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Ejemplo de diálogo y discusión para niños

Querida Súper Profe ♀ Ya sabes que promover el diálogo entre niños y niñas en una educación a distancia ¡Sí es posible! Aquí te contaremos cómo hacerlo con ayuda de algunos ejemplos concretos . Recordemos el rol fundamental que juega la interacción en el desarrollo de nuestros niños y nuestras niñas como un ser social. Es en la primera
infancia donde ellos pasan del núcleo familiar a convivir con personas nuevas con las que comparten diversas experiencias, juegos, diálogos, y muchísimo más. A partir de la pandemia, hemos tenido que adaptarnos y reflexionar sobre cómo seguir acompañándolos en una educación a distancia , y desde nuestro rol como mediadoras de aprendizaje,
diseñar estrategias de interacción efectivas que aporten en su desarrollo social, emocional y cognitivo . Recordarás la entrada “¿Cómo crear espacios de conversación entre niños en una educación virtual?“ , donde hablamos sobre el DISCURSO EXTENDIDO, una estrategia que busca promover la interacción entre niños, niñas y maestra a través de
conversaciones sostenidas.

Aquí te contamos algunos ejemplos sobre cómo utilizarlo: Conecta sus ideas Visibiliza las ideas similares u opuestas de los niños y niñas, de esta manera ellos serán más conscientes de la participación de sus pares. Por ejemplo: Astrid: “Pienso que el lobo se esta escondiendo.” María: “Pienso que el lobo esta oculto porque tiene miedo.” Maestra:
“Chicos, me he dado cuenta de que Astrid y María tienen ideas similares, ambas piensan que el lobo esta escondido.” Pregunta sobre sus ideas De esta manera, promoveremos la escucha activa de niños y niñas, además reflexionarán sobre las ideas compartidas por sus pares. Por ejemplo: Martín: “Yo pienso que cayeron muchas piedras del cielo, por
eso sonaba tan fuerte.” Maestra: “Martín dice que el sonido tan fuerte que todos escucharon eran piedras que caían del cielo ¿Alguien piensa igual que Martín? ¿O tiene alguna otra idea de por qué sonaba tan fuerte?” Invítalos a preguntar Motiva a los niños y niñas a realizar preguntas sobre los comentarios de sus pares, de esta manera
mantendrán un diálogo de ida y vuelta. Además reflexionarán sobre los comentarios de sus pares para crear la pregunta que desean realizar, y se sentirán escuchados. Por ejemplo: Santiago: “Cuando salí de paseo vi mucha basura por mi casa, y todo estaba tirado en el suelo.” Maestra: “Alguien quiere hacerle alguna pregunta a Santiago sobre lo que
nos acaba de contar.” Camila: “¿Por qué estaba tirada la basura?” Maestra: “Santiago, Camila te esta haciendo una pregunta: ¿Por qué crees que estaba tirada la basura? Cuéntanos.” Ahora que ya vimos juntas algunos ejemplos concretos, te invitamos a ponerlos en práctica en tus espacios de diálogo junto a tus niños y niñas . Recuerda que ellos son
los protagonistas de este espacio, es importante acompañarlos en este proceso a través de la escucha activa y regulación de nuestra participación como docente mediador. ¡Tú puedes, Súper Profe! ♀ Inicio > Recursos > Ideas y actividades para fomentar el diálogo entre los estudiantes Según la RAE, el diálogo es ‘una plática entre dos o más
personas, que alternativamente manifiestan sus ideas o afectos’. Así, y si lo traspasamos al ámbito educativo, cuando dos estudiantes dialogan sobre un tema determinado pueden llegar a un acuerdo mediante la exposición de diferentes opiniones que también pueden verse rebatidas con argumentos. Similar en objetivos a los debates, con los que se
persigue que el alumnado aprenda a hablar en público, transmita ideas, escuche al resto o defienda su opinión, el diálogo también resulta esencial para crear comunidad entre los estudiantes y fomentar el respeto entre ellos. Pero, ¿cómo se puede impulsar el diálogo en clase? La publicación ‘Los elementos esenciales del diálogo. Guía y actividades
para enseñar y practicar el diálogo con personas jóvenes’, perteneciente al programa educativo ‘Generation Global’ de la institución ‘Tony Blair Institute For Global Change’, está dirigida a estudiantes a partir de 13 años y en ella se ofrecen distintos recursos y actividades para llevarlo a la práctica. La guía está formada por diez capítulos que, a su
vez, se dividen en dos partes: una teórica y una práctica. Esta última está compuesta de diferentes actividades con las que aplicar los conocimientos ofrecidos. En la publicación se explican cuestiones como las habilidades que se necesitan para aprender a dialogar de forma correcta, cómo crear un espacio ‘seguro’ en el aula para desarrollar la
conversación entre los estudiantes o de qué forma el docente puede mediar en el proceso dialogador.
A continuación, y entre todas las actividades que se muestran, destacamos cinco de ellas para realizar en el aula.
¿Qué sucede cuando no escuchamos? Tiene como finalidad que los estudiantes aprendan el significado de la comunicación. Para ello, el docente les hará la siguiente pregunta: ‘¿qué sucede cuando no escuchamos?’. El alumnado, por parejas, tiene que ofrecer una serie de respuestas y luego cada miembro tiene que compartir las que considere las
mejores opiniones de su compañero sobre el tema. Compartir ideas. También divididos en parejas, el docente vuelve a poner sobre la mesa una nueva pregunta para los estudiantes. Puede ser una cuestión reflexiva sobre todo lo que han aprendido en una clase anterior, por ejemplo. En este caso, además, se les indica el número de respuestas que
tienen que pensar y se debe hacer uso de un temporizador que limite el tiempo de la actividad. Una vez proporcionado algo de tiempo previo para que piensen en las respuestas de manera individual, en la pareja se decide quién comenzará. Después, cada compañero, con ayuda del temporizador, tendrá un minuto para exponer sus respuestas.
Cuando se acabe el tiempo, el alumno tiene que reflexionar y dialogar con su pareja sobre las respuestas de cada uno de ellos. El objetivo es que todos los estudiantes participen de forma activa y equilibrada, tanto los más habladores como los que sean más tímidos.

