S: I. El Estado de Derecho. II. La Aparición Del concep-III. El Estado de Derecho Internacional. IV. Visiones Formales
S: I. El Estado de Derecho. II. La Aparición Del concep-III. El Estado de Derecho Internacional. IV. Visiones Formales
S: I. El Estado de Derecho. II. La Aparición Del concep-III. El Estado de Derecho Internacional. IV. Visiones Formales
∗
Agradezco muy especialmente a los miembros del Seminario “Hacia un Estado de De-
recho Internacional” por sus valiosos comentarios a las distintas versiones de este trabajo;
a Gabriela de la Paz, por sus invalorables sugerencias y por su ayuda, siempre; a Carlos
Dillmann, por su colaboración para revisar la versión final del capítulo.
35
36 JOSÉ RUIZ VALERIO
1
Chesterman, Simon, “An International Rule of law?”, American Journal of Compara-
tive Law 56, 2008, pp. 331-361.
EL ESTADO DE DERECHO INTERNACIONAL. UNA APROXIMACIÓN CARTOGRÁFICA 37
del orden legal. De tal manera, se fue desarrollando una cultura profesional
respecto del derecho internacional, reforzada a través de la primera asocia-
ción de juristas (Institut de Droit International, y la International Law As-
sociation, en 1873), las revistas jurídicas, y la publicación de varios volú-
menes centrados en las prácticas estatales bajo la forma de tratados legales
sistemáticos.2
¿Cómo resolver este problema? Por un lado, resulta natural avanzar en la
indagación de un objeto nuevo a partir de las categorías teóricas ya cono-
cidas y, en buena medida, consolidadas dentro de la comunidad académica.
Al mismo tiempo, si nos separamos de tales categorías, ¿a qué nuevos con-
ceptos apelar? Desde luego, este hecho no debe ser tomado sólo como una
traba, sino como un reto académico, motivando aún más la indagación en
torno al Estado de derecho internacional. Sin embargo, en la medida en que
los conceptos son redes a través de las que aprendemos el mundo, resulta
evidente que, al menos en esta etapa cosmogónica, vemos al Estado de de-
recho internacional a través de las lentes del viejo Estado de derecho. Po-
siblemente a medida que nuestro trabajo se profundice, alcance claridad y
precisión conceptual, se pueda avanzar entonces en el re-cambio conceptual
o, directamente, en la creación de categorías propias asociadas al fenóme-
no. De momento, el riesgo está presente.
Teniendo esto en mente, el objetivo de este capítulo es analizar desde el
punto de vista histórico y teórico el concepto de Estado de derecho inter-
nacional. Para ello, el capítulo adopta la siguiente estructura: en la primera
parte se analiza el concepto de Estado de derecho. A continuación, se abor-
da el surgimiento histórico de la noción de Estado de derecho internacio-
nal en las relaciones internacionales contemporáneas. En la tercera parte
se propone un ejercicio “cartográfico”, que permita ubicar distintas visio-
nes teóricas sobre el Estado de derecho internacional. En la cuarta sección
se analizan las notas definitorias de las visiones formales-procedimentales
sobre el Estado de derecho internacional. En la quinta sección se realiza
el mismo ejercicio con las miradas sustantivas sobre el Estado de derecho
internacional. Luego se propone una pequeña reflexión acerca de cómo leer
los modelos propuestos para, finalmente, proponer algunas reflexiones fina-
les sobre el tema.
2
Koskenniemi, Martti, The Gentle Civilizer of Nations: The Rise and Fall of Interna-
tional Law, 1870-1960, Cambridge, Cambridge University Press, 2001-2002, pp. 361 y 362;
Krasner, Stephen, “Think Again: Sovereignity”, Foreign Affairs, January, 2001, pp. 20-29.
38 JOSÉ RUIZ VALERIO
I. El Estado de derecho
5
Held, David, Modelos de democracia, Madrid, Alianza, 1989-1993; Macpherson,
Crawford, La democracia liberal y su época, Madrid, Alianza Editorial, 1977-1991.
