Analisis Del Libro de Apocalipsis

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ANALISIS DEL LIBRO DE APOCALIPSIS

Esto que estoy realizando en este momento, ha sido a raíz de mis inquietudes personales
de conocer lo que la Biblia dice en cuanto a algunos temas o cuestiones en cuanto al fin de
los tiempos, la Segunda Venida de Cristo, el Arrebatamiento, la resurrección de los
creyentes y la transformación de los creyentes vivos. Siempre he considerado que Dios no
es un Dios de confusión y que no puede haber tres posturas en cuanto ha este tema.
Jesucristo es congruente con lo que revela en los evangelios tocante su segunda venida y
no puede haber otra revelación en Apocalipsis como si El mismo se contradijera. Puedo
asegurar que los equivocados podemos ser nosotros con nuestras interpretaciones, pero
es seguro que Jesucristo revelo una sola verdad y nuestro deber de acuerdo a lo que dicen
las Escrituras buscar la dirección del Espíritu, que “todo lo conoce aún lo profundo de
Dios” y buscar con ahincó conocer lo que dice la Biblia, no importando si lo que
descubrimos no es del agrado de la mayoría de creyentes. Por nuestra salvación y
prudencia debemos “Escudriñar las Escrituras…”, cavar profundo si es necesario, pero
llegar a lo que el Señor revelo.
Ese es el Espíritu de este libro sagrado. Como dice 1 tesalonicenses: “no es posible que
este día nos sorprenda a nosotros como ladrón en la noche”.
Hay cuestiones que tenemos que dilucidar para entender mejor el mensaje:
1. Lo tocante a los nombres que se le dan a la iglesia en el Nuevo Testamento.
2. Lo que tiene que ver con Israel y los últimos tiempos.
3. La semana 70 de Daniel.
4. Es la Tribulación de 7 años o de 3 años y medio.
5. Lo que tiene que ver con el papel de la Iglesia e Israel en el Milenio.
6. El Arrebatamiento de los creyentes.
7. La resurrección de los creyentes.
8. Quienes entraran al Milenio.
9. Donde resucitan los decapitados por Cristo en la Tribulación.
10. Quienes son los enjuiciados en el Gran Trono Blanco.

Lo tocante a los nombres que se le dan a la iglesia en el Nuevo Testamento.


Iglesia es la traducción de la palabra griega ekklesía. El uso del término griego antes de
que surgiera la iglesia cristiana es importante, ya que de su uso histórico surgen dos
corrientes de significado que entran en el concepto de iglesia en el Nuevo Testamento.
En su artículo titulado “Iglesia”, The Holman Bible Dictionary (“Diccionario bíblico de
Holman) explica los antecedentes de la palabra iglesia: “Iglesia es la traducción de la
palabra griega ekklesía. El uso del término griego antes de que surgiera la iglesia cristiana
es importante, ya que de su uso histórico surgen dos corrientes de significado que entran
en el concepto de iglesia en el Nuevo Testamento.
“Primero, el término griego que significa básicamente ‘llamados’ se empleaba
comúnmente para indicar una asamblea de ciudadanos de una ciudad griega, tal como se
usa en Hechos 19:32, 39. Los ciudadanos, quienes estaban bien conscientes de su
privilegiada condición con respecto a los esclavos y los que no eran ciudadanos, eran
llamados a la asamblea por un heraldo y trataban . . . asuntos de interés común. Cuando
los primeros cristianos comprendieron que ellos mismos constituían una iglesia, sin lugar a
dudas se percibían como los llamados por Dios en Jesucristo con un propósito especial y
que la suya era una condición privilegiada en Jesucristo (Efesios 2:19).
“Segundo, el término griego se utilizó más de 100 veces en la traducción griega del
Antiguo Testamento, que era muy común en la época de Jesús. El término hebreo (qahal)
significa simplemente “asamblea” y podía utilizarse en varias formas, refiriéndose por
ejemplo a la asamblea de profetas (1 Samuel 19:20), de soldados (Números 22:4) o del
pueblo de Dios (Deuteronomio 9:10). El uso de este término en el Antiguo Testamento
para referirse al pueblo de Dios es importante si es que queremos entender el término
iglesia en el Nuevo Testamento.
“Los primeros cristianos eran [en su mayoría] judíos que utilizaban la traducción griega del
Antiguo Testamento. El hecho de que hayan usado una auto designación que era común
en el Antiguo Testamento para referirse al pueblo de Dios, revela su entendimiento de la
continuidad que vincula el Antiguo Testamento y el Nuevo. Los primeros cristianos
entendieron que eran el pueblo del Dios quien se había revelado en el Antiguo Testamento
(Hebreos 1:1-2 “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro
tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a
quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.”), que eran los
verdaderos hijos de Israel (Romanos 2:28-29 “Pues no es judío el que lo es exteriormente,
ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es
en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del
cual no viene de los hombres, sino de Dios.”) cuyo padre era Abraham (Romanos 4:1-25) y
que eran el pueblo del nuevo pacto profetizado en el Antiguo Testamento (Hebreos 8:1-13
“Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece,
está próximo a desaparecer…”).
“Como consecuencia de esta amplitud de significado en el mundo griego y en el del
Antiguo Testamento, el término iglesia se utiliza en el Nuevo Testamento para designar
una congregación de cristianos llamados, tales como ‘la iglesia de Dios que está en
Corinto’ (1 Corintios 1:2), y también cuando se hace referencia a todo el pueblo de Dios,
tal como en la afirmación de que Cristo es ‘cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual
es su cuerpo’ (Efesios 1:22-23 “y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza
sobre todas las cosas a la iglesia, a cuál es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena
en todo.)”.

