Boletin Cfcp-Noviembre-Pandemia Covid 19
Boletin Cfcp-Noviembre-Pandemia Covid 19
Boletin Cfcp-Noviembre-Pandemia Covid 19
I. INDICE TEMÁTICO
I. FALLOS TRASCENDENTES DE LA CÁMARA FEDERAL DE CASACIÓN PENAL 9
A. PRISIÓN PREVENTIVA 9
1. Prisión preventiva. Prisión domiciliaria. Hacer lugar, anular y devolver las actuaciones a su
origen para que se dicte un nuevo pronunciamiento. Decisión arbitraria. Pandemia Covid-19.
Omisión de análisis del estado de salud y situación de riesgo. 9
POPOWIEZ, Sandra Gabriela 9
2. Prisión preventiva. Excarcelación, morigeración de la prisión preventiva rechazada. Recurso
defensa. Riesgos procesales. Sustracción de elementos de pruebas. Obstaculización de la
justicia. Condenas en otras causas. Delito grave. Recurso inadmisible. 10
JAIME, Ricardo Raúl 10
3. Prisión preventiva. Excarcelación. Prisión domiciliaria. Recurso inadmisible. Decisión
fundada. Riesgos procesales. CPPF. Estado de salud estable. Adecuada atención médica
intramuros. Acordada nº 9/20 CFCP. 10
ZABALA, Nélida Beatriz 11
4. Prisión preventiva. Prisión domiciliaria. Remitir actuaciones para nuevo pronunciamiento.
Circunstancias actuales. Derecho al recurso. 11
ETCHECOLAZ, Miguel Osvaldo 12
5. Prisión preventiva. Excarcelación en términos de libertad condicional. Hacer lugar, anular y
reenviar para un nuevo pronunciamiento. Ley 24.660. Unificación de condenas. Requisito
temporal cumplido. Ley penal más benigna. 12
RODRÍGUEZ CATALÁN, Eduardo Ernesto 13
6. Prisión preventiva. Excarcelación. Cese de prisión preventiva. Recurso inadmisible. Riesgos
procesales. Gravedad de la pena. Medidas alternativas improcedentes. CPPF. Tiempo de
detención razonable. Complejidad del caso. Necesidad de garantizar el debate. Imputados en
prisión domiciliaria. 13
PÉREZ, Claudio Alfredo 14
7. Prisión preventiva. Excarcelación concedida. Recurso Fiscal. Hacer lugar, anular y reenviar
para que se dicte nuevo pronunciamiento. Decisión arbitraria. Omisión de tratamiento de
cuestiones sustanciales vinculadas con la existencia de riesgos procesales. Naturaleza y
gravedad de los hechos. Cantidad de estupefaciente. Documentación secuestrada.
Complejidad de la causa. Personas prófugas. Condiciones personales del imputado. 14
ROCHA, Federico Matías 15
8. Prisión preventiva. Prisión domiciliaria. Hacer lugar, anular la decisión y reenviar las
actuaciones para nuevo pronunciamiento. Principio acusatorio. Posición fiscal favorable.
Dictamen fiscal fundado. Límites a la jurisdicción. 15
OTTAVIANO, María Cristina 16
1
9. Prisión Preventiva. Prisión domiciliaria y medidas de morigeración rechazadas. Recurso
defensa. Riesgos Procesales. Arts. 210, incs. “J”, “K” y 221 Código Procesal Penal Federal.
Gravedad del delito. Compromisos internacionales asumidos por la Argentina. Recurso
inadmisible. 16
MARTÍNEZ, Pablino 16
10. Prisión preventiva. Prisión domiciliaria. Delito de lesa humanidad. Recurso inadmisible.
Inexistencia de peligro concreto y actual para la salud. Falta de cumplimiento de los requisitos
de procedencia del instituto. Encomendar al tribunal el cumplimiento de medidas de
prevención, salud e higiene. 16
SÁNCHEZ, Gonzalo 17
11. Prisión preventiva. Prisión domiciliaria. Lesa humanidad. Inadmisible. Inexistencia de
agravio federal y arbitrariedad. Adopción de medidas adecuadas para evitar propagación y
contagio virus. Atención médica adecuada. Estado procesal de la causa. 18
LEGUIZAMON, Carlos Hugo 18
12. Prisión preventiva. Excarcelación revocada. Hacer lugar, anular la resolución y reenviar
para un nuevo pronunciamiento. Decisión infundada. Omisión de analizar las circunstancias
del caso. 18
CLADERA, Sabrina Beatriz 19
13. Prisión preventiva. Prisión domiciliaria. Hacer lugar, anular y devolver para que se dicte
un nuevo pronunciamiento. Efectuar nuevo análisis tomando en consideración Arts. 210, 221
y 222 CPPF, y circunstancias actuales del caso. 19
VILLALBA, Osvaldo Gregorio 20
14. Prisión preventiva. Excarcelación concedida. Recurso fiscal. Rechazar. Decisión fundada.
Inexistencia de riesgos procesales. Cumplimiento de comparecencia quincenal. 20
MARTINEZ, Sergio Omar 21
15. Prisión preventiva. Excarcelación. Hacer lugar, anular y devolver para que se dicte un
nuevo pronunciamiento. Efectuar nuevo análisis tomando en consideración Arts. 210, 221 y
222 CPPF, y circunstancias actuales del caso. 21
SPINELLI, José María 22
16. Prisión preventiva. Excarcelación. Domiciliaria en subsidio. Recurso fiscal. Adhesión de la
defensa. Hacer lugar, anular y reenviar para que se dicte nuevo pronunciamiento. Decisión
arbitraria. Ausencia de contradictorio entre las partes. Dictamen fiscal fundado. 22
CUELLO CAGLIERO, Ricardo Jesús 23
B. EJECUCIÓN PENAL 23
1. Ejecución penal. Rechazo de planteo de inconstitucionalidad de los arts. 14, inc. 10, CP y 17,
56 bis y 56 quater de la ley 24.660 -según la ley 27.375-. Cómputo de pena. Rechazar recurso.
Decisión fundada. Aplicación de la ley 27.375. Constitucionalidad de las normas de referencia.
Régimen preparatorio para la liberación. No afectación de derechos y garantías
constitucionales. 23
PAULINO, Juan Ramón 25
2. Ejecución penal. Sanción disciplinaria. Hacer lugar, revocar y declarar la nulidad de la
sanción disciplinaria impuesta. Encomendar. Control judicial permanente de la ejecución de la
pena privativa de la libertad. Fallo “Romero Cacharane”, CSJN. Plazo razonable. Arts. 96 y 97,
Ley 24.660. Derecho de defensa. 25
2
MELJE, Marcelo Fabián 26
3. Ejecución penal. Prisión domiciliaria. Rechazo. Inexistencia de riesgo concreto y actual para
la salud. No integra grupo de riesgo. Ausencia de vulneración al interés superior del niño.
Delito grave. Acordada 9/20 CFCP. 26
ROSALES, Mariano Eduardo 27
4. Ejecución penal. Salidas transitorias. Rechazo. Falta de cumplimiento de los requisitos
legales. Progresividad del régimen penitenciario. 27
SARMIENTO, Víctor Alejandro 28
5. Ejecución penal. Libertad condicional. Hacer lugar, anular la decisión y remitir para un
nuevo pronunciamiento. Decisión arbitraria. Omisión de análisis integral de los informes del
Consejo Correccional. Requisito temporal cumplido. Ausencia de respuesta a los argumentos
de la defensa. 28
CABRERA, Juan José 28
6. Ejecución penal. Salidas transitorias. Rechazo de planteo de inconstitucionalidad del art. 56
bis de la ley 24.660 -según la ley 27.375-. Rechazar recurso. Decisión fundada.
Constitucionalidad de la ley 24.660 -según ley 27.375-. Régimen preparatorio para la
liberación. No hay afectación de derechos y garantías constitucionales. 29
MONTAÑO GONZÁLEZ, Luis Fernando 30
7. Ejecución penal. Observación de cómputo de pena. Tiempos paralelos de detención.
Rechazar recurso de la defensa. Conformidad fiscal no vinculante. Necesidad de sentencia
definitiva firme para computar tiempo de detención cautelar. 30
FRANCO, Stella Maris 31
8. Ejecución penal. Estímulo educativo. Recurso defensa. Valoración contradictoria de cursos
realizados por el interno. Sentencia arbitraria. Constancias de la causa. Hacer lugar al recurso,
casar la resolución recurrida y devolver al juzgado a fin de que dicte un nuevo
pronunciamiento. 31
MEDINA, Maximiliano Germán 32
9. Ejecución penal. Libertad condicional. Rechazo de planteo de inconstitucionalidad de la ley
27.375. Rechazar recurso. Decisión fundada. Constitucionalidad del art. 14 del CP -según ley
27.375-. Régimen preparatorio para la liberación. No hay afectación de derechos y garantías
constitucionales. 32
BENAVÍDEZ BUSTOS, Héctor Valentín 33
10. Ejecución penal. Estimulo educativo. Rechazar recurso. Art. 140, ley 24.660. Cursos de
capacitación profesional. Ley 26.206. 33
MORENO, Cristian Horacio 34
11. Ejecución penal. Prisión domiciliaria concedida. Recurso Fiscal. Hacer lugar, anular y
reenviar para que se dicte nuevo pronunciamiento. Decisión arbitraria. Omisión de motivos
para mantener la detención domiciliaria. Incumplimiento injustificado deberes asumidos.
Egreso del domicilio. 34
GAIOTTINO, Leandro Darío 34
12. Ejecución penal. Prisión domiciliaria. Delito grave. Condena a prisión perpetua confirmada
en casación. Recurso inadmisible. Inexistencia de agravio federal. Ac. 9/20 CFCP. Covid-19.
Encomendar al tribunal el cumplimiento de las medidas de prevención, salud e higiene. 35
OVEJERO OLMEDO, Víctor Hugo 35
3
13. Ejecución penal. Estímulo educativo. Hacer lugar, casar y anular la decisión. Reducir los
plazos para el avance en el régimen progresivo de ejecución de la pena. Dictamen fiscal
vinculante. Cursos de formación profesional. Principio resocializador. 36
FERNÁNDEZ, Julio Orlando 37
14. Ejecución penal. Libertad condicional. Rechazar. Decisión fundada. No se encuentran
dados los requisitos establecidos en el art. 13 del C.P., en función del art. 28 de la Ley 24.660.
Encomendar. Medidas de prevención, salud e higiene. Acordada 3/20 CFCP. 37
GUERRERO, Omar Rodolfo 37
15. Ejecución penal. Estimulo educativo. Hacer lugar, anular y reenviar para que se dicte
nuevo pronunciamiento. Decisión arbitraria. Se soslayó atender a las propuestas formativas
cumplidas por el interno. 38
SILVEIRA, Alejandro Rogelio 38
C. HABEAS CORPUS 38
1. Habeas corpus. Rechazo. Pedido de visitas en la unidad penitenciaria. Pandemia Covid-19.
Ausencia de agravamiento de las condiciones de detención. Ley 23.098. 39
SIDES, Roy 39
2. Habeas corpus. Inadmisible. Encomendar. Decisión fundada. Inexistencia de cuestión
federal. Competencia del juez de ejecución. Atención psicológica. 40
DOS SANTOS, Sebastián Diego Orlando 40
3. Habeas Corpus colectivo y correctivo. Rechazar recurso. Derecho a la comunicación. Uso de
teléfonos celulares dentro de la unidad penitenciaria. Inexistencia de agravamiento de las
condiciones de detención. Circunstancias actuales. Habilitación gradual de visitas sociales. 40
INTERNAS ALOJADAS EN EL PABELLÓN NRO. 33 "B" DEL COMPLEJO PENITENCIARIO FEDERAL IV
DE EZEIZA 41
D. SENTENCIAS DEFINITIVAS 41
1. Sentencia definitiva. Sobreseimiento. Estafa en perjuicio de la administración pública.
Recurso de la querella (ANSES). Hacer lugar, anular la decisión recurrida y reenviar para nuevo
pronunciamiento. Decisión prematura. Plazo razonable. Rechazo. 42
SOMOZA, Jorge Federico 42
2. Sentencia definitiva. Condena. Recurso de la defensa. Rechazo. Decisión fundada.
Incorporación por lectura de prueba no dirimente. Calificación legal. Transporte de
estupefacientes. Aspecto subjetivo. Falta de configuración de delito imposible. Mensuración
de la pena. 43
GÓNZALEZ, Omar Alberto 44
3. Sentencia definitiva. Archivo. Recurso de la querella. Hacer lugar al recuso, anular la
decisión y remitir a su origen. Decisión arbitraria y prematura. Privación de justicia. Deber del
Estado de investigar casos por violaciones a derechos humanos. Necesidad de profundizar la
investigación. 44
NN 45
4. Sentencia definitiva. Condena. Recurso Fiscal. Hacer lugar, casar la decisión y condenar por
trata de personas menores de dieciocho años de edad agravado, y reenviar para que se fije
una nueva pena. Decisión infundada. Calificación jurídica. Ley 26.364. 45
JUÁREZ, Jorge Mauricio 46
4
5. Sentencia definitiva. Sobreseimiento. Recurso fiscal. Hacer lugar, anular la decisión y
remitir para la continuación del trámite. Decisión prematura e infundada. Ausencia de
producción de pruebas. 47
JAIME, Élida Concepción 47
6. Sentencia definitiva. Condena. Tenencia de estupefacientes con fin de comercialización.
Hacer lugar, anular y remitir para establecer nueva pena de multa. Rechazar planteo de
nulidad. Requisa válida. Decisión fundada. Principio de legalidad. Ley aplicable al momento
de los hechos. 48
PALAVECINO, Jesús Edelmar 49
7. Sentencia definitiva. Condena. Organizador de transporte de estupefacientes agravado por
el número de personas intervinientes. Hacer lugar parcialmente al recurso. Principio de
congruencia. Calificación jurídica más gravosa. Violación del debido proceso y derecho de
defensa. Reenviar actuaciones para nuevo pronunciamiento. Rechazarnulidades. 49
FLORES TERRAZAS, José Indalicio 52
8. Sentencia definitiva. Condena. Recurso de la defensa. Explotación económica del ejercicio
de la prostitución ajena en concurso ideal con el delito de trata de personas en su modalidad
de captación. Situación de vulnerabilidad de la víctima. Lesión al bien jurídico. Trata de
personas. Inconstitucionalidad. Principio de legalidad. Consentimiento. Culpabilidad. Monto
de pena. 52
ROJAS, Alexander 55
9. Sentencia definitiva. Condena. Transporte de estupefacientes. Planteo de nulidades.
Requisa automóvil. Valoración probatoria. Calificación jurídica. Decomiso. 55
ROMARIÓN, Diego Ariel 58
10. Sentencia definitiva. Condena. Casación horizontal. Cambio de calificación. Recurso
defensa. Casación positiva en fallo absolutorio. Competencia de la CFCP. Doctrina CSJN.
Nulidad de requisa y detención. Marco probatorio. Agravante art. 11 inc. “c” Ley 23.737.
Rechazar recurso. 58
D’AGOSTINO VIDABLE, Juan Carlos 59
11. Sobreseimiento parcial confirmado. Art. 54 Código Procesal Penal Federal. Intervención de
la Cámara Federal de Casación Penal. Recurso fiscal. Inexistencia de cuestión federal. Recurso
de queja inadmisible -por mayoría-. 59
ASIC Agencia de Seguridad e Informes Comerciales 60
12. Sentencia definitiva. Condena. Recurso de la defensa. Rechazo. Nulidades. Intervención
telefónica. Manifestaciones incriminatorias efectuadas en Facebook. Rechazo planteo de
inconstitucionalidad del Art. 12 del C.P. Revocación de la condicionalidad de la pena. Pena
única. 60
LÓPEZ, Felipe Gastón 61
13. Sentencia definitiva. Sobreseimiento. Recurso fiscal. Ley Penal más benigna. Delitos
aduaneros. Ley 27.430. Doctrina CSJN. Recurso inadmisible -por mayoría-. 62
CHICCHI CASTILLO, Octaviana 62
14. Sentencia definitiva. Condena. Tenencia de estupefacientes con fines de comercialización.
Participación de más de tres personas organizadas para cometerlo. Transporte de
estupefacientes. Facilitación de lugar para el comercio de estupefacientes. Hacer lugar
parcialmente al recurso únicamente en lo que respecta a la fundamentación de la modalidad
de cumplimiento de la pena y reenviar a fin de que se dicte un nuevo decisorio. Nulidades.
5
Acta de lectura de derechos y garantías y de la declaración indagatoria. Incorporación de
escucha telefónica. Valoración probatoria. Calificación legal. Modalidad de cumplimiento de
la pena. Pena de multa. Ley 27.302. Constitucionalidad. Art. 21 CP. 62
GORULLENCA, Martín Sebastián 65
15. Sentencia definitiva. Sobreseimiento. Evasión tributaria. Recurso fiscal. Inadmisibilidad.
Inexistencia de cuestión federal. 65
GAMBAROTTO, Rolando David 65
16. Sentencia definitiva. Absoluciones. Recurso fiscal. Hacer lugar, anular y reenviar para un
nuevo pronunciamiento. Decisión arbitraria. Delitos de lesa humanidad. Análisis parcializado
de la prueba. Respecto del imputado Canteros Hacer lugar, anular, condenar y reenviar. 66
ISSLER, Domingo José 68
17. Sentencia definitiva. Condena. Transporte de estupefacientes agravado por la
intervención organizada de tres o más personas. Rechazar recursos. Nulidades. Inicio de las
actuaciones. Requisa. Valoración probatoria. Participación. Calificación legal. Delito de
confabulación -art. 29 bis, Ley 23.737-. Agravante art. 11, inc. c, Ley 23.737. Mensuración de
pena. Sentencia fundada. 68
ESTRADA, Alberto Abram y otros 70
18. Sentencia definitiva. Sobreseimiento confirmado. Recurso querella. Delito de estafa. Ne
bis in idem. Triple identidad. Cosa juzgada material. Sobreseimiento por otro delito. Identidad
fáctica en fuero distinto. Rechazar recurso. 70
WOSLAVSKY, Norberto 71
19. Sentencia definitiva. Condena. Juicio abreviado. Hacer lugar, anular la decisión y remitir
para que nuevos jueces continúen con la sustanciación del proceso. Art. 431 bis del CPPN.
Interpretación errónea de la norma. Alcances del principio acusatorio. 71
PUCHALSKI, Alexis 72
20. Sentencia definitiva. Condena. Recurso de la defensa. Hacer lugar parcialmente, casar y
dejar sin efecto la declaración de reincidencia. Dictamen fiscal favorable. Límite a la
jurisdicción. Pena y Multa fundadas. Arts. 22 bis, 40 y 41 CP. 72
PIPINO JOYA, Lucas Darío 73
21. Sentencia definitiva. Condena. Recurso de la defensa. Rechazo. Nulidades.
Reconocimiento en rueda de personas. Secuestro de vehículo. Decisión fundada. Calificación
legal. Secuestro extorsivo. Robo en poblado y en banda. Portación ilegítima de armas.
Encubrimiento. Concurso. 73
ARRUA, Ezequiel Ricardo 75
E. OTROS TEMAS 75
1. Determinación de la pena. Impugnación defensa. Tramitación completa según Código
Procesal Penal Federal. Cesura del juicio. Artículos 304, 347 y 365 Código Procesal Penal
Federal. Perforación del mínimo legal. Constitucionalidad del artículo 26 Código Penal.
Cumplimiento de la pena en arresto domiciliario. Rechazar la impugnación -por mayoría- 76
RODRÍGUEZ, Maribel Carina 77
2. Restitución de rodado. Inadmisible. Decisión fundada. Inexistencia de cuestión federal y de
arbitrariedad. Falta de acreditación de modo fehaciente de la operación de compra venta.
Reconocimiento expreso de la firma inserta en el formulario 08. Vinculación del rodado con
6
maniobras de lavado de dinero proveniente del narcotráfico. Obligaciones internacionales
sobre recupero de activos. 77
OVEJERO, Miguel Ángel 78
3. Incapacidad sobreviniente. Rechazo. Recurso defensa. Informes psiquiátricos y
psicológicos. Coincidencia de los peritos de parte. Autonomía psíquica insuficiente. Derecho
de defensa. Debido proceso. Hacer lugar al recurso, casar la resolución recurrida y suspender
la tramitación del proceso. 78
DE LEÓN, Enrique 79
4. Planteo de acogimiento al régimen de regularización excepcional de obligaciones
tributarias. Art. 54, Ley 27260. Recurso defensa. Art. 54 Código Procesal Penal Federal.
Doctrina CSJN “Di Nunzio”. Cuestión federal. Hacer lugar a la queja interpuesta y conceder el
recurso de casación. 79
CORALLO, Diego 80
5. Inhibición de Magistrados de la Sala I CFCP. Impugnación referida a la pena impuesta.
Código Procesal Penal Federal. Sorteo de la causa conforme artículo 368 Código Procesal
Penal Federal. No intervención de los jueces en la revisión de condena. No aceptar las
inhibiciones. 80
VILLEGAS, Ezequiel y otro 80
6. Juicio Abreviado. Diferimiento de la modalidad del cumplimiento de pena. Impugnación
defensa. Tramitación completa según Código Procesal Penal Federal. Acuerdo de las partes
relativo al modo de cumplimiento de pena. Pandemia COVID-19. Artículo 325 del Código
Procesal Penal Federal. Reglas del sistema acusatorio y litigación. Hacer lugar a la
impugnación deducida, anular la resolución recurrida y disponer que la pena privativa de la
libertad impuesta se cumpla en detención domiciliaria mientras dure la pandemia. 80
ALBA, Juan Carlos 81
7. Competencia. Recurso Fiscal. Hacer lugar y revocar la resolución recurrida. Mantener
competencia federal. Decisión arbitraria. Daños. Patrimonio estatal (CPF Marcos Paz).
Precedente fundante de la decisión impugnada no es sustancialmente análogo al caso en
estudio. Fallo “Freire Díaz”, CSJN. Avanzado estado de las actuaciones en sede federal (art.
354 del C.P.P.N.). Principio de economía procesal y mejor administración de justicia.
Intervención de juez unipersonal. 81
CHAPAY, Franco Rodrigo y otro 82
8. Incorporación en carácter de amicus curiae. Interés institucional sobre la cuestión debatida.
Argumentos jurídicos. Art. 44, Reglamento de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Art. 75, inciso 22, CN. Acordada Nro. 7/2013, CSJN. 82
JARAMILLO, Martha Luciana y otros 82
9. Excepción de falta de acción por inexistencia de delito. Recurso de la defensa en causa
propia. Rechazo al pedido de sobreseimiento. Recurso inadmisible. Inexistencia de cuestión
federal. 83
CARO, Rodrigo Fernando 83
10. Pena de multa. Ley 27.302. Art. 9. Actualización de los montos de las penas de multa
previstas en la ley 23.737. Precio del formulario de inscripción en el Registro Nacional de
Precursores Químicos. Sentencia fundada. Intervención de juez unipersonal. 84
CONTI DE LOS SANTOS, Miguel Ángel 84
7
11. Suspensión de juicio a prueba. Hacer lugar, anular y remitir para que se dicte un nuevo
pronunciamiento. Decisión arbitraria. No se explicitó suficientemente por que se aparta del
criterio expuesto en el dictamen del Fiscal General. Imputado condenado por hechos
cometidos con posterioridad al término fijado por el tribunal a quo para la suspensión del
proceso a prueba. Falta de impulso de la acción penal. 84
CASAIS, Néstor Fabián 85
12. Ingreso a unidad penal. Impugnación defensa. Tramitación completa según Código
Procesal Penal Federal. Mantenimiento del arresto domiciliario. Artículo 375 Código Procesal
Penal Federal. Sentencia no firme. Conformidad del fiscal. Pandemia COVID-19. Inexistencia
de controversia entre las partes. Hacer lugar a la impugnación deducida por la defensa, anular
la resolución recurrida y mantener su arresto domiciliario, hasta tanto la sentencia adquiera
firmeza. 86
LEDEZMA, Víctor Hugo 86
8
I. FALLOS TRASCENDENTES DE LA CÁMARA FEDERAL DE CASACIÓN PENAL
A. PRISIÓN PREVENTIVA
1. Prisión preventiva. Prisión domiciliaria. Hacer lugar, anular y devolver las actuaciones
a su origen para que se dicte un nuevo pronunciamiento. Decisión arbitraria. Pandemia
Covid-19. Omisión de análisis del estado de salud y situación de riesgo.
Corresponde hacer lugar al recurso de casación interpuesto por la defensa de Sandra
Gabriela Popowiez, sin costas; anular la resolución recurrida- que dispuso no hacer lugar
por improcedente a la prisión domiciliaria solicitada en favor de la nombrada- y, en
consecuencia, devolver las actuaciones al tribunal de origen para que dicte un nuevo
pronunciamiento con arreglo a los lineamientos aquí sentados -arts. 471, 530 y ccdtes. del
CPPN-. Ello así, por cuanto la decisión puesta en crisis presenta aspectos que resienten su
motivación y, por ende, la descalifican como acto jurisdiccional válido. Se advierte que el
tribunal a quo fundó su decisión en lo dictaminado por el representante del Ministerio
Público Fiscal, lo dispuesto en el decreto 297/20 del PEN y el hecho de que Popowiez no
encuadra en ninguna de las excepciones allí previstas. Ello, sin siquiera hacer referencia a
las normas cuya aplicación al caso en realidad se reclama, que son las que regulan el
instituto de la prisión domiciliaria. Luego, sostuvo que el tribunal se encuentra brindando la
prestación mínima del servicio de justicia, conforme las acordadas 4/20 de la CSJN y 4/20
de esta CFCP; que las unidades de detención se encuentran obligadas a garantizar los
requisitos de salubridad propios de la situación excepcional generada a causa del COVID-
19; y que el tránsito, desplazamiento y circulación de personas agravan el riesgo de contraer
este virus. Argumentos que, a mi juicio, se presentan como manifestaciones genéricas
frente a la concreta circunstancia en la que se fundó el pedido. Se observa que el tribunal a
quo omitió todo tipo de análisis con relación al estado de salud de la nombrada que padece
de HIV y la situación de riesgo o no en la que se encuentra debido al especial contexto
epidemiológico que se transita. Prueba de ello resulta el hecho de que ni siquiera hizo
mención al legajo personal aportado por el Servicio Penitenciario de la provincia de Santa
Fe, pese a ser un elemento que podría echar luz sobre lo alegado por la defensa. La decisión
recurrida no cuenta con los fundamentos mínimos, necesarios y suficientes para ser
considerado un acto jurisdiccional válido, en los términos del artículo 123 del CPPN. Dres.
Petrone, Barroetaveña y Figueroa.
