Principios Penales

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Código Penal

PRINCIPIO DE LA DIGNIDAD HUMANA


Art. 2.- Toda persona a quien se atribuya delito o falta, tiene derecho a ser tratada
con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano.
No podrán imponerse penas o medidas de seguridad, que afecten la esencia de
los derechos y libertades de la persona o que impliquen tratos inhumanos o
degradantes.
Esta relacionada con el art. 3 de la Constitución.
Código Procesal Penal
Dignidad humana
Art. 3.- El imputado y la víctima tienen derecho a ser tratados con el debido
respeto de su dignidad humana, especialmente en lo relativo a su autonomía
personal e integridad física y moral.
Está relacionada con el art. 3 de la Constitución.
Presunción de inocencia
Art. 6.-Toda persona a quien se impute un delito se presumirá inocente y será
tratada como tal en todo momento, mientras no se pruebe su culpabilidad
conforme a la ley y en juicio oral y público, en el que se le aseguren todas las
garantías necesarias para su defensa. La carga de la prueba corresponde a los
acusadores.
Está relacionada con el art. 12 de la Constitución.
Derecho de defensa material
Art. 81.- El imputado tendrá derecho a intervenir personalmente y por medio de su
defensor en todos los actos procesales y audiencias que impliquen la producción e
incorporación de elementos de prueba y a formular él o por medio de su defensor,
las peticiones que se consideren pertinentes. Su intervención personal podrá ser
limitada por autoridad judicial, en cumplimiento de los derechos de la víctima
menor de edad.
Está relacionada con el art. 11 de la Constitución.
TIEMPO Y LUGAR DE REALIZACIÓN DEL HECHO PUNIBLE. El Artículo 12 del
Código Penal,
señalar el tiempo y lugar de realización del hecho punible de la siguiente manera:
el hecho punible se considera realizado en el momento de la acción o de la
omisión, aun cuando sea otro el tiempo del resultado.
La omisión se considera realizada en el momento en que debió tener lugar la
acción omitida.
El hecho punible se considera realizado, tanto en el lugar donde se desarrolló,
total o parcialmente la actividad de los autores y participes, como en el lugar
donde se produjo o debió producirse el resultado o sus efectos. En los delitos de
omisión el hecho se considera realizado donde debió tener lugar la acción omitida.
Si la acción se originó en mil novecientos ochenta y cinco, y se promovió
hasta el veintinueve de noviembre de dos mil siete, hay una clara violación al
precepto legal relacionado. ---CAUSAS DE EXTINCIÓN. El articulo 96 numeral
tercero del CP., señala como una causa de extinción de la responsabilidad
penal la siguiente: 3) La prescripción;
es claro y especifico dicho artículo al referirse a la prescripción, como aquella
forma de alcanzar el perdón de la justicia por medio de la prescripción..."
este principio sirve para saber el momento que se inició o cometió el delito.
PRINCIPIO DE LEGALIDAD DEL PROCESO Y GARANTÍA DEL JUEZ
NATURAL ARTÍCULO 2 DEL CÓDIGO PROCESAL PENAL toda persona aquí se
le impute un delito o falta será procesado conforme a leyes preexistentes al hecho
delictivo de que se trate y ante un juez o tribunal competente, instruido con
anterioridad a la ley.
Este principio regirá también en la ejecución de la pena y aplicación de medidas
de seguridad.
El principio de imparcialidad, como garantía del debido proceso, busca legitimar la
idoneidad del órgano judicial, se trata en suma de un derecho de los ciudadanos y
de un deber del juzgador, que busca controlar sus móviles frente a influencias
extrañas al Derecho, provenientes del mismo proceso judicial. Las razones
respecto de la necesidad de estar ante un juzgador imparcial, responden a la
seguridad, confianza y transparencia que los ciudadanos tienen depositadas en el
sistema judicial.
Al realizar un particular énfasis sobre el instituto de las recusaciones, cabe señalar
que no todo planteamiento de las partes dirigido a cuestionar la imparcialidad de
los juzgadores ha de ser acogido de manera irreflexiva, ya que esto conduciría a
dejar al libre arbitrio de los litigantes la conformación subjetiva de los tribuales, lo
que vendría a lesionar la garantía de “Juez Natural”. Por consiguiente, tal como lo
sostiene la Corte Suprema de Justicia “Las causales invocadas en la recusación
deben sustentarse en criterios serios, razonables y comprobables. Este principio
permite que el proceso se inicie desde el principio artículo 15 de la CN. Nadie
puede ser juzgado si no conforme a las leyes.
PRINCIPIO DE LEGALIDAD ART 1 CODIGO PENAL SENTENCIA RELATIVO
AL DELITO DE HURTO AGRAVADO 25-2008
Art1 cp. principio de legalidad nadie podrá ser sancionado por una acción u
omisión que la ley penal que no haya descrito en forma previa y precisa e
inequívoca como delito o falta ni podrá ser sometido a penas o medidas de
seguridad que la ley no haya establecido con anterioridad
