Resumen Configuraciones
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Configuración: Comunidad.
Texto: (39) Guerra Ester. “Algunas ideas desde donde pensar la promoción
comunitaria”. 1999.
El desafío hoy es cómo definir estrategias de acción que rescaten a los sujetos
y los incluya nuevamente en prácticas de gestión y toma de decisiones en la
resolución de sus problemas.
EL PAPEL DEL GRUPO – El ser humano puede lograr un proceso de
identificación si tiene un grupo que lo contiene. Por ello al pensar sobre la intervención
profesional orientada a favorecer reacciones que lleven a la reducción de la
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vulnerabilidad social, es fundamental tener en cuenta este concepto a los efectos de
favorecer prácticas grupales y comunitarias que contribuyan a la construcción de
vínculos significativos, que surjan de relaciones recíprocas continuadas en la
búsqueda de soluciones a los problemas comunes. Es necesario, además, partir de un
análisis más global, para llegar a comprender los desvínculos y las desafiliaciones que
se están generando para vastos sectores, por supuesto en diferentes puntos de
procesos.
Resulta fundamental tomar en cuenta el papel y el significado de lo vincular
para lograr condiciones de pertenencia e identidad en aquellos grupos en procesos de
vulnerabilidad, desafiliación o exclusión a los efectos de contribuir a favorecer los
procesos de inclusión.
Desde esta perspectiva, la práctica comunitaria puede ser un proceso
significativo en un enfoque donde los sujetos puedan percibirse desde una práctica de
participación, re dimensionando y percibiéndose desde una dimensión de integración.
Considerado así el trabajo comunitario puede llegar a reducir los niveles de
vulnerabilidad social de personas y grupos en tanto permita resignificar las
modalidades vinculares a partir del ejercicio de prácticas solidarias para la búsqueda
de soluciones a los problemas comunes.
Esto supone la creación de grupos sociales y el desarrollo de la capacidad de
identificar intereses y necesidades y de demandar socialmente ante los poderes
públicos. Es la forma de promover a los sujetos contribuyendo a situarlos en el centro
de la toma de decisiones, cumpliendo un aprendizaje de su capacidad de autogestión
y de negociación, que lo ayude a internalizar vínculos de pertenencia a un ser nacional
con derechos, y por lo tanto exigencias frente a la sociedad y al Estado. Pero por otro
lado, asumir responsabilidades en su proceso y en el del colectivo.
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participación exige la existencia de grupos con capacidad política de incidencia real en
las decisiones sociales e institucionales.
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Texto: (30) Barreiro. ¿Comunidad como unidad? Rupturas y continuidades en el
concepto de comunidad. 2000.
Surgía una pregunta inicial: ¿qué elementos forman parte constitutiva de una
comunidad? Dentro del concepto comúnmente utilizado por los trabajadores sociales
visualizamos una tendencia a caer en la tentación de la simplificación epistemológica
de reproducir una definición, que en el marco de transformaciones actuales se vincula
a una interpretación descontextualizada y a-histórica.
Citamos aquí una definición de comunidad entre tantas existentes, a modo de
ejemplo, cuyos elementos constitutivos nos sirven de “trampolín conceptual”, ya que
los mismos gozan de cierto nivel de consenso en la formación de grado.
Extraída del Manual de Animadores Comunitarios, del Programa de
Fortalecimiento de la Sociedad Civil (Presidencia de la Nación – Secretaría de
Desarrollo Social – 1998), podemos entender la comunidad como: “ El conjunto de
personas, que viven en un lugar determinado que podemos ubicar en un mapa, esta
población tiene cosas en común, una historia, conocimientos, tradiciones, costumbres,
intereses, pertenencia y tiene instituciones propias (clubes, sociedades de fomento) y
grupos más pequeños como la familia. Los miembros de una comunidad tienen entre
si relaciones distintas a las que tienen con otras personas ajenas a la comunidad. Al
mismo tiempo forman parte de una sociedad mayor (región, provincia, país), con las
que también mantienen relaciones”.
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Hoy el territorio encierra otras lógicas, fracturas y heterogeneidades que
determinan conflictos y confrontaciones en su interior, ejemplificaciones de estos
procesos se visualizan, por ejemplo en liderazgos políticos de perfil clientelar.
La participación suele reducirse a reacciones de demanda ante ciertos hechos
conflictivos y está más motivada por la existencia de una oferta concreta que por la
conciencia de un derecho que debe ser atendido por el poder público, potenciando un
contexto de desmovilización donde los dirigentes realizan gestiones personalizadas.