POPOWIEZ, Sandra Gabriela
Magistrados: Figueroa, Petrone y Barroetaveña
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala I
Registro N° 1545/20 Resolución del 5/11/20
Causa N° FRO 43808/2018/TO1/3/1/CFC1
9
2. Prisión preventiva. Excarcelación, morigeración de la prisión preventiva rechazada.
Recurso defensa. Riesgos procesales. Sustracción de elementos de pruebas.
Obstaculización de la justicia. Condenas en otras causas. Delito grave. Recurso
inadmisible.
Corresponde declarar inadmisible el recurso interpuesto por la defensa. Que, cabe destacar
que a la hora de evaluar las solicitudes formuladas por la defensa, en primer lugar se tuvo
en consideración que Ricardo Raúl Jaime se encuentra requerido a juicio por la presunta
comisión de los delitos de asociación ilícita, en carácter de organizador y cohecho pasivo –
tres (3) hechos-en calidad de coautor, los cuales concurren en forma real entre sí. Con
relación a la gravedad de la imputación dirigida hacia Jaime, se especificó que esta causa -y
sus conexas- registra más de cien (100) personas imputadas, que se encuentran acusadas
de llevar a cabo presuntas maniobras ilícitas en detrimento del erario público y amparados
en una estructura estatal, durante más de doce años (desde 2003 al 2015). En otro orden
de ideas, se detalló en la resolución recurrida las distintas condenas y múltiples causas en
trámite que registra el encausado, destacándose al respecto, por un lado, la latente
posibilidad de otra eventual unificación de penas; y, por el otro, que en una de esas
actuaciones Jaime fue condenado por sustraer elementos de prueba en una causa en
trámite ante el fuero federal, circunstancia que resultaba significativa a la hora de examinar
la presunción de obstaculización o entorpecimiento para la averiguación de la verdad. En
razón de las consideraciones precedentes, las discrepancias valorativas expuestas por el
impugnante, amén de demostrar la existencia de una fundamentación que no se comparte,
no configura un agravio fundado en la doctrina de la arbitrariedad (Fallos: 306:362 y
314:451, entre muchos otros), en los graves defectos del pronunciamiento (Fallos: 314:791;
321:1328; 322:1605), o en alguna cuestión federal (Fallos: 328:1108); por lo que debe
declararse inadmisible la vía intentada. Dres. Riggi, Catucci y Yacobucci -votos concurrentes-
JAIME, Ricardo Raúl
Magistrados: Riggi, Catucci y Yacobucci
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal- Sala III
Resolución del 10/11/20
Causa Nº CFP 13820/2018/TO1/5/CFC3
10
el plazo aludido. Por lo demás y en lo que refiere al estado de salud de la imputada en el
contexto de emergencia sanitaria, cabe agregar que esta Sala se expidió el pasado 10 de
septiembre, en el marco de la causa n° FMP 28730/2018/ES1/1/1/CFC4 Zabala, Nélida
Beatriz s/ recurso de casación, reg. N° 1300/20, ocasión en que se señaló que los agravios
invocados por la impugnante reflejaban su sola discrepancia con lo resuelto, sin hallarse
reunidos los requisitos que exige la normativa vigente en materia de detención a los fines
de conceder el beneficio solicitado. Además, se consignó que, sin perjuicio de las patologías
clínicas que padece, Zabala se encontraba estable y compensada en su salud, recibiendo el
pertinente seguimiento médico intramuros, situación que se mantiene en la actualidad.
También se concluyó que su caso tampoco se corresponde con los supuestos previstos en
la acordada 9/20 dictada por esta Cámara. El voto concurrente agregó que la gravedad de
la imputación que pesa sobre la imputada –no sólo por la calificación legal sino también por
la cantidad de intervinientes- impide la concesión de la excarcelación y de cualquier otra
medida de morigeración de la prisión preventiva. Con respecto a su situación de salud,
señaló que la parte no ha logrado demostrar cuál es el riesgo concreto y actual en el que se
encuentra Zabala, máxime cuando la nombrada no fue incorporada al listado de internos
de riesgo frente al COVID-19 elaborado por el Servicio Penitenciario Federal. La disidencia
sostuvo que, pudiendo constituir los agravios invocados por la parte recurrente alguna de
las causales previstas en el art. 456 CPPN y encontrándose prima facie involucrada una
cuestión de naturaleza federal, correspondía sustanciar el trámite del planteo casatorio.
Dres. Mahiques, Slokar -en disidencia- y Yacobucci -voto concurrente-.
ZABALA, Nélida Beatriz
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal – Sala II
Reg. N° 1857/20 Resolución del 11/11/20
Causa N° FMP 28730/2018/TO2/12/CFC10
11
derecho a la salud que el Estado debe garantizar a las personas en condición de encierro,
ante su situación de especial vulnerabilidad. En suma, razones de índole sanitaria y
humanitaria y el delicado estado de salud de Etchecolatz informado, imponen, estar a la
prisión domiciliaria concedida por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 6 de esta
Ciudad, en la que – además- este imputado está condenado. Más aún si, en resguardo del
principio de proporcionalidad, se pondera que, en estas actuaciones, el detenido se
encuentra procesado y transitando recién la etapa investigativa. En razón de ello, postuló
hacer lugar al recurso de casación interpuesto por la defensa oficial, anular la resolución
recurrida y estar al arresto domiciliario otorgado a Miguel Osvaldo Etchecolatz por el
Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 6 de esta ciudad, bajo las modalidades que el órgano
jurisdiccional competente estime corresponder. Dres. Yacobucci -en disidencia-, Slokar y
Mahiques.
ETCHECOLAZ, Miguel Osvaldo
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala II
Reg. N° 1865/20 Resolución del 12/11/20
Causa N° FLP 17261/2016/34/CFC17
12
condicional. En efecto, la pena única de cuatro (4) años y seis (6) meses impuesta en las
presentes actuaciones, se impuso encontrándose ya vigente la ley 27.375 (B.O. 28/7/2017).
La referida ley, en lo que aquí interesa, modificó los arts. 14 del C.P. y 56 de la ley 24.660, a
partir de lo cual estableció que aquellos sujetos condenados por los delitos previstos en los
arts. 5°, 6° y 7° de la ley 23.737 no pueden acceder al régimen de la libertad condicional.
Ello, sin perjuicio de la implementación de un régimen preparatorio para la liberación
distinto para esos supuestos (cfr. 56 quater de la 24.660). Dres. Mahiques -en disidencia-,
Yacobucci y Slokar.
RODRÍGUEZ CATALÁN, Eduardo Ernesto
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala II
Reg. N° 1867/20 Resolución del 12/11/20
Causa N° FBB 12000127/2009/TO1/3/1/CFC2
13
mejoramiento de la modalidad de detención, de conformidad con el art. 210, inc. “j” C.P.P.F.
Lo antes expuesto permite afirmar que la decisión del a quo está suficientemente fundada
en cuanto a la persistencia de los riesgos procesales, satisfaciéndose de ese modo las
exigencias de ultima ratio establecidas para la imposición y el mantenimiento de la medida
de coerción cuestionada (cfr. arts. 210 inciso k, 221 y 222 del C.P.P.F). El voto en disidencia
señaló que, pudiendo constituir los agravios invocados por la parte recurrente alguna de las
causales previstas en el art. 456 CPPN y encontrándose prima facie involucrada una cuestión
de naturaleza federal, correspondía sustanciar el trámite del planteo casatorio, lo que de
ningún modo implicaba anticipar criterio sobre la materia impugnada. Dres. Mahiques,
Yacobucci y Slokar-en disidencia-.
PÉREZ, Claudio Alfredo
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala II
Reg. N° 1876/20 Resolución del 12/11/20
Causa N° FLP 35808/2015/TO1/69/1/CFC24
14
constitucionales del imputado con los postulados de la normativa vigente aplicable al caso
concreto en pos de asegurar los fines cautelares previstos en nuestra legislación procesal
penal nacional (art. 280 y 319 del C.P.P.N., 16, 17, 209, 221 y cctes. del C.P.P.F, y art. 18 de
la C.N., y 3 de la Acordada 9/20 de esta C.F.C.P). Dres. Borinsky, Carbajo y Hornos- en
disidencia parcial-.
ROCHA, Federico Matías
Magistrados: Borinsky, Carbajo y Hornos
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal – Sala IV
Reg. N° 2293/20 Resolución del 13/11/20
Causa N° FRO 81035/2018/15/CFC4
8. Prisión preventiva. Prisión domiciliaria. Hacer lugar, anular la decisión y reenviar las
actuaciones para nuevo pronunciamiento. Principio acusatorio. Posición fiscal favorable.
Dictamen fiscal fundado. Límites a la jurisdicción.
Corresponde hacer lugar al recurso interpuesto, anular la resolución recurrida -en cuanto
no hizo lugar al pedido de arresto domiciliario formulado por la defensa de Ottaviano- y
reenviar al origen para que se dicte un nuevo pronunciamiento. En primer lugar, cabe
memorar que el consentimiento del representante fiscal está sujeto al control de legalidad
básico que es parte de la competencia de la jurisdicción respecto de los actos que se
desenvuelven en las causas que tramitan ante sus estrados. Sin embargo, el análisis de la
legalidad del pronunciamiento no implica la confusión de competencias ni la necesaria
coincidencia argumentativa o decisoria entre la jurisdicción y el Ministerio Público Fiscal. Se
trata, por el contrario, de una inspección que tiende a constatar que se ha actuado dentro
del margen de atribuciones legales de las partes. En el caso, se observa que lo dictaminado
por el representante del Ministerio Público Fiscal no luce irrazonable o contrario a los
estándares referenciados. Ello, en tanto, previo a expedirse sobre el fondo de la cuestión
planteada por la defensa y a fin de contar con elementos que le permitiesen dictaminar
fundadamente, el acusador púbico solicitó que se practique un pormenorizado informe
ambiental en el domicilio donde reside la Sra. Isabel Haro -madre de la encausada-, para
determinar si la presencia de María Cristina Ottaviano en su domicilio era imprescindible
para garantizar la salud física y psíquica de aquella. De esta forma, cabe concluir que las
reglas propias del sistema acusatorio y de simple litigación que adopta el Código Procesal
Penal Federal, limitan en el caso de autos la posible decisión interpretativa a adoptar por
parte de la jurisdicción. El voto concurrente agregó que donde la ley habilita en el proceso
penal un acuerdo entre la defensa y el fiscal, el requerimiento de este último será vinculante
para el juez en tanto supere los controles jurisdiccionales de razonabilidad y legalidad.
Sostuvo que, si el fiscal entiende en un caso concreto, que la prisión preventiva se cumple
adecuadamente bajo el régimen de prisión domiciliaria, ello determina que el juez limite su
actividad a la verificación de la existencia de error en la aplicación de la ley o a la
irrazonabilidad en la evaluación de los elementos que fundan la pretensión. El juez Slokar
por su parte sostuvo que los recursos deben resolverse conforme las circunstancias
existentes al momento de su tratamiento aunque sean ulteriores a su interposición y se
remitió a las consideraciones vertidas en el control de prórroga de la prisión preventiva por
lo que postuló devolver a los efectos de un nuevo pronunciamiento, sin que implique
15
anticipar juicio respecto a la procedencia de la materia en trato. Dres. Yacobucci, Mahiques
-voto concurrente- y Slokar – en disidencia-.
OTTAVIANO, María Cristina
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala II
Reg. N° 1886/20 Resolución del 13/11/20
Causa N° FRO 18564/2017/TO1/22/1/CFC22
16
cumplimiento y extremar las medidas de prevención, salud e higiene. Ello, en tanto la parte
no ha mostrado eficazmente en el recurso que la decisión del juzgador resulte infundada ni
que se haya apartado de las constancias de autos, a la vez que en el estado actual de la
cuestión sometida a inspección de esta Alzada no se dan los requisitos de procedencia de
la prisión domiciliaria a favor de Sánchez. Sin desconocer su edad -69 años- y la patología
de base que presenta, lo cierto es que en los diversos exámenes médicos confeccionados
por las autoridades del Servicio Penitenciario Federal se describe en detalle su evolución
favorable. De esta forma, no se observa -y la parte recurrente tampoco ha logrado
demostrar- que en la actualidad -de acuerdo a lo informado por los respectivos galenos-
exista un riesgo concreto para la salud del nombrado que habilite la concesión del instituto
solicitado. El voto concurrente resaltó que si se repara en el contenido de los informes
médicos mencionados y los mecanismos preventivos y sanitarios adoptados dentro de la
unidad carcelaria donde Sánchez cumple detención, se advierte que se revela incompatible
con los supuestos contemplados en el punto 2do. de la Acordada 9/20. La disidencia parcial
señaló que correspondía fijar audiencia en los términos del art. 465 bis del ceremonial.
Magüer lo antedicho, puso de resalto lo indicado en oportunidad de sufragar de forma
concordante y en modo reciente en hipótesis semejantes al sub lite sobre los alcances de la
Acordada N° 9/20 de esta Cámara. Agregó que las patologías que presenta Sánchez están
siendo abordadas en la actualidad, bajo control y adecuado tratamiento, con los cuidados
que se le brindan en el ámbito carcelario. En efecto, en razón de la detección del resultado
de COVID-19 positivo, en cumplimiento de los protocolos y normativas vigentes, fue
trasladado al Centro Penitenciario de Enfermedades Infecciosas (U.21), donde se le
brindaron los tratamientos correspondientes. Así, a partir de su evolución favorable se le
dio el alta médica y fue nuevamente trasladado a la Unidad N° 34. Sumado a ello, el sector
donde está alojado el incuso se encuentra subpoblado. Remarcó que Sánchez -que a la
fecha cuenta con 69 años de edad y siquiera reúne la exigencia etaria (cfr. arts. 10, inc. “d”
del CP y 32, inc. “d” de la Ley 24.660)- fue procesado por los delitos de privación ilegal de la
libertad agravada por haber sido cometido sin las formalidades establecidas por la ley y con
exceso en sus funciones con relación a 203 hechos, que fueron encuadrados como crímenes
contra la humanidad; también que se mantuvo fugitivo desde el año 2005 y se ocultó en
Brasil desde donde eludió la orden de captura emitida por el juzgado instructor, hasta que
con motivo de los ingentes esfuerzos mantenidos por la diplomacia argentina fue
recientemente prendido por la Policía Federal brasileña en la ciudad de Paraty (Estado de
Río de Janeiro), por una orden de captura del Supremo Tribunal Federal de Brasil, para
definitivamente poder ser extraditado a nuestro país y sometido al proceso. Dres.
Yacobucci, Slokar -en disidencia parcial- y Mahiques –voto concurrente-.
SÁNCHEZ, Gonzalo
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala II
Reg. N° 1924/20 Resolución del 18/11/20
Causa N° CFP 14217/2003/754/CFC208
17
11. Prisión preventiva. Prisión domiciliaria. Lesa humanidad. Inadmisible. Inexistencia de
agravio federal y arbitrariedad. Adopción de medidas adecuadas para evitar propagación
y contagio virus. Atención médica adecuada. Estado procesal de la causa.
Corresponde declarar inadmisibleel recurso de casación interpuesto por la defensa pública
oficial de Carlos Hugo Leguizamón contra la resolución del Tribunal Oral en lo Criminal
Federal Nro. 1 de La Plata que dispuso no hacer lugar al pedido de arresto domiciliario del
nombrado. Ello así, por cuanto los agravios de la defensa constituyen una reiteración de
aquéllos vertidos en sus recursos anteriores y que las discrepancias valorativas expuestas
en la presentación en análisis, sin perjuicio de demostrar la existencia de una
fundamentación que no se comparte, no configuran un agravio fundado en la doctrina de
la arbitrariedad (Fallos: 306:362 y 314:451, entre muchos otros), en los graves defectos del
pronunciamiento (Fallos: 314:791; 321:1328 y 322:1605), o en alguna cuestión federal
(Fallos: 328:1108). La decisión puesta en crisis valoró los informes remitidos por la Unidad
Nro. 34 de los que surgía que no sólo se habían adoptado medidas adecuadas para evitar la
propagación y contagio del virus dentro del establecimiento, sino que el imputado recibía
atención médica adecuada a su cuadro clínico, contándose, además, con médico y
enfermero de guardia las 24 horas y ambulancia y chofer para traslados, lo que ciertamente
constituía una condición necesaria para enfrentar cualquier requerimiento de urgencia.
También tomó en cuenta que la edad del imputado, como la circunstancia de que se
encuentre alojado sin compañía en una celda -es decir, aislado-, aunado al estado procesal
de la causa -próxima a la fijación de fecha para el inicio del debate-, constituían elementos
suficientes para denegar el beneficio requerido, a lo que se sumaba que las medidas
adoptadas dentro de la unidad aparecían como razonables y oportunas, a fin de prevenir y
en su caso asistir tempranamente cualquier caso que se pudiera registrar en ese contexto,
por lo que su permanencia en el actual lugar de alojamiento en modo alguno constituía un
factor de riesgo superior al que podría afrontar en su domicilio. De adverso a lo sostenido
por la asistencia técnica, se han evaluado correctamente en el caso concreto los
presupuestos de viabilidad del arresto domiciliario, sin que los argumentos expuestos por
la parte recurrente logren rebatir los fundamentos del decisorio impugnado, ni la validez de
los criterios objetivos y subjetivos tomados en cuenta para denegarlo. Dres. Figueroa,
Petrone y Barroetaveña.
LEGUIZAMON, Carlos Hugo
Magistrados: Figueroa, Petrone y Barroetaveña.
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala I
Registro N° 1610/20 Resolución del 18/11/20
Causa N° FLP 2450/2007/TO1/139/CFC297
18
no de la comparecencia mensual que se le había fijado a Cladera al momento de concederse
su excarcelación, aun cuando habían trascurrido más de seis meses desde que se había
hecho efectiva. Ello, en tanto Cladera, frente a la satisfacción de la caución real, ya se
encontraba en libertad y el cumplimiento de las condiciones impuestas resultaban ser un
factor de relevancia a tener en cuenta a la hora de evaluar si correspondía ordenar la
medida dictada por la Cámara de Apelaciones o si, por el contrario, se debía mantener la
libertad de la encausada atento a que la observancia de las condiciones fijadas –que
implican que esté a derecho- marcan que no hay riesgos procesales que justifiquen esa
decisión. En ese análisis de perfil fáctico, también debieron considerarse las consecuencias
en las obligaciones impuestas por el juzgado instructor que puede haber tenido la situación
desatada en virtud de la pandemia por COVID-19 y las medidas tomadas al efecto por las
autoridades estatales. Por último, pese a haberse considerado la existencia de “relativo
arraigo”, lo cierto es que tampoco se evaluó la situación en la que quedarían sus tres hijos
-uno de los cuales tiene 3 años de edad-que viven con su abuela y con quienes mantenía
contacto diario. En este punto, cabe referir que la defensa alega que el motivo por el cual
la imputada no vive con sus hijos es la patología que la aqueja –ulceración facial-, aspecto
sobre el cual tampoco se hizo referencia. Slokar por su parte compartió la solución con más
las consideraciones formuladas en torno a la perspectiva de género, en cumplimiento de
normas internacionales (CEDAW y Convención Interamericana para prevenir, sancionar y
erradicar la violencia contra la mujer –Belem do Pará) Dres. Yacobucci y Slokar.
CLADERA, Sabrina Beatriz
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal- Sala II
Reg. N° 1948/20 Resolución del 20/11/20
Causa N° FRO 36764/2018/5/CFC1
13. Prisión preventiva. Prisión domiciliaria. Hacer lugar, anular y devolver para que se
dicte un nuevo pronunciamiento. Efectuar nuevo análisis tomando en consideración Arts.
210, 221 y 222 CPPF, y circunstancias actuales del caso.
Corresponde hacer lugar al recurso de casación interpuesto por la defensa de Osvaldo
Gregorio Villalba, sin costas; anularla resolución recurrida- que revocó la resolución dictada
por el Juzgado Federal de Rosario nro. 4 que dispuso ordenar la detención domiciliaria del
nombrado- y, en consecuencia, devolverlas actuaciones a la Cámara a quo para que dicte
una resolución de acuerdo con los lineamientos expuestos en la presente. Según
jurisprudencia inveterada de nuestro máximo Tribunal resulta un principio ineludible en la
teoría de los recursos, aquel que ordena que las presentaciones recursivas sean resueltas
de conformidad con las circunstancias existentes al momento de su tratamiento, aunque
sean ulteriores a su interposición (cfr. Fallos: 285:353 y 310:819, entre muchos otros). En
ese sentido, resultan aplicables al presente caso las consideraciones que he expuesto en
reiterados fallos de esta Sala, en tanto a partir de la implementación del art. 1º de la
Resolución Nº 2/19 de la Comisión Bicameral de Monitoreo e Implementación del CPPF
(B.O.: 13/11/19), deviene necesario efectuar un análisis para el caso concreto de las
medidas de coerción previstas por la nueva normativa -art. 210 del CPPF- en función de las
nuevas pautas establecidas para analizar los riesgos procesales -arts. 221 y 222 del CPPF.
19
Teniendo en cuenta entonces que el presente proceso se rige bajo las disposiciones de la
ley 23984 y que de manera expresa la mencionada Comisión Bicameral resolvió la
implementación para todo el territorio nacional de los arts. 210, 221 y 222 del CPPF
referidos a medidas de coerción para asegurar la comparecencia del imputado o evitar el
entorpecimiento de la investigación, considero que la decisión recurrida no puede ser
convalidada y que corresponde que la Cámara a quo efectúe un nuevo análisis que tome en
consideración la vigencia de los artículos citados así como también las circunstancias
actuales del presente caso, sin que ello implique emitir juicio por parte del suscripto
respecto de la procedencia en el caso de alguna de las medidas coercitivas contempladas
en el art. 210 del CPPF. El voto concurrente señaló que el delicado cuadro de situación
planteado por la defensa, que sustentó la concesión del arresto domiciliario por parte del
magistrado de primera instancia, impone también un reexamen actualizado y
contextualizado de las circunstancias que atañen al encartado y a su grupo familiar
inmediato, que fueron tenidas en cuenta por la cámara a quo al revocar la morigeración de
la detención. Dres. Petrone, Barroetaveña y Figueroa.
VILLALBA, Osvaldo Gregorio
Magistrados: Figueroa, Petrone y Barroetaveña.
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala I
Registro N° 1636/20 Resolución del 25/11/20
Causa N° FRO 70344/2018/19/CFC6
20
se imputa a Sergio Omar Martínez dentro de la asociación y la gran cantidad de salidas del
país con destino a la República Oriental del Uruguay. Por otra parte, remarcó que la Cámara
de Apelaciones tampoco reparó en que aún no se han podido establecer todos los bienes
obtenidos de los hechos objeto de investigación, tanto en el país como en el extranjero.
Finalmente, aseveró que subsisten concretos peligros procesales, que impiden aplicar las
medidas alternativas previstas en los incisos “a” al “j” (artículo 210, inciso “k”, 211 y 222 del
Código Procesal Penal Federal, aprobado por la Ley 27.063), e imponen revocar la
excarcelación concedida a fin de asegurar la comparecencia del imputado y evitar el
entorpecimiento de la investigación. Slokar por su parte señaló que como expusiera
oportunamente al emitir pronunciamiento en el recurso de queja, el remedio deducido por
el representante del Ministerio Público Fiscal no abastecía las exigencias de admisibilidad,
lo que impide el progreso del reclamo. Sin perjuicio de lo cual, en las particularidades de la
especie y al sólo efecto de conformar la mayoría necesaria, aparece llamado a acompañar
la solución propiciada por el juez Yacobucci. Dres. Mahiques -en disidencia-, Yacobucci y
Slokar.
MARTINEZ, Sergio Omar
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal- Sala II
Reg. N° 1989/20 Resolución del 25/11/20
Causa N° FLP 2436/2015/112/CFC18
15. Prisión preventiva. Excarcelación. Hacer lugar, anular y devolver para que se dicte un
nuevo pronunciamiento. Efectuar nuevo análisis tomando en consideración Arts. 210, 221
y 222 CPPF, y circunstancias actuales del caso.
Corresponde hacer lugar al recurso de casación interpuesto por la defensa de José María
Spinelli, sin costas; anularla resolución recurrida- que revocó la resolución dictada por el
Juzgado Federal de Rosario nro. 4 que dispuso conceder la excarcelación del nombrado- y,
en consecuencia, devolverlas actuaciones a la Cámara a quo para que dicte una resolución
de acuerdo con los lineamientos expuestos en la presente. Si bien las razones expuestas por
la Cámara a quo habrían podido resultar suficientes para revocar la excarcelación concedida
a José María Spinelli (gravedad de los hechos que se le imputan, la alta pena en expectativa
e imposibilidad de dejarla en suspenso y que se trataría de una organización delictiva -
integrada por más de diez personas-destinada al tráfico de estupefacientes), lo cierto es
que según jurisprudencia inveterada de nuestro máximo Tribunal resulta un principio
ineludible en la teoría de los recursos, aquel que ordena que las presentaciones recursivas
sean resueltas de conformidad con las circunstancias existentes al momento de su
tratamiento, aunque sean ulteriores a su interposición (cfr. Fallos: 285:353 y 310:819, entre
muchos otros). En ese sentido, resultan aplicables al presente caso las consideraciones que
he expuesto en reiterados fallos de esta Sala, en tanto a partir de la implementación del art.
1º de la Resolución Nº 2/19 de la Comisión Bicameral de Monitoreo e Implementación del
CPPF (B.O.: 13/11/19), deviene necesario efectuar un análisis para el caso concreto de las
medidas de coerción previstas por la nueva normativa -art. 210 del CPPF- en función de las
nuevas pautas establecidas para analizar los riesgos procesales -arts. 221 y 222 del CPPF.
Teniendo en cuenta entonces que el presente proceso se rige bajo las disposiciones de la
21
ley 23984 y que de manera expresa la mencionada Comisión Bicameral resolvió la
implementación para todo el territorio nacional de los arts. 210, 221 y 222 del CPPF
referidos a medidas de coerción para asegurar la comparecencia del imputado o evitar el
entorpecimiento de la investigación, considero que la decisión recurrida no puede ser
convalidada y que corresponde que la Cámara a quo efectúe un nuevo análisis que tome en
consideración la vigencia de los artículos citados, así como también las actuales
circunstancias del presente incidente, sin que ello implique emitir juicio por parte del
suscripto respecto de la procedencia en el caso de alguna de las medidas coercitivas
contempladas en el art. 210 del CPPF. Dres. Petrone, Barroetaveña y Figueroa.
SPINELLI, José María
Magistrados: Figueroa, Petrone y Barroetaveña.
