Gutierrez - Populismo Punitivo y Justicia Expresiva - Seleccion

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Fecha de catalogación: 2/3/2011

Populismo punitivo y justicia expresiva / compilado por

POPULISMO PUNITIVO
Mariano H. Gutiérrez. - la ed. - Buenos Aires: Fabián J. Di Plácido Editor, 2011.
386 p.; 23x16 cm.

Y JUSTICIA EXPRESIVA
ISBN 978-987-1769-05-6

l. Teoría del Derecho. 2. Sociología Jurídica. I. Gutiérrez, Mariano H., comp.


CDD 340.115

fil)
-Fab&J.
Dl Placido
Edílor
MARIANO H. GUTIÉRREZ
© Copyright by
FABIAN J. DI PLACIDO Editor
(Compilador)
Cardoso 212
Ciudad Autónoma de Buenos Aires
(1407) República Argentina
Tel./Fax: (5411) 4672-7408
e-mail: [email protected]
www.fabiandiplacido.com.ar

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Impreso en Argentina / Printed in Argentina

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Impresiones Sud América
Andrés Ferreyra 3767 /9
fil)
FabiánJ.
Di Plácido
Buenos Aires - Argentina
en el mes de abril de 2011 Editor
12 Autores

VICTORIA RANGUGNI es Magíster en Sistema Penal y Problemas So­


ciales (U. Barcelona), Doctoranda en Ciencias Sociales (UBA), profesora e
investigadora (UNLA y UBA), Integrante del Programa de Estudios del Con­
trol Social (IIGG, UBA), y del Consejo de Redacción de la revista Delito y
Sociedad.
ESTEBAN RoDRfGUEZ es abogado y Magíster en Ciencias Sociales
(UNLP). Docente e investigador UNLP y UNQ. Director del programa de PRESENTACIÓN
extensión "El derecho a tener derechos" (UNLP). Autor de "Justicia me­
diática" (Ad-Hoc, 2000) entre varios otros y miembro del CIAJ (Colectivo Existe un riesgo en el vocabulario elegido para dar título a esta
de Investigación y Acción Jurídica). compilación. Un riesgo, obvio para el lector reflexivo. Un riesgo mejor di­
chó, más gr�de que todos los otros que supone la elección de un título,
SERGIO TONKONOFF es Doctor en Ciencias Sociales por la UNICAMP de unas palabras por sobre otras para agrupar una heterogeneidad de
(Brasil). Investigador CONICET-IIGG. Profesor titular de Lenguaje, Deseo, miradas sobre una pluralidad de fenómenos, muchos de los cuales sólo
Cultura. Teorías Sociales Estructuralistas y Pose5tructuralistas (FSOC-UBA). son visibles, sólo son fenómenos, a partir de que esas miradas los puedan
Miembro del Consejo de Redacción de la revista Delito y Sociedad. recortar y señalar. Me refiero al uso de la palabra (o categoría) "populis­
MARíA VICTORIA PITA es Licenciada en Ciencias Antropológicas, Ma­ mo". Palabra que, como todas, es un espacio de disputa por su significa­
gíster en Administración Pública (FCE-UBA) y Doctora en Antropología do, en este caso, un espacio de disputa calificado, como todas aquellas
(UBA). Profesora adjunta, investigadora y ca-coordinadora del Equipo de palabras cuyos usos políticos son claves en (des)calificar a unos y otros.
Antropología Política y Jll!Ídica (FFyL, UBA). Investigadora CONICET. "Populismo" es una categoría política per se difusa y dificil de definir, y se
ha dicho, incluso, que ello obedece a que las formas de abordarlo hasta
SEBASTIÁN VAN DEN DOOREN es abogado (UBA), Magíster en Crimi­ aquí han estado mal planteadas (LACLAU, 2005). Esto nos obliga a una jus­
nología (UNLZ) y autor de la tesis de Maestría "Sensibilidades, violencia tificación, que será siempre insatisfactoria o incompleta, sobre la elección
y ley. Análisis de las repercusión de las emociones ciudadanas en los pro­ de este término en nuestro proyecto.
cesos de construcción de la legislación represiva del Estado argentino en "P�o", tal como se usa predominantemente enel vocabulario
2004". político en general y en los medios de comunicación, tiene si re el valor
SHILA VILKER es Magíster en Cultura y Comunicación (UBA) docen­ y el sentido de una denuncia, tiene siempre 1ll1 o peyorativ go que
te en Ciencias de la Comunicación (UBA), en la Carrera de Seguridad Ciu­ la asemeja más al insulto que a una categó ' '1 •
��mo
-

dadana (UNLa), y de seminarios de posgrado en Maestrías de Crimi­ suele ser la forma de descalificación que utiliza quien se coloca eñ ünsa6er
nología (UNLZ y UCES). Miembro del Consejo Editorial de la revista técnico, que reclama propio y distinto, y supenor-(más inteligente,-m - ás­
Artefacto. espedñco�-máscálificado) al saoer popülaf,- al ¡'sentido común�n saber
i.Írtrínsecamente raciona!Y._or soore una forma de proceder o de. entender
irreflexiva o irracional. Un saber por-definición, oe éxperlo�-por-solireel
t
vulgo, c>�por·sob-te as operaciones demagógicas que se aprovechan de su
ignorancia. Yentonces, en parte, en esta categoría se filtra (o es constituti-
va de ella) una historia fundacional en la política (y digo historia en el sen-

1 Aquí se expresan mis inquietudes, preguntas y reflexiones que han moti­


vado esta convocatoria o que han surgido después de nutrirme con el trabajo de los
convocados, Sin embargo l a responsabilidad por las afirmaciones es sólo propia y no
implican coincidencia de los autores con quien suscribe.
14 Mariano H. Gutiérrez Presentación 15

tido de "relato", de "cuento" que permite construir y acomodar el mundo, gresistas es que hoy, en gran medida� la ena el casti o rnerg:e como una
en este caso, el mundo de las personas y su organización). Esta historia es demanda indiscutiblemente democrática como ya lo señaló PAVARINI, 2003).
la que su pone una dicotomía necesaria y constitutiva de la historia uni­ Algo de esto ocurre también con los discursos criminológicos. El "po­
versa1;-c:rahnertos occidental: la que supone que, por un lado, hay el vulgo, pulísmo" si e siendo una acusación y una d escalificación. Una forma en
la plebe, !amasa: emocional, irracional, sin carácter p:ropfo, guia aif:=::::eneI que los criminólogos reclaman un saber específico y cren , • co sobre una
meJofae1oscasos-:. por �Jf.cl�r _éarisinático que los maneja-a vó'lunta_g¿y cuestión que comienza a írsele de las manos, o al menos eso sienten y de­
esta conjunción, lleva�m.ediablement�_aJc:1 ti.r1t..n;ía. Y, por otro lado, los
nuncian (lo cual es lógico luego de que los mismos criminólogos, una gene­
ópnmos, losque sáb en, el gobierno de los mejores: _los �al;iios y los nobles ración antes, cuestionaran su estatuto y afirmaran que la criminología no
(la alcurnia, los que dan su vida por patria; los valientes, los que no temen existe o no debería existir). También se ha vuelto un término común, en­
morir por un id eal mayor y por eso pueden matar; los técnicos y los cientí­ tonces, el "populismo" en criminología, como la acusación d el poseed�
ficos como los poseedores del saber). Este relato está presente en el naci­ -ael conoClilllento a aquel ue osee 'ilifr....1unane1a la cuestión p enal de
miento de la "Gran }-Ii?!oria" trágka poií6ca de occidente (en la República a_cuer o a otros intereses que ex�:_<:i:_n..!�. que la mi�ma d��ciplina e�tien­
denÁTóÑ; en la relación entre César y Bruto, etc.), y se reap�ece conti­ �comoJegítimas (la prevención del delito, por lo gen eral). ¿Podnamos
nuamente de forma revulsiva. A medida que v.a y vuelve, los pe rsonajes­ us ar el término para aplicarlo a las políticas criminales, sin reprodu cir con
símoó"ttriñvieften-süs-vafores. Y la encontramos en la Argentina presentes él la carga antipopular que el término conlleva en g eneral?
en todos los momentos claves de la historia. Tanto en política en general como en políticas criminales el uso
La última notici9:411e-tenel):los de este relato-� la lucha política a abierto del término y la disputa por su significado lo vuelve reversib�
---.-- -.�--.c....,,�----_-::-,..__ - -·-· -: . ----- ·- -
gr___ar��SiiJL�-s Jª-...cl���l����Y su _ postedor1:1a�:_nsfáCITrecor�� asimilamos a "conservador" o "de derecha" aquellas posturas que natura-
que hace 20 o 30 anos los chscursos conservadores-neohberales deslegiti­ el orden soaal dado y por lo tanto encapsülan el análisis del delito
2
maron todo otro saber por populista (y con ello, in experto, emocional, irra­ en el d e la patología o problemática individual, principalmente me iant e
cional, perversamente demagógico), e incluso hoy, cuando e n distintos fa represión (bruta o dosificada medidnalíñente); y como "pro8!;-SÍSt!15"
países se ensayan distintas alternativas d e salida a ese gran plan estraté­ {o de7;izquierda" o "críticas") <1qu������s gu� �tei:�car ��a
gico fallido o perverso, el anatema de "popu lista" suele ser la acusación Concepción plante-ªfillo el_delito como un f�nóm_eno _��inás a.n;\P)10,
preferida par a englobar to�ente-no·neo!!beral-{u-ahnenos:=n<r que_ pi:_Obl_ e_ -matiza e-l ord_en_ social mismo, y se ale jan de las posturas re,•-- pre-
c - - ---• --• - - ---------•--- ' ��-•----�-•-• •a ·w
• or.todoxd!--respecto-de-lmrcánones neolioerales). '(_esta acusación supone sívas,· eñtonces-en-criíninolC>gía pºg,rá haber acu_sacion�s 4e,:'.EQPE.J•tas
fl

e il:lstala-la-iaeaaequeuiiasociedau· no condu ci'da s egún estos cánones,

esñecesariamente una sociedad mal conducida, por un mal conductor (¡un


drnqt11;':!i:I��� �dii_yde..derecha a izc:¡ui erda:_I :Iltr� v�?� niveles �e
• discursó y prácticas.
� y vU).a..per=ai.1:!ió . _ -- .. - -
-- ·-·cori:lo'sea, la historia ha querido que el discurso técnico dominan­
Creemos que es necesaria esta digresión para m arcar el peligro de
caer en el discurso que se apropia de lo "republicano" denunciando la "ti­
ranía" cada vez que un actor político ejecuta (o amenaza con hace rlo) me­
te hoy en lo jurídico (principalmente en las academias), el del gar_!Ilti�_l!_l?
ff6eral clásico y todas sus variante_�_ y la soc1o�gía1nte�ciora 7:leJa _d:s-
viádón (en -s-rrs-oo - -•enfit: f mfe raccionis tas y fun cionali ·s t ª SJ p uedan Mx 1_
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didas que favorecen a los sectores desfavorecidos ("populares"). a idea l _ - - r _
_p..!__ s1v � ,
��nunci��" �.E._1:!!��EB.t� �� e e e e
- _:1J= E,12 E..E:-:_
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nues a es no caer en esa trampa, y tratar de se ens
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s cargo '!Flu<ULC.!!fil5.ti.9_Il_é!c_l� _ .!!�!':!!!-.9��a. J � ,2:-
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o aen carnente • amen!!;.-- , s1 1 entonces, nos giistaría terminar gfa'"crítfcan ,-ia postura por la que optamos es afín en muchos de sus pro­
de desmarcai; ' o ulismo" d� "popular " n es cierto que se pueda hacer ]5uestas-polífícas a aquéllas o.os, pero aclemás-própoñe el eJé:i:ét66 critico
o de la ·alí • -
completamente: opular cada ve z que se hace papu­ constante , incluso-solfreesf_as dos aliadas toynntura:Ies.
lísmo, y algo depopulismo cada vez que se hace política popular_¡ --de --Paraao én-esté'punto, "populísmo" seguirá manteniendo su ambi­
iñasas';ae-grupos, de poolaaones, y sobre todo a favor de "los de abajo"- güedad operativa y hasta ética, pero podrá ser, entonces, aplicado a aque--
(como quiera que esto sea definido). En el campo de las políticas criminale$,
algo de esto ocurre, pues el problema que ·se plañ1éa 1fToscriminólogos P!"O;- 2
�· -�------ • � - Véase el artículo de PEGORARO en este mismo volumen.
16 Mariano H. Gutiérrez Presentación 17

llo que nos aleje de la reflexión crítica constante sobre el mismo sistema penal, Los criminólogos progresistas se escandalizan ante esta concepción de la
a favor de un supuesto saber del "sentido común". "Sentido común" que no "justicia" cuando se dirige contra un "delincuente común" y, sin embar­
es tal, al menos si eso significa "na II
al", sino que es construido go, está tan arraigada en una estructura sentimental o emocional tan ge­
en estas disputas por el sentido. As'ítes�e populism del que aqµí se habla se neralizada, que se la apoya cuando aquel que se debe castigar representa
refiere a técnicas que se especializan en cons poder aludiendo a ese "sen­ todo lo que uno aborrece (un torturado¼ un gran delincuente económico,
tido comurr'trtanéJandola-política de iasre�ones de_! ���o un genocida, un policía de gatillo fácil). En este sentido Ja primera ge�
quesllpónen popular y fas emociones que en él circulan. Este tipo del popu­ ración de la criminología critica no_!l_é:_�eEtado (o ha perdido frente �
Iismo que -a-qa:rsesenala tiene una relación redominantemente ªinstru­ desaRO abolicionista de salir de esa forma de pensar (deberíamos decir
ment con ese saber popular, o con las representaciones de lo popular; no sentir)._eliast!go. Hoy lamayoría parecemos res1gñ"ainos a ella o adoptar­
es verdaderamente un saber de los legos el que llega a las políticas crimi­ la gustosamente, discutieD.do no su pervE:tsidad siua la djrección.cOil'.e.cta.

;(
na1es (al contrano, el lego en geñ.eraf"respeta"la palatiia del experto, cuan- que debe_te� las limifaciones qu� !�J>:U�c:l�r,i__hacerlE:gí.!i�?-· En defi­
do ésta es comunicada de forma eficiente), 1¿0 es un producto natural de las rilliva, la función expresiva. de la justida como una o_:eeración sobre. el
--f emociones "no politizadas" de los individuos . o las masas, sino un saber téc­ orden soéio-simbólicogeñeraf tambíéñ ·es- reve;sibÍ�~·;n té�¿;��_ológi­
' nico que supone dis�"enteeSE;¿sentido c:mmun,.lo naturaliza,Jo dei­ cos, y ello-explicasu permanenciél. tanto: enJa�P!l'.!.P!--l�st��e��i_q�� (o
fica discursivamente, y, sobre todo, lo utiliza, en función de---- otros intereses progresistas)cc:>mo de "derecha'.' (o represivas) ¿por qué habríamos de aban­
qüeñolos de ese "pueblo" �_:',g'"-•¡¡-¡--·
--- · ~ · · · ·· •··-·
�ntE{�_\ni losi�1tereses ''lezjfünos"o fun- donar la füea áe emitir urt repudio simbólico (con la pena) al hombre gol­
ciones mañífiestas de��_:políticas crimin a_ !es)� entonces tambié� peador, al militar dictado¼ al policía asesino, al líder político que ha des­
a�a:9-ón de añlsíno e hipocresía hacia aquellos que la acusación popu- 11 truido la estructura productiva de un país hundiéndolo en la pobrezal¿Por
;lismo pi.miñvo'��� qué hacerlo cuando esa� significa, adem�L un���S:C:�9:�92!1.@_gaj 9_$ lo
. . ..
• �nfunéessepuedeeiueñcfef porqúeeñcuentroque el térmi­ .9?.�-�_se personáje representa y sosti�eLUEª. A�gradación ��-PU!��-��er
no debe estar seguido del de la "justicia expresiva" en el título. Me sentí consecuencias· ólíticas éluradé:ras ( e .consideramos beneficiosas o preven­
tentado a escribir. un artículo en este volumen explicando qué entiendo tivas de daños similares ? Esta pregunta, ya vieja, hoy tiene cada vez menos
por justicia expresiva para justificar su inclusión. Pero luego me dio la respuestas atrevidas que la desafíen. Lo que nos preguntamos ya no es si
impresión de que cuando lo quise hacer, en su momento, me tomó todo debemos abandonar ese sentimiento de la justicia sino a quién debe estar
• un libro (La Necesidad Social de Castigar... ) que me cuesta resumir. Y por dirigido. Podemos, sin embargo, seguir reflexionando sobre lo que implica,
otro lado, a niyel teórico poco iba a aportar, luego de que DURKHEIM colo­ lo que significa, sus efectos, sus supuestos y presupuestos.
cara aJmacoon�ftl��-del lazo social, :fvle�� lo cuestiona­ No intentaré resumir para el lector los trabajos presentados porque
rl:t en su-hupa�ta:ftt�•ifosayo Pstcologia aeTa Justu:1rPunttiua;-et� intentar reducirlos sería, sin dudas, una injusticia para con ellos, todos ellos
ex:plicarasu-mnduna:mientó sbcial a.lKablar· de 1as ,; ceremoruas exitosas tienen un mérito que los hace imprescindible para pensar en "populismo
de-degradaciOn". Por sUpüesfó qUe estas irnp:resioÍles ae que n�ía punitivo", para pensar en la función "expresiva" de la justicia punitiva y,
íffáspára aportar eran erradas: muchos de los artículos que aquí se com­ sobre todo, para pensar en las direcciones y razones de lo que quiera que
pilan dan cuenta de lo que representa la "justicia" punitiva para las vícti­ podamos llamar "política criminal" en la Argentina: algunos por la reflexión
mas, como expresión: como ceremonia de represalia, como reivindicación, teórica, otros por sus valiosos descubrimientos en el campo, en la investi­
como reclamo, como demanda, como manifestación pública (a nivel infor­ gación empírica, y varios por la combinación de ambos. Entre todos hay
mal, a nivel judicial, o incluso a nivel legal; o de una política de reconoci­ un coro de voces coloridas y heterogéneas. Se ha privilegiado eso, la hete­
miento de la calidad de víctimas de parte del Gobierno o el Estado). La ro eneidad de eñfoques, la pluralidad de las miradas, y de ob·etos selec­
• cuestión es que la mirada crítica sobre la justicia expresiva -aquella que cionados ¡2ar1t..di...S..eccionar y estudiar. Por e o ay aquí autores de diversas
busca en el castigo la forma de expresar sentimientos de repudio, de un disciplinas y de distinta formación, autores, sin embargo, que suelen dialo­
agravio (que es, a la vez, un desagravio para el agredido), una expresión de gar y debatir entre sí (sean o no conscientes de ello). Hay también variedad
emociones- suele también estar acompañada por el gesto de la acusación. de niveles en la carrera académica, hay autores consagrados y con mucha
18 Mariano H. Gutiérrez

