44 Técnicas Narrativas en Terapia Infantil
44 Técnicas Narrativas en Terapia Infantil
44 Técnicas Narrativas en Terapia Infantil
PSICOTERAPIA
TECNICAS NARRATIVAS EN TERAPIA INFANTIL
44
REVISTA DE PSICOTERAPIA
Director: MANUEL VILLEGAS BESORA
Consejo de Dirección: LLUIS CASADO ESQUIUS, ANA GIMENO-BAYON
COBOS, MAR GÓMEZ, LEONOR PANTINAT GINÉ, RAMON ROSAL
CORTES.
Comité de Redacción: MAR GOMEZ MASANA, NEUS LÓPEZ CALATAYUD,
SILVIA CASTILLO CUESTA, MARK-DANA MUSE, IGNACIO PRECIADO
IGLESIAS, Mª JOSE PUBILL GONZALEZ, Mª ROSA TORRAS CHERTA.
Secretaria de Redacción: EMPAR TORRES AIXALÀ
Consejo Editorial: ALEJANDRO AVILA ESPADA, CRISTINA BOTELLA
ARBONA, LLUIS BOTELLA GARCÍA DEL CID, ISABEL CARO GABALDA,
GUILLEM FEIXAS I VIAPLANA, JUAN LUIS LINARES, GIOVANNI
LIOTTI, FRANCESCO MANCINI, JOSE LUIS MARTORELL YPIENS,
MAYTE MIRO BARRACHINA, JOSE NAVARRO GONGORA, LUIGI ONNIS,
IGNACIO PRECIADO, JAUME SEBASTIÁN, SANDRA SASSAROLI,
ANTONIO SEMERARI, VALERIA UGAZIO.
Coordinación Editorial: LLUIS BOTELLA GARCIA DEL CID.
EDITA:
REVISTA DE PSIQUIATRIA Y PSICOLOGIA HUMANISTA, S.L.
APARTADO DE CORREOS, 90.097 - 08080 BARCELONA
Epoca II, Volumen XI - Nº 44 - 4º. trimestre 2000
Esta revista tuvo una época 1ª, desde 1981 hasta 1989, con el título de «Revista de Psiquiatría
y Psicología Humanista», con ventinueve números publicados, venticinco de ellos monográ-
ficos. Ha sido desde sus comienzos un importante medio de difusión de aportaciones
psicológicas y terapéuticas relacionadas con los principales modelos de orientación humanista,
con un enfoque predominantemente integrador en lo terapéutico, y de fomento de rigor
científico en lo teórico.
Los directores anteriores han sido; Andrés Senlle Szodo (1.981-1.984), fundador de la revista;
Lluis Casado Esquius (1.984-1.987), Ramón Rosal Cortés (1.987-1989)
EDITORIAL ................................................................................. 3
EL CONSTRUCTIVISMO RELACIONAL EN LA PSICOTERAPIA
CON NIÑOS Y ADOLESCENTES:
UNA PROPUESTA PARA LA LIBERACIÓN DE NUEVOS
ESPACIOS DIALÓGICOS ......................................................... 5
Meritxell Pacheco y Lluis Botella
“HISTORIAS CON NIÑOS Y NIÑOS CON HISTORIAS”:
UNA PROPUESTA NARRATIVA CON NIÑOS
INSTITUCIONALIZADOS. ....................................................... 27
Sandra Cuadrado Nicoli y Teodoro Herranz Castillo
TERAPIA NARRATIVA CON NIÑOS Y ADOLESCENTES:
¿DE QUÉ ESTÁN HECHOS LOS PROBLEMAS? ................. 59
Miguel Gonçalves
INTERPRETACIÓN DEL JUEGO IMAGINATIVO EN LA
PSICOTERAPIA INFANTIL: HACIA UN ENFOQUE
HERMENÉUTICO FENOMENOLÓGICO ............................. 83
Bertha Mook
PUBERTAD Y ADOLESCENCIA: ¿TRABAJAMOS CON LOS
JÓVENES Y/O CON LOS PADRES? UNA PERSPECTIVA
POSTRACIONALISTA ............................................................... 95
Eduardo Cabrera Casimiro, Servando David Trujillo Trujillo,
Giampiero Arciero
Apellidos: ............................................................................................................................
Nombre: ..............................................................................................................................
Teléfono: ........................................ Profesión: ...................................................................
Dirección: ............................................................................................................................
Ciudad: ............................................................................................. D.P. ...........................
...........................................................................................................................
Fecha y Firma:
“Érase que se era una vez un tema” al que la Revista de Psicoterapia no había
dedicado nunca un número monográfico, ni siquiera una atención específica a
alguno de sus aspectos. Y este no era otro que el del trabajo terapéutico con niños.
