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EL PENSAMIENTO ECONÓMICO EN LAS PUBLICACIONES PERIÓDICAS ESPAÑOLAS DE LOS SIGLOS XVIII Y XIX
SIGLOS: UNA INTRODUCCIÓN

Autor(es): Salvador Almenar

Fuente: Historia de Ideas económicas , 1996, Vol. 4, núm. 3 (1996), págs. 119­147

Publicado por: Academia Editoriale

URL estable: https://www.jstor.org/stable/23722166

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Historia de las Ideas Económicas, IV/1996/3

PENSAMIENTO ECONÓMICO EN LA PERIÓDICA ESPAÑOLA


PUBLICACIONES DE LOS SIGLOS XVIII Y XIX:
UNA INTRODUCCIÓN

Salvador Almenar

universidad de valencia

Departamento de Análisis Económico

El estudioso clásico del pensamiento económico en el período británico.


Además, Frank W. Fetter, comenzó su estudio general afirmando que la revista profesional
es comparativamente nueva en la historia de la e
micrófonos. La mayoría de estas revistas son producto del siglo XX, y muchas... comenzaron
sólo después de la Primera Guerra Mundial" (1965, 424). En el caso de España, esta cronología
tiene que ser posterior a la Guerra Civil (1936­ 1939) con la aparición de t

revistas 'académicas', debido tanto al estilo de estas publicaciones como


a su organización: Anales de Economía (1941­75), Moned Crédito (1942­), y Revista de
Economía Política (1945­). Evidentemente, en el primer tercio del siglo XX existieron
publicaciones muy similares o cercanas al modelo de revista académica extranjera; su
estructura era principalmente una mezcla entre

éstas y las revistas para "profesionales" o empresarios. Cabe mencionar, por ejemplo, la
Revista Nacional de Economía (1
1935), Economía Española (1933­1936), el Butlletí de l'Insti
d'Investigations Economiques (1934­1937) y el corto­l
Banca y Finanzas (1936).
El objetivo de este estudio es presentar una perspectiva de evolución de las
publicaciones periódicas españolas publicadas durante el siglo XIX.
mitad del siglo XVIII y el siglo XIX que tienen una prédica
contenido principalmente económico y, en la medida de lo posible, detectar la presencia de
contenidos económicos en revistas de una época.
personaje. El análisis realizado nos permite establecer una cronolo
sistematización en cuatro periodos que se abordan en cada una de las cuatro primeras secciones.
El estudio finaliza con unas reflexiones finales

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El papel de la prensa económica en el desarrollo del pensamiento


económico en España1.
He intentado reunir aquí la información relevante que está disponible, aunque dispersa en obras

generales y en algunas monografías; pero la literatura existente sobre la historia de la prensa económica
en España es muy limitada, y en particular la que trata del siglo XIX es prácticamente inexistente. Esto
me ha obligado a recorrer el período más significativo del segundo tercio del siglo XIX con un estudio
primario, que se presenta por primera vez en este artículo. El conjunto sufre importantes

lagunas que intentaré señalar en el lugar oportuno.

1. La prensa económica en la Ilustración

Refiriéndose a la primera prensa económica, uno de los principales historiadores del periodismo

español de la Ilustración señalaba hace unos años que

"Cualquier intento de clasificar de alguna manera la (prensa económica) del siglo XVIII requeriría
considerar los periódicos y publicaciones periódicas de anuncios y anuncios, aquellos que brindan

información y crítica a comerciantes, industriales y financieros, y

los "ilustrados" al servicio de las reformas políticas y económicas , de las cuales algunas eran más
doctrinarias, otras más "noticias". Se pueden encontrar referencias y detalles sobre agricultura, comercio,
manufactura y artes dispersos aquí y allá, y especialmente entre los periódicos 'conocidos' y 'eruditos'."
(Enciso 1958, pp. 12­13).

Entre las primeras prensas de 'divulgación económica' cabe


citar la revista Discursos mercuriales (1752, 1755 56) de J. Enrique de
Graef, y la Miscelánea política (1763), que constituyó un órgano no
oficial de prensa política y económica . posiciones del gobierno (Saiz
1983, 132), y en el que su autor ­ el abogado MA Barbieri ­ "proponía
luchar contra

1. Véanse los estudios introductorios a la historia del pensamiento económico en


España de RS Smith (1971), E. Lluch & S. Almenar (1992) y G. Franco (1927).

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los prejuicios que frenaban el comercio y la industria españoles, justificaban los préstamos

con intereses y el depósito de dinero, y criticaban el lujo inútil" (Enciso 1988, p. 80). A pesar
de su título, el Semanario económico2 (1765­1768) se dedicó especialmente para publicar "las
traducciones o resúmenes de obras técnicas o científicas extranjeras", tema que repite en su

segunda época (a partir de 1777), tomado de tres fuentes frecuentemente utilizadas: "el Journal
Economique, el Dictionnaire Economique de Chomel y the Encyclopédie" (Enciso 1988, pp.

80­81). No conozco estudios monográficos precisos sobre estas publicaciones, ni sobre el


Semanario económico, instructivo y comercial (Mallorca, 1779).

1.1. La contribución de Nipho

FM Nipho dejó una huella fundamental en el desarrollo del periodismo ilustrado en

España, y verdaderamente se puede decir que estuvo "en primera línea" (Enciso 1988, p. 62).
Como editor y periodista creó varias publicaciones, entre las que destaca el primer diario

español (1758), y escribió personalmente más de una docena de publicaciones periódicas,


incluidas algunas de cierto contenido económico3.

Es además importante destacar el papel de La Estafeta de


Londres (publicada en 1762, aunque reeditada en 1763, 1779 y
1786) en la difusión del conocimiento de la situación económica
británica. Por medio de cartas imaginarias desde Londres, Nipho
presentó "el estudio comparativo de los pueblos... lo que España
debería imitar de Inglaterra... [a saber] sus progresos en el
comercio marítimo, la industria y la agricultura". Aquí se percibe
admiración, aunque no exenta de críticas (Enciso 1988, p. 64).

2. Para evitar malentendidos, el título completo era: "Semanario económico, compuesto


de noticias prácticas, curiosas y eruditas de todas las ciencias, artes y oficios, traducidas y
extraídas de los memorandos de Ciencias de París, de Trévoux y de muchos otros. libros

de fama, francés, inglés, italiano, alemán...".


3. Sobre Nipho, véanse LM Enciso (1956) y (1988), pp. 60­66, y MD Sáiz
(1983), pp. 226­237.

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A la Estafeta le siguió inmediatamente el Correo General de la Europa (1763) cuyas fuentes


incluían el Journal Economique "y diversos tratados, entre los que se pueden citar a Bielfeld, Mirabeau o

Duhamel" (Enciso 1988, p. 65). Recientemente, Lluch ha detectado una importante presencia en esta
revista de ideas económicas tomadas de varios autores camarógrafos como Biefeld.

y Justi, aunque también señala la difusión de Petty, L'Ami des Hommes de Mirabeau
y J. Nickolls (Plumart de Dangeul) (Lluch 1992b, pp. 148­150).

