Hepatitis A y B
Hepatitis A y B
Hepatitis A y B
CARRERA DE ENFERMERÍA
SEMESTRE:
CUARTO “A”
ASIGNATURA:
ENFERMERÍA CLÍNICA
TEMA:
HEPATITIS-A
HEPATITIS-B
NOMBRE:
DOCENTE:
PERIODO ACADÉMICO:
2023 -2S
HEPATITIS VÍRICA
Objetivos
Describir la anatomía y fisiología del hígado
Describir el concepto y fisiopatología de la hepatitis A y hepatitis B
Describir los signos, síntomas, exámenes complementarios de la hepatitis A y
hepatitis B
Introducción .
La hepatitis vírica es una infección sistémica
debido a un virus, en la cual la necrosis e
inflamación de las células hepáticas del hígado
producen un conjunto característico de
cambios clínicos, bioquímicos y celulares.
Cuando esta inflamación ha aparecido
recientemente hablamos de hepatitis aguda y a los procesos que duran más de seis
meses les llamamos hepatitis crónicas
Hasta la fecha, se han identificado cinco tipos definitivos de hepatitis vírica: A, B, C, D
y E. Las hepatitis A y E son similares en el modo de transmisión (vía fecal-oral), en
tanto que las hepatitis B, C y D comparten muchas otras características.
La trasmisión de los virus A y E se produce a través del agua y alimentos contaminados,
por lo que una buena higiene en la alimentación y un tratamiento adecuado del agua y
los alimentos puede ayudar a prevenir el contagio. Además, para el virus de la hepatitis
A existe una vacuna muy eficaz que ya se está empezando a incluir en los calendarios
de vacunación.
Las hepatitis B, C y delta se transmiten por la sangre y por las relaciones sexuales,
aunque el virus C es muy poco eficaz en su transmisión por vía sexual.
Anatomía del hígado
El hígado está situado en la parte superior derecha de la cavidad abdominal, debajo del
diafragma y por encima del estómago, el riñón derecho y los intestinos. El hígado es un
órgano de color marrón rojizo oscuro con forma de cono que pesa alrededor de 3 libras.
Funciones del hígado
Filtrar la sangre del tracto digestivo
Detoxificación y metabolismo de medicamentos
Producción de proteínas y factores de coagulación
Hepatitis A
Definición
La hepatitis A, antes llamada hepatitis infecciosa, se debe a un virus de ARN de la
familia de los enterovirus se ha observado sobre todo entre la población adulta que
causa inflamación del hígado y afecta su funcionamiento.
Este tipo de hepatitis suele trasmitirse por contacto fecal-oral o mediante alimentos o
agua infectados por materia fecal. También puede transmitirse durante la actividad
sexual, sobre todo mediante el contacto oral-anal, las relaciones anales y con múltiples
parejas sexuales (Dan, et al., 2015; Goldman y Schafer, 2015). La hepatitis A no se
transmite por transfusiones sanguíneas.
El período de incubación se estima entre 2 y 6 semanas, con un promedio de 4 semanas.
La enfermedad puede ser prolongada y durar 4-8 semanas. Por lo general, la duración y
gravedad aumentan en personas con más de 40 años de edad. Casi todos los pacientes se
recuperan de la hepatitis A; rara vez progresa a necrosis aguda o insuficiencia hepática
fulminante que provoque cirrosis hepática o muerte. El índice de mortalidad de la
hepatitis A es de alrededor del 0.5% para los menores de 40 años y el 1-2% para
personas mayores.
Signos y síntomas
En la fase preictérica:
Cefalea
Malestar general
Fatiga
Anorexia
Fiebre
En la fase ictérica:
Orina de coloración oscura
Ictericia en la esclerótira y la piel
Flatulencias
Acidez
Fisiopatología
La fisiopatología de la hepatitis A implica la respuesta inmune del cuerpo ante la
infección viral. El sistema inmunológico reconoce al VHA como un agente extraño y
desencadena una respuesta inmune para combatir la infección. Esta respuesta inmune
incluye la liberación de sustancias inflamatorias, como los interferones y las citoquinas,
para eliminar el virus del hígado.
