Resumen Configuraciones

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 25

Tema: Nuevas configuraciones sociales. Viejos y nuevos escenarios profesionales.

Configuración: Comunidad.

Texto: (39) Guerra Ester. “Algunas ideas desde donde pensar la promoción
comunitaria”. 1999.

La selección que hemos hecho intenta pensar el tema desde la perspectiva de


los intereses de los sectores más vulnerables de la sociedad uruguaya.

CÓMO VEMOS A LOS SUJETOS (LA CUESTION SOCIAL). DE LAS


NECESIDADES A LOS DERECHOS.
Los sujetos al momento de visualizar sus necesidades y formas de satisfacción
definen una estrategia que está relacionada con un contexto social y cultural.
Entendemos que el tema debe ser tratado desde la perspectiva de los derechos
humanos, analizando esas necesidades humanas, cómo se elaboran y se administran
como derechos, por el sujeto, por la sociedad civil, por el Estado.
En esta década que estamos finalizando se están profundizando modelos de
"pobrezas" que debemos reconocer a los efectos de poder pensar una intervención
frente al sujeto en forma individual y con sus integraciones grupales y comunitarias.
Las condiciones de pobreza en que están sumergidos generan procesos de exclusión
de los ejes productivos, de la integración social y de acceso a las oportunidades.
La flexibilización y la precarización del trabajo, los contratos de trabajo por
tiempo determinado, están llevando a profundos cambios en la construcción de los
procesos de socialización y en la construcción de las diferentes pertenencias e
identidades de los sujetos y grupos familiares, y en la medida en que estamos
inmersos en estos cambios, no hemos podido medir las dimensiones de las fracturas
del tejido social. Empezamos a crear nuevas categorías, hay nuevos y viejos pobres,
comportamientos diferentes y posturas diferentes frente a la integración.
Nos encontramos con poblaciones deprimidas económicamente, con pérdida
en la integración social, aumento de la vulnerabilidad en un proceso progresivo hacia
la exclusión y la desafiliación.

El desafío hoy es cómo definir estrategias de acción que rescaten a los sujetos
y los incluya nuevamente en prácticas de gestión y toma de decisiones en la
resolución de sus problemas.
EL PAPEL DEL GRUPO – El ser humano puede lograr un proceso de
identificación si tiene un grupo que lo contiene. Por ello al pensar sobre la intervención
profesional orientada a favorecer reacciones que lleven a la reducción de la

1
vulnerabilidad social, es fundamental tener en cuenta este concepto a los efectos de
favorecer prácticas grupales y comunitarias que contribuyan a la construcción de
vínculos significativos, que surjan de relaciones recíprocas continuadas en la
búsqueda de soluciones a los problemas comunes. Es necesario, además, partir de un
análisis más global, para llegar a comprender los desvínculos y las desafiliaciones que
se están generando para vastos sectores, por supuesto en diferentes puntos de
procesos.
Resulta fundamental tomar en cuenta el papel y el significado de lo vincular
para lograr condiciones de pertenencia e identidad en aquellos grupos en procesos de
vulnerabilidad, desafiliación o exclusión a los efectos de contribuir a favorecer los
procesos de inclusión.
Desde esta perspectiva, la práctica comunitaria puede ser un proceso
significativo en un enfoque donde los sujetos puedan percibirse desde una práctica de
participación, re dimensionando y percibiéndose desde una dimensión de integración.
Considerado así el trabajo comunitario puede llegar a reducir los niveles de
vulnerabilidad social de personas y grupos en tanto permita resignificar las
modalidades vinculares a partir del ejercicio de prácticas solidarias para la búsqueda
de soluciones a los problemas comunes.
Esto supone la creación de grupos sociales y el desarrollo de la capacidad de
identificar intereses y necesidades y de demandar socialmente ante los poderes
públicos. Es la forma de promover a los sujetos contribuyendo a situarlos en el centro
de la toma de decisiones, cumpliendo un aprendizaje de su capacidad de autogestión
y de negociación, que lo ayude a internalizar vínculos de pertenencia a un ser nacional
con derechos, y por lo tanto exigencias frente a la sociedad y al Estado. Pero por otro
lado, asumir responsabilidades en su proceso y en el del colectivo.

De esta manera ya tenemos dos aspectos fundamentales que le dan dirección


a la promoción comunitaria, establecer vínculos significativos y la construcción del ser
ciudadano. La tercera es el desarrollo de un aprendizaje, que permita resignificar lo
obvio de la vida cotidiana. Generar de esta manera procesos de crecimiento en el
conocimiento de los factores más generales que en el momento actual dan cuenta de
los problemas de la vida cotidiana. El cuarto aspecto, el papel de la participación real,
entendiendo por tal la posibilidad de incidir en las decisiones que afectan a la vida
cotidiana de una población a nivel institucional o de la sociedad global. Tendría como
objetivo desarrollar la capacidad grupal de lograr los objetivos específicos, lo que
implica trabajar la conciencia de sus necesidades, organización con otros para
lograrlos, y formas de negociación frente a los poderes públicos. Esta noción de

2
participación exige la existencia de grupos con capacidad política de incidencia real en
las decisiones sociales e institucionales.

¿QUÉ ES UNA COMUNIDAD? Podemos decir que es un "grupo territorial de personas


con relaciones recíprocas que se sirven de medios comunes para lograr fines
comunes. Es una unidad social cuyos miembros participan de algún rasgo o elemento,
interés, o función común, con, conciencia de pertenencia y sentido de solidaridad y
significación, situados dentro de una determinada área geográfica en la cual la
pluralidad de personas interaccionan más intensamente entre sí que en otro contexto".
Hay tres aspectos a tomar en cuenta:
-El papel del espacio: Es fundamental para poder percibirse como grupo, con
organización y actividades propias en donde lo territorial es un aspecto importante.
-El papel del tiempo: Este permite una visualización del grupo en la
construcción de su temporalidad (pasado, presente, futuro). Una comunidad necesita
tener una historia en común, hechos, significados, códigos, que los identifique como
grupo.

- CONSTRUCCIÓN DE UNA IDENTIDAD: Nace de la conjunción de tiempo y espacio


en donde el "nosotros" emerge en la diferenciación de los "otros". Esta construcción de
su temporalidad no es nada fácil si tenemos en cuenta a todos los actores
involucrados en un proyecto común dentro una comunidad. Hay un espacio importante
en la búsqueda de objetivos comunes, formas de aproximación a ellos que lleva a que
el factor de la negociación y de la toma de decisiones se convierta en una tarea de
mucha flexibilidad e intuición muchas veces: aprovechar los momentos justa para
generar hechos significativos que le permita a los grupos su crecimiento. Este aspecto
es fundamental en el trabajo, y complejo en la articulación de la Sociedad Civil con el
Estado.

Nos preocupa cómo las prácticas de promoción comunitaria


descontextualizadas nos pueden embretar en proyectos que encubren la movilización
de los recursos comunitarios y el uso de mano de obra barata, como forma de tapar el
vacío que va dejando el abandono del rol regulador del Estado.
La presencia del Estado es fundamental. De lo contrario se crea una falsa
autonomía que al no contar con los recursos del Estado nos lleva a una agudización
de las diferencias social.
Por eso es fundamental la contextualización de la promoción comunitaria: "el
qué" "el para qué", "el cómo y con quién" y desde qué proyecto de país.

