SUBSIDIO DE ORACIÓN preparado por nuestras Hermanas Carmelitas

Ambientación general:
 Disponernos para este momento de encuentro con Jesús… Puede ayudar estar en el templo; y
si rezamos en casa, buscar un lugar tranquilo, que ayude al recogimiento.
 Empezamos con el signo de los cristianos, que es la señal de la cruz, y tomamos conciencia de
estar invocando al Padre, al Hijo, al Espíritu Santo
♪♫Ven Espíritu de Dios y con tu amor enciende la llama, ven
Espíritu de Amor… ven Espíritu de Amor♪♫

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Siendo partes de esta Misión diocesana, deseamos activamente ser misioneros desde la oración.
“No nos cansemos de rezar, la oración obra milagros”, dice una de las Patronas de las Misiones en
la Iglesia entera, Santa Teresita del Niño Jesús. Ella es una palabra de Dios para el mundo de hoy, y
de su mano queremos sostener a aquellos que visitarán casa por casa, instituciones, hogares, que
caminarán el barrio con el anuncio a todos de la Buena Noticia de que cada uno de nosotros
somos hijos amados de Dios.

Tomamos conciencia de cómo llegamos delante de Jesús, qué pasa hoy en mi vida, en este tiempo,
cómo me siento, con qué o con quiénes me alegro, qué temas me inquietan y preocupan… Con
todo lo que soy quiero estar este rato con vos Jesús y ser misionera, ser misionero desde la
oración. Animando y sosteniendo, este tiempo de nuestra Iglesia particular de Mar del Plata que
quiere salir a anunciar “Vos sos mi hijo amado”, “Vos sos mi hija amada”

“En aquellos días, Jesús llegó desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por
Juan en el Jordán. Y al salir del agua, vio que los cielos se abrían y que el Espíritu
Santo descendía sobre él como una paloma; y una voz desde el cielo dijo: ‘Tú eres
mi Hijo muy amado, en ti tengo puesta toda mi predilección’.” Mc 1, 9-11

Hacemos silencio para dejar resonar la Palabra de Dios…

YO SOY HIJO AMADO. El Padre dice esto de cada uno de nosotros en el Bautismo

A la luz de este pasaje evangélico, traigamos a la memoria del corazón también nosotros… qué eco
hace esta Palabra en mi, qué me queda resonando dentro… La propia historia de vida, va
revelando la trama de amor que me sostiene, me ha dado el ser, me invita a agradecer… En la vida
de Santa Teresita, como en la de todos, hubo grandes alegrías y dolores hondos, momentos
luminosos y tinieblas profundas que le fueron tejiendo el camino. Con corazón enamorado y
agradecido supo ir rastreando las huellas de esa “voz que desde el Cielo dice vos sos mi hijo
amado”, que la conducía y que con infinita misericordia cicatrizaba sus heridas y la atraía hacia Sí.
“Me encuentro en una época de mi existencia en que puedo echar una
mirada sobre el pasado; mi alma se ha madurado en el crisol de las
pruebas… Ahora, fortalecida por la tormenta, levanto la cabeza y veo
que se realizan en mí las palabras del Salmo 22: ‘El Señor es mi Pastor,
nada me faltará… me conduce suavemente a lo largo de las aguas’,…
aunque yo descendiera al valle de las sombras… vos estarías conmigo
Señor.” (Ms A 3r-3v)

“¡Oh Jesús, Amado mío! ¿Quién podrá decir con qué ternura, con qué
dulzura conducís mi pequeña alma, cómo te gusta hacer brillar el rayo de tu gracia aun en
medio de las más oscuras tormentas?” (Ms B 2r)

“Tu amor me previno desde la infancia, creció conmigo, y ahora es un abismo cuya profundidad
me es imposible medir.” (Ms C 35r)

Volvemos a leer varias veces estas palabras de Teresita en silencio… repetimos aquella que más
nos resuena dentro, que nos habla al corazón… si somos varios compartiendo esta oración
podemos repetir aquello que nos hace eco dentro en voz alta…

Y mientras con una música de fondo, podemos reflexionar y ahondar en estas preguntas

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 ¿Cuándo, en qué momentos me sentí hijo amado, hija amada?

 ¿Dónde me siento hija, hijo… protegida/o, amada/o, esperada/o,
cuidada/o? ¿En qué lugares, qué tienen de especial esos sitios…? Lugares
físicos, templos, la propia casa, la casa de alguien que me da o me ha dado la
confianza y el calor de hogar… lugares espirituales también…
 ¿Con quiénes experimento que mi vida es amada, valorada, cuidada,
tenida en cuenta? ¿Qué vidas me rodean para que ame, valore, cuide a lo
largo y en lo cotidiano de mi vida? ¿En qué ámbitos?
 ¿En mi vida y en mi historia cómo experimento este ser hijo amado,
hija amada…? El corazón se abre y se llena de circunstancias, rostros,
anécdotas… en la historia personal/familiar, pero también en la historia de
nuestra parroquia, de nuestra comunidad, de nuestra iglesia marplatense, en
lo que nos toca y ha tocado vivir como sociedad, como ciudad, como país…

