bien acogida por la opinión pública. Pero qué
influencia inmediata tuviera en la situación económica general, ape
nas sería posible averiguarlo, porque en los veinte años ulteriores
se sucedieron crisis y guerras durante las cuales no logró desarro

(1) Tomo II.


(2) Ley derogada en 1861.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 27

llarse normalmente la riqueza nacional, ni podían los particulares


confiar siempre en el respeto a la ley por parte de las autoridades
políticas, ni en su recta aplicación por parte de los tribunales. La
legislación del presente período, a semejanza de las de otros mu
chos, antes ha de juzgarse desde el punto de vista teórico que no
por sus resultados prácticos. Baste notar que la Oligarquía Liberal
sigue un método distinto del que empleó su antecesora. Cuando
los conservadores aspiraban a que la voluntad del individuo fuese
soberana en los contratos, y el progreso resultase de la evolución
social espontánea, independiente de la acción del Estado (confun
diéndose en esto los conservadores venezolanos con los liberales
clásicos de otros países), la Oligarquía Liberal, en cambio, creyó
necesaria la intervención del Estado para acelerar el progreso y
remediar males sociales, aunque así limitase o cercenase la liber
tad individual.

Cuando se instaló el Congreso de 1849 era Ministro del Interior


y Justicia Antonio Leocadio Guzmán, que había regresado del des
tierro gracias al indulto general del año anterior (1 ). La Memoria
que presentó a las Cámaras es el documento más notable de esta
época, así por las reformas que propone como por pintarse aquí su
carácter apasionado, rencoroso y contradictorio. En los primeros
párrafos emplea un lenguaje más propio del polemista que del
hombre de Estado, apelando a recursos indignos de su empleo de
Ministro. A Páez y a Soublette los califica de "insignes defrauda
dores" (única imputación que ni el más encarnizado enemigo podía
permitirse contra aquellos hombres), y sobre Páez añade que," tigre
carnicero en las sabanas de Payara o cordero fingido en los salo
nes de la adulación, al compás de su voluntad se elegía al juez
de paz como a los Ministros públicos o a los mentidos jefes de la
nación, y a su querer se daban leyes o se suprimían derechos" .
Sin embargo, Guzmán fué Ministro de Páez durante largos años.
Por otra parte, varias insinuaciones de su Memoria, bien que ex
presadas sinceramente, parecen hoy crueles ironías; por ejemplo,
la que se refiere a implantar el sistema parlamentario a la inglesa
en un país donde la oposición parlamentaria acababa de desapa

( 1 ) Abandonó a poco el Ministerio para desempeñar la Vicepresidencia de la Repú


blica, 1849 a 1853.
28 JOSE GIL FORTOUL

recer con el asesinato de los diputados, promovido por los partida


rios del mismo Guzmán.
Fijémonos en los párrafos que resumen las necesidades más
urgentes de estos años, y de los ulteriores. Si todo no es aquí ori
ginal, porque muchas de esas cosas las habían también recomen
dado los conservadores, al menos se presentan en un encadena
miento lógico y hubieran, en circunstancias más propicias, despeja
do nuevos horizontes a la evolución de la República. En el orden
judicial recomienda Guzmán la inmediata redacción de códigos na
cionales; la reorganización de los tribunales a fin de que la justicia
sea pronta, económica e imparcial; la reforma del procedimiento
contra conspiradores y contra los abusos de la prensa; la supresión
de cadenas, grillos, esposas, cepos " y demás restos de la barbarie
de pasados tiempos" ( 1); el sistema penitenciario , etc. Respecto de
instrucción pública, observa que los colegios nacionales no progre
san como debieran, y valdría más confiarlos a las Provincias, por
que la experiencia demuestra "que el poder central está en impo
tencia de reorganizarlos", y porque "ensanchar cada vez más la
parte federal de nuestro sistema político, es un mandamiento de la
Constitución , una convicción universal". Nota perspicazmente los
defectos de la instrucción teórica y la falta de enseñanza práctica.
"Es inexplicable -dice- cómo en medio de estas selvas y en el
centro de la zona tórrida, con la agricultura y la cría por bases de
riquezas, con llanos inmensos que nos constituyen necesariamente
criadores en enorme escala, no haya una clase de botánica en todo
el país, ni de física y química aplicadas a la agricultura, ni de agri
cultura misma, ni de aquella parte de la historia natural relaciona
da con nuestro territorio y nuestros intereses, ni de veterinaria, ni
de ciencia alguna natural de las que están relacionadas con nues
tras temperaturas , territorio y producciones " (2). Al propio tiempo
que estas escuelas, aconseja la fundación de una biblioteca nacio
nal, un museo y un jardín botánico . Para desarrollar la autonomía

(1) Ya vimos que a los revolucionarios que capitularon en Campo Monagas se les
pusieron grillos y que Guzmán votó contra la capitulación en el Consejo de Gobierno.
(2) Los conocimientos de historia natural los propagaba en la Universidad y en la
Academia de Matemáticas un grupo de hombres bien intencionados dirigido por Vargas
y Cajigal, y en las escuelas privadas " la Sociedad de Amigos del País" ; pero solamente
en Caracas. Las escuelas recomendadas por Guzmán hubieran sido un progreso conside
rable sobre todo en las Provincias, y nunca se crearon.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 29

municipal propone la creación del " Poder Comunal", que consistie


ra en una junta nombrada anualmente por los sufragantes parro
quiales con las siguientes atribuciones: fijar el presupuesto del cul
to , de acuerdo con el párroco respectivo, y el presupuesto de escue
las, de acuerdo con el preceptor de primeras letras; repartir propor
cionalmente entre los vecinos ambas contribuciones, y administrar
la renta correspondiente ; además, en las vacantes de cura de almas
y de preceptor, votar por el candidato que debiera presentarse al
prelado diocesano o al Gobernador de la Provincia. En el mismo
orden de ideas advierte, que "el fuero de que goza el clero en ne
gocios civiles y delitos comunes, es una contradicción de nuestros
principios constitucionales", y apunta la necesidad de aumentar el
clero nacional, evitando la inmigración de clérigos extranjeros. El
mismo Guzmán, por resolución ministerial del 5 de febrero, 1849, e
invocando un decreto legislativo de 1845, excitó a los Gobernadores
de Provincia a dictar las órdenes más perentorias para no admitir
en ningún puerto a sacerdote alguno extranjero que llegase sin
permiso del Gobierno nacional, prohibición que ya existía también,
desde agosto del año anterior, respecto de los individuos pertene
cientes a la Compañía de Jesús.
Pide Guzmán protección eficaz para las nacientes industrias,
libertad absoluta de tránsito entre las Provincias, y en cuanto a
comercio exterior, supresión del monopolio que se han atribuído de
hecho sobre la importación y exportación unos pocos capitalistas, en
detrimento del comercio menor (monopolio de hecho que se prolonga
durante todo el siglo, y aun hasta nuestros días), a cuyo fin reco
mienda " una ley de aduanas que disminuya los derechos, conceda
largos plazos para su pago, facilite los despachos y esté contenida
en medio pliego de papel ", con solos tres artículos : uno de efectos
de prohibida importación, que no serán sino los similares de los
frutos nacionales; otro de artículos protegidos , " limitado a los que
producen nuestras pocas artes y oficios, con un derecho que salve
el trabajo de nuestros pobres, incapaces de ser agricultores o cria
dores ", y otro artículo que establezca el sistema de derechos ad
valórem sobre el monto de la factura original certificada por los
Cónsules. Señala igualmente, con clara visión de la actualidad
y del porvenir, las dos mayores necesidades, no satisfechas aún,
del progreso nacional, a saber: poblar y abrir caminos: "No sólo
30 JOSE GIL FORTOUL

es insuficiente -dice- el número de los habitantes para el area


inmensa que poseemos, sino que además están diseminados y mal
radicados. Millón y medio de habitantes en aquel delta que for
man las bocas del Orinoco, habrían levantado en poco tiempo un
verdadero emporio; pero regados desde aquella inmensa ría hasta
el Táchira y La Goajira, y fijadas las poblaciones entre las altas
cordilleras que cruzan tan extenso litoral, las distancias vienen a
ser obstáculos a todo progreso; y la fragosidad los aumenta, inter
cepta las comunicaciones, obstruye todo comercio interior, abate la
producción, encarece los consumos, impide los cambios, incomuni
ca las gentes y enerva el trabajo y la actividad". Recuerda que
en 1832 presentó al Congreso iguales observaciones y añade: "Visto
el resultado de los ensayos de inmigración hechos hasta ahora, el
tamaño y el imperio de la demanda que el país nos hace, y la si
tuación del erario público, yo juzgo que haríamos bien en derogar
les leyes existentes de la materia , y establecer sencillamente lo
siguiente : 1º el Estado auxilia la inmigración de extranjeros de cual
quier punto de Europa o de Norteamérica, con el pago de diez pesos
por el pasaje de cada adulto que venga a los puertos de la Repú
blica; 2º esta suma queda a favor del propietario que pague el resto
del pasaje y que contrate con el inmigrado sus servicios al llegar,
por el tiempo que baste a cubrir la suma total recibida por el capi
tán del buque o empresario; 3º el inmigrado entrará al goce de los
derechos de venezolano, y en los deberes de tal, por el hecho de su
inmigración, y al efecto se le expedirá su carta; 4º cada uno de los
inmigrados designará cuando lo estimare conveniente, en las tie
rras baldías de la República, una porción de cuatro fanegadas que
le será dada en pleno dominio. Estas disposiciones me parecen
ser las que la República está en capacidad de librar y de cumplir:
bastarían por ahora a dar movimiento a la inmigración, y prote
gerían la agricultura con las sumas que impendiera el tesoro". Re
comienda también que se allanen las formalidades de naturaliza
ción, y declaradas como están la libertad de conciencia y la de
cultos, pide se suprima la disposición por la cual el contrato de
matrimonio ha de celebrarse exclusivamente ante los curas católi
cos, decretando en cambio, que sin perjuicio para los católicos de
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 31

ocurrir a su párroco, el matrimonio se celebre siempre previamente


ante la autoridad civil (1). Y con no menor acierto apunta, que “las
vías de comunicación vienen a ser, después de la población, el se
gundo de los grandes objetos del progreso material" (2). Preocu
pado, empero, con la angustiosa situación del tesoro, Guzmán se
limita a proponer dos cosas ; la dotación de ingenieros prácticos
que exploren el territorio haciendo el trazo de los caminos más in
dispensables , y emplear dos de los tres vaporcitos nacionales en
viajes periódicos por todos los puertos del litoral de Maracaibo a
Güiria. Estos vapores " conducirían las valijas del correo (3), los
oficiales, tropas, pertrechos y cuanto el Gobierno necesitase trans
portar; contribuirían al celo del contrabando, aunque no fuese sino
con prontos avisos; mantendrían en en contacto frecuente todas
nuestras plazas de comercio; facilitarían el tránsito conduciendo
pasajeros con comodidad, economía, etc.; y podrían admitir y con
ducir aquella cantidad de carga proporcionada al tiempo de sus
estadías, fomentando mucho el comercio interior, que tanta protec
ción necesita, tan aniquilado se encuentra y tantos bienes puede
producir .... El otro vapor, navegando dentro del lago de Mara
caibo, haría el comercio de los pueblos de sus riberas (4) .... Los
ahorros que produciría esta medida en el ramo de correos, las eco
nomías en los transportes del servicio público, los productos de
gran número de pasajeros que entonces habría constantemente, y
los fletes de los cargamentos que condujeran los vapores, bien
pronto harían una suma mayor que la que se impendiese en su
mantenimiento".

A pesar de su escasa competencia en cosas técnicas, tuvo


realmente Guzmán idea exacta de los medios adecuados a acele
rar el progreso material. Pero el Congreso, más atento a la reac
ción política que al estudio de puras cuestiones económicas, mal

(1) El registro del estado civil lo recomendó la Oligarquía Conservadora (véase el


tomo II); pero ni ella ni la Oligarquía Liberal lo practicaron.
(2) El Presidente Soublette recomendó al Congreso de 1845 un sensato proyecto de
vías de comunicación (tomo II ), y no se le dió curso.
(3) El Congreso de 1850 mandó contratar el establecimiento de correos por medio de
vapores desde Maracaibo hasta Ciudad Bolívar, lo que no pasó de ensayo.
(4) En 1853 se concedió privilegio a un particular para la navegación por vapor en
el lago .
32 JOSE GIL FORTOUL

gastó unas veces el tiempo en dictar leyes ideológicas , y otras ve


ces en estériles declaraciones de principios. Veamos lo más no
table .
Consecuente con el principio de intervención del Estado en
materia de contratos particulares, el Congreso de 1849 reformó la
ley del año 41, según la cual no obtenía espera el deudor sino
con el consentimiento de todos sus acreedores. Conforme al nue
vo sistema la espera es un beneficio legal , obligatorio para todos
los acreedores cuando lo consienten la mayoría de ellos o la ma
yor suma de créditos, excepto en aquellos casos de mala fe del
deudor que la misma ley especifica . Y por de contado, el fraude
del deudor fallido no basta que se presuma: ha de probarse en
juicio (1 ). El plazo mínimo de la espera es de seis años, a no ser
que el deudor la pida por menos tiempo: el juez puede conceder
la hasta por nueve . No es exigible el beneficio de espera tratán
dose de réditos de capitales pertenecientes a universidades y cole
gios, a la Iglesia, hospitales, capellanías y obras pías . Finalmen
te, la espera no puede renunciarse por ningún motivo en ninguna
clase de transacciones, y desde el momento en que el deudor la
invoca judicialmente, quedan en suspenso todos los demás juicios
sobre cobros.
Tal reforma la fundó el Congreso en los siguientes consideran
dos: "Es evidente la postración en que se encuentran las indus
trias por consecuencia de acontecimientos desgraciados e inevita
bles (términos vagos que así pueden referirse a la guerra civil co
mo a la crisis económica, o al fracaso en sus planes de algunos
especuladores imprudentes); en tal estado se clama generalmente
por un remedio, y no es posible que la Representación Nacional
desatienda los clamores públicos ni resista a sus propias conviccio
nes; en fin, la medida de esperar que el que ha caído en atraso
sin su culpa se reponga de sus quebrantos para que pueda cumplir
sus compromisos, es no sólo de conveniencia sino de justicia so
cial". Pero no tardó la experiencia en disipar las ilusiones del
Congreso. El avisado economista y eminente diplomático José Ra
fael Revenga, que servía las carteras del Interior y Relaciones Ex
teriores cuando se estaba discutiendo la ley de espera, se apresu

(1) Ley del 10 de abril, 1849.


HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 33

ró a renunciarlas, para no verse obligado a refrendar una reforma


que creía ineficaz y aventurada (1). Y lo que es peor, la Repúbli
ca se vió a dos pasos de un grave conflicto internacional, porque
los agentes diplomáticos de Gran Bretaña, Francia, Dinamarca, Es
paña, Holanda, Hamburgo, Prusia y los Estados Unidos, protesta
ron en seguida contra los efectos de la ley de espera en cuanto
a los derechos de sus respectivos nacionales, llegando en esta pro
testa el agente británico hasta proferir la amenaza de una medida
coercitiva (2).
El Congreso de 1850 volvió atrás. Derogó el 27 de mayo la
ley de espera obligatoria, y declaró que seguiría vigente el sistema
español reconocido por el código venezolano de 1836 (3). Pero co
mo esto no bastaba para salir del atolladero, se dictó otra ley el
28 de mayo disponiendo que en las causas ya concluídas confor
me a la ley del año anterior, si los acreedores contra cuya volun
tad se había concedido la espera preferían ser pagados con bille
tes de tesorería, el Gobierno podía sustituirse al deudor y emitir
billetes por la cantidad adeudada, tomando en sus bienes la hi
poteca necesaria para asegurar el pago de la deuda después de
vencido el plazo de la espera. Por de contado, gran número de
acreedores se apresuró a pedir la sustitución, mucho más cuando
se ordenó que para el interés legal de los billetes y su gradual
amortización se incluyese en el presupuesto nacional la cantidad
de 100.000 pesos en 1850 y 200.000 en 1851 (4). Y de este modo, el
pretexto que se había alegado en 1849 de fomentar la industria y
favorecer a los deudores desgraciados, vino a convertirse en pro
tección de los acreedores, especialmente de los usureros acreedo
res extranjeros, los cuales resultaron de hecho más favorecidos
que los venezolanos a causa de la vigilante protección de sus Go
biernos.
Pretendió también la Oligarquía Liberal abrir nuevo horizonte
político derogando el 14 de febrero de 1849 la ley del año 42 sobre

(1) Le sustituyó el Ministro de Hacienda, Diego Antonio Caballero.


(2) Véase el capítulo del presente libro sobre Relaciones Exteriores.
(3) Véase el tomo II. El sistema español subsiste hasta 1860, cuando se suprime el
beneficio de espera respecto de todas las deudas contraídas a partir de este año.
(4) Hasta el 30 de junio de 1851 las reclamaciones ascendían a $ 1.239.705,37. A
mediados de 1852 estaban reconocidos créditos por $ 779.483,36, y debitados, $ 393.336,95.

3-III
JOSE GIL FORTOUL
34

jubilación de empleados (1 ). Véanse los considerando del decreto


derogatorio: "En un Gobierno popular y alternativo no pueden los
empleados ser diuturnos, sin que se mine por una parte la base
del sistema, y por otra se cierren las puertas al mérito y derechos
de los demás ciudadanos con grave perjuicio de la igualdad, de
la justicia y de la moral política y civil; por consiguiente , en per
mitirse la prueba de una larga duración en los empleos, que es
cabalmente la obligación que se impone a los que pretenden jubi
larse, se ostenta un contraprincipio que refluye en deshonor del re
publicanismo venezolano" . Al hablar así, propúsose indudable
mente el Congreso contribuir a que las prácticas democráticas se
sustituyesen a las puramente oligárquicas ; pero dió palo de ciego
circunscribiendo su reforma a la ley del 42, cuyo fin no era de nin
gún modo contradictorio con el régimen popular y alternativo, ga
rantizado por la Constitución . Si se aspiraba a ampliar el princi
pio popular, no había más medio que establecer resueltamente el
sufragio universal, base de la democracia; en lo que no pusieron
empeño alguno los liberales de estos tiempos. Ni estaba tampo
co en discusión el principio de alternabilidad, cuya práctica con
siste simplemente en que los electores renueven el personal de los
Poderes públicos en los términos y con las condiciones que las
leyes exijan. De hecho, la alternabilidad que buscaba el Congre
so se reducía a reemplazar todo funcionario independiente con per
sonas adictas a la política personal de Monagas, como sucedió
en seguida. Conforme al principio de igualdad, invocado también
en 1849, los ciudadanos pueden aspirar a todas las funciones pú
blicas siempre que tengan las cualidades indispensables para que
esa funciones se ejerzan de una manera eficaz y beneficiosa; pero
no reflexionó el Congreso, en su erróneo sistema, que ciertos ramos
de administración requieren necesariamente en los empleados una
especialidad técnica, tales la judicatura , la hacienda, la marina, el
mando militar, la diplomacia. Que los empleados puramente polí
ticos, los miembros del Poder Legislativo, los Ministros del Despa
cho, se cambien con frecuencia, exígelo sin duda el deber en que
se encuentra el Gobierno de seguir paso a paso las corrientes de
la opinión pública; que ningún empleo, ni aun el de juez, sea vi

( 1) Véase el tomo II.


HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 35

talicio, es igualmente un sistema defensable en teoría, para impe


dir que la interpretación de las leyes se petrifique en fórmulas ru
tinarias o dogmáticas; mas ¿qué administración de justicia sería efi
caz allí donde los jueces no tuviesen ninguna preparación cientí
fica, y cuyos empleos dependiesen de las fluctuaciones de la po
lítica diaria? Ni judiciatura, ni diplomacia, ni carrera militar, ni
administración de hacienda, ni instrucción pública son posibles
cuando los empleados no cuentan con una suficiente preparación
técnica, con la seguridad de la duración o el aliciente de la re
elección, con el ascenso y por último con la pensión de retiro. La
misma Oligarquía Liberal presintió el absurdo del sistema expues
to en los citados considerandos, cuando conservó la jubilación en
el profesorado científico ( 1 ); cuando continuó la práctica de acordar
por medio del Congreso pensiones vitalicias, bien que en esto más
se atendía a intereses partidarios que no a sentimientos de equi
dad; cuando concedió a los militares inválidos su sueldo íntegro, o
parte del sueldo de su empleo según los casos de invalidez (2);
cuando reglamentó la institución fundada por la Oligarquía Conser
vadora sobre montepío militar (3), y cuando extendió en otra forma
este beneficio (de que no gozaban antes sino los parientes de los
generales, jefes y oficiales) a las viudas, huérfanos y padres de lcs
sargentos, cabos y soldados, acordándoles recompensas en tierras
baldías de labor o de cría (4), si bien en esto se mantuvo todavía
el sistema genuinamente oligárquico, al hacer distinción entre el
soldado y el jefe muertos en servicio de la patria. En la alta je
rarquía judicial se mantuvo siquiera el principio de reelegibilidad
y el de ascenso (5). Pero la diplomacia y la hacienda continuaron
a la ventura, al azar, porque ningún partido político de entonces
ni después ha procurado asegurar la competencia técnica , desde
ñosos como han sido todos del arte esencialmente práctico de bien
administrar, y aquejados de aquella funesta ideología que con
siste en confundir la democracia con la falsa igualdad de aptitudes
de todos los ciudadanos. Ya se verá en el período de la Federa

(1) Ley de 7 de mayo de 1849, artículo 10 y siguientes.


(2) Ley de 25 de abril, 1849.
(3) Ley de 17 de mayo, 1852.
(4) Decretos de 23 de marzo y 10 de abril, 1853.
(5) Confróntese las Constituciones de 1830, 1857 y 1858 .
36 JOSE GIL FORTOUL

ción, fecundo, sin embargo, bajo otros aspectos, a qué extremo lle
gó semejante error.

Si las reformas apuntadas hasta aquí pueden considerarse co


mo una aberración doctrinaria y, por tanto, disculpable, no sucede
lo mismo con otra ley de 7 de abril de 1849 que proclama sin am
bages el sistema autoritario, y la cual fué aconsejada un año antes
nada menos que por Antonio Leocadio Guzmán (1 ). So pretexto
de mantener a los empleados en la esfera de sus especiales fun
ciones, y de evitar toda propensión o veleidad revolucionaria, es
ta ley blande sobre sus cabezas la más contundente amenaza .
"Todos los empleados públicos -dice-, sea cual fuere su natu
raleza, deben permanecer afectos al sistema de gobierno republi
cano que ha proclamado Venezuela (¿cuál sistema; el de la Cons
titución o el del partido imperante?), y acreditar con su fidelidad
su constante adhesión al Gobierno: los empleados en el orden le
gislativo, ejecutivo y municipal que tomen parte, o que de cual
quier modo se compliquen en una facción interior o invasión ex
terna, además de quedar sujetos a juicio conforme a las leyes,
pierden por aquel hecho sus destinos: los mismos empleados que
sin ser perseguidos por los enemigos de Venezuela o de su Go
bierno, abandonaren sus destinos yéndose o no para país extranje
ro, en momentos de peligro para la patria, pierden igualmente sus
empleos". No se determina quién ha de calificar la fidelidad de
los empleados, ni de qué modo; y además , el hecho de complica
ción en ramas revolucionarias envuelve la pérdida del destino, sin
juicio previo, de suerte que la simple sospecha por parte de las
autoridades políticas será motivo bastante para la suspensión, y
consiguientemente para la persecución. Adviértase que ya existía
de hecho semejante sistema. En noviembre de 1848, el Gobierno
de José Tadeo Monagas declaró vacantes las cátedras que servían
en la Universidad los doctores José Manuel Alegría, Juan Bautista
Carreño, Francisco Díaz y licenciado Juan Vicente González, a quie
nes se sospechaba de conspiradores. Y naturalmente, promulga
da la ley del 49 se repitió la misma arbitrariedad. En 1854 el Go
bierno de José Gregorio Monagas remueve de sus cátedras uni
versitarias a profesores tan eminentes como el maestro Rafael Ace

(1 ) En el informe que presentó al Presidente de la República el 25 de octubre de 1848 .


HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 37

vedo y el licenciado Cecilio Acosta, por no ser afectos al partido


imperante. Respecto de los empleados judiciales, atenúa un poco
su rigor la citada ley. De ellos dice (art. 49) que cuando incurran
en los casos ya expresados, " precederá su encausamiento a la sus
pensión y no serán destituídos de sus destinos sino por sentencia
que los declare culpables o porque se hayan acogido a algún in
dulto o ausentándose de la República sin el permiso competente;
en el caso de amnistía, está a la voluntad de los referidos em
pleados someterse a ella o pedir un juicio para los efectos del em
pleo, y en el primer caso se entenderá que lo han renunciado". Es
to en cuanto a teoría, pues la práctica fué insinuarle a los jueces
indiciados de independencia, que les convenía personalmente re
nunciar sus cargos. Y aun en teoría se interpretó también de un
modo arbitrario el citado artículo. Léase, si no, lo que el Ministro
del Interior y Justicia, Simón Planas, exponía al Congreso en su
Memoria de 1855 (1 ): "El concepto " precederá su encausamiento
a la suspensión" supone necesariamente que la ley quiere que se
instaure el juicio de conspiración, se decrete la suspensión y que
se destituya al juez por sentencia que lo declare culpable, o en
lugar de ésta, que se le aplique un indulto. Pero no se ha tenido
presente que el indulto puede aplicarse gubernativamente, según
el decreto de la materia, en el caso de que no se haya procedido
en juicio contra el que aspira a gozar de la gracia, y entonces tra
tándose de un juez, no puede preceder juicio, suspensión ni darse
sentencia que lo declare previamente culpable. En este caso, que
es de los más frecuentes, se pregunta si ha perdido el juez indul
tado por la autoridad gubernativa su destino, puesto que el citado
artículo de la ley expresamente no lo comprende. La conciencia
pública responderá que no hay diferencia alguna entre los dos ca
sos, y sólo existe falta de explicación en la ley ; pues la declara
toria de indulto gubernativamente hecha dice tanto como la libra
da por la autoridad judicial, manifestando ambas que el agracia
do era positivamente culpable. Enormidad que ha podido com
pletar el Ministro confesando que más de una vez se comprendía
en el indulto a personas que no lo habían solicitado . Añádase,
sin embargo, que el mismo Ministro interpretó mejor dicho artícu

( 1) Página 19.
38 JOSE GIL FORTOUL

lo cuando al referirse al caso de amnistía expuso a renglón segui


do que estaba en la naturaleza de la amnistía borrar hasta la hue
lla de toda culpa y no había entonces pérdida de empleo.
Fué tal el delirio que en 1849 se apoderó del partido monaguis
ta, que no retrocedió ante el extremo de celebrar con una ley el
reciente asesinato de los diputados . Efectivamente, el Congreso
declaró el 14 de marzo que en adelante sería día de fiesta na
cional el 24 de enero al par que el 19 de abril, el 5 de julio y
el 28 de octubre-, porque el 24 de enero, rezan los considerandos
de la ley, " agotado el sufrimiento bajo una nueva y odiosa tiranía
que rebosaba en abusos y pretensiones retrogradantes y destruc
toras, supo el pueblo espontánea y valientemente recobrar su dig
nidad sosteniendo los fueros de la libertad" . Nueve años estuvo
en vigor esta ley odiosa, odiosa sea de quien fuere la responsabi
lidad moral del 24 de enero, y ora se atribuya la causa de aquel
atentado a imprudencia de los conservadores o bien a premedita
ción de los liberales. En vano hubo quien presentase al Congreso
de 1857 un proyecto que limitaba los días de fiesta nacional al
solo 5 de julio: lo rechazó la casi unanimidad. Por fin el 19 de
junio de 1858, el Presidente provisional Julián Castro, jefe de la
reacción contra Monagas, declaró en los considerandos de un de
creto la conveniencia de "condenar a perpetuo olvido los actos pú
blicos que consagran hechos lamentables, y devolver a los Con
gresos de Venezuela la majestad e independencia que perdieron
en un día aciago " .... Desgraciadamente, en las últimas frases
vibra también, apenas velada, la venganza de un partido, sobrepo
niéndose a lo que , expresado en otra forma, hubiera sido noble
acto de contrición patriótica .
A pesar de todo, el Congreso de 1849 se hizo acreedor a la
gratitud nacional por una de sus leyes; la del 3 de abril que supri
mió la pena de muerte en los delitos de traición y conspiración,
ley que con razón se consideró como eminentemente humanitaria
en un país de revolución endémica y donde apenas hubo un hom
bre público que no conspirase contra el Gobierno. La pena de
muerte se reemplazó con la de extrañamiento perpetuo, y aunque
ésta parezca, en teoría, no menos bárbara que aquélla, de hecho
resultó la más suave de las penas, por la práctica de indultar o
amnistiar al cabo de meses o de pocos años. Adviértase, sin em
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 39

bargo, que cuando los conspiradores caían en manos del Gobierno


solían sufrir un tratamiento extra legal muy duro, pues se les po
nían grillos y a menudo se les incomunicaba en cárceles inmun
das, no obstante la repetida declaración de los Congresos de estar
abolida toda crueldad.

Reformas de no tanto momento en la organización de estudios


universitarios, en el código de tribunales y juzgados, en el de pro
cedimientos judiciales, y en el de imprenta ( 1), completan la labor
legislativa durante la primera Presidencia de José Tadeo Monagas.
El estado de la hacienda pública, antes que prosperar, em
peoró a consecuencia de la guerra y de una administración mal
ordenada. En abril de 1849, el Congreso autoriza al Ejecutivo pa
ra exigir anticipadamente las contribuciones establecidas sobre la
importación y las sales, y en mayo del propio año se impone otra
contribución extraordinaria por dos años sobre la importación y
exportación, cuyo máximum es de 10% ad valorem (2). Además,
los sucesivos presupuestos autorizan al Ejecutivo para suprimir,
previo acuerdo del Consejo de Gobierno, los gastos que no fueren
de absoluta necesidad, con excepción de los relativos al crédito pú
blico y a las vías de comunicación, y para retener hasta la ter
cera parte de su asignación a cuantos reciban sueldo, pensión o
comisión cualquiera del tesoro, que exceda de la base de 400 pe
sos. Bien es cierto que tal precedente lo estableció la Oligarquía
Conservadora; pero sus sucesores no imitaron el ejemplo de hon
radez con que se distinguieron los Gobiernos de 1830 a enero de
1847 en el manejo de las rentas; al menos en las que llegaban
al tesoro nacional, pues en cuanto a contrabandos, fraudes e in
correcciones de oficinas lejanas, el mal databa de la Gran Colom
bia. Y si es justicia añadir que no hay pruebas para acusar de
peculado personal al presidente Monagas ni a sus Ministros de
Hacienda (Rafael Acevedo, Diego Antonio Caballero, Jacinto Gutié
rrez, Fernando Olavarría, Vicente Lecuna), el hecho es que en las
oficinas fiscales, o por descuido de los jefes o malversación de
otros empleados, se hizo regla el desorden.

( 1) Sobre las leyes de imprenta, véase el libro 49, capítulo П.


(2) Contribución que se renovó y aumentó durante todo el período de la Oligarquía
Liberal, en 1851 , 56, 60 y 61 , subiendo en el último año, ya bajo la dictadura de Páez, a
50% sobre los derechos ordinarios de importación.
CAPITULO I

EL LIBERTADOR DE LOS ESCLAVOS

SUMARIO:Elecciones de 1850. ― José Gregorio Monagas sucede


en la Presidencia a José Tadeo. ― Carácter del hermano me
nor. ― Revolución efímera de 1853. - Revolución de 1854. ▬▬▬▬▬▬▬▬▬
Victoria del Gobierno. ― Mueren asesinados los cabecillas Ro
dríguez y Vásquez. - Labor legislativa de 1851 a 1854. — Le
yes y decretos más notables. - Abolición de la esclavitud. —
Iniciativa de la Diputación Provincial de Caracas. - Proyecto
abolicionista de la Cámara de Representantes. - Mensaje del
Presidente Monagas. - Influencia del Ministro Planas y del
Dr. Larrazábal. - Ley de abolición del 24 de marzo, 1854. ―――――――
Decretos reglamentarios sobre indemnización a los amos de es
clavos. ―――― Dificultades prácticas. ― Los nuevos ciudadanos.

Al abrirse las elecciones de 1850, juzgó el antiguo partido li


beral que las circunstancias eran propicias para desquitarse de su
derrota del año 46. Vencida ya para siempre la Oligarquía Con
servadora, desterrado su jefe, ausentes o reclusos sus partidarios
más notables, parecía efectivamente lógico que subiese a la prime
ra magistratura el hombre que con mayores títulos representaba
el liberalismo progresista, Antonio Leocadio Guzmán, que venía
desempeñando la vicepresidencia de la República . Pero el Presi
dente Monagas se apresuró a recomendar la candidatura de su
hermano José Gregorio, y si bien hubo recia lucha en algunos can
tones, triunfó al fin la voluntad autoritaria del Jefe del Gobierno ,
en los comicios y en el Congreso.
42 JOSE GIL FORTOUL

Los votos de los colegios electorales se repartieron así:

Por José Gregorio Monagas . 203


Por Antonio Leocadio Guzmán . 64
Por Estanislao Rendón .. 30
Por José Angel Ruiz .. 20
Por Fermín Toro .... 2
Por José María Vargas .. 1
Por Andrés Narvarte ... 1

Como ninguno obtuviese las dos terceras partes requeridas por


la Constitución, le tocó al Congreso perfeccionar la elección, al inau
gurar sus sesiones el 20 de enero de 1851 ; y concretada la votación
a Monagas, Guzmán y Rendón, de los 80 votos del Congreso fa
vorecieron al primero 65, al segundo 8 y al tercero 7. El 5 de fe
brero prestó Monagas el juramento de ley ( 1) .
A semejanza de José Tadeo, el segundo Monagas recibió de
niño la educación rudimentaria que podía darse en Maturín, donde
nació en 1795, y se dedicó de mozo al pastoreo y tráfago de gana
dos. En las guerras de Independencia fué uno de tantos paladines
ignorantes, impulsivos y heroicos. Bolívar le calificó de "primera
lanza de Oriente". Tomó parte en las insurrecciones reaccionarias
de 1831 y 1835, como satélite de su hermano mayor. Menos agrio
que éste, menos despótico, más sumiso al consejo de amigos ilus
trados, de genio manso en la paz, de corazón bondadoso y aun
inclinado por temperamento al liberalismo amplio y tolerante; pero
inexperto en los negocios de administración, miope en planes po
líticos, débil e indolente para evitar o castigar el peculado, consi
guientemente amparador del desorden con que en su período se
continuó manejando la hacienda, la personalidad de José Gregorio
sería en la historia pálida luna del carácter fuerte, dominador, au
tocrático de José Tadeo, si al fin de su presidencia no se le ocurriera
al perspicaz ministro Simón Planas, y a algún otro de sus áulicos,
salvarle de la oscuridad y exaltarle a gloria perdurable con la defi
nitiva libertad de los esclavos.

(1) Del 20 de enero al 5 de febrero se encarga el Vicepresidente Guzmán del Despa


cho Ejecutivo, aguardando a que Monagas llegase de Oriente ( 19 de febrero) y se pose
sionase de la Presidencia .
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 43

Conforme a la tradición, no soportaron de buen grado los libe


rales su nueva derrota. Acordes con una fracción del viejo partido
conservador, la de Páez, tramaron dos revoluciones contra lo que
ya se empezaba a llamar " dinastía " de los Monagas; la una en
1853, y en 1854 la segunda. Ambas con mal éxito. El núcleo más
fuerte de la primera se formó en Cumaná; pero quedó aniquilado
a consecuencia del terremoto que el 15 de julio destruyó gran parte
de la ciudad. La otra revolución tuvo mayor importancia. En los
meses de junio y julio, 1854, aparecen sucesivamente partidas re
volucionarias capitaneadas por los hermanos Rafael y Andrés Ave
lino Pinto en Las Lajas y el Consejo, provincia de Caracas, por los
coroneles Garcés y Chazín en la de Coro, por Florencio Olaizola
en la de Carabobo, por los comandantes Guillén y Puyosa en la de
Portuguesa y por José de Jesús Villasmil en la de Mérida . La pro
vincia de Barquisimeto se subleva casi en masa en los días 11 y 12
de julio, reconociendo por jefes al coronel Juan Bautista Rodríguez
y al comandante Antonio José Vásquez, que pertenecía al ejército
activo. En el alboroto de la capital quedan muertos el gobernador
Martín Aguinagalde y el jefe político de Cabudare, José Parra .
Nombrando en seguida un gobierno provisional compuesto de Ma
riano Isava Alcalá y doctores Juan de Dios Ponte y Rudecindo Frei
tes, y ponen las tropas al mando supremo de Rodríguez. Este in
vade la provincia de Carabobo; pero los gubernistas, al mando del
general José Laurencio Silva, lo derrotan el 27 de julio en el Cha
parral de Juan Antonio, cerca de San Carlos. Rodríguez se fuga .
Y su teniente Vásquez, que por el camino de Nirgua marchaba a
reforzarlo, sufre también una completa derrota en Bejuma el 29 de
julio, quedando allí prisionero. Las demás partidas revoluciona
rias cedieron fácilmente.

Al triunfo del Gobierno siguieron dos actos de salvajismo. Ro


dríguez, que andaba fugitivo por la provincia de Barquisimeto, mu
rió asesinado por los soldados que lo capturaron . Vásquez , preso
en Caracas, intentó escaparse confiando en la ayuda que le pro
metieron ciertos esbirros disfrazados, y al saltar la pared de la
cárcel cayó muerto bajo una lluvia de balas ( 1 ). No los podían
sacrificar de otro modo porque la ley de 1849 había suprimido la

(1) Se dijo que entre los esbirros estaba José Gregorio Monagas, hijo del Presidente .
44 JOSE GIL FORTOUL

pena capital por delitos políticos . En vez de insistir, digamos que


hubo también acciones generosas, acompañadas de la congénita
afición a la aventura, que de los españoles clásicos heredaron los
americanos. Uno de los prisioneros del Chaparral escribe: "Yo me
salvé gracias a Pilar Meneses, mi compañero de propaganda y
tumultos en la primera época de El Venezolano, quien a los pocos
días de hallarme en la cárcel de Caracas, con dos pares de grillos,
vino a decirme en gran secreto: "A Vásquez pueden matarlo, y a
ti también; pero vamos a trabajar con el general Monagas para
que te mande trasladar a las bóvedas de La Guaira, de donde po
drás escaparte; cuenta conmigo". Así sucedió .... A la media
noche me dejaron salir de la bóveda. Cinco días anduve por el
monte, comiendo cambures y chupando cañas, hasta que otra no
che, con luna muy clara, divisé desde la playa un falucho que
había contratado y que no podía acercarse a causa de la gran ma
rejada. Vacilar era perderme. Yo soy buen nadador. Me des
nudé, me tiré al mar, nadé unas tres o cuatro cuadras .... y ya en
el falucho, ¡ vela a Bonaire ! " ( 1 ).
José Gregorio Monagas terminó en paz su período presiden
cial, y en paz le devolvió el poder a su hermano José Tadeo. Los
partidos de oposición no veían por el pronto probabilidades de
éxito. Los conservadores estaban divididos, soñando los unos con
llamar a Páez, prefiriendo los otros un jefe nuevo a quien recono
ciesen también los liberales, para promover un movimiento de
reacción nacional contra los Monagas, lo que se efectuará a los
cuatro años. En cambio, los liberales de la vieja escuela no con
taban con un guerrero prestigioso : su jefe, Guzmán, hombre de
pluma y de tribuna, nada propenso a encabezar empresas de pe
ligro y azar como la desgraciada de 1846, juzgó prudente alejarse
de la lucha aceptando una misión diplomática en el Perú .
El mayor interés que presenta el período de José Gregorio está
en su labor legislativa , realizada empero sin método ni plan cien
tífico, no obstante la influencia que por algún tiempo ejerció sobre
el presidente y el Congreso el hábil y entendido ministro Simón
Planas. Con excepción de la ley que abolió la esclavitud, no se
promovió ningún cambio radical en el estado social ni político.

(1) Papeles inéditos del doctor José Gil.


HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 45

Bastará, pues, enumerar sin comentarios las leyes y decretos más


notables. En 1851 se sobresee en las causas seguidas a los revo
lucionarios del 48 y del 49 por indemnización de perjuicios a las
rentas, y se hacen ligeras variantes en el código de instrucción
pública. En 1852 se decretan cátedras de ciencias eclesiásticas,
políticas, médicas, matemáticas y filológicas en los colegios nacio
nales de Carabobo, Trujillo, Guanare, Barcelona, Barquisimeto,
Guayana y Maracaibo, destinando al efecto la cantidad anual de
21.000 pesos ; cantidad que corrió la suerte de los asendereados
presupuestos de la época. En 1853 se reforma la ley del año 39
sobre propiedad de las producciones literarias; se aumentan, aun
que moderadamente, las asignaciones eclesiásticas; se establece
un impuesto de 2% sobre los derechos ordinarios de importación,
durante diez años, destinando su producto a la construcción y re
paración de iglesias; se señalan ejidos, de cuatro leguas de terre
no baldío, a todas las parroquias de la República; se deroga el
decreto sobre codificación expedido sin resultado alguno en 1840,
y en cambio se auxilia al doctor Julián Viso con la cantidad de
4.800 pesos, pagaderos en dos años, para que continúe redactan
do sus proyectos de códigos civil y penal con los respectivos pro
cedimientos. Entre tanto, se introdujeron varias reformas en asun
tos procesales. En 1854 se declara institución nacional la condeco
ración del busto del Libertador, creada en 1825 por el Congreso
constituyente del Perú, y se reglamenta el modo de concederla y
usarla ( 1 ); se legisla sobre comercio de cabotaje y régimen de
aduanas; se hacen variantes en las leyes de milicia, de imprenta,
de instrucción pública, suprimiendo en ésta la Dirección General
que venía funcionando mal que bien desde 1838, y cuyas atribu
ciones pasan ahora al Ministerio del Interior con lo que, dicho
está, se extendió el autoritarismo político en los asuntos de univer
sidades y colegios ; se reglamenta lo relativo a patentes de inven
ción; se dicta un código de minas, reformado al año siguiente, y
otro de policía, circunstanciadamente concebido y apenas aplica

(1) La medalla venezolana es de oro o plata sobredorada , de forma elíptica, con 16


líneas en su mayor diámetro, 14 en el menor y una línea de espesor; contiene en el an
verso el busto del Libertador con la inscripción Simón Bolívar, y en reverso las armas
de la República ; se lleva al lado izquierdo del pecho, pendiente de una cinta celeste de
pulgada y media de ancho y otro tanto de largo; la concede por medio de un diploma el
Poder Ejecutivo. Reformas en 1881 y 1903.
46 JOSE GIL FORTOUL

do; se manda establecer en Caracas una casa de moneda para la


acuñación de oro, plata y cobre, pero a los tres años se resuelve
que la acuñación se haga en el extranjero; se reorganiza la Aca
demia de Matemáticas, fundada en 1831 ; se auxilia con 4.000 pe
sos al doctor Pedro Pablo del Castillo para terminar la impresión
de su Teatro de legislación colombiana y venezolana.
En materia económica, la legislación se reduce a poco. Se de
claran libres de derechos de importación, por diez años, a contar
de 1851 , los materiales, instrumentos y máquinas destinados a la
navegación de ríos y lagos, a la construcción de caminos, puentes
y muelles, a la irrigación de terrenos agrícolas; y como protección
a la industria nacional, quedan exentas de impuestos por seis años
las curtidurías y fábricas de velas o jabón. En 1853 se protege
la exportación de ganado vacuno y sus productos, suprimiendo to
do impuesto nacional o municipal. En 1854 se liberta de derechos
de importación por cinco años el alambre introducido para cercar
establecimientos agrícolas y pecuarios. Dos privilegios se conce
den en 1853 : el uno a Franklin C. Gillet para la navegación por
vapor en el lago de Maracaibo y sus ríos tributarios (hubo por el
pronto un buque de vapor), y el otro a la sociedad empresaria de
un ferrocarril entre Puerto Cabello y San Felipe , que se quedó en
proyecto. En 1854 se decreta la construcción de otro ferrocarril que
partiendo de La Guaira pase por Caracas, los valles de Aragua,
Valencia y vaya a parar en Puerto Cabello; pero el Ejecutivo no
encontró con quién contratar sino las líneas de La Guaira a Caracas
de Puerto Cabello a Valencia, prescindiendo de la de Caracas
a Valencia "porque decía el ministro Planas en 1855— la falta
de datos estadísticos sobre el movimiento de las poblaciones que
promedian, ha impedido que la empresa se resuelva a acometer
una obra de tal magnitud". Lo cierto es que no acometió tampo
co las líneas contratadas . El Gobierno, por su parte, hizo lo que
pudo por favorecer la carretera en construcción de los valles de
Aragua. En el mismo año de 54 se decreta que continúe cobrán
dose, para mejorar los caminos, el impuesto subsidiario de 4% so
bre las cantidades que adeuden los comerciantes en las aduanas
de importación.
En cuanto a inmigración de extranjeros , se expide en 1854
una nueva ley autorizando al Ejecutivo para que la promueva; pe
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 47

ro el Ejecutivo, invocando el eterno pretexto de falta de recursos,


se contenta con circularla a los agentes y cónsules de la República
para que la publiquen en los periódicos extranjeros. Y en los pe
riódicos se quedó esta ley, lo mismo que la expedida al año si
guiente. La población total apenas alcanzaba a cosa de millón
y medio. Y así continuará la historia, con insignificante progreso,
hasta fines del siglo XIX . Si no se aumentó la población con in
migrantes, tampoco se hizo nada por traer a la vida civilizada a
los indios. Oigase al ministro Planas: " la reducción en la provin
cia de Guayana no existe sino en el nombre; harto tiempo se ha
ensayado sin ningún éxito el sistema adoptado: ese sistema ha
caído en un gran descrédito, por lo que necesita de una comple
ta regeneración". Que no llegó nunca.
La disculpa de aquellos gobernantes era decir diariamente que
el estado del tesoro no podía ser más angustioso. Efectivamen
te, los intereses y amortizaciones de las deudas exterior e interior,
cuando se abonaban; las cantidades atrasadas por sueldos , pen
siones, etc.; los gastos de dos revoluciones, y el peculado crecien
te en muchas oficinas, apenas permitían cumplir ni con la ley
anual de presupuestos. Para atender a las erogaciones más ur
gentes del servicio público, el Gobierno descontaba pagarés por
derechos de importación y exigía anticipadamente las contribucio
nes ordinarias. En 1854 el Congreso pretende salir de apuros au
torizando al Ejecutivo para negociar por vía de empréstito, dentro
y fuera de la República, la cantidad de dos millones de pesos , y
para hacer todo género de arreglos con los acreedores extranje
ros. Más adelante se verá cuáles. Apuntemos aquí que aunque
el presupuesto de gastos resultaba ilusorio, por falta de fondos,
no vacilaba el Congreso en dar pruebas de favoritismo pecunia
rio cuando era el Ejecutivo quien se lo insinuaba o imponía. A
10 de abril de 1854 el Congreso concede a ambos Monagas —al
presidente actual y al presidente presunto-, que eran generales
de división, el grado de generales en jefe con los honores y suel
dos correspondientes. Además, el 4 de mayo se le acuerda al pre
sidente, José Gregorio, el sueldo íntegro de su grado durante su
vida, y el 9 de mayo se le manda para pagar a su hermano José
Tadeo la cantidad de 10.466 pesos (cantidad que figura en el pre
supuesto de 55-56, siendo presidente el agraciado), "por valor -
48 JOSE GIL FORTOUL

dice el decreto legislativo de las reses que en el año de 1835


(cuando estaba alzado contra el Gobierno) tomó de sus hatos el
ejército constitucional". Los tres decretos llevan el ejecútese de
José Gregorio Monagas.
Apresurémonos a hablar del acto que inmortaliza su nombre :
la firma de la ley sobre abolición definitiva de la esclavitud (1 ).
Problema que habían olvidado José Tadeo, José Gregorio y sus
áulicos , a pesar de siete años de poder, contentándose con imitar
al partido conservador en el sistema de encaminarse gradualmen
te a la libertad de los esclavos por medio de las leyes de manu
misión (2). Ejemplos de abolición completa los habían dado ya
otras Repúblicas americanas, Nueva Granada en 1851. En Vene
zuela, la iniciativa se debió a la Diputación Provincial de Caracas,
cuando acordó en diciembre de 1852 dirigirse al próximo Congre
so solicitando la abolición total. Sistemáticamente han olvidado o
desdeñado el texto de este acuerdo los historiadores del asun
to. Dice así: "La Diputación Provincial de Caracas. Consideran
"do: 1º Que la esclavitud es vista hoy en todos los pueblos ci
"vilizados como un resto de barbarie, y en Venezuela, además,
"está en contradicción con los principios democráticos que nos ri
"gen, haciéndose más notable después de haber sido derrocado el
"poder de la autocracia para cimentar la libertad.—2º Que los con
"gresos han reconocido la necesidad de romper las cadenas con
"que permanecen atados muchos infelices, sancionando la ley de
"manumisión y asignando sumas considerables que desgraciada
"mente no han tenido efecto. —3º Que la libertad es un derecho más
sagrado que cualquiera otro, pues está en la naturaleza de todos
"los hombres ser libres, y sólo por una tiránica usurpación han
"podido perder algunos tan inestimable bien.-49 Que la mayoría

(1 ) Recuérdese a este respecto la iniciativa de la Oligarquía Conservadora, bajo la


Presidencia de Soublette, tomo II,
(2) Véase el tomo II. Es curioso notar que Antonio Leocadio Guzmán, que pasaba
por el propagandista más esforzado del liberalismo democrático, no abogó nunca por la
libertad inmediata. En su Memoria de 1849, siendo Ministro del Interior, señala abusos e
injusticias en el modo de aplicar el sistema; pero se declara partidario de la ley de ma
numisión del año 21. "Contentos los venezolanos con la ley -dice-, sólo queremos que
se cumpla religiosamente. Medio único entre la libertad y la propiedad, que el Gobierno
colonial había colocado en polos diametralmente opuestos, esa ley no admite inclinación
alguna en su estricto cumplimiento". GUZMAN, Datos Históricos Suramericanos, t. I, p.
188.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 49

de los ciudadanos de la Provincia y de la nación toda repugna


"con indignación que una gran parte de sus semejantes perma
"nezca en la fatal condición de esclavos . -En uso de la atribución
"23, artículo 161 de la constitución,-Acuerda-Se pida al sobera
"no Congreso en su próxima reunión, sancione una ley por la cual
"quede totalmente extinguida la esclavitud en la República. - Cara
"cas, diciembre 10 de 1852 .- (Firmado) El Presidente, Francisco A.
Amós". (1 ). Pasó el año de 53 sin que los poderes nacionales
planteasen siquiera la cuestión.
Fué solamente el 3 de marzo de 1854 cuando 31 miembros de
la Cámara de Representantes propusieron un proyecto de ley abo
licionista , y siete días después el presidente Monagas dirigió a la
Cámara un mensaje en que se lee (2): " Discutís, Señores , una cues
"tión vital; digo mal, no debe calificarse cuestión, pues la
"libertad del hombre no puede ponerse en duda, ni en
"contradicción, mucho menos en Venezuela, donde tantos años
"há se ha dado el grito de libertad, y donde tanta sangre se ha
"derramado para alcanzar para todos ese bien inestimable. Os
"ocupáis de abolir la esclavitud, y estáis llenando vuestros debe
"res en la más alta acepción de esta palabra .... Yo os esfuerzo,
"pues, a que no abandonéis el tratamiento de esta importante ma
"teria. Buscad el modo de abolir la esclavitud sin vulnerar los de
"rechos de poseedores de esclavos; y acabad de sancionar una
"ley justa, santa, digna de una política ilustrada, y consecuente con
"
"los principios liberales que nos han guiado hasta aquí ...'
Entre los consejeros del presidente tenía entonces influjo pre
ponderante el ministro Simón Planas, que desempeñaba las car
teras del Interior, Justicia y Relaciones Exteriores. Político insi
nuante y avisado, comprendió que un acto verdaderamente libe
ral atenuaría la censura de la historia contra la desordenada ad
ministración de aquel período, y le quitaría una bandera popular

(1 ) Ordenanzas, resoluciones y acuerdos de la Honorable Diputación Provincial de


Caracas en 1852, pp. 126-7. El distinguido historiógrafo Manuel Landaeta Rosales me
escribe de Caracas a Berlín ( 1909) : "Le remito copia del acuerdo sobre abolición de la
esclavitud, advirtiéndole que en 1853 se hizo una recopilación de todos los actos de dicha
Diputación, desde 1831 hasta el 10 de diciembre de 1853, y en ella no está el acuerdo del
52. ¿Lo suprimirían de propósito?"
(2) Aunque el mensaje es posterior al proyecto, ha de creerse que éste lo inspiró el
mismo Gobierno, y en todo caso no hubiera triunfado sin su apoyo dada la ninguna inde
pendencia del Congreso.

TIM
50 JOSE GIL FORTOUL

al partido de oposición (1 ). Además, es lógico pensar que en los


consejos privados de la familia Monagas prevaleció la creencia
de que tal medida allanaría el camino para asegurarle al general
José Tadeo la ambicionada sucesión de su hermano. A que José
Gregorio y su ministro Planas acogiesen por fin, a los quince me
ses, la iniciativa de la Diputación de Caracas, contribuyó igual
mente el ilustre repúblico Felipe Larrazábal. En boca suya pone
un publicista moderno el siguiente testimonio: "Se fraguaba la
revolución de los oligarcas ( 1854), siendo presidente del comité cen
tral de Caracas Manuel Felipe de Tovar. Un amigo me comunicó
(habla Larrazábal) que el punto principal del programa revolucio
nario era proclamar la libertad de los esclavos. Fuí inmediata
mente a casa del general José Gregorio Monagas, y encontré to
davía en la mesa del almuerzo a varios personajes de la situa
ción, entre ellos el Sr. Simón Planas: les dije lo que ocurría, y no
dándole ellos mayor importancia al asunto, me esforcé en demos
trarles que sí la tenía y mucha, en aquellas circunstancias y en
aquella forma. Me contestó el Sr. Planas con los argumentos de
costumbre: "¿Cómo se ha de dictar esa medida sin pagar a sus
dueños el valor de los esclavos? Esa es una propiedad como cual
quiera otra y vamos a vulnerar ese sagrado derecho". "No se
trata de pagar, repliqué, porque bien se sabe que el tesoro público
no tiene con qué hacerlo; pero reconoceremos la deuda: se trata
de arrebatar esa bandera simpática a los oligarcas, y yo insisto
en que procedamos de manera de lograrlo cuanto antes". Se fué
enseriando el asunto, se formalizó al fin, y ha tocado al partido
liberal la satisfacción de establecer la verdadera igualdad civil en
tre los venezolanos" (2). Ya un deudo de Monagas había escrito
que éste le confió a Larrazábal " la redacción del primer proyecto
de la ley que abolió la esclavitud", y agregaba : "en aquellos días
supremos que precedieron a la trascendental medida, Monagas tu
vo como principal apoyo de sus principios políticos a Larrazábal,

(1) Otros afirman que el propósito de Planas fué "asestarle un golpe de muerte al
partido conservador, en el que figuraban los principales dueños de esclavos". JOSE
MARIA ROJAS, Bosquejo Histórico de Venezuela, p. 212.

(2) DOMINGO A. OLAVARRIA, Estudio histórico-político, 2ª edición, p. 103.


HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 51

y como fortaleza de sus sentimientos filantrópicos al Ilustrísimo Se


ñor (arzobispo) Guevara" ( 1 ).Y el doctor Felipe Larrazábal hijo
nos informa: "Me consta que mi padre escribió las bases cardi
nales sobre que debía hacerse legalmente aquella reforma, bases
a que después dió forma de ley el ilustrado jurisconsulto Julián Vi
so". Recuérdese por último la tradición caraqueña de que cuando
se promulgó la ley una muchedumbre popular llevó en hombros
a Larrazábal desde su casa hasta el palacio presidencial.
El 23 de marzo dictó el Congreso la ley abolicionista y el 24
le puso el ejecútese el presidente Monagas. Sus primeros artícu
los dicen: "Queda abolida para siempre la esclavitud en Vene
"zuela".—" Cesa la obligación legal de prestación de servicios de
"los manumisos, quedando en pleno goce de su libertad y some
"tidos sólo a la patria potestad o cualquiera otra dependencia de
"sus ascendientes como ingenuos. -Se prohibe para siempre la in
"troducción de esclavos en el territorio de la República; y los que
"sean introducidos contra esta prohibición, bajo cualquier pretex
"to, entrarán por el mismo hecho inmediatamente en el goce de la
"libertad.-Los dueños de esclavos serán indemnizados del valor
"que éstos tengan por la tarifa (2), o a juicio de facultativos en
"caso de enfermedad, con los fondos destinados o que se desti
"nen al efecto y en justa proporción, recibiéndose en pago de con
"tribuciones que por esta ley se establezcan acreencias contra el
"fondo de indemnización.- Se destinan para la indemnización las
"cantidades siguientes: 1º el 10% con que las rentas provinciales
"contribuyen al tesoro público según ley; 2º la suma a que monte
"el impuesto que se establece por tres años de cinco reales sobre
"los alambiques de destilar aguardiente y sus compuestos, cobrán
"dose dichos cinco reales por cada galón de cuatro y media bote
"llas que mida el alambique ; 3º la suma a que monte el impuesto
"que se establece por tres años sobre los individuos que se expre
"sarán, a saber: cinco pesos anuales a los que tengan la renta
"requerida para elector, y diez pesos los que tengan la renta ne
"cesoria para ser Diputado provincial, Representante o Senador;

(1 ) Nicanor Bolet Peraza, en La Tribuna Liberal, 22 de noviembre, 1877.


(2) El valor de un esclavo era de 50 pesos a los 8 días de nacido; proporcionalmente
subía hasta el máximum de 300 pesos, que se alcanzaba a la edad de 15 a 39 años, y
bajaba hasta el mínimum de 5 pesos, a los 63 años.
52 JOSE GIL FORTOUL

"49 la suma a que ascienda el subsidio que se impone por tres


"años a todos los ciudadanos que reciban del erario público o de
"las rentas municipales sueldo, pensión o comisión cualquiera , de
"este modo: 2 % a los que gocen hasta la suma de 800 pesos, 3%
" a los de 800 hasta 1,600, 5% a los de 1.600 hasta 3,000, y 10% de
"3,000 en adelante; 5º los fondos recaudados y que han debido
"recaudarse del ramo de manumisión, conforme a la ley que ha
"regido hasta ahora; 6º la parte que corresponde a la nación de
"los derechos de registro, luego que haya cesado el objeto para
"que fué destinada por el artículo 38 de la ley de la materia; 7º el
"3% del total de los bienes de los que mueren dejando herederos
"colaterales; 8º el 20 % del total de los bienes de los que mueren
"dejando herederos extraños; y 9º los bienes líquidos de los que
"mueren ab intestato y no dejan herederos en grado en que por
"las leyes deben sucederles.-Los individuos que están comprendi
"dos en más de uno de los casos citados , sólo abonarán el impuesto
"mayor que les corresponda, quedando libres del pago de toda
"contribución aquellos individuos que hayan dado la libertad a
"sus esclavos desde el día 1º de febrero último hasta la sanción de
"esta ley".

La misma ley y el decreto reglamentario del 30 de marzo de


terminan circunstanciadamente el modo de hacer el censo de es
clavos, recaudación de los impuestos y su inversión; pero tan eri
zadas de dificultades prácticas resultaron las tales disposiciones,
que pasó un año sin que se pudieran conseguir los fines expresa
dos, y el 2 de julio de 1855 se expidió otro decreto reglamentario.
En 1856 se reconoce como deuda nacional de 6% el valor de los
que fueron esclavos y manumisos; mas no habiéndose presentado
aún todos los expedientes, se dan nuevas reglas al efecto y se
modifican los impuestos de 1854. En los años de 59, 60 y 62 se es
tablecen oficinas liquidadoras de todas las acreencias contra el te
soro. En el período de la Federación se cobraban todavía algu
nos de los impuestos de indemnización. Por ley de 1865 se acep
tan como deuda nacional los créditos de abolición ya reconocidos
o que se reconocieren, y por otro decreto reglamentario del propio
año se resuelve que dichos créditos se examinarán o liquidarán
según los casos. Créditos que corrieron la varia suerte de los suce
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 53

sivos proyectos y arreglos sobre deuda pública , hasta la reorgani


zación fiscal de tiempos de la Autocracia .
En suma, todos los esclavos quedaron libres en 1854. Com
prendiendo a los manumisos, había cosa de 40,000, la mayor par
te en las provincias de Caracas y Carabobo; y para indemnizar
a sus amos se calcularon unos tres millones de pesos. Según el
censo especial de la época, más o menos fidedigno, 450 esclavos
fueron libertados por sus amos cuando se inició en el Congreso la
abolición; y 12.550 esclavos, con 27.000 manumisos (cálculo del
doctor Mariano de Briceño) quedaron libres por virtud de la ley ( 1).
Durante los cuatro o cinco años que siguieron al de la eman
cipación, no se nota ningún cambio social ni político debido a la
influencia de los nuevos ciudadanos. Muchos continúan viviendo
como peones y colonos en las haciendas de sus antiguos señores ;
otros se dispersaron por ciudades y campos ; todos van a confun
dirse poco a poco con la masa de mestizos que forman la mayoría
de la población venezolana. En la vida pública no empiezan a
intervenir algunos sino por consecuencia de las guerras "federales",
que determinan una revolución social más amplia y profunda que
la misma revolución, antes política que social, de la Independen
cia; porque es entonces cuando desaparece la Oligarquía, se re
vuelven definitivamente todas las castas y se realiza de hecho la
igualdad democrática. A su tiempo veremos que esta igualdad
se efectúa en un estado anárquico, generador por lo mismo de la
dictadura y la autocracia.

(1) Véase a MANUEL LANDAETA ROSALES, La libertad de los esclavos en Venezuela,


p. 51. Caracas, 1895.
CAPITULO IV

OTRA VEZ JOSE TADEO

SUMARIO: Expectativa nacional. ――― Un "orador póstumo". - Pa


sividad del Congreso . ― Amnistía parcial. — Autorización al
Ejecutivo para reorganizar la hacienda. ― Los decretos del Mi
nistro Gutiérrez. - Crédito público. - Presupuesto ilusorio. —
Acuñación de moneda. ― Crisis económica. - Reformas pro
puestas por el Ministro Aranda. ― Código orgánico de tribu
nales. ― Leyes procesales. ―― Sistema métrico. - Ley de in
migración. ―― Los indios de Guayana. ―――― Vías de comunica
ción.- Telégrafos. ――――― Proyectos de ferrocarriles. - Las ideas
de Aranda y las del Presidente. -――――――――― ¿Cómo quedarse en el po
der? ――――――- El "vestido corto" de la Constitución. ― Hay que alar
garlo. - ¿Confederación colombiana? ――― La imprueba José
Gregorio. José Tadeo se lanza a otra aventura.

En 1855, José Gregorio Monagas le devuelve la presidencia a


su hermano José Tadeo, con quien nadie se atrevió a competir en
las elecciones nacionales ( 1).

Eran días de expectativa; angustiosa en los que recordaban


la primera administración de José Tadeo, anhelante en quienes
acariciaban aún la esperanza de ver convertida en prudencia pa
triótica su propensión autoritaria. Una voz , que sonaba con modu
lación rediviva de otros mejores tiempos, se encargó de expresar
entonces la angustia y el anhelo. Durante las solemnidades con
• que se inauguró el nuevo Gobierno, el obispo Mariano de Tala

(1 ) De 1853 a 1857 fué Vicepresidente de la República el doctor Joaquín Herrera.


56 JOSE GIL FORTOUL

vera apeló por última vez a su prestigiosa elocuencia y dijo : "Pa


rece, Señor, que los males físicos, morales y políticos se han con
federado para oprimir esta desgraciada República. Carestía de
las subsistencias por causas bien conocidas; lamentable atraso de
la agricultura por motivos que vos sabéis; amargo malestar, y más
amargo porvenir de las familias; reclamaciones casi amenazado
ras de algunas potencias extranjeras ; enfermedades y epidemias
que han diezmado y aun quitado algunas poblaciones; ausencia
absoluta de toda policía preservadora del contagio; sacudimientos
de la tierra, que obedeciendo las leyes inmutables de la creación
han arrastrado a la tumba centenares de víctimas; silencio sepul
cral de la prensa, única lengua legal de los pueblos para emitir
sus quejas ; un erario exhausto que no puede satisfacer las justas
exigencias de los servidores de la patria; una deuda inmensa que
gravitará sobre diez generaciones ; el agio llevado hasta el escán
dalo; la justicia envilecida ; las garantías violadas; amenazas de
muerte a porciones indefinidas de la sociedad; robos sacrilegos, y
asesinatos nocturnos por manos ignoradas; disensiones civiles, opi
niones encontradas, odios recíprocos; partidos enconados que es
quivan toda reconciliación; ciudadanos y militares que por aberra
ciones políticas están en playas lejanas, comiendo un pan de lá
grimas en cambio del pan que en mejores tiempos ganaron con su
sangre; y lo que más contrista las almas sensibles, una de las ma
yores desventuras de la primera culpa, la guerra entre hermanos,
que ha traído estos deplorables combates fratricidas que han he
cho gemir la humanidad ..." Apenas exageraba el elocuente
obispo, gloria moribunda de la tribuna colombiana. Monagas le
escuchó con su acostumbrado continente impasible. Su alma fría
de político reconcentrado y adusto no iba a conmoverse, mucho
menos irritarse, con las palabras de aquel anciano, que era, según
la feliz expresión de Juan Vicente González, un " orador póstumo".

El Gobierno se inauguró, empero, con actos que aquietaron


provisionalmente la expectativa nacional. Publicó un Manifiesto
en el que abundaban promesas de buena administración, respeto
a las leyes , acatamiento a la libertad, concordia de los partidos ( 1).

(1) Es curioso notar que este manifiesto lo firmó, como jefe interino del Despacho del
Interior, el entonces joven doctor Juan Pablo Rojas Paúl, quien treinta y cuatro años des
pués habrá de repetir desde la Presidencia de la República la misma promesa de "con
cordia".
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 57

Mas se vió claro a los pocos días, que el Presidente propendía de


nuevo a concentrar en su propio criterio toda la autoridad política,
y ello a pesar de contar con la colaboración de expertos Ministros:
Francisco Aranda en el Interior, Justicia y Relaciones Exteriores;
Jacinto Gutiérrez, en el de Hacienda, y sucesivamente el coronel
Felipe Esteves y el general José Laurencio Silva en Guerra y Ma
rina. En lugar del prudente consejo que le dieron sus mejores ami
gos, de solicitar del Congreso una ley de amplia amnistía, que hu
biera atenuado la penosa impresión producida por su segunda exal
tación al poder, prefirió imponerle al Congreso la redacción de un
decreto parcial (9 de febrero, 1855), cuyo artículo único dice : "Se
autoriza al Poder Ejecutivo para conceder salvoconductos , con el
fin de que vuelvan al país los venezolanos que por motivo de los
acontecimientos políticos de 1848 a la fecha, se hallan fuera de
él, y que a su juicio no sean perjudiciales al orden público". Con
lo que se entronizaba otra vez la voluntad soberana del Presidente.

Ni paró en esto solo la pasividad del Congreso. De todos los


ramos de administración, el de hacienda reclamaba más imperio
samente reformas y remedios inmediatos. El Congreso lo confía
también al arbitrio del Ejecutivo, con ligeras e insignificantes cor
tapisas. Por decreto de 1855 se prorroga durante un año la facul
tad que tenía aquél para descontar pagarés de derechos de impor
tación, con el objeto de atender a los gastos del servicio público;
y en 1856, so pretexto de no tener tiempo las Cámaras de dictar
nuevas leyes orgánicas de hacienda, autorizan al Ejecutivo para
que en el término de noventa días tome las medidas convenientes
en todo lo relativo a este ramo; reforme los aranceles de impor
tación y exportación, si bien a condición de disminuir los dere
chos que parezcan excesivos y no aumentar en más de 25% los
existentes; liquide y arregle las deudas y reclamaciones, y "si fue
re absolutamente necesario, levante empréstitos para la organiza
ción de la hacienda” . Un considerando de esta ley abdicativa di
ce: "El Congreso nacional libra toda su confianza en el actual Jefe
del Estado".

Con tan amplias facultades, de hecho ilimitadas, se apresuró


el Ministro Gutiérrez más influyente ahora que en 1849, y ya cu
rado de veleidades conservadoras— a formular gran copia de de
cretos referentes a reorganización de las oficinas fiscales, al nú
58 JOSE GIL FORTOUL

mero de puertos habilitados, al comercio de cabotaje, al arancel


de derechos de importación (obra más circunstanciada que la de
1841), al procedimiento en casos de comiso, a los resguardos ma
rítimo y terrestre para celar el contrabando ; decretos que, bien con
cebidos y aplicados en parte, contribuyeron a aumentar los ingre
sos, aunque no al mejor y más pulcro manejo de la renta. Al
propio tiempo que estos decretos, regía la ley del 27 de abril (1856)
que mandó cobrar una contribución extraordinaria de 15 a 20%
sobre la importación y de 1 a 4% sobre la exportación de todos los
productos nacionales (1).
En virtud de la expresada autorización dictó Monagas su de
creto del 12 de diciembre, 1856, sobre crédito público (2). Por él
reconoce Venezuela como deuda nacional consolidada, en una so
la inscripción, y al interés de 5% anual: 1º la deuda consolidada
actualmente en circulación; 2º la llamada "deuda de tesorería por
espera" ya emitida, y 3º los demás créditos que se reconozcan con
motivo de sustituciones del Estado a consecuencia de la reforma a
la ley de espera efectuada en 1850. La deuda consolidable circu
lante puede convertirse a voluntad de los tenedores en deuda con
solidada, hasta completar por conversión el máximum de 500.000
pesos: cada 100 pesos de capital e intereses de aquélla se convier
ten en 33 13 de ésta. Para el pago de intereses de la consolidada
se manda incluir anualmente en el presupuesto de gastos hasta
la suma de 250.000 pesos, y para la amortización una cantidad
igual al 5% del capital de deuda circulante en 30 de junio del año
anterior; pero esto " cuando lo permita la situación del erario".
El presupuesto de gastos para el año económico de 1856-57 su
ma $ 4.022.249. Véase una que otra partida. Para el crédito pú
blico se asignan $ 1.200.000, de los cuales $ 400.000 corresponden
al pago de intereses de la deuda exterior, "luego que se haya efec
tuado el arreglo para que está autorizado el Poder Ejecutivo ". En
el capítulo titulado " Pensiones y asignaciones sobre el tesoro" (pen
siones vitalicias, pensiones especiales, montepío militar, inválidos,
etc.), figura la cantidad de $ 553.262. Para inmigración, $ 60.000 ;
para caminos, $ 160.000; para gastos imprevistos, $ 60.000 .... Pre
supuesto ilusorio como el de casi todos los años del Gobierno de

(1) Ley vigente hasta 1860.


(2 ) Rige hasta 1860. 2 IN
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 59

ambos Monagas, pues a menudo no se pagaba sino parte de las


cantidades asignadas. De las dificultades con que tropezaban en
la tesorería aun los mismos legisladores, dará idea la siguiente
anécdota. En la sesión del Congreso de 10 de marzo 1857, el Re
presentante Cosme Urrutia, que presidió la comisión encargada de
poner en manos de Monagas un proyecto de ley, relativo al pago
de dietas y viáticos, dijo: "La comisión fijó sus miradas en el rostro
del jefe de la Suprema Administración, y como lo observara ale
gre, juzgó que obraría de conformidad: me parece, Señor Presiden
te, que de esta manera quedarán realizadas las esperanzas de to
dos los Honorables Senadores y Representantes, sin exclusión de
uno". Ruidosos aplausos y risas contestaron a Urrutia, quien por
la festiva ironía de su elocuencia revelaba que en Barquisimeto, su
patria, había también sal andaluza.
La escasez de numerario circulante indujo al Gobierno a man
dar acuñar en el extranjero moneda de oro, plata y cobre. Para
el oro y la plata se dispuso que el tipo fuera de cordón y de forma
circular, teniendo en el anverso la efigie de la Libertad con siete es
trellas alrededor (número de las Provincias primitivas) y en el re
verso las armas nacionales con la inscripción "República de Vene
zuela" ; para la moneda de cobre (centésima parte del peso fuerte),
en el anverso el busto de la Libertad con la misma inscripción y en
el reverso una orla de laurel. No se acuñó oro. En monedas de
plata (de ½, 1 , 2 y 5 reales) y en moneda de cobre se contrató e
importó solamente la cantidad de 25.000 pesos por los años de 57
y 58 (1).
A la desordenada administración fiscal agregáronse en el úl
timo año de José Tadeo trastornos económicos independientes de
su Gobierno. Un su adversario político, al revistar el año de 57
escribía: "Halagüeño se presentaba el año para los agricultores y
criadores: los cueros, el cacao, el café, el azúcar habían alcanzado
precios fabulosos. De repente aparece la gran crisis monetaria de
los Estados Unidos, que pronto cunde a Europa y de rechazo viene
a causarnos grandes males . El precio del café baja un 20 %, el
de los cueros un 70, el de los productos de la caña un 50 .... (2)” .
(1 ) En 1859, bajo el Gobierno fusionista, llegan 20.000 pesos más de moneda de co
bre. El nuevo cuño nacional, aunque mandado establecer en los años de 65 y 71, no se
inaugura hasta 1886.
(2) Luis Sanojo, en El Foro, 19 de enero, 1858.
60 JÓSE GIL FORTOUL

En cambio, la ganadería siguió prosperando en los llanos, gracias


a la paz relativa de los diez años anteriores, pues las revoluciones
de 1848, 49, 53 y 54, fueron breves y apenas mellaron la proverbial
riqueza de los hatos. Prosperidad en el número de cabezas; en
cuanto a mejora de la raza, poco o nada se hizo entonces ni des
pués.
Si fué constante la buena voluntad del Ministro Gutiérrez en
multiplicar los reglamentos fiscales, sin obtener con ellos ningún
beneficio permanente para el país, cosa análoga le sucedió al Mi
nistro Aranda en el departamento del Interior y Justicia ( 1). En
1855 obtuvo Aranda del Congreso la reforma del código orgánico
de tribunales; pero por bien concebida que estuviera esta reforma
desde el punto de vista teórico, resultó viciada, lo mismo que la de
1857, por un tortuoso fin político, a saber: aprovecharse de la va
riante en los distritos judiciales para reemplazar a los magistrados
en ejercicio con otros más adictos a los propósitos particulares del
Ejecutivo. Exito más limpio logró Aranda haciendo que se refor
masen varias leyes procesales, que eran su especialidad (3), e ins
pirando la ley derogatoria de la del año 21 sobre pesas y medidas,
que en 1857 se fijan de acuerdo con el sistema métrico decimal; en
teoría, se entiende, porque esta reforma, como tantas otras de am
bas Oligarquías, no se lleva a la práctica sino en el período de la
Autocracia.

Teoría también todo lo relativo a inmigración de extranjeros.


Por ley de 18 de mayo, 1855, se dispone entre otras cosas: que el
Ejecutivo pueda gastar anualmente hasta la cantidad de 60.000 pe
sos "para fundar establecimientos en los principales puertos de la
República, a fin de que los inmigrados que no vengan contratados
con particulares reciban toda especie de asistencia gratis hasta por
treinta días"; que se promueva la inmigración asiática, "prefiriendo
en lo posible la de chinos, contratados en su país por escrito y
temporalmente para la labor de los campos, trabajo de arte y servi
cio doméstico (2); que se den tierras baldías a los inmigrados, para

(1) Durante su misión diplomática a Washington, en 1856, le reemplazan Antonio


Parejo y Francisco Oriach; regresa a fines de año y sigue en el Ministerio hasta abril de
1857, fecha en que le sustituye Rafael Arvelo.
(2) En 1857 se nombró una comisión redactora del código de comercio; pero los co
misionados siguieron la tradición de no hacer nada, o el Ejecutivo la de no pagar,
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 61

su cultivo, expidiéndoseles título de propiedad al cabo de tres años;


que se establezcan juntas de inmigración en las capitales de Pro
vincia. Proyecto que tuvo la misma suerte que los anteriores. En
1856, siendo Ministro del Interior el doctor Antonio Parejo, nótase
una iniciativa particular digna de recordación. Dos comerciantes
de Caracas, Francisco Delgado y Silvestre Rodríguez, proponen in
troducir desde este año hasta el de 59 tres mil agricultores de las
islas Canarias, comprometiéndose a proporcionarles alojamiento
gratis y mantenerlos por ocho días desde el desembarco. Se esti
pula que los emigrantes pueden firmar en su país un pagaré por la
mitad del pasaje y gastos, pagaré que será aceptado en Venezuela
por la persona que contratare sus servicios; y el Gobierno pagará
por cada inmigrado a los empresarios una prima cuyo máximum se
fija en veintidós y medio pesos . De los 3.000 canarios llegaron
sólo 154 en el año 57.
Teoría también las disposiciones tutelares respecto de los in
dios. Al organizarse en 1856 la nueva Provincia de Amazonas (an
tiguo distrito de Río Negro), se recomienda a sus funcionarios que
traten a los indios de igual modo que a los demás venezolanos; que
formen un censo exacto, con expresión de sus industrias y cultivos ;
que funden escuelas primarias; que no ejerzan ninguna coacción
sobre los indios montaraces a fin de reducirlos a la vida civilizada,
empleen en cambio "medios benéficos sin atacar sus costumbres
privadas, pudiendo entrar a la comunión civil con el número de
mujeres que tengan, para de este modo atraerlas sin infundir nin
gún recelo de perder sus costumbres" ; que a ningún indígena jefe
de familia se le separe de su mujer ni se le quiten sus hijos para
el servicio doméstico, sin su consentimiento expresado ante el tribu
nal competente; que cuiden no se celebren contratos onerosos con
los indios; que cuando los traficantes de mercancías abusaren de
su ignorancia, sea la permuta nula, etc. Percíbese aquí el eco de
las leyes españolas de Indias, tan generosa a veces en principio
cuanto violadas en su aplicación. Ni antes ni después de la
Independencia varió de hecho la condición social de los indios
montaraces, para quienes era indiferente -y lo será mientras no
se emplee un medio racional de civilizarlos-, que sus gobernantes

(1) Sistema análogo al que los ingleses implantaron con coolíes en las Indias Occi
dentales. No se practicó nunca en Venezuela.
62 JOSE GIL FORTOUL

fuesen españoles de la Colonia o venezolanos de la República, cu


yos procedimientos no han cambiado. La Oligarquía Conserva
dora y la Oligarquía Liberal se contentaron con dictar reglamentos
teóricamente tutelares, y con insertar en las Memorias ministeriales
los informes de los visitadores. El informe de Agustín Codazzi en
1838 no puede ser más sombrío ( 1 ); y en lo que resta de siglo no se
remedian los abusos que autoridades y mercaderes cometen con
los indios de la Alta Guayana. En 1845, el visitador Rafael Ace
vedo pinta circunstanciadamente el régimen practicado desde 1842
por el director del distrito Río Negro, Pedro Joaquín Ayres. Esie
no había empezado mal su pro consulado: "edificó y mejoró mu
chas casas, reedificó templos, construyó muchas embarcaciones,
estableció algunas poblaciones, algunas plantaciones de caña y
de café y una de algodón"; pero a poco le entró como a sus pre
decesores, el delirio de la especulación, e hizo fortuna vendiéndoles
a los indios géneros hasta a "500% sobre la factura " (2). En 1846
se le ocurre al Gobierno volver al condenado sistema español de
misiones, y nombra jefe de reducción de indígenas al capuchino
catalán Fr. Fidel de Vidrá . A los nueve años, bajo el Gobierno de
José Tadeo, llega allí como visitador Francisco Michelena y Rojas,
y encuentra que la administración del distrito es todavía peor que
en tiempos de Ayres. Cuando éste "conservaba y fundaba para
disfrutar más y más en un tiempo dado", en cambio el actual ad
ministrador, "comisario del distrito y comerciante al mismo tiempo",
"se ha apresurado a realizar lo que queda, a no fundar nada, y a
esterilizar todo con el monopolio universal que ejerce, con perjuicio
muy notable de los demás especuladores, y mucho más del pobre
indio cuyo trabajo se paga con mercancías a los precios fabulosos
siguientes: coleta, a 10 reales vara; holandilla , 16; pañuelos de
color, de 12 a 14; liencillo vara, a 10 ; madapolán, a 12; crehuela, a
14; hachas azules, 8 pesos ; machetes, a 3 pesos ; sal, 3 pesos cuar
tilla; y en esta misma proporción los precios de los demás artículos
que importan. No ha habido ni conversión ni reducción alguna
de indígenas, desde 1845, en que hizo su visita oficial del distrito
el dicho Sr. Acevedo: las poblaciones, lejos de haberse fundado

(1) Véase el tomo I.


(2) El informe de Acevedo figura en la Memoria del Interior de 1846.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 63

nuevas, se han disminuido las que había, no sólo en número de


éstas sino de habitantes; absoluta es la carencia de templos, de
doctrinas, de hospitales y de escuelas, lo mismo que de sacerdotes
que los asistan; no hay bienes de comunidades, como se asegura
ba existían; no hay ningún establecimiento de agricultura, público
o privado; y ocupados constantemente los indios en trabajos forza
dos de otra naturaleza, no tienen tiempo de hacer conucos; en una
palabra, faltan al distrito los elementos necesarios para existir por
sí solo; se necesita crearlo todo; nada hay de cuanto es absoluta
mente indispensable". ( 1 ). En julio de 1857, el Ministerio del Inte
rior tomó el buen acuerdo de nombrar a Michelena Gobernador de
la nueva Provincia de Amazonas. Procuró remediar los males más
inveterados, empezando por prohibirse a sí mismo, y al comandan
te de armas, todo género de comercio; reemplazó a los antiguos
comisarios de los pueblos con capitanes indígenas, de libre elec
ción del vecindario, asignándoles sueldo mensual de 7½ pesos en
plata y vedándoles ser agentes de ningún comerciante; fijó el sala
rio de los indios a 2 reales; declaró que no eran responsables de
deudas de sus padres, si no dejaban bienes; que podían cambiar
de domicilio a voluntad; que nadie podía tomarlos a su servicio so
pretexto de enseñarlos, ni sacarlos de la Provincia contra su vo
luntad; que no irían a la cárcel por deudas; que pidiesen lo que
quisieran por los productos de su industria; organizó la adminis
tración de justicia, nombrando jueces inferiores a los mismos capi
tanes indígenas; penó la adulteración de licores; estableció impues
tos moderados y solamente en el expendio de aguardientes y a la
entrada y salida de barcos mercantes (2). Pero esta inusitada go
bernación duró breves meses. Michelena renunció por motivos
políticos; le sustituyó otro Gobernador a la antigua; la Provincia
de Amazonas volvió a anexarse a la de Guayana en 1861 , y los
indios siguieron explotados y tiranizados como antes, y después.
En el ramo de caminos, que el Presidente Monagas recomendó
al Congreso en su mensaje de 1856, el fomento fué harto precario.
Para la carretera de San Joaquín a Ocumare de la Costa (Provincia

( 1) Exploración Oficial, pp. 334-35. En cuanto al atraso de la región guayanesa¯en


general, los informes de Michelena concuerdan con el de Andrés Eusebio Level, visitador
oficial del Bajo Orinoco en 1850.
(2) Exploración Oficial, pp. 338-39.
64 JOSE GIL FORTOUL

de Carabobo) se destina el producto de 16.000 fanegas de sal, y


otro tanto para el camino que Manuel María Vargas propone abrir
desde el cantón Carora (Barquisimeto) hasta los Puertos de Alta
gracia (Maracaibo). Proyectos fallidos. El fomento efectivo puede
decirse que se circunscribía a los caminos de La Guaira a Caracas,
de Puerto Cabello a Valencia y de los Valles de Aragua. En el
mismo año de 56 se establece la primera línea telegráfica de La
Guaira a Caracas, línea que a los dos años se extendió hasta Va
lencia (1 ). Respecto de proyectos ferroviarios (la administración de
José Tadeo sigue la huella de la de José Gregorio. En abril de
1856 el Congreso autoriza al Ejecutivo para contratar la construc
ción del que se hubiera llamado "ferrocarril central", que debía
internarse desde Puerto Cabello por las Provincias de Carabobo,
Aragua, Caracas, y por el Yaracuy a Barquisimeto, Portuguesa y
Barinas. En enero de 1858 se inauguró en Puerto Cabello un trozo
que no alcanzaba a un kilómetro, y no pasó de allí la construcción.
Inútiles resultaron los esfuerzos del Ministro Aranda por fomen
tar las vías de comunicación, esfuerzos que merecen recordarse. El
3 de marzo de 1857 discutía la Cámara de Representantes un pro
yecto de " carretera de Oriente", y Aranda decía: "En la opinión
de hombres respetables en la materia, el pequeño progreso que ha
tenido nuestra tierra de algunos años a esta parte se debe a dos
nuevos caminos, que aunque no son buenos no son tan malos como
los antiguos. El camino de Puerto Cabello a Valencia, y el de La
Guaira a Caracas, aunque tan imperfectos, aunque a veces intran
sitables, han permitido el trasporte de cargas pesadas o volumino
sas, de las máquinas necesarias para beneficio de las cosechas, y
disminuído el precio de la conducción de éstas a aquellos puertos;
y esto ha aliviado las pérdidas que han provenido de nuestros
trastornos políticos .... La primera constitución de un pueblo, así
como la del individuo, pues que el cuerpo político no es más que la
colección de los individuos, la primera constitución es la material,
la organización del trabajo y de los medios que material e inme
diatamente influyen en su producción y riqueza. Mientras no hay
cuerpo no hay alma, mientras no hay almas, no hay ideas: un
pueblo débil, más que un hombre débil, para poco sirve, quizá no

(1) La red de telérafos nacionales gno se verá sino en 1877, y el cable submarino
en 1888.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 65

sirve más que para causar lástima y compasión .... Las vías de
comunicación están en primer término en el plan de mejoras. Va
rios contratos se han celebrado con este objeto, y yo tengo el honór,
cualquiera que sea la suerte que toque a esos contratos , de haber
firmado el primero que se ha celebrado para establecer vías férreas
en la República, en ejecución de la ley que dió el Congreso para
el establecimiento de una línea central que partiendo de Puerto
Cabello irá a favorecer a casi todas las Provincias de la República :
la Provincia del Yaracuy, la de Barquisimeto, la de la Portuguesa,
la de Barinas. Y enlazada esta comunicación con la que existe
por medio de los vapores que navegan las aguas del Orinoco y
sus afluentes ( 1), será favorable a las Provincias de Guayana, Apu
re, Barcelona y Cumaná. Por otra parte, el ferrocarril central to
mará la dirección por el centro de la Provincia de Carabobo a la
Provincia de Aragua, y vendrá hasta la capital, y un ramal se ex
tenderá a la Provincia del Guárico. Otro contrato acaba de cele
brarse para establecer el ferrocarril de La Guaira a Caracas, y la
misma compañía que lo emprende podrá encargarse de alguna
parte de la línea que principiará en Puerto Cabello, para acelerar
la época en que se enlace el camino central con el de La Guaira".
El 3 de abril insiste, parafraseando la máxima de un economista :
"hagamos los caminos de hierro, que Dios hará los hombres que
han de pasarlos" . Y el 4 de abril, ya en víspera de renunciar su
cartera, rebatiendo la crítica de cierto orador incompetente y frívolo,
agrega: "Con las vías de comunicación vendrá el aumento de las
transacciones y del comercio, vendrá el crédito, vendrá la inmigra
ción, vendrán los adelantos de la industria, y con ésta todos los
elementos de la riqueza y del bienestar, que serán de todo aquel
que no sea enemigo del trabajo. Los pueblos no se mejoran nunca
sino por medio del trabajo honrado : protejámoslo, facilitémoslo .
Las riquezas que se adquieren con facilidad, por casualidad, regu
larmente se disipan pronto; y las que proceden de medios réprobos,
en medio de las perturbaciones políticas, no son útiles sino más
"
bien perniciosas .... ¿Estaba pensando Aranda en alguno de
sus colegas y correligionarios? El hecho es que Aranda, que aca
baba de viajar por los Estados Unidos, curado ya de aquella su

(1) La compañía que tenía este monopolio no puso vapores sino en el Orinoco y el
Apure.

6--III
66 JOSE GIL FORTOUL

ideología de crédito territorial que sostuvo cuando fué Ministro


de la Oligarquía Conservadora, veía ahora claramente las verda
deras necesidades de su patria, como las vió Guzmán en los años
de 31 y 49, como Soublette y Santos Michelena en 1845, como Si
món Planas en 1854. Pero así como los Congresos conservadores
desoyeron el consejo de los Presidentes y Ministros, así los Presi
dentes liberales, ante Congresos pasivos o serviles, trabajaron en
tre bastidores por que sus Ministros predicasen en desierto, para
dedicarse ellos a uridr sus tramas de dominación personalista .
José Tadeo era incapaz de comprender vastos planes de transfor
mación social y económica. Vivía bajo la obsesión del poder, y
no tenía pensamiento sino para averiguar el medio de conservarlo.
Desde los comienzos de 1856 se conoció el propósito del Presi
dente Monagas de reformar la Constitución por modo tal que le
permitiese prolongar el período de su mando . Pensó primero en
darle calor al proyecto de confederación colombiana, con el que
su denominación en Venezuela se hubiera mantenido indefini
damente, y a este efecto se hizo autorizar por el Congreso, el 27
de febrero, para invitar a los Gobiernos de Nueva Granada y Ecua
dor a establecer bases de confederación, siempre que se conser
vase la igualdad de representación de los tres Estados y la unidad
e integridad del territorio venezolano. Pero tuvo que ceder ante
las dificultades que suscitaron las otras Repúblicas, y ante la opo
sición que encontró luego entre los mismos liberales venezolanos,
no obstante la autorización del Congreso. Entre los opositores fi
guró hasta su hermano José Gregorio.
A la mano se nos viene una carta confidencial de éste, que
pinta bien la situación política del momento: alarma de José Gre
gorio de ver que el hermano mayor no le devolvería la Presiden
cia, como quedó tácitamente convenido el año de 55 ; celos de in
fluencia entre el Ministro Gutiérrez, que le servía de lazarillo a José
Tadeo en la maraña del formalismo legislativo, y el ex Ministro
Planas, que había representado y aspiraba a seguir representando
el mismo papel con José Gregorio; improbación circunstanciada
del proyecto de confederación colombiana y de reforma constitu
cional; y amenaza, por último, de romper el pacto de familia que
el público llamaba " dinastía de los Monagas" . Planas le dictó a
José Gregorio la siguiente carta.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 67

―――――――――
Barcelona, mayo 27 de 1856. - Sr. Gral. José T. Monagas.
Apreciado hermano y compadre. Queda en mi poder la estima
ble de V., fecha 15 del corriente, contestando la que le dirigí en
contestación a su primera. - Da V. principio a su misteriosa carta
con las notables equivocaciones en que incurro, provenientes de
alguna preocupación grave que se me ha hecho concebir y que
no quiere analizar; pero cuyos móviles alcanza, pues se reducen
a dividir los miembros de una familia. ――― Ninguna preocupación
puede ni debe agitar la mente de un individuo , ni mucho menos
dejarse sorprender para concebir ideas cuyas tendencias le sean
desconocidas; cuando los hechos que son los mejores comproban
tes de todos los actos de nuestra vida y que hablan en alto, se
presentan de manifiesto para revelarnos claramente la intención
con que se pretende obrar. Sentado este principio legal, a la par
que sencillo, no pueden causar efecto en mi ánimo otras preocupa
ciones que aquellas que me proporciona el convencimiento de las
cosas mismas. Examinemos las causas con la calma debida y
encontraremos los efectos deseados. El sometimiento a juicio a
que V. alude respecto de sus Secretarios (Ministros), si no obtuvo
el resultado que se proponía el Congreso de 51 , fué única y exclusi
vamente porque me opuse abiertamente a la consecución de un
hecho semejante. Existen aún esas personas que componían el
Congreso y ellas no podrán negar las repetidas exigencias que
les hiciera para que no tocasen un solo acto de la administra
ción que terminaba. Jamás tuve por norte sojuzgar las disposicio
nes de V., fuesen o no legales ( ! ), cuando no me era fácil pene
trar la causa que le indujera a decretarlas . Examine V. con cui
dado las Memorias, decretos y mensajes de mi tiempo, y me dirá
si existe algún dato que tienda a desmentirme. Yo no he creído
nunca que los cargos que se hacen a los Ministros de un Gabine
te, como agentes inmediatos del Gobierno, puedan dejar de tocar
al Jefe del Estado. Este es el único responsable, siendo así que
en su mano está la dirección y la facultad de removerlos cada vez
que lo juzgue conveniente ( 1). No entiendo, pues, cómo es que V.

(1) Cuando Planas le dictaba a Monagas semejante teoría no se acordaba de la


Constitución, que en su artículo 138 enumera los casos de responsabilidad ministerial,
añadiendo en su artículo 139 : "No salva a los Secretarios de responsabilidad la orden
verbal o por escrito del Presidente de la República ".
68 JOSE GIL FORTOUL

puede decirme, que "el lodo que se ha echado a mi Administra


ción refluye solamente contra los Ministros y demás emplea
dos " ....- Dejemos a los empleados de uno y otra Administra
ción, que el público les juzgará según sus obras; pero permítame
decirle que, en el estado de la República y su situación en 51 ,
comparado con el de 55, hay una diferencia notable; por la simple
razón de que V. encontrara más recursos de toda especie el 48 Y y
un pueblo entusiasta por la libertad. Si V. tuvo que sofocar re
voluciones, a mí se me presentaron de la misma suerte, y acaso
más combinadas . Si V. luchaba con ideas divergentes para mar
car la senda de su política administrativa, en mi tiempo hubo más
complicación de ideas, porque el mismo partido liberal se dividió
en fracciones. Aparte de ésto, V. encontró en 54 mucho amigo de
cidido, mucho hombre formado a fuerza de una esquisita genero
sidad, porque la voluntad de los venezolanos no puede captarse
con rigor; y no menos recursos que los que yo encontrara en 51.
Epoca harto difícil de atravesar. Paréceme de este lugar hacerle
una pequeña observación. El pueblo que V. gobernó del 48 al
50, no es el mismo que hoy existe: cuidado como se equivoca.
Continúa V. con la biografía de su Ministro Gutiérrez ( 1 ) pintándola
con coloridos que no merece un hombre de su calaña. Es un sar
casmo asegurar que él haya sido un paño de lágrimas para mis
amigos, cuando en todos sus actos ha tratado de exterminarlos. Lo
habrá sido con aquellos maulas, sus espías, que pretendían enga
ñarme; pero no con aquellos que de buena fe me han dispensado
su amistad. Testigos presenciales de sus discursos sofísticos en
el Congreso de 54, que por una de esas aberraciones inconcebi
bles fué a ocupar una silla en la curul nacional, comprendieron
muy bien sus maquiavélicas tendencias, y no se equivocaron con
la idea que quería desarrollar para consolidarse en el poder, des
pués que había merecido la confianza de V. Norabuena que se
le dispensen consideraciones por V., que sea su mejor apoyo y
que con sus mañeros conocimientos y conocida estrategia propen
da a la felicidad de esta tierra ... digna de mejor suerte; pero
que me haga creer que es amigo de los Monagas, se resiente la
misma delicadeza al decirlo; y por lo que respecta a mí, es una

(1) Así como Planas le dictaba a José Gregorio, Gutiérrez le dictaba a José Tadeo.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 69

ofensa que se me hace con figurárselo siquiera. El tránsfuga de


todos los partidos, el conspirador de todas las épocas, el hombre
sin fe ni conciencia, el enemigo declarado de la libertad, supo
nerlo mi amigo, es un dislate que no acepto de ningún modo, es
un sacrilegio lo que encierra tal concepto. -No quiero ocuparme
de él bajo ningún respecto, y sólo puedo asegurarle que jamás
merecerá mi confianza y que nunca entraré en explicaciones de
ninguna clase. Que guarde los datos que dice tiene en contra de
mi administración, para que haga de ellos el uso que mejor le
convenga. - Muchas son las causas que me hacen tenerle afecto
a la Constitución de 1830 ; y ellas me convencen hasta la evidencia,
del peligro en que V. se ha puesto y ha puesto a su familia y a
la patria, con la confederación colombiana . Ninguno de los vene
zolanos, por inepto que sea, dejará de conocer que la Constitu
ción es libre, popular, responsable y alternativa ; y que si bien per
mite el ensanche verdadero de las doctrinas democráticas, es una
garantía para los ciudadanos. De modo que si aquellas no han
podido llegar a su verdadero apogeo, si no se han podido reali
zar en Venezuela, débese solamente a la falta de ilustración en
las masas y la ninguna cooperación de los hombres influyentes.
Ella no es culpable . Además, hay muy poco tiempo que las ideas
republicanas han principiado a desarrollar su benéfica influencia.
Aquel documento sagrado no es una hechura de Páez, porque sería
atribuirle méritos y suficiencia de que siempre ha carecido, con
perjuicio de la lealtad y firmeza de aquellos dignos representantes
del pueblo, ni es tampoco un vestido corto como V. dice, porque
este libro encierra todo cuanto puede desearse para hacer la feli
cidad del país. En mi humilde concepto, es el conjunto de ideas
sublimes y el resultado de la experiencia y del saber. Los re
presentantes del Congreso de 1830 no eran hombres adocenados,
sus corazones no se habían metalizado y respiraban un ambiente
libre. En sus pechos existía una chispa de amor patrio y sus he
roicos sacrificios daban derecho para raciocinar con juicio y
lucimiento. Y no se diga que Peña fué el promotor de la división
de Colombia, porque la generalidad la apetecía, la época la re
clamaba y Colombia no podía marchar. - Las instituciones que
rigen hoy a los Estados Unidos del Norte América son sin cosa
en contrario uno de los mejores sistemas de Gobierno; y ¿cuál es
70 JOSE GIL FORTOUL

el motivo para que marche en alas del progreso? ¿cuál la razón


para que siga con pasos gigantescos por el camino de la perfec
ción? La contestación es muy sencilla. Porque allí se protege la
industria, se fomenta el comercio, se ama la agricultura, se difun
den las luces y se ha despertado ese espíritu de empresa. Hicié
rase esto mismo con la joven Venezuela y no hay duda que lle
garíamos a obtener el mismo resultado ; tanto más, cuanto nos
otros tenemos feraces y vírgenes terrenos y no carecemos de nin
gún material ( 1 ). Sea esto dicho por la similación que tiene con
el sistema de este Gobierno y porque la Constitución se puede
reputar como una hija de aquélla. ― Asegura V. que la confedera
ción colombiana es proclamada unánimemente por las tres Repú
blicas, y yo encuentro dificultades difíciles para superar: a me
nos que se diga como con (?) la voluntad de los pueblos , repre
sentada por los concejos municipales. En primer lugar encontra
mos ese carácter y costumbres de los granadinos, que no pueden
amalgamarse nunca con los venezolanos para unirse fraternal
mente. Aquellos son timados e hipócritas, éstos francos y genero
SOS. En segundo lugar tenemos el mayor número de habitantes
en la Nueva Granada y una notable diferencia en la riqueza pú
blica; porque son mayores sus producciones y está más adelanta
da la industria, Razón muy poderosa para hacernos conocer que
querrán sacar mayores ventajas. Y por último, se nos presenta el
Sr. Lino de Pombo satirizando y casi arrojando el guante a Vene
zuela, en las contestaciones que dió a su elocuente Ministro (Car
los L. Castelli) y que corren insertas en el Diario de Avisos (2). To
do esto nos indica claramente la predisposición que existe en aque
lla República contra ésta, y el embarazo para que lleguen a ser
homogéneas nuestras relaciones . Preciso es que seamos más or
gullosos para no dejarnos llevar de nuestros caprichos y para que
en ningún tiempo se nos diga que somos condescendientes. V. sa
be además y es un principio bien conocido, que todo cambiamien
to produce fatales consecuencias y que toda variación en los Go

(1) Planas olvida como casi todos sus coetáneos, que la causa determinante del pro
greso norteamericano fué el rápido aumento de la población con la inmigración extranje
ra, y que los "feraces y vírgenes terrenos" no valen más que si estuvieran en la luna,
cuando no hay gente para cultivarlos.
(2) Véase el capítulo sobre Relaciones Exteriores.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 71

biernos puede traer malos resultados. La tradición lo enseña, la


experiencia lo hace resaltar a nuestra vista. En el estado actual
de la política, cuando los pueblos han saboreado el néctar deli
cioso de la libertad y cuando ya han principiado a conocer sus
deberes, es una empresa bien arriesgada variarles su sistema. La
esperanza es su bálsamo consolador, porque cuando se da un
mandatario que quiera separarse de su deber, como el destino es
precario, el pueblo se conforma y espera. Por el contrario, cuando
no tiene esperanza por la duración de aquél , se exalta y se sacu
de. Todas estas razones y las muchas que omito por no parecer
difuso, me hacen decidir por la Constitución de 30.-Por otra par
te, yo no puedo ver con indiferencia la pérdida de tantos sacrificios
y el ultraje que a cada paso se nos irroga por ese partido vencido
tantas ocasiones . V. ha hecho abstracción de todo, ha olvidado lo
pasado como lo indica en todos sus actos públicos; y ellos no le
pueden perdonar a V. nunca el 24 de enero, que les separó de la
cosa pública y les retiró del manejo de tantos años. Consecuente
con mis principios y siempre fiel a la causa popular, he contraído
fuertes compromisos con el pueblo, que no pueden serme indife
rentes. Vea V. pues, en la complicadísima posición que me ha
puesto y la crítica situación en que me hallo. No puedo ni debo
aparecer como faccioso, porque sería manchar mis glorias imitando
a los ambiciosos y retrocediendo a los tiempos de barbarie en que
no se respetaban vínculos de ningún género; ni puedo permitir
que se sacrifique ese partido republicano a que V. y yo le somos
deudores de tantas consideraciones, de aprecio tanto. En semejan
te alternativa, en circunstancias tales, no me queda otro recurso
que separarme del país, antes de ver sacrificada la libertad en
Venezuela. -En el día, todo me hace presentir fatales consecuen
cias. A mi presencia se han cometido, se están cometiendo y se
cometerán en lo sucesivo tropelías de toda clase. ¿Y con quién?
Con aquellas personas que juzgan y suponen mis amigos . El Sr.
Raimundo Freites, de gloriosa memoria, sin recordar los servicios
y atenciones de que me es deudor, ha declarádose un ciego ins
trumento para vengar pasiones ruines de esos traficantes de la
política, con mengua del Gobierno y ultraje a la sociedad. Todo
aquí se ha hecho un delito, visitar mi casa, manifestar deferencia
y adhesión por mi persona, obtener un destino .... ser liberal. Y
72 JOSE GIL FORTOUL

entonces ¿cómo es que se quiere la tranquilidad del país? ¿Las


persecuciones constituyen la justicia de una causa? ¿A qué fin,
esas listas que han formado y remitido al Gobierno de las perso
nas que asisten a mi tertulia? ¡ Qué ! ¿ Se me considera desafec
to, se desconfía de mí? ¡Esto es tremendo, esto es doloroso ! Sea
V., pues, el único responsable ante Dios y los hombres, de la po
hítica; que si yo estuviere equivocado, de V. será el triunfo y la
bendición de los pueblos. Una prevención sí debo hacerle para
que se la trasmita a sus Ministros y al digno Gobernador de esta
tierra. Si el fin es vejarme, postergarme y dejarme aislado , debo
morir antes que permitirlo: prefiero el honor a la vida. Muy pron
to haré dimisión de mis empleos militares, o sean los grados que
la munificencia del Congreso me ha acordado. ―――――― Me interpela V.
haciendo uso del vínculo de hermano, y yo debo reproducirla del
mismo modo. Si V. ha sabido llenar su deber, si me ha conside
rado y ha dispensádome cariño y atenciones, mayores han sido
mis deseos para corresponderle , doble mi voluntad para acompa
ñarle en sus infortunios y para favorecerle en cualquier peligro.
Dé una ojeada a nuestra vida pasada , recuerde que yo siempre he
vivido del sudor de mi frente, y juzgue en calma. Sin embargo,
hoy le son a V. más útiles los mercenarios Gutiérrez , Alcalá, etc. ,
etc., y por esta razón tienen más derecho a merecer su confianza .
¡ Quiera el cielo que tales godos no estén labrando su ruina, de la
familia toda y de la patria misma ! El tiempo desengaña; pero co
mo V. no quiere convencerse, ojalá que lo prevea antes de su caí
da ....-Respecto a mis servicios como militar, la patria no los ne
cesita, siendo así que hay otros hombres de más mérito y confian
za para la Administración . Yo los prestaré si me encuentro en
Venezuela, cuando me convenga, pues tengo conciencia propia pa
ra deliberar. -―――――― Antes de concluir esta carta, debo hacerle una pe
queña observación. Cuidado como ese vestido corto que V. supo
ne a la Constitución, para los venezolanos, mañana puede pecar
de largo; y que si Páez contribuyó a formarla a su antojo, V. tra
te de hacer la que le brinda más ventajas. Tenga presente que
la libertad del pensamiento no es un crimen y que todos los hom
bres, así como tienen derecho para pensar, son también responsa
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 73

bles de sus actos. ―――― Mi familia retribuye sus afectuosas demostra


ciones de cariño y yo me suscribo de V. , atento servidor hermano y
compadre. - José Gregorio Monagas.

Aunque dictada esta carta por Planas obedeciendo sobre to


do a un interés personal, los hechos no tardaron en demostrar que
Planas y José Gregorio tenían razón en sus previsiones . José Ta
deo vaciló un momento, desistió del pretexto de confederación co
lombiana para reformar la Constitución; pero se precipitó a algo
peor, a otra reforma que apenas disfrazaba el objeto único de
prolongar su personalismo a cualquier costa. “La Constitución sir
ve para todo", decía él en 1848, cuando logró domar a tiros y pu
ñaladas la hostilidad del Congreso. La misma Constitución le pa
reció ahora un "vestido corto", y se decidió a alargarlo. El artícu
lo 108 prohibía la reelección inmediata : era, pues, necesario supri
mirlo, velando aquel objeto con la disculpa tradicional de confor
marse a la voluntad de los pueblos e introducir aquí y allí algún
principio ideológico más o menos avanzado ....
Antes de proseguir, hagamos una advertencia general . Des
de el punto de vista puramente político, las costumbres venezola
nas e hispanoamericanas no tuvieron nunca el triste privilegio ex
clusivo de violar las leyes constitucionales, o con forzadas inter
pretaciones o con golpes de Estado. Cuando Monagas y sus áuli
cos estaban preparando su plan de Presidencia indefinida, hacía
cuatro años que los franceses les habían enseñado un procedimien
to expeditivo : el Príncipe Presidente de la República Francesa di
solvió a mano violenta la Asamblea Legislativa , impuso otra Cons
titución y se hizo proclamar Emperador por medio de un plebis
cito. La única diferencia esencial, durante el siglo XIX , entre los
países latino-europeos y los latinoamericanos, unos y otros aque
jados a veces de propensiones anárquicocesaristas, es que en aqué
llos la evolución social y económica no depende necesariamente
de la contienda política, mientras que en éstos todas las activida
des sociales están ligadas de un modo más íntimo con la ambición
egoísta de un partido, o de un solo hombre . De la cual diferen
cia resulta, que en los primeros el golpe de Estado o la usurpa
ción no comprometieron por largo tiempo la paz pública, y en los
segundos desencadenaron siempre la guerra civil con sus corres
74 JOSE GIL FORTOUL

pondientes crisis económicas . Bien es cierto que el gobierno per


sonailsta logra a veces armonizarse con un positivo progreso de las
instituciones escritas y hasta con un aumento de la riqueza nacio
nal, como se vió después en Venezuela bajo la autocracia de Guz
mán Blanco y en México bajo la de Porfirio Díaz . Pero en el caso
que vamos a reseñar, las instituciones, consideradas en conjunto,
en vez de adelantar retrogradaron, y además la ambición de un
hombre lanzó la República a su más largo período de hondas tur
baciones y al más inútil consumo de riqueza. ¿O acaso aquí, co
mo en 1848, habrá que atenuar la responsabilidad moral de José
Tadeo, asignándole mayor parte a la influencia del medio político,
a la misma contienda de partidos irreconciliables? Responda la
siguiente narración.
CAPITULO V

REACCION CENTRALISTA

SUMARIO: Reforma de la Constitución. ―――――――― Decreto abusivo del 10


de marzo, 1856. - Nueva división territorial. ――― Cambio de em
pleados provinciales. Elecciones para renovar las Cámaras
- Aumento de la fuerza armada. — Congreso de
Legislativas. —
1857. Tendencia centralista de la novísima Constitución. ――――――
Reemplaza la autonomía de las Provincias con el "poder mu
nicipal". - Ideología y resultados. - Ligeras variantes en el
sistema electoral oligárquico. - Garantías individuales. - Po
der Legislativo. ―――――― Poder Ejecutivo: no se prohibe la reelección
inmediata. - Secretarios del Despacho. --- Consejo de Gobier
no. - Poder Judicial. - Suprímese el jurado. - Teoría y prác
tica en reformas constitucionales. -―――――――― "Disposiciones transito
rias ". ―――――――― Reelección de Monagas. ―――――― Prepárase la revolución.
- Caída de Monagas, 1858.

La Constitución de 1830 determina en su título XXVIII el pro


cedimiento para ser interpretada y reformada. "Artículo 224 : Cua
lesquiera dudas que ocurran, sobre la inteligencia de algunos ar
tículos de esta Constitución, podrán ser explicadas por el Congre
so, procediendo las formalidades establecidas para la formación
de las leyes. Artículo 225: En cualquiera de las Cámaras del Con
greso podrá proponerse la reforma de algún artículo de esta Cons
titución, y si tuviere el apoyo de la quinta parte de los miembros
presentes, se discutirá conforme a las reglas del debate : en caso
que la reforma propuesta sea calificada de útil o necesaria por el
voto de las dos terceras partes de los miembros presentes, pasará
76 JOSE GIL FORTOUL

a la otra Cámara; y si fuere calificada en ésta con las mismas for


malidades, se publicará por la imprenta el proyecto de reforma,
y quedará en suspenso hasta la primera reunión del Congreso en
que se hayan renovado completamente las dos Cámaras. Artículo
226: Las Cámaras entonces tomarán nuevamente en considera
ción el proyecto de reforma, y si mereciere la aprobación de las
dos terceras partes de los miembros presentes de cada una de
ellas, se tendrá como parte de la Constitución, pasándose al Ejecu
tivo para su publicación y cumplimiento".
Para transgredir estas disposiciones, claras y categóricas, el
Congreso de 1856 adujo como pretexto, en su decreto del 10 de
marzo, que los citados artículos se referían sólo a reformas parcia
les, sin establecer trámites para la reforma general. Pero nótese
desde luego, que las complicadas y largas formalidades requeri
das por los artículos 225 y 226 tenían el doble objeto de evitar que
se hiciesen a la ligera cambios constitucionales, y darle tiempo a
la opinión pública para discutir reposadamente el proyecto de re
forma. El artículo 228 agrega: "La autoridad que tiene el Con
greso para reformar la Constitución no se extiende a la forma del
gobierno, que será siempre republicano, popular, representativo,
responsable y alternativo". Y es evidente que con esta sola limi
tación podía efectuarse en cualquier tiempo la reforma general,
aunque siempre conforme al procedimiento pautado por los dichos
artículos; procedimiento que , si se había juzgado indispensable pa
ra variar uno o más preceptos constitucionales, lo era con mayor
razón para modificar el todo. Empero, no vaciló el Congreso de
56 en decretar el 10 de marzo lo siguiente : " 19 Los futuros Congresos
tienen la facultad para efectuar la reforma general de la Constitu
ción, observándose las formalidades establecidas para la formación
de las leyes , con tal que la forma de gobierno sea siempre republi
cana, popular, representativa, responsable y alternativa, y obten
ga en cada una de sus discusiones la aprobación de las dos ter
ceras partes, por lo menos, de los miembros presentes en cada Cá
-
mara. 2º La reforma se efectuará cuando la pidan los pueblos y
se hayan renovado en su totalidad las Cámaras que sancionan el
presente decreto". Eludíase de este modo la necesidad de publi
car anticipadamente por la prensa el proyecto reformista, y por
candidez que a poco resultó imprudencia, se pretendió ocultar que
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 77

el plan esencial de la reforma era la reelección del Presidente . Te


mían, si lo confesaban desde luego, que se desencadenase al pun
to la guerra civil. Pero los partidos de oposición sabían ya a qué
atenerse, y apelaron a las armas a los pocos meses de promulgada
la reforma. En cuanto a la voluntad de los pueblos que invocó el
Congreso, adviértase que mal podía la mayor parte de ellos pedir
tal cosa, cuando todos los partidos de arraigo nacional -lo mismo
el liberal de Antonio Leocadio Guzmán, que el liberal de José Gre
gorio Monagas y Simón Planas, que el viejo oligarca de Páez y
que el oligarca de tendencia radical dirigido ahora por Manuel Fe
lipe de Tovar—, eran abiertamente hostiles al personalismo de José
Tadeo y andaban buscando el medio de unirse para derrocarlo.
De suerte que, en elecciones libres, los partidos de oposición ha
brían triunfado infaliblemente; y en la guerra, su triunfo iba a ser
aún más rápido.
A fin de acelerar la renovación total de las Cámaras, el Con
greso monaguista apeló a otro subterfugio, expidiendo una nueva
ley de división territorial. La República comprendía, en 1830, once
Provincias; la Oligarquía Conservadora las aumentó a tres, y la
Oligarquía Liberal, a veintiuna. La facultad que se dejó a los Con
gresos, el año 30, de multiplicar las Provincias y fijar sus límites,
tenía por objeto darle amplitud al elemento federalista de la Cons
titución; mas sucedió, al contrario, que aquella facultad se convirtió
al fin en pretexto para centralizar el poder en manos del Presidente.
Efectivamente, llegado el año de 56 se ideó que, fijando de nuevo
los límites provinciales, podía el Presidente nombrar Gobernadores
interinos y renovar desde luego el personal legislativo con Sena
dores y Representantes adictos a su plan. A estos fines se expidió
la ley de división territorial del 28 de abril, cuyos artículos 34 y 35
dicen: "Alterado por la presente ley el territorio de todas las Pro
vincias, el Poder Ejecutivo procederá a nombrar nuevos Goberna
dores interinos para todas ellas; y los nuevos Gobernadores que
éste nombrará en calidad de interinos, procederán a nombrar libre
mente los demás empleados cuya elección les corresponde directa
mente y a propuesta de otras corporaciones. Por la razón expre
sada, cesan también en sus destinos todos los Senadores, Repre
sentantes y Diputados provinciales. Los colegios electorales del
presente año (56) nombrarán en su totalidad los miembros de las
78 JOSE GIL FORTOUL

Cámaras y Diputaciones" . Y al día siguiente, 29 de abril, se de


creta que la fuerza armada permanente, que no pasaba de 3.000
hombres en circunstancias normales, se aumente hasta 10.000, pu
diendo el Ejecutivo disponer de los ingresos ordinarios para cubrir
los gastos del ejército o levantar un empréstito hasta por la canti
dad de dos millones de pesos. Lo que no era solamente para pre
caverse de supuestas o fútiles amenazas de Nueva Granada.
Dicho está que en el nuevo Congreso no figuraron, con pocas
excepciones, sino los parciales de José Tadeo. Instalado en enero
de 1857, le dirigió el día 21 un mensaje , firmado también por los
Ministros Aranda, Gutiérrez y Carlos Luis Castelli , en el que reco
mendó la reforma constitucional. A los tres meses estaba hecha .
El 2 de marzo se empezó a considerar un proyecto formulado por
Antonio Parejo, Pascual Casanova, Guillermo Tell Villegas, T. Paz
Castillo, Juan Vicente González Delgado, Rafael Arvelo, Jesús Ma
ría Blanco, Juan Nepomuceno Orta, Antonio María Salom, Tiburcio
Troconis y Luis Ugarte ; y el 18 de abril se promulgó la novísima
Constitución. Su efímera existencia no alcanzó a un año. Seña
laremos aquí los puntos en que difiere notablemente de la anterior.
En el título I aparece un artículo nuevo. Dice : " El Estado pro
tegerá la religión católica, apostólica y romana; y el Gobierno sos
tendrá siempre el culto y sus ministros, conforme a la ley". La
Constitución de 1830 no mencionaba este asunto; pero declarada
vigente en el propio año la ley de Patronato, se continuó incluyen
do en el presupuesto de gastos lo relativo a asignaciones eclesiás
ticas. La reforma de 1857 resulta superflua, porque ni se derogó la
libertad de cultos reconocida legalmente desde 1834, ni se dijo que
el Estado protegería la religión católica de otro modo que con las
asignaciones ya acordadas al clero . No se atrevió Monagas a
imponer una " religión exclusiva del Estado" , como la pedía en su
insurrección de 1831.
A los tres poderes , Legislativo , Ejecutivo y Judicial, se agrega
ahora un "Poder Municipal". Innovación que tendía a dos fines
aparentemente contradictorios: el uno, consecuencia de la tradición
boliviana, que prefirió siempre el sistema unitario o centralista de
las Constituciones de Angostura y Cúcuta , en lugar del federalismo
de 1811 ; el otro, que procuraba conservar en parte el compromiso
centro-federal de 1830, reemplazando la autonomía efectiva de las
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 79

Provincias con la autonomía teórica de los municipios. De hecho,


la aparente contradicción vino a resolverse en el predominio del
elemento centralista, pues suprimidas las Diputaciones Provinciales,
no se pasaron sus atribuciones políticas a los concejos municipales,
y las atribuciones económicas que a éstos les señaló la ley del 25
de mayo de 1857 no difieren sustancialmente de las que determina
ba la ley de 1838. Autónomos podían ser los municipios, en cuan
to a asuntos no políticos de interés local —esto solamente se les
acordó en 1857—, lo mismo bajo el régimen federalista que bajo el
régimen unitario.
El mensaje del Presidente, de 21 de enero, si bien redactado
adrede en un lenguaje ambiguo (fué obra del Ministro Aranda),
reveló el propósito centralizador. Dice: "La actual Constitución de
la República, estableciendo un sistema complicado de gobierno que
participa del régimen centralista al mismo tiempo que del régimen
federal, fió a las Diputaciones Provinciales toda la parte legislativa
del poder municipal, y a los Gobernadores la parte ejecutiva de
ese mismo poder; pero hizo a las Diputaciones, además de respon
sables por sus actos, dependientes del Congreso general, y a los
Gobernadores dependientes del Poder Ejecutivo, como sus agentes
naturales e inmediatos, a la vez que, como primeros magistrados
en sus Provincias, debieran ejercer con independencia sus funcio
nes municipales (sic). Tan extraña combinación produjo desde el
principio el desorden que acompaña siempre a la confusión de los
derechos y de los deberes, la dificultad de comprenderlos y de
aplicarlos bien, continuas dudas y consultas a los poderes supre
mos, y frecuentemente resoluciones más o menos opuestas al espí
ritu de la Constitución, pero favorable, como es de suponerse , a los
poderes que decidían. Las leyes del Congreso y los decretos del
Poder Ejecutivo comentaron así la ley fundamental, prevaleciendo
el elemento centralizador, en pugna siempre con el elemento lla
mado federal, que surgía de cuando en cuando, en casos no deci
didos , como el principio natural del sistema constitucional estable
cido, no para hacer ningún bien, de que no era capaz en su
subordinación orgánica, sino para suscitar aspiraciones, producir
desagrados y dar lugar a nuevas decisiones contrarias al sistema.
Pero lo peor de esta equivocada combinación consiste en que, aun
cuando hubiera sido verdaderamente independiente el poder muni
80 JOSE GIL FORTOUL

cipal, la Constitución lo centraliza también en las Diputaciones y


Gobernadores contra su peculiar naturaleza, dejando sin acción
propia a las ciudades y parroquias, a quienes debía beneficiar in
mediatamente, y sometiendo por consecuencia vastos territorios a
autoridades superiores que, desde un antro distante de los verda
deros municipios, tenían el poder de hacerlo todo en ellos y suje
taban a sus decisiones hasta las más pequeñas exigencias del ser
vicio de las localidades .... Se estableció de este modo un poder,
que se ha creído federal, con los elementos del poder municipal, a
expensas de los pueblos que no han gozado del beneficio de nin
guno y sólo han sufrido el atraso y los perjuicios que eran consi
guientes a semejante desorden".
Supóngase que todo eso fuese exacto. Pero entonces la solu
ción natural hubiera sido vigorizar la autonomía de las Provincias,
para que éstas a su turno organizasen del modo que les pareciera
más conveniente la autonomía municipal ; o bien cortar por lo sano
eliminando las Provincias y sus Gobernadores, para dejar autóno
mos a los cantones y municipios. Se prefirió, en cambio, suprimir
de plano el elemento federalista. Conforme a la antigua Constitu
ción, las Diputaciones Provinciales presentaban ternas al Ejecutivo
nacional para el nombramiento de Gobernadores, pedían su remo
ción cuando éstos faltaban a sus deberes o cuando se juzgaba
perjudicial su continuación al bien de las Provincias, pudiendo
también denunciar al Ejecutivo o a la Cámara de Representantes
los abusos y mala conducta de los Gobernadores. La nueva Cons
titución dispuso (artículos 88 y 89) que el régimen político de cada
Provincia estuviese a cargo de un Gobernador dependiente y de
libre nombramiento del Ejecutivo nacional, y se confiase el régimen
político de los cantones a funcionarios dependientes y de libre elec
ción de los Gobernadores. Cuando se discutían estos artículos, el
Representante por Barinas, Daniel Angulo, insinuó la conveniencia
de elegir siempre al Gobernador entre los oriundos de la Provincia :
le replicó el Representante por Maturín, José Ruperto Monagas, hijo
del Presidente, alegando que no se le debían poner trabas a este
respecto al Poder Ejecutivo ; y se añadió en el artículo 88 , que para
ser Gobernador no se requería haber nacido ni estar domiciliado
en la Provincia, sancionándose de este modo el mismo error que
contenía el artículo 172 de la Constitución derogada. En suma,
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 81

con la facultad absoluta conferida al Ejecutivo para gobernar las


Provincias por medio de sus agentes, desapareció el elemento fe
deralista, hasta que lo restablecieron los revolucionarios de 1858.
En lo relativo a derechos del ciudadano, ya no se pierden por
ningún motivo; hay sólo casos en que se suspenden, y son: por
naturalizarse en país extranjero ; por comprometerse a servir contra
Venezuela; por condenación a pena corporal, a consecuencia de
delitos comunes; por admitir empleo de otro Gobierno sin permiso
del Congreso; por quiebra fraudulenta declarada en sentencia ju
dicial, y por ser deudor de plazo cumplido a fondos públicos, de
clarado así por sentencia ejecutoriada en juicio contradictorio. En
todos estos casos se puede impetrar la rehabilitación.
Para gozar de los derechos de ciudadano se requiere solamen
te ser venezolano y casado o mayor de dieciocho años, quedando
suprimida la condición de rentista que antes se exigía a los sufra
gantes parroquiales, y aplazándose hasta 1880 la condición de sa
ber leer y escribir; mas para que un ciudadano pueda ser nombra
do elector (del cantón, o elector de segundo grado) se necesita que
sea mayor de veinticinco años, sepa leer y escribir y tenga una
propiedad raíz que valga 1.000 pesos por lo menos , o renta o sueldo
que le produzca 400 pesos . La antigua Constitución exigía tam
bién que el elector fuese vecino residente del cantón, a lo menos
por un año antes de la elección .

