Derecho Humano Al Agua 2014
Derecho Humano Al Agua 2014
Derecho Humano Al Agua 2014
En países como Suráfrica (1996), Uruguay (2004), Ecuador (2008), Bolivia (2009) y
México (2011) ha sido reconocido y elevado a nivel constitucional. Mientras tanto, en
el ordenamiento jurídico costarricense apenas es mencionado a nivel infralegal por
parte del Decreto Ejecutivo 30480, ello a pesar de su vertiginoso desarrollo
jurisprudencial a partir de la sentencia 4354-2003 de la Sala Constitucional de la Corte
Suprema de Justicia.
Este derecho humano posee una serie de características, contenido e implicaciones que
merecen un análisis para su correcta comprensión y efectiva implementación.
I. GENERALIDADES.
El agua es una necesidad humana indispensable para la vida, esencial para vivir con
dignidad. Sin agua no hay vida posible. Se trata de un derecho humano personalísimo,
urbi et orbi, erga omnes, que debe ser acatado por cualquier sociedad y todo Estado.
Resulta ser una condición esencial, previa, que condiciona la existencia y el ejercicio de
cualquier otro derecho humano2.
2
Mathus Escorihuela, M., “El derecho al agua en el Derecho Argentino”, en El Derecho al Agua,
Editorial Thomson Aranzadi, Navarra, 2006, página 225.
salud, calidad de vida, domicilio, vida privada, alimentación adecuada, entre otros.
Discutir si el derecho al agua es un derecho humano autónomo, o accesorio de otro
derecho principal, carece de sentido y se torna en una discusión innecesaria, pues en
ambos casos será objeto de protección por parte del derecho.
6
“Los Estados Partes asegurarán a las mujeres el derecho a gozar de condiciones de vida adecuadas
particularmente en las esferas de (...) el abastecimiento de agua.”
7
Se exige a los Estados Partes que luchen contra las enfermedades y la malnutrición mediante “el
suministro de alimentos nutritivos adecuados y agua potable salubre.”
8
“Todas las personas, sin importar su estado de desarrollo y su condición económica y social, tienen el
derecho a acceder a agua potable en cantidad y calidad equivalente para cubrir necesidades básicas.”
9
“Es esencial reconocer ante todo el derecho fundamental de todo ser humano a tener acceso a un agua
pura y al saneamiento por un precio asequible.”
Humanos en materia de derechos económicos, sociales y culturales (Protocolo de San
Salvador) de 198810.
II. DEFINICION.
Artículo 11:
Artículo 12-
1. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona
al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental.
10
Lastimosamente la Declaración Ministerial del IV Foro Mundial del Agua de México en 2006 omitió
cuidadosamente toda mención al derecho humano al agua como lo propusieron Venezuela, Cuba y
Uruguay, o al derecho fundamental al agua en lo que se refiere a las necesidades básicas para la vida, tal y
como lo propuso la Unión Europea.
2. Entre las medidas que adoptarán los Estados Partes en el Pacto, a fin de
asegurar la plena efectividad de este derecho, figurarán las necesarias para:
a) La reducción de la mortalidad y de la mortalidad infantil y el sano desarrollo de
los niños;
b) El mejoramiento en todos sus aspectos de la higiene del trabajo y del medio
ambiente;
c) La prevención y el tratamiento de las enfermedades epidémicas, endémicas,
profesionales y de otra índole y la lucha contra ellas;
d) La creación de condiciones que aseguren a todos asistencia médica y servicios
médicos en caso de enfermedad.
