Filosofia Leccion 01-06 PENSAMIENTO PLATONICO

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PENSAMIENTO PLATONICO.

PLATÓN (427-347 A. C.)

Fue el discípulo más destacado de Sócrates. De familia aristocrática, nieto del


último rey de Atenas, su padre fue Aristón y su madre Pericciona, pariente de
Solón, uno de los Siete Sabios de Grecia. También fueron familiares de Platón los
políticos Cármides y Critias, que pertenecían al grupo de Los Treinta Tiranos,
gobierno títere impuesto por Esparta cuando derrota a Atenas en la guerra del
Peloponeso (404 a. C).
Por ser aristócrata, su formación se encaminaba a la política, sin embargo, al
conocer a su maestro Sócrates, quedó tan admirado que abandonó sus proyectos
para dedicarse a la filosofía. Tras la muerte de su maestro viajó para adquirir más
conocimientos y cuando regresó a Atenas, estableció su escuela en los jardines
de Academos, de ahí el nombre Academia.
Vargas (1980) afirma “que la filosofía de Platón es un complemento y ampliación
de la socrática […] cuando Sócrates enseña que el conocimiento por conceptos es
el único real o verdadero, Platón concluye que el concepto o idea es la única
realidad”. Es por ello que la filosofía de Platón es conocida como teoría de las
ideas.
TEORÍA DE LAS IDEAS
De acuerdo con Platón, las ideas se imprimen en nuestra alma antes de nacer,
ellas se encuentran en el Topos uranus, donde el alma se encuentra y conoce el
mundo perfecto de las cosas auténticas. Topos Uranus es una palabra del griego,
Hyperuránion tópon. Platón lo refiere como un lugar celeste, más allá del tiempo y
del espacio, en donde habitan las almas y las ideas perfectas.
Las ideas para Platón son perfectas, eternas e invariables, no tienen cuerpo ni
forma y sólo pueden conocerse a través del pensamiento. Las ideas existen por sí
mismas, independientemente de que las pensemos o no. Entonces, el
conocimiento existe y sólo es cuestión de recordarlo; así lo explica a través de la
alegoría de la caverna, en donde expone la situación del hombre ante el
conocimiento.
Para que sus doctrinas fueran mejor comprendidas, Platón hizo uso de los
diálogos al estilo socrático, aunque de una forma sistematizada, es decir, recurría
al diálogo para inducir al tema y, según la naturaleza de éste, lo interrumpía con
largas exposiciones. Asimismo, en sus diálogos frecuentemente recurre al mito y a
la ficción como medio explicativo.
De acuerdo con Vargas (1980, p. 104) los diálogos escritos por Platón pueden
dividirse en tres grandes áreas:
• Dialécticos: Teeteto, Cratilo, Sofista, Parménides, Timeo, Fedón, Eutidemo,
Filebo.
• Morales y políticos: Filebo, Menón, Protágoras, La República, Las Leyes,
Apología, El Político.
• Estéticos: Banquete, Fedro, Gorgias.
FORMA EN QUE SE ADQUIEREN LAS IDEAS
Previamente se ha referido que Platón establece el mundo de las ideas como la
verdadera realidad, pero para llegar a conocerla primero debemos ser concebidos
en el vientre materno, pues el origen del conocimiento está en la vida prenatal,
cuando el alma entra al cuerpo. Sin embargo, al nacer, el alma “olvida” todo el
conocimiento que había contemplado en el mundo de las Ideas, queda en el
subconsciente, latente, esperando a ser recordado.
Volviendo a la cuestión de la verdadera realidad, se puede afirmar que Platón
tiene una visión dualista de ella: la sensible (las cosas de nuestro mundo) y la
inteligible (las cosas del mundo de las ideas); la sensible es imperfecta y efímera,
la inteligible es perfecta y eterna. Asimismo, afirma que existen dos grados o
niveles de conocimiento, la opinión o doxa y el verdadero saber o episteme.
La opinión es proporcionada por los sentidos, por lo que los conocimientos sobre
las cosas adquiridas a través de ellos no son verdaderos, contrario a la verdad
auténtica que proporciona la episteme, hace que el conocimiento sea científico y
comprobable.
Platón sostiene que cuando el sujeto salta a la captación de la Idea, llega al
verdadero conocimiento, a la episteme, a esta ascensión cognoscitiva, de lo
sensible a lo intelectual, se le llama dialéctica (Gutiérrez, 1994, p. 46).
Según Gutiérrez (p. 46), en cada uno de los niveles de conocimiento
representados por doxa y episteme existen dos subdivisiones. La doxa puede ser
eikasia (conocimiento ilusorio) o pistis (conocimiento sensible verdadero ajustado
a la Idea, pero sin conciencia de ella). La episteme, en cambio, puede ser dianoia
(orden geométrico) o noiesis (Ideas en sí mismas), Platón representa la primera
cima del pensamiento occidental. Las doctrinas metafísicas y éticas de sus
Diálogos influyeron de manera decisiva en toda la tradición filosófica.
Al igual que Sócrates, la ética tiene un papel muy importante debido a que, según
la teoría platónica, el fin último del hombre es alcanzar la perfección en cuerpo y
alma. Es así que la Teoría de las Ideas se refleja en la conducta del hombre y en
su vida en sociedad. Dicha Teoría supera el relativismo moral de los sofistas, ya
que las ideas se convierten en principios para decidir lo bueno, lo justo, todo ello
regido por la Idea del Bien, que es la Idea suprema, que busca la Virtud del
hombre.
Según lo afirma Vargas (1980, p. 109), para Platón, el alma perfecta tiene una
