Fernando Casullo-Alemania

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Fernando Casullo “Alemania”

Los inicios: fragmentación y protoindustrialización

Dos procesos de transformación diferentes que ocurrieron en el Oeste y en el


Este:

En el Oeste, se observó una rápida transformación social que implicaba el fin


del orden feudal. Esto significa que la sociedad estaba cambiando
rápidamente, alejándose de las estructuras feudales tradicionales (donde los
señores feudales tenían mucho poder y los siervos tenían muy poco) hacia una
estructura más moderna y equitativa. Sin embargo, estas transformaciones
sociales no se tradujeron en una modernización económica. Esto podría
significar que, a pesar de los cambios en la estructura social, la economía no
se industrializó o modernizó al mismo ritmo.

En el Este, por otro lado, la situación era diferente. El campesinado estaba


debilitado después de la Guerra de los Treinta Años y había perdido derechos
sobre la tierra. Los ‘junkers’, o la nobleza terrateniente, tenían mucho poder y
habían consolidado formas feudales de producción. Sin embargo, a pesar de
esta estructura social feudal, comenzó una cierta modernización económica.
Esto podría significar que, aunque la estructura social seguía siendo feudal, la
economía comenzó a industrializarse o modernizarse.

Por lo tanto, la principal diferencia entre el Oeste y el Este radica en la relación


entre la modernización social y económica. En el Oeste, la modernización
social no condujo a la modernización económica, mientras que en el Este, a
pesar de la falta de modernización social, se produjo una cierta modernización
económica.
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Federico II, no fortuitamente conocido como ‘el Grande’, lideró, en el siglo XVIII,
estas transformaciones en lo económico: alentó aquellas ramas productivas
que consideraba que podían ser de utilidad al Estado, tanto con inversión
directa como con políticas arancelarias y de restricción de importaciones.

En lugar de tener una burguesía fuerte que impulsara el comercio y la industria,


este papel fue asumido por la burocracia. Esto podría haber ocurrido en
situaciones donde la burguesía estaba ausente o era débil, y la burocracia
tenía el control de los medios de producción y el comercio.
Esto podría implicar que la burocracia no solo administraba y gestionaba la
organización del territorio, sino que también tomaba decisiones económicas y
comerciales que normalmente serían tomadas por la burguesía.
Estas políticas no modificaron el orden social del Este, sino que lo reforzaron.
La casta terrateniente y militar de los junkers apoyó la estrategia modernizante
de Federico II, en la medida en que le convenía respecto de la consolidación de
su poder sobre los campesinos.

-Existía, en Alemania, una larga tradición protoindustrial.

La primera industrialización, 1780-1840

Primera fase de la industrialización en Alemania, que tuvo lugar entre 1780 y


1840. Durante este período, se produjeron una serie de cambios significativos
que sentaron las bases para el proceso de industrialización que se aceleró a
partir de la década de 1840.

En primer lugar, se eliminaron los obstáculos institucionales y legales que


impedían la modernización. Esto incluyó la abolición de las estructuras
feudales, especialmente en el oeste de Alemania, y la liberalización de la
actividad industrial. Estos cambios permitieron una mayor oferta de mano de
obra y la integración de la población campesina con el mercado.

Durante este período, Alemania también fue influenciada por los avances
industriales en Gran Bretaña y Francia. Importaron maquinaria de Inglaterra y
contrataron técnicos británicos. Además, la expansión de Francia trajo consigo
la legislación napoleónica, que favoreció el comercio y una economía menos
restringida por estructuras antiguas.

A finales de las guerras napoleónicas, se inició un proceso de crecimiento


demográfico debido al aumento de las tasas de natalidad y nupcialidad. Esto,
junto con un aumento en la superficie cultivada, permitió un aumento en la
producción agrícola.

En cuanto a la producción industrial, los sectores doméstico y metalúrgico


fueron los más importantes hasta la década de 1840 y experimentaron
modernizaciones graduales. En 1834, se estableció la unión aduanera o
Zollverein, que permitió la integración económica de la mayoría de los
territorios. Esto, junto con el desarrollo de la producción ferroviaria y la
construcción naval, impulsó a otros sectores en el curso de la industrialización.

En resumen, a lo largo de la década de 1840, se inició un proceso que permitió


hablar de una revolución industrial en curso en Alemania.