trayectoria, hay jóvenes brillantes (incluso de grado) y profesores jóvenes


e investigadores jóvenes y no tanto. Hay autores de la Plata, de Santa Fe,
de Buenos Aires. Y todos ellos son los que se me dio en llamar "autores­
puente": son abogados que trascienden el saber jurídico formal y se aden­
tran en las otras ciencias sociales para estudiarlo/se, o son antropólogos,
comunicólogos y sociólogos que se meten en el derecho, en su cocina, o en
su reparto. Hay una necesaria ruptura de los moldes disciplinarios que
hace que todos ellos se encuentren aquí y en muchos ob·os lados. I. A MODO DE INTRODUCCIÓN:
Sus trabajos también son difíciles de encasillar. Hemos intentado
aquí una clasificación temática, por cierto, algo caprichosa, porque estas PENA, CASTIGO Y ORDEN SOCIAL
miradas por lo general enfocan en el objeto, luego lo diseccionan, lo estu­
dian, lo comparan, y utilizan todas las herramientas críticas a su alcance,
iluminando las adyacencias, las conexiones, los nexos, hasta que el mismo
objeto carecería de sentido si se lo recortara· y aislara de su contexto. Se
convocó a los autores sin ninguna consigna específica más que el título
propuesto para el libro. Se les pidió, además, énfasis en el trabajo empíri­
co. La diferencia y variación entre las distintas respuestas (incluidas las
respuestas "desobedientes") resultan en un fresco difícil de mejorar, al
menos a mi gusto, por que exigen del lector sensibilidad y versatilidad
para ubicarse en todos los niveles, y porque eso es lo que le proveen; por­
que entrenan la mirada y la llevan a distintás direcciones.

REFERENCIAS

DURKHEIM, E. [original en 1983], La División Social del Trabajo, Múltiples


ediciones.
GARFINKEL, H., "Conditions of Successful Degradation Ceremonies", en
American Journal of Sociology, Volumen 61, Issue 5, Mar., 1956, 420-
424. (Traducción: "Condiciones de las ceremonias exitosas de degra­
dación", en Delito y Sociedad, Revista de Ciencias Sociales, Nº 22, año
2006, UNL.)
GUTIÉRREZ, M. H., La necesidad social de castigar. Reclamos de castigo y crisis
de la justicia, Fabián J. Di Plácido Editor, Buenos Aires, 2006.
,1
LACLAU, E., La razón populista, FCE, Buenos Aires, 2005.
MEAD, G. H., "Psychology of Punitive Justice", en American Journal of
Sociology, 23, 1918, p. 557. (Traducción: "La psicología de la justicia
punitiva", en Delito y Sociedad, Nº 9-10, Año 6, 1997).
PAVARINI, M., 'Economía del exceso' y castigos excesivos, en Cahiers de
Defense Sociale (http://www.defensesociale.org/revista2003/14.pdf.,
2003.
TRAZOS PARA DELINEAR EL "POPULISMO PUNITIVO"
EN EL CASO ARGENTINO

MARIANO H. GUTIÉRREZ

¿EXISTE EL POPULISMO PUNITIVO?

En un artículo aún inédito, el ex -criminólogo crítico y de izquierda


-ahora simplemente autotitulado "realista" - Roger MATTHEWs'(~OIO, en
imprenta) 1 lap.za feroces críticas contra lo que él llama 'errrmocíel "puni-
tivismo" y el uso del concepto "po:eulismo R~Jiteratura cri-
m~ca. · ·· · • - •-· ---·- ·-~=
Se pueden sintetizar sus críticas afirmando que la mayoría de los
autoresque fiafüaí,_-cfeeílo1.0~h~ífeñando sus reflexI~esciesuptlestos
querro-prueoan, Ciando por hechas relaciones entre la estructura social y
sus cambios y los cambios en la política penal que no son necesariamente
ciertos; no explican, sino que describen esos cambios, y aún de forma par-
cializada. En definitiva, t:alf_omo lo reseñó él mismo (en conversación infor-
mal con quien escribe) los críticos dan por supuesto que tras la expansión
penal hay cambios en el púbfü:~~~-5-_u sensibilidad, pero mu probable-
se
mente sólo se trata de que los políticos han quedad- ·-m-iaeas ara fes-
poncler a las aeman:aas de seguridad y recurren a fa-s soiuc10n.~umtivas
que, por otro l_ado, no §enJiaqª demreyo. En su lectura, la crisis está
más en fa créatividad de lo que a veces se suele llamar la "clase política"
que en "la sociedad" o en "la criminología". Esto, sin embargo, ya es lla-

l
mativo, el ¿¡ue la clase política se quede sinrespuestas "serias" y acuda
cada vez máª-.,segmdo a la respuesta penfil ya es un fen.omeno que füeil
podría llama~ '2opulismg:wlfütivo" justificadamente. ·sin embargo
MATTHEWS no acepta este concepto, ni el de "p~tivismo", por ambiguos,

1 The Myth of pzmitiveness, en idioma original, a ser publicado en Delito y


Sociedad, Revista de Ciencias Sociales, Nº 28, 2010.
Mariano H. Gutiérrez Trazos para delinear el ·populismo punitivo· en el caso argentino 61
60

demasiado cómodos, laxos, y poco definidos. Muy mentados, pero poco Es cierto que los términos usados son muy ambiguos, pero por eso
trabajados seriamente. Afirma que la preocupación al respecto "está sobre- mismo el recorte que hace MAITHEWS para criticarlo es algo arbitrario. La
ac~ada" y"~_ <:!esp_roporcionada". Que se puede tratar simplemente de acepción "plliti.!;i,ridad" no hace referencia a una intensificación, a un~
una forma.cié gestión de las nuevas burocracias pénaies~ q~e integr~~a mento o a un exceso (como sí "punitivismo" a una tendencia crecrente de
cada vez más compleja (no necesariamente cada vez m~ crueU red q_<:; esos puntos), sino que es una categoría que abarca y construye como ob'e-
agencias del sistema penal, permanentemente en ~xpansión. 1o de estudio e pro ucto "duro" del sistema penal en términos de uso de la
~~bse--esta'c:ompliacron aepopülismo plllúti~o eñcuentro acer- fuerza física, en partiCÜlar el quantum y las cualidades de la privación de
tado comenzar a responder las críticas de MATrHEws, y -aún sin darle el lib~rtad u otras medidas-ne-tuerza~ Por otro laa.o;-"punitivismo11, o ji¡.
gusto de dar una definición precisa- poder enfocar al menos sobre qué de
punitivo", puede referirse a una aceleración o ampliación los"juicio , e
objeto trabajaremos y con qué mirada. la~enas o de las medidas que disponen la privación de libertad (inclu-
([) Como primera observación, MATIBEWS acepta que el sistema penal so contra la lógica de la cülpá6iHdad), ó a, tiria mayor presericiá-del senti-
sí está e1:_~~pans1on,-y ese es el punto que nos mteresa:-Tndagar sobre las miento punitivo en el mundo social y no neCes""ariamenteJl.Uil aumento en la
formas que asume esa expansión, los caminos que recorre y, de ser posi- durezICfüdas~o~<!~!.l}is. Finalineñte, ~cebid~,-el aumento- d~Íi iípmú-
bF,fos fa.dotes 'qüet>oorían'explicarla y; particularmente, encontrar los ti"Ml:d" (mayores castigos o mayor porcentaje de la pob1ac1óñeñairrela?a)
rasgos que podrían describirla. como efecto del sistéma-penaf ~omo··resttl~p~fiñál,-más-a.llá
La descripci9fi--él.e-la~eratura criminológica en boga sobre "puniti- de-fas cáüsásotac~o~e~:9~.eTotervengaÍlen.ella ésuñdatoque·srpuedeser
prÓbaélo,ta:rcomo lo intentaremosrruisadéfañte-:--·-- .__.--.,._~ , •- •• • - -
vismo" que hace I¾A.TIHEWS )s un excelente resumen para comenzar esta :.------
\illdagación: "la afüma-aoncfe que las políticas actuales de control del deli- También se observa como crítica a las lecturas "punitivistas" que
\ !~ están dominadas por mentalidades punitivas parece ser aceptada en muchas de las leyes sancionatorias de los últimos años que han sido pre-
sentadas como ejemplos de punitividad son, en gran medida, simbólicas.
forma abrumadora por los criminólogos académicos. Existe una división
entre aquellos que consideran que este aumento de la punitividad es Es decir, que no aumentan el uso de la cárcel o del castigo, sino que tienen
,¡ 1

impulsado "desj-!.,..abajo" por un público ansioso y enojado y quienes lo una función comunicativa o expresiva {diríamos nosotros) de posicionar
i un cierto valor, de provocar un cambio en la importancia que se le da a un
ven como un-proces'ó~esencialmente conducido "~~5lt ~]:>a", en el que
1
políticos ambiciosos y manipuladores juegan con lo~tmiééfos y las ansie- conflicto de un sujeto, grupo o clase, al hacer intervenir, presuntamente en
dades públicas para endurecer sus políticas de control del delito y forta- favor de una de las partes, al sistema penal.
lecer su apoyo electoral." No se entiende en qué medida esta crítica realmente lo sea, en tan-
La crítica de MATIHEWs se desplaza_(como la misma literatura cri- to coexista con ellas una medida creciente de sanciones en los últimos años
minológica que él analiza), desde el ~_Eulismo P-unitivo" hasta el "puni- que no son meramente simbólicas (y que tienen efectos concretos en aumen-
tivismo", pareciendo que hace referencia al mismo concepto. ;,John PRATI tar la prisionización. Y, por otro lado, resulta claro que el hecho de acudir
aíum1n¡Ue.-:. -1a inclíferericiaael público esfá aañao lugar crecientemente cada vez con más frecuencia a la amenaza penaJ.~-auñque-sea simbóli-ca,
a la intolerancia y a reclamos de manifestaciones aún mayores de castigo tamoi~E ~igni1iquiii _camb10-relévfa:itfeti.hly~:r- quelaiey-penaJ-fieñe
y represión ... en términos de un público ansioso ~ v~ resp~cto de lo~ co!l:!li~~s. Lo mismo se puede decir-que·su crítica respecto
más demandas ante una burocracia estatal reticente"($IMON y PRATIfl!SÍS- de que "necesitamos diferenciar entre las penalidades que han sido intro-
ten en que hay algo así como una "vuelta atrás" a la ~denndac:ldel ducidas para proteger a grupos específicos y aquellas que involucran la
sistema penal (o rasgos de ellO), que es posi61ever en la vuelta a-luscas- intensificación de las sanciones existentes". La necesidad de proteger gru-
tígos crué1es~ostentosos y emotivos. Y sobre el uso de estos conceptos pos específicos por la vía penal es un fenómeno que bien puede formar
.MATIBEWS hace numerosas y duras 'críticas. En particular que las sancio- parte de este "giro punitivo" porque no es ni la única ni una forma nece-
nes simbólicas y expresivas no implican la presencia de un "giro puniti- saria para la "protección de grupos" (ni la más eficiente), con lo cual tam-
vo" y en su lugar deben entenderse como rasgos persistentes en las polí- bién debe llamamos la atención que se recurra a ella como primera y
ticas penales. acaso única medida.
Trazos para delinear el "populismo punitivo" en el caso argentino 63
62 Mariano H. Gutiérrez

tutelar/ correccional de los menores de 16 años (que sigue siendo sistema


De hecho, las lecturas críticas sobre el auge de reclamos de castigo· penal en sus manifestaciones aunque cambien sus nombres y categorías).
en nuestro país (GUTIÉRREZ, 2006, 2007; CALZADO y VAN DEN DOOREN, 2009; En definitiva ni siquiera los enalistas, supuestos expertos en la ley penal,
GALAR, en este mismo volumen) tienen más que ver con analizar la pre- sabemos ien to o el entramado egislativo en ue se ha convertido, más
sencia de esta lógica de la "protección simbólica" (de la ley en general y pared o a un abermto interpretativo que a un có igo e conductas a san-
del castigo en concreto, en la víctima y los grupos reclamantes) y su recep- cionar que supone ser conocido por todos los justiciables.
ción en las estructuras políticas, que con asumir que ello implica (o resulta Así esta lista puede tener muchos baches y pueden faltar leyes. Por
en) la vuelta de los castigos ostensiblemente crueles o su exhibición públi- ello hay que ser especialmente cautos en el uso de la iñformación para sacar
ca. En este punto, lejos de ser una críti_~a, ~1?ffiWS parece estar colabo- conclusiones, y estas sólo pueden intentarse cuando aparezcan teodenci.as
rando a delinear un rasgo llamativo de las transformaciones penales ac-_ fuertes que no se vean afectadas por la omisión de una o dos leyes. En resu-
tualés-ªpunitivistas",-que-otro~_Y,'.1_~eñ~!a~(hARRAtlRI~~ C~p- 1:7"~: men, si las omisiones a leyes pe1~ale5J1tie _!eforman o complementan al
hayurireaTrsocacfa vez más fre<:uente a e_s_te tif>O de legislaci~n simboh- Código ~p~asa-f"§Jar~ ª~~m-
"" _::.--- .........._~-----------_..;;,¿-......_,.~o>.,_..__ -- --~=--~'""""=----·-·--~- .· .
ca (en gran parte por grupos sometidos y por gru~o~ progresistas) co~o _ párafivo servirá de todos}i:t9_d~s.
'>.-~--- --""'\....:- - .... -· • ---

forma de reiv[r!dicación o pr_o!~cción, y ello tiene poderosos efect~e -- -Aclarámos también que hemos dejado de lado las leyes procesales
relegitimaci_óñffeh~teina j:J~na.1-y:1a ]ógtr_a_defªS:§go2; p9r .9~tr~ l~do e!_ penales, que también son relevantes (allí se resuelven temas como la posi-
uso ·"protectivo" _cada vez más extendido de la ley penal,_ la pol1C1a y la bilidad de excarcelar o no a un detenido), pero que requieren una investi-
justicia peÍlalprovoca la expansión de estas agencias (y sus formas de fun- gación propia, pues al ser provinciales resultan difíciles de contrastar con-.
ciÓnamiento ), e incluso en muchos casos sí derivan en la aplicación de la los resultados generales a nivel país. Sin embargo, una primera mirada )
cárcel. Y, veremos sobre el final, la lógica de la protección simbólic~á también revelaría gran cantidad de nuevos Códigos Procesales }' r~!9:.!11:ªsj
muy relacionada a los reclamos purutivos por casfigóyseguridad. _ posteriores sancionadas desde los años 90 en adelante.
~- ·1n:teritaremós~ -entonces~-primeto füeñfiñcarelperíodo de tiempo -Reducidos al "cuánto" de estas reformas legales, es decir cuántas
enai~-
l
que nos parece relevante para discutir de qué se trata esto del "populismo veces el Poder Legislativo mtervmo para "tocar'reITodig075
punitivo", haciendo el recorte sob_~~~c:ªcl_a vez más frecu.ente_de l~y ?ª plementarlo con leye~~ - -CO cláusulas penales, hemos pod!do
penal tanto co~o ameI).aza simbólica como defactm:_ de _encarcelamiE!p.t_o enc6ñtra:i:-un o a e mo i cac10n~ _ C()E!plementos legislativos
masivo~ que Tuego cruzélremos con _el aume_nto sosteni<!o en_!~~-t~~as_~ ease 1s a en el Apén 1c- .
enéarcelamiento. Períodos que, no tan curiosamente, coinciden. 1¡ En el período que abarca de la sanción del CP (1921) hasta el fin de
1 la última dictadura (1983), de 62 años, sólo hubo 35 reformas legales. Pero
es un período muy problemático a los efectos de la comparaciOncon los
PERÍODOS PRESIDENCIALES Y VAIVENES LEGISLATIVOS pósteriores. Permanecer en dictadura (en particular en la forma que asu-
mieron las últimas dictaduras}--o-bajo un gobierno civil vigilado por el
Debernos comenzar con una advertencia que probablemente inva- poder milit~r (y, por ello, siempreínestable sometiao-a golpes oe estaao
lide en gran medida los resultados de esta pequeña investigación. La peíiocÜcos) implica un uso de la violencia estatal my_Y- distinto al de una
información sobre las leyes enales está confusa ~aLo.r.denada. En los república deinocráticª-.cuyas instituciones suponen una formalización
có igos pen es se incluye una lista de leyes complementarias y ~d~ burocrática de esa violencia. En este último tipo de organización política la
catorias,pei-0110 es completa. Y muchas veces leyes que inciden de fo!"_ma violencia debe quedar asentada, formalizada, archivada. Está justificada
dedsiva sobre áreas del sistema penal no son tomadas en cuenta en las por un orden legal que, a su vez, tiene una condición interna y vertical de
edici~~Cócffgo: por ejemplo aquellas que afectan el sistema penal/ validez. Y todo ello la condiciona. El Poder Judicial, en este orden político,
opera también como productor Eero sobre todo como reciEiente contenedor
y con un rol asignado de revisor y_ árbitro de la legalidad de esa violencia.
2 Para mayor detalle y crítica véase LARRAURI (2001, cap. IV) que, siguiendo a Én las dictaduras (y también en muchos de los períodos democráticos vigi-
CoHEN y SCHEERERlo califica como "el paradigma de la nueva criminalización".

