Arre Bat Amien To
Arre Bat Amien To
Arre Bat Amien To
1 Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para
mostrarle los edificios del templo.
2 Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará
aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada.
3 Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron
aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu
venida, y del fin del siglo?
4 Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe.
5 Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a
muchos engañarán.
6 Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es
necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin.
7 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá
pestes y hambres y terremotos en diferentes lugares.
8 Y todo esto será principio de dolores.
Sin embargo, todo eso es solo el comienzo de los dolores del parto, luego
vendrán más.
2 Pedro 3
1 Amados, esta es la segunda carta que os escribo, y en ambas despierto con
exhortación vuestro limpio entendimiento,
2 para que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los
santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador dado por vuestros
apóstoles;
3 sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores,
andando según sus propias concupiscencias,
4 y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el
día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde
el principio de la creación.
5 Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la
palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el
agua subsiste,
6 por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua;
7 pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma
palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los
hombres impíos.
8 Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil
años, y mil años como un día.
9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino
que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino
que todos procedan al arrepentimiento.
10 Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos
pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la
tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.
11 Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis
vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir,
12 esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los
cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados,
se fundirán!
13 Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra
nueva, en los cuales mora la justicia.
Guerra
Muerte
Hambre
Pestes
Terremotos
Huracanes
Lucas 21
7 Y le preguntaron, diciendo: Maestro, ¿cuándo será esto? ¿y qué señal habrá
cuando estas cosas estén para suceder?
8 El entonces dijo: Mirad que no seáis engañados; porque vendrán muchos en
mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo, y: El tiempo está cerca. Mas no vayáis
en pos de ellos.
9 Y cuando oigáis de guerras y de sediciones, no os alarméis; porque es
necesario que estas cosas acontezcan primero; pero el fin no será
inmediatamente.
10 Entonces les dijo: Se levantará nación contra nación, y reino contra reino;
11 y habrá grandes terremotos, y en diferentes lugares hambres y pestilencias;
y habrá terror y grandes señales del cielo.
Mateo 24
29 E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se
oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y
las potencias de los cielos serán conmovidas.
30 Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces
lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo
sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.
31 Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus
escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.
Jesús viene por su Iglesia/Novia, antes de la Gran Tribulación. Lc. 21:36; Juan
14: 1-3 ; 1Ts. 1:10; 4: 14-17; 5:9; Ap. 3:10
Lucas 21
36 Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de
escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo
del Hombre.
Juan 14
1 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo
hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.
3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo,
para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
4 Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.
5 Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos
saber el camino?
6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre,
sino por mí.
1 Tesalonicenses 1
10 y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús,
quien nos libra de la ira venidera.
1 Tesalonicenses 4
14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con
Jesús a los que durmieron en él.
15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos,
que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que
durmieron.
16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con
trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán
primero.
17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos
arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire,
y así estaremos siempre con el Señor.
1 Tesalonicenses 5
1 Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad,
hermanos, de que yo os escriba.
2 Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como
ladrón en la noche;
3 que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción
repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán.
4 Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os
sorprenda como ladrón.
5 Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche
ni de las tinieblas.
6 Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios.
7 Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche
se embriagan.
8 Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con
la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo.
9 Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por
medio de nuestro Señor Jesucristo,
10 quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos,
vivamos juntamente con él.
1 Corintios 15
51 He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos
transformados,
52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se
tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros
seremos transformados.
53 Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto
mortal se vista de inmortalidad.
54 Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se
haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita:
Sorbida es la muerte en victoria.
Apocalipsis 12
1 Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna
debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.
2 Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del
alumbramiento.
3 También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata,
que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas;
4 y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó
sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz,
a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese.
5 Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las
naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono.
6 Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que
allí la sustenten por mil doscientos sesenta días.
7 Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban
contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles;
8 pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo.
9 Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo
y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus
ángeles fueron arrojados con él.
Heb 9:28 Así también Cristo fue ofrecido una sola vez, para llevar los pecados
de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para
salvación de los que le esperan.