Bueno veamos otros términos que se usan en el Nuevo Testamento para designar a los
miembros de la Iglesia de Cristo.
Se les llama SANTOS: “Entonces Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de
este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén; y aun aquí tiene
autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre.”
Hechos 9: 13-14. El Nuevo Testamento usa la palabra santo o santos 67 veces. En todos los
casos, la referencia es para todos los creyentes.
El apóstol Pablo hablando: “Yo ciertamente había creído mi deber hacer muchas cosas
contra el nombre de Jesús de Nazaret; o cual también hice en Jerusalén. Yo encerré en
cárceles a muchos de los santos, habiendo recibido poderes de los principales sacerdotes;
y cuando los mataron, yo di mi voto.” (Hechos 26: 9-10)
“A todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a
vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.” (Romanos 1:7)
“A la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser
santos (Ekllessia) con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor
Jesucristo, Señor de ellos y nuestro…” (1 Corintios 1:2)
La Escritura es clara que todos los cristianos son santos. En contraste, la Biblia ve a cada
cristiano como un santo, como alguien apartado para la obra de Dios.
Efesios 4:12 enseña que los dones espirituales se dan "a fin de capacitar al pueblo de Dios
para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo." Claramente, los "santos" son
cristianos ordinarios involucrados en el servicio en la iglesia.
“Sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra
manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.” (1 Pedro 1:15.16).

“Saludad a todos los santos en Cristo Jesús. Los hermanos que están conmigo os saludan.
Todos los santos os saludan, y especialmente los de la casa de César.” (Filipenses 4:21-22)
Capitulo 1 (NTV)

Esta es una revelación de Jesucristo, la cual Dios le dio para mostrar a sus siervos los

acontecimientos que deben suceder pronto. Él envió a un ángel a presentarle esta

revelación a su siervo, Juan,


Hay que tener en cuenta que quien revela es JESUCRISTO y que la

revelación va dirigida a sus siervos: (personas comprometidas con

el evangelio y nacidas de nuevo y conocen la dirección del

Espíritu. No es una revelación general a toda la iglesia como se

conoce hoy.

El propósito es mostrar a todos sus siervos las cosas que han de

acontecer pronto. (Un periodo de tiempo en el futuro cercano)

2 quien relató con fidelidad todo lo que vio. Este es su relato de la palabra de Dios y del

testimonio de Jesucristo.
3 Dios bendice al que lee a la iglesia las palabras de esta profecía

y bendice a todos los que escuchan el mensaje y obedecen lo que

dice, porque el tiempo está cerca.


4 Saludo de Juan a las siete iglesias

Yo, Juan, les escribo esta carta a las siete iglesias que están en la

provincia de Asia.

Gracia y paz a ustedes de aquel que es, que siempre era y que aún

está por venir; y del Espíritu de siete aspectos

que está delante de su trono;

5 y de Jesucristo. Él es el testigo fiel de estas cosas, el primero

en resucitar de los muertos y el gobernante de todos los reyes del

mundo.

Toda la gloria sea al que nos ama y nos ha libertado de nuestros

pecados al derramar su sangre por nosotros.

6 Él ha hecho de nosotros un reino de sacerdotes para Dios, su

Padre. ¡A él sea toda la gloria y el poder por siempre y para

siempre! Amén.

7 ¡Miren! Él viene en las nubes del cielo.

Y todos lo verán,

incluso aquellos que lo traspasaron.

Y todas las naciones del mundo

se lamentarán por él.

¡Sí! ¡Amén!

8 «Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin

—dice el Señor Dios—. Yo soy el que es, que siempre era y que aún

está por venir, el Todopoderoso».

9 Visión del Hijo del Hombre

Yo, Juan, soy hermano de ustedes, y su compañero en el

sufrimiento, en el reino de Dios y en la paciente perseverancia a la


que Jesús nos llama. Me exiliaron a la isla de Patmos por predicar

la palabra de Dios y por mi testimonio acerca de Jesús.

10 Era el día del Señor, y yo estaba adorando en el Espíritu.

De repente, oí detrás de mí una fuerte voz, como un toque de

trompeta,

11 que decía:

12 Cuando me di vuelta para ver quién me hablaba, vi siete

candelabros de oro.

13 Y de pie en medio de los candelabros había alguien semejante

al Hijo del Hombre.

Vestía una túnica larga con una banda de oro que cruzaba el

pecho.

14 La cabeza y el cabello eran blancos como la lana, tan blancos

como la nieve, y los ojos eran como llamas de fuego.

15 Los pies eran como bronce pulido refinado en un horno, y su

voz tronaba como potentes olas del mar.

16 Tenía siete estrellas en la mano derecha, y una espada aguda

de doble filo salía de su boca. Y la cara era semejante al sol

cuando brilla en todo su esplendor.

17 Cuando lo vi, caí a sus pies como muerto; pero él puso la mano

derecha sobre mí y me dijo:

18 Yo soy el que vive. Estuve muerto, ¡pero mira! ¡Ahora estoy

vivo por siempre y para siempre! Y tengo en mi poder las llaves de

la muerte y de la tumba.

19 »Escribe lo que has visto, tanto las cosas que suceden ahora,

como las que van a suceder.


20 Este es el significado del misterio de las siete estrellas que

viste en mi mano derecha y de los siete candelabros de oro: las

siete estrellas son los ángeles

de las siete iglesias, y los siete candelabros son las siete iglesias.

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