DAÑO A LA SALUDConsejo de Estado SENTENCIAS GEMELAS
DAÑO A LA SALUDConsejo de Estado SENTENCIAS GEMELAS
DAÑO A LA SALUDConsejo de Estado SENTENCIAS GEMELAS
DE ESTADO
SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
SECCIÓN TERCERA
Expediente: 0512331000200700139 01
Radicación interna No.: 38.222
Actor: José Darío Mejía Herrera y otros
Demandado: Nación – Ministerio de Defensa – Ejército Nacional
Proceso: Acción de reparación directa
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
Doctora DIANA PATRICIA GIL GIL, con Tarjeta profesional No. 70.013
del Consejo Superior de la Judicatura, en consecuencia, se le reconocerá
personería a dicha abogada, para que sea ella quien continúe
representando a la entidad demandada.
I. ANTECEDENTES
1.1. En escrito presentado el 23 de enero de 2007, José Darío Mejía Herrera quien
actúa en nombre propio y en representación de sus hijos menores: Diana Yiseth y
Juan David Mejía Arias; María Pastora Arias, Rubén Darío Mejía Arias y Fabián
Andrés Mejía Arias solicitaron, por intermedio de apoderado judicial, que se declare
a la Nación – Ministerio de Defensa – Ejército Nacional, patrimonialmente
responsable de los perjuicios que les fueron ocasionados con motivo de las
lesiones padecidas por su hijo, hermano y nieto, Fabián Andrés Mejía Arias el 10
de octubre de 2006 (fls. 7 a 22 cdno. ppal.).
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
1.1.1. Fabián Andrés Mejía Arias fue incorporado al Ejército Nacional como soldado
regular el 21 de febrero de 2006.
Al final del vacío el soldado fue detenido por un pedrusco sobre el que aterrizó
sentado lo que implicó que su columna vertebral recibiera un fuerte impacto, así
como sus miembros inferiores, razón por la que fue necesario extraerlo con el
empleo de sogas.
1.1.4. El accidente sufrido por el soldado Mejía Arias en ningún momento puede
ser imputado a una falta de pericia o negligencia de su parte, como quiera que se
le obligó a transitar por terrenos montañosos y por trochas rodeadas de humedad.
5
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
1.1.5. Fabián Andrés Mejía Arias quedó afectado con una lesión de por vida como
es el dolor frecuente en la columna y la rodilla derecha, lo que afecta su actividad
motriz.
1.3. La institución demanda se opuso a las súplicas del libelo demandatorio, en los
siguientes términos (fls. 29 a 37 cdno. ppal.):
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
Los soldados regulares no se reclutan para prestar labores de oficina, ni para asear
los pisos de los cuarteles, sino para colaborar en las actividades militares de un
país que registra un conflicto armado de significativa intensidad.
1.4. Corrido el traslado para alegar de conclusión, intervinieron las partes para
reiterar los argumentos expuestos en el libelo petitorio y en la contestación,
respectivamente (fls. 186 a 199 y 200 a 203 cdno. ppal.).
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
“5.1.2.3. Daño a la vida de relación social, toda vez que ésta se altera por
condicionamientos particulares como la pérdida de la locomoción, la cual
socialmente constituye un estigma, produciéndose rechazo dentro de los
núcleos en los cuales se desarrollan las personas.
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
“(…)” (fls. 205 a 225 cdno. ppal. 2ª instancia – mayúsculas del original).
Las partes la recurrieron en apelación la providencia (fls. 227 y 228 cdno. ppal. 2ª
instancia); el 30 de octubre de 2009, fueron concedidas las impugnaciones por el
Tribunal de primera instancia (fl. 230 cdno. ppal. 2ª instancia), y el recuso fue
admitido por esta Corporación en auto del 19 de abril de 2010 (fl. 256 cdno. ppal.
2ª instancia).
3.2.1. Las lesiones padecidas por Fabián Andrés Mejía Arias se presentaron en el
servicio y fueron atendidas de acuerdo a las normas establecidas en el Decreto
1796 de 2000, siendo otorgadas las indemnizaciones correspondientes.
