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Ficha N°1

Razones del derecho al agua Razones del Pág. 19ss


Derecho al agua
En primera medida, es importante que el agua constituya un recurso indispensable
para la vida y por tal motivo los derechos sobre ésta deberían entenderse como
auténticos derechos naturales antes incluso que como meros derechos jurídicos
otorgados por el Estado o reconocidos por la ley. De esta afirmación de aduce que
el derecho al agua no es solo la consecuencia de la necesidad de este elemento
para vivir.

Ahora bien, si tuviéramos en cuenta en el nivel político o moral que el acceso que se
tiene a la cantidad de agua indispensable para cubrir las necesidades humanas
básicas constituye una condición esencial para una vida digna y por tanto, un
auténtico derecho fundamental, sería útil por un lado asegurar una gestión del
recurso fundada en el interés general y la participación activa de las comunidades y
por otro, su reconocimiento pleno en el orden jurídico vigente debidamente
garantizado por el Estado. Desafortunadamente, el actual proceso de globalización
resulta adverso para ambas tareas porque a una gestión equitativa y sostenible del
agua, se oponen hoy los intereses de los grandes capitales mundiales que ya han
influido de manera determinante sobre los Estados y Organizaciones
Internacionales, para conseguir una regulación en materia de agua que redunde en
su beneficio.

Efectivamente, con el paso del tiempo y bajo presión de las Corporaciones


mundiales y Organismos Financieros Internacionales, los Estados han ido
renunciando al control de sus recursos hídricos y a garantizar a la sociedad el
acceso básico a los mismos; lo que ha supuesto el sometimiento del agua a las
leyes del mercado global, donde la distribución de los recursos se determina
exclusivamente a partir de la capacidad pagar. Por esta razón, el derecho natural de
acceso al agua reclama un marco normativo que garantice su vigencia ya no solo
frente a los poderes públicos, sino frente a todos los poderes privados involucrados
en la explotación y manejo de este recurso vital. Estos actores jurídicos deben
garantizar el acceso de los individuos y las comunidades a las fuentes naturales de
agua, y lo que hacen es impedir que cualquier agente limite las posibilidades de
acceso al “agua gratis” entendida como aquella que se toma de las proximidades y
se considera como un recurso de patrimonio cultural.

Finalmente en cuanto a este tema, es indispensable asegurar la responsabilidad del


usuario a través de la aplicación de políticas tarifarias adecuadas, esto es,
sencillamente, establecer criterios de racionalidad económica en los usos
comprendidos en la teoría de “agua-Business”
1. La relación del Derecho al agua con otros derechos

El actual consumo y destrucción de los recursos del agua resultara insostenible en


unos cuantos años afectando de manera directa el pleno disfrute de derechos tales
como la vida, la salud, la vivienda o el medio ambiente, el cual resultara inviable en
ausencia de la oportuna disponibilidad del agua. En efecto, como el derecho a una
vida digna implica la posibilidad real de satisfacer una serie de necesidades
socioeconómicas, garantizar este derecho conlleva para el Estado la obligación de
velar por el acceso igual de todos los factores determinantes básicos de la salud,
tales como alimentos nutritivos, agua potable, condiciones sanitarias adecuadas,
vivienda y el acceso a una educación básica fundamental.

1.1. El Derecho al agua y el Derecho a la vida.

El comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas ha establecido, que el


derecho a la vida deriva la obligación estatal de eliminar cualquier situación que la
amenace y esto incluye la adopción de medidas para incrementar las expectativas
de vida, es decir, las condiciones mínimas en materia de alimentación,
abastecimiento de agua potable, vivienda digna, salubridad e higiene.