3
Texto: (30) Barreiro. ¿Comunidad como unidad? Rupturas y continuidades en el
concepto de comunidad. 2000.

Surgía una pregunta inicial: ¿qué elementos forman parte constitutiva de una
comunidad? Dentro del concepto comúnmente utilizado por los trabajadores sociales
visualizamos una tendencia a caer en la tentación de la simplificación epistemológica
de reproducir una definición, que en el marco de transformaciones actuales se vincula
a una interpretación descontextualizada y a-histórica.
Citamos aquí una definición de comunidad entre tantas existentes, a modo de
ejemplo, cuyos elementos constitutivos nos sirven de “trampolín conceptual”, ya que
los mismos gozan de cierto nivel de consenso en la formación de grado.
Extraída del Manual de Animadores Comunitarios, del Programa de
Fortalecimiento de la Sociedad Civil (Presidencia de la Nación – Secretaría de
Desarrollo Social – 1998), podemos entender la comunidad como: “ El conjunto de
personas, que viven en un lugar determinado que podemos ubicar en un mapa, esta
población tiene cosas en común, una historia, conocimientos, tradiciones, costumbres,
intereses, pertenencia y tiene instituciones propias (clubes, sociedades de fomento) y
grupos más pequeños como la familia. Los miembros de una comunidad tienen entre
si relaciones distintas a las que tienen con otras personas ajenas a la comunidad. Al
mismo tiempo forman parte de una sociedad mayor (región, provincia, país), con las
que también mantienen relaciones”.

Algunos de los debates centrales que nos sugiere el concepto citado:


-El tema de la territorialidad adquiere un espacio importante en el debate de la
comunidad como área de intervención, y remite a cierto acople de este concepto con
la idea de “barrio”. Línea de trabajo heredada y sostenida de escuelas antropológicas,
que induce a la noción de “guetthización”. Se remite al estereotipo de comunidad
autosuficiente, de límites definidos, donde la totalidad de las funciones desarrolladas
en la cotidianeidad encuentran posibilidad de concreción en el ámbito de lo local.
Hasta hace aproximadamente 30 años, el proceso de preindustrialización de la
Argentina, de las décadas del ‘40 y del ‘50, había dado lugar a la conformación de
territorialidades vinculadas a áreas de trabajo que respondían más, en términos
generales a esta concepción descripta. Desde mediados de la década del ‘70, con la
transformación del modelo de acumulación, esta lógica de habitabilidad y por
consiguiente, la definición de determinadas identidades vinculadas a la micro–
territorialidad, se modifican.

4
Hoy el territorio encierra otras lógicas, fracturas y heterogeneidades que
determinan conflictos y confrontaciones en su interior, ejemplificaciones de estos
procesos se visualizan, por ejemplo en liderazgos políticos de perfil clientelar.
La participación suele reducirse a reacciones de demanda ante ciertos hechos
conflictivos y está más motivada por la existencia de una oferta concreta que por la
conciencia de un derecho que debe ser atendido por el poder público, potenciando un
contexto de desmovilización donde los dirigentes realizan gestiones personalizadas.
Se potencia también, la violencia horizontal entre bandas o entre grupos
migrantes de diferentes orígenes, etc. Las tradiciones e historia común, elemento, en
otrora, homogeneizador de la comunidad en estudio, aparece actualmente
transformada en el visible quiebre de lazos solidarios, deterioro de la red social de
contención, transformación de los códigos internos, traslado al interior del barrio de
situaciones de confrontación vecinal, el par como diferente y opuesto, vecinos que
perciben a sus compañeros de cuadra como un peligro.
La crisis económica, la necesidad de combatir la amenaza de pérdida del
patrimonio y seguridad física por acciones delictivas dentro del marco de vecindad,
son dos factores que favorecen el aislamiento y alteran el alcance y extensión de las
redes informales de ayuda mutua. *Estas estrategias son una precaria herramienta de
actuación frente al riesgo y queda reducido al plano coyuntural y socio-afectivo de
quienes conformas dichas redes (Clemente, 1995), en el ámbito de lo micro y
particularizadas en las dinámicas familiares o de pequeños grupos.
En el plano familiar la tendencia dominante es a ejercer múltiples y
fragmentadas estrategias de tipo individual y un rasgo permanente de las estrategias
familiares es el “aislamiento “en el que se desarrollan. Se confía en el esfuerzo
individual para resolver problemas de conjunto.
En este marco, el trabajo social lo encontramos vinculado al abordaje de la
emergencia, visualizándose el trabajo institucional como contradictorio y excluyente de
la posibilidad de desarrollar trabajo comunitario.
Algunas intervenciones de las instituciones que más operan en los barrios son
de desarrollo de acciones desarticuladas, los resultados son de reducida asignación
presupuestaria, lugar marginal, improvisación, funcionamiento asistencialista, su rol se
limita, básicamente a atender los emergentes, se trabaja con diagnósticos imprecisos.

Coincidimos con Rozas al afirmar que "la comunidad debe ser analizada como
proceso singular y particular de la reproducción de los grandes problemas a nivel
societal". (Rozas, 1995: 12)

5
Las comunidades como totalidades complejas pueden ser explicadas sólo
desde una doble dinámica: la de su propio desarrollo histórico y la que emerge de su
interacción con otras totalidades del sistema social. Así, los grandes problemas a nivel
societal no se presentan a modo de reflejo automático en las comunidades, sino que
se procesan y expresan particularmente de acuerdo a esta doble dinámica. Sin
embargo, al enunciar los fenómenos macrosociales (globalización, nueva cuestión
social) que caracterizan el presente, encontramos que hay repercusiones comunes,
claramente identificables en la vida de las comunidades.
Coincidimos con García Canclini en cuanto a que "la globalización no es un
simple proceso de homogeneización, sino de reordenamiento de las diferencias y
desigualdades sin suprimirlas" (1995: 13). Se descalifican o niegan las identidades
naciones y locales, y se apela al "ciudadano global". Trasformaciones en algunos
campos de la tecnología, como el de las comunicaciones contribuyen a afirmar esta
imagen, que oculta asimismo las desigualdades efectivas en términos de capacidad de
apropiación de los bienes materiales y simbólicos que circulan en el "mercado
mundial".
Las cuatro estrategias concretas de la política social neoliberal son recorte del
gasto social; privatización; focalización del gasto social público en programas
selectivos contra la pobreza; y descentralización.
La pérdida del soporte salarial como forma de inclusión social, y la redefinición
del rol del Estado, imbricadas en el discurso que legitima ambas cuestiones a partir de
su naturalización, es decir del planteo de la inevitabilidad de la aceptación del
neoliberalismo como patrón de organización social, podría ser un atrevido resumen de
las características centrales de lo que se ha dado en llamar nueva cuestión social. Tal
como plantea Castel, el futuro aparece con el sello de lo aleatorio: desempleo masivo,
precarización laboral, inadecuación de los sistemas de protección social y
multiplicación de supernumerarios.
*Desde estas condiciones materiales de vida, se inicia al interior de los sujetos
y de sus relaciones más próximas -como son las comunidades- un deterioro de
aspectos que tienen que ver con la identidad, sentimiento de vacío, de
desconocimiento.
Se abre desde aquí un abanico de vulnerabilidad: crisis de agresividad hacia
afuera, ataques a quienes lo rodean, somatizaciones hacia adentro, refugio en
adicciones, sobreadaptación, trasmutación de los efectos de la cuestión social a
enfermedades (debido al deterioro en el nivel de vida y el padecimiento de stress),
porque "las personas ya no están sólo privadas de trabajo, sino también aisladas
socialmente; no sólo desprovistas de recursos, sino desconectadas de las redes

6
relacionales de ayuda mutua" (Castell, 1995). *El trabajo es no sólo el reaseguro
económico y de protección social -sanitaria, previsional- sino que es también la vía de
referenciación social y de realización humana.
*Así, los sujetos desempleados se encuentran debilitados en su identidad,
avasallados en su esperanza de poder volver a ser, en el sentido de la existencia
social, familiar, comunitaria. Pero no es menos compleja la situación de quienes,
estando empleados desarrollan su existencia en la amenaza permanente de dejar de
estarlo; o bien en condiciones de flexibilización laboral, que divulgada como el antídoto
de la desocupación, se materializa en la herramienta de explotación.
*Se desfavorecen intentos de interacción con grupos de referencia, agudizando
procesos facilitadores de individualismo y competencia. "Si la ley del mercado opera
como institución fundamental, reguladora de los intercambios entre los seres
humanos, la competitividad excluyente se instala como máximo valor social" (Quiroga,
1997: 32).
Se marca así con claridad un divorcio entre el orden político -consolidación formal de
derechos- y el orden económico -multiplicación de mecanismos de exclusión.