estructura determinada y se encuentra estrechamente relacionada con las demás,
y para que sea lo más semejante a la Armonía suprema, debe reunir cuatro
virtudes (cardinales): la de la parte racional es la sabiduría (sofía), la de los efectos
nobles, es decir, de la voluntad es la fortaleza (andria), la de la parte sensual es la
templanza o dominio de sí mismo (sofrosyne), y la última que es la relación de las
tres partes entre sí es la justicia del alma (dikayusino). Así, el bien más perfecto
para el hombre es la felicidad, cuyo camino para llegar a ella es la virtud.
La virtud es el conocimiento de lo que es bueno para el hombre y es en el Estado
en donde Platón encuentra la mejor aplicación para su teoría. Pues el Estado
presenta las mismas exigencias y necesidades materiales y los mismos fines
éticos que el hombre. Su deber es enseñar la virtud y ésta sólo se puede alcanzar
a través de él. El ideal de Estado para Platón es una utopía, ya que su misión
sería la de vigilar hasta el mínimo detalle de la conducta de sus ciudadanos, por lo
que, además, se habla de un Estado moralista. Para ello, el Estado debe ser
perfecto, por esta razón lo divide en tres clases sociales (como con las virtudes del
alma perfecta): los filósofos (sabiduría), que son los únicos aptos para gobernar;
los soldados (fortaleza), que deben defender y guardar la polis; y los artesanos
(templanza), que suministran los medios materiales que la sociedad necesita. Así,
se reúnen todas las virtudes para alcanzar el fin del Estado, que es la justicia, el
bien común para todos los ciudadanos y eso sólo se logra si todos cumplen con su
función, pues cada clase es necesaria y cada una goza de distinto rango y
dignidad. Platón separaba al mundo sensible del conocimiento y decía que éste
sólo era el recuerdo de lo que el alma ya sabe.
PENSAMIENTO ARISTOTELICO
ARISTÓTELES (384-322 A. C.)
Nació en Estagira y fue hijo de Festis y Nicómano, un médico reconocido. Durante
su juventud ingresó a la Academia como discípulo de Platón por veinte años hasta
que éste murió. Se casó con Pitias, una mujer de sangre real. Fundó el Liceo,
cuyo nombre fue tomado de Apolo Lysiano, templo dedicado a este dios que se
encontraba en las cercanías de donde Aristóteles daba clases a sus alumnos.
Se dice que Aristóteles poseía una gran capacidad mental y que dominaba todo el
conocimiento filosófico y científico de su época, por lo que buscó siempre hilar lo
sistemático. Sus obras se encaminaron tanto a la filosofía teórica como a la
práctica, entre ellas destacan tratados de lógica, metafísica, teodicea, física,
psicología, ética y política, retórica y poética (Vargas, 1980, p.119).
Aristóteles nunca empleó la palabra lógica en el sentido en que hoy la conocemos,
él la designó Analítica y más tarde sus discípulos recopilaron estas enseñanzas
bajo el nombre de órgano. La escuela fundada por Aristóteles fue llamada Liceo
por estar cerca del Templo a Apolo Licio, y fue conocida por Escuela peripatética
debido a que se enseñaba paseando.
Respecto a la manera de adquirir el conocimiento, se aleja de las concepciones de
su maestro debido a que, para él, el aprendizaje a través de la experiencia o los
sentidos es un elemento indispensable y fuente misma del conocimiento. Este
conocer a través de los sentidos, particular, lleva al individuo al conocimiento de lo
universal. Por lo tanto, su concepción es totalmente contraria a la de su maestro,
quien separaba de la mente lo universal de lo particular (inteligible – sensible).
Para Aristóteles, entonces, las ideas no deben separarse de las cosas porque no
existen por sí mismas, sino que están inmersas en éstas como principios
informantes de la materia: “Pensaba que la realidad poseía una estructura común
a todas las cosas y que todos los hombres que se interesaran por el conocimiento
podían comprenderla desde un conjunto pequeño de principios” (Rodríguez, 2003,
p. 5).
Como se ha mencionado, para Aristóteles la Idea no tiene existencia aparte de la
mente, por lo que reconoce dos atributos fundamentales en el conocimiento
intelectual: su dependencia esencial del conocimiento sensible y la superioridad
manifiesta del conocimiento intelectual sobre el sensible.
En otras palabras, el concepto o la idea abarca lo universal y la sensación o
percepción lo particular. Este filósofo parte del análisis de un concepto y lo
desglosa en sujeto y predicado, es decir, en sustancia primera y segunda, que
forman las categorías del Ser, éstas son todo lo que de él puede afirmarse.
Asimismo, en este sentido Aristóteles afirma que cuando un concepto entra en
relación con otro, forma juicios y cuando existen dos juicios se forma una
conclusión derivada de ellos y así nace el silogismo o razonamiento, que tiene
cuatro maneras de ser analizado (cuadro de oposición de los juicios), pero este
tema ya fue estudiado en el primer semestre de bachillerato, sólo basta recordarlo.
Aristóteles hizo la primera clasificación de las ciencias y las dividió en teóricas
(matemáticas, física y metafísica), prácticas (ética, política y economía) y poéticas
(poética, retórica). También inventó el silogismo, instrumento fundamental del
pensamiento occidental. El silogismo es un argumento deductivo formado por tres
proposiciones (dos premisas y una conclusión).

