Resumen 1er Parcial Dip
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VIRGILE A. / RODRÍGUEZ A.
UNIDAD 1
El siglo XIX abre nuevos criterios. El Congreso de Viena celebrado en 1815 es el foro
en el que se ventilan esas preocupaciones. Se legislan cuestiones tan diversas como la
neutralidad de Suiza, la regulación del río Rin, los efectos del avance napoleónico en
Europa.
Al encuentro de ese proceso, que cuenta como la muy discreta oposición de Inglaterra,
sale Estados Unidos con el discurso que el presidente James Monroe da ante el congreso
de su país el 2 de diciembre de 1823. Rompiendo el aislacionismo al que se había
dedicado desde la independencia EEUU anuncia a Europa la vigencia en América de los
principios de no-colonización y de no-intervención. Se vuelve al principio de
no-intervención y se declara que ya no hay terra nullius (tierra sin dueño) en el
continente americano.
A partir del Congreso de Viena de 1815, los estados comienzan a reunirse para
considerar cuestiones comunes. La conferencia de estados como modalidad de
encuentros adquiere notable relieve, aunque en la realidad solo traduce la permanencia
de las grandes potencias en un contexto cerrado y conservador. En este hacer, se
constituye en el germen de la organización internacional como institución.
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El sistema crece pese a que el motivo de reunión es cada vez menos verosímil. Por ello
permanece pero pierde efectividad.
Para mediados del siglo XIX el escenario internacional era solo interestatal. La
adjudicación de roles protagonicos esta a cargo de un grupo exclusivo, suerte de club al
que se ingresa por cooptación: se requiere un acto de reconocimiento por parte de sus
miembros para que un ente sea considerado Estado, lo que sumado a su manifestación
de consentimiento en obligarse a respetar las reglas y principios vigentes determina su
ingreso a la sociedad internacional. La admisión es apreciada por un conjunto
hegemónico a la luz de criterios de conveniencia para ese grupo.
La libre navegación de los ríos internacionales se logra para permitir la libertad de las
comunicaciones y del comercio. Esto conduce al establecimiento de comisiones
internacionales para la administración de los ríos internacionales.
1907, un nuevo encuentro en La Haya, esta vez participan 44 estados, se revisan las
normas establecidas en 1899 y se adoptan reglas sobre arbitraje obligatorio, neutralidad,
guerra marítima y se establece el Tribunal Internacional de Presas. La guerra de 1914
frustró la tercera reunión.
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Con todo, la SDN es importante para acotar la legitimidad del uso de fuerza. Antes de
declarar la guerra, los estados deben llevar al Consejo de la SDN toda controversia que
los separe y que no verse sobre una materia exclusivamente del ámbito interno del
Estado. Se trata de una moratoria de guerra que persigue dilatar las hostilidades
proponiendo una solución. Para ello se estructura en 1920 la Corte Permanente de
Justicia Internacional. Se trata de un tribunal judicial internacional, con jurisdicción
voluntaria universal y de competencia contenciosa y consultiva. Instalada en La Haya,
está concebida para solucionar litigios entre los estados aplicando el derecho
internacional y también para actuar como consultor jurídico de la organización. En
1928, el Pacto Briand-Kellogg consagra la renuncia a la guerra como instrumento de
política nacional.
La Segunda Guerra Mundial marca un corte drástico con todo este pasado.
Esta política es suscripta por el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del norte en la
Carta del Atlántico el 14 de agosto de 1941. Se señalan allí ciertos principios comunes a
ambas políticas nacionales que deberían sustentar un nuevo orden mundial: la decisión
de no buscar incrementos ni cambios territoriales que no se correspondan con los deseos
del pueblo respectivo, la autodeterminación al interior de los estados, el acceso en
términos iguales al comercio y a las materias primas con minas a la prosperidad
económica, el asegurar para todos una mejora de los patrones del trabajo, el adelanto
económico y la seguridad social; y, una vez derrotado el nazismo, la reinstalación de los
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El 1 de enero de 1942, 45 estados que a su vez han declarado la guerra al Eje suscriben,
la Carta del Atlántico en lo que se conoce como la “Declaración de las Naciones
llo da comienzo a la negociación de la Carta de las Naciones
Unidas contra el Eje”. E
Unidas, ley fundamental de la comunidad internacional institucionalizada.
La Asamblea General es el órgano plenario en el que cada Estado miembro goza de voz
y voto y donde las decisiones se adoptan por simple mayoría o por los dos tercios de los
miembros presentes y votantes. Puede considerarse cualquier tema dentro de los límites
de la Carta. Se reúne una vez por año
El Consejo de Seguridad, está integrado por quince miembros, cinco permanentes y diez
no permanentes elegidos por periodos de dos años por Asamblea General. Es un órgano
aristocrático que reúne a los “cinco grandes”: aquellos que ganaron la guerra, a saber:
Estados Unidos de América, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte,
Francia, la URSS (hoy representada por Rusia) y China. Cada uno ejerce derecho a veto
cuando se trata de adoptar decisiones que no son de procedimiento y que requieren
nueve votos afirmativos, pero incluidos los votos afirmativos de todos los miembros
permanentes. Estas decisiones son obligatorias y pueden imponer medidas coercitivas a
los estados.
El Consejo Económico Social se ocupa de asesorar a las Naciones Unidas en los temas
de su competencia y para ello va creciendo en función del universo de estados
miembros de la ONU. Se ha dotado de organismos subsidiarios sobre una importante
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Los estados miembros de la ONU asume ciertos compromisos básicos. En los sustancial
se trata de respetar un serie de principios: la igualdad soberana de los estados, la buena
fe en el cumplimiento de las obligaciones internacionales, la abstención del uso de la
fuerza en las relaciones internacionales y consiguientemente la solución pacífica de
resolución de controversias internacionales, la cooperación internacional y la
no-intervención en los asuntos esencialmente de la jurisdicción interna de los estados.
Este estado de cosas dura poco. En todo caso, no es dato menor que entre la adopcion de
la Carta de las Naciones Unidas en junio de 1945 y su entrada en vigor en 24 de octubre
del mismo año, se producen los bombardeos con armas atomicas en Hiroshima y
Nagasaki.
Disensos sustanciales entre el Este y el Oeste impiden la creación de una corte penal
internacional, segun la “Convencion para prevenir y sancional el genocidio” de 1948,
podria llevarse a aquellos prima facie responsables de tener algun grado de
participacion en ese delito interncacional. Solo la “limpieza étnica” que se practica en el
conflicto de la ex Yugoslavia en la década del noventa conduce al establecimiento del
primer tribunal penal ad hoc luego de Nuremberg.
Durante todo este periodo de la Guerra Fría, sólo aisladamente y en contextos de graves
crisis se generarán mecanismos para sortear la parálisis de los sistemas institucionales.
Una interpretación dinámica de la letra de la Carta conduce a sostener que aunque un
miembro permanente esté ausente, los “votos afirmativos de los miembros
permanentes” que son necesarios para adoptar una decisión no se ven afectados, porque
quien no está presente, no vota.
Los principios de la resolución 2526 (xxv) son: la prohibición del uso de la fuerza en las
relaciones internacionales, la solución pacífica de las controversias susceptibles de
poner en peligro la paz y la seguridad internacionales; la buena fe, la igualdad soberana
de los estados, la igualdad de derechos y la libre determinación de los pueblos; la
no-intervención y la cooperación internacional.
En este periodo permiten una regulación del uso de armas nucleares a través del Tratado
de No Proliferación de las Armas Nucleares (1968)
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En este orden de ideas permite también avanzar en la ruta de los derechos humanos. En
1966 se adoptaron el “Pacto internacional de derechos civiles y políticos” y el “Pacto
internacional de los derechos económicos, sociales y culturales”. En 1970, la COrte
Internacional de Justicia reconoce el carácter de norma consuetudinaria que han
adquirido las disposiciones de la Declaración Universal de Derechos Humanos, lo que
permite tenerlas como norma jurídica obligatoria y oponible urbi et orbi.
Más allá del campo de la ONU, los derechos humanos son el objeto de las políticas de
acercamiento entre Europa Occidental y “otros estados”. La Conferencia sobre la
Seguridad y la Cooperación Europeas de 1975 representa el umbral máximo de esta
política. En el acta final, la URSS y sus afines reconocen a los derechos humanos un
lugar en las políticas nacionales.
Una suerte de solidaridad de base se asume como subyacente a este enfoque, en el cual
las diferencias entre los estados adquieren el carácter de desigualdades.
Dos crisis internacionales del petróleo luego de la guerra del Día del Perdón en 1973 y
la que se produce en 1979 tras la toma de rehenes en la Embajada y los COnsulados de
Estados Unidos en Irán, jaquean los esquemas de las relaciones internacionales y dan
nacimiento a la denominada “nueva guerra fría” y a un nuevo bloque, el de los países
árabes.
Con el avance del fenómeno de los derechos humanos, la calidad de sujeto de derecho
internacional de las personas privadas se consolida. Se comprueba que los tratados de
derechos humanos nos otorgan derecho y, además, nos habilitan al reclamo
internacional ante la violacion no reparada.
El derecho internacional nace para regular las relaciones entre los estados en un mundo
pequeño y homogéneo, pero con reglas sustancialmente distintas a las que rigen otros
mundos pequeños como ciertas sociedades nacionales
En este contexto cabe afirmar que el derecho que rige en la comunidad internacional
tiene características sustancialmente distintas del que impera en otros ámbitos.
En efecto, las fuentes del derecho internacional público integran nuestro ordenamiento
jurídico y, como veremos, incluso lo hacen con jerarquía supralegal y, en algunos
supuestos, hasta constitucional
El derecho y el Estado.
El derecho se origina como corolario del hecho de que los hombres, lejos de vivir en
soledad, empiezan a interactuar y pronto descubren sus discrepancias. Desde sus
propios orígenes, la idea de derecho parece inescindible, pues, de la idea de Estado (si,
por supuesto, entendemos que hay Estado en la medida en que se trate de una
organización política que posea una población particular, un territorio y un gobierno).
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Sabemos que una norma, del carácter que sea, es un patrón de conducta o un paradigma
de comportamiento esperable. Una norma jurídica no impone de manera directa un
modelo de acción, sino que presenta una estructura compleja: la norma jurídica
establece, de modo indirecto, que, frente al caso en que un sujeto incumpla determinado
precepto, recibirá una sanción. Esto es lo que Hans Kelsen (1881-1973) identificó como
las dos partes de las que se compone lógicamente la norma básica de todo ordenamiento
de derecho: el antecedente y el consecuente (o sanción). En el derecho el vínculo entre
antecedente y consecuente integra la dimensión del “deber ser ” (p. ej., “si A comete un
homicidio, entonces debe ser que A reciba una pena de X años de prisión”). Con esta
técnica de motivación indirecta, las normas jurídicas lograrán regular las relaciones
entre los sujetos a partir de la creación, modificación o extinción de derechos y/o
obligaciones
A estas “reglas primeras” propias del modelo positivista simple propuesto por Kelsen,
un autor como H. L. A. Hart (1907-1992) agrega la necesidad de incluir las normas de
tipo secundario, que son aquellas que sirven para identificar qué reglas forman parte del
sistema (reglas de reconocimiento). El derecho, cualquiera sea su particularidad, estaría
integrado por estas normas jurídicas en su conjunto.
El derecho supone una imbricación profunda de estas normas, que se presentan como
interrelacionadas e interdependientes. Se trataría de un verdadero sistema; cada
derecho, por lo tanto, es un orden complejo en el que toda norma jurídica cobra sentido
y valor pleno solamente en función de las otras
El gráfico es ilustrativo, pues, porque permite explicar que el derecho interno supone un
ordenamiento jurídico centralizado y verticalista, en el que existe una subordinación de
los sujetos a la propia entidad estatal sistema en el que hay una dependencia evidente
por parte de los sujetos a una normativa a la que están sometidos o subordinados.
“International law” llamado así por primera vez por J. Bentham a fines del siglo xviii,
nace con el propósito de dar un marco normativo a los vínculos entre los propios
Estados. Misma función social que caracteriza al derecho en términos generales, en
tanto se trata de un dispositivo que regula y controla el accionar de los sujetos que
intervienen, condicionando sus comportamientos en un supuesto y pretendido beneficio
de todos.
“El hecho de que una decisión no pueda hacerse cumplir no afecta de ninguna manera
su naturaleza obligatoria (...) Si dicha decisión es o no cumplida, si puede o no
imponerse el cumplimento de dichta decisión, qué otras sanciones yacen detrás –todas
estas son cuestiones externas (...) “
El derecho internacional es un producto social y que, desde ese lugar, constituye una
construcción histórica.
Esta lectura es, sin embargo, propia de una mirada política del fenómeno. El
fundamento, es histórico dado que se sostiene, desde los orígenes mismos de las
primeras comunidades políticamente organizadas, los Estados más influyentes
procuraron imponer, mediante una serie de normas jurídicas que los beneficiaban, a los
menos favorecidos.
Pero quizás el ejemplo más interesante para nuestra lectura es el caso de Roma, el
pasaje de la República al Imperio (fines del siglo i a. C.), consolidó una política
expansionista por el Mediterráneo que, basada en un derecho internacional (“derecho de
gentes” o, en latín, ius gentium), la llevó a suscribir numerosos tratados, consolidando
progresivamente su supremacía (maiestas) e imponiendo su imperium a todo el mundo
conocido que la rodeaba.
En el ámbito romano, los primeros intentos por concebir la naturaleza del derecho
internacional, como sostiene el jurista Gayo en un manual de derecho del siglo ii d. C.,
el derecho interno romano:
“Pero lo que la razón natural estableció entre los hombres se observa igualmente entre
todos los pueblos y se llama derecho de gentes (ius gentium), como designando el
derecho que aplican todos los pueblos (omnes gentes)”
El pasaje permite concluir que el ius gentium romano abarcaba tanto las normas que
hoy consideraríamos parte del derecho internacional público (esto es, las que regulan las
relaciones interestatales en las que Roma estaba involucrada) como lo que conocemos
actualmente como derecho internacional privado.
Hoy en día ambas disciplinas suponen ámbitos independientes desde el punto de vista
didáctico y conceptual, como ha señalado la Corte Permanente de Justicia Internacional
en su decisión acerca de la emisión de préstamos serbios:
“Todo contrato que no sea un acuerdo entre Estados en su capacidad de sujetos del
derecho internacional se basa en el derecho interno de un país (...) suele describirse
como derecho internacional privado o la “doctrina del conflicto de leyes” (...) Más
allá de esto, debe considerarse que estas reglas forman parte del derecho interno.”
