Aminoácidos Como Neurotransmisores - de La Rosa Hernandez Maricarmen
Aminoácidos Como Neurotransmisores - de La Rosa Hernandez Maricarmen
Aminoácidos Como Neurotransmisores - de La Rosa Hernandez Maricarmen
Unidad de aprendizaje:
Bioquímica
Discente:
De la Rosa Hernández Maricarmen
Grupo:
3FM1
Título del trabajo:
Los aminoácidos neurotransmisores pueden ser tanto excitatorios como inhibitorios, lo que
significa que pueden estimular o inhibir la actividad neuronal. Algunos ejemplos de
aminoácidos neurotransmisores son el glutamato, el GABA (ácido gamma-aminobutírico),
la glicina, el aspartato y la homocisteína.
INVESTIGACIÓN
Receptores No-NMDA
También son receptores Ionotrópicos cuyo agonista es el KA: Kainato
Como antagonistas se encuentran los derivados de la dihidroxiquinoalina: CNQX, DNQX y
NBQX.
Estructura del receptor AMPA (ácido propiónico de alfa amino 3 hidroxi 5 metil 4 isoxazol)
El aspartato es así mismo formado por una transaminasa en la que ahora el oxalacetato es
aminado por transaminación del grupo amino del glutamato (que es otra forma de
degradación del glutamato). El esqueleto carbonado del glutamato es ahora convertido en
a-cetoglutarato.
Glutamina
El aminoácido glutamina es el vehículo principal de nitrógeno fisiológico no-tóxico entre
tejidos, siendo además un substrato energético esencial para las células muy proliferativas.
Este aminoácido es el más abundante en el plasma de mamíferos. Además de su papel como
transportador de carbono y nitrógeno entre tejidos, la glutamina se ha revelado como una
poderosa señal celular. Es interesante notar que células de rápido crecimiento como
enterocitos, linfocitos, y en general todas las células transformadas presentan un elevado
consumo de glutamina, de tal manera que la glutaminolisis, junto con la glucolisis, son los
procesos que más claramente definen su metabolismo. Muchos datos experimentales
soportan la evidencia de que la reacción presidida por la glutaminasa activada por fosfato,
el primer paso del proceso glutaminolítico, está relacionada con la malignidad en tumores.
Esta enzima está muy regulada en su funcionamiento y su actividad alcanza un máximo
durante la fase exponencial de crecimiento de las células tumorales. La glutaminolisis
supone un aporte de energía y de substratos para reacciones biosintéticas.
Así pues, muchos procesos celulares parecen estar regulados por la glutamina, como son: la
expresión génica, la síntesis y degradación de proteínas especialmente en el músculo, la
síntesis de ácidos nucleicos, etcétera. La glutamina es usada para la síntesis hepática de urea,
para la amoniogénesis renal y para la gluconeogénesis en hígado y riñón, así como en el
metabolismo energético y nitrogenado de las células de rápido crecimiento.
Además, en el sistema nervioso central la glutamina juega un papel como antecesor del
neurotransmisor inhibidor g-aminobutirato, y en la recuperación de la glutamina en la
reacción presidida por la glutamina sintetasa. Las enzimas glutaminasa y la glutamina
sintetasa regulan las concentraciones cerebrales de glutamina y glutamato, lo cual es muy
importante en la desintoxicación del amonio. De esta manera se define un ciclo intercelular
de glutamina y glutamato entre las neuronas y las células de la glía.
Neurotransmisión glutamatérgica
La glutamina se transforma en glutamato por acción de la glutamina sintetasa o glutaminasa
en las vesículas de almacenamiento de las neuronas presinápticas las cuales migran hacia
la membrana celular y por un proceso de exocitosis es excretado a la hendidura sináptica.
Desde allí el glutamato puede seguir los siguientes caminos:
• Recaptación glial: vuelve a formar glutamina en la glía, por acción de la glutamina
transferasa y se almacena cómo reserva en las mitocondrias de la primera
neurona. Desde allí el ácido alfa ceto glutárico atraviesa la membrana
mitocondrial y constituye el ciclo de la glutamina que tiene como función la
energía neuronal.
• Recaptación presináptica: mediante una bomba Na/K reingresa a la célula, pero
una porción de lo recaptado, por proceso de recaptación reversa y acción de una
bomba K/Na, vuelve a salir a la hendidura con gran liberación de radicales libres.
• Agonismo AMPA: se ubica en el sitio del agonista glutamato del receptor ácido
propiónico alfa amino 3 hidroxi 5 metil 4 isoxazol, abriendo el canal de sodio.
• Agonismo NMDA: se ubica en el sitio del agonista glutamato del receptor n-metil
d-aspartato, intentando estimular el canal iónico para la entrada de calcio.
• Agonismo de otros receptores: se ubica en el sitio de los agonistas glutamato de
los receptores kainato y quisqualato.
• Agonismo metabotrópico: a este nivel el glutamato actúa como aminoácido
excitatorio a nivel del receptor proteico en la glicocálix de la neuroteca y se
combina con la adenil ciclasa para activar el segundo mensajero: cAMP.
