Emprendimiento Digital Femenino para El Desarrollo Social y Económico: Características y Barreras en España
Emprendimiento Digital Femenino para El Desarrollo Social y Económico: Características y Barreras en España
Emprendimiento Digital Femenino para El Desarrollo Social y Económico: Características y Barreras en España
https://dx.doi.org/10.5209/REVE.75561
Resumen. El presente estudio centra su atención en un tipo particular de emprendimiento: el emprendimiento digital
iniciado por mujeres. Este tipo de creación de empresas tiene un interés particular por su alto impacto en el desarrollo
económico y la dinamización de las economías desarrolladas; y en muchos casos además por su intensa orientación
social. Aquí resulta especialmente relevante encontrar una paridad entre hombres y mujeres a la hora de emprender, ya
que, de lo contrario, no se obtendría un desarrollo inclusivo, ni se explotaría todo el potencial emprendedor de una
sociedad. Tras una descripción de las características particulares tanto del emprendimiento digital, como del femenino,
se revisan las barreras a las que comúnmente se enfrenta cada uno de ellos. Mediante un estudio empírico, que logró
recopilar la respuesta de 161 emprendedoras digitales en España, se procede a contrastar las barreras identificadas en la
literatura con la realidad empresarial. Se pueden confirmar las dificultades que comúnmente enfrentan emprendimientos
digitales, al igual que femeninos, en lo referente a las dificultades para encontrar financiación. Sin embargo, otras
barreras, tales como el rol de la mujer en la familia, parecen tener menor relevancia en este tipo de emprendimientos.
Finalmente, se ofrecen conclusiones generales, en las que se destacan los puntos de actuación para posibles políticas de
fomento del emprendimiento digital femenino.
Palabras clave: Emprendimiento; Digital; Social; Mujer; Barreras.
Claves Econlit: L26; M13.
[en] Digital female entrepreneurship for social and economic development: characteristics
and barriers in Spain
Abstract. This study focuses on a particular type of entrepreneurship. Digital entrepreneurship initiated by women.
This type of business creation is of particular interest because of its high impact on economic development and the
dynamization of developed economies, in many cases with relevant social orientation. Here it is especially relevant to
find parity between men and women when it comes to entrepreneurship, since otherwise, inclusive development would
not be achieved, nor would all the entrepreneurial potential of a society be exploited. After a description of the
particular characteristics of both, digital and female entrepreneurship, we review the barriers that commonly face each
of them. Through an empirical study, which compiled the responses of 161 digital entrepreneurs in Spain, we proceed to
contrast the identified barriers in the literature with the business reality. The difficulties commonly faced by digital
entrepreneurs can be confirmed, as well as those faced by women, in terms of difficulties in finding financing.
However, other barriers, such as the role of women in the family, seem to have less relevance in this type of enterprises.
Finally, general conclusions are offered, in which the points of action for possible policies to promote female digital
entrepreneurship are highlighted.
Keywords: Entrepreneurship; Digital; Social; Women; Barriers.
Sumario. 1. Introducción. 2. Definición de empresas digitales, 3. Principales barreras al emprendimiento digital. 4. Principales
barreras de las emprendedoras. 5. Objetivos y metodologías. 6. Resultados. 7. Conclusiones. 8. Limitaciones y estudios futuros. 9.
Referencias bibliográficas.
Cómo citar. Tejeiro Koller, M.; Molina López, M.M.; García Villalobos, J.C. (2021) Emprendimiento digital femenino para el
desarrollo social y económico: características y barreras en España. REVESCO. Revista de Estudios Cooperativos, vol. 138, e75561.
https://dx.doi.org/10.5209/reve.75561.
_____________
1
Universidad San Pablo CEU, España.
Dirección de correo electrónico: [email protected].
2
Universidad San Pablo CEU, España.
Dirección de correo electrónico: [email protected].
3
Universidad San Pablo CEU, España.
Dirección de correo electrónico: [email protected].
Revesco (138) 2021: 1-13
1
2 Tejeiro Koller, M.; Molina López, M.M.; García Villalobos, J.C. Revesco (138) 2021: 1-13
1. Introducción
El emprendimiento es uno de los motores de cualquier economía (Minniti, 2012; Meyer & de-Jongh, 2018;
Acs, Audretsch, Braunerhjelm, & Carlsson, 2012). Contribuye a la difusión de los avances científicos, a la
renovación del tejido empresarial y la creación de nuevos puestos de trabajo (Galindo & Méndez-Picazo,
2013; Jain & Saiyed-Wajid, 2013). De entre todos los tipos de emprendimiento, el basado en las tecnologías
avanzadas es considerado de mayor impacto para economías desarrolladas (Wong et al., 2005). El estudio
global sobre el emprendimiento, Global Entrepreneurship Monitor (GEM), designa aquel tipo de
emprendimiento con mayor impacto como el innovador y de alto impacto (High-growth entrepreneurship),
entendiéndose éste como dinamizador de la economía, difusor de avances científicos y creadores de empleo
(Bosma & Kelly, 2019). Se puede afirmar, por tanto, que el desarrollo inclusivo de las economías
desarrolladas será impulsado en gran medida por el aprovechamiento de empresas innovadoras que además
pueden revestir diferentes formas jurídicas como las sociedades cooperativas4. Asimismo, si se quiere
explotar al máximo su potencial y realmente igualar el campo de juego para todos los participantes, es
esencial alcanzar una participación igualitaria entre hombres y mujeres emprendedoras (Minniti, 2010). Para
ello es importante diagnosticar en qué medida participan las mujeres en el emprendimiento digital y cuáles
son sus barreas para acceder a este tipo de emprendimientos de alto impacto. Esta es la contribución que
quiere hacer el presente estudio5.
