BCS MA18 Programas Insercion 2012
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Índice
I. ANTECEDENTES
III. LINEAMIENTOS
BIBLIOGRAFÍA
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I. ANTECEDENTES
Los lineamientos que ahora se presentan, se inscriben dentro de las acciones que el
Instituto Sudcaliforniano de la Mujer está implementando en torno a la Transversalidad de
la perspectiva de género en las políticas públicas. Dichas acciones forman parte del
Programa Estatal en Materia de Igualdad entre Mujeres y Hombres. Dicho Programa
define la política estatal para la igualdad entre mujeres y hombres, tomando en
consideración las necesidades estatales y las particularidades que asume la desigualdad
de género en los cinco municipios que conforman el estado de Baja California Sur.
Asimismo, el programa funge marco referencial e instrumento de planeación para
incorporar acciones positivas en el diseño de políticas públicas dirigidas a eliminar todas
las formas de discriminación de género y a fortalecer la igualdad entre mujeres y hombres
en el estado.
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La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia
contra la Mujer (Belém Do Pará), que es el primer instrumento internacional
que los Estados ratifican o se adhieren a ella, en materia de violencia contra las
mujeres.
Otras iniciativas se han impulsado para dar cumplimiento a la erradicación de
todas las formas de discriminación de las mujeres, como las Conferencias mundiales sobre
las mujeres, que han contribuido a situar el derecho a la igualdad entre los géneros en el
centro del debate mundial. Estas son propuestas de actuación a nivel mundial y se
encuentran en el origen de otros instrumentos internacionales:
4
Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres;
Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y su
reglamento;
Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación y,
Ley para Prevenir y Sancionar la Trata de Personas.
Todas estas leyes tienen en común coordinar instituciones federales y estatales
para garantizar los principios de no violencia, igualdad y no discriminación.
Desde esta perspectiva, nuestro país cuenta con un marco jurídico fortalecido, y
por ello ha impulsado la creación de instituciones gubernamentales y políticas públicas
cuyas disposiciones buscan contribuir a garantizar la desaparición de las desigualdades.
Ley para la Igualdad entre Mujeres y Hombres del Estado de Baja California Sur;
Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia del Estado de Baja
California Sur y su reglamento;
Ley del Instituto Sudcaliforniano de la Mujer;
Ley Estatal para Prevenir y Eliminar la Discriminación del Estado de Baja
California Sur.
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b) Incorporar la perspectiva de género en la planeación estratégica de tal manera
que desde el proceso de formulación, ejecución y evaluación de las políticas
públicas se garantice un impacto positivo en beneficio de las mujeres.
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elaboración y realización de dicho curso-taller, así como también, es fundamento de lo
planteado en el presente documento.
De este manual, he extraído algunos fragmentos que sirven como guía para el
establecimiento de los tópicos-ejes que ha guiado esta propuesta: la interculturalidad
como comunicación intercultural; las relaciones de género como conflictos interculturales
y la propuesta ética de la interculturalidad, basada en el respeto mutuo y la tolerancia
hacia la diferencia, principios básicos de los derechos humanos.
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“Se dice que una cultura es subalterna cuando las iniciativas culturales del grupo que representa son
paralizadas, arrancándoles sus potenciales y devastando su autoconciencia” (Coelho, 2000: 144) Sin
embargo, para efectos de esta propuesta y a partir de los fenómenos de reconversión cultural que se
suceden en la actualidad, lo subalterno no se presenta como una cuestión sólo de dominación, sino como
una posibilidad de alteridad cultural. Por ello, apunto (sub)culturas y no subculturas.
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otras voces que demandan un cambio estructural que derive en el reconocimiento de
grupos sociales históricamente contemplados como minoritarios y por ello, discriminados,
ejemplo de ello son las mujeres, que en un primer momento y como parte de estas
minorías, reivindicaron sus derechos civiles y posteriormente, se apostaron dentro del
Estado a partir de la inclusión de la perspectiva de género en las instituciones y políticas
públicas. Cabe mencionar que el feminismo mexicano sentó las bases para que otras
“minorías” sociales, como son las lesbianas y los homosexuales, reivindicaran sus
diferencias dentro del orden social heterosexualizado.