Antes de 1648, como hemos dicho, existía una superposición de ambos cuerpos
normativos
El nacimiento del derecho internacional tal como lo concebimos tuvo lugar, con el
surgimiento de los Estados modernos, el descubrimiento de América por parte de las
potencias europeas y la instalación de un racionalismo jurídico.
La llamada Paz de Westfalia, de 1648, es concebida por estos autores como un punto de
inflexión, se deja entrever un mecanismo regulatorio basado en el equilibrio de poder.
El primer intento por “contractualizar” las relaciones interestatales en Europa se
definen las particularidades de un nuevo sistema de derecho europeo determinado por el
reconocimiento de una comunidad internacional caracterizada por el principio de la
igualdad soberana de los Estados. Estos, se reconocen recíprocamente como iguales en
términos jurídicos: cada uno de ellos es soberano sobre su propio territorio y, por lo
tanto, no puede verse afectado por el resto de los Estados, que también ejercen su
autoridad, respecto de su propio espacio de incumbencia. La limitación de los propios
deseos de poder y de expansión asegura, de alguna manera, que los otros Estados
respeten la integridad del espacio soberano ajeno. Se trata de un esquema que procura la
pacífica coexistencia de Estados con intereses distintos, y no todavía de objetivos
comunes.
Se suele fijar el origen específico en este momento porque se estima que la igualdad
jurídica de los Estados establece un control de los intentos hegemónicos de los más
poderosos para brindar un entramado normativo que solamente puede surgir del acuerdo
entre entidades que se hallan en un perfecto balance. La consagración de la Paz de
Westfalia como instancia de nacimiento implica pensar al “nuevo” ordenamiento
jurídico como un sistema descentralizado, horizontal, donde los Estados son los sujetos
que crean las normas mediante el libre acuerdo de voluntades y en el que no hay
instancia superior que pueda ejercer el control. Las diferencias reales entre Estados
quedan disimuladas bajo un velo de equiparación que constituye una ficción efectiva
que seguirá signando el derecho internacional hasta nuestros días. El modelo
westfaliano, en síntesis, responde a una lógica de coordinación que llamaremos
parataxis, dado que representa un régimen autorregulatorio en el que los Estados
mismos participan de la formulación de las reglas y resultan sus propios sujetos
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La llamada Sociedad de las Naciones fue creada por un acuerdo de voluntades, que
encabezó el Tratado de Versalles de 1919. Fue el resultado de un esfuerzo tendiente a
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Desde sus cimientos la ONU traduce una lógica asentada en una visión westfaliana del
derecho internacional. Ese balance inter pares se descubre, con considerable influencia,
en la composición de la Asamblea General –el órgano deliberativo de la Organización–,
en la que todos los miembros de la ONU pueden participar (art. 9.1) y en la que cada
uno de ellos tiene derecho a un voto (art. 18.1). El régimen “democrático” creado por la
Carta cuando da espacio a todos los miembros en una instancia de igualdad de derecho
les otorga, en cambio, a las resoluciones de la Asamblea General un simple carácter no
vinculante, que se limita a hacer “recomendaciones” ( art 10)
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Los otros diez miembros, que ocupan un asiento en el Consejo de modo transitorio,
estos cinco miembros permanentes cuentan además con el llamado “derecho de veto”,
instrumento a través del cual cualquiera de ellos puede impedir que el Consejo de
Seguridad tome decisiones, incluso cuando se cuente con el voto afirmativo de los otros
catorce integrantes del órgano, el Consejo de Seguridad puede emitir meras
recomendaciones (capítulo vi), pero puede –y he aquí su principal instrumento de
acción– también tomar decisiones obligatorias (capítulo vii), que impliquen o no el uso
de la fuerza contra un Estado.
La acción que el Consejo de Seguridad puede llevar adelante en el marco del artículo 42
de la Carta, que autoriza el empleo de la fuerza armada contra un Estado, ha llevado a
numerosos doctrinarios a considerar que el tratado supone una delegación en dicho
órgano de un derecho que los Estados pasan a prohibir para sí mismos: en efecto, el
artículo 2.4 del mismo acuerdo establece que los miembros de la ONU “se abstendrán
de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la
independencia política de cualquier Estado, o en cualquier otra forma incompatible con
los Propósitos de las Naciones Unidas.
El derecho que regía los vínculos entre Estados se extendió hasta cubrir temáticas que,
hasta ese momento, habían quedado relegadas al ordenamiento interno. El avance de la
normativa siempre encontró fundamento en la voluntad común de los Estados que
estaban dispuestos.
Con la instauración de las Naciones Unidas como foro de negociación entre sus
miembros, se ha fomentado la discusión jurídica sobre temas que, hasta ese momento,
no habían sido regulados de modo preciso (derechos humanos, derecho ambiental,
derecho internacional penal, derecho comercial internacional, derecho del espacio
ultraterrestre, etc.) o que habían dependido de normas consuetudinarias no siempre
reconocidas abiertamente por los Estados. En este último caso, la labor de la Comisión
de Derecho Internacional (CDI) ha permitido que, mediante la codificación, se
aprobaran textos convencionales basados en obligaciones establecidas por vía de la
costumbre, en áreas como el derecho del mar, las relaciones diplomáticas y consulares.
A este complejo abanico temático se suma la frecuente intervención en el ámbito
internacional de nuevos actores no estatales.
Se distingue la llamada corriente voluntarista, que aúna a quienes sostienen que este
ordenamiento se explica esencialmente por la voluntad del Estado; ello ocurre o bien
porque se entiende que hay una autolimitación en la medida en que cada Estado
manifiesta discrecionalmente su consentimiento ante los otros (G. Jellinek), o bien
porque se funda en la consolidación de una voluntad común (Vereinbarung) que surge
de la coincidencia y fusión de las voluntades individuales concurrentes de los Estados
(H. Triepel)
Por el otro lado, se encuentran los partidarios de la corriente objetivista, que manifiestan
que el derecho internacional encuentra su razón de ser en consideraciones
independientes de la decisión estatal.
UNIDAD 2
La ONU es una organización internacional creada por los estados a través de un tratado
constitutivo, conocido por carta de las Naciones Unidas, o carta de San Francisco, y
forma una estructura política internacional capaz de transformarse e incluso podría
jurídicamente desaparecer.
6. Establecimiento de una paz entre todas las naciones que les permita vivir en
seguridad dentro de sus fronteras y libre a los hombres del miedo y la necesidad
8. Renuncia al uso de la fuerza y desarme de los vencidos como primer paso para
un sistema de seguridad general permanente.
El fruto final de la conferencia de San Francisco fue la carta de las Naciones Unidas,
firmada el 26 de junio de 1945, y el estatuto del tribunal Internacional de Justicia, que
figuraba como anexo a la misma. Los trabajos de la conferencia de San Francisco están
recogidos en los documentos de aquella publicados por la propia ONU en el año 1945.
Desde el punto de vista formal es innegable que nos encontramos ante un tratado
internacional; no obstante este ofrece algunas particularidades especiales, como son la
necesidad para su entrada de vigor de que fuera ratificado por los llamados cinco
grandes de la organización - los miembros permanentes del Consejo de Seguridad- (Art
110), exigencia que se reproduce para la entrada en vigor de las reformas (art 108) y de
las revisiones (art 109 inc 2). A ello se suma otra peculiaridad relativa a la superioridad
de la carta respecto a los demás tratados concluidos por sus miembros. Según se ha
dictado, el artículo 103 de la carta prescribe que “ en caso de conflicto entre las
obligaciones contraídas por los miembros de las Naciones Unidas en virtud de la
presente carta y sus obligaciones contraídas en virtud de cualquier otro convenio
internacional, prevalecerán las obligaciones impuestas por la presente carta”.
“Las reformas a la presente carta entrarán en vigor para todos los miembros de las
Naciones Unidas cuando hayan sido adoptadas por el voto de las dos terceras partes de
los miembros de la asamblea general y ratificadas, de conformidad con sus respectivos
procedimientos constitucionales, por las dos terceras partes de los miembros de las
Naciones Unidas, Incluyendo a todos los miembros permanentes del Consejo de
Seguridad”.
Los propósitos y los principios son, pues, las ideas básicas que han de orientar la
actuación de los órganos y de los miembros de las Naciones Unidas, cómo lo confirma
la propia carta en los artículos 14 ( en relación con los Estados); 24, párrafo 2 ( en
relación con el consejo de seguridad); y 52, párrafo 1 ( en relación con los acuerdos y
organismos regionales).
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Por otra parte, en cuanto los propósitos son los grandes objetivos de las Naciones
Unidas, presentan un interés extraordinario para la interpretación teleológica de la carta
y para la individualización de las competencias implícitas de la organización.
Respecto de los principios, no sólo encontramos en ellos las pautas de conducta a las
que deben ajustarse tanto los miembros como la propia organización, sino que, además,
cabe agregar el dato de que el incumplimiento de los mismos puede acarrear la
expulsión de la organización del estado infractor en virtud del artículo 6.
Así, los principios han sufrido a lo largo de los años de vigencia de la carta una doble
ampliación vertical y horizontal. Vertical por cuanto en su mayor parte han pasado a
convertirse en los principios fundamentales del orden internacional, adquiriendo un
valor jurídico que casi puede denominarse de constitucional en el ordenamiento jurídico
internacional. Horizontal por cuanto dichos principios han ido desarrollándose,
modulando y ampliándose en su contenido conforme ha ido evolucionando la
comunidad internacional y los valores predominantes en la misma. En este sentido
adquiere especial relevancia la actuación de la asamblea general, quien tiene atribuido
en el artículo 10 un poder general de deliberación que le ha ido permitiendo realizar
dicha labor.
Preámbulo de la Carta
Hay que señalar que la falta de obligatoriedad del preámbulo de la carta no supone que
este carezca por completo de relevancia jurídica, puesto que el preámbulo de un tratado
forma parte del contexto que ha de tenerse en cuenta a los efectos de una correcta
interpretación de las cláusulas convencionales.
Artículo 1
4. Servir de centro que armonice los esfuerzos de las naciones por alcanzar estos
propósitos comunes.
El segundo propósito de las Naciones Unidas tiene un contenido más amplio, según se
desprende de su propio enunciado, ya que al respecto a la autodeterminación de los
pueblos se nos presenta como base para fomentar entre las naciones relaciones de
amistad, objetivo que aparece englobado en el tomar medidas adecuadas para fortalecer
la paz universal.
Este énfasis puesto en la soberanía se explica por el contenido del propósito en el que
pueden distinguirse dos grandes Campos abiertos a la cooperación: las materias
económicas, sociales, culturales y humanitarias, que en la práctica de la organización
han pasado a integrarse en el objetivo global del desarrollo y, a su lado, los derechos
humanos y las libertades fundamentales de las personas. En ambos aspectos, los
objetivos de las Naciones Unidas aparecen perfilados con mayor nitidez y energía en el
artículo 55 de la carta, en el que nos dice también que la organización los provera: “con
el propósito de crear las condiciones de estabilidad y bienestar necesarias para las
relaciones pacíficas y amistosas entre las naciones, basadas en el respeto al principio
de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos” .
Este principio presenta dos aspectos muy relacionados entre sí. En primer término, se
proclama en el que los estados miembros conservan su soberanía, sobre la que
precisamente se sustenta la organización.
El segundo aspecto de este principio es la igualdad jurídica entre los estados soberanos,
y también se remonta históricamente a los orígenes de la comunidad internacional de los
estados. No se trata, pues, de una igualdad fáctica, como se desprende del preámbulo de
la carta, que se refiere a la igualdad de las Naciones grandes y pequeñas.
El principio de la buena fe
Este principio se conoce en la resolución 2625 como el principio de que los estados
cumplirán de buena fe las obligaciones contraídas por ellos de conformidad con la carta,
título que parafrasea los términos del artículo 2 párrafo 2.
sustituir la expresión los miembros de la organización por la de los estados, cambio este
que apunta a la universalidad del principio.
Debe anotarse que la resolución 2625 incluye en el enunciado de este principio ciertas
reglas complementarias que, En rigor, se encuadraría en mejor en otros. Entre ellas
destacaremos dos:
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El artículo 2, párrafo cinco, de la carta impone a los Estados miembros dos obligaciones
complementarias al establecer que:
“La organización hará que los estados que no Son miembros de las Naciones Unidas se
conduzcan de acuerdo con Estos principios en la medida que sea necesaria para
mantener la paz y la seguridad internacionales”.
El párrafo 6 sólo tiene sentido por la vocación universal y la propia razón de ser de la
organización, en las que, además, se fundan las obligaciones jurídicas para terceros
estados, que él sólo tener del texto sería incapaz de explicar.
“Ninguna disposición de esta carta autorizará a las Naciones Unidas a intervenir en los
asuntos que son esencialmente de la jurisdicción interna de los estados ni obligará a
los miembros a someter dichos asuntos a procedimiento de arreglo conforme a la
presente carta; pero este principio no se opone a la aplicación de las medidas
coercitivas previstas en el capítulo VII”.
La idea de que existen una esfera de materias en las que, en virtud de la soberanía del
estado, no puede penetrar la actuación de los órganos internacionales arraiga en la
práctica internacional a medida que el peligro real de esta penetración se va haciendo
más manifiesto.
Hay tres principios en la resolución 2625 (XXV) que no están expresamente recogidos
en el artículo 2 de la carta de las Naciones Unidas, son:
Junto a ellos, podemos identificar en la práctica más reciente otros principios que
podemos considerar consagrados, entre los que destaca el principio del respeto de los
Derechos Humanos.
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Por último, existen diversos valores que día a día van cogiendo más relevancia en las
relaciones internacionales y que, más que principios autónomos podemos hablar de
ellos como valores moduladores de los principios existentes, como es el caso de la
protección del medio ambiente, la democracia o la economía de Mercado.
El principio de la no intervención
El texto sigue con una serie de supuestos de intervención ilegítima, como son el uso de
medidas económicas, políticas o de cualquier otra índole con un propósito coactivo, o
incluso el uso de la fuerza para privar a los pueblos de su identidad nacional.