- i
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l:
64 Mariano H. Gutiérrez Trazos para delinear el "populismo punitivo· en el caso argentino 65

lados por el poder militar) el uso de la violencia política se ha producido en privación de libertad). Dos en 1994: la ley que introduce la pro~n, y la
mucha mayor medida por canales organizados pero informales, paraesta- ley del 2xl que además fija topes máximos a la prisi~J:!. prev:~~tiva. Uno,
talmente: grupos pa:rap6liciales, paramilitares, policías y militares actuan-
dopordentro a través y en gran medida por fuera de la mirada de la ley y en 2DO;!b~:~o~:~~: !~:2;;~~~~~~t~~;e~~=~~
de las instituciones republicanas burocráticas encargadas de procesarla que afectan el sistema penal en sentido amplio. El de mayor importancia es
como información y evaluar su legitimidad. Por ello sólo podremos hacer el de la reforma constitucional de 1994, al incorporar al texto constifucional
una comparación más o menos adecuada en los regímenes democráticos. los tratados de derechos humanos. O§aegran fmportancia es la Ley de
El único dato cuantitativo "duro" que podemos determinar al res- Pfüteccron Iñtegral de la Niñez{2.005) que, aunque no afecta el sistema pe-
( pecto ésqueen elprimér gó~ierno·d~mo~~~co (d~sd_e 1983 nast<'l 1989) nal de adultos (el que es mesurable eñ esta reseña), directa o mdirectamen-
hu15o1Trefüñnas·1egfafativa-s, por lo que la frecuencia de modificación te deroga muchos principios tutelares y modifica la situación légal de los
/ legislaffifa_j¡i~~eI.poFc-'.ano:\1 ltiego de él (désde-1990nasfa fiOy) fluctí:ia mermresue-eclaatocaaos por el sistema legal de coerción (sea en su faz san-
! entre 3,8 y 6,6 indicando una tendencia creciente. Esto quiere decir qu~ cronatona o de "protección"), impulsando progresivas reformas en las pro-
tomamos en cuenta que se supone que el orden legislativo penal debe ser • vincias (de un régimen tutelar a un régimen de protección/ sancranr.--
~ableparaserc~~oi(J,tÍ~e~as - -- Finalmente; hemos- marcado en el listado cuáles. de es~s ~eformas
f~~;·a~sdeJl~fó~~ por hech~quefos P:n_aJ~an legales son de efectos relevantes en el funciona~ie~to-cl"el s{ste~Ú;~nal
lá-_:'i:rulá_éióñ~ pernil". Esto ya es todo un dáfo, aungue:@asta para dar_ como sistema aepiisioriización.-Es decir cuáles de ellas, más allá de afec-
po~ sentadoun -,,giro punitivo" como tendencia histórica, si no analiza- tar onoaqúienes se-dirige;tienen cierta relevancia en el comportamien-
mos si esta ínflacront:iene relacrón con la econorrua real del poder penal, to judicial ("llegan" a la justicia) y en segundo lugar, de esas que llegan
es decrr, con la producciólh,cl~_-Rrjs.ioni~acioil~o conelenclurecimiento del cuáles son relevantes a los efectos de producir prisionización. Ellas son las
ya·
sislem~~al 3 pues, com~ vimos~también hay una funcióin:lifprotec- que establecen penas altas (o las elevan) sobre comportamientos usual-
ciórr/feivmdicación simbólica en la legislación.pe-nal~ qlle corre paralela mente perseguidos por el sistema penal, lo que suele traducirse en justi-
(p'ú'JI~~~o)co~ 1~ del encarcelamiento • - ciables presos (no importa si con condena o sin ella), siempre y cuando lle-
¡ \ ,. --- Para poder extraer otros datos de importancia, debemos cruzar esta gan en cantidad de casos suficiente para ser mesurable. Respecto de las
i información con otros datos que serán relevantes. En el cuadro de la lista conductas pe11adas que "quedan" en la justicia y que no llegan a la cárcel
de.emos señalado coloreando las modificaciones ' c_iales no implica que no haya relevancia: en tanto haya involucramiento del sis-
al quantum punitivo en términos "duros" el que se puede traducrr en tema judicial hay un desplazamiento del conflicto (un desplazamiento de
las partes, la intervención de una instancia que se pretende superior y
ajena, un cambio en el sentido que tendrá el final de la intervención judi-
cial). De alguna manera "el sistema se encarga de ello", pero no con una
3 Nos referiremos al sistema penal como el que se puede observar del fun-
cionamiento conjunto de, en un primer plano, (1) la policía y las fuerzas de seguridad pena de prisión sino mediante una amplia gama de alternativas presentes
pública (gendarmeóa, prefectura, policía aeroportuaria, etc.), (2) el poder judicial en su en el proceso: aletarga la causa hasta ser archivada, condena simbólica-
faz sancionatoria (fueros penal de adultos, penal juvenil, contravencional, etc.), y (3) el mente (es decir, condena a pena de prisión en suspenso), somete a una de
sistema penitenciario/ correccional en sentido amplio (cárceles, centros de detención, las partes a un tratamiento, o a un trabajo voluntario para ponerla "a prue-
alcaidías, comisarias que operan como lugares de alojamiento de detenidos, institutos
de menores privados de su libertad y psiquiátricos .con pacientes privados de libertad ba", etc. Pero lo que nos interesa ahora es si bay uo endurecimiento e io-
por causas penales). En un segundo plano, incluyendo la articulación de éstos con (1) tensificéi5ión punitiva, ello implicaría un aumento en los efectos "d:uro.s:'
los Poderes Legislativos, en su faz de productores de normas punitivas (el PL Nacional ~ m a : es decir en la cantidad de condenados con pena de prisión, en
en lo penal; los PL provinciales respecto de las contravenciones), (2) Los Poderes la tasa de presos o en la duración de las condenas (por supuesto, una está
Ejecutivos (reglamentando, ignorando, vetando o promoviendo la sanción de estas
leyes, y administrando a las fuerzas de seguridad y al sistema penitenciario); (3) la
retacionad¿fcoiilaotrafUn aumento relativo de las otras formas altema-
Academia (las universidades en su faz de producción de de la interpretación del dere- ñvas'dedirimir-ointerrumpir el conflicto no implicaría necesariamente
cho (leyes y jurisprudencia). un aumento de la carga punitiva.
li

1.:_l-_
66 Mariano H. Gutiérrez Trazos para delinear el "populismo punitivo" en el caso argentino 67

Es decir que hay al menos tí-e~ c~e~stinguibles de efectos a 2005: - Ley de Protección Integral de la Niñez y la Adolescencia.4
nivel del sistema penal de las leyes aebemos tratar por a-
rado: (1) aquellas que operan apenas como amenaza simbólica: de prácti- Otras reformas, en cambio, son de efectos evidentes aunque difícil-
camentenula mJerenc:ia en el p~oducto finarae1~si~rrra: penal; (2-1@§- mente mesurables: el alza en las escalas del robo, particularmente del robo
llas que deriván-el C0!1Í1iéto al sistema penal y provocru:i s_u intervención, con-armas, necesariame~te debe aumentar la prisionizació~eral_,!!l
pero no provocan condenas d~_pri~tón_ o provocan IIll!Y~ocas (lesiones, tanto el robo con armas tiene una relafivafüente al.ta tasa de condenª-,_ y un
hechos-cülpbsos, violencia intrafamiliar, etc.); (3) Finalmente, aquellas que· --y grarrp-crrtentaje-de-pre·sbs-loestanporese·aerffo:'l!'ñ:aeruiñci.ª5_e i.Úterven-
pro~~an la intervención del sistema pe~al y esto pu~c_!e traducírseen ciones poh~~~!.~~-ro_!>CJ_~s_t~~~~-s_ente en elb0%..de los casos s. E~esía-
alguna medida mesurable en prisionización. dísticas de presos c~n co:.:ide~a, t:!l robo ~stápiesente eñ el 40% de las seit-
~ ---- Haremos hincapié en la tercera categoría, porque lo que a este nivel tertcias 6 (sin coñtar los otros delitos contra la prÓpiedád~ si fos'contamos;
estamos analizando es s1 el purutiv1smo puede ser un comportamiento ñay-ün 48% de menciones de delitos contra la propiedad).
observable.y-mesurable-a-nivelmacro-de·la-fuerza:-2enat dura, de la carcel. ~~ este ;,enti~o, ~n ~s~e relevru:men:o ~emq~-2~~ala~8 lezes con
Pero-distingtiirentre las leyes que efectivamente inciden sobre la situación efectos macro a ruvel JUdlClal y_p!-1}ltep.aano (señaladas con una X en la
de los presos y las que no, no es fácil. No hay datos, por ejemplo, de cuán- penúltima columna),]e_ ci~.E:~as en el último período democrático. De ellas,
tos presos se "beneficiaron" con el 2xl,.porque esta ley era de aplicación f s·
en el período "predem~c:r~_!ico;/ hanabÍdo ágravañfesrfen_IJériócfodemo-
automática, no requiere de un expediente especial, ni siquiera de un "inci- y
crático, 14 han sido claramente agravantes ~~~ente atenum{'te¿~
dente" (expediente accesorio) específico en una causa puntual, simple- Qui:! podamos haber ide_ntificado 28 leyes con efectos ~os y con-
mente se la toma en cuenta a la hora de hacer el cómputo de pena o a la cretos a -~ivel_ II1ac;:ro_de.prisioni~ª-<;:10n, qmere decir que-·éf'resfoae·tas
hora de evaluar una excarcelación. Por otro lado, resulta imposible deter- leyes relevadas (108 leyes) operan sólo a nivel simbólico como amenaza·
minar cuántos de los miles de sometidos a la "suspensión del juicio a prue- o éóino vía de derivación de coñflíctos al sís tema judiciafpenal y, por ello:
ba" {probation) irían de otra forma a prisión (no esa misma vez pues, por no inciden, o lo hacen en muy pequeña escala respecto de los efectos
!. aritmética y costumbre judicial, ellos quedarían con prisión en suspenso; "duros" del sistema penal s.
1:
1 pero sí la segunda vez que cayeran en el sistema penal). En otros casos no Así este se~do cuadro muestraJ&.Jr_~cuen~e reformas resE._ec-
queda otra opción que acudir a la experiencia judicial para saber (y única- t~-de_lo que cons~deram~~ efectos rele:7~~:.s-~~-]?~sionización.
mente grosso modo) cuáles leyes y tipos penales son relevantes judicial-
mente y cuáles no, y cuáles de ellos producirán material para las prisiones, 4
Otra enumeración de hitos, principalmente en la escalada represiva y que
y ci.Iáles no. incluye a la Provincia de Buenos Aires, en Sozzo, 2007.
5
59,8 % según datos del Sistema Nacional de Información Criminal del año
• Algunos de l o Q á s importantes, aquellos que debemos tener en 2007, Ministerio de Justicia y Derecho Humanos, Secretaría de Política Criminal y Asun-
cuenta para considerar sus efectos estructurales sobre el sistema penal son: tos Penitenciarios, Dirección Nacional de Política Criminal; (en adelante "SNIC").
6
1994: - Ley que incorpora la "p-ioDafion" (suspensión del juicio a Sistema Nacional de Estadísticas sobre Ejecución de la Pena, Dirección Na-
cional de Política Criminal, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación,
prueba) (en adelante "SNEEP").
- Reforma Constitucional. Incorpora al rango constitucional 7
Del resto no se puede decir que necesariamente sea agravante o atenuante
los tratados de derechos humanos. en todos los casos (por ejemplo, una modificación en el régimen de prescripción de la
- Ley de topes a la prisión pr~ventiva y 2xl. acción penal afectará a algunos beneficiándolos y a otros perjudicándolos, según el
caso y según el criterio jurisprudencia! dominante en cada circuito judicial previo a la
2001: - Derogación del 2xl. sanción de la ley).
2004: - Caso Blumberg: record de modificaciones agravantes o de _ .
8
Es decir se "mete" al sistema penal en ese tipo de conflictos antes ajenos a
aumento de punitividad en un año. la orb1ta penal, pero no produce prisionización (típicos casos son los de violencia fami-
- Aprobación del Protocolo Facultativo de la Convención liar, o los de impedimento de contacto con los hijos entre padres separados). Por otro
Contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos lado, hay ca7os de naturaleza propiamente penal, como la trata de personas (tipo refor-
mado, ampliado, agravado y agregado al CP en el año 2009), en los que si bien se pre-
y Degradantes. senta como "natural" la intervención del sistema penal para perseguir o castigar al
68 Mariano H. Gutiérrez
Trazos para delinear el "populismo punitivo" en el caso argentino 69

Período Leyes Promedio Leyes relevantes a tion{~)y el "2x1" 10 con máximos para la prisión preventiva) en_ 1994. Y
'
sancionadas anual los efectos de prisión ~ién se produjo la reforma constitllaoñal (la-de i99-4fmás relevante a ¡",) 8.:'r.ó..1-
aumenta disminuye los fines de reaucirlas manifestaciones más aberrantes del sistema penal,
1921-1983 (desde sanción CP, al iñcorporarse los pactos cleDereClios Humanos aTóroeñcoñsB.tuéional.
hasta fin de la dictadura) 33 0,5 4 Por otro lado, en la primera pn~sidenc~-~~_I<irchper, n~gilll_en que /c,i'r,-ck..v..r
i 1983-1989 (Alfonsín) 12 2 1 hizo mucho hincapié en-rescatar a nivel discursivo la vigencia de los dere-
chós hum.arios 11,-se_p.iod uc:_~n- en el áño ·2004 las reformas purii tivas más
1989-1995 (Menem 1º) 27 4,5 1 3
re.R~vas y más~:eJev~!~~-~!?~ -~-~ect9_s~~}'.>ri~i~E-!~2~~ón, agravando el
Dic. 1995-Dic. 1999 (Menem 2ª) 19 4,8 4 abigeafo, restringiendo la libertad condicional, l~litos contra la inte-
Dic. 1999- Dic. 2001 (Alianza) 10 5 1 gridad sexual y elevando el máximo de la pena por concurso 4e delitos
Interregno (Varios-Duhalde) 2 1 (varios delitos eváluados en eEnismo juicio) a 50 años (~ando la inter-
pretación jurisprudencia! de la ley anterior7o habla establecido en A_
May. 2003- Die 2008 (CNK) 30* 6,6 7** 1
años). Todas.estas ·refomfasTsin embargo, fueron provocadas o posibilita-
Dic. 2008- Dic. 2009 (CFK) 6 . 6 1 daspor el "efecto Blumberg"/ capitalizado principalmente por sectores de
derecha y opuestos.al gobiémo 1nos remitinÚJs al análisis de CALZADO y
* 10 de las cuales se dan durante el raid legislativo post caso Blumberg y rela- VAN 01,wDooREN, en esta misma obra).
cionadas con él.
1
1 ** 6 de las cuales se dan durante el raid legislativo post caso Blumberg y relacio-
nadas con él.