Neurotransmisión GABAérgica
El GABA procede de la neocorteza inhibidora 4S-8S y del sistema estrio palidal. De allí
parten fibras gabaérgicas inhibidoras destinadas al locus niger y al núcleo interpeduncular.
Desde el núcleo arcuato hipotalámico parte el haz túbero infundibular gabaérgico que por
el fórnix integra el circuito mnémico. A nivel del tálamo óptico existen dos subnúcleos
GABAérgicos, el núcleo neurorreticular central y el núcleo geniculado lateral. Del núcleo del
rafe caudal parten fibras gabaérgicas que ascienden por el haz procencefálico dorsomedial.
En cuanto al cerebelo, las neuronas de Purkinje son GABAérgicas, mientras que las neuronas
en cesto, las estrelladas y las de Golgi son ricas en glutámico amino descarboxilasa.
Sinapsis GABAérgica
En la glía la glucosa mitocondrial origina el ciclo de Krebs, dando origen al shunt
GABAérgico: glutamina-glutamato-GABA. El GABA actúa sobre los receptores
postsinápticos de alta afinidad al sodio y los receptores de baja afinidad, abriendo los
canales ionóforos de cloro e hiperpolarizando la membrana logra inhibir la estimulación
postsináptica.
Fármacos relacionados:
La ausencia de inhibición neuronal mediada por GABA puede desencadenar en numerosos
procesos patológicos como los estados epilépticos. Existen numerosos fármacos que
potencian la acción de GABA desde diferentes frentes: Existen los agonistas de los
receptores GABA-A como las benzodiazepinas, los barbitúricos, los esteroides neuroactivos,
el alcohol y los anestésicos. El valproato sódico, es un inhibidor de la semialdehido succínico
deshidrogenasa y de la GABA transaminasa, su mecanismo de acción consiste en inhibir
enzimas que están relacionadas con la degradación de GABA y mantiene por tanto los
niveles de GABA necesarios. Otra estrategia consiste en bloquear la recaptación de GABA
por las neuronas presinápticas; jugando este papel se encuentra el ácido diaminobutírico, el
ácido nipocótico y la guvacina.
Así mismo, existen los antagonistas de los receptores GABA que, contrariamente producirían
estados convulsivos: la Picrotoxina. Si bien el GABA es el mayor aminoácido
neurotransmisor inhibitorio del cerebro, muchas células GABAérgicas se hallan inhibidas por
otras similares; fármacos como las benzodiacepinas o Ácido valproico, al estimular el GABA,
pueden aumentar la inhibición (retroalimentación negativa) y disminuir la inhibición de otras
interneuronas con la consiguiente activación paradojal. En tal sentido se han identificado
tres categorías de ligandos con efectos radicalmente diferentes: agonistas (como el
Diazepam y otros ansiolíticos), antagonistas (como el Flumazenil) y agonistas inversos que
son ansiogénicos, proconvulsivantes y estimulantes de la alerta (como las Betacarbolinas);
por analogía con el sistema opioide se ha propuesto la existencia de un posible ligando
endógeno, el cual de existir realmente podría ser un importante apoyo biológico para la
regulación de la ansiedad; con este propósito se han sugerido numerosos compuestos como
la Etilbetacarbolina, el N-desmetildiazepam y el inhibidor de la unión al Diazepam; de los
cuales, el último es un candidato importante que posee actividad como agonista inverso y
se ha hallado en el organismo humano, aunque su rol como modulador de la transmisión
GABAérgica es cuestionado.
Los receptores para el GABA-A, de los que el Muscinol es un potente antagonista, la
Bicuculina, un antagonista competitivo y la unión al GABA se puede aumentar con
benzodiacepinas, barbitúricos, etanol y algunos esteroides; las Beta carbolinas pueden
bloquear estos efectos, produciendo convulsiones y ansiedad. Y los receptores GABA-B,
donde el Baclofeno es un antagonista, y el GABA tiene una potencia relativamente baja que
no es afectada por las benzodiacepinas.
Los tejidos cerebrales y líquidos corporales de animales derivados y no derivados de sueño
contienen factores activos inductores del sueño, como la substancia promotora del sueño
que posee dos componentes (Uridina y Glutatión oxidado) que parecen regular el sueño
fisiológico. La Uridina puede facilitar la neurotransmisión inhibitoria a nivel sináptico del
complejo receptor GABA-A-Uridina. En contraste, el Glutatión oxidado puede inhibir la
neurotransmisión excitatoria a nivel sináptico del receptor de Glutamato. De tal manera, los
dos componentes de la substancia promotora del sueño promueven el sueño ejerciendo una
acción complementaria en los dos sistemas neurotransmisores mayores en el cerebro, que
tienen funciones mutuamente recíprocas. Así, a través de las funciones multidimensionales
del sueño, la Uridina puede contribuir a recuperar la actividad de las neuronas, mientras el
Glutatión puede contrarrestar los eventos excito tóxicos. En otras palabras, el sueño, a nivel
conductual, es un proceso de restricción neuronal y de detoxificación a nivel celular
Recientemente, el GABA ha sido implicado en la fisiopatología de la Esquizofrenia. Estudios
recientes obtenidos de autopsias indican que la función del GABA se halla disminuida en
áreas cerebrales que involucran cambios estructurales bien descritos que se han observado
en Tomografía axial computarizada y resonancia magnética en la esquizofrenia; estos
cambios estructurales se ha reportado que se hallan asociados con síntomas negativos,
pobre funcionamiento premórbido y con disminución del turnover de la Dopamina y la
Serotonina.