40 JOSÉ RUIZ VALERIO
no sólo por las relaciones formales entre las oficinas de asuntos exteriores,
sino también por lazos intergubernamentales y transgubernamentales en mu-
chos niveles, desde las jerarquías hacia abajo. Estos lazos entre los gobiernos
pueden ser reforzados por normas que prescriben comportamientos en situa-
ciones particulares, en algunos casos por instituciones formales. Usamos la
expresión organización internacional para referirnos a estos vínculos multi-
niveles, las normas y las instituciones.9
10
Ibidem, p. 19.
11 �
Sarquís Ramírez, David, “El ‘orden internacional’ como objeto de estudio de las
Relaciones Internacionales”, Revista de Humanidades 7, Tecnológico de Monterrey, pp.
86 y 87.
12
El artículo 2.1. de la Carta señala, “La Organización está basada en el principio de la
igualdad soberana de todos sus Miembros”.
13
El artículo 27 de la carta señala: “1. Cada miembro del Consejo de Seguridad tendrá un
voto. 2. Las decisiones del Consejo de Seguridad sobre cuestiones de procedimiento serán toma-
das por el voto afirmativo de nueve miembros. 3. Las decisiones del Consejo de Seguridad sobre
todas las demás cuestiones serán tomadas por el voto afirmativo de nueve miembros, incluso los
votos afirmativos de todos los miembros permanentes; pero en las decisiones tomadas en virtud
del Capítulo VI y del párrafo 3 del Artículo 52, la parte en una controversia se abstendrá de votar”.
El artículo 108 de la Carta señala: “Las reformas a la presente Carta entrarán en vigor para
todos los Miembros de las Naciones Unidas cuando hayan sido adoptadas por el voto de las dos
terceras partes de los miembros de la Asamblea General y ratificadas, de conformidad con sus
respectivos procedimientos constitucionales, por las dos terceras partes de los Miembros de las
Naciones Unidas, incluyendo a todos los miembros permanentes del Consejo de Seguridad”.
El artículo 109 de la Carta señala: “1. Se podrá celebrar una Conferencia General de los
Miembros de las Naciones Unidas con el propósito de revisar esta Carta, en la fecha y lugar
que se determinen por el voto de las dos terceras partes de los miembros de la Asamblea
General y por el voto de cualesquiera nueve miembros del Consejo de Seguridad. Cada
Miembro de las Naciones Unidas tendrá un voto en la Conferencia. 2. Toda modificación
de esta Carta recomendada por el voto de las dos terceras partes de la Conferencia entrará
EL ESTADO DE DERECHO INTERNACIONAL. UNA APROXIMACIÓN CARTOGRÁFICA 43
jurado blanco exime de culpa a los oficiales, y la comunidad negra explota, incendiando
cerca de 600 edificios, y mueren 50 personas. El huracán Andrew, de categoría 5, impactó
en Bahamas, el sur de Florida y el suroeste de Louisiana, el 24 de agosto de 1992, causan-
do daños por cerca de 30 mil millones de dólares, ante la respuesta tardía del gobierno.
En el ámbito internacional, se agrava la crisis de Somalia desde finales de 1991, a partir del
enfrentamiento de los elementos armados aliados con el general Mohamed Farah Aidid, y con
el Ali Mohamed Mahdi, nombrado “Presidente interino”, provocando una auténtica catástrofe
humanitaria, debiendo intervenir la ONU. En 1992, a partir del desmembramiento de la ex
Yugoslavia, se produce la Guerra de Bosnia, con importantes secuelas humanitarias.
20
Sobre los debates acerca de los alcances y significados del nuevo orden véase espe-
cialmente Nye, Joseph, op. cit., nota 17.
21
Idem.
46 JOSÉ RUIZ VALERIO
22
Idem.
