Agarcia, ECA2006-61-693 - 694D
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Artículo
Recuperación de la Resumen
Palabras clave:
El Salvador, investigación, guerra civil,
violencia, socialización, psicología social,
discursos, memoria histórica.
1. Artículo que sintetiza los principales resultados de la tesis para optar al grado de Magister en psicología
social-comunitaria, en la Escuela de Psicología de la Pontificia Universidad Católica de Chile, en el año
2004.
2. Profesora de psicología comunitaria de la UCA. Dirección electrónica: [email protected]
3. Los términos conflicto armado, guerra y guerra civil serán usados de forma indistinta, a lo largo del texto, por
razones prácticas, puesto que en las ciencias sociales y política tienen significados distintos.
el desarrollo psicosocial de la pre-ciudadanía4 para vivir en paz. Pese a ello, el 64.3 por
de las personas, y que en los años subsiguien- ciento afirmó la importancia de recordar a
tes a la finalización del conflicto armado ha- las víctimas del conflicto, con lo cual enfati-
bría serias dificultades para establecer y con- zaron la idea del recuerdo. Ambos hechos,
solidar procesos y estructuras democráticas muestran una contraposición peculiar de
(Gaborit, 2003, y Gaborit, en prensa). Es ideas. La literatura especializada la explica
imprescindible establecer la conexión entre como disonancia cognoscitiva, es decir, a ma-
la vida política de la sociedad y la socialización yor impacto causado por la guerra, habría
de las personas, dejando claro que se trata menos disposición para considerar la repa-
de un proceso de múltiples variables y que el ración y viceversa. “Lo que ocurre es que la
impacto de estas puede perdurar, o ser tras- negación y la evasión del enfrentamiento con
mitido, por períodos largos. Es un proceso el pasado, producto del impacto de la guerra,
complejo, que acontece en el seno de la his- es lo que interviene en el proceso de recordar.
toria individual y nacional. Se produce una ruptura entre el potencial
El alcance de la socialización es tal que del razonamiento y la negación del dolor del
quienes no vivieron los acontecimientos po- pasado” (p. 84).
líticos violentos los conocen o adoptan una El estudio citado establece, además, una
actitud frente a ellos por la transmisión de la hipótesis para conocer en qué medida varía
información, a través de su socialización el impacto que pudieron tener las ideas pro-
política temprana. Un estudio con niños movidas por el discurso oficial en las per-
chilenos de la ciudad de Santiago de Chile, sonas, según el territorio donde vivieron du-
que evaluó aspectos cognitivos y afectivos rante el conflicto. Se esperaba que el impacto
sobre lo ocurrido el 11 de septiembre de 1973, del discurso oficial fuera distinto, en función
concluyó que la memoria colectiva cultivada, de la zona donde la persona entrevistada vivió
en las interacciones familiares y a través de el conflicto, ya fuera esta controlada por el
los medios de comunicación, favorecía la re- ejército o por el FMLN. En la zona controlada
presentación del golpe de Estado como un por este último, tuvieron lugar los combates
hecho traumático, pese a que ninguno de más cruentos y sostenidos, donde, por lo tan-
ellos había tenido una experiencia directa del to, la población experimentó de forma más
acontecimiento (Manzi, Haye y Castillo, directa la muerte violenta, el temor y la se-
1998). paración propia de la guerra. Podía suponer-
se que estos sectores serían los que menos
3. Los antecedentes empíricos quisieran saber sobre la guerra y que buscasen
Algunos estudios han abordado temáticas dejar atrás ese período. La hipótesis se cum-
puntuales del conflicto armado salvadoreño; plió. Entre esta población se hallaron más
sin embargo, hay uno especialmente útil para coincidencias con el discurso oficial.
nuestro trabajo. Orellana, Sánchez y Santa- En síntesis, se encontraron tres factores
cruz (1999), a través de una encuesta sobre de gran importancia para evaluar la concor-
el proceso de paz salvadoreño, analizaron el dancia entre el discurso oficial y el proceso
discurso oficial5 y la reparación social6. Los de reparación social: la escolaridad, el lugar
resultados obtenidos demostraron que el 81 donde se vivió la guerra y las pérdidas hu-
por ciento de los entrevistados opinó que era manas. El primer factor alude al hecho que
mejor olvidar lo sucedido durante la guerra, a mayor escolaridad, mayor el conocimiento
4. Según Gaborit (1998) la pre-ciudadanía contiene las representaciones mentales de los niños, sus actitudes
y sus valoraciones afectivas respecto al sistema político y su sustentación.
5. Versión de los hechos que debe ser considerada como fidedigna, justificadora de acciones y que excluye
cualquier mensaje que la contradiga (Orellana et al., 1999).