La diferencia, como reivindicación contemporánea, supone el derecho que cada
persona tiene de ser respetada desde su individualidad pero con las garantías que supone
ser, al mismo tiempo, sujeto de derecho.
En esta tónica, la diferencia de género/sexual, plantea uno de los grandes retos y
que es la de revertir las desigualdades que históricamente han sufrido las mujeres en
relación con los varones. En este caso específico, la interculturalidad como acción práctica
de comunicación, plantea una serie de propuestas metodológicas para el estudio y análisis
de situaciones donde el conflicto de género/sexual se da. A decir de los teóricos de la
comunicación intercultural, las interacciones comunicativas cara a cara, suscitan
encuentros/desencuentros, conocidos como malos entendidos, que imposibilitan,
justamente, una comunicación fluida capaz de construir acuerdos comunes. En estos
malos entendidos, están presentes, básicamente, prejuicios que se imponen a través de
los estereotipos de género. De esta manera, los estereotipos guían y estructuran la mirada
con la que vemos a los otros y la manera en que nos relacionamos entre hombres y
mujeres.
La interculturalidad, sin duda, asume la diferencia cultural2 como elemento
constitutivo de su propuesta. Desde este fundamento, establece la necesidad de construir
relaciones equitativas a partir de actitudes específicas en donde la apertura a lo diferente
sea el hilo conductor de las relaciones sociales. Es decir, la interculturalidad toma en
2
La cultura es el principio organizador de la experiencia humana, y está conformada por elementos tanto
objetivos-estructurales como subjetivos-simbólicos. Es la base o plataforma desde donde los sujetos
actuamos, nos comportamos, pensamos, sentimos, significamos y nos relacionamos.
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cuenta que las diferencias, más allá de la cultura, están atravesadas por las vivencias
propias de cada interactuante tiene y que, una vez envueltos en el contexto comunicativo,
logren paliar sus propias “fronteras internas”3 y desarrollen “competencias
interculturales”4para comunicarse eficazmente. En la idea de la simetría comunicativa, me
parece, está la apuesta central de la interculturalidad, ya que ella alude no sólo a la
igualdad de condiciones en el proceso comunicativo, sino a la apertura hacia las
diferencias en aras de subsumir cualquier rasgo de inequidad que cause algún ruido
comunicativo que pudiera derivar en discriminación y rechazo. Sin embargo, este
planteamiento va más allá de la situación comunicativa pues apunta hacia un proceso de
desaprendizaje/aprendizaje que cada interactuante debe realizar para sobrellevar, a partir
del respeto y la tolerancia, las diferencias culturales que suelen estar presentes en las
interacciones comunicativas.
3
Cuando se habla de frontera interna, se hace alusión a la especie de alto o detención de la comunicación
que se da en el proceso de interacción social, a causa de las diferencias explícitas entre los interactuantes.
4
Son las habilidades de las personas de actuar de forma adecuada y flexible al enfrentarse con acciones y
expectativas de personas pertenecientes a grupos culturales distintos.
5
Fragmentos tomados de manera íntegra de Pech, Rizo, Romeu, 2008.
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el sentido de los futuros fenómenos sociopolíticos y económicos que se manifiestan en
actitudes y formas de actuar de los sujetos y su circunstancia.
En este marco es que adquiere importancia la perspectiva de la interculturalidad,
entendida ésta, como comunicación intercultural, pues justamente, la clave de la
interacción con lo distinto es la comunicación intercultural. La comunicación intercultural
no sólo se da entre interactuantes de procedencia geográfica distinta, sino de lugares –
tanto objetivos como subjetivos o simbólicos- desde los que éstos se comunican.
Partiendo de la diferencia como una cuestión positiva y no negativa, la apuesta de
la interculturalidad es la de la interacción entre quienes se presumen distintos. Esta
comunicación debe estar atravesada por el respeto a la diferencia y la tolerancia debe ser
la guía ética que permita, sin más, su posibilidad.
Así, la interculturalidad es un saber práctico de comunicación que como tal, ha
llevado a la reflexión sobre tópicos como: la migración, las minorías étnicas, la lengua, la
religión, la diferencia generacional, la diferencia de género y de clase social, entre las más
importantes.
