Bloque I: Arte Bizantino
TEMA 2: Bizancio en la época iconoclasta. El problema de las imágenes y sus
consecuencias. Arquitectura y artes plásticas
1. Principales acontecimientos que originaron el surgimiento de la época iconoclasta.
a. Qué hechos se desarrollaron en este momento.
2. Obras artísticas del periodo iconoclasta
a. Arquitectura
b. Artes Plásticas
1. PRINCIPALES ACONTECIMIENTOS
726/730-843/867 à 726-843 Época Iconoclasta
Entre el año 726 y el 843.
La época iconoclasta es un momento de profunda crisis religiosa, que para
comprender hemos de reflexionar cuales fueron las causas que motivaron en el mundo
bizantino este periodo iconoclasta: una crisis religiosa e ideológica.
A principios del siglo VIII en Oriente empiezan a consolidarse una serie de
movimientos hostiles en contra de la representación de imágenes sagradas. Estos nuevos
movimientos se centraron en los cristianos armenios, que fueron uno de los primeros grupos
en evangelizarse, y que estaban en contra de la representación de estas imágenes. Los judíos
también estaban en contra de la representación de las imágenes, queriendo evitarse la
idolatría, la adoración de estas imágenes. Asimismo, a estos dos grupos les sigue otro, que
surge en el siglo VII: el islam. Los musulmanes también estaban en contra de la
representación de imágenes sagradas.
Uno de los primeros emperadores bizantinos, León III, se educó en l zona de oriente.
Esto, unido a la cercanía de los nuevos grupos que comenzaban a consolidarse en Oriente,
fueron sucesos que influyeron en la decisión de los emperadores bizantinos de prohibir la
representación de imágenes sagradas.
Todos estos grupos que siguen este movimiento de la iconoclasia reciben el nombre
de “iconoclastas”, que significa destrucción de imágenes. No solo está prohibida la
representación de imágenes sagradas, sino que van a destruirlas. Por otra parte, el
movimiento a favor de la representación de imágenes es la iconodulia, siendo sus defensores
“iconódulos”.
Esta nueva época en el mundo bizantino se origina con el emperador León III, quien
promulgó la política iconoclasta en contra de la representación de las imágenes sagradas. En
el año 726, León III retira una imagen de Cristo de la Chalké, que era la puerta principal
de bronce del Palacio de Constantinopla, iniciando de esta forma el Periodo Iconoclasta.
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En esta imagen del Palacio Sagrado de Constantinopla, que es la decoración en relieve
de una caja de marfil del siglo VI, donde se observa la imagen de Cristo dentro del arco de la
parte superior izquierda. Esta fue la imagen que León III retiró.
De hecho, León III y sus seguidores iconoclastas se basaron en un fragmento de
Éxodo para afirmar que no se podía representar imágenes sagradas porque podía llevar a la
idolatría: “No hagas estatua ni imagen alguno de lo que hay arriba en el cielo, ni abajo en la
tierra, o en el agua debajo de la tierra. No te postrarás ante ellas ni les darás culto […]”.
Así, no era solo la imagen de Cristo, sino cualquier imagen sagrada.
Otros acontecimientos influyentes fueron la expansión del islam y la explosión del
volcán de Santorini, que León consideró una señal divina.
Fue en el año 730 cuando León III oficialmente promulga un Edicto con esta política
iconoclasta, que es en ocasiones también considerada el inicio de la Época Iconoclasta.
A León III le irán sucediendo una serie de emperadores iconoclastas, pero también
habrá emperadores iconódulos.
La emperatriz Irene, iconódula que se casa con león IV, promulga el II Concilio de
Nicea (787), con lo que se vuelve de forma temporal a la representación de las imágenes.
Siendo una mujer, Irene tenía el poder de promulgar este tipo de Concilio como emperatriz
debido a que cuando fallece su marido, Constantino VI, heredero, era aún menor de edad.
A partir de la emperatriz Irene, se suceden una serie de emperadores iconódulos 1,
pero más tarde, con León V, se volverá nuevamente a la iconoclastia con futuros
emperadores2.
Después de esto, sucede exactamente lo mismo con la emperatriz Teodora, esposa
de Teófilo, quien fallece dejando a su hijo menor, Miguel III, y dando la oportunidad a
Teodora de reestablecer la iconodulia durante su reinado, que comienza en 842 con la muerte
de Teófilo.