6. Un proceso de reparación que requiere la atención individual a las víctimas y a sus familiares, ayudándoles
a enfrentar y a elaborar el pasado (Orellana, et al., 1999).
sobre los acuerdos de paz. Este hecho estaba que el grupo aún sufre los efectos de la guerra
asociado a un juicio más crítico de la repa- y, en consecuencia, muestra sentimientos de
ración social y del discurso oficial. El segundo desilusión, de frustración y de tristeza y la
factor y el tercero aluden a la situación histó- sensación de haber sido engañado. No cree
rica de cada persona y a aquello que deter- que la paz haya sido alcanzada y no lo sería
minó el impacto, es decir, las oportunidades mientras no se validara su experiencia como
y las carencias en el contexto de la guerra, víctimas de la represión política y no se les
las cuales determinan la lectura actual de los impartiera justicia.
aspectos relacionados con ella. Por último,
Los resultados anteriores son similares a
es pertinente subrayar que los autores de la
los de otros países, que también han experi-
investigación escogieron un rango de edad
mentado regímenes militares. Una investiga-
particular, el período de la adolescencia, al
ción cualitativa, basada en el análisis del
cual denominan generación, es decir, niños
significado de la reconciliación en diversos
y niñas que, en el apogeo de la guerra (1985),
grupos sociales, realizada por Bustamante
ingresaron a la adolescencia o se encontraban
(2002), recogió el sentido del discurso de la
en pleno tránsito por ella. El supuesto sub-
agrupación de familiares de detenidos y desa-
yacente en el concepto
parecidos. Como grupo
de generación es que
El politólogo chileno Lechner social, su constante peti-
estos adolescentes, por la
(2002) señala que la memoria no ción es saber dónde están
combinación de estos
los cuerpos de sus fa-
dos factores, la socializa- se refiere tanto a la cronología de
miliares y castigar a los
ción y el contexto, com- los hechos, fijos en el pasado, culpables, su lema es
parten valores, compor- como a su significado para el “justicia y verdad”. Para
tamientos, carencias, con-
presente y a su carácter ellos “es fundamental la
flictos, traumas, etc. El
intersubjetivo, elaborado en memoria para resolver
resultado es una “gene-
los temas del pasado y
ración” de la guerra. Una comunicación con otros en un desde ahí poder avanzar
generación que nació y determinado entorno social. hacia un futuro demo-
creció en un determinado [...] La verdad de la memoria crático” (p. 70). El Ins-
período histórico, con
no radica tanto en la exactitud tituto Latinoamericano
una configuración políti-
de los hechos, como en su relato de Salud Mental y De-
ca, sensibilidad y conflic-
rechos Humanos (ILAS)
tos particulares (Orellana, y su interpretación. realizó, en 1996, un es-
Sánchez y Santacruz,
tudio exploratorio y des-
1999). Este supuesto también subyace en el
criptivo, el cual llevó a cabo la caracterización
desarrollo del estudio que da origen a este
psicológica, social y médica de un grupo de
artículo.
pacientes traumatizados, víctimas de la re-
Otra investigación relacionada con este presión política. El trabajo concluyó que las
tema, mide las actitudes de los familiares de secuelas de la represión poseen un carácter
las personas desaparecidas durante la guerra crónico y severo, que abarca distintas áreas
(Gregori, 2003). El estudio reveló una ten- de la vida de las personas, que afecta no
dencia desfavorable hacia el cumplimiento de solo a este grupo, sino que también afecta a
los acuerdos de paz. Algunos de los pocos las siguientes generaciones (Castillo, Del Río,
aspectos evaluados positivamente fueron el Castañeda y Lefevre, 1996). Investigadores
cese del fuego, la creación de una institución chilenos, sobre todo psicólogos clínicos, han
para proteger los derechos humanos y la par- documentado y analizado el tema desde los
ticipación política del FMLN. En general, este desafíos de la reparación social, en el con-
grupo de familiares cree que sus condiciones texto de la fase posterior a la dictadura, sobre
de vida no mejoraron. La autora descubrió todo durante la última década (Becker y
Castillo, 1990; Becker, Castillo, Gómez, y mas adelante, incide en la elección de las
Salamovich, 1987; Lira, 1996; Lira y Cas- regiones incluidas en este estudio. Aunque
tillo, 1993). no se conocen datos precisos sobre la can-
tidad de operativos militares de las fuerzas
4. Los efectos diferenciales en la po- en contienda, se sabe que, durante el conflicto
blación armado, Chalatenango fue una zona de ex-
trema conflictividad y de acceso muy restrin-
Trece años después de la finalización del gido por el control ejercido por la guerrilla.