La brecha de género en materia de emprendimiento parece ir reduciéndose en España de forma más
notable que en otros países6. Así pues, según el Informe Mundial GEM de 2018/19, por cada 10 hombres
emprendedores en nuestro país hay 9 mujeres emprendedoras, siendo la relación en el total de la Unión
Europea de 6 mujeres por cada 10 hombres. De acuerdo con el Informe, España se encuentra en el puesto 16
mundial para emprender un negocio, por encima de países como Alemania (19º), Japón (20º) o Reino Unido
(30º). Dicho ranking es encabezado por Qatar, ocupando EE. UU. el sexto puesto (GEM, 2019).
La diferencia de género en materia de emprendimiento se podría explicar por, entre otros, los inferiores
capitales de partida con los que cuentan las mujeres y al menor acceso al crédito al que suelen enfrentarse
(Brooks et al., 2014; García Villalobos et al. 2019; GEM, 2019). A estas barreras sistémicas a las que se
enfrentan las mujeres habría que añadir las barreras sociales que han podido promover, como resultado de la
Teoría de los Roles de Género, que las mujeres sean menos arriesgadas o ambiciosas que los hombres
(González-Pernía et al., 2012).
A su vez, otros factores como la conciliación laboral y familiar tienden a potenciar esta brecha, ya que la
mujer sigue siendo, en muchas ocasiones, la principal encargada de las labores del hogar y del cuidado de los
hijos o padres. Así, las mujeres tienden a dedicar más horas que los hombres a las actividades familiares, lo
que da lugar a una desigualdad de oportunidades profesionales y de ingresos (Straub, 2007).
En este contexto de eventual desigualdad es donde el emprendimiento femenino, digital en nuestro caso,
participa en la creación de valor social marcadamente sostenible que como dicen Sánchez, Martín, Bel y
Lejarriaga, (2018) puede manifestarse de diferentes formas: actuando respetuosamente con el medio
ambiente, favoreciendo la inclusión social, por ejemplo, atendiendo a colectivos que requieren de una
atención social no cubierta suficientemente por el Estado o a través fórmulas que contribuyen a la creación
de empleo estable, al desarrollo territorial y a la cohesión social. En este sentido, hay autores que reconocen
diferencias de género en tanto que las mujeres se muestran más propensas a la búsqueda del valor social, con
mayor inquietud por iniciativas de componente medioambiental, que los hombres más enfocados en la parte
exclusivamente económica (Justo, 2017).
En materia de emprendimiento femenino en el ámbito tecnológico, la brecha anteriormente comentada se
acentúa. En una muestra de 141 emprendedores tecnológicos en la Comunidad de Madrid, se ha podido
constatar que el 84% eran hombres, frente a tan solo el 16% de mujeres (Morales-Alonso et al., 2016). Si
bien es cierto que no se dispone en la actualidad de amplia información acerca de la distribución de géneros
en el ámbito del emprendimiento digital, este dato sobre la baja presencia de mujeres aporta una
aproximación. Además, las mujeres muestran una participación relativamente menor en la actividad
innovadora, siendo en otros países europeos tan solo entre el 15% y el 29% mujeres de las autoras de
patentes (Naldi et al. 2005). Países del sur como España, Italia y Francia tienen una puntuación más alta que
los países del norte, como Gran Bretaña o Alemania, pudiendo deberse este hecho a la mayor presencia de
investigadoras en el ámbito privado en estos últimos países (Naldi et al. 2005).
_____________
4
Un estudio sobre el impacto del emprendimiento cooperativo en la economía sostenible puede verse en: Fernandez-Guadaño, J. Lopez-Millan,
M., Sarria-Pedroza, J. (2020) Cooperative Entrepreneurship Model for Sustainable Development. Sustainability, 12, 5462.
5
Este trabajo forma parte del proyecto competitivo I+D+i FEM2017-83006-R, financiado por AEI/FEDER UE, adscrito a la Cátedra CEU-Mutua
Madrileña: 060516-USPMM-02/17. Los resultados obtenidos han sido posibles gracias al convenio de colaboración entre la Universidad CEU
San Pablo y Women Startup Community.
6
Para un análisis del emprendimiento femenino en España también puede consultarse: Montero González, B. y Camacho Ballesta, J.A. (2018).