Cuando tomamos en cuenta, entonces, la verdadera injerencia de las


0 Se trata del instituto de la suspensión de juicio a prueba (art. 76 bis a Quatre
del CP) por el que en delitos leves, y a pedido del imputado, se suspende el proceso
modificaciones sobre la prisionización y atendemos a la dirección (reduc- penal, se lo somete a prueba por un período de tiempo (prueba que suele incluir tra-
bajo voluntario) y de cumplir con las obligaciones, se dicta la prescripción del proceso.
ción o ampliación de los efectos duros del sistema penal) de las reformas,
Ello no mermó la cantidad de presos, puesto que los que podían acceder a ese ''bene-
nos encontramos con resultados paradójicos. ficio" eran los imputados que, por lo general, no son pasibles de detención (en razón
En el caso de los períodos de Menem _( que, recordemos, tras unos de la levedad del delito que se les achaca) o aquellos que de ser condenados, la prisión
1 cortos meses de moecisión-hizÓ hincapié en un discurso fuertemente con- quedaría en suspenso. Sin embargo, significó gue los posibles autores de hechos leves
servador acompañando un proyecto conservador-neoliberal) observamos gozaran de una "segunda oportunidad" sin quedar manchados por el antecedente
penal de una condena en suspenso. • • • ·--
una gran profusión de leyes punitivas, que au~entan penaS: pero_c:asi 10 La ley estableáa que un detenido no podía estarlo sin condena firme más
toclasellas de-iñíruñia'iñddencia a los efectos de la prisión. Una que sí es de dos años; pero en los casos excepcionales en que así ocurriese, y fuera condenado
de gran relevan.era, porque riütre. en miles_]k.:ere~os al sistema p_e~~- finalmente, el plazo que excediera los dos años se contaría como el doble a los efectos
de cal~r la condena que le restaría cumplir.
ciariofeaeral~ es 1a-erito11ces nueva ll::Y sobrearog~san~ona_cla_ E:_~ 1989
~ Y aunque a nivel de políticas criminales se ha mostrado algo ambiguo, los
(para invertir la jurisp~dencia de-fii C:t:>ñe"de'"l9rlqiienabíadeclaradofa niveles directivos del Poder Ejecutivo y los niveles medios profesionales han sido pre-
in.constitucionalidad de la pena al consumidor de drogas). Pero, en senti- dominantemente ocupados por profesionales progresistas y/ o militantes populares
do contrario, se sancionan las dos reformas. progresistas más importantes con una orientación más bien garantista o antirrepresiva. Así, no sólo gran parte del
Ministerio de Justicia (donde permanecen también muchas áreas a manos de conser-
a nivel de efectos "duros" delslstem~ penal, reduciéndolos qa..,:_:groba-
vadores), sino también a nivel del Ministerio de Educación (que ha avanzado con soli-
dez desde el año 2006 en intervenir en la cuestión educativa en cárceles y contextos de
encierro, en general, formando profesionales, disputando la función educativa a los
servicios penitenciarios, etc.), o del Ministerio de Desarrollo Social (trabajando junto
explotador, y ésta, cuando se produce, se puede traducir en condenas a prisión, el con UNICEF en el ordenar y observar la normativa penal juvenil de todo el país, tam-
número de condenados no llega a ser suficiente para ser incorporado a la estadística bién formando profesionales, articulando y apoyado reformas a favor de la protección
general de las prisiones como dato individualizado. integral y por la derogación de los regímenes tutelares, etc.).
Trazos para delinear el ·populismo punitivo· en el caso argentino 71
70 Mariano H. Gutiérrez

Tan~:en el caso de la reforma constitucio~al ~~;994-~~m:e~


menores (uno de los ataques más fuertes de los reclamos del movimiento
Blumberg) modifica o afecta la interpretación de muchos institutos del
oleada represiva de 2004, la corriente garantista o punitivista parecía ir_~ / régimen penal juvenil, a favor de la protección de las garantías de los
contra de la dirección ideológica elegida (al menos en su presentac1on / menores de edad, y ha servido como base para apoyar o provocar refor-
pública) por los gobiernos de ~ o y, en ambos casos, a pesar de q~e / mas legislativas en la mitad de las provincias del país con la misma orien-
ambos gobiernos controiaban (en el sentido de que contaban con mayona) tación. Si no contamos las "reformas Blumberg", el período de gobierno
de legisladores aliado_s_~ _q_1:1_e lo apoyaban) al ¡ : , a _ r ~ ~ ~ de Kirchner nüoiera tenido una cantidad -de-reformas penales similar a la
---Eñ-'el caso-de la reforma de 1994 es de publico conoc1m1ento ~ue d~---ws-periodos precedefües:-Pcn·-otro-1aa.o;ft:ay varias-leyeseñ16sülfirnos
existió el conocido Pacto de Olivos por el que el partido gobernante (el JUS- dos períodos presidenciafes~e au11que resultan_ represivas en cuanto a
ticialis~r{-ise entonces conservador) y el principal referente de la-5'.º- s1:1 naturaleza pen~,_ tienen una ~~e~t~ció~);~?~~~i_srt~e~R~cto d~-~u~
sición (Alfonsín, quien lideraba el radicalismo, en ese entonces pr~~es1s- 0

fúnaamentos o los acto_I!~_'l!:1-~)~li__FrC>_l!):9Y.I€!:,;:_on (como la sanoón de tipos


ta); llevaron a la reforma constitucional que perm~tiría la reelecoon del peniles específicos contra }a_~~d:Re!§R.nas, pedido por varias organi-
primero, a cambio de modificaciones que propon~na e~ se~do. _Y por la zaciones sociales y de género; o la cteex'i:racción compulsiva de ADN, re-
composición de la Asamblea Constitu~ente hubiera sido 1mpos1ble. que querida especialmente por organizaciones de derechos humanos para
aquellos partidos que en ese momento se presentaban co~o progresistas facilitar la identificación de hijos de desaparecidos).
impusieran la reforma que incorporó los Tratados Internaoonales de De- En ambos casos, no podemos decir que en el Congreso hubo una ideo-
12
rechos Humanos sin el apoyo del oficialismo, conservador - . logía dominante (garantista/minimalista, o represiva/punitiva) al menos
Diez años después de esa reforma, el caso Blumberg fue intentado que se manifestara coherentemente en su producción legislativa, más allá
capitalizar por distintas füer~as:~ol~~c~s, -i?,c}ui~o-~~~par_!i~~t~ de las manifestaciones públicas de sus cabezas visibles. Muchas veces los
(un frente liderádo por parte del JUStiaahsmo, entonc=~-p~~s1sta). Fmal períodos en manos de gobie~os progresistas .@on menos p~~':'.:_<.>_~U
mente;Juan: Carfosl3füinberg, líder delinóvimiento, opto por ro~earse_~e p~1ón fugislativa, ni los conserv-Ed~r~s_:rr!~, P9!9-~~2~r_pe11~ ~de
políticos ultraconservadores y aliarse con los ideólog?~ con onentac10n alto,_:yalor simbó~-~~~~a come_>~~~,~~-~~b!()_y_ p._ego9-~0ón co~ la
claramente represiva sobre el sistema penal 13 • Y _!=l magnífico caud~ de ~po- oposlc:fónendistintas coyunturas políticas o porque el gobiernÜ echa rrúmo
yo---12opular ~gr_§__~!;!_y_olcó_en_ presión .sobre el_ <;:;Qp~eso1 g~en final- de la amenaza penal simbólica para "dar un mensaje" en un sentido u otro.
mente aprobó las leyes ideadas po~ estos, tam_~~~~_c_on §lgmescen□_a_ o ª~ºY? Eñótros casos, habiendo una fuerte presión mediática y repercusión social
de mí:iilios-léglslaoores oficiaj~5-t_'.'ls, quienes cedieron ante la_pres1on pu~li- repre~ent?Itt~s _g~ ~ p~esisfiL~en-trat;-deca:pítalizar-el
- - <., -·--- --........-----~ • • •- - - - - - . _ __.,..,, __ _ . . , -. - --· ------ __,-,,-.~--

ca y medfifffca{oquisieron participar d~ la legi~dad s~oal consegmda apoyo público mostrándose "duros con el delito" (analizaremos algunos
por el movimiento). Curiosamente, a fines del mismo ano, ese :ongreso cas se e , o s1guien e), o un gobierno conservador tomar una iniciativa
(repetimos, de mayoría oficialista) aprueba el Proto~olo Fap.tltativo de la con resultados antirre resivosoor ue resu uestanamente es necesaria,
Convención Contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos
y Degradantes, el instrumento jurídico de mayor fuerz~ pa~a ~ontrolar _el
uso de la fuerza por parte de la policía y el servicio peruten~ano. Y al ano
siguiente se sanciona la ley de Protección Int~g_r~ de la ~mez Y la Ado-
lescencia que, si bien no está directamente dmgida al sistema penal de
~ ~ ~ ~ r t a m i e n t o o descomprimir_la presión de
trabajo ael Poder Judicial (más a l l ~ e í a s razones
d e ~ a s de 1994 para la probation, o el 2x1) 14.
Como sea, hasta ahora parece que lo que no podemos es afirmar la
linealidad de que en períodos de gobiernos progresIStas disminuya la infla-
l
ción penal o el aumento de punitividad a riivel Tegislañvo-:-m1;-lamflaooo
penáf,- Ia inestabilidad de la legislación penaÍ(ia'líeterogeneidad de conteni-
12 Sobre un total de 305 convencionales, 134 correspondieron al Justici?1ismo dos y mensaje políticos presentes en las leyes) y la permeabilidad del coro-
(oficia!ismo), 74 a la Unión Cívica Radical (liberal, en e_se momento de_ tenden~a p_ro-
gresista), 31 al Frente Grande (centroizquierda-progres1smo), 32 a partidos de d1stnto,
14 Un análisis más detallado de esta lógica política legislativa en MARTfNEZ, y
34 a varios partidos de derecha. ,, ,,
13 A los efectos de entender a qué nos referimos con "conservador o de dere- en VAN DEN DooREN, ambos en este mismo volumen.
cha" respecto de políticas criminales, véase Pegoraro, en este mismo volumen y en 2001.
72 Mariano H. Gutiérrez Trazos para delinear el "populismo punitivo· en el caso argentino 73

portamiento legislativo-penal a las presiones "del público" (que detallaremos vamente en general el proyecto, más allá de algunas observaciones en particular,
a continuación) atrás de muchas de estas reformas tratan de fenómenos sos- porque simplemente me he vuelto más mediático que reflexivo ... " (Senador
tenidos, que aparece a p ~ de 1~~ / 1990 y que permanecen aún hoy en día. Agúndez, PJ). Se hizo recurrentemente referencia a una oleada de delitos
culposos en tránsito y al ránking que ocupaba la Argentina como uno de
los países más peligrosos al respecto. Sin embargo, según el ILANUD, la
EL LEGISLADOR RACIONAL tasa de homicidios culposos en nuestro-p-aís-arda-100:000"habitantes--para·
1997-era. de 10 por año (colocándonos entre 23paísésamericanos relevaéfos
En el mes de junio del año 1999, a raíz de las presiones de grupos -poreTHoiñe-Office,_~Il elo_ctavCrliigar riúís-séguto;JtiritQ a Cari~~~~'y so?re
feministas y diversas opiniones que reclamaban un mayor castigo para los otros como Chile:1., Uruguay: 12, Está.dos Unidos: 15; Cuba: 18). Según el
abusos sexuales, particularmente a partir de un fallo de la Cámara de la diario Clañit der3079799~ entrevisfado el Diputado Daría D'Alessandro
Justicia Nacional (que no consideró violación la fellatio forzosa), se modi- (Alianza) justificó la reforma como medida para frenar el aumento de este
ficó todo el capítulo de delitos sexuales, unificando la calificación de tipos tipo de hechos: "sabemos que algunos juristas prefieren que las modificaciones al
penales, abriéndolos, y aumentando los máximos (ley 25.601). I,.as ra~- código sean integrales para no generar desproporción entre las penas. Pero este es
nes esgrimidas en el debate parlamentario no tuvi~ron que ver con la uti- un caso particular, por que estamos viviendo una fuerte ola de muertes por con-
lidadOe la ley sino con lo emotivo: la gravedaa-del castigo que merece ductas homicidas y desaprensivas de conductores. Era necesario ponerle un freno".
---------~-- ----
quien comete es1as cond uctas.
Ya era un ~n~me_11CJ, entqnces, h~_.Sfl3:~i!:nGi:a-=1n~ática p_ú_bli~ay_
,,_ El mismo año, en plena campaña presidencial (20 días antes de las
ac':P!ªª~ _el~ ''.~l)_egislacior~. Por otro lad~ "insegur~" ~---F-.Wl>k..::.
elecciones a presidente), representantes de los dos principales partidos en rnática ya instalada se hacia presente en los aebaTes7eS!1,l~fi:y:<:>~ S()bE~ los
el Congreso (PJ y Alianza), a partir de la conmoción pública suscitada por el • tilfc,spenales. En agosto de 2002 se sanciona un aumento general de las "2..
40
caso Cabello 15 agravaron en dos años el máximo cuando el homicidio pe"ii.~s detodos los delitos con armas (ley 25.297). En el debate parlamen-
fuera por tránsito y con pluralidad de víctimas (Ley 25.189), a su vez, aun- tario se argumentó de la s1gu1ente forma: "El sentido de la ley es claro y con-
que no guardaba relación alguna con el hecho, agravó las lesiones culpo- tundente. Es prevenir la tenencia de tantas annas de fuego. Y es represiva, por-
sas, el incendio culposo, el descarrilamiento culposo y la trasmisión cul- que endurece las penas, levantando los mínimos ... Como conclusión: si los tres
posa de enfermedades. En el debate se hicieron muy presentes términos poderes del Estado, no sólo el Legislativo, cumplen con sus respectivas responsa-
muy difusos como "parece" y se invocó a la "conciencia social" 16 hacien- bilidades, evidentemente podremos luchar en forma seria contra la inseguridad.
do referencia a la repercusión social del caso. Se justificaba el senador Si seguimos con irresponsabilidades en cualesquiera de los poderes, no lo lograre-
Alasino (PJ): "no es un reclamo de los medios, sino de la gente ... Este tema debe mos." (Senador Agúndez, PJ, en ese momento, oposición). La reforma fue
ser atendido.". Otros más cínicos, directamente afirmaban: "votaré afinnati- votada a pesar de que otro legislador traía a la luz la ineficacia de la refor-
ma del tipo culposo del año anterior: "Hace poco tiempo hemos hecho otra
experiencia con los homicidios en los accidentes. Creo que no podemos mostrar
15 Joven que chocó y mató a una joven madre y su pequeña hija. Los datos y ningún resultado. Pienso que los accidentes continuaron igual que antes: es más,
el análisis sociológico del reclamo y su alcance se encuentran ampliamente detallados seguramente ninguno de los que choca y mata a alguien en un auto está pensan-
en GUTIÉRREZ, 2006.
16 "Parece que existiera una conciencia social que dice que se mata o se lesio- do que su pena puede ser agravada. Creo que no es la solución para el problema
na en ocasión de conducir vehículos automotores, o con motivo de otro tipo de con- que se está planteando." (Senador Sergnese, también PJ). La primera postu-
ductas, y que no hay reacción penal alguna. Y si la hay, es mínima. Est: ?ato pone de ra prevaleció. Del debate surge claramente que el objeto de la ley se diri-
manifiesto de manera evidente que el derecho penal no cumple su funaon de preven- gía a prevenir los homicidios. "El 95 por ciento de los homicidios se cometen
ción general, que es su justiñcación en los modernos Estados de derecho, función esta
que se cumple tanto con la amenaza de pena, como con la imposición de pena en el con armas de fuego, y esa es una razón por la que hay que endurecer las penas"
caso concreto, la cual debe responder a la gravedad del hecho, sin desconocer el grado sostuvo sin mencionar fuentes, ni replicar las observaciones sobre la ine-
de culpabilidad del autor." (del debate legislativo, tomado de la página del Honorable ficacia de la estrategia en el Clarín del 10 de agosto del 2000 el represen-
Congreso de la Nación). tante del bloque de la Alianza (oficialismo).

