5.4. Funcionalismo

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CURSO DE ANTROPOLOGÍA CULTURAL

PH. D. MARIO CASTRO TORRES


5.4. Funcionalismo.
Tras la Primera Guerra Mundial el mundo colonial se ha consolidado y es
relativamente estable; se ha logrado a un duro costo la integración en el mercado
mundial a través de las diferentes metrópolis. Hay una necesidad de conservar la
estabilidad a todo precio. La antropología funcionalista, que nace en este período,
ya no pretende explicar el desarrollo total de la humanidad ni construir grandes
escalas de progreso. Ya estén interesados en la cultura (Malinowski) o en la
estructura social (Radcliffe Brown), su análisis se centrará siempre en un
pueblo en particular. La preocupación central de Bronislaw Malinowski es ver
cómo las sociedades estudiadas resuelven a través de la cultura sus
necesidades básicas. Por eso planteó la necesidad del trabajo de campo como
técnica antropológica fundamental; es decir, relevar in situ la forma de vida del
pueblo que se quiere estudiar y compartir esa forma de vida mediante la
observación participante.

Los funcionalistas ponen entre paréntesis la situación histórica, ven el


colonialismo como un contacto cultural, como un encuentro entre dos culturas.
No se toma en cuenta la situación de asimetría, la dimensión de explotación y
violencia. Sin embargo, Malinowski logró con gran rigor científico consolidar un saber
antropológico, relevó y llegó a un entendimiento profundo acerca de formas de vida
caratuladas, desde Occidente, como incomprensibles, irracionales y hasta no lógicas.
Fue de los primeros antropólogos en criticar duramente el etnocentrismo y
sentar las bases del relativismo cultural. La racionalidad de una costumbre
ajena debe evaluarse en función de los códigos de la cultura de que se trate y
no mediante criterios de la cultura del observador, tenidos erróneamente como
universales.

A Malinowski y Radcliffe Brown, considerados los fundadores de la antropología social


inglesa, les siguieron varias generaciones de antropólogos en todo el mundo, que
orientaron sus investigaciones bajo las premisas del funcionalismo y tienen aún hoy
vigencia
Su influencia y la de sus discípulos fue indiscutible en la antropología norteamericana
del
trabajo intensivo durante un largo período de tiempo” (Mead [1959], en Harris
l985:274).

El concepto funcionalista de cultura


Para Malinowski la cultura es un sistema complejo en parte material y en parte
conductual, pero también espiritual, cuyo fin es facilitar la supervivencia del
hombre en un medio hostil, el medio natural. Es a partir de la cultura, que el
hombre intenta crear un segundo medio más favorable. Para él la cultura es el
instrumento mediante el cual el hombre logra satisfacer sus necesidades. Tanto
la definición del evolucionismo como la del funcionalismo refuerzan el carácter extra-
somático de la cultura. Malinowski se va a interesar por la función que cumple la
cultura; es decir, la cultura como respuesta adaptativa al medio ambiente, como
el elemento que completa al hombre (ser biológico y ser social y cultural).

En su teoría la cultura se relaciona con la satisfacción de necesidades


psicobiológicas individuales: nutrición, reproducción, cuidados corporales,
seguridad, relajación, movimiento y crecimiento. Para cada una de estas
necesidades básicas todos los sistemas socioculturales han encontrado una
respuesta cultural. Estas respuestas culturales determinan a su vez
necesidades derivadas que son de orden cultural. La necesidad de nutrición, por
ejemplo, se satisface mediante el empleo de técnicas para conseguir alimentos y se
corresponde con la necesidad derivada de instruir a los miembros del grupo en el uso
y aplicación de esas técnicas.

Como se ve, las necesidades derivadas sólo aparecen en el hombre. Estas


necesidades para Malinowski se dividen en cuatro imperativos culturales, cada
uno de los cuales encuentra su respuesta en una de las grandes divisiones o
dimensiones de la cultura: economía, control social, organización política y
educación. Estas necesidades son tan importantes como las básicas y biológicas.
Por otra parte, para los funcionalistas, nada que pertenezca a un sistema cultural y
que perdure es una invención caprichosa o arbitraria. Todo elemento cultural
cumple una función. Para que se incorpore a un sistema cultural debe satisfacer
una necesidad. Paradójicamente, la satisfacción de las necesidades en los
individuos no se efectúa en forma individual sino por medio de acciones
grupales. Para el logro de cualquier fin los hombres deben organizarse. De ahí
que el concepto de organización esté directamente relacionado al de
institución.