El mayor mérito del enunciado de este principio estriba en que lo concibe como una
obligación de alcance universal y de contenido general - es decir, no limitada a la
cooperación en el ámbito económico y social que constituye el objeto del tercer
propósito de las Naciones Unidas- de cooperar en orden al mantenimiento de la paz. De
acuerdo con el párrafo primero:
a. Establece que los estados deben cooperar con otros estados en el mantenimiento
de la paz y la seguridad internacionales, omitiendo toda referencia al aspecto
institucional, esencial en esta cuestión y dejando sin aclarar si éste deber cubre
sólo la acción coyuntural o también la cooperación para el cambio Pacífico.
b. Fórmula en términos muy laxos El Deber de cooperar para promover el respeto
universal de los Derechos Humanos, lo cual, Unido al extenso desarrollo que
recibe en la resolución el principio de la no intervención, resulta significativo de
un cambio de óptica con respecto a la carta, cuyo preámbulo concede un lugar
preferente a los derechos y a la dignidad de las personas.
c. Reafirma que los principios de la igualdad soberana y de la no intervención se
aplican en las relaciones internacionales en las esferas económicas, social,
técnica y comercial.
d. Parafrasea los términos del artículo 56 de la carta, pero sustituyendo la
referencia que en él se hace a los propósitos del artículo 55 por el inciso “de
conformidad con las disposiciones pertinentes de la carta”, Innovación que o
bien Es de estilo, Y entonces cabe preguntarse qué necesidad habría de repetir
aquí los términos de una disposición que es obligatoria por sí misma, o bien
indica que la obligación en cuestión se extiende a otras esferas, supuesto en el
que resulta enigmática la relación de este párrafo con él a) y con el párrafo 5 del
artículo 2 de la carta.
Todos los pueblos tienen el derecho de determinar libremente, sin injerencia externa, su
condición política y de conseguir su desarrollo económico, social y cultural, y todo
estado tiene el deber de respetar este derecho de conformidad con las disposiciones de la
carta.
En los actos que se realizan en la resistencia que oponen a contra esas medidas de fuerza
con el fin de ejercer su derecho a la libre determinación, sales pueblo podrán pedir y
recibir apoyo de conformidad con la carta y, en particular, con sus propósitos y
principios. Este inciso da por supuesto que los pueblos disfrutan un derecho de
resistencia frente al estado opresor, en la que no hay que ver una manifestación del
derecho inmanente de legítima defensa como excepción a la prohibición del uso de
fuerza, sino, más simplemente la corroboración de que esa previsión va dirigida a los
Estados y no a los pueblos.
Con relación a la dimensión interna del principio de libre determinación de los pueblos,
podemos afirmar que en los supuestos de pueblos constituidos en estado integrados de
un estado democrático que reconozca su existencia y les permita participar plenamente
en la expresión de la voluntad política y en el gobierno, el principio se traduce en una
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Junto a los principios consagrados encontramos una serie de valores que la comunidad
internacional en su conjunto va asumiendo como compartidos por todos y que, si bien
en ocasiones es difícil defender que constituyen principios en sí mismos, Sin lugar a
dudas si modulan o influyen en los principios reconocidos Y antes mencionados. Entre
sus valores encontramos la protección del medio ambiente, la democracia y la economía
de Mercado.
El estatus de miembro de las Naciones Unidas suponen gozar de todos los derechos y
estar sometidos a todas las obligaciones dimanantes de la carta.
La carta de las Naciones Unidas hace una distinción entre miembros originarios (art 3) y
admitidos (art 4). La distinción sólo tiene efectos respecto al procedimiento de
admisión, pues ambas categorías de miembros gozan de los mismos derechos y están
sometidos a las mismas obligaciones, ya que los derechos especiales de los miembros
permanentes del Consejo de Seguridad no derivan de la pertenencia a una u otra
categoría.
Miembros originarios
El artículo 3 de la carta nos dice que: “son miembros originarios de las Naciones
Unidas los estados que habiendo participado en la conferencia de las Naciones Unidas
sobre organización internacional celebrada en San Francisco, o habiendo firmado
previamente la declaración de las Naciones Unidas el 1 de enero de 1942, suscriban
esta carta y la ratifiquen de conformidad con el artículo 110” .
Miembros admitidos
Los miembros admitidos son todos aquellos que han ingresado en ingresen en las
Naciones Unidas por medio de procedimiento que se estipula en el artículo 4 de la carta.
El artículo cuarto de la carta, en su inciso 1, nos dice que:“Podrán ser miembro de las
Naciones Unidas todos los demás estados amantes de la paz, que acepten las
obligaciones consignadas en esta carta y que, a juicio de la organización, esté
capacitado para cumplir dichas obligaciones y que se hallen dispuestos a hacerlo” .
Del referido artículo se desprende que para entrar en la organización como miembro
admitido se requieren 5 condiciones que brevemente examinaremos:
1. El de ser un estado. Los órganos de las Naciones Unidas han interpretado esta
primera condición en un sentido amplio, bastando la comprobación del hecho de
que tenga los elementos de un estado y que sus gobiernos, por ser lo
suficientemente independientes, puedan cumplir las obligaciones dimanantes de
la carta.
2. La segunda condición es que el estado sea amante de la paz. El significado de
este término está lleno de contenido político y dista mucho de ser un concepto
jurídico.
3. Otra de las condiciones es la de aceptar las obligaciones consignadas en la carta.
Es en cierto sentido superflua, pues la adhesión al Tratado supone que se
acepten dichas obligaciones. Solamente para los casos de neutralización u otros
similares, te llevan por su condición intrínseca la imposibilidad de cumplir
dichas obligaciones, el precepto cobra significación.
4. La penúltima condición es que los estados estén capacitados para cumplir dichas
obligaciones. Este es un concepto de carácter subjetivo, que deberá ser estudiado
en cada caso por los órganos competentes para la admisión y después de ello
hacerlo constar así.
5. Una última condición tiene también carácter subjetivo, más subjetivo aun que la
anterior, y deberá ser interpretada también por los órganos competentes. Se trata
de que el estado, estando capacitado para cumplir las obligaciones, se halle
dispuesto a hacerlo.
Las cinco condiciones enumeradas son las únicas que deben tenerse en cuenta por los
miembros de la ONU para votar en favor o en contra de la admisión de un nuevo
miembro-
Derecho Internacional Público 40
VIRGILE A. / RODRÍGUEZ A.
El procedimiento de admisión
Además de cumplir los futuros miembros las cinco condiciones examinadas, se requiere
que se sometan a un procedimiento de admisión de orden procesal, que está recogido en
el artículo 4, número 2, de la carta y dice: “La admisión de Tales estados como
miembros de las Naciones Unidas se efectuará por decisión de la asamblea general y
recomendación del Consejo de Seguridad”.
Intervienen para la admisión dos órganos de las Naciones Unidas que deliberan por
separado, mediante un acto complejo, ya que se requieren dos declaraciones de voluntad
para que la admisión se realice.
“Todo miembro de la Organización de las Naciones Unidas que haya sido objeto de
acción preventiva o coercitiva por parte del Consejo de Seguridad podrá ser
suspendido por la asamblea general, recomendación del Consejo de Seguridad, del
ejercicio de los derechos y privilegios inherentes a su calidad de miembro.El ejercicio
de Tales derechos y privilegios podrá ser restituido por el consejo de seguridad”.
La práctica de la ONU no nos ofrece ningún caso claro en que haya tomado
jurídicamente esta medida de suspensión, lo que favorece el mantenimiento de la tesis
de carácter facultativo de dicha medida. Esta debe ser tomada por la asamblea general
pero a recomendación del Consejo de Seguridad, lo que supone un poder discrecional
de la asamblea limitado en la práctica por la preceptiva recomendación del Consejo.
Otra precisión de carácter general se hace necesaria y nos viene dada por los artículos
60; 85 número 2, y 83 número 3, respecto a la subordinación del Consejo económico y
social y del Consejo de administración fiduciaria a la asamblea general y parcialmente
de esta última al consejo de seguridad.
Ello nos permite distinguir dentro de los seis órganos principales de las Naciones
Unidas, definidos como tales por el artículo 7, diversas categorías según su mayor o
menor autonomía.
Junto a los tres órganos anteriores existen dos cuya autonomía es dudosa. Me refiero al
consejo económico y social y al de la administración fiduciaria. Respecto al ECOSOC,
Derecho Internacional Público 42
VIRGILE A. / RODRÍGUEZ A.
la falta de autonomía es evidente, lo confirman los artículos 62, 63, 64 y 66. Otro tanto
cabe decir del Consejo de administración fiduciaria, que ayudará a la asamblea, bajo la
autoridad de esta, en el desempeño de las funciones de inmanentes de la administración
fiduciaria y al consejo de seguridad en lo referente a las zonas estratégicas que, aún más
claramente dice que se aprovechará con la ayuda del Consejo de administración
fiduciaria.
Finalmente es calificado como órgano principal por la carta del secretario general, pero
su autonomía de derecho es muy reducida y sus funciones están configuradas con el
carácter de auxiliares, ya que se le encomienda la misión de ser secretario de la
asamblea general y de los tres consejos y si annia de qué: “desempeñará las demás
funciones que le encomiende en dichos órganos (art 98)”.
La Asamblea General
Las decisiones en cuestiones importantes, que son las enumeradas en el artículo 18,
número 2, de la carta, serán tomadas por la mayoría de dos tercios de los miembros
presentes y votantes. En el resto de las cuestiones rige la regla de la simple mayoría de
presentes y votantes.
El consejo de seguridad
El funcionamiento está previsto que pueda hacerse de forma permanente, para lo cual
los estados miembros deben tener en todo momento un representante en la sede de la
ONU. Este órgano celebra reuniones periódicas y es frecuente que se reúna con carácter
de urgencia dada sus competencias relativas al mantenimiento de La Paz.
Derecho Internacional Público 44
VIRGILE A. / RODRÍGUEZ A.
Ello lleva aparejado que si uno solo de estos miembros permanentes vota en contra,
Aunque el resto de los miembros del Consejo lo haga favor, no hay decisión sobre la
cuestión planteada. Esta regla que eufemísticamente se denomina unanimidad de las
grandes potencias es conocida generalmente por derecho de veto.
Contra el uso y el abuso del veto se ha procurado buscar algunos remedios. Son estos
los siguientes:
Además tiene competencias concurrentes con la asamblea general, sobre las siguientes
cuestiones:
El tribunal está formado por 15 jueces o magistrados elegidos por 9 años y con
posibilidad de reelección por la asamblea general y el consejo de seguridad. Estos
órganos se manifestarán por mayoría absoluta de votos y votaciones independientes,
sobre una lista propuesta por los grupos nacionales del tribunal permanente de arbitraje.
Estas elecciones se celebran cada tres años y afectan a cinco magistrados.
En las tareas del ECOSOC, pueden participar, sin derecho a voto, los estados no
miembros del Consejo particularmente interesados (artículo 69), y también
representantes de los organismos especializados (artículo 70) y ciertas organizaciones
no gubernamentales que tengan reconocido estatuto consultivo (artículo 71).
Se reúne Generalmente dos veces al año en Nueva York y Ginebra y sus sesiones duran
aproximadamente un mes. Las decisiones se adoptan por mayoría de los miembros
presentes y votantes (artículo 67).
d. Está capacitado para tramitar las comunicaciones sobre los derechos humanos y
al respecto el propio consejo tomó su resolución 75, por la cual se reconocía el
poder de tramitar las denuncias por violación de estos derechos.
e. Está facultado para formular proyectos de convención en materia de sus
competencias para someterlos a la asamblea general.
f. Podrá convocar conferencias internacionales en asuntos de su competencia.
g. Podrá concertar acuerdos con los organismos especializados Aunque dichos
acuerdos estarán sujetos a la aprobación de la asamblea general ( Artículo 63).
h. Tiene misión de coordinar las actividades de los organismos especializados
mediante consultas o haciendo recomendaciones a estos, a la asamblea general
oa los miembros de las Naciones Unidas.
i. Podrá tomar medidas para obtener informes periódicos de dichos organismos
especializados y comunicar a la asamblea sus observaciones sobre los mismos
(artículo 64).
j. Suministrará información al Consejo de Seguridad y le prestará ayuda si así lo
solicita.
k. Tiene facultad de darse su propio reglamento interno (artículo 72).
l. Puede establecer condiciones de orden económico y social para la promoción de
los derechos humanos y demás que crea necesarias (artículo 68).
durante la etapa inicial de ese conflicto armado, el Consejo de Seguridad había logrado
recomendar a los Estados Miembros de las Naciones Unidas que proporcionarán a la
República de Corea “la ayuda que [pudiera] ser necesaria para repeler el ataque
armado y restablecer la paz y la seguridad internacionales de la región” (resolución 83
(1950) de 27 de junio de 1950). Esa resolución pudo aprobarse porque, en ese momento,
la URSS estaba boicoteando las sesiones del Consejo de Seguridad para conseguir que
el puesto permanente correspondiente a China fuera ocupado por el Gobierno comunista
de Beijing. La URSS dio por supuesto que su ausencia impediría al Consejo de
Seguridad cumplir con sus funciones, dado que en el párrafo 3 del Artículo 27 de la
Carta se establece que las resoluciones sustantivas del Consejo de Seguridad requieren
el voto afirmativo de nueve miembros, “incluso los votos afirmativos de todos los
miembros permanentes”. No obstante, la mayoría de los miembros del Consejo de
Seguridad opinaron que la ausencia de la sala de reuniones no era un impedimento para
que ese órgano fundamental de las Naciones Unidas actuara legítimamente, opinión que
luego fue ratificada por la Corte Internacional de Justicia. En vista de que sus protestas
no daban resultado, a partir de agosto de 1950 la URSS volvió a enviar una delegación a
las sesiones del Consejo y votó en contra de un proyecto de resolución patrocinado por
los Estados Unidos de América en que se condenaba a las autoridades norcoreanas por
su persistente desafío a las Naciones Unidas. A fin de salir del estancamiento, los
Estados Unidos, liderados por el Secretario de Estado de Relaciones Exteriores, Dean
Acheson, lograron persuadir a la Asamblea General de que, en virtud de lo dispuesto en
el Artículo 14 de la Carta, debía reclamar para sí una responsabilidad subsidiaria en
relación con la paz y la seguridad internacionales. El resultado de esas gestiones fue la
resolución 377 A (V).
Es obvio que el elemento central de la resolución 377 A (V) era la afirmación de que la
Asamblea General podía, si lo consideraba necesario, recomendar la adopción de
medidas colectivas, incluido el uso de la fuerza. En este sentido fundamental, la
resolución sólo se ha aplicado una vez, en la crisis de Corea. En su resolución 498 (V),
de 1° de febrero de 1951, la Asamblea General comprobó que la República Popular
China había cometido una agresión en Corea (párr. 1) y “[exhortó] a todos los Estados
y autoridades a que [siguieran] prestando toda colaboración posible a la acción de las
Naciones Unidas en Corea” (párr. 4), lo que significaba, por supuesto, la prestación de
asistencia militar. La resolución no hace referencia expresamente a la resolución “Unión
pro paz”, pero pone de relieve que, “debido a la falta de unanimidad de sus miembros
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VIRGILE A. / RODRÍGUEZ A.