conflicto armado, en un nuevo orden social En este departamento tuvieron lugar los ope-
y con otros problemas nacionales, como la rativos más violentos del ejército salvadoreño,
delincuencia y la falta de trabajo, las gene- lo cual obligó a una cantidad importante de
raciones más jóvenes de salvadoreños cues- personas a emigrar a otras zonas del país. No
tionan “por qué” ese período debe ser re- pocos o que fueron desplazados y buscaron
cordado en las aulas universitarias, y, por otro refugio en los países vecinos. En el lado
lado, grupos políticamente organizados y las opuesto, Ahuachapán, departamento fron-
organizaciones civiles manifiestan su clara terizo con Guatemala, fue un departamento
intención para hacer que el recuerdo de los donde sus habitantes no parecen haber alte-
acontecimientos que los afectaron perma- rado de forma drástica el curso de la vida
nezca vigente en la actualidad. Consecuente diaria. Este fenómeno podría ser explicado
con esta idea, cabe suponer que esta ca- por otras variables, las cuales no forman parte
tástrofe social afectó, de manera diferencial, de este estudio. En una situación intermedia
la forma de pensar de los ciudadanos salva- se encuentra San Salvador, donde se encuen-
doreños, cualquiera sea la etapa de su vida tra la ciudad capital, la cual fue escenario de
en la cual se encontraban en ese momento. acciones armadas, sobre todo de las llamadas
Es posible que las personas que vivieron du- las ofensivas guerrilleras y del despliegue del
rante la década del conflicto armado guardan ejército. Hubo períodos de violencia, seguidos
recuerdos de él y posean actitudes frente a por períodos de relativa tranquilidad. En cierto
algunos de los hechos ocurridos, en ese modo, la vida cotidiana de la ciudad continuó
entonces. Sin embargo, no es posible afirmar su curso, pero adaptada a una situación de
que todos los que vivieron aquella época com- conflicto normalizado por sus habitantes.
parten los mismos recuerdos o las mismas ac-
El politólogo chileno Lechner (2002) se-
titudes, ello no solo por las diferencias indivi-
ñala que la memoria no se refiere tanto a la
duales de ubicación y recursos que los pro-
cronología de los hechos fijos en el pasado,
tegían, en menor o mayor grado, sino por la
como a su significado para el presente y a
etapa evolutiva y el tipo de socialización, dado
su carácter íntersubjetivo, elaborado en co-
su nivel de exposición al conflicto.
municación con otros en un determinado en-
Martín-Baró (1988), haciendo un análisis torno social. En consecuencia, la memoria
de la salud mental y del deterioro colectivo solo existe en plural. La verdad de la memoria
de las relaciones sociales durante el conflicto, no radica tanto en la exactitud de los hechos
señaló que “Sin duda, las consecuencias del como en su relato y su interpretación. Por
conflicto bélico no han sido hasta ahora las otra parte, memoria y olvido son construccio-
mismas para los habitantes de departamentos nes sociales, elaboradas y reformuladas conti-
como Chalatenango y Morazán, que para los nuamente a la luz del presente. De esta ma-
habitantes de Ahuachapán o Sonsonate. En nera, el contexto sociopolítico determina las
unos casos, es difícil encontrar una persona formas cómo las memorias colectivas revisan
que no haya sido directamente afectada por el pasado. Además, la lucha de diferentes iden-
el accionar bélico, mientras que en otros, las tidades colectivas remite a la existencia y a
poblaciones se han visto relativamente libres la lucha por reconocer la propia memoria co-
de combates” (p. 509). Esto, como se verá lectiva (Lechner, 2002).
Existen varios modelos para abordar la moria histórica de estas personas y conocer
construcción de la memoria colectiva. Los pro- las actitudes favorables o no a su recupera-
cesos psíquicos comprenden la elevada com- ción. Para rescatar las actitudes, se contaba
plejidad de la interrelación con el contexto y la con un cuestionario tipo likert, diseñado
historia, así como las funciones psíquicas de únicamente para ser utilizado en la investiga-
la memoria colectiva. Aunque todo ello re- ción, el cual fue sometido a una prueba piloto.
ferido a procesos de carácter más individual Se introdujeron modificaciones en la redac-
que social. Es difícil dar el salto a los procesos ción de algunos ítem y en algunas indica-
macrosociales de la memoria, desde el estado ciones, que podrían prestarse a confusión.