Es posible observar que actualmente las políticas sociales, además del


componente participativo que pretende legitimarlas; contienen también un aspecto
asistencialista (sea como modalidad, complemento o definiéndose como el elemento
central de las políticas) que pretende mitigar la pobreza, aun cuando no puedan
resolver el problema definitivamente.
*Por otra parte se sostiene que esta inclusión de la participación en el diseño e
implementación de políticas sociales, permite que el diagnóstico previo sea más
preciso, ya que la comunidad es la fuente principal, y es quien mejor conoce sus
necesidades y también los recursos y oportunidades que tienen para abordarlas. Se
sostiene que a través de los aprendizajes que se desprenden de dicha participación,
se fortalezcan las capacidades de la comunidad.

Revisando esta concepción pueden encontrarse algunos ejes de continuidad


respecto al modelo desarrollista implementado en la década del 60 (respecto a las
políticas sociales neoliberales); especialmente el método de desarrollo de comunidad,
y en los supuestos que lo sostenían. Uno de estos supuestos es la idea de que dentro
de la comunidad se encuentran los instrumentos para su desarrollo, así como las
razones de su atraso; por lo cual se proponía el método de desarrollo de comunidad
como una solución para enfrentar el subdesarrollo. Por lo mismo también se sostenía
que la participación era un factor clave para la aceleración del desarrollo.

7
Otro de las supuestos del modelo desarrollista es que se obtienen resultados
positivos en la medida en que se establece una asociación entre la comunidad local y
el gobierno, donde los recursos financieros y técnicos corrían por parte del estado y la
comunidad ofrecía su energía y su recurso humano. Actualmente una de las
estrategias que proponen los lineamientos de los organismos financieros
internacionales, es la política de alianzas para la ejecución de programas, o lo que se
denomina el modelo asociado de gestión; donde los diferentes actores sociales, es
decir el Estado, las ONG, y la comunidad a través de sus organizaciones, participan al
menos en la ejecución de programas; y en algunos casos en el diseño y evaluación de
los mismos.
Dentro de esta línea de continuidad cabe preguntarnos cuál es el lugar que
ocupan y la función de cada uno de estos actores (organismos financiadores,
gobiernos, ONG y comunidad); y la correlación de fuerzas que entre ellos existe, ya
que del mismo modo que en el modelo desarrollista, las organizaciones de la
comunidad corren el peligro de quedar sujetas a las decisiones de quienes aportan los
recursos económicos y técnicos.

El escenario en que estos ejes se encuadran se ha modificado, respecto a la


década del 60:
-En aquel momento existía un proyecto nacional tendiente a alcanzar el progreso del
país.
-Existe hoy una correlación de fuerzas sociales distinta, en la que los sectores
populares y sus organizaciones han perdido espacio y capacidad de negociación, y en
la que el alto grado de concentración de la riqueza ha generado un poder hegemónico
que trasciende los límites geográficos.

Conclusión: esta producción conlleva un intento de problematización de categorías y


conceptos que quizás por el uso indiscriminado han perdido su esencia y ya no
significan. Que han perdido su valor en términos de claves de comprensión de la
realidad, o que se han "aggiornado" y también mutado su contenido.
En nuestros encuentros de producción decíamos ¿por qué no se nombra más
al "pueblo", qué es "la gente"? ¿Qué contenidos individualistas retoma la definición de
la ciudadanía? ¿Por qué el trabajo social comunitario es visualizado desde diferentes
ámbitos como una declaración de buenas intenciones, vestigios de utopía setentista,
impensable en el marco de la "nueva cuestión social"? ¿Qué trampa encierra el
empoderamiento, la participación de los beneficiarios proclamada por el Banco
Mundial?

8
*El sujeto de nuestra práctica es un sujeto que tiende a constituirse en
productor de lo colectivo, y por ello la dimensión comunitaria es constitutiva y
constituyente de su identidad.
Necesitamos problematizar lo que el pasado nos ha dejado y que el presente
reactualiza.
Configuración social: Movimientos Sociales.
Texto: (43) HOUTART. LOS MOVIMIENTOS SOCIALES Y LA CONSTRUCCIÓN DE
UN NUEVO SUJETO HISTÓRICO. 2006.

El pacto del Nuevo Sujeto Histórico, podemos situar este proceso al final de los
años ochenta, veinticinco años después del Consenso de Washington y diez años
después de la caída del muro de Berlín. Un tal paso fue preparado por varias
iniciativas: el PPXXI (People’s Power twenty one) en Asia; el encuentro “intergaláctico”
de los zapatistas en Chiapas; el Otro Davos, que reunió al principio de 1999 varios
movimientos sociales de cuatro continentes en Zurich y en Davos, la misma semana
que el Foro Económico Mundial.
Todo eso desembocó, por una parte, en la cadena de protestas sistemáticas
contra los centros de poder global: Organización Mundial de Comercio (OMC), Banco
Mundial, Fondo Monetario Internacional (FMI), Grupo de los Ocho (G8), Cumbre
Europea, Cumbre de las Américas y, por otra parte, en los Foros Sociales mundiales,
continentales, nacionales y temáticos, lugares de convergencia de movimientos y
organizaciones luchando contra el neoliberalismo. Los movimientos sociales
desempeñaron un papel central en este proceso.

1. ¿Por qué un nuevo sujeto histórico?


La historia de la humanidad se caracteriza por una multiplicidad de sujetos
colectivos, portadores de valores de justicia, de igualdad, de derechos y protagonistas
de protestas y luchas.
Un salto histórico se da cuando el capitalismo construye, después de cuatro
siglos de existencia, las bases materiales de su reproducción que son la división del
trabajo y la industrialización. Nace el proletariado como sujeto potencial.
La nueva clase se transformó en sujeto histórico cuando se construyó en el
seno mismo de las luchas, pasando del estatuto de “una clase en sí a una clase para
sí”. No era el único sujeto, pero sí, el sujeto histórico, es decir el instrumento
privilegiado de la lucha de emancipación de la humanidad, en función del papel
cumplido por el capitalismo.