Pero al mismo tiempo “érase que se era una vez un tema” al que sí que la Revista
de Psicoterapia le había dedicado un número monográfico y éste no era otro que
el de las narrativas en psicoterapia. De modo que mezclando mágicamente lo que
era con lo que no era, ha salido el volumen que el lector tiene ahora entre sus
manos, dedicado al trabajo con técnicas narrativas con niños y adolescentes.
Estas técnicas pueden incluir el relato autobiográfico, el cuento o la parábola, el
juego o la dramatización: tienen en común su carácter de relato, más allá de su
dimensión mítica o histórica, en el que lo que finalmente importa es su valor
narrativo.
Se abre la monografía con un artículo de Meritxell Pacheco y Lluis Botella
en el que se presenta su comprensión de la psicoterapia con niños y adolescentes
desde el constructivismo relacional, fruto del intento de profundizar y enriquecer
el diálogo entre las teorías constructivistas y construccionistas contemporáneas
en un contexto cultural posmoderno. Establecen los autores una especie de
decálogo de los principios básicos del constructivismo relacional y, mediante la
presentación de un caso, ofrecen algunas implicaciones prácticas para la terapia
con niños y adolescentes.
La concepción del niño como constructor activo de su identidad, tal como
Sandra Cuadrado Nicoli expone en el segundo de los trabajos, nos ha llevado en
psicoterapia infantil a legitimar y prestar mayor atención a la experiencia vivida
y expresada por el propio sujeto en sus propios términos. De esto se deriva el
énfasis en los procesos narrativos de reconstrucción de la propia experiencia y el
consecuente uso de técnicas constructivas y narrativas para su estudio. En este
artículo, pasa revista la autora a los distintos enfoques que han prestado especial
interés al uso de historias en terapia con niños, deteniéndose en un caso en el que
las historias de una niña institucionalizada en un centro de acogida, sirven de hilo
conductor para la comprensión de su experiencia, así como para abrir una puerta
al cambio y a nuevos horizontes relacionales.
El tercero de los artículos, debido a la pluma de Miguel Gonçalves,
constituye una aplicación del modelo narrativo de White y Epston (1990) con
niños y adolescentes. Presenta este modelo a partir de tres dimensiones centrales:
Nota Editorial: Como habrán observado nuestros lectores nuestra Revista lleva
varios números aumentando sistemáticamente el número de páginas en una
entrega de 16 hojas más. Este cambio se ha ido estabilizando y a partir del
próximo año se convertirá en algo definitivo, pasando de 96 páginas los
números sencillos a 112 y de 160 los números dobles a 176. Ello, sumado
al hecho que desde el año 1998 no ha subido el precio de la suscripción, a
pesar del encarecimiento de materias primas, junto a la necesidad de prever
la fijación del precio en euros para el próximo 2002, nos ha llevado a situar
el precio de la suscripción para el año 2001 en 5.800 pts, muy próximo a los
35 Euros (5.823pts.), precio previsto para la próxima conversión monetaria
a la moneda única europea.
This paper presents our understanding of child and adolescent therapy from a
relational constructivist approach, as a way to further develop the dialogue between
contemporary constructivist theories and social constructionist approaches in a
postmodern cultural context. The ten main assumptions of relational constructivism and
their implications for therapeutic work with children and adolescents are discussed by
means of a case example.
Key words: Relational constructivism, constructivism, constructionism, child and
adolescent psychotherapy.
INTRODUCCIÓN
Cuando pensamos en nosotros mismos nos es fácil vernos como seres únicos
y distintos de los demás. Sabemos detectar en qué nos asemejamos al resto de
mortales pero, sobre todo, en qué nos diferenciamos aunque a veces no salgamos
ganando con la comparación. Nos gusta sentir que somos distintos. Sin embargo,
cuando pensamos en los demás tendemos a agruparlos en categorías y a dejarnos
llevar por nuestras anticipaciones. Es un proceso natural y deseable. Si no ordená-
ramos el mundo según nuestras experiencias previas, presentes y nuestras anticipa-
ciones del futuro ¿cómo podríamos darle sentido? ¿cómo podríamos sentirnos
(Págs. 5-26)
COMENTARIOS FINALES
Como hemos ido mostrando a lo largo de todo el artículo, el constructivismo
relacional no se plantea como una narrativa totalizante que pretenda acallar a las
demás voces presentes en el ámbito de la psicoterapia sino más bien enriquecer el
diálogo desde los factores comunes a distintas orientaciones. Ya en 1986, Lambert
demostró que las técnicas procedentes de las distintas orientaciones teóricas que han
demostrado su eficacia sólo explican un 15% del cambio psicoterapéutico, mientras
que los factores comunes a las distintas orientaciones, explican un 30%. Puesto que
la psicoterapia es una forma de relación y las relaciones humanas se articulan en
conversaciones, desde el constructivismo relacional se enfatizan sobre todo los
procesos conversacionales que se dan en las relaciones en general (también en la
relación con uno mismo) y en psicoterapia en particular.