actual de la investigación y desde una pers- En cada región, se recogieron datos en
pectiva individual. La cuestión consiste en cuatro municipios, gobernados por un partido
cómo trascender desde lo individual a lo social político diferente con el fin de controlar una
y cómo crear una memoria intrínsecamente variable como la ideología. La recolección
subjetiva, emocional y política, desde la de datos fue posible por la colaboración de las
sociedad donde vive el individuo. El segundo principales instituciones educativas del muni-
desafío es cómo construir una memoria co- cipio —universidades, colegios o institutos
lectiva que incluya a todas las partes y a todos nacionales— y entidades locales, como las casas
los sectores de la nación. Por otro lado, mu- de la cultura, las asociaciones de vecinos y los
cho se habla de la memoria de las víctimas, centros de trabajo municipal. En cada lugar,
pero muy difícilmente se asume que, en algún se eligió un espacio adecuado para que las
momento, estas también han asumido el papel personas contestaran el cuestionario sin inte-
de victimarios. He aquí el sentido más difícil rrupción. Asimismo, a cada entidad se le pro-
de la palabra reconciliación. porcionó una explicación detallada del objetivo
de la investigación, dejando claro sus fines ex-
5. El proceso de la investigación clusivamente académicos y no partidarios, lo
En los meses de enero y febrero de 2004, cual es especialmente relevante debido a las
se entrevistaron 270 personas, entre los 30 elecciones presidenciales inminentes del 2004.
y 94 años de edad, de Ahuachapán (90), Se verificó el cumplimiento de los supues-
San Salvador (90) y Chalatenango (90). En tos para aplicar las pruebas estadísticas. Así,
total, 118 mujeres (43.7 por ciento) y 152 con las hipótesis planteadas, se hicieron con-
hombres (56.3 por ciento). Dadas las carac- trastes con múltiples análisis de varianza y
terísticas de la investigación, se establecieron se determinó un nivel de confiabilidad alto para
algunos requisitos de inclusión de los par- los ítem que medían la variable en cuestión7.
ticipantes, quienes debían tener al menos seis
Las variables independientes fueron la ex-
grados de escolaridad, indispensable para la
posición al conflicto armado, durante la dé-
compresión adecuada del cuestionario utili-
cada de 1980 a 1992, y el grupo de edad.
zado; no haber residido fuera del país durante
Así, se establecen tres niveles de exposición:
más de tres meses, en los años del conflicto
región alta, en Chalatenango; región inter-
armado y la firma de los acuerdos de paz, es
media, en San Salvador, y región baja, en
decir, la década de 1980-1992; haber residido
Ahuachapán. Por otro lado, se establecieron
los últimos veinte años en la zona donde se
tres grupos de edad: de 30 a 39, de 40 a 54
encontraba y participar, de forma voluntaria,
y de 55 en adelante. Los rangos fueron calcula-
en la investigación. La población se distribuyó
dos de tal manera que, en 1989, los partici-
en tres grupos de edad en cada región: de pantes de menor edad (30-39) tuvieran entre
30 a 39 años, de 40 a 54, y de más de 55. quince y dieciocho años, porque se asumió
Los objetivos primordiales de la investiga- que el período de socialización política ocurre
ción fueron obtener el contenido de la me- a esta edad.
Cuadro 1
Primer evento político recordado, según grupo etáreo
(En porcentajes)
Evento político Grupo 30-39 Grupo 40-54 Grupo >55 Subtotal
Acuerdos de paz 51.1 37.8 34.4 41.1
Guerra 7.8 21.1 22.2 17.0
Golpe de Estado a Romero 10.0 16.7 3.3 10.0
Elecciones Duarte 4.4 2.2 6.7 4.4
Muerte Mons. Romero 0 2.2 4.4 2.2
Elecciones Cristiani 1.1 1.1 3.3 1.9
Muerte de jesuitas 0 1.1 0 0.4
FMLN en política 4.4 1.1 4.4 3.3
Guerra con Honduras 2.2 2.2 1.1 1.9
Ofensivas guerrilleras 0 1.1 2.2 1.1
TLC con Estados Unidos 1.1 0 0 4.0
Junta revolucionaria de gobierno 1.1 0 3.3 1.5
Reforma agraria 1.1 1.1 1.1 1.1
