Ritmos Argentinos
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INTRODUCCIÓN
En nuestra Argentina existen canciones de fuerza mágica que obran en el alma como lluvia y como rayo. Se llaman tonadas,
bagualas y vidalas. Condensan la sustancia de siglos y han mantenido milagrosamente su aroma y su savia gracias al estilo silvestre
de los cantores campesinos. Bagualas, tonadas y vidalas son de origen indígena. Las bagualas y tonadas provienen de un
cancionero trifónico y las vidalas son tan variadas en su trama melódica que se escapan de un solo sistema tonal.
Son las únicas canciones del folklore argentino que se prestan para el canto colectivo y aparecen en las comparsas
carnavaleras de nuestros valles norteños. La comparsa tiene una importancia fundamental en los carnavales indígenas, criollos o
negros de América. Imanta y fusiona por obra y gracia del unísono y la percusión. Rodando por callejones perdidos de nuestras
aldeas hace cantar a todos sin dividirlos en réprobos o elegidos de la afinación y les permite sentirse pueblo, ser alma colectiva bajo
el hechizo de la canción. Estos grupos cantores practican el canto rústico que responde a una desbordante necesidad de expansión.
Más libre que ninguno, el canto agreste es también el más rico en posibilidades expresivas, porque todo le está permitido, desde el
grito hasta el quejido, y es capaz de calmar cualquier ansiedad vital. Su secreto reside en la pujanza del acento y en la voz
expulsada a borbotones. El canto agreste puede ser jadeante en el africano, espectral en el japonés y estertórico en el andaluz y en
nuestro bagualero. Dentro de este mundo tan libre, el lenguaje musical puede alcanzar grados supremos de patetismo y exaltación.
Así ocurre con nuestros bagualeros, cuando son solistas. Pero en las comparsas campesinas el canto pierde estas alquimias
singulares para estallar o emparejarse en la fuerza vital. Acompañada de cajas, tambores, sonajeros y silbatos, la comparsa canta a
grito pelado con una técnica de explosión y expulsión de la voz que es como un triunfo del libre estallido frente a la mesura
“civilizada” del canto.
Bagualas, tonadas y vidalas son las canciones más arcaicas de nuestro folklore. Aquí las mostramos en el número de una
docena, mínima porción de las que transitan los valles calchaquíes y la Quebrada de Humahuaca. Hasta ahora han sobrevivido por
la nobleza de sus melodías y el brío de sus ritmos, pero hoy están seriamente amenazadas. El campesino sigue practicando sus
ancestrales costumbres musicales, pero los altoparlantes y las radios portátiles lo ponen en contacto continuo con una música ajena
a su modo de sentir. Por eso es tan urgente rescatarlas y perpetuarlas.
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Si el investigador aporta sus pesquisas, el maestro de escuela resulta indispensable para que un material de reliquias
fogueado por los siglos, siga circulando vivo en boca de generaciones actuales y futuras. La música urbana le ofrece a la escuela un
tentador repertorio polifónico no siempre al alcance de la musicalidad común; en cambio, el campo y la montaña que siempre han
sido fuentes generosas de esencias musicales y poéticas, nos muestran una costumbre ejemplar, un hecho ancestral y todavía
contemporáneo, ideal para iniciarse en el mundo de la expresión musical: el canto colectivo al unísono y con percusión. En los
campos de América se practica el canto rústico que calza a la perfección con la necesidad de grito que hay en el chico y con el oculto
deseo del adulto de expresarse libremente. En esta empresa no necesitará llegar a las acrobacias de un solista bagualero;
simplemente deberá luchar contra los frenos habituales permitiéndose el desborde y la total expansión. Deberá tener en cuenta que
afronta una nueva experiencia, porque su libertad expresiva en el canto está mucho más trabada que la de un chico o de un
campesino. Y será bueno que recuerde que si el maestro no canta, el chico tampoco lo hace o lo hace a duras penas, sin entregarse
libremente a la fiesta del canto.
Estas melodías no permiten la polifonía ni el acompañamiento de instrumentos armónicos como el piano o la guitarra.
