Jose (Frist Draft)
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La relación entre la defensa del medio ambiente y los derechos de los pueblos indígenas
y afrodescendientes
Los defensores y defensoras del medio ambiente, como parte del conjunto mayor de defensores
de derechos humanos, son individuos y colectivos que promueven y procuran la protección del
medio ambiente. Por esta labor de defensa del medio ambiente, los defensores y defensoras son
con frecuencia objeto de actos de hostigamiento, persecución, intimidación y represalias. Ante la
situación de vulnerabilidad, diversos instrumentos internacionales han establecido la necesidad
de brindarles protección jurídica por parte de los Estados.
En particular, destaca el Artículo 9.1 del Acuerdo de Escazú donde se establece que: “Cada Parte
garantizará un entorno seguro y propicio en el que las personas, grupos y organizaciones que
promueven y defienden los derechos humanos en asuntos ambientales puedan actuar sin
amenazas, restricciones e inseguridad”, y en el Artículo 9.2 que: “Cada Parte tomará las medidas
adecuadas y efectivas para reconocer, proteger y promover todos los derechos de los defensores
de derechos humanos en asuntos ambientales […]”.
Además, la Relatoría Especial sobre la situación de los defensores de los derechos humanos de
las Naciones Unidas, desde su creación en el 2000, ha recibido miles de denuncias provenientes
de todas partes del mundo en relación a ataques sufridos contra defensores del medio ambiente
que pertenecen a pueblos indígenas y otras minorías1. La CIDH ha advertido que la violencia
contra pueblos indígenas surge en gran medida de la lucha por la tierra y el territorio en
contextos de imposición de proyectos sin el cumplimiento por parte del Estado de garantizar el
derecho a la consulta y el consentimiento previo, libre e informado, de conformidad con
estándares internacionales2. En el sistema interamericano se ha reconocido ampliamente que los
Estados tienen obligaciones especificas frente a los pueblos indígenas, al tratarse de grupos
sociales preexistentes a la colonización y al encontrarse con frecuencia en situación de
vulnerabilidad, marginación y discriminación dentro del territorio nacional3.
El reconocimiento de los derechos colectivos de los pueblos indígenas sobre sus territorios (lo
que incluye, tierras y recursos naturales) constituye una estrategia efectiva para combatir y
mitigar el cambio climático4. En ese sentido, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio
Climático señala, con muy alto nivel de confianza, que las políticas que apoyen el
reconocimiento de derechos de los pueblos indígenas son de carácter crítico para reducir los
riesgos del cambio climático y lograr una adaptación efectiva5.
2.3. Los derechos de los pueblos indígenas y afrodescendientes como garantía del
fortalecimiento en la lucha contra el cambio climático
B. Mention the link with the broad definition of Indigenous –Afro: A broad definition has
been used as an open space for States to avoid its responsibilities and effectively protect the
rights of these individual and collective environmental defenders, e.g., Indigenous peoples’
identity recognition, their right to self-determination.
A partir de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas
(2007), la autodeterminación es el principio fundamental para hablar de pueblos indígenas en el
derecho internacional pues, además de reforzar derechos ya reconocidos en otros instrumentos,
se establece de forma expresa los derechos al territorio ancestral, a las reparaciones, al desarrollo
desde su propia cosmovisión, y al consentimiento previo, libre e informado6.
Al respecto, el Artículo 3 de la Declaración señala que: “Los pueblos indígenas tienen derecho a
la libre determinación. En virtud de ese derecho determinan libremente su condición política y
persiguen libremente su desarrollo económico, social y cultural”. Y el Artículo 4 indica que:
“Los pueblos indígenas, en ejercicio de su derecho a la libre determinación, tienen derecho a la
autonomía o al autogobierno en las cuestiones relacionadas con sus asuntos internos y locales,
así como a disponer de medios para financiar sus funciones autónomas”.
4
Department of Economic and Social Affairs. United Nations (2021). State of the world’s Indigenous Peoples:
Rights to Lands, Territories and Resources, pp. 46 – 47.
5
IPCC (2022). Climate Change 2022. Impacts, Adaptation and Vulnerability. Working Group II Contribution to the
Sixth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Chang, p. 53.