Sin embargo, durante esta respuesta inflamatoria, se produce daño en las células
hepáticas sanas circundantes, lo que provoca inflamación y disfunción hepática.
Además, la eliminación de las células infectadas y la regeneración del hígado pueden
llevar a la formación de cicatrices (fibrosis) si la inflamación persiste durante un
período prolongado.
Exámenes complementarios
Análisis de sangre. La detección de los virus de la hepatitis se realiza a través de un
simple análisis de sangre. Cuando una persona entra en contacto con alguno de los virus
que pueden provocar hepatitis, el sistema inmunológico responde produciendo
anticuerpos. Si existen anticuerpos para uno de los virus de la hepatitis indica que ha
habido contacto con el virus en algún momento de la vida. Existen anticuerpos tipo IgG
que indica infección crónica o pasada y tipo IgM que indica infección aguda o reciente.
En la analítica de sangre también se obtiene información sobre el estado del hígado.
Las transaminasas son proteínas que se encuentran dentro de las células del hígado
(hepatocitos). Existen 2 tipos diferentes de transaminasas, la AST y la ALT. El nivel de
transaminasas proporciona información sobre la inflamación hepática y la destrucción
de células hepáticas, pero los valores bajos o normales no excluyen la existencia de
enfermedad en el hígado ni los valores muy elevados indican necesariamente una
enfermedad avanzada.
Además de las transaminasas, en la analítica sanguínea existen otros parámetros que
pueden ser útiles para evaluar la gravedad de la afectación hepática.
Bilirrubina total. La bilirrubina es producida por el hígado y eliminada a través
de la bilis. Su acumulación produce una elevación en la analítica y es la
responsable de la coloración amarillenta de la piel característica de las
enfermedades del hígado (ictericia). Es frecuente que se eleve en las hepatitis
agudas por los virus de la hepatitis A, B y E.
Albúmina. Es la principal proteína de la sangre con múltiples funciones. Se
produce en el hígado y su descenso en sangre indica que el hígado no está
funcionando de forma correcta.
Tiempo de protrombina. Es una prueba que se realiza en el laboratorio con una
muestra de sangre que mide la capacidad de coagulación de la sangre. Las
proteínas relacionadas con la coagulación sanguínea se producen en el hígado. Si
el hígado no funciona bien debido a un daño agudo o crónico, se puede alterar la
coagulación sanguínea al no producir dichas proteínas y la sangre tarda más
tiempo en coagular. En el caso de una hepatitis aguda su alteración indica que la
hepatitis es grave y que existe un fallo hepático.
En el hemograma se observan las distintas células de la sangre: las hematíes
(glóbulos rojos), los leucocitos (glóbulos blancos) y las plaquetas. También es
útil para ver alteraciones asociadas a la enfermedad hepática, sobre todo en la
enfermedad hepática avanzada como la cirrosis, en la cual es habitual ver bajo
nivel de hematíes (anemia), de leucocitos o de plaquetas.
Ecografía abdominal. Es una técnica de imagen que permite ver el hígado y las
diferentes estructuras en función de su densidad, quistes hepáticos, tumores hepáticos,
cálculos en la vesícula o en los conductos biliares, valorar el tamaño y el flujo de la
vena porta y las arterias hepáticas, el tamaño del hígado y la uniformidad o no de este.
Cuidados de enfermería
Orientar a los pacientes sobre prácticas seguras para la manipulación y
preparación de los alimentos.
Fomentar la consciencia de la higiene individual.
Promover la sanidad apropiada en la comunidad y en el hogar.
Propiciar el informe obligatorio de la hepatitis vírica en los centros de salud
locales.
Fomentar programas de educación en la salud en la comunidad.
Promover la vacunación para el control de epidemias en la comunidad.
