Tema 1
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Tema 1
de Servicios e Industrial
Tradicionalmente, el marketing de
servicios se ha visualizado como
una disciplina separada y
esencialmente diferente del
marketing de bienes. Este enfoque
tuvo especial sentido en los
comienzos de la disciplina, cuando
se intentaba generar un campo
específico para el estudio de los
servicios (Fisket al., 1993). En
realidad, la inmensa mayoría de las
transacciones implican el
intercambio en mayor o menor
medida de bienes y servicios.
Lo relevante es comprender que
todas las empresas deben
proporcionar distintos niveles de
servicios, pero principalmente que
tienen crecientes oportunidades de
diferenciarse por medio de los
servicios complementarios que
ofrezcan. Así es el mercado de
principios del siglo XXI: un
mercado de bienes cada vez más
homogéneos e indiferenciados,
donde importa cada vez más el
conocimiento del cliente y cómo
ofrecerle el producto indicado en el
momento preciso, adaptado a sus
necesidades.
En este sentido, la personalización
de los productos se presenta como
la gran alternativa para los
próximos años.
Levi’s, al que nadie dudaría en
calificar como un productor de
bienes y no de servicios, espera
que para 2025 el 25% de las ventas
de algunas de sus marcas
corresponderán a pantalones
hechos a la medida de usuarios
individuales que los pedirán
directamente a la empresa. Ésta, a
su vez, empieza a tener una base
de datos de sus clientes
individuales, sus preferencias,
cómo ubicarlos y, por supuesto, sus
medidas.
De esta manera puede contactarlos
y ofrecerles un par de pantalones
nuevos hechos a medida cuando
presumiblemente el par anterior se
haya gastado. Este elemento de
servicio adicional hace que dicha
marca tenga una ventaja única en
su ramo, difícilmente imitable:
mantiene una relación con sus
clientes y no tiene simplemente
compradores anónimos. Del mismo
modo, empresas de automóviles
buscan diferenciarse cada vez más,
no ya en las características
técnicas o ventajas de sus
modelos, sino en los servicios
complementarios.
Así, los consumidores reciben
garantías más largas, o la oferta de
mantenimiento gratuito por un
determinado período. Actualmente,
en los EE.UU. es frecuente
encontrar avisos de coches que
buscan atraer consumidores
mostrando los resultados de
encuestas de satisfacción de
clientes, no con los automóviles en
sí, sino con los servicios de
postventa.
La innovación más reciente en
materia de servicios
complementarios en automóviles
son los programas de Marketing
Relacional (o CRM, por su nombre
en inglés Customer Relationship
Management) que se analizan con
mayor detalle más adelante. El
servicio OnStar de General Motors
es un buen ejemplo en este
sentido. Es un sistema de
información móvil instalado en los
modelos de GM de 1996 en
adelante, que combina la
tecnología inalámbrica.
La innovación más reciente en
materia de servicios
complementarios en automóviles
son los programas de Marketing
Relacional (o CRM, por su nombre
en inglés Customer Relationship
Management) que se analizan con
mayor detalle más adelante. El
servicio OnStar de General Motors
es un buen ejemplo en este
sentido. Es un sistema de
información móvil instalado en los
modelos de GM de 1996 en
adelante, que combina la
tecnología inalámbrica celular y
satelital para proporcionar a los
clientes servicios personalizados.
Los centros OnStar cuentan con
personal que proporciona
información y asistencia en el
camino las 24 horas. A través del
teléfono celular del pasajero, los
re- presentantes establecen
contacto, cuentan con una base de
datos con información acerca del
vehículo y su dueño, y rastrean la
ubicación del mismo para
proporcionar servicios de
emergencia, así como cualquier
otra información relevante. El
sistema tiene un precio de
instalación de U$S 1.300 y una
tarifa mensual.
Actualmente cuenta con medio
millón de usuarios (Peppers et al.,
2000). Los mismos autores narran
la experiencia de una usuaria de
edad avanzada que, luego de hacer
las compras en un shopping center,
llegó a su coche y sin bloquear sus
puertas se quedó dormida antes de
ponerlo en marcha. A los pocos
minutos escuchó una voz que la
llamaba por su nombre y le
preguntaba si se encontraba bien.
Era uno de los agentes de OnStar.
Un sistema similar es ofrecido por
Mercedes-Benz; mediante éste el
automóvil se auto diagnóstica y
comunica al taller más cercano las
posibles necesidades de repuestos
y problemas detectados, al tiempo
que informa al conductor sobre la
necesidad de realizar la
reparación, entre muchas otras
funciones. Igualmente, en caso de
accidente, el sistema da la alerta
en forma automática a la central, e
informa la ubicación exacta del
coche. Los casos de competencia
en servicios complementarios no
solamente se observan en el
mercado de bienes para el
consumidor final.
En el marketing industrial, es decir
de una empresa que vende a otras
empresas, también abundan los
ejemplos. Tal es el caso de Boeing
y Airbus, que para conquistar las
compras de las líneas aéreas
latinoamericanas han mejorado el
servicio de envío de piezas de
repuesto para sus aparatos en esa
zona. Según un estudio realizado
por Deloitte & Touche, las
principales causas de pérdida de
clientes de los proveedores
industriales no radican en
problemas con los bienes vendidos
ni su precio, ni en acciones de la
competencia.
Son fruto de problemas de servicio.
Las dos principales causas, mal
servicio y falta de atención
personalizada, representan en su
conjunto prácticamente la mitad de
las pérdidas de clientes (45%). Los
servicios complementarios
eficientes hacen que las empresas
mantengan una relación más fiel
con sus proveedores, aumenten su
relación de compras y sean menos
sensibles a ofertas competitivas.
El hecho de que prácticamente
todos los productos que se venden
en el mercado tengan componentes
de bienes y de servicios ha llevado
a que la distinción misma entre
bienes y servicios quizás carezca
de sentido, salvo para fines
analíticos. Piense por ejemplo el
lector en algo que nadie dudaría en
calificar como un bien: el agua de
mesa.
Sin embargo, las aguas de mesa
tienen distintos niveles de servicio
incorporados. Así, por ejemplo, hay
empresas que añaden el reparto a
domicilio, lo cual es un atributo por
el cual el consumidor está
dispuesto a pagar y dejar de
comprar otros productos
competitivos. Se podría argumentar
que las otras aguas no tienen ese
servicio, por lo cual son bienes
puros (sin componente de servicio).
No es exactamente así. No es lo
mismo que el consumidor pueda
comprar el agua en el
supermercado que queda a pocas
calles de su casa, que tener que ir
hasta el lugar donde se embotella.
He ahí un determinado nivel de
servicio: saber dónde quiere el
consumidor comprar su botella y
tenerla disponible en el momento y
en el horario en que él la desee.
Pero éstos no son los únicos
servicios complementarios
asociables a bienes como el agua
de mesa. Puede pensarse en el
caso de los centros de información
al consumidor, accesibles por
líneas 0800. Similarmente, las
garantías de satisfacción sobre el
desempeño del bien son un servicio
cada vez más popular.
EVOLUCIÓN DEL MARKETING