En el título de garantía se reitera la supresión de la pena ca


pital por delitos políticos (ley de 1849), y la abolición de la esclavi
tud ( 1854) diciendo que ésta no podrá restablecerse . Acerca de la
libertad de pensamiento la Constitución del 30 disponía: "todos los
venezolanos tienen derecho de publicar sus pensamientos y opinio
nes de palabra o por medio de la prensa, sin necesidad de previa
censura pero bajo la responsabilidad que determina la ley".
La nueva Constitución dice : "Todos tienen la libertad de publicar
sus pensamientos y opiniones de palabra, por medio de la prensa,
o de cualquiera otra manera, sin previa censura : la ley determina
rá junto con el procedimiento la responsabilidad de aquellas publi
caciones que no sean relativas únicamente a los actos públicos de
los funcionarios de la nación" ( 1). En el debate parlamentario, el Re

(1) Sobre las varias leyes de imprenta, véase el tomo II,

6-III
82 JOSE GIL FORTOUL

presentante por Cumaná, Manuel Norberto Vetancourt, había pro


puesto que la libertad de la prensa fuese absoluta, y se añadiese
que la ley no podría restringirla en ningún caso. Respecto de otra
garantía, común a ambas Constituciones, según la cual nadie pue
de ser privado de su libertad sino en los casos previstos por la ley
y con las formalidades que ella prescribe, propuso Juan Nepomu
ceno Orta, Representante por Aragua, se dijese también que “nin
guno puede ser preso en Venezuela por deudas" ; pero le replicó
Eugenio A. Rivera, por Barinas, advirtiéndole con el apoyo de la
mayoría, que semejante materia no era punto de discusión consti
tucional .

El Poder Legislativo se compone siempre de dos Cámaras, una


de Senadores y otra de Diputados (en lugar de "Representantes"),
y sus funciones duran seis años en vez de cuatro, renovándose por
mitad cada tres años. Para ser Diputado no se requiere ahora ha
ber residido en el territorio durante los dos años que preceden a la A

elección, ni tener la renta especial que se exigía antes, bastando


la renta de elector: los candidatos deben ser venezolanos y naturales
o vecinos de la Provincia que los elige: son elegidos los extranjeros
con diez años de naturalización, casados con venezolana y propie
tarios de bienes raíces en el país. Los Senadores, dos por cada
Provincia, deben ser venezolanos, mayores de treinta años, natu
rales o vecinos de la Provincia que los elige, y gozar de renta o
sueldo anual de 1.200 pesos.
El Presidente y el Vicepresidente de la República, cuyas fun
ciones duran seis años y cuya reelección inmediata no se prohibe,
son nombrados por las asambleas provinciales compuestas de los
electores de los cantones. Si ningún candidato reúne las dos ter
ceras partes de los votos, el Congreso perfecciona la elección. En
los casos de responsabilidad presidencial se suprime el de infrac
ción de la Constitución (acaso por el recuerdo del 24 de enero?),
conservándose el de traición contra la República y el de crímenes
que merezcan pena capital. En las atribuciones del Ejecutivo se
hacen pocas variantes . Cuando se estaba discutiendo el proyecto
primitivo en la Cámara de Representantes, se intentó formular la
atribución 29 en estos términos : "concurrir a la formación de las
leyes con arreglo a la Constitución, promulgarlas y cuidar de su
ejecución". Eugenio A. Rivera interpela a la comisión redactora
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 83

acerca de la parte que correspondiera al Ejecutivo en la formación


de las leyes. Le contesta Juan Nepomuceno Orta que " el Ejecutivo
es un poder colegislador en todas partes, no porque entre en la
discusión de las leyes, sino porque ninguna ley se ejecutará ni será
obedecida mientras no pase por manos del Poder Ejecutivo y le
ponga el exequatur". Ribera replica apelando a los términos de
la Constitución anterior; advierte que las funciones del Ejecutivo
se limitan a objetar los proyectos de ley y a mandarlos ejecutar
cuando el Congreso insiste, y propone que la atribución quede co
mo antes: "mandar ejecutar y cuidar de que se promulguen y eje
cuten las leyes, decretos y actos del Congreso". Así lo aprobó la
mayoría. La atribución 3ª dice: " convocar al Congreso en los pe
ríodos ordinarios, y también extraordinariamente cuando lo juzgue
necesario". La otra Constitución exigía para el último caso el pre
vio consentimiento o la petición del Consejo de Gobierno. Para el
nombramiento de agentes diplomáticos no se requería antes que la
elección recayese en venezolanos, o al menos no lo decía la Cons
titución. Se añade ahora, por iniciativa de José María Ortega
Martínez, del Yaracuy, que tales nombramientos se hagan precisa
mente en venezolanos por naturaleza . Para la elección de cónsu
les , vicecónsules y agentes comerciales, no es necesaria la misma
condición.
A las tres Secretarías del Despacho (Interior y Justicia, Hacien
da, y Guerra y Marina) se agrega otra para las Relaciones Exterio
res, ramo que según la Constitución del 30 lo agregaba el Ejecutivo
a cualesquiera de las tres. Por el régimen anterior los Ministros
no podían ser Senadores ni Representantes ; en el nuevo régimen
se dispone que el Presidente puede elegirlos entre los miembros del
Congreso, quedando entonces vacantes sus puestos legislativos.
Concurren a las Cámaras a informar, cuando lo juzgan convenien
te o cuando se les llama al efecto. No se habla todavía de casos
en que deban renunciar por censura del Congreso . Se mantiene
deliberadamente la denominación de "Secretarios del Despacho"
imitada de la Constitución norteamericana. En el proyecto primi
tivo se decía: "los Ministros de Estado Secretarios del Despacho se
rán responsables", etc. Pero Juan Nepomuceno Orta observó, en
un discurso interesante aunque no siempre bien fundamentado, que
los " Ministros" de las Monarquías son algo más que los "Secreta
84 JOSE GIL FORTOUL

rios" de las Repúblicas, porque aquéllos gobiernos con dependen


cia de la mayoría parlamentaria y éstos dependen exclusivamente
del jefe del Poder Ejecutivo; y añadió: "a los Secretarios de las Re
públicas, sobre todo a los Secretarios de Venezuela, la mayor cen
sura de las Cámaras a buen seguro que les haga abandonar su
portafolio" ( 1 ), y terminó Orta proponiendo que se suprimiese la
denominación de " Ministros de Estado ", la cual no reaparece hasta
la reforma de 1864. Fundaba sin duda su razonamiento en la di
ferencia que existe entre el sistema parlamentario inglés, imitado
por la mayor parte de las Monarquías constitucionales, y el sistema
norteamericano de separación de poderes. Adviértase, sin embar
go, en cuanto a denominaciones, que en Inglaterra el título oficial
no es " Ministro" sino "Secretario", título que adoptaron los Estados
Unidos; y además, no hay incompatibilidad entre el régimen parla
mentario y el republicano, como lo demuestra la República Fran
cesa y la de Chile, donde el Ministerio depende siempre de la ma
yoría parlamentaria. En Venezuela, este sistema lo defendía es
forzadamente, y sin éxito, Antonio Leocadio Guzmán, inspirándose
en una tradición boliviana.

La composición del Consejo de Gobierno difiere solamente en


que el Consejo designado por la Corte Suprema de Justicia dura
tres años, en vez de dos , y los Consejeros nombrados por el Con
greso duran el mismo tiempo, en lugar de renovarse por mitad ca
da dos años. El Vicepresidente de la República y los Secretarios
del Despacho siguen siendo miembros del Consejo en virtud de su
empleo.

Al tratarse del Poder Judicial se suprime el artículo de la Cons


titución anterior relativo al juicio por jurados. Los ministros de la
Corte Suprema los elige el Ejecutivo, de ternas propuestas por el
Congreso, y nombra igualmente los de las Cortes Superiores, de
ternas que le presenta la Suprema. Se mantiene la garantía a fa
vor de todos los empleados judiciales de no poder ser depuestos

(1) Olvidaba que era costumbre renunciar cuando las ideas del Ministro no estaban
de acuerdo con las del Consejo de Gobierno, como en el caso de Santos Michelena en
1835, o con las de la mayoría del Congreso, como en los casos de Francisco Aranda en
1845 y José Rafael Revenga en 1849. En Constituciones posteriores se dirá que el cargo
de Ministro queda vacante por el hecho de la censura parlamentaria.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 85

sino por sentencia ejecutoriada, ni suspendidos sin decreto en que


se declare haber lugar a formación de causa. El proyecto de la
comisión redactora agregaba que el Presidente de la República
nombraría un Procurador General " para promover eficazmente la
recta administración de justicia en toda la República y el cumpli
miento de las leyes en lo económico y gubernativo": cosa que no
se aceptó gracias a la oposición de Ortega Martínez y Eugenio A.
Rivera, quienes observaron que para velar por la buena adminis
tración de justicia se nombran precisamente los jueces y fiscales or
dinarios.
Acerca de la reforma constitucional se estatuye que cualquie
ra de las Cámaras pueda iniciarla; que si ambas la califican de
necesaria, se redacte el proyecto, se publique por la imprenta y lo
discuta la próxima Legislatura en la misma forma que las leyes.
Nótese que si el Congreso de 1857 juzgó conveniente la publica
ción de los proyectos reformistas y su aplazamiento por un año, sin
duda con el fin de que apreciara la nación la utilidad o urgencia
de los cambios propuestos por sus representantes, se contradijo a
sí mismo poniendo inmediatamente en vigor su nueva carta, la
cual, ya se ha visto, no difiere por modo esencial de la antigua ,
no sea en la supresión de la autonomía provincial. Fué
que esta reforma se hizo con el propósito casi exclusivo de nom
brar Presidente a Monagas por seis años más, aun sin esperar a
que terminase su período ( 1858), sin ocurrir siquiera a la formalidad
de las elecciones ordinarias requeridas también por la novísima
Constitución y sin que la nación hubiese manifestado de modo al
guno la imperiosa necesidad de que el Presidente no fuera otro
sino Monagas. El Ministro Aranda, aunque partidario de la reac
ción centralista, comprendió a última hora que la reelección de
Monagas era la guerra civil, y abandonó su cartera.

Se añadieron unas " disposiciones transitorias" que dicen: "Lue


go que sea sancionada y promulgada esta Constitución (lo fué a
los dos días de firmada), el Congreso en Cámaras reunidas y por
las dos terceras partes de sus miembros presentes, procederá a nom
brar por esta vez el Presidente y Vicepresidente de la República
para el primer período constitucional. Entretanto los actuales con
tinuarán en sus destinos hasta que sean reemplazados por los que
se nombren. Las Cámaras se renovarán en su totalidad en las
86 JOSE GIL FORTOUL

próximas elecciones que tendrán lugar en el año de 1859. Todos


los demás destinos que establece esta Constitución y las leyes or
gánicas, serán provistos desde luego por los funcionarios o corpo
raciones a quienes se atribuye el nombramiento". En vano el li
cenciado Argimiro Gabaldón, Representante por el Táchira, se le
vantó a decir en medio de los aplausos de las barras -último re
fugio del pudor nacional-, que este Congreso no tenía facultades
para elegir Presidente, porque la Constitución misma determina
ba la manera de hacer la elección en las asambleas provinciales,
y que "en todo caso, y para evitar cualquier trastorno político, po
día nombrarse un Presidente o Gobierno supletorio que se encar
gase del Poder Ejecutivo mientras los pueblos nombraban sus de
legados para efectuar la elección constitucional". Braulio Barrios,
Representante por Barcelona, y José de la Paz Fernández, por Mé
rida, fueron los únicos que acompañaron a Gabaldón en votar
contra las " disposiciones transitorias".

A diferencia de lo que se verá en la Convención de Valencia


del año que viene, en el Congreso constituyente del 57 no se oyó
ningún grande estadista ni orador famoso. La elocuencia parla
mentaria se mantuvo en modestas alturas, y el único elogio que
merecen en justicia los redactores de la Constitución monaguista
es decir que emplearon un lenguaje claro y conciso en muchos
artículos. Erudición política revelaron en el Senado, Guillermo
Tell Villegas, Jesús María Paúl, Fermín Medina y José Víctor Ariza .
En la Cámara de Representantes, donde hubo discusiones anima
das, Juan Nepomuceno Orta llevó a menudo, sin brillo apreciable,
la palabra oficial; Eugenio A. Rivera, que hablaba diariamente, ex
presó más de una vez ideas liberales y sensatas , pero tenía la
desgracia de dejarse dominar siempre por su elocución demasiado
profusa; Pedro Bermúdez mostró veleidades de independencia en
un Congreso que prefería a toda costa la pasividad servil , y en
cierta ocasión se atrevió a decir: "no somos diputados o represen
tantes del Poder Ejecutivo : somos delegados del pueblo"; Manuel
Norberto Vetancourt defendió esforzadamente la libertad sin trabas
de la prensa; Gabaldón, Barrios y Fernández salvaron sus nom
bres del olvido votando contra los artículos finales que consagra
ban la usurpación .
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 87

Promulgada la Constitución el 18 de abril, procedió el Con


greso el 20 a elegir Presidente y Vicepresidente de la República .
Monagas obtuvo 117 votos de 122, y su sobrino y yerno el coronel
Francisco J. Oriach resultó Vicepresidente. Este había sido electo
para el mismo cargo en 1856, conforme a la Constitución del
año 30.
Ya se acerca la hora de empezar un gran drama político: la
reacción nacional contra el personalismo, reacción que no pasa de
alborada, risueña y efímera; las guerras federales con su cortejo
de calamidades, con la dictadura de Páez y la dominación de Fal
cón, que se inicia en la anarquía; por último otra alba de espe
ranza en 1868, tan efímera como la primera, y a la que suceden
también días de sangre y tormentas, hasta que caiga sobre la Re
pública la mano férrea, corruptora y progresista a un tiempo, de la
autocracia de Guzmán Blanco. Cuando Monagas se estaba ha
ciendo elegir Presidente, ocupábanse los revolucionarios en resol
ver tres cuestiones previas, que en su fondo formaban una sola : có
mo allegar el dinero indispensable , cómo efectuar la alianza de
antiguos conservadores y antiguos liberales, para evitar una larga
guerra civil, y cómo proclamar un jefe que todos pudieran reco
nocer. Páez, que aspiraba a serlo, escribía desde Nueva York, en
1856 y 1857, que necesitaba hasta 50.000 pesos para salir con un
vapor a ocupar la isla de Margarita o alguna costa de Oriente
que le sirviese de base de operaciones ; pero el único que en Cara
cas se mostró dispuesto a dar una cantidad considerable fué el
incondicional paecista Juan Bautista Mijares, siempre que encon
trase quien la prestara tomando hipoteca sobre todos sus bienes ( 1 ) .
La mayoría conservadora no aceptaba a Páez. Uno de sus capi
talistas, Guillermo Espino, llegó a opinar, entre chanza y veras,
que prefería encabezar una suscripción de ocho millones de pesos
para darle a Monagas un millón por año, "y evitar así que roba
ra, pues quitándole este defecto, nadie mandaría mejor" (2) . En
tre los prohombres liberales , que por de contado se oponían tam
bién a la jefatura de Páez,veíase a Antonio Leocadio Guzmán acom

(1) JUAN BAUTISTA MIJARES, Apuntes para la verdadera historia de la revolución


de marzo de 1858, y la justa apreciación de sus actores, p. 11. Caracas, 1861. El largo
título de este opúsculo no corresponde con su escaso contenido.
(2) MIJARES, p. 4.
88 JOSE GIL FORTOUL

pañado de los doctores Wenceslao Urrutia y Joaquín Herrera. En


tre los conservadores, predominaba Manuel Felipe de Tovar, hom
bre de pingüe hacienda, asesorado por Fermín Toro; quienes exa
geraron la dificultad de conseguir dinero, para ganar tiempo en
la elección de un jefe que no fuese Páez. Porque realmente esta
candidatura tropezaba no sólo con la hostilidad del partido liberal,
sino también con la de aquella fracción del partido conservador, y
justamente la más poderosa, que se desligó del viejo caudillo en
1848. Se pensó zanjar la dificultad proclamando al general Juan
José Flores, que se hallaba de paso en Caracas; pero, aunque ve
nezolano de nacimiento, se le consideraba ya como extranjero, por
haber vivido desde la época de la Independencia en el Ecuador,
donde fué Presidente más de una vez, y por otra parte, no lo acep
Cuando se le escribió a Páez que colabora
tó el partido paecista.
se a la deseada conciliación de los partidos revolucionarios, con
tentándose él con ser jefe de operaciones en las Provincias orien
tales, se quejó de que se hubiese procedido sin consultarle al pen
sar en Flores, y declaró que no podía aconsejar a sus amigos que
entrasen en una revolución "cuyos principios, fuerza y tendencias"
no conocía (1 ). ¡Se consideraba aún, después de ocho años de
destierro, como árbitro supremo ! Descartado Flores, se le hicieron
proposiciones al general Juan Crisóstomo Falcón, Gobernador de
la Provincia de Coro; pero éste, aunque partidario de la revolución,
prefirió figurar en puesto secundario. Por fin se decidieron a reco
nocer como jefe al general Julián Castro, Gobernador de Carabobo,
el cual, si bien impuesto allí por Monagas, apenas ocultaba sus
sentimientos hostiles al Gobierno usurpador, acorde en esto con
muchos otros militares y empleados liberales.

En vano decretó el Congreso, el 4 de febrero de 1858, una am


nistía general. La reacción era un hecho. El 5 de marzo estalla
en Valencia. El 6 , Monagas dirige un mensaje al Congreso pi
diéndole facultades extraordinarias. Aquí, un episodio cómico in
terrumpe un instante la tragedia . El general Pedro Vicente Aguado
apoya el mensaje ; pero advierte que ha de recomendarse al Presi
dente tome las medidas ' más filantrópicas" para terminar el con
flicto con una solución conciliadora, y concluye diciendo: "si esto

(1) Carta a Manuel Felipe de Tovar, Nueva Granada, a 7 de septiembre de 1857.


HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 89

a. En no fuere posible conseguirlo, aquí está el Congreso de la nación


I, hom que en tal caso debe prevenirlo todo, y si no lo conseguimos bajo
es exc estas bases que he dicho, ¡ a las armas el Congreso, hasta el ta
1po et quígrafo! ". Aplausos y risas prolongadas, agrega el Diario de De
te esta bates. Fué la última escena regocijada de la " dinastía " de los
iberi Monagas.
dori
El ejército de Castro, "Jefe Supremo del Ejército Libertador, En
llo et cargado de la reorganización de la República", marchaba sobre
Jur la capital. Monagas se vió perdido, y el 15 de marzo presentó al
le ve Congreso su renuncia, en términos que por su apariencia noble y
ɔ, par sensata merecerían el elogio incondicional de la historia si los hu
adc biera empleado en otras circunstancias, no cuando por su culpa
Icep se encontraba entre la espada y la pared . Sus Ministros, Dr. Je
oro sús María Blanco, Jacinto Gutiérrez y general Carlos Luis Castelli,
con le redactaron un documento que contrasta en todo con el plan des
net arrollado desde 1856. Léase: "Cuando yo esperaba que el acto
ben de amnistía, solicitado por mí y expedido por el Congreso, consoli
que dase la paz de la nación apresurando la reconciliación de todos
sus hijos, he visto con dolor profundo levantarse de nuevo el estan
de darte de la discordia. Con la fuerza que tiene un poder legítimo,
C
con la que me dan las facultades que me habéis conferido, yo pu
diera combatir y vencer; pero jamás he ambicionado los tristes lau
1 reles que brotan en el campo de las disensiones civiles (¿ qué ambi
cionó, entonces, con sus revueltas de los años 31 y 35 ? ) y basta
O que mi permanencia en el poder aparezca como pretexto de una
S revolución (hacía dos años que hasta su hermano le venía anun
1 ciando la revolución) en que se derramarían torrentes de sangre
venezolana, para considerarme obligado a deponerlo, renunciando
como renuncio ante el Congreso la Presidencia de la República .
Estoy autorizado para ofrecer también la dimisión del Vicepresi
dente, coronel señor Francisco J. Oriach, y contraigo sobre mi ho
nor el compromiso de presentarla en breve . ¡Quiera el cielo que
esta resignación, dictada por mi inmenso amor a la patria, a cuyo
servicio he consagrado todos mis años , sea eficaz para conjurar
las tormentas que amenazan, y que en la vida privada a que irre
vocablemente me retiro, tenga la satisfacción de contemplar pací
fica y dichosa ! Me reservo dar, si necesario fuere, un Manifiesto
para acreditar ante la nación y el mundo (sic), que la misma espe
90 JOSE GIL FORTOUL

ranza del bien y rectitud de intenciones que me determinaron a


aceptar la Presidencia, son los únicos motivos que me impelen aho
ra a renunciarla. - José T. Monagas". Es, sin embargo, equitativo

añadir que esta fraseología circunstancial no era desdeñable en la


presente ocasión, y revela un sentimiento generoso, pues bien pudo
Monagas, por orgullo, lanzarse a una lucha desesperada, en la
que hubiera sacrificado inútilmente a sus últimos parciales.
El Congreso aceptó la renuncia el mismo día 15, y acordó ele
gir en seguida, fuera de su seno, un Gobierno provisional que
mantuviese en Caracas el orden público mientras llegaban de Va
lencia los nuevos gobernantes. Al efecto se nombró un cuerpo de
conservadores y liberales compuesto de Pedro Gual, Manuel Ma
chín Quintero, Manuel María Echeandía y Lucio Siso. El 18 de
marzo ocupó la capital el ejército revolucionario.
A contar desde 1830 todas las revoluciones habían fracasado.
La de Monagas el 31 , la de Gabante el 34, la de Reformas el 35,
la de Farfán el 37, la de los liberales guzmancistas el 46, las de
Páez en los años de 48 y 49, las de conservadores y liberales en 53
y 54, fueron fácilmente vencidas por el Gobierno constitucional .
En los seis años que siguen al plan usurpador de 1857, sucede lo
contrario: triunfa contra Monagas la revolución de marzo ; los bata
llones de Casas derruecan a Castro en 1859 ; los pretorianos de
Echezuría deponen a Gual y proclaman la dictadura en 1861 ; ven
ce finalmente la Federación al Gobierno dictatorial de Páez en 1863.
Y seguirán triunfando otras revoluciones. No cabe duda que al
desgarrarse la Constitución del año 30, hubo en este país un pro
fundo choque moral, que dejó desorientada a la Oligarquía, hasta
su próxima desaparición, y abrió el cauce donde veremos a la
democracia venezolana fluctuar por largos años entre el tumulto
anárquico y el orden despótico.
CAPITULO VI

ALIANZA Y CONFLICTOS

SUMARIO: La "fusión" política. - Ministerio y Consejo de Estado.


--- El jefe del Gobierno. -- Carácter de Julián Castro. ――― Prime
ros síntomas de discordia. ▬▬▬▬▬▬ Rencor y venganza . ――――――― Fermín
Toro Ministro de Hacienda. - Decreto contra la administra
ción fiscal de los liberales. - Wenceslao Urrutia, Ministro del
Exterior. ―― Error político y diplomacia errónea. ―――― Asilo del
ex Presidente Monagas en la Legación francesa. ―――――― Reunión
del Cuerpo Diplomático. ―――――― Protocolo del 26 de marzo sobre
extrañamiento de Monagas. - Lo firma Urrutia sin conoci
miento del Gabinete. ― Crisis ministerial. - Pasa Toro al des
pacho de Relaciones Exteriores. ――――― Diplomacia del nuevo Mi
nistro. ――― Pretensión exagerada de los representantes de Fran
cia y Gran Bretaña. - Se agrava el conflicto. - Ultimátum
del 5 de mayo . -- Conviénese en esperar la reunión de la Con
vención Nacional. ―― Debates parlamentarios. - Declara la
Convención que se cumplirá el Protocolo cuando se retiren los
buques extranjeros. - Las Legaciones no aceptan esta condi
ción. Pide el Gobierno facultades extraordinarias, que se le
conceden. ---
Tentativa de contrarrevolución. — La "Galipana
da”. ―――― Ultimátum franco-británico del 12 de agosto. ― Bloqueo
de los puertos venezolanos. - Arreglo del 28 de agosto. -
Retíranse los buques extranjeros . - Expulsión de Monagas.

La revolución de marzo fué rápida e incruenta. Bastaron trece


días para que su jefe recorriese sin obstáculo alguno el camino de
Valencia a Caracas. La alianza o " fusión" de los partidos nacio
92 JOSE GIL FORTOUL

nales pareció por el pronto completa y leal, proclamando todos a


una voz la unión y olvido del pasado. Los directores del nuevo
partido conservador -Manuel Felipe de Tovar, que por su posición
social figuraba primero, y Fermín Toro, su mentor intelectual—, re
conocen como jefe supremo a Julián Castro, que había hecho toda
su carrera entre los liberales. El propagandista más conspicuo de
la tendencia democrática, Antonio Leocadio Guzmán, olvida sus
rencores de 1846, reaparece en la prensa y escribe: "Dejó Mona
gas de mandar: yo reasumo mi existencia civil y política. Veíame
uncido al carro de su poder por la coyunda de la moral. Desmayo
de diez años, que el cielo me quiso imponer, y al cual ha queri
do que sobreviva ( 1) . Sin voluntad de tirar hacia adelante aquella
mole poderosa, sin voluntad para empujarla atrás, como que se
antojara la suerte adversa de inventar para mí un nuevo y atroz
martirio: por fatiga, la inacción; por tormento, la inmobilidad. Pe
ro he llegado a un día esplendente . Olvido de lo pasado! He
aquí el hoy, ante cuyos albores desaparece aquella noche de sue
ño largo y angustioso ". El general José Laurencio Silva, que fué
espada de los Monagas contra los conservadores, marcha ahora
de conserva con el general León de Febres Cordero, su adversario
de 1849. Con sus enemigos del 54 va unido Andrés Avelino Pinto,
el mismo a quien inmortalizará con sus elogios Juan Vicente Gon
zález durante las guerras federales. Juan Crisóstomo Falcón, fu
turo caudillo de la revolución que acabará con la Oligarquía, sigue
también la corriente de la opinión y firma en Coro el pronuncia
miento contra Monagas, si bien descartando de su texto las frases
más duras para el ex-Presidente . El coronel Pedro Ramos , coman
dante de armas en Carabobo, y el ex-Vicepresidente de la Repúbli
ca Dr Joaquín Herrera, Gobernador de la Provincia de Caracas ,
se ponen desde un principio a las órdenes de Castro. En ninguna
de las Provincias apelan a las armas los parciales de Monagas.
En Barcelona, su hermano José Gregorio ve estallar la revolución
como la cosa más natural del mundo, puesto que venía previén
dola de años atrás, y hasta contribuye a que se instaure el nuevo
régimen sin disturbios locales. Apenas una que otra guerrilla de
revolvedores oscuros turban aquí y allí la unanimidad de la reac

( 1 ) Nótese que durante ese " desmayo" Guzmán fué, bajo los Monagas, Cónsul, Mi
nistro del Interior y Justicia, Vicepresidente de la República y Ministro Plenipotenciario.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 93

ción. Las tropas del Gobierno caído, mandadas por el ex-Ministro


Castelli, se Incorporan a las del ejército revolucionario, llamado Li
bertador.

Al llegar a Caracas formó Castro su Ministerio con Manuel Fe


lipe de Tovar en Interior y Justicia, Dr. Wenceslao Urrutia en Rela
ciones Exteriores, Fermín Toro en Hacienda y general Ramón Soto
en Guerra y Marina; y nombró un Consejo de Estado compuesto
de Pedro Gual, Manuel Machín Quintero, generales José Laurencio
Silva y Justo Briceño y Dr. Rufino González, todos hombres de alta
reputación nacional, y aunque discrepantes en doctrinas políticas,
conservadores unos y liberales otros, acordes, sin embargo, en el

propósito de mantener la paz y consultar cuanto antes a los pue


blos acerca de la reorganización de la República .

A que la revolución de marzo apareciese exenta de toda am


bición personalista, contribuyó no solamente la alianza de los par
tidos sino también la circunstancia de haberse escogido para jefe
de ella a un hombre que, si militar de algún prestigio, no figura
ba como caudillo nacional a la manera de Páez y Monagas, ni go
zaba tampoco de la fama guerrera de un Silva o de un Febres Cor
dero. Julián Castro era imperator de segundo orden, y político de
corto vuelo. Pero si esta circunstancia fué al principio condición
favorable de la alianza, convirtióse a luego en factor disolvente .
Pasados los primeros momentos de entusiasmo, cada partido inten
tó aprovecharse de la medianía del jefe para atraerle a planes de
interés parcial. Los liberales recordaron que Castro había escrito
a Monagas, en vísperas de sublevarse, una carta llena de protes
tas de fidelidad, y pensaron que, así como engañó al ex Presiden
te liberal, bien podía traicionar en provecho de los liberales a sus
aliados los conservadores. Estos, a pesar de las ilusiones que
abrigaron Tovar y Toro, inventores de semejante jefatura , no ol
vidaron a su turno que el nombre de Castro había surgido de la
oscuridad en la madrugada del 8 de julio del año 35, cuando se
juntó contra Vargas con los pretorianos de Carujo, y desconfiaron
también del sable del aventurero. En definitiva, el jefe de la re
94 JOSE GIL FORTOUL

volución, moral e intelectualmente incapaz de moverse por propio


impulso en tan intrincada situación, escogió el peligroso sistema
de dejarse guiar a la vez por unos y otros, esperando la ocasión
propicia de formar un partido suyo (1).

En la última semana de marzo, Castro toma dos medidas con


tradictorias e igualmente funestas, aconsejada la primera por los
conservadores y la segunda por los liberales, tendiente la una a
someter a juicio de responsabilidad a todos los empleados fiscales
de Monagas, encaminada la otra a salvar a toda costa, aun a costa
de la dignidad nacional, al propio Monagas. Adoptó realmente el
sistema que más de prisa diera al traste con la alianza de los parti
dos. El 27 de marzo expide un decreto, refrendado por el Minis
tro Toro, cuyos considerandos y artículos más se inspiran en un
deseo de venganza que en la tan repetida promesa de olvidar cul
pas pasadas. Considerando dice el decreto " que la nación,
unánime en un profundo sentimiento de justicia, reclama imperio
samente, no sólo el pronto remedio de los desórdenes que vician
actualmente los diferentes ramos de la administración y muy espe
cialmente la hacienda pública , sino también una investigación
severa y reparadora de los actos consumados por un poder arbi
trario y destructor durante los últimos siete años, en que con una
osadía sin ejemplo y con un desprecio inaudito de la ley, de la
moral y de los derechos del pueblo, se ha cometido todo linaje de
abusos , de fraudes y de latrocinios ; que a medida que las ren
tas públicas se han aumentado, ya por los nuevos gravámenes
impuestos, ya por el natural desarrollo de la riqueza del suelo y de
la industria, la deuda pública ha crecido en una progresión tan rá
pida y espantosa que amenaza el porvenir de Venezuela, parali
zando los esfuerzos y devorando la sustancia de los pueblos; y que
es el primer deber de la administración actual cumplir este man
dato de la nación, reformando los abusos existentes y vindicando
con la revelación inmediata de los inicuos y vergonzosos actos de
la administración pasada la justicia, la moralidad y la honra del
pueblo venezolano". Por tanto, con la aprobación del Consejo

(1) En los ejércitos de la Gran Colombia, llegó solamente a alférez. En la revolu


ción de las Reformas. 1835, figura como teniente a las órdenes de Carujo (tomo II) .
En 1847 es capitán a las órdenes del coronel Domingo Hernández. En 1849 es Goberna
dor de Apure. En 1855, Gobernador de Carabobo.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 95

de Estado, se crea una comisión que examine y revise todas las


cuentas de hacienda, aunque estén finiquitadas, desde el año de
1851 ; se concede a la comisión la más amplia autoridad en sus
averiguaciones; prohíbese a cuantos hubieren manejado caudales
públicos desde aquel año enajenar cualquiera propiedad mueble
o inmueble; y se añade que podrán declararse nulas las enajena
ciones ya hechas con el fin de burlar la responsabilidad.

Pasión irreflexiva, o ideología inoportuna en momentos de con


ciliación. Bien es cierto que el Ministro Toro procuró después jus
tificar su criterio personal, cuando en los debates de la Convención
de Valencia mostróse partidario solamente de la responsabilidad
civil y pidió olvido y el "manto de la clemencia" para la respon
sabilidad criminal; es verdad que los considerandos del decreto
parecían basarse en hechos incontrovertibles, como el desorden en
que se hallaba el Ministerio de Hacienda , en cuyas oficinas encon
tró el Gobierno revolucionario hasta seiscientos expedientes que no
habían sido siquiera examinados; es verdad que, si era imposible
convencer de peculado por cuenta propia a los Presidentes Mona
gas ni a sus Ministros de Hacienda, a uno de los cuales, Gutiérrez,
se le atribuía emisión falsa de deuda pública por no menos de
doce millones de pesos, resultaba siempre de las cuentas de teso
rería, y aun de la simple lectura de los presupuestos, que si au
mentó la renta no se cubrieron por eso las asignaciones legales,
desapareciendo buena porción del tesoro en fraudes, latrocinios y
especulaciones deshonestas. Mas a pesar de la innegable corrup
ción de las administraciones monaguistas, el decreto era de todas
suertes o inoportuno o imprudente, porque ni podía cumplirse en
momentos en que el Gobierno no estaba siquiera confirmado por
elecciones nacionales, ni había aún medios -como no fuese la
arbitrariedad, la venganza de los vencedores contra los vencidos-,
para enjuiciar y castigar equitativamente a los verdaderos culpa
bles en aquel largo período de siete años ( 1). El único resultado
del decreto, que se quedó en suspenso, fué por el pronto infundir
temor y desconfinza a muchos de los mismos funcionarios que se
habían pronunciado por la revolución de marzo, sin lograrse, dicho
está, devolver al tesoro la más pequeña cantidad defraudada. Los

(1) Lo mismo sucederá con decretos análogos de las reacciones venideras.


96 JOSE GIL FORTOUL

conservadores tuvieron que contentarse en esta ocasión con un


triunfo puramente moral. Y no todos se contentaron. Algunos, de
grande influjo, pensaron que el Ministro no había ido bastante
lejos en las represalias. Juan Vicente González, que volvía a la
contienda política más brioso y enconado que en sus remotas ba
tallas de la Oligarquía Conservadora, escribe con amarga ironía:
"El Sr. Toro es como esos pocos hombres que la sociedad cría en
Europa, en medio de los ocios de la paz y de la grandeza de las
discusiones, ideal, enamorado de lo bello en las artes y la política,
especulativo, inerme, que se asombra de la violencia como de un
sofisma y del crimen como de un absurdo, y que vive a despecho
de la dolorosa realidad en Salento y Utopia, aguardando, como
Fenelón, la dicha de Venezuela de una clemencia indefinible Y de
una mansedumbre eterna. Inteligencia sin audacia, alma sin pa
vor, que espera el bien del mal, y deja al cuidado de los siglos que
restablezcan el orden alterado. Excelente para la diplomacia por
su finura natural, que acompañan la distinción y la prudencia , su
consejo es menos seguro en los asuntos interiores" (1 ). Para el
impaciente polemista, los formidables considerandos del decreto de
represalias , y de otros posteriores no menos contundentes, eran no
más que timidez y mansedumbre.

Al propio tiempo que el Ministro Toro, en nombre de los con


servadores, ponía a la firma de Castro aquellas amenazas irreali
zables, el Ministro del Exterior, Wenceslao Urrutia, vocero de los
liberales, lo empujaba por otra senda más erizada todavía de difi
cultades y conflictos . Cuando Monagas presentó su renuncia al
Congreso, el 15 de marzo, se apresuró a buscar asilo en la Lega
ción francesa, junto con su Ministro Jacinto Gutiérrez y su yerno
Juan Giuseppi. Ocupada Caracas por el ejército revolucionario y
como se agolpase la turba a las puertas de la Legación, gritando
contra el ex-Presidente y pidiendo se le sometiese a juicio, los agen
tes diplomáticos extranjeros tomaron la peregrina determinación de
izar sus pabellones en la casa del francés. El Ministro Urrutia tuvo
entonces la misma atolondrada idea que dos años antes se le ocu
rriera a Jacinto Gutiérrez con motivo de la cuestión de Holanda;
esto es, invitar a consejo al Cuerpo Diplomático. Y llevó su atur

(1) Editorial de El Foro, 15 de junio, 1858.


HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 97

dimiento al extremo no sólo de prescindir de la opinión de sus cole


gas en el Gabinete y en el Consejo de Estado, a quienes no con
sultó, sino también de declarar falsamente lo contrario, comprome
tiendo así la dignidad del Gobierno y hasta el honor de la patria.
El Jefe del Estado, hombre del todo inexperto en semejantes asuntos,
le había autorizado para proceder a su arbitrio. De donde resultó
la redacción y firma del Protocolo que tan triste celebridad le dió
al Ministro Urrutia y que acarreó las más desagradables consecuen
cias para la República. Dice el Protocolo:
"Hoy, día 26 de marzo de 1858, habiendo sido convocado el
Cuerpo Diplomático por el Señor Ministro de Relaciones Exteriores,
plenamente autorizado (sic) por el Gabinete, a una conferencia en
la casa de Gobierno, con el fin de convenir en el mejor modo de
lograr los deseos, tanto del Gobierno de la República como del
Cuerpo Diplomático , relativamente a la pronta salida del país del
Señor General José Tadeo Monagas y su familia, sin menoscabo
del decoro de los pabellones extranjeros ni de la dignidad del Go
bierno; se reunieron a las tres de la tarde en el salón de conferen
cias, los Señores Carlos Eames, Ministro Residente de los Estados
Unidos; Ricardo Bingham, Encargado de Negocios de la Gran Bre
taña; Leoncio Levraud, Encargado de Negocios del Imperio Francés;
José Pereira Leal, Encargado de Negocios del Imperio del Brasil ;
José M. García de Quevedo , Encargado de Negocios de España y
Parma; y Pedro Van Rees, Comisario especial de S. M. el Rey de
los Países Bajos : y hallándose presente el Señor Doctor Wenceslao
Urrutia, Ministro de Relaciones Exteriores, empezó la conferencia .
Después de una ligera manifestación de las circunstancias en
que se halla el Gobierno, sentó el Señor Urrutia como base impres
cindible de la negociación, que el General Monagas se pusiese a
la disposición del nuevo Gobierno. Hicieron presente algunos
miembros del Cuerpo Diplomático la delicadísima situación en que
se hallan colocadas las banderas de las Naciones amigas de Ve
nezuela, bajo cuyo amparo se halla el General desde el día en que
hizo renuncia de la Presidencia de la República , teniendo a mano
muchos medios de resistencia, y con la mira patriótica de evitar al
país los estragos de una guerra civil.
Después de una breve discusión se acordó lo siguiente, decla
rado por todos el medio más próximo y decoroso de salir de la di

7-III
98 JOSE GIL FORTOUL

ficultad, y reconocido por parte del Cuerpo Diplomático como el


único compatible, visto el estado del país y la actitud del Gobierno,
con la seguridad de la persona del General Monagas.
El General Monagas se pondrá por escrito a disposición del
Gobierno, protestando al propio tiempo no tomar parte en ningún
plan que se oponga a las miras de la revolución: este escrito será
trasmitido por el Señor Encargado de Negocios de Francia al Go
bierno de la República, cuyos miembros todos empeñan su palabra
de que no será el General Monagas sometido a juicio, ni en mane
ra alguna vejado, sino que antes bien se le tratará con todo el de
coro y miramiento.
El Gobernador de la Provincia le acompañará a su casa par
ticular, pudiendo también acompañarle el Señor Ministro francés o
cualquiera otro miembro del Cuerpo Diplomático que lo desee .
Habrá una guardia en la puerta con el fin de evitar todo veja
men, y dentro de la casa dos personas respetables comisionadas
por el Gobierno para cuidar de que el General Monagas sea bien
tratado e impedir todo desmán o insulto contra su persona.
Podrán vivir en compañía de dicho Señor General, su esposa
y su hijo Dr. José Tadeo, y entrar y salir cuando les plazca, sus
hijos, los miembros del Cuerpo Diplomático y todas aquellas perso
nas que no inspiren al Gobierno ningún recelo.
El Gobierno responde de la seguridad del General durante el
tiempo que permanezca en esta habitación: el Señor Urrutia no
puede fijar cuántos días durará esta detención, ni cree que es de
coroso para el Gobierno fijar su término; pero empeña su palabra
a nombre suyo y de todo el Gabinete, que será muy corta; prome
tiendo además hacer todos los esfuerzos posibles para abreviarla.
También afirma el Señor Urrutia que cualquiera sugestión o insi
nuación del Cuerpo Diplomático, encaminadas a abreviar la per
manencia del General Monagas en el país, serán acogidas con la
más alta consideración por el actual Jefe del Estado.
Espirado el plazo, no fijo, pero si muy corto, se dará al General
Monagas pasaporte y un salvoconducto para trasladarse con su
familia al punto del extranjero que elija, mientras que el nuevo Go
bierno lo estime necesario a la tranquilidad del país. El Gobierno
garantiza su seguridad hasta que salga del territorio nacional.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 99

El Cuerpo Diplomático, individual y colectivamente, empeña


su palabra de hacer todos los esfuerzos que quepan en la esfera de
su acción moral sobre el General Monagas, para que las promesas
hechas por éste al Gobierno provisional de la República en su car
ta de sumisión, sean efectivas".

En consecuencia, Monagas dirigió el mismo día una carta al


Jefe del Estado, en la que ofreció trasladarse a la casa indicada ,
y así lo hizo en la mañana del 27. Gutiérrez y Guiseppi, de quie
nes no se habló en el Protocolo, abandonaron la Legación francesa
a los pocos días y se les redujo a prisión en la cárcel pública .

Por increíble que parezca, los otros miembros del Gabinete no


tuvieron conocimiento del texto del Protocolo hasta el 6 de abril, y
el 8 renunciaron sus carteras el Ministro del Interior, Tovar, y el de
Hacienda, Toro, fundándose en que aquél se había hecho sin su
aprobación y contradecía además sus opiniones y actos oficia
les ( 1). Con la misma fecha presentó también su renuncia el Mi
nistro Urrutia. Reunido el Consejo de Estado el día 9, acordó que
se aceptase ésta y no las otras. Toro pasó entonces al despacho
del Exterior, y Miguel Herrera ocupó el de Hacienda.

En un papel publicado el 15 de abril, Urrutia quiso sincerarse


diciendo que el propósito del Protocolo era evitar el enjuiciamiento
de Monagas, que podía traerle graves males al país, y agregó :
"Que los Señores Tovar y Toro no hayan sabido oportunamente lo
que el Gobierno mandaba ejecutar por otro de sus Secretarios, no
es cosa que contradigo ni acepto; porque esto no era de mi incum
bencia". Sin embargo, bien sabía él, doctor en ciencias políticas,
que el solo Jefe del Estado no forma el Poder Ejecutivo , y que me
didas de tal trascendencia han de discutirse previamente en con
sejo de Ministros. Además, en la conferencia diplomática se dijo
plenamente autorizado por el Gobierno, lo que era falso, y empeñó
la palabra de todos los miembros del Gobierno, lo que según Tovar
y Toro constituía un abuso y un acto de mala fe . Por último, no
se comprende, ni se comprendió entonces, cómo este Ministro, des
pués de haber considerado " decorosa" para la República aquella
insólita intervención del Cuerpo Diplomático en un asunto de pura

(1) El general Soto, Ministro de Guerra y Marina, se hallaba ausente; interinamente


servía estos despachos el general José Austria.
100 JOSE GIL FORTOUL

política interior, no creyó " indecoroso" para el Gobierno fijarle pla


zo a la detención de Monagas, o no intentó siquiera cumplir inme
diatamente el Protocolo expulsándolo y salvando la situación con
este golpe de audacia. Mas era tan tímido , o tan tortuoso y volu
ble, como su Jefe en el Gobierno, de quien se van a ver cosas no
menos singulares.
No se podía ya desconocer la validez del Protocolo, sin aven
turarse el nuevo Ministerio a reabrir un debate en el que se habría
puesto en duda la autoridad misma del Jefe del Estado. Toro quiso
remediar en lo posible el error cometido por Urrutia, y al efecto
dirigió el 21 de abril una nota circular al Cuerpo Diplomático, de
fendiendo el maltrecho principio de no intervención extranjera. “El
Gobierno -dice la nota- cree deber fijar de una manera clara y
precisa, que no dé lugar a erróneas interpretaciones, con menosca
bo de la dignidad de la República, el verdadero carácter y la ge
nuina inteligencia del Protocolo, y lo ha hecho así: -19 El Gobierno
de Venezuela no ve en el concurso del Cuerpo Diplomático en la
cuestión de sumisión del General Monagas, sino una prestación
de buenos oficios; y considera que las firmas de sus miembros no
aparecen en el Protocolo como testificando solamente la promesa
hecha al citado General por el señor Wenceslao Urrutia, Secretario
de Relaciones Exteriores, a nombre del Gobierno de Venezuela.
2º Reconociendo como testigos de muy alta respetabilidad a los .
Señores del Cuerpo Diplomático, el Gobierno no les considera como
partes en la promesa hecha al general Monagas, ni cree que hayan
sido sus deseos intervenir en los negocios domésticos de Venezuela
a nombre de sus respectivos Gobiernos, los cuales no tolerarían
semejante intervención de parte de otros , como no estaría la Repú
blica dispuesta a tolerarla . Obligan solamente a Venezuela el ho
nor y la buena fe del Gobierno, empeñados en su nombre. No
duda el infrasquito que el Señor ...., que tan explícito fué en la
conferencia de 16 de este mes (conferencia promovida por Toro
antes de redactar su circular), respecto de la no intervención en los
negocios domésticos del país, verá en los artículos aquí insertos
una confirmación de este gran principio, que todas las Naciones
reconocen y mantienen" .
Las Legaciones de los Estados Unidos, de España y Parma, del
Brasil y de los Países Bajos, se dieron a partido y contestaron con
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 101

lealtad reconociendo la doctrina expuesta por el Ministro venezola


no. No así los Encargados de Negocios de Francia y de Gran Bre
taña, los cuales, conocidos por su actitud hostil a la revolución de
marzo, buscaron más bien otro pretexto de conflicto para hacer
más difícil la cuestión del Protocolo. Exasperados de ver que el
pueblo caraqueño protestaba contra su parcialidad, llegaron a de
clarar que suspendían sus relaciones oficiales con el Gobierno, li
mitándose a despachar los asuntos de sus cancillerías, en tanto
que no se les diese satisfacción por haber sido violadas, según
decían, las casas de sus respectivas Legaciones. Fácil le fué a
Toro comprobar la verdad de lo ocurrido: no hubo allanamiento
de casas; todo se redujo a dos hechos que no podían ser motivo
inmediato de ruptura diplomática, a saber: la turba vociferó varias
veces a la puerta de la Legación francesa, y luego, extremando una
costumbre popular, quemó en el día de Pascua de Resurrección
una efigie en que se creyó reconocer al Encargado de Negocios
británico. Pero la cuestión principal seguía sin resolverse.
El 5 de mayo, los comandantes de buques de guerra franceses
e ingleses pasan desde La Guaira un ultimátum, exigiendo repara
ciones y el cumplimiento del Protocolo en el término de cuarenta y
ocho horas. El 7 replica Toro diciendo entre otras cosas: "La cues
tión del Protocolo de 26 de marzo no justifica de manera alguna la
intervención de los Gobiernos extranjeros, como ya lo han decla
rado cuatro de los Ministros firmantes .... Ni por su forma, ni por
su materia, ni por sus fines, puede dicho Protocolo afectar los dere
chos, los intereses o el honor de la Francia y de la Gran Bretaña.
La promesa que contiene es hecha al general Monagas: no ha sido
ni será violada; pero de la oportunidad de su cumplimiento, que
nunca llegará por la vía de apremios, sólo el Gobierno de Vene
zuela es juez competente . Por el mismo Protocolo, sólo se reservó
a los Señores del Cuerpo Diplomático que lo suscribieron la liber
tad de hacer indicaciones o sugestiones para abreviar la detención
del general Monagas; pero de ninguna manera exigencias , mucho
menos conminaciones .... Respecto del plazo de cuarenta y ocho
horas que los Señores conde de Gueydon y capitán Dunlop dan al
Gobierno para tomar su resolución, el infrascrito no lo considera
sino como indicio de haber violado Sus Señorías su falta de auto
ridad y el respeto que siempre se debe al Gobierno de una Nación
102 JOSE GIL FORTOUL

independiente". Con esto se logró aplazar la cuestión, convinien


dose privadamente en esperar la reunión de la Convención Nacio
nal convocada para el próximo 5 de julio . Pero ¿ qué esperanza
pudo abrigar Toro, de que una deliberación parlamentaria modifi
ficase la actitud de las Potencias enemigas? Si la Convención de
saprobaba el Protocolo, como estuvo a punto de hacerlo, vendría
la guerra, el bloqueo de los puertos, y por último, inevitablemente,
la sumisión de Venezuela a un arreglo en peores condiciones. Por
que claro estaba que al fin bastaría, como bastó , una nueva ame
naza de los buques extranjeros, para que se viera cuán inútil era
todo el coraje en palabras de aquel Gobierno recién nacido y
debil, débil sobre todo por las disensiones de su propio seno. No
se atrevió Toro, no se atrevió el Gobierno, a mayor audacia que
Urrutia, expulsando ahora a Monagas para que la Convención se
encontrase ante un hecho consumado. Consumado estaba el he
cho de la intervención del Cuerpo Diplomático, por aturdimiento
del Jefe del Estado y de su Ministro de Relaciones Exteriores ; com
prometida la palabra del Gobierno, comprometida la dignidad na
cional; y si el mayor culpable fué Urrutia, bastante castigado que
dó con la pérdida de su cartera y de su reputación. No faltará
quien lo advierta en la Convención Nacional .
Coincidía con el conflicto diplomático el problema capital de
la política interior, que consistía, o en mantener la fusión de los
partidos o en determinar al Jefe del Estado a apoyarse en uno solo.
Muchos prohombres liberales, al ver que con la renuncia del Mi
nistro Urrutia se aseguraba el predominio de los conservadores, ne
gáronle su concurso al Gobierno de Castro y se dieron a tramar
una contrarrevolución . Los generales Juan Crisóstomo Falcón y
Ezequiel Zamora, llamados en abril a Caracas, se mostraron des
contentos de que no se les permitiese ejercer la influencia política
o militar a que les destinaban sus nombres y grados : ocultáronse,
pusiéronse de acuerdo con sus amigos para declarar la guerra en
el momento propicio y salieron a poco para las Antillas. En el
mes de junio, algunos de los más señalados contrarrevolucionarios
fueron expulsados o reducidos a prisión ; entre éstos el ex-Presidente
José Gregorio Monagas , quien más por venganza de sus adversa
rios barceloneses que por cuestión nacional, fué remitido a Mara
caibo, donde murió el 15 de julio.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 103

A mediados de junio, los ministros Tovar y Toro renuncian sus


carteras para asistir a la Convención Nacional. Se formó nuevo
Gabinete así: Interior y Justicia, Dr. Mauricio Berrizbeitia ; Relacio
nes Exteriores, Lcdo. Luis Sanojo ; Hacienda, Dr. Miguel Herrera ;
Guerra y Marina, general José Austria. Gabinete que revelaba
por el momento el influjo preponderante del partido conservador.
Instalada la Convención en Valencia el 5 de julio, sanciona el
día 8 un acuerdo en estos términos: "Déjase en el acto al encarga
do del Poder Ejecutivo, por el telégrafo, que no tome resolución
alguna sobre la salida del general José Tadeo Monagas del país,
sin previa resolución de este cuerpo". Siguiéronse largos y apa
sionadísimos debates sobre la cuestión diplomática, ensáñandose
la oposición contra la conducta del Jefe del Gobierno. Fermín To
ro, que presidía la Convención, apeló entonces a su propia auto
ridad moral, adquirida en todo el curso de su noble existencia, y al
incomparable prestigio de su palabra , para disculpar a Castro y
demostrar la conveniencia de cumplir cuanto antes lo prometido en
el Protocolo de marzo . "Nada es más grato -decía el 23 de ju
lio que merecer la aprobación de nuestros semejantes , nada es
más lisonjero que el aura popular; pero hay una cosa que no debe
sacrificarse ni a esta misma querida popularidad: es el deber.
Cuando he asegurado que la promesa del general Castro es válida,
y digo a la nación que es conveniente cumplirla, Venezuela toda
reunida que me dijera no, yo le diría sí; porque así entiendo, Se
ñores, los fueros de la conciencia, la independencia de la razón y
la libertad del pensamiento". Recordando que el programa de la
revolución de marzo había sido "la unión de todos los venezolanos
en el olvido de lo pasado" , tuvo este bello arranque oratorio . "Yo
olvido, Señores, con todo mi corazón; olvido como si hubiera be
bido las aguas del Leteo, y espero que Venezuela olvide también,
porque un pueblo que se vuelve atrás a remover el fango de lo
pasado, merece la suerte del sepulturero, vivir para siempre entre
despojos humanos". A vuelta de un historial del Protocolo y des
pués de advertir que se firmó sin su consentimiento y contra sus
principios y actos, esfuerzase en demostrar que el Protocolo contie
ne una promesa hecha exclusivamente al general Monagas, no al
Cuerpo Diplomático; que sus términos no justifican la intervención
extranjera; que si eximen a Monagas de todo juicio criminal, no le
104 JOSE GIL FORTOUL

libertan de la responsabilidad civil resultante de su administración;


y que su extrañamiento queda a juicio exclusivo del Gobierno,
cuando no peligre la salud pública . A los diputados que aducen
la necesidad de un escarmiento, replica: "¡ Cómo ! ¿Las naciones
no se salvan, no salvan sus libertades, si no hay una víctima?
¿Venezuela no puede ser libre sino cuando haya sellado con el
sello del cadalso la libertad que ha conquistado? Parece, Señores,
que no se tiene a la vista la historia del linaje humano, la historia
de las usurpaciones, la historia de la tiranía. No hay pena en los
códigos, no hay un castigo que contrapese el halago del poder su
premo. ¿Es la muerte tan tremenda que no se arrostre mil veces
por intereses más pequeños? Desafía el navegante las inclemen
cias del cielo, las tempestades y las iras del mar, por un mezquino
interés: se arroja el militar a los campos de batalla, para adquirir
un grado, un galardón, una insignia : se adelantan los exploradores
a tierras desconocidas , para volver uno en ciento, por tener la glo
ria de que su nombre adquiera fama y sea ensalzado entre los .
descubridores del mundo; ¡y se cree que el temor de una pena
dudosa, lejana, improbable, detenga a los tiranos, a los ambiciosos,
en el curso de su carrera! .... Otro argumento se presenta: la
imparcialidad de la ley, la igualdad de los castigos : lo mismo debe
ser castigado el que fué Presidente de la República, como el último
y más humilde de los ciudadanos . ¡ Qué temeraria proposición!
¡El juicio ejercido imparcialmente, en un período de diez años, don
de han germinado todo linaje de crímenes ! Yo no sé quién lo in
voca, Señores; y quisiera , si no fuera tan triste la experiencia, el
juicio de Monagas. ¡Cuántos serían sus cómplices ! ¿Dónde po
dría detenerse esa imparcial justicia, comenzando por el tremendo
día en que el pueblo, por un suicidio moral, le dió su brazo y le
restó su fuerza? (1). Yo convocaría a todos los jueces de la Repú
blica, a todos los juristas del mundo: discriminad, les diría, juzgad
entre los criminales , y sentenciad con las manos en el pecho y la
conciencia pura.... Tirano, fiera, monstruo, todo lo merece el
nombre de Monagas; pero esa fiera tuvo altares, triste es decirlo,
en esta tierra: allí se quemó incienso, y ese incienso lo llevaron
como voto reverente , como ofrenda propiciatoria, millares de vene

(1) Alude al 24 de enero de 1848.


HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 105

zolanos ... "Durante el período de ambos Monagas, Toro perma


neció alejado de la vida pública, no obstante el ofrecimiento que
más de una vez se le hiciera de altos destinos: circunstancia que
le da ahora a su palabra mayor fuerza moral. "Tengo agrega
una ventaja en esta discusión: no tengo que contrariar mis princi
pios, no tengo que reprimir mis sentimientos, no tengo que fingir
una exacerbación de justicia hoy, para hacer olvidar mis acciones
de ayer; y cuando pido el manto de la clemencia, no es para cu
brirme con él, es para arrojárselo a otros .... No para arrojárselo,
Señores , la palabra es dura y no sale de mi corazón, - para
tenderlo con mano amiga a tantos venezolanos extraviados ....
La cuestión no es de Venezuela con Monagas . Levantemos el de
bate a la altura que merece. Es cuestión de principios, es cuestión
de regeneración, y cuestión de regeneración moral .... Dejemos
a Monagas entregado a sus remordimientos . No le pongamos en
libertad sino cuando esté asegurada la tranquilidad pública . ¿No
es pena la expatriación? ¿No es pena le execración pública? ¿ No
es pena el decreto fulminante que lanzaría la Convención? No
hay conciencia que resista eternamente el remordimiento: dejémos
le entregado a él ; dejémosle que le persiga, como en la noche del
crimen una pálida hueste de espectros sigue los pasos de un pa
rricida".

La elocuencia del grande orador logró dominar la tempestad


parlamentaria. El 5 de agosto la Convención sanciona el siguien
te acuerdo: "Puede el Jefe del Estado cumplir la promesa que hizo
al general Monagas, cuando hayan desaparecido de nuestros puer
tos los buques de guerra ingleses y franceses; y dar a la cuestión
internacional la dirección más conforme al decoro e independencia
nacional". ¿Era ya la solución del conflicto? No.
Los Encargados de Negocios de Francia y Gran Bretaña prefi.
rieron continuar su manejo, poniéndose ahora de acuerdo con un
grupo de liberales determinados a aprovecharse de las circunstan
cias para derrocar el Gobierno, aun con el apoyo del extranjero.
Informado el Ministro del Interior, Berrizbeitia , de la trama revolu
cionaria, ocurre a la convención solicitando facultades extraordina
rias; y al punto exaspéranse de nuevo los ánimos. La oposición
radical ataca violentamente al Ministerio, tildándole de indeciso y
débil, y le niega el uso de facultades extraordinarias, alegando que
JOSE GIL FORTOUL
106

cercenaría la autoridad de la Convención. El Lcdo. Jesús María


Morales Marcano, que aventajaba a Toro, si no en atildada elo
cuencia, al menos en dialéctica puramente política, dice el 7 de
agosto: "La revolución no sólo no ha triunfado : la revolución retro
cede. La revolución del 5 de marzo, que salió magnífica y gran
diosa del seno de la República , ha ido poco a poco degenerando
de su primer origen, y hoy está desfallecida en el seno del Gabine
te. El Gabinete revolucionario ha sido todo, menos revolucionario:
desde su inauguración se encerró en un círculo incomprensible y vi
cioso de ambigua política ; círculo fatalísimo, en que los amigos han
sido tratados como extraños y en que los enemigos han sido adula
dos y premiados..." Los sostenedores del Ministerio, con algunos de
la oposición, proponían que se formase una junta compuesta del
Consejo de Estado, los Secretarios del Despacho y cuatro miembros
de la Convención, para dictaminar en los casos de extrañamiento
que se creyesen necesarios. " No -exclama Morales Marcano
¡facultades para expulsar sin forma de juicio, facultades para ex :
pulsar a ciudadanos sin más que algún informe de algún Gober
nador, sin más que una sospecha arbitrariamente concebida por
los miembros de esa junta ! Sobre todas las necesidades públicas,
sobre todos los conflictos de la patria, está siempre la justicia, y
debe estar siempre la razón política" . Valentín Espinal , orador
apacible y medido, que se mantiene siempre en términos medios,
advierte que las facultades extraordinarias no deben ser otras sino
las que se concedían en casos análogos por la Constitución de
1830 ( 1 ) . Fermín Toro, como de costumbre , levanta el debate y se
complace en consideraciones de filosofía moral. Dice : " Los que
hemos resistido al torrente turbio y sangriento de diez años, que ha
arrastrado, preciso es decirlo, a media República ; los que tenemos
todavía las manos ensangrentadas de asirnos a las malezas de la
orilla para no ser arrebatados , somos los que estamos más dispues
tos al perdón; y los que vengan, por la senda áspera y penosa del
arrepentimientc, a llamar a las puertas del templo de la concordia,
encontrarán siempre mi voz para decir: " perdón". Opina Toro que
se concedan solamente las facultades necesarias para mantener
la paz pública, "y que con el nombre de unión y olvido no se traiga

(1) Esta Constitución volvió a regir provisionalmente desde la caída de Monagas


hasta el 31 de diciembre de 1858.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 107

el puñal al corazón de la patria". El 10 de agosto, el Ministro Be


rrizbeitia lee un mensaje del Jefe del Estado advirtiendo que las fa
cultades extraordinarias cesarán tan luego como desaparezcan las
causas que las motivan, e insinuando hábilmente que el Gobierno
necesita la más amplia libertad de acción para mantener el orden,
al propio tiempo que para darle solución al conflicto diplomático.
Y el mismo día autoriza la Convención al Ejecutivo para ejercer las
facultades especificadas en la Constitución de 1830 ; para contratar
un empréstito de hasta tres millones de pesos y para expulsar, con
finar o reducir a prisión a los perturbadores de la paz, previo el
voto del Consejo de Estado . El día 12, José Rafael Luna alega que
por el hecho de haberse concedido facultades extraordinarias al
Ejecutivo, la Convención " no se ha despojado de todo su poder" ,
y propone que se autorice al Ejecutivo para que por telégrafo le
ordene al Gobernador de Caracas " la pronta y segura remisión por
tierra" , a Valencia, de los reos Monagas, Gutiérrez y Giuseppi . La
mayoría se pronuncia en contra. Luna pide entonces, con el ca
rácter de urgente, " que se autorice al Poder Ejecutivo para que dis
ponga de los bienes de los Monagas, para los gastos de guerra ".
La mayoría estima que tal procedimiento es atentatorio, y niega la
urgencia.

Cuando esto se estaba discutiendo en Valencia, el conflicto


diplomático llegaba a su crisis más aguda y ya iba a estallar la
contrarrevolución. Los Encargados de Negocios francés y británi
co se niegan al retiro de los buques antes de que se cumpla el Pro
tocolo de marzo; se trasladan a bordo, pasan otro ultimátum, y el
12 de agosto quedan bloqueados los puertos venezolanos . Era
justamente lo que esperaban los conjurados liberales, sin parar
mientes en que por intereses de partido iban a manchar la honra
de la patria, aliándose con el extranjero. Falcón vuelve de las An
tillas a La Guaira, llamado por sus parciales de Caracas : de aquí
salen, en la noche del 16, los conjurados, por la falda del Avila ;
pero el General Soublette, que manda las fuerzas del Gobierno, los
descubre en seguida y los dispersa . El grupo más numeroso cae
prisionero en Galipán; lo que dió motivo a que la abortada contra
revolución se calificase de "Galipanada " . Falcón, amparado por
la escuadra del bloqueo, regresó a Curazao.
108 JOSE GIL FORTOUL

Soublette , valiéndose de la circunstancia de haber los revolve


dores amenazado también la plaza de La Guaira, pasó allí a los
pocos días, con el pretexto de asuntos militares, y realmente en
busca de cualquier coyuntura que le permitiese ponerse al habla
con el comandante de la escuadra anglo-francesa. No tardó en
presentársele. El Encargado de Negocios Bingham enfermó a bor
do, y como manifestase el deseo de bajar a tierra, se apresuró Sou
blette a ofrecerle la más hidalga hospitalidad; a la que fué tanto
más sensible el inglés, cuanto que el General venezolano, quien
por temperamento y educación más parecía hombre del Norte que
no latino, hizo gala toda su vida de cierta cortesanía discreta, afec
tuosa en el fondo y parca en palabras, a usanza británica . Ello
contribuyó a que el 27 de agosto se pudiera firmar el siguiente
Convenio:
"Los infrascritos, Dr. Mauricio Berrizbeitia, Ministro de Estado
de la República de Venezuela, y actualmente Secretario del Jefe
del Estado, en campaña, y el Sr. general Carlos Soublette, Jefe de
operaciones de la Provincia de Caracas, Plenipotenciario especial
nombrados por Su Excelencia el Jefe del Estado, en campaña, y el
Sr. Federico Orme, Plenipotenciario especial nombrado a este efec
to por el Sr. Contra Almirante conde de Guaydon, Comandante en
jefe de la Estación naval francesa de las Antillas y del Golfo de
México, y actualmente de las fuerzas navales anglo francesas pre
sentes en La Guaira.
Igualmente deseosos de poner fin a las desagradables diferen
cias que hoy existen entre las tres naciones, y de restablecer las
buenas relaciones que han conservado siempre entre sí, después
de haberse comunicado sus plenos poderes, reconocidos en buena
y debida forma, han convenido lo que sigue:
Primero. En lo que concierne al general José Tadeo Monagas,
se cumplirá la promesa relativa a él, de veinte y seis de marzo.
Segundo. En lo que concierne al Sr. Gutiérrez: el Sr. Gutiérrez
será restituído a la Legación de Francia e Inglaterra, y puesto a
disposición del Gobierno de Venezuela al punto que lo reclame, a
menos que antes de llevar a efecto esta solicitud, sea indultado por
el Poder Ejecutivo o por el Jefe del Estado, en campaña, haciendo
uso de las facultades extraordinarias que le han sido conferidas.
Tercero. En lo que concierne al Sr. Giuseppi : si los cargos que
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 109

existen contra el Sr. Giuseppi no permitieran ponerle en libertad,


se seguirá un juicio por los tribunales competentes en el menor tér
mino posible.
Cuarto.- En lo que concierne a las indemnizaciones reclama
das en favor del correo de la Legación Británica, y de la familia del
francés asesinado en el mes de abril último, estas cuestiones serán
tratadas amigablemente por sus Legaciones respectivas.
Quinto. Desde el momento que se firme la presente Conven
ción, por ese solo hecho quedarán establecidas la amistad y buena
inteligencia entre las tres naciones; toda hostilidad cesará; los bu
ques apresados serán devueltos ; los Representantes de Francia e
Inglaterra continúan en sus funciones cerca del Gobierno de Ve
nezuela; y para evitar toda interpretación que pueda herir la dig
nidad de la República, las fuerzas navales partirán de sus puertos.
La presente Convención será ratificada lo más pronto posible
por Su Excelencia el Jefe del Estado, en campaña, y por el Señor
Conde de Gueydon, Comandante en jefe de las fuerzas navales
anglo-francesas actualmente en La Guaira.
Hecho en La Guaira, a 27 de agosto de 1858.-M. Berrizbeitia.
-Carlos Soublette.-Frederick Orme.
Ratificado. La Guaira, agosto 28 de 1858. El Jefe del Estado,
en campaña: J. Castro.-Ratificado. La Guaira, agosto 28 de 1858.
El Contra Almirante Comandante en Jefe de la Estación de las An
tillas y del Golfo de México : Conde de Guaydon” (1 ).

(1) El Orme que aquí figura como Plenipotenciario especial, se hallaba en La Guai
ra desde el 23 de agosto. Venía con credenciales de Encargado de Negocios de la
Gran Bretaña, en reemplazo de Bingham, que había renunciado. Y es digna de nota
la circunstancia de que, al pasar por la isla de San Thomas, Orme le comunicó al Cónsul
de Venezuela, que traía plenos poderes de los Gobiernos Británico y Francés para ajustar
las cuestiones pendientes. ¿Hubiera acaso evitado el bloqueo, llegando a Venezuela dos
semanas antes? A los tres días de firmado el Convenio de La Guaira, el 31 de agosto,
Bingham notificó su reemplazo al Gobierno Venezolano, que residía entonces en Valen
cia, y Orme quedó reconocido en su carácter diplomático el 11 de septiembre. Las
relaciones oficiales con la Gran Bretaña fueron en seguida muy cordiales, gracias a la
actitud amable y singularmente conciliadora de su representante. Tanto se encariñó
Orme con la vida caraqueña, y especialmente con la hermosura de cierta dama criolla ,
que casi olvidó, durante largos años, haber dejado en Londres a su legítima consorte.
Muy otra fué la actitud del Encargado de Negocios francés, Lavraud. Continuó suscitan
do frecuentes y desagradables cuestiones, con su parcial entretenimiento en la política
interior. Exasperado al fin el Gobierno Venezolano, resolvió expedirle pasaportes el 12
de septiembre de 1859; y los asuntos de la Legación quedaron a cargo de su canciller,
Tourreil, hasta el 24 de julio de 1860, fecha en que fué reconocido el nuevo Encargado
de Negocios y Cónsul General de Francia, Alejandro Mellinet.
110 JOSE GIL FORTOUL

Horas después, el Ejecutivo participa a la Convención de Va


lencia que le comunicará " extensamente el arreglo de la cuestión
anglo-francesa". Abrese nuevo debate parlamentario. Los dipu
tados difieren en cuanto a la manera de ratificar definitivamente el
Convenio de La Guaira; sosteniendo unos que el Ejecutivo estaba
plenamente autorizado por el acuerdo de la Convención del 5 de
agosto, y alegando otros que, conforme a la Constitución, se nece
sitaba en todo caso la aprobación parlamentaria. El 2 de septiem
bre, el Ministro de Relaciones Exteriores comunica a la Convención,
los documentos del arreglo "para que se imponga de ellos". Dis
cútese durante dos días, y la oposición vuelve a atacar agriamente
la política interior y la política exterior del Jefe del Estado. José
Gil, haciéndose eco de la tendencia más radical, esfuerzase en
demostrar que la administración de Castro ha obrado, desde el 26
de marzo, contra el objeto mismo de la revolución. "El espíritu
revolucionario -dice- estaba contenido en un hecho y en una
idea: el hecho, tumbar del puesto que ocupaba al general José Ta
deo Monagas, y la idea, restituir la moral que había desaparecido
en Venezuela". El hecho se efectuó; no la idea . "Yo debería Sr.
Presidente, acusar en toda forma a S. E. el general Julián Castro y
a sus Ministros, como responsables ante la Nación por su mala
conducta, o sea por su fatal dirección de los negocios públicos des
de el 26 de marzo hasta la fecha". Este era realmente el sentimien
to popular. La barra aplaude y grita. El Presidente amenaza con
hacerla "despejar ". Pero el diputado radical comprende que las
circunstancias no son propicias para un juicio de responsabilidad .
La cuestión diplomática no puede ya terminarse de un modo hon
roso: demasiado han hecho los pueblos mostrándose dispuestos a
sacrificarse; sacrificio que sería estéril : habrán de contentarse con
protestar contra la violencia del extranjero, y al mismo tiempo
contra la "fatalidad" que le ha negado al Gobierno todo acierto: la
Convención autorizó al Ejecutivo el 5 de agosto para cumplir la
promesa hecha a Monagas, " siempre que desapareciesen de los
puertos de Venezuela los buques extranjeros"; y el Ejecutivo, en
cambio, convino " en firmar el cumplimiento de la promesa a bordo
del mismo buque enemigo", "acto ignominioso" . Sin embargo, es
un acto consumado; al que nos ha traído la vacilante política del
general Castro y "la fatalidad de los hombres que le han aconse
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 111

jado" .... "Pero en ninguno de sus actos se encuentra mala fe


(sic), ni deseos de perjudicar al país; y la carencia de esa mala fe
es lo que a mi modo de ver lo liberta del juicio tremendo de res
ponsabilidad y de alto crimen que la Nación debía imponerle ....
En definitiva, la oposición radical cedió; ni hubiera podido hacer
otra cosa ante el hecho consumado de la violencia extranjera, ni
ante el irreparable error de un Gobierno que, por circunstancias de
política interior, era preciso conservar. La Convención archivó el
expediente del malhadado Protocolo, declarando el 2 de septiembre
que el convenio del 8 de agosto no necesitaba su aprobación.
Empero, faltaba un epílogo, para demostrar otra vez que toda
revolución triunfante se deja arrastrar por impulsos irreflexivos.
El 28 de septiembre expide la Convención un decreto, imitado del
de 1850 contra Páez, y contradictorio con el programa de "olvido
del pasado", por el cual se declara a Monagas traidor a la patria,
privado de sus grados militares, goces, honores y condecoraciones,
expulsado perpetuamente del país, y responsable con todos sus
bienes por las indemnizaciones que debiera hacer a la nación o a
particulares, quedando prohibida cualquiera enajenación de ellos
en el término de ocho años. Decreto inútil, por impracticable, co
mo todos los de su especie, en la turbulenta existencia de la Re
pública de entonces. La justicia de las revoluciones no es más
que la venganza de los partidos, eficaz solamente mientras están
en el poder. El destierro " perpetuo" de Páez había durado ocho
años: el de Monagas iba a durar tres (1 ).

(1) El decreto de rehabilitación de Monagas es de 1863 ; pero había regresado a


las Provincias de Oriente desde 1861 , a figurar en la revolución federalista .
CAPITULO VII

LA CONVENCION DE VALENCIA

SUMARIO :Elecciones por sufragio universal. ―――――――――――― Los nuevos Dipu


tados. - Decretos del Gobierno de hecho. - Asuntos militares.
― Organización de la hacienda. ―――― Primeras estampillas de
correo. - Instálase la Convención Nacional: 5 de julio de
1858. - Nombra a Julián Castro Jefe Provisional del Estado. -
Bases de la nueva Constitución. -- Reaparecen las dos tenden
cias tradicionales sobre forma de gobierno. ――――― Controversia en
tre federalistas y centro-federalistas. - La libertad de religión
y de cultos. - Debate sobre política internacional. ――――――― Doctrina
de Monroe: colonización: influencia europea. - ¿Quiénes son
venezolanos? - Ampliación liberal. ―――――― Forma de gobierno. —
Proyecto de los federalistas. - Réplica de los centro-federalis
tas. ― Los escépticos en teoría constitucional. - La Constitu
ción política y la Constitución social. - El Poder Nacional y el
Poder Municipal. ― Reacción contra el centralismo de 1857. -
Se restablece y ensancha la autonomía de las Provincias. -
Legislaturas Provinciales. - Gobernadores de elección popu
lar ――― Sufragio universal. — Los derechos individuales. -- Po
der Legislativo Nacional. — Ultimo vestigio del régimen oligár
quico en la elección de Senadores. ―――――― Poder Ejecutivo. ――― Elec
ción popular y directa. ―――― Trabas que se ponen al Ejecutivo. _______
Las facultades extraordinarias. - Teoría y práctica. - Suprí
mese el Consejo de Estado. ― Poder Judicial. - Se restablece
la institución de jurados. ―――― Cortes de Justicia. - Resumen de
la nueva Constitución. ―――――― Actos legislativos de la Convención
Nacional. ― Reorganización de la hacienda. Crédito públi

8-III
114 JOSE GIL FORTOUL

CO. -- Deuda exterior. - Convenio con los acreedores extran


jeros. ――― Presupuesto de gastos. - Decreto sobre intereses na
cionales. ―― Elección de un Poder Ejecutivo interino. - Fin de
la Convención Nacional.

El 19 de abril de 1858, al mes justo de ocupada Caracas por el


ejército Libertador, se expidió un decreto convocando a elecciones
nacionales para una Convención que debía instalarse en Valencia
el próximo 5 de julio. Por primera vez se adoptó el sistema de su
fragio universal. El artículo 2º del decreto dice : " Se llama a todos
los venezolanos al ejercicio de su soberanía para elegir por voto
libre, universal y directo los Diputados que han de representarlos
en la Gran Convención. Sólo quedan exceptuados del goce de
este derecho: los solteros menores de veinte años; los que habiendo
sido condenados a pena corporal, por delitos comunes, no hayan
cumplido sus condenas ; los que sufran enajenación mental; los que
tengan causa criminal pendiente, y los ebrios consuetudinarios" Y
él artículo 4º agrega que todo venezolano, con las solas excepcio
ciones dichas, puede ser elegido Diputado, pues "la confianza de
sus conciudadanos es la única condición que se requiere".
Efectuaronse las elecciones en la segunda quincena de mayo,
renaciendo en ellas la libertad suprimida por el personalismo des
de 1848, y resultaron electos hombres notables de diversas comu
niones políticas. Se observó, es verdad, que el mayor número lo
formaban personas que, por sus principios y abolengo, considerá
banse pertenecientes al partido conservador; mas no provino esto
de coacción de los nuevos gobernantes, sino de las disidencias que
se produjeron en la Oligarquía Liberal a raíz de la revolución de
marzo. Efectivamente, los que habían unido su suerte con la del
partido personal de Monagas abstuviéronse de presentar candida
turas: el jefe del antiguo partido liberal democrático, Guzmán, des
pechado de no figurar en el primer Ministerio de Castro, desconfió
del voto popular y se alió con los que estaban preparando la reac
ción armada ; y los representantes de la tendencia militarista, Fal
cón, Zamora, Soto, etc., prefirieron también el azar de la contrarre
volución. Por lo demás, los Diputados a quienes se aplicó el ca
lificativo tradicional de conservadores o "godos", eran en su
mayoría liberales avanzados y aun radicales, como se verá en los
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 115

debates parlamentarios y en la estructura misma de la novísima


Constitución. En cuanto a las tendencias militarista y centralista,
no tuvieron ningún representante. Puede decirse que la totalidad
de los Diputados eran partidarios del poder civil, de leyes más
democráticas que las anteriores, e incuestionablemente de la des
centralización política. Pero en lo referente al modo de formularla,
se dividirán en dos grupos: uno, la mayoría, que mantendrá el
compromiso centrofederalista de 1830, si bien ampliándolo hasta
confundirlo casi con el federalismo absoluto; y el otro, la minoría,
que se esforzará sobre todo en hacer triunfar el nombre de Fede
ración. En suma, y acaso por la misma abstención de los milita
ristas y centralistas, el resultado del voto popular marcó un progreso
considerable en la evolución de las que genuinamente pueden
llamarse doctrinas liberales.

En los meses que preceden a la Convención, ocupóse preferen


temente el Gobierno en darle solución al conflicto diplomático y en
poner a raya el movimiento reaccionario de los liberales disidentes.
En los diversos ramos de administración bastará enumerar los de
cretos expedidos por Castro hasta fines de junio, en su carácter de
"General en jefe del Ejército Libertador y Encargado de la organi
zación provisional de la República".

Al Despacho de Guerra refiérense: el decreto dado en Valencia


el 7 de marzo 1858, que declara libres de sus compromisos pecu
niarios por razón de trabajo personal a todos los jornaleros y sir
vientes que tomen las armas a favor de la revolución, comprome
tiéndose el Estado a satisfacer las cantidades por ellos adeudadas;
el de 12 de mayo, que manda pagar su pre a los cuerpos de tropas
ya retiradas del servicio, y examinar las reclamaciones por présta
mos al ejército; el de 26 de mayo, que reconoce al general de
división Carlos Soublette el sueldo íntegro de su grado durante su
vida, y otro análogo del 21 de junio, a favor del general Páez (con
lo que la revolución, llamada por Toro "de regeneración moral",
caía en la misma parcialidad del régimen monaguista); y final
mente el decreto de 12 de junio, que concede el uso de una corona
de laurel pendiente de una cinta azul (color que ha simbolizado en
Venezuela la fusión o alianza de los partidos) a cuantos habían
prestado servicios en el ejército y marina.
116 JOSE GIL FORTOUL

Al Despacho de Hacienda: el decreto de 12 de marzo 1858,


que autoriza a los Gobernadores de Provincia para recaudar em
préstitos bajo la garantía de la nación; el de 27 de marzo, que
manda formar una comisión revisora de las cuentas fiscales desde
1851 ; el de 28 de abril, que declara libres de derechos de importa
ción, hasta septiembre próximo, los víveres de primera necesidad ;
el de 24 de mayo, que manda revisar todos los contratos vigentes
en que se interesen los fondos públicos ; y el de 24 de junio, que
reorganiza el Tribunal de Cuentas, donde se hallaron más de
seiscientos (?) expedientes sin haber sido examinados, y que man
da establecer, además de la Contaduría General de Caracas, Te
sorerías de pago en las Provincias.
Por el Despacho del Interior se reorganiza en abril del propio
año la Academia de Matemáticas; se hacen en junio variantes en
los estatutos de las Universidades (reemplazándose abusivamente
a casi todos los catedráticos); y en el mismo junio se suprime de
entre los días de fiesta nacional el 24 de enero, se reglamentan las
oficinas de correos y se ordena imprimir estampillas. (Fueron las
primeras que se usaron en Venezuela, litografiadas: en 1859 se
imprimen sobre planchas de acero).
En suma, el Gobierno de facto dirigido por Julián Castro, com
parado con otros análogos, bien puede calificarse de progresista,
a pesar del apasionado decreto del Ministro Toro sobre responsa
bilidad fiscal y aparte de los naturales actos de parcialidad con
que se inicia toda administración revolucionaria.

Instalada la Convención en Valencia el 5 de julio ( 1 ), resolvió


el día 8 que el Poder Ejecutivo a cargo de un magistrado con la
denominación de Jefe Provisional del Estado; que hubiese un Con
sejo de Estado compuesto de cinco miembros; que los ministros de
la Corte Suprema de Justicia los nombraría interinamente la Con
vención, y los de las Cortes Superiores, el Ejecutivo a propuesta
en terna de la Suprema; que el Gobierno provisional residiese en
la ciudad de Valencia y se ejerciese conforme a la Constitución de
1830 y demás leyes vigentes, en cuanto fuesen practicables. El 9
de julio se eligió a Julián Castro Jefe Provisional del Estado, y al
día siguiente se terminó la elección de los miembros del Consejo:

(1) Celebró sus sesiones en el Templo de San Francisco.


HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 117

Manuel Felipe de Tovar, Pedro José Rojas, Miguel Herrera, Dr. Juan
de Dios Ponte y Jesús María Guevara.
El 22 de julio, una comisión de Diputados presidida por Pedro
Gual presenta unas "bases cardinales de proyecto de Ley Funda
mental", imitadas de la Constitución del 30, aunque con variantes
y adiciones sustanciales en el sentido democrático. El 28, los par
tidarios del régimen federalista absoluto proponen un contrapro
yecto en el que la República tiene el nombre de Federación y las
Provincias el de Estados; pero lo retiran en seguida, aplazándolo
para próxima ocasión, y el 29 empiezan a discutirse las "bases car
dinales" mencionadas (1 ). Hacía tres meses que la prensa venía
discutiendo acerca de la forma que conviniera darle a la nueva
Carta, volviéndose a contraponer con tal motivo las dos tendencias
señaladas en la historia de 1830. En El Demócrata, brillantemente
redactado por el futuro Ministro Dr. Mauricio Berrizbeitia, se escribió
con profusión sobre el régimen federalista ; y en El Foro, que dirigía
con aplaudida competencia el Lcdo. Luis Sanojo, publicó el Dr.
Julián Viso un proyecto completo de Constitución, que no sería
justo pasar en silencio (2). "No me ha parecido conveniente -es
cribía Viso- adoptar la forma de una confederación pura y simple
que constituya una liga eventual de poderes iguales e indepen
dientes absolutamente, sino la forma de una República nacional
compuesta de varios Departamentos, a la vez independientes y
subordinados al Gobierno General creado por ellos ". El territorio
se divide, según este proyecto, en un Distrito Federal y cinco o más
Departamentos (imitación del sistema de 1821 ), los Departamentos
en Provincias, éstas en Cantones y éstos en Parroquias . Cada De
partamento tiene su Legislatura. Gobernador y demás empleados,
electos libremente por la soberanía local . Viso propone, además,
el sufragio directo universal, supresión de la fuerza militar perma

(1) Como entre Venezuela y Nueva Granada hubo siempre intercambio de teorías
políticas, conviene notar que por estos años de la Oligarquía Liberal los Congresos gra
nadinos se adelantaron a los venezolanos , amplian considerablemente el elemento
federalista en su Constitución de 1853. En 1855, un " acto adicional de la Constitución"
crea el Estado Federal de Panamá, y permite que se creen otros en lo sucesivo, hasta
8. Y en 1856 y 57, cuando Monagas estaba efectuando su reacción centralista, el Con
greso de Nueva Granada preparó con sus deliberaciones y votos la reforma que debía
introducir en la Constitución del 23 de mayo de 1858 el nombre de "Confederación
Granadina" .
(2) Véanse los números de El Foro de 18, 21 y 25 de mayo, 1858.
118 JOSE GIL FORTOUL

nente, abolición del apremio corporal en materia civil y mercantil,


limitación de la pena de muerte al homicidio premeditado y aleve,
y la libertad religiosa, "haciendo cesar la insoportable tiranía de
obligar a un ciudadano a sostener con las contribuciones que paga
una creencia que no es la suya". En La Regeneración, los Dres .
Juan Jacinto Rivas y Ricardo Ovidio Limardo abogaron por el " en
sanche del sistema federal" ; pero sin romper del todo con la forma
de sistema mixto practicado hasta 1857. Y esta fórmula prevaleció
en los Diputados de la mayoría, la cual, sinceramente inclinada a
la descentralización del poder, restableció la autonomía provincial
y la amplió del modo que se verá más adelante.
Sea cual fuere el criterio político que se adopte para juzgar la
revolución de marzo y sus consecuencias, ha de reconocerse que
la Convención de Valencia es la asamblea venezolana donde brilló
mayor número de estadistas notables y oradores elocuentes; sin
exceptuar el Congreso de 1830, que planteó el régimen oligárquico,
siguiendo la tradición colombiana, ni el Congreso de 1864, que
ensanchó más en las leyes la evolución democrática. Y si bien
esos hombres fueron tildados de "godos" por sus adversarios, no
hay un solo artículo de la novísima Constitución en que aparezca
triunfante la tendencia reaccionaria. El achaque de "godos" les
venía de su abolengo, de su ilustración o de su riqueza .
Apuntemos el desarrollo de la Constitución valenciana. La de
1857 declaraba que el Estado protegería la religión católica, apos
tólica, romana, y que el Gobierno sostendría siempre el culto y sus
ministros: en la de 1858 se suprime este artículo, quedando, por
supuesto, vigente la libertad de cultos proclamada en 1834 y pa
gándose las asignaciones eclesiásticas únicamente como conse
cuencia del derecho de patronato . Régimen provisional que viene
desde la época colombiana , y deja siempre abierta la vía para
llegar a la completa separación de la Iglesia y el Estado por medio
de una simple ley.
Prohíbese la enajenación a otra potencia de ninguna parte del
territorio nacional ; mas advirtiéndose que esto no será obstáculo a
las transacciones que sean indispensables para fijar los límites de
la República con los países vecinos, siempre que por aquéllas no
pierda su nacionalidad algún vecindario (término ambiguo escogido
en consideración de las cuestiones pendientes con Nueva Granada ,
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 119

el Brasil y la Guayana Británica). Aquí el debate se elevó a tras


cendentales vistas de política internacional. Preocupados con la
evidente necesidad de aumentar tarde o temprano la escasa pobla
ción venezolana, y previendo el inevitable movimiento imperialista
de los Estados Unidos, altos entendimientos como Valentín Espinal
y Pedro Gual plantearon sin ambages el problema del porvenir .
Pueblos de América mismo -observaba Espinal- o pueblos de
Europa, vendrán a henchir de habitantes las partes despobladas
del Nuevo Mundo; y como alguien le advirtiese que los Estados
Unidos se opondrían siempre, con la doctrina de Monroe, a la co
lonización europea, pronunció estas frases, que entonces parecieron
proféticas: "Mucho se ha citado el principio de Monroe; pero él
sería digno de citarse, si el país que detesta toda colonización eu
ropea no fuese porque quiere colonizar él mismo toda la América".
Gual, el pensador más profundo de la época , hizo no menos certe
ras previsiones, apoyándolas con su larga experiencia diplomática
en América y Europa. Demostró que la civilización es solidaria,
benéficamente contagiosa; que la única garantía de independencia
y prosperidad para los Estados hispanoamericanos era ponerse al
nivel de las razas emprendedoras y activas, siguiendo el mismo
movimiento europeo; porque los pueblos refractarios a la civiliza
ción pacífica serían al fin víctimas de la conquista en una u otra
forma. "Nosotros -decía- somos europeos por las costumbres,
por relaciones de sangre, por la literatura, por vínculos mil de toda
especie que nos unen a ellos; pero es muy distinto, Señores, seguir
el curso de estas relaciones a ver parte de nuestro territorio sometido
a la influencia europea como gobierno .... Vienen (aquéllos) con
su literatura, con su libertad, con sus imprentas, a concurrir al mo
vimiento civilizador del mundo. ¿Y de qué manera contribuiremos
nosotros a esa grande obra? Creo, Señores, que debemos consti
tuir nuestro país, y constituirlo de un modo que nos incorpore en
ese movimiento civilizador, para que mañana no recibamos los
buenos principios a la fuerza ; porque si no los queremos recibir en
paz, nos los harán respetar por la fuerza". Y con su calma imper
turbable, que sucesos ulteriores convirtieron en solemnidad trágica,
añadió: "El filibusterismo, examinado filosóficamente, no es más
sino el empuje de una raza activa y emprendedora que viene sobre
otra estacionaria ".
120 JOSE GIL FORTOUL

El título referente a " los venezolanos " se amplió liberalmente


disponiendo se tuviesen por tales los hijos de padre o madre vene
zolanos nacidos en el territorio de la Gran Colombia, los de padres
venezolanos nacidos en cualquier país extranjero, y los nacidos
en las Repúblicas hispanoamericanas, sin otra condición que acre
ditar su origen y manifestar su voluntad de serlo ante la autoridad
competente.

Al tratarse de la forma de gobierno, se renovó la controversia


de 1830 entre federalistas y centro- federalistas, sin que tuviese nin
gún defensor notable la tendencia puramente unitaria. La " base"
presentada por la comisión redactora decía: "El Gobierno de Vene
zuela será siempre republicano, popular, representativo, responsa
ble y alternativo ". Los Diputados de la Provincia de Cumaná,
donde hubo desde el mes de marzo pronunciamientos en favor de
la "democracia federativa", se esforzaron en defender el desiderá
tum de sus comitentes. Estanislao Rendón abrió el debate propo
niendo un inciso en estos términos : "En ejercicio de su soberanía,
el pueblo venezolano ha elegido sus delegados para establecer su
pacto político y constituir un Gobierno democrático-representativo
bajo la forma federal, apareciendo en consecuencia las actuales
Provincias ante el mundo con el nombre de Provincias Unidas de
Venezuela". Era Rendón tribuno popular, de costumbres austeras,
patriota fervoroso; pero pensador mediocre y orador frívolo, ena
morado siempre de metáforas ramplonas y de frases hechas. Ad
mírase de que discutiéndose la federación, la acojan "con tanta
frialdad" los Diputados, y sin fijarse en la sonrisa irónica de mu
chos, prorrumpe en esta retahila, que no tenía siquiera el mérito de
la originalidad: "La federación es santa, celestial, divina! .... Oíd,
ciudadanos Diputados, una verdad solemne ! Todos los tiranos
han sido, son y serán enemigos implacables de las Repúblicas fe
derativas (no conocía al argentino Rosas), porque donde ellas
"
existen no puede haber tiranía .... Rendón repetía aquí en len
guaje inelegante, la paradoja que defendió Martín Tovar en la
época colombiana, cuando dijo que sistema central o monárquico
eran "una misma cosa", como que significaba "esclavitud", en
tanto que el sistema federal era la única condición de libertad ( 1).

(1) Tomo I.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 121

Aunque Tovar tuvo siquiera la disculpa de ver en el federalismo el


solo medio de separar a Venezuela de la Unión colombiana , para
devolverle su autonomía. El general Francisco Mejía apoyó al tri
buno cumanés, su paisano, imputándole al centralismo todas las
calamidades de la República; y José Silverio González, también
oriental y aficionado a la misma retórica, no vaciló en proclamar
seriamente esta máxima: "La democracia y el cristianismo, o sea
(sic) la República federativa y el cristianismo, son la causa de la
verdadera regeneración universal" .... Discúlpese, empero, tan
candorosa ideología, recordando que estos oradores conocían en
tonces solamente, por libros y periódicos, la confederación suiza y
la federación norteamericana; y que cuando vieron más tarde có
mo se practicaba la República federativa en México, en el Río de
la plata, en la nueva Colombia y en Venezuela, moderaron el tono
de su lírico entusiasmo. Más acertado anduvo José Silverio Gon
zález, si no en el estilo al menos en el fondo de su pensamiento, al
criticar la “ base ” de la comisión redactora que mantuvo la anfibo
logía -inveterada en 1857- de equiparar la autonomía política
de las Provincias con el llamado "Poder Municipal" , y al demostrar
que el ensanche dado a los derechos municipales no podía confun
dirse con el régimen federativo.
Con razones, no más originales pero sí más sensatas las que
corren en los buenos tratados de la materia— defendió la federa
ción el Lcdo. Jesús María Morales Marcano, también oriental, ora
dor diserto, culto humanista, jurisconsulto erudito; y en combatirlo
emplearon ingente esfuerzo los partidarios del compromiso centro
federal. El Dr. Elías Acosta, vocero de la tendencia ecléctica , decía :
"Ninguno de los que profesamos la federación como el único ele
mento posible para plantear el gobierno civil en las Repúblicas
sudamericanas, quiere que las instituciones de los Estados Unidos
vengan a trasplantarse sin recibir modificaciones y nuevos elemen
tos que las hagan fecundas en nuestro suelo. Hay dos ideas , sobre
todo, que me parece reúnen la mayoría cuando no la unanimidad
de los miembros de la Convención: es la primera, la elección de
los funcionarios que han de dirigir las secciones de la República ,
por el pueblo mismo, independientemente del poder unitario o del
poder central ; es la segunda, la administración de los propios inte
reses, de los intereses de las localidades que ninguna conexión
122 JOSE GIL FORTOUL

tengan con los intereses generales o primarios de la sociedad, por


esos mismos pueblos .... Al admitirse el desarrollo del Poder Mu
nicipal ( 1 ), y convenirse, como se ha convenido, en que no puede
existir solo, independiente del poder político, sino que debe tener
también atribuciones en lo político (cosa que no comprendieron los
redactores de la Constitución de 1857), la República de Venezuela
se organiza tomando del sistema federal la esencia, aunque difie
ra mucho en cuanto a la forma norteamericana". Desde otro pun
to de vista, el Lcdo. Pedro Naranjo expuso consideraciones pruden
temente perspicaces. "En los soñados Estados federales -dijo
se remedará el sistema central que se combate; y en lugar de un
solo sistema pernicioso, vamos a plantear en la República la mul
tiplicidad de ese mismo censurado sistema". La experiencia con
firmó esta previsión, desde 1864. Reconocida entonces por la
Constitución la autonomía de los Estados, más que en 1858, el poder
nacional la desconoció de hecho interviniendo autoritariamente
en los Gobiernos locales; y durante los cortos paréntesis en que la
respetó, convirtiéronse los Estados en pequeñas Repúblicas unita
rias, donde los municipios no fueron nunca autónomos, porque to
do el poder político se concentró en el Ejecutivo del Estado, con
Presidentes que no eran otra cosa sino los "tiranos" federalistas en
que no quería creer el candoroso Rendón (2).

Los tres entendimientos superiores de la Convención -Espinal,


el más discreto ; Gual, el más profundo; Toro, el más brillante—, se
mostraron escépticos en cuanto a teorías constitucionales, y com
prendieron, por la circunstancia misma de ser entendimientos supe
riores, que la forma ideológica de la Constitución escrita ha de com
pararse siempre con la realidad de la Constitución social, con las
costumbres vernáculas, con la práctica consuetudinaria. Espinal
observó que se discutía más sobre palabras que sobre hechos; que
en el propósito de ampliar las facultades de los Gobiernos locales
no había divergencia entre los Diputados ; que el nombre de cen
tralista o federalista aplicado a la Constitución, poco importaba;

(1) Acosta tradujo del francés y publicó en Caracas, en 1850 , la obra de HENRION
DE PANSEY titulada Del Poder Municipal, aumentándola con interesantes capítulos refe
rentes a Venezuela.
(2) Lo dicho no es una opinión personal contraria al régimen federalista en sí; es
una simple comprobación histórica.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 123

que el nombre definitivo se lo daría después el historiador; por úl


timo, que el problema consistía solamente en formular una carta
adecuada a las necesidades y aspiraciones nacionales. Gual, con
su lenguaje serio, sustancioso, persuasivo, señaló las diferencias
originales e históricas entre las colonias inglesas que formaron la
federación norteamericana y las colonias españolas convertidas en
Repúblicas; la autonomía y civilización de que gozaban aquéllas
antes de confederarse, la uniformidad y atraso de éstas al decla
rarse independientes; diferencias que no tomó en cuenta el Con
greso venezolano de 1811 para imitar la Constitución angloameri
cana. Inspirándose en una de las ideas predilectas de Bolívar,
que en esto previó con ojos de genio, dijo Gual: "Hace ya casi
medio siglo que nos emancipamos de España, y tengo el senti
miento de decir, aunque me cause algún rubor, que yo no veo
todavía entre nosotros al hombre nuevo ………
.. Diviso , sin embargo,
algunos destellos, aunque imperfectos, de una generación que co
mienza, y que quizá se hará capaz en época no muy remota de
asentar el edificio social de estos países sobre fundamentos sólidos
y permanentes .... No soy federalista en la verdadera acepción
de esta palabra, y no puedo concurrir con mi voto a que se sancio
ne la adición de "forma federal".. Y con motivo del debate
sobre división territorial, añadió: " Los Estados Unidos deben su
prosperidad, no a su sistema federativo ; la deben a su origen, la
deben a la literatura inglesa, a sus prácticas representativas , a su
sistema de crédito público", etc. Realmente, el viejo Gual miraba
hondo y bien. Toro, más dilettante, más enamorado de la frase
hermosa, pero no menos previsor, habló así: "Por mi parte , no
sostengo este ni otro punto: soy muy escéptico en política: creo que
la estructura civil debe tener por base otra Constitución, la cual no
veo todavía establecida en Venezuela . Así que yo la vea estable
cida; cuando vea las bases constitucionales fundadas sobre estas
otras: instrucción popular extensa, moralidad en las costumbres,
amor al trabajo y hábitos de economía, yo diré entonces que Ve
nezuela es poderosa y feliz con cualquiera Constitución ...."
Al fin triunfó de hecho la tendencia descentralizadora, aunque
no el nombre de "federación". Se dividió el poder público en Na
cional y Municipal (entiéndase Provincial); el primero, con la dis
tinción tradicional de Legislativo, Ejecutivo y Judicial; el segundo,
124 JOSE GIL FORTOUL

definido así: "el Poder Municipal se ejercerá por una Legislatura


y un Gobernador en la Provincia; por un Concejo y un Jefe Muni
cipal en los Cantones, y por los demás funcionarios y corporacio
nes que establezca la Legislatura Provincial" . En principio, la au
tonomía local es amplísima. Las Legislaturas se componen de
Diputados electos cada dos años, por voto directo, secreto y uni
versal, sin exigirse ninguna condición de renta en los electores ni
en los elegidos. Las atribuciones de las Legislaturas se extienden
a todo lo económico y político que la Constitución no reserve ex
presamente al Poder Nacional. Se estatuye que no se apliquen las
rentas nacionales a gastos de las Provincias, ni las de éstas a gas
tos nacionales, y se dispone (ley de 1º de febrero, 1859) que en el
próximo mes de julio cese la contribución de 10% que pagaban
desde 1830 las rentas municipales al tesoro público, pasando a las
Provincias el producto de los impuestos de peaje para emplearlo
ellas en vías de comunicación. El Ejecutivo Provincial lo ejerce un
Gobernador, electo cada cuatro años por la mayoría absoluta de
los ciudadanos, en votación directa y secreta, prohibiéndose la re
elección para el período inmediato. Con lo que desapareció el cen
tralismo de 1857, y aun la intervención que la carta de 1830 atri
buía al Poder Nacional en la elección de Gobernadores. Dentro
de cada Provincia quedó también reconocida la autonomía de los
Cantones, por medio de Concejos Municipales encargados de la
administración local. La importancia de semejante reforma la ex
plicó Toro el 7 de agosto, diciendo: "La Constitución del despotis
mo es muy fácil: establezco mandatarios; mando, obedecen: esta
es la Constitución de Venezuela actualmente: Gobernadores, sim
ples Gobernadores dependientes directamente del Poder Ejecutivo
(¿ alude a la Constitución reaccionaria de 1857?). La forma que
propone la comisión es más complexa; es la forma que asegura
las libertades públicas, dando a las localidades mayores (Provin
cias) Gobernadores independientes y cuerpos legislativos, y subdi
vidiéndolas en otras inferiores (Cantones) con autoridades propias.
Esto es complicado; pero es precisamente lo que da garantías de
libertad, pues no olvidemos que la sencillez en la forma conduce
al despotismo".
El derecho electoral se acuerda a todos los venezolanos mayo
res de veinte años, y a los menores casados o viudos . Los casos
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 125

en que se suspenden los decretos de ciudadano, que por la Cons


titución del 57 eran seis, se reducen ahora a tres, a saber: por
enajenación mental, por condenación a pena corporal en virtud
de sentencia ejecutoriada , mientras se cumple dicha pena, y por
interdicción judicial.
El título sobre "derechos individuales" marca también un paso
adelante en principios liberales, aunque falta aún la declaración
de libertad de imprenta absoluta. La libertad del pensamiento
tiene dos excepciones: cuando se ofenda la moral pública y cuan
do se ataque la vida privada. El juicio en materia de imprenta
es por jurados. Los extranjeros gozan de los mismos derechos o
garantías individuales que los venezolanos. Se añade un artículo
que dice: " La precedente enumeración de derechos no debe en
tenderse como una negación de cualesquiera otros derechos que
puedan corresponder a los individuos, y que no estén comprendi
dos en este título”.
Acerca del Congreso nacional se estatuye que los Senadores y
Diputados duren en el ejercicio de sus funciones un cuadrienio,
renovándose por mitad cada dos años: no pueden ejercer otra fun
ción pública durante las sesiones, ni aceptar destino de libre elec
ción del Poder Ejecutivo, como no sea el de Secretario del Despa
cho, agente diplomático o mando militar en tiempo de guerra,
dejando entonces vacante sus puestos en las Cámaras. El Senado
se compone de dos Senadores por cada Provincia, nombrados por
sus Legislaturas, y para ser Senador se requiere: ser ciudadano en
ejercicio de sus derechos, mayor de treinta años, natural o vecino
de la Provincia que hace la elección y dueño de una propiedad
raíz cuya renta anual sea de mil doscientos pesos, o tener profesión,
industria u oficio que produzca mil quinientos pesos, o sueldo de
dos mil. Esta condición es el único y último vestigio del antiguo
régimen oligárquico. Para ser Diputado se necesita solamente ser
ciudadano en el goce de sus derechos, mayor de veinticinco años.
La elección de Diputados la hacen los ciudadanos en votación
directa y secreta, por mayoría relativa de votos, en la proporción
de uno por cada veinticinco mil almas, y uno más por el exceso de
quince mil. Las atribuciones del Congreso no difieren sustancial
mente de las que señalan las Constituciones federalistas: el Con
greso dicta los códigos nacionales, del propio modo que en la
126 JOSE GIL FORTOUL

federación se han obligado los Estados a tener una misma legisla


ción civil y penal. Como garantía de la división de poderes se
prohibe a las Cámaras enjuiciar ni imponer pena a ningún vene
zolano , sea o no funcionario público, fuera de los casos expresados
en la Constitución, ni aun como condición de los indultos que se
concedieren, y con el fin de asegurar la autonomía de las Provin
cias, se prohibe además aplicar cantidad alguna del tesoro nacio
nal para gastos provinciales, y disponer de las rentas locales para
gastos de la nación.

La elección de Presidente y Vicepresidente de la República se


hace por sufragio universal, en votación directa y secreta. Uno y
otro deben ser venezolanos por nacimiento y ciudadanos en el goce
de sus derechos. El Presidente dura cuatro años, sin poder ser
reelecto para el período inmediato. El Vicepresidente del primer
período dura sólo dos años, y es reemplazado después cada cuatro,
de manera que su elección no coincida con la del Presidente . Para
evitar el nepotismo practicado por ambos Monagas, se prohibe
elegir Presidente ni Vicepresidente a ningún individuo que tenga
parentesco de consanguinidad dentro del cuarto grado civil, o de
afinidad dentro del segundo, con las personas que ejerzan aquellos
destinos al tiempo de la elección. Las faltas absolutas del Vice
presidente encargado del Ejecutivo las suple un Designado electo
por el Congreso, mandándose practicar en seguida elecciones ordi
narias si faltare por lo menos un año para terminarse el período
constitucional. El Presidente no puede salir del territorio de la Re
pública durante el período de su administración, ni en el año si
guiente, ni mandar en persona la fuerza de mar y tierra. El uso
de facultades extraordinarias, en casos de conmoción interior a
mano armada o de invasión exterior repentina, lo acuerda el Con
greso hasta por noventa días; y en su receso, el Presidente convoca
a este fin un consejo extraordinario compuesto de la Corte Suprema
de Justicia, del Vicepresidente de la República y del Secretario del
Despacho que introduzca la solicitud. A propósito de tales facul
tades, de uso tan frecuente en la tumultuaria existencia de las Re
públicas hispanoamericanas, decía en la Convención el Dr. Miguel
Palacio, con su gráfico estilo llanero: "¿Las facultades extraordina
rias? Este es el naufragio, la muralla en que encallan todas las
Constituciones. Han encallado y encallarán. Parece que las
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 127

Constituciones se han hecho para tiempos bonancibles. Cuando


vienen las emergencias y cuando llega el cataclismo, entonces son
los apuros. Los romanos decían: dictadura; nosotros, facultades
extraordinarias ...."
La organización que hemos visto del Ejecutivo no podía pro
teger mejor a los pueblos, en teoría, contra el Gobierno autoritario.
Pero la guerra civil la hizo a menudo ilusoria durante las adminis
traciones de Castro, Tovar y Gual, y la dictadura de Páez acabó
de suprimirla por completo Gual había dicho en el debate parla
mentario: " Es una verdadera calamidad para estas Repúblicas que
nuestras Constituciones se hagan casi siempre en medio del fer
mento de las pasiones producidas por sucesos recientes, y por esa
sed de optimismo y máximas exageradas, que si bien tiende a
demostrar la perfectibilidad de la especie humana, no viene en
realidad a producir entre nosotros más que desengaños, ruina y
desolación. Nuestro particular estudio parece consistir en halagar
a los pueblos con palabras pomposas, con palabras alucinadoras,
sin tener presente los principios conservadores, únicos que pueden
sacar estos países de la confusión en que se hallan. He aquí por
qué nuestras Constituciones acaban siempre en lágrimas y duelo".
Hubiérase creído que el austero filósofo presentía el golpe de Esta
do con que los pretorianos vinieron, dos años después, a arreba
tarle de la mano esa misma Constitución.
Tanto empeño hubo en ponerle trabas al Poder Ejecutivo y con
tanta ingenuidad se creyó en la eficacia de esas trabas, que se
juzgó ya innecesario el Consejo de Estado, y quedó suprimido. En
las Secretarías del Despacho o Ministerios no se hicieron variantes.
En el Poder Judicial se restableció la institución de jurados para
las causas criminales, dejando a los futuros Congresos la facultad
de dictar el procedimiento. Las disposiciones relativas a las Cortes
de Justicia conservaron todavía el sello de sensatez que no iban a
perder sino en los períodos de la Federación y de la Autocracia
(cuando se llegó a constituir la Alta Corte Federal con personas en
quienes no se exigía siquiera la condición de jurista, reemplazán
dola de hecho con el grado de General, aunque fuese in nómine).
Para ser ministro de la Corte Suprema se necesita : ser ciudadano
en el goce de sus derechos, mayor de cuarenta años y haber sido
magistrado de una Corte Superior por seis años, o ejercido por
128 JOSE GIL FORTOUL

doce años en la República la profesión de abogado . En los minis


tros de las Cortes Superiores se requiere: ser venezolano en el goce
de la ciudadanía, mayor de treinta años, abogado no suspenso, y
haber sido juez, asesor o auditor por cuatro años, o ejercido por seis
años la profesión de abogado. Todos duran en sus empleos un
cuadrienio, renovándose por mitad cada dos años, y son reelegi
bles. La elección la hacen las Legislaturas Provinciales, con lo
que se ensancha también el elemento federalista . Ningún magis
trado o juez puede ser suspendido sino por decreto en que se de
clare haber lugar a formación de causa, ni depuesto sino por sen
tencia ejecutoriada .
La reforma de uno o más artículos constitucionales puede pro
ponerse en cualquiera de las Cámaras, y si cada una de ellas la
declara necesaria por mayoría de dos tercios, la Cámara iniciadora
redacta un proyecto que se publica por la imprenta y se discute
en el próximo Congreso con las formalidades establecidas para las
leyes.
Se promulgó esta Constitución el 31 de diciembre de 1858 , con
un manifiesto a los pueblos suscrito por Gual como presidente de la
Convención. Léanse tres párrafos, que traducen en muy elevado
lenguaje el espíritu de la nueva carta ( 1 ). " Las formas esenciales
del gobierno democrático sobresalen en relieve y se ostentan con
pureza en la división, deslinde e independencia de los Poderes;
en el sufragio universal y directo para las elecciones de los prin
cipales funcionarios, y en las supremas atribuciones del Poder Le
gislativo, representante inmediato del pueblo y órgano genuino de
la opinión nacional. La descentralización del poder público se ha
efectuado de la manera más compatible con el estado actual de la
República y con las indicaciones de la opinión, en el ensanche
dado al Poder Municipal; ensanche que conducirá por corta y segu
ra senda a la completa federación, si tal , andando el tiempo y dis
cutido el principio, fuere la voluntad de la nación, árbitro siempre
de su suerte y artífice de sus instituciones . No olvidéis, sin em
bargo, que la Constitución es un libro, materia inerte , sin vida ni
eficacia, si no la inspira el espíritu del pueblo; y que sólo el senti
miento, la voluntad, la acción libre de todos los asociados en un

(1 ) Aunque este manifiesto lo firma Gual; parece redactado con la colaboración de


Toro.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 129

concurso armónico de esfuerzos y de esperanzas, la hacen ley vital,


ley de movimiento, ley de altísimos fines para un pueblo virtuoso,
activo e inteligente " . Sabias y nobles palabras, cuyos ecos fueron
a perderse en la tragedia de más de cuatro años de guerra civil.
Ocupóse además la Convención en dictar medidas sobre reor
ganización de la hacienda, mejora del crédito público y fomento
de intereses nacionales. Indicaremos las más importantes.
Con el fin de atender a los gastos más urgentes, se autorizó al
Ejecutivo desde el mes de septiembre , 1858, para descontar pagarés
de aduana y contratar empréstitos hasta por quinientos mil pesos;
y en enero de 1859 se mandó hacer la calificación, reconocimiento,
radicación y pago de la deuda proveniente de la revolución de
marzo, asignándole el interés de 9% anual, y en febrero se creó
una comisión liquidadora de todas las acreencias contra el tesoro.
La competencia y honradez de los nuevos Ministros corrigieron en
lo posible, no obstante la guerra, el desorden en que dejó a la ha
cienda la administración anterior.
En el extranjero apenas tenía crédito la República, porque la
regularidad con que los Gobiernos de la Oligarquía Conservadora
habían atendido al servicio de la deuda exterior, se tornó en des
cuido durante las Presidencias de ambos Monagas. Esta deuda ,
que a fines de la Presidencia de Soublette, 1846, sumaba un total
de 3,354,491 libras esterlinas ( 1 ), al comenzar el año de 1859 subía
ya, por capital e intereses vencidos, a £ 4,255,984, sin que se hubie
se hecho ningún empréstito que la aumentase . Autorizado el Eje
cutivo, en noviembre del 58, para celebrar con los acreedores los
arreglos y transacciones conducentes a mejorar tan lamentable
situación, envió al efecto a Londres, con el carácter de Ministro
Plenipotenciario y Agente Fiscal, al Lcdo. José Santiago Rodríguez,
diplomático distinguido y persona de probidad insospechable . El
1º de marzo, 1859, Rodríguez firmó un convenio por el cual los
acreedores aceptaban nuevos vales en pago de los intereses ven
cidos y reducían el interés anual de la deuda del modo siguien
te (2): para los nuevos vales y para los antiguos de deuda activa ,

( 1 ) Se calculaba la libra esterlina a 6,25 pesos macuquinos.


(2) Dividíase en deuda activa, que representaba el capital, y deuda diferida, que
representaba la indemnización de intereses. Sobre el origen de estas deudas véase en
el tomo II,

9-III
130 JOSE GIL FORTOUL

2½ en el primer año (enero del 59 a enero del 60) y 3% en adelan


te; para los vales de deuda diferida, 1% en el primer año y después
12%. La deuda diferida se convertiría en activa con un interés
de 3% y a razón de £ 10 de la última por £ 100 de aquélla. Y en
consideración a la rebaja de intereses, se comprometió Venezuela
a destinar para el fondo de amortización una cantidad que no ba
jase del 1 % del total de sus rentas, tan luego como ascendiesen
éstas anualmente a 4,000,000 de pesos. Se aprobó este arreglo
en Caracas el 22 de marzo, y se nombró agentes de la República
en Londres a Baring Brothers & Co Con quienes celebró Rodríguez
otro convenio, el 22 de mayo 1859, en virtud del cual la comisión
de dichos señores se fijó así: un 4% por el recibo de los nuevos
títulos de deuda, calculado sobre su importe total; 1 % por el pago
de intereses de los mismos, y 2% por las cantidades empleadas
amortización. Los agentes debían abonar un interés igual al me
nor exigido por el Banco de Inglaterra, siempre que no fuese más
del 5% anual, sobre las cantidades acreditadas en sus libros a
Venezuela, hasta que se invirtiesen en el pago de intereses o amor
tización, con el derecho de cargar el interés de 5% sobre lo que
anticipasen por cuenta de la República. Los gastos de emisión
quedaron a cargo de ésta. A pesar de las guerras federales, los
Gobiernos de Tovar y de Gual fueron exactos en el cumplimiento
1
de los convenios de Londres. Se ocupó también Rodríguez en con
tratar un empréstito; pero fracasó a consecuencia de la oposición
del partido que en el Congreso y la prensa estaba preparando la
dictadura de Páez. Quien realizó después el proyecto de Rodrí
guez, como se verá a su tiempo, en términos más onerosos.
El último presupuesto de gastos del Gobierno de Monagas (año
de 57 a 58), se había fijado en $ 3,939,309, presupuesto que, como
casi todos los decretados desde 1847, no se cumplió en lo referente
a crédito público. El presupuesto del Gobierno revolucionario,
1858-59, fué de $ 3,915,083, sin incluir los ingresos que tuviesen apli
cación especial por leyes vigentes. La Convención fijó el de 1859
60 (presupuesto ordinario y presupuesto adicional) en $ 5,051,985.
Y como esta suma se calculaba sobre los ingresos del año prece
dente, eran ya de notarse los efectos de una administración más
correcta. Para el año siguiente, a pesar de la guerra civil, pudo
aumentarse el presupuesto a $ 6,420,380.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 131

En lo relativo a fomento, la Convención autoriza al Ejecutivo


para contratar con la Compañía de vapores del Atlántico el arribo
a La Guaira y Puerto Cabello de los paquebotes que hacían la
travesía entre Europa y Colón, pasando por San Thomas, donde
dejaban y recibían el correo venezolano; para invertir hasta la su
ma de $ 300,000 en la compra de dos vapores de guerra, pudiendo
emplear éstos en otro servicios públicos; para comprometer hasta
2,000 libras esterlinas anuales, por el tiempo de cinco años, en un
contrato de navegación por vapor desde Ciudad Bolívar a la isla
de Trinidad o a algún puerto situado en la costa oriental de la Re
pública; para contratar la construcción de un ferrocarril entre Ca
racas y Petare ( 1) y para incluir en el próximo presupuesto $ 50,000
destinados a favorecer una empresa de ferrocarril entre la ciudad
de Valencia y la laguna de Tacarigua.

En lo referente a política interior, dicho está que la Convención


mezcló la equidad con la parcialidad, como sucede en toda asam
blea nacida de una revolución. Derogó el decreto de 1850 que
despojó a Páez de sus grados, títulos y condecoraciones ; mandó
pagarle su sueldo de general en jefe, desde 1848 hasta que se le
expidiese cédula de retiro, y autorizó además al Jefe del Estado para
que nombrase una comisión que lo acompañase en su regreso de
Nueva York. A Julián Castro le concedió el título oficial de "Gene
ral en Jefe del Ejército Libertador de 1858", con el goce de una
pensión vitalicia de $ 4,000 anuales, quedando incluído el sueldo
de su grado. Castro, por de contado, no rechazó la pensión "vita
licia", pensando sin duda, como pensaron otros en casos análogos,
que semejante adjetivo era simple metáfora. Dispuso también la
Convención que mientras se expedían nuevas cédulas se suspen
diese el pago de las pensiones de invalidez militar concedidas des
de 1848, con excepción de las de sargentos, cabos y soldados; esto
a consecuencia de haberse acordado dichas pensiones por motivos
de bandería durante el Gobierno de los Monagas. Pero adviértase
que en materia de pensiones, apenas habrá habido Gobierno que
no haya sacrificado la equidad a intereses parciales. Finalmente
se mandó expedir letras de retiro a los generales, jefes y oficiales

(1) Se inauguró en 1826 el trozo de Caracas a Sabana Grande, y se abandonó


on 1864.
132 JOSE GIL FORTOUL

del ejército y marina que no estuviesen en servicio activo , y se es


pecificaron sus correspondientes pensiones. Por estos años se res
petaba aún, más o menos, la organización de la carrera militar
heredada de la Independencia, y promovía cierto escándalo cual
quier ascenso injustificado. Hubo quien recomendase a la Con
vención el reconocimiento de los grados militares conferidos por
Páez en el curso de su campaña revolucionaria de 1848 ; mas hubo
también un Diputado, el Dr. José Gil, que hiciera desistir a la ma
yoría de semejante barbaridad, observando que si las circunstan
cias podían obligar a un general en jefe a conferir ciertos grados,
debieran considerarse a título puramente provisional; y censuró
además que el general Castro hubiese acordado ascensos "sin
necesidad ni utilidad para la República" y expedido un decreto
de condecoraciones para el ejército, decreto "injusto, inoportuno y
contradictorio con el espíritu de la revolución ", porque éste debiera
tender a disminuir el número de militares, en vez de aumentarlo ( 1 ).
Ambos Monagas habían cometido iguales abusos. Los Gobier
nos de Tovar y de Gual procuraron después mantener la jerarquía
militar. La Federación acabó con ella, y de entonces data el nú
mero verdaderamente estrambótico de personas que se llamaban
generales, con título o sin él.
El 4 de enero 1859, la Convención elige Presidente interino de
la República a Julián Castro, Vicepresidente a Manuel Felipe de
Tovar y Designado a Pedro Gual; y después de expedir un decreto
sobre elecciones provinciales, que debían efectuarse en los meses
de marzo y mayo, y una ley para practicar elecciones nacionales
en el último trimestre de este año, terminó la Convención sus se
siones el 3 de febrero.
De los esfuerzos que hizo esta asamblea por encarnar en la
nueva Constitución los ideales políticos de su época, pasemos a la
contienda banderiza, a las aventuras de lo que se llamó " la guerra
larga" .

(1) Sesiones de 17 de agosto y 3 de septiembre


CAPITULO VIII

SANTA INES Y COPLE

(1859 - 1860)

-
SUMARIO: Comienzo de la guerra larga. — Expulsiones de 1859. —
Los nuevos partidos nacionales. ― El "constitucional" y el "fe
deral". ― Programa de la Federación. - "Junta Patriótica" de
San Thomas. - Proclama de Falcón en Palmasola. - Cómo
entendió Antonio Leocadio ' Guzmán el programa federal. -
Ingenuidad e imprevisión. ―――― Pronunciamiento de Coro, 20 de
febrero 1859. Primeros Estatutos federales. - Reocupan a
Coro los constitucionales. - Triunfos de Zamora en El Palito,
San Felipe y Araure. ― Sitios de Barinas y Guanare. - Cam
paña infructuosa del general Silva. ― Los constitucionales le
tildan de infidente. - Renuncia Silva el mando del ejército.
Popularidad de Zamora en Portuguesa y Barinas. - El "Valien
te Ciudadano". ――――― Dios y Federación. - Amenaza de guerra a
muerte. Crisis política en Caracas. ―――――――――――― Doblez del Presidente
Castro. ――― Fingese enfermo. - Encárgase del Ejecutivo el Vice
presidente Tovar. -―― Ministerio efímero. ――――― A los tres días vuel
ve a encargarse Castro, y nombra un Ministerio federalista.
Desembarca Falcón en Morón. - Castro intenta en julio pasar
se a la Federación. - Su propia guarda lo arresta el 1º de
agosto. --- Treta federalista del coronel Casas. ―― Renuncia
Castro. ――― Ocupa la Presidencia el Designado Gual. — Sublé
vase el general Aguado en Maiquetía. - Ataca la capital el 2
de agosto. --- Aguado procla-
Triunfan los constitucionales. —
ma la guerra a muerte. - Facciones cerca de Caracas. - Son
134 JOSE GIL FORTOUL

rechazadas. ―――― Mal éxito de la Federación en Oriente. ――――― En


cárgase del Poder el Vicepresidente Tovar, 29 de septiembre.
――― Prisión de federales. - Deportación a Bajo Seco. ―― La le
yenda y la historia. ―――― Ocupa Falcón a Barquisimeto; marcha
hacia Coro; contramarcha a los llanos. Triunfos y reveses
en Occidente. Sale de San Carlos el ejército constitucional.
――― Expedición por Barquisimeto, Portuguesa y Barinas. - San
ta Inés. - Avístanse los ejércitos contrarios. ――――― Sus jefes y
oficiales. ――――― Ramos y Casas, Falcón y Zamora. ― Batalla de
Santa Inés, 10 de diciembre 1859. - Victoria de los federales.
- Enciérrase en Barinas el ejército constitucional. ― Emprende
retirada hacia Mérida. - Pelea con ventaja en El Corozo. ―
Pierde la acción de Curbatí, y se dispersa. - Zamora marcha
al Centro y pone cerco a San Carlos. --- Muere el 10 de enero
1860. ▬ ▬ ▬ ▬ ▬ ▬ ▬ Carácter del caudillo federal. ――――― Capitula la plaza de
San Carlos. ― Maniobra de Falcón sobre Valencia. ―――― Se reti
ra a los llanos del Sudoeste. - Persiguele Febres Cordero. -
Batalla de Coplé, 17 de febrero 1860. - Victoria de los consti
tucionales. ― Se desbandan los restos del ejército federal. ―――――
Sitios de Barquisimeto y Guanare. -- Paréntesis de la guerra
larga. - Ojeada a los partidos enemigos. — Exasperación, de
lirio, desafueros. - La Oligarquía y la Democracia. - Revolu
ción social. ―――――――― Anarquía y demagogia. - Agonía del régimen
oligárquico. - Aspiración al sistema igualitario.

