Edumed 2024 Simple Faz

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© Universidad Nacional de La Matanza

Florencio Varela 1903 (B1754JEC) | San Justo | Pcia. Buenos Aires


Tel.: (54-11) 4480-8900
e-mail: editorial@unlam.edu.ar
www.unlam.edu.ar

Edumed 2024 : una introducción con conceptos básicos de Química, Biología y


Psicología / [Autores varios.]. - 1a ed. - San Justo : Universidad Nacional
de La Matanza, 2023.
308 p. ; 28 x 20 cm.

ISBN 978-987-8931-87-6

1. Medicina. 2. Manuales. I. Burdisso, Juan.


CDD 610.28

Hecho el depósito que marca la ley 11.723 Prohibida su reproducción total o parcial.
Derechos reservados.

"La biblioteca destinada a la educación universal, es más poderosa que nuestros ejércitos"
General José de San Martín

Compilación, revisión y corrección:


Dr. Burdisso Juan Eduardo
Comentarios y sugerencias: juaneduardoburdisso@gmail.com

Responsables de contenidos:
Dr. Burdisso Juan Eduardo - Dra. Romero Dominguez Sandra - Lic. Duva
Zulema - Lic. Pérez Pannelli Sebastián.

Las Figuras de la Segunda Parte son propiedad intelectual de:


Dr. Burdisso Juan Eduardo / D.G. Pablo Patini

Asesoría pedagógica:
Mg. Giménez Viviana

Diseño editorial:
D.G. Marcel Ariel - Lab. Desarrollo de Materiales - Dto. de Ciencias de la Salud - UNLaM

Ilustraciones:
D.G. Patini Pablo - Lab. Desarrollo de Materiales - Dto. de Ciencias de la Salud - UNLaM

Material educativo producido en el Laboratorio de Desarrollo de Materiales Educativos perteneciente


al Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Nacional de La Matanza.
Una introducción con conceptos
básicos de Química, Biología
y Psicología.

Manual de apoyo
al aprendizaje
Autoridades
Universidad Nacional de La Matanza

Prof. Dr. Daniel Eduardo Martínez


Rector

Dr. Fernando Luján Acosta


Vicerrector

Mg. Gustavo Duek


Vicerrector ejecutivo

Mg. Ana Bidiña


Secretaria Académica

Dra. Fabiana Lartigue


Decana Dpto. de Ciencias de la Salud

Dr. Mario Elmo


Vicedecano Dpto. de Ciencias de la Salud

Dra. Liliana Gagliardi


Secretaria Académica Dpto. de Ciencias de la Salud

Dr. Hugo Milione


Coordinador de la Carrera de Medicina

Este Manual fue elaborado por un equipo de profesores


del Departamento de Ciencias de la Salud de la UNLaM

AUTORES:
Adamantino Laura
Burdisso Juan
Di Martino Carla
Durante Ignacio
Duva Zulema
García Fournier Victoria
Giménez Viviana
Lourtau Gabriela
Pérez Pannelli Sebastián
Romero Dominguez Sandra
Wojeik Verónica
Índice

Sobre el curso de Educación Médica 13


¿Cómo pensamos los médicos? 15

PRIMERA PARTE 17

ESTUDIAR MEDICINA EN UNLAM 19


El plan de estudios de la carrera de Medicina en UNLaM 21
Tramos formativos 21

PLAN DE ESTUDIOS 23

BIBLIOTECA DE LA UNLAM 24
Préstamos 25
Otros recursos de información 25

SEGUNDA PARTE 27

Capítulo 1
CONCEPTOS DE QUÍMICA GENERAL,
INORGÁNICA Y ORGÁNICA 29
Haciendo un poquito de historia 29
El modelo atómico de Bohr 30
El modelo atómico moderno 31
La tabla periódica de los elementos 33
Radio atómico 39
Energía de ionización 39
Energía de unión electrónica o afinidad electrónica 40
Uniones químicas 41
Clasificación de las uniones químicas 43
Enlace iónico o unión iónica 43
Unión metálica 44
Enlace covalente 45
Enlace covalente común 45
Enlace covalente dativo o coordinado 46
Enlaces covalentes polares y no polares 46
Moléculas polares, no polares y compuestos iónicos 47
Fuerzas intra e intermoleculares 48
Fuerzas de London 48
Fuerzas dipolo-dipolo 48
Fuerzas dipolos permanentes-dipolo inducido 49
Fuerza de las uniones químicas 49
Geometría molecular 50
Moléculas orgánicas e inorgánicas 51

Edumed - Departamento de Ciencias de la Salud - UNLaM 7


Grupos funcionales 53
Isómeros 55
Reacciones químicas 56
Tipos de reacciones químicas 57
Reacciones redox 57

Capítulo 2
SISTEMA DE UNIDADES Y SOLUCIONES 61
Un sistema revolucionario 61
¿No tiene más chico? 63
¿Qué ves cuándo me ves? 66
Sin mol no soy ni seré, más que un montón de nada 68
Si no eres parte de la solución 71
La vida en la tercera piedra desde el sol 76

Capítulo 3
AGUA Y REACCIONES ÁCIDO-BASE 79
Este es el aguante 80
¿Por qué es tan pequeña y líquida? 80
El agua, solvente universal 82
El agua interacciona electrostáticamente con los solutos polares o cargados 82
Los gases apolares se disuelven pobremente en el agua 83
Interacción entre el agua y los compuestos apolares y anfipáticos 84
Los solutos afectan las propiedades coligativas de las disoluciones acuosas 85
Ósmosis y difusión 86
El agua como soluto y solvente, la autoionización del agua 88
Acidez/basicidad 89
La escala de pH 90
Ácidos y bases 91
Buffers contra los cambios de pH en los sistemas biológicos 92
¿De qué manera regula el pH una solución amortiguadora? 93
Homeostasis del pH 94

Capítulo 4
AMINOÁCIDOS, PÉPTIDOS Y PROTEÍNAS 97
Los aminoácidos 98
Los péptidos 100
Las proteínas 101
Estructuras tridimensionales de las proteínas 102
Estructura secundaria 103
Estructura terciaria y cuaternaria 105
Desnaturalización y plegamiento de las proteínas 106
Asociaciones de las proteínas 108
Funciones de las proteínas 108

Capítulo 5
ENZIMAS 111
Las enzimas son catalizadores biológicos 112
Nomenclatura y clasificación de las enzimas 113
Naturaleza química 115
Coenzimas 115

8
Metaloenzimas 116
Catálisis enzimática 116
Sitio activo 117
Factores que modifican la actividad enzimática 118
Regulación de la actividad enzimática 120
Alosterismo o regulación alostérica 120
Modificación covalente 122
Inhibición 123
Inhibidor competitivo 123
Proteólisis 123
Zimógenos 123
Isoenzimas 123
Reacciones enzimáticas reversibles e irreversibles 124
Sistemas multienzimáticos 125
Enzimas anormales por alteraciones genéticas 126

Capítulo 6
INTRODUCCIÓN AL METABOLISMO 127
Oxidación y reducción, reacciones redox 128
Oxidaciones biológicas, bioenergética 129
Coenzimas NAD+ y FAD 129
Compuestos de “Alta energía” 130
El ATP 131
Mecanismos productores de ATP 132
Metabolismo 132
Distintas estrategias metabólicas 134
Consideraciones termodinámicas 135

Capítulo 7
ESTRUCTURA Y METABOLISMO
DE LOS HIDRATOS DE CARBONO 139
Nociones generales de los hidratos de carbono 139
Monosacáridos 140
Disacáridos 142
Polisacáridos 142
Algunos carbohidratos modificados y complejos son moléculas
biológicas importantes 144
Captación celular de la glucosa 144
Metabolismo de los hidratos de carbono 144
Glucólisis, vía glucolítica o vía de Embden-Meyerhoff 145
Fermentación homoláctica 147
Transporte del piruvato hacia la matriz mitocondrial 147
Descarboxilación oxidativa del piruvato 147
Ciclo de Krebs catabólico 148
Cadena respiratoria acoplado a la fosforilación oxidativa 150
Rendimiento energético de la combustión completa de la glucosa 151
Lanzaderas 151
Metabolismo de Glucógeno 152
Glucogenogénesis 152
Glucogenólisis 153
Gluconeogénesis 154

Edumed - Departamento de Ciencias de la Salud - UNLaM 9


Vía de las pentosas fosfato 155
Rol anfibólico del ciclo de Krebs 156
Regulación hormonal del metabolismo de los glúcidos 157
Un poco de integración metabólica 157

Capítulo 8
ESTRUCTURA Y METABOLISMO DE LOS LÍPIDOS 161
Ácidos grasos 162
Clasificación de los lípidos según su estructura química 164
Acilglicéridos 164
Glicerofosfolípidos 165
Esfingolípidos 166
Glicolípidos 166
Esteroles 166
Lipoproteínas 167
Clasificación de los lípidos según su función biológica 167
Lípidos de almacenamiento 167
Lípidos como señales 168
Lípidos estructurales de las membranas biológicas 168
Membranas biológicas 168
Modelo de mosaico fluido 169
Movimientos y distribución asimétrica de los fosfolípidos 170
Metabolismo lipídico 171
Digestión, absorción y transporte de lípidos 171
Grasas sintetizadas y almacenadas en un tejido y
que se exportan a otras células 172
La β-oxidación 173
Grasas almacenadas en la propia célula 176
Metabolismo de los cuerpos cetónicos 177
Lipogénesis o anabolismo lipídico 178
Biosíntesis de colesterol y hormonas esteroideas 181
Biosíntesis de eicosanoides 182

Capítulo 9
HORMONAS 185
Las hormonas como mensajeros químicos 185
Regulación de la secreción hormonal 187
Clasificación de las hormonas según su naturaleza química 189
Esteroideas 189
Derivadas del aminoácido tirosina 189
Péptidos y proteínas 189
Transporte de hormonas por la sangre 190
Receptores de hormonas 191

Capítulo 10
COMUNICACIÓN CELULAR 197
Tipos de mensajeros químicos 198
Formas de señalización 199
Mensajeros químicos y comportamiento celular 202
Distintos tipos de receptores 202
Receptores intracelulares 202

10
Receptores en la membrana plasmática 203
Receptores ionotrópicos o canales iónicos 204
Receptores metabotrópicos o acoplados a proteína G 204
La vía de la adenilato ciclasa 206
La vía de la fosfolipasa C 207
Importancia de la señal de Ca2+ en las funciones biológicas 209
Receptores con actividad enzimática 210
Receptores tirosina quinasas 210
Receptores serina-treonina quinasas 212
Receptores tirosina fosfatasas 212
Receptores guanilato ciclasa 212
Receptores sin actividad catalítica pero asociados a enzimas 212
Receptores asociados a proteínas tirosina quinasas 212
Interacción entre distintas vías de señalización 213
Patologías asociadas a defectos en las vías de señalización 214
Mecanotransducción celular 214
Agonistas y antagonistas 214
Desensibilización de receptores 215

Capítulo 11
POTENCIALES DE MEMBRANA, CONDUCCIÓN DEL IMPULSO
NERVIOSO E INTEGRACIÓN NEUROENDÓCRINA 219
El potencial de membrana 220
Neuronas, potencial de acción y transmisión del impulso nervioso 221
Sinapsis 225
Receptores y neurotransmisores en la sinapsis química 225
No voy en tren, voy en avión 227
La importancia del dolor y la sinapsis 228
Integración neuroendócrina 233

Capítulo 12
INTEGRACIÓN METABÓLICA 243
El músculo esquelético en reposo 244
El músculo esquelético en actividad anaeróbica 244
El músculo esquelético en actividad aeróbica 251
Un apartado especial para el tejido nervioso 251
Hormonas e integración metabólica 253
Consejos o “tips” de estudio 255

BIBLIOGRAFÍA 263

TERCERA PARTE 265

LA PSICOLOGÍA COMO CIENCIA 267


¿Qué es la Psicología? 267
El desarrollo de la Psicología como ciencia 268
La psicología científica o fundacional 268

PRINCIPALES CORRIENTES DE LA PSICOLOGÍA 269

Edumed - Departamento de Ciencias de la Salud - UNLaM 11


Psicoanálisis o psicología psicodinámica 269
Conductismo 270
Condicionamiento clásico 272
La gestalt 272
Psicología humanista 273
Psicología genética o epistemología genética 274
Período del desarrollo 275
Psicología cognitiva 277
La Psicología y el estudio de la conducta 278
La pluralidad fenoménica y las áreas de la conducta 278
Los campos de la psicología 279
BIBLIOGRAFÍA 283

LOS APORTES DEL PSICOANÁLISIS A LA PSICOLOGÍA 285


Teoría Psicoanalítica 285
¿Qué es el Psicoanálisis? 286
¿Cómo surge el Psicoanálisis? 286
Un modelo de psiquismo 286
El sistema inconsciente 287
El sistema preconsciente 288
El sistema consciente 288
Teoría de las Pulsiones y etapas del desarrollo libidinal 290
Conflicto psíquico y mecanismos de defensa 291
Las formaciones del inconsciente 293
Las series complementarias 293

APORTES DE LA PSICOLOGÍA AL ESTUDIO DE LAS


ETAPAS DE LA VIDA 297
Crecimiento, desarrollo y maduración 297
Las crisis y la vida humana 299
Crisis y desarrollo. Las etapas de la vida 300
BIBLIOGRAFÍA 305

12
Sobre el curso de Educación Médica
El curso de EduMed que dicta la Universidad Nacional de La Matanza, tiene por objeto
realizar una revisión de los aprendizajes logrados por los estudiantes durante su escuela
secundaria, profundizando en aquellos que son considerados básicos para emprender
el estudio de la carrera de Medicina.

El presente libro fue elaborado por profesores especializados en la enseñanza de las


principales disciplinas que conforman el plan de estudios, de modo tal, que sirva como
un material de apoyo y de consulta permanente al inicio y durante la trayectoria acadé-
mica ulterior.

En la primera parte, encontrará la información sobre el plan de estudios vigente de la


carrera de Medicina en UNLaM.

En la segunda parte, tendrá a su disposición una síntesis de los principales conceptos de


las siguientes ciencias: Biología, Física, Química y Psicología.

En la presente versión, se han realizado cambios respecto de las versiones anteriores


del manual dando cuenta de las necesidades actuales y las lecciones aprendidas por el
equipo docente, atento a la escucha de sugerencias que realizaron los/las aspirantes de
cursos anteriores.

El conocimiento científico es siempre de carácter provisional por lo que su enseñanza


también lo es.

Esperamos que al finalizar el curso, se abran nuevos interrogantes que lleven a la per-
manente búsqueda del saber.
Deseamos que el curso sea aprovechado por todos/as los/las aspirantes y recomenda-
mos un fuerte compromiso con el estudio para alcanzar las metas propuestas.

Edumed - Departamento de Ciencias de la Salud - UNLaM 13


Autor:
Hugo Milione

¿Cómo pensamos los médicos?


En principio hay que saber que casi todo lo que hace un médico –salvo quizá las ha-
bilidades técnicas y de relaciones personales– puede englobarse bajo el término "razo-
namiento clínico". Llamamos razonamiento clínico a un proceso mental y analítico que
lleva a cabo un profesional de la salud para formular diagnósticos, establecer planes
de tratamiento y tomar decisiones clínicas en relación a la atención de una persona,
basado en datos obtenidos de la anamnesis, de la exploración física y si es necesario,
de las pruebas complementarias. El proceso de razonamiento clínico implica también
considerar diversas opciones de tratamiento, evaluar los riesgos y beneficios asociados,
y tomar decisiones basadas en la evidencia científica disponible, la experiencia clínica y
las preferencias del paciente. A partir de un conjunto de datos aportados por la anam-
nesis y la exploración física, se plantean una serie de hipótesis que sirven de guía para la
recogida de información adicional orientada a su confirmación o rechazo, que es lo que
se conoce como estrategia hipotético-deductiva (Fig 1).

Fig. 1 Estrategia hipotético-deductiva del pensamiento clínico

Edumed - Departamento de Ciencias de la Salud - UNLaM 15


Todos los médicos, experimentados o no, abordan los problemas diagnósticos de forma
similar; lo que diferencia al experto del principiante no es que los primeros generen más
hipótesis o lo hagan más rápidamente, sino que sus hipótesis son mejores.

Ahora, si bien presentamos en párrafos anteriores al proceso de razonamiento como si


fuera un camino lineal de tres fases, donde cada uno de los escalones serían compar-
timentos cerrados, esto no ocurre en nuestras mentes, al momento que evaluamos un
paciente, donde indefectiblemente los escalones no son tales y los compartimentos no
resultan estancos, e inevitablemente nuestro cerebro “dispara automáticamente” hipóte-
sis y planteos diagnósticos. Así es que surgen entonces otras teorías más aceptadas, que
sostienen que en el proceso de razonamiento diagnóstico se accionan dos sistemas de
pensamiento (teoría dual del razonamiento clínico): un sistema intuitivo, automático,
que requiere menor esfuerzo cognitivo. Este pensamiento rápido reposa en heurísticas,
automatismos o experiencias recientes. Es menos confiable, con bajo control conscien-
te, de menor rigor científico y más susceptible a la influencia emocional. Y un segundo
sistema reflexivo, analítico que requiere mayor esfuerzo y capacidad cognitiva; así, se
reconocen matices, se verifica que no todo coincide, se considera que puede existir más
de una explicación, y se van generando y refutando hipótesis diagnósticas.

Es decir, aplicamos ambos sistemas de razonamiento con preponderancia de uno sobre


otro, dependiendo de la experiencia, el caso clínico, la situación; así el razonamiento
analítico constituye la estrategia primaria cuando un caso es complejo, las manifesta-
ciones clínicas inusuales o se tiene escasa experiencia con la enfermedad en particular.

Ahora bien, si bien se comparten una base de conocimientos médicos y habilidades


técnicas, y aceptando que cada médico puede tener su propia perspectiva y enfoque en
función de su experiencia, formación, especialidad y estilo personal, sería recomenda-
ble considerar un modelo que conjugue, por un lado un perfil analítico y centrado en
los datos, basando su razonamiento en la evidencia disponible y actualizada y por el
otro, sumado, un enfoque más holístico, teniendo en cuenta no sólo los aspectos mé-
dicos, sino también los emocionales, sociales y culturales del paciente, aceptando no
solo tratamientos convencionales así como opciones alternativas o investigar nuevos
enfoques.

Finalmente, es importante destacar que la diversidad de pensamiento entre los médicos


puede ser beneficiosa, ya que permite la colaboración, el intercambio de ideas y el de-
sarrollo de nuevas estrategias en la atención médica. Al final, lo más importante es que
los médicos basan su razonamiento clínico en la evidencia científica, la ética médica y
el bienestar del paciente.

Bibliografía

1. Kassirer JP, Wong JB, Kopelman RI. Manual de razonamiento clínico.2da edición.
España. Wolters Kluwer Health España.SA. Lippincott Williams & Wilkins.2011
2. Bornstein BH, Emler AC. Rationality in medical decision making: a review of the
literature on doctors´ decision-making biases. J Eval Clin Pract 2001;7:97-107.

16
Primera parte

Edumed
Departamento de Ciencias de la Salud - UNLaM
Autores:
Giménez Viviana / Romero Domínguez Sandra Vanessa / Lourtau Gabriela
Las figuras de este capítulo son propiedad intelectual de:
Pablo Patini

Estudiar medicina en UNLaM


La carrera de Medicina fue creada en 2011 (Res H:C:S. 24/11) teniendo como misión
“contribuir a la concreción del Derecho a la Salud de la población a través de la formación
de un profesional que conjunte las características de rigurosidad científica, compromiso
social, sólidos valores éticos y vocación de servicio para desempeñarse con una visión in-
tegral de la salud”.

El proyecto ha tenido la aprobación de CONEAU (Nro 804-0902/11).

En el año 2023 se ha modificado el plan de estudios ajustándolo a los cambios aproba-


dos por el Ministerio de Educación de la Nación Argentina. (Res Nro 798/22).

El objetivo general de dicho plan es “formar médicos y médicas generales comprometidos


con el cuidado de la salud, conscientes del acceso a la salud como un derecho humano y
partícipes activos en sus comunidades para promover, prevenir y atender a la salud desde
una perspectiva científica y humanista”.

Edumed - Departamento de Ciencias de la Salud - UNLaM 19


Los alcances y actividades profesionales reservadas al título de médico/a son1:

1- Prescribir, realizar y evaluar cualquier procedimiento de diagnóstico, pronóstico


y tratamiento relativo a la salud humana en individuos y poblaciones.
2- Planificar y prescribir, en el marco de su actuación profesional, acciones tendien-
tes a la promoción de la salud humana y la prevención de enfermedades en indivi-
duos y poblaciones.

Considerando los criterios de calidad ARCU-SUR Medicina2,se espera que el/la egre-
sado/a logre:

• Respetar las normas legales que regulan la práctica profesional.


• Reconocer y respetar la diversidad de culturas, costumbres, etnias, creencias e ideas
de las personas y comunidades.
• Contribuir a mejorar la realidad sociosanitaria, en el marco de su competencia.
• Respetar la autonomía, informar y acompañar al paciente y sus cuidadores prima-
rios en la toma de decisiones, considerando sus derechos.
• Desarrollar habilidades de comunicación oral, escrita y no verbal con el paciente,
su familia, su entorno y equipo de salud, y habilidades de escucha atenta y empática
para poder obtener la información pertinente en el ámbito de su práctica.
• Abordar los múltiples aspectos de la relación médico-paciente, desarrollando la capaci-
dad y sensibilidad necesaria a tal fin, con el paciente, sus familiares y el equipo de salud.
• Jerarquizar en la entrevista el uso de la anamnesis, el examen físico y mental y la in-
corporación de nuevas tecnologías como elementos fundamentales del diagnóstico.
• Realizar procedimientos clínicos y quirúrgicos indispensables en la atención y ma-
nejo inicial de las urgencias y emergencias.
• Diagnosticar, tratar las enfermedades del ser humano en las diferentes etapas de su
desarrollo y plantear pronósticos, considerando los aspectos personales, epidemio-
lógicos, las características de los Servicios de salud y las redes de atención y Progra-
mas de Salud.
• Contribuir a la rehabilitación de las personas fortaleciendo potencialidades en las
situaciones de discapacidad.
• Reconocer, derivar y/o referir adecuada y oportunamente a personas con proble-
mas de salud que exceda el alcance de su competencia profesional.
• Considerar las relaciones de costo-beneficio y riesgo-beneficio en la toma de deci-
siones en todas las indicaciones y procedimientos que realice.
• Ser capaz de brindar una atención integral y humanística en todas las etapas de la vida.
• Cumplir estrictamente las normas y protocolos de bioseguridad
• Utilizar correctamente los sistemas de información y realizar en forma eficiente los
registros, la historia clínica y los procedimientos establecidos por la ley.
• Contribuir, a través de la promoción de estilos de vida saludables, a la preservación
de la salud y del medio ambiente.
• Actuar en la protección, promoción de la salud y la prevención de las enfermedades.
• Constituir y trabajar en equipos de salud interdisciplinarios e intersectoriales va-
lorando los distintos saberes y competencias y compartiendo las responsabilidades
con los demás integrantes.
1. Res del Ministerio de Educación 1254/18. Anexo XXIV
2. MERCOSUR Educativo. Red de Agencias Nacionales de Acreditación (2015). Criterios de Calidad para acreditación de Me-
dicina. Acreditación Regional de Carreras Universitarias del MERCOSUR.

20
• Desarrollar actividades de educación para la salud con la comunidad
• Aplicar los principios básicos de administración y gestión de programas de salud.
• Evaluar y conocer la realidad sanitaria de su medio y adecuar sus acciones a la
misma.
• Analizar críticamente las necesidades de salud de la población y las políticas de
salud vigentes.
• Ser capaz de desarrollar el autoaprendizaje permanente, la autoevaluación y la ca-
pacitación y formación continua durante toda la vida profesional.
• Emplear el razonamiento crítico en la elección e interpretación de los datos semio-
lógicos, analíticos y de la información obtenida.
• Emplear el razonamiento clínico para la comprensión y la resolución de los proble-
mas de la práctica médica.
• Utilizar correctamente el idioma oficial del país.
• Utilizar el inglés científico-técnico en el nivel de comprensión escrito y en lo posi-
ble en otro idioma del MERCOSUR.
• Hacer un uso adecuado de las tecnologías de la información y comunicación (TICs).
• Participar en la producción de conocimientos y aplicar el método científico en la
práctica médica profesional.

EL PLAN DE ESTUDIOS DE LA CARRERA DE MEDICINA EN UNLaM

La carrera está estructurada en treinta y seis (36) asignaturas distribuidas en cinco (5) Tra-
mos formativos: Básico, Clínico, Flexible, Transversal y Práctica Final Obligatoria (PFO);
organizados en función del tipo particular de conocimiento y la modalidad de las prácticas.

Los conocimientos se articulan e integran en las distintas asignaturas y tramos formati-


vos considerando la transversalidad del concepto del Derecho a la Salud de las personas
y las comunidades, respetando su identidad cultural y las normas, leyes y protocolos
que organizan y regulan la práctica profesional médica.

La duración estimada es de 6 (seis) años con una carga horaria de 6240 hs.

Tramos formativos

El Tramo Básico conformado por asignaturas de las ciencias básicas integradas en es-
pacios áulicos y con prácticas en escenarios comunitarios, universitarios (laboratorios)
y herramientas metodológicas para el estudio las ciencias médicas como Aprendizaje
basado en problemas (ABP), se orienta a la adquisición por parte de los estudiantes, de
los conocimientos que posibilitan la comprensión del ser humano en todas sus dimen-
siones: el cuerpo humano; los mecanismos de integración y regulación; los mecanismos
de agresión, defensa y respuesta; las bases del tratamiento farmacológico, el proceso de
Salud – enfermedad – atención, tanto individual como colectiva desde una perspectiva
epidemiológica; la Promoción de la salud y la prevención de la enfermedad; la Relación
médico-paciente-familia-comunidad y la Metodología científica y la Investigación en la
práctica médica.

El Tramo Clínico se compone de asignaturas vinculadas con las diferentes áreas del
saber y la práctica médica. Se profundiza en examen físico, diagnóstico y tratamiento.

Edumed - Departamento de Ciencias de la Salud - UNLaM 21


La metodología se complejiza con el estudio en el escenario Aprendizaje basado en casos
(ABC) y el de Resolución de casos clínicos quirúrgicos (RCCQ). Además, se incluye la Si-
mulación clínica (SC) como estrategia de aprendizaje para la adquisición de las compe-
tencias clínicas. Se orienta al conocimiento de las condiciones de salud de la población y
la organización de redes y servicios de atención, el conocimiento para el abordaje clíni-
co de las personas adultas; la Salud – enfermedad en la niñez y adolescencia; el abordaje
quirúrgico de las enfermedades, la salud sexual y reproductiva; la farmacología clínica
y terapéutica; los problemas bioéticos, éticos y legales de la práctica médica y la investi-
gación; los procedimientos clínicos y quirúrgicos indispensables en la práctica médica.

El Tramo Flexible compuesto por ocho asignaturas integradoras cuyo objetivo es pro-
fundizar la formación teórica o práctica tanto del tramo básico, como el tramo clínico,
con un enfoque interdisciplinario, de acuerdo a la evaluación del desarrollo del Plan de
Estudios y el contexto epidemiológico, definidos según los criterios que determine la
coordinación de la carrera y las autoridades del Departamento de Ciencias de la Salud.

El Tramo Transversal se da en el marco del proyecto institucional de la UNLaM. Co-


rresponde a la adquisición del idioma inglés para su aplicación científico-técnica y el
conocimiento y uso de tecnologías de la información y comunicación.

El Tramo Práctica Final Obligatoria está diseñado para la rotación por diferentes áreas
de la medicina y la práctica intensiva en cada sector. Comprende actividades prácticas
(80%) y teóricas (20%). Supone planificación, seguimiento y evaluación de cada uno
de los estudiantes en la rotación por diferentes ámbitos asistenciales, comunitarios y
académicos, de diversos niveles de complejidad. En este tramo se integran y consolidan
las habilidades clínicas y competencias para la toma de decisiones fundamentadas en
los conocimientos teóricos adquiridos y el razonamiento clínico mediante las Prácticas
Clínicas contextualizadas y los procedimientos clínicos y quirúrgicos indispensables en
la atención inicial de las urgencias y emergencias. Este tramo se organiza en seis Unida-
des: Clínica Gineco-Obstétrica, Clínica Pediátrica, Clínica Médica, Clínica Quirúrgica,
Emergencias, Medicina General y/o Familiar y Salud Mental.

22
PLAN DE ESTUDIOS
Régimen de cursada y carga horaria

Edumed - Departamento de Ciencias de la Salud - UNLaM 23


Biblioteca de la UNLaM
La Biblioteca Leopoldo Marechal depende de la Secretaria Académica de la Universidad
Nacional de La Matanza y se accede directamente a su sitio a través del siguiente enlace:
http://biblioteca.unlam.edu.ar/

El alcance de sus servicios es brindar accesibilidad de información a la comunidad uni-


versitaria y al público en general. Para ello, intenta conformarse como un centro de
referencia regional activo, atento a la innovación en materia de acceso y organización
bibliográfica y documental, al servicio de los actores involucrados en los campos cientí-
ficos, tecnológicos y de las humanidades. La misión de la biblioteca establece “propiciar
un espacio de gestación y apoyo para la comunidad académica en sus funciones de forma-
ción profesional, producción y transferencia del conocimiento, instrumentando el acceso a
la información sistematizada en sus diversos soportes”.

En el transcurso de sus años de actividad de la biblioteca, ha implementado diferentes


mecanismos de acceso a la información, destacándose el acceso directo a la bibliografía
con su sistema de estanterías abiertas y su catálogo disponible en línea. Los libros están
a disposición de toda la comunidad universitaria, es por eso que se recomienda un uso
responsable de los mismos. Evitar roturas, escrituras y otra clase de maltratos permite
que más personas tengan un acceso igualitario y duradero a la información.

¿Cómo buscar bibliografía en el catálogo?


Para saber qué material se encuentra disponible en la colección, el catálogo cuenta con
un buscador sencillo, accesible totalmente en línea desde la página de la Biblioteca en la
dirección: http://biblioteca.unlam.edu.ar/index.php?seccion=11 y dispone de múltiples
modalidades de búsqueda (autor, palabra clave, editorial, año, entre otras). También
brinda la posibilidad de consultar la cantidad de ejemplares disponibles y las condicio-
nes de préstamo.
Paso 1: Ingresar datos de autor, título o tema para comenzar la búsqueda.
Paso 2: Ingresar al hipervínculo del título para obtener más información sobre
el libro como año de edición, editorial, cantidad de páginas, materias a las que hace
referencia la obra y ubicación.
Paso 3: Visualizar la disponibilidad del libro consultado para utilizarlo en las
salas de la biblioteca o realizar el préstamo domiciliario presentando la ubicación en el
estante más el DNI en el Sector de Circulación de la Biblioteca.

Algunas recomendaciones a la hora de buscar en el catálogo


El catálogo es una base de datos que utiliza la lógica de conjuntos para la recuperación
de su contenido. Este modelo de búsqueda requiere ciertos cuidados a la hora de ingre-
sar los términos a buscar, por lo tanto, se brindan las siguientes recomendaciones:
• Escribir las palabras completas, a menos que se busque una sigla o acrónimo conoci-
do, por ejemplo Mercosur, Unesco, ALCA, etc.
• Si se busca por autor, escribir el apellido.
• Evitar artículos o preposiciones.
• Escribir palabras en singular. Por ejemplo, si se busca ENFERMO, el sistema recupe-
rará “ENFERMO” Y “ENFERMOS”; en cambio, si se escribe la palabra en plural, sola-
mente encontrará esa palabra.

24
• No escribir preguntas, por ejemplo: “¿Cómo se aplica una anestesia?”. Es útil transfor-
mar la pregunta en palabras claves: “ANESTESIA”.
• Se puede combinar autores con palabras del título, separando los términos con espa-
cios. Por ejemplo, para recuperar el “Tratado de pediatría” de Nelson se puede buscar
escribiendo “PEDIATRIA NELSON”.
• Nunca abandonar. Reintentar la búsqueda cambiando la estrategia, por ejemplo:
“EPOC” y “ENFERMEDAD PULMONAR OBSTRUCTIVA CRONICA”, conceptual-
mente se trata de lo mismo, pero para el sistema son cadenas de caracteres diferentes.

Más información sobre cómo realizar búsquedas bibliográficas consultar en:


http://pergamo.unlam.edu.ar/pergamo/opac/opacHTML/PGAyuda.htm

Préstamos
Los préstamos a domicilio, según lo establece el Reglamento Interno de Biblioteca, se
realizan por un periodo de (3) tres días y por una cantidad máxima de (2) dos libros por
persona. En caso de devolver el ejemplar fuera de lo previsto, el usuario recibirá una sus-
pensión de (5) cinco días por cada día de atraso y por cada libro devuelto con demora.
En el caso de libros únicos, solamente pueden ser consultados en las salas de Biblioteca
o retirados por (2) dos horas.

Otros recursos de información


- Biblioteca Electrónica del Ministerio de Ciencia y Tecnología
Se cuenta con acceso a bases de datos especializadas, entre las que se destaca la Bi-
blioteca Electrónica del Ministerio de Ciencia y Tecnología. Este sistema asegura
el acceso a las citas y a los textos completos de artículos científicos fundamentales
para la investigación académica. Para acceder a la misma consultar al personal de la
Biblioteca.

-Blog Biblio+Salud
https://bibliounlamsalud.wordpress.com/ El blog Biblio+Salud brinda información
actualizada para las ciencias de la salud. Allí se ofrecen guías y tutoriales para la
redacción de citas y referencias bibliográficas, instructivos para el uso de bases de
datos, acceso en línea a bases de datos especializadas y a texto completo y alertas
bibliográficos de artículos científicos.

-Biblioteca Virtual en Salud


Se encuentra disponible desde la dirección www.bvs.org.ar. Es posible buscar en este
sitio bibliografía en español, en texto completo, de bibliografía en ciencias de la sa-
lud producida en Argentina en la base de datos BINACIS (Bibliografía Nacional en
Ciencias de la Salud) como de otros países de la Región de América Latina y el Cari-
be en la base de datos LILACS (Literatura Latinoamericana en Ciencias de la Salud).

-PALTEX
Otro recurso importante a destacar es que la Biblioteca es Centro de distribución del
Programa Ampliado de Libros de Texto (PALTEX). A través de un convenio firmado
con la Organización Panamericana de la Salud, este programa posibilita que alum-
nos, docentes, investigadores e integrantes del equipo de salud puedan acceder y
comprar desde la Biblioteca los libros de texto e instrumental médico, a menor costo.
Se puede consultar el catálogo en: http://www.paho.org/arg/paltex

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-Talleres y capacitaciones
Con el ánimo de brindar herramientas para la gestión del conocimiento, el equipo
de bibliotecarios realiza encuentros presenciales para capacitar en las técnicas de re-
cuperación de la información, búsquedas bibliográficas, elaboración de referencias,
uso de gestores bibliográficos, etc. También, la Biblioteca presta su Sala Virtual para
videoconferencias de actualización profesional.

26
Segunda parte

Edumed
Departamento de Ciencias de la Salud - UNLaM
Autores:
Victoria García Fournier / Juan Burdisso
Las figuras de este capítulo son propiedad intelectual de:
Pablo Patini / Juan Burdisso

Capítulo 1

Conceptos de química general,


inorgánica y orgánica

Objetivos de aprendizaje
Al finalizar la lectura del siguiente capítulo, el estudiante será capaz de:
Al finalizar la lectura del siguiente capítulo, el estudiante será capaz de:
• Comprender cómo están constituidos los átomos.
• Comprender la información que nos brinda la tabla periódica de los elementos.
• Entender los diferentes tipos de uniones químicas.
• Comprender a qué refieren los términos: moléculas polares, no polares
y compuestos iónicos.
• Entender las diferentes fuerzas de Van der Waals.
• Comprender cómo están constituidas las moléculas orgánicas.
• Identificar a los principales grupos funcionales.
• Conocer los diferentes tipos de reacciones químicas.

Hoy sabemos que el átomo (del griego “á-tómo” significa "sin división") es la unidad cons-
tituyente más pequeña de la materia, que mantiene las propiedades de un elemento quí-
mico. A continuación veremos los hitos científicos que nos permitieron llegar al conoci-
miento actual en lo que respecta al átomo.

Haciendo un poquito de historia...

La relación entre los conceptos elemento químico y átomo fue propuesta por el químico
John Dalton, en su tratado “Nuevo sistema de la filosofía química”, publicado entre 1808
y 1810. Dalton tomó una serie de evidencias experimentales conocidas en su época y las
explicó a través de las siguientes hipótesis:
-La materia es discontinua; está formada por átomos que son partículas indivisibles.
-Todos los átomos de un mismo elemento son iguales, tienen la misma masa; los áto-
mos de diferentes elementos difieren en su masa.
-Los átomos de diferentes elementos se combinan para formar “átomos compuestos”.

Edumed - Departamento de Ciencias de la Salud - UNLaM 29


-Los cambios químicos son modificaciones en las combinaciones de los átomos entre sí.
Los átomos no se crean ni se destruyen, los átomos que se combinan para formar un
compuesto lo hacen siempre en la misma proporción, es decir que todos los “átomos
compuestos” de una sustancia son iguales.

¿Por qué se considera a Dalton el padre de la teoría atómica, si 2000 años atrás los filó-
sofos griegos ya hablaban de átomos, y un siglo y medio antes, científicos como Boyle y
Newton ya habían usado la descripción corpuscular de la materia?

Simplemente porque ordenó y formuló claramente una serie de hipótesis sobre la natu-
raleza de los átomos que señalaban la masa como una de sus propiedades fundamenta-
les, y se preocupó por probar tales ideas mediante experimentos cuantitativos.

Con esta teoría, se dieron los primeros pasos sobre el conocimiento de la estructura de
la materia, pero recién a fines del siglo XIX, comienza a desarrollarse la teoría atómica
moderna, como se la conoce en nuestros días.

En 1834, Michael Faraday informó que el pasaje de corriente eléctrica a través de solu-
ciones acuosas producía cambios químicos. Cuarenta años después, G. Stoney indicó
que tales hechos se interpretaban postulando la existencia de unidades discretas de car-
ga eléctrica, sugiriendo para cada una de ellas el nombre de electrón. En 1879 Crookes
demostró que se desplazaban en línea recta y que efectivamente tenían carga eléctrica.
En 1897, Thomson postula que tienen naturaleza corpuscular, es decir, un movimiento
claramente delimitado. En 1886, Goldstein describe las partículas positivas.

En base a todos estos datos, Thomson propuso en 1904, un modelo según el cual el
átomo era una esfera con la carga positiva distribuida uniformemente y los electrones
distribuidos al azar, de manera que las cargas eléctricas son compensadas. Pocos años
después, Rutherford y colaboradores realizaron un interesante experimento a partir del
cual sugirieron que los átomos estaban compuestos por un núcleo central, en el que se
hallaban concentradas las cargas positivas y la masa del átomo.

El modelo hasta ahora descrito y sus principios se contradecían con la física clásica y la
evidencia. Fue entonces, que Niels Bohr solucionó este problema postulando un nuevo
modelo atómico.

El modelo atómico de Bohr

En el año 1913, Bohr propuso que la estructura del átomo de hidrógeno estaba formada por
un núcleo de carga positiva y un electrón girando alrededor de él en una órbita circular. Los
postulados establecidos por este científico fueron los siguientes:

El electrón puede moverse solo en determinadas órbitas, caracterizadas por su radio.


Cuando el electrón se encuentra en dichas órbitas, el sistema no absorbe ni emite ener-
gía (órbitas estacionarias). Al suministrarle al átomo energía externa, el electrón pue-
de “excitarse” o pasar a un nivel de energía superior, correspondiente a una órbita de
mayor radio. Durante la caída del electrón de un nivel de mayor energía (más alejado
del núcleo) a uno de menor energía (más cerca del núcleo) se libera o emite energía.
Al pasar el electrón de un nivel a otro se absorbe o se libera un cuanto de energía, cuyo

30
valor está relacionado con la frecuencia absorbida o emitida según: E: h.ν, donde E es la
diferencia de energía entre los niveles considerados, h es la constante de Planck, mien-
tras ν es la frecuencia. Sin embargo, este modelo seguía presentando falencias (fig. 1-1).

Fig. 1-1. Modelo atómico de Bohr. Representación del átomo de helio con dos protones y dos neutrones en el núcleo.
En la órbita circular se aprecian dos electrones.

El modelo atómico moderno

El modelo atómico moderno se puede resumir de la siguiente manera:

-Los átomos están constituidos por partículas subatómicas llamadas electrones, protones
y neutrones.
-Los protones y los neutrones forman un cuerpo central, compacto, conocido como el nú-
cleo del átomo.
-Los electrones se distribuyen en el espacio, asemejándose a una nube alrededor del núcleo
(fig. 1-2).

Fig. 1-2. Modelo atómico moderno. Se aprecia un núcleo central, en torno a él, se observan tres orbitales esféricos
(1S, 2S y 3S) y tres orbitales bilobulados (2Px, 2Py, 2Pz).

Este modelo recibe el nombre de átomo nuclear, en el cual los protones y neutrones tienen
aproximadamente la misma masa, pero los protones tienen carga eléctrica positiva, mien-
tras que los neutrones son eléctricamente neutros. Un electrón tiene una masa mucho me-
nor que la de un protón (aproximadamente 2000 veces menor) y tiene una unidad de carga
negativa.

Actualmente, para explicar el comportamiento de los electrones, se utiliza la mecánica on-


dulatoria. Este concepto significa que los electrones no pueden localizarse con precisión
en un determinado espacio, según el principio de incertidumbre de Heisenberg. En 1926,
Erwin Schrödinger comenzó un importante capítulo en el campo de la física llamado Mecá-

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nica Cuántica. Este físico propuso una ecuación matemática cuyo resultado fue un conjunto
de funciones matemáticas llamadas “funciones de onda orbital” (ψ) que describen el movi-
miento y el estado energético del electrón. El valor de ψ² caracteriza la probabilidad de en-
contrar un electrón en una cierta región del espacio. La probabilidad es alta cerca del núcleo
y disminuye al aumentar la distancia con respecto al núcleo. Asociamos la denominación
“orbital” a este “espacio”.

Tenemos de esta manera una imagen distinta del electrón, en vez de pensar en una pequeña
partícula en movimiento claramente delimitado (átomo de Bohr), podemos pensar en una
partícula de la cual solo conocemos la probabilidad de encontrarla en cada región del es-
pacio, o bien en una nube de distribución de carga negativa.

De la resolución de la ecuación de Schrödinger, surgen valores conocidos como números


cuánticos1, siendo “n” el número cuántico principal, que está relacionado con la energía
asociada al electrón y con el volumen o tamaño del orbital. Mientras que “l” es el número
cuántico azimutal, relacionado con la forma del orbital, que está designado con letras (s,
p, d, f). En tanto, “m”, el número cuántico magnético, está relacionado con la orientación
espacial. De las variantes combinatorias de estos, surgen los diferentes orbitales de los
átomos.

La energía asociada a los electrones en los diferentes grupos de orbitales es distinta. Dicha
energía está relacionada fundamentalmente con el valor de “n”, pero influye además el
valor de “l”. Hay que destacar que la diferencia de energía entre los orbitales no es lineal
conforme uno se aleja del núcleo, si no que existen superposiciones entre los niveles de
energía. Además de los tres números cuánticos ya enumerados, fue necesario introducir
otro número cuántico “s”, llamado spin o espín, por su habilidad de girar sobre sí mismo,
para explicar completamente ciertos fenómenos atómicos.

Cada electrón de un átomo está descrito por un conjunto de valores de los cuatro números
cuánticos, y cada conjunto está sujeto a una restricción expresada por el principio de exclu-
sión de Pauli. Este principio dice que, en un átomo no existen dos electrones cuyos conjun-
tos de números cuánticos sean iguales. Expresado de otra manera, podemos decir que como
máximo puede haber dos electrones por orbital y con espines opuestos.

Es decir, cada electrón tiene un “nombre” que lo caracteriza. Al indicar con estos valores los
orbitales asociados a los diferentes electrones de un átomo, estamos dando la configuración
electrónica del mismo.

Habiendo descrito al electrón, pasamos a la constitución del núcleo que concentra casi toda
la masa del átomo, y está formado fundamentalmente por dos clases de partículas, los pro-
tones (con carga positiva) y los neutrones (carga igual a cero).

De la cantidad de partículas que contenga el núcleo se desprenden dos números que lo ca-
racterizan: el número atómico (Z), que indica la cantidad de protones en el núcleo de un
átomo, y el número másico (A), que es la suma del número de protones y neutrones en el
núcleo de un átomo.

Quien define a un átomo como tal es la cantidad de protones que tiene en su núcleo, es
decir su Z. Podríamos decir que el Z es como el “DNI del átomo”. Así, por ejemplo, el hidró-

32
geno es hidrógeno porque tiene un Z igual a 1 (un protón en su núcleo), en tanto el cloro es
cloro porque tiene en su núcleo 17 protones, es decir su Z es 17 (fig. 1-3).

Fig. 1-3. Representación de un elemento químico tal como figura en la tabla periódica. El símbolo químico del
elemento se corresponde con la X. Se muestra el número másico (A) que se corresponde con las suma de protones y
neutrones. Mientras el número atómico (Z) equivale a la cantidad de protones.

Los isótopos son átomos que pertenecen al mismo elemento químico (igual Z), pero
que tienen distinta masa debido a la diferente cantidad de neutrones en sus núcleos.
Por lo tanto, tienen el mismo número atómico pero distinto número másico. Los isóto-
pos de un elemento dado tienen el mismo número de electrones alrededor del núcleo.
Se los distingue dando el símbolo del elemento químico y su número másico correspon-
diente, como es el caso de 12C y 14C. A continuación se muestran los tres isótopos del
hidrógeno (fig. 1-4).

Fig. 1-4. Representación de los tres isótopos del hidrógeno. El protio con su número másico igual a 1, el deuterio
con su número másico igual a 2 y el tritio con su número másico igual a 3.

Dado que los isótopos de un mismo elemento poseen el mismo número de protones
y electrones, presentan idénticas propiedades químicas, pudiendo diferir en algunas
propiedades físicas. Para los ejemplos mencionados el 14C y el 3H son radiactivos. La
mayoría de los elementos químicos tienen más de un isótopo.

En resumen, los isótopos de un mismo elemento tienen igual “Z” y distinta “A”.

Recuerde que, por definición, “todos los átomos en estado fundamental son neutros”,
por lo tanto, el Z nos indica la cantidad de protones y electrones que posee un elemento
químico.

La tabla periódica de los elementos

La tabla periódica de los elementos es una disposición de los elementos químicos en forma
de tabla, ordenados por su número atómico (Z), por su configuración electrónica y sus pro-
piedades químicas.

En la tabla periódica las filas son los períodos, mientras las columnas son los grupos.

El ordenamiento en la tabla muestra tendencias periódicas, por ejemplo, elementos con


comportamiento químico similar dentro del mismo grupo. A la fecha se conocen 118
elementos químicos2 (fig. 1-5).

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Fig. 1-5. Tabla periódica de los elementos. Actualmente, la tabla periódica se compone de 118 elementos distribui-
dos en 7 filas, llamadas períodos y 18 columnas, conocidas como grupos. Hacia la izquierda en gris claro se mues-
tran los metales, mientras que hacia la derecha en gris oscuro se muestran los no metales. Se magnificó el casillero
del H para mostrar la información contenida.

34
En la tabla periódica de los elementos, de acuerdo al grupo y por ende a sus propiedades
químicas, cada columna recibe un nombre particular.

En el extremo izquierdo de la tabla se encuentra el grupo I, elementos que se conocen


con el nombre de metales alcalinos. Luego siguen los metales del grupo II, o metales
alcalinotérreos.

El grupo VIII, en el extremo derecho de la tabla, está formado por los elementos que tie-
nen su último nivel energético con 8 electrones (octeto), una excepción es el He que tiene
2 electrones en su último nivel energético (dueto). Esta configuración es particularmente
estable y los elementos tienen muy poca reactividad química, de ahí que se los llama gases
nobles, inertes, o raros. Al lado de los gases nobles se encuentran los halógenos corres-
pondientes al grupo VII (Cl, Br, I, etc).

En la zona media de la tabla periódica, se encuentran los elementos de transición (Fe,


Co, Ni, Ru, Rh, Pd, Os, Ir, Pt, etc). Toman dicho nombre debido al papel que juegan como
puente entre los metales químicamente activos de los grupos I (Na, K, etc) y II (Ca, Mg,
etc) y los metales mucho menos activos de los grupos III (B, Al, etc) y IV (C, Si, etc). El
largo bloque que aparece debajo de la tabla principal está compuesto por los metales de
transición interna.

En la tabla periódica además podemos observar una línea gruesa diagonal y escalonada
que separa los elementos metálicos (hacia la izquierda) de los no metálicos (hacia la
derecha). Los elementos en torno a esta línea se consideran metaloides (propiedades in-
termedias entre metales y no metales).

Los metales tienen un brillo plateado, son buenos conductores de la corriente eléctrica y
del calor, y la mayor parte de ellos son maleables y dúctiles. Son sólidos a presión y tem-
peratura ambiente, salvo el mercurio (Hg) que es líquido.

Los no metales, por el contrario, a presión y temperatura ambiente pueden ser gases, lí-
quidos o sólidos blandos y quebradizos. Son generalmente malos conductores del calor y
de la corriente eléctrica.

¿Qué información obtenemos a partir del grupo y período en el que se encuentra un


elemento químico en particular?

Veamos un ejemplo con el elemento químico carbono (C), con un Z igual a 6, se corres-
ponde con el período 2 y el grupo IV.

Tenemos que acomodar a los seis electrones del carbono en los orbitales correspondientes
respetando la energía del orbital y el principio de exclusión de Pauli.

A medida que se alejan del núcleo, los orbitales aumentan su energía ¿Por qué? Porque los
electrones estarán más alejados del núcleo, la atracción electrostática por cargas de signos
opuestos será menor y en consecuencia el electrón se moverá más rápido. Por lo tanto, los
electrones van llenando orbitales desde menor a mayor energía (regla de las diagonales).

El primer orbital es el 1S, luego viene el 2S, seguido por los tres orbitales 2P. Los seis

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electrones del carbono se distribuyen de la siguiente manera: dos electrones con spines
opuestos en el orbital 1S, dos electrones con spines opuestos en el orbital 2S, luego tene-
mos un electrón en un orbital P y otro electrón en un orbital P diferente pero equivalente
en energía (fig. 1-6, A). De esta forma se obtiene la configuración electrónica del carbono,
la misma es 1s2 2s2 2p2.

Se necesitaron dos niveles energéticos para acomodar a los seis electrones del carbono,
el primer nivel energético lo forma el orbital 1S, el segundo nivel energético lo forman el
orbital 2S y los orbitales 2P. Estar en el periódo 2, refiere a que se necesitan dos niveles
energéticos para acomodar a todos los electrones del átomo.

Ahora bien, observando en la fig. 1-6, A en el último nivel energético del carbono encuen-
tro cuatro electrones, los cuales son los electrones de valencia. Estar en el grupo IV, refiere
que el átomo tiene cuatro electrones de valencia.

El grupo en la tabla periódica nos indica los electrones de valencia de un elemento quí-
mico, es decir, los electrones correspondientes al último nivel energético. Son los electro-
nes que participan en las reacciones químicas.

Practique con la tabla periódica, ubique al flúor y al cloro. Si bien el flúor tiene nueve elec-
trones en total y el cloro, diecisiete electrones en total, por estar ambos átomos en el grupo
VII, ambos elementos poseen siete electrones de valencia.

Tómese el trabajo de completar los orbitales correspondientes a estos átomos y verá que
en ambos casos quedan siete electrones en el último nivel energético. Los elementos per-
tenecientes al mismo grupo, tienen por lo general los mismos electrones de valencia. Este
hecho les confiere propiedades químicas semejantes.

El período nos brinda información de la cantidad de niveles energéticos en los cuales se


distribuyen la totalidad de los electrones de un elemento químico. Observe en la fig. 1-6, B
que dos elementos como el litio y el flúor disponen ambos de dos niveles energéticos para
acomodar a sus tres y nueve electrones respectivamente, por lo tanto ambos elementos
pertenecen al período 2.

En la fig. 1-6, B también se muestran las configuraciones electrónicas de los gases nobles
helio y neón. En su último nivel energético, el helio presenta dos electrones (la configura-
ción electrónica del helio es 1s2), mientras el neón presenta ocho electrones (la configu-
ración electrónica del neón es 1s2 2s2 2p6). Concluimos que el He tiene dos electrones de
valencia, mientras el Ne tiene ocho electrones de valencia.

Como todos los elementos quieren tener la misma configuración electrónica del gas
noble más cercano, entonces entendemos que el hidrógeno necesita ganar un electrón,
mientras que el litio necesita perder un electrón, para asemejarse electrónicamente al he-
lio. De la misma manera, el carbono requiere ganar cuatro electrones, mientras que el
flúor necesita solo un electrón para convertirse electrónicamente en el neón (fig. 1-6, B).

Para los átomos, la reactividad es el camino a seguir, teniendo como meta la no reacti-
vidad característica de los gases nobles. Entonces, los átomos se unen entre sí formando
moléculas. Analizando la molécula de metano (CH4), vemos que el objetivo primordial

36
Fig. 1-6. Configuraciones electrónicas. A- Configuración electrónica del carbono, se aprecia un primer nivel de
energía conformado por el orbital 1S ocupado con dos electrones con espines opuestos, mientras que en el segundo
nivel de energía se muestra el orbital 2S portando dos electrones con espines opuestos y dos orbitales 2P, cada uno
de ellos con un electrón. El rectángulo punteado indica a los electrones de valencia. Note que a medida que nos
alejamos del núcleo aumenta la energía. B- Configuraciones electrónicas de elementos que siguen la regla del dueto
y la regla del octeto. En rectángulos punteados se muestran a los respectivos electrones de valencia.

del carbono es conseguir cuatro electrones (un electrón proveniente de cada átomo de
hidrógeno), mientras que cada uno de los cuatro hidrógenos quiere conseguir un electrón
del carbono (fig. 1-16).

Por cuestiones que se discutirán a lo largo del capítulo, ninguno de estos átomos consi-
gue robarle el electrón a su vecino, más bien compartirán electrones, siguiendo la regla
del dueto (para el hidrógeno) y la regla del octeto (para el carbono). En la molécula de
metano (CH4), el carbono, además de conservar a sus seis electrones, atrae al electrón

Edumed - Departamento de Ciencias de la Salud - UNLaM 37


de valencia de cada uno de los cuatro hidrógenos. A su vez, cada uno de los hidrógenos,
además de conservar su electrón, atrae a uno de los cuatro electrones de valencia del
carbono. Por lo tanto, en este caso los átomos se atraen recíprocamente, sin conseguir
ninguno de ellos robarle el electrón al vecino y entre estos átomos se establece un enlace
covalente (fig. 1-16).

Para ser estrictos, cuando los átomos se unen formando moléculas, ya no hablamos de
orbitales atómicos, sino de orbitales moleculares (existe una extensa teoría de los orbi-
tales moleculares que no se discutirá aquí porque excede el alcance del manual).

El átomo de carbono en su afán de conseguir estos benditos cuatro electrones forma-


rá distintos tipos de moléculas. Usualmente lo encontraremos unido a un solo átomo
(CO, monóxido de carbono), a dos átomos (CO2, dióxido de carbono) o a tres átomos
(CH2O, formaldehído) e incluso a cuatro átomos como máximo (CH4, metano). En una
molécula que posee hidrógeno, el mismo siempre estará unido a un átomo, intentado
ser electrónicamente como el helio.

La regla del octeto nos dice que un gran número de elementos químicos quieren tener
en su último nivel energético ocho electrones (tal como sucede con los gases nobles,
a excepción del helio); expresado en otras palabras, los átomos quieren tener la misma
configuración electrónica que el gas noble más cercano.

En tanto, la regla del dueto nos dice que algunos elementos químicos (fundamental-
mente el hidrógeno y el litio) quieren tener en su último nivel energético dos electro-
nes, es decir, estos átomos quieren tener la misma configuración electrónica que el gas
noble helio.

Permítame darle una vuelta de rosca a lo comentado anteriormente, esta vez con un
matiz artístico y personal. En la tabla periódica existe un pequeño grupo de átomos es-
tables, los ubicados en el grupo VIII o gases nobles. El resto de los átomos se desespera
por llegar a la tan ansiada estabilidad, es decir, quieren convertirse en el gas noble más
cercano y para lograrlo deben cumplir con tres objetivos:
-Adquirir la misma cantidad de electrones.
-Adquirir la misma cantidad de neutrones.
-Adquirir la misma cantidad de protones.

Deciden empezar por igualar la cantidad de electrones de los que dispone el gas noble
más cercano. ¡Lógico! Los electrones son lo más externo que tiene un átomo, están que-
riendo tener la misma configuración electrónica. Sólo algunos átomos lo consiguen, es
el caso de algunos iones.

Hasta ahora, un grupo de átomos son los afortunados estables (gases nobles), otros con-
siguen, al transformarse en iones, ser electrónicamente como el gas noble más cercano.
El resto de los elementos se tienen que conformar compartiendo electrones (uniones
covalentes, esenciales para la formación de moléculas), es decir, ni siquiera cumplen
con el primero de los tres requisitos en su camino de transformación al gas noble más
cercano. Sumándole dificultad a la transformación, las partículas subatómicas dentro
del núcleo son sagradas, están como en “una caja fuerte” ni entran ni salen de allí ¡Si lo
sabrán los alquimistas que durante siglos buscaban convertir madera en oro!

38
Los átomos no saben que es imposible convertirse en el gas noble más cercano, será por
ello que no dejan de intentarlo, y en esa insistencia se sustentan las moléculas inorgáni-
cas y orgánicas, las macromoléculas, la vida y todo lo que conocemos.

Los átomos no tienen un real interés en formar parte de la molécula de metano o la


molécula de glucosa o la preciada molécula de ATP, menos aún macromoléculas como
son las proteínas o el ADN. Simplemente lo que desean los átomos es… SÍ, ¡acertó! ser
como el gas noble más cercano.

Para ir cerrando esta sección artística y volver a la realidad de las ciencias duras, en las
reacciones químicas convencionales, nos importa el comportamiento de los electrones.
¿Se transfieren o se comparten?, al compartirse ¿Aporta un electrón cada átomo? ¿O un
solo átomo aporta el par?

Propiedades periódicas: radio atómico, energía de ionización, energía de unión


electrónica

Para entender las distintas uniones químicas y como suceden, procederemos a analizar
las diferentes propiedades de los elementos a lo largo de la tabla periódica.

Radio atómico

Definimos el radio atómico para un elemento X, como la mitad de la distancia entre los
núcleos de los dos átomos de X cuando forman la unión X-X. Expresado de otra manera
sería, la distancia que existe entre el núcleo y el orbital más externo de un átomo. Por
medio del radio atómico, es posible determinar el tamaño de un átomo (fig. 1-7).

Fig. 1-7. Variaciones de los radios atómicos en la tabla periódica. Los radios atómicos disminuyen de izquierda a
derecha en los períodos y al ascender en los grupos.

Energía de ionización

Cuando a un átomo de hidrógeno se lo excita por una fuente externa de energía, su


electrón salta de su estado basal (fundamental) a niveles de energía superiores. Cuanto
mayor sea la energía que se le entrega, mayor será el nivel de energía al cual acceda el
electrón excitado. Ahora bien, si se le entrega la suficiente cantidad de energía, este
electrón puede ser “arrancado”, separándolo de la influencia del núcleo central. A este
fenómeno se lo denomina ionización3 y es representado por:

Edumed - Departamento de Ciencias de la Salud - UNLaM 39


Un átomo del elemento M en el estado gaseoso pierde un electrón y se forma la especie
M+, siendo el ion un átomo o grupo de átomos cargado positivamente. En la reacción
e- representa al electrón.

¿Por qué al quitar un electrón de un átomo nos queda un ión positivo o catión?

Un átomo tiene exactamente la misma cantidad de electrones que de protones, por lo


que es eléctricamente neutro. Si se elimina un electrón, la carga de los electrones restan-
tes ya no contrarresta toda la carga positiva del núcleo, por lo que se obtiene un catión
con una unidad de carga positiva global.

Denominamos energía de ionización a la energía que se necesita entregar a un átomo


gaseoso (aislado) en su estado fundamental, para arrancar el electrón más débilmente
atraído y transformar al átomo en un ion monopositivo o catión monovalente. Cuando
se le quita un electrón a un átomo, se habla de primera ionización. Cuando se le quita
un segundo electrón, hablamos de segunda ionización, y así sucesivamente.

Esta energía varía a lo largo de la tabla periódica, de acuerdo al radio atómico de cada
elemento. Al aumentar Z en el grupo, el radio atómico aumenta. Los electrones exter-
nos, más alejados del núcleo son menos atraídos por este y por lo tanto son más suscep-
tibles de ser arrancados. De esta manera, cuanto mayor es el radio atómico, menor es la
energía que se necesita para “arrancar” un electrón y menor es la energía de ionización
(fig. 1-8).

Fig. 1-8. Variaciones de las energías de ionización en la tabla periódica. Las energías de ionización disminuyen
de derecha a izquierda en los períodos y al descender en los grupos.

Energía de unión electrónica o afinidad electrónica

Se denomina energía de unión electrónica, a la energía asociada al proceso de agregar


un electrón a un átomo gaseoso en estado fundamental, representándose de la siguiente
manera:

Generalmente, este proceso es exotérmico, es decir que libera energía. Cuanto mayor
sea la energía liberada, mayor será la estabilidad del ion formado. Este ion tiene carga
negativa y se conoce como anión.

Recordemos, que un átomo tiene exactamente la misma cantidad de electrones que de


protones, por lo que es eléctricamente neutro. Si el átomo gana un electrón, la carga ne-

40
gativa de ese electrón extra no puede ser contrarrestada por la carga positiva del núcleo,
por lo que se obtiene un anión con una unidad de carga negativa global (fig. 1-9).

Cuanto mayor es el Z, más favorecido está el ingreso de un electrón por la atracción


nuclear.

Fig. 1-9. Variaciones de las afinidades electrónicas en la tabla periódica. Las afinidades electrónicas disminuyen
de derecha a izquierda en los períodos y al descender en los grupos.

Considerando las propiedades de la tabla periódica, entendemos que los elementos de


los grupos I y II presentan baja energía de ionización y baja afinidad electrónica, por
lo tanto, los elementos de estos grupos pierden electrones y se convierten en cationes.
Opuestamente, los elementos del grupo VII, con alta energía de ionización y alta afini-
dad electrónica, ganan electrones convirtiéndose en aniones.

La consecuencia de la pérdida de electrones en los elementos de los grupos I y II, como


así también la ganancia de electrones por parte de los elementos del grupo VII, es la
formación de iones. Estos iones adquieren la misma configuración electrónica del gas
noble más cercano, logrando de esta manera estabilizarse.

Uniones químicas

Una molécula es un conjunto de átomos, ya sean iguales o distintos, que se encuen-


tran unidos (siempre en una proporción determinada) mediante enlaces químicos.
Una molécula constituye la mínima porción de una sustancia que puede ser separada
sin que sus propiedades sean alteradas.

Como ejemplos de moléculas formadas por átomos idénticos tenemos: a la molécula de


hidrógeno formada por dos átomos de hidrógeno o a la molécula de oxígeno, formada
por dos átomos de oxígeno (fig. 1-16). Ejemplos de moléculas formadas por átomos
distintos son: el agua, formada por dos átomos de hidrógeno unidos a un átomo de oxí-
geno (fig. 1-11). El metano está formado por cuatro átomos de hidrógeno unidos a un
átomo de carbono (fig. 1-16). El amoníaco está constituido por un átomo de nitrógeno
unido a tres átomos de hidrógeno (fig. 1-17), etc. Para las moléculas citadas anterior-
mente, sus fórmulas moleculares son: H2, O2, H2O, CH4 y NH3.

Entendemos que una fórmula molecular nos indica qué átomos y cuántos de cada uno
de ellos forman parte de una molécula en cuestión. Es decir, nos brinda información
cualitativa y cuantitativa.

Definimos la unión química como una fuerza que actúa entre dos átomos o grupos de
átomos, con intensidad suficiente como para mantenerlos juntos en una especie dife-
rente que tiene propiedades mensurables.

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Lewis, en 1916, propuso que las uniones en los compuestos no iónicos se producían
porque los electrones de dos átomos iguales o diferentes se compartían de a pares, de tal
manera que en lo posible se formen duetos y octetos estables.

Hoy sabemos que los átomos al combinarse ponen en juego sus electrones de valencia,
y de esta manera, los átomos tienden a adquirir la configuración electrónica que les de
la mayor estabilidad posible: la del gas noble más cercano. Como los gases nobles tienen
su último nivel energético con 8 electrones, se dice que los átomos tienden a completar
su octeto o siguen la “regla del octeto”.

Para el hidrógeno es diferente, ya que tiende a adquirir solo un electrón para tener dos
electrones en su último nivel energético, por lo que este cumple la “regla del dueto” pa-
reciéndose al helio (gas noble más cercano).

Lewis desarrolló una manera práctica para representar las uniones químicas, para esto
es necesario escribir el símbolo del elemento rodeado por los electrones de valencia in-
dicados con puntos, cruces, etc. En general, el número de electrones de valencia es igual
al número del grupo en la tabla periódica al que pertenece el átomo (fig. 1-10).

Fig. 1-10. Representaciones de elementos químicos mostrando sus electrones de valencia. Se aprecian al hidró-
geno (H) con su electrón de valencia, el helio (He) con sus dos electrones de valencia, el carbono (C) con sus cuatro
electrones de valencia, el nitrógeno (N) con sus cinco electrones de valencia, el oxígeno (O) con sus seis electrones de
valencia, el flúor (F) y el cloro (Cl) con sus siete electrones de valencia y el neón con sus ocho electrones de valencia.

Para representar moléculas, se colocan los átomos rodeados por sus electrones de va-
lencia indicados con puntos o cruces, de manera de poder distinguir a qué átomo le
corresponde cada electrón (fig. 1-11, A). Cada par electrónico compartido representa
una unión química, que también se puede esquematizar por una línea (fórmula desa-
rrollada). En la molécula de agua, podemos decir que existen 2 uniones químicas (fig.
1-11, B).

Fig. 1-11. Molécula de agua. A- Notación de Lewis para la molécula de agua. Los puntos representan los electrones
de valencia del oxígeno, mientras las cruces representan los electrones de valencia de los hidrógenos. Los átomos de
hidrógeno cumplen con la regla del dueto, mientras el átomo de oxígeno cumple con la regla del octeto. B- Fórmula
desarrollada para la molécula de agua. Las líneas representan enlaces o uniones covalentes simples. Se aprecian dos
pares de electrones no compartidos sobre el átomo de oxígeno.

42
Clasificación de las uniones químicas

Denominamos electronegatividad (E) a la capacidad relativa que tiene un átomo para atraer
a los electrones de una unión química. Al no ser un valor absoluto, se le asigna el valor de
4 al elemento más electronegativo que es el flúor y los demás valores se ajustan respecto de
él. El menos electronegativo o más electropositivo es el francio con un valor de 0.7. En los
períodos al aumentar Z aumenta E. Mientras que en los grupos al disminuir Z aumenta E.

La electronegatividad de un elemento mide su tendencia a atraer electrones, cuando


está combinado con otro átomo. Si tengo dos átomos diferentes y uno de ellos tiene
más capacidad de atraer electrones hacía sí mismo, este átomo tiene mayor electrone-
gatividad (fig. 1-12).

Fig. 1-12. Variaciones de las electronegatividades en la tabla periódica. Como regla general, las electronegativi-
dades aumentan de izquierda a derecha en los períodos y al ascender en los grupos.

Ahora bien, teniendo en cuenta el concepto de electronegatividad, podemos entender la


existencia de diferentes tipos de uniones químicas, de acuerdo a la fuerza con que los
átomos atraen los electrones del enlace. Se pueden dar tres situaciones:

-Que los valores de electronegatividad de los átomos que intervienen en la unión sean
muy diferentes: ENLACE IÓNICO.
-Que posean valores de electronegatividad baja y similar: UNIÓN METÁLICA.
-Que posean valores de electronegatividad alta y similar: ENLACE COVALENTE.

Enlace iónico o unión iónica

El enlace iónico ocurre entre átomos cuya diferencia de electronegatividades es igual o


mayor a 1.7, y su característica esencial es que hay una transferencia completa de elec-
trones desde un átomo al otro, con formación de cationes y aniones. Un ion es un átomo
o un grupo de átomos enlazados con carga eléctrica positiva (catión) o negativa (anión).

Recordando, un átomo tiene exactamente la misma cantidad de electrones que de pro-


tones, por lo que es eléctricamente neutro. Si se elimina un electrón, la carga de los
electrones restantes ya no contrarresta toda la carga positiva del núcleo, por lo que se
obtiene un catión con una unidad de carga positiva global. A la inversa, si se gana un
electrón, se aumenta la carga negativa global del átomo y se obtiene un anión.

El enlace iónico se establece entre un metal y un no metal. Observe que están en extre-
mos opuestos de la tabla periódica, con lo cual, la diferencia de electronegatividad es
igual o mayor a 1.7.

Generalmente, al darse la transferencia electrónica, ambos iones van a tener la configu-


ración electrónica del gas noble más cercano.

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Estos átomos mantienen la unión justamente por las cargas opuestas que contienen y la atrac-
ción electrostática que esto genera. Además, las fuerzas de atracción se extienden en todas
las direcciones, por lo que cada ion va a estar rodeado de varios iones de carga opuesta. Esto
hace que se forme una red tridimensional ordenada regularmente, dando origen a estructuras
cristalinas, siendo el ejemplo más común el cloruro de sodio (NaCl) o sal de mesa (fig. 1-13).

Fig. 1-13. Fragmento de un cristal iónico de sal de mesa. El cloruro de sodio sólido está formado por muchos iones
Na+ y Cl- dispuestos en una red llamada cristal.

Para dar la notación de Lewis de estos compuestos, tomamos como ejemplo al fluoruro de
litio (fig. 1-14).

Fig. 1-14. Fluoruro de litio. Representaciones de la transferencia del electrón desde el litio (Li) hacia el flúor (F).
El Li adquiere carga positiva (catión) mientras el F queda cargado negativamente (anión). Los círculos punteados
representan niveles de energía.

Unión metálica

Cuando se unen átomos que tienen electronegatividades bajas y similares, ninguno de


los dos atraerá con fuerza los electrones de la unión. Así, los electrones externos se
hallan en un estado relativamente libre y queda una red cristalina de cationes, que se
estabiliza por los electrones que la rodean (fig. 1-15).

Cu2+
- Cu2+
- Cu2+ - Cu2+

- - - - -
Cu2+ Cu2+ Cu2+ Cu2+ Cu2+
- - - - -
- - -
Cu2+ Cu2+ - Cu2+ Cu2+

Fig. 1-15. El modelo de mar de electrones para los metales. Una red de iones positivos (cationes cúpricos) se
encuentra inmersa en un “mar de electrones”, procedentes de las capas de valencia de los átomos metálicos y que
pertenece a todo el cristal.

Estos electrones no pertenecen a un átomo en particular, sino al cristal como un todo. Este
tipo de unión se denomina unión metálica. Esta unión, es típica de los elementos que son
buenos conductores de la corriente eléctrica, por ejemplo el Cu, Au, Al, Ag, Fe, etc.

44
Enlace covalente

El enlace covalente se da entre átomos con electronegatividades altas y semejantes. En


las moléculas simples, ambos átomos tienen la misma electronegatividad, por lo que no
hay una transferencia de electrones de un átomo a otro, sino que se comparten electro-
nes. Hay dos maneras de compartir electrones:
-Enlace covalente común.
-Enlace covalente dativo o coordinado.

Enlace covalente común

Es la unión química dada entre dos átomos, en la cual el par electrónico compartido está
formado por un electrón proveniente de cada uno de los dos átomos entre los que se
produce la unión. A su vez, dos átomos pueden compartir uno, dos o hasta tres pares de
electrones, dando uniones covalentes simples, dobles o triples respectivamente (fig. 1-16).

Fig. 1-16. Moléculas de hidrógeno, oxígeno, nitrógeno y metano. A- Se muestran para cada átomo los electrones
de valencia. B- En la molécula de hidrógeno, cada átomo cumple con la regla del dueto, en las moléculas de oxígeno
y nitrógeno cada átomo cumple con la regla del octeto, en la molécula de metano los hidrógenos cumplen con la
regla del dueto y el carbono cumple con la regla del octeto. C- Fórmulas desarrolladas. D- Fórmulas moleculares.
Note que las moléculas de hidrógeno, oxígeno y nitrógeno son diatómicas. En las moléculas de hidrógeno y metano
los enlaces son covalentes simples, mientras que hay un enlace covalente doble en la molécula de oxígeno y un enlace
covalente triple en la molécula de nitrógeno.