6
Merino, Roger (2023). Informe legal de sustento de la personería jurídica de los gobiernos indígenas autónomos
bajo el principio de autodeterminación. Lima: Fundación Nia Tero, p. 22
El principio de autodeterminación fue reconocido previamente en importantes tratados sobre
derechos humanos, como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, adoptados por la Asamblea
General de Naciones Unidas en 1966. Tal como señalan dichos instrumentos, el principio a la
autodeterminación incluye el derecho a mantener sus territorios ancestrales y sus normas
culturales y sociales dentro de un estado específico, pero no implica un cuestionamiento a la
unidad política del Estado soberano. Por ello, se incluyó en la Declaración una disposición
específica en ese sentido:
A partir del análisis de estas fuentes internacionales, se pueden identificar algunos estándares
relativos al derecho a la autodeterminación: 1) el estándar de obligatoriedad de adecuación, 2) el
estándar de debido reconocimiento, y 3) el estándar de habilitación de otros derechos 9. El primer
estándar alude a la necesidad de que los Estados adecúen su ordenamiento interno a los derechos
establecidos en la Declaración y en el sistema interamericano en relación a los derechos de los
pueblos indígenas y tribales. El segundo estándar alude a la necesidad de que los Estados
respeten el derecho de los pueblos a autoidentificarse como colectivo e identificar a sus
miembros de acuerdo a sus procedimientos y normas. Finalmente, el reconocimiento de la
autodeterminación sirve de premisa fundamental para el ejercicio de otros derechos como al
territorio, a la propiedad colectiva, a la autonomía o autogobierno, a la participación política, al
consentimiento previo, libre e informado, a la reparación, entre otros.
7
CIDH (2021). Op. Cit., p. 38.
8
Ibid., p. 40.
9
Merino. Op. Cit., p. 30.
disposiciones del presente Convenio” (Artículo 1.2). De esta manera, el reconocimiento del
estado no es constitutivo de derechos, sino que únicamente cumple funciones declarativas, es
decir se encuentra subordinado al criterio de autoidentificación.
Es preciso recordar que los pueblos afrodescendientes, pese a no ser indígenas u originarios, han
sido reconocidos como “pueblos tribales” bajo el Convenio 169 de la OIT, pues comparten unas
condiciones que los distinguen de otros grupos de la colectividad nacional 13. Los grupos tribales
tienen los mismos derechos que los reconocidos a los pueblos indígenas.
Si bien es cierto los pueblos indígenas y afrodescendientes suelen estar vinculados a sus tierras y
territorios, haciendo de ellos los principales defensores de su medio ambiente y aliados en la
lucha contra el cambio climático, dicha relación no debe ser convertida en un factor esencialista.
Algunos miembros de comunidades indígenas y afrodescendientes pueden no estar involucrados
ni comprometidos en la defensa del medio ambiente, por lo que, el trabajo de identificación del
Estado debe darse en diálogo y cooperación con los representantes legítimos de estos pueblos.
El derecho a la propiedad colectiva de los pueblos indígenas: Un factor clave para la lucha
contra el cambio climático
La Declaración de las Naciones Unidas (2007) dedica varios artículos (del 25 al 32) a la garantía
de los derechos colectivos sobre las tierras y el territorio de los pueblos indígenas y tribales. En
ella se afirma el derecho de los pueblos indígenas a “mantener y fortalecer su propia relación
espiritual con las tierras, territorios, aguas, mares costeros y otros recursos que tradicionalmente
han poseído u ocupado y utilizado” (Artículo 25); con este fin, “los Estados asegurarán el
reconocimiento y protección jurídica de esas tierras, territorios y recursos. Dicho reconocimiento
respetará debidamente las costumbres, las tradiciones y los sistemas de tenencia de la tierra de
los pueblos indígenas de que se trate” (Artículo 26). Asimismo, el Articulo 27 señala que: “Los
Estados establecerán y aplicarán, conjuntamente con los pueblos indígenas pertinentes, un
proceso equitativo, independiente, imparcial, abierto y transparente, en el que se reconozcan
debidamente las leyes, tradiciones costumbres y sistemas de tenencia de la tierra de los pueblos
indígenas para reconocer y adjudicar los derechos de los pueblos indígenas en relación con sus
tierras, territorios y recursos […]”.
Por su parte, la CIDH ha señalado que la protección de la propiedad colectiva de los pueblos
indígenas sobre sus territorios ancestrales asegura los derechos humanos de una colectividad
cuya relación con la tierra es un factor clave para su desarrollo económico, social y cultural 14. Y
la Corte IDH estableció que: “Para las comunidades indígenas la relación con la tierra no es
meramente una cuestión de posesión y producción sino un elemento material y espiritual del que
deben gozar plenamente, inclusive para preservar su legado cultural y transmitirlo a generaciones
futuras”15.
Otros tratados internacionales que reconocen los derechos colectivos de los pueblos indígenas y
tribales sobre las tierras, los territorios y los recursos son el Convenio sobre Pueblos Indígenas y
Tribales (núm. 169 OIT, 1989) cuyo Artículo 13 señala que: “los gobierno deberán respetar la
14
CIDH. Alegatos ante la Corte IDH en el caso Yakye Axe vs Paraguay. Referidos en Corte IDH. Caso Comunidad
Indigena Yakye Axa vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 17 de junio de 2005. Serie C., num.