Elecciones diputados 2003 2.2 1.1 0 1.1
Elecciones alcaldes y presidente 3.3 5.6 5.6 4.8
Elección presidencial 1994 2.2 0 2.2 1.5
Elección presidencial 2004 5.6 1.1 1.1 2.6
Otros 2.2 4.4 4.4 3.7
Total 100.0 100.0 100.0 100.0
Cuadro 2
Primer evento político recordado, según región-niveles
de exposición al conflicto
(En porcentajes)
Evento político Chalatenango San Salvador Ahuachapán Subtotal
Nivel alto Nivel intermedio Nivel bajo
Acuerdos de paz 40 47.8 35.6 41.1
Guerra 15.6 20.0 15.6 17.0
Golpe de Estado a Romero 6.7 10.0 13.3 10.0
Elecciones Duarte 5.6 4.4 3.3 4.4
Muerte Mons. Romero 4.4 2.2 0 2.2
Elecciones Cristiani 0 2.2 3.3 1.9
Muerte de jesuitas 0 0 1.1 0.4
FMLN en política 7.8 0 2.2 3.3
Guerra con Honduras 1.1 1.1 3.3 1.9
Ofensivas guerrilleras 1.1 1.1 1.1 1.1
TLC con Estados Unidos 0 0 1.1 0.4
Junta revolucionaria de gobierno 3.3 0 1.1 1.5
Reforma agraria 1.1 0 2.2 1.1
Elecciones diputados 2003 1.1 2.2 0 1.1
Elecciones alcaldes y presidente 1.1 1.1 10.0 4.8
Elección presidencial 1994 0 1.1 3.3 1.5
Elección presidencial 2004 3.3 2.2 2.2 2.6
Otros 5.6 4.4 1.1 3.7
No contestaron
Total 100 100 100 100
El mismo análisis, a partir de la etapa del diferencias en los rangos de edad. Un exa-
desarrollo en que se encontraban las personas men exhaustivo de los datos probablemente
durante el conflicto, muestra el mismo patrón arrojaría diferencias significativas entre los
de respuestas con porcentajes similares. In- subgrupos. Sin embargo, estas dos preguntas
dependientemente del lugar de residencial o pretendían facilitar el análisis cualitativo de
la edad, la valoración de los eventos políticos dos preguntas abiertas. Es clara la aparición
más importantes es igual, al menos los pri- de acontecimientos específicos, pero conca-
meros dos, aunque empiezan a establecerse tenados en la historia individual y colectiva
del país y en el recuerdo de estas personas. “cambio” e “injusticia social” (gráficas 1 y 2).
Cuán significativamente distintos son los En un intento para estructurar estos datos,
recuerdos entre los grupos, no parece tan re- se podría decir que la guerra es el eje del
levante, en este momento, como saber qué significado del período, que evoca sentimien-
hay en ese recuerdo. Cabe destacar que nin- tos de dolor y angustia a quienes la vivieron.
guna de las personas entrevistadas tuvo acce- La guerra es procesada cognitivamente como
so a las respuestas de las otras. De aquí que un período de injusticia social y de cambio.
las respuestas y el orden literal en que fueron Estos datos son congruentes con los hallazgos
escritas sea sorprendente. encontrados en laboratorio por los investi-
gadores del área social. Estos han encontrado
Se intentó, por otra parte, capturar el sig- que los recuerdos de eventos, objetos o he-
nificado del conflicto con la mención de una chos tienen más probabilidad de ser recorda-
palabra. Tal como era de esperarse, en ella dos si son únicos, provocan reacciones emo-
se hace presente el sentido subjetivo y emo- cionales, si son re-escuchados y asociados con
cional: los sentimientos de tristeza, zozobra, cambios subsecuentes en conductas o creen-
angustia, miedo, seguidos de las palabras cias (Pennebaker y Banasik, 1997).
Gráfica 1
Porcentajes de la palabra asociada con la época del conflicto,
por zonas de exposición al conflicto
50
40
30
20 Región
San Salvador (IE)
10
Count
Chalatenango (AE)
0 Ahuachapán (BE)
P
C eza onf de
Lu re , é ust con
In rte vo
D ic
Ép da c e
Tr ca er l, o
O sic e c da
99 as n sis
G , ac
Tr rra, rdo
P b an cto az
M a,
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e
so tr
a
li p
la
ca zo
Palabra
ó
D
de
em
ca
o
m
b
En resumen, las gráficas 1 y 2 muestran, mayor edad tiende a responder con palabras
en las tres regiones y en los tres grupos etá- asociadas a temas personales y familiares o
reos, que la mayor concentración de respues- no pertinentes a la década.