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Enlace covalente dativo o coordinado

Se establece entre dos átomos en el que el par electrónico compartido es aportado por
uno de los dos átomos, que ya tiene completo su octeto, pero cede un par de electrones
desapareados para que el otro átomo complete su dueto u octeto.

En el caso del ion amonio, el nitrógeno es el dador de electrones, para que el hidrógeno
complete el dueto. Estructuralmente, no hay manera de distinguir un enlace covalente
dativo de un enlace covalente común. El enlace covalente dativo, se representa por una
flecha desde el dador al aceptor de electrones (fig. 1-17).

Fig. 1-17. Formación del ion amonio, NH4+. Un protón (H+) procedente de la disociación de un ácido se une a una
molécula de amoníaco (NH3) a través del par de electrones solitario del átomo de N. Note que la carga positiva que
originalmente estaba en el protón, aparece en el átomo de N.

En las biomoléculas, el nitrógeno usualmente es quien puede participar de esta unión.


El concepto de enlace covalente dativo, le permitirá entender en parte el comportamiento
amortiguador o buffer, de los aminoácidos y proteínas, como así también la formación del
catión hidronio (H3O+), contenido que verá más adelante en este manual.

Enlaces covalentes polares y no polares

De acuerdo a las electronegatividades de los átomos participantes en la unión o enlace


covalente, podemos distinguir el enlace covalente polar y el enlace covalente no polar.

En la unión covalente pura o no polar, se comparten electrones entre átomos idénticos


(diferencia de E igual a cero), o entre átomos cuya diferencia de electronegatividad sea
igual o menor a 0.4. En este tipo de unión, el par electrónico es compartido igualmente
por ambos átomos (fig. 1-18, A y fig. 1-19).

En la unión covalente polar, se comparten electrones entre los átomos involucrados en la


unión, pero debido a que la diferencia de electronegatividad entre éstos está entre 0.5 a
1.6, hay cierto grado de transferencia electrónica. De esta manera, la nube electrónica se
distorsiona, quedando desplazada hacia el átomo más electronegativo. El o los átomos más
electronegativos adquieren fracción o densidad de carga negativa (δ-), mientras que el o
los átomos menos electronegativos, adquieren fracción o densidad de carga positiva (δ+)
(fig. 1-18, B y fig. 1-19).

Un elemento químico puede participar en más de un tipo de unión o enlace dependiendo


del átomo al que esté unido. Veamos esto con un ejemplo:

Para el cloro (Cl), en la unión Cl-Cl (Cl2) la diferencia de electronegatividad es cero,


por lo tanto, este enlace es covalente puro o no polar. En la molécula de clorometano
(ClCH3), la diferencia de electronegatividad entre Cl y C es 0.5, por lo tanto este enlace

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Fig. 1-18. Moléculas no polares, molécula polar y compuesto iónico. A- Moléculas no polares: tanto la molécula
de hidrógeno como la de cloro son diatómicas, presentan enlaces o uniones covalentes simples puras o no polares.
B- Molécula polar: en la molécula de metanol, el enlace entre el carbono y el oxígeno es covalente simple polar, esto
genera una distribución asimétrica de los electrones compartidos, se generan densidades o fracciones de carga de
signos opuestos (dipolo). C- Compuesto iónico: en el cloruro de sodio tenemos transferencia de electrones, por lo
tanto se aprecian cationes sodio y aniones cloruro.

se considera covalente polar. Finalmente, en el NaCl (sal de mesa) la diferencia de electro-


negatividad entre el Cl y el Na es 2.1, por lo tanto, hablamos de unión iónica (fig. 1-19).

Fig. 1-19. Tipos de uniones químicas según diferencia de electronegatividades(E). En la unión o enlace covalente
puro o no polar, la diferencia de E entre los átomos está entre 0 y 0,4 por lo tanto los electrones se comparten por
igual. En la unión o enlace covalente polar, la diferencia de E entre los átomos está entre 0,4 y 1,7, por lo tanto los
electrones si bien se comparten, están más cerca del átomo más electronegativo y se generan densidades o fracciones
de carga de signos opuestos. En la unión iónica la diferencia de E entre los átomos supera a 1,7, por lo tanto hay
transferencia de electrones generándose cationes y aniones.

Moléculas polares, no polares y compuestos iónicos

Dependiendo del tipo de unión química y de la geometría molecular (fig. 1-24) tendremos:

-Moléculas no polares (H2, O2, Cl2, CO2, etc) (fig. 1-18, A).
-Moléculas polares (H2O, ClCH3, H3COH, etc) (fig. 1-1 y 1-18, B).
-Compuestos iónicos (NaCl, etc) (fig. 1-18, C).

Una de las máximas de la química, dice que las moléculas no polares o hidrofóbicas
(del griego “temor al agua”) interaccionan con las moléculas no polares o hidrofóbicas.
Mientras las moléculas polares o hidrofílicas (del griego “amistad por el agua”) interac-
cionan con las moléculas polares o hidrofílicas.Resumiendo, lo polar se lleva bien con
lo polar y lo no polar, se lleva bien con lo no polar.

Moléculas no polares, como el O2, interaccionan pobremente con las moléculas polares
como el H2O. Debido a que el O2 se disuelve poco en el H2O, tenemos hemoglobina en
nuestros glóbulos rojos, facilitando el transporte de O2 en la sangre. Moléculas polares,
como la glucosa y compuestos iónicos, como la sal de mesa, interaccionan bien con el
H2O y por lo tanto se disuelven bien en ella.

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Fuerzas intra e intermoleculares

Hasta el momento se habló de las fuerzas que mantienen unidos a los átomos para formar
moléculas.

En estado gaseoso, las moléculas se mantienen aisladas unas de otras, es decir no se atraen
y no interaccionan. Las moléculas también pueden encontrarse en estado sólido o líquido,
en formas condensadas, o en estructuras más complejas que se van a ver más adelante en
los próximos capítulos.

Existen fuerzas que mantienen unidas a las moléculas, a las que denominamos fuerzas de
Van der Waals, las cuales son más débiles que las correspondientes a las uniones covalen-
tes y varían su intensidad conforme varía la temperatura. Hay tres tipos de fuerzas de Van
der Waals:

-Fuerzas debidas a dipolos transitorios o fuerzas de London.


-Fuerzas debidas a dipolos permanentes o fuerzas dipolo-dipolo.
-Fuerzas debidas a dipolos permanentes-dipolo inducido.

Fuerzas de London

Se dan entre todas las moléculas, debido a la polarización transitoria que genera el movi-
miento de electrones. En cuanto surge una débil fracción de carga positiva en un extremo
de una molécula, ésta induce una débil fracción de carga negativa en la molécula más
próxima, generando un dipolo. En ese momento, se produce una atracción por fracciones
de cargas opuestas. Este tipo de fuerzas se encuentra por ejemplo, en el seno de las bicapas
lipídicas, y en el corazón hidrofóbico de las proteínas globulares (fig. 1-20).

Fig. 1-20. Fuerzas de London. A- Dos moléculas no polares tienen sus electrones distribuidos simétricamente. B-
Un desplazamiento asimétrico de la nube electrónica en la molécula de la izquierda, produce un dipolo instantáneo,
representado por fracciones o densidades de cargas de signos opuestos. C- El dipolo instantáneo, induce una distri-
bución asimétrica de la nube electrónica en la molécula de la derecha (dipolo inducido).

Fuerzas dipolo-dipolo

Atracción que se produce entre fracciones o densidades de carga de signos opuestos. En


este caso, las fracciones de carga son permanentes. Una fuerza dipolo-dipolo ampliamente
distribuida en la naturaleza es el puente de hidrógeno, la misma es una atracción elec-
trostática entre un átomo electronegativo y un átomo de hidrógeno unido covalente-
mente a otro átomo electronegativo. Los átomos electronegativos que participan en esta
atracción suelen ser: el flúor, el oxígeno, el nitrógeno y algunas veces el cloro (fig. 1-21).

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+-

+-
+- +-

Fig. 1-21. Fuerzas dipolo-dipolo. A- Los dipolos tienden a ordenarse por sí mismos con el extremo positivo de un
dipolo, apuntando hacia el extremo negativo de un dipolo vecino. Normalmente, el movimiento térmico rompe esta
disposición ordenada. B- Puente de hidrógeno establecido entre dos moléculas de agua. La fracción o densidad de
carga negativa en el átomo de oxígeno, atrae a la fracción o densidad de carga positiva del átomo de hidrógeno en
una molécula vecina.

El puente de hidrógeno es responsable de las propiedades únicas del agua (molécula


hidrofílica). El puente de hidrógeno no es exclusivo del agua, también lo encontramos
estabilizando macromoléculas como las proteínas y los ácidos nucleicos. El puente de
hidrógeno, puede ser intracatenaria (darse dentro de la misma molécula) o intercatena-
ria (darse entre moléculas distintas).

Fuerzas dipolos permanentes-dipolo inducido

Son fuerzas de atracción que se producen cuando el dipolo de una molécula polar
induce un dipolo en una molécula no polar. La molécula de agua, es un dipolo perma-
nente y produce una pequeña polarización en la molécula no polar de oxígeno, la cual
se transforma en un dipolo inducido. Esto hace que el O₂ presente cierta solubilidad en
solventes polares como el agua (fig. 1-22).

Fig. 1-22. Fuerzas dipolos permanentes-dipolo inducido. A- Una molécula polar (H2O) tiene una distribución
asimétrica de cargas, representadas por fracciones o densidades de carga de signos opuestos. B- El dipolo perma-
nente en la molécula de la izquierda induce una distribución asimétrica de la nube electrónica en la molécula de la
derecha (O2) (dipolo inducido).

Fuerza de las uniones químicas

La fuerza de las uniones químicas disminuye según la siguiente secuencia:

-Enlace covalente triple.


-Enlace covalente doble.
-Enlace covalente simple.
-Unión iónica.

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-Carga y densidad de carga de signos opuestos.
-Densidades de cargas de signos opuestos.

Note que desde la unión iónica en adelante, son todas atracciones electrostáticas (para
armar está escala de fuerza se consideró igual distancia de separación entre cargas o
carga y densidad de carga o entre densidades de carga de signos opuestos). La fuerza de
las atracciones electrostáticas viene dada por la ley de Coulomb (fig. 1-23).

Fig. 1-23. Ley de Coulomb. Cargas del mismo signo se repelen, mientras que cargas de signos opuestos se atraen.
Esta atracción electrostática, es directamente proporcional al producto de las cargas e inversamente proporcional a la
distancia que las separa elevada al cuadrado. Donde, F=fuerza; q=carga; r=distancia y K=constante de Coulomb.

La fuerza de atracción electrostática es directamente proporcional al producto de las


cargas de signos opuestos e inversamente proporcional a la distancia que las separa ele-
vada al cuadrado. Considerando esta ley, vemos que el Al3+ y el Cl- se atraen más que el
Na+ y el Cl- teniendo iguales distancias de separación. Note que como la distancia (r) está
en el denominador y además elevada al cuadrado, un pequeño aumento en la distancia
de separación entre las cargas o carga y densidad de carga o entre densidades de carga de
signos opuestos, disminuye notablemente la atracción electrostática entre ellas.

Geometría molecular

La estructura de Lewis da una imagen de la localización de los átomos y cómo se re-


lacionan, pero no muestra la estructura tridimensional de las moléculas. Para esto,
tenemos que tener en cuenta que las regiones de alta concentración de electrones, se
repelen entre sí. Entonces los electrones de enlace y los solitarios, se ubican lo más lejos
posible unos de otros. En moléculas cuyo átomo central no tiene pares de electrones no
apareados, se van a adoptar formas simétricas con ángulos característicos (fig. 1-24).

Fig. 1-24. Geometrías moleculares. A- Geometría lineal en la molécula de dióxido de carbono, note que el ángulo entre
los átomos es de 180°. B- Geometría plana triangular en la molécula de formaldehído, note que el ángulo entre los átomos
es de 120°. C- Geometría tetraédrica en la molécula de metano, note que el ángulo entre los átomos es de 109,5°.

50
Cuando se estudia la forma de las moléculas con pares de electrones sin compartir, ve-
mos que la situación es diferente, ya que éstos determinan la conformación espacial de
las mismas, debido a que la fuerza repulsiva es mayor que la de los pares involucrados
en un enlace. De esta manera, los átomos están lo más lejos posible de los pares de elec-
trones solitarios, incluso a costa de acercarse a otros átomos. Es el caso de la molécula
de agua, donde el oxígeno tiene dos pares de electrones no compartidos, que distorsio-
nan el ángulo entre los hidrógenos (fig. 1-25).

Fig. 1-25. Geometría angular en la molécula de agua. Los pares de electrones no enlazantes del oxígeno, debido a su
gran movilidad, distorsionan el ángulo de enlace en la molécula, obteniéndose un ángulo de 104,5°.

Habrá notado que la geometría molecular depende en gran medida de los tipos de enla-
ces que se establecen entre los átomos. Siempre en torno a un enlace covalente simple,
hay libre rotación de los átomos comprometidos en la unión. Mientras, en torno a
un enlace covalente doble, existe un impedimento a la libre rotación. Esto implica,
que la molécula al menos en la región del doble enlace presente geometría plana. Este
impedimento, es fundamental para comprender la isomería geométrica “cis” y “trans”
que se discute más adelante en este capítulo y que volverá a ver en el capítulo de Es-
tructura y metabolismo de los lípidos. También le permitirá entender las características
geométricas y el momento dipolar del enlace peptídico, que estudiará en el capítulo de
Aminoácidos, péptidos y proteínas.

Moléculas orgánicas e inorgánicas

Como ya vimos, una molécula está integrada por dos o más átomos iguales o diferentes
en una proporción determinada. Las moléculas se clasifican en orgánicas e inorgánicas.

Los compuestos inorgánicos, son el agua, el sulfato de calcio, el amoníaco, la sílice, el


ácido clorhídrico, etc. Además, algunos compuestos de carbono como el dióxido de
carbono y los carbonatos son considerados inorgánicos.

Los compuestos orgánicos, son aquellos que contienen átomos de carbono unidos entre
sí y así como también hidrógeno. En menor proporción, pueden contener otros elemen-
tos como el oxígeno, el nitrógeno, el fósforo y el azufre, entre otros. El carbono debido
a su gran versatilidad puede formar una gran variedad de estructuras como cadenas,
anillos y redes de átomos⁴. Dentro de las moléculas orgánicas, podemos encontrar a
la familia más sencilla que contiene solo carbono e hidrógeno, los hidrocarburos. A

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grandes rasgos, podemos dividir a los hidrocarburos en dos grupos, los alifáticos y los
aromáticos.

En las moléculas alifáticas, las cadenas hidrocarbonadas suelen ser lineales, ramificadas
o incluso cíclicas (fig. 1-26). Para representar las moléculas orgánicas se utilizan barras
dispuestas en zig zag (recordando la estructura tetraédrica del carbono unido a cuatro
átomos). En cada vértice, se encuentra un carbono, que puede o no estar representado
(fig. 1-26, D). Cada barra es un enlace covalente simple, por lo que los dobles o triples
enlaces se representan por dos o tres barras juntas.

Fig. 1-26. Diferentes representaciones para tres hidrocarburos alifáticos. Las moléculas de propano, butano y penta-
no (todos alcanos) se muestran en: A- fórmulas moleculares o condensadas. B- Fórmulas desarrolladas. C- Fórmulas
semidesarrolladas. D- Representaciones gráficas en zig zag (note que, en esa versión no se muestran ni los carbonos
ni los hidrógenos).

La principal característica de las moléculas aromáticas, es la presencia de por lo menos


un anillo bencénico en su estructura (fig. 1-27). El término aromático fue acuñado de-
bido al aroma característico de estas moléculas, por ejemplo el nitrobenceno tiene olor
a almendras.

Fig. 1-27. Compuestos aromáticos. A- Tres formas de representar a la molécula de benceno (molécula aromática
por excelencia). B- La sustitución de hidrógenos en el benceno por distintos radicales (-R) genera distintos compuestos
aromáticos.

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Una molécula orgánica puede clasificarse como saturada o insaturada. Las saturadas con-
tienen en su estructura, solo enlaces simples entre carbono y carbono, mientras que las
insaturadas, incluyen uno a más enlaces dobles o triples, entre carbono y carbono.

Grupos funcionales

Las propiedades químicas y por ende las reacciones de muchas moléculas son determi-
nadas por un pequeño grupo de átomos. Estos son los denominados grupos funcionales
y están unidos a las cadenas y anillos carbonados de los cuales ya hablamos. Los grupos
funcionales, se clasifican en oxigenados (si tienen oxígeno en su estructura) y nitroge-
nados (si en su estructura poseen nitrógeno).

Es muy importante que ¡usted aprenda los principales grupos funcionales! realmente
no podrá avanzar en la comprensión de la química, sin tener presente estos conceptos.
Existen millones de moléculas orgánicas, sin embargo, todas se construyen a partir de
los mismos grupos funcionales, de allí la importancia. Teniendo en claro a los principa-
les grupos funcionales, usted podrá entender la estructura y las propiedades físico-quí-
micas de las moléculas, y luego con sacrificio entenderá la bioquímica.

A continuación se citan solo algunos ejemplos de grupos funcionales presentes en mo-


léculas de importancia biológica:

-El grupo amino, está presente en todos los aminoácidos y en algunos nucleótidos.
-El grupo funcional alcohol, está presente en todos los azúcares.
-Los dobles enlaces, son frecuentes en los fosfolípidos de membranas.
-El grupo funcional ácido orgánico o carboxilo, forma parte de todos los aminoácidos,
ácidos grasos, e innumerable cantidad de intermediarios metabólicos.
-Los grupos funcionales aldehído y cetona (carbonilos), están presentes en azúcares (en
su forma no ciclada) y nucleótidos.
-El grupo fosfoanhídrido, está presente en nucleótidos como: el ATP, el CTP, el TTP, el
GTP, el UTP y el NADH.
-El grupo funcional fosfodiéster, está en nucleótidos cíclicos como el AMPc y el GMPc,
ácidos nucleicos y fosfolípidos.
-En los triacilglicéridos, encontramos al grupo éster, unión de un carboxilo con un al-
cohol con pérdida de agua.
-En un disacárido, los monosacáridos están unidos entre sí mediante el grupo funcio-
nal éter, unión de dos alcoholes con pérdida de agua. Más adelante verá, que recibe el
nombre de unión O-glicosídica.
-El enlace peptídico, que mantiene unido a dos aminoácidos, no es ni más ni menos
que el grupo funcional amida, que comprende la unión de un grupo carboxilo, con un
grupo amino con pérdida de agua.

Dichos grupos tienen un orden jerárquico de importancia, por el cual van a regir deter-
minadas propiedades en el compuesto del que formen parte. En la fig. 1-28, se muestran
los grupos funcionales más relevantes.

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Fig. 1-28. Principales grupos funcionales. Para quince grupos funcionales se muestran: fórmulas, nombre (función),
sufijo, prefijo y ejemplos.

54
Isómeros

Si usted observa moléculas distintas con la misma fórmula molecular, entonces con cer-
teza está en presencia de isómeros. Existen distintos tipos de isomerías, a continuación se
desarrollan algunas de ellas.

Los isómeros estructurales son moléculas formadas a partir de los mismos átomos, pero
unidos de forma diferente entre sí. Por ejemplo, para la fórmula molecular C4H10 po-
demos obtener dos compuestos (fig. 1-29). Debido a sus distintas conformaciones en el
espacio, tienen propiedades físico-químicas algo diferentes.

Fig. 1-29. Isómeros estructurales. Fórmulas semidesarrolladas, para las moléculas de metilpropano (isobutano) y
butano. Note que ambas moléculas, tienen la misma fórmula molecular (C4H10), pero cambia la forma en que están
unidos los átomos.

En los isómeros geométricos y ópticos, los átomos están unidos a los mismos vecinos
pero su disposición espacial es diferente, por ejemplo, hacia los lados opuestos de un do-
ble enlace, o arriba y debajo de un anillo, en un cicloalcano. Se distinguen por los prefijos
“cis” (del griego “del mismo lado”) y “trans” (del griego “del lado opuesto”) (fig. 1-30).

Fig. 1-30. Isómeros geométricos. Fórmulas semidesarrolladas, para las moléculas de cis-2-buteno y trans-2-buteno.
Note que los dos hidrógenos, están del mismo lado del doble enlace en el isómero cis, mientras que los hidrógenos están
de lados opuestos respecto al doble enlace, en el isómero trans.

La isomería óptica, se da cuando dos moléculas son imágenes especulares no superpo-


nibles (par de enantiómeros). Se presenta siempre que un átomo de carbono está unido
a cuatro átomos o grupos de átomos distintos. Un carbono unido a cuatro sustituyentes
distintos, se conoce como carbono quiral (del griego “mano”) o asimétrico. Los isó-
meros ópticos poseen propiedades químicas iguales, excepto si reaccionan con otras
moléculas quirales (por ejemplo, nuestras enzimas). Como ejemplos, de moléculas con
este tipo de isomería, tenemos a la mayor parte de los aminoácidos, veamos los enan-
tiómeros de la alanina en la fig. 1-31.

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Fig. 1-31. Isómeros ópticos. A- Molécula quiral (cuatro sustituyentes distintos) y su imágen especular (no superponi-
ble); molécula no quiral o aquiral (dos sustituyentes iguales) y su imágen especular (superponible). B- Isómeros D y L,
del aminoácido alanina.

Este tipo de isomería es responsable de las distintas actividades de los fármacos, o sus
reacciones adversas. De las dos formas enantioméricas del ibuprofeno, sólo la denomi-
nada S es la que tiene actividad farmacológica, mientras que el enantiómero R-ibupro-
feno, no tiene actividad antiinflamatoria en absoluto.

A principios de 1960, la producción de medicamentos se vio duramente afectada por


la tragedia de la talidomida. Esta droga fue administrada como mezcla racémica para
tratar las náuseas durante los primeros meses del embarazo. Sólo el R-enantiómero es
activo, mientras que el S-enantiómero, produce serias malformaciones en bebés recién
nacidos.

Para tener en cuenta, en los seres vivos, los aminoácidos tienen la conformación L,
mientras que los azúcares5 tienen la conformación D y las insaturaciones en los ácidos
grasos, son todas del tipo “cis”.

Reacciones químicas

Una reacción química, también llamada cambio químico o fenómeno químico, es todo pro-
ceso termodinámico en el cual una o más sustancias llamadas reactivos, se transforman,
cambiando su estructura molecular y sus enlaces, en otras sustancias llamadas productos.

56
Una reacción química irreversible se simboliza con una flecha (fig. 1-32).

Fig. 1-32. Reacción química irreversible. En los reactivos, dos átomos de sodio reaccionan con dos moléculas de agua,
dando como productos dos moléculas de hidróxido de sodio y una molécula de hidrógeno.

Mientras que para una reacción química reversible, se utilizan dos flechas en sentidos
opuestos (fig. 1-33).

Fig. 1-33. Reacción química reversible. En los reactivos, una molécula de ácido acético se disocia dando como produc-
tos, una molécula de acetato y un protón (hidronio). El acetato y el protón se combinan dando ácido acético.

Al especificar la cantidad de reactivos y de productos, estamos dando la estequiometría


de la reacción, indicando las proporciones en que cada uno reacciona.

Como en una reacción química convencional, los átomos no se crean ni se destruyen⁶,


a cada lado de la o las flechas, debe haber el mismo número de átomos. De la misma
manera, a ambos lados de la o las flechas, la sumatoria de las cargas debe ser igual.

En las reacciones irreversibles, los productos una vez formados jamás volverán a ser
reactivos. Mientras en las reacciones reversibles, los reactivos se transforman en pro-
ductos y viceversa. En una reacción reversible, el equilibrio químico se puede desplazar
en el sentido que uno desee, por ejemplo, para garantizar la formación de más producto,
se adiciona reactivo y/o se retira producto.

Tipos de reacciones químicas

De acuerdo a las características de cada tipo de reacción, se las puede clasificar al menos
en tres tipos:

-Reacción de precipitación7: implica la formación de un sólido insoluble, a partir de


soluciones de electrólitos.
-Reacción de neutralización, o ácido-base: implica la transferencia de un protón.
-Reacción redox, o de óxido-reducción: implica un cambio en el número de oxidación
(transferencia de electrones).

A lo largo de los capítulos, se verán las reacciones de neutralización y redox. A conti-


nuación vamos a desarrollar brevemente las reacciones de tipo redox.

Reacciones redox

Un gran número de reacciones químicas involucran procesos en los que uno o más
átomos ceden electrones, a uno o más átomos que los aceptan. Estas reacciones se de-
nominan reacciones de óxido-reducción. Definimos:

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-Oxidación: proceso por el cual una sustancia pierde electrones.
-Reducción: proceso por el cual una sustancia gana electrones.

En la reacción entre el bromo (Br) y el potasio (K):

El potasio ha perdido electrones, por lo que se ha oxidado, mientras que el bromo ha


ganado electrones, por lo que se ha reducido. Note, que está reacción corresponde al
establecimiento de una unión iónica y ambos iones son estables, pues adquieren la con-
figuración electrónica del gas noble más cercano.

Es muy importante tener en cuenta que siempre que un compuesto se oxida, indefectible-
mente otro se tiene que reducir, y viceversa. Son dos procesos dependientes uno del otro.

Cada átomo, según su ubicación en la tabla periódica y los electrones de valencia, va a


tener un número de oxidación asignado en un compuesto.

El número o estado de oxidación, es la carga que se le asigna a dicho átomo en relación


con los demás átomos que conforman la molécula, si se asume que todos los enlaces son
completamente iónicos.

Para asignar un número de oxidación a un elemento, se empieza con dos reglas muy
simples:

-El número de oxidación de un elemento que no está combinado con ningún otro ele-
mento, es cero.
-La suma de los números de oxidación de todos los átomos de una molécula, es igual a
su carga total.

Para algunos elementos es fácil asignar el número de oxidación, ya que solo tienen uno,
pero hay otros que poseen varios y la designación de uno en particular, se rige por reglas
que exceden el objetivo del presente manual, pero que están influenciadas por el contex-
to molecular en que se encuentra el átomo en cuestión.

El número de oxidación, está especificado para cada elemento en la tabla periódica (fig. 1-34).

Fig. 1-34. Representación del elemento químico nitrógeno tal como figura en la tabla periódica. El símbolo químico
del nitrógeno está representado por una N, se muestran los números atómicos y másicos, el grupo y los números o
estados de oxidación.

58
Teniendo en cuenta los números de oxidación, podemos decir que el proceso de oxi-
dación, es aquel en el que el número de oxidación del elemento considerado aumenta.
Proceso de reducción, es aquel en el que el número de oxidación del elemento conside-
rado disminuye.

Notas al pie:
1. ¡Que personajes los científicos! nombran como números a las letras: n, l, m, s, z, a.
2. La primera tabla periódica, descrita por Mendeléyev en el año 1869, contenía 60 elementos químicos.
3. Chiste químico: alumnos sean positivos, pierdan un electrón.
4. El grafeno es una sustancia compuesta por carbono puro, con átomos enlazados formando un patrón
regular hexagonal. Tiene múltiples aplicaciones.
5. Imagine que usted trabaja en un laboratorio químico y su compañero se está por desmayar debido
a la hipoglucemia ¿Cómo lo ayuda? ¿Dándole L o D-glucosa? La L-glucosa no puede ser metabolizada
por el organismo, puesto que nuestras enzimas son altamente selectivas y no reconocen este azúcar. Por
lo tanto, el frasco correcto es el que contiene D-glucosa.
6. En las reacciones químicas “no convencionales” o reacciones nucleares los átomos (radioisótopos) se
desintegran generando otros elementos químicos. Entendiéndose por desintegrar a la pérdida de partí-
culas subatómicas desde el núcleo.
7. Chiste químico: si no sos parte de la solución, sos parte del precipitado.

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Autores:
Ignacio Durante
Las figuras de este capítulo son propiedad intelectual de:
Pablo Patini / Juan Burdisso

Capítulo 2

Sistemas de unidades y soluciones


O donde te contamos cómo contamos...
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar la lectura de este capítulo el alumno será capaz de:
• Comprender el funcionamiento del sistema métrico decimal y realizar pasajes de
medidas.
• Comparar y entender las dimensiones de los sistemas biológicos.
• Distinguir entre sustancias simples, sistemas homogéneos y heterogéneos.
• Comprender el concepto de concentración y sus unidades físicas y químicas.

Se sugiere al alumno leer con calculadora y tabla periódica a mano, a fin de verificar y
realizar cálculos que facilitarán la comprensión de este capítulo.

Un sistema revolucionario

Desde que los humanos tenemos uso de razón hemos necesitado responder a la pregunta:
¿Cuánto? Ya sabemos por el capítulo anterior que la materia está formada por unidades
discretas, que podemos contar. Sin embargo, el cómo contamos ha sido materia de discu-
sión desde tiempos inmemoriales.

Tómese por ejemplo a los navegantes egipcios con su braza, unidad náutica derivada de la ex-
tensión de ambos brazos, la milla (derivada de mil), unidad equivalente a la distancia recorrida
por mil pasos de un soldado romano, la legua, distancia recorrida por un legionario en una
hora, o las pulgadas y los pies, derivadas de medidas corporales de los monarcas de turno (fig.
2-1). Todas estas medidas antropocéntricas eran altamente variables y sumamente imprecisas¹.

Fig. 2-1. La braza y el codo. Los egipcios utilizaban estas medidas derivadas del cuerpo humano para medir las dis-
tancias de navegación.

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Además del invento de la guillotina y la decapitación de Luis XVI y María Antonieta,
una importante consecuencia de la Revolución Francesa (1789-1799) fue la creación del
Sistema Métrico Decimal, diseñado “para todos los hombres de todos los tiempos” en
base a divisiones en factores de diez del metro patrón, definido en ese entonces como
una diezmillonésima parte de un arco de meridiano terrestre. Actualmente se define
como la distancia recorrida por la luz en un intervalo de 1/299.792.458 segundos, una
unidad que es también universal.

El sistema métrico decimal sirvió de base para el Sistema Internacional de Unidades


(SIU), también llamado sistema MKS dado que adopta el metro (m) como unidad de
longitud, el kilogramo (Kg) como unidad de masa, y el segundo (s) como unidad de
tiempo. Además, se adopta para la temperatura termodinámica la unidad Kelvin (K), el
amperio (A) como unidad de corriente eléctrica, la candela (Cd) como unidad de inten-
sidad luminosa y el mol como unidad de cantidad de sustancia (fig. 2-2). Estas son las
unidades fundamentales del SIU. El sistema métrico legal argentino, SIMELA, adopta
las mismas unidades fundamentales del SIU.

Unidades Fundamentales

Fig. 2-2. Unidades fundamentales. Se muestran las unidades fundamentales del sistema internacional de unidades.

62
Las unidades derivadas en cambio resultan de la operación algebraica entre unidades fun-
damentales (fig. 2-3). Por ejemplo, estamos familiarizados con la unidad derivada de fuerza
Newton (N)2, que resulta de la ecuación general, F = m.a y encontrará lógico que esta unidad
se exprese como Kg.m/s2, que resulta de multiplicar una unidad fundamental de masa, Kg
por la unidad derivada de aceleración, m/s2. Otro importante ejemplo de unidades deriva-
das son las unidades de concentración: g/100 mL, que equivale al porcentaje masa en volu-
men (% m/V), o bien ml/100 ml, que equivale al porcentaje volumen en volumen, o también
moles/1000 ml, que corresponde a molaridad (M), como veremos más adelante.

Fig. 2-3. Unidades derivadas. Se muestran algunas unidades derivadas de cálculos efectuados con unidades fun-
damentales.

¿No tiene más chico?

Ahora bien, el sistema decimal es tal porque permite multiplicar o dividir sus unidades
en múltiplos o submúltiplos de diez agregando los prefijos correspondientes. Entonces,
aunque estemos tentados de expresar la distancia recorrida sobre la Ruta 2 para ir de
Buenos Aires a Mar del Plata como 404.000 m (metros), 4.040.000 dm (decímetros),
40.400.000 cm (centímetros), 404.000.000 de mm (milímetros), etc, en general preferi-
mos decir que recorremos 404 kilómetros (1 km= 1000 m=103 m).

De igual modo, pedimos usualmente 200 g de salamín picado fino y no 0.2 Kg o 200.000
mg para preservar la simpatía de nuestro almacenero amigo, aun cuando debería co-
brarnos lo mismo. A su vez, las dosis de las drogas que se administran en los animales
(incluido el humano) se expresan en miligramos (mg=0.001 g=10-3 g), o microgramos
(µg=10-3 mg=10-6 g), debido al rango de cantidades en que éstas presentan efectividad.
En farmacología y medicina, el microgramo que se abrevia mcg o µg, se denomina
también gamma (γ), para no confundir con la abreviatura mg que equivale a miligramo
(mg) y podría suponer la administración errónea de una dosis mil veces mayor de una
droga. De manera similar, se utiliza la letra griega lambda (λ) para simbolizar al sub-
múltiplo del ml, el microlitro, µl, que equivale a 10-3 ml.

Mediante los prefijos deca-, hecto- y kilo- multiplicamos el metro o el gramo en factores
de diez, y mediante los prefijos deci-, centi- y mili- lo dividimos de igual modo. Obvia-
mente, en el primer caso, las magnitudes resultantes son múltiplos, mientras que en el
segundo son submúltiplos de la unidad fundamental (fig. 2-4).

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De manera general, ejemplificando para el metro,

Fig. 2-4. Múltiplos y submúltiplos del metro. En el sistema métrico decimal, los múltiplos y submúltiplos se inter-
convierten multiplicando o dividiendo por potencias de base diez, respectivamente.

Además de los múltiplos antes mencionados, el alumno estará familiarizado con los
prefijos Mega- (M, 106=1.000.000, un millón), Giga- (G, 109=1.000.000.000, mil mi-
llones o millardo) y Tera- (T, 1012=1.000.000.000.000, un millón de millones o billón).
Existen más. Un GB entonces equivale en particular a mil millones de bytes, pero en
general este prefijo equivale a mil millones de cualquier cosa. Lo mismo con los otros
múltiplos M y T (fig. 2-5).

Fig. 2-5. Sistema decimal de unidades. Algunos múltiplos comúnmente usados y sus prefijos.

Los prefijos mili-(m)10-3=0.001 o sea milésima; micro-(µ)10-6=0.000001 o sea milloné-


sima; nano-(n)10-9=0.000000001 o sea milmillonésima; pico-(p)10-12=0.000000000001
o sea billonésima y fempto-(f)10-15 o sea milbillonésima representan submúltiplos.

Otro ejemplo:
1g=1000 mg=1000000 µg=1000000000 ng=1000000000000 pg=1000000000000000 fg.

Es importante que de ahora en adelante nos familiaricemos con la notación exponen-


cial o científica. La multiplicación de un número por cualquier potencia de 10 elevada
a un exponente positivo agrega ceros a la derecha, mientras que la multiplicación por
cualquier potencia de 10 elevada a un exponente negativo agrega ceros a la izquierda y
equivale a dividir por la misma potencia positiva.

Ejemplo:
1.000.000 = 1.106, mientras que 0.000001 = 1.10-6 = 1/106. La ventaja de aprender esto
es obvia: ¡basta contar los ceros que tendríamos que escribir si no utilizáramos esta
notación!

64
Resumiendo, en la fig. 2-6 se pueden observar los múltiplos y submúltiplos de las uni-
dades fundamentales de masa y longitud. La manera de movernos entre múltiplos y
submúltiplos es simple, multiplicamos o dividimos por potencias de diez.

Fig. 2-6. Múltiplos y submúltiplos de las unidades fundamentales de longitud y masa. Parece que el autor se cansó
de escribir equivalencias, tal vez podamos ayudarlo a escribir el capítulo…

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Seguramente alguien se preguntará: ¿Y qué pasa con el volumen? El volumen es una
unidad derivada, dado que se obtiene multiplicando unidades fundamentales de lon-
gitud. La unidad para medir el volumen del SIU es el metro cúbico (m³). Para medir
líquidos, se define el litro como submúltiplo del m³,

1 l=1 dm3=0.001 m3=1000 cm3

Y además vemos que como 1000 cm³ equivalen a 1 l, 1 cm³ equivale a 1 ml, unidad de
volumen muy importante en química y medicina.

¿Qué ves cuándo me ves?

Al adentrarnos en el microcosmos de la química y la biología, necesitamos dividir aún


más las unidades de longitud hacia submúltiplos del milímetro. Surge entonces el con-
cepto de micrón o micra: una milésima parte de un milímetro (10-3 mm) o una millo-
nésima parte un metro (10-6 m), que se abrevia µm (fig. 2-7).

Fig. 2-7. El micrómetro, micrón o micra. Equivalencias entre el micrón y otras unidades del sistema métrico decimal.

Las dimensiones de células animales y vegetales, hongos unicelulares, protozoos y


bacterias, se expresan en micras.

Por ejemplo: un soma neuronal mide 20-60 µm, un glóbulo rojo 7 µm, la ovocélula hu-
mana 150 µm, la cabeza de un espermatozoide 4 µm, el flagelo 50 µm, una célula vegetal
puede medir hasta 300 µm, las esporas del hongo unicelular Penicillium chrysogenum,
productor de antibióticos beta-lactámicos, como la penicilina, 2-5 µm, el protozoo Try-
panosoma cruzi, agente etiológico de la enfermedad de Chagas-Mazza, endémica en
nuestro país y América del Sur, 10-35 µm, las bacterias en general 1-2 µm, o los mico-
plasmas 0.5 µm.

La mayoría de estas estructuras no son visibles sin un microscopio. Entonces, surge


aquí un concepto importante: el poder de resolución. El poder de resolución se de-
fine como la capacidad de resolver dos objetos separados como tales. En el caso del
ojo humano, dos objetos que se encuentren a más de una décima de milímetro (100
µm) serán distinguibles entre sí, y si se encuentran a una distancia menor, no. Tal es
el límite de resolución del ojo desnudo. Para el microscopio óptico esta distancia es
de 0.2 µm.

66
Problema: ¿Cuántas veces menor?

Respuesta: Podemos ver que 0.2 µm. 1000 = 200 µm, con lo que el microscopio óptico
aumenta 1000 veces el poder de resolución del ojo humano.

Problema: Sabiendo que el límite de resolución del ojo desnudo es de aproximadamente


0.1-0.2 mm, o bien 100-200 µm, ¿Cuál de las estructuras arriba mencionadas podría ser
observada a simple vista?³

Algunas organelas y compartimentos subcelulares se encuentran dentro de los lími-


tes de resolución de la microscopía óptica.

Los cloroplastos y mitocondrias con 5-10 µm, los peroxisomas con 0.1-1 µm, los lisoso-
mas con 0.05-1 µm y el núcleo celular con 5-25 µm, también se encuentran dentro del
poder resolutivo de la microscopía óptica. De manera similar a lo que ocurre con el pelo,
cuyo grosor es de 70 µm, pero se ve a simple vista debido a su longitud, el citoesqueleto
de microtúbulos de tubulina y microfilamentos de actina pueden verse al microscopio
óptico, aunque su diámetro sea de 0.024 y 0.007 µm, respectivamente. Aclaramos que,
aunque estén en los límites de resolución de la microscopía óptica, la mayoría de las
estructuras celulares son traslúcidas y no pueden verse sin apropiada tinción.

Otras organelas y estructuras subcelulares, los virus, las macromoléculas y algunos


átomos pesados son sólo visibles a través del microscopio electrónico.

La bicapa lipídica cuyo espesor es de 0.004 µm, los ribosomas, complejos formados por
ribonucleoproteínas cuyo tamaño es de 0.020 µm, el virus bacteriófago fago T2, el co-
ronavirus envuelto SARS-CoV-2, agente causal de la pandemia de COVID-19, ambos
con 0.1 µm de diámetro, son visibles a través de la microscopía electrónica⁴. Esto es así
porque el límite de resolución es de 0.000014 µm.

Usted habrá notado ya que estamos escribiendo demasiados ceros, por lo que necesita-
mos otro submúltiplo urgentemente.

El nanómetro, abreviado nm, equivale a una milésima parte de un µm, a una millonési-
ma parte de milímetro (mm) o a una milmillonésima parte de un metro (m).

Entonces, el límite de resolución de la microscopía electrónica es de 0.14 nm.

Problema: Transforme todas las magnitudes de arriba a nm.

Y de paso también a ángstroms (Å), que equivalen a una décima de nm (1 Å = 0.1 nm).
Y por favor, no me lo agradezca a mí sino al físico sueco Anders Jonas Ångström. El
Å es útil para definir por ejemplo distancias interatómicas presentes en las estructuras
cristalográficas, por ejemplo, de proteínas.

Notemos también que macromoléculas como los ácidos nucleicos, el colágeno, el agre-
cán, polímero de ácido hialurónico y proteoglicanos que junto con el colágeno forman
la matriz extracelular del cartílago, también son visibles al microscopio electrónico. Y
si consideramos que el radio atómico del hierro es de 1.72 Å, o 0.172 nm, no nos debe

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sorprender que se puedan ver los átomos de un cristal de óxido férrico (Fe2O3) con un
microscopio de fuerza atómica, cuyo límite resolución es de 0.1 nm.

¡Sin embargo nos sorprende lo mismo!

A continuación, se ejemplifican los tamaños relativos de estructuras mencionadas (fig. 2-8).

Fig. 2-8. Límites de resolución de la microscopía óptica y electrónica. Tamaños relativos de estructuras fundamenta-
les de la materia viva y su relación con los rangos resolutivos de la microscopía óptica y electrónica.

Sin mol no soy ni seré, más que un montón de nada…

Una importante unidad fundamental en química y biología es el mol. El término mol


fue introducido por Wilhem Ostwald en 1886 y fue tomado del latín mole, que significa
“montón”. Y es precisamente eso, un montón de lo que queramos contar. Algo así como
la “docena química” (fig. 2-9).

Fig. 2-9. Los químicos cuentan en montones de moles. Así como la docena puede ser de varias cosas, como chocolates
o huevos, debemos aclarar de moles de qué estamos hablando.

De la misma manera que sin importar si se trata de tornillos, facturas, o milanesas, to-
dos sabemos que una docena son doce, en química sabemos que un mol es un número
de Avogadro (NA) o sea, 6,022. 1023 de partículas de lo que queramos contar: electrones,
protones, neutrones, partículas, átomos, moléculas, etc.

68
Ahora bien, así como aún siendo siempre doce, la masa una docena (12) de huevos no
es igual que la masa de 12 (una docena) de chocolates, ladrillos, etc.

Recordemos que la masa es la cantidad de materia de una sustancia determinada. Como


ya hemos visto, para los elementos químicos, la masa atómica está dada por la cantidad
de protones y neutrones en el núcleo. Recordemos que los elementos entonces tienen
distinta masa atómica y los isótopos de un mismo elemento también pues difieren en el
número de neutrones (fig. 2-10).

Fig. 2-10. Los elementos tienen distintas masas atómicas. Se muestran las masas atómicas del hidrógeno (H), cobre
(Cu) y helio (He), como figuran en la Tabla Periódica de los Elementos. El Cu tiene una masa 63 veces mayor que el
H, y 63,54/4,0026=15,87 veces mayor que el He.

Por ejemplo, la masa atómica de un átomo de hidrógeno, con un protón en su núcleo, es


doce (12) veces menor que la masa de un átomo del isótopo del carbono 12, dado que
este último posee 6 protones y 6 neutrones en su núcleo, y por lo tanto tiene una masa
atómica de 12. Todos los elementos en la tabla periódica se organizan de acuerdo con su
masa atómica además de su configuración electrónica externa (fig. 2-11).

Fig. 2-11. Los elementos se organizan en la tabla periódica según sus masas atómicas. Además de por sus configura-
ciones electrónicas externas, que definen grupos y períodos, los elementos están organizados según sus masas atómicas.
Notemos que estos dos conceptos están íntimamente relacionados.

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Dado que los elementos tienen distintas masas atómicas, es útil definir una unidad re-
lativa de masa atómica a fines comparativos. Se define entonces la unidad de masa ató-
mica, o uma, como la doceava parte de la masa atómica de un átomo de carbono 12 no
enlazado en estado fundamental (fig. 2-12).

Fig. 2-12. Representación gráfica de la unidad de masa atómica (uma). Se define como 1/12 de la masa del isótopo
de carbono 12.

La uma recibe también el nombre de Dalton (Da), en honor al químico y naturalista


John Dalton (1766-1844), autor del modelo atómico homónimo⁵. El múltiplo de esta
unidad, el kilodalton (kDa, 1000 Da) es comúnmente utilizado para expresar la masa
atómica de péptidos y proteínas.

¿Por qué es importante relativizar las masas atómicas a uma? Porque esto nos permite
relacionar la masa atómica relativa con la masa molar a través del número de Avogadro.
Dado que:

La masa de 1 mol de unidades de masa atómica (uma, u) corresponden a 1 gramo


masa.

Es decir,

NA. u = masa molar (en g/mol)

Entonces, al multiplicar el número de Avogadro, que equivale a un mol, por la masa


atómica relativa, expresada en uma, se obtiene la masa molar.

Por ejemplo, la masa molar del NaCl es 58,5 g/mol dado que la masa molar de 1 mol de
moléculas de NaCl equivale a:

23 uma Na. NA+35,5 uma Cl. NA= 23 g/mol + 35,5 g/mol= 58,5 g/mol

Pregunta: ¿Entonces el NaCl pesa 58,5 gramos? Respuesta: ¡Noooo! Como veremos
ejemplificado más adelante, 58,5 g es el peso de 1 mol (6,022. 1023) de moléculas de
NaCl.

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Además de estas relaciones, el concepto de mol es de suma utilidad en química pues
nos permite definir una unidad de concentración, la molaridad, como veremos a con-
tinuación, donde introduciremos este y otros conceptos que caracterizan los sistemas
materiales, con los cuales vamos a tratar a lo largo del curso.

Si no eres parte de la solución…

Hasta aquí nos hemos referido a mediciones aplicadas a sistemas materiales de una sola
sustancia, pero en la naturaleza y en el laboratorio o en el hospital, nos encontramos con
sistemas materiales donde dos o varias sustancias simples están presentes. En fisicoquí-
mica, los sistemas materiales se clasifican según su composición:

Un sistema es heterogéneo cuando posee dos o más fases con propiedades físicas di-
ferentes. Las sustancias inmiscibles o que no se mezclan forman este tipo de sistemas.

Por ejemplo, el acero, es una aleación de hierro, carbono y otros elementos. Al observar
el acero al microscopio, se pueden distinguir dichas fases. Agua y aceite, dos compo-
nentes inmiscibles formarán dos fases distinguibles con propiedades también distintas.
Además, las fases de los sistemas heterogéneos pueden separarse mediante métodos
físicos como filtración, decantación, tamización, centrifugación, etc.

Los sistemas homogéneos, en los cuales ubicamos a las sustancias puras, pueden estar
formados también por una o más sustancias miscibles, o que se mezclan o disuelven.
En este caso, hablamos de una solución.

En este caso, las propiedades físicas y químicas del sistema formado son iguales en
todas partes y entonces hay una única fase. Las sustancias en una solución interactúan
íntimamente a nivel molecular y no forman fases. Tampoco pueden separarse mediante
los métodos físicos arriba nombrados, sí mediante destilación, cristalización, cromato-
grafía, etc. Está claro además que los sistemas compuestos por una sustancia son ho-
mogéneos.

Téngase, por ejemplo: el agua de mar, la solución fisiológica (0.9 % m/V NaCl), utiliza-
da en el hospital para compensar bajas drásticas en la volemia o para disolver glucosa
como fuente de energía para el organismo, etc.

Una mezcla de dos o más sustancias simples miscibles se denomina solución.

Las soluciones se caracterizan por su concentración, definida en general como la re-


lación o proporción entre la cantidad de soluto y la cantidad de solvente. En general,
el soluto es o son las sustancias que se encuentran en menor cantidad, mientras que el
solvente se define como el componente mayoritario y en el cual los solutos se disuelven.
Como ya veremos, en los sistemas biológicos, el agua es el disolvente universal. Una
solución cuyo solvente es el agua se llama solución acuosa.

De acuerdo con su concentración, las soluciones pueden ser:

-Diluidas, por ejemplo, una dilución de 1 gramo de NaCl en 100 ml de agua,


-Concentradas, como una solución de 25 gramos de NaCl en 100 ml de agua,

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-Saturadas, cuando no admiten más soluto en disolución, siguiendo con nuestro ejem-
plo, 36 gramos de NaCl en 100 ml de agua, a 20°C.

Más allá de este valor, será imposible disolver más soluto (NaCl) y aparecerá un preci-
pitado de NaCl sólido no disuelto. La solución será entonces sobresaturada. La solubi-
lidad de un soluto en un dado solvente depende del soluto, solvente y es función de la
temperatura, por eso al calentar la solución podemos aumentar la solubilidad.

Existen distintas formas de expresar la concentración de una solución, aunque todas


tienen en común que informan la relación entre soluto y solvente.

La concentración puede expresarse en unidades físicas de concentración, que definen


la concentración de acuerdo con parámetros físicos como la masa o el volumen. Defi-
nimos entonces el porcentaje (o por ciento) masa en volumen como la masa expresada
en gramos por cada 100 mL de solución. Aclaremos que el volumen de solución corres-
ponde a soluto y solvente sumados. Entonces:

% m/V = m soluto (g)/ 100 mL de solución,

donde solución = soluto + solvente.

De manera similar, el porcentaje masa en masa,

% m/m = m soluto (g)/ 100g de solución

y, por último, el porcentaje volumen en volumen,

% V/V = volumen de soluto (mL)/ 100 mL de solución.

Otra forma de expresar concentraciones se basa en una propiedad química, que con-
siste en el número de moles de soluto presentes en una solución. Definimos entonces
formas químicas de expresar la concentración:

La molaridad (M), como el número de moles de soluto por cada litro, o 1000 mL de
solución, entendida como soluto y solvente,

M = moles de soluto/ 1000 mL de solución.

Menos frecuentemente utilizada en biología y en medicina, la molalidad (m) expresa los


moles de soluto por cada Kg (1000 g) de solvente,

m = moles de soluto/ Kg de solvente

Otra forma de expresar químicamente las concentraciones relativas de soluto y solvente


en una solución, son la fracción molar de soluto (Xsoluto), expresada como la relación
(cociente) entre los moles de soluto y los moles de soluto (nsoluto) y solvente (nsolvente)
sumados, y la fracción molar de solvente (Xsolvente), que expresa el cociente entre los
moles de solvente y los moles totales (soluto más solvente) de una solución. Entonces,

72
y, recíprocamente,

Además,

Es importante ver que la concentración es un parámetro intrínseco que caracteriza a


una solución, y entonces cualquier forma de expresarla debe ser igual para una misma
solución, o, lo que es igual, las formas de expresar la concentración son intercambiables
y elegiremos una u otra de acuerdo con su practicidad particular en un contexto dado.

A continuación, ejemplificaremos conversiones de unidades de concentración:

Ejemplo1. Bajo la ducha…

¿Cuánto pesan 1 mol de moléculas de agua?

Aquí tenemos que considerar que:

Primero: el agua (H2O) se compone de 2 átomos de H, cada uno con 1 uma, y 1 átomo
de O con 16 uma. Entonces, las uma para el H2O serán: uma H2O= 2.uma H + 1.uma
O= 2.1 + 1.16= 18 uma.

Segundo: sabemos que 1 mol de 1 uma equivale a 1 gramo masa, luego 1 mol de 18 uma
(o lo mismo NA.18 uma) serán 18 gramos. Entonces, 1 mol de H2O pesa 18 g. O sea, la
masa molar del H₂O es de 18 g/mol.

Entonces, ¿Una molécula de agua pesa 18 gramos?

¡No! NA (o sea 6,022. 1023, o sea 602000000000000000000000) moléculas de H2O pe-


san 18 g. Una molécula de H2O pesa 18 g/6,022. 1023 = 0,00000000000000000000003 g
(2,99. 10-23 g).

¡Gracias a Dios, de lo contrario moriríamos aplastados en la ducha! Comprendamos la


diferencia entre masa molar y masa atómica o molecular.

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Ejemplo 2.

Expresar concentración en % m/V y en molaridad (M) de una solución compuesta por


30 g de CaCl2 en 80 ml de solución.

Podemos dividir este problema en dos partes:

1. Expresar en %m/V.

Por definición, %(m/V) = (g de soluto/ml de solución) x100.

Sabemos del enunciado que m CaCl2 (soluto) es 30g.

Luego %(m/V) = (30 g CaCl2/80 ml de solución) x100 = 37.5 % m/V

2. Expresar en molaridad.

Aquí utilizaremos la siguiente igualdad,

Molaridad (M) = n/1000 ml de solución,

donde n es el nro. de moles de soluto, también igual a g soluto/PM (g/mol).

Nota importante: Si n es igual a 1 (1 mol), la solución será 1M (molar), y los gramos de


sustancia serán iguales a su masa molar.

Calculemos entonces la masa molar de CaCl2 como la suma de las masas atómicas mul-
tiplicadas por sus coeficientes estequiométricos: 40 + 35.45 x 2 = 110.9 g/mol.

Sabiendo de la sección anterior que nuestra solución tiene 37.5 g cada 100 ml de solu-
ción, nos interesa saber cuántos g hay en 1000 ml de solución. Es fácil ver que tiene 375
g CaCl2 cada 1000 ml (1L) de solución.

Luego, si 110.9 g CaCl2 en 1000 ml de solución forman una solución 1M, entonces,

375 g CaCl2 /110.9 g/mol CaCl2 = 3.38 M

Ejemplo 3.

En medicina, es útil definir unidades internacionales (UI), como la dosis de un deter-


minado fármaco, vitamina u hormona necesaria para alcanzar un determinado efecto
biológico.

No hay que confundir UI con unidades enzimáticas, relacionadas con la actividad enzi-
mática. Las UI dependen de la sustancia, y a una misma actividad biológica correspon-
den un mismo valor de UI para una dada sustancia. Así, por ejemplo:

1 UI de insulina= 45,5 mcg= 45,5 γ.

74
Para el tratamiento de la diabetes mellitus pediátrica, se recomiendan las siguientes
dosis administradas por inyección subcutánea. Los valores dependen de cada paciente
y oscilan de acuerdo con el peso corporal, edad, etc. Se recomienda:

Antes de la pubertad: 0,7-1 UI/kg/día.


Durante la pubertad: pueden necesitar hasta 1,5 UI/kg/día.
Luego de la pubertad: 0,7-0,8 UI/kg/día.

Si un vial de 10 ml de insulina recombinante de acción rápida para inyección subcutá-


nea profunda (abdomen, muslo, nalga, brazo) o intravenosa contiene 1000 UI,

¿Cuántas UI hay en 1 ml de solución?

Aquí tenemos que, si la presentación es de 1000 UI cada 10 ml, entonces en 1 ml de


solución tendremos 1000 UI/10 ml= 100 UI/ml.

¿A qué % m/V equivalen?

Aquí tenemos que valernos de la equivalencia entre UI y masa de insulina. Sabemos que
1UI de insulina equivale a 45,5 mcg (o gamma, γ) de insulina. Además, ya vimos que la
solución contiene 100 UI/ml, entonces:

en 1 ml de solución hay 100 UI= 100 . 45,5 mcg insulina= 4550 mcg (γ) insulina= 4,55
mg insulina.

Para obtener el % m/V debemos conocer cuántos gramos de insulina hay cada 100 ml
de solución, es decir,

% m/V insulina= g insulina/100 ml de solución.

Ya sabemos que 4,55 mg de insulina /ml de solución equivalen a 4,55 . 10-3 g de insulina
/ml de solución, entonces solo nos resta calcular,

% m/V insulina= (4,55 . 10-3 g de insulina/ml de solución) . 100= 0,45 g de insuli-


na/100 ml de solución= 0,45 % m/V.

Sabiendo que el PM de la insulina corresponde aproximadamente a 6 kDa, ¿Cúal es la


molaridad de la solución?

Aquí recordamos que la unidad de masa atómica (uma, u) equivale también a 1 Da. A
su vez, 6 kDa= (6 . 1000) Da= 6000 Da. Sabemos además que,

u.NA=g/mol

Luego 6000 u. NA= 6000 g/mol que equivalen a la masa molar de la insulina.

Sabemos por el problema anterior que por cada 100 ml de solución tenemos 0,45 g de
insulina, y nos interesa ver que cada 1000 ml de solución tendremos,

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(0,45 g de insulina/100 ml de solución) . 1000 ml= 4,5 g de insulina.

Y ya estamos a un paso de obtener la molaridad, dado que,

4,5 g/ (6000 g/mol)= 0,75 . 10-3 moles de insulina

Presentes en 1000 ml de solución, por lo tanto la solución será 0,75 . 10-3 M, o como
podemos expresar mejor, 0,75 mM.

¿Qué volumen de insulina se le debe administrar por día a un paciente de 15 años y 56 kg?

Sabemos que la dosis recomendada es de 1,5 UI/kg/día para un adolescente. Luego,


dado que el paciente pesa 56 kg deberemos administrar

(1,5 UI/kg/día) . 56 kg= 84 UI/día

Por la primera pregunta sabemos que en 1 ml de solución hay 100 UI de insulina, luego,

84 UI/ (100 UI/ml)= 0.84 ml= 840 µl (λ).

Que se le deben inyectar al paciente por vía subcutánea.

La vida en la tercera piedra desde el sol...

En 1922, el bioquímico soviético Alexander Ivanovich Oparin publicó una pequeña


obra titulada “El origen de la vida”⁶. En este libro, Oparin postuló que la vida debió
originarse a partir de una evolución prebiológica, o bioquímica, donde prevalecieron
aquellas moléculas más estables químicamente hablando⁷.

Para que esto ocurriera, fue necesaria la presencia de una atmósfera reductora, com-
puesta por NH3, H2, CH4 y H2O(v) (vapor de agua), como la existente en la Tierra pri-
migenia de hace aproximadamente 4.600 millones de años⁸.

Cuando la tierra se enfrió, hace unos 3.500 millones de años, el vapor de agua se licuó,
formando los océanos, y favoreciendo el intercambio de sustancias y la formación de
moléculas y agregados moleculares, o coacervados cada vez más complejos como mo-
léculas orgánicas simples, aminoácidos, péptidos, lípidos, azúcares, ácidos nucleicos…

La organización de estas moléculas en sistemas delimitados por membranas con la ca-


pacidad de metabolizar y autorreplicarse originó la vida. Es decir, la vida se originó en
un medio acuoso, de allí la importancia capital del agua en la composición y la fisiología
de los seres vivos, y que le dediquemos un capítulo entero a esta (¿simple?) molécula.

76
Notas al pie:
1. Pareciera que “el hombre como medida de todas las cosas”, como pregonaba la doctrina del sofista
griego Protágoras de Abdera (485-411 a.C.), según la cual había tantas medidas como hombres existie-
ran, no funcionaba muy bien en la práctica.
2. En honor a Sir Isaac Newton, padre de la mecánica clásica y el cálculo infinitesimal (1642-1727).
Muchas unidades derivadas tienen nombres de científicos notables.
3. Respuesta: Las células vegetales y, con muy buen ojo, la ovocélula. El resto no son visibles sin la ayuda
de un microscopio.
4. Nota: Se sabe que la máscara con filtro N95 filtra el 99.8% de las partículas con un diámetro de ~ 0.1
µm presentes en el aire, por lo que puede ser utilizada para evitar el contagio de virosis como la COVID-19.
Afortunadamente, los viriones viajan en microgotas de tamaños que oscilan en torno a los 5 µm. La N95
impide el paso de más del 95% de partículas de al menos 3 µm de diámetro.
5. Y el primero en reportar el daltonismo, observado en sí mismo, como una condición que afectaba
la percepción de los colores. Hoy sabemos que se debe a una mutación genética recesiva que afecta las
opsinas en los conos de la retina. Esta deficiencia genética hereditaria está ligada al cromosoma sexual
X afectando a 1 de cada 10 varones y siendo rara en las mujeres que son portadoras sanas.
6. De lectura ampliamente recomendada a todo estudiante de biología.
7. ¿No le resulta familiar esto con lo visto respecto del enlace químico y la configuración electrónica del
gas noble más cercano?
8. Le queda a Ud. preguntarse (y responderse…) por qué esta atmósfera es “reductora”.

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Autores:
Carla Di Martino / Juan Burdisso / Ignacio Durante
Las figuras de este capítulo son propiedad intelectual de:
Pablo Patini / Carla Di Martino / Juan Burdisso

Capítulo 3

Agua y reacciones ácido-base


Objetivos de aprendizaje
Al finalizar la lectura del siguiente capítulo, el estudiante será capaz de:
• Describir la estructura y las principales propiedades físico-químicas del agua.
• Comprender la relevancia de los puentes de hidrógeno en los sistemas biológicos.
• Analizar cómo interactúa el agua con los compuestos de distinta naturaleza química.
• Comprender la importancia biológica de la ósmosis y las propiedades coligativas.
• Comprender la autoionización del agua y en consecuencia la escala de pH.
• Entender las propiedades de los ácidos, las bases, los buffers y el equilibrio homeos-
tático del pH.

Los valles fértiles de los ríos Tigris y Éufrates nuclearon más civilizaciones que el Nilo,
donde florecieron a su vez los egipcios. Toda civilización se ha desarrollado a la vera de
un río. El agua es indispensable para el sustento de la vida y el desarrollo humano, tanto
que la Asamblea General de las Naciones Unidas la reconoce como un derecho humano
universal desde 2010.

No resulta sorprendente que el estudio de esta molécula haya acompañado al desarrollo


de la química y nuestro entendimiento de la biología.

Tales de Mileto (624-546 a.C), la definió como la “creadora de vida”. Fue asociada a
la reacción del “flogisto”, o aire inflamable definido por Henry Cavendish en 1782, al
reaccionar con el oxígeno. Antoine Lavoisier llamó hidrógeno, o “generador de agua”
al flogisto en esos estudios. En 1804, Louis Gay-Lussac y Alexander von Humboldt de-
mostraron que estaba formada por dos partes de hidrógeno y una parte de oxígeno.
Amedeo Avogadro confirmó la ecuación de la formación del agua a partir del hidró-
geno y del oxígeno en 1811. La ionización del agua fue descrita por Svante Arrhenius
en 1887, valiéndole el premio Nobel de química en 1903. Las “anormalidades” del agua
líquida condujeron al descubrimiento del puente de hidrógeno, sugerido por Linus
Pauling, premio Nobel de química en 1954 y de la paz en 1962. El puente de hidrógeno
constituye el “pegamento flexible” que mantiene unido a la materia viva. Naveguemos
la química del agua.

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Este es el aguante

El agua es la molécula más abundante en los seres vivos, constituyendo el 70% o más
del peso de la mayoría de los organismos. Sin duda, los primeros organismos vivos
aparecieron en un entorno acuoso y el curso de la evolución ha sido moldeado por las
propiedades del medio acuoso en que se inició la vida.

Como todos sabemos el agua es incolora, inodora, insípida y es uno de los nutrientes
acalóricos. Se la considera un solvente universal, pudiendo disolver gran variedad de
sustancias. Es el medio donde ocurren casi todas las reacciones biológicas. Es reactivo
o producto en algunas reacciones metabólicas. Es un excelente lubricante y actúa como
el principal amortiguador térmico tanto en los seres vivos, como en los ecosistemas en
general.

¿Por qué es tan pequeña y líquida?

El agua tiene un punto de fusión (0ºC), un punto de ebullición (100ºC) y un calor de


vaporización más elevado que la mayoría de los disolventes comunes. Estas propiedades
extraordinarias del agua son consecuencia de las atracciones entre moléculas de agua
adyacentes, que confieren al agua líquida una gran cohesión interna, al punto de referir-
nos al agua como “líquido asociado” o con características de polímero. Como veremos,
esto se debe a las uniones por puentes de hidrógeno. Cada átomo de hidrógeno de una
molécula de agua comparte un par electrónico con el átomo de oxígeno. La geometría
de la molécula de agua está dictada por las formas de los orbitales electrónicos externos
del átomo de oxígeno, que son similares a los orbitales de enlace del carbono. Estos or-
bitales describen aproximadamente un tetraedro, con átomos de hidrógeno en dos de
los cuatro vértices y electrones sin compartir en los otros dos (fig. 3-1).

Fig. 3-1. Estructura química del agua. El átomo de oxígeno posee 6 electrones de valencia (puntos negros), mientras el
átomo de hidrógeno tiene un electrón de valencia (cruz). Para adquirir una conformación estable ambos átomos deben
compartir electrones. De tal manera, el átomo de oxígeno tiende a adquirir ocho electrones en su último nivel energé-
tico (regla del octeto) y el átomo de hidrógeno tiende a adquirir dos electrones en su último nivel energético (regla del
dueto). La molécula de agua está formada por dos átomos de H unidos mediante enlaces covalentes simples a un áto-
mo de O central. Los átomos de H se ubican en los vértices de un tetraedro imaginario, aunque el ángulo se desvía del
tetraédrico (109.5° para el CH4, por ejemplo) a 104.5° debido a la repulsión ejercida por los pares de electrones libres
(sin compartir) del átomo de O. Esta disposición hace que la molécula de agua sea polar y que exista una asimetría
en la distribución de la densidad de carga eléctrica1. Las características estructurales de cualquier molécula determi-
nan su comportamiento químico y sus propiedades. Para el agua, sus características le valen el apodo de “disolvente
universal”. A- Representación de Lewis. B- Representación con líneas del enlace covalente (fórmula desarrollada).
C- Representación tridimensional de la molécula del agua.

En la molécula de agua, debido a que el oxígeno es más electronegativo que el hidróge-


no, los electrones compartidos en el enlace covalente están frecuentemente más cerca
del átomo de oxígeno que del átomo de hidrógeno. Por lo tanto, como el H y el O com-

80
parten los electrones de forma desigual, se genera una fracción o densidad de carga ne-
gativa (δ-) sobre el O, mientras que los H quedan con una fracción o densidad de carga
positiva (δ+). La densidad de carga positiva sobre el átomo de hidrógeno puede ser
atraída por la densidad de carga negativa sobre otro átomo (típicamente O, N) de otra
molécula formándose una unión o puente de hidrógeno (fig. 3-2). Las uniones puentes
de hidrógeno permiten explicar porqué el agua posee un elevado punto de ebullición
(100°C) y es líquida a temperatura ambiente, comportándose como si se tratara de un
“polímero” o “líquido asociado”2.

Fig. 3-2. Ángulo tetraédrico y uniones puentes de hidrógeno. La geometría angular y la forma desigual de compartir
los electrones resulta en la formación de dos dipolos eléctricos en la molécula de agua, uno a lo largo de cada uno de los
enlaces H-O. El oxígeno es portador de una carga negativa parcial (δ-) y cada hidrógeno de una carga positiva parcial
(δ+). La atracción electrostática resultante entre el átomo de oxígeno de una molécula de agua y el átomo de hidrógeno
de otra molécula constituye un puente de hidrógeno.

Los puentes de hidrógeno son más débiles3 que los enlaces covalentes, no obstante, la
suma de todos los puentes de hidrógeno entre moléculas confiere gran cohesión interna
al agua. El ordenamiento casi tetraédrico de los orbitales alrededor del átomo de oxí-
geno permite que cada molécula de agua forme puentes de hidrógeno con hasta cuatro
moléculas de agua vecina (esto se da en el agua en estado sólido o hielo) (fig. 3-3). Sin
embargo, en el agua en estado líquido, las moléculas de agua están desorganizadas y en
movimiento continuo, de forma que cada molécula forma puentes de hidrógeno con un
promedio de 3,4 moléculas vecinas.

Fig. 3-3. Estructura reticular del agua en estado sólido. Los puentes de hidrógeno en el hielo, organizados regular-
mente determinan que la densidad del agua sólida sea menor que la del agua líquida. Esto es muy importante en los
cuerpos de agua, donde la capa superficial se congela durante las heladas, evitando el aplastamiento de las formas
vivientes.

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Los puentes de hidrógeno no son exclusivos del agua. Se forman fácilmente entre un
átomo electronegativo (normalmente O o N con un par de electrones no enlazantes) y
un átomo de hidrógeno unido covalentemente a otro átomo electronegativo en la mis-
ma o en otra molécula (fig. 3-4).

Fig. 3-4. Puentes de hidrógeno entre las bases nitrogenadas presentes en la doble hélice del ADN. Las uniones
puentes de hidrógeno son de capital importancia en la biología, en este caso se muestran dos y tres puentes de
hidrógeno entre los pares A-T y C-G respectivamente, responsables en parte de la estabilización de la doble hélice
del ADN.

El agua, solvente universal

Las propiedades físico-químicas del agua, sumado a su abundancia en los sistemas bio-
lógicos, la convierten en el solvente universal, pudiendo disolver (interaccionar) como
veremos en mayor o menor medida con una gran variedad de compuestos.

El agua interacciona electrostáticamente con los solutos polares o cargados

Los compuestos polares sin carga, como los azúcares, se disuelven fácilmente en el agua
debido al efecto estabilizador de los puentes de hidrógeno que se forman entre los gru-
pos hidroxilo del azúcar y las moléculas polares de agua. Los aldehídos, cetonas y los
compuestos que contienen enlaces N-H forman puentes de hidrógeno con las molécu-
las de agua y tienden a ser solubles en esta. Las moléculas polares con carga, como los
aminoácidos, se disuelven bien en agua puesto que se establecen puentes de hidrógeno
entre estás moléculas y el agua. Tanto los compuestos polares sin carga, como los pola-
res con carga se consideran hidrofílicos (del griego, “amantes del agua”).

En cuanto a los iones (recordemos, átomos con cargas netas), el carácter polar del agua
permite su solvatación mediante la estabilización de sus cargas en solución. Esto es es-
pecialmente importante en el caso de las sales (NaCl, KCl, etc), ya que las encontramos
en forma de iones solvatados ya sea en el intersticio o en el interior de las células. Esto
ocurre porque el agua es capaz de reemplazar las interacciones entre iones en el sólido
cristalino (recordemos el enlace iónico), por interacciones hidrofílicas del agua con io-
nes solvatados en solución acuosa (fig. 3-5).

82
Fig. 3-5. Solvatación de compuestos iónicos en el agua. El agua disuelve las sales, tales como el NaCl, mediante
hidratación y estabilización de los iones Na+ y Cl-, debilitando las interacciones electrostáticas entre ellos y contra-
rrestando así su tendencia a asociarse en una red cristalina. Por lo tanto, el agua disuelve fácilmente este tipo de
compuestos reemplazando los enlaces soluto-soluto por interacciones soluto-agua, apantallando así las interaccio-
nes electrostáticas entre solutos.

Los gases apolares se disuelven pobremente en el agua

¿Notó usted que cuando destapa una gaseosa aparecen burbujas? Esto se debe a la libe-
ración a la atmósfera de burbujas provenientes de la descomposición del ácido carbóni-
co (H2CO3) en H2O(l) y CO2 gaseoso, que forma las burbujas. Los gases biológicamente
importantes tales como el CO2, O2 y N2 son apolares o hidrofóbicos (del griego, “odio
al agua”). En el O2 y en el N2 los electrones están compartidos de manera igual por am-
bos átomos. En el CO2, cada enlace C=O es polar, pero los dos dipolos están dirigidos
de manera opuesta con lo que se anulan entre sí. La naturaleza apolar de estos gases los
hace muy poco solubles en agua. Algunos organismos contienen proteínas transporta-
doras hidrosolubles (hemoglobina en los eritrocitos y mioglobina en los músculos, por
ejemplo) que facilitan el transporte del O2.

El dióxido de carbono forma ácido carbónico (H2CO3) en solución acuosa y es trans-


portado en forma de ion bicarbonato (HCO3-), ya sea en forma libre (el bicarbonato
es muy soluble en agua) o unido a hemoglobina. Otros gases de importancia biológica
para algunos organismos como el NH3 y el H2S, son polares y se disuelven fácilmente
en agua.

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Interacción entre el agua y los compuestos apolares y anfipáticos

Cuando se mezcla el agua con benceno o hexano, se forman dos fases, ninguno de los
dos líquidos es soluble en el otro. Los compuestos apolares o hidrofóbicos tales como
el benceno y el hexano son incapaces de experimentar interacciones energéticamente
favorables con el agua y de hecho interfieren con los puentes de hidrógeno entre las
moléculas de agua. Todas las moléculas o iones en disolución acuosa interfieren con
los puentes de hidrógeno de algunas moléculas de agua en su proximidad inmediata.
Pero los solutos cargados o polares (tales como el NaCl) compensan esta pérdida
de puentes de hidrógeno entre moléculas de agua mediante la formación de nuevas
interacciones entre el soluto y el agua. Los solutos hidrofóbicos no ofrecen esta com-
pensación, debido a que no interactúan con el agua.