De igual modo, en el seno de la Subcomisión de Promoción y protección de los


Derechos Humanos de la Comisión de Derechos Humanos de UN, se ha
establecido que el derecho a la vida se descompone en cuatro derechos esenciales,
a saber: A. El derecho a la alimentación adecuada. B. El derecho a contar con agua
potable. C. El derecho a la vivienda. D. El derecho a la salud. En este sentido, se
entiende que para los operadores jurídicos resulta cada vez más evidente que si el
agua es la fuente misma de la vida, la falta de acceso a este recurso y el
saneamiento básico pone en peligro la vida de millones de personas; es decir, privar
a alguien de ella equivale a mofarse de su derecho a la vida.

1.2. El Derecho al agua y el Derecho a la salud

Según la Organización Mundial de la Salud, esta es un estado de completo


bienestar físico, mental y social y no solo la ausencia de afecciones y
enfermedades. Dentro de los requisitos para su plena satisfacción se incluyen paz,
la vivienda, la educación, la justicia social y el uso sostenible de los recursos entre
otros. Estos criterios ponen de relieve no solo la indivisibilidad e interdependencia
entre estos derechos, sino en concreto, la estrecha relación entre el derecho a la
salud y la satisfacción de otras necesidades básicas también de contenido
económico y social y entre las cuales, el acceso al agua potable ocuparía un lugar
primordial.

La salud humana está tan estrechamente vinculada al acceso básico y seguro al


agua, que el origen del 85% de las enfermedades en los países pobres tiene que
ver con la escasez o mala calidad del agua. Así, la mitad de las personas que viven
en países en desarrollo sufren patologías ocasionadas directamente por infección a
través del consumo de alimento o agua contaminados o indirectamente por
organismos portadores de enfermedades que se crían en el agua.

En este sentido, puesto que el agua es indispensable para la vida, es lógico


reconocer el estrecho vínculo entre el agua potable y la salud. En efecto, la calidad
del suministro de agua y de alimentos, así como de servicios de saneamiento e
higiene publica son determinantes para la salud.

1.3. El Derecho a agua y el Derecho a la vivienda

Igual que respecto de otros derechos de contenido económico y social, la idea de


reconocer al acceso a una vivienda adecuada su condición de auténtico derecho,
dotado de garantías realmente efectivas para su exigibilidad, ha suscitado el
rechazo de la doctrina más clásica que entienda que en realidad no se trata de
derechos sino de meros principios programáticos que deben simplemente informas
las actuaciones de los poderes públicos. Sin embargo, el derecho a una vivienda
digna se encuentra plenamente reconocido por el PIDESC y ha sido objeto de
desarrollo por parte del Comité de la DESC. Así, se ha establecido que el acceso al
agua potable está directamente vinculado a la cuestión de la vivienda, que ha sido
expresamente reconocida por el comité al reconocer que una vivienda adecuada
debe contener ciertos servicios indispensables para la salud, la seguridad,
comodidad y nutrición, implicando condiciones elementales de habitabilidad y
salubridad e higiene que están evidentemente supeditadas a un acceso seguro al
agua.

2. El impacto de la globalización sobre el Derecho al Agua

La manifestación más evidente del progresivo control de los recursos hídricos por
las grandes capitales, es el surgimiento de los “señores del agua”, sociedades
trasnacionales que aspiran al control privado y lucrativo de los recursos hídricos y
que se extienden ya por las principales ciudades del mundo. De este modo, solo el
reconocimiento del derecho al agua como un auténtico derecho humano, podría
poner freno a estas amenazas e instaurar la lógica del acceso universal
desmercantilizado.

Por otra parte, al percibir la importancia estratégica del agua, algunos Estados han
desarrollado sus propios planes de hegemonía nacional, regional o internacional a
través del control privativo de este recurso, agravando las situaciones de escasez y
conflicto. Y si bien, en principio estas guerras por el agua tienen una dimensión
global, en la medida en que involucran culturas y ecosistemas distintos, se están
reproduciendo igualmente al interior de los Estados, donde la política nacional en
materia de agua resulta incapaz de desarrollar un modelo de gestión equitativo y
sostenible. En esencia, se trata del conflicto entre quienes buscan agua suficiente
para satisfacer necesidades básicas y las Corporaciones globales y los Gobiernos
que buscan el beneficio económico y la concentración de poder.