23
Como corolario del principio de autodeterminación, se impone el principio de no
intervención: un Estado no tiene derecho a intervenir en los asuntos internos de otro. Más
recientemente, la soberanía se asocia a la idea de control sobre los movimientos transfron-
terizos. En este sentido, los cambios tecnológicos dificultan, cuando no hacen imposible, la
posibilidad de que los Estados controlen los movimientos que se dan a través de sus fronte-
ras, respecto de todo tipo de objetos, materiales, etcétera. Finalmente, la soberanía también
alude a la capacidad de las autoridades de ratificar tratados internacionales. Ellos son libres
de suscribir cualquier tipo de arreglo que les resulte favorable. Por lo tanto, mientras no
sean ratificados de forma coercitiva, cualquier tratado entre Estados es legítimo. Krasner,
Stephen, op. cit., nota 2, p. 21.
24 �
Nye, Joseph, op. cit., nota 17, p. 253.
EL ESTADO DE DERECHO INTERNACIONAL. UNA APROXIMACIÓN CARTOGRÁFICA 47
25
Como señala Kissinger, esta apelación a valores, además de ser coherente con la
propia tradición norteamericana, permite al país ser más selectivo en los conflictos interna-
cionales en los que participa. Retoma a John Quincy Adams, cuando en 1821 “advirtió a los
norteamericanos contra su propensión de salir a matar ‘monstruos distantes’…” Kissinger,
Henry, La diplomacia, México, Fondo de Cultura Económica, 1994-2004, p. 831.��������� Una ape-
lación a valores permite apostar a un equilibrio global basado ya no en la fuerza. Véase Nye,
Joseph, op. cit., nota 17.
26
S.C. Res. 1040 (02-01-1996), párrafo 2, citado por Chesterman, Simon, op. cit., nota
1, p. 22. De todas formas, Chesterman apunta un dato interesante. En la traducción al francés
de dicho documento, en lugar de apuntar al restablecimiento del Estado de derecho (rule of
law) se habla del restablecimiento del orden (le rétablissement de l’ordre). Aunque se ha
señalado de forma reiterada que asimilar la expresión Estado de derecho con sus similares
en inglés (rule of law), en alemán (Rechtsstaat), o en francés (État de droit), supone traslapar
modelos divergentes en cuando a su desarrollo histórico, institucional y doctrinario, algo
semejante ocurre con el Estado de derecho internacional. De ninguna manera resulta similar
hablar de Estado de derecho, que de orden, lo que podría apuntalar la observación de que el
sistema creado en 1945 se orienta naturalmente a establecer un orden internacional, basado
en el derecho (rule by law), pero no un imperio de la ley (rule of law). Chesterman, Simon,
op. cit., nota 1, p. 22.
27 �
Chesterman, Simon, op. cit., nota 1, p. 29.
48 JOSÉ RUIZ VALERIO
34
Estas visiones formales y sustantivas del Estado de derecho internacional se corres-
ponden con lo que Dworkin identifica con un modelo procedimental (rule-book model) y el
modelo basado en derechos (rights model), respectivamente, o lo que Walzer denomina vi-
siones densas-amplias (thick) o estrechas (thin), respectivamente. Dworkin, Ronald, A Mat-
EL ESTADO DE DERECHO INTERNACIONAL. UNA APROXIMACIÓN CARTOGRÁFICA 51
Así, mientras que algunas visiones enfatizan los aspectos formales, pro-
cedimentales, considerando que el Estado de derecho internacional aún no
está en condiciones de enfrentar las cuestiones sustantivas, o bien que éstas
“enturbian” la definición de Estado de derecho internacional, los “sustan-
cialistas” señalan que olvidarse o dejar de lado los contenidos concretos
nos aparta del verdadero objetivo de este diseño institucional. Desde luego,
esta dicotomía supone una simplificación tal vez excesiva de los términos
del debate en tanto que detrás de las cuestiones formales residen debates
sustantivos y, a su vez, las cuestiones sustantivas presuponen elementos
formales.35
Por otra parte, las definiciones formales suelen ser la base a partir de la
que operan las visiones sustantivas. Es decir, que las visiones sustantivas
suponen previamente la existencia de criterios formales, aunque no ocurre
lo contrario.
