Poemario Infantil
Poemario Infantil
Poemario Infantil
Pablo Cassi
San Felipe, Agosto de 2006
8
Astronauta
Lo atraparon
los cables del telégrafo
cuando iniciaba su vuelo.
Se durmió boca-arriba
de la calle
con su penacho de trapo viejo
esperando a la primavera
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Tu uniforme de risa
Payaso,
toda tu mirada
me viste de niño
y perfuma de alegría
el rostro de la abuela.
Payaso, payasito,
regálame una sonrisa
para volver a ser niño.
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12
Mi abuelo
Me enseñó
a hallar sonrisas
entre la gente triste
a cantar con los queltehues
un himno a la madrugada;
a correr
por los caminos sin huella
y trepar los columpios
del sauce en el estero.
Mi abuelo me regalaba
solamente
cosas buenas.
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14
Convención de pájaros
Mi padre
convocaba a los pájaros
cada mañana
y dialogaba en el lenguaje
de los pentagramas.
En su mesa de primavera
compartía el trigo y la cebada.
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Espantapájaros
Suspendido
y en silencio
con un grillo en los bolsillos
medita
un solitario espantapájaros.
El espantapájaros
Se ha dormido
para no interrumpir
el vuelo de los pájaros.
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Yo amo a la Pequeña Lulú
A mi nieta Josefa
Lo descubrí
la otra noche
soñando en mi almohada.
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Viaje al mediodía
Una mañana
en la plaza de mi pueblo
se congregaron las mariposas.
Llegaron con la primavera
trayendo en sus alas
el sol tibio del Mediodía.
Y el abuelo decía
¿qué importa de donde vengan
si todas pertenecen a Dios?
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Antigua Escuela
Fotografiaron por última vez
la antigua escuela
con un silencio de campana.
Sus muros de adobes blancos
con musgo en los balcones
y viejas pelotas de trapo
suspendidas en el techo,
parecen estorbar
entre tantos edificios nuevos.
Mañana,
se llevarán sus bancos,
el antiguo pizarrón
y el armario de los jarros blancos.
Mi silabario hispanoamericano
en el que aprendí a recitar
“el Trencito de Madera”
en qué andén me esperará mañana
si mañana todavía
fuera hora de viajar?
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Señales de paz
La luna peregrina
dibuja una sonrisa
en el rostro de una niña
y el aire de la mañana
peina sus trenzas de otoño
con el rocío de una estrella.
El hombre de la ciudad
está muy ocupado
para escuchar a mi niña.
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26
En mi casa te espero
Amigo,
si vienes a mi pueblo
destierra la envidia,
el terrorismo
y el odio.
No traigas radio-cassette,
televisor en color,
ataris,
ni equipos modulares.
La tarde
en una asamblea de pájaros
ha prohibido
los ruidos molestos.
Amigo,
Si vienes a mi pueblo,
recuerda
en mi casa te espero.
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Invitación de un niño de Aconcagua
No tardes en venir,
tus amigos del Valle de Aconcagua
aquí te esperamos.
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Tus juguetes perdidos
a un niño sanfelipeño que perdió su sonrisa,
verano 1993
Amigo,
un día te escuché hablar con Dios:
le pedías que te devolviera
tu trompo de madera
y la vieja flauta de caña
que llevabas contigo.
En tu viaje te llevaste
una mariposa amarilla,
el último canto del río
31
Amigo,
sé que un día volveré a encontrarte
en la misma esquina
hablando con Dios de tus juguetes perdidos.
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Infancia campesina
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Indice
Astronauta 9
Tu uniforme de risa 11
Mi abuelo 13
Convención de pájaros 15
Espantapájaros 17
Yo amo a la Pequeña Lulú 19
Viaje al mediodía 21
Antigua Escuela 23
Señales de paz 25
En mi casa te espero 27
Invitación de un niño de Aconcagua 29
Tus juguetes perdidos 31
Infancia campesina 35
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Pablo Cassi y su universo metafísico
Los poemas de Pablo Cassi las más de las veces epigramáticos- son
de una intensidad vigorosa, en los que siempre sus versos tienen una validez
autónoma, que ha quedado de manifiesto en sus libros anteriores.
Cassi lo logra . . .
El verbo del autor nos adentra en su mundo de esperanzas amargas,
todas ellas aglutinadas y compactas, luego desintegradas, recompuestas,
desehechas, y así sucesivamente. Como si de pronto su materia prima fueran
fragmentos de una demolición. Nos lleva a la realidad y, sorpresivamente cuando
estamos a punto de tocarla con los ojos y los dedos, se desrealiza.
El autor no tiene miedo de navegar por las aguas del sarcasmo y de la risa corrosiva,
haciendo frente al peligro que presenta la tentación de transformar su obra en una
caricatura.
Cassi lo salva. . .
Por momentos nos envuelve su forma coloquial, la cotidianeidad de
Imágenes, la realidad entre cuatro paredes que cobra vida bajo una atmósfera
densa, pero crudamente humana, que contiene una muestra importante de las muchas
expresiones del autor, de sus paraísos y sus infiernos internos, de las intensas
vibraciones que se exteriorizan a través de su diestra pluma. El vate intuye que muchas
veces el resultado final pende del delicado hilo del equilibrio, y que debe invertir toda
su fuerza para lograrlo. A veces en cambio adopta un tono de trascendentalismo
metafísico que nos transporta mucho más allá de los límites inteligibles por los sentidos,
y es que el autor posee una amplia tesitura para ir y venir de un universo a otro,
reconociendo que muchas veces está a punto de caer en la sima de la tronitonancia.
Cassi no cae...
En "Poemas para un niño con sonrisa de primavera", Pablo Cassi, se ha
atrevido a jugar con los niños en el lenguaje que su infancia le legara como herencia. Su
vasta zona agraria, rica en tradiciones y leyendas, hizo germinar en el espíritu de este
poeta una fina sensibilidad por las entretenciones de antaño, lo que nos reafirma su
amor por las cosas que muchos de los niños de hoy, no conocen. Ellos podrán sentirse
felices de asistir a este encuentro con la auténtica poesía infantil que trasunta en su
verbo una quietud capaz de elevarlos más allá de las contingencias de un mundo
mercantilista.
Este hallazgo lírico constituye un aporte significativo para rescatar tos
genuinos valores de nuestra idiosincrasia.
Cassi lo consigue. . .