9
Es evidente que la historia de la clase obrera como sujeto histórico no fue
lineal. Hubo el paso de movimiento a partido político y del plan nacional al plan
internacional, y asimismo éxitos y fracasos, victorias y recuperaciones.
Hoy día, el sujeto social se amplifica. El capitalismo realiza un nuevo salto. Las
nuevas tecnologías extienden la base material de su reproducción: la informática y la
comunicación, que le dan una dimensión realmente global.
La fase neoliberal del desarrollo del capitalismo, se tradujo en una doble
ofensiva: contra el trabajo (disminución del salario real, desregulación, deslocalización)
y contra el Estado (privatizaciones).
El resultado es que ahora todos los grupos humanos sin excepción están
sometidos a la ley del valor, no solamente la clase obrera asalariada, sino los pueblos
autóctonos, las mujeres, los sectores informales, los pequeños campesinos, bajo otros
mecanismos, financieros (precio de las materias primas o de los productos agrícolas,
servicio de la deuda externa, paraísos fiscales, etc.) o jurídicos (las normas del FMI,
del Banco Mundial de la OMC).
El carácter destructor del capitalismo toma el paso sobre su carácter creador
(de bienes y servicios). Destruye las dos fuentes de su riqueza: la naturaleza y los
seres humanos. Destrucción ambiental y mercantilización de las relaciones sociales
(salud, educación, deporte, cultura).
El capitalismo globalizado tiene sus instituciones: la OMC, el Banco Mundial, el
FMI, los bancos regionales, y también sus aparatos ideológicos: medios de
comunicación social, cada vez más concentrados en pocas manos. Finalmente, goza
del poder de un imperio, los EE. UU. El dólar de este país es la moneda internacional.
Por todas estas razones, el nuevo sujeto histórico se extiende al conjunto de los
grupos sociales sometidos, tanto los de la sumisión real (representados por los
denominados “antiguos movimientos sociales”) como los de la sumisión formal
(“nuevos movimientos sociales”).

*El nuevo sujeto histórico a construir será popular y plural, vale decir, constituido por
una multiplicidad de actores y no por la “multitud“(concepto desmovilizador). La clase
obrera conservará un papel importante, pero compartido. Este sujeto será
democrático, no únicamente por su meta, sino por el proceso mismo de su
construcción. Él será multipolar, en los varios continentes y en las diversas regiones
del mundo. Se tratará de un sujeto en el sentido pleno de la palabra, incluyendo la
subjetividad redescubierta, abarcando todos los seres humanos, constituyendo la
humanidad como sujeto real.

2. Los movimientos sociales

10
*Los movimientos sociales son el fruto de contradicciones, hoy día globalizadas. Para
ser verdaderos actores colectivos suponen, según Alain Touraine, un carácter de
historicidad (situarse en el tiempo), una visión de la totalidad del campo dentro del cual
se inscriben, una definición clara del adversario y una organización. Son más que una
simple revuelta, más que un grupo de intereses, más que una iniciativa autónoma del
Estado (organización no gubernamental).
*Los movimientos nacen de la percepción de objetivos como metas de acción, pero
para existir en el tiempo necesitan un proceso de institucionalización. Se crean roles
indispensables para su reproducción social.
Para que los movimientos sociales estén en posición de construir el nuevo
sujeto social, hay dos condiciones preliminares. En primer lugar, tener la capacidad de
una crítica interna con el fin de institucionalizar los cambios y asegurar una referencia
permanente a los objetivos. En segundo lugar, captar los desafíos de la globalización
al campo de cada movimiento: obrero, campesino, de mujeres, populares, de pueblos
autóctonos, de juventud, en breve, de todos los que son las víctimas del
neoliberalismo globalizado.
Pero existen además otras exigencias. Los movimientos sociales que se
definen como la sociedad civil tienen que precisar que se trata de la sociedad civil de
abajo (a diferencia de la de arriba), recuperando de esta forma el concepto de Antonio
Gramsci que la considera como el lugar de las luchas sociales.
Otra exigencia para construir el nuevo sujeto histórico es trazar el vínculo con
un campo político renovado.
Luego, los movimientos sociales deben contribuir a la renovación del campo
político. La pérdida de credibilidad de los partidos políticos es una realidad mundial y
es urgente hallar la manera de realizar una reconstrucción del campo.
Finalmente, será muy importante para las convergencias de los movimientos sociales
encontrar el modo de aglutinar las numerosas iniciativas populares locales que no se
transforman en movimientos organizados.

3. ¿Cómo construir el nuevo sujeto histórico?


La primera condición es elaborar una conciencia colectiva basada sobre un
análisis (con un aparato teórico crítico) de la realidad y una ética. Exige un alto rigor
metodológico y una apertura a todas las hipótesis útiles para este fin. La opción en
favor de los oprimidos es un paso precientífico e ideológico que guiará la elección del
tipo de análisis, no obstante este último pertenece al orden científico sin concesión
posible. Es un saber nuevo que ayudará a crear la conciencia colectiva.

11
El segundo elemento que contribuye a la construcción de una conciencia
colectiva es la ética. No se trata de una serie de normas elaboradas en abstracto, sino
de una construcción constante por el conjunto de los actores sociales en referencia a
la dignidad humana y al bien de todos. La perspectiva ética tendrá que ser elaborada
por el conjunto de las tradiciones culturales: ese es el concepto real de los derechos
humanos. La ética en este sentido no es una imposición dogmática, es una obra
colectiva que haya sus referencias en la defensa de la humanidad.
Después de la elaboración de una conciencia colectiva, el segundo paso
necesario es la movilización de los actores plurales, populares, democráticos y
multipolares. Aquí nos encontramos con el aspecto subjetivo de la acción. Los actores
humanos son seres completos y no actúan solamente en función de la racionalidad de
las lógicas sociales. El compromiso es un acto social caracterizado por un elemento
afectivo fuerte y aun central. De ahí la importancia de la cultura como conjunto de las
representaciones de la realidad y también de los innumerables canales de su difusión:
el arte, la música, el teatro, la poesía, la literatura, la danza. La cultura es una meta,
pero de igual modo un medio de emancipación humana.

El tercer elemento está constituido por las estrategias para lograr los tres
niveles de alternativas. El primero es la utopía, en el sentido de lo que no existe hoy
pero que puede ser realidad mañana, vale decir una utopía no ilusoria, sino necesaria.
La utopía también es una construcción colectiva y permanente. Necesita para su
cumplimiento una acción a largo plazo: cambiar un modo de producción no se hace
con una revolución política. El capitalismo tomó cuatro siglos para construir las bases
materiales de su reproducción: la división del trabajo y la industrialización. Cambios
culturales, que son parte esencial del proceso, poseen un ritmo distinto al de las
transformaciones políticas y económicas.
Los otros dos niveles, el medio y el corto plazo, dependen de las coyunturas,
sin embargo deben ser el objeto de estrategias concertadas y realizadas en
convergencia, entre actores sociales diversos.
Con todo, no es la simple suma de alternativas en los sectores económicos,
sociales, culturales, ecológicos, políticos la que permitirá a un sujeto histórico nuevo
salir adelante. Se necesita una coherencia. Esta última será igualmente obra colectiva
y no el resultado de un monopolio del saber y el conocimiento por una vanguardia
depositaria de la verdad.
Será un proceso constante y no un dogma.
Finalmente, dentro de la perspectiva general se necesitan victorias parciales
aunque significativas. Mantener la acción, entretener la motivación, exige resultados.

12
No se trata de cualquier logro, sino de los que movilizan varios actores sociales en una
acción común, sobre objetivos relacionados con una visión de conjunto y de dimensión
global.

Hay muchos ejemplos que demuestran que ya está trazado el camino para
pasar de la creación de una conciencia colectiva a la construcción de actores
colectivos, y que todo eso anuncia el amanecer del sujeto histórico nuevo.
Texto: (55) Seoane. “Los desafíos de las alternativas en américa latina hoy:
movimientos populares y gobernabilidad neoliberal”. 2008.