Reglas para dialogar. La finalidad es establecer entre todos, estudiantes y docente, las reglas o normas para dialogar de forma respetuosa en clase. La guía ofrece una serie de ejemplos de expresiones (página 19) como ‘Piensa antes de hablar’, ‘Solo una persona puede hablar a la vez’, ‘No interrumpas cuando alguien habla’, ‘Anima a todos a
participar’... Estas normas se pueden anotar en un cartel grande para colgar en el aula o en una presentación digital para que el alumnado las consulte cuando quiera.

Cuidar el lenguaje. En esta actividad se trata de que el alumnado reflexione sobre cómo utiliza el lenguaje dependiendo del interlocutor que tiene delante. Para ello, hay que hacer uso de una hoja de trabajo que proporciona la guía (página 30), en la que se muestran una serie de tarjetas con roles con las que los estudiantes se relacionan
habitualmente: el director o directora de la escuela, los abuelos, madre o padre, los docentes o una amiga de los abuelos, entre otros. Por otro lado, el docente apuntará algunos temas para dialogar: mi día en la escuela, qué hago para divertirme, mi libro favorito o el lugar que le gustaría visitar. De nuevo, divididos en parejas, cada uno elige varios
roles. El compañero que comience también tiene que elegir uno de los temas junto a uno de los roles y tendrá que exponerlo a la pareja como si ésta fuera la persona de la tarjeta. Por ejemplo: si elige el tema ‘qué hago para divertirme’ y le toca el papel de director de escuela, el estudiante tiene que expresar cómo lo haría si tuviera delante al director
o directora del colegio. Pueden repetirlo con dos o tres roles diferentes. Escucha activa. Para fomentarla, en esta actividad hay varios ejercicios sencillos a realizar en grupos de tres estudiantes, siendo uno de ellos observador de la escena y anotando aquello que ha salido bien y mal. El primero de ellos es muy sencillo: uno de los alumnos comenta un
párrafo breve y el compañero tiene que repetir, palabra por palabra, lo que ha dicho. En el segundo se trata de que uno de los compañeros parafrasee lo que ha dicho el otro alumno con sus propias palabras, pero que el mensaje siga siendo el mismo. En el tercer ejercicio hay que ir un paso más allá. Uno de los miembros de la pareja debe reproducir
los gestos faciales, estado de ánimo e incluso mirada del compañero que ha dicho la oración o frase determinada. El que imita tiene que preguntar al imitado si ha reflejado todo lo que ‘sentía’ mientras hablaba. Si se cumple, la escucha activa habrá sido un éxito. En este extracto del capítulo: Diálogo creativo para pensar, titulado «preguntar y
cuestionar» podemos ver las distintas cuestiones que se plantean niños y adolescentes ante un poema y el libro de la Metamorfosis, toda una invitación a la creatividad: «Lo que promueve la creatividad es una clase que pregunta, en la que maestros y alumnos valoran la diversidad y hacen preguntas poco habituales y que dan que pensar, por ejemplo:
Preguntar: “¿por qué?”, “¿cómo?”, “¿qué pasa si…?” Responder a ideas, preguntas, tareas o problemas de manera poco habitual. Plantear preguntas o problemas poco habituales. Cuestionar convenciones y presupuestos. Pensar desde otros puntos de vista. He aquí un ejemplo de las preguntas planteadas después de leer un “poema para pensar”
(“The Magic Box”, de Kit Wright por un grupo mixto de niños y niñas de 7 a 10 años de la Burunda State School, de Brisbane : ¿Tu imaginación puede cambiar quién eres? Si un cuadro dice mil palabras, ¿una palabra puede decir mil cuadros? ¿La imaginación solo afecta tu mente? ¿Puede un poema afectar tu imaginación? ¿Nuestra imaginación puede
influir en nuestra forma de vivir? ¿Nuestra imaginación es una puerta a otro mundo? ¿Nuestra imaginación tiene límites? ¿Un poema puede cambiar tu vida/el mundo/el universo? ¿Un poema puede llevar a otro poema? ¿Qué nos da la voluntad de vivir? Presentamos a continuación algunas preguntas planteadas por un grupo de niños y niñas de 13 a
14 años sobre el relato “La metamorfosis”, de Franz Kafka, acerca de un chico que se levanta una mañana y descubre que es un escarabajo. Los estudiantes optaron por dialogar acerca de “¿cuál es la clave del relato?”,y trabajar espontáneamente con sus propias ideas y con lo que podría representar la imagen del chico transformándose en un
escarabajo: ¿Cómo sabía que en realidad no era un sueño? ¿Cómo ocurrió? ¿Por qué ocurrió? ¿Por qué solo ha cambiado su cuerpo y no sus pensamientos y senti- mientos? ¿Por qué no le preocupaba ser un bicho? ¿Por qué tiene aún una voz humana cuando sus rasgos son como los de un insecto? ¿Por qué es un insecto y no otra cosa? ¿Cómo sabe que
es un insecto?

