Tecnicas de Litigacion

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Lugar de hechos

El término "lugar de hechos" se refiere al sitio donde ocurrió un delito o un evento


relevante para una investigación criminal. También se le conoce como "escena del
crimen". Este lugar puede ser muy variado y abarcar desde una residencia, una
calle, un vehículo, un bosque, entre otros.
La investigación en el lugar de los hechos es fundamental para recopilar evidencia
física, documentar la escena, reconstruir lo sucedido y proporcionar pistas para
resolver el caso. Los profesionales de la criminalística y los agentes de la ley suelen
realizar diversas tareas en el lugar de los hechos, como el levantamiento de huellas
dactilares, la recolección de muestras de ADN, la toma de fotografías, la recolección
de testimonios de testigos, entre otros procedimientos.
La preservación adecuada del lugar de los hechos es esencial para garantizar la
integridad de la evidencia y facilitar una investigación exitosa. Los protocolos y las
técnicas utilizadas en la investigación del lugar de los hechos pueden variar según
el tipo de delito, la jurisdicción y las circunstancias específicas de cada caso.
El lugar de los hechos es considerado actualmente como el sitio de mayor
importancia y trascendencia en la investigación de un presunto hecho delictivo y
desde este punto inicia el protocolo de investigación forense con la finalidad de
obtener la mayor cantidad de pruebas científicas para conocer la verdad de los
hechos.
¿Qué es la teoría del caso?

La teoría del caso es el planteamiento de cada parte sobre los hechos, las pruebas y
su connotación jurídica. La teoría del caso permite determinar cuáles son los hechos
relevantes conforme a las descripciones abstractas del legislador sobre las conductas
punibles.

¿Cuáles son los tres elementos de la teoría del caso?

Elementos Estructurales de la Teoría del Caso.

1_ El análisis fáctico, que atiende a los hechos materia del proceso.

2_ El análisis jurídico, que debe configurarse en los hechos.

3_ El análisis probatorio, como el conjunto de pruebas que causarán certeza


respecto a la hipótesis asumida.

¿Cuándo se construye la teoría del caso?

Desde el primer momento en que se tiene conocimiento de estos hechos y una vez
se posea la información que servirá a cada una de las partes, se debe definir cuál
será la teoría del caso por demostrar, se plantea inicialmente como hipótesis de lo
que pudo haber ocurrido.

¿Cómo se divide la teoría del caso?

Es decir, se divide en dos fases. La primera consiste en determinar la ley y la teoría


jurídica aplicables al caso.

La segunda fase consiste en el estudio de todos los elementos punibles, esto es, ir
de lo particular de cada hecho a sus generalidades que conforman la teoría jurídica
seleccionada.

¿Qué estrategias se deben de utilizar en la teoría del caso?

Realizar un análisis estratégico del caso. Ordenar y clasificar la información del


caso. Adecuar los hechos al tipo penal, lo cual servirá para defender la tesis.
Determinar que es lo que esperamos de la investigación.
¿Quién realiza la teoría del caso?

La teoría del caso, producto exclusivo del trabajo del abogado, es la idea básica o
central y subyacente a toda nuestra presentación en una negociación o en juicio,
que explica de forma creíble la teoría legal aplicable y los hechos de la causa, idea
que ha de ser coherente con la prueba no controvertida y con nuestra.

¿Cómo se hace una teoría del caso?

1- Reúne toda la información relevante.


2- Identifica los hechos clave.
3- Analiza los hechos.
4- Identifica los problemas legales .
5- Desarrolla una hipótesis.
6- Refina tu hipótesis.
7- Desarrolla tu argumento.
8- Prepara tu presentación.