A América Latina fue lugar de experimentación de las recetas neoliberales a nivel


internacional bajo el signo trágico de las dictaduras contrainsurgentes del Cono Sur en
la década de los ´70. Los pueblos de nuestra región han protagonizado en la última
década y media un ciclo de movilizaciones y resistencias que pusieron en crisis la
legitimidad neoliberal convirtiendo a Nuestra América en un verdadero laboratorio
social del debate y la construcción de alternativas al neoliberalismo.

El ciclo de resistencias sociales al neoliberalismo reconoce su inicio a nivel


regional hacia mediados de la década de los noventa. Un tiempo marcado por el
levantamiento zapatista en el sureste mexicano en los inicios de 1994, las puebladas y
cortes de ruta en el norte y sur de la Argentina en 1996 -que fecha el nacimiento del
llamado movimiento “piquetero” de trabajadores desocupados- y las movilizaciones
campesinas e indígenas en Ecuador que precipitaron la caída del gobierno de Abdalá
Bucaram en 1997.
Se constituyeron estos movimientos con capacidad de articulación y peso
nacional. Desposeídos o amenazados por la expropiación de sus tierras, trabajo y
condiciones de vida, muchas de estas organizaciones se constituían en la
identificación política de su desposesión (los sin tierra, sin trabajo, sin techo), en las
marcas en las que se asentaba la opresión (su identidad de pueblos originarios) o en
el hábitat de vida compartido (los pobladores). En el ciclo de resistencia al
neoliberalismo estos movimientos se entrecruzaban y convergían con otros sujetos
urbanos donde también nuevos procesos de organización tenían lugar, los
trabajadores y sus organizaciones sindicales, los estudiantes y jóvenes, los sectores
medios empobrecidos.
Cuando esta convergencia amplia se produjo, con la suficiente intensidad, los
sectores subordinados irrumpieron en la ciudadela de la gobernabilidad política
neoliberal imponiendo con movilizaciones no sólo la caída de gobiernos sino también
la legitimidad callejera como sustento de la recobrada soberanía popular. En este

13
proceso, desde el año 2000 se despliega en la región un período que debe ser
considerado como de crisis de legitimidad del modelo neoliberal.
Su expresión más profunda tendrá lugar bajo la forma de los levantamientos
urbanos y las manifestaciones nacionales que conllevarán la renuncia de seis
presidentes latinoamericanos entre los años 2000 y 2005. Pérdida de legitimidad del
neoliberalismo que habrá de reflejarse también en la aparición de mayorías electorales
críticas a estas políticas en la mayoría de los países del continente. A la par de la
fuerza conquistada por los movimientos sociales, habrá de jugar un papel significativo
también el impacto de la crisis económica regional que se descargó sobre la región
desde fines de 1998 y cuyas consecuencias redundarán en una ampliación a nuevos
sectores sociales y profundización del descontento respecto de las recetas
económicas y los modelos políticos aplicados durante los ´90.

En este ciclo que va desde el surgimiento de las resistencias a la crisis de la


legitimidad del neoliberalismo, un conjunto específico de prácticas sociales,
programáticas y horizontes emancipatorios habrán de surgir en la experimentación de
estos movimientos populares. Entre ellos, se destaca la reconceptualización de la
política como terreno de la acción colectiva y como práctica de cambio sociopolítico;
quebrando así su reducción a una mera administración técnica del programa único de
las contrarreformas neoliberales y a una tecnología de control de las poblaciones y
sectores sociales afectados por la apropiación y concentración del ingreso y la riqueza
que fueron las características vigentes durante la década de los ´90. En la experiencia
de los movimientos populares esta reconceptualización de la política como práctica
colectiva de transformación de lo existente suponía el cuestionamiento a su
confinamiento como monopolio del Estado y actividad únicamente legítima de las
mediaciones partidarias tradicionales. En ese sentido, la práctica de los movimientos
populares implicaba la reelaboración de la política en tres terrenos simultáneos: el de
la construcción colectiva de la gestión comunitaria del territorio; el de la demanda,
confrontación y negociación con el Estado; y, en tercer lugar, el del cuestionamiento y
búsqueda de transformación de la matriz estatal en un horizonte donde la gestión de
los asuntos públicos se postulaba más allá de la forma estado.
En esta perspectiva la política se conjugaba indisolublemente como una lógica
de democratización de las relaciones sociales y de las formas de gestión de los
asuntos colectivos.

Una práctica y programática que supuso tanto un proceso orientado a la


democratización de las formas de organización y decisión al interior mismo de estos
movimientos cuanto un programa de democratización de la gestión público-estatal –

14
cristalizado en lo que dio en llamarse la democracia participativa o de protagonismo
popular- y también en la emergencia de una “democracia callejera” con su expresión
en el surgimiento de contrapoderes territoriales, lábiles espacios de soberanía popular
que fueron nominados por el pensamiento social en términos de poder popular,
contrapoderes o antipoder.

Frente a la perdida de hegemonía del neoliberalismo también se desplegaron


en los últimos años diferentes dispositivos y estrategias tendientes a suturar la pérdida
de legitimidad del modelo y reconstruir la gobernabilidad sistémica.

Principales tendencias y escenarios sobre los que se orienta la disputa social


sobre la gobernanza y las alternativas al neoliberalismo hoy en nuestra región:
-La primer tendencia es la que remite a la implementación y expansión de un
diagrama de guerra, de militarización social, que promueve la criminalización tanto de
la protesta como de la pobreza en un revival de las llamadas “clases peligrosas” que
orientó la acción represiva del Estado oligárquico de principios de siglo XX. Expresión
de la “guerra infinita” impulsada por el gobierno estadounidense y justificado bajo las
invocaciones a las nuevas amenazas del terrorismo y el narcotráfico, este diagrama
cristaliza en un conjunto de políticas públicas y contra-reformas jurídicas tendientes a
reforzar la capacidad punitiva del Estado. De esta manera, una de las tentativas de
exorcizar y derrotar esta dinámica democratizadora de protagonismo popular que
caracteriza la acción de los movimientos populares en América Latina ha sido la
promoción de este proceso de militarización y criminalización social.
-Una segunda tendencia que quisiera destacar es aquella que, en el marco de
la recuperación del crecimiento económico regional a partir del 2003 y de su impacto
en la morigeración de las tensiones sociales, se expresó en cambios de elencos
gubernamentales favoreciendo un proceso de recuperación de la legitimidad estatal,
particularmente orientado a reestablecer de la mano de los “nuevos gobiernos” a la
política como monopolio del Estado y a las representaciones partidarias como única
mediación legítima de la delegada soberanía popular. En este camino, la
relegitimación del Estado se tradujo en su recuperación del control del espacio público
restringiendo de esta manera la capacidad de acción y la autonomía de los
movimientos populares en un devenir que no dejó de abarcar procesos o de
integración política de fracciones o sectores de las clases subalternas y/o de
cooptación dirigencial. Así, esta segunda tendencia parece expresarse particularmente
en los procesos sociopolíticos en curso en el Cono Sur.
-La tercera tendencia que quería mencionar es la aparición de procesos de
disputa del espacio callejero y de la movilización social por parte de las propias elites.

15
En este sentido, uno de los desafíos que enfrentan los movimientos populares en los
últimos años es que el espacio de la calle, de la movilización, de aquello que fuera, se
transforma en un terreno disputado también por los sectores dominantes que
promueven toda una serie de estrategias tendientes a ganar una capacidad propia de
ocupación y manifestación en el espacio público.