No podrá configurarse delito o falta ni imponerse pena o medida de seguridad por
aplicación analógica de la ley penal
el principio de legalidad es aquel instrumento que provee la seguridad jurídica que
protege al ciudadano de las arbitrariedades que lo vulneran regulado en el art 1
código penal vas más allá del derecho es aquí una garantía de los derechos
fundamentales como es en el caso de la sentencia por hurto agravado en perjuicio
patrimonial art 15 de la cn
la incorrecta descripción del delito de hurto en relación directa con el respeto al
principio de legalidad, la ley penal actual, ubicándose dichos delitos en la teoría
de los tipos penales abiertos, la cual tiene una notable relevancia de
investigación, por su directo irrespeto al principio de legalidad establecido en el
artículo 1 del Código Penal El mencionado artículo, establece los requisitos que
sirven de base para garantizar la seguridad jurídica de las personas a las cuales
se les acuse del cometimiento de una infracción legal, los cuales establecen que la
descripción del delito debe ser: clara, precisa e inequívoca.
Relacionando este principio con el artículo 207 del mismo instrumento legal, pues,
no se establece una conducta concreta que permita identificar con claridad la
comisión del delito, ni el momento a partir del cual se consuma, y en el apartado
económico, establece un valor en una moneda que en la realidad cierta ya no se
encuentra en circulación, por lo que hace aún más complicada su adecuación a la
norma vigente.
ELEMENTOS QUE COMPONEN EL DELITO DE HURTO Y SU RELACIÓN CON
EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD, pretendiendo por medio de la clarificación del
contenido de la descripción del delito, tomando en cuenta el valor sentimental que
una persona puede tener sobre un bien que le ha sido hurtado, puede incidir o no
en la tasación final del objeto, tomando en consideración que en razón de su
antigüedad, su importancia o su origen mismo, los objetos materiales contienen un
valor de carácter subjetivo para aquellos a quienes les pertenecen, por lo que
resulta significativa
en este caso el tribunal considera que la cosa hurtada debe ser mueble ajena o
parcialmente y tener un valor económico en este juzgador no toma en
consideraciones elementos que sean ajenos a esta descripción palana de la
conceptualización del objeto material en el delito de hurto se limita a considerarlo
como una cosa de valor económico sin dotar de parámetros para cualificar este
valor
es fácil concluir que elementos meramente subjetivos que a la vez que afecta una
manera gravosa a una de las partes de pr0oceso el análisis vulnera el principio de
legalidad al no existir un parámetro legal preciso e inequívoco para tener las
circunstancias del delito de hurto
El PRINCIPIO DE RESPONSABILIDAD es un concepto ético y legal que
establece que las personas o entidades son responsables de sus acciones y
decisiones, y deben asumir las consecuencias de las mismas. Se refiere a la
obligación de responder por los actos realizados, ya sea de forma individual o
colectiva. Este principio implica que cada individuo debe ser consciente de las
repercusiones de sus acciones y actuar de manera ética y responsable en todo
momento
La pena o medida de seguridad no se impondrá si la acción u omisión no ha
sido realizada con dolo o culpa. Por consiguiente, queda prohibida toda forma de
responsabilidad objetiva (Art 4 CP). La responsabilidad objetiva es aquella que se
atribuye a una persona sin considerar la dirección de su voluntad, sino únicamente
el resultado material a la que está unido causal o normativamente el hecho
realizado por el sujeto.
Según se deduce del artículo 18 del CP, la responsabilidad penal trae causa de la
realización de un hecho punible. El delito, lato sensu, es, ante todo, un hecho.
El elemento acción traduce en el plano dogmático el principio político de
materialidad, plasmado en el axioma nulla iniuria sine actione, que supone que el
presupuesto de la pena no puede consistir en actitudes, talantes o estados de
ánimo, sino que debe concretarse en acciones externas, es decir, empíricamente
observables y, en consecuencia, describibles por la ley penal.
El primer párrafo del artículo 28 CP establece que el error invencible sobre el
hecho constitutivo de la infracción penal excluye la responsabilidad penal; y si el
error fuera vencible, atendidas las circunstancias del hecho y las personales del
autor, la infracción será sancionada en su caso como culposa.
El art. 27.3) recoge como causa de exclusión de la responsabilidad penal el estado
de necesidad por conflicto de bienes. En ese caso no es responsable
criminalmente el que lesiona “otro bien de menor o igual valor que el
salvaguardado”.Para toda la doctrina, el primer supuesto constituye una causa de
justificación. Se actúa de acuerdo con el Derecho al salvar el bien jurídicamente