Cualquier intromisión de estos elementos altera su carácter primitivo, su milenario hechizo de canto agreste, tal como lo practica
América, África y Asia.
Para la enseñanza de la canción se copiará la letra en el pizarrón marcando las sílabas donde va el acento. Se leerá entre todos
acentuando donde la marca lo indica. El maestro cantará la melodía y la hará repetir hasta que esté aprendida. Luego enseñará el
ritmo de la percusión. Después se lo juntará con la melodía y los chicos podrán golpearlo a puño cerrado sobre el banco. Cuando se
arme la comparsa, los más seguros formarán la banda rítmica con cajas (tamborcitos indígenas), bombos y palos de escoba a los que
se le colgarán cascabeles. Estos palos servirán para percutirlos contra el suelo cuando la comparsa se ponga en marcha caminando y
brincando al ritmo de la canción.
La escuela no sólo debe atender a lo que pasa en las ciudades; debe rastrear nuestras sabias costumbres campesinas
incorporándolas como aportes de perdurable vigencia. Libre de trabas, el canto rústico con un repertorio de reliquias argentinas,
puede revitalizar a la escuela, devolverle fuerzas perdidas y hacerle vivir emociones de profunda alegría y esplendor.
Leda Valladares
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LA BAGUALA
La baguala es un género musical folclórico originario del noroeste de Argentina. Se la considera dentro de las formas
musicales no bailables. Se difundió principalmente entre la población indígena de esa región, pero se cree que deriva de antiguas
tonadas españolas.
Consiste en un canto de versos octosílabos, frecuentemente improvisados espontáneamente, acompañado por un ritmo
ternario de tempo lento muy uniforme, que es marcado por un instrumento de percusión llamado caja, casi siempre tocado por
quién canta. Este tipo de canto con caja, integra un ritual sagrado y festivo característico de la cultura andina.
En general, los materiales melódicos de la baguala se basan en combinaciones de las tres notas de una triada o acorde mayor
(Fundamental, Tercera Mayor y Quinta Justa), siguiendo un ritmo básico de blanca y negra. En la tonalidad de Do Mayor, estas
notas son Do-Mi-Sol.
En la actualidad, estas melodías se practican en la ancha faja precordillerana, desde La Rioja hasta Bolivia, en Formosa,
Chaco y parte de Santiago del Estero dentro de nuestro país.
En nuestro país las Bagualas se ejecutan preferentemente durante el carnaval, aunque suelen escucharse en cualquier tiempo
y ocasión, entonadas indistintamente por hombres, mujeres o niños.
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BAGUALA DEL VALLE DE LERMA
(SALTA)
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BAGUALA DEL VALLE DE LERMA (SALTA)
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HACIENDO MUSICA
Golpeando un tambor
Tocando los platillos
Agitando unas maracas
Soplando una flauta
Rasgueando una guitarra
O pulsando las teclas de un piano
Pero, ¿conocemos como son alguno de los instrumentos usados en nuestro país? Hoy te contaremos sobre ellos.
Algunos de estos instrumentos son anteriores a la época de la Conquista, lo que nos demuestra que en nuestro país la música tenía
características propias según su ubicación geográfica y la cultura del pueblo.
Era rítmica, melancólica, con aspecto mágico y religioso.
Aún hoy día se conservan en nuestro folklore ritmos e instrumentos de aquella época, que nos ayudan a mantener nuestra
identidad como pueblo
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MEMBRANÓFONOS
LA CAJA
Construida con madera de tala, nogal, sauce, etc. y con dos parches (membranas de cuero)que pueden ser de cabra, oveja u otro
animal. Los parches se colocan con mucha tensión sobre el aro de madera y al golpearlos, vibran. Se las utiliza en Jujuy, Santiago
del Estero, Salta etc.
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EL BOMBO
Se lo construye con un tronco de árbol ahuecado y con una o dos membranas de cuero de oveja u otro animal. Se lo utiliza en Jujuy,
Santiago del Estero, Tucumán y la Rioja. También es muy utilizado como instrumento en las orquestas folklóricas.