3. Construcción de Presas

Alrededor del mundo muchos gobiernos han visto en las presas la solución a los
problemas de la creciente demanda de agua; ero entienden además que esta
demanda en aumento es indicador de progreso económico. Por tanto, han
considerado que se justifica plenamente el sacrificio de los ecosistemas acuáticos,
en aras de la satisfacción de una demanda que contribuya a impulsar un crecimiento
económico indefinido.

Aun así, las grande presas lo que hacen es contribuir al calentamiento global, en la
medida en que la vegetación sumergida y en proceso de descomposición, lanza a la
atmosfera ingentes cantidades de dióxido de carbono y metano, dos importantes
gases de efecto invernadero. Un problema adicional es la evaporación de grandes
cantidades de agua. Efectivamente, al multiplicar varias veces el área de la
superficie del agua expuesta al sol, anualmente las presas han ido generando la
evaporación de unos 170 kilómetros cúbicos de agua de los pantanos de todo el
mundo; es decir, casi un 10% de la cantidad global de agua dulce que se consume
en el ejercicio de las principales actividades humanas a escala mundial.

Por todas estas razones han ido surgiendo en el mundo, movimientos opositores a
la construcción de grandes presas, cuya creciente importancia ha permitido reducir
el prestigio de estas estructuras e imponer algunas trabas para su desarrollo. Y es
que, a pesar de que para algunos las grandes obras hidroeléctricas han aportado
una contribución significativa, en muchos casos esa contribución se ha realizado a
costes ambientales, culturales, económicos, humanos inaceptables y los beneficios
se han distribuido de manera desigual.

Finalmente, la cuestión relativa a los costes sociales de la realización de los grandes


proyectos hidráulicos, continúa pendiente; y es que al evaluar los posibles costes
indirectos de estas obras tiende a subestimarse el terrible impacto que suelen tener
en las comunidades que viven en las zonas afectadas. Pocas veces se tiene en
cuenta que miles de personas se ven obligadas a abandonar sus hogares y que las
compensaciones previstas difícilmente pueden contrarrestar las pérdidas
económicas, sociales y psicológicas; en definitiva se pasa por alto que el sufrimiento
humano ocasionado por la construcción de grandes presas constituye un problema
tan serio como las repercusiones medio ambientales. Y en última instancia, las
compañías de los países desarrollados obtienen de la construcción de grandes
presas más riqueza que las poblaciones locales, de hecho, es común que una vez
concluidos los proyectos hidráulicos los habitantes de la zona se encuentren con
que tienen un menos acceso al agua potable y a la energía porque estas se
destinan a poblaciones urbanas a cientos de kilómetros de distancia, a complejos
industriales o turísticos o a la agricultura intensiva, mientras que los sistemas de
riego tradicionales de la comunidad y la gestión del suministro de agua, quedan
distribuidos sin posibilidad de arreglo.

FICHA N°2
El papel clave de las mujeres Carmen Lahoz Pág. 18ss
en la seguridad alimentaria

La declaración de la Cumbe Mundial de la Alimentación de 1996 reconoce la


necesidad de una participación equitativa entre hombres y mujeres para alcanzar la
seguridad alimentaria sostenible para la población mundial. Por eso da una definición
de seguridad alimentaria a nivel de individuo, hogar, nación, estableciendo que esta
se consigue cuando todas las personas en todo momento tiene acceso físico y
económico a suficiente alimento, seguro y nutritivo para satisfacer sus necesidades
alimenticias y sus preferencias, con el objeto de lleva una vida activa y sana.