Finalmente, el Correo General de España (1770­1771) tuvo como objetivo


traer a España las aportaciones europeas en materia de "agricultura , artes,
manufacturas, comercio, industria y ciencia". Con ayuda oficial, intentó establecer
un diagnóstico de la economía española a través de cuestionarios dirigidos a alcaldes
y altos funcionarios . El resultado fue "para Guinard... un híbrido 'mitad diccionario
geográfico, mitad periódico', porque incluía no sólo los cuestionarios, sino también
textos legislativos, comentarios y reflexiones de los colaboradores de la revista" (Sáiz
1983, pp. 139 ­140).

El conjunto se inspiró en fuentes "muy diversas"4.


En otro plano, el de la difusión literaria, se sitúa otra de las publicaciones de
Nipho, el Diario estrangero (1763) ­aunque semanal­ dividido en dos secciones; el
primero, "Actualidad literaria de Europa", incluía un subapartado marginal sobre
Economía (Sáiz 1983, pp. 142­144).

1.2. La economía política en la prensa ilustrada

Con la proliferación de revistas literarias aparecieron varias publicaciones


que tenían como objetivo difundir un mayor conocimiento de la literatura
extranjera. Es el caso de las Memorias instructivas y curiosas sobre agricultura,
comercio, industria, economía... (1778

4. LM Enciso (1988), pág. 65 menciona, entre otros, la Descripción his tórica y


geográfica del reino de Portugal, la Gazette du commerce, de l'agricul ture et des
Finances, la Encyclopédie, la Cyclopedia de Chambers, Von Justi y "un largo
etcétera".

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1787?) que fue publicado por M .J. Suárez5 con la aprobación de la Real Sociedad
Económica de Madrid. Sus traducciones son una de las fuentes de penetración del
pensamiento económico contemporáneo en España: Condillac ("Sobre el comercio
y el gobierno considerados en relación mutua" 1778­80), Necker ("Sobre el comercio y
las leyes del maíz" 1783), Turgot ( “Reflexiones sobre la formación y distribución de la
riqueza” 1790), de Justi (“Elementos de la política general de un Estado” 1791)6. El
Correo literario de la Europa (1781 82, 1786­87) no presta ninguna atención significativa
a los libros de economía.

Otro caso es el Espíritu de los mejores diarios que se pub.


lican en Europa (1787­91) que, bajo los auspicios de C.
Cladera, fue uno de los canales de difusión más importantes de la Ilustración europea
en España. Entre sus colaboradores se encontraba el polifacético Valentín de Foronda
con sus "Cartas sobre el

materias más exquisitas de economía política, y sobre el derecho penal", un texto


muy complejo por la forma en que Foronda adapta y proyecta las ideas económicas
de un amplio y variado repertorio de autores ( Necker, Condillac, Bielfeld, Mercier de
la Rivière , Mirabeau, Smith, Filangieri, Beccaria, etc.) 7. En sus páginas aparecieron
críticas a la primogenitura y se difundieron ideas derivadas de Filan gieri, Franklin o
Raynal, y cabe añadir, finalmente, que tuvo una buena acogida por sus lectores8.

5. El semanario se dedicaba casi exclusivamente a la traducción de libros,


discursos e informes de autores europeos, frecuentemente franceses.
6. Ver referencias completas en J. Reeder (1973). Suárez publicó posteriormente
un “Tratado jurídico teórico y práctico sobre letras de cambio” (Madrid, 1788­89).
7. Un análisis de su pensamiento económico en JM Barrenechea (1984), y una
resumen de las "Cartas" en págs. 65­71.
8. El editor C. Cladera tradujo posteriormente Reflexiones sobre las ventajas que resultan del comercio al
Estado de J. Addison (Madrid 1785), que J. Reeder (1973), p. 68 notas pueden ser una colección de artículos
publicados en The Spectator. Sobre el Espíritu de los mejores diarios... véase la monografía de E. Varela
Hervias (1966) y los comentarios de LM Enciso (1988), pp. 71­72, MD SÁiz (1983), pp. 188­192. En 1788 la
revista tenía una amplia tirada (casi mil doscientos ejemplares vendidos: trescientos suscriptores en Madrid,
quinientos sesenta fuera de Madrid y trescientos vendidos regularmente), y contaba con

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1.3. Proyecto Jovellanos

En 1776 Pedro Dabout, miembro activo de la Sociedad Económica de Amigos


del País de Madrid propuso que la Sociedad creara un boletín económico. Ocho
años más tarde se retomó el proyecto , y en 1786 Jovellanos ­en aquel momento
Director de
la Sociedad­ redactó un informe en el que exponía su proyecto de fundación de una
Gaceta Económica, cuyas características, en síntesis, eran las siguientes. Su finalidad
era "acelerar esta tendencia general que se observa entre nosotros hacia el estudio
de la Economía". La publicación debía ser especializada, ocupándose únicamente
de "las ciencias económicas, sus facultades auxiliares y subordinadas o los hechos y
noticias análogas a ellas", y además especificaba, "la agricultura, la industria y el
comercio, ya sean considerados en sus relaciones políticas, o en su estado natural,
físico y mercantil…”9. En conclusión, el contenido proyectado para la revista era
especializado pero bastante amplio, e incluía conocimientos técnicos, demográficos,
geográficos y estadísticos como complemento a los propios de la disciplina
económica básica.

Unos meses más tarde, se adoptó un nuevo proyecto de otro


miembro, Vil∙lamil , influenciado por el informe de Jovellanos, para apoyar
la fundación del Mercurio Económico , pero la falta de oficial

apoyo hizo que el proyecto fracasara10.

1.4. El "Correo Mercantil" y el "Semanario de Agricultura"

El miedo al contagio revolucionario procedente de Francia dio lugar


en 1791 a leyes que restringían la prensa, que inicialmente sólo permitían

el apoyo político de Floridablanca (primer ministro). En 1789 anunció la reedición


de sus primeros nueve volúmenes.
9. Como señala L. Domergue (1969), p. 40 la economía política incluye,
para Jovellanos, dos materias: la relación de los sectores de producción con la
actividad de gobierno; y el segundo se refiere a la producción y los precios.

10. Más detalle sobre las propuestas de Jovellanos y Villamil en el estudio


antes mencionado de L. Domergue (1969).

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la supervivencia del Diario de Madrid y de los órganos de prensa


gubernamentales, la Gaceta de Madrid y el Mercurio histórico y político
(Sáiz 1983, p. 244).
El Correo Mercantil de España y sus Indias (1792­1808) es un caso típico
de la prensa económica de fin de siglo. Su desarrollo estuvo fuertemente
condicionado por normas restrictivas de censura y control gubernamental sobre
las publicaciones periódicas, por lo que debemos considerarla una revista
semioficial11. Sus contenidos se pueden agrupar en dos grandes bloques: el
doctrinal (artículos y memorandos) y el informativo, procedentes tanto de las
comunicaciones obligatorias de organismos oficiales (consulados comerciales,
altos funcionarios) como reproducidos de otras publicaciones periódicas. Hay
un claro predominio, en ambos bloques, de la información técnica (métodos de
producción, cultivos, procesos, invenciones).