El derecho humano al agua deriva entonces del derecho a un nivel o calidad de vida
adecuada y del derecho a la salud, siendo indispensable para asegurar condiciones
humanas mínimas de existencia. Así lo entendió el Comité en su Observancia General
número 15, cuando al referirse a los artículos 11 y 12 del Pacto expresó:
“En el párrafo 1 del artículo 11 del Pacto se enumeran una serie de derechos que
dimanan del derecho a un nivel de vida adecuado, “incluso alimentación, vestido y
vivienda adecuados” y son indispensables para su realización. El uso de la palabra
“incluso” indica que esta enumeración de derechos no pretendía ser exhaustiva. El
derecho al agua se encuadra claramente en la categoría de las garantías
indispensables para asegurar un nivel de vida adecuado, en particular porque es una
de las condiciones fundamentales para la supervivencia. (...) El derecho al agua
también está indisolublemente asociado al derecho al más alto nivel posible de salud
(párrafo 1 del artículo 12) y al derecho a una vivienda y una alimentación adecuadas
(párrafo 1 del artículo 11). Este derecho debe considerarse conjuntamente con otros
derechos consagrados en la Carta Internacional de Derechos Humanos, en primer
lugar el derecho a la vida y a la dignidad humana.”
III. CONTENIDO.
1. Accesibilidad física y económica.
En cuanto a la accesibilidad física, ésta se refiere a que el recurso hídrico, para uso
personal y doméstico, debe estar al alcance de todos los usuarios tanto en sus hogares,
instituciones educativas, centros de trabajo, o en sus cercanías inmediatas 11. Lo anterior
no significa que todo hogar deba ser abastecido por redes de distribución de agua y que
el servicio deba ser gratuito 12, sino únicamente la posibilidad de todas de poder
conectarse a las redes existentes tanto de acueducto como de alcantarillados sanitarios, o
bien de tener un acceso físico cercano a una fuente de agua13.
La obligación estatal de proveer agua a sus habitantes como parte del derecho humano
al acceso físico al agua, podría implicar el trasvase del recurso de zonas ricas desde una
perspectiva hídrica a otras donde prive la escasez del mismo, o bien, el traslado de
poblaciones enteras hacia aquellas zonas geográficas hídricamente privilegiadas, lo
cual no debe afectar, ni mucho menos menoscabar otros derechos humanos reconocidos
internacionalmente, como lo son los derechos consuetudinarios de uso,
aprovechamiento y conservación del recurso hídrico que poseen las poblaciones rurales
e indígenas, así como sus derechos ancestrales y sagrados sobre las tierras que habitan y
sobre los recursos naturales, en el entendido que debe prevalecer el derecho a la
autodeterminación de los pueblos, así como el principio de participación ciudadana en
materia ambiental, por sobre factores meramente hidrológicos, geográficos y
económicos. 14
11
Muchos Estados históricamente no han proveído de agua a las poblaciones marginadas y pobres,
forzándolas a comprar agua embotellada, o bien a proveerse de camiones cisternas a precios muy
superiores a los establecidos en las tarifas de servicio público.
12
El Reglamento de Prestación de Servicios a los Clientes del Instituto Costarricense de Acueductos y
Alcantarillados, publicado en la Gaceta número 177 del 16 de setiembre de 2006, Alcance número 66, en
su numeral 8 establece “Los servicios prestados por A y A sus clientes, por Ley no podrán ser gratuitos,
así se trata de entidades públicas nacionales, regionales o municipales.”
13
La Ley General del Agua Potable de Costa Rica dispone que El Ministerios de Obras Públicas, por
medio del Departamento de Obras Hidráulicas, o la respectiva Municipalidad en su caso, podrán construir
fuentes públicas en los sistemas de abastecimiento de aguas potables a fin de ofrecer un servicio gratuito
al público
14
Al respecto la recientemente aprobada Ley de los Recursos Hídricos del Paraguay en su artículo 22
dispone: “El respeto y la preservación de los derechos consuetudinarios de uso, aprovechamiento y
conservación de los recursos hídricos por parte de las comunidades indígenas tiene prioridad sobre
cualquier otra utilización de los mismos.”
el grado de cumplimiento de este derecho. Además, la seguridad e integridad física de
los usuarios no debe verse amenazada durante el acceso al recurso hídrico.