De acuerdo con la definición que hace Lowe (1991) de la psicoterapia como
“arte de conversar” el constructivismo relacional enfoca la terapia como una forma
de conversación colaborativa destinada a transformar las narrativas de identidad de
los clientes. Como se ha ido viendo a lo largo del artículo, desde el constructivismo
relacional se enfatiza la actitud de apertura y de curiosidad del terapeuta, su
capacidad para asombrarse de procesos aparentemente simples y de facilitar la
expresión y expansión de los significados más idiosincrásicos. En el caso de la
terapia con niños y adolescentes es especialmente relevante la habilidad del
terapeuta para dejarse llevar por la creatividad e imaginación de sus clientes. En este
último punto, es esencial el uso del lenguaje. Además de utilizar un lenguaje cercano
al niño, encontramos especialmente relevante dotar a nuestras palabras de un aire
casi mágico. ¿Por qué conversar sobre la importancia de “hablar bien” si podemos
conversar sobre “el poder de las palabras”?. ¿Por qué conversar sobre las caracte-
rísticas de personalidad de Mario si podemos hacerlo sobre sus “dones” y añadir así
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The conception about the child as an active builder (constructor) of his identity has
led in children psychotherapy to legitimate and to pay more attention to the lived
experience and expressed by the own subject in his own terms. From this is derived the
emphasis in the narrative processes of reconstruction of life’s stories and the consequent
use of constructive and narrative techniques for their study. In this article we review
different approaches with special interest in the use of stories in therapy with children,
and we present a case study in which the stories of a girl in a foster institution help us
to understand her experience better and to open an avenue to the change and to new
relational horizons.
Key words: narrative in psychotherapy, fostering, children.
INTRODUCCIÓN
“Escuchando historias sobre madrastras malvadas, niños perdidos reyes
buenos pero equivocados, lobas que amamantan gemelos, hijos menores
que no reciben herencia pero deben labrar su propio camino en el mundo
e hijos mayores que gastan su herencia viviendo lujosamente y marchan al
exilio para vivir con los cerdos, los niños aprenden lo que significa ser
padre y ser hijo, cuáles pueden ser los personajes del drama en el que han
nacido y cómo es en definitiva el mundo. Priva a los niños de esas historias
y los dejarás sin guiones, tartamudos ansiosos tanto en sus actos como en
(Págs. 27-58)
self subjetivo, donde el niño descubre “una teoría de las mentes separadas”, un
universo donde los contenidos mentales y los estados internos pueden ser compar-
tidos. La evidencia de que existe esta habilidad en el niño es inferencial, se puede
detectar estudiando el foco de atención, las intenciones y la expresión de sentimien-
tos; todos ellos rasgos centrales en la posterior construcción de estructuras narrati-
vas. Después surge el sentido del self verbal o categórico, donde el niño toma
conciencia de que puede ser objetivado de forma representacional fuera de sí
mismo; aparece el juego o discurso de fantasía y la capacidad de representarse a sí
mismo y su vida de forma verbal. Por último, el sentido del self narrativo, no se
conoce exactamente cuándo comienza pero se ha podido observar que niños de
aproximadamente tres o cuatro años son capaces de construir narraciones que
incluyen actores, intenciones, metas y consecuencias, con principios, medios y
fines.
La capacidad narrativa -el modo narrativo- puede ser una propiedad emergente
de la mente como el lenguaje mismo. Puede ser un rasgo universal de organización
de la experiencia humana, y como tal, puede influenciar el modo en que los seres
humanos perciben y comprenden la experiencia del self una vez que tienen la
capacidad de pensar de un modo narrativo.
PERSPECTIVA COGNITIVA
Comenzaremos explicando el concepto de representación mental desde el
enfoque cognitivo, y las diferencias evolutivas en el modo de representar del niño
respecto al adulto. Después presentaremos la propuesta de investigación con
representaciones narrativas de R. Russell y P. Van den Broek (1988), y por último
analizaremos cómo es propuesto el cambio terapéutico de las representaciones
mentales a través de la confrontación de “narrativas rivales”.
La Psicología Cognitiva ha estado interesada en la cuestión de cómo las
personas representan lo que conocen. Un supuesto básico parece ser que las
personas construyen activamente representaciones internas coherentes sobre sí
mismos y el mundo, y estas representaciones son utilizadas para interpretar y
predecir resultados y experiencias futuras. La coherencia de una representación
interna está en función del área a la que sus elementos están significativamente
ligados. Los acontecimientos que tienen lugar en la vida corriente están
interrelacionados a través de inferencias basadas en nuestra experiencia pasada.