UNIDAD 3
Las fuentes del derecho internacional público. Noción y tipos de fuentes. Dualidad de
fuentes. Normas dispositivas e imperativas. La costumbre internacional. Elementos.
Costumbre bilateral, regional, universal; prueba. Codificación y desarrollo progresivo.
mencionados en el citado artículo 38, cómo ocurren - por ejemplo- con una parte del
formado en el seno de las organizaciones internacionales por medio de resoluciones,
recomendaciones, etc.
Una última interrogante principal plantea el artículo 38 del estatuto del tribunal
Internacional de Justicia. Me refiero a si el orden de numeración supone o no una
jerarquía entre las fuentes o, dicho en otros términos, si el juez debe preferir un tratado
o una costumbre o está a un principio general del derecho. La cuestión se plantea
también en la mayoría de los ordenamientos internos: pero en estos se establece
Generalmente una primacía a favor de la ley. En derecho internacional, por el contrario,
no creo pueda mantenerse la existencia a priori de una jerarquía entre Fuentes.
Por último, la igualdad de Rango es acorde con la práctica judicial, con la propia
estructura descentralizada del derecho internacional, si se la compara con los
ordenamientos internos, y con su evidente falta de formalismo en la creación y
aplicación de las normas.
Los orígenes de los principios generales del derecho y su inclusión en el estatuto del
tribunal Internacional de Justicia.
Derecho Internacional Público 54
VIRGILE A. / RODRÍGUEZ A.
La acogida de los principios generales del derecho entre las fuentes del derecho
internacional se mantuvo de forma tajante por el comité de los diez, que elaboró el
texto del estatuto del tribunal permanente de Justicia internacional.
Los principios generales a los que pretendía hacer especial referencia en el artículo 38.1
c) del estatuto eran los que podemos denominar principios generales del derecho, es
decir, principios que están presentes en todos los ordenamientos jurídicos y,
lógicamente, también en el derecho internacional con las consiguientes adaptaciones.
Lo cierto es que, en realidad, los principios generales han presentado un papel menor en
la jurisprudencia internacional salmo en los aspectos procesales, gracias al depurado
desarrollo de este campo científico en los ordenamientos internos.
Sobre cuáles sean en concreto los principios generales in foro domestico que han sido
recibidos por el derecho internacional, recogemos la enumeración de los mismos hecha
por Guggenheim y qué son los siguientes:
Junto a los principios in foro domestico Qué son los que tienen su origen en una
convicción jurídica reflejada en la generalidad de los ordenamientos jurídicos y que tras
su constatación y correspondiente adaptación a las características del derecho
internacional son reconocidos como tales en las categorías de principios internacionales,
existen otros principios generales propiamente internacionales, tales como la primacía
del tratado internacional sobre la ley interna, el principio de la continuidad del estado, el
de que en materia de responsabilidad internacional la indemnización debe ser apreciada
en función de la realización efectiva del daño, la regla del agotamiento previo de los
recursos internos antes de acudir a la vía internacional y algunos otros relativos a la
conducta en la guerra marítima, cuya enumeración atinada y fundada hace Rousseau.
La costumbre internacional
Entendemos por costumbre internacional la expresión de una práctica seguida por los
sujetos internacionales y generalmente aceptada por éstos como derecho, tal como se
recoge en el apartado B del artículo 38 del estatuto. De lo anterior se desprende que la
costumbre está formada por dos elementos:
Por otro lado, existe una amplia corriente doctrinal bebé en la costumbre la clave para
los estudios de la fundamentación del derecho internacional. Abarcan a todos aquellos
que afirman que la norma consuetudo est servanda es la norma base del derecho
internacional; por ejemplo, una parte de la doctrina italiana mantenía: “implícita o
explícitamente que muchos de los problemas inherentes a la determinación del carácter
y el fundamento del ordenamiento Internacional podían encontrar su solución a través
de un análisis riguroso de la naturaleza y de la posición en el sistema de la costumbre
internacional” .
Los estados continúan siendo los principales creadores de la costumbre, sobre todo en
sus relaciones mutuas, pero también a través de su práctica en el seno de las
Derecho Internacional Público 56
VIRGILE A. / RODRÍGUEZ A.
El elemento material
Respecto al tiempo necesario para que la práctica pueda ser considerada como
constitutiva del elemento material, en el derecho internacional clásico siempre se
subrayó la importancia de la antigüedad de la práctica como factor muy a tener en
cuenta en el momento de la prueba de la existencia de la costumbre; en el derecho
internacional contemporáneo, por el contrario, se ha afirmado la viabilidad de la
costumbre instantánea. El tribunal no adoptado ninguna de estas dos posturas extremas,
sino que ha señalado, en su sentencia en los casos de la plataforma continental del mar
Norte, que el hecho de que no haya transcurrido más que un breve periodo de tiempo no
constituye necesariamente en sí mismo un impedimento para la formación de una nueva
Norma de derecho internacional consuetudinario surgida de una norma de origen
puramente convencional.
Las costumbres generales tienen ámbito universal y obligan en principio a todos los
estados, salvo que se hayan opuesto a la misma en su periodo de formación de manera
inequívoca y expresa (regla de la objeción persistente). Por tanto, el litigante que se
oponga a que le sea aplicada una costumbre general deberá probar que la ha rechazado
en el período de formación, recayendo sobre el la carga de la prueba (onus probandi).
Un problema particular es el relativo así las costumbres son obligatorias para los estados
que no han participado en su formación ni se han opuesto por qué en dicho momento no
habían accedido a la independencia y, consiguientemente, no podían hacerlo. Frente a
la tesis de la obligatoriedad general estaba la de los países de más reciente
independencia que admitían el derecho internacional general salvo aquellas normas que
perjudicaban sus intereses.
Las costumbres regionales son aquellas que han nacido entre un grupo de Estados con
características propias. Cabe hablar de ellas, por ejemplo, en el ámbito de Iberoamérica
o en el de la Unión Europea. Las referidas costumbres, en caso de un litigio
internacional, habrán de probarse por las partes que las alegan. El tribunal, en el caso
del derecho de asilo, dijo al respecto: “La parte que invoca una costumbre de esta
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naturaleza debe probar que se ha constituido de tal manera que se ha hecho obligatoria
para la otra parte”.
Efecto declarativo
En algunos casos, no es necesario que el tratado entre en vigor para que produzca este
efecto declarativo o cualquier otro efecto, pudiendo valer como prueba de la existencia
de una costumbre el simple acuerdo general oficios o mantenido durante cierto tiempo y
sobre un determinado contenido de conducta en el seno de una conferencia codificadora
de ámbito universal, siempre que la práctica coetánea haya sido respetuosa con dicho
acuerdo.
Efecto cristalizador
En este supuesto, la norma así cristalizada obliga en el plano consuetudinario a todos los
estados que no se haya opuesto expresamente a la misma, y en el plano convencional a
todos los estados partes en el tratado participantes en el proceso codificador. Caso de la
plataforma continental del mar del Norte.
Las normas jurídicas se crean y expresan a través de determinados “medios” los cuales
se denominan “fuentes de derecho”o “fuentes jurídicas”
Se trata de un concepto ambiguo que nos lleva a referirnos a las fuentes materiales y a
las formales.
Las fuentes materiales son los fundamentos extrajurídicos de una normas jurídica, es
decir, las causas que la motivan u originan.
Derecho Internacional Público 63
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Las fuentes formales, e n sentido restringido, serían los medios o procesos para la
creación del derecho; en sentido amplio, serían aquellas “a través de las cuales el
derecho se manifiesta y fórmula y en razón de ser su expresión visible y concreta, se
definan como los modos de verificación de la existencia de normas jurídicas”
Las fuentes principales, creadoras del derecho internacional en general son los tratados
internacionales, la costumbre internacional y los principios generales del derecho. La
doctrina y la jurisprudencia son fuentes o medios auxiliares, no creadoras de derecho.
Enunciacion
Se acepta que el punto de partida para la enunciación de las fuentes del derecho
internacional es el artículo 38 del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia aunque
no haga referencia a la palabra “fuente”
“Artículo 38
1. La Corte, cuya función es decidir conforme al derecho internacional las
controversias que le sean sometidas, deberá aplicar:
Fuentes principales:
Los tratados internacionales son acuerdos de voluntades entre dos o más sujetos de
derecho internacional con capacidad para celebrar tratados, con el fin de crear,
modificar o extinguir derechos u obligaciones internacionales regidos por el derecho
internacional.
Los principios generales del derecho son postulados, máximas rectoras del derecho en
general, que se encuentran en todos los ordenamientos jurídicos internos, en el sistema
jurídico de todos los Estados. La referencia al reconocimiento por parte de las “naciones
civilizadas” hoy es vista como redundante; en sus orígenes pretendía excluir las
comunidades primitivas.
Medios auxiliares:
Para tales juristas, entonces, el artículo 38 sigue siendo taxativo, puesto que los actos
unilaterales no serían una fuente autónoma, independientemente de que puedan generar
obligaciones basadas en otra de las fuentes enumeradas de manera expresa en tal
disposición.
Jerarquia
El orden en que fueron enunciados en el ECIJ sería el orden lógico práctico en general
seguido por los tribunales internacionales al resolver una controversia. Así, los jueces
verificaron primero la existencia de tratados; segundo, las normas consuetudinarias y,
por último, los principios generales del derecho que resulten aplicables.
La jurisprudencia.
Debe entenderse, que este medio auxiliar comprende tanto las decisiones de los
tribunales judiciales como arbitrales.
Los fallos judiciales son obligatorios respecto de los casos en los que se ha dictado y
para las partes en tales asuntos pero no son obligatorios para casos futuros, tal como
acontece en el derecho anglosajón. La CIJ no posee funciones legislativas, sino
judiciales; no puede crear derecho internacional, sino resolver las controversias de
acuerdo con el derecho internacional creado ante por las fuentes reconocidas.
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Normas imperativas
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“Artículo 53. Tratados que están en oposición con una norma imperativa de derecho
internacional general ("jus cogens"). Es nulo todo tratado que, en el momento de su
celebración. esté en oposición con una norma imperativa de derecho internacional
general. Para los efectos de la presente Convención, una norma imperativa de derecho
internacional general es una norma aceptada y reconocida por la comunidad
internacional de Estados en su conjunto como norma que no admite acuerdo en
contrario y que sólo puede ser modificada por una norma ulterior de derecho
internacional general que tenga el mismo carácter. “
d) Es una norma que solo puede ser modificada por una norma imperativa posterior
La pregunta es si una norma imperativa puede ser derogada por completo por otra
norma imperativa, o si solo puede ser modificada, siguiendo la expresa letra del artículo
53 de las convenciones de Viena de 1969 y 1986.
Tales disposiciones nacieron más bien por analogía a la noción de orden público
existente en todos los ordenamiento internos de los Estados
En la práctica, resulta sumamente difícil identificar cuáles son en concreto todas las
normas imperativas. Así, los académicos han elaborado distintos métodos o criterios
para resolver la cuestión, pero a ciencia cierta ninguno de ellos es conclusivo o está libre
de criticas.
Los autores incluyen las siguientes normas como ejemplos de ius cogens
Las obligaciones erga omnes son aquellas que el Estado asume frente a la comunidad
internacional en su conjunto.
No hay acuerdo entre los juristas respecto del concepto exacto de erga omnes ni de sus
consecuencias. Por lo tanto, tampoco ha sido posible enumerar de manera exhaustiva
todas las normas erga omnes.
Las consecuencias, algunos autores ponen énfasis en la posibilidad de que los Estados
adopten contramedidas contra el Estado responsable de una violacion de una obligación
erga omnes.
De modo que, el carácter erga omnes de una norma se deriva que cualquier Estado
podría reclamar por su incumplimiento, ante un tribunal internacional, pero siempre y
cuando todos los Estados involucrados en la controversia hayan aceptado la jurisdicción
de dicho tribunal.
Toda norma imperativa constituye una obligación erga omnes, pero no a la inversa,
puesto que no todas las obligaciones erga omnes son imperativas.
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Entre los que entienden que esa regla existe se distinguen dos grupos: aquellos que
sostienen que la costumbre no es otra cosa que un tratado tácito y, por lo tanto, su fuente
de validez es pacta sunt servanda y, otros que, al no encontrar una norma en el derecho
positivo para dar fundamento a la costumbre, buscan el fundamento en una norma
hipotética fundamental, consuendo est servanda, que tiene por función instituir a la
costumbre en un método creador de derecho y la concibe como una fuente autónoma de
derecho internacional.
Por otro lado están aquellos, que entienden que la costumbre no sería creada mediante
un proceso regulado jurídicamente, sino que se presenta de manera espontánea, como
una manifestación no organizada anticipadamente. Las normas consuetudinarias
internacionales no son creadas por una fuente de derecho. Su existencia dependerá de
que puedan ser comprobadas de manera empírica y tengan efectividad en la comunidad
internacional.
¿Cuáles son los elementos que deben comprobarse empíricamente para identificar la
existencia de la costumbre? La mayoría de la doctrina entiende que intervienen dos
elementos uno material, la práctica, y uno psicológico, la convicción de que la conducta
obliga en derecho, a la que se denomina opinio iuris sive necessitatis.
La practica
Derecho Internacional Público 71
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¿ Qué es lo que consideramos como práctica? Conductas humanas que deben estar
vinculadas con las relaciones internacionales.
La doctrina no es pacífica sobre si bien deben considerarse sólo los actos de los sujetos
o también sus declaraciones. Para algunos estas últimas son una forma de práctica, para
otros se trataría de una manifestación del elemento psicológico.
La doctrina y la jurisprudencia han referido que la conducta debe ser general, constante
y uniforme. Tradicionalmente, se ha requerido que el comportamiento adquiera cierta
generalidad y que se reitere en el tiempo a fin de que pueda dar lugar a una costumbre
internacional. El elemento objetivo, la práctica de los sujetos, y por otra parte, los
elementos de uniformidad, transcurso de tiempo y generalidad que debe alcanzar la
conducta para convertirse en costumbre internacional.
La conducta de qué órganos, instituciones o personas físicas que actúen en nombre del
Estado pueden o deben tenerse en cuenta para configurar el elemento material de la
costumbre.
Algunos autores han afirmado que sólo debe considerarse la conducta de aquellos
órganos que de acuerdo con el derecho interno del Estado, tiene la capacidad de obligar
internacionalmente, circunscribiendo a quienes llevan adelante las relaciones
internacionales. Otros entienden que la conducta de aquellos que resulta atribuible al
Estado para generar responsabilidad internacional sería también la que debe tenerse en
cuenta a la hora de identificar la práctica del Estado.