El agua y los servicios e instalaciones de agua deben ser accesibles a todos, incluso a los
sectores más vulnerables, marginados y desprotegidos de la población, sin
discriminación alguna. De ahí el deber estatal de proveer del servicio y accesibilidad a
las poblaciones rurales campesinas y zonas indígenas, aún en aquellos casos donde no
exista recuperación de costos por parte del ente proveedor. Lo anterior no implica
necesariamente que el servicio deba ser gratuito, sin contraprestación alguna por parte
de los usuarios, pues la preservación, mantenimiento, distribución y tratamiento del
agua implican gastos para el suplidor del servicio, razón por la cual, la estructura
tarifaria debe estar estructurada de tal forma que permita la recuperación de los costos
económicos y castigue el desperdicio. En aquellos casos donde estén de por medio
sectores de población marginados y desprotegidos, el Estado deberá tomar medidas
necesarias para garantizarles tanto el acceso físico, como económico al recurso 15.
2. Calidad y Cantidad.
Otros aspectos que forma parte del contenido del derecho humano al agua son su
calidad y cantidad. En la Observancia número 15 el Comité señaló que debe tratarse de
agua que sea salubre y no contenga microorganismos o sustancias químicas o
radioactivas que puedan constituir una amenaza para la salud de las personas, además
debe tener color, olor y sabor aceptables, para cada uso personal o doméstico. De esta
15
“Por ello deben efectuarse consideraciones en torno a la vigencia de los derechos humanos, la
salubridad, la sustentabilidad del servicio, a los planes de operación y expansión, a las políticas sociales
del Estado, a la regresividad o progresividad de la estructura tarifaria, subsidios cruzados, coeficientes
zonales, de hábitat, etc., la rentabilidad del concesionario, los niveles de universalización y calidad del
servicio, etc. En síntesis, cuestiones muchas de ellas, vinculadas más, a la política – en tanto decisión y
planificación – en materia de servicios públicos de agua y saneamiento, que a lo estrictamente jurídico”
Pinto, Mauricio y otros, “Configuración del derecho al agua: del uso común al derecho humano.
Particularmente de su integración y expansión conceptual”, en Derecho al Agua, Editorial Thomson
Aranzadi, Navarra, 2006, página 312.
forma, el agua para la ingesta humana debe ser potable, o sea, libre de sustancias
peligrosas para la salud, para los demás usos, el agua no necesariamente debe ser
potable.
Por uso personal o doméstico, debe entenderse el agua necesaria para garantizar la vida
y la salud, y únicamente para aquellos usos esenciales para el hombre y su núcleo
familiar, tales como alimentación, higiene, lavado, así como el uso de agua para
saneamiento.17 Queda por fuera del derecho humano al agua aquellos usos distintos a
los domésticos y personales, tales como los comerciales, industriales, agricultura
extensiva18, o la obtención de energía eléctrica.
16
El ser humano necesita al menos de 3 a 5 litros diarios de agua potable para su estricta supervivencia,
además según lo afirma el autor Gleick ?, la cantidad mínima necesaria para garantizar un nivel mínimo de
protección de la salud es un total de 50 litros por persona por día, distribuidos de la siguiente manera: 5
litros para agua de boca, 20 litros para los servicios de saneamiento, 15 litros para agua e higiene y 10
litros para la preparación de la comida.
17
90% de las aguas residuales de los países en desarrollo son vertidas directamente en los distintos
cuerpos acuáticos sin ningún tipo de tratamiento previo, causando que el 50% de los ríos más importantes
del mundo se encuentren seriamente contaminados. La contaminación de los cuerpos acuáticos
superficiales y subterráneos pueden constituir una violación al derecho humano al agua. La
contaminación de aguas en Nigeria fue declarada una violación al derecho a la alimentación y a un
ambiente ecológicamente favorable al desarrollo, bajo la Carta Africana de Derechos Humanos. De esta
forma, para evitar la violación al derecho humano al agua mediante la contaminación de los cuerpos
acuáticos, los distintos Estados deben establecer limitaciones e implementar tecnologías que sean
necesarias para cumplir con los estándares preestablecidos.
18
Para la Organización Mundial de la Salud, el agua usada para fines agrícolas no estaría comprendida en
el concepto de necesidades mínimas, especialmente en tierras áridas, debido a la cantidad tan elevada
requerida para la producción de alimentos, estimándose que el agua necesaria para hacer crecer la comida
para las necesidades diarias de un individuo es de 2700 litros, lo cual podría poner en peligro la
satisfacción de otras necesidades básicas. El 70% del total de agua consumida en el mundo es utilizada
en la agricultura.
parte de estas comunidades, debe tenerse por incorporado dentro del contenido del
derecho humano al agua19.