9
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
3.2.2. La actuación del personal de la entidad demandada fue acorde con las
normas legales.
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
4.2. En el presente caso, es claro que la víctima sufrió a más de un daño moral
una alteración a las condiciones de existencia, que en la demanda se deprecan
como “perjuicio a la vida de relación”, el cual rebasa la esfera interna del individuo
y se sitúa en su vida exterior.
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
En el caso concreto Fabián Andrés Mejía Arias quedó parapléjico, con falta de
control de esfínteres, del órgano de la excreción urinaria y de la reproducción,
limitado para realizar actividades como hacer deportes, bailar, entre otras, y
perturbado síquicamente de forma permanente en ciertas áreas de la vida de
relación con el mundo circundante.
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
II. CONSIDERACIONES
Sin que exista causal alguna de nulidad que invalide lo actuado, procede la Sala a
resolver el asunto sometido a consideración, que se conoce en virtud del recurso
de apelación interpuesto por el demandado, a través del siguiente orden
conceptual: 1) competencia; 2) hechos probados, 3) caso concreto, 4)
reliquidación de perjuicios, y 5) costas.
1. Competencia
De otro lado, como materialmente sólo apeló la parte demandada la Sala contraerá
el análisis de la controversia a los argumentos desarrollados en la apelación y con
aplicación del principio constitucional de la no reformatio in pejus por tratarse de
apelante único.
De otro lado, se advierte que el presente asunto cuenta con prelación de fallo por
tratarse de un proceso en el que se improbó la conciliación prejudicial a la que
llegaron las partes, razón por la cual, de conformidad con lo dispuesto en el acta
número 21 del 15 de octubre de 2008, de la Sección Tercera, se procedió a decidir
la controversia según los criterios fijados por la Sala en esa ocasión.
13
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
2.1. Copia auténtica del acta de junta médico laboral No. 17808 del 22 de marzo
de 2007, correspondiente al paciente Fabián Andrés Mejía Arias, en la que se
consignó lo siguiente:
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
“INVALIDEZ
“NO APTO – PARA ACTIVIDAD MILITAR.
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
2.2. Copia auténtica del informativo por lesiones suscrito por el Teniente Coronel
José Mauricio Gutiérrez Sánchez, en el cual se precisó:
2.3. Informe médico legal del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, del
5 de noviembre de 2008, en el que se consignó:
“(…) Qué causa o causas produjeron las lesiones? Con base en la historia
clínica el paciente refiere que sufrió caída sentado desde una altura
considerable…
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
2.5. Copia auténtica de los registros civiles de nacimiento de: i) Rubén Darío, Juan
David, Diana Yicet y Fabián Andrés Mejía Arias, en los que consta que son hijos de
Alba Lucía Arias y José Darío Mejía Herrera (fls. 3 a 6 cdno. ppal.).
3. Caso concreto
Se encuentra probado que Fabián Andrés Mejía Arias, para el momento de los
hechos, estaba vinculado con las Fuerzas Militares, concretamente con el Ejército
Nacional en la condición de soldado regular o conscripto.
2
“Sabemos ya que el perjuicio que da origen a la responsabilidad es el injusto, el cualificado por la
nota de la antijuricidad, y sabemos también que esta antijuricidad hay que buscarla en el hecho en
sí mismo, no en la conducta que lo causa… el derecho es operativo tan solo dentro de ciertos
límites, límites que se derivan de los costes sociales inherentes a la aplicación de los instrumentos
jurídicos. De esta reflexión se deduce que, aun existiendo perjuicios reales que se alejan del ideal
de justicia, algunos de ellos pueden no ser reparables dentro del sistema de Derecho que
conocemos y, por lo tanto, no resultan antijurídicos en el sentido técnico del término… la
antijuricidad de los daños posee unos límites, límites que lo son también de la operatividad del
sistema jurídico y de los que, para cerrar este tema, recordaremos la formulación realizada por
Villar Palasí: son, por un lado, las actuaciones de la Administración encaminadas a la creación de
las condiciones sustanciales de vida colectiva (manifestadas a través del ejercicio de las potestades
organizatorias de la vida común) [y, se agregaría, enmarcadas dentro de los límites fijados por el
17
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
Ahora bien, constada la existencia del daño antijurídico, la Sala aborda el análisis
de imputación dirigido a establecer si el mismo deviene en atribuible a la
administración pública o, si por el contrario, tal y como lo puntualizó el a quo, este
se originó en una fuerza mayor o un caso fortuito.