Por otro lado, es importante tener presente que la seguridad alimentaria se basa en 4
pilares fundamentales:

- La disponibilidad de alimentos (producción o importación)


- Acceso a los alimentos (acceso físico o económico)
- Utilización biológica de los alimentos ingeridos (acceso a agua potable,
saneamiento, servicios de salud y educación.
- Estabilidad, es decir que los tres componentes anteriores sean estables.

1. Las mujeres y la producción de alimentos

Las mujeres rurales se dedican principalmente a la agricultura de subsistencia,


produciendo cultivos básicos (maíz, arroz, trigo) que suponen hasta el 90% de los
alimentos que se consumen en las zonas rurales más desfavorecidas. Además de la
producción de cereales, el cultivo de verduras, legumbres y frutas en los huertos
familiares es una tarea exclusiva de las mujeres. Ellas participan en los cultivos
comerciales realizando tareas diferentes a las de los hombres. Además desempeñan
un papel fundamental en la producción animal, tanto a nivel familiar como en los
sistemas a gran escala, donde se encargan del suministro de agua, limpieza de
establos y ordeño.

2. Las mujeres y el acceso económico al alimento

Estudios realizados durante las últimas décadas en África, Asia y América Latina,
revelaron que las mejoras nutricionales de la familia están directamente relacionadas
con los ingresos de las mujeres y con el papel que desempeñan en las decisiones
que se toman en el hogar sobre el reparto de los gastos. Las mujeres destinan una
parte importante de sus ingresos a la alimentación de la familia en cubrir otros gastos
que influyen favorablemente en la seguridad alimentaria, como son la salud y la
educación.

3. Las mujeres y la preservación de los recursos naturales

La preservación de la biodiversidad y de los recursos naturales es esencial para la


seguridad alimentaria. El papel clave de las mujeres en la producción y provisión de
alimentos, agua, combustible, medicinas y otros productos, las vincula directamente a
la gestión de los recursos naturales que les ofrece su entorno. Las familias más
pobres, frecuentemente encabezadas por mujeres, viven en tierras marginales y no
se benefician de los avances tecnológicos ligados a la producción de variedades de
alto rendimiento. El 90% de sus variedades provienen de semillas que las mujeres
producen, seleccionan, experimentan y adaptan; lo que ha favorecido al incremento
de la biodiversidad. El papel de las mujeres en la conservación de estas variedades y
en la utilización tradicional de las mismas, es esencial para mejorar la seguridad
alimentaria.

En este sentido, las mujeres juegan un papel clave y predominante en todos los
componentes de la seguridad alimentaria. Son las principales productoras de
alimentos, participan efectivamente en el mercado de trabajo y son las responsables
de estado nutricional de la familia. Sin embargo, las mujeres se enfrentan con
restricciones y actitudes que tienden a invisibilizar su trabajo, menospreciar sus
responsabilidades, reducir su productividad, aumentar excesivamente su carga de
trabajo, discriminarlas y reducir su participación en la toma de decisiones. La suma de
estos factores, contribuye significativamente a que existan 840 millones de personas
en el mundo que padecen de desnutrición, hambre y pobreza.

Las estrategias, políticas y programas de seguridad alimentaria deben por tanto,


estar dirigidas a aumentar las capacidades de las mujeres y a eliminar las
restricciones que enfrentan de acceso y control sobre recursos seguridad alimentaria
deben por tanto, estar dirigidas a aumentar las capacidades de las mujeres y a
eliminar las restricciones que enfrentan de acceso y control sobre recursos servicios.
Para ello, se debe integrar sistemáticamente la perspectiva de género en la totalidad
de las políticas, planes y programas.
FICHA N°3

El Derecho Social al agua Tesis de Alba Rocío Parra Pág. 1-26


potable: Estudio del caso Vera
colombiano 2006

1. Problema de investigación

La investigación está destinada a ofrecer un estudio sobre la problemática del agua


potable en Colombia a partir de la observación N°15 del Comité DESC, a la luz del
concepto de derechos sociales para estudiar su posible institucionalización
normativa, desarrollo, así como las estrategias que poseen los colombianos para su
exigencia desde el escenario judicial y el no judicial y democrático.