Además de las moléculas polares y no polares, existen las moléculas anfipáticas (del
griego, anfi: ambos; pathos: sufrir, sentir, padecer). Los compuestos anfipáticos con-
tienen regiones que son polares y regiones que son apolares. Cuando se mezcla un
compuesto anfipático con el agua, la región polar o hidrofílica, interacciona favora-
blemente con el disolvente y tiende a disolverse, pero la región apolar o hidrofóbica,
tiende a evitar el contacto con el agua. Las regiones apolares de las moléculas se agru-
pan para presentar la menor área hidrofóbica posible al disolvente acuoso, mientras
que las regiones polares se disuelven de forma que se maximice su interacción con
el disolvente. Estas estructuras estables de compuestos anfipáticos en agua pueden
contener cientos o miles de moléculas y las fuerzas que mantienen juntas las regiones
apolares de las moléculas se llaman interacciones hidrofóbicas o fuerzas de London
(fig. 3-6).

Fig. 3-6. Distintas estructuras formadas por compuestos anfipáticos. Se muestran disposiciones en micelas, bica-
pas y monocapas debido a la particular forma de interactuar entre los compuestos anfipáticos y el solvente hidro-
fílico4.

Muchas de las biomoléculas importantes son anfipáticas, entre ellas algunas proteínas,
pigmentos, ciertas vitaminas, esteroles y fosfolípidos de las membranas. Las interaccio-
nes hidrofóbicas entre lípidos y entre lípidos y proteínas, son las determinantes más im-
portantes de la estructura de las membranas biológicas. Las interacciones hidrofóbicas
entre aminoácidos apolares estabilizan también los patrones de plegamiento tridimen-
sional de las proteínas.

84
De fideos y de nieve… los solutos afectan las propiedades coligativas de las disolu-
ciones acuosas

Los solutos de cualquier tipo, cuando están disueltos, alteran ciertas propiedades físicas
del agua como disolvente: su presión de vapor, punto de ebullición, punto de fusión
(punto de congelación) y presión osmótica. El efecto de los solutos sobre las cuatro
propiedades tiene la misma base: la concentración de agua es menor en las disoluciones
que en el agua pura (fig. 3-7).

Fig. 3-7. Efectos de solutos sobre la concentración. Veamos el frasco A, el mismo está compuesto solamente por
agua (23 moléculas de agua). Lo que denominamos agua pura. Imaginemos que no queremos usar todo el conteni-
do del frasco, sino sólo una cantidad determinada, la delimitada por el recuadro en el frasco B. De forma arbitraria
vamos a decir que el volumen del recuadro es de 1 ml, por lo tanto, la cantidad de moléculas de agua que vamos a
utilizar son cuatro. Cuando nos referimos al término “concentración” de una solución, nos estamos refiriendo a la
relación que hay entre la cantidad de un soluto y la cantidad de disolvente en un volumen determinado. En el caso
que planteamos anteriormente, al ser agua pura, solo tenemos moléculas de agua y la concentración del agua a uti-
lizar en el frasco B es: 4 moléculas/ml. Ahora bien, imaginemos que al frasco A se le adiciona un soluto (triángulos),
obteniéndose el frasco C. Si observamos detenidamente, la cantidad de moléculas de agua no se ve modificada, solo
se encuentran desplazadas algunas interacciones agua-agua por agua-soluto. Si utilizamos del mismo modo 1 ml
del frasco C, vemos que se siguen utilizando 4 moléculas en total (frasco D) pero ahora hay una mezcla de molécu-
las de agua y soluto. Si queremos definir concentración, ya sea de agua o de soluto, en ese mililitro: 2 moléculas de
soluto/ml o 2 moléculas de agua/ml.

Este ejercicio nos está mostrando cómo cambia la concentración de un compuesto al


añadir otro. En este caso podemos decir que la concentración del agua pasa de ser 4
moléculas de agua/ml en el frasco B a 2 moléculas de agua/ml en el frasco D. Entonces,
la concentración del agua ha disminuido5.

¿Notó que cuando le agrega sal al agua de los fideos cuando está hirviendo, el hervor
cesa hasta que se alcanza un nuevo punto de ebullición? Este fenómeno, el ascenso ebu-

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lloscópico, o aumento del punto de ebullición del agua por la presencia de un soluto no
volátil, en nuestro ejemplo NaCl, es un ejemplo de propiedad coligativa.

De manera concomitante, al aumentar el punto de ebullición, necesitaré entregar más


calor al sistema para alcanzar el cambio de estado, la presión de vapor disminuye tam-
bién al aumentar la concentración de soluto no volátil.

¿Observó, además, tal vez en alguna película de lugares donde nieva, o si vivió en algu-
no de ellos, que frecuentemente se desparrama sal en las calles nevadas? ¿Para qué se
hace esto? Cuando se agrega NaCl(s) al agua sólida, se puede verificar una disminución
en el punto de fusión de hasta -6 °C, respecto de los 0 °C del agua pura. Esto entonces
evita el congelamiento del agua durante las nevadas.

Este otro ejemplo de propiedad coligativa es el descenso crioscópico, o disminución del


punto de fusión por la presencia de un soluto no volátil. En este caso, la presión de vapor
también disminuye con el soluto.

El ascenso ebulloscópico y el descenso crioscópico son dos ejemplos de propiedades


coligativas donde la presencia de un soluto reemplaza interacciones solvente-solvente
por soluto-solvente, modificando el punto de ebullición y de fusión de la solución.

Las propiedades coligativas no dependen de la identidad química de los solutos, sino


del número de partículas disueltas. A continuación, veremos otro ejemplo de propiedad
coligativa de trascendental relevancia en la biología.

Ósmosis y difusión

Dos fenómenos importantes relacionados con la presencia de solutos en un medio


acuoso son la ósmosis y la difusión. La difusión es la propiedad que tienen los solutos
de desplazarse de una zona de mayor concentración a una de menor concentración.

La ósmosis consiste en el paso de agua a través de una membrana semipermeable.

Cuando existen distintas concentraciones de soluto o partículas osmóticamente activas


a ambos lados de esta membrana, se verificará un aumento en la presión osmótica en
aquel compartimento con mayor concentración de soluto hasta igualar las concentra-
ciones y este aumento de presión se debe al paso de agua a través de la membrana, que
impide el paso de soluto6.

Esto es importante en biología debido a que la membrana celular es semipermeable y en


un medio hipotónico, la célula recibirá agua proveniente del exterior celular y se volverá
turgente hasta tal vez explotar (citólisis o lisis celular). Por el contrario, en un medio hiper-
tónico, la célula perderá agua y se encogerá (crenación o plasmólisis en células vegetales).

La osmolaridad (OsM, osm/L) de una solución se define como la concentración de


partículas osmóticamente activas por litro de solución.

Aunque parecida a la molaridad, se diferencia en que, por ejemplo, una solución 1M de


NaCl será 2 Osm, dado que por cada mol de NaCl que se disocia se obtienen dos equi-

86
valentes osmóticamente activos (osmoles, osm). Otra forma de expresar la concentración
de partículas osmóticamente activas es la osmolalidad, en la cual se expresan los osmoles
de soluto cada kilogramo de solvente7.

Las moléculas de agua tienden a trasladarse de una región de elevada concentración de


agua a una de concentración inferior. Cuando dos disoluciones acuosas diferentes están
separadas por una membrana semipermeable (que deja pasar moléculas de agua, pero no
de soluto), las moléculas de agua que difunden de la región de alta concentración de agua
hacia la de concentración de agua menor producen presión osmótica.

El mantenimiento de la homeostasis respecto del equilibrio osmótico es fundamental


para la supervivencia de las células y el buen funcionamiento del organismo.

La ósmosis es un factor importante en la vida de las células. Las membranas plasmáticas son
más permeables al agua que a la mayor parte del resto de las moléculas pequeñas, iones y ma-
cromoléculas. Esta permeabilidad es debida en parte a la simple difusión del agua a través de
la bicapa lipídica y en parte a canales proteicos (acuaporinas) en la membrana que permiten
el paso selectivo de agua. Las disoluciones de igual osmolaridad se denominan isotónicas.
Una célula rodeada por una disolución isotónica no gana ni pierde agua. En una disolución
hipertónica, aquella con una osmolaridad mayor que el citosol, la célula se encoge al salir
agua hacia fuera. En una disolución hipotónica (de osmolaridad menor), las células se hin-
chan y si no están sujetas por una pared celular, llegan a reventar. Generalmente, las células
contienen concentraciones más elevadas de biomoléculas e iones que su entorno, de forma
que la presión osmótica tiende a impulsar agua hacia el interior de la célula. Si no se equilibra
de alguna forma, este movimiento de agua hacia dentro lograría distender la membrana plas-
mática y llegaría a causar la explosión de la célula (lisis celular) (fig. 3-8).

Fig. 3-8. Variaciones en el equilibrio osmótico de la célula. Efecto de la osmolaridad extracelular en el movimiento de
agua a través de la membrana plasmática. En el panel superior, las concentraciones de solutos a ambos lados de la bicapa
lipídica son iguales y no hay flujo neto de agua. En el panel central, la célula se encuentra en una solución hipertónica, es
decir, más concentrada en solutos respecto del interior celular. En este caso, dado que la bicapa es impermeable al inter-
cambio de solutos, hay movimiento neto de agua hacia el exterior celular y la célula pierde agua y se encoge. Lo contrario
ocurre en una solución hipotónica, donde el agua ingresa a la célula y el volumen celular aumenta (panel inferior). En
una situación extrema, la célula puede estallar o sufrir lisis.

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A lo largo de la evolución han surgido tres mecanismos para evitar la lisis celular. En las
bacterias y en los vegetales, la membrana plasmática está rodeada de una pared celular
no expandible, de rigidez y fuerza suficiente para resistir la presión osmótica y evitar
la lisis celular. Algunos protozoos de agua dulce, que viven en un medio altamente hi-
potónico, poseen un orgánulo (vacuola contráctil) que bombea agua al medio exterior
de la célula. En los animales, el plasma sanguíneo y el fluido intersticial (el fluido ex-
tracelular de los tejidos) se mantienen a una osmolaridad cercana al citosol. La elevada
concentración de albúmina y otras proteínas en el plasma sanguíneo contribuyen a su
osmolaridad. Las células también bombean activamente iones como el Na+ hacia el
fluido intersticial para permanecer en equilibrio osmótico con su entorno.

Puesto que el efecto de los solutos en la osmolaridad depende del número de partículas
disueltas, no de su masa, las macromoléculas tienen un efecto mucho menor en la os-
molaridad de una disolución que la que tendría una misma masa de sus componentes
monoméricos. Por ejemplo, un gramo de un polisacárido compuesto por 1.000 unida-
des de glucosa tiene el mismo efecto en la osmolaridad que un miligramo de glucosa.
Un efecto del almacenamiento de combustible en forma de polisacáridos (almidón o
glucógeno) en vez de como glucosa u otros azúcares simples es evitar un aumento enor-
me de la presión osmótica en la célula de depósito8.

En los polisacáridos, gran parte de los puentes de hidrógeno se dan entre alcoholes
de la misma molécula, en vez de establecerse con moléculas de agua vecinas. Desde el
punto de vista químico, esta es la razón por la cual los polisacáridos atraen poca agua.
Una pequeña proporción de puentes de hidrógeno se dan entre el agua y la superficie
del polisacárido.

El agua como soluto y solvente, la autoionización del agua

Aunque gran parte de las propiedades del agua como disolvente se pueden explicar en
función de la molécula de agua sin carga (con densidades de carga), el pequeño grado
de ionización (reversible) del agua en iones hidrógeno (H+ o también llamados proto-
nes) e iones hidroxilo (HO-) también debe tenerse en cuenta.

Aunque en esta reacción se muestran H+, los protones libres no existen en disolución,
los iones hidrógeno formados son tomados por el agua formando el catión hidronio
(H3O+) (formación de un enlace covalente dativo, teniendo al O como donador del par
electrónico compartido).

Es decir, para comprender mejor lo que ocurre en una disolución de agua en agua, don-
de el solvente y el soluto son agua, podemos escribir:

H2O + H2O H3O+ + HO-


88
En donde vemos que en una molécula de agua se rompió de manera asimétrica el enlace
covalente entre el O-H, generándose un H+, y un anión oxhidrilo o hidroxilo (HO-).
Como se dijo el H+ es tomado por una molécula de agua dando el catión hidronio
(H3O+). Más adelante verá que los ácidos liberan H+, mientras que las bases absorben
H+ o liberan HO-, por lo tanto el agua actúa como ácido y base, es decir es un compues-
to anfotérico.

Como hemos visto antes, una solución está compuesta por un soluto y un solvente. En
este caso, la solución que nos interesa es una sustancia pura, una solución de agua en
agua9.

Acidez/basicidad

Las soluciones pueden ser ácidas o básicas según su concentración de iones hidroge-
niones ([H3O+]), o la concentración de iones hidroxilos ([HO-]) presentes en ellas,
respectivamente.

Para el agua pura se verifica que, debido a su equilibrio de autoionización, se define lo


que se denomina producto iónico del agua, o Kw, que a 24°C es de igual a 10-14 M2. Este
producto proviene del desarrollo del equilibrio de autoionización del agua, o la disolu-
ción del agua en sí misma, demostración que excede los alcances de este manual.

Entonces, expresado en forma de ecuación,

y otra relación importante que se desprende de esto y del equilibrio es,

El pH, o potencial hidrógeno, es una medida de la concentración de iones hidrogenio-


nes (H3O+ o protones) presentes en una solución acuosa. Aunque nos parezca contra-
intuitivo, utilizar el operador “p” correspondiente a computar el menos logaritmo (-log)
para expresar concentraciones es sumamente útil.

Por ejemplo, una solución que contenga 10-14 M de H3O+ tendrá un pH de 14, un núme-
ro fácil de expresar10. Un determinado valor de pH entonces no es más que una forma
de informar la concentración de hidrogeniones ([H3O+]) en una solución. De manera
similar, el pOH es una medida de la concentración de oxhidrilos ([HO-]) en solución.

O sea,

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La escala de pH

De (1) y (2) puede deducirse aplicando propiedades del logaritmo que,

Lo que define entonces la escala de pH. Para el agua pura entonces se verifica,

lo que corresponde al punto de neutralidad en la escala de pH.

Según su concentración de hidrogeniones o hidroxilos, una solución podrá ser ácida cuan-
do su pH sea inferior a 7, o bien ser básica o alcalina cuando su pH sea superior a 7.

Cuando se disuelven ácidos en agua, estos se ionizan y aportan “protones” generando


H3O+ (cationes hidrogeniones), en contraste las bases consumen H+ al “protonarse” o neu-
tralizan los H+ liberando HO- y formando agua. La concentración total de cationes hidro-
geniones de cualquier origen se puede medir experimentalmente y se expresa como el pH de
la solución.

Por lo tanto, el pH no es otra cosa que la representación numérica (del 0 al 14) de la concen-
tración de H+ de una disolución. Un pH=7 que sabemos corresponde a la neutralidad, nos
está diciendo que la concentración de cationes hidronio es de 1x10-7 y es igual a la concen-
tración de oxhidrilos.

Cuando la concentración de hidrogeniones es superior a 1x10-7 M, el pH será menor a 7,


lo que consideramos soluciones ácidas (matemáticamente -log de un número grande da un
valor pequeño, entonces disminuye el pH).

Inversamente, cuando la concentración de hidrogeniones es menor a 1x10-7 M, el pH será


mayor a 7, lo que consideramos soluciones alcalinas o básicas. Es importante mencionar, que
del mismo modo que el pH se refiere a la concentración de hidrogeniones de una solución,
también puede medirse el pOH, el que se define como la concentración de iones hidroxilos
de una solución.

Recordemos que,

y,

90
¿Cuál es la interpretación química de estas ecuaciones?

Anteriormente mencionamos que a una [H3O+]=1x10-7 M, el pH=7. Gracias a la última


ecuación, podemos deducir que, si el pH es 7, el pOH es igual a 7 también, por lo que
la [HO-]=1x10-7 M. Lo que podemos interpretar es que cuando hay concentraciones
idénticas de H3O+ y HO-, como sucede con el agua pura, se dice que la solución está en
un pH neutro.

Cuando la [H3O+] es alta o aumenta, la [HO-] será pequeña y la solución será ácida.

Cuando la [H3O+] es baja o disminuye, la [HO-] será alta y la solución será básica o
alcalina.

Ácidos y bases

¿Por qué al agregar un ácido o una base se modifica el pH de una solución? Recordemos
que, el pH se relaciona con la concentración de iones hidronio en una solución. Luego
un ácido o base debe modificar esta concentración. Por ejemplo, si a una solución acuo-
sa se le agrega un ácido fuerte, por ejemplo, el ácido clorhídrico, veremos que:

Interpretemos esta ecuación con nuestros conocimientos de química. En la unión co-


valente polar del HCl, los electrones están mayoritariamente sobre el Cl. El HCl se di-
socia totalmente al entrar en contacto con el agua generando H+ y aniones Cl-. Los H+
son tomados por el agua dando H3O+. Como consecuencia, la concentración de H3O+
aumentó, y la solución se acidificó. El agua además se comportó como una base ya que
aceptó H+.

Veamos qué ocurre si a una solución acuosa se le agrega una base,

Aunque estaríamos tentados de considerar al amoníaco como un ácido por ver muchos
hidrógenos en su molécula, también posee electrones libres y puede captar H+, trans-
formándose en amonio (NH4+). Notemos que esto ocurrió disminuyendo la concentra-
ción de H3O+, con la concomitante alcalinización o aumento del pH. El catión hidronio
aquí actúa como un ácido.

Tengamos en cuenta que una base también puede liberar iones HO- al medio (como el
hidróxido de sodio, NaOH),

lo que también alcalinizará la solución.

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Por lo visto hasta aquí podemos decir que existen sustancias químicas que se compor-
tan como ácidos o bases. Son ácidos cuando ceden H+, esta definición corresponde al
sentido de acidez-basicidad propuesto por Lowry-Brönsted o bien cuando reciben elec-
trones y en tal caso el criterio de acidez-basicidad corresponde a Lewis11. O sea, según
Lewis, base es toda sustancia que cede electrones y ácido toda sustancia que los recibe.

-Son ejemplos de ácidos según Lowry-Brönsted el HCl, HNO3, H2SO4, H3PO4, H3O+.
El catión Li+ y el trifluoruro de Boro (BF3) en cambio, son ácidos en el sentido de Lewis,
dado que pueden aceptar electrones.

-Son bases aquellas sustancias capaces de aceptar un H+ o liberar HO- en el sentido de


Lowry-Brönsted o bien, y lo que es igual, de compartir electrones en el sentido de Lewis,
por ejemplo el HO-, NH3.

Se puede medir aproximadamente el pH de una solución acuosa utilizando diversos


colorantes indicadores, entre ellos el tornasol, la fenolftaleína y el rojo fenol, que expe-
rimentan cambios de color cuando se disocia el protón de la molécula de colorante. Las
determinaciones precisas del pH en el laboratorio se hacen con un electrodo de vidrio
que tiene una sensibilidad selectiva para la concentración de H3O+ (pHmetro) o me-
diante tiras reactivas.

El pH afecta la estructura y la actividad de las macromoléculas biológicas. Por ejem-


plo, la actividad catalítica de las enzimas tiene una gran dependencia del pH. La medida
del pH de la sangre y de la orina se utiliza normalmente para diagnosticar enfermeda-
des. El pH del plasma sanguíneo de las personas con diabetes grave, por ejemplo, es con
frecuencia inferior al valor normal de 7,35 y este estado se conoce como acidosis. En
otros estados patológicos, el pH de la sangre es superior al normal, estado que se conoce
como alcalosis.

El ácido clorhídrico (HCl), sulfúrico (H2SO4) y nítrico (HNO3), denominados común-


mente como ácidos fuertes, están completamente ionizados en soluciones acuosas di-
luidas, en tanto las bases fuertes NaOH y KOH también están ionizadas completamente.
Por otra parte, los denominados ácidos y bases débiles no están completamente ioniza-
dos al disolverse en agua. Los ácidos y bases débiles establecen un equilibrio químico
que es además dinámico y fundamental en los sistemas biológicos y juegan papeles
importantes en el metabolismo y en la homeostasis del pH. Por tanto, los ácidos y bases
débiles son muy frecuentes en el organismo.

Buffers contra los cambios de pH en los sistemas biológicos

Vimos que se pueden definir a los ácidos como donadores de H+ y las bases como
aceptores de H+ o donadores de HO-. Un donador de H+ y su correspondiente aceptor
forman un par ácido-base conjugado. El ácido acético (CH3COOH), un donador de
H+, y el anión acetato (CH3COO-), el correspondiente aceptor de H+, forman un par
ácido-base conjugados:

92
Cada ácido tiene una tendencia característica a perder su H+ en solución acuosa (constan-
te ácida o Ka)12 . Cuanto más fuerte sea el ácido mayor será la tendencia a perder su H+.

Casi todos los procesos biológicos son dependientes del pH, una pequeña modifica-
ción en el pH produce un gran cambio en la velocidad de un proceso. Las células y
los organismos tienen un pH citosólico específico y constante (normalmente cercano a
pH= 7) que mantiene a las biomoléculas en su estado iónico óptimo. En los organismos
multicelulares, el pH de los fluidos extracelulares también se mantiene estrechamente
regulado. La constancia de pH se consigue principalmente mediante tampones o buffers
biológicos: mezclas de ácidos débiles y de sus bases conjugadas.

Los buffers o soluciones amortiguadoras se componen de cantidades equivalentes o


similares de un ácido débil 13 y su base conjugada.

Los buffers son sistemas acuosos que tienden a resistir los cambios en el pH cuando se
añaden pequeñas cantidades de ácido (H3O+) o base (HO-). Un sistema buffer consis-
te en un ácido débil (donador de H+) y su base conjugada (aceptor de H+). Cada par
conjugado ácido-base tiene una zona característica de pH en la que es un buffer eficaz.
En el punto medio de la zona buffer, donde la concentración del donador de H+ es
exactamente igual a la del aceptor de H+, el poder buffer del sistema es máximo, lo que
significa, que se produce un cambio mínimo de pH cuando se adicionan H3O+ u HO-.

¿De qué manera regula el pH una solución amortiguadora?

Analicemos el par ácido acético-acetato: imaginemos una solución acuosa en la que se


encuentra ácido acético y acetato en concentraciones casi iguales. El donador de H+, el
ácido acético, contiene una reserva de H+ ligado, que puede liberarse para neutralizar
una adición de HO- al sistema formando agua. De modo semejante, la base conjugada
acetato, puede reaccionar con iones H+ adicionados al sistema, formando ácido acético.
Siempre que se añaden H+ u HO- a un buffer, el resultado es un pequeño cambio en las
concentraciones relativas del ácido débil y su anión y por lo tanto, un pequeño cambio
en el pH. El descenso en la concentración de un componente del sistema se equilibra
exactamente por un incremento del otro. La suma de los componentes del sistema no
varía, sólo varía su proporción.

Esto se relaciona directamente con el Principio de Le Chatelier14 según el cual:

“Si se presenta una perturbación externa sobre un sistema en equilibrio, el sistema se


ajustará de tal manera que se cancele parcialmente dicha perturbación en la medida que
el sistema alcanza una nueva posición de equilibrio.”

Recordemos que la disociación de un ácido débil implica un equilibrio químico. Es de-


cir, la disociación es reversible y puede proseguir en ambas direcciones, en el sentido de
la disociación o, en el caso del ácido acético explicado más arriba, hacia la protonación
del anión acetato. Entonces, al añadir una base, el sistema neutraliza el cambio aportan-
do H+ y desplazando el equilibrio desde la izquierda hacia la derecha, en el sentido de la
disociación del ácido, mientras que al agregar un ácido, o lo que es igual, iones hidronio,
el sistema neutraliza el cambio, en el sentido de la protonación del anión acetato, des-
plazando el equilibrio en este caso de la derecha hacia la izquierda.

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Homeostasis del pH

Los mamíferos son organismos homeostáticos. La homeostasis, del griego “homos” (si-
milar) y “stasis” (posición, estabilidad) es el mantenimiento de la constancia del medio
interno. Usted estará familiarizado con la constancia de la temperatura, por ejemplo,
en los animales homeotermos. No es por lejos lo único que mantenemos constante. La
homeostasis del pH, en un valor cercano a 7, es igualmente sagrada para el organismo15.

Como futuros médicos debemos conocer y maravillarnos con los mecanismos que
mantienen el equilibrio homeostático.

En el organismo, los buffers como son el sistema de los fosfatos (H2PO4-/HPO42-)


principalmente en el interior de las células y en el medio extracelular, el par ácido
carbónico/bicarbonato (H2CO3/HCO3-) en el plasma sanguíneo y las proteínas en el
medio intra y extracelular mantienen la homeostasis del pH.

Un buffer biológico muy importante es el sistema de los fosfatos. El sistema buffer fos-
fato, que actúa en el citoplasma de todas las células, tiene H2PO4- como donador de H+
y el HPO4²- como aceptor de H+. El buffer fosfato presenta su efectividad máxima a
pH=6,86 y tiende pues a resistir los cambios de pH en el intervalo entre 5,9 y 7,9. Es por
tanto un buffer efectivo en los fluidos biológicos de los mamíferos, por ejemplo, los flui-
dos extracelulares y la mayoría de los compartimentos citoplasmáticos tiene un pH en
el intervalo 6,9 a 7,4. Es importante mencionar que las proteínas también actúan como
buffers dentro de las células. Veamos los equilibrios para el buffer fosfato,

Otro buffer de altísima importancia biológica es el par ácido carbónico (H2CO3), dona-
dor de H+ y el bicarbonato (HCO3-), aceptor de H+, presentes en el plasma sanguíneo.
Veamos los equilibrios para este buffer,

Veamos ahora cómo opera el principio de Le Chatelier en el equilibrio ácido-base man-


tenido por el buffer biológico ácido carbónico/bicarbonato. Cuando se produce un au-
mento en la concentración de CO2, por ejemplo, por bajo intercambio gaseoso en los
alvéolos del pulmón, el sistema evolucionará hacia la formación de ácido carbónico,
acidificando el plasma. Esto se llama acidosis respiratoria. La alcalosis respiratoria se
produce inversamente, a partir de una baja en la presión parcial de CO2 por hiperven-
tilación. En este caso, se genera, mediado por la anhidrasa carbónica, CO2 a partir de
H2CO3 consumiendo ácido carbónico y alcalinizando la sangre.

94
Notas al pie:
1. No confundir jamás densidad de carga (a la que en adelante denotaremos con la letra griega δ) con
carga neta (denotada con + o -). El ion sodio Na+ posee una carga neta positiva porque perdió un e-,
mientras que los H del H2O tienen densidad de carga positiva porque están desprotegidos (sus e- son
atraídos más fuertemente por el O, más electronegativo).
2. Considere por ejemplo al metanol, CH3OH, aún un poco más voluminosa que el agua y cuyo punto
de ebullición es 64.5 °C, menor que el del agua, precisamente por no formar tan eficientemente puentes
de hidrógeno.
3. Cuando el agua cambia del estado líquido al gaseoso (punto de ebullición), todos los puentes de
hidrógeno se rompen por el aumento de la temperatura, pero los enlaces intramoleculares O-H en el
agua se mantienen ¿Qué nos dice esto acerca de la fuerza del puente de hidrógeno respecto de la unión
covalente?
4. ¿Cómo habría que dibujar estas estructuras si los compuestos anfipáticos esquematizados fueran
transferidos ahora a un solvente apolar? ¡Hágalo!
5. Los valores expuestos son meramente ejemplificadores, de ninguna manera se corresponden con la
realidad.
6. Si la membrana permitiera el paso de soluto, entonces las concentraciones se igualarán a ambos lados
por difusión, debido al paso de soluto, sin movimiento neto de agua. Esto debe entenderse claramente
para diferenciar ósmosis de difusión.
7. Note la similitud con la molalidad (moles/kg de solvente).
8. Notemos que, en la diabetes, la glucosa no puede ingresar a las células de los tejidos insulinode-
pendientes, permaneciendo en el medio extracelular como soluto osmóticamente activo, con lo cual
el medio extracelular se vuelve hipertónico, las células de los tejidos pierden agua y el organismo se
deshidrata. Esto genera dos de los síntomas cardinales de la diabetes: la polidipsia (sed abundante) y la
poliuria (micción exacerbada).
9. ¿Le parece esto muy loco? De locuras está llena la química…
10. Un operador matemático es un símbolo que indica que debe realizarse determinada operación
sobre un argumento. El operador “p” indica calcular el -log10 (logaritmo en base 10 negativo) a la con-
centración de H3O+, o sea [H3O+]. Esto es útil porque usualmente [H3O+] se expresan como potencias
negativas de 10.
11. Note que el sentido de Lewis comprende (contiene) al de Lowry-Brönsted, dado que un H+ carece
de su dueto completo (orbital 1s vacío), de manera que cumple con la definición de ácido de Lewis
(aceptando electrones), pero que este sentido amplía la definición de ácidos y bases incluyendo ácidos
de Lewis como Ag+, Sr2+ o Hg2+ y bases de Lewis como el NH3.
12. Pensemos que el extremo de la disociación irreversible de un ácido fuerte implica una Ka de valor
infinito.
13. ¿Serviría un ácido fuerte para hacer un buffer? ¿Por qué?
14. Postulado por Henri-Louis Le Chatelier, químico e industrial Francés en 1884.
15. Como veremos más adelante, la constancia en los valores de glucemia, o concentración de glucosa
en sangre, es otro delicado equilibrio mantenido constante mediante mecanismos altamente regulados.

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Autores:
Carla Di Martino / Juan Burdisso
Las figuras de este capítulo son propiedad intelectual de:
Pablo Patini / Juan Burdisso

Capítulo 4

Aminoácidos, péptidos y proteínas


Objetivos de aprendizaje
Al finalizar la lectura del siguiente capítulo, el estudiante será capaz de:
• Comprender sobre los aminoácidos: estructura, nomenclatura, clasificación y princi-
pales funciones.
• Comprender sobre las proteínas: niveles de organización, análisis de su desnaturaliza-
ción y plegamiento, asociación con otras moléculas y principales funciones.

Las proteínas son las macromoléculas biológicas más abundantes de los seres vivos. Es-
tán presentes en todas las células y en el medio extracelular. A nivel celular, existen dis-
tintos tipos de proteínas con múltiples funciones. En cuanto a su diversidad funcional,
son muy versátiles ya que pueden ser enzimas, hormonas, anticuerpos, transportadores
celulares, receptores celulares, antibióticos, etc.

Las proteínas son biopolímeros y como todo polímero, está constituido por unidades
denominadas monómeros: los aminoácidos. Todas las proteínas, tanto si provienen de
bacterias como de células eucariotas, están formadas por 20 tipos de aminoácidos, uni-
dos de forma covalente en secuencias lineales. Cada uno de estos aminoácidos tienen
una cadena lateral propia (grupo R) que determina sus propiedades químicas.

La estructura de las proteínas constituye el tema de este capítulo. Empezaremos con una
descripción de las propiedades químicas fundamentales de los aminoácidos, para con-
tinuar con la explicación de cómo se unen dichos aminoácidos para formar proteínas.

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Los aminoácidos

Los 20 aminoácidos estándar¹ encontrados en las proteínas son α-aminoácidos. Todos


tienen un grupo carboxilo (-COOH), un grupo amino (-NH2) y un átomo de hidrógeno
unidos al mismo átomo de carbono (designado como carbono α) (fig. 4-1). Difieren unos
de otros en sus cadenas laterales o grupos R, que varían en estructura, tamaño y carga
eléctrica, lo cual influye en la solubilidad de dichos aminoácidos en agua. Debido a esto,
en todos los aminoácidos, excepto en la glicina, el carbono α está unido a cuatro grupos
de átomos diferentes.

Fig. 4-1. Esquema general de un α-aminoácido. Existen 20 grupos R (radicales o cadenas laterales) diferentes en los aminoá-
cidos proteicos.

El átomo de carbono α es, por lo tanto, un centro quiral (del griego “mano”). Debido al or-
denamiento de los enlaces alrededor del átomo del carbono α, los cuatro grupos diferentes
de átomos pueden ocupar dos ordenamientos diferentes en el espacio. Estas moléculas son
imágenes especulares, no superponibles entre sí (como las manos de una persona).

Existen distintas nomenclaturas para especificar la configuración alrededor de un centro


quiral (sistema DL o sistema RS). Es importante mencionar que casi todos los compuestos
biológicos con un centro quiral, se presentan en la naturaleza en una sola de sus formas es-
tereoisómeras, sea D o L (R o S dependiendo del sistema que se utilice).

Los residuos aminoacídicos de las proteínas son exclusivamente del tipo L. Se han encon-
trado D-aminoácidos solamente en unos pocos péptidos bacterianos (pared de peptidogli-
cano) y en algunos antibióticos.

A los aminoácidos se les han asignado abreviaturas de tres letras y símbolos de una sola le-
tra (fig. 4-2) que se utilizan para indicar de manera abreviada la composición y la secuencia
de aminoácidos en las proteínas.

Fig. 4-2. Códigos en base a letras para identificar a los diferentes aminoácidos estándar (proteicos). Existen códigos de tres y
una letra para identificar a los aminoácidos. Note que el código es bastante intuitivo en algunos casos: Alanina (Ala, A), mientras
que en otros no: Triptófano (Trp, W).

98
Los aminoácidos se pueden clasificar según su grupo R. Una forma de clasificarlos, es agru-
pándolos en cinco clases principales basadas en las propiedades de sus grupos R, en especial
su polaridad, o tendencia a interaccionar con el agua a pH fisiológico (cerca de pH 7,0). La
polaridad de los grupos R varía enormemente, puede ser totalmente apolar o hidrofóbico
(insoluble en agua) o bien puede ser polar o hidrofílico (soluble en agua) (fig. 4-3).

Fig. 4-3. Los 20 aminoácidos estándar de las proteínas. Las fórmulas estructurales muestran el estado de ionización que pre-
domina a pH 7,0. Las partes sombreadas indican los grupos R, mientras las partes no sombreadas son comunes para todos
los aminoácidos. Note las categorías de los distintos grupos R: apolares o hidrofóbicos, aromáticos, polares sin carga, cargados
positiva y negativamente.

Los aminoácidos pueden actuar como ácidos y como bases. Cuando un aminoácido se di-
suelve en agua, puede encontrarse en forma de ion dipolar, pudiendo actuar como ácido
(donador de protones) o bien como una base (aceptor de protones) (fig. 4-4).

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Fig. 4-4. Esquema de un α-aminoácido sencillo (un solo grupo amino y carboxilo) donde se muestran los distintos niveles de
protonación dependiendo del pH. A pH intermedio el aminoácido tiene tantas cargas positivas como negativas (especie neutra
o zwitterión). En medio ácido, el aminoácido adquiere carga positiva neta (catión), mientras en medio alcalino o básico el ami-
noácido adquiere carga negativa neta (anión).

En la fig. 4-4 vemos que a medida que cambia el pH de una solución, se van obteniendo
distintas formas protonadas de los aminoácidos. Existen distintos puntos de pH para cada
aminoácido, donde la pérdida y la ganancia de protones se encuentran en equilibrio, lo que
permite que el aminoácido en cuestión sea un buen buffer en ese pH en particular. Es im-
portante mencionar que los grupos R de algunos aminoácidos, pueden ionizarse y contribu-
yen a las propiedades ácido-base del aminoácido.

Los aminoácidos son capaces de desempeñar otros roles en las células y en el organismo,
más allá de ser los monómeros de las proteínas (fig. 4-5).

Fig. 4-5. Funciones de los aminoácidos. Además de ser los monómeros de las proteínas, los aminoácidos son precursores para la
síntesis de: glucosa, bases nitrogenadas, el grupo Hemo y la clorofila. Algunos aminoácidos son hormonas o neurotransmisores.
En el ser humano, la degradación de los aminoácidos produce urea.

Como se mencionó anteriormente, las proteínas son biopolímeros de aminoácidos, estan-


do cada residuo aminoacídico unido al siguiente a través de un tipo específico de unión
covalente, el enlace peptídico (grupo funcional amida).

Los péptidos

Dos aminoácidos pueden unirse de forma covalente a través de un enlace peptídico, for-
mando un dipéptido. Este enlace se forma por la eliminación de un grupo hidroxilo del
grupo α-carboxilo de un aminoácido y un átomo de hidrógeno del grupo α-amino del otro
aminoácido, perdiéndose de esta manera una molécula de agua en el proceso (fig. 4-6, A).

100
Fig. 4-6. El enlace peptídico. A- Formación de un enlace peptídico por condensación y reacción de hidrólisis del mismo. B- Ca-
racterísticas estructurales del enlace peptídico: debido a la resonancia (sistema conjugado) el enlace peptídico es una estructura
coplanar y con un momento dipolar (densidades de carga negativa en el O y positiva en el N).

La formación del enlace peptídico es un ejemplo de una reacción de condensación, que


es un tipo de reacción frecuente dentro de la célula.

Se pueden unir tres aminoácidos mediante dos enlaces peptídicos para formar un tri-
péptido, de manera similar, se pueden unir más aminoácidos para dar tetra- y penta-
péptidos. Cuando se unen unos pocos aminoácidos entre sí, la estructura resultante es
un oligopéptido. Cuando se unen muchos aminoácidos, el producto es un polipéptido.

Las proteínas pueden tener miles de residuos aminoacídicos, aunque a veces los térmi-
nos “polipéptido” y “proteína” son intercambiables. Las moléculas denominadas poli-
péptidos tienen masas moleculares inferiores a 10.000 kDa (KiloDaltons).

Las proteínas

Para las macromoléculas, tales como las proteínas, la tarea de describir y comprender la es-
tructura se aborda en varios niveles de complejidad, ordenados en una jerarquía conceptual.
Se definen normalmente cuatro niveles de estructura en las proteínas.

La estructura primaria es una descripción de todos los enlaces covalentes que unen los
aminoácidos de una cadena polipeptídica (fig. 4-7, A). El elemento más importante de la
estructura primaria es la secuencia de aminoácidos o residuos². La secuencia aminoacídica
de una proteína está codificada en el ADN y a su vez está dada por el orden en el que se ubican los
nucleótidos. Existe un sistema de conversión, llamado código genético, que se puede utilizar para
deducir la secuencia de aminoácidos a partir de la secuencia de nucleótidos del ADN.

La estructura secundaria se refiere a disposiciones particularmente estables de los aminoácidos,


que dan lugar a patrones estructurales repetidos (fig. 4-7, B).

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La estructura terciaria describe todos los aspectos del plegamiento tridimensional de
un polipéptido o proteína (fig. 4-7, C).

Cuando una proteína posee dos o más subunidades polipeptídicas, su disposición en el


espacio se denomina estructura cuaternaria (fig. 4-7, D).

Fig. 4-7. Niveles de organización de las proteínas. A- Estructura primaria. B- Estructuras secundarias (alfa-hélice, lámina beta
y regiones al azar). C- Estructura terciaria (globular). D- Estructura cuaternaria (asociación de dos proteínas).

Tenga en cuenta que las características del enlace peptídico (sistema resonante, coplanar y
con momento dipolar) (fig. 4-6, B) y la naturaleza química de las cadenas laterales (R) de
los aminoácidos, rigen los distintos niveles de organización encontrados en las proteínas.
Tomemos como ejemplo a la prolina, que debido a su estructura es incompatible con una
hélice alfa convencional, mientras que una secuencia aminoacídica con varios glutama-
tos contiguos, nunca podrá formar una hélice alfa debido a la repulsión electrostática de
los grupos R cargados negativamente. Note además que si el enlace peptídico no fuese
parcialmente doble, habría tantas posibilidades de plegamiento en las proteínas, que aún
estaríamos esperando que se organicen, para dar lugar a lo que conocemos como vida.

Estructuras tridimensionales de las proteínas

Ahora explicaremos la estructura tridimensional de las proteínas poniendo énfasis en


cinco temas.

En primer lugar, la estructura tridimensional de una proteína viene determinada por


su secuencia de aminoácidos. En segundo lugar, la función de una proteína depende
de su estructura. En tercer lugar, la estructura tridimensional de una proteína es úni-
ca, o casi única. En cuarto lugar, las fuerzas más importantes que estabilizan la estruc-
tura específica de una proteína son interacciones no covalentes. Por último, dentro del
gran número de estructuras de proteínas únicas, es posible reconocer algunos patrones
estructurales comunes que nos ayudan a organizar nuestro conocimiento sobre la ar-
quitectura de las proteínas, estos patrones son los dominios proteicos.

Estos temas no deben entenderse en el sentido de que las proteínas tienen estructuras
tridimensionales estáticas y uniformes. La función de una proteína a menudo impone
una interconversión entre dos o más formas estructurales.

102
Algunos términos apropiados en relación a la estructura proteica:

-La disposición espacial de los átomos de una proteína se denomina conformación.


-Las proteínas que se encuentran en su conformación funcional plegada se denominan
proteínas nativas.
-En el contexto de la estructura de proteínas, el término estabilidad se puede definir
como la tendencia a mantener la conformación nativa.

Estructura secundaria

El término estructura secundaria se refiere a la conformación local de algunas partes del po-
lipéptido. Normalmente, la discusión de la estructura secundaria se centra en los patrones de
plegamiento regulares habituales de la cadena polipeptídica.

Solo unas cuantas estructuras secundarias son muy estables y están ampliamente distribuidas
en las proteínas. Las más destacables son las conformaciones de α-hélice y lámina β plegada,
que se describen a continuación.

La disposición más sencilla que podría asumir una cadena polipeptídica, teniendo en cuenta la
rigidez de sus enlaces peptídicos y también la libertad de rotación de los demás enlaces, es una
estructura en hélice, denominada α-hélice.

En esta estructura, el esqueleto polipeptídico se encuentra enrollado de forma compacta alre-


dedor del eje imaginario longitudinal de la molécula y los grupos R de los residuos aminoací-
dicos sobresalen del esqueleto helicoidal (fig. 4-8).

Fig. 4-8. Representaciones de una α-hélice. A- Modelo de cinta molecular indicando los R expuestos hacia el exterior de la
estructura. B- Modelo de cinta molecular sin los R. C- Modelo molecular con esferas y varillas. Note que en B y C las líneas
punteadas indican puentes de hidrógeno intracatenarios entre los grupos C=O y los grupos N-H.

¿Por qué se forma la α-hélice con más facilidad que otras conformaciones posibles?

Una de las razones es porque la hélice hace uso óptimo de los puentes de hidrógeno internos
(intracatenarios). El puente de hidrógeno se da entre un átomo de hidrógeno unido un áto-

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mo de nitrógeno (electronegativo) de un enlace peptídico y el átomo de oxígeno carbonílico
(electronegativo) del cuarto residuo aminoacídico que se encuentra del lado amino-terminal.
Cada uno de los enlaces peptídicos (excepto los próximos a cada extremo) de una α-hélice
participan en esta trama de puentes de hidrógeno.

Cada vuelta sucesiva de la hélice, se une a las vueltas adyacentes, mediante tres a cuatro puentes
de hidrógeno, que sumados proporcionan a la estructura una estabilidad considerable. No to-
dos los péptidos pueden formar una α-hélice estable. Las interacciones que se producen entre
las cadenas laterales de los aminoácidos pueden estabilizar o desestabilizar esta estructura.

Por otra parte, en la lámina β, el esqueleto de la cadena polipeptídica se encuentra extendido


en zig zag, en lugar de plegarse como una hélice. Las cadenas polipeptídicas en zig zag pue-
den disponerse de manera adyacente, formando una estructura que se asemeja a una serie de
pliegues. En esta disposición, denominada lámina β plegada, se forman puentes de hidrógeno
entre segmentos adyacentes de la cadena polipeptídica.

Los segmentos individuales de esta conformación, normalmente están cercanos en la cadena


polipeptídica, pero también pueden estar muy distantes unos de otros respecto a la secuencia
lineal del polipéptido e incluso pueden pertenecer a segmentos de diferentes cadenas polipep-
tídicas (puentes de hidrógeno intercatenarios). Los grupos R de residuos adyacentes sobre-
salen de la estructura de zig zag en direcciones opuestas, dando lugar a un patrón alternante.

Las cadenas polipeptídicas adyacentes de una lámina β pueden ser paralelas, con la misma
orientación amino-carboxilo en el polipéptido o antiparalelas, con orientación opuesta
(fig. 4-9).

R
R

R R

R
R R
R
R

R R R

R R R

Fig. 4-9. Representaciones de una lámina beta plegada. A- Modelo molecular con esferas y varillas de una lámina β plegada,
con orientación antiparalela. Las líneas punteadas indican puentes de hidrógeno intra o intercatenarios entre los grupos C=O y
los grupos N-H. Los grupos R alternados en cada cadena polipeptídica, se extienden hacia lados opuestos de la lámina. B- Re-
presentación con flechas de láminas β plegadas antiparalela y paralela. Las hebras antiparalelas pueden estar conectadas por un
pequeño loop, mientras las hebras paralelas requieren una conexión de entrecruzamiento más extensa.

Cualquier conformación que no es α-hélice, ni lámina β plegada se considera loop o


al azar. Está estructura secundaria no debe ser despreciada, puesto que por ejemplo el
sitio activo de varias enzimas involucra la participación de uno o varios loops.

104
Estructura terciaria y cuaternaria

La disposición tridimensional global de todos los átomos de una proteína se conoce


como estructura terciaria.

Los aminoácidos que están alejados en la secuencia polipeptídica y que se encuentran


en estructuras secundarias diferentes, pueden interaccionar dentro de la estructura total-
mente plegada de una proteína. Los segmentos interaccionales de la cadena polipeptídica
se mantienen en su posición terciaria característica, gracias a diferentes interacciones en-
lazantes débiles y a veces mediante enlaces covalentes, tales como los puentes disulfuro
intra o intercatenarios. Si bien los puentes disulfuro son claramente mucho más fuertes
que las interacciones débiles individuales, son las interacciones débiles las que predomi-
nan como fuerza estabilizadora, debido a que son más numerosas (fig. 4-10).

Fig. 4-10. Fuerzas que mantienen la estructura terciaria. La proteína muestra una estructura terciaria globular que se esta-
biliza mediante: puentes de hidrógeno entre residuos próximos y puentes de hidrógeno entre residuos unidos a una molécula
de agua (1), uniones iónicas entre residuos próximos y por intermedio de un catión calcio (2), interacciones hidrofóbicas entre
residuos contiguos en el seno de la proteína (3), uniones covalentes como los puentes disulfuro (4). Note que los residuos implica-
dos en las interacciones figuran en código de tres letras. Se resaltan distintas estructuras secundarias y los extremos amino (N')
y carboxilo (C') terminales.

Desde el punto de vista termodinámico está favorecido el plegamiento de una proteína


en un medio acuoso, ya que esto implica un mayor desorden en las moléculas de agua
(ΔS>O, segunda ley de la termodinámica) ¡Agua, con furia y sin freno!...

La estructura terciaria puede dividirse en dos grandes grupos: proteínas fibrosas, que
presentan cadenas polipeptídicas dispuestas en largas hebras u hojas, y proteínas glo-
bulares, con las cadenas polipeptídicas plegadas en formas globulares o esféricas.

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Los dos grupos son estructuralmente diferentes: las proteínas fibrosas constan mayo-
ritariamente de un único tipo de estructura secundaria (fig. 4-11, A), mientras que las
proteínas globulares, contienen a menudo varios tipos de estructuras secundarias (fig.
4-11, B). Estos grupos difieren en su función ya que las estructuras que les dan soporte,
forma y protección externa a los vertebrados, están formadas por proteínas fibrosas
(por ejemplo: α-queratina y colágeno) mientras que la mayoría de las enzimas y proteí-
nas reguladoras, son globulares.

Fig. 4-11. Estructuras terciarias. A- Estructura del cabello. En el cabello se observa una disposición de muchos filamentos de
α-queratina (proteína fibrosa), formados por subestructuras como las desarrolladas en el esquema. B- Modelo de cinta molecular
de la mioglobina (proteína globular).

Algunas proteínas están formadas por dos o más cadenas polipeptídicas o subunidades,
que pueden ser idénticas o diferentes. La disposición de estas subunidades proteicas en
complejos tridimensionales constituyen la estructura cuaternaria de una proteína.

Una proteína multi subunidad se conoce como multímero, éstas pueden tener de dos a
cientos de subunidades. Un multímero con solo unas pocas subunidades se denomina
a menudo oligómero. Si un multímero está constituido por varias subunidades diferen-
tes, la estructura global de la proteína puede ser asimétrica y bastante complicada. Sin
embargo, la mayoría de los multímeros tienen subunidades idénticas o grupos repetidos
de subunidades no idénticas, a menudo dispuestas simétricamente. La unidad de repe-
tición estructural en este tipo de proteína multimérica, tanto si es una sola subunidad o
un grupo de subunidades, se denomina protómero.

Desnaturalización y plegamiento de las proteínas

Todas las proteínas son sintetizadas en una organela denominada ribosoma. En esta
organela se van formando las uniones peptídicas entre los aminoácidos, generando la
secuencia lineal o también llamada estructura primaria. Para alcanzar su conformación
nativa, este polipéptido debe plegarse durante y a continuación de su síntesis. La con-
formación nativa de una proteína es solo marginalmente estable. Cambios modestos
en el entorno de la proteína, pueden generar modificaciones estructurales, que a su vez
pueden afectar a la función biológica.

106
Las estructuras proteicas han evolucionado para funcionar en entornos celulares con-
cretos. Condiciones diferentes a las de la célula pueden provocar cambios en la estruc-
tura de la proteína.

La pérdida de la estructura tridimensional o conformación nativa, suficiente para origi-


nar la pérdida de la función biológica, se denomina desnaturalización.

El estado desnaturalizado no se equipara necesariamente con el desplegamiento completo


de la proteína y la pérdida total de la conformación. En la mayoría de las condiciones, las
proteínas desnaturalizadas existen en un conjunto de estados parcialmente plegados.

La mayoría de las proteínas se pueden desnaturalizar mediante calor, el cual afecta de una
manera compleja a las interacciones débiles de la proteína, principalmente a los puen-
tes de hidrógeno. Si la temperatura aumenta lentamente, la conformación de la proteína
permanece intacta hasta que tiene lugar una pérdida brusca de la estructura y función.
La brusquedad del cambio sugiere que el desplegamiento es un proceso cooperativo, en
donde la pérdida de estructura en una parte de la proteína desestabiliza otras partes.

La desnaturalización de las proteínas puede llevarse a cabo no solo por la acción del
calor, sino también por modificaciones en el pH, la acción de ciertos disolventes orgá-
nicos miscibles en agua (alcohol o acetona), la presencia de solutos (urea y cloruro de
guanidinio), altas concentraciones salinas o la acción de detergentes.

El tratamiento con cada uno de estos agentes desnaturalizantes³ puede considerarse


relativamente suave, en el sentido de que no se rompen enlaces peptídicos, ni puentes
disulfuro.

Algunos disolventes orgánicos y detergentes actúan rompiendo principalmente las inte-


racciones hidrofóbicas que forman el núcleo estable de las proteínas.

Los extremos de pH (agregado de ácidos y bases) alteran la carga neta de la proteína,


modificando el estado de ionización de los R, dando lugar a la aparición de repulsiones
electrostáticas y a la destrucción de algunos puentes de hidrógeno.

La urea, el alcohol, el cloruro de guanidinio y las sales secuestran el agua de la proteína


(deshidratación).

Los estados desnaturalizados obtenidos con estos diversos tratamientos no son necesa-
riamente equivalentes.

Algunas proteínas desnaturalizadas por el calor, extremos de pH u otros agentes des-


naturalizantes, son capaces de recuperar su estructura nativa y su actividad biológica si
son devueltas a condiciones en las que la conformación nativa es estable mediante un
proceso conocido como renaturalización.

Por último, es importante mencionar que no todas las proteínas, a medida que se sin-
tetizan en la célula, se pliegan espontáneamente. Para muchas de ellas, el plegamiento
está facilitado por la acción de proteínas especializadas. Las chaperonas moleculares
son proteínas que interaccionan con péptidos parcial o incorrectamente plegados, fa-

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cilitando rutas de plegamiento correctas o aportando microentornos en los que pueda
tener lugar el plegamiento.

Asociaciones de las proteínas ¡Un poco de libertinaje molecular!

Las proteínas son moléculas dinámicas cuyas funciones dependen, de modo casi inva-
riable, de las interacciones con otras biomoléculas. Se pueden dar asociaciones entre
proteínas o de éstas con otras biomoléculas. A continuación solo daremos a conocer al-
gunos ejemplos y como es la denominación de la estructura supramolecular resultante
de tal agrupación:

-Proteína con proteína: asociación de dos proteínas globulares α y β-tubulina, que dará
como resultado la formación de los microtúbulos presentes en el citoesqueleto de las
células eucariotas.

-Proteína con lípidos: la denominación general es lipoproteína. Por ejemplo: lipopro-


teínas de alta densidad (HDL) presentes en el plasma sanguíneo.

-Proteína con ácidos grasos: la proteína Src se une covalentemente a un ácido mirístico
(14:0) y de esta manera se ancla a la membrana plasmática.

-Proteína con azúcares: la denominación general es glicoproteína. Casi todas las pro-
teínas secretadas por las células son glicoproteínas. El arreglo de hidratos de carbono
confiere estabilidad frente a la actividad de las proteasas. Por ejemplo: los anticuerpos
o inmunoglobulinas⁴.

-Proteína con nucleótidos: las enzimas del tipo deshidrogenasas requieren de coenzi-
mas como el NADH o el FADH2. Por ejemplo: la lactato deshidrogenasa.

-Proteína con ácidos nucleicos: los ribosomas eucariotas son el resultado de la asocia-
ción entre 80 proteínas y 4 tipos diferentes de ARN ribosomales.

-Proteína con vitaminas: varias enzimas requieren de la unión a una vitamina para ser
funcionales. Por ejemplo: la biotina se une covalentemente a las apocarboxilasas.

-Proteína con el grupo hemo: la denominación general es hemoproteína. Por ejemplo:


hemoglobina, mioglobina, citocromos, etc.

Funciones de las proteínas

Las proteínas son el componente más abundante de cualquier ser vivo, considerando su
peso seco. Esto pone de manifiesto la gran funcionalidad de las proteínas. En la fig. 4-12
se resumen las múltiples funciones que presentan las proteínas, dando en cada caso
algunos ejemplos de proteínas relacionadas con tal función.

108
Fig. 4-12. Funciones de las proteínas. Reserva: la mioglobina almacena oxígeno en el músculo, la ferritina almacena hierro en
el hígado. Enzimática: casi todas las enzimas son de naturaleza proteica, la hexoquinasa es la primera enzima de la glucólisis.
Homeostática: el fibrinógeno participa en la cascada de coagulación sanguínea. Hormonal: la insulina y el glucagón son dos
hormonas antagónicas que regulan gran parte del metabolismo. Inmunológica: los anticuerpos son componentes humorales de
la inmunidad adaptativa, cumplen múltiples funciones. Buffer: evitan cambios bruscos de pH cuando hay ácidos y bases en el
medio. Transporte: la albúmina transporta ácidos grasos por la sangre. Reguladora: los factores de transcripción intervienen en
la expresión génica. Movimiento: la actina y la miosina forman parte del sarcómero (unidad mínima contráctil del músculo).
Estructural: el colágeno es la proteína más abundante del cuerpo humano, forma parte del tejido conectivo, es mil veces más
resistente que el acero.

¡Pablito clavó un clavito! ¿Qué clavito, clavó Pablito? ¡No todos las proteínas son enzi-
mas, ni todas las enzimas son proteínas!

Notas al pie:
1. Esta aclaración es para distinguirlos de los aminoácidos menos comunes, que son residuos modi-
ficados después de la síntesis de la proteína y de las otras muchas clases de aminoácidos presentes en
organismos, pero no en proteínas. Los aminoácidos no proteicos son aquellos que no están codificados
por el código genético, con lo cual, nunca los encontraremos formando parte de una proteína. Muchos
aminoácidos no proteicos cumplen funciones metabólicas importantes, como por ejemplo, la ornitina y
la citrulina (intermediarios del ciclo de la urea) y la taurina (un neurotransmisor), entre otros.
2. Por convención una secuencia aminoacídica se escribe empezando con el amino terminal N' desde la
izquierda, emulando el proceso de síntesis proteica en los ribosomas.
3. El beta mercaptoetanol, un agente reductor, rompe los puentes disulfuro (enlace covalente) presentes
en las proteínas, mediante una reacción de tipo redox.
4. El premio Nobel argentino Dr. Cesar Milstein, desarrolló la técnica del hibridoma, mediante la cual
se obtienen los anticuerpos monoclonales (mab), de gran utilidad tanto en la ciencia básica como en la
medicina.

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Autor:
Juan Burdisso
Las figuras de este capítulo son propiedad intelectual de:
Pablo Patini / Juan Burdisso

Capítulo 5

Enzimas
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar la lectura del siguiente capítulo, el estudiante será capaz de:
• Entender a las enzimas como catalizadores biológicos.
• Entender de dónde surgen sus nombres y cómo se clasifican.
• Identificar la información que nos brinda la Km (constante de Michaelis-Menten)
y qué factores modifican su valor.
• Comprender reacciones enzimáticas y dirección de vías metabólicas.

En todo ser vivo se producen constantemente innumerables reacciones químicas. Muchas


de ellas tienden a transformar las moléculas introducidas con los alimentos (nutrientes) a
fin de obtener energía y materia prima para la síntesis de nuevas estructuras moleculares.
Dicha síntesis, así como la degradación de los componentes celulares una vez cumplida su
vida útil¹, son también resultado de múltiples reacciones.

La velocidad y eficiencia con las cuales se realizan las transformaciones bioquímicas son
notables. Si se pretendiese repetirlas en el laboratorio, se comprobaría que solo ocurren si se
suministra calor, pH extremos, o grandes presiones, recursos incompatibles con la subsis-
tencia de las células.

Las condiciones reinantes de un ser humano son una temperatura de alrededor de 37°C, un
pH próximo a la neutralidad y una presión constante. En estas condiciones la mayor parte
de las reacciones transcurriría muy lentamente o no se produciría en absoluto. Sin embargo,
las reacciones químicas se realizan en los seres vivos a gran velocidad, gracias a la existencia
de catalizadores.

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Las enzimas son catalizadores biológicos

Un catalizador es un agente capaz de acelerar una reacción química, sin formar parte de
los productos ni consumirse en el proceso.

Según la teoría de las colisiones, para que dos sustratos (reactivos) reaccionen entre sí for-
mando un estado de transición y luego un producto, es menester que choquen en la orienta-
ción correcta y además con suficiente energía cinética (velocidad del impacto), algo bastante
improbable en un sistema gobernado por el azar.

Un choque en una orientación poco óptima puede ser compensado, si la energía del im-
pacto es lo suficientemente grande, llegando de igual manera al estado de transición y luego
resolviéndose a productos. La energía que hay que suministrarle a los reactivos para iniciar
la reacción y llevarlos al estado de transición es la energía de activación (Ea).

Los catalizadores aceleran las reacciones químicas, pues disminuyen la Ea. Los catalizadores
biológicos son las enzimas², la mayor parte son proteicas, aunque algunos tipos de ARN
tienen función catalítica (ribozimas).

La ventaja que ofrece una enzima, es que a través de un nicho (sitio activo) asiste a los reac-
tivos para que se posicionen correctamente, ahorrando parte de la energía y llegando más
fácilmente al estado de transición. Se evita de esta manera, un exceso de energía que even-
tualmente compensaría la orientación poco adecuada entre los reactivos (disminución de
Ea) (fig. 5-1).

Fig. 5-1. Gráfico mostrando el efecto de un catalizador sobre el diagrama de estado de transición de una reacción. Reacción
de combustión completa de la glucosa. La energía necesaria para llegar al estado de transición es menor en presencia de la enzi-
ma. Reacción con ΔG menor que cero, dado que la energía de los productos es menor que la de los reactivos.

Las enzimas son más eficientes que la mayoría de los catalizadores inorgánicos como el Pt,
Pd, Rb, entre otros y son altamente específicas pudiendo discriminar incluso entre reactivos
enantioméricos. Además las enzimas presentan múltiples formas de regulación de su acti-
vidad.

112
Nomenclatura y clasificación de las enzimas

Las enzimas suelen nombrarse agregando el sufijo “asa” al nombre del sustrato sobre el
cual actúan. Por ejemplo: la enzima amilasa cataliza una reacción sobre el sustrato almi-
dón. También suelen denominarse según el tipo de reacción catalizada, por ejemplo: las
deshidrogenasas y las descarboxilasas, catalizan la sustracción de hidrógenos y carboxi-
los del sustrato respectivamente. Algunas pocas enzimas tienen nombres arbitrarios.

La gran diversidad de las enzimas se clasifica en seis familias según el tipo de reacción
catalizada, con lo cual pueden agruparse en estas categorías:

1) Oxidorreductasas: catalizan reacciones de óxido-reducción (transferencia de


electrones e hidrógenos como hidruros) necesitando de la presencia de coenzimas
NADH o FADH2. Su nomenclatura corresponde con el nombre del sustrato sobre el
que actúan seguido del término deshidrogenasa (fig. 5-2).

Fig. 5-2. Oxidorreductasas. La lactato deshidrogenasa cataliza la oxidación del lactato a piruvato, mientras reduce la coenzima
NAD+. Note que la enzima también lleva a cabo la reacción en el sentido opuesto.

2) Transferasas: catalizan la transferencia de un grupo de átomos desde una molé-


cula a otra (fig. 5-3).

Fig. 5-3. Transferasas. Una transaminasa o aminotransferasa cataliza la transferencia del grupo amino desde un aminoácido
a un alfa cetoácido.

3) Hidrolasas: catalizan la ruptura de enlaces C-N, C-O, C-S y O-P por adición de
H2O es decir se produce una hidrólisis (fig. 5-4).

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Fig. 5-4. Hidrolasas. La arginasa cataliza la hidrólisis de la arginina formando urea y ornitina.

4) Liasas: catalizan la ruptura de enlaces C-C, C-N y C-S mediante un mecanismo dis-
tinto al de la hidrólisis. Algunas eliminan grupos del sustrato y forman dobles enlaces o
ciclos, o también pueden agregar grupos a enlaces dobles. Los nombres recomendados
incluyen, por ejemplo, las descarboxilasas, deshidratasas, aldolasas, cuando eliminan
CO2, agua o aldehído respectivamente (fig. 5-5).

Fig. 5-5. Liasas. La aldolasa divide a la fructosa 1,6-bifosfato en dos triosas fosfato. Note que la enzima también lleva a cabo la
reacción en el sentido opuesto.

5) Isomerasas: catalizan la interconversión de cualquier tipo de isómeros (fig. 5-6).

Fig. 5-6. Isomerasas. La triosafosfato isomerasa cataliza la conversión de gliceraldehído 3-fosfato en dihidroxiacetona
fosfato y viceversa.

114
6) Ligasas: catalizan la unión de dos moléculas, acoplada con la ruptura de un enlace
de alta energía del nucleósido trifosfato, ATP (fig. 5-7).

Fig. 5-7. Ligasas. La glutamina sintetasa actúa en la reacción entre el ácido glutámico y el amoníaco para formar glutamina. La
energía necesaria para la síntesis es provista por el ATP.

Naturaleza química

Algunas enzimas están constituidas exclusivamente por aminoácidos. Existen enzimas forma-
das por asociación de varias subunidades (estructura cuaternaria), es decir son oligómeros.
Frecuentemente las relaciones mutuas entre las subunidades tienen importancia funcional.

Coenzimas

Muchas enzimas realizan su función catalítica en presencia de otras moléculas, gene-


ralmente más pequeñas, no proteicas y denominadas coenzimas. Algunos autores las
denominan grupos prostéticos si la asociación de éstas con la enzima es de carácter
covalente. El complejo resultante se denomina holoenzima, donde la parte proteica se
llama apoenzima (termolábil y no dializable) y la parte no proteica relativamente pe-
queña se denomina coenzima (termoestable) en caso de ser una molécula orgánica o
cofactor si es de naturaleza inorgánica (fig. 5-8).

Fig. 5-8. Naturaleza química de las enzimas. Las holoenzimas resultan de la unión de una apoenzima con un componente no
proteico. Según la naturaleza química y la forma en la que está unido este componente no proteico al sitio activo distinguimos:
A- Cofactor, el Ca2+ se une mediante uniones iónicas. B- Grupo prostético, la biotina se une covalentemente. C- Coenzima, el
NADH se une de forma no covalente.

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Las coenzimas participan activamente en la reacción, por ejemplo, en las oxidorreduc-
tasas aceptan o ceden hidrógenos y electrones, mientras que en las transferasas aceptan
o ceden los grupos químicos. Muchas coenzimas derivan de vitaminas (como las del
grupo B) lo que demuestra la importancia fisiológica de las mismas y su ingesta.

En las holoenzimas, ni la coenzima, ni el cofactor son responsables de la especificidad


de la reacción, quedando esa función supeditada a la parte proteica (apoenzima). Por
ejemplo, las enzimas lactato deshidrogenasa, malato deshidrogenasa y glutamato des-
hidrogenasa utilizan NAD+ como coenzima (aceptora de hidruros) así como también
otras oxidorreductasas. Las oxidorreductasas, isomerasas y ligasas requieren de coen-
zimas.

Metaloenzimas

En algunas enzimas, la presencia de iones metálicos es indispensable para la acción ca-


talítica. Los iones metálicos contribuyen al proceso catalítico (actuando como cofactor)
por su capacidad de atraer o donar electrones. En otros casos los iones contribuyen al
mantenimiento de las estructuras terciarias y cuaternarias de la enzima.

Algunos ejemplos son:


-Fe: presente en la catalasa, peroxidasa, citocromos y hemoglobina. Este elemento puede
presentarse como hemínico y no hemínico.
-Cu: presente en la tirosinasa, ácido ascórbico oxidasa y citocromo oxidasa. Este elemento
se presenta como catión mono o divalente.
-Zn: presente en las enzimas alcohol deshidrogenasa y anhidrasa carbónica. Este elemen-
to se presenta como catión divalente.
-Mo: parte de la xantino oxidasa, otras oxidasas y deshidrogenasas.
-Mg: se requiere en enzimas que utilizan ATP como por ejemplo las quinasas. La forma
activa del ATP se encuentra unida al magnesio. El Mg2+ se coordina con las cargas nega-
tivas de los grupos fosfatos del ATP.
-Mn: indispensable en la acción de la acetil-CoA carboxilasa, desoxirribonucleasa y otras.
-Se: forma parte de la glutatión peroxidasa.
-Ca: indispensable en múltiples enzimas. Este elemento se presenta como catión divalente.

En todas las metaloenzimas, la eliminación del componente metálico determina la pér-


dida de la actividad biológica. Esto explica en parte el porqué de la gran toxicidad de los
metales pesados y metaloides (Hg2+, Pb2+ y As2+) para los sistemas biológicos, ya que los
mismos compiten y desplazan a los cofactores normales en las metaloenzimas. Además
los metales pesados tienen gran afinidad por los grupos -SH de las proteínas.

Catálisis enzimática

Según se ha mencionado, las enzimas aumentan la velocidad de reacción disminuyendo


la Ea. De esta manera, mayor número de moléculas alcanzan el estado de transición y
la transformación química se acelera. Si una enzima E cataliza la transformación de los
sustratos S en los productos P, primero se unen enzima y sustratos para formar el com-
plejo ES, el cual luego se disocia en enzima y productos (fig. 5-9).

116
Fig. 5-9. Representación esquemática de una reacción enzimática. La enzima (E) reconoce a los sustratos (S), formándose el
complejo ES y luego de la catálisis se obtienen los productos (P) y la enzima permanece inalterable.

Al finalizar la reacción, la enzima no muestra cambio alguno y puede nuevamente unir-


se a otras moléculas de sustrato. Ello explica por qué muy pequeñas cantidades de en-
zima aceleran enormemente la velocidad de reacción. La misma enzima es reutilizada
muchísimas veces.

Sitio activo

Para formar el complejo ES, el sustrato se fija a un lugar definido de la enzima. Esta región
de la enzima se conoce como sitio activo o catalítico y es donde se lleva a cabo la acción
catalítica (fig. 5-10).

Fig. 5-10. Representación esquemática del complejo ES. Se muestran distintos tipos de interacciones entre el sustrato y los resi-
duos aminoacídicos del sitio activo. Se discrimina entre los residuos de anclaje y el catalítico (centro activo).

El sitio activo posee residuos de unión al sustrato y residuos catalíticos. Al fijarse a los
primeros, el sustrato se dispone de manera tal que el enlace a ser modificado en la re-
acción queda próximo al residuo catalítico. Tanto la unión, como la acción catalizadora
exigen una conformación tridimensional altamente específica a nivel del sitio activo,

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en el cual las cadenas laterales de los restos aminoacídicos aportan grupos funcionales
esenciales.

El sitio activo es una agrupación de un número no muy grande de residuos aminoa-


cídicos, distribuidos espacialmente de manera precisa. Esta disposición se mantiene
gracias a la contribución de las estructuras (primaria, secundaria, terciaria y para los
oligómeros, cuaternaria) de la proteína.

En la formación del sitio activo participan restos aminoacídicos situados a veces en


posiciones distantes en la cadena polipeptídica, que convergen en una zona restringida
y se ubican en posiciones espaciales adecuadas, por los plegamientos y torsiones de la
cadena.

La unión del sustrato al sitio activo de la enzima comprende la formación de enlaces no


covalentes, tales como puentes de hidrógeno, enlaces iónicos e interacciones hidrofó-
bicas. Eventualmente pueden formarse uniones covalentes transitorias entre la enzima
y el sustrato.

Los grupos químicos del sitio activo capaces de interaccionar con el sustrato, están dis-
puestos en el espacio de tal modo que enfrentan a los grupos correspondientes del sus-
trato específico y lo fijan en la posición adecuada. Es decir, que el reconocimiento del
sitio activo con el sustrato requiere no solo de compatibilidad geométrica, sino también
de complementariedad de cargas.

La molécula de sustrato fijada al sitio activo de la enzima sufre una deformación en los
enlaces que han de ser afectados por la reacción y adquiere entonces un estado tenso o
de alta energía (estado de transición) cuya existencia es efímera y desde el cual rápida-
mente se forma él o los productos.

Hasta aquí se ha hecho referencia a un sustrato. Sin embargo, en muchas reacciones


químicas participan dos o más sustratos diferentes. En estos casos, el sitio activo ofrece
un nicho en el cual cada sustrato es ubicado en la posición y orientación más favorable
para reaccionar; se promueve así la formación del estado de transición, la reducción de
la Ea y el incremento de la velocidad de reacción.

A fines del siglo XIX, E. Fischer propuso una hipótesis en la cual homologaba la unión
del sustrato al sitio activo con el encaje recíproco de la llave y la cerradura. Actualmente
tiene más aceptación la hipótesis de Koshland de ajuste inducible, que considera a la
enzima como una estructura dotada de cierta plasticidad y flexibilidad.

Factores que modifican la actividad enzimática

A- Concentración de enzima: a mayor concentración de enzima mayor cantidad de


producto obtenido por unidad de tiempo (velocidad de reacción).

B- Concentración de sustrato: utilizando concentraciones de enzima constante y a


concentraciones muy bajas de sustrato, gran parte de las enzimas están libres, con lo
cual en esta etapa a mayor cantidad de sustrato se obtiene mayor formación de produc-
to (reacción de primer orden). Si sigue aumentando la concentración de sustrato, llega

118
un momento en el cual prácticamente todas las enzimas están ocupadas con sustrato,
se dice entonces que las enzimas están saturadas, esto se evidencia porque se alcanza un
estado estacionario en el cual la velocidad de reacción no varía. Todo aumento ulterior
en la concentración de sustrato ya no puede producir un incremento en la velocidad de
reacción (reacción de orden cero) (fig. 5-11).

Los estudios de cinética enzimática de Michaelis y Menten arrojaron importantes con-


tribuciones, una de ellas es la constante de Michaelis-Menten, “Km”. La Km correspon-
de a la concentración de sustrato con la cual la velocidad de reacción alcanza un valor
igual a la mitad de la máxima (fig. 5-11).

Fig. 5-11. Efecto de la concentración de sustrato [S] sobre la actividad enzimática. En el eje de abscisas se ha representado la
escala de concentraciones de sustrato; sobre el de ordenadas, la actividad enzimática. A bajas [S] aumenta proporcionalmente
la velocidad de reacción según aumenta la [S]. A altas [S] la velocidad de reacción prácticamente no varía (saturación de las
enzimas). Note que la Km se corresponde con la [S] a la cual se tiene la mitad de la velocidad máxima. [Enzima]= constante.

El valor de la Km sirve para caracterizar a las enzimas, sería algo así como su DNI.
Un valor de la Km bajo da cuenta de que el sitio activo está muy bien diseñado para
reconocer al sustrato, con lo cual la afinidad de la enzima por el sustrato es alta. A bajas
concentraciones de sustrato tendremos una velocidad de reacción notable. De manera
opuesta, un valor de la Km alto da cuenta de que el sitio activo no está muy bien dise-
ñado para reconocer al sustrato, con lo cual la afinidad de la enzima por el sustrato es
baja. A altas concentraciones de sustrato tendremos una velocidad de reacción notable.

C- Temperatura: para las enzimas de animales homeotermos, la temperatura óptima


está alrededor de los 37°C. La actividad disminuye bruscamente por encima y por de-
bajo de este valor. El calor produce bruscos cambios conformacionales en la enzima que
puede terminar con la desnaturalización de la misma.

D- pH: para la mayoría de las enzimas, la actividad óptima se encuentra entre pH 6 a 8.


Por debajo o por encima de estos valores, la velocidad de reacción cae más o menos rá-
pidamente. Los cambios de pH en el medio afectan el estado de ionización de los grupos

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funcionales de los residuos constituyentes de la enzima, como así también en el sustrato.
Recuerde que el complejo enzima sustrato depende no solo de un ajuste geométrico
preciso, sino también de la complementariedad de cargas. A pH extremos suelen desna-
turalizarse las enzimas, con lo cual hay pérdida de la actividad. Existen enzimas con pH
óptimos particulares: pepsina (pH=2), hidrolasas lisosomales (pH=5), etc.

Regulación de la actividad enzimática ¡No sos vos! ¡Soy yo!

La actividad de las enzimas en las células no es constante, todo lo contrario, se ajusta


a los requerimientos fisiológicos cambiantes de momento a momento. El sistema neu-
roendócrino a través de sus mensajeros químicos, gobierna en buena medida el meta-
bolismo. Las hormonas y los neurotransmisores al unirse a sus respectivos receptores
generan a través de vías de señalización la modificación de la actividad enzimática y
consecuentemente se modifica el flujo o velocidad de una vía metabólica. Muchas enzi-
mas aumentan o disminuyen su actividad en respuesta a distintos mecanismos, dentro
de los cuales destacan:

-Alosterismo.
-Modificación covalente.
-Inhibición (inhibidores competitivos).
-Proteólisis.

Considere que una enzima puede responder a más de un tipo de regulación.

A continuación se describen brevemente los principales mecanismos de regulación de


la actividad enzimática:

Alosterismo o regulación alostérica

Esta regulación se observa típicamente en enzimas constituidas por varias cadenas po-
lipeptídicas o subunidades (estructura cuaternaria) entre las cuales existe algún tipo de
comunicación. Cuando un regulador alostérico se une al sitio de regulación alostérica
(siempre distinto al sitio activo) presente en una subunidad, se produce un cambio con-
formacional que se transmite a las otras subunidades y modifica la capacidad del sitio
activo para reconocer al sustrato.

Un regulador alostérico positivo produce un aumento de afinidad del sitio activo por el
sustrato, disminuyendo la Km, con lo cual acelera la velocidad de reacción. En contraste
un regulador alostérico negativo disminuye la afinidad del sitio activo por el sustrato,
aumentando la Km, con lo cual la reacción es más lenta o no ocurre (fig. 5-12).

120
Fig. 5-12. Representación esquemática del alosterismo. A- Cuando el regulador alostérico negativo se une al sitio alostérico pro-
duce un cambio conformacional en la enzima, esto conlleva al aumento de la Km, por lo tanto el sitio activo pierde afinidad por
el sustrato (forma inactiva). La enzima está activa cuando no está unido al regulador alostérico negativo. B- La enzima sólo está
activa cuando el regulador alostérico positivo se encuentra en el sitio alostérico ya que este produce un cambio conformacional
en la enzima, lo que conlleva a una disminución de la Km.

Los cocientes ATP/ADP y NADH/NAD+ son indicativos de la cantidad de energía a


nivel celular. Así, cuando esas relaciones son bajas, la célula requiere de energía y ne-
cesita activar sus vías catabólicas. Mientras, que si esas relaciones son altas, la célula ya
dispone de suficiente energía, con los cual ha de frenar sus vías catabólicas. Consideran-
do esto, no nos debe sorprender que el ATP actúe como un regulador alostérico nega-
tivo en múltiples vías metabólicas. Por su parte, el NADH es un regulador alostérico
negativo para las deshidrogenasas del ciclo de Krebs. Típicamente, los reguladores
alostéricos negativos suelen ser los productos finales de una vía metabólica.

¡Una belleza! Las enzimas a través de sus sitios alostéricos van censando³ distintas mo-
léculas que le indican que tienen que cambiar sus velocidades de reacción acorde a la
demanda energética de la célula.

La lista de moléculas que son reguladores alostéricos es amplia. A continuación un


ejemplo donde una misma molécula tiene un efecto dual. La fructosa 2,6-bifosfato es
un regulador alostérico positivo de la Fosfofructoquinasa 1, mientras es un regulador
alostérico negativo de la Fructosa 1,6 bifosfatasa, con lo cual, en presencia de moléculas

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de fructosa 2,6-bifosfato se promueve la glucólisis, mientras se ralentiza la gluconeogé-
nesis. En ausencia de moléculas de fructosa 2,6-bifosfato tenemos la situación opuesta,
se ralentiza la glucólisis y se promueve la gluconeogénesis.

El alosterismo representa un mecanismo de regulación de la actividad enzimática rápi-


do y reversible.

Modificación covalente

Muchas enzimas son reguladas por la adición o remoción de grupos unidos covalente-
mente. Dentro de las modificaciones más habituales tenemos la fosforilación de enzi-
mas, que consiste en agregar un grupo ortofosfórico mediante una quinasa⁴ a residuos
de serina, treonina y tirosina en un proceso que consume ATP. En la desfosforilación
de enzimas, se remueve el grupo ortofosfórico mediante una hidrólisis sin consumo de
ATP, evento catalizado por una fosfatasa⁵ (fig. 5-13).

Dependiendo de la enzima en cuestión, esta puede estar activa en su forma fosforilada


o desfosforilada. Ejemplo: las principales enzimas del metabolismo del glucógeno es-
tán reguladas por fosforilación y desfosforilación. Se promueve la síntesis de glucógeno
(glucogenogénesis) y no su degradación (glucogenólisis), cuando la glucógeno sintetasa
está activa (desfosforilada), mientras que su contraparte la glucógeno fosforilasa está
inactiva (desfosforilada). Contrariamente, cuando la glucógeno sintetasa está fosforila-
da se inactiva, mientras que la glucógeno fosforilasa se activa cuando está fosforilada,
esta situación promueve la degradación de glucógeno, mientras se inhibe la síntesis del
mismo.

Fig. 5-13. Representación esquemática de la fosforilación y desfosforilación de una enzima. La quinasa mediante gasto de
ATP fosforila a la enzima en alguno de los tres residuos fosforilables (serina, treonina y tirosina). La fosfatasa mediante hidrólisis
desfosforila a la enzima.

Existen enzimas cuya actividad está modulada por la unión covalente de otros grupos,
por ejemplo: metilación, acetilación, ubiquitinación, etc.

La modificación covalente representa un mecanismo de regulación de la actividad en-


zimática rápido y reversible.

122
Inhibición

Se conocen inhibidores irreversibles⁶ y reversibles. Los inhibidores reversibles pueden


actuar de tres maneras posibles: competitiva, no competitiva y anticompetitiva. Aquí
solo se explicará cómo actúa un inhibidor competitivo.

Inhibidor competitivo

Por lo general el inhibidor presenta similitud estructural con el sustrato y ambos com-
piten por el sitio activo de la enzima. La inhibición de este tipo es revertida aumentan-
do la concentración de sustrato y/o disminuyendo la concentración de inhibidor com-
petitivo. De esta manera el sustrato le “gana” al inhibidor desplazandolo del sitio activo.
Ejemplo: la citrato sintasa quien tiene como reactivos al acetil-CoA y al oxalacetato
(ácido dicarboxílico) y es inhibida competitivamente por el producto de la reacción, el
citrato (ácido tricarboxílico).

Proteólisis

La proteólisis implica la hidrólisis⁷ de un enlace peptídico, proceso catalizado por una


proteasa. Este mecanismo de regulación de la actividad enzimática es irreversible, pues-
to que una vez que se degrado o clivo la enzima claramente se ha perdido la actividad
enzimática. En este caso, la única forma de volver a tener actividad enzimática es fabri-
cando una nueva enzima. La síntesis de una nueva enzima (proteína) es un mecanismo
que actúa a nivel genético, es lento y consume mucha energía.

Algunas proteínas al ser clivadas no pierden la actividad enzimática, todo lo contrario


se activan. Un ejemplo de esto son los zimógenos.

Zimógenos

Algunas enzimas se sintetizan en las células de origen, en la forma de precursores inac-


tivos llamados zimógenos. En la mayoría de los casos, estos precursores son proteínas
simples que se convierten en la enzima activa luego de un proceso de proteólisis.

Son zimógenos las procaspasas, el angiotensinógeno, algunos componentes de los jugos


digestivos (tripsinógeno, pepsinógeno, etc), la mayor parte de las proteínas de la coa-
gulación sanguínea y algunas de las proteínas del sistema del complemento. Ejemplo:
las procaspasas están presentes en las células eucariotas. Una vez clivada la procaspasa a
caspasa se activa la apoptosis o muerte celular programada. El estímulo que induce esta
activación puede ser tanto fisiológico como patológico.

Los zimógenos representan un ejemplo de regulación irreversible de la actividad enzimática.

Isoenzimas

En un organismo e incluso en una célula, pueden existir enzimas diferentes que cata-
lizan la misma reacción. Estas se denominan isoenzimas⁸. La presencia de isoenzimas
otorga al organismo gran flexibilidad fisiológica, ya que cada órgano produce las formas
más aptas para sus requerimientos específicos. Ejemplo:

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Las isoenzimas hexoquinasa y glucoquinasa, catalizan la reacción de transferencia de un
grupo fosfato desde el ATP a la glucosa para formar glucosa 6-fosfato. Destacamos que
se encuentran en órganos diferentes, la glucoquinasa es exclusiva del hígado, mientras
que la hexoquinasa está en tejidos extrahepáticos. Están codificadas por genes distintos
y presentan distinta Km. El valor de la Km es alto para la glucoquinasa, mientras que es
bajo para la hexoquinasa. Tienen mecanismos regulatorios diferentes, la hexoquinasa
tiene como regulador alostérico negativo al producto de la reacción glucosa 6-fosfato,
mientras que la otra isoenzima no.

Gracias a las diferencias entre estás isoenzimas, fundamentalmente sus localizaciones


y Km, es que podemos disponer de glucosa para los órganos esenciales (SNC) cuan-
do estamos en hipoglucemia (baja concentración de glucosa en sangre). La glucosa se
guarda en el hígado cuando estamos en hiperglucemia (alta concentración de glucosa
en sangre).

La glucosa se distribuye eficientemente en el organismo, gracias a una serie de even-


tos, entre los cuales destacan: las distintas afinidades y localizaciones de los GLUT, por
ejemplo los GLUT 4 están en los tejidos insulinodependientes y responden a la insulina.
La presencia de isoenzimas, la saturabilidad de las enzimas y la regulación de la activi-
dad enzimática (que depende en parte del sistema neuroendócrino). Para más detalle
ver el capítulo de Estructura y metabolismo de los hidratos de carbono.

Reacciones enzimáticas reversibles e irreversibles ¡Yo te prefiero irreversible! Casi


intocable…

El conocimiento de la ubicación de una vía metabólica y la enumeración de sus sustra-


tos y productos, no necesariamente revela cómo funciona una vía como parte de una
red más grande de procesos bioquímicos interrelacionados. También es necesario apre-
ciar la rapidez de la vía para generar su producto final y como está regulada la actividad
de la vía en la medida en que cambian las necesidades de la célula.

Muchas de las reacciones metabólicas son reversibles (fig. 5-14).

Fig. 5-14. Representación esquemática de una reacción enzimática reversible. La anhidrasa carbónica cataliza la reacción
entre el dióxido de carbono (A) y el agua (B) dando ácido carbónico (C). A su vez, convierte el ácido carbónico (C) en dióxido
de carbono (A) y agua (B). La enzima no interviene en las reacciones de disociación del ácido carbónico dando bicarbonatos,
carbonatos e hidronios.

En este tipo de reacciones, el equilibrio químico puede revertirse fácilmente variando


la relación entre los reactivos y los productos. Cuando los reactivos están en exceso
respecto de sus concentraciones de equilibrio, la reacción neta procede en la dirección

124
de izquierda a derecha, hasta que el exceso de reactivos se convierte en productos y se
alcanza el nuevo equilibrio. Por el contrario, cuando los productos están en exceso, la
reacción neta procede en la dirección inversa (de derecha a izquierda) de modo de con-
vertir a los productos en reactivos hasta que se alcanza el nuevo equilibrio.

Las enzimas que catalizan las reacciones reversibles tienden a actuar con rapidez para resta-
blecer las concentraciones de equilibrio, y las velocidades netas de esas reacciones dependen
exclusivamente de las concentraciones relativas de los sustratos y los productos.

Otras reacciones metabólicas funcionan lejos del equilibrio, esto quiere decir que son
irreversibles (fig. 5-15).

Fig. 5-15. Representación esquemática de una reacción enzimática irreversible. La glucoquinasa cataliza la reacción entre
la glucosa (A) y el adenosín trifosfato (B) dando glucosa 6-fosfato (C). La enzima no puede llevar a cabo la reacción en el
sentido opuesto.

En este caso, la enzima transforma los reactivos en productos y no puede volver a generar a
partir de los productos los reactivos. Este tipo de enzimas es insensible a la concentración de
productos, es decir, por más que se aumente la cantidad de producto, éste nunca será trans-
formado nuevamente en reactivo, con lo cual no se restablece un nuevo equilibrio.

En otras palabras, los cambios en las concentraciones de los sustratos tienen un efecto
relativamente pequeño sobre la velocidad de una reacción irreversible. Solo los cambios
en la actividad de la enzima, por ejemplo, por medio de reguladores alostéricos y/o mo-
dificación covalente pueden alterar esta velocidad en grado significativo.

Estas enzimas suelen estar ubicadas estratégicamente en las vías metabólicas y por lo general
son las primeras en la vía. Existen vías metabólicas con múltiples reacciones irreversibles,
mayormente, todas ellas regulables y determinantes de la direccionalidad de la ruta.

Sistemas multienzimáticos ¡Un pasamanos molecular!

Las enzimas pueden encontrarse libres en el citosol, incluidas en organelas o integra-


das en estructuras de membranas. En algunos casos, se forman complejos organizados,
constituidos por varias enzimas diferentes cuyas acciones se complementan. Esto se
conoce como complejos o sistemas multienzimáticos ordenados de tal modo que el
producto de la reacción catalizada por la primera enzima, es recibido como sustrato por
la segunda y así sucesivamente. La gran ventaja de estos sistemas es el aumento en las
velocidades de reacción, ya que los sustratos no difunden fuera del sistema. Además,
estos sistemas multienzimáticos evitan reacciones cruzadas y son fácilmente regulables.
Ejemplos de sistemas multienzimáticos son: los componentes de la cadena de transpor-
te de electrones y la piruvato deshidrogenasa, entre otros.

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Enzimas anormales por alteraciones genéticas

Los denominados errores congénitos del metabolismo, también conocidos como me-
tabolopatías o enzimopatías se deben usualmente a una falla en la vía metabólica de un
determinado compuesto. En este caso una mutación conlleva a la falta o disminución en
la actividad de una enzima. Consecuentemente, se acumulan reactivos y no se forman
productos. El desarrollo de la enfermedad puede estar dado tanto por la acumulación
de reactivos, la falta de productos o ambas cosas. Es menester, primero entender la bio-
química convencional para luego pasar a la bioquímica patológica.

Notas al pie:
1.Todas las biomoléculas tienen una vida útil, la misma es muy variable, pudiendo ir desde algunos
segundos hasta meses.
2. Representadas como un pacman en todas las reacciones bioquímicas del presente manual.
3. ¡Cualquier similitud con todos los sensores que nos rodean en esta era de la humanidad es pura coin-
cidencia! ¡Diría más bien que estos avances tecnológicos se basan en la biomimética!
4. Las proteínas quinasas también pueden fosforilar hidratos de carbono y lípidos.
5. Las proteínas fosfatasas también pueden desfosforilar hidratos de carbono y lípidos.
6. Inhibidores irreversibles: producen cambios permanentes en la enzima, con deterioro definitivo de
su capacidad catalítica. En este grupo, tenemos moléculas que por su semejanza estructural con el sus-
trato, pueden ocupar el sitio activo de la enzima y transformarse en productos. Estos productos forman
uniones covalentes con la enzima y bloquean irreversiblemente el sitio activo. Un ejemplo es la droga
alopurinol, inhibidor de la xantina oxidasa, utilizada en el tratamiento de la gota.
7. Hidrólisis: ruptura de enlace covalente mediante la adición de una molécula de agua (en general el
proceso requiere de una enzima). Las proteólisis implica hidrolizar proteínas, mientras en la lipólisis se
hidrolizan triacilglicéridos.
8. En el laboratorio clínico, la presencia de isoenzimas es de gran utilidad para el diagnóstico de enfer-
medades relacionadas con daños a diferentes tejidos.

126
Autor:
Juan Burdisso
Las figuras de este capítulo son propiedad intelectual de:
Pablo Patini / Juan Burdisso

Capítulo 6

Introducción al metabolismo
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar la lectura del siguiente capítulo, el estudiante será capaz de:
• Entender las reacciones de óxido reducción y su relación con la bioenergética.
• Referido a las coenzimas: conocer su estructura química y funciones biológicas.
• Referido al ATP: comprender sus procesos de síntesis y su rol como la principal mo-
neda energética.
• Referido al metabolismo: comprender las principales características de las reacciones
anabólicas y catabólicas, anfibolismo, encrucijadas metabólicas, rol del ciclo de Krebs
catabólico como vía oxidativa central.
• Conocer las diversas estrategias metabólicas que tienen los seres vivos.
• Articular las leyes de la termodinámica con los sistemas biológicos.

Los seres vivos somos sistemas abiertos que intercambiamos permanentemente materia
y energía con el medio ambiente que nos rodea.

¿Por qué tenemos que alimentarnos? La respuesta parece bastante obvia, hay que producir
energía y además hay que reponer las moléculas que se nos van rompiendo, entre otras
cosas. Discutiremos aquí conceptos introductorios que nos servirán para entender el me-
tabolismo.

Una parte de los nutrientes contenidos en los alimentos se usan para sintetizar nuestras
biomoléculas. Esta construcción molecular o anabolismo está determinada genéticamente,
esto explica por qué al comer una lechuga o un cerdo, no desarrollamos ni hojas ni una cola
en espiral. Utilizamos los mismos “ladrillos” pero la secuencia en la que los ordenamos es
distinta y eso viene determinado por el código genético.

Una parte de los nutrientes calóricos que incorporados con la dieta se oxida o degrada gra-
cias al catabolismo permitiéndonos de esta manera la producción de “ATP”, el cual repre-
senta la “moneda energética” en todos los seres vivos.

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“El proceso por el cual las moléculas biológicas se degradan1 y sintetizan forma una
compleja, aunque muy regulada, red de reacciones enzimáticas que dependen unas
de otras y que en su conjunto se conocen como el metabolismo”.

La comprensión de la composición química y las estructuras tridimensionales de las


moléculas biológicas no es suficiente para entender cómo se ensamblan dentro de los
organismos o cómo funcionan para mantener la vida. Por lo tanto, debemos examinar
las reacciones por medio de las cuales se sintetizan y degradan estas moléculas.

También, debemos considerar cómo se genera el ATP a partir de la oxidación de los


nutrientes calóricos (hidratos de carbono, lípidos y proteínas) y como el consumo del
mismo impulsa las reacciones anabólicas y permite además la realización del trabajo
mecánico.

Tanto en el anabolismo como en el catabolismo las reacciones de óxido-reducción tie-


nen un papel destacado. A continuación desarrollamos el concepto de reacciones redox.

Oxidación y reducción, reacciones redox

Un átomo, ión o molécula se oxida cuando pierde electrones, tal como se muestra en la
fig. 6-1 (reacciones de izquierda a derecha).

Fig. 6-1. Reacciones redox. A- Reacciones de oxidación: la plata en estado elemental (Ag0) pierde un electrón dando el catión
plata (Ag+). El catión cuproso (Cu+) pierde un electrón dando el catión cúprico (Cu2+). Reacciones de reducción: el catión plata
(Ag+) gana un electrón dando plata elemental (Ag0). El catión cúprico (Cu2+) gana un electrón dando el catión cuproso (Cu+).
B- La molécula de lactato se oxida (perdiendo hidrógenos y ganando un doble enlace, en definitiva perdiendo electrones) dando
piruvato. La reacción en sentido inverso corresponde a la reducción del piruvato (perdiendo un doble enlace y ganando hidróge-
nos, en definitiva ganando electrones) dando lactato.

Mientras un átomo, ión o molécula se reduce cuando gana electrones, fig. 6-1 (reaccio-
nes de derecha a izquierda).

Podemos decir que una molécula se oxida cuando gana oxígeno y/o gana un doble
enlace y/o pierde hidrógenos. Mientras la pérdida de oxígeno y/o pérdida de un doble
enlace y/o ganancia de hidrógenos corresponde con una reducción.

Conviene destacar que oxidación y reducción siempre van acopladas, pues en toda
reacción en la cual una sustancia se oxida, simultáneamente hay otra que se reduce.

128
Los electrones cedidos por una sustancia deben necesariamente ser captados por otra,
puesto que los electrones no pueden quedar libres. Por ello se habla de reacciones de
óxido-reducción o redox.

Oxidaciones biológicas, bioenergética

Gran parte de los sustratos que se oxidan en el organismo sufren deshidrogenaciones


(remoción de hidruros, H-). Las reacciones de deshidrogenación son catalizadas por
oxidorreductasas específicas para cada sustrato. Los hidruros son captados por la coen-
zima, un nucleótido de nicotinamida (NAD+ o NADP+) o una flavina (FAD).

Coenzimas NAD+ y FAD ¡Los cheques moleculares!

Dos de los transportadores de electrones de alta energía más comunes en las células
son las coenzimas nicotinamida adenina dinucleótido (NAD+) y flavina adenina dinu-
cleótido (FAD). La porción nicotinamida del NAD+ (y su contraparte del NADP+) es el
sitio de la reducción reversible, que se produce formalmente como la transferencia de
un ión hidruro (H-) proveniente de la oxidación de los nutrientes calóricos (fig. 6-2).

Fig. 6-2. Reacciones redox en la coenzima nicotinamida adenina dinucleótido. En la molécula de NAD+ se resalta en gris el
anillo que forma parte de la nicotinamida, el mismo experimenta una reducción al ganar un hidruro (H+ + 2e-), se obtiene la
molécula de NADH. Note que ha desaparecido la carga positiva del N. La reacción en sentido opuesto corresponde a la oxidación
del NADH dando NAD+ más un hidruro.

De la misma manera que un cheque se cambia por dinero en el banco, las coenzimas
reducidas NADH y FADH2 serían como “cheques” que se cambian en la mitocondria
(banco) por monedas energéticas, ATP (dinero).

En forma resumida podemos decir que los electrones contenidos originalmente en los
nutrientes calóricos pasan a las coenzimas NAD+ y FAD presentes en las oxidorreducta-
sas, de allí a los complejos respiratorios ubicados en la membrana mitocondrial interna
para finalmente reducir el O2 a H2O. Entendemos porque se dice que el metabolismo

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procede “paso a paso”. En definitiva estamos en presencia de un pasamanos de electro-
nes o dicho de otra forma ¡generando una corriente continua! De este modo, la energía
se libera en forma gradual y puede ser captada eficientemente por la célula bajo la forma
de ATP.

¿Por qué se necesita de un pasamanos electrónico y no se transfirieron los electrones


directamente de las coenzimas al O2?

La reacción redox entre el NADH y el O2, es altamente exergónica y produce una libe-
ración brusca de energía no aprovechable por la célula. Además se generaría tanto calor
que esto sería incompatible con la vida.

Los nutrientes más reducidos2 son los que tienen mayor cantidad de hidrógenos, de
allí su mayor rendimiento energético3. Al oxidarse completamente hasta CO2 generan
gran cantidad de coenzimas reducidas, las cuales luego entregan sus electrones y proto-
nes a la cadena respiratoria generando de esta manera gran cantidad de ATP. Conside-
rando esto, entendemos porqué el rendimiento energético de los lípidos es 9 kcal/gr,
mientras que los hidratos de carbono y aminoácidos rinden 4 kcal/gr.

Los electrones transportados por el FADH2 son energéticamente inferiores a los del
NADH, es por eso que rinden menos ATP, 2 ATP por par de electrones aportados por
el FADH2 vs 3 ATP por par de electrones cedidos por el NADH.

Algunas consideraciones extras. Si bien el NAD+ y el NADP+ son estructuralmente bas-


tante similares4, difieren notablemente en cuanto a su función biológica. Los hidruros
transportados por el NADPH no suelen ir a la cadena respiratoria mitocondrial, en su
lugar representan poder reductor esencial en las reacciones anabólicas.

Se requiere de NADPH para la síntesis de compuestos como los ácidos grasos, los este-
roides, entre otros. Además, el poder reductor aportado por el NADPH es importante
a la hora de revertir las oxidaciones biológicas dadas por las especies reactivas del oxí-
geno (ROS) que conllevan al envejecimiento y muerte celular.

Otra diferencia notable entre ambas coenzimas, es que los hidruros que transporta el
NADPH son obtenidos casi exclusivamente a través de la vía de las pentosas fosfato. En
contraste, los hidruros transportados por el NADH pueden provenir de distintas vías
metabólicas, entre las cuales destacan: la glucólisis, la descarboxilación oxidativa del
piruvato, el ciclo de Krebs, la beta oxidación, entre otras.

Cabe resaltar que las funciones metabólicas del NAD+, y FAD exigen una reducción
reversible de modo que puedan aceptar electrones, pasarlos a otros transportadores de
electrones y en consecuencia, regenerarse para participar en otros ciclos de oxidación
y reducción.

Compuestos de “Alta energía”

El metabolismo oxidativo procede “paso a paso”, cada uno de estos pasos catalizado
por una enzima, por lo tanto, la energía que se va liberando puede recuperarse en una
forma controlada en cada paso exergónico del proceso global.

130
Estos “paquetes” de energía se conservan mediante la síntesis de unos pocos tipos de
intermediarios de “alta energía” cuya ulterior degradación exergónica conduce los pro-
cesos endergónicos.

Por consiguiente, estos intermediarios forman una especie de “moneda energética”, o


“energía útil”, mediante la cual las reacciones que producen energía (catabolismo), como
son la oxidación de la glucosa o de los ácidos grasos, “pagan por” los procesos que con-
sumen energía (anabolismo), como son la síntesis de una proteína o el trabajo mecánico.

La principal moneda energética en todos los seres vivos es la molécula de adenosina


trifosfato (ATP).

El ATP ¡La moneda energética!

El compuesto de alta energía de mayor importancia es la adenosina trifosfato (ATP). En


el ATP los enlaces anhídrido fosfórico entre los restos fosforilo segundo (β) y tercero (γ)
y entre el primero (α) y el segundo (β) tienen alta energía libre de hidrólisis (fig. 6-3).

Fig. 6-3. Estructura del adenosín trifosfato (ATP). La molécula de adenosina trifosfato está constituida por la base nitrogenada
adenina, el azúcar ribosa y tres grupos fosfatos (α, β y γ). Se muestran: el nucleósido adenosina y los nucleótidos adenosina
monofosfato (AMP) y adenosina difosfato (ADP). Note que el ATP es un nucleósido trifosfato. Los enlaces fosfoanhídridos son
altamente energéticos.

Además del ATP, otros compuestos de “alta energía” son esenciales para el metabolismo
energético, en parte porque ayudan a mantener un nivel relativamente constante de ATP
celular, un ejemplo de ello es la fosfocreatina de la vía de los fosfágenos.

El ATP se hidroliza y regenera continuamente, una persona promedio en reposo, consu-


me y regenera una cantidad de 40 Kg de ATP/día y durante un ejercicio intenso, el gasto
puede llegar a 1/2 Kg de ATP/minuto ¡SÍ, increíble! No estamos frente a un error de tipeo.

Así como el ATP conduce a las reacciones endergónicas a través del proceso exergónico
de la transferencia del grupo fosforilo y de la hidrólisis del enlace fosfoanhídrido, el ATP
puede regenerarse solo por medio del acoplamiento de su formación a un proceso meta-
bólico más exergónico. ¿Cuáles serán estos procesos tan exergónicos?

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Mecanismos productores de ATP

En los seres vivos existen solo dos maneras de producir ATP, estos procesos se conocen
como la fosforilación a nivel del sustrato (FANS) y la fosforilación oxidativa (FO).

-En la FANS una enzima transfiere un grupo fosfato desde un compuesto de muy alta ener-
gía como son el fosfoenolpiruvato, el 1,3-bisfosfoglicerato y la fosfocreatina hasta el ADP
de manera que genera ATP. Ejemplos de este mecanismo productor de ATP se dan en la
glucólisis y en la vía de los fosfágenos. La fosfocreatina representa una especie de “backup” o
reserva de fosfatos, listos para ser transferidos al ADP cuando se necesite.

-En tanto en la FO, la ATP sintetasa o sintasa, en un mecanismo de rotación molecular


dependiente de un flujo direccional de H+ permite la unión covalente entre un ADP y un Pi
generando un ATP. Este proceso requiere obligatoriamente del acoplamiento con la cadena
respiratoria. Consejo: vaya familiarizándose con la estructura y funciones de la mitocondria
puesto que la veremos más de una vez en el manual.

Metabolismo

El metabolismo, es el proceso global a través del cual los sistemas vivientes adquieren y utilizan
la energía libre para llevar a cabo sus diversas funciones, se divide usualmente en dos partes:

Catabolismo, o degradación oxidativa, en la que los nutrientes se degradan para generar


energía química fácilmente utilizable (ATP) y eventualmente poder reductor (NADPH).

Anabolismo, o biosíntesis reductiva, en la cual las biomoléculas se sintetizan a partir de


componentes más simples.

Los procesos exergónicos (catabólicos) y endergónicos (anabólicos) a menudo están acopla-


dos por medio de la síntesis de compuestos intermediarios de “alta energía” como el adenosín
trifosfato (ATP). Las vías catabólicas y anabólicas se relacionan entre sí, tal como se muestra en
la fig. 6-4, donde se esquematiza de manera simplificada el metabolismo5.

Fig. 6-4. Esquema simplificado del metabolismo. Catabolismo: una molécula compleja como la glucosa experimenta reacciones
de oxidación, dando como resultado moléculas simples de dióxido de carbono. En el proceso se sintetizan ATP y coenzimas
reducidas, además se libera calor. Anabolismo: moléculas simples de dióxido de carbono experimentan reacciones de reducción,
dando una molécula compleja de glucosa. En el proceso se hidroliza ATP y se oxidan coenzimas. Note que las reacciones catabó-
licas se caracterizan por ir del orden al desorden, mientras en las reacciones anabólicas se va del desorden al orden. Si algo callé,
es porque entendí todo, menos la distancia, desordené, átomos tuyos para hacerte aparecer…

132
En las vías catabólicas, los metabolitos complejos se degradan a productos más simples
en forma exergónica. La energía que se libera en este proceso de degradación oxidativa
se conserva en parte mediante la síntesis de ATP o por la reducción de la coenzima
NADP+ a NADPH. El hecho de que sea exergónico implica la producción de calor (Q),
necesario para mantener la temperatura corporal.

En tanto, en las vías anabólicas se llevan a cabo los procesos opuestos, unos pocos me-
tabolitos simples sirven como materiales de partida para la biosíntesis reductiva de una
amplia variedad de productos complejos, típicamente aquí se consume ATP y equiva-
lentes de reducción aportados por el NADPH.

Existen algunas vías metabólicas que pueden actuar tanto de manera anabólica como
catabólica, es decir son anfibólicas. Un ejemplo de ello es el ciclo de Krebs.

Una característica sobresaliente del metabolismo degradativo es que las vías catabólicas
de un gran número de moléculas diversas, entre ellas los hidratos de carbono, lípidos,
cuerpos cetónicos y proteínas, convergen en unos pocos intermediarios comunes, los
cuales constituyen las encrucijadas metabólicas, el ejemplo más notable es la molécula
de acetil-CoA (fig. 6-5).

La ulterior oxidación del grupo acetilo unido a la Coenzima A se consigue mediante el


ciclo de Krebs catabólico. Aquí el acetilo se oxida dando dos CO2. A la par se reducen
tres coenzimas NAD+ y un FAD y se genera un GTP.

El ciclo de Krebs catabólico es considerado la “vía oxidativa central” del metabolismo


y produce la gran mayoría de las coenzimas reducidas NADH y FADH2.

Cuando se oxidan las coenzimas NADH y FADH2 pasan sus electrones a la cadena
respiratoria para finalmente reducir el O2 a H2O. Este movimiento direccional o flujo
de electrones (corriente continua) se utiliza para generar un gradiente electroquímico
de H+ en el espacio intermembranoso de la mitocondria. El mismo es conocido como
fuerza protón-motriz y constituye la fuerza impulsora para que la ATP sintetasa me-
diante FO genere a partir de ADP + Pi el preciado ATP (fig. 6-5).

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Fig. 6-5. Visión general del metabolismo. Los metabolitos complejos son degradados hasta sus unidades monoméricas, princi-
palmente glucosa, aminoácidos y ácidos grasos. El catabolismo de estas moléculas genera coenzimas reducidas y el intermediario
común acetil-CoA. El grupo acetilo unido a la Coenzima A se oxida a CO2 a través del ciclo de Krebs con la reducción simultánea
de NAD+ y FAD. La oxidación de NADH y FADH2 a través de la cadena de transporte de electrones acoplado a la FO produce
H2O y ATP. Note que parte del ATP se produce mediante FANS (glucólisis y ciclo de Krebs). Otras vías metabólicas: el acetil-CoA
es precursor para la síntesis de ácidos grasos, colesterol y cuerpos cetónicos, entre otros.

Distintas estrategias metabólicas

Como vimos, los seres vivos necesitan oxidar algún tipo de compuesto, a quien nom-
braremos dador de electrones, para de esta manera hacer andar a la cadena respiratoria,
la cual permite la formación de un gradiente electroquímico de H+ y el accionar de
la ATP sintetasa (producción de ATP). Por otra parte, recordando la definición de las
reacciones redox, es claro que algún tipo de compuesto recibirá finalmente esos electro-
nes, a este lo nombraremos como el aceptor final de electrones.

Teniendo en cuenta la naturaleza química del dador de electrones distinguimos:

-Los seres vivos quimiorganótrofos que oxidan moléculas orgánicas. Las moléculas or-
gánicas pueden estar parcialmente reducidas (por ejemplo los hidratos de carbono y los
aminoácidos) o totalmente reducidas (por ejemplo los lípidos).

-Los seres vivos quimiolitótrofos que oxidan compuestos inorgánicos, como son el
SH2, NH3, Sº, Fe2+, etc.

134
Teniendo en cuenta la naturaleza química del aceptor final de electrones distinguimos:

-Los seres vivos que hacen respiración aeróbica, en donde el aceptor final de electrones
es el O2 quien se reduce a H2O.

-Los seres vivos que hacen respiración anaeróbica, en donde el aceptor final de elec-
trones es alguien distinto al O2, pudiendo ser entre otros el SO42-, NO₃-, Fe3+, CO2 e
incluso moléculas orgánicas como el dimetilsulfóxido.

Teniendo en cuenta esto ¿Cuáles de estas categorías le corresponden a los seres humanos?

¡Acertó si su respuesta fue quimiorganótrofos y respiración aeróbica!

Un mecanismo alternativo de producción de ATP, sin que intervenga la cadena respira-


toria, el gradiente electroquímico de H+ y la FO, es la fermentación. Existen distintos
tipos de fermentación6, una de ellas es la homoláctica, que se da en los humanos.

Independientemente del tipo de fermentación, todas tienen en común que el dador y


el aceptor final de electrones es una molécula orgánica. El producto final de muchas
fermentaciones usualmente es un ácido orgánico, con lo cual acidifican el medio y pro-
ducen poco ATP a expensas de la FANS.

Cerrando la sección de distintas estrategias metabólicas7, tenga en cuenta que las ondas
electromagnéticas extraterrestres (radiación solar) en forma directa o indirecta susten-
tan gran parte de las formas de vida en este planeta.

No se discuten formas de vida fotosintéticas⁸ porque exceden el alcance del capítulo.

Consideraciones termodinámicas

En primer término definamos a la energía (E) como la capacidad de realizar trabajo.


Ahora bien, la termodinámica es una rama de la física y nació en el siglo XIX de la ne-
cesidad de mejorar el rendimiento de las primeras máquinas térmicas fabricadas por el
hombre durante la revolución industrial. Rápidamente, los científicos se dieron cuenta
que las leyes de la termodinámica aplican perfectamente a los seres vivos. A continua-
ción se describen las dos primeras leyes:

Primera ley de la termodinámica

La E no se crea ni se destruye, solo se transforma. ΔE=0. En un sistema, la diferencia de


E entre el estado inicial y el estado final es 0.

Entendamos esto con un ejemplo biológico. La molécula de glucosa contiene energía


química, esta es ¡ni más ni menos que sus electrones!
La combustión completa u oxidación total de la glucosa genera dióxido de carbono,
ATP y calor (Q). Podemos decir que del 100 % de energía química que originalmente
había en la glucosa, aproximadamente el 40% sigue siendo energía química pero ahora
fácilmente utilizable por las células (ATP), mientras que el 60 % restante es energía tér-
mica o Q. Como ven 40 % + 60 % = 100 %, por lo tanto, ΔE=0.

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El ATP se emplea en los procesos de biosíntesis y en el trabajo mecánico. El Q no puede
usarse para eso, pero aún así no debe ser considerado un desperdicio puesto que ayuda
a mantener la temperatura del organismo. Los seres vivos son altamente eficientes en
cuanto a aprovechar los electrones del combustible (nutriente calórico) para generar
ATP. Esto debido a que el combustible se quema en etapas (paso a paso), cada paso cata-
lizado por una enzima. A su vez, los pasos pueden regularse como vimos en el capítulo
de Enzimas (regulación de la actividad enzimática).

Veamos qué pasa con una Ferrari, en el vehículo el combustible se quema en un solo
paso, solo el 5% de la energía química del combustible (los octanos de la nafta) se trans-
forma en trabajo mecánico que permite mover las ruedas. El 95% restante es Q, por eso
los motores superan los 1000 °C. Gracias a nuestro metabolismo somos al menos 10 ve-
ces más eficientes aprovechando la energía química del combustible (nutriente calórico)
que una de las mejores máquinas creadas por el ser humano.

Una joyita…

La quema u oxidación de combustible (ácidos grasos) en el adipocito marrón genera


poco ATP y mucho Q. ¡Increíble! La biología nos muestra que se puede ser útil siendo
ineficiente. Depende…¿De qué depende? de según como se mire, todo depende…

En estas células se desacopla la cadena respiratoria de la fosforilación oxidativa gracias


a la expresión de una proteína llamada termogenina. La termogenina, ubicada en la
membrana mitocondrial interna, ofrece un paso alternativo a los H+ compitiéndole a
la ATP sintetasa. Al producirse poco ATP no se está dando la regulación alostérica ne-
gativa del ATP sobre las enzimas, de manera que el metabolismo sigue activo. A mayor
número de reacciones catabólicas más Q.

Segunda ley de la termodinámica

El universo tiende al desorden y el desorden está definido por la entropía (S). En un


sistema, la diferencia de S entre el estado inicial y el estado final es mayor que 0, es decir
ΔS>0. El desorden va en aumento a un nivel global aunque no necesariamente a un
nivel local. Entendamos esto con un ejemplo, concretamente las reacciones acopladas
presentes en un sistema biológico. Todos sabemos que en los ribosomas, los aminoá-
cidos se unen entre sí formando proteínas. ¿Cómo es posible que estemos pasando del
desorden al orden? ¿Es posible ir en contra de la segunda ley de la termodinámica? Ten-
ga en cuenta que una ley es algo irrefutable. Me imagino que se habrá dado cuenta que
en la síntesis de una proteína participan reacciones del tipo anabólicas.

Los aminoácidos se ordenan generando una proteína solo a expensas de un desorden


mayor en otra parte ¿Quién se desordena? ¡Sí! el ATP pasando a ADP + Pi. Luego para
ordenar el ADP + Pi a ATP (FANS y FO) es necesario desordenar algo. ¿Quién se des-
ordena ahora? Por ejemplo, una glucosa se oxida o desordena dando seis CO2. En este
proceso tenemos vías metabólicas como la glucólisis, la descarboxilación oxidativa del
piruvato y el ciclo de Krebs. Para más detalle ver el capítulo de Estructura y metabolis-
mo de los hidratos de carbono.

Aunque a nivel local hay orden (síntesis de la proteína) a nivel global hay desorden (ge-

136
neración de dióxido de carbono). Por lo tanto, aunque no parezca, se está cumpliendo
con la segunda ley de la termodinámica ¡Estamos en condiciones de decir que en los
seres vivos hay un orden aparente!

Ahora tiene la excusa perfecta para no ordenar nunca más su cuarto, puesto que cuando
lo hace, produce un orden local (dobla la remera, barre el piso, etc) y un desorden ma-
yor a nivel global (desordena miles de moléculas de ATP).

Notas al pie:
1. Todas las biomoléculas tienen una vida útil, la misma es muy variable, pudiendo ir desde algunos
segundos hasta meses. La autofagia es un evento celular en el cual se degradan incluso organelas ente-
ras, pudiendo en este caso reciclarse algunos de sus componentes moleculares.
2. Los alimentos con alta densidad calórica, tienen muchos lípidos, los cuales al gusto se sienten sabro-
sos, puesto que la evolución nos está premiando por ingerir un nutriente que potencialmente equivale
a muchos ATP.
3. Rendimiento energético de las biomoléculas: si le sirve, le dejo una comparación entre las fuentes
energéticas de las que hacen uso las células y hechos de la vida cotidiana. El ATP y la fosfocreatina
serían como un par de monedas que tenemos en el bolsillo, es igual de fácil sacarlas, como gastarlas. La
glucosa sería como el dinero que tenemos en la billetera, alcanza para un poco más pero claramente,
sale y se gasta rápido. Existe una reserva energética, el glucógeno, su degradación es más lenta pero
rinde más energéticamente. Podríamos pensar en el glucógeno como una caja fuerte que tenemos en
nuestra casa, no es tan sencillo llegar a ella pero rinde. Finalmente, existe una reserva aún mayor, los
triacilglicéridos (TAG), su rendimiento energético es muy superior a todo lo descrito, pero su degrada-
ción requiere de varios pasos y mucho más O2. Podemos pensar en los TAG como los lingotes de oro que
tenemos en el banco. Claramente no voy al kiosco a comprar la yerba mate con un lingote o me compro
un edificio con el dinero de la caja fuerte. Cada reserva se usa acorde a su fin ¡en el metabolismo pasa
lo mismo! Como veremos en el capítulo de Integración metabólica.
4. El NADP+ posee un grupo fosfato en la posición 2’ de la ribosa.
5. Regla mnemotécnica, Metabolismo = Anabolismo + Catabolismo. Ana construye y Cata destruye.
6. Tipos de fermentación: alcohólica, acética, propiónica, butírica, entre otras.
7. Busque en la WEB y maravíllese con la simbiosis dada entre el cangrejo peludo yeti (un quimior-
ganótrofo) y las bacterias quimiolitótrofos que viven en sus bigotes. Esta sociedad en donde ambos se
benefician transcurre en las calientes chimeneas volcánicas del fondo del océano a 2500 metros de pro-
fundidad próximo a la Antártida ¡Si esto no es belleza, la belleza dónde está!
8. Formas de vida fotosintéticas: plantas, algas, algunas bacterias, algunos protozoos y aunque no lo
crea algunos animales.

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Autor:
Juan Burdisso
Las figuras de este capítulo son propiedad intelectual de:
Pablo Patini / Juan Burdisso

Capítulo 7

Estructura y metabolismo de los hidratos de carbono


Objetivos de aprendizaje
Al finalizar la lectura del siguiente capítulo, el estudiante será capaz de:
• Conocer la estructura general y función de los monosacáridos, disacáridos y polisa-
cáridos de interés biológico.
• Describir el mecanismo de captación celular de la glucosa.
• Comprender el rendimiento energético de la glucosa en anaerobiosis y en aerobiosis.
• Familiarizarse con la síntesis y degradación del glucógeno.
• Comprender la relevancia de la gluconeogénesis y la vía de las pentosas fosfato.
• Familiarizarse con el concepto de anfibolismo del ciclo de Krebs.
• Comprender cómo el sistema neuroendócrino regula el metabolismo de los glúcidos.
• Resolver preguntas generales de integración metabólica.
• Interpretar el cuadro comparativo con las vías metabólicas vistas en el capítulo.

A los hidratos de carbono también se los conoce como carbohidratos, azúcares o glúcidos.

Nociones generales de los hidratos de carbono

La glucosa, el almidón y la celulosa son carbohidratos. La glucosa y los almidones sir-


ven como fuente de energía para las células, en tanto que la celulosa es el componente
estructural principal de las paredes que rodean a las células vegetales.

La glucosa es el monosacárido más abundante y tiene suma importancia en los pro-


cesos biológicos.

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Durante la fotosíntesis, tanto algas como plantas y algunos microorganismos la producen
a partir de CO2 y H2O, usando la luz solar como fuente de energía. Luego, en la respira-
ción celular, las células desdoblan los enlaces de la molécula de glucosa y liberan la energía
allí contenida, la cual utilizan para sus actividades.

La glucosa es tan importante para el metabolismo que su concentración se mantiene en


valores homeostáticos relativamente constantes en la sangre de los seres humanos. La glu-
cemia (concentración de glucosa en sangre) para un adulto oscila entre 70 a 110 mg/dl.

Los carbohidratos se componen de átomos de carbono, hidrógeno y oxígeno en proporción


aproximada de un átomo de carbono por dos de hidrógeno y uno de oxígeno (CH2O)n.

El término carbohidrato (que significa “carbono con agua”) refleja la proporción de una
molécula de agua por cada carbono.

Los carbohidratos que contienen una unidad de azúcar se denominan monosacáridos,


cuando presentan dos unidades son disacáridos y en el caso de tener muchas unidades se
los denomina polisacáridos.

Monosacáridos

Los monosacáridos son azúcares sencillos, por lo general, tienen entre tres y siete áto-
mos de carbono. Los carbohidratos más simples son los azúcares de tres carbonos (trio-
sas), el gliceraldehído y la dihidroxiacetona son ejemplos de ellos (fig. 7-1). En la con-
formación lineal de un monosacárido, todos los carbonos excepto uno están unidos a
un grupo hidroxilo, el otro carbono forma un doble enlace con un átomo de oxígeno,
con lo que se constituye un grupo carbonilo. Si este grupo está en el extremo de la cade-
na, el monosacárido es un aldehído, mientras que si está en cualquier otra posición, se
trata de una cetona. En la fig. 7-1 se muestra una aldotriosa y una cetotriosa.

Fig. 7-1. Estructura de dos triosas. A- Molécula de gliceraldehído, una aldotriosa. B- Molécula de dihidroxiacetona, una
cetotriosa. Note que estos dos azúcares de tres carbonos son isómeros.

Los azúcares en conformación lineal son polialcoholes, con al menos un grupo funcional
cetona o aldehído. Los monosacáridos biológicos son del tipo D, ya que el último carbono
quiral respecto al grupo funcional aldehído o cetona tiene el grupo alcohol hacia la derecha.

La ribosa y la desoxirribosa son pentosas comunes, o sea azúcares de cinco átomos de car-
bono, componen los nucleótidos y los ácidos nucleicos (ADN y ARN) y otros compuestos
afines.

140
La glucosa, la fructosa, la galactosa y otros azúcares de seis átomos de carbono se deno-
minan hexosas.

Por cuestiones de estabilidad, los monosacáridos de 5 y 6 carbonos en solución acuosa se


ciclan formando estructuras en anillo. Observe que en los azúcares ciclados, desaparecen
los grupos aldehídos y cetona (fig. 7-2).

Fig. 7-2. Estructura de monosacáridos de interés biológico. A- Representaciones de alfa-D-azúcares. La galactosa y la gluco-
sa tienen forma piranósica, mientras que la fructosa tiene forma furanósica. En todos los casos, el carbono anomérico tiene el
grupo alcohol hacia abajo. B- Representaciones de beta-D-azúcares. La ribosa tiene forma furanósica, mientras que la gluco-
sa tiene forma piranósica. En todos los casos, el carbono anomérico tiene el grupo alcohol hacia arriba. Se muestra la glucosa
en conformación “silla”, note que la disposición de sus átomos en el espacio minimiza el impedimento estérico.

Se obtienen así las formas piranósicas y furanósicas para anillos de 6 y 5 átomos respec-
tivamente. En la conformación cíclica, aparece un nuevo carbono quiral, que recibe el
nombre de carbono anomérico. La disposición del grupo alcohol (R-OH) en torno al
carbono anomérico define las configuraciones alfa y beta.

En los alfa azúcares, el grupo -OH unido al carbono anomérico está hacia abajo del
plano (fig. 7-2, A). En los beta azúcares, el grupo -OH unido al carbono anomérico está
hacia arriba del plano (fig. 7-2, B). Las aldohexosas cícladas presentan conformación
silla, de esta manera, se estabilizan disminuyendo el impedimento estérico entre sus
átomos (fig. 7-2, B).

La gran cantidad de grupos hidroxilos polares dan a los monosacáridos propiedades


hidrofílicas, por lo tanto son muy solubles en agua.

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Disacáridos

Los disacáridos están formados por dos moléculas de monosacáridos unidos entre sí co-
valentemente mediante un enlace O-glicosídico (grupo funcional éter). Por lo general,
esta unión se da entre el carbono 1 de una molécula y el carbono 4 de la otra.

Ejemplos de disacáridos son: la maltosa (D-glucosa + D-glucosa, unión alfa 1-4) también
llamada azúcar de malta, la sacarosa (D-glucosa + D-fructosa, unión alfa 1-2) conocida
como azúcar de mesa y la lactosa (D-glucosa + D-galactosa, enlace beta 1-4) conocida
como azúcar de la leche (fig. 7-3).

Fig. 7-3. Estructura de disacáridos de interés biológico. La alfa maltosa está formada por dos glucosas unidas mediante un
enlace alfa 1-4, mientras en la alfa lactosa se unen una glucosa y una galactosa mediante un enlace beta 1-4. Finalmente, en
la sacarosa se unen una fructosa y una glucosa mediante un enlace beta 2-1. Note que los enlaces O- glicosídicos son grupos
funcionales éteres.

Los disacáridos pueden ser hidrolizados enzimáticamente, esto es la ruptura del enlace
O-glicosídico mediante agua, se obtienen así los dos monosacáridos constituyentes.

Polisacáridos

Los polisacáridos son macromoléculas que pueden almacenar energía o realizar funcio-
nes estructurales. Los carbohidratos más abundantes en la naturaleza son los polisacári-
dos, grupo que incluye a los almidones, el glucógeno y la celulosa, entre otros. Los ho-
mopolisacáridos están constituidos por repeticiones de un monosacárido, mientras que
los heteropolisacáridos están constituidos por repeticiones de más de un tipo de monosa-
cárido. Aunque el número preciso de monómeros en un polisacárido varía, por lo general
hay miles en una sola molécula. El polisacárido puede ser una cadena lineal o ramificada.

El almidón, que es la forma habitual de almacenamiento de carbohidratos en las plan-


tas, es un homopolisacárido formado por alfa D-glucosas. El almidón tiene dos formas,

142
la amilosa y la amilopectina. La amilosa, es un polímero lineal con enlaces O-glico-
sídico alfa 1-4. En cambio la amilopectina, que es más frecuente, está ramificada. La
ramificación tiene lugar a intervalos de 20 a 25 unidades con un enlace O-glicosídico
alfa 1-6 (fig. 7-4).

Fig. 7-4. Estructura de los dos componentes del almidón (homopolisacárido). A- Representación de la amilosa, un polímero
lineal formado por la unión de varias glucosas mediante enlaces alfa 1-4. B- Representación de la amilopectina, un polímero
ramificado formado por la unión de varias glucosas mediante enlaces alfa 1-4 y en los puntos de ramificación enlaces alfa 1-6.

En los seres humanos y otros animales existen enzimas que hidrolizan las uniones alfa
1-4 y alfa 1-6 del almidón. A diferencia de lo que ocurre con el almidón, los seres hu-
manos no pueden metabolizar la celulosa, ya que no poseen enzimas para romper los
enlaces O-glicosídicos beta 1-4 entre beta glucosas presentes en la celulosa.

El glucógeno es la forma en que se almacena la glucosa en los tejidos animales, prin-


cipalmente en el hígado y en el músculo esquelético. Se trata de un homopolisacárido
muy ramificado y más hidrosoluble que el almidón (fig. 7-5).

Fig. 7-5. Estructura del glucógeno (homopolisacárido). El glucógeno es un polímero ramificado formado por la unión de
varias glucosas mediante enlaces alfa 1-4 y en los puntos de ramificación enlaces alfa 1-6. Note que en el extremo reductor de
la molécula queda un carbono anomérico libre, con posibilidad de oxidarse.

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Algunos carbohidratos modificados y complejos son moléculas biológicas importantes

Los glicosaminoglicanos (GAGs) son heteropolisacáridos formados por la repetición de


un disacárido constituido de un ácido urónico y una hexosamina. El ácido hialurónico es
un ejemplo de GAG. La unión de varios GAGs a una proteína forma los proteoglicanos.
Tanto los GAGs como los proteoglicanos son componentes esenciales del tejido conectivo
y abundan especialmente en el cartílago.

Los carbohidratos forman parte de las glicoproteínas y los glicolípidos, ambos constitu-
yentes del glicocálix de suma importancia en las interacciones entre células. Además, gran
parte de las proteínas secretadas por las células son glicoproteínas. El arreglo de hidratos
de carbono en general confiere resistencia a la degradación proteolítica.

Antes de iniciar cualquier vía metabólica, la glucosa primero debe ingresar a nuestras células
¿Cómo cree usted que ocurre esto? ¿Apuesta por la difusión simple o la difusión facilitada?

Captación celular de la glucosa

La molécula de glucosa es relativamente grande y polar, con lo cual, no puede atravesar


la membrana plasmática por difusión simple. Para poder ingresar a las células requiere
de un transportador específico1 llamado GLUT que mediará una difusión facilitada.
Los GLUT presentan distribución ubicua, encontrándose los de mayor afinidad en el
SNC y en las gónadas. En los tejidos insulinodependientes, músculo y tejido adiposo,
se expresa el GLUT4.

Las características de este transportador son que no gasta energía y es bidireccional,


esto implica que puede ingresar o sacar glucosa de la célula. En otras palabras, mueve
glucosa a favor del gradiente, desde donde hay más hacia donde hay menos. Si la célula
quiere evitar que se le “escape” la glucosa debe proceder a la primera reacción de la
glucólisis. Se debe fosforilar la glucosa dando glucosa 6-fosfato con participación de
la hexoquinasa o glucoquinasa y de esta manera, le hemos puesto un cepo al azúcar de
manera que el GLUT no podrá reconocerla.

¡Ahora sí, a sacarle el jugo a la glucosa! Veamos como sucede…

Metabolismo de los hidratos de carbono

La energía útil para la célula es la energía química, que es ni más ni menos que los elec-
trones contenidos en los nutrientes calóricos que se consumen, como por ejemplo la
glucosa. Se suman a los nutrientes calóricos los lípidos y las proteínas.

A través de vías metabólicas bien definidas, la célula extrae dicha energía (electrones) y
a cambio genera ATP, el cual representa la moneda energética en todos los seres vivos.
El ATP se usa para “pagar” por cada uno de los procesos que consumen energía, entre
los que se destacan:

-Realizar trabajo mecánico, por ejemplo la contracción muscular.


-Transporte activo de iones y moléculas, por ejemplo la bomba de sodio y potasio.
-Reacciones anabólicas, por ejemplo sintetizar una proteína.

144
La oxidación o combustión completa de la glucosa involucra un conjunto de reacciones
enzimáticas, ligadas unas con otras y vigiladas por un estricto control metabólico, con el
único fin de hacer disponible para la célula, la energía química contenida en los enlaces
de la molécula de glucosa. La reacción global es:

En esta reacción del tipo redox vemos que la glucosa se oxida completamente a CO2,
mientras el O2 se reduce a H2O. La oxidación o combustión completa de la glucosa
requiere de O2 y la participan de las siguientes vías catabólicas: la glucólisis, la descar-
boxilación oxidativa del piruvato y el ciclo de Krebs catabólico. El rendimiento energé-
tico obtenido será de 36 a 38 ATP considerando la fosforilación a nivel del sustrato y la
fosforilación oxidativa.

En ausencia de O2 (anaerobiosis2) la reacción antes mencionada no ocurre. Las vías me-


tabólicas participantes en este caso serán la glucólisis y la fermentación homoláctica. En
este caso el rendimiento energético es de tan solo 2 ATP considerando la fosforilación
a nivel del sustrato.

A continuación se describe la glucólisis, una vía catabólica ampliamente conservada


entre los seres vivos.

Glucólisis, vía glucolítica o vía de Embden-Meyerhoff

Es una vía degradativa oxidativa de la glucosa con fines energéticos, ya que produce
ATP. Ocurre en el citoplasma de todas las células. Se encuentra más activa en condicio-
nes de saciedad y es estimulada por la hormona insulina. Es insensible a la presencia
(aerobiosis) o ausencia de oxígeno (anaerobiosis). La glucólisis comprende la conver-
sión de la glucosa en dos piruvatos y la reacción global es:

En este proceso participan 10 enzimas diferentes que catalizan las reacciones secuencia-
les que podríamos dividir en tres etapas:

-Conversión de glucosa en fructosa 1,6-bisfosfato.


-Conversión de fructosa 1,6-bisfosfato en dos triosas fosfato.
-Transformación de gliceraldehído 3-fosfato en piruvato.

En la primera etapa se consumen dos ATP, uno con la enzima hexoquinasa o glucoqui-
nasa, dependiendo del órgano en cuestión, y después de una reacción de isomerización,
se emplea el segundo ATP con la enzima fosfofructoquinasa 1 (FFK 1 o FFQ 1), reac-
ciones que dan origen a la fructosa 1,6-bisfosfato (fig. 7-6, A). Esta primera etapa es co-
nocida como la fase preparatoria de la glucólisis, ya que hasta este punto se consumió
energía. Estos dos ATP, es el precio que hay que pagar para obtener una molécula de
fructosa 1,6-bisfosfato, donde la desestabilización por la repulsión electrostática entre
las cargas negativas de los grupos fosfato, permite mediante una enzima, la partición de
esta hexosa bisfosfato en dos triosas fosfato (fig. 7-6, A).

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Se inicia la segunda etapa al convertirse la fructosa 1,6-bisfosfato en sustrato de la en-
zima aldolasa y cuyos productos son el gliceraldehído 3-fosfato y la dihidroxiacetona
fosfato (fig. 7-6, A).

A continuación se inicia la tercera etapa, que se caracteriza por la isomerización de la di-


hidroxiacetona fosfato a gliceraldehído 3-fosfato y al finalizar esta reacción, contamos con
dos gliceraldehído 3-fosfato. Continuamos con el requerimiento de la coenzima NAD+
y de un Pi para oxidar y fosforilar al gliceraldehído 3-fosfato, el cual se transforma en
1,3-bisfosfoglicerato más NADH y la enzima participante es la gliceraldehído 3-fosfato
deshidrogenasa. A partir de este producto y por acción de la enzima fosfoglicerato quina-
sa se sintetiza y se libera la primer molécula de ATP y más adelante, en la reacción catali-
zada por la piruvato quinasa, se forma la segunda molécula de ATP (fig. 7-6, A).

En la primera etapa de la glucólisis gastamos dos ATP, luego en la tercera etapa gene-
ramos cuatro ATP, por lo tanto, el balance energético de esta vía es 2 ATP y 2 NADH,
(matemáticamente -2 ATP + 4 ATP = 2 ATP). Note que los ATP que quedan como ga-
nancia se obtienen por fosforilación a nivel del sustrato.

Fig. 7-6. Catabolismo de la glucosa. A- En la glucólisis una molécula de glucosa se oxida dando lugar a dos moléculas de
piruvato, dos NADH y dos ATP. Note que de las diez reacciones, la primera, la tercera y la última son irreversibles. B- En
anaerobiosis el piruvato se reduce mediante la fermentación homoláctica dando lactato, en el proceso se oxida un NADH, el
cual está disponible nuevamente para la gliceraldehído 3-fosfato deshidrogenasa.

146
Si bien el piruvato, que es el producto final de la glucólisis, está más oxidado que la
glucosa, éste todavía se puede seguir oxidando. Para que el proceso oxidativo con-
tinúe se requiere de oxígeno (aerobiosis) y de la mitocondria. Cuando la cantidad
de oxígeno en la célula es insuficiente (anaerobiosis), como ocurre en el músculo
durante la actividad intensa, el piruvato se desvía hacia la fermentación homoláctica.

Fermentación homoláctica

En anaerobiosis el NADH generado durante la glucólisis no puede reoxidarse a tasas


comparables en las mitocondrias y con la finalidad de mantener la homeostasis, el
piruvato es entonces reducido por el NADH formando lactato3, reacción catalizada
por la lactato deshidrogenasa (fig. 7-6, B).

Esta desviación metabólica del piruvato mantiene la glucólisis operativa bajo con-
diciones anaeróbicas. Esto es así, porque la gliceraldehído 3 fosfato deshidrogenasa
requiere para su funcionamiento de la coenzima NAD+ (en su estado oxidado) (fig.
7-6, B). En anaerobiosis, perdemos los 2 NADH, que equivaldrían entre 4 a 6 ATP si
hubiese oxígeno, pero al menos nos quedan los 2 ATP de ganancia.

Gran parte de los metabolitos de la glucólisis y el lactato son ácidos orgánicos, con
lo cual liberan H+ acidificando el citosol, esto trae como consecuencia los calambres
musculares, ya que los H+ compiten con el Ca2+ en la troponina (sarcómero4). Este es
un mecanismo de conservación, ya que evita la muerte celular por apoptosis, puesto
que la célula está produciendo poca energía, solo 2 ATP por glucosa.

Transporte del piruvato hacia la matriz mitocondrial

La mitocondria presenta una membrana mitocondrial externa5 muy permeable o


poco selectiva, un espacio intermembrana, y una membrana mitocondrial interna6
muy poco permeable o altamente selectiva. Finalmente tenemos la matriz mitocon-
drial, “una especie de sopa”, en la cual entre otras cosas hay gran número de enzimas
diferentes.

El piruvato atraviesa la membrana mitocondrial interna gracias a un transportador


específico y una vez en la matriz mitocondrial, es recibido por el complejo multien-
zimático piruvato deshidrogenasa y allí ocurrirá la descarboxilación oxidativa del pi-
ruvato.

Descarboxilación oxidativa del piruvato

El piruvato es reconocido por la piruvato deshidrogenasa, el complejo multienzimá-


tico utiliza CoA-SH y NAD+, además de una serie de moléculas orgánicas relaciona-
das con las vitaminas del grupo B, que actúan como coenzimas y grupos prostéticos.
Los productos de la reacción son acetil-CoA, CO2 (descarboxilación oxidativa) y
NADH (fig. 7-7).

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Fig. 7-7. Descarboxilación oxidativa del piruvato. El complejo multienzimático piruvato deshidrogenasa cataliza la des-
carboxilación del piruvato, generando dióxido de carbono y un grupo acetilo, el cual al unirse a una coenzima A, forma
acetil-CoA. Note que en el proceso se lleva a cabo una reacción de tipo redox, por lo tanto se genera un NADH.

Tenga en cuenta que por molécula de glucosa (6 carbonos) al finalizar la glucólisis se


obtienen 2 piruvatos (3 carbonos), con lo cual los productos de la reacción catalizada
por la piruvato deshidrogenasa lo debemos multiplicar x 2. Entonces tenemos, 2 ace-
til-CoA (2 carbonos), 2 CO2 y 2 NADH.

El grupo acetilo que porta la Coenzima A (CoA) se puede seguir oxidando. Para su
oxidación total a CO2 debe ingresar al ciclo de Krebs catabólico (también conocido
como ciclo del ácido cítrico o de los ácidos tricarboxílicos).

Ciclo de Krebs catabólico ¡El ojo de Sauron!

En la matriz mitocondrial, el ciclo de Krebs inicia con la condensación irreversible entre


una molécula de acetato y otra de oxalacetato. Esta reacción es catalizada por la enzima
citrato sintasa y su producto es el citrato (fig. 7-8, reacción 1). A partir del citrato, se
despliegan una serie de reacciones, algunas de óxido-reducción, que culminan con la
regeneración de la molécula de oxalacetato (fig. 7-8). La reacción global es:

El saldo de una vuelta del ciclo de Krebs es: 3 NADH, 1 FADH2, 1 ATP, y 2 CO2. Recuer-
de que por glucosa se generan 2 acetil-CoA, así que debe multiplicar todo x 2 obtenién-
dose: 6 NADH, 2 FADH2, 2 ATP y 4 CO2.

148
Fig. 7-8. Ciclo de Krebs. También conocido como ciclo del ácido cítrico o ciclo de los ácidos tricarboxílicos, comienza con
la unión de un acetato con un oxalacetato dando citrato, luego de una reacción de isomerización se obtiene el isocitrato,
prosiguen una serie de reacciones redox y de fosforilación a nivel del sustrato, para luego regenerar el oxalacetato. Note que
por cada acetato que se oxida en el ciclo de Krebs catabólico, se obtienen dos dióxido de carbono, tres NADH, un FADH2 y
un GTP.

De lo expuesto en esta sección, es claro que el ciclo de Krebs tiene como función neta-
mente catabólica la oxidación total del acetato hasta 2 CO2.

Considerando que la acetil-CoA es una encrucijada metabólica, es claro que el ciclo de


Krebs catabólico actúa como la vía degradativa más importante para la generación de
coenzimas reducidas.

¡Todo muy lindo! ya oxidamos totalmente la glucosa, puesto que la transformamos en


6 CO2. Pero…hasta el momento tenemos de ganancia: 10 NADH, 2 FADH2 y 4 ATP.

¡Muchas coenzimas reducidas y poco ATP! ¿Cómo convertimos las coenzimas reduci-
das en ATP?

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Las coenzimas reducidas son como “cheques”, los cheques se cambian en el “banco”, enten-
diéndose por banco a la cadena respiratoria acoplada a la fosforilación oxidativa, el saldo
“dinero” sería el ATP (monedas energéticas).

Cadena de transporte de electrones o cadena respiratoria acoplado a la fosforila-


ción oxidativa

Los NADH de la glucólisis en aerobiosis (ver lanzaderas más adelante), los NADH de la
descarboxilación oxidativa del piruvato, sumado a los NADH y los FADH2 generados en el
ciclo de Krebs catabólico son reoxidados por un sistema multienzimático transportador
de electrones ubicado en la membrana mitocondrial interna. Se establece así una corriente
continua teniendo al O2 como aceptor final de electrones. Los productos de este proceso al-
tamente exergónico, son moléculas de agua y una gran cantidad de energía liberada, la cual
es utilizada para translocar protones (H+) desde la matriz hacia el espacio intermembrana
mitocondrial. Los H+ se translocan por los complejos I, III y IV generando un gradiente
electroquímico o fuerza protón motriz7. Luego estos H+ se disipan pasando a favor del gra-
diente por la ATP sintetasa. La ATP sintasa (mal llamado complejo V), en un mecanismo
de rotación molecular, genera la unión covalente entre el ADP y el Pi obteniendo ATP me-
diante fosforilación oxidativa (fig. 7-9). Comprendemos que la generación de ATP requiere
del acoplamiento entre la cadena respiratoria y la fosforilación oxidativa.

+ + +

-
+ +
+
+
-

Fig. 7-9. Cadena respiratoria acoplada a la fosforilación oxidativa. Se muestra el flujo direccional de electrones desde la
coenzima NADH al complejo respiratorio I (CRI), de allí a la coenzima Q, luego al CR III, continúa el citocromo C, el CR IV
y finalmente el oxígeno. El proceso es similar para el FADH2 salvo que inicia en el CR II. Esta corriente continua permite el
pasaje de protones desde la matriz mitocondrial al espacio intermembrana mediante los CR I, III y IV. El gradiente electroquí-
mico o fuerza protón motriz se dispersa pasando a favor del gradiente por la ATP sintetasa y como consecuencia se produce la
unión covalente entre un ADP y un Pi (fosforilación oxidativa). Finalmente, los protones se combinan con el oxígeno, último
aceptor de electrones en la cadena respiratoria formando agua. Note que el simporte de protón y Pi junto al antiporte de ATP
y ADP son fundamentales para el funcionamiento de la ATP sintasa.

150
Rendimiento energético de la combustión completa de la glucosa

¿Por qué un NADH equivale a 3 ATP, mientras un FADH2 equivale a 2 ATP?

El par de electrones cedidos por el NADH a la cadena respiratoria permite la translo-


cación de 10 H+ a través de los complejos respiratorios I, III y IV, mientras que el par
de electrones cedidos por el FADH2 solo transloca 6 H+ a través de los complejos respi-
ratorios III y IV, puesto que esta coenzima cede sus electrones al complejo respiratorio
II. Los electrones transportados por el FADH2 son energéticamente inferiores a los del
NADH.

En la ATP sintetasa ocurre una rotación molecular por cada 10 H+ que retornan a la
matriz mitocondrial y esto permite generar 3 ATP. Mientras que 6 protones generan ⅔
de vuelta en la ATP sintetasa y se obtienen 2 ATP.

Considerando las equivalencias entre las coenzimas reducidas y la lanzadera para el


NADH citosólico (ver lanzaderas más adelante), estamos en condiciones de entender
cómo se originan los 36 a 38 ATP, producto de la combustión completa de la glucosa
(fig. 7-10).

Fig. 7-10. Rendimiento energético de la combustión completa de la glucosa. Se muestra para cada etapa la localización
subcelular y la cantidad de coenzimas reducidas y ATP obtenidos. Las coenzimas reducidas se cambian por ATP mediante
la cadena respiratoria acoplada a la fosforilación oxidativa, a razón de 3 ATP por NADH y 2 ATP por FADH2. El balance
energético está entre 36 a 38 ATP, según la lanzadera usada.

Lanzaderas

¿Qué ocurre cuando una membrana biológica es impermeable a un metabolito? Expre-


sado de otra forma ¿Qué ocurre cuando una molécula no puede pasar a través de una
membrana biológica?

Los sistemas biológicos resuelven este problema a través del uso de lanzaderas. Las lan-
zaderas representan un mecanismo “exquisito” para mover parte de una molécula a
través de una membrana biológica.

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El NADH citosólico liberado durante la reacción catalizada por la gliceraldehído-3-fos-
fato deshidrogenasa debe ser reoxidado para que continúe la glucólisis en aerobiosis,
por lo que deberá ser transferido a la matriz mitocondrial para su oxidación a nivel de
la cadena respiratoria. Sin embargo, este equivalente reductor no puede atravesar por sí
mismo la membrana mitocondrial interna, ya que no existe el transportador.

Mediante una lanzadera, la célula reduce un sustrato en el citoplasma a expensas de oxi-


dar el NADH. Luego el sustrato reducido, es transportado hacia la matriz mitocondrial
por un transportador específico y ya en la matriz mitocondrial, el sustrato reducido será
oxidado, al mismo tiempo que se reduce un NAD+ propio de la matriz mitocondrial,
obteniéndose así NADH. El sustrato oxidado es devuelto al citoplasma para iniciar un
nuevo ciclo. Como vemos a través de la lanzadera, no pasó toda la molécula de NADH
por la membrana mitocondrial interna, sino su hidruro a través de la unión a otra molé-
cula y regenerando NADH en la matriz mitocondrial. Este NADH puede ahora entregar
sus electrones a la cadena respiratoria. Note que los NADH citosólicos y mitocondriales
no son intercambiables.

Para el NADH del citoplasma son dos las lanzaderas reportadas: la lanzadera de dihi-
droxiacetona fosfato/glicerol 3-fosfato que genera dentro de la mitocondria FADH2 y
la lanzadera malato/aspartato, principalmente activa en el hígado y en el corazón, que
produce NADH.

Metabolismo de Glucógeno

Como mencionamos el glucógeno es la principal reserva energética glucídica en los ani-


males, se almacena principalmente en el citosol tanto de la fibra muscular esquelética
como del hepatocito. La síntesis y degradación del glucógeno se pueden resumir de la
siguiente manera:

A continuación veremos de qué tratan estas vías metabólicas:

Glucogenogénesis

Para la síntesis de glucógeno es necesaria la presencia de un oligosacárido de glucosas


preexistentes o la participación de la proteína glucogenina que actúa como un cebador.
Luego, la enzima glucógeno sintetasa, que es la enzima regulable del proceso, enlaza
mediante la formación de un enlace alfa 1-4 glucosídico a la glucosa del UDP-gluco-
sa con una de las glucosas del oligosacárido, lo que desplaza al UDP. Repetidas par-
ticipaciones de la glucógeno sintetasa hacen posible el crecimiento del glucógeno. La
UDP-glucosa⁸ es una forma activa de la glucosa y se sintetiza a partir de glucosa 1-fos-
fato y UTP en una reacción catalizada por la UDP-glucosa pirofosforilasa (fig. 7-11, A).

La glucógeno sintetasa solo forma enlaces alfa 1-4 entre glucosas, por lo que es necesaria
la participación de otra enzima para formar enlaces alfa 1-6 y de esta manera hacer del
glucógeno un polímero ramificado. La ramificación tiene lugar después de que un cier-

152
to número de residuos de glucosa se hayan unido mediante enlaces alfa 1-4. La enzima
ramificante transfiere un fragmento terminal de 6 ó 7 residuos de longitud, desde un
extremo de al menos 11 residuos de longitud a un grupo hidroxilo situado en posición 6
de un residuo de glucosa del interior del polímero, esta reacción crea dos extremos para
que continúe la acción de la glucógeno sintetasa. Las ramificaciones⁹ son importantes
porque aumentan un poco la solubilidad del glucógeno, pero principalmente aumentan
el número de extremos a partir de los que se puede obtener glucosa 1-fosfato mediante
la glucogenólisis. Esta vía metabólica está activa en saciedad y por lo tanto la hormona
participante en la síntesis de glucógeno es la insulina.

¿Por qué nuestras células se toman el trabajo de convertir la glucosa en glucógeno, sien-
do que en el proceso se consume ATP?

La glucosa en las células se guarda como glucógeno y no como glucosa 6-fosfato, fun-
damentalmente por cuestiones osmóticas. Recuerde que la ósmosis tiene que ver con
la capacidad que tienen ciertos solutos para atraer agua y depende principalmente del
número de solutos, más que del tamaño de los mismos. Sin el glucógeno, una reserva
equivalente de glucosa 6-fosfato, atraería tanta agua que habría una explosión o lisis
celular. El glucógeno atrae poca agua, puesto que los puentes de hidrógeno se dan entre
glucosas presentes en el glucógeno y no con moléculas de agua del entorno.

Glucogenólisis

El glucógeno es un homopolisacárido donde se almacenan cientos de glucosas. Es una


estructura de elevado peso molecular y altamente ramificado. Los residuos de glucosa
están unidos mediante enlaces O-glucosídicos alfa 1-4 y alfa 1-6. Como se comentó,
los principales depósitos de glucógeno en los vertebrados se encuentran en el músculo
esquelético y en el hígado. La degradación de esta reserva o movilización del glucógeno
tiene como finalidad suministrar glucosa 6-fosfato al citoplasma. La enzima clave en la
ruptura del glucógeno es la glucógeno fosforilasa10 que escinde mediante la adición de
un ortofosfato, los enlaces del tipo alfa 1-4 para producir glucosa 1-fosfato. La ruptura
de un enlace por la adición de un ortofosfato se reconoce como fosforólisis, proceso
que no consume ATP ya que usa un Pi del medio. ¡Seguramente usted pensó que aquí
habría una hidrólisis del enlace éter ya que cuando se formó se perdió agua! ¡Pues NO!

La glucógeno fosforilasa no es capaz de romper enlaces más allá de los puntos de ra-
mificación, ya que los enlaces O-glucosídicos alfa 1-6 no son susceptibles de escisión
por la fosforilasa. De hecho, la ruptura se detiene a los cuatro residuos de glucosa de un
punto de ramificación. Para eliminar la ramificación se requiere de una segunda enzi-
ma, la glucantransferasa que cataliza dos reacciones. En primer lugar, tiene la actividad
de transferasa, donde la enzima elimina tres residuos de glucosa restantes y transfiere
este trisacárido intacto al extremo de alguna otra ramificación externa. Esta transfe-
rencia deja expuesto un solo residuo de glucosa unido por un enlace O-glucosídico
alfa 1-6. Este residuo se libera por la actividad glucosidasa que posee la misma enzima
glucantransferasa, lo que da lugar a una molécula de glucosa libre y una estructura no
ramificada de residuos de glucosa, susceptible de ser fraccionado por la fosforilasa. La
glucosa 1-fosfato producida por la fosforilasa debe convertirse en glucosa 6-fosfato para
metabolizarse mediante la glucólisis, reacción que es catalizada por la enzima fosfoglu-
comutasa.

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El hígado es el único órgano que libera glucosa a sangre compartiéndola con el resto de
la economía (mantiene la glucemia), ya que posee la enzima glucosa 6 fosfatasa, respon-
sable de remover el grupo fosfato de la glucosa 6-fosfato. Esto no ocurre en el músculo
esquelético (ausencia de la fosfatasa), por lo tanto el glucógeno en este órgano, es para
consumo propio (fig. 7-11, B).

La fosforólisis del glucógeno es vital durante la actividad muscular anaeróbica y los in-
tervalos entre comidas. Esto libera glucosa para que puedan consumirla principalmente
el sistema nervioso central y el músculo esquelético. La degradación del glucógeno está
estimulada en ayuno y las hormonas implicadas son adrenalina (músculo) y glucagón
(hígado).

Fig. 7-11. Metabolismo del glucógeno. A- Glucogenogénesis o síntesis del glucógeno, la glucosa 6-fosfato proveniente de la glu-
cólisis es convertida en glucosa 1-fosfato, luego con la participación del nucleótido UTP se obtiene la UDP-glucosa y finalmen-
te por la acción combinada de la glucógeno sintetasa y la enzima ramificante se polimeriza el glucógeno. B- Glucogenólisis o
degradación del glucógeno, por la acción combinada de la glucógeno fosforilasa y la enzima desramificante sobre el glucógeno,
se genera glucosa 1-fosfato y luego de una reacción de isomerización se obtiene la glucosa 6-fosfato. A nivel hepático se expresa
la glucosa 6 fosfatasa, con lo cual este órgano contribuye con el mantenimiento de la glucemia. La ausencia de fosfatasa en el
músculo denota que el glucógeno en ese órgano es para consumo propio.

Gluconeogénesis

De antemano una aclaración ¡La Gluconeogénesis es la síntesis de glucosa de novo,


mientras la Glucogenogénesis es la síntesis de glucógeno! Suenan parecido pero son
vías metabólicas muy distintas, usted fue debidamente avisado…

154
La mayoría de los órganos pueden metabolizar diversas fuentes de carbono para generar
energía. Sin embargo, el sistema nervioso central, necesita de glucosa casi como única
fuente de energía. Por consiguiente, las células animales deben ser capaces de sintetizar
glucosa a partir de ciertos precursores no glucosídicos y de esta manera mantener la
glucemia en valores normales, incluso en periodos de ayuno o estrés.

Cuando las reservas de glucógeno disminuyen abruptamente se inicia la síntesis de glu-


cosa a partir de precursores no glucosídicos, proceso conocido como gluconeogénesis
y que ocurre principalmente en el hígado. Es cierto que la gluconeogénesis también
ocurre en menor proporción en el riñón, aunque la glucosa generada en este órgano es
para consumo propio.

Los sustratos no glucosídicos más relevantes para la gluconeogénesis son: el glicerol


proveniente de los lípidos, el lactato de la fermentación homoláctica y el esqueleto
carbonado o alfa cetoácido derivado de algunos aminoácidos. Los alfa cetoácidos de-
rivados del aspartato, el glutamato y la alanina, son el oxalacetato, el alfa cetoglutarato
y el piruvato respectivamente.

Salvo para el glicerol cuyo proceso de conversión en glucosa ocurre íntegramente en el


citosol de los hepatocitos, la gluconeogénesis comienza en la matriz mitocondrial y pro-
sigue en el citosol. Los principales destinos de la glucosa formada en la gluconeogénesis
son el tejido nervioso y el músculo esquelético.

Recordando que en la glucólisis la glucosa se convierte en piruvato y viendo que el pi-


ruvato es uno de los precursores de la gluconeogénesis, usted podría estar tentado en
pensar que la gluconeogénesis es la inversa de la glucólisis.

Si usted estuvo atento a la glucólisis, recordará que tres de sus diez reacciones son irre-
versibles: las reacciones catalizadas por la glucoquinasa, la fosfofructoquinasa 1 y la
piruvato quinasa. Por lo tanto, la gluconeogénesis no es el proceso inverso de la glu-
cólisis. En la gluconeogénesis se requiere de enzimas diferentes que catalicen las reac-
ciones irreversibles de la glucólisis pero en sentido inverso. Teniendo en cuenta esto,
consideramos importantes a las siguientes enzimas: fosfoenolpiruvato carboxiquinasa;
fructosa 1,6 bisfosfatasa y glucosa 6 fosfatasa.

Tenga en cuenta que convertir un precursor no glucosídico en glucosa requiere de un


aporte de energía (ATP). Este es el precio que hay que pagar para mantener la glucemia
durante periodos de ayuno o estrés. Para un mayor detalle sobre está vía metabólica ir
al capítulo de Integración metabólica.

Vía de las pentosas fosfato

Los monosacáridos de 5 carbonos, como la ribosa y la desoxirribosa prácticamente no se


encuentran en forma libre en la naturaleza. Además, si bien estos azúcares son parte es-
tructural de los nucleótidos11 y ácidos nucleicos presentes en los alimentos que incorpora-
mos con la dieta, podemos decir que su absorción a nivel intestinal es prácticamente nula.

¡Esto nos deja un problema! ¿Cómo hacemos para construir nuestros nucleótidos y
ácidos nucleicos?

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Nuestras células tienen una vía metabólica destinada a convertir la glucosa en ribosa,
es decir transformamos un azúcar de seis carbonos u hexosa, en un azúcar de cinco
carbonos o pentosa (de allí el nombre de la vía metabólica).

La vía de las pentosas fosfato12 es una vía degradativa oxidativa de la glucosa, sin fines
energéticos (no produce ATP). Ocurre en el citoplasma de todas las células. Su finalidad
es producir NADPH y ribosa 5-fosfato o alternativamente NADPH e intermediarios de
la glucólisis. Las necesidades metabólicas de la célula definen los productos obtenidos.
Si la célula va a dividirse prevalecerá la producción de ribosa 5-fosfato, puesto que se
necesita sintetizar nucleótidos y luego ácidos nucleicos, fundamentales para duplicar el
material genético. Mientras que si la célula no va a dividirse, generará preferentemente
intermediarios de la glucólisis. Veamos las importantes funciones que llevan a cabo los
productos de esta vía metabólica.

El NADPH ofrece poder reductor necesario en la biosíntesis de ácidos grasos, coleste-


rol, nucleótidos, participa además en la degradación del grupo hemo. Por otra parte, el
NADPH al oxidarse permite la regeneración del glutatión reducido, quien contribuye a
revertir las oxidaciones biológicas que causan el envejecimiento celular.

La ribosa 5-fosfato, es un precursor en la síntesis de nucleótidos. Este azúcar fosfori-


lado se envía a diversas vías metabólicas, donde es convertida en nucleótidos como son
el ATP, CTP, GTP, UTP, TTP y en coenzimas como son el NADH, FAD y la CoA-SH
(habrá notado que estas coenzimas también son nucleótidos). Finalmente, algunos nu-
cleótidos son los monómeros con los cuales se construyen los ácidos nucleicos, ADN
y ARN. ¡Ojo con decir que en está vía se producen nucleótidos! ¡Está mal! Se produce
ribosa 5-fosfato, el cual es un precursor de los nucleótidos.

Rol anfibólico del ciclo de Krebs

En secciones anteriores, se comentó que el ciclo de Krebs catabólico, tiene como única
e importantísima función la oxidación total del grupo acetilo unido a la coenzima A,
obteniéndose en el proceso dos dióxido de carbono (¡Gasifiquémonos!), tres NADH, un
FADH2 y un GTP.

Otra de las funciones del ciclo de Krebs, no menos importante, es su capacidad de co-
nectar distintos metabolismos entre sí. Es decir, actuar como una “rotonda molecular”
mediante la cual, los metabolitos pueden ser transformados según las necesidades de
la célula. Estando en la “ruta” de los azúcares, se entra a la “rotonda molecular o ciclo
de Krebs anabólico” y luego se sale por ejemplo por la “ruta” de síntesis de los ácidos
grasos, los cuales luego darán los lípidos.

Mediante el ciclo de Krebs anabólico, los carbohidratos pueden ser convertidos en lípidos
(lipogénesis), algunos aminoácidos se transforman en carbohidratos (gluconeogénesis),
algunos aminoácidos se convierten en el grupo Hemo, entre otras conversiones. Como se
ve, estas transformaciones ponen en evidencia el rol biosintético del ciclo de Krebs.

El ciclo de Krebs según las necesidades metabólicas y el tipo celular puede actuar tanto ana-
bólica como catabólicamente, por lo tanto, es una vía anfibólica. De más está decir que en-
tender el rol anfibólico del ciclo de Krebs es fundamental para comprender a la Bioquímica.

156
Finalmente, algunas consideraciones extras, una reacción anaplerótica se caracteriza por
generar intermediarios del ciclo de Krebs, por esto también se las conoce como reaccio-
nes de llenado del ciclo. Mientras toda reacción donde se consuman intermediarios del
ciclo de Krebs, es una reacción cataplerótica, o de vaciado del ciclo. La principal reacción
de llenado del ciclo de Krebs es la catalizada por la piruvato carboxilasa que transforma el
piruvato en oxalacetato, proceso en el cual se necesitó CO2 y ATP. En tanto, la lanzadera
de citrato, es un ejemplo de reacción de vaciado del ciclo de Krebs. Mediante esta lanza-
dera podemos disponer de acetil-CoA en el citoplasma, proceso necesario para la síntesis
de ácidos grasos y posteriormente lípidos.

Regulación hormonal del metabolismo de los glúcidos

En estado postprandial o saciedad, es decir luego de incorporar alimentos, tenemos alta la


concentración de glucosa en sangre, es decir estamos en hiperglucemia. Entonces se activan
los mecanismos hormonales hipoglucemiantes, de manera de volver la glucemia, a los valo-
res normales (70 a 110 mg/dl). La hormona hipoglucemiante por excelencia es la insulina,
esto quiere decir, que da la orden a las células de los tejidos insulinodependientes (músculo
y adipocitos) de incorporar y guardar la glucosa dentro de ellas. Recordemos que esto se
consigue gracias al aumento en la expresión y localización en la membrana plasmática del
GLUT 4. Eventualmente a partir de la glucosa se obtendrá glucógeno en el hígado y en el
músculo esquelético (glucogenogénesis) y lípidos en los adipocitos (lipogénesis).

Por otra parte, en ayuno o estrés, la concentración de glucosa tiende a caer por debajo
de los valores normales, entonces estamos en hipoglucemia, con lo cual se activan los
mecanismos hormonales hiperglucemiantes. Las hormonas hiperglucemiantes son el
glucagón, la adrenalina y el cortisol. El glucagón estimula la degradación del glucógeno
hepático (glucogenólisis), con lo cual inmediatamente se incrementa la concentración de
glucosa en sangre.

Luego de terminadas las reservas de glucógeno y si perdura el ayuno o el estrés, el orga-


nismo activa otras vías metabólicas, por ejemplo en la gluconeogénesis13 se convierten
moléculas no glucosídicas en glucosa y luego se recurre al catabolismo lipídico.

Así, esta regulación hormonal junto a la regulación nerviosa (sistema neuroendócrino)


contribuyen a mantener la glucemia. El páncreas endócrino es el encargado de sintetizar
y secretar insulina y glucagón, mientras que las glándulas suprarrenales, sintetizan y se-
cretan adrenalina y cortisol, hormonas del estrés agudo y crónico respectivamente. Cabe
aclarar que las hormonas hiperglucemiantes tienen efecto sinérgico.

¡Un poco de integración metabólica!

Responda a conciencia las siguientes preguntas integradoras: ¿Puede algún componente


de los lípidos transformarse en glucosa? ¿Puede el exceso de glucosa transformarse en lí-
pidos? ¿Pueden algunos aminoácidos transformarse en glucosa? ¿Puede la glucosa trans-
formarse en aminoácidos? Dependiendo de sus respuestas ¿En cuál de estos procesos se
usó la gluconeogénesis y el ciclo de Krebs anabólico?

En la fig. 7-12 se muestra un cuadro resumen con los datos más relevantes de las vías
metabólicas vistas en este capítulo. Trate de asociar lo aprendido sobre la regulación de

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la actividad enzimática, visto en el capítulo de Enzimas, con los mecanismos regulatorios
aquí comentados. Cabe aclarar que algunas de las respuestas a las preguntas integradoras
están en dicho cuadro.

Fig. 7-12. Cuadro comparativo de las vías metabólicas vistas en este capítulo. Para cada una de ellas se describe, órgano,
organela, reactivos, productos, principales enzimas regulables, regulación enzimática (tenga en cuenta las abreviaturas),
estado metabólico, hormonas, si consume o produce energía y finalmente el tipo de vía. Note las similitudes y diferencias
entre las distintas vías.

158
Notas al pie:
1. Existen otros transportadores para la glucosa, por ejemplo los transportadores SGLT hacen un sim-
porte Na+ y glucosa en la membrana apical de los enterocitos.
2. En anaerobiosis no hay suficiente O2, al faltar el aceptor final de electrones en la cadena respiratoria,
los componentes de la cadena respiratoria y las coenzimas NADH y FADH2 quedan en estado reducido.
El NADH es un regulador alostérico negativo de varias deshidrogenasas, esto permite entender porque
en ausencia de O2 se frenan el ciclo de Krebs y la descarboxilación oxidativa del piruvato, entre otras.
3. Por suerte, hacemos fermentación homoláctica y no alcohólica (como las levaduras). Piense el por-
qué…
4. El sarcómero se estudiará en el capítulo de Potenciales de membrana.
5. La membrana mitocondrial externa es muy permeable, no frena una, sería como la defensa del SO
de l'Emyrne (Club de fútbol de Madagascar que ostenta la mayor goleada histórica perdiendo 149-0
frente al AS Adema).
6. La membrana mitocondrial interna es muy selectiva, tal como las antiguas máquinas de café de la
UNLaM que solo funcionaban con billetes de 5 pesos viejos pero en buen estado.
7. La acumulación de H+ en el espacio intermembranoso mitocondrial genera un descenso del pH en
esa zona, puesto que pH=-log [H+].
8. La molécula de UDP-glucosa fue descubierta por el científico argentino Dr. Federico Leloir, por cuyos
hallazgos se le otorgó el premio Nobel en el año 1970. Tiene hasta una vía metabólica en su honor, la
vía Leloir que involucra el metabolismo de la galactosa.
9. Las ramificaciones del glucógeno evitan un cuello de botella, múltiples glucógeno fosforilasas hacen
su trabajo al mismo tiempo aumentando significativamente la velocidad de reacción. De otra manera,
con un polímero lineal habría una cola de glucógeno fosforilasas esperando su turno, ergo la velocidad
de reacción sería muy lenta.
10. En la enfermedad de McArdle no funciona la miofosforilasa o glucógeno fosforilasa muscular. Se
produce una destrucción muscular por excesiva acumulación de glucógeno.
11. Los nucleótidos están formados por ribosa o desoxirribosa, una base nitrogenada y al menos un
grupo fosfato.
12. El Favismo es la enzimopatía más abundante en el mundo, está causada por mutaciones en el gen
que codifica para la glucosa 6 fosfato deshidrogenasa, primera enzima de la vía de las pentosas fosfato.
Los glóbulos rojos duran menos de lo normal debido a que no pueden revertir el estrés oxidativo. Una
mutación que genere una enzima completamente no funcional, es incompatible con la vida.
13. La gluconeogénesis es constitutiva en algunas especies como por ejemplo en el gato.

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Autores:
Victoria García Fournier / Juan Burdisso
Las figuras de este capítulo son propiedad intelectual de:
Pablo Patini / Juan Burdisso

Capítulo 8

Estructura y metabolismo de los lípidos


Objetivos de aprendizaje
Al finalizar la lectura del siguiente capítulo, el estudiante será capaz de:
• Comprender la estructura, nomenclatura y propiedades físico-químicas de los áci-
dos grasos.
• Conocer sobre los lípidos: su clasificación, proceso de digestión, absorción y trans-
porte en el organismo.
• Entender las características estructurales y funciones de la membrana plasmática.
• Comprender las principales rutas metabólicas relacionada con los lípidos.

Los lípidos tienen mala fama y usualmente solo se los considera como una reserva energé-
tica ¿Cree usted que realmente son malos? ¿Qué tan limitado es su repertorio funcional?

Los lípidos son componentes esenciales de nuestras células y como pocas moléculas, cum-
plen con múltiples funciones.

Antes de adentrarnos en el mundo de los lípidos vamos a ver a los ácidos grasos (AGs) y
aquí la primera aclaración ¡los ácidos grasos no son lípidos, son ácidos orgánicos! Qui-
zás la confusión radica en que los AGs son componentes estructurales de la gran mayoría
de los lípidos.

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Ácidos grasos (AG)

Un ácido graso (AG) es una biomolécula formada por una larga cadena hidrocarbona-
da lineal, de diferente longitud o número de átomos de carbono, en cuyo extremo hay
un grupo carboxilo.

En los seres vivos, los AGs por lo general tienen un número par de átomos de carbono.
Los AGs se pueden clasificar en función de la longitud de su cadena, como AG de cade-
na corta, media o larga (AGCC, AGCM y AGCL respectivamente). En las plantas y los
animales los AGs que predominan son los de 16 y 18 átomos de carbono (C16 y C18)
como son el palmítico, el oleico, el linoleico y el esteárico. Los AGs se pueden clasificar
también en función del tipo de enlace presente entre carbono y carbono. Según esta
clasificación tenemos: los AGs saturados (sin dobles enlaces), los AGs insaturados (un
doble enlace) y los AGs poliinsaturados (dos o más dobles enlaces). Recuerde que en
los AGs biológicos las insaturaciones son del tipo “cis” (fig. 8-1).

Fig. 8-1. Representaciones para un AG saturado y un AG monoinsaturado. A- Modelo molecular con esferas y
varillas y representación en zig zag para un AG saturado de 16 carbonos. B- Modelo molecular con esferas y varillas
y representación en zig zag para un AG monoinsaturado “cis” de 16 carbonos (note la curvatura que se genera en la
molécula). Se resaltan el grupos carboxilo, la cadena hidrocarbonada y los átomos de oxígeno, carbono e hidrógeno.

Los nombres triviales de los AGs son bastante complejos y en muchos casos hacen refe-
rencia a la fuente dónde fueron hallados, por ejemplo el ácido araquidónico se aisló del
maní (Arachis). Por suerte, para poder nombrarlos existe una nomenclatura simplificada,
la cual veremos a continuación.

En la nomenclatura simplificada se especifica la longitud de la cadena hidrocarbonada


y el número de dobles enlaces separados por dos puntos. Por ejemplo, para el ácido pal-
mítico que tiene 16 átomos de carbono y es saturado, se lo abrevia 16:0, al ácido oleico
de 18 carbonos con un doble enlace, es un 18:1. El ácido araquidónico de 20 carbonos
con cuatro dobles enlaces, es un 20:4. Las posiciones de los dobles enlaces se especifican

162
con exponentes que siguen a la letra griega Δ (delta). En la nomenclatura delta, el grupo
carboxilo corresponde al carbono 1. Siguiendo este criterio, el ácido oleico, cuyo doble
enlace se sitúa en el carbono 9, se especifica como 18:1 Δ9. La nomenclatura delta está
prácticamente en desuso en la actualidad.

Otra nomenclatura frecuentemente usada, es la omega (ω). Hay dos clases de AG insatu-
rados importantes, los de la serie ω3 (omega 3) y ω6 (omega 6), que indica la posición del
primer doble enlace contado desde el extremo terminal de la cadena (o sea desde el grupo
metilo). Los AG ω3 y ω6 se consideran esenciales para el ser humano, ya que no tenemos
la capacidad de sintetizarlos.

En otra nomenclatura omega1 (ω), la posición del doble enlace se informa contando
desde el grupo metilo (-CH3) que corresponde al carbono 1. Hay dos clases de AGs
insaturados importantes, los de la serie ω3 (omega 3) y ω6 (omega 6), en estos hay al
menos un doble enlace entre carbonos en la posición 3 y 6 contando desde el grupo me-
tilo. Los AGs ω3 y ω6 se consideran esenciales para el ser humano, ya que no tenemos
la capacidad de sintetizarlos (fig. 8-2).

Fig. 8-2. Representación de un AG poliinsaturado esencial. Se muestra un AG de 18 carbonos con tres dobles enlaces.
La posición del primer doble enlace es omega 3 contando desde el último carbono o grupo metilo (-CH3) o delta 9
contando desde el grupo carboxilo. Note que los demás dobles enlaces quedan carbono de por medio.

En general, en los seres vivos, el primer doble enlace aparece entre el carbono 9 y 10
contando desde el átomo de carbono carboxílico. En los AGs poliinsaturados, es fre-
cuente que los dobles enlaces aparezcan cada tres carbonos. Los enlaces triples son poco
comunes en los AGs biológicos.

Dependiendo del grado de insaturación y la longitud de la cadena hidrocarbonada va-


rían las propiedades físicas de los AGs, por ejemplo el punto de fusión, que es la tempe-
ratura en la cual se pasa del estado sólido al estado líquido.

A temperatura ambiente (25°C) los AGs saturados desde 12:0 a 24:0 tienen consistencia
cérea (grasas), mientras que los AGs insaturados de las mismas longitudes son líquidos
oleosos (aceites). Como en los seres vivos los enlaces dobles tienen la conformación
“cis”, esto genera una curvatura en la molécula y en consecuencia el empaquetamiento
no es tan ordenado, de ahí su mayor fluidez. Los AGs saturados se empaquetan más efi-
cientemente y de esta manera maximizan la atracción entre moléculas mediante fuerzas
de London (fig. 8-3).

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Fig. 8-3. Empaquetamiento de los AGs. A temperatura ambiente los AGs saturados son sólidos (grasas) ya que están
muy empaquetados y esto maximiza las interacciones del tipo hidrofóbicas o fuerzas de London. Para una mezcla de
AGs saturados e insaturados en conformación “cis”, como el grado de empaquetamiento es menor debido a las curva-
turas de las moléculas, se pierden interacciones hidrofóbicas resultando en una mayor fluidez (aceites).

Los AGs son moléculas anfipáticas, es decir, presentan una región polar o hidrofílica
(el grupo carboxilo) y una región no polar o hidrofóbica (la cadena hidrocarbonada). El
carácter ácido y la solubilidad en agua disminuyen en los AGs a medida que aumenta
la longitud de la cadena hidrocarbonada. Solo los AGCC (por ejemplo, el ácido acéti-
co², de dos carbonos) son solubles en agua y lo suficientemente ácidos.

Los AGs rara vez se encuentran libres, más bien forman parte estructural de la gran
mayoría de los lípidos.

Clasificación de los lípidos según su estructura química

Según su estructura, los lípidos se clasifican en: acilglicéridos, glicerofosfolípidos, esfin-


golípidos, glicolípidos, esteroles y lipoproteínas.

Los lípidos biológicos son compuestos cuya característica común y definitoria es su


poca solubilidad en el agua, mientras que son solubles en solventes orgánicos.

Acilglicéridos

Se obtienen por esterificación de un glicerol con uno, dos o tres AGs, dando un monoa-
cilglicérido (MAG), un diacilglicérido (DAG) o un triacilglicérido (TAG) respectiva-
mente (fig. 8-4). Los MAG y DAG son anfipáticos, mientras los TAG, también conoci-
dos como grasas neutras, son hidrofóbicos e insolubles en agua.

Fig. 8-4. Formación e hidrólisis de un triacilglicérido (TAG). Reacción de esterificación: una molécula de glicerol reacciona
con tres moléculas de AGs. Note que a partir de la unión de los tres grupos alcoholes con los tres grupos carboxilos se obtienen
tres grupos ésteres con pérdida de tres moléculas de agua. Lipólisis: por hidrólisis de los tres grupos ésteres presentes en el TAG
se obtienen un glicerol y tres AGs.

164
Glicerofosfolípidos

Derivan del ácido fosfatídico (DAG + ácido ortofosfórico). En donde el grupo fosfato
puede estar unido al menos a alguna de las siguientes cuatro moléculas: la etanolamina
o la colina (ambos aminoalcoholes), la serina (un aminoácido) o el inositol (un polial-
cohol cíclico) (fig. 8-5).

Fig. 8-5. Modelos moleculares de la fosfatidilcolina. En este glicerofosfolípido se observa la unión del carbono uno del
glicerol con un grupo fosfato, el cual a su vez está unido a la colina (observe el grupo fosfodiéster). En tanto, los carbo-
nos dos y tres del glicerol se unen a AGs a través de grupos ésteres. La cabeza polar del glicerofosfolípido se corresponde
con el grupo fosfato y el aminoalcohol (cargados negativa y positivamente a pH fisiológico), mientras que las colas
hidrofóbicas se corresponden con las cadenas hidrocarbonadas de los AGs.

Los glicerofosfolípidos son moléculas anfipáticas, fundamentales para la construcción


de las membranas biológicas. La cabeza polar de los glicerofosfolípidos comprende al
grupo ortofosfórico y la colina, por ejemplo. Los AGs por lo general tienen una longitud
entre 16 a 20 carbonos. Es frecuente que uno de los AGs sea insaturado o poliinsaturado
en conformación “cis ”.

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Esfingolípidos

Tienen como estructura básica a la ceramida3, que resulta de la unión de una esfingosi-
na o esfingol (aminoalcohol de 18 carbonos) con un AG. La cabeza polar en este tipo de
lípidos es exactamente igual a la de los glicerofosfolípidos (fig. 8-6). Uno de los esfingo-
lípidos más importantes es la esfingomielina.

Glicolípidos

Resultan de la unión de una ceramida con un monosacárido u oligosacárido, obtenién-


dose los cerebrósidos y gangliósidos, respectivamente (fig. 8-6). Estos tipos de lípidos
son muy abundantes en las membranas plasmáticas de las células del SNC.

Fig. 8-6. Cuadro comparativo mostrando similitudes y diferencias estructurales en los principales tipos de lípidos. Los
TAGs están constituidos por tres AGs y un glicerol. Los glicerofosfolípidos están formados por un glicerol, dos AGs, un
grupo fosfato y en este caso una colina. Los esfingolípidos están constituidos por un esfingol, un AG, un grupo fosfato y en
este caso una colina. Finalmente, los glicolípidos están formados por un esfingol, un AG y un monosacárido u oligosacári-
do. Note que los lípidos de reserva son hidrofóbicos, mientras que los lípidos estructurales de membrana son anfipáticos.

Esteroles

Son derivados del ciclopentanoperhidrofenantreno4. El esterol más abundante en los


animales es el colesterol, que forma parte de las membranas de todas las células euca-
riotas y también está en las bacterias como los micoplasmas (fig. 8-7). Las plantas supe-
riores contienen fitoesteroles, mientras que los hongos contienen ergosterol.

Fig. 8-7. Estructura de dos esteroles de importancia biológica. A- En la molécula de colesterol el grupo alcohol del
carbono 3 es hidrofílico, mientras que el resto de la molécula es hidrofóbico. B- El colesterol esterificado resulta de la
unión entre el grupo alcohol del colesterol con el grupo carboxilo de un AG (unión éster). Note que el colesterol libre
es anfipático, mientras que el colesterol esterificado es hidrofóbico. El comportamiento anfipático del colesterol libre le
permite ser parte estructural de las membranas biológicas.

166
Lipoproteínas

Resultan de la asociación entre distintos tipos de lípidos y proteínas. Es la forma en la


que se transportan los lípidos y vitaminas liposolubles en la sangre. Pertenecen a esta
categoría: Quilomicrón (único que transporta lípidos exógenos), VLDL, LDL (coleste-
rol malo), IDL y HDL (colesterol bueno5) (fig. 8-8).

Fig. 8-8. Estructura de un quilomicrón. En la superficie hidrofílica de esta lipoproteína encontramos proteínas y lípidos
anfipáticos (colesterol libre y fosfolípidos), mientras que en el corazón apolar encontramos lípidos hidrofóbicos (TAGs y
colesterol esterificado) y vitaminas liposolubles (D, E,K y A).

Clasificación de los lípidos según su función biológica

Los lípidos desempeñan diferentes tipos de funciones biológicas, entre las que se destacan:
- Lípidos de almacenamiento.
- Lípidos como señales.
- Lípidos estructurales de las membranas biológicas.

Lípidos de almacenamiento

Los TAGs son la clase más abundante de lípidos y son utilizados casi universalmente
como forma de almacenamiento de energía en los seres vivos. Además ocupan menos
espacio que el glucógeno y proporcionan seis veces más energía que el mismo peso de este
último, con lo cual tienen bien ganado el nombre de la “mayor reserva energética”. Una
persona almacena solo ½ Kg de glucógeno frente a los 10 Kg en promedio de TAGs. Los
TAGs y el colesterol esterificado son los únicos lípidos completamente no polares, con lo
cual no atraen agua. Los TAGs difieren según los AGs que lo conforman y en qué posición
se ubican. Los TAGs simples tienen todos sus AGs iguales (por ejemplo el tripalmitato de
glicerilo), mientras que los mixtos contienen dos o tres AGs diferentes.

Los adipocitos son las células animales especializadas en sintetizar y almacenar TAGs.
Estas células tienen enzimas llamadas lipasas, que hidrolizan los TAGs (lipólisis), li-

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berando los correspondientes AGs y el glicerol. Los AGs se movilizan por el torrente
sanguíneo unidos a la albúmina, hasta la célula que los requiera para obtener energía.

Otras funciones importantes de los TAGs son: aislante térmico, termogénesis sin tem-
blor (grasa parda o marrón), protección de órganos, etc.

Lípidos como señales

Los segundos mensajeros IP3 y DAG que derivan del glicerofosfolípido de membrana,
fosfatidilinositol bifosfato (PIP2), actúan regulando el comportamiento celular (para
mayor detalle ver el capítulo de Comunicación celular).

Un grupo de moléculas de carácter lipídico importante son los eicosanoides, los cuales
funcionan como mensajeros químicos paracrinos, que actúan solo en las células próxi-
mas al lugar donde se sintetizaron. Se sabe que intervienen en la función reproductora,
en la inflamación, la fiebre y el dolor asociados a lesiones o enfermedades, etc. Todos
son derivados del ácido araquidónico, un AG poliinsaturado de 20 carbonos (20:4 ω6).
Los eicosanoides se clasifican en: las prostaglandinas, las prostaciclinas, los tromboxa-
nos y los leucotrienos (fig. 8-17).

Otro grupo de compuestos que conforman este grupo son las vitaminas liposolubles (D,
E, K y A). Las vitaminas son compuestos esenciales para la salud del ser humano y otros
vertebrados ya que no podemos sintetizarlas, por lo tanto deben ser incorporadas con la
dieta. Las vitaminas A y D son precursores hormonales. La vitamina E actúa como an-
tioxidante y ayuda a proteger a las células de los daños causados por los radicales libres. La
vitamina K interviene en la coagulación de la sangre y el metabolismo óseo.

El colesterol además de formar parte de las membranas biológicas, es el precursor para


un gran número de hormonas esteroideas (fig. 8-16) y sales biliares. Con lo cual esto de
colesterol malo hay que “tomarlo con pinzas”, el colesterol es fundamental para la vida, el
exceso de colesterol es perjudicial, ya que le da demasiada rigidez a las membranas bioló-
gicas con riesgo de que se rompan, promueve la aterosclerosis, entre otros.

Lípidos estructurales de las membranas biológicas

Las membranas biológicas están conformadas por una bicapa lipídica que forma una
barrera para el paso de moléculas polares e iones. Los lípidos que la forman son todos
anfipáticos, por lo tanto aquí encontraremos a los: glicerofosfolípidos, glicolípidos,
esfingolípidos y colesterol libre.

Membranas biológicas

Las membranas biológicas tienen innumerables propiedades que las hacen sumamente
importantes para la existencia de los seres vivos. Son bicapas con un espesor de 5 a 8
nm. Definen los límites externos de las células y regulan el tráfico a través de ellas. En
las células eucariotas, forman parte de la gran mayoría de las organelas6. Son flexibles,
sellantes y permeables frente a los compuestos hidrofóbicos, mientras que son selectiva-
mente permeables a los solutos polares (requieren de transportadores). Las membranas
biológicas están compuestas mayoritariamente por lípidos y proteínas, pero las propor-

168
ciones de ambos varían con cada tipo de membrana, lo que les da diferente funcionali-
dad y propiedades físicas (fig. 8-9).

Fig. 8-9. Representación de una membrana plasmática. Se muestra la bicapa lipídica conformada por distintos tipos
de lípidos anfipáticos. Note que las proteínas integrales atraviesan la bicapa lipídica, mientras que las proteínas perifé-
ricas no. El glicocálix está conformado tanto por los glicolípidos como por las glicoproteínas que dan al exterior celular.

Las membranas biológicas reciben y generan señales, permiten generar gradientes, par-
ticipan en el reconocimiento celular, intervienen en la motilidad celular y son indispen-
sables para el crecimiento celular. Otra propiedad de la bicapa sumamente importante
para la célula es su capacidad de fusionarse con otras membranas sin romperse. Los
lípidos que las conforman y que van a fusionarse deben estar lo suficientemente cerca
como para excluir al agua y formar nuevas uniones hidrofóbicas. El proceso de fusión
de membranas requiere de Ca2+ y de proteínas (SNARE) que hagan de nexo entre las
dos membranas que se van a unir.

Modelo de mosaico fluido

Actualmente se acepta para las membranas biológicas el modelo de mosaico fluido, en


el cual los fosfolípidos forman una bicapa, donde las regiones apolares de las moléculas
lipídicas de cada capa están orientadas hacia el centro y sus grupos polares hacia el ex-
terior interaccionando con la fase acuosa (fig. 8-9).

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Las proteínas que conforman las membranas biológicas pueden ser integrales o peri-
féricas. Las proteínas integrales están embebidas en la bicapa, atravesándola de lado a
lado, manteniéndose allí mediante interacciones hidrofóbicas con los lípidos. Por otra
parte, las proteínas periféricas se encuentran asociadas a las proteínas integrales o a
los lípidos de membrana mediante uniones iónicas, puentes de hidrógeno, entre otras
(fig. 8-9). La mayoría de las interacciones entre los componentes de las membranas
son del tipo no covalentes.

El modelo de mosaico fluido se puede interpretar como un mar de lípidos, en el cual,


las proteínas parecen flotar, siguiendo un patrón que cambia constantemente. Si bien,
las proteínas muestran libertad de movimiento, puede que estén ancladas a estruc-
turas celulares internas (por ejemplo, el citoesqueleto de actina) impidiendo de esta
manera su difusión lateral. Algunas de estas proteínas forman aglomerados o parches,
manteniéndose juntas unas respecto de las otras, en general, para cumplir una fun-
ción en conjunto y hacer más eficiente el proceso en el que están involucradas. Hay
lípidos como el colesterol y los esfingolípidos, que forman asociaciones mixtas más
compactas que los demás, llamados balsas o “rafts” lipídicos. Estos tienen incluidas
en esa asociación determinadas proteínas que también participan en el proceso de
señalización.

La estructura y flexibilidad de estas bicapas depende tanto de la composición lipídica


como de la temperatura a la que se encuentren. A temperaturas relativamente bajas,
forman una fase de gel semisólida, mientras que a temperaturas relativamente eleva-
das por el movimiento que esto produce en las colas de los AGs, se encuentran en un
estado líquido desordenado o fluido. Lo ideal es lo que sucede a temperaturas inter-
medias, en donde se genera un estado fluido pero ordenado, con menos movimiento
térmico de las moléculas.

El colesterol de nuestras membranas, favorece este estado fluido ordenado, ya que le


da más rigidez a la bicapa. El colesterol es una molécula rígida y casi plana que ocupa
los espacios entre las colas torcidas de los fosfolípidos insaturados. A mayor grado de
saturación en los fosfolípidos, mayor es la rigidez de la membrana biológica. Dicho
de otra manera, a mayor grado de insaturación en los fosfolípidos y menor contenido
de colesterol más fluida será una membrana biológica.

Movimientos y distribución asimétrica de los fosfolípidos

Los fosfolípidos de membrana experimentan cuatro tipos de movimientos:

-Difusión lateral, las moléculas pueden trasladarse lateralmente en el plano de la mem-


brana, intercambiando lugares con las moléculas vecinas.
-Flexión, las moléculas se inclinan hacia los costados.
-Rotación, las moléculas giran sobre su propio eje.
-Flip-flop7, las moléculas pasan de una hemicapa a la otra hemicapa. Este movimiento
es el menos frecuente, requiere de enzimas y gasto de ATP (fig. 8-10).

170
Fig. 8-10. Movimientos de los fosfolípidos en una membrana biológica. Se ejemplifican los cuatro movimientos
típicos de los fosfolípidos. Note que el flip-flop es el menos frecuente de todos.

La distribución de proteínas y fosfolípidos es diferente entre las hemicapas de la mem-


brana plasmática, esto refleja una asimetría funcional. Prevalecen en la hemicapa ex-
terna: la fosfatidiletanolamina, la fosfatidilcolina, los glicolípidos y las glicoproteínas
(estos dos últimas conforman el glicocálix). En tanto, en la hemicapa interna, encon-
tramos principalmente fosfatidilserina y fosfatidilinositol, ambos con carga negativa
neta. La fosfatidilserina y el fosfatidilinositol contribuyen a la generación del potencial
de reposo de membrana (para más detalle ver el capítulo de Potenciales de membrana).
Además, como ya se comentó, el fosfatidilinositol, es el precursor del cual derivan im-
portantes segundos mensajeros (para mayor detalle ver el capítulo de Comunicación
celular). Finalmente, el colesterol se distribuye por igual entre ambas hemicapas.

Metabolismo lipídico

Las células pueden obtener AGs a partir de tres fuentes distintas: las grasas consumidas
en la dieta, las grasas sintetizadas y almacenadas en un tejido y que se exportan a otras
células (no como grasas, sino como AGs) y las grasas almacenadas en la propia célula.
Veamos esto a continuación:

Digestión, absorción y transporte de lípidos

En el intestino delgado los TAGs ingeridos en forma de partículas de grasa deben con-
vertirse en micelas microscópicas. Esta conversión la producen las sales biliares8 que
se intercalan entre las partículas de grasa y las solubilizan, haciéndolas accesibles a la
acción de la lipasa pancreática que convierte a los TAGs en DAGs y MAGs, AGs libres
y glicerol. Así éstos difunden a través de la membrana plasmática de los enterocitos, que
son las células que recubren el intestino delgado y luego en el retículo endoplásmico de
estas células son reconvertidos en TAGs y empaquetados junto con colesterol y proteí-
nas específicas formando los quilomicrones, listos para salir a la linfa.

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En los capilares de los tejidos, la enzima extracelular lipoproteína lipasa (LPL) hidroliza
los TAGs contenidos en los quilomicrones dando AGs y glicerol, los cuales son asimilados
por los tejidos. Si las células requieren de energía, entonces oxidarán a los AGs, mientras
que si no requieren de energía serán reconvertidos en TAGs a modo de reserva energética.
En la fig. 8-11 se muestra el recorrido de los quilomicrones por el organismo.

Fig. 8-11. Digestión, absorción y transporte de lípidos. Se describe el proceso de digestión lipídica a nivel intestinal,
seguido de la absorción de sus componentes a través de la mucosa intestinal (enterocitos) y posterior distribución
por el organismo. Preste especial atención a las similitudes y diferencias entre la lipasa pancreática y la lipoproteína
lipasa. Note que los lípidos deben ser hidrolizados para que luego sus componentes puedan atravesar las membranas
biológicas.

Los TAGs que sobran después del recorrido van al hígado, donde pueden ser oxidados
para obtener energía o alternativamente sirven como precursores para la síntesis de di-
versos compuestos. Cuando la dieta tiene más AGs de los que se requiere, el hígado los
empaqueta en lipoproteínas del tipo VLDL y los transporta hacia los adipocitos, donde
serán almacenados como TAGs.

Grasas sintetizadas y almacenadas en un tejido y que se exportan a otras células

Durante el ayuno, estrés o en un ejercicio aeróbico, la fibra muscular necesita de un


aporte importante de energía. Siendo las reservas de glucógeno muy finitas y conside-

172
rando que en estas células la acumulación de TAGs es despreciable, claramente esto nos
deja un problema.

¿Cómo hace la fibra muscular para continuar con sus actividades? A continuación ve-
mos como las hormonas catabólicas orquestan la movilización de los TAGs desde el
tejido adiposo hasta la fibra muscular esquelética.

Los adipocitos son células que se han especializado en la síntesis y el almacenamiento


de TAGs, de hecho los mismos ocupan casi todo su citoplasma.

Las hormonas catabólicas glucagón y adrenalina, activan la lipólisis a nivel de los adi-
pocitos. La enzima que interviene es la lipasa sensible a hormonas (LHS), la cual es
intracelular y se activa cuando está fosforilada. La LHS al hidrolizar los TAGs genera
glicerol y tres AGs (fig. 8-12, A).

Tanto el glicerol como los AGs son enviados a la sangre, usualmente el glicerol es con-
vertido en glucosa mediante la gluconeogénesis hepática (fig. 8-12, A), mientras que los
AGs viajan unidos a la albúmina, desde la cual se desprenden y de esta manera ingresan
a la fibra muscular (fig. 8-12, A).

La fibra muscular esquelética requiere de energía con lo cual tiene que poder oxidar
completamente el AG hasta CO2. Este proceso exergónico le dejará a cambio la increíble
cantidad de 129 ATP (rendimiento de un AG 16:0). Veamos a continuación los pasos
que se requieren para esto:

1) Activación del AG mediante la unión a una Coenzima A, se genera así un acil-CoA.


2) Transporte del grupo acilo hacia la matriz mitocondrial.
3) β-oxidación del AG.

En la membrana mitocondrial externa, la primera enzima que participa es la acil-CoA


sintasa, esta es responsable de activar al AG adicionándole una CoA-SH. Se gastan dos
ATP en este proceso (el ATP pasa a AMP + PPi) y se obtiene un acil-CoA (fig. 8-12, A).

Prosigue el transporte del acil-CoA hasta la matriz mitocondrial, donde va a ocurrir la


β-oxidación. Como la membrana mitocondrial interna es impermeable al acil-CoA, se re-
quiere de la lanzadera de carnitina9 para el transporte del grupo acilo hasta la matriz mi-
tocondrial. Aquí intervienen dos enzimas importantes la CAT 110 y la CAT 2 (fig. 8-12, A).

Una vez regenerado el acil-CoA en la matriz mitocondrial, estamos listos para la β-oxi-
dación (fig. 8-12, A-C).

La β-oxidación

Los enlaces -CH2-CH2- en los AGs son relativamente estables. La secuencia de β-oxida-
ción es el mecanismo que tienen las células para desestabilizar y romper estos enlaces y
aprovechar la energía que contienen cuando esta se necesita. La β-oxidación consta de
cuatro reacciones enzimáticas en las que se oxida el carbono beta y que se repiten hasta
la completa transformación del acil-CoA en moléculas de acetil-CoA, las mismas se
describen a continuación:

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1) Reacción redox catalizada por la acil-CoA deshidrogenasa, generando un doble en-
lace en la cadena hidrocarbonada (oxidación) y formando un FADH2.

2) Se adiciona agua al doble enlace previamente formado, catalizado esto por la enoil-
CoA hidratasa, se genera un grupo alcohol en el carbono beta.

3) Se deshidrogena el compuesto anteriormente formado, esto se consigue por la acción


de la β hidroxiacil-CoA deshidrogenasa, interviniendo el NAD+ como aceptor de los
electrones que se liberan en esta reacción redox.

4) Este paso está catalizado por la tiolasa11, que cataliza la reacción entre la molécula
formada anteriormente y una molécula de CoA-SH. Esta reacción genera un acetil-CoA
y un acil-CoA (con dos carbonos menos respecto al original) (fig. 8-12, B).

Los cuatro pasos que acabamos de describir se repiten a lo largo de toda la cadena
hidrocarbonada para generar acetil-CoA y coenzimas reducidas, NADH y FADH2.
Tenga en cuenta que un AG típico de 16 carbonos saturado rinde por β-oxidación, 8
acetil-CoA, 7 NADH y 7 FADH2 (para ello requirió dar 7 vueltas de la hélice de Lynen)
(fig. 8-12, C y 8-13).

El destino de los acetil-CoA es la entrada al ciclo de Krebs catabólico y esto permite la


generación de más coenzimas reducidas NADH y FADH2. Concretamente, la oxidación
del acetato unido a la Coenzima A hasta 2 CO2 mediante el ciclo de Krebs, genera 3
NADH, 1 FADH2 y 1 ATP (fig. 8-12, C).

Las coenzimas reducidas, NADH y FADH2, que se obtuvieron tanto de la β-oxidación,


como en la oxidación del acetato a dióxido de carbono por el ciclo de Krebs, entregan
sus electrones a la cadena respiratoria para permitir la síntesis de ATP por fosforila-
ción oxidativa (fig. 8-12, C).

Fig. 8-12. Catabolismo lipídico. A- En el adipocito la hormona catabólica glucagón mediante una vía de señalización
activa a la LHS por fosforilación. Los productos de la lipólisis, el glicerol y los AGs son enviados a la sangre. El glicerol
se convierte en glucosa mediante la gluconeogénesis hepática, mientras que el AG ingresa a la fibra muscular. En el
citosol de la fibra muscular esquelética, el AG se activa, luego se transporta a la matriz mitocondrial mediante la lan-
zadera de carnitina para su posterior β-oxidación. Note que la activación del AG consume 2 ATP y que las reservas
de TAGs a nivel muscular son prácticamente despreciables. B- Los productos de una vuelta de β-oxidación son: un
acetil-CoA, un acil-CoA con dos carbonos menos respecto al original y coenzimas reducidas NADH y FADH2. C- Re-
petidas vueltas de β-oxidación sobre un AG 16:0 generan más acetil-CoA y coenzimas reducidas NADH y FADH2.
Los grupos acetilos unidos a las Coenzimas A se oxidan mediante el ciclo de Krebs catabólico, dando como saldo, CO2,
ATP (GTP) y más coenzimas reducidas NADH y FADH2. Finalmente las coenzimas reducidas provenientes tanto de
la β-oxidación como del ciclo de Krebs catabólico, se oxidan en la cadena respiratoria la cual al estar acoplada a la
fosforilación oxidativa produce ATP. El rendimiento energético de un AG 16:0 es 131-2 = 129 ATP.

174
En resumen, la combustión completa del AG 16:0 generó 16 CO2, 31 NADH, 15 FADH2
y 6 ATP (8 de ganancia en el ciclo de Krebs - 2 que se gastaron al activar el AG, síntesis
del acil-CoA). Haciendo las cuentas (considerando lo visto en capítulos previos), obte-

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nemos un rendimiento de 129 ATP (fig. 8-12 y 8-13). Podemos decir que el catabolismo
lipídico es “lento”, “consume mucho oxígeno” y “rinde mucho ATP”.

Un detalle a tener en cuenta, para el caso de algunos AGs insaturados, es que se requie-
ren pasos adicionales para entrar a la β-oxidación, ya que deben tener el doble enlace en
el carbono β. Así se necesitará de una isomerasa para llegar al sustrato correcto (¡Aten-
ción! que este tipo de AGs no producirá FADH2 en una de las vueltas y lógicamente esto
modificara el rendimiento energético obtenido).

Fig. 8-13. β-oxidación de un AG 16:0. A- Esquema general del proceso. Note que se necesitaron 7 vueltas de β-oxi-
dación para generar 8 acetil-CoA. B- Fórmulas necesarias para calcular el rendimiento energético del AG. Para los
AGCL se deben restar 2 ATP debido a la activación del mismo para su transporte a la matriz mitocondrial y posterior
β-oxidación. Para los AGCC no se deben restar los 2 ATP puesto que ingresan a la matriz mitocondrial sin necesidad
de la lanzadera de carnitina.

El catabolismo de los AGs debe estar sumamente regulado, de manera que solo ocurre
cuando se requiere de energía. En el hígado el acil-CoA formado en un principio en el
citosol puede tomar dos caminos: la β-oxidación o la conversión a TAG o fosfolípidos
a cargo de enzimas diferentes (se describe más adelante en este capítulo). La vía elegida
depende de las necesidades metabólicas de la célula (entrada de los AGs a la mitocon-
dria). El malonil-CoA, un intermediario de la síntesis de AGs es un regulador alostéri-
co negativo de la carnitina aciltransferasa 1, CAT 1 (lanzadera de carnitina), por lo tan-
to, a través de esta regulación, nuestras células se aseguran la síntesis o la degradación
del AG12, nunca ambos procesos ocurren al mismo tiempo.

Grasas almacenadas en la propia célula

En células con reservas propias de TAGs como son los hepatocitos y los adipocitos, el
glucagón mediante una vía de señalización fosforila y activa a la LHS. Se hidrolizan
TAGs dando glicerol y AGs. El glicerol usualmente se convierte en glucosa mediante
gluconeogénesis en el hepatocito. Los AGs en el citosol se activan, luego se transpor-

176
tan mediante la lanzadera de carnitina a la matriz mitocondrial y finalmente ocurre la
β-oxidación propiamente dicha.

Metabolismo de los cuerpos cetónicos

En ayunos prolongados, algunas dietas en particular, ejercicios de larga duración o en


diabéticos no controlados tenemos una situación en la cual a nivel hepático hay intensa
β-oxidación y a la par gluconeogénesis.

La β-oxidación en la matriz mitocondrial de los hepatocitos, genera gran cantidad de


acetil-CoA y coenzimas reducidas NADH y FADH2. El acetil-CoA no se combina con
el oxalacetato, ya que este está siendo usado en la gluconeogénesis. En tanto, el NADH
proveniente de la β-oxidación es un regulador alostérico negativo de varias de las des-
hidrogenasas del ciclo de Krebs.

Este gran aumento de acetil-CoA en la matriz mitocondrial de los hepatocitos activa la ce-
togénesis, en donde se sintetizan los cuerpos cetónicos. Los cuerpos cetónicos son la aceto-
na, el acetoacetato y el D-β-hidroxibutirato. Notablemente, el hígado produce los cuerpos
cetónicos pero no los puede metabolizar, por lo tanto los termina exportando a la sangre.

Los cuerpos cetónicos llegan a los tejidos extrahepáticos, como ser el músculo cardíaco y es-
quelético, el sistema nervioso central13 y la corteza suprarrenal. En la matriz mitocondrial de
estas células ocurre la cetólisis, en donde los cuerpos cetónicos son convertidos en acetil-CoA.
Los grupos acetilos unidos a las Coenzimas A ingresan al ciclo de Krebs catabólico para dar
coenzimas reducidas y ATP. Como ya se comentó las coenzimas NADH y FADH2 se cambian
por ATP cadena respiratoria y fosforilación oxidativa mediante (fig. 8-14). El rendimiento
energético del acetoacetato es 24 ATP, mientras el D-β-hidroxibutirato rinde 27 ATP.

Fig. 8-14. Metabolismo de los cuerpos cetónicos. A- La cetogénesis ocurre en la matriz mitocondrial de los hepatocitos.
Luego, debido a la incapacidad de este órgano para metabolizarlos es que se exportan a la sangre. En la matriz mitocon-
drial de las células adaptadas a los cuerpos cetónicos ocurre la cetólisis cuyo producto es el acetil-CoA. B- Moléculas de
acetona, acetoacetato y β-hidroxibutirato. Note que a pH fisiológico el acetoacetato y el β-hidroxibutirato se comportan
como ácidos acidificando la sangre.

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Las personas en condiciones de inanición y los diabéticos no sometidos a tratamiento
o con un tratamiento inadecuado, producen grandes cantidades de cuerpos cetóni-
cos, por lo que contienen grandes cantidades de los mismos en sangre. La acetona es
volátil, con lo cual se pierde en la expiración y da el aliento cetónico característico
de este tipo de personas, mientras que el acetoacetato y el D-β-hidroxibutirato son
ácidos y generan acidosis metabólica, un trastorno que puede llevar a la muerte en
caso de no tratarse.

Una consideración, a diferencia de lo que ocurre con otras vías metabólicas, aquí la
síntesis y degradación de los cuerpos cetónicos ocurre en el mismo estado metabólico.

Lipogénesis o anabolismo lipídico

¿Puede el exceso de glucosa proveniente de la dieta transformarse en lípidos? La res-


puesta es ¡SÍ! El excedente de glucosa se transforma principalmente en TAGs y coleste-
rol. Creo que todos sabemos que si abusamos de los hidratos de carbono engordamos.
Veamos desde el punto de vista molecular qué está pasando:

Partamos de la base de que estamos en saciedad y lógicamente en hiperglucemia, con


preponderancia de la insulina, que aumenta la cantidad de GLUT 4 en las fibras muscu-
lares esqueléticas y en los adipocitos. Además esta hormona estimula entre otras cosas
la glucólisis.

La glucosa ingresa a los adipocitos a través del GLUT 4 para que de esta manera, sea
posible volver a la normalidad los valores de glucemia. A partir de la glucosa se lleva
a cabo la glucólisis obteniéndose piruvato. Luego de que el piruvato ingresa a la ma-
triz mitocondrial de dichas células, sufre allí la descarboxilación oxidativa dando ace-
til-CoA, NADH y CO2, proceso catalizado por el complejo multienzimático piruvato
deshidrogenasa (fig. 8-15).

El grupo acetilo unido a la Coenzima A se combina con oxalacetato dando citrato, la


enzima participante es la citrato sintasa. Luego, el citrato en vez de continuar con el ci-
clo de Krebs, sale hacia el citosol por medio de la lanzadera de citrato14 (fig. 8-15). Note
que estamos haciendo uso de una reacción de vaciado del ciclo de Krebs, concretamente
estamos en presencia del ciclo de Krebs anabólico.

El citrato una vez en el citosol es reconocido por la citrato liasa, enzima que con gasto
de ATP produce oxalacetato y acetil-CoA (fig. 8-15). Si se fija, es la reacción en sentido
opuesto respecto a la que vimos en el ciclo de Krebs anabólico.

En el citoplasma, el acetil-CoA es convertido mediante gasto de ATP y CO₂ en malo-


nil-CoA, la enzima interviniente es la acetil-CoA carboxilasa (fig. 8-15).

Luego, en el complejo multienzimático ácido graso sintasa15, ubicado en el citoplas-


ma, a partir de un grupo acetilo más la adición sucesiva de varios grupos malonil con
pérdida sucesiva de CO2 se elonga una cadena de AG en crecimiento (fig. 8-15).

La elongación del AG ocurre mediante una secuencia repetida de cuatro reacciones. Los
cuatro pasos de la biosíntesis son:

178
1) Condensación.
2) Reducción del grupo carbonilo.
3) Deshidratación.
4) Reducción del doble enlace.

En cada ciclo, la cadena hidrocarbonada se alarga de a dos carbonos. Cuando el AG


alcanza la longitud de 16 carbonos (16:0), éste abandona el complejo multienzimático
ácido graso sintasa. Para que se produzca este proceso, se necesita un donante de elec-
trones que es el NADPH y la activación de los sustratos (que en la β-oxidación se daba
por la unión a la CoA-SH) que está dada por los grupos -SH del complejo multienzimá-
tico ácido graso sintasa (fig. 8-15).

Al igual que la oxidación de los AGs, la biosíntesis está estrechamente regulada. La reac-
ción catalizada por la acetil-CoA carboxilasa es el paso limitante de la velocidad del pro-
ceso global, siendo esta enzima un importante sitio de regulación. La acetil-CoA carboxi-
lasa es activada alostéricamente mediante citrato e inhibida alostéricamente por AGCL.

El palmitato o ácido palmítico (16:0) que es el producto final del complejo multien-
zimático ácido graso sintasa puede, dependiendo de las necesidades de la célula, ser
sustrato para una serie de reacciones llevadas a cabo por elongasas que alargan aún más
la cadena del AG, obteniéndose así por ejemplo un AG 18:0 o 20:0. Los AGs, mediante
desaturasas pueden sufrir una o varias desaturaciones (formación de dobles enlaces
entre carbono y carbono), se obtiene así por ejemplo un 20:1 ω9. Tenga en cuenta que
las elongaciones y desaturaciones ocurren en el retículo endoplásmico liso (fig. 8-15).

Como las células de los mamíferos no contienen las enzimas necesarias para incorporar
insaturaciones en las posiciones omega 3 y 6, a los AGs linolénico (18:3 ω3) y linoleico
(18:2 ω6) se los considera esenciales. Recuerde que los eicosanoides, importantísimos
para el normal funcionamiento del organismo, derivan de un AG ω6.

Hasta aquí la síntesis de un AG, pero para obtener un lípido ahora se deben unir los
AGs con el glicerol.

Los AGs provenientes de la dieta o sintetizados por la vía metabólica que acabamos de
describir tienen en general dos destinos mayoritarios, la biosíntesis de TAGs para el
almacenamiento o la incorporación a fosfolípidos de membrana. Tanto los TAGs como
los glicerofosfolípidos que componen las membranas tienen precursores en común, el
acil-CoA y el glicerol 3-fosfato.

Los adipocitos, células que por excelencia sintetizan y almacenan lípidos, irónicamente
no pueden utilizar el glicerol proveniente de la dieta debido a la falta de la enzima gli-
cerol quinasa. Por lo tanto fabrican su propio glicerol 3-fosfato a partir de la reducción
del precursor glucolítico dihidroxiacetona fosfato (DHAP) (fig. 8-15). Vemos como
en los adipocitos, la glucosa aparte de aportar los carbonos para la síntesis de los AGs,
también aporta los carbono para la síntesis del glicerol.

Para células distintas al adipocito, una vez que ingresa el glicerol al citoplasma, este es
fosforilado con gasto de ATP dando el glicerol 3-fosfato, la enzima interviniente es la
glicerol quinasa.

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Los acil-CoA son formados por la acil-CoA sintasa, la misma enzima que activa a los
AGs para la β-oxidación. Luego, el proceso de acilación del glicerol 3-fosfato está cata-
lizado por las acil transferasas, dando como producto el diacilglicerol 3-fosfato o ácido
fosfatídico (fig. 8-15).

A partir del ácido fosfatídico, se puede hidrolizar el grupo fosfato e incorporar otro AG
formando un TAG, o unir al grupo fosfato la colina, la etanolamina, la serina o el inosi-
tol, formando el glicerofosfolípido correspondiente (fig. 8-15).

180
Fig. 8-15. Lipogénesis. En los adipocitos el exceso de glucosa se transforma en glicerol 3-fosfato y en AGs de distinta
longitud de cadena. La unión de estos metabolitos genera el ácido fosfatídico, quien luego puede ser convertido tanto
en TAGs como en glicerofosfolípidos. Note que glicerol proveniente del exterior celular se convierte en glicerol 3-fosfato
en todas las células menos en los adipocitos (ausencia de glicerol quinasa). Los AGs provenientes del exterior celular
(no de la síntesis endógena) se pueden usar para construir los lípidos antes mencionados.

¿Usted no se preguntó por qué no se guardó la glucosa como tal y en su lugar se nece-
sitó de semejante vía metabólica de síntesis de TAGs, en la cual además se gastó ATP y
NADPH?

La respuesta en parte, es porque los TAGs están más reducidos que los glúcidos, ergo
a la hora de degradarlos rendirán más ATP. Además, los TAGs, son completamente
hidrofóbicos, con lo cual no atraen agua. Si tuviésemos que guardar el equivalente ener-
gético de los TAGs como glúcidos pesaríamos al menos 40 Kg más por la cantidad de
agua que atraerían.

Finalmente para esta sección, responda a conciencia las siguientes preguntas integrado-
ras: ¿Es verdad que el adipocito requirió de 25 glucosas para generar 2 tripalmitatos de
glicerilos? ¿Es correcto decir que la síntesis y la degradación de un AG son vías metabó-
licas inversas? ¿Puede algún componente de los lípidos transformarse en glucosa? ¿En
cuáles de estos procesos se usó el ciclo de Krebs anabólico?

Biosíntesis de colesterol y hormonas esteroideas

En los hepatocitos el exceso de glucosa se transforma en acetil-CoA y desde esta encru-


cijada metabólica se inicia la síntesis de colesterol. La vía metabólica ocurre en el retí-
culo endoplásmico liso con gasto de ATP y equivalentes de reducción aportados por el
NADPH. Siendo la HMG-CoA reductasa16 la principal enzima regulable del proceso.

Las unidades de isopreno, intermediarios esenciales en la ruta desde el acetato al coles-


terol, son precursores de infinidad de lípidos naturales. La biosíntesis del colesterol está
sumamente regulada, ya que para la célula es un gasto energético muy grande. Existe
una relación inversa entre el aporte de colesterol proveniente de la dieta y la síntesis
endógena. La insulina y el glucagón son moduladores de la síntesis de colesterol, así
como la concentración intracelular del colesterol. La HMG-CoA reductasa se activa por
efecto de la insulina, mientras se inhibe por glucagón, mevalonato y colesterol.

Desde el hígado se exporta colesterol al resto de los tejidos como colesterol biliar, ácidos
biliares o ésteres de colesterol. El colesterol libre y sus ésteres se transportan en sangre
mediante las lipoproteínas, que como ya discutimos, son complejos macromoleculares
con proteínas específicas (apolipoproteínas). Cada lipoproteína tiene un tipo específico
de apolipoproteína que la dirige a determinados tejidos o activan enzimas que actúan
sobre sus componentes. Las LDL, por ejemplo, tienen a la apolipoproteína apoB100 que
es reconocida por receptores de LDL en las células que necesitan captar colesterol. La
unión a estos receptores lleva a la endocitosis de la lipoproteína para utilizar los lípidos
que la conforman.

En la fig. 8-16 se muestra cómo a partir del colesterol se sintetizan las distintas hormo-
nas esteroideas.

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Fig. 8-16. Síntesis de hormonas esteroideas en las glándulas suprarrenales. En la corteza de dichas glándulas a
partir del colesterol se obtienen los mineralocorticoides, los glucocorticoides y las hormonas sexuales. Se describe bre-
vemente la función de cada una de estas hormonas.

Biosíntesis de eicosanoides

En la membrana plasmática, la unión de un ligando a su receptor (del tipo GP Ia/IIa)


produce la activación de la fosfolipasa A2. La fosfolipasa A2 hidroliza el enlace éster en
la posición 2 de un glicerofosfolípido en la hemicapa interna de la membrana plasmáti-
ca, liberando un ácido araquidónico al citoplasma. Allí un grupo de enzimas convier-
ten al ácido araquidónico (20:4 ω6) en los eicosanoides. Si actúan las ciclooxigenasas17
(COX) tendremos las prostaglandinas y los tromboxanos, mientras que si actúan las
lipooxigenasas (LOX) tendremos los leucotrienos (fig. 8-17).

Fig. 8-17. Síntesis de eicosanoides. La fosfolipasa A2 hidroliza la unión éster del carbono 2 de un fosfolípido de
membrana plasmática, liberando el ácido araquidónico al citosol. Las ciclooxigenasas transforman el 20:4 ω6 en
prostaglandinas y tromboxanos, mientras que las lipooxigenasas generan los leucotrienos. Note que las ciclooxigenasas
ciclan y oxidan al sustrato, mientras que las lipooxigenasas solo oxidan al sustrato, de allí sus respectivos nombres.

182
Los eicosanoides son potentes mensajeros químicos de acción paracrina que regulan
una gran variedad de procesos importantes, entre los que destacan: la reproducción, la
inflamación, la fiebre, la coagulación, el dolor, entre otros.

A modo de cierre del capítulo, le recomendamos fuertemente para optimizar el estudio,


armar un cuadro comparativo de las vías metabólicas vistas en este capítulo del estilo
del cuadro que está al final del capítulo de Estructura y metabolismo de los hidratos de
carbono. No lo busque en internet porqué no existe.

¡Ahora sabe que los lípidos no son malos y además cumplen, como pocas moléculas,
con múltiples funciones!

Notas al pie:
1. Omega es la última letra del alfabeto griego por eso hace referencia al último carbono del AG (grupo
metilo).
2. El vinagre es una solución 5% V/V de ácido acético.
3. La ceramida resulta de la unión entre el grupo amino del esfingol con el grupo carboxilo de un AG
(grupo amida).
4. El nombre ciclopentanoperhidrofenantreno refiere a un fenantreno hidrogenado y unido a un anillo
alifático de cinco carbonos.
5. Las mujeres tienen mayor cantidad de HDL (colesterol bueno) lo cual implica un menor riesgo de
accidentes cardiovasculares.
6. Algunas organelas no tienen membranas, por ejemplo, el ribosoma, el proteasoma, los centriolos, el
citoesqueleto, etc.
7. Las células que están entrando en apoptosis mueven mediante flip-flop a la fosfatidilserina hacia la
hemicapa externa.
8. Las sales biliares actúan como detergentes biológicos.
9. Le recomendamos leer literatura idónea para entender el funcionamiento de la lanzadera de carnitina.
10. En la deficiencia de CAT 1 no se pueden oxidar AGCL, por tener un defecto en la lanzadera de car-
nitina. Esta enfermedad se caracteriza por ataques recurrentes de hipoglucemia hipocetósica por ayuno
y riesgo de insuficiencia hepática. En los pacientes con esta enfermedad se deben evitar los factores que
provocan los síntomas, como saltearse comidas o hacer demasiado ejercicio físico.
11. En química orgánica, un tiol es un compuesto que contiene un grupo funcional formado por un
átomo de azufre y un átomo de hidrógeno (-SH). La tiolasa cataliza la ruptura de un enlace covalente
mediante el uso de una CoA-SH.
12. La síntesis y la degradación del AG podrían ser interpretados “como mecanismos inversos”, puesto
que en el primero se va reduciendo la molécula mientras que en el segundo se va oxidando. Lógicamente
se requieren de: enzimas, localizaciones subcelulares, hormonas y hasta estados metabólicos diferentes.
13. El sistema nervioso central, que consume preferentemente glucosa como combustible, puede adap-
tarse al uso de cuerpos cetónicos en condiciones de inanición.
14. Mediante la lanzadera de citrato no cruzó por la membrana mitocondrial interna toda la molécula
de acetil-CoA, en su lugar cruzó el acetato a través de la unión a otra molécula, el oxalacetato dando
citrato. Luego en el citoplasma el citrato regenera acetil-CoA y oxalacetato. Los acetil-CoA de la matriz
mitocondrial y citosólicos no son intercambiables.
15. El complejo multienzimático ácido graso sintasa es un dímero y cada subunidad posee varios sitios
activos diferentes.
16. La HMG-CoA reductasa es inhibida por las estatinas, estos fármacos se usan para bajar el colesterol.
17. Las ciclooxigenasas son inhibidas por la aspirina (ácido acetilsalicílico), este fármaco pertenece al
grupo de los antiinflamatorios no esteroideos (AINE).

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Autores:
Zulema Duva / Juan Burdisso
Las figuras de este capítulo son propiedad intelectual de:
Pablo Patini / Juan Burdisso

Capítulo 9

Hormonas
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar la lectura del siguiente capítulo, el estudiante será capaz de:
Al finalizar la lectura del siguiente capítulo, el estudiante será capaz de:
• Comprender clasificación según naturaleza química de las hormonas, características
principales y función como mensajeros químicos.
• Entender mecanismos de regulación de secreción y transporte de las hormonas.
• Comprender sobre los receptores hormonales: naturaleza química, ubicación celular
y función biológica.
• Distinguir entre primer y segundo mensajero.
• Conocer las principales glándulas de secreción endócrina y exocrina.

De la misma manera que la comunicación es uno de los pilares de la vida en sociedad, nues-
tras células se comunican entre sí para poder trabajar coordinadamente. Los neurotrans-
misores permiten la comunicación entre neuronas, entre neuronas con glándulas y entre
neuronas con fibras musculares. Las citoquinas son los mensajeros químicos empleados por
las células del sistema inmunológico, mientras que las hormonas representan una forma de
comunicación general para la gran variedad de células que conforman al organismo. Algu-
nos mensajeros viajan grandes distancias, mientras otros tienen acción local. Tan importan-
te como generar un mensaje es poder recibirlo, para ello las células disponen de receptores
específicos. A continuación, desarrollaremos con más detalle estos temas.

