Fallo CyC Le Extirparon El Rinon Equivocado
Fallo CyC Le Extirparon El Rinon Equivocado
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1. ANTECEDENTES
1.1 Contingencias procesales
A. S., J. L. y C. O. L. reclaman la indemnización de los daños que les habría causado la
mala praxis médica que atribuyen a J.H. B. y a M. P.. Demandaron también a su obra
social OSDE y al Sanatorio de la C. SRL que fue adonde se realizó la práctica -pág.
56/81-.
Reclamaron en total $8.402.000 más intereses y costas del juicio.
Los demandados B. -pág. 342/356-, S. de la C. SRL y OSDE -pág. 141/161-
resistieron la demanda y defendieron la actuación médica. P. fue declarado rebelde -
pág. 256- y luego se presentó -pág. 300-. Hicieron lo propio las respectivas
aseguradoras TPC y SMG. B. y TPC plantearon la falta de legitimación activa de los
sres. L. -cónyuge e hijo respectivamente de la Sra. S.-, para reclamar el daño
extrapatrimonial. La excepción fue respondida por los demandantes.
Ofrecieron prueba, pidieron el rechazo de la demanda con costas. Celebramos la
audiencia preliminar, se produjo la prueba, alegaron TPC y
P., SMG y la parte actora. y dispuse dictar sentencia.
1.2 Resumen del conflicto
El 27 de abril de 2017, A. S. se internó en el Sanatorio de laC. en Puerto Madryn con el
fin de ser intervenida quirúrgicamente con diagnóstico de tumor renal izquierdo. Dio por
escrito su consentimiento informado.
Llevaron a cabo la cirugía el médico urólogo B. y el cirujano M. P., ambos demandados.
Esa cirugía terminó con la extracción total del riñón derecho y la resección parcial del
izquierdo.
Los pretensores -la paciente, su cónyuge y su hijo-, sostienen que la nefrectomía
derecha se hizo por error o negligencia médica, que el órgano estaba sano y que la
paciente no prestó su consentimiento para esa extracción. Reclaman a los médicos, a
la obra social y al sanatorio los daños que esa situación les ha generado.
Por su parte, los demandandos y sus aseguradoras argumentan que la resección total
del riñón derecho se hizo correctamente porque en el transcurso de la cirugía se
encontraron con una variante vascular compleja que no había sido informada en la
tomografía. Ante ese hallazgo y al intentar acceder en forma selectiva a los vasos
renales izquierdos, se produjo la desinserción de las arterias renales derechas que
provocó un sangrado arterial de magnitud, que no pudo controlarse. Ante esa situación,
sumada la inestabilidad clínica y hemodinámica de la paciente como consecuencia del
sangrado, se optó por realizar la nefrectomía del riñon derecho para salvar la vida de la
paciente. Luego, una vez compensada, se completó la cirugía con la resección del
tumor renal izquierdo que estaba planeada. Agregaron que de todas formas del informe
anatomopatológico del riñón derecho surge que también estaba tomado por el tumor,
por lo que debía haberse
extraído de todas formas.
Sanatorio de laC. SRL argumenta además que no debe responder porque se limitó a
dar eln alquiler el quirófano a los médicos demandados y en subsidio contestó la
demanda en los mismo términos que los otros codemandados.
OSDE admitió que la Sra. S. es beneficiaria de esa obra social y que la intervención se
realizó en ese contexto.
1.3 Cuestión a resolver
Así planteada la controversia lo primero que debo determinar es si la extirpación del
riñón derecho de la pretensora en la cirugía programada para resección total o parcial
del riñón izquierdo, obedeció a una contingencia inevitable y fue la única manera de
salvarle la vida; o si ocurrió por error negligente de los médicos.
2. CONSIDERACIONES
2.1 Marco normativo
2.1.1. Por una cuestión de orden metodológico, en primer lugar, me ocuparé de indagar
los elementos que comprometerían el deber de responder de los médicos. Ello es así
porque desde cualquier perspectiva que se aborde la responsabilidad de la obra social
y del establecimiento médico, se requiere que los galenos hayan incurrido en una mala
práctica imputable.