Con la repetida exposición a hechos o episodios, las personas construyen una
representación general que marca esos hechos o episodios como similares en
estructura relacional y contenido. Dichas representaciones han sido definidas como
esquemáticas. Un esquema es una representación organizada sobre un conjunto de
acontecimientos, en la cual las partes están significativamente relacionadas. Ade-
más, éstos resumen e integran información previa y nos indican qué sucesos tienden
a ocurrir juntos y cómo se relacionan. El esquema, también llamado modelo o
guión, incluye a) el curso de los acontecimientos, b) las características de la
situación, c) los papeles o funciones de las personas implicadas y c) los sentimientos
y emociones de la persona en relación al acontecimiento (Mandler, 1984; Neisser,
1981; Nelson, 1986; Shank y Abelson, 1977).
PERSPECTIVA PSICODINÁMICA
La reestructuración de representaciones simbólicas.
Freud ya señaló la importancia de la narración en la comprensión y el
tratamiento de las neurosis: “hay una íntima conexión entre la historia de sufrimien-
to de un paciente y los síntomas de su enfermedad” (Freud 1981, pp.161-162). Este
autor propone el cambio terapéutico a través de la reestructuración de las represen-
taciones simbólicas del paciente, haciéndole recordar (y narrar) los detalles de las
circunstancias de su trauma y su representación mental. Sin embargo Freud no
desarrolló en detalle las implicaciones desde un punto de vista narrativo. Otro autor,
Schafer (1980), ha estudiado cómo las distintas teorías psicoanalíticas han utilizado
diferentes códigos interpretativos (estructuras narrativas) para desarrollar sus
maneras de hacer análisis y hablar sobre él. Los datos en psicoanálisis, para el autor,
NIVELES DE DESARROLLO
DEL CONFLICTO EXPLICACIÓN:
1º. FALTA DE RESPUESTA El personaje ante la presencia de un conflicto
sufre una parálisis por el impacto o sorpresa,
por la que se ve incapaz de reaccionar.
2º. FRACASO Ante la situación conflictiva o peligrosa, el
DEL CONFLICTO personaje bien escapa o bien es rescatado, no
dándose la situación temida.
3º. ANULACIÓN DE Gracias a la ayuda de otros, el personaje puede
LA AMENAZA conseguir evitar el peligro y hacer que
desaparezca.
4º. TRANSFORMACIÓN La remisión total del peligro o situación temida
TOTAL mediante la transformación total de la fuente de
peligro y de la situación, sin posible retorno de
la amenaza.
DE LA EXPERIENCIA AL RELATO
El caso práctico que exponemos al final del artículo, trata sobre una niña que
vive en una institución de acogida. Los niños con los que trabajamos son niños que
han sufrido normalmente alguna experiencia traumática (abuso, negligencia, mal-
trato, etc.) con la consecuente separación de sus padres.
Dadas sus características, y el tipo de intervención psicodramática que
2º Acto
3er Acto
Lo que la niña decía/ hacía Lo que nosotros pensábamos
a. Hay una bruja mala que asusta a los a. Está mostrándonos sus miedos a un
niños con destruirlos. Los niños es- mundo agresivo y su desvalimien-
tán desprotegidos en el bosque. to, su soledad.
b. La bruja ensaya su maldad y les b. Pone en acción sus fantasías
aterra. persecutorias. Su miedo a que la
destruyan.
c. La bruja se transforma, ya no quiere c. Es capaz de sentir cariño frente al
ir asustando ni cociendo niños, quie- desvalimiento de sí misma, y em-
re cuidarlos y jugar con ellos, quiere pezar a cuidarse.
ser una “bruja-mamá” buena.
Conclusiones
Subyacente a los trastornos disociales, donde lo más manifiesto es la expresión
de la agresividad, en nuestra experiencia hemos podido comprobar con niños
institucionalizados que encontramos frecuentemente la misma historia que, vista
por nosotros, podría resumirse en “Una historia de desvalimiento” que contamos a
continuación:
“Había una vez un niño que viene al mundo y se encuentra desprotegido. Tiene
que engañarse creyendo que él solo va a poder vencer o enfrentarse al mundo.
Aprende que la violencia le sirve como anestesia frente al sentimiento de desprotección
y cada vez que siente la necesidad de los demás, va a adormecer su dolor mediante
la agresión”.
Frente a la angustia, estos niños difícilmente pueden poner palabras a su
sufrimiento. Desde nuestro punto de vista, la intervención consiste en ayudarles a
aceptar el sufrimiento que supone reconocer su necesidad del otro. Para que la
historia dominante de desvalimiento, aunque siga siendo dolorosa, deje de ser
dominante o pase a un segundo plano, junto a ella se le ofrece la posibilidad de
construir una historia alternativa donde el acogimiento y la protección cubran la
necesidad de cuidado y afecto.
La integración del Psicodrama y la Narración aparece desde el momento en que
lo dramático condensa su significado en un hilo argumental que lleva a un
protagonista a plantearse una situación o conflicto, a enfrentarse a ella (o por el
contrario huir), y si se enfrenta, intentar resolverla a través de su transformación o
restauración, en un contexto seguro y no amenazador para la persona.
