Jeremias y Daniel

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Biografía de la vida del profeta Jeremías

Jeremías fue un Profeta judío, autor del Libro Jeremías, del Antiguo Testamento. Fue
elegido por Dios para ser profeta de las naciones de todo el mundo y para predicar el
arrepentimiento del Reino de Judá por dejar de lado a Dios y optar por idolatrar a otros
dioses. Les anticipó que si no se arrepentían de sus pecados sufrirían un duro castigo:
una nación enemiga (Babilonia) los vencería y Jerusalén sería destruida. Al mismo
tiempo, les llevó un mensaje de esperanza y salvación, les vaticinó que no todo estaría
perdido porque Dios reuniría al Reino de Judá nuevamente. Los judíos, descreídos y
enojados por sus profecías, lo arrestaron y encarcelaron. Algunos estudios le atribuyen
también la autoría de los Libros Lamentaciones y de los Reyes, pero no hay nada que lo
avale.
650 a.C.
Nació en la ciudad de Anatoth, perteneciente al Reino de Judea, en el seno de una familia
de sacerdotes; su padre fue el sacerdote Hilcías.
Predicó la palabra de Dios, en el Reino del Sur, o Reino de Judá, a lo largo de unos 40
años.
626 a.C.
Es el autor del libro del Antiguo Testamento que lleva su nombre.
Inició formalmente su prédica, durante el reinado de Josías.
En aquella época, la región de Oriente Medio estaba dominada por los asirios.
El imperio babilónico amenazó a los asirios y Egipto salió en apoyo de estos cruzando
Palestina. Josías decidió atacar a los egipcios y fue muerto en combate.
605 a.C.
Joaquín sucede a Josías y se sometió a los designios del rey Babilónico Nabucodonosor.
Tiempo después, Jeremías, criticó la decisión de Joaquín de rebelarse contra la autoridad
babilónica.
Fue perseguido por Joaquín, quien al tiempo murió en un enfrentamiento, cuando
Babilonia atacó Jerusalén.
Se empeñó en limitar y vencer el avance de la idolatría y de las inmoralidades que
emanaron del pueblo judío.
586 a.C.
Fue encarcelado, tras la caída de Jerusalén y la huida a Egipto. Los judíos lo llevaron con
ellos, y de acuerdo con el uso y costumbre de aquel tiempo, lo asesinaron a pedradas.
Se presume que todo el contenido del libro lo escribió él, valiéndose de la asistencia de un
escriba, un profesional muy requerido y respetado por aquellos tiempos, que manejaba a
la perfección la escritura hebrea.
Contiene enseñanzas, profecías y consejos que fueron parte de su servicio profético en el
Reino de Judá.
Comienza con una introducción; está dividido en tres partes: oráculo contra Judea y
Jerusalén (se propone que el pueblo judío recapacite y mejore su conducta); oráculo de
salvación sobre Judea y Jerusalén; oráculo contra las naciones; y finalmente un apéndice
histórico.
Muchos de los habitantes de Jerusalén renegaron de la palabra de Jeremías, siguieron en
el camino de pecado, y sucedió lo anunciado por él: Jerusalén fue destruida y el pueblo
llevado cautivo a Babilonia.
En su libro quedó evidenciada la alianza de Dios con el pueblo judío y que la misma
demandó un compromiso, en tanto, cuando no se cumplió, Dios, mostró su enojo.
Una particularidad del libro, es que presenta datos biográficos del autor y da cuenta de la
angustia que atravesó el profeta a razón de la fuerte oposición con la cual se topó cuando
comenzó a predicar, algo bastante curioso para uno de estos libros proféticos.
Otra cuestión sobre la cual informa el libro es sobre la doctrina de la preordenación: Dios,
les otorga a determinadas personas, responsabilidades y tareas a cumplir en su vida
terrenal. En su caso, Dios, lo encomendó como profeta de las naciones, y por tanto, le
atribuyó la fuerza y la fe necesarias para desempeñarse como tal y sin claudicar ante las
persecuciones y violencia que sufriría.
Por otra parte, también reveló el nuevo pacto que Dios suscribiría con el pueblo tras la
destrucción.
Lo volvería a reunir y lo llenaría de fortaleza para un nuevo comienzo.
Asimismo, anticipó que Dios mandaría pescadores y cazadores para juntar a Israel.
Dio cuenta que los servidores de Dios mantuvieron con él un vínculo íntimo y
comprometido, y que los actos que emanan de estos deben ser genuinos y
desinteresados, sino no tiene sentido.
Dios lo envió a la nueva tierra prometida para que comprase propiedades que implicaron
la reunión de los judíos.
Cuando le informó sobre estas cuestiones, el rey Sedequías, las quemó y rompió. Por
supuesto, el monarca hizo caso omiso a las mismas y finalmente Jerusalén fue derrotada.
Los judíos que no fueron tomados cautivos y llevados a Babilonia fueron protegidos por
Dios, si es que decidían no regresar a Egipto.
585 a.C.
Falleció en Egipto, durante el cautiverio del pueblo judío, a quien decidió acompañar a
pesar de estar en contra de las decisiones tomadas por sus gobernantes.