No habían corrido tres meses desde la caída de Monagas cuan


do ya una fracción del partido liberal, despechada de no obtener
en el Gobierno toda la influencia que solicitaba, se dió a preparar
la contrarrevolución, sin esperar siquiera a que se efectuasen elec
ciones nacionales. Lo que determinó al general Julián Castro, Pre
sidente de hecho, a expedir su decreto del 7 de junio, 1858 , que dice:
"Saldrán temporalmente del territorio de la República los individuos
que constan en la lista inserta a continuación, hasta que el futuro
Gobierno constitucional les permita el regreso al seno de su patria
y familia; a menos que se suspendan los efectos de esta medida
en consideración a la conducta que observen en el exterior, o por
que cesen las circunstancias que la motivan". Fueron 19 los ex
patriados, entre ellos los generales Falcón, Zamora, José Ramón
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 135

Soto (ex-Ministro de Guerra), los doctores José Manuel García, Pío


Ceballos, Joaquín Herrera, y Antonio Leocadio Guzmán, Ramón
Anzola Tovar, Jesús María Aristeiguieta , José Gabriel Ochoa, quie
nes con Félix María Alfonso, Napoleón Sebastián Arteaga, Juan
Crisóstomo Hurtado, Rafael Urdaneta, Antonio Guzmán Blanco, ex
patriados en septiembre a causa de la "Galipanada" , iban a formar
el grupo director de la revolución federalista . Castro y su Ministro
Tovar se dejaron ilusionar en esta ocasión por una ideología, y
cometieron irremediable imprudencia. Ideología, porque no era de
esperar que los expulsados, todos hombres de influjo, fuesen a
desistir en el extranjero de sus propósitos revolucionarios, a menos
que se les llamase a ocupar altos puestos en el Gobierno; impru
dencia, porque si estaban conjurados de lo que no cabía duda-,
lo conducente era reducirlos a prisión, mientras se organizaba el
Gobierno constitucional. Expatriándolos, se favoreció el plan que
no tardaron en realizar desde las Antillas.
En el último trimestre de 1858 comienzan a organizarse dos
nuevos partidos nacionales, llamándose el del Gobierno Partido
Constitucional, aunque sus adversarios lo calificaban de Godo, Oli
garca, Conservador, Central, Centralista , Colorado, y distinguién
dose el de la revolución con los nombres de Liberal, Federalista o
Federal (la plebe pronunciaba feberal), Amarillo ( 1 ) .
El 15 de octubre de 1858 se constituyen en "Junta Patriótica de
Venezuela", en San Thomas, Félix María Alfonso (presidente), An
tonio Leocadio Guzmán, Ramón Anzola Tovar, Napoleón Sebastián
Arteaga y Carlos Sanabria (secretario), y formulan el primer pro
grama de la Federación. Consta de 36 artículos , referentes en su
mayor parte a las garantías o derechos que enumeró en diciembre
la Constitución de Valencia y que existían con pocas variantes en
las Constituciones anteriores. Lo nuevo es: independencia admi
nistrativa de las Provincias "en el sistema federal", aunque esto era
más cuestión de nombre que de hecho; abolición de la pena de
muerte por delitos comunes (2); libertad de tránsito, sin condición

(1) Los colores se refieren a las respectivas banderas de combate. Las tropas fede
rales de Oriente, capitaneadas por los Sotillos, enarbolaban también bandera blanca.
(2) La Constitución de Valencia dijo : "El código criminal limitará en cuanto sea
posible la imposición de la pena capital". La Junta de San Thomas se inspiró en el
principio abolicionista que años antes propagó Felipe Larrazábal: en El Patriota, 18 de
mayo 1845.
136 JOSE GIL FORTOUL

de pasaporte ni otra semejante; libertad absoluta de la prensa ;


elección universal, directa y secreta de todos los legisladores (1);
elección popular de los jueces; remoción de los Ministros del Des
pacho por acuerdo de los dos tercios de cada Cámara (o sea el
parlamentarismo que Antonio Leocadio Guzmán venía defendien
do desde 1830); "limitación del ejército permanente sólo para la
guerra exterior, y según la ley anual que dictare el Congreso" :
adjudicación de al menos la cuarta parte de las rentas públicas
cl pago de intereses y amortización de la deuda (2); libre navega
ción de los ríos, lagos y aguas costaneras , con bandera nacio
nal .... Tales desiderata, cuya propaganda y realización pacífica
permitían las leyes existentes y que encontraron, por otra parte,
elocuentes defensores en la Convención de Valencia donde la liber
tad de palabra fué absoluta, iban a costar cinco años de guerra; y
sin más resultado que formularlos en códigos que no se cumplieron.
Antes que de nuevas leyes , tratábase de sustituir a unos hombres
con otros, pretextando que en la Convención de Valencia no esta
ba representada sino la clase oligárquica. Ingenuamente lo con
fesó Falcón a los pocos meses en su proclama de Palmasola : "La
cuestión no es que las leyes que hagáis sean buenas o malas : la
cuestión es que el derecho de hacerlas no es vuestro, sino de la
mayoría, porque en las Repúblicas corresponde a aquélla el ejér
cicio de todos los poderes sociales. He aquí la verdadera causa
de la presente revolución; la misma de siempre .... Venezuela
tendrá elecciones libres; que es su grande empeño, como base de
la República, y con ellas será lo que quiera ser".... Dicho está
que después del triunfo de la Federación se olvidó lo esencial del
programa de San Thomas y de la proclama de Palmasola . Las
elecciones siguieron practicándose como antes, con relativa liber
tad en casos excepcionales, y casi siempre bajo la presión del
partido imperante . Y en cuanto al sistema federalista, implantado
en teoría por la Constitución de 1864 y violado infinitas veces por
el Partido Federal, Antonio Leocadio Guzmán declarará cínicamen
te en el Congreso del 67: "No sé de dónde han sacado que el pue
blo de Venezuela le tenga amor a la Federación , cuando no sabe

(1) La misma Constitución no mantuvo la elección indirecta sino para los senado
res.
(2) En 1859 se destinó el 1 % de la renta a la deuda exterior.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 137

ni lo que esta palabra significa : esa idea salió de mí y de otros


que nos dijimos: supuesto que toda revolución necesita bandera,
ya que la Convención de Valencia no quiso bautizar la Constitución
con el nombre de federal, invoquemos nosotros esa idea; porque si
los contrarios hubieran dicho Federación, nosotros hubiéramos di
cho Centralismo". La verdad es que el caudillo militar Falcón y
el propagandista civil Guzmán, al disfrazar con un nombre cual
quiera sus ambiciones personales, no comprendieron en los años
de 58 y 59 la enorme influencia que ese solo nombre de Federación
iba a ejercer en los destinos del pueblo venezolano, hasta promover
una verdadera revolución social. A su tiempo veremos que el tér
mino de Federación se transforma radicalmente en el cerebro de la
gente inculta, hasta perder su significación puramente política de
autonomía local, para convertirse en bandera de todo género de
reivindicaciones democráticas, y en tendencia a una definitiva
igualación de todas las clases sociales . De aquí que los evance.
listas del régimen federativo, tan convencidos como sus adversa
rios de la necesidad o conveniencia o ventaja -para ellos de
una oligarquía territorial o militar o intelectual, hiciesen después
en el Gobierno cuanto les fué posible por retrotraer la Federación
a su esencia de teoría política, bautizando con ella la Constitución
para no contradecir el programa de su partido, pero despojándola
del concepto de igualación de clases que durante los años de lucha
armada predominó en el pueblo.
Fuerza es ensanchar aquí nuestro plan de historia constitucio
nal, para acompañar a las guerrillas y ejércitos de uno y otro par
tido en algunas de sus incontables marchas, evoluciones , combates
y escaramuzas. Batallas propiamente no hubo más que las de
Santa Inés y Coplé ; victorias, la una de la revolución y la otra del
Gobierno. La inusitada prolongación de la guerra se comprenderá
al ver el sinnúmero de guerrillas que se forman, se dispersan y se
reforman diariamente, sin que ninguno de los partidos logre alcan
zar, en cerca de cinco años, un triunfo militar definitivo ( 1 ).

(1) Nos será imposible describir minuciosamente operaciones militares, las cuales
necesitarían apoyarse en el examen completo, para llegar a una síntesis aceptable
que nadie ha emprendido todavía, de los diseminados archivos especiales, e ilustrarse
con viajes por toda la República. La bibliografía nacional es pobre en esta materia.
Fuera de algunos folletos, opúsculos de polémica y artículos de periódicos, existen pocas
obras de conjunto, útilmente consultables: Historia Contemporánea de Venezuela, Política
138 JOSE GIL FORTOUL

Sin esperar a que se efectúen las elecciones nacionales decre


tadas por la Convención de Valencia, la ciudad de Coro se pronun
cia por la Federación el 20 de febrero, 1859, y el 22 se pone el
general Zamora a la cabeza de los revolucionarios. El 25 publican
éstos unos Estatutos, según los cuales el Gobierno General de la
Federación estará a cargo de cinco ciudadanos elegidos por los
Gobiernos provisionales de los Estados, asumiendo entre tanto el
Gobierno del Estado Coro la representación nacional. Dichos Es
tatutos reproducen con ligeras variantes los artículos del programa
de San Thomas y, necesariamente, fueron letra muerta durante la
guerra.
El 15 de marzo las fuerzas constitucionales, al mando del ge
neral León de Febres Cordero, reocupan la ciudad de Coro, toman
do prisionero entre otros a Napoleón Sebastián Arteaga. Zamora,
que se había retirado a tiempo con sus tropas, marchó rápidamente
por la costa y fué a arrollar el 23 de marzo, en El Palito, cerca de
Puerto Cabello, las del comandante Andrés Avelino Pinto. Pero
como no contase entonces el caudillo federal con más de 800 solda
dos colecticios, en vez de atacar a Puerto Cabello resolvió irse a
San Felipe, donde apenas resistió la escasa guarnición del Gobier
no. Esta ciudad se declaró capital del nuevo Estado del Yaracuy,
cuya existencia no fué menos efímera que la del Estado Coro.
De San Felipe sale Zamora con cosa de 2.000 hombres; el 3 de
abril pasa por Barquisimeto sin atacar la plaza ; sigue a Araure,
donde derrota el 5 de abril a 600 hombres del comandante Manuel
Herrera; el 10 pasa frente a Guanare y el 16 ataca a Barinas. Aquí
la suerte le es contraria. Con un puñado de gente, no más de 300
soldados, el anciano general Ramón Escobar se defiende durante

y Militar, por el general LUIS LEVEL DE GODA, cuyo primer tomo, único publicado, com
prende los años de 1858 y 1868 ; Vida del Valiente Ciudadano General Ezequiel Zamora,
por el doctor LAUREANO VILLANUEVA; Historia Contemporánea de Venezuela, por el
doctor FRANCISCO GONZALEZ GUINAN (consultable especialmente por la copiosa docu
mentación suministrada por Manuel Landaeta Rosales) . Las tres parecen escritas a
manera de alegatos a favor del partido liberal, lo mismo que el Décimo Estudio Histó
rico-Político, por LUIS RUIZ (Domingo Antonio Olavarría ) es una refutación, así lo llama
el propio autor, a los alegatos de los liberales. La obra más notable, en cuanto a cri
terio y a estilo, es la Historia de la Revolución Federal en Venezuela, por el doctor LI
SANDRO ALVARADO, a quien la muerte impidió publicar otra edición revisada .
Sobre los orígenes y evolución de la idea federalista trata circunstanciadamente la
cbra de LAUREANO VALLENILLA LANZ titulada Disgregación e Integración, Caracas,
1930.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 139

tres días, hasta que se aproxima y lo salva el ejército mandado


por el general José Laurencio Silva. Grande fué, con todo, el es
trago de este sitio. Las tropas federales pusieron fuego a cuantas
casas pudieron, y Barinas, antes ciudad rica y populosa, quedó
casi destruída.

Silva marcha el 25 de abril a perseguir a Zamora con un ejér


cito de 3.000 hombres. Lo encuentra en el vecino llano de San
Lorenzo. Pero, enfrente uno de otro, ni el avisado general de la
independencia ni el impetuoso general de la revolución se deci
den al combate. Aquél, después de algunas maniobras más o me
nos hábiles con el propósito de obligar a su adversario a tomar
la ofensiva, abandona el campo, no obstante la considerable su
perioridad de sus fuerzas, y retrocede a encerrarse en Barinas.
El 9 de mayo, tropas enviadas por Zamora, y éste mismo el día
12, atacan a Manuel Herrera, en Guanare . Las de Silva corren a
salvarlo y los federales se retiran el 13. En cuatro días de combate
e incendio, la floreciente Guanare se ve también reducida a es
combros.
En el propio mes de mayo renuncia Silva al mando del ejército
constitucional. No vió ciertamente el viejo guerrero de la Indepen
dencia reverdecer en esta campaña su laurel de Ayacucho. Mien
tras Zamora había tenido desde la acción de El Palito más triunfos
que reveses, Silva se contentó con obligarle a suspender los sitios
de Barinas y Guanare, y su táctica en San Lorenzo antes reveló
medrosa prudencia que no empuje militar. No es, pues, extraño
que el tenerse en la capital noticia de tan mal éxito, la prensa le
censurase agriamente, llegando hasta insinuar que anduvo en tra
tos secretos con su adversario, que era su amigo personal y su
antiguo subordinado en la campaña de 1849 contra Páez. Juan
Vicente González escribía en El Heraldo ( 1): "el nombre del general
Silva figurará en nuestra historia como el de aquel eunuco del Bajo
Imperio que abrió el Africa a Geneserico y a sus vándalos". Y
realmente su actitud en estos meses y en los próximos, su lealtad
dudosa respecto de un Gobierno que le distinguió con el mando de
fuerzas superiores, en organización y número, a las del enemigo,
daban pábulo a aquellas suposiciones de infidencia. Si bien es

(1) Diario fundado en abril, 1859.


140 JOSE GIL FORTOUL

cierto que otra circunstancia pudo también determinar por el mo


mento la desconfianza , la timidez y acaso el temor que sobrecogió
a Silva. Tanto él como el Gobierno creyeron al principio que la
campaña de Occidente sería un paseo triunfal, dispersándose en
breves días las bandas federales. Error absoluto: la popularidad
de Zamora crecía con su buen éxito y la mayoría de los facciosos
de los Llanos no eran ya las indisciplinadas montoneras del mes
de febrero. El experto y reflexivo Soublette, Director de la guerra,
juzgó bien la situación cuando desde su cuartel general de San
Carlos escribía al Ministerio, el 14 de mayo: "Hasta ahora nuestras
medidas han tenido un carácter de provisorias, que les daba la
persuación de que la guerra era momentánea .... Pero las ope
raciones de Barinas nos han revelado una profunda y terrible ver
dad; que la guerra es duradera .... Las Provincias de la Portu
guesa y Barinas en masa hacen hoy causa común con Zamora y
su facción, quien dueño de todo el territorio, tiene en jaque al ge
neral Silva en Barinas .... y a la menor ventaja que adquiera, lo
tendremos sobre Barquisimeto y San Carlos". Previsión que se
realizó a los siete meses.
El ejército que había mandado Silva pasó a las órdenes del
general José Escolástico Andrade, quien se encerró en la plaza de
Guanare durante los meses lluviosos . En estos meses, de junio a
agosto, sucédense algunos combates de escasa importancia: el de
La Bellaca, donde muerden el polvo las tropas constitucionales, y
el de Mucuchíes (Provincia de Mérida), donde en seguida se des
quitan desbaratando a las de los coroneles federales Nicolás Petit,
que cayó muerto, y José Ignacio Pulido, que quedó prisionero. Due
ño Zamora de Barinas, la municipalidad declaró que la Provincia
constituía en Estado Federal y le acordó a aquél ( 14 de junio) el
título de "Valiente Ciudadano ". Por este tiempo se propagó la
divisa Dios y Federación, con que los revolucionarios se acostum
braron a suscribir sus comunicaciones oficiales, y que figurará
después, desde 1863, en el escudo nacional. La habían usado an
tes los "reformistas " orientales de 1835 ( 1 ). En la guerra federal no
lo hicieron al principio Zamora ni Falcón. En 1859, Zamora se

(1 ) En la Revista Oriental de Cumaná (5 de aosto, 1835) , aparece el Dios y Federa


ción en tres notas del comandante reformista José Jesús Vallenilla Centeno. B. Tavera
Acosta, "Apostilla histórica " , en El Universal, Caracas, 1923.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 141

encontró en las guerrillas federales de Barinas y Apure con dos


franceses llamados Enrique Mortón (o Carlos Enrique Morton de
Keratry) y Napoleón Avril. Mortón, que había figurado en revolu
ciones de México y de Nueva Granada, y su compañero Avril,
hombre también de aventuras arriesgadas, y algunos venezolanos,
como el licenciado Iriarte, familiarizados todos con la historia de
la Revolución Francesa, empezaron a sustituir, en la suscripción
de sus cartas, el tradicional "soy de usted atento servidor" con la
fórmula francesa de "Libertad, Igualdad, Fraternidad" , y a poco
Mortón la cambia por el " Dios y Federación" , fórmula que se po
pulariza rápidamente y que algunos Jefes notables, como el gene
ral Trías, llegaron a adicionar así: "Dios, Federación o Muerte ” (1 ).
En el mes de junio hubo una suspensión de hostilidades en Apure,
por haber el Presidente Castro nombrado un Ministerio de tenden
cia federalista y enviado comisionados de paz cerca de los jefes
revolucionarios. El estilo del siguiente oficio pinta bien la actitud
en que se hallaba entonces el caudillo federal.

"Federación Venezolana. - Estados de Coro y Occidente. -


Cuartel General, Jefatura de Operaciones. - Barinas, agosto 18 de
1859. ――― Año 1º de la Federación. ――――― Al Ciudadano General Carlos
J. C. Fuentes, jefe de operaciones del cantón Nutrias. Por el oficio
de U. fecha 15 de los corrientes estoy impuesto de que la fuerza
goda oligarca ha violado el armisticio entre las federales del ejér
cito de Apure y aquélla, celebrado por medio de sus comisionados
Dres. Rafael Agostini (por el Gobierno) y Toribio González, sorpren
diendo los pueblos de San Antonio y Apurito que reposaban en la
confianza de suspensión de hostilidades; y conforme al derecho de
gentes, por tan nefanda traición se declara la guerra a muerte con
tra las fuerzas godas del ejército central que obra en Apure o cual
quier punto de los territorios federales que pisen pasando por aquél.
- Dios y Federación. -Ezequiel Zamora".

¿Cuál era, entre tanto, la situación nacional? Desde comien


zos de junio andaba enredado el Presidente Castro en sus maqui
naciones de político miope, voluble y desconfiado. Sepárase de
la Presidencia el día 7, con el pretexto de hallarse enfermo; llama

(1) Datos de Manuel Landaeta Rosales. Sobre el escudo, véase el Apéndice de


este tomo.
142 JOSE GIL FORTOUL

al Vicepresidente Tovar y le excita a seguir el rumbo que le parezca


más conforme con las circunstancias. Procura Tovar convencerle
de lo aventurado que sería formar nuevo Gabinete sin saber más
o menos cuánto tiempo duraría. Insiste Castro en su determina
ción, y Tovar se esfuerza entonces, del 7 al 11, en constituir un
Ministerio que represente la alianza de los partidos, de acuerdo
con el programa de la revolución de marzo. Vano esfuerzo; porque
todas sus combinaciones ministeriales se deshacen no bien las
revela. Los corifeos de todos los grupos sospechaban la doblez
del Presidente Insinúa éste, por último, la conveniencia de ofre
cerle el Ministerio de Guerra al general Páez; pero Páez no acepta.
Ni acepta otra cartera Valentín Espinal, personaje que a pesar de
su acostumbrado eclecticismo ponía por condición la colaboración
de Páez. Al cabo de largas negociaciones logra Tovar, el 11 de
junio, formar un Ministerio compuesto de Pedro José Rojas (conse
jero íntimo de Páez) en el Interior y Justicia, Juan José Mendoza en
Relaciones Exteriores, Manuel Cadenas Delgado en Hacienda y el
general Domingo Hernández en Guerra y Marina. Antes de pu
blicarse estos nombramientos insiste otra vez Tovar en que el Pre
sidente vuelva sobre su determinación de retirarse. Castro le con
testa ( 1 ) : "En cuanto a reencargarme del mando, está en pie lo que
le dije a usted el otro día : puede ser que no vuelva a la casa de
Gobierno, o que vuelva dentro de quince días, un mes o dos meses;
no sé... volveré cuando cese el motivo (la supuesta enfermedad)
de que habla el decreto".

Constituído el Gabinete con las personas dichas, menos Her


nández, a quien por quebranto de su salud reemplazó interina
mente el Ministro del Interior, publicó el 12 de junio un programa
político en el que ofrecía entre otras cosas de cajón, dictar órdenes
para que se efectuasen a la mayor brevedad elecciones provin
ciales donde las hubiera impedido la guerra, y tomar medidas de
clemencia conducentes a que los revolucionarios se sometiesen
de buen grado al orden legal. Expidió al propio tiempo un de
creto organizando en la capital una Junta de Guerra compuesta
de oficiales generales, a fin de oír su dictamen en las materias
que el Gobierno juzgase oportunas, y nombró para miembros de

(1) Según la narración de los Ministros, que no fué nunca desmentida.


HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 143

ella a los generales Páez (presidente), Soublette, José Félix Blanco,


Carlos Luis Castelli y José Austria. Los tres últimos pertenecían
al partido liberal y Castelli había sido, además, el último Ministro
de Guerra de Monagas. Se acordó también, en Gabinete, devol
ver al Gobernador de Barcelona dos ciudadanos que habían sido
remitidos a la capital sin forma de juicio por el comandante militar
de Píritu, excitando al Gobernador a impedir la repetición de he
chos semejantes; y se pasó una circular a los Gobernadores de
Provincia a fin de que hiciesen practicar elecciones cuanto antes.

El 13 de junio, ocupado el Gabinete en formular un decreto


de armamento general, con el objeto de "apoyar en él -dicen los
Ministros— sin humillación para la República el de indulto pleno
y sin excepción que se pensaba ofrecer a las facciones", presén
tase inesperadamente Castro en la sala del despacho, vestido co
mo si saliese a campaña, y abocándose con el Vicepresidente
Tovar, le dice en tono de cuartel (tal el lenguaje de su maestro
Carujo en la madrugada del 8 de julio): "Vengo a decir a usted
que me reencargo del mando: ya estoy bueno, y ha cesado el
motivo del decreto". Tovar lo mira de hito en hito, sin perder la
acittud serena que le imponen su nombre, su cargo oficial y su
cultura; pronuncia breves frases cortesanas, y se retira.

El mismo día 13 ordena Castro que desempeñen interinamen


te las carteras los respectivos Subsecretarios y deroga el decreto
sobre Junta de Guerra. El 21 forma nuevo Ministerio, así: Interior
y Justicia, Francisco Aranda, el propio ex-Ministro de Monagas;
Relaciones Exteriores, Estanislao Rendón, fervoroso federalista; Ha
cienda, Manuel María Echeandía, miembro conspicuo del partido
liberal guzmancista; Guerra y Marina, José Laurencio Silva, sos
pechado de infidencia en la reciente campaña de Barinas ( 1 ). El
primer acto de este Gabinete fué poner en libertad a todos los
presos políticos, partidarios naturalmente de la revolución federal,
y despachar emisarios de paz a las Provincias sublevadas.

Páez, cuya política ambigua alarmaba tanto a los conserva


dores cuanto a los liberales, como que no se resignaba a ocupar
ningún puesto que no fuese el más alto, se embarca el 6 de julio

(1) Silva no se encargó del Ministerio: le sustituyó Luis Delgado Correa.


144 JOSE GIL FORTOUL

para Nueva York, donde esperará a que lo llamen los promove


dores de la dictadura.

Cabeza y alma del nuevo Gabinete era Francisco Aranda; y


que él, sus colegas y el Presidente andaban en connivencia con
los revolucionarios, apenas era un secreto para algunos. A las
pocas semanas no hubo ya dudas para nadie. El 24 de julio
desembarca Falcón en Morón, cerca de Puerto Cabello, y expide
el mismo día en Palmasola su proclama contra la Constitución de
Valencia. El 30 de julio publica el Presidente Castro, con sus
Ministros, una alocución en que se lee : "El Gobierno se ocupa
actualmente en el examen de los últimos acontecimientos con fe y
lealtad. Si apareciese que la Federación que se proclama es el
voto verdadero de la mayoría de la Nación, el Gobierno le pres
tará todo su apoyo. Nadie sino la mayoría es soberana ". Len
guaje absolutamente conforme con el que acababa de emplear
Falcón en Palmasola. ¿A qué se reducía entonces la Constitución
que siete meses antes se consideró, por su estructura centrofede
ralista, como un compromiso de los ideales de todos los partidos,
encaminado a realizar la federación absoluta por medios pacíficos?
Los constitucionales vieron que el Presidente pasaba sin ambages
al partido de la revolución federal, y los federales no creyeron en
su palabra, tantas veces violada. Unos y otros se decidieron a
derrocarlo. Y del 31 de julio al 2 de agosto se efectuó en Caracas
un golpe de Estado, con sus ribetes de comedia o farsa. Véase
cómo.

Era comandante de armas el coronel Manuel Vicente de las


Casas, prohombre del partido constitucional, y tenía a sus órdenes
dos batallones, Convención y 5 de Marzo, cuya oficialidad era
también, en su mayoría, constitucional. La guardia del Presidente
la mandaba el capitán Pedro Vallenilla, igualmente constitucional .
En la mañana del 19 de agosto, Vallenilla pone preso a Castro y
los batallones se apresuran .... a dar el grito de Federación y vi
vas a Falcón. Con semejante treta se iba a pasar del golpe de
Estado a la constitucionalidad, engañando a los federales.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZIJELA 145

Casas refiere ( 1 ) que en la noche del 30 al 31 de julio, los


hermanos Mateo y Pedro Vallenilla, de acuerpo con algunos jefes
y oficiales de los batallones, le comunicaron su plan y le pidieron
su cooperación; que lo rechazó en unión de su hermano Juan Cle
mente, edecán del Presidente, diciéndoles "que era una locura ";
pero que volvieron en la noche siguiente a advertirle que ya no se
podía retroceder. "De mal grado (continúa Casas) acepté poner
me al frente de un movimiento en que no había tenido iniciativa
ni estaba de acuerdo con mis ideas, no obstante estar sinceramente
de acuerdo en tratar de evitar la guerra ; pero veía que a Castro
no le quedaba ya otro partido que entregarse a discreción a los
liberales ; y temeroso del espíritu que dominaba a éstos y de las
violencias que podían cometer, quise interponerme para evitar con
flictos a la población, sacrificio que no agradeció por cierto (sic) ....
El 1º de agosto, a las seis a.m. , aparecieron formados en la Plaza
Mayor, hoy Bolívar, los dos batallones de línea Convención y 5 de
Marzo, que hacían la guarnición de Caracas, mandados por los
comandantes González y Vallenilla el primero y Prada el segundo,
a la vez que el comandante de la guardia del general Castro,
capitán P. Vallenilla, le intimaba que estaba preso. A poco me
presenté yo y, según lo convenido, se proclamó la federación y
por jefe al general Falcón, en solicitud del cual, que se encontraba
en Curazao, debía partir una comisión que se nombró, y que no
tuvo efecto porque en la noche del mismo se recibiera parte de
Puerto Cabello para La Guaira de que aquél había invadido por
el Yaracuy, y además, noticias de que La Guaira se insurrecciona
ba con el comandante militar de ella, C. Plaza, y el general Aguado.
Hecha la proclamación , se retiraron los cuerpos con sus jefes a sus

(1) En un papel que dejó inédito y que publicó por primera vez el marqués de RO
JAS en su libro titulado Tiempo Perdido, París, 1905, pp. 29 y siguientes. Rojas se ti
tula aquí marqués, y fuerza es citarlo así. Pero recuérdese que en Venezuela desapa
recieron los títulos de nobleza desde 1811. El autor de Tiempo Perdido era hijo de
José María Rojas, oriundo de Santo Domingo, que se hizo venezolano y redactó en
Caracas El Liberal, célebre periódico de la Oligarquía Conservadora. El hijo obtuvo
del Papa ese marquesado cuando fué ministro de Venezuela ante la Santa Sede. En
tiempos del presidente Guzmán Blanco hubo a este respecto una interpelación en la
Cámara de Diputados y el ministro de Relaciones Exteriores, Rafael Seijas, contestó
irónicamente que no había rastro en la cancillería de que el llamado marqués de
Rojas fuese el mismo doctor José María de Rojas, quien no era ya agente diplomático
de la República. Los diputados sonrieron y el ministro Seijas se retiró, sonriendo tam
bién a socapa.

10-III
146 JOSE GIL FORTOUL

cuarteles y yo me instalé en la casa de gobierno a consultar las


medidas convenientes que debían tomarse. Allí vinieron a reunir
seme el Dr. Manuel María Echeandía (Ministro de Castro), el Dr.
W, Urrutia (a mi entender instigador del movimiento), el Sr. B. Bru
zual y otros que no recuerdo, pero ninguno de mis amigos del
partido conservador. Aquellos señores me intimaron que era ne
cesario dar al movimiento un carácter popular, en lo que conviene ,
firmando la convocatoria a los padres de familia para ese mismo
día en el templo de San Francisco, la que se publicó por bando.
Efectivamente, a eso de las tres de la tarde se congregaron allí co
mo ciento y pico de personas, todos liberales reaccionarios, y nom
braron el que se llamó Gobierno de San Pablo".

El acta de los federales, dice:

"En el nombre de Dios Todopoderoso.- Reunidos nosotros los


ciudadanos de Caracas, con el objeto de nombrar un Gobierno Pro
visorio, que asegure el orden y tranquilidad pública y preste todas
las garantías que necesite la sociedad para su conservación, bajo
el imperio de la razón y de los principios que proclamamos so
lemnemente, declaramos: 19 El Gobierno de Venezuela será desde
hoy para siempre popular y federal. 2º Reconocemos como Jefe
Supremo de la nación al ciudadano Juan C. Falcón, mientras tanto
los pueblos de la confederación, bajo la forma que se dieren, ex
presen su voluntad. 39 Nombramos para constituir el Gobierno
Provisorio Provincial, mientras se obtiene la voluntad de la Provin
cia (de Caracas), a los ciudadanos Dr. José Manuel García, Dr. Jo
sé Manuel Rivero, Estanislao Rendón, Lcdo. Juan de Dios Morales
y Juan Crisóstomo Hurtado . 4° Se nombra al general José Lau
rencio Silva jefe de las armas de la Provincia".

Entre los firmantes más notables de esta acta figuran : Felipe


Esteves, Jesús María Blanco, Rafael Urdaneta, Gonzalo Antonio
Ruiz, Ramón Yepes, Manuel Alvistur (que aparecen aquí como fe
deralistas no obstante haber firmado también la Constitución cen
tralista de 1857) y Rafael Acevedo, Diego Antonio Alcalá , José Ra
món Villasmil, con los jóvenes poetas Juan Antonio Pérez Bonal
de y Jacinto Gutiérrez Coll.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 147

Pero según Casas, liberales tan influyentes como Urrutia,


Echeandía Y Bruzual no tomaron en serio el Gobierno de San Pa
blo. " Me dijeron que no debía reconocerse aquello, porque la
reunión había sido muy escasa y no de gente que pudiera carac
terizarla . Me aconsejaban tomar yo la dictadura; consejo que me
guardé de aceptar por no creerlo ingenuo, ni yo he tenido nunca
esas aspiraciones , ni estaba entonces, por el mal estado de mi sa
lud, en disposición de cometer esas aventuras : me limité a no
contestar a la participación que se me hizo del nombramiento de
Gobierno, y me preparé a lo que sobreviniera , confiado en la leal
tad de la fuerza que mandaba" . Los de San Pablo le exigen a
Casas, el 2 de agosto, que ponga los batallones a órdenes de Sil
va, y Casas no les contesta. Los emplea en rechazar el ataque
del general Aguado y en someter el cuartel de San Pablo, don
de se había parapetado la milicia federal. Casas agrega en su
narración: "Nadie se acercó durante la noche (del 1º de agosto),
que pasé solo paseándome en los salones del palacio de gobierno,
lleno de perplejidades , como el que acomete una empresa de di
ficultades para la que no se ha preparado; pero en la mañana
(del 2) se me presentó mi amigo el general D. Hernández y otros
que no recuerdo, proponiéndome un reviramiento a la Constitu
ción y a la legalidad, lo que acepté de muy buen grado, y salí
a dar cuenta a mis compañeros, que se manifestaron de acuerdo,
y a saber donde se encontraba el Vicepresidente (Tovar) que se
me informó no estar en Caracas (se hallaba en Valencia), y al vol
ver a Palacio encontré al licenciado Cadenas Delgado, que me
ofreció ir a imponer al Sr. Gual, el Designado. Las tropas que
se encontraban formadas en la calle a causa de la alarma, hicie
ron el contrapronunciamiento , y el Designado concurrió a Palacio
a hacerse cargo del Gobierno".
¿Cuál fué la actitud de Gual en los sucesos del 1º Y 2 de agos
to? Un adversario suyo, Luis Jerónimo Alfonzo, le atribuye la
siguiente declaración: " No tuve ninguna parte en ella (la " trai
ción" , según el criterio de Alfonzo) : yo me había escondido desde
el día anterior, en una casa de la Candelaria , al saber que el se
ñor general Castro estaba reducido a prisión, temeroso de que és
ta se extendiera hasta mí , como Designado; y en esa casa perma
necí, sin mezclarme en lo que pasaba, esperando que se consu
148 JOSE GIL FORTOUL

mara, para presentarme luego, sin riesgo alguno, reducido a la


condición de ciudadano. Cuando menos pensé, llegaron buscán
dome para que fuese a evitar la anarquía que amenazaba si en
medio de aquel desacuerdo entre la fuerza de la plaza y el Go
bierno de San Pablo no volvía a imperar la Constitución; y yo que
había jurado sostenerla, no pude menos que salir a llenar mi de
ber; pero inmediatamente que se me confió el Gobierno, conven
cido de que no podía mandar con los que acabaron con Colom
bia y Bolívar (1), llamé a los liberales al Ministerio, llamé a Ren
dón, Bruzual, Urrutia, suplicándoles con encarecimiento que me
acompañaran: en vano: no quisieron, y en tanto que yo me em
peñaba en decidirlos para trazar con ellos una política de conci
liación, los otros se precipitaron en las violencias " (2). Gual se
encargó del Poder Ejecutivo en virtud de la renuncia de la Presi
dencia que él mismo le exigió a Castro, cuando las tropas de
Casas lo llevaron preso de su casa particular a la de Gobierno;
alegando Gual que no se encargaría sin previa renuncia escrita
del Presidente, porque él "era hombre de la ley” (3).
El 31 de julio se había pronunciado por la Federación, en Mai
quetía, el general Pedro Vicente Aguado, antiguo partidario de
Monagas. Y como conservadores y liberales, constitucionales y
federales, desconfiaban todos del atolondrado maquiavelismo de
Castro, Aguado justificó su pronunciamiento diciendo en una pro
clama: "Un puñado de valientes que se ha unido a mí, me im
pele a empuñar con ellos las armas para rescatar la libertad per
dida, por la ambición de un hombre que sin títulos ni precedentes
ha usurpado al pueblo sus derechos. Sólo la innoble ambición
de ese tirano ha conducido la República al caos de desgracias en
que se encuentra sumergida". El 19 de agosto marcha Aguado,
con unos 100 hombres de Maiquetía, a La Guaira, donde se le
entrega el comandante Carlos Plaza, con cosa de 200 soldados.
Algo más de 600, no todos armados, contaba Aguado cuando se
presentó, en la mañana del 2 de agosto, en Catia de los Frailes,
a las puertas de la capital. Rompió su ataque apoyado por unos
milicianos que se agruparon en derredor del Gobierno de San Pa

( 1) Alude a Páez, a Quintero, a los separatistas de 1830.


(2) ALFONZO, Breve Análisis del Pasado de Venezuela, Caracas, 1872, p. 29.
(3) Exposición de Castro ante el Jurado que lo juzgó en 1860.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 149

blo; pero los batallones de Casas triunfan en breves horas y se


escapa Aguado, con pocos parciales, por la colina del Calvario,
camino de Maiquetía.
En los días siguientes, Caracas estaba cercada de facciones
federales: al Este, las de José Rafael Pacheco, Miguel Acevedo y
otros; al Sur, la de Pedro Tomás Lander; al Oeste, numerosas
guerrillas que cruzaban la Provincia de Aragua; al Norte, Aguado
organizando nuevas tropas. Escasas eran las que habían en la
capital, y el Gobierno las emplea en agosto y septiembre en abrir
se comunicaciones con el resto de la República. Los comandan
tes José María Rubín y José Echezuría van a rechazar en Piedra
Azul las montoneras de Lander, quien se escapa al Tuy, donde
vuelve a derrotarlo Echezuría el 20 de agosto. El 19, Rubín había
desbaratado las tropas de Acevedo en Guarenas. En el Norte tu
vieron por lo pronto menos éxito los constitucionales. El 8 de
agosto, Aguado rechaza de Maiquetía al comandante Clemente
Zárraga, que regresa maltrecho a Caracas. Envíanse entonces
mayores fuerzas, al mando de Casas, sobre Maiquetía, y de Rubín,
sobre La Guaira (1). Las de Aguado, derrotan en ambas partes el
2 de septiembre, se retiran a Carayaca. Y aquí expide Aguado
un decreto de "guerra a muerte", en términos mucho más violentos
que el de Zamora en Barinas . Léase :

"Pedro V. Aguado, de los Libertadores de Colombia, condeco


rado con la cruz de Boyacá, escudo del Magdalena y estrella de
la Federación, jefe civil y militar del Departamento del Centro y
General en Jefe del ejército de operaciones.

Considerando :-19 Que la clemencia con que han sido trata


dos los enemigos del sistema verdaderamente republicano que
sostenemos , lejos de atraer prosélitos, es causa de la sangre que
se ha derramado y que se derrama aún, porque perdonamos una
y más veces a nuestros enemigos con la esperanza de atraerlos al

(1) De Rubín escribe Casas: "El Jefe del Gobierno le presentó un plano topográ
fico de la localidad, cosas que él dijo no comprender; pero se le hicieron por los co
nocedores todas las explicaciones del caso ....' Exageración. Rubín no era tan igno
rante. Había sido profesor de matemáticas, diputado a la Convención de Valencia, y
por algo ascendió después a general en una época y en un partido que exigían todavía
ciertas condiciones intelectuales.
150 JOSE GIL FORTOUL

terreno de la regularidad, y se les encuencia cada vez más empe


cinados en su querer discordante con todo género de progreso; y
2º Que lejos de convencerlos de su error, continúan empeñados en
llevar a cabo la idea de destrucción de todo principio democrático,
y encontrando que el único medio de hacerlos entrar en razón es
el total exterminio de su raza. Decreto: Artículo 1º Los oligarcas
conocidos como tales no encontrarán en nosotros, desde hoy en
adelante, otra cosa que el cuchillo en justa compensación de la
sangre venezolana que a torrentes se derrama. - Art. 2º Sea cual
fuere la conducta que ellos hayan observado, siempre que de ellos
se derive hostilidad directa e indirecta a los principios federales
que sostenemos, les hace acreedores al último suplicio para des
truir de esa manera el dique en que hasta hoy se estrella todo
principio de auxilio y bienandanza. -Venezolanos que profesáis
las doctrinas que le son propias a todo hombre libre, me conocéis
bastante. Mi generosidad y vuestra condescendencia porque sois
virtuosos, ha sido la rémora de la consecución de nuestro propó
sito.- El Secretario General queda encargado de la ejecución de
este decreto.- Cuartel General en Carayaca, a 3 de setiembre de
1859.- 1º de la Federación.- Pedro Vicente Aguado.- Por S. S. E.—
El coronel Secretario General, Lucio de Alva" (1).
Tan bárbara paráfrasis de la proclama de guerra a muerte de
Bolívar no pasó, afortunadamente, de transitoria baladronada.
Después de varios encuentros indecisos, los federales de Agua
do logran pasar a Aragua y ocupan La Victoria. Aquí los pelea
Rubín el 13 de septiembre y los obliga a replegarse sobre la Villa
de Cura, de donde a poco sigue Aguado a incorporarse en el ejér
cito revolucionario de Occidente .

En las Provincias orientales la revolución corrió al principio


con mala fortuna. Los generales Juan Antonio Sotillo, Julio Mona
gas, José Loreto Arismendi, que en abril proclamaron la Federa
ción, fueron derrotados fácilmente, y se dispersaron en guerrillas
esperando otra ocasión propicia. En agosto vuelven a levantar
la cabeza con el pronunciamiento del coronel Mateo Plaza en Cu
maná. De Cumaná sale Julio Monagas a atacar a Barcelona; pero
el Gobierno salva esta plaza gracias a Andrés Avelino Pinto, que

(1) Tomado de El Monitor Industrial, No 371 , 19 de octubre 1859.


HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 151

venía del Sur. A mediados de octubre reocupan los constitucio


nales a Carúpano, y el 21 a Cumaná. El grupo más numeroso de
federales, al mando del general Sotillo, sigue querrilleando sin
buen éxito por los llanos de Barcelona y Maturín.
Al encargarse del Ejecutivo, el 2 de agosto, intentó el Desig
nado Gual formar un Ministerio de alianza ofreciendo sucesiva
mente carteras a los liberales Estanislao Rendón (ex Ministro de
Castro), Blas Bruzual (antiguo monaguista), y Wenceslao Urrutia
(el hombre del Protocolo). Ninguno aceptó, y Gual se decidió
entonces por otra combinación en la que figuraron: como Ministro
del Interior y Justicia, Manuel M. Quintero; de Relaciones Exterio
res, Jesús María Morales Marcano (el más elocuente campeón del
federalismo en la Convención de Valencia); de Hacienda, Manuel
Cadenas Delgado, y de Guerra y Marina, el general Domingo Her
nández. El 29 de septiembre regresó a Caracas el Vicepresidente
Tovar y se posesionó del Gobierno, conservando los mismos Mi
nistros.
Dicho está que los federalistas de la capital no desistían de su
manejo revolucionario; y esta circunstancia , junto con las noticias
alarmantes que llegaban de las Provincias de Occidente, hizo que
el Gobierno redujese otra vez a prisión a muchos de los excarce
lados en el mes de junio, agregándose ahora, entre los más nota
bles, el general Silva y el Dr. Urrutia. Cuando llegó diciembre, y
a tiempo que se daba la batalla de Santa Inés con los subsiguien
tes desastrosos combates, eran ya tantos los presos en Caracas y
La Guaira que se temió una tentativa de evasión o sublevación y
se resolvió mandarlos a Maracaibo. Mas sucedió que las autori
dades locales se negaron a recibirlos, alegando que el Gobierno
nacional violaba así la autonomía de la Provincia. Perplejo en
tonces el comandante de los barcos en que iban los presos, con
vino al fin con las autoridades en depositarlos sobre el islote de
Bajo Seco ( 1). Lo que resultó más bien en favor de los presos ,
pues en lugar de ir a encerrarse en la horrible fortaleza de San
Carlos pudieron, por decirlo así, adueñarse del islote , cuyo clima
es menos inclemente; construyeron ranchos, agrupáronse a su ar

(1) El islote "llegó a tener pronto una población de más de 300 deportados, aunque
no pocos fueron trasladados en lo sucesivo de la marina a la ciudad de Maracaibo".
L. ALVARADO , p. 229.
152 JOSE GIL FORTOUL

bitrio y recibieron de los habitantes de Maracaibo y de las autori


dades mismas cuanto pudiera suavizar el infortunio del confina
miento. Tal fué el Bajo Seco que las naturales exageraciones de
la contienda política pintaron como prisión más espantosa que las
bóvedas de La Guaira, la cárcel de Caracas y el castillo de San
Antonio, donde padecieron encierro tantos infelices bajo la domi
nación de los Monagas. No se crea, sin embargo, que la intención
de Tovar y sus parciales era menos apasionada ni menos cruel
que la de Monagas y sus áulicos. Desgraciadamente, sumados
los períodos históricos y hecho balance general, no tienen nada
que deberse los partidos, o liberales o conservadores, en cuanto
a represalias e inútiles crueldades.

Sólo de vez en cuando disuena en esa sinfonía de odio alguna


voz serena. Soublette escribe (diciembre de 1859) a José A. Serra
no, Gobernador de Maracaibo: " Mi Gobernador y amigo: Esta
gente no aprende, puesto que ellos mismos me enseñaron la her
mosa y bien concebida carta que V. les dirigió sobre lo innecesario
e impolítico que era el duro trato que daban al señor general José
Gregorio (Monagas): me pareció notar que se les hacían arrugas
en la frente cuando yo la leía dándole todo su valor, y sin embar
go ahora le mandan a V. su aguinaldo de pascua. Yo debía
principiar dándole mi opinión sobre esa remesa, mas ¿cómo acep
tar si no mejoraran los presos, conociendo yo las ideas de V. sobre
estas cosas? Creo que ellos mismos no querrán volver y que van
a estar muy satisfechos del trato que V. les dé. Mi objeto princi
pal es advertirle como entre los remitidos va un viejo amigo y
compañero, el señor general Laurencio Silva, y que sería una ver
güenza más verlo en San Carlos; lo recomiendo a su amistad y le
suplico no consienta que pase por tal vejamen, ya que ahora pue
de V. impedirlo. Dura es la prueba a que lo sujetan, pero creo y
preveo que de ella saldrá como sale siempre V., muy bien. Así
lo espero y consérvese bueno".

¿Qué era de Falcón? De Palmasola tomó camino de San Fe


lipe y en los comienzos de septiembre, 1859, fué a amenazar a
Barquisimeto con unos 1.000 hombres, plaza que ocupó después
de un combate afortunado en Tierrita Blanca. Parecía lógico que
de aquí marchase a los llanos a juntarse con Zamora. Resolvió ,
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 153

empero, irse a Coro con el fin de proveerse de pertrechos (1 ). En


Siquisique derrotó las tropas del comandante Nicolás Torrellas, y
a poco tuvo dos noticias que lo decidieron a cambiar de plan: la
una, que nuevas fuerzas del Gobierno acababan de desembarcar
en La Vela ; la otra, que Zamora había descubierto en Barquisimeto
un parque que tenían allí oculto los constitucionales. Contramar
chó, pues, a Carora y El Tocuyo, donde se le unió el general José
Desiderio Trías, y por la vía de Chavasquén pasó a los llanos, que
eran su indicado campo de operaciones.
Desde el mes de mayo venía campeando Zamora en las Pro
vincias de Barinas y Portuguesa, con excepción de la plaza de
Guanare ocupada por el ejército constitucional que antes man
dó Silva y mandaba ahora Andrade. El 6 de septiembre recibe
órdenes Andrade de retirarse a San Carlos, y lo hace felizmente en
una marcha de trece días.

En Apure, el comandante Facundo Camero derrota el 30 de


octubre, en el sitio de Los Araguatos, a los federales capitaneados
por los hermanos Segovia, quedando por el pronto pacificada la
mayor parte de esta Provincia. Mandaba allí como jefe de opera
ciones el general Nicolás Brito, en cuyo talento militar confiaba
mucho el Gobierno. Intentó Brito, en noviembre, desalojar de Nu
trias al coronel federalista Pedro Manuel Rojas, con el propósito de
volver en seguida a amenazar a Barinas y cortarle a Zamora la
retirada; pero fracasó su plan ante la brava resistencia de Rojas,
que lo obligó a replegarse sobre San Fernando. Lo que permitió
a Zamora, libre de cuidados por el Sur, concentrar sus tropas en
Barinas y prepararse a esperar el nuevo ejército constitucional, que
no tardaría en moverse en su demanda desde el Centro.
Organizadas en San Carlos las fuerzas con que el Gobierno
pensaba pacificar el Occidente, las puso al mando del general
Pedro Ramos, con el coronel Manuel Vicente de las Casas como
jefe de estado mayor. El 31 de octubre sale de San Carlos el
ejército, compuesto de unos 2.000 soldados; deja en Barquisimeto,
plaza desocupada por los federales, una guarnición de 400 hom
bres, y pasa a El Tocuyo el 11 de noviembre . Aquí se incorpora

(1) Esta explicación da su cuñado y compañero el general JACINTO PACHANO , Bio


grafía del Mariscal Juan C. Falcón, p. 59.
154 JOSE GIL FORTOUL

el comandante Rubín con cosa de 1.600 hombres, sumando enton


ces el ejército aproximadamente 3.200 . El 25 de noviembre llega
Ramos a Guanare y el 4 de diciembre avista el campo de Santa
Inés, en donde se va a librar el único combate de este año que
merezca calificarse de batalla.

Lo mismo los constitucionales que los federales reunieron allí


lo más granado de su oficialidad. Es cierto que el general en jefe
de los constitucionales, Ramos, no pasaba de mediano en cuanto
a aptitudes bélicas, si se le compara con el caudillo contrario; pero
la cabeza del ejército era Casas, distinguidísimo oficial que unía
a su bravura, serena e impasible, conocimientos técnicos adquiri.
dos de mozo en los últimos años de Colombia y en la Academia
del maestro Cajigal. Además, iba en el cuerpo de vanguardia el
brillante coronel Antonio Jelambi, y figuraban en las diversas divi
siones los comandantes Olegario Meneses, Francisco Pérez Arroyo,
Manuel Salvador Briceño, Benigno Rivas, Simón Madriz, José Igna
cio Mijares, Manuel Paredes, Lino José Revenga , Luis Espelozín,
Vicente Amengual; los capitanes Esteban Palacios, Luis María
Díaz, Carlos Hernáiz; el auditor general de guerra Dr. Gonzalo
Cárdenas, hombres todos instruídos en la carrera militar y pertene
cientes muchos a las más encumbradas familias de la Oligarquía.
En el campo federal sobresalían, con los generales Zamora,
Falcón y José Desiderio Trías, el coronel Juan Bautista García, los
comandantes León Colina, Jesús María Hernández, Manuel Eze
quiel Bruzual, Santos Mattey, Jacinto Regino Pachano, Luis Level
de Goda, el capitán Desiderio Escobar, el subteniente Aquilino
Juárez, el auditor de guerra Antonio Guzmán Blanco, el Lcdo. Fran
cisco José Iriarte, secretario de Zamora, y entre los patiquines,
hombres civiles sin mando de tropas, los doctores Ildefonso Riera
Aguinagalde, Agustín Agüero, Eduardo Ortiz, Eloy Montenegro,
que ocuparán todos altos puestos políticos en los años venideros.
Por curiosa coincidencia , aconteció que los jefes aparentes de
uno y otro ejército no iban, en realidad, a dirigir la batalla ; ni Ra
mos, por parte de los constitucionales, porque Casas le era cien
veces superior en conocimientos militares, ni Falcón, por parte de
los federales, porque su talento guerrero era tan mediano co
mo el del propio Ramos. Aunque jefe universalmente reconocido
de la revolución federal, y aunque tomaba parte en los combates
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 155

distinguiéndose por su congénita bravura, Falcón no volvió a diri


gir operaciones militares desde que juntó sus tropas con las de
Zamora. Sus funciones eran las nominales de (futuro) Presidente
en campaña. Su amigo y secretario Guzmán Blanco escribe: "Du
rante nuestra permanencia en Guanare y nuestra marcha a Bari
nas, estudió (sic) el general Falcón las prodigiosas aptitudes del
general Zamora; y conociendo todo el partido que podía sacar de
la baquía de este jefe en los llanos, no vaciló en confiarle el ejér
cito mientras la campaña estuviese circunscrita a Barinas y Portu
guesa" . La verdad es que Falcón sabía de antiguo que su teniente
y cuñado le era incuestionablemente superior en asuntos militares
y tuvo la sensatez espontánea o forzada de someterse de hecho a su
dirección, no sólo en las Provincias de Occidente , sino también en
todas las operaciones posteriores, hasta San Carlos.
A cosa de cinco kilómetros del pueblo de Santa Inés se en
cuentra el caserío de La Palma, donde comienza un bosque (mata
de los llaneros). Aquí mandó Zamora construir sus primeras trin
cheras, y otras de trecho en trecho, cortando veredas practicadas
en el bosque y desde las cuales se dominaba el camino real por
donde probablemente avanzarían los enemigos . A la vera del ca
mino se fortificó un trapiche, y hasta las puertas de Santa Inés
construyéronse otras trincheras. El 9 de diciembre, 1859, la van
guardia constitucional ocupa La Palma después de un ligero com
bate. El plan de Zamora era atraer el enemigo al campo atrin
cherado.
En la mañana del 10 carga Jelambi con la primera división
constitucional, y al punto se generaliza la batalla , defendiendo es
forzadamente los federales su posición del trapiche y avanzando
hacia ella con no menor ardimiento los contrarios. Jelambi cae
muerto de un balazo ; veinticinco oficiales muerden el polvo en su
rededor; la primera división queda desbaratada. El comandante
de la segunda, Pérez Arroyo, aunque herido en la cara , sigue pe
leando hasta pasar sobre las trincheras del trapiche. Zamora se
enardece y toma la ofensiva . Eran ya las cuatro de la tarde . Por
dos horas más, uno y otro ejército se destrozan. Oficiales y solda
dos y "patiquines" se baten heroicamente cual si se tratara de
alguna causa justa y santa. Zamora anima sus huestes con ím
petu juvenil, con fe inquebrantable en la fortuna . Casas, impasi
J
156 JOSE GIL FORTOUL

ble, vigila los movimientos de las suyas,fumando su eterno cigarro,


parándose a dar órdenes bajo le lluvia de balas. Con el crepúscu
lo cesan los fuegos. A la medianoche, convencido el jefe constitu
cional de la inutilidad de su esfuerzo, emprende retirada, teniendo
que lamentar hasta 800 bajas entre muertos y heridos, por otras
tantas, quizás menos, del campo enemigo (1 ).
En rayando el alba del 11 de diciembre marcha Zamora en
pos del ejército contrario. Trábanse varios combates, en La Pal
ma, en El Bostero (donde es herido Ramos y cae prisionero Mene
ses), en El Maporal, Toruno, Caroni, Punta Gorda (2). En la ma
drugada del 12 entran los constitucionales en Barinas, y allí per
manecen sitiados trece días. Llegado el 24 y habiéndose decla
rado una epidemia de fiebre, reducidas ya las tropas a cosa de
1.200, resuelve Ramos salir hacia Mérida por la vía de Pedraza.
El 25 lo persigue de cerca el enemigo. En el llano del Corozo
pelean cuatro horas: los federales retroceden; y para salvarse de
un desastre inminente, Zamora pone fuego a la sabana. Los cons
titucionales toman camino de Curbatí, donde, en consejo de jefes,
propone Casas dar otro combate : la mayoría vota por la retirada.
En esto le llegan nuevas tropas y pertrechos a Zamora, quien apro I
vecha la ocasión, marcha más rápido que los fugitivos, les acosa ,
les corta, aprisiona columnas enteras, dispersa las otras. Caen
prisioneros Pérez Arroyo, Rivas, Revenga, Espelozín, Paredes, Luis
María Díaz y muchos más. Ramos y Casas, heridos ambos, lo
gran llegar a Mérida con unos 400 hombres (3).
Justamente enorgullecido Zamora con su brillante triunfo, y
contando ahora con 3.000 infantes y 300 jinetes, marcha a San Car
los, a cuyas puertas acampa en 9 de enero 1860. Defendía la pla
za, con 700 hombres, el comandante Benito Figueredo . Zamora
la ataca el 10. Fué su último día. Cayó muerto de un balazo.
¿De dónde y de quién? Sus mismos correligionarios han sosteni

(1) El ejército constitucional constaba de 3.200 hombres, según escritores liberales


que se fijan en el número con que salió de El Tocuyo en noviembre, y de 2.300 según
Casas. Los federales eran 2.500, si ha de creerse en sus propios cálculos, y el doble
si se aceptan los de sus adversarios . Memorias inéditas, de CASAS, citadas por JOSE
MARIA DE ROJAS, Bosquejo Histórico de Venezuela, pp. 269-70.
(2) Es imposbile calcular el número de bajas en cada combate. Los escasos docu
mentos de la época apenas merecen fe, por el empeño de uno y otro bando en exagerar
sus triunfos y disminuir sus reveses.
(3) Según los escritores federalistas; según Casas, 200 y tantos.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 157

do siempre opiniones contradictorias. Para unos, la bala partió


del campo federal, y hasta citan como victimario a un oficial lla
mado Morón, acusándolo de haber obedecido a órdenes de Falcón
y Guzmán Blanco, para evitar que Zamora se alzase con el Go
bierno después del triunfo definitivo. Para otros, y son los más,
no cabe duda de que la bala salió del campo enemigo.

Tuvo el vencedor de Santa Inés todas las cualidades, buenas


y malas, de héroe popular : bravura, fanatismo partidario, constan
cia indomable, odio sincero, o como él decía desde 1846, "horror a
la Oligarquía"; lo que no le impidió, sin embargo, sobrellevar du
rante diez años el régimen oligárquico de los Monagas ( 1). Nadie
le superó en la guerra del 59. Supo burlar la pericia de militares
técnicos como Cordero, Silva, Andrade, Casas, Meneses. Perse
verante en organizar tropas, convirtiendo bandas desordenadas en
batallones homogéneos y fuertes; hábil en sus marchas y manio
bras, prudente en preparar el combate, impetuoso en él, rápido y
arrollador en el triunfo. Era poco lo que entendía de doctrinas
constitucionales; menos aún de filosofía política . Su credo se re
sumía en dos términos : Partido Liberal, Federación; sin detenerse
a ahondar en el origen ni en la historia de los partidos nacionales,
sin reflexionar sobre la significación del sistema federativo, no obs
tante su amistad con hombres instruídos, ni comparar el estado
social de su país con el de otros más civilizados , por donde no
viajó nunca. La luz que penetraba en su cerebro era el reflejo
remiso de un ideal democrático entrevisto en alguna que otra lec
tura de libros literarios y periódicos de lucha. Definir el ideal,
ponerlo en contacto con la realidad, hubiera sido esfuerzo superior
a su carácter impulsivo e impaciente. Nació para la acción; luchó
en sus mejores años por derrocar el predominio de una clase so
cial que juzgaba usurpadora; desapareció en la primavera de sus
ilusiones y antes del desengaño; murió sin ver efectuarse la fusión
de castas en que iba a agonizar la Oligarquía y engendrarse la

(1) Tomo II. Una requisitoria de 1847 le describe así : "Pelo rubio pazudo y bas
tante poblado, color blanco y algo catire, frente pequeña, ojos azules y unidos, nariz
larga perfilada, boca pequeña y algo sumida , labios delgados , barba roja y escasa, es
tatura regular, cuerpo delgado, muy junto de muslos y piernas manetas; tiene manos
largas, descarnadas y cubiertas de un vello áspero; los pies son también largos y flacos;
es de un andar resuelto y tendrá como treinta años de edad" . L. ALVARADO , Historia
de la Revolución Federal, p. 91.
158 JOSE GIL FORTOUL

Autocracia. Su apasionamiento político no fué crueldad instintiva,


ni su odio partidario le empujó hasta el crimen: procuró más de
una vez ponerle freno a la ferocidad de turbas desalmadas. Amó
cordialmente al pueblo; creyó honradamente que se esforzaba en
mejorar su condición. ¿ Qué hubiera sido como jefe supremo
-porque no cabe duda que su destino era encumbrarse sobre Fal
cón, y entrar luego en lucha a muerte con Guzmán Blanco—; qué
hubiera hecho en el Gobierno? .... El secreto del porvenir estaba
en la bala anónima que le quitó la vida.
Con la muerte de Zamora cundió el pánico en el ejército fede
ral y desertaron muchos grupos. Empero, Falcón continuó el sitio
de San Carlos hasta que la plaza capituló el 16 de enero, 1860.
De San Carlos pasa a Tocuyito, el 22; marcha en seguida sobre
Valencia y, por simple bravata u otro motivo ignorado, se atreve
a proponer que la fuerte guarnición de esta ciudad capitule como
la de San Carlos. El general Cordero desdeña contestarle. Inde
ciso entonces Falcón, llégale noticia de que sus correligionarios los
generales Juan Antonio Sotillo y Julio Monagas, que habían aban
donado las Provincias de Oriente por las del Guárico y Cojedes,
se aproximaban al Centro. Resuelve , pues , retirarse al Tinaco,
donde se juntan todos. Y aunque disponen ahora de unos 4.000
hombres, en vez de volver sobre Valencia determinan el 31 de
enero marchar por el Guárico camino de Apure, a fin de acercarse
a nueva Granada, donde había estallado también una revolución
federalista, y proveerse de mayores municiones de guerra. Marcha
en que van a perder todo el fruto de la victoria de Zamora. El 11
de febrero pasan por Calabozo, sin atacar la plaza, donde había
no más de 700 hombres; el 16, por San Fernando de Apure, que
tampoco intentan tomar, y el mismo día van a situarse en la para
ellos infausta sabana de Coplé.
Desde el 2 de febrero había salido de Valencia el general Fe
bres Cordero, jefe del ejército constitucional, en busca del enemigo.
El 12 incorporó en Calabozo las fuerzas del general Nicolás Brito;
el 16 divisó al ejército federal, que dejaba a un lado a San Fernan
do, y por la noche de este día se situó en Lacanta , a pocos kilóme
tros del paso del río Apure . El 17 marcha Cordero hacia el caño
del Caracol, logra ponerse a la espalda del enemigo y lo obliga al
combate . Reciamente batallan uno y otro bando, repítese la heroi
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 159

cidad de Santa Inés; mas a los cincuenta minutos los federales ce


den y huyen en desorden ( 1).
La batalla de Coplé fué el desquite de Santa Inés. (Según
acontece en toda guerra civil, cada partido procuró disminuir, en
el papel, la proporción de su derrota; pero, si en lugar de contien
da doméstica hubiérase tratado de guerra internacional, la opinión
sería unánime). Los generales Febres Cordero, Domingo Hernán
dez, Nicolás Brito, José María Zamora ; los comandantes Andrés
Avelino Pinto, Jorge Michelena, Facundo Camero, Manuel Herrera,
vengaron el 17 de febrero el desastre del 10 de diciembre . Los re
sultados de ambas batallas son equivalentes. En Santa Inés, con
su corolario de Curbatí, el ejército constitucional queda destruído,
y su jefe va a parar a Mérida con pocos compañeros. En Coplé,
el ejército federal es vencido y desbandado, y su jefe se escapa
casi solo a Bogotá. El exilio militar de Zamora, más sangriento, y
el de Febres Cordero, más rápido, decisivos entrambos, se equi
paran. La "gloria” del uno no es más ni menos alta que la gloria
del otro; gloria que por desdicha se confunde con el infortunio de
la patria .
El 20 de febrero, 1860, los restos del ejército federal se disuel
ven a la orilla del río Tiznados. Los generales Juan Antonio y
José Sotillo parten a Oriente : el segundo muere en una escaramu
za. Los generales Pedro Vicente Aguado y Julio Monagas, que
toman camino del Centro, ven desbaratada su escasa guerrilla en
San Sebastián; y Aguado, herido, muere a los pocos días, devora
do por las fieras en un bosque donde lo abandonaron sus parcia
les. El general Martín Segovia , que va a guerrillear en Apure ,
cede pronto a las fuerzas superiores del comandante Camero. El
general Falcón, con su secretario Guzmán Blanco, su cuñado Pa
chano y tres más, se fugan a Nueva Granada, llegando a Bogotá
a mediados de marzo. Más afortunado por lo pronto, el general
Pedro Aranguren se abre paso a las Provincias de Occidente con
800 hombres, y el 5 de marzo ataca la plaza de Barquisimeto . Pero

(1) El ejército federal sumaba, según cálculo aproximado, 4.500 hombres (hay quien
hable de 7.000), y el constitucional 5.000. Véase la Historia de LEVEL DE GODA, que
se hallaba en Coplé, pp. 290-91 . Los federales perdieron en la batalla y en la perse
cución, entre muertos, heridos, dispersos y prisioneros, más o menos 2.200 ; las bajas de
los otros muertos y heridos, pueden calcularse en cosa de 500.
160 JOSE GIL FORTOUL

el comandante Dr. José Gil (ex-diputado a la Convención de Valen


cia, a quien por su extrema calvicie apodaban los federales "el
pelón" ) resiste durante cinco días, hasta que vienen a socorrerlo
las fuerzas del general Brito . "A los 800 hombres, más o menos,
de Aranguren, se incorporaron unos 200 que mandaba Patiño. La
guarnición de Barquisimeto era de 370 soldados, con un cuerpo de
200 voluntarios sin fusiles (comerciantes, empleados, etc.), a quie
nes yo llamaba " los cívicos". Estos cívicos mostraron igual valen
tía que la tropa de línea" (1). Aranguren marcha entonces sobre
Guanare, donde el comandante Francisco Baptista se defiende por
tres días con la misma tenacidad que Gil; y al fin los federales, en
corto número, maltrechos y abatidos, se repliegan sobre Barinas,
ciudad desguarnecida .

En el mes de mayo apenas se ven aquí y allí algunas guerri


llas revolucionarias. El Gobierno cree pacificado el país, y expide
en junio un decreto de indulto general. Pero los federales se apro
vechan del indulto para prepararse de nuevo a la guerra, valién
dose también de la circunstancia de hallarse dividido el partido
gubernamental en dos fracciones irreconciliables : los legalistas y
los dictatoriales.

Un año hacía que toda la República estaba convertida en


campo de batalla, ora con ejércitos relativamente organizados ora
con simples guerrillas y bandas desordenadas. Y así sucederá
hasta 1863. Apenas corrieron de vez en cuando para el Gobierno
cortas semanas de sosiego. Multiplicáronse en sangriento torbe
llino combates, diatribas, tumultos, golpes de Estado , crímenes
contra la patria, crímenes contra la humanidad. El delirio fué
universal. Si unos pocos, o en el poder o en la oposi
ción, soñaron con el alba de paz que volvería α son
reír sobre las ruinas, los más, federalistas O constitucio
nales, dejáronse deslumbrar por victorias tan brillantes como
efímeras; aquéllos en Santa Inés, éstos en Coplé. Todos deliraban
con la dominación absoluta, y por ella sacrificaron cuanto sujeta
a los hombres: bienes de fortuna, familia, la vida misma, muchos
hasta la honra. Porque para colmo de infortunio, las condiciones
de esta guerra hicieron más frecuentes que en ninguna los actos

(1) J. GIL, Papeles inéditos.


HISTORIA CONSTITUCIONAL de venezUELA 161

de bandolerismo. En las tropas constitucionales menos, en las fe


derales más. Diferencia explicable por varias circunstancias. En
primer lugar, los jefes y oficiales del Gobierno pertenecían en su
mayoría a la clase oligárquica, a la capa social más civilizada :
eran unos, viejos próceres de la Independencia -Silva , Soublette,
Febres Cordero, Andrade-; otros, militares técnicos salidos de la
Academia de Matemáticas Casas, Meneses, Revenga-; muchos
poseían o títulos universitarios o cuantiosas fortunas -José Gil,
Gonzalo Cárdenas. No es, pues, extraño que procurasen mante
ner con cierta reglamentación militar la disciplina de sus soldados ;
bien que en ocasiones les fuese imposible evitar los desafueros de
algún oficial desalmado y los crímenes de alguna montonera de
bárbaros , que saqueaban casas , robaban iglesias, violaban
mujeres, incendiaban poblaciones enteras . En el campo fe
deral, aunque los jefes eran también de origen oligarca
(la distinción de oligarca conservador y oligarca liberal es aquí se
cundaria); aunque Zamora fuese amigo de la disciplina , y manso
y magnánimo Falcón, e hidalgo Rafael Urdaneta, y bien intencio
nados los Monagas, los Sotillos y muchos más, encontraron, sin
embargo, mayores dificultades que los constitucionales para regu
larizar la guerra y contener a los forajidos. La teoría democráti
ca, honradamente propagada por apóstoles e ideólogos como Es
tanislao Rendón y Napoleón Sebastián Arteaga, se convirtió para
la plebe inculta, todavía analfabeta, en una especie de espejismo
donde se veía realizada la igualación de las clases sociales, aun
en merecimientos y honores . Antiguos esclavos tomaron en serio
la conseja de que los " godos " querían reducirlos de nuevo a la
esclavitud; gentes cándidas llegaron a creer en la amenaza de ser
vendidos al extranjero. Para ganar prosélitos, los jefes federales
multiplicaron los grados militares , llegando al fin Falcón a firmar
los en blanco para que se distribuyesen en todas partes . Hom
bres enteramente incultos, simples peones , manumisos , esclavos re
cién libertados, aparecieron de pronto como capitanes, coroneles
generales , aunque no supiesen leer ni escribir. De modo que los
aventureros de todo linaje hallaron siempre mejor acogida en las
filas federales. Y quién sabe qué odios se despertaron en tantas
almas oscuras, qué deseos de venganza , qué recuerdos de injus
ticias, de iniquidades. ¿ La libertad política? Había sido privile

11-III
162 JOSE GIL FORTOUL

gio del ciudadano rico, del amo, del doctor, del hacendado. ¿La
patria? Idea confusa, casi tanto como la de los llaneros de Páez
en la época de emancipación ; en todo caso, la idea de patria ape
nas se distinguía del hecho de poseer tierra. Propietario y oligar
ca eran casi sinónimos para el peón . De todas las teorías políti
cas, leídas por algunos en periódicos , oídas por los más en rápidas
conversaciones, la única que podía penetrar en la masa anónima
era la de igualdad o igualación de clases. Este debía ser el credo
de los pobres, de los oprimidos, de los eternos miserables, de los
despreciados por el color de su piel. ¡ Por fin el negro igual del
blanco, el liberto igual del amo, el pobre igual del rico, el pobre
rico! Es verdad que, ante la ley, el mestizo y el blanco eran igua
les. Pero no lo habían sido hasta ahora efectivamente, sin limita
ciones ni cortapisas sociales. El mestizo evidente no ingresaba
antes en la clase oligárquica sino por el privilegio de su riqueza,
o por el privilegio de su talento, o por el simple hecho de ser hijo
de padre godo u oligarca ( 1).
Es verdad también que desde los comienzos de la República
ya los mestizos formaban mayoría en el Gobierno, en las Univer
sidades, en la prensa, en las letras y en la Oligarquía agraria;
pero en la prosapia de los unos se suponía, aunque no existiese,
la sangre limpia, y en los otros la que hasta en vísperas de la In
dependencia se consideraba mácula desapareció en seguida bajo
el brillo del talento, que les hizo ascender a la clase directora, o
bajo el desdén que ellos mismos mostraban por su propia clase
original.
Tratábase de realizar la igualdad absoluta, la igualdad social;
que el machetero analfabeto se codease con el coronel de patro
nímico ilustre y con el comandante salido de la Academia de Ma
temáticas. Tratábase de suprimir al mismo tiempo privilegios de

(1 ) Se dice en el texto mestizo "evidente" porque sólo la piel muy prieta se con
sideró antes, aunque erróneamente, distintivo seguro. Por etra parte, el epíteto de " mes
tizo" antes "pardo" , no se toma aquí en sentido despectivo. Es simplemente comproba
ción de circunstancias etnográficas. Razas humanas puras no existen, ni en Europa ni
en América. "España misma -decía Bolívar- deja de ser europea por su sangre afri
cana", y "es imposible asignar con propiedad a qué familia humana pertenecemos".
Y en la América latina , españoles, indios y negros, durante tres siglos, y desde la In
dependencia mezclados con ingleses, alemanes, franceses, italianos, etc., han formado
una "variedad" humana especial ( inferior o superior? no es del caso averiguarlo) que
no se puede confundir con ninguna otra. Sobre la composición de la población vene
zolana, véase el tomo I, libro 10.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 163

nacimiento y privilegios adquiridos. Cómo se desarrolló y qué


influencia tuvo esta idea de igualdad amorfa; cómo se trasformó
después el alma del mestizo y cuáles son hoy sus signos distinti
vos, se verá en la Ojeada Retrospectiva de la presente historia .
Aquí conviene apuntar que si los jefes federales hubieran in
tentado aplicar a sus tropas colecticias y heterogéneas todo el rigor
de la disciplina, al punto se habrían dispersado, al menos en los
comienzos de la lucha . Uno de los grupos más numerosos del
ejército con que triunfó Zamora en Santa Inés, lo formaron las
bandas semisalvajes de Martín Espinosa; bandas parecidas a las
que capitaneó Páez en Apure antes de reconocer la jefatura de
Bolívar. Era Espinosa un mulato, oriundo de Guanare, quien pa
ra vengarse, según decía, de haber los blancos ultrajado a su mu
jer, se dió a la profesión de " descogotar godos", se arrogó el grado
de coronel y llegó a mandar miles de soldados. Su consejero o
secretario era otro mulato llamado Tiburcio, que se pretendía adi
vino. Componían su guardia trece jinetes denominados " las trece
fieras", por sus apodos de Caimán, Tigre, Mapanare , etc., los cua
les, con el adivino, acompañaban siempre a Espinosa en sus dis
tracciones predilectas, que eran dos : matar godos a machete y ca
sarse a menudo, obligando a los pobres curas de aldea a bendecir
solemnemente sus sucesivos matrimonios. (El mestizo suele here
dar del negro, al menos en la primera generación, una sensualidad
delirante, sobre todo ante la hembra blanca). Al fin, cuando Za
mora se sintió fuerte, exasperado ya por los crímenes del " coronel"
Espinosa, lo mandó fusilar en la plaza de Santa Inés ( 1 ). Luego
veremos casos en que los constitucionales no les van en zaga a los
federales en actos de salvajismo .
Adviértase , sin embargo, aunque parezca superfluo, que si
en unas y otras filas hubo vándalos, abundaron igualmente las
acciones heroicas y abnegadas . Si los jefes de ambas Oligar
quías pusieron al servicio de sus partidos hacienda, honores y
vida, también fué de admirar en el pueblo honrado, víctima eterna ,
la paciencia, el desinterés, la estoica serenidad con que tantos
bravos corazones se sacrificaron por un ideal que apenas divisa
ban confusamente en la lejanía del porvenir.

(1) Véanse pormenores sobre Espinosa y otros guerrilleros semejantes, en la Vida


de Zamora, por el doctor LAUREANO VILLANUEVA: pássim.
!
CAPITULO IX

O CONSTITUCION O DICTADURA

SUMARIO: Presidencia de Tovar. ―――― ¿Fué constitucional su elec


ción? - Enjuiciamiento del ex-Presidente Castro y de sus Mi
nistros Rendón y Echeandía. ― Procedimiento. - Absolución
de los Ministros. ― Sentencia contradictoria respecto de Cas
tro. - Culpabilidad sin pena. - Nuevo criterio sobre delitos
políticos. - Continúa la guerra larga. - Disidencias en el
partido constitucional. ――― Civilistas y dictatoriales. ― Triunfos
y reveses. ―――― Páez a la cabeza del ejército. - Crisis ministe
terial, abril de 1861. ―――――― Los "comandantes" de la Oligarquía.
- Ascensos militares. - Manejo personalista de Páez. - Re
nuncia en mayo el mando del ejército. ――― Nueva crisis ministe
rial. ――― Proposición de amnistía. - Oposición parlamentaria.
- Dictatoriales y " epilépticos". - Sublevación en Villa de
Cura. ―― Crisis presidencial. ―――――― Renuncia Tovar el 20 de mayo.
- Sucédele el Vicepresidente Gual. ――――― Carácter de Tovar. ―
Primer Gabinete de Gual. - Los Ministros Quintero y Sou
blette. ―― Vuelve Páez a dirigir el ejército. ――― Su programa de
"Paz y Unión". Otra crisis ministerial. ――― Gabinete paecista
del mes de julio. - Declara en asamblea muchas Provincias.
CONNE El proscriptor Quintero. - El impasible Gual. ―――― Nuevo Mi
nisterio. - Conviene Páez en separarse del ejército. ―――― Valen
cia se pronuncia por la Dictadura el 19 de agosto. ▬ ▬ ▬ ▬ ▬ ▬ ▬ ▬ ▬ Gual for
ma su "Ministerio de la agonía”. ―――― Páez en La Victoria con
las tropas sublevadas. Golpe de Estado del 29 de agosto. —
La guarnición de Caracas arresta a Gual. - Páez se proclama
166 JOSE GIL FORTOUL

dictador el 10 de septiembre. Carácter de Gual. - Desa


liento del partido constitucional. ― Actitud del ejército. -
Muerte de Pinto. ― "Meseniana" de González. — Cómo pre
tende Páez justificar su conducta. - Decretos orgánicos de la
Dictadura. - Evolución legislativa en los años 60 y 61. —
Clasificación y penas de los delitos políticos. ――― Reforma de
las leyes sobre espera y libertad de contratos. Crédito terri
torial. - Bancos. ―― Construcción de buques. ――― Proyectos de
ferrocarril. Hacienda y crédito público. - Empréstito. — Im
puesto sobre el azúcar. — Impuesto proporcional sobre la ren
ta. ―――――――― Tribunal de Cuentas.

Efectuadas las elecciones constitucionales a fines de 1859 , del


modo que permitió el estado de guerra en que se hallaban algunas
Provincias (así, en el período de la Independencia , las elecciones
de los años 19 y 21 ), el Congreso de 1860 proclamó Presidente a
Manuel Felipe de Tovar, Vicepresidente a Pedro Gual y Designa
do a León de Febres Cordero.

Los historiadores federalistas tachan de inconstitucional la


elección de Tovar. Luis Jerónimo Alfonzo escribe : "Nos bastará
referirnos a la propia Constitución en cuyo nombre él mandaba,
Constitución que prohibía se eligiera para Presidente ni Vicepresi
dente a ninguno ligado con los que lo fueran al tiempo de la elec
ción, en parentesco de consanguinidad dentro del cuarto grado, o
de afinidad dentro del segundo. Y si no podían ser elegidos tales
parientes de aquellos magistrados, ¿ cómo habrían podido serlo los
magistrados mismos? ¿Cómo, pues, reputar válidos los votos que
tuviera el señor Tovar cuando ejercía el poder por la arbitraria
prisión del señor general Castro? A esa falta radical en su elec
ción, agréguese que se practicó en medio de la guerra ; agréguese
que hubo Provincias con dos representaciones y otras que no tu
vieron ninguna, y se vendrá en cuenta de que la Presidencia del
señor Tovar no pasó de ser una ridícula farsa " ( 1 ). Y Luis Level
de Goda repara que el artículo 86 de la Constitución prohibía la
reelección inmediata y el artículo 88 vedaba elegir Presidente ni
Vicepresidente a ningún individuo ligado por parentesco con los

( 1 ) Breve Análisis del Pasado de Venezuela, p. 31 .


HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 167

que ejercieran uno u otro empleo al tiempo de la elección . "Si no


podían -repite con Alfonso ser elegidos los parientes, ¿ cómo
podía serlo la misma persona, el Vicepresidente ?" (2). Razona
miento erróneo. La Constitución se promulgó el 31 de diciembre
de 1858 y las elecciones populares para Presidente y Vicepresi
dente debían practicarse en noviembre de 1859 (ley del 28 de ene
ro); de suerte que el primer período constitucional empezase a
correr desde el 20 de enero de 1860. Los nombramientos hechos
para el Poder Ejecutivo por la Convención de Valencia (en enero,
1859) tuvieron el carácter de interinos, como lo expresó el decreto
correspondiente, hasta que se practicaran elecciones ordinarias; y
no se prohibió que las personas nombradas provisionalmente (Cas
tro, Tovar y Gual) fuesen candidatos para el primer período. Por
consiguiente, la circunstancia de estar encargado Tovar del Ejecu
tivo, ad interim, al tiempo de las elecciones que iban a proveer
legítimamente y por vez primera los altos empleos del Estado, no
podía ser motivo para excluirlo. La historia constitucional de Ve
nezuela, lo mismo que la de todas las Repúblicas americanas,
cbunda en casos análogos, a raíz de cada reforma. Ni es menos
absurda la objeción de Alfonzo, de hallarse el país en guerra.
Existía un Gobierno nacional, que representó en su origen la alian
za de los partidos ; existía una Constitución sancionada por el
Congreso nacional; Tovar y sus colaboradores gobernaban legíti
mamente de acuerdo con esa Constitución , no obstante la prisión
de Castro, a quien se iba a juzgar legalmente ; y las elecciones
constitucionales debían efectuarse, y se efectuaron, como y donde
fué posible .

El primer Ministerio de Tovar lo formaron Enrique Pérez de


Velasco, en Interior y Justicia ; Juan José Mendoza, en Relaciones
Exteriores; Eduardo Calcaño , en Hacienda, y Francisco Hernáiz, en
Guerra y Marina.
Once meses hacía que el general Julián Castro estaba preso,
tildado de traidor por la opinión pública, o al menos por la mayo
ría del partido constitucional. La novísima Constitución (artículo
147) declaraba responsable al Presidente de la República en casos
de traición, infracción de la Constitución y crimen castigado con

(2) Historia Contemporánea,


168 JOSE GIL FORTOUL

pena capital; y a los Secretarios del Despacho en casos de traición,


soborno o cohecho, infracción de la Constitución o de las leyes y
malversación de fondos públicos. Correspondía a la Cámara de
Diputados oír las acusaciones que se presentasen documentadas y
declarar por mayoría de dos tercios si había lugar a formación de
causa, pasándola, en la afirmativa , al Senado (artículo 61 a 63),
y el Senado, para sentenciar, incorporaba en su seno, con voto
deliberativo, a la Corte Suprema de Justicia (artículo 54) . El pro
cedimiento debía determinarlo una ley especial (artículo 56) ; y al
efecto se dictó la de 1º de junio de 1860. Según esta ley, las cau
sas de responsabilidad atribuídas a la competencia del Senado,
producen acción popular : introducida la acusación ante la Cámara
de Diputados, se pasa el expediente a una comisión de cinco miem
bros para informar, se lee todo el expediente en sesión pública, y
en secreta delibera la Cámara si ha o no lugar a formación de
causa . En la afirmativa pasa el expediente al Senado, el cual
nombra una comisión sustanciadora compuesta de tres miembros.
El lapso de pruebas dura veinte días, y al cabo de ellos se incor
pora la Corte Suprema, constituyéndose así el "Gran Jurado" para
la relación , informes del fiscal, defensa del acusado y sentencia .
El 5 de junio, el diputado Lorenzo A. Mendoza promueve acusa
ción contra el ex-Presidente Castro, en estos términos :
"Honorable Cámara de Diputados.-Consecuente a mi expo
sición, hecha ante V. E. en la sesión del día 2 de este mes, cumplo
hoy el más penoso de los deberes que me impone mi carácter de
Diputado representante del pueblo de Caracas; deber, Excmo. Se
ñor, que me obliga al duro sacrificio de mis sentimientos persona
les. Pero por doloroso que este paso me sea, yo no debo vacilar:
el pueblo de Caracas sorprendió al general Julián Castro , Presiden
te provisorio de la República, en flagrante delito de traición , al
acto mismo de trastornar el orden y entregar la sociedad al van
dalismo, violando para ello este alto funcionario la Constitución
de la República, fuente de su legitimidad, y hollando todos sus ju
ramentos: el pueblo con heroico denuedo redujo a prisión el me
morable 1º de agosto de 1859 al infiel mandatario; colocó en su
puesto los magistrados constitucionales; y corrió a sellar con su
sangre generosa el restablecimiento de la Constitución , la salva
ción de la sociedad . ¡ Cuánta abnegación y grandes hechos des
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 169

pués ; mas al mismo tiempo cuánta sangre vertida, cuánta deso


lación y estragos por la traición del que guardar debiera aquel
tesoro inestimable ! La historia de nuestras desgracias os es co
nocida; las pruebas del crimen están en vuestra mesa ; el pensa
miento, la necesidad de un juicio severo e imparcial existe en la
mente de todos, y la nación entera está acusando al culpable. Se
necesita, sin embargo, un requisito de tramitación para iniciar el
saludable debate, y yo, elegido por el voto de ese pueblo heroico,
yo, representante de sus derechos, no vacilo en llenarlo. Acuso
formalmente al señor general Julián Castro, ex-Presidente de la
República, por los crímenes de traición y quebrantamiento de la
Constitución, sustentando mi denuncia en los fundamentos que
suministra el voluminoso expediente pasado por el Poder Ejecutivo
a esta Honorable Cámara. Al arrostrar todo lo que tiene de pe
noso el desempeño de este deber, séame permitido protestar que
obedezco a un impulso irresistible de conciencia; que ningún sen
timiento de malevolencia privada me anima contra el autor des
graciado de los males de Venezuela".

Leído el libelo de Mendoza, el diputado Juan Vicente Gonzá


lez propone también acusación, el 5 de junio, contra los ex-Minis
tros Lcdo. Francisco Aranda, Dr. Manuel María Echeandía y Esta
nislao Rendón " por los delitos de traición e infracción de la Cons
titución y de las leyes" ( 1 ). Acto continuo, a propuesta del dipu
tado Ramón Ramírez, la Cámara procede a nombrar en escrutinio
secreto la comisión que ha de abrir concepto en la acusación pro
puesta por Mendoza y González, y resultan electos los diputados
Rafael A. Alvarez, J. Lorenzo Llamozas , José Vicente Quintero, Ful
gencio Vaamonde y Lcdo. Ramón Ramírez .
El 12 de junio termina la lectura del expediente con el concepto
de la comisión, y la Cámara de Diputados declara que hay lugar
a formación de causa contra todos los acusados, " quienes que
brantando la Constitución vigente en la República, atentaron con
tra la forma de Gobierno en ella establecida".

Pasada la causa al Senado , elige para componer la comisión


sustanciadora a los senadores Pedro José Hernández, José Gerva

( 1 ) González no acusó al ex Ministro de Guerra, coronel Luis Delgado Correa, por


haber éste probado que no fué partícipe de los actos imputados a sus colegas.
170 JOSE GIL FORTOUL

cio Sotillo y Dr. Tomás Francisco Borges. Seguidos los trámites


de ley, aunque sin asistencia de fiscal, porque todas las personas
nombradas al efecto se excusaron, el Gran Jurado procedió el 18
de julio al acto de cargos. El ex-Presidente Castro, que se hallaba
preso en una pieza del Palacio de Gobierno, contestó :
"Que nada de lo que el señor Mendoza ha dicho es verdad,
respecto a haber sido cogido por el pueblo en flagrante delito,
pues fué preso el exponente por su propia guardia en su casa de
habitación, como a las 8 y media de la mañana del día 1º de
agosto, en que se le hizo entender que la orden de prisión emana
bu del señor coronel Manuel Vicente de las Casas, comandante
de armas de la Provincia, quien a la cabeza de la fuerza armada
había proclamado la Federación : que en el acto que se le comu
nicó la prisión se hallaba en su compañía el señor Carlos Soublette
e Inocente y Ramón Castro, hermano e hijo del exponente : que
corrobora más no haber cometido el delito que se le atribuye , el
hecho de haber sido preso por la fuerza armada que proclamó la
Federación, como expresamente lo hace aparecer la Memoria del
Secretario de lo Interior y Justicia, fecha 15 de abril del presente
año, y pide el que habla , que tenga en cuenta el Senado consti
tuído en Jurado, que lo juzga, el contraste que existe entre atri
buírsele el delito de traidor y ser preso por los que proclamaban
la Federación y atentaron efectivamente contra el Gobierno cons
titucional y cambiaron su forma : que el día 2 del mismo mes de
agosto fué conducido por una compañía del batallón Convención,
al mando del capitán Leonardo Espinosa , a la casa de Gobierno
de orden del expresado comandante de armas, y encontró en ella
al señor Designado Dr. Pedro Gual, quien le recibió cordialmente
y le manifestó " que había momentos en la vida en que el hombre
debía sacrificar todo por el bien de la Patria" , y preguntándole el
exponente ¿qué exigía la Patria de él? contestó: yo le aconsejaría
a usted que hiciese su renuncia de la Presidencia y me pusiera
un oficio llamándome para que me encargara del Poder Ejecutivo
por ausencia del Vicepresidente . A lo cual replicó el que habla
¿y ante quién renuncio? y le contesté: que ante el presidente del
primer Congreso constitucional , y no estando reunido, que se la
presentase a él para darle su dirección oportunamente , porque
de otra manera no se haría cargo del Poder Ejecutivo , porque él
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 171

era hombre de la ley; entonces hizo el que habla la renuncia y el


oficio de llamamiento al Designado y presentó a éste tales docu
mentos, diciéndole que " no era ningún sacrificio, pues la Patria
había hecho y haría toda suerte de sacrificios ", y fué entonces
cuando él le manifestó que quedaba absolutamente libre. Que
respecto de haber firmado el programa que se inició por su último
Ministerio, puede ser que ninguno lo haya acostumbrado (1 ); pero
tampoco está prohibido por la Constitución ni por la ley, y por
consiguiente no he incurrido en falta alguna: que tampoco cons
tituye falta el nombramiento que en uso de la atribución 8º que
concede la Constitución al Presidente de la República, en su artícu
lo 94 , hizo en los señores Lcdo . Francisco Aranda, Dr. Manuel Ma
ría Echeandía y Estanislao Rendón para Secretarios de Estado,
pues éstos por el hecho de prestar el juramento constitucional, es
taban obligados a defender y sostener ésta: que si concedió in
dulto lo hizo con autorización del Consejo extraordinario, como pre
viene la misma Constitución, acordada con fecha 21 de junio úl
timo, o sea del año próximo pasado, a cuyo acto asistió el Señor
Manuel Felipe de Tovar, Vicepresidente de la República; y que
no es verdad que haya investido a ninguno de los indultados con
ninguna autoridad: que según el artículo 94 de la referida Cons
titución, el Presidente de la República está autorizado para con
servar el orden y tranquilidad interior, y después de haber emplea
do los medios ordinarios de la fuerza para someter los facciosos
al imperio de la ley, no estándole vedado el medio de nombrar
comisionados con el fin de obtener la pacificación, si ocurrió a se
mejante medio fué con el objeto de lograr ésta, y las facultades
concedidas no fueron tan extensas, pues las comisiones sólo po
dían conceder a los que se sometiesen los grados que tuviesen an
tes de su alzamiento; y es de advertirse que las órdenes que lle
vaban las referidas comisiones estaban subordinadas a las ex
pedidas por el Ministerio de la Guerra, que han recibido la apro
bación por la Honorable Cámara de Diputados, con el hecho de
no haber sometido a juicio o excluído de éste al expresado Mi
nistro; y es tan legítima, eficaz y conveniente la medida de comi

(1) Efectivamente, pareció insólito ver la firma del Presidente al pie de un pro
grama ministerial ; Castro, en esta ocasión , fué víctima de la artera insinuación de sus
muy expertos Ministros.
172 JOSE GIL FORTOUL

siones, que el señor Designado Dr. Pedro Gual, estando encarga


do del Poder Ejecutivo, la empleó también, empleando en ella e
invistiendo con ese carácter público entre otros a los señores Dr.
Wenceslao Urrutia y Valentín Espinal; y la han adoptado todos
los Gobiernos en iguales situaciones, pudiendo citar al general
Bolívar cuando el año de 1826 nombró al general Ibarra para ir
a tratar con Cisneros, a quien después el señor general José A.
Páez personalmente concedió en su tratado dejarle en su grado
de coronel: que sobre haber armado por sí mismo a grupos desor
denados de pueblo como se dice , contesta: que es inexacto, pues
habiéndose dado orden por el Ministerio de la Guerra para armar
una parte de la milicia, por estarlo ya la otra parte , el que habla
después de haber salido del Despacho a las 5 o más de la tarde,
pasó por casualidad por la esquina de San Mauricio, y viendo en
el parque un gran grupo de gente en formación y sin armas, trató
de informarse con el comandante de armas, coronel Manuel Vi
cente de las Casas, cuál fuese el motivo y estando en la ventana
le dijo, que esperaban al guarda-parque para armarlos, y viendo
que no venía éste, el mismo comandante de armas procedió a ar
marlos según le dijo en esa noche . Que el cargo relativo a la
Proclama del 30 de julio contesta: que contradice la interpretación
que se le ha querido dar, pues cuando habló de un día más ( 1 ),
quiso más bien usar de una figura retórica que fijar plazo, porque
la voluntad de la nación la constituyen los representantes de ella
en los Congresos constitucionales y en tan poco tiempo no podía
saberse cuál era, y que respecto a la reunión que convocó el Mi
nistro de lo Interior por orden del exponente para el último de ju
lio, se propuso reunir todos los ciudadanos y autoridades con el ob
jeto de solicitar de ellos su cooperación eficaz para conseguir el
pronto término de las facciones y triunfo de la Constitución, cuya
reunión no tuvo ningún carácter oficial ni hubo tampoco excep
ción de persona, y recuerda que uno de los señores, general Car
los L. Castelli o Blas Bruzual, interpeló qué clase de cooperación,
o en qué sentido era la cooperación que solicitaba el Gobierno,
y como el Ministro del Interior pasó a contestarle, el exponente

(1) "Un día más, y serán colmadas vuestras esperanzas" . En la misma había di
cho: "Si apareciese que la Federación que se proclama es el voto verdadero de la
mayoría de la nación, el Gobierno le prestará su apoyo".
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 173

se dirigió a él y le dijo : "Señor Ministro, constitucional"; y así


lo manifestó éste . En tal inteligencia se retiraron las personas
que concurrieron a dicha reunión . Que con todo lo expuesto y lo
demás que ha manifestado al soberano Congreso , contradice for
malmente los cargos que se le han hecho sobre traición y sobre
infracción de la Constitución, quedando por consiguiente desvane
cidos los fundamentos que ameritaban la declaratoria de "ha lu
gar a formación de causa " . Que por lo que hace al nombramien
to de defensor, reproduce lo que ha dicho anteriormente, y que
no se opone a que el nombrado de oficio por la comisión sustan
ciadora, desempeñe su encargo como lo tenga a bien" .

En la tarde del mismo día , 18 de julio, los ex Ministros Echean


día y Rendón contestaron cargos en la cárcel pública de Cara
cas ( 1 ). Echeandía se limita a decir desdeñosamente : " que en el
"presente negocio se ha formado el propósito de "guardar el más
"profundo silencio: que este propósito es irrevocable de su parte,
"y que en consecuencia reproduce en su totalidad la exposición
"que ante este mismo Tribunal hizo en 2 de los corrientes". Ren
dón, en cambio, aunque tuvo también el propósito de no defen
derse, se dejó dominar como siempre por su invencible manía de
frasear, y dijo: " Gracias a Dios que se va palpando que este pro
"cedimiento no se halla en armonía con los derechos individuales
"y que la prisión decretada ha sido arbitraria . ¡ Hacer cargos !
"¿Cómo? ¿Sobre qué? No son los cargos antes de la fantasía ni
"caprichos de situaciones eventuales. En materia criminal para
"que aparejen privación de libertad suponen la ejecución de un
"hecho descollante que merezca por la ley pena corporal, que es
"lo que se llama cuerpo del delito, y el cual no se presume nunca
"sino que debe existir previamente, comprobado de una manera
"completa en las sumarias actas . Sin tan esencial requisito no se
"puede adelantar un paso en busca de delincuentes, porque aun
"que mil testigos aseveren que N es delincuente, de nada valen
sus dichos mientras no resulte evidenciado el hecho punible que
"se le atribuye, y cualquier pretensión que acreditare hechos ac
"cesorios, es vana e irrisoria . Sería lo mismo que tratar de ofre

(1) El ex Ministro Aranda no pudo ser capturado , y, por consiguiente, no se mencionó


siquiera su nombre en el acto de cargos ni en la sentencia.
174 JOSE GIL FORTOUL

"cer efectos sin causa , rotación sin eje , palanca sin punto de apo
"yo. Tales las doctrinas de las garantías humanas : tales los man
"damientos que consagran los artículos 20 y 21 de la Constitución,
"que si realmente rige, no deben violarse . La verdad, amada de
"Dios, triunfará sin duda. Todas las cosas tienen su tiempo . Hay
"tiempo de callar, como enseña el Eclesiastés: tempus est tacendi.
"Acusado y reconvenido falsa y calumniosamente por los escribas
"y fariseos, magnates de su época, Jesús callaba . ¡ Bellísimo e
"instructivo ejemplo ! No quiso el Salvador del mundo hacer a
"los falaces calumniadores el honor de la refutación . No quiero
"yo tampoco salir de mi propósito firme , ni es culpa mía si me veo
"en el caso de reproducir como reproduzco hoy en todas sus par
"tes lo que dije en la contestación dada ante este mismo tribunal en
"2 del corriente mes, esperando no tener que reproducirla otra vez".
El tribunal les previno a dichos Señores se sirviesen nombrar de
fensor y contestaron: "que de lo expuesto por ambos se des
prende, que no necesitan de defenderse ni de defensor" .

El 28 de julio dicta el Gran Jurado la siguiente sentencia:

"Vista la acusación admitida por la Cámara de Diputados con


tra el ex-Presidente de la República general Julián Castro, por trai
ción y por infracción de la Constitución, y contra los que fueron
sus Ministros señores Dr. Manuel M. Echeandía y Estanislao Ren
dón, por traición y por infracción de la Constitución y de las le
yes, y oídos los informes hechos por los respectivos defensores ;
administrando justicia por autoridad de la ley, el Gran Jurado de
clara: que el general Julián Castro es culpable del delito de trai
ción, pero que no le impone pena, en uso de la facultad discre
cional que tiene por el artículo 54 de la Constitución ( 1 ); y que ab
suelve a los señores Dr. Manuel M. Echeandía y Estanislao Ren
dón de las imputaciones respectivas .

( 1 ) Según dicho artículo, el Senado podía imponer, además de la pena de deposi


ción (inconducente en este caso), cualquiera otra que la ley designara contra el delin
cuente. La pena mayor, por traición a la patria, eran diez años de presidio cerrado;
en los delitos menos graves procedían las de expatriación y confinamiento temporales.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 175

Dispone además que la presente sentencia se comunique al


señor Gobernador de la Provincia, quien se comisiona para su eje
cución.

Caracas: julio 28 de 1860.

El Presidente,
Esteban Tellería.
El Secretario ,
D. L. Troconis".

Sentencia absurda, en lo referente a Castro . Uno solo era el


dilema : condenar o absolver de plano . Para condenar, según el
concepto de los más, bastaba la lectura del manifiesto firmado por
el ex-Presidente el 30 de julio del 59, en el que violando la Cons
titución que había jurado , se declaró pronto a prestar el apoyo del
Gobierno a la revolución federalista ( 1 ); para absolver, bastaba
recordar los anales de la República, fijarse en la injusticia con
que a menudo se trató a los vencidos, reflexionar sobre la incon
secuencia de imponerle otra pena, después de la destitución a un
hombre que ya no representaba ningún peligro para el orden cons
titucional, porque efectivamente Castro no representaba nada en
la lucha política desde el momento en que lo echaron abajo los
mismos que lo habían exaltado al poder. ¿Por qué la mayoría
del Gran Jurado se decidió por el absurdo jurídico de una decla
ración de culpabilidad sin pena? En primer lugar, quiso poner
a salvo el principio de responsabilidad, y luego, le pareció arries
gado chocar abiertamente con la opinión de una fuerte minoría
que se esforzó en disculpar al ex-Presidente. Minoría encabezada
por dos altos prohombres: Fermín Toro, que al sostener la inculpa
bilidad apeló otra vez a su inspiradísima elocuencia —acaso no
tan sólo por un sentimiento humanitario sino más bien para cubrir
su propia responsabilidad moral de haber sido uno de los auto
res de la jefatura de Castro en la revolución del 58-, y Carlos

( 1) "Valentín Espinal, cuyas ideas eran tan imparciales y que además se acercaba
un si es no es a las de los federalistas, opinaba con razón, que desde el momento en
que el Presidente hizo tal revelación había cesado en la legitimidad constitucional de su
mando". LISANDRO ALVARADO , Los delitos políticos en la historia de Veneuela, III.
176 JOSE GIL FORTOUL

Soublette, que consecuente con su escepticismo tolerante y su di


plomacia conciliadora, no perdía ocasión de aconsejar el olvido y
perdón de toda culpa . Lo mismo opinaron Pedro Naranjo, Miguel
Guerrero, Blas Valbuena , Napoleón Fernández, Francisco Mármol
y Diego Luis Troconis.

El Presidente Tovar, que de acuerdo con Toro había inventa


do en 1858 la jefatura de Castro para librarse de la de Páez, no
tuvo la calma de poner en libertad desdeñosamente a su antiguo
protegido infiel. Se vengó expatriándolo, so pretexto del tumul
tuario disgusto con que parte del pueblo caraqueño acogió la sen
tencia del Gran Jurado.
En cuanto a la absolución de los ex Ministros Echeandía y
Rendón, apenas hubo quien la pusiera en duda, y cuando se les
sometió a juicio fué más bien para mantener incólume el principio
de responsabilidad conjunta del Presidente y sus Ministros, al tra
tarse de un manifiesto firmado por todos. En teoría, acaso se les
hubiera podido tildar de mala fe cuando juraron sostener una
Constitución que se proponían anular. De hecho, y dadas las cir
cunstancias en que aceptaron el poder, no había fundamento pa
ra culparlos de traición. Bien conocidos eran como federalistas
radicales, y nadie creyó que cambiaban de opinión por el hecho
de aceptar carteras ministeriales. Recuérdese que los partidos
de esta época no diferían profundamente en doctrina constitucio
nal. Todos eran más o menos federalistas : federalistas moderados
los defensores de la Constitución de Valencia, federalistas radica
les sus adversarios. Ya la gran cuestión del momento era sola
mente, para el partido gubernamental, evitar el triunfo de la re
volución capitaneada por Falcón y Zamora. Fin para el cual no
desdeñaba ese partido ninguna colaboración, por sospechosa que
pareciera en teoría. Tanto es así, que el Designado Gual, llama
do al poder por los derrocadores de Castro, intentó formar su pri
mer Ministerio nada menos que con los prohombres civiles del fe
deralismo avanzado, entre ellos mismos ex Ministros Echeandía
y Rendón. Por último, los mismos federales divididos : unos eran
"falconistas" y otros zamoristas " . Estos le imputaban a Falcón
el propósito de restaurar a Monagas, y aquéllos le atribuían a
Zamora la intención de alzarse con el mando, si triunfaba. Tal
disensión aumentaba con la creencia de que no eran nada cordia
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 177

les las relaciones entre Falcón y Zamora. De lo que se alegra


ban los constitucionales pacifistas o conciliadores, pensando que,
en cualquier caso extremo, podrían transarse o negociar con Fal
cón, a quien sabían timorato y manejable. Le temían, sobre todo,
a Zamora, que era el verdadero caudillo militar, impetuoso, nova
dor e indómito. Si la mayoría del Gran Jurado declaró a Castro
convicto de traición , no fué por haberse rodeado de Ministros fe
deralistas, sino por haber violado su juramento de sostener la Cons
titución de Valencia contra la revolución armada .
Obsérvese también, que si la teoría de esta época sobre de
litos políticos permitía un contrasentido jurídico tan evidente como
el de la sentencia que nos ocupa, el Congreso de 1860 marcó un
progreso moral considerable en la manera de juzgar los mismos
delitos. En lugar del decreto autoritario, violatorio de toda ley,
que se expidió en 1850 contra Páez, y en vez del decreto apasio
nado, inútilmente cruel, que dictó contra Monagas la Convención
de Valencia, se procedió ahora a un juicio legal, sin que el Poder
Ejecutivo le impusiese al Congreso su voluntad despótica, ni ab
dicase el Congreso la independencia de sus atribuciones consti
tucionales. Precedente civilizador, que por desgracia se olvidó
más tarde en circunstancias análogas.
(Esto de escribir historia cuando viven todavía muchos acto
res, o sus hijos y próximos parientes, trae ratos y paréntesis pe
nosos. El natural deseo de no herir ningún sentimiento íntimo, de
esos que reclaman el mayor respeto amor filial, veneración del
nombre que liga una generación a otra, religión del recuerdo
viene de vez en cuando a interrumpir la tarea del historiador con
la escrupulosa duda de caer en injusticia ; al paso que la con
ciencia, "imperativo categórico ", obliga siempre a decir la verdad,
o lo que por verdad enseña un estudio diligente y sincero. Cuan
do acababa de dar a la imprenta los capítulos de la primera edi
ción referentes a la caída del Presidente interino Julián Castro y
su juicio ante el Congreso , recibí la siguiente carta que debo in
sertar a la letra en esta nueva edición .

"Bejuma, Campo San Juan, mayo 26 de 1908.- Señor Dr. y


estimado compatriota . Por carta del general Landaeta Rosales fe
chada el 2 de los corrientes estoy entendido de que Ud. está escri

12-III
178 JOSE GIL FORTOUL

biendo la Historia Constitucional de Venezuela y le ha pedido al


Sr Vicente Pimentel ( 1 ) varios documentos del juicio seguido a mi
padre el general Julián Castro. Ya le han sido enviados dichos
documentos, que según el general Landaeta Rosales esclarecen la
verdad del nefando acontecimiento cometido contra el Presidente
de la República el 1º y 2 de agosto de 1859. Cuyo acontecimiento
perpetrado villanamente por un motín militar, fué la credencial de
aquel Gobierno usurpador que surgió cooperando negativamente
al triunfo de la Revolución Federal, pues desde aquel atentado
criminal no hubo Gobierno legal en nuestra República. Y es opor
tuno recordar que aquel motín de cuartel prendió al Presidente
de Venezuela pronunciándose por la Federación el 1º de agosto,
siendo esto una farsa, puesto que el día 2 se despronunció, y con
tinuó preso el general Julián Castro, a quien se le dijo " esté Ud.
preso mientras se hace la ley para juzgarlo", y así sucedió, sin
que valieran para nada los esfuerzos del gran repúblico Fermín
Toro, de Soublette, el Néstor venezolano, y de algunos otros ciu
dadanos que agotaron todas las razones de que es dueña la jus
ticia para defender entonces al Presidente prisionero, el cual pudo
decir con Luis XVI: "busco jueces entre vosotros y no encuentro si
no verdugos" .-Como es natural, debo interesarme por la justifi
cación histórica de mi padre, y ojalá sea Ud. el reivindicador de
su fama poniendo de manifiesto el proceso farisaico de que fué
víctima.-Permítame Ud., Sr. Dr., ofrecerle mi amistad, suscribién
dome su muy obsecuente servidor y compatriota. Ramón Castro
Briceño. Posdata: "El general Castro Briceño ha escrito esta carta
de acuerdo conmigo.-Soy su amigo, Manuel Landaeta Rosa
les" (2).
Cumplo aquí un deber de imparcialidad tomando nota de la
opinión contraria a la mía, pero persisto en pensar que los he
chos, circunstancias y documentos confirman lo que tengo escrito.
La sentencia del Gran Jurado es evidentemente un absurdo jurí
dico, por las razones expuestas en la narración y que no son las
mismas que aducen mis amigos. En lo demás nuestros criterios
son también contradictorios. El 2 de agosto se restableció la lega

(1) Secretario de la Cámara de Diputados.


(2) Asiduo y benemérito huésped de los archivos caraqueños, hasta la víspera de
su muerte; tenía recopiladas las actas del proceso y proponíase publicarlas en volumen.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 179

lidad, continuó el Gobierno constitucional, al encargarse del Eje


cutivo el Designado Gual por ausencia del Vicepresidente Tovar.
Otra cosa hubiera sido si Castro no renuncia. ¿Renunció por im
posición de Casas, por consejo de Soublette, por exigencia de
Gual? Poco importa: no imitó el ejemplo de Vargas, quien prefi
rió la prisión y el destierro antes que la abdicación ante la fuer
za: ejemplo que bien conocía el general Castro, como que cuando
era capitán mandó la compañía de soldados que aseguró la pri
sión del Presidente Vargas el 8 de julio de 1835. El pronuncia
miento federalista de Casas fué un interregno de pocas horas. ¿ Se
pretendió sinceramente llamar a Falcón, o representar una come
dia? Lo mismo da; aun cuando la actitud de Casas resulte am
bigua el 1º de agosto. El hecho es que al día siguiente Casas y
sus batallones se contrapronunciaron por la Constitución. Gual
declaró entonces, categóricamente, que no asumiría el poder de
otro modo que por la vía legal, esto es, mediante la renuncia de
Castro, para presentarla al próximo Congreso. Castro convino en
ello: renunció y puso el poder interino que ejercía en manos de
quien estaba constitucionalmente designado para remplazarle.
Que fué víctima de todo el mundo -menos del Congreso- no ca
be duda: víctima de sus Ministros federalistas cuando le hicieron
firmar la alocución del 30 de julio, sabiendo, sin embargo, que si los
tratos con Falcón y los federales resultaban fallidos, se salvarían
ellos y lo sacrificarían a él ; víctima también del intermedio cómi
co, o trágico, como se quiera, de sus edecanes y de la guarnición;
víctima también del llamado Gobierno de San Pablo, a quien no
tomaron en serio los federales más influyentes; víctima también de
la insurrección de Aguado; víctima también de Gual, que lo man
tuvo preso cuando lo conducente y prometido era dejarle en li
bertad; víctima por último de Tovar. Todo por falta de carácter
enérgico, por no echarse resueltamente en brazos de la Federación,
si tal era su propósito, dando un golpe de Estado y asumiendo la
responsabilidad de una traición peor que la de Páez en 1861 ; o
por no abrazarse sinceramente a la Constitución jurada y desechar
el artero consejo de sus Ministros, si quería ser fiel al partido que
en la Convención de Valencia lo eligió Presidente interino. En
el proceso, hasta el acto de sentencia, el Congreso y la Corte Su
prema se atuvieron a los trámites legales. La Constitución especi
180 JOSE GIL FORTOUL

ficaba los casos de responsabilidad y decía ante quién había de


comprobarse la culpabilidad. ¿Que la ley de 1860 sobre califica
ción de delitos políticos fué posterior al delito imputado al Presi
dente Castro? Sí. Mas adviértase que de no seguirse el juicio
conforme a esta ley, hubiérase seguido lo pautado por la de 1849 ,
que estuvo vigente hasta el 19 de junio de 1860. La ley del año
49 señalaba como pena máxima el extrañamiento perpetuo; la del
año 60, ocho a diez años de extrañamiento. Debía necesariamen
te aplicarse la última, por ser favorable al encausado. Esto en
cuanto a teoría. En cuanto a procederes venezolanos, no cabe du
da que el procedimiento judicial seguido con respecto a Julián Cas
tro marcó un positivo progreso de moral política, comparado con
el bárbaro procedimiento del Congreso de 1850 contra Páez y el no
menos bárbaro de la Convención de Valencia contra Monagas.
El Gran Jurado de 1860 llevó sus escrúpulos hasta no imponer pe
na, a pesar de haber declarado que el acusado era culpable . Con
trasentido jurídico, porque debió absolver o condenar. Pero con
trasentido en el que la conciencia nacional de entonces y de hoy
pudiera ver un homenaje a la equidad, si el Presidente Tovar no
hubiese expatriado a su antiguo amigo, con pretexto de orden pú
blico y realmente obedeciendo a un arranque de venganza par
tidaria).
Volvamos a la guerra .
Ni la derrota que sufrieron en Coplé ni el indulto que a los po
cos meses les ofreció el Gobierno, fueron parte a que los jefes de
le revolución federalista cambiaran de propósitos. Los unos si
guieron procurándose pertrechos en las Antillas; los otros continua
ron peleando en guerrillas por muchos puntos del interior. Desde
agosto de 1860, apenas hubo Provincia donde no se formasen nue
vos grupos de conjurados y bandas facciosas. En seguida la gue
rra se tornó más ruda, más vandálica que en el año anterior. Mul
tiplicáronse desafueros y crímenes, no ya sólo por los forajidos de
profesión, sino también por oficiales de alto grado, lo mismo en las
filas del Gobierno que en las federales . En aquéllas adquirieron
fama sombría, entre otros los comandantes José María Rubín y
Regino del Nogal, a quienes se imputaban injustificados fusila
mientos; en éstas fueron tristemente célebres, entre muchos, nuevos
"generales" como Nicolás Patiño, un bárbaro que apenas sabía
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 181

garabatear su firma, y Pedro Aranguren, hombre tan atrabiliario


que sus propios soldados lo pasaron por las armas sin forma de
juicio ( 1 ). A las batallas campales de Santa Inés y Coplé, que
pudieron ser decisivas; la primera a favor de la Federación si no
hubiera muerto Zamora a los dos meses, y la segunda a favor del
Gobierno si el partido constitucional hubiera comprendido en se
guida que la necesidad del momento era unirse y organizar un
ejército más numeroso para evitar la probable reacción, sucedié
ronse incontables combates y escaramuzas, cuyas consecuencias
habían de ser solamente exacerbar la contienda , sumar hecatom
bes y arruinar la República. Los federales, menos armados, sa
bían que su interés era prolongar la guerra, multiplicar sus guerri
llas, correr de aquí y de allí en busca de buenos golpes de mano;
aunque los constitucionales se burlasen de sus volanderas bande
ras amarillas, llamándolas "banderas color de miedo". El Go
bierno, claro está, hacía lo que podía, y en los primeros meses de
1861 pudo sumar serias ventajas, gracias a la competencia con
que dirigía las operaciones militares el general Cordero, y gracias
también a la actividad de sus hábiles tenientes. En Carabobo, los
comandantes Rafael Capó y Nicolás Torrellas dispersan las gue
rrillas federales y toman prisionero a su jefe más importante, el
general Gabriel Guevara (enere, 1861 ). En febrero, los comandan
tes Pérez Arroyo y Manuel Herrera desbaratan con menos de 800
hombres a 2.000 que mandaban en la mesa de Barinas los gene
rales Pedro Vásquez y Pedro Manuel Rojas, quedando así recupe

(1) Acerca de Rubín me escribe un deudo suyo: "He sabido que ha comenzado
a ser editada de nuevo la obra de usted titulada Historia Constitucional de Venezuela.
Permítame usted que emita algunas consideraciones acerca de la persona de mi deudo
el General José María Rubín, tan malparado en la notable obra mentada. Creo que
Rubín no fué un ignorante. La familia conserva muchas obras literarias con anotaciones
autografas de Rubín, entre ellas las de Homero, Esquilo, Sófocles, Plutarco, Virgilio, Lu
cano, Horacio, Cicerón, Tácito, Granada Cervantes y Corneillo .... En Carora el notable
orador Jonás Alverez le entretenía con lecturas de poetas griegos, en especial de Es
quilo. Una honorable matrona, ya fallecida , doña Dolores de Riera, hermana del doctor
Alvarez, relataba el suceso y nombraba en su casa la cama donde Rubín se recogía
mientras el doctor Alvarez leíalo la Casandra .... Se sabe que fué profesor de mate
máticas del después su enemigo político el gran militar Ezequiel Zamora. Rubín salió
de una familia de recias virtudes tradicionales, de entre cuyos brotes cito a los prime
ros que llegaron a Venezuela : Rodulfo, luchador en Bailén, y José Joaquín, muerto con
gloria en Ayacucho defendiendo a su Rey. (Sigue una descripción del escudo de armas
de la familia) ...." E. Rubín Zamora, Caracas, 12 de mayo de 1930. Pueden verse tam
bién los " rasgos biográficos" de Rubín por Manuel Landaeta Rosales, en El Universal,
diciembre de 1925.
182 JOSE GIL FORTOUL

radas para el Gobierno las tres Provincias del Sudoeste. En las


del Centro se habían reunido hasta 3.000 federales, que atacaron
en Cúa las pocas fuerzas de Andrés Avelino Pinto; mas socorrido
éste a tiempo por otros jefes constitucionales, logró triunfar el 1º
de febrero. En Valencia, una sublevación de cuartel es sofocada
en breves horas (8 de marzo). En Oriente fueron por estos meses
más afortunados los federales. El 29 de marzo los generales Mi
guel Sotillo y Julio Monagas derrotan las tropas constitucionales
del coronel José Angel Ruiz, en Guanipa (Barcelona), y en abril
triunfan del general José María Zamora a inmediaciones de Ara
gua. Desgraciadamente para los federales, de esta acción sale
herido Monagas, que era su jefe más notable, y muere el 4 de
mayo. En suma, el Gobierno parecía consolidarse. Pero no su
cedió así.

Desde el año anterior venía revelándose una profunda división


en el partido constitucional, división que iba a hacer nugatorias
las ventajas obtenidas en los campamentos. Era ya evidente que
la guerra no cesaría sino por el cúmulo de errores de uno y otro
bando, por el exceso mismo de calamidades comunes. Dos frac
ciones del partido constitucional disputan en Caracas. La una,
que representa al poder civil, rodea al Presidente Tovar, empuján
dolo a medidas enérgicas para contrarrestar al propio tiempo la
amenaza federalista y las asechanzas de algunos correligionarios
infidentes. La otra fracción, de la que se hace vocero Pedro José
Rojas en El Independiente, insinúa como " remedio supremo" la
apelación a la dictadura, y trabaja subrepticiamente por ponerla
en manos de Páez. Pero Tovar, ideólogo abroquelado con su hon
radez insospechable, se muestra exageradamente impasible, se
resiste a creer en el peligro que lo amenaza , piensa todavía que
su Gobierno es fuerte, apoyándose, como se apoya, en dos cosas
nobles: la austeridad de su conducta personal y el prestigio de la
Constitución. En vano su amigo Juan Vicente González lo llama
"optimista" en El Heraldo, y para quitarle su bandera a los dicta
toriales, le advierte al Presidente que la Constitución es " como la
doncella de la Selva Negra, mil veces violada".
A mediados de marzo, 1861 , regresa de Nueva Yory el general
Páez, llamado por el partido dictatorial que dirige Pedro José Rojas
en la prensa y en el Congreso. En el Congreso obtienen los pae
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 183

cistas que se elija Designado al célebre Ministro de la Oligarquía


Conservadora, Dr. Angel Quintero. El 3 de abril resuelve Tovar,
no obstante las advertencias de los civilistas, poner a Páez a la
cabeza del ejército, y el 6, como renunciase todo el Ministerio a
causa de la grita de la oposición, que pedía hombres nuevos, for
mó el Presidente otro Gabinete así: Interior y Justicia, José Santiago
Rodríguez; Relaciones Exteriores, Hilarión Nadal (fervoroso parti
dario de Páez); Hacienda, Carlos Elizondo; Guerra y Marina, León
de Febres Cordero. Gabinete heterogéneo, por las encontradas
tendencia de sus miembros, cuya existencia debía necesariamen
te ser muy corta.

El predominio que el anciano general Páez iba a ejercer en el


ejército, intentó neutralizarlo Tovar solicitando del Congreso ascen
sos militares para muchos hombres jóvenes, que desde 1859 pu
sieron al servicio de la Constitución sus energías, ilustración, ha
cienda y valor personal, y que habían " ennoblecido (según frase
del Presidente) el grado de comandante". Comandantes eran, al
cabo de dos años de guerra continua, entre otros Andrés Avelino
Pinto, Francisco Pérez Arroyo, Facundo Camero, Manuel Herrera,
Jorge Michelena, Luis María Días, José Angel Ruiz, Simón Madriz,
Rafael Capó, Benito Figueredo, que se habían distinguido en cien
combates , y José Gil y Francisco Baptista, cuyas heroicas defensas
de Barquisimeto y Guanare, coronadas por el éxito, excitaron en
tonces la admiración de amigos y adversarios . Ascendieron casi
todos a coroneles, y meses después a generales. Mas no logró
con esto el Presidente conjurar el peligro, aunque la mayoría de
los nuevos jefes eran sinceros sostenedores del régimen constitu
cional. Porque el peligro estaba, no tanto en la influencia que
pudiera ejercer el genio militar de Páez, ya decaído y enfriado
por la edad, cuanto en la ambición que con miras personalistas
infundieron en el viejo caudillo los promovedores civiles de la
dictadura.
Páez, en vez de salir a campaña con las fuerzas que a sus
órdenes ponía el Gobierno, prefirió quedarse en la capital y sus
inmediaciones, con la pretensión de someter de hecho al Presiden
te a su voluntad soberana, así en los negocios de guerra como en
los problemas políticos; pero como no aceptase de buen grado
Tovar semejante tutela, renunció Páez el mando del ejército, el 8
184 JOSE GIL FORTOUL

de mayo. En seguida renunciaron también los Ministros, menos


el de Guerra, siendo reemplazado por Carlos Tirado, Juan José
Mendoza y Manuel Antonio Carreño. El 15 de mayo, Tovar reco
mienda al Congreso una amnistía amplia, con el fin de atraer a la
legalidad a los revolucionarios federales. Era tarde. La mayo
ría parlamentaria estaba ya a merced del manejo usurpador de
Rojas, quien buscaba diariamente el modo de precipitar una crisis
presidencial. El 16 de mayo, el debate se acalora en el Congreso
a tal punto, que los grupos adversarios se lanzan las más hirientes
inventivas. Créese personalmente ofendido el general Cordero,
Ministro de Guerra, y renuncia su cartera. Le sucede el coronel
José María Rubín. Al diputado Lorenzo Mendoza , respetable re
público, aunque temperamento exaltado y orador agresivo, Rojas
le grita: " si parece epiléptico " . Con el mote de " epiléptico" se
calificó desde luego a los enemigos de la dictadura Páez-Rojas ( 1).

Cuando esto pasaba en el Congreso, el coronel León Rodrí


guez se subleva en la Villa de Cura el 18 de mayo; júntase con
guerrilleros federales , y entran todos en La Victoria dando vivas a
Páez .... y a Falcón. Movidos por los que en Caracas querían
echar abajo el régimen constitucional, los de La Victoria se pronun
ciaron por un Gobierno provisional de transacción, compuesta de
Páez, Falcón y el arzobispo Guevara. De este modo se vengaba
Páez de no haberlo escogido Tovar para jefe de la revolución de
1858. Tovar, sintiéndose impotente para dominar la anarquía de
su propio partido, presenta su renuncia al Congreso el 20 de mayo .
Dice :

"He cumplido hasta hoy con el deber que me impuse al acep


tar el cargo de Presidente de la República, y sin excusar sacrificios
de ningún linaje he sostenido y defendido la Constitución. Pero
en medio de la lucha contra los rebeldes se me han creado obs
táculos de todo género, aun por hombres que, como yo, habían
jurado también sostenerla, hasta hacer estallar una revolución a
mano armada, con la defección de tropas al servicio de la Repú

(1) Díjose que la enemistad política entre Mendoza y Rojas se había exacerbado
desde que el segundo, aficionado a la existencia ostentosa y aun disoluta, le confesó
a aquél, en cierta conversación confidencial, que su íntima aspiración era hacerse
de dineros para irse a vivir cómodamente en país más civilizado, lo que alarmó en
seguida al receloso patriotismo de Mendoza .
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 185

blica, confabuladas ya con los antiguos enemigos de las institu


ciones.

No quiero que mi nombre sirva de falso pretexto para que


cunda tan pernicioso ejemplo; ni que se pretenda excusar con mi
permanencia en el Poder Ejecutivo los tremendos males que pasa
rán sobre la República por esta dolorosa complicación.