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala I
Registro N° 1645/20 Resolución del 26/11/20
Causa N° FRO 70344/2018/22/CFC5
22
Fiscal, ello pues luce suficientemente fundada la conclusión de que la gravedad de la
imputación que pesa en contra del ́ imputado, que se encuentra recientemente procesado,
el pronóstico de una condena de cumplimiento efectivo (debido a la gravedad de las penas
propias de las figuras penales atribuidas), que el tiempo de prisión preventiva que viene
cumpliendo no es irrazonable en los términos indicados, la falta de elementos que
evidencien arraigo laboral, y que sus hijas menores ya se encuentran cuidadas y contenidas
por su madre, constituyen circunstancias de carácter objetivo y subjetivo que,
integralmente analizadas, denotan riesgo procesal concreto, satisfaciéndose las exigencias
de ultima ratio establecidas para la imposición de la medida de coerción cuestionada. La
disidencia del Ministerio Público Fiscal se limita al modo en que ha de cumplirse la prisión
preventiva -la que de por sí se encuentra a esta altura fuera de la discusión planteada- que
en su opinión podría morigerarse-.Sin embargo, no ha dictaminado fundadamente en favor
de la pretendida morigeración de la prisión preventiva que cumple Cuello Cagliero mediante
la implementación de una prisión domiciliaria, y el tribunal ha justificado su apartamiento
en condiciones suficientes para considerar válida la resolución recurrida (artículo 210 del
C.P.P.F.); siendo además que los planteos presentados ante esta instancia no demuestran
que, en tal sentido, la decisión del tribunal sea arbitraria. Dres. Carbajo, Borinsky –voto
concurrente- y Hornos- en disidencia.
CUELLO CAGLIERO, Ricardo Jesús
Magistrados: Borinsky, Carbajo y Hornos
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal – Sala IV
Reg. N° 2388/20 Resolución del 26/11/20
Causa N° FMZ 10861/2020/2/CFC1
B. EJECUCIÓN PENAL
1. Ejecución penal. Rechazo de planteo de inconstitucionalidad de los arts. 14, inc. 10, CP
y 17, 56 bis y 56 quater de la ley 24.660 -según la ley 27.375-. Cómputo de pena. Rechazar
recurso. Decisión fundada. Aplicación de la ley 27.375. Constitucionalidad de las normas
de referencia. Régimen preparatorio para la liberación. No afectación de derechos y
garantías constitucionales.
Corresponde rechazar el recurso deducido, contra la decisión que no hizo lugar al planteo
de inconstitucionalidad de los arts. 14 inc. 10 del CP y arts. 17, 56 bis y 56 quater de la ley
24.660 -todos según ley 27.375--, articulado por la defensa Paulino y ratificó el computo de
pena practicado. Con relación al agravio defensista sobre la no aplicabilidad de la ley 27.375,
por comenzar la investigación policial con anterioridad a la sanción de esa ley, cabe
mencionar que Paulino resultó condenado por dos hechos ocurridos en fecha 31 de
diciembre 2017 y el 6 de diciembre de 2017. Así, las tareas de investigación previas resultan
relevantes al efecto de formar el plexo probatorio pero los hechos por los que fue hallado
penalmente responsable ocurrieron luego de la sanción de la ley, de modo tal que
corresponde la aplicación de la ley 27.375. Sentado ello y respecto a los planteos de la
defensa que giran en torno a la constitucionalidad de las normas de referencia, corresponde
23
señalar que, si bien es cierto que el causante no puede acceder al régimen de salidas
transitorias y de libertad condicional, la ley 27.375 ha establecido un sistema de ejecución
de la pena privativa de la libertad diferenciado para el supuesto en el que se encuentra el
encausado, que consiste en el llamado “régimen preparatorio para la liberación” regulado
en el art. 56 quater de la ley 24.660. Así las cosas, con relación al fin de reinserción social
de las penas y la progresividad como medio a través del cual se alcanza ese fin, no se
advierte que el instituto establecido en el art. 56 quater impida su conquista. En este punto,
corresponde remarcar que las salidas transitorias y la libertad condicional son formas, entre
otras, de receptar el principio de readaptación social de los condenados. Por lo tanto, no
son los únicos medios o institutos posibles para cumplir ese objetivo, ni esos mecanismos
resultan excluyentes y exclusivos a esos fines, de modo que impliquen en su peculiaridad,
derechos constitucionalmente reconocidos como tal. En consecuencia, la legislación local
tiene bajo su competencia seleccionar los instrumentos concretos orientados a ese fin, sin
entrar en contradicción con las reglas convencionales sobre la cuestión. Por otra parte,
también incumbe desestimar el planteo de la defensa relativo a que la restricción al acceso
a la libertad condicional y a las salidas transitorias implique desligarse de la conducta del
sujeto privado de la libertad durante el encierro. Esa consideración omite apreciar las
regulaciones de la propia norma del régimen preparatorio para la liberación, pues en su
misma sistemática establece que “siempre que el condenado hubiera observado con
regularidad los reglamentos carcelarios y, previo informe de la dirección del establecimiento
y de peritos que pronostique en forma individualizada y favorable su reinserción social”. En
referencia al principio de igualdad y al establecimiento de diferentes regímenes
penitenciarios, se observa que el criterio adoptado por el parlamentario ha sido el delito
por el que la persona resulta condenada (art. 14 del CP y art. 56 bis de la ley 24.660) lo cual
no luce arbitrario o indebido. En efecto, se trata de un elemento objetivo que el legislador
ha previsto en función de la peculiaridad, gravedad y lesividad que representan cierto tipo
de injustos. En este punto hay una fundamentación directamente vinculada con la
responsabilidad por el hecho, pues este último concepto –en términos constitucionales y
penales- exterioriza la naturaleza e intensidad del injusto que marca la extensión de la
culpabilidad del sujeto al que se le atribuye. Lo anterior, lleva también al rechazo del agravio
referido a la violación al principio de culpabilidad por el acto (art. 19, CN) pues el criterio
que habilita la distinción es un elemento objetivo relacionado al hecho cometido; esto es,
el delito por el que se encuentra condenado el encausado y no cuestiones vinculadas a su
personalidad o proyecto de vida. En este caso, la culpabilidad por el hecho –injusto- es la
base con la que se determina la peculiaridad del régimen aplicable que no expresa, por lo
antes señalado, la neutralización o aniquilamiento de la orientación resocializadora. Y eso
no implica acoger criterios relativos a la peligrosidad de la persona, lo que podría resultar
incompatible con un Estado de Derecho Constitucional. Antes bien, se trata de la valoración
que de los delitos ha hecho el órgano encargado de sancionar las leyes y que no se muestra
irrazonable ni contrario a las garantías constitucionales del condenado. En definitiva, se
entiende que el art. 14, según ley 27.375, y los arts. 17, 56 bis y 56 quater de la ley 24.660
– según ley 27.375- superan el control de constitucionalidad y convencionalidad ya que no
se observa una contradicción con los principios de superior jerarquía. El voto en disidencia
consideró que correspondía hacer lugar al recurso, casar la decisión y remitir a su origen,
24
de acuerdo al criterio establecido en la causa n° FPO 8694/2017/TO1/8/2/CFC1 del registro
de esta Sala, caratulada “Ruiz Díaz, Maximiliano s/recurso de casación” (reg. No 1003/20,
rta. 12/8/20). Dres. Yacobucci, Slokar -en disidencia- y Mahiques.
PAULINO, Juan Ramón
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal- Sala II
Reg. N° 1793/20 Resolución del 4/11/20
Causa N° FCR 13672/2016/TO1/21/1/CFC8
25
aparece como ineludible (Fallos: 332:1512). También es criterio del tribunal cimero que los
procedimientos administrativos sancionatorios, incluso los de carácter no penal, se
encuentran alcanzados por la garantía de obtener un pronunciamiento en un plazo
razonable (Fallos: 335:1126 y 336:2184). La Ley 24660 prevé plazos acotados para el trámite
del recurso de apelación contra las sanciones disciplinarias (cfr. arts. 96 y 97), con la
finalidad de hacer efectivo el control judicial respecto de las decisiones adoptadas por la
autoridad penitencia. En el caso concreto, se observa que las autoridades del Complejo
Penitenciario Federal I de Ezeiza demoraron un año y nueve meses en remitir el sumario
administrativo para su pertinente control por la autoridad judicial. La tardía remisión del
sumario disciplinario resultó un obstáculo para el control judicial oportuno de la sanción
disciplinaria impuesta a Marcelo Fabián Melje, frustrando así el adecuado ejercicio de su
derecho de defensa. El correctivo disciplinario debe ser dejado sin efecto. El voto
concurrente señaló que no se puede desconocer el carácter administrativo de la sanción
disciplinaria, regulada por la ley de Ejecución Penal 24.660 y el decreto nacional nº 18/97,
instrumentos en los que no se han previsto causales extintivas, sin perjuicio que la garantía
en juego se encuentra protegida por nuestra Constitución Nacional. Dres. Barroetaveña,
Figueroa – voto concurrente- y Gemignani.
MELJE, Marcelo Fabián
Magistrados: Figueroa, Barroetaveña y Gemignani.
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala I
Registro N° 1541/20 Resolución del 4/11/20
Causa N° FSM 4697/2015/TO1/20/4/CFC7
26
parte, el tribunal a quo tuvo en cuenta que el nombrado no integra alguno de los grupos de
riesgo frente al COVID-19, lo cual veda -al menos por el momento- la posibilidad de
concederle la prisión domiciliaria. La gravedad de los delitos imputados impide la
consideración de su caso dentro de aquellos previstos en la Acordada 9/20 de esta Cámara
Federal de Casación Penal. Dres. Hornos y Borinsky.
ROSALES, Mariano Eduardo
Magistrados: Borinsky y Hornos
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala IV
Reg. N° 2230/20 Resolución del 6/11/20
Causa N° FSM 79157/2018/TO1/6/2/CFC3
27
si el interno no se encuentra previamente incorporado al período de prueba, previsto en
los artículos 12 inc. c, y 15 de la Ley de Ejecución de la Pena Privativa de Libertad. El tribunal
a quo efectuó un pormenorizado examen de las constancias del caso para denegar
fundadamente la solicitud de salidas transitorias formulada por la defensa de Sarmiento.
Ello, toda vez que no se hallan reunidos la totalidad de los requisitos fijados por el legislador
para la concesión de dicho instituto. Dres. Hornos y Borinsky -voto concurrente-.
SARMIENTO, Víctor Alejandro
Magistrados: Borinsky y Hornos
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala IV
Reg. N° 2233/20 Resolución del 6/11/20
Causa N° FSA 72003222/2009/TO1/1/1/CFC1
5. Ejecución penal. Libertad condicional. Hacer lugar, anular la decisión y remitir para un
nuevo pronunciamiento. Decisión arbitraria. Omisión de análisis integral de los informes
del Consejo Correccional. Requisito temporal cumplido. Ausencia de respuesta a los
argumentos de la defensa.
Corresponde hacer lugar al recurso de casación interpuesto por la defensa, anular la
resolución recurrida y remitir a su origen a fin de que, previo a recabar nuevos informes que
satisfagan los requisitos exigidos en las disposiciones aplicables al caso, se dicte un nuevo
pronunciamiento, dejando expresa constancia que ello no implica adelantar criterio sobre
la procedencia o no del beneficio intentado. Del análisis de fondo se observa que el Tribunal
basó el rechazo del beneficio solicitado en que el Consejo Correccional se había expedido
en forma negativa, pero sin realizar un análisis integral de lo informado por las divisiones
que integran dicho consejo. En ese sentido, del informe realizado por la División de Servicio
Criminológico se desprende que Juan José Cabrera cumplió con el requisito temporal para
acceder al beneficio intentado el día 29 de noviembre de 2018. Asimismo, que fue
incorporado al Régimen de Condenados con fecha 8 de octubre de 2019 y que no registró
sanciones en el último trimestre calificatorio. Por otra parte, la conclusión a la que arribó la
División Asistencia Social se basa especialmente en fundamentos atinentes a los aspectos
psicológicos de Cabrera, además de que no fundamentó cuáles eran los motivos por los que
aún no lograba el cumplimiento de los objetivos propuestos. Por el contrario, se observa
que el imputado propuso un domicilio y una referente, la cual prestó su conformidad para
recibir al interno y que tanto Cabrera como su madre identificaron propuestas laborales
extramuros, contando el interno incluso con iniciativa para comenzar su propio
emprendimiento de panadería con los conocimientos que adquirió estando en detención.
En conclusión, se advierte que el a quo no ha analizado debidamente el contenido de los
informes emitidos por el Consejo Correccional, ni ha dado respuesta a los argumentos
expuestos por la defensa de Cabrera al contestar la vista conferida. Dres. Yacobucci, Slokar
y Mahiques.
CABRERA, Juan José
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal- Sala II
Reg. N° 1831/20 Resolución del 9/11/20
Causa N° FRO 42000397/2009/TO1/30/1/CFC9
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6. Ejecución penal. Salidas transitorias. Rechazo de planteo de inconstitucionalidad del
art. 56 bis de la ley 24.660 -según la ley 27.375-. Rechazar recurso. Decisión fundada.
Constitucionalidad de la ley 24.660 -según ley 27.375-. Régimen preparatorio para la
liberación. No hay afectación de derechos y garantías constitucionales.
Corresponde rechazar el recurso deducido, contra la decisión que no hizo lugar al planteo
de inconstitucionalidad del art. 56 bis de la ley 24.660 -según texto ley 27.375-, articulado
por la defensa de Montaño González, y denegó la incorporación del nombrado al régimen
de salidas transitorias. En primer lugar, corresponde señalar que, si bien es cierto que el
causante no puede acceder al instituto mencionado, la ley 27.375 ha establecido un sistema
de ejecución de la pena privativa de la libertad diferenciado para el supuesto en el que se
encuentra el encausado, que consiste en el llamado “régimen preparatorio para la
liberación” regulado en el art. 56 quater de la ley 24.660. Así las cosas, con relación al fin de
reinserción social de las penas y la progresividad como medio a través del cual se alcanza
ese fin, no se advierte que el instituto establecido en el art. 56 quater impida su conquista.
En este punto, corresponde remarcar que las salidas transitorias es una forma, entre otras,
de receptar el principio de readaptación social de los condenados. Por lo tanto, no es el
único medio o instituto posible para cumplir ese objetivo, ni ese mecanismo resulta
excluyente y exclusivo a esos fines, de modo que implique en su peculiaridad, un derecho
constitucionalmente reconocido como tal. En consecuencia, la legislación local tiene bajo
su competencia seleccionar los instrumentos concretos orientados a ese fin, sin entrar en
contradicción con las reglas convencionales sobre la cuestión. Por otra parte, también
incumbe desestimar el planteo de la defensa relativo a que la restricción al acceso a las
salidas transitorias implica desligarse de la conducta de la condenada durante la ejecución
de la pena. Esa consideración omite apreciar las regulaciones de la propia norma del
régimen preparatorio para la liberación, pues en su misma sistemática establece que
“siempre que el condenado hubiera observado con regularidad los reglamentos carcelarios
y, previo informe de la dirección del establecimiento y de peritos que pronostique en forma
individualizada y favorable su reinserción social”. En referencia al principio de igualdad y al
establecimiento de diferentes regímenes penitenciarios, se observa que el criterio
adoptado por el parlamentario ha sido el delito por el que la persona resulta condenada
(art. 14 del CP y art. 56 bis de la ley 24.660) lo cual no luce arbitrario o indebido. En efecto,
se trata de un elemento objetivo que el legislador ha previsto en función de la peculiaridad,
gravedad y lesividad que representan cierto tipo de injustos. En este punto hay una
fundamentación directamente vinculada con la responsabilidad por el hecho, pues este
último concepto –en términos constitucionales y penales- exterioriza la naturaleza e
intensidad del injusto que marca la extensión de la culpabilidad del sujeto al que se le
atribuye. En este caso, la culpabilidad por el hecho –injusto- es la base con la que se
determina la peculiaridad del régimen aplicable que no expresa, por lo antes señalado, la
neutralización o aniquilamiento de la orientación resocializadora. Y eso no implica acoger
criterios relativos a la peligrosidad de la persona, lo que podría resultar incompatible con
un Estado de Derecho Constitucional. Antes bien, se trata de la valoración que de los delitos
ha hecho el órgano encargado de sancionar las leyes y que no se muestra irrazonable ni
contrario a las garantías constitucionales del condenado. Por otro lado, con relación al
29
agravio referido a la proporcionalidad, cabe señalar que no hay violación a tal principio,
pues la intensidad de la sanción penal establecida se corresponde con la condena firme, con
el hecho cometido y con la culpabilidad de Montaño González, lo que no se encuentra
sometido a inspección de esta Alzada. Tampoco se observa conflicto con el principio de
legalidad (art. 18, CN) pues se trata de una norma proveniente del Poder Legislativo que
cumple con los requisitos de ser una ley escrita, previa, cierta y estricta y que fue
debidamente interpretada por el tribunal de origen. En definitiva, se entiende que la ley
24.660, con las modificaciones introducidas por la ley 27.375, supera el control de
constitucionalidad y convencionalidad ya que no se observa una contradicción con los
principios de superior jerarquía. El voto concurrente sostuvo que la defensa se ha limitado
a invocar supuestos defectos de fundamentación en la resolución a partir de una
discrepancia acerca de la interpretación de la normativa aplicable, que, de su parte, el a quo
evaluó correctamente, atendiendo a las particulares circunstancias fácticas de la situación
procesal de Montaño González, y conforme a la normativa legal que regula los institutos del
régimen progresivo de ejecución de la pena. La disidencia sostuvo que la resolución traída
a estudio se encuentra afectada por un vicio de nulidad, toda vez que en la especie no se
facilitó la intervención previa a la defensa para evaluar y postular su criterio en orden a las
cuestiones alegadas por el Ministerio Público Fiscal. Así, la decisión emanada del órgano
jurisdiccional no se encontró precedida de un contradictorio, siendo que se ha privado a la
defensa de la posibilidad de contestar y expresar su punto de vista en orden a las
circunstancias introducidas por la vindicta pública. Esta defectuosa sustanciación, que
culminó en el rechazo de la petición solicitada, debe fulminarse con la sanción de nulidad
por afectación del derecho de defensa en juicio (arts. 168 CPPN y 18 CN). En virtud de ello,
propició hacer lugar al recurso deducido, anular la resolución recurrida y devolver las
actuaciones a su origen para que, previa intervención de todas las partes, se dictara un
nuevo pronunciamiento. Dres. Mahiques – voto concurrente-, Yacobucci y Slokar -en
disidencia-.
MONTAÑO GONZÁLEZ, Luis Fernando
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala II
Reg. N° 1820/20 Resolución del 9/11/20
Causa N° FMZ 44477/2018/TO1/2/2/CFC2
30
en la instancia anterior, consideró que el tiempo en detención preventiva que registra
Franco en el marco de la causa FRO 9258/2014 no corresponde ser contabilizado en estas
actuaciones. Ergo, la decisión recurrida se halla a cubierto de los defectos que le atribuyera
la parte recurrente y, por ende, debe ser homologada. Finalmente, no puede dejar de
resaltarse que el cómputo de vencimiento de pena aprobado en estos obrados,
paradójicamente dio pábulo al criterio que el juez de ejecución, tiempo después, habría de
desechar en la decisión traída a conocimiento del Tribunal. En efecto, nótese que al
momento de practicarse el cómputo no sólo se contabilizó como lapso de cumplimiento de
la pena los días que Franco permaneció detenida preventivamente en la causa FRO
41000039/2011/TO1 (del 21 de febrero de 2011 al 4 de marzo del mismo año -12 días-) y
en el expediente FRO 31000494/2010/TO1 (desde el 10 de junio de 2010 hasta el 18 del
mismo mes y año -9 días-), es decir, 21 días, sino que también, erradamente, se contempló
el tiempo que la nombrada llevaba detenida en la causa FRO 9258/14 aún en trámite (desde
el 14 de marzo de 2018 que el tribunal a quo tomó conocimiento que Franco estaba
arrestada a disposición del Juzgado Federal Nro. 3 de Rosario en el marco de la causa de
referencia hasta el 12 de septiembre del mismo año, día que tuvo lugar el cómputo -5 meses
y 29 días-. Ello provocó, claro está, que equivocadamente se fijara como fecha de
agotamiento de la pena impuesta en la causa -cuatro años y dos meses de prisión- el 24 de
abril de 2022, cuando la realidad indicaba que el vencimiento operaría en el curso del mes
de octubre subsiguiente; error que, bien sabido es, no puede subsanarse debido al principio
que prohíbe la “reformatio in pejus”. Dres. Gemignani, Riggi y Catucci -votos concurrentes-
FRANCO, Stella Maris
Magistrados: Riggi, Gemignani y Catucci
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal- Sala III
Resolución del 10/11/20
Causa Nº FRO 41000039/2011/TO1/1/1/CFC1
31
cuatrimestral, logró finalizar el Ciclo Básico Común de la carrera de Abogacía…”. En ese
sentido, cabe poner de resalto que el propio magistrado sentenciante fundó el rechazo de
la aplicación del estímulo educativo respecto de las materias del C.B.C. cursadas por Medina
en que ellas “…pertenecen a diversas carreras, no habiendo finalizado, al día de la fecha,
Ciclo Básico Común alguno.”. Queda en evidencia entonces la contradicción lógica en que
el juez a quo incurrió, así como su falta de debida motivación en las constancias de la causa,
sobre las cuales la decisión recurrida se sustentó. Dres. Catucci, Gemignani y Riggi -votos
concurrentes-.
MEDINA, Maximiliano Germán
Magistrados: Riggi, Gemignani y Catucci
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal- Sala III
Resolución del 10/11/20
Causa Nº FMP 35385/2017/TO1/8/CFC3
32
constitucionalidad y convencionalidad ya que no se observa una contradicción con los
principios de superior jerarquía. El voto concurrente sostuvo la defensa se ha limitado a
invocar supuestos defectos de fundamentación en la resolución a partir de una discrepancia
acerca de la interpretación de la normativa aplicable. El a quo evaluó correctamente la
particular situación procesal de Benavides Bustos, conforme la normativa legal que informa
el instituto de la libertad condicional. La disidencia señaló que la ausencia de tratamiento
de argumentos brindados en orden a cuestiones planteadas, sumado a la inexistencia de
una decisión fundada sobre la aplicación al sub lite de normas que, a todo evento, hubieran
otorgado apoyo al reclamo, evidencia un defecto de la resolución censurada en los términos
establecidos por la doctrina del cimero tribunal (Fallos: 314:1366 y 1434; 318:2678;
326:1969; 331:2077, entre otros), todo lo que autoriza al progreso de la impugnación
intentada. Dres. Mahiques -voto concurrente-, Yacobucci y Slokar -en disidencia-.
BENAVÍDEZ BUSTOS, Héctor Valentín
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala II
Reg. N° 1858/20 Resolución del 11/11/20
Causa N° FMZ 44239/2017/TO1/5/1/CFC2
10. Ejecución penal. Estimulo educativo. Rechazar recurso. Art. 140, ley 24.660. Cursos de
capacitación profesional. Ley 26.206.
Corresponde rechazar el recurso deducido por la defensa contra la decisión que hizo lugar
a la aplicación del estímulo educativo dispuesto en el art. 140 inc. ‘a’ y ‘b’ de la ley 24.660
(según ley 26.695) y redujo en seis (6) meses y veintitrés (23) días el plazo previsto para
que el interno Cristian Horacio Moreno pueda acceder al beneficio de la libertad
condicional, en tanto el recurrente no ha logrado demostrar que los cursos a los que alude
justifiquen una reducción mayor a la que ya se hizo lugar. Respecto de los cursos de
formación profesional he dicho en anteriores oportunidades que, ante la ausencia de
mención expresa acerca del significado del concepto “curso anual o equivalente”, y dado
que el texto legal no es asertivamente expreso en cuanto a su alcance, pues nada dice
respecto de la duración o la cantidad de horas que debe tener un curso con esas
características para ser considerado equivalente a un curso anual, adscribo al criterio que
sostiene que el baremo objetivo que corresponde aplicar es el que surge de la Ley Nacional
de Educación. De tal modo, habida cuenta de que el art. 32, inc. “c”, de la ley 26.206 fija
una carga mínima de 25 horas reloj de clases semanales para la educación formal
secundaria (es decir 100 horas por mes, 400 horas por cuatrimestre y, en esa progresión,
800 horas reloj por año o por dos cuatrimestres de cursada), a aquéllos cursos de educación
no formal que contengan una carga diversa a la de un ciclo lectivo anual, les será aplicable
dicho baremo objetivo para considerar su “equivalencia”. En esa intelección, a los cursos de
formación profesional que registren 800 horas reloj anuales o más les corresponderá una
reducción de dos meses, y a aquéllos entre 400 y 799 horas reloj anuales, de un mes. El voto
concurrente destacó que la defensa de Cristián Horacio Moreno no ha logrado demostrar
mediante su presentación recursiva la inobservancia o la errónea aplicación de la ley
sustantiva aludida en su recurso, que justifiquen una reducción mayor a la efectuada por el
tribunal a quo en la decisión impugnada, en concordancia con lo dictaminado por el
33
representante del Ministerio Público Fiscal de la instancia anterior. El voto en minoría
señaló que, si el curso de formación profesional es de duración cuatrimestral, corresponde
en función del principio de analogía in bonam partem, efectuar una reducción de un mes, y
si es de duración bimestral corresponde una reducción de 15 días, aplicando el concepto de
“equivalencia” expresamente incluido en la norma, pues no puede dejarse de lado el
esfuerzo del nombrado en procura de capacitarse satisfactoriamente. De tal modo, que dos
cursos cuatrimestrales equivalen –terminología expresamente incluida en la norma- a un
curso anual, al que la norma le asigna una reducción de dos (2) meses. Dres. Carbajo, Hornos
-por su voto- y Borinsky -voto concurrente-.
MORENO, Cristian Horacio
Magistrados: Borinsky, Hornos y Carbajo
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala IV
Reg. N° 2292/20 Resolución del 13/11/20
Causa N° FCB 34139/2015/TO1/2/3/CFC5
11. Ejecución penal. Prisión domiciliaria concedida. Recurso Fiscal. Hacer lugar, anular y
reenviar para que se dicte nuevo pronunciamiento. Decisión arbitraria. Omisión de
motivos para mantener la detención domiciliaria. Incumplimiento injustificado deberes
asumidos. Egreso del domicilio.