más relevante en detrimento del bien menos valioso. Pero existe discrepancia
teórica cuando los bienes que entran en colisión son de igual valor
El artículo 26 establece: “No incurrirá en responsabilidad penal, el que desistiere
voluntariamente de proseguir los actos de ejecución del delito, o impidiere que el
resultado se produzca, salvo que los actos de ejecución ya realizados sean
constitutivos de otro delito consumado”. Podría ocurrir, no obstante, que los actos
realizados con anterioridad al abandono tuvieran ya carácter de delito y en tal caso
la exención de pena se referirá únicamente al proyecto abandonado, pero no –
como es lógico – al delito que ya se ha perfeccionado.
Según dispone el Art. 32, “incurren en responsabilidad penal por el delito
cometido, los autores, los instigadores y los cómplices”.Así pues, es la propia
fórmula legal la que, en la misma dirección que la doctrina, sugiere un concepto de
autor distinto al de sujeto activo. Este es la persona que realiza el comportamiento
típico, mientras que la idea de autor comporta la de responsabilidad criminal por el
delito
El otro precepto con alcance general al respecto es el Art. 37, a cuyo tenor “la
responsabilidad penal de los partícipes principia desde el momento en que se ha
iniciado la ejecución del delito, y cada uno responderá en la medida en que el
hecho cometido sea típico o antijurídico”.
Si la responsabilidad penal se fundamenta en la existencia de un hecho
antijurídico y culpable, la aminoración o agravación de la pena no puede
responder a una decisión caprichosa del legislador, sino a una modificación, al
alza o a la baja, de la antijuridicidad o de la culpabilidad.De ahí que toda
circunstancia modificativa esté vinculada a un elemento esencial del delito, y de
las características de éste dependerán las de aquéllas.
Principio de Responsabilidad por el Hecho:
Esta consecuencia del principio de culpabilidad, descansa sobre la base de
que la culpabilidad y por ende la pena, tienen como fundamentos los hechos del
que el sujeto activo del delito ha cometido, y no su personalidad. Así, el cimiento
de la culpabilidad se centra en las acciones u omisiones del sujeto en relación con
la conducta delictiva, es decir el reproche viene dado por los hechos realizados, o
culpabilidad de acto y no obedece a las características personales del autor o
culpabilidad del autor.
En tal sentido, se reconoce ampliamente la culpabilidad fundada sobre un derecho
penal de acto o de hechos, y no de un Derecho Penal
de autor.
La Responsabilidad por el Resultado
La doctrina de la responsabilidad objetiva, en sus múltiples variantes, fue
acuñada por diversas fuentes normativas del lege ferenda, en el ordenamiento
Jurídico Salvadoreño también fue recibida bajo la modalidad de los delitos
cualificados por el resultado, y delitos preterintencionales. Sin embargo, la nueva
normativa penal que se centra sobre la constitución en virtud del reconocimiento
del principio de culpabilidad, proscribe estas formas de agravar la responsabilidad
penal por lo que las mismas en la versión original del Código Penal desaparecen
como modalidades incriminatorias, sea que se instituyeran en la parte general o en
la tipificación de los delitos, aunque por oponerse al principio de culpabilidad
que ostenta rango constitucional, es obvia la discordancia que habría entre
norma infra constitucional y con dicha garantía, por motivo de respeto al principio
constitucional de culpabilidad, debe prevalecer entonces la norma primaria.
Sin embargo, es preocupante que desconociendo la misma prohibición de
responsabilidad objetiva, que fue insertada en el Art. 4 del CP., actualmente se
emanen tipos penales como por ejemplo los artículos del Código Penal 147-C
“Manipulación de Información” y el artículo 367-A inciso final. Que son lesivos al
principio de culpabilidad según la doctrina, por violar un precepto de ley ordinaria,
y lo es más cuando inobserva y altera un principio constitucional con trasgresión
del artículo 246 Cn.
Desde nuestra doctrina constitucional, se ha entendido que el derecho
sancionador incluido el Derecho Penal, no puede fundamentar sus sanciones en la
responsabilidad objetiva, al contrario, se ha señalado como exigencia de la
legalidad derivada de la Constitución, que las penas o sanciones, deben aplicarse
sobre el principio que manda que no puede haber sanción si en la conducta no ha
mediado dolo o culpa. En la jurisprudencia costarricense por ejemplo se ha
reconocido desde varios puntos, que la prohibición de la responsabilidad objetiva
es acorde con la garantía del principio de culpabilidad, por lo que si no media
responsabilidad entre el hecho cometido y el resultado atribuido al autor, no es
legitima la imposición de la pena.
A través de la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia y de otros tribunales,
se han emitido fallos y resoluciones que refuerzan este principio y clarifican su
aplicación en casos concretos.