Cabe señalar que las contribuciones de un carácter económico

Los actores son cuantitativamente sólo una pequeña parte del total, menos
del 20%, incluso cuando se adopta un criterio amplio para la disciplina.
Entre los artículos e informes basta mencionar algunas descripciones de sectores
de producción en tal o cual provincia, y algunos textos (traducidos) sobre las
relaciones comerciales: está documentado el debate sobre la prohibición de los
textiles en Francia, e incluye una controversia sobre la posición de Chaptal12 ­
y sobre

11. Fundada por DM Gallard y E. Larruga (quienes la abandonaron en 1793), entre 1794 y
1799 pasó a depender del departamento de Balanza Comercial de la Oficina del Tesoro y luego
fue devuelta a Gallard hasta su fin en 1808. .Mis observaciones se basan en la breve pero útil
monografía de LM En ciso (1958), cuya falta de análisis de los aspectos doctrinales de la revista
puede ser suplida ­en parte­ por algunos apéndices que enumeran el contenido del Correo
Mercantil . bajo cinco epígrafes: los artículos de Sociedades Económicas o similares, los informes
de los consulados, las contribuciones directas, los comentarios o extractos de libros, y otras
publicaciones periódicas utilizadas en la redacción.

12. LM Enciso señala que "en general (el Correo) invoca criterios mercantilistas superficiales"
(1958, p. 50), refiriéndose a una manifestación de prohibicionismo industrial en un sector en
particular. El interés por los problemas arancelarios se muestra especialmente en el último
período, 1806­1808. En 1807 reprodujo textos de un intercambio provocado por Chauvet sobre
el proteccionismo de Chaptal. Su posible repercusión en el libro de Veranio Severo, Datos sobre
algunas leyes inglesas que han con tribuido al poder de la Gran Bretaña en perjuicio de las
demás naciones (Madrid,

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sistemas crediticios y organización bancaria. La presencia de


comentarios o resúmenes de libros económicos (incluidas estadísticas)
es mayor, casi un tercio del total, con preferencia por temas relacionados
con la política económica 13. En conjunto, "el Correo fue concebido
para ilustrar a los empresarios... se proponía combinar la difusión del
conocimiento académico, técnico y económico con directrices prácticas".
Con apoyo oficial logró hasta 700 suscriptores (Enciso 1958, pp. 83­85).

Con una especialización mucho más alejada de la economía que el


Correo, el Semanario de Agricultura y Artes dirigido a los Párrocos
(1797­1808) es, por otra parte, un vehículo secundario pero apreciable
de las ideas económicas (los textos dedicados a este tema ocupan menos
de una décima parte del total)14. Los resúmenes y traducciones son una
vía de entrada para las ideas fisiocráticas (tardía e indirectamente, en
este caso, filtradas por Adam Smith a través de S.
Crumpe), el agrarismo de Arthur Young, el pensamiento económico de
Bentham (Extracto de su “Manual de economía política ”), las
propuestas del conde de Rumford para las casas de trabajo de los
mendigos, o el proteccionismo industrial de Chaptal, la necesidad de
fomentar el el comercio por las comunicaciones (Arnauld, que se basó
en Smith), las sugerencias de Capra y Lavoisier en cuanto a
explotaciones más pequeñas y arrendamientos más largos15. Los pocos aportes económic

1807), que no he visto, y en el que ­al parecer­ se critica a Chauvet .

13. Una muestra: Diccionario de Peuchet, Young, un análisis anónimo rais sonée
des principes fondamentaux de l'économie politique, Colquhoun. A veces son comentarios
extraídos de otras publicaciones periódicas: "Pasaje del Análisis que el ciudadano Saint
Aubin ha insertado en el Monitor del trabajo de economía política del ciudadano Say"
(1803, n° 90). En general son comentarios o resúmenes de libros publicados recientemente.

14. Nuevamente se trata de una publicación impulsada dentro de un “ Plan de


educación económica y política” que el Secretario de Estado Manuel Godoy encomendó a JB
Virio. Con JA Melón y ­desde hace unos meses­ D. García, por iniciativa propia, pero con el total
apoyo de Godoy, ponen en marcha esta publicación para la difusión de nuevos métodos, cultivos,
técnicas, etc, utilizando como intermediarios a los párrocos . de los pueblos. Véase la monografía
documentada de F. Diez Rodríguez (1980).

15. F. Díez (1980), págs. 138­140, 150­159, 200­210. Entiendo que la


corrección crítica de E. Lluch y Ll. Argemí (1985) respecto a Crumpe. EN EL

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Los autores españoles son de carácter aplicado y político­económico (comercio de


maíz, prohibicionismo textil, extensión de cultivos, duración de los arrendamientos)16.

La presencia de información y opiniones económicas en la prensa diaria es


aún menos abundante. Disponemos de un estudio de E. Lluch (1970) sobre el
Diario de Barcelona para el periodo 1792­1810. En las páginas de este último hubo
un interesante debate en 1792 sobre los efectos económicos de los metales
preciosos. Argumentando contra una postura antimercantilista convencional (los
metales no son riqueza, la inflación destruye la prosperidad), uno de los participantes
en el debate destacó las ventajas de la entrada regular de metales preciosos y utilizó
la autoridad de D. Hume para defender la teoría de la inflación beneficiosa . Otros
debates giraron en torno a los efectos del consumo de lujo (1793­94), la
enseñanza de la economía política (1794) y la conveniencia de basar la economía
de Barcelona en las "viejas" industrias laneras o en las "nuevas" industrias textiles
del algodón (1797). ).

Finalmente, con respecto a la difusión bibliográfica de libros económicos (a partir de


anuncios de libreros en el Diario) cabe señalar que ­salvo el período 1804­1807 en
que se anunciaron de 6 a 15 libros al año­ durante todo el período

número de libros sobre economía anunciados varió de 1 a 3. El


dos de los libros más difundidos por este medio fueron el de Adam
Smith y el Informe de la Ley Agraria (1795) de MG de Jovellanos.

2. La economía política en la prensa: absolutismo político y libertad


(1800­1833)

Las restrictivas leyes de prensa se endurecieron en 1805 con el establecimiento


de limitaciones a la publicación de periódicos o

Posteriormente se traduciría el Sistema marítimo y político de la Europa en el siglo diez y


ocho (Madrid, 1817), de Arnauld . No hace falta insistir en la abundancia de traducciones de
textos científicos y técnicos de Chaptal, tanto en este semanario como en el Correo Mercantil.

16. Véanse los resúmenes de artículos de T. Calomarde, CM Trigueros, F.


Craywinckel (un texto de 1761) y F. Terán, en F. Díez (1980), pp. 118­135.

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revistas y una fuerte censura. Durante el primer tercio del siglo , esta
legislación restrictiva fue levantada ­y sólo parcialmente­ sólo en los dos
breves e inestables períodos de libertad de 1808­1814 y 1820­1823. Pero en
estos tiempos de revolución y efervescencia literaria , la considerable
proliferación de periódicos y revistas mostró un predominio casi completo de
la prensa de opinión e información política (Seoane 1983).