Las instituciones son unidades mínimas de organización humana. En ellas y a


través de ellas es donde se satisfacen las necesidades. Toda teoría de la cultura
debía partir de las necesidades orgánicas del hombre y relacionarse con otras
necesidades más complejas de índole espiritual, económica y social.
(Mancusi, 2006: 303-308)

Aspectos teórico-metodológicos
El antecedente fundamental para entender el funcionalismo es la Escuela
Sociológica Francesa desarrollada por Emile Durkheim (1859-1917). En ella se
concibe al sistema social formado por múltiples partes, cada una con una función
específica, en armonía una parte con otra (metáfora organicista). Malinowski, si bien
se aleja de Durkheim al dar mayor relevancia al individuo que a la sociedad,
comparte la idea de totalidad y los principios de equilibrio, normatividad e
integración utilizados para referirse a la cultura como ese todo integrado
compuesto de partes interdependientes que tiende al equilibrio del sistema.

Los principios del funcionalismo, el hecho de que deben ser investigados todos
los rasgos de las culturas y que hay que buscar las formas en que las
estructuras y las instituciones de una sociedad se interrelacionan para formar
un sistema, son básicos para una ciencia antropológica orientada teóricamente.
Este principio metodológico ha servido a los funcionalistas para elaborar una
teoría sobre los procesos culturales y sobre cómo funcionan las sociedades.

El funcionalismo parte de una analogía con lo orgánico. Los sistemas culturales son
presentados como si fueran organismos cuyas partes, además de estar
relacionadas, contribuyen a la conservación, equilibrio y supervivencia de la
totalidad. La concepción funcionalista enfatiza la cohesión, el equilibrio y se maneja
con estos supuestos:

• Todos los elementos de la cultura están relacionados entre sí: unidad


funcional de una sociedad.
• Todos los elementos culturales cumplen una función: funcionalismo
universal.
• Cada elemento cultural cumple una función: principio de
indispensabilidad.

Malinowski [..] Analiza la aculturación (es decir el pasaje de instituciones, prácticas


y creencias de una cultura a otra) como un aspecto del cambio cultural. Lo que no
dice Malinowski es que esos contactos entre culturas son en realidad choques entre
la cultura colonizadora occidental y la colonizada. Esta relación se da en términos de
poder y explotación de una cultura por parte de la otra.

Al enfatizar la cohesión y el equilibrio, se concibe que las culturas que se


estudian van a cambiar lenta y gradualmente. En estos estudios sincrónicos no
hay lugar para las explicaciones causales, ya que para darlas hace falta tener
en cuenta la historia. Los funcionalistas se interesan por explicar el “cómo” pero no
el “porqué” histórico. Así es que una de las principales críticas que ha recibido es
haberse desarrollado en el contexto histórico del colonialismo y del neocolonialismo
y haberlo soslayado, constituyéndose en un análisis estático y ahistórico. Estudiaron
las sociedades colonizadas dejando de lado el análisis de la sociedad y la cultura de
los administradores colonialistas; es decir que no se analizó la realidad total de las
colonias.

Hay incluso quienes encuentran una relación directa entre la administración colonial
británica y el desarrollo de la escuela funcionalista. La relación no ha sido del todo
clara ni unívoca. Todos los trabajos de campo se dieron en los dominios del imperio
británico y muchos antropólogos presentaron a la Antropología como una ciencia que
podía ser útil a los gobiernos coloniales. Por otro lado, la administración colonial fue
una fuente de financiamiento importante en muchas investigaciones. Sin embargo,
también se dieron conflictos y tensiones, ya que los administradores coloniales vieron,
en muchos casos, a los antropólogos como los defensores de las culturas no
occidentales

A partir de Malinowski se desarrolló la etnografía moderna, apoyada en una


metodología rigurosa y precisa: el trabajo de campo antropológico.
(Mancusi, 2006: 311-315)

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