La Perfeccion de Dios

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Título: "La Perfección de Dios: Un Encuentro entre la Fe y la Ciencia"

Introducción: Hoy nos adentramos en un tema que nos invita a contemplar la grandeza y
perfección de Dios desde dos perspectivas aparentemente diferentes pero complementarias:
la fe y la ciencia. En un mundo donde a veces parece que fe y ciencia están en conflicto,
exploraremos cómo la perfección de Dios se manifiesta en ambas esferas y cómo la ciencia
puede, de alguna manera, revelar aspectos de la grandeza divina.

Punto 1: La Perfección de Dios en la Creación:

Reflexionar sobre la perfección reflejada en la creación (Génesis 1:31), donde la ciencia nos
muestra la complejidad y el orden asombroso del universo.

Colosenses 1:16-17 (RVR1960): "Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay
en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean
principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de
todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten."

Mencionar ejemplos científicos que ilustran la perfección y diseño inteligente en la


naturaleza, como la complejidad del ADN o la precisión en las leyes físicas.

Estructuras moleculares y el ADN: El ADN es un ejemplo impresionante de diseño. Esta


molécula compleja contiene información genética que codifica la construcción y el
funcionamiento de todos los seres vivos. La precisión en su estructura y su capacidad para
almacenar y transmitir información de generación en generación es una muestra de
perfección y diseño meticuloso.

Romanos 1:20 (RVR1960): "Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se
hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las
cosas hechas, de modo que no tienen excusa."

Constantes físicas del universo: Las constantes físicas fundamentales, como la velocidad de
la luz, la gravedad o las constantes en las ecuaciones de la física, están ajustadas de manera
precisa para permitir la vida tal como la conocemos en el universo. Estos valores son tan
precisos que, si fueran ligeramente diferentes, la existencia de la vida no sería posible, lo
que sugiere un diseño cuidadoso.

Galileo Galilei: “La poca ciencia aleja de Dios, mientras que la mucha ciencia devuelve a
Él”.
Punto 2: La Perfección Divina y las Leyes del Universo:

 Observar cómo las leyes científicas revelan la constancia y perfección en el funcionamiento


del universo.
Isaac Newton "La forma en que Newton piensa en Dios es en parte como un matemático
que creó el mundo para que una ley matemática fuera inscrita en él". "El Dios supremo es
un Ser eterno, infinito, absolutamente perfecto.
Newton era arrianista y creía en un único dios, Dios Padre. En cuanto a los trinitarios, creía
que habían cometido un fraude a las Sagradas Escrituras y acusó a la Iglesia católica de ser
la bestia del Apocalipsis.

Las leyes científicas que rigen el funcionamiento del universo pueden ser vistas como un
reflejo de la constancia y perfección en la creación divina, señalando hacia la existencia de
un Dios perfecto y ordenado. Estas leyes, como las leyes de la física, la química o la
biología, exhiben consistencia y precisión en su aplicación en todas las circunstancias
observables. Desde una perspectiva teológica, estas leyes pueden considerarse como parte
del orden establecido por Dios en la creación.

Salmo 104:24 (RVR1960): "¡Cuán variadas son tus obras, oh Jehová! Con sabiduría las
has hecho todas; llena está la tierra de tus posesiones."

Al estudiar y comprender estas leyes, podemos admirar la sabiduría infinita de Dios. Las
leyes científicas muestran la complejidad y la armonía del universo, lo que puede llevarnos
a reconocer la inteligencia y el poder creativo de Dios detrás de esta complejidad.