Corresponde hacer lugarel recurso de casación interpuesto por el representante del
Ministerio Público Fiscal, anularel pronunciamiento impugnado y remitirlas actuaciones al
tribunal de origen para que dicte un nuevo pronunciamiento ajustado a derecho. Esta Sala
IV de la C.F.C.P. ya ha tenido oportunidad de expedirse en el marco de las presentes
actuaciones respecto a la procedencia del mantenimiento del arresto domiciliario dispuesto
en favor de Leonardo Darío Gaiottino, sin que se adviertan nuevas circunstancias que
permitan apartarme del temperamento oportunamente adoptado. En dicha ocasión señalé
que correspondía hacer lugar al recurso interpuesto por el representante del Ministerio
Público Fiscal toda vez que la resolución impugnada carecía de la debida fundamentación
exigida por la ley adjetiva. Consigné que el tribunal de la instancia anterior no dio cuenta de
los motivos por los cuales, pese a considerar acreditado que el accionar de Gaiottino careció
de justificación, correspondía -según su juicio- mantener la modalidad de detención
domiciliaria. Advertí que el fiscal cuestionó la existencia de una emergencia médica que
justificara el egreso del imputado de su domicilio. Concretamente, puso de relieve que si
bien Gaiottino dijo que el día domingo habría sufrido algunas dolencias que motivaron su
concurrencia al médico, lo cierto es que el nombrado habría pretendido efectuar dicha visita
cuarenta y ocho horas después (un día martes) y sin exponer prueba que acredite el punto,
ocasión en la que fue habido por personal policial -con motivo de un nuevo proceso iniciado
por presunta infracción a la ley 23.737- en la ciudad de Santa Rosa, a más de ochenta
kilómetros de distancia de Eduardo Castex, su localidad de residencia; todo ello, en el marco
de la emergencia sanitaria imperante. En virtud de lo expuesto, cabe concluir que el
pronunciamiento impugnado no constituye una derivación razonada del derecho vigente
con arreglo a las circunstancias del caso. Dres. Borinsky y Carbajo.
GAIOTTINO, Leandro Darío
Magistrados: Borinsky y Carbajo.
34
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal – Sala IV
Reg. N° 2301/20 Resolución del 17/11/20
Causa N° FBB 11/2018/TO1/12/CFC5
12. Ejecución penal. Prisión domiciliaria. Delito grave. Condena a prisión perpetua
confirmada en casación. Recurso inadmisible. Inexistencia de agravio federal. Ac. 9/20
CFCP. Covid-19. Encomendar al tribunal el cumplimiento de las medidas de prevención,
salud e higiene.
Corresponde declarar inadmisible el recurso de casación interpuesto por la defensa contra
la decisión del a quo que rechazó la detención domiciliaria solicitada, y encomendar al
órgano jurisdiccional interviniente que disponga a la Unidad Carcelaria donde Víctor Hugo
Ovejero Olmedo se encuentra detenido, a que realice un adecuado seguimiento y control
de su caso, extremando además las medidas de prevención, salud e higiene en los términos
de la acordada 3/20 de ésta C.F.C.P. Ello así, pues el “a quo” ponderó en el caso la situación
procesal en el que se encuentra Ovejero Olmedo (condena a prisión perpetua, en orden al
delito de homicidio agravado por haberse cometido por precio o promesa remuneratoria,
y con el concurso premeditado de dos o más personas) - esta Sala IV rechazó el recurso de
casación articulado por la defensa contra el fallo condenatorio, Reg. 348/20.4, del
16/03/2020), declarándose posteriormente inadmisible el recurso extraordinario intentado
(Reg. 735/20, del 5/6/20). En su oportunidad el “a quo” rechazó la solicitud de arresto
domiciliario del causante, formulada en similares términos a la presente, y esa decisión
resultó confirmada por esta Sala IV, que declaró inadmisible el recurso de casación
interpuesto por la defensa (Reg. 768/20, del 9/6/20). Valoró su particular situación frente
al COVID-19 (paciente con signosintomatología compatible con lumbociatalgia no incluido
en la nómina elaborada por el Servicio Penitenciario Federal, relativo a la población
penitenciaria registrada como grupo vulnerable frente al posible contagio del virus COVID
19.), y la implementación de los protocolos vigentes en la materia, por parte de la unidad
donde se encuentra alojado el nombrado (Complejo Penitenciario Federal 2 de Marcos Paz)
para disponer que, por el momento, de conformidad con lo dictaminado por el Ministerio
Público Fiscal, no corresponde disponer su detención domiciliaria.Por consiguiente, las
críticas de la defensa expresan discrepancias valorativas que, más allá de revelar la
existencia de una fundamentación del decisorio cuestionado que no comparte sobre la
aplicación del derecho a las circunstancias del caso, no configuran un agravio fundado en la
doctrina de la arbitrariedad (Fallos: 306:362 y 314:451, entre muchos otros), en los graves
defectos del pronunciamiento (Fallos: 314:791; 321:1328; 322:1605), o en alguna cuestión
federal (Fallos: 328:1108); ni tampoco se presenta una situación excepcional que justifique
apartarse expresamente de la ley, fundada en la emergencia sanitaria por COVID19, por lo
que no corresponde la intervención de la jurisdicción de este Tribunal. Dres. Carbajo y
Hornos.
OVEJERO OLMEDO, Víctor Hugo
Magistrados: Carbajo y Hornos
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala IV
Reg. N° 2305/20 Resolución del 17/11/20
Causa N° FSM 8081/2016/TO1/57/2/CFC7
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13. Ejecución penal. Estímulo educativo. Hacer lugar, casar y anular la decisión. Reducir
los plazos para el avance en el régimen progresivo de ejecución de la pena. Dictamen fiscal
vinculante. Cursos de formación profesional. Principio resocializador.
Corresponde hacer lugar al recurso de la defensa, casar y anular la decisión impugnada y,
en consecuencia, reducir en 7 meses, en total, la exigencia temporal prevista para que Julio
Orlando Fernández acceda a los distintos regímenes alternativos de cumplimiento de la
pena. En primer lugar, se debe señalar, in primis, que donde la ley habilita en el proceso
penal un acuerdo entre la defensa y el fiscal, el requerimiento de este último será vinculante
para el juez en tanto supere los controles jurisdiccionales de razonabilidad y legalidad. El
fiscal general entendió, en el caso, que procede una reducción de cinco meses en los plazos
de progresividad del régimen penitenciario conforme lo estipulado en el art. 140 de la ley
24.660, debiendo el juez limitar su actividad a la verificación de la existencia de error en la
aplicación de la ley o a la irrazonabilidad en la evaluación de los elementos que fundaron la
pretensión, cuestión que no se evidencia. Por el contrario, conforme con dicha pauta
hermenéutica, se verifica que el representante del Ministerio Público Fiscal se expidió
dentro de los límites y alcances de su actividad requirente, haciéndolo en favor de la
aplicación acumulativa de los incisos “a” y “c” del art. 140 de la ley n°24.660, por la
finalización del ciclo lectivo correspondiente al 2do. año del nivel primario cursado y
aprobado durante el año 2014 en el E.E.P.A N° 704, que prevén, respectivamente, una
reducción de un mes por ciclo lectivo anual y dos meses por finalización de estudios
primarios. Asimismo, entendió que debían agregarse dos meses más en virtud del inc. “b”
de dicha manda legal, por la finalización del curso de formación profesional de
“Mantenimiento de Edificios”, de 400 horas de duración, cursado en el Centro de Formación
profesional n° 402. En consecuencia, los argumentos que determinaron al fiscal a
pronunciarse en el sentido expuesto superan la criba de razonabilidad y legalidad propia de
esta instancia para tornar dicho dictamen vinculante para la jurisdicción. En otro orden,
deberá también computarse el curso de formación profesional de “Instalador y
Administrador de Redes” realizado por Fernández, el cual se ajusta a las previsiones
establecidas en la normativa vigente. Al respecto, se ha sostenido que para que un curso
pueda reputarse de formación profesional en los términos del artículo 140 inciso b) de la
ley 24.660, debe verificarse –independientemente de la duración del mismo- una formación
suficiente en determinado oficio que coadyuve armónicamente con el fin resocializador del
instituto, que pueda razonablemente entenderse como una herramienta de trabajo cuando
el detenido reingrese al medio libre. La disidencia parcial sostuvo que la pretensión
defensista vinculada con la reducción de dos meses en virtud de haber finalizado el curso
de formación profesional de “Instalador y Administrador de redes”, con una carga horaria
de 135 horas, realizado en el Centro de Formación Profesional N° 402 no resulta
procedente. Señaló que tomando como referencia que el artículo 32 inciso “c” de la 26.206
fija una carga mínima de 25 horas reloj de clases semanales para la educación formal
secundaria, a los cursos en cuestión, que justifican una reducción mayor a la de un ciclo
lectivo anual, le correspondan, como mínimo, un total de 25 horas reloj de clase semanales,
por el plazo de ocho meses –o dos cuatrimestres—. De este modo, entendió que los cursos
que registren 800 horas reloj anuales o más les corresponderá una reducción de dos meses,
36
y a aquellos entre 400 y 799 horas reloj anuales, de un mes. En ese marco, evaluó que el
curso reclamado por Fernández insumió una carga horaria inferior a la requerida -135
horas-, y, por ende, lo resuelto en la resolución recurrida, en consonancia con lo
dictaminado por el ministerio público fiscal al respecto, luce acertado. Dres. Mahiques,
Yacobucci -en disidencia parcial- y Slokar.
FERNÁNDEZ, Julio Orlando
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal- Sala II
Reg. N° 1993/20 Resolución del 26/11/20
Causa N° FSM 35003733/2013/TO1/9/CFC4
37
Reg. N° 2425/20 Resolución del 30/11/20
Causa N° FTU 4309/2016/TO1/10/CFC5
15. Ejecución penal. Estimulo educativo. Hacer lugar, anular y reenviar para que se dicte
nuevo pronunciamiento. Decisión arbitraria. Se soslayó atender a las propuestas
formativas cumplidas por el interno.
Corresponde, por mayoría, hacer lugar al recurso de casación interpuesto por la defensa de
Alejandro Rogelio Silveira, anular la resolución impugnada –que dispuso no hacer lugar a la
aplicación del sistema de estímulo educativo previsto en el art. 140 de la ley 24.660- y
reenviar las actuaciones al tribunal de origen para que dicte un nuevo pronunciamiento
conforme a derecho. Ello así, por cuanto la resolución recurrida no supera el test de
fundamentación para ser considerada un acto jurisdiccional válido a tenor del art. 123 del
Código Procesal Penal de la Nación, toda vez que se desconoce el iter lógico seguido para
arribar al corolario adoptado. El magistrado interviniente rechazó hacer lugar al estímulo
educativo instado, sosteniendo que los logros académicos de Silveira no alcanzaban –
individualmente las 250 horas que serían requeridas para considerarlos incluidos en el inc.
“b” del art. 140, y si bien efectuó una remisión a precedentes del tribunal en los que habría
seguido idéntico temperamento, no explicitó cuáles serían los motivos que permitirían
concluir que dicha carga horaria se corresponde con la expresión “curso de formación anual
o equivalente”. Ello resultaba relevante para definir fundadamente en el sub examine si los
cursos realizados por Alejandro Rogelio Silveira pueden –en su conjunto subsumirse en la
disposición legal citada y, en consecuencia, si procede o no la reducción requerida. No
advierto el motivo concreto en virtud del cual se soslayó atender a las propuestas
formativas cumplidas por el interno a los fines de la reducción de los plazos, en tanto los
cursos aludidos, de acuerdo a la ley vigente, constituyen una alternativa de enseñanza
válida orientada a obtener conocimientos, habilidades y técnicas profesionales, tal como lo
reconoció mi colega de la anterior instancia. Bajo tales presupuestos, considero que la
resolución recurrida se encuentra viciada por arbitrariedad, derivada de una
fundamentación defectuosa (Fallos: 330:717, 326:1458, 310:1707, entre otros),
circunstancia que impide su confirmación como acto jurisdiccional válido. El voto en
disidencia señaló que la defensa no ha logrado demostrar en esta instancia que los cursos
de formación profesional realizados por su asistido permitan apartarse de lo resuelto por el
a quo a tenor de lo normado por el art. 140, inc. “b” de la Ley 24.660. Por ello, la resolución
impugnada no puede ser descalificada como acto jurisdiccional válido en los términos del
art. 123 del CPPN. Dres. Carbajo, Hornos y Borinsky – en disidencia-.
SILVEIRA, Alejandro Rogelio
Magistrados: Borinsky, Carbajo y Hornos
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal – Sala IV
Reg. N° 2427/20 Resolución del 30/11/20
Causa N° FCR 22000029/2011/TO1/108
C. HABEAS CORPUS
38
1. Habeas corpus. Rechazo. Pedido de visitas en la unidad penitenciaria. Pandemia Covid-
19. Ausencia de agravamiento de las condiciones de detención. Ley 23.098.
Corresponde, por mayoría, rechazar el recurso de casación interpuesto por la defensa,
contra la decisión del a quo que confirmó el rechazo in limine del habeas corpus interpuesto
por el interno Roy Sides (quien solicitó que se autoricen las visitas para que todos los
internos alojados en el pabellón 3 de la Unidad n° 14 del SPF puedan ver a sus familiares)
en tanto el impugnante no ha logrado poner en evidencia mediante su presentación
recursiva un acto lesivo u omisión de autoridad pública que implique la restricción de la
libertad o una agravación ilegítima de las condiciones de detención en los términos de la
ley 23.098; extremos que, teniendo en consideración las particulares circunstancias del
presente caso, tampoco se advierten. La defensa no ha desarrollado en su recurso de
casación una crítica concreta y razonada de cada uno de los argumentos expuestos en
ambas instancias, dejando entrever una disconformidad que, por infundada, carece de
aptitud para demostrar los defectos que invoca. Tampoco ha brindado motivos novedosos
que permitan conmover lo resuelto. El voto concurrenteresaltó que, teniendo en cuenta las
especiales circunstancias de emergencia por las que atravesamos como sociedad, no se ha
acreditado, en ese contexto, el agravamiento de las formas y condiciones de detención
alegado o la inutilidad de las vías ordinarias contempladas procesalmente en la etapa de la
ejecución judicial de la pena. Todos los ciudadanos, sin distinción de lugares, se encuentran
ciertamente limitados -al menos de momento- en cuanto a sus derechos a vincularse a
través del contacto físico y estrecho con otras personas, tanto en encuentros personales
como sociales, sin que en el particular caso que ahora toca examinar se aprecien razones
concretas o estrictamente esenciales para exceptuar las disposiciones y reglamentos
citados en la decisión impugnada y sin que se aprecie una vulneración al principio de
igualdad para excluirlos de esas limitaciones, estén o no privados de su libertad. La
disidencia señaló que las decisiones que involucren a los vínculos de las personas privadas
de su libertad o que importen el alejamiento de su núcleo familiar y social pueden
configurar un supuesto de agravamiento de las condiciones de detención en los términos
del art. 3, inc. 2, de la ley 23.098 por transgresión a los artículos 71, 72, 73 y 168 de la ley
24.660 y artículos 5, 31, 70 del decreto 1136/97. Teniendo en cuenta la situación originada
por la Pandemia es dinámica, una interpretación conforme al principio pro homine y a las
Reglas de Buenas Prácticas para los Procedimientos de Habeas Corpus Correctivo
establecidas en la V Recomendación; merece el tratamiento de la cuestión de fondo por
parte del juez de habeas corpus. La audiencia de Habeas Corpus directa e inmediata se
constituye en la garantía más eficaz para el análisis amplio y desde toda perspectiva de las
cuestiones en juego, dándole al privado de la libertad la oportunidad con pleno acceso a
Justicia de expresar el sentido y el alcance del derecho y la pretensión que reclama. Dres.
Borinsky, Hornos -en disidencia- y Carbajo –voto concurrente-.
SIDES, Roy
Magistrados: Borinsky, Hornos y Carbajo
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala IV
Reg. N° 2203/20 Resolución del 2/11/20
Causa N° FCR 9791/2020/1/CFC1
39
2. Habeas corpus. Inadmisible. Encomendar. Decisión fundada. Inexistencia de cuestión
federal. Competencia del juez de ejecución. Atención psicológica.
Corresponde declarar inadmisible el recurso de casación interpuesto por la defensa pública
oficial a favor de Sebastián Diego Orlando Dos Santos, con costas, y encomendar al juez de
ejecución se sirva articular los medios conducentes a fin de que se brinde al accionante, con
apego a los protocolos vigentes en materia sanitaria, atención psicológica en un ámbito
adecuado a la naturaleza de aquella práctica, incluyendo la posibilidad de llevarlo a cabo a
través de videollamadas. Ello así, por cuanto el recurrente no introdujo argumentos ni una
crítica razonada que logre conmover la decisión adoptada por el tribunal de origen, y sólo
evidencia una discrepancia con la solución brindada al caso por aquél. Tampoco se ha
demostrado la existencia de una cuestión federal que permita habilitar la competencia de
esta Cámara como tribunal intermedio, conforme la doctrina sentada por la Corte Suprema
de Justicia de la Nación en el precedente “Di Nunzio” (Fallos: 328:1108). Se advierte que la
Sala II de la Cámara Federal de Apelaciones de La Plata evaluó adecuadamente la situación
concreta del encausado en la que fundó el rechazo de la acción de habeas corpus. En efecto,
tanto el juzgado de primera instancia como la cámara de apelaciones han puesto de
manifiesto que las dificultades relatadas por el causante -vinculadas con las deficiencias en
el tratamiento psicológico que recibe dentro de la unidad penitenciaria-no resultan una
cuestión que habilite la acción de habeas corpus, sino que, por el contrario, son
competencia del juez de ejecución quien se halla facultado a controlar la situación referida
por el interno y, en su caso, evaluar las alternativas para superar las dificultades planteadas.
Los planteos que la defensa ha traído a conocimiento de este tribunal no logran conmover
los argumentos por los cuales la Sala II de la Cámara Federal de Apelaciones de La Plata
confirmó el temperamento adoptado por el juez de primera instancia; decisorio que,
además, cuenta con los fundamentos jurídicos mínimos, necesarios y suficientes, que
impiden su descalificación como acto jurisdiccional válido (Fallos: 327: 3913; 323:1019 y
303:509, entre otros). Dres. Barroetaveña, Figueroa y Petrone.
DOS SANTOS, Sebastián Diego Orlando
Magistrados: Figueroa, Petrone y Barroetaveña
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala I
Registro N° 1552/20 Resolución del 6/11/20
Causa N° FLP 27875/2019/CFC1
40
armónica interpretación de las cuestiones en juego, teniendo especialmente en
consideración el puntual reclamo que viene realizando vinculado a las medidas tomadas
acera de las comunicaciones de las personas privadas de su libertad durante la pandemia
por el Covid-19. En este sentido, además de constatarse las acciones llevadas a cabo con el
fin de garantizar el derecho a la comunicación y al contacto familiar en estas circunstancias
extraordinarias, se dispuso un seguimiento judicial sobre la continuidad y persistencia de
los medios de comunicación -teléfonos, provisión de tarjetas gratuitas y sistema de
videollamadas-, así como de su correcto funcionamiento, requiriendo informes semanales
a las autoridades del Complejo Penitenciario Federal IV de Ezeiza. Y que dichos informes
deberán enfocarse especialmente en el acceso de las mujeres madres a la comunicación
con sus hijos mediante todas las alternativas que la autoridad penitenciaria considere
pertinentes para su aseguramiento. Asimismo, y en virtud del principio que indica que las
impugnaciones recursivas deben ser resueltas de conformidad con la situación imperante
al momento de su tratamiento -cfr. C.S.J.N. Fallos 314:568 y 1530; 316:479 y 1824;
319:1558; 323:3158; 325:3216, entre otros-, corresponde señalar que se confeccionó el
Protocolo Específico del Complejo Penitenciario Federal IV sobre habilitación gradual de
visitas sociales, que comprende a las accionantes. El voto concurrente añadió que no debe
soslayarse que con respecto al eje sobre el cual se asentó el reclamo de la presentación
(ingreso de telefonía móvil al establecimiento penitenciario a fin de asegurar el derecho de
las internas de comunicarse con sus familiares), el a quo recordó que en el Complejo
Penitenciario Federal nro. 4 de Ezeiza cuentan con tres teléfonos fijos para recibir llamadas
extramuros y computadoras para realizar videollamadas, conforme el protocolo aprobado
por el S.P.F. el 4 de abril de 2020. Finalmente, sostuvo que los cuestionamientos invocados
en el remedio recursivo bajo estudio, resultan inhábiles para conmover el temperamento
adoptado en la resolución recurrida. De modo que, contrariamente a lo sostenido por la
Defensa Pública Oficial, no se evidencia la existencia de un agravamiento ilegítimo en las
condiciones de detención de las internas alojadas en el Módulo IV, Pabellón 33, ́ ́ dormitorio
B del Complejo Penitenciario Federal IV de Ezeiza que deba ser reparado por la vía
intentada. Tampoco se observa una vulneración a lo normado en el art. 158 de la ley 24.660,
ni una afectación a las garantías constitucionales que la parte impugnante invoca. Los
argumentos traídos en el recurso tampoco alcanzan a demostrar la arbitrariedad alegada.
Dres. Hornos y Borinsky -voto concurrente-.
INTERNAS ALOJADAS EN EL PABELLÓN NRO. 33 "B" DEL COMPLEJO PENITENCIARIO
FEDERAL IV DE EZEIZA
Magistrados: Borinsky y Hornos
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala IV
Reg. N° 2236/20 Resolución del 6/11/20
Causa N° FLP 18792/2020/CFC1
D. SENTENCIAS DEFINITIVAS
41
1. Sentencia definitiva. Sobreseimiento. Estafa en perjuicio de la administración pública.
Recurso de la querella (ANSES). Hacer lugar, anular la decisión recurrida y reenviar para
nuevo pronunciamiento. Decisión prematura. Plazo razonable. Rechazo.
Corresponde hacer lugar al recurso de casación interpuesto por la parte querellante, anular
la resolución recurrida (en cuanto confirmó el sobreseimiento de Mariano Figueroa y
Catalina Benini González en orden al delito de estafa en perjuicio de la administración
pública) y reenviar las actuaciones al a quo para que dicte un nuevo pronunciamiento, pues
la decisión resulta, de momento, prematura. En efecto, deviene necesaria la profundización
de la investigación mediante la adopción de distintas medidas de prueba que permitan
esclarecer los hechos objeto de estudio y determinar sus eventuales implicancias penales.
El tribunal previo omitió meritar determinadas circunstancias -vinculadas con el presunto
accionar de los encartados- relativas a la organización interna de la UDAI Centro, en lo
referente a la tramitación de los beneficios jubilatorios. La omisión de ponderación de los
métodos de asignación de los trámites jubilatorios derivó en una decisión por la cual se
descartó de forma prematura la posible relevancia penal de los hechos endilgados;
circunstancia que permite descalificar el pronunciamiento como acto jurisdiccional válido.
Por otro lado, la invocación de la defensa referida a que una postura diferente a la asumida
en caso bajo examen por el a quo resultaría violatoria del principio de duración razonable
del proceso, no puede tener una recepción favorable, en tanto omite analizar las pautas
evaluativas referidas con relación a las concretas circunstancias de autos. Por el contrario,
una evaluación que incluye las características de la maniobra (presunta manipulación de
trámites administrativos para la obtención fraudulenta de beneficios jubilatorios, con
intervención de funcionarios públicos), los múltiples hechos objeto de la pesquisa (la
investigación estuvo ceñida a 41 expedientes de la Administración Nacional de la Seguridad
Social), la cantidad de personas imputadas y el avance de la causa (las partes acusadoras
requirieron la elevación a juicio respecto de otros cinco imputados) no se observa violación
a la garantía de la imputada a ser juzgada sin dilaciones indebidas. A ello debe añadirse que
la acción penal se encuentra aún vigente. El voto concurrente remarcó que el
sobreseimiento se revela prematuro y al decisorio le falta fundamentación pues no da
suficiente cuenta ni emite un juicio crítico respecto de los elementos obrantes en la causa
e insistentemente referidos por el impugnante, los que podrían permitir, al menos
provisoriamente, asociar el incumplimiento por parte de Benini González y Figueroa de las
obligaciones a su cargo en el rol que desempeñaban dentro de la A.N.S.E.S. y la posible
consumación de ciertas maniobras defraudatorias, tal como fueron imputadas. Por otra
parte, es insuficiente para tener por configurada la transgresión del plazo razonable la mera
invocación de los tiempos transcurridos. La naturaleza del hecho investigado -que habría
perjudicado el erario público- y la calidad de los involucrados en la maniobra -entre ellos,
habría funcionarios estatales-, se presentan como elementos relevantes. Dres. Borinsky,
Carbajo -voto concurrente- y Hornos.
SOMOZA, Jorge Federico
Magistrados: Borinsky, Hornos y Carbajo
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala IV
Reg. N° 2217/20 Resolución del 4/11/20
Causa N° CFP 5545/2012/9/CFC1
42
2. Sentencia definitiva. Condena. Recurso de la defensa. Rechazo. Decisión fundada.
Incorporación por lectura de prueba no dirimente. Calificación legal. Transporte de
estupefacientes. Aspecto subjetivo. Falta de configuración de delito imposible.
Mensuración de la pena.