2.1.2. El profesional liberal responde subjetivamente, excepto que haya prometido un
resultado concreto -art. 1768 del Código Civil y Comercial-. Los profesionales de la
salud en particular, no se obligan a lograr la recuperación del paciente, sino a
proporcionarle todos los cuidados que requiera según el estado de la ciencia.
Desde esa perspectiva, para verificar si hubo incumplimiento, debe valorase si puso en
la atención del paciente, los medios necesarios para un resultado exitoso, lo que
equivale a decir que se deberá estudiar si el médico obró con culpa en los términos del
art. 1724 del CCyC.
Es el efecto natural de las obligaciones que se caracterizan como de medios, que
supone que el deudor sólo se obliga al desarrollo de una actividad o conducta diligente
y de conformidad con las reglas a las que debe ajustarse la actuación profesional. A su
vez el art. 1725 del CCyC, permitirá mensurar el mayor deber de previsión del médico
comparado con el que hubiera tenido un profesional diligente, prudente y de la
categoría o especialidad en la que quepa encuadrar al demandado.
Si bien ese estándar le exige al galeno un deber de previsión acorde a los saberes que
cabe atribuir a su disciplina, ello no significa que la sola comprobación del daño
conduzca a la obligación de resarcirlo, pues si el profesional actuó poniendo el cuidado
que le es exigible, el fracaso del acto médico llevado a cabo con la prudencia del caso
no puede serle imputable.
2.2 La carga de la prueba y los elementos a valorar
2.2.1 La carga de la prueba de la culpa médica, -de conformidad con lo dispuesto el
art. 377 del Código Procesal y 1734 del CCyC-, queda -en principio- a cargo de quien
reclama la indemnización, que deberá demostrar la existencia de negligencia
manifiesta o errores graves de diagnóstico o tratamiento.
Ahora bien, las dificultades probatorias con que se encuentra el paciente para acreditar
la culpa médica, han llevado a caracterizarla como una prueba diabólica; es decir
extremadamente difícil o prácticamente imposible de lograr.
Eso condujo a la doctrina y jurisprudencia moderna a aligerar la carga probatoria
respecto de la culpa médica que pesa sobre el paciente.
2.2.2 En la perspectiva de alivianar el peso probatorio exclusivo del paciente, las
tendencias relativas a las cargas probatorias -actualmente alojadas en el art. 1735 del
Código Civil y Comercial- indican que en principio, tanto el paciente como el
profesional, deben contribuir a conformar el plexo probatorio y cuando no existen
elementos completos o suficientes para resolver el caso, la carga de la prueba se
coloca en cabeza de la parte que se encuentre en mejores condiciones para producirla.
2.2.3 Presunciones basadas en la experiencia tales como la que representa la fórmula
"lo que ocurre con frecuencia" -id quod plerumque accidit-, señalan que cuando era
esperable un resultado positivo, ya sea por la factibilidad o por la sencillez de la
intervención, el empeoramiento del estado de salud del paciente hace presumir la
negligencia médica.
En el mismo sentido. se ha utilizado la regla de que "las cosas hablan por si mismas" -
res ipsa loquitur o the thing speaks for itself " -, que permite deducir de un hecho
probado o evidente la existencia de culpa. Así el daño inexplicable, anormal o inusual
no se explica sin algún grado de culpa del profesional que intervino, lo que permite
inferirla.
Tales presunciones, encuentran apoyo normativo en el art. 163 inc. 5 del Código
Procesal que dispone que "las presunciones no establecidas por la ley constituirán
prueba cuando se funde en hechos reales y probados y cuando por su número,
precisión, gravedad y concordancia
produjeren convicción según la naturaleza del juicio, de conformidad con las reglas de
la sana crítica".