EL SER SEGÚN ARISTOTELES


CONSTITUCIÓN DEL SER
En el pensamiento aristotélico todo lo real consta de dos elementos, según lo
afirma Anzenbacher (1993, p. 101), el Ser actual (gr. energeia), es decir, lo real es
lo que existe en este momento y a ello le llamamos Acto (lat. actus); y el Ser
posible (gr. dynamis), ya que lo real tiene posibilidad de llegar a ser algo distinto y
es a lo que nombramos Potencia (lat. potentia, capacidad, posibilidad). Es así que
lo real, el Ser auténtico, está conformado por el acto y la potencia. Estos
elementos, aplicado a las cosas materiales, da pie a la teoría del hilemorfismo, en
la cual la materia (hýle) es la potencia y la forma (morphe), el acto; por tal motivo,
esta combinación de materia y forma también es acto y potencia.
En suma, con esta concepción de la sustancia material como un compuesto de
materia y forma, o de potencia y acto, explica Aristóteles no sólo la constitución
interna de las cosas materiales, sino también el problema del devenir o del cambio
(metabolê o kýnesis). Así, todo ser es acto en una cosa y tiene en sí la potencia de
cambiar de acuerdo con su propia esencia. Aunque esta potencia no viene de la
nada, para Aristóteles existe un motor inmóvil, la Idea pura (en la filosofía
Medieval la establecen como Dios) que fue la causa de dar ese primer impulso de
pasar de la potencia al acto.

Por ejemplo, el huevo es en acto y un pollo en potencia, pero también puede ser
un rico desayuno. O bien, ser un pollo en acto y un hermoso gallo en potencia.

Lo mismo sucede con la semilla en acto, que es una planta en potencia, en este
caso un árbol y a su vez, dicho árbol en acto puede ser madera en potencia y ésta
en acto un mueble o una cabaña en potencia, o ser leña en potencia, y así
sucesivamente.
Pero no sólo hasta aquí se queda la aludida constitución, pues también existen
formas fundamentales del Ser o de las cosas, que son enmarcadas en diez
categorías.
Categorías del Ser
Las categorías, del griego kategoria (acusación), en su conjunto, son géneros
supremos de los conceptos que se afirman de las cosas, esto es, todo lo que se
pueda decir de ellas entra en algún tipo.
Tabla categorial de Aristóteles
Categorías Referencia
1 Sustancia (ousia) Esencia Lo que es en sí
2 Cantidad (poson) Proporción, medida
3 Cualidad (poion) Características que posee
4 Relación (pros ti) Su situación respecto a otro ente
5 Lugar (pou) Ubicación espacial
6 Tiempo (pote) Momento en el que se halla
7 Posición (keisthai) Manera en la que se encuentra
8 Tener (ekhein) Lo que posee
9 Obrar (poiein) Acción Lo que está realizando
1 Padecer (paskhein) Pasión Lo que le sucede
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Para Aristóteles, la primera categoría, la sustancia, es el sujeto sustantivo y el