Por ejemplo, en materia penal, la jurisprudencia salvadoreña ha establecido que


toda persona es responsable de sus actos y debe responder por las
consecuencias de estos de acuerdo con la ley.

En casos de responsabilidad civil, se ha establecido la obligación de reparar los


daños causados a terceros como consecuencia de una acción u omisión.
Asimismo, en el ámbito laboral, se ha reafirmado la responsabilidad de los
empleadores de garantizar un ambiente de trabajo seguro y respetuoso para sus
trabajadores.

En general, la jurisprudencia en El Salvador ha contribuido a fortalecer el principio


de responsabilidad en diferentes áreas del derecho, promoviendo el cumplimiento
de las obligaciones legales y éticas por parte de los individuos y entidades en la
sociedad salvadoreña.

En el contexto del derecho, el principio de responsabilidad implica la obligación de


responder por las acciones u omisiones que causen daño a otros, ya sea en el
ámbito civil, penal, laboral, administrativo, entre otros.
Fundamentos dogmáticos sobre la responsabilidad penal de las personas
jurídicas
La doctrina moderna del derecho penal ha hecho grandes esfuerzos por adaptar
las categorías fundamentales del delito a la persona jurídica, es por eso que
corresponde verificar si es posible responsabilizar penalmente a las personas
jurídicas, estableciendo cuales los fundamentos que lo sustentan; en ese sentido,
en los siguientes apartados se desarrollará los fundamentos con los que la
doctrina penal ha logrado establecer la punibilidad de las personas jurídicas,
tomando como punto de partida el componente político-criminal que establece la
necesidad de responsabilizar penalmente a las personas jurídicas como resultado
del surgimiento de diversos factores de la realidad y posteriormente el
componente dogmático que desarrolla la posibilidad de atribuir a la persona
jurídica capacidad de acción, capacidad de culpabilidad y la capacidad de pena
mediante las construcciones doctrinales.
Necesidad político-criminal de responsabilizar penalmente a las personas
jurídicas
Sin duda alguna, las transformaciones de la realidad jurídica son generadas a
partir de las necesidades que surgen producto de la ausencia de normas jurídicas
que protejan determinados bienes jurídicos que se ven en riesgo de ser
transgredidos. Para nadie es un secreto el gran poder que ejercen las personas
jurídicas y el impacto negativo que pueden llegar a ocasionar en cualquier lugar
del mundo, pero ¿por qué es necesario responsabilizar penalmente las personas
jurídicas? para dar respuesta a esta pregunta señalaremos algunos factores que
inciden para considerar necesario llevar a cabo un cambio de paradigma mediante
el cual sea posible incluir sanciones penales contra personas jurídicas en los
ordenamientos jurídicos.
Las legislaciones como la de El Salvador que adoptan el principio societas
delinquere non potest, persiguen como autores de los hechos ilícitos cometidos a
través de personas jurídicas a las personas Individuales que la representan a
través de la figura jurídica del actuar por otro, al respecto Danneker señala que a
menudo en las empresas48 se propicia el encubrimiento de responsabilidades y
de comportamientos ilícitos realizados por los sujetos individuales que actúan en
nombre y representación de la persona jurídica por la razón que en algunas
empresas no se logra identificar una línea jerárquica –que haga posible identificar
quien toma las decisiones– sino una estructura empresarial funcional diferenciada
en las que se produce una división entre las funciones estratégicas y operativas,
de modo que se crea el peligro de una irresponsabilidad individual estructural, por
lo que a menudo las investigaciones para intentar atribuir responsabilidades
penales a los individuos resultan un fracaso
Ante tales circunstancias nace la necesidad de adaptar las normas jurídicas a esta
clase de situaciones, de modo que el carácter imperativo de la norma jurídica no
se vea afectado por la ausencia de consecuencias jurídicas.
Jurisprudencia en El Salvador aplicable:
553-CAS-2007