La prensa económica especializada prácticamente desapareció. Aun


así, hasta la década de 1830 es posible detectar algunas publicaciones
periódicas semiespecializadas que incluyen en sus páginas información
comercial y, ocasionalmente , opinión económica: el Diario Mercantil de
Cádiz (1804­1837), El comercio de los dos mundos ( 1825­1830), El
comercio de ambos mundos (1827), Crédito público (1823), entre
otros17.

2.1. Los periódicos oficiales: la "Gaceta de Madrid"

Tanto el Mercurio de España como la Gaceta de Madrid, como


órganos de prensa del gobierno, se encuentran entre los pocos periódicos
que sobrevivieron mientras que el resto desapareció por prohibiciones o
censura. No ha habido un estudio global del contenido económico de la
Gaceta durante el primer tercio del siglo (similar al realizado en el
Mercurio), pero algunas evidencias nos permiten sugerir que fue un canal
limitado e irregular de difusión política . economía. Mencionaré tres
ejemplos aclaratorios. Una exploración de la Gaceta del año 1807 da un
resultado pobre18, mientras que V. Llombart (1973) identificó una
traducción de los dos primeros capítulos del Ensayo sobre la población
de Malthus en el verano de 1808.

17. Para los tres primeros periódicos gaditanos, las referencias en R. Solís (1971).
L. Garrido (1993), pp. 179­180 ofrece una lista de 21 títulos de "prensa económica"
para el período 1800­1833, que según su definición abarca publicaciones que
contienen noticias o información directa o indirectamente económica.
18. He comprobado que en todo el año aparecen dos anuncios del Tratado
de JB Say, uno del tomo VI de Instituciones Políticas de Biefeld, uno de Historia del
lujo de Sempere y Empresas políticas de Saavedra. Se reproduce un breve artículo
sobre el comercio británico y algunas estadísticas demográficas.

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(después del comienzo de la guerra y la revolución). E. Soler (1983) encontró


rastros de artículos sobre economía política de C. Beramendi publicados en
el verano de 182019. En conclusión: parece que la economía fue tratada
más extensamente en la Gaceta en los breves intervalos de libertad política
(1808­1814). ; 1820­1823).

2.2. López de Peñalver y el "Mercurio"

En el primer tercio del siglo XIX el Mercurio de España20 fue un


vehículo gubernamental para la difusión del pensamiento económico
extranjero contemporáneo. Como órgano de expresión de los economistas
españoles, sobre todo sobre los problemas económicos internos, el Mercurio
no tenía importancia. A partir de 1800 la "parte literaria" incorporó noticias
frecuentes de las publicaciones económicas contemporáneas.

Vale señalar que en esta tarea de difusión de ideas ejercieron una


considerable influencia la guía del editor y la dirección ­anónima pero
identificable­ del economista matemático Juan López de Peñalver, cuya
contribución al análisis económico fue valorada por F. Estapé y R. ...
Theodorakis (1983, págs. 96­101). Como señala E. Lluch (1992a, pp. lvi lvii),
su huella es perceptible en numerosos extractos, resúmenes y reseñas de
libros sobre economía política como los de Canard, Sinclair o Say. A partir
de 1815, con obras de Comber, Colquhoun, Boislandry, MacPherson,
Chaptal, Pradt, Hauterive que tratan "los aspectos del análisis cuantitativo y
(del estudio de) la subsistencia y del industrialismo proteccionista" (Lluch
1992a, xcvi).

A lo largo de este período la economía política, el industrialismo y

19. C. Beramendi, "Economía política", Gaceta de Madrid, 13 y 14 de julio de


1820; "Caminos", Gaceta de Madrid, 20 y 21 de julio de 1820.
20. Fundada en 1734 con el título de Mercurio histórico y político, en 1784
cambió su título por el de Mercurio de España, y fue durante todo el siglo XVIII una revista de
actualidad internacional. De publicación mensual, a partir de 1800 sus contenidos se dividieron
en dos partes: política y literaria. Se publicó hasta 1808, y tras la interrupción por la guerra fue
renovado en 1815 hasta 1822; posteriormente se volvió a publicar desde mayo de 1824 hasta
1830.

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La mecanización iba de la mano en los extractos o reseñas de los


Mercurio. Después de 1824 esta orientación se acentuó con la

traducción de las conferencias de Dupin (en el Conservatoire Royal d'Arts et Métiers) y del debate
entre Sismondi y Say sobre las crisis económicas, así como algunos textos de McCulloch sobre la
libertad del comercio del maíz o a favor del realismo metodológico (Lluch 1992a, cxi­cxii).

2.3. La economía política en las revistas y noticias políticas y literarias.


documentos

La presencia de artículos sobre economía no es frecuente, ni tampoco


lo publica periódicamente (como sección fija) en los periódicos y revistas de la época. En determinadas
ocasiones se destaca con títulos como “Economía Política” o similares. La siguiente exploración, preliminar y
provisional, del contenido económico de principios del XIX. publicaciones periódicas del siglo se limita a una
selección realizada específicamente para este fin.

Para el período de la Guerra de la Independencia cabe mencionar El Español (1810­1814)


publicado por José Blanco "White" en Londres . Su interés para el campo de la economía reside
principalmente en que planteó el problema de la independencia de América del Sur respecto de la
metrópoli española, muy probablemente en sintonía con J.

Bentham21. El debate posterior puede haber impulsado a Álvaro Florez Estrada a escribir el Examen
imparcial de las disensiones de la América con la España (Londres 1811; Cádiz 1812) en defensa
del libre comercio (Almenar 1976).

El Tribuno del Pueblo Español (1812­1814) suele atribuirse al entonces incipiente economista
Flórez Estrada22. A pesar de

21. Véase C. Seco (1983), MC Seoane (1983), págs. 59­63, y Bentham, P. Schwartz y C.
Rodríguez Braun (1983). Esto debería, sin embargo, completarse con el análisis de la relación
entre James Mill y el general Miranda, amigo tanto de Blanco como de Bentham, estudiado por
MT Berruezo (1989).

22. A. Martínez Cachero (1961), págs. 48­51, para quien finalizó en


julio de 1813. He comprobado que continuó hasta enero de 1814, y MC Seoane

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predomina la política, en sus páginas aparecen frecuentemente


artículos sobre "La Hacienda Pública" (impuestos, presupuestos),
algunas memorias que me parecen atribuibles a J. Canga
Argüelles, y sobre "Economía Política" (circulación del dinero)23.
Tras la prohibición de 1815, se encuentra mención de la Mis celánea
de Comercio, Artes y Literatura (1819­1820), fundada por Javier de
Burgos, con aportaciones de M. M. Gutiérrez, quien firmó en una ocasión
como "profesor de economía política"24.
Durante el Trienio, una vez más, la economía política sólo muy
ocasionalmente recibió atención entre los contenidos predominantemente
políticos de los periódicos y revistas. Un ejemplo: en marzo de 1821 El
Liberal Guipuzcoano publicó bajo el título de Economía política un extracto
de las Cartas sobre los asuntos más exquisitos de la economía política de
V. de Foronda, Recientemente reeditado (Fernández Sebastián 1991,
315n). No he podido localizar la revista Crédito Público.