Desde el procedimiento que proponemos, los otros (terapeuta, yoes auxiliares,
contexto) son imprescindibles, puesto que tienen que establecer los elementos
necesarios para que su “historia alternativa” tenga lugar. La impulsividad de estos
niños nace de la falta de cohesión de su discurso, que se traduce en una historia
fragmentada (un “Rambo” que mata, un bebé alimentándose, una bruja que asusta);
las experiencias han de presentarse desconectadas, no vinculadas, porque si se
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In this article we discuss the application of White and Epston’s (1990) narrative
model with children and adolescents. This model is described from three core
characteristics: externalizing language, situating the problems in the discourse and
identification and amplification of unique outcomes. Before the presentation of a
clinical case we analyzed briefly this model toward the therapeutic relationship and
regarding the process of clinical assessment.
Key Words: Narrative therapy, re-authoring, children and adolescents.
INTRODUCCIÓN
Diversos autores coinciden en señalar que la mayoría de nuestros procesos
psicológicos están organizados de manera narrativa (cf. Bruner, 1986; Gergen y
Gergen, 1988; Hermans y Kempen, 1994). La forma en que damos sentido al mundo
y a nuestros propósitos es a través de la construcción y deconstrucción de historias.
Estas narrativas orientan los procesos cognitivos más complejos (por ejemplo:
memoria, expectativas, autopercepción), los procesos emocionales (como emocio-
nes manifiestas, temas emocionales predominantes), las relaciones interpersonales
y la organización del futuro (proyectos).
La materia prima de la psicoterapia es, por tanto, la narrativa, y la terapia opera
deconstruyendo y re-construyendo historias, siendo el objetivo de la psicoterapia
deconstruir estas narrativas y elaborar con los clientes otras, más adaptativas, que
(Págs. 59-82)
LENGUAJE EXTERNALIZADOR
Al contrario que las perspectivas tradicionales de psicoterapia, que ven el
problema como si estuviera “dentro” del cliente, internalizando y fundiendo el
problema con éste, el enfoque de re-autoría intenta situar el problema fuera de las
personas. Por ejemplo, en lugar de intentar determinar cuáles son las características
del cliente (cognitivas, emocionales) que agravan o mantienen la depresión, la
terapia narrativa procura disociar el problema (por ejemplo, pesimismo, depresión,
perfeccionismo) de la persona. Este proceso de externalización del problema se
obtiene mediante el uso de un lenguaje externalizador. El terapeuta formula
sistemáticamente cuestiones de forma que lleven a separar el problema el problema
de la persona (por ejemplo: “¿qué hace el pesimismo para convencerle?”, “cuando
el pesimismo consigue que haga lo que él quiere, ¿cómo se siente?”, “¿cuál es el
proyecto del pesimismo en su vida?”.
Fíjemonos en la diferencia entre la externalización en la terapia narrativa –
“¿qué es lo que el pesimismo le obliga a sentir?”- y las preguntas internalizadoras
de la terapia tradicional – “¿cómo se siente cuando está pesimista?”. Cuando
permitimos que la internalización ocurra, no sólo estamos asumiendo que existe un
problema sino que estamos afirmando que el cliente es el problema. Cuando esto
ocurre, el cliente no sólo debe lamentarse por tener un problema específico sino que
se lamentará (o culpabilizará) por ser como es. De este modo se crea un contexto
terapéutico en el que un problema se transforma en un doble problema. No sólo
existe un problema y domina la vida del cliente sino que al ser la señal de un defecto
interno, muchas veces es sentido como insuperable.
La externalización, por el contrario, asume que las personas cuando son
víctimas de los problemas se comportan de un modo “disfuncional” porque se
sienten forzadas a no comportarse de otro modo.
Una de las consecuencias inmediatas de esta gramática externalizadora
ENCUADRAMIENTO DISCURSIVO
El proceso de externalización asume que la construcción de significado opera
discursivamente. Los problemas no viven “dentro” de las personas sino en un
espacio discursivo que los legitima y define. Externalizar el problema no es, sin
embargo, internalizarlo en otras personas sino colocarlo en un espacio discursivo en
SI LA DEPRESIÓN HABLASE…
Ivo tiene 14 años y llegó a nuestra consulta porque los padres le encontraban
deprimido debido a dificultades académicas. El proceso terapéutico transcurrió
entre diciembre y Marzo, habiendo realizado 10 sesiones.
4ª sesión
Comenzamos por leer los registros que hizo de la “voz de la depresión” y de
sus respuestas y verificamos que, la mayoría de las veces, esta estrategia había
funcionado reduciendo un poco el impacto de la depresión. El objetivo de esta
estrategia no fue tanto el hacer “discusión racional” (c.f. O. Gonçalves, 1993) sino
el movilizar a Ivo contra la depresión, posibilitándole de nuevo tener una “voz”,
afirmar sus objetivos y luchar por sus sueños.