Intentaremos presentar aspectos centrales de los que entendemos son los principales
desafíos que afrontan hoy los movimientos sociales de origen popular de nuestra
región en su cuestionamiento a la gobernanza neoliberal.
- Por un lado y en primer lugar, debemos considerar el hecho de que estamos
en presencia de una ofensiva del núcleo duro de los neoconservadores del actual
gobierno de EE.UU. que aspiran a avanzar cuanto se pueda con su agenda
internacional ante la posible derrota electoral del partido republicano.
Ello ha exasperado los procesos de militarización social, intervención y
desestabilización de los gobiernos populares o donde hay en curso procesos de
transformación social.
- Por otro lado y en segundo lugar, debemos tener en cuenta y seguir con
detenimiento la evolución e impacto de la crisis económica que surgida del desplome
de la burbuja especulativa de los créditos inmobiliarios en Estados Unidos se expande
hoy a Europa y a nivel internacional. Por otra parte, la profundidad de la crisis, que
recién comienza a hacerse sentir, quiere ser utilizada por los sectores de poder a nivel
internacional y local como una nueva palanca para motorizar sus propios intereses,
conseguir la aceptación de la profundización del recetario neoliberal y volcar sus
consecuencias sobre los sectores subalternos. La inestabilidad económica traducida
en su capacidad de afectación sobre los sectores populares puede ser utilizada para
consolidar el modelo neoliberal y debilitar los procesos de transformación social.

Configuración Social: Familia.

Texto: (45) Elizabeth Jelin – “Pan y Afectos. La transformación de las familias”. 1998.

En su obra, Pan y Afectos. La transformación de las familias escrita en 1998,


Elizabeth Jelin analiza algunas dimensiones, tendencias, hitos que nos permiten
reflexionar sobre los procesos que se vienen desencadenando en el interior de las
familia. La familia hoy en día es objeto de múltiples investigaciones en el campo de las
ciencias sociales, forma parte relevante de los temas que se discuten en el interior de
la sociedad y se convierte en objeto de políticas públicas pero, como resalta la autora,
este análisis es reciente, años atrás eran muy pocos los cuestionamientos realizados a
16
la hegemonía implantada en el modelo “idealizado” de familia nuclear caracterizado
por la convivencia de un matrimonio heterosexual y sus hijos.
Es muy común y cada vez más frecuente escuchar que la familia está en crisis,
casi a diario aparecen discursos y debates sobre el tema, coincido completamente con
el planteamiento que realiza Jelin en que en realidad, lo que está en crisis es el
modelo patriarcal, en el cual el jefe de familia concentra el poder y tanto los hijos como
la esposa-madre desempeñan papeles subordinados a él. Se puede afirmar, entonces,
que la concepción clásica de familia se ha trasformado y hasta ha evolucionado.
En el accionar cotidiano se nos presenta una multiplicidad de formas de familia
y de convivencia producto de los procesos de democratización e individualización de
los sujetos. Si bien la familia tradicional conviviente sigue siendo la predominante en la
mayoría de los hogares, se puede decir que perdió el monopolio (que quizás nunca
alcanzo). La familia actual está conformada hoy por madres que trabajan fuera de su
hogar, por divorcios y conformación de nuevas parejas, madres solteras, padres que
se hacen cargo de sus hijos después del divorcio, personas que viven solas pero que
están inmersas en densas redes familiares, parejas homosexuales con o sin hijos.

Elizabeth Jelin en su obra centra las transformaciones de la familia a lo largo


del siglo XX en tres apartados, a ellos voy a referirme para partear rupturas y
continuidades en dicha configuración social.
 La gradual eliminación de su rol como unidad productiva, debido a las
transformaciones en la estructura productiva.
Del proceso y las trasformaciones productos de la modernidad emerge el sujeto
individual autónomo, esta libertad y la autonomía individual pasan a formar parte del
conjunto de determinaciones de la vida social. A partir de la Revolución Industrial, se
produce la separación entre casa y trabajo (el individuo pasa a trabajar en las fábricas
y abandona la vida en el campo) esto trae efectos sobre la familia, que va perdiendo
su papel productivo.
 Los procesos de creciente individualización y autonomía de jóvenes y mujeres,
que debilitan el poder patriarcal, provocando mayor inestabilidad temporal de la
estructura familiar tradicional y mayor espacio para la expresión de opciones
individuales alternativas.
Como se expresó anteriormente la individualización del sujeto lleva a la ruptura del
modelo tradicional y patriarcal de familia, antes era el padre el encargado de decidir y
controlar el futuro de los integrantes del grupo familiar, eran muy común por ejemplo (y
lo sigue siendo en algunas culturas) los matrimonios arreglado. Con la modernidad

17
nace la concepción de “amor romántico” donde la elección de una pareja se basa en la
elección personal guiada por el amor.
La liberación de las mujeres llevo a que estas puedan no solo acceder a un
trabajo fuera de sus hogares, sino también a una educación superior, lo que les
permite obtener una autonomía económica la cual es fundamental para romper este
vínculo de dependencia con sus parejas.
Me parece relevante destacar la importancia que la autora le da al concepto de
Democratización al interior de la organización familiar y el cual implica un entorno de
intimidad y convivencia planteado desde el respeto y el reconocimiento de sus
miembros como “sujetos de derechos”, sin estar subordinados a un poder arbitrario y
violento. La democratización implica cambios fundamentales en las relaciones de
autoridad y control ancladas en la distinción de generación y género.
 La separación entre sexualidad y procreación, que lleva a una diversidad de
formas de expresión de la sexualidad fuera del contexto familiar y a
trasformaciones en los patrones de formación de familias.
Las modificaciones socio-culturales que se desarrollaron en los últimos años
promovieron por ejemplo la posibilidad de una paternidad más reducida, más selectiva
y asumida con mayor responsabilidad a través de la posibilidad de elección entre los
diversos métodos anticonceptivos. A su vez la decisión de casarse y tener hijos es una
de tantas opciones posibles para un proyecto de vida.
La sociedad actual está integrada por parejas con uniones convivenciales, por
hogares extensos o familias ampliadas, por familias ensambladas o los hogares
unipersonales.
Los cambios en los modos de reproducción gracias al avance de las
tecnologías reproductivas, producen un proceso de disociación de la reproducción
biológica de la especie y las prácticas sexuales de los sujetos. El derecho de la mujer
a poder acceder a una educación superior y desarrollar una carrera laboral lleva a una
postergación de la maternidad.
Para concluir me parece relevante destacar que familia no implica
exclusivamente un parentesco, sino más bien relaciones vinculares donde el afecto
constituye la cercanía, la intimidad y los proyectos compartidos. Queda más que
demostrado que las familias (y las distintas concepciones que se tiene de las mismas)
están cambiando, resulta necesario, entonces, pensar en las intervenciones públicas
hacia las familias desde otra perspectiva, que promueva la democracia y la igualdad,
es necesario incorporar la equidad entre géneros como uno de los criterios rectores de
políticas públicas.

18
Configuración Social: Nuevos Pobres.

Texto: (48) Minujin; Kessler – “La nueva pobreza en la Arg” 1995.