La prohibición de publicar periódicos de enero de 1824 estaría vigente hasta finales de


la década. El Correo Litro

ario y Mercantil (1828­1833) tuvo entre sus pocos aportes económicos al ya


mencionado MM Gutiérrez, quien también contribuyó a otra revista del mismo editor,
Cartas español las (1831­32) donde explicita su posición prohibicionista de proteger
industrias nacientes que necesitaban "wallkers" (Velasco 1990, pp. 93­97)25.

Las abundantes y valiosas publicaciones periódicas publicadas por los españoles

(1983), pág. 50 fechas del 11­3­1812 al 04­1­1814. Quizás se trate de "períodos"


diferentes, con equipos editoriales diferentes.
23. Para la "segunda época" del Tribuno utilizo una reimpresión en Valencia ("Impresoras
Patrióticas del Pueblo Soberano, regentada por V. Ferro"), octubre de 1813 a febrero de 1814.
Parece que los redactores fueron L. Calvo de Rosas, I. Antillón y P. Andrés del Corral (MC
Seoane 1983, p. 50)
24. Aunque, cuando llegó el Trienio Liberal (1820­23), cambió su título a Miscelánea de
Comercio, Política y Literatura. Gutiérrez fue profesor desde 1817 de la cátedra de Comercio y
Economía Política de la Comisión de Comercio de Málaga. Véase el libro de R. Velasco (1990),
pp. 45­52, 91.
25. Sobre el Correo y las Cartas, véase MC Seoane (133­34). Debería ser
que J. López de Peñalver era redactor literario (teatro) del Correo.

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Los liberales en el exilio, tanto en Londres como en París, también tenían una doble
versión, económica y política, a imitación de las revistas francesas o británicas
contemporáneas, pero con proyección en el mercado editorial sudamericano
(Llorens 1968, 285­341). En el Museo Universal de Ciencias y Artes (Londres
1824­1826), dirigido y editado por JJ de Mora, he encontrado una presencia
regular de Economía Política: extractos de la controversia Say­Sismondi y
artículos criticando las "leyes" prohibición del comercio", sobre la "balanza
comercial", los efectos de las máquinas sobre el empleo y un extracto del
folleto de P. Pebrer sobre la crisis de 1825.

En cambio, aunque el experto en finanzas públicas José Canga


Argüel∙les contribuyó muy activamente a los Ocios de los Españoles
Emigra dos (Londres, 1824­27) y El Emigrado Observador (Londres,
1828­29), la temática económica es muy escasa. salvo un ensayo sobre
"el estudio de la economía civil entre los españoles" y
algunas reseñas.

3. El desarrollo de las revistas económicas (1834­1868)

Antes del restablecimiento de la libertad de prensa, a partir de 1832 se


produjo un "deshielo" gradual. En este período se inició una reorientación de las
publicaciones que se consolidaría a lo largo de la década. De un lado los diarios
(diarios o bidiarios y semanales) de gran tirada, y del otro las revistas, en
ocasiones en busca de una mayor especialización. Pero la distinción no está clara,
existen muchas publicaciones en idiomas intermedios.

zonas.

Durante la década de 1840 existieron varias publicaciones económicas relevantes con


diferentes editores como el boletín semanal para empresarios, el semiacadémico , la revista
de opinión o la presencia de pole en las revistas literarias.

3.1. La "Guía del Comercio" (1842­51)

Un caso destacable es la evolución de la publica


Boletín de Fomento (Madrid 1842) y el Guí

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(Madrid 1842­1851) que se fusionaron en 184326. Inicialmente eran


publicaciones de información económica para empresarios, que
ocasionalmente incluían artículos de opinión o doctrinales. Fue un modelo
frecuentemente imitado, pero con menos éxito. Los artículos del director
C. Rufino, publicados en 1842­43, sistematizaban un programa de
defensa de los intereses comerciales de Madrid, exigiendo reformas
fiscales y mayor libertad de comercio exterior27.
En 1844 se fundó una de las primeras asociaciones empresariales españolas, la Sociedad
Mercantil de Madrid, y la Guía del Comercio se convirtió en su órgano oficial. Se reforzó la línea

favorable a la libertad de comercio, con noticias sobre el movimiento de libre comercio británico. Con
motivo de la visita de Richard Cobden a España, la Guía del Comercio fue uno de los promotores
más decididos a fundar asociaciones de libre comercio28. Dentro de este marco la

La revista publicaba esporádicamente ­de hecho reproducía­ algunos textos


librecambistas de A. Florez Estrada o JJ de Mora.
A partir de 1846 se produjo un cierto efecto multiplicador de las revistas
de libre comercio. Pero no siempre deben entenderse como réplicas de las
opiniones de la Guía del Comercio. Un ejemplo menor pero interesante lo
proporciona el semanario El Libre Comercio29 (Valencia, 1849­50), cuyas
claras simpatías liberales no deben ocultar sutiles conexiones de simpatía
con otras publicaciones periódicas de inspiración republicana y socialista
como La Reforma Económica. de Sixto Cámara o La Asociación de J. Ordax
Avecilla30.

26. Guía del Comercio. Periodo de interés en materiales. Ano

la fusión, Guía del Comercio y Boletín de Fomento, subtitulado como arriba.


27. C. Rufino, "Clamores del comercio", Guía del Comercio y Boletín de Fomento, n°15,13.04.1842,
que continuó en varias partes numeradas; El n° 8 se tituló "Prohibiciones".

28. Sobre la Sociedad Mercantil de Madrid, véase Bahamonde et al. (1976). Sobre la importancia de
la visita de R. Cobden y las reacciones a ella, véase S. Almenar y R.
Velasco (1987), también E. Lluch (1988).
29. El Libre Comercio. Periodo económico, industrial y literario. Se trata de una rareza bibliográfica, pudiendo consultarse

en la Hemeroteca Municipal de Valencia.

30. Sobre la relación entre socialismo y democracia federal, véase J.


Maluquer de Motes (1977), cap. vii.