Acaso el Vicepresidente, más afortunado que yo, logre acu


mular elementos que salven el principio de la legalidad , única es
peranza racional para la estabilidad de la República .

Guiado por estas graves consideraciones presento al Congre


so mi renuncia de la Presidencia de la República, haciendo fervo
rosos votos por el triunfo duradero de su santa causa".

Fué Tovar genuino representante de la Oligarquía, en lo que


ésta ofreciera de más alto y noble, y también de más transitorio
o efímero en una sociedad ahora radicalmente revolucionarias.
Instruído, honrado, caballeroso, propenso al progreso , consagra a
su patria su entendimiento y sus virtudes. En vez de gozar tran
quilamente de su cuantiosa hacienda en cualquier país europeo,
en los centros civilizados donde se educó, prefiere lanzarse a la
vida política, en la que había de cosechar honores transitorios y
desengaños perdurables. A raíz de la revolución de marzo, en
medio del entusiasmo y de las esperanzas que produjo la caída
del personalismo, Juan Vicente González escribía ( 1 ). " El Sr. Tovar
es un patricio distinguido, en quien son igualmente respetables el
carácter y el corazón. Honesto ciudadano, patriota desinteresado
y valeroso, él no ha degenerado de los altos ejemplos de sus ma
yores; enemigo resuelto de la tiranía, en medio del egoísmo gene
ral, constante e incansable en buscarle contrarios y combatirla,
hasta dejar su inmensa fortuna a discreción del déspota, volar a
los peligros y exponer su vida. El es modesto hasta olvidar su
mérito, virtuoso sin ostentación, uno de esos hombres cuyo tipo
va pereciendo, que son caballeros hasta con los asesinos y pre
fieren ser víctimas a ser injustos .... Su estatua decorará un día
nuestras plazas y Venezuela se ilustrará con su nombre". Así lo
veían sus amigos, no sus adversarios. Orgulloso de su origen

(1) En El Foro, 15 de junio, 1858.


186 JOSE GIL FORTOUL

-decían sus adversarios democráticos pretende ocupar el pri


mer puesto en la República, gracias sobre todo a su nombre y a
su fortuna. Dos siglos hacía que el nombre de su familia sonaba
en los anales patrios. Descendía de un Manuel Felipe de Tovar,
o Tobar, que a mediados del siglo XVIII pasó de España a Cara
cas, entrando luego al Ayuntamiento como regidor, al tiempo que
era obispo de Venezuela su sobrino Fray Mauro de Tovar. En
1771 , el jefe de esta familia, Martín de Tovar y Blanco, casado con
María Manuela de Ponte, ya dueño de extensas tierras y numero
sos esclavos, compró en Madrid con fanegas de cacao un título
de Castilla, a semejanza de sus conterráneos los marqueses de
Mijares, del Toro, del Valle de Santiago, y de los condes de San
Javier y de la Granja (1 ). Sus descendientes figuraron desde 1808
entre los más decididos precursores de la Independencia (2), y uno
de ellos fué el célebre prócer civil Martín Tovar Ponte. El futuro
Presidente nació en Caracas en 1803 : en 1822 pasó a Inglaterra y
Francia, donde aprendió lenguas y adquirió variada erudición en
humanidades. Regresó en 1829 y figuró a poco en las luchas po
líticas hasta el 24 de enero del 48. Vencida para siempre la Oli
garquía Conservadora, e instaurada bajo Monagas la Oligarquía
Liberal , Tovar se hace jefe de la oposición contra el personalismo,
y triunfa en 1858. No ocupa , sin embargo, el primer puesto en la
revolución de marzo, porque pensó, erróneamente, que no se podía
efectuar entonces la alianza de los partidos sin apelar a un caudi
llo militar; y creyendo, con razón, que ese caudillo no debiera ser
el antiguo jefe de la Oligarquía Conservadora -porque realmente
no valía la pena promover una revolución para reemplazar el aven
turero personalismo de Monagas con el anacrónico personalismo
de Páez-, cometió otro error inventando con Fermín Toro la mal
hadada jefatura de Julián Castro. Durante dos años, Tovar tiene
que hacerle frente , a la vez, a las facciones federalistas , a la infi
dencia de Castro, y a la ambición sin escrúpulos de Páez. ¿Cómo
fundar, en medio de tales escollos, el imperio de la ley, la estabi
lidad constitucional? No comprendió la manera de lograrlo, o si
la comprendió no pudo aplicarla . Resultó inferior a su propósito.
Nacido para la vida culta de sociedades bien organizadas , faltá

(1) Tomo I.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 187

bale el coraje tenaz del dominador o regenerador de pueblos insi


pientes. Sólo en ocasiones fué capaz de resoluciones rápidas, de
hablar alto a sus consejeros y de perseguir a sus enemigos, con la
ley en la mano o fuera de la ley. Habitualmente marchaba a pa
sos contados, engreído en cierta impasibilidad elegante, soberbia
de gran señor, que se creía con derecho natural a la obediencia
de los demás, puesto que su misma alcurnia lo destinaba a ser de
los primeros en su país, y acreedor a la estima y respeto de todos,
puesto que bien conocían lo acendrado de su patriotismo, la alteza
de sus intenciones y la insospechable honradez con que ponía
hasta su fortuna privada de la que gastaba poco para sí mismo
al servicio de la cosa pública. Era hombre para gobernar en pe
ríodo de paz con Ministros como Soublette, Gual, Toro, Espinal, y
con adversarios de igual linaje . En frente de un imperator de
Provincia como Falcón y de un héroe de la democracia semide
magógica como Zamora, productos ambos de un período de tran
sición, en el cual comenzaba a derrumbarse el antiguo régimen y
a percibirse confusamente la renovación futura, en frente también
de un anciano degenerado como Páez, que venía ahora olvidadizo
de aquel ensayo de poder civil que constituía la gloria de la Oli
garquía Conservadora, Tovar se halló al fin perplejo, desconcer
tado. Hombre de gabinete, lo exasperan los tumultos de cuartel .
Hombre de refinada cultura, lo hieren las palabrotas de los mache
teros. Ideólogo, lo amilanan las contradicciones de la realidad.
Aunque sus ideas son liberales, no puede limpiarse de la mancha
de "godo", por el solo hecho de descender de un conde ( 1). Aun
que emplea la mayor parte de su renta en socorrer desgracias
ajenas, de él desconfía el pueblo, que aspira a la igualdad de
clases, a la igualación de fortunas. Para sobreponerse a su me
dio, para dominarlo, le falta el carácter férreo que revelará Guz
mán Blanco; le falta por de contado el genio político con que Bo
lívar supo socavar el pasado, transformar el presente, preparar el
porvenir. La renuncia de Tovar ante el Congreso, en lenguaje
austero y con un dejo de melancolía, fué el último gesto elegante
de un gran señor desengañado . Dejando a su patria envuelta

(1) Llamábase de Tovar como sus antepasados, pero aunque el de no es por sí


solo signo de nobleza, los plebeyos le tenían odio a esa partícula.
188 JOSE GIL FORTOUL

en sangriento conflicto, pasó a domiciliarse en París, donde murió


el 20 de febrero de 1866.

Admitida por el Congreso la renuncia de Tovar, el Vicepresi


dente Gual formó Ministerio con Angel Quintero en Interior y Jus
ticia; Rafael Seijas (interino), en Relaciones Exteriores; Carlos Eli
zondo, en Hacienda, y Carlos Soublette, en Guerra y Marina. Los
dos ministros más notables eran, como se ve , Quintero Y Soublette;
el uno, carácter de combate, conciliador el otro; aquél, deseoso de
revivir la Oligarquía Conservadora, con sus recuerdos, con su
pasado prestigio, y también con sus odios; éste, nacido más para
la diplomacia que para la lucha política, hombre flexible, liberal
por instinto, evolucionista por convicciones. Quintero, intransigen
te con sus adversarios, y aspirante por otra parte a la sucesión de
Gual, no tardará en ser víctima de sus propios aliados del mo
mento, los dictatoriales; Soublette, previsor y avisado, exento aho
ra de ambición personal, figura en el Gobierno por pura amistad
al Vicepresidente .
Gual, aunque al tanto de las causas que determinaron la
renuncia de Tovar, comete la imprudencia de encargar otra vez
a Páez del mando supremo del ejército. Páez se traslada a La
Victoria, donde acababan de dispersarse los sublevados del 18 de
mayo (su jefe el coronel Rodríguez se volvió loco); y allí, arrogán
dose de hecho las facultades extraordinarias que el Congreso con
cedió al Ejecutivo el 29 de mayo, comienza Páez a negociar con
los guerrilleros federales del Tuy, Aragua, Carabobo y Guárico,
implantando el manejo político que se llamó de "Paz y Unión".
Paz con los que se sometiesen a la voluntad de Páez, unión con
cuantos se agrupasen en su rededor; en suma, un personalismo
como el de Monagas y sin apariencia siquiera de legalidad .
Soublette, que veía venir la dictadura, renuncia su cartera a
fines de junio, e imítale Elizondo. El 9 de julio, el Ministerio se
compone de Quintero en el Interior; Jesús María Morales Marcano,
en el Exterior; Luis Iribarren, en Hacienda, y Manuel Vicente de
las Casas, en Guerra y Marina. Decídese el gabinete a contra
rrestar la política insinuada por Páez en el ejército, y ello no obs
tante que todos los ministros , con excepción de Casas, eran tilda
dos de paecistas . En 19 de julio se expide un decreto cuyos con
siderandos, a vueltas de observaciones sobre lo injustificado de
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 189

la revolución federal, y el ningn efecto producido por las medidas


de clemencia, dicen: "que las facciones no han podido establecer
en parte alguna un simulacro de Gobierno, ni organizarse para
librar combates regulares, ni tienen jefe responsable que subordine
las partidas armadas y les impida destruir el país con depreda
ciones y crueldades , ni ocupan una sola Provincia", y que la gue
rra hecha por esas partidas, las cuales " infestan los campos y
amenazan a las poblaciones, destruyendo e impidiendo la produc
ción, y oponiéndose al ejercicio normal de los derechos y garantías
de los venezolanos, se ha despojado de todo carácter político, y
es una guerra social. En consecuencia se decreta: "alterado el
orden legal en la República hace cerca de tres años, y habiendo
sido insuficientes todos los medios empleados hasta ahora para
restablecerlo, se declara en asamblea a todas las Provincias, con
excepción de las de Margarita, Trujillo, Mérida y Maracaibo, que
han tenido la fortuna de sustraerse al contagio que tiene arruina
das a las demás", quedando por tanto sometidos al fuero militar
todos los ciudadanos armados . El mismo día, otro decreto prohibe,
fundándose en las ordenanzas del ejército, que los periódicos con
tinúen publicando sin previa autorización noticias referentes a ope
raciones militares. Tales medidas, último esfuerzo para procurar
la pacificación, hacen recordar otras análogas de la época colom
biana, cuando se apeló al extremo de declarar en asamblea a gru
pos de Provincias. Pero no podían tener ahora eficacia alguna ,
como que el mayor peligro para el Gobierno constitucional se es
taba engendrando en su propio seno.
Como corolario del decreto de asamblea, el Ministro Quintero
le propuso a Gual una lista de proscripción donde aparecían hasta
personas pacíficas, evidentemente inofensivas. Y cuéntase que,
habiéndole observado Gual que en su lista faltaba un nombre , y
como le preguntase Quintero cuál era, Gual le contestó : "el mío".
El 9 de agosto renunció todo el Ministerio, y el 13 se formó nuevo
gabinete así: José Antonio Serrano, en Interior y Justicia; Fernando
Aurrecochea, en Relaciones Exteriores; Manuel Antonio Carreño ,
en Hacienda, y Manuel Vicente de las Casas, en Guerra y Marina .
El problema capital del momento era la actitud de Páez, más
aún cuando se supo en Caracas que estaba a punto de marchar
a encontrarse con Falcón, que acababa de desembarcar en la Pro
190 JOSE GIL FORTOUL

vincia de Coro . El Gobierno le exigió a Páez su renuncia de jefe


del ejército, y la presentó el 16 de agosto. Pero recordando los
partidarios de Páez el pronunciamiento de 1826, que lo llevó a re
belarse contra el Gobierno legítimo y a promover la disolución de
Colombia, celebraron en Valencia el 19 de agosto una asamblea ,
pidiendo que no se aceptase la renuncia, que se apartase Gual del
Ejecutivo y se llamase a ejercerlo al ex-Ministro Quintero en su
calidad de Designado. Breves días antes Gual, que presentía la
catástrofe, le había justamente escrito a Quintero, que se hallaba
en Valencia, insinuándole que su dimisión estaba próxima y lla
mándolo a la capital. El plan de éstos se realizó rápidamente. El
27 de agosto renunció el Ministerio y se formó otro con Lucio Siso
en Interior, Soublette en Exterior, Francisco Madriz en Hacienda, y
Casas en Guerra y Marina. "Este es el Ministerio de la agonía",
dijo Gual . Duró dos días.
Páez se había adelantado a La Victoria con el ejército que
mandaba en Valencia el general Pedro Ramos, el mismo de Santa
Inés. Los dictatoriales de la capital no pierden tiempo. Ganan
a su causa al jefe de la guarnición, coronel José Echezuría, y el 29
de agosto arrestan a Gual en su casa, proclamando en seguida a
Páez jefe civil y militar de la República ( 1 ). El 3 de septiembre,
Páez declara en un documento fechado en La Victoria que no acep
ta la dictadura y aconseja se llame al Designado Quintero. ¡ Co
media ! A los dos días entra en Caracas y el 10 de septiembre
asume el mando.
Gual era un anciano de 77 años. Nacido en Caracas el 31 de
enero de 1784, se le ve al servicio de la patria desde 1812. Su ca
rácter y estudios especiales le inclinaron en seguida a la carrera
diplomática, en la que superó a sus ilustres conterráneos Palacio
Fajardo, Revenga, Briceño Méndez . Fué efectivamente el más no
table de los diplomáticos venezolanos en las épocas de la Inde
pendencia y de Colombia. Bolívar distinguió y admiró siempre
su privilegiado entendimiento, sus artes de negociador discreto y
perspicaz, su lenguaje jugoso y persuasivo, su buena fe, su probi
dad. Al Congreso de Panamá lo mandó el Libertador como intér
prete y defensor de su grandioso plan de confederación america

( 1 ) Refiérese que Gual apostrofó a Echezuría, su protegido, diciéndole: "Tan joven,


y ya traidor".
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 191

na; y allí y en México sobresalió Gual, más que nadie, no sólo


por su habilidad profesional, sino también por el clarísimo criterio
con que apreció la verdadera situación de Hispanoamérica ( 1 ) .
Disuelta la Unión Colombiana, reside en el Ecuador. Esta Repú
blica lo nombra Ministro Plenipotenciario en Europa, donde se ma
neja, como en todas partes, con éxito brillante . Regresa a Caracas
en 1848, a raíz del 24 de enero, y no acepta la cartera de Relacio
nes Exteriores que más de una vez le ofrecen los Presidentes Mo
nagas. Adversario del personalismo, prefiere la oscuridad de la
vida privada; sin bienes de fortuna, se resigna a la estrech
su pobreza antes que sacrificar sus ideas y su nombre a los hala
gos del poder. En 1858, atraído por el programa regenerador de
la revolución de marzo, aparece en la política militante. Tanto
respeto infunde su personalidad, que el Congreso de ese año, al
admitir la renuncia de Monagas, lo nombra Presidente del Gobier
no provisional, encargado de mantener el orden mientras llegan
a la capital los revolucionarios de Valencia . Triunfante Castro, lo
elige miembro del Consejo de Estado, destino que renuncia a poco
por causa del protocolo Urrutia. Nombrado diputado a la Conven
ción de Valencia, distínguese en ella por su vasta cultura jurídico
política, por su profunda sensatez, por su elocuencia luminosa. Lla
mado al poder en momentos de guerra, tumultos y pasiones, con
serva su austeridad de filósofo estoico. Pero esa misma austeridad
le impide plegarse a las indispensables transacciones de la con
tienda partidaria. Diplomático profesional, su diplomacia es arte
de gabinete, de corte, de congreso, de tiempos bonancibles . Se
vero y adusto, sabe más de exponer principios y examinar siste
mas, en conferencia con cerebros que se le parezcan , que no de
manejar hombres enloquecidos o armonizar sentimientos exaltados :
le falta, en la política diaria, la flexibilidad sutil de Soublette, la
gracia amable de Fermín Toro. Era su entendimiento de un pen
sador que ve de lejos, y previó la catástrofe . Mas al propio tiem
po, era su carácter como el roble : resistió a la tempestad hasta
que lo arrancara de cuajo. No pudiera decirse que cayó del po
der desengañado: espíritus como el suyo saben leer en el porvenir.
Cayó con la seguridad de haber cumplido su deber, con la con

(1) Tomo I.
192 JOSE GIL FORTOUL

ciencia de toda una vida noble y veneranda . Se expatrió en se


guida; triste, sin duda, porque dejaba en desdichas a su patria,
pero consolada su alma de filósofo con la convicción de que la
desventura de los pueblos no puede ser eterna. Pobre y altivo se
fué a esperar la muerte en Guayaquil. Murió el 6 de mayo de
1862.
Más de una vez se ha pretendido equiparar los sucesos de 1º
y 2 de agosto del año 59 con los del 29 de agosto del 61. Seme
janza puramente superficial. En 1859, la guarnición de Caracas
mandada por el coronel Casas depone al Presidente Julián Castro,
que traicionaba a su propio partido y desconocía la Constitución
por él jurada ; y Casas, aunque vacila al principio, llama al poder
a la persona que designaba la ley. En 1861 , el golpe de Estado
de Echezuría derrueca al Vicepresidente Gual y proclama la dicta
dura, sin parar mientes en que había un Designado legítimo pronto
a asumir sus atribuciones constitucionales. El 2 de agosto del 59
se reanudó la legalidad; el 29 de agosto del 61 se suprimió la Cons
titución. Razón tuvo Falcón en decirles a Páez y a sus áulicos en
carta del 27 de diciembre : "Ustedes no representan sino otra revo
lución, la que el 29 de agosto derribó lo que con razón o sin ella
se llamaba Gobierno, apostatando al propio tiempo del pacto que
les daba a ustedes y a él la apariencia de legalidad con que pu
diera discutirse el hecho palpitante de la guerra civil que nos di
vide"...
La fecha del 29 de agosto marca la agonía del régimen esta
blecido desde 1830. Hasta entonces, todos los partidos, inclusive
el partido reaccionario de Monagas, habían procurado justificar
sus propósitos, y aun sus errores, con preceptos de leyes vigentes
o con nuevos actos legislativos. En cambio, la dictadura se im
planta a mano violenta, contraponiéndose a la vez al credo de los
constitucionales y al programa de la Federación . Tendía, por con
siguiente, al despotismo de hecho, y lo que es más triste, sumó al
punto otro infortunio nacional con los acumulados en los años an
teriores, prolongando ahora inútilmente la guerra civil. Páez, que
no era ya más que un nombre anacrónicamente prestigioso sobre
un cuerpo aniquilado , a quien estaba llamando a voces la tumba,
no vió, no quiso ver o no pudo ver el abismo moral en que se iba
a hundir para siempre su reputación .
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 193

El partido constitucional estaba muerto, a causa de sus disen


siones. Los que habían defendido el orden legal con la pluma y
la palabra, comprendieron que toda propaganda sería estéril. To
var ve , desde París, el ocaso definitivo de la Oligarquía. Quintero
y Gual se expatrian. Toro, que andaba por España en misión di
plomática, también se desconsuela, y no volverá a ilustrar los Con
gresos con su incomparable elocuencia. Espinal, siempre eclécti
co, espera a que pase la tormenta. Apenas queda en pie, por
bieve tiempo, Juan Vicente González , blandiendo su pluma venga
dora. En el ejército, no son pocos los que renuncian a luchar más
por una causa sin ideales. Otros, ilusionados al principio por la
promesa de "paz y unión", o comprendidos por circunstancias lo
cales y por intereses de sus Provincias, resígnanse a aguardar el
momento propicio de desceñirse la espada sin que el enemigo lo
atribuya a deserción o cobardía. Otros, menos escrupulosos, apro
vechan la primera ocasión de pasarse a las filas federales. Más
afortunado fué el destino de Andrés Avelino Pinto, el de bravura
indomable, a quien una bala quitó la vida en Cumaná, días antes
de proclamarse la dictadura. González lloró su muerte con rabio
sa desesperación y acoṣó al dictador con fulgurantes invectivas.
"Es para Otro -decía en su Meseniana a Pinto- es para Otro que
recorriste la República, esforzado y terrible, exponiendo tus precio
sos días que sacrificaste en flor; para Otro, que ayudaste a esa
prodigiosa epopeya que va a abismarse en la noche eterna del
olvido; para el que nos impuso al héroe del 24 de enero, y le temió
cobarde, y le imploró cautivo, y esperó a que le derrocasen los
fuertes para sucederle; para el que dió su espada por almohada
a la patria incauta, a fin de herirla, aleve, en el sueño de la con
fianza; para el que une su coy de vergüenza a los caballos del sol ;
para el Padre de Venezuela, el Ciudadano Esclarecido, el Sostene
dor del Poder Civil. Oh, si tú vivieras. Te habrías adelantado
ya a pasos de gigante, para tomar cuenta de las ultrajadas leyes
al violador inicuo. Despertaría tu voz al engañado ejército, que
no se cubrió de tanta gloria sino para oscurecerla , y que parece
no esperaba sino un desterrado para hacer un Dictador. Id, les
dirías con atronador acento a los que quedaron sordos a la
voz del deber; habéis negociado , nuevos Judas, con la sangre de
los mártires; y pues ha marchado sobre la de vuestros compañeros

13-III
194 JOSE GIL FORTOUL

el Tirano caduco, no lamer más sus pies, para que marquen bien
vuestra frente abyecta". Cierto día, ya preso González con mu
chos de sus correligionarios, fué Páez de visita a la cárcel. El ira
cundo Juan Vicente estaba escribiendo su Historia Universal, y al
ver a la puerta de su calabozo al Dictador, a quien en otro tiempo
había endiosado, le gritó: " Miserable, has borrado la fábula que
te inventó mi cariño!"

El 10 de septiembre, 1861 , publica Páez un manifiesto en el


que procura sincerar su conducta. Véase cómo. Dice que los su
blevados de Valencia esperaban que el Vicepresidente Gual re
nunciase el poder para allanar dificultades y dejar libre paso al
Designado Quintero; que la resistencia del primero a la voluntad
de los pueblos ya pronunciados, fué causa de los sucesos del 29 de
agosto; que él, Páez, rechazó en La Victoria el propósito de dicta
dura, y antes aconsejó llamar al Designado para que se reanuda
se la legalidad ; pero que, en llegando a Caracas, la opinión pú
blica le impuso el deber de encargarse del mando supremo, hasta
tanto se consiguiese la pacificación del país. Y termina su mani
fiesto decretando : que se dicten por los respectivos Ministerios las
providencias necesarias para organizar los diversos ramos de ad
ministración; que se dirijan circulares a los Gobernadores de Pro
vincias y jefe de operaciones a fin de que inmediatamente se pro
ceda a consultar el voto de los pueblos ; y se tenga por Secretario
General del Gobierno al Dr. Hilarión Nadal, "mientras se completa
la organización del Ministerio". Ministerio propiamente no hubo,
pues Pedro José Rojas se encargó de todos los Despachos, a excep
ción del de Guerra y Marina, encomendado provisionalmente al
coronel Rubín. Y a los tres meses, en diciembre, ya toda la Admi
nistración estaba en las solas manos de Rojas, quien se encargó
también de la Secretaría General, por ausencia de Nadal, enviado
a Londres como agente fiscal. Ni se convocó tampoco a eleccio
nes: Páez prefirió en cambio, invitar al jefe de la revolución fede
ralista, Falcón, a una conferencia encaminada a negociar la paz (1) ;
propósito de paz que se frustró a causa de las inaceptables exigen
cias del Dictador y a la desconfianza que inspiraba a los federales.

(1) De lo que se tratará en el siguiente capítulo.


HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 195

El 10 de enero de 1862 expide Páez tres decretos organizando


su Gobierno de hecho. En ellos enumera las garantías individua
les que reconocían las Constituciones anteriores; declara que “en
nombre y por autoridad de los pueblos", continuará " ejerciendo el
poder supremo hasta que la República se constituya legalmente";
dispone que las faltas temporales del Jefe Supremo las supla un
Consejo de Estado, y las absolutas un Sustituto electo por los con
cejos municipales; y ordena que todos los Ministerios, "en la parte
legislativa (sic) y administrativa ", queden a cargo de un Secreta
rio General (1). El Consejo de Estado, compuesto de siete miem
bros, preparará los proyectos de decretos, por propia iniciativa
o a propuesta del Secretario General, y dictaminará en los nego
cios que el Jefe Supremo le consulte. El Secretario General y el
Jefe de Estado Mayor General serán miembros natos del Consejo.
Para éste se nombra al arzobispo de Caracas, Dr. Silvestre Gueva
ra y Lira, a los generales José Félix Blanco y Domingo Hernández,
al Dr. Esteban Tellería y a los licenciados José Santiago Rodríguez
y Francisco Conde . Jefe de Estado Mayor es el general Benito Fi
gueredo, y Secretario General, por de contado, Pedro José Rojas,
a quien se proclamó además, en abril, Sustituto, para que, habien
do sido el padre de la Dictadura , continuase siendo su alma y
director .

Diecinueve meses duró este régimen, aunque reducido cada


día a más estrecho círculo por el creciente empuje de la revolución
federal. Antes de decir cuáles fueron su accidentada existencia
y mísero fin, volvamos la mirada a la evolución legislativa desde
el advenimiento del Presidente Tovar. Bien es cierto que la guerra
impidió que se cumplieran todas las leyes expedidas en esta épo
ca; pero algunas merecen atención especial por la doctrina en que
se inspiran.
En una República donde los años de paz apenas excedían a
los años de guerra (de 1830 a 1859 hubo once revoluciones arma
das), el problema de clasificar y penar los delitos políticos fué
acaso el más importante, en teoría. En la práctica , ya sabemos
que ninguna ley, o severa o suave, logró disminuir la frecuencia
de esos delitos, los cuales dependen realmente de condiciones so

(1) Imitación de lo que decretaron los revolucionarios reformistas de 1825.


196 JOSE GIL FORTOUL

ciales y no disminuyen ni aumentan por la dureza o lenidad de la


ley. La de 3 de abril de 1849 suprimió la pena de muerte -pena
que, por otra parte, se había aplicado pocas veces, si se compara
la suma de ejecuciones capitales con el número de jefes revolu
cionarios aprehendidos-, y la sustituyó con la pena de extraña
miento perpetuo en casos de traición contra la patria o contra el
régimen republicano existente. El Congreso de 1860 da un paso
más en el sentido humanitario, aunque los federales tildasen a ese
Congreso de conservador y de godo. Efectivamente, la ley de 19
de junio 1860 borra el bárbaro castigo de extrañamiento perpetuo :
aplica la pena máxima de diez años de presidio cerrado a los que
toman las armas contra la República en caso de guerra internacio
nal declarada, y el extrañamiento hasta por diez años a los con
victos de traición contra la forma de gobierno. En cuanto a los
delitos de rebelión y sedición, que son los más frecuentes, se man
tienen las penas de extrañamiento y confinación temporales . Ad
viértase, con todo, que los castigos más usados fueron, antes y
después, la expulsión y la prisión por tiempo indefinido, casi siem
pre sin juicio previo ( 1).
Se reforma también en 1860 el sistema de espera, corrigiendo
definitivamente el error cometido en 1849 (2).Prohíbese ahora pe
dir espera ni quita para las deudas que en adelante se contrajeren,
no pudiendo en consecuencia ningún acreedor ser demandado pa
ra que esté y pase por las concesiones que otros acreedores quie
ran hacer. En cuanto a las deudas contraídas con anterioridad a
la nueva ley, se dispone que la espera concedida en concurso de
acreedores no exceda de cinco años, a menos que la unanimidad
la otorgue por mayor plazo.
En 1861 se corrige otro error análogo cometido cuando se res
tringió inconsiderablemente, en 1848, la libertad de contratos. El
interés convencional se deja al arbitrio de los contratantes, y se
fija el legal en 6% anual. Los bienes muebles e inmuebles y los
derechos de usufructo o uso, no pueden rematarse por menos de
la mitad de su valor justipreciado, siendo nula toda convención
contraria .

(1) Las leyes citadas no se refieren, por supuesto, a los militares en servicio, quienes
continúan sometidos a las disposiciones especiales de la legislación militar.
(2) Véase el tomo II.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 197

El proyecto de crédito territorial iniciado por Francisco Aranda


en 1845, reaparece en 1861 bajo otra forma menos imprudente, y
hubiera podido ensayarse en tiempos bonancibles. La ley de 22
de junio de este año autoriza el establecimiento de sociedades de
crédito con el fin de conceder a los dueños de bienes inmuebles
préstamos sobre hipotecas, reembolsables a largos plazos por anua
lidades, no excediendo ningún préstamo de dos quintos del valor
total de la finca. El Estado no se obliga a proveer de capital a
esas sociedades de crédito: son asociaciones privadas, al contrario
de lo que se pretendió en 1845 (1).

Acerca de bancos se legisla el 9 de julio de 1860. Permítese


fundar bancos de depósitos, giros y descuentos sin más formalida
des que las prescritas por las leyes mercantiles para el estableci
miento de casas de comercio. A los bancos de emisión, fundados
por un solo individuo o por sociedades anónimas, se les exige:
consignar anticipadamente en el Ministerio de Hacienda sus esta
tutos detallados; publicar semanalmente el balance de sus libros
con mención del importe total de los billetes que hubiere en caja,
el de los pagarés en cartera, el de los préstamos a sus funciona
rios, accionistas y agentes, y el de las obligaciones del mismo
banco; publicar también las actas de las juntas generales.
La omisión de estas obligaciones sujeta al banco a ser cerrado y
puesto en liquidación. Si se trata de una sociedad anónima, el
banco tiene además el deber de formar un fondo de reserva para
casos adversos, fondo que se fija en la cuarta parte del capital
social y el 10% de las utilidades. Las tres cuartas partes del capi
tal han de enterarse en caja de una vez o en porciones sucesivas.
El máximum de billetes no puede ser más del duplo del capital
etectivo enterado en caja . El Poder Ejecutivo hace comprobar
mensualmente el estado del banco y sucursales, con vista de sus
libros, cajas y carteras. En octubre del año 61 , ya bajo la Dicta
dura, se estableció un banco de emisión protegido por el Gobierno,
al cual abrió crédito hasta por cuatro millones de pesos ; mas como
la administración del Dictador imitara el desorden fiscal de tiempo.
de los Monagas, quebró el banco a los tres meses.

(1) Véase el tomo II


198 JOSE GIL FORTOUL

En cuanto a fomento nacional, los actos legislativos de 1860


y 61 resultaron nugatorios por causa de la guerra. Lo único inte
resante es el criterio en que se inspiran. En 1846 se había conce
dido una prima a los buques construídos en la República , siempre
que navegasen en el mar, no por lagos y ríos de Venezuela, con
patente y pabellón venezolano. En 1860 se exime a los mismos
buques que tengan más de cuarenta toneladas, de todo derecho de
puerto por diez años, cualesquiera que sean las aguas por donde
naveguen y aunque lo hagan con patente y pabellón extranjeros.
En el propio año, el Congreso concede a Waldemar Worm , súbdito
dinamarqués, privilegio para construir un ferrocarril desde la cos
ta del lago de Maracaibo hasta la cuesta de Betijoque . No se
construyó la línea; pero merecen mencionarse algunas cláusulas
del contrato, para compararlas después con las de privilegios aná
logos acordados en el período de la Autocracia. La concesión es
solamente por 20 años; la empresa se obliga a conducir gratis, así
por ferrocarril como por los buques que establezca en el lago, a
los empleados nacionales, efectos del ejército y objetos destina
dos a obras cuyo costo lo paguen las rentas nacionales o munici
pales; el Gobierno no es responsable de perjuicios que sufra la em
presa como consecuencia necesaria de guerra internacional o con
moción interior a mano armada, a menos que los perjuicios pro
vengan de actos de las autoridades legítimas. Igual cláusula se
puso en el privilegio concedido en 1861 a Alfredo Roudier para
abrir y explotar por cincuenta años un túnel entre Caracas y la
Guaira.
La más constante preocupación del Gobierno fué, dicho está,
reorganizar la hacienda y revivir el crédito . Para cubrir los gas
tos de guerra, pagar intereses vencidos y amortizar parte de las
deudas, se intentó contratar en Londres un empréstito hasta por
ocho millones de pesos ; pero fracasó el proyecto ante la oposición
que le hizo en el Congreso el partido dictatorial. En 1860 sólo pu
do efectuarse un empréstito interior hasta por un millón de pesos,
con el fin de satisfacer sumas presupuestas para el próximo año
económico. En junio de este año se establece un impuesto sobre
las plantaciones de caña de azúcar que comprendan más de cua
tro tablones de a diez mil varas cuadradas, prohibiéndose al pro
pio tiempo la importación de azúcar, aguardiente de caña y sus
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 199

compuestos. Y se revive también, en junio de 1860, el impuesto


proporcional que con el nombre de "contribución directa" existió
durante la Unión Colombiana (1 ). Este impuesto es ahora de 3 a
5%, calculado sobre la renta o utilidad anual que produzcan las
industrias, oficios y profesiones, exceptuándose a los agricultores
y criaderos, a los que tengan renta que no exceda de 500 pesos y
a los empleados que contribuyan con parte de su sueldo al fondo
de abolición de la esclavitud. El cálculo de la renta se hace en
las cabeceras de cantón por juntas compuestas de seis peritos, al
gunos de ellos nombrados por el recaudador y los otros sacados
por suerte de un número triple de los industriales, que paguen
mayor patente. Los industriales que se crean perjudicados en la
calificación pueden reclamar ante una nueva junta, formada del
mismo modo. En el año siguiente , 1861 , se modifica la constitu
ción de estas juntas , disponiendo que sean de tres a siete miem
bros, sacados por la suerte de entre los que hubiesen declarado
su renta y supiesen leer y escribir (2).
Entre las leyes encaminadas a mejorar la administración fis
cal merece recordarse la de 6 de julio del año 60, que creó un Tri
bunal de Cuentas encargado de examinar y juzgar las de los em
pleados de hacienda. Compónese el Tribunal de cinco ministros
jueces, nombrados cada cuatro años por el Congreso, y (aquí el
punto más digno de recordación) no pueden ser removidos sino
por sentencia judicial . Además de practicar el examen ordina
rio de cuentas, el Tribunal pasa anualmente a la Cámara de Di
putados, al abrirse sus sesiones, un estado general de ingreso y
egreso de las rentas durante el último año económico: estado del
ingreso detallándolo por oficina y ramos de recaudación ; del egre

(1) Tomo I. Impuesto imitado del income tax, que se aplicó por primera vez en
vez en Inglaterra en 1798, durante la guerra con Francia.
(2) A este respecto nos escribió en años pasados el doctor Eduardo Calcaño, que
fué Ministro de Hacienda en 1860: "Los que formábamos el Ministerio en esa época
acaloramos y trabajamos por la realización de la idea de impuesto proporcional sobre
la renta; pero la iniciativa originaria, si no me engaña el recuerdo, fué del doctor Hilarión
Antich, hombre de buenos estudios. Cuanto a su ejecución, ¿cómo había de llevarse a
efecto medida tan trascendental, para la cual se necesita sosiego, meditación y aun ayuda
de la opinión pública, si para ese año estaba el país en lo más crudo de la guerra
federal, junto con intrigas, rivalidades y anarquías palaciegas que no permitían al Go
bierno otra cosa que pensar en defenderse de unos y otros y poner toda su actividad en
los asuntos de la guerra? Así quedaron estériles nuestros esfuerzos por traer ese pro
greso a nuestro sistema tributario" . Caracas, 15 de marzo, 1904.
200 JOSE GIL FORTOUL

so, según la nomenclatura con que el presupuesto designe los gas


tos; y a la vez otro estado general del crédito público interior y
exterior, especificando las deudas en capital e intereses. Con se
mejante tribunal, independiente por completo del Poder Ejecutivo,
no era posible se repitiese el desorden fiscal que había reinado por
diez años desde 1848. La Dictadura, que reanudó la tradición des
honesta, se apresuró a suprimir el Tribunal de Cuentas.
CAPITULO X

FIN DE LA DICTADURA

SUMARIO: Páez en Caracas, Falcón en Churuguara. - Suspensión


de hostilidades. - Conferencias de Carabobo, diciembre 1861 .
- Continúa la guerra. Barbaridades de uno y otro bando.
- Anarquía e infidencias. —
- Decídese por fin Falcón a man
dar a Guzmán Blanco a las Provincias del Centro. - Cobra
mayor pujanza la revolución federal. ― Los federalistas vene
zolanos y los granadinos. — Proyecto frustrado de confedera
ción colombiana. ――― Constitución del Estado Zamora, 1862.
Teorías liberales. - Decretos de la Dictadura. -- Autoridad
omnímoda del Sustituto Rojas. - Suspéndese la libertad de
imprenta. - Decreto abusivo sobre extranjería. - Registro del
Estado civil. ――― Códigos nacionales. — Administración fiscal.
- Impuesto y contribuciones extraordinarias. ―――― Empréstito ex
tranjero. ――――― Cómo se reparte. - Guzmán Blanco y Rojas. ――――――――
Negociaciones de paz. - Convenios de Coche y de Caracas,
abril y mayo 1863. Tentativa abortada de contrarrevolución.
- Asamblea de La Victoria. - Triunfo de la Federación.

Proclamada la Dictadura en septiembre de 1861 , hace Páez


el último esfuerzo por aplicar su ambiguo programa de "paz y
unión". Suspende las hostilidades en las Provincias del Centro y
envía comisionados cerca de Falcón, que se hallaba inactivo en
Churuguara (Coro), a invitarle a una entrevista personal con el
fin de ponerle término a la guerra. Aceptada la invitación , sus
péndense las hostilidades en toda la República y encuéntranse
ambos jefes el 8 de diciembre en la sabana de Carabobo. Falcón
202 JOSE GIL FORTOUL

propone: suspensión de hostilidades; un Gobierno provisional pre


sidido por Páez, con dos Ministros de la Federación y dos de la
Dictadura; convocación de una Asamblea Constituyente en la que
figuren representantes de entrambos partidos; renuncia del Gobier
no provisional ante la Asamblea, y nombramiento por ésta de otros
gobernantes interinos hasta que se promulgue nueva Constitución :
Falcón conservará entretanto su carácter de General en Jefe del
ejército federal, acampado en el lugar que él mismo escoja ( 1 ).
Rechazadas estas proposiciones, según afirman los citados histo
riadores federalistas, hubo otra conferencia el 9 de diciembre, a la
que asistieron Falcón, Páez, Guzmán, Rojas, el Lcdo. José Santiago
Rodríguez, Jesús María Paúl y el Dr. Canuto García, secretario
particular del Dictador, y en la que se convino (2): que se suspen
diesen las hostilidades; que Páez y Falcón continuasen investidos
con el carácter que actualmente asumían; que Páez nombrase ade
más a Falcón jefe del ejército nacional, con residencia en Caracas;
que la República se dividiese en 20 Provincias para su inmediata
reorganización provisional, en 10 de las cuales había de nombrar
Páez, de entre los partidarios de Falcón, Gobernadores y Jefes de
pequeñas guarniciones , y en las otras 10 había de proceder Falcón
del mismo modo ; que Páez convocase inmediatamente una Asam
blea Constituyente, " declarando en el decreto de convocatoria que
él no puede ser candidato para ningún cargo público, y que reco
mienda al general Falcón para futuro Presidente de la República" .
Afirma García que él redactó estas bases; pero que Falcón mani
festó luego que no creía conveniente se publicaran, no obstante
haberlas aprobado. Guzmán Blanco lo niega. En la circular que
dirigió a los jefes federales, desde Piedras Negras, el 13 de diciem
bre, dice: "Los contrarios hicieron al general en jefe varias propo
siciones; pero como ninguna de ellas, aunque personalmente hon
rosas, conciliaba las exigencias de la revolución que le han con
fiado los pueblos, fueron todas rechazadas en el acto y sin reser
va". García agrega: "De pronto había cambiado (Falcón) su pri
mera actitud de expansiones por otra de reserva, debido a la inter

( 1) J. R. PACHANO, Biografía de Falcón, p. 194; LEVEL DE GODA, Historia Contem


poránea, t. I, p . 425 ; GUZMAN BLANCO, En defensa de la causa liberal, p. 352.
(2) Según testimonio de García, reproducido por DOMINGO A. OLAVARRIA on su
Décimo estudio histórico-polítice, segunda edición , p. 500,
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 203

vención de otras personas con quienes había hablado durante su


estadía en aquellos lugares ". Sea lo que fuere, las bases apunta
das no se consideraron como definitivas. El 10 de diciembre pasa
Páez a Valencia, confiado en que Falcón le seguiría para reanudar
en poblado las conferencias. En vez de Falcón se presentaron en
Valencia, el día 11 , sus comisionados Guzmán Blanco y Rafael
Urdaneta, quienes se empeñaron en discutir con los representantes
de Páez, Dr. Manuel Porras y Jesús María Guevara, sobre las cir
cunstancias en que acababa de ser violado en la Provincia de
Coro el convenio de armisticio que se había celebrado en Agua
Larga, como preliminar de las conferencias de paz. No se avinie
ron los comisionados, y cada cual volvió a su campamento. Re
sultado negativo que se echaron en cara, recíprocamente, ambos
contendientes. Al año y medio se verá, por el final tratado de
paz, que los federales tuvieron razón en su relativa intransigencia
de Carabobo.
Rotas las negociaciones, regresó Páez a Caracas, Falcón a
Churuguara; y la contienda armada continuó como antes, bravía
e inhumana por uno y otro bando.
En los primeros meses de 1862, los federales sufren considera
bles reveses; pero logran pronto rehacerse. Enumerar tantos com
bates no tendría aquí objeto. Bastará mencionar aquellos, no po
cos, en que se renovó la práctica salvaje de la guerra a muerte,
exacerbándose todavía más la honda turbación moral de que ve
nían padeciendo todas las clases sociales. En febrero 1862, el ge
neral federalista Jesús María Hernández pierde una acción en la
Provincia de Portuguesa, huye herido y los enemigos lo asesinan.
Este jefe fué uno de los que fusilaron sin forma de juicio, el año
anterior, a su compañero Pedro Aranguren. En marzo, otro gene
ral federalista, Rafael Urdaneta, al salir del pueblo de Barbacoas
(Guárico) a inspeccionar con pocos soldados una guerrilla dicta
torial, se ve envuelto, ábrese paso a uña de caballo, dispara sus
pistolas contra un jinete que lo persigue , lo yerra, dase por ren
dido, y su adversario lo deja muerto de un lanzazo . Urdaneta, hijo
del eminente prócer de la Independencia, era una de las más altas
esperanzas de la Federación. Por el mes de mayo, las tropas fe
derales del general José Eusebio Acosta cometen en la Provincia
de Cumaná atrocidades inauditas, Cargaba Acosta unos treinta
204 JOSE GIL FORTOUL

y tres prisioneros de guerra . En marcha de El Limonar hacia San


Pedro, adelantó los presos por el camino real mientras seguía él
con sus fuerzas por una pica de pocos conocida . La escolta que
custodiaba a los presos la mandaba un capitán , Hipólito Mendoza ,
a quien uno de sus compañeros pinta así: "su figura repelente no
se prestaba a ninguna clase de relaciones ; sin nociones de cultura
y destituído de todo sentimiento humanitario, creía que no llenaba
bien su cometido , si a cada momento no ordenaba una requisa in
quisitorial u otra orden mortificante para los presos". Lo que re
vela que Acosta escogía bien a sus capitanes, para tan delicado
encargo . Al pasar por el bosque de Guasimilla , Mendoza les dice
a los soldados : " asegure cada uno sus presos", con el fin de regis
trarles las capoteras . Creyeron los prisioneros que los iban a ma
tar, y 19 echaron a correr . Mendoza ordenó fuego: 7 infelices
cayeron muertos , cazados como fieras. Un secretario de Acosta ,
Antonio Russián , agrega : "el General constituyó un tribunal , com
puesto del malogrado Carlos Acevedo , Angel F. Barberii y el que
suscribe , para esclarecer la verdad e imponer el castigo correspon
diente al que fuera culpable ; pero a pesar de haber tomado decla
puesto del malogrado Carlos Acevedo , Angel F. Barbieri y el que
los custodiaban, nada más pudo saberse sino lo que queda rela
tado; que fué una desgracia ocasionada por la imprevisión de los
conductores y el miedo que se apoderó de los que huyeron ". Men
doza se fugó a las pocas semanas en la derrota que a principios
de julio sufrió Acosta en La Maestranza (1). Ni fueron menos bár
baros que Acosta o sus capitanes los oficiales de la Dictadura :
triunfantes en La Maestranza , fusilaron a los prisioneros Carlos
Acevedo y presbítero Magne, por orden, se dice, del coronel Pedro
Vallenilla (2).
El mismo Dictador Páez cometió, por este tiempo ,
otro acto de ferocidad increíble . El 21 de mayo se libran dos
combates en los parajes de Chupulún y Palos Grandes , camino
de Caracas a Petare ; favorable el uno a los federales que manda
ba Luciano Mendoza , y el otro a los dictatoriales al mando de
Francisco Torres. Páez, al recorrer el mismo día el campo de

(1 ) Doctor ANIBAL DOMINICI, Biografía del general José Eusebio Acosta (Caracas,
1883), p. LXVII ; LEVEL DE GODA, Historia Contemporánea, t. 1 , p. 445; B. TAVERA ACOS
TA, Lo Histórico (Ciudad Bolívar, 1907), pássim. Domínici y Tavera se esfuerzan en
disculpar a Acosta de los cargos que reproduce Level por la matanza de Guasimilla.
(2) LEVEL DE GODA, p. 447.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 205

Chupulún, encuentra en el corredor de una casa, puestos en fila,


a los soldados dictatoriales que habían muerto en el combate, y a
quienes los federales habían mutilado sus miembros viriles y me
tídoselos en la boca. Páez trasmitió en seguida orden a Caracas
para que se fusilase en el acto a los generales federalistas Herrera
y Paredes, presos en la cárcel. La orden se cumplió.... No eran
solamente criminales instintivos, bandidos anónimos, quienes aho
ra deshonraban a la patria. Verdad es que un hombre como Páez
no había domado por completo, al ingresar y vivir en la clase
superior, sus primitivos impulsos. En él, y en muchos otros, o
conservadores o liberales, se despertó durante la guerra federal
aquel instinto feroz que heredaron de sus antepasados, y no su
pieron encumbrarse en toda ocasión sobre un medio social sacu
dido por el odio partidario, odio delirante.
¿Por dónde andaba el bueno de Falcón? Continuaba en su
guarida de Churuguara, lejos de las más urgentes operaciones mi
litares. Tan sólo su carácter indeciso, su congénita timidez de de
terminarse a reunir en cuerpo de ejército, como lo hubiera hecho
Zamora, las diseminadas guerrillas de sus parciales, explican que
la Dictadura pudiese vivir aún tan largos meses . En el bando dic
tatorial reinaba la anarquía y tomaba cuerpo la infidencia. Véase
si no. Derrotado el general Camero en La Peñita (Provincia de
Coro) en abril de 1862, la Dictadura manda que lo reemplace el
general Manuel Vicente de las Casas. (Casas, aunque adversa
rio de la Dictadura, se había decidido a volver al servicio, porque
consideraba como "un deber moral", según decía ingenuamente,
combatir a toda costa a los federales). Camero desobedece y con
tinúa guerreando por propia cuenta, hasta que el enemigo lo toma
prisionero en Buchivacoa, el 29 de diciembre. En Maracaibo su
cédense desde el mes de enero sublevaciones de cuartel : en octu
bre, el coronel Jorge Sutherland y el comandante Venancio Pulgar,
ambos dictatoriales, establecen un Gobierno aparte, declarándose
hostiles al predominio del Sustituto Rojas. Al fin reconocen la
jefatura de Falcón (marzo, 1863), quien les acuerda el grado de
generales en jefe . En Carabobo, el coronel Lorenzo Rivas se pasa
con sus tropas a la Federación. En Barquisimeto hace lo mismo
el coronel Manuel Paredes. Muchos otros, comandantes de armas
o gobernadores civiles, también se pasan. Los que continúan la
206 JOSE GIL FORTOUL

guerra, lo hacen por respeto a la disciplina, o por cumplir su pala


bra empeñada, o por invencible aversión a los federales, o simple
mente porque ningún prohombre oligarca podía ya vivir retirado
en su casa. Que la Dictadura Páez-Rojas tuviera probabilidades
de sostenerse, no lo creyeron nunca sino los revolvedores de oficio,
y el corro de empleados y postulantes que rodea a todo Gobierno.
Completemos el cuadro con el siguiente fragmento de unas
memorias fidedignas. Su autor fué hombre de carácter entero,
que hablaba a usanza de viejo hidalgo oligarca, y escribía sin
retóricas. "Ya bajo la Dictadura -dice- los militares que ha
bíamos figurado en primera línea no teníamos más que tres cami
nos: o pasarnos a la Federación, como hicieron muchos cubriendo
se con el oprobio de la traición, o seguir peleando por un Gobierno
incapaz y nulo, o abandonar el servicio. Lo último era imposible ,
porque se quedaba uno entre dos fuegos. La experiencia me
costó a mí caro: los oligarcas y los federales saquearon sucesiva
mente mi casa de El Tocuyo y acabaron con mi hato de Barba
coas .... Camero, jefe de operaciones en Coro ( 1862), tuvo que
ir a Caracas a conferenciar con Páez y el Sustituto. Yo era jefe
de estado mayor y quedé mandando las tropas . Para racionarlas ,
me propuse apresar los contrabandos que venían de Curazao, pro
tegidos por los mismos buques y autoridades del Gobierno. El
principal contrabandista era nada menos que el Gobernador de
la Provincia, Betancourt; y no vacilé un instante en deponerlo mi
litarmente. Al regresar Camero, fuí a Caracas a dar cuenta de lo
sucedido, y en conferencia con el general Páez le dije francamente
que él ignoraba lo que estaba pasando en la República , que su
edad no era para gobernar pueblos sublevados y que la Federa
ción triunfaría infaliblemente , si la dirección de la guerra no pasa
ba a otro hombre más experto que su Sustituto en cosas militares.
Me oyó sin exaltarse, y después de algunas frases dichas en tono
de consejo, me dijo que escogiera entre volver a Coro o dirigir una
expedición a Oriente contra Monagas. Contesté al día siguiente
que prefería regresar a mi Provincia (Barquisimeto) .... Apenas
había jefes del Gobierno que no intentasen " federarse". Antes de
la derrota que sufrió Camero en Coro, Rubín (el ex-Ministro de
Guerra) me dijo un día que era llegado el momento de "coger
puesto en la Federación", y si no lo hizo, fué porque lo amenacé
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 207

con pedir inmediatamente mi retiro. Era Rubín un general vale


roso; pero tan ignorante y atrabiliario, que al fin nos vimos obliga
dos a desconocerlo ( 1 ). Después sucedió algo peor: el coronel
Paredes se pasó al enemigo con todas sus fuerzas. Se hizo ya
imposible toda resistencia en la Provincia, y convine con el Gober
nador, Dr. Rudesindo Freites, en marchar a apoyarnos en Norber
to Jiménez, quien se decía fuerte en Guanare (2). Paredes nos
persiguió, vitoreando a la Federación, en Quíbor, El Tocuyo y Hu
mocaro Bajo, donde se pasaron casi todos nuestros oficiales. Yo
seguí a Trujillo con unos 200 hombres. Allí me recibió el Gober
nador Dr. González (José Emigdio) diciéndome : " General, si Tru
jillo está también federado hace tiempo! " Entregué la tropa, y a
poco llegó una comisión con orden de Falcón para que me le fuese
a presentar en Barquisimeto. Falcón, que meses antes me había
escrito proponiéndome que me pasase a sus filas, y a quien con
testé entonces que sería todo menos traidor, me recibió sin embar
go del modo más caballeroso, ofreciéndome garantías si me au
sentaba de la Provincia, y mandó expedirme pasaporte para volver
a Trujillo. Esto hice; pero sólo después de pagar una suma que
me exigieron a título de empréstito los nuevos gobernantes de
Barquisimeto .... La Dictadura fué una farsa desde el principio
hasta el fin. Falcón, aunque militar inepto, triunfaba por la mayor
ineptitud de los que convirtieron al viejo general Páez en simple
instrumento de personales ambiciones .... (3)" .
Mediando el mes de agosto, 1862, Falcón se había determina
do por fin a sacudir su habitual indolencia . Envió a las Provin
cias del Centro a Su Secretario General, Antonio Guzmán Blanco,
con amplísimos poderes para dirigir a su arbitrio las operaciones
militares (4). Así como tuvo Falcón en 1859 la sensatez de poner
el ejército al mando de Zamora obraba ahora con el mismo acuer
do, aunque tardío, concediendo atribuciones ilimitadas al único
hombre que, entre las medianías que le rodeaban, podía asegu
rarle pronto el éxito definitivo; si no con su pericia militar, que era
aún problemática , en cambio con su incontestable genio político .

(1) En Sabana de Parra, marzo de 1863.


(2) Capituló el 5 de abril.
(3) Papeles inéditos del doctor José Gil.
(4) Circular fecha en Churuguara a 16 de agosto.
JOSE GIL FORTOUL
208

Guzmán recorrió en seguida las Provincias de Carabobo, Aragua


y Caracas, tomando nota de las numerosas guerrillas federales y
haciéndose reconocer como jefe. En octubre se encontró ya en la
sierra de Carabobo a la cabeza de 3.000 hombres y venció a los
dictatoriales en los combates de Flor Amarilla, Quebrada Seca, etc.
Con todo, no era su plan aventurarse en batallas campales. Con
vencido de que la Dictadura estaba irremediablemente perdida, bus
caba el medio y la ocasión de anudar en secreto negociaciones de
paz con su amigo personal el Sustituto Rojas.
Entretanto, venía preocupándose el grupo intelectual de la
revolución con otra cuestión de singular trascendencia , a saber,
la alianza de los federalistas de Nueva Granada y el Ecuador, pa
ra formar una confederación colombiana. Esta idea la había re
vivido en Nueva Granada el general Tomás Cipriano de Mosquera,
desde que en 1860 desconoció en el Cauca al Gobierno Nacional.
Los venezolanos que en 1861 se hallaban en Bogotá, a consecuen
cia de su derrota en Coplé entre ellos Francisco Aranda, Antonio
Leocadio Guzmán, Napoleón Sebastián Arteaga, José Ignacio Pu
lido, se acogieron a la idea de Mosquera , y para propagarla con
vinieron en que Guzmán fundase allí mismo un periódico con el
título de El Colombiano, que empezó a publicarse el 7 de septiem
bre, 1861. A fines de este año, Arteaga y Pulido se trasladan a la
Provincia de Barinas, donde dominaba el general federalista Pe
dro Manuel Rojas, y de acuerdo con él empezaron a propagar el
plan de Mosquera, con tanta mayor esperanza de éxito, cuanto
que ya en abril los federales de la Provincia de Caracas habían
celebrado una asamblea en el pueblo de Caucagua para pronun
ciarse por la Unión Colombiana. Pero las cosas tomaron luego
otro rumbo en Venezuela (1).

En 1º de octubre de 1862, Pedro Manuel Rojas, en su carácter


de "General en Jefe de los ejércitos federales del Sur de Occiden
te", expide un decreto convocando una Asamblea Constituyente

(1) Los federalistas de Nueva Granada triunfaron definitivamente en diciembre de


1862; el 4 de febrero, 1863, reunieron la Convención Nacional de Río Negro (Estado de
Antioquia), y el 8 de mayo expidieron la nueva "Constitución de los Estados Unidos de
Colombia", nombre que existía de dos años atrás por lo que se había llamado "Pacto
de Unión" de los Estados, pero que se quedó letra muerta durante la guerra civil. La
Constitución de Río Negro la firmó el venezolano Antonio Leocadio Guzmán , como uno
de los diputados del Estado de Cauca.
1
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 209

para formar un Estado soberano con los pueblos de las Provincias


de Barinas y Apure. Instalada la Asamblea en la ciudad de Nu
trias, promulga la Constitución del nuevo Estado Zamora el 4 de
noviembre (1). Constitución que, aunque no pasó de teoría, con
tiene algunos artículos merecedores de mención especial. Declara
que el Estado Zamora es parte integrante del territorio que llevó
el nombre de República de Venezuela : pero "sólo dependerá de
un Gobierno Nacional si fuese análogo a sus instituciones en lo
relativo a los negocios siguientes: relaciones exteriores ; organiza
ción y servicio del ejército permanente y de la marina de guerra;
crédito nacional; naturalización de extranjeros; rentas y gastos na
cionales; uso del pabellón y escudo de armas de la República ;
pesos, pesas y medidas oficiales". (Tal amplitud del régimen fe
derativo puro será restringida en 1864 por la primera Constitu
ción federal). En el capítulo de "garantías y deberes" se definen
principios más amplios que los formulados por la Convención de
Valencia, si bien con una que otra contradicción o ambigüedad
notable. La libertad de la prensa es absoluta; pero en el mismo
párrafo se dice que la libre expresión del pensamiento, cuando
"sea de palabra o por escrito" será limitada por la ley, " para cas
tigar las faltas de respeto que se cometan contra los tribunales,
corporaciones o funcionarios públicos". El término "falta de res
peto" se presta a todo género de interpretaciones abusivas. Más
liberal en esto era el código de imprenta de la Oligarquía Conser
vadora, de 1839, el cual disculpaba todo escrito encaminado a cri
ticar o censurar a cualquier empleado público en el desempeño de
sus funciones (2). Proclámase de nuevo la libertad de cultos, que
existía desde 1830, y se agrega: "será absoluta la prescindencia
de las autoridades y corporaciones públicas en los asuntos religio
sos de todos los cultos o sectas" ; lo que se puede interpretar como
abolición de todo presupuesto de cultos. Se declaran suprimidos
"
los cordones sanitarios, como contrarios a la libertad de locomo
ción". Todo ciudadano tiene "el derecho de usar, comprar y ven
der armas libremente". Se mantiene la institución de jurados en
las causas criminales; pero se exceptúan las que se refieran a res
ponsabilidad de empleados y a delitos políticos. ¿ Por qué? El

(1) Se imprimió en Barinas, en la imprenta Independiente de Luis Avril e Hijo, 1862.


(2) Véase el tomo II.

14-m
210 JOSE GIL FORTOUL

liberalismo tendía justamente a aplicar el juicio por jurados en


casos de delitos políticos; y el Congreso de 1860 había dado el
ejemplo al someter los juicios de responsabilidad contra los altos
funcionarios a un jurado compuesto del Senado y de la Corte Su
prema. Quedan abolidas las penas de muerte y de trabajos for
zados, y la prisión por deudas. Finalmente, se estatuye que el
ejercicio del derecho electoral no se pierda ni suspenda en ningún
caso; sin decir, empero, cómo han de ejercer este derecho los con
denados a pena corporal o arrestados por presunción de delito.
En la organización de la Asamblea Legislativa se nota, que ningún
diputado puede aceptar empleo en el ramo ejecutivo ni en el judi
cial, durante el período de su elección y cuarenta días después;
que la Asamblea tiene derecho de convocarse a sí misma a sesio
nes extraordinarias, cuando lo acuerde la mayoría relativa de sus
miembros; y que la propia Asamblea dicta la legislación civil y
penal del Estado. El Presidente del Estado se elige cada dos años
por voto popular; sus faltas las suple uno de los cuatro designados
que la Asamblea nombra anualmente. Hay tres Secretarios de
Estado (Interior y Justicia, Hacienda, Guerra), de libre elección del
Presidente. El alto Poder Judicial se forma de una Corte Superior,
con tres ministros nombrados por las municipalidades; y un Pro
curador del Estado electo por votación popular, no pudiendo aqué
llos ni éste ser reelectos para el período inmediato. Un Consejo
de Gobierno, compuesto del Procurador, los Secretarios del Despa
cho, uno de los ministros de la Corte Superior y el primer Designa
do, sirve de cuerpo consultivo al Presidente. En resumen, la Cons
titución de Nutrias fué, salvo reparos secundarios, modelo de muy
avanzada organización local, y es lástima que no se pudiera prac
ticar a causa de la guerra. Entre los 63 diputados que la firmaron,
se distinguían: el incansable propagandista Napoleón Sebastián
Arteaga, nombrado Presidente, in pártibus, del nuevo Estado Za
mora, y el general José Ignacio Pulido, hijo del prócer de la Inde
pendencia y sobrino de aquel Gobernador de Barinas que en 1813
defendía contra Bolívar el principio federalista ( 1 ).

Mientras los federales legislaban en las Provincias que iban


ocupando, la Dictadura hacía lo mismo en Caracas. En su decre

(1) Tomo I,
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 211

to del 19 de enero de 1862, Páez declaró que el poder que le dieron


los pueblos era "ilimitado". Gobernó, por consiguiente, sin otra
norma que sus propias providencias autoritarias. El 9 de enero
dividió el despacho de la Secretaría General en cuatro departa
mentos: Interior y Justicia, Hacienda, Relaciones Exteriores y Gue
rra y Marina, y nombró con el carácter de Directores, respectiva
mente, al Dr. Elías Acosta, a José Gervasio Sotillo, al Dr. Manuel
Porras y al general Miguel Sagarzazu . No les dió el título de
Ministros, a fin de que fuesen meros amanuenses del Secretario
General y Sustituto Rojas, quien de hecho concentraba en su vo
luntad todo el poder político. Por otro decreto del 2 de enero ya
estaban derogadas las leyes de imprenta, y se dijo entonces que
los Gobernadores de Provincia y jefes políticos de cantón pudiesen
proceder contra escritores e impresores, penándolos con multas de
500 pesos o arrestos hasta cien días, y prohibiéndoles además el
ejercicio de su industria. Dicho está que los periodistas de opo
sición, ora se llamasen " constitucionales", calificativo ahora ana
crónico, o bien figurasen entre los "epilépticos” , a quienes odiaba
especialmente el Sustituto, fueron a dar en la cárcel, con Juan Vi
cente González a la cabeza. Ni escaparon tampoco a la arbitra
riedad de la Dictadura los residentes extranjeros. El 17 de enero,
a pretexto de que algunos ciudadanos promovían justificativos
ante jueces inferiores para probar nacionalidad extranjera, se dis
puso que en estos casos era preciso ocurrir a los jueces de primera
instancia, los cuales, después de oír al agente fiscal o procurador
municipal, decidirían en derecho sobre las mencionadas solicitu
des, pudiendo juzgar y castigar las falsedades y perjurios que re
sultasen, y debiendo comunicar el fallo directamente al departa
mento de Relaciones Exteriores. A tantos abusos se prestó tan
peregrino decreto, que la Dictadura se vió obligada a rectificarlo
a los seis meses (26 de agosto), diciendo que no era atribución de
los jueces de Provincia decidir las cuestiones de nacionalidad; que
se tuviesen por nulas las sentencias pronunciadas, y que se pasa
sen todos los expedientes a la Corte Suprema para fallar según los
tratados públicos o a falta de ellos , conforme al derecho de gentes.

En los primeros meses de 1863 se expiden decretos más sen


satos, algunos realmente notables. Organízanse en 20 de febrero
las oficinas del registro público, ordenando que entre sus protoco
212 JOSE GIL FORTOUL

los figuren los relativos al estado civil (nacimientos, matrimonios


y defunciones), con lo que se llevaba a la práctica la recomenda
ción que hicieron los Congresos de la Oligarquía Conservadora .
Desde el año anterior se había promulgado un código civil y otro
de comercio, y en este año del 63 se manda publicar el código
penal y los de procedimiento civil y criminal. Sin embargo, ape
nas pudieron aplicarse, porque a los pocos meses el Gobierno de
Falcón dió un inconsulto decreto declarando insubsistentes todas
las leyes dictadas desde 1858, con excepción del código de co
mercio (1).
La administración fiscal de la Dictadura fué desastrosa: au
mentó inconsiderablemente las contribuciones, contrató un emprés
tito oneroso y manejó mal el tesoro. En septiembre de 1861 se
aumenta el impuesto sobre consumo y exportación de sal. En
noviembre del propio año se sobrecargan con 50% los derechos
ordinarios de importación, y se establece sobre los efectos de en
trada libre una contribución de 15% ad valorem, con excepción
del oro, la plata, imprentas, libros impresos, máquinas para indus
trias y algunos comestibles. En agosto de 1862 el impuesto ex
traordinario sobre la importación llega al 75%. En febrero del 63,
el trigo importado paga 75 centavos por quintal; y en abril se
aumenta en 25% el arancel de exportación de productos naciona
les. Además, en enero del 62 se ordena que las rentas parroquia
les contribuyan con un 10% a las provinciales, y en julio se eleva
la misma contribución al 20% . Por último, en abril del 63 el
impuesto proporcional del año 60 sobre las industrias, oficios y
profesiones, se convierte en impuesto nacional de cuota fija: su
máximum es de 1.200 pesos para los bancos y casas mercantiles.
El empréstito extranjero que no pudo efectuar el Gobierno de
Tovar, a consecuencia de la oposición que le hicieron los dictato
riales, lo contrataron éstos en términos desventajosos. El 1º de
julio de 1862, el comisionado fiscal en Londres, Hilarión Nadal, y
la casa de Baring Brothers & Co convienen en un empréstito por
valor nominal de un millón de libras esterlinas, y efectivo de

(1) Este código sigue vigente hasta 1873. Lo redactaron los doctores José Reyes,
Fernando Antonio Díaz y Modesto Urbaneja, jurisconsultos de nota, e Isaac Pardo, espe
cialista en asuntos mercantiles. Los demás códigos eran obra del doctor Julián Viso,
menos el de procedimiento civil, redactado por el Lcdo. Luis Sanojo.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 213

£ 630.000, al 6% anual. De esta cantidad se resta la de £ 214.000


para capitalizarla por intereses vencidos de deudas anteriores.
Como seguridad del pago o redención del empréstito, que se hará
a razón de 2% al año, Venezuela compromete el 55% de los dere
chos de importación cobrados en La Guaira y Puerto Cabello, ga
rantizando además que este tanto por ciento equivaldrá cuando
menos a £ 164.000 por año hasta fines de 1865, y a £ 200.000 en
adelante . Baring Brothers nombran agentes en dichos puertos
para recibir periódicamente aquellas sumas, y a los agentes les
ofrece el Gobierno "toda facilidad o informe que requieran para
cerciorarse de la exactitud de la suma que se les haya pagado o
que se refiera a este particular" (cláusula que permite pensar que
el comisionado fiscal no tenía tampoco mucha confianza en la
buena fe de su Gobierno). Baring Brothers retienen para sí: £ 15.000
que se les deben; £ 12.500 por comisión y corretaje ; 1 % de comi
sión sobre los intereses y dividendos que abonen, y 2 % sobre las
cantidades que empleen en amortización. Deducido, pues, lo que
se capitalizó por deudas atrasadas y el gasto ordinario del em
préstito, el Gobierno recibió en efectivo más o menos 2.400.000
pesos, de los cuales empleó cerca de la mitad en satisfacer com
promisos del quebrado Banco de Venezuela, en reclamaciones in
ternacionales y en el saldo de uno que otro préstamo interior. De
la otra mitad, que debía aplicarse a gastos de guerra, se defraudó
buena parte, lo mismo que de las rentas oordinarias; pues no supo
la Dictadura seguir la honrada tradición que venía de los Gobier
nos de Castro , Tovar Y Gual.

Desde comienzos de 1863, Guzmán Blanco anudó secretamen


te negociaciones de paz con el Sustituto Rojas, sin que se suspen
diesen por eso las hostilidades. Hubo todavía muchos y ya inúti
les combates. Repitiéronse además sucesos bárbaros. El 24 de
febrero, los federales presos en la cárcel de Caracas intentan eva
dirse favorecidos por algunos soldados de la guardia. Escalan
una pared, se lanzan a la calle y corren los más a esconderse del
otro lado del Guaire. Pero dos de los presos, generales José de
Jesús Vallenilla y Diego Beluche, al saltar la pared fueron sorpren
didos por una patrulla y asesinados . O casual o deliberada re
presalia vino así a vengar el asesinato de Juan Bautista Rodríguez
214 JOSE GIL FORTOUL

y Antonio José Vázquez, cometido en circunstancias análogas bajo


la Presidencia de José Gregorio Monagas.
La Dictadura estaba agonizando. Perdida la Provincia de
Maracaibo por la sublevación de Sutherland y Pulgar, perdiéronse
también las de Mérida y Trujillo. Guzmán Blanco, Francisco Li
nares Alcántara, Luciano y Natividad Mendoza, eran dueños del
Centro. En Barquisimeto triunfaron fácilmente los federales gra
cias a la infidencia de Paredes. En Portuguesa, Barinas y Apure
dominaban Pedro Manuel Rojas y José Loreto Arismendi. En
Oriente, los Sotillos , José Tadeo Monagas y José Eusebio Acosta.
Por fin, el 23 de abril de 1863 juntáronse Rojas y Guzmán Blanco
en la hacienda de Coche, cerca de El Valle, y redactaron un con
venio preliminar de paz, que dice:

"Pedro Rojas, Secretario General del Jefe Supremo de la Repú


blica y Antonio Guzmán Blanco, General y Jefe de las fuerzas fe
derales que obran en estas Provincias, reunidos a excitación del
segundo con el objeto de tratar de poner término por medios hon
rosos y pacíficos a la presente desastrosa guerra, hernos celebrado ,
el primero a nombre del Jefe Supremo de la República, y el segun
do, con autorización del señor general Juan C. Falcón, Jefe del ejér
cito federal, un convenio de paz con las siguientes condiciones :
19 El ejército federal, reconoce el Gobierno del Jefe Supremo
de la República y de su Sustituto.
2º Una Asamblea Nacional se reunirá en Caracas dentro de
treinta días después de canjeada la aprobación de este convenio.
3º Por cada Provincia se elegirán cuatro Diputados. No ha
llándose la República en estado de verificar tranquila y libremente
sus elecciones ; siendo por otra parte prudente evitar en las actua
les circunstancias el choque de los partidos, y queriendo finalmen
te apresurar cuanto se pueda la reunión de la Asamblea, se acuer
da que la mitad de los Diputados por cada Provincia, y de sus
Suplentes, será elegido por el gobierno, y la otra mitad por el se
ñor general Falcón en representación de los Federales .
4º En el momento de instalarse la Asamblea Nacional, cesará
el Gobierno del señor general Páez y su Sustituto, y la Asamblea
constituirá en seguida un nuevo Gobierno de la manera que lo
estime conveniente .
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 215

5º Una vez que la Asamblea Nacional haya constituído el


nuevo Gobierno, continuará deliberando sin restricción alguna so
bre los ramos de la administración pública.
6º El Gobierno nombrará al señor general Falcón General
en Jefe del ejército de la República, y al señor general Facundo
Camero segundo Jefe del mismo.
7º No se hará ninguna alteración notable ni en la situación
de tropas ni en mandos militares, ni en ninguna otra cosa contraria
al espíritu de este convenio, hasta que la Asamblea Nacional re
suelva lo que crea más acertado.
89 Por una y otra parte se librarán órdenes inmediatamente
a todos los puntos de la República para que cese toda hostilidad.
9º Salvo lo que se dispone en el artículo anterior, que comen
zará a regir inmediatamente, el presente convenio se pondrá en
ejecución tan luego como lo hayan aprobado el Jefe Supremo de
la República y el señor general Juan C. Falcón.

Hacienda de Coche, a 24 de abril de 1863".

Como se ve por esta hábil redacción, Rojas buscaba sobre


todo salvar las apariencias, caer de un modo elegante, haciendo
que su adversario reconociese desde luego, aunque por forma y
provisionalmente, el agonizante Gobierno de la Dictadura; y Guz
mán Blanco se iba al fondo de las cosas, importándole poco la
forma, ya que el convenio consagraba definitivamente el triunfo
de la Federación. Pero no pensaron así los demás jefes federales,
ni el propio Falcón. Objetaron que el convenio de Coche empe
zaba con el reconocimiento expreso de la Dictadura por el ejército
federal, lo que no era decoroso para el ejército; que no se mencio
naba el carácter de Falcón como "Presidente Provisional de la Fe
deración"; que Falcón no podía aceptar de la Dictadura el nom
bramiento de Jefe del ejército de la República, siendo ya, de hecho
y por la fuerza de las armas, jefe del ejército federal triunfante ; ni
menos pudiera acceder a la subjefatura de Camero, a quien los
federales habían vencido y apresado en Buchivacoa meses antes.
Vanos resultaron los esfuerzos de Guzmán Blanco al defender ante
Falcón, en Barquisimeto, su convenio de Coche . Volvió a Caracas
con las modificaciones que le hizo su jefe, y el 22 de mayo redactó
con Rojas el tratado final que dice :
216 JOSE GIL FORTOUL

"Pedro José Rojas, Secretario General del Jefe Supremo de la


República, y Antonio Guzmán Blanco, Secretario General del Pre
sidente Provisional de la Federación, con el objeto de realizar la
pacificación del país, han celebrado el convenio siguiente :
1º Se convocará una Asamblea para el trigésimo día después
de canjeada la ratificación de este convenio, o para antes, si fuere
posible reunir el quorum correspondiente.
2º Esta Asamblea constará de ochenta miembros, elegidos la
mitad por el Jefe Supremo de la República y la otra mitad por el
Presidente Provisional de la Federación.
3º En el instante de reunirse la Asamblea, el Jefe Supremo
entregará a ésta el mando de la República.
4º El primer acto de la Asamblea será el nombramiento del
Gobierno que ha de presidir la República mientras ésta se or
ganiza.
5º Desde los días próximos a la reunión de la Asamblea la
ciudad de Valencia no tendrá más guarnición que una pequeña
fuerza para cuidar del orden público, la mitad destinada por el Jefe
Supremo, la otra mitad por el Presidente Provisional de la Fede
ración.
6º Cesan completamente las hostilidades y no se puede or
denar ningún movimiento de tropas, ni reclutamiento, ni nada que
indique preparativos de guerra.
79 Así el general Páez como el general Falcón emplearán su
respectivo ascendiente en calmar las pasiones agitadas por la gue
rra y en que la situación que va a sobrevenir sea tan práctica,
libre y durable como la necesita la patria para reponerse de sus
quebrantos.

Caracas, 22 de mayo 1863".

Así lo ratificó Falcón, en Nirgua, el 28 de mayo, y Páez en


Caracas el 6 de junio.
Epílogo de la guerra federal. Las últimas tropas con que con
taba la Dictadura en Cojedes y Carabobo se concentraron en Puer
to Cabello a las órdenes del general Dr. Gonzalo Cárdenas, jefe
ilustrado y hombre de empuje . El 4 de junio protesta Cárdenas
contra los convenios de Coche y Caracas, desconoce la autori
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 217

dad de Páez, declara que seguirá la guerra y proclama Jefe Su


premo al general León de Febres Cordero, quien se hallaba en las
Antillas desde la caída de Gual. Acude Cordero al llamamiento,
no obstante las representaciones que le dirigen desde Caracas,
y en Puerto Cabello mismo, los miembros más respetables de la
Oligarquía, entre ellos Fermín Toro y Carlos Soublette, comete
Cordero la imprudencia de llevar adelante la contrarrevolución .
Contaba con el castillo Libertador y con la escuadrilla. En sep
tiembre deja las tropas al mando de Cárdenas y se va a Guayana
en busca del apoyo del Gobernador Juan Bautista Dalla Costa .
Luego ordena a los de Puerto Cabello que se embarquen también
para Ciudad Bolívar. Aquí, reunidos todos, no se acuerdan en el
plan de campaña, y la contrarrevolución se disuelve el 30 de oc
tubre.
Entretanto, Páez, de acuerdo con el tratado de Caracas, había
expedido un decreto el 6 de junio convocando la Asamblea Na
cional, para que se reuniese en Valencia el 15 del propio mes, y
añadiendo que fuesen suficientes para su instalación las dos ter
ceras partes de los 80 diputados que debían componerla. El Dic
tador y Falcón eligieron cada uno la mitad de los diputados, con
forme a la condición 3ª del convenio de Coche. Además, el 15
de junio expide Páez otro decreto, último de su dictadura, en el que
"proclama solemnemente el olvido de todo lo que ha pasado en la
República con relación a sus acontecimientos políticos ", y que "no
hay responsabilidad de ninguna especie por actos o hechos políti
cos que hayan tenido lugar desde 1830 hasta la fecha ". Decreto
que pareció a los federales una postrera ironía de aquel Gobierno
que no tuvo nunca base legal; y decreto que consideraron los dic
tatoriales como la última habilidad del Sustituto Rojas, indicándole
a Falcón que no apelase a represalias después del triunfo.
Instalada la Asamblea en La Victoria, no en Valencia según
dice el texto oficial de la convocatoria de Páez, nombró el 17 de
junio a Falcón Presidente Provisional de la República, y a Guzmán
Blanco Vicepresidente ; nombramientos que confirmará la Asam
blea Constituyente de la Federación.
Páez se embarcó en La Guaira para Filadelfia el 13 de agosto,
después de haberle escrito a Falcón, el día anterior, la siguiente
carta :
218 JOSE GIL FORTOUL

"Estimado General y amigo: Tengo el gusto de dirigir a us


ted estas líneas con el objeto de participarle que he llegado a este
puerto sin la menor novedad, y que dentro de pocas horas nos ha
remos a la vela.
Me complazco en manifestar a usted, que el apreciable Gene
ral Flinter y sus dignos compañeros (edecanes de Falcón) han
cumplido la comisión que usted se sirvió confiarles, de la manera
más grata y lisonjera para mí. He suplicado al primero entregue
a usted personalmente esta carta.
Aprovecho esta oportunidad para dar a usted por última vez
antes de separarme del suelo de mi patria las más cordiales y ex
presivas gracias por las atenciones finas y delicadas con que se
ha servido usted honrarme. Ya usted sabe adonde me dirijo; y
tanto allí como en cualquier otro punto en que pueda encontrarme
estoy a su disposición.
Deseando sinceramente que la Providencia le conceda el tino
y acierto necesario para conducir a nuestra querida patria por
las sendas de la felicidad y del progreso, me repito con toda con
sideración su verdadero amigo y compañero , José A. Páez”.
Una de las "finas atenciones" de Falcón, que realmente era
hombre muy caballeroso, consistió en mandar se le abonasen a
Páez mil pesos que solicitó para su viaje ( 1 ). De lo que hicieron
gala los dictatoriales, por ser prueba de que su caudillo bajaba
del poder más pobre que antes. Es verdad; pero bien pudieron
los que no bajaban del mismo modo evitarle a aquel anciano se
mejante solicitud, tanto más cuanto que la hizo por intermedio de
un diplomático extranjero, el Ministro inglés Orme.
Páez se fijó cinco años en los Estados Unidos. En junio de
1868 se hallaba en Buenos Aires con intención el llanero con
virtiéndose en pampero de emprender para vivir un negocio de
carnes conservadas. En sabiéndolo, el Presidente Sarmiento dic
ta un decreto así: "Dese de alta en la Plana Mayor del Ejército
Argentino al general don José Antonio Páez, en la clase de Briga
dier General'. Y sometido este decreto al Senado (7 de agosto,
1869), el Senador general Mitre dijo: " Lejos de hacer un honor
al general Páez, nosotros lo recibimos en que venga a acabar sus

( 1 ) Véase El Federalista, 11 de agosto 1863.


HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 219

últimos días aquí: es una pequeña deuda de gratitud que le pa


gamos, nosotros americanos que hemos gozado de los beneficios
producidos por los grandes servicios que prestó en la guerra de
la Independencia". El Senado aprobó por unanimidad. Dos años
y medio vivió Páez en la Argentina. En 1871 viaja por Uruguay,
Bolivia, Perú, Panamá, México, hasta Nueva York, donde murió
en 1873, a los ochenta y tres años de edad . Sobrevivió diez años
a la desaparición de la Oligarquía, con cuya historia estuvo uni
do su nombre más íntimamente que el de ningún otro repúblico.
En esa década vió, desde el extranjero, efectuarse en su patria la
revolución social que no habían sabido encauzar ni los oligarcas
conservadores ni los oligarcas liberales, y vió también al cabo
surgir de la anarquía el comienzo de la más larga y poderosa au
tocracia de su siglo.

Desde 1830, disuelta la Unión Colombiana en el ocaso del


genio que la creó, y hasta 1846, fué hábil Páez, a pesar de su ori
gen y de su educación militar, en acordarle influencia preponde
rante al partido civilista que ya en la postrimería del régimen co
lonial aspiraba a que el Gobierno criollo estuviese siempre en
manos de la clase más rica, que era también la más instruída.
(Y hubo ocasión en que representara Páez hasta el papel de Cin
cinato, pues al bajar de la Presidencia en 1835, aceptó el cargo de
juez de paz en el villorrio de San Pablo del Guárico, donde po
seía un hato). Efectivamente la oligarquía venezolana se estable
ció sobre una base económica, la riqueza, o la propiedad de
la tierra, y se apoyó con una fuerza moral-, el predominio de la
inteligencia; así en la gobernación nacional como en la goberna
ción de las provincias, cantones y parroquias. Ambas cosas ex
plican en parte los signos característicos de la Oligarquía Conser
vadora, a saber: competencia técnica de los empleados en todos
los ramos de administración, manejo honrado de las rentas públi
cas, independencia de los Congresos, empeño constante en cons
tituir un Estado fuerte sobre fundamentos sólidos; y como sombra
del cuadro, progreso material lento, rutina, medrosa timidez en to
do género de empresas nacionales.
Con una catástrofe, la del 24 de enero, se implanta en 1848
la Oligarquía Liberal. Su primer jefe, José Tadeo Monagas, mili
tarista por educación y personalista por carácter, empieza a zapar
220 JOSE GIL FORTOUL

el edificio penosamente levantado en los años anteriores : suprime


la libertad parlamentaria, concentra en el Ejecutivo todo el poder
público, derrocha el erario, da por fin un salto atrás con la refor
ma centralista de 1857. En compensación, José Tadeo y su her
mano José Gregorio realizan dos progresos considerables; el uno
moral, aboliendo la pena de muerte por delitos políticos, social el
otro al extinguir de plano la esclavitud. Los Gobiernos del segun
do período de la Oligarquía Liberal (58 a 61 ), aceleran el movi
miento progresista: derruecan el personalismo, le devuelven al
Congreso sus prerrogativas, reanudan la tradición de honradez
fiscal, descentralizan el poder, implantan el sufragio universal.
Esfuerzos que se pierden en el golpe de Estado del 29 de agosto, el
cual engendra la ruina del régimen oligárquico y precipita el triun
fo de la Federación.
¿Fué beneficiosa la Oligarquía? Sí, cuando se reflexiona que
sustituyó el sistema despótico de la Colonia y el sistema unitario
militarista de la Unión Colombiana, con la forma de República
que parecía más adecuada a las particulares condiciones del pue
blo venezolano; no, cuando se comprueba que sus esfuerzos re
sultaron ineficaces para contener de un lado el torrente de las re
voluciones armadas y para sacudir por otra parte la congénita
rutina económica de una sociedad incipiente. La ideología polí
tica extravió lo mismo a los gobernantes que a los propagandistas
democráticos: unos y otros olvidaron que no es solamente formu
lando leyes más o menos perfectas en teoría como se transforman
las sociedades, sino aumentando su potencia económica y empu
jándolas, como insinuaba Pedro Gual, al movimiento que en cada
época anima a las naciones más adelantadas , en ciencias, artes,
industrias y comercio.

Al desaparecer la Oligarquía, la República está amenazando


ruina: la agricultura apenas existe, la cría se ha diezmado, el co
mercio no tiene crédito, la propiedad raíz produce escasa renta,
los valores públicos andan por el suelo, el gobierno supremo pasa
a manos inexpertas, y el de las Provincias o Estados pasa a hom
bres en su mayoría incultos, y el de los cantones y parroquias a
aquel linaje de abigarrados tiranuelos que previó Bolívar. Pero
toda sociedad que se desorganiza reacciona por propio instinto de
conservación, y con mayor o menor energía tiende a reorganizarse
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 221

de cualquier modo. En el período siguiente vamos a presenciar


ese trabajo de reconstitución, y a su término veremos cómo de
un estado en apariencia caótico se levanta de nuevo, no la Repú
blica democrática soñada por algunos en 1811 , sino el régimen
que en muchos momentos pareció consustancial con casi todos los
pueblos hispanoamericanos: la República autocrática .... Aunque
veremos al mismo tiempo, que no desaparece nunca, y antes bien
resurge en más amplia forma, la aspiración de llegar por fin a un
régimen que armonice el clásico ideal republicano-democrático con
la necesidad de confiar el gobierno al grupo de individuos supe
riores, más fuertes por sus dotes intelectuales y moralmente más
nobles.
Para emprender la historia de la Federación, fáltanos decir
cuáles fueron las relaciones exteriores de la República bajo el ré
gimen oligárquico liberal, y qué rumbo siguió el espíritu venezo
lano en ciencia, arte y letras.
CAPITULO XI

RELACIONES EXTERIORES

SUMARIO: Cuestiones con Nueva Granada ( 1848 a 1863). -- Lí


mites. ―――――――― Comercio de tránsito. - Asilados políticos. ――― Pro
yectos de confederación. - Reclamaciones extranjeras. Las
provenientes de la ley de espera ( 1849). ―― Conflicto con la
Gran Bretaña (1850. ― Exigencia conminatoria. - Amenaza
de bloqueo. - Renuncia el Ministro Machín Quintero. - Re
tíranse las notas hirientes de una y otra parte. - Se arregla el
conflicto reconociéndose la reclamación británica. - Reclaman
también por la ley de espera los Estados Unidos, España,
Francia y Holanda. ▬ ▬ ▬ ▬ ▬ ▬ ▬ ▬ Convenios con las Legaciones de estos
países (1853). - Duras condiciones para la República. - Se in
demniza a Francia y España por perjuicios de sus nacionales
en la guerra civil (1853). - Se reconoce a los Estados Unidos
una deuda colombiana ( 1853), y otra del mismo origen al Perú
(1858). - Decreto de 1854 sobre reclamaciones de extranjeros.
- Teoría y práctica. — Reclamación de los Estados Unidos
por perjuicios en la explotación del guano de la isla de Aves
(1856). - Se acepta en 1859. - Reclamación de Holanda por
el tumulto de Coro contra los judíos (1855). - Ultimátum de
1856. - Escuadra holandesa en La Guaira. - Obligase Ve
nezuela a indemnizar a los judíos de Coro, y sométese a arbi
traje la cuestión de la isla de Aves, cuya propiedad pretendía
Holanda (1857). - Conflicto con España. - Reclamación por
asesinato y perjuicios de isleños canarios en la guerra fede
ral. - Discusión diplomática desde 1859. — Ultimátum de Es
paña (1860). Contestación del Ministro Casas. - Ruptura
224 JOSE GIL FORTOUL

de relaciones. ―――――― Buques de guerra españoles en La Guaira.


-Misiones del general Páez y Fermín Toro a Washington y
Madrid. - La primera sin buen éxito. — Toro en Madrid.
Su exposición a la prensa. - Sus gestiones cerca del Gobier
no de la Reina. - Termina el conflicto por el convenio de
Santander ( 1861 ). -
Hábil diplomacia de Toro. - Imprevisión
e imprudencia del Ministerio. - La doctrina de Monroe. -
Juego de báscula. -- Reclamaciones venezolanas. Contra Es
paña, Nueva Granada y Ecuador, sin resultado. ― Reclama
ción al Perú de una acreencia colombiana. ― Arreglo satisfac
torio de 1853. ―――― El "millón del Perú". Dispútanselo la Mu
nicipalidad de Caracas y los sobrinos de Bolívar ( 1851 a 1857).
- Antonio Leocadio Guzmán en Lima. -- Ministro de Vene
zuela y apoderado de los sobrinos. - Obtiene que el Presi
dente Echenique mande inscribir el millón en la deuda perua
na. ―― Antecedentes del asunto. - El Libertador rechazó el
millón para sí, y lo aceptó solamente para distribuirlo entre los
pueblos de Colombia (1825). ― No lo abonó el Perú. - Boli
var no lo consideró jamás como propiedad personal. - - Ni lo
mencionó siquiera en su testamento. - Pretensión injustifica
ble de sus herederos. - Mengua humana y degeneración mo
ral. ---- Patronato eclesiástico . De la Colonia a la República.
- Ley colombiana y decretos venezolanos . -- Política tradi
cional de Venezuela. ---- La desconoce la Dictadura de Páez. -
Misión diplomática del arzobispo Guevara ante la Santa Se
de (1862). - Firma en Roma un Concordato. ― Propósitos re
accionarios. Religión de Estado. ――― Instrucción católica de
la juventud. ―――― Derecho de los obispos a censurar escritos re
ligiosos y de moral pública. - Compensación de la renta deci
mal abolida. - Derechos de los párrocos a cobrar primicias.
- Bienes de la Iglesia . ― Asignaciones eclesiásticas . - Pro
posición de obispos, nombramiento de dignidades y canongías,
provisión de curatos. ―― Erección de nuevas diócesis y parro
quias. ――― Seminarios . --- Jurisdicción eclesiástica. - Fuero.
Propiedades y fundaciones inviolables. — Conventos. - Con
versión de infieles. ---- Juramento del clero. - Derogación de
las leyes contrarias a este Concordato. - Lo aprueba el Dicta
dor en 1863. - Abdicación gratuita del derecho nacional. -
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 225

La impide el Gobierno de la Federación. ― Tratados Y Con


venciones. Convención con Francia sobre extradición ( 1853).
Convención consular (1856). - Francia solicita la adhesión
de Venezuela a la Declaración de París sobre derecho marí
timo en tiempo de guerra ( 1856). - No se accede a la aboli
ción del corso. - Tratado con Bélgica de amistad, comercio
y navegación (1858). ――― Tratado con Dinamarca sobre nave
gación del Sund y los Belts ( 1858). - Tratado con el Brasil so
bre límites y navegación fluvial (1859 ). - Libre navegación
de ríos: F. Michelena y Rojas. - Tratado con Italia de amis
tad, comercio y navegación ( 1861 ). - Convención con la Gran
Bretaña sobre correos ( 1861 ). -- Proyecto de tratado con Es
paña sobre producciones literarias, científicas y artísticas ( 1857).
-No lo aprueba la Convención de Valencia (1858). ――――― Trata
do con los Estados Unidos de amistad, comercio, navegación
y extradición ( 1860). - Los Estados Unidos no reconocen la
Dictadura de Páez ( 1861 a 1863).

I.-Cuestiones con Nueva Granada

En el período de la Oligarquía Liberal se adelanta poco en la


cuestión de fronteras con la República vecina (1). Frecuentes gue
ras civiles y en consecuencia amenazas de conflicto internacional
-porque los partidos venezolanos y granadinos no se considera
ban aún del todo extranjeros, vivos como sentían los rencores de
sus apasionadas contiendas de 1821 a 1830— fueron causa de que
la opinión pública de uno y otro país no se interesase tanto en el
arreglo de límites cuanto en la discusión de otras cuestiones que
parecían más urgentes, como el comercio de tránsito, la manera
de interpretar el tratado de amistad, comercio y navegación dẹ
1842 en lo referente a asilados políticos, y los varios proyectos so
bre reconstitución de la Unión Colombiana.

Por leyes de 1842 y 1848 (2) se declaró sucesivamente a Ma


racaibo y Ciudad Bolívar puertos de depósitos para las mercan
cías extranjeras destinadas a Nueva Granada, las cuales, siendo

(1) Véase el tomo II.


(2) Sobre el tratado de 1842, aprobado por el Congreso venezolano en 1843 y can
jeado en Bogotá en 1844, véase el tomo II.

15-III
226 JOSE GIL FORTOUL

para su consumo, no pagaban derecho de importación, ni de trán


sito, ni ningún otro nacional. En el plazo de ciento ochenta días
podían extraerse de dichos puertos venezolanos y remitirse a Nue
va Granada, en todo o en parte, con la correspondiente guía, y en
caso contrario se consideraban como de consumo en Venezuela,
haciéndose entonces efectivo el cobro de los derechos de Aduana.
A los ciento ochenta días de expedida la guía venezolana, se pre
sentaba una torna-guía de la aduana granadina en que se hiciese
constar la introducción allá de las mismas mercancías, y sin esta
formalidad se consideraban devengados los respectivos derechos
de aduana en Venezuela .
A 12 de mayo de 1854 el Congreso venezolano considera que
las citadas leyes "han traído graves inconvenientes en su ejecu
ción", porque el sistema adoptado en ellas " es deficiente y per
judicial a los intereses de Venezuela ", y dispone que los derechos
cobrados en las aduanas de Maracaibo y Ciudad Bolívar por mer
cancías extranjeras que en cualquier tiempo se quieran internar
para Nueva Granada, se devuelvan por la respectiva aduana; que
la torna-guía granadina se presente dentro de sesenta días en Ma
racaibo y ciento en Ciudad Bolívar; que en caso de estar confor
me a la guía venezolana la aduana devolverá los derechos al con
tado si no exceden de cien pesos, a los cuatro meses si no exceden
de quinientos, y a los seis meses por cantidad mayor. Pero no
devuelve la aduana el impuesto de 10% que cobra en todo caso
por las mercancías declaradas de tránsito, impuesto calculado so
bre la suma total de derechos, tanto ordinarios como extraordina
rios, que hubieran causado aquéllas al declararse de consumo .
El rebajo de 10% se efectúa en caso de volver a Venezuela las
mismas mercancías. El Gobierno Venezolano ha de entenderse
con el Granadino a fin de conseguir cada seis meses copia de las
guías y torna-guías, y además establecerá un cuerpo de resguar
do en el Amparo y riberas del Arauca fronterizas con Nueva Gra
nada, resguardo puesto bajo la dependencia de la aduana de
Ciudad Bolívar.

Ley que estuvo vigente sólo un año. El Congreso la deroga


el 4 de mayo de 1855 y autoriza al Ejecutivo para concluir un con
trato con Nueva Granada que tenga por base una aduana comu
nera (lo que no se efectuó), y para que reglamente entretanto el co
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 227

mercio de tránsito. A este fin expide el Presidente de la Repúbli


ca, José Tadeo Monagas, su decreto del 10 de agosto del propio
año. Las mercancías que dentro de tres meses de su arribo se
extraigan para Nueva Granada de los depósitos de Maracaibo y
Ciudad Bolívar, pagan 1 % mensual de almacenaje sobre el valor
que tengan en el manifiesto presentado; si no extraen en ese plazo,
la aduana intima a los interesados que lo hagan dentro de tercero
día, a riesgo de ser vendidas en subasta para aplicar al tesoro sus
derechos y costas; si a los seis meses no se presentaren en Vene
zuela las torna-guías granadinas, las mercancías se consideran co
mo introducidas para el consumo venezolano y se cobran los de
rechos correspondientes; cada seis meses se obtendrá copia de las
guías y torna-guías; y quedan en todo caso sujetas al pago de los
derechos de importación las mercancías extranjeras que se intro
duzcan de Nueva Granada para el consumo de Venezuela, por la
aduana de San Antonio del Táchira.
Al año siguiente, en 26 de noviembre de 1856, el mismo Pre
sidente reforma su decreto anterior y establece que, reconocidas
que sean en Maracaibo y Ciudad Bolívar las mercancías declara
das de tránsito para Nueva Granada, y una vez liquidados los co
rrespondientes derechos, podrán quedar depositadas en los alma
cenes de aduana durante un tiempo igual al plazo de que goza
rían para abonar los derechos de importación, pagando el 2% de
almacenaje ; si no se extrajeren en el plazo convenido, se venderán
en subasta dentro de tercero día; las torna-guías habrán de pre
sentarse dentro de cuatro meses para obtener la devolución de
derechos, si se hubieren pagado, o para la cancelación del corres
pondiente pagaré otorgado y cuyo plazo no se hubiere vencido; en
caso de no presentarse la torna-guía, se cobrarán los derechos co
mo si las mercancías se hubiesen consumido en Venezuela; y las
mercancías extranjeras que de Nueva Granada se introdujeren en
Venezuela no se podrán conducir por el Rosario de Cúcuta a la
aduana del Táchira, debiendo ir por la vía directa o camino real,
porque al hacerlo por veredas o caminos extraviados , caerán en
pena de comiso . Finalmente, el Dictador Páez aclara este decreto,
en 15 de noviembre de 1861 , diciendo que las mercancías deposita
das como de tránsito para Nueva Granada, que después se de
claren para el consumo, quedan libres de derechos de almacenaje
228 JOSE GIL FORTOUL

durante un plazo igual al acordado para abonar el impuesto de


importación.
Reglamento que rige hasta agosto de 1865. A su tiempo vere
mos que, por cerca de un siglo, ni Venezuela ni Nueva Granada
hallaron el medio de armonizar y fomentar sus intereses mercanti
les en las regiones fronterizas, preocupados como estuvieron sus
Gobiernos en disputar a fuerza de argumentos, y afortunadamente
no a tiros, sobre la navegación de ríos comunes y sobre sus fre
cuentes intervenciones, ya solapadas , ya descaradas, en la políti
ca doméstica del vecino.
Desde 1848 y con motivo de las revoluciones contra los Presi
dentes Monagas, el Gobierno de Venezuela se queja más que nun
ca del de Nueva Granada por falta de cumplimiento del artículo
3º del tratado de 1842, en el que ambos se reconocieron el derecho
de exigir que los asilados por delitos puramente políticos fuesen
alejados de las Provincias fronterizas, o a una distancia de más
de treinta leguas de la frontera . Y estas quejas llegaron a ser aún
más agrias en los años de 54 y 55 por varias circunstancias de la
política granadina que exacerbaron el ánimo de los gobernantes
venezolanos. El Congreso de Nueva Granada discutió un proyec
to de Unión Colombiana en la que se pudiera admitir a los pue
blos que se desprendiesen de las Repúblicas vecinas, principio
que era contradictorio con el que había sostenido siempre Vene
zuela de que la Unión o Confederación no podría efectuarse sino
conservando cada República la soberanía que asumió en 1830;
otro proyecto llamado " de comercio libre", que parecía prejuzgar
en favor de Nueva Granada el litigio sobre límites, y otro proyec
to tildado de lo mismo, sobre un camino de Riohacha hacia Mara
caibo. Y para colmo, el ex-Presidente granadino Tomás Cipriano
de Mosquera, ahora general en jefe del ejército que acababa de
vencer una revolución , cometió la insolente imprudencia, no obs
tante sus notabilísimas dotes de estadista, de pronunciar un brin
dis belicoso en un gran banquete que se le dió en Bogotá y en
presencia de asilados venezolanos, entre ellos Agustín Codazzi,
brindis que los periódicos publicaron en esta forma: "Hemos triun
fado de una revolución que tenía en sus hechos el mismo carácter
que la empezada por un Presidente desleal en Venezuela el año
de 1848, y continuada por su perverso hermano. La Nueva Gra
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 229

nada, desde Boyacá, tiene contraída una deuda con aquel des
graciado país que lucha en vano por derrocar a su tirano (1). Es
necesario que los granadinos, agradecidos, vayan a libertar a sus
hermanos; y si necesitan de un jefe, aquí estoy yo: soy hijo de
(la Gran) Colombia, deseo ardientemente su reorganización en Es
tado federal, empezando por echar abajo al Presidente que asesinó
Congresos .... Granadinos, a Venezuela ! Vamos a regar con
nuestra sangre, si necesario fuere, la tumba de Ricaurte y Girar
dot". Y añadía la crónica que en oyendo esto Codazzi , se albo
rozó tanto que le ofreció a Mosquera su experiencia de militar ve
nezolano y de geógrafo para acompañarle como vaqueano (2) .
El 17 de abril de 1855 Monagas dirige un Mensaje al Congre
so dándole cuenta de los proyectos granadinos, y el Congreso se
apresura, el día siguiente, a tomar esta resolución :
"Considerando: 19 Que tales hechos son altamente ofensivos
a la soberanía, independencia y decoro del pueblo venezolano.
2º Que ellos suponen la ruptura de las negociaciones diplomáti
cas, dirigidas a la fijación de límites entre las dos Repúblicas, arro
gándose la de Nueva Granada la facultad de establecerlos con
desprecio de los derechos, títulos y reclamaciones de Venezuela .
3º Que el propósito manifestado y puesto en discusión en la Cá
mara neogranadina de Representantes de incorporar a su proyec
tada confederación las secciones de Venezuela que manifiesten el
deseo de anexarse luego que tengan una existencia política, es un
pensamiento hostil contra la integridad de la República de Vene
zuela: que él tiende a su desorganización para destruir la forma
de Gobierno que Venezuela ha establecido y sostiene por su pro
pia conveniencia y en uso de su soberanía. 4° Que en estas
circunstancias Venezuela debe por su propia dignidad, para la jus
ta defensa de sus derechos, por la inviolabilidad de su Constitu
ción y por la inmunidad de su territorio, ponerse en estado de re
chazar con éxito toda agresión , manteniendo ileso el honor nacio
nal, luego que sean ineficaces las enérgicas reclamaciones amis
tosas que el Poder Ejecutivo debe dirigir al de Nueva Granada

(1) José Tadeo Monagas acababa de ser reelecto Presidente en sucesión de su her
mano José Gregorio.
(2) Díjose también que el general Herrán, Ministro de Guerra, que asistió al ban
quete, fué la única persona que no se asoció al brindis de su fogoso camarada, y posó
ostensiblemente su copa sin libarla.
230 JOSE GIL FORTOUL

por aquellos hechos, y que el Gobierno no ha debido permitir, y


cuya tolerancia por su parte es opuesta a los deberes que impone
la amistad y el respeto recíproco de las dos Repúblicas, resuelve :

"Artículo 1º El Poder Ejecutivo procederá sin pérdida de tiem


po a dictar todas las medidas que estime necesarias y conducen
tes a asegurar el dominio de la República en todos los territorios
que le pertenecen de derecho, conforme al principio americano del
uti possidetis de 1810.

Art. 2º En la organización civil, militar y eclesiástica de di


chos territorios, el Poder Ejecutivo queda ampliamente autorizado
para adaptarlas a las necesidades y conveniencia de cada uno,
franqueándolos al comercio del mundo, abriendo puertos, otorgan
do privilegios conforme a la ley de 13 de mayo último, y dispo
niendo todo aquello que conduzca a promover su población, civi
lización y prosperidad .

Art. 3º En las dificultades que pueda presentar la ejecución


de dichas medidas, respecto de los Estados vecinos, el Poder Eje
cutivo, a quien corresponde dirigir las negociaciones diplomáticas,
podrá transigir, estableciendo líneas convencionales en cualquier
punto dudoso relativo a límites, supuestas las debidas compensa
ciones.
Art. 4º Si a pesar de las disposiciones fraternales de Vene
zuela, y con escándalo del sentimiento americano, llegaren a em
plearse por algún Estado vecino las vías de hecho, en menoscabo
de los derechos de Venezuela o en agravio de su dignidad, el Po
der Ejecutivo opondrá, en justa represalia, iguales y más enérgi
cos medios para rechazar la injusticia ; y si no fuere esto bastan
te, declarará la guerra en nombre de la República , y la hará con
vigor hasta dejar bien puestos los derechos y el honor de la na
ción, sin necesidad de nueva autorización del Congreso.

Art. 5º Para el caso de ser necesaria la fuerza, el Poder Eje


cutivo podrá levantar un ejército hasta de cincuenta mil hombres.
y llamará al servicio toda la milicia nacional, si lo creyere con
veniente .

Art. 6° Se autoriza al Poder Ejecutivo para negociar por vía


de empréstito hasta cuatro millones de pesos, con el objeto de aten
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 231

der a los gastos de guerra, y para el uso de la facultad del artícu


lo 118 de la Constitución ( 1 ).
Art. 7° El Congreso presta su consentimiento para que, lle
gado el caso del artículo 5º, el Presidente de la República pueda
mandar en persona la fuerza de mar y tierra .
Art. 89 Comuníquese inmediatamente esta resolución al Po
der Ejecutivo para que ordene su publicación, con la mayor solem
nidad posible , en el día de mañana , aniversario de la magnánima
revolución que dió al pueblo venezolano su independencia y so
beranía (2)".

¿Era la guerra? No. Ni el Ejecutivo venezolano, por más


por mucho que confiase en los humos conquistadores de Mosque
ra, estaban ahora para empeñarse en serio conflicto. En estas cir
cunstancias, como en tantas otras, la guerra era imposible, sobre
todo porque cada Gobierno sabía que al declararla se exponía a
caer de golpe, ante la inevitable revolución del partido contrario.
Las cosas iban a quedar y resolverse en palabrería , a un lado y
otro del Táchira.

El Ministro de Venezuela en Bogotá, José Gregorio Villafañe ,


venía reclamando con razón la internación de los asilados políti
cos que habían tomado parte en la revolución del 54 y vuelto a
invadir la Provincia de Mérida . El Gobierno Granadino solía dar
órdenes al efecto; pero no se cumplían o se cumplían mal. Se en
vió entonces de Ministro a Bogotá, en misión extraordinaria, al ge
neral Carlos Luis Castelli para que hiciese más formales gestiones.
Castelli, militar de buena escuela y buen patriota, aunque discuti
dor impaciente, y en estilo fastidiosamente inelegante , iba a ocu
par aquella Legación donde tanta huella dejó de su habilidad San
tos Michelena, tanta flor de elocuencia Fermín Toro, y donde se
conducía con muy apreciable discreción Villafañe, quien, a pre
texto de licencia, dejó campo libre a su batallador colega. Caste
lli entabla en seguida más que negociación polémica con el Mi
nistro de Relaciones Exteriores, Lino de Pombo, hombre muy cono

(1 ) Conceder amnistías o indultos generales o particulares.


(2) Resolución publicada el 19 de abril con el ejecútese del Presidente Monagas y
la refrendación de sus Ministros; Francisco Aranda, del Interior, Justicia y Relaciones Ex
teriores; Jacinto Gutiérrez, de Hacienda, y Rafael Urdaneta, de Guerra y Marina.
232 JOSE GIL FORTOUL

cedor de las cuestiones venezolanas y habilidoso diplomático pro


fesional (1).
En nota del 6 de junio, 1855, Castelli pide, entre otras cosas,
que el Dr. Ramón Vargas, ex Gobernador de la Provincia de San
tander, sea sometido a juicio por haberse negado, en septiembre
de 1854, a internar sesenta asilados venezolanos, como se lo exigió
el Gobernador de Mérida, Dr. Manuel Ponce de León. Pombo
contesta el 15 de junio que el Gobernador Vargas había fundado
su negativa en estas razones: " que no se consideraba autorizado
para decretarla, atendiendo que sobre el particular, conforme al
tratado, debía ocurrirse de Gobierno a Gobierno; que no era cla
ra para él la condición de asilados por delitos puramente políticos
de aquellos individuos; y que además juzgaba anulado en aque
lla parte el tratado de 1842, por las garantías que la Constitución
de 1853 asegura en la Nueva Granada a nacionales y extranje
ros" . Claro está que la última peregrina razón de Vargas la con
sideró el Gobierno granadino, y así lo declara Pombo, como " de
todo punto insostenible". "Las dos primeras excusas -continúa—,
aunque admitían réplica, no valían poco, sin duda, y más en un
gobernante rodeado de apuros e incapacitado para hacerse obe
decer para tal objeto y de tantas personas, en aquellas circunstan
cias" . Pero el hecho fué que, si bien el Ejecutivo dió orden al
Gobernador de Santander, en 14 de octubre, de internar a los asi
lados, ya éstos, en la noche del 3 al 4, valiéndose de la tolerancia
de las autoridades granadinas, habían repasado la frontera pro
rrumpiendo en gritos hostiles al Gobierno de Venezuela. El he
cho fué también que el Ejecutivo no encontró motivos suficientes
para suspender a Vargas, menos aún para reputarlo delincuente,
y se contentó con pasar a la Corte Suprema los documentos co
rrespondientes para que se hiciese efectiva la responsabilidad en
que pudiese haber incurrido. La Corte declaró el 19 de julio, que
no había lugar a seguimiento de causa, porque el Gobernador de
Santander no estaba especialmente autorizado por el Ejecutivo pa
ra decretar la internación que solicitó el Gobernador de Mérida, y
porque conforme a la letra del tratado, "no era a una autoridad
subalterna como el Gobernador de Mérida a quien cumplía exigir

(1) Nos atendremos aquí a la documentación que Castelli publicó en Bogotá en un


folleto titulado Misión del general Castelli a Bogotá, 1855.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 233

que los asilados por delitos políticos se alejasen de la frontera, si


no al Poder Ejecutivo de Venezuela; ni tal providencia podía de
mandarse de una autoridad subalterna como lo es el Gobernador
de la Provincia de Santander, sino del Poder Ejecutivo de Nueva
Granada, procediéndose al efecto según las fórmulas y usos di
plomáticos " . Doctrina evidentemente inacatable Mas ocurre pre
guntar cuál fuera la eficacia de semejante tratado, por aquellos
tiempos en que no había telégrafo entre ambas capitales ni de
éstas a la frontera, si los Gobernadores de las Provincias limítro
fes no se prestaban sus buenos oficios para atender oportunamen
te al peligro que el mismo tratado se propuso evitar en principio.
En nota de 21 de julio insiste Castelli, tomando las cosas de
atrás y citando varios precedentes de la parcialidad del Gobierno
granadino con los asilados venezolanos a raíz de las revolucio
nes de 1848 , 49 y 54. Al cabo de largas consideraciones, que ocu
pan once páginas de su folleto, se refiere a la impresión que causó
en Venezuela el citado brindis de Mosquera, junto con la noticia
de que el coronel Codazzi, que se había ofrecido como vaqueano,
"se hallaba en la frontera con las apariencias de trabajar allí co
mo ingeniero ( 1 ), maniobra muy común y aun necesaria para los
que se proponen operaciones de guerra". Acto éste según Cas
telli- "sumamente descortés y despreciativo", pues el Gobierno
de Nueva Granada hubiera podido pedirle al de Venezuela su
"correspondiente venia" para la traslación de Codazzi , o anunciar
le que su comisión era ajena de todo fin político. Aparte que en
Caracas se supo al mismo tiempo que el ex comandante venezolano
Enrique Weir, asilado desde 1849, acababa de ser nombrado co
mandante general de las fronteras con Venezuela . "Juzgó desde
luego (mi Gobierno) que el desacato y la provocación apenas po
dían llevarse más adelante ... Venezuela debía prepararse pa
ra una guerra internacional inminente ". Y menciona Castelli el
Mensaje de Monagas con la subsecuente resolución del Congreso ,
reservándose el volver a tratar estos puntos al recibir las instruc
ciones de Caracas que estaba esperando.
El 14 de agosto contesta Pombo, que respecto del Mensaje y
Resolución de Caracas, no se tenía aún noticia oficial auténtica,

(1) Fué a levantar el plano de la Provincia de Santander, por encargo del Gobierno
Granadino.
234 JOSE GIL FORTOUL

aunque ya habían visto la luz pública, y se reserva también el tra


tar a su tiempo esas cuestiones, si bien advirtiendo que " nada se
perdería no removiéndolas por segunda vez" ; que en el asunto de
asilados políticos, su Gobierno tenía igualmente, desde 1840, mo
tivos de queja contra Venezuela; que en cuanto a la conducta del
Gobernador Vargas, la Suprema Corte declaró, el 30 de julio, no
haber lugar a formación de causa . Fija luego la manera como
entiende Nueva Granada el artículo 3º del tratado, y distingue : la
obligación de un Gobierno cuando el otro le exige la internación
de asilados por delitos puramente políticos, obligación terminante
y absoluta, y " las resoluciones ejecutivas ocasionales y volunta
rias, dictadas hoy, derogadas o reformadas mañana , por las cua
les se ha dado o restringido a los Gobernadores de la frontera la
facultad de decretar por sí la internación, u otorgarla a requeri
miento de alguna autoridad venezolana "; "materia muy delicada",
" pues no sólo constituyen (aquellas autorizaciones ) una delegación
quizá objecionable de poderes conferidos legalmente a determina
dos funcionarios, sino que entregan y abandonan, a merced de
pasiones exaltadas y de rencores lugareños, a hombres en desven
tura que, al pisar el territorio nacional, adquirieron derecho a la
protección de sus leyes y al goce de las garantías individuales ".
A lo que se agrega -según Pombo- que a la palabra asilado se
le suele dar una significación demasiado lata y contradictoria con
los principios del derecho público. Verdad es que en esto peca
ban o han pecado tanto los venezolanos como los granadinos, pues
no fueron raros los casos en que, de uno y otro lado del Táchira,
por puro deseo de venganza, se calificó de fieros revolucionarios
a ciudadanos pacíficos o sinceramente arrepentidos de pasadas
aventuras.

A mediados de agosto recibe Castelli nuevas instrucciones de


Caracas y el 17 le dirige otra nota a Pombo, tomando las cosas de
lejos, según su costumbre. Recuerda la discusión que hubo en el
Congreso de Valencia, en 1830, acerca de la Provincia granadina
de Casanare cuya anexión no aceptó Venezuela , dando así una
prueba de respeto a la integridad de su vecina ( 1 ), y observa
que el Gobierno Granadino proclamó el mismo principio en 1851 .

(1) Véase el tomo II.


HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 235

Apunta algunas causas de " ciertas alternativas de satisfacción o


de sentimiento de parte del Gobierno Venezolano", a saber: en
1848 el Presidente Monagas "fué advertido por cartas confidencia
les (sic) que, al llegar a noticia del Presidente de la Nueva Granada ,
general Tomás Cipriano Mosquera, la derrota del ex general Páez
en Los Araguatos, el primer pensamiento que había manifestado,
sin reserva, había sido el deberse aprovechar el desorden, en que
suponía a Venezuela, para mandar dos mil hombres por Riohacha
a ocupar a Maracaibo; proyecto que, sin embargo, de no haber
tenido consecuencia , sería sin duda muy significativo, y daría la
medida de lo que, en sus conflictos , podría aguardar Venezuela de
su hermana la Nueva Granada ": el mismo Mosquera publicó lue
go en Nueva York una Memoria sobre geografía granadina, corri
giendo la frontera venezolana de acuerdo con el mapa de Codazzi ,
con el intento de " establecer un precedente y persuadir a sus com
patriotas de que son aquellos los límites que debían fijar de pro
pia autoridad" : vuelto a su país y hallándose de general en jefe
del ejército del Norte, incorpora en él a jefes de las recientes re
voluciones venezolanas , los coloca en los primeros puestos , y ha
bla sin reservas " de anexar la Provincia de Maracaibo a la Nue
va Granada, expresando los conceptos más injuriosos al Gobierno
de Venezuela y notablemente hacia su primer Magistrado"; por
fin pronuncia su brindis de Bogotá. Del " movimiento antivenezo
lano" se hizo también órgano oficial, " en cierto modo", el Vicepre
sidente Obaldía, Encargado del Ejecutivo, cuando " creyó útil a su
política halagar las pasiones del día, anunciándose cual protector
de la libre navegación de los ríos", no obstante que la libre nave
gación estaba ya estipulada en el artículo 15 del tratado vigen
te (1 ). El movimiento hostil se acentúa y sube de punto con los
tres proyectos de Constitución presentados a la Cámara de Repre
sentantes, en los que se trata de Unión Colombiana , o Confedera
ción o Federación, sin entenderse previamente con Venezuela y el
Ecuador y declarando que se admitirá en la Unión " a los pueblos

(1) "Admirable afán de buscar pleito a Venezuela hasta donde no puede haberlo",
exclama Castelli al pie de la página 44 de su folleto. El artículo sobre navegación era
por doce años, o duradero hasta que, vencido este lapso, una de las partes declarase
con un año de anticipación su voluntad de reformarlo en todo o en parte. El Gobierno
Venezolano lo consideró caduco en 1869 : Colección de Tratados Públicos de Venezuela,
1884, p . 62.
236 JOSE GIL FORTOUL

que se desprendan de las Repúblicas vecinas "; la sola discusión


de semejantes proyectos es " un acto altamente injurioso y hostil a
Venezuela" . Además, y siempre bajo la inspiración de Mosquera,
se formula otro proyecto de ley titulado " de comercio libre”, que
se aprueba en la Cámara de Representantes, y que si se paraliza
en el Senado, al írsele a dar la segunda discusión, es sólo por "los
reclamos y protestas verbales" que hace al Ejecutivo el Ministro
venezolano, Villafañe . Finalmente, ciertas autoridades granadi
nas y "algunos periódicos" se han empeñado en injuriar a los altos
magistrados venezolanos : "inconcebible empeño de quererse mez
clar en lo que no les atañe, de juzgar de los hombres y negocios
ajenos, como si los propios no les dieran suficiente ocupación".
A lo dicho y como si todavía fuera poco, Castelli añade el re
cuerdo de un incidente ingrato, con el fin de probar que Venezue
la ha tenido mayores consideraciones para Nueva Granada: re
cuerda que la Cancillería de Bogotá notificó a la de Caracas en
1850 el nombramiento de Obando como Ministro en el Perú, para
arreglar el crédito de la Gran Colombia contra esta República, e
invitó a que Venezuela le confiriese igual poder por su parte;
que el Presidente José Tadeo Monagas consultó al Consejo de Es
tado; que si bien el Consejo se impuso con sorpresa de que "el
nombrado era el hombre cuyo nombre causaba horror en todo el
pais " (por la complicidad que se le atribuía en el asesinato de
Sucre), consintió en conferir poderes al Ministro que nombrase Nue
va Granada, " mediante la omisión del nombre, como si lo ignora
se"; y que el Perú, "menos condescendiente, rehusó tratar con ese
personaje ". Y otra flecha (¿lanzada desde Caracas por el Minis
tro del Exterior, Francisco Aranda, o aguzada por Castelli en Bo
gotá? ): "Venezuela no blasona de superioridad en poder, ni de
perfección en sus instituciones, aunque en este respecto podría
jactarse de poseer todavía la primera Constitución que se ha da
do, la única de la América española que haya resistido veinticin
co años de prueba y embates , lo que haría por lo menos presumir
que su Gobierno y sus leyes se hallan sentados sobre bases más
sólidas que las de otros Estados que, a juzgar por la opinión ge
neral y por los proyectos mandados formular, todavía estarían
ideando lo que han de ser, o mejor dicho, cual haya de ser su
próximo ensayo".
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 237

Termina Castelli participando que su Gobierno ha resuelto:


informar de lo que pasa al Congreso, enviar un batallón a Mara
caibo, que ya está en marcha; situar en el Táchira una fuerza de
observación al mando del coronel Juan Desola, y ordenarle a la
Legación en Bogotá que reclame inmediatamente no sólo contra la
conversión de los mencionados proyectos constitucionales en leyes
granadinas, sino aun contra su mera discusión; se queje de todas
las ofensas e injurias inferidas por el general Mosquera, " exigien
do una pública desaprobación de ellas y el empleo de medios ca
paces de evitar su reiteración, sea de parte del mismo individuo,
sea de cualquier otro que se halle en igual posición"; exija tam
bién el arreglo de los varios reclamos pendientes de ciudadanos
venezolanos , y su pago en el modo que lo hace Nueva Granada a
los súbditos de la nación más favorecida , mediante la reciprocidad
de Venezuela ; y de no ser atendidas sus reclamaciones , dé por
terminada su misión especial, lo mismo que la misión permanente
de Villafañe, " proteste y regrese de Bogotá al Táchira , donde
aguardará las órdenes que han de comunicársele y un ejército
que le mandará allí el Gobierno, y del cual será jefe de estado
mayor el antedicho señor Desola".
El 27 de agosto contesta Pombo, y empieza así: " Prescindese
desde luego para esta respuesta, por allanar dificultades , de inqui
rir si pudiera ser materia de controversia o de simple correspon
dencia diplomática, entre Gobiernos cultos que blasonan de ami
gos, la que constituye el fondo de las reclamaciones y exigencias
del señor Castelli; y prescíndese asimismo de la extraña forma e
inusitado lenguaje en que se las presenta". Pero, de hecho, no
prescinde Pombo de contestar con otros flechazos los de Castelli , al
suponer que los cargos de Venezuela puedan venir de "arranques
de enojo, sentimientos de antipatía o antagonismo, facticias nece
sidades de un sistema particular de Gobierno", o bien de " falsas
noticias de impuras fuentes, susceptibilidad demasiado quisquillo
sa, recelos que admiten diversas interpretaciones desfavorables ,
acaso también cierta alucinación personal o política que no haya
permitido darse cuenta exacta de lo que pasa en el país vecino".
Continúa diciendo que no ha habido tal deseo de buscarle quere
lla a Venezuela; que el Gobierno granadino no es responsable de
los actos y discursos personales del general y ex Presidente Mos
238 JOSE GIL FORTOUL

quera ; que el ejército de orte estaba disuelto hacía ocho meses,


y que cuando Codazzi, que había figurado en él, marchó hacia la
frontera, iba en una comisión pasiva y a reunirse con su familia;
que mal pudiera calificarse de expoliación de tierras venezolanas
"un acto legislativo que autorizó a la Legislatura de Riohacha pa
ra disponer, dentro de la misma, de diez y seis mil hectáreas de
baldíos por vía de auxilio para la empresa de un camino hacia
Maracaibo ", sin que esto tuviese que ver con el territorio de la
Goajira, en disputa o no; que es inexacto que el Ministro Villafa
ñe reclamase ni protestase verbalmente contra el proyecto de co
mercio libre en la Provincia de Casanare ni contra el proyecto de
"Constitución para la Federación Colombiana", los cuales no se
llegaron a aprobar ; que el concepto del Congreso venezolano , es
tampado en su resolución del 18 de abril, según el cual no ha de
bido el Ejecutivo granadino permitir que las Cámaras se ocupasen
en aquellos proyectos de ley, porque con su tolerancia se oponía
a "los deberes de amistad y mutuo respeto internacional", y ade
más el derecho que se arroga el Ministro venezolano de reclamar
hasta contra su mera discusión , son "doctrinas heréticas " en todo
el país de Gobierno libre y representativo ; que es prueba sufi
ciente de los buenos sentimientos de Nueva Granada la circuns
tancia de que , comunicados al Congreso el Mensaje y Resolución
de Caracas , no los tomó en consideración y se limitó a darse por
enterado ; que en cuanto a precedentes , si merece aplauso la con
ducta de Venezuela cuando no aceptó en 1830 la anexión de Ca
sanare, de igual modo procedió Nueva Granada en 1835 al no
aceptar la reincorporación del territorio del Ecuador que había per
tenecido al antiguo Virreinato , no obstante haberla decretado una
Convención nacional ecuatoriana ; que en lo relativo al proyectado
camino hacia Maracaibo , no existe analogía con lo sucedido en
1852 (antecedente en que se quiso ver una contradicción del Go
bierno granadino) respecto del privilegio que acordó Costa Rica
para abrir un camino de Golfo Dulce a Bocas del Toro, atravesando
la Provincia granadina de Chiriquí, porque en este caso "no se
amenazó con guerra a ningún Estado ", sino que Nueva Granada
protestó enérgicamente contra la validez del privilegio , "declaró la
intención de impedir hasta por la fuerza la ejecución de la obra,
y la impidió en efecto con sólo las gestiones de los agentes diplo
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 239

máticos y consulares" ; que los comentos granadinos acerca de ocu


rrencias venezolanas o hechos de sus funcionarios, no son actos
oficiales, " mas no por eso causan menos pena al Poder Ejecutivo,
que los deplora sinceramente"; que en cambio, el Ministro Cas
telli se ingiere en asuntos domésticos granadinos al aludir oficial
mente y bajo su firma al uso que alguna vez ha hecho el pueblo
de sus facultades electorales y al referirse a actos de antiguos Pre
sidentes; que en lo tocante a libre navegación de los ríos comunes,
si bien es cierto que el artículo 15 del tratado asegura a igualdad
la navegación, semejante estipulación es sin embargo temporal,
en vez de perpetua, " y es ilusoria y sin valor alguno para Nueva
Granada, mientras el comercio de tránsito, que constituye otro de
recho también imprescriptible y perfecto, y que ha de ser el prin
cipal objeto y alimento de la navegación en los ríos comunes, no
sólo no sea también libre cual debiera, sino que se halle sometido,
como hasta ahora, en sus reglas y condiciones, a la voluntad arbi
traria de la otra parte interesada" ; que no se ha podido averiguar
cuáles sean los reclamos pendientes de ciudadanos venezolanos, y
si los hubiere, serán atendidas en justicia las gestiones regulares
que sobre ellos se hagan; que la reclamación de un crédito de
origen colombiano a favor de Antonia Ramírez de Villafañe, que
el Ejecutivo admitió en 1853 "como fundada en equidad, no en
derecho, supuesto que habían expirado de bastante tiempo atrás
los plazos fijados de común acuerdo entre las tres Repúblicas" , fué
materia de un convenio de transacción y pago, pero las Cámaras
no lo han aprobado, antes bien se han negado a incluir en el pre
supuesto la partida pedida para ejecutarlo, y este negocio, por
último, tampoco obtuvo favor del Congreso venezolano.
A las seis semanas de recibida esta respuesta, que en unos
puntos daba satsfacción y revelaba en otros intención pacífica, que
pudiera aprovecharse diplomáticamente, como no fuera que Mo
nagas y sus Ministros quisiesen la guerra a toda costa, lo que
tampoco era el caso, Castelli vuelve a la carga el 15 de octubre,
explayándose otra vez en los expresados motivos de queja. Y
apunta uno nuevo. El 24 de agosto visita a Pombo con el fin de
participarle que acababa de recibir de su Gobierno una carta de
gabinete congratulatoria para el Vicepresidente de la República,
Encargado del Ejecutivo, y quiso aprovechar esta oportunidad pa
240 JOSE GIL FORTOUL

ra proponerle confidencialmente que combinasen el modo de elimi


nar de todas las notas cruzadas entre ambos Gobiernos, desde
1848, "cuanto podían tener de acre u ofensivo, que no fuese esen
cial en las cuestiones debatidas en ellas"; pero le recibió Pombo
"con el mismo tono de magistral supremacía que caracteriza sus
notas diplomáticas, dignándose apenas recibir la carta de gabine
te ", de suerte que "no pudo hacerse lugar a ningún intento
amigable o confidencial". Al día siguiente habló sobre este medio
conciliatorio con el Vicepresidente y con los Ministros de Guerra y
Hacienda; sin resultado, puesto que el 27 le dirigió Pombo su cita
da nota. En la cual ha visto repetidas las "odiosas personalida
des e injuriosas suposiciones que antes había leído con indiferen
cia en algunos folletos ", y que ahora no contesta por no menguar
el decoro de su puesto ni la dignidad de su patria, debiendo consi
derar como negadas las justas satisfacciones que pidió su Gobier
no y concluída la discusión por la vía diplomática.
Dice en seguida Castelli, que el Gobierno Venezolano ha co
metido a su juicio "el aprecio de los desagravios que debiera ad
mitir como satisfactorios, sin excluir ningún medio para obtener
los"; que el tratado vigente estipula el recurso a arbitraje antes de
apelarse a las armas; pero que, "atendiendo a que la posición
geográfica de estas Repúblicas, la guerra europea actual, y otras
circunstancias peculiares al negocio en cuestión, dificultan infinita
mente la realización del arbitramento por una Nación amiga o neu
tral", propone nombrar árbitros a dos o más Ministros extranjeros
acreditados en Bogotá, y designa por Venezuela al Ministro fran
cés, barón Goury du Roslán. Agrega que los reclamos de ciuda
danos venezolanos, encomendados a la Legación, son tres: el de
Antonio Pulido, el de Josefa Antonia Ramírez (de Villafañe) y el de
los herederos de Magdalena Díaz de Méndez; que los dos primeros
no serán objeto de "urgente exigencia" porque no aparece " que
hasta ahora hayan sido del todo desatendidos o negados "; pero
sí exige inmediato arreglo del tercero, que fué discutido suficiente
mente desde mayo de 1847 a abril de 1853. Termina comunicán
dole a Pombo el decreto venezolano del 10 de agosto último, que
volvió a reglamentar el comercio de tránsito con Nueva Granada,
y hace hincapié en que este decreto, favorable a los intereses gra
nadinos, se expidió justamente a tiempo que en Bogotá se supo
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 241

nían "deseos de querella o miras siniestras " del Presidente Mo


nagas.
Ya el 6 de octubre Castelli había escrito al Ministro francés
exponiéndole el estado de la cuestión y manifestándole su deseo
de designarlo como árbitro por parte de Venezuela. A lo que
contestó el Ministro al día siguiente, que si bien no podría aceptar
el carácter de mediador sin autorización especial de su Gobierno,
creía, sin embargo, poder acceder al deseo de su colega venezola
no y prestaría desde luego sus buenos oficios a las Partes intere
sadas, si los considerasen como tendientes a ayudar al restableci
miento tan deseado de la buena armonía entre ambas Repúblicas .
Lo cual no era, ni podía ser, aceptación del carácter de árbitro.
Pombo contesta a Castelli el 20 de octubre, que suponiendo
llegado el caso de arbitramento según el artículo 4º del tratado, el
árbitro debiera ser "una potencia amiga o neutral"; que, por tan
to, no es a un agente diplomático a quien se pudiera designar co
mo árbitro; y que " sobre este punto y sus antecedentes, el Poder
Ejecutivo ha resuelto entenderse directamente con el Gobierno de
Venezuela, supuesto que la negociación ha llgado a un término,
tanto en el fondo como en la forma , que hace imposible continuar
la con S. E. el general Castelli". En cuanto al decreto reglamen
tario del comercio de tránsito, Pombo termina diciendo que le es
"grato declarar a nombre de su Gobierno que él merece honrosa
mención y aplauso por la liberalidad y conveniencia de sus dispo
siciones".
El 21 de octubre da cuenta Castelli al Ministro francés de la
negativa del Gobierno granadino al arbitraje propuesto, "por no
hallarlo conforme en todo con la letra del tratado", y aprovecha la
ocasión para advertir que en este caso especial no se necesitaba
realmente de tratado, porque era preciso apelar a cualquier medio
pacífico y decorcso para evitar la guerra, y que la negativa de
Nueva Granada resultaba tanto más inesperada, cuanto que el me
dio ahora propuesto y rechazado era el mismo que ella "había
escogido, aunque tarde, para resolver la cuestión Mackintosh que
tuvo con el Gobierno Inglés", y en la que designó para árbitro al
Ministro francés.
En resolución, reducido el conflicto a un cambio de palabras
duras, en el que Pombo apeló a veces a recursos de rábula y Cas

16-III
242 JOSE GIL FORTOUL

telli a bravatas de cuartel, Castelli guardó al fin silencio y no rom


pió las relaciones diplomáticas. A los pocos meses recibió ins
trucciones para entablar otra negociación acerca de Unión Colom
biana sobre bases distintas de las que contenían los discutidos pro
yectos granadinos. En Venezuela, el Presidente José Tadeo Mona
gas andaba buscando los medios de reformar la Constitución de
1830 (cuya larga duración adujera Castelli como honroso ejemplo),
para perpetuarse en el poder, aunque apenas había corrido un
año de los cuatro de su período; y pareció buen medio apelar a
aquel artículo 227 de la misma Constitución que autorizó a los fu
turos Congresos para celebrar "pactos de federación" relativos a
"las altas relaciones de Colombia", conforme a las bases que la
opinión general fuese fijando para dichos pactos. La sugestión co
lombiana y el provecho que de ella se podía sacar eran cosas
bien ancladas en el ánimo del Presidente, desde sus aventuras re
volucionarias de 1831 y 35. Al fracasar ahora su nuevo proyecto,
ya vimos que buscó por otro camino la realización de su propósito
personalista (1).
A 25 de febrero de 1856 el Congreso venezolano, atendiendo a
la recomendación que le hizo Monagas en su Mensaje del día 8,
sanciona un decreto para que el Poder Ejecutivo invite a los Go
biernos de Nueva Granada y Ecuador con el fin de fijar bases para
la Confederación Colombiana, estableciendo por condiciones la
igualdad en la representación de los tres Estados en que se dividió
Colombia y la unidad e integridad del territorio venezolano. Al
aceptarse la invitación, queda autorizado el Ejecutivo para nom
brar los representantes de Venezuela que concurran a formular el
proyecto y para convenir en el lugar de las deliberaciones; pro
yecto o acuerdos que se someterán a la aprobación del Congreso
venezolano.