“La Nueva Pobreza en Argentina” de Alberto Minujin y Gabriel Kessler presenta


la crisis y el empobrecimiento que se inician a mediados de la década de 1970 donde
la estructura de la sociedad argentina se modificó. Asimismo, toma historias de vida de
los argentinos que se han ido empobreciendo de muchas maneras en una época de
renunciamientos, ajustes y pérdidas que se mantienen en el tiempo, y que dificultaron
el desarrollo social de los mismos.
La profundidad y persistencia de esta crisis hicieron que centenares de miles
de familias de clase media y de pobres de vieja data, que en el pasado habían podido
escapar de la miseria, vieran reducirse sus ingresos hasta caer debajo de la “línea de
pobreza”, La sociedad no solo se empobreció de forma individual, sino que también
perdió bienes y servicios que nos pertenecían en tanto ciudadanos; tales como
hospitales dañados- espacios privatizados que antes eran públicos-escuelas
sobrecargadas.
A partir de esta crisis, se pueden mencionar varias transformaciones y rupturas.
Una de ellas es diferenciar tres categorías de pobres: Pobres estructurales, es decir
aquellos que nunca conocieron otra cosa que la pobreza. Nuevos pobres de los dos
tipos: los hoy rigurosamente pobres y antes no; y los empobrecidos, los cuales
cayeron pero sin perder acceso a bienes y servicios básicos. Tanto los empobrecidos
y los nuevos pobres constituyen un estrato hibrido, es decir, están próximos a los
sectores medios en variables ligadas a aspectos económico-culturales que actúan en
el largo plazo, como el nivel educativo y la composición de la familia- el subempleo y la
ausencia de cobertura social.
El empobrecimiento puede verse como una completa transformación de la vida
cotidiana ya que se tiene que renunciar a ciertas cosas a las que antes se estaba
acostumbrado y donde existen menos opciones de consumo por falta de dinero tales
como: las salidas- la ropa-el auto- las vacaciones- tener que sacar a un hijo de un
colegio privado- modificar hábitos alimenticios- dejar de lado la el club- la terapia-
atrasarse en el pago de impuestos- entre otras. Desde aquí, por ejemplo, las casas de
los nuevos pobres presentan un estilo propio (superposición de épocas, objetos) el
cual no se parece en nada al de los sectores populares. El rechazo a tirar cosas hace

19
que adopten ese estilo, lo cual impide la caracterización de un estilo único y
armonioso.
Sin embargo, no todos se empobrecieron de la misma manera, ya que la caída
adopta diferentes ritmos y velocidades. Aquí podemos distinguir 2 formas: por un lado,
la CAIDA ABRUPTA, donde “se percibe una extrema inequidad entre error y sanción,
entre lo que se apostó y se perdió” (Kessler y Minujin, 1995, p.57). Por otro lado, la
CAIDA ESCALONADA, ésta puede deberse a distintas causas de empobrecimiento,
ya que el escalonamiento se vincula con vaivenes de la situación socioeconómica
nacional que constituyeron fuertes golpes.
Las pérdidas fueron sucediendo de a poco a lo largo de casi una década. La
crisis perjudica primero a aquellos que ocupan las posiciones más vulnerables en el
mundo del trabajo. En esta situación la ausencia del Estado juega un papel definitorio
en la realidad de muchos argentinos, ya que al no tener el apoyo de éste, una
diversidad de recursos del capital económico ya esfumado se transformará en las
herramientas principales de los individuos una vez en la pobreza. A pesar de esta
ausencia, los nuevos pobres contaban con recursos alternativos que provenían del
capital cultural y del capital social acumulado en el pasado. Así por ejemplo,
pertenecer a una familia con profesionales de la salud o poseer amigos con locales de
ropa que les faciliten el pago (ya sea en cuotas o al costo) les permitiría obtener
respuestas específicas y predeterminadas ante ciertas necesidades. A partir de esto y
de cómo cada uno imagine el futuro, el rebusque y la necesidad de rebuscársela
forman parte del modo de vivir, y de cómo cada uno de ellos diseñe distintas
estrategias para superar la situación actual, tanto para inventar maneras de ahorrar
como para ganar dinero. Como pueden, los empobrecidos van analizando su situación
e introducen cambios para adaptarse a esta nueva realidad.
Siguiendo con más rupturas que se fueron dando, hablamos también de que
muchos son expulsados de sus puestos y pasan a lo que se denomina
“cuentapropismo”, donde no existe ningún tipo de estabilidad y beneficios sociales. A
muchos les es difícil acostumbrarse a que alguien los mande si antes de dicha crisis
fueron jefes o patrones.
En diversos casos el ingreso de la mujer que antes era secundario, se
transforma en el principal ante la pérdida del ingreso del marido. Sin embargo no todas
las mujeres pueden salir a trabajar así como así; por un lado, porque son grandes y
nunca antes han trabajado, entonces deciden hacer por encargo trabajos de costura o
de otro tipo ya que cuentan con máquinas de coser en el hogar. Por otro lado, aparte
de preferir hacer algo dentro de la casa, es muy difícil conseguir trabajo afuera y
además no quieren dejar los hogares y los hijos solos todo el día.

20
Por su parte, a los jóvenes de escasa calificación les cuesta encontrar trabajos
fijos, por ende solo consiguen changas o contratos temporarios donde se paga poco y
no tienen una estabilidad asegurada o prolongada.
Es por ello que cuando el ingreso de otro miembro de la familia al mundo del
trabajo es imposible o no alcanza, la opción que queda es aumentar la carga laboral
de los que ya están insertos en el mercado, por medio de changas, horas extras, etc.
A la par de una nueva pobreza cada vez más anónima y privada, que no
escandaliza ni conmueve a nadie, que está ausente de todo debate, que es invisible
para los medios de comunicación, y que aunque esta situación de empobrecimiento es
compartida por muchas familias, en el país, no surge una organización colectiva,
solidaria, de ayuda. Aquí la familia es vista como una fortaleza, un refugio frente a un
Estado, que como se dijo anteriormente, se encuentra ausente. Además, se observa
un fortalecimiento en relaciones de amistades, vecinos. Asimismo, por desilusión hubo
alejamientos.
Mencionadas anteriormente las rupturas, se destacan a su vez continuidades.
Tales como estrategias productivas y ocupacionales entre las que se pueden situar a
las microempresas o microemprendiemientos. A la misma vez que el rebusque sigue
formando parte del modo de vivir de muchos argentinos donde varios trabajan horas
extras o realizan changas a modo de aportar más ingresos.
Otra continuidad, es que actualmente reiteradas veces estos sujetos son
víctimas de la discriminación -la exclusión- la soledad- el aislamiento, ya que el hecho
de su condición económica los condena como "ladrones" y/o no les permiten ingresar
al mundo del trabajo.
Además, son varios los que no pueden cubrir las necesidades incluidas en
la canasta básica de alimentos. Asimismo tampoco pueden acceder a una canasta
básica de bienes y servicios: rubros como los servicios públicos, la salud, la
educación, la vivienda o la vestimenta.
Concluyendo, los argentinos creían que lo que estaban viviendo no era más
que una crisis de esas que habían afrontado en el pasado y donde la pobreza donde
no entraba en los cálculos de éstos. El empobrecimiento fue un proceso referido al
endeudamiento, la pérdida de derechos sociales y la falta de la intervención estatal a
los sectores más vulnerables.

Configuración Social: Acción Colectiva.

21
Textos: • PAROLA, Ruth Noemí. Boletín Surá Nº 59. Acción Colectiva e intervención
profesional. Consideraciones teóricas metodológicas a propósito del Trabajo Social
Comunitario. Costa Rica. U.C.R. 2001.
• TILLY, Charles.” Acción Colectiva”. Apuntes Investigaciónn Año IV – N° 6 –
Noviembre de 2000. Págs 9 a 32.