La Revolución Industrial, 1840-1870

Revolución Industrial entre 1840 y 1870, destacando los siguientes puntos


clave:

Aceleración de la Modernización: A partir de la década de 1840, la construcción


de ferrocarriles impulsó la modernización industrial, reduciendo los costos de
transporte y unificando el mercado interno. Esto, junto con otras vías de
comunicación, facilitó el transporte de carbón a larga distancia.
Industria Siderúrgica y Mecánica: La expansión de la máquina de vapor y el
desarrollo industrial llevaron al crecimiento de la industria siderúrgica y
mecánica, especialmente en Alemania, gracias a sus ricos yacimientos de
hierro y carbón.
Cuenca del Ruhr: Esta región de Renania-Westfalia se convirtió en la principal
zona productora de hierro y carbón, y en la principal región industrial de
Europa. La concentración de empresas y el desarrollo de la industria pesada
impulsaron la economía alemana.
Industria Química: A partir de 1860, la industria química ganó importancia,
apoyada por los yacimientos de sal y potasa de Sajonia prusiana y una red de
institutos técnicos que formaron químicos talentosos, innovando en la
producción de tintes y fertilizantes.
Innovaciones en la Producción de Acero: Se adoptaron nuevos métodos como
el proceso Bessemer, los hornos Siemens-Martin y el proceso Gilchrist
Thomas, que mejoraron la calidad y redujeron los costos, permitiendo el uso de
acero en la construcción de barcos y ferrocarriles.
Industrialización Madura: A partir de 1870, estos avances marcaron el
comienzo de lo que se conoce como “industrialización madura”, caracterizada
por un aumento significativo en la producción y una disminución en el costo del
acero.
Este período fue fundamental para el desarrollo económico y tecnológico,
estableciendo las bases para la moderna industria pesada y la infraestructura
global.

La industrialización madura (1870-1914)

Período significativo de transformación económica y política en Alemania entre


1873 y 1914, marcado por:

Crecimiento Económico: Alemania experimentó una expansión económica sin


precedentes, multiplicando su producto bruto interno por tres, especialmente
desde 1890. Este crecimiento fue en parte una respuesta a la depresión
económica que afectó al país entre 1873 y 1895.
Demografía y Urbanización: Hubo un notable aumento poblacional, con más de
20 millones de personas en treinta años, y un cambio en la distribución de la
población, pasando de un 60% en áreas rurales en la década de 1870 a un
60,1% en áreas urbanas a principios del siglo XX.
Industrialización: La industria pasó a representar la mitad del producto total del
país, con una tasa de crecimiento anual del 3,7%. Las industrias de bienes de
capital fueron particularmente exitosas, superando a las de bienes de consumo.
Unificación Política: En 1871, Alemania se unificó bajo el II Reich, liderado por
Otto von Bismarck. Este evento tuvo un impacto profundo en la economía
alemana y europea, consolidando a Prusia como el núcleo de un proyecto
nacional que redefinió el mapa de Europa.
Rol del Estado: El Estado jugó un papel central en la industrialización de
Alemania, una característica distintiva del proceso alemán. Esto ha generado
un debate académico sobre la “excepcionalidad” alemana y el grado en que se
debió a la acción estatal, cuestionando la idea de una “vía prusiana” o “vía
Bismarck” en la industrialización.
Este período fue crucial para el desarrollo de Alemania, estableciendo las
bases para su posición como potencia industrial y política en el siglo XX.
La vía prusiana hacia la industrialización

La sección “La vía prusiana hacia la industrialización” del documento describe


cómo el Estado jugó un papel crucial en el desarrollo industrial de Alemania en
el siglo XIX, destacando la importancia del nacionalismo y la unificación política
para el crecimiento económico y militar. Aquí hay un resumen de los puntos
clave:

Nacionalismo y Estado: El nacionalismo en Europa y el papel del Estado fueron


esenciales para el desarrollo industrial de Alemania, que llegó tarde a la
unificación política pero se fortaleció a través de su poderío industrial.
Reformas e Infraestructura: El Estado alemán impulsó reformas institucionales
y modernizó el sistema de comunicaciones, incluyendo la construcción de
ferrocarriles, lo que favoreció el intercambio regional y las exportaciones.
Proteccionismo y Exportaciones: La política arancelaria se volvió proteccionista
en los años setenta, beneficiando a las exportaciones industriales alemanas y
permitiendo a las empresas vender a precios elevados internamente y
competitivos en el exterior.
Industrialización ‘desde arriba’: La industrialización en Alemania fue dirigida por
el Estado, en contraste con el capitalismo avanzado y el liberalismo político, y
estuvo marcada por una alianza entre el gobierno, la aristocracia agraria y la
industria pesada.

La vía alemana y una respuesta al pensamiento británico

El texto aborda la particularidad del pensamiento económico alemán del siglo


XIX y su relación con el desarrollo industrial del país, contrastándolo con el
liberalismo clásico británico. Aquí tienes un resumen y explicación de los
puntos principales:

Pensamiento Económico Alemán: A diferencia de la visión liberal británica de


autores como Smith o Ricardo, el pensamiento económico alemán no veía al
Estado como un mero facilitador del individuo, sino que asignaba al Estado un
rol central en la vida económica y en el progreso de la sociedad.
Filosofía del Estado: Inspirados por las ideas hegelianas, los economistas
alemanes del siglo XIX, como Adam Müller y Georg Friedrich List, sostenían
que el Estado era un “puente” entre el presente y el futuro, y que los individuos
debían apoyarse en él, incluso a costa de parte de su autonomía.
Georg Friedrich List: List fue particularmente influyente con su enfoque de la
economía como un proceso dinámico y en etapas. Argumentaba que el Estado
debía desempeñar un papel activo en la transición de una etapa económica a
otra, equilibrando la agricultura, la manufactura y el comercio.
Proteccionismo: List defendía el uso del proteccionismo como una herramienta
necesaria en ciertas etapas del desarrollo económico. Según él, los aranceles
proteccionistas eran esenciales para las naciones que, teniendo los recursos,
aspiraban a avanzar hacia una economía más desarrollada. Esto contrastaba
con la política de libre comercio de Gran Bretaña, adecuada para su etapa de
desarrollo, pero no para Alemania.
Impacto y Legado: Las ideas de List tuvieron un gran impacto en su tiempo,
extendiéndose a Norteamérica y Francia. Sin embargo, en las últimas décadas,
su enfoque ha sido menos visible en el discurso académico y público,
posiblemente debido a la prevalencia de la ideología neoliberal que favorece
menos la intervención estatal en la economía.
En resumen, el texto sugiere que el pensamiento económico alemán del siglo
XIX, con su énfasis en el papel del Estado, ofreció una alternativa significativa
al liberalismo clásico y jugó un papel crucial en la industrialización y el
desarrollo económico de Alemania.

Respuesta de la pregunta evaluativa


“Caracterizar el contexto económico en el que tiene lugar la industrialización
alemana (segunda revolución industrial)”

La Revolución Industrial en Alemania entre 1840 y 1870 fue un período de


cambios rápidos. Durante este tiempo, la construcción de ferrocarriles ayudó a
modernizar la industria y a unificar el mercado interno. Esto hizo que el
transporte de carbón a larga distancia fuera más fácil. La industria del hierro y
del carbón creció, especialmente en Alemania, gracias a sus ricos yacimientos
de estos recursos. La región de Renania-Westfalia, conocida como la cuenca
del Ruhr, se convirtió en la principal zona productora de hierro y carbón, y en la
principal región industrial de Europa. A partir de 1860, la industria
química también comenzó a crecer, gracias a los yacimientos de sal y potasa
de Sajonia prusiana y a una red de institutos técnicos que formaron
químicos talentosos. Durante este tiempo, también hubo innovaciones en la
producción de acero, como el proceso Bessemer, los hornos Siemens-
Martin y el proceso Gilchrist Thomas. Estos mejoraron la calidad y redujeron
los costos, permitiendo el uso de acero en la construcción de barcos y
ferrocarriles. A partir de 1870, estos avances llevaron a lo que se conoce como
“industrialización madura”, que se caracteriza por un aumento en la
producción y una disminución en el costo del acero. Todo esto fue posible
gracias a la unión aduanera o Zollverein establecida en 1834, que permitió la
integración económica de la mayoría de los territorios.

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