Las etapas del proceso penal

El proceso penal se compone básica y principalmente de cuatro etapas, las


cuales son:

Etapa preparatoria
Esta es también conocida en algunos países como la etapa de investigación,
la cual consiste en la presentación de un caso a las autoridades competentes
para que este sea evaluado por el sistema acusatorio. De la misma forma,
esta etapa se subdivide en dos partes más:

La investigación inicial, que comienza con la presentación de la denuncia,


querella u otro requisito equivalente, y concluye cuando el imputado queda a
disposición del Juez de control para que se le formule la imputación
respectiva.
La investigación complementaria, la cual comprende la formulación de la
imputación y se agota una vez que se haya cerrado la investigación.
Etapa intermedia
Se le conoce como intermedia porque comprende desde la formulación de la
acusación hasta el acto de apertura del juicio. En esta etapa, si la autoridad
pública considera que se tiene suficientes pruebas como para suponer que
el imputado es culpable, se presenta entonces la acusación ante un Juez,
para luego realizar un debate entre el imputado y la víctima mediante
abogados.

Juicio Oral
Una vez determinadas las pruebas que son admitidas y cuáles no, y también
habiendo agotado otras soluciones alternas que evitarán llevar el conflicto a
juicio, se procede a la etapa del juicio oral. Esta comprende desde que se
inicia el acto de apertura de juicio hasta la sentencia emitida por el Tribunal
del sistema acusatorio, donde se produce un debate en el que ambas partes
desahogan sus evidencias.

Sentencia
Una vez determinada la inocencia o culpa del imputado, se procede con la
dictaminación de la pena o sentencia, la cual será leída y explicada de una
manera clara y precisa, de modo que no se preste a interpretaciones
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS
ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Artículo 20. El proceso penal será acusatorio y oral. Se regirá por los
principios de publicidad, contradicción,
concentración, continuidad e inmediación.

A:. De los principios generales:


I. El proceso penal tendrá por objeto el esclarecimiento de los hechos, proteger al
inocente, procurar que el
culpable no quede impune y que los daños causados por el delito se reparen;
II. Toda audiencia se desarrollará en presencia del juez, sin que pueda delegar en
ninguna persona el desahogo
y la valoración de las pruebas, la cual deberá realizarse de manera libre y lógica;
III. Para los efectos de la sentencia sólo se considerarán como prueba aquellas
que hayan sido desahogadas en la audiencia de juicio. La ley establecerá las
excepciones y los requisitos para admitir en juicio la prueba anticipada, que por su
naturaleza requiera desahogo previo
IV. El juicio se celebrará ante un juez que no haya conocido del caso previamente.
La presentación de los argumentos y los elementos probatorios se desarrollará de
manera pública, contradictoria y oral;
V. La carga de la prueba para demostrar la culpabilidad corresponde a la parte
acusadora, conforme lo establezca el tipo penal. Las partes tendrán igualdad
procesal para sostener la acusación o la defensa, respectivamente;
VI. Ningún juzgador podrá tratar asuntos que estén sujetos a proceso con
cualquiera de las partes sin que esté presente la otra, respetando en todo
momento el principio de contradicción, salvo las excepciones que
establece esta Constitución;
VII. Una vez iniciado el proceso penal, siempre y cuando no exista oposición del
inculpado, se podrá decretar su terminación anticipada en los supuestos y bajo las
modalidades que determine la ley. Si el imputado reconoce ante la autoridad
judicial, voluntariamente y con conocimiento de las consecuencias, su
participación en el delito y existen medios de convicción suficientes para
corroborar la imputación, el juez citará a audiencia de sentencia. La ley
establecerá los beneficios que se podrán otorgar al inculpado cuando acepte su
responsabilidad;
VIII. El juez sólo condenará cuando exista convicción de la culpabilidad del
procesado;
IX. Cualquier prueba obtenida con violación de derechos fundamentales será nula.
X. Los principios previstos en este artículo, se observarán también en las
audiencias preliminares al juicio.
B. De los derechos de toda persona imputada:
I. A que se presuma su inocencia mientras no se declare su responsabilidad
mediante sentencia emitida por el juez de la causa;
II. A declarar o a guardar silencio. Desde el momento de su detención se le harán
saber los motivos de la misma y su derecho a guardar silencio, el cual no podrá
ser utilizado en su perjuicio. Queda prohibida y será sancionada por la ley penal,
toda incomunicación, intimidación o tortura. La confesión rendida sin la asistencia
del defensor carecerá de todo valor probatorio;
III. A que se le informe, tanto en el momento de su detención como en su
comparecencia ante el Ministerio Público o el juez, los hechos que se le imputan y
los derechos que le asisten. Tratándose de delincuencia organizada,
la autoridad judicial podrá autorizar que se mantenga en reserva el nombre y datos
del acusador. La ley establecerá beneficios a favor del inculpado, procesado o
sentenciado que preste ayuda eficaz para la investigación y persecución de delitos
en materia de delincuencia organizada;
IV. Se le recibirán los testigos y demás pruebas pertinentes que ofrezca,
concediéndosele el tiempo que la ley estime necesario al efecto y auxiliándosele
para obtener la comparecencia de las personas cuyo testimonio solicite, en los
términos que señale la ley;
V. Será juzgado en audiencia pública por un juez o tribunal. La publicidad sólo
podrá restringirse en los casos de excepción que determine la ley, por razones de
seguridad nacional, seguridad pública, protección de las
víctimas, testigos y menores, cuando se ponga en riesgo la revelación de datos
legalmente protegidos, o cuando el tribunal estime que existen razones fundadas
para justificarlo. En delincuencia organizada, las actuaciones realizadas en la fase
de investigación podrán tener valor probatorio, cuando no puedan ser
reproducidas en juicio o exista riesgo para testigos o víctimas. Lo anterior
sin perjuicio del derecho del inculpado de objetarlas o impugnarlas y aportar
pruebas en contra;
VI. Le serán facilitados todos los datos que solicite para su defensa y que consten
en el proceso, el imputado y su defensor tendrán acceso a los registros de la
investigación cuando el primero se encuentre detenido y cuando pretenda
recibírsele declaración o entrevistarlo. Asimismo, antes de su primera
comparecencia ante juez podrán consultar dichos registros, con la oportunidad
debida para preparar la defensa. A partir de este momento no podrán mantenerse
en reserva las actuaciones de la investigación, salvo los casos excepcionales
expresamente señalados en la ley cuando ello sea imprescindible para
salvaguardar el éxito de la investigación y siempre que sean oportunamente
revelados para no afectar el derecho de defensa;
VII. Será juzgado antes de cuatro meses si se tratare de delitos cuya pena máxima
no exceda de dos años de prisión, y antes de un año si la pena excediere de ese
tiempo, salvo que solicite mayor plazo para su defensa;
VIII. Tendrá derecho a una defensa adecuada por abogado, al cual elegirá
libremente incluso desde el momento de su detención. Si no quiere o no puede
nombrar un abogado, después de haber sido requerido para hacerlo,
el juez le designará un defensor público.
IX. En ningún caso podrá prolongarse la prisión o detención, por falta de pago de
honorarios de defensores o por cualquiera otra prestación de dinero, por causa de
responsabilidad civil o algún otro motivo análogo. La prisión preventiva no podrá
exceder del tiempo que como máximo de pena fije la ley al delito que motivare
el proceso y en ningún caso será superior a dos años, salvo que su prolongación
se deba al ejercicio del derecho de defensa del imputado. Si cumplido este término
no se ha pronunciado sentencia, el imputado será puesto en libertad de inmediato
mientras se sigue el proceso, sin que ello obste para imponer otras medidas
cautelares.En toda pena de prisión que imponga una sentencia, se computará el
tiempo de la detención.