598-CAS-2011
43-COMP-2015
PRINCIPIO DE NECESIDAD
Este principio lo tenemos reflejado en el artículo 5 del código penal aquí podemos
ver que no se puede interponer penas y medidas de seguridad sin nada más es
necesario y si este no ha cometido un delito descrito en la ley hoy penal en este
caso en la sentencia APE 111-15 CPRPN 2015 nos está hablando de una persona
que fue acusada por el delito de siembra y cultivo que esta en el artículo 31 de la
ley reguladora de las actividades relativas a las ******.
En esto nos habla de que un sujeto fue procesado por este delito este tenía solo
una planta de 50 cm aproximadamente y esta fue analizada y nos dice que la
planta al estar verde contiene agua que corresponde el 70% de su peso y mientras
pasa el tiempo el agua se evapora y pierde peso por lo tanto no es posible obtener
su peso neto y valor económico el cual al ser analizada es determinante para
considerar qué llegaron a decir que sólo cuenta con una planta pequeña
compuesta por un 30% y que con ello no se puede determinar su peso en gramos
ni su valor económico y mucho menos la cantidad que puede ser para consumo
qué es lo que produce efecto nocivo por lo tanto no se está poniendo hoy en
peligro el bien jurídico protegido por la norma.
El principio de inviolabilidad del domicilio en materia penal establece que la
vivienda de una persona no puede ser allanada o registrada sin su consentimiento,
a menos que exista una orden judicial válida o circunstancias excepcionales
previstas por la ley. Este principio protege la privacidad y la integridad del hogar
como un espacio seguro, limitando la intervención del Estado. La violación de este
principio puede considerarse una violación de derechos fundamentales y puede
tener consecuencias legales para las autoridades que lo infrinjan.
Jurisprudencia 22 C 2011
El memorial proyectado por el inconforme, exhorta a que esta Sala anule la
decisión emitida en segunda instancia, pues según su entendimiento, sobre la
base del Art. 478 Núm. 5 del Código Procesal Penal, es decir, por la errónea
aplicación de la ley penal, el Tribunal de Alzada, en un desacierto concluyó revocar
el fallo absolutorio dictado por el juez sentenciador y en su lugar, ordenar la
reposición del juicio en contra de Jaime Armando C. E. Sostiene su queja el
licenciado H. R., sobre la base que para el caso concreto, no concurrió ningún
supuesto habilitante para allanar la morada, de manera tal que resultaron
vulnerados el Art. 20 de la Constitución y los Arts. 175 y 195 del Código Procesal
Penal, circunstancias que desembocan indiscutiblemente en la solución única de
la nulidad absoluta por violación a la garantía fundamental de la inviolabilidad de la
vivienda.
JURISPRUDENCIA Falta de presentación de orden de registro y allanamiento de
morada al momento de su realización hace procedente la declaratoria de nulidad.
“Es importante mencionar que la notificación judicial es aquel acto procesal cuyo
principal objetivo es que los interesados o afectados tengan conocimiento de las
resoluciones judiciales emitidas, a fin de que éstas puedan ejercer su derecho, en
el ámbito respectivo, lo cual no ocurrió en el presente caso, ya que los agentes no
mostraron físicamente el oficio donde constaba la autorización judicial emanada
por el Juez;… pues de darle validez al allanamiento practicado por la policía se
estaría abriendo la puerta para que sin orden judicial los agentes se presenten a
cualquier vivienda y evocando la existencia de una orden de allanamiento
procedan al registro con fines particulares, lo cual produciría una arbitrariedad e
inseguridad jurídica en las personas”. Cámara de lo Penal. (Apelación 12-2-
CPRPN-2011, Fecha: 02/05/2011).
ARTICULO 11.- Ninguna persona puede ser privada del derecho a la vida, ala
libertad, a la propiedad y posesión, ni de cualquier otro de sus derechos sin ser
previamente oída y vencida en juicio con arreglo a las leyes; ni puede ser
enjuiciada dos veces por la misma causa.
ARTICULO 20 cconst.- La morada es inviolable y sólo podrá ingresarse a ella por