El sábado pasado estuvo distraído preparando la fiesta fin de año y la depresión
tuvo un impacto reducido. El domingo, el nivel de depresión fue semejante, dado
que estuvo con los amigos en una fiesta y el segundo día festivo consiguió jugar al
fútbol con sus colegas. Dice que se siente mejor que la semana pasada. Trabajamos
5ª sesión
Surgen nuevas victorias contra la depresión: se divierte mucho más en las
salidas con sus amigos y consigue estudiar por la mañana.
Comenta que va a cambiarse a una clase en la que tiene tres antiguos colegas
y que esto le da algún optimismo. Le pregunto si alguien se ha dado cuenta de estos
cambios en él “pienso que mis padres han notado que estoy mejor, y mis amigos,
cuando comencé a salir de nuevo con ellos dijeron ‘¡mira este!’ ”.
Afirma que fue agradable oír esta expresión puesto que era como si el “Ivo
antiguo” (es decir, el Ivo sin problemas) estuviese de vuelta.
A parte de la constante validación por parte del padre, en las sesiones surge una
validación por parte de los pares. Este proceso es de extrema importancia, puesto
que según el enfoque de re-autoría, como comentamos anteriormente, las personas
no existen en un vacío relacional, siendo la individualidad conceptualizada como
consecuencia de las relaciones (c.f. Mcnamee y Gergen, 1999).
Pero, más interesante aún, al analizar la validación social del cambio, surgió
una metaforización espontánea de Ivo en el pasado, sin la influencia de la depresión.
Aprovechando la idea de que hubiera un Ivo antiguo, le pedí que clasificáramos de
cero a veinte la dominancia de los siguientes temas:
Ivo Ivo Ivo
antiguo preocupado actual
Miedo 3 13 6
Depresión 3 12 10
Culpa 4 11 10
“Comparación” 12 16 12
“Tienes que…” 17 16 12
6ª sesión
La semana transcurrió bien: Ivo se sentía preocupado el primer día antes de ir
al colegio, pero le gustó la clase –“me sentí bien, había más barullo y no se habló
de las notas”. A pesar de esto, el cambio le causó algunas dificultades para seguir
la materia. Parece que la depresión utiliza esta dificultad para continuar dominán-
dole diciendo: “las notas van a ser bajas”. En contrapartida, la culpa, con la idea de
“deberías estar estudiando”, no había aparecido. El pensamiento de que las notas
iban a ser bajas alimenta el miedo, que es ahora más fuerte que la culpa y la
depresión.
Le pregunto como puede vencer y dominar el miedo – “tal vez después de los
exámenes, si consiguiese sacar más de 15”. Intento percibir cuál es la proximidad
a la que está del Ivo antiguo- y sugiere 14. Le pregunto qué falta para el 20 –“ acabar
el 10º, 11º, 12º y la entrada en la facultad”. Me pregunto si esta idea no es el miedo
a hablar disfrazado y me refiere que siente incluso “falta de confianza, que es un
miedo hacia el futuro”. Esta idea de que la confianza podía no volver nunca más, fue
7ª sesión
La semana transcurrió bien, ahora el miedo se mantenía y había aumentado un
poco con la proximidad de los exámenes. Le pregunto lo que ocurriría si mágicamente
consiguiésemos apagar el “tengo que” como si fuese el fichero de un ordenador –
“el miedo desaparecía, comenzaba a tener notas peores y me esforzaba menos”. El
‘esfuérzate’ para mi no basta”. Como se puede constatar, no tiene ningún sentido,
desde el punto de vista de Ivo, abandonar el “tengo que”; insistir en esta idea sería
cometer un acto de violencia contra sus creencias y necesidades.
Esto no significa, sin embargo, que no se puedan detallar los efectos negativos
de esta especificación. Así le pregunto si imagina cuáles son los orígenes del “tengo
que”: “en el 5º y 6º cursos bajé en las notas y mis padres comenzaron a exigirme.
La idea resultó bien del 7º al 9º curso, pero después fracasó”.
Para percibir si existía en su familia una presión para el “tengo que” intento
comprender si él piensa que los padres funcionan en este registro y no en el de
“esfuérzate” y de qué modo el “tengo que” es un buen terreno para la depresión.
Sugiere que los padres funcionan más de acuerdo con el “esfuérzate” y que, en
cuento se funciona con el “tengo que”, la depresión está siempre presente, “a la
espera de una oportunidad en que haya habido un fracaso”. Piensa que desarrolló
esta idea después de haber sacado notas bajas y que ahora, sin ella, la motivación
desaparecía. Actualmente, si cambiase al “esfuérzate” esto daría origen a un falta
de implicación en el estudio. Comenta que no piensa encontrar una tercera
alternativa y piensa que esto ahora le deja desprotegido ante los nuevos ataques del
miedo.