Fuera del gobierno imperial, también destacan las figuras de otros iconódulos:
Juan Damasceno (675-749): escribió una serie de tratados a favor de la iconodulia.
Defendía que la contemplación de las imágenes no implicaba la idolatría, sino la
veneración, que ayudaba a conducir a la oración.
1
Al reinado de Irene después del de Constantino VI lo sucede Nicéforo I (802-811), Miguel I (811-813)
2
León V (813-820) à Miguel II (820-829) à Teófilo (829-842)
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Nicéforo (758-829): Fue un patriarca de Constantinopla, y defendía que desde la
antigüedad se representaba imágenes, y señalaba que incluso San Lucas pintó a la
Virgen María cuando ella vivía.
Teodoro “Studita”: fue un monje que escribió múltiples textos a favor de la
representación de las imágenes, que justificaba debido a que Cristo tenía una doble
naturaleza: la naturaleza humana y la naturaleza divina. Debido a la naturaleza
humana, Cristo podía ser representado. Asimismo, defendía que cuando se tiene
imágenes no se adora a la representación, sino a lo representado.
Para estos iconódulos, las imágenes no se adoraban, sino que se veneraban y honraban.
Así, es claro que incluso en la iconodulia se diferenciaba entre estos dos conceptos, y se
estaba en contra de la idolatría.
En un principio, no se puede representar la imagen de Cristo; no obstante, a partir de
mediados del siglo VIII, tampoco se podrá representar la imagen de la Virgen María ni a los
Santos.
2. OBRAS DEL PERIODO ICONOCLASTA
Esta crisis económica afecta especialmente a los monjes, debido a la peregrinación,
puesto a que la ausencia de imágenes limita las visitas que se realizan a iglesias y
monasterios.
Realmente, nos encontramos con una lucha entre iconódulos e iconoclastas, que se
manifestará en una crisis económica, que producirá una escasez de producción artística
(debido a la falta de fondos), y una ideológica, cuya consecuencia será una escasez de
representaciones.
2.1. Arquitectura
La arquitectura palatina existe aún, pero solo queda de ella las fuentes documentales
escritas.
Por otra parte, la arquitectura religiosa pervive con la misma planimetría que en la
época de Justiniano, con lo que veremos una clara continuidad de las formas. Pervive todavía
la planta basilical de tres naves. Aun así, aquí nos encontraremos con un elemento que
empieza a cobrar cada vez más fuerza: se va a querer buscar un mayor espacio en la nave
central. Esto se conseguirá a través de la cúpula. Estos modelos seguirán el lenguaje de Santa
Sofía de Constantinopla, pero llevándolo a su máxima expresión.
En cuanto a pintura, iconos y artes suntuarias nos encontraremos con una escasez de
obras importantes, aunque serán importantes la cruz iconoclasta y las miniaturas.
Dos de las características fundamentales a tener en cuenta en la arquitectura religiosa
es que la planimetría responde a un lenguaje arquitectónico que ya vemos en época de
Justiniano: 3 naves. La otra característica es que en la nave central se intenta conseguir
cada vez un mayor espacio. Lo que se hace aquí es abrir las puertas a un nuevo modelo de
iglesia que veremos en la siguiente etapa, en el Bizantino Medio.
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Santa Irene de Constantinopla:
Con el paso del tiempo sufrió grandes
deterioros, pero sobre todo fue en el 740 cuando
esta iglesia, como consecuencia de un terremoto,
se destruye totalmente. En este mismo año, por
orden del Emperador Bizantino, Constantino V,
se reconstruye.
Realizada con sillares de piedra, ladrillo y
cemento, en el interior de Santa Irene de
Constantinopla no hay ningún tipo de
representación figurativa, puesto que Constantino
V era un emperador iconoclasta. Aun así, se
puede apreciar elementos decorativos en el ábside
la representación de una cruz en mosaico, que es
el símbolo de los iconoclastas, también llamada
la cruz desnuda, ya que no tiene ningún tipo de representación figurativa.
La planta de esta iglesia es de tipo basilical, con tres naves, siendo la nave central mucho más
amplia (ancha) que las laterales, y en el centro se levanta una cúpula. Cuenta con un ábside al
exterior poligonal y al interior semicircular. A los pies de la iglesia se encuentra un nártex,
espacio reservado para los catecúmenos, los no bautizados.
La nave central y las laterales se separan por columnas y pilares. La cúpula, al margen
de las pechinas, apoya sobre una estructura cruciforme, formada por bóvedas delante del
ábside, al lado contrario y en las naves laterales.