Veamos a detalle cada postura.
ter of Principle, Cambridge, Harvard University Press, 1985; Walzer, Michael, Thick and
Thin: Moral Argument at Home and Abroad, Notre Dame, University of Notre Dame Press,
1994; Díaz, Elías, op. cit., nota 4.
35 �
Tamanaha, Brian, op. cit., nota 35, p. 92.
36 �
Ferrajoli, Luigi, “Pasado y futuro del Estado de derecho”, en Carbonell, Miguel Oroz-
co, Wistano y Vázquez, Rodolfo (eds.), Estado de derecho. Concepto, fundamentos y democ-
ratización en América Latina, México, UNAM-ITAM-Siglo XXI, 2001-2002, pp. 187- 204.
37 �
Ruiz Valerio, José Fabián, ¿Democracia o constitución? El debate actual sobre el
Estado de derecho, Monterrey, EGAP-Fontamara, 2009, p. 98.
52 JOSÉ RUIZ VALERIO
1. El poder estatal debe estar sujeto, y por lo tanto debe ser ejercido,
conforme a reglas de derecho internacional que regulen
las relaciones entre Estados
38 �
Chesterman, Simon, op. cit., nota 1, pp. 32 y 33.
39 �
Bishop, William, “The International Rule of Law”, Michigan Law Review 59 (4),
1961, p. 554.
EL ESTADO DE DERECHO INTERNACIONAL. UNA APROXIMACIÓN CARTOGRÁFICA 53
40 �
Bishop, William, op. cit., nota 41; Chesterman, Simon, op. cit., nota 1; Chesterman,
Simon, op. cit., nota 30.
54 JOSÉ RUIZ VALERIO
41 �
Raz, Joseph, “El Estado de derecho y su virtud”, en Carbonell, Miguel Orozco, Wista-
no y Vázquez, Rodolfo (eds.), Estado de derecho. Concepto, fundamentos y democratización
en América Latina, México, UNAM-ITAM-Siglo XXI, 1977-2002, 15-36, pp. 20-25. Una
lista muy similar a la de Raz es la que propone Fuller, bajo la denominación de “principles
of legality”. Fuller destaca que estos elementos son neutrales y pueden acomodarse a dis-
tintos objetivos sustantivos. De todas formas, estos principios configuran la “moralidad del
derecho”. Los principios de legalidad, claramente procedimentales, facilitan la obediencia
de las leyes, ayudando así a las personas a alcanzar sus objetivos o metas morales. Además,
asisten a los individuos en el diseño de sus planes personales, facilitan la interacción social
y establecen limites mínimos contra la tiranía o el ejercicio arbitrario del poder. Fuller, Lon,
The Morality of Law, New Haven, Yale University Press, 1964.
42
Desde luego, no se desconoce que en el derecho internacional existe un amplio debate
entre aquellos que consideran que sus normas constituyen un sistema articulado (en general
asociados con el mundo académico germano) y quienes afirman que el derecho internacional
no es más que una mezcla de los tratados dentro de un contexto anárquico, sin ninguna je-
rarquía en particular (en general, provenientes del mundo académico norteamericano). Bajo
esta visión, la soberanía estatal reina de forma absoluta, y las obligaciones internacionales de
los Estados (que no son necesariamente obligaciones legales) varían de acuerdo con el flujo
y reflujo de los acontecimientos mundiales. Benvenisti, Eyal, “Conception of International
Law as a Legal System”, German Yearbook of International Law 50, 2008, p. 3.
43 �
Chesterman, Simon, op. cit., nota 1, p. 34.
44 �
Karns, Margaret and Mingst, Karen, International Organizations: The Politics and
Processes of Global Governance, Boulder, Lynne Rienner Publishers, 2004, p. 33.
45 �
Chesterman, Simon, op. cit., nota 1, p. 35.