A pesar de esto, en esta sesión, se ha vuelto claro que era necesaria una
8ª sesión
Comenzamos la consulta discutiendo la reacción del padre en la última sesión
e Ivo concluyó “pienso que mi padre puede haberme transmitido el ‘esfuérzate’,
pero como lo veo siempre sobrecargado puedo haberlo interpretado como ‘tienes
que’ ”. Lo que ocurrió después del ciclo también puede haberme llevado a acreditar
más el “tienes que”.
Comenta después que tuvo un examen de matemáticas y que fue “así-así”. Le
pregunté cuál fue su actitud durante el examen: más “tienes que” o más “esfuérzate”.
Ivo refiere que sintió que llevaba bien el miedo y que estuvo “aquí y allí”, entre uno
y otro. Cuando comenzaba a ponerse tenso se dejaba arrastrar por el “esfuérzate”,
pero si se quedaba allí por mucho tiempo comenzaba a ser dominado por la pereza.
En ese momento se dejaba dominar por el “tienes que” y se ponía más tenso. Dice
que, a pesar de pensar que había resultado bien, este “saltar” fue un poco confuso.
Comenzaba así a surgir en esta sesión, la posibilidad que buscábamos antes de
una alternativa, siendo este episodio un importante resultado único en el que el
cliente espontáneamente rechaza la idea de “tener que”. Le pregunté si era la primera
vez que se daba cuenta de este diálogo entre uno y otro e Ivo dice que “sentía que
dominaba en parte uno y otro y los utilicé para conseguir mis objetivos”. Sugerí que
tal vez esta confusión tuviese algo que ver con el hecho de usar esta estrategia por
primera vez y que con la práctica podría mejorar en su desempeño. Ivo piensa que
sí y discutimos si al final no era esta la solución que estabamos buscando, dado que
esto “evitaría un hacha permanente sobre tu cabeza que es el ‘tienes que’…”. Ivo
encontró esta metáfora interesante y la utilizó para explicar lo que había ocurrido –
“es como si hubiese un verdugo con un hacha, y siempre que está con el hacha baja,
yo pongo la cabeza para hacerme trabajar, pero cuando él levanta el hacha, yo saco
9ª sesión
La semana transcurrió bien; en el examen de matemáticas Ivo obtuvo 15 e hizo
además tres exámenes. En estos volvió a sentir que dominaba la ansiedad, jugando
entre el “tienes que” y el “esfuérzate para”. Comenta que le gustaría reducir un poco
más la tensión, pero que cree que es una cuestión de entrenamiento y de encontrar
el equilibrio entre el “tienes que” y el “esfuérzate”. Le pregunto si la relajación le
ha servido en esa reducción y afirma que sí, que cuando los exámenes se acercan la
hace más frecuentemente y se siente más tranquilo.
10ª sesión
Estuve una vez más con Ivo y con sus padres, mes y medio después de la 9ª
sesión. De forma general, los beneficios terapéuticos se mantenían. Le pregunté a
Ivo cuáles habían sido las consecuencias de las dificultades por las que pasó. Ivo
respondió que “hay un lado positivo y otro negativo. La parte positiva es que aprendí
a luchar mejor con la depresión, y la negativa es que la confianza no está totalmente
restablecida”. Intento saber si continuaba creyendo que para reconquistar la
confianza era necesario tener siempre éxito, desde el 10º curso hasta la entrada en
la Universidad: “no, pero no sé si bastará sólo el final de este año lectivo”. Además
cree que ya no hay nada más que hacer, a no ser esperar que pase el tiempo para que
la confianza se consolide de nuevo.
Intento saber además lo que había sido más importante para él a lo largo de
nuestras 10 sesiones (¡que curiosamente Ivo, intentando adivinar el número de
sesiones realizadas, sugirió haber hecho 20 sesiones!). La respuesta fue inmediata:
la lucha contra la depresión y el miedo y haberse dado cuenta que el “tengo que” le
iba a causar problemas. Con respecto al equilibrio que consiguió en torno a esta regla
de funcionamiento, le pregunté si no pensaba que la solución a la oscilación entre
el “tengo que” y el “esfuérzate” había sido espantosamente simple. La respuesta de
Ivo fue de nuevo interesante: “pienso que fue simple y que ya la utilizaba, pero no
me daba cuenta…”. Se reforzó de este modo, la importancia de la elaboración de
resultados únicos y de las competencias de nuestros clientes. Si no hubiésemos
fijado la atención de Ivo en esta posibilidad (i.e. resultado único), podríamos haber
tenido dificultades en encontrar una solución.
Al final de la sesión, discutimos sobre el curso del proceso terapéutico con los
padres, que tenían una posición semejante a la de Ivo respecto a los objetivos
alcanzados.