resto constituyen los accidentes. La sustancia, a su vez, se divide en Sustancia
primera, la individual del ser, por ejemplo, esa silla, ese gato, ese libro, etc., y
Sustancia segunda, que se refiere nada menos que a la esencia, es decir, a la
especie a que pertenece la primera. Por ejemplo, en “micifús es un gato”, se
atribuye la sustancia segunda (predicado) a la primera (sujeto).
Ciertamente hay predicados que superan a las categorías, éstos son
trascendentales, son los predicados del ser: uno, verdadero, bueno y bello.
La materia es el sustrato como base permanente del cambio sustancial, y es
principio pasivo potencial indeterminado.
TEORÍA DE LAS CUATRO CAUSAS
En las líneas anteriores se ha hablado de lo que concierne a la constitución del
Ser, ahora se hablará de las causas que contribuyen a su existencia; el concepto
de causalidad deriva del acto y la potencia “porque no puede darse nada, que a la
vez y bajo el mismo aspecto, estén en acto y en potencia, nada puede ser causa
de sí mismo. Cada cambio accidental y cada cambio substancial así como todo
ente infinito en general requieren una causa suficiente” (Anzenbacher, 1993, p.
115).
De acuerdo con Gutiérrez (1994, p. 57), las causas que se mencionan en la teoría
aristotélica son cuatro: “Causa formal y causa material (o causas intrínsecas) y la
causa eficiente y la causa final (causas extrínsecas)”. Las intrínsecas
corresponden a la materia y forma y las extrínsecas las que interesan en sí, es
decir, el fin, el para qué de su existencia y la que produce otro ser.
ETICA Y POLITICA SEGÚN ARISTOTELES
Las doctrinas correspondientes a estos temas son narradas por Aristóteles en sus
obras Ética a Nicómaco y Política. Para él, el bien supremo es “la felicidad,
considerada como aquello que se aprecia por sí mismo y no como un medio, en
vista de un fin” (Vargas, 1980, p. 120). Por ello la meta del hombre debe ser vivir
conforme a la razón, es decir, a las normas de la virtud. Así lo afirma la máxima
aristotélica: sé razonable (o virtuoso) y serás feliz.
Aristóteles distingue entre virtudes morales (valor, templanza, modestia, etc.) e
intelectuales (conocimiento, ciencia, sabiduría, arte), pues para él la virtud es el
justo medio que hace al hombre sabio o virtuoso; sin embargo, este ideal no se
encuentra al alcance de todos, sino de un grupo selecto de hombres inteligentes y
esta idea también es aplicada a la forma de gobierno.
El hombre, dice Aristóteles, es un ser sociable por naturaleza, por lo que sólo
dentro de la sociedad puede lograr la felicidad y la vida social comienza en la
familia, que tiene prioridad sobre el Estado, con un pequeño detalle “sólo de bien
ser ciudadanos en plenitud de derechos aquellos que puedan consagrarse a un
ocio libre, a las actividades nobles y ante todo, a las actividades del gobierno.”
(Vargas, 1980, p. 130).
Aunque considera tres formas de gobierno: republicana, aristocrática y
monárquica, esta última es la forma ideal, ya que el fin del Estado es la seguridad
exterior del ciudadano, su bienestar económico y su educación moral.
Aristóteles apoya la esclavitud pues por naturaleza hay hombres que nacieron
para ser libres y otros para ser esclavos.
Todos los sistemas son válidos, son corrientes del pensamiento que surgen de
acuerdo con las necesidades del hombre según la época histórica en la que se
encuentre, sin embargo, aún no hay una con el que esté satisfecho. Como se
recordará, el hombre se ase del mito para explicarse su realidad y conforme
avanza en el conocimiento se va desprendiendo de él; sin embargo, hasta hoy,
sigue haciendo uso de éste como un inicio al conocimiento, no se puede
desprender de él totalmente pues de algo debe partir, por eso la filosofía como
actividad racional no ha sido suficiente, aunque ha ido desmitificando, pues ha
propiciado los cambios de paradigma.
Las aportaciones de Platón y Aristóteles han sido muy importantes en la historia
posterior del pensamiento, así como en la sociedad, por ejemplo, desde el punto
de vista político ha funcionado como un modelo para el buen gobierno, aunque
existan dentro de él algunos vicios por no poner en práctica la ética. En este
sentido, las aportaciones de estos grandes filósofos han dado respuestas
prácticas a las realidades del mundo: creación de leyes, elección de valores,
control de población, educación, entre otras.

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