En base a la influencia putativa de estos compuestos en la neurotransmisión cerebral, varios
neurotransmisores cerebrales (como GABA, Serotonina y Noradrenalina) han sido
implicados en la fisiopatología del trastorno de pánico.
Estudios en humanos han mostrado que la expresión del transportador para el GABA se
halla disminuida en el hipocampo de pacientes epilépticos. Hecho que podría deberse al
funcionamiento del transportador en forma retrógrada, debido a que la membrana está
despolarizada. Todo ello disminuiría el riesgo de hiperactividad glutaminérgica neuronal,
que, tras alcanzar un determinado umbral, causaría convulsiones. Por este motivo existe gran
interés en encontrar fármacos que inhiban el transportador de GABA.
En la médula y tallo cerebral, el aminoácido Glicina, además de otras funciones metabólicas,
parece ser transmisor inhibidor post-sináptico, y es liberado por axones cortos de células
regionales, con un porcentaje de sinapsis aproximadamente similar al GABA. Se conoce aún
menos la identidad de los transmisores excitadores; sin embargo, los ácidos aspártico y
glutámico, que excitan las neuronas, satisfacen muchas de las características exigidas a los
neurotransmisores excitadores y están involucrados en la transmisión de señales entre las
fibras aferentes primarias de la piel y los receptores musculares y las neuronas del Sistema
nervioso central. Por aparte, las acciones químicas del Glutamato han despertado en años
recientes gran interés clínico. Es considerado un estimulador en las células piramidales en la
corteza y el hipocampo. En el cerebelo sirve como neurotransmisor de las células granulares
y en los tractos sensorios aferentes primarios, sólo o en combinación con neuropéptidos
como la Substancia P o la Bradicinina.
A nivel clínico se ha propuesto que los efectos disiociativos y psicomiméticos de la
Fenciclidina se deben a su interferencia con la acción del Glutamato en las neuronas
piramidales de la Corteza y el Hipocampo. Los efectos neurobiológicos del alcoholismo,
como intoxicación, convulsiones, delirium tremens, síndrome de Wernicke-Korsakoff y
síndrome alcohólico-fetal, pueden comprenderse como un espectro de las consecuencias
de los efectos del etanol sobre el sistema glutamatérgico. El consumo agudo de etanol facilita
la transmisión GABAérgica (por incremento de la conductancia del cloro a través del
receptor GABA) e inhibe la función glutamatérgica (por disminución de la conductancia
catónica a través del receptor NMDA); inversamente, el desarrollo de tolerancia asociado
con el consumo crónico de etanol lleva a una reducción de la función GABAérgica y a un
incremento de la glutamatérgica. La inhibición prolongada del receptor NMDA por el etanol
resulta en el desarrollo de supersensibilidad, la retirada aguda del etanol causa aumento
marcado de la actividad de las neuronas post-sinápticas como en el sistema noradrenérgico
y en forma extrema exitotoxicidad inducida por Glutamato.
CONCLUSIONES
Con todo lo planteado hasta ahora, podemos decir que los neurotransmisores cumplen un
papel crucial en las funciones cognitivas y motoras. Adicionalmente, son la base de un
adecuado funcionamiento del cerebro. Conocer e investigar sobre este tema nos abre la
puerta para descubrir el mundo fascinante de nuestro organismo.
COMENTARIO PERSONAL
Las problemáticas a las que me enfrenté en este trabajo fue decidir cual sería el tema
principal, pues sentía que ningún tema era muy interesante, pero al ir investigando acerca de
cada uno me interesó este tema. Si fue un poco pesado a la hora de buscar información ya
que este tema no se encuentra de manera específica, sino que muchas veces lo incluyen en
los temas de “Neurotransmisores” por lo tanto hablan muy poquito de ellos.
Es muy interesante que estos aminoácidos neurotransmisores son clave para el
funcionamiento adecuado del sistema nervioso, y desequilibrios en su actividad pueden
estar relacionados con una variedad de trastornos neurológicos y psiquiátricos
REFERENCIAS
Hall, J. E. & Guyton, A. C. (2011). Textbook of Medical Physiology (12th ed.). Philadelphia,
PA: Saunders Elsevier.
Moore, K. L., Dalley, A. F. & Agur, A. M. R. (2014). Clinically Oriented Anatomy (7th ed.).
Philadelphia, PA: Lippincott Williams & Wilkins.
Ross, M. J. & Pawlina, W. (2011). Histology (6th ed.). Philadelphia, PA: Lippincott Williams
& Wilkins.
Patestas, M. A. & Gartner, L. P. (2006). A Textbook of Neuroanatomy. Victoria, Australia:
Blackwell Publishing Ltd.