consentimiento de la persona que la habita, por mandato judicial, por flagrante
delito o peligro inminente de su perpetración, o por grave riesgo de las personas.
Allanamientos sin orden judicial Art. 195 cpp.- La policía podrá proceder al
allanamiento sin orden judicial únicamente en los casos siguientes:
1) En persecución actual de un delincuente.
2) Cuando se tenga conocimiento que dentro de una casa o local se está
cometiendo un delito o cuando en su interior se oigan voces que anuncien que se
está cometiendo o cuando se pida auxilio o por grave riesgo de la vida de las
personas.
3) En los casos de incendio, explosión, inundación u otro estrago con amenaza de
la vida o de la propiedad.
El principio de inviolabilidad de correspondencia, en términos generales, se
refiere a la protección de la privacidad y confidencialidad de la correspondencia
personal, como cartas, correos electrónicos o mensajes. Este principio busca
salvaguardar la comunicación privada entre individuos, estableciendo límites para
su interferencia o acceso por parte de terceros, incluyendo el gobierno. En muchos
sistemas legales, este principio está respaldado por disposiciones constitucionales
y leyes que prohíben la violación injustificada de la correspondencia.
En la Constitución de El Salvador, el principio de correspondencia,
específicamente la garantía de inviolabilidad de la correspondencia se encuentra
en el artículo 24. Este artículo protege la correspondencia y comunicaciones
privadas, estableciendo que solo pueden ser interceptadas o registradas con
autorización judicial y en los casos y formas que la ley establezca.
El principio de la prohibición de la tortura en El Salvador está respaldado por
la Constitución de la República, tratados internacionales y leyes que prohíben
categóricamente la tortura y tratos crueles, inhumanos o degradantes. Este
principio es fundamental para proteger los derechos humanos en el país.
El principio de la prohibición de la tortura en El Salvador se refleja principalmente
en el artículo 89 de la Constitución de la República. Este artículo establece que
ninguna persona puede ser sometida a torturas, ni a tratos crueles, inhumanos o
degradantes. Además, El Salvador es parte de tratados internacionales, como la
Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o
Degradantes, que refuerzan esta prohibición.
Legalidad de la prueba Art. 175.- Los elementos de prueba sólo tendrán valor si
han sido obtenidos por un medio lícito e incorporados al procedimiento conforme a
las disposiciones de este Código.
No tendrán valor los elementos de prueba obtenidos en virtud de una información
originada en un procedimiento o medio ilícito. Sin perjuicio de lo dispuesto en el
presente inciso, los elementos de prueba serán admitidos cuando hayan sido
obtenidos de buena fe, por hallazgo inevitable o por la existencia de una fuente
independiente, y deberán ser valorados conforme a las reglas de la sana crítica,
cuando corresponda.
Se prohíbe toda especie de tormento, malos tratos, coacciones, amenazas,
engaños o cualquier otro medio que afecte o menoscabe la voluntad o viole
los derechos fundamentales de la persona; todo lo anterior sin perjuicio de
la responsabilidad penal a que hubiere lugar.
No obstante, tratándose de operaciones encubiertas practicadas por la Policía, se
permitirá el uso de medios engañosos con el exclusivo objeto de investigar y
probar conductas delincuenciales del crimen organizado, delitos de realización
compleja, delitos de defraudación al fisco y delitos contenidos en la Ley Especial
contra Actos de Terrorismo, la Ley Contra el Lavado de Dinero y de Activos, la Ley
Reguladora de las Actividades Relativas a las Drogas y la Ley Especial para
Sancionar Infracciones Aduaneras, previa autorización por escrito del fiscal
superior.
Los agentes de Policía y efectivos militares tienen prohibido, en todo momento, la
tortura y los tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes a los ciudadanos
durante el régimen de excepción, de acuerdo con la Constitución, las leyes de la
República y el derecho internacional humanitario.