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TIMBAL DE AGUA
Membranófono construído con un recipiente de barro cocido al que se coloca agua en cantidad variable, según la sonoridad que se
le quiera dar. Tiene un solo parche, en general de corzuela, y se percute con un palillo o con la mano, sentado o en cuchillas si el
instrumento es pequeño. Para los de mayor tamaño se emplea una horqueta en que se lo apoya.
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IDIÓFONOS
SONAJERO DE UÑAS
Instrumento musical que se construye uniendo entre si uñas de animales o pequeños huecesillos y que producen al agitarlas un
característico sonido. Es empleado, casi exclusivamente, por los indígenas del norte y noreste de nuestro país.
Su uso es frecuente en las danzas comunes y en algunas tribus lo ejecutan las mujeres en la fiesta de iniciación de las muchachas.
Generalmente se usan colgados de la cintura o en el tobillo.
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LA MARACA
Es uno de los instrumentos más antiguos y contiene en su interior partículas de diferentes materiales. Se construye con el fruto seco
del totumo, especie de calabaza, al que se le introducen semillas secas, que son las que vibran al sacudirse contra las paredes de la
calabaza. En la actualidad la utilizan los aborígenes del Chaco y Formosa y algunas tribus araucanas de Chile.
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CORDÓFONOS
EL CHARANGO
Es un instrumento que tiene por caja de resonancia una caparazón de quirquincho o mulita.
Técnicamente descripto como una guitarrita de tamaño variable con cinco pares de cuerdas, al igual que las antiguas guitarras, con
mango y una tapa armónica.
En nuestro territorio se lo emplea especialmente en la zona quebradeña de Humahuaca, la Puna salteña y jujeña. Se los halla
también con caja de madera y hay una procedencia mayoritaria, de construcción, de Bolivia.
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EL REQUINTO
Es muy parecido a la guitarra pero con doce cuerdas y más pequeño. Se afina por lo general en el 5º traste de la misma, de ahí el
nombre. Aunque se puede pulsar con los dedos, se prefiere al plectro con el que se consigue más velocidad. Es utilizado en Cuyo
para acompañar Cuecas, Gatos y Tonadas.
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AERÓFONOS
QUENA
La Quena es el aerófono (su sonido es producido por vibración de aire) más importante de la región Andina y su área de dispersión
abarca casi todo el continente americano, existiendo, con ligeras variantes en Venezuela, Colombia, Andes ecuatorianos, Perú,
Bolivia, Noroeste argentino, norte grande chileno y en algunos lugares del Amazona brasilero.
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EL SIKU O ANTARA
Siku es el nombre dado por los indios aymará a la flauta de pan, en quechua se lo llama antara, y en español zampoña. Son dos
hileras de tubos de mayor a menor (cañas) unidas por ataduras de fibras. La primera hilera es del doble de tamaño que la segunda.
Su sonido es alegre y animado y los ejecutantes mientras lo sostienen y manejan con una mano se acompañan con la otra en el
bombo. Se utiliza en Salta, Jujuy y su uso no tiene especificación en ninguna época del año.
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FLAUTA TUCUMANA:
Es el único instrumento considerado tradicional de la argentina y que los músicos mismo lo construyen, en la región, para su propio
regalo.
La zona de dispersión es la provincia de Tucumán y regiones vecinas. Se construye de caña con un tapón con una rendija de
manera que al soplar, el aire pasa a través de la misma y da en una abertura pequeña, cuadrangular, producida en la parte superior.
Tiene igual que la quena seis orificios y uno opuesto. Su ejecución se realiza especialmente durante los misachicos.
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EL ERKE
Es uno de los instrumentos argentinos más raros. Tiene de tres a cinco metros de largo. Se lo construye con varios trozos de cañas
unidos con tiras de cuero. En uno de los extremos se coloca un pabellón hecho con un cuerno y en el otro extremo una embocadura
para soplar. Los indígenas nunca lo tocaron en verano porque según ellos, su sonido podía provocar heladas.
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