Caracterización del emprendimiento femenino en España: Una visión de conjunto. REVESCO. Revista de Estudios Cooperativos, Tercer
Cuatrimestre, Nº 129, pp. 39-65. DOI: 10.5209/REVE.61936.
Tejeiro Koller, M.; Molina López, M.M.; García Villalobos, J.C. Revesco (138) 2021: 1-13 3
Asimismo, de acuerdo con el Informe ‘Mapa del emprendimiento 2019’ elaborado por Spain Startup-
South Summit, en España el 39% de las startups tienen, al menos, una mujer emprendedora dentro de su
equipo fundador, siendo la media en Europa del 36% y del 50% en Latinoamérica. A su vez, y en lo que
respecta al total de startups, España mantiene ese liderazgo con un porcentaje del 16% de startups creadas
por mujeres, siendo la media de Europa del 13% según el portal EU-Startups.
Un ámbito que no ha sido estudiado es el emprendimiento digital, principalmente por la dificultad de
identificar este tipo de empresas, que se caracterizan principalmente por apoyarse en tecnología digital, como
la cloud computing, big data o la inteligencia artificial para desarrollar su modelo de negocio (definidas en
mayor detalle en la siguiente sección). Así pues, se hace interesante estudiar el papel que tiene la mujer en
este tipo de emprendimientos. El presente estudio caracteriza, a través de un cuestionario, el emprendimiento
digital en España, analizando las principales barreras y retos a los que se enfrentan las mujeres
emprendedoras, aportando recomendaciones para distintas políticas de emprendimiento y de desarrollo
económico y territorial, en este último caso con gran potencial del emprendimiento como es reconocido de
forma expresa por las propias instituciones europeas (Enciso, M.; Gómez, L. y Mugarra, A., 2012).
Las empresas digitales se incluyen dentro de las llamadas “empresas de base tecnológica” o nuevas empresas
de base tecnológica (NEBTs), debido a que basan su actividad en una tecnología. Empresas de base
tecnológica son “aquellas de pequeño tamaño y propiedad independiente que operan en sectores
relacionados con las nuevas tecnologías” (Storey y Tether ,1998). A su vez, los autores indican que estas
empresas tienen una baja antigüedad al ser, en su mayoría, empresas de reciente creación, que aprovechan
tecnologías novedosas. Estas NEBTs suelen caracterizarse por un alto potencial de crecimiento (Almus y
Nerlinger, 1999) y una alta progresión de su valor añadido, especialmente las más jóvenes (Motohashi,
2005), de lo que se deriva el alto impacto identificado en el GEM.
Más específicamente, podemos diferenciar entre emprendimiento tecnológico, emprendimiento
tecnológico digital y emprendimiento digital (Giones y Brem, 2017). En primer lugar, se identifica el
emprendimiento tecnológico con la creación de nuevos productos basados en el avance en la investigación,
avances con base científica a través de conocimiento específico en un campo académico y activando un
nicho de mercado para ello. La financiación se consigue generalmente a través de fondos públicos o venture
capital atraído por la propiedad intelectual (ejemplo, Grafeno) (Giones y Brem, 2017).
En segundo lugar, y con relación al emprendimiento tecnológico digital, se identifica con nuevos
productos basados solamente en las tecnologías de la comunicación (TIC), creando para ello dispositivos
inteligentes y utilizando las posibilidades del Internet de las Cosas y de otras tecnologías ya existentes. La
financiación la encuentran habitualmente por medio de Business Angels, mercados financieros, capital
semilla y capital riesgo o crowdfunding (ejemplo, smartphone).
Por último, el emprendimiento digital se identifica con nuevos productos y servicios basados en internet.
Estos servicios se ejecutan solo en la nube, utilizando big data o inteligencia artificial. En este tipo de
empresas, la tecnología es un factor de entrada, se persigue el alto crecimiento y despuntar sobre los
competidores. Las fuentes de financiación son las mismas que en las empresas anteriores (ejemplo,
Snapchat).
El presente estudio incluye las tres tipologías de empresas, con lo que tendremos en cuenta las
particularidades de cada una de ellas, en lo referente a necesidades de financiación y requisitos tecnológicos.
Se toma la perspectiva similar a la del informe extenso sobre el emprendimiento digital publicado por la
Comisión Europea en 2015 (Bogdanowicz, 2015), en el que se hace énfasis sobre la innovación en
tecnologías de la información de las empresas digitales, mientras se incluye un campo amplio de tecnologías.
Este trabajo ofrece asimismo una clara afirmación sobre las diferencias entre emprendimientos tradicionales
y digitales. En particular haremos referencia a los retos específicos a los que se enfrentan éstos últimos en la
siguiente sección.
En términos generales, se puede resumir que las principales necesidades de estas empresas de base
tecnológica son las relacionadas con la financiación y la comercialización de sus productos o servicios
(Souto, 2012), aunque revisaremos las particularidades de empresas digitales en mayor detalle más adelante.
Trataremos de analizar, por un lado, las barreras a las que habitualmente se enfrentan este tipo de empresas
en su fase de creación y, posteriormente, las barreras más comunes a las que se enfrentan las mujeres
emprendedoras.