Venezuela comisionó a sus mismos Ministros en Bogotá, Cas


telli y Villafañe, para que comunicasen a los Gobiernos de Nueva
Granada y Ecuador el decreto del Congreso y les invitasen a elegir
sus representantes. "En Venezuela es tan grande el entusiasmo
-se dijo a los Plenipotenciarios que toda la nación se ha levan
tado en masa para aplaudir y apoyar aquel pensamiento" . En

(1) Capítulos IV y V del presente libro.


HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 243

tusiasmo del Gobierno y de su partido: la opinión pública sabía a


qué atenerse, y hasta el propio hermano del Presidente, el ex Pre
sidente José Gregorio Monagas, consideró el proyecto de reforma
constitucional y el de confederación, que eran gemelos, como un
"peligro para la patria".
En Nueva Granada, la Constitución de 1853 contenía un ar
tículo transitorio que facultaba al Ejecutivo para celebrar tratados
con Venezuela y el Ecuador sobre el restablecimiento de la Unión
Colombiana bajo un sistema federal de 15 ó más Estados, cuya
organización definitiva la haría un Congreso constituyente confor
me a las estipulaciones de dichos tratados. Cuando se conoció en
Bogotá la nueva iniciativa venezolana, ya el Congreso había dis
cutido, en sustitución de los proyectos que dieron lugar a queja,
otro plan de República compuesta de Estados federales cuyo nú
mero no fuese menor de 15 ni mayor de 30, pudiéndose agregar
después nuevos Estados por anexión voluntaria de otros territo
rios o por división de los primeros; República que reservaría para
el Gobierno General lo relativo al sistema de Hacienda y Crédito,
navegación común, comercio con otras naciones, amistad, paz,
alianza, guerra, en lo internacional, conservación general del or
den público, mantenimiento del ejército y marina (1); y adoptaría
como principios nacionales, el desconocimiento de la esclavitud,
libertad absoluta de imprenta, de industria, de navegación en ríos
y lagos, de tránsito, de asociación, de conciencia, de cultos, de co
rrespondencia particular, y elección libre y popular como origen
de todo poder público. Luego discutió el Congreso otro proyecto,
que llegó a ser ley, relativo a negociaciones con el mismo fin, in
cluyendo también a Centro América, y exigiendo que cada Estado
de los en que resultaran divididos los territorios de Venezuela, Nue
va Granada y Ecuador no debía tener menos de 100.000 habitan
tes; pero que si al tiempo de celebrarse el convenio de Confede
ración existía ya el sistema federal en alguna de las tres Repú
blicas, podían admitirse los Estados existentes con tal que no ba
jasen de cuatro.
El 4 de abril, 1856, Castelli y Villafañe participan su comisión
al Gobierno de Nueva Granada, quien transmite al Senado, el día
8, la documentación venezolana, a fin de que la tuviese presente
(1) Compárese con las bases propuestas por Venezuela en 1832, tomo II.
244 JOSE GIL FORTOUL

en la discusión del proyecto de ley sobre restablecimiento de la


Gran Colombia. Con la misma fecha contesta el Ministro Pombo
a los Plenipotenciarios venezolanos, que se congratula con ellos
"al saludar en lontananza la aurora del venturoso día que reanu
dará los lazos de nacionalidad común", pero que el Ejecutivo
aguardaba el éxito de las discusiones legislativas para dar formal
respuesta a Venezuela. Una vez sancionada, el 19 de mayo, la
ley a que se hizo referencia en el párrafo anterior, Pombo da su
respuesta el 5 de junio diciendo que si bien esta ley satisface en
su objeto principal los deseos de Venezuela expresados en el de
creto de febrero, difiere de modo notable en sus pormenores: Nue
va Granada designa para la futura Colombia la forma de Gobier
no propiamente federal a semejanza de la que existe en los Esta
dos Unidos del Norte, con administración común para los negocios
de interés general, en la que entre por elemento representativo la
base de población, y suponiendo que cada una de las actuales
Repúblicas se subdivida en Estados federales; en cambio, Vene
zuela aspira a " una liga de carácter diplomático" representada por
una "Dieta o Congreso Colombiano" , ya que pone por bases de
su proyecto la igualdad de representación y la unidad e integridad
de su territorio . En opinión de Pombo, Venezuela pudiera modifi
car su plan en el sentido del granadino, y sugiere por último que
las conferencias de Plenipotenciarios se celebren en Bogotá.
A 20 de mayo del propio año el Ministro de Relaciones Exte
riores del Ecuador contesta a la nota que desde Bogotá le dirigie
ron Castelli y Villafañe el 7 de abril. Aplaude el pensamiento
de Venezuela , pero advierte que a su Gobierno no le sería permi
tido nombrar Plenipotenciarios para tratar el asunto, porque si bien
la Constitución de 1830 autorizaba para delegar el poder de re
presentación nacional con el fin de revivir la Unión Colombiana,
de esto se había prescindido en las Constituciones posteriores, y
la Ley Fundamental de la República no preveía ahora la alteración
de su forma de Gobierno; que, sin embargo, se sometería la cues
tión al próximo Congreso ( 1).

(1 ) A título de curiosidad histórica , léase lo que el Ministro de Venezuela en París,


Fortunato Corvaia , participó el 24 de mayo: "Bastante ha agradado al conde Walewski
la idea (de Confederación), y según se expresó, cree que tendrá el apoyo de todos los
Gobiernos ilustrados y será además el dique que en todo tiempo se oponga al poder de
los Estados Unidos, que amenazan adueñarse de la América antes española”.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 245

Venezuela abandonó sus gestiones. Castelli regresó a Cara


cas. Villafañe continuó en Bogotá ocupándose en otros asuntos,
entre ellos el de límites y el de créditos provenientes de la antigua
Colombia. En 1857, la Memoria de Relaciones Exteriores excita al
Congreso a volver a considerar su plan del año anterior, u otro;
pero este Congreso se estaba preocupando sobre todo con realizar
como realizó una reacción centralista, y en asegurar, lo que no
logró sino por un año, la prolongación del mando de Monagas.
Se limitó, pues, a añadir un artículo (el 131 ) a la nueva Constitu
ción, así: "El Congreso queda autorizado para dictar las provi
dencias conducentes a la Confederación de los Estados de Colom
bia; y para hacer en este caso las reformas de la Constitución que
fueren necesarias, pudiendo discutirlas en las sesiones del mismo
año en que se propusieren, y observándose los demás requisitos
establecidos en el título anterior; conservando siempre la sobera
nía del Estado en todo lo que se refiera a su régimen interior" .
Artículo que desaparece en la Constitución de 1858.
En 1860 revive Mosquera en Nueva Granada, durante la gue
rra civil que coincide con la de Venezuela, su teoría de República
federal colombiana, y encuentra luego entusiasta simpatía entre
los asilados venezolanos -Francisco Aranda, Antonio Leocadio
Guzmán, etc.—, quienes la propagan en el partido venezolano que
lucha por la Federación. Vuelve a desaparecer a raíz del triunfo.
La Constitución federal de 1864 se circunscribirá a decir (artículo
119) que "el Ejecutivo Nacional tratará con los Gobiernos de Amé
rica sobre pactos de alianza o de confederación".
Realmente los partidarios de la Unión Colombiana, lo mismo
en Venezuela que en el Ecuador, no la aceptaban sino a condi
ción de conservar ilesa la igualdad política entre las tres Repúbli
cas, por la cual habían luchado sin descanso durante la agitada
vida de la primera Colombia. Y aun así, los inconvenientes que
apuntaba el Congreso venezolano de 1833 eran todavía evidentes
para todo entendimiento práctico : inmensidad de un territorio po
bre de población, escaso de caminos, disparidad de intereses eco
nómicos, dificultad de administrar pequeños pueblos diseminados
en incultas soledades, y no menos que todo, la irreconciliable tra
dicional rivalidad de Caracas y Bogotá, de Bogotá y Quito, mi
núsculas ciudades, pero celosa de su rango de capitales y de su
246 JOSE GIL FORTOUL

gloria de haber sido cunas de la Independencia. Los que mira


ban al porvenir veían claro que la alianza o confederación no se
ría posible sino cuando toda esa naturaleza virgen se tornase en
riqueza explotada, cuando muchos millones de brazos y cerebros
llegasen a despertar esos desiertos con el ruido y el canto de aque
lla prosperidad en que soñó Bolívar -sueño prematuro de que mu
rieron él y su obra.

II.-Reclamaciones extranjeras

No podían faltar en este periodo, como no faltaron en los otros,


reclamaciones de extranjeros. Las más se fundaban en el privile
gio que, a pesar de la equidad y de las estipulaciones de tratados
públicos, aseguraron por la fuerza las grandes potencias en sus
relaciones con las débiles y desgraciadamente turbulentas Repú
blicas hispanoamericanas. Pero algunas reclamaciones se justifi
caron por evidentes errores de la msima legislación venezolana. Ta
les las provenientes de la ley de 1849, por la cual se declaró que
la espera a los deudores morosos es un beneficio legal (1). Contra
ella protestaron, como atentatoria a intereses de sus súbditos, los
representantes diplomáticos de las potencias europeas.

Con la Gran Bretaña la discusión a este respecto estuvo a pun


to de convertirse en guerra. En 6 de febrero de 1850 el vicealmi
rante Dundonald , comandante de la escuadra británica en las In
dias Occidentales, escribe desde Trinidad al Encargado de Nego
cios en Caracas (2), que " con profundo sentimiento ha recibido por
mandato de Su Majestad, por el órgano de su Secretario de Ne
gocios Extranjeros, una enumeración de actos violentos e ilegales
cometidos con súbditos británicos por el Gobierno de Venezuela ,
acompañada con instrucciones de los Lores Comisionados del Al
mirantazgo para tomar aquellas medidas que sean mejor calcula
das a fin de obtener el desagravio que sin buen éxito se ha soli
citado por medio de representaciones diplomáticas". "Triste cosa
-agrega- sería para nosotros dos, que hemos servido en la cau
sa de la Independencia suramericana, vernos obligados (por razón

(1) Véase el tomo II.


(2) Eralo Belford Hinton Wilson, antiguo edecán de Bolívar.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 247

de los empleos que tenemos) a obrar hostilmente respecto del Go


bierno de una de las provincias emancipadas, a consecuencia de
actos arbitrarios e injustos, tales que ni las leyes coloniales de Es
paña los habrían sancionado. No hay más que dos medios de
cumplir los mandatos de Su Majestad: uno conforme con nuestros
sentimientos personales, el otro compatible con nuestros deberes
públicos. Me alegro que se nos haya dejado la elección del me
dio con que pueda efectuarse un arreglo pacífico respecto de una
conducta que no se puede justificar". Arreglo pacífico que Dun
donald pretende preparar con la insultante declaración que sigue :
"Los Gobiernos de los grandes Estados, si obran mal son castiga
dos por las consecuencias que acarrea una conducta indigna; pe
ro las autoridades pequeñas (minor authorities) desconocidas del
mundo, no pueden ser traídas al formidable tribunal de la opinión
pública, y se escapan enteramente de la reprobación de la poste
ridad. Por tanto, se debe proceder con ellas de una manera que
corrija medidas injuriosas a otras naciones". Cree conveniente co
mo primer paso, que Wilson comunique, con la esperanza de ale
jar las consecuencias de operaciones hostiles, que está reuniendo
en Trinidad una fuerza suficiente para lo que fuere necesario, e in
forme al Gobierno de Venezuela que pide inmediata reparación
de los agravios enumerados en la lista adjunta , y al llegar a La
Guaira, notificación clara e inequívoca de la decisión que tome el
Gobierno, para la cual tendrá el plazo de catorce días.
El 11 de febrero comunica Wilson copia de esta carta al Mi
nistro de Relaciones Exteriores, Manuel Machín Quintero, y le ex
pone que, en cumplimiento de instrucciones de su Gobierno se ha
esforzado en hacerle ver al de Venezuela la urgente necesidad de
despachar sin tardanza las diversas reclamaciones británicas, " en
lo cual ha trabajado con honradez y celo para evitar que se hicie
se necesario el envío de la comunicación que acompaña con pe
noso sentimiento, obligado por sus deberes públicos; y que, aunque
de cuando en cuando se le han dado seguridades positivas de
que algunas de aquéllas serían arregladas desde luego, una sola
lo ha sido definitivamente"; por último, que "todavía cede a la
esperanza de que el Gobierno de Venezuela, animado de una
convicción de justicia y del deseo de conservar inalterables ami
gables relaciones con la Gran Bretaña, se hará a sí mismo aquella
248 JOSE GIL FORTOUL

justicia; justicia y honor que está obligado a observar con aquella


nación, por su tratado y la buena fe internacional, recordando de
paso que la Gran Bretaña fué la primera y es la más verdadera
y la mejor amiga de Venezuela y de todas las Repúblicas hispa
noamericanas".

El 19 de febrero le contesta Quintero, que a pesar " de las gra


ves atenciones que han rodeado al Gobierno con motivo de los
sucesos interiores del país durante los dos últimos años", "el Poder
Ejecutivo ha procurado contraerse al examen de las reclamaciones
que, por hechos originados de la situación anormal que produce
siempre la guerra, se le han presentado por los representantes de
las naciones amigas " , que ha resuelto muchas de ellas y casi todas
las británicas; y que acerca de las demás, se ha debido respetar,
antes de todo, la independencia constitucional de los Poderes Le
gislativos y Judicial, de cuyas decisiones no pudiera prescindir el
Ejecutivo sin arrogarse atribuciones que no le pertenecen y sin
incurrir en casos de responsabilidad. "Se refieren estas cuestio
nes continúa Quintero- al cumplimiento de una ley (la de espera).
pretendiéndose que el encargado de velar en su exacta ejecución
la declare ineficaz, y grave a la nación con indemnizaciones fun
dadas en la supuesta injusticia de aquélla; al castigo de ciertos
jueces cuyas decisiones y conducta no se han calificado por los
tribunales competentes, a causa de no haber hecho uso los inte
resados de los recursos que les ofrecen las leyes del país, y sin
cuyo requisito no puede emplearse la vía extraordinaria de la que
ja ante el Poder Ejecutivo o de la reclamación internacional; a
indemnizaciones por perjuicios que se suponen resultantes de
procedimientos judiciales que se llaman arbitrarios, sin haberse
tampoco obtenido la decisión de los tribunales superiores, necesa
ria para acreditar la arbitrariedad; y a una especie de privilegio
singular que ha solicitado un individuo para escapar a la acción
de los tribunales inferiores de su domicilio, alegando que se le
perseguía injustamente, sin embargo de que esos tribunales han
decidido en su favor, lo que prueba las garantías que se encuen
tran en el Poder Judicial, y de que, en todo caso, podía ocurrir a
la Corte Superior de su Distrito, y hasta a la Corte Suprema de
Justicia por apelación o queja, recurso de hecho y acusación de
los jueces inferiores ". De modo que lejos de existir agravios con
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 249

tra la Gran Bretaña, la conducta del Ejecutivo al examinar los


casos en discusión demuestra por el contrario, como consta en la
Legación británica, su sincero deseo de allanar dificultades, dentro
de la esfera que le está señalada por la Constitución nacional .
Acerca de la citada nota conminatoria, Quintero dice: "El in
fraescrito ha recibido orden especial de S. E. el Presidente de la
República para rechazar como contrario al derecho de gentes y
altamente ofensivo al honor, al decoro, a la dignidad y a la so
beranía de las naciones, el concepto que ha emitido en su nota el
Honorable Conde Dundonald, al sentar que los Gobiernos de los Es
tados débiles no deben ser tratados como los Gobiernos de los Gran
des Estados , y que es necesario proceder respecto de aquéllos al ar
bitrio del más fuerte, por medios coercitivos que no se emplearían
respecto de éstos, para suplir con el empleo de las fuerzas el cas
tigo que la opinión pública y la posteridad no pueden imponerles,
porque desconocidos del mundo se escapan enteramente a su
reprobación, la cual, supone, recae sólo sobre las naciones pode
rosas. La aplicación de este falso principio a la República de
Venezuela, en el presente caso, especialmente, en que ya se ha
demostrado no haber motivo alguno de censurar, si es que no lo
hay de apreciar la conducta que ha observado, es un ultraje gra
tuito, es una gravísima ofensa, por la que está instruído el infraes
crito para formalizar ante el Gobierno de S. M. Británica una queja
que el mundo no dejará de apoyar con su opinión" . Y después
de muy elocuentes consideraciones sobre derecho internacional,
concluye el Ministro que el Gobierno ha prestado toda atención a
las reclamaciones británicas; que está considerando de nuevo las
que no se habían despachado favorablemente, después que la Le
gación expuso otras razones; que el Congreso ha sido informado
de la reclamación relativa a la ley de espera, y se aguarda su
resolución; que respecto de las pocas insistencias de la Legación
que quedan por despachar, "al recibo de la intimación de la fuerza
el Presidente cree del decoro y dignidad nacional, y propio de la
libertad con que ha de proceder todo gobierno, abstenerse de toda
resolución hasta que se le instruya de haberse revocado la ame
naza de aproximar a sus costas la escuadra que se prepara en
Trinidad", amenaza que se ha hecho prescindiéndose de los me
dios que aconseja el derecho de gentes para transar diferencias
250 JOSE GIL FORTOUL

internacionales , entre los cuales está el arbitramento, " a que tan


fácilmente puede recurrirse y que la República no repugna, sino
que antes por el contrario acoge, deseosa por demás de justificar
plenamente ante el mundo su propósito de preferir la paz y la
concordia con todos los pueblos de la tierra”.
No fué más allá el conflicto. Quintero renunció su cartera;
le sustituyó Fernando Olavarría; se convino en retirar las notas
hirientes (1 ), y en que se diese cuenta al Congreso. Este derogó
la ley de espera obligatoria y resolvió que el Gobierno pagase con
billetes de tesorería a los acreedores contra cuya voluntad se hu
biese concedido la espera . La Gran Bretaña obtuvo al fin cuanto
deseaba .

Igualmente vieron atendidas sus reclamaciones los demás ex


tranjeros, por consecuencia de la ley de espera y otros perjuicios.
En los respectivos arreglos es forzoso señalar las duras condiciones
que la República se vió obligada a aceptar, por la impotencia a
que la tenían reducida su escasa población, su pobreza y sus dis
turbios domésticos . En junio de 1853 el Ministro de Relaciones
Exteriores, Simón Planas, en virtud de la autorización que el 30 de
abril confirmó el Congreso al Poder Ejecutivo para tomar cuantas
medidas creyese necesarias a fin de poner término a las reclama
ciones extranjeras por razón de créditos provenientes de la ley de
espera que se hubiesen de satisfacer perentoriamente , celebra cua
tro convenios con los agentes diplomáticos de los Estados Unidos,
España, Francia y Holanda .
A la Legación americana se le ofrece pagar el total de sus
créditos, en plazo hasta el 19 de marzo de 1855, con el interés anual
de 5% , estipulándose además, que si el Gobierno dejara de pagar
en cualquiera de los plazos , podía la Legación tomar y recibir de
alguna casa mercantil de La Guaira la mitad de todos los derechos
ordinarios por importaciones que ésta hiciese desde la fecha del
vencimiento del plazo respectivo, hasta quedar enteramente satis
fecho el importe de los reclamos con sus intereses. "La casa que
se elija entregará a la aduana de aquel puerto los recibos que a
la primera dará la Legación americana por la mitad de los dere

(1) Las de Dundonald y Quintero se hallan insertas en las Biografías de AZPURUA,


t. II, pp. 110 y siguientes.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 251

chos que a esta se conceden, descontando del valor de los pagarés


otorgados por la mencionada casa el 9% anual; y cargando la
aduana en cuenta a la Legación la cantidad líquida que resultare".
Y en caso de no ser posible esta manera de pago, "por no encon
trar el Encargado de Negocios de los Estados Unidos ningún co
merciante de La Guaira con quien hacer el expresado arreglo,
quedará plenamente vigente la responsabilidad del Gobierno de
Venezuela" (1).
Análogas estipulaciones se ajustaron con la Legación de Es
paña.
La Legación de Francia convino en aceptar tres órdenes de
pago del Ministro de Hacienda sobre la Tesorería General , órdenes
que se habían de hacer efectivas en tres plazos hasta febrero de
1854, con el interés de 5% anual; y se agregó, que si se demoraba
el pago de una de las órdenes hasta el vencimiento de la subse
cuente, todos serían exigibles inmediatamente.
Y con el Consulado General de los Países Bajos se convino
que la Tesorería General satisficiera la suma a que ascendiesen
las reclamaciones holandesas, procedentes de la ley de espera y
de otros perjuicios, por cuotas mensuales hasta el pago total.
El mismo Congreso de 1853 aprueba dos convenios celebrados
en Caracas, en septiembre y octubre de 1851 , entre los Plenipo
tenciarios venezolanos Francisco Aranda y Joaquín Herrera y los
Ministros de Francia y España, por los cuales reconoció el Go
bierno de Venezuela las respectivas reclamaciones de perjuicios
sufridos en trastornos del orden público. Esforzadamente había
alegado en esta ocasión el Ministerio del Exterior iguales razones
que las aducidas desde 1836 para declinar la responsabilidad del
Estado en casos semejantes ; mas " después de haberse agotado
-dicen los citados convenios los recursos de la discusión , sin
lograrse convenir en los sostenidos por ambas partes, y con el ob
jeto de conservar inalterables las buenas relaciones", se aceptó
el compromiso de abonar partes de las cantidades reclamadas ; a

(1) A esta deuda se convino después agregar otra, a 27 de febrero de 1858, por
daños y perjuicios causados al bergantín americano Horacio, detenido en 1850 por las
autoridades de Maracaibo a consecuencia de no haber presentado todos los bultos espe
cificados en su sobordo, y que fué no obstante absuelto por dos sentencias conformes.
La indemnización se fijó en 5.151,70 pesos de moneda americana , con interés anual de
6% desde la fecha de la sentencia absolutoria.
252 JOSE GIL FORTOUL

Francia 65.000 pesos en lugar de 190.621 , y a España 35.000 pesos


en lugar de 83.809.
Viejos reclamos había en suspenso, aun de la época colom
biana. El Congreso del 53 aprueba también un arreglo celebrado
el año anterior entre Joaquín Herrera y el Ministro de los Estados
Unidos , en virtud del cual se había de pagar a la Legación ame
ricana la cantidad de 90.000 pesos, en seis exhibos anuales de
15.000 cada uno, con el interés de 3% al año desde la fecha del
arreglo; cantidad que le tocó a Venezuela en el reparto de la deu
da colombiana, por indemnización de unos buques americanos y
sus cargamentos, confiscados en los años de 1818 y 1827. En esto
siquiera no hubo necesidad de aceptar fórmulas desdorosas.
Ni, por de contado, en otra pequeña reclamación de igual ori
gen que venía sosteniendo el Perú; indemnización por la goleta
Joaquina apresada en 1829; reclamación que se arregló satisfacto
riamente, si bien con gran retardo. A 22 de diciembre de 1858 el
Ministro de Relaciones Exteriores, Luis Sanoja, y el Ministro Resi
dente del Perú, Pedro Galves, convienen en que Venezuela abo
nará la cantidad de 3.473 pesos fuertes y a 4 de abril de 1859 el
mismo Ministro peruano y el Plenipotenciario venezolano Carlos
Soublette declaran que por la expresada cantidad se pagará el
2 % mensual desde la fecha de la convención: arreglo aprobado
por el Congreso de 1861.
Al alud de reclamaciones extranjeras pretendió el Congreso
de 1854 poner dique con el siguiente decreto: "Ningún extranjero
tiene acción para reclamar del Gobierno legítimo de la República,
por vía de indemnización o resarcimiento, los daños y perjuicios
que sufran sus intereses por consecuencia de las conmociones po
líticas o cualquiera otra causa, cuando tales daños y perjuicios no
hayan sido causados por autoridades legítimas; salvándose siem
pre el derecho de repetir contra un tercero toda clase de indemni
zaciones con arreglo a las leyes comunes, y en los casos prescri
tos por ellas" . Tal era efectivamente la doctrina tradicional de
la República, contenida ya en el artículo 218 de la Constitución
del año 30, que admitía en su territorio a los extranjeros de todo
origen siempre que se sujetasen a las mismas leyes dictadas para
los ciudadanos, y les garantizaba la misma seguridad en sus per
sonas y propiedades, salvo las excepciones de que disfrutasen
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 253

por tratados públicos. Doctrina que se sostuvo sin variantes en


cada discusión diplomática, pero que, no obstante la incontroverti
ble justicia en que se inspira, fué tantas veces preciso transgredir,
en casos particulares y con fórmulas más o menos hábiles, por los
motivos antes indicados.
Enumerar todas las reclamaciones sería aquí superfluo. Bas
tará reseñar los incidentes y conclusión de dos o tres.
Los Estados Unidos reclaman en 1856 por perjuicios que sus
nacionales pretendían haber sufrido en la explotación de guano
de la isla de Aves. El Gobierno Venezolano puso allí en noviem
bre de 1854, una guarnición encargada de celar la extracción ilí
cita de dicho abono. El jefe de esta guarnición cometió el abuso
de dar por escrito a unos americanos que se encontraban sacan
do guano, como si se tratase de cosa propia, permiso para termi
nar la carga de sus buques; y aunque el Gobierno lo desautorizó,
volvieron a poco los americanos con otros barcos, siendo necesa
rio entonces invitarles a que se marchasen, como lo hicieron. En
diciembre del propio año el Gobierno celebra con J. D. Wallace,
también ciudadano de los Estados Unidos, un contrato por el cual
se le permite, lo mismo que a sus asociados y cesionarios, extraer
el guano de Aves, con la obligación por parte de ellos de pagar
cierta cantidad de dinero en letras de cambio sobre Filadelfia ; mas
como fuesen protestadas, se declaró inexistente el contrato. Walla
ce se había apresurado a ceder sus derechos a tres casas ameri
canas (Philo Shelton, Sampson & Tappan, Lang & Delano), de quie
nes eran factores los cargadores de guano de 1854, a quienes no
se permitió continuar la explotación. En consecuencia la Lega
ción americana reclama: indemnización de todas las pérdidas efec
tivas que hubiesen sufrido los americanos por su expulsión de la
isla; indemnización por la pérdida de las ganancias probables que
se hubieren sacado del guano, tomado allí con autorización de Ve
nezuela, desde el día en que se ocupó la isla hasta que se ajuste
el reclamo; arreglo de la cuestión del interés legítimo que tienen
los americanos en el guano que quedare entonces en la isla, sea
abandonándoselo a ellos, sea de otro modo satisfactorio para am
bos Gobiernos. Ante la insistencia conminatoria del Ministro ame
ricano, Venezuela resuelve enviar a Washington a su Ministro de
Relaciones Exteriores, Aranda, con la misión de allanar el camino
254 JOSE GIL FORTOUL

para un arreglo equitativo, arreglo que parecía tanto más fácil,


cuanto la naturaleza misma del asunto lo destinaba a ser decidi
do por los tribunales ordinarios, o en último extremo por arbitraje.
En vano alegó Venezuela sus derechos, en Caracas y en Washing
ton. Al fin, por convenio celebrado en Valencia el 14 de enero
de 1859, entre Luis Sanojo, Ministro de Relaciones Exteriores, y E.
A. Turpin, Ministro Residente de los Estados Unidos, y aprobado
por la Convención Nacional el 3 de febrero, se comprometió Ve
nezuela a pagar a los reclamantes 130.000 pesos en moneda ame
ricana, en plazos sucesivos hasta 1864, con interés anual de 5% .
A tiempo que empezó la discusión con los Estados Unidos, cu
yo Gobierno pretendió al principio tener derecho de propiedad so
bre la isla de Aves, por haberla descubierto, según dijeron, sus
explotadores de guano, pretensión que abandonó luego, el Gobier
no de los Países Bajos reclamó también la propiedad de la misma
isla, y además una indemnización por perjuicios que sus nacio
nales decían haber sufrido en Coro. durante el mes de febrero de
1855, a consecuencia de actos del pueblo tolerados por las autori
dades locales . A este respecto un contemporáneo refiere: "A
principios de 1855, en la capital de Coro corrieron y se fijaron, de
mano aún desconocida, unos impresos y pasquines alarmantes
contra negociantes hebreos establecidos allí; y muy a poco, y co
mo consecuencia tal vez de esa mala disposición, cuya causa no
es fácil averiguar, un grupo de hombres discurrió por la ciudad el
2 de febrero, amenazando de muerte a aquellos industriales, de
los cuales algunos se fueron a Curazao, y el 4 llegaron los ex
cesos hasta el punto de haberse derribado puertas de algunas ca
sas, y robado efectos de valor” ( 1).
La discusión diplomática fué larga e incidentada. El Cónsul
General de Holanda en Caracas solicitó el reemplazo del Goberna
dor de la Provincia, Carlos Navarro, del Comandante de armas,
general Juan Crisóstomo Falcón, y de un juez. Negóse por el pron
to la Cancillería venezolana a plantear la cuestión sobre este te
rreno, alegando que los tribunales de Coro estaban ya ocupados
en darle solución conforme a las leyes; pero a luego convino en
someter a juicio al Gobernador y en nombrar otro juez, quien real

(1) OECILIO ACOSTA, Cosas sabidas y cosas por saberse, Caracas, 1856.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 255

mente puso empeño en averiguar la verdad de los hechos. No se


dió el Cónsul por satisfecho e insistió en que se suspendiese tam
bién al Comandante de armas, pretensión mucho más infundada
cuando se recuerda que Falcón no era hombre de violencias, antes
bien conciliador por temperamento; y en todo caso parecía absur
do imputarle culpa en aquellos sucesos, porque no correspondía a
sus atribuciones militares intervenir en asuntos de pura policía en
comendados a la vigilancia de las autoridades civiles.
Informado el Gobierno Holandés de lo que su Cónsul juzgaba
poca entereza del Gobierno de Caracas, mandó a La Guaira unos
buques de guerra, cuyo comandante presentó un ultimátum el 5
de marzo de 1856. Al Ministro de Relaciones Exteriores, Jacinto
Gutiérrez, se le ocurrió entonces invitar a consejo a los agentes
diplomáticos extranjeros (1). Juntáronse el día 12 el Ministro Re
sidente de los Estados Unidos, los Encargados de Negocios de Fran
cia y España y el Cónsul General de Dinamarca, quienes opina
ron no les parecía llegado el caso de ultimátum, puesto que Vene
zuela no había cesado de allanar el camino para un arreglo pa
cífico, y ofrecieron interponer sus buenos oficios . Sin resultado.
El Encargado de Negocios de Inglaterra se había discretamente ex
cusado de asistir a la reunión del día 12, y fué gracias a su inter
vención amistosa que el 23 de marzo pudieron convenir el Ministro
Gutiérrez y el Cónsul holandés que se retirase el ultimátum , se ale
jasen los buques de guerra y continuase la discusión diplomáti
ca. Pero al fin obtuvo Holanda cuanto había exigido al principio,
como que el Gobierno llevó su pusilanimidad hasta reemplazar al
Comandante de armas. El 5 de agosto de 1857 se firma en Cara
cas una convención por Francisco Conde, Vicepresidente del Con
sejo de Gobierno, Plenipotenciario ad hoc, y Pedro Van Rees, Cón
sul General de los Países Bajos, en virtud de la cual la cuestión
de dominio y soberanía en la isla de Aves se sometería al arbitra
je de una potencia amiga (2), y se comprometía Venezuela a pagar
por vía de indemnización a los judíos de Coro la cantidad de
100.000 pesos sencillos, o 200.000 florines de los Países Bajos, la mi

( 1) Lo mismo hizo el Ministro Urrutia, a los dos años, en el conflicto sobre la expul
sión de Monagas.
(2) De común acuerdo se designó para árbitro a la Reina de España, quien falló
a favor de Venezuela el 30 de junio de 1865.
256 JOSE GIL FORTOUL

tad diez días después del canje de las ratificaciones y el resto a los
veinte días ( 1 ) . Además, el artículo 4º comprueba sin ambages y
apenas con cierto pudor diplomático el éxito contundente de las
reclamaciones holandesas : "Habiendo S. E. el Presidente de la
República anticipado el reemplazo del Comandante de armas de
la Provincia de Coro señor general Juan C. Falcón por haber con
siderado que su continuación en aquel destino podría ser un obs
táculo para el arreglo amistoso de las dificultades provenientes de
los deplorables acontecimientos dichos; y habiendo también el re
ferido General, al ser informado de que se le hacían imputaciones
de culpabilidad o complicidad en tales sucesos, pedido el juicio
correspondiente, a que se ha mandado proceder, para comprobar
el ningún fundamento de esas imputaciones; el Gobierno de S. M.
el Rey de los Países Bajos declara que con estas providencias, la
causa seguida al ex gobernador Carlos Navarro y con la aproba
ción y cumplimiento de esta convención, quedan terminados todos
los reclamos que han sido objeto y materia de ella". Natural pa
recía que se pusiese aquí punto en cuanto a satisfacciones. Sin
embargo, se convino también en un artículo 5º que, por su forma
y significación moral, consideraron los patriotas corianos como tris
te remate del inhábil manejo o extremada condescendencia del Mi
nistro Gutiérrez y del Plenipotenciario Conde: "Inmediatamente
después del canje de las ratificaciones de esta convención, y luego
que se haya pagado la suma de cien mil pesos dicha en el ar
tículo 2º, el Comisario especial de S. M. el Rey de los Países Bajos
pasará a Curazao, provisto de órdenes escritas del Gobierno de
Venezuela, dirigidas bajo sello volante a las autoridades civiles y
militares de Coro, para presidir (sic) la vuelta de los negociantes
hebreos a esa ciudad". Extrema condescendencia que se quiso
paliar con la salvedad del artículo 6º: "Siendo el ánimo de las
partes contratantes sólo terminar de un modo definitivo e irrevoca
ble esos reclamos, declaran expresamente que la presente con
vención no es aplicable sino a ellos, y que, no teniendo otro fin,
nunca podrá por una ni otra parte invocarse en lo sucesivo como
antecedente o regla para lo futuro" . Salvedad que se verá repe
tida en casos análogos, cada vez que , o por culpa de inexpertos

(1) Se efectuó el canje el 13 de octubre de 1858.

I
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 257

Ministros o para evitar al fin apremiantes peligros, habrá que ce


der en la estricta interpretación de la doctrina internacional, y ve
larle la cara a la justicia.

Veamos, finalmente, otro conflicto con España, también por


perjuicios ocasionados en turbaciones del orden público, conflicto
que dura más de un año.

Al estallar la revolución federal de 1859, capitaneada por Juan


Crisóstomo Falcón y Ezequiel Zamora, contábase en Venezuela de
25 a 30.000 españoles, la mayor parte canarios dedicados espe
cialmente a la agricultura en las Provincias de Caracas y Aragua ,
inmigración que la República tuvo por excelente y a cuyo aumento
propendían las leyes nacionales . Pero, sea por la misma facili
dad con que se adaptaban los canarios a las costumbres del nue
vo medio, análogo al de su patria, o bien porque estuviesen con
vencidos de que el fruto de sus labores dependía sobre todo de
un buen Gobierno en el seno de la paz - cosa que no habían pre
senciado todavía- tomaron parte ostensible , de hecho y de pa
labra, en la contienda civil, los más a favor de la alianza de par
tidos que dió en tierra con la administración de Monagas, y otros
a favor de la revolución federal, en cuyo triunfo cifraban acaso la
esperanza de mayor garantía para sus intereses. Corrieron en
consecuencia la misma suerte que los venezolanos, resultando mu
chos muertos y no pocos despojados de sus bienes; sin que para
prevenir atentados o castigarlos pudiese la acción del Gobierno
ser eficaz en cada caso y en medio de tan complicadas circuns
tancias como las ya descritas en la historia política .

En octubre de 1859 el Ministerio de Relaciones Exteriores con


testa a las representaciones que conjuntamente le habían dirigido
en agosto las Legaciones de España, Gran Bretaña y Estados Uni
dos acerca de perjuicios de sus nacionales en la guerra civil, di
ciendo que el Gobierno de Venezuela, en virtud del decreto de
1854, no reconocía sino los daños ocasionados por autoridades legí
timas, y que los extranjeros que hubiesen sido molestados por el
bando revolucionario debían deducir sus derechos ante los tribu

17-III
258 JOSE GIL FORTOUL

nales civiles. Dada cuenta de esta resolución a sus respectivos


Gobiernos, la única Legación que al año siguiente volvió a insistir
en tono amenazador fué la de España ( 1 ).
A 17 de julio de 1860 el Encargado de Negocios de España, D.
Eduardo Romea, participa al Ministro del Exterior, Pedro de las
Casas, que su Gobierno consideraba el principio asentado por el
decreto de 1854 como atentatorio a los derechos de los españoles
residentes en la República y nocivo a los intereses creados al am
paro del derecho de gentes y de las estipulaciones del tratado de
1845. Si es incuestionable continúa diciendo , en sustancia— la
facultad de cada nación para imponer a los extranjeros que en
ella residen las restricciones que juzgue convenientes, no lo es me
nos que no se han de menoscabar con esas restricciones los dere
chos que los extranjeros hayan adquirido por tratados. Cuando
Venezuela se constituyó en Estado soberano, las frecuentes con
mociones políticas pusieron a su Gobierno en el caso de resarcir
perjuicios sufridos por extranjeros, y "es notorio que no se ave
riguaba entonces quién causaba el daño : bastaba justificarlo para
que se llevase inmediatamente a efecto la indemnización". Bajo
esta costumbre vinieron millares de españoles, y de acuerdo con
ella se celebró el tratado de paz. El decreto de 1854 viola, pues,
los derechos adquiridos por los españoles. El Gobierno mismo
ha admitido excepciones en la aplicación de tal decreto, como
cuando, entre otros casos , indemnizó a los holandeses con motivo
de sus sucesos de Coro. Por otra parte, los daños sufridos por
los extranjeros no se pueden reclamar, en las actuales circunstan
cias, ante los tribunales ordinarios. La guerra civil ha puesto al
país en tal estado de desorganización, que por muchos meses se
han visto Provincias enteras sin autoridades ni magistrados, sepa.
radas completa y políticamente del resto de la República e impe
rando en ellas un partido que al ser rechazado las dejaba arruina

(1) La Legación británica declaró que su Gobierno no apoyaría reclamaciones


fundadas en daños causados por los facciosos, "aunque se reservaba la facultad de con
siderar las circunstancias de algunos casos especiales" . La de Francia anunció su in
tención de reclamar por perjuicios sufridos en la guerra actual, pero que " no suscitaría
a la República conflictos diplomáticos por semejante causa " . La del Brasil se negó a
apoyar una demanda análoga que le fué presentada por uno de sus súbditos. Y en
cuanto a los Estados Unidos , se confiaba en que seguirían obrando de acuerdo con la
doctrina defendida por su Gobierno en el célebre caso de 1851 , de que se hablará más
adelante. Véase la Memoria de Relaciones Exteriores presentada al Congreso de 1861.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 259

das y desiertas. Si el Gobierno no puede extender allí su autori


dad, ¿quién si no él debe resarcir los daños que, " debiendo no pu
do evitar?" Si el partido federal llegare a ser Gobierno, ¿no ten
drá que responder también de los daños causados por las autori
dades actuales? "¿Es ésta una ley protectora, o es una ley que
toma diferentes colores según la reflexión de los rayos del sol po
....
lítico que la hieren?"..
Casas contesta el 30 de julio . El tratado de 1845 no contiene nin
guna estipulación que dé a los españoles el derecho que hoy se pre
tende . La costumbre de resarcir toda clase de perjuicios causados a
extranjeros, sin averiguar quién fuese su autor, "no ha existido
aquí nunca ”. Desde muy temprano decidieron los tribunales que
los facciosos indultados debían indemnizar o restituir las tempora
lidades arrebatadas o usurpadas. Luego, el decreto legislativo de
3 de mayo de 1839 sobre aplicación de indultos, declaró en su ar
tículo 5º que "ningún indulto podrá extinguir la obligación de in
demnizar con arreglo a las leyes los perjuicios de tercero de que
fueren responsables los agraciados"; declaración que se repitió en
el artículo 16 de la ley de 3 de abril de 1859, donde se dijo que
las penas impuestas a los delincuentes por traición y atentado " no
alteran ni disminuyen la acción civil que tienen los particulares y
el Estado para que aquéllos indemnicen con sus bienes los gastos,
pérdidas, daños y perjuicios que les hubieren ocasionado". Y la
propia disposición se ha conservado en la ley del presente año (20
de junio, 1860), agregando para darle mayor eficacia (artículo 30)
que "la enajenación de bienes hecha en fraude de lo dispuesto se
declarará nula a solicitud de parte interesada" .
En apoyo de la doctrina venezolana invoca Casas, entre otros
precedentes, declaraciones conformes de los Estados Unidos y de
la Gran Bretaña. Cuando la turba de Nueva Orleans, al saber
que habían sido ejecutados en Cuba algunos angloamericanos, sa
queó la habitación del Cónsul de España y destruyó casas de es
pañoles y se apoderó de bienes que les pertenecían, el Gobierno
de la Unión indemnizó al Cónsul, pero se negó a hacerlo con los
particulares, susetntado que debían ocurrir a los tribunales, "a pe
sar de que, según el lenguaje de la Legación española en Washing
ton, aquellos actos de violencia fueron de pública notoriedad , y
tales, que ni aun el estado de guerra declarada entre ambos Go
260 JOSE GIL FORTOUL

biernos los hubiera justificado" . El Secretario de Estado, Daniel


Webster, decía en su nota del 13 de noviembre de 1851 : "Los
derechos del Cónsul de España, empleado público residente aquí
bajo la protección de los Estados Unidos, son enteramente diver
sos de los de los súbditos españoles que han venido a este país a
mezclarse con nuestros ciudadanos y a ejercer sus negocios y
fines particulares. El primero puede pretender especial indemni
zación: los últimos tienen derecho a la protección que se les da a
nuestros ciudadanos .... y no tienen motivo para quejarse si son
protegidos por las mismas leyes y administración de justicia ....'
A esta nota contesta la Legación de España al año siguiente, di
ciendo que su Gobierno ha tomado en consideración el principio
allí sustentado, " sobre que los extranjeros han de someterse a las
leyes vigentes en el país que han escogido para ejercer sus nego
cios, y no pretende controvertirlo, viendo que la aplicación de esas
leyes debe ser recíprocas". Y si después el Presidente de la Unión
recomendó al Congreso que otorgase la indemnización pedida por
España, lo hizo " no como un acto de justicia, sino de magnanimi
dad y generosidad que correspondiese al que había ejecutado el
Rey de España perdonando a los invasores de Cuba". Pero no
por esto dejó de mantener el Gobierno Americano el principio ex
puesto por Webster. En idéntico principio se había inspirado Lord
Palmerston cuando en junio de 1850 decía en el Parlamento britá
nico: "No es posible sostener que los extranjeros tengan derecho
en todo caso a ser indemnizados por el Gobierno del país en que
han sufrido perjuicios o injurias"; y Lord Stanley cuando en la
misma ocasión declaraba : " No creo que un Gobierno esté obliga
do en todo el rigor de la palabra a indemnizar a los extranjeros
que han sufrido por fuerza mayor. Todo lo que debe hacer un
Gobierno en semejante circunstancia es proteger en cuanto pueda
a sus naturales y a los extranjeros que residan en su suelo contra
las pérdidas y las violencias" .
Volviendo a Venezuela recuerda Casas que por declaración
canjeada con los Países Bajos en 1855 se convino, que " los extran
jeros no tienen derecho para reclamar por la vía diplomática, ni
de otro modo que el que las leyes señalan en los mismos casos
a los venezolanos, los perjuicios que sufran con motivo de los dis
turbios que exprimenta este país, nuevo y no todavía bien conso
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 261

lidado". En sus tratados internacionales la República ha mante


nido siempre la autoridad de sus tribunales en el ejercicio de los
derechos civiles lo mismo de los venezolanos que el de los ex
tranjeros residentes, y esto ocurre justamente respecto del tratado
con España (artículo 13, parágrafo 2º) que considera a unos y otros
sujetos a las mismas leyes nacionales, en los mismos términos y
bajo las mismas condiciones. Y " precisamente como el tratado de
be observarse en todas las partes de la República, aunque alguna
venga a hallarse por accidentes sometida a insurrectos, sostiene
el Poder Ejecutivo que los españoles, así como los demás extran
jeros perjudicados por las conmociones políticas, deben apelar a
los tribunales en solicitud de desagravio, y no pedirlo inmediata
y directamente a la nación por la vía diplomática, lo cual es pres
cindir de las terminantes disposiciones de leyes venezolanas" . Ni
vienen a probar nada en contra los antecedentes que aduce la Le
gación, por no tener analogía con el asunto en discusión. En el
de Coro " se trataba de hechos que se atribuían a las autoridades
legítimas, principalmente al Gobernador y Comandante de armas.
Tal fué el único fundamento del reclamo, y en el convenio que
le puso término se negó aun a Holanda la facultad de invocarlo
en lo sucesivo" . En cuanto al de La Guaira (insurrección del ge
neral Aguado): "acorde el Gobierno con lo declarado en resolu
ciones anteriores , lo que determinó en 1º de noviembre de 1859 so
bre las operaciones fiscales de los facciosos en aquel puerto, fué:
1º que el tesoro no debía devolver ni a los particulares ni al mu
nicipio lo que les sacó la violencia de los primeros; 2º que no
perjudicaban a la República los pagos hechos a legítimos acree
dores, según previas órdenes de la Contaduría General, y 3º que
habían de reintegrarse al erario las sumas invertidas en servicio
de facciones, para lo cual se dirigía la competente acción contra
los obligados a resarcirlas". En resolución y por punto general,
el Gobierno desconoció la legitimidad de toda operación fiscal
practicada por los insurrectos . Por último, "no cree el Gobierno
que le incumba a él discurrir sobre la conducta que siguiese el
partido que lucha, en el caso que figura el Sr. Romea, y que se
funda en la asimilación de las autoridades legítimas con los fac
ciosos". Semejante asimilación es arbitraria.. No está en tela de
juicio la legalidad de un Gobierno que no ha sido interrumpido
262 JOSE GIL FORTOUL

en sus funciones y a quien reconocen y se dirigen las potencias


extranjeras.
El 17 de agosto insiste Romea en señalar los asesinatos de
españoles cometidos desde el año pasado, por el bando revolucio
nario y alguna vez por las tropas constitucionales, y quéjase de
la inutilidad de los esfuerzos de la Legación para que se les ponga
término. Casas le responde el 18 que " el Poder Ejecutivo no tiene
noticia de que las fuerzas constitucionales se hayan portado de
esa manera ; mas aun cuando así fuese, nunca aprobaría él deli
tos, por más que los reos pertenecieren a la clase de sus defen
sores y se ejecutasen en su beneficio"; que recientemente se ha
dictado una resolución enérgica en la que se manda castigar con
todo rigor "no sólo los excesos y tropelías de jefes y oficiales, sino
hasta el poco celo de su indagación y juicio"; que en un país tan
vasto y de escasa población no sería posible cubrir de guarnicio
nes todo el territorio; que los insurrectos divididos en guerrillas se
aprovechan justamente de los lugares desiertos o desguarnecidos ;
que "naturales y extranjeros participan de una desgracia común
de que por ningún título puede hacerse responsable el Gobierno,
que corre él también (era verdad! ) los mismos peligros que los
demás".
Así las cosas, sin que la Legación ni el Gobierno cediesen
un ápice de sus respectivas argumentaciones , sin que el Encargado
de Negocios moderase el tono cada vez más agresivo de sus notas
ni apelase el Ministro a otro manejo diplomático menos aferrado
a los meros textos legales, el conflicto se hacía inevitable. El 10
de septiembre presenta la Legación su ultimátum. Enumera casos
de atentados contra españoles desde el 7 de enero de 1859, sin que,
según Romea, se castigase a los delincuentes, no obstante sus repe
tidas quejas. Ni aun después de la batalla de Coplé, en que la
revolución federal quedó casi vencida , cesó la persecución contra
sus nacionales , cuyas víctimas llegaban ya a 23. "En mayo, 1860,
el terror de los súbditos de S. M. no conoce ya límites y la emigra
ción es grande . La prensa se ocupa por segunda vez de tan es
candalosos hechos" . Hay una interpelación en la Cámara de Di
putados y, según los periódicos, el Ministro del Interior y Justicia
"respondió de la manera más satisfactoria" . El 15 de mayo la
Legación solicita del Ministerio que le comunique el fondo de esas
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 263

satisfactorias explicaciones ; pero la contestación del Ministro, 26


de mayo, resultaba en contradicción con "los informes verídicos
que se habían comunicado a la Legación por personas respetables
y por miembros de la misma Honorable Cámara de Diputados” .
Es verdad que antes, con fecha 16 del mismo mayo, la Legación
recibió comunicación del oficio pasado a los Gobernadores de Ara
gua y Caracas excitándoles a proceder contra los autores de los
crímenes denunciados, pero no se realizaron las repetidas promesas
del Gobierno, y los asesinatos llegaban ahora a más de 40. Y
"son los españoles el único objeto del odio brutal de una parte del
pueblo venezolano". El representante de España "ha adquirido
testimonio irrecusable de sus colegas de que no tienen motivo de
queja por ningún asesinato cometido contra sus respectivos nacio
nales" . El 17 de agosto la Legación se queja de 14 asesinatos más,
perpetrados por las fuerzas federales, y remite al Ministerio una
lista de las víctimas, que suman 72. Es también verdad que se
inició entonces una averiguación judicial; pero el Gobierno Espa
ñol no puede considerar como cumplida y eficaz satisfacción seme
jante averiguación abierta al cabo de tanto tiempo, "cuando ve
asimismo que se concede pasaportes para el extranjero a los de
nunciados por la Legación, y cuando sus últimas reclamaciones
sobre atropellos e incendios perpetrados por las propias autorida
des del Gobierno en las personas y haciendas de sus nacionales,
no han surtido el menor efecto". En cuanto a los daños materia
les, causados la mayor parte por autoridades constitucionales, ex
ceden de 400.000 pesos. Y si bien es cierto que el Gobierno de
Venezuela se mostró dispuesto a responder de los daños causados
por sus funcionarios, aunque rechazando los que fuesen obra de
los federales diferencia que no acepta el Gobierno Español—
también es cierto que aun aquella promesa ha quedado sin efecto,
pues sólo muy pequeñas cantidades se han mandado pagar. En
consecuencia el Gobierno de la Reina ordena perentoria y termi
nantemente a la Legación que exija de la República : " 1º Deberán
ser entregados a los tribunales, para que sufran la pena a que se
hayan hecho acreedores, los perpetradores de los asesinatos co
metidos en súbditos de S. M. y si alguno o algunos de ellos hubie
sen sido puestos en libertad a consecuencia de indultos dados por
delitos políticos, serán de nuevo reducidos a prisión, como cumpli
264 JOSE GIL FORTOUL

cados en delitos comunes. 2º El Gobierno de Venezuela se com


prometerá a indemnizar a los súbditos de S. M. de todos los daños
y perjuicios que les hayan irrogado y en adelante les irroguen las
autoridades constitucionales y federales" . Para la contestación en
que se garantice el cumplimiento de ambos puntos, fija el término
preciso de 24 horas , pasado el cual quedarán rotas las relaciones
diplomáticas, y se retirará del país el representante de España, con
su familia y el Cónsul en La Guaira, D. Francisco de Acuña.
Casas contesta el 11 de septiembre, en cuanto a puntos con
cretos. "El Gobierno no ha indultado ni podía indultar a los insu
rrectos perpetradores de delitos comunes. La acción de los tribu
nales sobre este punto ha quedado siempre expedita para el mo
mento en que fuesen aprehendidos . Los asesinatos de canarios
son un incidente, puede decirse, de la cruel revolución que devasta
al país, porque del mismo modo, y en número considerable, han
perecido venezolanos pacíficos que ninguna parte tomaban en la
política : y si no se citan casos de otros extranjeros que hayan par
ticipado de esta desgracia, consiste en que el número de éstos es
comparativamente muy inferior al de aquéllos, y por lo general se
mantienen en las ciudades y grandes poblaciones a donde no ha
alcanzado el furor de las facciones, al paso que los canarios se ha
l'an diseminados por todas partes, así en los pueblos como en los
campos, y no siempre han atendido a la voz de alarma que les
cnunciaba el peligro. También es cierto que, a diferencia de los
demás extranjeros , ellos se mezclan y relacionan con la parte pro
letaria de nuestra población, ejerciendo sus mismas pequeñas in
dustrias y oficios, lo cual, si bien es laudable y útil al país, no deja
de traerles competencia y rivalidades que los perjudican a los ojos
de las facciones que no conocen ningún principio de equidad y
justicia .... Y no faltan casos de canarios que han tomado parte
en la actual contienda interior, ya con las fuerzas constitucionales,
ya enrolándose en las facciones, de cuya circunstancia han hecho
uso los cabecillas e instigadores de la revolución para atraerles
animosidad entre sus prosélitos ...." El Gobierno de Venezuela
asegura que cumplirá la primera de las dos solicitudes de la Le
gación. En cuanto a la segunda, " se compromete a indemnizar a
los súbditos de S. M. C. de todo los daños y perjuicios, comproba
dos legalmente, que les hayan irrogado o en adelante les irrogaren
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 265

las autoridades constitucionales; siéndole imposible hacerlo con


los causados por las facciones" , por los motivos tantas veces ex
puestos. Que resultando alguna diferencia entre las exigencias
de la Legación y lo que el Gobierno puede ofrecer en materia de
indemnizaciones, se resolvió, previendo este caso, enviar a Ma
drid, como se le participó a la Legación, un Ministro Plenipotencia
rio, ya en camino, con el designio de continuar esta negociación
cerca del Gobierno Español, y se espera que las explicaciones que
dicho Ministro tiene orden de dar al Gabinete de Madrid, disiparán
y allanarán toda dificultad. Entretanto, el Gobierno de la Repú
blica estará dispuesto a seguir entendiéndose con el Encargado de
Negocios de España sobre los demás asuntos propios de la Le
gación.
Al día siguiente insiste Romea en que se le remitan los pedidos
pasaportes, a lo que se accede al punto.

Romea se traslada el 14 de septiembre a bordo del buque de


guerra Blasco de Garay, que con el Habanero se encontraba en
La Guaira desde el día 8. La protección de los españoles quedó
confiada al Encargado de Negocios de Francia, Mellinet, quien pu
blicó en seguida un aviso excitando a los españoles que quisiesen
alejarse del país a pasar a bordo de aquellos buques, en el térmi
no de 15 días. Al mismo tiempo, muchos españoles dirigen repre
sentaciones al Gobierno de Madrid y al Capitán General de Cuba
haciendo ver que no hubo necesidad de ruptura de relaciones di
plomáticas. Después de algunas correrías por los puertos venezo
lanos recogiendo españoles, Romea pasa a la Habana a conferen
ciar con el Capitán General, Serrano, quien si bien tenía instruc
ciones de romper hostilidades contra Venezuela , resolvió limitarse
a la presencia de los buques de guerra en La Guaira, hasta que el
Gobierno Español reconsiderara el asunto. La mayoría de espa
ñoles se negó a emigrar, y los que se habían ausentado antes de la
ruptura comenzaron luego a regresar y adquirir de nuevo las pro
piedades que vendieron a su partida . Además, varios de los tras
ladados a Santo Domingo, después de suspendidas las relaciones,
acudieron al Cónsul de la República manifestando el deseo de ser
inscritos como ciudadanos venezolanos ( 1 ).

(1) Véase la Memoria de Relaciones Exteriores de 1861.


266 JOSE GIL FORTOUL

Al comunicar lo sucedido a los agentes diplomáticos y consu


lares acreditados en Caracas, el Ministerio del Exterior les rogó
que trasmitiesen dicha comunicación a sus Gobiernos, " y los mo
viesen a interponer sus buenos oficios a fin de evitar las nuevas
calamidades que amenazaban", y a igual fin acreditó en Washing
ton al general José Antonio Páez con el carácter de Enviado Ex
traordinario y Ministro Plenipotenciario. También se apresuró el
Ministerio a escribir directamente a la Secretaría de Estado de Ma
drid adelantándose a darle las explicaciones de que era portador
Fermín Toro. A éste se le nombró el 31 de agosto Enviado Extra
ordinario y Ministro Plenipotenciario en las cortes de España , Fran
cia e Inglaterra, y se embarcó el 7 de septiembre con el Secretario
de la Legación, Mariano Julio Palacios. El 19 de octubre llegan
a Madrid por vía de Londres y París, donde Toro había conferen
ciado con los Embajadores de España, Istúriz y Mon, amigos per
sonales suyos desde su primera misión a Madrid en 1846 ( 1 ).
Toro pide en seguida audiencia para presentar la copia de sus
credenciales: el 26 de octubre le recibe el duque de Tetuán , Presi
dente del Consejo, que por enfermedad del Ministro de Estado, D.
Saturnino Calderón Collantes, tenía a su cargo el Despacho , y se
apresura, por de contado, a advertirle que , rotas como estaban las
relaciones diplomáticas, no podía oírle sino a título privado.
La prensa española venía pidiendo a diario las más enérgicas
represalias contra Venezuela (2). " La América anunciaba el 10
de octubre la misión de Toro, y aunque calificándolo cortésmente
"uno de los hombres más importantes por su saber de las
Repúblicas hispanoamericanas", continuaba diciendo : "Parece que
viene a dar explicaciones sobre los repetidos y horrorosos asesina
tos. Sea cual fuere su misión, nosotros, unidos al clamor general
de toda la prensa española, no dejaremos de pedir una pronta y
salvadora reparación, que obtendremos si en algo se tiene nuestro
pabellón y la sangre inocente de 94 españoles traidora y cobar
demente derramada .... Víctimas inocentes han venido siendo

(1) Véase el excelente estudio de ANGEL CESAR RIVAS, titulado La Segunda Misión
a España de Don Fermín Toro, Caracas, 1907.
(2) Mi distinguido colega Francisco A. Rísquez , Encargado de Negocios en España,
ha tenido la amabilidad de releer la prensa madrileña y transmitirme a Berlín extractos
para completar el presente trabajo. (Nota de la primera edición).
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 267

hace años nuestros compatriotas, y es hora de que al verdugo se


le corte la mano .... ¿Por qué no asesinan en América a ingle
ses, franceses, o ciudadanos de la Unión? Porque donde hay un
francés, un inglés o un americano allí está su Gobierno .... Por
mucho menos fuimos a Marruecos" . Y reproducían los periódicos
correspondencias de La Guaira por este estilo : " Los federales y
constitucionales han robado a ciudadanos españoles sumas que
forman un total de 500.000 pesos, y la mayor parte de ese despojo
se ha verificado por los llamados constitucionales, o sean tropas
del Gobierno.... Ayer ( 17 de septiembre ) se supo que uno de
los jefes que mandan las fuerzas del Gobierno, llamado Simón
Madrid, acababa de asesinar por su propia manos a un espa
ñol .... Este país, que tiembla a la vista de un bote francés, in
glés o americano, se jacta de habérselas con toda la escuadra es
pañola, y dicen que como nos arrojaron de su suelo en la guerra
de la Independencia nos vencerán también ahora .... Créese que
los Estados Unidos no son extraños a esta actitud ... pero no ol
viden los asesinos de españoles y sus patrocinadores en Venezue
la, que la marina de guerra española es muy superior por el per
sonal como por las naves a la decantada marina norteamericana .
La Unión permanecerá pasiva, dejará obrar a la España, que no
va a hacer conquista, como hipócrita y malignamente quiere o fin
ge suponer el " Diario (¿ Oficial?) de Caracas" , y que sólo tratará
de hacerse justicia ... Para esto la acción diplomática de las
grandes potencias europeas apoyará o secundará a la España en
el Nuevo Mundo .... Los periódicos de Caracas y La Guaira, no
atreviéndose a negar los hechos, se limitan a insultar a España y
a demostrarle la poca cuenta que le tendrá el llevar a cabo sus
justas exigencias y sus amenazas. "¿Ha consultado bien España
el paso que va a dar? ", dice el " Diario". " ¿Ha meditado bien las
consecuencias? Comprometer la suerte de 20.000 de sus súbditos
regados en toda la extensión de la República, por obtener que se
indemnice a 15 ó 20 de ellos, no es un acto de cordura . Ni con
dinero puede lavarse la sangre derramada, ni comprarse la tran
quilidad de los que aun permanecen en nuestro territorio y que en
un rompimiento tendrán mucho más que sufrir y padecer" . Más
claro: los muertos no podréis resucitarlos; indemnizaciones , las ne
gamos casi en totalidad ; garantías Dios las dé; por consiguiente ,
268 JOSE GIL FORTOUL

señora España, nada nos pida usted, porque es inútil, y si nos pide
y amenaza, las vidas de 20.000 españoles están aquí para saciar
nuestra venganza y nuestra saña. Tal es la traducción fiel, tal el
sentido genuino de las palabras del órgano gubernamental de Ca
racas; tal es el espíritu, la letra de la política anti-española en
América, de la política indiana apoyada por los Estados Unidos ”.
Respecto de la mencionada representación dirigida a la Reina por
los residentes españoles, se dice que fué escrita en la redacción
del mismo " Diario de Caracas" y que a su cabeza figuran " los pres
tamistas del Gobierno, algunos agiotistas en papel del Estado, re
chazados por la inmensa mayoría, por la casi totalidad de nues
tros compatriotas, como unos especuladores con la sangre de las
víctimas españolas .... Lo que quiere el Gobierno de Caracas
es ganar tiempo, paliarlo todo, autorizar la impunidad de los ase
sinos y no indemnizar ni un real a nadie". Y al anunciar la lle
gada de Toro a Madrid, "La Correspondencia" escribe: "Aun cuan
do en el estado a que han llegado las cosas en aquella República
no cabe ya a nuestro juicio otro desenlace que el de la fuerza por
que sólo la fuerza alcanza a castigar los desafueros de aquellas
gentes, bueno es que el Sr. Toro se persuada por sí propio, no
sólo de las calumnias esparcidas en su país atribuyendo a España
propósitos contrarios a su Independencia, sino también de que la
nación española no es ya la nación de 1811 , y que le sobran me
dios para castigar los insultos de los venezolanos, por apartados
que se hallen de nuestro territorio .... Esperamos que los venezo
lanos recibirán su merecido". A lo que no añadían los periódi
cos, que en Caracas eran voz pública ciertos manejos nada hon
rosos del Encargado de Negocios de España y de su canciller el
canario Silvestre Rodríguez, los cuales no dejaron de contribuir a
que se hiciese más difícil el arreglo pacífico que sinceramente de
seaban muchos venezolanos de buen juicio. Sabíase efectivamen
te que Romea y Rodríguez se empeñaron en poner en el dispara
dero la paciencia del Ministro Casas, y se enajenaron también la
simpatía de buen número de españoles, entregándoles sólo parte
de las cantidades que del Gobierno recibía la Legación a título
de indemnizaciones .
Lo primero que hubo de hacer Toro en Madrid fué justamen
te poner las cosas en su lugar. Conocía bien a España, sabía por
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 269

experiencia que se le oiría caballerosamente, y apeló sin pérdida


de tiempo a su don de gentes y seductora elocuencia. En casa de
un su amigo, D. Javier de Mendoza, promovió el 6 de noviembre,
1860, una reunión de periodistas, a la que asistieron, entre otras
personas de influjo, redactores de " El Día ", "La Discusión", "El
Pueblo", " El Constitucional", "La Epoca", " Las Novedades" , "El
Diario de Barcelona" y el "Eco del Comercio", de La Habana . Léa
se la crónica de "La Epoca":

"Planteó la cuestión el Sr. Mendoza haciendo ver lo convenien


te que era oír las explicaciones que tuviese a bien dar el Sr. En
viado de Venezuela, o para rectificar errores, si es que errores se
habían cometido en esta parte, o para formar un criterio lo más
exacto posible a la clara luz de la discusión . Habló después el
Sr. Toro y sus palabras fueron escuchadas con religioso y no inte
rrumpido silencio. Desde luego se propuso demostrar que en Ve
nezuela no había esa atmósfera cargada de odio que, al decir de
algunos, oprime y rodea a los españoles establecidos en el territo
rio de la República. Los españoles en Venezuela, añadió, no es
tán considerados como extranjeros, sino como hermanos unidos con
los naturales por los indisolubles vínculos del idioma, de la legis
lación y de las costumbres. Casi todos los españoles que arriban
al territorio venezolano no cuentan por el pronto con más recursos
que los de su actividad e iniciativa, y no obstante, al poco tiempo
prosperan, crean fortunas considerables y monopolizan hasta cier
to punto algunos ramos muy importantes de la industria. En prue
ba de sus aseveraciones, el Sr. Toro citó un documento y un he
cho: el documento fué la exposición dirigida por varios individuos
del comercio español en Caracas y Venezuela, y el hecho, el de
que no obstante haber invitado nuestro Ministro Sr. Romea a los
españoles a que abandonaran el territorio venezolano, y haber
puesto con este fin dos buques a su disposición, no han pasado de
6 los que han pasado a bordo de estos buques ( 1 ), aun en los ins
tantes supremos en que el rompimiento de las relaciones diplomá
ticas podía hacerles temer una sobreexcitación del odio popular.
Pero los españoles, no sólo, según el Sr. Toro, no eran conside

(1) No se refiere Toro, por supuesto, a los centenares de canarios que habían emi
grado antes.
270 JOSE GIL FORTOUL

rads como extranjeros en Venezuela, sino que ellos mismos no se


consideraban como tales. Prevalidos de su ascendiente moral, y
confiando en las simpatías que tienen en aquel país, han tomado
una participación activa en las agitaciones de la República, co
locándose los más caracterizados e influyentes al lado del Gobier
no, pero tremolando también algunos la bandera de la insurrec
ción. De esta situación se han desprendido consecuencias cierta
mente deplorables, pero que el Gobierno de Venezuela no podía
ni prevenir ni evitar. La guerra civil ha surgido en Venezuela, con
su lúgubre cortejo de horrores, de asesinatos e incendios, rom
piendo los lazos más sagrados y asestando el brazo del hijo o del
hermano contra el pecho del hermano o del padre ( 1 ). En medio
de esta conflagración han perecido cuarenta o cincuenta españo
les. ¿Pero qué significa este número, decía el Sr. Toro, compara
do con el de veinte y cinco o treinta mil canarios establecidos en
aquella República? ¿ Qué significa, puesto en paralelo con el de
veinte mil venezolanos que han sucumbido víctimas de la discor
dia intestina ? De aquellos españoles, unos han muerto en el cam
po de batalla y con las armas en la mano, otros han sufrido las
causas de enemistades personales, de esas que se engendran tan fá
cilmente en el trato social y que estallan en el momento en que las
pasiones políticas rompen el dique de la ley. - Ningún español
ha sido blanco del odio nacional, porque ese odio, en concepto del
Sr. Toro, es un fantasma formado por aquellos que se hacen un
placer en combatirle; porque ese odio es altamente impolítico, pues
las Repúblicas americanas tienen más afinidades con España que
con ninguna otra nación de Europa. Y en caso de ver en peligro
su existencia, han de acogerse naturalmente al regazo de la que
en un tiempo fué su madre y que llevó a aquellos países la antor
cha de la civilización. ―――――― Por lo demás, el Gobierno de Venezuela,
según oímos con placer al Sr. Toro, está dispuesto a dar todas
las satisfacciones necesarias, antes que empeñarse en una gue

( 1 ) Nótese que Toro, patriota y discreto diplomático, no se engolfa en diatriba contra


el partido insurrecto, que era adversario suyo; a diferencia de Pedro de las Casas, quien
en su nota al Ministro de Estado español atribuía todas las calamidades de la patria
al partido de Monagas y a los federales. Casas imitó en esta ocasión el mal ejemplo
de Antonio Leocadio Guzmán, cuando siendo éste Ministro del Interior de Monagas y en
su Memoria presentada al Congreso de 1849, les echó encima a las administraciones
anteriores todas las culpas pasadas y presentes; con la circunstancia agravante para
Casas, de que en su nota no hablaba en familia sino ante un Gobierno extranjero.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 271

rra fratricida con España, antes que comprometerse en una polí


tica suicida, porque suicida es toda política que tienda a romper
las relaciones entre los individuos de la gran familia ibérica que
habitan entre los dos lados del océano . ―― Tales fueron las ob
servaciones y apreciaciones que respecto a los hechos hizo el Sr.
Enviado de la República de Venezuela. Entrando en seguida en
la cuestión de derecho, dijo que esta cuestión era para él en ex
tremo obvia y sencilla. 'Un Gobierno sólo puede ser responsable
de los crímenes que cometan sus súbditos, es decir, los que obede
cen su autoridad, y nunca de los que perpetran los facciosos, que
se han rebelado contra él. De admitirse la teoría contraria, la exis
tencia de la República se hallaría siempre amenazada de un in
minente peligro, porque nada sería más fácil a un Gobierno ex
tranjero que el promover clandestinamente sediciones y reclamar
oficial y ostensiblemente indemnizaciones por los daños que los
sediciosos hubieran causado a los súbditos de aquel Gobierno.
Esta suposición, según nos afirma el Sr. Toro, no es puramente
hipotética e imagínaria, ni se refería a España, cuya conducta en
Venezuela siempre había sido noble, leal y digna; pero no hace
mucho tiempo que un Cónsul inglés, acusado con justicia de tan
insidiosa maquinación había sido depuesto por su Gobierno y en
cerrado en la cárcel de la República, donde acabó su vida . — El
Gobierno Venezolano está dispuesto a perseguir a los asesinos de
los españoles, a castigar ejemplarmente, a dar una cumplida in
demnización por los daños que hayan causado las tropas de la
República a los súbditos de S. M. C.; pero no puede aceptar la con
dición tercera de las reclamaciones presentadas por el Gobierno
Español, porque la cree contraria a los principios de derecho inter
nacional y porque admitiéndola sentaría el procedente más funes
to para la existencia y el porvenir de la República . - Hemos re
producido con la mayor fidelidad que nos ha sido posible las ma
nifestaciones del Sr. Toro".
A éstas siguió un ligero debate, en el que los periodistas pre
sentes repitieron las varias opiniones corrientes acerca de indem
nización de perjuicios; bien que en el mismo tono cortés y conci
liador empleado por el Ministro venezolano. Espíritu de concilia
ción que desde entonces prevaleció, salvo las naturales excepcio
nes, en la prensa madrileña .
272 JOSE GIL FORTOUL

A los cuatro días, el 10 de noviembre, el duque de Tetuán le


participa a Toro, confidencialmente, que había trasmitido instruc
ciones al Capitán General de Cuba, para que suspendiese todo
procedimiento contra Venezuela; pero que, para continuar nego
ciando en Madrid, convenía esperar la llegada de Romea . Llegó
a mediados de diciembre.
En febrero de 1861 continúa Toro sus conferencias con el Mi
nistro de Estado, Calderón Collantes, ya repuesto de su enferme
dad, si bien con toda la lentitud que, según decía Toro, entra siem
pre en las deliberaciones del español, a pesar de su mejor volun
tad. Fué sólo a 25 de abril cuando Calderón Collantes le propu
so un proyecto de arreglo. Según el cual, el Gobierno de Vene
zuela se comprometía a indemnizar los daños causados por sus
autoridades o por las fuerzas constitucionales, e igualmente los
causados por las autoridades ilegítimas o por las tropas federa
les, siempre que se justificase haber provenido estos últimos de
negligencia o abandono del Gobierno, negligencia o abandono que
habían de probar los perjudicados o los parientes más inmedia
tos de las víctimas, y si no los tuvieran en Venezuela, la Legación
española representaría los derechos de los parientes más allega
dos, si manifestaban el deseo de obtener reparación: los súbditos
españoles debían contar con la protección que reclamasen del Go
bierno y de sus autoridades para hacer sus pruebas en los pueblos
que hubiesen siido teatro de los sucesos o crímenes y donde se en
contrase ya restablecido por el poder legítimo. Trasmitido este
proyecto a Caracas, el Ministerio del Exterior despacha instruccio
nes en julio para que Toro procure modificarlo, especialmente dan
do intervención al Fisco en las pruebas que se promovieran, de
clarando terminantemente que no se acordaría indemnización de
daños causados por los revolucionarios sino en caso de probarse
negligencia o abandono de las autoridades legítimas, y estipulan
do que los perjuicios los fijara una comisión mixta. Modificacio
nes que, afortunadamente, coincidieron en substancia con las que
Toro logró introducir por propia iniciativa .
Porque, sin aguardar a conocer la opinión del Gobierno, con
fiando en que no sería desautorizado y atendiendo a la urgente ne
cesidad de ponerle fin a una negociación tan prolongada, y tan
expuesta a tropezar con cualquier nuevo incidente, había llevado
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 273

las cosas adelante hasta convenir en bases definitivas el 14 de ju


lio. Y sucedió algo raro. El Ministro de Estado le pidió como es
costumbre sus plenos poderes. ¡ No los tenía! Sin ellos salió de
Caracas, ni se pensó en remitírselos durante tantos meses. Se ocu
rrió en Madrid echar la culpa a las turbaciones interiores de Ve
nezuela.
Tampoco creyó prudente aguardar a que se aprobase en Ca
racas estas bases del 14 de julio, mucho más cuando en España
estaba causando nueva alarma otro indulto acordado a los federa
les, circunstancia que pudiera dar lugar a reabrir la discusión di
plomática. Por fin, el 12 de agosto firma con Calderón Collantes,
en Santander, un convenio definitivo ; convenio que ratificó en Ca
racas, a 21 de septiembre, el general Páez en su carácter de Jefe
Supremo de la República, a consecuencia del golpe de Estado en
que se proclamó la Dictadura. El 16 de noviembre se efectuó en
Madrid el canje de las ratificaciones, y el 30 de este mes pudo To
ro presentar a la Reina Isabel sus credenciales de Ministro Pleni
potenciario, a pesar de no estar revalidadas por el actual Dicta
dor, formalidad sobre la cual no insistió la Cancillería de Madrid
por deferencia a la República y a la eminente personalidad de su
representante.

El Convenio de Santander dice (1):


"Las repetidas conferencias celebradas entre el Ministro de Es
tado de S. M. C. y el Enviado de la República de Venezuela que
suscriben, han convencido al Gobierno de la Reina de los senti
mientos de afecto y buena amistad que animan al de la expresa
da República, y de que la mayor parte de los daños sufridos por
los súbditos españoles han provenido principalmente de la des
graciada situación en que hace tiempo se encuentra aquel Es
tado.
El Gobierno de S. M. C. , no queriendo agravarla, y deseando
más bien contribuir por los medios legítimos que están a su al
cance a que cambie, o se mejore por lo menos, dando a su Gobier
no la fuerza que nace de la buena inteligencia con los demás Es

(1) Se reproduce aquí el texto que trae Rivas en su estudio sobre la Misión de
Toro, pp. 101-102, copiado del original que guarda el Ministerio de Relaciones Exteriores,
advirtiendo que el texto publicado en la Colección de Tratados Públicos de Venezuela,
1884, contiene varios errores substanciales.

18- III
274 JOSE GIL FORTOUL

tados, y que se debilita o se pierde por los conflictos internaciona


les, ha convenido en que las relaciones interrumpidas se restablez
can sobre fundamentos sólidos, dignos del honor de los dos pue
blos, que sean una garantía segura de sus respectivos intereses y
estén conformes con los principios del derecho de gentes que por
desgracia se olvidan o desconocen en medio de las perturbaciones
civiles.
Deseando, pues, los dos Gobiernos que se restablezca el más
firme acuerdo entre dos pueblos unidos por tantos vínculos, y cu
ya buena amistad reclaman a la vez su origen, sus sentimientos y
su bienestar, han convenido, el de España por medio del Ministro
de Estado de S. M. C., autorizado competentemente, y el de Ve
nezuela por el de su representante, señor don Fermín Toro, reves
tido al efecto de las facultades necesarias, en las bases siguientes.
Primera. El Gobierno de la República de Venezuela indemni
zará a los súbditos de S. M. C. de los daños que les hayan causa
do sus autoridades, o las fuerzas que de él dependan, con arreglo
a las pruebas que aduzcan los interesados.
Segunda. Los autores y cómplices de asesinatos cometidos en
súbditos españoles serán perseguidos y castigados con arreglo a
las leyes.
Tercera. Si en algún caso se probara legalmente que las au
toridades locales dependientes del Gobierno no prestaron la pro
tección debida a los súbditos de S. M. C. teniendo poder y medios
suficientes para realizarlo, el Gobierno de la República de Vene
zuela hará la indemnización correspondiente de los daños que les
hubiesen ocasionado las facciones o las autoridades ilegítimas.
Cuarta. Los súbditos españoles perjudicados por las facciones
están obligados a justificar la negligencia de las autoridades legí
timas en la adopción de las medidas oportunas para proteger sus
intereses y personas, y castigar o reprimir a los culpables.
Quinta. El Gobierno de la República de Venezuela dará a los
súbditos españoles la protección necesaria para justificar los daños
que hayan sufrido, y las causas de que procedieron.
Sexta. La decisión de todas las reclamaciones que se hayan
interpuesto o se interpongan por los daños mencionados se adop
tará por los dos Gobiernos conforme a los sentimientos de rectitud y
de buena fe, y a los principios de justicia que se hallan animados.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 275

En fe de lo cual el Ministro de Estado de S. M. C. y el repre


sentante del Gobierno de la República de Venezuela, en virtud y
uso de las facultades que les están conferidas, firman dos docu
mentos de un mismo contexto para que obren los efectos corres
pondientes en las cancillerías de los respectivos Gobiernos cuya
representación les está encomendada en este asunto, debiendo so
meterse a su formal y explícita ratificación para que las bases en
ellos consignadas sirvan de reglas inalterables en los negocios pen
S dientes y en los que puedan suscitarse en lo sucesivo, sellándose
con los sellos de que acostumbran a servirse.-Santander: 12 de
agosto de 1861.-Fermín Toro.-Saturnino Calderón Collantes".
En los comentarios que dirigió al Ministerio del Exterior ( 1 ), To
NA

ro considera el convenio como plenamente satisfactorio y decoroso


nF
para la República. Descartado el principio de la responsabilidad

B.

del Gobierno por daños provenientes de actos de los insurrectos, la


única excepción a la regla se refiere a lo que "en razón y justicia
todo Gobierno está obligado a conceder" ; el punto relativo al en
juiciamiento y castigo de los culpables, punto que tanto obligaba a
España, quedó concebido " en términos los más vagos e indefini
dos"; la negligencia que se había de probar en la protección de
22

los españoles, era la de autoridades locales , no la del Gobierno


nacional; y por último el Gobierno de Venezuela se puso a igual
elas dad con el de España para arbitrar los medios de decidir las re
0
7

clamaciones en cuestión. Acerca del preámbulo observa Toro que


no contiene palabra que no revele "amistad, buen deseo y profun
do interés en la pacificación , restablecimiento del orden y futura
prosperidad de la República ".
Leído hoy, después de tantos años, el preámbulo llama la aten
ción por ciertas frases bien intencionadas, sin duda, pero bien im
pregnadas también de un sentimiento que se pudiera calificar de
cariñosa protección, o suave reproche de madre aun poderosa a la
hija emancipada que se desliza todavía en juveniles locuras. A
39

#th usanza de hidalgos parientes reconciliados estaban escribiendo To


ro y Collantes, cuando convinieron en que la mayor parte de los
daños sufridos por los españoles provenían de la triste situación en
A899

que hacía tiempo se encontraba Venezuela ; cuando reconocieron

(1) Extractados por Rivas, op. cit., pp. 97-98.


276 JOSE GIL FORTOUL

que España no quería agravarla, y deseaba más bien contribuir


a que cambiase o mejorase; cuando reanudaron las interrumpi
das relaciones volviendo a los principios del derecho de gentes
desgraciadamente olvidados o desconocidos en medio de las per
turbaciones civiles. Hábil sutileza diplomática, de una y otra par
te, para decir en inofensivo lenguaje cuanto su conciencia les ve
nía dictando a entrambos negociadores .

En Madrid, el partido de la oposición atacó duramente al Mi


nistro de Estado. Alcalá Galiano decía en el Senado: "En Vene
zuela es unánime el sentimiento de los españoles contra el tratado
que se ha hecho", y González Bravo en el Congreso de los Diputa
dos: "El Gobierno no tiene opinión fija, y por lo mismo que mueve
guerra a México hace paces con Venezuela". Entre otros perió
dicos, "El Reino“ ( 1), califica de "palinodia" la negociación de Cal
derón Collantes: "ha venido a reconocer en cierta manera que no
hubo motivos tan graves como se creyó para disponer que se re
tirara de Caracas nuestra Legación, y que nuestras reclamaciones
dirigidas al Gobierno de aquella República no fueron todas bas
tante fundadas; en suma, ha venido a dar la razón, más o menos
implícitamente a la República venezolana en la contienda que nos
ha dividido hace un año. En el arreglo no ha sostenido el Go
bierno la indemnización por daños causados por facciones, punto
que precisamente produjo el rompimiento. Si no lo ha sostenido,
¿por qué lo exigió? Si lo exigió, ¿ por qué no lo ha sostenido?"
Razón tuvo Toro en considerar como satisfactoria la solución
del conflicto, en medio de las desgracias pasadas y presentes que
traían envuelta a la República. Solución que más se debió a su
experiencia profesional, a las singulares dotes de su entendimien
to y su palabra, que no a la dirección de la Cancillería de Cara
cas. Esta fué imprevisora e imprudente. Decidió la misión a Es
paña muy tarde, cuando la amenaza y el peligro estaban encima;
y aun la misión no tuvo más objeto; en concepto del Gobierno, que
informar al de España de los verdaderos sentimientos del pueblo
venezolano y de las tendenciosas exageraciones de la Legación;
en vez de autorizar desde luego a tan abonado embajador para
concluir un tratado de conciliación y paz. Por otra parte, ¡ cuántas

(1 ) 29 de agosto y 4 de septiembre, 1861.


HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 277

desagradables consecuencias no se hubieran evitado teniendo en


Europa Ministros permanentes desde 1858, año en que triunfaron
los adversarios de Monagas, quienes se vanagloriaban de venir
a restaurar el prestigio moral de la República ! Recuérdese que
en ese año de 58 se vió también envuelto el Gobierno en gravísi
mo conflicto con Francia e Inglaterra. Y respecto de España, ul
timátum, ruptura de relaciones, amenazas de bloqueo, emigración
de los canarios, zozobra durante un año todo ello por no darse
cuenta el Gobierno de su verdadera situación, fuerte en aparien
cia, realmente débil y precaria. Bien es cierto que en los prime
ros meses de 1860 se pudo ilusionar con la muerte de Zamora y
la victoria de Coplé; pero ya en agosto se reencendía la guerra
con los federales, y en el seno mismo del partido gubernamental se
estaban preparando las hondas disensiones, que iban a acabar con
él, entre civilistas y militaristas, entre constitucionales y dictatoria
les. La cuestión de los españoles se presentó desde el principio
bajo el aspecto más amenazador. Aunque Romea fuese como era
un atolondrado picapleitos, no por esto dejaba de tener sus repre
sentaciones algún viso de justicia, ya que entre los extranjeros las
únicas víctimas y en número inaudito resultaban ser los españo
les. Apenas se concibe que otro Gobierno europeo no hubiera tam
bién tomado en serio semejante persistencia de infortunio, cuales
quiera que fuesen sus causas. El Ministerio del Exterior se creía
abroquelado con el decreto de 1854, y lo estaba en derecho estric
to; pero no apreciaba en su positiva trascendencia las protestas
con que lo acogieron las Legaciones extranjeras : protestas justifi
cadas o no (injustificadas, sin duda, desde el punto de vista de la
soberanía nacional), poco importa; protestas, en todo caso, que
anunciaron para el porvenir apremiantes dificultades ; sin que na
da hiciese en Europa, para evitarlas, la diplomacia venezolana,
que no existió nunca con carácter permanente. Invocábanse igual
mente la doctrina norteamericana o principio de Webster, acorde
con la doctrina nacional; mas se olvidaba (lo olvidaban entonces
todas las Cancillerías hispanoamericanas) que no es defensa efi
caz el sólo ampararse al principio en sí, por incontrovertible que
sea, desentendiéndose de las especiales circunstancias de cada ca
so, y que por otra parte no bastó nunca a un pueblo débil -ni
bastará mientras no se implante universalmente el arbitraje obli
278 JOSE GIL FORTOUL

gatorio comprobar teóricamente el fundamnto de su derecho, y


antes fué siempre preciso averiguar qué medios contundentes se
tuvieran a la mano para defenderlo.
¿La fuerza, la guerra internacional? Era, en 1860, pensar en
lo excusado; con un pequeño ejército, sin marina, que apenas po
día resistir al empuje de la revolución federalista ; en frente, la es
cuadra española aprestándose a bloquear, y España pasando por
un paréntesis de expansión belicosa, viendo con orgullo los resul
tados de su expedición a Marruecos, previendo la anexión de Santo
Domingo, y en tratos con Inglaterra y Francia para ir a México.
Para defenderse, le quedaba a la República la diplomacia. Con
tino procedió, aunque tarde, enviando a Madrid a su más experto
diplomático. Pero, al propio tiempo, cometió Casas la impruden
cia de enviar a Páez a Washington con instrucciones que iban más
bien a poner obstáculos a la misión de Toro, como que prescribían
apelar en último caso a la doctrina de Monroe. Los Estados Uni
dos declinaron tal insinuación, o por creerla importuna o porque
sus cuestiones internas, que iban a degenerar en guerra civil, no
les aconsejaban aventuras en el exterior. El resultado de la mi
sión a Washington fué despertar mayor alarma en Madrid; en
Caracas se resolvió entonces, también tarde, rectificar aquel paso
falso, enviándole a Páez sus letras de retiro. Nótese incidental
mente que en esta ocasión el Presidente Tovar y su Gabinete ape
laron al juego de báscula de que tantas veces se sirvieron des
pués Guzmán Blanco y otros Presidentes y Ministros, de buscar
apoyo en los Estados Unidos, como en casa de hermano mayor, al
haber amenazas europeas, e interpretar o comentar luego en tér
minos convencionales la doctrina de Monroe, al alejarse el peligro.
Por el convenio de Santander, gracias sobre todo a la diplo
macia de Toro, se aceptó al fin lo que con mayor habilidad pudo
lograrse en Caracas mismo más de un año antes, si se hubiese
propuesto a tiempo análoga transacción, y evitando así que el
monto de la indemnización no fuera tan elevado como resultó des
pués. Quedó en pie, al menos en teoría, el principio sancionado
por la Constitución de 1830, explicado por leyes sucesivas: en teo
ría, porque ya se verá cómo se repitieron iguales discusiones e
idénticos conflictos, mientras flaqueó la fibra del alma nacional,
que sólo al desarrollarse numerosa, rica y fuerte, podía ser el ver
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 279

dadero fundamento del derecho y único medio de hacerlo respetar


siempre y contra todos.

III. - Reclamaciones venezolanas

En el presente período no movió eficazmente el Gobierno Ve


nezolano la reclamación que tenía derecho a presentar al de Es
paña en virtud del tratado de paz de 1845. En él se estipuló que
los bienes muebles o inmuebles, alhajas, dinero u otros efectos de
cualquier especie que hubieran sido con motivo de la guerra de
Independencia secuestrados o confiscados a ciudadanos de la Re
pública o a súbditos españoles y se hallaran todavía en poder o a
disposición del Gobierno en cuyo nombre se hizo el secuestro o la
confiscación , serían inmediatamente restituídos a sus antiguos due
ños o a sus herederos o legítimos representantes, sin atender a los
desperfectos ni mejoras; y que las respectivas reclamaciones se
presentasen en el término de cuatro años contados desde el canje
de las ratificaciones, el cual se efectuó a 22 de junio de 1846. Se
estipuló también que la República reconocería espontáneamente
como deuda nacional consolidable la suma a que ascendiese la
deuda de tesorería de la Colonia, y como se dejase pendiente la
resolución de este punto para un arreglo ulterior, se declaró luego,
a 17 de agosto de 1846, por el Ministro de Estado español, Istúriz, y
el Ministro Plenipotenciario de Venezuela en Madrid, Toro, que la
fecha hasta la cual la República reconocía aquella deuda de teso
rería era el 5 de julio de 1811 , en que proclamó su Independencia .
Ambas estipulaciones resultaron, de hecho, favorables exclu
sivamente para España. Respecto de la primera, cuando el Mi
nistro venezolano Francisco Michelena y Rojas la menciona en Ma
drid por el año de 1853, se le contesta, desentendiéndose de toda
equidad, que la acción de la República había caducado porque no
presentó sus reclamaciones en el convenido plazo de cuatro años .
Acerca de la segunda, el proceder de la Cancillería de Madrid fué
todavía más extraño. En 1862 se dice al Ministro Toro que Es
paña no se consideraba obligada por la declaración de 1846, por
que no se había ratificado ni canjeado . Sin embargo, de las notas
cambiadas entre Martínez de la Rosa y Alejo Fortique, firmantes
del tratado, y entre Istúriz y Toro, que firmaron la declaración sub
280 JOSE GIL FORTOUL

siguiente, a la que se dió forma de "certificación" en dos ejempla


res, resulta de un modo incontrovertible que los Plenipotenciarios
consideraron el punto en cuestión como definitivamente arreglado,
y así lo expresaron en su preámbulo. Y tan evidente es aquí la
buena fe de Venezuela, e incomprensible la escapatoria de Espa
ña, que el Ejecutivo venezolano se apresuró a los tres meses, en
noviembre de 1846, a expedir un decreto sobre el modo de efec
tuar el reconocimiento y pago de la deuda de indemnización. Ade
más, y en cuanto a fórmulas, Venezuela accedió en 1848 a modi
ficar el artículo 13 del tratado, prorrogando el plazo estipulado pa
ra que los españoles nacionalizados pudiesen recuperar su carácter
de extranjeros, modificación exclusivamente favorable a España
y para la cual ambos Gobiernos consideraron que bastaba el can
je de notas.
En suma, Venezuela cumplió fielmente el tratado de 1845 emi
tiendo deuda a favor de súbditos españoles por más de dos millo
nes de pesos (1 ), y también el convenio de 1861 reconociendo por
perjuicios en la guerra federal millón y medio de pesos fuertes. Es
paña siguió interpretando arbitrariamente el tratado. Cuestión que
se volverá a suscitar en períodos ulteriores.
Tenía también Venezuela reclamaciones pendientes contra las
Repúblicas de Nueva Granada y Ecuador provenientes del repar
to de la deuda interna de la Gran Colombia, conforme a la con
vención de 1834-38 (2). A 16 de febrero de 1855 el Congreso auto
riza al Poder Ejecutivo para activar el reconocimiento y pago de
los correspondientes créditos del Gobierno y de particulares. Sin
resultado definitivo.

Sólo fué afortunada la República en su reclamación contra


el Perú por la parte de acreencia que le tocó de acuerdo con el
tratado de 1829 entre la Gran Colombia y el Perú y conforme igual
mente a la citada convención. El Ministro venezolano en Lima, Lu
cio Pulido, celebró un convenio el 25 de julio de 1853, en virtud del
cual Venezuela se dió por satisfecha de su reclamación mediante
el pago de 855.000 pesos en moneda peruana. De esta suma se
abonó desde luego a Pulido la cantidad de 150.000 pesos y lo de

(1) Memoria de Hacienda , 1853.


(2) Véase el tomo II.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 281

más se comprometió el Perú a pagarlo en plazos hasta el 1º de


diciembre de 1855.
En este convenio de Lima se dijo terminantemente (artículo 4º)
que la República de Venezuela declaraba no tener otro derecho ni
crédito pendiente contra la del Perú . Así era efectivamente. Sin
embargo, otra reclamación contra el Perú venía causando escándalo
desde 1851 , escándalo y vergüenza entre cuantos venezolanos ve
neraban con nobleza la memoria del Libertador y sonrojábanse de
cuanto pudiera mancharla. Fuerza es reseñar tan tristes cosas.
Disputaban la Municipalidad de Caracas y los herederos de Bolí
var sobre la propiedad del millón de pesos que le ofreció el Con
greso peruano en 1825 y que Bolívar rechazó, siempre que tuviese
carácter de recompensa personal ( 1). Para cobrarlo comisionó la
Municipalidad en 1851 a José Julián Ponce; sin buen éxito, entre
otros motivos porque a poco llegó a Lima con el mismo encargo,
a nombre de los herederos de Bolívar, Antonio Leocadio Guzmán,
Vicepresidente de la República y Ministro Plenipotenciario de Ve
nezuela . Eran estos herederos los sobrinos del grande hombre, y
llamábanse : Benigna Palacios, hija de Juana Bolívar; Valentina,
Josefa, Anacleto y Pablo de Clemente, hijos de María Antonia ; y
Felicia, Fernando y Juan, hijos de Juan Vicente. Su pacto con
Guzmán tiene fecha 18 de octubre de 1851. El mismo Guzmán nos
dice, con muy sugestivo descaro, qué interés personal llevaba en
el asunto. Son sus palabras : "Veía (Guzmán) terminar el período
de la Vicepresidencia, y sabía que para el mes siguiente había de
faltar el pan en su casa; porque tres casas, dos haciendas, una
buena librería, y algunas prendas, con que entró diez años antes
a combatir por los derechos del pueblo, en el camino permitido por
las leyes, habían sido presa de la desgracia en que salvó la vida
milagrosamente, por la bondad de un hombre (el Presidente José
Tadeo Monagas) que fué el brazo de la Providencia. Todo esta
ba perdido, menos su honor y su conciencia. Buscaba, pues, una
ocupación compatible con su estado, que le produjese una utilidad
capaz de restablecer su fortuna, y que lo libertase de la triste con
dición de vivir de un empleo, y ser carga en la sociedad" (2). Es

( 1) Véase el tomo I.
(2) Colección BLANCO-AZPURUA, t. X, p . 242.
282 JOSE GIL FORTOUL

to decía en 1856 discutiendo con Mariano de Briceño, y en 1870, en


polémica con Ricardo Becerra: "¿Se refiere, acaso, a la parte que
su respetable familia (la del Libertador) me cedió de su haber en el
Perú? Pues sepa que yo no solicité ese encargo. Por largo tiem
po fué el deseo de una parte de los herederos, y luego de todos
ellos, que yo ejerciera sus poderes para esa agencia; y cuando
elevado a la Vicepresidencia, me encontré sin poder cumplir el ex
tenso y magnífico programa liberal, desconocido por el Presidente,
y renuncié honradamente, y el Congreso me negó mi solicitud, y
me vi por tanto en una posición enojosa, entre un deber de grati
tud y el de mi lealtal, resolví aceptar la noble confianza de la fa
milia Bolívar" (1 ). Aceptó también el cargo de Ministro Plenipo
tenciario, que iba a facilitarle, a nombre de la República, la menos
honrosa misión de su vida.

Véanse los antecedentes. El Congreso constituyente del Pe


rú, a 12 de febrero de 1825, decreta honores a Bolívar, que acaba
de asegurar la Independencia: una medalla con su busto y las ar
mas de la República restaurada en Ayacucho, una estatua ecues
tre en Lima, una lápida con inscripción de gratitud en la plaza ma
yor de las capitales de los Departamentos, goce en todo tiempo de
los honores de Presidente, y " se pone a disposición del Liberta
dor, como una pequeña demostración del reconocimiento público,
la cantidad de un millón de pesos, y otra igual para que la dis
tribuya entre los jefes, oficiales y tropa del ejército libertador". Bo
lívar contesta: "¿No estaba bastante satisfecho el Congreso con
toda la confianza que ha depositado en mí, y con toda la gloria
que me ha dado librando el destino de su patria en mis manos?
¿Por qué quiere confundirme, humillarme con dádivas excesivas,
y con un tesoro que no debo aceptar? Si yo admitiese la gracia
que el Congreso se ha dignado hacerme, mis servicios al Perú que
darían cubiertos con demasía, por la liberalidad del Congreso; en
tanto que mi ansia más viva es dejar al Perú deudor de los mise
rables desvelos que yo he podido consagrarle. No es mi ánimo
desdeñar los rasgos de bondad del Congreso para conmigo. Ja
más he querido aceptar de mi patria misma ninguna recompensa
de este género. Así, sería de una inconsecuencia monstruosa si

(1 ) A. L. GUZMAN, Datos Históricos Suramericanos, t. II, p. 382.


HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 283

ahora yo recibiese de las manos del Perú lo mismo que yo había


rehusado a mi patria. Me basta, Excmo. Sr. el honor de haber
merecido del Congreso del Perú su estimación y su reconocimien
to. La medalla que ha mandado grabar con mi busto, es tan su
perior a mis servicios, que ella sola colma la medida de mis más
ilimitados deseos . Yo acepto este galardón del Congreso, con
una efusión de gratitud que ningún sentimiento puede dignamente
"
expresar...' Al fin, ante la insistencia del Congreso Bolívar
aceptó el millón, no para sí, sino para distribuirlo en obras de be
neficencia entre los pueblos de Colombia. Y el Gobierno del Perú
no erogó esta suma ; cuando Bolívar giró después por ínfima parte
de ella para destinarla a escuelas en Caracas, se protestó el giro
en Londres, y tuvo que cubrirlo de su peculio; al partir de Lima,
regaló cuantos presentes le hicieron allí, menos una espada ; si amó
el poder y la gloria, si fué autócrata, su desapego al dinero no co
noció límites; la única virtud que sus enemigos no se atrevieron
nunca a negarle fué justamente su proverbial desinterés ( 1 ). No
mencionó siquiera en su testamento el impagado millón, prueba por
sí sola evidente de que jamás lo consideró como su propiedad per
sonal. Todo esto lo sabían mejor que nadie sus sobrinos y Guz
mán.

Guzmán, en representación de los sobrinos, pero valiéndose


también y sobre todo de su calidad de Ministro Plenipotenciario,
se dirige al Presidente del Perú, en 4 de setiembre de 1852 y le
expone: que no se ha pagado, en todo ni en parte, el expresado
millón, según informa el Tribunal de Cuentas; que en consecuen
cia, le toca al Gobierno nacional resolver el pago; que los here
deros legítimos del Libertador tienen derecho de reclamarlo; que
el silencio del testamento no perjudica a los herederos, silencio que
"no fué sino un efecto de delicadeza, pues que no podía ignorar
la donación y pues que había dispuesto de parte de ella, y ejercido
ya su dominio". El silencio del testador resultaba ahora más elo
cuente que su repetida negativa de aceptar dádivas personales.
La parte de que dispuso, 20.000 pesos, girándola a favor de Lan
caster, que ofrecía establecer en Caracas su sistema de educación,
la giró como Presidente de Colombia. Para los pueblos de Colom

(1) Véase el tomo I.


284 JOSE GIL FORTOUL

bia fué que aceptó terminante y exclusivamente el millón. De suer


te que, si a la muerte del Libertador existiera alguna acreencia a
este respecto contra el Perú, sólo a las sucesoras de la Unión Co
lombiana -Venezuela, Nueva Granada y Ecuador- les hubiera
correspondido cobrarla. Afortunadamente jamás pretendieron se
mejante cosa; si bien el Gobierno de Venezuela no retrocedió ante
la indignidad de permitir que su Vicepresidente y Ministro acep
tase tal misión. Por cualquier aspecto que se considere la argu
mentación de Guzmán, pretendiendo que los herederos se aprove
chen de una dádiva destinada únicamente a los pueblos de la
antigua República, resulta siempre una profanación a la memoria
del hombre que sacrificó su fortuna personal a la independencia de
su patria y de la América .
El Tribunal de Cuentas del Perú refutó irrefragablemente la so
licitud de Guzmán. Con todo, el Presidente de la República, José
Rufino Echenique, se decidió a decretar el 23 de octubre de 1852:
"
'...Atendiendo a que ha llegado el caso de cumplir con el deber
que la nación se impuso para con su Libertador, y de efectuar la
muestra de gratitud que él encierra y le debe por los eminentes
servicios que le prestó, y que constantemente recuerda con el goce
de su libertad , y siendo el medio más expedito y más conforme con
las leyes posteriores el de inscribirlo en la deuda interna, pase este
expediente a la caja de consolidación para que expida los vales
correspondientes en favor de la testamentaría del Libertador Si
món Bolívar por el indicado millón de pesos" . Expedidos los va
les, el Presidente Echenique escribe a los herederos: "No sería yo
fiel ejecutor de la voluntad del pueblo peruano si no hubiese aten
dido la reclamación de ustedes, como corresponde a la magnani
midad del Perú y a la grandeza de Bolívar. Están, pues, satisfe
chos los deseos de ustedes, y el pueblo peruano quedará compla
cido, si cumpliendo una obligación da consuelo y mejora la si
tuación de los herederos del héroe del Nuevo Mundo ...." ( 1 ).

Al anuncio de los vales reenciéndense en Caracas el pleito


entre la Municipalidad y los herederos. Aquélla encuentra un
campeón formidable en Mariano de Briceño, quien sostiene, en el

(1) Guzmán dice (op. cit. p. 381 ) que el millón en papel fué "casi anulado poco
después por la arbitrariedad del Presidente Castilla, ordenando la revisión de la deuda
interior y exterior, y la suspensión del pago de intereses".
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 285

Semanario de las Provincias, que el millón le correspondía a la


ciudad, porque el Congreso peruano le pidió a Bolívar que lo des
tinase "a obras de beneficencia en favor del dichoso pueblo que
le vió nacer y demás de la República de Colombia, que tuviese
por conveniente". Guzmán le replica con los mismos términos ci
tados que la donación no se hizo únicamente a Caracas. Réplica
victoriosa, porque este punto no deja lugar a duda. Pero las de
más razones de Guzmán, a favor de los herederos, son tan sinra
zón como las que expuso en Lima. Léase: "Acumuló (Guzmán)
cuanto existía, lo estudió, y luego que llegó a persuadirse de que
no existía un acto de traslación de dominio del millón consabido,
en favor de Caracas, ni de ningún otro pueblo, corporación ni per
sona, juzgó del modo siguiente : que el Perú se quede con esta su
ma, es de todas las injusticias en que pudiera incurrirse en este
asunto, lo más absurda. Existe su donación, acto solemne y ex
plícito; existe la aceptación; ambas, de persona hábil; la una para
dar, la otra para recibir. Existe la cosa donada, porque es una
suma: se interesan en el cumplimiento de la donación los sagra
dos objetos de la beneficencia: sería, pues, atrozmente injusto que
esos actos quedasen convertidos en nada con la gratitud y la digni
dad del Perú. Y pues que ningún pueblo de Colombia sería per
sona legítima para el cobro, por no haber sido denominado, y
pues que Caracas que fué nombrada recibió ya una suma (los
20.000 pesos pagados por Bolívar), y no ha obtenido ningún título
a otra mayor, este cobro debe pertenecer a los herederos". Que
hubiera injusticia en que el Perú se quedase con su dinero, acaso
pudieron alegarlo las Repúblicas sucesoras de Colombia. Que hu
biera absurdo en que ese dinero no fuese a manos de personas a
quienes no les fué nunca donado, era cosa que sólo podían soste
ner seriamente el Presidente Echenique y el Ministro Guzmán. ¿Ni
qué más " denominación" de los pueblos de Colombia que la he
cha en conjunto por el mismo Bolívar y por el mismo Congreso
del Perú? De todo este alegato de leguleyo lo que resulta es el de
liberado propósito de desconocer la generosa intención y el no
ble desprendimiento del Libertador; resultado tanto más extraño
286 JOSE GIL FORTOUL

cuanto que Guzmán fué siempre, salvo este breve paréntesis, fer
voroso defensor de su memoria.
En noviembre de 1856 la Diputación Provincial de Caracas de
clara que el millón le pertenecía a la Municipalidad, y recomienda
el asunto al Poder Ejecutivo. El Presidente José Tadeo Monagas
consulta en 1857 al Consejo de Estado, quien dictamina: "Sólo
es dado al Congreso escogitar el medio de dejar al Gobierno libre
de obstáculos para emplear su apoyo con eficacia, y que la do
nación no peligre o se entorpezca por más tiempo con las dificul
tades de la contradicción (entre la Municipalidad y los herederos),
sino que se alcance su objeto en beneficio de los que deben tener
derecho a ella, y a la vez quede salvado el decoro de Venezuela
del escándalo de un litigio entre la patria del Libertador y su fa
milia, en un país extranjero, disputándose una donación, muestra
de la gratitud pública". El Congreso no trajo a consideración el
asunto. Por fin, los herederos ofrecieron 200.000 pesos a la Muni
cipalidad, en caso de que el Perú convirtiera a la par los vales de
1852 o los cambiase por un millón de valores efectivos.
Con lo que no terminó ni mucho menos se borró el escándalo,
que no venía solamente de la disputa caraqueña, como pretendió
el Consejo de Estado; el escándalo nació de que el Gobierno, y su
Vicepresidente y Ministro, y los herederos de Bolívar, todos a un
tiempo, pusiesen en vergüenza la dignidad de la patria. Si aquel
Gobierno consideraba que la pobreza de los últimos merecía la li
beralidad de la República, la conducente hubiera sido destinar par
te del tesoro venezolano a remediarla, en vez de permitir que fue
sen a mendigar públicamente de un Gobierno extranjero. "Mi an
sia más viva —dijo el Libertador— es dejar al Perú deudor de los
miserables desvelos que yo he podido consagrarle". Miserables
fueron otras cosas, que no pudo impedir desde su tumba. Men
gua humana es, degeneración moral, que a las grandes almas su
cedan a menudo almas pequeñas . Por fortuna, hijos no tuvo el
Libertador; por fortuna, para que no cayeran también ellos en ten
tación de manchar su nombre ni de olvidar su gloria.

IV . ――― Patronato eclesiástico

Fué política tradicional de la República, desde su nacimiento,


HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 287

mantener incólume el derecho de Patronato que heredó de España


o de sus reyes (1). Así lo declaró el Congreso de la Gran Colom
bia por ley de 28 de julio de 1824 y lo ratificaron los Congresos
venezolanos por decretos de 14 de octubre de 1830 y 21 de marzo
de 1833, siendo de notar que el último decreto se expidió para
contestar negativamente a una exposición del arzobispo y obispos
venezolanos que solicitaban se suspendiese o reformase la men
cionada ley colombiana (2). Esta ley, con el fin de asegurar las
prerrogativas de la República, y evitar quejas y reclamaciones, au
torizó al Poder Ejecutivo para celebrar con el Papa un Concordato;
pero ni tuvieron éxito a este respecto las gestiones que hizo el Go
bierno Colombiano, ni tampoco se decidió el asunto en las ulterio
res relaciones de la nueva República de Venezuela con la Santa
Sede (3). Sólo en los años de 1862 y 63, bajo la Dictadura de
Páez, se estuvo a punto de sancionar definitivamente un Concor
dato que menoscababa aquellas prerrogativas, mantenidas hasta en
tonces por todos los partidos, así conservadores como liberales;
Concordato que resultó letra muerta. Téngase presente que
mientras no se convenga en el Concordato previsto por el artículo
2º de la Ley de 1824, o mientras no se declare la separación de la
Iglesia y el Estado, el Patronato es una institución sui géneris, sin
el significado ni alcance de los tratados internacionales: institución
que la Santa Sede ha venido reconociendo de hecho, aunque ne
gándole siempre el carácter de obligación bilateral, e institución
que el Gobierno Venezolano no ha respetado siempre en algunas
de sus prescripciones esenciales, atendiendo a veces a necesidades
o preocupaciones momentáneas.

En 6 de mayo de 1862 el Gobierno dictatorial de Páez confie


re credenciales de Plenipotenciario al arzobispo de Caracas, Sil

(1) Véase el tomo I.


(2) Sobre conflistos entre la potestad civil y la eclasiástica, véase el texto íntegro
de la ley de patronato, que se halla en el tomo I, p. 520.
(3) En 1837, el delegado apostólico Baluffi pretendió relacionar la cuestión del Con
cordato con el conflicto que había estallado desde 1830 entre el Gobierno y los Obispos.
Pero el Gobierno contestó que trataría directamente con la Santa Sede y dió al efecto
instrucciones al Encargado de Negocios en Roma, D. F. O'Leary. Lo que no tuvo ningún
resultado. Ni lo tuvieron tampoco negociaciones entabladas en 1854 por intermedio de
Benedicto Filippani. J. R. GONZALEZ UZCATEGUI, El Derecho Internacional en Venezuela,
vol. I, Caracas, 1930.
288 JOSE GIL FORTOUL

vestre Guevara y Lira, que se hallaba provisionalmente en Roma,


para negociar con la Santa Sede el previsto Concordato,
ateniéndose a las instrucciones que le trasmitía la Secretaría Ge
neral de acuerdo con un dictamen del Consejo de Estado, que man
daba negociarse el Concordato "sin perder de vista nuestra Ley de
Patronato" . El arzobispo la perdió siempre de vista, o no la tuvo
en cuenta sino para acabar con ella. Era hombre, sin embargo,
de larga vida pública y bien conocía la historia política de su país,
en la que tomó parte. Nacido en Chamariapa (Cantaura) de Bar
celona, en 1814, de padres pobres, empezó a mantenerse como maes
tro de escuela, y se dedicó luego al sacerdocio en Ciudad Bolívar
bajo la dirección de los obispos Talavera y Fernández Fortique.
En 1851 es Provisor y Gobernador de la diócesis de Guayana, y al
año siguiente, gracias sobre todo a la eficaz recomendación del
Presidente José Gregorio Monagas, de quien era compadre, lo
nombra el Congreso Nacional arzobispo de Caracas y Venezuela,
siendo consagrado el 9 de de febrero de 1853. Ocupábase tam
bién desde mozo en asuntos políticos. Fué Senador bajo la Pre
sidencia del mismo Monagas, y al proclamarse la Dictadura lo de
signó Páez para presidir su Consejo de Estado. Los diversos par
tidos le consideraron como persona de buen criterio, inclinada a la
conciliación y a la paz; tanto que, en las hondas disensiones de
1861 hubo quienes lo indicasen para constituir un Gobierno de
concordia con Páez y Falcón. En su ministerio eclesiástico se le
veneraba y quería por sus virtudes, y por su carácter que Cecilio
Acosta califica de " dulce y fácil" ; lo que no le impidió años des
pués revelar carácter férreo en su ruidoso conflicto con la Autocra
cia de Guzmán Blanco. Acosta no se cansaba de elogiarle: "la
virtud en él no es lucha, sino instinto; su caridad es de siempre; no
tiene mañana, mediodía, noche ni descanso; sería menester ir has
ta San Ambrosio, para encontrar su mismo dón de gentes, su mis
mo espíritu evangélico" (1). Convenido; pero resultó el más pe
ligroso diplomático de cuantos figuran en nuestra historia. Duran
te su misión en Roma antepuso su conciencia religiosa al interés
de la patria; fué el representante de su Iglesia, no de la República .

(1) Cita de H. FANGER, Silvestre Guevara y Lira, p. 8. Caracas, 1907.


HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 289

Regresa a Caracas en septiembre de 1862, portador del Con


cordato que a 26 de julio había firmado en Roma con el cardenal
Antonelli , Secretario de Estado del Papa Pio IX. Compáresele
con la ley de Patronato, y recuérdese la tradición constitucional de
la República. ¿Creyó acaso Guevara, al olvidar una y otra, que
la Dictadura iba a ser eterna como la Sede Apostólica?
El primer artículo del Concordato estipula que la religión ca
tólica continuará siendo la religión de la República y su Gobierno
reconocerá el deber de defenderla y conservarla eficazmente con to
dos los derechos y prerrogativas que le corresponden "por la orde
nación de Dios y sanciones canónicas" . Religión de la República
no existió nunca, con esa tendenciosa amplitud (1 ). El Congreso
constituyente de 1830, fiel en esto a la doctrina política de Bolívar,
negó un artículo que algunos diputados pretendieron incluir en la
Constitución para reconocer una "religión del Estado"; y aun en
ese mismo proyecto de artículo negado se decía que habría tole
rancia de cultos y nadie podría ser perseguido por opiniones re
ligiosas: además, la libertad de cultos quedó expresamente reco
nocida en 1834, como parte esencial de la libertad civil que la mis
ma Constitución garantizaba a venezolanos y extranjeros (2). La
Constitución reaccionaria de 1857 declaró que el Estado protegería
la religión católica y que el Gobierno sostendría siempre el culto
y sus ministros; pero la Constitución de 1858 se apresuró a supri
mir aquella disposición, que se prestaba a diversas interpretacio
nes; y de todas suertes, con una y otra Constitución quedó siem
pre vigente la libertad de cultos. Por último, si la República abo
naba y abona el presupuesto de la iglesia católica, lo ha hecho
y hace, no para defenderla y conservarla en sus dogmas atribu
ción que no le corresponde sino para protegerla en cuanto a
subsistencia material, en cambio de los derechos que se reservó
siempre por el Patronato. Y de aquí también que el presupuesto
de la iglesia católica no sea materia propiamente constitucional :
puede reformarse, y aun podrá suprimirse, por simple decreto le
gislativo; renunciándose, por supuesto, en el último caso, a las
prerrogativas patronales y dejando en igualdad a todos los cultos.