Según el texto de Parola, para definir “acción colectiva” es necesario antes


hablar de “demanda social”, ahora bien, la demanda social ha sido dirigida para su
resolución al Estado y a través de organizaciones o instituciones que han
representado dicha demanda y llevada a cabo la acción colectiva necesaria para ello.
Pero, dada a la complejidad creciente de las sociedades latinoamericanas existe una
multiplicidad de demandas sociales no atendidas ni procesadas por el Estado; por lo
tanto han surgido acciones colectivas y actores sociales, que buscan su expresión; lo
que no quiere decir que toda demanda social insatisfecha se convierta en acción
colectiva y en opositora de lo político y contra el Estado.
Entendemos a la acción colectiva como: “el resultado de intenciones, recursos,
limites, una orientación intencional construida mediante relaciones sociales
desarrolladas en un sistema de oportunidades y obligaciones”.
La acción colectiva es llevada a cabo por actores sociales, estos sujetos
individuales que actúan colectivamente constituyen su acción mediante la definición
del campo de posibilidades y límites de acción.
En la vida cotidiana de los sujetos es donde se puede visualizar la
espontaneidad, la no-institucionalización, la ambigüedad de las demandas, los
sentidos contradictorios y multifacéticos de la acción y loa práctica colectiva.
Ningún proceso de movilización comienza en el vacío y nunca quienes se
movilizan son individuos aislados y desarraigados; los individuos interactúan, se
influencian recíprocamente, negocian en el marco de estas redes y producen las
estructuras de referencia cognoscitivas y motivacionales necesarias para la acción.
Abordar lo comunitario y la acción colectiva desde las posibilidades de
construir, reforzar y clarificar redes sociales se hace imprescindible. Es a partir de la
acción colectiva que se han redefinido las relaciones sociales y constituyen el limite
donde se detiene el proceso de individualismo que el mercado y el consumo buscan
imponer a la sociedad.
Según el texto de Tilly, la mayoría de las acciones colectivas producen bienes
de los cuales todos los miembros de un grupo se benefician, hayan participado o no en
la acción. Ya que la participación demanda esfuerzos y expone a menudo a los
participantes a riesgos, cualquier miembro de la categoría beneficiaria se interesa en

22
“mantenerse al margen” mientras otros realizan el trabajo crucial y absorben los costos
de los riesgos.
A continuación se desarrollarán las rupturas y continuidades que se dan en el
contexto de la llamada acción colectiva.
 Una de las primeras rupturas que pude visualizar, es la globalización
económica y tecnológica que ha provocado una mayor expansión de las
relaciones sociales, económicas y políticas, pero también ha traído aparejada
una mayor interdependencia de las sociedades que debido al aumento de los
flujos financieros y comunicacionales ha facilitado la hegemonía del capital
financiero. Este fenómeno se vincula con la crisis del Estado-Nación por la
pérdida de la soberanía, autonomía y decisión, el Estado ya no puede regular
tan fácilmente al capital, por ende hay una exaltación del mercado y de la
desregulación. Como continuidad a esto, vemos que actualmente el mercado
sigue teniendo un papel principal, dejando al Estado con menos soberanía,
autonomía y decisión.
 Con relación a lo anterior, otra ruptura es que la institucionalización de las
políticas sociales y de la acción social ha adquirido nuevas formas:
privatizaciones, centralización y focalización, lo que ha llevado a que el Estado
establezca nuevas y más complejas relaciones con la sociedad.
 Se ha producido una precarización de las clases medias, esto es una señal de
ruptura de la igualdad de oportunidades, significa que el principio de movilidad
social ascendente ya no está funcionando en la economía, y que por el
contrario, lo que se percibe es una movilidad descendente. Surge así el
fenómeno de exclusión y desafiliación. La exclusión como imposibilidad del
sujeto de participar colectivamente en los procesos sociales: el del trabajo, el
de la cultura, entre otros. Y la desafiliación hace referencia al
resquebrajamiento de la pertenencia a lo social o a un colectivo.
 Existe otra ruptura, en cuanto la pobreza tiene otros rostros, Roberts Castel
plantea que, pobreza hubo siempre, pero el problema es que ahora hay
diferencias al interior de los pobres y se da una ruptura de la contención
colectiva. Antes la pobreza era más homogénea, ahora la regulación colectiva
se va debilitando, heterogeniza el fenómeno. En consecuencia, el
recrudecimiento de la desigualdad es un fenómeno que cada vez observamos
más en nuestra sociedad. Esto como continuidad, ya que también se sigue
viendo actualmente.
 El texto de Tilly, a diferencia del de Parola, se contextualiza en Europa,
desarrolla que durante gran parte de la historia de Europa, la mayoría de los

23
europeos llevaron a cabo actividades riesgosas, tales como la procreación, la
cohabitación, el intercambio comercial de larga distancia y la persecución de
una vida en el más allá por medio de instituciones y practicas centradas en
incentivos solidarios. Los grupos de parentesco, las redes vecinales y las
congregaciones religiosas tuvieron gran importancia dentro de estas
instituciones y prácticas, pero también la tuvieron organizaciones más
especializadas como los pabellones y las sociedades de ayuda mutua. Como
ruptura cabe señalar, el cambio de la historia, europea, es decir, el pasaje de
estas estructuras ligadas por solidaridad hacia los gobiernos, las empresas, los
sindicatos, asociaciones especializadas y otras organizaciones que enfatizan
las recompensas materiales y coerción de gran riesgo, de involucramiento
emotivo y actividades a largo plazo.
De organizarse para realizar acciones colectivas en grupos con estructura
solidaria, pasaron a instituciones como el gobierno o los sindicatos, destacar
esto además como una continuidad, ya que hasta el día de hoy seguimos en
presencia de estas organizaciones.

La gran transformación de instituciones y prácticas interactuó con cambios


sustanciales en la acción colectiva, debemos reconocer cuatro aspectos
profundos de la acción colectiva:
 Primero, siempre ocurre como parte de la interacción entre personas y grupos,
antes como una performance individual.
 Segundo, opera dentro de los límites impuestos por las instituciones y prácticas
existentes y los entendimientos compartidos.
 Tercero, los participantes aprenden, innovan y construyen historias en el propio
curso de la acción colectiva.
 Cuarto, la acción colectiva cambia según la historia. La forma de acción
colectiva a la que llamamos huelga tiene una historia distintiva, como lo tienen
otras formas como el golpe de Estado, los litigios, y las procesiones sagradas.
Por estas razones, la acción colectiva cae dentro de repertorios bien definidos
y limitados que son particulares a diversos actores, objetos de acción, tiempos,
lugares y circunstancias.
 Para marcar como continuidad, las performances preferidas de los
movimientos sociales eran (y todavía son) las demostraciones públicas, las
procesiones, las marchas de petición, los pronunciamientos impresos, y las
intervenciones en campañas políticas. Los activistas de los movimientos
sociales, comúnmente formaron asociaciones para propósitos especiales

24
dedicadas a la promoción de causas. También crearon nombres
identificatorios, banderas, carteles y eslóganes, tal como se sigue viendo
actualmente.
 Hablando en términos generales, también puedo marcar como continuidad que
los regímenes democráticos toleraban un rango más amplio de tipos de acción
colectiva, los regímenes no democráticos, trazaron líneas más precisas entre
las actividades promovidas y todas las otras (gritar eslóganes anti-régimen en
actos oficiales), o adoptar medios prohibidos.

25

También podría gustarte