tas se encuentra en las palabras “guerra” y
“tristeza” y las palabras asociadas a ellas. El 7. La voluntad de recordar
resto presenta porcentajes parecidos entre las Algunos estudios pioneros de las dimen-
regiones, pero se encuentran diferencias en siones de la memoria social y colectiva son
cuanto a las edades. En efecto, el grupo de europeos, del período de entre la primera y
Gráfica 2
Porcentajes de la palabra asociada con la época
del conflicto, por grupo de edad
60
50
40
30
Grupo etáreo
20
Grupo de 30 a 39
10 Grupo de 40 a 54
Count
0 Grupo de 55 o más
ca eza flic pa
Tr a, c os
G acu
M ha,r
Pa
po o, é gus on
Lu ez ca zo
In te,d olu
D stic sas n
Ép a p cia
Tr ca rdid op
O sic cri
99 s
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m , a to, z
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c
de
D
Palabra
c
em
ca
m
o
b
la segunda guerra mundial. Las contribuciones del proceso que niega o reprime las memorias
más importantes provienen de autores como colectivas de los acontecimientos sociales, por
Lev Vygotsky (Werstsch, 1985), Frederic C. ejemplo, en los períodos de represión política
Bartlett (1932, 1995) y Maurice Halbawachs o los sucesos traumáticos. Esta última pers-
(1950, 1992), cuyos estudios de la memoria pectiva adopta una visión constructivista de
incluyeron modelos complejos. La importante la memoria. Ambas perspectivas señalan as-
contribución del sociólogo francés Maurice pectos importantes de la teoría sobre la
Halbwachs se centra en la tesis siguiente: “nin- memoria, por lo tanto, prescindir de uno de
guna memoria es posible fuera de los marcos ellos solo llevaría a la reducción de un fenó-
usados por las personas viviendo en sociedad, meno sumamente complejo. Por ejemplo, la
para determinar y recuperar sus recuerdos” función de la memoria en las relaciones in-
(p. 43). En otras palabras, la memoria hu- tergrupales, como señalan Mazzara y Leone
mana solo puede funcionar en un contexto (p. 359), aun cuando existan diferentes ver-
social, es selectiva y conforma diferentes siones de los acontecimientos (visión construc-
modos de memorias colectivas en los grupos. tivista) en la memoria, es importante exa-
Páez, Besabe y González (1997, citados minar las razones por la cual aparece cada
en Mazzara y Leone, 2001) señalan que los uno, pues hay que admitir que la cantidad de
contenidos de estos estudios pueden ser versiones no es infinita, al contrario, responde
divididos en tres áreas: los usos sociales de a una estructura básica (visión social cogni-
las memorias colectivas, en orden de conso- tiva). La delimitación del término colectivo y
lidar las identidades históricas y nacionales; social es un problema teórico. El término co-
la selección de eventos públicos, que amplían lectivo obedece a la memoria compartida por
el acto de recordar y que enriquecen la vida un grupo y puede referirse a contenidos socia-
cotidiana de la sociedad, y la comprensión les. Cuando los actos del recuerdo se refie-
ren al pasado histórico de la sociedad, reciben mentos públicos tienden a producirse con re-
el nombre de memorias sociales. Aquí no se gularidad significativa veinte o treinta años
ahondará en las definiciones, ya que el interés después del acontecimiento conmemorado.
es la memoria colectiva de carácter histórico, Esto se explica por la hipótesis del período
es decir, memoria referida a los registros del crítico, según la cual los eventos públicos
pasado, comprobable científicamente, y de- afectan más profundamente a los individuos
dicados a la producción de recuerdos, su sis- cuando se producen hacia el final de la ado-
tematización y su selección, a partir del acer- lescencia y al principio de la juventud, un
vo acumulado por el colectivo (Rosa, 2001). momento vital en el cual la identidad personal
está en construcción; porque los protagonistas
Según Rosa (2001), dos son los modos
de los actos y monumentos conmemorativos
como el pasado deja su huella: los cambios
tienen poder para ello, puesto que vivieron
en la estructura física de los individuos vivos
el acontecimiento, han madurado y tienen
y los cambios físicos en los objetos y el pai-
posibilidad para influenciar los asuntos pú-
saje, a consecuencia de la naturaleza y de la
blicos, y porque el dolor, provocado por esos
acción humana. La acción humana hace po-
acontecimientos, ha sido mitigado, lo cual
sible la cultura, al mismo tiempo que elabora
permite enfrentarlos de otra forma. Esta triple
registros del pasado, tales como poemas, ri-
explicación no es excluyente.
tuales y monumentos, los cuales deben ser
interpretados como formas para mantener la Aquí se entiende por “actitud de recupe-
memoria. Esta es considerada comúnmente ración de la memoria histórica colectiva” los
como una facultad que permite traer el pasa- recuerdos de los acontecimientos políticos
do al presente, pues esa experiencia ya pa- mencionados por todos los participantes y
sada es enriquecedora. A esta función ele- que están relacionados con la historia política
mental se suman otras dos. La memoria es salvadoreña de los últimos treinta años. Esto
condición imprescindible para adquirir cono- implica la intención de recordar el aconte-
cimientos y dar significado a las experiencias cimiento de los acuerdos de paz, celebrarlo
vividas a través del tiempo, y hace posible la de manera especial y el deber de transmitir
identidad al permitir imaginar un ser per- la historia del conflicto armado a los niños.
manente, que trasciende la experiencia actual Se utilizó el análisis multivariado de varianza
y que permanece como sujeto (u objeto) de (MANOVA) de dos vías y un nivel de sig-
la acción por medio de los cambios en el nificación (α 0.05).
individuo, o en el grupo, a lo largo del trans-
De esta manera, se encontró que “¿Se
currir del tiempo.
debe recordar el evento de la firma de los
Rosa analiza aquello que hace que un acuerdos de paz de una forma especial?”,
acontecimiento quede plasmado en la me- no arrojó diferencias entre los grupos por
moria colectiva. Algunos acontecimientos edad, —f (2,270)= 1,242, p < 0,290—,
específicos, y no otros quedan en la memoria, ni por nivel de exposición —f (2,270) =
cuando la experiencia es común a un sector 0,020, p< 0,980—, tampoco se encontró
social importante, el cual, además, ha podido efecto de interacción respecto a esta di-
compartir la emoción de forma colectiva. mensión —f (4, 270)= 0,326, p < 0,861—,
Quedan en la memoria acontecimientos ex- pero todos los puntajes estaban arriba del
traordinarios, que suscitan emociones. El nivel medio, es decir, prescindiendo de la
acontecimiento se vuelve más duradero si es edad o la exposición, las personas piensan
repasado de forma activa y si se le asocian que la firma de los acuerdos de paz debe
consecuencias posteriores como cambios, ser recordada.
creencias o formas de conducta.
No hay tampoco diferencias significativas
Pennebaker (1993) detectó que los actos acerca de si “¿Se debe hablar y discutir sobre
conmemorativos y la construcción de monu- el conflicto armado?”, por edad —f (2,270)
= 0,593, p< 0,554—, ni por nivel de cuenta nueva’ y la pared de un pasado do-
exposición —f (2,270) = 3,024, p<0,050. loroso de la que todavía se debate” (p. 77).
No se encontró interacción —f (4, 270)=1,551, Esta aparente contradicción, según los autores
p< 0.188. Al constatar los puntajes, la citados, se explica con la teoría de la
población entrevistada oscila en el nivel disonancia cognoscitiva de Festinger (1957).
medio, es decir, es ambivalente sobre este Sin embargo, es problemático este afán por
punto. Sin embargo, se identificaron dife- explicar la lógica del fenómeno, pues da por
rencias significativas en el nivel de exposición supuesto que existe una inconsecuencia entre
—f (2, 270) = 5,27, p <0.006—, en cuanto las actitudes y el comportamiento de las per-
a si “¿Se les debe enseñar a los niños la sonas, o entre dos o más actitudes. La
historia del conflicto inconsecuencia es solo
armado de El Salvador en aparente, pues no existe
todas las escuelas del te- La memoria histórica colectiva un divorcio real entre el
rritorio nacional?”. Según tiene una función social y, por lo nivel de afectación, pro-
esto, el grupo de expo- tanto, una proyección hacia el ducto de la contem-
sición alta tiende a estar futuro. Conforme pasa el tiempo, plación de la violencia,
menos convencido que y lo que se piensa sobre
los otros grupos, en cuan-
van apareciendo monumentos, el recuerdo. Al contra-
to a enseñar esta historia [...] se llevan a cabo ritos y rio, la persona asume la
a los niños. Estos resul- ceremonias para enterrar a los afectación de manera
tados que parecieran con- muertos, y con ellos, los recuerdos más o menos conscien-
tradictorios tienen explica- dolorosos del pasado, [...] Cuando te y, por eso, desarrolla
ción. mecanismos que impi-
esto tiene lugar, conviene tener den el deterioro de su
Se supone que estos una reconstrucción de los psique. Así, evita ciertos
grupos de mayor edad y
hechos-memoria que permita recuerdos y valora más
más expuestos son los
incluir a todos los grupos. aquello que la ayuda a
que vivieron su infancia,
mantener el equilibrio
su adolescencia y el prin- [...] La convencionalización de la
entre la experiencia
cipio de su juventud du- memoria, o al menos su traumática y la posibili-
rante el conflicto. Se es- necesidad manifiesta, harán dad de recordar lo me-
peraba que estuviesen
posible la identificación y nos doloroso.
más inclinados a recu-
perar la memoria histó- la pertenencia con un carácter Este fenómeno se
rica, en particular, aque- moral y reivindicativo. explica mejor con la
llos que estuvieron más hipótesis de la distan-
expuestos. Sin embargo, resulta lo contrario, cia psicológica de Penneabaker y Banasik
son los menos interesados en ello o, al me- (1997). Esta hipótesis sostiene que después
nos, dudan más sobre esta cuestión. Este des- de una experiencia traumática, los individuos
cubrimiento es coincidente con el encontrado tienden a distanciarse de ella. Cualquier re-
por Orellana, Sánchez y Santacruz (1999), cuerdo del trauma les puede producir ansiedad
en la correlación entre el discurso oficial y la y estrés, cuando no se han tenido los recursos
reparación social, de tal manera que las para afrontarlo. Este estrés puede ser exa-
personas que recibieron el impacto directo cerbado, cuando el acontecimiento es com-
de la violencia de la guerra estaban más de partido por un grupo o por varios grupos y
acuerdo con el discurso gubernamental que cuando permanece reflejado en los demás.