2.2.4. Así, el peritaje médico es el medio de prueba más importante en esta clase de
juicios, donde se dilucidan cuestiones que escapan al ordinario conocimiento de los
jueces, de modo que tanto los hechos comprobados pericialmente, como sus
conclusiones, tienen que ser aceptados por quien dicta sentencia, salvo que se
demuestre la falta objetividad, para lo cual quien la impugna debe acompañar la prueba
del caso.
Al respecto no bastan ni el puro disenso ni la opinión meramente subjetiva de quien
cuestiona el peritaje, sino que debe demostrarse que la opinión del experto está reñida
con principios lógicos, máximas de experiencia o que existen en el proceso elementos
probatorios de mayor eficacia para provocar la convicción acerca de la verdad de los
hechos controvertidos.
A su vez, recuerdo que la prueba de un hecho en el proceso civil no siempre consiste
en su comprobación fehaciente, sino que, en la generalidad de los casos, se trata de
una probabilidad prevaleciente. Vale decir, que debe escogerse la hipótesis que reciba
el apoyo relativamente mayor sobre la base de los elementos de prueba conjuntamente
disponibles y considerar probada dicha hipótesis si es más probable que su negación.
2.3 Prueba producida
2.3.1. El médico urólogo Leandro Lamuedra realizó su primer peritaje el 22/8/22 y lo
completó el 22/11/22.
El primero fue impugnado por los pretensores -aquí-, por B. -aquí-, SMG -aquí-, P. -
aquí- y por OSDE -aquí-. El complementario fue observado por OSDE y por P..
El experto contestó las impugnaciones el 19/9/22 y la de P. el 1/3/2023.
Convoqué a una audiencia que se celebró el 22/8/23 y el perito se presentó en el
juzgado al día siguiente y requirió ampliar y completar sus explicaciones. Por eso, llamé
a una nueva audiencia con las partes el 25/9/23. Sobre las manifestaciones del perito
en las audiencias se expidieron las partes TPC, P. - aquí-, SMG, B. y la parte actora.
En la última audiencia, el perito dio su hipótesis de lo que ocurrió:
"…... Para mi la hipotesis mas factible es que se hizo una nefrectomía laparoscopica
derecha sin complicaciones, la paciente no se descompensó y despues se pudo, por
eso, hacer una parcial izquierda, para sacarle el tumor que es lo que tenía…".
Tuvo en cuenta:
1. Que el parte quirírgico refiere una "anomalía vascular que no está descripta en
los estudios previos,( y )es sumamente infrecuente";
2. Que no están descriptos en el parte los cambios de posición que deben hacerse
para poder operar a la paciente de ambos riñones y hacer la resección del derecho sin
cambiarla de posición era "prácticamente imposible". Enfatizó que era casi "absoluta la
imposibilidad".
3. Que el parte quirúrgico describe un sangrado masivo y que a raíz de ese
sangrado decide hacerse la nefrectomía derecha para detenerlo. Ese sangrado masivo
no tiene correlato en el parte anestésico, ni hay constancia de trasnfusiones
intraoperatorias. Afirmó que "es llamativo porque cuando un paciente se descompensa,
en el parte de anestesia hay datos de esa descompensación, se refleja";
Lo que dice el perito, en definitiva, es que no sucedió lo que afirman los demandados ni
lo que refleja el parte quirúrgico. En cambio, se hizo primero la resección del riñón
derecho sin complicaciones y después la del izquierdo, que era la cirugía que estaba
programada. Esa hipótesis solo pudo ocurrir por error o negligencia, porque no había
motivos para empezar extrayendo el riñón derecho "sin complicaciones" y después
realizar la resección del tumor en el izquierdo que estaba programada.
SMG y B. afirman que en la última audiencia hubo un cambio de opinión del perito y
que hubo un "vuelco en el criterio esencial del experto oficial sobre el mismo asunto y
sin una causa justificada". Y por eso, sostienen que no puede dictarse una sentencia
válida sobre la base de lo informado por este especialista. En el mismo sentido, P. y su
aseguradora señalan que el perito cambió de opinión luego de un artículo periodístico.