(1) La única Constitución excepcional a este respecto es la de 1811 , y ello por cir
cunstancias del momento; tomo I.
(2) Tomo II,

19-III
290 JOSE GIL FORTOUL

Respecto de instrucción pública, pretende el Concordato que


sea enteramente conforme a la doctrina católica, en Universidades,
Colegios y Escuelas, que los obispos tengan libre dirección y vigi
lancia de lo que se enseñe en las facultades de teología, cánones
y demás instituciones eclesiásticas, y también libre vigilancia pa
ra que no haya nada contrario al catolicismo en la "enseñanza de
cualquiera otra ciencia" Esto y volver a la Edad Media, hubie
ra sido todo uno, perdiéndose el continuado esfuerzo de la Repú
blica por combinar los mejores métodos de instrucción con la in
dispensable independencia intelectual del profesor.
Los obispos según el Concordato tendrán derecho de exa
minar y censurar los libros y escritos de cualquier género refe
rentes a dogmas de fe, disciplina eclesiástica y moral pública y el
Gobierno prestará su autoridad para sostener lo que aquéllos dic
taren con arreglo a los cánones en defensa de la religión, y para
evitar cuanto a ésta se opusiere. Por el código de imprenta de
1839, que reformó la ley colombiana de 1821 , el jurado podía ca
lificar de artículos "subversivos" los que atacasen directamente
dogmas de la religión católica; calificación que desapareció de
los códigos de 1849 y 54 reapareció en el de 55 bajo el nombre
de ofensas a la moral y decencia pública ( 1). Pero nótese que el
juicio era por jurado, y justamente no podían ser jurados quienes
ejerciesen jurisdicción eclesiástica. De modo que el Concordato
hubiera violado la libertad del pensamiento, garantizada por la
Constitución, y hubiera desconocido el régimen legal de la impren
ta, régimen restringido solamente durante el paréntesis de la Dic
tadura (2).
El Concordato Guevara combina hábilmente las ventajas espi
rituales con las materiales, reduciendo en consecuencia a ínfima
expresión el Patronato. Declara que el Gobierno se obligará a pa
gar como deuda del Estado las asignaciones especificadas en una
nota adjunta al Concordato, para la congrua sustentación del ar
zobispo, obispos, cabildos, párrocos, seminarios, fábricas de igle

(1) Véase el tomo II,


(2) Decreto de Páez a 2 de enero de 1862. Y aun este decreto dictatorial, por
consiguiente transitorio, no penó expresamente los ataques a la religión, sino los dirigi
dos a la moral y decencia pública. Con el triunfo de la Federación, en 1863, se restau
ran las garantías individuales.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 291

sias y demás gastos del culto, a título de compensación por la ren


ta decimal abolida; y los párrocos continuarán gozando de la fa
cultad de percibir primicias y los emolumentos de estola. En con
sideración de estas y otras ventajas para la Iglesia, la Santa Sede
no inquietará a las personas que en virtud de la ley del año 33
hubiesen dejado de pagar los diezmos, o comprado bienes ecle
siásticos en la República, o redimido censos. Pero se deberá te
ner presente " que estas abusivas enajenaciones no se repetirán ja
más". Véase lo que a este respecto disponía y dispone la legisla
ción nacional. El Patronato reservó al Estado la administración
de toda renta que destinase el Congreso para los gastos del culto
y subsistencia de sus ministros. Hasta 1834 la renta eclesiástica
se basó en el impuesto decimal. El Congreso de 1833, conside
rando excesivo dicho impuesto, y contrario a la prosperidad públi
ca, dispuso por ley del 2 de abril que los diezmos dejarían de co
brarse desde el año siguiente, y que para el sostenimiento del cul
to y sus ministros se abonase por el Tesoro el presupuesto eclesiás
tico que anualmente formase el Ministerio del Interior con aproba
ción del Congreso. En el mismo año 33 se fija el monto de las
asignaciones eclesiásticas, se declara que continúe en vigor el
goce de las primicias y demás obvenciones parroquiales percibi
das por los curas según las respectivas sinodales, y se suprime el
derecho de medias antas, mesadas eclesiásticas y anualidades, o
lo devengado por estos respectos : supresión que se reitera en las
correspondientes leyes de 1835, 41 y 53. En cuanto a la contribu
ción de primicias, que al principio mejoraba considerablemente el
bienestar de los curas de aldea, poco a poco cayó en desuso en
las poblaciones y al fin no la abonaban sino algunos campesinos
incultos (1). En resolución, al fijar el Concordato Guevara el mon
to de las asignaciones eclesiásticas exigiendo que se reconociese
como deuda del Estado, proponíase la iglesia tres cosas por lo

(1) Prolóngase, sin embargo, este impuesto hasta el 6 de febrero de 1873, fecha en
la cual el Presidente Guzmán Blanco, considerando que las primicias daban lugar a una
reprensible especulación, con el sistema de venderlas a personas capaces de abusar
de la candidez o desamparo de los campesinos, decreta -si bien autocráticamente, por
que esta materia le correspondía al Congreso que siendo la primicia una limosna o
acto voluntario no hay derecho para fijarla ni cobrarla coactivamente; que todo el que
cobre primicias sea juzgado conforme a la ley de hurto y condenado a devolver el
duplo de lo cobrado y a la pena de seis meses de prisión; y que los tribunales sobre
sobresean en toda causa por primicias.
232 JOSE GIL FORTOUL

menos : aumentar su renta, sustraerla a las contingencias de las


leyes que dictase el Congreso y a las frecuentes variaciones del
presupuesto anual, y asegurarse con esto la más amplia indepen
dencia económica . Si bien es cierto que tal cálculo, aun supo
niendo que fuese equitativo, y aun formulado con toda la sinuosa
habilidad de la Curia, pecaba de imprevisor, porque la deuda ecle
siástica hubiera probablemente corrido igual suerte que las demás ,
en la accidentada evolución fiscal de la República.

Continúa diciendo el Concordato, que en cambio de las obli


gaciones que por él contrae el Gobierno, la Santa Sede le concede
(sic) el derecho de Patronato. Véase en qué términos contradicto
rios con la ley nacional, en muchos puntos.
Concordato ( 1) . El Presidente de la República propondrá a Su
Santidad, para las sillas arzobispales y episcopales vacantes, ecle
siásticos dignos e idóneos, y Su Santidad les dará la institución
canónica en la forma acostumbrada y de acuerdo con las reglas
prescritas por la Iglesia, sin que los eclesiásticos propuestos pue
dan mezclarse en el régimen de sus iglesias antes de recibir las
bulas de institución.

Patronato (2). El Poder Ejecutivo presentará a Su Santidad


los nombrados por el Congreso para arzobispos y obispos. Al
vacar una iglesia metropolitana o catedral, el Cabildo da aviso
inmediatamente al Poder Ejecutivo, y éste lo publica en la Gaceta
del Gobierno. El Ejecutivo puede recomendar al Congreso los can
didatos que considere más dignos ; pero esta recomendación no es
imperativa. El Congreso practica la elección por mayoría de dos
terceras partes de sus miembros presentes. Los eclesiásticos elec
tos prestan ante el Ejecutivo el juramento de ley, antes de ser pre
sentados a Su Santidad, y luego que presten el juramento pue
den entrar al ejercicio de su jurisdicción, aunque sin percibir las
rentas que les correspondan. Antes de la ceremonia de consagra
ción, que no pueden diferir por más de cuatro meses, contados des
de el día en que reciban sus bulas, deben practicar con asistencia
de un representante del fisco inventario circunstanciado de todos
los bienes, rentas y acreencias activas y pasivas. Si el arzobispo

(1) Extracto.
(2) Extracto.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 293

u obispo electo renuncia antes de la presentación, el Congreso co


noce y determina; si la renuncia es posterior, no se procede a nue
va elección hasta que el Ejecutivo tramita la renuncia a la Silla
Apostólica y conozca su resolución. Cuando la elección recae en
otro arzobispo u obispo, no adquiere el nombrado ningún derecho
a la administración de su nueva diócesis mientras no reciba las
correspondientes bulas.
Concordato...El Presidente presentará a los prelados candida
tos para las dignidades y canongías de las catedrales, a excep
ción de las de oficio, y para las demás prebendas, reservándose
los prelados la institución canónica; el Romano Pontífice nombrará
libremente la primera dignidad de la catedral de Caracas y una
de las canongías de merced de las otras catedrales; las de oficio
se proveerán por concurso según los cánones, y el prelado presen
tará al Presidente tres de los eclesiásticos aprobados para que eli
ja a uno de ellos; se restablecerán las dignidades suprimidas en
la Metropolitana de Caracas cuando lo permitan las rentas; en se
de vacante, el capítulo de la Metropolitana o Sufragánea elegirá
libremente, en la forma prescrita por el Concilio Tridentino, el Vi
cario capitular que gobierne la diócesis vacante; las parroquias se
proveerán en público concurso, y de los opositores aprobados se
presentarán ternas al Presidente para que elija; los coadjutores de
las iglesias parroquiales serán electos exclusivamente por los Or
dinarios, previo examen sinodal.
Patronato...El Ejecutivo, con previo acuerdo y consentimiento
del Senado, nombra para las dignidades y canongías y hace la
presentación a los prelados y cabildos eclesiásticos; elige libremen
te para los canonicatos de oficio, previo el concurso y oposiciones
de costumbre y para las raciones y medias raciones, y presenta
las personas electas a los prelados y cabildos; nombra también
los curas de la diócesis en que reside, y los presenta al respectivo
prelado; en las diócesis adonde no reside el Ejecutivo nacional la
provisión de curatos se hace por la autoridad correspondiente; el
Ejecutivo da o no su ascenso en los nombramientos que hicieren
los prelados y cabildos para Provisores y Vicarios capitulares; en
la provisión de curatos y en la de sacristías se observan las for
malidades prescritas por el Conocilio de Trento, y se abre concur
so a los beneficios vacantes cada seis meses a lo más; de los opo
294 JOSE GIL FORTOUL

sitores aprobados los prelados proponen tres para cada beneficio, y


el Ejecutivo elige, pudiendo, con motivo justificado, devolver la
terna para que se rehaga; los vecindarios de nuevas erecciones de
parroquias que a su costa hubieren construído las iglesias, y las
personas particulares que hicieren lo mismo, por la primera vez
pueden designar el eclesiástico que deba servir de cura, siempre
que sea apto, para que lo nombre el Gobierno y lo instituya el pre
lado; la provisión interina de curatos y sacristías corresponde en
pleno derecho a los prelados, quienes pueden hacerla en eclesiás
ticos seculares o regulares, pero no en curas propietarios.
En cuanto a división territorial :

Concordato. La Santa Sede, en ejercicio de sus derechos y


poniéndose de acuerdo con el Gobierno de la República, podrá eri
gir nuevas diócesis y hacer nuevas circunscripciones, siguiéndose
en la dotación de cada sede y capítulo la norma establecida, y po
der también erigir, por medio de los respecivos Ordinarios, nuevas
parroquias, con arreglo a los cánones y cuando fuere necesario.

Patronato. Corresponde al Congeso decretar la erección de


nuevos arzobispados y obispados, circunscribir sus límites, desig
nar el número de prebendas, destinar fondos para construcción
de iglesias, arreglar los límites de las diócesis, y el Ejecutivo pre
senta a Su Santidad los respectivos decretos para que, en ratifi
cándolos la Silla Apostólica, se lleven a efecto. Corresponde tam
bién al Congreso aprobar definitivamente la erección de curatos
que se haga por acuerdo del Gobierno y los prelados, y toca al
Ejecutivo aprobar lo relativo a erección de parroquias y sus lími
tes, cuidando de que los términos de administración civil corres
pondan a los de la eclesiástica y sean unos mismos. En 1840, co
mo ocurriesen revoluciones contrarias entre el Ejecutivo y algunas
Diputaciones provinciales por no distinguirse la parroquia civil de
la eclesiástica, declara el Congreso que corresponde a las Diputa
ciones, conforme a la Constitución del año 30, la atribución de
crear parroquias y trasladar las establecidas, señalar sus límites
y acordar todo lo conveniente sólo para los efectos civiles, y que
estos límites podrán ser alterados por el Congreso según sus atri
buciones constitucionales.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 295

Acerca de privilegios el Concordato Guevara es siempre lar


go y providente para la Iglesia y corto y desprevenido para el Es
tado. Veamos los puntos principales.
Exige que se establezca tan pronto como sea posible el Se
minario conciliar de Ciudad Bolívar y otro en cada nueva diócesis,
siendo todos iguales en su dotación. La enseñanza eclesiástica de
la diócesis de Guayana venía protegida desde 1847, hasta que se
plantease el Seminario, con una subvención anual de 2.000 pesos ,
cantidad que se acordó también en 1857 al Seminario de Santa
Rosa de Caracas . Además, se decretó en 1856 que el de Caracas
se separase de la Universidad Central (que no era ya la " Real y
Pontificia" de la Colonia, sino la institución republicana decretada
por el Congreso colombiano de 1826 y transformada por Bolívar y
Vargas en 1827); que el arzobispo le diese al Seminario la cons
titución que estimase más conforme a la enseñanza de ciencias
eclesiásticas, según la naturaleza de su instituto y análoga a las
instituciones del país; que esta constitución se sometiese al Congre
so del siguiente año para aprobarla o reprobarla en todo o en par
te; que mientras el Seminario no pudiese dotar sus cátedras de
ciencias eclesiásticas continuasen en él las de la Universidad, paga
das de los fondos de la misma, sometidas a su autoridad y uniforma
das con las demás cátedras universitarias; y que pudiese conferir a
los seminaristas el grado de bachiller en filosofía, previos los estudios,
requisitos y formalidades exigidos a los alumnos de las Universi
dades y Colegios nacionales . Pero el arzobispo, confiado en la
tolerancia del Gobierno de ambos Monagas y en el descuido de
los Gobiernos posteriores, no presentó nunca al Congreso la cons
titución de su Seminario. Este régimen provisional dura hasta
1872 (decretos de 7 y 21 de septiembre), cuando Guzmán Blanco
resuelve atajar las pretensiones abusivas de la Iglesia y extingue
los Seminarios existentes, prohibe para lo futuro su restablecimien
to, obliga a los estudiantes eclesiásticos a seguir sus cursos en las
Universidades y Colegios , y destina los bienes y rentas de los Se
minarios a la creación de escuelas de artes y oficios.
Sin atender a la evolución legislativa de la República , como
no fuera para desconocerla o paralizarla, el Concordato estipula
que las causas de fe, sacramentos, funciones sagradas y los debe
res y derechos anexos al santo ministerio, las causas de matrimo
296 JOSE GIL FORTOUL

nio y cualesquiera otras de naturaleza eclesiástica, pertenecerán


"únicamente" al juicio de la autoridad eclesiástica, conforme a los
cánones como si no estuviese declarado desde 1821 por la Cons
titución de Cúcuta que en las causas de fe quedaban siempre a
los acusados los recursos de fuerza a los tribunales civiles, con
arreglo a las leyes, declaración repetida en la ley de Patronato.
Que se conservará el fuero eclesiástico en las causas civiles de
lcs clérigos, y también en las criminales dentro de los límites a
que lo han reducido las leyes civiles como si desde 1811 no vie
ne esforzándose la República en suprimir todo fuero, en sancionar
la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, y como si la mis
ma ley de Patronato no hiciese hincapié en los casos de responsa
bilidad del clero que han de juzgarse por la autoridad civil. Que
la Iglesia conservará su derecho de adquirir y poseer bienes bajo
cualquier justo título; que sus propiedades y fundaciones serán in
violables; que sin intervención de la Santa Sede no se podrá hacer
supresión o anexión alguna de las fundaciones existentes; y que
"sólo en atención a las circunstancias de los tiempos" la Santa
Sede consiente en que los bienes eclesiásticos estén sujetos a los
impuestos comunes a todos los ciudadanos, exceptuándose siem
pre las iglesias, seminarios y demás institutos del culto con lo
que se quería volver al antiguo sistema de vinculaciones, a la acu
mulación de intocable riqueza de la Iglesia, para alzarse triunfante
en frente del Estado, y acatar sólo provisionalmente y a manera
de gracia eclesiástica el precepto constitucional de cobrar las con
tribuciones sin excepción alguna de fuero o privilegio ( 1).

Agrega el Concordato que se conservarán los monasterios de


monjas existentes, pudiendo los Ordinarios erigir otros con entera
libertad; que los Ordinarios podrán también fundar conventos de
religiosos, según las disposiciones canónicas, poniéndose de acuer
do con el Gobierno; que éste seguirá procurando la conversión de
infieles y prestará su cooperación y auxilio a las misiones que
envía la Propaganda Fide.

Por el Patronato corresponde al Congreso permitir o no la fun


dación de nuevos monasterios, suprimir los existentes y dar desti
no a sus rentas . Desde 1837 no existieron en Venezuela conven

(1) Constitución de 1830, artículo 215.


HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 297
ADAM gunna

tos de hombres, ni aun aquellos que permitió la ley colombiana


de 1826 o que restableció dictatorialmente Bolívar en 1828. Los de
monjas continúan hasta 1874. Rematando por fin la obra laica ini
ciada por la Oligarquía Conservadora, estancada a este respecto
por la Oligarquía Liberal, no obstante su apellido, y por la Fede
ración, a pesar de su propósito igualatorio, el Congreso de 1874
apela a la misma ley de Patronato, extingue los conventos, cole
gios y demás comunidades de religiosas y prohibe la fundación
de otros establecimientos de igual o semejante naturaleza . En
cuanto a misiones para convertir infieles, es también atribución del
Congreso, por la ley de Patronato, dictar las disposiciones que cre
yere oportunas; aunque el sistema de misiones religiosas no dió
nunca bajo la República mejor resultado que el de mala goberna
ción civil practicado durante todo el siglo XIX ( 1 ) , y por otra parte
la cláusula concordatoria se proponía únicamente vigorizar más
la influencia del clero, aun a costa de los malhadados indios.
Pretende el Concordato evitar la repetición de conflictos en
tre la potestad civil y la eclesiástica, como el promovido en 1830
por el arzobispo Méndez (2), estableciendo una fórmula nueva de
juramento, con la previa advertencia de que el Gobierno de la Re
pública no entenderá (así lo prometió Guevara en Roma) que quien
lo preste quedará obligado en conciencia a actos contrarios a
las leyes de Dios y de la Iglesia, fórmula que reza : "Yo juro y pro
"meto a Dios por los Santos Evangelios obedecer y ser fiel al Go
"bierno establecido por la Constitución de la República de Vene
zuela, y prometo igualmente no ingerirme personalmente, ni tam
"poco por medio de consejo, en proyecto alguno que pueda ser
"contrario a la independencia nacional y a la intranquilidad pú
blica". Compárese con la fórmula que el Congreso decretó el 13
de mayo de 1841 para el juramento de prelados : "Juro que nunca
"consideraré directa ni indirectamente anulado, ni en parte algu
"na disminuído, el juramento de obediencia a la Constitución, a
"las leyes y al Gobierno de la República que he prestado antes
"de mi presentación a Su Santidad (3), por el de obediencia a la
"Silla Apoostólica que he de prestar al tiempo de mi consagración,

(1) Tomo I,
(2) Tomo II,
(3) Conforme a la ley de Patronato, artículo 16.
298 JOSE GIL FORTOUL

"ni por ningún acto posterior bajo motivo alguno. Así Dios me
"ayude".
Por último, y aparte algún otro punto que también pudiera
comentarse, como el de comunicación libre de "los obispos, el
clero y el pueblo" con el Romano Pontífice, termina diciendo el
Concordato que todo lo relativo a las personas o cosas eclesiásti
cas de que no se hace mención, se arreglará según la disciplina
de la Iglesia, aprobada por la Santa Sede; que se tendrán por de
rogadas las leyes, ordenanzas y decretos nacionales anteriores en
cuanto fueren contrarios a lo estipulado por el Concordato, el cual
se considerará en todo tiempo como subsistente y como ley de la
República; y toda dificultad será resuelta de común acuerdo por
Su Santidad y el Presidente de la República. De suerte que hu
bieran quedado derogadas, al prolongarse la Dictadura de Páez,
de Rojas y de sus obedientes consejeros, prerrogativas de tanto
momento como las siguientes : permitir y aun indicar la celebración
de concilios nacionales o provinciales, aprobar sus sinodales, y
nombrar en ellos representantes del Gobierno con instrucciones so
bre los puntos que han de promover o excitar decisión; recibir de
los prelados cuenta de las providencias que hubieren tomado en
la visita de sus diócesis, y reformarlas o anularlas en cuanto ex
cedieren la jurisdicción eclesiástica; recoger las bulas y breves
que no hubieren sido pasados por el Congreso; velar en que los
prelados y cabildos no introduzcan novedades en la disciplina ex
terior de las iglesias, ni hagan usurpación del Patronato, sobera
nía y prerrogativas nacionales, y promover el juicio correspon
diente; dar paso a los breves de la Silla Apostólica en materias
de gracia que se hubieren alcanzado por conducto del Ejecutivo,
y considerar sin efecto los de oficios y de justicia; impedir que
los eclesiásticos usurpen la jurisdicción civil ni eludan o contra
ríen las leyes, órdenes y disposiciones del Gobierno; vigilar la ad
ministración de fábricas de iglesias, cofradías y hospitales; seguir
juicio por infidelidad a la República y usurpación de prerrogativas
y derechos, a los arzobispos, obispos, provisores, vicarios capitu
lares, dignidades y prebendados, vicarios foráneos, curas y demás
eclesiásticos, y extrañarlos y ocupar sus temporalidades ; dirimir las
competencias entre jueces eclesiásticos y civiles ; no elegir arzobispos
u obispos que no sean ciudadanos naturales de la República, ni
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 299

admitir a ningún cargo elesiástico a extranjeros que no se hayan


nacionalizado conforme a las leyes ; dar o no ascenso a los nom
bramientos de provisores y vicarios capitulares, que deben ser
también naturales de la República; tomar informes sobre la conduc
ta política de los eclesiásticos, etc.
Consultado el Concordato al Consejo de Estado, éste designa
para informar al antiguo obispo de Guayana Mariano de Talave
ra y a Carlos Elizondo. Quienes, a 26 de octubre, 1862, recomien
dan que se apruebe y ratifique " sin restricción alguna" el Concor
dato ajustado en Roma el 26 de julio, " porque nada contiene que
pueda decirse contrario a la soberanía, independencia y libertad
de la República, nada que dañe los derechos de los ciudadanos,
a quienes antes bien asegura el más precioso de todos, el de profe
sar su Religión bajo la protección del Gobierno, y las garantías de
un solemne tratado, que establece y fija definitivamente las reglas
que se deben guardar en las relaciones de la Iglesia con el Esta
do; y porque, como al principio de este informe se procuró demos
trar, el Concordato es necesario y conveniente tanto a la Iglesia
como al Pueblo venezolano. El está además conforme en todo
con los celebrados con otras Repúblicas que ya se han citado ( 1);
lo que indica que la Silla Apostólica ha fijado las bases en que
deben fundarse estos tratados, y no admitiría ninguna modificación
en los artículos esenciales. Cree la Comisión por último que es
sobremanera importante aprovechar la presente ocasión favorable
de arreglar este ramo de la administración pública, cuya gravedad
● influencia ninguna persona prudente puede desconocer” .
En consecuencia, a 28 de febrero de 1863 el departamento del
Interior y Justicia, dependiente de la Secretaría General del Dicta
dor declara aprobado el Concordato Páez y firma el instrumento de
dor, declara aprobado el Concordato. Páez firma el instrumento
de ratificación el 6 de marzo, y al día siguiente se autoriza a Mon
señor Sebastián Buscioni, canónigo de Santa María de Transtibere ,
para que represente a Venezuela en el canje, que se efectúa en
Roma el 19 de junio.
Pero el Concordato Guevara-Antonelli era nulo, nula su rati
ficación, nulo su canje, por no llevar la aprobación del Congreso ,

( 1) Bolivia, Guatemala y Costa Rica.


300 JOSE GIL FORTOUL

única autoridad que pudiera modificar la ley de Patronato. Ins


talada la Asamblea Constituyente de la Federación, aprueba el
5 de abril, 1864, un informe que le presenta la comisión especial
compuesta de los diputados Antonio María Salom , José Dolores
Landaeta y Maximino Castillo, quienes concluyen: "Sobre todo lo
dicho hasta aquí en relación al Concordato lo más resaltante con
tra las prerrogativas de la Nación es la disposición del artículo
30 que deroga todas las leyes, ordenanzas y decretos que sean
contrarios a la expresada Convención, como si fuera posible que
hubiera un poder superior a la Soberanía del país. Por estas ra
zones la Comisión termina proponiendo que el Ejecutivo Nacional
abra nuevas negociaciones con Su Santidad para poner el Con
cordato en relación con las leyes citadas y con el espíritu y letra
de la Constitución que acaba de sancionarse".
El 9 de junio, el Presidente Falcón confiere plenos poderes al
Licenciado Lucio Pulido, diputado a la Asamblea Constituyente,
para que "negocie, concluya y firme con el Plenipotenciario o Ple
nipotenciarios que S. S. elija, un concordato por cuyo medio se
logre llevar a cabo el mandato de la Asamblea; en la inteligencia
de que no será obligatorio mientras no haya obtenido la aproba
ción de la Legislatura Nacional de los Estados Unidos de Vene
zuela y la ratificación del Poder Ejecutivo, según el artículo 43 de
la Constitución". Refrenda el Ministro de Relaciones Exteriores
José Gabriel Ochoa.
En las instrucciones dadas a Pulido se lee: "Cumplir con la
excitación de la Asamblea, es el fin que el Gobierno se ha pro
puesto enviándolo a V. a Roma. Como miembro que fué V. de
ella se encuentra, más que otro, en aptitud de reconocer la natu
raleza de los reparos hechos al Concordato, y de las estipulacio
nes que el nuevo debe contener".
En noviembre de 1864, Pulido entabla en Roma su negocia
ción con Monseñor Alejandro Franchi, arzobispo de Tesalónica y
Secretario de la Congregación de negocios eclesiásticos extraor
dinarios, a quien el cardenal Antonelli, Secretario de Estado, ha
bía autorizado .
Pero la ocasión y el medio no eran nada favorables a la mi
sión venezolana. Corría el pontificado de Pío IX, opuesto por prin
cipios y con absoluta intransigencia al movimiento revolucionario
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 301

que desde las postrimerías del siglo XVIII se venía propagando


en casi el mundo entero. Pío IX olvidaba la diplomacia previsora
y la política flexible con que los grandes Pontífices lograron en
muchas ocasiones mantener el prestigio moral y la perennidad de
la Iglesia. En diciembre de 1864, la Santa Sede publica su En
cíclica a todos los obispos contra los "errores modernos " y un Ca
tálogo de ochenta proposiciones ya condenadas. Entre esos "erro
res" figuran la libertad de conciencia, la libertad religiosa, la li
bertad de la prensa, la libertad de enseñanza . "Sólo la religión
católica debe tener derecho a culto público; los Gobiernos están
obligados a prohibir la celebración de los otros, no solamente co
mo medida de orden público, sino como contrarios a la verdadera
religión, y la Iglesia tiene el derecho de castigar con penas cor
porales a los que violen sus leyes".... Aquella Encíclica y aquel
Catálogo promovieron tal escándalo en la opinión laica, que has
ta hubo un Gobierno, el del Imperio Francés, que no vaciló en ne
garles el pase como contrarios al derecho público y constitucional.
Tanto el cardenal Antonelli como el arzobispo Franchi no tar
daron en declarar categóricamente a Pulido que su misión no ten
dría ningún éxito si el Gobierno de Venezuela no convenía en to
das las estipulaciones esenciales del Concordato. Invocaron pri
mero el precedente de que las Repúblicas de Bolivia, Guatemala
y Costa Rica tenían celebrados Concordatos iguales; insistieron en
que no había "ejemplo alguno (?)" de que la Santa Sede hubiese
convenido en modificar sustancialmente tratados de esta especie, y,
con el propósito de no romper en seguida la negociación, insinua
ron que la Santa Sede se prestaría a examinar si fuera posible ha
cer algunas aclaraciones propias para allanar las dificultades que
se presentaban.
Por último, en marzo de 1865, el cardenal dijo a Pulido que Su
Santidad lamentaba reconocer que algún artículo de la Constitu
ción venezolana no estaba en armonía con alguna de las estipula
ciones del Concordato, pero que abrigaba la firme esperanza de
que el Gobierno de Venezuela aprovechase toda ocasión favorable
para lograr que los representantes de la Nación modificasen la ley
fundamental en un sentido plenamente conforme a los principios
de la Iglesia .... ¿ Candidez de Antonelli? Los diplomáticos del
Vaticano pueden a veces incurrir en error y otras veces mostrarse
302 JOSE GIL FORTOUL

intransigentes; pero no caen nunca en inocentadas. A no ser que


se encuentren con adversarios congénitamente cándidos. Pulido
no lo era. Ni tampoco la cancillería de Caracas. La cual man
dó a dormir en sus archivos la negociación sobre Concordato.

Pulido se quedó en Roma un año más porque el Gobierno le


encargó también, en 1864, de conseguir que la Santa Sede acep
tase la presentación de los obispos elegidos por la Asamblea Cons
titiuyente para las diócesis de Barquisimeto y Calabozo: Andrés Ma
nuel Riera Aguinagalde y José Antonio Rincón. El segundo fué re
chazado de plano, entre otras razones por falta de "idoneidad” . En
cuanto al primero, el Vaticano ofreció que si Venezuela presenta
ba en lugar de Rincón otro sacerdote que mereciera la buena opi
nión del arzobispo de Caracas, Guevara, sería "probablemente"
aceptado Riera Aguinagalde para Barquisimeto. En lo que no con
vino tampoco el Gobierno de la Federación. En 12 de mayo de
1866 se expidieron a Pulido sus cartas de retiro y éste las presentó
el 26 de octubre, no habiéndolo hecho antes a causa de la inter
minable e insoluble cuestión de los obispos. En los tres años si
guientes no hubo Ministro venezolano en Roma, y las relaciones
con la Santa Sede no ofrecen nada interesante hasta que estalla
el ruidoso conflicto que historiaremos en la autocracia de Guzmán
Blanco ....

Que el arzobispo Guevara hubiese convenido en estipulacio


nes concordatarias que borraban de una plumada toda la tradi
ción de la República, se explica por la peregrina idea de haber
el Gobierno escogido como agente diplomático a un prelado. Que
Páez y sus consejeros aprobaran semejante Concordato, se expli
ca todavía, porque en el naufragio de las ambiciones dictatoriales
de aquellos hombres, traidores hasta lo último al régimen consti
tucional, creyeron asir una postrera tabla de salvación con el apo
yo del clero. Que la Asamblea Constituyente de la Federación
ordenase nuevas negociaciones con la Santa Sede, fué determina
ción conforme a la misma ley de Patronato, que previó un Concor
dato. Finalmente, que a pesar de tantos años de experiencia -
cuarenta años si se cuenta desde la fecha de la ley de Patronato,
que se dictó con el carácter de provisional- y no obstante el ejem
plo de los Estados Unidos, la República venezolana no se atreviese
ARBE

HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 303

aun a plantear la cuestión en su verdadero terreno, en el de la li


bertad para el Estado y para la Iglesia al propio tiempo, con las
indispensables precauciones que requieren la igualdad legal de
los cultos y la soberanía de la potestad civil, revela aun cuán
hondas raíces echó en gran parte del suelo americano la España
de Isabel la Católica y qué sedimento de supersticiosa timidez de
jó el alma de Felipe el Prudente . En Venezuela hubo solamente
una que otra atentativa, aislada y efímera, para suprimir las asig
naciones eclesiásticas . Otras Repúblicas marcharon a pasos
AU
MS
21

rápidos. Nueva Granada separó constitucionalmente el Estado y


8
9
7
W.

la Iglesia; aunque años después el partido católico reaccionó y es


tableció un régimen que más que concordatorio parece teocrático.
México declaró también la separación de ambas potestades, aun
que confiscando propiedades eclesiásticas y prohibiendo a la Igle
sia católica adquirir bienes raíces. El Brasil, al convertirse en Re
pública, hizo igual declaración; aunque por equidad continuó abo
nando las asignaciones del clero existente . Honduras suprimió to
do presupuesto de cultos . Ecuador, donde el Estado vivió por tan
tos años bajo el dominio de la Iglesia —recuérdese la Presidencia
de García Moreno- llegó a otro extremo, sometiendo el Estado a
la Iglesia. En Venezuela se verá, durante la autocracia, un pasa
jero propósito de proclamar la Iglesia nacional, independiente de
la Santa Sede ( 1 ) ... Subsiste la cuestión de averiguar cómo en
una República donde la mayoría es todavía católica, se pudieran
ejercer con absoluta independencia, a semejanza de lo que suce
de en los Estados Unidos, la potestad civil y la religiosa, sin desave
nencias ni conflictos.

ง. ― Tratados y Convenciones

A 23 de marzo de 1853 el Ministro de Relaciones Exteriores,


Ramón Yepes, celebra con el Cónsul General y Encargado de Ne
gocios de Francia, barón de Veimars, una convención sobre ex
tradición, que fué aprobada por el Congreso venezolano el 27 de
febrero de 1856. Es por tiempo indefinido, hasta que una de las
partes haya notificado a la otra, con un año de anticipación, su
voluntad de hacerla cesar. Ambos Gobiernos se comprometen a

(1) Reminiscencia de cierto propósito o amenaza circunstancial del Libertador, tomo 1.


304 JOSE GIL FORTOUL

entregarse recíprocamente, a excepción de sus nacionales, los reos


prófugos que sean perseguidos o condenados por los tribunales
competentes como autores o cómplices de los delitos que se enu
meran. Se dice qué documentos han de producirse en cada caso,
y se establece el procedimiento para acordar la extradición. Ex
ceptúanse los crímenes y delitos políticos, y se estipula expresa
mente que el individuo cuya extradición se haya acordado no po
drá ser perseguido en ningún caso por delito político. Y a 24 de
octubre de 1856, el Ministro Jacinto Gutiérrez y el Encargado de Ne
gocios francés Leoncio Levraud, ajustan otra convención consular
por 5 años, aprobada por el Congreso el 30 de abril de 1857.
Aparte lo que se relaciona con las habituales funciones consulares,
los cónsules , vicecónsules, cancilleres y secretarios gozan en am
bos países de los privilegios generalmente atribuídos a sus cargos,
como la exención de alojamientos militares y de toda contribución
directa o personal o relativa a bienes muebles, a menos que sean
ciudadanos del país, propietarios, poseedores temporales de inmue
bles , o ejerzan el comercio; gozan en todo caso de inmunidad per
sonal, no pudiendo ser arrestados, encausados o encarcelados co
mo no sea por crimen atroz, y si son negociantes, no se les puede
aplicar la prisión por deudas sino solamente a consecuencia de
actos de comercio, nunca por causas civiles; tampoco pueden ser
citados ante los tribunales, y cuando el magistrado local necesite
tomar de ellos algunas información jurídica, debe pedirla por escri
to o trasladarse a su domicilio para recibirla de viva voz.

A mediados de 1856 la Legación francesa trasmite al Minis


terio del Exterior una invitación de su Gobierno para que Venezue
la adhiera a la Declaración de París (16 de abril, 1856) sobre los
nuevos principios de derecho marítimo, que dice :

"Los Plenipotenciarios que firmaron el tratado de París del 30


de marzo de 1856, reunidos en conferencia,

"Considerando:

"Que el derecho marítimo en tiempo de guerra ha sido por


mucho tiempo objeto de lamentables contestaciones;
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 305

"Que la incertidumbre de los derechos y deberes en esta ma


teria da lugar entre neutrales y beligerantes a divergencias de opi
nión que pueden originar dificultades serias y aun conflictos;
"Que por consiguiente es beneficioso establecer una doctrina
uniforme sobre punto tan importante ;
Que los Plenipotenciarios reunidos en el Congreso de París no
pudieran corresponder mejor a las intenciones de que están ani
mados sus Gobiernos sino tratando de introducir en las relaciones
internacionales principios fijos en este respecto;
"Debidamente autorizados , los sobredichos Plenipotenciarios
han convenido en concertarse sobre los medios de alcanzar este
fin, y habiéndose puesto de acuerdo, han adoptado la siguiente
declaración solemne:

"19 Está y queda abolido el corso;


"2º El pabellón neutral cubre la mercancía enemiga, a excep
ción del contrabando de guerra ;
"39 La mercancía neutral, a excepción del contrabando de
guerra, no es capturable bajo pabellón enemigo;
"4° Los bloqueos, para que sean obligatorios, deben ser efec
tivos, es decir mantenidos con una fuerza suficiente para prohibir
realmente el acceso al litoral del enemigo.
"Los Gobiernos de los infraescritos Plenipotenciarios se obligan
a poner esta declaración en conocimeinto de los Estados que no
han participado en el Congreso de París, y a invitarles a adherir
a ella.
"Convencidos de que las máximas que acaban de proclamar
no pueden menos que ser acogidas con gratitud por el mundo en
tero, los infraescritos Plenipotenciarios no dudan que los esfuerzos
de sus Gobiernos para generalizar su adopción, serán coronados
de feliz éxito.
"La presente declaración no es ni será obligatoria sino entre
las potencias que a ella han adherido o adhieren".

El Ministro del Exterior, Jacinto Gutiérrez , trasmite su contesta


ción el 3 de septiembre por conducto del Ministro venezolano en
París, Fortunato Corvaia. Dice que si bien Venezuela tiene reco
nocidos por su derecho convencional la mayor parte de los cáno

20- III
306 JOSE GIL FORTOUL

nes contenidos en la Declaración, "no puede sin embargo asentir


a ellos, por haberse considerado necesario unirlos indivisiblemen
te, y proponerse la aceptación de todos al mismo tiempo" ; que
los principios 2º y 3º los tiene convenidos Venezuela, desde el pri
mer cuarto de 1855, en una declaración canjeada con los Estados
Unidos, aprobada ya por el Congreso nacional y que bien pudie
ran hallar cabida en otros tratados de la República ; que el princi
pio 4º forma parte de casi todos los tratados venezolanos, más o
menos explícitamente; pero que en parecer del Gobierno, "la abo
lición del corso, por apetecible que sea y por más que en algún
tiempo acaso no distante haya de ser decretada por todas las nacio
nes, ofrece actualmente a las menos fuertes dificultades de no pe
queño momento, y tendría por consecuencia la disminución de sus
medios de defensa .... Como se conserva el uso de perseguir el
comercio que se hace por mar en buques particulares, si no pudie
se este país recurrir al corso en el evento desgraciado de una gue
rra internacional, quedaría colocado en una posición muy desven
tajosa respecto de la potencia con que luchase, y que se sir
viese de su fuerza naval; falta de marina de guerra, vería la Re
pública capturar la propiedad privada de sus ciudadanos, no por
los corsarios, pero sí por las naves públicas de su enemigo; no po
dría oponer a este género de hostilidad ninguna semejante, y a
su inferioridad intrínseca añadiría la consiguiente a dicha priva
ción .... Cediendo, pues, a una necesidad tan poderosa, hay que
conservarlo aquí como único recurso en los casos extremos, con
tra un enemigo superior, si bien es de esperar que por las restric
ciones provenientes de la segunda y la tercera máximas, las de
más usuales y cualesquiera otras que se juzgasen oportunas, su
puesto que se adoptaran mutuamente, se lograría precaver mu
chos de aquellos abusos. A eso se encontrará siempre dispuesto
al Gobierno.... ” ( 1 ) .

Los reparos de Gutiérrez son, en sustancia, los mismos que en


la propia ocasión opusieron los Estados Unidos. "No hay que ex
trañar -decía el Secretario de Estado Marcy- que las naciones

(1) Esta materia se rige en Venezuela por la Ordenanza provisional colombiana ex


pedida a 30 de marzo de 1822 por el Vicepresidente Santander. En el Congreso interna
cional de Panamá, 1826, se discutió la manera de abolir el corso, notable precedente
de la Declaración de París.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 307

poderosas estén dispuestas a renunciar al corso respecto de los


Estados débiles, que abandonarían por su parte el medio más efi
caz de defender sus derechos marítimos " . El Gobierno America
no, que tenía negociación pendiente con las demás potencias ma
rítimas acerca de las máximas 2º y 3º, repara también en la De
claración de París la indivisibilidad de sus partes y la obligación
impuesta a las potencias firmantes o adherentes de no convenir
en el porvenir, sobre la aplicación del derecho marítimo en tiempo
de guerra, ningún arreglo que no se basara a un tiempo sobre las
cuatro máximas. Considera además que el punto concerniente a
bloqueos no debió fijar la atención de la conferencia, porque la in
certidumbre que domina en esta materia, más proviene de los he
chos que no de la ley, y con la solución adoptada en París no se
resuelve ninguna de las posibles dificultades prácticas. Respecto
del corso advierte, que si la Declaración pretendía acordar a la
propiedad privada de los beligerantes la misma protección y ga
rantías en la guerra marítima que en la guerra terrestre, no logra
su objeto, ya que no la pone al abrigo de los buques de guerra, y
si ha de quedar dicha propiedad expuesta a que la capture la flota
militar, no se comprende por qué no ha de suceder lo propio con
los corsarios, que evidentemente forman parte de la fuerza públi
ca de la nación que los provee de patentes . La Unión no podrá
renunciar a la facultad de armar corsarios, porque no pudiera
abandonar tampoco su derecho de apelar a soldados voluntarios
para la guerra terrestre y a la marina mercante para proteger su
comercio. Y con este motivo apunta el Secretario Marcy una con
sideración que resulta hoy muy sugestiva . "Los Estados Unidos
consideran como perjudicial a la prosperidad nacional y peligroso
para la libertad civil el mantenimiento permanente de escuadras
numerosas y grandes ejércitos; los gastos que esto ocasiona son
para los pueblos una carga muy onerosa, y hasta cierto punto una
amenaza constante para el estado de paz ; la política del Gobier
no de la Unión ha sido siempre y es todavía más que nunca con
traria a este sistema, y no puede consentir en una modificación
cualquiera de los principios del derecho internacional que le obli
gase a conservar en tiempo de paz fuerzas armadas permanentes".
Quantum mutatus .... En suma, para adherir a la Declaración
de París los Estados Unidos propusieron que se agregase este pá
308 JOSE GIL FORTOUL

rrafo: "Y la propiedad privada de los súbditos de la una o la otra


potencia beligerante no será capturable por los buques de la
otra parte, salvo en caso de contrabando de guerra". De no acep
tarse esta adición, declaraban adherir a las máximas 2º, 3º y 4º,
pero no convenían en la relativa a abolición del corso.
Como Bélgica celebra Venezuela, a 8 de febrero de 1858, un
tratado de amistad, comercio y navegación, por 5 años y renova
ble de año en año ( 1 ). Además de las estipulaciones habituales,
conviénese en que venezolanos y belgas tengan: libertad de con
ciencia, conformándose a las leyes del respectivo país en el ejerci
cio exterior del culto; derecho igual de poseer bienes y disponer
de ellos; igualdad en el pago de derechos de importación que se
haga bajo pabellón del otro país o bajo pabellón nacional, excep
tuándose solamente la importación de sal y productos de la pesca
nacional, artículos que cada país podrá favorecer con privilegios
especiales cuando se importan bajo su propio pabellón; y se ga
rantiza especialmente a los súbditos belgas establecidos en el terri
torio de la República las ventajas concedidas a los demás inmi
grados extranjeros que estuviesen ya establecidos, garantizándose
también a los belgas que se establezcan en lo futuro las ventajas
que por leyes y decretos acordare Venezuela en favor y para estí
mulo de los de otras naciones que quieran establecerse en el país.
Con Dinamarca se firma un tratado el 18 de julio de 1858 (2),
aprobado por la Convención Nacional a 31 de agosto, en que se
declara libre la navegación del Sund y los Belts en favor de los
buques (sic) y cargamentos venezolanos, y se obliga Venezuela a
abonar a Dinamarca la suma de 4.700 pesos, en dos plazos de
diez años cada uno con interés anual de 4 por ciento.
En tratado con el Brasil, fecha 5 de mayo de 1859 (3), aproba
do por el Congreso a 9 de julio de 1860, se definen los límites en
tre la República y el Imperio (4), y en cuanto a navegación fluvial

(1) Plenipotenciario venezolano, el Ministro de Relaciones Exteriores, Jacinto Gutié


rrez, y plenipotenciario belga, Carlos Hahn. Aprobación del Congreso: 2 de julio de
1860.
(2) Por Venezuela , el Ministro del Exterior, Miguel Herrera, y por Dinamarca, su cón.
sul general en Caracas, Guillermo Stürup.
(3) Plenipotenciarios : Luis Sanojo y Felipe José Pereira Leal, encargado de Negocios
en Caracas.
(4) Tomo II,
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 309

se estipula que las embarcaciones brasileñas regularmente regis


tradas puedan pasar a Venezuela y viceversa por los ríos Negro
o Guainía, Casiquiare y Orinoco, y las embarcaciones venezola
nas pasar al Brasil por los ríos Negro o Guainía y Amazonas, y
salir al Océano, siempre que se sujeten a los respectivos regla
mentos fiscales y de policía. La navegación de puerto o de ca
botaje fluvial la reservan ambos Estados para sus nacionales y
súbditos. Obliganse a establecer los más favorables reglamentos
para la navegación y comercio recíproco, y en lo posible, un sis
tema uniforme de policía fluvial y de régimen fiscal en los puer
tos habilitados para el comercio. Los propietarios y capitanes de
las expresadas embarcaciones han de ser nacionales de cada país.
En la tripulación de cada buque habrá una tercera parte cuando me
nos de nacionales, o dos terceras partes de extranjeros ribereños.
Se designarán los lugares, fuera de los puertos habilitados, en que
las embarcaciones puedan comunicar con la tierra, haciendo visi
tar gratis en este caso por la autoridad local las listas de tripula
ción y pasajeros y el manifiesto de carga. En el mismo caso, los
pasajeros no pueden bajar a tierra sin permiso de la respectiva au
toridad, que revisa sus pasaportes. El tránsito fluvial no será agra
vado directa ni indirectamente, salvo un impuesto destinado a gas
tos de faros, balizas y otros auxilios a la navegación, impuesto que
sólo se cobrará de los barcos que directamente llegaren a los res
pectivos puertos y de los que entraren por escala, excepto los ca
sos de fuerza mayor, para cargar o descargar. Se auxiliará la
navegación por vapor de la manera y con los medios que se es
tipularen por acuerdos especiales . Todo lo que en este tratado
no se refiera a límites tendrá vigor por espacio de diez años, ter
minados los cuales continuará subsistiendo hasta que una de las
partes notifique su deseo de recobrar su libertad al cabo de doce
meses. Pero, por artículo adicional se declara que el plazo de
diez años para que los venezolanos puedan navegar el Amazonas
y los brasileños el Orinoco, bajo las condiciones estipuladas, en
nada menoscaba los derechos que asistan en la actualidad a am
bas naciones , quienes al fenecer dicho lapso readquirirán los mis
mos derechos que tenían antes de lo tratado acerca de navegación.
El principio de libre navegación bajo todo pabellón, lo sostu
vo con calor en el Congreso venezolano el diputado Francisco
310 JOSE GIL FORTOUL

Michelena y Rojas, quien apoyaba su opinión tanto en teorías eco


nómicas cuanto en la experiencia personal que adquirió durante
varios años de exploración por los ríos sudamericanos ( 1 ). Com
batió entonces y después los argumentos de Venezuela y del Bra
sil para mantener cerradas, o bajo monopolios, o acordando sólo
momentáneas y convencionales franquicias, las bocas del Orino
co y del Amazonas, y para vedar en consecuencia el libre tránsito
de su curso y ríos tributarios. En concepto de Michelena, ambos
Gobiernos dominados por preocupaciones coloniales, poco contraí
dos al estudio de intereses vitales, aferrados al principio de im
perio o soberanía inmanente que se arrogan por sólo ocupar las
márgenes de los dos grandes ríos hasta el mar, se perjudican in
conscientemente y perjudican a los demás. Así se opuso Vene
zuela al cumplimiento del decreto neogranadino de 1852 sobre li
bertad de tránsito, en la parte relativa a la navegación del Meta;
y sin embargo, a tiempo que negaba ese derecho a Nueva Gra
nada, con quien la unen intereses comunes, acordaba un monopo
lio a una Compañía norteamericana para navegar el Orinoco y sus
afluentes, Compañía que no llegó nunca a establecer sino la línea
hasta el Apure (2). Los decretos de libre navegación de los ríos,
expedidos en 1852 por Nueva Granada y la Confederación Argenti
na, en 1853 por el Ecuador, Bolivia y el Uruguay, y en el mismo
año por el Perú, aunque éste vuelve atrás en 1854, tropiezan con
el privilegio que se arroga el Brasil en las bocas del Amazonas
queriendo desempeñar en ellas "el papel de Rosas en el Plata" (3).
Especiosamente alega el Brasil que la escasa población de Bolivia,
Perú, Ecuador, Nueva Granada y Venezuela, junto con la confi
guración territorial de casi todas estas Repúblicas, no pudiera ali
mentar el comercio del Amazonas. Pero precisamente las nacio
nes que poseen tan extensos territorios, han de empezar por poblar
y fomentar la porción vecina a los grandes ríos y costas del mar,
y por lo mismo que sus principales centros de población se hallan
separados por inmensas distancias, necesitan de inmigración que

(1) Exploración Oficial, p. 291 y capítulos III y IV. Obra publicada bajo el auspicio
del Gobierno de la Federación. Bruselas, 1867.
(2) Tomo II,
(3) El Imperio tenía declarado que se reservaba la facultad de abrir el Amazonas
al comercio extranjero cuando lo creyese oportuno, pero que él era solo árbitro para
juzgar de esta oportunidad.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 311

penetre libre por esos ríos, " canales naturales providencialmente


situados como los mares para el uso común de las naciones". Lo
que reclama el interés de dichas Repúblicas " no es esa libertad
de salir al mar con sus canoas" (como en el tratado venezolano
brasileño), que es lo único que tienen todavía en punto a embarca
ciones; "nada adelantarán con semejante concesión; lo que nece
sitan es el libre paso de las embarcaciones de mar, que en virtud
de los tratados existentes viniesen a traficar con ellas, a fin de in
troducir población, desarrollar su industria y llenar las necesidades
de los grandes pueblos". Entre los hombres públicos de Venezuela,
Michelena se hallaba casi solo por estos años examinando en tan
amplio terreno los problemas del porvenir nacional.

Con Italia se negoció a 19 de junio de 1861 un tratado de


amistad, comercio y navegación ( 1 ) por 5 años y renovable des
pués de año en año, cuyas ratificaciones se canjearon en París
a 20 de septiembre de 1862. Merecen mención especial algunas
cláusulas. Si llegaren a interrumpirse las mutuas relaciones de
amistad, nunca podrán las Partes ocurrir al uso de las armas, sin
que antes se haya sometido la diferencia al juicio de alguna nación
amiga y neutral, cuya decisión será para ellas obligatoria. Se
adopta en las relaciones mutuas el principio de que el pabellón
cubre la mercancía: si una de las Partes permaneciere neutral
cuando la otra esté en guerra con una tercera potencia, el pabe
llón neutral cubre la mercancía aun cuando pertenezca a los ene
migos de la otra Parte, a excepción del contrabando de guerra: la
libertad del pabellón asegura la de las personas, y los individuos
pertenecientes a la potencia enemiga encontrados a bordo de un
buque neutral, no podrán ser hechos prisioneros sino solamente
cuando sean militares y estén alistados en servicio del enemigo .
En caso de revolución en un país, los ciudadanos o súbditos
del otro tendrán derecho a ser indemnizados de los daños y per
juicios que les causen las autoridades constituídas, en los mismos
términos en que por las leyes que rijan o rigieren tengan los na
cionales derecho a la indemnización. Los nacionales de uno y
otro Estado no podrán ser sometidos a ningún embargo, ni deteni

(1) Plenipotenciarios: Fermín Toro y el barón Romualdo Tecco, ministros ambos


acreditados en Madrid.
312 JOSE GIL FORTOUL

dos con sus buques, transportes, cargamentos, mercancías u otros


efectos para alguna expedición, ni para uso público, sin una in
demnización convenida y fijada previamente sobre bases justas
y equitativas. No se acordará ningún monopolio, indemnización
o privilegio en detrimento del comercio, del pabellón y de los ciu
dadanos del otro Estado; pero esto no se extiende a los privile
gios para objetos cuyo comercio pertenece a las dos naciones res
pectivas, para las patentes de invención, de mejora y de introduc
ción, los cuales quedan sometidos a las leyes y reglamentos na
cionales. El comercio de costa o de cabotaje se regirá por las
leyes especiales en vigor. Los ciudadanos de ambas Partes po
drán igualmente ejercer libremente el comercio de escala , sin pa
gar en ningún puerto mayores derechos de importación que los
buques nacionales en iguales circunstancias, ni tampoco más altos
derechos de tonelada, puerto, faro, pilotaje, cuarentena u otros.
Con la Gran Bretaña se firma en Caracas el 19 de mayo de
1861 ( 1 ) una convención sobre correos, aprobada por el Congreso
el 13 de junio. Por la convención de 1844, que la presente susti
tuye, una carta de Venezuela al Reino Unido y viceversa pagaba
un chelín por media onza británica cuando la conducían los pa
quebotes, y ocho peniques en buques particulares, y además el
porte de tránsito para países extranjeros : la misma carta entre Ve
nezuela y las colonias británicas, cuatro peniques: la correspon
dencia del Gobierno de Venezuela con su Legación y Consulados
en Inglaterra iba y volvía libre de porte por la valija general, cuan
do no pasaba de ochenta onzas por empleado y por cada correo:
las gacetas "debidamente publicadas " en uno y otro país, viajaban
libres de porte en los paquebotes, y pagaban un penique en los
buques particulares . En 1861 , el porte que se cobra en el Reino
Unido por una carta de media onza dirigida a Venezuela o recibi
da de aquí, es de seis peniques cuando la conducen buques fle
tados o sostenidos por el Gobierno Británico desde o hasta el pun
to de enlace en las Antillas (2). En Venezuela, una carta del mis
mo peso dirigida al Reino Unido o sus colonias paga medio real o
seis y cuarto centavos macuquinos. Las cartas procedentes del

(1) Por Hilarión Nadal, Ministro de Relaciones Exteriores, y Federico Doveton Orme,
Encargado de Negocios.
(2) Era San Thomas. No había aún buques-correos directos.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 313

Reino Unido y sus colonias no pagan nada en la estafeta venezo


lana. Los periódicos de ambos países pagan ahora, al salir y al
llegar, un penique o medio centavo macuquino por cuatro onzas.
Un paquete de libros, que no pase de dos pies británicos de largo,
ancho o grueso, paga al salir y al llegar tres peniques por cuatro
onzas en el Reino Unido, y en Venezuela uno y cuarto centavos.
Y se fija otra tarifa especial para la correspondencia de Venezuela
que conduzcan al extranjero los buques británicos. Se estipula que
esta convención dure hasta que una de las Partes anuncie su de
seo de ponerle término con un año de anticipación y queda sujeta
a modificaciones por mutuo acuerdo de las respectivas administra
ciones de correos ( 1 ).

Con España sigue vigente el tratado de amistad y comercio


de 1845. En 3 de septiembre de 1857 se negocia en Caracas otro
tratado sobre propiedades literarias, científicas y artísticas; pero
la Convención Nacional, a 28 de diciembre de 1858, resuelve no
prestarle su aprobación, conformándose al dictamen desfavorable
que le presentó su comisión de Relaciones Exteriores, compuesta
de Pedro Gual, Rafael Lossada, M. M. Guerrero y A. Gabaldón.
La comisión reparó, que del mismo proyecto de tratado resultaba
clara la falta de reciprocidad entre la antigua industria española
de librería, pintura y grabado y la naciente de Venezuela, donde
"no hubo imprentas hasta 1809, ni medianos pintores hasta una
época mucho más reciente"; que se había adoptado una definición
tan lata de obras literarias, científicas y artísticas, que al aceptar
la se vería la República privada de adquirir muchas de ellas a
menor precio, " en contraposición a sus propios intereses que le
aconsejan buscar la baratura en la libre concurrencia"; que era
imposible concertar en esto las respectivas legislaciones, tan dis
tintas e inconciliables ; y que los medios propuestos para asegurar
su privilegio a los autores estaban todos en pugna con los princi
pios de comercio libre adoptados por Venezuela desde su emanci
pación.

El nuevo tratado con los Estados Unidos sobre amistad, comer


cio, navegación y extradición , celebrado por ocho años el 27 de

(1) Se modificó en 1864.


JOSE GIL FORTOUL
314

agosto de 1860 y canjeado a 9 de agosto de 1861 ( 1 ), es notable,


especialmente, por su cláusula relativa a caso de guerra interna
cional y por sus estipulaciones referentes a derecho marítimo. Si
estallare la guerra entre ambas naciones, se concederá el término
de seis meses, contados desde su declaración, a los comerciantes y
otros ciudadanos y habitantes respectivamente, por cada Parte,
para que puedan retirarse libremente con sus efectos y muebles,
que tendrán derecho de llevarse, enviar fuera o vender como les
plazca, sin el menor impedimento; término en el cual no serán
apresados sus efectos ni mucho menos sus personas, pues los pa
saportes que se les dieren serán válidos durante el tiempo nece
sario a su vuelta, y comprenderán sus buques y los efectos que
deseen llevar consigo o enviar fuera, sirviéndoles de salvoconduc
to contra los insultos y capturas que intenten los buques privados
de guerra; y no se confiscarán ni secuestrarán el dinero, las deu
das, las acciones de fondos públicos o de bancos, ni ningunos otros
bienes muebles o raíces que pertenezcan a los ciudadanos de una
Parte en los territorios de la otra. En caso de guerra con una ter
cera potencia, los ciudadanos de ambos países pueden navegar
con sus buques y mercancías (exceptuando los géneros de contra
bando) de un puerto cualquiera a los del enemigo de la otra Par
te, y de éstos a puertos o lugares neutrales, y de uno a otro lugar
enemigo, estén o no bajo la jurisdicción de la misma potencia,
a menos que tales puertos o lugares estén efectivamente bloquea
dos, sitiados o investidos. Por contrabando de guerra se entien
de: la pólvora, salitre, petardos, mechas, balas, bombas, granadas,
carcasas, picas, alabardas, espadas, cinturones, pistolas y sus fun
das, sillas y arneses de caballería, cañones, morteros con sus cu
reña y afustes, y generalmente toda especie de armas, municiones
de guerra e instrumentos a propósito para el uso de tropas; artícu
los que se declaran sujetos a confiscación siempre que se destinen
a un puerto enemigo ; pero se consideran libres el buque y el resto
de su cargamento, ya pertenezcan al mismo dueño o a diversos.
De modo que el pabellón cubre la mercancía aunque toda la car
ga o parte de ella pertenezca a enemigos, exceptuándose siempre
el contrabando de guerra. Respecto de las personas se conviene

( 1) Plenipotenciarios : Pedro de las Casas, Ministro de Relaciones Exteriores, y Eduar


do A. Turpin, Ministro residente en Caracas.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 315

en la misma libertad que ya se mencionó en el tratado con Italia.


Pere impedir capturas fundadas en leves sospechas se estipula
que, cuando una Parte estuviere en guerra y la otra permaneciere
neutral, se darán a los buques de ésta pasaportes en que conste
que pertenecen realmente a ciudadanos de la Parte neutral, y cer
tificados de su cargamento. Si de los certificados constare que
hay contrabando a bordo y el comandante ofreciere entregarlo, se
aceptará la oferta dando recibo, y podrá el buque continuar su
viaje, a menos que la cantidad de géneros de contrabando sea ma
yor de la que convenientemente puede recibirse a bordo del buque
de guerra público o privado; caso en el cual se llevará el buque,
para que los entregue, al puerto más inmediato. Si el buque no
tuviere pasaporte ni certificados, podrá un juez o tribunal com
petente examinar la causa, y en resultando que el buque perte
nece a ciudadanos de la Parte neutral, será puesto en libertad con
su cargamento, excepto el contrabando. En alta mar, un buque
de guerra permanecerá fuera de tiro de cañón de los buques mer
cantes que naveguen sin convoy, y cuando envíe sus botes a bor
do de éstos hará que suban solamente dos o tres hombres pa
ra examinar los pasaportes. En ningún caso se exigirá a coman
dantes o ciudadanos de la Parte neutral que pasen a bordo del
buque examinador. Cuando los buques neutrales naveguen con
voyados no será lícito visitarlos, bastando la declaración verbal
que haga el comandante del convoy, de que los buques pertene
cen a la nación cuya bandera lleva él y no tiene a bordo contra
bando de guerra. Ambas Partes se obligan a no admitir bajo
la protección de sus convoyes buques que tengan a bordo contra
bando destinado a un enemigo. Para los casos de captura y cau
sas de presas se fijan reglas inspiradas en los más adelantados
principios de derecho internacional. Respecto de extradición, se
enumeran los casos de entrega obligatoria de reos prófugos, que se
hará solamente de orden del Ejecutivo de cada país, después de
las correspondientes requisitorias pasadas por conducto de sus res
pectivos agentes diplomáticos y consulares, y exceptuándose siem
pre los delitos de carácter político.

A las tres semanas de canjeadas las ratificaciones de este tra


tado, que había sido aprobado por el último Congreso, se procla
mó en Caracas la Dictadura de Páez, 29 de agosto de 1861. El Go
JOSE GIL FORTOUL
316

bierno de los Estados Unidos no la reconoció, y su Legación siguió


a este respecto un procedimiento que en Caracas pareció contra
dictorio con la regla y precedentes ( 1). Ya bajo la Dictadura,
llegó un nuevo Ministro americano, quien se abstuvo de presentar
sus credenciales y al cabo de algún tiempo se ausentó. El Mi
nistro que le sucedió entabla relaciones oficiales con el Gobierno
dictatorial; pero el Gabinete de Washington se apresura a desau
torizarlo, estimando que el reconocimiento efectuado por la Lega
ción pudiera considerarse como intervención o intrusión o influen
cia de los Estados Unidos, que no tenían aún prueba concluyente
de que la Administración actual de Venezuela representase real
mente la voluntad nacional. "Para desalentar observó el Secre
tario de Estado Seward- el espíritu inquieto y revolucionario que
ha invadido las Repúblicas de este continente, el Gobierno de la
unión mira como un deber suyo hacia ellas permanecer del todo
extraño a sus controversias domésticas, hasta que en cada caso el
Estado inmediatamente interesado pruebe de una manera inequí
voca que el Gobierno que pretende representarlo se halla plena
mente aceptado y pacíficamente reconocido por el pueblo". En
sabiéndolo el Gobierno de Páez, suspendió toda relación oficial
con el Ministro y le anunció que tenía a su disposición sus pasa
portes El Ministro continuó en Caracas, en cumplimiento de ins
trucciones que le ordenaban se limitase a dirigir eventuales repre
sentaciones sobre los derechos e intereses de la Unión o de sus
ciudadanos, y en caso de negarse a oírlas el Gobierno Venezolano,
diese cuenta a la Secretaría de Estado y aguardase , a no ser que
se le exigiese terminantemente abandonar el territorio. Fundaron
los Estados Unidos su actitud en el incontrovertible derecho de re
solver cuándo podían autoridades nacidas de una revolución ser
consideradas como Gobierno establecido , y en la facultad "de co
municar con las mismas autoridades sobre asuntos internacionales,
sin previo reconocimiento , y evitando toda intervención en cues

( 1 ) Véase a R. F. SEIJAS, El Derecho Internacional Hispano-Americano, t. II, p. 278 a


281 (Caracas, 1884 ) , donde se mencionan casos de la actitud de los Estados Unidos res
pecto de Gobiernos de hecho.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 317

tiones domésticas" . Era que el Gabinete de Washington estaba


exactamente informado de la precaria situación venezolana, y bien
sabía que la Dictadura, desde el momento mismo en que se procla
mó, venía condenada a sucumbir tarde o temprano ante el em
puje de la revolución federal. El Gobierno de Caracas no envió
sus pasaportes a la Legación, esperando que los pidiera, y mantu
vo la incomunicación oficial.
1
CAPITULO XII

CIENCIA, ARTE, LETRAS

SUMARIO: Colegios y Universidades. — Médicos, naturalistas, in


genieros. ― ― ― ― ― ― ― Algunos periódicos científicos. —
- Luis Daniel Beau
perthuy: previsiones geniales. ――――― Obras jurídicas. Filosofía
Política. ―― Los Presidentes y sus Ministros. - Conceptos so
bre el modo de gobernar. - Teoría intervencionista. - Teoría
abstencionista. _____ Ideas angloamericanas. - Crítica de la ins
trucción pública. - Ensayos de arte. ――― La pintura. ― La mú
sica. - El teatro. - Evolución literaria. - La poesía. - Ten
dencia ecléctica. -- La prosa. -- Los grandes escritores. -
La historia patria . ――― Biografía de Ribas. --- Vida de Bolívar .

Durante el gobierno de la Oligarquía Liberal, el sistema de


instrucción pública es el mismo de la época anterior. Refórmanse
las leyes; pero solamente en cuanto a pormenores de organiza
ción. Las escuelas de primeras letras pagadas por el Gobierno y
los Colegios nacionales, siguen llevando vida penosa, a causa
del desorden económico que reina bajo la Presidencia de ambos
Monagas y a causa de la guerra civil que es casi continua desde
1858. De modo que a los cincuenta y dos años de proclamada
la Independencia, la gran mayoría de los venezolanos no sabe aún
leer ni escribir.
Las Universidades de Caracas y Mérida, que cuentan con ren
tas propias (1), y algunos Colegios particulares , especialmente los

(1 ) Desde 1844 hubo el proyecto de erigir otra Universidad en Cumaná, con el título
de Universidad de Oriente, y hasta figura con este motivo una partida de 3.000 pesos
en el presupuesto de 44 a 45, proyecto que se quedó en estudio.
320 JOSE GIL FORTOUL

de la capital, son los únicos centros de notable actividad intelec


tual; aunque en la primera no siempre se respeta la libertad de
los catedráticos : por desafección al Gobierno y en momentos de
crisis política se reemplaza a muchos, como sucedió en 1848, 54,
58, 61 , y como sucederá también en los siguientes períodos. De
1849 a 1863 la Universidad de Caracas confiere 273 grados de doc
tor o licenciado en derecho, medicina y teología, y la de Mérida
52. En el mismo período gradúanse 41 ingenieros (1 ).

Las ciencias médicas y la historia natural siguen el impulso


que les dió el Dr. Vargas. En Caracas, el Dr. Jerónimo Eusebio
Blanco empieza a publicar en 1857 un periódico titulado El Natu
ralista, y en el propio año se funda la Academia de Ciencias Físi
cas y Naturales, que saca a luz otro periódico intitulado Eco Cientí
fico de Venezuela, donde se distinguen los médicos Manuel Porras,
Carlos Arvelo hijo, José de Briceño, Calixto González, Nicanor Guar
dia, y los médicos y naturalistas Elías Rodríguez , Ramón Alejandro
Ramos, Arístides Rojas, Nicolás Milano, con el entomologista Car
los Rojas y los botánicos Fermín Toro y Lino José Revenga. En
Cumaná hubo un hombre de genio, el médico y naturalista Luis Da
niel Beauperthuy. Nació en la Antilla francesa La Guadeloupe en
1808, se graduó de doctor en la Universidad de París y revalidó
su título en la de Caracas. En 1841 se estableció en Cumaná, don
de casó con una venezolana. En la Gaceta Oficial de esta Pro
vincia publica en 1854 sus primeras observaciones sobre fiebre
amarilla y sucesivamente publica, o comunica a la Academia de
Ciencias de París, trabajos sobre paludismo, cólera morbus, lepra,
etc. Su obra titulada Travaux Scientifiques se imprime en París
de 1872 a 1891. Había muerto en 1871. La historia de la etiolo
gía y profilaxis de la fiebre amarilla y del paludismo dice el Dr.
Francisco A. Rísquez- se puede considerar dividida en tres eta
pas: " 1 El doctor Beauperthuy, en Venezuela, en 1854, establece,
como resultado de numerosos estudios y experiencias de catorce
años , que los insectos son los trasmisores de las infecciones, y
que particularmente los zancudos, mosquitos o tipularios, como él
los llamaba, son los causantes de la fiebre amarilla y del paludis
mo, en particular el zancudo con patas rayadas de blanco, para

(1) Compárese con la Oligarquía Conservadora, tomo II.


HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 321

la fiebre amarilla, picando e inoculando en la sangre ciertos prin


cipios de que se habían cargado antes. 2º El doctor Finlay, en
La Habana, demuestra en 1881 , por numerosas experiencias y sin
haber conocido los trabajos precedentes, que el " culex mosquito"
es el trasmisor de la fiebre amarilla. 3º La Comisión Americana
en la Habana y en 1891 se basa en los trabajos del doctor Finlay
y demuestra y practica la profilaxia de la fiebre amarilla y del
paludismo por la lucha contra el mosquito". Y el Dr. Jesús Sana
bria Bruzual : "Tenía Beauperthuy un amplio concepto de la me
dicina social : exigía al médico la posesión de conocimientos en to
das las ciencias es decir, una cultura sólida y varia sin la cual
no hay especialización; preconizaba las ventajas de la profilaxia
y señalaba la enseñanza de la higiene pública y privada entre
las bases esenciales para el progreso de las naciones” ( 1).
En plena guerra federal aparece la Revista Científica del Cole
gio de Ingenieros, Caracas, 1861 , en la que colabora Olegario Me
neses (suyos son los primeros planos de la región minera de Gua
yana) con Juan José Aguerrevere, Manuel María Urbaneja, Agustín
Aveledo.
Las ciencias jurídico-políticas, si tienen en la Universidad pro
fesores distinguidos, no cuentan aun con tratadistas originales.
Las obras más notables son: Catecismo del Verdadero Republicano,
1851, por Guillermo Michelena; Código de Procedimiento Ilustrado,
1851, por Julián Viso y Pedro Pablo del Castillo; Teatro de Legisla
ción Colombiana y Venezolana, 1852, por el mismo Castillo; Pro
yecto del Código Civil presentado al Congreso de 1854, por Viso;
Comentario al Código de Procedimiento Judicial, 1857, e Introduc
ción al Código de Comercio, 1862, por Luis Sanojo; Principios de
Derecho Político o Elementos de la Ciencia Constitucional, profe
sados en la Universidad de Caracas por Felipe Larrazábal (2), ar
tículos sueltos sobre cuestiones económicas, por Larrazábal, Sano
jo, Cecilio Acosta; y un volumen de Elías Acosta que tuvo influen
cia considerable, aunque no siempre acertada, en la forma de las
Constituciones de 1857 y 58, titulado Del Poder Municipal e im

(1) Véase la Gaceta Médica de Caracas, 15 de febrero 1929 y 31 de julio 1930. Tam
bién, Las Ciencias Médicas en Venezuela, por el doctor LAUREANO VILLANUEVA , 1895, y
Le Siécle Médical de París, 15 de febrero, 1930.
(2) No se imprimieron hasta 1864.

21- III
322 JOSE GIL FORTOUL

preso en Caracas en 1850. La obra de Acosta es traducción al


castellano de los capítulos más importantes de un tratado francés
de Henrion de Pansey, " para conformarlos -dice- con las insti
tuciones y leyes de régimen municipal en la República ", añadien
do "una reseña histórica de los municipios tanto en el Gobierno
Colonial como desde que se independizó Venezuela", y "algunas
notas que ponen al corriente la doctrina del autor con la legisla
ción patria".
¿Qué concepto filosófico predomina por estos años en la po
lítica diaria y en el arte de gobernar? No se puede apelar, para
saberlo, a libros nacionales, que no existen. Hay que ocurrir a
los actos y a alguno que otro discurso o artículo de los repúblicos
más notables. En cuanto a los que desempeñaron la Presidencia
durante la Oligarquía Liberal, desde 1848, sólo Pedro Gual fué ce
rebro superior, seguido a buena distancia por Manuel Felipe de
Tovar. Lo fueron, en cambio, algunos Ministros. El primer Pre
sidente Monagas, que implantó el personalismo concentrando en
su voluntad la fuerza iniciativa de la administración, no logra nun
ca levantarse sobre la rutina de la política momentánea, mucho
menos penetrar el porvenir: su única idea original, o más bien de
Aranda, fué el plan reaccionario de 1857, en el que perdió la
Presidencia. En vano el Vicepresidente Urbaneja lo atrae al cons
titucionalismo en 1848; en vano el Ministro Guzmán procura con
vencerle en 1849 de que un país casi desierto estaba declamando
a voces el aumento de la población, para acrecentar con ella su
potencia económica; inútilmente se opone el Ministro Revenga, en
el propio año, a la sanción de la ley de espera obligatoria, cuyas
inmediatas consecuencias fueron gravar el tesoro y suscitar recla
maciones extranjeras; y sin resultado práctico se empeña el Mi
nistro Aranda, en 1855 y 57, en resucitar el proyecto de vías de
comunicación iniciado desde 1845 por Michelena y Soublette . Ba
jo el segundo Monagas, el Ministro Planas tiene la audacia de
efectuar una transformación social imponiendo al Presidente y al
Congreso la abolición de la esclavitud; medida radical que debía
necesariamente completarse con otras, sobre todo con el desarro
llo de la instrucción popular, a fin de que todos los ciudadanos
fuesen miembros conscientes de la asociación civil: esta necesidad
apremiante continó siendo un simple desiderátum. El Presidente
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 323

Tovar y el Vicepresidente Gual traen al Gobierno larga experien


cia de los negocios públicos y vasta ilustración: desgraciadamen
te sus ideas se pierden en el tumulto de la contienda armada. El
propio Gual y Fermín Toro, para no citar más que especialistas
en filosofía política, repiten sin descanso que la obra fecunda ha
de cimentarse con reformas sociales, no con leyes o constitucio
nes destinadas a no pasar de meras teorías, cuando la voluntad
del pueblo mismo no las convierte en agentes de movimiento y
vida.

Angel Quintero representa en ambas Oligarquías la tenden


cia de un conservatismo austero e implacable en frente de la que
se llamaba, y era, tendencia liberal. Boceto por su correligionario
Juan Vicente González : "Su juventud fué borrascosa y libre, co
mo la de los hombres fuertes. Su virilidad, aunque ocupada y ac
tiva, estuvo manchada con intrigas y violencias y con funestos des
lices. Llamado muchas veces a las Cámaras Legislativas, las ani
mó con su palabra impetuosa, dejando honda huella de sus pasio
nes y elocuencia. Acompañó los últimos años de la Presidencia
del general Páez, y contribuyó a su impopularidad. Acompañó
los primeros meses de la Presidencia del general Monagas, y jus
tificó a los ojos de muchos la duplicidad del traidor. Redactor
de El Espectador, al dejar el portafolio luchó resueltamente contra
la tiranía que se alzaba , sin acordarse de su posición y fortuna.
Vencido y prisionero, levantó la frente a la altura de su desgracia
y la opuso a sus enemigos . El sabe adoptar altivamente una
causa, exponerse por ella, arrostrar con indomable ímpetu los obs
táculos, vivir en medio del odio ajeno, despreciar el consejo y la
censura, hacerse enemigos mortales". En 1840, secretario gene
ral de Páez en la vencida revuelta, entra preso a Caracas. Gen
te del pueblo pide a gritos su cabeza. Quintero contesta : "Siento
el no poder cumplir con los deseos de ustedes, porque mi cabeza
no pertenece ya sino al comandante (Ezequiel) Zamora, que se ha
anticipado a pedirla ". En 1850 escapó de las bóvedas de La Guai
ra y vivió desterrado nueve años . ¿ Sus ideas políticas? El mis
mo las define ( 1 ) . "Venezuela no ha olvidado mi credo político.

(1) Discurso en el Congreso al jurar el cargo de Designado.


324 JOSE GIL FORTOUL

Libertad y orden lo formaron en mi juventud, y se ha fortificado en


mi edad madura ; y para que este orden no sucumba al furor de
malas pasiones y para que esta libertad no degenere en licencia,
he invocado siempre y sostenido con mis débiles fuerzas el prin
cipio de autoridad. Autoridad protectora del bien, autoridad pre
visora para conjurar los males públicos, y convenientemente enér
gica para en señaladas ocasiones hacerse sentir por esos enemi
gos con que desgraciadamente lucha toda buena sociedad .... Al
principiar el año de 1861 la República oscila entre la anarquía y
la demagogia .... Venezuela, la primera, dió en esta virgen
América el grito de libertad, y a su voz, admirablemente esparci
da por Bolívar, nuestro inmortal Libertador ( 1 ) , se conmovió todo
el mundo de Colón y heroicamente conquistó su independencia.
Pero no basta la independencia; preciso es organizar gobiernos que
interiormente den sólidamente garantía de orden, de libertad den
tro de justos límites, de una libertad circunspecta y tan bien defi
nida que jamás la individual pueda dañar a la libertad común;
gobiernos capaces de dar acertada dirección a todos los elemen
tos con que nos ha favorecido la Providencia y de recomendar
nos ante los gobiernos ilustrados del mundo .... No concedamos
tregua a la revolución social que nos devora; combatirla en las ciu
dades, en los pueblos y en los campos, perseguirla hasta en sus
últimos atrincheramientos, castigarla ejemplarmente y consolidar
un gobierno que resista con vigor el combate de enfurecidas pa
siones, este es mi programa ! ..." ¿Cómo extrañar que la "revo
lución social" viese en Quintero a uno de sus más peligrosos ene
migos? Sus adversarios pertenecientes a la Oligarquía Liberal
admiraban, claro está, la sinceridad de sus convicciones, su cora
zón sin miedo, su elocuencia sin miedo; pero los revolucionarios,
los hombres del porvenir, no podían -también está claro— amar
sino odiar a quienes como Quintero se creían destinados por la
"Providencia" a tomarse la dirección y el mando de la turba que
hasta entonces había sido siempre desdeñada o sacrificada.

Durante los dos años de Dictadura aparece como alma direc


tora del Gobierno Pedro José Rojas, en su doble carácter de Se
cretario General y Sustituto de Páez. Hombre de recia voluntad,

(1 ) ¿Acto de contrición? Recuérdese su conducta en el Congreso de 1830. Tomo I.


HISTORIA CONSTITUCIONAL de venezZUELA 325

prohombre que lo debe todo a esfuerzo propio, amplia inteligencia


que acaso hubiera dado más beneficiosa cosecha en tiempos me
nos agitados, los medios y fines de su administración ya lo diji
mos. Veamos aquí sus principios, pues ofrecen singular interés
desde el punto de vista histórico, aunque a menudo los contradi
jera en la práctica. Discurriendo en una fiesta univesitaria de
cía: "En la enseñanza y en el progreso está la base de nuestra
regeneración política y social. Los hombres de saber han estado
siempre (sic) a la cabeza de los Gobiernos; pero han solido olvidar
ellos que la obediencia ilustrada es la mejor de las obediencias,
porque reemplaza la costumbre o la fe por la razón. Gobiernos
negligentes han dirigido casi siempre los destinos de la América
española, a diferencia de los Gobiernos activos que ha tenido des
de Washington hasta Buchanan, la América septentrional .... El
Gobierno debe dar el primer paso. Las sociedades nacientes ne
cesitan del empuje vivificador, hasta que los elementos de su
grandeza se desarrollen al compás del tiempo y de la paz .... Yo
tengo al Estado por el dispensador supremo del trabajo, de la ri
queza y de la felicidad" ( 1 ) . En la misma ocasión se elevó a
consideraciones de política internacional, y a semejanza de lo que
ya había expresado Gual en la Convención de Valencia, añadía:
"Si la América sigue arrastrándose penosamente y malgastando
su fuerza en el camino de las revueltas, ella al fin se hará acree
dora a tratamientos duros y aun al desprecio de los demás pue
blos de la tierra. Si nuestras guerras se prolongan, el enigma
que en América presenta al mundo la esfinge de las revoluciones
al fin tendrá que resolverse en daño de nuestro nombre, y lo que
es más, en daño de nuestras libertades".

Al principio intervencionista de Rojas, que veía en la acción


directa del Gobierno el primer agente de progreso, Luis Sanojo,
que fué Ministro y Consejero de Estado, oponía el principio liberal
inglés, o teoría de abstención, principio que había apuntado en
Venezuela cuando la Oligarquía Conservadora proclamó la liber
tad de contratos. Pasando revista a los adelantos y tendencias
de la economía política , Sanojo se empeña en demostrar que todo

( 1) Nótese que este concepto de Gobierno providencial le servirá de norma al pre


sidente Guzmán Blanco, desde 1870.
326 JOSE GIL FORTOUL

privilegio es pernicioso, que cuando facilita la producción contri


buye al bienestar común, que el progreso económico consiste en .
combinar las fuerzas de la naturaleza en provecho del hombre,
que la libertad de transacciones es el único sistema capaz de ha
cer fecundo el trabajo, y que en el comercio internacional se susti E
tuirá al fin el sistema de aduanas con otro menos ruidoso ( 1 ).
Ideas análogas a las de Sanojo venía exponiendo en lengua
je más brillante, desde 1856 , uno de los cerebros más potentes de
la época que nos ocupa: Cecilio Acosta, publicista, jurisconsulto
y catedrático de la Universidad. "No se olvide escribía que
el progreso es más ley individual que ley de los Gobiernos ....
Las casas del monopolio, las fortalezas guarnecidas de altas ata
layas, los castillos de espesísimos muros, las trabas opresoras del
tráfico, la infamia anexa a los menesteres más honrosos, las orde
nanzas gremiales, todas las demás instituciones que desigualan,
han dado lugar, o lo van dando, a la libertad como medio, al
desarrollo del individualismo como fin ... La vida es obra, y los
pueblos que más obren serán los más civilizados. La acción de
be ser varia para que sea abundante, cooperativa para que sea
eficaz, ilustrada para que sea provechosa. Si el hombre no está
en contacto con el hombre, y la humanidad con la naturaleza, su
patrimonio y su regalo, la felicidad pública es una esperanza que
se sueña, pero no una realidad que se posee . La opinión es la
conciencia de los intereses generales, y conforme se vea más fran
ca y libre la acción individual, se irá haciendo más remisa y eco
nomizando la acción gubernativa".
En el propio año y en el mismo escrito (2) examina con incom
parable maestría el problema de la instrucción pública. "La en
señanza debe ir de abajo para arriba, y no al revés como se usa
entre nosotros, porque no llega a su fin, que es la difusión de las
luces". Cuando se declaró Estado independiente, Venezuela si
guió imitando el sistema español, que atendía con preferencia a
la enseñanza exclusivamente teórica de las Universidades, siste
ma ya censurado a fines de la Colonia por el licenciado Sanz, por

(1) Véanse los editoriales de El Foro, 1858 , y la Introducción al Código de Comer


cio, 1862.
(2) Cosas sabidas y cosas por saberse, Caracas, 1856. Este opúsculo tiene forma
de carta a un amigo, forma que escogia a menudo Acosta para tratar las más graves
cuestiones.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 327

José Domingo Díaz y por Andrés Bello ( 1 ) . Acosta observa que


la Universidad de Caracas es todavía un cuerpo "puramente re
glamentario, con más formalidades que sustancia, con preguntas
por único sistema, con respuestas por único ejercicio", donde se
aprende de ordinario "lo que fué en lugar de lo que es" , y de
donde se sale a ejercer profesiones sedentarias e improductivas.
"El título no da clientela ; la clientela misma, si la hay, es la lám
para del pobre que sólo sirve para alumbrar la miseria de su cuar
to; y de resultas, vienen a salir hombres inútiles para sí, inútiles
para la sociedad, y que tal vez la trastornan por despecho o por
hambre, o la arruinan, llevados de que les da necesidades y no
recursos".... El ideal consiste en ver sustituídos " los conocimien
tos prácticos a la erudición de pergamino, el discurso libre a las
trabas del peripato, la generalización del casuitismo, el tema a la
pregunta, la libertad al reglamento; preferido el sistema elemental
al sistema secundario, la razón pública a la razón académica, la
necesidad flamante de hoy a la necesidad histórica de ayer; eco
nomizadas en lo posible las Universidades, o reducidas a sus lí
mites .... Enséñese lo que se entienda, enséñese lo que sea útil,
enséñese a todos .... ¿No es un extranjero en su patria quien,
después de que las profesiones académicas han dejado de ser ca
tegorías oficiales, para ser industrias en concurrencia, se encuen
tra de repente al lado de una máquina , de que come y viste un
muchacho, obrerito de ayer, y de que él no puede comer ni ves
tir con todos los veles de Olarte que tenga en la cabeza? ¿Qué
tiene que ver el ferrocarril con Antonio Gómez, las necesidades
públicas con el magistraliter dico, ni el quid panis con el quid juris?
¿Qué gana el que pasa años y años estudiando lo que después ha
de olvidar; porque si es en el comercio no lo admiten, si es en las
fábricas tampoco, sino quedarse como viejo rabino entre cristia
nos? ¿Es posible que ni el martillo del tiempo haya podido hacer
polvo ese sistema, y que a él se hayan sacrificado tantos talentos?
Si el mundo truena, muge , como una tormenta, con el torbellino
del trabajo, si los canales de la riqueza rebosan en artefactos, si
todos los hombres tienen derecho, ¿ por qué no se desaristoteliza
(cuesta trabajo hasta decirlo) la enseñanza? ¿Hasta cuándo se

(1) Tomo I,
328 JOSE GIL FORTOUL

aguarda ... ? Hasta cuándo se ha de preferir el Nebrija, que da


hambre, a la cartilla de las artes, que da pan, y las abstracciones
del colegio a las realidades del taller? Descentralicemos la enseñan
za ... Los medios de ilustración no deben amontonarse como las
nubes, para que estén en altas esferas, sino que deben bajar como
la lluvia a humedecer todos los campos ... Si es menester penas a
los padres para que obliguen a los hijos a aprender, que haya pe
nas: si el inglés y el francés son los idiomas de las artes e indus
trias hagámoslos, en lo posible, generales ; si hubiere gastos, ningún
gasto más santo que el que se reembolsa con usura. Los conoci
mientos, como la luz, esclarecen lo que abrazan; como ella, cuando
no ilumina a distancia es porque tienen estorbos por delante . Ya
no puede haber tales estorbos, o es mengua que los haya ... En
otros tiempos había lentitud en la propagación de las ideas, y de
cíase, hablando del progreso de las naciones, que para ellas los
siglos eran días. Hoy ... un día que corre es un siglo que pasa" .
Si en tal atraso se hallaban todavía los métodos de instruc
ción pública, aun en lo referente a ciencias y filosofía, no se ex
trañe que las artes, florecimiento social, sigan viviendo vida tan
trabajosa como en el período anterior. Poco hicieron los Gobier
nos por desarrollarlas, ni era propicia una sociedad que malgas
taba sus fuerzas en a menudo estériles tumultos, para que en ella
se propagase la fruición artística.
En diciembre de 1849 la Diputación provincial de Caracas man
da establecer una Academia de Bellas Artes, con cátedras de di
bujo y pintura al óleo, dirigidas por Antonio José Carranza, y de
música, regentada por Atanacio Bello. En 1853, el Congreso au
xilia a las primeras con 2.200 pesos anuales, a condición de ad
mitir a dos alumnos de cada Provincia designados por sus Dipu
taciones, y destina además 1.000 pesos anuales para cada Provin
cia con el fin de que se enseñe también dibujo y pintura en sus
respectivas capitales. En 1854, la Academia revela cierta pros
peridad, con sus ochenta alumnos dibujantes y sus cuarenta mú
sicos.
Con Carranza enseñaban dibujo Celestino Martínez y Carme
lo Fernández en escuelas privadas, especialmente en la del Cole
gio de la Paz , dirigido por José Ignacio Paz del Castillo . Aquí
empezó su carrera el pintor Martín Tovar y Tovar, que en los perío
HISTORIA CONSTITUCIONAL de veneZUELA 329

dos siguientes, y mientras no surjan Arturo Michelena y Cristóbal


Rojas y Tito Salas, se encumbrará sobre todos sus compatriotas :
si bien de vez en cuando con las desgraciadas lagunas en su ins
piración y caídas en su oficio que señalaremos más tarde. Tovar
nació en Caracas el 10 de febrero de 1828; entró al Colegio de la
Paz en 1840; pasó en 1850 a Madrid, a la Academia de Bellas Ar
tes de San Fernando, donde recibe lecciones de Federico Madrazo;
en 1852 aparece en París como alumno de León Cogonié; en 1855
regresa a Caracas, y aquí vive de su profesión hasta 1862 ( 1 ) . El
Congreso de 1856 le acordó 3.000 pesos pagaderos en cuatro años,
para que se trasladase a Europa -dice el decreto- " con el objeto
de copiar los cuadros de los mejores artistas y remitirlos a Vene
zuela a fin de que ellos sirvan de base a un museo nacional". El
desorden fiscal de este tiempo, y en seguida las revoluciones , im
piden la realización de tan recomendable proyecto.
Un condiscípulo de Tovar, José Ignacio Chaquert, pasa tam
bién a Madrid, de donde remite algunas copias de cuadros céle
bres. Regresa a Caracas en 1859, y como al desembarcar en La
Guaira le llega el olor a pólvora de la guerra federal, que acaba
de estallar, piensa que la patria no está para lienzos sino para ti
ros, cambia los pinceles por la espada , y se va en pos de Ezequiel
Zamora; a quien presta un servicio impagable construyéndole las
trincheras del campo de batalla de Santa Inés .
Los músicos van en zaga de los pintores. José Angel Monte
ro empieza a estudiar con ahinco los maestros italianos y les pide
prestadas sus fórmulas más usuales para componer su pobre Vir
ginia: ópera que si no le dió gloria al estrenarse años después, en
1873 , merece recordarse por ser la primera conocida de autor ve
nezolano. José Gabriel Núñez trabaja en su Teoría de la música
al alcance de todos. Los profesores y aficionados Antonio Jesús
Silva , Cesáreo Suárez, hermanos Isaza , José Mármol Muñoz, Fer
mín Tovar, Eduardo Calcaño, Felipe Larrazábal , continúan la tra
dición de los viejos Sojos y Ustáriz convirtiendo sus casas en atrac
tivo hogar artístico. Su producción se limita —¿qué más pudieran
hacer? a ensayos de corto vuelo : misas y oratorios de estilo ru

(1) Datos de Manuel Landaeta Rosales. En el resto de su vida, que se prolonga a


1902, y a cuya segunda mitad pertenecen sus obras más notables, Tovar hace frecuentes
viajes al extranjero.
330 JOSE GIL FORTOUL

tinario, ligeras romanzas y repertorio de baile, en el cual se nota


a menudo cierto melodía lánguida y voluptuosa, semejante a nues
tra poesía popular.
Estos aficionados tuvieron la suerte de ver despuntar el pe
regrino talento de Teresita Carreño. La grande artista nació en
Caracas el 22 de diciembre de 1853, estudió allí piano con el ale
mán Julio Hohene, y en 1862 salió para Nueva York, donde co
mienza la no interrumpida serie de sus triunfos mundiales.
La dramática nacional da sus primeros pasos. José Antonio
Maitín y José Heriberto García de Quevedo abren el camino con
imitaciones del romanticismo español y francés. Jerónimo Euse
bio Blanco y Felipe Esteves se ensayan en la vena cómica . Hera
clio Martín de la Guardia los supera, si no en originalidad , que
ninguno tenía, al menos en abundancia, y desde mozo obtiene éxi
to halagüeño . A los dieciocho años de edad, en 1849, Guardia es
cribe para una compañía criolla Cosme II de Médicis, dramón en
cuatro actos en verso y prosa. En 1853 estrena en el viejo "Coli
seo" su Luisa de Lavalliére, tres actos en verso. En 1855 se inau
gura el Teatro Caracas y Guardia le da sus nuevos dramas, en
verso y cuatro actos Don Fadrique ( 1856) y Parisina ( 1858). Des
pués sobresaldrá como poeta lírico (1 ) .
Durante el período que vamos reseñando, la poesía se desarro
lla con menos vuelo que la prosa. Ningún poeta revela originali
dad profunda ni abre nuevos rumbos, aunque ya decae el entu
siasmo por la tendencia romántica no obstante la incesante pro
ducción de Maitín y de Lozano. Unos vuelven los ojos al pasado,
a la escuela de Bello y de Ramos ; otros matizan la imitación de los
clásicos españoles con reminiscencias de franceses, ingleses e ita
lianos; contados son los que se inspiran en paisajes, costumbres
y sentimientos nacionales (2) . José Antonio Calcaño empieza a

(1) En cuanto a los teatros de Caracas, desde aquel descrito por Humboldt en cuyo
patio descubierto " se veían a un mismo tiempo los actores y las estrellas" , donde " es
taban separados los hombres de las mujeres" , y a donde los espectadores llevaban sus
asientos, cuando, ricos, no iban a los " parcos" (los caraqueños suelen cambiar la 1 por
la r, pronunciando " parco", "paper ". "Isaber" ), hasta los suntuosos teatros de la capital
moderna ,véase a JUAN JOSE CHURION, El Teatro en Caracas, 1924.
(2) Los poetas que vamos a citar, y otros no menos notables, producen y recopilan
sus obras más celebradas en los períodos de la Federación y la Autocracia. Señalare .
mos entonces la importancia que tengan en la evolución de las letras venezolanas. Las
colecciones de los propios poetas no indican, sino excepcionalmente, la fecha de cada
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 331

revelar la preciosa forma de sus romances, más españoles que


americanos ; Eloy Escobar se inclina al género elegíaco, y es apa
cible y tierno cuando se queja de cuitas amorosas ; Cecilio Acosta,
aunque sólo cultiva el verso como pasatiempo, suele escribir es
trofas exquisitas; José Ramón Yepes va a gozar de merecida fama
con sus baladas maracaiberas, no menos que Domingo Ramón
Hernández con sus murmurios del Caurimare y su " arrullo de las
palomas"; Manuel Norberto Vetancourt va a producir su justamen
te celebrado soneto sobre la muerte de Sucre ; Jesús María Sistiaga
es de los pocos que aprenden a describir en sabrosos versos cos
tumbres vernáculas ; Rafael Arvelo continúa buscando en la polí
tica diaria chispeantes epigramas e ingenioso juego de palabras,
como en su Brindis de 1857, siendo Ministro de Relaciones Exterio
res, al arreglarse el conflicto con Holanda por la propiedad de la
isla de Aves y tumultos de Coro, y en su Sin y Con de 1861 , sien
do revolucionario federal, al frustrarse la negociación de paz entre
Falcón y Páez.
Si la poesía vuela poco en los años de la Oligarquía Liberal,
la prosa llega a su mayor altura, sobre todo con Cecilio Acosta y
Juan Vicente González.

Hablando de la influencia del periódico diario en los países


más civilizados, y pensando en su patria, donde los periódicos só
lo viven de la lucha política y donde el número de lectores es mi
serablemente escaso, Acosta escribe : "Todavía está sin secarse
la tinta con que se describe la utilidad de un invento, todavía el
artefacto tiene el calor de la mano que lo labra , y ya sale en el
periódico, libro del pueblo, que él compra por nada, y puede leer
a escape en el vapor. Los periódicos derraman los conocimien
tos ... Enseñan artes, ciencias, estadísticas , antigüedades , letras...
Los periódicos son todo; y es una cosa que asombra, ver, que
al abrir el carretero o el cerrajero la puerta de sus casas por la
mañana, vengan a dar a sus pies al favor de esos heraldos de la
imprenta las oleadas del movimiento político, industrial y morai del
mundo, después de pasados cortos días, y del movimiento idéntico

composición, y con la misma dificultad se tropieza en obras de referencia tan interesantes


como la Biblioteca, de JOSE MARIA DE ROJAS; los Perfiles, de FELIPE TEJERA ; el Par
naso, de JULIO CALCAÑO ; el Primer Libro de Literatura, de RAFAEL FERNANDO SEIJAS,
y la Literatura en el siglo diez y nueve, de GONZALO PICON FEBRES.
332 JOSE GIL FORTOUL

de su país tras pocos minutos de intermedio. Estos prodigios se 4


deben a la instrucción primaria, no a las Universidades, que Dios
mantenga en paz , pero en su puesto" ( 1 ). Nótese que esto se es K
cribía en 1856, y que el autor piensa ya como si se hubiese educa
do en Inglaterra o en la América septentrional.
Sin embargo, no salió nunca de Venezuela. Por el año de go
1997
1819 nació en una oscura aldea de la Provincia de Caracas, en
San Diego. En la Universidad estudió derecho hasta graduarse -
de licenciado , y en el resto de su vida su horizonte material fué
siempre, por el Norte , el cerro del Avila. Pero su espíritu supo
viajar más que el de ningún otro de sus contemporáneos. Fué
desde niño lector incansable, y para leer más aprendió lenguas.
En latín llegó temprano a ser maestro, y andando los años se fa
"
miliarizó con el italiano, el francés, el inglés y el alemán. Cuando
N"
empezó a escribir para el público, las letras venezolanas seguían
aún el movimiento clásico español que les imprimieron en la prosa
Bello, Ramos y Baralt, y en la poesía los imitadores del romanti
cismo. Acosta insinuó en seguida otra tendencia, la cual, sin
romper del todo con el clasicismo, antes bien con la exageración
romántica, hubiera regenerado nuestras letras , al haber podido for
mar escuela su complicado criterio y su personalísimo estilo. Con
tra los autores clásicos no podía él, ni quería, partir en guerra. De
ellos se había nutrido en sus mocedades : Santa Teresa, los dos
Luises, Cervantes, Hurtado de Mendoza, y luego Jovellanos, fueron
hasta la muerte sus maestros predilectos; y por otra parte, sus
creencias católicas eran tan firmes, las tenía tan hondamente arrai
gadas, que su corazón no quiso nunca dejar de apacentarse en la
lectura de obras limpias de impiedad o herejía. Pero al propio
tiempo, el tumulto de las ideas revolucionarias derramadas por el
mundo entero, el estudio atento de cuanto se publicaba en los pue
blos más adelantados, su afición a examinar problemas sociales y
económicos, la atracción que ejercían sobre su entendimiento cu
rioso y perspicaz autores de otras lenguas, especialmente ingleses;
en fin, su congénita propensión a entusiasmarse por toda novedad
que anunciase un progreso cualquiera, lo mismo en la ciencia que
en el arte y así en pedagogía como en política, lo empujaban siem

(1) Cosas sabidas y cosas por saberse.


HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 333

pre adelante, hasta ponerle a la vanguardia de los pensadores de


su tiempo. Apoyando el papel sobre la pasta de un infolio místi
co, echa a correr la pluma por la city de Londres o la broadway
de Nueva York. ¿Contradicción? Simple contraste, revelador de
su alta inteligencia. Pues si es verdad que su corazón no se apar
tó nunca del altar a cuyo pie rezaba su madre la adoraba con
amor tan acendrado, que tal vez su ortodoxia fuera también una
forma de veneración filial-, en cambio su espíritu volaba por am
plios horizontes. De donde resultó su original estilo, que armoniza
sin esfuerzo el arcaísmo y el giro personal, la frase inmaculada
del siglo de oro y el período nervioso, impaciente, a menudo ful
gurante, del siglo de la electricidad y del vapor. Para él, "las
lenguas son simple efecto y nunca causa del progreso ", y nada
valen, " si no representan de la industria sus conquistas, de las
artes sus bellezas, de las ciencias sus tesoros y del estado social
sus varios modos, reuniendo hasta donde se pueda el tecnicismo
que señala, con la gracia que cautiva". La excelencia de una
lengua se mide hoy por la civilización de los pueblos que la ha
blan y escriben, y " aquél de entre ellos es grande, que tiene mer
cados repletos, costas visitadas, talleres en acción, bolsas que ajus
tan, diplomacia que arregla y periodismo que difunda una atmós
fera de luz" (1).
Con Acosta comparte Juan Vicente González la gloria de haber
sacado las letras patrias de la modorra clásica y del delirio román
tico, y la singularidad de no haber salido nunca de Caracas . Acos
ta piensa más, habituado como está a estudios jurídicos , sociales y
económicos; González brilla más por su temperamento de luchador
político, por sus pasiones exaltadas . Acosta es más cosmopolita,
González más nacionalista . Este dice de su propio estilo: " Como
la vegetación de los climas meridionales, espontánea , poderosa,
él viste risueños valles o escarpadas rocas, multiforme , quimérica ,
extravagante, pero expresión purísima de mis sentimientos " (2).
Sabe siempre traducir en forma artística su odio y su ira; es hom
bre de letras aun en lo más reñido de la contienda partidaria ; y
por eso perduran hasta sus calumnias e injusticias. Injustamente

( 1 ) Véase el volumen de Obras Literarias, de ACOSTA, editado en Caracas en 1887,


pp. 171-174.
(2) Meseniana a Teófilo E. Rojas.
334 JOSE GIL FORTOUL

le grita al viajero universal Francisco Michelena y Rojas: "Tú has


viajado; pero como viaja el tonel, en el fondo del barco". Escri
biendo contra los federales (de 1859 a 1862) no da tregua a la dia
triba . "Ya los veo por los cerros y quebradas huyendo, con sus
banderas (amarillas) color de miedo " . Para él, el triunfo de la
revolución federal sería el predominio de la ignorancia y la bar
barie. En todos tiempos tiene grandes ventajas la mediocridad:
todas las mediocridades la cortejan y adulan; pero en los pueblos
ignorantes que comienzan, la mediocridad no contemporiza, alza
el grito y manda .... El desorden de las costumbres que traen las
continuas revueltas, destruyendo el sentido moral, lleva a la su
perficie de la sociedad una especie de bárbaros, tan violentos como
los godos, pero incapaces de fundar como ellos, abortos monstruo
sos de una naturaleza depravada". A los prohombres federales
los pinta siempre con colores sombríos. De Falcón dice: "Corazón
inconstante y veleidoso, fácil para ofrecer cuanto se le exige, fácil
para olvidarlo; nadie cuenta con su palabra ; simpatiza con los
pendencieros a quienes protege y de quienes se rodea, mientras
aleja con cuidado a los que le importunan por sus virtudes y saber,
y hasta los burla y escarnece". Del doctor Wenceslao Urrutia: "In
trigante y pérfido, que ama el mal por el mal, engañándose a sí
mismo por el deseo de engañar, contento en medio de la sangre
que hace verter, cobarde y audaz al mismo tiempo". Del licencia
do Aranda traza un esbozo que, aunque no menos apasionado, re
sulta una maravilla de punzante psicología. Dice : "Sentimientos
variables y comprimidos; en su conducta, más circunspección que
vuelo; en sus odios, más hiel que arrebatamiento; en su ambición,
más vanidad que orgullo; en su palabra, más arteria que nervio y
llama ... él goza de una vida abstracta en que su imaginación
acumula moldes confusos e ideales en que arrojar el ajeno pensa
miento; pero el alquimista político, al prescindir de los hechos y de
la realidad, se pierde en monstruosos ensayos, a veces sangrientos
como de los que buscaban la piedra filosofal y los secretos de la
vida en el cerebro de los niños y las entrañas de las vírgenes".
Por de contado, la violencia de su pluma y de su palabra le
crea enemigos tanto en el partido federal como en el constitucional .
A su correligionario el comandante Clemente Zárraga, derrotado
en Maiquetía en 1859 , le dice que el combate se perdió por falta
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 335

de jefe. Zárraga se empeña en convencerle de que había cumpli


do con todo su deber. González concluye : "pues si el combate no
se perdió por falta de jefe , es claro entonces que se perdió por so
bra de jefe". A Juan Vicente lo apodaban "tragalibros"; por su
afición a leer y acaso también porque no se apresuraba a devolver
los libros que le daban prestado. Encuéntrase un día con Pedro
José Rojas, a quien se acusaba de haberse apropiado muchas li
bras del empréstito inglés. Rojas le dice al pasar: " adiós tragali
bros", y González responde : "adiós mi hembra". Entabla agria
polémica por la prensa con Cipriano Morales, y a tanto llegan los
insultos, que todo el mundo prevé un lance personal. Morales te
nía fama de ser el ricacho más avaro de Caracas. Encáranse en
la calle; Juan Vicente lo agarra por el cuello de la levita y se la
hace tiras gritándole : "Mira, hombre sórdido, esto te duele más que
un artículo". No siempre salía tan bien librado en sus disputas :
al contrario, como era más valiente de lengua que de puños, a
menudo llovían palos sobre sus anchas espaldas . A veces, lo
inesperado e hiriente de su invectiva o. réplica paralizaba al ene
migo. Un militar de mala traza, a quien acababa de insultar en
El Heraldo, se le acerca de improviso en un café, y le pregunta
montado en cólera : "¿ Usted sabe quién soy yo?" González le con
testa a mandoble: "No lo sé; pero por su aspecto de belitre supon
go que será usted un general de la Federación".El militar se sintió
desarmado y se fué huído. Pilar Meneses, célebre agitador liberal
desde 1846, enemigo por consiguiente de González, aunque en sus
mocedades fueron compañeros, cargaba con la fama de haber sido
uno de los victimarios del comandante Vázquez, preso por delito
político en la cárcel de Caracas bajo el Gobierno de José Gregorio
Monagas. Tópanse de paseo, y Meneses, para burlarse de su
adversario, cuyo mugriento vestido no olía a rosas, exclama lle
vándose a las narices el pañuelo: "Foo, me hiede! " Juan Vicente
le grita: " Es la sangre de Vásquez que te sofoca !"
No sólo en sus editoriales de El Heraldo sino también en sus
Mesenianas, elegías en prosa dedicadas a la memoria de amigos
muertos, González deja huella de su temperamento agresivo ( 1).

(1) Messénianes había titulado sus elegías en verso el francés CASIMIRO DELA
VIGNE (1793-1843). GONZALEZ dice en su Historia Antigua, cap. XXXIII, al describir la
geografía de Grecia : "'....Mesenia, la de los tristes cantos, que inspiraron los míos".
336 JOSE GIL FORTOUL

Obra maestra es la que escribe en la muerte del coronel Pinto,


acaecida en momentos en que se proclamaba la Dictadura, y le
sirve de pretexto para lanzar contra Páez invectivas sangrientas .
Apenas se detiene a llorar al amigo y correligionario, que fuera la
última esperanza de su agonizante partido: exaspérase, impreca ,
amenaza, se venga del caudillo dictatorial, a quien antes había
endiosado, sigue luchando por un ideal perdido, como si su pluma
fuese la espada misma que blandiera el guerrero. El golpe de
Estado de 1861 fué para González la suprema desilución, la que
acibaró para siempre su existencia. El otro atentado, el de 24 de
enero del 48, que le obligó a abandonar la vida pública durante
diez años, lo presenció joven y podía esperar: éste del 61 lo vió ya
en la vejez, entristecido por los recuerdos de un combate estéril,
engañado en sus esperanzas por los propios hombres a quienes
ensalzara en otros tiempos, con fuerzas ahora solamente para
odiar y maldecir. Y hubo más: encarcelado por orden del Dicta
dor, debe el recobro de su libertad al enemigo a quien tanto había
escarnecido, a Falcón. (" Quién me había de decir que sus victo
rias me abrirían las puertas de la cárcel ! "). El caudillo federal se
muestra magnánimo en su triunfo, lo protege, le compra su biblio
teca, procura que le sean menos amargos sus días de miseria y
senectud. González le paga con su rica moneda, con su lirismo;
y cuando le advierten que en anteriores artículos, titulados Perfiles ,
había pintado a Falcón con su más negra tinta, se le ocurre esta
respuesta de melancólica ironía: " Es verdad; pero entonces lo veía
de perfil, y ahora lo estoy viendo de frente". Acaso es todavía
lógico; tal vez si enaltece a Falcón es para no dejar de vengarse
empequeñeciendo a Páez. Aparte que, nacido con el instinto de
la lucha, necesitaba siempre luchar por algo, contra alguien , pri
mero contra el Gobierno y luego por el Gobierno bajo la Oligarquía
Conservadora , después en su Colegio, por la justicia y por el
desquite, preparando nuevos ciudadanos durante la Presidencia
de los Monagas, después contra los federales, por último contra los
dictatoriales. Sin que resulte extraño, en semejante carácter, cierta
mudanza, alguna volubilidad o aparente contradicción ( 1 ). En todo

(1) Quien con más firme criterio ha estudiado hasta ahora su carrera de polemista,
un noble ingenio muerto en la flor de sus años, escribió: "No puede decirse, ciertamen
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 337

caso, pasión tan intensa, entusiasmo tan batallador, su empeño en


relacionarlo todo con la historia de la patria, antigua o moderna,
la multiforme variedad de su talento, la evidente sinceridad con
que ama u odia, aplaude o denigra, y la inagotable riqueza de su
estilo, le señalan puesto aparte y eminente en la literatura genui
namente nacional.
Los largos meses de prisión a que lo redujo, sin forma de juicio
se entiende, la Dictadura de Páez, los empleó González en escribir
alguna sátira política como el Eco de las bóvedas, con alguna bella
Meseniana, y en redactar trabajo más penoso- su Manual de
Historia Universal, acomodándolo al curso que entonces se seguía
en Universidades y Colegios ( 1). "Esta obra dice el autor- em
prendida con calor entre las bóvedas y la cárcel, continuada bajo
los cerrojos de una nueva prisión y en los negros calabozos de la
Rotunda, acaso se resiente de los miserables objetos que me ro
deaban. Espero sin embargo que lejos de que hayan entibiado
mi entusiasmo por la libertad y el progreso, mi horror a la injusticia
y la sangre, habrán exaltado estos sentimientos, haciéndolos más
activos por el sufrimiento personal y el ajeno y por el espectáculo
odioso de la iniquidad. Divertiría a mis indiferentes lectores si hu
biese de referirles todos los obstáculos que hube de superar para
la formación de este libro y para su impresión cuando tenía que
aprovechar el silencio de la noche para escribir y dividía el insom
nio del pobre recién nacido que se sofocaba con su madre en un
calabozo oscuro y frío (2). A cada instante el estrépito de los ce

te, que Juan Vicente González fuera un demagogo. Muchos de sus escritos políticos
están llenos de verdades amargas para el pueblo y de saludables advertencias para
los Gobiernos. Pero como la fibra dominante de su temperamento fuese la pasión, a
ella se abandona sin reservas, profiriendo, en medio de la embriaguez tribunicia que le
dominaba, unas veces la palabra ardiente y viril del patriota ; otras, el dicterio y la ame
naza del sectario. De ahí que siempre apareciese superior a la causa que defendía, y
de ahí también ciertos cambios de rumbo y de opiniones poco favorables a la solidez
de su carácter. Veleidades las tuvo como todo periodista que, mezclado en los com
bates diarios de la política, recibe, sin poderse sustraer a ellas, las mil sugestiones de
la tornadiza opinión pública a que sirve de reflejo y en cuyo seno se agita. Nadie tal
vez ha dicho más verdades entre nosotros. Se las decía al Gobierno, a los hombres y a
los partidos". LUIS LOPEZ MENDEZ, Mosaico de Política y Literatura, p. 32, Bruselas,
1891.
(1) El privilegio literario es del 4 de agosto de 1862. González redactó solamente
lo relativo a la edad antigua y a la edad media; sus editores agregaron después la par
to moderna. Citamos la edición de 1885.
(2) Horrible episodio de la Rotunda. Nota de González.

22- III
338 JOSE GIL FORTOUL

rrojos y puertas de hierro, la voz dura del cercelero, el espanto y


el hambre pintados en los semblantes, la degradación y los vicios
como distracción al dolor, la agonía lenta del preso político, para
el que no había médico ni hospital ( 1) . Clandestinamente pasaban
a la imprenta los originales; disputáronse varias veces las pruebas
al oficial de guardia; y hacían penitencia entre ambos rastrillos los
inocentes infolium de Baronio y de Ayala. Infinita sería la fe de
erratas sin la laboiosa paciencia del joven inteligente que dirigía
la imprenta y me ayudaba".

Este Manual es interesante, entre otras cosas, por la confesión


que hace el autor de su criterio netamente conservador en cuanto
a filosofía de la historia, no obstante su copiosa y diversa lectura
en varias lenguas, y de su fe católica, casi intransigente, y tan dis
tinta de la manera íntima y tolerante con que la profesaba Acosta,
que olvidaba su catolicismo, o lo ponía discretamente en un rincón
de su conciencia, cuando examinaba cuestiones de sociología o
historia. González confiesa ingenuamente : "Los que excluyen to
da creencia religiosa de los trabajos científicos me acusarán de
haber dado en la historia del mundo un papel importante y sobera
no al Cristianismo .... Debo decir con franqueza que mi fe es ca
tólica en el sentido más absoluto de esta palabra .... Yo sé que
en el extremo de toda ciencia está Dios". Por de contado, entre
vera su confesión con las salvedades de costumbre: necesidad de
tener una " convicción", de "tomar partido en las eternas cuestio
nes", de no "desnaturalizar los hechos", etc. Lo que no impidió
que Fermín Toro, providencialista como González, pero más ha
bituado a estudios científicos y filosóficos, apuntase finamente en
su Juicio Crítico del Manual: "El espíritu que domina en la obra es
"
eminentemente católico-romano, alguno dirá ultramontano ....'

Con todo, no se propuso González hacer propaganda religiosa.


Su Manual obedece principalmente a un propósito político, y de
política venezolana. Catedrático durante casi toda su vida en la
Universidad y en los Colegios, con los solos paréntesis a que lo
condenaban Gobiernos despóticos, se aprovecha de la historia para
inculcarle a la juventud sus propias ideas políticas y su propia

(1) La bastardilla es del propio autor.


HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 339

manera de propagarlas (1). Dicho está, por otra parte, que en este
alarde de erudición no hay que buscar nada nuevo, ninguna solu
ción de problemas históricos, ni siquiera una vista original del des
arrollo de la humanidad. Casi toda la tarea consiste en resumir
o traducir, de un modo admirable, en elegante estilo " cortado y
sentencioso " , como lo califica Fermín Toro. Hoy nos seduce to
davía el Manual por los trazos literarios de primer orden que aquí
y allí lo esmaltan; trozos de antología. Ejemplo: el capítulo ti
tulado Cuadro de España, que toda una generación aprendió de
memoria, y el consagrado a Dante, si acaso menos bello, con pa
sajes tan sugestivos como éste : " El Dante amaba a su patria apa
sionadamente, como se ve por las mismas maldiciones que lanza
contra ella, en medio de su destierro. El no pudo olvidar nunca
a esa Florencia, que había defendido con su espada , servido en
los consejos, y que debía ilustrar con su genio. Pero era un alma
de fuego, generosa, implacable, güelfo, proscrito por los güelfos,
se hizo gibelino. No apruebo su conducta; pero los espíritus ele
vados y ardientes, se precipitan en los extremos: su inconstancia
viene de su energía". Cuando así escribía González , estaba sin
duda pensando en su propio destino (2).
Felipe Larrazábal ( 1816-1873) colabora también en la transfor
mación que se efectúa por estos años en la prosa venezolana.
Erudito en humanidades, versado en lenguas muertas y vivas, muy
aficionado a recopilar documentos, amante de toda belleza artísti
ca, acostumbrado a escribir para el público desde sus mocedades
(a los veinte años era ya periodista distinguido), llama la atención
de sus contemporáneos por su lirismo patriótico, por sus ideas li
berales en política y por los vastos conocimientos literarios de que
hace alarde hablando y escribiendo. Su estilo, menos castigado
que el de Acosta, o menos nervioso que el de González, abunda más
en reminiscencias cosmopolitas. Tanto leía, que casi no hay pá
gina suya limpia de citas. El curso en su propio pensamiento se
interrumpe a cada instante con el recuerdo de lo que han dicho
los clásicos antiguos y modernos, y no resiste a la tentación de
citarlos en el original . Su erudición tiene el mérito de no ser nun

(1) Véase la Advertencia del autor.


(2 ) De su traducción de El Infierno y de sus últimos trabajos se hablará al examinar
la Revista Literaria, que sale en el período de la Federación.
340 JOSE GIL FORTOUL

ca de segunda mano. Sorprende, y aun en ocasiones incomoda,


por el empeño de explayarla sin medida. Pero, si tal exuberan
cia de citas parece hoy defecto ante el lector erudito, ejerció indu
dablemente buena influencia en su época, contribuyendo a fami
liarizar al lector insipiente con el tesoro literario de otras lenguas.
Aunque parezca paradoja, la tendencia cosmopolita excita siempre
a formar, por emulación y patriotismo, literatura nacional ( 1 ) .
Citemos por último a Ramón Ramírez, Francisco Aranda y Pon
te, Jesús María Morales Marcano, Alejandro Peoli (a estos dos los
volveremos a encontrar, con otros, en los próximos períodos), que
por conceptos varios descuellan sobre la turba literaria. Ramírez,
autor de una obra extensa, titulada El Cristianismo y la Libertad,
ensayo sobre la civilización americana ( 1855), escribía con pluma
suelta y con notable conocimiento del idioma: reaccionario por in
clinación, no poseyó el arte de evitar que sus creencias religiosas
lo rezagasen en ideas y en estilo. Aranda y Ponte, aunque po
bre de inspiración, fué escritor castizo, singularizándose por cierto
romanticismo atenuado y discreto que hubiera quizás convertido
en originalidad a no sorprenderle la muerte en la flor de su talen
to (2). Morales Marcano rivalizó a veces, por su elocuencia, con
Fermín Toro en la Convención del 58. Su elocución era menos ar
tística que la del sumo orador; pero a ocasiones más enérgica y,
por su tono apasionado, más contundente en la lucha política. Es
cribía como hablaba , declamando a menudo, y de aquí resulta
que en la crítica, género que cultivaba con esmero, su estilo pa
rezca hoy redundante y pampanoso, a pesar de su rica médula
intelectual (3). Peoli le superaba en la crítica, si no por la erudición
al menos por el lenguaje atildado y terso. Túvosele por demasia

( 1 ) Véanse los Artículos Literarios, de LARRAZABAL, dos tomos, 1862. Los escribió
calamo currente para amenizar la lectura de su periódico político El Patriota, segunda
época, 1852-53. Otras obras inéditas, que se proponía publicar en Europa, se perdieron
con él en el naufragio de 1873, yendo de Nueva York a El Havre.
(2) Murió en 1856, a la edad de treinta y tres años. En 1858 salió a luz una co
lección de sus composiciones en prosa y verso.
(3) De su obra capital, Historia de cinco años y más, se conoce solamente el título
y la época a que se refiere : desde 1858 hasta el triunfo de la Federación. De su Dic
cionario geográfico, histórico y estadístico de Venezuela se han citado en los periódicos
breves fragmentos. Descansaba de su tarea habitual traduciendo elegantemente las
Odas de Horacio.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 341

damente severo en castigar deslices y lunares de forma (en sus


punzantes periodiquitos llamados El Artista y El Jején); pero ello no
dejó de contribuir a que la escuela romántica, sobre todo en poe
sía, se curase de su primitivo delirio, y a que la prosa de la mu
chedumbre fuese menos extravagante .

La historia patria tiene en el período de la Oligarquía Liberal


dos representantes eminentes: Juan Vicente González con su Bio
grafía de José Félix Ribas y Felipe Larrazábal con su Vida de Bo
lívar. (De paso es justo apuntar que el general José Austria pu
blica en 1855 su Bosquejo de la Historia militar de Venezuela:
crónica más que historia de los años de 12 a 16, interesante por
haber tomado parte su autor en muchos de los sucesos que relata:
sin ninguna cualidad sobresaliente en cuanto a estilo ni filosofía).
González y Larrazábal difieren, por el método y la forma, de cuan
tos han escrito historia en Venezuela. No es ya el lenguaje pura
mente español de Oviedo y Baños, ni la interesada polémica de
José Domingo Díaz, ni la adusta frialdad de Yanes, ni la crónica
descolorida de Montenegro y de Austria, ni la mera recopilación
de Blanco, ni el clasicismo compasado, a veces intransigente, de
Baralt. Es otro estilo, nervioso, impaciente, más libre de trabas,
estilo revolucionario. Con la curiosidad cosmopolita que hemos
notado en los grandes escritores, coincidía la tendencia a formar li
teratura nacional, así en el campo de la imaginación como en el
dominio de la historia ( 1 ).

González se apasionó desde niño por los héroes de la Inde


pendencia, de boca de ellos mismos recogió datos y anécdotas,
y de los que murieron en la contienda supo cómo vivían, ama
ban y odiaban, oyendo a sus viudas, a sus madres, a sus hijos .
Su imaginación de artista no se contentaba con referir hechos : co
rría desde luego al actor, al hombre, para infundirle sus propias pa
siones. No sólo se complacía su corazón de patriota en divisar en
el pasado acciones gloriosas: aspiraba fervorosamente a que se

(1) Por esto y por otras razones, el lector disculpará aquí un ligero anacronismo,
más aparente que real. El presente libro termina con el Gobierno de la Dictadura
(junio de 1863 ) ; la Biografía de Ribas no se imprime completa hasta 1865, en la Revista
Literaria, y de este año es también la primera edición de la Vida de Bolívar; pero am
bas producciones corresponden efectivamente al movimiento intelectual del período que
se acaba de historiar. Hacía años que González venía preparando su obra, y Larrazábal
fecha el prólogo de la suya en mayo de 1863.
342 JOSE GIL FORTOUL

repitiesen. Un suceso brutal interrumpió de pronto el vuelo de su


espíritu: el 24 de enero de 1848, siendo diputado, oyó las vocife
raciones de la turba en la plazuela de San Francisco, vió correr
la sangre de sus colegas y correligionarios, asistió a la agonía de
la libertad parlamentaria, presenció el advenimiento del persona
lismo. Abandonó entonces la vida pública, esperando mejores
días, y dedicóse a educar niños en un Colegio. Durante el pa
réntesis de diez años en que estuvo, para él, desierta la tribuna y
muda la prensa , enriqueció su entendimiento con el fruto de co
piosas lecturas, prosiguió con incansable tenacidad sus averigua
ciones históricas, y sintió al propio tiempo concentrarse en su al
ma el más violento deseo de venganza . Cuando vuelve a la con
tienda política en 1858, preséntase mejor armado que ninguno de
sus émulos o adversarios ; nadie le aventaja en erudición; su plu
ma golpea, hiere, desgarra, quema; admira u odia, defiende o
persigue con la misma exaltación. En 1859 funda El Heraldo, y se
encumbra sobre todos los periodistas de su época: en la sátira es
más artista que José Ramón Villasmil, más punzante que Blas Bru
zual, más feliz en la réplica que Pedro José Rojas, más ingenioso
que Mariano de Briceño, más brioso luchador que Mauricio Berriz
beitia, más brillante humanista que Larrazábal, sólo comparable
en riqueza de estilo con Cecilio Acosta y Fermín Toro. Enfriada
hoy la ira que entonces hervía en los corazones, los editoriales de
El Heraldo son ya obra clásica de literatura e historia política.

Como historiador de Ribas y de sus coetáneos, González tiene


las mismas cualidades, buenas y malas, que como polemista. Bien
informado siempre, no escribe nunca sin bordar arabescos, sin per
der de vista que antes que historiador es literato. Todos sus per
sonajes pecan por algo de postizo o convencional. Les insufla a
menudo sus propios sentimientos y hasta les presta su estilo: Bo
lívar en Casacoima conversa como González ; las fulgurantes in
vectivas que pone en boca de Coto Paúl no son todas de éste ; el
retrato de Muñoz Tébar, acaso el más bello de su galería, pare
ce trazado en un momento de delirio poético ; la misma figura de
Ribas tiene toques de pintor romántico. Pero de todas suertes, ver
dadera joya de letras nacionales: rara vez llegó la pluma venezo
lana a dibujar un cuadro más luminoso ni de vida más intensa.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 343

A ejemplo de su ilustre contemporáneo y adversario político,


Felipe Larrazábal se aparta de los viejos historiadores, en cuanto
a criterio y por su estilo. A la historia propiamente dicha prefie
re la biografía, y en lugar de describir con exactitud, pinta e in
venta. Su Vida de Bolívar pudiera calificarse de poema en prosa.
Bolívar no es un hombre, está sobre la humanidad; no es un héroe,
es el héroe; más aun, Bolívar "como un dios penetra el porvenir" .
No encuentra en los anales de ningún pueblo nadie que se le pue
da comparar. Decir que es grande entre los grandes no le basta;
ha de ser siempre máximo en todo y sobre todos, como Júpiter
olímpico. Sus defectos los convierte en virtudes; cuando mencio
na sus errores, es para disculparlos; nos repite hasta la saciedad
la conseja de que no tuvo nunca ambición de mando; y no re
flexiona que con semejante empeño de exaltarlo sobre una pirá
mide de hipérboles, llega a deformarlo, a empequeñecerlo. Ape
nas se encontrará en la literatura americana otro ejemplo de tan
sostenido entusiasmo, como no sea el del argentino Mitre, que
aunque menos lírico, cayó en el mismo éxtasis ante la figura de
San Martín.
Sin embargo, ningún escritor tuvo a la mano como Larrazábal
materiales más copiosos . "Yo he trabajado -dice- casi la mi
tad de mi vida en acopiar materiales para la historia de Bolívar"
(1). Préciase de poseer "los secretos del Libertador, sus íntimos
pensamientos y deseos, sus cartas familiares" (2). Alcanzó a co
leccionar hasta tres mil cartas, y leyó, examinó y cotejó cuanto ha
bían escrito autores nacionales y extranjeros. Y tan rica materia
y trabajo tan minucioso, una y otro no menores que los que sir
vieron a Tucídides para decirnos quién fué Pericles, o a Teodoro
Mommsen para pintar a César, o Hipólito Taine para analizar a
Napoleón, los emplea nuestro biógrafo, no para ponernos ante los
ojos el Bolívar de la realidad ni en su vida íntima, porque la pa
sa en silencio, ni en su vida pública, porque la transforma- sino
para crear un Bolívar imaginario, sin pasiones, como no fueran to
das nobles, sin defectos congénitos, infalible siempre en su volun
tad, inmaculado en toda su existencia; en suma, el dios del bien,
o con sola una palabra, Dios .