EL ESTADO DE DERECHO INTERNACIONAL. UNA APROXIMACIÓN CARTOGRÁFICA 55
46 �
Tamanaha, Brian, op. cit., nota 35, pp. 114-119.
47
Este segundo grupo coincide con la noción de Estado de derecho sustentada por Wal-
dron, quien enfatiza los aspectos formales de la ley. ��������������������������������������
Waldron, Jeremy, “The Rule of Interna-
tional Law”, Harvard Journal of Law & Public Policy 30 (1), 2006: 15-30; Tamanaha, Brian,
op. cit., nota 35, pp. 119-122.
48 �
Tamanaha, Brian, op. cit., nota 35, pp. 122-126.
56 JOSÉ RUIZ VALERIO
Martínez Ruiz, Alonso, “La competencia de la Corte Penal Internacional”, en Guevara, José
y Dal Maso, Tarciso (comps.), La Corte Penal Internacional. Una visión iberoamericana,
México, Porrúa-Universidad Iberoamericana, 2005, p. 49.
55
García Ramírez, Sergio, “Relación entre la jurisdicción penal internacional y las juris-
dicciones nacionales”, en Moreno Hernández, Moisés (coord.), El Estatuto de Roma. El Es-
tatuto de Roma de la Corte Penal Internacional y sus implicaciones en el derecho nacional
de los países latinoamericanos, México, CEPOLCRIM-Max Planck Gesellschaft-ULSA,
2004, p. 115
EL ESTADO DE DERECHO INTERNACIONAL. UNA APROXIMACIÓN CARTOGRÁFICA 59
56
García Ramírez, Sergio, op. cit., nota 57, p. 118. También, Eser, Albin, “En el cami-
no hacia una Corte Penal Internacional: formación y estructura del Estatuto de Roma”, en
Moreno Hernández, Moisés (coord.), El Estatuto de Roma. El Estatuto de Roma de la Corte
penal Internacional y sus implicaciones en el derecho nacional de los países latinoamerica-
nos, México, CEPOLCRIM-Max Planck Gesellschaft-ULSA, 2004, pp. 95-97.
57
Donnelly destaca que en el Estado de derecho los ciudadanos deben ser protegidos
por la ley en contra de su gobierno, así como contra la violencia privada. Los tribunales son
el instrumento tradicional de los países sajones para asegurar esa protección. Los tribunales
tienen otro papel importante en el mantenimiento del Estado de la ley. En lugar de luchar,
en lugar de recurrir a la violencia privada, a los litigantes se les anima a llevar sus casos
ante los tribunales y acatar los resultados. Para que la gente lleve sus controversias ante los
tribunales y acaten los resultados, los tribunales deben ser capaces de mantener el Estado de
derecho, y pueden avanzar en la garantía de las libertades civiles. Creemos que algo similar
puede ocurrir en el caso del Estado de derecho internacional y los tribunales internacionales.
Donnelly, Samuel, “Reflecting on the Rule of Law: Its reciprocal Relation with Rights, Le-
gitimacy, and other Concepts and Institutions”, Annals of the American Academy of Political
and Social Science, 603, 2006: 37-53, pp. 42-44.
60 JOSÉ RUIZ VALERIO
279. Por lo demás, la propia Carta de las Naciones Unidas parte del presu-
puesto de la existencia de unos principios imperativos de Derecho internacio-
nal, entre ellos el de protección de los derechos fundamentales de la persona.
En el Preámbulo de la Carta, los pueblos de las Naciones Unidas se declaran
así resueltos “a reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en
la dignidad y el valor de la persona humana”. El capítulo primero de la Carta,
titulado “Propósitos y principios”, muestra además que uno de los Propósitos
de las Naciones Unidas consiste en estimular el respeto de los derechos hu-
manos y de las libertades fundamentales.