Era muy frecuente decorar las pechinas con motivos vegetales. Encima de las naves
laterales están las tribunas, espacio destinado a las mujeres.
Sythronon es la escalinata en el ábside, destinada para el clero.
Hoy en día, esta iglesia se utiliza en muchas ocasiones para conciertos, debido a su
buena acústica.
Santa Sofía de Salónica:
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Santa Sofía de Salónica es una iglesia del s.III,, pero se fue deteriorando. En el s. VIII,
la emperatriz Irene ordena reconstruirla en honor a la victoria de las tropas imperiales de
Bizancio sobre los esclavos griegos.
Consiste en una planta basilical de tres naves, con tres naves. Tiene un nártex en los
pies. Cuenta con tres ábsides, siendo el primero de mayores dimensiones a los dos laterales, y
estando alineado con la planta central. Tiene una estructura cruciforme sobre la que se
soporta una cúpula central en la nave principal. También se observan cúpulas cada ábside
lateral y varias en el nártex.
En el caso de Santa Irene, los brazos de la estructura cruciforme se configuran sobre
las naves laterales, pero en este caso, los brazos de la cruz ya se configuran en la propia nave
central. Esto quiere decir que las naves centrales van perdiendo importancia, hasta tal punto
que van a desaparecer.
Iglesia de la Koimesis de Nicea:
La Iglesia de la Koimesis de Nicea, en Turquía, se
construye desde el inicio en este periodo, y aunque no
conservamos nada de ella, tenemos imágenes de su ábside, y su
planta. Es una planta basilical cuadrangular, con tres ábsides en
la cabecera. La estructura cruciforme que permite sustentar la
cúpula se sustenta en la nave central y no en las laterales, y
cada vez lo que se pretende es conseguir el mayor espacio
posible, hasta un punto en el que las naves laterales van a
desaparecer.
A principios del siglo XX se destruye completamente, y
conservamos solo una fotografía de la cuenca absidal, donde se
Ilustración 1. Ábside de la iglesia de
Koimesis de Nicea
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posiciona la Virgen María con el niño Jesús en brazos. Una representación que se repetirá en
todo el arte bizantino, y se conocerá como la Theotokos.
Iglesia rupestre del Valle Göreme:
En esta iglesia, construida en época iconoclasta, el
mosaico de la theotokos se añade en un tiempo posterior,
puesto que es construida en época iconoclasta. Una vez se
reestablece el uso de las imágenes, se vuelve a recuperar el
programa iconográfico. En este ábside se elimina la cruz
previamente representada y se ubica la imagen de la virgen.
A partir del año 843, vuelve a reestablecerse el culto, y
apenas hemos conservado decoración de época iconoclastas,
pero si que es cierto que hemos conservado algunos
testimonios materiales en algunas iglesias excavadas en las
rocas, donde si que se observan decoración mural de motivos
geométricos y cruces, de época iconoclasta.
Ilustración 2. Iglesia rupestre del Valle
de Göreme
2.2. La miniatura en época iconoclasta
En la miniatura, en época iconoclasta, tendrá las mismas limitaciones que en la arquitectura
enc uanto a la representación de imágenes.
Uno de los personajes iconódulos más importantes,
Juan Damasceno, escribe textos litúrgicos a forma de
defensa de la representación de las imágenes. En las
miniaturas en época iconoclasta, las representaciones son
escasas en estos textos, y muchas veces aparecerán solo en
los márgenes. En el Sacra Parallela, de este autor, se
representan aprox. 1800 miniaturas.
El texto Salterio Chludov (FOTO DE EXÁMEN) es
un libro de coro formado por 150 salmos, nos encontraremos
con representaciones del rey David, el autor de los salmos, y
con representaciones Cristológicas, de Cristo. Este texto es
muy particular debido a su fecha: mediados del siglo IX. No
tenemos la fecha exacta de la realización de este salterio, por
lo que no sabemos si fue realizado a finales de la época
iconoclasta o al principio de la restitución de la época
iconodulia. Aquí hay 190 folios.
En esta miniatura se ve el momento en el que se le da
de beber vinagre a Cristo. Por otra parte, nos encontramos a un
soldado romano tras haberle clavado la lanza en el costado.
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En la parte inferior, el jarrón no tiene ungüentos, sino cal, que se utilizaba para cubrir
las imágenes en las iglesias.