La CIJ ha aceptado en el caso Plataforma Continental del Mar del Norte q ue el tiempo
puede no ser extenso “un requisito indispensable sería que durante un periodo de
tiempo en cuestión, por corto que fuera, la práctica estatal, incluida la de aquella cuyos
intereses están especialmente afectados, haya sido tanto extensiva como vinculante
uniforme”
La uniformidad
Los hechos que se le plantearon a la CIJ sobre el caso de Derecho al asilo, llevaron a
que el tribunal haya considerado que los hechos que se le plantearon presentaban tanta
discrepancia en el ejercicio de asilo diplomático que no era posible establecer un uso
constante y uniforme.
Sin embargo, en otros casos, la Corte se ha mostrado satisfecha con determinar que la
práctica era “virtualmente uniforme”, aplicando un estándar más flexible. Resulta
suficiente que la práctica resulte consistente con la regla. No es claro que nivel o medida
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La generalidad
Con relacion a la generalidad, lo que se requiere es que los Estados relevantes para una
cuestion determina participen de la practica. En este sentido puede decirse que existen
Estados que son “representativos” cuando se trata de una actividad particular
La opinio iuris diferencia a la costumbre de un mero uso o hábito. Los Estados también
realizan algunos actos por motivos que no son jurídicos, como pueden ser de índole
político. Son prácticas que se repiten pero que los estados no los realizan con la
convicción de que se trata de una obligación jurídica, sino movidos por otras
intenciones.
La CIJ ha hecho gran uso de las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones
Unidas para probar la existencia de la opinio iuris: “las resoluciones de la Asamblea
General, pueden a veces tener un valor normativo. Pueden aportar evidencia de
importancia para establecer la existencia de una norma o el surgimiento de una opinio
iuris”.
Tipos de costumbre
Costumbre general
Derecho Internacional Público 74
VIRGILE A. / RODRÍGUEZ A.
El objetor persistente
Una vez que una norma consuetudinaria de carácter general ha sido establecida, los
Estados no pueden de manera unilateral eximirse de la obligación impuesta por dicha
norma. No obstante ello, un Estado puede evitar quedar sujeto a una costumbre general
si prueba no haberse opuesto a la práctica desde su inicio, es lo que se denomina
“objetos persistente”
Un Estado que se opone antes de que la costumbre se haya desarrollado como norma
jurídica de derecho internacional general puede, en virtud de su objeción, excluirse de la
aplicación de la norma.
La práctica internacional también parece ser escasa. Un Estado que no desea que se le
aplique una costumbre preferiría basar su argumento en que tal costumbre no existe, en
vez de enrolarse en la excepción de que no resultaría de aplicación a su Estado por
tratarse de un objetor persistente.
Por último cabe señalar que esta oposición a la formación de una costumbre se torna
ineficaz cuando la norma consuetudinaria a la cual un Estado se opone tiene carácter de
ius cogens.
Se aplica sólo a un número reducido de Estados; se trata de aquellos que han participado
en su formación o bien puede probarse que participan de dichas prácticas. Suele
distinguirse entre costumbre regional y bilateral.
La costumbre regional se refiere a un grupo de Estados que han llevado adelante una
práctica particular.
La prueba de la costumbre
La carga de la prueba
El que alega una costumbre particular deberá probar que la costumbre fue establecida
de manera tal que ha devenido en obligatoria para la otra parte. Si se alega una
costumbre general de carácter evidente, frecuentemente no es necesario probarla; en tal
caso, será el Estado que sostiene su inexistencia o que aquella no lo obliga el que deberá
probar que existe práctica que la contradice, o que ha realizado actos de protesta u
objetado de manera persistente al momento de la formación de dicha norma.
Medios de prueba
la sistematización, es decir, agrupar y ordenar las normas que regulan una misma
institución jurídica.
El efecto declarativo, consiste en que la norma del tratado sea solo la declaración, la
expresión formal y por escrito de una norma de derecho consuetudinario ya existente.
Es importante recordar que el trabajo realizado por la CDI, en el que sus miembros
participan a título personal, no puede equipararse con la práctica de los Estados ni
evidencia de opinio iuris, aunque, sin duda, es un medio subsidiario para la
determinación de reglas de derecho.
Parte de la doctrina se pregunta si pueden tratarse de una nueva fuente del derecho
internacional, pero la respuesta es negativa. No existe en derecho una categoría
intermedia, algo es derecho o no lo es. El soft law no crea derecho.
Estos instrumentos cobran relevancia en el campo de la buena fe, sobre la base de esto
los sujetos de derecho no pueden contradecir sus propias conductas.
Puede servir además, como fuente material del derecho internacional, textos del soft law
pueden constituir una base para negociaciones de un tratado internacional.
Otro papel importante que juegan en relación con los tratados es que estos últimos
pueden referir o remitir a instrumentos de soft law y establecer que las partes deban
conformarse a los estándares contenidos en ellos.
El soft law puede resultar útil para la interpretación del derecho internacional.
Derecho Internacional Público 78
VIRGILE A. / RODRÍGUEZ A.
Reviste suma importancia la relación entre los instrumento de soft law y la costumbre
internacional, ya que aquellos pueden servir para la formación de normas
consuetudinarias, facilitando la evolución del derecho internacional.
Por un lado pueden constituir evidencia de la opinio iuris de los estados en la formación
de la costumbre internacional.
Pueden actuar como punto de partida para la realización de conductas por parte de los
Estados. Los mencionados estándares, que no tenían carácter de norma jurídica,
transcurrido cierto tiempo habrá devenido en costumbre internacional.
UNIDAD 4
Las fuentes del derecho internacional público (cont.) Los tratados internacionales.
Definición amplia y restringida. La Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados
y su carácter subsidiario. Etapas conducentes a la celebración de un tratado. Reservas.
Enmienda y modificación. Interpretación. Tratados y terceros estados. Nulidades.
Terminación.
Derecho Internacional Público 79
VIRGILE A. / RODRÍGUEZ A.
“El derecho de los tratados” como conjunto de normas internacionales que regulan la
celebración, aplicación, interpretación, validez y vigencia de los tratados
internacionales.
Concepto de tratado
CVDT 1969: “2. Términos empleados. 1. Para los efectos de la presente Convención:
a) se entiende por "tratado" un acuerdo internacional celebrado por escrito entre
Estados y regido por el derecho internacional, ya conste en un instrumento único o en
dos o más instrumentos conexos y cualquiera que sea su denominación particular;“
“La capacidad de una organización internacional para celebrar tratados se rige por las
reglas de esa organización” La mayoría de las organizaciones internacionales
gubernamentales poseen tal capacidad.
Los individuos y las corporaciones, al igual que las ONGs por regla general no poseen
capacidad para celebrar tratados, sino contratos.
Un tratado puede ser denominado de distintas formas, sin que ello afecte su naturaleza
jurídica: tratado, pacto, convención, convenio, estatuto, protocolo, etc
más rápido que incluye la negociación y la firma, por lo general entran en vigor el
mismo día de la firma. Estos últimos pueden subdividirse en :
- Acuerdos escritos
- Acuerdos no escritos
- Normativos, son aquellos que establecen normas generales que reglamentan las
Los tratados “en forma simplificada” alguna de estas etapas se abrevia o se subsumen
en otras. Con lo cual solo habrá negociación, adopción del texto y firma del tratado.
Toda persona que posea pleno poder puede representar a un Estado o a una organización
internacional en la celebración de un tratado.
Los plenos poderes están contenidos en un instrumento formal, solemne, por medio del
cual la autoridad competente del Estado afirma que determinada persona se encuentra
autorizada para representar a ese Estado o a la organización internacional en la
realización de ciertos actos en el marco del proceso de celebración de un tratado. Los
plenos poderes deben distinguirse de las credenciales.
Si un acto se ejecuta por una persona que no se encuentra autorizada, el acto no produce
efectos jurídicos, a menos que la entidad en cuestión conforme lo actuado por aquella
persona
El texto de un tratado en buena y debida forma, luego de ser adoptado, necesita ser
autenticado. La autenticación tiene como finalidad poner fin al proceso de negociación
y adopción del texto y dan buena fe de que ese texto es el que efectivamente fue
adoptado por los estados negociadores.
puesta por los representantes de esos Estados en el texto del tratado o en el acta final
de la conferencia en la que figure el texto”
La firma, se utiliza para autenticar el texto. El Estado negociador firma el tratado, esta
indicando que tiene la intención de obligarse en un futuro. Por ello, esta firma es
muchas veces denominada firma sujeta a ratificación.
Una vez adoptados, los tratados quedan abiertos a la firma a partir de una determinada
fecha y durante un cierto periodo.
La entrada en vigor es el momento a partir del cual el tratado comienza a surtir plenos
efectos jurídicos y a ser aplicados. Ambas convenciones establecen que
2. A falta de tal disposición o acuerdo, el tratado entrara en vigor tan pronto como
haya constancia del consentimiento de todos los Estados negociadores en obligarse por
el tratado.
De acuerdo con ella, el término “objeto” indica el contenido sustancial de la norma, las
disposiciones, derecho y obligaciones creadas por ellas; es el instrumento para lograr el
propósito del tratado. El propósito es el resultado general que las partes quieren lograr
Derecho Internacional Público 87
VIRGILE A. / RODRÍGUEZ A.
con su acuerdo. El fin no puede siempre ser explicitado, por lo que surgiría a partir de la
labor interpretativa.
CVDT 1969 “Observancia de los tratados. 26. "Pacta sunt servanda". Todo tratado en
vigor obliga a las partes y debe ser cumplido por ellas de buena fe. “se han afirmado
tres cosas: 1) un tratado es obligatorio para las partes; 2) el cumplimiento comienza a
partir de la entrada en vigencia del tratado, y 3) que el cumplimiento debe ser “de buena
fe”
“27. El derecho interno y la observancia de los tratados. Una parte no podrá invocar
las disposiciones de su derecho interno como justificación del incumplimiento de un
tratado. Esta norma se entenderá sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 46. “ En
este artículo hace referencia a que un Estado no podrá invocar disposiciones de su
derecho interno como justificación del incumplimiento de un tratado
Una cuestión que se planteó son los Estados que no podían reconocer la supremacía de
un tratado por sobre su constitución nacional. El artículo 27 deja prescripto por el
artículo 46 de la CVDT 69 que permite la anulación del tratado por vicio del
consentimiento de darse un supuesto de violacion manifiesta de una norma interna del
Estado de importancia fundamental. Por lo tanto, debido a que las convenciones de
Viena, no garantizan la supremacía de cualquier norma constitucional por sobre los
tratados, es que cobra suma importancia el control constitucional que deben hacer los
órganos internos pertinentes.
CVDT 1969: “29. Ámbito territorial de los tratados. Un tratado será obligatorio para
cada una de las partes por lo que respecta a la totalidad de su territorio, salvo que una
intención diferente se desprenda de él o conste de otro modo.”
Derecho Internacional Público 88
VIRGILE A. / RODRÍGUEZ A.
Cabe recordar que en 1970, la Asamblea General de la ONU proclamó que “El
territorio de una colonia u otro territorio no autónomo tiene, en virtud de esta Carta,
una condición jurídica distinta y separada de la del territorio del Estado que lo
Administra. En consecuencia, un tratado no debería aplicarse automáticamente a las
colonias o territorios no autónomos administrados por un Estado”
El artículo 29 abre la posibilidad que los Estados convengan que un tratado se aplique
solo a ciertas partes del territorio.
3. Cuando todas las partes en el tratado anterior sean también partes en el tratado
posterior, pero el tratado anterior no quede terminado ni su aplicación suspendida
conforme al articulo 59, el tratado anterior se aplicara únicamente en la medida en que
sus disposiciones sean compatibles con las del tratado posterior.
4. Cuando las partes en el tratado anterior no sean todas ellas partes en el tratado
posterior:
a) en las relaciones entre los Estados partes en ambos tratados se aplicará la norma
enunciada en el párrafo 3:
b) en las relaciones entre un Estado que sea parte en ambos tratados y un Estado que
sólo lo sea en uno de ellos, los derechos y obligaciones recíprocos se regirán por el
tratado en el que los dos Estados sean partes.
La modificación y la enmienda son medios utilizados por las partes de un tratado para
cambiar su contenido. A diferencia de las reservas - que son una declaración unilateral
en su formulación- tanto la modificación como la enmienda requieren de un acuerdo, de
la intervención de dos o más partes.
Modificación
CVDT las dos, “41. Acuerdos para modificar tratados multilaterales entre algunas de
las partes únicamente.
1. Dos o más partes en un tratado multilateral podrán celebrar un acuerdo que tenga
por objeto modificar el tratado únicamente en sus relaciones mutuas:
i) no afecte al disfrute de los derechos que a las demás partes correspondan en virtud
del tratado ni al cunlplimiento de sus obligaciones: y
2. Salvo que en el caso previsto en el apartado a) del párrafo 1 el tratado disponga otra
cosa, las partes interesadas deberán notificar a las demás partes su intención de
celebrar el acuerdo y la modificación del tratado que en ese acuerdo se disponga”
Enmienda
1. Salvo que el tratado disponga otra cosa, la enmienda de los tratados multilaterales
se regirá por los párrafos siguientes.
a) en la decisión sobre las medidas que haya que adoptar con relación a tal propuesta:
3. Todo Estado facultado para llegar a ser parte en el tratado estará también facultado
para llegar a ser parte en el tratado en su forma enmendada.
5. Todo Estado que llegue a ser parte en el tratado después de la entrada en vigor del
acuerdo en virtud del cual se enmiende el tratado será considerado, de no haber
manifestado ese Estado una intención diferente:
b) parte en el tratado no enmendado con respecto a toda parte en el tratado que no esté
obligada por el acuerdo en virtud del cual se enmiende el tratado”
Una vez que se adopte la enmienda en cuestión, los Estados contratantes deberán
proceder a manifestar el consentimiento en obligarse por ella.
Reservas
b) que el tratado disponga que únicamente pueden hacerse determinadas reservas, entre
las cuales no figure la reserva de que se trate; o
c) que, en los casos no previstos en los apartados a) y b), la reserva sea incompatible
con el objeto y el fin del tratado.
Artículo 59
a) se desprende del tratado posterior o consta de otro modo que ha sido intención de las
partes que la materia se rija por este tratado; o
b) las disposiciones del tratado posterior son hasta tal punto incompatibles con las del
tratado anterior que los dos tratados no pueden aplicarse simultáneamente.
Artículo 60
1. Una violación grave de un tratado bilateral por una de las partes facultará a la otra
parte para alegar la violación como causa para dar por terminado el tratado o para
suspender su aplicación total o parcialmente.