Los estudios sobre las relaciones interculturales han dejado de lado en su mayoría,
el conflicto entre los géneros como tópico de investigación, aunque existen algunas
investigaciones que dan cuenta de la importancia de éstas no sólo para los estudios
feministas y de género, sino desde el punto de vista de la interculturalidad.
El estudio de las relaciones de género entre hombres y mujeres desde una
perspectiva intercultural plantea la necesidad de estudiar la relación entre los géneros
desde una perspectiva comparativa y dialógica a través de la articulación que, desde el
discurso, por ejemplo, pueda ser objetivada.6
El conflicto entre géneros es un problema social emergente que debe ser abordado
desde diversos ángulos que permitan ir construyendo las posibles soluciones en la
infinidad de ámbitos en los que se da. Por ello, resulta necesario consolidar propuestas de
investigación empírica que sin desdeñar los esfuerzos y logros que en el campo de lo
6
Para más sobre la propuesta aplicada desde la perspectiva de género e interculturalidad, ver PECH,
Cynthia, RIZO, Marta y ROMEU, Vivian, (2007: 79-102).
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teórico han rendido frutos a lo largo de ya casi medio siglo, aporten lo suyo a la discusión
que se da en el campo de la interculturalidad.
Ya se ha mencionado que la interculturalidad es antes que todo la disposición hacia
lo diferente y por ello se trata de una actitud, aunque esta actitud no debe confundirse
con voluntarismo ni con libertad de elección a fuerzas.
En la actitud están contenidas tanto habilidades como competencias que son
desplegadas en una situación de interacción concreta. Es por ello que la interculturalidad
es necesariamente comunicación intercultural; es la puesta en marcha de múltiples
mecanismos y disposiciones que hacen que unos y otros dialoguen. El estudio de la
comunicación intercultural pretende describir y definir justamente esas posibilidades de
diálogo, en el entendido no sólo de que el diálogo es posible cuando existen y se
reconocen las diferencias, sino que sólo es enriquecedor cuando éstas se explicitan y
respetan.
La construcción del género, es decir, la distinción entre hombres y mujeres no es
sólo una diferenciación biológica, sino de los roles y significados sociales que para cada
uno de ellos se han definido. Así, el género como categoría cultural construida en los
lindes de una comunidad sociocultural del sentido, puede ser pensado como un conflicto
intercultural si tomamos en cuenta dos aspectos:
a) Aquel que entiende la diferencia entre los géneros como una categoría que
permite agrupar a un conjunto de creencias, acciones y comportamientos diferentes entre
ellos.
b) Aquel que ve que las relaciones de género están marcadas por un complejo
entramado de significaciones culturales, donde un género posee, cultural y
simbólicamente hablando, desventajas competitivas respecto al otro, permite articular
una relación de tensión, generalmente conflictiva, que franquea la entrada a la interacción
entre ellos desde una perspectiva asimétrica, es decir, desigual.
Interesante resulta la consideración de Martínez y Bonilla (2000) sobre el género
no como una diferencia sexual, que al final de cuentas se sostiene sobre una diferencia
biológica, sino que el género se halla en los factores psicosociales que afectan y atraviesan
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dicha diferencia. Por ello, indagar sobre el género implica necesariamente vislumbrar el
horizonte de la intersubjetividad y las normas sociales mediante una revisión detallada de
la historia social e individual, así como la pluralidad de acontecimientos y normativas que
lo atraviesan significándola, y significando con ello también al propio accidente sexual (la
posesión de un cuerpo sexuado) en un sujeto concreto.
Los estereotipos con los que han sido acuñados los géneros, tanto el masculino
como el femenino, descansan sobre la base de las competencias interculturales de género,
las cuales pueden entenderse como un complejo tejido de significaciones que se gestan
desde el nacimiento y que están implicadas en la manera en que cada uno se autopercibe
y es autopercibido. Es a través del lenguaje que los estereotipos cobran vida y se
convierten en objetos reales y verdaderos; y es justamente esta conversión lo que permite
que se objetive como realidad algo que no pasa de ser mera construcción significativa.