El foco sobre el emprendimiento digital femenino encuentra su justificación por dos vertientes. En primer
lugar, ya hemos podido ver que se trata de un sector con alto potencial de crecimiento y de impacto sobre la
economía y la sociedad, tanto por su capacidad transformadora como su potencial de creación de empleo y
orientación social. En segundo lugar, se trata de un sector tradicionalmente más dominado por hombres, por
4 Tejeiro Koller, M.; Molina López, M.M.; García Villalobos, J.C. Revesco (138) 2021: 1-13
lo que conviene ahondar en la comprensión de las causas de esta disparidad para tener un impacto social
mediante la mayor inclusión.
Como hemos podido establecer anteriormente, las empresas fundadas en el ámbito digital que se basan en
tecnologías de la información, son diferentes de las startups que no hacen uso de estas tecnologías para su
creación de valor. Resulta lógico pensar que los retos a los que se enfrentan unas y otras tampoco serán los
mismos. Según el informe Emprendimiento Digital: Barreras y Drivers (Digital Entrepreneurship Barriers
and Drivers por Bogdanowicz, 2015), los emprendimientos digitales sufren de la siguiente lista de barreras
específicas:
- Marco regulador: al tratarse de empresas innovadoras, muchas de ellas ofrecen bienes y servicios que
plantean retos novedosos al marco regulador, dificultando así su implementación. Un ejemplo
popular de esto es la plataforma de viajes, Uber.
- Condiciones del mercado: muchas de las startups digitales operan en un mercado en el que se
impone un estándar y las ventajas de ser primero pesan mucho. El riesgo de la absorción o de la
imitación por un rival más potente suponen un problema para muchas empresas nacientes, además de
ciertas limitaciones a la hora de acceder a mercados internacionales, debido a marcos legales
diferentes (aun siendo su modelo de negocio de origen global - born globals).
- Acceso a la financiación: mientras que esta es una barrera comúnmente citada para empresas de
reciente creación, en el caso de las digitales se potencia. El uso de tecnologías novedosas aumenta el
riesgo percibido para los inversores y dificulta que éstos encuentren fondos. Cabe matizar esto por la
buena fama de la que han disfrutado las empresas digitales últimamente y de los conocidos casos de
éxito, como Alibaba, Uber o PayPal. Sin embargo, éstos son casos extraordinarios que no describen
la mayoría.
- Capacidades emprendedoras: debido a la elevada importancia de las TIC, este tipo de
emprendimientos requieren una combinación particular de capacidades, entre las cuales se deben
hallar tanto un dominio tecnológico como capacidades relacionadas con la creación, la dirección de
empresas y la sensibilidad social.
- Juventud del emprendedor: debido a que las tecnologías usadas son relativamente recientes, puede
darse el caso de que la persona emprendedora sea joven y sufra discriminación debido a su edad a la
hora de buscar apoyos o de captar clientes.
Como podemos ver, Bogdanowicz (2015) enumera con mucha claridad aquellas dificultades que están
especialmente presentes entre empresas digitales, dejando claro que no son iguales que otro tipo de
emprendimientos. Esta particularidad, además de su ya mencionado alto impacto en el desarrollo económico,
justifican una atención particular sobre este tipo de startups. Seguidamente se analizará qué a qué clase de
barreras específicas para mujeres emprendedoras hace referencia la literatura.
Las barreras típicas para el emprendimiento identificadas por trabajos previos (GEM 2017 y 2018, Doing
Business 2020, GEDI 2019) son el acceso a la financiación y la información, la complejidad del marco legal,
el apoyo social a la figura del emprendedor o el acceso a canales de distribución y redes de contacto, entre
otros (Jain & Saiyed-Wajid, 2013). Éstas son las mismas para todo tipo de emprendimientos, pero afectan de
forma diferente a diferentes tipos de empresas, dependiendo de las características de la persona
emprendedora y de las propias startups. Estas dos características pueden agruparse en los factores internos
que afectan al emprendimiento, a los que se suma el grupo de factores externos, que serán aquellos que
apoyen o dificulten el emprendimiento dependiendo de la configuración del contexto socioeconómico en el
que se crea la startup (Jain & Saiyed-Wajid, 2013). Sin embargo, está claro que el contexto tiene gran
influencia sobre la persona emprendedora, ya que puede formar a esta o apoyarla más implícitamente,
mediante un alto reconocimiento social de la figura del emprendedor/a.
Se ha podido ver que, dependiendo del perfil de empresa que se analice, como podría ser una de mayor o
menor uso tecnológico, más o menos dependiente de financiación o el grado de internacionalización de esta,
ciertas dificultades tienen mayor peso de que otras. Por otro lado, el perfil de la persona que inicia el
proyecto supone el otro condicionante para que ciertas dificultades sean más importantes que otras. Así, las
emprendedoras sufren ciertas dificultades únicamente debido a su condición de mujer.