Se potencia también, la violencia horizontal entre bandas o entre grupos
migrantes de diferentes orígenes, etc. Las tradiciones e historia común, elemento, en
otrora, homogeneizador de la comunidad en estudio, aparece actualmente
transformada en el visible quiebre de lazos solidarios, deterioro de la red social de
contención, transformación de los códigos internos, traslado al interior del barrio de
situaciones de confrontación vecinal, el par como diferente y opuesto, vecinos que
perciben a sus compañeros de cuadra como un peligro.
La crisis económica, la necesidad de combatir la amenaza de pérdida del
patrimonio y seguridad física por acciones delictivas dentro del marco de vecindad,
son dos factores que favorecen el aislamiento y alteran el alcance y extensión de las
redes informales de ayuda mutua. *Estas estrategias son una precaria herramienta de
actuación frente al riesgo y queda reducido al plano coyuntural y socio-afectivo de
quienes conformas dichas redes (Clemente, 1995), en el ámbito de lo micro y
particularizadas en las dinámicas familiares o de pequeños grupos.
En el plano familiar la tendencia dominante es a ejercer múltiples y
fragmentadas estrategias de tipo individual y un rasgo permanente de las estrategias
familiares es el “aislamiento “en el que se desarrollan. Se confía en el esfuerzo
individual para resolver problemas de conjunto.
En este marco, el trabajo social lo encontramos vinculado al abordaje de la
emergencia, visualizándose el trabajo institucional como contradictorio y excluyente de
la posibilidad de desarrollar trabajo comunitario.
Algunas intervenciones de las instituciones que más operan en los barrios son
de desarrollo de acciones desarticuladas, los resultados son de reducida asignación
presupuestaria, lugar marginal, improvisación, funcionamiento asistencialista, su rol se
limita, básicamente a atender los emergentes, se trabaja con diagnósticos imprecisos.
Coincidimos con Rozas al afirmar que "la comunidad debe ser analizada como
proceso singular y particular de la reproducción de los grandes problemas a nivel
societal". (Rozas, 1995: 12)
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Las comunidades como totalidades complejas pueden ser explicadas sólo
desde una doble dinámica: la de su propio desarrollo histórico y la que emerge de su
interacción con otras totalidades del sistema social. Así, los grandes problemas a nivel
societal no se presentan a modo de reflejo automático en las comunidades, sino que
se procesan y expresan particularmente de acuerdo a esta doble dinámica. Sin
embargo, al enunciar los fenómenos macrosociales (globalización, nueva cuestión
social) que caracterizan el presente, encontramos que hay repercusiones comunes,
claramente identificables en la vida de las comunidades.
Coincidimos con García Canclini en cuanto a que "la globalización no es un
simple proceso de homogeneización, sino de reordenamiento de las diferencias y
desigualdades sin suprimirlas" (1995: 13). Se descalifican o niegan las identidades
naciones y locales, y se apela al "ciudadano global". Trasformaciones en algunos
campos de la tecnología, como el de las comunicaciones contribuyen a afirmar esta
imagen, que oculta asimismo las desigualdades efectivas en términos de capacidad de
apropiación de los bienes materiales y simbólicos que circulan en el "mercado
mundial".
Las cuatro estrategias concretas de la política social neoliberal son recorte del
gasto social; privatización; focalización del gasto social público en programas
selectivos contra la pobreza; y descentralización.
La pérdida del soporte salarial como forma de inclusión social, y la redefinición
del rol del Estado, imbricadas en el discurso que legitima ambas cuestiones a partir de
su naturalización, es decir del planteo de la inevitabilidad de la aceptación del
neoliberalismo como patrón de organización social, podría ser un atrevido resumen de
las características centrales de lo que se ha dado en llamar nueva cuestión social. Tal
como plantea Castel, el futuro aparece con el sello de lo aleatorio: desempleo masivo,
precarización laboral, inadecuación de los sistemas de protección social y
multiplicación de supernumerarios.
*Desde estas condiciones materiales de vida, se inicia al interior de los sujetos
y de sus relaciones más próximas -como son las comunidades- un deterioro de
aspectos que tienen que ver con la identidad, sentimiento de vacío, de
desconocimiento.