Como objetivación legitimada de la realidad, entonces, el lenguaje no sólo es lo que da
crédito sobre la existencia, sino que es la existencia misma.
Mujeres y hombres viven estereotipos de género a partir de las representaciones
mentales que tienen incorporados como individuos, así como de las creencias
socioculturales e históricas que las sostienen. El género es así, el espacio para indagar en
el tipo de competencias que se ponen en juego en una interacción, tanto como los
factores y dispositivos que la permiten y/o la dificultan. Si tenemos en cuenta que la
interacción entre los géneros se realiza en condiciones asimétricas y con capitales
desnivelados entre las partes, no es difícil admitir la presencia de ámbitos de conflicto
─aunque sin excluir los de convergencia─ que obstaculizan la instauración de un clima
armónico y saludable, más allá de los factores políticos y sociales en juego.
La cultura, al ser una zona porosa donde tanto el conflicto como el diálogo
cohabitan, nos brinda un campo de cultivo fértil desde el que se puede observar el
despliegue de lo que hemos llamado fronteras internas, que no son más que la puesta en
escena de un complejo entramado de mecanismos y significados de autopercepción y
heteropercepción que perviven, en tanto nos constituyen, en las subjetividades
individuales y en los sentidos de vida colectivos y compartidos.
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2.3 INTERCULTURALIDAD, GÉNERO Y DERECHOS HUMANOS DE LAS MUJERES
Pese a las luchas feministas y a los logros alcanzados por la perspectiva de género en las
políticas públicas, hoy en día sigue predominando una cultura discriminatoria de lo
femenino, y con frecuencia, los hombres, ya sean los esposos, hijos, jefes, ejercen un
poder fundamentado en el abuso y el autoritarismo. Lo mismo pasa con las autoridades,
quienes muchas de las veces no atienden a las mujeres como se debe, a pesar de que en
nuestra Constitución está señalada la igualdad de derechos entre mujeres y hombres.
Cabe señalar que la desigualdad de las mujeres trasciende a sus vidas cotidianas y
a sus relaciones intersubjetivas. De ello, el movimiento feminista apuntó desde un
principio y sentó las bases para que hoy se especifiquen los derechos humanos de las
mujeres, dentro de los derechos humanos universales.
Los derechos humanos de las mujeres tienen como base el derecho a vivir libre de
cualquier discriminación por sexo y de ahí, irradian los derechos más específicos en torno
al trabajo, la maternidad, la sexualidad, la educación, etcétera. Estos derechos están
reconocidos por las leyes mexicanas u los tratados internacionales que México ha
ratificado y que deben cumplirse.
Desde esta perspectiva de los derechos humanos es que se ha hecho un llamado a
contemplar la necesidad de una cultura de los derechos humanos en los cuales esté
presente, sin duda, el énfasis específico de los derechos propios de las mujeres. Esto
implica, a mi modo de ver, una re-educación de la sociedad en donde en principio
concientice sobre las desigualdades e inequidades existentes entre hombres y mujeres,
pero además, que sea capaz de aceptar la imperiosa necesidad de esa re-educación. En
este sentido, la interculturalidad y su práctica comunicativa, apela a los procesos de
desaprendizaje/aprendizaje a partir del diálogo cara a cara, por tal, es importante
entender que cuando se habla de interculturalidad en esta perspectiva, están presentes
intrínsecamente el enfoque de género y de los derechos humanos de las mujeres.
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2.4 LA INTERCULTURALIDAD COMO PROCESO DE COMUNICACIÓN7
Desde el punto de vista de las autoras del Manual de Comunicación Intercultural, una
introducción a sus conceptos, teorías y aplicaciones (Pech, Rizo, Romeu, 2008), la
interculturalidad pasa necesariamente por la comunicación, o para ser más exactas, es
comunicación intercultural. La comunicación, comprendida como interacción, es vínculo
entre sujetos, es relación antes que cualquier otra cosa.
La COMUNICACIÓN vista como interacción nos remite al concepto básico de
comunicación humana, es decir, a la puesta en común cara a cara.