Punto 3: La Revelación de Dios a través de la Ciencia:

 Reconocer que, aunque la ciencia busca entender el mundo material, también puede apuntar
a la existencia de un diseñador inteligente detrás de la creación.
 Lectura y análisis de Josué 10:12-14.
 2 reyes 20: 8-11
El Relato
Básicamente, la historia cuenta astronautas y científicos espaciales en Green Belt,
Maryland, estaban verificando la posición del sol, la luna y los planetas para saber dónde se
encontrarían dentro de cien años y en los próximos mil años; para ello hicieron que el
programa informático reconstruyera la posición de los planetas también en el pasado, pero
en ese proceso llegó a un punto en el que la máquina se detuvo, indicando un error.
“Decidieron entonces llamar a la oficina de mantenimiento para revisarla; los técnicos
encontraron que la computadora estaba en perfectas condiciones” e informaron de que
habían encontrado que faltaba “un día en el universo del tiempo transcurrido en la historia”.
Un cristiano del equipo recordó entonces el pasaje del libro Josué, Cap. 10, en el que Dios
detiene el sol para que Israel pueda ganar una batalla. “Los ingenieros del Programa
Espacial dijeron: ‘¡Ese es el día que falta!’”, así que pusieron el programa en
funcionamiento y descubrieron que “el lapso que faltaba en la época de Josué era de 23
horas y 20 minutos, no era un día completo”. El ingeniero cristiano indicó que en 2Reyes 8:
11-20 se cuenta cómo Dios hizo que la sombra retrocediera diez grados como señal de que
el rey Ezequías sanaría; éstos conformarían exactamente los 40 minutos que le faltaban a la
computadora de la NASA. El texto ha circulado bajo el auspicio de las Sociedades Bíblicas
Unidas de Miami, Florida.
Harold Hill

Destacar cómo la ciencia y la fe pueden converger al reconocer la magnificencia y


perfección del Creador detrás de las maravillas del universo.

Aplicación Práctica:

 Invitar a la congregación a maravillarse ante la perfección de Dios manifestada tanto en la


fe como en la ciencia.
 Salmo 19:1 (RVR1960): "Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus
manos.
 Salmos 111:2 (RVR1960): "Grandes son las obras de Jehová, buscadas por todos los que las quieren."
 Hebreos 11:3 (RVR1960): "Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de
Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía."
 Animar a buscar un equilibrio entre la fe y el conocimiento científico, reconociendo que
ambos pueden coexistir armoniosamente.
En la fe, encontramos la perfección de Dios revelada a través de Su amor incondicional, Su gracia que
supera toda medida y Su fidelidad que nunca vacila. La Biblia nos muestra el carácter perfecto de Dios, Su
justicia infalible y Su amor eterno que nos envuelve en todo momento. Nos maravillamos ante la
majestuosidad de Su plan de redención y cómo Él nos invita a una relación íntima y transformadora con Él.
Pero también, al observar la ciencia, vemos la mano de Dios en la creación y en las leyes que rigen el
universo. Cada descubrimiento, cada ley física o biológica, nos muestra una pequeña parte de la
complejidad y perfección de la creación divina. La maravilla de la naturaleza, desde la belleza de un
atardecer hasta la precisión de las leyes del cosmos, nos lleva a reconocer la grandeza de nuestro Creador.
Dios es perfecto en todos los aspectos. Tanto en el ámbito de la fe como en el de la ciencia, encontramos
pruebas de Su grandeza. ¿No es asombroso cómo Dios revela su perfección a través de la Biblia y también
en el inmenso universo que nos rodea?
Que este conocimiento nos impulse a adorar con mayor fervor, a buscar un entendimiento más profundo
y a maravillarnos ante la perfección de Dios, tanto en la fe como en la ciencia. Que nuestra adoración y
reverencia por Él nos inspiren a seguir buscando Su rostro y a reconocer Su grandeza en cada aspecto de
nuestras vidas.
Conclusión: La perfección de Dios se manifiesta en cada rincón del universo, tanto en lo
visible como en lo que la ciencia busca comprender. En lugar de ser opuestos, la fe y la
ciencia pueden converger en el reconocimiento de la grandeza y perfección del Creador.
Que esta reflexión nos inspire a contemplar la perfección divina a través del estudio
científico y a glorificar a Dios como el autor de la maravillosa creación que investigamos.
Que busquemos siempre la verdad y la grandeza de Dios tanto en nuestra fe como en la
exploración científica. ¡Amén!

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