Las hormonas como mensajeros químicos

Las hormonas son moléculas orgánicas de distinta naturaleza química, sintetizadas en las
glándulas y tejidos endócrinos. Las glándulas endócrinas, secretan hormonas a la circula-
ción general y la sangre las transporta hasta los diferentes tejidos, donde ejercen su acción.

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Las hormonas se comportan como mensajeros químicos, actuando a la distancia y en
forma selectiva sobre receptores específicos que posee la célula diana (blanco o target).
La célula diana es la que recibe la señal, desencadenando respuestas celulares diferentes,
como son la contracción de un músculo, la secreción de alguna sustancia, o cambios en
la actividad celular, entre otros ejemplos (fig. 9-1).

Fig. 9-1. Glándulas endócrinas. Las células que conforman una glándula endócrina producen y liberan hormonas al
torrente sanguíneo. Las hormonas pueden viajar grandes distancias y entregar su mensaje en las células diana dotadas
del receptor específico.

La diversidad de hormonas, como así también la variabilidad de respuestas que cada


una de ellas origina en el órgano diana, permite controlar diferentes funciones del or-
ganismo como por ejemplo: crecimiento, metabolismo, equilibrio electrolítico, repro-
ducción, comportamiento, etc.

Al finalizar este capítulo, encontrará un cuadro (fig. 9-6) donde se describen las princi-
pales glándulas/tejidos endócrinos, preste especial atención a las hormonas producidas,
su naturaleza química y sus principales funciones.

El conjunto de glándulas y tejidos endócrinos, conforman el sistema endócrino. Hoy


en día es más acertado hablar de un sistema neuroendócrino, ya que existe un diálogo
entre ambos sistemas. La actividad de una glándula puede estar regulada tanto por vía
hormonal, como neuronal. De manera análoga, las hormonas pueden afectar la activi-
dad neuronal, estimulando o inhibiendo la liberación de neurotransmisores.

Debemos hacer la distinción entre una glándula endócrina o de secreción interna y una
glándula exócrina o de secreción externa. Las primeras no poseen conductos excreto-
res, sino que liberan sus productos directamente a los capilares sanguíneos, mientras
que las segundas, utilizan conductos especializados para liberar sus secreciones hacia
las superficies internas o externas del cuerpo. Algunos ejemplos de glándulas endócri-
nas son: la tiroides, la hipófisis1, los riñones, el intestino, etc. Las glándulas sudoríparas
y sebáceas son ejemplos de glándulas exócrinas. Algunas glándulas poseen los dos tipos
de secreción y reciben el nombre de glándulas mixtas, como por ejemplo, el páncreas,
el hígado, los ovarios y los testículos.

186
En la fig. 9-2 se muestran las principales glándulas que componen el sistema endócrino
humano. En el sistema endócrino humano se incluyen:

-El eje hipotálamo-hipófisis.


-La pineal.
-La tiroides.
-Las suprarrenales.
-Los ovarios y testículos.
-El páncreas.

Fig. 9-2. Eje hipotálamo-hipófisis-glándula/tejido blanco. Proyecciones neuronales del hipotálamo conforman la
neurohipófisis. Desde aquí se liberan hormonas como la vasopresina y la oxitocina. Por otra parte, el hipotálamo
libera a la circulación (sistema porta hipofisario) hormonas reguladoras de la adenohipófisis. Como consecuencia, la
adenohipófisis secreta una serie de hormonas, como por ejemplo ACTH, TSH entre otras. Las hormonas adenohipo-
fisarias impactan en los distintos órganos o glándulas blanco regulando su actividad.

Regulación de la secreción hormonal

El funcionamiento de las glándulas endócrinas está regulado por el sistema nervioso


central, a través del hipotálamo, parte del encéfalo situado por debajo del cerebro, que
recibe la señal de estímulos nerviosos y secreta factores de liberación hormonal, que
son sustancias que excitan o inhiben la actividad de la glándula hipófisis. El hipotálamo
regula funciones de gran importancia para el organismo como la temperatura, la sed,
el hambre, etc.

La secreción hormonal por parte de las diferentes glándulas del sistema endócrino, está
sujeta a un estricto control a través de mecanismos denominados de retroalimentación
o "Feedback”, cuya función es mantener la homeostasis o equilibrio del organismo.

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Dentro de la variedad de hormonas hipofisiarias, se encuentran las hormonas tróficas,
que se caracterizan por actuar sobre otras glándulas del sistema, estimulando en ellas la
producción hormonal. La glándula hipófisis es sensible a las variaciones de concentra-
ción de algunas de las principales hormonas que circulan en la sangre, de tal forma que,
si la concentración de alguna de estas disminuye, la hipófisis aumentará la secreción
de hormonas estimuladoras o tróficas que actuarán sobre la glándula correspondiente,
para nivelar el descenso, esto se conoce como retroalimentación positiva. Lo contrario
ocurrirá si la concentración en sangre de alguna de esas hormonas, fuese superior a
lo normal, entonces la hipófisis disminuirá la secreción de hormonas estimuladoras o
tróficas, lo cual se conoce como retroalimentación negativa. La fig. 9-3 muestra la re-
gulación hormonal por retroalimentación en la gametogénesis masculina.

Fig. 9-3. Regulación de la gametogénesis masculina por feedback negativo. Distintos neurotransmisores en el sistema
nervioso central, dan la orden al hipotálamo de que secrete la hormona liberadora de gonadotropinas, está le da la
orden a la adenohipófisis de que secrete las hormonas luteinizante y folículo estimulante. Estas hormonas impactan
en los testículos (gónadas masculinas) y como consecuencia se estimula la espermatogénesis (formación de esperma-
tozoides) y la esteroidogénesis. En la esteroidogénesis, se sintetizan y liberan a sangre hormonas sexuales masculinas,
como por ejemplo la testosterona, la cual produce un feedback o retroalimentación negativa tanto sobre la hipófisis
como el hipotálamo.

La retroalimentación negativa evita la actividad excesiva de los sistemas hormonales


o la hiperactividad del tejido diana. Mientras que la retroalimentación positiva, pue-
de dar lugar a un incremento de las concentraciones hormonales.

Es importante destacar que además del control de la secreción hormonal por retroali-
mentación positiva y negativa, la liberación de estos mensajeros químicos está sometida
a variaciones periódicas, que dependen de los cambios de estación, de las distintas
etapas del desarrollo, del envejecimiento y del ritmo circadiano.

188
Clasificación de las hormonas según su naturaleza química

Según su composición química, las hormonas se clasifican en:

Esteroideas

Son hormonas que se sintetizan a partir del colesterol y liposolubles por lo tanto de
carácter hidrofóbico. Una vez sintetizadas, no se almacenan, sino que se difunden
a través de las membranas celulares, penetran en el líquido intersticial y luego a la
circulación general donde son transportadas por medio de proteínas específicas. Por
ejemplo: glucocorticoides, aldosterona y andrógenos sintetizadas por la corteza su-
prarrenal, estrógenos y progesterona sintetizadas por los ovarios y testosterona sinte-
tizada por los testículos.

Derivadas del aminoácido tirosina

Son hormonas secretadas por la glándula tiroides y la médula suprarrenal. En los


folículos de la glándula tiroides, se sintetiza y almacena el coloide. Desde el punto de
vista químico, el coloide está constituido por la proteína tiroglobulina, que es el pre-
cursor de las hormonas tiroideas, la triyodotironina (T3) y la tiroxina (T4), únicas
hormonas conteniendo Iodo. Cuando se separan las hormonas de la tiroglobulina y
debido a que son poco polares, atraviesan las membranas por difusión. La mayoría de
las hormonas tiroideas, se unen a una proteína transportadora llamada globulina liga-
dora de tiroxina y de esta manera viajan por sangre, hasta llegar a los tejidos blancos.

Las catecolaminas2 (adrenalina y noradrenalina) se sintetizan en las células cromafi-


nes de la médula suprarrenal. Estas hormonas, se almacenan en vesículas, para luego
ser liberadas por exocitosis. Una vez que entran a la circulación general, permanecen
en el plasma en forma libre y eventualmente pueden unirse a otras moléculas.

Péptidos y proteínas

La mayoría de las hormonas en el organismo son péptidos o proteínas. En general,


los péptidos están formados por una cadena conteniendo hasta 100 residuos ami-
noacídicos, mientras que sí la cadena supera los 100 residuos, se la considera una
proteína. Las hormonas peptídicas y proteicas, se sintetizan en el retículo endoplas-
mático rugoso de las células endócrinas. En principio se forman proteínas de gran
tamaño sin actividad biológica (pre-pro-hormona) y se escinden en el propio retículo
endoplasmático, dando lugar a moléculas de menor tamaño (pro-hormona), las que
pasan al aparato de Golgi y se encapsulan formando vesículas secretoras. Las enzimas
de las vesículas, dividen a las pro-hormonas y producen hormonas más pequeñas, con
actividad biológica y fragmentos inactivos. Las vesículas se almacenan en el citoplasma
y muchas de ellas no se fusionan a la membrana plasmática, hasta que se necesite su
secreción o exocitosis (fig. 9-4).

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Fig. 9-4. Producción de hormonas peptídicas en una célula endócrina. El proceso de síntesis proteica comienza con
un ribosoma unido a la superficie del retículo endoplasmático (RER), el péptido neoformado, la pre-prohormona cae
en el lúmen de dicha organela, donde luego de un proceso de clivaje se convierte en la prohormona. La prohormona es
enviada mediante vesículas al complejo de Golgi, donde usualmente sufre nuevas modificaciones. Posteriormente, en
una vesícula secretora la prohormona termina su maduración a hormona. Este proceso de producción y liberación de
proteínas al exterior se conoce como vía secretoria.

Los efectos provocados por las hormonas sobre la célula diana pueden ser del tipo:

-Trófico: altera el metabolismo de otro tejido endócrino. Por ejemplo: Gonadotropina.


-Estimulante: promueve la actividad del tejido. Por ejemplo: Prolactina.
-Inhibitorio: disminuye la actividad en un tejido. Por ejemplo: Somatostatina.
-Antagonista: un par de hormonas tienen efectos opuestos entre sí. Por ejemplo: Insu-
lina y Glucagón.
-Sinergista: dos hormonas en conjunto tienen un efecto más potente que cuando ac-
túan por separado. Por ejemplo: Hormona de crecimiento y T3.

A continuación enunciamos las principales características de las hormonas:

-Tienen una estructura química específica.


-Son transportadas en la sangre.
-Regulan procesos fisiológicos.
-Son activas en pequeñas concentraciones.
-Se sintetizan según la necesidad del organismo.
-Tienen receptores específicos.
-Se inactivan una vez cumplida su función.
-Cuentan con un sistema de autorregulación, retroalimentación positiva y negativa.

Transporte de hormonas por la sangre

La cantidad de hormona que produce una glándula endócrina es generalmente peque-


ña, y su concentración en sangre está muy diluída, aproximadamente 1 picogramo de
hormona por cada mililitro de sangre3. De igual forma, los ritmos de secreción de las

190
distintas hormonas son muy pequeños y se miden en microgramos o miligramos por
día.

La mayor parte de las hormonas son liberadas por las células que forman una glándula
endócrina, solo después de que un estímulo hormonal o nervioso llega a esas células.
Otras veces, las células endócrinas reciben señales de algunos factores que tratan de
inhibir la liberación de estas sustancias y de esta manera, regulan su concentración en
la sangre.

Una vez que las hormonas entran a la circulación general, pueden necesitar o no de
proteínas transportadoras para viajar por la sangre. Las hormonas hidrosolubles via-
jan libremente, sin embargo las hormonas que no son hidrosolubles, es decir, que son
hidrofóbicas, poco polares o apolares, necesitan asociarse con proteínas para su trans-
porte. Esta asociación entre hormona hidrofóbica y proteína transportadora, involucra
interacciones del tipo no covalentes. La gran mayoría de las proteínas plasmáticas trans-
portadoras, se sintetizan en el hígado, como por ejemplo la albúmina.

Las hormonas hidrofílicas (péptidos, proteínas y catecolaminas) se disuelven en el plas-


ma y se transportan desde su origen hasta los tejidos dianas. Mientras que las hormo-
nas hidrofóbicas (esteroideas y tiroideas) circulan unidas a las proteínas plasmáticas.

El transporte mediado por proteínas tiene tres funciones:

-Mejorar el transporte de las hormonas hidrofóbicas.


-Evitar la pérdida de hormonas, especialmente las más pequeñas por filtración a través
del riñón y su salida del organismo por la orina.
-Proporcionar una reserva de hormona en la sangre, que asegure concentraciones ade-
cuadas a medida que van actuando en sus receptores.

Las hormonas que circulan unidas a las proteínas no pueden acceder a sus células dia-
nas, para esto deben disociarse de las proteínas plasmáticas para adquirir actividad bio-
lógica. Solo las hormonas libres, son capaces de interactuar con un receptor y cumplir
con su función de mensajero.

Receptores de hormonas

Los receptores son proteínas o glicoproteínas de gran peso molecular. La unión de un


receptor a su respectivo ligando (hormona) produce una respuesta celular. La célula
diana posee entre 2000 y 100000 receptores específicos para la acción de una hormona
determinada.

Las hormonas pequeñas e hidrofóbicas atraviesan fácilmente las membranas biológicas,


encontrando sus receptores en el citosol o en el núcleo de las células. Los complejos hor-
mona-receptor, actúan como factores de transcripción, estimulando la síntesis proteica
(fig. 9-5, B).

En contraste, las hormonas grandes e hidrofílicas al no poder atravesar las membranas


biológicas, requieren de receptores ubicados en la superficie de la membrana plasmáti-
ca. Este ligando extracelular es considerado como primer mensajero.

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Fig. 9-5. Receptores de hormonas. A- Localización de receptores para hormonas según la naturaleza química de la
hormona. Las posibles localizaciones son membrana plasmática, citosol y núcleo. La hormona se considera un primer
mensajero cuando está unida al receptor en la membrana plasmática. B- Las hormonas esteroideas y tiroideas tienen
sus receptores en citoplasma y núcleo. Los complejos hormona-receptor activan la expresión de genes (transcripción) y
ocasionan la síntesis de proteínas (traducción).

Como consecuencia de la interacción ligando-receptor en la membrana plasmática (fig.


9-5, A), se desencadena una cascada de reacciones o vía de señalización, también co-
nocida como transducción de la señal en la célula blanco. En la vía de señalización se
producen moléculas o iones que actúan como segundos mensajeros. Estos serán los
encargados de orquestar las distintas respuestas celulares, como por ejemplo, modificar
el metabolismo a través de la regulación de la actividad de las enzimas (alosterismo,
modificación covalente, etc). Algunos segundos mensajeros destacados son el AMPc, el
GMPc, el Ca2+, el IP3 y el DAG.

Un mayor detalle sobre los distintos tipos de receptores y vías de señalización se verá en
el capítulo de Comunicación celular.

Maravíllese con los mecanismos regulatorios y su rol en la homeostasis, puesto que hay
regulación de eventos tanto a nivel celular, como a nivel del organismo. Estos eventos no
deben ser vistos como independientes. Reflexione sobre las analogías y dependencias
entre regulación de la secreción hormonal por retroalimentación o feedback positivo
y negativo y regulación de la actividad enzimática, por ejemplo, mediante reguladores
alostéricos positivos y negativos o por modificación covalente.

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194
Fig. 9-6. Cuadro con las principales glándulas/tejidos endócrinos. Para cada glándula/tejido se mencionan las hor-
monas producidas, sus principales funciones y la naturaleza química de dicha hormona.

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Notas al pie:
1. El premio Nobel argentino Bernardo Houssay, contribuyó con notables hallazgos sobre el rol de la
hipófisis en la regulación del metabolismo de los hidratos de carbono.
2. La adrenalina, una catecolamina, actúa como hormona y neurotransmisor.
3. Concentraciones tan diluidas, como el equivalente a un granito de sal de mesa disuelto en una pileta
olímpica. Luego del capítulo de Sistema de unidades y soluciones ¿No está tentado en empezar a hacer
cuentas?

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Autores:
Zulema Duva / Juan Burdisso
Las figuras de este capítulo son propiedad intelectual de:
Pablo Patini / Juan Burdisso

Capítulo 10

Comunicación celular
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar la lectura del siguiente capítulo, el estudiante será capaz de:
• Entender las principales formas de comunicación celular.
• Conocer las vías de señalización y moléculas involucradas en el proceso como así
también las características de los receptores.
• Comprender el rol de los segundos mensajeros.
• Diferenciar funcionalmente un agonista de un antagonista.
• Comprender mecanismos y causas de desensibilización de un receptor.

Durante el desarrollo de los organismos multicelulares complejos como los eucariotas su-
periores, grupos de células adquirieron funciones diferenciadas y establecieron relaciones
entre ellas que permitieron el funcionamiento armónico y coordinado del organismo como
un todo.

Como mencionamos en el capítulo de Hormonas, para que dos células se comuniquen entre
sí, tiene que haber una célula inductora que sintetice y libere la señal o mensajero químico y
otra célula diana (blanco o target) que es quien a través de un receptor específico1 recibe la
señal. La distancia entre ambas células puede ser cercana o distante y los mensajeros quími-
cos implicados en la comunicación celular pueden ser hormonas, factores de crecimiento,
citoquinas, neurotransmisores, entre otros.

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Tipos de mensajeros químicos

Las células utilizan diversos tipos de moléculas que, generalmente, ellas mismas sinte-
tizan, para enviar señales. En cuanto a la naturaleza química del mensajero, este puede
ser, una proteína, un péptido, un aminoácido, un nucleótido, un esteroide, un derivado
de ácido graso e incluso un gas disuelto, entre otros (fig. 10-1).

Fig. 10-1. Moléculas señalizadoras. Distintos mensajeros químicos y su naturaleza química.

Ciertos gases, actúan como moléculas señalizadoras, difundiendo fácilmente, desde las
células que los producen y atravesando las membranas plasmáticas de las células dianas
para unirse directamente a enzimas intracelulares sin requerir de receptores específi-
cos. Este es el caso del óxido nítrico (NO) producido por las células del endotelio de
los vasos sanguíneos, señal que permite la relajación de las células del músculo liso del
propio vaso y, por lo tanto, la vasodilatación (fig. 10-2). Note que este es un mecanismo
excepcional de comunicación en la cual interviene un mensajero químico sin participa-
ción de un receptor.

198
Fig. 10-2. Señalización mediada por el óxido nítrico (NO). A- Estructura de un vaso sanguíneo de pequeño calibre
mostrando células endoteliales, lámina basal, células del músculo liso y un terminal nervioso asociado. B- Una termi-
nal nerviosa libera acetilcolina. La unión de la acetilcolina a un receptor específico en la membrana plasmática de la
célula endotelial genera una vía de señalización que culmina con la conversión del aminoácido arginina en el gas NO.
El NO difunde hacia el interior de la célula del músculo liso más próxima activando a la enzima guanilato ciclasa,
quien a partir del GTP produce el segundo mensajero GMPc. Esto relaja a la célula del músculo liso de las paredes del
vaso, que se dilatan y aumenta el flujo de sangre (vasodilatación).

Formas de señalización

En cuanto a las formas señalización, las podemos clasificar de la siguiente manera:

-Señalización autocrina: las células sintetizan y secretan mensajeros químicos que pasan
al líquido extracelular, allí actúan sobre receptores en la membrana plasmática de la pro-
pia célula. Ejemplo: varias moléculas señalizadoras regulan la inflamación en el sitio de
una infección o controlan la proliferación celular durante la cicatrización de las heridas.
La interleucina 2 induce proliferación celular en los linfocitos (fig. 10-3, A).

-Señalización paracrina: en este caso, las células elaboran y secretan mensajeros quími-
cos hacia el medio extracelular, los que difunden y llegan a receptores en las membranas
plasmáticas de las células vecinas, sobre las que ejercerán su acción. Ejemplo: señalización
mediada por los eicosanoides (fig. 10-3, B).

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-Señalización dependiente del contacto: el mensaje se envía cuando un receptor anclado
en la membrana plasmática de la célula emisora se une a un receptor ubicado en la mem-
brana plasmática de la célula vecina. Ejemplo: unión mediada por cadherinas (interaccio-
nes homofílicas), unión entre selectinas y glicoproteínas (interacciones heterofílicas) (fig.
10-3, C).

-Señalización endócrina: es un tipo de comunicación celular mediada a través de hormo-


nas sintetizadas por las células endócrinas, y secretadas al torrente sanguíneo. Este tipo
de mensajeros químicos viajan por la sangre para ejercer una acción reguladora sobre las
células diana dotadas de un receptor específico y localizadas habitualmente a distancias
considerables. Ejemplo: parte del páncreas es una glándula endócrina que produce insuli-
na y glucagón, hormonas que regulan la glucemia (fig. 10-3, D).

-Señalización neuronal: las neuronas pueden enviar mensajes a través de largas distancias
en forma rápida y específica hasta llegar a la célula diana. La información se transmite de
dos maneras diferentes según el tipo de contacto o sinapsis entre una célula presináptica
y otra célula postsináptica:

a. Cuando el contacto entre las membranas plasmáticas de ambas células es muy íntimo el
mensaje podrá transmitirse a través del pasaje de iones y pequeñas moléculas por medio
de uniones GAP. Ejemplo: uniones GAP en algunas sinapsis en el miocardio.

b. Cuando se trata de una sinapsis química, en que el contacto no es íntimo, la neurona


presináptica es capaz de liberar neurotransmisores al espacio intercelular, los que se unen
a receptores específicos de la membrana plasmática de la neurona postsináptica, transmi-
tiendo así la información (fig. 10-3, E).

200
Fig. 10-3. Distintas formas de señalización. A- Autocrina: la célula secreta un mensajero químico, el cual hace efecto, al
unirse a receptores en la membrana plasmática de la propia célula. B- Paracrina: la célula secreta un mensajero químico,
el cual hace efecto, al unirse a receptores en la membrana plasmática de las células próximas. C- Dependiente del contacto:
receptores en la membrana plasmática de una célula interactúan con receptores en la membrana plasmática de la célula
vecina. D- Endócrina: células endócrinas liberan un mensajero químico a la sangre, el mismo viaja grandes distancias
entregando el mensaje en las células dianas dotadas de los receptores específicos. E- Neuronal (sinapsis química): la neu-
rona presináptica se comunica mediante neurotransmisores con la neurona postsináptica.

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Mensajeros químicos y comportamiento celular

Las células necesitan de múltiples señales para vivir, dividirse y diferenciarse, si no reciben
estas señales pueden entrar en apoptosis2. De esta forma cada tipo celular presenta recep-
tores específicos que le permiten responder a diferentes señales producidas por otras cé-
lulas. Estas moléculas señalizadoras trabajan en conjunto para regular el comportamiento
celular (fig. 10-4).

Fig. 10-4. Las células dependen de múltiples señales extracelulares. La combinación de distintos mensajeros químicos
induce distintas respuestas celulares. La ausencia de factores tróficos induce la muerte celular programada (apoptosis).

Distintos tipos de receptores

La célula diana es capaz de responder al mensajero químico, siempre que esté presente un
receptor específico para esa señal. La ubicación de los receptores depende de la composi-
ción química del ligando. Las moléculas hidrofílicas o hidrosolubles, no pueden atravesar
la membrana plasmática de la célula diana, es así que los receptores se encuentran en la su-
perficie de la membrana plasmática y una vez que detectan la llegada de un ligando activan
una ruta de transmisión, amplificación y transducción de la señal que se propaga hacia el
citoplasma y/o el núcleo celular.

En contraste, las moléculas hidrofóbicas o liposolubles, como las hormonas esteroideas y ti-
roideas, pueden penetrar la membrana plasmática y unirse a receptores citosólicos y nuclea-
res correspondientes, actuando como factores de transcripción y por lo tanto promoviendo
la síntesis proteica.

Recuerde, mientras más pequeña e hidrofóbica sea una molécula, más fácilmente atrave-
sará las membranas biológicas (por lo tanto tendrá receptores intracelulares), en contraste,
mientras más grande e hidrofílica sea una molécula, menor chance tendrá de atravesar
la membrana plasmática y necesitará, en este caso, de receptores en la superficie celular.

Receptores intracelulares

Los receptores intracelulares se encuentran libres e inactivos en el citosol o en el núcleo


de la célula mientras no estén unidos a sus ligandos. Cuando las moléculas señalizado-

202
ras se unen a estos receptores, se produce un cambio conformacional y pueden actuar,
unidos en forma dimérica, en segmentos reguladores específicos de determinados ge-
nes como activadores o represores genéticos. Ejemplo: las hormonas esteroideas (es-
trógenos, progesterona, andrógenos y corticoides) y las hormonas tiroideas (T3 y T4)
regulan la expresión de un amplio número de genes.

Receptores en la membrana plasmática

Las hormonas peptídicas, los neurotransmisores y los factores de crecimiento se unen a


receptores en la membrana plasmática. Estos receptores de superficie celular reciben men-
sajeros químicos del medio y transducen ese primer mensaje en una señal intracelular que
genera una cascada de señalización, proceso por el cual se generan varios segundos men-
sajeros que van amplificando la señal con la consecuente respuesta celular. La respuesta
celular puede ser muy variada, como ser activar o inhibir vías metabólicas, modificación
de la forma o del movimiento celular y modificación de la expresión genética, entre otras.
También existen proteínas interruptoras que inactivan el proceso, ya que la vía de señali-
zación no puede permanecer activa en todo momento, sino que debe volver a su estado de
inactividad para recuperarse y estar preparada para transmitir otra señal.

Estos receptores son proteínas integrales de membrana, entre los que encontramos:

1-Receptores ionotrópicos o canales iónicos (fig. 10-5, A).


2-Receptores metabotrópicos o acoplados a proteínas G, (GPCR)(fig. 10-5, B).
3-Receptores con actividad enzimática (fig. 10-5, C).
4-Receptores sin actividad catalítica pero asociados a enzimas.

Fig. 10-5. Receptores en membrana plasmática. A- Receptor ionotrópico: proteína canal que se abre en presencia de
un mensajero químico permitiendo el ingreso de iones específicos. B- Receptor metabotrópico o Acoplado a Proteína G
(GPCR), la unión de un ligando al dominio extracelular del receptor produce cambios conformacionales en el mismo,
con lo cual, se activa una proteína G asociada, luego la proteína G puede activar a una enzima o canal iónico próximo.
C- Receptor con actividad catalítica: la unión de un ligando al dominio extracelular del receptor produce cambios confor-
macionales que conllevan a la activación del dominio catalítico citoplasmático.

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A continuación describiremos estas familias de receptores:

1-Receptores ionotrópicos o canales iónicos

Estos receptores son específicos del sistema nervioso y de otras células con excitabilidad
como las células musculares. Están formados por asociaciones de proteínas que forman
un canal iónico a través de la membrana, el cual se abrirá cuando se une a un neurotrans-
misor o al ligando correspondiente, cambie el voltaje en la célula o se estire la membrana
plasmática. Son receptores de neurotransmisores como la acetilcolina, el glutamato y el
GABA (ácido gamma aminobutírico) (fig. 10-6).

Fig. 10-6. Receptores ionotrópicos. A- Apertura de canal iónico por estiramiento mecánico de la membrana plasmáti-
ca. B- Apertura de canal iónico por diferencias de voltaje (iones). C- Apertura de canal iónico por interacción con un
ligando extracelular. D- Apertura de canal iónico mediante vía de señalización en la que está involucrada un GPCR.
Receptores de la acetilcolina: ionotrópico o nicotínico y metabotrópico o muscarínico.

Es así que, la unión del glutamato a sus receptores ionotrópicos permite el paso de iones
Na+, K+ o Ca²+ produciendo una despolarización de la neurona (excitación), mientras que
el GABA da lugar al paso de iones Cl-, originando una hiperpolarización (inhibición).

Son transductores muy rápidos de la señal, ya que en pocos milisegundos son capaces de
modificar el potencial de reposo de la membrana plasmática, permitiendo la generación de
corrientes iónicas que pueden ser conducidas a lo largo del axón de una neurona. En sínte-
sis, son receptores de respuesta rápida y de corta duración.

2-Receptores metabotrópicos o acoplados a proteína G

Son receptores de distribución ubicua, producen respuestas lentas, pero la duración de sus
efectos es de largo plazo. La unión a un ligando permite la generación o degradación de
segundos mensajeros, produciendo cambios a nivel metabólicos o en la expresión génica.

Estos receptores, atraviesan siete veces la membrana plasmática. Poseen un dominio extra-
celular de unión al ligando, otro dominio corresponde a la porción transmembrana y un ter-
cer dominio intracelular que interacciona con una proteína G. La proteína G recibe su nombre

204
por estar asociada a GTP (guanosina trifosfato). Estas proteínas tienen actividad GTPasa y
son capaces de hidrolizar la molécula de GTP a GDP (guanosina difosfato), pasando de un
estado activo a otro inactivo. Las proteínas G son heterotriméricas, de gran tamaño y están
formadas por 3 subunidades: alfa, beta y gamma que se encuentran unidas entre sí y al GDP
cuando están inactivas.

Cuando el receptor de membrana se une a un ligando, este cambia su conformación y la pro-


teína G se activa liberando GDP y aumentando su afinidad por GTP. De esta forma, se diso-
cian las subunidades beta-gamma y alfa-GTP, siendo esta última capaz de interaccionar con
enzimas como la adenilato ciclasa o la fosfolipasa C. Estas enzimas activas amplifican la señal a
través de la generación de segundos mensajeros. Una vez cumplida la señalización, las subuni-
dades beta y gamma aumentan su afinidad por la subunidad alfa cargada con GDP formando
nuevamente el heterotrímero, dejando el sistema en reposo nuevamente (fig. 10-7).

Fig. 10-7. Vía de señalización de un GPCR. El ligando, en este caso una hormona o neurotransmisor, es considerado un
primer mensajero puesto que interacciona con el dominio extracelular de un GPCR. Como consecuencia de dicha interac-
ción, hay un cambio conformacional en el receptor, lo que permite que uno de los loops citoplasmáticos interaccione con la
proteína G trimérica inactiva unido a GDP. En el estado activo se disocia la subunidad alfa unida al nucleótido GTP, está
a su vez activa a la adenilato ciclasa. La adenilato ciclasa convierte al ATP en el segundo mensajero AMPc, armándose
una vía de señalización, en la cual participan varias proteínas quinasas y produciendose una respuesta celular.

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Existe una gran familia de proteínas G, algunas de las cuales enunciamos a continuación:

-Gs - unida a GTP estimula la adenilato ciclasa (AC), aumentando la cantidad de AMPc en el
interior de la célula.
-Gi - unida a GTP inhibe la adenilato ciclasa disminuyendo la cantidad de AMPc intracelular.
-Gq - unida a GTP estimula la fosfolipasa C (PLC) aumentando la cantidad de DAG, IP3 y
Ca²+ intracelular.
-Gk - unida a GTP actúa sobre canales de K+ permitiendo la apertura del canal (por ejemplo
en el miocardio).

La vía de la adenilato ciclasa

Algunas moléculas de señalización extracelular o mensajeros químicos ejercen sus efec-


tos a través de receptores acoplados a un tipo de proteína G que activa a la enzima ade-
nilato ciclasa3, ubicada en la membrana plasmática y que rápidamente produce a partir
del ATP, el segundo mensajero AMP cíclico (AMPc).

La producción y acumulación intracelular de AMPc en respuesta a la señal externa, no


es suficiente de por sí para modificar el comportamiento celular, se debe activar de esta
forma a una proteína quinasa citosólica denominada proteína quinasa A (PKA o PQA).
Esta quinasa se encarga de fosforilar y activar diferentes sustratos en los distintos tipos
celulares, lo que explica los múltiples efectos que produce el AMPc.

En su forma inactiva, la proteína quinasa A es un tetrámero que consta de dos subuni-


dades reguladoras asociadas a dos subunidades catalíticas. En presencia de AMPc, cada
subunidad reguladora se une a dos moléculas del nucleótido, cambia de conformación
y deja a las unidades catalíticas libres para fosforilar proteínas que a su vez activan o
regulan múltiples procesos celulares. El proceso se hace reversible cuando una fosfo-
diesterasa4 citosólica transforma el AMPc en AMP. Un grupo de proteínas fosfatasas
revierten el efecto de la proteína quinasa A.

Habrá notado que la vía de señalización no puede permanecer activa en todo momento,
sino que existen mecanismos para desactivarla. De esta forma la vía se recupera después
de transmitir la señal y está preparada para transmitir nuevamente.

Algunas respuestas celulares mediadas por el AMPc son:

-Los cardiomiocitos reciben un estímulo externo a través de un mensajero químico


(adrenalina) y efectúan una respuesta, que consiste en el aumento de la frecuencia car-
díaca.

-Los hepatocitos reciben un estímulo externo a través de una molécula señal (glucagón)
y efectúan una respuesta, que consiste en activar la glucogenólisis (fig. 10-8).

206
Fig. 10-8. Efectos celulares mediados por el AMPc. A- La adrenalina y el glucagón estimulan la glucogenólisis en el mús-
culo esquelético y en el hepatocito respectivamente. B- Activación de la expresión génica. Para ambos ejemplos, el primer
mensajero es la adrenalina y el glucagón. En ambas vías participa una proteína Gs y la adenilato ciclasa, con la conse-
cuente generación del segundo mensajero AMPc. Este nucleótido activa a la proteína quinasa A, quien fosforila una serie
de sustratos generando las respuestas celulares antes mencionadas. Note que el AMPc es hidrolizado por la fosfodiesterasa
(FDE) transformándolo en AMP.

La vía de la fosfolipasa C

Algunas moléculas de señalización extracelular o mensajeros químicos ejercen sus efectos a


través de receptores acoplados a un tipo de proteína G que activa a la enzima fosfolipasa C5
asociada con la membrana plasmática en lugar de activar a la adenilato ciclasa.

Una vez activada la fosfolipasa C propaga su señal por medio de la división de una molécula
lipídica que forma parte de la membrana plasmática. Esta molécula es el fosfatidil inosi-
tol bifosfato (PIP2) que se encuentra en cantidades pequeñas en la hemicapa interna de la
membrana plasmática. La cascada funciona de la siguiente forma: La fosfolipasa C separa
la cabeza del glicerofosfolípido PIP2 generando dos segundos mensajeros: el inositol 1,4,5,
trifosfato (IP3) y el diacilglicerol (DAG).

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El IP3, un polialcohol cíclico con tres grupos fosfato, difunde en el citosol y el lípido DAG
queda embebido en la hemicapa interna de la membrana plasmática. El IP3 liberado en el
citosol llega finalmente al retículo endoplasmático, donde se une a los canales de Ca2+ embe-
bidos en la membrana del retículo endoplasmático y los abre produciendo, de esta manera,
un aumento en la concentración de Ca2+ citoplasmático. Tenga en cuenta que en condicio-
nes basales la concentración Ca2+ citosólica es muy baja.

El DAG junto con el Ca2+ ayudan a reclutar y activar a la proteína quinasa C (PKC o PQC).
Una vez activada la PKC fosforila un grupo de proteínas intracelulares que varía de acuerdo
con el tipo celular dando la consecuente respuesta celular. Un grupo de proteínas fosfatasas
revierten el accionar de la PKC (fig. 10-9).

Fig. 10-9. Vía de la fosfolipasa C. La hormona (primer mensajero) produce un efecto celular a través de una vía de seña-
lización dependiente de una proteína Gq y la fosfolipasa C. Note la participación de los segundos mensajeros IP3, Ca2+,
DAG y la activación de la proteína quinasa C.

Algunas respuestas celulares mediadas por la activación de la fosfolipasa C son:

-El páncreas (órgano diana) recibe el estímulo de una molécula señal (acetilcolina) y
ejecuta una respuesta, que consiste en la secreción de la amilasa pancreática hacia el
duodeno.

-Las células del músculo liso (células diana) reciben el estímulo de la molécula señal
(acetilcolina) y efectúan una respuesta, que consiste en la contracción celular.

208
Importancia de la señal de Ca2+ en las funciones biológicas

Entre las principales funciones de la señal de Ca2+ podemos mencionar:

-Comienzo del desarrollo embrionario en el cigoto.


-División celular.
-Contracción muscular.
-Transmisión del impulso nervioso.
-Coagulación sanguínea.
-Actúa como un segundo mensajero.

Debido a que el Ca2+ citosólico actúa como un segundo mensajero importante, la célula debe
controlar de manera cuidadosa su concentración. Estos mecanismos de control se mantienen
gracias a la acción de bombas incluidas en las membranas, que expulsan activamente al Ca2+ del
citosol hacia el lúmen del retículo endoplasmático y a través de la membrana plasmática fuera
de la célula. Estos mecanismos generan el patrón de ondas de Ca2+ citosólicas responsable de su
accionar. Si el Ca2+ citosólico permanece elevado y constante, la célula entra en apoptosis.

Las principales proteínas que regulan la captación, almacenaje y liberación de Ca2+ son la
calsecuestrina en el lúmen del retículo endoplasmático y la calmodulina en el citosol. El
retículo sarcoplásmico es el principal depósito de Ca2+ intracelular en el músculo estriado
esquelético y cardíaco.

Cuando el IP3 origina valores citosólicos elevados de Ca2+, el exceso de iones se une a la cal-
modulina. El complejo Ca2+-calmodulina activa un grupo de enzimas conocidas como las
proteínas quinasas dependientes de Ca2+-calmodulina o quinasas CaM (fig. 10-10).

Las quinasas CaM poseen múltiples funciones reguladoras en las células, como por ejemplo:

-Inicio de la glucogenólisis.
-Síntesis de catecolaminas.
-Contracción y relajación del músculo liso.

Fig. 10-10. Las quinasas CaM. Luego de la estimulación celular, el Ca2+ sale por un transportador específico, a favor del
gradiente, desde el retículo endoplasmático al citoplasma. Allí cuatro Ca2+ se unen a la proteína citosólica calmodulina,
cambiando la conformación de la misma. Luego, el complejo Ca2+-calmodulina interacciona con una proteína quinasa
que pasa de un estado inactivo a un estado activo, produciendo la fosforilación en su respectivo sustrato.

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¡Pablito clavó un clavito! ¿Qué clavito, clavó Pablito? ¡Ya vió que no todos los receptores
son enzimas, ni todas las enzimas son receptores! Piense en ejemplos de proteínas que:
son receptores sin actividad catalítica, son receptores con actividad catalítica, tienen ac-
tividad catalítica pero no son receptores y finalmente no tienen actividad enzimática ni
son receptores. A continuación le brindamos más información para que pueda resolver
el ejercicio antes mencionado.

3-Receptores con actividad enzimática

El receptor puede tener actividad enzimática por sí mismo. En general son péptidos y
están formados por una proteína integral que atraviesa una sola vez la membrana plas-
mática. Entre los receptores con actividad catalítica encontramos:

3.1-Receptores tirosina quinasas.


3.2-Receptores serina-treonina quinasas.
3.3-Receptores tirosina fosfatasas.
3.4-Receptores guanilato ciclasa.

3.1-Receptores tirosina quinasas

Estos receptores presentan tres dominios, un dominio extracelular de unión al ligan-


do, un dominio transmembrana y un dominio intracelular con actividad enzimática.
En presencia de un ligando, los receptores forman dímeros, de esta manera, se auto-
fosforilan en trans en residuos de tirosina y se activan recíprocamente. Además, estos
receptores son capaces de fosforilar en tirosina a otras proteínas citosólicas, en muchos
casos activándolas (fig. 10-11). Un grupo de proteínas tirosina fosfatasas, revierten los
efectos ya que desfosforilan sustratos (por ejemplo la PTP 1B). En este grupo se inclu-
yen los receptores para un gran número de factores de crecimiento (EGF, PDGF, etc) y
receptores hormonales, como por ejemplo el receptor de insulina, entre otros. Las vías
de señalización generadas a partir de estos receptores se vinculan con la supervivencia
y proliferación celular.

210
Tyr Tyr
Tyr Tyr
Tyr Tyr

Tyr Tyr
Tyr Tyr
Tyr Tyr
Tyr Tyr
Tyr Tyr
Tyr Tyr

Tyr
Tyr Tyr
Tyr Tyr
Tyr Tyr

Tyr

Fig. 10-11. Receptores tirosina quinasas (RTK o RTQ). A- En ausencia de interacción con el ligando el receptor muestra
sus dos subunidades por separado, estado no dimérico. B- El receptor se dimeriza en presencia del ligando. C- El recep-
tor se autofosforila en trans en residuos de tirosina localizados en el dominio citosólico. D- Las fosfotirosinas (pY) en el
receptor interaccionan con una proteína que a su vez es fosforilada por el receptor. De esta manera, se arma una vía de
señalización que culmina con una respuesta celular. Note que en el proceso se gasta ATP.

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3.2-Receptores serina-treonina quinasas

Son receptores con actividad enzimática por sí mismos, capaces de autofosforilarse y


fosforilar residuos de proteínas citosólicas, en este caso, en serina y treonina. Compren-
den el receptor para el factor de crecimiento transformante beta (TGF β), el cual es una
de las citoquinas antiinflamatorias más importantes. Existen proteínas serina treonina
fosfatasas que quitan el fosfato en residuos de serina y treonina revirtiendo los efectos
antes mencionados.

3.3-Receptores tirosina fosfatasas

Luego de la interacción con un ligando extracelular, se activan y en consecuencia des-


fosforilan proteínas citosólicas (hidrólisis de una fosfotirosina dando tirosina más Pi).
Ejemplo: CD45, antígeno común de los linfocitos B y T que interviene en la activación
linfocitaria específica.

3.4-Receptores guanilato ciclasa

Algunas hormonas y otros agentes de naturaleza peptídica se unen a receptores de


membrana plasmática cuyo dominio citosólico tiene actividad guanilato ciclasa, enzi-
ma que cataliza la transformación de GTP en GMP cíclico (GMPc). Estos receptores
están constituidos por una cadena polipeptídica con un dominio extracelular al cual se
une el ligando, una hélice alfa transmembrana y un dominio citosólico con actividad
enzimática. La fijación del ligando estimula la ciclasa y genera GMP cíclico en el citosol,
que actúa como segundo mensajero. Pertenecen a esta categoría los receptores para los
péptidos natriuréticos atriales.

4-Receptores sin actividad catalítica pero asociados a enzimas

Dentro de esta categoría encontramos receptores que no son enzimas (no tienen activi-
dad catalítica) pero se asocian estrechamente a proteínas citosólicas con actividad cata-
lítica, usualmente proteínas tirosina quinasas. Pertenecen a esta categoría las cadherinas
(desmosomas) y el receptor de prolactina, entre otros.

Receptores asociados a proteínas tirosina quinasas

Estos receptores no poseen un dominio catalítico citosólico (no son quinasas), pero al
unirse con sus ligandos activan a quinasas citosólicas asociadas, que a su vez fosforilan
una serie de sustratos. Los ligandos de este tipo de receptores incluyen moléculas varia-
das e importantes, como la mayor parte de las citoquinas y algunas hormonas proteicas
como la prolactina o la STH.

Las quinasas janus (Jak) son una familia de proteínas pertenecientes a las enzimas aso-
ciadas a receptores de citoquinas, que actúan activando a un grupo de proteínas cito-
sólicas denominadas STAT (señal de traducción y activador de la transcripción) que
entonces pueden ser translocadas al núcleo, donde se unen a regiones reguladoras del
ADN y activan la transcripción de algunos genes. Un grupo de proteínas tirosina fosfa-
tasas revierten sus efectos (fig. 10-12).

212
Fig. 10-12. Receptores asociados a proteínas tirosina quinasas. La prolactina se une al dominio extracelular de un
receptor dimérico sin actividad catalítica. Las proteínas quinasas JAK asociadas al dominio citosólico del receptor, se au-
tofosforilan en trans en residuos de tirosina. Luego, fosforilan en tirosina el dominio citosólico del receptor y esto permite
el reclutamiento de STAT, el cual posteriormente forma un dímero y adquiere la capacidad de ingresar al núcleo, donde
junto a otros factores de transcripción, regula la expresión génica, promoviendo la síntesis de proteínas de la leche.

Interacción entre distintas vías de señalización

¿Pueden distintas vías de señalización converger en algún punto? ¿Puede un determinado


mensajero químico regular la respuesta celular a través de más de una vía de transducción
de la señal? La respuesta a ambas preguntas es ¡SÍ! veamos cómo:

Cada célula tiene distintos tipos de receptores y está constantemente recibiendo señales en
forma simultánea, de esta manera la respuesta celular está conformada por la sumatoria de
la activación de más de una vía de señalización (fig. 10-4).

Si bien a lo largo del capítulo hemos analizado las principales vías de transducción de señales
como si fueran eventos lineales a través de las cuales fluye la información desde el exterior al
interior celular, existen puntos de intersección entre las distintas vías de señalización, por lo
tanto, es correcto decir que se establece un diálogo cruzado6 entre múltiples vías de trans-
ducción de señales.

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Ejemplo: las cadherinas y los receptores de factores de crecimiento generan vías de se-
ñalización que convergen en la activación de las GTPasas de la familia de Rho y como
consecuencia, entre otras cosas se remodela el citoesqueleto celular. Otro clásico punto
de convergencia entre múltiples vías de señalización es la activación de las MAP qui-
nasas, mediante la cuales se generan y activan factores de transcripción que producen
cambios en la expresión génica.

La activación de un receptor puede activar diferentes vías de señalización. Un ejemplo


de ello es el factor de crecimiento de fibroblastos, que al interactuar con su receptor
activa la vía de tirosina quinasas, la vía de STAT y una tercera vía que involucra el me-
tabolismo de lípidos y aumenta los niveles de Ca2+ citosólicos.

Patologías asociadas a defectos en las vías de señalización

Las respuestas celulares requieren de la integración de varias vías de señalización. Al-


teraciones en distintas etapas de las mismas pueden producir la muerte celular o la
transformación de un fenotipo celular normal a uno canceroso. Se han identificado
mutaciones en una gran cantidad de proteínas involucradas en distintas vías de seña-
lización. En muchos tumores mamarios se han encontrado mutaciones en la proteína
Ras, relacionadas con el déficit en su actividad GTPasa. En ese caso, la proteína Ras
permanece en forma activa y continúa estimulando el crecimiento celular. Mutacio-
nes en los genes que codifican para los receptores tirosina quinasas (RTK), generan
sobreexpresión de variantes normales o receptores hiperactivos, eventos vinculados al
desarrollo del cáncer. En estos ejemplos, Ras y los RTK normales son considerados pro-
tooncogenes, mientras que sus versiones mutadas hiperactivas o la sobreexpresión de
variantes normales son consideradas oncogenes.

Mecanotransducción celular

Está claro que los estímulos químicos (ligandos o mensajeros) a través de sus receptores
específicos y vías de señalización producen una respuesta celular ¿Habrá estímulos de
otra índole que puedan generar una respuesta celular? La respuesta es ¡Sí!

Los estímulos físicos o mecánicos también pueden desencadenar una respuesta celular
y el área de la biología que estudia esto es la mecanotransducción. Como consecuencia
de un estiramiento que se le está aplicando a una célula, se producen cambios confor-
macionales en ciertas proteínas intracelulares llamadas mecanosensoras7.

Esto expone dominios en las proteínas mecanosensores, que ahora son reconocidos por
otras proteínas y de esta manera un estímulo mecánico genera una vía de señalización
con la consecuente respuesta bioquímica o celular. Ejemplo: las células de la glándula
mamaria cuando están expuestas a la presión que les ejerce la leche, activan una vía
de señalización que indica que hay que inhibir la síntesis de componentes que forman
parte de la leche.

¡No maten al mensajero! agonistas y antagonistas

En líneas generales existen distintos tipos de receptores para un mismo ligando o men-
sajero químico. Por ejemplo, para la acetilcolina se dispone de receptores nicotínicos

214
(ionotrópico) y muscarínicos (GPCR) (fig. 10-6). Mientras que para la adrenalina se
tienen receptores alfa y beta adrenérgicos (ambos son GPCR). En tanto, para la hista-
mina se han descrito cuatro tipos de receptores (H1, H2, H3 y H4, todos son GPCR).

No nos debe sorprender que un mismo ligando actuando a través de receptores dis-
tintos produzca efectos completamente opuestos. Ejemplo: la histamina al unirse a los
receptores H1 presentes en el músculo liso bronquial, induce la contracción de estás
células produciendo una broncoconstricción. Mientras que la histamina al unirse a los
receptores H2 del músculo liso en los vasos sanguíneos, induce su relajación o vasodila-
tación. De forma análoga, la adrenalina actuando en los receptores alfa y beta adrenér-
gicos produce vasoconstricción y vasodilatación, respectivamente.

Considerando lo visto en esta sección, ¿Cómo podemos impedir que se entregue el


mensaje a una población celular determinada, sin afectar al resto de las células? ¿Sirve
para tal fin la eliminación del mensajero químico? Claramente eliminar el mensajero no
es la solución. En su lugar se recurre al uso de fármacos que bloquean específicamente
un receptor en una población celular en particular, sin afectar a los otros tipos celulares.
De esta manera, el mensaje sigue existiendo para las demás células.

Entendemos entonces que gran parte de los fármacos que se usan hoy en día son ago-
nistas o antagonistas específicos para un receptor en particular. Un agonista es una
molécula que se une a un receptor específico generando una respuesta celular igual
o mayor que la respuesta que generaría el ligando fisiológico. En contraste, un anta-
gonista es un molécula que se une a un receptor específico sin generar una respuesta
celular. Rápidamente, nos damos cuenta que un antagonista compite con el ligando fi-
siológico. Para aportar un mayor detalle sobre está temática ir al capítulo de Potenciales
de membrana, conducción del impulso nervioso e integración neuroendócrina.

Desensibilización de receptores

Los efectos que las hormonas y los neurotransmisores producen sobre los receptores
de la célula diana, tienen un inicio casi instantáneo y también se apagan rápidamente.
La exposición continuada a un agonista produce una disminución de la capacidad de
respuesta de los receptores, lo que significa que un estímulo químico determinado pre-
senta una acción inmediata que decae con el tiempo. Si se aplica el mismo estímulo en
una segunda dosis, frecuentemente, la respuesta es menor y las aplicaciones posteriores
tienen un menor efecto. Se trata de un proceso fisiológico de ajuste de sensibilidad que
ocurre continuamente en las células, proceso que se denomina desensibilización y ha
sido estudiado en los receptores acoplados a proteínas G.

Estos estudios han permitido establecer varias etapas en la desensibilización:

-Se producen cambios en el estado de fosforilación del receptor que pasa a un estado
inactivo o de poca actividad.

-El receptor es internalizado en vesículas (endocitosis), pudiendo ser degradado o re-


ciclado, disminuyendo el número de receptores en la membrana.

-Hay una disminución en la síntesis de receptores.

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La fosforilación y desfosforilación de los receptores ocurre en forma continua. A veces
la fosforilación por sí sola no es suficiente para inactivar completamente un receptor y
se requiere de la participación de otras proteínas, como las beta arrestinas que permiten
que se formen complejos macromoleculares para la internalización de los receptores.
Las beta arrestinas también bloquean el reclutamiento de las proteínas que normalmen-
te conforman las vías de señalización.

Ejemplo de desensibilización de un receptor8: todos percibimos que al entrar a un lugar


poco iluminado, como un teatro o un cine, una vez iniciada la función, tenemos que
esperar unos segundos o minutos para poder ver con cierta claridad. Igualmente al
entrar a un sitio con muy alta iluminación, no logramos ver con precisión hasta pasa-
dos unos minutos. Estos ajustes en la sensibilidad a la luz ocurren en nuestra retina, en
los conos y bastones, donde el receptor que detecta la luz, la rodopsina es fosforilada y
desfosforilada.

Se sigue estudiando la regulación por fosforilación de los diversos receptores, las pro-
teínas quinasas y fosfatasas que participan, los sitios específicos que son modificados
(residuos de serina, treonina y tirosina), así como los eventos moleculares involucrados
en la finalización de la transducción de la señal y en su recuperación.

216
Notas al pie:
1. Tenga en cuenta que algunos receptores no están involucrados en la comunicación celular. Te-
nemos por ejemplo, los receptores (RRP) que reconocen algún componente de un microorganismo
(PAMP), los receptores para un componente del complemento, los receptores para la porción Fc de
un anticuerpo. En estos ejemplos la finalidad del receptor es facilitar el trabajo de la célula, en este
caso la fagocitosis.
Por otra parte, hay receptores como las integrinas (hemidesmosomas) que reconocen componentes
del tejido conectivo, como el colágeno y median eventos como la supervivencia, la proliferación, la
adhesión y la migración celular. En otro ejemplo, la PTPR alfa, un receptor localizado en la mem-
brana plasmática, sensa la rigidez del tejido conectivo y como consecuencia se activa desfosforilando
sustratos intracelulares generando una respuesta celular. Note que en estos ejemplos, el ligando no es
una molécula soluble, sino un componente insoluble o fibra presente en el tejido conectivo.
2. La falta de factores tróficos activa la vía intrínseca de la apoptosis, en la cual participa la mitocon-
dria. Tenga en cuenta que la apoptosis o muerte celular programada es exclusiva de los eucariotas.
3. Regla mnemotécnica: la Adenilato ciclasa, genera AMPc, el cual activa a la proteína quinasa A.
4. La fosfodiesterasa es inhibida por la cafeína.
5. Regla mnemotécnica: la Fosfolipasa C “le corta la Cabeza” al PIP2, liberando Ca2+, desde el retí-
culo endoplasmático y activando a la proteína quinasa C.
6. ¿No le recuerda un poco a las encrucijadas metabólicas?
7. La vinculina y la zixina son ejemplos de proteínas mecanosensoras. No son receptores ni tienen
actividad catalítica.
8. Otro ejemplo de desensibilización de receptores: entramos a un baño público en muy mal estado
¡el olor nos peina! Al cabo de unos segundos no percibimos más el aroma nauseabundo, pese a que
sigue existiendo. No cabe duda que nuestros receptores odoríferos se han desensibilizado.

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Autor:
Ignacio Durante
Las figuras de este capítulo son propiedad intelectual de:
Pablo Patini / Juan Burdisso

Capítulo 11

Potenciales de membrana, conducción del impulso


nervioso e integración neuroendócrina

Objetivos de aprendizaje
Al finalizar la lectura del siguiente capítulo, el estudiante será capaz de:
• Comprender la importancia de los gradientes electroquímicos en el organismo.
• Comprender cómo se forma y cuál es la utilidad del potencial de membrana.
• Entender cómo se produce un potencial de acción y cómo se transmite el impulso nervioso.
• Entender a la neurona como célula encargada de la transmisión nerviosa.
• Saber qué es un neurotransmisor y sus mecanismos de acción durante la sinapsis química.
• Comprender la importancia de la mielina en la transmisión saltatoria del impulso nervioso.
• Entender la integración neuro-muscular y el sistema nervioso somático.
• Entender la integración neuro-endócrina y el sistema nervioso autónomo.

Ya hemos visto que las células se comunican entre sí respondiendo a distintos estímulos
bien en forma directa mediante contacto célula-célula o bien a distancia y a través del
sistema endócrino mediante mensajeros químicos de distinta naturaleza denominados
en forma general hormonas, del griego hormân: “poner en movimiento, excitar”.

La excitabilidad es una característica que define a todas las células vivas. En el sistema
endócrino el mensaje es transmitido a través de la sangre y linfa mediante hormonas.

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Existe otra vía mucho más rápida a través de la cual se puede transmitir información
a fin de regular las funciones del organismo. Esta “autopista de la información” está
constituida por el sistema nervioso. El sistema nervioso puede dividirse anatómica-
mente en sistema nervioso central (SNC) formado por el encéfalo y la médula espinal,
y el sistema nervioso periférico (SNP) compuesto por nervios, ganglios y receptores
sensoriales. Funcionalmente, el sistema nervioso se compone de su división autónoma,
responsable de coordinar y regular la actividad de órganos y sistemas en respuesta a
estímulos externos o internos manteniendo así la constancia del medio interno u ho-
meostasis. Por otra parte, el sistema nervioso somático se encargará de las funciones de
la vida de relación, incluyendo a las funciones superiores del cerebro: memoria, apren-
dizaje, lenguaje, emociones, motivación, etc., que operan cuando Ud. lee este capítulo y
un servidor lo escribe, por ejemplo.

El sistema nervioso dialoga con el sistema endócrino. Por ejemplo, la secreción de


hormonas como el glucagón, la insulina, el cortisol, y la noradrenalina entre otras son
reguladas por inervación simpática y parasimpática respectivamente. De allí que actual-
mente se considere al sistema “neuro-endócrino” como una unidad.

En este preciso momento se propagan a través de sus nervios cientos de impulsos eléc-
tricos que viajan a velocidades que oscilan entre los 50 cm/s o 1.8 km/h para un axón
amielínico y 120 m/s o… ¡432 km/h para un axón mielinizado!¹. Esto sería imposible
sin una propiedad de las células vivas: su excitabilidad eléctrica. En este capítulo nos
ocuparemos de entender esta propiedad asociada a las membranas biológicas y en par-
ticular a las células especializadas en la conducción del impulso nervioso: las neuronas.
Para hacerlo debemos entender primero cómo se genera el potencial de membrana.

El potencial de membrana

La membrana plasmática constituye una barrera semipermeable permitiendo el paso de


ciertas moléculas/iones, pero restringiendo el de otras. Esta propiedad de la membrana
plasmática es fundamental para generar una diferencia de potencial eléctrico a ambos
lados de la bicapa lipídica. A esta diferencia de potencial la llamaremos potencial de
membrana.

Los “actores” que contribuyen a la generación de este potencial de membrana son:

-las concentraciones de los cationes sodio (Na+), potasio (K+), calcio (Ca2+) y anio-
nes cloruro (Cl-) a ambos lados de la membrana o, lo que es igual, en el medio extrace-
lular e intracelular;
-las proteínas citoplasmáticas, que en condiciones fisiológicas y al pH intracelular se
encuentran cargadas negativamente; y
-la composición asimétrica de los glicerofosfolípidos en ambas hemicapas de la mem-
brana plasmática.

Veamos cómo actúa cada uno de ellos. Las concentraciones locales de los iones en el me-
dio extracelular e intracelular son distintas, siendo el Na+ y el Cl- los más abundantes en el
medio extracelular y el K+ en el medio intracelular.

La concentración de Na+ es de 145 mM (milimolar) en el exterior celular versus 5 mM

220
en el interior, mientras que el K+ es 140 mM en el interior versus 5 mM en el exterior.
Sabemos que en ausencia de otros factores esta diferencia de concentración se equipara-
ría a ambos lados de la membrana por difusión de los iones hasta que las concentracio-
nes de Na+ y K+ fueran iguales en ambos compartimentos. Sin embargo, esta diferencia
de concentraciones es mantenida en forma activa por la bomba Na+/K+ ATPasa que
expulsa 3 iones Na+ al exterior celular y permite el ingreso de 2 iones K+ al interior con
gasto de 1 molécula de ATP. La actividad permanente de esta bomba es imprescindible
para la conducción del impulso nervioso, ya que mantiene un gradiente electroquímico
a ambos lados de la membrana.

Con respecto a los aniones, el Cl- es el anión más abundante en el medio extracelular,
mientras que las proteínas están cargadas negativamente debido al pH intracelular y
aportarán entonces cargas negativas en el interior celular. Además, los glicerofosfolípi-
dos fosfatidil-inositol y fosfatidil-serina, ambos cargados negativamente, se encuentran
dispuestos con sus cabezas polares mirando hacia el interior celular, o hemicapa interna
de la membrana plasmática. Por el contrario, los glicerofosfolípidos sin carga neta fos-
fatidil-etanolamina y fosfatidil-colina se encuentran en orientación opuesta, es decir
con sus cabezas polares apuntando hacia el medio extracelular. Esto atrae a los cationes
K+ a las proximidades de la cara interna y a los cationes Na+ extracelulares hacia la cara
externa de la membrana plasmática.

En suma, todo esto hace que la hemicapa interna de la membrana plasmática se en-
cuentre cargada negativamente respecto de su hemicapa externa y se verifique una
diferencia de potencial electroquímico que viene dada por diferencias en las concen-
traciones y permeabilidades locales de iones a ambos lados de la membrana plasmá-
tica. Decimos entonces que la membrana está polarizada.

Este potencial tiene un voltaje negativo que oscila entre -50 y -90 mV (milivoltios) y se
lo denomina potencial de reposo debido a que es constante en una célula que no ha sido
efectivamente excitada.

Cabe aclarar que este gradiente electroquímico o diferencia de potencial eléctrico es


un fenómeno local que vale en las proximidades de la membrana plasmática mientras
que en el organismo como un todo rige el principio de electroneutralidad según el
cual la diferencia de potencial entre el medio extracelular e intracelular es cero.

Observe y comprenda la fig. 11-2 en la que se detallan los factores que operan para
generar este gradiente electroquímico y potencial de reposo. Estos son fundamentales
para la conducción del impulso nervioso e imprescindibles para la vida. Considere que
dos tercios del ATP destinado al sistema nervioso central se ocupan en mantener fun-
cionando a la bomba de Na+/K+ ATPasa y por tanto el potencial de membrana. Sin la
actividad de esta bomba, los niveles de Na+ y K+ a ambos lados de la membrana se equi-
pararían en un nuevo equilibrio destruyendo el gradiente electroquímico que permite
el impulso nervioso².

Neuronas, potencial de acción y transmisión del impulso nervioso

Antes de explicar cómo se produce la transmisión del impulso nervioso debemos intro-
ducir a la célula especializada en esta función: la neurona.

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Las neuronas son células polarizadas con dos regiones bien definidas: el soma con
prolongaciones citoplasmáticas llamadas dendritas o porción receptora y el axón y
sus terminaciones nerviosas o telodendron que constituyen la porción transmiso-
ra3. Las neuronas son las células encargadas de la transmisión del impulso nervioso.
Entre los distintos tipos morfológicos de neuronas podemos mencionar a las neu-
ronas sensitivas o pseudomonopolares, las neuronas motoras o motoneuronas y las
interneuronas.

En su conjunto, los axones neuronales forman nervios en el sistema nervioso pe-


riférico, mientras que un grupo de somas neuronales conforman un núcleo en el
sistema nervioso central y ganglios en el sistema nervioso periférico.

En la membrana plasmática de las neuronas encontramos cerca de 100.000 canales


de Na+ solamente. La apertura de estos canales puede producirse debido a una des-
polarización local de la membrana en el caso de los canales ionotrópicos inducibles
por voltaje o bien debido a la unión de un neurotransmisor en el caso de los cana-
les ionotrópicos inducibles por neurotransmisores. En ambos casos el resultado es el
mismo: los canales responden inmediatamente adoptando una conformación abierta
que permite el paso de iones a través de la membrana. Otros canales, denominados
metabotrópicos actúan acoplados a proteína G y se abren luego de una vía de trans-
ducción de señales (fig. 11-1).

Fig. 11-1. Receptores ionotrópicos. A- Apertura de canal iónico por estiramiento mecánico de la membrana plas-
mática. B- Apertura de canal iónico por diferencias de voltaje (iones). C- Apertura de canal iónico por interacción
con un ligando extracelular. D- Apertura de canal iónico mediante vía de señalización en la que está involucrada
un GPCR. Receptores de la acetilcolina: ionotrópico o nicotínico y metabotrópico o muscarínico.

De cualquier manera, esta apertura permite el paso de iones Na+ desde el exterior ce-
lular donde su concentración es mayor hacia el interior celular donde es menor, o sea a
favor de su gradiente de concentración. Además, las neuronas cuentan en su membrana
con un número similar de canales de K+ ionotrópicos o metabotrópicos que al abrirse

222
permitirán el egreso de K+ desde el interior hacia el exterior celular, nuevamente a favor
de su gradiente de concentración. Por último, también existen canales que movili-
zarán Ca2+ y Cl- a favor de gradiente, o sea desde el exterior hacia el interior celu-
lar. Todos estos canales participan en la transmisión del impulso nervioso. Veamos
cómo.

El impulso nervioso es una onda de despolarización que viaja a través de la mem-


brana plasmática. Dado que el potencial de reposo es negativo, llamaremos des-
polarización a todo aquello que haga menos negativo o más positivo a este po-
tencial y polarización a todo aquello que vuelva más negativo o menos positivo al
potencial o bien restaure el potencial de reposo⁴.

Durante la transmisión de un impulso nervioso, la membrana se despolariza debido


a la apertura de canales de Na+ y se repolariza debido a la apertura de canales K+,
generando una onda de despolarización-repolarización que se propaga en forma
unidireccional desde el soma hacia el telodendron a través de los axones. Todo esto
puede resumirse en forma secuencial en las siguientes etapas:

-despolarización:
los canales de Na+ dependientes de voltaje se abren y los iones Na+ ingresan a la
célula desde el exterior a favor de su gradiente de concentración y esta se despola-
riza hasta lograr un voltaje de aproximadamente +40 mV. Diremos entonces que se
alcanzó el potencial de acción,

-repolarización:
el potencial de acción abre los canales de K+ dependientes de voltaje y entonces estos
iones salen de la célula a través de ellos hacia el medio extracelular polarizando nueva-
mente la membrana, pero hasta un equilibrio más negativo que el potencial de reposo
que es superior, en valor absoluto, a -70 mV. La membrana se encuentra entonces hi-
perpolarizada y la célula es refractaria a ser excitada nuevamente,

-restauración del potencial de reposo:


el potencial se restaura a su valor de reposo mediante la bomba Na+/K+ ATPasa que
expulsa Na+ e ingresa K+ hasta alcanzar el equilibrio en un valor aproximado de -70
mV y restaura las concentraciones fisiológicas de estos iones en el espacio intra y
extracelular.

Observe la fig. 11-2 donde se muestra un gráfico de voltaje en función del tiempo de las
distintas etapas de la transmisión nerviosa y su correlación con los eventos detallados
más arriba.

Para que se produzca un impulso nervioso se debe alcanzar un valor de despolarización


umbral de aproximadamente -55 mV para una neurona. Si no se alcanza este valor la
neurona no será efectivamente estimulada y el impulso no se transmitirá en absoluto.
Este comportamiento se denomina “ley del todo o nada”. De esto surge que para que se
transmita un impulso nervioso a través de una neurona se necesitan varios y diversos
estímulos.

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Fig. 11-2. Transmisión del impulso nervioso. A- En el potencial de reposo predominan las cargas negativas en la
proximidad de la hemicapa interna de la membrana plasmática neuronal (-70 mV). B- En la despolarización, el
Na+ ingresa a favor de su gradiente de concentración por un canal iónico específico (+40 mV). C- La repolarización
neuronal se consigue mediante la salida de K+ a favor de su gradiente por medio de un canal iónico específico (-90
mV). D- En el periodo refractario la bomba de Na+/K+ mediante gasto de ATP bombea activamente Na+ y K+ en
contra del gradiente, y de esta manera restablece el potencial de reposo.

224
Hemos dicho que el impulso nervioso es unidireccional. Esto se debe a que los canales
de Na+ inducibles por voltaje tienen tres conformaciones distintas:

-cerrada: en ausencia de un impulso nervioso, el canal no permite el paso de iones Na+,


-abierta: si se alcanza el potencial de acción, los canales se abren y se despolariza la
membrana,
-inactiva: cuando el canal queda momentáneamente desactivado, aunque no cerrado
luego de la despolarización, y no permite el ingreso de nuevos iones.

Es decir, una vez que los canales de Na+ inducibles por voltaje se abren y luego adoptan
su conformación inactiva, lo único que resta es que se abran los canales de Na+ que se
encuentran a continuación de los que ya han sido abiertos. De ahí que el impulso sea
unidireccional, desde el soma neuronal hacia el telodendrón.

Sinapsis

Las neuronas se comunican entre sí mediante una asociación íntima denominada sinap-
sis, del griego “unir-junto”5. Como resultado de la sinapsis una neurona le transmite
el impulso nervioso a otra. Durante la sinapsis la membrana de la neurona presináp-
tica se encuentra en íntima asociación con la membrana de la neurona postsináptica,
aunque sin tocarse entre sí, dejando un espacio entre ellas que se denomina hendidura
sináptica.

Las sinapsis pueden clasificarse según el tipo de conexión que establecen las neuronas
con otras neuronas y entonces diremos que son: -axodendríticas: entre axones y den-
dritas, -axosomáticas: entre axones y somas, y -axoaxónicas: entre dos axones.

Desde el punto de vista funcional, las sinapsis pueden ser químicas o eléctricas. La
sinapsis química es la más evolucionada y requiere de neurotransmisores que son molé-
culas liberadas por exocitosis por la neurona presináptica a la hendidura sináptica y que
al unirse a receptores ionotrópicos o metabotrópicos presentes en la membrana de la
neurona postsináptica son capaces de permitir el paso de iones a través de ella mediante
la apertura de canales iónicos. Ejemplos típicos de neurotransmisores lo constituyen la
acetilcolina, abreviada ACh y el ácido gamma aminobutírico, abreviado GABA.

La sinapsis eléctrica se caracteriza por la transmisión del impulso nervioso sin inter-
mediar para ello neurotransmisores. El paso de iones se produce a través de uniones
intercelulares de tipo comunicante o gaps, del inglés “hueco”. A través de estas uniones
que permiten el paso de iones y pequeñas moléculas, los iones Na+ pasan desde una
célula a la otra, transmitiendo la despolarización de membrana a una célula vecina. Este
tipo de sinapsis más primitiva es especialmente relevante en la contracción del músculo
cardíaco. Los discos intercalares observados en el microscopio en cortes histológicos de
miocardio se deben en parte a la abundancia de estas uniones entre células. Note que en
este caso las células que hacen sinapsis no son neuronas.

Receptores y neurotransmisores en la sinapsis química

Los receptores para neurotransmisores pueden ser ionotrópicos y entonces funcionar


como canales en forma directa o bien metabotrópicos y actuar acoplados a proteína G

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por ejemplo y activar la apertura de un canal iónico, pero mediante una vía de trans-
ducción de señales.

Los neurotransmisores pueden tener efectos inhibitorios o excitatorios sobre la trans-


misión del impulso nervioso según produzcan la entrada de iones Cl- o la salida de io-
nes K+ o bien la entrada de Na+ en la neurona postsináptica respectivamente. Ya hemos
visto que la apertura de un canal de Na+ despolariza la membrana de la neurona, faci-
litando la transmisión del impulso nervioso. De manera contraria, la entrada de iones
Cl- a través de canales ionotrópicos abiertos tras la unión de un neurotransmisor inhi-
bitorio polarizará aún más la membrana, haciendo al potencial más negativo y dificul-
tando la transmisión del impulso nervioso al aumentar la barrera que se debe superar
para iniciar un potencial de acción. De ahí que la apertura de un canal de Cl- constituya
un factor inhibitorio de la transmisión del impulso nervioso.

Ejemplifiquemos la acción de dos de los neurotransmisores más comunes: la acetilcoli-


na (ACh) y el ácido gamma aminobutírico (GABA).

La ACh fue el primer neurotransmisor descubierto y se asocia a las neuronas colinérgi-


cas, denominadas de este modo porque poseen receptores para ACh. La ACh es sinteti-
zada a partir de acetil-CoA y colina por la enzima colina-acetiltransferasa. Recordamos
a la colina por formar parte de los glicerofosfolípidos de tipo fosfatidil-colina. Existen
dos tipos de receptores colinérgicos:

- ionotrópicos, también llamados nicotínicos debido a que la nicotina, un alcaloide


producido por las solanáceas y en especial por Nicotiana tabacum o planta del taba-
co, también es un agonista capaz de activarlos al unirse a ellos; y

- metabotrópicos o acoplados a proteína G, también llamados muscarínicos debido


a que la muscarina, un alcaloide producido por el hongo basidiomiceto Amanita
muscaria es también agonista de estos receptores.

Los receptores nicotínicos son canales iónicos que al activarse por unión de ACh o nicoti-
na se abren permitiendo el paso de Na+ a favor de su gradiente de concentración y provo-
cando una despolarización de la membrana. Este tipo de sinapsis es por tanto excitatoria
y muy importante en la contracción del músculo esquelético y la unión neuro-muscular
(placa motora), en el sistema nervioso autónomo y el sistema nervioso central. Además,
permiten el paso de Ca2+ o K+, produciendo otros efectos biológicos como la liberación
de neurotransmisores o activación de vías de transducción de señales.

Cuando son activados en forma constante los receptores dejan de responder al estí-
mulo en un proceso conocido como desensibilización. La respuesta de los receptores
nicotínicos es modulada a través de PKA y PKC⁶ , que fosforilan los receptores y los
desensibilizan. Además, el propio ligando unido en forma prolongada puede inducir
cambios conformacionales en el receptor que lo inactivan. Esta es la causa de que la ex-
posición prolongada a un agonista requiera incrementar la dosis para generar el mismo
efecto biológico y la base de la dependencia química a un fármaco.

En la hendidura sináptica además actúa la acetilcolinesterasa, que escinde el enlace és-


ter de la Ach, produciendo colina y acetato. La belleza de esto radica en que el exceso

226
de neurotransmisor es inactivado y en que la colina, por otra parte, es recapturada me-
diante un transportador específico y utilizada en la síntesis de nueva ACh por la coli-
na-acetiltransferasa.