125, parr. 120 lit. c.
15
Corte IDH. Caso Comunidad Indigena Yakye Axa vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 17 de
junio de 2005. Serie C., num. 125, parr. 120 lit. c.
importancia especial que para las culturas y valores espirituales de los pueblos interesados
reviste su relación con las tierras o territorios, o con ambos, según los casos, que ocupan o
utilizan de alguna otra manera, y en particular los aspectos colectivos de esa relación”; y el
Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD, 1992) cuyo Artículo 8 literal j exhorta a las
partes a” respetar, preservar y mantener los conocimientos, las innovaciones y las prácticas de las
comunidades indígenas y locales pertinentes para la conservación y el uso sostenible de la
diversidad biológica, y aplicar dichos conocimientos, innovaciones y prácticas tradicionales
indígenas con la aprobación y la participación de los pueblos indígenas que los poseen”.
Además, otros instrumentos internacionales de carácter no vinculante (soft law) son herramientas
interpretativas importantes que permiten proteger los derechos colectivos de los pueblos
indígenas en esta materia. Por ejemplo, las Directrices Voluntarias sobre la Gobernanza
Responsable de la Tenencia de la Tierra, la Pesca y los Bosques en el Contexto de la Seguridad
Alimentaria Nacional (Comité de Seguridad Alimentaria Mundial, 2012) establecen
recomendaciones técnicas y prácticas para fortalecer la gobernanza de la tenencia de la tierra y
los recursos, así como promueve un enfoque participativo e inclusivo. También la Agenda 2030
para el Desarrollo Sostenible (aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en
2016) incluye un plan de erradicación de la pobreza asegurando que “nadie se quede atrás” lo
que incluye a los pueblos indígenas y, en particular, el Objetivo 1 que apunta a la reducción de la
pobreza tomando en cuenta la igualdad de derecho a la propiedad y el control de las tierras y
recursos naturales por parte de los pueblos indígenas, así como su derecho a dar o negar el
consentimiento previo, libre e informado a proyectos que los amenacen o afecten (Metas 1.4, 2.3,
2.4).
16
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) (2021). Los pueblos indígenas
y tribales y la gobernanza de los bosques. p. 61.
El concepto de debida diligencia en el derecho internacional está relacionado con las
obligaciones de conducta y prevención que deben cumplir los Estados; en el campo de los
derechos humanos, se refiere a la obligación de los Estados de adoptar todas las medidas
apropiadas tendientes a lograr progresivamente la plena efectividad de los derechos. En relación
a la protección del derecho a la vida y a la integridad en el contexto de la protección al medio
ambiente, la Corte IDH ha señalado que los Estados deben regir su actuación bajo los
parámetros: 1) la obligación de prevención, 2) el principio de precaución, 3) la obligación de
cooperación, 4) las obligaciones procedimentales en materia de protección al medio ambiente 17.
Un campo especialmente relevante para la lucha contra el cambio climático es la aplicación del
principio de debida diligencia en las actividades empresariales, el mismo que ha sido
desarrollado en varios instrumentos internacionales. En primer lugar, en los Principios Rectores
sobre Empresas y Derechos Humanos, las Líneas Directrices sobre empresas multinacionales y
derechos humanos de la OCDE, y la Declaración Tripartita de principios sobre las empresas
multinacionales y la política social de la OIT. Ahí se define a la debida diligencia como el
proceso que permite a las empresas identificar, prevenir y atenuar los impactos negativos, reales
o potenciales, de sus actividades, así como informar de la manera en que abordan estos impactos.
Siguiendo estos instrumentos, se puede identificar algunos componentes esenciales de la debida
diligencia18:
17
Corte IDH. OC 23-17. Par. 125.
18
Wiener, Leonidas (2022). Debida diligencia y minería: Las Bambas. Lima: Cooperacción. Pp. 11 – 13.
humanos deben remover las consecuencias del acto ilegal y restablecer la situación al momento
anterior a la vulneración19.
19
Antkowiak, Thomas (2008). “Remedial Approaches to Human Rights Violations: The Inter-American Court of
Human Rights and Beyond”, en: 46 Columbia Journal of Transnational Law, pp. 351 - 355.
20
Auz, Juan (2023). “Climate crisis and the Testing of International Human Rights Remedies: Forecasting the Inter-
American Court of Human Rights”, en: The Hague’s Academy Centre for Studies and Research in International Law
and International Relations Series (Forthcoming). P. 15.
21
Auz, Juan. Ibid, pp. 20 – 21.