2. Una violación grave de un tratado multilateral por una de las partes facultará:
a) a las otras partes, procediendo por acuerdo unánime, para suspender la aplicación del
tratado total o parcialmente o darlo por terminado, sea:
b) a una parte especialmente perjudicada por la violación, para alegar ésta como causa
para suspender la aplicación del tratado total o parcialmente en las relaciones entre ella
y el Estado o la organización internacional autor de la violación;
Derecho Internacional Público 93
VIRGILE A. / RODRÍGUEZ A.
3. Para los efectos del presente artículo, constituirán violación grave de un tratado:
b) la violación de una disposición esencial para la consecución del objeto o del fin del
tratado.
4. Los precedentes párrafos se entenderán sin perjuicio de las disposiciones del tratado
aplicables en caso de violación.
Artículo 61
1. Una parte podrá alegar la imposibilidad de cumplir un tratado como causa para darlo
por terminado o retirarse de él si esa imposibilidad resulta de la desaparición o
destrucción definitivas de un objeto indispensable para el cumplimiento del tratado.
Suspension de tratados
Artículo 57
Derecho Internacional Público 94
VIRGILE A. / RODRÍGUEZ A.
La aplicación de un tratado podrá suspenderse con respecto a todas las partes o a una
parte determinada:
b) en cualquier momento, por consentimiento de todas las partes previa consulta con los
Estados contratantes y las organizaciones contratantes.
Artículo 58
1. Dos o más partes en un tratado multilateral podrán celebrar un acuerdo que tenga por
objeto suspender la aplicación de disposiciones del tratado, temporalmente y sólo en sus
relaciones mutuas:
i) no afecte al disfrute de los derechos que a las demás partes correspondan en virtud del
tratado ni al cumplimiento de sus obligaciones; y
2. Salvo que en el caso previsto en el apartado a) del párrafo 1 el tratado disponga otra
cosa, las partes interesadas deberán notificar a las demás partes su intención de celebrar
el acuerdo y las disposiciones del tratado cuya aplicación se proponen suspender.
UNIDAD 5
Las fuentes del derecho internacional público (cont.). Los principios generales de derecho y
su diferencia con los principios del derecho internacional. Equidad. Jurisprudencia y
doctrina. Los actos unilaterales de los estados. Las resoluciones de los organismos
internacionales: clasificación, efectos. Los planes de acción. El derecho programático o soft
Derecho Internacional Público 95
VIRGILE A. / RODRÍGUEZ A.
law. El derecho internacional público en los ámbitos nacionales. Tesis dualistas y monistas.
La jerarquía de las normas internacionales en el derecho interno del Estado: el sistema
constitucional argentino.
GONZALEZ NAPOLITANO
Los principios generales de derecho no deben ser confundidos con los denominados
principios generales del derecho internacional.
Los tratados preparatorios del artículo 38 del estatuto de la corte permanente de Justicia
internacional - predecesora de la actual Corte Internacional de Justicia- vislumbra que,
en aquellas circunstancias, se planteaba la cuestión respecto de que debían hacerlo pues
es frente a las lagunas del derecho y los supuestos de ambigüedad, justamente cuando
no se hallase reglas aplicables en los tratados ni en la costumbre internacional. El riesgo
consistía en dar la posibilidad de crear derecho a los jueces integrantes de la Corte
Permanente de Justicia internacional.
Más allá de esta cuestión relacionada con la sociología del derecho, la doctrina
mayoritaria coincide en que los principios generales de derecho como fuente del
Derecho Internacional Público 96
VIRGILE A. / RODRÍGUEZ A.
derecho internacional público son aquellos que tienen su origen en los principales
sistemas jurídicos del mundo.
Cabe recordar que en la controversia entre Argentina y chile sobre la traza del límite
entre el Hito 62 y el monte Fitz Roy, el tribunal arbitral y su aplicación del principio
Non Ultra petita partium, destacando que resulta competente únicamente para
interpretar el laudo de 1902, en el cual se había establecido la imposibilidad material de
aplicar sobre el terreno cualquiera de los criterios defendidos por las partes (la línea de
la frontera siguiendo la línea de las más Altas Cumbres que dividen las aguas, según el
mandato del tratado de 1881).En aquel entonces, el árbitro adoptó una línea
transaccional conveniente, a su juicio, teniendo en cuenta que las partes habían aceptado
esa posibilidad previamente. El tribunal arbitral Consideró que la regla contenida en el
aludido principio general se fundaba sólo en una comparación entre la pretensión
máxima sostenida por una parte en una controversia internacional y la pretensión de ella
misma ante quién estaba llamado a interpretar la sentencia que decidió la controversia.
En ese sentido, manifestó que el hecho de que el árbitro haya admitido rechazado la
pretensión máxima es relevante para la aplicación de esta regla. De lo anterior se
desprende que consideró el laudo de 1902 como cosa juzgada.
La doctrina ha discutido si los principios a los que alude el estatuto son aquellos
provenientes de los ordenamientos internos o si bien se trata de los principios generales
del derecho internacional que han surgido de la práctica constante de las naciones, como
lo son la libertad de los mares, la no intervención en los asuntos internos de los demás
estados y el respeto de la soberanía territorial de los estados, entre otros.
Los principios generales del derecho como fuente autónoma del derecho
internacional
Los principios generales de derecho son fuentes principales del ordenamiento jurídico
internacional y comparten la jerarquía con los tratados y la costumbre internacional.
Derecho Internacional Público 97
VIRGILE A. / RODRÍGUEZ A.
No obstante ser una fuente principal, en la práctica los principios generales de derecho
cumplen una función supletoria, toda vez que se aplican en supuestos especiales
vinculados a la falta de normas convencionales o consuetudinarias que vinculen a las
partes de la controversia.
Los principios pueden también cumplir el rol de complementar las normas del derecho
internacional cubriendo los vacíos normativos, y ese carácter complementario se
vislumbra por el contenido del principio y no necesariamente porque se verifiquen en
los ordenamientos internos de los estados.
Se los podría definir como ideas, posturas éticas que pueden estar verificadas en una
norma escrita o bien de tipo consuetudinaria que cumplen la función de orientar e
inspirar la interpretación del ordenamiento jurídico y que son utilizadas por los jueces,
los legisladores y los jurisconsultos para esclarecer e interpretar normas jurídicas y
aplicar en supuestos de lagunas del derecho o ante la ambigüedad de la norma.
Los principios de buena fe y pacta sunt servanda expresamente han sido incorporados a
una fuente Autónoma del derecho internacional, cómo lo es la convención de Viena
sobre Derecho de los tratados de 1969, destacando que forman parte de los principios
que la comunidad internacional reconoce como principios rectores. Así, en su
preámbulo, el citado tratado establece: “ advirtiendo que los principios del libre
consentimiento y de la buena fe y la norma pacta sunt servanda están universalmente
reconocidos” . En el capítulo sobre observancia de los tratados, el artículo 26 de dicho
cuerpo legal determina bajo el título “pacta sunt servanda”, que “ todo tratado en vigor
obliga a las partes y debe ser cumplido por ellas de buena fe” . Asimismo, al mencionar
Cómo se deben interpretar los acuerdos internacionales, el artículo 31 reza: “Regla
general de interpretación. 1.Un tratado deberá interpretarse de buena fe conforme al
sentido corriente que haya de atribuirse a los términos del tratado en el contexto de
éstos y teniendo en cuenta su objeto y fin” .
Los denominados principios del derecho internacional en realidad no son una fuente
autónoma del derecho internacional, sino abstracciones jurídicas de una fuente
principal, sea la costumbre internacional o los tratados. La libertad de mares es un
ejemplo de abstracción de la costumbre internacional, como norma que regula la
actividad de los estados en altamar y que posteriormente ha sido receptada por la
convención de Naciones Unidas sobre el derecho del mar en 1982 en su Artículo 87.
Otro ejemplo es la inmunidad soberana de los estados, que surge de la práctica común
de los estados de venida en costumbre.
Ciertos principios constituyen la base del derecho internacional moderno y ellos son el
de igualdad e independencia de los estados, así como la libre determinación de los
pueblos. La carta de Naciones Unidas verifica la existencia de estos principios, tales
como la prohibición del uso de la fuerza en las relaciones internacionales, la solución
pacífica de las controversias, la legítima defensa, la igualdad soberana, la soberanía e
independencia del estado, la autodeterminación de los pueblos y la cooperación
internacional. La declaración 2625 de 1970 declaración sobre los principios de
derecho internacional referentes a las relaciones de amistad y a la cooperación entre
Derecho Internacional Público 99
VIRGILE A. / RODRÍGUEZ A.
los estados de conformidad con la carta de las Naciones Unidas es una expresión
normativa de principios generales del derecho internacional que integran ese
ordenamiento.
El proceso de formación de este tipo de Norma se distingue de los principios a los que
se refiere el artículo 38, inciso c, del estatuto, tal como si hubiera resaltado antes,
porque su origen proviene directamente del derecho internacional general.
Estos principios o reglas generales del derecho internacional son aceptados por los
estados como normas a las que deben ajustar sus conductas; por ello han sido
reconocidos como aquellas consideraciones relativas a la protección de la humanidad.
DIEZ DE VELASCO
Entendemos por acto jurídico unilateral una manifestación de voluntad de un solo sujeto
del derecho internacional, cuya validez no depende prima facie de otros actos jurídicos
y tiende a producir efectos -creación, modificación, extinción o conservación de
derechos y obligaciones- para el sujeto que la emite y para terceros en determinadas
circunstancias.
pueda dar origen a un acuerdo. En este caso, lo que inicialmente fue un acto
unilateral da pasó a la formación de un acuerdo bilateral o plurilateral.
3. La validez de un acto unilateral no depende prima facie, como hemos dicho, de
otros actos jurídicos en el estado actual de desarrollo del derecho internacional.
Esto no quiere decir que un acto unilateral sea per se y en todos los casos lícito,
que no pueda ser declarado nulo, que sea siempre eficaz y que su validez no
pueda estar contemplada en una norma de derecho internacional convencional o
consuetudinaria.
4. Los actos unilaterales tienden finalmente a producir efectos para el sujeto autor
de una declaración de voluntad, salvo que a estos se les haga depender de una
condición y mientras ésta no se cumpla. Es lógico que el sujeto internacional
autor de la declaración de voluntad pretenda que surta está determinados efectos.
Pero habrá que examinar en cada categoría de actos, e incluso en cada uno de
ellos En particular, cuáles sean sus efectos en concreto.
En términos generales, el estado queda vinculado por sus propias declaraciones, lo que
significa que el contenido de un acto unilateral es oponible al autor del mismo en virtud
del principio de la buena fe, declarado por la resolución 2625 de la asamblea general,
cómo uno de los principios constitucionales del ordenamiento Internacional
contemporáneo. Por tanto es posible, cómo ha reconocido el tribunal Internacional de
Justicia expresamente en las sentencias sobre las pruebas nucleares, qué declaraciones
unilaterales tengan el efecto de crear obligaciones jurídicas para su autor, si tal es la
intención de este.
Ahora bien, no parece que la institución del estoppel, ni siquiera en su Concepción más
extensiva, pueda explicar la totalidad de los efectos de los actos unilaterales y del
comportamiento de los estados, ya que tales efectos no siempre se agotan en el ámbito
procesal de la inadmisibilidad de pruebas o reclamaciones, sino que, como hemos visto,
también pueden ser efectos sustantivos, es decir, de creación, modificación o extinción
de obligaciones y derechos. En cambio, se puede explicar y fundamentar todos los
efectos el principio de la buena fe tal y como fórmula la resolución 2625 de la asamblea
general: “Todo estado tiene el deber de cumplir de buena fe las obligaciones contraídas
en virtud de los principios y las normas de derecho internacional generalmente
reconocidos”.
La otra cara del problema se refiere a si los actos unilaterales producen efectos respecto
a terceros estados o no. En el caso actual del desarrollo del derecho internacional la
contestación debe ser negativa, ya que por definición los actos unilaterales sólo
atribuyen derechos a terceros pero no obligaciones.
I. A MANERA DE INTRODUCCIÓN
Ulrich Fastenrath considera que en todo sistema legal existe una gradación normativa y
que los conceptos y enunciados jurídicos sólo otorgan una aparente certeza en el sistema
jurídico que en todo caso están sujetos a interpretación. En un mundo heterogéneo y
plural, el fenómeno del soft law puede contribuir a esclarecer muchos de los consensos
que se expresan en normas de hard law,
Julio Barberis considera que son tres las principales acepciones del término soft law, a
saber: a) las normas que se encuentran en proceso de formación y aún no han adquirido
validez jurídica; b) las normas jurídicas de contenido difuso o vago en las que resulta
difícil precisar si sus disposiciones han sido o no cumplidas debidamente; y c) las
normas que se hallan en las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones
Derecho Internacional Público 104
VIRGILE A. / RODRÍGUEZ A.
También es posible aproximarse al fenómeno del soft law desde una perspectiva
diferente que concibe al derecho internacional o, mejor dicho, a los efectos de las
distintas normas e instrumentos internacionales en una escala que va de lo soft a lo hard
y en consecuencia sin que sea necesario la exclusión de los opuestos como consecuencia
del enfoque inevitable e irreducible de la dicotomía tradicional. Esta gradación del nivel
de obligatoriedad responde tanto a conveniencias políticas como a la búsqueda de una
mejor solución a determinada cuestión. Esta concepción parte del supuesto que en la
sociedad internacional no todos los problemas pueden y deben encontrar una solución
jurídica del tipo hard law, sino que, por el contrario, en ocasiones instrumentos no
vinculantes ofrecen mejores soluciones, sea porque reflejan un mayor consenso de la
comunidad internacional, por llenar alguna laguna, por establecer criterios de
interpretación o por ser la única vía de acuerdo posible.
El debate del soft law supone un debate más amplio entre concepciones del orden
jurídico internacional. Por un lado, el modelo dicotómico derivado de la teoría
tradicional de las “fuentes” del derecho internacional y, por el otro, el modelo teórico
que supone la existencia de un sistema internacional escalonado y continuo en donde
existe una normatividad relativa o variable. Ello nos lleva a considerar ahora el tema de
las “fuentes” del derecho internacional.
Generalmente el ámbito del soft law se analiza en oposición al denominado hard law,
entendiendo éste como aquellos instrumentos o prácticas generales con carácter
obligatorio cuyo incumplimiento puede ser exigido por las vías institucionales de
solución de conflictos y derivar en la responsabilidad internacional del Estado.