Corresponde rechazar el recurso de casación articulado por la defensa de González contra
la decisión del a quo en cuanto resolvió condenarlo como autor penalmente responsable
del delito de tráfico de estupefacientes en la modalidad de transporte (artículo 5º inciso “C”
de la ley 23.737) a la pena de cinco años de prisión, multa de pesos mil, accesorias legales
(Art. 12 del CP) y costas del proceso. Es que el sentenciante de mérito realizó un examen
correlacionado y conglobado de los distintos elementos probatorios reunidos en autos que
luce adecuado a las reglas de la sana crítica y la experiencia. En ese marco, las puntuales
críticas de la defensa a la valoración de la prueba efectuada por el “a quo” se apoyan en un
análisis aislado y descontextualizado de los distintos elementos recabados para, desde
dicha perspectiva, postular la existencia de una duda que en el caso el “a quo” descartó con
fundamentos suficientes. Ante el cuadro probatorio unívoco, la objeción de la defensa a la
introducción por lectura de la declaración del testigo civil que participó del procedimiento
inicial, se aprecia insustancial puesto que los dichos del testigo no resultan prueba
dirimente para la solución del caso. Por otra parte, la errónea aplicación del derecho
alegada por la recurrente para cuestionar la atribución del delito de transporte de
estupefacientes en calidad de autor tampoco puede prosperar. El “a quo” avaló la hipótesis
imputativa fiscal con fundamentos suficientes tanto en lo atinente a la materialidad del
hecho como a su calificación jurídica (delito y grado de participación atribuido), sin que la
defensa haya logrado demostrar que la argumentación resulte ni arbitraria ni el producto
de la errónea aplicación de la ley sustantiva. La recurrente objeta la significación jurídica
discernida por el sentenciante de mérito, bajo la alegación de que el delito de transporte
de estupefacientes exige para su configuración un especial elemento subjetivo (conocer
que el transporte de droga se enmarca en una cadena de tráfico) distinto del dolo
(conocimiento y voluntad de trasladar droga de un lugar a otro). Las circunstancias
relevantes del caso comprobadas en autos y tenidas en cuenta por el “a quo” resultan
reveladoras del conocimiento y voluntad por parte de González de trasladar desde el norte
del país y a través de distintas provincias material estupefaciente destinado al comercio
(por la cantidad -264 kgs. de marihuana-, la forma de acondicionamiento –en 322 panes- y
por su ocultamiento en el camión). Sin perjuicio de ello, desde el plano subjetivo la figura
se satisface con el conocimiento del estupefaciente que se tiene y transporta, más la
voluntad de llevar a cabo la conducta. Tampoco puede tener favorable acogida la
pretensión de la defensa de considerar que en el caso de autos estamos ante un supuesto
de delito imposible; “sin perjuicio del debate doctrinario existente en torno a las categorías
dogmáticas de ‘tentativa inidónea’ y ‘delito imposible’, lo cierto es que resulta razonable
distinguir ambos institutos sobre la base de que, en el primero, ex ante hay un defecto
(inidoneidad) objetivo intrínseco (p. ej., en el medio, objeto o autor) que impide la
consumación del delito (‘tentativa inidónea’) y, en el segundo, ex ante no hay defecto
intrínseco alguno que impida la consumación del delito sino que este defecto aparece ex
post (vid. en este sentido, Zaffaroni, Slokar, Alagia, “Derecho Penal. Parte General”, Ediar,
43
2da. Ed., Bs. As., 2008, págs. 832-833)”. (cfr. en lo pertinente, voto liderante del suscripto
en la causa FSA 13439/2019/18, “Farías, Ricardo y otros s/ inf. Ley 23.737”, rta. el
18/06/2020, reg. nº 8/2020 de la Oficina Judicial de esta C.F.C.P. –causa de trámite cfr.
C.P.P.F.). Sin embargo, en el caso no se configura ninguno de los dos supuestos de mención,
independientemente de si al momento en el cual se recibió la denuncia anónima quo
motivó la actuación prevencional, la droga ya estaba cargada (hipótesis más probable) o no
en el camión, conforme lo pretende la defensa. En cuanto a la pena impuesta, el “a quo”
realizó un pormenorizado y razonado examen, a la luz de los parámetros de los arts. 40 y
41 del C.P., tanto respecto de las características del hecho atribuido (la cantidad y el tipo de
droga transportada: 264kgs. aprox. de marihuana), como de las circunstancias personales
de González (el nivel de educación –primaria incompleta-, su edad -42 años- y el empleo –
chofer de larga distancia- e ingresos que tenía al momento del hecho, el concepto directo
sobre el imputado adquirido en la audiencia, la sujeción voluntaria del nombrado al proceso
durante toda su tramitación, la ausencia de antecedentes penales), para sopesarlas como
agravantes y atenuantes. Si bien todos los delitos contemplados por dicha normativa tienen
en común la protección del mismo bien jurídico, lo cierto es que las diferentes escalas
punitivas previstas en la ley constituyen el primer elemento para diversificar su grado de
afectación y en el marco de dichas escalas, la cantidad y el tipo de droga involucrados en el
supuesto concreto resultan pautas válidas a tomar en cuenta para la determinación del
monto de pena a imponer en cada caso. Tampoco resulta inválida la ponderación como
agravante de la “ausencia de necesidad económica” al momento del hecho, pues, dicha
situación resultaba un factor contramotivacional relevante al momento de decidir cometer
el delito que se le atribuye y, por tanto, también lo es al momento de individualización de
la pena para determinar su grado de culpabilidad. Dres. Borinsky, Carbajo y Hornos.
GÓNZALEZ, Omar Alberto
Magistrados: Borinsky, Hornos y Carbajo
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala IV
Reg. N° 2219/20 Resolución del 4/11/20
Causa N° FRO 32000600/2012/TO1/CFC1
44
las direcciones cuando se advierte como posible este tipo de violaciones a los Derechos
Humanos, y ello implica que una decisión desincriminante esté mediada por cierto nivel de
certeza con relación a la inexistencia de los hechos. Debe recordarse que en este legajo se
investiga el accionar de funcionarios públicos que integran el Servicio Penitenciario Federal,
institución encargada, por excelencia, del cuidado y vigilancia de las personas detenidas y
que se encuentran en tal sentido a su cargo, por los hechos denunciados. En este escenario,
entonces, la solución que corresponde adoptar como consecuencia de la interpretación
armónica de la normativa vigente desde la Constitución Nacional, a la luz de la normativa
internacional de rango constitucional que se encontraba vigente al momento del hecho, es
la que se corresponde con el adecuado compromiso asumido por nuestra Nación Argentina
en aras de evitar la tortura o penas y tratos crueles, inhumanos o degradantes para los
detenidos. En definitiva, teniendo en cuenta que se dispuso una única medida de prueba
(informe remitido por la Unidad Penitenciaria donde habrían ocurrido los hechos), ello de
ningún modo puede considerarse suficiente, dadas las características del caso. El voto
concurrente remarcó la necesidad de profundizar la investigación mediante la adopción de
distintas medidas de prueba que permitan esclarecer los hechos denunciados y determinar
sus eventuales implicancias penales. Señaló que en el caso no se han realizado las diligencias
probatorias ni procesales necesarias a fin de descartar fundadamente la hipótesis delictiva
denunciada y, en dichas condiciones, la decisión impugnada no constituye un acto
jurisdiccional válido derivado del análisis lógico y razonado de las constancias comprobadas
de la causa en observancia al principio de la sana crítica racional. El tercer voto sostuvo que
la decisión aparece cuanto menos prematura de cara a los graves hechos denunciados, el
deber de investigación que recae sobre las autoridades y la consecuente necesidad de
extremar los recaudos a efectos proceder a su esclarecimiento. Dres. Hornos, Borinsky -
voto concurrente- y Carbajo -voto concurrente-.
NN
Magistrados: Borinsky, Hornos y Carbajo
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala IV
Reg. N° 2235/20 Resolución del 6/11/20
4. Sentencia definitiva. Condena. Recurso Fiscal. Hacer lugar, casar la decisión y condenar
por trata de personas menores de dieciocho años de edad agravado, y reenviar para que
se fije una nueva pena. Decisión infundada. Calificación jurídica. Ley 26.364.
Corresponde hacer lugar al recurso de casación deducido por el representante del
Ministerio Público Fiscal y, en consecuencia, casar la sentencia impugnada (en cuanto
calificó los hechos como trata de personas con fines de explotación sexual ́ en la modalidad
de captación, agravado por resultar la victima menor de 18 años) y condenar a Jorge
Mauricio Juárez como autor responsable del delito de trata de personas menores de
dieciocho año de edad, cometido bajo la modalidad de captación con fines de explotación
sexual, agravado por los medios comisivos de engaño, amenazas y abuso de la situación de
vulnerabilidad (inc. 1, del art. 145 ter del C.P. cfr. Ley 26.364); y reenviar las actuaciones al
tribunal de origen a fin de que previa audiencia de visu y con la intervención de las partes,
efectúe una nueva determinación punitiva conforme a derecho. Ello así, en tanto el tribunal
de mérito no sólo omitió expresar los motivos por los que se apartó de lo dispuesto por esta
45
Cámara, en su anterior intervención, sino que, además, lo resuelto no es, en sí, una
derivación razonada del derecho vigente, con aplicación de las circunstancias comprobadas
de la causa ́ (Fallos 306:1004; cfr. los arts. 1 y 28 de la CN, y 123 del CPPN), pues no se
condice con las propias consideraciones que efectúa sobre los elementos de convicción y
los hechos comprobados. Es claramente advertible el yerro en el que incurrió el tribunal de
la instancia anterior, y la arbitrariedad de la sentencia que de ello se deriva. En efecto, el a
quo tuvo por probado que el hecho imputado a Juárez había sido cometido mediante la
utilización de engaños, amenazas y abuso de la situación de vulnerabilidad de la víctima
menor de edad, pero al calificar la conducta, y sin expresar razón valedera que justifique la
decisión adoptada, omitió encuadrar los sucesos juzgados en el inc. 1ro. del art. 145 ter, en
el que específicamente se contempla aquella modalidad comisiva como agravante.
Repárese que la referida ley 26.364, sancionada el 9 de abril de 2008, denominada de
“Prevención y Sanción de la Trata de Personas y asistencia a sus víctimas”, modificó la
normativa del Código Penal en la materia, buscando armonizar la legislación argentina a los
estándares fijados por los tratados internacionales. Por vía de esa reforma, se ubicó al delito
de trata de personas en el Título de los delitos contra la libertad, y se estableció en el
artículo 145 bis, la sanción penal de la trata de mayores de 18 años, y en el artículo 145 ter,
la figura de la trata de menores de edad. En efecto, el legislador estableció una pena
diferenciada y más rigurosa (elevándola de 10 a 15 años de prisión), para el supuesto en
que la trata de menores de 18 años, se llevara a cabo con alguna de las modalidades
específicamente descriptas en la norma, atento el mayor disvalor que evidencia esa forma
comisiva. Así, esta Sala, en su anterior intervención ya había señalado que correspondía
encuadrar la conducta de Juárez en el art. 145 ter inc. 1ro. del CP, pues se había
comprobado que la víctima era menor de 18 años al momento de la captación, y que había
mediado la utilización de amenazas, engaños y abuso de la situación de vulnerabilidad por
parte del autor. Al tanto de aquello, y sin perjuicio de haber expresado su opinión
coincidente en cuanto a la verificación procesal de esos mismos medios comisivos, el a quo
prescindió de la mentada agravante, sin expresar los fundamentos que lo llevaron a adoptar
tal decisión. Además, esta Cámara ya había precisado la doctrina judicial aplicable al caso,
lo que impedía al tribunal oral apartarse de la dirección impuesta al presente en lo
concerniente a la selección de la figura aplicable. La disidencia parcial sostuvo que, frente
al déficit de motivación que presenta la sentencia impugnada, corresponde hacer lugar al
recurso de interpuesto por el Ministerio Público Fiscal, anular la sentencia recurrida y
remitir las actuaciones a fin de que, por ante quien corresponda, se proceda a su
sustanciación Dres. Mahiques, Yacobucci y Slokar -en disidencia parcial-.
JUÁREZ, Jorge Mauricio
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala II
Reg. N° 1839/20 Resolución del 10/11/20
Causa N° FSA 22001044/2012/TO1/CFC2
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5. Sentencia definitiva. Sobreseimiento. Recurso fiscal. Hacer lugar, anular la decisión y
remitir para la continuación del trámite. Decisión prematura e infundada. Ausencia de
producción de pruebas.
Corresponde hacer lugar al recurso de casación interpuesto por el representante del
Ministerio Público Fiscal, revocar la resolución impugnada -en cuanto confirmó el
sobreseimiento recaído- y remitir las actuaciones a su origen a fin de que se continúe con
el trámite de la causa, en tanto la decisión adoptada por el a quo se revela prematura y
carente de fundamentos. En efecto, del detenido estudio de las escasas constancias de la
causa, se advierte su errónea justipreciación y la ausencia de producción de pruebas
posibles y conducentes para la resolución del caso, pues no se puede dejar de concebir que
con la realización de las requeridas podría cambiar la conclusión impugnada. Los integrantes
de ese órgano jurisdiccional dieron relevancia a ciertos elementos que, aunque
importantes, no eran definitorios a esa altura temprana de la pesquisa para arribar a aquel
estado de convencimiento -certeza- acerca de la existencia de una de las causales taxativas
que enumera la ley en el artículo 336 del C.P.P.N., mientras que soslayaron o relativizaron
otros que podrían ser conducentes para continuar la investigación y poder precisar, del
modo más acabado posible, cómo era y quiénes integraban la organización que estaba
detrás de ese cargamento y transporte de más de 200 kilogramos de clorhidrato de cocaína
a bordo del camión. Tal como lo refiere el Ministerio Público Fiscal en su recurso, no se han
valorado adecuadamente -en ambas instancias- las contradicciones o evasivas en las
declaraciones prestadas por la imputada en cuanto al modo en que celebró el contrato para
el empleo del rodado y con quién o quiénes lo hizo; como asimismo, aún no ha aportado la
documentación que respalde esa entrega de “uso” -según refirió- para la persona que utilizó
o subcontrató -se ignora a través de qué figura jurídica- el camión que ella administraba
para realizar el transporte de las mercancías. Por otro lado, tampoco puede soslayarse la
insistencia con la que se ha pronunciado el titular de la acusación pública cada vez que le
ha tocado intervenir, en el sentido de que, en su opinión, todavía restan producirse medidas
probatorias para poder dilucidar con mayor claridad la cuestión controvertida. El voto
concurrente destacó la necesidad de profundizar la investigación, mediante la adopción de
distintas medidas de prueba que permitan esclarecer los acontecimientos objeto de
estudio. Recordó que el sobreseimiento exige un estado de certeza sobre la existencia de la
causal en que se fundamenta y que el art. 336 del C.P.P.N. dispone que, en caso de adquirir
firmeza, el sobreseimiento “cierra definitiva e irrevocablemente el proceso con relación al
imputado a cuyo favor se dicta”, lo que reafirma la necesidad de que exista certeza para su
dictado. Sostuvo que no corresponde adoptar dicha solución si, tal como se verifica en el
caso, está ausente “la certeza que requiere el ordenamiento procesal para sobreseer”. El
tercer voto afirmó que, en el caso de autos, donde se investiga el transporte de gran
cantidad de material estupefaciente –alrededor de 213 kilos de cocaína-, el Estado debe
maximizar sus esfuerzos en miras a cumplir con la manda constitucional vinculada con
alcanzar la verdad jurídica objetiva que represente un adecuado servicio de justicia y afiance
la valoración de las instituciones dedicadas a tal tarea. Dres. Carbajo, Borinsky -voto
concurrente- y Hornos -voto concurrente-.
JAIME, Élida Concepción
Magistrados: Borinsky, Hornos y Carbajo
47
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala IV
Reg. N° 2258/20 Resolución del 10/11/20
Causa N° FSA 7817/2018/10/CFC3
48
debida vigencia del principio de legalidad (art. 18, CN y art. 2, CP), corresponde remitir al
tribunal de origen a fin de que se ajuste la sentencia condenatoria de Palavecino a la ley
aplicable al momento de los hechos, lo que impactará en la multa a la cual se encuentra
condenado. La disidencia parcial señaló que corresponde proceder a la mensuración de la
pena de multa en esta instancia, previa audiencia de visu, de manera remota y virtual, de
acuerdo a lo dispuesto en los arts. 40 y 41 del C.P. Dres. Yacobucci, Slokar y Mahiques -en
disidencia parcial-.
PALAVECINO, Jesús Edelmar
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala II
Reg. N° 1835/20 Resolución del 10/11/20
Causa N° FBB 13847/2014/TO1/CFC1
49
confirman que delante del destacamento pasa el automóvil, el que es seguido y detenido;
de un simple control físico se observan unos paquetes embalados de la manera en que suele
hacerse para transportar cocaína y todo esto lo realizan con la presencia de testigos y a
partir de allí, cumplen con la continuación del procedimiento ejecutando las ordenes
vertidas por el Secretario Penal del Juzgado Federal. Todos los actos trascendentales a los
fines de este proceso han sido presenciados por los testigos. Entre ellos, cabe referir, tal
como lo hiciera el tribunal de sentencia que los testigos estuvieron presentes al iniciarse el
procedimiento, al requisar el automóvil y hallar la sustancia estupefaciente, al realizar el
pesaje y el peritaje del material encontrado. Las llamadas permitieron corroborar los hechos
concretos, así como los distintos encuentros, provisión de elementos –camioneta,
combustible, etc...- además, los encuentros fueron fotografiados, así como el ingreso a
bares, alojamientos y otros lugares. También se pudo determinar los distintos recorridos
que hicieran. De todo ello es posible señalar que con solo repasar las actuaciones no cabe
duda que las llamadas atribuidas al Chino, se corresponden con quien finalmente resultara
ser el imputado en esta causa José Indalicio Flores Terrazas. Debo concluir, en lo que hace
a la aplicación del principio de la duda en beneficio del reo, que en el caso no es aplicable
el mismo, en tanto requiere de manera previa de ese estado que como fuera señalado, en
el caso, no existe, en tanto todas las pruebas, estudios de campo, llamadas telefónicas y
finalmente los secuestros realizados conducen -como ya fuera señalado- inequívocamente
en la participación del recurrente en los delitos investigados en estas actuaciones, tal como
concluyera el tribunal de sentencia. Con respecto al agravio vinculado al principio de
congruencia, la cuestión radica, en determinar si el tribunal de juicio ha vulnerado el
principio de congruencia al encuadrar el hecho por el que fue acusado Flores Terraza en una
calificación jurídica más gravosa que la peticionada por Ministerio Público Fiscal en el marco
del debate oral. Para que el principio de congruencia no se encuentre afectado, resulta
decisivo que la sentencia recaiga sobre los mismos hechos que fueron base de la acusación,
y que se hubiese asegurado a la defensa la posibilidad de rebatirlos en el debate. Por tanto,
no cualquier cambio de calificación puede ser considerado violatorio del referido principio
de congruencia, sino que habrá que determinar en cada caso particular, si esa variación
impidió al imputado oponer la defensas que consideraba necesarias (cfr. causa nº 10.155,
“Obligado, Eduardo David s/ recurso de casación”, reg. 14.523, rta. 14/9/2009 del registro
de esta Sala). El principio de correlación se infringe cuando existe una discordancia entre el
hecho imputado en la indagatoria, el incluido en el auto de procesamiento, el que fuera
materia de acusación y el que la sentencia tuvo por recreado o, en su defecto, cuando media
un cambio de calificación por otra no incluida en la discusión final o en los actos troncales
del proceso que provoque una verdadera situación de indefensión frente a la concreta
estrategia seguida por la defensa técnica. Teniendo en cuenta las particulares circunstancias
del caso, se configura la segunda de las hipótesis mencionadas, toda vez que si bien las
circunstancias de hecho se han mantenido desde la acusación hasta la sentencia, la
aplicación de la figura estipulada en el art. 7 de la ley 23.737, esto es, “…el que organice o
financie cualquiera de las actividades ilícitas a que se refieren los artículos 5° y 6° de esta
ley”, implicó la introducción de elementos típicos no contemplados en la acusación del
Ministerio Público Fiscal al momento de alegar, cambio de calificación que fue sorpresivo y
afectó el derecho de defensa en juicio del acusado. La subsunción jurídica escogida por el
50
tribunal de mérito resulta ser más gravosa que la postulada no solo por el fiscal de juicio
sino también por aquella escogida por esa parte en el requerimiento de elevación a juicio.
El encuadre jurídico del suceso imputado, no incluido en la discusión final del debate,
importo una vulneración al debido proceso y al derecho de defensa (art. 18 de la CN). El
voto concurrente agregó que no puede soslayarse, como circunstancia relevante para el
caso, la voluntad legislativa expresada a través de la sanción del Código Procesal Penal
Federal -CPPF- (Leyes 27063, BO 10/12/2014 y 27482, BO 7/1/2019; to, Dto. 118/19, BO
08/02/2019). En tal sentido, respecto de la cuestión debatida en autos, el artículo 307 del
novel código procesal penal prevé que: “(L)a sentencia no podrá tener por acreditados otros
hechos o circunstancias que los descriptos en la acusación y, en su caso, en la ampliación de
la acusación. Tampoco podrá dar al hecho una calificación jurídica distinta, salvo que sea en
beneficio del imputado siempre que haya sido objeto de debate. Los jueces sólo podrán
resolver lo que haya sido materia de debate. No podrán imponer una pena más grave que
la solicitada por los acusadores y deberán absolver en el caso en que ambos así lo requieran”
(el subrayado nos pertenece). La disidencia parcial, con respecto a la posible afectación al
principio de congruencia, sostuvo que -más allá de que la defensa no alcanzan a demostrar
una real afectación al principio invocado, ni restricción alguna al derecho de defensa y de la
atenta lectura del recurso es posible advertir que la queja se dirige en realidad contra el
cambio de la calificación- no se advierte del recurso intentado que frente a la plataforma
fáctica que precede al debate, se haya afectado el principio de congruencia cuando es
evidente que el Tribunal se expidió sobre el mismo hecho durante el desarrollo del proceso,
no variando el sustrato material del reproche. Del análisis del recurso intentado se advierte
que no hay cuestionamiento respecto a los hechos imputados en la declaración indagatoria,
el auto de procesamiento, el requerimiento de elevación a juicio y el alegato, el ilícito
atribuido al imputado se han mantenido inalterable en lo esencial. En tales términos no se
advierte inexistencia de la necesaria correlación entre acusación y sentencia en lo relativo
a la plataforma fáctica. El imputado tuvo oportunidades para ejercer una eficaz defensa
respecto del hecho por el que fuera condenado, sin que mediara una acusación sorpresiva
e intempestiva, que haya impedido a la defensa articular procesalmente en la instancia
oportuna, su adecuado derecho de defensa en el debate. Los hechos imputados no han
variado a lo largo de todo el proceso, en lo que hace a su materialidad como a la descripción
concreta de los mismos, más allá de la calificación que el tribunal oral, fundadamente
decidiera otorgarles. Por estos motivos, a los que cabe agregar la falta de la demostración
de un perjuicio concreto o que se haya visto impedido de ejercer de manera plena cuestión
alguna que haga al correcto ejercicio del derecho de defensa, es que considero que el
remedio intentado debe ser desestimado por este motivo. Respecto a la mensuración de la
pena impuesta, el tribunal ponderó las características del suceso suficientemente y ello
responde a las pautas objetivas del inciso 1º del artículo 41 del Código Penal que prevé para
la cuantificación de la pena la consideración de “…la naturaleza de la acción y de los medios
empleados para ejecutarla y la extensión del daño y del peligro causado…”. En lo que hace
a los antecedentes, considero que en la medida que se trate de condenas, puede ser
valorado en la determinación de la pena a imponer, en tanto no transgrede el principio de
culpabilidad de acto y tampoco importa la adopción de criterios propios del derecho penal
de autor, ya que el agravamiento no deriva de reprocharle a aquél su personalidad, sino por
51
el desprecio que manifiesta por la norma penal. Ahora bien, sin perjuicio de lo señalado y
más allá de que en la sentencia impugnada se tomaron en cuenta las características de los
hechos atribuidos a Flores Terrazas, ello no resulta suficiente a los fines de motivar el
quantum punitivo impuesto, pues en la decisión no se tuvieron en cuenta las características
personales del encausado. Sobre la base de tales consideraciones y sin que ello implique
abrir juicio sobre el quantum de la sanción que le fuera impuesta, considero que la
sentencia aquí recurrida posee un déficit de fundamentación y por lo tanto un vicio de
arbitrariedad, que corresponde subsanar. La fijación de la sanción impuesta no contiene los
argumentos suficientes en torno a las exigencias establecidas en los artículos 40 y 41 del
Código Penal para considerar satisfechos adecuadamente los recaudos legales para que se
considere fundada la decisión, de conformidad con las exigencias emanadas de los artículos
123 y 404 inciso 2º del C.P.P.N. Dres. Figueroa -disidencia parcial-, Petrone y Barroetaveña
-voto concurrente.
FLORES TERRAZAS, José Indalicio
Magistrados: Figueroa, Petrone y Barroetaveña
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala I
Registro N° 1567/20 Resolución del 10/11/20
Causa N° FSA 24121/2015/TO1/CFC1
52
considerarse la extrema vulnerabilidad de las víctimas y que, en ocasiones, toda la situación
traumática vivida puede empañar sus declaraciones. Finalmente, precisé que la experiencia
en causas donde se investigan conductas vinculadas a la explotación del ser humano,
muestra que muchas damnificadas de trata desconocen o no asumen su calidad de víctima.
Ello así, o bien por el temor a represalias -el cual es infringido intencionalmente por los
sujetos activos- o bien por el temor a perder su fuente de ingresos o porque naturalizan su
situación de víctima. En el caso de autos, el Tribunal Oral ha razonado correctamente acerca
de cómo la vulnerabilidad de la víctima influenció en su relato a punto tal que naturalizó la
situación vivida como respetuosa de su voluntad y dignidad. Respecto a la alegación
defensista sobre la ausencia de acreditación de algún verbo típico que requiere el delito de
trata de personas para su configuración, cabe señalar que resulta cuanto menos dudoso
que Rojas no supiera, desde el inicio mismo de la relación, la actividad que desplegaba L.G.
Ello así, porque se pondera como indicio que la ex pareja de L.G. (quien también la
explotaba económicamente) intervino para que se comunicaran. Asimismo, porque es una
actividad que por sus horarios y sus características es difícil de ocultar. No obstante, aún
bajo la hipótesis pretendida por la defensa (esto es, que su defendido no dirigió su voluntad
de explotar a la víctima en los albores de la relación porque desconocía su actividad) lo
cierto es que, conociendo dicha situación, convivió con ella, la trasladó a los lugares de
explotación, y usufructuó sus ganancias. Luego, en conocimiento del desarrollo de la
actividad de L.G., logró que ella consintiera fraudulentamente en cederle sus ingresos;
alcanzó su explotación. En el punto, cabe precisar que no se le reprochó a Rojas no haber
evitado el resultado, esto es, que L.G. trabajara en el comercio sexual, sino su propia
conducta dirigida a promover y facilitar su prostitución, captar su voluntad para así alcanzar
una ventaja patrimonial de esa situación. Por otra parte, en orden al cuestionamiento de la
defensa sobre la lesión al bien jurídico se observa que el razonamiento seguido por el
Tribunal en cuanto infiere que las conductas objetivas desplegadas por Rojas, tuvieron
gravitación para interferir y condicionar el campo de autodeterminación de L.G. no aparece
como una conclusión arbitraria, ilógica o apartada de las constancias de la causa. Con
relación al planteo de inconstitucionalidad del delito de trata de personas, con fundamento
en que la redacción del tipo penal transgredía el principio de legalidad ante la falta de
precisión del término “explotación”, cabe indicar que la ley 26.842, publicada el
27/12/2012, precisó con profusa claridad cuál es el alcance del término “explotación” del
cual depende la configuración de las conductas descriptas por los arts. 145 bis y ter del
Código Penal. No obstante, cabe advertir que la vaguedad que la defensa señala en torno a
la palabra “explotación” no supera la crítica propia e inherente de todo el lenguaje mismo.