Es del caso dejar clara la distinción entre los soldados que prestan el servicio
militar obligatorio o conscriptos, -que a su vez pueden diferenciarse entre soldados
regulares, soldados bachilleres, auxiliares de policía bachilleres o soldados
campesinos- y los voluntarios o profesionales.
“En los términos expuestos, no debe perderse de vista que, así como se han
entendido los condicionamientos y restricciones que imponen los derechos de los
demás y el orden jurídico -por lo cual tienen alcances y contenidos relativos- ,
también los deberes, las obligaciones y las cargas que impone la vida en
ordenamiento jurídico mismo, y por la protección de los derechos humanos, especialmente los
fundamentales] y, por otro lado, aquellos perjuicios que, por el número de los afectados o por su
cuantía, implicarían una indemnización incompatible con el mantenimiento de la economía de un
país… el Tribunal Supremo ha acuñado la expresión “título legítimo que ampara la carga”, para
referirse al elemento capaz de eliminar la antijuricidad del daño o perjuicio, que para así a la
genérica categoría de “cargas”, perdiendo toda virtualidad indemnizatoria.” DE LA CUÉTARA, Juan
Miguel “La actividad de la administración”, Ed. Tecnos, Madrid, Pág. 574 y 575.
3
Sentencia T-218/10 del 23 de marzo de 2010. C.P. Dr. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo.
18
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
“Bajo tal perspectiva, el servicio militar obliga, prima facie, a todos, a partir de
dos consideraciones. Una primera, se encuentra estrechamente vinculada con los
deberes constitucionales de los gobernados, dada la imperiosa y constante
necesidad que de él se tiene para la efectiva defensa de la patria; y, en cuanto
hace a la segunda, se justifica en el ámbito de los derechos, por la elemental
aplicación del principio de igualdad ante la ley”.
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
Ahora bien, en relación con los títulos de imputación aplicables a los daños
causados a soldados conscriptos, la Sección Tercera de esta Corporación, ha
avalado la posibilidad de que sean, en primera medida, aquellos de naturaleza
objetiva, tales como el daño especial o el riesgo excepcional y, de otro lado, el de
la falla del servicio, siempre y cuando de los hechos y de las pruebas allegadas al
proceso se encuentre acreditada la misma.
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
cuando la irregularidad administrativa produjo el daño y el de riesgo cuando los conscriptos sufren
daños con causa y por razón del servicio que provienen o de la realización de actividades peligrosas
o de la utilización de artefactos que en su estructura son peligrosos...Ha partido de la regulación
legal especial contemplada para la Fuerza Pública y en especial para los conscriptos, y ha concluido
que cuando las pruebas son indicadoras de que los hechos ocurrieron por el riesgo a que fueron
expuestos los conscriptos no se requiere realizar valoración subjetiva de conducta del demandado;
que sólo es necesario demostrar: el ejercicio por parte del Estado de una actividad de riesgo en
desarrollo del servicio militar prestado -o por su destinación o por su estructura-; el daño
antijurídico; y el nexo de causalidad eficiente y determinante entre ese riesgo y el daño causado al
conscripto; y que el demandado sólo se exonera por causa extraña, es decir por el hecho exclusivo
del tercero o de la víctima y fuerza mayor”.
7
Sentencia del 2 de marzo de 2000. Expediente 11.401. C.P. Alier Hernández Henríquez.