280. Dichos principios obligan tanto a los miembros de las Naciones Uni-
das como a los órganos de la misma…
281. El derecho internacional permite considerar, pues, que existe un lími-
te al principio de la obligatoriedad de las resoluciones del Consejo de Seguri-
dad: tales resoluciones deben respetar las normas perentorias fundamentales
del ius cogens. En caso contrario, por improbable que sea dicho supuesto, no
vincularían a los estados miembros de la ONU ni, por lo tanto, a la Comu-
nidad.59
59
Tribunal de Justicia de la Unión Europea, sentencia del Tribunal de primera instancia,
sala segunda ampliada, 21 de septiembre de 2005, Yusuf y Al Barakaat International Foun-
dation/Consejo y Comisión, Asunto T-306/01, tomado el 12-04-2010 de http://curia.europa.
eu/jurisp/cgibin/form.pl?lang=es&alljur=alljur&jurcdj=jurcdj&jurtpi=jurtpi&jurtfp=jur
tfp&numaff=T306/01&nomusuel=&docnodecision=docnodecision&allcommjo=allcommj
o&affint=affint&affclose=affclose&alldocrec=alldocrec&docor=docor&docav=docav&d
ocsom=docsom&docinf=docinf&alldocnorec=alldocnorec&docnoor=docnoor&radtypeo
rd=on&newform=newform&docj=docj&docop=docop&docnoj=docnoj&typeord=ALL&d
omaine=&mots=&resmax=100&Submit=Rechercher
62 JOSÉ RUIZ VALERIO
Más aún, algunos autores vinculados con las visiones sustantivas identi-
fican a la Carta de San Francisco con una constitución internacional, lo que
ha motivado un profundo debate académico.
Al tratar de asimilar el Estado de derecho internacional con el modelo
constitucional de derecho, se presenta un problema, especialmente entre
aquellos teóricos que piensan el Estado de derecho como Estado constitu-
cional. Esto es: si el sistema internacional cuenta con un documento, o do-
cumentos, que puedan ejercer el papel de una Constitución. Según Ferrajo-
li, la propia Carta de la ONU de 1945, la Declaración de Derechos de 1948,
los dos pactos de derechos de 1966, constituyen una especie de “Constitu-
ción embrionaria”, y pueden desempeñar dicha función.62
En efecto, tanto la Carta de 1945 como la Declaración de 1948 se com-
plementan con el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y
con el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales,
ambos de 1966, que suponen una positivización de la Declaración, consti-
tuyen lo que algunos han dado en llamar el Bill of Rights del derecho inter-
nacional.63
Sin embargo, destacados estudiosos niegan tal carácter constitucional,
especialmente a la Declaración de 1948. La opinión de Kelsen es tal vez
la más famosa al respecto, al afirmar que la Declaración expone principios
62 �
Ferrajoli, Luigi, Democracia y garantismo, Madrid, Trotta, 2008, pp. 343 y ss.
63 �
Forsythe, David, Human Rights in International Relations, Cambridge, Cambrigde
University Press, 2000-2007, p. 41.
64 JOSÉ RUIZ VALERIO
78 �
Sobre el tema, Palombella, Gianluigi, “The Rule of Law in Global Governance. Its
Normative Construction, Function and Import”, SSRN eLibrary, 2010.
79 �
Deflem, Mathieu, “Global Rule of Law or Global Rule of Law Enforcement? Inter-
national Police Cooperation and Counterterrorism”, Annals of the American Academy of
Political and Social Science 603, 2006, pp. 240-251.
80 �
Chesterman, Simon, “Unaccountable? The United Nations, Emergency Powers, and
the Rule of Law in Asia”, Vanderbilt Journal of Transnational Law 42, 2009, pp. 1509-1542;
Chesterman, Simon, op. cit., nota 30.