Los usos personales y domésticos del recurso hídrico deben prevalecer por sobre los
usos industriales, agroindustriales, riego para usos agropecuarios, riego para usos no
agropecuarios, hidroeléctricos, desarrollo de la fuerza hidráulica, turismo, acuicultura,
recreativos, transporte y otros. Esta prioridad, debe darse en armonía con la
satisfacción de las necesidades del ecosistema como garante de la sostenibilidad del
recurso. Al respecto la Agenda 21 en su apartados 18.2. y 18.3 dispone:
“El agua se necesita en todos los aspectos de la vida. El objetivo general es velar por
que se mantenga un suministro suficiente de agua de buena calidad para toda la
población del planeta y preservar al mismo tiempo las funciones hidrológicas,
biológicas y químicas de los ecosistemas, adaptando las actividades humanas a los
límites de la capacidad de la naturaleza y combatiendo los vectores de las
enfermedades relacionadas con el agua. Es preciso contar con tecnologías
innovadoras, entre ellas las tecnologías locales mejoradas para aprovechar plenamente
los recursos hídricos limitados y protegerlos contra la contaminación.”
19
Así lo dispone el artículo 5 inciso aa) de la Ley de los Recursos Hídricos del Paraguay que incorpora
dentro de los usos para fines domésticos a la producción agraria básica para el consumo del núcleo
familiar.
Como obligaciones básicas de los Estados respecto al derecho humano al agua,
el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales en la Observancia General
número 15 estableció las siguientes:
En cierto sector de la doctrina exista la errónea creencia acerca de que el uso común de
las aguas de dominio público, contemplado en los Códigos Civiles de descendencia
napoleónica y las Leyes de Aguas, abarcaba ya de por si, el derecho humano al agua.
Mediante los usos comunes autorizados todos los sujetos pueden utilizar las aguas
superficiales en forma artesanal, para beber, lavar ropa, bañarse y abrevar o bañar
caballerías y ganado sin necesidad de una concesión o un permiso de uso. Estos usos
comunes pueden llevarse a cabo siempre y cuando no produzcan una alteración de la
calidad de las aguas y estas discurran por sus cauces naturales sin ser desviadas.
Como bien lo señala el autor Embid Irujo en su artículo “El derecho al agua en el marco
de la evolución del derecho de aguas” los usos comunes no encajan dentro de la
moderna concepción del derecho humano al agua, pues los primeros se ejercen
únicamente sobre las aguas superficiales siempre que éstas discurran por sus cauces
naturales, mientras que el derecho humano al agua no hace diferencia alguna entre
aguas superficiales y aguas subterráneas. A la vez, los usos comunes no implican
ningún tipo de obligación activa por parte de los Estados, sino que la posición estatal
debe ser pasiva, únicamente permitiendo a los particulares el acceso al agua, mientras
que el derecho humano al agua implica una serie de obligaciones tanto activas como
omisivas para los distintos estados con el fin de dar cumplimiento a sus preceptos.
Mientras que el derecho humano incluye el acceso a agua de calidad, así como el
acceso a sistemas de saneamiento, el sistema tradicional de usos comunes nada dispone
al respecto. Asimismo, los usos comunes de beber, lavar ropa y bañarse, si estarían en
correlación con los usos personal y doméstico que contempla el derecho humano al
agua, pero los usos de abrevar o bañar caballerías y ganado, estarían fuera de esta
concepción. Por último, los usos comunes del año fueron diseñados para ser ejercidos
por sujetos individuales, mientras que el derecho humano al agua es concebido además
para grupos, comunidades y poblaciones indígenas y rurales.