22
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
Por lo tanto, a los demandantes les bastaba acreditar la existencia del daño, su
concreción durante la prestación del servicio militar obligatorio y a causa del
mismo, mientras que, desde el otro extremo, le correspondía a la entidad
demandada a efectos de exonerarse de responsabilidad, establecer la
configuración de una causa extraña que desvirtuara la imputación jurídica del daño
en cabeza del Ministerio de Defensa – Ejército Nacional, circunstancia que se echa
de menos en el proceso.
8
En concordancia ver: Sección Tercera, Sentencia del 23 de junio de 2010, Expediente: 19.426,
C.P. Enrique Gil Botero y Sentencia del 31 de mayo de 2007, Expediente: 16.383, C.P. Enrique Gil
Botero.
23
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
Así las cosas, el daño deviene imputable en el plano fáctico y jurídico a la entidad
demandada porque fue producido durante la prestación del servicio militar
obligatorio, durante una actividad u operativo militar y la lesión resquebraja la
igualdad frente a las cargas públicas, por lo que el daño reviste la connotación de
especial y anormal.
De otro lado, resulta oportuno señalar que no todo daño causado a un soldado que
presta el servicio militar obligatorio es imputable de manera automática al Estado;
por el contrario, sólo lo serán aquellos que sean atribuibles a la administración
pública en el plano fáctico y jurídico. En consecuencia, habrá que reparar las
lesiones antijurídicas que sean atribuibles en el plano fáctico a la prestación del
servicio militar –porque se derivan de su prestación directa o indirecta– y se puede
constatar la existencia de un título jurídico de imputación que le brinda
fundamento a la responsabilidad. Entonces, si opera una causa extraña o si la
parte demandante no logra establecer la relación fáctica (imputación) entre el
daño y el servicio militar obligatorio, la responsabilidad se enerva y, por lo tanto,
habrá lugar a absolver a la entidad demandada en esos eventos.
Ahora bien, en el caso concreto se estableció que la lesión sufrida por Fabián
Andrés fue ocasionada durante un patrullaje, resulta incuestionable que el daño
antijurídico tiene su génesis material en la prestación del servicio militar
obligatorio, además esa afectación no fue producto de una falla del servicio, ni
provino de la concreción de un riesgo excepcional, razón por la cual el fundamento
jurídico se encuentra en la connotación de especial y anormal que padece el joven
que estaba compelido a la prestación de un servicio público como lo es la
protección de la organización estatal.
24
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
4. Reliquidación de perjuicios
Ipc (f)
Ra = Rh
Ipc (i)
107,2
Ra = Rh 05
61,41
25
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
Así las cosas, yerra el a quo al señalar que el daño a la vida de relación está
integrado por: i) el perjuicio fisiológico, ii) el daño a la vida de relación sexual, iii)
el daño a la vida de relación social, iv) el daño a la vida de relación familiar y v) el
daño estético.
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
Así las cosas, con la aserción contenida en la sentencia de primera instancia según
la cual el “perjuicio fisiológico” debe entenderse incluido en “el daño a la vida de
relación” o la “alteración de las condiciones de existencia” –nombre acogido de
manera reciente en algunas providencias para denominar el daño a la vida de
relación pero con idéntico contenido y alcance– genera una mayor problemática en
el manejo de la tipología del perjuicio inmaterial, pues no es adecuado entender
que el perjuicio fisiológico, daño biológico o a la salud es una expresión de la
mencionada categoría. Asimilar el daño a la salud o perjuicio fisiológico como una
expresión del daño a la vida de relación, entroniza la entropía en materia de
ontología jurídica, cuando no se distingue que el daño a la vida de relación y la
alteración de las condiciones de existencia no son ni perjuicio moral, ni fisiológico,
sino entidades con autonomía que no amparan o protegen la órbita interna o
afectiva de la persona, como tampoco su integridad psicofísica o derecho a la
28
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
salud, sino otra gama de intereses legítimos que son relevantes para la
responsabilidad.
9
Sobre la referida problemática, se pueden consultar los siguientes documentos: aclaración de voto
a la sentencia del 4 de junio de 2008, exp. 15.657, M.P. Myriam Guerrero de Escobar, aclaración de
voto a la sentencia del 15 de agosto de 2007, exp. AG 2003 – 385 M.P. Mauricio Fajardo Gómez, y
aclaración de voto a la sentencia de 1º de diciembre de 2008, exp. 17.744, M.P. Enrique Gil Botero.
10
Sentencia del 15 de agosto de 2007, exp. AG 2003 – 385 M.P. Mauricio Fajardo Gómez y
sentencia del 18 de octubre de 2007, exp. AG-029.
29
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
11
Corte Suprema de Justicia, sentencia del 21 de febrero de 1938, G.J. No.1932, pág. 58.
31
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
Definido lo anterior, es claro que para efectuar el análisis del perjuicio, se debe
abordar el estudio de lo que se conoce como la “tipología del perjuicio”, esto es, el
examen, valoración y fijación de los estándares de indemnización que pueden ser
objeto de reconocimiento, lo que se hace a partir de la respuesta a los siguientes
interrogantes: i) ¿Qué se indemniza?, ii) ¿Cuál es el criterio para determinar la
necesidad de reconocimiento de un perjuicio indemnizable?, iii) ¿Se indemniza el
perjuicio por sí mismo, o las consecuencias apreciables que él produce (internas o
externas), siempre y cuando sean valorables?, iv) ¿Cuál orientación tiene el
ordenamiento jurídico Colombiano en relación con la reparación del perjuicio; se
12
“En otras palabras, el juez, al considerar como de recibo una demanda resarcitoria, puede dar
cabida dentro de los intereses sociales dignos de tutela a un cierto comportamiento, una expresión,
un anhelo, de un individuo o de un grupo, que antes no la tenía, con lo que establece o fija un
límite para la sociedad; este límite también se establece, como es obvio, en el caso contrario, es
decir, cuando el juez niega la inclusión de un interés discutido, en la escala de los valores sociales.”
CORTÉS, Edgar “Responsabilidad Civil y daños a la persona – El daño a la salud en la experiencia
italiana ¿un modelo para América Latina?”, Ed. Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 2009,
pág. 13.
13
“lo que no se puede tolerar es que el tratamiento diferenciado, que se deduce de la
interpretación de las normas tradicionales de la responsabilidad, beneficie a aquellos que se
encuentran en una situación de privilegio.” CORTÉS, Edgar Ob. Cit. Pág. 15.
32
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
Como se observa, existe toda una serie de cuestionamientos que el juez debe
formularse, con el fin de establecer una posición en la materia, lo que implica, a
todas luces, un ejercicio hermenéutico e interpretativo a partir del análisis de las
normas constitucionales que regulan la responsabilidad patrimonial del Estado,
para con fundamento en ello, arribar a las conclusiones que consulten los
parámetros efectivos de justicia material, en lo que concierne a la reparación
integral.
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
“Sea de ello lo que fuere, lo cierto es que el adjetivo fisiológico que hace
referencia a disfunciones orgánicas, no resulta adecuado para calificar el
desarrollo de actividades esenciales y placenteras de la vida diaria
(recreativas, culturales, deportivas, etc.).
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
“(...)
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
en realidad, corresponde a una noción más amplia, también de creación francesa y aparentemente
abandonada, que hace referencia a las repercusiones que puede tener una lesión permanente no
sólo en la capacidad de gozar la vida de una persona, sino, en general, en sus condiciones de
existencia, al margen de cualquier consecuencia patrimonial, por lo cual resultaría más cercana al
concepto de daño a la vida de relación, elaborado por la doctrina italiana.
36
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
“En este sentido, son afortunadas las precisiones efectuadas por esta
Sala en sentencia del 2 de octubre de 1997, donde se expresó, en
relación con el concepto aludido, que no se trata de indemnizar la
tristeza o el dolor experimentado por la víctima – daño moral -, y
tampoco de resarcir las consecuencias patrimoniales que para la víctima
siguen por causa de la lesión – daño material –, “sino más bien de
compensar, en procura de otorgar al damnificado una indemnización
integral... la mengua de las posibilidades de realizar actividades que la
víctima bien podría haber realizado o realizar, de no mediar la conducta
dañina que se manifestó en su integridad corporal”. 21
“Por último, debe precisarse que, como en todos los casos, la existencia
e intensidad de este tipo de perjuicio deberá ser demostrada, dentro del
proceso, por la parte demandante, y a diferencia de lo que sucede, en
algunos eventos, con el perjuicio moral, la prueba puede resultar
relativamente fácil, en la medida en que, sin duda, se trata de un
perjuicio que, como se acaba de explicar, se realiza siempre en la vida
21
Consejo de Estado, S.C.A., Sección Tercera, expediente 11.652. Actor: Francisco Javier Naranjo
Peláez y otros. M.P. Daniel Suárez Hernández.
22
Ibid. p.p. 252 a 263.
37
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
25
Gil Botero, Enrique. Temas de responsabilidad extracontractual del Estado, Ed. Comlibros,
Tercera Edición, 2006, p. 98.
26
Navia Arroyo Felipe. Del daño moral al daño fisiológico, Universidad Externado de Colombia,
Bogotá, 2000, p. 78.
27
Chapus René. Responsabilité publique et responsabilité privée. Les influences réciproques des
jurisprudences administrative et judicial, citado por Juan Carlos Henao, El Daño, análisis
comparativo de la responsabilidad extracontractual del Estado en Derecho colombiano y francés,
Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 1998, p. 252.
39
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
Por último, en reciente providencia del 4 de mayo de 2011, esta Sección discurrió
de la siguiente forma30:
28
Paillet Michel. La Responsabilidad Administrativa, Universidad Externado de Colombia, Bogotá,
2001, o. 278.
29
Consejo de Estado, Sección Tercera, sentencia del 15 de agosto de 2007, exp. AG 2003-385, M.P.
Mauricio Fajardo Gómez.
30
Consejo de Estado, Sección Tercera, sentencia del 4 de mayo de 2011, exp. 17396, M.P. Danilo
Rojas Betancourth.
40
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
“33.2. En efecto, se observa que los testimonio practicados dentro del proceso
describen actividades cotidianas que realizaba la señora Mariane Valois Palacios
antes de sufrir la herida, tales como las labores del hogar –lavar la ropa–,
actividades de índole familiar como jugar con sus hijos o cargarlos, o
actividades recreativas como nadar. Igualmente, los testigos hacen alusión a
las secuelas estéticas que implicó la herida para el demandante y narran que el
aspecto físico de la señora Valois Palacios se vio considerablemente alterado
como consecuencia de las lesiones.
“33.3 Por ello, encuentra la Sala que la pérdida del miembro superior implica en
forma genérica –para cualquier persona– una disminución en la posibilidad de
realizar todas las actividades cotidianas y, además, una situación de alteración
física que implica consecuencias diversas –de orden físico y psicológico– en la
forma como el sujeto se relaciona con el mundo, alteraciones que se
encuentran demostradas en el caso concreto, según acaba de revisarse.”
(Negrillas adicionales).
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
Esa doble connotación del daño fisiológico, a la vida de relación o alteración a las
condiciones de existencia –entendiéndolos como perjuicios de índole idéntica o
similar, tal y como lo ha venido haciendo la jurisprudencia vernácula–, ha limitado
la posibilidad de valorar el daño en términos de objetividad material –es decir, a
partir de criterios reales, uniformes y verificables–. En consecuencia, esa
naturaleza bifronte, ha desencadenado que, teóricamente, se haya aceptado esos
planteamientos como un progreso jurisprudencial que permite no sólo indemnizar
la integridad psicofísica del sujeto (daño corporal), sino también otros bienes
jurídicos como su honra, el buen nombre, la tranquilidad, etc.
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
31
“Se ve cómo se introduce una nueva categoría de daño que llama perjuicio fisiológico o perjuicio
a la vida de relación, que trata como sinónimos, desconociendo el significado que tales categorías
tiene en los sistemas de origen. Y al momento de liquidar el daño, al que le reconoce un carácter
satisfactorio, vuelve en confusión al decir que, “habida consideración de la gravedad que tuvieron
las lesiones, que determinaron la amputación bilateral de las piernas por encima de las rodillas, la
edad del lesionado y su actividad profesional como chofer, la cual no podrá ejercer en el futuro por
el estado corporal en que quedó, los fija en la suma de… con cuya rentabilidad la víctima podrá
atender razonablemente al pago de una persona que lo acompañe en su silla de ruedas cuando
tenga necesidad de movilizarse de un sitio a otro. Con ella puede, igualmente, adquirirla sin
sofisticaciones”. Habiendo deslindado en precedencia el daño fisiológico del daño patrimonial, al
momento de la liquidación los mezcla con la consideración que hace del trabajo de la víctima y con
la necesidad que ella tiene de una silla de ruedas y de un acompañante. El daño que se había
propuesto se desdibuja así, al momento de la liquidación.” CORTÉS, Edgar Ob. Cit. Pág. 255.
32
“…la ciencia jurídica que le dio entrada al concepto de daño biológico prefiere hoy utilizar la
expresión “daño a la salud”, concepto jurídico (y no médico) con un alcance más amplio, pues
mientras que el daño biológico se refiere a aspectos anatómicos y fisiológicos de la persona, el
daño a la salud, además de referirse a ellos, tiene que ver con las manifestaciones generales del
bien “salud” como bien necesario para una correcta expresión de la persona en la comunidad en
que vive.” CORTÉS, Edgar Ob. Cit. Pág. 21 y 22. Consultar igualmente: BUSNELLI, Francesco
Donato, “Il danno biologico. Dal diritto vivente al diritto vigente” Torino, 2001, pág. 3 y s.s.
43
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
existencia, daños autónomos que han sido reconocidos por la jurisprudencia del
Consejo de Estado Francés, lo que desencadenó que un perjuicio de constatación y
valuación objetiva como lo es aquél, fuera revestido por una condición indefinida o
englobada en la que se puede dar cabida a cualquier tipo de afectación, al margen
de que se refleje en el ámbito externo o interno del sujeto, y sea liquidable en
términos objetivos o subjetivos.
33
Tribunal Administrativo de Antioquia, sentencia del 3 de julio de 1992, exp. 25878, M.P.
Humberto Cárdenas.
34
Consejo de Estado, Sección Tercera, sentencia del 1º de julio de 1993, exp. 7772.
44
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
Así las cosas, los sistemas jurídicos francés e italiano se encuentran en dos polos
diametralmente opuestos en cuanto a la tipología del perjuicio inmaterial se
refiere, puesto que el primero ha permitido –dado el esquema normativo abierto
del código civil– la formulación de diversas categorías de daños y perjuicios que
35
“El daño no patrimonial debe ser resarcido sólo en los casos determinados por la ley.”
36
www.who.int/en/
45
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
37
Cf. Corte de Casación Italiana, sentencia del 19 de diciembre de 2007, No. 4712. (Traducción
libre). Ver igualmente, las sentencias de 31 de mayo de 2003, números 8827 y 8828 de la Sala Civil
de la Corte de Casación Italiana, así como las sentencias Nos. 184 de 1986 y 233 de 2003,
proferidas por la Corte Constitucional de ese mismo país.
46
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
Esa expectación no ha sido ajena en nuestro derecho vernáculo, razón por la cual
se han trazado en diferentes etapas de la jurisprudencia contencioso administrativa
y ordinaria – civil, diferentes tipos o categorías de daños que permitan reconocer
las afectaciones que se producen a causa de la concreción de un daño antijurídico.
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
38
“El daño subjetivo o daño a la persona es aquél cuyos efectos recaen en el ser humano,
considerado en sí mismo, en cuanto sujeto de derecho, desde la concepción hasta el final de la
vida. Por la complejidad del ser humano, los daños pueden efectuar alguna o algunas de sus
múltiples manifestaciones o “maneras de ser””. FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos “El daño a la
persona”, Revista de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima,
pág. 71 y s.s.
48
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
42
Fruto del trabajo jurisprudencial en Italia, se llegó a establecer dentro de este orden que el
concepto daño biológico agrupa entre otros: el daño a la vida de relación, el daño estético, el daño
a la esfera sexual y el daño a la incapacidad laboral genérica, todo lo cual ha sido recogido y
reconocido por la Corte Suprema de Casación de ese país. Ver entre otras, las sentencias: No. 2761
de 1990, 1341 de 1991, 11133 de 1990, 9170 de 1994, y 7262 de 1991.
50
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
Por lo tanto, cuando el daño tenga origen en una lesión corporal (daño
corporal), sólo se podrán reclamar y eventualmente reconocer los
siguientes tipos de perjuicios –siempre que estén acreditados en el proceso –:
sujeto perjudicado.” ROZO Sordini, Paolo “El daño biológico”, Ed. Universidad Externado de
Colombia, Bogotá, pág. 209 y 210.
45
“Se está en presencia de un nuevo sistema clasificatorio del daño que acepta la existencia de tres
modalidades del mismo: los patrimoniales, los morales y el biológico. Diferenciándose el biológico
en cuanto al moral en la medida en que el primero es la lesión en sí misma considerada, y otra
diferente, son los sufrimientos, el dolor y los afectos que de dicha lesión se pueden derivar, lo que
constituiría el efecto o daño moral; sin embargo, ambos hacen parte del daño no patrimonial, esto
es, no susceptible de contenido económico.” GIL Botero, Enrique “Daño Corporal – Daño Biológico
– Daño a la vida de relación”, pág. 10.
52
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
(perjuicio fisiológico o biológico); iii) cualquier otro bien, derecho o interés legítimo
constitucional, jurídicamente tutelado que no esté comprendido dentro del
concepto de “daño corporal o afectación a la integridad psicofísica” y que merezca
una valoración e indemnización a través de las tipologías tradicionales como el
daño a la vida de relación o la alteración grave a las condiciones de existencia o
mediante el reconocimiento individual o autónomo del daño (v.gr. el derecho al
buen nombre, al honor o a la honra; el derecho a tener una familia, entre otros),
siempre que esté acreditada en el proceso su concreción y sea preciso su
resarcimiento, de conformidad con los lineamientos que fije en su momento esta
Corporación.
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
menos equitativo y objetivo en relación con los efectos que produce un daño que
afecta la integridad psicofísica de la persona; y, por último, será oportuno que se
analice la posibilidad por parte de esta Corporación –siempre que los supuestos de
cada caso lo permitan– de que se reparen los demás bienes, derechos o intereses
jurídicos de la víctima directa o de los perjudicados que logren acreditar
efectivamente que padecieron ese daño autónomo e independiente, sin que quede
cobijado por la tipología antes delimitada (v.gr. el derecho al buen nombre). La
aplicación de esta tipología del daño garantiza la reparación estática y dinámica del
perjuicio, esto es los efectos internos y externos, subjetivos y objetivos,
individuales y colectivos que la lesión antijurídica o injusta desencadena en el
sujeto y las personas que constituyen su entorno.
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
5. Costas
F A L L A:
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros
Segundo. Dese cumplimiento a lo dispuesto en los artículos 176 y 177 del Código
Contencioso Administrativo, para lo cual se expedirá copia de la sentencia de
segunda instancia, conforme al artículo 115 del Código de Procedimiento Civil.
38.222
José Darío Mejía Herrera y otros