En referencia al planteo de inconstitucionalidad de la norma porque no admite a la
aquiescencia de la víctima como eximente para la tipicidad de la conducta o como causal
de justificación, corresponde señalar que, tal como dijo el Tribunal, a partir de la
modificación de la figura típica por ley 26.842, las discusiones respecto a si resultaba válido
el consentimiento como causal de atipicidad de la conducta quedaron definitivamente
zanjadas. Ello así toda vez que actualmente la norma dispone expresamente, tras enumerar
todas las acciones típicas que se incluyen dentro de la trata de personas (el ofrecimiento, la
captación, el traslado, la recepción o acogida de personas con fines de explotación) que “El
consentimiento dado por la víctima de la trata y explotación de personas no constituirá en
53
ningún caso causal de eximición de responsabilidad penal, civil o administrativa de los
autores, partícipes, cooperadores o instigadores”. Con relación a la invocación de error de
prohibición directo y a las críticas sobre la individualización punitiva, cabe puntualizar que,
de las circunstancias comprobadas en la causa, no se advierte la presencia de reductores
con entidad para estrechar el ámbito de autodeterminación de Rojas a los efectos de
apartarse del mínimo de la escala penal, que fue el monto seleccionado por el sentenciante.
El voto concurrente remarcó que la argumentación desenvuelta en el pronunciamiento en
punto a la declaración de L.G se muestra razonable y atiende estándares que deben
observarse a la hora de considerar las declaraciones de las víctimas del delito de trata, no
solo en punto a evitar su victimización secundaria sino esencialmente en lo que respecta al
examen desde la crítica interna de su testimonio. En esta intelección, señaló que no deben
soslayarse los graves efectos que el tratante genera en la psiquis de sus víctimas a punto tal
de que no es infrecuente que en su discurso se adviertan -como en el caso-indicadores de
una cierta naturalización de los hechos e incluso sentimientos paradójicos de miedo, pero
a la vez también de respeto y gratitud hacia su explotador, de modo análogo a lo que sucede
con el síndrome de Estocolmo que se verifica en los supuestos de secuestro extorsivo. La
disidencia señaló que la coincidencia suscitada entre los dichos de la víctima L.G. y el
descargo de Rojas durante el juicio oral imponía como necesaria la tarea intelectual de
valorar detenidamente y de forma crítica los elementos de prueba colectados durante la
investigación a fin de dilucidar su entidad probatoria y, de tal forma, determinar su aptitud
para sustentar en forma autónoma la hipótesis acusatoria del Ministerio Público Fiscal que
fuera finalmente impuesta por el a quo en el caso, teniendo además en cuenta el juicio de
certeza positiva o convicción apodíctica que requiere toda sentencia condenatoria. Sin
embargo, aclaró, dicha tarea no fue cumplida por el a quo de forma tal que permita
considerar al fallo bajo estudio motivado en los términos del art. 123 del C.P.P.N. con
respecto al cuadro fáctico, probatorio y jurídico establecido por la sentencia condenatoria.
La correspondencia entre las versiones de L.G. y el imputado Alexander Rojas, sumado a los
interrogantes suscitados sobre ciertos aspectos de la plataforma fáctica debido a un cuadro
probatorio insuficiente e impreciso, conduce a un escenario de duda que repercute
negativa y exclusivamente en la configuración de las figuras penales por las cuales resultó
condenado Alexander Rojas. Afirmó que no se demostró con certeza a lo largo del debate
oral que Rojas haya explotado económicamente la prostitución ejercida por su conviviente
L.G. ni que haya obtenido un provecho económico a partir de esa actividad. Del mismo
modo, la orfandad probatoria de autos y los dichos brindados durante el debate por L.G.
impiden tener por demostrada la “captación” como medio comisivo para el delito de trata
de personas con fines de explotación sexual. Especificó que, el estado de incertidumbre
referido, persistente incluso luego de un pronunciamiento sobre el fondo del asunto
dictado con posterioridad al juicio oral y público, debe ceñirse estrictamente a los términos
debidos (calificación legal de los hechos). En razón de ello, sostuvo que el plano fáctico de
autos resulta suficiente para tener por debidamente acreditado que Alexander Rojas ha
incurrido en el delito de facilitación de la prostitución previsto en el art. 125 bis del Código
Penal, agravado por la situación de convivencia que lo unía con la víctima L.G. (art. 126,
inciso 2°, del C.P.). Señaló que las pruebas colectadas durante el debate oral han
demostrado con el grado de certeza exigible que Rojas, entre los meses de febrero y mayo
54
del año 2019, facilitó la prostitución que ejercía su conviviente L.G. en la ciudad de Santa
Rosa, provincia de La Pampa. En definitiva y al no advertirse causas que excluyeran respecto
de Rojas su antijuricidad ni culpabilidad por el hecho por el cual fue enjuiciado, propició
hacer lugar al recurso, casar los puntos respectivos y, en consecuencia, condenar a
Alexander Rojas como autor penalmente responsable del delito de facilitación de la
prostitución, agravado por la situación de convivencia que lo unía con la víctima; y reenviar
las actuaciones al tribunal a quo para la determinación -previa sustanciación (arts. 40 y 41
del C.P.)- de la pena a imponer de acuerdo a la nueva calificación legal asignada y la que
surgiera de la unificación que correspondiera efectuar. Dres. Hornos, Borinsky -en
disidencia- y Carbajo -voto concurrente.
ROJAS, Alexander
Magistrados: Borinsky, Hornos y Carbajo
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala IV
Reg. N° 2259/20 Resolución del 10/11/20
Causa N° FBB 7255/2019/TO1/CFC1
55
elemento concomitante al estado que presentaban los pasajeros del automóvil al momento
de ser detenidos para el control vehicular. Se advierte que el procedimiento prevencional
se llevó a cabo de conformidad con las previsiones que normativamente establece nuestro
ordenamiento de rito, sin que se verifique una limitación arbitraria sobre los derechos del
imputado, todo lo cual ha sido correctamente examinado por el juez de la anterior instancia
en la sentencia impugnada, lo que determina el rechazo del planteo de la defensa sobre la
cuestión aquí examinada. De adverso a lo afirmado por la defensa, el análisis del caso traído
a revisión jurisdiccional de esta Cámara evidencia que la decisión condenatoria reposa en
la correcta ponderación de un cuadro probatorio variado y coherente, que sin margen de
duda acredita la ocurrencia del ilícito materia de reproche penal y la responsabilidad de
Diego Romarión por él y que no logra ser rebatido a pesar de los esfuerzos defensistas de
atribuir responsabilidad a su acompañante. En relación con las alegaciones referidas a la
errónea calificación jurídica en que se encuadró el hecho investigado en autos, considero
que corresponde también rechazar el planteo de la defensa, que sostiene que corresponde
encuadrar el hecho en cuestión en la figura de tenencia simple de estupefacientes. En
cuanto a los requisitos exigidos a los fines de establecer el grado de perfeccionamiento en
la conducta calificada como transporte de estupefacientes, sostuve en el precedente “Varo
Pereira, Leonardo y otros s/ recurso de casación” (causa nº 14.809, rta. el 04/06/2014, reg.
nº 23.696), que la acción de transporte está constituida por “…el acto de desplazamiento
de un lugar a otro con independencia de la distancia, el medio utilizado y la forma de
posesión […] la figura [es] permanente ya que se prolonga en el tiempo -tránsito- hasta que
los objetos lleguen a destino. El delito no se consuma en este sentido porque la mercadería
llegue al final del viaje, ya que el carácter permanente de la infracción determina que aun
cuando se interrumpa el iter criminis antes de ese momento el transportista igualmente
habrá transportado…”. Esa opinión admite la posibilidad de tentativa de transporte, en el
caso en el que se ha realizado la carga del estupefaciente, pero no se ha iniciado aún el
traslado, y de este modo se frustra el delito, situación que no es la que se verifica en el caso
sub examine. Asimismo, se sostuvo en el citado precedente que “…fuera de los casos de
tenencia para consumo personal, el transporte de estupefacientes se consuma con el inicio
del traslado, en este sentido, el delito es un delito permanente, o de ejecución permanente,
que se sigue consumando mientras el agente continúa con los actos ejecutivos del
transporte de la sustancia, y la entrega en el lugar de destino constituye simplemente el
agotamiento del hecho. La ley castiga el transporte como acto de circulación de bienes de
tenencia, suministro o comercialización prohibidos. La entrega o suministro, por lo demás,
están conminadas como figuras legales distintas, esto es, las del art. 5, inc. c, de la ley
23.737…”. La versión defensista que pretende descartarse de la propiedad de parte de la
sustancia carece de todo sustento y resulta inverosímil frente a las circunstancias
comprobadas del caso, especialmente a la forma de acondicionamiento de los paquetes en
los que los estupefacientes eran transportados, todos en el mismo sitio dentro del vehículo
que conducía Romarión y que refirió como propio. En definitiva, toda vez que las
circunstancias del hecho y la prueba rendida en el caso ha demostrado la trascendencia del
estupefaciente que Romarión trasladaba en la guantera de su vehículo respecto del
consumo personal, resulta configurado el tipo penal de transporte previsto en el art. 5 inc.
c de la ley 23.737, sin que se requiera una ultraintención de comercio, como pretende
56
sostener la parte recurrente. Tampoco corresponde dar favorable acogida al planteo del
recurrente en orden a la supuesta omisión de tratamiento del planteo de falta de
culpabilidad por haber actuado en error de prohibición, que la parte formuló en su alegato.
El examen de la sentencia impugnada evidencia que el conocimiento sobre la naturaleza
prohibida de su conducta fue abordada de manera específica por el juez del tribunal oral
que la dictó, y su decisión resulta derivación lógica de la razonada ponderación de la prueba
y circunstancias del caso. Se observa entonces que carece de todo respaldo la alegación que
-de modo genérico- realiza la defensa en cuanto a que Romarion se habría considerado
habilitado por la jurisprudencia relevante en la materia para el transporte de
estupefacientes, máxime cuando los extremos analizados, como ya se señaló, dan cuenta
de la trascendencia de la sustancia estupefaciente respecto del consumo personal. En
definitiva, toda vez que la conducta ilícita desplegada por Diego Romarión fue
correctamente encuadrada en la figura de transporte de estupefacientes y habiéndose
dado debido tratamiento a las alegaciones de la parte, corresponde el rechazo del recurso
de casación en orden al motivo de agravio en estudio. En cuanto al decomiso del automóvil,
cabe referir que el ordenamiento sustantivo prescribe las condiciones en las cuales la
condena importa la pérdida de los instrumentos del delito, los que serán decomisados, a no
ser que pertenecieren a un tercero no responsable (arts. 23 del C.P. y 30 de la ley 23.737) y
ello en virtud de tratarse de una excepción a la garantía constitucional del derecho de
propiedad contemplada en el artículo 17 de la Carta Magna Por ello, esta especialísima
facultad conferida a la autoridad judicial debe adecuarse estrictamente a los parámetros
establecidos y debe ser utilizada siempre con criterio restrictivo. Específicamente el art. 30
de la ley 23.737 dispone que: “se procederá al comiso de los bienes e instrumentos
empleados para la comisión del delito, salvo que pertenecieren a una persona ajena al hecho
y que las circunstancias del caso o elementos objetivos acreditaren que no podía conocer tal
empleo ilícito. Igualmente se procederá a la incautación del beneficio económico obtenido
por el delito” (el resaltado me corresponde). En el caso, el juez del tribunal oral ordenó el
decomiso del automóvil por haber sido utilizado para la comisión del delito, pero omitió dar
tratamiento al planteo de la defensa consistente en que ello resultaba improcedente por
ser propiedad del padre de su defendido. La sentencia carece de la debida fundamentación
en torno a este particular, toda vez que siendo que el titular registral del vehículo sería una
persona distinta al condenado y que ha sido alegada por la defensa la improcedencia de la
accesoria en base a tal circunstancia, debe darse tratamiento al planteo y en todo caso,
verificar si se ha acreditado que el caso encuadre en la excepción prevista en la normativa,
esto es, que el bien pertenezca a un tercero no responsable. Por ende, el decisorio no
cumple con las exigencias prescriptas en los arts. 123 y 404 inc. 2º del C.P.P.N. en torno a la
imposición de la pena accesoria de decomiso respecto del vehículo, motivo por el cual
corresponde hacer lugar parcialmente al recurso de casación en estudio, únicamente en
orden a la cuestión aquí analizada. El voto concurrente señaló que es menester rememorar
que el régimen normativo aplicable a los delitos vinculados al tráfico de estupefacientes
establece el comiso incluso de bienes que pertenecen a terceros ajenos a la comisión de los
delitos allí previstos, cuando aquéllos hayan sido empleados para cometer el hecho ilícito,
o hayan resultado del beneficio económico obtenido del delito, si las circunstancias del caso
57
o elementos objetivos probaren que su titular no podía desconocer su uso u origen ilícito.
Dres. Figueroa, Petrone y Barroetaveña –voto concurrente-.
ROMARIÓN, Diego Ariel
Magistrados: Figueroa, Petrone y Barroetaveña
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala I
Registro N° 1581/20 Resolución del 11/11/20
Causa N° FCR 6004/2019/TO1/CFC1
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comisión de hechos delictivos, mantener el orden público y resguardar los bienes y
derechos de los particulares; función que no es solo represiva sino también preventiva.
Ahora bien, aplicado al caso concreto, las fuerzas de seguridad procedieron de conformidad
a las normas procesales que regulan este tipo de actuaciones. En efecto, tras proceder a la
detención de Manrique -para quien contaban con orden judicial- y secuestrar la
encomienda con sustancia estupefaciente que éste iba a recibir proveniente de Salta –
enviada por Páez-, los encargados de realizar tal procedimiento advirtieron que el detenido
había concurrido al lugar en el vehículo de D’Agostino. Entonces, ante la presencia de
circunstancias concomitantes que permitían determinar la comisión de delitos vinculados
con el comercio de estupefacientes –que precisamente venían investigando y corroborando
a través de las intervenciones telefónicas-, la requisa del vehículo en el cual Manrique había
arribado al lugar resulta a todas luces justificada, en tanto los gendarmes contaban con
indicios suficientes como para razonar que el sujeto que estaba en el vehículo podía estar
involucrado en las maniobras investigadas. Respecto a las pruebas que acreditan el ilícito,
cabe mencionar que la anterior integración de esta Sala ponderó minuciosamente las
evidencias recolectadas en torno a la participación de D’Agostino en los hechos delictivos,
las cuales valoró de modo integral y armónico a fin de arribar a la conclusión finalmente
adoptada. En el caso de autos, el cúmulo probatorio ha resultado basto para sustentar la
conclusión de que el imputado recurrente era parte de la empresa criminal en la cual
participaron el resto de los condenados. Con relación a la agravante prevista en el art. 11,
inc. “d”, de la ley 23.737, corresponde afirmar que su aplicación sobre los hechos imputados
a D’Agostino surge como ajustada a derecho y conforme a la inteligencia brindada por
nuestro Máximo Tribunal para autores que no se encuentran expresamente encargados de
la prevención de los delitos establecidos en la ley 23.737. En efecto, cabe concluir que, más
allá de las tareas específicas asignadas al encausado como miembro de la Policía de la
Provincia de San Juan, éste tenía la obligación genérica de prevenir la comisión de delitos,
incluidos los enumerados en la ley de estupefacientes y, en consecuencia, le comprende la
agravante en estudio, en concordancia con el artículo 11 de la ley 23.737. De hecho, si dado
tal supuesto, se negara actuar en razón de no pertenecer a su competencia la prevención y
persecución de delitos contra el narcotráfico, incurriría en el delito previsto en el art. 274
del Código Penal. Dres. Hornos, Yacobucci y Borinsky -votos concurrentes-.
D’AGOSTINO VIDABLE, Juan Carlos
Magistrados: Hornos, Yacobucci y Borinsky
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal- Sala III
Resolución del 13/11/20
Causa Nº FMZ 55018132/2012/TO1/5/1
59
distrito y de los Tribunales Federales de juicio en lo Penal Económico (inciso a); en los
conflictos de competencia entre esos mismos tribunales (inciso b)); en las excusaciones o
recusaciones de los jueces de esos órganos jurisdiccionales (inciso c); en las quejas por
retardo de justicia o por impugnación denegada interpuestas contra los Tribunales
Federales de juicio de cada distrito y de los Tribunales Federales de juicio en lo Penal
Económico; y en la revisión de las sentencias condenatorias firmes en los términos fijados
por el artículo 366 y siguientes de ese Código. Supuestos de intervención de esta Cámara
que si bien en principio no contemplan las decisiones de las Cámaras de Apelaciones, como
es la presente, no resiste la jurisprudencia del más Alto Tribunal de la Nación. En efecto, se
hace referencia a la doctrina sentada en el fallo “Di Nunzio, Beatriz Herminia
s/excarcelación” de la Corte Suprema de Justicia de la Nación del 3 de mayo de 2005 (Fallos
328:1108) a tenor de la cual habrá de regirse la intervención de esta Cámara, a quien en ese
precedente se le otorgó la calidad de tribunal intermedio. Que, en el particular, la vía
seleccionada por el recurrente carece de viabilidad para estimular esta instancia
extraordinaria. Ello es así precisamente porque en su presentación la parte no alcanza a
demostrar la existencia de un agravio federal debidamente fundado, sino que sólo expone
su discrepancia sobre la interpretación de los elementos del caso, lo que demuestra la
existencia de una fundamentación que no se comparte pero que no configura un agravio
fundado en la doctrina de la arbitrariedad (Fallos: 306:262; 314:451) o en los graves
defectos del pronunciamiento (Fallos: 314:791; 321:1328; 322:1605. La disidencia señaló
que, respecto de la admisibilidad de la vía de impugnación deducida, en atención a los
agravios invocados correspondía hacer lugar a la queja interpuesta. Dres. Catucci,
Gemignani -votos concurrentes- y Riggi -en disidencia-.
ASIC Agencia de Seguridad e Informes Comerciales
Magistrados: Riggi, Gemignani y Catucci
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal- Sala III
Resolución del 18/11/20
Causa Nº CPE 1301/2019/4/RH2
60
de nulidad de la intervención telefónica del abonado perteneciente al hermano del
condenado Alegre, de adverso a lo referido por el impugnante, devenía imprescindible,
cumpliendo de tal forma los requisitos de fundamentación exigidos por el art. 236, 2do.
párrafo del CPPN según ley 25760, por lo que no se advierte que se hubieren conculcado
las garantías constitucionales de defensa en juicio y debido proceso. Ello es así, habida
cuenta que la medida objetada se adoptó con la intención de poder lograr dar con el
paradero del acusado y en ese estadio procesal ya se habían acumulado suficiente prueba
para vincularlo con el secuestro. El planteo en torno a que las manifestaciones
incriminatorias que hizo Romero -a una de las preventoras bajo un falso usuario de
Facebook- fueron obtenidas mediante una maniobra engañosa carece de toda entidad, por
cuanto el imputado argumenta que fue “engañado” por personal policial a los fines de
reconocer su intervención en un suceso delictivo del cual se carece de toda circunstancia
de tiempo, modo y lugar. Independientemente de ello, no se encuentra controvertido que
no fue obligado ni coaccionado, sino que consideró innecesario tomar las mínimas
precauciones a los fines de establecer la identidad de su interlocutor, decidió dialogar y
voluntariamente narrarle aspectos vinculados con hechos delictivos y enfrentamientos con
las fuerzas de seguridad. Por lo demás, el imputado en forma indeterminada le refirió a su
interlocutor que había intervenido en un hecho delictivo, sin haber brindado más
precisiones y es justamente por esta razón que dicha prueba no fue considerada relevante
para corroborar la intervención del causante en el suceso. Por otro lado, sobre la tacha de
inconstitucionalidad del art. 12 del C.P., el Alto Tribunal en el precedente “González Castillo,
Cristián Maximiliano y otro s/robo con arma de fuego” (rto. el 11/05/2017), dijo que “los
argumentos esgrimidos [para declarar la inconstitucionalidad del artículo de cita] no logran
poner de manifiesto que las consecuencias legales analizadas puedan ser calificadas como
un trato inhumano o contrario a la dignidad del hombre y, pone en cuestión los criterios de
política criminal y penitenciaria establecidos por el legislador sin aportar una justificación
convincente con relación a su incompatibilidad con la Constitución Nacional, máxime, que
el texto del nuevo ordenamiento civil revela la subsistencia de la decisión legislativa en favor
de asignar efectos a la regla del art. 12, Código Penal”. La norma atacada admite una lectura
que no violenta las garantías ni derechos que le asisten al justiciable, en función de nuestra
Constitución Nacional y los Tratados Internacionales de Derechos Humanos. En efecto, la
incapacidad civil a la que remite el art. 12 del C.P. constituye una incapacidad de hecho
relativa que se dicta a favor del incapaz -no en su contra- como remedio para paliar la
inferioridad de su situación, en tanto solamente se extiende a los actos que él mismo no
puede realizar eficazmente, pero que podría efectuar por medio de un representante. Por
último, más allá de la errónea aplicación del art. 27 del CP como presupuesto de la
revocación de la condicionalidad de la pena, esta medida es conducente sobre la base de
los arts. 55 y 58. Así, el agravio en su contenido material no es de recibo y debe mantenerse
la unificación dispuesta en tanto la pena única alcanzada se muestra congruente con el
principio de culpabilidad y los fines preventivos especiales que disciplinan la cuestión. Slokar
indicó que en las particulares de la especie y en los límites de las impugnaciones formuladas
compartía la solución del juez Yacobucci. Dres. Yacobucci, Slokar y Mahiques.
LÓPEZ, Felipe Gastón
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
61
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala II
Reg. N° 1916/20 Resolución del 18/11/20
Causa N° FMZ 38300/2017/TO1/CFC2
13. Sentencia definitiva. Sobreseimiento. Recurso fiscal. Ley Penal más benigna. Delitos
aduaneros. Ley 27.430. Doctrina CSJN. Recurso inadmisible -por mayoría-.
Corresponde declarar inadmisible el recurso interpuesto por el representante del Ministerio
Público Fiscal. Que, se advierte que en la presentación del Fiscal insiste en su postura sin
lograr refutar la reiterada doctrina mayoritaria de esta Cámara al interpretar como ley más
benigna en temas aduaneros la ley 27.430 con sustento en los fallos del Superior dictados
en el mismo sentido de in re “Palero, Jorge Carlos s/recurso de casación (Fallos 330:4544) y
“Soler, Diego s/recurso de casación”, S.765.XLVIII, del 18 de febrero de 2014, que si bien se
refieren a la ley penal tributaria son aplicables al caso por resultar sustancialmente análogos
los supuestos. En efecto, tal como fue expuesto el planteo se ha tornado insustancial y el
recurrente no ha aportado argumentos novedosos que permitan un nuevo examen de la
cuestión traída a estudio, circunstancias que sellan la inadmisibilidad del recurso de
casación interpuesto por el Fiscal General. La disidencia, por su parte, sostuvo que
correspondía dar curso a la impugnación. Dres. Catucci, Gemignani -voto conjunto- y Riggi
-en disidencia-.
CHICCHI CASTILLO, Octaviana
Magistrados: Riggi, Gemignani y Catucci
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal- Sala III
Resolución del 18/11/20
Causa Nº CPE 393/2016/TO1/5/CFC2
62
el derecho de defensa de su asistido por no haber tomado recaudos atento a su condición
de analfabeto y por no haberse incorporado como elemento de prueba la escucha
telefónica que lo comprometía. Cabe señalar que el tribunal respondió fundadamente los
planteos de la defensa. La violación al derecho de defensa de Argüello Benítez no surge per
se de la indagatoria, ni de las restantes constancias glosadas al expediente. No se evidencia
la nulidad absoluta alegada por el recurrente, como así tampoco ninguna otra irregularidad
en torno al derecho de defensa en juicio del nombrado. En efecto, considerando que
Argüello Benítez recibió efectiva asistencia letrada a lo largo de todo el proceso, y
considerando que el planteo nulidicente recién fue introducido al momento de los alegatos
durante el debate oral, entiendo que corresponde rechazar el planteo de la defensa. Cabe
señalar que las nulidades procesales son de interpretación restrictiva, siendo condición
esencial para que puedan declararse que la ley prevea expresamente esa sanción, que quien
la pida tenga interés jurídico en la nulidad y además que no la haya consentido expresa o
tácitamente; ello de conformidad con lo previsto por el artículo 166 y concordantes del
C.P.P.N., surgiendo de autos que los letrados que han asistido a Argüello Benítez han
consentido las circunstancias que rodearon el acto de la declaración indagatoria y del acta
de lectura de derechos, pues nada manifestaron en las oportunidades procesales
correspondientes, siendo que ni siquiera durante el debate oral el recurrente logró fundar
adecuadamente el agravio en estudio. En cuanto al agravio la Defensa Pública Oficial de
Mottura relativo a que no ha quedado acreditada la pretendida acción típica que se le
atribuyó a su asistido en el suceso objeto del proceso, cabe señalar que se trata de una
reedición del planteo efectuado en el debate oral, que el a quo correctamente ha
respondido, y que el recurrente no agrega nuevos argumentos que permitan revertir el
rechazo articulado. Las probanzas ponderadas por el tribunal de juicio permitió lógica,
racional, y legalmente derribar el estado de inocencia que pesaba sobre el recurrente y
subsumir jurídicamente la conducta imputada. En ese orden, no advierto quiebres o fisuras
lógicas en el razonamiento desarrollado por los juzgadores que autoricen la tacha
invalidante de la arbitrariedad. Por ello, yerra la defensa al considerar que el tribunal
incurrió en arbitrariedades respecto a la acreditación de los hechos investigados en autos,
pues se detecta un análisis integral de la prueba colectada en autos. Los cuestionamientos
de la defensa de Argüello Benítez referidos a la calificación legal escogida por el tribunal y
el planteo de modo subsidiario que su asistido debió ser considerado como participe
secundario, tampoco habrán de prosperar pues surge de las constancias de la causa que el
nombrado era parte de la organización que tenía como objetivo el traslado del
estupefaciente. La hipótesis que plantea la defensa no es más que una argucia pergeñada
con el propósito de colocarse en una mejor situación procesal, en el sentido de que el
imputado sólo fue el conductor del auto “guía” sin haber tenido poder sobre el tóxico ni
participación en la cadena de tráfico. Más allá de los esfuerzos del defensor particular por
acreditar que el aporte de su defendido no superaría la participación secundaria, lo cierto
es que en el caso, sobre la base de un plexo cargoso prudentemente valorado, ha quedado
acreditada la autoría del encartado en el delito de tenencia de estupefacientes con fines de
comercialización agravado por haber sido cometido con la intervención de tres o más
personas organizadas, que se le imputa. Ello así, pues la cantidad de material
estupefaciente, los diversos rodados involucrados, la cantidad de llamados telefónicos y los
63
diversos celulares con los que se comunicaba con los miembros de la organización, hacen
inverosímil considerar que Argüello Benítez no estaba involucrado y tenía pleno
conocimiento de la actividad ilícita desplegada en esa dirección. La calificación legal
seleccionada por el a quo para encuadrar la conducta disvaliosa de los justiciables es la
pertinente y se apoya en el razonamiento desarrollado para valorar la prueba producida y
arribar a dicha adecuación típica sin encontrar los vicios a que alude la defensa para hacer
viable la tacha de arbitrariedad que pretende. se acreditó plenamente en la anterior
instancia que los nombrados concretaron la tenencia del estupefaciente, que fue
acondicionado y se tuvo un poder de disposición concreto y certero sobre el material ilícito
que posteriormente fue trasladado por dos de los subordinados, razón por la cual su
conducta resulta correctamente acuñada en la figura del art. 5 inc. C de la ley 23.737. Por
otro lado, dado que el monto establecido como respuesta estatal frente al delito cometido
por Mottura (esto es, tres años) permitiría una modalidad de cumplimiento en suspenso,
los jueces debieron haber abordado este particular y analizado de manera específica el
efecto que el tiempo en prisión habría de tener en el sujeto y –eventualmente- la necesidad
de que ello se concrete. La incorporación de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos (Pacto San José de Costa Rica) al texto constitucional (art. 75 inc. 22, C.N.) implicó
el reconocimiento explícito de la reforma y reinserción social del condenado como fines
esenciales de la pena (art. 5, pto. 6, CADH). Los jueces del tribunal oral no evaluaron de
manera integral los extremos conducentes para la determinación de la pena, pues no se
advierte debidamente justificada la decisión de imponer que la pena impuesta sea de
efectivo cumplimiento. Además, analizada en profundidad la pena impuesta en vista de los
extremos señalados, se concluye que en el caso se ha efectuado una errónea aplicación de
la ley sustantiva, en orden a las disposiciones de los arts. 40 y 41 del CP, al imponer al
condenado una pena de efectivo cumplimiento sin acreditar la fundamentación suficiente
requerida, por lo que corresponderá dar favorable acogida al recurso de casación
interpuesto por su defensa y anular el decisorio recurrido. En cuanto al planteo de
inconstitucionalidad de la multa establecida en el art. 5 de la ley 23.737 según la
modificación operada por la ley 27.302, fijé posición al expedirme en la causa nº FSA
134/2017/TO1/CFC1 “KENNEDY SILLERICO, Rodolfo Primo s/ recurso de casación” (rta. el
9/9/2019, reg. Nº 1597/19), del registro de esta Sala, oportunidad en la que senté criterio
por el rechazo del planteo de inconstitucionalidad de la norma cuestionada. Cabe referir
que luego del examen de la sentencia atacada advierto que ésta no es arbitraria. La decisión
del Tribunal Oral atendió a las condiciones personales de los encausados y considerando las
pautas de los arts. 40 y 41 del C.P. en cada caso. Se encuentra justificado de modo suficiente
el monto de multa en la determinación de la respuesta punitiva estatal por el hecho
imputado, en orden a la intervención y culpabilidad de Gorullenca y Viamonte y a sus
circunstancias personales. Finalmente, en punto al agravio en relación con las previsiones
del artículo 21 de C.P. y al planteo subsidiario vinculado a la conversión proporcional de la
multa, considero que el agravio debe ser rechazado, teniendo presente que el planteo
referido a la prisión por deudas carece de actualidad evidenciándose en una lesión
conjetural que eventualmente podrá ser revisada al momento de su ejecutoriedad,
tornándose de aplicación los principios constitucionales de razonabilidad y
64
proporcionalidad, para que la misma no se torne de cumplimiento imposible. Dres.