Tejeiro Koller, M.; Molina López, M.M.; García Villalobos, J.C. Revesco (138) 2021: 1-13 5
Se revisan en lo que sigue las barreras externas e internas, donde las primeras hacen referencia a las
condiciones del entorno en el que se emprende (el ecosistema de emprendimiento) y las segundas a las
características específicas de las emprendedoras (rol social, capacidades y confianza en sí misma).
a) Barreras externas
Como se pudo ver, una de las principales barreras a la hora de establecer un negocio de base tecnológico
suele ser el acceso a financiación ajena, muchas veces fruto de la novedad del producto ofrecido o de la falta
de experiencia empresarial del emprendedor (Storey y Tether 1998). El hecho de que en este tipo de
empresas predominen entre sus activos los elementos intangibles influye en esta mayor dificultad al acceso a
la financiación. Las mujeres son las más afectadas por esta situación. En su estudio, The Boston Consulting
Group, muestra como las mujeres creadoras de startups, pese a reportar un beneficio mayor en media que los
hombres, suelen recibir menor financiación (Abouzahr et al., 2018). Se observa también cierta preferencia de
los inversores hombres a financiar propuestas presentadas por hombres frente a los realizados por mujeres,
aun cuando el contenido es el mismo (Brooks et al., 2014 para el caso de EE. UU.).
Cabe destacar que esto guarda una estrecha relación con la baja presencia de mujeres en firmas de capital
riesgo (Smith, 2019) y con la posible preferencia de los inversores de conceder financiación a personas de su
mismo género (Brooks et al. 2014). De acuerdo con la firma de medios e información Axios, solo el 9% de
los tomadores de decisiones en este tipo empresas financiadores en EE. UU. son mujeres, reduciendo así las
posibilidades de acceso a financiación de las emprendedoras. Para España este porcentaje es aún menor, con
solo un 6% de mujeres entre los cargos de responsabilidad en las empresas de capital riesgo (Sekulits, 2020).
A su vez, al no haber tantos antecedentes de éxito femeninos como masculinos (Observatorio Mujeres,
Ciencia e Innovación, 2020), las empresas de capital riesgo y los inversores privados podrían mostrase más
reticentes a la hora de apostar por mujeres emprendedoras (Fundación Innovación de la Economía Social,
2011).
b) Barreras internas
En segundo lugar, existen barreras a nivel personal, es decir, de la propia mujer emprendedora. Por un
lado, se ha mostrado que el rol en la sociedad juega un papel importante, donde las mujeres tienden a dedicar
más horas que los hombres a las actividades familiares, lo que conlleva una desigualdad de oportunidades
profesionales (Straub, 2007). Al disponer de menos tiempo, pueden dedicar menos horas a la labor de
emprender, que suele simultanearse con un trabajo por cuenta ajena. Asimismo, no desarrollan redes de
contacto que resultan clave en el proceso de emprendimiento. Finalmente, el rol asignado en la familia crea
una identidad propia que influye sobre la autoestima a la hora de emprender y sobre el apoyo de su entorno
social (Global Entrepreneurship Research Association (GERA), 2017; Koellinger et al., 2013). El hecho de
tener que jugar el rol de bread maker, ya sitúa a la mujer en una posición de desventaja antes de emprender,
debido a sus menores ingresos. Esto supone un menor acceso a capital semilla (el necesario para comenzar
un proyecto de emprendimiento desde cero) y menor capacidad de endeudamiento. Debido a estas causas, las
mujeres se ven obligadas a emprender con menor financiación inicial y sufren la problemática de acceso a la
financiación de forma más acentuada (García Villalobos et al, 2019). A esto hay que añadirle unas tasas de
propiedad de inmuebles tradicionalmente más bajas que las de los hombres (Arekapudi & Almodóvar-
Reteguis, 2020), empeorando aún más esta problemática.
Por otro lado, se muestra cómo las mujeres pueden llegar a tener una mayor autoexigencia, imponiéndose
a sí mismas unos estándares más elevados, lo cual podría llevarlos, en ocasiones, a no emprender o tomar
decisiones que impliquen un alto riesgo (Adams y Funk, 2012, Koellinger et al., 2013). De acuerdo con el
GEM (2019) las mujeres puntúan más bajo en aquellas percepciones que facilitan el comportamiento
emprendedor, como son la confianza en las habilidades para emprender y el conocimiento de otros
emprendedores. Por otro lado, obtienen mayor puntuación en otro aspecto que inhibe la actitud
emprendedora como el miedo al fracaso. Se ha podido ver que el mayor miedo al fracaso por parte de las
mujeres ha llevado a una propensión de emprender menor que en el caso de los hombres (Koellinger et al.,
2013).
5. Objetivos y metodologías
Los estudios publicados sobre el emprendimiento femenino hasta la fecha centran, en su gran mayoría, su
atención en la problemática general, pero no se han centrado en el tipo de empresa digital, y siendo aún
menos los trabajos que analizan el emprendimiento tecnológico femenino. El presente estudio describe el
estado en el que se encuentra el emprendimiento digital en España, tratando de conocer las características
6 Tejeiro Koller, M.; Molina López, M.M.; García Villalobos, J.C. Revesco (138) 2021: 1-13
sociodemográficas de las mujeres, sus motivaciones para el emprendimiento y las principales barreras y retos
a los que se enfrentan. Mediante un estudio empírico se busca contrastar las barreras comúnmente citadas en
la literatura para emprendimientos digitales con los emprendimientos digitales promovidos por mujeres. Así
pues, se analizan los resultados de una encuesta enviada a 326 y contestada por 161 emprendedoras
digitales7. Esto nos da una tasa de respuesta del 49,4%.
La encuesta se realizó de forma telemática entre los meses de marzo-abril de 2020. Hay que mencionar
que se trata de un periodo temporal particular, ya que coincidió con el comienzo de la crisis sanitaria del
COVID-19 en España y el consiguiente periodo de cuarentena sanitaria. Esto se trató de atender mediante
una pregunta específica en el cuestionario sobre el efecto esperado de la pandemia, y se considera que la
mayoría de las preguntas no deberían verse afectadas por esta situación. Aun así, es posible que haya influido
sobre el estado de ánimo de las encuestadas, introduciendo cierto sesgo.
El cuestionario estaba formado por 45 preguntas que se agrupaban en cuatro bloques: perfil de las
empresas digitales fundadas por mujeres, principales características sociodemográficas de las
emprendedoras, motivaciones para el emprendimiento y principales barreras, retos y necesidades. Este
cuestionario fue testado y revisado antes de su publicación y los datos fueron procesados posteriormente
usando IBM SPSS Statistics 24. En el siguiente punto se presentarán los resultados obtenidos tras un análisis
de los estadísticos descriptivos.
6. Resultados
El 39% de las empresas encuestadas se encuentra en una fase en la que ya genera sus propios beneficios,
mientras que un 42% todavía se encuentra en una fase muy temprana, gestionando el capital semilla. La
facturación es, generalmente, reducida, no llegando al millón de Euros (92%), de hecho, encontramos una
parte importante por debajo de los €100.000 (72%). Si analizamos el tamaño de las empresas creadas por su
inversión en activos, vemos el mismo comportamiento. Prácticamente todas (96,2%) se sitúan por debajo del
millón y la gran mayoría (81%) no llega a los €100.000 de inversión.
Podemos observar que la gran mayoría declara un gasto en I+D (83%), por reducido que sea. La mayor
parte de este 83% (87%) se concentra en la franja de hasta €20.000 de gasto, con un gasto medio de €8.166.
Si consideramos que la facturación de la gran mayoría no llega a los €100.000, podemos observar una
intensidad de I+D media (Inversión en I+D media/Facturación media) muy elevada del 28,5%. Si
comparamos estas cifras con las generales de las NEBTs, vemos que la Fundación MadrI+D describe en su
último informe sobre estas empresas (Díaz & Cid, 2019) la media de inversión en I+D de €76.000 y que un
21% excede los €100.000.
_____________
7 El cuestionario fue enviado a mujeres emprendedoras en el ámbito digital a través de la asociación W Startup Community, cuya
finalidad principal es el apoyo a mujeres al emprendimiento en el ámbito STEMB. Para ello se firmó un acuerdo de colaboración
entre la Universidad CEU San Pablo, en la que trabajan los autores, y WStartupC.
Tejeiro Koller, M.; Molina López, M.M.; García Villalobos, J.C. Revesco (138) 2021: 1-13 7
5%
6% Educación/Social
20%
6% Industria 4.0/Energía
Consultoría
9%
Fashiontech/Textil
Fintech/Traveltech
18%
11%
Biotech
Agritech/Foodtech
11%
14% Healthtech/Femtech
Legaltech/Insurtech/ Proptech
La fuente principal fue, como en la mayoría de los emprendimientos, la familia y los amigos de la
emprendedora (62,1%). En solo un 11,2% intervino un Business Angel y en tan solo un 8% un banco.
Asimismo, en mucho menor medida se obtuvo financiación de otra empresa privada (5%), de fondos
públicos nacionales (5,6%) o europeos (4,3%). La participación de fondos de capital riesgo era la menor
(3,7%).
Para aquellas que obtuvieron fondos de un Business Angel, todos, excepto uno fueron hombres. Por un
lado, podemos interpretar este resultado como positivo, ya que no observamos una problemática de género,
que pudiera hacer pensar que será más probable que una mujer reciba financiación de otra mujer que de un
hombre (Brooks et al., 2014), sin que se aprecie discriminación alguna por motivo del sector de actividad
económica emprendida.
En términos globales podemos decir que los emprendimientos femeninos digitales en España estudiados
fueron de oportunidad y no de necesidad. Es decir, las emprendedoras identificaron una oportunidad en su
entorno y se encaminaron a crear una empresa para su aprovechamiento. No se trataba, por lo tanto, de una
forma de buscar el sustento vital, ni por falta de oportunidades en el mercado laboral. Esto está en línea con
el perfil de la economía española identificado por el Global Entrepreneurhsip Monitor - GEM (2017), y
clasificado como impulsada por la innovación (innovation driven). Asimismo, responde al perfil general del
tipo de emprendimiento que podemos encontrar en nuestro país según la última edición de este informe, que
se describe como aquel que busca mejorar la situación vital actual, aumentando la autonomía y/o los ingresos
(Improvement-driven opportunity) (GEM 2019). Este tipo de emprendimiento casi duplica aquellos
emprendimientos que son motivados por necesidad en España. Finalmente, los emprendimientos digitales,
debido a sus características particulares de uso de la tecnología y el perfil de sus fundadores, suelen ser por
oportunidad, si bien en el caso de los sociales, sean o no digitales, se han revelado con cierta frecuencia una
alternativa necesaria para los colectivos que los fundan o sus trabajadores que por sus características
(discapacidad, minusvalía; etc.) pueden tener más dificultades en el acceso al empleo.
En lo personal, aproximadamente un tercio (28%) declaró que no se inspiró en ningún referente a la hora
de emprender, aunque un 26,1% cita a alguno de sus padres u otro familiar (ver gráfico más abajo).
Asimismo, otras emprendedoras sirvieron de referente a un 23%, dato que se solapa con la figura de un/a
empresario/a nacional (18%) o internacional (17,4%). Por el contrario, una directora o profesor/a inspiró a la
menor parte de las emprendedoras.
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Estos resultados están en línea con estudios previos que muestran como los descendientes de
emprendedores muestran una mayor probabilidad de crear su propio negocio (Fairlie y Bobb, 2007).
Asimismo, se ha mostrado que tener modelos de referencia puede motivar a las personas a emprender, ya sea
dándoles apoyo moral o consejos que puedan necesitar (Bosma & Kelly, 2019). De acuerdo con el Global
Entrepreneurship Monitor (2019) el porcentaje de la población emprendedora con un referente emprendedor
es del 52,4%, frente al 33,4% de la población no emprendedora.
Para el caso de las emprendedoras digitales en España se pidió que se eligiese el Top 3 de los mayores retos
a los que se han tenido que enfrentar a la hora de emprender. Podemos observar que el mayor reto a la hora
de emprender fue el Acceso a la Financiación Temprana, con la Falta Inicial de Ingresos/Ahorros en segundo
lugar y citándose al Marco Legal con más frecuencia en tercero (ver tabla más abajo). Resultaría lógico
pensar que los primeros dos conceptos están íntimamente ligados, ya que la financiación temprana va, en
gran medida, dedicada al pago de salarios, entre los que se cuenta el de la emprendedora.
La búsqueda de socios y conocer los gustos de los clientes se sitúan a mitad de la tabla, seguidos por el
conocimiento técnico. Considerando esto, junto con el conocimiento sobre la creación de empresa como reto
mayor, nos hace pensar que la mayoría de las emprendedoras son especialistas en su ámbito, pero que la
creación de la empresa en sí supuso un reto. Cabe destacar que la conciliación con la vida familiar aparece
muy abajo en la tabla, no dándose aquí una asunción común en el emprendimiento femenino, que explica la
menor tasa de emprendimiento entre mujeres por su rol en la familia, como se comentó anteriormente. Esto
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se evidencia más explícitamente cuando se les pregunta directamente por esta cuestión y casi un 70% afirma
que su rol en la familia no les ha supuesto un problema a la hora de emprender (ver gráfico más abajo). Aquí
hay que considerar que la mayoría de las emprendedoras no tienen hijos y el gran apoyo familiar que afirman
haber recibido. Finalmente, el acceso a canales de distribución y a servicios complementarios no fueron
problemas a la hora de emprender.
El acceso a redes de contacto, que frecuentemente es citado como una barrera más elevada para mujeres
que para hombres (Hanson & Blake, 2009; Sappleton, 2009), tampoco parece haber sido un impedimento
para casi la mitad de ellas (48,5%).
En principio, podemos resumir que las mayores barreras para las emprendedoras digitales en sus negocios
de base o no social son la falta de fondos al inicio de su proceso de emprendimiento, un marco legal
complicado y unos conocimientos incompletos sobre la creación y gestión de empresas.
Si buscamos el detalle de la barrera de la financiación, vemos que para la mayor parte de las
emprendedoras (60%) no ha sido fácil acceder a fuentes de financiación temprana (capital semilla). Mientras
que el acceso a financiación temprana fue complicado, la financiación para el crecimiento del negocio fue
más fácil. Un 45% afirma que ha sido relativamente fácil, mientras que un 27% denota complicaciones en
este punto. Esta situación se ha visto agravada por la crisis del COVID-19, valorándose el impacto de ésta
sobre la facilidad de encontrar financiación con un 4,3, siendo 5 la mayor dificultad.
Desde un punto de vista interno, cabe destacar que la gran mayoría de las emprendedoras (82,6%) sentían
que tenían las capacidades suficientes para emprender, lo que contrasta con estudios previos en los que las
mujeres mostraban niveles menores de confianza en sus capacidades para el emprendimiento (Global
Entrepreneurship Research Association (GERA), 2017; Koellinger at al., 2013)
Tejeiro Koller, M.; Molina López, M.M.; García Villalobos, J.C. Revesco (138) 2021: 1-13 11
En general, el hecho de ser mujer no ha influido en ningún sentido en el emprendimiento para el 46,1%,
influyendo en sentido positivo o muy positivo para un 25,5% y 9,2%, respectivamente. Por el contrario, un
18,4% piensa que influyó negativamente.
Si nos centramos en el ámbito digital, hay un 23% que afirma que su sector es más exigente para una
mujer que para un hombre y un 19% que está bastante de acuerdo con esta afirmación. Por el contrario, la
mayoría no parece considerar el género como dificultad, aunque tampoco se oponen a la aserción.
7. Conclusiones
Podemos confirmar para el caso español que las barreras específicas de empresas digitales fundadas por
mujeres están presentes. La orientación social de la empresa no varía a la hora de establecer estás
limitaciones existentes, bien sea por la falta de financiación y de ingresos iniciales o de un marco legal claro
en el proceso de puesta en marcha.
Sin embargo, las particulares dificultades de las mujeres emprendedoras, como su rol en la familia y la
sociedad o la discriminación por género, no se pudieron confirmar. El rol en la familia no supuso un
problema para la mayoría de las emprendedoras encuestadas. El hecho de ser mujer fue una complicación
añadida para una parte relativamente reducida de la muestra, aunque sí parece percibirse el sector como más
exigente para las mujeres que para los hombres. Esto confirma las conclusiones del estudio llevado a cabo
por Sappleton (2009), en el que concluye que es más difícil desarrollar relaciones en sectores dominados por
hombres, aunque el género de la persona emprendedora no resultó determinante.
No se pudo encontrar evidencia de discriminación por género a la hora de recibir financiación, ni tampoco
porque el negocio tuviese más o menos vocación social, aunque aquí el estudio debe reconocer su limitación
por su sesgo del superviviente (no se consultó por qué no obtuvieron financiación). Las emprendedoras que
obtuvieron financiación no la obtuvieron mayoritariamente por mujeres, sino más bien al contrario, por
hombres.
Aunque las dimensiones de falta de financiación (bajo acceso a financiación y falta de ingresos) y el
marco legal suponen los dos factores más citados como barreras, la falta de conocimientos específicos se cita
en tercer lugar. Esto confirma la barrera específica para empresas digitales citada en la literatura
(Bogdanowicz, 2015), donde el dominio tanto de conocimientos técnicos avanzados, junto con los
específicos de creación y gestión empresarial no siempre se encuentran en la misma persona.
A la hora de referirnos a políticas de promoción del emprendimiento femenino conviene fijarse, además
de los condicionantes facilitadores del entorno, en los factores que motivaron el emprendimiento a nivel
personal. Como hemos podido observar en el estudio, los familiares y emprendedoras nacionales e
internacionales fueron importantes fuentes de inspiración, pero también el interés por el desarrollo rural, el
empleo de calidad y la sostenibilidad.
12 Tejeiro Koller, M.; Molina López, M.M.; García Villalobos, J.C. Revesco (138) 2021: 1-13
El presente estudio sufre la limitación de sesgo del superviviente, debido a que sólo se encuestaron a
empresas fundadas activas y no aquellas que no lograron sobrevivir. Eso también se refiere a ciertas
cuestiones específicas del estudio, como son las empresas que han recibido financiación, ya que no se
incluyó una pregunta sobre por qué no recibieron financiación. Debido a que las razones subyacentes a esta
decisión no suelen ser conocidas por las emprendedoras, no parecía lógica incluir una pregunta así en el
cuestionario.
En segundo lugar, el estudio puede sufrir sesgos cognitivos de las personas que lo responden, debido a
que muchas cuestiones solicitan la evaluación subjetiva de la persona encuestada. Exponiendo la situación
extraordinaria de la pandemia de COVID-19 en la descripción metodológica, se trató de alertar sobre la
posible influencia de un evento tan grave sobre las respuestas. Aun así, se considera que esta dificultad es
asumida por muchos estudios que siguen la misma técnica, tal como el Global Entrepreneurship Monitor.
Finalmente, el estudio carece de una muestra de empresas digitales creadas por hombres, que habría
permitido comparar las dificultades de las mujeres emprendedoras en el ámbito digital con las de los
hombres.
Como estudios futuros se recomendaría profundizar en mayor medida en las barreras identificadas para
poder encontrar sus causantes originales y poder ofrecer recomendaciones para paliarlas. Específicamente,
las dificultades de financiación deberían estudiarse más detenidamente para comprender si se deben a la
tecnología utilizada, características del proyecto emprendedor (orientación marcadamente social o no) o
debilidades del ecosistema de emprendimiento. Asimismo, sería interesante conocer qué partes del marco
legal son las que dificultan más la creación de las empresas digitales fundadas por mujeres. Por último, se
propone realizar un estudio comparativo con una muestra de empresas fundadas por hombres para poder
identificar aún más las particularidades de las empresas digitales creadas por mujeres y si se confirma que
son más proclives a la búsqueda del valor social en sus iniciativas emprendedoras.
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