Situar la discusión en torno al soft law en el ámbito de las “fuentes” del derecho
internacional reconocidas en el artículo 38 del Estatuto de la CIJ implica suponer el
carácter exhaustivo del mismo, en tanto que si dicho artículo establece las fuentes de
producción de obligaciones internacionales es obvio que cualquier otro regla producida
por algún mecanismo diverso queda fuera del denominado hard law. Sin embargo, tal
aproximación parece incorrecta para explicar el fenómeno del soft law pues incurre en
una petición de principio pues supone el carácter absoluto del artículo 38, cuando, como
ya se dijo, existe una amplia evidencia de que no es así, como lo demuestra la
consideración de ciertos actos y comportamientos unilaterales estatales y determinadas
resoluciones de organizaciones internacionales como generadores de obligaciones
internacionales.
conlleva a una concepción estática del derecho internacional contraria a la realidad que
pretende explicar.
Se habló de la existencia de una “zona gris” que separa los valores sociales emergentes
y las reglas de derecho bien establecidas. Esto supone que la frontera entre el derecho y
el “no-derecho” o el “pre-derecho”, la lex lata y la lex ferenda, no está claramente
delimitada y por tanto, el umbral del mundo jurídico no está del todo definido y quizá
sea imposible e incluso inconveniente tratar de hacerlo.
transformación que como un simple conjunto de normas que ha dado donde sólo es
preciso identificar la validez de sus normas para ser aplicadas por los operadores
jurídicos en la solución de una controversia internacional.
Thürer, como gran parte de la doctrina, considera tres instrumentos del soft Law: las
resoluciones, recomendaciones y decisiones de organizaciones internacionales; Los
acuerdos normativos; y las partes no obligatorias de acuerdos vinculantes.
Esta última categoría es sin duda la más polémica porque supone que un instrumento en
principio obligatorio contiene disposiciones no obligatorias.Lo cierto es que las
obligaciones de un tratado se determinan a partir de Su contenido y nada impide que un
tratado establezca obligaciones mínimas o programáticas, lo que no significa que deban
cumplirse o que carezcan de fuerza vinculante, sino solamente la existencia de
diferentes obligaciones y disposiciones autoejecutables o no autoejecutables, pero en
modo alguno la ausencia de obligaciones jurídicas.
El denominado soft law material es el que más se presta a generar polémica de tipo
ideológico, a encubrir intereses políticos o a justificar unilateralismo que suponen la
inexistencia de obligaciones internacionales dentro de instrumentos que tienen por
Derecho Internacional Público 108
VIRGILE A. / RODRÍGUEZ A.
Los instrumentos del soft Law se caracterizan por ser documentos que reflejan la
tendencia actual de la comunidad internacional por una mayor interrelación,
interdependencia y globalización. Tales instrumentos no imponen obligaciones
internacionales, sin embargo, esto no significa que carezcan de todos estos jurídico,
pues en diversas ocasiones reflejan el estado del desarrollo de normas consuetudinarias
o son la base de tratados futuros e incluso, por su propia naturaleza, en tanto generan
expectativas de comportamiento, están regidos de alguna manera por el principio de la
buena fe, lo que explica su utilidad y cumplimiento.
En conclusión se obtienen más ventajas buscando una descripción del soft Law como
fenómeno de la sociedad internacional y analizándolo en todas sus posibilidades y
consecuencias desechando el concepto por su carácter ambiguo, redundante y poco
claro.
GONZALEZ NAPOLITANO
Capítulo 10 “EQUIDAD”
Algo puede llegar a ser Injusto por la aplicación de la ley escrita pero justo en la
realidad de los hechos, y esto es precisamente el carácter equitativo. Estas ideas
aristotélicas van más allá de los límites del derecho positivo y se integran al concepto de
Justicia como virtud.
Decía Aristóteles que entre el derecho y la equidad se puede establecer una relación de
interdependencia. El concepto de epieiketa en los griegos se interpreta como la justicia
individualizada, aplicada en un caso concreto. La equidad tiende a mitigar los
inconvenientes que una ley general puede traer aparejados. Lo que plantea es que lo
equitativo, siendo justo, no siempre es lo justo según la ley, sino debe ser la regulación
de lo justo legal.
Cicerón decía que la rigurosa aplicación de la ley podía ser una fuente de injusticia.
Concepto de equidad
a. La equidad como base de una justicia individualizada para atemperar los rigores
de la ley
b. La equidad considerada como equilibrio, racionalidad y buena fe.
c. La equidad como fundamento de ciertos principios del pensamiento jurídico
vinculados a la justicia y la razonabilidad.
d. La equidad como medio para establecer una justicia distributiva.
Se plantea así una oposición entre aquellos que buscan obtener un resultado más allá de
la norma jurídica (instrumentalistas) y los que buscan la aplicación de la equidad en
armonía con el derecho (positivistas).
La equidad es, en realidad, una cualidad del derecho que guía en cierta medida su
interpretación, sin descartar las normas. Admitir que consideraciones de equidad pueden
conducir a dejar de lado las reglas de derecho sería contrario al principio de seguridad
jurídica. Estas consideraciones podrían inspirar las reivindicaciones políticas que en su
momento, quizás, sean el origen de nuevas normas jurídicas, pero la equidad no puede
sustituir al derecho positivo, salvo en el caso de que las partes en litigio así lo
consientan.
Derecho Internacional Público 111
VIRGILE A. / RODRÍGUEZ A.
Podríamos decir que el concepto de equidad puede ser incluido dentro del marco de dos
concepciones. Por una parte, es un método de conciliación de normas del derecho
internacional aplicables a una cuestión determinada que permite arribar a una situación
justa para las partes y, por la otra, se la puede considerar como un sistema destinado a
mitigar las deficiencias del derecho positivo.
La equidad praeter Legem funciona en el supuesto en que una regla jurídica no puede
ser aplicada a un caso concreto porque resulta insuficiente. Es un medio de colmar las
lagunas del derecho positivo. Así, la equidad puede constituir un aspecto subsidiario del
derecho internacional. Aún cuando no exista una norma jurídica sobre una cuestión
determinada, es necesario tomar una decisión por parte del juez y la equidad constituye
una guía. El poder discrecional del juez se ejerce de una manera disciplinada: la
función praeter legem es la aplicación del derecho mismo.
el acuerdo previo de las partes. Los jueces pueden guiarse por consideraciones de
equidad en el derecho positivo, pero no pueden tomar una decisión basada en
consideraciones extrañas al derecho. Algunos autores sostienen que, desde un punto de
vista formal, la respuesta a esta cuestión se contempla en el artículo 38 del estatuto de
la Corte Internacional de Justicia, donde de manera explícita se establece el
consentimiento de las partes para que en una disputa el juez decida apartándose del
derecho.
Sin embargo, existen también opiniones doctrinarias que consideran que el derecho está
en constante evolución y que lo que es contra legem en un momento puede, en una
etapa posterior, ser concordante con la norma. La equidad puede, a través de esta
función, anticipar la cristalización del derecho y proveer la justificación ética de su
transformación.
Es en el marco del concepto ex aequo et bono que la equidad se puede apartar del
derecho y se constituye el fundamento independiente de la decisión. Así se contempla
en el artículo 38 del estatuto de la Corte Internacional de Justicia : “La presente
disposición no restringe la facultad de la corte para decidir un litigio ex aequo et bono,
si las partes así lo convinieren”.
Esta potestad nunca fue confiada a los jueces de CPJI ni a los de la CIJ, por lo tanto, no
ha habido casos resueltos a la luz del artículo 38; si en cambio en varias sentencias
arbitrales se invoca el proceso ex aequo et Bono y en algunas de ellas se ha decidido de
esa manera creando una nueva relación jurídica entre las partes.
fijado por los Estados Unidos, Argentina, Brasil, Perú y Uruguay a través del
procedimiento ex aequo et bono. La sentencia arbitral dictada no plasmó ninguna
consideración jurídica y fue aceptada por las partes.
En el ámbito del derecho del mar, la convención de las Naciones Unidas sobre el
derecho del mar consagra la solución equitativa de los conflictos que se puedan plantear
en la delimitación de los espacios marítimos sometido a la jurisdicción es de los estados,
como también la utilización equitativa y eficiente de los recursos marítimos.
Podemos concluir que la equidad tiene como marco el derecho existente y su función es
adaptar la regla jurídica a las circunstancias particulares de un caso cuando se requiere
completar la aplicación del derecho o atemperar su aplicación, pero no se la concibe
como un proceso de formación de normas jurídicas por sí misma.
UNIDAD 6
Los sujetos del ordenamiento jurídico internacional. El Estado como actor central de las
relaciones internacionales y el derecho internacional público. Elementos. Soberanía
territorial (adquisición, delimitación y jurisdicción). Caracteres, derechos y obligaciones
derivados de la condición de Estado. El nacimiento de un nuevo Estado. La teoría del
reconocimiento y la descentralización del derecho internacional. Formas y efectos del
reconocimiento. Reconocimiento de gobiernos. Sucesión de Estados.
La igualdad soberana de los Estados es quizá el principio más fundamental entre los que
forman el núcleo del Derecho internacional.
Dicha igualdad se convirtió a partir de ese período en una ficción legal constitutiva del
sistema jurídico surgido del orden westfaliano compuesto por Estados, un sistema en
que ese principio resultaba útil y necesario para regular las relaciones internacionales
entre Estados que no reconocían poderes superiores que pudiesen determinar sus
obligaciones basadas en su propio consentimiento, conformadas en gran medida de
nociones y elementos de igualdad, como ocurría, por ejemplo, con la reciprocidad en los
tratados.
La igualdad soberana, sin embargo, fue durante mucho tiempo una norma fundamental
cuya aplicación se restringía a algunos Estados europeos. En otras palabras, la igualdad
soberana no operaba fuera del contexto europeo, ya que sólo los Estados europeos
reunían las características necesarias para ser considerados iguales según ese Derecho
internacional, esto es, una cierta homogeneidad cultural y una comunidad de valores e
intereses. En efecto, esa «misión civilizadora» adjudicada al Derecho internacional
decimonónico ha servido para justificar la dominación de algunos Estados europeos
sobre el resto del mundo, los diferentes, cuya soberanía era insuficiente en la medida en
Derecho Internacional Público 115
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La Carta de las Naciones Unidas establece en el primer párrafo del artículo 2 que «la
Organización está basada en el principio de igualdad soberana de todos sus miembros»
(21). Este principio es reiterado en la Declaración sobre los principios de Derecho
Internacional referentes a las relaciones de amistad y a la cooperación entre los Estados
de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas, que tras proclamar que «Todos los
Estados gozan de igualdad soberana» , especifica que los Estados «tienen iguales
derechos e iguales deberes y son por igual miembros de la comunidad internacional,
pese a las diferencias de orden económico, social, político o de otra índole». El
principio que contiene la Declaración es particularmente ilustrativo porque define el
contenido de la igualdad soberana. En efecto, en la Declaración se dice que «en
particular, la igualdad soberana comprende los elementos siguientes:
En efecto, los Estados son reconocidos como iguales y soberanos, pero no están por
encima del Derecho internacional. Ésta es, por lo demás, la idea que refleja la decisión
de la Corte Internacional de Justicia en el caso del Wimbledon donde se sostiene la
libertad de los Estados sujeta al Derecho internacional
Derecho Internacional Público 116
VIRGILE A. / RODRÍGUEZ A.
Si se persigue la finalidad de una justicia distributiva hacia una igualdad sustantiva, creo
que el énfasis se debería poner en el reforzamiento de los derechos humanos sociales y
económicos, para hacer justicia social mediante el fortalecimiento de los derechos
humanos.
«Es nulo todo tratado que, en el momento de su celebración, esté en oposición con una
norma imperativa de Derecho internacional general. Para los efectos de la presente
Convención, una norma imperativa de derecho internacional general es una norma
aceptada y reconocida por la comunidad internacional de Estados en su conjunto como
norma que no admite acuerdo en contrario y que sólo puede ser modificada por una
norma ulterior de derecho internacional general que tenga el mismo carácter. »
Las normas de ius cogens, como normas de Derecho internacional de jerarquía superior
que no admiten acuerdo en contrario es un dato concluyente de la inoperatividad del
poder irrestricto del consentimiento basado en el principio de igualdad soberana
respecto de la obligatoriedad de este tipo de normas.
Derecho Internacional Público 118
VIRGILE A. / RODRÍGUEZ A.
Pero no sólo las normas de ius cogens pertenecen a esta categoría de obligaciones de los
Estados que demuestran que el consentimiento no es la base exclusiva de la creación de
normas obligatorias en Derecho internacional. Se puede hablar también de obligaciones
surgidas sin el consentimiento del Estado o incluso en contra de su voluntad
La aplicación del Derecho internacional es para mostrar el tipo de retos a los que se
enfrenta el principio de igualdad soberana de los Estados en contextos interdependientes
y globalizados. Tres tipos de casos normativos bastarán para mostrar estos retos.
El segundo caso se refiere a una situación producida por la arquitectura operativa del
Derecho internacional. Ciertamente, como consecuencia de la descentralización y el
desdoblamiento funcional del Derecho internacional, en el ámbito de la aplicación del
Derecho es dónde las diferencias de poder sustantivo tiene más notoriedad y pueden
crear diferencias importantes tanto en el modo de cumplir con las obligaciones
internacionales, como en la capacidad de violar ciertas normas que sólo los poderosos
están en condiciones de no respetar, como la prohibición de las intervenciones armadas,
o de utilizar los mecanismos del Derecho internacional con toda su eficacia, como
ocurre con las contramedidas de carácter económico o comercial
Conclusión
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VIRGILE A. / RODRÍGUEZ A.
Desde una concepción dinámica del D.I, es preciso admitir que este no conoce límites
en cuanto a sus sujetos, pues las propias necesidades de la comunidad jurídica
internacional en un mundo dado pueden aconsejar o incluso exigir el investir de
personalidad internacional a determinada entidades.
El resultado es que hoy en día se puede hablar de una pluralidad de sujetos del D.I. A
decir verdad, la tesis que considera a los Estados como únicos sujetos del D.I no aparece
en el desarrollo histórico de este orden jurídico hasta una fecha relativamente tardía,
presuponiendo, por una parte una clara elaboración del concepto de soberanía, y, por
otra parte, una desvinculación respecto de la noción multisecular del ius gentium en
cuanto ordenamiento reglados a la vez de relaciones entre comunidades políticas y entre
particulares. La reducción radical de los sujetos del D.I al estado vino en el plano
doctrinal de la mano del positivismo, con su construcción de un orden jurídico
Derecho Internacional Público 120
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La distinta naturaleza de los sujetos del D.I y los diversos grados de su capacidad
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internacional permite hacer diferenciaciones entre ellos. Así, en lo que se refiere a los
Estados, el elementos de la igualdad soberana los distingue de todos los demás sujetos
de este orden jurídico, el elemento de la organización los distingue de ciertos sujetos no
organizados (la nación, el individuo) y el elemento territorial los distingue de las
organizaciones internacionales. Los Estados son los sujetos necesarios y plenos del
D.Í.A, pero junto a ellos coexisten otros sujetos, que cabe calificar de secundarios o
derivados, poseedores de alguno o alguno de los rasgos que integran la capacidad
internacional.