sostenía el perdón y el olvido. Según ellos, El proceso de estrés y coping (Lazarus y
“la población salvadoreña en general, y las Folkman, 1984) es útil para explicar, desde
víctimas o sus familiares en particular, aún se la perspectiva individual, esa distancia psico-
encuentran entre la espada del ‘borrón y lógica. Ante el trauma psicosocial, la gente
sonas, que eran adolescentes durante la gue- la chilena. Cuando esto tiene lugar, conviene
rra y ahora conforman el grupo más joven tener una reconstrucción de los hechos-me-
de la investigación. No lo invalida porque, a moria, que permita incluir a todos los grupos.
través del estudio, sabemos también que las En esa reconstrucción deben encontrar cabida
personas adultas jóvenes actuales, sobre todo las narraciones de todas las partes, de las víc-
de la zona de San Salvador, si bien no quieren timas y de los victimarios. La convenciona-
recordar, tienen actitudes menos bélicas y más lización de la memoria, o al menos su nece-
pacíficas8 que el resto de cohortes y, al pare- sidad manifiesta, hará posible la identificación
cer, han evaluado la guerra, a la luz de la y la pertenencia con un carácter moral y
historia, con una actitud más crítica. Esta clase reivindicativo.
de recuerdos y de experiencias de la niñez y la Cabe preguntarse si las naciones superan
adolescencia les ayudan a saltar al presente y de la misma manera una guerra civil o cual-
al futuro más convencidas de lo que no debe quier atrocidad, así como las personas su-
ser. Habría que estudiar cómo opera este peran un recuerdo o un acontecimiento trau-
patrón en los adolescentes actuales y, en mático (Wiseman Chirwa, 1997). La memo-
concreto, si ha habido un cambio drástico en ria tiene sus limitaciones. ¿Cuándo es real-
su forma de ver la historia. Nos aventuraría- mente colectiva la memoria? ¿De quiénes es
mos a pensar que hoy, estos adolescentes, hijos memoria? Existe el peligro de que la memo-
e hijas de la primera generación que sufrió la ria de las víctimas prevalezca sobre los per-
guerra, no manifiestan interés por recuperar y petradores o viceversa. Según Michael Igna-
re-interpretar esos hechos, pese a que, genera- tieff (1996, citado en Beristein, 2003), las
cionalmente y de forma no consciente, este personas que se consideran víctimas de la
“almacén de recuerdos” de sus padres y madres agresión son comprensiblemente incapaces
está presente en la cultura política actual. de creer que también cometieron atrocidades.
Otro descubrimiento importante es la Los mitos de la inocencia y la victimización
aparición de actitudes aparentemente ambi- son obstáculos importantes a la hora de en-
valentes, sobre el deseo de enseñar una his- frentarse a hechos cuya admisión es desa-
toria de la vida personal y social de cierta gradable. En el otro extremo, también existe
parte de la población, sin querer recordarla. el peligro de reconstruir una memoria distor-
Aunque este efecto es poco evidente, en este sionada, incluso responsabilizando a las víc-
estudio, por los análisis estadísticos realizados, timas. Así, por ejemplo, la mayoría de la
hay otros que han dado cuenta del mismo población alemana mayor de cuarenta años
hallazgo. Al abordar de manera más focal cree que los judíos fueron, en parte, respon-
esta población, desde el trauma psicosocial y sables del Holocausto (Beristain, 2003).
los mecanismos para afrontarlo, probable- La función que la sociedad salvadoreña
mente comprobaríamos la ya mencionada hi- asigne a esta memoria orientará, en parte,
pótesis de la distancia psicológica del acon- la construcción de su cultura política. Incluir
tecimiento traumático. la memoria de todos los grupos es condición
La memoria histórica colectiva tiene una indispensable para la verdadera reconciliación
función social y, por lo tanto, una proyección y la prevención de la violencia en los años
hacia el futuro. Conforme pasa el tiempo, venideros.
van apareciendo monumentos, se escriben Por último, esta investigación tiene una
novelas y se filman películas, se llevan a cabo limitación. Sus resultados no pueden ser
ritos y ceremonias para enterrar a los muer- extrapolados a toda la sociedad, pues solo
tos, y, con ellos, los recuerdos dolorosos del son válidos para la muestra. Asimismo, cabe
pasado, tal como ha ocurrido en otras so- advertir un informe “científico libre de sesgos”
ciedades, por ejemplo, la española, la judía y es una tarea que coloca a cualquier disciplina
8. Las actitudes bélicas y pacifistas también se incluyeron en esta investigación, pero no en el artículo.