Otra importante forma de regulación de la acción de neurotransmisores es la recapta-


ción del exceso de neurotransmisores mediante diversos transportadores específicos lo-
calizados en la neurona presináptica. La inhibición de estos transportadores involucra-
dos en la recaptación de los neurotransmisores serotonina, dopamina y noradrenalina
constituye el mecanismo de acción de muchos antidepresivos.

Los receptores muscarínicos son receptores metabotrópicos que actúan acoplados a


la proteína G. La subunidad Gqα de la proteína G produce la activación de la fosfolipa-
sa C que genera los segundos mensajeros inositol-1,4,5-trifosfato (IP3) y diacilglicerol
(DAG) a partir de la hidrólisis del glicerofosfolípido fosfatidil-inositol-4,5-biP (PIP2).
Recordemos que el IP3 produce la liberación de Ca2+ del retículo endoplasmático liso.
Esta liberación es importante para la contracción muscular, en particular del múscu-
lo liso, responsable de la vasoconstricción/dilatación, peristaltismo y otras funciones
vegetativas. Los receptores muscarínicos son por tanto muy importantes en el sistema
nervioso autónomo. Su mecanismo de acción es más lento debido a que está implicada
una vía de transducción de señales que media la eventual apertura de un canal iónico.

Veamos ahora cómo actúa el GABA, un neurotransmisor inhibitorio de la conducción


del impulso nervioso. Al unirse a sus receptores, el GABA produce la entrada de iones
Cl- al interior de la neurona causando una hiperpolarización de la membrana, y enton-
ces un estímulo inhibitorio. Las benzodiazepinas y el alcohol etílico son agonistas del
GABA, por lo que actúan como depresores del sistema nervioso central.

Una misma neurona recibe en forma simultánea numerosos estímulos excitatorios e


inhibitorios de neuronas vecinas y que exista o no transmisión dependerá de la suma-
toria y la contribución neta final de los estímulos excitatorios o inhibitorios recibidos.

Existen inhibidores competitivos de los neurotransmisores que actúan como agentes


psicotrópicos en el sistema nervioso central y que tienen relevancia farmacológica. Lea
la tabla en la fig. 11-6 al final del capítulo donde se resumen los tipos y funciones de los
principales neurotransmisores así como sus mecanismos de acción e inhibidores.

No voy en tren, voy en avión…

La velocidad de transmisión del impulso nervioso no es igual para todos los axones
y varía según su tipo, en particular si estos se encuentran o no mielinizados, es decir,
recubiertos o no por la banda de mielina. A los axones mielinizados se los denomina
mielínicos y a los que carecen de mielina amielínicos.

Pero ¿Qué es la mielina?...

La vaina de mielina es una envoltura de naturaleza lipídica formada por enrollamien-


tos de la membrana plasmática de células especiales que recubren algunos axones,
acelerando sensiblemente la velocidad a través de una transmisión del impulso ner-
vioso que se denomina saltatoria.

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Estas células son las células de Schwann en el sistema nervioso periférico y los oligo-
dendrocitos en el sistema nervioso central. En ambos casos, la vaina se forma por el en-
rollamiento de la membrana plasmática alrededor del axón. La vaina de mielina es una
innovación evolutiva sumamente importante de los vertebrados. Considere que, en los
invertebrados o los axones amielínicos de los vertebrados, la propagación del potencial de
acción ocurre a velocidades de 1m/s o menores. La vaina de mielina permite incrementar
esa velocidad a cerca de 100 m/s sin incrementar el diámetro axonal. Este incremento de
cerca de dos órdenes de magnitud en la velocidad de transmisión del impulso nervioso se
debe a que la banda de mielina no recorre el axón en forma completa, sino que presenta
discontinuidades entre células de Schwann contiguas, llamadas nodos de Ranvier7. Esto
permite la transmisión saltatoria del impulso nervioso, o entre nodos de Ranvier conti-
guos, incrementando así su velocidad.

La importancia médica de la mielina es tal que se denominan en su conjunto leucodistro-


fias a las enfermedades que producen su degradación progresiva⁸. En particular, la adre-
noleucodistrofia o enfermedad de Lorenzo es una enfermedad debida a una falla en el
transportador del peroxisoma ALD que produce acumulación de ácidos grasos de cadena
muy larga (VLCFA) en las membranas de las células que forman la vaina de mielina. Esto
se debe a que la β-oxidación de estos ácidos grasos ocurre en el peroxisoma. La acumula-
ción de VLCFA genera una neuropatía degenerativa progresiva y eventualmente mortal.

Al no poseer mielina, los pacientes con ALD reducen progresivamente la capacidad de lle-
var a cabo funciones del sistema nervioso somático que se compone de axones mielínicos
sin perjuicio del sistema autónomo, que posee axones amielínicos, produciendo pérdida
del habla, dificultades respiratorias y de deglución, mientras que las funciones “vegetativas”
permanecen inalteradas⁹.

La importancia del dolor y la sinapsis

Pensando distraídamente en el final de EDUMED, un alumno que se preparaba un mate


se quema con la hornalla de la cocina e inmediatamente al sentir dolor saca la mano del
fuego. Veamos que ocurrió en términos de la transmisión del impulso nervioso.

Sintió dolor, que no es más que una respuesta fisiológica a un estímulo externo capta-
do por terminales nerviosas de receptores interoceptivos o exteroceptivos o en general
nociceptores presentes en la piel. Es decir, el dolor es información que se transmite
por neuronas sensitivas mediante impulsos eléctricos. Es un estímulo evolutivamente
seleccionado como mecanismo de preservación de la vida.

Para transmitir este mensaje se tuvo que transducir la señal física, en este caso el extremo
calor en una diferencia de potencial eléctrico despolarizando la membrana plasmática de
una neurona. En general, todo estímulo que proviene de fuera o dentro del organismo y
va hacia el sistema nervioso central es una aferencia. En cambio, toda respuesta desde el
sistema nervioso central a músculos, órganos o glándulas es una eferencia.

Las eferencias pueden ser somáticas o viscerales. Un tipo especial de neurona sensitiva
denominada pseudomonopolar es responsable de conducir el estímulo hacia el ganglio
raquídeo y luego a la asta dorsal de la médula espinal, donde el impulso es transferido
mediante sinapsis a otro tipo de neurona presente en la asta ventral de la médula: la

228
motoneurona o neurona motora. La motoneurona será la encargada de transmitir este
impulso a la placa neuromuscular: asociación sináptica de una célula muscular con
terminales axónicos. La acción de la motoneurona constituye la eferencia somática en
este caso. Note que además aquí la sinapsis es entre neuronas y células musculares.

En la placa neuromuscular la motoneurona liberará por exocitosis el neurotransmisor ACh


que se unirá a sus receptores ionotrópicos en la membrana plasmática de la fibra muscular10.
Este neurotransmisor se encuentra disponible de antemano dentro de vesículas presinápti-
cas en el telodendrón. Los receptores para ACh actuarán en sí mismos como canales iónicos
y permitirán el ingreso de Na+ despolarizando la membrana de la célula muscular. La mem-
brana plasmática en la fibra muscular se encuentra muy próxima a la membrana del retículo
endoplasmático liso (o REL, que constituye el principal reservorio de Ca2+ intracelular) for-
mando estructuras especializadas llamadas túbulos-T. Esto permite que la despolarización
de la membrana del retículo endoplasmático liso active canales de Ca2+ dependientes de
voltaje, permitiendo la liberación del Ca2+ contenido en su lumen. Esta liberación de Ca2+es
necesaria para iniciar cambios conformacionales en el sarcómero, que son claves para que se
produzca la contracción muscular.

Además de este efecto inmediato sobre la contracción muscular, el Ca2+ liberado al cito-
plasma es un activador de la glucogenólisis muscular. Vemos entonces cómo se integra la
contracción muscular con la fosforólisis de glucógeno para la producción de energía11.

Como resultado de estos eventos moleculares, el alumno sacó la mano del fuego. De-
bido a que para que esto ocurra no fue necesario que la información se transmitiera al
cerebro, no tuvo que pensar para hacerlo (arco reflejo flexor). Es cierto que sin embargo
tiene consciencia de lo ocurrido, y esto se debe a que una interneurona transmitió a su
vez la información al cerebro (fig. 11-3).

Fig. 11-3. Arco reflejo. Se ejemplifica como, por consecuencia de la quemadura de un dedo por medio de una llama,
una neurona sensitiva o aferente transmite el impulso nervioso hasta la médula espinal donde hace sinapsis con
una interneurona. La interneurona hace sinapsis con una neurona eferente o motoneurona. En el botón terminal
de la motoneurona se libera acetilcolina, la cual le da la orden al músculo esquelético de que se contraiga y como
consecuencia se retira la mano. Note que la interneurona también envía información al cerebro a modo de generar
un recuerdo del evento doloroso.

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Tanto las fibras o células musculares estriadas del músculo esquelético, visceral y car-
díaco, como las fibras musculares no estriadas del músculo liso son inervadas por el
sistema nervioso. La inervación tiene además un efecto trófico sobre las fibras mus-
culares. Si se interrumpe, se produce la atrofia del tejido muscular12.

Detallaremos ahora los eventos ocurridos durante la contracción del músculo estriado. La
unidad estructural y funcional de la fibra muscular es el sarcómero. El conjunto de sarcó-
meros forma las miofibrillas. Esta estructura es una “catedral molecular” tan exquisita que
su alto nivel de organización se pone de manifiesto a nivel microscópico y ultraestructu-
ral en forma de estriaciones. Estas estriaciones se producen por el ordenamiento de los
filamentos finos formados por una proteína globular, la actina y los filamentos gruesos
formados por una proteína fibrosa con cola y cabeza, la miosina. Primeramente, distin-
guimos dos bandas que producen las estriaciones visibles con el microscopio óptico:

-banda I: donde sólo encontramos filamentos finos de actina,

-banda A: donde se superponen los filamentos de actina y miosina.

Además, a nivel ultraestructural o de microscopía electrónica, encontramos bandas y líneas:

- banda H: solo encontramos filamentos gruesos de miosina,

- línea M: separa la banda H en dos mitades iguales, y está formada por miomesina
que une a los filamentos gruesos entre sí,

- línea Z: separa a la banda I en dos mitades iguales. Uno de sus componentes más
importantes es la alfa-actinina, que une los filamentos finos entre sí. La proteína
distrofina, llamada así por su correlación con la distrofia muscular de Duchenne, es
otra proteína del citoesqueleto que ancla la alfa-actinina a la membrana plasmática,
transmitiendo la contracción a la fibra muscular13.

La contracción muscular se da por el deslizamiento de los filamentos finos de actina


por sobre los filamentos gruesos de miosina con gasto de ATP, produciendo entonces
un acortamiento de las bandas H e I, sin modificación de la banda A.

¿Pero cómo exactamente ocurre esto a nivel molecular? …

La liberación de Ca2+ por el retículo endoplásmico liso de la fibra muscular es un evento


preparatorio indispensable para la contracción debido a que permite que los sitios de
unión a la miosina en los filamentos de actina queden expuestos. Esto ocurre porque
un complejo llamado complejo de troponinas normalmente bloquea estos sitios. En
particular, este complejo está formado por:

-Troponina C (TnC): une Ca2+ y sufre un cambio conformacional que permite la escisión
de la troponina I (TnI),

-TnI: cuando se une a la tropomiosina (TnT), hace que ésta bloquee los sitios de
unión a miosina presentes en los filamentos de actina,

230
-TnT: al escindirse de la TnI, sufre un cambio conformacional que desbloquea los
sitios de unión a miosina en la actina. Todo esto funciona como el “seguro” de un
arma, sin cuya liberación previa no es posible el “disparo”, o la contracción muscular,
aun cuando exista ATP disponible para que ésta se produzca. Recordemos que para
la liberación del Ca2+ intracelular es necesaria la despolarización de la membrana
que se inicia en la placa neuromuscular al transmitirse un impulso nervioso. Es de-
cir, en ausencia de un impulso nervioso, no existirá contracción muscular.

Para la contracción muscular propiamente dicha, se suceden los siguientes eventos:

-hidrólisis de ATP: la cabeza de miosina en contacto con la actina une ATP y lo hi-
droliza, pero el fosfato (Pi) no se libera del complejo, sino que queda próximo como
ADP + Pi; la miosina está “energizada”,

-liberación del Pi o flexión: la cabeza de miosina se dobla, uniéndose a un nuevo


sitio detrás en la actina y el Pi es liberado del complejo,

-liberación de ADP o golpe de fuerza: se libera el ADP, y la cabeza de miosina se


desliza y empuja a los filamentos de actina hacia el centro del sarcómero, acortándo-
se las bandas H e I, quedando unida a un nuevo sitio en la actina.

Este ciclo se repite de nuevo con la entrada de una nueva molécula de ATP a la cabeza
de miosina. Si no existe un impulso nervioso o despolarización de la membrana, el Ca2+
reingresa al retículo endoplásmico mediante canales en su membrana que lo transpor-
tan en forma activa (gasto de ATP) y la TnI vuelve a unirse a la TnT, desplazándola y
cerrando los sitios de unión a actina.

Luego de la muerte clínica, el Ca2+ es liberado del retículo endoplásmico de las fibras
musculares y desbloquea los sitios de unión a la actina14. Se producen entonces tantos
ciclos de contracción como las reservas de ATP lo permitan, pero luego con el Ca2+ per-
manentemente unido a la TnI, y sin más ATP, la cabeza de miosina quedará anclada a
la actina, produciendo el efecto de rigidez cadavérica o rigor mortis, que ocurre a partir
de las 2-4 horas de producida la muerte y alcanza un efecto máximo a las 12 horas, para
luego desaparecer por la descomposición del tejido muscular. Este fenómeno gradual
tiene importancia forense, ya que permite estimar el tiempo de ocurrido el deceso.

Como vimos anteriormente, la acetilcolinesterasa degrada el exceso de ACh en la placa


motora, con lo que se inicia la relajación del músculo esquelético. Observe y comprenda,
en la siguiente página, la fig. 11-4 donde se muestran los eventos detallados más arriba.

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Fig. 11-4. Eventos moleculares en la contracción y relajación del músculo esquelético. A- Neuronas excitatorias
e inhibitorias hacen sinapsis con una motoneurona. La motoneurona integra estas sinapsis y en consecuencia se
despolariza (note la participación de canales iónicos dependientes de ligandos). El potencial de acción viaja de
manera saltatoria a lo largo del axón, y al llegar al botón terminal, permite el ingreso de Ca2+, con la consecuente
fusión de la vesícula cargada con acetilcolina con la membrana plasmática (note la participación de canales iónicos
dependiente de voltaje). B- En la placa motora, la acetilcolina se une a un receptor del tipo canal iónico, ubicado
en la membrana plasmática de la fibra muscular (sarcolema). Este canal iónico dependiente de ligando se abre y
permite el ingreso de Na+ al citoplasma (sarcoplasma), luego se abren en los túbulos T canales iónicos dependientes

232
de voltaje, permitiendo el ingreso de más Na+ y Ca2+. El cambio de voltaje en el sarcoplasma permite la apertura
de canales de Ca2+ en el retículo endoplasmático (retículo sarcoplasmático), con lo cual, el Ca2+ sale a favor del
gradiente desde dicha organela. El aumento en la concentración citosólica de Ca2+ tiene dos funciones, activar a
la glucógeno fosforilasa, evento necesario para la producción de ATP y generar cambios conformacionales en el
sarcómero. C- El Ca2+ produce un cambio conformacional en la troponina, quien a su vez genera un cambio con-
formacional en la tropomiosina. Estos cambios conformacionales dejan al descubierto al filamento fino de actina
F, de manera que interacciona con el filamento grueso de miosina, quien tracciona acortando el sarcómero. Note
que se gasta ATP en el proceso. Como los sarcómeros están anclados a la membrana plasmática mediante distintas
proteínas, toda la célula se acorta (contracción muscular). D- Luego, con la degradación de la acetilcolina, por
medio de la acetilcolinesterasa, se inicia la relajación muscular. El Ca2+ sale del sarcómero, con lo cual el mismo se
relaja, puesto que el filamento fino al estar nuevamente recubierto no interacciona con el filamento grueso. Esto se
transmite a toda la célula, ya que los sarcómeros están anclados al sarcolema. Una parte del Ca2+ retorna al inte-
rior del retículo sarcoplasmático mediante una bomba que consume ATP, puesto que va en contra de gradiente y
allí se almacena unido a la calsecuestrina. La otra parte del Ca2+ sale de la célula mediante un antiporte con Na+.
Finalmente, la bomba de Na+/K+ gastando ATP mueve ambos iones en contra de gradiente, restableciendo las
concentraciones iniciales de dichos iones.

Los insecticidas organofosforados como el malatión son inhibidores irreversibles de la


acetilcolinesterasa. Otros inhibidores de esta enzima pueden ser usados como tratamien-
to sintomático de la miastenia gravis, enfermedad autoinmune donde se generan autoan-
ticuerpos contra los receptores nicotínicos. La miastenia produce debilidad muscular pro-
gresiva debido a la neutralización de receptores en la placa motora. Al darse o bien una
sobredosis en estos pacientes o exposición general de las mucosas a estos compuestos, se
produce una crisis colinérgica, que causa espasmos en el músculo esquelético.

Integración neuro-endócrina

Como se dijo anteriormente, el sistema nervioso y el sistema endócrino dialogan en-


tre sí. Tal es así, que a menudo se los denomina juntos con el nombre de “sistema
neuro-endócrino”. Uno de los ejemplos más interesantes de integración neuro-en-
dócrina lo constituyen las divisiones simpática y parasimpática del sistema nervioso
autónomo, a veces llamado visceral.

La división simpática es la rama más extensa del sistema nervioso autónomo. Se ubica ana-
tómicamente en todos los segmentos dorsales de la médula espinal y dos primeros lumbares,
en ganglios paravertebrales y prevertebrales y nervios raquídeos. Se compone de neuronas
preganglionares cuyos somas se encuentran en la médula espinal y que transmiten impul-
sos nerviosos a neuronas postganglionares situadas en los distintos ganglios. Es importante
destacar aquí que las eferencias viscerales del sistema nervioso autónomo simpático y para-
simpático implican a dos neuronas: la neurona preganglionar ubicada en la médula espinal,
y varias neuronas postganglionares situadas en los ganglios. Compare con las eferencias so-
máticas descritas anteriormente.

Los terminales axónicos de las neuronas simpáticas postganglionares producen mayormen-


te noradrenalina y adrenalina como neurotransmisores. A esta altura el alumno debería
reparar en que estos neurotransmisores son… ¡hormonas!15. Estas neuronas inervan pul-
mones, corazón, folículos pilosos, glándulas, músculo liso, etc. En los órganos blancos hay
receptores de tipo alfa o beta que responden a esta estimulación.

Los efectos del sistema simpático sobre el metabolismo preparan al organismo para
un esfuerzo muscular o una reacción que se asocia con la de huida o lucha, pero que
conviene relacionar más bien con la respuesta hacia todo aquello que es “extraño”
para el sistema nervioso y que constituye por tanto un estresor.

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Enumeraremos a continuación algunos de los efectos principales de la estimulación
simpática:

-midriasis: dilatación de pupilas,


-disminución de la producción de saliva, estimulación de la secreción de glándulas
sudoríparas,
-piloerección,
-bronquio-dilatación: aumento del diámetro de los bronquios,
-taquicardia: aumento de la frecuencia cardíaca,
-inhibición de la actividad de los órganos digestivos y glándulas: disminución del peris-
taltismo, secreción del páncreas y la vesícula biliar; en general inhibición de la digestión,
-contracción de esfínteres y relajación de la vejiga, inhibición de la micción,
-estimulación de producción de adrenalina por las glándulas suprarrenales,
-orgasmo,
-estimulación de la producción de glucagón por las células α del páncreas endócrino:
efecto hiperglucemiante, gluconeogénico y glucogenolítico,
-inhibición de la liberación de insulina por las células β pancreáticas.

La división parasimpática se ubica anatómicamente en el tronco encefálico y los segmentos


sacros de la médula espinal, ganglios paravertebrales y prevertebrales y nervios raquídeos.

Sabiendo que los efectos de la inervación simpática son antagónicos con los efectos
de la inervación parasimpática, el alumno encontrará fácil enumerar los efectos para-
simpáticos sobre los distintos órganos. Entonces, la inervación parasimpática produ-
cirá como neurotransmisor principal la ACh tanto en las neuronas preganglionares
como en las postganglionares, provocando como efectos principales:
-miosis: constricción de pupilas,
-aumento de la salivación,
-constricción de bronquios,
-estimulación de la digestión,
-bradicardia: disminución de la frecuencia cardíaca,
-contracción de la vejiga, micción,
-erección.

Hemos visto que los inhibidores de la acetilcolinesterasa causan crisis colinérgicas cu-
yos síntomas son precisamente los de la activación de la división parasimpática debido a
la sobreestimulación de los receptores muscarínicos colinérgicos. Drogas como la atro-
pina o difenhidramina que bloquean a estos receptores pueden contrarrestar estos efec-
tos, pero son incapaces de contrarrestar los espasmos musculares en el diafragma, cuya
contracción depende de receptores colinérgicos nicotínicos (ionotrópicos). Estudie la
figura que muestra la disposición anatómica y los efectos sobre los distintos órganos de
la división simpática y parasimpática del sistema nervioso autónomo (fig. 11-5).

234
Fig. 11-5. Subdivisión del sistema nervioso autónomo. A- Efecto de la inervación parasimpática sobre distintos
órganos. Note la relevancia del nervio vago. B- Efecto de la inervación simpática sobre distintos órganos. Note la
cadena ganglionar simpática. Observe que los efectos entre estos dos sistemas son antagónicos.

La división entérica16, formada por ganglios situados en los plexos mientéricos, cons-
tituye la tercera división del sistema nervioso autónomo. Aunque está conectada con el
sistema nervioso central a través de sus divisiones simpáticas y parasimpáticas, puede
actuar sola, regulando funciones digestivas e inmunológicas. Por todo esto a veces se le
llama “el segundo cerebro”.

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Fig. 11-6. Cuadro resumen de los principales neurotransmisores. Se muestra para cada uno de ellos, familia
química, receptores, localización, efecto biológico, precursores, fármacos agonistas y antagonistas, degradación y
patologías relacionadas.

Notas al pie:
1. Más de la mitad de la velocidad crucero de un boeing 737…
2. La ejecución por inyección letal practicada en Texas y algunos otros estados de los EE. UU. con-
siste en la administración de una solución concentrada de KCl que aumenta la concentración de
K+ extracelular hasta niveles imposibles de compensar por la bomba Na+/K+ ATPasa de modo de
destruir el gradiente electroquímico y la transmisión nerviosa provocando eventualmente un paro
cardíaco.
3. No confundir con eléctricamente polarizadas, aquí el término polarización es citológico y alude a
una célula con dos polos morfológicamente distintos.
4. La repolarización evoluciona hasta llegar al equilibrio o potencial de reposo, de aproximadamente
-70 mV.

240
5. Neologismo que se compone de la unión del vocablo griego syn (junto) y el verbo haptein (unir).
6. Recordemos: PKA (proteína-quinasa A), dependiente de AMPc y PKC (proteína-quinasa C), de-
pendiente de Ca2+ y DAG (generado por PLC, fosfolipasa-C).
7. Muy importantes ambos por sus contribuciones a la histología y a la biología. Ranvier descubrió
la mielina y las células de Merkel en la epidermis, implicadas en la mecanorrecepción. Las inves-
tigaciones citológicas de Schwann en animales, junto con las de Schleiden en plantas, inspiraron
la teoría celular, formulada por Virchow en su famosa sentencia: “omnis cellula ex cellula” (“toda
célula proviene de una célula”).
8. Aquí “leuco” alude a la sustancia blanca. Recordemos que se denomina sustancia blanca a todo
aquello que se distingue de la materia gris. Histológicamente, la sustancia blanca está compuesta por
las fibras nerviosas, mientras que la gris comprende a los somas neuronales.
9. La película “Lorenzo’s oil” (“Un milagro para Lorenzo”, 1992), protagonizada por Nick Nolte y
Susan Sarandon narra la historia real de Lorenzo Odone, paciente con ALD y la lucha de sus padres
contra la enfermedad, que los lleva a estudiar la bioquímica de la enfermedad. Una película reco-
mendada para ver mientras estudia EDUMED.
10. ¡Atención! Aquí el término fibra muscular alude a la célula muscular entera, mientras que al
hablar de fibras nerviosas nos estamos refiriendo a los conjuntos de axones que son parte, pero no la
totalidad de las células nerviosas (neuronas) que además tienen soma.
11. El Ca2+ se une a la calmodulina, el complejo Ca22+-calmodulina es una de las subunidades de
la fosforilasa quinasa b, quien al estar ahora activa, fosforila a la glucógeno fosforilasa, activándo-
la. La glucógeno fosforilasa cataliza la fosforólisis del glucógeno muscular liberando glucosa 1P al
citoplasma.
12. Razón por la cual es necesario hacer rehabilitación kinesiológica tras inmovilizar una extremi-
dad luego de una fractura, por ejemplo. La inervación nerviosa cesó y el músculo sufrió atrofia. No
debe confundirse a la atrofia o la hipertrofia que son hasta cierto punto reversibles, con la muerte
tisular, irreversible.
13. La distrofia muscular de Duchenne causa un deterioro progresivo de las fibras musculares que
conduce a la parálisis. Es causada por mutaciones en el gen de la distrofina que comprometen su
síntesis como una proteína funcional. Es una enfermedad genética recesiva ligada al cromosoma
sexual X.
14. Recuerde que, al morir, el ATP deja de producirse y entonces la bomba Na+/K+ no puede man-
tener los gradientes, por lo que éstos se destruyen eventualmente, y se equiparan los potenciales
electroquímicos entre todos los compartimentos intra- y extracelulares.
15. Tal vez este descubrimiento incluso aumentó sus pulsaciones, lo cual es una respuesta simpática,
como veremos.
16. Equivalente al número de neuronas en el cerebro de un gato.

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242
Autores:
Sandra Romero Dominguez / Juan Burdisso
Las figuras de este capítulo son propiedad intelectual de:
Pablo Patini / Juan Burdisso

Capítulo 12

Integración metabólica
Objetivos de aprendizaje
Al finalizar la lectura del siguiente capítulo, el estudiante será capaz de:
• Evidenciar cuáles son los metabolismos de relevancia según el estado metabólico o
tipo de ejercicio que se esté realizando.
• Entender cómo se relacionan desde el punto de vista metabólico los principales
órganos con la finalidad de mantener la homeostasis.
• Comprender cómo las hormonas contribuyen a regular el metabolismo.
• Sobre los tips de estudio: deducir los nombres de las enzimas, destacar la relevancia
de las mitocondrias y del hígado en cuanto al metabolismo se refiere.
• Saber cuáles son y qué funciones cumplen los nutrientes esenciales para los seres
humanos.

La primera parte de este capítulo tiene como finalidad integrar distintas vías metabólicas,
para lo cual se desarrolló como si estuviésemos a un velocista previo a una competición,
luego se corren los 100 metros llanos y finalmente se hace la diferencia respecto a un
maratonista. En la fig 12-1 se muestran distintas formas de producir ATP según estemos
ante un ejercicio anaeróbico o aeróbico, es decir con poco o suficiente oxígeno a nivel del
músculo esquelético respectivamente.

Fig. 12-1. Fuente de ATP según el tipo de ejercicio. Los metabolismos anaeróbicos se activan durante un ejercicio
de corta duración y alta intensidad (por ejemplo los 100 metros llanos), el ATP se produce exclusivamente por fos-
forilación a nivel del sustrato (FANS). Los metabolismos aeróbicos se activan en los ejercicios de baja o moderada
intensidad, el ATP se produce mediante FANS y fosforilación oxidativa (FO).

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El músculo esquelético en reposo

El músculo esquelético se especializó en convertir energía química en trabajo mecáni-


co, en reposo consume el 30% del total del ATP del organismo y dicho consumo puede
escalar al 90% durante un ejercicio intenso. En reposo, la fibra muscular esquelética
oxida preferentemente ácidos grasos, la finalidad de este comportamiento es conservar
su reserva limitada de glucógeno1, la cual representará la principal fuente de energía
durante un ejercicio anaeróbico2.

Como las reservas de TAG a nivel muscular son casi inexistentes, es el tejido adiposo
quien mediante lipólisis le provee de ácidos grasos.

El músculo en actividad anaeróbica

Al realizar una actividad física de alta intensidad y corta duración, es decir un ejercicio
anaeróbico se necesita rápidamente de una gran cantidad de energía puesto que el acor-
tamiento de los sarcómeros gasta mucho ATP. Por lo tanto, se activan vías metabólicas
anaeróbicas, es decir se consume el poco ATP disponible, se activa la vía de los fosfágenos
y luego la glucogenólisis hepática y muscular, acompañado esto de la glucólisis y fermen-
tación homoláctica, ciclo de Cori, ciclo de la glucosa-alanina y gluconeogénesis. A conti-
nuación describiremos estos procesos.

La fibra muscular recurre en primera instancia al ATP disponible, el cual se consume ex-
tremadamente rápido, como consecuencia se activa la vía de los fosfágenos en donde par-
ticipa la fosfocreatina3 y de esta manera a través de una fosforilación a nivel del sustrato
se genera rápidamente más ATP. Esta vía provee de energía durante un intervalo muy
corto de tiempo, en el rango de 1 a 4 segundos y rápidamente se agota. La fosfocreatina se
regenera a expensas del ATP en periodos de reposo muscular (fig. 12-2).

Fig. 12-2. Vía de los fosfágenos. En el músculo relajado se sintetiza ATP mediante FO y FANS. Los ATP ceden sus
grupos fosfatos a la creatina obteniéndose fosfocreatina y ADP. El ADP se vuelve a fosforilar generando más ATP.
En la contracción muscular se gasta el ATP disponible y se sintetiza nuevo ATP a partir de la fosfocreatina que pasa
a creatina (FANS). La fosfocreatina representa un ”backup” o reserva de fosfatos para generar rápidamente ATP
cuando se necesita.

244
A posteriori, la fibra muscular esquelética activa la glucogenólisis, dicho de otra mane-
ra, degrada o moviliza su reserva de glucógeno y en consecuencia la concentración de
glucosa 6-fosfato aumenta en el citoplasma de dicha célula. Esto está reforzado por la
glucogenólisis hepática, que contribuye a elevar la concentración de glucosa en sangre,
con lo cual la fibra muscular también se surte a partir de esta fuente.

Como la fibra muscular está en actividad anaeróbica, habrá una oxidación parcial de
la glucosa 6-fosfato obteniéndose 2 lactatos y solo 2 ATP de ganancia. En este proceso
están involucradas la glucólisis y la fermentación homoláctica.

En anaerobiosis la fermentación homoláctica4 mantiene operativa a la glucólisis, con


lo cual, por un tiempo se produce 2 ATP/glucosa. Recuerde que el NADH no se puede
oxidar mediante una lanzadera puesto que estamos en ausencia de oxígeno. La oxida-
ción del NADH al reducir piruvato a lactato permite que la gliceraldehído 3 fosfato
deshidrogenasa y la glucólisis siga funcional en ausencia de oxígeno.

En la fibra muscular esquelética las reservas de glucógeno se están agotando. Además


el lactato se está acumulando en el citosol de esta célula, con lo cual, el mismo se envía
al torrente sanguíneo. El lactato al llegar al hígado es convertido mediante gluconeogé-
nesis en glucosa (note que aquí se consume ATP). La glucosa sale a la sangre y vuelve al
músculo esquelético para proveer más energía (2 ATP/glucosa, obtenidos nuevamente
por glucólisis y fermentación homoláctica). El ciclo de Cori describe este intercambio
metabólico que acabamos de ver, el mismo es en esencia, un trueque de lactato por
glucosa, entre el músculo esquelético y el hígado respectivamente. Este ciclo permite la
funcionalidad del músculo esquelético bajo condiciones anaeróbicas (fig. 12-3).

Fig. 12-3. Ciclo de Cori. En el músculo esquelético la glucosa se convierte en lactato (glucólisis y fermentación ho-
moláctica) dando 2 ATP de ganancia. Luego el lactato es enviado a la sangre para posteriormente ser captada por
el hígado. El lactato a nivel hepático es convertido con gasto de ATP en glucosa (gluconeogénesis). La glucosa sale
a la sangre, retornando al músculo esquelético para completar el ciclo.

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En simultáneo al ciclo de Cori, se da otro trueque también entre el músculo esqueléti-
co y el hígado, pero esta vez el intercambio es de un aminoácido la alanina por glucosa
respectivamente, nos referimos al ciclo de la glucosa-alanina (fig. 12-4). En este ciclo, a
nivel hepático, la alanina se transforma en glucosa. Habiendo leído esto, no le surge la
siguiente pregunta ¿Qué pasó con el grupo amino del aminoácido alanina, puesto que la
glucosa no tiene nitrógeno en su estructura? De forma muy resumida podemos decir que
el grupo amino se transformó en urea, mientras que el esqueleto carbonado o alfa cetoá-
cido derivado de la alanina (el piruvato) es sustrato para la gluconeogénesis (fig. 12-4).

Fig. 12-4. Ciclo de la glucosa-alanina y algunas vías asociadas. En la fibra muscular la glucosa es convertida mediante
la glucólisis en piruvato (esto deja 2 ATP de ganancia), el piruvato luego de una reacción de transaminación genera
alanina. El aminoácido alanina es enviado a la sangre, al llegar al hepatocito vuelve a participar en otra reacción de tran-
saminación generando glutamato y piruvato. El piruvato mediante la gluconeogénesis da glucosa (aquí se gasta ATP), la
cual sale a la sangre y puede volver al músculo. El glutamato sufre una desaminación oxidativa dando alfa cetoglutarato
y amonio. El alfa cetoglutarato se reutiliza en nuevas transaminaciones. El amonio es muy tóxico, con lo cual, se transfor-
ma en carbamoil fosfato mediante la CPS 1 con gasto de ATP, prosigue el ciclo de la urea donde se vuelve a gastar ATP.
Finalmente la urea que es el principal producto de desecho del catabolismo de los aminoácidos se envía a sangre, se filtra
en el riñón y se elimina con la orina. Note que el grupo amino que estaba en casi cualquier aminoácido a nivel muscular,
pasa a la alanina, luego al glutamato y finalmente a la urea (rectángulos grises).

246
Veamos el detalle del ciclo de la glucosa-alanina y algunas vías asociadas. En la fibra
muscular esquelética, el piruvato proveniente de la glucólisis es convertido en el ami-
noácido alanina mediante una reacción de transaminación (fig. 12-4 y 12-5, de abajo
hacia arriba). En esta reacción participan aminoácidos provenientes de la proteólisis
muscular. Los alfa cetoácidos generados a nivel muscular son intermediarios en múlti-
ples vías metabólicas.

Fig. 12-5. Transaminación. En las reacciones de transaminación participan las transaminasas5 o aminotransferasas
catalizando reacciones reversibles en la cual un aminoácido al perder el grupo amino se transforma en el alfa cetoácido
correspondiente, mientras que otro alfa cetoácido al recibir el grupo amino genera el aminoácido correspondiente. En
está reacción en particular la alanina genera piruvato, mientras el alfa cetoglutarato se convierte en glutamato. El alfa
cetoglutarato es considerado el aceptor universal de grupos amino.

La alanina sale desde la fibra muscular esquelética y es transportada por el torrente


sanguíneo hasta el hígado, donde experimenta una nueva transaminación que origina
piruvato y glutamato (fig. 12-4 y fig. 12-5, de arriba hacia abajo). El piruvato a nivel
hepático es un sustrato para la gluconeogénesis, con lo cual con gasto de ATP, se con-
vierte en glucosa. La glucosa resultante puede devolverse a los músculos esqueléticos
para su posterior degradación glucolítica (fig. 12-4). Este ciclo se repite cuantas veces
sea necesario.

¿Qué ocurre con el glutamato que se generó en el hepatocito?

A nivel hepático el glutamato es el único aminoácido que puede hacer una desami-
nación oxidativa. El resultado de este proceso catalizado por la glutamato deshidro-
genasa es el alfa cetoglutarato (en esta reacción del tipo redox se puede usar NAD+ o
NADP+) y el catión amonio (fig. 12-4 y 12-6). La glutamato deshidrogenasa está regu-
lada alostéricamente de forma positiva por ADP, GDP y NAD+ y de forma negativa por
ATP, GTP y NADH. Note que el alfa cetoglutarato6 se reutiliza en nuevas reacciones de
transaminación (fig. 12-4).

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Fig. 12-6. Desaminación oxidativa del glutamato. El aminoácido glutamato es convertido mediante la glutamato des-
hidrogenasa (enzima mitocondrial) en alfa cetoglutarato y amonio. En esta reacción de tipo redox se emplea NAD+ o
NADP+ como aceptor de hidruros.

El amoníaco⁷ o amonio es tóxico, con lo cual en el hígado se convierte en urea. Para este
proceso se requiere unir el amonio con bicarbonato y transformarlo en carbamoil fosfato
mediante gasto de ATP, reacción catalizada por la carbamoil fosfato sintetasa 1 (CPS 1) (fig.
12-4 y 12-7). La enzima CPS 1 tiene regulación alostérica positiva por N-Acetilglutamato.

El carbamoil fosfato muestra semejanza estructural con media molécula de urea (fig. 12-
7). Sería hermoso para el estudiante, que en una nueva reacción se adicione el otro grupo
amonio, pero la realidad es que para incorporar este segundo grupo amino, se requiere del
aspartato y de toda una vuelta del ciclo de la urea (fig. 12-7).

248
Fig. 12-7. Síntesis de urea en el hepatocito. En la matriz mitocondrial de los hepatocitos, se sintetiza a partir del bicar-
bonato y amonio con gasto de 2 ATP, la molécula de carbamoil fosfato, la enzima interviniente es la CPS 1. Luego, el
grupo carbamoil se une con la ornitina dando citrulina, la citrulina es transportada desde la matriz mitocondrial hacia
el citosol, allí reacciona con el aspartato dando arginosuccinato (note que se gastan 2 ATP), luego este origina fumarato y
arginina. Posteriormente, la hidrólisis de la arginina da urea y regenera la ornitina, que ingresa a la matriz mitocondrial
para reiniciar el ciclo. Note que las moléculas de ornitina y citrulina son aminoácidos no proteicos.

En la molécula de urea identificamos dos grupos aminos, uno siempre proveniente del
aspartato y el otro proveniente de la glutamina (fig. 12-8) o de la desaminación oxidati-
va del glutamato. Note que el grupo amino que se libera en la desaminación oxidativa
del glutamato a nivel hepático, estaba antes a nivel muscular formando parte de casi
cualquiera de los 20 aminoácidos. Por otra parte, el CO2 (bicarbonato) proveniente del
ciclo de Krebs forma el carbono central en la molécula de urea.

Fig. 12-8. Síntesis de glutamato y glutamina. La glutamina sintetasa mediante gasto de ATP, adiciona un grupo amino al ami-
noácido glutamato, generando el aminoácido glutamina. La glutaminasa hidroliza la glutamina dando glutamato y amonio.

Nosotros no podemos eliminar grandes cantidades de amoníaco o amonio, porque es muy tóxi-
co para nuestras células. Por lo tanto, recurrimos al ciclo de la urea, que ocurre en los hepatocitos
con gasto de 4 ATP/urea. Este es el precio que hay que pagar, para eliminar el grupo amino de los
aminoácidos, como una forma altamente soluble e inocua para nuestro organismo (urea).

La urea es movilizada desde el hígado a la sangre, para luego ser filtrada y concentrada
en los riñones, donde finalmente se elimina con la orina. Considere que el ciclo de la
urea nunca se detiene y está exacerbado en ayunos prolongados y en dietas hiperpro-
teicas. Tenga en cuenta que abusar de este ciclo, implicaría un tipo de desnutrición.
Quemar proteínas8 es una “picardía” ya que conviene quemar grasas o azúcares y dejar
a las proteínas para las funciones plásticas y no energéticas.

Como vemos, el ciclo de la glucosa-alanina9 representa uno de los mecanismos para el trans-
porte de nitrógeno y esqueletos carbonados desde el músculo esquelético hasta el hígado.

A modo de conclusión de esta sección, sea cual sea el aminoácido enviado desde el
músculo esquelético hasta el hígado, la finalidad es por un lado generar esqueletos
carbonados o alfa cetoácidos a nivel hepático que son utilizados para generar glucosa
mediante la gluconeogénesis. Por otro lado, de esta manera, estamos transportando
grupos aminos, los cuales son eliminados del organismo en forma de urea, molécula
que representa el principal producto del catabolismo de los aminoácidos.

Como vimos en la fig. 12-4, el esqueleto carbonado o alfa cetoácido derivado de la alanina
(piruvato) se transformó mediante la gluconeogénesis hepática en glucosa. A continua-
ción, en la fig. 12-9 se muestra cómo distintos precursores no glucosídicos, además del
piruvato, se convierten en glucosa.

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Fig. 12-9. Gluconeogénesis. Se muestran las reacciones mediante las cuales varios precursores no glucosídicos (glicerol, lactato
y los esqueletos carbonados o alfa cetoácidos derivados de los aminoácidos alanina, aspartato y glutamato) se transforman en
glucosa. Note la participación del ciclo de Krebs anabólico.

250
Cabe mencionar que Hans Krebs descubrió el ciclo de Krebs y el ciclo de la urea. Ade-
más, entre estos ciclos existe un intercambio de metabolitos. En consecuencia, una for-
ma elegante y creativa de representar estos intercambios y honrar la memoria del cien-
tífico es representando la bicicleta10 de Krebs (fig. 12-10).

Fig. 12-10. Bicicleta de Krebs. El oxalacetato proveniente del ciclo de Krebs, participa en una reacción de transaminación
(reacción cataplerótica o de vaciado del ciclo) por ejemplo con la alanina, generando aspartato y piruvato respectivamen-
te. El piruvato se puede metabolizar según la necesidad de la célula, mientras que el aspartato en este caso va hacia el
ciclo de la urea (aportando uno de los N de la urea). Note que el grupo amino que estaba en la alanina paso por transa-
minación al aspartato y luego mediante el ciclo de la urea genera urea. El fumarato, un subproducto del ciclo de la urea,
es enviado al ciclo de Krebs (reacción anaplerótica o de llenado del ciclo). Las reacciones redox del ciclo de Krebs permiten
la producción de coenzimas reducidas, entre ellas el NADH, la cual al ceder sus electrones a la cadena respiratoria y me-
diante el acoplamiento a la fosforilación oxidativa permite la síntesis de ATP.

El músculo esquelético en actividad aeróbica

En una caminata o en una maratón, ambos ejemplos de ejercicios de larga duración y


moderada intensidad y en donde hay suficiente oxígeno a nivel muscular tendremos
activas vías aeróbicas como ser: glucogenólisis hepática y muscular, glucólisis, descar-
boxilación oxidativa del piruvato, ciclo de Krebs, cadena respiratoria, fosforilación oxi-
dativa, gluconeogénesis (ciclos de Cori y de la glucosa-alanina), lipólisis, β-oxidación,
cetogénesis y cetólisis. Estas vías fueron discutidas a lo largo del contenido de varios
capítulos, así que no se describirán nuevamente aquí.

Un apartado especial para el tejido nervioso

El sistema nervioso central (SNC), pese a tener una masa menor al 2,5% del peso corporal
de un adulto normal, consume 20% del total de oxígeno utilizado por todo el organismo en
reposo. El SNC emplea preferentemente glucosa como combustible. En condiciones de ayu-
no prolongado, el cerebro desarrolla capacidad para oxidar cuerpos cetónicos (fig. 12-11).

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Dos tercios del total de ATP generado por el SNC son empleados en mantener el po-
tencial de membrana (bomba de Na+/K+). El resto se utiliza en las síntesis, principal-
mente de neurotransmisores.

Descensos pronunciados en la glucemia afectan el funcionamiento del SNC. Una glucemia


de 40 mg/dl produce síntomas neurológicos como mareos y lipotimias. Valores más bajos
pueden llevar al coma y daños irreversibles.

Además de la glucosa, la sangre provee el O2 necesario para el catabolismo de nutrientes


hasta CO2 y H2O. De allí surge la gran sensibilidad del SNC a fallas en la irrigación sanguí-
nea. Un bloqueo vascular, aún de pocos minutos de duración, puede producir alteraciones
irreparables en cerebro.

Le recomendamos estudiar detalladamente la fig. 12-11 en donde se muestra cómo se rela-


cionan desde el punto de vista metabólico los principales órganos en el ser humano. Intente
deducir que representa cada número en dicha figura ¿Está el ciclo de Cori representado en
esta figura?

252
Fig. 12-11. Intercambio de metabolitos entre diferentes tejidos en el ser humano. En este “Microchip metabólico” te-
nemos al hígado en un papel central. Preste especial atención a las vías metabólicas que se detallan a continuación: 1.
Glucogenólisis; 2. Glucogenogénesis; 3. Glucólisis; 4. Gluconeogénesis; 5. Fermentación homoláctica; 6. Beta oxidación;
7. Cetogénesis; 8. Biosíntesis de ácidos grasos; 9. Lipogénesis; 10. Lipólisis; 11. Cetólisis, ciclo de Krebs, cadena respira-
toria y fosforilación oxidativa; 12. Biosíntesis de proteínas; 13. Proteólisis; 14. Desaminación oxidativa del glutamato;
15. Glucólisis, descarboxilación oxidativa del piruvato, ciclo de Krebs, cadena respiratoria y fosforilación oxidativa; 16.
Descarboxilación oxidativa del piruvato, ciclo de Krebs, cadena respiratoria y fosforilación oxidativa; 17. Beta oxidación,
ciclo de Krebs, cadena respiratoria y fosforilación oxidativa; 18. Transaminación, desaminación oxidativa del glutamato,
síntesis de carbamoil fosfato y ciclo de la urea; 19. Biosíntesis de colesterol; 20. Hidrólisis de la glutamina (glutaminasa);
21. Amoniogénesis; 22. Transaminación; 23. Vía de los fosfágenos.

Hormonas e integración metabólica

A lo largo de los capítulos se ha comentado que las hormonas son fundamentales a la hora
de orquestar el metabolismo. Veamos a continuación, el funcionamiento de las siguientes
hormonas antagónicas. La insulina se considera una hormona anabólica e hipoglucemian-
te, mientras las principales hormonas catabólicas e hiperglucemiantes son el glucagón, la
adrenalina11 y el cortisol12 (efectos sinérgicos entre ellas). La insulina y el glucagón provie-
nen del páncreas endócrino, mientras la adrenalina y el cortisol vienen de las glándulas su-
prarrenales. Podemos decir que en un estado de saciedad o postprandial prevalece el efecto
de la insulina, mientras en ayuno, estrés o ejercicio predominan el glucagón, la adrenalina y
el cortisol (fig. 12-12). De forma muy resumida podemos decir que la insulina da la orden
de “guardar” y “generar depósitos energéticos”. En contraste, las hormonas catabólicas dan
la orden para “remover” o “degradar los depósitos energéticos”. Las acciones combinadas de
estas hormonas, más el accionar del sistema nervioso, nos permite mantener la homeostasis.

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Fig. 12-12. Regulación hormonal del metabolismo. A- Vías metabólicas activas en saciedad: en hiperglucemia los tejidos
insulinodependientes aumentan la cantidad de GLUT 4 en las membranas plasmáticas, transformándose en “esponjas”
que absorben glucosa. En el músculo esquelético, la glucosa se convierte en glucógeno, mientras que en los adipocitos se
transforma en lípidos (TAGs). El hepatocito (tejido no insulinodependiente) incorpora glucosa a través de un GLUT
diferente. A nivel hepático la glucosa se transforma en glucógeno y TAGs. Note que en estado postprandial generamos
reservas energéticas. B- Vías metabólicas activas en ayuno: en el adipocito las hormonas catabólicas activan la lipólisis,
generando glicerol y ácidos grasos (AGs), los cuales son enviados a la sangre. El glicerol se convierte en glucosa mediante
la gluconeogénesis hepática, mientras que los AGs ingresan a la fibra muscular para su posterior β-oxidación. Por efecto
de las hormonas catabólicas, se activa la glucogenólisis muscular y hepática. El lactato, generado mediante fermentación,
es enviado de la fibra muscular al hígado para la gluconeogénesis. Note que en ayuno, estrés o durante un ejercicio se
movilizan o degradan los depósitos energéticos.

En saciedad o estado postprandial (acabamos de comer), estamos en hiperglucemia,


con lo cual, se libera insulina desde el páncreas, la misma da la orden a los tejidos
insulino dependientes (músculo esquelético y adipocitos) de guardar glucosa (de esta
manera volvemos a los valores normales de glucemia). Esto se consigue aumentando
la síntesis y localización del GLUT 4 en la membrana plasmática de dichas células. En
la fibra muscular esquelética la glucosa es convertida en glucógeno. A nivel del tejido
adiposo, a partir de la glucosa se sintetizan lípidos, proceso conocido como lipogénesis.
A nivel hepático a partir de la glucosa se generan tanto glucógeno como TAGs.

De forma muy general, en ayuno o estrés, estamos en hipoglucemia, con lo cual se


secretan las hormonas catabólicas desde el páncreas y las glándulas suprarrenales,
su finalidad es remover depósitos y generar nueva glucosa. Se estimula la degradación
de lípidos o lipólisis a nivel hepático y del tejido adiposo. Se activa la glucogenólisis
hepática y muscular, con la notable contribución del hígado aumentando la glucemia.
En tanto, a partir de distintos precursores provenientes de distintos tejidos, el hígado a
través de la gluconeogénesis produce glucosa.

Finalmente, para ser estrictos lo correcto es hablar de la relación glucagón/insulina o


insulina/glucagón, más que la presencia de una u otra hormona.

A modo de integración, responda a conciencia las siguientes preguntas: ¿Pueden los


aminoácidos convertirse en glucosa o cuerpos cetónicos? Si su respuesta fue sí ¿Qué
le ocurrió al nitrógeno? ¿Por qué está exacerbado el ciclo de la urea en ayunos prolon-
gados y en las dietas hiperproteicas? ¿Puede la glucosa transformarse en aminoácidos?
¿Puede algún componente de los lípidos transformarse en glucosa? ¿Puede el exceso
de glucosa transformarse en lípidos? ¿En cuáles de estos procesos participó el ciclo de
Krebs anabólico? ¿En cuáles de estos procesos participó la gluconeogénesis?

Reforzando la integración metabólica, en la siguiente figura complete los rectángulos


con los términos que corresponde:

254
Consejos o “tips” de estudio

Puede resultar dificultoso acordarse del nombre de las enzimas, o recordar en que or-
ganela sucede una vía metabólica en particular o precisar en qué órgano se está dando
un proceso en particular. Además, una pregunta frecuente es ¿Cuáles son los nutrientes
esenciales para el ser humano? A continuación desarrollamos conceptos que tienen
que ver con estos temas.

¿Cuál es el nombre de la enzima que cataliza dicha reacción?

Aquí en realidad más que memorizar, se trata de deducir el nombre de una enzima y
para eso hay que tener en cuenta el nombre del sustrato sobre el cual actúa, el tipo de
reacción que cataliza (una de las seis categorías ya estudiadas) y seguramente su termi-
nación sea en “asa”.

Siguiendo estos criterios, podemos deducir que en la reacción de fosforilación de la


glucosa obteniéndose como producto la glucosa 6-fosfato interviene la glucoquinasa
o hexoquinasa, mientras en la reacción de fosforilación de la fructosa 6-fosfato dando
como producto la fructosa 1,6-bifosfato participa la Fosfofructoquinasa 1 (note que el
sustrato es una fosfofructosa y se lleva a cabo una fosforilación en el carbono 1).

¿En qué organela ocurre tal vía metabólica?

Hay una alta probabilidad de que la respuesta sea…la mitocondria13 donde ocurren las
siguientes vías metabólicas: la descarboxilación oxidativa del piruvato, el ciclo de Krebs,

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la cadena respiratoria, la fosforilación oxidativa, parte del ciclo de la urea, la β-oxida-
ción, la cetogénesis y la cetólisis, parte de la gluconeogénesis (según el sustrato), varias
reacciones de transaminación y la desaminación oxidativa del glutamato.

¿En qué órgano sucede tal vía metabólica?

Hay una alta probabilidad de que la respuesta sea…en el hígado14. Este órgano posicio-
nado estratégicamente es considerado el laboratorio del cuerpo humano, la “vedette del
metabolismo”, la glándula más grande del organismo. En él se llevan a cabo: la glucoge-
nogénesis y la glucogenólisis, la gluconeogénesis, parte del ciclo de Cori, parte del ciclo
de la glucosa-alanina, la cetogénesis, el metabolismo de las lipoproteínas, la síntesis de
sales biliares, colesterol, algunas hormonas y creatina, etc.

En cuanto a la homeostasis, en el hígado se sintetizan las proteínas de la coagulación


y la albúmina15. Participa además en la detoxificación de compuestos xenobióticos16 a
través del citocromo P450.

Desde el punto de vista inmunológico, en él se sintetizan las proteínas del complemento,


la proteína C reactiva, etc. Como si fuera poco, también almacena varios minerales (por
ejemplo el Fe) y algunas vitaminas.

¿Cuáles son los nutrientes esenciales para el ser humano?

Respecto de los nutrientes, el término esencial hace referencia a que no lo podemos


sintetizar, o lo hacemos en cantidades insuficientes, por lo tanto hay que adquirirlos
desde el exterior. En esta categoría se encuentran: el agua, los aminoácidos esencia-
les17, los ácidos grasos esenciales (omega 3 y 6), los minerales, las vitaminas y el oxí-
geno.

Para su sorpresa, la glucosa no está en esta categoría, ya que como se comentó en varios
capítulos, tenemos una vía metabólica encargada de sintetizarla, la gluconeogénesis.

El agua, los ácidos grasos y los aminoácidos han sido descritos en distintos capítulos
del presente manual. A continuación se describen los minerales y las vitaminas, ambos
nutrientes acalóricos.

A grandes rasgos las vitaminas actúan como cofactores enzimáticos (óptimo funciona-
miento de las vías metabólicas) y tienen efecto antioxidante (fig. 12-13).

Si bien el oxígeno nos permite la vida, siendo el último aceptor de electrones en la cade-
na respiratoria, lamentablemente no siempre se reduce completamente a agua, generan-
do por lo tanto, las especies reactivas del oxígeno (ROS), las cuales tienen la capacidad
de extraer electrones de nuestras biomoléculas (lípidos, proteínas y ácidos nucleicos).
En otras palabras, nos oxidamos y a causa de esto envejecemos. Por suerte, las células
tienen sistemas antioxidantes, como son el glutatión entre otros y sistemas de repara-
ción de daños. El aporte vitamínico ayuda en parte a combatir las oxidaciones ya que
algunas vitaminas donan sus electrones para satisfacer a las ROS.

256
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258
Fig. 12-13. Cuadro resumen de las vitaminas. Para las vitaminas liposolubles (D, E, K y A) e hidrosolubles (C y complejo
B) se muestran las principales funciones, forma activa, recomendación diaria, fuentes, deficiencia y toxicidad. Note que
tanto la falta como el exceso de vitaminas está vinculado al desarrollo de patologías.

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A grandes rasgos los minerales cumplen las siguientes funciones: conforman la estruc-
tura ósea, son componente estructural de varias enzimas e incluso actúan como co-
factores enzimáticos, permiten el impulso nervioso, la contracción muscular, etc (fig.
12-14).

260
Fig. 12-14. Cuadro resumen de los minerales. Para cada uno de los minerales se muestran las principales funciones,
recomendación diaria, fuentes, deficiencia y toxicidad. Note que tanto la falta como el exceso de minerales está vincu-
lado al desarrollo de patologías.

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Notas al pie:
1. Recordemos que la reserva de glucógeno es muy limitada (1/2 Kg entre músculo e hígado) y ade-
más el glucógeno muscular es para consumo propio, mientras que el glucógeno hepático se comparte
con el resto de la economía.
2. ¡Ojo! anaerobiosis no implica estar en el fondo de la fosa de las Marianas (a 11.000 metros bajo el
nivel del mar), es simplemente una carrera de 100 metros llanos o correr intensamente un colectivo,
el 242 por ejemplo.
3. La creatina se sintetiza en los hepatocitos a partir de algunos aminoácidos (arginina, metionina y
glicina) y también se puede obtener con la dieta (carnes).
4. Una consecuencia del uso intensivo de la fermentación homoláctica, en la cual participa un ácido
orgánico (ácido láctico), es un descenso del pH. Este fenómeno es responsable del calambre muscu-
lar, el cual es un mecanismo de conservación que evita que el músculo se suicide mediante apoptosis
a causa de la falta de energía. En la hipoxia, que es la falta de oxígeno en los tejidos, aumenta la
fermentación homoláctica y en consecuencia se da una acidosis metabólica.
5. Dato clínico: las transaminasas GOT y GPT tienen aplicación médica pues refieren algún tipo de
daño celular.
6. ¿Todos los caminos conducen a “Roma”o al “alfa cetoglutarato”?
7. El amoníaco a pH fisiológico se comporta como una base de Lewis, con lo cual se protona forman-
do el catión amonio.
8. El catabolismo proteico excesivo conlleva a una desnutrición. Una de las leyes de la alimentación,
la ley de la armonía, dice que los nutrientes deben ser ofrecidos en proporciones adecuadas justa-
mente para evitar estos inconvenientes.
9. Durante el ayuno, otros tejidos también utilizan la glucosa que se forma en el hígado por esta vía,
rompiendo el ciclo. Como la alanina se origina a partir de la degradación de las proteínas muscu-
lares, el músculo provee glucosa a otros tejidos, aún cuando no se lleva a cabo la gluconeogénesis en
este órgano.
10. La bicicleta recibe ese nombre porque tiene dos ciclos o ruedas.
11. La adrenalina es considerada la hormona del estrés agudo.
12. El cortisol, proveniente de las glándulas suprarrenales, es considerado la hormona del estrés cró-
nico. Estimula la gluconeogénesis mediante aumento de expresión y activación de la enzima fosfoe-
nolpiruvato carboxiquinasa (PEPCQ), permitiendo de esta manera aumentar la glucemia en con-
diciones estresantes. El cortisol (un glucocorticoide) tiene efecto supresor sobre el sistema inmune.
Esto explica, en parte, porque tenemos mayor tendencia a enfermarnos, luego de sucesos estresantes.
13. Las mitocondrias se heredan de la madre. Mientras más atlético sea una persona, mayor can-
tidad de mitocondrias tendrá y con mayor cantidad de crestas, de esta manera se aumenta el área
para acomodar mayor cantidad de complejos respiratorios. Menos mal que la célula eucariota pri-
mitiva, hace millones de años atrás, decidió perdonarle la vida a la mitocondria luego de la fagoci-
tosis (teoría endosimbionte). ¡Dónde estaríamos sin nuestras mitocondrias!
14. El hígado es el órgano que le sigue en complejidad al cerebro.
15. La albúmina es la principal proteína responsable de la presión oncótica, además transporta áci-
dos grasos, algunas hormonas e iones a través de la sangre.
16. Un compuesto xenobiótico es aquel que es ajeno al organismo, por ejemplo el alcohol, los fármacos, etc.
17. Regla mnemotécnica para los aminoácidos esenciales: trivaleutre me iso felis, firma la histidi-
na. Las proteínas de alto valor biológico (carnes, huevo, leche) aportan cantidades significativas de
aminoácidos esenciales.

262
Nota de los autores de los capítulos de química y biología

Estimados lectores, esperamos hayan disfrutado de este manual, habrá notado que los
autores pusieron mucho empeño en su escritura y no tuvieron reparo en compartir sus
conocimientos. El objetivo primordial de este trabajo fue “mostrar la belleza que hay en
la química y la biología”. Considere que es menester entender la “química y la biología
para luego comprender la fisiología y finalmente las patologías”.

Una vez superado Edumed, le recomendamos “no lo oxide” o lo que es lo mismo ¡no lo
utilice para iniciar el fuego para el asado! Consérvelo.. Tómelo cuando lo considere ne-
cesario. Seguramente encontrará nuevos datos en cada lectura. Amplíe conocimientos
utilizando literatura idónea. Construya bases sólidas. Es la única manera de llegar a la
excelencia y por sobre todo ¡Construya un mundo mejor!...

BIBLIOGRAFÍA

1. Alberts B., Bray D., Hopkin K and coll. (2010). Introducción a la Biología Celular. 3ª
edición. Editorial Médica Panamericana.
2. Angelini M. (2015). Temas de química general. 2ª edición. Eudeba.
3. Blanco A. (2006). Química Biológica. 8ª Edición. Argentina.
4. David L. Nelson, Michael M. Cox. (2009). Lehninger: Principios de Bioquímica. 5ª
edición.
5. Dvorkin M., Cardinali D. y Iermoli R. (2010). Bases Fisiológicas de la Práctica Médi-
ca. 14ª edición. Editorial Médica Panamericana.
6. Hall J. E. (2016). Tratado de Fisiología Médica de Guyton y Hall. 13ª edición. Editorial
Elsevier.
7. López L. y Súarez M. (2011). Fundamentos de Nutrición Normal. 1ª edición. Editorial
El Ateneo.
8. Mathews K.C., van Holde E.K., Aher G.K. (2004). Bioquímica. 3ª Edición. Pearson
Addison Wesley, España.
9. Petrucci R. (2011). Química General. Principios y aplicaciones modernas. 10ª edi-
ción. Editorial Pearson.
10. Ross. (2013). Histología. 5ª Edición. Editorial Médica Panamericana.
11. Solomon E; Berg L; Martin D; Villee C. (1997). Biología de Villee. 4ª Edición. Edito-
rial McGraw-Hill Interamericana.
12. Stryer L., Berg, M.J., Tymoczko L.J. (2002). Bioquímica. 5ª Edición. Reverté, S.A.
Barcelona, España.
13. Voet D., Voet G.J. (2011). Fundamentos de Bioquímica. 2ª Edición. Editorial Médica
Panamericana.

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Tercera parte

Edumed
Departamento de Ciencias de la Salud - UNLaM
Autores:
Sebastián Pérez Pannelli / Laura Adamantino
Las figuras de este capítulo son propiedad intelectual de:
Pablo Patini

La Psicología como ciencia


• ¿Qué es la Psicología?
• El desarrollo de la Psicología como ciencia. Períodos: pre-científico y científico.
• Principales corrientes de pensamiento: Modelo psicoanalítico. Modelo Conductista.
Modelo gestáltico. Modelo Humanista. Modelo cognitivo. Modelo Psicogenético.
• La Psicología y el estudio de la conducta. Conceptualización y diferencias entre co-
rrientes conductistas y dinámicas. Premisas para el análisis de las conductas desde las
corrientes dinámicas o profundas. Áreas de la conducta: Mente, cuerpo, mundo exter-
no. Alternancia. Predominancia. Coincidencia y contradicción.
• Los campos de la Psicología.

“La psicología tiene un largo pasado y una breve historia” (Boring)

¿Qué es la Psicología?

Responder a esta pregunta, no es tan simple como podría pensarse. No existe una definición
unánimemente aceptada sobre ¿Qué es la Psicología? Y esto es consecuencia de un debate
epistemológico1 que históricamente ha caracterizado la búsqueda de una identidad por parte
de la psicología. Este debate se refiere a las bases sobre las que se delimita la definición de su
objeto de estudio (es conceptual, abstracto, no empírico y no es suma de temas) y del método
adecuado para acceder al conocimiento de dicho objeto.

En la historia de la Psicología observamos que hay temas o problemas de los que se han ocupa-
do distintas escuelas psicológicas, pero las respuestas a estos varían de acuerdo con la perspec-
tiva epistemológica en que se sitúen los investigadores para definir el objeto de estudio.

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Entonces, ¿es posible hablar de las Psicologías? Las distintas respuestas que históricamente se
han ido dando respecto de la definición de Psicología, cobra sentido vinculándolas con los
contextos socioculturales, académicos e históricos de los cuales emergieron.

En la actualidad, gran cantidad de los psicólogos contemporáneos estarían de acuerdo en que


la Psicología es la ciencia de la conducta y los procesos mentales. Pero esta, termina siendo
una definición general, no refleja la amplitud y profundidad del vasto campo de la psicología.

“Los psicólogos pretenden explicar cómo percibimos, aprendemos, recordamos, resolvemos


problemas, nos comunicamos, sentimos y nos relacionamos con otras personas, desde el
nacimiento hasta la muerte, en relaciones íntimas y en grupos. Intentan entender, medir y
explicar la naturaleza de la inteligencia, la motivación y la personalidad, así como las dife-
rencias individuales y de grupo. Los psicólogos pueden concentrarse en las perturbaciones
mentales y emocionales, los problemas personales y sociales, la psicoterapia, o en mejorar la
moral y las relaciones del grupo.” (Morris, 2005).

El desarrollo de la psicología como ciencia

Hacia finales del siglo XIX la Psicología se expandió, surgiendo nuevos campos de indagación en
el estudio de las conductas y procesos mentales. Estos avances permitieron una mayor especia-
lización dentro de la misma y la posibilidad de intercambiar aportes con otras ciencias, aunque
se produjo lo que podemos llamar como “equivalente académico de una crisis de identidad”,
generando como resultado que la psicología se redefina permanentemente. (Morris, 2005).

Desde siempre el ser humano se ha preguntado acerca de la conducta humana y los procesos
mentales. En el período de la Psicología Pre científica o filosófica se la entendía como el estudio
del alma (“Psijé”) y su método era la introspección simple.

La psicología científica o fundacional

Hacia finales del siglo XIX se produce la Primera ruptura Epistemológica2 ya que de la
mano del Positivismo y en el intento de desprenderse de la filosofía, se sientan las bases
de la “Nueva Psicología” constituyéndose como una disciplina científica formal. A par-
tir de la aplicación del método científico propone cambiar su objeto de estudio anterior
por la conciencia y utilizar como método la introspección experimental, que aunque
era experimental también era subjetivo, porque se basa en la información de los sujetos
que participaban en la experiencia.

La psicología nació oficialmente en 1879,


cuando Wilhelm Wundt que era fisiólogo,
psicólogo y filósofo, fundó el primer labo-
ratorio de psicología en la Universidad de
Leipzig en Alemania. “Wundt empezó a
tratar de explicar la experiencia inmedia-
ta (conciencia) y a desarrollar maneras de
estudiarla científicamente, aunque también
creía que algunos procesos mentales no
podían estudiarse mediante experimentos
científicos” (Blumenthal, 1975). Wundt Wilhelm. Primer laboratorio experimental

268
Según esta teoría la conciencia está formada por un mosaico de elementos (fenómenos
elementales: sensaciones, sentimientos e imágenes), unidos entre sí por nexos asocia-
tivos. Para estudiar la vida psíquica se descomponían sus elementos más simples para
luego volver a reunirlos o asociarlos. Esto se llamó “elementalismo asociacionista”.

Según esta teoría la conciencia está formada por un mosaico de elementos (fenómenos
elementales: sensaciones, sentimientos e imágenes), unidos entre sí por nexos asocia-
tivos. Para estudiar la vida psíquica se descomponían sus elementos más simples para
luego volver a reunirlos o asociarlos. Esto se llamó “elementalismo asociacionista”.

Wundt, al establecer un laboratorio e insistir en la medición y la experimentación, tomó


el modelo de las ciencias físico-naturales (las cuales tenían un gran desarrollo en el
mundo académico de la época) y sacó a la psicología del campo pre-científico, para
ubicarla en el mundo de la ciencia y ser reconocida como tal (Benjamin, 2000). Los
objetivos de esta Psicología es intentar establecer las conexiones entre la vida psíquica y
sus correlatos anatómicos y fisiológicos.

Edward Bradford Titchener, discípulo de Wundt, estaba impresionado por los avances
en química y física logrados al analizar las moléculas y los átomos, y sostenía que los
psicólogos debían analizar las experiencias complejas en términos de sus componentes
más simples. “Por ejemplo, cuando la gente ve una banana de inmediato piensa: “Aquí
tenemos una fruta, algo para comer”, percepción que se basa en asociaciones con la
experiencia previa. Titchener buscaba los elementos fundamentales o “átomos” del pen-
samiento y descompuso la conciencia en tres elementos básicos (fenómenos elementa-
les): sensaciones físicas (lo que vemos), sentimientos (como el hecho de que las bananas
nos gusten o nos desagraden), e imágenes (recuerdos de otras bananas). Afirmaba que
incluso los pensamientos y sentimientos más complejos podían reducirse a esos ele-
mentos simples. Titchener consideraba que el papel de la psicología era identificar esos
elementos y demostrar cómo podían combinarse e integrarse” (Morris, 2005).

De la Psicología fundacional del siglo XIX, se pasa a los sistemas psicológicos contem-
poráneos (Psicoanálisis, Conductismo y Gestalt), dándose de esta manera la Segunda
ruptura Epistemológica, que a partir de principio del siglo XX, apunta a romper con
tres pilares de la Psicología científica: conciencia, introspección y elementalismo aso-
ciacionista.

PRINCIPALES CORRIENTES DE LA PSICOLOGÍA

Psicoanálisis o Psicología Psicodinámica3

Sigmund Freud, medico neurólogo, en sus comienzos centró sus estudios en el sistema
nervioso central y pasó muchos años realizando investigaciones en el laboratorio de
fisiología de la Universidad de Viena. Luego viajó a París donde comenzó a estudiar con
el Dr. Charcot, un neurólogo que utilizaba la hipnosis para tratar los trastornos nervio-
sos, estableciéndose tiempo después en Viena para la realización de su práctica privada.
Su trabajo con pacientes lo convenció de que muchas enfermedades nerviosas eran de
origen psicosexual más que fisiológico” (Morris, 2005).

La práctica clínica y sus observaciones llevaron a Freud, a desarrollar una teoría de la

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vida mental que difería de manera radical de las propuestas de sus predecesores. Freud
sostenía que los seres humanos no son tan racionales como se imaginaba y que el “libre
albedrío”, que era tan importante para Wundt, es en gran medida una ilusión. Más bien,
afirmaba, estamos motivados por instintos e impulsos inconscientes, que no están dis-
ponibles para la parte racional y consciente de nuestra mente.

Freud caracterizaba al Inconsciente (su objeto de estudio) como “existente psíquico,


eficaz y reprimido”, y lo veía como “el núcleo de un volcán”, siempre dinámico y con
movimientos continuos. Para abordarlo, desarrolló un método de investigación de los
procesos mentales y para un tratamiento posible, es decir, construyó “el Psicoanálisis”.
Utilizó el método de “asociación libre”, que consistía que el paciente se recueste sobre
un diván y hable libremente de aquello que se le viene a la mente. Logró a través de
este método, relacionar los padecimientos con contenidos de origen sexual reprimidos,
generando gran convulsión en su época, ya que al hablar de sexualidad4 infantil, a pesar
de su definición diferente del concepto, abrió fuertes polémicas.

La Teoría de Freud fue tan controvertida al inicio del siglo como lo había sido 25 años antes
la teoría de la evolución de Darwin ya que remite a las llamadas “Tres heridas narcisistas de
la humanidad”. La primer herida narcisista, se produce con la teoría Copernicana, luego
retomada por Galileo, tan fuertemente combatida en su época, ya la tierra no es el centro
del sistema solar. La segunda herida narcisista, tiene que ver con los postulados de la teo-
ría darwiniana en la que se sostiene que el hombre es una especie que ha evolucionado de
los simios y no puede ser pensada como producto de una creación divina sino que es un
eslabón más en la cadena evolutiva de los seres vivientes. Finalmente, la Tercer herida al
Narcisismo de la humanidad se produce cuando Freud descubre el Inconsciente, sumando
una “nueva decepción”, ya que el hombre no maneja los hilos de sus acciones y es ese “des-
conocido” Inconsciente quien nos gobierna y determina. (Bleger, 1986)

Sus escritos y conferencias atrajeron una considerable atención en Estados Unidos y en Eu-
ropa; y su obra tuvo un profundo impacto en las artes y la filosofía, tanto como en la psico-
logía. Asimismo, las teorías y los métodos de Freud inspiraron a discípulos y predecesores
que continuaron y continúan con el desarrollo de las mismas, generando aún acalorados e
interesantes debates.
Conductismo

John B. Watson (psicólogo estadounidense) intenta re-


belarse a la concepción de psicología imperante hasta
principios del siglo XX en la que se la definía como el
estudio de los procesos mentales (conscientes e incons-
cientes) y que utilizaba como método principal para ob-
tener datos, la introspección y la auto-observación.