En la medida en que la comunidad de vida sea mayormente compartida por los
sujetos que interactúan cara a cara, la posibilidad de incrementar la eficacia de la
comunicación y en particular de la comunicación intercultural será también mayor, y en
consecuencia mayor posibilidad habrá que emisor y receptor entiendan, asuman y
aprehendan recíprocamente el sentido que tienen las cosas para cada uno de ellos.
La interculturalidad como proceso y actitud, más que como situación concreta,
implica considerar elementos como el respeto, la tolerancia, el diálogo y el
enriquecimiento mutuo. De ahí que la interculturalidad no pueda existir si no es en el
marco del respeto cultural; sólo puede darse a partir del reconocimiento del otro y a partir
de un diálogo de saberes y haceres que tiendan hacia la armonización; además, implica un
enriquecimiento mutuo de las culturas en interacción que debe ser comprendido y
asumido por todas las partes implicadas.
Las relaciones entre personas de grupos distintos no son fáciles. Y no lo son,
porque siempre se tiende a pensar que nuestra forma de vivir y de ser es la mejor, que
sólo nuestra cultura es valiosa, desvalorizando y discriminando cualquier otra perspectiva
diferente a la nuestra. Ello dificulta la aceptación y respeto hacia otras formas de vivir o de
pensar y, por lo tanto, la comunicación intercultural se vuelve algo complicado y complejo.
Sin embargo, esta misma complejidad permite intervenir en ella, es decir, actuar para que
las posibilidades de interacción intercultural aumenten, sean más efectivas en el sentido
de motivar interacciones que permitan compartir conocimientos, sentimientos,
7
Fragmentos tomados de manera íntegra de PECH, C.; RIZO, G. Y ROMEU, V., 2008
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imaginarios y representaciones sobre el mundo.
III. LINEAMIENTOS
La siguiente propuesta surgió del trabajo realizado con los funcionarios y funcionarias de
la Secretaría de Desarrollo Social, a partir del taller Derechos Humanos e Interculturalidad
que se replicó en cinco ocasiones.
En cada uno de los cinco cursos-talleres que di, pude constatar que en un primer
momento, los y las participantes contaban con nociones muy básicas respecto a dos de las
temáticas que contenidas en la propuesta general: el género y los derechos humanos. En
cuanto a la interculturalidad, coincidían en no tener certeza de qué se trataba.
De la experiencia en general surge la siguiente propuesta:
1. Seguimiento y reforzamiento de los conocimientos adquiridos: Si bien los
funcionarios y funcionarias han estado tomando diversos talleres y cursos, éstos
no garantizan que se refuercen los conocimientos posteriormente. Por ello, es
necesario dar continuidad a los conocimientos obtenidos en los talleres a partir de
la subsecuente realización de estrategias como son la planeación e impartición de
cursos o talleres enfocados a temáticas más puntuales como son el género y los
derechos humanos en general y por separado. Es decir, los cursos y talleres deben
sólo abocarse a una temática puntual y plantarse en ella.
Esto lo remarco porque en el curso-taller que impartí, se tocaron tres temas
en uno sólo. Esto implica que sólo se haya logrado sensibilizar sobre las temáticas
pero no profundizar.
Toca entonces al Programa de Fortalecimiento a la Transversalidad de la
Perspectiva de Género planear la vinculación de las instituciones contempladas en
el Sistema de Igualdad entre Mujeres y Hombres para trabajar sí la capacitación,
pero sobre todo, para fortalecer la perspectiva de género en las actividades
cotidianas de los funcionarios y funcionarias estatales. Vale la pena recordar que
forman parte del Sistema las siguientes instituciones públicas y de la sociedad
civil: el ejecutivo estatal representado por la Secretaría General de Gobierno, el
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Sistema Estatal para el Desarrollo de la Familia, la Secretaría de Promoción y
Desarrollo Económico, la Secretaría de Salud, la Secretaría de Educación Pública, la
Secretaría de Finanzas, la Procuraduría General de Justicia, la Subprocuraduría de
Atención a la Mujer y el Menor, el Consejo Estatal de Población, el Instituto
Municipal de la Mujer del Ayuntamiento de La Paz, el Instituto Municipal de las
Mujeres del Ayuntamiento de Los Cabos, las Direcciones de la Mujer de los
Ayuntamientos de Comondú, Loreto y Mulegé, el Centro Cultural Esperanza
Rodríguez, A. C., el Centro Mujeres, A. C., Equidad y Desarrollo, A.C. y Mujeres en Acción,