Referencia: www.google.com
Biografía de la vida del profeta Daniel
El profeta Daniel fue uno de los grandes personajes de la Biblia. Su vida estuvo llena de
dolor: vio la invasión de su querida Jerusalén por el rey Nabucodonosor y fue llevado
como esclavo a Babilonia junto a sus amigos Sadrac, Misael y Azarías. En aquella tierra
extraña Daniel luchó para mantenerse fiel a Dios en medio de una cultura pagana. Su
perseverancia y fidelidad provocaron muchas persecuciones, pero también hacían que
Dios se mantenía cuidándolo y respaldándolo.
En Persia Daniel sirvió bajo varios reyes: Nabucodonosor, Belsasar, Darío y Cirio. Se
ganó el favor de cada uno al interpretar sueños y prodigios cuando nadie más en la nació
podía brindarle ese tipo de ayuda a los reyes. Esto resulto en que los reyes lo pusieran en
altos cargos y hasta llegó a ser gobernador de Babilonia. También, cuando sus enemigos
conspiraban contra el profeta Daniel, los reyes salían a su ayuda.
La vida del profeta ha dejado un gran legado en lo que se trata la oración y la devoción a
Jehová. Fue por estas razones que fue perseguido y echado al foso de los leones. Al
mismo tiempo, estas cosas hacían de Daniel un hombre justo delante de Jehová y digno
de recibir unas revelaciones extra ordinarias sobre Israel y el destino de toda la
humanidad.
Algunos consideran a Daniel un profeta, aunque otros debaten si fue asi. Como nota
Albert H. Baylis en su libro “Desde la creación hasta la cruz,” algunos no consideran que
Daniel tuvo una carrera de profeta al estilo antiguo de Samuel, Isaías y etc. Otros creen
que el solo recibió visiones como las recibió José. De todos modos Daniel es considerado
uno de los profetas mayores del antiguo testamento. Nadie puede negar el impacto de su
vida en un punto crucial en el pueblo de Israel, y el significado de sus visiones para el
reino venidero.
Aparte de su el libro que lleva su nombre, Daniel también nos ha dejado el ejemplo
de ayunar. Uno de sus legados es popular en el día de hoy como el ayuno de 21 días.
Vida antes del exilio
De acuerdo al primer capítulo de Daniel, el profeta vivió parte de su juventud en Jerusalén
antes de que Nabucodonosor invadiera la ciudad y empujara a Judá al exilio. Algunos
creen que Daniel tenía más o menos 17 años de edad cuando esto sucedió. Era miembro
de la familia real y de la tribu de Judá (1.1,6).
Daniel llega a Babilonia
La invasión de Nabucodonosor ocurrió como dice el capítulo 1, “en el año tercero del
reinado de Joacin, rey de Judá.” Nabucodonosor ordenó a Aspenaz, jefe de los eunucos,
para que tomara jóvenes de la casa real que debían ser “bien parecidos y sin defectos
físicos, capacitados en todo conocimiento, inteligentes y capaces de aprender, y con las
cualidades suficientes para estar en el palacio del rey.” (1. 4) Entre estos jóvenes estaban
Daniel y sus amigos Jananias, a quien le cambiaron el nombre a Sadrac, Misael (Mesac)
y Azarías (Abednego). A Daniel le toco el nombre Beltsasar (1.7).
Parte del entrenamiento de los jóvenes que entrenarían en el servicio del rey requería que
ellos pasaran tres años de preparación, y eran alimentados con porciones de la comida y
el vino que le servían al rey. Por temor a Jehová, Daniel y sus amigos no quisieron tomar
de la comida que le servían a los demás y convencieron a sus superiores que solo le
dieran legumbres para comer durante 10 días. Al final del ese tiempo estos jóvenes fueron
encontrado ser más saludables que los que comían la comida regular, y también poseían
un conocimiento superior en todo tipo de sabiduría y ciencias. En particular, Daniel tenía
el don de interpretar sueños y visiones. (1.8-21)
Daniel y el rey Nabucodonosor
En el capítulo 2 de Daniel vemos que Nabucodonosor estaba perdiendo el sueno porque
había tenido una serie de pesadillas. El rey consultó con todos sus magos, astrólogos,
adivinos y hechiceros, pero ningunos pudieron ayudar al rey. Esto enfureció tanto a
Nabucodonosor, que el ordeno la ejecución de todos los sabios en la nación. Resulta que
Daniel y sus amigos eran considerados entre los sabios y los cuatro estaban bajo
amenaza de muerte. Al enterarse Daniel de la situación, se puso de acuerdo con Sadrac,
Mesac y Abednego para pedirle ayuda a Dios en cuento a la situación. Dios responde
revelándole a Daniel el significado de los sueños, y el logra presentarse delante del rey
con esta información.
Con la ayuda de Dios Daniel pudo describirle el sueno a Nabucodonosor y explicarle su