Afirmaba que “uno no puede ver o definir la conciencia


más de lo que puede observar el alma”, dando a entender
que solo existe lo que puede ser observable. En este pun-
to, utiliza la metáfora de “caja negra” “para referirse que
lo que ocurre allí no es posible de experimentación ni
observación (…) y si uno no puede localizar o medir algo,
esto no puede ser objeto de estudio científico”

270
Esta corriente tomaba como objeto solo las conductas observables y susceptibles de ser
estudiadas a través de la experimentación. Entendía las mismas como efectos (respues-
tas) a estímulos y consideraba que las experiencias mentales (pensamiento, sentimiento,
conciencia del yo) no son otra cosa que cambios fisiológicos en respuesta a la experien-
cia acumulada del condicionamiento.

Consideraba al bebé como una tabula rasa5 en el que todos los fenómenos psicológi-
cos, incluso las motivaciones inconscientes de que hablaba Freud son el resultado del
condicionamiento.

En una controvertida experiencia con un niño “el pequeño Albert” logró condicionar
una respuesta de temor. Cuando Albert jugaba desprevenido con una rata blanca do-
mesticada, simultáneamente él lo asustaba con el golpe de una barra de acero. Luego de
repetir la experiencia varias veces, con solo introducir la rata y sin ningún golpe, Albert
lloraba… Incluso más tarde, cualquier cosa blanca y peluda, como un conejo, o abrigo
generaba la misma respuesta.

Jones logró re-condicionar con éxito el temor a los conejos de un niño (no ocasionado
por un condicionamiento en el laboratorio) presentando el conejo a gran distancia y
acercándolo luego gradualmente mientras el niño estaba comiendo. Esta técnica cono-
cida como desensibilización, es similar a las empleadas en la actualidad por muchos
psicólogos clínicos cognitivos-conductuales.

Los estudios de Watson se encontraban influidos por Iván Pavlov (fisiólogo ruso) fun-
dador de la REFLEXOLOGÍA, quien con la conocida “experiencia del perro”, desarrolló
la teoría del Reflejo Condicionado. En ella, al presentar un plato de comida (estímulo
natural para la salivación), acompañaba con el sonido de una campanilla. Repitiendo
la experiencia varias veces, logró que sin presentar la comida y con solo el sonido de la
campanilla, se desencadenara la conducta de salivación. Esta forma de entrenamiento
fue llamada Condicionamiento (Teoría del Condicionamiento Clásico).

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Condicionamiento clásico

La TEORÍA DEL CONDICIONAMIENTO OPERANTE o INSTRUMENTAL, fue


desarrollada por Burrhus Frederic Skinner, líder del conductismo quien creía fervien-
temente que la mente, o el cerebro y el sistema nervioso, eran una “caja negra”, invisible
(e irrelevante) para los científicos, y que sin importar lo que sucedía en su interior había
que ocuparse de las conductas resultantes.

Introdujo el concepto de Reforzamiento y a partir de experiencias logró demostrar que


el condicionamiento se mantenía en tanto se produjeran refuerzos periódicos. Las re-
compensas o premios y los castigos obtenidos a partir de la conducta, generaban efectos
en ella. Como ejemplo de este circuito, encontramos nuestras señales orgánicas como
apetito, sueño, que aparecen en ritmos regulares en tanto nos habituamos a satisfacerlas
en un determinado horario del día.

En síntesis, el CONDUCTISMO “trataba de identificar principios universales del


aprendizaje que trascendieran las especies, la cultura, el género o la edad. No importaba
si un investigador realizaba experimentos con ratas o palomas, monos o seres humanos,
niños o adultos; aplicaban las mismas leyes del aprendizaje”

Esta corriente dominó la psicología académica en Estados Unidos hasta bien entrada la
década de 1960.

La Gestalt

A mediados del siglo XX aproximadamente, muchos psicólogos no aceptaban los con-


ceptos de la corriente conductista, y mientras en EEUU primaba esa corriente, en Ale-
mania surgía “La teoría de la Gestalt.

Los pioneros de la psicología de la Gestalt fueron Max Wertheimer, Wolfgang Köhler


y Kurt Koffka quienes cen traron su interés en la percepción del ser humano. Gestalt
significa “todo” o “forma” y “cuando se aplica a la percepción, se refiere a nuestra ten-
dencia a ver patrones, a distinguir un objeto de su fondo y a completar una imagen a
partir de unas cuantas señales”.

La Gestalt se oponía a la propuesta de Wundt y no descomponían la percepción y el


pensamiento en distintos elementos, al contrario, sostiene por ejemplo que “cuando mi-
ramos un árbol vemos justamente eso, un árbol, no una serie de hojas y ramas aisladas”.

272
En síntesis, su principal aporte fue “el descubrimiento de que los elementos de la rea-
lidad, no son entidades aisladas, sino que se hallan integrados en totalidades significa-
tivas, y el ser humano en contacto con la misma, capta en primer lugar las totalidades y
solo después, por un esfuerzo de abstracción y análisis, reconoce los elementos consti-
tuyentes del todo” (Morris, 2005). El tan conocido refrán “el todo es más que la suma de
sus partes” proviene de las ideas de esta escuela, siendo sus características fundamen-
tales ser “estructuralista, dinámica, ahistórica y anti empirista”.

Asimismo, estableció la base para el estudio moderno de la sensación y la percepción,


contribuyendo a revivir el interés en los procesos mentales (o cognoscitivos).

Psicología humanista

En esta época, un psicólogo estadounidense llamado Abraham Maslow, quien estudió


con el psicólogo gestáltico Max Wertheimer, desarrolló una idea holística (integral) de
la psicología, ya que proponía que sentimientos y anhe-
los tenían un lugar fundamental en el desarrollo del ser
humano. Denominaba a esta psicología como la “tercera
fuerza”, por sobre el conductismo y el psicoanálisis.

Su objeto de estudio es la Experiencia subjetiva del in-


dividuo y la propuesta terapéutica reside en abordar el
potencial humano.

Sostienen “la importancia del amor, la pertenencia, la


autoestima, la autoexpresión, las experiencias cumbre
(cuando uno se involucra tanto en una actividad que

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se desvanece la autoconciencia) y la autorrealización (la espontaneidad y creatividad
que resultan de concentrarse en problemas fuera de uno mismo y en mirar más allá de
los límites de las convenciones sociales). Se concentran en la salud mental y el bienes-
tar, en la comprensión y el mejoramiento de uno mismo más que en las enfermedades
mentales (…) y ha hecho contribuciones importantes al estudio de la motivación y las
emociones (…) (y) de la personalidad” (Morris, 2005).

Como no utiliza una metodología específica sino que toma técnicas de otras prácticas
(entrevistas individuales y grupales), en algunos ámbitos donde imperan otras corrien-
tes o escuelas no es totalmente aceptada. Dado que se interesa por el significado de la
vida, los valores y la ética, muchas personas la perciben como un movimiento cultural
y espiritual, más que como una rama de la ciencia.

En la actualidad los psicólogos pertenecientes a la escuela de psicología denominada


“positiva”6, comenzaron a revisar algunas de las preguntas que los psicólogos humanis-
tas plantearon hace medio siglo.

Psicología genética o epistemología7 genética8

Fundada por JEAN PIAGET (1896/1980). Doctor en Ciencias Naturales nacido en Ginebra.

Luego de escribir dos libros determinantes en su desarrollo posterior, viaja a Zúrich


donde se inicia en estudios Psicoanalíticos. En París, en el laboratorio de Alfred Binet
estudia problemas relacionados con el desarrollo de la inteligencia.

En 1955, Piaget creó el Centro Internacional de Epistemología Genética. En el marco


del estructuralismo genético (su marco epistemológico), a través de la observación y la
experiencia buscaba responder a sus preguntas acerca de cómo se construye el conoci-
miento. Estudiando el comportamiento del niño y fundamentalmente sus juegos, ob-
servó que sus modos de actuar se van modificando paulatinamente, atravesando etapas
desde el nacimiento hasta su adultez. Estas modificaciones obedecen a cambios en las
estructuras cognitivas, que se van complejizando progresivamente.

Desde esta concepción dirá que Inteligencia es la capacidad de adaptación a situacio-


nes nuevas, y que la misma se relaciona con dos procesos: Asimilación y Acomoda-
ción. En su interjuego se producirá la Génesis9 de las nuevas estructuras10, las que se
traducirán en nuevos esquemas de acción11.

En las experiencias que vive el niño, se presentan situaciones que debe resolver. A veces las
mismas requieren de la utilización de herramientas que posee y puede responder desde su
estructura, pero otras lo obligan a ensayar nuevas respuestas generando de este modo la
modificación de esa estructura más simple en otra de mayor nivel de complejidad.

En el proceso de Asimilación (integración de lo externo a la estructura existentes del


sujeto), se capta la información que procede del medio externo y en la Acomodación
(modificación de los estructuras mentales del sujeto para integrar la nueva informa-
ción), la misma entra en relación con la información y esquemas previos, generando
un reacomodamiento de la misma. Desde esta reorganización se produce una nueva
respuesta que posibilita la Adaptación y Equilibrio.

274
A estos procesos constantes de la actividad inteligente, a partir de los que se produce la
reorganización y adaptación, Piaget las denominó “invariantes funcionales”. (Es seme-
jante a la que realiza el cuerpo humano con los alimentos). Cada asimilación y acomo-
dación implica un mayor desarrollo y el acceso a un esquema más complejo.

Los Esquemas de acción (actividad que puede repetirse y generalizarse), al principio


se darán en forma refleja, para luego transformarse en movimientos voluntarios. Estos
esquemas se van coordinando entre sí, conformando estructuras.

De este modo interactúan los principios de organización12; adaptación y equilibrio13.


Por Ejemplo: un niño llora porque tiene hambre, y deja de llorar cuando le dan de comer.
La actividad desencadenada fue llorar, la necesidad que lo impulsó a llorar fue la falta de
alimento. En su organismo había un desequilibrio por falta sustancias nutritivas. Al comer
recupera el equilibrio perdido. Progresivamente su organización psíquica va a aprender la
señal del hambre y va a comunicarse de manera tal de hacer saber que quiere comer. Cada
situación nueva le requiere una nueva adaptación y un nuevo equilibrio.

Períodos del desarrollo

El enfoque “Epigenético” de Piaget, dirá que el desarrollo de la inteligencia en el niño


se da a través de 4 períodos evolutivos: “Sensorio- Motriz”, "Pre Operacional", “Ope-
raciones Concretas” y el de “Operaciones Formales”.

Para Piaget esta secuencia es invariable, pero entre niños de culturas diversas pueden
darse diferencias entre las edades de cada estadio.

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276
Psicología Cognitiva

En los años ’50 frente a las críticas al Conductismo por no ocuparse de los procesos
mentales superiores (pensamiento, memoria, conciencia, etc.) este movimiento entra
en crisis y la Psicología Cognitiva, con algunos de sus representantes como Miller, Ga-
llander, Pribram, Nisser, Bruner, recurre a otros campos disciplinarios (por fuera de la
Psicología) a fin de comprenderlos y explicarlos (Orsini, 1998).

Con los aportes de la Teoría de la comunicación26, La Cibernética27 , la Psicolingüís-


tica28 esta corriente realizará un análisis científico de los procesos mentales para inten-
tar explicar lo que sucede en la mente humana (ocupándose de lo que el Conductismo
con su metáfora de “caja negra” dejo afuera).

Para hacerlo establecen una analogía entre el funcionamiento de una computadora y la


mente humana proponiendo una metáfora funcional. La compara con un sistema de
procesamiento de información que al modo de un ordenador: codifica, retiene, opera
con símbolos y representaciones internas. Reconoce en ella: estructuras29 , procesos30
y representaciones31.

Elabora teorías acerca del pensamiento racional y procesos mentales en su sentido más
amplio, tales como, pensamiento, sentimiento, aprendizaje, recuerdo, toma de decisio-
nes y juicios, entre otros; que se llevan a cabo para la resolución de situaciones.

Si el modelo conductista del aprendizaje se parecía a un anticuado conmutador telefóni-


co (una llamada o estímulo entra, se transmite a través de varios circuitos en el cerebro,
y una contestación o respuesta sale), el modelo cognitivo toma como modelo a una
moderna computadora de gran potencia. (Morris, 2005)

Si bien los pensamientos no pueden observarse directamente es posible reconstruir a


través de las conductas y su análisis sistemático, los procesos internos que subyacen.

Ya en la década del ’60, los psicólogos volvieron a investigar la conciencia, pero con
nuevos métodos, que incluyen tres grupos de técnicas:
1) La introspección
2) Los estudios experimentales
3) La construcción de modelos computacionales.

Este movimiento nombrado como Revolución Cognoscitiva, redefine la psicología ya


que si bien sigue siendo el estudio de la conducta humana, amplia este concepto de
conducta para incluir pensamientos, sentimientos y estados de conciencia. Todos los
campos de la Psicología, tales como la Psicología del Desarrollo se han beneficiado y
transformado con los aportes de la Psicología Cognitiva.

Los avances tecnológicos en el campo de la imagenología32 cerebral han contribuido


a que los psicólogos cognitivos puedan trabajar e identificar mecanismos neurológicos
que subyacen en procesos como el aprendizaje, la memoria, la inteligencia, la emoción,
etc.; generando un fuerte impacto y creando un nuevo campo en plena expansión: Las
NEUROCIENCIAS33 (la Neurociencia Cognitiva34), convirtiéndose en la escuela más
destacada y con mayor crecimiento de la Psicología científica contemporánea.

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La psicología y el estudio de la conducta

Tal como venimos desarrollando, la Psicología ha ido redefiniendo su objeto a través del
tiempo, y el Conductismo la define como el estudio de la conducta. La conducta es la
unidad de estudio, pero otras corrientes dentro de la psicología también se ocupan de
ella, aunque tomen aspectos diferentes para su análisis y comprensión.

Las corrientes conductistas, influidas por el movimiento positivista y la utilización de


los métodos de observación y experimentación para su estudio, requieren de un recor-
te particular; ocupándose solo de los fenómenos observables. Poseen una concepción
molecular35 del comportamiento, en tanto es resultante (efecto) de ciertos estímulos.

Sin embargo, pensadores como Piaget, Pichón Rivière, Bleger y otros, adhieren a la idea del
hombre como unidad integrada (psicofísica y que se encuentra influido por su entorno), por
lo que han de ampliar esta conceptualización. Lagache, perteneciente a este segundo grupo
de las llamadas corrientes dinámicas que intentan integrar los aportes del conductismo y del
psicoanálisis, define a las conductas como “la totalidad de las reacciones del individuo”, es de-
cir, tanto las manifestaciones observables como aquellas que no lo son. Dirá de ellas que son “el
conjunto de respuestas significativas por las cuales un ser vivo en situación integra las tensiones
que amenazan la unidad y el equilibrio del organismo”. (Bleger, 1986)

Mowrer y Kluckhohn, rompiendo con la concepción molecular antes mencionada, enume-


ran cuatro postulados básicos para el análisis de las conductas desde el enfoque dinámico:
1. Toda conducta es funcional (su finalidad es resolver una tensión)
2. Esta tensión procede de un conflicto o ambivalencia.
3. Solo puede comprenderse en función del contexto en que se produce.
4. Responde a la necesidad de mantener el estado de integración interna u homeostasis.
(Bleger, 1986)

La pluralidad fenoménica y las áreas de la Conducta

El ser humano produce conductas, tanto observables como no observables, tales como los
procesos mentales. Pichón Rivière describe las mismas como pertenecientes a tres Áreas de la
Conducta, representadas como tres círculos concéntricos: Mente, Cuerpo y Mundo externo
Gráfico de Áreas de la Conducta. (Bleger, 1986)

278
Los aspectos del área de la mente son aquellos fenómenos psíquicos (Por ejemplo: soñar,
imaginar, sentir miedo, etc.).

Los del área del cuerpo, refieren a los fenómenos somáticos, tanto voluntarios como no
voluntarios (Por ejemplo: sonrojarse, sentir que el corazón palpita, etc.)

Las manifestaciones del área mundo externo, son aquellas que el individuo ejecuta ma-
nifiestamente interactuando con el medio exterior. (Por ejemplo: presentarse a rendir un
examen, huir frente al peligro, etc.)

El modelo creado por Pichón Rivière y desarrollado por Bleger, postula que estas tres
áreas coexisten generando simultáneamente conductas.

Puede ser que dada la naturaleza de la conducta, el tipo de personalidad de quien la de-
sarrolla o las circunstancias que la determinan, se produzca la predominancia de un área
sobre las demás.

En general se da la alternancia entre áreas de la conducta, ya que en determinado momen-


to puede predominar una de las áreas sobre las demás, para que luego alterne y se exprese
a través de otra.

Si bien se da la coexistencia entre áreas, puede suceder que expresen conductas que se
orientan en un mismo sentido, a lo que se llama coincidencia (Por ejemplo pienso en lo
que estudie, mi cuerpo se dispone en situación de examen y escribo lo que recuerdo).

Sin embargo puede suceder que las áreas expresen conductas ambivalentes o que divergen
en su sentido, lo que se define como contradicción (Por ejemplo: Me siento a escuchar la
clase, pero pienso en lo que voy a hacer el fin de semana. Contradicción entre áreas cuer-
po/ mundo externo y área de la mente).

El ser humano permanentemente manifiesta contradicciones entre área de la conducta,


muchas veces expresando conflictos internos. Este concepto de conflicto, se articula con
el desarrollado por Freud y los mecanismos de defensa que el mismo postula, y son con-
ductas que se producen a partir de ellos.36

Cuando estas conductas presentan algún desajuste a lo esperable, o generan manifesta-


ciones que evidencian un conflicto, tales como la angustia u otros síntomas, darán lugar
muchas veces a la consulta con profesionales/Psicólogos que intentarán resolver tal situa-
ción. Desde las diferentes concepciones, explicarán o abordarán solo las manifestaciones
externas (síntomas) o los correlatos internos y/o sus causas.

Los campos de la psicología

Luego de recorrer la historia de la Psicología a fin de conocer y caracterizar las corrientes


de pensamiento que fueron surgiendo, vamos a intentar aproximarnos a la realidad para
identificar los diferentes ámbitos que se nutren de los conocimientos que aporta esta ciencia.
Estos ámbitos o campos, se han ido conformando a medida que la Psicología se fue desa-
rrollando y tienen que ver con espacios en los que el profesional trabaja sobre temas predo-
minantes, los comprende y trata a partir de herramientas específicas, pudiendo dedicarse a

Edumed - Departamento de Ciencias de la Salud - UNLaM 279


la investigación, además, a fin de desarrollar nuevos conocimientos ligados al mismo. Su
mirada y tratamiento del campo se nutrirá de su postura teórica, es decir de la corriente
desde la que interviene (conductismo, cognitivismo, psicoanálisis, etc.)

Algunos de esos grandes campos o áreas son37: Clínico, Educacional, Laboral, Jurídico o
Forense, Social, Sanitario o Socio- Comunitario (Min. Ed. de la Nacion, 1985) Evolutiva o
del Desarrollo, Deporte, etc. (Min. Ed. de la Nacion, 1985)

La Psicología Clínica: En este campo encontramos todas las acciones orientadas a la


prevención, evaluación o diagnóstico, tratamiento, rehabilitación e investigación de pro-
blemas psicológicos, emocionales o de comportamiento disfuncional a fin de lograr su
comprensión y resolución.

Utiliza el método clínico, surgido como opción diferente al experimental, ya que mientras
el mismo buscaba leyes generales que explicaran los comportamientos, éste procuraba
encontrar las particularidades de las situaciones que definían el comportamiento pero en
su expresión individual.

Cuando imaginamos un psicólogo generalmente lo asociamos al campo clínico, ya que lo


ubicamos en su rol de terapeuta. Sin embargo además puede desarrollar tareas relaciona-
das con la docencia e investigación en este campo o en otros.

Cuando se identifica un padecimiento que comprometen el aspecto psíquico/emocional


del paciente, además del somático, el proceso terapéutico se inicia con un “proceso psico-
diagnóstico” en el que a través de entrevistas, en las que pueden administrarse test psico-
lógicos (técnicas psicométricas y proyectivas).

Si de esa evaluación surge la necesidad, si indica comenzar con una psicoterapia. Como
las psicoterapias se enmarcan en las corrientes desarrolladas anteriormente en este texto,
pueden ser de diferente tipo: psicoanalítica, gestáltica, cognitivo conductual, sistémica,
etc. Y en base a ellas pueden ser focalizadas, breves, con objetivos limitados, etc.

En función del problema de consulta, además podrá requerir distintas modalidades de


abordaje: individual, de pareja, vincular, grupal, familiar, etc.

El Campo Clínico es muy amplio por lo que se ha ido especificando cada vez más, por
ejemplo la Clínica con niños, la Clínica de adolescentes, la Clínica de las Adicciones, son
algunas de las especializaciones que van surgiendo.

La Psicología del Desarrollo o Evolutiva: Estudian las características propias de las di-
ferentes etapas del desarrollo del ser humano, así como los procesos que las definen, los
conflictos propios de cada momento del ciclo vital tanto en la normalidad como en su
presentación patológica, investiga en este campo y desde él aporta a los demás. Algunos
autores lo incluyen dentro del campo clínico, pero lo diferenciamos ya que posee caracte-
rísticas particulares que merecen ser identificadas.38

La Psicología Educacional: Se dedica al estudio y abordaje de los fenómenos asociados al


proceso de enseñanza-aprendizaje, así como los comportamientos individuales o grupales
dentro del campo educativo, en todos los niveles y modalidades.

280
La Psicología Laboral: Es la aplicación de los conocimientos y métodos de la Psicología
en el ámbito del trabajo y contextos de producción. Algunos autores la incluyen dentro del
campo de la Psicología Institucional/Organizacional.

La Psicología Institucional: estudia el conjunto de interacciones humanas que se pro-


ducen dentro de las organizaciones (escuelas, fábricas, empresas, centros de salud, etc.)
Utiliza los conocimientos de la ciencia para prevenir problemas psicológicos y sociales,
así como mejorar y promover cambios que aseguren una dinámica positiva del funciona-
miento de las personas y grupos dentro de ellas.

La Psicología Jurídica o Forense: es el conjunto de los conocimientos de la Psicología


aplicado a la realización de pericias en procesos jurídicos, por ejemplo, el diagnóstico y
tratamiento de personas que se encuentran en conflicto con la ley, el asesoramiento y asis-
tencia a las personas privadas de su libertad, así como el acompañamiento y preparación
de ellas en su período de reinserción social.

La Psicología Social: Analiza, explica y trabaja sobre los fenómenos que son simultánea-
mente psicológicos y sociales. Estudia los procesos, roles y vínculos que se establecen en
los diferentes grupos humanos e interviene en la resolución de conflictos que pudieran
surgir de ellos.

La Psicología Sanitaria o Socio-Comunitaria: trabaja aplicando sus conocimientos a la


prevención, diagnóstico y tratamiento de problemáticas compartidas por una comuni-
dad, e interviene en equipos multidisciplinarios vinculados a la planificación, la ejecución
y la evaluación de las políticas y programas de salud (Saforcada, 2012).

La Psicología del Deporte: refiere a los conocimientos que aportados por los otros campos,
se aplican al análisis de factores psicológicos y propuestas de mejora para el rendimiento de
deportistas en las diferentes disciplinas, tanto a nivel individual como de equipo.

A modo de conclusión…

El recorrido realizado en este módulo propone dar cuenta del surgimiento y desarro-
llo de la Psicología como ciencia, en su intento por comprender el funcionamiento del
psiquismo humano y sus efectos en los comportamientos, tanto en sus manifestaciones
observables como aquellas que no lo son. Hemos visto como fueron surgiendo algunas
de las principales corrientes, sus diferencias y los campos en los que se traduce el conoci-
miento alcanzado por los diferentes pensadores.

La complejidad del psiquismo humano requiere de múltiples miradas y perspectivas


para su análisis. Es fundamental rescatar los aportes de cada corriente a fin de alcanzar
una aproximación al vasto campo de conocimiento que implica el mismo.

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Notas al pie:

1. Adjetivo de la Epistemología. La Epistemología (del griego episteme, "conocimiento" y logos).


2. Momento en que cambia un modelo de pensamiento por otro esquema superador que redefine el
campo de conocimiento.
3. Será abordado en mayor profundidad en la clase 2 de este Módulo
4. Sexualidad: Capacidad de dar, recibir y gozar del afecto. Distingue el mismo del concepto de Ge-
nitalidad, que es un modo de expresión del afecto propio de la adultez.
5. Expresión latina que significa “pizarra en blanco”.
6. “Estudio científico de las experiencias positivas, los rasgos individuales positivos, las instituciones
que facilitan su desarrollo y los programas que ayudan a mejorar la calidad de vida de los individuos,
mientras previene o reduce la incidencia de la psicopatología. Fue definida también como el estudio
científico de las fortalezas y virtudes humanas, las cuales permiten adoptar una perspectiva más
abierta respecto al potencial humano, sus motivaciones y capacidades” (Contreras, 2006).
7. La Epistemología es una rama de la Filosofía que se ocupa del estudio de la naturaleza, el origen,
la construcción y validación del conocimiento científico.
8. Investiga los pasos a través de los cuáles se accede a la inteligencia adulta (Piaget, 2007).
9. “Génesis”: pasaje de un estado menos complejo a otro más complejo y más equilibrado
10. Estructuras: integración equilibrada de esquemas.
11. Esquemas de acción: actividad que puede repetirse y generalizarse.
12. La Organización permite al sujeto conservar en sistemas coherentes los flujos de interacción con el medio.
13. Equilibrio: es el balance que surge entre el medio externo y las estructuras de pensamiento. Pero
este, no se refiere a un estado de reposo, sino a la compensación consecuente de las actividades del
sujeto como respuesta a las perturbaciones externas.
14. Capacidad de reconocer que este objeto sigue existiendo aunque esté fuera de su vista.
15. Egocentrismo: Pensamiento centrado en sí mismo que no tiene en cuenta el punto de vista de otros.
16. Sincretismo: le cuesta vincular ideas que no se encuentran relacionadas directamente.
17. Centración: le cuesta reconocer atributos que no pueden verse directamente.
18. Irreversibilidad: rigidez evolutiva, asociada a la dificultad para reconocer que una operación pue-
de realizarse en más de un sentido.
19. Juega junto a otros.
20. Construye escenas de juego en común con otros y asume roles en ellos.
21. Combinatoria: Habilidad para combinar dos o más categorías en una mayor;
22. Reversibilidad: Capacidad para analizar un acontecimiento desde diferentes puntos de vista
23. Asociatividad: las operaciones pueden alcanzar la meta de varias maneras.
24. Conservación de la cantidad: capacidad de comprender que la cantidad se mantiene igual aunque
se varíe su forma.
25. Tipo de inteligencia aplicable a situaciones concretas.
26. Estudia el fenómeno de la Comunicación y procesos de entrada y salida de información a través
de canales, mensaje-ruido.
27. La Cibernética es una disciplina íntimamente vinculada con la teoría general de sistemas, al gra-
do en que muchos la consideran inseparable de esta, y se ocupa del estudio de: el mando, el control,
las regulaciones y el gobierno de los sistemas. Estos principios permiten el Desarrollo de nuevas
tecnologías (ordenadores digitales, PC) y sistemas de información.
28. Estudio de fenómenos mentales tan complejos como la adquisición del lenguaje, comprensión y
respuesta.
29. Componentes estáticos del sistema y funcionales.
30. Decodificación, almacenamiento, recuperación, etc.
31. Forma en que la información proviene del ambiente, es codificada y registrada en el sistema
cognitivo humano.
32. Conjunto de técnicas y procesos usados para crear imágenes del cuerpo humano, o partes de él,
con propósitos clínicos o para la ciencia médica.
33. Las Neurociencias surgen de la interrelación entre la Psicología cognitiva, la psicobiología y la neurobiología.
34. Área académica que se ocupa del estudio científico de los mecanismos biológicos subyacentes
a la cognición, con un enfoque específico en los sustratos neurales de los procesos mentales y sus
manifestaciones conductuales.

282
35. Concepción que fragmenta el objeto, para estudiar sus elementos por separado. Se opone a la
concepción molar, en que en los objetos pueden distinguirse partes, pero son estudiadas como un
todo; es decir en interrelación.
36. La noción de Conflicto psíquico desde la teoría freudiana y mecanismos de defensa serán desa-
rrollados en el siguiente módulo.
37. Resolución 343/09-Ministerio de Educación de la Nación - Educación Superior - ANEXO V.
ACTIVIDADES PROFESIONALES RESERVADAS A LOS TITULOS DE LICENCIADO EN PSI-
COLOGIA Y PSICOLOGO
38. Conceptos que serán ampliados en el módulo 3 de este material.

BIBLIOGRAFÍA

Benjamin, L. T. (2000). The psychology laboratory at the turn of the 20th century.
American Psychologist nº 55, 318–321.
Bleger, J. (1986). Psicologia de la Conducta. Buenos Aires: Paidos.
Blumenthal, A. L. (1975). A reappraisal of Wilhelm Wundt. American Psychologist
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Canteros, J. (1998). Psicologia Modulo 3. UBA XXI. Buenos Aires: Eudeba.
Contreras, F. y. (2006). Psicología positiva: una nueva perspectiva. REVISTA
DIVERSITAS – PERSPECTIVAS EN PSICOLOGÍA - Vol. 2, No. 2, 311-319.
Min. Ed. de la Nacion (1985).
Ministerio de Educacion de la Nacion. Res. nº 2447 (20 de septiembre de 1985).
Morris, C. M. (2005). INTRODUCCION A LA PSICOLOGÍA. Pearson.
Nación, M. d. (1985). Res. 343/09. anexo. Resolución 343/09-. Buenos Aires, Buenos
Aires, Argentina.
Orsini, L. B. (1998). Psicologia. Buenos Aires: a-Z.
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Pozo, J. (1972). Teorías cognitivas del aprendizaje. Ed Morata. 1972. Buenos Aires:
Morata.
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Psychologist nº 55, 301-312.
Saforcada, E. (2012). PSICOLOGÍA SANITARIA. PSIENCIA.REVISTA
LATINOAMERICANA DE CIENCIA PSICOLÓGICA 4(2) , 120-130.
Scaglia, H. (1998). Psicología Modulo 1. UBA XXI. Buenos Aires: Eudeba.

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Autores:
Sebastián Pérez Pannelli / Laura Adamantino / Verónica Wojeik
Las figuras de este capítulo son propiedad intelectual de:
Pablo Patini

Los aportes del psicoanálisis a la psicología


• Teoría Psicoanalítica. La hipótesis del Inconsciente. Primera y segunda tópica.
• Conflicto psíquico. Mecanismos de defensa.
• Teoría de las Pulsiones. Etapas del desarrollo libidinal.
• Formaciones del Inconsciente.
• Series complementarias.

Teoría psicoanalítica

Tal como veníamos desarrollando en la clase anterior, la psicología como ciencia ha en-
frentado el desafío de definir los límites de un objeto de estudio que es una abstracción,
el Psiquismo.

El psiquismo como tal no es una entidad observable y por ende, requiere del desarrollo de
otros métodos a los propuestos por las corrientes surgidas en la primera época de la Psico-
logía Científica/Experimental. El método observacional y experimental, tomado de las
Ciencias Naturales, requiere de un recorte particular del objeto de estudio, permitiendo
solo el abordaje de los comportamientos/ procesos observables.

El Psicoanálisis perteneciente a las corrientes dinámicas o profundas, intenta compren-


der el funcionamiento psíquico a través del estudio de todas las manifestaciones del sujeto,
tanto de los comportamientos observables como de los que no lo son (Bleger, 1986). Por lo
tanto para el abordaje de los procesos internos, requiere del desarrollo de otros métodos.

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¿Qué es el Psicoanálisis?

Es una teoría psicológica que supone una concepción de sujeto diferente a la de otras corrien-
tes. Su concepción introduce la dimensión de lo inconsciente como aquello que mueve al
hombre, más allá de que pueda dar cuenta de esto.

Podemos decir que se trata según Laplanche (1993) de:

• Un método de estudio de los fenómenos mentales o psíquicos, particularmente


aquellos ligados al Inconsciente.
• Un método terapéutico para los trastornos neuróticos.
• Un conjunto de teorías psicológicas y psicopatológicas en las que se sistematizan
datos aportados por el método psicoanalítico de investigación y tratamiento.

¿Cómo surge el Psicoanálisis?

Sigmund Freud (1856-1939), médico, inicia su trayectoria en el campo de la neurología con


pacientes que presentaban padecimientos somáticos, pero sin una etiología clara para estos
síntomas. Así, inicia sus estudios sobre la
Histeria1 y en su intento por comprender
esta entidad, aparece el Psicoanálisis.

Influenciado por los desarrollos de Jean


Martin Charcot, quien a través de la Hip-
nosis lograba reproducir ciertos sínto-
mas como la parálisis en pacientes histé-
ricas, y de Joseph Breuer con quien en el
caso de Anna O. a través de la Hipnosis
catártica (método al que la misma pa-
ciente denomina “Talking-cure”) logran
la remisión de sus síntomas; sentando las
bases de la teoría psicoanalítica.

El Psicoanálisis es una teoría de la estructuración psíquica atravesada por tres conceptos centrales:
• el concepto de Inconsciente
• el concepto de Sexualidad
• el concepto de Transferencia2

Dado que el acceso al material inconsciente no es directo, el Psicoanálisis ha intentado generar


las condiciones para estudiar las formas en que el mismo logra expresarse. Desde sus inicios
fue utilizando distintos caminos:
• El método de la Hipnosis catártica.3
• El método coercitivo o de apremio.4
• La Técnica de la “Asociación Libre”, con la que se inaugura formalmente el Psicoanálisis.5

Un modelo de psiquismo

El modelo de psiquismo propuesto por el Psicoanálisis es dinámico. En él se da una


evolución incesante de fuerzas elementales y antagónicas.

286
Freud, en los inicios describe un aparato psíquico formado por tres sistemas: INCONS-
CIENTE, PRECONSCIENTE, CONSCIENTE. Más tarde complementa esta tópica con una
Segunda, en la que dirá que dentro de estos tres campos de límites imprecisos existen tres
instancias que actúan en distintos planos: el ELLO, el Yo y el SUPERYO (Talaferro, 1983).

• Primer Tópica Freudiana:

A partir de las experiencias realizadas con el método de Hipnosis Freud logra probar la
hipótesis del Inconsciente. Reconoce un psiquismo dividido y un sector del mismo, que
guarda cierto material aparentemente olvidado y compara al Inconsciente con un tém-
pano de hielo en el que solo una mínima parte queda expuesto (lo consciente) mientras
que su mayor porción queda sumergida. (lo inconsciente)

En esta primera teoría, dirá que el aparato psíquico se encuentra formado por tres sis-
temas: INCONSCIENTE, PRECONSCIENTE, CONSCIENTE.

Estos tres sistemas, funcionan con reglas diferentes y tratan el material que guardan de
distinto modo. Entre ellos se ubican dos barreras que ordenan y regulan el material que
integra estos sectores del psiquismo.

Entre el Sistema Inconsciente y el Preconsciente, se encuentra la primera censura o


barrera de la Represión cuya función es mantener en el Inconsciente “representacio-
nes” (pensamientos, imágenes, recuerdos traumáticos) ligados a una pulsión. Han de
mantenerse allí dado que representan contenidos conflictivos para los otros sistemas y
solo logran sortear esta barrera a través de las llamadas formaciones del Inconsciente o
el trabajo analítico.

Entre los Sistemas Preconsciente y Consciente, se ubica la Segunda Censura. Esta es mucho
más flexible y funciona a modo de filtro, regulando el pasaje de contenidos entre ambos.

El sistema inconsciente

Si bien el Inconsciente no puede observarse, se lo puede conocer a partir del material


que produce. Así, las ideas o experiencias latentes, que por ser de carácter conflictivo
no pueden volver a la conciencia directamente, no pierden su fuerza, influyendo en

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nuestras conductas y expresándose en las denominadas formaciones del Inconsciente6.
(Freud, Psicopatologia de la Vida cotidiana, 1981)

El Sistema Inconsciente, es la primera forma de actuación del Psiquismo, por lo que se


lo llama Proceso Primario. Está enraizado en lo biológico y resulta caótico, hasta que en
contacto con la realidad externa, se va separando la conciencia. (Talaferro, 1983)

El funcionamiento de este sistema se caracteriza por:


• Su Atemporalidad
• Ausencia de sentido de contradicción
• Se expresa simbólicamente
• Prevalencia de la realidad interna (psíquica) por sobre la externa.
• Predominio del Principio del Placer.

El sistema preconsciente

Ubicado entre los Sistemas Inconsciente y Consciente, se integra por representaciones que
siendo “no conscientes” son susceptibles de serlo sin tener que vencer grandes resistencias para
ello. Toma además los datos de la realidad procedentes del Sistema Consciente y las representa-
ciones fonéticas a fin de ordenar y expresar los contenidos que provienen del primero.

Las leyes que lo ordenan se caracterizan por:


• Ordenamiento cronológico de las representaciones.
• Búsqueda de correlación lógica
• Completamiento de lagunas entre ideas aisladas
• Introducción de la noción de causalidad.

El sistema consciente

Es el sistema que se encuentra en contacto con el mundo externo y el encargado de


captar las impresiones procedentes del mismo. Funciona como corteza y cumple fun-
ción de adaptación al medio social. Además, puede percibir sensaciones procedentes
del mundo interno y se relaciona con la afectividad; a partir de los datos que obtiene,
intenta organizarlos e interpretarlos.

Este sistema, como el Preconsciente funciona con las reglas del “proceso secundario”,
en que la causalidad lógica, temporalidad y coherencia son fundamentales para la orga-
nización y expresión de los contenidos o representaciones.

• Segunda Tópica Freudiana

Luego del desarrollo de la Primer teoría de la organización Psíquica (1º Tópica) Freud la en-
tiende como insuficiente, para dar cuenta de los procesos que dan lugar a que ciertas repre-
sentaciones sean conflictivas para la vida consciente y que por lo tanto requieran ser tratadas
de modo particular y mantenidas en el Inconsciente a partir de la operación de la Represión.

Es así que complementa (no sustituye) esta primera teoría con la segunda en la que dis-
tingue tres instancias: ELLO, YO Y SUPERYO. (Freud S. , CLXVI "Nuevas Lecciones
introductorias al Psicoanálisis", 1981)

288
El ELLO, primera instancia del psiquismo y sede de las “pulsiones”7 , no funciona a partir
de las leyes lógicas sino que se rige por el “Principio del Placer”. Es decir, busca reproducir
experiencias de placer y suspender experiencias de dolor. La fuerza vital que lo gobierna,
denominada “Libido” 8 , dirige la conducta hacia la descarga o búsqueda de satisfacción, lo
que podría expresarse en el “Yo quiero…”.

El YO, es una parte del ello, modificada en el contacto con la realidad. Se rige por el “Prin-
cipio de Realidad”, que debe mediar entre los impulsos provenientes del Ello, los estímulos
procedentes del mundo externo y el Super Yo. Freud denomina a esta tarea “Triple vasallaje
del Yo” (Freud S. , CLXVI "Nuevas Lecciones introductorias al Psicoanálisis"9, 1981) y tiene
función reguladora contando para lograr el equilibrio, con los denominados “Mecanismos
de defensa” . Podría expresarse en el “Yo puedo…”.

El SUPERYO: Regido por el “Principio del Deber”. Es un desprendimiento del Yo, repre-
senta la parte normativa y se expresa en dos sentidos: la “Conciencia moral” (vertiente liga-
da a la prohibición) y el “Ideal del Yo” (el ideal al que debe tender). Colabora en la represión
de los impulsos procedentes del Ello y opera como “guardián” de los actos del sujeto. Podría
expresarse en el “Yo debo…”.

Esquema de la Organización Psíquica (Freud S. , CLXVI "Nuevas Lecciones introducto-


rias al Psicoanálisis", 1981)

En un individuo adaptado, estas tres instancias formarían una organización unificada y


armónica, que le permite sin transgredir las normas, regular y realizar sus deseos, satis-
faciendo sus necesidades básicas según las pautas que impone el medio.

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Teoría de las Pulsiones y etapas del desarrollo libidinal.

Freud plantea la Libido o energía Sexual como la energía con la que funciona el aparato
psíquico, describiendo al Ello como reservorio energético de la misma. Comprender los
alcances del término Libido, implica diferenciar los conceptos de Sexualidad y Genita-
lidad desde el punto de vista freudiano.

Sexualidad es la capacidad de dar, recibir y gozar del afecto, así como el placer que se
produce a partir de ello. Se inicia en el comienzo de la vida y atraviesa todas las etapas,
hasta el final de la misma. La Genitalidad, es solo una de las formas de placer y expre-
sión del afecto posible, que se inicia en la adolescencia ligada la corporalidad.

La Libido se expresa en dos tendencias básicas o pulsiones. La Pulsión de Vida (Eros10) que
se manifiesta en la necesidad de construcción y evolución, y la Pulsión de Muerte (Thána-
tos11) ligado al impulso agresivo o destructivo. Ambas interactúan y han de mantenerse en
equilibrio para permitir la resolución de situaciones cotidianas y adaptación del sujeto.

Freud desarrolla el concepto de Pulsión (Trieb12) y lo diferencia del de instinto (Ins-


tinkt13). Dirá que el instinto es propio de la especie animal y lo define en su carácter rígido
en tanto una única conducta y objeto se encuentran ligados a la reproducción y a la satis-
facción de necesidades biológicas.

Sin embargo, la Pulsión, propia del funcionamiento humano es flexible, ya que da lugar a
múltiples objetos y formas de satisfacción, por ejemplo: el animal frente a la necesidad de
comer actúa según la memoria de su especie, el ser humano elige cuándo y cómo hacerlo,
no solo satisfaciendo la necesidad orgánica sino además procurando placer en su forma
de hacerlo. (Freud S. , CLXVI "Nuevas Lecciones introductorias al Psicoanálisis" , 1981)

La pulsión está compuesta por cuatro elementos:


• Esfuerzo o empuje: es la fuerza motriz.
• Meta: siempre es la satisfacción, aunque existen diferentes caminos para ello.
• Objeto: aquello por lo cual se alcanza la meta, es decir, se satisface la pulsión, sien-
do lo más variable de ella.
• Fuente: siempre es somática, es decir, una parte del cuerpo.

Las Pulsiones son las fuerzas que manifiestan las tensiones procedentes del Ello, las que,
sobre la base de una necesidad orgánica, descubren un plus de placer, inaugurado en lo que
Freud denominara “etapas del desarrollo libidinal o etapas del desarrollo Psicosexual”.

Simultáneamente al proceso de formación del psiquismo, la Libido va circulando y evo-


lucionando por las etapas mencionadas. Freud dirá que durante toda la vida del sujeto,
la motivación de sus acciones es la búsqueda de placer, lo que cambia es su expresión y
modos de satisfacción. (Talaferro, 1983).

Cada una de las etapas se encuentra asociada a una “zona erógena” que opera como
fuente de satisfacción, excepto en “el período de Latencia”. Los experiencias y satisfac-
ción de las mociones sexuales ligadas a las primeras tres etapas (denominadas además
pregenitales) y particularmente “la trama edípica” (Complejo de Edipo) quedan su-
mergidas en el plano inconsciente por la operación de la represión.

290
Sin embargo, estas primeras experiencias de placer, darán lugar a ciertas conductas de
gratificación ligadas a ellas y sentarán las bases de la genitalidad adulta.

Cuadro elaborado en base al texto de S. Freud “Tres ensayos para una teoria sexual” (1905).

Conflicto psíquico y mecanismos de defensa

En Psicoanálisis se habla de Conflicto Psíquico cuando en el sujeto se oponen exigen-


cias internas contradictorias. Lo reconoce como algo constitutivo del ser humano y
expresa la confrontación entre “el deseo y la defensa”, entre diferentes sistemas o ins-
tancias (psíquicas). No solo se enfrentan deseos contrarios sino que estos se enfrentan
con lo prohibido. (Laplanche, 1993)

El Aparato Psíquico trabaja con un quantum de energía, Libido14. Cuando se incrementa


el nivel de tensión procedente de un conflicto psíquico, el Yo intenta restablecer el equi-
librio, disminuyendo la misma a partir de la utilización de “los Mecanismos de Defensa”.

Los Mecanismos de Defensa o conductas defensivas, son entonces recursos que posee
el Yo para restablecer el equilibrio homeostático, logrando un ajuste, pero sin resolver el
conflicto y son inconscientes. (Bleger, 1986).

Algunos de estos mecanismos son:

• PROYECCIÓN: Atribuir a otro (sujeto u objeto) sentimientos o motivaciones pro-


pias del sujeto. Ej: el caso de una mujer que cela a su esposo con la persona que ella
considera atractiva.

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• INTROYECCIÓN: Asimilar rasgos o conductas de otros. Ej: El niño que adopta
gestos del padre de manera involuntaria

• IDENTIFICACIÓN: Proceso complejo que integra los mecanismos de introyec-


ción y proyección. Ej: Al mirar una película ponerse en el lugar del protagonista y
sentir lo que sentiría si estuviera en ese lugar, generando conductas (como llorar), tal
como si se estuviera viviendo.

• REGRESIÓN: Frente a la ansiedad que genera un conflicto, el sujeto reacciona


asumiendo conductas propias de etapas anteriores del desarrollo libidinal. Ej: Frente
al nacimiento de un hermanito presentar enuresis nocturna, cuando no sucedía.

• REPRESIÓN: Apartar de la conciencia el conflicto de la conciencia, llevando al In-


consciente la representación desde donde sigue generando efectos, mientras que el afecto
queda pudiendo tener distintas salidas. Ej: El caso de Isabel de R.. en que frente a los sen-
timientos de atracción hacia su cuñado, el recuerdo (o representación) es reprimido, pero el
afecto/ culpa retornan generando como síntoma el dolor e inestabilidad al caminar.

• RACIONALIZACIÓN: Elaboración de justificaciones y argumentos lógicos que


permiten tolerar una situación que genera malestar o conflicto. Ej:“ Por lo menos
dejó de sufrir…”

• SOMATIZACIÓN: Expresión de la energía procedente de un conflicto psíquico en


un síntoma somático. Ej: Quedarse afónico frente a una situación de examen.

• FORMACIÓN REACTIVA: La formación reactiva lleva al yo a efectuar aquello


que es totalmente opuesto a las tendencias del Ello que se quieren rechazar. Ej.: el
caso del hombre que por formación reactiva se hace bombero voluntario, como defensa
frente a su piromanía

• DESPLAZAMIENTO: Proceso en que se produce la descarga sobre un objeto sus-


titutivo. Ej: Un empleado que siente enojo frente al maltrato de su jefe, pero descarga
su ira sobre su mascota.

• CONDENSACIÓN: Mecanismo por el que en un objeto o representación, se ex-


presan contenidos procedentes de varios otros. Ej.: “Soñar la imagen de una profeso-
ra, que habla como su madre, pero que al alejarse parece ser su hermana…”

• AISLAMIENTO: distancia afectiva con alguna idea o con el otro. Ej.: “una persona
que por atravesar una situación crítica se encuentra presente físicamente pero es como
si no estuviera…”

• RETRACCIÓN LIBIDINAL: Se retira la libido de los objetos y retorna al yo. Ej.:


“frente a un dolor de muelas, todo el interés se deposita en el mismo, tal como si desapa-
reciera el mundo o cualquier otro interés más que la interrupción del padecimiento…”

• NEGACIÓN: No se asume conscientemente aquello que resulta intolerable. Ej.:


Frente a la muerte de un familiar, actuar como si nunca hubiera sucedido.

292
• ENSOÑACIÓN: frente a una situación de tensión o conflicto el sujeto se refugia
en la fantasía. Ej.: “El adolescente que fantasea con conquistar a la persona de sus
sueños…”

• SUBLIMACIÓN: Consiste en transformar el fin sexual de la pulsión (o impul-


sos primarios instintivos) en un fin socialmente aceptado. Es propio de la etapa de
Latencia, constituye el mecanismo más evolucionado y el único exitoso ya que se
produce la transformación de la tendencia. Ej.: Alguien que a partir del dolor por la
pérdida de un hijo crea una fundación para el apoyo de otros padres que atraviesan la
misma situación.

Las formaciones del inconsciente

Tal como veníamos explicando, el Inconsciente no puede ser estudiado directamente,


pero sí a partir del material que produce, tales como sueños, síntomas, actos fallidos,
chistes, etcétera.

Frente a algún deseo o recuerdo de carácter traumático que genere conflicto al sujeto,
la Represión opera desligando “la representación” (que permanece inconsciente) del
afecto, que intenta expresarse de algún modo.

Las llamadas “Formaciones del Inconsciente”, son esas elaboraciones que a modo de
disfraz, permiten que las mociones pulsionales, logren atravesar la barrera de la repre-
sión buscando su descarga. (Freud S. , CLXVI "Nuevas Lecciones introductorias al Psi-
coanálisis" , 1981) y (Freud, Psicopatologia de la Vida cotidiana, 1981). A saber:

SUEÑOS: Freud los considera la vía regia para acceder al Inconsciente y se refiere a
ellos como cumplimiento de deseos. Para su análisis y comprensión dirá que es nece-
sario diferenciar el contenido manifiesto (relato del sueño), del contenido latente que
guarda el verdadero sentido del sueño (deseo) y que a través de las leyes de este sistema
logra enmascararse.

SÍNTOMAS: Formaciones sustitutivas: son como un mensaje cifrado que deposita en


alguna conducta el afecto procedente de un conflicto psíquico.

ACTOS FALLIDOS: Pueden ser lapsus de la palabra (oral o escrita) u olvidos, en los
que detrás de la intencionalidad consciente de una acción, se filtra el verdadero deseo/
sentimiento que busca expresarse, tomando la forma de un aparente equívoco.

CHISTES: a partir del doble sentido y el mecanismo defensivo “desplazamiento”, logra


expresarse un sentimiento (agresivo o de contenido sexual) que no puede expresarse
directamente y busca su descarga.

Las series complementarias

Muchos son los autores que se preguntan acerca de las bases de la personalidad y los
comportamientos humanos. Freud atribuye a los primeros cinco años de vida el perío-
do de consolidación de los cimientos de la misma y dirá que es el resultado de la interac-

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ción entre una serie de factores (series complementarias) que dan por resultado ciertas
personalidades y una tendencia a actuar de determinado modo.

Los dos primeros no son modificables, pero si las experiencias de vida y el trabajo ana-
lítico posibilitarían la modificación de las tres series finales.

Esquema basado en (Bleger, 1986)

A modo de conclusión…

La Teoría Psicoanalítica desde sus inicios ha generado grande debates entre acérrimos
defensores de sus postulados y fervientes detractores. Sin embargo nadie puede negar
los efectos de sus desarrollos en la comprensión de los fenómenos psíquicos y su gran
influencia no solo en el campo de la Psicología, sino además en otras ciencias y artes.

Influyó en el pensamiento de muchos seguidores, algunos de los cuales trabajaremos en


el siguiente módulo ya que sobre sus bases realizaron avances en otros aspectos, tales
como el desarrollo psicosocial, permitiendo comprender las transformaciones en el psi-
quismo y comportamientos humanos en los distintos momentos del ciclo vital.

294
Notas al pie:

1. Histeria: Tipo de Neurosis que presenta variados cuadros clínicos. Puede manifestarse como His-
teria de Conversión o Histeria de Angustia. En la primera el conflicto se expresa en síntomas cor-
porales, paroxísticos o duraderos. En la segunda la angustia se encuentra fijada a un determinado
objeto exterior.( fobia) (Laplanche, 1993).
2. Proceso en virtud del cual los deseos inconcientes se actualizan sobre ciertos objetos, dentro de
un determinado tipo de relación establecida con ellos y de un modo especial dentro de la relación
analítica .Se trata de una repetición de prototipos infantiles, vivida con un marcado sentimiento de
realidad (Laplanche, 1993)
3. La “Catarsis” o método de descarga, proponía al sujeto, que bajo estado de sugestión o trance hip-
nótico acceder a otros niveles de conciencia y de este modo a contenidos aparentemente olvidados
relacionados con la aparición de los síntomas. A través de él se trabaja la idea de expulsar del organis-
mo (purgar) los afectos patógenos. Al recuperar el estado de conciencia, luego del trance se producía
un notable alivio de los síntomas. Revivir los acontecimientos traumáticos permitía la abreacción de
los afectos ligados a ellos.
4. Con la mano sobre la frente del paciente -sin hipnosis- se lo apremiaba a recordar el elemento pa-
tógeno. Dado que esta técnica reforzaba las resistencias es reemplazado por el método de asociación
libre. (Laplanche, 429)
5. Eje central de la teoría psicoanalítica, en que la persona, siguiendo la premisa fundamental: “Ha-
ble…”, irá asociando ideas y permitiendo, previo vencimiento de las resistencias que puedan enlazar-
se contenidos aparentemente olvidados con los síntomas.
6. Sueños, síntomas, actos fallidos, etc.
7. Pulsión: Tendencia, fuerza energética que mueve al individuo hacia un fin. (Laplanche, 1993)
8. Libido: Energía sexual, desde la concepción freudiana (Laplanche, 1993)
9. Mecanismos de Defensa: Herramientas que utiliza el yo para regular el excedente de tensión del
aparato psíquico.
10. Del griego
11. Del griego
12. Del Alemán
13. Del Alemán
14. Energía Sexual

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296
Autores:
Sebastián Pérez Pannelli / Laura Adamantino
Las figuras de este capítulo son propiedad intelectual de:
Pablo Patini

Aportes de la psicología al estudio


de las etapas de la vida
• Crecimiento. Desarrollo. Maduración. Conceptualización. Aspectos biológicos y
psicosociales.
• Crisis. Tipos. Mecanismos de afrontamiento y resolución.
• Crisis y desarrollo: etapas de la vida. Características generales y conflictos propios
de cada etapa.

Crecimiento, desarrollo y maduración

El Ser humano desde su nacimiento y a lo largo de la vida atraviesa múltiples cambios,


dándose en él un proceso de transformación permanente.

Para comprenderlo se hace necesario partir de la definición de algunos conceptos fun-


damentales: crecimiento, desarrollo y maduración.

CRECIMIENTO: es un proceso que implica el incremento de la masa corporal asocia-


do a cambios cuantitativos. Por ejemplo la talla (OPS, 1993).

DESARROLLO: Refiere a cambios cualitativos e implica la adquisición de nuevos y ma-


yores niveles de complejidad en alguna función. Es “un proceso dinámico de integración
sucesiva de funciones biológicas, psicológicas y sociales en compleja interacción cuyas
constelaciones estructurales se modifican en un constante palpitar vital.” (OPS, 1993)

MADURACIÓN: Expresa la plenitud de alguna función y el máximo desarrollo posible


de ser alcanzado. Se refiere al completamiento de las estructuras biológicas y alude a la
aparición de nuevas funciones o eventos.

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Los procesos de CRECIMIENTO Y DESARROLLO se dan articuladamente y con in-
fluencia recíproca. Podemos definirlo como el “conjunto de cambios somáticos y fun-
cionales que se producen en el individuo desde su concepción hasta la adultez, impli-
cando una visión dinámica, evolutiva y prospectiva del ser humano” (OPS, 1993)”.

Sin embargo al referirnos al concepto de MADURACIÓN, se hace necesario distinguir


los diferentes planos en que se expresa.

Tradicionalmente, se definía al Adulto como un ser Maduro para la vida. Si bien desde
el punto de vista físico podemos decir que es posible alcanzar la plenitud de las funcio-
nes orgánicas, ¿podemos decir que sucede lo mismo en los planos psicológico y social?
¿Existe algún momento de la vida en que podemos decir que el ser humano deja de
evolucionar en su modo de pensar, sentir y relacionarse consigo y con el mundo?

Caplan (1964) propone un modelo conceptual para poder comprender los factores que
inciden en el desarrollo de los individuos. El mismo, se basa en la idea de que para no
sufrir un padecimiento mental un individuo requiere de constantes, distintos y adecua-
dos aportes en las diversas etapas de su crecimiento.

Estos aportes se pueden ordenar de la siguiente manera: físicos, psicosociales y socio-


culturales.

• Físicos: son aquellos que resultan necesarios para el crecimiento y el desarrollo


corporal y para el mantenimiento de la salud y la protección contra el daño físico,
tales como alimentación, vivienda, estimulación sensorial, ejercicio físico, etc.
• Psicosociales: son aquellos que estimulan el desarrollo intelectual y afectivo. Se da
a través de interacción personal con “otros” significativos (familia, amigos, compa-
ñeros de la escuela, el club, el trabajo, etc.)
• Socioculturales: son aquellos que actúan sobre el desarrollo y funcionamiento de
la personalidad y se producen a partir de la influencia que ejercen las costumbres y
los valores de la cultura y la sociedad.

298
Las tres dimensiones anteriores están sumamente entrelazadas. Asimismo, tenemos que
destacar que el individuo no es sólo un receptor pasivo de estos aportes, sino que también
modifica su entorno físico y social desde los primeros años, y como integrante de diversos
grupos, también puede influir en los aportes socioculturales.

El ser humano entonces atraviesa por múltiples circunstancias que lo llevan a modificar y
transformar sus estructuras y pautas de funcionamiento a lo largo de la vida. Este periodo
que se caracteriza por ser movilizador para la vida humana, lo vamos a denominar “Crisis”.

Las crisis y la vida humana:

Etimológicamente, la palabra “crisis”, según la Real Academia Española, deriva del latín
crisis, y esta del griego Krísis, y tiene varios significados, por ejemplo:
1. Cambio profundo y de consecuencias importantes en un proceso o una situación.
Crisis de la adolescencia.
2. Intensificación brusca de los síntomas de una enfermedad. Crisis asmática, alérgi-
ca, epiléptica, de tos.
3. Situación mala o difícil. Un equipo de futbol en crisis.

Una crisis es “un estado temporal de trastorno y desorganización, caracterizado prin-


cipalmente, por la incapacidad del individuo para abordar situaciones particulares uti-
lizando métodos acostumbrados para la solución de problemas y por el potencial para
obtener un resultado radicalmente positivo o negativo” (Slaikeu, 1988).

Asimismo, resulta un “período transicional que representa tanto una oportunidad para
el desarrollo de la personalidad, como el peligro de una mayor vulnerabilidad a un
padecimiento mental, cuyo desenlace depende entre otras cosas, de la forma en que se
maneje la situación” (Caplan, 1964).

Podemos ubicar a la teoría de la crisis ya con Sigmund Freud (1895), cuando señalaba
la relación entre situaciones vitales presentes y una enfermedad de origen emocional.
En sus casos clínicos mostraba como se ligaba el origen y síntomas con una situación
conflictiva familiar o de otra índole en la vida del individuo, abriéndose la posibilidad
de entender el sentido biográfico de la enfermedad psíquica.

Años después, un discípulo de Freud, llamado Eric Erickson describió las crisis evoluti-
vas por las que pasa todo individuo a lo largo de su vida (Erikson, 1950)

Tenemos que partir de la idea de que el individuo crece, se desarrolla y evoluciona


durante toda su vida, siempre y cuando cuente con la predisposición personal y el apo-
yo social necesario para que esto ocurra, ya que de no encontrarse algunos de estos
elementos, podría suceder que se produzcan “estancamientos en determinadas etapas,
regresiones a etapas anteriores, o incluso el ingreso precoz a las etapas siguientes”.

“El desarrollo psicosocial procede según pasos críticos, siendo lo “crítico” una caracte-
rística de los cambios decisivos, de los momentos de elección entre el progreso y la re-
gresión, la integración y el retardo” (Erikson, 1950). Es un proceso donde es necesario,
comprender las situaciones por las que se atraviesa, adaptarse e ellas de forma creativa

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para poder transformarlas y organizar la información nueva que se va produciendo.

Podemos situar dos tipos de crisis, las crisis vitales o evolutivas y las crisis incidenta-
les o accidentales.

Las crisis vitales o evolutivas son aquellas que pasamos todos los seres humanos nece-
sariamente para poder crecer y que implican el movimiento de una etapa a la siguiente
para ir logrando un nivel mayor de madurez e integración de la personalidad.

Las crisis incidentales o accidentales, son variables en todas las personas y hacen a la
particularidad de nuestra experiencia vital. Se desencadenan por sucesos imprevistos y
serán atravesadas según como las vivenciemos. Son por ejemplo: el fallecimiento de un
amigo, un cambio laboral, el nacimiento de un hijo, el casamiento, una ruptura de pare-
ja, etc. Se caracterizan porque frente a estas situaciones nos vemos ante la posibilidad de
realizar un cambio e implican una posibilidad de aprender. Asimismo, la significación
que tenga también se relaciona con la etapa evolutiva en la que nos encontremos y de
los recursos emocionales y psicológicos que fuimos desarrollando hasta ese momento.

Cuando los individuos se encuentran atravesando una crisis es posible que se produz-
can ciertas manifestaciones tales como: sentimientos de tensión, ansiedad, desamparo,
confusión, tristeza, desasosiego, e incluso algunos síntomas físicos.

Luego de este período de desestabilización generado por las crisis es esperable que se
produzca un estado de reorganización y adaptación. Cuando la crisis se resuelve de
forma positiva (aunque eso implique asumir una pérdida) se generan cambios que im-
plican el desarrollo de nuevas herramientas y condiciones, repercutiendo en una evo-
lución favorable.

Cuando la resolución es negativa, pueden desarrollarse patologías o padecimientos


mentales tales como depresiones, trastorno por stress postraumático, etc.

De qué depende que las crisis sean resueltas positivamente?

Tal como veníamos diciendo, el tipo de crisis (en tanto sea predecible o no), el momen-
to en que se produce la misma, la comprensión cognitiva- emocional de la situación,
la fortaleza yoica, los recursos internos (mecanismos de defensa y adaptación), poseer
una red de apoyo (familiar y social) y los aspectos resilientes son factores fundamenta-
les que influirán en el modo de resolución de las crisis. (Raffo L, 2005)

Crisis y desarrollo. Las etapas de la vida

Erikson (1950) planteará que el desarrollo


Psicosocial del ser humano se da a partir del
tránsito por ocho etapas o momentos de la
vida, en donde en cada una de ellas se encon-
traría una crisis o conflicto primordial a su-
perar y un logro a obtener, el cual sirve como
base para enfrentar el desafío de la etapa sub-
Erikson Erik siguiente, a saber:

300
• Confianza básica vs. desconfianza básica

Esta etapa va desde el nacimiento hasta los dieciocho meses aproximadamente.

Las primeras demostraciones de confianza están ligadas a como se desarrollan los procesos
fisiológicos básicos, como la alimentación, el tipo de sueño y la relación con sus intestinos,
dados por la madre y quienes están a su cuidado. Si estas experiencias son buenas, el bebe
ira aprendiendo y configurando una relación de confianza con el ambiente. De esta forma,
su primer logro social será su disposición a permitir que la madre se aleje de su lado sin ex-
perimentar una indebida ansiedad o rabia, porque aquélla se ha convertido en una certeza
interior así como en algo exterior previsible.

Coincide con la fase oral del desarrollo libidinal postulado por Freud.

Tanto Erikson como otros autores: Winicott y Bowly, describen aspectos fundamenta-
les que postulan la importancia de esta etapa y los vínculos primarios establecidos, para
el desarrollo ulterior del psiquismo y las relaciones con el entorno.

Tal como describe Erickson respecto al equilibrio esperable en la función materna como
propiciador del sentimiento de confianza, para Winicott una madre es suficientemente
buena cuando se adapta apropiadamente a las necesidades de su bebé y, por lo tanto, sus
respuestas son adecuadas (la mayor parte de las veces), a sus reales requerimientos. Es
decir, que no sea intrusiva, avasallando al niño, ni que no acuda a sus cuidados. Implica
que puede fallar algunas veces (porque no es perfecta), sin que esto dañe el desarrollo del
bebé y que esos errores (que en psicología llamamos “fallos”) incluso ayudan al niño a
descubrir que hay un más allá de su mamá.

Como consecuencia de tal equilibrio, el niño percibe la medida de su dependencia y adquie-


re la capacidad de hacer notar sus necesidades al entorno. Todas sus potencialidades se irán
desarrollando e irá descubriendo gradualmente la inexistencia del carácter unitario con la
madre, con el efecto concomitante que de ello se deriva, el hecho de que la madre deja de
parecerle "perfecta". (Winnicott, 2009)

Al producirse la ruptura de la unidad madre-lactante, el niño logra ir independizándose


mediante espacios, fenómenos y objetos transicionales, (un juguete preferido) que
operan como subrogados de la figura materna, permitiéndole construir una distancia
que le posibilite diferenciarse, le sirven de nuevo entorno y de base para lograr paulati-
namente su autonomía y autosuficiencia. (Winnicott, 2009)

La Teoría del apego de Bowlby se halla en las mismas coor-


denadas, otorgando un papel central al cuidador principal y la
importancia de los vínculos primarios estables y profundos
para el desarrollo de la conducta de apego, como factor funda-
mental para el desarrollo del psiquismo. Desarrolla en rela-
ción a ello la Teoría de la Privación Materna, en la que obser-
va sus consecuencias cuando no se despliega adecuadamente.
Reconoce en las fases tempranas del desarrollo y los vínculos
establecidos en ellos, un período crítico que posibilita la ad-
Bowlby John quisición del del lenguaje y habilidades mentales complejas.

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Una vez finalizado el mismo, no es posible revertir completamente las consecuencias que
pudieran producirse cuando no se da adecuadamente. (Giddens, 1991)

Estos autores coinciden en que a partir de los vínculos primarios, se establecen las ma-
trices de relación con sí mismo y con el otro, repercutiendo tanto en el desarrollo psí-
quico como en las futuras relaciones interpersonales.

• Autonomía vs. vergüenza y duda

Esta etapa comienza aproximadamente a los 18 meses y continúa hasta los 3 años de
vida del niño.

Una vez superada la primer etapa de la vida, estamos ante un bebe que posee la cantidad
necesaria de confianza en el mundo exterior como para moverse por él explorando el
espacio, apoyado en el desarrollo motor que este momento de su vida supone.

Esta etapa se relaciona con el desarrollo muscular y del control de esfínteres, este proce-
so es progresivo y lento, lo que ocasiona que el niño sienta a veces vergüenza. Coincide
con la etapa Anal del desarrollo libidinal descripto por Freud.

Va experimentando el desarrollo de su autonomía a partir de fuerzas internas que lo


impulsan a ir de un lugar a otro, subirse a todos lados, pegar o llorar para conseguir lo
que desea y pretende tener todo para él, oscilando entre la cooperación con el otro y
la terquedad. Cuando el entorno no responde como él quiere es cuando sobreviene la
Duda, la cual aumenta cuando recibe los “no” de aquellos a los que ama, “no” que debe
aceptar tolerando la frustración que ello implica.

• Iniciativa vs. culpa

Esta etapa va desde los 3 hasta los 5 años aproximadamente y se caracteriza por el desa-
rrollo de las capacidades de jugar, imaginar, establecer actividades con un alto nivel de
energía. Aquí el niño comienza a moverse con más libertad, tiene una mente inquieta
que le permite ser más curioso y comenzar a realizar preguntas acerca de la vida y es
más locuaz.

Las características descriptas le permiten al niño en esta etapa, logar el sentimiento de


iniciativa necesario, para establecer la base sobre la cual se apoya el sentido de ambición
y de propósito en la vida.

Esta etapa coincide con la etapa fálica de Freud, caracterizada por la existencia de fan-
tasías sexuales que se ubican en las connotaciones simbólicas expresadas en muchos de
sus actividades lúdicas y que despierta sentimientos de culpabilidad, ya que se despliega
la “trama edípica”.

• Industria vs. inferioridad

Esta etapa abarca desde los cinco hasta los trece años aproximadamente coincide con
el inicio de la actividad preescolar y escolar, y se ingresa luego de haber resuelto en tan
solo 6 años tres crisis vitales. Coincide con el período de latencia descripto por Freud.

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En esta etapa va a buscar el reconocimiento por medio de la producción de cosas y para
ello emprenderá el aprendizaje de nuevas habilidades y nuevas tareas. El “hacer” reem-
plazará a los caprichos y las ganas de jugar. Aquí comienza el interés de hacer con otros
y comienza a internalizar pautas de convivencia.

El peligro que en este momento se plantea es que se produzca un sentimiento de inade-


cuación que pueda llevarlo a vivencias de inferioridad. En este sentido, si el niño puede
participar en situaciones productivas con otros, ingresará a la posibilidad de formarse
durante toda su vida. Si en cambio, siente que sus posibilidades son inferiores a la em-
presa que se propone, irá construyendo una baja autoestima y el sentimiento de inferio-
ridad amenazará la identidad con que debe entrar a la siguiente etapa.

• Identidad vs. confusión de rol

Esta etapa abarca desde los trece años hasta los veintiuno años aproximadamente (ado-
lescencia) y coincide con el desarrollo de la etapa genital citada por Freud.

Aquí el Adolescente experimenta la búsqueda de su identidad y la crisis que esto im-


plica reaviva los conflictos superados en etapas anteriores. Se encuentra transitando los
cambios fisiológicos que suponen el pasaje por la pubertad y el reacomodamiento al
desarrollo genital concomitante.

El riesgo de esta etapa es la “confusión de rol” y la indecisión sobre su identidad ocu-


pacional es una de las principales fuentes de ella. Asimismo, en lugar de lograr un sen-
timiento de mismidad puede caer en la sobreidentificación con figuras negativas para
su desarrollo o con ídolos, haciendo lo mismo que ellos, proceso que lo aleja de sus
elecciones y motivaciones.

• Intimidad vs. aislamiento

Esta etapa abarca desde los veintiún años hasta los 35 años aproximadamente.

Una vez que el adolescente sabe quién es y comienza a proyectar acerca de su vida, ingresa a
una nueva etapa, la de la adultez joven, donde se desarrollará la capacidad de la “intimidad”.

El joven tendrá en sus manos la importante tarea de llevar a cabo lo que el adolescente
fantaseaba y planificó para su futuro.

Este primer periodo de la vida adulta se caracteriza por la cantidad de elecciones que
ha de realizar el ser humano y que son más estables y definitivas que las que realizó el
adolescente. En esta etapa surgen la necesidad y el deseo de elegir la actividad laboral, el
lugar de residencia, la pareja, el afianzamiento de las amistades, etc.

La intimidad implica la posibilidad de estar cerca de otro, no solo de una pareja sino tam-
bién con compañeros y amigos. Esto es posible ya que en esta nueva etapa él sabe quién
es, que quiere y no tiene el temor a perderse. Si por el contrario, ocurre que el individuo
evita asociarse con otros (por temor a la pérdida de su propia identidad) el peligro es el
“aislamiento”, originando actitudes de competencia, distanciamiento, sentimientos de re-
chazo y/o de desvalorización.

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Otro peligro es el aislamiento “de a dos”, con esta expresión denominamos a las per-
sonas que no pueden ligar consigo mismos y construir con otros, sino que realizan
alianzas con un par o con un pequeño grupo de personas, con quienes comparten las
mismas limitaciones.

• Generatividad vs. estancamiento

Esta etapa abarca desde los treinta y cinco años hasta los 60 años aproximadamente.

La Generatividad es una actitud de servicio hacia la evolución del ser humano, de la ge-
neración mayor con la más joven. “El hombre maduro necesita sentirse necesitado, y la
madurez necesita la guía y el aliento de aquello que ha producido y que debe cuidar. La
Generatividad, entonces, es en esencia la preocupación por establecer y guiar a la nueva
generación.” (Erikson, 1950).

Cuando esto no ocurre se da una regresión a la etapa anterior y ocurre una necesidad
de “pseudointimidad”, caracterizado por el acompañamiento de un sentimiento de es-
tancamiento en la vida y empobrecimiento personal.

• Integridad Yoica vs. desesperación

Esta etapa se a partir de los sesenta años de edad aproximadamente.

Esta última etapa es fruto de las siete etapas anteriores. Aquí se ponen en juego como el
ser humano atravesó su vida, lo que determinará su nivel de integridad yoica o si cae en
la desesperación, frente a la idea de la finalización de la vida. En este caso ocurrirá un
distanciamiento social, un sentimiento de inutilidad ligado a que su cuerpo ya no res-
ponde como antes, sentimientos de desesperanza, preocupación por las enfermedades
y por la muerte.

La integridad yoica supone una integración emocional que implica la aceptación de esta
nueva etapa, y en ella, el deseo de sostener proyectos, de seguir adelante y que la idea de
la muerte no suponga una preocupación.

Llegando al final…

El recorrido realizado no pretende ser acabado, sino una aproximación a ciertos con-
tenidos básicos que representan aportes fundamentales de la Psicología para la for-
mación de futuros estudiantes de las Ciencias médicas.

Durante la carrera profundizarán en ellos y los articularán con nuevos conocimien-


tos, en el intento de aproximarse a la comprensión de las situaciones en que los profe-
sionales de Salud han de intervenir, reconociendo los aspectos psicológicos, sociales,
culturales en la comprensión de la complejidad humana y sus circunstancias vitales…

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Este manual de Educación Médica se
terminó de imprimir en Diciembre
de 2023 en los talleres gráficos
de la Universidad Nacional de La
Matanza, Buenos Aires, Argentina.

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