2. Hipótesis

La observación N°15 del comité DESC de acuerdo a la interpretación constitucional


de la tesis extensiva de la interrelación de derechos acorde con la teoría del bloque
de constitucionalidad y el concepto de derechos innominados crea de acuerdo al
contenido de dicha observación que el agua potable es un derecho social porque
configura una acción estatal positiva del Estado Colombiano en términos de igualdad
y en un proceso deliberatorio democrático a como el que todos los habitantes puedan
disfrutar del acceso al agua apta para el consumo en términos de accesibilidad,
disponibilidad, salubridad, la cual hace posible el desarrollo de derechos
fundamentales en calidad sostenible.

Ahora bien, el contenido de dicha observación y su carácter subjetivo y colectivo


permite que dicho derecho tenga exigibilidad en el orden interno en forma judicial y
en forma no judicial, la primera a través de la acción de tutela y las acciones
judiciales administrativas, toda vez que los instrumentos internacionales tienen fuerza
vinculante ya sea como tratados ratificados o las observaciones como pauta
relevante y la segunda mediante elementos legislativos, acciones propias de la
ciudadanía y de los organismos internacionales para la defensa de los DESC. Lo
anterior proporciona en materia de derechos sociales un adelante en cuanto al
reconocimiento y exigibilidad donde casos como el agua potable ofrecen otra manera
de verlos, desde espacios no tan judiciales sino más desde la óptica de la
democracia y el fortalecimiento del autogobierno.

3. Construcción del Derecho al agua potable como Derecho Social

El agua potable como derecho social implica no solo estudiar su contenido, sino
entender desde que óptica filosófica si es posible justificar su existencia como
derecho socia. Por eso, siguiendo los planteamientos que históricamente dieron
origen a los derechos sociales desde la perspectiva de necesidades básicas del ser
humano, la línea filosófica que me permite justificar que el agua potable debe ser
estudiada como derecho social, es precisamente esta óptica la que determina la
necesidad básica.

En este sentido, para justificar por qué el agua potable es considerada un derecho
social, se halla a Robert Alexy quien vuelve el argumento de la libertad y en materia
de derechos sociales plantea dos tesis “la libertad jurídica carece de valor sin una
libertad fáctica”. La segunda dice que bajo las condiciones de la moderna sociedad
industrial, la libertad encuentra su sustrato material en un ámbito vital dominado por
ellos, sino que depende esencialmente de actividades estatales. Siguiendo esta
posición, se entiende que la libertad fáctica es un elemento necesario para la
realización de las libertades jurídicas o derechos de primera generación.

Es por ello, es que la justificación filosófica de la existencia del derecho social al agua
potable, se basa en la posición de la realización de la libertad fáctica de los derechos
fundamentales dentro de un modelo social de libertad en una política igualitaria,
donde la necesidad básica y mínima de bienestar son los indicadores que deben
guiar la acción e intervención del Estado.

FICHA N°4

OBSAM: DESARROLLO DE PAG. 10ss


LA SEGURIDAD
ALIMENTARIA EN
COLOMBIA

En Colombia se han formulado tres planes y una política relacionadas con la


seguridad alimentaria y nutricional de la población colombiana, todas avaladas por
el Consejo Nacional de política Económica y Social a través de los documentos:

- 1260: Plan Nacional de Alimentación y Nutrición


- 2419: Plan Nacional de Seguridad Alimentaria
- 2847: Plan Nacional de alimentación y Nutrición
- 113: Política Nacional de Seguridad alimentaria y Nutricional