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3.2. Las dos épocas de la "Revista Económica de Madrid"

Esta publicación especializada, con formato de revista cultural , fue fundada en 1842
por iniciativa de su director, Eusebio María del Valle, catedrático de Economía Política de
la Universidad de Madrid, con la ayuda de sus discípulos R. Navarro y J.A. de Zafra31.
La estructura de la publicación y la orientación general de sus artículos se aproximan a
las del Journal des Economistes, creado

unos meses antes en París. Pero la Revista sólo puede juzgarse como
un modelo formal y, en menor medida, como una referencia doctrinal.
Los temas tratados caen predominantemente en el campo de la
"economía aplicada" (finanzas públicas, economía industrial) y la "
economía política" (libertad de comercio, reforma fiscal o financiera).
Otro aspecto distintivo es la importancia atribuida a la situación
económica, documentada estadísticamente, de otros países (Francia,
Inglaterra, Bélgica, Prusia). Esta orientación parece ser congruente con
la aportada por Valle en su Curso de Economía Política donde distingue
dos partes, "Teoría de la ciencia" (economía), y la segunda "Aplicación
de la teoría económica".
(Valle 1846).
No se puede hablar de una única orientación doctrinal, pero sí
posee un alto grado de homogeneidad. Sin embargo existe una cierta
diversidad de fuentes intelectuales utilizadas por los autores. Así,
junto a las fuentes canónicas británicas y francesas (Smith,
McCulloch, Say, Ganilh), que confirman una predilección "realista" o
historicista , encontramos también ­en el caso de las aportaciones de J. Sanz del Río­
­ Fuentes alemanas.

31. Revista Económica de Madrid. Periodo mensual, consagrado a las cues ciones agrícolas, fabriles,
comerciales y rentísticas, bajo la dirección del Doctor Eusebio María del Valle... [Revista Económica de Madrid.
Revista mensual de votación sobre cuestiones agrícolas, manufactureras, comerciales y financieras, bajo la
dirección del Doctor Eusebio María del Valle...]. EM del Valle (1799­1867)

Enseñó economía en el Ateneo de Madrid, y posteriormente fue catedrático de Economía Política en la


Universidad de Madrid. Unos meses después de la aparición de la Revista se publicó su Curso de
Economía Política (18421, 18462). El carácter de discípulos atribuido a Navarro y Zafra (ambos abogados)
se explica tanto en el título de la Revista como en un artículo del propio Valle.

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La Revista tuvo una corta vida, dejando de publicarse a los pocos meses, y sólo
nos queda el primer volumen de esta primera época. Sin embargo su importancia es
notable: en España fue, quizás, el primer órgano de expresión de un pequeño grupo
de economistas y filósofos próximos al mundo académico de la Economía Política
precisamente en los inicios de la institucionalización de esta disciplina en la
Universidad32. Por ejemplo, en el año académico 1842­43 Claudio Moyano,
profesor de la Universidad de Vallado , recomendaría la Revista Económica de Madrid
a sus

estudiantes como lectura complementaria33. Y, además, representa el


primer grupo que muestra penetración y difusión del "krausismo " (la
influencia del filósofo idealista alemán K.
Krause), corriente que tendría una repercusión crucial en la historia
intelectual española contemporánea34.
Cinco años después reapareció la Revista Económica de Madrid, sin su
anterior director EM del Valle, pero con sus discípulos Navarro y Zafra y otros
nuevos colaboradores35. En la 'introducción

32. Después de muchas reformas y contrarreformas a lo largo del primer tercio del siglo
XIX, la Economía Política comenzaba a consolidarse en la Universidad en el período 1836­1845.
En 1842 fueron nombrados seis profesores para enseñar Economía Política en sus Universidades,
entre ellos Valle en Madrid; algunos de ellos ya habían impartido esta materia con anterioridad.
Sobre este período del proceso de institucionalización ver el artículo de M. Martín Rodríguez
(1989), pp. xxvii­xxxix.
33. M. Martín Rodríguez (1989), págs. xxxvi; lxxxiii.
34. Esta interpretación, aportada recientemente por M. Andrino (1986), supone una
modificación sustancial de la historiografía intelectual española hasta la fecha. Andrino
revaloriza favorablemente la figura de R. Navarro Zamorano, traductor de H.
Ahrens, Curso de derecho natural (Madrid, 1841), y sugiere algunos elementos básicos de la
relación docente de EM del Valle (que había sido catedrático de Derecho Natural en Murcia)
con Navarro, Zafra y Julián Sanz del Río, el introductor y fundador de una "escuela krausista" en
España. Lamentablemente el artículo de Andrino contiene algunos errores sobre EM del Valle
(a quien a veces confunde con el Marqués de Valle Santoro, también economista).

35. Revista Económica de Madrid. Periódico mensual, consagrado a las cuestiones


agrícolas, fabriles, comerciales rentísticas y administrativas, publicado por Ruperto Navarro
Zamorano y José Alvaro de Zafra. Al título del primer periodo se han añadido cuestiones
"administrativas". Se publicaron dos volúmenes , ambos en 1847, en el segundo se incluye la
expresión "2º período" en el
título.

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ción', el editor R. Navarro se refiere a los motivos que habían provocado


el cese de la publicación en 1842 diciendo que se debía a "circunstancias
privadas de sus editores"36. En cualquier caso, el segundo período
muestra una continuidad en una "preferencia por las cuestiones prácticas".
(I, 13), y novedad en una posición editorial más claramente favorable al libre comercio37,
y en la incorporación de colaboradores como M. Colmeiro (catedrático de Economía
Política, luego Derecho Político), M. de Azpilcueta (que se preocupaba con cuestiones
monetarias y financieras), JB Trúpita (quien consolidó la atención a la Estadística como
el complemento "inseparable" de la Economía y las Finanzas ). También se encontraban
textos como " Principios Fundamentales de la Ciencia de las Finanzas" de J. Kuhn, o
una selección con notas de Trúpita del libro de LA Quetelet publicado poco antes con el
título de "Cartas sobre la teoría de la Ciencia Estadística"

(Cartas sobre la teoría de la Ciencia de la Estadística)38.

3.3. "El Amigo del País" (1844­1849)

Con una estructura intermedia entre el tabloide semanal y la revista


literaria, El Amigo del País (1844­1849) fue el "Diario de la Sociedad
Económica Madrileña". Sin embargo, su organización era completamente
autónoma, ya que su apoyo financiero era una sociedad limitada aunque
el comité editorial

36. Posibles interpretaciones: (a) la imposibilidad de continuar la revista porque las ocupaciones de los
editores se lo impedían; (b) la aparición de disputas doctrinales entre el director (del Valle) y sus discípulos; (c)
falta de colaboradores y originales. Una combinación de (b) y (a) seguramente nos colocaría en la dirección
correcta, pero este no es el lugar para profundizar en el asunto.

37. "La Revista... desempeñará un papel muy activo en la solución del problema en
España, enarbolando la bandera de la libertad de comercio sin menoscabo de los legítimos
derechos maternos de la industria nacional", R. Navarro, "Introducción", Revista Economía
mica de Madrid (2.ª época), v. Yo, pág. 12.
38. Según J. Sánchez Lafuente (1975), pp. 136­38, Trúpita había sido becada por el Ministerio de
Hacienda, gracias al generoso esfuerzo de Pascual Madoz, para estudiar Estadística en Francia, Gran Bretaña
y Bélgica . En Bruselas conoció a LA Quetelet. Sánchez se refiere a Trúpita como "perteneciente a la escuela
de Madoz".

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Fue elegido por la Sociedad Económica. Esta circunstancia hizo que la orientación de la revista
reflejara las posiciones de los miembros del comité editorial. Salvo casos raros, los editores no
eran académicos y sus publicaciones económicas adicionales no eran abundantes39.

Los contenidos de la revista se dividieron en editoriales y


artículos de contenido económico, informes de actividades y memorias de
la Sociedad Económica, y otras contribuciones sobre temas técnicos y
científicos, principalmente sobre agricultura y ganadería.
La firma más frecuente, la del director JA Seoane, revela una tendencia a
pasar del reformismo socioindustrial (reformulando las ideas de Saint­Simon
y Buret) hacia posiciones "optimistas" (Bastiat) tanto en lo que respecta a la
organización económica interna como a la a su defensa del libre comercio.
Desde el punto de vista de la difusión del pensamiento económico extranjero
destacaron dos traducciones : la de los Sofismas económicos de F.
Bastiat40, y especialmente la traducción redescubierta de los primeros
capítulos de los Principios de economía política y fiscalidad de D. Ricardo41. ,
que fue la primera traducción al español.

3.4. La economía política en las revistas y revistas literarias.

No todas las nuevas revistas eran monográficamente políticas o literarias. De hecho, había
muchas revistas y reseñas en el

39. En 1844 el director era JM de los Ríos, y la revista presentaba posturas diversas
y vivos debates. En 1845 entró en la dirección José Antonio Seoane, permaneciendo
durante cuatro años completos (1845­1848) y señalando directamente ­con sus editoriales
y artículos­ el contenido económico de la revista. En 1849 la dirección pasó a manos del
higienista doctor PF Monlau. Es muy probable que detrás de estos nombres estuviera la
influyente figura del doctor Mateo Seoane, padre de José Antonio y maestro científico de
Monlau, pero también durante muchos años director de la Sociedad Económica de Madrid.

40. Traducción con notas críticas de AJ Pasarón y Lastra, aparecida por capítulos de enero
a octubre de 1847. Inmediatamente sería publicada como volumen independiente por los editores
del Amigo del País.
41. Publicado como Principios de Economía Política y Fiscal, traducido y comentado por
JA Seoane. Emitido en instalaciones mensuales con El Amigo del País

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segunda mitad del siglo que buscaban un término medio, incluyendo la economía en su temática. Un
modelo de referencia fue la Revue de Deux Mondes.

La primera época de la Revista de España y del Extranjero (1842­44) incluía ya tanto


artículos de economía (Morales Santisteban, EM del Valle, R. Navarro, JA de Zafra, A.
Rodríguez Cepeda) como reseñas de libros de Blanqui. y Toqueville escrito por su director
F. Gonzalo Morón42. En la segunda época, con el título Revista de España, de Indias y del
Extranjero (1845 1848), se encuentran numerosos artículos librecambistas de JJ de Mora,
aportaciones de F. Gonzalo Morón sobre los presupuestos en España, y otras aportaciones
sobre la fiscalidad. o sistemas monetarios de varios países europeos, y también reseñas
de libros (Bastiat, Colmeiro).

En total el contenido económico de la revista oscilaba entre el 10%


al 20%.
Para un gran número de revistas literarias y críticas sólo tenemos referencias secundarias. La Revista
Europea (1837) de A. Borrego , incluía "amplios informes sobre las diversas escuelas socialistas y económicas

inglesas y francesas. Saint­Simon, Owen, Ricardo, Malthus, son los... más citados" (Zavala 1972, pp. .113 114).
Javier de Burgos publicó artículos económicos en La Alhambra (Granada, 1839­42); JJ de Mora

en La Floresta Andaluza (Sevilla, 1834­44), durante la Revista de Madrid (1838­40), El Sala mantino
(1843), la Revista Barcelonesa (1846), o mucho más tarde la Revista de Cataluña (1862) contenía una
proporción apreciable de artículos económicos43.

3.5. Las nuevas revistas económicas

Las principales revistas económicas de la década de 1840 dejaron de


existir al final de la década. Esta campaña editorial no sería re

a sus suscriptores. Esta traducción fue largamente buscada, desmentida por F. Cabrillo (1977),
y redescubierta y comentada en el estudio de F. Frías Fernández (1993).

42. Esta información se la debo al profesor S. Brú.


43. Véanse referencias en IM Zavala (1972), págs. 39­125.

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nuevo hasta finales de la próxima década. En poco tiempo surgieron varias


publicaciones especializadas: El Economista (1856­57), La Tribuna de los
Economistas (1857­58) y la Gaceta Economista (1861­63).

El Economista44

Bajo la dirección anónima de Gabriel Rodríguez, la revista tenía fuertes vínculos doctrinales
con la literatura del grupo Journal des Economistes y los librecambistas. En efecto, una gran parte

de los resúmenes estaban ocupados ya sea por artículos sobre la reforma arancelaria, ya sea
por crónicas del Congreso de Economistas o del Congreso Internacional sobre la Reforma

Aduanera, artículos que respondían y criticaban posiciones proteccionistas (vol. I), reproducción

de la actas de la Sociedad Madrileña de Economía Política, una vez más réplicas a otras
publicaciones periódicas proteccionistas, y algunos debates sobre cuestiones monetarias y

financieras (libertad de creación de bancos) (Vol. II). Los textos traducidos indicaron sus
preferencias en doctrinas extranjeras: Bastiat y Molinari son los más notables.

El hecho de que G. Rodríguez desempeñara un doble papel como


redactor jefe de El Economista y secretario de la Sociedad Madrileña de
Economía Política facilitó una conexión regular que para muchos supuso una
completa identificación. La revista tuvo que cerrar debido a la legislación.

La Tribuna de los Economistas45

Poco antes del cierre de El Economista, otro grupo liderado por


el economista y financiero Luis M. Pastor creó La Tribuna. Es

44. El Economista. Período quincenal, dedicado a las teorías y la economía. Vol. I:


(febrero a diciembre de 1856), Madrid, 1857; Vol. II: (enero a julio de 1857), Madrid, 1857.

45. La Tribuna de los Economistas. Revista mensual de Economía Política,


Administración, Industria, Comercio y Estadística. He consultado los vols. I, II, IV y VII, Madrid
1857­58.

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La estructura y la extensión de los artículos la sitúan muy cerca del


modelo de revista académica. El director fue Enrique Pastor (hijo del
primero), quien logró el nombramiento por parte de la Sociedad de
Economía Política como su portavoz oficial.
Por tanto, parte del contenido de La Tribuna estuvo representado por las actas
de las sesiones de la Sociedad de Economía Política. Otro bloque de aportaciones
estuvo compuesto por aportaciones de Luis M. Pastor, correspondientes a
capítulos y extractos de sus libros. Además, una serie de artículos sobre cuestiones
de impuestos, dinero y finanzas. Entre las pocas traducciones publicadas destaca
la Teoría de la riqueza social de A. Walras , con notas del traductor E. Pastor.