Desde ahí que se suele insistir en la necesidad de llevar a cabo, desde la ciencia del
Derecho, un análisis del D.I positivo a fin de determinar, caso por caso, la concurrencia
de uno o varios de esos requisitos. “Según esto la lista de los sujetos actuales del
Derecho internacional sólo podría establecerse tras un examen de conjunto del
Derecho Internacional Público que nos permitiera ir comprobando en las normas
establecidas en los distintos ámbitos o sectores a quienes se atribuyen derechos y se
imponen obligaciones y a quienes se faculta para invocar su incumplimiento así como
Derecho Internacional Público 122
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Estos sujetos llegan a alcanzar, por sus propias características y por su aceptación
general, una personalidad internacional objetiva, esto es, no limitada al círculo de los
sujetos cualificados que los reconoce. Pese a que se ha sostenido que las organizaciones
internacionales no deben ser consideradas en principio como sujetos del D.I general,
sino de un D.I particular, ello no puede sostenerse respecto de las organizaciones de
ámbito universal o casi universal, como puso en relieve el relación con las Naciones
Unidas el T.I.J en su opinión consultiva al decir que cincuenta Estados (los que para
1945 había suscripto a la Carta de la ONU) “representan una mayoría de los miembros
de la comunidad internacional y tienen el poder, conforme el Derecho internacional, de
crear una entidad que posea una personalidad internacional objetiva y no,
simplemente, una personalidad reconocida por ellos solos”
En razón de que este orden jurídico surge históricamente como un orden interestatal,
regulador de las relaciones entre las sociedades, políticas independientes que van
creándose en el occidente de Europa en la baja Edad Media y consolidándose a lo largo
de los siglos XV, XVI y XVII.
En cuanto entidad soberana, el Estado reúne en su plenitud como también hemos visto,
todas las características que se derivan de ser sujeto del D.I: es un sujeto pleno de este
orden jurídico. Según la nota de soberanía, la naturaleza del poder estatal consiste, por
un lado, en un poder autónomo supremo o summa potestas en la condición de sus
relaciones con sus propios sujetos y, por otro , en un poder de determinar libremente su
conducta con respecto a los otros Estados.
Una definición del Estado, si podemos adherirnos a esa caracterización ya tópica de sus
tres elementos , la población, el territorio y la organización política (gobierno lato
sensu), abrigados bajo la idea global y básica de la soberanía; lo que permite calificar al
Estado como una organización del poder independiente sobre una base territorial.
“El estado, como persona del Derecho internacional debe reunir las condiciones
siguientes: 1) población permanente; 2) territorio determinado; 3) gobierno; 4)
capacidad de entrar en relaciones con otros Estados”
El hecho de que las competencias personales del Estado se ejerza normalmente sobre
una base territorial, esto es, dentro del territorio propio, no impide que a veces tengan
un alcance extraterritorial, persiguiendo, por ejemplo, a los nacionales allende las
fronteras estatales para regular algunos aspectos de su estatuto jurídico.
En virtud de su soberanía territorial el estado tiene, según Max Huber en el asunto Isla
de Palma, el derecho exclusivo de ejercer las actividades estatales.Este derecho
conlleva tres vertientes, una jurídica, una política y una económica, se ve respaldado por
el principio que prohíbe atentar contra la integridad territorial del Estado. Existen
territorios que, sin pertenecer a la soberanía de un Estado, están administrados por este.
Tal es el caso de los territorios bajo dominación colonial, que, de acuerdo con la
Declaración de los principios incorporada en la Resolución 2625 (XXV) de la Asamble
General de las Naciones Unidas, tienen una condición jurídica distinta y separada de la
del territorio del Estado que los administra, conservando dicha condición hasta que el
pueblo del territorio en cuestión haya ejercido su derecho a la libre determinación.
El conjunto de los órganos del Estado, debe ser efectivo, en el sentido de estar en
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El Estado soberano se caracteriza por no depender de ningún otro orden jurídico estatal
ni de ningún otro sujeto del D.I dependiendo solo del D.I. Esta vieja idea había sido
expuesta por Anzilotti en su voto individual incorporado a la opinión consultiva del
T.P.J.I en el asunto del régimen aduanero entre Alemania y Austria, al decir que la
independencia entendida como la no sujeción del Estado a la autoridad de ningún otro
Estado o grupo de Estados es la condición normal de los Estados según el D.I, y puede
ser calificada en cuanto soberanía como en cuanto soberanía exterior, si se entiende
por ello que el Estado no tiene sobre sí ninguna otra autoridad, salvo la del Derecho
internacional.
traducción jurídica a ciertas desigualdades de hecho que puedan dar lugar a diferencias
en cuanto al contenido de los derecho sy obligaciones de los distintos Estados en
Función de sus respectivas situaciones, y , por otra parte, se haga eco de esas
desigualdades para intentar superarlas en un plano de justicia distributiva.
Rasgos conceptuales
Una vez que un Estado creado reúne de hecho los elementos que lo caracterizan como
tal, puede decirse que existe en tanto que sujeto pleno del D.I. Desde entonces, los otros
Estados están en condiciones de verificar su existencia real, prestando su
reconocimiento. La práctica internacional nos muestra como por el reconocimiento se
constata la realidad del nuevo Estado, iniciándose el tratado con él en cuanto su
existencia pueda darse por asegurada.
En este sentido parece más cierta la caracterización del reconocimiento como acto
declarativo (el Estado existe de iure desde que concurren en él los elementos básicos de
la estabilidad, limitándose el reconocimiento a verificar tal circunstancia) que como acto
constitutivo o atributivo de la subjetividad.
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Ello no significa, no obstante, que los cambios internos en un Estado carezcan de toda
relevancia en el plano jurídico internacional. El D.I. es en principio neutro frente a los
eventos políticos internos, lo que se expresa, en el principio según el cual cada estado
tiene “derecho a elegir y llevar adelante libremente su sistema político, social,
económico y cultural”. Según ha advertido el T.I.J. que “las orientaciones políticas
internados de los Estados pertenecen a la competencia exclusiva del mismo, siempre
que, bien entendido, no violen una obligación de D.I. Pero esos cambios pueden influir
en el sentido de que un nuevo gobierno surgido en un Estado por vías de hecho en
contradicción con el orden constitucional establecido puede verse en dificultades para
ejercer en plenitud sus funciones en el plano internacional si no se ve respaldado por el
reconocimiento de otros Estados.
En cuanto al criterio de legalidad (doctrina Tobar) “la manera más eficaz de poner
término a los cambios violentos de gobiernos inspirados en la ambición consiste en que
los Estados se nieguen a reconocer a los gobiernos transitorios, nacidos de las
revoluciones, hasta que se demuestre que gozan del apoyo de sus países”
Doctrina Estrada, rechaza toda aplicación arbitraria que habia debido haciendose del
criterio de la legalidad, lo que daría lugar a “situaciones en que la capacidad legal o el
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Para que una entidad surja como Estado es necesario que cuente con los elementos
constitutivos exigidos por el derecho internacional: población permanente, territorio
determinado, gobierno y capacidad de entablar relaciones con otros Estados. Estos
pueden surgir: por fundación, por unión con otro u otros Estados, por desmembramiento
de un estado, por emancipación, por secesión o por separación.
Por otra parte, el reconocimiento no afecta a la subjetividad del Estado, aunque sí puede
obstaculizar la capacidad de dicho estado para otros propósitos. El derecho internacional
no establece la preferencia de un sistema político sobre otro. En virtud de los principios
de igualdad soberana, independencia de los Estados y la libre determinación de los
pueblos.
Reconocimiento de Estados
Estados.
Tesis y efectos
Esta teoría fue receptada en la Convención sobre Derechos y Deberes del Estado
(Montevideo 1933) en la que se establece “el reconocimiento de un Estado meramente
significa que al que lo reconoce acepta la personalidad del otro con todos los derechos
y deberes determinados por el Derecho Internacional (...)” La Carta de la Organización
de Estados Americanos también dispone en tal sentido que “La existencia política del
estado es independiente de su reconocimiento por los demás Estados”
En el marco de esta teoría, puede incluirse lo ocurrido con los nuevos Estados
emergentes de la antigua URSS frente a la Declaración de los Doce sobre las Líneas
Directrices que, en 1991, la Comunidad Europea emitió a los efectos de establecer una
serie de requisitos de tipo jurídico que los nuevos Estados de Europa del Este y la
antigua URSS debían satisfacer a efectos de contar con el reconocimiento formal como
Estados.
La dificultad que puede generar este reconocimiento es que la línea que divide la
legalidad de la ilegalidad sea muy delgada, sobre todo en aquellos casos en los que el
nuevo estado nace producto de la separación de una parte del territorio de otro Estado;
si el reconocimiento tuviera lugar en forma prematura, podría ello constituir un supuesto
Derecho Internacional Público 131
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Sin competir con las teorías encontramos el principio del no reconocimiento, conocido
como doctrina Stimson, que consiste en adoptar una posición según la cual los Estados
no debieran reconocer un nuevo Estado que ha surgido como consecuencia de una
violacion de una norma de derecho internacional, como por ejemplo, el principio de
prohibición del uso de la fuerza, el de no intervención o del derecho de
autodeterminación de los pueblos.
Si bien la teoría declarativa es la que pareciera tener más adeptos, lo cierto es que el
reconocimiento de un Estado por parte de los demás es lo que le permite ejercer su
capacidad de actuar, consolidar su soberanía territorial, contar con el respaldo para
protegerla de interferencias o intervenciones extranjeras, celebrar tratados de toda
índole con otros Estados, participar activamente en organizaciones internacionales,
contar con capacidad para adquirir bienes en el extranjero, presentarse ante tribunales
internacionales y nacionales de los Estados que lo reconocen, etc.
Sin perjuicio de ello, debe quedar bien claro que no hay una obligación internacional de
reconocer un nuevo Estado y ningún Estado va a incurrir en responsabilidad si no
otorga el reconocimiento.
Formas
El reconocimiento de Estados también puede ser de jure o de facto. El reconocimiento
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será de jure cuando se haga con relación a un Estado que ha adquirido el estatus de tal
en forma definitiva y plena, y será de facto cuando haya dudas sobre la permanencia y
consolidación del nuevo Estado, razón por la cual el reconocimiento será de carácter
provisorio hasta tanto se produzca el reconocimiento de jure.
Reconocimiento de Gobiernos
Doctrinas
Una de las que ha tenido mayores adeptos ha sido la doctrina Jefferson, p ara esta
corriente, la declaración de la voluntad popular es el factor determinante para el
reconocimiento de un Estado. Posición que respeta el principio de no intervención
frente a un cambio de régimen. Esta teoría establece una preeminencia del principio de
no intervención en cuestión de reconocimiento de Gobiernos.
Por otra parte podemos citar también la doctrina Tobar. Esta doctrina ordena no
reconocer un Gobierno que asumió el poder en contra de un orden constitucional hasta
tanto no sea legitimado a través de algún sistema democratico por ejemplo, un
plebiscito.
Puede observarse entonces, que según esta doctrina, los Estados deben abstenerse de
realizar un acto de reconocimiento o no reconocimiento en tanto ello hace a la esfera
interna de los Estados, y lo contrario implicaría una violacion del principio de no
intervención en los asuntos internos de los Estados.
Formas y efectos
Según la idea de Hans Kelsen: “(...) el problema en sí, y hasta qué punto , de acuerdo
con el derecho internacional general, las obligaciones y derechos del predecesor
recaen sobre el sucesor”.
En este orden de ideal, un Estado “sucesor” se define como “El Estado que ha
sustituido a otro Estado a raíz de una sucesión de Estados”, y un Estado “predecesor”
es “el Estado que ha sido sustituido por otro Estado a raíz de una sucesión de
Estados”.
Lo previsto en las convenciones de Viena debe circunscribirse únicamente “a los efectos
de una sucesión de Estados que se produzca de conformidad con el derecho
internacional”. De esta manera, una modificación territorial en violacion del derecho
internacional no podría dar lugar a la aplicación de las normas de sucesión de Estados.
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Tipos de sucesión
Esto sucede cuando “una parte del territorio de un Estado, o cuando cualquier
territorio de cuyas relaciones internacionales sea responsable un Estado y que no
forme parte del territorio de ese Estado, pasa a ser parte del territorio de otro Estado”
Se trata de un caso de cesión de territorio.
El principio que adopta la Convención de Viena de 1978 para los “Estados de reciente
independencia” respecto las obligaciones contraídas por la potencia es el de la “tabula
rasa” que significa que los nuevos Estados surgidos de un proceso de descolonización
no están obligados a continuar la aplicación de los tratados en los que el Estado
predecesor haya sido parte.
Unificación y separación
Este concepto encuentra basamento en el principio uti possidetis iuris, que plantea que a
falta de acuerdo en contrario, el Estado sucesor y la comunidad internacional deben
respetar los límites territoriales establecidos por el Estado predecesor.
Los inmuebles propiedad del Estado predecesor siempre serán transferidos al Estado
sucesor, pues están ligados directamente a su territorio. En cambio, los bienes muebles
poseen regímenes especiales dependiendo de la causa que dio origen a la sucesión.
Si se produce una sucesión respecto una parte del territorio, los bienes inmuebles pasan
al acervo del Estado sucesor y también los bienes muebles ligados a la actividad del
predecesor en el territorio a suceder.
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Archivos de Estado.
Deuda pública
Si bien la regla general es que no existe obligación del Estado sucesor de asumir las
deudas contraídas por el Estado predecesor, en la actualidad, han adoptado la idea de un
traspaso proporcional.
La CDI ha elaborado un texto articulado sobre esta gestión, cuya forma final ha sido la
de una declaración de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Debido a las
contrariedades encontradas y la dificultad de alcanzar un consenso generalizado. La
resolución 55/153 de la Asamblea General incluyó como anexo el articulado preparado
por la CDI.
Cualquiera de las dos soluciones podría implicar situaciones de gran complejidad, como
la producción de supuestos de múltiple nacionalidad
La regla aplicable es que cada uno de ellos, toda vez que el Estatuto no contemple la
continuación como posibilidad, deberá solicitar su admisión, cumplimentando los
requisitos pertinentes y sometiéndose a los procedimiento de aceptación de su
candidatura.