A. C.
2. Realización de un taller específico sobre comunicación intercultural que pueda
desarrollar de forma detenida la propuesta específica de dicha visión ética. La
pertinencia de la comunicación intercultural supone tomar en cuenta el
planteamiento específico de la comunicación humana: la puesta en común a partir
de la interacción cara a cara, o también llamada, comunicación interpersonal.
Uno de los puntos nodales de esta propuesta, es la de que la transmisión de
la cultura, y en esta entran los estereotipos y prejuicios, se da mediante la
comunicación cara a cara. Por ello, es importante concientizar sobre la importancia
de la comunicación en la educación de nuestros hijos e hijas, pero también en que
en nuestras interacciones cotidianas tendemos a reproducir estereotipos y
prejuicios aprendidos y naturalizados socialmente.
Los estudios de la comunicación intercultural tienen su inicio en las
migraciones internacionales y como fruto del contacto entre culturas distintas; por
ello, esta perspectiva analiza los conflictos existentes y posibles que pueden
originarse cuando en un mismo espacio –multicultural- coexisten culturas distintas.
El estado de Baja California Sur es un estado atractor de mano de obra
agrícola, de la construcción y de servicios. Por tal motivo, los niveles de
inmigración se han elevado y justamente por esto, la perspectiva de la
comunicación intercultural podría plantear estrategias a seguir por los servidores
públicos que trabajan directamente con la población migrante.
En dicha propuesta, lo que se trabaja son estrategias de comunicación
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humana que posibilitan la apertura y la disposición a la diferencia. Esto quiere
decir que cuando los interactuantes establecen comunicación, deben dejar de lado
sus prejuicios para poder comunicarse efectivamente.
Uno pensaría que sabemos comunicarnos, pero no. La comunicación
humana no es la imposición de una idea sobre la otra, sino el diálogo entre
diferentes. Este diálogo es puente de conocimiento hacia el otro y en el que está
implicado el respeto y la tolerancia.
Además, como expuse en la parte de los presupuestos teórico-
conceptuales, la comunicación intercultural atiende a los conflictos suscitados por
diferencias de género/sexual. En este sentido, lo que se busca es establecer la
diferencia sobre un orden igualitario basado, repito, en el respeto y la tolerancia.
Sin duda, esta propuesta se basa en los procesos de comunicación
interpersonal, para la cual existen metodologías específicas que coinciden con las
propuestas metodológicas planteadas por el programa de igualdad entre mujeres y
hombres en Baja California Sur.
3. Implementar acciones específicas para tratar el tema de los derechos humanos a
partir de vincularse directamente con la Comisión Estatal de Derechos Humanos
para que organice charlas sobre los derechos humanos y su especificidad en torno
a los ámbitos competentes como servidores y servidoras públicos.
Creo que los y las participantes deberían de tener mayores conocimientos sí
sobre los derechos humanos, pero también su radio de acción y cumplimiento;
más en estos tiempos donde hay poca certeza en lo tocante a los límites de los
propios derechos humanos.
Además, como servidores y servidoras públicas, están obligados a conocer y
reconocer las facultades de los derechos humanos pero también de las
obligaciones que poco se conocen y se matizan cuando se habla de ellos.
Esta propuesta, en el fondo, surgió de los y las participantes, ya que no sólo
suscitó el interés, sino la polémica en cuanto a la frágil vulneración de los derechos
por parte de las autoridades y el sistema de justicia; asimismo, que este tema
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levanta pasiones pues nos atraviesa a todos y todas. Lo que creo es que en el
fondo subyace el poder implícito en nuestra manera de interactuar con el otro y
que va atravesando nuestros roles de género.
En este caso particular, me parece que los servidores y las servidoras,
deben de estar en contacto continuo con esta temática y sus presupuestos, pues
de ella depende su práctica cotidiana en el trabajo.
BIBLIOGRAFÍA:
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