Se abre desde aquí un abanico de vulnerabilidad: crisis de agresividad hacia
afuera, ataques a quienes lo rodean, somatizaciones hacia adentro, refugio en
adicciones, sobreadaptación, trasmutación de los efectos de la cuestión social a
enfermedades (debido al deterioro en el nivel de vida y el padecimiento de stress),
porque "las personas ya no están sólo privadas de trabajo, sino también aisladas
socialmente; no sólo desprovistas de recursos, sino desconectadas de las redes
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relacionales de ayuda mutua" (Castell, 1995). *El trabajo es no sólo el reaseguro
económico y de protección social -sanitaria, previsional- sino que es también la vía de
referenciación social y de realización humana.
*Así, los sujetos desempleados se encuentran debilitados en su identidad,
avasallados en su esperanza de poder volver a ser, en el sentido de la existencia
social, familiar, comunitaria. Pero no es menos compleja la situación de quienes,
estando empleados desarrollan su existencia en la amenaza permanente de dejar de
estarlo; o bien en condiciones de flexibilización laboral, que divulgada como el antídoto
de la desocupación, se materializa en la herramienta de explotación.
*Se desfavorecen intentos de interacción con grupos de referencia, agudizando
procesos facilitadores de individualismo y competencia. "Si la ley del mercado opera
como institución fundamental, reguladora de los intercambios entre los seres
humanos, la competitividad excluyente se instala como máximo valor social" (Quiroga,
1997: 32).
Se marca así con claridad un divorcio entre el orden político -consolidación formal de
derechos- y el orden económico -multiplicación de mecanismos de exclusión.
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Otro de las supuestos del modelo desarrollista es que se obtienen resultados
positivos en la medida en que se establece una asociación entre la comunidad local y
el gobierno, donde los recursos financieros y técnicos corrían por parte del estado y la
comunidad ofrecía su energía y su recurso humano. Actualmente una de las
estrategias que proponen los lineamientos de los organismos financieros
internacionales, es la política de alianzas para la ejecución de programas, o lo que se
denomina el modelo asociado de gestión; donde los diferentes actores sociales, es
decir el Estado, las ONG, y la comunidad a través de sus organizaciones, participan al
menos en la ejecución de programas; y en algunos casos en el diseño y evaluación de
los mismos.
Dentro de esta línea de continuidad cabe preguntarnos cuál es el lugar que
ocupan y la función de cada uno de estos actores (organismos financiadores,
gobiernos, ONG y comunidad); y la correlación de fuerzas que entre ellos existe, ya
que del mismo modo que en el modelo desarrollista, las organizaciones de la
comunidad corren el peligro de quedar sujetas a las decisiones de quienes aportan los
recursos económicos y técnicos.
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*El sujeto de nuestra práctica es un sujeto que tiende a constituirse en
productor de lo colectivo, y por ello la dimensión comunitaria es constitutiva y
constituyente de su identidad.
Necesitamos problematizar lo que el pasado nos ha dejado y que el presente
reactualiza.
Configuración social: Movimientos Sociales.
Texto: (43) HOUTART. LOS MOVIMIENTOS SOCIALES Y LA CONSTRUCCIÓN DE
UN NUEVO SUJETO HISTÓRICO. 2006.
El pacto del Nuevo Sujeto Histórico, podemos situar este proceso al final de los
años ochenta, veinticinco años después del Consenso de Washington y diez años
después de la caída del muro de Berlín. Un tal paso fue preparado por varias
iniciativas: el PPXXI (People’s Power twenty one) en Asia; el encuentro “intergaláctico”
de los zapatistas en Chiapas; el Otro Davos, que reunió al principio de 1999 varios
movimientos sociales de cuatro continentes en Zurich y en Davos, la misma semana
que el Foro Económico Mundial.
Todo eso desembocó, por una parte, en la cadena de protestas sistemáticas
contra los centros de poder global: Organización Mundial de Comercio (OMC), Banco
Mundial, Fondo Monetario Internacional (FMI), Grupo de los Ocho (G8), Cumbre
Europea, Cumbre de las Américas y, por otra parte, en los Foros Sociales mundiales,
continentales, nacionales y temáticos, lugares de convergencia de movimientos y
organizaciones luchando contra el neoliberalismo. Los movimientos sociales
desempeñaron un papel central en este proceso.
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Es evidente que la historia de la clase obrera como sujeto histórico no fue
lineal. Hubo el paso de movimiento a partido político y del plan nacional al plan
internacional, y asimismo éxitos y fracasos, victorias y recuperaciones.