Así, para estimar las conclusiones del perito, lo primero que tengo que valorar es si
efectivamente cambió de opinión o si fue contradictorio en sus diferentes
presentaciones.
En este sentido, tengo en cuenta que los puntos principales de los que extrajo sus
inferencias para dar una hipótesis diferente de la que consta en el parte quirúrgico son:
1) Los cambios de posiciones que sostiene que debieron realizarse y que no
figuran en el parte;
2) El hallazgo de la anomalía vascular que no tiene respaldo en estudios previos;
3) El sangrado masivo que habría justificado la resección del riñón derecho que no
tendría correlato con las constancias del parte anestésico.
Veamos.
2.3.1 Sobre los cambios de posiciones
En el primer informe -22/8/22-dijo:
"la posición habitual en la que se coloca al paciente ya anestesiado para operar el riñón
izquierdo por vía laparoscópica es distinta que la que se utiliza para el derecho. El
decúbito es lateral derecho para el abordaje del izquierdo y viceversa. No es posible
acceder a riñón derecho desde un abordaje para cirugía renal izquierda. Para hacerlo
hay que cambiar de posición al paciente en el medio de la operación lo que implica
reposicionar al paciente anestesiado, volver a colocar campos estéroiles e iniciar el
abordaje del riñón colateral. Eso no está detallado en el parte quirúrgico, de hecho
hace mención a que se realiza la nefrectomía derecha en forma mano asistida sin
mayores precisiones acerca de la técnica empleada".
En las conclusiones de ese mismo informe dijo que el parte describe que "completa la
resección del riñón derecho por vía laparoscópica mano-asistida. Dijo que eso requiere
una incisión en la fosa ilíaca derecha y colocar trócares (cilindros que atraviesan la
pared abdominal a través de los cuales se introduce el instrumental laparoscópico) en
otros sectores de la pared abdominal también el lado derecho"
Sostuvo que para poder hacer lo que dice el parte, se debería haber cambiado de
posición a la paciente estando anestesiada y en forma rápida, porque el sangrado
apremiaba. En la posición que estaba la paciente según el parte -con el lado derecho
apoyado en la camilla-, refirió que "el lado donde debía hacerse la incisión de la fosa
ilíaca derecha para introducir la mano está prácticamente apoyada en la camilla y poco
accesible para operar. Estando apoyado el lado derecho del cuerpo sobre la camilla
hace prácticamente imposible completar una cirugía renal derecha laparoscópica ya
que las vísceras abdominales caen por su propio peso sobre el riñón derecho lo que
dificulta enormemente la visión en el campo operatorio. No está descripto en el parte
ningún cambio de posición."
En la audiencia del 22/8/23 le pregunté si encontraba inconsistencias en el parte
quirúrgico y respondió que le resultaban "poco claro las posiciones y los cambios de
posiciones, eso es confuso".
Luego, en la audiencia señalada a pedido del perito al día siguiente de la referida en el
párrafo anterior dijo:
"...el parte describió una sucesión de eventos …y una serie de cambios de posiciones
que no están descriptos en el parte, pero que deben hacerse para poder operar en ese
orden a la paciente. Primero, cambiarla de la posición original para operarla del riñón
derecho, porque era prácticamente imposible desde esa posición, y después volver a
posicionarla para operarla del otro lado. Cada cambio demora tiempo e implica cambio
de ropa, de instrumental, hay que sacar todos los campos quirúrgicos que tiene, limpiar
la herida y volver a colocar los campos quirúrgicos, es algo grande."
Agregó que "en el parte quirúrgico, cuando hay cambio de posición hay que ponerlo,
siempre. Después de que la paciente estaba descompensada y con riesgo de vida,
terminan la laparoscópica derecha y la cambian de posición y la ponen para una
nefrectomía parcial abierta izquierda, que es un nuevo procedimiento, de igual o mayor
envergadura que el anterior. En ese procedimiento no hubo mayores complicaciones.