Las tres primeras se ejecutaron con CONPES económicos y la última con CONPES
social, siguiendo la diferenciación establecida por el Estado a partir de 1991, lo cual
se convierte en una norma por parte del aparato institucional para el cumplimiento
de los objetivos propuestos. Colombia ha desarrollado un sinnúmero de actividades
en Alimentación y Nutrición desde comienzos del siglo XX. Algunos autores refieren
que el origen de la nutrición y la dietética en América Latina, estuvo ligado a las
acciones instauradas por los organismos de Naciones Unidas. Sumado a las
políticas intervencionistas de Estados Unidos en países del tercer mundo en temas
de salud, alimentación y nutrición. Con el paso del tiempo, el contexto Nacional e
Internacional creó la necesidad urgente de formar personal idóneo para cubrir los
requerimientos existentes. Además, la forma como se abordó la atención nutricional
en el país reflejó el interés del Gobierno Nacional en la resolución de problemas
nacionales de la población.

De esta forma, en 1947 empezó a funcionar el Instituto Nacional de Nutrición (INN),


como resultado del Convenio suscrito entre el Ministerio de Higiene y el Servicio
Cooperativo Interamericano de Salud Pública (SCISP). El INN hizo los primeros
estudios sobre nutrición en el paisa, en 1950 publico una tabla de composición de
Alimentos colombianos, después de finalizar el convenio SCISP, mediante la ley 75
de 1968 se convirtió en el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).

A finales de los años setenta, por un lado, el ICBF inicio el programa Nacional de
Educación Nutricional y Complementación Alimentaria, para atender a los grupos de
población mas vulnerables a la desnutrición, es decir, niños y niñas, madres
embarazadas y en lactancia y niños escolares a través de los servicios de salud y
escuelas primarias; y por otro, se constituyó el Plan Nacional de Alimentos para el
Desarrollo con el fin de coordinar todo el programa de ayuda externa de alimentos.

Finalmente y complementario a dichos procesos y desarrollos Institucionales, el


Ministerio de la Protección Social y el Programa Mundial de Alimentos
documentaron la evolución del concepto de SAN, el cual viene en constante cambio
desde los años 40. Inicialmente, se hablaba de distribución de excedentes de
producción agrícola; en los años 60 se hablaba de alimentación para el desarrollo;
posteriormente de alimentación y nutrición para la superación de la pobreza y el
desarrollo; y actualmente se habla de SAN como concepto integral y que implica la
participación y responsabilidad de varios sectores.
FICHA N°5

PRESUPUESTAR PARA LIBRO 5 FAO: EL DERECHO PAG. 2ss


PROMOVER EL A LA ALIMENTACIÓN
DERECHO A LA PAG. 21ss
ALIMENTACIÓN “DEL
PLATO A LA BOCA”

1. El derecho a la alimentación y el presupuesto público

Los derechos humanos hablan esencialmente de la Dignidad Humana. Así pues,


al pensar en derechos humanos es útil preguntarse ¿qué se necesita para
asegurar que las personas puedan vivir plenamente y con dignidad? La
alimentación es fundamental, ya que las personas literalmente no pueden vivir sin
alimentos, y sin una alimentación adecuada no pueden vivir plenamente. Si
alguien no tiene acceso a la alimentación se vuelve una persona débil y frágil.

El simple hecho de que la alimentación es esencial para la vida y la dignidad


humana está latente en el consenso general de que la alimentación debería ser y
es un derecho. Ese consenso se ve reflejado en las constituciones de muchos
países, las cuales garantizan el derecho a la alimentación y desde 1948 la
alimentación ha sido reconocida como un derecho en el derecho internacional.

En este sentido, el reconocimiento de la ley no asegura, por sí mismo, que la


alimentación está disponible y sea accesible para todos. Para asegurar que el
derecho a la alimentación tenga realmente un valor, los gobiernos necesitan
desarrollar políticas, planes Para asegurar que el derecho a la alimentación tenga
realmente un valor, los gobiernos necesitan desarrollar políticas, planes y
programas que se orienten eficazmente hacia los temas de la alimentación y que
promuevan el derecho a la alimentación. Aquí es donde entra en juego el
presupuesto público, ya que las políticas, planes y programas no pueden ser
implementados sin fondos y, de alguna manera, el presupuesto público es un
modo más real de medir su compromiso en la realización del derecho a la
alimentación que sus planes y políticas.