Hoy día, el sujeto social se amplifica. El capitalismo realiza un nuevo salto. Las
nuevas tecnologías extienden la base material de su reproducción: la informática y la
comunicación, que le dan una dimensión realmente global.
La fase neoliberal del desarrollo del capitalismo, se tradujo en una doble
ofensiva: contra el trabajo (disminución del salario real, desregulación, deslocalización)
y contra el Estado (privatizaciones).
El resultado es que ahora todos los grupos humanos sin excepción están
sometidos a la ley del valor, no solamente la clase obrera asalariada, sino los pueblos
autóctonos, las mujeres, los sectores informales, los pequeños campesinos, bajo otros
mecanismos, financieros (precio de las materias primas o de los productos agrícolas,
servicio de la deuda externa, paraísos fiscales, etc.) o jurídicos (las normas del FMI,
del Banco Mundial de la OMC).
El carácter destructor del capitalismo toma el paso sobre su carácter creador
(de bienes y servicios). Destruye las dos fuentes de su riqueza: la naturaleza y los
seres humanos. Destrucción ambiental y mercantilización de las relaciones sociales
(salud, educación, deporte, cultura).
El capitalismo globalizado tiene sus instituciones: la OMC, el Banco Mundial, el
FMI, los bancos regionales, y también sus aparatos ideológicos: medios de
comunicación social, cada vez más concentrados en pocas manos. Finalmente, goza
del poder de un imperio, los EE. UU. El dólar de este país es la moneda internacional.
Por todas estas razones, el nuevo sujeto histórico se extiende al conjunto de los
grupos sociales sometidos, tanto los de la sumisión real (representados por los
denominados “antiguos movimientos sociales”) como los de la sumisión formal
(“nuevos movimientos sociales”).
*El nuevo sujeto histórico a construir será popular y plural, vale decir, constituido por
una multiplicidad de actores y no por la “multitud“(concepto desmovilizador). La clase
obrera conservará un papel importante, pero compartido. Este sujeto será
democrático, no únicamente por su meta, sino por el proceso mismo de su
construcción. Él será multipolar, en los varios continentes y en las diversas regiones
del mundo. Se tratará de un sujeto en el sentido pleno de la palabra, incluyendo la
subjetividad redescubierta, abarcando todos los seres humanos, constituyendo la
humanidad como sujeto real.
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*Los movimientos sociales son el fruto de contradicciones, hoy día globalizadas. Para
ser verdaderos actores colectivos suponen, según Alain Touraine, un carácter de
historicidad (situarse en el tiempo), una visión de la totalidad del campo dentro del cual
se inscriben, una definición clara del adversario y una organización. Son más que una
simple revuelta, más que un grupo de intereses, más que una iniciativa autónoma del
Estado (organización no gubernamental).
*Los movimientos nacen de la percepción de objetivos como metas de acción, pero
para existir en el tiempo necesitan un proceso de institucionalización. Se crean roles
indispensables para su reproducción social.
Para que los movimientos sociales estén en posición de construir el nuevo
sujeto social, hay dos condiciones preliminares. En primer lugar, tener la capacidad de
una crítica interna con el fin de institucionalizar los cambios y asegurar una referencia
permanente a los objetivos. En segundo lugar, captar los desafíos de la globalización
al campo de cada movimiento: obrero, campesino, de mujeres, populares, de pueblos
autóctonos, de juventud, en breve, de todos los que son las víctimas del
neoliberalismo globalizado.
Pero existen además otras exigencias. Los movimientos sociales que se
definen como la sociedad civil tienen que precisar que se trata de la sociedad civil de
abajo (a diferencia de la de arriba), recuperando de esta forma el concepto de Antonio
Gramsci que la considera como el lugar de las luchas sociales.
Otra exigencia para construir el nuevo sujeto histórico es trazar el vínculo con
un campo político renovado.
Luego, los movimientos sociales deben contribuir a la renovación del campo
político. La pérdida de credibilidad de los partidos políticos es una realidad mundial y
es urgente hallar la manera de realizar una reconstrucción del campo.
Finalmente, será muy importante para las convergencias de los movimientos sociales
encontrar el modo de aglutinar las numerosas iniciativas populares locales que no se
transforman en movimientos organizados.
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El segundo elemento que contribuye a la construcción de una conciencia
colectiva es la ética. No se trata de una serie de normas elaboradas en abstracto, sino
de una construcción constante por el conjunto de los actores sociales en referencia a
la dignidad humana y al bien de todos. La perspectiva ética tendrá que ser elaborada
por el conjunto de las tradiciones culturales: ese es el concepto real de los derechos
humanos. La ética en este sentido no es una imposición dogmática, es una obra
colectiva que haya sus referencias en la defensa de la humanidad.
Después de la elaboración de una conciencia colectiva, el segundo paso
necesario es la movilización de los actores plurales, populares, democráticos y
multipolares. Aquí nos encontramos con el aspecto subjetivo de la acción. Los actores
humanos son seres completos y no actúan solamente en función de la racionalidad de
las lógicas sociales. El compromiso es un acto social caracterizado por un elemento
afectivo fuerte y aun central. De ahí la importancia de la cultura como conjunto de las
representaciones de la realidad y también de los innumerables canales de su difusión:
el arte, la música, el teatro, la poesía, la literatura, la danza. La cultura es una meta,
pero de igual modo un medio de emancipación humana.
El tercer elemento está constituido por las estrategias para lograr los tres
niveles de alternativas. El primero es la utopía, en el sentido de lo que no existe hoy
pero que puede ser realidad mañana, vale decir una utopía no ilusoria, sino necesaria.
La utopía también es una construcción colectiva y permanente. Necesita para su
cumplimiento una acción a largo plazo: cambiar un modo de producción no se hace
con una revolución política. El capitalismo tomó cuatro siglos para construir las bases
materiales de su reproducción: la división del trabajo y la industrialización. Cambios
culturales, que son parte esencial del proceso, poseen un ritmo distinto al de las
transformaciones políticas y económicas.
Los otros dos niveles, el medio y el corto plazo, dependen de las coyunturas,
sin embargo deben ser el objeto de estrategias concertadas y realizadas en
convergencia, entre actores sociales diversos.
Con todo, no es la simple suma de alternativas en los sectores económicos,
sociales, culturales, ecológicos, políticos la que permitirá a un sujeto histórico nuevo
salir adelante. Se necesita una coherencia. Esta última será igualmente obra colectiva
y no el resultado de un monopolio del saber y el conocimiento por una vanguardia
depositaria de la verdad.
Será un proceso constante y no un dogma.
Finalmente, dentro de la perspectiva general se necesitan victorias parciales
aunque significativas. Mantener la acción, entretener la motivación, exige resultados.
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No se trata de cualquier logro, sino de los que movilizan varios actores sociales en una
acción común, sobre objetivos relacionados con una visión de conjunto y de dimensión
global.
Hay muchos ejemplos que demuestran que ya está trazado el camino para
pasar de la creación de una conciencia colectiva a la construcción de actores
colectivos, y que todo eso anuncia el amanecer del sujeto histórico nuevo.
Texto: (55) Seoane. “Los desafíos de las alternativas en américa latina hoy:
movimientos populares y gobernabilidad neoliberal”. 2008.
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proceso, desde el año 2000 se despliega en la región un período que debe ser
considerado como de crisis de legitimidad del modelo neoliberal.
Su expresión más profunda tendrá lugar bajo la forma de los levantamientos
urbanos y las manifestaciones nacionales que conllevarán la renuncia de seis
presidentes latinoamericanos entre los años 2000 y 2005. Pérdida de legitimidad del
neoliberalismo que habrá de reflejarse también en la aparición de mayorías electorales
críticas a estas políticas en la mayoría de los países del continente. A la par de la
fuerza conquistada por los movimientos sociales, habrá de jugar un papel significativo
también el impacto de la crisis económica regional que se descargó sobre la región
desde fines de 1998 y cuyas consecuencias redundarán en una ampliación a nuevos
sectores sociales y profundización del descontento respecto de las recetas
económicas y los modelos políticos aplicados durante los ´90.
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cristalizado en lo que dio en llamarse la democracia participativa o de protagonismo
popular- y también en la emergencia de una “democracia callejera” con su expresión
en el surgimiento de contrapoderes territoriales, lábiles espacios de soberanía popular
que fueron nominados por el pensamiento social en términos de poder popular,
contrapoderes o antipoder.
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En este sentido, uno de los desafíos que enfrentan los movimientos populares en los
últimos años es que el espacio de la calle, de la movilización, de aquello que fuera, se
transforma en un terreno disputado también por los sectores dominantes que
promueven toda una serie de estrategias tendientes a ganar una capacidad propia de
ocupación y manifestación en el espacio público.
Intentaremos presentar aspectos centrales de los que entendemos son los principales
desafíos que afrontan hoy los movimientos sociales de origen popular de nuestra
región en su cuestionamiento a la gobernanza neoliberal.
- Por un lado y en primer lugar, debemos considerar el hecho de que estamos
en presencia de una ofensiva del núcleo duro de los neoconservadores del actual
gobierno de EE.UU. que aspiran a avanzar cuanto se pueda con su agenda
internacional ante la posible derrota electoral del partido republicano.
Ello ha exasperado los procesos de militarización social, intervención y
desestabilización de los gobiernos populares o donde hay en curso procesos de
transformación social.
- Por otro lado y en segundo lugar, debemos tener en cuenta y seguir con
detenimiento la evolución e impacto de la crisis económica que surgida del desplome
de la burbuja especulativa de los créditos inmobiliarios en Estados Unidos se expande
hoy a Europa y a nivel internacional. Por otra parte, la profundidad de la crisis, que
recién comienza a hacerse sentir, quiere ser utilizada por los sectores de poder a nivel
internacional y local como una nueva palanca para motorizar sus propios intereses,
conseguir la aceptación de la profundización del recetario neoliberal y volcar sus
consecuencias sobre los sectores subalternos. La inestabilidad económica traducida
en su capacidad de afectación sobre los sectores populares puede ser utilizada para
consolidar el modelo neoliberal y debilitar los procesos de transformación social.
Texto: (45) Elizabeth Jelin – “Pan y Afectos. La transformación de las familias”. 1998.
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nace la concepción de “amor romántico” donde la elección de una pareja se basa en la
elección personal guiada por el amor.
La liberación de las mujeres llevo a que estas puedan no solo acceder a un
trabajo fuera de sus hogares, sino también a una educación superior, lo que les
permite obtener una autonomía económica la cual es fundamental para romper este
vínculo de dependencia con sus parejas.
Me parece relevante destacar la importancia que la autora le da al concepto de
Democratización al interior de la organización familiar y el cual implica un entorno de
intimidad y convivencia planteado desde el respeto y el reconocimiento de sus
miembros como “sujetos de derechos”, sin estar subordinados a un poder arbitrario y
violento. La democratización implica cambios fundamentales en las relaciones de
autoridad y control ancladas en la distinción de generación y género.
La separación entre sexualidad y procreación, que lleva a una diversidad de
formas de expresión de la sexualidad fuera del contexto familiar y a
trasformaciones en los patrones de formación de familias.
Las modificaciones socio-culturales que se desarrollaron en los últimos años
promovieron por ejemplo la posibilidad de una paternidad más reducida, más selectiva
y asumida con mayor responsabilidad a través de la posibilidad de elección entre los
diversos métodos anticonceptivos. A su vez la decisión de casarse y tener hijos es una
de tantas opciones posibles para un proyecto de vida.
La sociedad actual está integrada por parejas con uniones convivenciales, por
hogares extensos o familias ampliadas, por familias ensambladas o los hogares
unipersonales.
Los cambios en los modos de reproducción gracias al avance de las
tecnologías reproductivas, producen un proceso de disociación de la reproducción
biológica de la especie y las prácticas sexuales de los sujetos. El derecho de la mujer
a poder acceder a una educación superior y desarrollar una carrera laboral lleva a una
postergación de la maternidad.
Para concluir me parece relevante destacar que familia no implica
exclusivamente un parentesco, sino más bien relaciones vinculares donde el afecto
constituye la cercanía, la intimidad y los proyectos compartidos. Queda más que
demostrado que las familias (y las distintas concepciones que se tiene de las mismas)
están cambiando, resulta necesario, entonces, pensar en las intervenciones públicas
hacia las familias desde otra perspectiva, que promueva la democracia y la igualdad,
es necesario incorporar la equidad entre géneros como uno de los criterios rectores de
políticas públicas.
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Configuración Social: Nuevos Pobres.
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que adopten ese estilo, lo cual impide la caracterización de un estilo único y
armonioso.
Sin embargo, no todos se empobrecieron de la misma manera, ya que la caída
adopta diferentes ritmos y velocidades. Aquí podemos distinguir 2 formas: por un lado,
la CAIDA ABRUPTA, donde “se percibe una extrema inequidad entre error y sanción,
entre lo que se apostó y se perdió” (Kessler y Minujin, 1995, p.57). Por otro lado, la
CAIDA ESCALONADA, ésta puede deberse a distintas causas de empobrecimiento,
ya que el escalonamiento se vincula con vaivenes de la situación socioeconómica
nacional que constituyeron fuertes golpes.