Por lo anterior, el derecho humano al agua, tal y como se encuentra desarrollado por
parte de la Comisión de Derechos Económicos, Sociales y Culturales en la Observancia
General número 15, debe ser extraído vía interpretación de los demás instrumentos
jurídicos, tanto nacionales como internacionales20 que regulan el recurso hídrico en
Costa Rica, tales como la Ley Orgánica del Ambiente, Ley General de Salud, Ley de
Aguas, Ley de Biodiversidad, Ley Forestal, Ley de Conservación de la Vida Silvestre,
Ley General del Agua Potable, Ley Constitutiva del Instituto Costarricense de
Acueductos y Alcantarillados, Reglamento del Canon por Concepto de
Aprovechamiento de Aguas, Reglamento para la calidad del Agua Potable, Reglamento
del Canon Ambiental por Vertidos, entre otros21.
La connotación del agua como derecho humano ha sido tema de discusión por parte de
la jurisprudencia emanada de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de
Costa Rica, la cual en la Sentencia 4654-2003 de las 15:44 hrs. del 27 de mayo de
2003, que al efecto dispuso:
“(…) V.- La Sala reconoce, como parte del Derecho de la Constitución, un derecho
fundamental al agua potable, derivado de los derechos fundamentales a la salud, la
vida, al medio ambiente sano, a la alimentación y la vivienda digna, entre otros, tal
como ha sido reconocido también en instrumentos internacionales sobre Derechos
Humanos aplicables en Costa Rica: así, figura explícitamente en la Convención sobre
la Eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (art. 14) y la
20
Según la jurisprudencia constitucional costarricense los tratados internacionales en materia de medio
ambiente y derechos humanos, son instrumentos jurídicos plenamente aplicables y de exigibilidad
judicial directa por parte de cualquier sujeto, en virtud de la legitimación amplia por intereses difusos en
rige la materia ambiental.
21
La moderna legislación hídrica como la recientemente promulgada Ley de los Recursos Hídricos del
Paraguay contemplan el acceso al agua para la satisfacción de las necesidades básicas como un derecho
humano que debe ser garantizado por el Estado, en cantidad y calidad adecuada.
Convención sobre los Derechos del Niño (art. 24); además, se enuncia en la
Conferencia Internacional sobre Población y el Desarrollo de El Cairo (principio 2), y
se declara en otros numerosos del Derecho Internacional Humanitario. En nuestro
Sistema Interamericano de Derechos Humanos, el país se encuentra particularmente
obligado en esta materia por lo dispuesto en el artículo 11.1 del Protocolo Adicional a
la Convención Americana sobre Derechos Humanos en Materia de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales ("Protocolo de San Salvador" de 1988), el cual
dispone que:
‘Artículo 11. Derecho a un medio ambiente sano 1. Toda persona tiene derecho a vivir
en un medio ambiente sano y a contar con servicios públicos básicos’.
VI.- Del anterior marco normativo se deriva una serie de derechos fundamentales
ligados a la obligación del Estado de brindar los servicios públicos básicos, que
implican, por una parte, que no puede privarse ilegítimamente de ellos a las personas,
pero que, como en el caso del agua potable, no puede sostenerse la titularidad de un
derecho exigible por cualquier individuo para que el Estado le suministre el servicio
público de agua potable, en forma inmediata y dondequiera que sea, sino que, en la
forma prevista en el mismo Protocolo de San Salvador, esta clase de derechos obligan
a los Estados a adoptar medidas, conforme lo dispone el artículo primero del mismo
Protocolo:
De esto tampoco puede interpretarse que ese derecho fundamental a los servicios
públicos no tenga exigibilidad concreta; por el contrario, cuando razonablemente el
Estado deba brindarlos, los titulares del derecho pueden exigirlo y no pueden las
administraciones públicas o, en su caso, los particulares que los presten en su lugar,
escudarse en presuntas carencias de recursos, que ha sido la secular excusa pública
para justificar el incumplimiento de sus cometidos.”
RECAPITULACION.
Su contenido está relacionado con las necesidades básicas de la vida: los usos
personales y domésticos; dejando por fuera de su ámbito de tutela otros tipos
de usos (comercial, industrial, agrícola, etc.) con la salvedad del uso para
agricultura de subsistencia por parte de comunidades marginadas o vulnerables.
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