La otra cara del régimen de excepción

En el marco de la aplicación de una medida de naturaleza extraordinaria y


temporal, Amnistía Internacional ha verificado cómo las autoridades salvadoreñas,
durante 21 meses consecutivos, han restringido y vulnerado derechos
fundamentales, incluyendo el derecho a la vida y la prohibición de la tortura. Las
medidas del régimen de excepción han dado pie a la ejecución de patrones
recurrentes de violaciones durante los ciclos de detención, procesamiento y
encarcelamiento, cuyas principales manifestaciones han sido las detenciones
arbitrarias masivas; las desapariciones forzadas, el cometimiento de tortura y
tratos crueles, inhumanos y degradantes contra personas en centros de detención;
y las muertes de personas bajo la custodia del Estado – algunas resultantes de
tortura u otros malos tratos.
En El Salvador, además del Código Penal, las siguientes leyes establecen la
prohibición de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes:
- Código Procesal Penal.
- Ley Orgánica de la Policía Nacional Civil.
- Ley Penitenciaria de El Salvador.
- Ley Especial para la Protección Integral de la Niñez y la Adolescencia.
- Ley Crecer Juntos.
- Ley Especial Integral para una vida libre de violencia en contra de las mujeres. -
Ley especial de Inclusión de las personas con discapacidad.
- Ley General de Juventud

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