Figueroa, Petrone y Barroetaveña.
GORULLENCA, Martín Sebastián
Magistrados: Figueroa, Petrone y Barroetaveña.
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala I
Registro N° 1608/20 Resolución del 18/11/20
Causa N° FSM 58911/2016/TO1/58/CFC12
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16. Sentencia definitiva. Absoluciones. Recurso fiscal. Hacer lugar, anular y reenviar para
un nuevo pronunciamiento. Decisión arbitraria. Delitos de lesa humanidad. Análisis
parcializado de la prueba. Respecto del imputado Canteros Hacer lugar, anular, condenar
y reenviar.
Corresponde hacer lugar al recurso de casación interpuesto por el Ministerio Público Fiscal,
anular los puntos dispositivos V y VII de la sentencia en crisis en cuanto absuelven a Julio
Santiago Canteros y a Alfredo Manuel Arrillaga, y reenviar al tribunal de origen, para que –
por ante quien corresponda y previa sustanciación- se alcance un nuevo pronunciamiento.
Respecto del incusado Canteros, se advierte que asiste razón al impugnante en tanto el a
quo en la sentencia a estudio no dio respuesta a la hipótesis acusatoria y realizó un análisis
fragmentado de los elementos de prueba destacados por los representantes del Ministerio
Público Fiscal durante el debate y sobre los que insisten en esta instancia. En otro sendero,
igual solución corresponde adoptar en lo que respecta a Alfredo Manuel Arrillaga, pues del
análisis del pronunciamiento se evidencia que el tribunal de juicio no ha logrado explicitar
los motivos por los que, aun cuando se tuviera por acreditado el cargo que ostentaba el
imputado al momento de los hechos -Teniente Coronel a cargo del Grupo de Artillería 3- y
su rol dentro del plan criminal desplegado durante ese período por el Ejército, dispuso una
solución desincriminatoria, descartando -sin fundamento- la hipótesis sostenida por los
acusadores a lo largo del debate, y también por el Fiscal en el remedio a resolver. En este
sentido, cabe remarcar que también en esta hipótesis el a quo ha partido de un análisis
parcializado, descontextualizado y erróneo de la prueba producida e incorporada durante
el debate, especialmente la documental y testimonial. Ello se patentiza, inter alia, a partir
de la valoración realizada en la sentencia en crisis del expediente Nº 974/76 “Biassini, Juan
Antonio Rebes José Ercilio y Kloster Benigno Anselmo s/ Infracción ley 20.840”; del cual, el
a quo realiza un análisis de carácter aséptico y completamente aislado del plan criminal que
signó el momento de los hechos y del cual el imputado formaba parte. Así, el tribunal otorga
un manto de legitimidad a través de la invocación de la ley nº 20.840, sancionada en el año
1974 con el objetivo de penalizar acciones consideradas “subversivas”, y desconoce el
contexto y las particularidades que convergen en la privación de libertad sufrida por
Anselmo Benigno Kloster, encubiertas en el marco de aquel procedimiento judicial. No
quedan dudas de que todo el procedimiento que llevó a la detención de Kloster, el
allanamiento sin orden judicial de su domicilio y el secuestro de sus pertenencias, así como
su permanencia en detención aún luego de que cesara su disposición a cargo del PEN –
tiempo que transcurrió bajo la guarda de Arrillaga-, no ha sido justipreciado por el Tribunal
Oral que se limitó a invocar el expediente judicial en el marco del cual fue procesado por
“tenencia de material subversivo”. Bajo dicha premisa, el a quo no solo sortea el
cuestionamiento acerca de la legitimidad de la ley nº 20.840 y la funcionalidad de los
procesos judiciales motivados en aquélla durante la vigencia del plan sistemático represivo
desplegado en el país -lo que es traído a colación por la acusación pública en su líbelo
recursivo- sino que además obvia otras circunstancias que han quedado de manifiesto en
debate y que analizados integralmente podrían habilitar otra solución en el sub lite respecto
a la detención de Kloster. En un análisis conglobado de las circunstancias relatadas, no
parece plausible descartar la acusación realizada por la vindicta pública respecto a la ilicitud
que revistió la detención de Kloster, y el rol desempeñado por Arrillaga durante aquella,
66
bajo el exclusivo argumento de la vigencia de un dictamen de prisión preventiva.
Corresponde mencionar al respecto que la exigencia de fundamentación sirve no sólo a la
publicidad y control republicano, sino que también persigue la exclusión de decisiones
irregulares o arbitrarias y pone límite a la libre discrecionalidad del juez. El voto concurrente
remarcó que el fundamento central de la decisión liberatoria del sentenciante, respecto a
Arrillaga, se basó en que la detención de Anselmo Benigno Kloster se produjo en un
“contexto de legalidad”, más precisamente, en el marco de la causa que tramitó por
infracción a la ley nº 20.840, obviando así el análisis de otras circunstancias concomitantes
que han sido debidamente acreditadas durante el debate. Entre ellas, debe destacarse
especialmente la circunstancia de que Arrillaga - por entonces teniente coronel y jefe del
Grupo de Artillería 3 de Paso de los Libres - resolvió notificar al juez interviniente la
detención de Kloster en el Escuadrón N°7 de Gendarmería Nacional, en fecha 21/04/1978,
casi un mes después de que hubiera cesado su detención a cargo del PEN (Decreto Nº 705
– 28/03/1978). Dicha circunstancia asume significación particular, a poco que se repare en
que, durante el mencionado período, específicamente en fecha 11 de abril de 1978, la
sedicente víctima fue trasladada desde la unidad carcelaria de Coronda, pasando una
semana detenida en una comisaría de Santa Fe, para luego ser conducida a Paso de los
Libres, donde el propio encartado, interrogó a Kloster sobre cuestiones relativas a su
actividad política. Señaló que la imputación que pesa sobre Arrillaga y sobre la cual debió
expedirse el a quo, no reside en que debería haber dispuesto la libertad de Kloster, o si tenía
o no la facultad para ello, sino en que luego del Decreto 705 no puso al nombrado a
exclusiva disposición del juez federal, e incluso, dispuso de él, sometiéndolo a
interrogatorios y modificando además su lugar de alojamiento sin conocimiento del referido
organismo judicial, que tenía formalmente a su exclusiva disposición al detenido. La
disidencia parcial consideró, con relación a Arrillaga, que no correspondía hacer lugar al
recurso promovido por el acusador público. Sostuvo que asistía razón al tribunal
sentenciante en tanto, al encontrarse aún vigentes las actuaciones judiciales respecto de
Kloster por infracción a la ley nº 20.840, el imputado se encontraba formalmente impedido
de concretar la liberación del afectado. Consideró que el 28/03/1978 cuando cesó la
disposición de Kloster para el PEN, no se podía hacer efectiva la libertad en virtud de su
detención para la justicia federal, motivo por el cual no concurrían los elementos para tener
por configurada la privación ilegítima de la libertad en los términos reclamados por el Fiscal.
Añadió que ello también se evidenciaba en tanto Kloster no recuperó su libertad una vez
que Arrillaga puso en conocimiento de la justicia federal que había cesado la disposición
para el PEN sino el 14/09/1978 cuando se hizo lugar a su excarcelación. Sostuvo que, más
allá de los presupuestos formales de legalidad de la denominada ley “antisubversiva”, lo
cierto es que era normativa vigente y el imputado carecía de competencia para liberar a
una persona que tenía la prisión preventiva dictada por la justicia federal. Señaló que
pretender lo contrario anularía los límites más básicos de la exigibilidad penal que forma
parte esencial del principio de culpabilidad y de la noción de responsabilidad por el hecho.
Concluyó afirmando que la existencia de competencia judicial inhibe en este caso concreto,
el ámbito de disponibilidad de quien se encontraba subordinado a ese marco legal. Dres.
Yacobucci -en disidencia parcial-, Slokar y Mahiques -voto concurrente-.
67
ISSLER, Domingo José
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala II
Reg. N° 1921/20 Resolución del 18/11/20
Causa N° FCT 360019361/1991/TO1/CFC1
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precedentemente –dando inicio a la causa nro. 3436/2017 caratulada “Gutiérrez, Claudio
Adrián s/ infracción a la ley 23.737” la cual posteriormente fue acumulada a la presente- y
no por la investigación llevada a cabo en torno a esta causa; es decir, que dicho legajo tuvo
un comienzo completamente independiente –más allá de ya se estaba llevando a cabo una
investigación en torno a los imputados por la posible comisión de un delito previsto y
reprimido en la ley 23.737-. En otro orden de ideas, los imputados participaron
voluntariamente en los respectivos sucesos –con diferentes grados de participación-, más
allá de no haber intervenido personalmente en el traslado de la droga a bordo de los
automóviles conducidos por Claudio Julián Gutiérrez y Jorge Manuel Estrada. La evaluación
conjunta y sistemática de todas las pruebas mencionadas precedentemente valoradas en
su conjunto, permitieron verificar la hipótesis incriminatoria del sentenciante en tanto su
juicio inferencial se realizó en base a indicios fuertes y concordantes, valorados de
conformidad con las reglas de la lógica. El Tribunal se ajustó a las leyes de la lógica, la
experiencia y el sentido común al valorar las pruebas y que, el cuadro probatorio, en su
conjunto, condujo así, en forma certera, a la solución brindada respecto a la responsabilidad
y participación de los encausados. En esa sintonía, el Fiscal General ante ésta Cámara
Federal de Casación Penal indicó que ha quedado debidamente comprobado en la
sentencia la intervención de los imputados en los hechos a partir de los contactos
evidenciados entre ellos en forma personal, corroborados a partir de las diversas tareas de
inteligencia llevadas a cabo y, sobre todo, del resultado de las intervenciones telefónicas, lo
que, sumado a la droga secuestrada en los vehículos y el resultado de los allanamientos a
los domicilios, da cuenta de la existencia de una reunión de individuos con una actuación
coordinada, con división de roles y funciones, que respondían a un plan común. Y que, en
consecuencia, quedó debidamente acreditado que todos los condenados conocían las
actividades que realizaba el resto, actuaban de forma coordinada a fin de llevar a cabo la
conducta ilícita y cada uno de ellos desplegaba su actividad dentro de su propia esfera de
actuación. La resolución recurrida, en lo que respecta al grado de responsabilidad que en
ellos les cupo a los imputados no contiene fisuras de logicidad en su razonamiento, sino que
las conclusiones a las que arriba constituyen una derivación necesaria y razonada de las
constancias de la causa, y la aplicación del derecho en el caso concreto, contando con el
grado de certeza necesario exigido a todo veredicto de condena, sin que las críticas que
formula la defensa logren conmover los resuelto como acto jurisdiccional válido (arts. 470
y 471 a contrario sensu del C.P.P.N). Por otro lado, el art. 29 bis de la ley 23.737 tipifica
como delito la conducta de quien tomare parte en una confabulación de dos o más personas
orientada a la comisión de los art. 5, 6, 7, 8, 10 y 25 de la referida ley. Dicha conducta típica
únicamente se configura cuando alguno de los miembros de la organización criminal
exteriorice y revele, por medio de actos concretos y manifiestos, el acuerdo previamente
concertado de voluntades orientado a la decisión común de ejecutar un delito. Ello, siempre
y cuando, no se haya dado comienzo de ejecución a alguna de las acciones previstas en los
artículos 5 y ss. de la ley 23.737, es decir que el delito de confabulación solamente se
configura en tanto el delito acordado no haya comenzado a ejecutarse; circunstancia que,
como se viene desarrollando, sí ocurrió en esta investigación ya que ambos transportes de
material estupefacientes se encuentran consumados y, en consecuencia, la adecuación
jurídica efectuada por el sentenciante resulta ajustada a derecho. Con relación a la alegada
69
arbitrariedad de la sentencia por la subsunción de la conducta endilgada bajo la agravante
prevista en el art. 11, inc. “c”, de la ley 23.737, dicha agravante comprende el disvalor
derivado de la intervención de tres o más personas que actúan organizadas para cometer
los delitos tipificados en la aludida ley (cfr. voto del suscripto, en lo pertinente y aplicable,
en la causa FMZ 42809/2015/TOC1/CFC2 “VIDAURRE, Felipe y otros s/ recurso de casación”,
rta. el 17/11/18, reg. N° 2028/18.4, entre muchos otros). A diferencia de otras
construcciones, dicha figura no establece que la agravante requiera la presencia de tres o
más personas que “tomen parte en la ejecución de los hechos” sino que le es suficiente con
que “intervengan en los sucesos”, con lo cual es posible, o bien que los intervinientes lo
hagan en calidad de coautores, o bien, como sucedió en los hechos aquí investigados, que
la participación sea admisible a título de complicidad por auxilio o cooperación, dado que
se trata de “intervenir” de esa forma en la ejecución del hecho (cfr. voto del suscripto en la
causa n° 1299 “AQUIROGA”, reg. N° 2204, rta. 11/11/99). Con respecto a los montos de
pena impuestos, el tribunal de la instancia anterior ponderó como pautas generales de
agravación: la cantidad de sustancia transportada, el método sofisticado para ocultarla,
esto es: envueltos los paquetes con medias de lycra (can-can) y papel film e introducidos en
los tanques de combustible, donde resultaba difícil acceder si no se tenía conocimiento de
mecánica y, por el resultado negativo, difícil de ser advertido por el escáner. Al momento
de imponer las penas, el juzgador también realizó, correctamente, consideraciones
particulares en relación a alguno de los imputados. El sentenciante valoró correctamente
las circunstancias agravantes y atenuantes que operan en el caso como pautas en la
mensuración de las penas impuestas a los inculpados, a tenor de lo normado en los arts. 40
y 41 del Código Penal. Dres. Hornos, Borinsky –voto concurrente- y Carbajo.
ESTRADA, Alberto Abram y otros
Magistrados: Borinsky, Carbajo, Hornos.
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala IV
Registro N° 2344/20.4 Resolución del 19/11/20
Causa N° FSA 16090/2016/TO1/CFC6
70
definitivo; como así también una múltiple persecución simultánea por un único suceso. Para
que funcione la mentada garantía, debe concurrir en el caso la denominada triple identidad,
es decir, 1) identidad de persona (eadem persona), 2) identidad de objeto procesal (eadem
res), y 3) identidad de causa de persecución (eadem causa petendi). En el caso de autos, no
se encuentra controvertido que la persona imputada es la misma y que la resolución que se
adoptara en el proceso previo hizo cosa juzgada material, en la medida de que se trató de
un auto de sobreseimiento firme y por ende irrevocable. Aclarado ello e ingresando al nudo
del asunto, debe repararse que en la causa del fuero penal económico se le atribuía a
Norberto Woslavsky el evento concreto consistente en los supuestos movimientos
bancarios realizados desde las cuentas de su padre para su beneficio propio y en perjuicio
del acervo hereditario, calificados en esa oportunidad como constitutivos de lavado de
dinero y evasión tributaria. Ahora, en este legajo, se le pretende achacar exactamente lo
mismo, pero alegando que la apropiación de fondos de diversas cuentas del exterior de su
fallecido padre, se trata en realidad de una estafa. Debemos tener presente, que para que
se verifique la identidad objetiva propia de la garantía de ne bis in idem, lo determinante no
son los títulos delictivos en los cuales se puede subsumir el hecho imputado, sino -en
verdad- que se trate justamente del mismo suceso histórico, más allá de cualquier
adecuación típica. Entonces, en esta coyuntura, es posible afirmar que la pretensión de la
querella de iniciarle a Norberto Woslavsky un nuevo proceso mediante la imputación de
hechos evidentemente reiterados, solo persigue el fin de exponerlo otra vez a transitar un
juzgamiento que ya sufrió con anterioridad por los mismos eventos por los que ya se dictara
sobreseimiento firme. En otro andarivel, no podemos dejar de mencionar, que se accederse
a la pretensión de la querella, se avanzaría lisa y llanamente también con el principio de
cosa juzgada, al pretender que se revise una decisión firme e irrevocable adoptada en otro
fuero pero ahora con la excusa de una calificación legal. Dres. Riggi, Catucci y Gemignani -
votos concurrentes-.
WOSLAVSKY, Norberto
Magistrados: Riggi, Gemignani y Catucci
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal- Sala III
Resolución del 25/11/20
Causa Nº CFP 3127/2019/1/CFC1
19. Sentencia definitiva. Condena. Juicio abreviado. Hacer lugar, anular la decisión y
remitir para que nuevos jueces continúen con la sustanciación del proceso. Art. 431 bis
del CPPN. Interpretación errónea de la norma. Alcances del principio acusatorio.
Corresponde hacer lugar al recurso deducido por la defensa, anular la sentencia en crisis,
apartar a los señores magistrados intervinientes y devolver las actuaciones para que se
tome razón de lo aquí resuelto y se disponga lo necesario para que se desinsaculen otros
jueces para que integren el Tribunal y continúen con la sustanciación del proceso. En
efecto, el acuerdo de juicio abreviado celebrado en modo alguno podía ser receptado por
el tribunal, en tanto no satisface los más elementales recaudos previstos en el código de
rito. Efectivamente, de lege lata no media controversia en que para proceder del modo
previsto en el artículo 431 bis del rito, el Ministerio Público Fiscal debe estimar procedente
una pena inferior a los seis años de prisión para el delito que es materia de juzgamiento en
71
la causa. Sin embargo, en el sub lite la requisitoria punitiva realizada por el acusador público
respecto de los encartados fue de diez años de prisión. Por otra parte, los argumentos
expuestos por los sentenciantes para justificar su proceder, no pueden ser compartidos,
toda vez que la lógica argumental resulta a todas luces deficiente. Esto es así, pues el
tribunal se apartó de los términos fijados en la norma, en cuanto al monto punitivo que
habilita el procedimiento de juicio abreviado, sin alegar una cuestión federal ni declarar la
inconstitucionalidad de la misma. Por el contrario, se argumentó que el proceder dispuesto
en el sub examine no contraría ningún precepto constitucional ni procesal, cuando, en
verdad, lo que debía demostrar para apartarse de los términos del artículo era
precisamente lo contrario, a saber, que efectivamente había una contradicción o conflicto
que habilitara así hacerlo. Por lo demás, la alusión al principio acusatorio resulta
absolutamente incorrecta, dado que el hecho que el fiscal haga formulaciones contrarias a
la normativa no conmina al tribunal a acceder sin más. De ninguna forma la dinámica basada
en el principio acusatorio establecida en el art. 431 bis del ritual implica algún tipo de
control jurisdiccional, como fue advertido incorrectamente en la sentencia, sino todo lo
contrario. Se observa en este sentido una interpretación errada sobre los términos de la
norma. El voto concurrente remarcó que no puede convalidarse la sentencia dictada por el
tribunal, que se basó en un acuerdo de pena que supera el límite establecido por el art. 431
bis del CPPN. De ahí que, si la petición del acusador público excedió el monto previsto en la
norma bajo estudio, en el posterior dictum, el tribunal incumplió su obligación jurisdiccional
de verificar la razonabilidad y la adecuación de los actos del acusador público a derecho,
con el objeto de garantizar la vigencia de la norma y el debido proceso. Dres. Slokar,
Mahiques -voto concurrente- y Yacobucci.
PUCHALSKI, Alexis
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal- Sala II
Reg. N° 1988/20 Resolución del 25/11/20
Causa N° FPO 6238/2016/TO1/33/CFC2
20. Sentencia definitiva. Condena. Recurso de la defensa. Hacer lugar parcialmente, casar
y dejar sin efecto la declaración de reincidencia. Dictamen fiscal favorable. Límite a la
jurisdicción. Pena y Multa fundadas. Arts. 22 bis, 40 y 41 CP.
Corresponde hacer lugar parcialmente al recurso de la defensa, casar el punto dispositivo II
de la sentencia impugnada, dejar sin efecto la declaración de reincidencia de Maximiliano
Damián Goncebatte Suárez y rechazar el recurso en todo lo restante. Con relación a los
agravios esbozados sobre la mensuración punitiva, se evidencia que el tribunal al amparo
de las previsiones que dimanan de los arts. 40 y 41 del Código Penal, expuso motivadamente
las razones por las cuales consideró que debía apartarse del mínimo legal a fin de establecer
la pena a imponer, sin que la defensa haya logrado mediante su presentación recursiva
confutarlas en modo adecuado. En efecto, el órgano de juicio ponderó de manera motivada
una serie de circunstancias agravantes vinculados a la gravedad del injusto y brindó
abundantes razones por las cuales en el sub lite no se había incurrido en un caso de
valoración múltiple, las cuales no aparecen suficientemente confutadas por la defensa. Por
lo demás, se valoraron como atenuantes una serie de circunstancias personales de los
72
encausados, como el extremo que ambos reconocieron expresamente su responsabilidad
en el hecho investigado y que tienen hijos menores de edad. Además, en relación al
imputado Pipino Joya, tuvieron presente que se trata de una persona joven de edad. Con
todo, si bien la casacionista esboza un “silencio” de la sentencia respecto a los “agravios
oportunamente volcados en el debate”, lo cierto es que no identifica aquellas cuestiones
relevantes que habrían sido planteadas en el debate y no recibieron adecuado tratamiento
por parte del tribunal de juicio. Por otra parte, el reclamo de la defensa, en relación a la
multa prevista por el artículo 22 bis del Código Penal, no puede prosperar, por cuanto no
ha tomado a su cargo refutar todos y cada uno de los fundamentos de la decisión que se
impugna, de modo de demostrar en qué consistiría el defecto de ese pronunciamiento. Por
lo demás, en cuanto al planteo relativo a una presunta doble punición al imponerse en autos
una pena de multa con fundamento en el art. 22 bis CP, esta Sala supo señalar que: “…dicha
sanción pecuniaria se trata de una verdadera pena acumulativa a la pena privativa de la
libertad, de lo que no puede concluirse -como lo hace la defensa- que la aplicación de los
arts. 170 inciso 6° y 22 bis del Código Penal importe una doble imposición no permitida
legalmente”. Finalmente, en relación a la declaración de reincidencia de Maximiliano
Damián Goncebatte Suárez, el fiscal general ante esta instancia peticionó fundadamente se
haga lugar al recurso de la defensa, por cuanto al momento de la comisión del hecho
materia de juzgamiento en la presente causa el imputado no registraba una condena firme
por un hecho anterior. De tal modo, el recurso en este aspecto habrá de tener favorable
acogida, por cuanto la fundada posición adoptada por el representante del Ministerio
Público Fiscal ante esta instancia sella la suerte favorable de la solicitud y limita la
jurisdicción de esta Sala. El voto concurrente sostuvo que el código penal vigente impuso a
través de la sanción de la ley 23.057 el sistema de la reincidencia real, que requiere el
cumplimiento de la pena anterior, aunque sea parcial, y Goncebatte Súarez, al no haber
cumplido pena en calidad de condenado previamente a cometer el nuevo hecho delictivo,
es que correspondía dejar sin efecto la declaración dispuesta. Dres. Slokar, Mahiques -voto
concurrente- y Yacobucci.