(1) Introducción, XXVII . Citamos la edición de Nueva York, 1883.


(2) Tomo II,
344 JOSE GIL FORTOUL

Su estilo, dicho está, corresponde con el deliberado fin de en


diosamiento: estilo melodramático, lleno de admiraciones, puntos
suspensivos, interjecciones, apartes; y estilo de polémica en lo
que suele coincidir con González- impaciente, arrebatado, a me
nudo colérico. Airase al punto contra los que se atreven a insi
nuar que en el alma del héroe hubo manchas, como en la de todo
hijo de mujer, y ni al comedido Restrepo le perdona en esto el me
nor desliz. Los historiadores españoles le exasperan, le enfure
cen: ¡mentirosos, impostores, gente de mala fe, propagadores de
calumnias, siempre y voluntariamente falsos ! Y a la jactancia
española opone imperturbable la jactancia americana, sin pararse
a pensar que entrambas brotan de la misma cepa. Con todo, de
vez en cuando dice cosas muy discretas que distraen y apacien
tan, rompiendo felizmente el tono lírico. De las cartas de Bolívar
escribe: "Su correspondencia es él mismo; se reconoce al hom
bre en sus particulares condiciones, y se mira, como en un espejo,
la imagen de su autor: allí está dibujado con propiedad y vivos
colores el corazón de Bolívar; y muchas veces, una línea echada
sin esmero y sin aliño, es toda una historia de esperanzas, de
afectos, de recuerdos, de gloria, de interés patrio" (1 ). Además ,
tiene el instinto, si no siempre el arte acabado, del movimiento en
la narración : su frase ondula, se retuerce, salta, brilla, fulgura ,
conforme al sentimiento que la anima; su pluma corre con frecuen
cia rauda y fácil, y si no abunda en conceptos filosóficos , va tejien
do anécdotas sugestivas, observaciones ingeniosas: antes pluma
de cronista que de historiador.

Claro está que leyendo a Larrazábal sólo no se conoce ni


comprende exactamente a Bolívar. Su héroe es de leyenda, no
el héroe de la historia. Mal pudiera ésta decir que el Libertador
fué el genio perfecto, ideal irrealizable; demuestra que fué un ge
nio, lo cual es ya mucho, por ser lo más que la humanidad alcanza
a producir. Pero de todos modos la Vida de Bolívar, aun sin la
correspondencia que debía acompañarla, y que hubiera sido en
otras manos la verdadera historia, es obra de alto mérito, así por
que corrige equivocaciones, descuidos o vacíos de las anteriores,

(1 ) Introducción, IX. Poesía, sin duda, cartas íntimas de que no queda copia, per
didas en su naufragio.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 345

como por reflejar en todas sus peculiaridades el entendimiento y


carácter de su autor, erudito, brillante, sincero, enamorado de la
gloria y apasionado por su tierra .

En suma, González y Larrazábal, a semejanza de Baralt, aun


que con estilo moderno, consideran todavía la producción histórica
como un género puramente literario. No realizan aun, a pesar de
serles conocidos excelentes modelos, el concepto de la historia po
lítica, que cultivan, como ciencia y arte al mismo tiempo : ciencia
de observación en cuanto a la exactitud de circunstancias y suce
sos; ciencia también, o psicología retrospectiva, en el estudio de
almas, pasiones, ideales, utopías, costumbres, leyes, necesidades,
apetitos ; arte no sólo de buscar, ordenar y resumir materiales, sino
de abrir las tumbas para arrancarles sus secretos, reabrir labios
que ya no hablan, y, arte consumado, sorprender el hilo que va
encadenando unas a otras las generaciones; finalmente sujetar el
ímpetu de la imaginación a la veracidad de las narraciones, y de
cirlo todo en lengua exacta y bella. Ellos, a la exactitud prefieren
la belleza, en hombres, en actos, en palabras : el reflejo de la au
reola fantástica con que ellos mismos coronan a sus personajes.
¿Por qué, siendo como eran privilegiados cerebros? Vivían en
tiempos azarosos, forcejeando entre el despotismo y la anarquía,
enamorados de una libertad que no llegaba -novia adorada de
lejos-; y miraban con ojos de poeta un pasado heroico, para com
pararlo instintivamente, cada cual según la preocupación de su par
tido, con un presente en que, salvo sus breves satisfacciones per
sonales , se les antojaba encontrar más sombra que luz, más esco
ria que oro puro, la parodia en vez del poema , el desengaño en
lugar del éxito triunfal, la gloria ida, la patria menguada, hija sin
embargo de la que en el pasado les parecía grande . Resistíanse
a pensar que la patria volviera a ser grande en otra forma.
APENDICE
CONSTITUCION DE 1830 (1)

CONSTITUCION DEL ESTADO DE VENEZUELA FORMADA POR


LOS DIPUTADOS DE LAS PROVINCIAS DE CUMANA, BARCELO
NA, MARGARITA, CARACAS, CARABOBO, CORO, MARACAIBO,
MERIDA, BARINAS, APURE Y GUAYANA.

En el nombre de Dios todo poderoso autor y Supremo Legislador


del Universo

Nosotros los representantes del Pueblo de Venezuela reunidos


en Congreso, a fin de formar la mas perfecta union, establecer la
justicia, asegurar la tranquilidad doméstica, proveer a la defensa
comun, promover la felicidad jeneral y asegurar el don presioso
de la libertad para nosotros y nuestros desendientes, ordenamos y
establecemos la presente Constitucion.

TITULO 19
De la Nación Venezolana y de su territorio

Art. 1 .... La Nacion Venezolana es la reunion de todos los


venezolanos bajo un mismo pacto de asociacion política para su
comun utilidad .
Art. 2....La Nacion Venezolana es para siempre irrevocable
mente libre e independiente de toda potencia o dominacion estran
jera, y no es ni será nunca el patrimonio de ninguna familia ni
persona.

(1) Texto del Archivo del Congreso Nacional, copiado por el bachiller Alirio Arreaza
Arreaza, para la presente edición.
350 JOSE GIL FORTOUL

Art. 3 .... La soberanía reside esencialmente en la nacion, y


no puede ejercerse sino por los poderes políticos que establese esta
constitucion.
Art. 4 ....Son ajentes de la nación los majistrados , jueces y
demas funcionarios investidos de cualquiera especie de autoridad,
y como tales , responsables de su conducta pública .
Art. 5 ....El territorio de Venezuela comprende todo lo que an
tes de la transformacion política de 1810 se denominaba capitanía
jeneral de Venezuela. Para su mejor administración se dividirá
en provincias, cantones y parroquias, cuyos límites fijará la ley.

TITULO 2º

Del gobierno de Venezuela

Art. 6 ....El Gobierno de Venezuela es y será siempre repu


blicano, popular, representativo, responsable y alternativo.
Art. 7 .... El pueblo no ejercerá por sí mismo otras atribuciones
de la soberanía, que la de las elecciones primarias, ni depositará
el ejercicio de ella en una sola persona.
Art. 8 ....El Poder Supremo se dividirá para su administración
en legislativo, ejecutivo y judicial. Cada poder ejercerá las atri
buciones que le señala esta constitución, sin excederse de sus lími
tes respectivos.

TITULO 3º

De los Venezolanos

Art. 9 ....Los venezolanos lo son por nacimiento y por natu


ralizacion.
Art. 10 ....Son venezolanos por nacimiento: 19 Los hombres
libres que hayan nacido en el territorio de Venezuela: 2º Los naci
dos de padre o madre venezolanos en cualquier parte del territorio
que componía la República de Colombia: 3º Los nacidos en paízes
estranjeros de padres venezolanos ausentes en servicio, o por cau
sa de la República, o con espresa licencia de autoridad compe
tente.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 351

Art. 11 .... Son venezolanos por naturalisacion : 1º Los no na


cidos en el territorio de Venezuela que el 19 de abril de 1810 esta
ban domiciliados en cualquier punto de él, y hayan permanecido
fieles a la causa de la independencia: 2º Los hijos de venezolano
o venezolana nacidos fuera del territorio de Venezuela, no estando
sus padres ausentes en servicio, o por causa de la República lo
serán luego que vengan a Venezuela y manifiesten del modo que
determine la ley su voluntad de domiciliarse: 39 Los extranjeros
con carta de naturaleza conforme a la ley: 4º Los nacidos en cual
quiera de las otras dos secciones que formaban la República de
Colombia que estén domiciliados, o se domicilien en adelante en
Venezuela : 5º Los extranjeros que hayan hecho servicios importan
tes a la causa de la independencia precediendo la correspondiente
declaratoria .

TITULO 4º

De los deberes de los Venezolanos

Art. 12 ....Son deberes de cada Venezolano vivir sometido a


la constitucion y a las leyes, respetar y obedecer a las autoridades
que son sus organos: contribuir a los gastos públicos, y estar pron
to en todo tiempo a servir y defender a la patria, haciéndole el
sacrificio de sus bienes y de su vida si fuere necesario.

TITULO 59

De los derechos políticos de los Venezolanos

Art. 13 ....Todos los Venezolanos pueden elegir y ser elegidos


para los destinos públicos, si están en el goce de los derechos de
ciudadanos, si tienen la aptitud necesaria y concurren en ellos los
demás requisitos que prescribe la constitución y las leyes.
Art. 14 .... Para gozar de los derechos de ciudadano se nece
sita: 19 Ser venezolano: 2º Ser casado o mayor de veintiún años :
3º Saber leer y escribir, pero esta condición no será obligatoria
hasta el tiempo que designe la ley: 4º Ser dueño de una propiedad
raíz cuya renta anual sea de cincuenta pesos, o tener una profe
352 JOSE GIL FORTOUL

sión, oficio o industria útil que produzca cien pesos anuales sin
dependencia de otro en clase de sirviente doméstico o gozar de un
sueldo anual de ciento cincuenta pesos.
Art. 15 .... Los derechos de ciudadano se pierden: 19 Por na
turalizarse en país extranjero: 2º Por admitir empleo de otro gobier
no sin permiso del Congreso teniendo alguno de honor o de con
fianza en la República: 3º Por comprometerse a servir contra Ve
nezuela: 4º Por condenación a pena corporal o infamante, mientras
no se obtenga rehabilitación.
Art. 16 .... Los derechos de ciudadanos se suspenden: 1º Por
enagenación mental: 29 Por la condición de sirviente doméstico:
3º Por ser deudor fallido: 4º Por ser deudor de plazo cumplido a
fondos públicos : 5: En los vagos declarados tales : 6º En los ebrios
por costumbre: 79 En los que tengan causa criminal pendiente : 8º
For interdicción judicial.

TITULO 6º

De las elecciones en jeneral

Art. 17 .... Los ciudadanos tendrán siempre presente que del


interés que todos tomen en las elecciones, nace el espíritu nacional,
que sofocando los partidos, asegura la manifestación de la volun
tad general; y que del acierto de las elecciones en las asambleas
primarias y electorales, es que principalmente dependen la dura
ción, la conservación y el bien de la República.
Art. 18 ....La primera autoridad civil de cada parroquia aso
ciándose con dos vecinos notables designados por el consejo mu
nicipal del cantón formará dos meses antes de cada período de
elecciones, una lista de los individuos que, en el distrito de su pa
rroquia tengan derecho de sufragantes parroquiales, y la fijará en
un lugar público; y otra de los que reunan las cualidades que se
exijan para electores, y la remitirá a la primera autoridad civil del
cantón. Esta de acuerdo con el Consejo Municipal, formará de
las listas de las parroquias una comprensiva de todos los ciudada
nos que tengan las cualidades para electores en el distrito de su
cantón, y la mandará fijar en todas las parroquias un mes antes
de cada período de elecciones. La autoridad, que no formare y
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 353

fijare en lugar público estas listas será responsable del modo que
determine la ley; pero las elecciones se verificarán siempre.
Las autoridades indicadas en este artículo formarán respecti
vamente un registro de los sufragantes parroquiales, que se custo
diará en la parroquia, y otro de los que tengan las cualidades para
electores, que se conservará en la cabecera del cantón.
Art. 19 ....Estas listas servirán de regla para la admisión de
los Venezolanos en las próximas asambleas parroquiales y electo
rales. Si se suscitaren controversias por que en las listas se haya
omitido alguno que tenga las cualidades requeridas para poder
votar o por estar incluido en ellos quien no las tenga se hará la
reclamacion ante la autoridad civil respectiva a fin de que se exa
mine el caso, y lo rectifique, si se hubiere padecido olvido u equi
vocacion; o para que no, habiendo fundada la queja o controversia,
pase su informe a la junta parroquial o electoral respectivamente,
luego que se reunan para que desidan conforme el artículo 47.

TITULO 7º

De las asambleas parroquiales

Art. 20 .... En cada parroquia cualquiera que sea su población,


habrá una asamblea parroquial cada dos años el día primero de
agosto.
Art. 21 .... La asamblea parroquial se compondrá de los su
fragantes parroquiales en ejercicio de los derechos de ciudadano,
vecinos de cada parroquia; y será presidida por el primer juez de
ella, con asistencia de cuatro conjueces, en quienes concurran las
cualidades de sufragantes parroquiales nombrados conforme a la
ley.
Art. 22 ....Los jueces sin necesidad de esperar orden alguna,
deberán convocarla indispensablemente en dichos periodos para
el día señalado en la constitucion .
Art. 23 .... El objeto de las asambleas parroquiales es votar
por el elector o electores que correspondan al cantón.
Art. 24....La provincia que haya de dar un solo representante,
nombrará diez electores distribuyéndolos entre los cantones a pro
porcion de la poblacion de cada uno.

23-III
354 JÓSE GIL FORTOUL

Art. 25 .... La provincia que haya de nombrar dos o mas re


presentantes, tendra tantos electores cuantos corresponden a los
cantones de que se compone, debiendo elejir todo canton un elec
tor por cada cuatro mil almas, y uno más por un residuo de dos
mil. Todo canton, aunque no alcance a cuatro mil almas, nom
brará siempre un elector.

Art. 26 ....Cada sufragante parroquial votará por el elector o


electores del canton, espresando públicamente los nombres de otros
tantos ciudadanos , vecinos del mismo canton, los cuales serán in
dispensablemente asentados a presencia del sufragante en un re
jistro destinado a este fin.

Art. 27....Para ser elector se requiere : 19 Ser sufragante pa


rroquial no suspenso : 2º Haber cumplido veinticinco años , y saber
leer y escribir: 3º Ser vecino residente en cualquiera de las parro
quias del canton, a lo menos por un año antes de la elección : 4º Ser
dueño de una propiedad raíz cuya renta anual sea de doscientos
pesos; o tener una profesión , oficio o industria util, que produzca
trescientos pesos anuales ; o gozar de un sueldo anual de cuatro
cientos pesos .

Art. 28 .... Concluídas las elecciones parroquiales, el juez que


haya presidido la asamblea, remitirá a la autoridad civil del can
ton que designe la ley, el registro de las celebradas en su parro
quia, en pliego cerrado y sellado.

Art. 29 .... La autoridad indicada en el artículo anterior aso


ciada con el consejo municipal, abrirá en público los registros de
las asambleas parroquiales, luego que estén reunidos, y hará el
escrutinio de todos los votos asentados en ellos.

Art. 30 .... Los que resulten con mayor número de votos se de


clararán constitucionalmente nombrados para electores : Cuando
hubiere igualdad de sufragios en dos o mas personas, desidirá la
suerte .

Art. 31 ....La autoridad que haya hecho el escrutinio remitirá


su resultado al consejo municipal de la capital de la provincia , y
dará aviso inmediatamente a los nombrados para que concurran
a la misma capital el día designado por esta constitucion.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 355

TITULO 89

De las asambleas, o colegios electorales

Art. 32 ....Las asambleas o colegios electorales se componen


de los electores por los cantones.
Art. 33 .... El día primero de octubre, cada dos años se reuni
rán los colegios electorales en la capital de la provincia, presididos
por el consejo municipal de ella, mientras el colegio elije de entre
sus miembros un presidente por mayoría absoluta de votos.
Art. 34 .... Los colegios electorales no se reunirán con menos
de las dos terceras partes de todos los electores.
Art. 35 ....Las funciones de electores durarán dos años. Las
faltas que ocurrieren por vacante, o por impedimentos temporales
se suplirán, cuando sea necesario, con los que hayan obtenido
mayor número de sufragios en las asambleas parroquiales .
Art. 36 .... Reunidos los colegios electorales con los requisitos
que prescribe esta constitucion, procederán en sus respectivos pe
ríodos, a las elecciones correspondientes, a saber: 1º De Presidente
del Estado. 2º Vicepresidente . 3° De Senadores de la provincia
y suplentes. 4° De Representante o Representantes de la misma,
y de otros tantos para suplir sus faltas. 5º De miembros para las
diputaciones provinciales y de igual número de individuos en cla
se de suplentes.
Art. 37 ....Los votos de estas elecciones se asentarán en otros
tantos registros diversos. Los registros de las elecciones de Presi
dente y Vicepresidente de la República serán remitidos a la cáma
ra del senado; y el colegio electoral hará el escrutinio de las tres
últimas clases de elecciones .
Art. 38 .... Las elecciones de senadores y Representantes pue
den recaer indistintamente en naturales o vecinos de la provincia
que hace la eleccion; pero los miembros de las diputaciones pro
vinciales deberán ser vecinos de la provincia que los elije.
Art. 39 .... Para ser senador, representante o miembro de la
diputación provincial, se requiere haber obtenido la mayoría ab
soluta de los votos de los electores que hayan concurrido a las
elecciones.
356 JOSE GIL FORTOUL

Art. 40 .... Todos los funcionarios serán nombrados uno a uno


en sesiones permanentes, de manera que no se interrumpa el acto
mientras se hagan las elecciones de senadores y sus suplentes, de
representantes, y de miembros de las diputaciones provinciales, y
de los respectivos suplentes ; pues para cada clase de estas seccio
nes, o para la de suplentes, es que se exije la sesion permanente.
Art. 41 ....Para que estas elecciones sean constitucionales, se
necesita la mayoría absoluta de votos. Si ninguno la hubiere al
canzado se concretará la votación a los dos individuos que hayan
obtenido mayor número de sufragios, y se prosederá a segundo
escrutinio, del cual deberá resultar la mayoría. Los casos de em
pate se desidirán por la suerte .
Art. 42 .... Si alguno resultare nombrado senador o represen
tante por dos provincias, lo será por aquella en que estuviere ave
sinado. Por la otra provincia concurrirá el respectivo suplente.
Art. 43 .... Perfeccionadas las elecciones de senadores, repre
sentantes, y miembros de las diputaciones provinciales, el presi
dente del colegio electoral comunicará a todos sin demora alguna
sus nombramientos para que los senadores y representantes asis
tan a la próxima reunion del Congreso, y los miembros de la dipu
tacion a la capital de la provincia el día que se les designa.

TITULO 99

Disposiciones comunes a las asambleas parroquiales y


colejios electorales

Art. 44 ....Las elecciones en estas asambleas serán públicas,


y ninguno podrá concurrir a ellas con armas.
Art. 45 .... Las asambleas parroquiales y colegios electorales
estarán reunidos por el término de ocho días continuos , concluido
el cual, quedan disueltos; pero si los colejios electorales concluyen
sus trabajos antes de dicho término, podrán disolverse con previo
acuerdo de los miembros que los componen . Cualquiera acto de
estas reuniones fuera del término designado , o que no sea el de las
elecciones para que son convocadas , es no solamente nulo, sino
atentatorio contra la seguridad pública .
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 357

Art. 46 .... El que hubiere vendido su sufragio exigido o com


prado el de otro, para si o para un tercero, pierde el derecho de
elegir, y ser elegido por cuatro años, ademas de las penas que
establezca la ley.
Art. 47 .... Las dudas y controversias que ocurran sobre cuali
dades de los sufragantes, formas y nulidades de las elecciones,
como tambien las quejas que se promueven sobre cohecho o so
borno, se decidirán de plano por el presidente y conjueces de la
asamblea parroquial, o por los colegios electorales, segun ocurra
el caso en una u otra asamblea . Toca tambien a los colegios elec
torales determinar las dudas y controversias que se promuevan
sobre la falta de alguno de los requisitos legales de las personas
en quienes recaiga la eleccion. En todos estos casos la resolucion
se llevará siempre a efecto, y si se notare alguna oscuridad , o falta
de esplicacion en algun punto relativo a esta materia se elevará
consulta al Congreso para que haciendo la aclaracion conveniente,
sirva de regla en lo sucesivo.

TITULO 10.

Del poder legislativo

Art. 48 .... El poder lejislativo se ejerce por el Congreso com


puesto de dos cámaras, una de Representantes, y otra de Sena
dores.
Art. 49 .... El Congreso se reunirá cada año en la capital de
la república el día veinte de enero sin esperar la convocacion, y
sus sesiones ordinarias, durarán por noventa días. Si por algun
accidente no pudiere reunirse el día señalado, lo hará el mas in
mediato posible, y podrá prorrogar sus sesiones por algunos días
hasta treinta, cuando lo exija la necesidad .

TITULO 11 .

De la cámara de Representantes

Art. 50 .... La cámara de representantes se compone de los di


putados que elijan todas las provincias con arreglo a esta cons
titucion.
358 JOSE GIL FORTOUL

Art. 51 .... Cada provincia elejirá un diputado por cada vein


temil almas de poblacion, y uno mas por un exceso de doce mil;
y toda provincia aunque no alcance su poblacion a veintemil al
mas, elejirá un diputado. El Congreso podrá aumentar la tasa
cuando haya tenido incremento la poblacion.
Art. 52....Para ser nombrado representante se necesita, ade
mas de las cualidades de elector: 19 Ser natural o vecino de la
provincia que hace la eleccion. 29 Tener una recidencia en el te
rritorio de Venezuela de dos años por lo menos inmediatamente
antes de la eleccion . No se escluyen por falta de este requicito los
ausentes en servicio, o por causa de la república. 3º Ser dueño
de una propiedad raíz, cuya renta anual sea de cuatrocientos pe
sos; o tener una profesión, oficio o industria util que produzca qui
nientos pesos anuales, o gozar de un sueldo anual de seiscientos
pesos.
Art. 53 .... Los no nacidos en Venezuela y si en las otras sec
ciones que formaban la república de Colombia necesitan la resi
dencia de tres años inmediatamente antes de la eleccion.
Art. 54 .... Los no nacidos en Venezuela, que estando estable
sidos en ella al tiempo de su transformacion política en 1810, abra
saron la causa de la independencia y libertad, y han permanecido
fieles a ella, podrán ser representantes, si tienen la residencia y
demas cualidades que se exijen para los Venezolanos de naci
miento.
Art. 55 ....Los Venezolanos por naturalizacion, no comprendi
dos en los dos artículos anteriores nesecitan una residencia de seis
años, y ser dueños de una propiedad raíz, cuya renta anual sea
de dos mil pesos; o tener una profesión, oficio, o industria util, o
sueldo que produzca dos mil quinientos pesos anuales.
Art. 56 .... Los representantes durarán cuatro años en el ejerci
cio de sus funciones.
Art. 57 .... Son atribuciones de la cámara de representantes:
1º Concurrir con la del senado a la formacion de las leyes y de
cretos, y a los demas actos que designa esta constitucion. 2º Ve
lar sobre la inversion de las rentas nacionales, y examinar la cuen
ta anual que debe presentar el poder ejecutivo. 3º Oir las acusa
ciones contra el Presidente y Vicepresidente, Ministros de la corte
suprema de justicia, consejeros y secretarios del despacho en los
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 359

casos designados por esta constitucion. 49 Oir tambien las acusa


ciones contra los demas empleados públicos por mal desempeño
de sus funciones. Esta facultad no deroga ni disminuye la de otros
jefes y tribunales para velar sobre la observancia de las leyes; y
pagar, deponer y castigar según ellas a sus respectivos subal
ternos .
Art. 58 .... Cuando se proponga acusacion documentada con
tra el presidente o vicepresidente de la república, u otro funciona
rio en la cámara de representantes por alguno de sus miembros
con el apoyo de otro, o por alguna corporacion, o individuo, nom
brará la cámara una comision de su seno para que abra concepto;
y el juicio de aquella se limitará a declarar por las dos terceras
partes si hay o no lugar a la formacion de causa, escluyendo para
este acto al que haya introducido la acusacion.

Art. 59 .... Declarando que haya lugar a la formacion de cau


sa, quedará el acusado de hecho suspenso de su empleo: se llena
rá la vacante interinamente por quien corresponda, y la camara
pasará la causa al senado .

TITULO 12 .

De la cámara del Senado

Art. 60 ....El senado de Venezuela se compondrá de dos sena


dores por cada una de las provincias que haya en la república.
Art. 61 .... La duración de los senadores será de cuatro años,
renovándose por mitad cada dos años.

Art. 62 .... Para ser senador se necesita, a más de las cualida


des de elector: 19 Tener treinta años de edad cumplidos: 2ª Ser
natural o vesino de la provincia que hace la elección : 3º Tener tres
años de recidencia en el territorio de Venezuela inmediatamente
antes de la elección; con las esepciones del artículo 52 § 2º: 4º Ser
dueño de una propiedad raíz, cuya renta anual sea de ochocientos
pesos; o tener una profesión, oficio, o industria útil, que produzca
mil pesos anuales ; o gozar de un sueldo de mil doscientos pesos
al año .
360 JOSE GIL FORTOUL

Art. 63 ....Los no nacidos en Venezuela, y sí en las otras sec


ciones de la anterior república de Colombia, nesecitan cuatro años
de residencia.
Art. 64.... Los no nacidos en Venezuela que, estando estable
cidos en ella al tiempo de su transformación política en 1810, abra
zaron la causa de la independencia y libertad, y han permanecido
fieles a ella, podrán ser senadores, si tienen la residencia, y demás
cualidades que se exijen para los venezolanos de nacimiento.
Art. 65 .... Son atribuciones del senado: 19 Concurrir a la for
mación de las leyes, y decretos con la cámara de representantes :
2º Prestar ó nó su consentimiento para el asenso de los oficiales
militares desde coronel y capitán de navío inclusive arriba, y para
cualquiera otro acto que prescriba esta constitución: 3º Sustanciar
y resolver los juicios iniciados en la cámara de representantes.
Art. 66 ....Pasada al senado la causa contra algun empleado
público, mandará continuar el proseso por sí mismo, o por una co
mición emanada de su seno.

Art. 67.... Cuando el acusado sea el Presidente ó Visepresi


dente de la república, por los casos comprendidos en el artículo
122 ó cuando lo sean los consejeros, los secretarios del despacho
ó los miembros de la corte suprema de justicia, por crímenes de
estado segun está prevenido en esta constitución, el senado para
jusgar y sentenciar incorporará en su seno la corte suprema de
justicia; y no solo aplicará la pena de deposicion, sino también
cualquiera otra que la ley designe contra el delincuente.
Art. 68 .... Ningun acusado podrá ser jusgado sin la concu
rrencia de la pluralidad absoluta de los senadores existentes en el
lugar del juicio, ni condenado, sino por las dos terceras partes de
los votos de todos los que deben pronunciar la sentencia definiti
va conforme al artículo anterior.

Art. 69 .... En los juicios promovidos contra los demas emplea


dos públicos por mal desempeño de sus funciones, el senado co
nocerá por sí solo, y su determinacion se reducirá a absolber o
deponer al acusado, y aun a declararle incapaz de obtener otros
empleos honoríficos o de confianza en la republica, sin que pueda
imponer otra pena menor. Si el acusado fuere depuesto, lo entre
gará al tribunal ordinario para que allí sea jusgado, y se le im
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 361

pongan las penas que las leyes establesen contra los autores del
delito cometido.
Art. 70 ....En los casos del artículo anterior, si el senado lo
jusgare conveniente, ásistirá a sus juicios para informar é instruir
en el derecho, el presidente de la corte suprema de justicia ó al
guno de sus miembros.
Art. 71 .... Cuando el senado conozca de causa contra el pre
sidente de la república ó del vicepresidente en ejercicio de las fun
ciones de presidente, si no se hubiere concluido durante el tiempo
de las sesiones, continuará reunido con este solo objeto hasta fe
necerla.

TITULO 13.

De las funciones económicas y disposisiones comunes


á ambas cámaras

Art. 72 .... Ninguna de las cámaras podrá abrir sus sesiones


sin la concurrencia de las dos terceras partes de sus miembros;
pero en todo caso el número existente, cualquiera que sea, debe
reunirse y compeler á los ausentes á que concurran.
Art. 73 ....Abiertas las sesiones de cada año con el número
prescrito en el artículo anterior, podrán continuarse con la asisten
cia de los dos tercios de los miembros presentes en el lugar de las
sesiones con tal que no baje de la mitad de la totalidad de los
miembros nombrados.
Art. 74 .... Las cámaras residirán en la misma población: nin
guna podrá suspender sus sesiones por más de dos días, ni em
plasarse para otro lugar distinto, sino con el consentimiento de la
otra . En caso de diverjencia de opinion en las dos cámaras, bien
sea acerca de la nesecidad de la traslación, ó del lugar a que ha
yan de trasladarse, se reunirán; y discutida en ellas la materia,
se ejecutará lo que resuelva la mayoría absoluta de los miembros .
Art. 75 .... Cada cámara tiene el derecho de establecer los re
glamentos que deba observar en sus sesiones, debates, y delibera
ciones. Conforme á ellos , podrá correjir á los miembros que los
infrinjan, con las penas que establezca hasta espelerlos de su se
no, cuando así se desida por los dos tercios de los presentes . Po
362 JOSE GIL FORTOUL

drá también castigar á los espectadores que falten al debido res


peto, ó embarasen sus deliberaciones. Las Cámaras en la casa
de sus sesiones gozarán del derecho esclusivo de policía , y fuera
de ella, en todo lo que conduzca al libre ejercicio de sus funsio
nes.
Art. 76 ....Las resoluciones privativas de cada cámara no ne
secitan la sansión del Presidente de la república, ni el consen
timiento de la otra.
Art. 77....Las cámaras se reunirán para hacer el escrutinio,
y perfeccionar las elecciones de presidente y Vicepresidente de la
república, para determinar sobre las renuncias de estos funciona
rios, y en cualquier otro caso que ellos lo estimen nesesario, ó lo
determine la constitucion, o la ley . Presidirá entonces la reunión
el que preside al senado; y el que presidiere la cámara de repre
sentantes hará de Visepresidente .
Art. 78 .... Las sesiones de ambas cámaras serán públicas;
pero podrán ser secretas cuando ellas lo jusquen conveniente.
Art. 79 ....Las cámaras en su primera reunion, sacarán por
suerte; la del senado o uno de los dos senadores de cada provin
cia y la de representantes la mitad de los respectivos diputados ó
el número mayor, si este fuese impar: las plazas de unos y otros
quedarán vacantes al fin de los dos primeros años y se llenarán
por los colejios electorales : la otra mitad continuará en ejercicio de
sus funsiones hasta el fin del cuarto año que será remplasada.
Art. 80 ....Los senadores y representantes tienen este caracter
por la nacion, y no por la provincia que los nombra: ellos no pue
den recibir ordenes ni instrucciones particulares de las asambleas
electorales; ni de las diputaciones provinciales ; pero pueden reci
bir peticiones para promover lo que estimen conveniente en las
respectivas cámaras.
Art. 81 .... No pueden ser senadores , ni representantes el Pre
sidente y Vicepresidente de la república, los secretarios del despa
cho, los consejeros del gobierno, los ministros de la corte suprema,
los gobernadores ni los jefes militares mientras ejersan comandan
cias de armas establesidas por la ley.
Art. 82 .... El ejercicio de cualquiera otra funsion pública es
incompatible, durante las sesiones, con las de representante y se
nador.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 363

Art. 83 ....Los senadores y representantes desde el día de su


nombramiento, mientras se hallen en las sesiones, y vuelvan a sus
casas, no pueden ser demandados ni ejecutados civilmente . Tam
poco pueden ser arrestados, ni detenidos durante el tiempo de las
sesiones y el de ida y vuelta a sus casas sino por crimen, para
cuyo castigo esté impuesta la pena de muerte de lo que se dará
cuenta a la cámara respectiva, con la informacion sumaria del
hecho. En los demas casos en que un senador, o representante
haya cometido un delito que merezca otra pena corporal, o infa
mante, sin proceder, el juez á su arresto ó detención, dará desde
luego cuenta de la causa con el sumario á la cámara respectiva,
para que segun su mérito, suspenda el encausado, y lo ponga á
disposicion del juez competente.
Art. 84....Los senadores y representantes no son responsables
en ningun tiempo, ni ante ninguna autoridad, de los discursos y
opiniones que hayan manifestado en las cámaras.
Art. 85 .... Durante el período de sus destinos, no podran los
senadores y representantes admitir empleo del poder ejecutivo, si
no el asenso de escala en su carrera.
Art. 86 .... Los senadores y representantes recibirán una in
demnisacion por los días que duren las sesiones, y por viático de
ida al congreso, y vuelta á sus casas, en los términos que fije la
ley .

TITULO 14.

De las atribuciones del congreso

Art. 87....Son atribuciones del congreso: 19 Dictar las leyes


y decretos necesarios en los diferentes ramos de la administracion
pública, interpretar, reformar, derogar y abrogar las establecidas ,
y formar los códigos nacionales : 29 Establecer impuestos, derechos
y contribuciones, velar sobre su inversion, y tomar cuenta de ella
al poder ejecutivo, y demas empleados de la república: 39 Deter
minar y uniformar la ley, valor, tipo y denominacion de la mone
da: 4º Fijar y uniformar los pesos y medidas : 5º Crear los tribu
nales y jusgados que sean nesesarios: 6º Decretar la creacion y
supresion de los empleos públicos, y señalarles sueldos, disminuir
364 JOSE GIL FORTOUL

los, ó aumentarlos : 79 Decretar en cada año la fuerza de mar y


tierra, determinando la que deba haber en tiempo de paz ; y arre
glar por leyes particulares el modo de levantar y reclutar la fuerza
del ejército permanente, y la de la milicia nacional y su organiza
cion: 89 Decretar el servicio de la milicía nacional cuando lo jus
gue necesario: 99 Decretar la guerra en vista de los fundamentos
que le presente el Presidente de la república, y requerirle para que
negocie la paz : 109 Decretar la enajenación, adquicision, ó cambio
de territorios : 119 Prestar ó no su consentimiento y aprobación á
los tratados de paz , tregua, amistad , alianza, ofensiva y defensi
va, neutralidad y los de comercio concluídos por el Jefe de la re
pública: 12 Decretar los gastos públicos en vista de los presupues
tos que le presente el ejecutivo por las respectivas Secretarías, y
una suma estraordinaria para los gastos imprevistos : 13 Decretar
lo conveniente para la administracion, conservacion y enajenacion
de los bienes nacionales : 149 Contraer deudas sobre el crédito del
Estado: 15 Establecer un banco nacional : 16" Celebrar contratos
con ciudadanos, ó compañías de nacionales , ó estranjeros para la
navegacion de ríos, apertura de caminos, y otros objetos de utili
dad general: 17ª Promover por leyes la educación pública en las
universidades y colejios : el progreso de las ciencias y artes, y los
establecimientos de utilidad jeneral; y conceder por tiempo limi
tado privilejios esclusivos para su estímulo y fomento: 189 Conce
der premios y recompensas personales á los que hayan hecho
grandes servicios á Venezuela : 199 Establecer las reglas de natu
ralización: 209 Decretar honores publicos á la memoria de los gran
des hombres : 219 Conceder annistias é indultos jenerales cuando lo
exija algun grave motivo de conveniencia publica : 22 Elejir el
lugar en que deba residir el gobierno, y variarlo cuando lo estime
conveniente: 239 Crear nuevas provincias y cantones, suprimirlos,
formar otros de los establecidos, y fijar sus límites segun crea mas
conveniente para la mejor administracion, previo el informe del
poder ejecutivo y de la diputacion de la provincia á que correspon
de el territorio de que se trata : 249 Permitir, ó nó, el trancito de
tropas estranjeras por el territorio del Estado : 259 Admitir, ó nó, es
tranjeros al servicio de las armas de la republica : 269 Permitir, ó
nó, la estacion de escuadra de otra nacion en los puertos de Ve
nezuela por mas de un mes: 279 Hacer el escrutinio y perfeccionar
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 365

la eleccion de presidente y Vicepresidente de la republica, y admi


tir, ó no sus renuncias.

TITULO 15.
De la formación de las leyes y su promulgacion

Art. 88 ....Las leyes y decretos del congreso pueden tener su


orijen en cualquiera de las dos cámaras a propuesta de sus miem
bros á esepcion de las que establezcan impuestos , las cuales de
ben tenerlo nesesariamente en la de representantes.
Art. 89 ....Todo proyecto de ley que sea admitido á discusion
se leera y debatirá en tres distintas sesiones, con intervalo de un
día por lo menos y conforme á las reglas del debate .
Art. 90 ....Los secretarios del despacho asistiran á las sesio
nes cuando sean llamados por alguna de las cámaras, para que
dén informes sobre la materia que se discute.
Art. 91 ....Cuando un proyecto de ley, ó decreto no fuere ad
mitido á discucion en la cámara de su orijen, no podrá volverse á
proponer en ninguna de las cámaras hasta la lejislatura siguiente ;
pero no impedirá que alguno de sus artículos formen parte de otro
proyecto que se presente .
Art. 92 .... Los proyectos de ley ó decretos que sean admitidos
á discucion, y debatidos constitucionalmente en la cámara de su
orijen, se pasaran á la otra cámara, la cual, observando las mis
mas formalidades, prestará o rehusará su consentimiento, ó pro
pondrá los reparos, adiciones , ó modificaciones que jusque conve
niente.
Art. 93 .... Si la cámara en que haya tenido orijen la ley, jus
gare que no son fundados los reparos y modificaciones propuestos
por la otra cámara , podrá insistir con nuevas razones y esplicacio
nes que conduzcan á reunir y conciliar las opiniones de las dos
cámaras; pero si esto no pudiere lograrse , quedará sin efecto el
proyecto de ley.
Art. 94....Aunque sea aprobado por ambas cámaras un pro
yecto de ley o decreto , no tendrá fuerza de tal mientras no se man
de ejecutar por el poder ejecutivo . Si este hallare inconveniente
para su ejecucion lo devolverá con sus observaciones á la cámara
del orijen dentro de diez días contados desde su recibo.
366 JOSE GIL FORTOUL

Art. 95 ....La cámara examinará de nuevo el proyecto con las


observaciones, ú objesiones propuestas por el ejecutivo, y si las
hallare fundadas mandará archivar el proyecto.
Art. 96 .... Si la cámara del orijen, á juicio de las dos terceras
partes de los miembros presentes, no hallare fundadas las obje
siones pasará con ellas el proyecto á la otra cámara, la cual lo
examinará del mismo modo; y si creyere fundadas las objesiones
del ejecutivo, quedará también archivado el proyecto; pero si las
dos terceras partes de los miembros presentes de la segunda cá
mara estubieren de acuerdo con la cámara del orijen en que no son
fundadas las objesiones del ejecutivo, se devolverá á éste el pro
yecto para que lo mande ejecutar como ley, sin que tenga ya ar
bitrio para oponerse .
Art. 97 .... Si pasados los dies días que se fijan al ejecutivo
para mandar ejecutar la ley, no la devolviere con sus objesiones,
tendrá fuerza de ley y será promulgada como tal; á menos que
corriendo aquel término haya suspendido el Congreso sus sesiones ;
ó puestose en reseso ; en cuyo caso deberán presentarsele las obje
siones en los diez primeros días de la próxima reunion.
Art. 98 ....Al pasarse los proyectos de una cámara á otra y
al poder ejecutivo, se expresarán los días en que hayan sido dis
cutidos y las fechas de las respectivas resoluciones.
Art. 99 .... La ley que reforme otra anterior deberá redactarse
íntegramente, incluyendo en ella todas las disposiciones que que
dan vijentes y declarando abolida la ley reformada.
Art. 100 ....El Congreso, en las leyes y decretos que diere usa
rá de esta formula: "el senado y cámara de representantes de la
república de Venezuela, reunidos en congreso decretan".
Art. 101 ....Ninguna ley será obligatoria mientras no sea pu
blicada con la solemnidad debida en los lugares respectivos .
Art. 102 ....Las leyes se derogan con las mismas formalidades
y por los mismos trámites que se establesen.

TITULO 16.
Del poder ejecutivo

Art. 103 .... El Poder Ejecutivo está a cargo de un majistrado


con la denominación de Presidente de la Republica.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 367

Art. 104 .... Para ser presidente se nesesita ser venezolano por
nacimiento, y tener todas las otras cualidades que se exijen para
senador.
Art. 105 .... Para que la eleccion de presidente se tenga por
constitucional, es nesesario que se hayan reunido en favor de un
individuo las dos terceras partes de los votos de los electores que
hayan sufragado en los colejios electorales. Si de ellos resultare
el mayor numero de votos en dos ó mas individuos, comensará
el congreso su votacion concretándola á dichos individuos para
fijar los tres entre quienes deba ser electo el presidente.
Art. 106 .... Si de los colejios electorales no resultare empate
en las elecciones, ni tampoco reuniere ningun individuo la mayoría
de las dos terceras partes de sufragios , como se ha dicho en el ar
tículo anterior , escojerá el congreso los tres que hayan tenido mas
votos y procederá á elejir uno de entre ellos por escrutinio, decla
rando constitucionalmente electo al que hubiere obtenido las dos
terceras partes de los votos de los miembros presentes. Si ninguno
hubiere reunido la indicada mayoría , se repetirá el acto contra
yendose la votacion á los dos que mas se hubieren acercado á
ella: en cuyo caso, si despues de dos escrutinios mas, ninguno ob
tubiere las dos terceras partes, será bastante la mayoría absoluta :
en caso de igualdad, continuará la votación hasta obtener la ma
voria.
Art. 107 ....La eleccion del presidente se hará en sesion per
manente, de la cual no podrá retirarse sin permiso del congreso,
ninguno de los miembros que hubieren dado sus votos en el primer
escrutinio, ni entrar á ella el que no haya concurrido al mismo
escrutinio.

Art. 108 .... El presidente durará en sus funciones cuatro años,


y no podrá ser reelejido inmediatamente, sino despues de un pe
riodo constitucional por lo menos .
Art. 109 ....Las cualidades que se nesesitan para Visepresi
dente, la forma de su eleccion, y la duracion en su destino, serán
las mismas que se han designado para el presidente .
Art. 110 ....El presidente y Visepresidente del Estado serán
elejidos con diferencia de dos años el uno del otro; a cuyo efecto
el primer Visepresidente solo durará dos años.
368 JOSE GIL FORTOUL

Art. 111 .... Concluido el periodo constitucional, y llegado el


dia señalado por esta constitucion para la instalacion del congre I
so, si esta no tubiere lugar, el presidente sesará en el ejercicio 3
de las funciones ejecutivas en el mismo dia, y se encargará de 1
ellas el visepresidente, hasta que instalado el congreso dé posesion 3
al nombrado. J
Art. 112 ....El Visepresidente no podrá ser elejido presidente
para el periodo inmediato, cuando haya ejercido el poder ejecuti
vo por la mitad del periodo constitucional.
Art. 113 ....El presidente no podrá ejercer la administracion
del Estado fuera de la Capital; y tanto en los casos de ausensia 3
como de enfermedad ó suspension temporal, el visepresidente se
encargará de sus funciones, y si faltare el presidente por muerte,
dimicion, destitucion o privacion de su plaza el visepresidente se
encargará del ejercicio del poder ejecutivo hasta concluir el perio
do constitucional.
Art. 114 ....Las faltas temporales del presidente y visepresi
dente de la republica seran suplidas por el que haya sido nombra
do visepresidente del consejo de gobierno por sus mismos miem
bros; y en caso de muerte, dimicion, privacion , ó incapacidad del
visepresidente encargado del poder ejecutivo, le subrogará en sus
funciones el mismo visepresidente del consejo de gobierno hasta
nueva eleccion de presidente y vicepresidente de la republica, con
cuyo objeto se espedirán inmediatamente las ordenes necesarias pa
ra que se reunan los colejios electorales .
Art. 115 .... El presidente y visepresidente elejidos en este ca
sc, solo durarán por el tiempo que falte para completar el periodo
Constitucional .
Art. 116 .... El presidente y visepresidente recibirán por sus
servicios la indemnisacion anual que la ley les señale, y no será
aumentada ni disminuida en el tiempo que desempeñen sus des
tino's.
Art. 117 .... El presidente es el Jefe de la administracion jene
ral de la republica , y como tal tiene las atribuciones siguientes: 1ª
Conservar el orden y tranquilidad interior, y asegurar el Estado
contra todo ataque esterior: 2º Mandar ejecutar, y cuidar de que se
promulguen y ejecuten las leyes, decretos y actos del congreso :
3º Convocar el congreso en los períodos ordinarios; y también es
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 369

traordinariamente con previo consentimiento, ó á peticion del con


sejo de gobierno, cuando lo exija la gravedad de alguna ocurren
cia: 4 Tiene el mando supremo de las fuerzas de mar y tierra
para la defensa de la republica: 59 Llamar las milicias al servicio
cuando lo haya decretado el congreso : 69 Declarar la guerra á
nombre de la republica, previo el decreto del congreso: 7ª Dirijir las
negociaciones diplomaticas, celebrar tratados de tregua, paz, amis
tad, alianza ofensiva y defensiva, neutralidad y comercio, debien
do preseder la aprobación del congreso para prestar ó denegar
su ralificacion á ellos : 89 Nombrar y remover los secretarios del
despacho: 9 Nombrar con acuerdo del consejo de gobierno los
ministros plenipotenciarios, enviados y cualesquiera otros ajentes
diplomáticos, cónsules, visecónsules y ajentes comerciales : 109
Nombrar con previo acuerdo y consentimiento del senado para to
dos los empleos militares desde coronel y capitán de navío inclu
sive arriba; y á propuesta de los jefes respectivos para todos los
inferiores, con calidad de que estos últimos nombramientos tengan
siempre anexo el mando efectivo; pues quedan abolidos de ahora
en adelante todos los grados militares, sin mando: 11ª Conceder re
tiros y licencias a los militares y á otros empleados segun lo de
termine la ley: 129 Espedir patentes de navegacion; y tambien
de corso y represalias cuando el congreso lo determine, o en su
reseso, con el consentimiento del consejo de gobierno: 139 Conceder
cartas de naturaleza conforme á la ley: 149 Nombrar á propuesta
en terna de la corte suprema de justicia, los ministros de las cortes
superiores: 15: Nombrar los gobernadores de las provincias á pro
puesta en terna de la respectiva diputacion provincial: 169 Nom
brar para todos los empleos civiles, militares y de hazienda, cuyo
nombramiento no se reserve á alguna otra autoridad, en los tér
minos que prescriba la ley: 17ª Suspender de sus destinos á los
empleados en los ramos dependientes del poder ejecutivo, cuando
infrinjan las leyes, ó sus decretos , u ordenes, con calidad de po
nerlos a disposicion de la autoridad competente, dentro de tres
dias, con el sumario ó documentos que hayan dado lugar á la sus
pension, para que los jusgue : 189 Separar á los mismos empleados
cuando por incapacidad ó neglijencia desempeñen mal sus fun
ciones, presediendo para ello el acuerdo del consejo de gobierno:
19º Cuidar de la recaudacion é inversion de las contribuciones y

24-III
370 JOSE GIL FORTOUL

rentas publicas con arreglo á las leyes: 20 Cuidar de que la


justicia se administre pronta y cumplidamente por los tribunales
y jusgados, y que sus sentencias se cumplan y ejecuten: 219 En
favor de la humanidad puede conmutar las penas capitales con
previo acuerdo y consentimiento del consejo de gobierno, á pro
puesta del tribunal que conozca de la causa en ultima instancia,
ó á exitacion del mismo ejecutivo, siempre que ocurran graves y
poderosos motivos, escluyendo de esta atribucion los que hayan
sido sentenciados por el senado.
Art. 118 .... En los casos de conmocion interior á mano arma
da que amenaze la seguridad de la republica, ó de invasion este
rior repentina, el presidente del estado ocurrirá al congreso, si está
reunido, para que le autorize ; ó en su reseso al consejo de gobier
no para que considerando la exijencia, segun el informe del ejecu
tivo le acuerde las facultades siguientes: 1ª Para llamar al servicio,
aquella parte de la milicia nacional, que el congreso ó el consejo
de gobierno considere nesesaria: 29 Para exijir antisipadamente las
contribuciones que uno ú otro cuerpo jusque adecuadas; o para
negociar por via de emprestito las sumas suficientes , siempre que
no puedan cubrirse los gastos con las rentas ordinarias: 3ª Para
que siendo informado, de que se trama contra la tranquilidad ó
seguridad interior ó esterior del Estado, pueda espedir ordenes por
escrito de comparesencia ó arresto contra los indiciados de este
crimen, interrogarlos, ó hacerlos interrogar, debiendo poner los
arrestados, dentro de tres días á dispocision del juez competente,
á quien pasará el sumario informativo que dió lugar al arresto,
siendo esta última autorisacion temporal; 4º Para conceder amnis
tías ó indultos jenerales o particulares .
Art. 119 ....Siempre que el consejo de gobierno, por estar en
reseso el congreso, acuerde que el poder ejecutivo pueda usar de
una ó mas de estas medidas, publicará nesesariamente el acto de
su acuerdo, y la circulará á las demas autoridades.
Art. 120 ....El encargado del poder ejecutivo dará cuenta al
congreso, en su proxima reunion, de todos los actos que haya eje
cutado en uso de estas autorisasiones.
Art. 121 ....No puede el presidente de la republica: 1º Salir
de su territorio mientras ejersa el poder ejecutivo, y un año des
pues: 2º Mandar en persona la fuerza de mar y tierra, sin previo
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 371

acuerdo y consentimiento del congreso: 3° Emplear la fuerza ar


mada permanente en caso de conmocion interior, sin previo acuer
do y consentimiento del consejo de gobierno: 4º Admitir estranjeros
al servicio de las armas en clase de oficiales y jefes, sin previo
consentimiento del congreso : 5º Espulsar fuera del territorio, ni pri
var de su libertad á ningun venezolano, esepto en el caso del ar
ticulo 118, ni imponer pena alguna; 6º Detener el curso de los pro
sedimientos judiciales, ni impedir que las causas se sigan por tra
mites establecidos en las leyes: 79 Impedir que se hagan las elec
ciones prevenidas en la constitucion, ni que los elejidos desempe
ñen sus encargos : 89 Disolver las camaras, ni suspender sus se
siones.
Art. 122 ....El presidente ó vicepresidente encargado del poder
ejecutivo es responsable en los casos siguientes : 19 De traicion
contra la republica, bien sea para someterla á una potencia estran
jera, ó bien para variar la forma de gobierno reconosida y jurada:
2º De infraccion de esta constitucion: 3º De alguno de aquellos crí
menes que por las leyes se castigan con pena capital ó infamante.

TITULO 17.

Del consejo de gobierno

Art. 123 ....Habrá un consejo de gobierno compuesto del Vice


presidente de la republica, que lo presidirá, de cinco consejeros,
y de los Secretarios del despacho.
Art. 124 .... Uno de los cinco consejeros será un miembro de
la corte suprema de justicia, nombrado por ella cada dos años.
Los otros cuatro serán nombrados por las dos camaras del congre
so reunidas en una de sus primeras sesiones, cada cuatro años y
serán remplasados por mitad cada dos años. La mitad de los cua
tro primeros nombrados saldrá por la suerte al cabo de los dos
primeros años.
Art. 125 .... El consejo elejirá cada dos años un visepresidente
de entre los miembros que no sean nombrados por el ejecutivo
para que remplase las faltas del visepresidente del Estado. Las
del visepresidente del consejo serán suplidas por el consejero mas
antiguo de los nombrados por el congreso.
372 JOSE GIL FORTOUL

Art. 126 .... Para ser consejero se requieren las mismas cuali
dades que para senador, pero el consejero que fuere elejido para
suplir la falta del visepresidente de la republica, deberá ser vene
zolano por nacimiento.

Art. 127....Son deberes del consejo: 1º Dar su voto consultivo


á cerca de los casos del paragrafo 9º del articulo 87 y de los para
grafos 7º 149 15º y 16º del articulo 117, y en todos los demas nego
cios graves en que el poder ejecutivo lo exija: 2: Prestar, ó no su
consentimiento en los casos de los paragrafos 3° 9° 12° 18° y 21°
del mismo articulo: 3º Acordar durante el reseso del congreso las
medidas del articulo 118.

Art. 128 .... El consejo no celebrará sus sesiones sin la concu


rrencia de la mayoria absoluta de la totalidad de sus miembros.

Art. 129 .... La falta de los secretarios del despacho en el con


sejo, las suplen los que desempeñan sus funciones ; y la del miem
bro de la corte suprema, el que esta le nombre por suplente. La
de cualquiera de los nombrados por el congreso, cuando sea por
enfermedad grave, por muerte, ó por promocion á la presidencia
del Estado serán remplasados, por dos suplentes elejidos bienal
mente en las mismas sesiones en que se nombren los principales .

Art. 130 .... El consejo tendrá tres sesiones ordinarias en la se


mana, y las estraordinarias que convoque el presidente de la re
publica.

Art. 131 .... Procederá en sus resoluciones á pluralidad abso


luta de votos, esepto en los casos del artículo 118, para cuya reso
lucion será necesario el concurso de los votos de las dos terceras
partes por lo menos de todos los miembros de que conste el con
sejo.
Art. 132 .... Llevará un registro de todos sus dictamenes, de
que pasará cada año al congreso una copia autentica , eseptuando
solamente los negocios reservados mientras sea nesesaria la re
serva.

Art. 133 .... Los miembros del consejo de gobierno son ren
ponsables de sus dictamenes, que por tanto deben firmar, y del
mal desempeño de sus oficios.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 373

TITULO 18.

De los secretarios del despacho

Art. 134 .... Se establesen para el despacho de los negocios


correspondientes al poder ejecutivo tres secretarias: una del inte
rior y justicia; otra de hacienda; y otra de guerra y marina. El
ejecutivo agregará á cualquiera de ellas el despacho de las rela
ciones esteriores .

Art. 135 ....Para ser secretario del despacho se requieren las


mismas cualidades que para ser representante, y la aptitud nece
saria para desempeñar el destino que se le confía .

Art. 136 ....Los secretarios son los organos presisos, é indis


pensables del gobierno, y como tales deben autorizar todos los de
cretos, reglamentos, ordenes y providencias que espidieren. Las
que no estén autorizadas por el respectivo secretario, no deben ser
ejecutadas por ningun tribunal, ni persona publica ó privada, aun
que aparezcan firmadas por el presidente de la republica.

Art. 137 ....Los secretarios del despacho daran cuenta á cada


camara en sus primeras sesiones, del estado de sus respectivos
ramos; y ádemas, cuantos informes se les pida por escrito ó de
palabra , reservando solamente lo que no convenga publicar.

Art. 138 .... Son responsables los secretarios: 19 Por traicion


contra la republica, bien sea para someterla á una potencia estran
jera, ó bien para variar la forma de gobierno reconocida y jurada:
2º Por soborno ó cohecho en los negocios de su encargo, ó en las
elecciones de funcionarios públicos : 3º Por infraccion de la consti
tucion y de las leyes: 49 Por malversasion de los fondos publicos .

Art. 139 ....No salva á los secretarios de responsabilidad la


orden verval, ó por escrito del presidente de la republica.

Art. 140 ....Los secretarios del despacho se reuniran en conse


jo para tratar de los negocios jenerales de la administracion, auxi
liar con sus luces al presidente, y arreglar las providencias que ha
yan de espedirse por cada uno.
374 JOSE GIL FORTOUL

TITULO 19.

Art. 141 .... La administracion de justicia está á cargo de una


corte suprema, de cortes superiores, de jusgados de primera ins
tancia y de los demas tribunales creados por la ley.
Art. 142 ....En las causas criminales, la justicia se adminis
trará por jurados conforme lo disponga la ley.
Art. 143 ....Los congresos constitucionales acordarán el tiem
po y modo de ir introduciendo el juicio por jurados en las otras
causas.

TITULO 20.

De la suprema corte de justicia

Art. 144 .... La primera magistratura judicial del Estado residi


rá en la corte suprema de justicia que se compondrá de un presi
dente, tres vocales, y un fiscal.
Art. 145 .... Para ser ministro de la corte suprema se necesita:
1º Ser venezolano : 2º Haber cumplido cuarenta años de edad: 3º
Haber sido magistrado en alguna corte superior, y mientras estas
se establescan, podrán serlo los abogados que hubieren ejercido
con credito su profesion por diez años.
Art. 146 .... Los ministros de la corte suprema seran propuestos
por el Presidente de la Republica á la camara de representantes en
numero triple. La camara reduce este número al doble, y lo pre
senta al Senado para que este nombre los que deban componerla.
El mismo orden se seguirá para llenarse las vacantes: pero si el
congreso no estubiere reunido, el Poder Ejecutivo, de acuerdo con
el consejo de gobierno, proveerá interinamente las plazas hasta
que se haga la eleccion en la forma dicha.
Art. 147 .... Son atribuciones de la corte suprema de justicia :
1º Reunirse con la camara del senado para juzgar y sentenciar en
las causas que se formen contra el Presidente de la Republica, y
vicepresidente encargado del Poder Ejecutivo en los casos del ar
tículo 122; y contra el mismo Vicepresidente cuando no esté encar
gado del Poder Ejecutivo, contra los consejeros del gobierno, los
secretarios del Despacho, y los miembros de la misma corte supre
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 375

ma por crimenes de estado, conforme al articulo 67: 2º Conocer,


previa la suspension decretada por el Poder Ejecutivo, de las cau
sas de responsabilidad, qué, pr. mal desempeño en el ejercicio de
sus funciones, se formen á los secretarios del despacho; y ademas
decretar la suspension, y conocer de las causas que se formen por
delitos comunes contra el Vicepresidente de la Republica , cuando
no esté encargado del Poder Ejecutivo, y contra los consejeros de
gobierno, secretarios del despacho, y miembros de la misma corte:
3º Conocer de las causas contenciosas de los plenipotenciarios , ó
ministros enviados cerca del gobierno de la republica, en los casos
permitidos pr. el derecho publico de las naciones, y conforme á los
tratados que se hayan celebrado: 4ª Conocer de las causas de res
ponsabilidad que se formen á los agentes diplomaticos de la re
publica por mal desempeño de sus funciones: 5° Conocer de las
controversias que resultaren de los contratos, y negociaciones que
celebre el Poder Ejecutivo por si, o por medio de ajentes: 6º Cono
cer de los recursos de queja que se interpongan contra las cortes
superiores por abuso de su autoridad , omision, denegacion , ó retar
do de la administracion de justicia, y de las causas de responsa
bilidad que se susciten contra los magistrados de las mismas cortes
superiores: 7ª Proponer en terna al Poder Ejecutivo los que deban
ser nombrados para ministros de las cortes superiores de justicia
de entre los letrados que propongan las diputaciones provinciales
del distrito: 89 Dirimir las competencias entre los tribunales supe
riores , y las de estos con los demas juzgados : 9º Conocer de los
recursos de nulidad contra las sentencias definitivas dadas en ul
tima instancia por las cortes superiores : 109 Oir las dudas de los
demas tribunales sobre la inteligencia de alguna ley, y consultar
sobre ella al congreso por el conducto del Poder Ejecutivo, si las
considerare fundadas para la conveniente declaratoria : 11ª Infor
mar al congreso todo lo conveniente para la mejora de la adminis
tracion de justicia ; y ejercer las demas atribuciones que determine
la ley .

Art. 148 ....Los miembros de la suprema corte de justicia son


responsables y sujetos á juicio ante el Senado: 1 ° Por delitos de
traicion contra la independencia, y la forma de gobierno reconocida
y jurada: 2º Por cohecho .
376 JOSE GIL FORTOUL

Art. 149 .... Las causas de responsabilidad contra los majistra


dos de la corte suprema por mal desempeño en el ejercicio de sus
funciones se iniciaran ante la camara de representantes, y se ter
minará en el Senado, conforme á los artículos 57 y 67.

TITULO 21

De las cortes superiores de justicia

Art. 150 .... Para facilitar la administracion de justicia habrá


por lo menos tres distritos judiciales, y en cada uno de ellos una
corte superior, cuyas atribuciones serán designadas por la ley.
Art. 151 .... Para ser majistrado de las cortes superiores se ne
cesita: 19 Ser Venezolano: 29 Ser abogado no suspenso: 3º Tener
treinta años de edad : 4º Haber sido juez, asesor, ó auditor por tres
años á lo menos, ó haber ejercido por cinco años con buen credito
la profesion de abogado.
Art. 152 ....La ley organizará los tribunales de primera instan
cia, y designará su duracion, sus atribuciones, y modo de desem
peñarlas.
TITULO 22.

Disposiciones jenerales en el orden judicial

Art. 153 .... Los magistrados y jueces no podrán ser suspen


didos de sus destinos sino por acusacion legalmente admitida, ni
depuestos, sino por causa probada y sentenciada.
Art. 154 .... Los ministros de la corte suprema y cortes superio
res durarán en sus empleos cuatro años, renovandose por mitad
cada dos años, y pudiendo ser reelegidos .
Art. 155 ....Todos los tribunales y juzgados están obligados á
motivar Y fundar sus sentencias .

TITULO 23.

De la administracion interior de las provincias

Art. 156 .... En cada provincia habra una diputacion compues


ta de un diputado pr. cada cantón, nombrados conforme ál articulo
36, y siguiente de esta constitucion; y la provincia que tenga me
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 377

nos de siete cantones, nombrará sin embargo, siete diputados dis


tribuidos segun su poblacion.
Art. 157 .... Para ser diputado se requiere tener las cualidades
de representante, y sus funciones durarán cuatro años, renovándo
se por mitad cada dos años.
Art. 158 ....No podrá ser diputado el que no pueda ser repre
sentante .
Art. 159 .... Las diputaciones provinciales se reunirán el día
primero de noviembre de cada año en la capital de la provincia.
Art. 160 ....Cada reunion ordinaria durará treinta dias: en ca
so necesario, y si lo acordaren las dos terceras partes de los miem
bros presentes, podrá ser prorrogada por algunos días mas hasta
doce .
Art. 161 ....Son funciones de las diputaciones provinciales : 1º
Informar á la camara de representantes las infracciones y abusos
que se hayan cometido contra la constitucion; y las leyes, y velar
en el esacto cumplimiento de estas: 2º Denunciar al Poder Ejecuti
vo, ó á la camara de representantes con los datos necesarios , los
abusos, y mala conducta del gobernador, y demás empleados de
la provincia : los abusos, malversacion, y poca eficacia en la recau
dacion, inversion, y manejo de las rentas del Estado: 3º Presentar
á la corte suprema de justicia tantos letrados con las cualidades
necesarias , cuantas sean las plazas que hayan de proveerse en la
corte superior del distrito á que cada provincia corresponda , á fin
de que la corte suprema forme de entre los presentados una terna
para el nombramiento de cada Ministro: 49 Presentar ál Poder Eje
cutivo ternas para el nombramiento de gobernadores, y pedir la
remosion de estos empleados cuando falten á sus deberes, y su
continuacion sea perjudicial ál bien de la provincia: 59 Pedir á la
autoridad eclesiastica , con los datos necesarios , la remosion de los
parrocos que observen una conducta notoriamente reprensible, y
perjudicial al bien de sus feligreses : 69 Presentar al gobernador ter
nas på el nombramiento de Jefes del canton, y de los empleados
en la administracion de las rentas provinciales: 79 Recibir de las
corporaciones , y ciudadanos de la provincia las peticiones, repre
sentaciones, é informes que se les dirijan para hacer uso de ellas,
si són de su inspeccion ó darles el curso conveniente : 8º Supervi
gilar en el cumplimiento de la ley de manumision, y ejercer las
378 JOSE GIL FORTOUL

demas atribuciones que ella les designe: 9º Hacer con proporcion


el repartimiento de las contribuciones que decrete el congreso en
tre los cantones de cada provincia: 109 Hacer segun la ley el re
parto de reemplazos p . el ejercito, y armada con que deba con
tribuir la provincia: 11ª Establecer impuestos provinciales, ó muni
cipales en sus respectivas provincias para proveer á sus gastos, y
arreglar el sistema de su recaudacion, é inversion: determinar el
numero, y dotacion de los empleados en este ramo, y los demas
de la misma clase q. estén bajo su inspeccion: liquidar, y fenecer
sus cuentas respectivas: 12 Contratar emprestitos sobre los fon
dos provinciales ó municipales para las obras de sus respectivos
territorios: 13 Resolver sobre la adquisicion, enajenacion, o cam
bio de edificios, tierras, ó cualesquiera otros bienes que pertenez
can á los fondos provinciales, o municipales : 149 Establecer ban
cos provinciales : 15° Fijar y aprobar anualmente el presupuesto
de los gastos ordinarios y estraordinarios que demande el servicio
municipal en cada provincia : 169 Formar los reglamentos que sean
necesarios para el arreglo, y mejora de la policia urbana, y rural
segun lo disponga la ley, y velar sobre su ejecucion: 179 Promo
# ver y establecer por todos los medios que esten á su alcance, es
cuelas primarias y casas de educacion en todos los lugares de
la provincia, y al efecto podrán disponer, y arreglar, del modo
que sea mas conveniente, la recaudacion y administracion de los
fondos afectos a este objeto, cualquiera que sea su origen: 189
Promover, y decretar la apertura de caminos, canales, y posadas;
la construccion de puentes, calsadas , hospitales, y demas estable
cimientos de beneficencia y utilidad publica, que se consideren
necesarios para el bien y prosperidad de la provincia, pudiendo á
este fin aceptar, y aprobar definitivamente las propuestas que se
hagan por compañias, ó particulares , siempre que no sean opues
tas a alguna ley de la republica: 199 Procurar la mas facil, y pron
ta comunicacion de los lugares de la provincia entre si, y de estos
con los de las vecinas, la navegacion interior, el fomento de la
agricultura, y comercio p' . los medios que estén á su alcance, no
siendo contrarios á alguna ley: 209 Favorecer p' . todos los medios
posibles los proyectos de inmigracion, y colonizacion de estranje
ros industriosos : 219 Acordar el establecimiento de nuevas pobla
ciones, y la traslacion de las antiguas á lugares mas convenientes ;
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA
379

y promover la creacion, supresion, ó reunion de cantones en la


respectiva provincia : 229 Conceder temporalmente, y bajo deter
minadas condiciones privilegios esclusivos en favor del autor, ó
autores de algun invento util, é ingenioso, y á los empresarios de
obras publicas, con tál que se consideren indispensables para su
ejecucion, y no sean contrarios á los intereses de la comunidad :
23º Pedir al congreso , ó al Poder Ejecutivo , segun la naturaleza de
las peticiones , cuanto juzguen conveniente á la mejora de la pro
vincia, y no esté en las atribuciones de las diputaciones..
Art. 162 .... Las ordenanzas o resoluciones de las diputaciones
provinciales se pasarán para su ejecución al gobernador, quien
tendrá el derecho de objetarlas en el termino de cinco dias: Las ob
jeciones que hiciere el gobernador serán consideradas por la dipu
tacion y si esta insistiere en su acuerdo por el voto de las dos ter
ceras partes de sus miembros, se llevará a efecto la resolucion.
Art. 163 ....Concluidas las sesiones pasarán las diputaciones
copia de las resoluciones espedidas á la camara de representan
tes para que el congreso las apruebe, siempre que no sean con
trarias á ley espresa de la Republica; aunque, este requisito no
impedirá que comiencen á tener efecto en la provincia respectiva.

Art. 164 .... Las dudas y diferencias que ocurran entre diver
sas diputaciones provinciales las resolverá el congreso, suspen
diéndose entre tanto las determinaciones que las hayan motivado.
Art. 165 ....Los miembros de las diputaciones provinciales go
zan de inmunidad en sus personas y bienes durante las sesiones,
y mientras van á ellas, y vuelven a sus casas, escepto en los ca
sos de traicion, o de otro delito que merezca pena corporal en cuyo
caso se observará lo dispuesto en el articulo 83; y no son respon
sables por los discursos y opiniones que hayan manifestado en las
sesiones, ante ninguna autoridad ni en ningun tiempo .
Art. 166 .... Las diputaciones provinciales asignarán con apro
bacion del congreso la indemnizacion que deban gozar sus miem
bros p' . dietas y viático de ida y vuelta á sus casas.
Art. 167 ....No podrán deliberar sobre ninguno de los nego
cios comprendidos en las atribuciones del congreso, y del Poder
Ejecutivo, ni dictar ordenes ó celebrar acuerdos contrarios á la cons
titucion ó á las leyes.
380 JOSE GIL FORTOUL

Art. 168 ....Nunca podran apropiarse la voz del pueblo para


ejercer otras atribuciones que las que se les señalen en esta cons
titucion, ó les designe la ley. Todo procedimiento en contrario es
atentatorio contra el orden y seguridad publica.
Art. 169 .... Los miembros de las diputaciones provinciales se
rán responsables por los escesos que cometan en el uso de las atri
buciones q' les estén designadas.

TITULO 24.
De los gobernadores de provincia y Jefes de Canton

Art. 170 .... El regimen superior político de las provincias esta


rá a cargo de un gobernador, dependiente del Poder Ejecutivo de
quien és ajente natural é inmediato, y por su conducto se comu
nicarán, y circularan en la provincia las ordenes relativas á la
administracion .
Art. 171 ....En todo lo que pertenece al orden y seguridad de
la provincia, y á su gobierno politico y economico están subor
dinados ál gobernador los funcionarios publicos de cualquiera cla
se, que residan dentro de la misma provincia.
Art. 172 .... Para ser gobernador se necesitan las mismas cua
lidades que para representante; pero no se requiere ser nacido,
ni estar domiciliado en la provincia.
Art. 173 ....La duracion de los gobernadores será de cuatro
años.
Art. 174 .... Corresponde á los gobernadores convocar estra
ordinariamente las diputaciones provinciales, en todos los casos q.
sea necesario conforme á esta Constitucion.
Art. 175 .... Las demas atribuciones de los gobernadores serán
designadas por la ley.
Art. 176 .... Los cantones serán regidos por un empleado subor
dinado á los gobernadores cuya denominacion, duracion, y fun
ciones determinará la ley.
Art. 177 .... La autoridad militar nunca estará reunida á la
civil.
Art. 178 .... Habrá jueces de páz en cada una de las parro
quias, y en todos los lugares donde convenga: la ley determinará
su duracion, sus atribuciones, y la forma de sus nombramientos.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA
381

Art. 179 .... Se establecerán consejos municipales en las ca


beceras de canton, cuyas atribuciones, duracion, y forma de elec
cion designará la ley; y la diputacion provincial respectiva el nu
mero de sus miembros.

TITULO 25.

De la fuerza armada

Art. 180 ....La fuerza armada es esencialmente obediente, y


jamás puede deliberar. Se dividirá en ejercito permanente , fuer
za naval, y milicia nacional.
Art. 181 .... El ejercito permanente será destinado á guardar
los puntos importantes de la republica, y estará siempre á las or
denes de los jefes militares.
Art. 182 .... Los individuos de la fuerza armada de mar, y tie
rra en actual servicio, estarán sujetos á las leyes militares.
Art. 183 ....Los oficiales del ejercito, y marina no pueden ser
destituidos de sus empleos sino p' . sentencia pronunciada en jui
cio competente.
Art. 184 .... La milicia nacional estará a las ordenes del gober
nador de la provincia, quien la llamará al servicio, cuando el
Poder Ejecutivo lo ordene, en virtud del Acuerdo del Congreso, ó
del consejo de gobierno en receso de aquel, con arreglo al articu
lo 118, ó para obrar dentro de la provincia en caso de conmocion
súbita, y en el modo que determine su ley orgánica .

TITULO 26.

Disposiciones jenerales

Art. 185 ....Todos los funcionarios publicos son responsables


de su conducta en el ejercicio de sus funciones, conforme á lo dis
puesto en esta constitucion y las leyes.

Art. 186 .... Ningun funcionario publico espedirá , obedecerá,


ni ejecutará ordenes manifiestamente contrarias á la constitucion,
ó las leyes, ó que violen de alguna manera las formalidades esen
382 JOSE GIL FORTOUL

ciales prescritas por estas; ó que sean expedidas por autoridades


manifiestamente incompetentes .
Art. 187 .... Los que espidieren, firmaren, ejecutaren, ó man
daren ejecutar decretos , ordenes, ó resoluciones contrarias á la
constitucion, y leyes que garantizen los derechos individuales,
igualmente que los que las ejecuten, son culpables, y deben ser
castigados conforme á las mismas leyes.
Art. 188 ....La libertad civil, la seguridad individual, la pro
piedad y la igualdad ante la ley se garantizan á los venezolanos.
Art. 189 .... La libertad que tienen los venezolanos de reclamar
sus derechos ante los depositarios de la autoridad publica, con la
moderacion y respeto debido, en ningun tiempo será impedida ni
limitada. Todos por el contrario deberán hallar un remedio pron
to, y seguro, con arreglo á las leyes, de las injurias y daños que
sufrieren en sus personas, en sus propiedades, en su honor, y es
timacion.
Art. 190 .... Los venezolanos tienen la libertad de terminar sus
diferencias p¹. arbitros; aunq. esten iniciados los pleitos : mudar su
domicilio: ausentarse del Estado, llevando consigo sus bienes, y
volver á él, con tal que observen las formalidades legales ; y de
no hacer todo lo que está prohibido por la ley.
Art. 191 ....Toda casa de venezolano es un asilo inviolable.
Ella por tanto no podrá ser allanada, sino en los precisos casos, y
con los requisitos prevenidos por la ley.
Art. 192 .... Es tambien inviolable el secreto de los papeles
particulares, asi como de las cartas: ellas no podran ser leidas ni
abiertas, sino pr . autoridad competente , en los casos que designe
la ley.
Art. 193 ....Todo venezolano puede representar por escrito ál
Congreso, ál Poder Ejecutivo, y demas autoridades constituidas ,
cuanto considere conveniente ál bien jeneral del Estado; pero nin
gun individuo, ó asociacion particular podrá hacer peticiones en
nombre del pueblo, ni menos arrogarse la calificacion de pueblo.
Cuando muchos individuos dirigieren alguna peticion al congreso.
ál Poder Ejecutivo, y demas autoridades , todos serán responsables
de la verdad de los hechos , y los cinco primeros que suscribieren
quedan responsables de la identidad de todas las firmas.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 383

Art. 194 ....Todos los venezolanos tienen derecho de publicar


sus pensamientos y opiniones de palabra, ó por medio de la pren
sa, sin necesidad de previa censura; pero bajo la responsabilidad
que determine la ley.
Art. 195 .... Ningun venezolano puede ser distraido de sus
jueces naturales, ni juzgado por comisiones especiales, ó tribunales
estraordinarios.
Art. 196 .... Ningun venezolano podrá ser juzgado , y mucho
menos castigado, sino en virtud de ley anterior a su delito, ó ac
cion, y despues de habersele citado, oido, y convencido legalmen
te .

Art. 197 ....Ningun venezolano será obligado a dar testimonio


con juramento contrasimismo en causa criminal, ni tampoco lo se
rán reciprocamente entresi, los ascendientes, y descendientes; y
los parientes hasta el cuarto grado civil por consanguinidad, y se
gundo de afinidad, ni los conyujes.
Art. 198 .... Nadie puede ser preso, ni arrestado sino por auto
ridad competente, á menos que sea hallado en fragante delito, en
cuyo caso cualquiera puede arrestarle para conducirle á presencia
del juez .
Art. 199 ....En negocios criminales ninguno puede ser preso,
ni arrestado, sin que preceda informacion sumaria de haberse co
metido un hecho que merezca pena corporal, y fundados indicios
de haberlo cometido la persona que se prende ó arresta, la que
deberá ser puesta en libertad bajo fianza en cualquiera estado de la
causa en q. se vea que no puede imponerse dicha pena.
Art. 200 ....Para la detencion, ó arresto debe espedirse previa
mente una orden firmada p'. la autoridad competente, en que se
esprese el motivo, y se dará copia de ella ál arrestado . Sin esta
orden que se espedirá en el acto ningun carcelero recibirá la per
sona en arresto: dentro de cuarenta y ocho horas se espedirá la
orden de prision, con arreglo al articulo anterior.
Art. 201 ....La detencion arbitraria será castigada conforme
a la ley. El culpable indemnizará al agraviado los perjuicios que
le ocasionare.
Art. 202 ....Preso un venezolano, acto continuo, si fuere posi
ble, se le recibirá su declaracion con cargos, no defiriendose esta
por mas tiempo que el de tres dias.
JOSE GIL FORTOUL
384

Art. 203 ....El carcelero, ó alcaide no podrá prohibir al preso


la comunicacion, sino en el caso de que la orden de prision con
tenga la clausula de incomunicacion. Esta no puede durar mas
de tres dias, y nunca usará de otras presiones, ó seguridades, que
las que espresamente le haya prevenido el jues por escrito.
Art. 204....Son culpables, y estan sujetos á las penas de de
tencion arbitraria: 19 Los que sin poder legal, arrestan, hacen, ó
mandan arrestar á cualquiera persona: 2º Los que con dicho poder
abusan de él, arrestando ó mandando arrestar, ó continuando en
arresto á cualquiera persona fuera de los casos determinados por
la ley , ó contra las formulas qe. haya prevenido, ó en lugares que
no estén publicamente conocidos por carceles: 3° Los alcaides, ó
carceleros que contravengan á lo dispuesto en los articulos 198 ,
200, y 203.
Art. 205 ....La infamia que afecta á algunos delitos nunca será
trascendental á la familia, ó descendientes del delincuente.
Art. 206 .... Queda abolida toda confiscacion de bienes, y toda
pena cruel. El codigo criminal limitará en cuanto sea posible la
imposicion de pena capital.
Art. 207 .... No se usará jamás del tormento, y todo tratamien
to que agrave la pena determinada por la ley és un delito.
Art. 208 ....Ninguno podrá ser privado de la menor porsion
de su propiedad, ni será aplicada á ningun uso publico sin su
consentimiento, ó el del congreso. Cuando el interes comun legal
mente comprobado asi lo ecsija, debe presuponerse siempre una
justa compensacion.
Art. 209 .... Ningun jenero de trabajo, de cultura, de industria,
o de comercio, será prohibido á los venezolanos, escepto aquellos
que ahora son necesarios para la subsistencia de la republica , que
se libertarán por el congreso cuando lo juzgue oportuno, y conve
niente. Tambien se esceptuan todos los que sean contrarios á la
moral, y salubridad publica .
Art. 210 ....No se estraerá del Tesoro publico cantidad alguna
para otros usos que los determinados por la ley, y conforme á los
presupuestos aprobados por el congreso; que precisamente se pu
blicarán.
Art. 211 ....Venezuela por su transformacion politca no altera
sus comprometimientos con respecto á la deuda publica, y arre
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 385

glará su pago pt . convenios, y tratados con las demas secciones


que formaban la republica de Colombia.
Art. 212 ....Se prohibe la fundacion de mayorazgos, y toda
clase de vinculaciones.

Art. 213 ....No se podrá conceder titulo alguno de nobleza,


honores, ó distinciones hereditarios, ni crear empleos, ú oficio algu
no, cuyos sueldos, ó emolumentos, puedan durar mas tiempo que
el de la buena conducta de los que los servian.
Art. 214 .... Cualquiera persona que ejerza algun empleo de
confianza , ú honor, bajo la autoridad de Venezuela, no podrá acep
tar regalo, título, ó emolumento de algun Rey, Principe, ó Estado
estranjero sin el consentimiento del congreso.
Art. 215 .... Las contribuciones se repartirán proporcionalmen
te, y se cobrarán á los que deban pagarlas, sin escepcion alguna
de fuero ó privilegio .

Art. 216....Los militares en tiempo de paz no podrán acuar


telarse, ni tomar alojamiento en las casas de los demas Venezola
nos, sin el consentimiento de sus dueños; ni en tiempo de guerra,
sino en marcha, y de orden firmada por la autoridad civil confor
me á las leyes. El perjuicio que en este caso se infiera ál propie
tario será indemnizado por el Estado con cargo ál que lo causare.
Art. 217 .... Todo inventor tendrá la propiedad de sus descu
brimientos, y de sus producciones. La ley le asignará un privile
gio temporal, ó resarcimiento de la perdida que tenga en el caso
de publicarlo .
Art. 218 ....Todos los estranjeros de cualquiera nacion serán
admitidos en Venezuela. Asi como están sujetos á las mismas le
yes del Estado que los otros ciudadanos, también gozarán en sus
personas, y propiedades de la misma seguridad que estos; sin que
por esta disposicion queden invalidadas, ni alteradas aquellas es
cepciones de que disfrutan, segun los tratados vigentes.

Art. 219 .... Ningun Venezolano deberá sujetarse á las leyes


militares, ni sufrir castigo prevenido en ellas , escepto los que estu
vieren en actual servicio en el ejercito permanente, y marina, y
los de las milicias que se hallaren en actual servicio, esto es, que
esten acuartelados, y sean pagados por el Estado.

25-III
386 JOSE GIL FORTOUL

TITULO 27.

Del juramento de los empleados

Art. 220 .... Ningun empleado podrá entrár en el ejercicio de


sus funciones, sin prestar antes el juramento de sostener, y defen
der la constitucion, y de cumplir fiel, y exactamente los deberes
de su empleo.
Art. 221 ....El Presidente , y Vicepresidente de la republica pres
tarán este juramento a presencia del congreso en manos del pre
sidente del Senado. Los presidentes de las camaras del congreso
y de la suprema corte de justicia lo prestarán en presencia de sus
respectivas corporaciones; y los individuos de estas lo harán su
cesivamente en manos de su presidente.
Art. 222 .... Los consejeros y secretarios del despacho, los mi
nistros de las cortes superiores de justicia, los gobernadores de
provincia, los jenerales de ejercito, y marina, y demás autorida
des principales civiles, y eclesiasticas jurarán ante el Presidente
de la Republica, ó ante la persona á quien el cometa esta funcion.

TITULO 28.

De la observancia, interpretacion, y reforma


de la constitucion

Art. 223 .... Esta constitucion tendrá toda su fuerza y vigor des
de el dia de su promulgacion.
Art. 224 ....Cualesquiera dudas que ocurran sobre la inteli
jencia de algunos articulos de esta constitucion, podrán ser espli
cadas p². el congreso, precediendo las formalidades establecidas
pa. la formacion de las leyes.
Art. 225.... En cualquiera de las camaras del congreso podrá
proponerse la reforma de algun articulo de esta constitucion, y si
tubiere el apoyo de la quinta parte de los miembros presentes, se
discutirá conforme á las reglas del debate : en caso q. la reforma
propuesta sea calificada de util, ó necesaria por el voto de las dos
terceras partes de los miembros presentes, pasará á la otra cama
ra; y si fuere calificada en esta con las mismas formalidades, se
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 387

publicará por la imprenta el proyecto de reforma, y quedará en


suspenso hasta la primera reunion del congreso en que se hayan
renovado completamente las dos camaras.

Art. 226 .... Las camaras entonces tomarán nuevamente en


consideracion el proyecto de reforma y si mereciere la aprobacion
de las dos terceras partes de los miembros presentes de cada una
de ellas, se tendrá como parte de la constitucion, pasandose al Eje
cutivo para su publicacion, y cumplimiento.

Art. 227 .... Los futuros congresos constitucionales están auto


rizados para dictar las providencias conducentes á que se verifi
quen, de la manera mas conveniente á los pueblos de Venezue
la, los pactos de federacion que unan, arreglen y representen las
altas relaciones de Colombia, luego que se cumplan las condicio
nes del decreto de la materia, y conforme á las bases que la
opinion jeneral vaya fijando pº dichos pactos.

Art. 228 .... La autoridad que tiene el congreso para reformar


la constitucion, no se estiende á la forma del gobierno q. será siem
pre republicano, popular, representativo, responsable, y alternativo.

El congreso constituyente há decretado y sancionado, la pre


sente constitucion; cuya observancia recomienda, y encarga á la
fidelidad del jefe del Estado, á la prudencia de las legislaturas sub
secuentes, ál celo de los magistrados, y ministros de la Religión, á
la constancia de los patriotas q. proclamaron la independencia, ál
valor de los guerreros que la conquistaron con sus armas, ál cuida
do de los padres de familia, y finalmente ál amor á la libertad de
todos los venezolanos.

Dada en el salon del congreso constituyente y firmada con


jeneral asentimiento por todos los diputados presentes en la ciu
dad de Valencia á 22 del mes de setiembre del año del Señor 1830,
20 de la independencia .

El Presidente del congreso

Dr. Miguel Peña.


Diputado p'. la Prova, de Carabobo
388 JOSE GIL FORTOUL

El Vice Presidte.

J. de Dios Picon.
Diputado p. Merida.

Ramon Delgado. Manuel Olavarria.


Diputado p¹. Barinas. Diputado por Carabobo.

Franco. Javier Yanes. Jos. Ma. Telleria .


Dipd. pr. Caracas. Dipdo. pr. Coro.

Andres Narvarte.
Jose F. Unda.
Diputado p¹. Caracas.
Dipdo, pr. Barinas.

Alejo Fortique.
Vicente Michelena.
Diputado p . Caracas.
diputado p'. Carabobo.
Jose E. Gallegos.
Diputado p¹. Maraco. Ramon Ayala.
Dipdo. A Caracas.
Ramon Troconis.
Diputd. pr. Maracº. Manuel de Urbina.
diputdo. pr. Coro.
Franco. Conde.
Dipdo. pr. Barinas. Jose Grau.
Dipdo. pr. Cumaná.
Juan Joseph. Osio.
Dipo. pr. Carabo.
F. Avendaño.
Dipdo. pr. Cumaná .
Cárlos Soublette .
Diputado por Carabobo
Man¹. Vte. Huizi.
Diputado p . Caracas.
Dr. José Manuel de los
Rios.
Rafael de Guevara .
Diputado p¹ . la provincia
de Carabobo. Dipdo. pr. Margta

Jn. Jose Pulido. J. Manuel Landa.


Dipdo. pr. Barin". Diputado p . Carabobo.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 389

Juan de Dios Ruiz. Martin Tovar.


Diputado p'. Merida. Dipdo. pr. Caracas.

Andres G. Albisu. José Várgas.


Diputado p . Carabobo. Dipdo. pr. Caracas.

Ang¹ . Quintero.
Matias Lovera.
Diputado p . Caracas.
diputado p¹. Barcelona.
Franco. T. Perez.
Diputado p¹. Carabobo. J. Alvarez.
Dipdo. pr. Guayana.
H. Cistiaga.
Dipdo. pr. Carabobo .
Bme. Balda.
Jose Luis Cabrera.
Dipdo. pr. Barinas.
Dipdo. pr. Caracas.

Franco. Mejia. S. Navas Spinola.


Diputado p¹. Cumaná. Dipdo, por Apure .

Manuel Cala. A. J. Soublette.


Diputado p¹. Carabobo. Dipo. p . Guayana .

Manuel Quintero.
P. P. Diaz.
Dipdo. Caracas.
Diputado por Caracas.
Eduardo A. Hurtado C.
Dipdo. pr. Barcelona. Lucio Troconis el
D. de Mda.
Juan E. Gonzalez .
Dipo. pr. Maracaybo. Ant. Febres Cordero.
Dipido. pr. Barinas.
El Secretario
Rafael Acevedo.

Valencia, Setiembre 24 de 1830.

Cúmplase, publiquese, y circulese como lo previene el decreto


Dip.pdel Soberano Congres espedido ayer para el efecto.

El Presidente del Estado.

José A. Paez.
390 JOSE GIL FORTOUL

Por SE.-El Secretario intº del despº del Interior.

Ant? L. Guzman.

El Secreto de Estado en los despachos de Guerra y Marina.

S. Mariño L.

El Secretario de Estado en los despachos de Hacienda y Rela


ciones exteriores.
Santos Michelena.

CONSTITUCION DE 1857 (1 )

En el nombre de Dios Todopoderoso, autor y supremo legisla


dor del Universo. Nosotros los Representantes del Pueblo de Ve
nezuela, autorizados por el cánon 228 del Código fundamental de
1830 y por el decreto legislativo de 10 de marzo de 1856, reforma
mos dicho Código, ordenando y estableciendo la siguiente

CONSTITUCION

TITULO I

De la nacion venezolana y su territorio

Art. 1º La Nacion venezolana es y será siempre libre é inde


pendiente, y no consentirá jamas en ser el patrimonio de ninguna
familia ni persona .
Art. 2º La soberanía reside en la Nacion; y los Poderes que
establece esta Constitucion son delegaciones de aquella, para ase
gurar el órden, la libertad y todos los derechos .
Art. 3º El territorio de Venezuela comprende todo el que antes
de la transformacion política de 1810 se denominó Capitanía gene
ral de Venezuela ; y para su mejor administracion se dividirá en
provincias, cantones y parroquias.
Art. 4º El Estado protegerá la Religión Católica , Apostólica y
Romana; y el Gobierno sostendrá siempre el Culto y sus Ministros,
conforme á la lei.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 391

TITULO II

De la forma de Gobierno

Art. 5º El Gobierno de Venezuela es y será siempre republi


cano, democrático, bajo la forma representativa, con responsabili
dad y alternacion de todos los funcionarios públicos.
Art. 6º El Poder público se divide para su administracion, en
Legislativo, Ejecutivo, Judicial y Municipal. Cada uno de estos po
deres ejercerá las atribuciones que le señalan la Constitucion y las
leyes, sin excederse de sus límites.

TITULO III

De los venezolanos

Art. 7º La calidad de venezolano procede de la naturaleza,


ó se adquiere por naturalizacion.
Art. 8º Son venezolanos por naturaleza:
1º Todos los nacidos en el territorio de Venezuela.
2º Los nacidos en paises extranjeros de padres venezolanos
ausentes en servicio ó por causa de la República .
3º Los nacidos fuera del territorio de Venezuela, de padre ó
madre venezolanos, desde que expresen su voluntad de ser vene
zolanos.
Art. 9º Son venezolanos por naturalizacion, los que tengan
esta calidad conforme á la lei.
Art. 10. Los que adquirieron y conservan el derecho de ve
nezolano conforme á la Constitucion de 1830, continuarán gozando
sin quedar sujetos á otro requisito.

TITULO IV

De la ciudadanía

Art. 11. Todos los venezolanos que están en el goce de los


derechos de ciudadano, pueden elegir y ser elegidos para desem
peñar los destinos públicos , siempre que tengan las cualidades re
queridas por la Constitucion y las leyes.
392 JOSE GIL FORTOUL

Art. 12. Para gozar de los derechos de ciudadano se necesita :


19 Ser venezolano.
2º Ser casado ó mayor de diez y ocho años.
3º Saber leer y escribir; pero esta condicion no será obliga
toria hasta el año de 1880.
Art. 13. Los derechos de ciudadano se suspenden:
1º Por naturalizacion en pais extranjero.
2º Por comprometerse á servir contra Venezuela.
3º Por condenacion á pena corporal, á consecuencia de deli
tos comunes.

4º Por admitir empleo de otro Gobierno sin permiso del Con


greso.
5º Por quiebra fraudulenta declarada así por sentencia ju
dicial.

6º Por ser deudor de plazo cumplido a fondos públicos, de


clarado así por sentencia ejecutoriada en juicio contradictorio.
Art. 14. Los que por algunas de las causas mencionadas en
el articulo anterior tengan en suspenso los derechos de ciudadano,
podrán impetrar su rehabilitación conforme a la lei.
Art. 15. Para que un ciudadano pueda ser nombrado elector,
se requiere:
1º Que sea mayor de veinticinco años.
2º Que sepa leer y escribir.
3º Que tenga una propiedad raíz que valga mil pesos por lo
ménos, ó una renta ó sueldo que le produzca cuatrocientos pesos
ó mas.

TITULO V

Del poder legislativo

Art. 16. El Poder Legislativo se ejerce por el Congreso nacio


nal compuesto de dos Cámaras , una de Senadores y otra de Di
putados.
Art. 17. El Congreso se reunirá anualmente en la capital de
la República el dia primero de Febrero, ó el mas inmediato posible,
aunque no haya sido convocado.
Art. 18. Las sesiones de las Cámaras serán públicas: solo
tratarán en secreto de los negocios que á su juicio exijan reserva.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 393

Art. 19. Las sesiones ordinarias durarán noventa días, pu


diendo prorrogarse hasta treinta mas cuando sea necesario, á jui
cio del Congreso.
Art. 20. El Congreso se reunirá extraordinariamente en el pun
to para el cual sea convocado por el Poder Ejecutivo: y en este
caso solo podrá ocuparse de los asuntos que el mismo Poder Eje
cutivo someta á su consideracion.

TITULO VI

-3
De la Cámara de Diputados

Art. 21. La Cámara de Diputados se compondrá de los miem


bros elegidos por los pueblos en la proporcion de uno por cada
veinticinco mil almas, y otro mas por un residuo que no baje de
ip

quince mil. El Congreso podrá aumentar esta base cuando haya


tenido incremento la población. Una lei especial arreglará la for
=

O ma de las elecciones.
§ unico. La provincia que no alcance a veinticinco mil almas,
nombrará siempre un Diputado.

Art. 22. Para ser Diputado se requiere, ademas de las cuali


dades de elector:
1º Ser venezolano por naturaleza.
2º Ser natural ó vecino de la provincia que hace la eleccion.
§ único. Los extranjeros con diez años de naturalizacion y las
demas cualidades que establece este artículo, podrán ser nombra
dos Diputados, siempre que sean casados con venezolana, ó ten
gan bienes raíces en el pais.
Art. 23. Los Diputados durarán en sus destinos seis años, re
novándose por mitad cada tres años. Cuando todos los principa
les ó suplentes sean elegidos en una misma época eleccionaria, la
suerte designará los que deban cesar al fin del tercer año.
Art. 24. Son atribuciones de la Cámara de Diputados :
1º Concurrir con la del Senado á la formacion de las leyes
y decretos y á los demas actos que designa esta Constitucion.
2º Velar sobre la inversion de las rentas nacionales y exami
nar la cuenta que debe anualmente presentar el Poder Ejecutivo.
394 JOSE GIL FORTOUL

3º Oir las acusaciones contra el Presidente y Vicepresidente


de la República, Ministros de la Corte Suprema de Justicia, Conse
jeros y Secretarios del Despacho, en los casos designados por esta
Constitucion.

TITULO VII

De la Cámara del Senado

Art. 25 La Cámara de Senadores se compondrá de dos por


cada provincia. La lei determinará la forma de su eleccion.
Art. 26. Para ser Senador se requiere :
1º Ser venezolano por naturaleza .
2º Ser natural ó vecino de la provincia que hace la elección.
3º Tener por lo ménos la edad de treinta años cumplidos.
4º Disfrutar una renta ó sueldo anual de mil doscientos pesos
por lo menos.
Art. 27. Los Senadores durarán en sus destinos seis años, ha
ciéndose la renovación de la manera que se dispone en el artículo
23 para los Diputados.
Art. 28. Son atribuciones del Senado:

1º Concurrir con la Cámara de Diputados á la formación de


las leyes y decretos y demas actos que designa esta Constitucion.
2º Prestar ó no su consentimiento para el ascenso de los ofi
ciales militares ó coroneles y capitanes de navío.
3º Sustanciar y resolver, conforme á la lei, los juicios inicia
dos en la Cámara de Diputados .

TITULO VIII

Disposiciones comunes a ambas Cámaras

Art. 29. Ninguna de las Cámaras podrá abrir sus sesiones sin
la concurrencia de las dos terceras partes de sus miembros ; pero
el número existente en el lugar de las sesiones , cualquiera que sea,
deberá reunirse el dia designado y excitar á los ausentes a que
concurran.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 395

Art. 30. Abiertas las sesiones con el número prescrito en el


artículo anterior, podrán continuarse con la asistencia de los dos
tercios de los miembros presentes en el lugar de las sesiones, con
tal que no baje de la mitad de la totalidad de los miembros nom
brados, que deben componer cada Cámara conforme á esta Cons
titucion.
Art. 31. Las Cámaras se instalarán por sí mismas, abrirán
y cerrarán sus sesiones en el mismo dia : residirán en la misma
poblacion, y ninguna podrá trasladarse á otro lugar ni suspender
sus sesiones por mas de tres dias, sin conocimiento de la otra. En
caso de divergencia se reunirán y decidirá la mayoría .
Art. 32. Corresponde á cada una de las Cámaras calificar las
elecciones de sus miembros : y en caso de declararlas nulas, man
darlas practicar conforme á la lei : admitir ó no las renuncias de
aquellos: darse los reglamentos necesarios para el régimen inte
rior y direccion de sus trabajos y dictar las resoluciones puramen
te privativas.En todos estos casos procede sin la intervencion de
la otra Cámara, ni la sancion del Poder Ejecutivo .
Art. 33. Las Cámaras se reunirán en Congreso para hacer el
escrutinio de las elecciones de Presidente y Vicepresidente de la
República y perfeccionarlas en caso necesario : para recibir el ju
ramento de estos magistrados: para admitir ó negar sus renun
cias: para conceder las facultades extraordinarias en los casos del
artículo 54; y prestar ó no su consentimiento en los ascensos al
empleo de General, propuestos por el Poder Ejecutivo. También
se reunirán en los demas casos determinados en la Constitucion ó
la lei, y siempre que lo crean necesario; pero nunca para ejercer
las atribuciones que esta Constitucion les señala separadamente.
Presidirá la reunion el que preside el Senado y el que presidiere
la Cámara de Diputados hará de Vicepresidente .
Art. 34. Los Senadores y Diputados gozarán de inmunidad en
el año de su nombramiento, desde el día de la eleccion, y mién
tras duran las sesiones y regresan á sus casas: y en los demas
años, desde dos meses άnte de la reunion del Congreso. En con
secuencia no pueden ser demandados ni ejecutados civilmente .
Tampoco pueden ser arrestados ni detenidos durante el tiempo de
las sesiones y el de ida al lugar de estas y vuelta á sus casas,
sino por crímen para cuyo castigo esté impuesta la pena de muer
396 JOSE GIL FORTOUL

te, de lo que se dará cuenta á la Cámara respectiva con la in


formacion sumaria del hecho. En los demás casos en que un Se
nador ó Diputado haya cometido un delito que merezca otra pe
na corporal, sin proceder el juez á su arresto ó detencion, dará des
de luego cuenta de la causa con el sumario á la Cámara respec
tiva, para que, segun su mérito, suspenda al encausado y lo pon
ga á disposicion del juez competente.

Art. 35. Los Senadores y Diputados tienen este carácter por


la Nacion, y no recibirán órdenes ni instrucciones de las Asambleas
electorales ni de ninguna otra corporacion .

S único. Los Senadores y Diputados serán elegidos por las


Asambleas provinciales compuestas de los electores de los canto
nes en la proporcion de uno por cada cuatro mil almas.

Art. 36. Los Senadores y Diputados no son responsables en


ningún tiempo, ni ante ninguna autoridad, de los discursos y opi
niones que hayan manifestado en las Cámaras.

Art. 37. Podrá recaer el nombramiento de Secretario del Des


pacho, y de agente diplomático, en cualquiera de los individuos
del Congreso; mas por el hecho de aceptarlo quedará vacante el
puesto que ocupaba en el Cuerpo Legislativo .

TITULO IX

De las atribuciones del Congreso funcionando


separadamente en Cámaras Legislativas

Art. 38. Son atribuciones del Congreso:


1º Dar leyes y decretos para la Administracion general de la
República, interpretarlos, reformarlos y derogarlos.
29 Contraer deudas sobre el crédito del Estado.
3º Establecer los impuestos y contribuciones generales, velar
sobre la inversion de las rentas públicas y tomar cuenta de ellas
al Poder Ejecutivo.
4º Crear ó suprimir empleos públicos y señalar sus dotacio
nes.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 397

5º Decretar la guerra en vista de los fundamentos que le pre


sente el Poder Ejecutivo, y requerirle para que negocie la paz.
6º Decretar la enajenacion, cambio ó adquisicion de territo
rio.
79 Dividir el territorio y determinar lo conveniente para su
mejor administracion, creando ó suprimiendo provincias, cantones
y parroquias, prévio el informe del Poder Ejecutivo.
89 Dar ó negar su aprobacion á los tratados públicos y con
venios celebrados por el Poder Ejecutivo , sin cuyo requisito no po
drán ser ratificados ni canjeados.
9º Decretar los gastos públicos con vista de los presupuestos
de ingreso y egreso que le presente el Poder Ejcutivo, y una su
ma extraordinaria para gastos imprevistos.
10% Conceder premios y recompensas á los que hayan hecho
grandes servicios á la República, y decretar honores públicos á
la memoria de los grandes hombres.
Promover por leyes la educacion pública, el progreso de
119
las ciencias y artes y los establecimientos de utilidad general; y
conceder por tiempo limitado privilegios exclusivos para su estí
mulo y fomento.
12ª Conceder amnistías é indultos generales.
13 Elegir el lugar en que deben residir los poderes públicos.
14 Permitir ó no el tránsito de tropas extranjeras por el te
rritorio de la República, y admitir extranjeros al servicio de esta
en la clase de oficiales y jefes.
15 Permitir ó no la estadía de mas de dos buques de guerra
de otra nacion, por mas de un mes en los puertos de la República.
16º Establecer un banco nacional y permitir el establecimien
to de bancos particulares.

17º Establecer reglas para la celebracion de contratos entre


el Estado y ciudadanos ó compañías de nacionales ó extranjeros,
para la navegacion de rios, apertura de caminos ú otros objetos
de utilidad general.

Art. 39. El Congreso no puede delegar á uno ó más de sus


miembros, ni á otra persona, corporacion ó autoridad, ninguna de
sus atribuciones.
398 JOSE GIL FORTOUL

TITULO X

De la formacion de las leyes y decretos legislativos

Art. 40. Las leyes y decretos pueden tener orígen en una de


las Cámaras á propuesta de cualquiera de sus miembros ó del
Poder Ejecutivo, con excepción de las que establecen impuestos,
las cuales deben tener orígen necesariamente en la Cámara de
Diputados. El proyecto de lei ó de decreto se leerá y debatirá en
tres sesiones distintas con intervalo de un dia por lo menos entre
una y otra discusion; observándose en todas ellas las reglas del
debate .
Art. 41. Aprobado un proyecto de lei ó de decreto en tercer
debate en la Cámara que lo admitió á discusion, se pasará inme
diatamente á la otra Cámara, la cual observando las mismas for
malidades, prestará ó rehusará su consentimiento, ó hará las adicio
nes, supresiones ó modificaciones que juzgue convenientes.
Art. 42. Si la Cámara que inició el proyecto no considerare
fundadas las alteraciones hechas por la otra Cámara, podrá insis
tir, redactando los fundamentos de la insistencia por separado, pa
ra conocimiento de la Cámara modificadora; pero si esta sostu
viere sus modificaciones, quedará archivado el proyecto.
Art. 43. El proyecto de lei ó de decreto que fuere rechazado
ó negado, no podrá presentarse en las sesiones del mismo año.
Art. 44. Ningún proyecto de lei ó de decreto aprobado por
ambas Cámaras tendrá fuerza de lei, mientras no obtenga la san
ción del Poder Ejecutivo. Si el Poder Ejecutivo sancionare el pro
yecto, lo mandará publicar y ejecutar como lei ; mas si creyere que
no es conveniente, lo devolverá con sus observaciones en el preci
so término de diez días contados desde su recibo á la Cámara en
que tuvo su origen.
Art. 45. Si la Cámara del orígen considerase fundadas las
observaciones hechas por el Poder Ejecutivo, mandará archivar el
proyecto; mas si á juicio de las dos terceras partes de los miem
bros presentes no hallare fundadas las objeciones, pasará con ellas
el proyecto á la otra Cámara, la cual lo examinará del mismo mo
do; y si creyere fundadas las objeciones del Poder Ejecutivo, que
dará también archivado el proyecto; pero si las dos terceras par.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE venezueLA 399

tes de los miembros presentes de la segunda Cámara estuvieren


de acuerdo con la Cámara del origen en que no son fundadas las
objeciones del Poder Ejecutivo, se devolverá á este proyecto para
que lo mande ejecutar como lei , sin que tenga arbitrio para opo
nerse.
Art. 46. Pasados los diez dias que se fijan al Poder Ejecutivo
para mandar ejecutar el proyecto, sin que lo haya devuelto con
sus observaciones, tendrá fuerza de lei, á ménos que, corriendo
aquel término, haya cerrado el Congreso sus sesiones en cuyo ca
so tendrá el Poder Ejecutivo quince dias para mandar ejecutar el
proyecto ó para objetarlo y mandar publicar sus observaciones.
Art. 47. Al pasarse cualquier proyecto de una á otra Cámara
y al Poder Ejecutivo, se expresarán los dias en que se haya dis
cutido .
Art. 48. La lei que reforma otra anterior deberá redactarse
íntegramente, incluyendo en ella todas las disposiciones que que
den vigentes, y declarando abolida la lei reformada.
Art. 49. El Congreso en las leyes y decretos que diére, usará
precisamente de esta fórmula: " El Congreso de Venezuela decre
ta".
Art. 50. Las leyes se derogan con las mismas formalidades y
por los mismos tramites que se establecen.
Art. 51. Ninguna lei será obligatoria mientras no sea promul
gada en los lugares respectivos .

TITULO XI

Del Poder Ejecutivo

Art. 52. El Poder Ejecutivo estará a cargo de un Magistrado


con la denominacion de Presidente de la República. El Vicepresi
dente de la República ejercerá provisionalmente el Poder Ejecuti
vo en los casos que determina esta Constitucion.
Art. 53. Son atribuciones del Poder Ejecutivo:
1º Conservar el órden y tranquilidad interior y asegurar el
Estado contra todo ataque exterior.
2º Mandar ejecutar y cuidar de que se promulguen y eje
cuten, las leyes , decretos y actos del Congreso.
400 JOSE GIL FORTOUL

3º Convocar el Congreso en los períodos ordinarios; y tam


bién extraordinariamente cuando lo juzgue necesario.
4º Declarar la guerra en nombre de la República, previo el
decreto del Congreso.
5 Expedir cartas de naturaleza y ciudadanía conforme á
la lei.
6º Dirigir las negociaciones diplomáticas, celebrar tratados
de tregua, paz, amistad, alianza ofensiva y defensiva, neutralidad
y comercio, debiendo preceder la aprobación del Congreso para
ser ratificados y canjeados .
79 Nombrar, prévio acuerdo del Consejo de Gobierno, los
Ministros Plenipotenciarios, Enviados y cualesquiera otros Agentes
Diplomáticos, debiendo precisamente recaer estos nombramientos
en venezolanos por naturaleza.
89 Nombrar Cónsules, Vicecónsules y demas Agentes Comer
ciales.
9º Dar ascensos de coroneles y capitanes de navío con acuer
do del Senado; y de Generales con el consentimiento del Congreso
en Cámaras reunidas.
10 Nombrar con consulta del Consejo de Gobierno, todos
los empleados civiles, militares y de Hacienda, en los términos que
prescribe la lei.
11 Remover los empleados de su dependencia y que sean
de su libre eleccion ó suspenderlos para someterlos á juicio , oyen
do préviamente en este caso al Consejo de Gobierno.
12º Conmutar la pena capital en otra grave, oyendo prévia
mente al Consejo de Gobierno.
13 Cuidar de que se administre la justicia por los tribunales
y juzgados , y que las sentencias se cumplan y ejecuten.
149 Velar en la exacta administracion é inversion de las ren
tas públicas.
15 Ejercer el mando supremo de las fuerzas de mar y tie
rra, y dirigirlas en persona cuando sea necesario para la defensa
de la República, prévio acuerdo del Congreso, y en su receso, del
Consejo de Gobierno.
16 Expedir patentes de navegacion y también de corso y
represalia, cuando el Congreso lo determine, ó en su receso con el
consentimiento del Consejo de Gobierno.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 401

Art. 54. En los casos en que con fundamento se tema con


mocion interior, ó que la paz pública sea amenazada del exterior,
el Poder Ejecutivo ocurrirá al Congreso, si estuviere reunido, ó en
su receso al Consejo de Gobierno, para que considerando la ur
gencia, le conceda las facultades extraordinarias que juzgue con
venientes de las comprendidas en los números siguientes :

1º Llamar al servicio aquella parte de la milicia nacional


que se considere necesaria.
2º Exigir anticipadamente las contribuciones, y contratar em
préstitos hasta la suma que se fije en la misma autorizacion.
3º Librar órdenes por escrito de comparecencia ó arresto, de
biendo ponerse los arrestados a disposicion del juez competente
dentro de tres dias, para ser juzgados, ó en libertad si no resultare
suficiente fundamento para el juicio.
4º Conceder indultos generales ó particulares.
Art. 55. El Poder Ejecutivo dará cuenta al Congreso en su
próxima reunión de todos los actos que haya autorizado en uso de
estas facultades.

Art. 56. No puede el Poder Ejecutivo:

19 Privar de su libertad á ningún venezolano ni imponerle


pena alguna. Cuando en ejercicio de facultades extraordinarias
dispusiese el arresto de alguna persona, solo podrá detenerla por
tres dias, debiendo dentro de este término ponerla en libertad ó á
disposicion del tribunal competente si resultare culpable.
2º Impedir las elecciones, ni que los empleados públicos des
empeñen los deberes y atribuciones que por las leyes les compe
tan.
3º Disolver las Cámaras ni suspender sus sesiones.

Art. 57. El Presidente de la República y el Vicepresidente en


cargado del Poder Ejecutivo son responsables por el crímen de
traicion contra la República , bien sea para someterla á una poten
cia extranjera, o bien para variar la forma de Gobierno reconocida
y jurada; y cuando cometan alguno de aquellos crímenes que por
las leyes se castigan con pena capital. Los Secretarios del Des
nacho serán responsables de todos los actos del Poder Ejecutivo
que autoricen como sus órganos necesarios.

26- III
402 JOSE GIL FORTOUL

TITULO XII

Del Presidente y Vicepresidente de la República

Art. 58.Para ser Presidente y Vicepresidente de la Repúbli


ca, se requiere ser venezolano por naturaleza, y tener las demas
cualidades que se exijan para Senador.
Art. 59. El Presidente y Vicepresidente de la República se
rán nombrados por las Asambleas provinciales compuestas de los
electores que elijan los cantones, en la proporcion de uno por ca
da cuatro mil almas, y uno mas por un residuo de dos mil. La
votación será secreta en dichas Asambleas y el escrutinio general
se hará por el Congreso. Cuando ninguno de los candidatos reuna
las dos terceras partes de los votos de dichas Asambleas, el Con
greso perfeccionará la eleccion, concretándola á los tres que ha
yan tenido mayor número de sufragios. Si ninguno de ellos re
sultare elegido por las dos terceras partes de los votos del Congre
so, se concretará la votacion á los dos mas favorecidos; y si nin
guno de ellos obtuviere las dos terceras partes de los votos, se re
petirá el acto y quedará elegido el que obtenga la mayoría absolu
ta. En caso de empate decidirá la suerte.
Art. 60. El Presidente y Vicepresidente de la República dura
rán en sus funciones seis años, contados desde el dia 1º de Febre
ro del año en que se haya perfeccionado la eleccion.
Art. 61. Concluido el período constitucional y llegado el dia
señalado por esta Constitucion para la instalacion del Congreso, el
Presidente cesará en el ejercicio de las funciones ejecutivas en el
mismo dia, y se encargará de ellas el Vicepresidente del Consejo
de Gobierno, hasta que instalado el Congreso dé posesion al nom
brado.
Art. 62. El Presidente de la República nombrará y separará
libremente á los Secretarios del Despacho.
Art. 63. En los casos de enfermedad ó inhabilitacion tempo
ral del Presidente, entrará á ejercer sus funciones el Vicepresiden
te de la República .
Art. 64. Por muerte, inhabilitacion perpetua ó renuncia admi
tida del Presidente de la República, el Vicepresidente tambien en
trará a ejercer las funciones de aquel; mas en este caso ordenará
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 403

en el perentorio término de tres dias que con arreglo á la lei se


proceda á la elección de Presidente constitucional para el resto
de su período ; á ménos que la falta ocurra dentro del último año
de dicho período; en cuyo caso continuará el Vicepresidente en
ejercicio hasta nueva eleccion ordinaria, y entre tanto sustituirá al
Vicepresidente el que lo sea del Consejo de Gobierno.

TITULO XIII

De los Secretarios del Despacho

Art. 65. Para el Despacho del Poder Ejecutivo nombrará el


Presidente de la República cuatro Secretarios . La lei determinará
los negocios correspondientes á cada uno.
Art. 66. Para ser Secretario del Despacho se requiere ser ve
nezolano por naturaleza y tener las demas cualidades que se exi
jen para ser Diputado.
§ único. Los venezolanos por naturalizacion pueden ser nom
brados Secretarios del Despacho, siempre que hayan prestado
grandes servicios en la guerra de la Independencia, calificados co
mo tales por el Consejo de Gobierno.
Art. 67. Los Secretarios del Despacho son los órganos preci
sos é indispensables del Poder Ejecutivo, y deben autorizar todos
los decretos, reglamentos, órdenes y providencias que expidiere.
Las que no estén autorizadas por los respectivos Secretarios, no
deben ser ejecutadas por ningun tribunal ni persona pública ó pri
vada, aunque aparezcan firmadas por el Presidente de la Repú
blica.
Art. 68. Los Secretarios del Despacho son responsables per
sonalmente de todos los actos de la Administracion en sus respec
tivos ramos.
Art. 69. Dentro de los primeros quince dias de instalado el
Congreso, deberán los Secretarios del Despacho darle cuenta del
estado de sus respectivos Departamentos.
Art. 70. Los Secretarios del Despacho podrán concurrir á las
sesiones de las Cámaras cuando el Poder Ejecutivo lo crea conve
niente, con voz informativa ó cuando las mismas Cámaras lo acuer
den; pero nunca tendrán voto en las resoluciones.
404 JOSE GIL FORTOUL

TITULO XIV

Del Consejo de Gobierno

Art. 71. Habrá un Consejo de Gobierno compuesto del Vice


presidente de la República que lo presidirá; de cuatro ciudadanos
con las cualidades de Senador, elegidos por el Congreso en Cá
maras reunidas: de un miembro de la Corte Suprema de Justicia
designado por ella misma, cada tres años; y de los Secretarios del
Despacho.
§ único. El Vicepresidente del Consejo será el miembro de
signado por el Cuerpo dentro de los cuatro nombrados por el Con
greso.
Art. 72. La duracion de los Consejeros nombrados por el Con
greso, será de tres años, y sus faltas cuando sean por enfermedad
grave, por muerte ó ausencia, serán reemplazados por cuatro su
plentes elegidos en las mismas sesiones en que se nombren los
principales.
Art. 73. Son atribuciones del Consejo:
1ª Velar sobre la observancia de la Constitucion, dando al
Poder Ejecutivo los informes convenientes en los casos de infrac
cion por algun funcionario público.
2º Dar su dictámen en los casos que lo exijan la Constitu
cion ó las leyes y en todos aquellos en que el Poder Ejecutivo lo
juzgue conveniente.
3º Resolver las dudas que se consulten al Poder Ejecutivo so
bre la inteligencia de alguna lei en el régimen político y adminis
trativo.
4ª Formar proyectos de códigos nacionales y de leyes, y
presentarlos al Congreso.
5º Hacer la clasificacion á que se refiere el parágrafo único
del artículo 66.
Art. 74. El Poder Ejecutivo oirá la opinion del Consejo de Go
bierno:
1º Sobre los proyectos de lei que quisiere iniciar ante cual
quiera de las Cámaras.
2º Sobre las objeciones que se proponga hacer á algun pro
yecto de lei ó de decreto.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 405

3º Sobre el presupuesto general de gastos que debe someter


al exámen y aprobacion del Cuerpo Legislativo.
Art. 75. Todos los individuos del Consejo de Gobierno, son
responsables de los dictámenes que dieren, y podrán ser acusados
y juzgados en la misma forma que los Secretarios del Despacho.
Art. 76. El Consejo tendrá tres sesiones ordinarias en la se
mana y las extraordinarias á que convoque el Presidente de la
República, y no podrá celebrarlas sin la mayoría absoluta de la
totalidad de sus miembros.
Art. 77. El Consejo llevará un registro de todos sus actos, de
que pasará cada año una copia auténtica al Congreso, exceptuan
do solamente los negocios reservados, mientras sea necesaria la
reserva.

TITULO XV

Del Poder Judicial

Art. 78. El Poder Judicial se ejerce por la Corte Suprema de


Justicia, las Cortes Superiores y demás tribunales y juzgados que
determina la lei.
Art. 79. La Corte Suprema de Justicia se compondrá de un
Ministro Juez presidente, y de cuatro Ministros Jueces, con las de
nominaciones y atribuciones especiales que les dará la lei, y de
un Ministro fiscal. Todos durarán en sus funciones seis años, y
podrán ser reelegidos .
Art. 80. Para ser miembro de la Corte Suprema se requiere :
1º Ser venezolano por naturaleza .
2º Haber cumplido cuarenta años de edad.
3º Haber sido Magistrado en alguna Corte Superior ó ejer
cido la profesión de abogado por diez años.
§ único. Los extranjeros que tengan diez años de naturaliza
ción y las demás cualidades que requiere este artículo, pueden ser
nombrados Ministros de la Corte Suprema.
Art. 81. Los miembros de la Corte Suprema serán propuestos
en terna al Poder Ejecutivo por el Congreso en Cámaras reunidas.
Art. 82. Al Poder Judicial pertenece exclusivamente la facul
tad de juzgar y aplicar las leyes en lo civil y criminal; correspon
406 JOSE GIL FORTOUL

diendo á la Corte Suprema, ademas de las atribuciones que le


conceda la lei, resolver las dudas que se le consulten por el Po
der Ejecutivo ó por cualquiera otra autoridad ó funcionario pú
blico en lo judicial, dando cuenta al Congreso en su próxima re
unión La lei también organizará y determinará las facultades de
las Cortes Superiores y demás tribunales y juzgados: y designará
las cualidades de sus empleados y el modo de ejercer todos ellos
sus atribuciones.
Art. 83. Los empleados del ramo judicial son responsables
personalmente de las infracciones de lei que cometan en el ejerci
cio de sus funciones.
Art. 84. Ningun empleado del ramo judicial podrá ser depues
to de su destino, sino por sentencia ejecutoriada, ni suspendido,
sino por decreto en que se declare haber lugar á formacion de
causa.

TITULO XVI

Del Poder Municipal

Art. 85.El Poder Municipal se ejerce por los Concejos muni


cipales de las cabeceras de canton y demas funcionarios y corpo
raciones cantonales y parroquiales que designe la lei. Esta de
terminará la forma de la eleccion, duracion y cualidades que de
ben tener aquellos funcionarios y corporaciones, y les dará atri
buciones con entera independencia del Gobierno político de las pro
vincias.
Art. 86. El régimen municipal está á cargo de dichos funcio
narios y corporaciones, y se limita al gobierno de los cantones y
parroquias en lo económico y administrativo de las localidades,
por funcionarios de su propia elección.
Art. 87. Son atribuciones de los Concejos municipales , ade
mas de las que establece la lei.
1º Fijar y aprobar anualmente el presupuesto de gastos or
dinarios y extraordinarios que demande el servicio municipal del
canton respectivo.
2ª Formar los reglamentos que sean necesarios para el arre
glo y mejora de la policía urbana y rural según lo disponga la lei,
y velar sobre su ejecución.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 407

3º Pedir á la autoridad eclesiástica, con los datos necesa


rios, la remoción de los párrocos que observen una conducta no.
toriamente reprensible y perjudicial al bien de sus feligreses.
4º Hacer el nombramiento de Administrador de las rentas
cantonales ó municipales.
5º Establecer impuestos municipales en sus respectivos can
tones para proveer á sus gastos y arreglar el sistema de su recau
dacion é inversion.
6º Hacer con proporcion el repartimiento de las contribucio
nes que decrete el Congreso, entre las parroquias de cada canton.

TITULO XVII

Del régimen político de las provincias

Art. 88. El régimen político de cada provincia estará á cargo


de un Gobernador dependiente y de libre nombramiento del Poder
Ejecutivo.
§ 19 Para ser Gobernador se necesitan las mismas cualidades
que para Diputados; pero no se requiere ser nacido ni estar domi
ciliado en la provincia .
§ 2º Los Gobernadores de provincias no podrán ser nombra
dos Senadores ni Diputados.
Art. 89. El régimen político de los cantones estará á cargo de
los funcionarios que designe la lei, y serán dependientes y de libre
nombramiento de los respectivos Gobernadores.

TITULO XVIII

De la fuerza armada

Art. 90. Las Cámaras legislativas fijarán anualmente, á pro


puesta del Poder Ejecutivo, la fuerza permanente de mar y tierra.
Art. 91. Habrá ademas en la República una milicia nacional
cuya organizacion y servicio se fijarán por la lei.
Art. 92. La fuerza armada es esencialmente obediente y no
puede deliberar.
408 JOSE GIL FORTOUL

Art. 93. La autoridad militar nunca estará unida á la civil.


Art. 94. Los oficiales del ejército ó marina no pueden ser des
tituidos de sus empleos, sino por sentencia pronunciada en juicio
competente.
Art. 95. La milicia nacional estará á las órdenes del Goberna
dor de la provincia, quien la llamará al servicio cuando el Poder
Ejecutivo lo ordene, en virtud de acuerdo del Congreso, ó del Con
sejo de Gobierno en receso de aquel, con arreglo al artículo 54, ó
para obrar dentro de la provincia en caso de conmocion súbita, y
en el modo que determine su lei orgánica.

TITULO XIX

De los deberes de los venezolanos

Art. 96. Son deberes de los venezolanos:


1º Cumplir la Constitucion y las leyes de la República y res
petar y obedecer á las autoridades legítimas que son sus órganos.
2º Estar pronto en todo tiempo á defender y á servir á la
Patria .
36 Contribuir á los gastos públicos, satisfaciendo cumplida
mente los impuestos que establezca la lei.