significado. Esto hace que el rey se humille y reconozca la grandeza del Dios de Daniel.
El profeta cae en gracia con el rey y recibe muchos honores, incluyendo que lo nombró
gobernador de la provincia de Babilonia y jefe supremo de todos los sabios de la nación.
(2. 48)
Después de un tiempo Nabucodonosor vuelve a tener otro sueño y nuevamente consulta
a Daniel. Esta vez el sueño revelaba la condenación que Dios le enviaría al rey, y la cual
se cumplió tan pronto Daniel lo interpretó. Nabucodonosor, tal como advirtió Dios, fue
expulsado y se volvió loco.
Daniel y el rey Belsasar
Belsasar fue el hijo y sucesor de Nabucodonosor. Un día el rey tuvo una fiesta en el
palacio, donde usaron utensilios adquiridos del templo de Jehová en Jerusalén durante la
invasión, y donde se adoraron a los reyes paganos. De repente apareció una mano que
escribía algo en la pared. El rey, alarmado, convoca a los magos y adivinos para descifrar
lo que dice; nadie pudo y al fin llamaron a Daniel. Daniel explica el disgusto de Dios con
Belsasar, expresado en las frases en la pared. También comunica el castigo que Dios
enviaría sobre el rey. Esa misma noche murió Belsasar. (Capitulo 5)
Daniel, el rey Darío y el foso de los leones
El conocido incidente de Daniel y el foso de los leones ocurrió durante el reinado de
Darío. Daniel, como andaba bajo la gracia de Dios, se ganaba también la gracia de cada
rey. Darío no fue una excepción. Esto hace que los gobernadores y los sátrapas
envidiaran a Daniel. Ellos convencieron a Darío a que ordenará que nadie en el reino
orara a otro dios o persona que no fuese el rey. Hicieron esto sabiendo que Daniel nunca
haría eso y así fue. Al aprender sobre el edicto real, Daniel no se escondió, sino que oro
en su casa con las ventanas abiertas como desafío. Fue arrestado y echado al foso de los
leones como castigo.
Una vez más los enemigos de Daniel no consideraron que este servía al Dios
Todopoderoso. Al día siguiente Darío corrió al foso porque se había arrepentido que
Daniel calló víctima de los líderes de la nación. Cuando llegó, a la sorpresa de todos,
Daniel estaba vivo y tranquilo en medio de los leones. En ese momento el rey ordenó que
los líderes del complot contra Daniel fueran echados al foso, y ellos si murieron. (Capitulo
6)
Visiones proféticas
Las cuatro bestias y visión del Altísimo: En el capítulo 7 de Daniel leemos sobre la visión
que el profeta tuvo en donde vio cuatro bestias: un león con alas de águila; una como un
oso; un leopardo con alas de ave y con cuatro cabezas; y la cuarta bestia era una
“espantosa y terrible, y extremadamente fuerte” con colmillos de hierro y diez cuernos.
Cada una de esas bestias representa a reyes que se levantarían en la historia de la
humanidad hasta el fin del mundo. Después de las bestias Daniel ve uno “semejante a un
hijo de hombre”(Jesús) a quien “se le dio el dominio, la gloria y el reino, para que todos los
pueblos y naciones y lenguas le sirvieran. Y su dominio es eterno y nunca tendrá fin, y su
reino jamás será destruido.”
La visión deja a Daniel perturbado pues la cuarta bestia causa terror y otras cosas el
simplemente no las entiende. Lo que Daniel ve es el surgimiento del anticristo (la cuarta
bestia)y como este será derrotado y condenado una vez por todas. También ve que el
Altísimo reinara para siempre.
Visión del carnero y del macho cabrío: Encontramos esta visión en el capítulo 8. Aquí
Daniel ve otra visión de los últimos tiempos. En esta ocasión la visión se refiere al imperio
de Persia y al de Grecia (las segunda y tercera bestias), y el papel que jugarían en
relación a Israel.
Las setentas semanas: Esta visión la vemos al final del capítulo 9 después de que Daniel
ayuna unos 21 días a favor de Israel y en busca de entendimiento de las cosas que ha
visto.
Libro de Daniel
Daniel nos dejo unos escritos que hoy forman parte del antiguo testamento como un solo
libro. Simplemente titulado con el nombre del profeta, el libro es como una autobiografía
que empieza cuando Daniel llego a Babilonia hasta su vejez. Como hemos visto en este
articulo, prácticamente todo lo que sabemos de los detalles de la vida de Daniel provienen
de este libro. La fecha que le otorgamos es entre los años 605 y 536 bC. Es uno los libros
que se escribieron mientras Israel estaba bajo exilio en Persia.

Referencia: www.google.com

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