Recomendar la vacunación preexposición en todos los niños de 12-23 meses de
edad, y dar continuidad a los programas de inmunización existentes para niños
de 1-18 años de edad.
Se recomienda la vacunación para viajeros a países en vías de desarrollo,
usuarios de drogas ilegales (que usen o no inyecciones), hombres que tienen
sexo con otros hombres, personas con hepatopatías crónicas, que trabajan con
animales infectados por VHA o en laboratorios de investigación del virus, y en
receptores de productos de plasma combinados para alteraciones de los factores
de coagulación.
Realizar una supervisión de salud eficaz en escuelas, dormitorios, centros de
cuidados continuos, cuarteles y campamentos.
Hepatitis B
Definición
La hepatitis B es una infección hepática potencialmente mortal causada por el virus de
la hepatitis B (VHB). Representa un importante problema de salud a escala mundial. Se
puede cronificar y conlleva un alto riesgo de muerte por cirrosis y cáncer de hígado.
Se transmite sobre todo a través de la sangre (vía percutánea y a través de las mucosas).
El VHB se puede encontrar en la sangre, saliva, semen y secreciones vaginales, y se
transmite a través de las membranas mucosas y cortes en la piel. El VHB también se
transmite de madres portadoras a sus hijos, en especial en áreas con una incidencia
elevada (p. ej., el sudeste asiático). Por lo general, la infección no se transmite vía
umbilical, sino al momento del nacimiento y durante el contacto cercano posterior
Tiene un tiempo de incubación prolongado. Se replica en el hígado y permanece en el
suero durante períodos relativamente largos, lo que facilita su transmisión
Casi todas las personas (más del 90%) que contraen una infección por el VHB
desarrollan anticuerpos y se recuperan de manera espontánea en 6 meses. El índice de
mortalidad de la hepatitis B se informa tan alto como del 1%.
Otro 10% de los pacientes con hepatitis B progresa a un estado de portador o desarrolla
hepatitis crónica con infección persistente por VHB y lesión hepatocelular e
inflamación. En todo el mundo, ésta es la causa más importante de cirrosis y carcinoma
hepatocelular (CHC), con tasas altas de mortalidad
De hecho, cerca del 15% de los pacientes que desarrollan hepatitis B crónica durante la
edad adulta mueren por cirrosis o cáncer de hígado
Signos y síntomas
De forma ocasional, hay fiebre y síntomas respiratorios; algunos pacientes tienen
artralgias y exantemas. También se puede presentar pérdida de apetito, dispepsia, dolor
abdominal o generalizado, malestar y debilidad. La ictericia puede no ser evidente, pero,
si se presenta, la acompañan heces de color claro y orina oscura. El hígado puede ser
doloroso a la palpación y aumentar de tamaño (12-14 cm de forma vertical). En algunos
pacientes se palpa el bazo y puede haber esplenomegalia; los ganglios linfáticos
cervicales posteriores también pueden presentar crecimiento anómalo. Los episodios
subclínicos ocurren con frecuencia.
Fisiopatología
El virus de la hepatitis B no es citopático, y la inflamación hepática depende de la
respuesta inmune del individuo infectado. A mayor respuesta inmunológica, se va a
presentar más inflamación hepática y la infección aguda es clínicamente más evidente.
Hay más riesgo de insuficiencia y falla hepática porque la respuesta inmune lleva a la
destrucción masiva de los hepatocitos infectados, pero a la vez hay mayor probabilidad
de curación y control de la infección. Si la respuesta inmune es deficiente, se va a
manifestar menos en su forma clínica ya que la necroinflamación será menor, pero el
riesgo de cronicidad se aumentará, como sucede en coinfectados con VIH o en pacientes
inmunosuprimidos (ej. hemodiálisis, quimioterapia)
Exámenes complementarios
En el diagnóstico de hepatitis B se utilizan los marcadores serológicos ampliamente
disponibles en los laboratorios clínicos. Lo importante es saber hacer una correcta
interpretación de los mismos. Es así como se pueden dividir los individuos en cuatro
grandes grupos: