Más y Mejor Realidad
Más y Mejor Realidad
Más y Mejor Realidad
Uno siempre trata de afirmarse en (llegar a) una realidad más fuerte, más verdadera, más
correcta, superior, etc., que (mantenerse) en una que, en algún sentido, reconocemos como
más débil, más imperfecta, más incompleta, más inadecuada, inferior, etc. Las Ciencias,
etc., como una continua progresión desde un saber menor a uno mayor; desde una práctica
realidad menos verdadero (incompleto), a uno más verdadero (más amplio). Los sistemas y
revelación (divina) como un continuo progresivo desde un menor saber, a uno mayor y más
verdadero; desde una condición personal, existencial y espiritual que puede desarrollarse y
próximo a la (suprema) divinidad. La vida cotidiana, la vida común de todos los seres
visión de cosas peores y otras mejores, a las que se debe aspirar; siempre el mañana es una
oportunidad para que “todo sea mejor”, se vive la realidad como si ella avanzara
naturalmente desde un menos a más, desde un pasado hacia un futuro. Si estoy enfermo y
(microilusión), porque si estoy sano (microilusión), siento que la vida merece ser vivida
2
otra.
(estado) de que, cuando intentamos y hasta logramos esto, sólo superamos un modo
ilusoria, una ilusión, en otra ilusión, en otra ilusión, en otra ilusión, etc., (aparentemente)
sin progresión ninguna. Por ejemplo, estoy ciego, no puedo ver; me opero quirúrgicamente
de los ojos y ahora puedo ver. Ver, en este caso, es una superación de la microilusión de no
ver, aunque ver también es una representación microilusoria de la realidad física y una
limitación (incapacidad) para percibir aquello (macroilusorio) que está más allá de mi
rango perceptivo visual. Por ejemplo, también, siempre el ser humano ha concebido que
desconocimiento ilusorio, por otro saber sólo más eficiente en algún sentido relativo, que la
voy a saber más de la dentadura que antes, pero ya no estudiaré ingeniería, o egiptología,
etc. Si aprendo a tocar guitarra, cada vez que toque guitarra no tocaré piano. Si aprendo
3
física cuántica, creeré saber que la realidad es cuántica, y que ya nada desmentirá este
saber. Si creo en (aprendo) la doctrina religiosa de Jesús, no podré aceptar que pueda volver
a venir Jesús (de la forma que sea) y modificar completamente su doctrina de hace 2 mil
años. Sin embargo, Jesús, en términos de realidad ilusoria, podría venir cuantas veces
quiera, incluso ninguna más, y hacer y decir cada vez lo que sea y lo que quiera, sin estar
Pero, sobre todo, no podemos saber de ninguna manera si este mero paso de una
nuestro presente es una experiencia de camino adelante y de camino atrás, a veces abierto, a
cerrará por completo, ni si hay una salida, o un centro, o un afuera, o siquiera si esto es un
laberinto.
Ante esto, ante tanta y absoluta ilusión y delirio humanos, ante la ilusión redoblada de la
siquiera, cualquier cosa que podamos decidir, querer, realizar es nuestra decisión, es un
acto que decidimos nosotros, desde un absoluto nosotros, como si el comienzo estuviese en
algún punto exclusivo dentro de nosotros, la creación absoluta de esa particular decisión
4
(¿libre?), y que incluso las opciones que nos planteamos antes de tomar esta decisión
también puedan ser completamente nuestras? El primer espejismo ilusorio es creer que,
porque decidimos hacer algo, y ese algo se realiza, o nosotros mismos lo realizamos (se
mis células, ni mis diferentes tipos de energía, etc., quienes deciden “hacer su parte” para
mover mi dedo, sino que es algo invisible y desconocido, que siento y denomino como mi
“yo”, quien causa esa decisión de mover, y ejecutar de hecho, que mi dedo se mueva? ¿Y
qué causa, o hace, que mi yo decida precisamente eso?... Nadie sabe qué ilusión se (nos)
oculta tras todas estas ilusiones. Yo creo – en mi supuesto grado superior de microilusión -
que TODO lo que nos acontece ocurre porque Lo que lo causa y lo provoca (enteramente
desconocido e ilusivo para nosotros) simplemente pasa a través de (por) nosotros, a veces
coincidiendo con lo que nosotros procesamos y decidimos (sentimos) como propio (yo
decido, yo causo), en otras ocasiones, sin coincidir y sin quererlo, como cuando rezamos
para que algo ocurra, y ocurre, o no ocurre; o como cuando lanzamos una moneda al aire,
pedimos cara, y sale cara, o bien, sale sello; o como cuando estamos transitando por el
puente que hemos atravesado cientos de veces antes, pero el puente esta vez colapsa y se
derrumba.
Entonces, preguntémonos ahora y ante esto, ¿Qué quiero?... ¿Puedo querer, debo querer,
a suceder (futuro, o lo que sea esto [ilusorio] que adviene en presente) ilusionemos que
vamos a lograr lo que queremos; o que por algún “milagro” de la realidad, eso va a ocurrir
5
precisamente como quiero o pretendo; o usemos esperanza, este lenitivo ilusorio que está a
montones en nuestra naturaleza mental; o usemos todo este inmenso artefacto de saberes,
conocimientos, técnicas, bienes, logros, facultades, etc., que le han dado tanta seguridad a
también - como hago yo - podemos aceptar que las cosas acontezcan a veces como quiero y
deseo, lo mismo que no acontezcan como quiero y deseo, incluso sufriendo porque no sea
así, pero siempre, en uno y otro caso, aceptando (entregado al movimiento actual y posible
de la realidad), por encima de todo, por dentro de todo, que TODO ES UNA ILUSIÓN. A
mí al menos, este actual trance interno-externo me deja un resabio de algo como paz en la
no-paz. De siempre estar como estoy, de siempre estar donde simplemente debo estar, de
que acontece siempre lo que debe acontecer, aunque eso no sea lo que puede acontecer, de
hacer-no-haciendo, de que estoy dentro de Algo (ilusorio) que me permite ser y hacer en la