Gaceta Economista46

La "Introducción" comienza con una mención a la continuidad, no explicada (casi con


seguridad relacionada con La Tribuna), y a la intención de "contribuir a la difusión de las
doctrinas económicas".
En cuanto a los resúmenes, nuevamente las actas de las sesiones de la
Sociedad destacaron por su gran volumen. Algunos de los miembros de la Sociedad
fueron los autores de la mayoría de los artículos publicados: LM Pastor, JM
Sanromá, G. Rodríguez, L. Figuerola, M. Carreras , S. Moret, A. Alcalá Galiano,
M. Vergara, B .Carballo, R.
Uhagón, FP Canalejas. Incluyo en este número la reproducción de las
"Conferencias de Libre Comercio" de enero de 1862 en adelante. Es cierto que
la reforma tarifaria es el tema que más interés despertó entre los participantes,
pero también se prestó atención a otras cuestiones como los transportes, la
educación obrera, los problemas presupuestarios y las sociedades de crédito. Al
igual que en La Tribuna, existían dos secciones permanentes , Informe económico
y Diario financiero, dando a la Gaceta el aspecto de una revista mixta. Pero
cuando la revista desapareció , el boletín semanal del mismo nombre de Gaceta
econo

46. Gaceta economista. Revista económico­política. Vol. I (1861), Vol. II y III (1862), Vol.
IV (1863). Del Vol. V (segunda mitad de 1863) sólo he consultado los núms. 27, 29 y 30.

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error, pero se seguiría publicando un subtítulo diferente con algunos cambios47.

4. El impulso decreciente (1874­1914)

En un amplio estudio contemporáneo de estudios económicos de finales


La España del siglo XIX, R. de Olascoaga (1896, pp. 9­10) señaló
explícitamente la ausencia de cualquier revista académica dedicada
exclusivamente a la economía política. Como publicaciones sustitutivas mencionó
la revista para empresarios El Economista (1885­) y la revista jurídica La
Administración. Según Olascoaga, esta circunstancia reforzó el aislamiento de
los economistas españoles de los entornos científicos de otros países, que se
caracterizaban por un creciente "cosmopolitismo científico, mantenido
principalmente por las revistas profesionales" (1896, p. 2).

En el último tercio del siglo XIX hubo un documental


estudio de la prensa económica, en el que encontramos que la mayoría de las
revistas estaban orientadas a información económica para empresas, y ninguna
Se puede detectar una publicación especializada semiacadémica, única en
épocas anteriores48.
Para explicar el descenso de las publicaciones económicas y, en particular,
la ausencia de revistas académicas en el último tercio del siglo en España, hay
que tener en cuenta varios factores.
El proceso revolucionario de 1868­1874 implicó ­entre otras circunstancias­
el inicio de una eliminación de aranceles favorecida por L. Figuerola (antiguo
presidente de la Sociedad Madrileña de Economía Política, y en 1868 ministro
de Hacienda). A partir de 1874 se detendría la eliminación de aranceles y se

Estaba por comenzar un fortalecimiento quivocal del proteccionismo. El debate


sobre los aranceles continuó durante algunos años, pero se acomodó más al
ritmo alternativo de los partidos en el gobierno.

47. Gaceta economista. Periódico de comercio, navegación mercantil y de


seguros. Guía de los Caminos de Hierro. En el n° 179 cambia a Gaceta economis
ta, económico­política. Hoja semanal. Administración, Crédito, Asociación.
48. Véase el catálogo de estudios de MV Diego Vallejo y otros (1988).

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En segundo lugar se estableció la enseñanza de Economía Política


, con la cobertura de las cátedras de Economía Política y de Hacienda Pública de
las diez Universidades de España. Sin embargo, un análisis más detallado de las
biografías de los profesores permite deducir que, al menos para algunos de ellos, su
dedicación a la economía era secundaria. Además, se produjo entre ellos una
progresiva diferenciación doctrinal: la aparición del historicismo (J. Piernas, AA
Buylla), o de tendencias socialcristianas (JA

Pou). En conjunto, esta dispersión resultó en una pérdida de fuerza de la


ya pequeña masa crítica de profesionales de la Economía Política . A
esto se sumó una reducida capacidad de comunicación internacional. La
penetración del marginalismo en España se produjo en la segunda o
tercera década del siglo XX.
En tercer lugar, recordando la tesis de Gerschenkron sobre la
industrialización, la existencia misma de las primeras revistas europeas fue
un obstáculo para la publicación de materiales similares en los países
imitadores. Olascoaga confirma esta hipótesis con la destacada difusión del
Journal des Economistes entre los economistas españoles (1896, pp. 32­33).

Este vacío de revistas académicas fue cubierto muy parcialmente por revistas
literarias de carácter generalista, entre las que destacaban la Revista de Europa y,
a finales de siglo, La España Moderna.

5. Conclusiones

Con las limitaciones de fuentes y documentación ya señaladas, es posible discernir cuatro periodos en la evolución
de la prensa económica de los siglos XIX y XX en España.

Aunque es discutible si el período anterior a la guerra de 1808­1814 debe tratarse como un todo, existen suficientes
líneas de continuidad. Las primeras revistas económicas fueron predominantemente informativas. Los que incluían

contenidos económicos eran un

Canal de difusión y penetración del pensamiento contemporáneo. El frustrado


proyecto de Jovellanos para la Gaceta Económica nos muestra las limitaciones
que afrontaron los ilustrados españoles.
El primer tercio del siglo XIX constituye un período en

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en el que encontramos muy pocas aportaciones editoriales especializadas en nuestro


tema en cuestion. Esta escasez puede atribuirse a las restrictivas
leyes impuestas por el absolutismo político y a la brevedad del
experimentos constitucionales, pero también al pequeño número de con
contribuyentes y su dispersión, impidiendo la formación de críticas
masa.

Durante el segundo tercio del siglo XIX, algunos ejemplos de prensa económica
especializada registraron experimentos muy cercanos a las revistas semiacadémicas, de las
cuales estaban tan estrechamente vinculadas al libre comercio que sucumbirían ante
cualquier adversidad.

La "desaceleración" radical del proceso editorial de revistas económicas que continuó durante la llamada
Restauración (1874­1923) es un fenómeno complejo que puede explicarse con la ayuda de varios elementos: el
debate arancelario, la pequeña masa crítica de economistas y la dispersión doctrinal, bajo común internacional
hecho de ser un país culturalmente "segundo llegado".

La prensa económica cumplió varias diferencias en España durante los siglos XVIII y
XIX, aunque no se distinguieron claramente y tendieron a fusionar otras, y en determinadas
épocas unas fueron más impo que otras. Sirvieron como vehículo para la publicidad, para

y noticias más o menos recientes, y como medio de diferenciación


ideas económicas desde varias perspectivas: como representación de propuestas políticas y económicas, en
grados muy diversos de referencia a la ciudad inmediata .

La especialización y, en particular, la aparición de


Las revistas "académicas" parecen estar asociadas con el progresivo
consideración de la Economía como ciencia y la consolidación de

La investigación económica como profesión. Pero este factor no siempre


operar a favor de la mejora en los procesos de investigación y
comunicación de los resultados. En la España de finales del siglo XIX, un notable
La institucionalización de los estudios económicos estuvo acompañada de pobreza.
Trabajo científico y bajo nivel de comunicación a lo largo del día.
nal.

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