1
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i
74 Trazos para delinear el "populismo punitivo" en el caso argentino 75
Mariano H. Gutiérrez

y más evidente de una forma de hacer política criminal, y _sobre todo de


Llegando a mediados del año 2001 con.k11in~~guridad" instalada en
presentar al público una respuesta a la demanda de segundad, de parte
la agenda mediática y política, las noticias y opiniones en la televisión arre-
de los actores políticos que integran el Poder Legislativo.
ciaban coñtra la lfarnada iey def2x1(24.39Ó), -alíima:ndo que la ola delictiva
Como lo dice Sozzo (2007) "La inseguridad urbana se fue transfor-
obedecía~tcoii.iíenacfos·o·procesaclos que hahíafl-salido_ en libertad prema-
mando as1 en un oDjetode intercambio político, una 'mercancía política', a
turam_epte.'~Asl eiú:náyo deese año, por L~-25.43Cfse deroga ese sistema
través de la cual se buscaba la producaon cte-:~consenso golfüco y en etlífüife,
(óriginalmente pensado para.presionar ~-los jueces a ser más expeditivos).
Los1egisladóres, utilizaron el argurnerito-de·los reincidéntes en numerosas ele®al. Se trata de un nuevo tipo ~: '~olitizactó~' ... tal ~ez se podría pen-
i 1
sar más bien como una electoralizaaon . L~ me~jas destinadas a enfre~ar
ocasiones. El argumento de la reincidencia era ya una cuestión remanida.
Más o menos había dicho lo mismo el senador Bulacio, unos años antes al la inseguridad urbana-en el centro de las d e m a n d ~ ~
debatir sobre la portación de arma de uso civil: " ... estamos fallando, ya que ~ ~ ~ e n t a l en el 'hac~r polí~:ª . espeoal- '!
mente en las campañas electorales, ünodeTcisferñtoríospnvilegiados en el
el 60 por ciento de los delitos son c9!JUfjdos por reincidentes." Sin embargo~
cual los actores políticos se jugaban la posibilidad de transformarse en
vistazo a las estadísticas del SNIQ1Z.ciel_?_003 nos revelaba que -desde 1998.
'Príncipe' o seguir siéndolo ... E~'electoralización' de la 'emergencia' de la
hasta et-2602:·-·ehiurñero de reincidentes condenados fue siempre similar,
inseguridad urbana implicó que las medidas propuestas -y eventualmente
la tasa sei.nantuvo particul~en.te ~s!abie (~efed~~-qel 25% ). No hubo en
el sistemá penal más reincidentes delincuentes en una época que en otra. Y
puestas en· marcfia_: para eñfrentar este problema Íl:1eran_delibera~~ente
concebidas como el reflejo-de lo queiiensa o siente 'l~gentei ."
por supuesto, 1~ rein. ª_·_dente.s, no ~r_an__ _respon.s~bles. de "la mayoría", ni de
(un •Por süpuesto:--ios pod~res eTecutivos también son conduci~os ~?r
60%, tal como afirmaran científicamente los senadores, sino un cuarto.
1 --EI-Saeabi-il delano 2002, en-pleno colapso institucional del p~ís, cargos electivos y no quedan afuera de esta lógica de la electoral1zac10n
de la seguridad. Una breve lista de frases altisonantes de y promesas de
fue muerto en un robo el custodio personal del canciller, Carlos Ruckauf
casi certero incumplimiento (de variadas connotaciones ideológicas) hace
(justamente aquel que hafüa llegado a la gobernaaon de la Provincia de
al respecto CoRIGLIANO (2008): "En 90 días tenemos que estar en condiciones
Buenos Aires en 1999 con la promesa de meter bala a los delincuentes, y
de detener a varias bandas de delincuentes por semana" (Gobernador Eduardo
se rodeó de los policías más cuestionados y los asesores más represivos en
Duhalde, 1998); "En tres meses verán una policía nueva" (Min. de Seguridad
la cuestión). En mayo los legisladores volvieron a tocar la legislación
León Arslanián, 1998); "Vamos a poner 5.000 policías más en la calle para erra-
penal (Ley 25.601) agravando con pns10n perpetua el homicidio de per-
dicar esta ola de delincuencia en el marco de la ley" (Presidente Carlos Menem,
sonal de fuerzas de seguridad. Allí se retomó el problema de los reinci-
1998); "Hay que meterles bala a los ladrones, combatirlos sin piedad.': míno_me
dentes como forma de justificar la necesidad de aplicar la pena perpetua.
va a temblar la mano" (Gobernador Carlos Ruckauf, 1999); "La sociedad sien-
La permeabili~ad de la lógica legislativa a los hechos coyunturales
te que hay una emergencia en materia de seguridad y que hay que responder"
y a las__~ d e alarma (no Ímpe>rtct_si tiE:_.1:í:.~_!>U origen en una reac-
(Sec. de Seguridad Juan J. Álvarez, 2002); "Vamos a poner a las fuerzas fede-
cionpopular es:eontánea o mediática), su consecuente comportamiento
espasmódico,-el desprecio po~-ia-·estadística. cieñtífiC¡ el dato fiable, o la rales para bajar o hacer desaparecer los secuestros" ~Min. del Interi~r Arubal
Fernández, 2004); "La Policía va a tener mayor logística, mayor potencia de fuego.
reflexl:ón "experta",-y eñsufügar,Ia reproduccioneñ forma de "datos,,de
Habrá más presencia policial" (Min. de Seguridad Carlos Stornelli, 2007);
irt'tpresioifésdese:rltiao_común ode ve1::._<;!~es_megiáticas son un dato pre-
sente y constatable en este E..~do de inflación penal, ya antes del fenó- "Vamos a poner un diez por ciento más de policías en la calle" (Gobema~or
meno Blumberg en el año 2004. Este tal vez. sólo marcó el punto máximo Daniel Scioli, 2008)." Estos poderes ejecutivos están íntimamente relac10-
nados con el impulso-ae-Iasrefümfai·1egi~v!1~:11.ue·antesreseñamo5"
(gobernar con minoría en ias legislaturas en nuestro país es una excep-
/ ción), pero además, son quienes dirigen (formalmente) las fuerza~ d_e
~ l SNIC (Sistema Nacional de Información Criminal) de la Dirección Na- seguridad y quienes le imprimen una u otra dirección y establecen pn_on-
cional de Política Criminal, del Ministerio de Justicia, Seguridad y derechos Humanos diaes en su agenda de trabajo, más allá de las formas de comporta~men-
de la Nación, releva todos los casos conocidos por denuncias o prevención policial en to estructural de estas fuerzas, de persistencia variada (y su tendencia a la
la totalidad de las fuerzas de seguridad del país.
76 Mariano H. Gutiérrez
Trazos para delinear el "populismo punitivo" en el caso argentino 77

resistencia a los mandos civiles, sobre todo cuando implican un cambio de específicas o bien pequeñas diferencias de movimientos. Si intentarnos
orientación en la dirección preventiva-represiva).
enfocar en un cuadro mayor y a largo plazo, pareciera que, al c o n t r ~
el sistema penitenciario el que ha quedado a la zaga de la suba de la cri-
mmalidad en general. Según el SNIC, la tasa delictiva general y por el
AUMENTO DEL DELITO VISIBLE Y DE LA PRISIONIZACIÓN
total del país cada 100.000 habitantes era de 1484 en el.año 1991 y de 3697
en el 2004. Es decir que la tasa delictiva aumentó en esos 14 años un 150Z?. ' ~
Observando ahora el comEortamiento del sistema penal a niyel En el ~ o período, se , el SNEEP, el número· de presos sin contar comi-
p~nitenciario, podemos notar q_ue desde el inicio de la democracia viene sanas y _caidías, pasó de 31.683 (aproximadamente una tasa de.96 cada.
!~
au111entando _t_as~ de prisionización,coñllña-cürva mas acentuada entre lOCf.000) a 54.472 (aproximadamente una tasa de 140 cada 100.000)18, ~
lo~ ar-os ~~,~-4~fesfü15il~záh~Ose·del~e~-ª~elant~ (vease Cuadro d~cir gue la tasa de pr~~g.§ cre~""l!,11 ~_&- Según otros cálcul~s, d~~e-~os
3 e apen ice.
años antes (1997; tasa de 83/100.000) hasta 2004 (tasa de ~TTIJ![OQQ)__cr~·
Pero debemos tomar en cuenta que durante este mismo período las ciá"úii 71%-(Soizo,2Cfó7). ------- - • - ••••
cifrn_s delictivas también han aumentado. Un argumento contra la idea de •
-- Lueg~,-~ partir del año 2004 CO~.!~_il_~aj~-~~-~~él ~~ cleli':111~~~~-
que el giro punitiwha existido bien podría ser que simplemente han
__d_ad_{Cuadro 1) y, a parti_r g~l @.Q l006 j:?P}ºi_én c;o~e~a_ a bajé!! _la tas~
aumentado los presos porque ha aumentado el delito. En condiciones cete- ,· de encarcelamiento.
t
ris paribus, esto es, actuando el sistema penal como siempre lo ha hecho, r Es decir que sí hay, en términos "macro" (y con un retraso de aproxi-
un aumento del delito registrado y conocido oficialmente necesariamente madamente dos años}; una cOrreladóñentre lós ffiovigrientos___deJª-1:a..§a,,g~lic-
redundará en un aumento en el número de condenados y, en general, de tiva y la tasa de encarcelamiento,..aunque.noliajra.Ullibproporoón.direci:a--_
presos (detenidos también). • ~
~ - - • -Sin embargo estos datos también pueden llevar a engaño. Como se
El Centro de Estudios Legales y Sociales (desde ahora_@§)/des- sabe, debido a que todos los otros delitos tienen una cifra negra fluctuan-
miente este argumento de la siguiente manera (utilizando datos del SNIC, te en la que pueden intervenir varios factores (la confianza en la policía,
2006): "En el períod.9)_9_97-:-2006 la tasa de hechos delictuosos cada 100.000 la especial sensibilidad del público a un cierto tipo de delitos en un deter-

h~:?!t~tes, en 1~ totali_dac:l ciel p_aís, ..9:llIIl~Ilt~el Por su parte, en la pro- minado período, la necesidad o no de hacer la denuncia, frente a la inco-
vincia de Buenos Aires la tasa de delitos cada"T00.000 habitantes, desde modidad de hacerla, la decisión de dirigir a las agencias policiales contra
1990 hasta 2006, aumentó el 34%. Si bien estos últimos datos mostrarían, un cierto tipo de delitos, el carácter manufacturado de las estadísticas que
en los períodos referenciag_qs, un crecimiento considerable de la crimina- se presta a manipulaciones, etc.), él único delito más o menos fiable para
licfa:-éCen· nuestro país, est~9J1:1.f.i.óJJ_Ao.gÜard,éi E!oporción con el incre- hacer comparaciones a lo largo del tiempo es ~l homicidio. Y en ese perío-
mento exponen9al _E~Ja, población carcelaria de la provincia de Buenos do el homicidio doloso (no tomamos en=cuerita el ciil¡Joso pues no pro-
Aires. ElJ.'.Ü:!!!o de aumento de la tasa de encaiceTamiento en fa p_rovincia duce encarcelamien~esurable significativo a este nivel),_no creció sino
fiie.mucho más acelera o: entre os anos 994 y 2006 aumentó el 100%. En que se mantuvo levemente fluctuante, terminó baºando. En el año 1991
1997, la tasa de echos dehc osos era de 2.288, mientras que en 2006 fue a tasa de homicidios dolosos en el total del país cada 100.000 habitantes
de 3.142. Cabe destacar que entre los años 2002 y 2005 se produce un leve
era de 7,4, al año siguiente alcanza un pico de 9, en el año 2002 de 9,2 ter-
descenso de la tasa de delitos en todo el país: en 2002 era de 3.573, en 2003 mina el 2004 en 6,2 (SNIC, 2006). La tasas de condenas por homicidios
de 3.358, en 2004 de 3.254 y en 2005 de 3.127." (CELS, 2008, Cap. ID). Tam-
dolosos denunciados o conocidos oñcialmente es la más alta, rondando
bién recoge el CELS que, a pesar de que las 'tasas delictivas comienzan a
establemente el 50% o levemente menos (SNIC, 2008). Esto sí puede ser
bajar en el año 2003, la tasa de encarcelamiento siguió subiendo en la pro-
vincia de Buenos Aires hasta el 2005, alcanzando un pico de 210 presos
cada 100.000 personas (CELS, 2008, Cap. ID).
Si bien las observaciones del CELS son correctas, son aplicables a 18 Nuevamente, si se incluyera a los detenidos en comisarías, el dato se eleva-
ría en alrededor de 10.000 presos (CELS, 2008). Pero este dato es incomparable al no
circunstancias particulares. Indican coyunturas específicas de provincias tener datos fiables del año 1991.
78 Mariano H. Gutiérrez Trazos para delinear el "populisrno punitivo" en el caso argentino 79

interpretado coIIl.o_ una pruebA de siue el_sistema penal se ha endurecido: dad que significa la superpoblación, y can riesgo permanente de motines
a~ac~ecido ~a cifr~,d~~-i~~~ ~ ~ _ ? 1 - _ P ~ l - (que cuando llegan a los medios se traducen en costos políticos para los
_p~~-conrralapropkctad ptmc1palmente-, 18:_~Cl~~~~}l?-~~h~to funcionarios penitenciarios), es una estructura que para crecer depende
más conflictiva a nivel de enfrentamientos mortales (a nivel de los "crfrne- de la construcción edilicia y de la amphacron presupuestaria. De todas
n ~ J i b s ; eh camoío-;--elsistema-perurl-síse ha expandido en su faz maneras se ha expandido enormemente(vease Cuadro 3).-Elsistema judi-
penitenciaria y, si bien ha bajado levemente o se ha estabilizado, su nivel cial ha funcionado articulando el nivel legislativo y el policial (los más pro-
de violencia legal no se condice con la tasa más o menos estable (y baja) de ductivos) con la administración penitenciaria, en un nivel de productivi-
violencia informal letal (homicidios registrados):,:-· • ~ dad intermedio: frente al incremento de denuncias y actuaciones policiales
, - - y aquí sfrésulfa relevante la explicación dhl CELS P, a argumentar (y por tanto, de "causas" penales) ha bajado entre 1990 y 2004 su tasa de
que las reformas legales represivas sí han tenido ~-e ecto en el producto condenas, pero ha subido la de presos (SNIC 2004), lo que implica necesa-
de la justicia penal: riamente más presos sin condena o que los nuevos presos se superpongan
-==1 "Las~é!_cJ_ístj_s__as jydicial~s_m:g_~tréfil__gy_~en los últimos años -ªl.l-_ con los más viejos, es decir, condenas a prisión más largas (que hacen que
r mentó el nlÍinero de_f9ndenas_-,-R~I\ajes por mayor tiempo_y_ que éstas son se superpongan crecientemente los presos que "llegan", y los que "que-
cada vez más de cumplirrriento~efectivo-y meños de -ejecucióñ-condíaoñai. dan" de los años anteriores). A diferencia del sistema penitendario, los !!i:-
En 1998, se registraron 4.311 sentencias condenatorias efflapfovincia, mien- bunales pueden acelerar su produ~c;ór:i: de p:r-isionizació_n con una rrlisma
tras que en 2006 fueron 13.249. En estas sentencias, es cada vez mayor la éañnaaa deperso:nansacrificando los pasos del procedimiento más tra-
.i proporción de condenas a risión o reclusión por más de cinco años, que baJosos como el juicio oral y la sentencia, a favor de más prisiones pre-
i.
pasaron del 10,6% en 1998 al 18,1% en 2006. Como contraparti a, as sen- ventivas dilatadas y juicio abreviados) 21 y luego no encargarse del pro-
tencias a prlsíoilo reclusión-por menos tiempo (hasta tres años) se reduje- blema que producir más presos tiene a nivel carcelario.
ron del 80% al 62,2% en el mismo período. Adicionalmente, las sentencias
son, cada vez en mayor proporción, condenas de cumplimiento efectivo: en
~e.~~L4Q,~%_<!e_l_tgtal !Í.E: ~~ge~~~eI:ttras que en 2OO6 llegó al ¿Y QUÉ HAY DE NUEVO, ENTONCES?
63,4%." (CELS, 2008, Cap. III, con datos de SNIC, 2006, y del SNEEP, 2006)
---=-=-En definitiva, dentro del sistema penal, los sistemas judicial y peni- Pero si el sistema penal ha ampliado su 12roducción de prisioniwción
tenciario no han seguido de forma proporcional al policial y al legislativo a medida que ha conocido y tomado intervención en más delitos, y por tanto
en su producción de criminalidad. Aquí variadas razones pueden esgri- nay mas causas penales (más allá deque naya menos violencia letal mter-
mirse, y seguramente sobre el sistema penitenciario la falta de espacio y persoñal) es razonable preguntarse cuál es el rasgo distintivo de la época
la imposibilidad de expandirse exageradamente por un presupuesto aco- respecto del "punitivismo". Uno, como dijimos antes, es una cierta lógica
tado se presenta como una bastante lógica 19. !ll sistema penitenciario ha legislativa atenta a los reclamos que adquieren mayor representatividad
trabajado siempre con SUP-erpoblación (véase Cuadro 7, y tambien el aña- mediática, y que actúa conforme a ella, en desprecio de la razón técnica
li~s en CELS, 2008, Cap III), por lo cual, resulta menos elástico 20. Acucia- ·pero, cómo saber si ese es un dato distintivo de estos tiempos? En la litera-
do poi: denuncias y presenta_~~n~_~jt1diciales por !_a_ indignidad e1íegali-
- ---- -- --- - -- ~ª usual en el ambiente criminológico no existen muchas investigaciones
------ - --· --•·-

históricas comparativas que permitan afirmar que esta explotación de la sen-


sibilidad pública o que cierta construcción de la imagen de la víctima en los
19 Véase un análisis más detallado y profundo en el trabajo de MARTfNEz, en medios masivos sea verdaderamente un dato de novedad. Al contrario, del
este mismo volumen. análisis, por ejemplo, que hace FOUCAULT (1999) sobre la prensa alarmista del
20 Además el sistema penitenciario argentino en general ha mostrado resis-
tencias a abandonar el ideal resocializador a favor del ideal de la cárcel-depósito, que siglo XIX (la "nota roja") y de la utilización política ideológica del miedo al
se señala generalmente corno rasgo central del punitivisrno (Sozzo, 2007), y que le per-
mitiría "estirar" aún más las plazas a costa de las prestaciones relacionadas con el obje-
tivo rehabilitador.
21 Véase GUTIÉRREZ, 2009.
- 1
·,
1

80 Mariano H. Gutiérrez Trazos para delinear el ·populismo punitivo· en el caso argentino 81

delincuente (fenómeno indisociablemente ligado a la construcción, justa- La respuesta del gobierno conservador -siempre según ZAFFARONI-
mente, del sujeto "delincuente"), parece un fenómeno tan viejo. como el sis- fue responder al reclamo de la organización derechista (que le imputaba
tema penal moderno mismo. Si esto es cierto, y como dijimos al comienzo, debilidad frente al delito) impulsando legislativamente la pena de muer-
en nuestro caso no es en la manifestación de las burocracias penitenciarias te (que el movimiento reclamaba) 23 . Pero el proyecto sancionado por la
donde se puede apreciar un signo distintivo de brutalidad, de "inciviliza- Cámara de Senadores no pasó la de diputados por oposición de los mis-
ción" o de "premodemidad", nos queda aún por probar de qué se trata en mos conservadores (entre ello el penalista Rodolfo MORENO, hijo)24_
la Argentina esto del puni!:i-yisfile>_o_del llp.op:ulismo~punHiva" que sea uov~ CAIMARI (2007), que contextualiza el caso Ayerza con más detalle,
doso fn.O ün rasgo siempre presente o fluctuante en la historia del sistema indica que el caso tuvo una repercusión pública muy amplia, que fue se-
pena:Iy stis relaciones-con-la. se~il:JiJ_i~ad y_elJ!!l_é!fün~<Ü21iE.!fsit - guido por la prensa con entusiasmo y un alcance que sí excedió el círculo
- - urio-de los que se ha adelantado a hacer esta comparación histórica político del joven Ayerza, que incluso generó varias obras de teatro y pelí-
es ZAFFARONI (2008). En un breve ensayo comienza demostrando las mu- culas (p. 216), y en la que reaccionaron con gestos públicos de solidaridad
chas similitudes sociales entre el caso Blumberg en el 2004 y el caso Ayerza . tanto multitudes numerosas como autoridades estatales. "El descubri-
en el año 1932, Y termina por encontrar las siguientes diferencias en las miento del cadáver de Abel Ayerza... operó como la detonación de una
representaciones de ambos y sus usos políticos. En comparación con el bomba social. Manifestaciones espontáneas de dolor y simpatía se multi-
caso Blumberg, en el que el padre del joven asesinado es imbuido en suce- plicaban en todas las estaciones por las que pasó el tren que transportaba
sivos rituales públicos de notables referencias mesiánicas (o mejor, proféti- el cajón con sus restos desde Córdoba, donde fue hallado, a Retiro, donde
cas/ mosaicas: ia vejez, las tablas en la mano, el llamado a la recomposición lo esperaban 'representantes oficiales, personalidades de nuestros círculos
social), en el caso Ayerza, según 4FFARONI, la figura de la víctima se cir- sociales, universitarios y deportivos, altos jefes del ejército, amigos del
.i cunscribe al muerto. "El muerto era la única víctima; su madre sufría en extinto, mujeres y hombres del pueblo' (cita del diario La Nación) ... A su
silencio. En el "caso Ayerza" si alguna víctima/héroe existía era sólo el ver- paso se arrojaban flores y se juraba venganza, se lloraba y se insultaba,
dadero muerto en el crimen. La comunicación mostraba a la madre, pero había crisis de nervios y desvanecimientos."
como sufriente, dolorosa, en ninguna actitud mesiánica, reivindicatoria ni La prensa mayoritaria no se comportó de forma muy distinta en su
vengativa. Puede decirse que el joven Ayerza era una pálida imagen de orientación ideológica a la que vemos en los casos actuales (aunque, cla-
Jesucristo y su madre de María Dolorosa." (ZAFFARONI, 2008, p. 6)22. ramente, sus recursos expresivos y su lenguaje eran otros), incluso -tal
También a diferencia del caso Blumberg, en el que la imagen del hé- vez exceptuando el caso Blumberg- lo hizo con un lenguaje más abierta-
roe paternal se construyó a partir de un llamado a la moral "apolítico", y mente moralista y menos pretendidamente técnico que el que se utiliza
· el protagonista se negaba a ser clasificado como de derecha o de izquier- hoy en día. CAIMARI (oh. cit.) también destaca que durante el secuestro se
da a los efectos de su reclamo, "la identidad ideológica de la víctima (de imputaba la responsabilidad a la derogación de la pena de muerte, los
la Liga Patriótica, de derecha) no se ocultaba ni disimulaba, sino todo lo diarios culpaban a las leyes "dulcificadas", producidas por el reformismo
contrario: era asumida públicamente y la organización a la que pertenecía penal y el "sentimentalismo absurdo de criminalistas excesivamente cien-
mostraba su presencia e indignación. Era esta organización la que a través tíficos" 25 (oh. cit., pp. 245/246).
de la empatía con el joven cuya vida se había truncado procuraba canali-
zarla contra el gobierno fraudulento ... (tampoco) "ningún miembro de la
familia Ayerza fue elevado a héroe ni por e&te medio ambicionó función 23 En cambio, CAIMARI (2007) informa, con mayor detalle, que el proyecto
política alguna" (Ibid.). enviado por el Ejecutivo preveía la incorporación del "estado predelictual" y la expul-
sión de "extranjeros en estado peligroso". La restauración de la pena de muerte fue
agregada al proyecto por la Comisión legislativa.
22 En esto no encontramos tanta diferencia como la que ve ZAFFARONI, en tanto 24 CAIMARI (ob. cit.) en cambio, coloca como principal opositor al proyecto a
el movimiento más persistente de reclamo pqnitivo en nuestro país, que emerge a la Alfredo PALACIOS.
luz pública periódicamente son las "Madres del Dolor", claramente también construi- 25 La crítica estaba dirigida al positivismo científico, y en favor de un discur-
das a imagen de la virgen sufriente por su hijo sacrificado. so católico moralista sobre la culpa y el castigo expiatorio.

'
1-L
Trazos para delinear el "populismo punitivo· en el caso argentino 83
82 Mariano H. Gutiérrez

también a grupos progresistas. Que la reforma legislativa (hiperrepresiva y


Luego de encontrado el cadáver, en las manifestaciones públicas
i. claramente "populista") fue resistida en los años 30 por la figura de un pena-
"los discursos combinaron el recogimiento piadoso con denuncias de la in-
lista con un criterio profesional o "técnico" en el Congreso; en cambio en el
migración indiscriminada y de las blanduras del nuevo Código Penal. Ha-
2004, Juan Carlos Blumberg llegó al Congreso a vigilar las sesiones y acu-
blando en nombre de la familia, Juan Antonio Bourdieu acusó al Estado
sar a legisladores que se mostraban reticentes a sus propuestas. No hubo
de complicidad con el crimen y llamó a la militarización de los ciudadanos
1 capacidad de resistencia entre los partidos que controlaban al Congreso, ni
1: desprotegidos ... otra figura de las fuerzas de choque uriburistas, Alfredo
! había entre ellos un penalista prestigioso que pudiera parar la reforma 26.
Villegas Oromí, cerró la ceremonia demandando leyes más represivas del
1
Una de las principales conclusiones de ZAFFAR0NI (al menos de las
delito. Bajo esa consigna la multitud se encaminó hacia la Plaza de Mayo."
que encontramos justificadas, más allá de sus muy 1i6res-''reflexiones fina-
(CAIMARI, ibid.)
les"), entonces es que en el 2004 "Las estructuras políticas del estado mos-
Por otro lado en la época '1a presión social para modificar las leyes
traroñ mayor fragilidad. Si bien el Poder Ejecutivo no sefuvolucró directa-
penales era un fenómeno muy conocido criticado por juristas y legislado-
mente en la reforma legislativa 'D, tampoco se sintió capaz de hacerle frente
res". Y con el secuestro de Ayerza "se creó un clima hostil al reformismo
e ~cluso, en algQn momento, trat~_cTecaptar--a la víctima7héroe apoyando
penal decimonónico ... las imágenes del Estado que subyacían en estos folle-
una fundación que esta había creado. Perola-debilidadext:reináªse pÜso-ae
tines del sufrimiento [de la prensa] contribuyeron a la cristalización de este
manifiesto en el Poder Legi_s]~tiYQtA:9J1de el Congreso se dejcs'intirnicíar y
estado de opinión ... [junto con] ... el contexto de profundo desprestigio de la
humilfat E sir _l_a_ "íctima-héroe que, en el mismo recinto de la Cámara sé
clase política ... sintetizado en la metáfora de la pena de muerte como metá-
tomaba la libertad.depretendeiconfro:rarl,fpfesencia,d~· legisladores en-las
fora satisfactoria de la expiación ... la lógica de médicos y siquiatras perdía la
sesiones" (ob. cit., p. 10). •• - •
batalla por el sentido común, cuando la espectacularización del secuestro
,i -~-~ne seguir las conclusiones de ZAFFAR0NI, hay datos distintivos de estos
reinstaló el viejo tema de la culpa y el castigo"(~, ob. cit., pp. 249 /'250).
tiempos en la relación de fuerzas entre las instituciones estatales de gobierno
Hay una cobertura mediática del caso que produce y amplific~ su
y el reclamo público-mediático de demostración de vocación punitiva.
resonancia. Hay una misma ceremonia colectiva de dolor, que se traduce
Aunque en el texto analizado ZAFFAR0NI se dedica principalmente al
en reclamo punitivo con una dirección ideológica (en este caso más preci-
Poder Legislativo, hemos demostrado antes la permeabilidad del Poder
sa aún que en el caso Blumberg). Hay un reclamo concreto al Estado acu-
Judicial a la presión pública y política oportunamente (GUTIÉRREZ, 2006, p.
sándolo de "blandura" y"complicidad" con los delincuentes. Y un anate-
162/193; K0STENWEIN, en este mismo volumen), y los intentos de aprove-
ma lanzado a los discursos científicos y técnicos sobre la cuestión penal.
chamiento del caudal electoral que logran estos movimientos por parte de
En los discursos que capitalizan la muerte y representan la voz de la víc-
los gobernantes en ejercicio del Poder Ejecutivo o aquellos que lo preten-
tima se agitan los temores al otro-delincuente, se segmenta al ciudadano
den (GUTIÉRREZ, 2006, pp. 81/97; 2008; Corigliano, 2008; CALZADO y VAN
bueno y honrado que debe protegerse contra el amenazante. Y todo ello
DEN D00REN, 2009), sin embargo, sobre estos puntos no se han difundido
se transforma en un acto público multitudinario en una plaza, frente a la
investigaciones históricas comparativas que permitan establecer un crite-
sede de la presidencia. Entonces ¿qué diferencias hay entre un caso y otro
rio para sostener con firmeza que en esto que está ocurriendo hay una dife-
en su dimensión y efectos políticos?
rencia respecto del pasado. Gran parte de los estudios o las reflexiones al
ZAFFAR0NI (ob. cit., p. 8) observa como diferencias relevantes entre
un casoyotro~que~enel •caso~~~ la imagen de la víctima-héroe no se
conta~o ru a toOoslos seres cercanos, ni ~--º!r_~s-~e_§ps similares; en el caso
Blumber~·en cambio,ia-figura."clela"'víctima (Axel) fue desplazada y!a aten- 26 Sin_embargo, otra de las diferencias (no señalada por ZAFFARONI, pero sí por
ción se trasládó alpadre(Juan Carlos). También señala que en el caso Ayerza CAIMARI), consiste en que, en 1933, la pena de muerte se convirtió en hipótesis probable,
el rmpulso-volítico reactivo fue acma'do al partido al que la víctima pertene- cosa _que no ocurrió en el 2004, pues el discurso de la pena capital fue deslegitimado por
cía y, en cambio, en el caso Blumberg, el movimiento de reclamo fue mucho el m1sm~ Blumberg (luego de que se intentara in:'talar por algunos actores políticos).
CALZADO y VAN DEN DOOREN (2009), sm embargo, demuestran que esta afir-
más amplio y generó manifestaciones públicas de decenas de miles de per-
mación es equivocada.
sonas, y se extendió a los sectores de clase baja, y en un primer momento

11.
Trazos para delinear el ·populismo punitivo· en el caso argentino 85
84 Mariano H. Gutiérrez

respecto, que intentarán demostrar que si hay un rasgo histórico distintivo en Insiste MATI1-IEWS en que "el castigo históricamente ha tenido una
el sistema penal actual, en sus relaciones con la opinión pública, en sus ma- función emotiva y expresiva no está del todo claro qué es lo que ha ca~--
nifestaciones simbólicas, etc. se producirán aquí, en este mismo volumen. biado en los ultímós años":-Eñefrñisrrlü sentido "la piisTóñ- mOdema
desde su emergencia en- el siglo XIX se ha ocupado desproporcionada-
merrte-d~iencari:elamí~~f_lel_~~hm.W.~DP!9litai:ii:idÜ~J 4'f[a~-"cfasespeH-
gro_2,.a_s'~, delos-_¡ml:,r_~s__y gg_los déb.jJes.: -- -- -------- •
EXISTE, PERO ES OTRA COSA
• La_r~p:t!_e?t_~~-de~g:jp..e~el.puni.tjyismo, tal C01!1.Q}!_q_§,otr:gsJQ ~D,ten-
Habiendo recorrido a groso modo algunos de los rasgos del cambio demos, y tal como podemos observarlo en el conte~t~~nu_e3_tro_p..gfs E;S-,
en las políticas penales en los últimos años, debemos abordar las críticas a grosso modo, que aunque no haya U!J:a_gi::an d!_f~r~i:i:9~-~~lita!_i__ya ~JJ--~l
sentido que asume el castigo legal como práctica concreta._ni un cambio
más generales de MATTI-IEWs: "en los análisis de los cambios en las políticas
en la dirección d etemapenal_(en
~· las cl~~e~ o_gru:e~s ~ quienes_ s1:1_ v i o - /
penales existe un desfasaje entre aquellas sanciones que involucran un •<-~---~-:'.:'.'"_\ •
~~~- ·- •---·••· - •·•"-•-~•-•-• ••--•-----•
lenrui" se dirige1, 1 a aume~o la cantidad de sujetos castigados o
incremento en la imposición de dolor y las que implican la emergencia de
1
sometidos a. la coercTón E e ~ na aumenfaa'olos ~ d ; J ~ - ~
castigos 'emotivos y ostentosos'". Esto es cierto, pero no es aplicable a los
déTia-{octe~Ia medida coercitiva para muchos delitos, y, T ; .9~~ 1~2-0, ,___-
análisis que aquí se hacen del punitivismo, que no se centran tanto en la
hay ~~-~ambíó-olJse:i:vaEI~~en la exteñsion·que· esa función expresiva.
emergencia de sanciones estigmatizadoras y avergonzantes o el vigilantis-
alcanza, por~obre otr3sI ª ~ -ªéig~~(éoíño_fa"_té.cruca:cri~s~,..Q __,,,,
mo vecinal (que ha existido pero como un fenómeno marginal comparado laTurídica-f_o.mal). Finalmente, tcµnbién podemos asegurar que~ay un ~
caso anglosajón), sino en un cambio en la relación que "el público" (en cambio -que depende de muchos factores, al~nos deellosesfrücfuráles ,
general constituidos como '1a gente" o "los vecinos"), sus representaciones, y de largo plazo-- en la relación entre "el público", la cosa "pública", y los
emociones y sensibilidades entran en juego con la operación de las agencias medios de comunicación; sus significados, sus fuerzas relativas, sus pre-
penales, o, en general los poderes del estado (ejecutivo, legislativo y judicial) tensiones de uno sobre otro.
en sus funciones penales; en una búsqueda de posicionar la autoridad esta- Por otro lado, suponer que vivimos o hemos vivido en los últimos
tal (RANGUGNI, 2004) o cuestionarla; o en discutir hasta qué punto esto ha sig- 20 años en una época signada por el "populismo punitivo" o el "puniti-
nificado la pérdida del ideal rehabilitador de la cárcel en favor de la "cárcel- vismo", no significa que no existan otras que puedan calificarse la misma
,------depósito" (Sozzo, 2007). Las demandas punitivas y la respuesta institucional manera. La lectura del caso Ayerza, por ejemplo, parece llevarnos a con-
; a ellasL~ nuestro país no se centran tanto ~ la visibilidad -ª~C!-:Úeldii:.d cluir que el 1933 se vivía un clima social-político-legislativo muy similar
del castigo, sino en castigos concretos (de tal o cual sujeto) o en más y mayor al del 2004 con el caso Blumberg, y también similares eran los discursos y
castigo (~ás cas~g:a_~~s, m~1:enas, más detenidos, má~res~. - - - - relaciones entre el público, los medios y los poderes del estado. El "popu---=--)
1
L- - ~ Ello no significa que no haya una lógica "expresiva" en esa manera lismo punitivo" no tiene por ué ser una característica exclusiva de la "pos- ( 'v-l!:O
de concebir la justicia punitiva: la hay en tanto el castigo de un sujeto con- mo erru a penal, aun ue sea uno de sus rasgos más salientes; pero sin ~
CT..!:_t~ o el e n c a r c e l ~ - s o a a l en geñ.eral se plantea como u as, mostrará diferencias pro:eias de la épocé!· - = -•~------ ~---_J
una necesidad ara ase ar o re1vifüb.car a otra persona, o en general a ..----- El cambio contextual también implica un cambio conceptual. Si el
ciliogrupo social construido por oposición a aquel UITÉRREZ, 2006, pp. "delincuente" como creación del sistema penal y sus funciones perversas
307 /344); la hay en tanto la víctima se coloca, y es colocada en el centro deja en el orden social (véase FOUCAULT, 1999, Ilegalismos y Delincuencia) no tie-
escena, y clama no por una venganza salvaje contra el victimario e í or nen nada de nuevo, la forma de construir el "delito" y sus asociaciones de
su humillación (PITA, 2 o degradación GUTIÉRREZ, 2006 ), por el someti- significados. Ya no serán la "mala vida" o el "crimen", por ejemplo, los
-rrlleñtoClelospoderes def"estado y sus actores principales a su voluntad y. conceptos que permitirán poner en marcha el andamiaje de control social
a ~a categoría cuasi sagrada que debe ser respetada (GUTIÉRREZ, Ibid.; penal o las políticas preventivas: "la vieja leyenda urbana del crimen ... se
GAI.All;eü este rmsmo volumen, CALZADO, Ibid.), a su necesidad de ser rei- ha desvanecido. En su lugar, hoy, el crimen sólo es comprehendido al inte-
vindicado mediante el castigo del ~ctu:r:i_ario y de aquellos que son cómo él. rior de una nueva lógica, la de la inseguridad' (VttKER;L.UO-o,pp.IT/14).
--.y··--

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86 Mariano H. Gutiérrez Trazos para delinear el ·populismo punitivo" en el caso argentino 87

La "inseguridad'.'__e111erge de~d~_los_aji.osJ0 _c:_omo el concepto que pe~~ años noventa a hablarse entonces de los derechos humanos de las vícti-
te englobar a la vez 9u_e_a~pliar _to~~lc:>~!~-~-•~ca~os acerca ~e_l delito, mas al castigo de los culpables 30 . Todo esto sí es particular, novedoso y
s1.1¡;_p~_ligr_g_s,_ su potencial victimizante, sus efecto~_sobre las victimas te- exce~cional en los pocos s·iglos de stona Clel sistema pena mo erno.
merosas, la nueva "enfermedad" social. ~ ~ ~ E l a s agencias
· ---Porotro·lado, una característicaespecífica y propia del medio ar- q1:1e actúan en el sistema pe11al, tienen distintas historias, füñaones y
gentino tiene que ver con una particular historia que _ha apo~ado mu0o racionalidades de fuñaoriamiento, y para podertrázarünui.aaro global;"
a sostener los pares antagónicos del imaginario colectivo castigo=segurzdad debem6s--pad·er .~~dvertir e3!a lie,terogeneícfad x C-0.mRlejfdad: Podemos
vs. Impunidad=inseguridad. Los reclamos de justicia-castigo emergen desd_e abord'at el esfudio de cada una de estas agencias, cada una de las proble-
los años 80 con fuerza y con una legitimidad renovada desde el moVI- máticas, su funcionamiento autónomo y su funcionamiento entrecruzado,
miento de derechos humanos contra la impunidad, como necesaria repa- como fenómenos que ameritan ser objetivizados, observados y analizados
ración histórica -nuevamente, simbólica- contra el genocidio Yen gene- por separado -tal como se propone en este libro-, sin abándonar nece-
ral contra todas las violencias brutales de la última dictadura. De allí el sariamente la pretensión de encontrar una racionalidad de funcionamien-
lenguaje, los apoyos y las concepciones de justicia-castigo como re_iv~ndi- to (o varias) general, que permita que encontremos fenómenos macro pro-
cación simbólica de la víctima, se transmiten en los años 90 a las victimas pios de "este tiempo" y otros permanentes y estructurales.
del gatillo fácil y "del poder": María Soledad, Cabezas, Bulacio, Bru, et~. En fin, un térmj.D,Q_Cplllo~:1nmiti.visrno"__bien se_p:uede usar p_m:a
(GUTIÉRREZ, 2006, pp. 35-161; PITA, 2005). Y parte de este segundo movi- englobar y poder dar un_~cionalid~d gen.~raj_ él 1:1:11 cúmulo de fE:._nó~e-
miento luego se conectará con el de reclamos de "seguridad", aportan~? nos_ qtlé-ie-~ti_l~añ:§- un a1:_I;i~o cleL q,u0:nt1±_m _g~lª p_e_i:s~_g.isiq_ri_ p~_n~l,
su caudal de convocatoria, su lenguaje místico y gran parte de su legiti- sObre todo cuando este no está relacionado ~camente a una lóg!ca buro-
midad social, hasta el ya muy analizado caso "Blumbe:rg" (así por ejemplo, cratica racional técnica o_,econóllli_c~_qu~ crece_por su p_rop!_º impulso sui
integrantes de este movimiento de "Familiares" 28 participaron o dieron su genens (como los que parecen-sostener aquellos que enfocanen el éconci-
apoyo al de las "Madres del Dolor", que a su vez sumaron a la causa miosmo y managerialismo ), sino_ a la ful!_ci_ón _r~f:?:Jbl!!i'.'~ de la pena, a
~ - . = - - - . . - - - : r - - __ ___,_____ _ _ _
E,.;_,~~..: - - - - - - ~ - .. ~ - -- •

Blumberg y a muchas otras posteriores, propias y ajenas; pero ya c_on un representaciones y sentimient~s colectivos de "crisis" en la seguridad pér:-
discurso puramente punitivo sin los elementos ideológicos progresistas o sóna:I, ae· nec:esfdacfclecast_igau7-72E1-Secu_entes_ reciaI??S P~!i~-~S-~
de izquierda de los anteriores). La cuestión social de la "inseguridad" Y " o ulismo punitivo" ademas entender otro fenómeno asociado a él,
los reclamos alrededor de ella finalmente también terminará por implicar, pero a su vez autónomo, que hace re erencia a un o e mane10 poh •co
abarcar y emparentarse con las representaciones de la "impunidad" y, a de esas represe a • nes se entos (por e1emp o, en aón de la ima-
partir de esta asociación, se convertirá en una cuesti~n de "derechos en poll •ca e un ac or e la po tica profesional, que promete encargarse
humanos". Así como la jurisprudencia internacional empieza a sostener la del problema principalmente en términos bélicos), ~s~ándose co~o el
idea de que hay un d~rec½-~~tl_I!1-~º en las víctimas de delitos lesa huma- representante de esos sentimientos de indigr1ación n e c e s ~ a r .y
nidadpara-que-se irrvestlgue y se sancione-ª !~s autores (cues~¿ññOve- ElUsóé:fe es s , s n rmpi analizar a c mp eji a y lasvariacio-
dosa en el aerecnó pemílliberalmóderno) 29, co~~~'.: t~bi~n en los nes que se dan en los distintos niveles y agencias del sistema penal, y eva-
luar si estos fenómenos se dan en todas ellas y en qué medida.

28 Las diferenáas ideológicas (y de clase) que ya establecían fisuras en ~l mo-


vimiento de "familiares", terminan por estallar con la creaáón del Programa Antiimpu-
nidad en el aflo 2003 (PITA, 2005). De todas formas este "programa" aunaba familiares de denáa nacional en un derrotero gradual y fluctuante hasta quedar fuera de dudas con
víctimas "del poder" con un contenido ideológico claro de impugnad~~ al p~der re- los casos Aranábia Clavel (24/8/2004) y "Simón, Julio Héctor" (14/6/2005).
presivo con familiares de víctimas de delitos comunes cuyo reclamo antilmpurudad se 30 Sobre el nuevo status de la víctima GALAR, en este mismo volumen, y CAL-
centraba en la "inseguridad" (PITA, 2005 y GUTIÉRREZ, 2006) ZADO, en este mismo volumen. Sobre cómo se opone la entidad de la víctima a la del
29 Corriente jurisprudenáal que se impone en el Caso ''B~os Altos" ~e 1~ Cor- victimario, en un juego de suma cero, por lo que la víctima necesita el castigo del victi-
te Interamericana de Derechos Humanos (14/3/2001), y que se mgresa a la 1unspru- mario para su reivindicaáón, GUTIÉRREZ, 2006, 2007.
Trazos para delinear el "populismo punitivo· en el caso argentino 89
88 Mariano H. Gutiérrez

- Prensa y persecución pública, presentación en la Jornada Sobre P~ensa y


Es_cierto que resulta demasiado arriesgado dar par supuesto un
Violencia Institucional, Facultad de Ciencias Jurídicas y Colectivo De
cambio de paradigma o una dirección fatal. Suponer que lo hay y que po-
Eso No se Habla, UNLP, (publicado en www.derechopenalonline.
damos 1denfificarlo con el npunitivismo", es al menos, prematuro._ No
com), 2008.
obstante, sin dudas que hay cambios. Sería tan obtuso negar que el siste-
- Punitivismo y actuarialismo en la Argentina, en El Dial. Biblioteca Jurídica
ma penal está en devenir permanente -entre otras cosas porque forma
On Line (www.eldial.com), Buenos Aires, 2009.
parte de una estructura política y económica más amplia, y porque cumple
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una variedad de funciones que promueven y condicionan su funciona-
Ciencias Sociales, Nº 22, año 16. UNL, 2007.
miento- como es arriesgado supone!_.?11 _carnbi.P_ defu:titiy.,o de paradig-
LARRAURI, H., La herencia de la criminología crítica, Siglo XXI, México, 2001.
ma. En definitiva, sin pretensiones de profetizar este cambio definitivo y
MATIHEWS, R. (inédito), El Mito del Punitivismo, a ser publicado en Delito y
general, podemos abordar la tarea de señalar, describir, e inclm;;o intentar
Sociedad. Revista de Ciencias Sociales, Nro. 28, año 19, UNL.
explicar, el proceso de cambio del sistema penal en los últimos veinte años
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- La dinámica de las oposiciones y la inseguridad subjetiva, Fabián J. Di Plá-
cido Editor, Buenos Aires, 2007.
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90 Mariano H. Gutiérrez Trazos para delinear el "populismo punitivo" en el caso argentino 91

APÉNDICE. LISTA DE REFORMAS LEGISLATIVAS íii ""d


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16 17.285 17/5/1967 Código Aeronáutico. Establece criterios de
aplicación, jurisdicción y competencia del
1612 20/8/1885 Régimen de Extradición. C.P argentino por delitos cometidos en
aeronaves argentinas públicas y privadas.
9643 30/9/1914 Ley complementaria. Incorpora al C.P tipos
penales que incluyen el uso de warrants. 17 19.216 07/9/1971 Ley de amnistía para quienes hayan inscripto
a hijos ajenos como propios.
10.903 29/9/1919 Ley de Patronato de la Infancia. Establece
jurisdicción penal en cuestiones de minoridad X X 18 19.359 9/12/1971 Régimen penal cambiarlo.
+
11.179 30/9/1921 SANCIÓN DEL CODIGO PENAL. X X 19 19.945 14/11/1972 Código Electoral Nacional. Establece las penas
y el régimen procesal para los delitos electo-
1 11.221 13/10/1923 Correcciones al Código Penal. Fe de Erratas. rales, establecidos en dicha legislación.
2 11.723 26/9/1933 Establece casos especiales de defraudación 20 20.091 11/1/1973 Establece tipos que describen los delitos
referidos a la propiedad intelectual. pasibles de ser cometidos por los produc-
3 12.331 17/11/1936 Establece el delito de contagio venéreo. tores, agentes y demás intermediarios entre
el asegurado y las entidades de seguros.
4 12.713 29/9/1941 Establece tipos referidos al trabajo a
domicilio. 21 20.318 26/4/1973 Establece tipos referidos a delitos cometidos
en ocasión de convocatorias al Servicio Civil
5 Dec. Ley 28/5/1946 Establece tipos referidos al gravamen como de Defensa.
15.348/ propias de cosas ajenas prendadas. X X +
22 20.429 21/5/1973 Ley Nacional de Armas y Explosivos.
1946
23 20.509 27/5/1973 Deroga todas las disposiciones por las que
6 13.944 15/9/1950 Establece penas por incumplimiento de los se hayan creado o modificado delitos o
deberes de asistenciafamiliar. X + penas de delitos ya existentes y que no
7 13.985 11/10/1950 Establece delitos contra la seguridad de la hayan emanado del Congreso Nacional
Nación. (delitos contra la seguridad de los medios
de transporte y de comunicación). X -
8 14.034 18/7/1951 Esta~lece penas para quien por cualquier
medio propiciare la aplicación de sanciones 24 20.655 21/3/1974 Establece tipos referidos a delitos en el
políticas o económicas contra el Estado deporte.
Argentino. 25 20.680 20/6/1974 Establece tipos penales referidos a delitos
cometidos en actividades de abastecimiento.
9 14.307 4/7/1954 Reprime con penas de prisión los delitos
aeronáuticos. 26 21.265 24/3/1976 Delitos pasibles de ser cometidos por quienes
brindan servicios de seguridad personal.
10 14.346 27/10/1954 Reprime los actos de maltrato o crueldad
contra animales. 27 21.389 13/8/1976 Establece tipos referidos a delitos cometidos
en actuación ante Organismos Previsionales.
11 Dec. Ley 17/6/1957 Establece penas de multas y prisión para los
6618/57 infractores a la prohibición de juegos de azar. 28 21.961 15/3/1979 Prohibición de propaganda de juegos de
azar en la Ciudad de Buenos Aires.
12 Dec. Ley 14/1/1958 Ley Penitenciaria Nacional. Principios
412/1958 básicos de ejecución de la pena. 29 22.117 10/12/79 Registro Nacional de Reincidencia y
X X -/+ Estadística Criminal y Carcelaria. X X +
13 Dec. Ley 30/4/1958 Reprime la falsificación de documentos
30 22.262 1/8/1980 Establece tipos referidos a delitos de
6582/ relativos a los automotores. competencia desleal.
1958 X + X X +
22.278 25/8/1980 Establece el régimen penal de la minoridad
14 17.040 30/11/1966 Establece tipos referidos a delitos cometidos
en actuación ante Organismos Previsionales. 31 22.362 22/12/80 Establece tipos penales sobre la propiedad
intelectual.
15 17.250 24/4/1967 Establece tipos referidos a delitos cometidos
32 22.415 05/2/1981 Código Aduanero. En su parte pertinente,
en actuación ante Cajas Nacionales de disposiciones penales referidas a delitos
Previsión. aduaneros. Contrabando. X X +
92 Mariano H. Gutiérrez Trazos para delinear el ·populismo punitivo· en el caso argentino 93

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51 24.064 17/01/1992 Incorpora al C.P un tipo referido a fraude


33 22.421 5/3/1981 Establece tipos referidos a delitos cometidos con facturas conformadas y deroga el art.
contra la fauna silvestre. 301 bis del C.P (del capítulo de fraudes al
34 22.990 28/11/1983 Establece delitos referidos a la comercialización comercio y la industria).
de sangre humana. 52 24.192 03/3/1993 Régimen penal y contravencional para la
35 23.057 15/3/1984 Establece el régimen de reincidencia simple prevención y represión de la violencia en
y la pena accesoria de reclusión por tiempo espectáculos deportivos. X +
indeterminado. X + 53 24.193 24/3/1993 Establece tipos penales referidos al trans-
36 23.070 04/7/1984 Conmutación de penas para los condenados, plante de órganos y tejidos.
con sentencia firme o no, y para los deteni- 54 24.198 12/5/1993 Deroga el art. 244 del Código Penal.
dos procesados, en el período comprendido 55 24.241 23/11/1993 Delitos contra la integración de fondos al sis-
entre el 24/3/1976 y ~110/12/1983. X X - tema integrado de jubilaciones y pensiones.
37 23.077 09/8/1984 Incorpora al C.P nuevos plazos para la 56 24.270 3/11/1993 Pena al padre o tercero que impidiere u
extinción de la acción penal y la pena. obstruyere el contacto de menores de edad
Incorpora delitos contra los poderes públi- con sus padres no convivientes. X +
cos y el orden constitucional. Reestablece el 57 24.286 1/12/1993 Reforma al C.P. Modifica penas de multas.
delito de falsa denuncia. X
58 24.316 4/5/1994 Se incorpora al C.P, como art. 27 bis, las reglas
38 23.157 30/9/1984 Referida al trabajo de penados y previsión de conducta para la libertad condicional. In-
social. corpora la suspensión del juicio a prueba. X X -
39 23.097 29/10/1984 Agrava el delito de privación ilegítima de la 22/8/1994 REFORMA CONSTITUCIONAL.
libertad cuando sea cometido por funcionarim INTEGRA A LA CN TRATADOS DE
públicos, con abuso de su cargo en funciones. X + DERECHOS HUMANOS. X X -
40 23.468 31/10/1986 Pena agresiones al transporte automotor. 59 24.390 2/9/1994 Establece que la prisión preventiva no
41 23.479 26/01/1987 Modifica penas de multas contenidas en el podrá superar el plazo de 2 años (y 3 años
CP y leyes complementarias. en casos excepcionales). Régimen del 2xl. X X -
42 23.487 Incorpora pena para quebrantamiento de 60 24.410 30/11/1994 Eleva las penas de los delitos de abandono de
pena de inhabilitación. personas y omisión de auxilio; crea nuevas
figuras delictivas en lo atinente a delitos con-
43 23.554 13/4/1988 Ley de Defensa. Pena a quien dificultare o tra el estado civil; establece la pena para la
negare requisitorias o convocatorias del Go- sustracción, retención y ocultación de meno-
biemo Nacional ante guerra o su inminencia res; equiparación a los efectos de la pena de
44 23.588 27/7/1988 Modifica el hurto ciertos instrumentos privadas a los públicos,
45 23.592 03/8/1988 Reprime actos u omisiones discriminatorios. para los delitos de falsificación. X +
X + 61 24.417 7/12/1994 Ley de Protección contra la Violencia Familiar.
46 23.737 21/9/1989 Pena la tenencia y consumo de estupefa- Crea nuevas figuras delictivas. X +/-
cientes. Incorpora tipos referidos a la venta
de medicamentos adulterados y sin receta. 62 24.441 22/12/1994 Financiación de la vivienda y la construcción.
X X + Establece casos de defraudaciones.
47 23.828 13/9/1990 Ley de amnistía por falta _de inscripción de
63 24.452 8/2/1995 Aplica a los cheques diferidos contempla dos
nacimientos y otras infracciones. en su artículo 1º, el régimen referido al pago
48 23.974 14/08/1991 Agrava montos de multas establecidas en con cheques sin provisión de fondos.
diversos artículos del C.P. 64 24.453 8/2/1995 Eleva penas del delito de violación de secretos
49 23.975 14/8/1991 Complementa al C.P. Modifica a la ley 23.737. y las multas por delitos contra la libertad de
50 24.051 17/12/1991 Referida a los delitos ambientales cometí- trabajo y asociación. Deroga el delito de
dos, por acción u omisión, mediante la adulterio.
utilización de residuos peligrosos. 65 24.454 8/2/1995 Modifica la figura de la "usurpación".
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Trazos para delinear el "populismo punitivo" en el caso argentino 95
94 Mariano H. Gutiérrez

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83 24.826 21/5/1997 Incorpora al Código Procesal de la Nación
66 24.480 29/3/1995 Crea el Centro Nacional de Informática
los arts. 353 bis y 353 ter, referidos a la
sobre Detenidos y Extravío de Personas.
instrucción sumaria.
67 24.481 23/5/1995 Incluye penas por violación de los derechos
84 24.827 21/5/1997 Establece tipos referidos a la adulteración
conferidos por la patente y el modelo de
de sustancias alimenticias.
utilidad y por defraudación de los mismos.
85 24.996 29/07/1998 Aprueba Convenio suscripto con la Repúbli-
68 24.492 31/5/1995 Establece el delito de transferencia de arma
ca de Bolivia sobre traslado de nacionales
de fu~go sin poseer la condición de legítimo
usuano. condenados y cumplimiento de sentencias
penales.
69 24.527 8/9/1995 Incorpora la primera parte al art. 247 del C.P
(usurpación de títulos u honores). Mejora 86 25.086 14/4/1999 Eleva penas e incorpora nuevos tipos referi-
dos a delitos cometidos con armas de fuego. X X +
su redacción.
70 24.557 13/9/1995 87 25.087 14/4/1999 Reforma el capítulo del C.P referido a los
Delitos cometidos por empleadores autoase- X X +
delitos contra la integridad sexual.
gurados, ART y Compañías de Seguro en
relación a riesgos del trabajo. 88 25.179 26/10/1999 Aprueba la Convención sobre tráfico inter-
24.566 nacional de menores suscripta con México.
71 20/9/1995 Ley nacional de alcoholes. Penas y sanciones
por infracción a sus disposiciones. 89 25.188 29/9/1999 Reforma el C.P en lo referente al contenido
72 24.660 19/6/1996 de las sentencias condenatorias, a la obli-
Ejecución de la pena privativa de libertad.
gación de condenar, a la suspensión de la
Principios y modalidades básicas de
prescripción de la pena y agrega párrafos
ejecución. X X -/+ ~
al articulado del C.P referido a cohecho,
73 24.721 23/10/1996 Incorpora agravantes a los delitos de hurto exacciones ilegales y negociaciones incorn-
y falsificación. X X - patibles con el ejercicio de la función pú-
74 24.755 28/11/1996 Amnistía por infracción a las leyes 17.671 blica. Incorpora el tráfico de influencias. X X +
y 24.435. 28/10/1999 Eleva las penas del homicidio culposo, de
90 25.189
75 24.759 4/12/1996 Aprueba la Convención Interamericana las lesiones culposas, del estrago culposo
contra la Corrupción. y del delito culposo de envenenamiento o
76 24.760 11/12/1996 Incorpora al C.P un tipo penal referido a la adulteración de aguas potables, alimentos
o medicinas. X +
falsificación de facturas de crédito.
77 24.766 18/12/1996 Crea tipos sobre divulgación de información 91 25.241 23/2/2000 Reducción de la escala penal al imputado que
que debe permanecer en secreto por así colabore eficazmente con la investigación de
establecerlo la ley. hechos de terrorismo (art. 213 ter del C.P).
78 24.767 18/12/1996 Ley de cooperación internacional en materia 92 25.246 13/4/2000 Se incorpora el lavado de activos de origen
penal. delictivo corno una forma de encubrimiento. +

79 24.769 19/12/1996 Régimen Penal Tributario. X 93 25.257 26/7/2000 Aprueba la Convención del Unidroit sobre
objetos culturales robados o exportados
80 24.782 5/3/1997 Agrava las exigencias de la ley 23.592 ilegalmente, adoptada en Roma.
(prohibición de actos u omisiones discrimina-
torias). 94 25.297 9/8/2000 Aumenta la escala penal prevista para de-
litas que se cometan con violencia o inti-
81 24.788 5/3/1997 Reprime con multas el expendio de bebidas rnidación contra las personas mediante el
alcohólicas a menores de 18 años, el consumo empleo de un arma de fuego. X X +
de alcohol en la vía pública y durante espec-
táculos masivos y la conducción bajo los 95 25.326 4/10/2000 Régimen legal del Habeas Data. Establece
efectos del alcohol. tipos relativos a la violación de bancos datos,
sustracción de datos y falsificación de datos
82 24.819 23/4/1997 Establece tipos referidos al doping positivo que obren en archivos de datos personales.
en el deporte.
96 Mariano H. Gutiérrez Trazos para delinear el "populismo punitivo" en el caso argentino 97

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96 25.430 9/5/2001 Deroga régimen del 2xl y amplía posibili- 111 25.886 14/4/2004 Modifica delitos de tenencia de arma de
dades de extender la prisión preventiva. X X fuego y explosivos: crea figuras y agrava. X X +
+
97 25.446 27/6/2001 Ley del libro. Sanciones de multa a infracción. 112 25.890 21/4/2004 Agrava las penas para el delito de abigeato.
98 25.506 14/11/2001 Ley de firma digital. Incorpora al C.P tipos 113 25.891 28/4/2004 Establece tipos penales relacionados con
relacionados a la falsificación de datos de los servicios de comercialización de comu-
archivos personales, extracción ilegal de da- nicaciones móviles.
tos de archivos personales y violación de sis- 114 25.892 26/5/2004 Modifica y agrava el régimen de libertad
temas de confidencialidad de bases de datos. condicional. X X +
99 25.528 9/1/2002 Modifica la redacción del delito de violación 115 25.893 26/5/2004 Agrava los delitos de abuso sexual y estupro
de las leyes de poliáa sanitaria animal. por muerte de la persona ofendida. X X +
100 25.601 23/5/2002 Agrava con perpetua el homicidio de un 116 25.928 10/9/2004 Eleva a 50 años el tope de la suma aritmética
personal de las fuerzas de seguridad de las penas máximas correspondientes a los
101 25.602 30/5/2002 Deroga la ley 20840 (referida a actos subver- diversos hechos en los casos de concurso real. X X +
sivos en todas sus formas). Incorpora al C.P 117 25.930 21/9/2004 Incorpora inciso sobre defraudación me-
nuevas figuras de defraudación. X diante uso de tarjetas de compra. Equipara
102 25.742 20/6/2003 Disminuye la escala penal para los encubrí- la moneda extranjera a la nacional para su-
dores de los delitos de privación ilegítima puestos de falsificación y deroga el art. 286.
de la libertad y secuestro extorsivo que 118 25.932 1/10/2004 Aprueba el Protocolo Facultativo de la
colaboren con la investigación. Convención Contra la Tortura y otros Tra-
103 25.761 16/7/2003 Establece tipos penales relacionados con el tos o Penas Crueles, Inhumanos y Degra-
desarmado de automotores y venta de sus dantes, adoptado en Nueva York. X -
partes. X X + 119 25.948 20/10/2004 Modifica la Ley de Ejecución Penal, agravan-
104 25.764 23/7/2003 Crea el Programa Nacional de Protección a do las condiciones de las libertad asistida. X X +
Testigos e Imputados. 120 25.990 11/01/2005 Modificación al Régimen de Prescripción
105 25.765 23/7/2003 Crea el Fondo Permanente de Recompensas. de la Acción Penal. X X +/-
106 25.767 1/9/2003 Eleva la escala penal para cualquier delito 121 26.052 27/7/2005 Modifica la ley 23.737. X X +
contemplado en el Código cuando estos
fueran cometidos con la intervención de un
26.061 28/09/2005 Ley de Protección Integral de la Niñez y la X X -
menor de 18 años. Adolescencia. Modifica o afecta la inter- (NN (NN (NN
X +
pretación de muchos institutos del régimen yA) yA) yA)
107 25.815 1/12/2003 Modifica el régimen de decomiso de las penal juvenil.
cosas que hayan servido para cometer el
delito o que constituyeran su ganancia. 122 26.087 24/4/2006 Modifica el régimen de exenciones por el
1 i
Modifica la redacción de los arts. referidos delito de encubrimiento.
:-J
'l al delito de encubrimiento. 123 26.216 20/12/2006 Declara la emergencia nacional en materia
108 25.816 9/12/2003 Agrava el delito de homicidio cuando fuere de tenencia de armas de fuego. Programa
cometido por un miembro de las fuerzas de Nacional de Entrega Voluntaria de Armas
seguridad, policiales y P.enitenciarias, abu- de Fuego.
sando de su función o cargo. Agrava también 124 26.247 22/5/2007 Implementa la Convención sobre la Prohi-
el hurto y abigeato cuando fueran cometidos bición del Desarrollo, la Producción, el Al-
por miembros de las fuerzas de seguridad, macenamiento y el Empleo de Armas Quí-
policiales y penitenciarias. X + micas y sobre su destrucción.
109 25.825 11/12/2003 Agrega al C.P la figura del cohecho 125 26.268 13/6/2007 Incorpora al C.P tipos referidos a actos de
internacional. terrorismo, financiamiento de los mismos y
110 25.882 26/4/2004 Agrava las penas para el delito de robo. X X + asociaciones ilícitas con esos fines.

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98 Mariano H. Gutiérrez Trazos para delinear el "populismo punitivo" en el caso argentino 99

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4000

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3356 3254
gresiva de competencias penales de la justi-
3000
2904 3051 :2Y 3127 3142 3095

cia nacional al poder judicial de la Ciudad 25~ 2497


Autónoma de Buenos Aires. 2500 2288 - 2262

1828
2043 ~ 1979 ,.,. _,.,,
2035
__ ___ · ~ " ' ~ . ,~
, 2074 1916 1872 1809
127 26.362 16/4/2008 Incorpora como artículo 193 bis el delito de 2000
1650 ~ ~~
1484 155a 1330 1410 15~_...47t(s;""
correr picadas. 1500
994 1018 1 015
~.5 ~n--="-·
128 26.364 29/8/2008 Ley de Prevención y Sanción de la Trata de 1000
X ~- 567 582 579 627 642 u,u 697
Personas y Asistencia a sus Víctimas. 500
255 281 319 369 389 423 440
. .
467 508 548
-
129 26.388 4/6/2008 Amplía tipos penales para documentos .
informáticos. Año Año Año Año Año Año Año Año Año Año Año Año Año Año Año Año Año
1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007
130 26.394 6/8/2008 Deroga el Código de Justicia Militar.
1 ...,_ Hechos Delictuosos .....,_ Contra las personas --t:l-Contra las propiedad 1
131 26.472 20/1/2009 Modificaciones a la Ley 24660, al C.P y al
Código Procesal Penal de la Nación, referidas
a la prisión domiciliaria. X X - Fuente: SNIC 2007, Dirección Nacional de Política Criminal, Ministerio de Justicia, Segu-
ridad y Derechos Humanos, 2008.
132 26.524 5/11/2009 Incorpora nuevos tipos penales sobre delitos
contra la salud pública.
133 26.538 28/10/2009 Crea el Fondo Permanente de Recompensas.
134 26.546 12/11/2009 Ley de Presupuesto 2010. Fondos destinados CUADR02
al Sistema Penitenciario Federal.
Evolución de tasa de homicidios registrados
135 26.549 18/11/2009 Incorpora al art. 218 bis del Código Procesal
Penal de la Nación Argentina la facultad del

..
Evolución anual de tasas de homicidios dolosos registrados c/100.000 hab
juez de ordenar la obtención de ácido desoxi-
rribonucleico (ADN), del imputado o de otra 10
- -:,
persona, cuando ello fuere necesario para su
identificación o para la constatación de circuns
tancias de importancia para la investigación.
136 26.551 18/11/2009 Modifica el articulado del C.P referido a los
delitos contra el honor. Suprime las penas
9
8
7
6
5
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75 7.6
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7.3 72
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5.5 5,3 5.3

de prisión establecidas para los mismos. X - 4


3
2

Total: 136 reformas legislativas relevadas. 1


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Año Año Año Año Año Año Año Año Año Año Año Año Año Año Año Año Año
1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007

Dirección Nacional de Politica Criminal - Ministerio de Justicia, Seguridad y DD.HH.

Fuente: SNIC 2007, Dirección Nacional de Política Criminal, Ministerio de Justicia, Segu-
ridad y Derechos Humanos, 2008 .

• 1
11 i ¡ 1
100 Mariano H. Gutiérrez Trazos para delinear el ·populismo punitivo· en el caso argentino 101

CUADRO 3 CUADRO 5
Evolución de la población penitenciaria. Total país Reclusos en todo el país incluyendo comisarías y alcaidías
1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004
Total Censado
Establecimientos 29.690 31.621 34.040 37.885 40.517 46.288 51.998 54.472
Penitenciarios
Otras
Dependencias
(Comisarías y s/d s/d s/d s/d s/d s/d 11.340 10.879
Alcaidías de
Fuerzas de
.¡ Seguridad) 1
31.683
29.690
20.000_J__ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _~ - - - - - - - - - - - - - - Total País 29.690 31.621 34.040 37.885 40.517 46.288 63.338 65.351

Datos corregidos sobre el SNEEP, por la Procuración Penitenciaria de la Nación, 2010


10.000-l.---------------------------- (ppn.gov.ar)

o-l.----.---~-----.-----.---,---,---,-----,----,--,
1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 . 2004 2005 2006
CUADRO 6

Fuente: CELS (2008) sobre datos del SNEEP 2006 (Dirección Nacional de Política Criminal,
Reclusos, valores absolutos y tasas cada 100.000 hab. total nacional
Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, 2006). y las cinco provincias más pobladas (2004)

Provincia Población Reclusos Tasa 2


CUADR04 Tucumán 1343952 853 63,47
Delitos con mayores menciones en las causas de los presos en cárceles Santa Fe 3012871 2.564 85,10
Mendoza 1586058 2.559 161,34
Delitos con mayores menciones Buenos Aires 13883282 23.449 168,90
Córdoba 3079239 5.661 183,84
Total Nacional 36.703.099 65.351 3 178,05

Datos corregidos sobre el SNEEP, por la Procuración Penitenciaria de la Nación, 2010


(ppn.gov.ar)

1 Sin datos aún en algunas provincias.


Robo y/o tentativaa Homicidios dolosos Infracción Ley Nº 23737 2 Al no tener discriminados los reclusos en comisarías y otras dependencias
de robo (Estupefacientes)
por provincia las tasas se ven disminuidas en especial las de las provincias de Buenos
Aires, Santa Fe y Mendoza. .
3 El.total nacional incluye reclusos en Comisarías, Gendarmería Nacional y
Estadísticas establecimientos penitenciarios, total Nación (2007). Prefectura Naval, tal como se presenta en el Cuadro 1, por ello la tasa se diferencia de
Fuente: SNEEP 2007 (Dirección Nacional de Política Criminal, Ministerio de Justicia, Se.guri- las que se calculan solamente a partir de la cantidad de reclusos alojados en unidades
dad y Derechos Humanos, 2008). penitenciarias.
Trazos para delinear el ·populismo punitivo· en el caso argentino 103
102 Mariano H. Gutiérrez

CUADR07
Superpoblación penitenciaria (2004) LOO<!

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4 Diferencia entre los prisioneros y la capacidad penitenciaria total, es el cálcu- o w
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lo que se realiza en el censo del SNEEP.


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5 Suma de todos los reclusos que exceden la capacidad de las unidades en
que se encuentran presos. Slfü
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6 Sobrepoblación efectiva multiplicada.por dos, bajo la consideración de que vlfü i-g


cada recluso que excede la capacidad de una cárcel implica el hacinamiento de él &L6i !!
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mismo y al menos de otro. o.
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7 Los datos sobre capacidad de cada Unidad no fueron respondidos por to-
das las autoridades penitenciarias, de allí la inconsistencia con el número total de pri-
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8 Para hacerse una idea más precisa del desborde de la capacidad de alojamien-
to del SPF deberíamos contar con datos sobre reclusos federales presos en unidades
provinciales u otras dependencias, pero no hay información oficial al respecto.

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