Las pérdidas fueron sucediendo de a poco a lo largo de casi una década. La
crisis perjudica primero a aquellos que ocupan las posiciones más vulnerables en el
mundo del trabajo. En esta situación la ausencia del Estado juega un papel definitorio
en la realidad de muchos argentinos, ya que al no tener el apoyo de éste, una
diversidad de recursos del capital económico ya esfumado se transformará en las
herramientas principales de los individuos una vez en la pobreza. A pesar de esta
ausencia, los nuevos pobres contaban con recursos alternativos que provenían del
capital cultural y del capital social acumulado en el pasado. Así por ejemplo,
pertenecer a una familia con profesionales de la salud o poseer amigos con locales de
ropa que les faciliten el pago (ya sea en cuotas o al costo) les permitiría obtener
respuestas específicas y predeterminadas ante ciertas necesidades. A partir de esto y
de cómo cada uno imagine el futuro, el rebusque y la necesidad de rebuscársela
forman parte del modo de vivir, y de cómo cada uno de ellos diseñe distintas
estrategias para superar la situación actual, tanto para inventar maneras de ahorrar
como para ganar dinero. Como pueden, los empobrecidos van analizando su situación
e introducen cambios para adaptarse a esta nueva realidad.
Siguiendo con más rupturas que se fueron dando, hablamos también de que
muchos son expulsados de sus puestos y pasan a lo que se denomina
“cuentapropismo”, donde no existe ningún tipo de estabilidad y beneficios sociales. A
muchos les es difícil acostumbrarse a que alguien los mande si antes de dicha crisis
fueron jefes o patrones.
En diversos casos el ingreso de la mujer que antes era secundario, se
transforma en el principal ante la pérdida del ingreso del marido. Sin embargo no todas
las mujeres pueden salir a trabajar así como así; por un lado, porque son grandes y
nunca antes han trabajado, entonces deciden hacer por encargo trabajos de costura o
de otro tipo ya que cuentan con máquinas de coser en el hogar. Por otro lado, aparte
de preferir hacer algo dentro de la casa, es muy difícil conseguir trabajo afuera y
además no quieren dejar los hogares y los hijos solos todo el día.
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Por su parte, a los jóvenes de escasa calificación les cuesta encontrar trabajos
fijos, por ende solo consiguen changas o contratos temporarios donde se paga poco y
no tienen una estabilidad asegurada o prolongada.
Es por ello que cuando el ingreso de otro miembro de la familia al mundo del
trabajo es imposible o no alcanza, la opción que queda es aumentar la carga laboral
de los que ya están insertos en el mercado, por medio de changas, horas extras, etc.
A la par de una nueva pobreza cada vez más anónima y privada, que no
escandaliza ni conmueve a nadie, que está ausente de todo debate, que es invisible
para los medios de comunicación, y que aunque esta situación de empobrecimiento es
compartida por muchas familias, en el país, no surge una organización colectiva,
solidaria, de ayuda. Aquí la familia es vista como una fortaleza, un refugio frente a un
Estado, que como se dijo anteriormente, se encuentra ausente. Además, se observa
un fortalecimiento en relaciones de amistades, vecinos. Asimismo, por desilusión hubo
alejamientos.
Mencionadas anteriormente las rupturas, se destacan a su vez continuidades.
Tales como estrategias productivas y ocupacionales entre las que se pueden situar a
las microempresas o microemprendiemientos. A la misma vez que el rebusque sigue
formando parte del modo de vivir de muchos argentinos donde varios trabajan horas
extras o realizan changas a modo de aportar más ingresos.
Otra continuidad, es que actualmente reiteradas veces estos sujetos son
víctimas de la discriminación -la exclusión- la soledad- el aislamiento, ya que el hecho
de su condición económica los condena como "ladrones" y/o no les permiten ingresar
al mundo del trabajo.
Además, son varios los que no pueden cubrir las necesidades incluidas en
la canasta básica de alimentos. Asimismo tampoco pueden acceder a una canasta
básica de bienes y servicios: rubros como los servicios públicos, la salud, la
educación, la vivienda o la vestimenta.
Concluyendo, los argentinos creían que lo que estaban viviendo no era más
que una crisis de esas que habían afrontado en el pasado y donde la pobreza donde
no entraba en los cálculos de éstos. El empobrecimiento fue un proceso referido al
endeudamiento, la pérdida de derechos sociales y la falta de la intervención estatal a
los sectores más vulnerables.