2. Presupuestar para promover el Derecho a la Alimentación: cómo está


organizado

Las organizaciones que frecuentemente están encargadas de presupuestar para


los derechos humanos, explican para determinar cómo usar de la mejor manera
el análisis presupuestario o cómo presupuestar para abordar un tema de los
derechos humanos, hay que involucrarse en un proceso de transición de una
visión relativamente grande del problema a una más reducida. El proceso debe
partir de una compresión general del papel que el presupuesto gubernamental
tiene en las causas y soluciones de un problema, hasta llegar a un entendimiento
más profundo y centrado en cómo una determinada política de Gobierno, un
programa y las asignaciones presupuestarias o los gastos relacionados necesitan
ser modificados.

Ahora bien, en cuanto al tema central relacionado con el derecho a la


alimentación puede decirse que todas las personas tienen derechos humanos,
porque son personas. Estos derechos existen hayan o no hayan sido reconocidos
en la legislación. Aun así el derecho a la alimentación ha sido reconocido en las
constituciones de muchos países. La naturaleza y el alcance de las garantías
otorgadas para este derecho dependerán del contenido de la constitución, la
jerarquía jurídica de sus disposiciones y la jurisprudencia relativa a este derecho.

Es así, como el comité de derechos económicos, sociales y culturales de las


naciones unidas ha establecido que el derecho a la alimentación adecuada se
ejerce cuando todo hombre mujer o niño tiene acceso físico y económico en todo
momento a la alimentación adecuada o medios para obtenerla.

3. La seguridad alimentaria, la soberanía alimentaria y el derecho a la


alimentación

Tres términos que se utilizan frecuente e indistintamente son: seguridad


alimentaria, soberanía alimentaria y el derecho a la alimentación. Los tres
persiguen el mismo objetivo. No obstante existen algunas diferencias importantes
entre ellos.
3.1. Soberanía alimentaria

Es el derecho de cada pueblo a definir sus propias políticas agropecuarias y en


materia de alimentación a proteger y reglamentar la producción agropecuaria
nacional y el mercado doméstico a fin de alcanzar metas de desarrollo
sustentable. La soberanía alimentaria no niega el comercio internacional, más
bien defiende la opción de formular aquellas políticas comerciales que mejor
sirvan a los derechos de la población a disponer de métodos y productos
alimentarios inocuos, nutritivos y ecológicamente sustentables.

3.2. Seguridad alimentaria

Existe cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y
económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus
necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos a fin de
llevar una vida activa y sana.

3.3. Derecho a la alimentación

En la legislación internacional este derecho proporciona una garantía legal a la


seguridad alimentaria. Esta garantía capacita a los individuos a exigir a su
gobierno la rendición de cuentas relativas a sus actos u omisiones relacionados
con la seguridad alimentaria. El derecho a la alimentación profundiza el concepto
de seguridad alimentaria al tener en cuenta la manera como las personas
acceden a la alimentación este acceso debe respetar la dignidad humana.

4. Principales normas internacionales relacionadas con el derecho a la


alimentación

Estas normas ayudan a materializar el significado al derecho a la alimentación y


lo que un Gobierno debería hacer para realizar este derecho.

- Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales,


articulo 11:
Los Estados partes en el presente pacto reconocen el derecho de toda
persona a un nivel adecuado para sí y su familia, incluso una alimentación
adecuada.
- Convención sobre los derechos del niño artículos 24 y 27.
- Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación
contra la mujer.
- Directrices voluntarias en apoyo de la realización progresiva del derecho a
una alimentación adecuada en el contexto de la seguridad alimentaria
nacional

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