Para la laparoscópica izquierda también era necesario cambiarla de posición, porque
donde va la incisión está apoyado el paciente. … hacer una nefrectomía derecha con la
paciente en posición decúbito derecho es prácticamente imposible. Hay un mínimo de
probabilidad, pero es casi absoluta la imposibilidad. No es posible relajar la posición
dentro del mismo decúbito como para hacer esa cirugía laparoscópica a mano
asistida."
2.3.2 Sobre el hallazgo de la anomalía vascular
Dijo en el informe del 22/8/22:
"…según el parte quirúrgico, sí hubo una variante anatómica muy poco frecuente que
fue un factor relevante para la complicación" - rta. al pto. 7 de B.-. y que esa variante no
había sido informada en la TAC anterior a la cirugía -rta. 8 de B.-.
"En el parte quirúrgico se atribuye la lesión a una supuesta anomalía vascular no
descripta en los estudios preoperatorios (tomografía con contraste) y de la que no hay
una descripción en la bibliografía consultada" -rta. 6 a punto de la actora-.
En su pieza del 19/9/22 al pedido de que aclare si era posible que no se detecte la
anomalía vascular en los estudios que se le hicieron antes de la cirugía o en otros el
experto señaló que "no está descripta en la bibliografía médica la nefrectomía derecha
de necesidad como una complicación quirúrgica de una nefrectomía radical o parcial
izquierda. Que sí esta descripta una complicación vascular del lado donde asienta la
patología, pero no una nefrectomía contralateral."
Señaló que "...La tomografía computada con contraste endovenoso puede apreciar la
vena cava y la aorta sin dificultad, en cuanto a la arteria y la vena renal se pueden ver
sin tanto detalle como en la angiotomografía. ...De todas formas, lo que se describe
entre otras cosas en el parte quirúrgico, es que la vena cava se encuentra en posición
anterior con respecto a la arteria aorta (vena cava inferior preaórtica) y eso en una
tomografía de abdomen y pelvis con contraste endovenoso normalmente puede
verse..." -rta. a impugnación de B., SMG y sanatorio pto. V 2 del 19/9/22-
b) Por otra parte, del parte quirúrgico no surgen cambios de posiciones, sino que se
registró que la paciente estaba acostada de cúbito dorsal derecho, posición que
permitía intervenir el riñón izquierdo. La zona en la que debían insertarse los trócares
para introducir el instrumental para realizar una cirugía laparoscópica mano asistida del
riñón derecho, estaba apoyada sobre la camilla -ver en respaldo las cicatrices en el
cuerpo de la paciente y comparar con las fotos ilustrativas que insertó el perito en su
informe del 22/8/22-.
La manera en que se habría hecho la intervención, -de estar a lo que registró el parte-,
también según el perito es infrecuente y sumamente dificultosa.
c) Otra cuestión que suma suspicacias al parte de cirugía es que el perito señaló
que la anomalía vascular que habría justificado la nefrectomía de emergencia,
normalmente puede verse en una tomografía computada de abdomen con contraste
como se le hizo a la paciente, pero en ese caso no se informó, sino que habría sido un
hallazgo intraoperatorio.
d) También se agrega a esa serie de situaciones llamativas, que un sangrado
masivo que descompensó a la paciente no tuviera respaldo en la actuación del
anestesista y en el parte de esa especialidad. Ese documento no da cuenta de
transfusiones ni de la alegada descompensación.
e) Hay dos documentos en los que se equivoca el diagnóstico de la paciente y
refieren al riñón derecho en lugar del izquierdo como el objeto de la intervención. Por
un lado, en el presupuesto que acompañó la demandante, firmado por J.B., dice
"TUMORACION RENAL DERECHA":
También en el ingreso a la terapia intensiva se consignó como motivo de internación
"nefrectomía derecha", y no se menciona al izquierdo (el énfasis me pertenece).