C. De los derechos de la víctima o del ofendido:


I. Recibir asesoría jurídica; ser informado de los derechos que en su favor
establece la Constitución y, cuando lo solicite, ser informado del desarrollo del
procedimiento penal;
II. Coadyuvar con el Ministerio Público; a que se le reciban todos los datos o
elementos de prueba con los que cuente, tanto en la investigación como en el
proceso, a que se desahoguen las diligencias correspondientes, y a intervenir en
el juicio e interponer los recursos en los términos que prevea la ley.
Cuando el Ministerio Público considere que no es necesario el desahogo de la
diligencia, deberá fundar y motivar su negativa;
III. Recibir, desde la comisión del delito, atención médica y psicológica de
urgencia;
IV. Que se le repare el daño. En los casos en que sea procedente, el Ministerio
Público estará obligado a solicitar la reparación del daño, sin menoscabo de que la
víctima u ofendido lo pueda solicitar directamente, y el juzgador no podrá absolver
al sentenciado de dicha reparación si ha emitido una sentencia condenatoria.
La ley fijará procedimientos ágiles para ejecutar las sentencias en materia de
reparación del daño;
V. Al resguardo de su identidad y otros datos personales en los siguientes casos:
cuando sean menores de edad; cuando se trate de delitos de violación, trata de
personas, secuestro o delincuencia organizada; y cuando a
juicio del juzgador sea necesario para su protección, salvaguardando en todo caso
los derechos de la defensa. El Ministerio Público deberá garantizar la protección
de víctimas, ofendidos, testigos y en general todas los
sujetos que intervengan en el proceso. Los jueces deberán vigilar el buen
cumplimiento de esta obligación;
VI. Solicitar las medidas cautelares y providencias necesarias para la protección y
restitución de sus derechos.
VII. Impugnar ante autoridad judicial las omisiones del Ministerio Público en la
investigación de los delitos, así como las resoluciones de reserva, no ejercicio,
desistimiento de la acción penal o suspensión del procedimiento
cuando no esté satisfecha la reparación del daño.
Artículo 21.
La investigación de los delitos corresponde al Ministerio Público y a las policías,
las cuales actuarán bajo la conducción y mando de aquél en el ejercicio de esta
función. El ejercicio de la acción penal ante los tribunales corresponde al Ministerio
Público. La ley determinará los casos en que los particulares podrán ejercer la
acción penal ante la autoridad judicial. La imposición de las penas, su modificación
y duración son propias y exclusivas de la autoridad judicial. Compete a la
autoridad administrativa la aplicación de sanciones por las infracciones de los
reglamentos gubernativos y de policía, las que únicamente consistirán en multa,
arresto hasta por treinta y seis horas o en trabajo a favor de la comunidad; pero si
el infractor no pagare la multa que se le hubiese impuesto, se permutará esta por
el arresto correspondiente, que no excederá en ningún caso de treinta y seis
horas. Si el infractor de los reglamentos gubernativos y de policía fuese jornalero,
obrero o trabajador, no podrá ser sancionado con multa mayor del importe de su
jornal o salario de un día. Tratándose de trabajadores no asalariados, la multa que
se imponga por infracción de los reglamentos gubernativos y de policía, no
excederá del equivalente a un día de su ingreso. El Ministerio Público podrá
considerar criterios de oportunidad para el ejercicio de la acción penal, en los
supuestos y condiciones que fije la ley. El Ejecutivo Federal podrá, con la
aprobación del Senado en cada caso, reconocer la jurisdicción de la Corte Penal
Internacional. La seguridad pública es una función del Estado a cargo de la
Federación, las entidades federativas y los Municipios, cuyos fines son
salvaguardar la vida, las libertades, la integridad y el patrimonio de las personas,
así como contribuir a la generación y preservación del orden público y la paz
social, de conformidad con lo previsto en esta Constitución y las leyes
en la materia. La seguridad pública comprende la prevención, investigación y
persecución de los delitos, así como la sanción de las infracciones administrativas,
en los términos de la ley, en las respectivas competencias que esta Constitución
señala. La actuación de las instituciones de seguridad pública se regirá por los
principios de legalidad, objetividad, eficiencia, profesionalismo, honradez y respeto
a los derechos humanos reconocidos en esta Constitución. Las instituciones de
seguridad pública, incluyendo la Guardia Nacional, serán de carácter civil,
disciplinado y profesional. El Ministerio Público y las instituciones policiales de los
tres órdenes de gobierno deberán coordinarse entre sí para cumplir los fines de la
seguridad pública y conformarán el Sistema Nacional de Seguridad Pública, que
estará sujeto a las siguientes bases mínimas: La formación y el desempeño de los
integrantes de la Guardia Nacional y de las demás instituciones policiales se
regirán por una doctrina policial fundada en el servicio a la sociedad, la disciplina,
el respeto a los derechos humanos, al imperio de la ley, al mando superior, y en lo
conducente a la perspectiva de género.

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