TITULO XX

De las garantías

Art. 97. Esta Constitucion garantiza a los venezolanos la liber


tad civil, la seguridad individual, la propiedad, la libertad de in
dustria y la igualdad ante la lei.
Art. 98. Queda para siempre abolida la pena capital en los
delitos políticos.
Art. 99. Jamás podrá restablecerse la esclavitud en Vene
zuela.
Art. 100. Los venezolanos tienen la libertad de terminar sus
diferencias por árbitros, aunque estén iniciados los pleitos, mudar
de domicilio, ausentarse del Estado llevando consigo sus bienes,
y volver a él, con tal que observen las formalidades legales; y de
hacer todo lo que no está prohibido por la lei.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 409

Art. 101. Todos tienen la libertad de publicar sus pensamien


tos y opiniones de palabras, por medio de la prensa, ó de cualquie
ra otra manera, sin prévia censura. La lei determinará junto con
el procedimiento, la responsabilidad de aquellas publicaciones que
no sean relativas únicamente á los actos públicos de los funciona
rios de la Nacion .
Art. 102. Ninguno puede ser juzgado criminalmente y mucho
ménos castigado sino en virtud de lei anterior á su delito ó acción,
y después de habersele citado, oido y convencido legalmente.
Art. 103. Ningun venezolano dará testimonio con juramento
contra sí mismo en causa criminal, ni tampoco lo darán recíproca
mente entre sí los ascendientes y descendientes y los parientes
hasta el cuarto grado civil de consanguinidad y segundo de afini
dad, ni los cónyujes.
Art. 104. Ninguno puede ser privado de su libertad sino en
los casos previstos por la lei y con las formalidades que ella
prescribe.
Art. 105. La casa de todo venezolano es inviolable : su allana
miento se verificará en los casos y de la manera que la lei deter
mine.
Art. 106. Todo juicio será público, salvo los casos en que la
lei disponga lo contrario.
Art. 107. En causa criminal, despues que se haya tomado de
claración con cargo al reo, si de autos no resultare mérito para po
der imponer pena corporal, será puesto en libertad bajo de fianza,
siempre que así lo pida el enjuiciado ó su defensor.
Art. 108. La propiedad es inviolable ; y solo por causa de in
terés público legalmente comprobado, puede el Congreso obligar
á un venezolano á enajenarla, prévia la justa indemnizacion.
Art. 109. Se prohibe el tormento, la confiscacion de bienes y
toda pena cruel é infamante.
Art. 110. Se prohibe la fundacion de mayorazgo y toda clase
de vinculaciones.
Art. 111. No habrá en la República empleos, distinciones ni
privilegios hereditarios.
Art. 112. Las cartas y toda correspondencia son inviolables .
El apoderamiento de papeles se verificará en los casos y con las
formalidades que la lei determine.
410 JOSE GIL FORTOUL

Art. 113. Todo extranjero de cualquiera nacion será admitido


en Venezuela. Así como estará sujeto á las mismas leyes del Es
tado que los venezolanos: también gozará en su persona y propie
dades de las mismas garantías que estos.
Art. 114. No se extraerá del tesoro público cantidad alguna
que no esté comprendida en el presupuesto general del año econó
mico en que se hace la erogacion. El presupuesto de egreso no
excederá nunca de los gastos determinados préviamente por las le
yes, sino en la suma que se vote para imprevistos; y tomando en
su totalidad no ha de exceder en ningún caso de los ingresos pro
bables del mismo año.

Art. 115.El derecho de petición en ningún tiempo será im


pedido ni limitado, ejerciéndose con el respeto y decoro debidos á
la autoridad de que son depositarios los empleados y funcionarios
públicos.
Art. 116. Todo venezolano puede representar por escrito al
Congreso, al Poder Ejecutivo y demas autoridades constituidas,
cuanto considere conveniente al bién general del Estado, pero nin
gún individuo ó asociacion particular podrá hacer peticiones en
nombre del pueblo, ni ménos arrogarse la calificacion del pueblo.
Cuando muchos individuos dirigieren alguna peticion al Congreso,
al Poder Ejecutivo y demás autoridades, todos serán responsables
de la verdad de los hechos y los cinco primeros que suscribieron,
quedan responsables de la identidad de todas las firmas.

Art. 117. Los funcionarios públicos son responsables de su


conducta en el desempeño de sus deberes conforme á la lei.
Art. 118. Ningun venezolano puede ser distraido sin su con
sentimiento de sus jueces naturales, ni juzgado por comisiones es
peciales ó tribunales extraordinarios.
Art. 119. Ningun funcionario público expedirá, obedecerá ni
ejecutará órdenes manifiestamente contrarias á la Constitucion ó
las leyes, ó que violen de alguna manera las formalidades esen
ciales prescritas por estas, ó que sean expedidas por autoridades
manifiestamente incompetentes .
Art. 120. Los que expidieren, firmaren, ejecutaren ó mandaren
ejecutar decretos, órdenes ó resoluciones contrarias á la Constitu
cion y leyes que garantizan los derechos individuales , igualmente
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 411

que los que las ejecuten, son culpables y deben ser castigados con
forme a las mismas leyes.

Art. 121. La responsabilidad en caso de detención arbitraria,


comprende la indemnizacion de los perjuicios que sufriere el agra
viado.

Art. 122. Las contribuciones se repartirán proporcionalmente


y se cobrarán sin excepcion alguna á los que deban pagarlas.

Art. 123.Todo inventor tendrá la propiedad de su descubri


miento y de sus producciones . La lei le asignará un privilegio
temporal ó dispondrá la manera de resarcirle de la pérdida que
tenga en caso de que se creyere útil su publicación.

Art. 124. Ningún venezolano deberá sujetarse á las leyes mi


litares, excepto los que estuvieren en actual servicio, sea de la
fuerza permanente ó de la milicia nacional, acuartelados y paga
dos por el Estado.

TITULO XXI

Del juramento de los empleados

Art. 125. Ningun empleado podrá entrar en el ejercicio de


sus funciones sin prestar ántes el juramento de sostener y defender
la Constitución, y de cumplir fiel y exactamente los deberes de su
empleo.

Art. 126. El Presidente y Vicepresidente de la República pres


tarán este juramento á presencia del Congreso en manos del Pre
sidente del Senado . Los Presidentes de las Cámaras del Congreso
y de la Suprema Corte de Justicia, lo prestarán en presencia de
sus respectivas corporaciones, y los individuos de estas lo harán
sucesivamente en manos de su Presidente .

Art. 127. Los Consejeros y Secretarios del Despacho, los Mi


nistros de las Cortes Superiores de Justicia, los Gobernadores de
provincias, los Generales de Ejército y Marina y demás autoridades
principales, civiles y eclesiásticas jurarán ante el Presidente de la
República ó ante la persona á quien él cometa esta función.
412 JOSE GIL FORTOUL

TITULO XXII

De la reforma de la Constitucion

Art. 128. Cualquiera de las Cámaras puede iniciar la reforma


de la Constitucion; pero tanto en la una como en la otra Cámara
se calificará la necesidad de la reforma por las dos terceras partes
de los miembros presentes .
Art. 129. Declarada la necesidad de la reforma por ambas
Cámaras, la que la haya iniciado redactará el proyecto correspon
diente para que sea discutido, y pueda ser sancionado en la mis
ma forma que las leyes, por la próxima legislatura, publicándose
entre tanto por la imprenta.
Art. 130. La facultad que tienen las Cámaras para reformar
la Constitucion, no se extiende á la forma de Gobierno que será
siempre republicano, popular, representativo, responsable y alter
nativo.

TITULO XXIII

De la confederacion Colombiana

Art. 131. El Congreso queda autorizado para dictar las provi


dencias conducentes á la Confederacion de los Estados de Colom
bia; y para hacer en este caso las reformas de la Constitucion que
fueren necesarias pudiendo discutirlas en las sesiones del mismo
año en que se propusieren, y observándose los demás requisitos
establecidos en el título anterior; conservando siempre la Sobera
nía del Estado en todo lo que se refiera á su régimen interior.

Disposiciones transitorias

Art. 1º Luego que sea sancionada y promulgada esta Cons


titucion, el Congreso en Cámaras reunidas y por las dos terceras
partes de sus miembros presentes, procederá á nombrar por esta
vez el Presidente y Vicepresidente de la República para el primer
período constitucional. Entre tanto los actuales continuarán en sus
destinos hasta que sean reemplazados por los que se nombren.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 413

Art. 2º Las Cámaras se renovarán en su totalidad en las pró


ximas elecciones que tendrán lugar en el año de 1859.
Art. 3º Todos los demas destinos que establece esta Constitu
cion y las leyes orgánicas, serán provistas desde luego por los
funcionarios ó incorporaciones á quienes se atribuya el nombra
miento.
Dada en el salon del Congreso y firmada con general asenti.
miento por todos los Diputados presentes en la ciudad de Carácas
á diez y seis de Abril del año del Señor de 1857, 47 de la Indepen
dencia.
El Presidente del Senado, Diputado por Carácas, T. Paz Casti
llo.-El Presidente de la Cámara de Representantes, Diputado por
Maracaibo, Rafael Urdaneta .- El Vicepresidente del Senado , Se
nador por la provincia de Cojedes, Guillermo Tell Villégas .- El
Vicepresidente de la Cámara de Representantes, Diputado por Tru
jillo, D. Bustillos.-Senador por Carabobo, R. Arvelo.-Represen
tante por Barinas, Felipe Aguillon.-Representante por la Portugue
sa, Juan E. Arias.-Senador por Aragua, Francisco J. Alfonso .-Se
nador por Guayana, Leandro Aristeguieta. -Representante por Co
ro, Félix Arteaga.-Senador por Maracibo, Francisco Balbuena .——
Representante por Guayana, Miguel Aristeguieta .-Senador por el
Yaracui, J. G. Lugo. -Senador por el Táchira, P. Casanova .- Sena
dor por Cumaná , Manuel A. Castro .- Representante por Barinas,
Daniel Angulo. -Senador por Barinas, Lucio María Celis. - Repre
sentante por Barquisimeto, Manuel Alvísur.-Representante por
Caracas, Jesus María Blanco.-Representante por Aragua, Jaime
Bosch . - Senador por Barinas, Juan Vicente González Delgado.
Senador por Barcelona, F. Hurtado . - Senador por Mérida, Pascual
Lúcas. - Representante por la Portuguesa, Br. Juan Francisco Bes
canza . - Representante por Barcelona, B. Barrios. - Representante
por la provincia de Barquisimeto, J. Cayetano Bastía. -Senador por
Maturin, J. Antonio López.-Senador por Apure, José María Lapal
ma.-Senador por Barcelona, Pacífico Monagas.- Senador por Bar
quisimeto, Fermin Medina.- Representante por Cojedes, G. Cárde
nas.-Senador por Guayana, Gerardo Monagas.-Representante
por Mérida, M. de J. Contreras.-Senador por el Guárico, Sebastián
Martin.-Senador por Carácas, Francisco Vicente Parejo .-Senador
por la provincia de Trujillo, Valentin Machado. -Representante por
414 JOSE GIL FORTOUL

Maturín, Agustin Coll .- Representante por Maracaibo, Juan Celis.—


Senador por Coro, José Falcon. -Representante por la provincia de
Cojedes, Juan José Apolonio Crúces.- Representante por Maracai
bo, Francisco Carabaño. - Senador por Margarita, José Aniceto Nar
váez.- Representante por Barinas, Eladio Delgado. - Senador por
Aragua, Jesus María Paúl. -Representante por Carácas, Felipe Es
tévez. - Senador por Trujillo, Miguel Pimentel .-Senador por el Tá
chira, C. Rangel.-Representante por el Guárico, Ignacio Esnal.—
Representante por el Guárico, Joaquin Fernández .- Senador por
Coro, José Antonio Rincon. -Senador por Maracaibo, Roque Rebo
lledo. Representante por la provincia de Barinas, Juan Bautista
Franco. Representante por Barcelona, Pedro María Freites. - Sena
dor por el Guárico, Mateo Rubin.- Senador por la Portuguesa, R.
M. Rodríguez .-Representante por Apure, Francisco Flóres.- Repre
sentante por el Guárico, Félix González Delgado.- Senador por la
Portuguesa, José A. Uzcátegui.-Senador por Barquisimeto, José D.
Trías. Representante por Carabobo, Rafael González Delgado.—
Representante por el Guárico, J. M. González .-Senador por Cuma
ná, Jesús María Vallenilla.-Senador por Carabobo, Fernando Ve
ra.-Representante por Coro, José González .-Senador por Apure,
Manuel Betancourt.-Representante por la provincia del Yaracui,
Francisco A. González .-Representante por Guayana, S. Gáspari.
-Representante por el Táchira, Argimiro Gabaldon.-Representan
te por Guayana, Hilarion Gambus.-Representante por Cumaná, A.
J. Silva. Representante por Coro, Pastor García. - Representante
por Guayana, Manuel Yánes.-Representante por la Portuguesa,
Pro. Br. Domingo Antonio Yépes.-Representante por Barquisime
to, Ramón C. Yépes. -Representante por Barquisimeto, Gregorio
Yánes. Representante por Aragua, J. Manuel Luque. Represen
tante por Barquisimeto, Salvador Luyando.- Representante por Ca
rácas, Diego Bautista Bárrios.- Representante por Barquisimeto ,
Juan P. Lara.-Representante por Carabobo, Juan Martínez.- Re
presentante por Caracas, José Tadeo Monagas, hijo. - Represen
tante por el Yaracuy, Francisco Montes. -Representante por Matu
rin, José Ruperto Monágas.-Representante por Coro, Cárlos Na
varro.-Representante por Cumaná , Domingo Navarro.- Represen
tante por Cojedes, Florencio Navarro . - Representante por la Portu
guesa, Ramon María Oraa.- Representante por Aragua, J. Nepo
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 415

muceno Orta. - Representante por Barquisimeto, Eduardo Ortiz.


Representante por el Yaracuy, José María Ortega Martínez.- Re
presentante por Carácas, G Pompa .-Representante por Cojedes,
José María Peña.-Representaate por Maracaibo, Andrés Antonio
Pérez .-Representante por Trujillo, Francisco Pimentel y Roth .- Re
presentante por Barcelona, Luis Blanca.- Representante por Bar
quisimeto, José María Pérez.-Representante por Trujillo, José Ma
ría Perozo.-Representante por Barquisimeto , Juan Tomas Pérez.—
Representante por Barcelona, Manuel Planchart.- Representante
por Margarita, Angel V. Mata.-Representante por el Guárico, Jo
sé L. Requena. - Representante por Carácas, Gonzalo Antonio Ruiz.
-Representante por Barinas, Eugenio A. Rivera.- Representante
por Barcelona, José Ruiz.- Representante por la provincia de Bar
quisimeto, Andrés M. Riera .- Representante por Yaracuy, Agustín
Rivero. Representante por Carácas, José Sotillo.- Diputado por Ca
rabobo, Manuel María Silva.-Representante por Barcelona, Mi
guel A. Sotillo.-Diputado del Yaracuy, Antonio María Salom.— Re
presentante por Maracaibo, Comandante de artillería Tiburcio Tro
cónis. Representante por la provincia de Aragua, General Anto
nio Valero.- Representante por la provincia de Cumaná, Manuel
N. Betancourt. -Representante por Barinas, Manuel Venégas .- Re
presentante por Carabobo, P. Bermúdez.-Representante por Ca
rabobo, J. A. Zárraga. -Representante por Barquisimeto, Cosme
Urrutia. -Representante por la Portuguesa, Luis Ugarte .-El Secre
tario del Senado, J. A. Pérez.-El Secretario de la Cámara de Re
presentantes, J. Padilla.
Carácas 18 de Abril de 1857, año 47 de la Independencia.
Cúmplase, publíquese y circúlese .-José T. Monagas. (L. S. ) —–— El
S. de E. en los DD. del Interior y Justicia, Francisco Aranda.-El S.
de E. de los DD. de Hacienda y R. E., Jacinto Gutiérrez .- El S. de E.
en los DD. de G. y M. Cárlos L. Castelli.

CONSTITUCION DE 1858 ( 1 )

Bajo los auspicios del Supremo Legislador del Universo:


NOSOTROS los Diputados de las provincias de Venezuela reuni

(1) Texto de la Recopilación de Leyes.


416 JOSE GIL FORTOUL

dos en Convencion Nacional, á fin de formar la mas perfecta union,


establecer la justicia, asegurar la tranquilidad doméstica, proveer
á la defensa común, promover la felicidad general y asegurar el
don precioso de la libertad, para nosotros y nuestros descendien
tes, ordenamos y establecemos la presente Constitucion.

TITULO I

De la nacion venezolana y de su territorio

Art. 1º La nación venezolana es para siempre é irrevocable


mente libre é independiente de toda potencia extranjera, y no es
ni será nunca el patrimonio de ninguna familia ni persona.
Art. 2º La soberanía reside esencialmente en la Nacion.
Art. 3º El territorio de la República comprende todo lo que
ántes de la transformacion política de 1810 se denominaba Capita
nía general de Venezuela, con todos sus derechos y pertenencias;
y se divide en provincias , cantones y parroquias.
Art. 4º Los territorios despoblados que se destinen á colonias,
y los ocupados por tribus indígenas, podrán ser separados de las
provincias á que pertenezcan, por los Congresos constitucionales,
y regidos por leyes especiales.
Art. 5º Ninguna parte del territorio podrá usar por enajena
cion el dominio de otra potencia; mas esta disposicion no servirá
de obstáculo á las transacciones que sean indispensables para fi
jar los límites de la República con las Naciones vecinas, siempre
que por aquellas no pierda su nacionalidad algun vecindario.

TITULO II

De los venezolanos

Art. 6º Son venezolanos:

19 Por nacimiento, todos los nacidos en el territorio de Vene


zuela: los hijos de padre ó de madre venezolanos, nacidos en el
territorio de Colombia ; y los de padres venezolanos nacidos en
cualquier país extranjero.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 417

2º Por adopcion, los nacidos en cualquiera de las otras re


públicas hispanoamericanas, sin otra condicion que acreditar su
orígen y manifestar su voluntad de serlo, ante la autoridad que
determine la lei.

3º Por naturalizacion, los extranjeros ya naturalizados , y los


que obtengan carta de naturaleza conforme á la lei.

TITULO III

Del Gobierno de Venezuela

Art. 7 El Gobierno de Venezuela es y será siempre republi


cano, popular, representativo, responsable y alternativo.

Art. 8° El pueblo ejerce la soberanía directamente en las elec


ciones, é indirectamente por los poderes públicos que establece
esta Constitucion.

Art. 9º El poder público se divide en Nacional y Municipal.

Art. 10. El Poder Nacional se divide en Legislativo , Ejecutivo


y Judicial.

TITULO IV

De los ciudadanos

Art. 11. Son ciudadanos, y por lo tanto tienen el derecho de


elegir para el ejercicio de los poderes públicos :

1º Todos los venezolanos mayores de veinte años:


2º Los que sin tener esta edad, sean ó hayan sido casados.

Art. 12. Los derechos de ciudadano se suspenden:

1º Por enajenación mental;


2º Por condenacion á pena corporal en virtud de sentencia
ejecutoriada; mientras se cumple dicha pena;
39 Por interdiccion judicial.

27-III
418 JOSE GIL FORTOUL

TITULO V

De los derechos individuales

Art. 13. Queda para siempre abolida la esclavitud en Vene


zuela, y se declaran libres todos los esclavos que pisen su terri
torio.
Art. 14. Todos los venezolanos tienen el derecho de expresar
sus pensamientos y opiniones, por medio de la imprenta, sin nece
sidad de prévia censura, y tambien de palabra ó de cualquier otro
modo; pero bajo la responsabilidad que determine la lei para los
casos en que se ofenda la moral pública, ó se ataque la vida pri
vada. El juicio en materias de imprenta será por jurados.
Art. 15. Todos los venezolanos tienen el derecho de asociar
se ó reunirse, sin armas, con cualquier objeto público ó privado ;
y el de representar á las autoridades lo que estimen conveniente .
Art. 16. Todos los venezolanos tienen el derecho de ejercer
cualquiera profesion ó industria, exceptuando solamente las que
constituyan la propiedad de un tercero por privilegio concedido
conforme á la lei, las que ataquen la moral pública ó la salubridad
de las poblaciones y las que embaracen las vías de comunicacion.
Art. 17. Todos los venezolanos tienen el derecho de transitar
por el territorio de la República, y el de salir de él, sin necesidad
de pasaporte; á ménos que la autoridad judicial lo haya prohibi
do en los casos que determine la lei.
Art. 18. Ninguno podrá ser distraido de sus jueces naturales,
ni sometido a comisiones ó tribunales extraordinarios, ni juzgado
sino por las leyes anteriores á su delito ó accion, ni sentenciado
sino despues de haber sido oido y convencido legalmente.
Art. 19. Ningun venezolano podrá ser preso, arrestado ó dete
nido, sino en virtud de órden firmada por autoridad competente,
en que se exprese el motivo, y de la cual se dará copia al arres
tado; á menos que sea encontrado en fragante delito, pues en este
caso cualquiera puede aprehenderlo para conducirlo inmediata
mente á presencia del juez .
Art. 20. En negocios criminales la órden de prision ó arresto
no podrá ser expedida sin previa informacion sumaria, de que re
sulte haberse ejecutado un hecho que merezca por la lei pena
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 419

corporal, y fundados indicios de haberlo cometido la persona á


quien se mande prender ó arrestar, la que deberá ser puesta en
libertad bajo fianza, en cualquier estado de la causa en que pa
rezca que no puede imponérsele dicha pena.
Art. 21. A todo individuo preso por causa criminal, deberán
hacérsele, dentro de los tres días siguientes á su prision, los cargos
que le resulten del sumario que la motivó, para que impuesto de
eilos, pueda contestarlos y defenderse.
Art. 22. El carcelero ó el alcaide no podrá recibir á ninguna
persona en arresto, sin la órden a que se refiere el artículo 19, ni
prohibirle la comunicacion sino por mandato escrito del juez , quien
en ningun caso podrá extenderlo á mas de tres días.
Art. 23. El carcelero ó alcaide no podrá usar de otras prisio
nes, que de las que expresamente le haya prevenido por escrito
el juez, el cual no podrá ordenar que se empleen sino las que
sean absolutamente necesarias para evitar la fuga ó cualquier des
órden en la prision.
Art. 24. En causa criminal ninguno será obligado á dar testi
monio contra sí mismo, ni contra sus ascendientes, descendientes,
cónyuge y demas parientes hasta el cuarto grado civil por consan
guinidad, y segundo por afinidad.
Art. 25. El hogar doméstico y el secreto de las cartas y pape
les privados son inviolables : no pudiendo aquel ser allanado, ni
estos abiertos ni leidos, sino por autoridad competente , y en los
casos y con los requisitos prevenidos por la lei.
Art. 26. Ninguno podrá ser privado de la menor porcion de
su propiedad, ni será aplicada á ningun uso público, sin su con
sentimento ó el del Congreso. Cuando el interes comun, legalmen
te comprobado, así lo exija, debe presuponerse siempre una justa
compensacion.
Art. 27. Todos los venezolanos son iguales ante la lei.
Art. 28. La precedente enumeracion de derechos no debe en
tenderse como una negacion de cualesquiera otros derechos que
puedan corresponder á los individuos, y que no estén comprendi
dos en este título.
Art. 29. Los extranjeros en Venezuela gozan de los mismos
derechos individuales y garantías que los venezolanos y están su
jetos, como ellos, á las leyes y autoridades de la República .
420 JOSE GIL FORTOUL

TITULO VI

Del Poder Legislativo

Art. 30. El Poder Legislativo se ejerce por un Congreso com


puesto de dos Cámaras, una de Diputados y otra de Senadores.
Art. 31. El Congreso se reunirá cada año en la capital de la
República, el dia 20 de Enero, sin necesidad de convocatoria; y
sus sesiones durarán noventa dias. Si por algun accidente no pu
diere reunirse en el dia señalado, lo hará en el mas inmediato po
sible.
Art. 32. Ninguna de las Cámaras podrá abrir sus sesiones sin
la concurrencia de las dos terceras partes de sus miembros : pero
en todo caso el número existente, cualquiera que sea, deberá re
unirse y compeler á los ausentes á que concurran.
Art. 33. Abiertas las sesiones con el número prescrito en el
artículo anterior, podrán continuarse en cada Cámara con la asis
tencia de la mitad, mas uno, de la totalidad de los miembros que
le correspondan.
Art. 34. Las Cámaras se instalarán por sí mismas, abrirán y
cerrarán su sesiones en un mismo día, y residirán en una misma
poblacion. Para acordar su traslacion á un lugar distinto, ó sus
pender sus sesiones por mas de dos días, se reunirán las Cáma
ras, y se resolverá lo que acuerde la mayoría absoluta del Con
greso .
Art. 35. Cada Cámara tiene el derecho de darse los regla
mentos que deba observar en sus sesiones,
debates y deliberacio
nes; pudiendo establecer en ellos las penas que deban sufrir los
miembros que los infrinjan, hasta expelerlos de su seno, si así se
decide por las dos terceras partes de la Cámara.
Art. 36. Las Cámaras ejercen la policia en el edificio en que
celebren sus sesiones , y pueden dictar todas las medidas que ase
guren el libre ejercicio de sus funciones.
Art. 37. Las resoluciones privativas de cada Cámara no ne
cesitan la sancion del Presidente de la República, ni el consenti
miento de la otra.
Art. 38. Las Cámaras se reunirán en Congreso cuando lo de
termine la Constitucion ó la lei, ó en cualquier otro caso en que
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 421

ellas lo estimen necesario. Presidirá entonces la reunion el presi


dente del Senado, y el de la Cámara de Diputados hará de Vice
presidente.
Art. 39. Las sesiones de las Cámaras serán públicas; pero
podrán ser secretas cuando ellas lo juzguen conveniente.
Art. 40. Los Senadores y Diputados tienen este carácter por
la Nacion, y no por la provincia que los nombra.
Art. 41. No pueden ser elegidos Senadores ni Diputados el
Presidente y Vicepresidente de la República, los Secretarios del
Despacho, los Ministros de las Cortes Supremas y Superiores, los
Gobernadores, ni los militares en actual servicio.
Art. 42. El ejercicio de cualquiera otra funcion pública es in
compatible, durante las sesiones, con la de Senador ó Diputado.
Art. 43. Los Senadores y Diputados gozan de inmunidad en
sus personas y propiedades cuando se hallen en las sesiones, y
mientras van al Congreso y vuelven á sus casas. No pueden en
consecuencia ser demandados ni ejecutados civilmente : ni tampo
co arrestados ó detenidos, sino por crímen para cuyo castigo esté
impuesta la pena capital, de lo que se dará cuenta á la Cámara
respectiva con la informacion sumaria del hecho. En los demás
casos en que un Senador ó Diputado haya cometido un delito que
merezca otra pena, corporal ó infamante, el juez pasará desde
luego el sumario á la Cámara respectiva, para que, segun su mé
rito, suspenda el acusado y lo ponga á disposición del juez com
petente. La lei fijará el tiempo que haya de computarse para los
viajes de ida y vuelta.
Art. 44. Los Senadores y Diputados no son responsables en
ningun tiempo, ni ante ninguna autoridad, de los discursos y opi
niones que hayan manifestado en las Cámaras.
Art. 45. Los Senadores y Diputados no pueden aceptar des
tino alguno de libre eleccion del Poder Ejecutivo, con excepcion
de las Secretarías del Despacho, empleos diplomáticos y mandos
militares en tiempo de guerra ; pero la admision de estos empleos
deja vacantes los que ocupen en las Cámaras.
Art. 46. Los cargos de Senador y Diputado son de libre acep
tacion: despues de aceptados, la admision de la renuncia corres
ponde á la Cámara respectiva .
422 JOSE GIL FORTOUL

Art. 47.Los Senadores y Diputados recibirán la indemniza


cion que fije la lei, por los dias que duren las sesiones, y por viá
tico de ida al Congreso y vuelta á sus casas.
Art. 48. Cada Cámara es competente para decidir de la va
lidez ó nulidad de las elecciones de sus miembros.

TITULO VII

De la Cámara del Senado

Art. 49. El Senado se compondrá de dos senadores por cada


provincia, elegidos por las Legislaturas provinciales, por mayoría
absoluta de votos : y del mismo modo se hará la eleccion de los
suplentes.
Art. 50. Los Diputados á la Legislatura provincial no pueden
ser nombrados Senadores principales ni suplentes por la provincia
en que sean Diputados.
Art. 51. La duracion de los Senadores será de cuatro años,
renovándose por mitad cada dos años.
Art. 52. Para ser Senador se necesita:
1º Ser ciudadano en ejercicio de sus derechos.
2º Tener treinta años cumplidos.
3º Ser natural ó vecino de la provincia que hace la eleccion.
4º Ser dueño de una propiedad raiz, cuya renta anual sea
de mil doscientos pesos, ó tener una profesion, industria ú oficio
que produzca mil quinientos pesos, ó un sueldo de dos mil pesos.
Art. 53. Son atribuciones especiales del Senado:
1ª Perfeccionar la eleccion, y admitir las renuncias de los
miembros de la Corte Suprema.
2º Prestar ó no su consentimiento para los ascensos de coro
nel y comandante de ejército, y para los de capitán de navío y
de fragata.
3ª Sustanciar y sentenciar los juicios principiados en la Cá
mara de Diputados.
Art. 54. El Senado, para sentenciar en las causas de que co
noce conforme á esta Constitucion, incorporará en su seno, con vo
to deliberativo, á la Corte Suprema de Justicia; y podrá imponer
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 423

ademas de la pena de deposicion, cualquiera otra que la lei desig


ne contra el delincuente.
Art. 55. Ningun acusado podrá ser condenado sino por las
dos terceras partes de los votos de todos los que deben pronun
ciar la sentencia definitiva conforme al artículo anterior.
Art. 56. Una lei determinará el procedimiento en los juicios
de la competencia del Senado.
Art. 57. Cuando el Senado conozca de causa contra el Presi
dente o Vicepresidente de la República, si ella no se hubiere con
cluido durante las sesiones, continuará reunido con este solo objeto
hasta fenecerla.

TITULO VIII
De la Cámara de Diputados

Art. 58. La Cámara de Diputados se compondrá de los que


elijan los ciudadanos de las provincias en votacion directa y secre
ta, por mayoría relativa de votos, en la proporcion de uno por
cada veinticinco mil almas, y uno mas por un exceso de quince
mil. La provincia que no tenga veinticinco mil almas, nombrará
siempre un Diputado: del mismo modo y en la misma proporcion
se nombrarán los suplentes . Esta base podrá ser aumentada por
la lei.
Art. 59. Para ser Diputado se necesita:
1º Ser ciudadano en el goce de sus derechos.
2º Tener veinticinco años cumplidos .
Art. 60. Los Diputados durarán en el ejercicio de sus funcio
nes cuatro años, renovándose por mitad cada dos años.
Art. 61. Son atribuciones especiales de la Cámara de Dipu
tados:
1º Examinar la cuenta anual que debe presentarle el Poder
Ejecutivo.
2º Oir las acusaciones contra el Presidente y Vicepresidente
de la República, contra el Designado, los Ministros de la Corte Su
prema y los Secretarios del Despacho, en los casos determinados
por esta Constitucion.
Art. 62. Propuesta acusacion documentada contra alguno de
de los funcionarios expresados en el artículo anterior , el juicio de
424 JOSE GIL FORTOUL

la Cámara se limitará á declarar por las dos terceras partes si ha


lugar á la formacion de causa.
Art. 63. Si se declara que ha lugar á la formacion de causa,
el acusado quedará de hecho suspenso de su empleo, y la Cáma
ra pasará la causa al Senado.

TITULO IX

De las atribuciones del Congreso

Art. 64. Son atribuciones del Congreso:


19 Formar los Códigos nacionales, pudiendo hacerlo por me
dio de comisiones de redaccion y de revision nombradas al efecto.
2º Establecer impuestos, derechos y contribuciones para aten
der á los gastos nacionales, velar sobre su inversion, y tomar cuen
ta de ella al Poder Ejecutivo.
3ª Determinar y uniformar la lei, valor, tipo y denominacion
de la moneda.
4ª Fijar y uniformar los pesos y medidas.
5º Organizar el servicio de postas y correos nacionales .
6ª Decretar la formacion del censo de la República, y darle
o no su aprobacion.
7ª Crear y suprimir los tribunales y juzgados , y los demas
empleados nacionales, incluso los diplomáticos , y señalarles suel
dos.
89Decretar en cada año la fuerza de mar y tierra.
9aDecretar el reclutamiento del ejército permanente y la or
ganizacion de la milicia nacional.
10. Decretar la guerra en vista de los fundamentos que le pre
sente el Poder Ejecutivo, y requerirle para que negocie la paz .
11. Dar ó no su aprobacion á los tratados y convenciones que
celebre el Poder Ejecutivo con las naciones extranjeras.
12. Decretar anualmente los gastos públicos en vista de los
presupuestos que deberá presentarle el Poder Ejecutivo para las
respectivas secretarías; y ademas una suma para gastos impre
vistos.
13. Decretar lo conveniente para la administración , conserva
cion y enajenacion de los bienes nacionales.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 425

14. Contraer deudas sobre el crédito del Estado.


15. Permitir la creacion de cajas hipotecarias y bancos parti
culares, bajo las condiciones que tenga á bien establecer.
16. Promover por leyes ó contratos la navegacion y canaliza
cion de los rios, la apertura de caminos y otras obras, con tal que
sean de utilidad nacional.
17. Promover la educacion popular, el progreso de las cien
cias y artes, y los establecimientos de enseñanza práctica indus
trial .
18. Conceder por tiempo limitado privilegios exclusivos para
el estímulo y fomento de las ciencias é industrias.
19. Conceder premios y recompensas personales á los que
hayan hecho grandes servicios á la República.
20. Establecer las reglas de naturalizacion.
21. Decretar honores públicos á la memoria de los grandes
hombres.
22. Conceder amnistías é indultos.
23. Elegir el lugar donde deba residir el Gobierno.
24. Crear nuevas provincias, precediendo la peticion de los
Concejos municipales y el informe de las Legislaturas provinciales,
con tal que tenga cada una de las provincias que se van á crear,
una poblacion por lo ménos de cincuenta mil almas, y territorio
suficiente para su engrandecimiento; y que la provincia ó provin
cias de que se segreguen los cantones, queden con una poblacion
no menor de cien mil habitantes.
25. Reunir en una, dos ó más provincias, prévia la peticion
de la mayoría de los cantones de las mismas, y el informe de las
respectivas Legislaturas; y variar los límites de las provincias á
solicitud de los habitantes de los respectivos territorios, y con infor
me igualmente de las Legislaturas.
26. Permitir ó no el tránsito de tropas extranjeras por el terri
torio del Estado .
27. Admitir ó no extranjeros al servicio de las armas de la
República .
28. Hacer el escrutinio y perfeccionar la eleccion de Presiden
te y Vicepresidente de la República , y admitir ó no sus renuncias.
29. Prestar ó no su consentimiento para el ascenso de Ge
neral.
426 JOSE GIL FORTOUL

30. Promover la inmigracion y colonizacion de extranjeros.


31. Elegir el Designado que ha de reemplazar al Vicepresi
dente de la República.

32.Legislar sobre todas las materias que son de la compe


tencia del Poder nacional, reformar y derogar las leyes estable
cidas.
Art. 65. No puede el Congreso ni ninguna de las Cámaras:
1º Enjuiciar ni imponer pena á ningun venezolano, sea o no
funcionario público, fuera de los casos expresados en esta Consti
tucion; ni aun como condicion de los indultos que concediere :

2º Aplicar cantidad alguna del Tesoro nacional para gastos


municipales de las provincias; ni disponer de las rentas municipa
les para gastos de la Nacion.
3º Delegar ninguna de sus atribuciones a otra autoridad ó
corporacion.

TITULO X

De la formacion de las leyes

Art. 66. Los proyectos de leyes ó decretos del Congreso pue


den tener orígen en cualquiera de las dos Cámaras, á propuesta
de sus miembros, ó del Poder Ejecutivo por medio de los Secreta
rios del Despacho; á excepcion de los que establezcan impuestos,
que deberán tenerlo necesariamente en la Cámara de Diputados.
Tambien tendrá origen en la Cámara de Diputados la lei de pre
supuesto.

Art. 67. Todo proyecto para ser lei deberá sufrir en cada Cá
mara tres discusiones con intervalo de un dia por lo menos, y ser
aprobado por la mayoría absoluta de los miembros presentes en
las respectivas sesiones.

Art. 68. Si una Cámara negare un proyecto aprobado por la


otra, quedará este sin efecto; pero si solamente lo alterare, la pri
mera podrá conformarse con las alteraciones, ó insistir en el pro
yecto: si insistiere , y la otra persistiere tambien en sus alteraciones,
aquel quedará igualmente sin efecto.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 427

Art. 69. Ningun proyecto tendrá fuerza de lei , aunque haya


sido aprobado por ambas Cámaras, mientras no se mande ejecutar
por el Poder Ejecutivo, a quien se pasará por la Cámara en que
tuvo orígen. Si el Poder Ejecutivo juzgare inconveniente la ejecu
ción del proyecto, podrá objetarlo, y lo devolverá con sus observa
ciones á la misma Cámara, dentro de los diez días siguientes al en
que lo recibió. La Cámara considerará de nuevo el proyecto con
las objeciones , y podrá insistir en su aprobación por los votos de
la mayoría absoluta de los miembros presentes: en este caso pasará
el proyecto con las objeciones á la otra Cámara, la cual lo consi
derará de la misma manera; y si ambas insistieren, el proyecto ten
drá fuerza de lei, y el Poder Ejecutivo lo mandará ejecutar sin más
observacion .
Art. 70. En caso de no estar de acuerdo las dos Cámaras,
ó de que cualquiera de ellas no haya insistido en algun proyecto
objetado por el Poder Ejecutivo, dicho proyecto no podrá volver
á presentarse en las mismas sesiones.
Art. 71. Si dentro de los diez días que se conceden al Poder
Ejecutivo para objetar ó mandar ejecutar un proyecto, no hiciere
ni una ni otra cosa, tendrá este fuerza de lei, y será promulgado
como tal; y aunque, corriendo dicho término, el Congreso suspen
diere sus sesiones ó se pusiere en receso, el Poder Ejecutivo de
berá, dentro del mismo término, mandar ejecutar el proyecto ú
objetarlo: en el primer caso hará promulgar inmediatamente la
lei; y en el segundo, publicará también inmediatamente sus ob
jeciones, con las cuales devolverá el proyecto á la Cámara de su
origen, dentro de los tres primeros dias de la próxima reunion del
Congreso.
Art. 72. El Poder Ejecutivo tiene la facultad de objetar las
resoluciones del Congreso en Cámaras reunidas, cuando no ten
gan por objeto su traslación, algun nombramiento ó renuncia. En
el caso de objeción, que tendrá lugar dentro de los cinco dias si
guientes al en que las recibió, quedará sin efecto el acto, si no
fuere de nuevo aprobado por la mayoría absoluta del Congreso.
Art. 73. Todo proyecto cuya discusion quedare pendiente en
las sesiones de un año, se considerará en las siguientes como
nuevamente introducido en la Cámara donde se encuentre, y por
lo tanto sufrirá en ella los debates que prescribe esta Constitucion.
428 JOSE GIL FORTOUL

Art. 74. Al pasarse los proyectos de una Cámara á otra y


al Poder Ejecutivo se expresarán los días en que hayan sido dis
cutidos.

Art. 75. La lei que reforma otra, deberá redactarse integra


mente, incluyendo en ella todas las disposiciones que quedan vi
gentes, y declarando abolida la lei reformada.
Art. 76. El Congreso en las leyes y decretos que diere en
Cámaras separadas usará de esta fórmula: "El Senado y la Cá
mara de Diputados de la República de Venezuela, decretan:" y en
los actos que expidiere en Cámaras reunidas, usará de esta: “El
Senado y la Cámara de Diputados de la República de Venezuela,
reunidos en Congreso, decretan".
Art. 77. Ninguna lei será obligatoria mientras no sea pro
mulgada.
Art. 78. Las leyes se derogan con las mismas formalidades
con que se establecen.

TITULO XI

Del Poder Ejecutivo

Art. 79. El Poder Ejecutivo estará a cargo de un magistra


do, que se denominará Presidente de la República .
Art. 80. Las faltas del Presidente serán suplidas por un Vi
cepresidente, y las de este por la persona que anualmente desig
ne el Congreso en Cámaras reunidas, elegida en la forma que es
tablece esta Constitucion para perfeccionar la eleccion del Presi
dente de la Repblica.

Art. 81. El Presidente y Vicepresidente serán elegidos por vo


tacion directa y secreta de los venezolanos que estén en el goce
de la ciudadanía.
Art. 82. Para ser Presidente de la República se necesita ser
venezolano por nacimiento, y ciudadano en el goce de sus de
rechos.
Art. 83. Para que haya eleccion constitucional de Presiden
te de la República, es necesario que se reuna en favor de un indi
viduo la mayoría absoluta de los votos de todos los que hayan
sufragado. Si ninguno hubiere obtenido esta mayoría, el Con
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 429

greso concretará la eleccion á los tres que hayan obtenido mayor


número de votos, principiando por fijar en votacion secreta estos
tres individuos, si de los sufragios populares resultaren varios con
igual número de votos.
Art. 84. Designados los tres individuos á quienes ha de con
cretarse la votacion, el Congreso procederá á elegir por escrutinio
uno de entre ellos, y declarará constitucionalmente electo al que
hubiere obtenido las dos terceras partes de los votos de los miem
bros presentes. Si ninguno hubiere obtenido esta mayoría, se re
petirá el acto, contrayéndolo á los dos que resultaren con mas
votos; y si despues de dos escrutinios mas, ninguno obtuviere las
dos terceras partes, será bastante , para que haya eleccion, la ma
yoría absoluta. En caso de igualdad continuará la votacion has
ta obtener la mayoría .
Art. 85. La eleccion de Presidente de la Repúblca se hará
en sesion permanente, de la cual no podrá retirarse, sin permiso
del Congreso, ninguno de los miembros que hubieren dado sus
votos en el primer escrutinio; ni entrar en ella el que no haya con
currido al mismo escrutinio.
Art. 86. El Presidente durará cuatro años en sus funciones;
y no podrá ser reelegido sino despues de un periodo constitucio
nal por lo ménos.
Art. 87. Las cualidades para ser Vicepresidente , la forma de
su eleccion. v la duracion dé él en su destino, son las mismas
que se han establecido respecto del Presidente.
Art. 88. No puede ser elegido Presidente ni Vicepresidente
ningun individuo que tenga parentesco de consanguinidad den
tro del cuarto grado civil, ó de afinidad dentro del segundo, con
las personas que sean Presidente ó Vicepresidente al tiempo de
la eleccion .
Art. 89. La eleccion de Presidente y la de Vicepresidente se
harán con diferencia de dos años de una a otra, á cuyo efecto el
primer Vicepresidente sólo durará dos años.
Art. 90. El Presidente de la República cesa en el ejercicio de
sus funciones el dia veinte de Enero del año en que termine el
periodo constitucional; y en el mismo dia se encargará del Poder
Ejecutivo el Vicepresidente, hasta que el Congreso dé posesion
al Presidente nombrado.
JOSE GIL FORTOUL
430

Art. 91. El Presidente no podrá ejercer el Poder Ejecutivo fue


ra de la capital de la República, excepto en el caso de ocupacion
por fuerzas enemigas, ú otro acontecimiento grave que imposibi
lite la permanencia en ella.
Art. 92. Por muerte, dimision, destitucion ó incapacidad del
Presidente, ejercerá el Vicepresidente el Poder Ejecutivo hasta que
se concluya el período constitucional .
Art. 93. Cuando el Vicepresidente encargado del Poder Eje
cutivo por alguna de las causas expresadas en el artículo ante
rior, faltare tambien por cualquiera de las mismas causas, le su
brogará el Designado por el Congreso, hasta que sean elegidos el
Presidente y el Vicepresidente ; cuyas elecciones se mandarán
practicar inmediatamente , si faltare por lo menos un año para ter
minar el período constitucional . El Presidente y el Vicepresidente
elegidos en este caso, durarán solamente por el tiempo que falte
para completar los respectivos períodos .
Art. 94. El Presidente es el Jefe de la Administracion general
de la República, y como tal tiene las atribuciones siguientes:
1ª Conservar el órden y tranquilidad interior, y asegurar el
Estado contra todo ataque exterior:
21 Mandar ejecutar y cuidar de que se promulguen y eje
cuten las leyes, decretos y actos del Congreso:
3º Convocar el Congreso en los períodos ordinarios; y tam
bien extraordinariamente cuando lo juzgue necesario por una gra
ve ocurrencia:
4º Ejercer el mando supremo de las fuerzas de mar y tierra
de la República:
5º Llamar la milicia al servicio cuando lo haya decretado el
Congreso:
6ª Declarar la guerra a nombre de la República, previo el
Decreto del Congreso:
7ª Dirigir las negociaciones diplomáticas, y celebrar trata
dos y convenciones con las naciones extranjeras:
89 Nombrar y remover libremente los Secretarios del Despa
cho:
9 Nombrar los ministros y agentes diplomáticos, estando las
plazas creadas por la lei ; y ademas los cónsules, vicecónsules y
agentes comerciales:
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 431

10. Dar ascensos: de General, con el consentimiento del Con


greso en Cámaras reunidas: de Coronel y comandante de ejército,
y de capitan de navío y de fragata, con previo acuerdo y consen
timiento del Senado ; y de los empleos inferiores, conforme á las
leyes de la materia:
11. Conceder retiros y licencias á los militares y otros em
pleados , según lo determine la lei :
12. Expedir patentes de navegacion ; y tambien de corso y
represalias cuando el Congreso lo decrete:
13. Conceder cartas de naturaleza conforme á la lei :

14. Nombrar para todos los destinos civiles, militares y de


hacienda , cuyo nombramiento no se reserve á alguna otra auto
ridad:

15. Suspender de sus destinos á los empleados de libre nom


bramiento del Poder Ejecutivo, cuando infrinjan las leyes, sus de
cretos ú órdenes, con calidad de ponerlos á disposicion de la au
toridad competente, dentro de tres dias, con el sumario ó docu
mentos que hayan dado lugar á la suspension, para que los juz
gue:
16. Sepurar de sus destinos á los mismos empleados , cuando
así lo exija el servicio público; excepto los casos en que la Cons
titucion ó las leyes dispongan otra cosa:

17. Cuidar de que la recaudacion é inversion de las contri


buciones y rentas nacionales se hagan con arreglo á la lei:

18. Conmutar la pena de muerte en otra grave, cuando ha


ya para ello poderosos motivos: oyendo préviamente el informe
del tribunal que pronunció la última sentencia. De esta atribu
cion no podrá usarse en favor de los que sean sentenciados por
el Senado.
Art. 95. En los casos de conmocion interior á muno arma
da que amenace la seguridad de la República, o de invasion ex
terior repentina, el Presidente podrá solicitar del Congreso que lo
autorice para ejercer todas ó algunas de las facultades siguien
tes:
1ª Llamar al servicio aquella parte de la milicia nacional
que el mismo Congreso juzgue necesaria:
JOSE GIL FORTOUL
432

2º Exigir anticipadamente las contribuciones; ó negociar em


préstitos por las sumas suficientes, si no pueden cubrirse los gastos
• con las rentas ordinarias:
39 Establecer el requisito de transitar por el territorio de la
República ó salir de él, con pasaporte:
49 Conceder indultos generales y particulares á los compro
metidos por delitos políticos.
Art. 96. Si el Congreso no estuviere reunido, el Presidente
de la República convocará, en los casos del artículo anterior, un
Consejo extraordinario, compuesto de la Corte Suprema de Jus
ticia, del Vicepresidente de la República y del Secretario que in
troduzca la solicitud, presidido por el Presidente de la Corte Su
prema: este cuerpo podrá acordarle por las dos terceras partes de
sus votos, las facultades que se expresan en el mismo artículo.
Este acuerdo se publicará y se circulará á todas las autoridades.
Art. 97. No podrán concederse las facultades del artículo 95
por mas de noventa dias.
Art. 98. El Poder Ejecutivo dará cuenta al Congreso, dentro
de los ocho primeros dias de su próxima reunion, de todos los ac
tos que ejecutare en uso de las facultades á que se refieren los
tres artículos precedentes .
Art. 99. No puede el Presidente de la República salir del te
rritorio de esta, durante el período de su Administracion, ni un
año despues; ni mandar en persona la fuerza de mar y tierra.

TITULO XII

De los Secretarios del Despacho

Art. 100. Para el despacho de los negocios correspondientes


al Poder Ejecutivo, habrá el número de Secretarios que determine
la lei.
Art. 101. Para ser Secretario se necesitan las mismas cuali
dades que se requieren para ser Diputado.
Art. 102. Todos los actos del Presidente de la República, con
excepcion del nombramiento y remocion de los Secretarios, de
berán ir autorizados por el Secretario del ramo respectivo, sin cu
yo requisito no serán obedecidos.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 433

Art. 103. No salva de responsabilidad á los Secretarios la


8

órden verbal ó escrita del Presidente.


stos
Art. 104. Los Secretarios darán cuenta, anualmente á las Cá

e lc maras, dentro de los quince dias siguientes á su instalacion, del


Estado de sus respectivos ramos.

DIC Art. 105. Los Secretarios del Despacho asistirán á las sesio
nes cuando sean llamados por alguna de las Cámaras, ó cuando
ente ellos lo estimen conveniente. En todo caso tendrán voz, pero no
WIT voto.
白白

TITULO XIII

Del Poder Judicial


de
Jo
Art. 106. El Poder Judicial se ejerce por una Corte Suprema,

5 por Cortes Superiores, y por los tribunales y juzgados inferiores


que establezca la lei .

0 Art. 107. En las causas criminales la justicia se administrará


por jurados cuando y conforme lo dispongan los futuros Congre
sos constitucionales.

TITULO XIV

De la Corte Suprema

Art. 108. La Corte Suprema se compondrá por lo ménos de


cinco ministros Jueces.
Art. 109. Para ser Ministro de la Corte Suprema se necesita :
1º Ser ciudadano en el goce de sus derechos:
2º Haber cumplido cuarenta años de edad:
39 Haber sido magistrado de una Corte Superior por seis
años, ó haber ejercido la profesión de abogado por doce años en
la República .
Art. 110. Los Ministros de la Corte Suprema serán elegidos
por las Legislaturas provinciales.Para cada plaza deberán elegir
dos individuos, uno de ellos, por lo menos, no vecino de la pro
vincia que hace la eleccion. La votacion se hará por escrutinio.

28-III
434 JOSE GIL FORTOUL

Art. 111. Para suplir las faltas absolutas ó temporales de los


Ministros de la Corte Suprema, el Congreso en Cámaras reunidas
designará anualmente el número de abogados que determine la
lei; los cuales serán llamados por la misma Corte á suplir las
faltas indicadas, en los casos que ocurran; sin embargo, en las
faltas absolutas se avisará a las Legislaturas provinciales para
llenar la vacante ; haciéndose el nombramiento en la forma estable
cida en esta Constitución.

Art. 112. Cada Legislatura provincial pasará al Senado co


pia certificada de la eleccion de que habla el artículo 110: el Se
nado declarará electos á los que hayan obtenido mayoría abso
luta de votos ; y si resultare alguno ó algunos sin la mayoría men
cionada, el Senado procederá á elegir el Ministro ó Ministros que
no la hubieren obtenido, en la forma y de la manera prevenida
para la eleccion de Presidente de la República.

Art. 113. Son atribuciones de la Corte Suprema:


1º Reunirse con la Cámara del Senado para sentenciar en
las causas que se formen contra el Presidente de la República, ó
contra el Vicepresidente y Designado cuando estén encargados del
Poder Ejecutivo, conrta los Secretarios del Despacho ó los Minis
tros de la misma Corte, en los casos del artículo 147 :
2º Decretar la suspensión, y conocer de las causas que se
formen por delitos comunes contra el Vicepresidente de la Repú
blica, cuando no esté encargado del Poder Ejecutivo, contra los
Secretarios del Despacho y Ministro de la misma Corte:
3º Conocer de los negocios contenciosos de los Ministros ple
nipotenciarios acreditados cerca del Gobierno de la República, en
los casos permitidos por el derecho internacional, ó previstos por
tratados :
4 Conocer de las causas de responsabilidad contra los
Agentes diplomáticos y consulares de la República, por mal des
empeño de sus funciones:
5 Conocer de las controversias que resultaren de los con
tratos ó negociaciones que celebre el Poder Ejecutivo por sí, ó por
medio de Agentes :
6ª Decretar la suspensión y conocer de las causas de res
ponsabilidad de los Gobernadores, á solicitud del Poder Ejecutivo,
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 435

ó de cualquier ciudadano, en vista de los fundamentos que tubie


ren para pedirla:
7ª Resolver las dudas de los demas tribunales sobre la inte
ligencia de alguna lei, dando cuenta al Congreso para que este
la fije, si lo juzgare necesario:
8º Declarar la nulidad de los actos legislativos sancionados
por las Legislaturas provinciales, á peticion de cualquier ciudada
no, cuando sean contrarios a la Constitucion:
99 Perfeccionar en la forma establecida en el artículo 112,
la eleccion de los Ministros de las Cortes Superiores hecha por
las Legislaturas provinciales, cuando alguno ó algunos no hubie
ren obtenido la mayoría absoluta ; y proveer interinamente las va
cantes:
10. Informar al Congreso todo lo conveniente para la me
iora de la administracion de justicia :
11. Decidir las cuestiones que se susciten entre las provin
cias, ó entre una ó algunas provincias y el Gobierno nacional de
la República, sobre competencia de facultades, sobre derechos
de propiedad, ó sobre cualquier otra causa contenciosa:
12. Ejercer las demas atribuciones que determine la lei.

Art. 144. Los Ministros de la Corte Suprema, durante el desem


peño de sus destinos , no pueden admitir empleo alguno de nom
bramiento del Poder Ejecutivo.

TITULO XV

De las Cortes Superiores y demas Tribunales de Justicia

Art. 115. Las Cortes Superiores se compondrán por lo ménos


de tres Ministros.

Art. 116. Para ser Ministro de las Cortes Superiores se ne


cesita:
Ser venezolano en el goce de la ciudadanía:
2º Tener treinta años de edad:
3º Ser abogado no suspenso:
4º Haber sido juez, asesor ó auditor por cuatro años á lo mé
nos: ó haber ejercido por seis años la profesion de abogado.
436 JOSE GIL FORTOUL

Art. 117. La lei organizará las Cortes Superiores y los demas


tribunales y juzgados, y determinará sus atribuciones y la manera
de ejercerlas.

TITULO XVI

Disposiciones generales en el órden judicial

Art. 118. Los magistrados y jueces no pueden ser suspendi


dos de sus destinos, sino por decreto en que se declare haber lugar
á la formacion de causa ; ni depuestos sino por sentencia ejecuto
riada.
Art. 119. Los Ministros de las Cortes Suprema y Superiores
durarán cuatro años en sus empleos, renovándose por mitad cada
dos años; y pueden ser reelegidos.
Art. 120. El destino de Ministro de las Cortes Suprema y Su
periores es incompatible con el ejercicio de cualquiera profesión
ó cargo público .
Art. 121. Todos los tribunales y juzgados están obligados á
motivar sus sentencias.

TITULO XVII

Del Poder Municipal

El Poder Municipal se ejercerá por una Legislatura


Art. 122.
y un Gobernador en la provincia; por un Consejo y un Jefe mu
nicipal en los cantones; y por los demas funcionarios y corpora
ciones que establezca la Legislatura provincial.

TITULO XVIII

De las Legislaturas Provinciales

Art. 123. En cada provincia habrá una Legislatura , compues


ta de los Diputados que nombren los cantones á razón de tres Dipu
tados por cada canton. La provincia que tenga ménos de cuatro
cantones , nombrará siempre doce diputados : distribuyéndose con
igualdad este número entre los cantones.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 437

Art. 124. Los Diputados de cada canton serán nombrados por


el voto directo y secreto de los ciudadanos del canton, cada dos
años: pudiendo ser elegidos aun los que no sean vecinos de aquel
canton.
Art. 125. Los suplentes á la legislatura provincial se elegirán
del mismo modo y en la misma proporcion que los Diputados prin
cipales.
Art. 126. Los Diputados principales y suplentes para la Le
gislatura provincial deberán ser ciudadanos en el ejercicio de sus
derechos.

Art. 127. Las Legislaturas no podrán instalarse ni continuar


sus sesiones, con ménos de las dos terceras partes de la totalidad
de sus miembros: se reunirán todos los años el día 1º de Octu
bre en la capital de la provincia; y cada reunion ordinaria dura
rá cuarenta dias.

Art. 128. Son atribuciones de las Legislaturas provinciales :

1º Elegir los Ministros de la Corte Suprema de Justicia, en


la forma que determina esta Constitucion:
2º Nombrar los Ministros de la Corte Superior de su respec
tivo distrito, en los mismos términos establecidos en esta Consti
tucion para la eleccion de los Ministros de la Corte Suprema:
3º Elegir los Senadores principales y suplentes de la pro
vincia:
4º Organizar los cantones y parroquias en su gobierno y
administración:
5º Disponer lo conveniente sobre el nombramiento de los ofi
ciales de la milicia nacional, y sobre la instruccion de esta, con
sometimiento á las leyes del Congreso y á los reglamentos del
Poder Ejecutivo :
6ª Favorecer y promover la inmigracion de extranjeros:
7ª Crear y suprimir cantones y parroquias, demarcar sus
límites, y dirimir toda controversia que se suscitare entre ellos so
bre su demarcacion y atribuciones:
8 Establecer impuestos en la provincia :
9 Dictar leyes en todos los ramos de policía urbana, rural
y correccional:
438 JOSE GIL FORTOUL

10. Promover la instruccion, el progreso de las ciencias y


artes, y los establecimientos de enseñanza práctica industrial: la
apertura y mejora de las vias de comunicación terrestres y fluvia
les: el establecimiento de hospitales y casas de beneficencia; y
todo lo relativo a mejoras interiores:

11. Legislar sobre todas las materias que no estén reserva


das al Poder Nacional.

Art. 129. No pueden las Legislaturas provinciales :

1º Imponer contribuciones sobre el comercio exterior de im


portacion ó exportacion :

2º Acordar determinacion alguna contraria á los privilegios


concedidos por el Congreso, ó por el Poder Ejecutivo conforme
á la lei:

3º Imponer deberes á las corporaciones ó funcionarios ex


clusivamente nacionales:

4º Gravar con impuestos los efectos y propiedades nacio


nales:
5º Sujetar á los vecinos de otra provincia, ó sus propieda
des, á otros gravámenes que los que pesen sobre los vecinos y
propiedades de la misma provincia.

Art. 130. Los decretos ó resoluciones de las Legislaturas pro


vinciales se pasarán para su ejecucion al Gobernador, quien ten
drá la facultad de objetarlos dentro de los cinco dias siguientes
al en que las recibió. Las objeciones que hiciere el Gobernador
serán consideradas por la Legislatura, y si esta insistiere en su
acuerdo por los votos de la mayoría absoluta, se llevará a efecto
la resolucion.

Art. 131. Las disposiciones del artículo 71 se aplicarán en


sus respectivos casos al Gobernador y á la Legislatura provincial,
sin más diferencia que la del término establecido .

Art. 132. Los diputados provinciales no son responsables por


los discursos y opiniones que manifiesten en la Cámara , y goza
rán de inmunidad en la misma extension que los miembros del
Congreso.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 439

TITULO XIX

De los Gobernadores

Art. 133. El Poder Ejecutivo provincial se ejercerá por un ma


gistrado con la denominación de Gobernador.
Art. 134. El Gobierno superior político y administrativo, y el
órden y seguridad de la provincia, estarán á cargo del Goberna
dor, al cual quedan subordinados todos los empleados de cual
quier clase pertenecientes á la provincia.
Art. 135. Los Gobernadores son agentes del Poder nacional,
y como tales cumplirán y harán cumplir la Constitucion y leyes
de la República, y ejecutarán las órdenes que recibieren del Poder
Ejecutivo en los asuntos de su competencia, siempre que no sean
opuestas á aquellas.
Art. 136. Para ser Gobernador se necesita ser ciudadano en
el goce de sus derechos, y su duracion será de cuatro años .
Art. 137. Los Gobernadores serán elegidos por la mayoría ab
soluta de los ciudadanos que sufraguen en la provincia, en vota
cion directa y secreta. En caso de que ningun candidato hubie
re obtenido esta mayoría, la Legislatura provincial perfeccionará
la eleccion, en los mismos términos y de la misma manera que
lo hace el Congreso en la eleccion de Presidente de la República.
Art. 138. Los Gobernadores no pueden ser reelectos para el
período inmediato.
Art. 139. Corresponde á los Gobernadores:
. 19 Convocar extraordinariamente las Legislaturas provincia
les, cuando lo exija la gravedad de alguna ocurrencia:
2º Mandar ejecutar los decretos y resoluciones de las Legis
laturas, y objetarlos cuando los juzgue inconstitucionales ó incon
venientes:
3º Las demas facultades que les atribuyan las leyes nacio
nales ó provinciales.
Art. 140. Las faltas temporales y absolutas de los Goberna
dores serán suplidas por las personas que designe la lei provin
cial.
Art. 141. Los Gobernadores serán pagados por las rentas pro
vinciales.

L
440 JOSE GIL FORTOUL

TITULO XX

De la Fuerza Militar

Art. 142. La fuerza militar se dividirá en ejército permanente,


fuerza naval y milicia nacional.
Art. 143. La fuerza armada es esencialmente obediente y no
puede deliberar.
Art. 144. Los individuos de la fuerza armada de mar y tie
rra en actual servicio, están sujetos á las leyes militares.
Art. 145. La autoridad militar no estará nunca unida á la
civil.

Art. 146. La milicia nacional será organizada por la lei, y


estará a las órdenes de los Gobernadores de las provincias, quie
nes la llamarán al servicio cuando el Poder Ejecutivo lo ordene
en virtud de acuerdo del Congreso, ó de las facultades extraordi
narias concedidas según el artículo 95, ó para obrar dentro de la
provincia en caso de conmocion súbita, y en el modo que determi
ne la lei.

TITULO XXI

De la responsabilidad

Art. 147. Son responsables:


1º El Presidente de la República, y el Vicepresidente y De
signado cuando ejerzan el Poder Ejecutivo:
Por traicion.
Por infraccion de esta Constitucion.
Por crímenes que las leyes castigan con pena capital.
29 Los Secretarios del Despacho:
Por traicion.
Por soborno ó cohecho.
Por infraccion de esta Constitucion ó de las leyes.
Por malversacion de los fondos públicos.
39 Los Ministros de la Corte Suprema:
Por traicion.
Por cohecho .
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 441

Por infraccion de esta Constitucion ó de las leyes.


Art. 148. El crimen de traicion para los efectos del artículo
anterior, consiste en atentar contra la forma de Gobierno estable
cida en esta Constitucion, ó en tomar las armas á favor de ene
migos exteriores, ó en coligarse con ellos ó con nacionales á favor
del extranjero .

Art. 149. Todos los demas empleados de la República son


igualmente responsables por su conducta en el ejercicio de sus fun
ciones, conforme lo dispongan las leyes.

TITULO XII

Disposiciones varias

Art. 150. Los venezolanos tienen el derecho de terminar sus


diferencias por árbitros, aunque estén principiados los pleitos.
Art. 151. Queda abolida toda confiscación, toda pena cruel,
y la muerte por los delitos políticos. El Código criminal limitará
en cuanto sea posible la imposición de la pena capital.
Art. 152. No se extraerá del Tesoro público, cantidad alguna
para otros usos que los determinados por la lei, y conforme á los
presupuestos, que precisamente se publicarán.
Art. 153. No podrán gravarse las rentas municipales con im
puestos nacionales.
Art. 154. Se prohibe la fundacion de mayorazgos y toda cla
se de vinculaciones.
Art. 155. Se prohibe á toda corporacion pública ó empleado
el ejercicio de cualquier funcion ó autoridad, que no le hayan sido
conferidas por la Constitucion ó la lei.
Art. 156. Ningun funcionario público , expedirá, obedecerá, ni
ejecutará órdenes manifiestamente contrarias á la Constitucion ó
á las leyes: ó que violen de alguna manera las formalidades esen
ciales prescritas por estas: ó que sean expedidas por autoridades
manifiestamente incompetentes .
Art. 157. Los que expidieren, firmaren, ejecutaren ó manda
ren ejecutar decretos, órdenes ó resoluciones contrarias á la Cons
titucion y leyes que garantizan los derechos individuales, igual
442 JOSE GIL FORTOUL

mente que los que las ejecuten, son culpables, y deben ser cas
tigados conforme á las mismas leyes. 相
Art. 158. Los sueldos ó asignaciones del Presidente y Vice
presidente de la República, de los Senadores y Diputados, y de
los magistrados de la Corte Suprema, no podrán aumentárseles ni
disminuírseles durante el período para el cual hubieren sido elec
tos los que desempeñen dichos destinos.
Art. 159. Las elecciones provinciales precederán á las na
cionales.

TITULO XXIII

Del juramento de los empleados

Art. 160. Ningun empleado podrá entrar en el ejercicio de


sus funciones, sin prestar ántes el juramento de sostener y defen
der la Constitucion, y de cumplir fiel y exactamente los deberes
de su empleo.
Art. 161. El Presidente y Vicepresidente de la República pres
tarán este juramento á presencia del Congreso, en manos de su
Presidente: los Presidentes de las Cámaras nacionales y provin
ciales, y los de las Cortes Suprema y Superiores de justicia, en
presencia de sus respectivas Corporaciones ; y los miembros de es
tas, en manos de sus respectivos Presidentes.
Art. 162. Los Secretarios del Despacho prestarán dicho jura
mento ante el Presidente de la República; los Gobernadores ante
el Concejo municipal de la capital de la provincia; y los demas
empleados civiles y militares ante los respectivos Gobernadores,
o ante la autoridad que estos ó la lei designen .

TITULO XXIV

De la reforma de la Constitucion

Art. 163. En cualquiera de las Cámaras se puede proponer


la reforma de alguno ó algunos artículos de esta Constitucion, por
cualquier número de sus miembros; mas para que las reformas
propuestas puedan discutirse, deberá declararse en cada Cámara
HISTORIA CONSTITUCIONAL de venezUELA 443

la necesidad de ellas por las dos terceras partes de los miembros


presentes. Declarada la necesidad de la reforma, la Cámara que
la haya propuesto redactará el proyecto correspondiente para que
sea discutido con las mismas formalidades que las leyes en la
próxima Legislatura , publicándose entretanto la reforma por la
imprenta.
Art. 164. La facultad que se concede al Congreso por el ar
tículo anterior, no se extiende á variar la forma de Gobierno, que
será siempre republicano, popular representativo, responsable y
alternativo .

TITULO XXV

Disposiciones transitorias

Art. 165. La presente Constitucion será promulgada con la


solemnidad y formalidades que establece el decreto de 24 de Se
tiembre de 1830; y se pondrá inmediatamente en ejecución quedan
do vigentes todas las leyes y decretos en cuanto no se opongan
á ella; y para que tenga efecto la renovacion prevenida en los ar
tículos 51 , 60, y 119, las Cámaras nacionales en su primera reunión,
y las Cortes Supremas y Superiores al instalarse, sacarán por suer
te la mitad de sus respectivos miembros, ó el número mayor si fue
re impar, que deben cesar al fin del segundo año.
Dada en Valencia, en el salon de las sesiones de la Conven
cion Nacional, y firmada por los Diputados presentes, el dia vein
ticuatro de Diciembre del año mil ochocientos cincuenta y ocho.
El Presidente, Diputado por la provincia de Caracas, Pedro
Gual. - El Vicepresidente, Diputado por la provincia de Carácas,
Manuel M. Quintero. ―――――― El Vicepresidente, Diputado por la pro
vincia de Apure, M. Palacio. ――――――― Diputados por la provincia de
Apure, José F. Arciniega, José Francisco Delgado. ―――― Diputados
por la provincia de Aragua, F. Toro, Jesús M. González, Sabino
Rasco, Ramon Nuñez, Aureliano Otañez, José L. Rodríguez.
Diputados por la provincia de Barcelona, José M. Sucre Hernán
dez, Manuel Matute, Manuel Sánchez, José Ruiz, José Antonio Trias,
Diego Samarra, J. Rafael Luna, Manuel Figuera. — Diputados por
la provincia de Barinas, Pedro F. Cordero, Fernando Barreto, Ni
444 JOSE GIL FORTOUL

colas M. Pumar, Hipolito de la Cueva, Miguel R. García, Juan J.


Illas, Bartolomé Delgado, Manuel Montilla. ―――― Diputados por la
provincia de Barquisimeto, J. M. Raldíriz, Rudecindo Freites, Ber
nardo Tovar, Ezequiel Garmendia, Pablo Júdas, José Manuel Pe
rera, Basilio Roque, J. Gil, Fernando Adames, J. A. Colmenares. -
Diputados por la provincia de Carabobo, P. J. Estoquera, Carlos
P. Calvo, hijo, Francisco Machado, Francisco González, Francisco
-
Codecido, J. M. Pérez Marcano, Miguel G. Maya, A. F. Castillo.
Diputados por la provincia de Cáceres, J. Briceño, Rufino Gonzá
les, Valentin Espinal, Cárlos Tirado, Pedro Naranjo, Epifanio Man
-
rique, Mariano Ustáriz . Diputados por la provincia de Cojedes,
Juan J. Herrera, Mateo Estéves, Daniel Quintana, Manuel Cárde
nas, José Leon Romero, Salustiano Crespo, Felipe Lara Vásquez.—
Diputados por la provincia de Coro, Nicolas M. Gil, Víctor J. Diez,
Pedro Romero y Rivero, Juan de D. Monzon, Luis M. Hermoso. —
Diputados por la provincia de Cumaná, A. J. Sotillo, J. M. Morales
Marcano, Bartolomé Milá de la Roca. - Diputados por la provin
cia del Guárico, Pedro Morati, Pedro Bermúdez, J. M. Rubin, Car
melo Montenegro, Bonifacio Gómez, D. Mendoza, Alejandro Be
lisario y Belisario. — Diputados por la provincia de Guayana, Cár
los Machado, Olegario Menéses, Ramón I. Montes. - Diputados
por la provincia de Maracaibo, José E. Gallegos, José A. Montiel,
Rafael Lossada, J. E. Gando, A. J. Urquinaona . ――― Diputados por
la provincia de Margarita, Ramon Martiarena, Manuel V. Manei
-
ro. Diputados por la provincia de Maturin, A. Millan, José Rafael
Núñez, José Fernández . ――― Diputados por la provincia de Mérida,
Eloy Parédez, Pedro Monsalve, Mariano Uzcátegui, M. N. Guerre
ro. ――――
Diputados por la provincia de la Portuguesa, Juan E. Arias,
Miguel Oraa, Federico Rodriguez, Dionisio Goizueta. ―――― Diputados
por la provincia del Táchira, J. E. Andrade, Camilo Otero, José I.
Cárdenas. - Diputados por la provincia de Trujillo, Ricardo La
bastida, Argimiro Gabaldon , M. M. Carrasquero . ― Diputados por
la provincia del Yaracuy, Elias Acosta, J. Tomás González , Hila
rion Antich, Candelario Varela , Manuel Olivero . El Secretario,
R. Ramírez.

Valencia, Diciembre 31 de 1858. -- Cúmplase , publíquese y


circúlese como lo previene el artículo 165 de esta misma Consti
tucion. ――― El Jefe provisional del Estado, Julian Castro. ――――― Por S. E.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 445

-El Sº de E. en los DD. del Interior y Justicia, Lucio Siso. - El


S de E. en el D. de Hacienda, Miguel Herrera. - El Sº de E. en
el D. de R. E., Luis Sanojo. - El Sº de E. en los DD. de G. y M.,
Leon de Febres Cordero.

EL ESCUDO DE ARMAS

Senado: 15 de mayo, 1911

El Dr. Gil Fortoul. ――― Ciudadano Presidente : Los autores del


Proyecto que se va a discutir, no nos proponemos, propiamente
hablando, reformar el Escudo Nacional. Nuestro propósito es so
lamente revisar los errores heráldicos que el Escudo contiene, y nos
ha parecido que ninguna ocasión más propicia que ésta pudiéra
mos elegir, ya que nos estamos ocupando en conmemorar el pri
mer Centenario de la Independencia.
¿Cuál es la Ley vigente acerca del Escudo de Armas? Apa
rentemente es un Decreto del ex Presidente Cipriano Castro que
data de 1905. Digo aparentemente, porque en realidad este De
creto es nulo, dado que el ex Presidente, para dictarlo, se fundó
en la creencia errónea de que el Congreso del año anterior le ha
bía conferido al efecto atribuciones suficientes.
No hubo tal. Tengo a la vista el Estatuto Provisorio del 2 de
mayo de 1904, por el cual confirió el Congreso al Ejecutivo única
mente las atribuciones que voy a repetir. Organizar provisional
mente los Poderes nacionales: nombrar los Presidentes y Vicepre
sidentes provisionales de los Estados, señalando donde debe re
sidir el Gobierno: organizar provisionalmente el Distrito Federal y
Territorios: fijar el Presupuesto provisional de gastos públicos : dis
poner la revisión de las leyes y hacer anotar las reformas que
fueren necesarias, a efecto de que el Congreso las armonice con
la nueva Carta Fundamental : dictar las providencias que en el
orden administrativo crea convenientes, a fin de que las nuevas
instituciones den su más inmediato resultado.
Como se ve, en ninguna de estas atribuciones se comprende
la facultad de reformar el Decreto de 1863. El Ministro de Rela
446 JOSE GIL FORTOUL

ciones Interiores en su Memoria del presente año, señala la in


subsistencia del referido Decreto de 1905, e indica además los evi
dentes errores que se cometieron al pintar el estudio. En los pre
sentes días vemos con asombro -por no decir con hilaridad, tra
tándose de cosa tan venerable el escudo que figura sobre la
puerta principal de la Casa Amarilla. El cuartel de la derecha
es amarillo, cuando fué siempre rojo, y en él aparece el manojo
de mieses; barbaridad heráldica, porque es pintar amarillo sobre
amarillo, metal sobre metal, oro sobre oro. El cuartel de la iz
quierda es allí rojo, en vez de amarillo. Por último, la fecha de
la Constitución federal, 28 de marzo de 1864, está sustituída por
la de 24 de marzo de 1854, día conmemorativo de la libertad de
los esclavos. No entraré yo en una discusión histórica acerca de
cuál de estos dos sucesos reviste mayor importancia en nuestra
evolución política. Me limito a comprobar de nuevo que la susti
tución de fechas decretadas por el Ejecutivo en 1905 fué un acto
autoritario, porque la legislación sobre esta materia le correspondía
y corresponde exclusivamente al Congreso.
Para justificar, señores, las rectificaciones que los autores del
proyecto proponemos, véome obligado a hacer una breve reseña
del escudo venezolano. Y como punto previo advierto, que si no
me refiero a la bandera nacional, es porque a este respecto no
hay discusión. Desde 1811 , los tres colores de la bandera y el
orden en que figuran han sido siempre los mismos, con la sola di
ferencia de que al principio y por indicación de Miranda la lista
amarilla era más ancha que la azul y ésta más ancha que la
roja.
De 1810 a 1821 la patria tuvo como sello un sol con siete ra
yos, símbolo de las siete Provincias que proclamaron la Indepen
dencia, y en el centro del sol el número 19, fecha del movimiento
autonomista de 1810.
En 1819, el Congreso de Angostura al dictar la Ley Fundamen
tal de Colombia, dispuso que las armas y el pabellón de la Gran
República se decretarían por el Congreso General, sirviéndose en
tre tanto de las armas y pabellón de Venezuela por ser más cono
cidos.
En 1821 , el Congreso de Cúcuta dice: mientras el Congreso
colombiano no decrete las armas y el pabellón nacional de Colom
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 447

bia se continúa usando de las armas de Nueva Granada Y el pa


bellón de Venezuela .

En 1830, separada Venezuela de la Unión Colombiana, el Con


greso Constituyente de Valencia dispuso que las cornucopias que
figuraban en la parte superior del escudo de la Gran Colombia
estuviesen vueltas para abajo, y que el próximo Congreso consti
tucional decretaría el escudo definitivo de la nueva República de
Venezuela . Recomendación que no se tuvo en cuenta sino en el
Congreso de 1836, el cual decretó el escudo que todos conocemos,
con sus tres cuarteles: el de la derecha rojo, teniendo por blasón
un manojo de mieses con tantas espigas cuantas Provincias, sim
bolizando la unión de éstas bajo su sistema político y la riqueza
de su suelo; el cuartel de la izquierda amarillo, con armas y pa
bellones; el tercer cuartel azul con un caballo indómito blanco, em
blema de la Independencia y de la Libertad; y por inscripciones las
fechas de 19 de abril de 1810 y 5 de julio de 1811 , con el lema
Libertad. En la parte inferior del escudo : Estado de Venezuela.

Estas armas se usaron hasta el 29 de julio de 1863, cuando el


General Falcón, en su carácter de Presidente Provisional de la
Federación, las modificó por un Decreto, meses antes de reunirse
el Congreso Constituyente . En este escudo de Falcón, una de las
fechas de la Independencia se sustituye con la fecha de la pro
mulgación de la Constitución Federal que iba a dictar el Congre
so de 1864, y en lugar del mote "Libertad" del año 36 se adopta
el de "Dios y Federación" .

La Constitución federal la dictó el Congreso a 28 de marzo, la


firmó Falcón en Coro el 13 de abril y la refrendaron los Ministros
en Caracas el 22 de abril. Cada una de estas tres fechas ocurre,
con exclusión de las otras, en diversos escudos; pero los Gobier
nos federales prefirieron la del 28 de marzo, como se puede ver en
la Constitución del año 74 que reformó la del 64, y también en
las Constituciones posteriores .

En cuanto al "Dios y Federación ", es difícil precisar de un


modo absoluto el día en que se empezó a usar ni cuál de los jefes
federales lo adoptó por primera vez. No fueron Zamora ni Fal
JOSE GIL FORTOUL
448

cón (1 ). La guerra federal comenzó en Coro el 20 de febrero de


1859, y a las pocas semanas iba Zamora en su entrada triunfal
por Occidente hasta los llanos de Barinas y Apure. Allí encontró
con otros revolucionarios federales , a dos franceses llamados En
rique Mortón y Napoleón Avril. Mortón , que había figurado en
revoluciones de México y de Nueva Granada, y su compañero
Avril, hombre también de aventuras arriesgadas, y algunos vene
zolanos como el Licenciado Iriarte, familiarizados todos con la his
toria de la revolución francesa , empezaron a sustituir , en la sus
cripción de sus cartas, el tradicional "Soy de usted atento servidor"
con la fórmula francesa de "Libertad , Igualdad, Fraternidad". Me
ses después , en mayo de 1859 (debo este dato a mi amigo Lan
daeta Rosales), Mortón suscribe con el "Dios y Federación ", fórmu
la que se populariza rápidamente y que algunos Jefes notables ,
como el General Trías, llegaron a adicionar así: "Dios, Federación
o Muerte".

Mala fama tuvo Mortón, lo mismo entre sus enemigos que en


tre sus copartidarios. Jefe Civil y Militar de Nutrias, cargo en el
que por necesidad momentánea lo confirma Zamora, pasa el tiem
po en indisciplinadas correrías como la del ataque a San Fernan
do de Apure, ciudad que empezó a incendiar. Según refiere nues
tro colega y distinguido historiador Dr. Lisandro Alvarado, el Ge
neral Zamora cansado ya de las fechorías del francés, ordena su
prisión y enjuiciamiento. Mortón huye, abandonado de su tro
pa, y aprendido luego se le traslada a Ciudad Bolívar, de donde
al fin logró escapar para el extranjero.

Acaso por esto pudiera parecer lamentable que el "Dios y


Federación" haya tenido semejante paternidad. Sin embargo, se
ñores, el mote de las armas nacionales no tiene tampoco en mu
chos otros países un origen genuinamente nacional. Me basta
rá citar un ejemplo: el de Inglaterra . En sus armas reales figura
desde fines del siglo XII el mote Dieu et mon Droit, Dios y mi Dere
cho, grito de guerra con que el Rey Ricardo I, apellidado Corazón
de León, emprendió y ganó contra el rey de Francia la batalla

(1) Durante la revolución reformista de 1835 algunos revolucionarios de Cumaná usa


ron el Dios y Fedoración, pero no reaparece sino en 1859.
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 449

de Gisors en Normandía. Nótese que este lema no está siquiera


en la lengua vernácula; que él es, por consiguiente, una reminis
cencia de la conquista de Inglaterra por los normandos, y que a
ningún buen inglés le ha ocurrido nunca que se traduzca al idio
ma nacional. Y hay también en Inglaterra otro lema apreciadí
simo, en lengua francesa, el de la condecoración de la Jarretera ,
Order of the Garter, cuyo origen, según autoridades, no tiene nada
de heroico y antes bien mucho de frívolo o galante . Dicen cróni
cas inglesas, que a mediados del siglo XIV bailaba en un sarao
de la corte la condesa de Salisbury a presencia del Rey Eduardo
III y que en el curso de una danza tuvo la condesa la mala o
buena suerte de que una de sus ligas cayese al suelo. El Rey,
galante, se inclinó a recogerla. Y como el círculo de cortesanos
sonriese maliciosamente , el Rey, mezclando el reproche a la fina
ironía, les increpó así: Honi soit qui mal y pense. No aclaran
bien las crónicas si el Rey fijó en seguida sobre su pecho, o al
rededor de su jarrete, como preciada condecoración , la liga de
la condesa, o si aprovechó luego de la primera ocasión discreta
para volverla a colocar en la impaciente pierna de la graciosa da
ma. (Risas y aplausos). Lo cierto es, o lo probable, que de esta
frivolidad nació en Inglaterra un noble y alto símbolo de unión
nacional.
No lamentemos, pues, que el "Dios y Federación" esté unido
en su origen con el nombre de Mortón y aparezca entonces ne
gro y rojo entre el humo y las llamas del incendio de San Fer
nando. La importancia y significación de las palabras se trans
forman en la historia, y las que tuvieron origen humilde o fútil
o sangriento, suelen adquirir después el santo prestigio de la gloria
y del ideal. Tal sucedió con el "Dios y Federación" al penetrar
en la conciencia popular. Aquella revolución de 1859 , que em
pezó con un fin puramente político, los pueblos la convirtieron en
lucha por reivindicaciones sociales. (Aplausos). Sí, sociales, por
que a los pocos meses del grito de Coro no se trató ya solamente
de cambiar las instituciones políticas, de realizar únicamente el
sistema federalista, que ya existía muy amplio en la Constitución
de 1858. El pueblo vió más lejos, y cuando empuñó el fusil y
derramó su sangre en esa tremenda guerra de cinco años, no pe
leaba y moría por sólo sustituir palabras o cambiar caudillos por

29-III
450 JOSE GIL FORTOUL

caudillos, sino que iba en pos de algo más grande y duradero, iba
realizando la verdadera revolución, la definitiva igualdad de de
rechos ante la ley y ante la sociedad, para acabar al fin en este país
con la oligarquía territorial y gubernativa que desde los tiempos de
la Colonia pesaba inicuamente sobre al masa popular. (Aplausos).
Por eso, señores, los autores del proyecto no hemos considera
do la posibilidad siquiera de cambiar el mote del escudo nacio
nal. A las rectificaciones que apunté al principio, debemos agre
gar la de la posición del caballo indómito que simboliza en el
cuartel azul la Libertad y la Independencia. Por un error herál
dico, propagado desde 1863, el caballo corre de derecha a izquier
da, cuando ha de ser justamente lo contrario.
Os proponemos finalmente otra rectificación razonable. En el
escudo del año 36, las tiras de la bandera donde van las inscrip
ciones eran azul y rojo. En 1863, por reacción contra el color pre
dilecto del partido conservador, se cambió la tira roja por otra
amarilla. Preferible nos parece que la cinta tenga tres colores en
lugar de dos, y las inscripciones en letras de oro se pongan sobre
la tira azul, que es la del centro .
Espero, señores, que nadie en esta Cámara ha de considerar
tan razonable variante desde un extraviado punto de vista político.
Si el color amarillo fué siempre el del partido liberal, continuará
siéndolo, y si desgraciadamente volvieren los días de lucha, cuan
tos vivimos afiliados a la causa del liberalismo democrático, cum
pliremos el deber moral de volver a alzar en el combate la ban
dera amarilla. (Aplausos). Pero en el seno de la paz, que ojalá
no vuelva a sufrir paréntesis en este país, el patriotismo nos acon
seja, hoy más que nunca, agruparnos todos bajo la insignia trico
lor, que es la única bandera de la patria. (Aplausos).
(El Dr. Ramiro A. Parra, en breves palabras, critica toda rec
tificación).
El Dr. Gil Fortoul replica: Ciudadano Presidente: El punto
más importante en esta discusión es determinar si las inscripcio
nes del Escudo primitivo, es decir, las fechas del 19 de abril de
1810 y 5 de julio de 1811 , se han de mantener o cambiar por otras.
En el Decreto autoritario del ex Presidente Castro se suprimió el 19
de abril y se conservó el 5 de julio. Lo cual constituye un atentado
contra la verdad histórica , porque aunque la frase de Bolívar "el 19
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 451

de abril nació Colombia" , no sea rigurosamente exacta, ya que en


ese día se trató solamente de una reivindicación autonomista bajo
el régimen monárquico español jurando fidelidad a Fernando VII, no
es menos cierto que desde esa fecha empezó a manifestarse la
tendencia hacia el régimen republicano, tendencia que triunfa de
finitivamente el 5 de julio con la declaratoria de Independencia
absoluta. De manera que, históricamente, la Patria nace en el
período que va desde el 19 de abril hasta el 5 de julio, y por eso
han de mantenerse, intangibles ambas fechas clásicas, sobre las
cuales no se comprende hoy ninguna discrepancia entre patriotas
y venezolanos.
Si por necesidad heráldica, para no afear el escudo multipli
cando en él las inscripciones, desaparece la del 28 de marzo 1864,
el triunfo de la revolución federal queda más que consagrado con
el mote del escudo: "Dios y Federación".
Y en cuanto a la especie de contradicción que algunos pudie
ran encontrar entre la Constitución vigente que manda en su ar
tículo 152 citar en los actos públicos el 19 de abril y } el 20 de fe
brero, y el escudo que rememora el 19 de abril y el 5 de julio,
semejante contradicción no existe, porque el escudo es anterior a
la Constitución federalista, porque las fechas de la ley han cam
biado y podrán variar todavía en el curso de nuestras revoluciones
y en la frecuente reforma de nuestra Constitución política, y por
que el escudo es lo único que debiera ser permanente, como que
simboliza y representa la forma primitiva de la patria libre.
Mi distinguido amigo el Dr. Parra no se muestra partidario
de nuestro proyecto de rectificación heráldica y cree que debemos
dejar las cosas como están para respetar lo que él llama estabi
lidad del escudo. Permítame advertirle que los autores del pro
yecto aspiramos justamente a la estabilidad, porque nunca ha exis
tido. Desde 1863, lo que ha existido y existe a este respecto es
una verdadera anarquía. Como fecha de la Federación figura en
unos escudos el 20 de febrero del 59, día de la revolución federal
de Coro; en otros escudos el 28 de marzo, fecha en que el Con
greso de 1864 dictó la Constitución federalista; en otros el 13 de
abril, día en que el Presidente Falcón la firmó en Coro, y en otros
el 22 de abril, fecha en que la refrendaron los Ministros en Ca
racas.
452 JOSE GIL FORTOUL

Hay más todavía. El escudo que se ve en el pedestal de


la estatua ecuestre del Libertador, ese monumento que en los pre
sentes días vamos a examinar todos, con especial interés, los unos,
los más, por la gloria que representa, y los otros, no pocos, por
ver cómo se está desaguando el caballo (Risas) (1 ), ese escudo no
es el de 1863 con su lema de " Dios y Federación", sino el de 1836
con su lema de " Libertad", como en pleno dominio del partido
conservador. Sin embargo, el monumento de la Plaza Bolívar fué
erigido en 1874 bajo la Presidencia del General Guzmán Blanco,
compañero, Secretario General, Ministro del Exterior y de Hacien
da del Mariscal Falcón, y Vicepresidente de la República bajo el
Gobierno del mismo. Vea, pues, mi amigo el Dr. Parra, hasta
dónde llega la estabilidad o la instabilidad del escudo en mate
ria de inscripciones .
Fijemos por fin, de un modo definitivo, la forma del escudo.
No es cosa baladí. Con el escudo no solamente asistimos a nues
tras míseras luchas fratricidas. Con el escudo nos cubriremos
también el día en que por desgracia volvamos a ver amenazada
la independencia nacional. (Aplausos).
(El Senado aplazó la resolución de este asunto y así quedó
hasta 1930).

(1) Una noche hubo tiros en la Plaza Bolívar y al día siguiente se vió que el caballo
estaba agujereado en el vientre y echaba agua.
NOTAS
L - ESCUDO DE 1830

El escudo de armas para el Estado de Venezuela, será desde


la publicación de este Decreto, el mismo de Colombia, con la di
ferencia que en campo de oro, las cornucopias serán vueltas pa
ra abajo, y en la parte inferior de la orla llevarán la inscripción
Estado de Venezuela. Regirán en clase de provisionales, hasta
que la próxima Legislatura determine sobre la materia.

II. -- PROYECTO DEL SENADO EN 1834

Artículo 1º Las armas de Venezuela serán un escudo parti


do, que llevará en punta sobre campo de gules un caballo de oro
como símbolo de la Independencia.

En el Cantón Siniestro sobre campo de oro las armas vence


doras de Venezuela, coloridas de azur y sable, orleadas por una
corona de sinople simbolizando el triunfo.

Art. 2º El escudo llevará por timbre el Sol naciente con trece


estrellas de azur en sus rayos, que representan el sistema centro
federal de Venezuela y en el centro la inscripción 19, en conme
moración del 19 de abril de 1810.

El escudo tendrá por su parte inferior palma y laurel de sino


ple simbolizando la paz atadas con lambrequín de púrpura .
Art. 3 Los colores del pabellón nacional de Venezuela serán:
amarillo, azul y carmesí, en listas iguales horizontales en el or
den que quedan expresados de superior a inferior.
456 JOSE GIL FORTOUL

III. ―― INFORME DE LA CAMARA DE REPRESENTANTES EN 1836

Señor:

La Comisión especial nombrada con el objeto de proponer las


alteraciones que juzgue necesarias en el proyecto de Escudo de
Armas para la República sancionado por la Honorable Cámara
del Senado, cumple su encargo presentando un proyecto de de
creto modificando el de aquel cuerpo y un diseño del Escudo que
en su concepto debería adoptarse.
La Comisión al emitir su opinión confiesa que carece de co
nocimientos en la materia, pero anhelando por corresponder a la
confianza que la Cámara depositó en ella, ha buscado fuera de
su seno la coadyuvación de personas adornadas con las luces ne
cesarias, buen gusto y talento en la bella arte del dibujo. Con
este auxilio ha formado el proyecto de Escudo que somete a la
deliberación del cuerpo, y si este trabajo no tuviere toda la perfec
ción que la comisión desea, probará por lo menos su celo e inte
rés en el cumplimiento del deber que se le impuso.
Dirigió en primer lugar su atención la Comisión hacia las ideas
que debieran representarse, y le parecieron bien elegidas las del
proyecto del Senado, a saber: la Unión de Venezuela bajo su sis
tema de Gobierno centro-federal, el triunfo de las armas nacionales
y la Independencia. 2
Fijó luego su consideración en los emblemas que habían de
significar estas ideas; y es aquí que no conviene en todo con el
original, pareciéndole que aquellos debían sufrir alteraciones en
sí o en su colocación. Pero se ha tenido especial cuidado en no
proponer ninguna sin necesidad, y sólo se ha hecho, cuando no
ha podido evitarse. Así se ha conservado para simbolizar la In
dependencia el caballo, animal que se distingue por su nobleza y
hermosura, que se cría en nuestras llanuras como en su tierra
natal, y ha decidido tantas veces el triunfo de nuestras armas; pero
se ha creído al mismo tiempo que la propiedad exigía que se le
asignase un color natural y se propone el blanco; un caballo de oro
es un ente imaginario. Además se ha figurado indómito para que
represente con exactitud la idea que se desea, y se le ha hecho
ocupar la parte inferior del escudo en fondo azul, pareciendo esta
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 457

colocación más conveniente que la que se le había dado. Igual


mente subsiste en general en el nuevo proyecto el símbolo de la
Victoria propuesto por el Senado; mas en vez del arco y la flecha
que en el día son armas exclusivas de pueblos salvajes, se ha
preferido la espada y la lanza que hacen tan temibles a nuestros
guerreros, y pueden denotar el triunfo de pueblos cultos y civili
zados. Por el contrario ha sido forzoso desechar el de la Unión:
porque el sol y las estrellas forman sistemas separados e indepen
dientes unos de otros, faltando por consiguiente exactitud en la ima
gen, a la cual se ha sustituído otra rural y sencilla, como es un
manojo de mieses atado, con tantas espigas cuantas son las Pro
vincias de la República. Este emblema al paso que parece indi
car la unión de cuerpos semejantes, recuerda también la fecundi
dad del suelo de Venezuela y la fuente de su prosperidad .

Ha creído la Comisión que debía conservarse el símbolo de


la abundancia que es la divisa actual de la República, y se le
ha dado colocación en la parte superior del escudo. Nada se ha
cambiado en los accesorios de la parte inferior, pero en el lazo
que ata la rama de laurel y la palma se ha inscrito la palabra Li
bertad, y conmemorando los dos días gloriosos que la nación ce
lebra con fiestas públicas El Senado quiso introducir en su pro
yecto el recuerdo de estas dos épocas, y la Comisión de la Cá
mara de Representantes conforme en los mismos sentimientos los
ha conservado en el lugar que le ha parecido más apropiado.

La Comisión finalmente en la descripción que hace del escudo


ha preferido las voces que son de uso común y están al alcance
de todos; en lo cual se ha separado de la redacción del Senado.
Las razones que para esto ha tenido son tan obvias , en su sentir,
que estaría demás exponerlas.

Esta es la opinión de los que suscriben.

Caracas, abril 12 de 1836.

M. F. de Tovar.
Antonio Febres Cordero.
458 JOSE GIL FORTOUL

IV . ―――――――― ESCUDO DE 1836

Art. 1º Las armas de Venezuela serán un escudo cuyo campo


llevará los colores del pabellón nacional en tres cuarteles. El cuar
tel de la derecha será rojo, y en él se colocará un manojo de mie
ses que tendrán tantas espigas cuantas sean las Provincias de Ve
nezuela, simbolizándose a la vez la unión de éstas bajo su siste
ma político y la riqueza de su suelo. El de la izquierda será ama
rillo y como emblema del triunfo, llevará armas y pabellones en
lazados con una corona de laurel. El tercer cuartel que ocupará
toda la parte inferior será azul y contendrá un caballo indómito
blanco, empresa original de la Independencia . El escudo tendrá
por timbre el emblema de la abundancia que Venezuela había
adoptado por divisa y en la parte inferior una rama de laurel y
una palma atada con tiras azules y encarnadas en que se leerán
en letras de oro las inscripciones siguientes: "Libertad" " 19 de abril
de 1810" "5 de julio 1811 ".
Art. 2º El pabellón nacional será sin alteración alguna el que
adoptó Venezuela desde el año de 1811 en que proclamó su inde
pendencia, cuyos colores son amarillo, azul y rojo en listas iguales
horizontales, y en el orden que quedan expresados de superior a
inferior.
V. -- ESCUDO DE 1863-64

Art. 1º El pabellón nacional será el tricolor que adoptó Vene


zuel al declararse independiente; cuyos colores son amarillo, azul
y rojo, en listas de igual latitud horizontales y en el orden que que
dan expresados de superior a inferior.
Art. 2º Las siete estrellas se colocarán en medio de la lista
azul, formando seis una circunferencia y la séptima en el centro
de ella.
Art. 3º Las armas de la Federación venezolana serán el mis
mo escudo que ha usado hasta hoy la República, dividido en tres
cuarteles. El cuartel de la derecha será rojo, y en él se coloca
rá un manojo de mieses que tendrá tantas espigas cuantos sean
los Estados de la Federación El de la izquierda será amarillo, y
como emblema del triunfo llevará armas y pabellones entrelazados
con una corona de laurel. El tercer cuartel que ocupará toda la
parte inferior será azul, y contendrá un caballo indómito blanco,
HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA 459

símbolo de la independencia y de la libertad. El escudo tendrá


por timbre el emblema de la abundancia, y en la parte inferior una
rama de oliva y una palma atadas con tiras azules y marillas, en
que se leerán las inscripciones siguientes: en el centro Dios y Fe
deración: a la izquierda, 5 de Julio de 1811-Independencia: a la de
recha, la fecha en que se promulgue la Constitución de los Estados
Unidos de Venezuela-Libertad. (*)

VI. -- PROYECTO DE 1911

Art. 19 Las Armas de los Estados Unidos de Venezuela son un


escudo, cuyo campo lleva los colores del pabellón nacional en tres
cuarteles.
El cuartel de la derecha del escudo es rojo y contiene un ma
nojo de mieses que simbolizan la unión de los Estados de la Fe
deración bajo su sistema político y la riqueza de su suelo.
El cuartel de la izquierda del escudo es amarillo y como em
ɓlema del triunfo lleva armas y pabellones enlazados con una co
rona de laurel.
El tercer cuartel es azul, ocupa toda la parte inferior y contiene
de izquierda a derecha un caballo indómito blanco, emblema de
la Independencia y de la Libertad.
El escudo tiene por timbre en su parte superior el emblema de
la abundancia con dos cornucopias vueltas para abajo y llenas de
frutos y flores de los países fríos, templados y cálidos, y en su
parte inferior una rama de olivo y una palma atadas con tiras del
pabellón nacional . La tira azul lleva las siguientes inscripciones
en letras de oro: a la derecha, " 19 de Abril de 1810"; a la izquier
da, "5 de Julio de 1811 "; y en el centro, " Dios y Federación" .
Art. 2º Se deroga el Decreto de 29 de julio de 1863 y cuales
quiera otras disposiciones contrarias a la presente Ley.

Dado, etc.
Gil Fortoul.
José Ignacio Lares.
Lisandro Alvarado.

(* ) Aquí están señaladas también de un modo erróneo la derecha y la izquierda del


escudo
JOSE GIL FORTOUL
460

VII. - - LEY DE 17 DE JULIO DE 1930

El Escudo de Armas de los Estados Unidos de Venezuela lleva


rá en su campo los colores del pabellón nacional en tres cuarteles .

El cuartel de la derecha será rojo y contendrá un manojo de


mieses que simbolizarán la unión de los Estados de la República ,
y la riqueza de su suelo .
El cuartel de la izquierda será amarillo y como emblema de
triunfo llevará armas y dos pabellones nacionales enlazados por
una corona de laureles .

El tercer cuartel será azul, ocupará toda la parte inferior del


Escudo , y contendrá de derecha a izquierda , pero mirando hacia
la derecha , un caballo indómito , blanco , como símbolo de indepen

cia y libertad .
El escudo tendrá por timbre en su parte superior el emblema
de la abundancia , con dos cornucopias vueltas para abajo, y lle
nas de frutas y de flores de los países fríos, templados y cálidos .
En la parte inferior llevará una rama de olivo y una palma atadas
con cintas con los colores del pabellón nacional. La cinta azul
llevará las siguientes inscripciones , en letras de oro, a la derecha :
"19 de Abril de 1810. - Independencia ". A la izquierda : "20 de
Febrero de 1859.-Federación "; y en el centro: "E. E. U. U. de Ve

nezuela".

FIN DEL TOMO III Y DE LA OBRA


lleva
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Pág.
INDICE DEL TOMO TERCERO

Libro quinto

LA OLIGARQUIA LIBERAL

CAPITULO I

Monagas y Páez

Consecuencias del 24 de enero. -- El personalismo. - Di


vídese el partido conservador. — Apela Páez a la gue
πα . - Revolución de 1848. ― Revolución de 1849 . -
Capitulan los revolucionarios con José Laurencio Silva .
El Consejo de Gobierno desaprueba la capitulación .
― ¿Perdón o castigo? - Clemencia ――――――
aparente . Lo mis
mo que el año 36. - Prisiones y expulsiones . -- Actitud
del Congreso . ― La ferocidad política . - Reclusión y ex
trañamiento de Páez. - ¿Monagas o Páez? ――――――― Arcades
ambos .... 9

CAPITULO II

Nuevo rumbo

Criterio que predomina en la legislación liberal . —- Limítase


la libertad de contratos, 1848. -
— Intervención del Estado
en los negocios privados. - Memoria del Ministro Guz
mán, 1849. - Notables reformas que propone: códigos na
cionales, instrucción pública, autonomía municipal, su
464 JOSE GIL FORTOUL

Pág.
presión de monopolios, fomento de la inmigración, aper
tura de caminos. — Sigue otro rumbo el Congreso.
Conviértese en beneficio legal el recurso de espera. --
Inconvenientes del nuevo sistema . - Se vuelve al de
1836. w -c Juicios de espera. ―――――― Sustituyese el Estado a los
deudores morosos, y emite billetes de tesorería. Se de
roga la ley sobre jubilación de empleados. Ideología
y contradicciones. ―――――――― Jubilación de los profesores, Pen
siones vitalicias. ――― Inválidos. -- Montepio militar. ――――
Ley abusiva sobre fidelidad de los empleados. - Remo
ción de catedráticos . —— - Amenazas contra los jueces inde
pendientes. ――― Se declara día de fiesta nacional el 24 de
enero. ――――― Abolición de la pena de muerte por delitos
políticos. - Otras reformas de menor momento. Es
tado de la hacienda pública . ―――― Contribuciones extraordi
narias. - Manejo deshonesto... 25

CAPITULO III
El libertador de los esclavos

Elecciones de 1850. --- José Gregorio Monagas sucede en la


Presidencia a José Tadeo. - Carácter del hermano me
nor. - Revolución efímera de 1853. - Revolución de
1854. - Victoria del Gobierno. - Mueren asesinados los
cabecillas Rodríguez y Vásquez . --- Labor legislativa de
1851 a 1854. ―― Leyes y decretos más notables. ―――――― Aboli
ción de la esclavitud. - Iniciativa de la Diputación
Provincial de Caracas. - Proyecto abolicionista de la
Cámara de Representantes. ――――――――――― Mensaje del Presidente
Monagas . - Influencia del Ministro Planas y del Dr. La
rrazábal . - Ley de abolición del 24 de marzo de 1854.
-
Decretos reglamentarios sobre indemnización a los
amos de esclavos. Dificultades prácticas. Los nue
vos ciudadanos ... 41
INDICE 465

Pág.
CAPITULO IV

Otra vez José Tadeo

Expectativa nacional. -Un " orador póstumo". - Pasividad


del Congreso. --- Amnistía parcial. ――― Autorización al
Ejecutivo para reorganizar la hacienda. - Los decretos
del Ministro Gutiérrez. - Crédito público. - Presupues
to ilusorio. -- Acuñación de moneda. ――――――― Crisis económi
ca. ――――――――― Reformas propuestas por el Ministro Aranda.
Código orgánico de tribunales. - Leyes procesales. ―――――
Sistema métrico . - Ley de inmigración . ――――――― Los indios de
Guayana. - Vías de comunicación. ― Telégrafos. ――
Proyectos de ferrocarriles. — Las ideas de Aranda y las
del Presidente. - ¿Cómo quedarse en el poder? - El
"vestido corto" de la Constitución. — Hay que alargarlo.
- ¿Confederación colombiana? - La imprueba José
Gregorio. -- José Tadeo se lanza a otra aventura ...... 55

CAPITULO V

Reacción centralista

Reforma de la Constitución. ――― Decreto abusivo del 10 de


marzo, 1856. --- Nueva división territorial. - Cambio de
empleados provinciales. ―――――――― Elecciones para renovar las
Cámaras Legislativas . Aumento de la fuerza armada.
― Congreso de 1857. - Tendencia centralista de la noví
sima Constitución. ――― Reemplaza la autonomía de las
Provincias con el "poder municipal" . - Ideología y re
sultados. - Ligeras variantes en el sistema electoral
oligárquico. - Garantías individuales . - Poder Legis
lativo. ― Poder Ejecutivo: no se prohibe la reelección
inmediata ――― Secretarios del Despacho . ―――― Consejo de
Gobierno. — Poder Judicial. ― Suprímese el jurado.
――――――――― --
Teoría y práctica en reformas constitucionales.
"Disposiciones transitorias". ――――― Reelección de Monagas .
- Prepárase la revolución. - Caída de Monagas , 1858... 75
466 INDICE

Pág.
CAPITULO VI

Alianza y conflictos

La "fusión" política. ―――――― Ministerio y Consejo de Estado. -


El jefe del Gobierno. Carácter de Julián Castro. ▬ ▬ ▬ ▬ ▬ ▬ ▬ ▬ ▬
Primeros síntomas de discordia. - Rencor y venganza .
- Fermín Toro Ministro de Hacienda . ―――― Decreto contra
la administración fiscal de los liberales. -- Wenceslao
Urrutia Ministro del Exterior. Error político y diplo
mática errónea. - Asilo del ex Presidente Monagas en
la Legación francesa. — Reunión del Cuerpo Diplomáti
CO. ―――――― Protocolo del 26 de marzo sobre extrañamiento de
Monagas. - Lo firma Urrutia sin conocimiento del Gabi
--
nete. ――――――――――― Crisis ministerial. — Pasa Toro al despacho de
Relaciones Exteriores. — Diplomacia del nuevo Ministro.
- Pretensión exagerada de los representantes de Francia
y Gran Bretaña - Se agrava el conflicto. ―――――― Ultimátum
del 5 de mayo . ―― Conviénese en esperar la reunió de
n
la Convención Nacional. — Debates parlamentarios . —
Declara la Convención que se cumplirá el Protocolo
cuando se retiren los buques extranjeros. - Las Lega
ciones no aceptan esta condición. - Pide el Gobierno
facultades extraordinarias , que se le conceden. - Ten
tativa de contrarrevolución. C La "Galipanada". - - Ul
timátum franco-británico del 12 de agosto . - Bloqueo
de los puertos venezolanos . - Arreglo del 28 de agos
to. - Retíranse los buques extranjeros. - Expulsión de
Monagas ... 91

CAPITULO VII

La Convención de Valencia

Elecciones por sufragio universal. ― Los nuevos Diputados.


― Decretos del Gobierno de hecho. - Asuntos milita
res. Organización de la hacienda. Primeras estam
pillas de correo. - Instalase la Convención Nacional:
4
INDICE 467

Pág .
5 de julio de 1858. -- Nombra a Julián Castro Jefe Pro
visional del Estado . ――――― Bases de la nueva Constitución.
―――― Reaparecen las dos tendencias tradicionales sobre
forma de gobierno . ――――――― Controversias entre federalistas y
centro-federalistas. - La libertad de religión y de cul
tos. ―――― Debate sobre política internacional. Doctrina de
Monroe; colonización ; influencia europea. - ¿Quiénes
son venezolanos? - Ampliación liberal . -- Forma de
- Proyecto de los federalistas. ――― Réplica de
gobierno.
los centro-federalistas . ― Los escépticos en teoría cons
titucional. ―― La Constitución política y la Constitución
social. - El Poder Nacional y el Poder Municipal .
Reacción contra el centralismo de 1857. — Se restablece
y ensancha la autonomía de las Provincias. ―――― Legis
laturas Provinciales. Gobernadores de elección popu
lar. - Sufragio universal. ― Los derechos individua
les. - Poder Legislativo Nacional . -- Ultimo vestigio
del régimen oligárquico en la elección de Senadores
―――
Poder Ejecutivo. Elección popular y directa . - Tra
bas que se ponen al Ejecutivo. ―――――――― Las facultades extraor
dinarias. ――――――――― Teoría y práctica . ――――― Suprímese el Consejo
de Estado. - Poder Judicial . ―――― Se restablece la insti
tución de jurados. - Cortes de Justicia. ――――― Resumen
de la nueva Constitución. ―――――― Actos legislativos de la
Convención Nacional. -- Reorganización de la hacienda.
- Crédito público. - Deuda exterior. ―――――― Convenio con
los acreedores extranjeros . ―――― Presupuesto de gastos .
― Decretos sobre intereses nacionales. ―――― Elección de
un Poder Ejecutivo interino. - Fin de la Convención
Nacional ..... 113

CAPITULO VIII
Santa Inés y Coplé
(1859 1860)

Comienzo de la guerra larga . ――――― Expulsiones de 1858. -


Los nuevos partidos nacionales. ―――――- El " constitucional "
1 INDICE
468

y el 'federal". ―――――― Programa de la Federación . - "Junta


Patriótica " de San Thomas. --- Proclama de Falcón en
Palmasola . ―― Cómo entendió Antonio Leocadio Guzmán
el programa federal . -- Ingenuidad e imprevisión .
Pronunciamiento de Coro, 20 de febrero 1859. - Pri
meros Estatutos federales. ―――― Reocupan a Coro los cons
titucionales. ―――――――― Triunfos de Zamora en El Palito, San
Felipe y Araure . — Sitios de Barinas y Guanare .
Campaña infructuosa del general Silva. - Los consti
tucionales le tildan de infidente . ― Renuncia Silva el
mando del ejército . ― Popularidad de Zamora en Portu
guesa y Barinas. - El "Valiente Ciudadano ". Dios y
Federación. ――― Amenaza de guerra a muerte . Crisis
política en Caracas. Doblez del Presidente Castro.
Fíngese enfermo. - Encárgase del Ejecutivo el Vicepre
sidente Tovar. ――― Ministerio efímero . - A los tres días
vuelve a encargarse Castro y nombra un Ministerio
federalista . -- Desembarca Falcón en Morón. ――― Castro
intenta en julio pasarse a la Federación . ―― Su propia
guardia lo arresta el 19 de agosto. Treta federalista
del coronel Casas. --- Renuncia Castro. ― Ocupa la Pre
sidencia el Designado Gual. — Sublévase el general
Aguado en Maiquetía . - Ataca la capital el 2 de agosto.
-Triunfan los constitucionales . ― Aguado proclama la
guerra a muerte . - Facciones cerca de Caracas . Son
rechazadas . ―――――――― Mal éxito de la Federación en Oriente .
- Encárgase del Poder el Vicepresidente Tovar, 29 de
septiembre . - Prisión de federales . ――――― Deportación a
Bajo Seco. ――― La leyenda y la historia . — Ocupa Falcón
a Barquisimeto ; marcha hacia Coro; contramarcha a los
llanos. ――― Triunfos y reveses en Occidente . ――――― Sale de
San Carlos el ejército constitucional . — Expedición por
Barquisimeto, Portuguesa y Barinas . --- Santa Inés.
Avístanse los ejércitos contrarios . - Sus jefes y oficia
les. Ramos y Casas, Falcón y Zamora . - Batalla de
Santa Inés, 10 de diciembre 1859. ―――― Victoria de los fe
derales , - Enciérrase en Barinas el ejército constitucio
INDICE 469

Pág.
nal. ―― Emprende retirada hacia Mérida --- Pelea con
ventaja en El Corozo. ――― Pierde la acción de Curbatí y
se dispersa. ――――― Zamora marcha al Centro y pone cerco a
San Carlos. -Muere el 10 de enero de 1860. ――― Carácter
del caudillo federal. - Capitula la plaza de San Carlos.
――― Maniobra de Falcón sobre Valencia. ―――― Se retira a los
llanos del Sudoeste. - Persiguele Febres Cordero . -
Batalla de Coplé, 17 de febrero 1860. ――――――― Victoria de los
constitucionales. ――――――― Se desbandan los restos del ejército
federal. ―――――― Sitios de Barquisimeto y Guanare. - Parén
tesis de la guerra larga. - Ojeada a los partidos ene
migos. ― Exasperación, delirio, desafueros. ――――――――― La Oli
garquía y la Democracia. - Revolución social. — Anar
quía y demagogia. -- Agonía del régimen oligárquico.
Aspiración al sistema igualitario ... 133

CAPITULO IX

O Constitución o Dictadura

Presidencia de Tovar. - ¿Fué constitucional su elección?


-
Enjuiciamiento del ex Presidente Castro y de sus
Ministros Rendón y Echeandía. ――――――― Procedimiento. - Ab
solución de los Ministros. ――― Sentencia contradictoria res
pecto de Castro. - Culpabilidad sin pena. - Nuevo cri
terio sobre delitos políticos. --- Continúa la guerra lar
ga. - Disidencias en el partido constitucional. - Civi
listas y dictatoriales. - Triunfos y reveses . - Páez a
la cabeza del ejército. ― Crisis ministerial, abril de 1861 .
- Los " comandante s " de la Oligarquía. — Ascensos mi
litares. - Manejo personalista de Páez. - Renuncia en
mayo el mando del ejército. Nueva crisis ministerial.
-
Proposición de amnistía. - Oposición parlamentaria.
- Dictatoriales y " epilépticos" . - Sublevación en Villa
de Cura. - Crisis presidencial . ――― Renuncia Tovar el 20
de mayo. ―――― Sucédele el Vicepresidente Gual. _________ Carác
ter de Tovar. -- Primer Gabinete de Gual. ______ Los Minis
tros Quintero y Soublette. ―― Vuelve Páez a dirigir el
470 JOSE GIL FORTOUL

Pág.
― Otra crisis
ejército. ―――― Su programa de "Paz y Unión".
ministerial. - Gabinete paecista del mes de julio.
Declara en asamblea muchas Provincias. — El proscrip
tor Quintero. ―――――――― El impasible Gual . — Nuevo Ministerio.
Conviene Páez en separarse del ejército. _ _ _ _ _ _ _ _ Valencia
se pronuncia por la Dictadura el 19 de agosto. ―――― Gual
forma su "Ministerio de la agonía". Páez en La Vic
toria con las tropas sublevadas. — Golpe de Estado del
29 de agosto. - La guarnición de Caracas arresta a Gual.
- Páez se proclama Dictador el 10 de septiembre.
Carácter de Gual. ―――――― Desaliento del partido constitu
cional. - Actitud del ejército . ― Muerte de Pinto .
- Meseniana de González . -- Cómo pretende Páez jus
tificar su conducta. ――― Decretos orgánicos de la Dicta
dura. ――――― Evolución Legislativa en los años de 60 y 61. —
-
Clasificación y penas de los delitos políticos. Refor
ma de las leyes sobre espera y libertad de contratos. -
Crédito territorial. - Bancos. - Construcción de buques.
- Proyectos de ferrocarril . - Hacienda y crédito público.
- Empréstito. ― Impuesto sobre el azúcar. - Impuesto
proporcional sobre la renta. Tribunal de Cuentas .... 165

CAPITULO X
Fin de la Dictadura

Páez en Caracas, Falcón en Churuguara. - Suspensión de


hostilidades. - Conferencias de Carabobo, diciembre
1861. ―― Continúa la guerra . ―― Barbaridades de uno y
otro bando. - Anarquía e infidencias. ―― Decídese por
fin Falcón a mandar a Guzmán Blanco a las Provincias
-
del Centro. Cobra mayor pujanza la revolución fede
ral. - Los federalistas venezolanos y los granadinos. -
Proyecto frustrado de confederación colombiana. — Cons
titución del Estado Zamora, 1862. Teorías liberales.
- Decretos de la Dictadura . - Autoridad omnimoda del

Sustituto Rojas. ――― Suspéndese la libertad de imprenta.


- Decreto abusivo sobre extranjería . ―――――― Registro del
INDICE 471

Pág.
estado civil. ― Códigos nacionales . --- Administración
fiscal. - Impuesto y contribuciones extraordinarias. -
Empréstito extranjero. - Cómo se reparte. ――――――――― Guzmán
Blanco y Rojas. - Negociaciones de paz . ――――――― Convenios
de Coche y de Caracas, abril y mayo 1863. - Tentativa
abortada de contrarrevolución. - Asamblea de La Vic
toria. - Triunfo de la Federación ... 201

CAPITULO XI
Relaciones Exteriores

Cuestiones con Nueva Granada (1848 a 1863). Límites.


Comercio de tránsito. ―― Asilados políticos . ― Proyectos
de confederación.-Reclamaciones extranjeras. Las pro
venientes de la ley de espera ( 1849). ___ Conflicto con
la Gran Bretaña ( 1850). ――――――― Exigencia conminatoria. -
Amenaza de bloqueo. ―――――― Renuncia el Ministro Machín
Quintero. ― Retíranse las notas hirientes de una y otra
parte. ――――― Se arregla el conflicto reconociéndose la recla
mación británica. - Reclaman también por la ley de

espera los Estados Unidos, España, Francia y Holanda


- Convenios con las Legaciones de estos países ( 1853).
-Duras condiciones para la República . ―― Se indemniza
a Francia y España por perjuicios de sus nacionales en
la guerra civil ( 1853). Se reconoce a los Estados
Unidos una deuda colombiana ( 1853), y otra del mismo
origen al Perú ( 1858). - Decreto de 1854 sobre recla
maciones de extranjeros . ――― Teoría y práctica . Recla
mación de los Estados Unidos por perjuicios en la explo
tación del huano de la isla de Aves ( 1856). -- Se acepta
en 1859. - Reclamación de Holanda por el tumulto de
Coro contra los judíos ( 1855). Ultimátum de 1856.
Escuadra holandesa en La Guaira. ―――――――― Obligase Venezue

la a indemnizar a los judíos de Coro, y sométese a arbi


INDICE
472

traje la cuestión de la isla de Aves, cuya propiedad pre


tendía Holanda (1857) . ― Conflicto con España . - Recla
mación por asesinato y perjuicios de isleños canarios en
la guerra federal . - Discusión diplomática desde 1859 .

――――――――― Ultimátum de España ( 1860 ). Contestación del Mi


nistro Casas. Ruptura de relaciones . - Buques de
guerra españoles en La Guaira . ―――――― Misiones del gene
ral Páez y Fermín Toro a Washington y Madrid . - La
primera sin buen éxito . Toro en Madrid . - Su expo
sición a la prensa . - Sugestiones cerca del Gobierno
de la Reina . ―― Termina el conflicto por el convenio de
Santander ( 1861 ) . --- Hábil diplomacia de Toro. - Impre
visión e imprudencia del Ministerio . - La doctrina de
Monroe . Juego de báscula . ―― Reclamaciones vene
zolanas , contra España , Nueva Granada y Ecuador,
sin resultado . ―――――――― Reclamación al Perú de una acreencia
colombiana . ― Arreglo satisfactorio de 1853. — - El " mi
Dispútanselo la Municipalidad de Ca
llón del Perú ". -
racas y los sobrinos de Bolívar ( 1851 a 1857) . -- An
tonio Leocadio Guzmán en Lima . ― Ministro de Vene
zuela y apoderado de los sobrinos. - Obtiene que el
Presidente Echenique mande inscribir el millón en la
deuda peruana . ――― Antecedentes del asunto. ――――― El Liber

tador rechazó el millón para sí, y lo aceptó solamente


para distribuirlo entre los pueblos de Colombia ( 1825).

- No lo abonó el Perú . - Bolívar no lo consideró jamás


como propiedad personal. -Ni lo mencionó siquiera en
su testamento. ―――――――― Pretensión injustificable de sus here
deros . Mengua humana y degeneración moral. - Pa
tronato eclesiástico. De la Colonia a la República. ―
Ley colombiana y decretos venezolanos. - Política tra
dicional de Venezuela. - La desconoce la Dictadura
de Páez . ――― Misión diplomática del arzobispo Guevara
ante la Santa Sede ( 1862). Firma en Roma un Con
INDICE 473

Pág .
cordato. - Propósitos reaccionarios . - Religión de Es
tado. → Instrucción católica de la juventud. - Derecho
de los obispos a censurar escritos religiosos y de moral
pública. — Compensación de la renta decimal abolida .
―――― Derechos de los párrocos a cobrar primicias. ――――――― Bie
nes de la Iglesia. ――――――― Asignaciones eclesiásticas . — Pro
posición de obispos, nombramiento de dignidades y ca
nongías, provisión de curatos. ――― Erección de nuevas
diócesis y parroquias . ――――― Seminarios. ――――――- Jurisdicción ecle
siástica . ―――――――― Fuero. ――――――――― Propiedades y fundaciones invio
lables. ―――――― Conventos. -- Conversión de infieles. ― Jura
mento del clero. - Derogación de las leyes contra
rias a este Concordato. ―――――― Lo aprueba el Dictador en
1863. - Abdicación gratuita del derecho nacional. -— La
impide el Gobierno de la Federación. ――――――― Tratados y
Convenciones. Convención con Francia sobre extradi
ción (1853). - Convención consular ( 1856 ). - Francia so
licita la adhesión de Venezuela a la Declaración de Pa
rís sobre derecho marítimo en tiempo de guerra ( 1856 ).
- No se accede a la abolición del corso. Tratado con

Bélgica de amistad, comercio y navegación ( 1858) . —


Tratado con Dinamarca sobre navegación del Sund y los
Belts ( 1858). -- Tratado con el Brasil sobre límites y na
vegación fluvial ( 1859). — Libre navegación de ríos : F.
Michelena y Rojas. ― Tratado con Italia de amistad,
comercio y navegación ( 1861). Convención con la
Gran Bretaña sobre correos ( 1861 ) . ―― Proyecto de tra
tado con España sobre producciones literarias, científicas
y artísticas (1857). - No lo aprueba la Convención de
Valencia ( 1858 ). ―――――― Tratado con los Estados Unidos de
amistad, comercio, navegación y extradición ( 1860).
Los Estados Unidos no reconocen la Dictadura de Páez
(1861 a 1863) .... 223
474 INDICE

Pág.
CAPITULO XII

Ciencia, Arte, Letras

Colegios y Universidades . ______ Médicos, naturalistas, ingenie


ros. - Algunos periódicos científicos. - Luis Daniel
Beauperthuy: previsiones geniales. - Obras jurídicas.
Filosofía política. - Los Presidentes y sus Ministros. -
Conceptos sobre el modo de gobernar. - Teoría inter
vencionista . — Teoría abstencionista. — Ideas angloame
ricanas. - Crítica de la instrucción pública. ― Ensayos
de arte. - La pintura . -- La música. - El teatro. ―――――――― Evo
lución literaria. - La poesía. ――――― Tendencia ecléctica. ――――
-
La prosa . Los grandes escritores . ――――― La historia pa
tria. - Biografía de Ribas. ――― Vida de Bolívar..... ...... 319

APENDICE

Constitución de 1830 ... 349

Constitución de 1857 .. 391

Constitución de 1858 .... 415

NOTAS

Escudo de Armas, 1830 ... 455

Escudos de 1836-63-64 ... 458

Proyecto de 1811 ..... 458

Ley de 17 de julio de 1930 .... 460

Mapas complementarios del Tomo I


Imprimióse esta obra en los
talleres de la
C. A. TIPOGRAFIA GARRIDO,
el 17 de diciembre de 1954.
Caracas, Venezuela.
I
Ldiciones del
MINISTERIO
DE EDUCACION

DIRECCION DE CULTURA
Y BELLAS ARTES
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Renewed books are subject to immediate recall.
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