EL ESTADO DE DERECHO INTERNACIONAL. UNA APROXIMACIÓN CARTOGRÁFICA 69
reconocidos por cumplir con los criterios que definen al Estado de dere-
cho nos muestran que esta mediación no sólo se produce, sino que es un
aspecto vital del Estado de derecho. “Una ley en abstracto no es más que
una colección de palabras”.86 Por lo tanto, hay numerosos caminos a través
de los cuales la sociedad media e interviene en la aplicación de la ley. Estas
técnicas van más allá del simple proceso de establecer puntualmente el sig-
nificado de las palabras. Así,
Un oficial de policía, por ejemplo, podría optar por advertir en lugar de arres-
tar, un fiscal o magistrado podría optar por imponer un delito menor o incluso
retirar los cargos, un juez puede declarar una sentencia menor. Si estos pode-
res se utilizaron para cobrar sobornos u otras formas de enriquecimiento per-
sonal constituyen actos de corrupción, si las competencias se ejercen de ma-
nera arbitraria o de forma caprichosa pueden constituir actos de tiranía. Sin
embargo, cuando estos actos se ejercen en conformidad con normas sociales
que sean aceptadas como actos de flexibilidad, constituyen una parte normal
y necesaria del sistema de justicia penal.87
Justamente, es este cuarto requisito el que genera las dudas más serias
sobre la viabilidad del Estado de derecho internacional. El Estado de de-
recho requiere la mediación social, al menos en dos cuestiones. En primer
lugar, se requiere una sociedad capaz de formar y adherirse a normas y va-
lores que la habrán de guiar. No cabe duda de que un número considerable
de personas se identifican con la comunidad internacional y sus valores.
Sin embargo, el hecho de que algunas personas puedan ser capaces de es-
tablecer relaciones e incluso identificarse con la comunidad internacional
no prueba la existencia de una comunidad global cohesiva suficiente para
generar las mediaciones que requiere el Estado de derecho.
Una segunda pregunta se refiere a los mecanismos de mediación so-
cial. Walzer argumenta que la identificación de una sociedad con el concep-
to de justicia puede ser amplia o estrecha (thick or thin). La identificación
con un marco jurídico comunitario puede ser estrecha o amplia dependien-
do de factores tales como la identificación social con las normas, el grado
de preocupación sobre el tema, la cantidad de control percibido en el cum-
plimiento de ellas, entre otras cuestiones. Si la identificación de la sociedad
global con el derecho es débil, si las deliberaciones que tienen lugar dentro
de la sociedad mundial son escasas, si el grado de compromiso es insufi-
86
Ibidem, p. 6.
87
Ibidem, p. 5.
72 JOSÉ RUIZ VALERIO
88 �
Nichols, Philip, op. cit., nota 77, p. 11.
EL ESTADO DE DERECHO INTERNACIONAL. UNA APROXIMACIÓN CARTOGRÁFICA 73
les. La independencia de los tribunales y los jueces siempre puede ser per-
feccionada, y así sucesivamente con cada uno de los criterios identificados.
A su vez, esto nos puede llevar a correr el riesgo del conformismo: como
nunca conseguiremos una aplicación absoluta de cada criterio, por lo tanto,
sería realista conformarse con una aplicación imperfecta del mayor número
posible de aquéllos. Sin embargo, Ferrajoli cuestiona esta idea desde una
perspectiva exigente. Según el criterio del profesor italiano, debemos im-
pulsar una visión sustancialista, no complaciente, del Estado de derecho
internacional. Señala Ferrajoli que luego de siglos de guerras y violencias
que sólo sirvieron para generar sufrimiento, violaciones de los derechos
humanos, resentimiento y, a la larga, más guerra y más violencia, resulta
evidente que la paz es el único camino posible para generar una convivencia
respetuosa entre las personas. Por lo tanto,
92
Carothers, Thomas, op. cit., nota 33, pp. 53-55. Tambien, Carothers, Thomas, “Rule
of Law Temptations”, en Heckman, James; Nelson, Robert y Cabatingan, Lee (eds.), Global
Perspectives on the Rule of Law, Oxon, Routledge, 2010, pp. 17-27.
EL ESTADO DE DERECHO INTERNACIONAL. UNA APROXIMACIÓN CARTOGRÁFICA 77