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Textos: • PAROLA, Ruth Noemí. Boletín Surá Nº 59. Acción Colectiva e intervención
profesional. Consideraciones teóricas metodológicas a propósito del Trabajo Social
Comunitario. Costa Rica. U.C.R. 2001.
• TILLY, Charles.” Acción Colectiva”. Apuntes Investigaciónn Año IV – N° 6 –
Noviembre de 2000. Págs 9 a 32.
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“mantenerse al margen” mientras otros realizan el trabajo crucial y absorben los costos
de los riesgos.
A continuación se desarrollarán las rupturas y continuidades que se dan en el
contexto de la llamada acción colectiva.
Una de las primeras rupturas que pude visualizar, es la globalización
económica y tecnológica que ha provocado una mayor expansión de las
relaciones sociales, económicas y políticas, pero también ha traído aparejada
una mayor interdependencia de las sociedades que debido al aumento de los
flujos financieros y comunicacionales ha facilitado la hegemonía del capital
financiero. Este fenómeno se vincula con la crisis del Estado-Nación por la
pérdida de la soberanía, autonomía y decisión, el Estado ya no puede regular
tan fácilmente al capital, por ende hay una exaltación del mercado y de la
desregulación. Como continuidad a esto, vemos que actualmente el mercado
sigue teniendo un papel principal, dejando al Estado con menos soberanía,
autonomía y decisión.
Con relación a lo anterior, otra ruptura es que la institucionalización de las
políticas sociales y de la acción social ha adquirido nuevas formas:
privatizaciones, centralización y focalización, lo que ha llevado a que el Estado
establezca nuevas y más complejas relaciones con la sociedad.
Se ha producido una precarización de las clases medias, esto es una señal de
ruptura de la igualdad de oportunidades, significa que el principio de movilidad
social ascendente ya no está funcionando en la economía, y que por el
contrario, lo que se percibe es una movilidad descendente. Surge así el
fenómeno de exclusión y desafiliación. La exclusión como imposibilidad del
sujeto de participar colectivamente en los procesos sociales: el del trabajo, el
de la cultura, entre otros. Y la desafiliación hace referencia al
resquebrajamiento de la pertenencia a lo social o a un colectivo.
Existe otra ruptura, en cuanto la pobreza tiene otros rostros, Roberts Castel
plantea que, pobreza hubo siempre, pero el problema es que ahora hay
diferencias al interior de los pobres y se da una ruptura de la contención
colectiva. Antes la pobreza era más homogénea, ahora la regulación colectiva
se va debilitando, heterogeniza el fenómeno. En consecuencia, el
recrudecimiento de la desigualdad es un fenómeno que cada vez observamos
más en nuestra sociedad. Esto como continuidad, ya que también se sigue
viendo actualmente.
El texto de Tilly, a diferencia del de Parola, se contextualiza en Europa,
desarrolla que durante gran parte de la historia de Europa, la mayoría de los
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europeos llevaron a cabo actividades riesgosas, tales como la procreación, la
cohabitación, el intercambio comercial de larga distancia y la persecución de
una vida en el más allá por medio de instituciones y practicas centradas en
incentivos solidarios. Los grupos de parentesco, las redes vecinales y las
congregaciones religiosas tuvieron gran importancia dentro de estas
instituciones y prácticas, pero también la tuvieron organizaciones más
especializadas como los pabellones y las sociedades de ayuda mutua. Como
ruptura cabe señalar, el cambio de la historia, europea, es decir, el pasaje de
estas estructuras ligadas por solidaridad hacia los gobiernos, las empresas, los
sindicatos, asociaciones especializadas y otras organizaciones que enfatizan
las recompensas materiales y coerción de gran riesgo, de involucramiento
emotivo y actividades a largo plazo.
De organizarse para realizar acciones colectivas en grupos con estructura
solidaria, pasaron a instituciones como el gobierno o los sindicatos, destacar
esto además como una continuidad, ya que hasta el día de hoy seguimos en
presencia de estas organizaciones.
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dedicadas a la promoción de causas. También crearon nombres
identificatorios, banderas, carteles y eslóganes, tal como se sigue viendo
actualmente.
Hablando en términos generales, también puedo marcar como continuidad que
los regímenes democráticos toleraban un rango más amplio de tipos de acción
colectiva, los regímenes no democráticos, trazaron líneas más precisas entre
las actividades promovidas y todas las otras (gritar eslóganes anti-régimen en
actos oficiales), o adoptar medios prohibidos.
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