Cine Homo
Cine Homo
Cine Homo
Formas de ver
(Ediciones de la Mirada)
Título:
El celuloide oculto
Autor/es:
Ferris Carrillo, Maria José
Citar como:
Ferris Carrillo, MJ. (1998). El celuloide oculto. Banda aparte. (9):135-136.
Copyright:
Reserva de todos los derechos (NO CC)
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Vicerrectorado de las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones de la Universitat Politècnica de València.
Entidades colaboradoras:
EL CEL ULO ID EOCULTO
(The celluloid closet. R. Epstein yJ. Friedman. USA, 1997) 1Ma José Ferris Carrillo
El celuloide oculto ocómo sacar materiales que utiliza (sobre todo, la imagen. par-
ticularmente inmediata), cuen ta con un poder dis-
cursivo funda mental. E l cine, pues, representa: o
la lavandadel armario sea, es capaz de hacer "p resente" a lgo que ya exis-
te (de ahí e l uso del prefijo re). L a citada inme-
A buen entendedor pocas palahras bastan diatez de la imagen es determinante a la h ora de
(Paremiología popular) realizar configuraciones de situaciones y, sobre
todo como veremos luego, de personas y tipos.
l. LA PARA NOIA DEL DISIDENTE Además de re-presentar, este dispositivo tiene
E l discurso programático de la modernidad se el poder de llevar a acabo otras dos operac iones.
articulaba sobre una serie de opos iciones básica s Por una parte, sirve para la materialización de
que estructuraban de forma elementa l al ser manifestaciones no reales, de lo inexistente, de lo
humano y su lugar en el mundo: sujeto frante a intangible, m ediante el uso del fuera de campo, el
objeto, hombre frente a mujer, animal frente a per- espacio o.fl y la manipulación en el m ontaje. En
sona... La nueva condic ión pos tmoderna abole este sentido, por ejemplo, fue el arma y el juguete
estas delimitaciones tajantes y hace confluir las favorito de las vanguardias y, en especial , del
dicotomías disolviéndolas en un magma impreci- surreal ismo que lo utilizó para presentar el auto-
so. Cuestionada la funcionalidad y la verdad últi- matis mo, el movimiento infinito y los sueños. El
ma de la barra de diferenciación (S/ 0, H/M , cine sería aquí el mecanismo de la representación
A/P... ), se entra en el territorio de la indefinición y de la ausencia.
la amb igüedad. Por otra parte, tiene la posibilidad de realizar
Así, en la modemidad, el paradigma de sujeto la acción contraria. Es decir, goza de la prerroga-
era, necesariamente, un varón blanco, burgués y tiva de conseguir que realidades de p leno derech o
heterosexual. Y esta elección, aparentemente ino- no existan, ya que las evacua, las tacha, las
cente, condenaba al ostracismo otras realidades "ausenta". Es lo que llamaríamos ausencia de
(la femineidad, la raza, la clase social,. la orienta- representación. Aquí entroncamos con nuestras
c ión sexual...), que pasaban a desaparecer. Detrás palabras anteriores, ya que vemos que, dado que
de esta operación de invisibilización hay unos el cine es capaz de proceder a la invis ibi lización y
intereses determinados del orden imperante, que el borrado, se convierte en el medio ideal del que
se quiere erigir como el único pos ible, como e l puede servirse el discurso imperante para conde-
único válido, legítimo y legitimador. nar a la marginalidad y al aniquilamiento a las
S in posibilidad de configurar un espacio como citadas disidencias.
lugar de representación propio, estas m ani festa- Si la representación de la ausencia hace que el
ciones (lo que hoy se conoce por otras voces: las cine se configure como un d ispositivo mágico que
de las mujeres, las de los de otras etnias, las de los nos permite trascender la rea lidad inmediata y
homosexua les ... ) se han v isto sometidas a un gris; la ausencia de representación (que es lo que
doble tratamiento: o bien, se ha procedido, como aquí nos interesa) no deja de ser reprobable como
dij imos, a su borrado; o bien, se han v is to así mis- muestra de terrorism o cu ltura l.
mas espuriamente representadas bajo los paráme- Una de las víctimas de ese vaciado representa-
tros de las fuerzas hegemón icas. cional ha si do es a realidad soc ia l llamada homo-
Y en esta coyuntura se encuentran estas disi- sexualidad.
dencias. Expulsados del paraíso del modo de
representación oficial, por una parte; y, por otra,
abocados a una identificación aberrante o para- 3. L UCIDEZ Y SOMBRAS : UN COMBATE ETERNO
noica ya que están incapacitados para hacer suyos El tratam iento que el di spositivo cinematográ-
dichos modos tradic ionales de representación, se fico (deudor, como sabemos, de la ideología
han convertido en "los marginados simbólicos de dominante) dio a la homosexualidad puede resu-
un s istema cultural"'. mirse así: "la dictadura heterosexual culminó con
el genocidio contra los homosexuales en la p an-
talla. Al hacernos invisibles, podían fingir que no
2. PRESENTAR, REPRESENTAR Y "AUSENTAR" existíamos. Al hacernos innombrables, nos hací-
Hoy nadie duda de que el cine es, por exce- an parecer más desdeñables. El amor que no
lencia, uno de los sistemas de representación sim- osaba pronunciar su nombre tampoco osaba mos-
bólica de la humanidad. Por la pregnancia de los trar su rostro"~.
banda aparte
.frente al adocenamiento cultural y cinematográfico dominante,
un lugar de resitencia,
un espacio de intervención en la imagen.