PIPINO JOYA, Lucas Darío
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal- Sala II
Reg. N° 1996/20 Resolución del 26/11/20
Causa N° FMZ 2359/2015/TO1/1/CFC1
73
agravio vinculado a que los reconocimientos en rueda de personas habrían estado
contaminados como consecuencia de la previa identificación de los imputados por
fotografías carece de sustento y no puede ser de recibo. Ese señalamiento previo -en las
condiciones en que fue concretado- no invalida el acto formal realizado en rueda de
personas, sino que, en todo caso, hace a la aptitud demostrativa de esta prueba. Por lo
demás, las partes no han podido señalar inconsecuencias o contradicciones en punto a que
la identificación de los condenados en ese contexto careciera de idoneidad incriminatoria.
Por el contrario, se trató de reconocimientos “patentes”, “cuyo resultado también fue
claro”, en los que los testigos “fueron contestes en reconocer a los dos acusados”, firmes,
de “resultado positivo”, y “coherente, puesto que la descripción de su actitud y rol en el
hecho es la misma que se reflejó en el debate por vía testimonial, incluyendo las
características de la fisonomía de Frías recordadas por los damnificados y que pudieron
verse en juicio”. A lo expuesto debe sumarse que desde el inicio mismo de la investigación
las víctimas amén de identificar a algunos de sus captores, describieron la forma en la que
los hechos se desenvolvieron y los roles asumidos por cada uno de los imputados. En cuanto
al agravio esbozado respecto de la supuesta invalidez del secuestro del vehículo
perteneciente a Gareca -en tanto estimó probado que el vehículo fue indebidamente
manipulado desde su supuesto hallazgo hasta el arribo del personal de Policía Científica, sin
haber sido recabada la presencia de testigos, supuestamente en función del horario y de
tratarse de un lugar de poco tránsito-, se advierte sin mayor esfuerzo que en la sentencia
no fue invisibilizada la cuestión, sino que sus afirmaciones se encuentran asentadas sobre
una materialidad de los hechos diversa a la tenida por probada en la sentencia, sin que
hayan sido arrimadas probanzas que justifiquen este apartamiento y constituyendo, por
tanto, expresiones de su mero disenso con la forma en la que el tribunal tuvo por probada
la plataforma fáctica pertinente. La cuestión debe ser analizada en su concordancia con los
restantes elementos probatorios arrimados al debate, como así también con la secuencia
de los hechos descripta por la víctima y sus familiares y la de los preventores intervinientes.
A más de lo ya expuesto, ha de tenerse en cuenta que las formalidades y requisitos
contenidos en los arts. 138 y 139 del C.P.P.N. no obstan a que las actas puedan dar fe de los
hechos que el funcionario de quien emanan exprese como cumplidos por él o como pasados
en su presencia. La ausencia de testigos en el acta de procedimiento no determina entonces
la nulidad del acto en sí y de todos los demás cumplidos en el proceso, sino que, en
definitiva, remite a una cuestión probatoria que habrá de ser analizada en el debate. Por
último, no invoca la parte un perjuicio concreto que se derive de la omisión del personal
policial de convocar a los testigos que menciona el art. 138 del código ritual. Por otra parte,
en la sentencia cuestionada fueron tenidas en cuenta las hipótesis esbozadas por las
defensas respecto de la ajenidad de sus asistidos en los hechos, concluyéndose en que las
versiones que arrimaran al debate -traídas ahora como agravio en sus recursos- carecían de
sustento para descartar sus intervenciones, en función tanto de la falta de integridad de sus
relatos como de su contradicción con las probanzas arrimadas al proceso. En orden a la
configuración del delito previsto y reprimido por el art. 170 CP, el tribunal entendió
verificado que en los tres hechos por los que recayera condena se encontraba acreditada la
privación ilegítima de la libertad de las víctimas con la intervención de al menos tres
personas con armas de fuego, como así también la realización de llamadas extorsivas a sus
74
familiares desde sus teléfonos celulares, el cobro del rescate en los hechos de los que Melo
y Gareca fueran víctimas, la sustracción de algunas de sus pertenencias y la posibilidad de
ejercer sobre ellas actos de disposición. Fue especificado que no había podido ser despejada
la aptitud de las armas empleadas, encontrándose el robo agravado por haber sido
cometido en poblado y en banda, en función del lugar en el que fue perpetrado. En función
de existir unidad de conducta y consideración unitaria de movimientos voluntarios ligados
por decisión y plan común, en el fallo se afirmó la concurrencia ideal entre las figuras de
secuestro y robo agravadas. En lo que al delito de portación de armas se refiere, el tribunal
lo caracterizó un delito de peligro abstracto. Sin perjuicio de mi criterio sentado en
anteriores pronunciamientos en orden a que se trata de un delito de peligro concreto -que
requiere, entre otros elementos, la falta de autorización y un traslado en condiciones de
uso- que se satisface sin necesidad de vincularlo con un delito fin, lo cierto es que los
presupuestos de la figura han sido demostrados en el fallo. En el caso de la portación por
parte de Hanna y Farías en la medida en que no pudo probarse que excediera
temporalmente a la comisión de los otros delitos el tribunal consideró que concurría
idealmente con el hecho del secuestro, mientras que aquella por la que Arrúa fuera
condenado por las características mismas del hecho llevo al tribunal a propiciar su concurso
en forma real con las restantes figuras delictivas por las que fuera condenado. Por último,
la conducta desplegada por Farías y Hanna con respecto al rodado Peugeot 206 fue
subsumida en las previsiones de lo dispuesto por el art. 277 CP. En función de resultar la
recepción del vehículo temporalmente anterior a los delitos de secuestro extorsivo, se
entendió configurado en el caso un concurso real. La realidad objetiva de los hechos así
descriptos, el conocimiento de parte de los imputados del origen ilícito del bien -que habilita
la imputación dolosa de los mismos- al igual que los especiales elementos de ánimo -que se
infieren de la propia naturaleza del mismo- se fundan en un cuadro incriminatorio
indudable. Nos encontramos frente a un tipo penal que requiere dolo directo, advirtiendo
que su acreditación por parte del a quo resulta razonada, teniendo en cuenta las pruebas
arrimadas al debate. Por lo tanto, los presupuestos de la imputación objetiva y subjetiva de
los ilícitos atribuidos a los acusados han sido garantizados por un elenco probatorio
indiscutible. Slokar señaló que en las particularidades de la especie y en los límites de las
impugnaciones formuladas, compartía en lo sustancial la solución que postula el juez
Yacobucci. Dres. Yacobucci, Slokar y Mahiques.
ARRUA, Ezequiel Ricardo
Magistrados: Yacobucci, Slokar y Mahiques
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala II
Reg. N° 2004/20 Resolución del 27/11/20
Causa N° FSM 10437/2016/TO1/CFC9
E. OTROS TEMAS
75
1. Determinación de la pena. Impugnación defensa. Tramitación completa según Código
Procesal Penal Federal. Cesura del juicio. Artículos 304, 347 y 365 Código Procesal Penal
Federal. Perforación del mínimo legal. Constitucionalidad del artículo 26 Código Penal.
Cumplimiento de la pena en arresto domiciliario. Rechazar la impugnación -por mayoría-
Corresponde rechazar la impugnación traída por la defensa. En primer lugar, adversamente
a lo proclamado por el impugnante, debe señalarse que no se observa -en la especie-
apartamiento alguno a las normas que rigen el Código Procesal Penal Federal, según ley
27.063. Efectivamente, lejos estuvo este Tribunal de vulnerar la prohibición de reenvío
impuesta por el art. 365, pues esta instancia de revisión hizo lugar a la impugnación del
representante del Ministerio Público Fiscal y resolvió la cuestión planteada, condenando a
Maribel Carina Rodríguez como autora penalmente responsable del delito de transporte de
estupefacientes (art. 5 inc. “c” de la ley 23.737). Es que no puede dejar de recordarse que
en esta Alzada sólo se encontraba abierta la jurisdicción para resolver sobre la absolución
de Rodríguez; extremo que efectivamente se analizó, decidiéndose por disponer su
responsabilidad por los hechos alegados de conformidad con lo postulado por el Ministerio
Público Fiscal, y sin reenvío alguno sobre el asunto o controversia puesta a nuestro
conocimiento, tal como lo exige el citado art. 365 del ritual. La devolución del legajo no
importó un indebido reenvío como postula la defensa, sino claramente su pase para que el
tribunal competente -juez de juicio- realice el debate sobre la pena y su modalidad de
cumplimiento en los términos del art. 304 del ritual que todavía no había tenido lugar y por
ende esta instancia de revisión no tenía atribuciones para efectuar. Mucho menos se apartó
de lo previsto en el art. 347 -efecto suspensivo de las impugnaciones-, puesto que aquí, esta
Alzada devolvió las actuaciones al a quo para la debida realización de la audiencia allí
prevista y la correspondiente determinación de la sanción a imponer; decisión que –no está
de más aclarar- permitió garantizar más ampliamente el derecho a la doble instancia y
afianzar la garantía constitucional de defensa en juicio. Que, con relación a la solicitud de
imposición de una pena inferior a aquella prevista por la norma legal, corresponde recordar
lo dicho por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en cuanto a que por amplias que
sean las facultades judiciales en orden a la aplicación e interpretación del derecho, el
principio de separación de los poderes impide que los jueces puedan prescindir de lo
dispuesto expresamente por la ley respecto del caso con sustento en su posible injusticia o
desacierto (Fallos 249:425; 250:17; 263:460), exceso en el que sin duda incurriríamos de
imponerse a la condenada una sanción por debajo de la escala prevista por la ley 23.737
para el delito por el que fuera encontrada responsable. Se aprecia que, más allá de sus
genéricas alegaciones, el impugnante no ha logrado demostrar cómo es que la escala penal
seleccionada por el legislador para reprimir las conductas vinculadas al tráfico de
estupefacientes resulta desproporcionada o irrazonable de acuerdo a la gravedad que
representan esas figuras y los bienes por ellas tutelados. Por lo demás, la sanción impuesta
coincidió con el mínimo legal aplicable, resultando una interpretación contra legem la
pretensión defensista de que se aplique una pena inferior a la establecida por el legislador
para la figura seleccionada. Respecto a la pretendida inconstitucionalidad del art. 26 del
Código Penal formulada por la defensa, en base a supuestas y genéricas alegaciones no
puede ser sino rechazado. Ello así, toda vez que no es posible declarar la
inconstitucionalidad de una norma, como última ratio del sistema, si la parte agraviada no
76
demuestra –como ocurre en la especie-, cuál es la repugnancia de la norma cuestionada
con el texto constitucional. Repárese, inclusive, que conforme surge del punto dispositivo
III del decisorio recurrido y atendiendo a la particular situación personal de la encausada, el
magistrado de grado dispuso que, una vez firme el fallo, el cumplimiento de la pena sea en
la modalidad de arresto domiciliario en los términos del art. 32 inc. “f” de la ley 24.660. El
voto en disidencia, por su parte, señaló que habiéndose expedido previamente en el sentido
de la inexistencia de culpabilidad, no correspondía expedirse respecto de la pena ni en
relación a los demás agravios. Dres. Riggi, Catucci -voto conjunto- y Gemignani -en
disidencia-.
RODRÍGUEZ, Maribel Carina
Magistrados: Riggi, Catucci y Gemignani
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal
Resolución del 04/11/20
Registro Nº 34/2020
Causa Nº FSA 12570/2019/7
77
conmover mediante una crítica razonada y concreta. Así, de adverso a lo sostenido por la
parte recurrente en su presentación, el temperamento adoptado tuvo apoyatura en los
extremos antes apuntados, lo que me conduce a considerar que la decisión criticada no es
susceptible de ser descalificada como acto jurisdiccional válido pues constituye una
derivación razonada del derecho vigente, en aplicación a las constancias del caso, máxime
cuando el presente legajo se abrió a prueba conforme fue reseñado. El pronunciamiento
recurrido cuenta con los fundamentos jurídicos, necesarios y suficientes, por lo que no
puede ser descalificado como acto jurisdiccional válido (Fallos: 293:294; 299:226; 303:449
y 303:888, entre otros). Considero propicio agregar cuanto sostuve al expedirme en el
marco del expediente FMP 32006228/2013/88/RH7/CFC5, “MARISCAL, Eduardo Esteban
s/recurso de casación” (reg. nº 1012/18, rta. el 27/9/2018), donde precisé que en tanto se
investiga en estas actuaciones una gran cantidad de maniobras de lavado de activos,
desplegadas por grupos de personas organizadas tanto para realizar dicha actividad, como
el hecho ilícito precedente vinculado con conductas reprimidas por la ley 23.737, existen
obligaciones internacionales que atender vinculadas concretamente con el incremento de
la eficiencia en lo vinculado al recupero de activos, principal herramienta de política criminal
a la que se le ha otorgado una importancia prioritaria en diversos instrumentos
internacionales. Dres. Figueroa, Petrone y Barroetaveña.
OVEJERO, Miguel Ángel
Magistrados: Figueroa, Petrone y Barroetaveña
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala I
Registro N° 1555/20 Resolución del 6/11/20
Causa N° FMP 32006228/2013/TO1/30/CFC12
78
absolutamente corroborado el deterioro cognitivo de De León, entendemos que
corresponde acceder a lo peticionado por la asistencia técnica en los términos de la
normativa ya aludida. Por otra parte, cabe señalar que el respeto a la garantía del debido
proceso consiste en la correcta observancia de las formas sustanciales relativas a la
acusación, defensa, prueba y sentencia (Fallos: 116:23; 321:3396, entre muchos otros).La
defensa en juicio –material y técnica- hace al debido proceso y debe ser garantizada en
todas las instancias. De ahí que, atento a la comprobada mengua en las facultades mentales
de De León, no cabe otra alternativa más que la suspensión de la tramitación del proceso a
su respecto. Dres. Riggi, Gemignani y Catucci -votos concurrentes-.
DE LEÓN, Enrique
Magistrados: Riggi, Gemignani y Catucci
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal- Sala III
Resolución del 10/11/20
Causa Nº FBB 6631/2014/TO1/131/1/CFC145
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CORALLO, Diego
Magistrados: Riggi, Gemignani y Catucci
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal- Sala III
Resolución del 10/11/20
Causa Nº CPE 1652/2014/101/RH34
80
partes. Por otra parte, corresponde poner de resalto que las referencias al “acusatorio” no
permiten per se definir las concretas características del sistema frente al procedimiento
penal federal. De hecho, a mi entender, pueden distinguirse dentro de este: ámbitos de
plena discrecionalidad del Ministerio Público Fiscal –salvada siempre la legalidad- otros
donde se exige una fundamentación pasible de control lógico-jurídico y, finalmente,
aquellos donde su pronunciamiento no es vinculante para la jurisdicción. Por eso, en el caso
bajo estudio, cabe recordar sobre el particular, como lo ha señalado la defensa, que el art.
325 del CPPF establece que “la pena que (el juez) imponga no podrá superar la acordada
por las partes ni modificar su forma de ejecución…”, en ese contexto, encuentro que el
acuerdo de juicio abreviado constituye un ámbito discrecional del fiscal y, su modo de
ejecución de la pena, resulta alcanzado por ese mismo estándar, en tanto no contradiga la
legalidad -en el caso, los presupuestos del art. 10 del CP y de la ley 24.660-. Por ello, resulta
posible concluir que lo sostenido por el representante del Ministerio Público Fiscal en el
acuerdo de juicio abreviado para atender a la domiciliaria, contrariamente a lo postulado
por el Dr. Pleé, satisface en términos de legalidad y razonabilidad, conforme las particulares
circunstancias del caso, lo convenido con la defensa. Ello, claro está, dentro de las reglas
propias del sistema acusatorio y de simple litigación que adopta el Código Procesal Penal
Federal. En virtud de ello, cabe concluir que el magistrado se excedió en su jurisdicción
cuando resolvió diferir expedirse sobre el acuerdo celebrado por las partes en punto a la
modalidad de domiciliaria de la prisión impuesta, disponiendo nuevas medidas probatorias.
Dr. Yacobucci.
ALBA, Juan Carlos
Magistrado: Yacobucci
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal
Resolución del 12/11/20
Registro Nº 36/2020
Causa Nº FSA 3259/2020/7
81
las actuaciones se elevaran a juicio. Recuérdese que la Corte Suprema de Justicia de la
Nación en el precedente “Freire Díaz” “…ha fijado pautas para el buen uso de sus
precedentes, al explicar cómo deben entenderse las expresiones generales vertidas en sus
sentencias, estableciendo que no cabe acordar carácter obligatorio para casos sucesivos a
los términos generales contenidos en el fallo. Así, se ha remarcado que ya ‘en el
pronunciamiento dictado en el expediente 'Municipalidad de la Capital c/ Isabel A. de
Elortondo', esta Corte sostuvo que: '…cualquiera que sea la generalidad de los conceptos
empleados por el Tribunal en esos fallos, ellos no pueden entenderse sino con relación [a]
las circunstancias del caso que los motivó, siendo, como es, una máxima de derecho, que
las [expresiones] generales empleadas en las decisiones judiciales deben tomarse siempre
en conexión con el caso en el cual se usan…' (Fallos: 33:162, considerando 26…). En este
sentido, esta Corte ha descalificado sentencias que han aplicado la doctrina de un
precedente a controversias en los que no se presentaban las mismas circunstancias
debatidas en ese trámite" (Fallos: 342:278). En razón de lo expuesto, se desprende que la
resolución recurrida no cuenta con la fundamentación suficiente para considerarla
motivada en los términos del art. 123 del C.P.P.N., razón por la cual debe ser descalificada
como acto jurisdiccional válido. En suma, teniendo en cuenta el avanzado estado de las
actuaciones en sede federal (art. 354 del C.P.P.N.) y en miras de asegurar el principio de
economía procesal y una mejor administración de justicia, debe entender en la causa el
Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional Federal Nro. 3 de Morón.
CHAPAY, Franco Rodrigo y otro
Magistrado: Borinsky
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal – Sala IV
Reg. N° 2303/20 Resolución del 17/11/20
Causa N° FSM 319/2018/CFC2
82
Registro N° 1609/20 Resolución del 18/11/20
Causa N° FGR 26511/2017/13/CFC1
83
10. Pena de multa. Ley 27.302. Art. 9. Actualización de los montos de las penas de multa
previstas en la ley 23.737. Precio del formulario de inscripción en el Registro Nacional de
Precursores Químicos. Sentencia fundada. Intervención de juez unipersonal.
Corresponde rechazar el recurso de casación interpuesto por la asistencia técnica de Miguel
Ángel Conti de los Santos, contra la decisión del Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nro. 2
de la Ciudad de Buenos Aires, que resolvió no hacer lugar al recurso de reposición
interpuesto por la defensa del condenado contra el punto III del auto de fecha 27 de
diciembre de 2019 -intimación al pago de la multa impuesta en la condena firme-. La
recurrente critica que el “a quo” haya tomado en cuenta el valor del formulario del Registro
Nacional de Precursores Químicos vigente al momento de la intimación (en el marco de la
ejecución de la pena) y no el valor vigente al tiempo de comisión del hecho objeto de la
condena (27/08/2018), a los efectos de la conversión a pesos ($162.000.-) de la multa de
45 unidades fijas oportunamente impuesta (sentencia condenatoria del 08/10/2019, firme
a la fecha). La ley 27.302 (B.O. 08/11/16) en su art. 9 —que incorporó el art. 45 a la ley
23.737—, prescribe que “A los efectos de esta ley, una (1) unidad fija equivale en pesos al
valor de un (1) formulario de inscripción de operadores en el Registro Nacional de
Precursores Químicos”. La sanción de multa prevista por la ley establece una pena
determinada, con una escala punitiva, que prevé un mínimo -cuarenta y cinco- y un máximo
-novecientas unidades- expresado en unidades fijas, para cada una de las infracciones
reprimidas en la ley 23.737, de modo que se encuentra fija y sujeta a un valor cierto e
idéntico para todas las conductas, determinado por el precio del formulario de inscripción
en el Registro Nacional de Precursores Químicos. La norma tuvo como eje la actualización
de los montos de las penas de multa previstas en la ley 23.737, en tanto habían quedado
desactualizadas. La defensa de Conti de los Santos no ha logrado demostrar que resulte
arbitraria, contraria a los principios constitucionales invocados ni irrazonable, la conversión
a $162.000 de la multa de 45 unidades fijas a la que fuera condenado el nombrado (cfr. art.
45 de la ley 23.737), tomando como fuente de referencia para el cálculo el valor actualizado
del formulario de inscripción del Registro Nacional de Precursores Químicos. La ley 27.302
pretendió mantener actualizado el valor de la multa para evitar la desnaturalización de la
norma por el transcurso del tiempo. Dr. Borinsky.
CONTI DE LOS SANTOS, Miguel Ángel
Magistrados: Borinsky.
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala IV
Registro N° 2382/20.4 Resolución del 25/11/20
Causa N° CFP 14185/2018/TO2/3/1/CFC3
11. Suspensión de juicio a prueba. Hacer lugar, anular y remitir para que se dicte un nuevo
pronunciamiento. Decisión arbitraria. No se explicitó suficientemente por que se aparta
del criterio expuesto en el dictamen del Fiscal General. Imputado condenado por hechos
cometidos con posterioridad al término fijado por el tribunal a quo para la suspensión del
proceso a prueba. Falta de impulso de la acción penal.
Corresponde hacer lugar al recurso de casación deducido por la defensa de Néstor Fabián
Casais, anularla resolución recurrida- que dispuso revocar el beneficio de la suspensión de
juicio a prueba otorgado a al nombrado- y, en consecuencia, remitirlas presentes
84
actuaciones al tribunal de origen a los efectos de que, dicte un nuevo pronunciamiento de
conformidad con la doctrina aquí sentada. Ello así, por cuanto la resolución puesta en crisis
presenta aspectos que resienten su motivación y por ello la descalifican como acto
jurisdiccional válido. El titular de la vindicta pública analizó las constancias de la causa, tuvo
por cumplidas las pautas de conducta impuestas a Néstor Fabián Casais, el tiempo
transcurrido desde la concesión de la suspensión del proceso a prueba, que permaneció
sujeto a derecho y que conforme el informe de antecedentes, durante aquel plazo, no
cometió un nuevo delito, a partir de lo cual, dictaminó que correspondía declarar extinguida
la acción penal respecto del nombrado y, en consecuencia, sobreseerlo. Sobre esa base y a
partir de una lectura de la resolución cuestionada, se avizora que el tribunal a quo no
explicitó suficientemente por que se aparta del criterio expuesto en el dictamen del Fiscal
General, quien propició el sobreseimiento por extinción de la acción penal. Si bien el
tribunal de la anterior instancia hizo hincapié en que Casais había sido condenado por la
Cámara en lo Criminal y Correccional de Bell Ville, a la pena de seis meses de prisión de
cumplimiento efectivo, por tres hechos en concurso real, todos ocurridos en noviembre de
2018, en el caso traído a estudio los fundamentos expuestos en el fallo no alcanzan a
demostrar la arbitrariedad de lo sostenido por el fiscal y tan solo evidencia su discrepancia
en cuanto al alcance que aquél otorgara a la normativa aplicable al caso – puntualmente
art. 76 ter, cuarto párrafo, del CP-, sin demostrar que el dictamen no cumple con los
lineamientos previstos por el art. 69 del CPPN. A fin de justificar el temperamento
adoptado, el tribunal a quo hizo referencia a la comisión de nuevos hechos ilícitos –
cometidos el 11 y 14 noviembre de 2018- por los cuales había recaído condena. Sin
embargo, tal aseveración no resulta de modo alguno suficiente para apartarse del criterio
fiscal dado que no demuestra su arbitrariedad, máxime teniendo en cuenta que conforme
surge del informe de antecedentes, el imputado fue condenado en fecha 18 de junio de
2019 por hechos cometidos en noviembre de 2018, es decir con posterioridad al término
fijado por el tribunal a quo para la suspensión del proceso a prueba, extremos que fueron
soslayados por el tribunal. Por lo demás, el a quo prescinde abordar la cuestión relativa a la
falta de impulso de la acción por parte del titular de la vindicta pública –único legitimado
activo en estas actuaciones-. Así las cosas, en las particulares circunstancias del caso,
advierto que el fallo recurrido exhibe un vacío argumental en punto al temperamento
liberatorio postulado por el titular de la vindicta pública en autos, por lo que la resolución
recurrida no cuenta con fundamentos mínimos, necesarios y suficientes para ser
considerado un acto jurisdiccional válido en los términos del art. 123 del CPPN. Dres.
Petrone, Barroetaveña y Figueroa.
CASAIS, Néstor Fabián
Magistrados: Figueroa, Petrone y Barroetaveña.
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal - Sala I
Registro N° 1653/20 Resolución del 26/11/20
Causa N° FRO 83000072/2009/TO1/4/CFC1
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12. Ingreso a unidad penal. Impugnación defensa. Tramitación completa según Código
Procesal Penal Federal. Mantenimiento del arresto domiciliario. Artículo 375 Código
Procesal Penal Federal. Sentencia no firme. Conformidad del fiscal. Pandemia COVID-19.
Inexistencia de controversia entre las partes. Hacer lugar a la impugnación deducida por
la defensa, anular la resolución recurrida y mantener su arresto domiciliario, hasta tanto
la sentencia adquiera firmeza.
Corresponde encomendar a la oficina judicial que adopte las medidas pertinentes, con
relación al recurso de queja interpuesto por la defensa ante la Corte Suprema de Justicia de
la Nación y hacer lugar a la impugnación deducida por la defensa, anular la resolución
recurrida y mantener su arresto domiciliario, hasta tanto la sentencia adquiera firmeza.
Que, corresponde poner de resalto que, de acuerdo con el art. 375 del C.P.P.F., solo puede
procederse a la ejecución de la sentencia cuando esta se encuentre firme. Hasta ese
entonces, y en cuanto a la aplicación de medidas de coerción para asegurar la
comparecencia del imputado, mantienen su imperio los arts. 209 y 210 del C.P.P.F.,
debiendo tomarse en cuenta el rol que desempeñan los acusadores en estas cuestiones,
pues el modelo procesal que gobierna el procedimiento penal actual permite deducir que
esa potestad requirente es propia de quien lleva adelante la persecución. Así, de lo oído en
la audiencia celebrada por medios virtuales en las presentes actuaciones, se advierte que
el Ministerio Público Fiscal, en ejercicio de la representación plena de ese órgano (art. 9 inc.
“a” de la ley 27.148), presentó su postura favorable al mantenimiento del arresto
domiciliario de Víctor Hugo Ledezma, hasta que la sentencia condenatoria dictada
adquiriera firmeza, fundando debidamente su pretensión de acuerdo a la normativa legal
aplicable al caso, razón por la cual no se observa la existencia de controversia entre las
partes. Dr. Carbajo.
LEDEZMA, Víctor Hugo
Magistrado: Carbajo
Tribunal: Cámara Federal de Casación Penal
Registro Nº 38/2020Resolución del 30/11/20
Causa Nº FSA 16333/2019/19
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