Convertirse en el amor. Dios es amor, hacer presente a Dios-Amor en mi vida, con nuestra vida a
los demás, eso es la vocación. Unión de amor, anuncio de Amor, eso es misión. Esto es lo que
queremos compartir, anunciar, irradiar en esta misión diocesana Jesús…

Y así como el cielo se ha abierto en nuestra vida, y tu Amor nos dio nuestra identidad más
verdadera, que es la de ser hijos amados, también queremos anunciar a los demás esta alegría…
 ♪♫NO CONOZCO OTRO MEDIO♪♫ A quién encontrarás para darle tu amor.
Tu pobre corazón está hambriento por
Dale gracias a Dios por todos sus favores
darse. Quién podrá comprenderlo y aún
y no seas ingrata como para no verlos; si
corresponderlo; Jesús es quien sabe lo que
vos no sos nada, Jesús lo es todo. Perdé
es amar de veras, solo Él le devuelve más
tu nada en su infinito todo y pensá
Amor a tu amor.
solamente en este único Amor
Consolá a Jesús, hacé que todos lo
En cuanto a mí, no conozco otro medio
amen. Él tiene sed de vos, dale tu
más que el amor. ¡Amar! ¡Qué bien hecho
corazón. Como vas a
que está para eso nuestro corazón! atreverte a alegrar
que sos pobre, El
Soy débil pero El se complace en
quiso ser semejante
mostrarme la ciencia de gloriarme en mi
a vos. Su pobreza y
enfermedad. Le pido a Jesús que te la tuya, ¡qué
enseñe esta gracia; ahí se halla la paz y el misterio de Amor!
descanso del alma, si te ves miserable,
sólo míralo a Él.

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MISIONEROS DESDE LA ORACIÓN

La vida, testimonio y santidad de esta santa carmelita, tiene más actualidad y cercanía en nuestra vida de
lo que podemos de antemano intuir. Su ejemplo nos impulsa y ella misma también nos sostiene en su
promesa de pasar su Cielo haciendo el bien sobre la tierra, de cuidarnos personalmente, de derramar una
lluvia de rosas, de gracias… Y entonces nos animamos a la luz del caminito de Teresita, que es don para la
Iglesia y la humanidad toda, a hacernos cargo y recorrer nuestro propio caminito porque cada camino es
único, no hay dos caminos iguales, y nuestra vida es Misión, nuestra vida, habla de Jesús presente
amándonos si nos comprometemos a anunciarlo y a vivirlo

“Hermana querida, me pedías que te escribiera mi sueño, mi doctrinita, mi caminito… he aquí

todo lo que Jesús exige de nosotros: no tiene necesidad de nuestras obras, sino solo de nuestro amor”

Este caminito de Santa Teresita, en tiempo de misión, nos puede dar la pista de se transita en
CONFIANZA y AMOR, audazmente confiando en Dios, en su Amor, y en su obra en nosotros y a través
nuestro… Puede pasar que para otros, la clave para marchar en el propio caminito es la SENCILLEZ. Cuanto
más cerca de Dios estamos, más simples nos volvemos, y más valor damos a lo pequeño, a lo cotidiano, a
lo posible, a lo que siempre tenemos a mano sin necesidad de grandes proezas… un Padrenuestro por los
frutos de esta misión diocesana… un Avemaría para que cada misionero que golpee las puertas de las
casas, sea recibido con una sonrisa… El caminito de Teresita nos descubre también el sentido hondo de la
MISERICORDIA. Nos anima a no achicarnos a pesar de nuestras fragilidades, vulnerabilidades, o pecados…
Nuestros límites son también un lugar donde nos podemos encontrar con Dios, con aquello más propio de
Dios que es su Misericordia. Esa experiencia a ella la motiva e invita a ofrendarse a recibir las olas infinitas
de ternura que Dios tiene para regalarnos.
De este modo, eligiendo ser voluntariamente receptora del Amor de Dios, su corazón no pierde de
recibir ningún te amo, recibe cada vez que el Cielo se abre para decir vos sos mi hijo amado, y así Teresita
encontró su vocación, y así tal vez nosotros también podemos encontrar nuestra plenitud misionera de
anuncio, nuestro lugar donde el corazón escuche “vos sos mi hijo amado” y lo quiera gritar a los demás, no
lo pueda callar.

“El amor me dio la clave de mi vocación. Comprendí que el amor encerraba en sí todas las
vocaciones, que el amor lo era todo… Sí, he encontrado mi puesto en la Iglesia… En el corazón de
la Iglesia que es mi Madre, yo seré el Amor. Así lo seré todo” (Ms B 3v)

Misioneros con la oración, acercamos espontáneamente a Jesús nuestras intenciones, necesidades,

realidades que deseamos reciban el anunció de su Amor y a cada una nos unimos diciendo: “Vos sos mi
hijo amado”

= Decimos las intenciones=

Recemos juntos la oración de los hijos amados: Padrenuestro

ORACION FINAL

Dios y Padre nuestro que esperas siempre con Bondad y Misericordia, con los brazos
abiertos a todos tus hijos, encomendamos confiadamente nuestras acciones, oraciones,
deseos y anhelos en esta Misión diocesana, para que llenos de tu Espíritu Santo, llegue a
todos el anuncio vivo y alegre de que somos tus hijos muy amados. Por Jesucristo nuestro
Señor. Amén