Si fuese un sueño, ¿cómo sabemos si está despierto ahora? ¿Cuál es la clave del relato? Si es un insecto, ¿por qué es un insecto tan grande?

Niño: No creo que la finalidad del relato sea hacer preguntas sobre el relato mismo, sino hacer preguntas sobre uno mismo. ¿Qué relación tiene esto conmigo? ¿Se transforma realmente en un bicho o se siente sobre todo feo o algo? Niño: Quizá esté preocupado o algo así. Quizá tenga la sensación de que todo es difícil, nota que su voz está cambiando
y se siente realmente aterrorizado al estar creciendo y todo eso… Niño: De repente, notas que tus piernas son muy largas y tus brazos mucho más largos de lo que pensabas. Y estas son cosas en las que normalmente no pensarías, por lo que quizá sea así como lo sienta. Se ha dado cuenta de ello y eso es lo que pasa. Niño: Quizá esté enterrado y crea
que es un insecto. Niño: O podría representar otras cosa.
Niño: Sí, pero si estás enterrado, ¡no crees que eres un insecto! Niño: Podría representar un cambio en tu vida o algo, como él que se ha transformado en un bicho y eso representa un cambio en su vida. Niño: ¿Pero qué representa el insecto? Niño: No lo sé. Es solo una comparación. Quizá escoja eso porque le sucedió en un sueño.
Solo eso. Niño: Sí, pero los sueños no puedes escogerlos, ¿no? Niño: ¿Cómo sabes que era un sueño? ¿Cómo sabemos que no estamos soñando ahora? Niño: Quizá sea solo la forma de decirnos el escritor lo que siente el chico. Niño: Quizá el relato no tenga un mensaje. Quizá solo sea la forma que tiene el escritor de confundir a la gente. [Risas del
grupo]. Niño: Bueno, yo creo que lo consiguió. Niño: Yo creo que cuantas más preguntas hagamos, más confundidos quedaremos. Niño: Sí, es posible…. ¿o quiero decir definitivamente? [Más risas y aplausos del grupo]. Este corto diálogo muestra cómo los alumnos juegan con ideas y posibilidades de un modo creativo; se preguntan por el significado
que se esconde tras el relato y empiezan a utilizar su propia experiencia como punto de referencia.
Hacia el final del extracto entra en juego el concepto de sueño o realidad, abriendo oportunidades para un diálogo más filosófico. El uso de la metáfora muestra la picardía característica de un diálogo creativo, como lo hace el uso del humor. El diálogo creativo versa sobre el conflicto creativo, considerando diferentes puntos de vista y la práctica de
resolver problemas juntos. Trata de perturbar la pauta vigente de pensamientos de los niños para ampliar su consciencia. Una forma de ensanchar la percepción del sujeto de sí mismo y de los demás es tratar de ver las cosas desde el punto de vista de otra persona. Para el aprendiz, y quizá para todos nosotros, es un reto difícil. Requiere la capacidad
de escuchar los puntos de vista expresados por otras personas y de dar un salto imaginativo para comprender sus sentimientos e ideas. Este salto de imaginación es fundamental para el desarrollo moral y para la comprensión de los otros (parte de la inteligencia social y de la emocional).»

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