En el cuadro 2 se puede observar la síntesis de los procesos terapéuticos que
tuvieron lugar a lo largo de las 10 sesiones. Finalizaremos discutiendo algunos
aspectos procesuales que nos parecen centrales en este caso.
Aunque, en las dos primeras sesiones, no fue clara la existencia de resultados
únicos, surgió, desde luego, de un modo evidente para la familia y para Ivo, el
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Despite renewed interest and technical advances in play therapy with children, its
theoretical basis remains weak. A phenomenological hermeneutic approach to play
therapy offers a philosophically grounded theoretical understanding of the meaning of
children’s expressions through imaginative play in a therapeutic context. Drawing
upon Gadamer’s ontological concept of play and Ricoeur’s theory of interpretation, a
child’s imaginative play is seen as a text that calls for interpretation. The understanding
and interpretation of imaginative play in play therapy is illustrated by means of a case
vignette of a young physically abused child.
Key words: Phenomenology; hermeneutics; play therapy; narratives; child therapy.
INTRODUCCIÓN
Los pioneros de la psicoterapia infantil se dieron cuenta de que el mundo
infantil y su forma particular de relacionar y experimentar pueden mostrarse a través
del juego imaginativo. También descubrieron que la comprensión e interpretación
del juego imaginativo puede ayudar al niño a superar obstáculos y barreras y
transformarle a él y a su percepción de la realidad. En consecuencia, el juego se
convirtió en un enfoque mayoritario en el psicoanálisis y en las terapias humanistas
con niños. Durante los sesenta y setenta, sin embargo, estos enfoques tradicionales
de terapia del juego se vieron ensombrecidos por el auge repentino de la terapia de
conducta y la terapia familiar. Afortunadamente, los ochenta marcaron un cambio
de dirección con un interés renovado por la terapia del juego y la formación de
importantes organizaciones profesionales en este campo. El creciente entusiasmo
(Págs. 83-93)
CONCLUSIÓN
A pesar de que la terapia del juego se utiliza cada vez más, los recientes avances
se han desarrollado por la vertiente más técnica a expensas de una comprensión
teórica más profunda. Con este artículo, espero contribuir al desarrollo de un
enfoque hermenéutico fenomenológico de la terapia infantil que se basa
espistemológicamente en las ciencias humanas. Hemos visto que para la terapia del
juego, esto implica una comprensión del juego como fenómeno primario y autóno-
mo con su propia estructura y representación. El juego imaginativo como expresión
figurativa y simbólica es un texto que requiere interpretación. Nuestra ilustración
del caso mediante una escena de juego demuestra que a través del juego imaginativo,
se abre un mundo nuevo delante del niño y el terapeuta –un mundo que necesita
interpretación y comprensión mutua. Los significados revelados a través de una
reflexión sobre el texto del juego en sí mismo se adaptaron tentativamente al mundo
real del niño.
Nota Editorial: Este artículo apareció publicado con el título: "Interpreting Imaginative Play in Child
Psychotherapy: Towards a Phenomenological Hermeneutic Approach", en "The Humanistic
Psychologist, vol. 27, N 2, 1999, pp. 173-186". Agradecemos el permiso para su traducción y
publicación.
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INTRODUCCIÓN
La mayoría de los psicólogos no suelen dudar de la necesidad y pertinencia de
la colaboración de los padres en el tratamiento de un niño o niña de 10 años. Sin
embargo, si el tratamiento es para un adolescente de 17 o 19 años, la participación
de los padres suele quedar reducida a las sesiones iniciales y el trabajo se lleva a cabo
fundamentalmente de forma individual.
(Págs. 95-110)
Sin embargo, existe una franja de edad (que puede situarse entre los 11 y los
15 años) en el que la situación se vuelve mucho más ambigua y compleja.
CONCLUSIONES
Para determinar si en la pubertad o adolescencia temprana debemos trabajar a
solas con el chico o chica o trabajamos también con la familia conviene conocer cuál
ha sido la trayectoria del paciente desde su infancia hasta la actualidad y valorar
cómo se está articulando la identidad narrativa de todos los cambios que suponen
la pubertad. La flexibilidad, generatividad y nivel de integración de la identidad
narrativa nos informa en qué medida se está alcanzando o se puede lograr un nivel
de autonomía adecuado.
El proceso de construcción de una identidad narrativa y su realización
operativa en un nivel adecuado de autonomía adulta se desarrolla a lo largo del
tiempo, iniciándose con la negociación mutua con los padres.
El grado en que el propio adolescente y la familia acepten o rechacen esta
autonomía es también una variable importante. Desde el punto de vista del chico una
identidad narrativa rígida, poco articulada, la inexistencia de un tema de vida, son
cuestiones de vital importancia. Por otro lado, los padres también pueden mostrar
una identidad narrativa individual o como pareja poco articulada. La autonomía de
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